GUÍA_DE_ESTUDIO

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HISTORIA CONTEMPORÁNEA DE ESPAÑA 1808-1923 GUÍA DE ESTUDIO CONTENIDOS DE LA ASIGNATURA La etapa histórica a la que llamamos contemporánea se inició en España con la invasión napoleónica que supuso el inicio de la crisis política del Antiguo Régimen, aunque la Ilustración y la Revolución Francesa ya presagiaban el advenimiento de una nueva era en toda Europa. El proceso, sin embargo, no se desarrolló de manera lineal, sino que sufrió avances y retrocesos hasta la definitiva implantación del liberalismo en la década de 1830. En términos económicos y sociales los cambios fueron más lentos e imperceptibles y la huella del Antiguo Régimen más duradera. Esta pervivencia subyacente de antiguas estructuras chocará constantemente con la revolución política. El triunfo del liberalismo llegó por la fuerza de las armas (primera guerra carlista) en lucha fratricida, con ocasión del conflicto dinástico a la muerte de Fernando VII, pero, sobre todo, de un nuevo concepto de las relaciones políticas y sociales mantenidas hasta entonces. Este hecho y la intervención del ejército en la política, así como la división de los liberales en moderados y progresistas marcaron el segundo tercio del siglo XIX. Se sentaron, sin embargo, las bases del Estado liberal en el orden político y económico con reformas que encaminaron el país hacia la modernidad. El anquilosamiento del sistema y su agotamiento dio paso a la revolución de 1868 que, al margen de su extraordinaria inestabilidad, fructificó en ideas democráticas y reformas sociales. Su momentáneo fracaso no lo fue a largo plazo porque la tradición democrática y republicana pervivió a lo largo del siglo XX hasta su implantación en la II República y definitivamente en el último cuarto de siglo. El sistema político de la Restauración volvió los ojos hacia el liberalismo decimonónico con una nueva mirada que le dio una estabilidad y duración desconocidas hasta entonces en la España contemporánea. Basado en la alternancia en el poder de dos grandes partidos, una élite dirigente con intereses comunes, el pacto para decidir el partido gobernante y una estructura caciquil para conseguir los votos necesarios. Con estas premisas es fácil deducir el abismo que mediaba con lo regímenes genuinamente liberales y democráticos, pero excluía el recurso a las armas y establecía la alternancia en el poder. Todos estos factores propiciaron una etapa de cierta prosperidad con avances en la industrialización, urbanización y educación pero sin perder de vista el atraso respecto a los países occidentales más avanzados. Los fundamentos en los que se basó el sistema llevaban en sí mismo el germen de su propia crisis. La fragmentación de los dos grandes partidos y su debilitamiento, el creciente protagonismo del Rey, la aparición de nuevas fuerzas y la consolidación de otras, contribuyeron a dificultar el consenso político de los inicios, a aumentar las tensiones y con ello la inestabilidad. Entre el avance hacia la democratización o el retroceso a un régimen autoritario, el proceso se decantó otra vez por la intervención del ejército en la política y el golpe de Estado de la mano de Miguel Primo de Rivera. El contenido de la asignatura se ha organizado en cinco bloques, que se corresponden con las etapas significativas de la época, divididos en doce temas que guardan una lógica histórica intrínseca tanto cronológica como temática. 1

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HISTORIA CONTEMPORÁNEA DE ESPAÑA 1808-1923 GUÍA DE ESTUDIO

CONTENIDOS DE LA ASIGNATURA La etapa histórica a la que llamamos contemporánea se inició en España con la invasión napoleónica que supuso el inicio de la crisis política del Antiguo Régimen, aunque la Ilustración y la Revolución Francesa ya presagiaban el advenimiento de una nueva era en toda Europa. El proceso, sin embargo, no se desarrolló de manera lineal, sino que sufrió avances y retrocesos hasta la definitiva implantación del liberalismo en la década de 1830. En términos económicos y sociales los cambios fueron más lentos e imperceptibles y la huella del Antiguo Régimen más duradera. Esta pervivencia subyacente de antiguas estructuras chocará constantemente con la revolución política. El triunfo del liberalismo llegó por la fuerza de las armas (primera guerra carlista) en lucha fratricida, con ocasión del conflicto dinástico a la muerte de Fernando VII, pero, sobre todo, de un nuevo concepto de las relaciones políticas y sociales mantenidas hasta entonces. Este hecho y la intervención del ejército en la política, así como la división de los liberales en moderados y progresistas marcaron el segundo tercio del siglo XIX. Se sentaron, sin embargo, las bases del Estado liberal en el orden político y económico con reformas que encaminaron el país hacia la modernidad. El anquilosamiento del sistema y su agotamiento dio paso a la revolución de 1868 que, al margen de su extraordinaria inestabilidad, fructificó en ideas democráticas y reformas sociales. Su momentáneo fracaso no lo fue a largo plazo porque la tradición democrática y republicana pervivió a lo largo del siglo XX hasta su implantación en la II República y definitivamente en el último cuarto de siglo. El sistema político de la Restauración volvió los ojos hacia el liberalismo decimonónico con una nueva mirada que le dio una estabilidad y duración desconocidas hasta entonces en la España contemporánea. Basado en la alternancia en el poder de dos grandes partidos, una élite dirigente con intereses comunes, el pacto para decidir el partido gobernante y una estructura caciquil para conseguir los votos necesarios. Con estas premisas es fácil deducir el abismo que mediaba con lo regímenes genuinamente liberales y democráticos, pero excluía el recurso a las armas y establecía la alternancia en el poder. Todos estos factores propiciaron una etapa de cierta prosperidad con avances en la industrialización, urbanización y educación pero sin perder de vista el atraso respecto a los países occidentales más avanzados. Los fundamentos en los que se basó el sistema llevaban en sí mismo el germen de su propia crisis. La fragmentación de los dos grandes partidos y su debilitamiento, el creciente protagonismo del Rey, la aparición de nuevas fuerzas y la consolidación de otras, contribuyeron a dificultar el consenso político de los inicios, a aumentar las tensiones y con ello la inestabilidad. Entre el avance hacia la democratización o el retroceso a un régimen autoritario, el proceso se decantó otra vez por la intervención del ejército en la política y el golpe de Estado de la mano de Miguel Primo de Rivera. El contenido de la asignatura se ha organizado en cinco bloques, que se corresponden con las etapas significativas de la época, divididos en doce temas que guardan una lógica histórica intrínseca tanto cronológica como temática.

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La crisis del Antiguo Régimen Tema 1. La España de fines del siglo XVIII. Tema 2. Guerra y Revolución 1808-1814). Tema 3. El reinado de Fernando VII (1814-1833): Absolutismo versus liberalismo. El triunfo de la revolución liberal Tema 4. Las Regencias (1834-1843). La implantación del Régimen Liberal. Tema 5. El reinado de Isabel II (1843-1868). Moderantismo y progresismo. La primera experiencia democrática Tema 6. El sexenio revolucionario (1868-1874). La primera experiencia democrática. La restauración del régimen liberal y de la dinastía Tema 7. Alfonso XII y la Restauración. La instauración de un nuevo sistema político. Su funcionamiento (1874-1885). Tema 8. La Regencia. El pacto político. Bipartidismo y turno (1885-1895). Tema 9. Las fuerzas antisistema. Republicanos, anarquistas y socialistas. Los nacionalismos. Tema 10. La pérdida de las colonias. La crisis de fin de siglo (1895-1902). Decadencia y crisis del sistema Tema 11. Alfonso XIII y los problemas del nuevo reinado. Los intentos de regeneración del sistema. Los proyectos de Maura y Canalejas (1902-1913). Tema 12. Crisis e incapacidad del sistema (1913-1923). BIBLIOGRAFÍA BÁSICA Además de esta Guía Didáctica, que ofrece unas orientaciones, el alumno deberá recurrir a algún texto básico para el estudio de la asignatura. Se recomiendan preferentemente el manual de Historia de España Contemporánea -GUERRERO, A. C.; RUEDA, G.; PÉREZ GARZÓN, S.; ELIZALDE, M.D. y SUEIRO, S., Historia Contemporánea de España 1808-1923. Madrid, Akal, 2010. BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA -MARTÍNEZ DE VELASCO, A., SÁNCHEZ MANTERO, R. y MONTERO GARCIA, F.: Manual de Historia de España. Siglo XIX. Madrid, Historia 16, 1990. -TUSELL, J., Manual de Historia de España. Siglo XX. Madrid, Historia 16, 1990. -FUSI AIZPURÚA, J. P. y PALAFOX, J., España: 1808-1996. El desafío de la modernidad, Madrid, Espasa, 1997 -JULIÁ, S., GARCÍA DELGADO, J.L., JIMÉNEZ, J.C., FUSI, J.P., La España del siglo XX , Madrid, Marcial Pons, Ediciones de Historia, 2003. -FONTANA, Joseph. La época del liberalismo. Vol. 6 Historia de España. Barcelona, Crítica/Marcial Pons, 2007 -VILLARES, Ramón y MORENO LUZÓN, Javier. Restauración y Dictadura. Vol. 7 Historia de España, Barcelona, Crítica/Marcial Pons, 2009. -CARRERAS, Albert y TAFUNELL, Xavier. Historia económica de la España contemporánea (1789-2009). Barcelona, Crítica, 2010 -BALLBÉ, M., Orden público y militarismo en la España constitucional (1812-1983), Madrid, Alianza, 1983 -CALLAHAN, W. J., La iglesia Católica en España,(1875-2002), Barcelona, Crítica, 2002 Para los ejercicios prácticos: -MARTÍNEZ RUIZ, E.; MAQUEDA, C. y DE DIEGO, E., Atlas Histórico de España II. Madrid, Istmo, 1999

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-EGIDO LEÓN, A., (coord.); MONTERO, F.; ALTED, A. y SEPÚLVEDA, I., La historia contemporánea en la práctica. (Textos escritos y orales, mapas, imágenes y gráficos comentados), Madrid, CEURA, 1996. http://clio.rediris.es/n32/atlas/atlasubieto.htm# http://bachiller.sabuco.com/historia/atlas%20espana.htm PLAN DE TRABAJO Al tratarse de una asignatura de 5 créditos, se calcula para su preparación un tiempo total de 125 horas. De ellas, se recomienda dedicar un 20% (25 horas) a preparar la materia (asistencia a tutorías, biblioteca, preparación teórica, etc.), otro 20 % (25 horas) a actividades prácticas (comentarios de texto, mapas, lecturas, etc.) y el 60% restante (75 horas) al trabajo autónomo del estudiante (estudio de contenidos teóricos, PEDs, preparación de pruebas presenciales).Esta organización y el tiempo que se dedica a cada apartado es orientativo y aproximado, pues el tiempo que se necesita para su preparación depende de cada estudiante, de su método de trabajo y de su disponibilidad. Por todo lo anterior, el plan que proponemos para distribuir el curso en 14 semanas, que son las que corresponden aproximadamente a un semestre, es indicativa. En última instancia, será el alumno quien distribuya la materia según su tiempo y dedicación. SEMANA Estudio Unidades

Didácticas Actividades regulares

Otras actividades

PRIMERA Planificación general Consulta material plataforma aLF Internet

Consulta manual y localización bibliografía complementaria

SEGUNDA TERCERA

Temas 1-3 Asistencia tutoría Ejercicios prácticos

CUARTA QUINTA SEXTA

Temas 4-5 Asistencia tutoría Ejercicios prácticos

Ejercicios prácticos

SÉPTIMA OCTAVA

Tema 6 Asistencia tutoría

Realización de la 1ª PED Entrega hasta 19 nov.

NOVENA DÉCIMA UNDÉCIMA

Temas 7-10 Asistencia tutoría Ejercicios prácticos

Ejercicios prácticos

NAVIDAD DUODÉCIMA DECIMOTERCERA

Temas 11-12 Asistencia tutoría Realización de la 2ª PED Entrega hasta 10 enero

DECIMOCUARTA Repaso final Teoría Prácticas ORIENTACIONES PARA EL ESTUDIO DE CADA TEMA

Tema 1.

La España de fines del siglo XVIII. Antecedentes. Las repercusiones en España de la revolución francesa. El reinado de Carlos IV (El Escorial, Aranjuez y Bayona).

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1. Presentación y objetivos.

Este primer tema del programa tiene por objeto servir de enlace con los conocimientos que el alumno ya ha adquirido en la asignatura de Historia Moderna de España. No debe olvidar que la crisis del Antiguo Régimen se extiende a lo largo de un período variado de tiempo, dependiendo de la zona geográfica a la que se haga referencia y del tipo de estructuras o acontecimientos estudiados. En general nos referimos a una serie de transformaciones demográficas, sociales, económicas, culturales y políticas que se produjeron en las décadas puente entre el siglo XVIII y el XIX. En el caso español, los cambios anunciados con las reformas iniciadas bajo Carlos III y las profundas tensiones que caracterizaron el reinado de Carlos IV fueron el marco inicial de una crisis que se prolongó más que en otras zonas de Europa. Sin embargo, a pesar de sus limitaciones y contradicciones, los ilustrados proporcionaron los argumentos necesarios para ir más allá en la lucha contra el Antiguo Régimen. Con un enfoque básicamente político, el alumno debe profundizar en las repercusiones que en España tuvo el estallido y la evolución posterior de la Revolución francesa. Debe analizar las alternancias de personajes y políticas durante los primeros años del reinado de Carlos IV y el imparable ascenso de Godoy, en el difícil marco de tensiones internacionales en Europa y en las colonias y choques en el interior entre defensores de nuevas y viejas ideas en medio de una profunda crisis económica y social. La figura ascendente del Príncipe de Asturias y su camarilla, así como tres episodios fundamentales en los que éste estuvo implicado deben ser estudiados con especial atención, relacionando siempre la situación interior con la evolución de los acontecimientos en el exterior: el Proceso de El Escorial, el Motín de Aranjuez y los sucesos que llevaron a las abdicaciones de Bayona.

2. Esquema La España de fines del siglo XVIII.

Antecedentes 1. Rasgos fundamentales del Antiguo Régimen. 1.1. Una demografía de “tipo antiguo”. 1.2. Una sociedad estamental. 1.3. Una monarquía absoluta de derecho divino. 1.4. Una economía fundamentalmente agrícola. 2. España a fines del siglo XVIII. 2.1. Población. 2.2. Economía 2.3. Sociedad 2.4. El movimiento ilustrado 3. Los límites del reformismo ilustrado borbónico Las repercusiones en España de la revolución francesa 1. La coronación de Carlos IV y las primeras reacciones a los acontecimientos franceses 1.1. Floridablanca y la involución. 1.2. Aranda y la nueva política oficial. 1.3. El ascenso de Godoy: ¿Una “tercera vía”? 2. La tensa situación internacional. 3. El descontento en el interior. El reinado de Carlos IV (El Escorial, Aranjuez, Bayona) 1. El auge de Napoleón y la nueva postura internacional de España. 1.1. Las repercusiones de la derrota de Trafalgar. 1.2 Godoy y el Emperador

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2. El Príncipe de Asturias. 2.1 El “partido fernandino” 2.2 Los fernandinos y Napoleón 3. Las primeras conspiraciones y el Proceso de El Escorial 3.1. Repercusiones para la Corona 4. El motín de Aranjuez 4.1. El Tratado de Fontainebleau y sus consecuencias 4.2. El motín popular 4.3. La caída de Godoy. 5. Las abdicaciones de Bayona 5.1. Las tropas extranjeras en suelo peninsular. 5.2. Los enfrentamientos entre Carlos IV y Fernando VII. 5.3. El arbitraje napoleónico y las abdicaciones. 5.4. Un vacío de poder que alguien debe llenar. 3. Conceptos fundamentales. Antiguo Régimen. Demografía de tipo antiguo. Sociedad estamental. Monarquía absoluta. Ilustración. Monarquía ilustrada. Reformismo ilustrado borbónico. Motines de subsistencia. Desamortización. Propiedad vinculada. “Partido fernandino”. Junta Suprema de Gobierno. 4. Lecturas complementarias -FERNANDEZ DIAZ, R. La España moderna. Siglo XVIII. Madrid, Historia 16, 1993. (Es un magnífico manual para recordar lo que el alumno ya debe conocer sobre el siglo XVIII). -MOLAS RIBALTA, P. (ed). La España de Carlos IV. Madrid, Tabapress, 1991. -CREMADES GRIÑAN, C.M. y DIAZ BAUTISTA,A. (coord). Poder ilustrado y revolución. Murcia, Universidad de Murcia, 1991. -MORAL SANDOVAL, E. (Coord). España y la Revolución francesa. Madrid, F. Pablo Iglesias, 1989. -AYMES, J.R. (ed). España y la revolución francesa. Barcelona, Crítica, 1989. -LA PARRA LOPEZ, E. La alianza de Godoy con los revolucionarios: España y Francia a fines del siglo XVIII. Madrid, CSIC, 1992. 5. Texto para el trabajo práctico “Carta Segunda. Sevilla, 1798 A A.D.C., Esq

Muy estimado señor:(...)La división más amplia del pueblo español es la de nobles y plebeyos. Pero he de precaverle contra el concepto erróneo que un inglés puede sacar de estos términos. En España pertenece a la nobleza todo aquel cuya familia, bien por prescripción inmemorial o por patente real, tenga derecho a la exención de ciertas cargas y al disfrute de ciertos privilegios. Creo que esta distinción tiene su origen en el repartimiento que hicieron los reyes cristianos en las ciudades conquistadas a los musulmanes. en algunas

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cédulas de nobleza -no puedo decir si todas ellas son iguales- el rey, después de enumerar los privilegios y exenciones que concede a la familia en cuestión, añade la claúsula general de que serán considerados a todos los efectos como hidalgos de casa y solar conocido. En España hidalgo y noble son términos sinónimos. En nuestros días han sido suprimidos muchos de los antiguos privilegios de los hidalgos, pero no sin reconocerles el rango o distinción social de que gozaban antes de la modificación de la ley. de esta manera todavía el caballero español -otro nombre con que se designa esta nobleza secundaria en todas sus numerosas e imprecisas ramificaciones- está exento del sorteo para la milicia y sólo los hidalgos son admitidos como cadetes en el ejército.(...).

La nobleza se transmite ininterrumpidamente del padre a todos sus hijos varones. Pero aunque la mujer no puede transmitir este privilegio a sus descendientes, su calidad de hija de hidalgo es de absoluta necesidad para producir lo que en la lengua del país se lama un noble de cuatro costados, es decir, un hombre cuyos padres, abuelos y bisabuelos pertenecen a la clase privilegiada. Pero vivimos en unos tiempos tan corrompidos que puedo nombrar a más de un caballero de esta ciudad a quien le ha facilitado más de un costado la pericia de los secretarios encargados de buscar y reunir las pruebas y documentos requeridos en estos casos.

(...)El orgullo de clase ha llevado a nuestros aristócratas a casarse solamente con sus iguales, y como por otra parte las propiedades y títulos pueden ser heredados por las mujeres, se ha llegado a la acumulación de inmensas fincas en unas pocas manos. El principal interés de estas familias nobles es seguir aumentando constantemente sus enormes patrimonios. Para ello casan a sus hijos cuando aún son niños, previa la necesaria dispensa, con algún gran heredero o heredera, (...). Rodeados siempre de sus servidores y evitados de los que no son más que simples hidalgos, a los que lógicamente les molesta un trato social que los hace sentirse inferiores, pocos son los grandes de España que se pueden librar de las consecuencias naturales de su género de vida: una ignorancia supina, un orgullo intolerable y a veces, aunque no siempre, una increíble dosis de vulgaridad. Pero quisiera ser justo y no tachar a cada uno de los individuos de todos los vicios que dominan a su clase, aunque lo que acabo de decir no s más que la opinión general del país sobre este particular.

Los grandes se han degradado por su servil conducta en la Corte y se han hecho odiosos ante el pueblo por su insoportable altanería fuera de ella. Con su mala administración y sus extravagancias han arruinado sus casas y con el descuido y abandono de sus inmensas propiedades han empobrecido el país. Si hubiera una revolución en España estoy seguro de que el orgullo herido y el espíritu de partido les negaría en la Constitución la participación en el poder a que le dan derecho sus estados, sus antiguos privilegios y la influencia real que aún ejercen. Pero mientras sigan sin cumplir con su propio y principal deber de mantener el equilibrio del poder entre el trono y el pueblo, los grandes de España seguirán siendo una pesada carga para el país, y por otra parte, el temor de perder sus excesivos privilegios y su oposición a aceptar las reformas que deben recaer sobre todo en ellos y en el clero, los pondrán siempre del lado de la corona para restaurar los abusos y arbitrariedades de un gobierno despótico.

Quiera el cielo que se nos presente una oportunidad para reformar nuestra Constitución de acuerdo con el único sistema político sancionado por la experiencia de muchos siglos: me refiero al de ustedes los ingleses. Tenemos casi los mismos elementos sociales que existen en Inglaterra, y aunque nos encontramos envilecidos y degradados por la perniciosa influencia del despotismo, creo que si hacemos buen uso de nuestras fuerzas políticas seríamos capaces de colocar los cimientos de una constitución libre y permanente, susceptible de mejoras. Pero

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me temo que hayamos arrastrado las cadenas demasiado tiempo como para hacer buen uso de nuestros primeros momentos de libertad. La falta de poder del partido popular tal vez tolerará que siga existiendo la corona, lo mismo que la aristocracia y los obispos, pero los desprecios y recelos harán a éstos más peligrosos que los inútiles. (...)

José Blanco White. Cartas de España. (1ª ed. en inglés de 1822) La población de España según la Instrucción para la elección de Diputados a Cortes de 1810

Andalucía .............1.897.980 Cataluña ..................858.818 Extremadura ............418.493 Castilla la Nueva ..1.224.921 Aragón ....................657.376 Valencia ..................825.059 Galicia .................1.142.630 Asturias ...................364.238 Navarra ...................221.728 País Vasco ..............283.450 Castilla la Vieja ......956.991 León ........................826.655 Murcia…………….383.226 Baleares…………..158.989 Canarias…………..173.865

La estructura social según el censo de 1797

Individuos

Clero ..............................................203.298 Nobleza ..........................................440.000 Empleados civiles y militares ........343.047 Administración, ejército y marina..590.000 Abogados, notarios, estudiantes….199.566 Domésticos ....................................840.276 Comerciantes .................................103.017 Fabricantes .....................................119.250 Artesanos .......................................812.967 Labradores ...................................2.721.291 Jornaleros ....................................2.893.713

Tema 2.

Guerra y Revolución (1808-1814). La ocupación francesa y el dos de mayo de 1808. La guerra de la Independencia (1808-1814). El reinado de José I (1808-1813). Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812.

1. Presentación y objetivos.

Tradicionalmente se ha venido considerando 1808 como la fecha de inicio de la edad contemporánea en España y aunque hay muchos mitos ligados a la Guerra de Independencia que comenzó en dicho año, no cabe duda de que fue un acontecimiento de enorme importancia en el proceso de cambio que como señalábamos en el capítulo anterior se inició en la Península ya en las últimas décadas del siglo XVIII. Analizar las polémicas sobre su carácter, su utilización como “mito historiográfico”, los principales elementos y períodos de dicha contienda, sin olvidar su inserción en el marco más amplio de las guerras napoleónicas en Europa, constituirá el primer objetivo de este tema.

Con la guerra como telón de fondo se desarrollaron en suelo peninsular dos experiencias contrarias al Antiguo Régimen. Con planteamientos diferentes y desigual trascendencia, las dos forman parte de ese proceso de crisis que abrió el camino al nuevo régimen. Por un lado, Napoleón utilizará la Constitución de Bayona y a su hermano José como instrumentos de su reforma regeneradora, recibida con esperanza por algunos sectores de las élites ilustradas, los “afrancesados”. Por otro, los “patriotas”, reunidos en Cádiz, redactaron la Constitución de Cádiz, elemento central en lo que algunos autores han denominado “revolución española”.

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El alumno debe analizar el reinado de José I y su labor reformista, en el marco de la contienda y sus choques con los intereses militares de su hermano. Una atención especial debe dispensarse a las Cortes de Cádiz y su obra magna, la Constitución del 12. Este texto constitucional será referencia permanente a lo largo de la historia contemporánea española y por ello es necesario un conocimiento profundo de sus principales hitos.

2. Esquema.

Guerra y Revolución (1808-1814). La ocupación francesa y el dos de mayo de 1808.1. La incapacidad de la Junta Suprema de Gobierno 2. La actuación del general Murat 3. El alzamiento del pueblo de Madrid: el dos de mayo de 1808. 4. La generalización de la revuelta La guerra de la Independencia (1808-1814). 1. Carácter del levantamiento. Diferentes posturas historiográficas. 2. El papel de las Juntas. 3. El papel de Gran Bretaña. De enemiga tradicional a aliada. 4. Las fases del conflicto. 4.1. Alternancias en los avances. 4.2. El papel de la guerrilla. 4.3. La importancia del marco internacional: los acontecimientos en el este de Europa. 4.4. Los últimos enfrentamientos y el Tratado de Valençay (1813). El reinado de José I (1808-1813) 1. Napoleón “el regenerador” de una España en decadencia. 2. La Constitución de Bayona (1808). 3. José I Rey de España. 3.1. El precedente napolitano. 3.2. El rey intruso. 3.3. El cisma ilustrado: “Afrancesados” y “patriotas”. 3.4. La labor legislativa josefina. Un programa de mínimos para el futuro. 3.5. Un reinado marcado por una guerra. Las Cortes de Cádiz. La Constitución de 1812. 1. Las divisiones en el bando “Patriota” 1.1. Los “Viejos ilustrados” 1.2 Los “jóvenes liberales”. 2. Las discusiones iniciales. Formas de convocatoria y asuntos a tratar. 3. La composición de las Cortes: los diputados. 4. La labor de las Cortes. 4.1. Reformas políticas. 4.2. Reformas sociales. 4.3. Reformas económicas. 5. Balance de las Cortes de Cádiz. 3. Conceptos fundamentales. Juntas. Afrancesados. “Juramentados”. “Patriotas”. “Serviles”.

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“Liberal”. Soberanía nacional. Abolición de los señoríos jurisdiccionales. Sufragio indirecto. Separación de poderes. 4. Lecturas complementarias. -AYMES, J.R. La Guerra de la Independencia en España (1808-1814). Madrid, 1988. -BARBASTRO, L. Los afrancesados. Primera emigración política del siglo XIX español (1813-1820). Madrid, 1993. -MORENO ALONSO, Manuel. José Bonaparte: un rey republicano en el trono de España. Madrid, La Esfera de los Libros, 2008. -ARTOLA, m. (ed). “Las Cortes de Cádiz”, Ayer, Nº 1. 1991. -PÉREZ GARZÓN, J. S. Las Cortes de Cádiz, el nacimiento de la nación liberal (1808-1814). Madrid, Síntesis, 2007 5. Texto para el trabajo práctico.

“En el nombre de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, autor y supremo legislador de la sociedad.

Las Cortes generales y extraordinarias de la Nación española, bien convencidas, después del más detenido examen y madura deliberación, de que las antiguas leyes fundamentales de esta Monarquía, acompañadas de las oportunas providencias y precauciones, que aseguren de un modo estable y permanente su entero cumplimiento, podrán llenar debidamente el grande objeto de promover la gloria, la prosperidad, y el bien de toda la Nación, decretan la siguiente Constitución política para el buen gobierno y recta administración del Estado.

TÍTULO I De la Nación española y de los españoles.

Capítulo 1º De la Nación Española

Art. 1º. La Nación española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios. Art. 2º. La Nación española es libre e independiente, y no es, ni puede ser patrimonio de ninguna familia, ni persona. Art. 3º. La soberanía reside esencialmente en la Nación, y por lo mismo pertenece a ésta exclusivamente el derecho de establecer sus leyes fundamentales. Art. 4º. La Nación está obligada a conservar y proteger por leyes sabias y justas la libertad civil, la propiedad y los demás derechos legítimos de todos los individuos que la componen

Capítulo 2º De los españoles.

Art. 5º. Son españoles: 1º Todos los hombres libres nacidos y avecindados en los dominios de las Españas y los hijos de éstos. 2º Los extranjeros que hayan obtenido de las Cortes carta de naturaleza. 3º. Los que sin ella lleven diez años de vecindad ganada, según la ley, en cualquier pueblo de la Monarquía. 4º. Los libertos desde que adquieran la libertad en las Españas. Art. 6º. El amor a la patria es una de las principales obligaciones de todos los españoles, y asimismo el ser justos y benéficos. Art. 7º. Todo español está obligado a ser fiel a la Constitución, obedecer las leyes y respetar las Autoridades establecidas. Art. 8º. También está obligado todo español sin distinción alguna a contribuir en proporción de

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sus haberes para los gastos del Estado. Art. 9º. Está asimismo obligado todo Español a defender la patria con las armas, cuando sea llamado por la ley.

TÍTULO II Del territorio de las Españas, su religión y Gobierno y de los Ciudadanos Españoles

Capítulo 2º De la Religión

Art. 12. La religión de la Nación española es y será perpetuamente la Católica, apostólica, romana, única verdadera. La nación la protege por leyes sabias y justas, y prohíbe el ejercicio de cualquier otra.

Capítulo 3º Del Gobierno

Art. 13. El objeto del Gobierno es la felicidad de la Nación, puesto que el fin de toda sociedad política no es otro que el bien estar de los Individuos que la componen. Art. 14. El Gobierno de la Nación española es una Monarquía moderada hereditaria. Art. 15. La potestad de hacer las leyes reside en las Cortes con el Rey. Art. 16. La potestad de hacer ejecutar las leyes reside en el Rey. Art. 17. La potestad de aplicar las leyes en las causas civiles y criminales reside en los Tribunales establecidos por la ley (...)

TÍTULO III De las Cortes

Capítulo 1º Del modo de formarse las Cortes

Art. 27. Las Cortes son la reunión de todos los Diputados que representan la Nación, nombrados por los ciudadanos en la forma que se dirá. Art. 28. La base para la representación nacional es la misma en ambos Hemisferios. (...)

Capítulo2º Del nombramiento de los Diputados de Cortes

Art. 34. Para la elección de los Diputados de Cortes se celebrarán Juntas electorales de parroquia, de partido y de provincia.

Capítulo3º De las Juntas electorales de Parroquia

Art. 35. Las Juntas electorales de parroquia se compondrán de todos los ciudadanos avecindados y residentes en el territorio de la parroquia respectiva, entre los que se compren- den los eclesiásticos seculares (...) Art. 41. La Junta parroquial elegirá a pluralidad de votos once compromisarios, para que éstos nombren el elector parroquial (...) Art. 45. Para ser nombrado elector parroquial se requiere ser ciudadano, mayor de veinticinco años, vecino y residente en la parroquia (...)

Capítulo 4º De las Juntas electorales de Partido

Art. 59. Las Juntas electorales de partido se compondrán de los electores parroquiales que se congregarán en la cabeza de cada partido, a fin de nombrar el elector o electores que han de concurrir a la capital de la provincia para elegir los Diputados de Cortes (...) Art. 63. El número de electores de partido será triple al de los Diputados que se han de elegir (...) Art. 75. Para ser elector de partido se requiere ser ciudadano que se halle en el ejercicio de

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sus derechos, mayor de 25 años, y vecino y residente en el partido, ya sea del estado seglar o del eclesiástico secular, pudiendo recaer la elección en los Ciudadanos que componen la Junta, o en los de fuera de ella.

Capítulo 5º De las Juntas electorales de Provincia

Art. 78. Las Juntas electorales de Provincia se compondrán de los electores de todos los Partidos de ella, que se congregarán en la Capital, a fin de nombrar los Diputados que le correspondan para asistir a las Cortes como representantes de la Nación (...) Art. 91. Para ser Diputado de Cortes se requiere ser ciudadano que esté en el ejercicio de sus derechos, mayor de 25 años y que haya nacido en la provincia o esté avecindado en ella con residencia a lo menos de siete años (...) Art. 92. Se requiere además para ser elegido Diputado de Cortes tener una renta anual proporcionada, procedente de bienes propios (...) Constitución de 1812.

LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA

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Tema 3.

El reinado de Fernando VII (1814-1833): Absolutismo versus liberalismo. La Restauración del absolutismo (1814-1820). El Trienio Constitucional (1820-1823). La década final del absolutismo (1823-1833). Las colonias en América.

1. Presentación y objetivos.

El regreso de Fernando VII supuso la ruptura con el proceso iniciado en Cádiz y la vuelta al modelo político del Antiguo Régimen. Sin embargo, como ya habían visto los reformistas ilustrados, la supervivencia de aquel sistema era inviable si no se acometían importantes reformas. Tras la guerra en la península y con un conflicto abierto en las colonias la situación era aun peor que al iniciarse el reinado de Carlos IV y los absolutistas se mostraron incapaces de solucionar la suma de problemas viejos y nuevos que se les plantearon, prolongando la agonía del Antiguo Régimen en el marco peninsular. A lo largo de este tema el alumno deberá analizar los distintos planteamientos doctrinales en escena: el absolutismo representado por los denominados “serviles” y el liberalismo basado en la Constitución de 1812, así como las divisiones que se fueron produciendo en estos dos grupos a lo largo del período. Tomando como marco cronológico los tres períodos en que tradicionalmente se viene dividiendo el reinado de Fernando, estudiará los principales elementos que caracterizan el enfrentamiento entre absolutistas y liberales, propio de esta etapa. En primer lugar, los fallidos intentos de los absolutistas durante el primer sexenio por poner a punto la dañada economía y las finanzas, mientras tenían que enfrentarse a la oposición liberal que se manifestaba a través de los “pronunciamientos”. Es importante que comprenda bien el funcionamiento de este mecanismo que recurre al ejército para conseguir cambios políticos, pues estará presente durante mucho tiempo en la vida española. Debe desmenuzar la agitada

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experiencia liberal en el poder, haciendo especial hincapié en las diferencias entre los distintos grupos del liberalismo y sus problemas para estabilizar el régimen. Como en los temas anteriores, el alumno no debe olvidar en ningún momento las referencias al marco internacional: la crisis del sistema napoleónico y el diseño y puesta en marcha de un nuevo sistema de equilibrio de poderes en Europa para evitar el estallido de nuevas crisis, y que tan importante fue en el devenir del Trienio constitucional. De los últimos años del reinado de Fernando debe prestar especial atención a la fractura que se producirá en el grupo absolutista, entre los reformistas y los “ultras”, así como a la cuestión sucesoria con que se cerrará el reinado.

Aunque excede en parte el marco cronológico del reinado hemos incluido en este tema la crisis en las colonias americanas. El alumno analizará los principales episodios del conflicto, así como las repercusiones que tuvo en la Península.

2. Esquema.

El reinado de Fernando VII (1814-1833): Absolutismo versus liberalismo. La Restauración del absolutismo (1814-1820) 1. El regreso de Fernando VII. 1.1. “Serviles” y “liberales”. 1.2. El Manifiesto de los Persas. 2. El primer golpe a los liberales. 3. Primeras acciones de gobierno. 3.1. El Decreto del 4 de mayo. 3.2. Otros Decretos. 4. La situación internacional: el Congreso de Viena. 5. La política interior: la crisis económica y financiera y las fallidas reformas. 6. La oposición liberal: los pronunciamientos. 6.1. El ejército 6.2. La masonería. El Trienio Constitucional (1820-1823) 1. El pronunciamiento de Riego. 1.1. La proclama del 1 de enero 1.2. La extensión del movimiento 1.3. Fernando jura la Constitución del 12. 2. La Junta Provisional y el nuevo gobierno. 2.1. Composición y primeras propuestas: la libertad de imprenta. 2.2. Las Sociedades Patrióticas. 2.3. El “ejército de la isla”. 3. Los gobiernos moderados. 3.1. Las tensiones entre el Rey y los liberales. 3.2. Las tensiones entre los liberales: moderados doceañistas y exaltados veinteañistas 3.3. Las reformas moderadas: ejército y educación. 3.4. Las conspiraciones realistas. 4. Los exaltados en el poder 4.1. La Regencia de Urgel 4.2. Las reformas exaltadas 5. La situación internacional y la caída del régimen constitucional 5.1. El Congreso de Verona 5.2. La posición británica. 5.3. Los “Cien Mil Hijos de San Luis”

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La década final del Absolutismo (1823-1833) 1. La vuelta a la monarquía absoluta. 1.1. El ejército de ocupación 1.2. La represión política. 1.3. La creación del Consejo de Ministros 2. El reformismo absolutista 2.1. La escisión realista 2.2. La reforma de la Hacienda: López Ballesteros 3. La cuestión portuguesa 4. La revuelta ultra 5. La Francia de 1830 y los liberales españoles 6. Los últimos pronunciamientos: Torrijos 7. La cuestión sucesoria. 7.1. La Pragmática Sanción 7.2. Los sucesos de La Granja 7.3. El Gobierno de Zea Bermúdez. Las colonias en América. 1. Antecedentes. 2. Las colonias ante la crisis del Antiguo Régimen. 3. Los “patriotas americanos” ante el regreso de Fernando VII. 4. La crisis colonial durante el Trienio. 5. Las potencias y las colonias españolas. 6. La pérdida del Imperio. 3. Conceptos fundamentales. “Serviles”. Pronunciamiento. Doceañistas. Veinteañistas. Sociedades Patrióticas. Milicia Nacional. Restauración. La Europa de los Congresos. “Ultras”. “apostólicos”. “carlistas”. “cristinos”. Pragmática Sanción. Monarquía de julio (Francia). 4. Lecturas complementarias. -ARTOLA, M. La España de Fernando VII. Madrid, Espasa Calpe, 1999. -CASTELLS, I. La utopía insurreccional del liberalismo. Torrijos y las conspiraciones liberales de la década ominosa. Barcelona, Crítica, 1989. -FONTANA, J. La quiebra de la monarquía absoluta, 1814-1820. Barcelona, Ariel, 1971. -GIL NOVALES, A. El Trienio liberal. Madrid, Siglo XXI, 1980. LA PARRA LÓPEZ, Emilio. Los Cien Mil Hijos de San Luis: el ocaso del primer impulso liberal en España. Madrid, Síntesis, 2007 FONTANA, Josep. De en medio del tiempo. La segunda restauración española, 1823-1834. Barcelona, Crítica, 2006

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-HALPERIN DONGHI, T. Reforma y disolución de los imperios ibéricos, 1750-1850. Madrid, 1985 (Historia de América Latina, vol. 3.

EVOLUCIÓN DEL LIBERALISMO

5. Texto para el trabajo práctico.

“Señor,

D. Rafael de Riego, Comandante Jefe de la Primera División del Ejército Nacional, que en primero de año se pronunció por causa de la Patria, se apresura a poner al pie del trono de V.M., los sentimientos de amor y de respeto que siempre abrigó su corazón, y jamás ha desmentido su conducta. Ni la ambición, ni el deseo de celebridad, ni pasión alguna de las que influyen tan frecuentemente en las acciones de los hombres, fueron los móviles que le hicieron publicar el primero en dicho día la Constitución sancionada por la Nación, y que es seguro garante de su prosperidad y grandeza. El amor más puro hacia su Patria, y los deseos más ardientes de su felicidad, fueron el solo norte de su conducta entonces, y de todos los pasos que la sucedieron. El Cielo es testigo de su sinceridad: los hombres imparciales que no ven los objetos al través de sus caprichos, podrán dar un alto testimonio de esta verdad que importa tanto a su opinión, y que sólo los malvados enemigos jurados del bien público, intentaron obscurecer a los ojos de V.M., de toda la Nación y de la Europa.

Jefe de la columna móvil de patriotas que en 27 de Enero salieron de la Ciudad de San Fernando, con objeto de esparcir el fuego que los animaba, jamás perdió de vista una misión tan importante, ni con sus acciones, se hizo indigno de desempeñarla. Las violencias, las rapiñas, los desórdenes que acompañan siempre toda alteración de vínculos sociales, no empañaron nunca el lustre de las armas de la Patria. Los trabajos, las privaciones y los más duros sacrificios, no hicieron desmayar un punto proyectos tan ardientemente concebidos, y tan audazmente ejecutados. Los pueblos por donde transitaron fueron testigos de su subordinación, su obediencia y disciplina. El Ciudadano, no fue inquietado en su opinión y propiedades: el Magistrado continuó ejerciendo sus funciones: los Ministros del Altar, vieron respetado su carácter venerable, y los duros trabajos de la guerra no alteraron los de la

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agricultura y de la industria. Las ventajas conseguidas sobre los que se decían apoyos de V.M., no indujeron al menor abuso, y las leyes de la humanidad fueron inviolablemente respetadas; cuando vencieron, no insultaron al vencido: cuando cedieron al número tan superior de sus contrarios, fue sin sentir abatimiento, y aun sin sufrir la menor mancha en su honor tan altamente acrisolado.

Disminuidos en extremo por un conjunto de circunstancias infelices conjuradas todas contra ellos, se sentían fuertes todavía con el testimonio de su propio corazón y de la opinión que merecían de los buenos. El Cielo no quiso dejar sin recompensa sus fatigas. Siempre interesado en el bienestar de los hombres y de las Naciones, quiso hacer la España el teatro de las escenas más propias de tan digno objeto. El fuego de la Patria cundió de repente en toda la Península. Vuestra Majestad rasgó el velo que tejían los malvados, y cedió a los impulsos de su corazón tan digno de un Padre de los pueblos. El código sagrado, objeto del amor de los buenos Españoles, recibió de la boca de V.M. aquella sanción tan suspirada a que se habían opuesto los que no tienen más Patria que su interés, ni más Dios que las necias sugestiones de su orgullo. La Nación, que había levantado este monumento de sabiduría, escuchó los juramentos de V.M., llena de alborozo, y funda en su sinceridad la esperanza de la futura dicha y gloria, a que la llaman sus destinos.

No, jamás la España ha ofrecido un espectáculo tan grande: nunca el trono de San Fernando se vio resplandeciente de más gloria. Un Rey unido a la Nación, un Rey jurando la Constitución que le quita el triste poder de hacerla desgraciada. ¡Qué objeto tan grandioso a los ojos de la razón, de la humanidad, de la justicia! ¿Quién le mira sin sentirse entusiasmado de ser hombre, y de pertenecer a la Nación que es su teatro? ¿Quién no se conmueve, Señor, al ver la brillante perspectiva que ofrece una resolución tan noble y generosa? El restablecimiento de las leyes y de las costumbres, el renacimiento de la industria, la agricultura protegida, el comercio saliendo de entre ruinas, las ciencias y artes liberales vueltas a su lustre, las bendiciones de los pueblos, y el nombre de Fernando VII, pasando a la posteridad con tanta gloria, ¿no son objetos que enternecen el corazón de V.M., y le hacen aplaudirse a cada instante de haber sacudido el yugo ignominioso que le habían impuesto la lisonja, la adulación y la perfidia.

Reciba V.M. por tan feliz mudanza los sentimientos de gozo inexplicable, que rebosan en mi corazón y en el de los valientes de la columna de mi mando. Reciba V.M. sus juramentos de ser enteramente adictos a la Patria, y al Rey que se llama el Padre de esta Patria. Reciba sus ardientes votos por su felicidad y su grandeza. Todas las fatigas serán nada, cuando se trata de sufrirlas en su obsequio: toda la sangre de sus venas será derramada con placer por ella, y por el Trono Constitucional, que la cubre con sus alas tutelares. El mundo, los vio marchar siempre por la senda de la justicia y del honor: el mundo, no verá desmentidos estos sentimientos, ni los del amor y respeto más profundo con que su Jefe ruega al Cielo guarde la vida de S.M. dilatados años, para el bien y prosperidades de la Monarquía Constitucional. Sevilla 21 de marzo de 1820. Señor Rafael del Riego

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LOS CIEN MIL HIJOS DE SAN LUIS

INDEPENDENCIA DE LAS COLONIAS AMERICANAS

Tema 4.

Las Regencias (1834-1843). La implantación del Régimen Liberal. Las guerras carlistas. La organización del régimen liberal. La Regencia de María Cristina (1833-1840). La Regencia de Espartero (1840- 1843).

1. Presentación y objetivos.

Tras la muerte de Fernando VII, y con una guerra civil como telón de fondo, se inicia el reinado de su hija Isabel II con un período de Regencias, consecuencia de su minoría de edad. Se trata de un período fundamental para entender el establecimiento del régimen liberal en

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España tras las vacilaciones que experimentó desde la promulgación de la Constitución de Cádiz. En esta primera parte del largo proceso, el alumno debe analizar la primera guerra carlista, haciendo especial hincapié en la ideología subyacente en los seguidores de don Carlos, pues este último intento del absolutismo, contribuyó a la unión de los muy diversos componentes del mundo liberal en defensa del nuevo régimen. Fue éste un pacto débil en ocasiones, lo que explica los numerosos enfrentamientos que estallaron durante las Regencias. Una atención especial debe dedicarse a la organización del régimen liberal en estos años: conocer a las principales fuerzas que protagonizaban la vida política -Corona, Ejército y partidos- y estudiar los mecanismos de relación entre ellas; profundizar en las diferencias que se van manifestando entre los diversos grupos políticos, de los que surgirán en estos años el moderno sistema de partidos, sin olvidar sus relaciones con las principales corrientes ideológicas que triunfan en la Europa de la época; analizar el Estatuto Real y la Constitución de 1837, teniendo siempre en cuenta el papel que como referencia permanente tuvo la Constitución de 1812. Al desmenuzar los acontecimientos políticos durante las Regencias de María Cristina y del general Espartero el alumno podrá observar la complejidad del proceso y los problemas derivados del choque entre los defensores de una transición al liberalismo controlada y restringida y los partidarios de la ruptura total y definitiva con el Antiguo Régimen, promotores de una liberalismo radical, enfrentamiento que finalizó con la proclamación anticipada de la mayoría de edad de Isabel y el triunfo de los moderados.

2. Esquema. Las Regencias (1834-1843). La implantación del Régimen Liberal. Las guerras carlistas 1. El carlismo. 1.1. Orígenes. 1.2. Componentes e ideología. 1.3. Las etapas de la primera guerra carlista La organización del régimen liberal. 1. La política nacional 1.1. La Corona. 1.2. El ejecutivo. 1.3. El legislativo. El sistema electoral. 2. El sistema judicial. 3. El poder local. 4. Los partidos políticos 4.1. Liberales frente a carlistas 4.2. Los moderados. Ideología. Principales corrientes. 4.3. Los Progresistas: Liberales, exaltados o progresistas. 4.4. Otros grupos: demócratas, neo-católicos,... La Regencia de María Cristina (1833-1840). 1. La Reina Gobernadora. 2. El gabinete Cea Bermúdez. 3. Martínez de la Rosa, el liberalismo doctrinario y el Estatuto Real. 4. La radicalización del régimen: 4.1. Toreno. 4.2. Mendizábal: la Desamortización. 4.3. El Motín de los Sargentos de La Granja y la Constitución de 1837. 4.4. El Trienio moderado 1837-1840. 4.5. Espartero y el fin de la guerra. La Regencia de Espartero (1840- 1843). 1. La revolución de 1840 y el exilio de María Cristina.

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2. Un general al frente de la vida política: el primero de los “espadones”. 3. La política económica: la orientación librecambista. 4. La crisis política: los levantamientos contra Espartero y el papel de la Milicia Nacional 5. El pronunciamiento de 1843 y el exilio de Espartero 6. La mayoría de edad de Isabel II

3. Conceptos fundamentales. Partido Apostólico. Foralismo. Desamortización. Liberalismo doctrinario. Soberanía compartida. Censo electoral (o sufragio) restringido. Moderados. Puritanos. Unión Liberal. Centrales. Unión Nacional. “Ultra-moderados”. Progresistas. Demócratas. “Neo-católicos”. “Ayacuchos”. Librecambismo. “Foralistas”

4. Lecturas complementarias. -BULLON DE MENDOZA, A. La primera Guerra Carlista. Madrid, Actas, 1992. -BURDIEL BUENO, Isabel. La política de los notables. Moderados y avanzados durante el Régimen del Estatuto Real (1834-36). Valencia, Ed. Alfons el Magnànim, 1987. -CANAL, J. El carlismo. Madrid, Alianza Ed., 2000 -JANKE, P. Mendizábal y la instauración de la monarquía constitucional en España (1790-1853). Madrid, Siglo XXI, 1974. -MARICHAL, C. La revolución liberal y los primeros partidos políticos en España, 1834-1844. Madrid, Ed. Cátedra, 1980. -TOMAS VILLARROYA, J. El Estatuto Real de 1834 y la Constitución de 1837. Madrid, Fundación Santa María, 1985. 5. Texto para el trabajo práctico. “Ilustres Próceres y Señores Procuradores del Reino:

Al verme en este día en medio de vosotros, próxima a prestar el juramento prevenido por las leyes fundamentales de la Monarquía, como Reina Gobernadora, la primera necesidad de mi corazón es manifestaros los sentimientos que le animan, y las gracias que doy a la Divina Providencia por haber accedido a mis votos.

Unir estrechamente el Trono de mi excelsa Hija con los derechos de la Nación, dando a unos y otros por común cimiento las antiguas instituciones de estos Reinos, que elevaron a tan alto

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punto su prosperidad y su gloria, tal es el noble objeto que me he propuesto, y del que no cabe un testimonio más público y solemne que el veros congregados en este recinto.

A pesar de la satisfacción que de ello me resulta, me es al mismo tiempo doloroso que este acto augusto se verifique en medio de la calamidad que aflige a varias provincias de la Monarquía, y que ha extendido sus estragos hasta esta Capital; y aun más sensible me es, sí cabe, que prevaliéndose del terror que infundió la aparición repentina de esta plaga, que ha causado también en otros países lamentables desórdenes, se hayan cometido por hombres malévolos delitos tan ajenos del carácter noble y bizarro del pueblo español, que no pueden recordarse sin indignación profunda. Las leyes castigarán tamaños atentados; pero si creyese que es necesaria vuestra cooperación para impedir que se repitan bajo ningún pretexto, la reclamaré confiadamente, como que se trata de defender la base misma de la sociedad, el mantenimiento del orden público y la protección de la vida y propiedad de los particulares.

También me causa sentimiento que el primer asunto grave que haya de presentarse a vuestra deliberación sea la conducta observada por un mal aconsejado Príncipe, que aun en vida de su Rey, de su hermano, empezó a dar muestras de sus ambiciosos designios, y que después de la muerte de mi augusto esposo (Q.E.E.G) ha intentado por medio de la guerra civil arrebatar el cetro a su legítima heredera.

La costumbre inmemorial y las antiguas leyes fundamentales de la Monarquía, la práctica observada en casos semejantes, la imparcialidad, la justicia, todo me imponía el deber de someter a vuestra deliberación un asunto de tanta trascendencia; mas aun cuando hubiera podido prescindir de tan sagrada obligación, como guardadora de los derechos de mi excelsa Hija, ni podía ni debía olvidar que la tranquilidad presente y la suerte futura de estos Reinos penden quizá de vuestra decisión; ella será digna de vosotros, y la Nación la aguarda tranquila.

No contento aquel Príncipe con promover la rebelión dentro del propio Reino, atizaba el fuego de la guerra civil desde un Estado vecino, y aun amagaba entrar a mano armada por aquella frontera: en estas circunstancias, el deber de la propia defensa dictó las medidas enérgicas que reclamaban a la par la justicia, la política y el decoro de la Nación; las tropas españolas penetraron en Portugal, no para vulnerar la independencia ajena, sino para defender derechos propios, y en el término de breves días se puso fin a la contienda, y los dos Príncipes que perturbaban con su presencia la tranquilidad de la Península se vieron arrojados de su territorio; desengaño y escarmiento reciente que anuncia el éxito que tendría cualquier loca tentativa.(...)

El cuadro que presenta la situación interior del Reino está lejos de ser tan halagüeño como vuestro patriotismo deseara; mas, a pesar de los obstáculos que ha opuesto el estado de sublevación de unas provincias, el desasosiego de otras, la escasez del Erario, la plaga que está asolando a gran parte del reino, se ha conseguido minorar los males irremediables en situación tan crítica, plantear al mismo tiempo saludables reformas, realizar en breve plazo la reunión de las Cortes, vencer por todas partes a las bandas de los rebeldes, aumentar las fuerzas del Ejército, acrecentar en un Reino vecino el crédito de nuestras armas; y para cubrir tantas atenciones, a cual más importante y urgente, la decisión y entusiasmo de la Nación han excusado tener que exigir a los pueblos graves sacrificios.

La fidelidad del Ejército, su constancia y denuedo, que tan acreedor le hacen a mi especial benevolencia, reclaman de vosotros que me ayudéis con vuestras luces para perfeccionar este ramo importante del Estado; conciliando el bienestar de los valientes defensores del Trono y de la Patria con lo que exigen el estado actual de la Nación y las demás atenciones del Erario.

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A este fin se os pondrán de manifiesto, así las varias obligaciones que tiene que cubrir el Gobierno, como los recursos con que cuenta y los medios extraordinarios de crédito a que habrá de acudir por esta vez, ya en razón de pérdidas y desfalcos anteriores, ya a causa de las circunstancias del día, y ya, en fin, para no aumentar el gravamen de los pueblos. Mas como de suyo es dañoso, y llegaría a ser imposible, el apelar con frecuencia a recursos extraordinarios, el mejor orden en la Administración, una prudente y severa economía, la publicidad, la intervención de las Cortes en el presupuesto de gastos y en la imposición de contribuciones, conducirán en breve al término deseado de equilibrar los recursos ordinarios de la Nación con sus necesidades, cuya esperanza es tanto más fecunda cuanto estribará además en un arreglo de toda la Deuda extranjera, compatible con nuestros medios actuales, y apoyado en la franqueza y buena fe, que es la norma de mi Gobierno, como asimismo en la mejora de nuestra Deuda interior y en su extinción progresiva, facilitada por los recursos que se le podrán ir aplicando con prudente detenimiento y después de profundo examen.

Mis Secretarios del Despacho os darán también conocimiento de las reformas practicadas en varios ramos de la Administración: la división del territorio, la separación y deslinde entre la parte administrativa y la judicial, la supresión de antiguos Consejos y las nuevas Audiencias creadas en beneficio de algunas provincias, las muchas trabas que se han quitado al desarrollo de la riqueza pública, el alivio concedido a los pueblos de varias exacciones onerosas, y otras mejoras que se están preparando, os mostrarán mi solícito anhelo, y ofrecen ya a la Nación las más lisonjeras esperanzas. No se ocultará, sin embargo, a vuestra ilustración y prudencia que no es cosa hacedera remediar en pocos meses los males amontonados por espacio de siglos, y que más de una vez el mismo afán de querer suplir el hombre lo que ha de ser obra del tiempo, ha solido malograr el buen éxito y aventurar el destino de las naciones.

El Estatuto Real ha echado ya el cimiento; a vosotros os corresponde, ilustres Próceres y señores Procuradores del Reino, concurrir a que se levante la obra con aquella regularidad y concierto que son prendas de estabilidad y firmeza. Por lo que a Mí toca, siempre me hallaré dispuesta a cuanto pueda redundar en bien y provecho de España; aun en los pocos días que ejercí interinamente la potestad suprema, por voluntad de mi augusto esposo, manifesté cuáles eran mi intención y deseos: borrar con el olvido los vestigios de males pasados, plantear en la actualidad las reformas posibles, y preparar con la ilustración otras mejoras para el porvenir. Cualesquiera que sean los obstáculos que encuentre en tan difícil senda, espero superarlos con el favor del Cielo, ayuda de vuestros esfuerzos, y contando con el apoyo de la Nación; para mirar como propias su felicidad y su gloria, me basta recordar que soy madre de Isabel II y nieta de Carlos III.

Discurso pronunciado por la S.M. la Reina Gobernadora en la Sesión regia de apertura de las Cortes Generales del Reino, celebrada el jueves 24 de Julio de 1834.

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PRIMERA GUERRA CARLISTA

Tema 5.

El reinado de Isabel II (1843-1868). Moderantismo y progresismo. La década moderada (1844-1854). La revolución de 1854 y el Bienio Progresista. La hegemonía de la Unión Liberal (1856-1863). El final del reinado de Isabel II.

1. Presentación y objetivos.

Este tema centrado ya en los años del reinado propiamente dicho de Isabel II permite al alumno familiarizarse con el funcionamiento de la práctica política y los partidos que ya se avanzó en el tema anterior. Con el trasfondo de una mejora económica y reformas político-administrativas se analizará el período moderado, su especial relación con la Corona y las dificultades internas entre las distintas facciones del moderantismo. El estudio de la Constitución de 1845 permitirá al alumno entrar en contacto con las ideas del liberalismo doctrinario de raigambre francesa. Continuando con el estudio cronológico del reinado deberá analizar la revolución del 54, y como supo aprovechar las divisiones de los moderados, llevando a los progresistas al poder y confirmando el peso del elemento militar en la vida política de la época. El alumno deberá analizar la labor de los progresistas en el gobierno, en especial sus nuevas leyes desamortizadoras y las discusiones de la Constitución del 56. Con el estudio del bienio moderado del 56 y el largo período de hegemonía unionista, que buscaba un equilibrio entre libertad y orden y conciliar los intereses antes entonces enfrentados, finalizará el repaso a este largo período, cuyo conocimiento es fundamental para poder enfrentarse a posteriores intentos de desarrollar el régimen liberal en España que buscaron superar las limitaciones y defectos de estos primeros balbuceos. Como en los temas anteriores es importante no olvidar la dimensión internacional de asuntos internos, como las actuaciones de los diferentes gobiernos en asuntos religiosos o que afectaban a la Santa Sede y las repercusiones de las diversas opciones matrimoniales para Isabel.

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2. Esquema. El reinado de Isabel II (1843-1868). Moderantismo y progresismo. La década moderada (1844-1854). 1. Narváez, el “espadón” moderado. 2. Los moderados y la reforma de la Constitución de 1837. 2.1. La facción Viluma. 2.2 Los “puritanos”. 2.3. La tendencia centrista. 3. La Constitución de 1845. 3.1. El liberalismo doctrinario. 4. La política moderada: uniformidad jurídica, política, fiscal y docente. 5. El matrimonio de la Reina. 6. El predominio puritano (1846-1847). 7. La Segunda Guerra Carlista (1846 -1849). 8. La dictadura “moderada” de Narváez (1847-1850). 8.1 La crisis económica. 8.2. Las “tormentas” del 48. 8.3 Los últimos años de Narváez en el Gobierno. 9. La etapa Bravo Murillo. 10. La desintegración de los moderados. 11. La política exterior de los moderados. 11.1. Las relaciones con Portugal 11.2. La unidad italiana La revolución de 1854 y el Bienio Progresista. 1. La revolución de 1854 1.1. La “Vicalvarada”. 1.2 El Manifiesto de Manzanares. 1.3. La sublevación urbana: las Juntas. 2. El Bienio Progresista. 2.1. El difícil equilibrio entre progresistas y liberales unionistas. 2.2. El Gobierno de Espartero y el predominio progresista. 2.3. La Desamortización de Madoz. 2.4. La oposición: demócratas, neocatólicos, carlistas 2.5. La discusión de la Constitución de 1856. 3. El Gobierno de O’Donnell y el predominio liberal unionista. La hegemonía de la Unión Liberal (1856-1863). 1. El Bienio moderado (1856-1858). 1.1 El retorno de Narváez y la vuelta a la situación anterior a 1854. 1.2 La labor legislativa de los moderados: la Ley de Instrucción Pública, la Ley de Imprenta. 2. La Unión Liberal (1858-1863) 2.1. La conciliación de libertad y orden 2.2. La política económica. 2.3. La política exterior de la Unión Liberal: África y la intervención en Ultramar. El final del reinado de Isabel II. 1. El agotamiento del sistema. ...1.1. Las fuerzas políticas ...1.2. Ensayos de Isabel II para mantenerse 1863-1865 ...1.3. Resistencia al proceso revolucionario 1866-1868 Colonias españolas y política exterior

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1. Colonias y zonas de influencia ...1.1. El sistema colonial ...1.2. América y las Antillas ...1.3. La presencia en Asia ...1.4. África 2. Política exterior 1833-1868 ...2.1. La dimensión exterior de los problemas internos ...2.2. El Iberismo ...2.3. Unidad italiana y cuestión romana ...2.4. Las guerras de “prestigio” 3. Conceptos fundamentales Puritanos Moderados centrales “Polacos” Progresistas Demócratas Unionistas Fuerzas antidinásticas Neo-católicos Liberalismo doctrinario Soberanía compartida Sufragio restringido Sufragio universal Revolución de 1848 Iberismo Federalismo

4. Lecturas complementarias -BURDIEL, I. (ed) “La política en el reinado de Isabel II” en Ayer. Nº 29. Madrid, Marcial Pons, 1998. __Isabel II: no se puede reinar inocentemente. Madrid, Espasa, 2004 -CANOVAS, F. El partido moderado. Madrid 1982. -CANOVAS, F. El moderantismo y la Constitución española de 1845. Madrid, Fundación Santa María, 1985. -DURAN DE LA RUA, N. La Unión Liberal y la modernización de la España isabelina. Una convivencia frustada. 1854-1868. Madrid, Akal, 1979. -JOVER ZAMORA; J.M. “Situación social y poder político en la España de Isabel II” en Política, diplomacia y humanismo popular. Madrid 1976, pp. 229 a 344. -MARCUELLO, J. I. La práctica parlamentaria en el reinado de Isabel II. Madrid, Ed. Congreso de los Diputados, 1986 VILCHES, Jorge. Progreso y libertad. El partido progresista en la revolución liberal española. Madrid, Alianza, 2001. 5. Textos para el trabajo práctico

Españoles: La entusiasta acogida que va encontrando en los pueblos el ejército liberal; el esfuerzo de los soldados que le componen, tan heroicamente mostrado en los campos de Vicálvaro; el aplauso con que en todas partes ha sido recibida la noticia de nuestro patriótico

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alzamiento, aseguran desde ahora el triunfo de la libertad y de las leyes que hemos de defender.

Dentro de pocos días la mayor parte de las provincias habrá sacudido el yugo de los tiranos; el ejército entero habrá venido a ponerse bajo nuestras banderas, que son las leales; la nación disfrutará los beneficios del régimen representativo, por el cual ha derramado hasta ahora tanta sangre inútil y ha soportado tantos sacrificios. Día es, pues, de decir lo que estamos resueltos a hacer en el de la victoria. Nosotros queremos la conservación del trono, pero sin camarilla que lo deshonre; queremos la práctica rigurosa de las leyes fundamentales mejorándolas, sobre todo la electoral y la de imprenta; queremos la rebaja de los impuestos, fundada en una estricta economía; queremos que se respeten en los empleos militares y civiles la antigüedad y los merecimientos; queremos arrancar los pueblos a la centralización que los devora, dándoles la independencia local necesaria para que conserven y aumenten sus intereses propios; y como garantía de todo esto, queremos y plantearemos bajo sólidas bases la milicia nacional.

Tales son nuestros intentos que expresemos francamente, sin imponerlos por eso a la nación. Las juntas de gobierno que deben irse constituyendo en las provincias libres; las Cortes generales que luego se reúnan; la misma nación, en fin, fijará las bases definitivas de la regeneración liberal a que aspiramos. Nosotros tenemos consagradas a la voluntad nacional nuestras espadas, y no las envainaremos hasta que ella esté cumplida.

Cuartel general de Manzanares, a 7 de julio de 1854.- El general en jefe del ejército constitucional, Leopoldo O´Donnell, conde de Lucena. Manifiesto de Manzanares. 6 de julio de 1854.

FERROCARRILES CONSTRUIDOS 1848-1868

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Tema 6. El sexenio democrático (1868-1874). La primera experiencia democrática. La Revolución Gloriosa. La Constitución de 1869. El reinado de Amadeo I (1872-1873). La I República 1. Presentación y objetivos. Este tema permite al alumno enfrentarse en un corto espacio de tiempo con una gran variedad de asuntos, algunos de gran trascendencia. La conjunción de elementos políticos, económicos y sociales no debe olvidarse, aunque en este caso se haya optado, en consonancia con los objetivos generales de la asignatura, por dar al tema un enfoque primordialmente político. El marco de referencia será el destronamiento de una reina, una nueva monarquía, dos formas distintas de república, dos constituciones, una guerra colonial, dos guerras civiles y un trasfondo de desórdenes en multitud de ámbitos. Pero, el alumno debe ir más allá de los hechos y valorar en su justa medida la importancia de la aparición en escena de nuevos valores –sufragio universal, libertad religiosa, abolición de la esclavitud,...-, la consolidación de nuevas fuerzas políticas y sociales en la vida cotidiana –republicanos, demócratas, clases populares,...-, así como el intento fallido de reforma de estructuras del Estado, incluido el proyecto de un nuevo modelo de Estado federal. 2. Esquema. El sexenio democrático (1868-1874). La primera experiencia democrática. La Revolución Gloriosa 1. El pronunciamiento militar. 2. La constitución de Juntas revolucionarias. 3. El ideario del movimiento juntero. 4. El gobierno provisional 4.1. Los objetivos del primer gobierno. 4.2. La disolución de las Juntas. 4.3. La decepción de los republicanos. 4.4. La escisión federal. 4.5. Las elecciones municipales 5. Las colonias y la revolución de septiembre. La Constitución de 1869 1. El proceso electoral constituyente. 2. El debate constitucional. 3. El texto constitucional. 4. La regencia de Serrano 4.1. La búsqueda de un Rey. 4.2. Las sublevaciones republicanas 4.3. Las insurrecciones carlistas 5. Los gobiernos de Prim El reinado de Amadeo I (1872-1873) 1. La tensa vida política 1.1 Los partidos ante el sufragio universal 1.2. El debate sobre la Internacional 1.3. El debate sobre la abolición de la esclavitud 2. La sublevación carlista 3. La guerra en Cuba 4. La crisis del régimen y la abdicación de Amadeo I

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La I República 1. La Presidencia de Figueras 1.1. Principales reformas 1.2. La situación internacional 2. La Presidencia de Pi y Margall 2.1. Reformas sociales 2.2 Hacia una Constitución republicana 3. El levantamiento cantonal 3.1. El programa cantonalista 4. Las Presidencias de Salmerón y Castelar 4.1. Unitarios frente a federales 4.2. El recrudecimiento de las guerras carlista y cubana 4.3. La oposición antirrepublicana 5. Del pronunciamiento de Pavía al pronunciamiento de Martínez Campos. 3. Conceptos fundamentales. Unionistas Progresistas Demócratas Republicanos federalistas Republicanos unitarios Federalismo Socialismo Librecambismo Proteccionismo “Regeneración nacional” Constitucionalistas Radicales Alfonsinos Pronunciamiento Abolicionistas

4. Lecturas complementarias. -BOLAÑOS MEJIAS, C. El reinado de Amadeo de Saboya y la monarquía constitucional. Madrid, UNED, 1999. -FUENTE MONGE, G. de la. Los revolucionarios de 1868. Elites y poder en la España liberal. Madrid, Marcial Pons, 2000. -JOVER ZAMORA, J. Mª, Realidad y mito de la Primera República, Madrid, Espasa-Calpe, 1991. -SERRANO, R. (ed). “El Sexenio Democrático” en Ayer. Nº44. 2001. -HENESSY, Cecily. La República Federal en España. Pi y Margall y el movimiento republicano federal, 1868-1874. Madrid, 2010. 5. Textos para el trabajo práctico. “Debemos entrar además en otra índole de reformas.

Las Cortes de 1869 proclamaron la absoluta libertad de cultos, y la consecuencia lógica, la consecuencia obligada de esa libertades la independencia completa de la Iglesia y del Estado. Desde el momento en que en un pueblo hay absoluta libertad de cultos, las Iglesias todas pasan a ser meras asociaciones, sujetas a las leyes generales del Estado. En efecto, por cierto no

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ganará solamente el Estado, sino también la Iglesia. La Iglesia hoy, a pesar de sus alardes de independencia, no puede leer en España una bula de su Pontífice sin el pase del Estado, ni nombrar por sí misma a sus Obispos, ni establecer las enseñanzas que le convienen; al paso que después de esta reforma será completamente libre para regirse como quiera, sin necesidad de que el Estado intervenga en sus actos.

Cierto es que el Estado no le dará entonces las atribuciones que antes; pero la Iglesia encontrará, de seguro, en la caridad de sus creyentes, los medios necesarios para hacer frente a sus obligaciones. Y si llegara un día en que esta Iglesia se rebelara contra el Estado; si llegase un día en que abusara de la independencia que tratamos de darle; como habría perdido el carácter que hoy tiene, y no sería más que una asociación como otra cualquiera, tendríamos el derecho de coger al más alto de los poderes y colocarlo en el banquillo como al último de los culpables.

Otra de las reformas que necesitamos con urgencia es la de la enseñanza. En las anteriores Cortes ya los republicanos quisimos establecer la enseñanza gratuita y obligatoria. Encontramos graves dificultades, porque se nos decía que no se puede obligar a un padre a que enseñe a sus hijos. ¡Vano sofisma que es bien fácil destruir! ¿Pues qué, todas las leyes del mundo no obligan a los padres a que alimenten a sus hijos? Las leyes imponen esta obligación a los padres y a los abuelos, y cuando éstos faltan, la imponen a las madres.

Como se puede obligar a los padres a que alimenten a los hijos, se les puede obligar a que les den enseñanza. El hombre ¿se alimenta acaso sólo de pan? ¿No necesita del alimento material, del intelectual y del moral, atendida su triple naturaleza? Estamos decididos a hacer todo lo posible para establecer la enseñanza gratuita y obligatoria.

Pasando ya de la Península a nuestras provincias de América, debo deciros que, si queremos conservar la integridad del territorio, entendemos que no se le puede conservar con el actual régimen.

Nos hemos encerrado aquí en un círculo vicioso; no podemos llevar a nuestras provincias de América las libertades que tenemos en la Península, porque se creería que obedecíamos a la presión de los insurrectos, y los insurrectos por su parte dicen que no pueden deponer las armas porque la Patria les niega las libertades concedidas a los peninsulares, libertades que son inherentes a la personalidad humana. Por este camino no es posible llegar a ninguna parte. Hemos sostenido que las libertades individuales son anteriores y superiores a toda ley escrita y forman parte de nuestra propia personalidad; y donde quiera que haya hombres sometidos a nuestras leyes, allí debemos llevar nuestras libertades.

¿Cómo queréis, señores Diputados, que haya paz en nuestras provincias de América bajo el régimen actual? ¿Ignoráis acaso que los naturales de nuestras provincias americanas se educan los más, bien en las Universidades de los Estados Unidos, bien en las de España? Vienen a estas Universidades, respiran el aire de libertad, se impregnan de nuestros sentimientos, participan de nuestras luchas. ¿Y queréis luego que, al volver a sus hogares, vean con calma que allí domina un régimen completamente distinto?

Debemos llevar también a cabo la obra de la abolición de la esclavitud. La esclavitud es ahora más dura para los cubanos que antes, porque tienen el ejemplo de Puerto Rico, donde se han emancipado 40.000 esclavos.

De las reformas políticas vengamos a las sociales. Supongo, señores diputados, que os habréis fijado en el carácter de las revoluciones políticas; todas entrañan una revolución económica.

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Son las revoluciones políticas en su fondo, una guerra de clase a clase; es decir, un esfuerzo de las clases inferiores para saber el nivel de las superiores. ¿Qué ha sido esa larga serie de luchas políticas que consumió las fuerzas de la República romana durante siete siglos? No fue más que la guerra de la plebe contra el patriciado; no fue más que el deseo de la plebe de elevar su condición al nivel de la de los patricios. ¿Qué ha sido durante la Edad Media esa larga lucha de las Comunidades, que ha traído perturbada durante dos siglos toda Europa? No ha sido más que la guerra de las clases medias contra las aristocráticas; es decir, el deseo de las clases medias de elevarse al nivel de la nobleza. Esta revolución tuvo su crisis suprema en 1789, y desde entonces toma vida el cuarto estado. Las clases jornaleras tienen hoy el mismo instinto, los mismos deseos, las mismas aspiraciones que tuvieron las clases medias.

Y bien, nosotros no podemos resolver todos los grandes problemas que esto trae consigo; pero ¿quién duda que podemos hacer algo en este sentido? ¿Quién duda que podemos cuando menos realizar las reformas verificadas en otros pueblos que por cierto no pueden ser calificados de utópicos, ni decir que se dejan arrastrar por la fuerza de las teorías? Ninguno de vosotros ignora lo que pasa hoy en Europa; entre jornaleros y capitalistas hay una lucha que se verifica de diversas maneras, pero que se revela principalmente por las huelgas, medio esencialmente perturbador, que trae consigo grandes alarmas; medio que no hace más que complicar el problema, puesto que dificultando la producción, disminuye la riqueza y se resuelve en contra de los mismos que la emplean. ¿No hemos de poder convertir esta lucha en otra más legal y pacífica? Sustituyamos a las huelgas por los jurados mixtos, compuestos de obreros y fabricantes, para resolver todos los problemas relativos a las condiciones del trabajo. Estos jurados han nacido espontáneamente en nuestro pueblo; los tenemos establecidos en diversos puntos; no tenemos más que sancionar la obra de la espontaneidad social(...)

Fragmento del discurso de Pi y Margall a las Cortes el 13 de junio de 1873 en la presentación de su programa de Gobierno.

Resultados de elecciones a Cortes Constituyentes de 1869

Grupos Políticos Diputados Progresistas………………………………………….. 159 Unionistas…………………………………………… 69 Republicanos Federales…………………………….. 69 Republicanos Unitarios………………………………. 2 Demócratas…………………………………………… 20 Carlistas………..……………………………………… 18 Isabelinos……………………………………………. 14

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REVOLUCIÓN 1868

Tema 7. Alfonso XII y la Restauración. La instauración de un nuevo sistema político. Su funcionamiento (1874-1885). Razones para una restauración. El proyecto político de Canovas. Los gobiernos conservadores. 1875-1880. Hacia la formación del Partido Liberal. El primer gobierno de Sagasta (febrero 1881, octubre de 1883). Escisión y formación de la Izquierda Dinástica. Dimisión de Sagasta y cesión del poder. Nuevo gobierno de Cánovas (1884-1885). 1. Presentación y objetivos. Este tema abarca cronológicamente el reinado de Alfonso XII, 1875 -1885. Pretende en primer lugar analizar el proceso de fundación del sistema político de la Restauración y sus principales elementos: bases doctrinales, Constitución de 1876, los nuevos partidos, etc., así como su funcionamiento: el papel del Rey, la alternancia de los partidos, la práctica electoral, el falseamiento de las elecciones, etc.. Este apartado del tema es fundamental por la pervivencia del sistema hasta el golpe de estado de 1923, y para poder plantearse preguntas sobre las bondades y los límites del régimen, el carácter integrador del proyecto y sus límites, las posibilidades, si las había, de evolución hacia una democracia parlamentaria, las ventajas y rémoras de la alternancia pactada, etc., preguntas y reflexiones que continúan haciéndose los historiadores. Se trata también de describir y analizar la política concreta de los gobiernos conservadores (1875-1880; 1884-1885) con la presencia fundamental de Cánovas en la Presidencia del gobierno. Se presta especial atención a la actividad legislativa conservadora, la pacificación

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interna, la relación del nuevo régimen con la Iglesia católica, la incorporación de una buena parte de los católicos al sistema, la política internacional y la política colonial. Por último, explicar la llegada de Sagasta al gobierno, y el comienzo de la aplicación del programa liberal con los gobiernos fusionista y de Izquierda Dinástica (1881-1883). 2. Esquema Alfonso XII y la Restauración. La instauración de un nuevo sistema político. Su funcionamiento (1874-1885). Razones para una restauración 1. Apoyos políticos, sociales y económicos 2. El levantamiento de Martínez Campos y la proclamación de Alfonso XII El proyecto político de Cánovas: establecer un régimen liberal estable y conciliador 1. Los principios doctrinales 1.1. Monarquía constitucional y parlamentaria. El rey, el eje de todo el sistema

1.2. Constitución abierta y tolerante 1.3. Parlamento representativo 1.4. Soberanía compartida entre el rey y las Cortes 1.5. Alternancia en el poder 1.6. Fin de los pronunciamientos 2. Funcionamiento real del régimen 2.1. Los partidos dinásticos 2.2. La alternancia 2.3. Clientelismo y caciquismo 2.4. La organización de las elecciones 3. Balance Los gobiernos conservadores. 1875-1880 1. La formación del partido liberal conservador 2. El proceso constituyente 3. Características de la Constitución de 1876 4. Los objetivos de los gobiernos conservadores 4.1. Consolidar el régimen político 4.2. Controlar el orden social 4.3. Recuperar la paz civil 4.4 Reconciliarse con la Iglesia 5. Realizaciones 5.1. Legislación de acuerdo con los objetivos. Restrictiva para el ejercicio de las libertades. Decreto sobre anulación de la libertad de Cátedra. Se deroga el sufragio universal. Ley electoral de 1878. Ley de Imprenta de 1879 5.2. Fin de las guerras carlistas. La Proclama de Somorrostro, marzo 1876 5.3. Cánovas, los católicos y la Iglesia 5.4. Cánovas y la política exterior.1880, Conferencia de Madrid sobre Marruecos ···5.5. La política colonial Hacia la formación del partido liberal. 1. La integración en el sistema de constitucionalistas y demócratas 2. El partido fusionista. 3. Izquierda Dinástica El primer gobierno de Sagasta (febrero 1881, octubre de 1883) 1. Moderación en la política de reformas 2. Aplicación del proyecto liberal

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2.1. Ampliación del marco de libertades 2.2. Derogación del decreto sobre Libertad de Cátedra. 2.3. Incorporación de los profesores destituidos. 2.4. Preocupación por la enseñanza primaria pública 2.5. Se reconoció el derecho de reunión y opinión 2.6. Ley de libertad de Imprenta de 14 de julio de 1883 2.7 Reformas administrativas. 2.8. Ley Provincial de 1882 2.9. Reformas financieras de Camacho Escisión y formación de la Izquierda Dinástica. Dimisión de Sagasta y cesión del poder. 1. El gobierno de Posada Herrera (octubre1883, enero 1884) 1.1. Creación de la Comisión de Reformas Sociales, Nuevo gobierno de Cánovas (1884-1885). 1. La integración de Unión Católica. Pidal y Mon, Ministro de Fomento 2. Los problemas con Romero Robledo, Ministro de Gobernación. 3. La arbitrariedad en las elecciones 4. Muerte de Alfonso XII (noviembre de 1885). 3. Conceptos fundamentales: Monarquía constitucional Gobierno parlamentario Soberanía compartida Prerrogativa regia Caciquismo Clientelismo Sufragio censitario 4. Lecturas complementarias -LARIO, Angeles: El Rey, piloto sin brújula. La Corona y el sistema político de la Restauración, 1875-1902, Madrid, UNED/Biblioteca Nueva, 1999 -DARDÉ, C., Alfonso XII, Madrid, Arlanza Ediciones, 2001 -La Restauración, 1875-1902. Alfonso XII y Mª Cristina , Madrid, Temas de Hoy, Historia 16, 1997 -TUSELL, J., y PORTERO F. (eds), Antonio Cánovas y el sistema de la Restauración, Madrid, Biblioteca Nueva, 1988 -VARELA ORTEGA, J., Los amigos políticos: partidos, elecciones y caciquismo en la Restauración (1875-1900), Madrid, Alianza Editorial, 1977 5. Texto histórico El Manifiesto de Sandhurst

“ He recibido de España un gran número de felicitaciones con motivo de mi cumpleaños (...)

Cuantos me han escrito muestran igual convicción de que sólo el restablecimiento de la monarquía constitucional puede poner término a la opresión, a la incertidumbre y a las crueles perturbaciones que experimenta España. Dícenme que así lo reconoce ya la mayoría de nuestros compatriotas, y que antes de mucho estarán conmigo los de buena fe, cuales fueren sus antecedentes políticos, comprendiendo que no pueden temer exclusiones ni de un monarca nuevo y desapasionado ni de un régimen que precisamente hoy se impone porque representa la unión y la paz.

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No sé yo cuando o como, ni siquiera si se ha de realizar esa esperanza. Sólo puedo decir que nada omitiré para hacerme digno del difícil encargo de restablecer en nuestra noble nación al tiempo que la concordia, el orden legal y la libertad política, si Dios en sus altos designios me la confía.

Por virtud de la espontánea y solemne abdicación de mi augusta madre, tan generosa como infortunada, soy único representante yo del derecho monárquico en España. Arranca éste de una legislación secular, confirmada por todos los precedentes históricos, y está indudablemente unida a todas las instituciones representativas, que nunca dejaron de funcionar legalmente durante treinta y cinco años transcurridos desde que comenzó el reinado de mi madre hasta que, niño aún, pisé yo con todos los míos el suelo extranjero.

Huérfana la nación ahora de todo derecho público e indefinidamente privada de sus libertades, natural es que vuelva los ojos a su acostumbrado derecho constitucional y a aquellas libres instituciones que ni en 1812 le impidieron defender su independencia ni acabar en 1840 otra empeñada guerra civil. Debióles, además, muchos años de progreso constante, de prosperidad, de crédito y aun de alguna gloria; (...)

Por todo eso, sin duda, lo único que inspira ya confianza en España es una Monarquía hereditaria y representativa, mirándola como irreemplazable garantía de sus derechos e intereses desde las clases obreras hasta las más elevadas.(...)

Afortunadamente la monarquía hereditaria y constitucional posee en sus principios la necesaria flexibilidad y cuantas condiciones de acierto hacen falta para que todos los problemas que traiga su restablecimiento consigo sean resueltos de conformidad con los votos y la convivencia de la nación.

No hay que esperar que decida yo nada de plano y arbitrariamente; sin Cortes no resolvieron los negocios arduos los príncipes españoles allá en los antiguos tiempos de la monarquía, y esta justísima regla de conducta no he de olvidarla yo en mi condición presente, y cuando todos los españoles están ya habituados a los procedimientos parlamentarios. Llegado el caso, fácil será que se entiendan y concierten las cuestiones por resolver un príncipe leal y un pueblo libre. (...)

Nada deseo tanto como que nuestra patria lo sea de verdad. A ello ha de contribuir poderosamente la dura lección de estos últimos tiempos que, si para nadie puede ser perdida, todavía lo será menos para las honrosas y laboriosas clases populares, víctimas de sofismas pérfidos o de absurdas ilusiones.

Cuanto se está viviendo enseña que las naciones más grandes y prósperas, y donde el orden, la libertad y la justicia se admiran mejor, son aquellas que respetan más su propia historia. No impide esto, en verdad, que atentamente observen y sigan con seguros pasos la marcha progresiva de la civilización. Quiera, pues, la Providencia divina que algún día se inspire el pueblo español en tales ejemplos.

Por mi parte, debo al infortunio estar en contacto con los hombres y las cosas de la Europa moderna, y sin en ella no alcanza España una posición digna de su historia, y de consuno independiente y simpática, culpa mía no será ni ahora ni nunca. Sea la que quiera mi propia suerte ni dejaré de ser buen español ni, como todos mis antepasados, buen católico, ni, como hombre del siglo, verdaderamente liberal.

Suyo afmo., Alfonso de Borbón Nork-Town (Sandhurst), 1 de diciembre de 1874” En Jorge VILCHES, Antonio Cánovas del Castillo. La revolución liberal española.

Antología política (1854-1876), Salamanca, Ediciones Almar, 2002, pp.

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POBLACIÓN Y ELECCIONES 1876, 1879, 1881 Población total Censo electoral (%) Votantes Abstención (%) 1876 16.623.384 3.989.612 (41,50) 2.219.494 1.770.000 (45,00) 1879 16.623.384 846.961 (5,00)* 604.758* 242.758 (35,00)* 1881 16.623.384 846.961 (5,00) 604.758 242.758 (35,00) *No establecido el censo de 1879, el censo fue muy similar al de 1881

Reparto de actas 1876 1879 1881

Demócratas…………………...1 Demócratas posibilistas…………..7 Demócratas ……….….32 Radicales………………...……5 Partido Progresista Democrático....7 Liberal Fusionista…...297 Constitucionales……………..27 Partido Constitucional…………..56 Liberal-Conservador….39 Liberal-conservadores ….…333 Liberal-Conservadores………....293 Unión Católica…………3 Moderados intransigentes…...12 Moderados y ultramontanos….....11 Tradicionalistas…….…..2 Independientes……………….7 Independientes………………..…15 Independientes………..10 No establecidas (Canarias)…..6 No establecidas…………………...3 No establecidas………...9

MARTÍNEZ CUADRADO, Miguel. Elecciones y partidos políticos de España (1868-1931). Madrid, Taurus, 1969

Tema 8.

La Regencia. El pacto político. Bipartidismo y turno (1885-1895) 1. Presentación y objetivos

Varios son los puntos importantes a tratar y que deben quedar claros a la hora de estudiar este tema. La comprensión de la naturaleza del pacto político entre conservadores y liberales en torno a la Corona. La atención muy especial a la acción legislativa del gobierno Sagasta como muestra del programa del partido liberal, heredero en parte de los principios del 69. Las dificultades para llevar a la práctica el sufragio universal; cómo se preparaban las elecciones; las condiciones que debían cumplirse para el cambio de partido en el gobierno, etc. En definitiva, comprender el funcionamiento del régimen de la Restauración. Si el régimen dio una estabilidad política, el pacto entre las elites políticas produjo también problemas.

Aun cuando el liderazgo de Cánovas y Sagasta era claro, interesa prestar atención a las

diferentes tendencias que se plantean y a las dificultades que se presentan en ambos partidos para mantener la unidad.

Por último, unas pinceladas sobre la política exterior en los años ochenta y un aspecto

muy importante, la postura de la Iglesia respecto al régimen de la Restauración, los temas de confrontación y la influencia sobre la sociedad, sin olvidar la reacción anticlerical.

2. Esquema La Regencia. El pacto político. Bipartidismo y turno (1885-1895) Ante la muerte del rey, dimisión de Cánovas y pacto político entre conservadores y liberales en torno a la Corona.

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Formación del Partido Liberal 1. En junio de 1885, acuerdo entre las distintas facciones liberales. 2. Redacción de un programa de gobierno, la Ley de Garantías. Respaldo total al régimen. “Gobierno largo” de Sagasta y consolidación del programa liberal 1885-1890 1. La labor legislativa 1.1. Ley de Asociaciones

1.2. Ley de lo Contencioso-Admimistrativo 1.3. Ley del Jurado 1.4. Código Civil 1.5. Ley Electoral, sufragio universal masculino

2. Dificultades para mantener la cohesión en el partido 2.1. Enfrentamiento entre Gamazo y Moret. 2.2. Proteccionismo frente a librecambismo.

La política exterior en los ochenta 1. Episodios a destacar:

1.1. 1880, Conferencia de Madrid sobre Marruecos 1.2. 1886, negociación de tratados comerciales, 1.3. 1885, crisis con Alemania por las islas Carolinas 1.4. 1887, adhesión a la Triple Alianza mediante un pacto con Italia

2. Frente al recogimiento canovista, los liberales impulsan una política de mayor presencia Alternancia política durante los noventa. 1. Adecuación del resultado electoral al partido turnante. 2. Dificultades para aplicar el sufragio universal masculino Gobierno de Cánovas 1890-1892 1. Respeto a las reformas políticas y jurídicas del gobierno liberal 2. Política de intervención del Estado. Viraje proteccionista. 3. Crisis interna en el partido conservador. Silvela-Romero Robledo. Gobierno liberal 1892-1895 1. Sagasta formó gobiernos de integración 2. Adhesión al partido liberal de los republicanos de Castelar. 3. Gobiernos con decisión reformista. Resistencia. 4. Frustración y división dentro del partido. Maura se acerca a los conservadores. 5. En marzo de 1895, dimisión de Sagasta. La Iglesia católica y el régimen de la Restauración 1. Adhesión de la jerarquía a la Regencia. Pacto de respeto y colaboración mutua 2. Temas de confrontación:

2.1. La Instrucción primaria y secundaria 2.2. Legalidad de las uniones civiles, etc.

3. La Iglesia reforzó su influencia en la sociedad 3.1. Incremento de las órdenes religiosas 3.2. Control de la educación, instrucción religiosa en las escuelas 3.3. Celebración de congresos católicos 3.4. Preocupación social. Sindicatos católicos y obras asistenciales

Reacción anticlerical 3. Conceptos fundamentales

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Turnismo Sufragio universal Proteccionismo Librecambismo Clericalismo Anticlericalismo Secularización 4. Lecturas complementarias Bibliografía -LARIO GONZÁLEZ, Mª Angeles, El Rey, piloto sin brújula. La Corona y el sistema político de la Resturación, 1875-1902 , Madrid, Biblioteca Nueva, 1999. -DARDÉ, C. (dir) Sagasta y el liberalismo español, Catálogo de la Exposición, Madrid, Ediciones Umbral, 2000. -MONTERO, Feliciano, El movimiento católico en España. Madrid, Eudema, 1993. -CRUZ, R., (ed.) El anticlericalismo, Ayer, núm. 27. -SERRANO SANZ, José María, El viraje proteccionista de la Restauración. La política comercial española 1875-1895. Madrid, 1987. -ELIZALDE PÉREZ-GRUESO, Mª Dolores, “Política exterior y política colonial de Antonio Cánovas. Dos aspectos de una misma cuestión” en Javier TUSELL y Florentino PORTERO (eds.) Antonio Cánovas y el sistema político de la Restauraciçon, Madrid, Biblioteca Nueva-Congreso de los Diputados, 1998, 211-289. 5. Texto histórico para el trabajo práctico “Y es más; no solo ha dicho que todas las Constituciones que no empiecen por definir , pero con la definición que al señor Azcárate le place, con la definición dogmática la soberanía de la Nación, sino que además, todo el que acepte una Constitución en que no exista esa definición, es un reaccionario incapaz de apoyo por todos los liberales, y además un reaccionario tal, que da motivo a los liberales para combatirle de todos modos, por todos los medios, incluso ilícitos.(...) No, Sr. Azcárate; lo que importa no es definir la soberanía de la Nación: lo que importa es practicarla, y en España se practica la soberanía de la Nación como se practica en todos los países regidos por instituciones liberales. Claro está; descendiendo a las cuestiones teóricas y de doctrina, claro está que la soberanía , en su origen, emana y nace de la Nación; claro está que la Nación es soberana; claro está que es dueña de sus destinos y que de ella emanan todos los Poderes. (Muy bien.- Aprobación en los bancos de la minoría republicana y de la mayoría de la Cámara). Pero por lo mismo, Sres. Diputados y Sr. Azcárate, que la Nación es dueña de sus destinos, dispone de ellos cómo y en la forma que tiene por conveniente; y cuando una Nación huérfana de autoridad dispone de sus destinos en uso de su soberanía, creando Poderes y constituyéndose en Estado, no lo puede hacer sin delegar o sin compartir aquella soberanía.” Intervención de Sagasta en contestación al discurso de la Corona, pág. 690 Diario Sesiones Congreso, núm. 39, 26 de junio de 1886 En Práxedes Mateo Sagasta, Discursos Parlamentarios, Estudio preliminar de Carlos Dardé, Madrid, Congreso de Diputados, 2003

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Estudiantes asistentes a escuelas primarias por cada mil habitantes Italia Portugal España Francia Alemania Suecia R. Unido 1850 ---- 11,0 ---- 92,8 ---- ---- 18,0 1860 40,3 19,8 80,0 108,7 ---- ---- 39,8 1870 53,1 28,6 92,1 120,8 ---- 133,4 58,8 1880 69,4 50,4 104,1 142,8 ---- 138,8 116,1 1890 80,5 46,5 98,0 145,7 ---- 144,2 133,5 1900 84,2 42,6 92,0 144,3 159,1 144,4 151,3 1910 96,7 49,7 85,9 145,0 158,8 144,0 148,8 1920 112,4 56,8 90,5 118,9 ---- 119,4 136,7 1930 115,6 63,9 95,1 119,2 ---- 108,1 125,3

0

20

40

60

80

100

120

140

160

180

1850

1860

1870

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1910

1920

1930

ItaliaPortugalEspañaFranciaAlemaniaSueciaR. Unido

Tema 9 La oposición. Republicanos, anarquistas y socialistas. Los nacionalismos. 1. Presentación y objetivos

Este tema trata de analizar las fuerzas de oposición al régimen de la Restauración, teniendo presente que durante el último cuarto de siglo fueron minoritarias, lo que permitió la estabilidad del sistema político

Se estudia en primer lugar la evolución del republicanismo con las diferentes tendencias y su incorporación al sistema. A continuación, la penetración de las ideologías anarquista y socialista y la creación y evolución de distintas organizaciones obreras de carácter sindical y político. Los primeros gobiernos de la Restauración no diseñaron una política social. La frustración de amplias masas de población se expresan en manifestaciones cada vez más violentas. Conviene tener claras las diferencias ideológicas y estratégicas de las dos tendencias mayoritarias del movimiento obrero; recuerde lo estudiado en la asignatura de Historia Contemporánea Universal.

Por último, se analiza la transformación en los años noventa del regionalismo, defensor de las particularidades regionales, en nacionalismo, con vocación de alternativa política y afirmación y diferenciación de distintas nacionalidades que ponen en cuestión la estructura de

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un Estado centralista y unificador. Debe prestar atención y retener los principios doctrinales del catalanismo y del nacionalismo vasco. 2. Esquema La oposición. Republicanos, anarquistas y socialistas. Los nacionalismos. Los republicanos 1. Debilidad de los partidos republicanos al comienzo de la Restauración.

1.1. Fuera de la ley durante los primeros años. 1.2. Parte de los republicanos en el exilio

2. Integración en el sistema (1879) 3. Sublevaciones aisladas a favor de la república en 1883 y 1886. 4. División:

4.1. los progresistas de Ruiz Zorrilla 4.2. los federales de Pi y Margall 4.3. los centralistas de Salmerón 4.4. los posibilistas de Castelar se incorporan al partido liberal

5. En 1893 los republicanos unidos para las elecciones, consiguieron 43 diputados. Los carlistas 1. A partir de 1888, acogiéndose a la Ley de Asociaciones tratan de incorporarse al sistema.

1.1. Defensa de la monarquía tradicional y el catolicismo integrista. Organizaciones obreras Distintas referencias ideológicas del movimiento obrero: socialistas, anarquistas, republicanas y católicas. 1. Anarquistas: La Federación Regional Española de la Internacional

1.1 Objetivos revolucionarios. 1.2 No tuvo incidencia social en lo primeros años de la Restauración. 1.3 Durante los noventa, actuaciones terroristas. Represión. 1.4 Se aprueba la primera Ley Antiterrorista en 1894 1.5 1897, asesinato de Cánovas por un anarquista italiano.

2. Movimiento socialista Fundación del Partido Socialista Obrero Español y de la UGT.

2.1 Pablo Iglesias,secretario de la comisión ejecutiva del partido. 2.2 Objetivos y estrategia

2.3 En 1910, Pablo Iglesias consigue el acta de Diputado Los nacionalismos 1.De la conciencia regionalista a la nacionalista.

1.1 Rechazo a la tendencia uniformadora y centralista del estado liberal (Código Civil, política comercial).

2. Orígenes del catalanismo 2.1. Desde los años setenta aumentan las publicaciones regionalistas 2. 2 Celebración del Primer Congreso Catalanista,1880 2.3 Presentación al rey del Memorial de Greuges 1885, 2.4 Fundación de la Lliga de Catalunya por Prat de la Riba y Lluis Domenech i Montaner, 1887 2.5 La Unió Catalanista y las Bases per la Constitució Regional Catalana, 2.6 Creación de la Lliga Regionalista de Catalunya en 1901 Principios doctrinales

3. El nacionalismo vasco 3.1 Movimiento en defensa de los derechos históricos ante la supresión de los fueros vascos en 1876

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3.2 Los Conciertos Económicos 3.3 Sabino Arana y el nacionalismo vasco

3.3.1 Principios doctrinales 3.3.2 En 1893, funda el periódico Bizkaitarra 3.3.3 En 1895, constitución del primer Bizkai-Buru Batzar, dará lugar al PNV 3.3.4 En noviembre de 1898 es elegido diputado provincial por Bilbao 3.3.5 Evolución hacia posturas más moderadas.

3.4 El nacionalismo vasco arraigó más en el campo que en las zonas industrializadas 3.5 Dos caminos para el nacionalismo:

3.5.1 Posibilista y autonomista 3.5.2 Independentista y antiespañolista

4. Galicia 4.1 Publicaciones de afirmación del pueblo gallego. Distintas perspectivas Alfredo Brañas, conservadora. Manuel Murguía, liberal Aurelio Pereira, federal. 4.2 En 1887, se aprueba el Proyecto de Constitución para el Estado Galaico y la Asociación Regionalista Gallega, presidida por Murguía. 4.3 En la segunda década del XX surge una formación nacionalista, Irmandades da Fala.

3. Conceptos fundamentales Republicanismo Anarquismo Socialismo Regionalismo Nacionalismo Concierto económico Derechos históricos Fueros 4. Lecturas complementarias Bibliografía -ÁLVAREZ JUNCO, J. La ideología política del anarquismo español (1868-1910), Madrid, Siglo XXI, 1991,2ª ed. -TERMES, J., Anarquismo y sindicalismo en España. La Primera Internacional (1864-1881), Barcelona, Ariel 1972 -FUSI, Juan Pablo, La evolución de la identidad nacional. Madrid, Temas de Hoy, 2000 -GRANJA, J.L., BERAMENDI, J. y ANGUERA, P., La España de los nacionalismos y las autonomías, Madrid, Síntesis, 2001. -JULIÁ, S., Los socialistas en la política española, 1879.1982. Madrid, Taurus, 1996. -ROMERO MAURA, J., La rosa de fuego .El obrerismo barcelonés de 1899 a 1909, Madrid, Alianza, 1989 SUÁREZ CORTINA, M., El gorro frigio. Liberalismo, democracia y republicanismo en la Restauración, Madrid, Biblioteca Nueva , 2000. 5. Textos históricos

“ El Partido Socialista Obrero español declara que su aspiración es: Abolición de clases, o sea, emancipación completa de los trabajadores. Transformación

de la propiedad individual en propiedad social o de la sociedad entera. Posesión del Poder político por la clase trabajadora.

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Y como medios inmediatos para acercarnos a la realización de este ideal los siguientes: Libertades políticas. Derecho de coalición o legalidadad de las huelgas. Reducción de las horas de trabajo. Prohibición del trabajo de los niños menores de nueve años, y de todo trabajo poco higiénico o contrario a las buenas costumbres, para las mujeres. Leyes protectoras de la vida y de la salud de los trabajadores. Creación de comisiones de vigilancia, elegidas por los obreros, que visitarán las habitaciones en que éstos vivan, las minas, las fábricas y los talleres. Protección a las Cajas de socorro mutuos y pensiones a los inválidos del trabajo. Reglamento del trabajo de las prisiones. Creación de escuelas gratuitas para la primera y segunda enseñanza y de escuelas profesionales en cuyos establecimientos la instrucción y educación sean laicas. Justicia gratuita y Jurado para todos los delitos. Servicio de las Armas obligatorio y universal y milicia popular. Reformas de las leyes de inquilinato y desahucios y de todas aquellas que tiendan directamente a lesionar los intereses de la clase trabajadora. Adquisición por el Estado de todos los medios de transporte y de circulación, así como de las minas, bosques, etc., y concesión de los servicios de estas propiedades a las asociaciones obreras constituídas o que se constituyan al efecto. Y todos aquellos medios que el Partido Socialista Obrero Españaol acuerde según las necesidades de los tiempos.

Madrid, 9 de julio de 1879 Alejandro Ocina, Gonzalo H. Zubiaurre, Vicriano Calderón, Pablo Iglesias”

En Víctor Manuel ARBELOA, Orígenes del Partido Socialista Obrero Español, Zero, Algorta, 1972

MOVIMIENTO OBRERO 1880

Tema 10 La pérdida de las colonias. La crisis de fin de siglo (1895-1902) 1. Presentación y objetivos

En este tema se han unido dos asuntos relevantes. En primer lugar el referido a la pérdida de las colonias: Es muy importante al enfrentarse con el estudio de la guerra de Cuba y la hispano-norteamericana tener presente el contexto internacional en el que se desarrollan, la situación previa de las colonias y su relación con la metrópoli, la actitud de los partidos dinásticos por mantener las colonias en la creencia de que era la mejor manera de salvaguardar la Monarquía constitucional; es también de interés comprobar la actitud de parte de la sociedad que apoyaba la guerra como mal menor y la de aquellos que defendían una solución pacífica.

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En segundo lugar se aborda la repercusión del desastre colonial en el interior del país: El sistema político de la Restauración no se vio amenazado, pero sí se produjo una reflexión ideológica crítica sobre los fundamentos y el funcionamiento del mismo. Esta reflexión había comenzado unos años antes, pero se acentúa después del “desastre”, de ahí que surjan distintos planteamientos para regenerar política, económica y socialmente el país.

Por último se trata de estudiar la acción de los gobiernos después del 98 prestando especial atención al primer gobierno regeneracionista presidido por el conservador Silvela (marzo de 1899): Se analizan los objetivos regeneradores, las dificultades para llevar a la práctica objetivos tan diversos. A resaltar las reformas sociales de Dato y la reforma de la Hacienda de Fernández Villaverde. En el contexto regenerador, el análisis de las iniciativas de Joaquín Costa, Basilio Paraíso y Santiago Alba a través de las Cámaras Agrícolas y de Comercio.

El tema termina con el último gobierno de la Regencia presidido por Sagasta. Interesa destacar un cierto relevo generacional en el partido liberal. El gobierno tiene que hacer frente a importantes tensiones sociales y anticlericales. 2. Esquema La pérdida de las colonias. La crisis de fin de siglo (1895-1902) Desde 1895 la vida política en el interior de España estuvo condicionada por la guerra en las colonias y por el enfrentamiento con los Estados Unidos. La sociedad española ante la guerra. 1. Apoyaron la guerra como mal menor:

1.1 Los partidos dinásticos 1.2 Gran parte de los republicanos 1.3 Los carlistas. 1.4 La prensa y la Iglesia

2. Partidarios de una solución pacífica 2.1 Los federales 2.2 Los socialistas 2.3 Los anarquistas 2.4 Algunos sectores nacionalistas.

3. Preocupación en los grupos con intereses económicos en las islas La política exterior en los años noventa 1. Contexto internacional:

1.1 Imperialismo y expansión colonial 1.2 Fin de la hegemonía europea 1.3 Emergen Estados Unidos y Japón

2 Relevancia de los asuntos económicos y comerciales 3. Postura de los gobiernos conservadores y liberales. Mantener y defender 3. Actuaciones 4. Debates en torno a la autonomía de las colonias Guerra en Cuba, 1. Febrero de 1895, rebelión capitaneada por José Martí 2. Intentos de pacificación del Gobernador general Martínez Campos. 3. La ofensiva bélica del General Weyler 4. La presión norteamericana 5. Política más conciliadora con el general Blasco, septiembre de 1897 6. Concesión de la autonomía a Cuba y Puerto Rico: llegaba tarde Guerra hispano-norteamericana 1. Explosión del Maine febrero de1898

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2. Estados Unidos decide intervenir en Cuba. Declara la guerra a España. 2.1 Motivos políticos, estratégicos, económicos.

3. Actitud de las potencias europeas 4. Mediación del Vaticano. 5. Batallas naval y terrestre 6. El Protocolo de Washington,12 de agosto 7. La paz de Paris. Asuntos: el problema de la deuda cubana, el destino del archipiélago filipino, el futuro de las islas de Micronesia La crisis de fin de siglo 1. Factores que intervienen en la llamada crisis de fin de siglo 2. Repercusiones de la derrota en el interior:

2.1 Replanteamiento de objetivos, cuestionamientos de problemas 2.2 No hay crisis del sistema político. 2.3 Movimiento regeneracionista. Proliferación de propuestas reformistas.

El gobierno regeneracionista de Silvela 1. Composición de su Gobierno 2. Objetivos 3. Dificultades para llevar a la práctica los objetivos propuestos 4. Acción de gobierno

4.1 Oposición de la Liga Nacional de Productores 4.2 Huelga de contribuyentes. Manifestaciones violentas en Barcelona. 4.3 Declaración del estado de guerra

5. Octubre de 1900, dimite Silvela Ultimo gobierno de Sagasta y de la Regencia, marzo de1901-mayo 1902. 1. Cierto relevo generacional en las líneas liberales. 2. Proyectos sobre la “cuestión religiosa” 3. Conflictos sociales con tintes anticlericales. Huelga general de febrero de 1902

3. Lecturas complementarias -BALFOUR, Sebastián, El fin del imperio español, 1898-1923, Barcelona, Crítica, 1997 -CACHO VIU, Vicente, Repensar el 98, Madrid, Biblioteca Nueva, 1997. -ELORZA, Antonio, HERNÁNDEZ SANDOICA, Elena, La guerra de Cuba, 1895-1898: historia política de una derrota colonial, Madrid, Alianza Editorial, 1998 -FUSI, Juan Pablo y NIÑO, Antonio (eds), Antes del “Desastre”. Orígenes y antecedentes de la crisis del 98, Madrid, Universidad Complutense, 1996

4. Texto histórico

“No es la forma de gobierno en España la misma que impera en Europa, aunque un día lo haya pretendido la Gaceta: nuestro atraso en este respecto no es menor que en ciencia y cultura, que en industria, que en agricultura, que en milicia, que en administración pública. No es (...) nuestra forma de gobierno un régimen parlamentario, viciado por corruptelas y abusos, según es uso entender, sino, al contrario, un régimen oligarquico, servido, que no moderado, por instituciones aparentemente parlamentarias. O dicho de otro modo: no es régimen parlamentario la regla, y excepción de ella los vicios y las corruptelas denunciadas en la prensa y en el Parlamento mismo durante sesenta años: al revés, eso que llamamos desviaciones y corruptelas constituyen el régimen, son la misma regla”.

Joaquín Costa, Oligarquía y caciquismo. Como la forma actual de gobierno en España:

urgencia y modo de cambiarla, Madrid, Biblioteca Nueva, 1998, pp. 72-73

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LAS GUERRAS DE CUBA Y FILIPINAS

Tema 11 Alfonso XIII y los problemas del nuevo reinado. Los intentos de regeneración del sistema (1902-1912). Los proyectos de Maura y Canalejas.

1. Presentación y objetivos

Este tema estudia los diez primeros años del reinado de Alfonso XIII. Comienza con una breve reflexión sobre los problemas con que el sistema político restauracionista va a encontrarse durante esos años. A continuación analiza la crisis de liderazgo en los partidos dinásticos durante los primeros años del reinado: Las formaciones políticas se fracturan en diferentes corrientes, continúan siendo formaciones clientelares, e incapaces de adecuarse a una sociedad en proceso de cambio al no evolucionar hacia la poítica de masas.

Eje fundamental del tema son las propuestas de regeneración del sistema de los dos partidos dinásticos auspiciadas por Antonio Maura y José Canalejas, programas distintos y en algún caso incompatibles, encaminados a hacer evolucionar el sistema y acabar con la ficción del sistema representativo por el fraude continuo en los procesos electorales. ¿Era posible que el régimen de la Restauración evolucionara hacia la democracia?

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Es fundamental el análisis y la valoración de las reformas propuestas: por ejemplo, la ley electoral de 1907, la política secularizadora, etc. Conviene recordar en qué ambiente social y cultural se hacían estas propuestas. En 1900 más de la mitad de los españoles eran analfabetos.

2. Esquema Alfonso XIII y los problemas del nuevo reinado. Los intentos de regeneración del sistema (1902-1912). Los proyectos de Maura y Canalejas. El 17 de mayo de 1902 Alfonso XIII con 16 años jura la Constitución y asume plenos poderes. Hacia una inestabilidad del sistema político 1. Disminuye la capacidad del gobierno de imponer el encasillado 2. Fragmentación de los partidos dinásticos 3. Aumenta el protagonismo político del rey. 4. Creciente movilización del electorado Los primeros gobiernos del reinado 1. Crisis de liderazgo en los partidos dinásticos

1.1 En el partido conservador.Gobiernos 1.2 En el partido liberal. Luchas por el liderazgo

2. Los gobiernos de Montero Rios y de Moret 2.1 Problemas con el ejército y con la Iglesia

Cataluña, paradigma de la crisis política 1. Política de masas y lucha electoral. 2. Desaparición del bipartidismo dinástico. 3. El electorado catalán se independiza de la influencia gubernamental 4. Nuevas fuerzas políticas,

4.1 La Lliga Regionalista. Su programa 4.2 El Partido Radical de Lerroux. 4.3 Solidaridad Catalana

5. En Valencia y Madrid hay importante sectores sociales que se integran en fuerzas opuestas al sistema.

En el resto del país las clases medias urbanas no se movilizaron. El “gobierno largo” de Maura (1907-1909) 1.Objetivos de su programa regeneracionista 2. Acción gubernamental

2.1 Injerencia gubernamental en las elecciones de 1907 2.2 Actividad legislativaReforma de la Marina y construcción de una escuadra

Reforma de la Administración local, no logró que se aprobara Reforma electoral Valoración

3. Fracaso en el intento de atraerse a los catalanistas a la política constitucional 4. Hostilidad de la prensa y el republicanismo 5. Recelos en su propio partido, aunque no impedía la solidez del gobierno. 6. El problema de Marruecos 7. La Semana Trágica de Barcelona 8. Salida de Maura del gobierno El turno de los liberales. El gobierno de Canalejas (1910-1912) 1. Su programa regeneracionista 2. El gobierno

2.1 Canalejas logró integrar a los distintos grupos liberales. 2.2 Actividad legislativa Legislación social y laboral Abolición del impuesto de consumos

Ley de Reclutamiento “Ley del candado” Proyecto de ley de Mancomunidades 2.3 Éxitos limitados de la política anticlerical de los liberales

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2.4 El problema de Marruecos 2.5 Conflictividad obrera 2.6 No pudo atraerse ni a republicanos ni a socialistas 2.7 Asesinado en la Puerta del Sol en noviembre de 1912

El anarquismo 1. Ideología 2. Zonas de expansión 3. 1910, creación de la Confederación Nacional del Trabajo, CNT 3. Conceptos fundamentales Mancomunidad Impuesto de consumos Anarquismo CNT 4. Lecturas complementarias -MORENO LUZÓN, J. (ed), Alfonso XIII: un político en el trono, Madrid, 2003 -TUSELL GÓMEZ, J. y GARCIA QUEIPO DE LLANO, G., Alfonso XIII. El rey polémico, Madrid, Taurus, 2001 -SECO SERRANO, C., Alfonso XIII, Madrid, Arlanza Ediciones, 2001 FORNER MUÑOZ, Salvador, Canalejas y el Partido Liberal Democrático (1900-1910). Madrid, Cátedra/Instituto Juan Gil-Albert, 1993. -GONZÁLEZ HENÁNDEZ, María Jesús. El universo conservador de Antonio Maura. Biografía y proyecto de Estado. Madrid, Biblioteca Nueva, 1997 -ÁLVAREZ JUNCO, José, El emperador del Paralelo. Lerroux y la demagogia populista. Madrid, Alianza, 1990. 5. Texto histórico “La posición de la Solidaritat ante el proyecto de Maura era bien curiosa. Todos, absolutamente todos, habíamos pedido repetidas veces un proyecto de Administración Local que permitiera fortalecer la vida municipal en España. Pensábamos los catalanes especialmente en el Ayuntamiento de Barcelona, cap i casal de Cataluña, que con el régimen de autonomía podía aumentar su prosperidad y su pujanza, con recursos y facultades para fortalecer la cultura catalana y con posibilidad de obtener el ejercicio de funciones que hasta el momento tenía reservadas el Poder central o ejercían los gobernadores civiles o delegados suyos. El proyecto de Administración Local de Maura, además de darnos todo eso abría el camino para restablecer la unidad de Cataluña, mediante la Mancomunidad de las cuatro provincias catalanas, uno de los puntos más esenciales de las aspiraciones catalanistas,. Había aún otra consideración que parecía determinar la conducta que tenían que seguir los diputados solidarios: el Ayuntamiento de Barcelona, cuando se sometió a información pública el proyecto de Administración Local de 1904, nombró una Comisión, de la cual formaron parte Carner y Suñol –convertidos en capitostes de la izquierda- que redactó un magnífico informe sobre aquel proyecto y propuso un montón de modificaciones, la casi totalidad de la cuales habían sido recogidas por el proyecto que ahora Maura presentaba a las Cortes. A pesar de todo, los diputados solidarios de izquierda se asociaron casi siempre a los liberales en la tarea de obstruir el proyecto de Administración Local, facilitando, a la vez, la tarea anticatalana y antidemocrática de los liberales.” En Francisco CAMBÖ, Memorias (1876-1936), Madrid, Alianza Editorial, 1987, pp. 146-147

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Elecciones generales (1901-1914)

1901 1903 1905 1907 1910 1914

Partido socialista --- --- --- --- 1 1Republicanos 19 36 30 17sin S. Catalana 37 33Liberales y demócratas 233 102 229 78 219 121Conservadores 91 234 115 252 102 214Disidentes romeristas 8 6 7 Regionalistas 6 7 7 41con S. Catalana 8 13Carlistas, integristas 7 7 5 11 10 7Independientes 28 11 8 5 11 11

Elaborado a partir de MARTÍNEZ CUADRADO, Miguel. Elecciones y partidos políticos de España (1868-1931). Madrid, Taurus, 1969

OCUPACIÓN DE MARRUECOS

Tema 12. Crisis e incapacidad del sistema. (1913-1923)

1. Presentación y objetivos

Tema amplio y complejo con varios centros de interés. Por un lado, la crisis política del sistema canovista producida por la escisión de los partidos dinásticos y la proliferación de fuerzas politicas con capacidad para bloquear en el Parlamento las iniciativas

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gubernamentales. La crisis se manifiesta en la inestabilidad de los gobiernos, apoyados en mayorías débiles, en el cierre de las Cortes y en la incapacidad para dar solución a los cambios sociales sobrevenidos a consecuencia de la I Guerra Mundial.

A tener muy en cuenta la crisis de 1917, en la que en un período corto de tiempo se plantean el problema militar por medio de las Juntas Militares de Defensa, la protesta de la oposición política en la Asamblea de Parlamentarios y la subversión obrera con la convocatoria de huelga general.

Como medida para salir de la crisis política se ensaya la vía de los gobiernos de concentración con participación de las distintas fuerzas políticas del dividido espectro dinástico. Aumenta la debilidad y la inestabilidad gubernamental.

Por otro lado, a la crisis política hay que añadir el incremento de la violencia política (1919-1921): la influencia de la revolución rusa y la recesión económica hicieron que las posturas de las organizaciones obreras se extremaran; la patronal se incorpora a la lucha y el gobierno reprime y utiliza el ejército. A este clima de tensión política y social hay que añadir el problema de Marruecos, siempre presente en la política nacional. El desastre de Annual, julio de 1921, y la petición de responsabilidades por la derrota darán paso al último gobierno constitucional de concentración liberal con un programa reformista. ¿Eran posibles las reformas planteadas? En contra, el ejército, la Iglesia, el rey.

2. Esquema Crisis e incapacidad del sistema. (1913-1923) La escisión de los partidos dinásticos. Crisis política De noviembre de 1912 a octubre de 1913 los dos partidos dinásticos sufren una grave crisis. 1. El Partido Liberal se divide a la muerte de Canalejas.

1.1 Romanones frente al grupo de García Prieto, 1.2 La cuestión de la descentralización precipitó la escisión

2. El Partido Conservador. Maura va perdiendo apoyos en su propio partido. 2.1 Desde el propio partido conservador se promueve a Dato. 2.2 Maura renuncia a la jefatura del partido. 2.3 Grupos: datistas, mauristas, ciervistas.

Problemas en los partidos de izquierda. 1. El partido radical de Lerroux en decadencia. 2. Crisis en la Conjunción. El partido socialista rompe con la Conjunción. 3. En 1912 surge un nuevo partido republicano, el partido reformista de Melquíades Alvárez.

3.1 Pragmáticos y antirrevolucionarios. 3.2 Tras la crisis de los partidos dinásticos se incorporan al sistema monárquico, 3.3 Su programa incluía la reforma constitucional: de la soberanía compartida a la soberanía nacional. 3.4 Partido de una minoría intelectual.

La creciente complejidad del sistema. Nuevas fuerzas políticas 1. El maurismo. 2. Grupos confesionales católicos agrupados en Ligas Católicas. Los católicos militantes muy divididos:

2.1 Católicos alfonsinos, 2.2 Tradicionalistas (carlistas e integristas) 2.3 La Asociación Católica de Propagandistas formada en 1909. Militantes católicos en defensa de los intereses de la Iglesia. Aceptan el régimen monárquico constitucional. En 1911 fundan el diario El Debate.

3. Otras fuerzas políticas que vienen a complicar el panorama político: 3.1 Los regionalistas y nacionalistas

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Crisis del parlamentarismo y el impacto de la Primera Guerra mundial 1. La capacidad para bloquear las iniciativas gubernamentales dificultó el funcionamiento del sistema 2. La Primera Guerra Mundial marca una divisoria en el régimen de la Restauración

2.1 Los años bélicos y la posguerra, un período de rápidos cambios sociales. 3. El gobierno Dato (1913-1915) declaró a España neutral.

3.1 Polémica entre aliadófilos y germanófilos 3.2 Beneficios de la neutralidad 3.3 La mayoría de la población vio descender su nivel de vida. 3.4 Encarecimiento de los precios, que subieron a mayor ritmo que los salarios.

4. Gobierno Romanones (diciembre 1915-abril 1917). Distintas facciones liberales. 4.1 Problema de escasez y aumento de precios de las subsistencias. 4.2 El proyecto de ley “sobre los beneficios extraordinarios de la guerra”. 4.3 Propuesta de reformas en el ejército 4.4 Cae el gobierno acosado por tensiones sociales y políticas.

5. Gobierno García Prieto (abril 1917-junio 1917). 5.1 Las relaciones entre los grupos liberales se deterioran. Alba y la Izquierda Liberal 5.2 La “cuestión social”. Actividad huelguística

6. La crisis de 1917, desafío al sistema en tres frentes 6.1 Las Juntas de Defensa 6.2 La Asamblea de Parlamentarios 6.3 La huelga general de agosto

7. Las Juntas y la Lliga, los claros vencedores de 1917 Creciente debilidad e inestabilidad gubernamental 1. Gobiernos de concentración

1.1. Demasiado heterogéneos para resultar duraderos y renovar el sistema político. 2. Intentos de reconstruir el turno

2.1 La “cuestión social”, el primer problema 2.2 Continúa el problema de las Juntas

El 8 de marzo de 1921 un anarquista disparó contra Eduardo Dato. Expansión y radicalización del movimiento obrero. 1. Aumento de afiliados 2. Las posturas se extreman: Influencia de la revolución rusa y recesión económica 3. La CNT se aleja de los socialistas. Asume el liderazgo de la lucha obrera. 4. “Trienio bolchevique” entre1919 y 1921. El problema de Marruecos. 1. Gobierno de Allende-Salazar (marzo-agosto 1921).

1.1 Problemas y actuación en el protectorado de Marruecos. 1.2 Tensiones entre militares peninsulares y africanistas 1.3 El general Dámaso Berenguer, alto comisario en Marruecos, partidario de avances paulatinos. 1.4 El general Fernández Silvestre, comandante general de Melilla, penetra en el Rif. -Rebelión de las cabilas al mando de Abd-el-Krim. -Desastre de Annual, julio 1921

2. Gobierno Nacional presidido por Maura (agosto 1921, marzo 1922). 2.1 el general Berenguer con el apoyo de Millán Astray restablece la situación en Marruecos.

3. Gobierno Sánchez Guerra (marzo 1922, septiembre 1922). 3.1 Informe Picasso, sobre las responsabilidades de la derrota en Marruecos. 3.2 Debate en el Parlamento: “impunistas” y “responsabilistas”.

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3.3 El máximo tribunal militar procesa a un grupo de militares, incluido el general Berenguer. 3.4 El ejército en abierta hostilidad con el sistema. 3.5. Las clases medias rechazo al reclutamiento de soldados de cuota para Marruecos.

Último gobierno constitucional de concentración liberal, presidido por García Prieto 1. El gobierno de concentración liberal presenta un programa reformista 2. Obstáculos y dificultades para llevarlo a la práctica 3. Conspiración militar: Golpe de estado de Primo de Rivera, 13 septiembre de 1923 3. Conceptos fundamentales -gobiernos de concentración -africanistas y peninsulares -impunistas y responsabilistas -cabila 4. Lecturas complementarias -CABRERA, M., Con luz y taquígrafos. El Parlamento en la Restauración (1913-1923), Madrid, Taurus, 1998. -MARIN ARCE, J.Mª., Santiago Alba y la crisis de la Restauración, Madrid, UNED, 1990 -MORENO LUZÓN, J., Romanones. Caciquismo y política liberal, Madrid, Alianza Editorial, 1998 -VILLALOBOS, Federico. El sueño colonial. Las guerras de España en Marruecos. Barcelona, Ariel, 2004. -ROMERO SALVADÓ, Francisco J., España 1914-1918. Entre la guerra y la revolución. Barcelona, Crítica, 2002. 5. Texto histórico

“La decisiva victoria de la Asamblea de Parlamentarios, expulsando del poder al Partido

Conservador datista y destruyendo el juego del turno de dos partidos que eran un puro artificio y abiertamente contrarios a todos los puntos del programa de la Asamblea, fue negada o puesta en entredicho por hombres y grupos asambleístas. (...)

Clamaban victoria los regionalistas y algunos diputados independentes que veían triunfar el programa y las finalidades que había proclamado la Asamblea.

Pero se proclamaban decepcionados, o bien traicionados, muchos izquierdistas de la Asamblea que esperaban resultados que nunca la Asamblea había prometido y que podían formularse así: los de la Lliga, que redacten notas y programas, que lleven toda la campaña contra el Gobierno y los partidos de turno, que soporten el esfuerzo constante y el desgaste. Nosotros les ayudaremos en la tarea destructora. ¡Ah!, pero a la hora del triunfo, nosotros haremos surgir de la Asamblea una revolución político-social que nos traerá la República o la Dictadura del proletariado. Es natural que aquellos que esperaban esto de la Asamblea tuvieran una fuerte decepción con su desenlace. Marcelino Domingo , el más revolucionario pero el más sincero de todos , así lo proclamó.

También quedaron decepcionados de los resultados de la Asamblea los que, habiendo quedado al margen de ella, por si fracasaba, esperaban pescar algo, caso de ir bien: Romanones, Alba, etc.(...)

Seguramente el que estaba más satisfecho del resultado de la Asamblea era yo, no sólo porque nos había abierto, con plena dignidad, el camino del Poder –única vía para encontrar una solución satisfactoria a las aspiraciones de Cataluña-, sino porque, durante el proceso de la Asamblea, las maquinaciones de los izquierdistas que en ella actuaban, en íntimo contacto

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con organizaciociones revolucionarias y anarquistas, me habían causado alguna inquietud sin que, sin embargo, nunca perdiera la confianza de conservar el control..., cosa que sólo conseguí con un esfuerzo y una rapidez de maniobra que ahora me sorprenden al recordarlas.”

En Francisco CAMBÖ, Memorias (1876-1936), Madrid, Alianza Editorial, 1987, pp. 261-262

La carestía en Barcelona(1914-17)

artículos % de aumento de precio

Trigo 62 Maíz 80 Harina 22 Patatas 90 Garbanzos 70 Arroz 92 Aceite 51 Fuente: Correo catalán, 1 de enero de 1918

Porcentajes de escaños de los grupos políticos en el Congreso de los Diputados

Años

electorales

Partido Conservador

PartidoLiberal

Suma partidos

dinásticos

Total

oposición 1901 21,7 61,1* 82,8 17,2 1903 59,5* 25,3 84,8 15,2 1905 30,2 56,6* 86,8 13,1 1907 62,3* 19,3 81,6 18,4 1910 25,2 54,2* 79,4 17,3 1914 52,4* 29,6 82 16,3 1916 27,6 56,2* 83,8 15,1 1918 37,9* 40,8* 78,7 21,3 1919 49,3* 32,5 81,8 16,9 1920 56,7* 25,1 81,8 16,7 1923 26,4 54,5* 80,9 15,1

* El asterisco indica el partido que gobernaba en el momento en el que se convocaban las elecciones

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HUELGA 1917

CAMPAÑA DE ANNUAL

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