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CURSO 2013-2014 |Psicología Social GRADO EN PSICOLOGÍA GRADO GUÍA DE ESTUDIO DE LA ASIGNATURA 2ª PARTE | PLAN DE TRABAJO Y ORIENTACIONES PARA SU DESARROLLO

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACIÓN A DISTANCIA

CURSO 2013-2014

|Psicología Social

GRADO EN PSICOLOGÍA

GRADO GUÍA DE ESTUDIO DE LA ASIGNATURA

2ª PARTE | PLAN DE TRABAJO Y ORIENTACIONES PARA SU DESARROLLO

PSICOLOGÍA SOCIAL

UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACIÓN A DISTANCIA 2

1.- PLAN DE TRABAJO

Como se señala en la guía del curso, los contenidos de la asignatura de Psicología Social no son difíciles de comprender. No obstante, y en parte debido a que se centra en procesos sobre los que tenemos experiencia en la vida cotidiana, puede ocurrir que el estudio de los temas no se lleve a cabo con el suficiente rigor, y no se tenga en cuenta el enfoque científico y académico con el que se abordan estos procesos en el manual de la asignatura. Por esa razón, es importante trabajar a fondo el texto desde esa perspectiva científica y rigurosa, ya que las preguntas del examen exigen un alto grado de precisión.

La asignatura de Psicología Social consta de 9 créditos, y se estructura en dos cuatrimestres. Teniendo

en cuenta que cada crédito ECTS equivale a 25 horas de trabajo, en la planificación del curso se estima que el alumno deberá dedicar 112,5 horas a trabajar en esta asignatura cada cuatrimestre. Si los estudiantes dedican este tiempo, con toda seguridad superarán la asignatura con éxito. En esta estimación se tiene en cuenta la lectura y aprendizaje de los temas que son materia de examen, las prácticas que se realicen bajo la supervisión de los profesores tutores, las actividades planificadas por los profesores de la sede central (vídeos, programas de radio, y otros recursos telemáticos) o por los profesores tutores de los centros asociados, así como la participación en los foros.

Cada cuatrimestre consta de 10 actividades de aprendizaje: 7 temas de estudio del manual “Introducción

a la Psicología Social”, dos temas de estudio del “Cuaderno de Investigación en Psicología Social”, y una práctica (PEC), relacionada con los temas de estudio del Cuaderno de Investigación que entrarán como materia de examen. Por lo tanto, se estima que la dedicación media para cada una de estas actividades será de 11,25 horas. Evidentemente, no todas las actividades requieren ese tiempo para su realización, pero las actividades que llevan más tiempo se ven compensadas por otras que exigen menos dedicación.

En el curso 2013-14, el temario de estudio que es materia de examen en el primer cuatrimestre incluye

los Capítulos 1 a 7 del texto “Introducción a la Psicología Social” y los Capítulos 1 y 2 del “Cuaderno de Investigación en Psicología Social”. En el segundo cuatrimestre, son materia de examen los Capítulos 8 a 14 del texto “Introducción a la Psicología Social” y los Capítulos 5 y 7 del “Cuaderno de Investigación en Psicología Social”.

Las prácticas (PEC), que serán evaluadas por el tutor virtual asignado en el primer y segundo

cuatrimestre, están disponibles en el curso virtual de la asignatura. A continuación se incluye una planificación ordenada y secuenciada temporalmente de las actividades

que deberá realizar cada estudiante, que puede servir como guía para organizar el aprendizaje de la asignatura a lo largo del curso. Las fechas de entrega de las PECs se harán públicas en aLF, en el plan de trabajo de la asignatura, y en el documento de instrucciones de las propias PECs. Las fechas que figuran en el cronograma son orientativas.

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CRONOGRAMA RECOMENDADO

PRIMER CUATRIMESTRE

1ª Semana 2ª Semana 3ª Semana 4ª Semana

Octubre Lectura y estudio del Tema 1. (Días 1-6)

Lectura y estudio del Tema 2. (Días 7-13)

Repaso Temas 1 y 2 (Días 14-20)

Lectura y estudio del Tema 1 del Cuaderno de Investigación en Psicología Social: “Cultura, evolución y diferencias entre hombres y mujeres” (Días 21-27)

Noviembre Lectura y estudio del Tema 2 del Cuaderno de Investigación en Psicología Social: “Diferencias sexuales en los celos” Planificación de la 1ª PEC. (Días 28-3)

Lectura y estudio del Tema 3. (Días 4-10).

Lectura y estudio del Tema 4. (Días 11-17)

Repaso Temas 3 y 4. (Días 18-24) Aclaración de dudas para realizar 1ª PEC.

Diciembre Lectura y estudio del Tema 5. (Días 25-1)

Lectura y estudio del Tema 6 (Días 2-8).

Lectura y estudio del Tema 7 (Días 9-15)

Repaso temas 5, 6 y 7. ÚLTIMA SEMANA ENTREGA 1ª PEC. (Días 16-22)

Enero Periodo de vacaciones

Preparación de exámenes

Preparación de exámenes

Periodo de exámenes

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SEGUNDO CUATRIMESTRE

1ª Semana 2ª Semana 3ª Semana 4ª Semana

Febrero Periodo de exámenes

Lectura y estudio del Tema 8. (Días 10-16)

Lectura y estudio del Tema 9. (Días 17-23)

Lectura y estudio del tema 10. (Días 24-2)

Marzo Repaso temas 8, 9 y 10. (Días 3-9)

Lectura y estudio

del tema 5 del

Cuaderno de

Investigación en

Psicología

Social: “El lado

oscuro de la

empatía y el lado

bueno de la

conducta

agresiva”.

(Días 10-16)

Lectura y estudio del Tema 11. (Días 17-23)

Lectura y

estudio del

tema 7 del

Cuaderno de

Investigación en

Psicología

Social:

“Influencia de

los estereotipos

asociados a la

edad en la

salud de los

adultos

mayores”.

Planificación de la 2ª PEC.

(Días 24-30) Abril

Lectura y estudio del Tema 12. (Días 31-6)

Repaso temas 11 y 12. Aclaración de dudas para realizar la 2ª PEC (Días 8-13)

Periodo de vacaciones

Lectura y estudio del Tema 13. ÚLTIMA SEMANA ENTREGA 1ª PEC. (Días 22-27)

Mayo Lectura y estudio del Tema 14. (Días 28-4)

Preparación de exámenes

Preparación de exámenes

Periodo de exámenes

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2.- ORIENTACIONES PARA EL ESTUDIO DE LOS CONTENIDOS

En este apartado se incluyen una serie de orientaciones que pueden guiar al estudiante para preparar cada uno de los temas que son materia de examen. Como complemento, en el curso virtual de la asignatura se incluyen ejercicios de autoevaluación en cada tema para que pueda comprobar la asimilación de los contenidos estudiados y, además, tener una idea bastante aproximada del tipo de preguntas que encontrará en el examen. Se recomienda que estos ejercicios se realicen después del estudio y repaso de los temas. Las soluciones de estas preguntas también están disponibles en el apartado autoevaluación en el curso virtual de la asignatura.

El material básico para cada uno de los temas de estudio numerados a continuación es el capítulo correspondiente en el libro de texto: “Introducción a la Psicología Social”, 2ª edición. Madrid: Sanz y Torres, 2013. Al inicio de cada capítulo del libro de texto hay un esquema de los contenidos, así como una descripción de los resultados de aprendizaje que se han marcado como objetivo para ese tema. Como colofón de cada capítulo se incluye un resumen que sintetiza los aspectos esenciales abordados. También se destacan una serie de términos clave, definidos en el glosario que aparece al final del libro, que es recomendable consultar al inicio del estudio de cada capítulo. Los cuadros o tablas incluidos en cada tema son materia de estudio y, por lo tanto, su contenido puede ser preguntado en el examen.

Asimismo, en el manual, al final de cada capítulo, se recomiendan lecturas y otros medios escritos o audiovisuales como material complementario que puede enriquecer el aprendizaje de los contenidos estudiados. Con ese mismo fin, también está disponible en el curso virtual de la asignatura diverso material audiovisual complementario debidamente explicado.

En cada cuatrimestre se incluyen dos temas de estudio del “Cuaderno de Investigación en Psicología Social”, 2ª edición. Madrid: Sanz y Torres, 2013. Las orientaciones sobre estos temas se hallan en esta guía al final de cada cuatrimestre. No obstante, se sugiere que se estudien en el orden propuesto en el cronograma del curso.

PRIMER CUATRIMESTRE: TEMARIO DE LA 1ª PRUEBA PRESENCIAL

TEMA 1. ¿QUÉ ES LA PSICOLOGÍA SOCIAL?

Contextualización

Este capítulo constituye una presentación de la asignatura y la primera toma de contacto del estudiante con la Psicología Social. Por eso, abordamos en él cuestiones necesarias para crear un marco de referencia que sirva para entender lo que vendrá después: qué es la Psicología Social, cuáles son los principios básicos de los que parte, qué tipo de procesos estudia y cómo lo hace. Una parte del capítulo se dedica a una cuestión que es central para esta disciplina: la importancia de la sociabilidad para el ser humano, que se refleja en una necesidad básica de pertenencia (es decir, de formar parte de relaciones con otros) y en las consecuencias negativas del rechazo de los demás para la salud física y psicológica del que lo sufre. Queremos hacer hincapié en la recomendación de compaginar el estudio de esta asignatura con el de otras en el primer curso, especialmente Fundamentos de Investigación y Psicología del Aprendizaje, ya que muchos de los conceptos que se manejan son explicados con más detalle en esas asignaturas. Orientaciones para el estudio de los contenidos

La idea fundamental de este tema es que la Psicología Social se centra en los procesos que vinculan a la

persona con el contexto social. Dado que el contexto social lo constituyen las personas que rodean al individuo, lo que estudia esta disciplina en concreto son aquellos procesos por los que los demás influyen en la forma de pensar, sentir y comportarse de las personas. Estos procesos son de distinta naturaleza (individuales, interpersonales, grupales y societales) y suelen interactuar entre ellos. En relación con esta idea, es importante:

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comprender cómo se produce la influencia de los demás y tener claro que no es necesario que estén físicamente presentes para ejercer esa influencia;

entender en qué consiste la distinta naturaleza de los procesos psicosociales, y discriminar entre lo individual, lo interpersonal, lo grupal y lo societal, asimilando lo que tienen de social todos ellos;

aprender cómo interactúan los procesos psicosociales de distinta naturaleza en una situación determinada.

También es esencial entender la diferencia entre realidad objetiva y realidad construida, y conocer la

importancia que la Psicología Social concede a esta última, así como al pensamiento no racional, porque en temas posteriores estos conceptos se manejarán a menudo y se darán por asimilados.

Una segunda idea fundamental del capítulo es que todos los procesos que estudia la Psicología Social

se basan en la tendencia innata del ser humano a la sociabilidad. Esa tendencia, que conservamos de nuestro pasado evolutivo por su importancia para la supervivencia, se plasma en un motivo social básico: el motivo de pertenencia, que consiste en la necesidad que nos impulsa a formar relaciones fuertes y estables con otras personas o a integrarnos en grupos. En esta parte del tema se revisan diversos modelos centrados en los motivos sociales, y muy en especial en el motivo de pertenencia. Es importante entender las aportaciones de cada uno de estos modelos:

El modelo de Susan Fiske distingue 5 motivos sociales básicos que favorecen la integración de las personas en grupos y su adaptación a ellos. Aunque este modelo se desarrolla más extensamente en el siguiente capítulo, aquí es importante entender su concepción del motivo de pertenencia.

El modelo de Kip Williams se centra sobre todo en cómo reaccionan las personas ante una amenaza de exclusión social. Es importante diferenciar entre las cuatro necesidades fundamentales que distingue el modelo y conocer las diferentes reacciones en función de cuál de esas necesidades se ve amenazada.

El modelo de Levine y Kerr relaciona la necesidad de pertenencia con la búsqueda de metas individuales. Es decir, las personas necesitan formar parte de relaciones interpersonales y grupales fuertes y estables porque ello les permite obtener metas importantes. El modelo destaca dos: la búsqueda de una autoestima positiva y la evitación de la incertidumbre. Hay que entender cómo se logran esas metas y el papel que la comparación social tiene en todo ello.

El modelo de Richman y Leary también se centra en las reacciones ante la amenaza de rechazo, pero pone el énfasis en la necesidad de pertenencia, dejando de lado las otras necesidades fundamentales que distingue el modelo de Williams. Su aportación más importante es el concepto de “sentimientos heridos”, como emoción específica y característica de las situaciones de rechazo, y también la especificación de los aspectos que influyen en la interpretación que la persona hace del rechazo y que condicionan su reacción a él. Es importante entender cada uno de esos aspectos y asimilar las posibles reacciones de la persona cuando se siente rechazada.

El capítulo dedica también una atención específica al grupo, como uno de los pilares de la sociabilidad.

En relación con esto, es necesario comprender:

el papel de la interdependencia entre los miembros del grupo en el funcionamiento de éste;

la importancia del grupo para el autoconcepto de la persona a través de la identificación social (aunque esta cuestión se tratará más extensamente en el Capítulo 5);

los distintos tipos de metas (además de la motivación básica de pertenencia) que persiguen los individuos al unirse a un grupo, y los costes que ello les supone;

las posibles formas que puede adoptar el conflicto de metas dentro del grupo.

En el Capítulo 10 del Cuaderno de Investigación se puede encontrar una explicación más detallada de algunos de estos procesos, especialmente sobre el efecto de discontinuidad individuo-grupo y el conflicto entre los intereses individuales y los grupales.

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TEMA 2. INFLUENCIA DE LA EVOLUCIÓN Y LA CULTURA EN LOS PROCESOS PSICOSOCIALES

Contextualización

Este capítulo trata de mostrar la influencia, por separado y conjunta, de nuestra historia evolutiva como especie y de la cultura en nuestra forma de pensar, sentir y actuar socialmente. Los procesos que estudia la Psicología Social, de los que se ocupa esta asignatura, adquieren así una perspectiva más amplia que el “aquí y ahora” que caracteriza algunos enfoques psicosociales. Esta visión más amplia puede ayudar al psicólogo en su profesión, cualquiera que sea su ámbito de trabajo, para evitar caer en dicotomías erróneas (innato-adquirido, naturaleza-cultura, predeterminado-modificable, etc.) y en determinismos de uno u otro signo (genético o cultural), y ser consciente en todo momento de que el comportamiento social de las personas no tiene una única causa, de que los procesos que influyen en él tienen un origen muy anterior al propio individuo y de que la presencia implícita de los demás (en forma de patrones culturales) ejerce una influencia decisiva en esos procesos psicológicos y en ese comportamiento. Orientaciones para el estudio de los contenidos

La idea fundamental de este tema es que la presencia de los demás ha ejercido influencia en la mente y la conducta del ser humano a lo largo de toda su historia como especie. Esa presencia, que en un principio probablemente era sólo física, ha provocado que nuestro cerebro evolucionara en una dirección determinada. Gracias a los mecanismos y procesos que iban desarrollándose para la adaptación a la vida en grupo, se fue haciendo posible la influencia de los otros aun sin estar físicamente presentes (presencia imaginada), de manera que la vida social fue haciéndose más compleja y la capacidad para la cultura (capacidad que compartimos con otras especies) alcanzó un ritmo de evolución sin precedentes. En ello ha tenido un papel esencial la creación, acumulación y transmisión (a través del espacio y del tiempo) de prácticas conductuales útiles para la adaptación al medio, así como de significados y formas de interpretar la realidad. De esta forma, llegó a ser posible que la presencia de los demás influyera también de forma implícita, a través de esas prácticas y significados compartidos y transmitidos.

Para poder alcanzar los resultados de aprendizaje previstos en este tema, es importante comprender y

asimilar los siguientes puntos:

La especie humana ha evolucionado en un ambiente social por la necesidad de coordinarse con otros para hacer frente a las exigencias del medio físico.

La coordinación y la convivencia en grupo planteaban una serie de demandas (por ejemplo, encontrar un equilibrio entre los intereses individuales y grupales) que provocaron que nuestro cerebro evolucionara en una dirección concreta, cuya consecuencia fue el desarrollo de nuestras capacidades cognitivas y de los procesos psicológicos en general. La más decisiva para el futuro de nuestra especie fue la capacidad para la cultura, que ha acabado influyendo en su evolución.

La cultura ha adquirido tal importancia para el ser humano que éste ha llegado a depender de ella para sobrevivir.

La cultura puede entenderse como un conjunto de estrategias de adaptación al medio que son compartidas y transmitidas. De ahí que ante entornos diferentes se planteen estrategias distintas, lo que daría lugar a la variabilidad cultural que caracteriza a nuestra especie.

De las dimensiones descritas para medir esa variabilidad cultural, la de “individualismo-colectivismo” es la que más utilizan los psicólogos sociales para explicar las diferencias culturales en los procesos que estudian. Esta dimensión trata de dar respuesta al problema universal de la relación del individuo con el grupo.

La Psicología Social se ocupa de estudiar cómo el contexto (características de la situación, presencia de otros e interacción con ellos), afecta a nuestros procesos psicológicos y conductas.

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Pero esa influencia no es directa, sino mediada por la interpretación que hacemos de él. Esa interpretación no sería posible sin las capacidades y procesos psicológicos desarrollados a lo largo de la evolución, ni serviría para funcionar en un medio social sin el acervo cultural que nos permite tener una visión de la realidad compartida con otros.

En ciertos contextos situacionales la conducta puede estar guiada principalmente por los procesos psicológicos universales, mientras que en otros la cultura juega un papel prioritario. Pero, en el fondo, existe siempre una influencia conjunta de la evolución y la cultura, porque bajo la diversidad cultural que se observa en muchos procesos psicosociales subyace una universalidad que interactúa inevitablemente con las variables culturales. Esta interacción se podrá apreciar a lo largo del manual de la asignatura, ya que en varios capítulos se incluyen cuadros donde se analiza esa influencia en procesos psicosociales específicos. Además, en el Cuaderno de Investigación (Capítulos 1 y 2) se trata de forma expresa la conexión entre evolución y cultura en relación con dos aspectos de las relaciones interpersonales: la elección de pareja y los celos.

TEMA 3. COGNICIÓN SOCIAL

Contextualización

El término cognición social hace referencia a la manera en que interpretamos, analizamos, recordamos y utilizamos la información sobre el mundo social, es decir, cómo pensamos acerca de los demás. Por tanto, este capítulo detalla las teorías y conocimientos que explican la forma en que pensamos sobre el mundo social y cómo esos pensamientos influyen en nuestra conducta y en la de las demás personas. Conceptos como esquemas, heurísticos, procesamiento automático y controlado, que también se estudian en Psicología básica, en este tema se aplican específicamente al entorno social y son centrales para interpretar el contexto. Por esa razón, el conocimiento profundo de los contenidos que son materia de estudio en este tema es imprescindible para el psicólogo, en cualquiera de los ámbitos en los que actúe profesionalmente. Por citar algunos ejemplos, en el terreno educativo, conviene conocer los esquemas y estructuras de conocimiento previos que los profesores tienen sobre los alumnos. Identificar estos procesos supone un paso importante de cara a reconocer las consecuencias que pueden tener en los juicios. Asimismo, en el ámbito de la clínica existe una perspectiva cognitiva que se centra en los pensamientos como fuente de algunas patologías. Este tema resulta, además, fundamental para comprender otros procesos básicos en Psicología Social como son los procesos de percepción social y atribución (Capítulo 4) y los procesos subyacentes en la formación de los estereotipos (Capítulo 11).

Orientaciones para el estudio de los contenidos

De cara a una correcta comprensión de los apartados recogidos en este capítulo, el estudiante debe, en primer lugar, diferenciar el concepto de cognición social de la cognición en general, puesto que se trata de un término que va a encontrar en otras asignaturas. La cognición social se ocupa de la forma en que las personas almacenamos, interpretamos y recuperamos la información procedente del medio social. Es decir, en la cognición social intervienen, además de procesos cognitivos generales como la memoria, la atención, la percepción, etc., procesos sociales como la atribución de causalidad a la conducta de los demás o la inferencia sobre sus rasgos de personalidad o sobre sus intenciones y actitudes, que implican ir más allá de la información que nos llega del medio y la construcción de principios cualitativamente distintos a la cognición del mundo físico.

Una segunda cuestión que debe quedar clara es que el ser humano tiene una capacidad limitada de

procesamiento, lo que hace necesario recurrir a estrategias que le permitan manejar de la forma más eficiente posible toda la información que recibe. En relación con esta idea, es importante entender que las personas hacemos uso de diversas estrategias, como son:

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Reducir la cantidad de información que procesamos (mediante la atención selectiva, por ejemplo). Reducir la cantidad de procesamiento necesaria mediante el empleo de estructuras de conocimiento

que ya tenemos almacenadas en la memoria (esquemas, ejemplares). Reducir los recursos de procesamiento mediante el uso de heurísticos.

En un análisis minucioso de estos conceptos, el estudiante que por primera vez se enfrenta a ellos podrá

comprobar cómo se utilizan continuamente para manejar de forma efectiva la gran cantidad de información que recibimos del medio, y cómo se combina el empleo de procesos automáticos con el de procesos más controlados y conscientes. Es recomendable que a partir de los ejemplos que figuran en el texto se busquen otros alternativos que le permitan afianzar su comprensión.

Una consecuencia de cómo se maneja la información procedente del medio social son los sesgos y errores

cognitivos que podemos cometer. Sin embargo, no nos debemos quedar con la idea de que las personas no solemos procesar de forma adecuada la información; esos sesgos y errores son el resultado de la necesidad de procesar de forma que se evite la sobrecarga cognitiva. Por otra parte, esos errores se acaban corrigiendo por sí solos y, en general, el funcionamiento cognitivo es bastante eficaz.

Aunque a lo largo de todo el tema se ha hecho referencia a procesos automáticos y controlados, se dedica

un apartado específicamente a la distinción entre ambos tipos de procesamiento. Es importante conocer las características de cada uno, así como las diferencias entre procesos preconscientes y postconscientes.

Los dos últimos apartados se refieren a la relación de la cognición con otros dos tipos de procesos mentales:

emoción y motivación. Por lo que respecta a la influencia mutua entre la forma en que las personas pensamos y sentimos, debe entenderse en qué consiste el efecto de congruencia con el estado de ánimo, y a través de qué mecanismos se produce, así como los procesos por los cuales la cognición puede tener un impacto en la emoción.

Con respecto a las relaciones entre cognición y motivación, es importante el concepto de “metas” y cómo

influyen en la forma en que procesamos la información a la hora de elaborar juicios y tomar decisiones. También hay que asimilar cómo los motivos sociales básicos se relacionan con el funcionamiento cognitivo en el medio social.

TEMA 4: PERCEPCIÓN SOCIAL Y ATRIBUCIÓN

Contextualización Este tema se centra en los procesos mediante los que inferimos cómo son las personas y por qué se

comportan de determinada manera. El conocimiento profundo de los contenidos que son materia de estudio en este tema es imprescindible para el psicólogo, en cualquiera de los ámbitos en los que actúe profesionalmente. En relación con los procesos de percepción social, por ejemplo, el psicólogo que trabaja en el área de recursos humanos con frecuencia debe realizar inferencias y formarse impresiones globales rápidas sobre los candidatos en un proceso de selección de personal. En cuanto a la atribución, entre sus aplicaciones podemos destacar las realizadas en: a) el campo de la salud, aplicando sus modelos para mejorar la comprensión del proceso salud-enfermedad y utilizando las terapias atributivas como alternativas de tratamiento; b) la educación, para la explicación del comportamiento de logro y la optimización de la tarea educativa, y c) el ámbito judicial, al estudiar los sesgos y procesos que se desarrollan en la atribución de culpabilidad y responsabilidad sobre una acción.

Recomendamos la lectura de los Capítulos 3 y 4 del Cuaderno de Investigación para obtener una visión más

orientada a la investigación sobre estos procesos.

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Orientaciones para el estudio de los contenidos

El capítulo se estructura en dos grandes apartados: percepción social y atribución. En él se hace especial

hincapié en la influencia que tienen en el proceso de inferencia social las estructuras mentales del perceptor, sus experiencias, emociones, motivaciones y valores.

La percepción social es una parte de la cognición social y abarca aquellos procesos relativos a cómo

atendemos, seleccionamos e integramos la información nueva que nos llega de los demás para formarnos una primera impresión de alguien. En el estudio de estos procesos es necesario conocer las características de la conducta no verbal, como primer elemento de información sobre las intenciones de la persona percibida, así como los diversos modelos sobre formación de impresiones que explican cómo se combina la información para llegar a la impresión final que nos formamos de otra persona. Es importante identificar las diferencias entre el enfoque de “configuración gestáltica” y los de “combinación lineal”. La percepción de personas ocurre en un contexto dinámico en el que intervienen diversos elementos. Por tanto, existen factores asociados no sólo al perceptor, sino también a la persona percibida y a la información, que están conformando la impresión final.

La percepción social constituye el paso previo a los procesos de atribución que se abordan en la segunda

parte del capítulo. Los procesos de atribución también son una parte de la cognición social y se refieren a las explicaciones que damos sobre las causas de las acciones de otras personas (heteroatribuciones) y sobre nuestras propias acciones (autoatribuciones). El estudio de las distintas teorías conviene abordarlo comprendiendo las aportaciones que hace cada una de ellas y cómo cada modelo va completando aspectos de las explicaciones causales no tratados por enfoques anteriores. A continuación se señalan los puntos clave de las distintas teorías estudiadas en este capítulo:

El análisis ingenuo de la conducta. Los individuos siguen unas normas de inferencia basadas en el

sentido común y denominadas “psicología ingenua de la acción”. Según esto, los acontecimientos quedan explicados suficientemente cuando se averigua por qué se han producido. Para comprender la conducta de una persona es importante localizar si la causa que origina esa acción (“locus de causalidad”) está en la persona o depende de la situación y el ambiente. La atribución a causas internas sólo está clara si el actor tiene la capacidad y la intención de realizar esa acción. Heider diferencia entre atribución de causalidad y atribución de responsabilidad.

Teoría de las inferencias correspondientes. Esta teoría se centra en las atribuciones internas, personales o disposicionales, pero sin tener en cuenta el ambiente. Existen tres condiciones que posibilitan que se hagan atribuciones a las características personales: intención del actor, correspondencia entre la conducta realizada y una característica o rasgo del actor, y efectos de la acción en comparación con otras conductas alternativas.

El Modelo de covariación y los esquemas causales. El principio de covariación se refiere a la forma en que hacemos atribuciones causales cuando tenemos mucha información sobre posibles causas de un determinado efecto. Para descartar causas improbables aplicamos ese principio, que consiste en atribuir el efecto a la causa o condición que está presente cuando tiene lugar el efecto, y que está ausente cuando el efecto no se produce. Hay tres tipos de información que las personas tenemos en cuenta y cuya combinación utilizamos como estrategia para realizar una predicción: consenso, distintividad y consistencia. Este modelo es aplicable sólo si se tiene mucha información, sobre la persona en diferentes situaciones y sobre otras personas en situaciones similares. En la mayoría de los casos no se dispone de tanta información, y entonces hay que recurrir a unos esquemas preestablecidos (causas suficientes múltiples o causas necesarias múltiples) sobre cómo se combinan distintas causas para producir un efecto.

Es necesario diferenciar los distintos errores y sesgos en la atribución y comprender las explicaciones que se

han propuesto sobre sus raíces a partir de la investigación empírica. Por último, hay que comprender las consecuencias que se pueden derivar tanto de las autoatribuciones como de las heteroatribuciones en lo que se

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refiere a las expectativas futuras de éxito o fracaso, así como respecto a las relaciones que mantenemos con nuestro entorno social.

TEMA 5. AUTOCONCEPTO E IDENTIDAD

Contextualización Autoconcepto e identidad social, así como la relación entre ambos, son nociones esenciales en la formación

del psicólogo, independientemente de la especialización profesional del estudiante una vez finalizada la carrera. Buen ejemplo de ello es que son temas que se tratan, de manera transversal, en todas las áreas de estudio de la Psicología. La investigación en torno a estos conceptos es muy relevante en Psicología Social. Asimismo, el enfoque psicosocial de los procesos vinculados al autoconcepto y a la identidad social contribuirá a entender mejor los estudiados por la Psicología de la Personalidad (por ejemplo, la importancia que tiene para la persona pertenecer a unos grupos y no a otros) o la Psicología Evolutiva (por ejemplo, para comprender mejor el desarrollo del individuo y su formación como persona).

La lectura del Capítulo 8 del Cuaderno de Investigación ayudará a entender mejor algunos de los contenidos

expuestos en este tema. Orientaciones para el estudio de los contenidos

El capítulo se inicia definiendo tres conceptos relacionados con el yo: autoconcepto, autoestima y autopresentación.

En el estudio del autoconcepto, es necesario:

Identificar cómo se organiza el conocimiento sobre uno mismo, en forma de autoesquemas que abarcan diferentes facetas del ser humano, así como las distintas formas de representar mentalmente ese conocimiento.

Comprender cómo se integra esa diversidad de facetas que conforman el conocimiento de uno mismo.

Asimilar cómo se construye el conocimiento que la persona tiene de sí misma a través de la introspección y de la imagen de sí que le devuelven los demás.

En cuanto a la comprensión del concepto psicosocial de autoestima, es esencial entender el estrecho vínculo que existe con las creencias que configuran el autoconcepto de la persona, así como el papel que juegan los otros en la valoración que hacemos de nosotros mismos. Asimismo, es necesario comprender que el autoensalzamiento, la autoverificación y la autoexpansión son procesos motivacionales que impulsan a la búsqueda de una valoración positiva del yo.

Por lo que respecta a los procesos de autopresentación, es fundamental comprender las distintas estrategias

que se utilizan a la hora de mostrar las facetas del yo que queremos que otras personas conozcan, para causar una buena impresión, así como las diferencias individuales en los mecanismos que se emplean para controlar la imagen que se presenta a los demás.

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TEMA 6. ACTITUDES

Contextualización

Una de las funciones más importantes de los psicólogos es la de influir para fomentar o implementar aquellas conductas que son deseables. Teniendo en cuenta la relación que existe entre actitudes y conducta, en la formación del psicólogo es esencial conocer en profundidad el concepto de actitud, así como los mecanismos que afectan a la formación y al cambio de actitudes. El conocimiento de las teorías sobre actitudes es aplicable a cualquier ámbito de actuación del psicólogo: clínico, educativo u organizacional. Las aplicaciones de estas teorías son muy amplias y pueden desarrollarse en relación con temas que tienen gran importancia en el nivel individual ya que, por ejemplo, la autoestima es una actitud hacia uno mismo con gran influencia en múltiples conductas, así como en las relaciones interpersonales. También en el nivel grupal las actitudes juegan un papel fundamental, y los prejuicios son el ejemplo más patente de cómo influyen las actitudes en las relaciones grupales. Asimismo, son trascendentes en el plano más macrosocial, en el que las actitudes se relacionan con temas tan diversos como la salud, el medio ambiente, la política, la propaganda, la publicidad o el marketing, por citar algunos ejemplos. Orientaciones para el estudio de los contenidos

El elemento esencial del concepto de actitud es su carácter evaluativo. Una actitud siempre se refiere a un ente, que se denomina formalmente “objeto de actitud”, y que puede ser cualquier cosa. Esa evaluación (positiva o negativa) puede basarse en creencias, emociones o conductas asociadas a ese objeto actitud. No hay que confundir la actitud con los componentes en los que se basa. La actitud es un fenómeno psicológico no observable. Esa valoración de un objeto lleva aparejada una predisposición a responder de determinada manera hacia él. Las actitudes se infieren a partir de su expresión en forma de respuestas que se dan al objeto de actitud. Estas respuestas pueden ser de tres tipos: cognitivas, afectivas y conductuales. Las actitudes se miden a partir de las respuestas provocadas por el objeto de actitud. En el estudio de este tema, hay que hacer especial hincapié en la comprensión de los siguientes puntos:

Las funciones psicológicas que cumplen las actitudes en los procesos de interacción de una persona con

su medio físico y social, que son, esencialmente, cuatro: de conocimiento, instrumental, defensiva del yo, y expresiva de valores.

En la formación y cambio de actitudes entran en juego procesos biológicos y de aprendiza je (clásico, operante o vicario). Es muy importante comprender la influencia del contexto en la formación y cambio de actitudes. En relación con este punto, hay que destacar dos aspectos:

o Las actitudes varían dependiendo de la información accesible en ese contexto y momento concreto.

o El contexto influye no sólo en qué información viene a la mente en ese momento, sino también en la intensidad y/o valencia de la evaluación.

Al estudiar la relación entre actitudes y conducta, hay que distinguir entre los postu lados básicos de las teorías más importantes en torno a esta relación. El modelo MODE y la teoría de la acción razonada se centran en cómo pueden influir las actitudes en la conducta. La teoría de la disonancia cognitiva aborda cómo la conducta influye sobre las actitudes.

La idea fundamental del modelo MODE es que, una vez que se tiene una actitud hacia un objeto, esa actitud puede influir en la conducta de dos formas: a) mediante un procesamiento espontáneo, basado en la activación automática de esa actitud; b) mediante un procesamiento elaborado, en que se analiza detalladamente la información disponible.

Desde la teoría de la acción razonada se postula que la intención de realizar una conducta está determinada por dos factores independientes: uno personal (la actitud hacia la conducta) y uno que refleja la influencia del contexto social sobre el individuo (la norma subjetiva). Su ampliación posterior, la teoría de la acción planificada, añadió un nuevo componente: el control percibido. Es

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importante comprender conceptualmente cada uno de estos componentes dentro del marco de esta aproximación teórica, que fue diseñada para explicar y predecir el comportamiento humano en contextos específicos, y que es aplicable a conductas deliberadas, es decir, aquellas conductas que se realizan después de pensarlas, y no de forma espontánea.

Por lo que respecta a la teoría de la disonancia cognitiva, las ideas centrales son las siguientes: o La disonancia se produce cuando existen cogniciones que no concuerdan entre sí. o La consciencia de haber realizado una determinada conducta, o de sentir una emoción concreta,

se considera también una cognición, como cualquier conocimiento sobre la realidad. o La disonancia es psicológicamente incómoda, por lo que la persona está motivada a reducirla. o La disonancia es un factor motivacional y no cognitivo. o El mayor o menor grado de malestar psicológico o, lo que es lo mismo, la magnitud de la

disonancia, depende de dos factores: la proporción de cogniciones disonantes en relación con las cogniciones consonantes, y la importancia de cada una de esas cogniciones para la persona.

Hay que comprender qué se desea investigar en cada uno de los paradigmas experimentales relacionados con la teoría de la disonancia, así como el procedimiento empleado en cada uno de ellos.

TEMA 7. INFLUENCIA, PERSUASIÓN Y CAMBIO DE ACTITUDES

Contextualización

Los procesos de influencia social están presentes en cualquier conducta del ser humano. Desde que nacemos, necesitamos de la influencia que ejercen en nosotros las personas de nuestro entorno para poder desarrollarnos. Pero esos procesos de influencia no sólo afectan al individuo, sino también a los grupos y a la sociedad en su conjunto. De esos procesos de influencia dependen, en buena medida, fenómenos que tienen que ver con el aprendizaje, con conductas grupales o con que las estructuras y valores que rigen una sociedad se mantengan o cambien. Por esa razón, la influencia social es un tema central para la Psicología, y muy especialmente para la Psicología Social. La mayor parte de la influencia tiene lugar a través de procesos de comunicación, es decir, a través de procesos persuasivos en los que se emite un mensaje con la intención de cambiar actitudes y conductas. Estos procesos son un elemento fundamental de estudio en otras áreas de conocimiento, como medios de comunicación, publicidad y marketing, opinión pública o Psicología Política.

Para profundizar más en estas cuestiones, recomendamos la lectura de los Capítulos 6 y 9 del Cuaderno de

Investigación. Orientaciones para el estudio de los contenidos

En la introducción al capítulo se hace referencia a la definición de Psicología Social que ya se mencionó en el Capítulo 1, señalando que, aunque el tema de la influencia sea transversal en todos los procesos sobre los que trata esta disciplina, se ha desarrollado un corpus teórico y aplicado que se centra, específicamente, en el cambio de actitudes debido a la influencia intencionada por parte de un agente. Desde esta perspectiva, han sido dos los enfoques que ha abordado el tema: la conformidad o aceptación de un requerimiento (en un sentido amplio) y la influencia a través de comunicaciones persuasivas. Estos dos enfoques constituyen los dos grandes apartados en los que se estructura el capítulo. A continuación se señalan algunos de los aspectos más importantes de este tema:

Es esencial comprender que los principios básicos de influencia se refieren a características básicas y fundamentales del ser humano, de las que se derivan muchas conductas sociales, y que sirven para actuar en muchas situaciones de interacción social diferentes. Precisamente porque son útiles y funcionales en muchas ocasiones nos sirven como heurísticos.

PSICOLOGÍA SOCIAL

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De cada uno de los seis principios de influencia tipificados por Robert Cialdini hay que comprender cómo actúan al aplicarlos como regla heurística de acción, y también conocer el funcionamiento de las principales tácticas de influencia basadas en cada uno de ellos.

Respecto a los modelos desarrollados sobre comunicaciones persuasivas, hay que conocer las aportaciones de las principales aproximaciones teóricas, haciendo especial hincapié en el enfoque del modelo de probabilidad de elaboración, en el que se sintetizan los desarrollos anteriores.

Se analizan los elementos clave en el proceso persuasivo, y hay que conocer y comprender qué variables condicionan cada uno de estos elementos de modo que afecten a la eficacia persuasiva del mensaje.

TEMAS DE CONTENIDO EMPÍRICO: 1. CULTURA, EVOLUCIÓN Y DIFERENCIAS ENTRE HOMBRES Y MUJERES

2. DIFERENCIAS SEXUALES EN LOS CELOS: EL PAPEL DE LA EVOLUCIÓN Y DE LA IDENTIDAD DE GÉNERO

Resultados de aprendizaje (Objetivos)

Comprender el papel de la historia evolutiva y de la cultura en el origen de las diferencias psicológicas entre hombres y mujeres.

Familiarizarse con la forma de abordar empíricamente los temas de interés psicosocial y con los métodos de investigación empleados para tal fin.

Establecer conexiones entre teoría e investigación psicosocial, identificando las bases teóricas de las hipótesis planteadas en las investigaciones empíricas.

Interpretar resultados de investigaciones empíricas dentro del campo psicosocial y evaluar su relevancia para las teorías que se contrastan.

Aprender a adoptar un enfoque científico, no ideológico, ante los fenómenos que estudia la Psicología Social, por controvertidos que sean.

Contextualización

Las diferencias psicológicas entre hombres y mujeres son una cuestión que impregna muchos de los ámbitos en los que trabaja el psicólogo y que suele conllevar una fuerte carga de ideología de uno u otro signo. Para el profesional es imprescindible adoptar una postura no sesgada, exenta de prejuicios. El objetivo de estos dos capítulos, estrechamente relacionados entre sí, es precisamente proporcionar unas pautas sobre cómo puede abordarse un tema tan polémico como el origen de las diferencias de género desde un enfoque científico, apoyado en resultados de investigación y no en creencias o valores.

Estos capítulos se relacionan con los contenidos abordados en varios capítulos del manual de la

asignatura, en concreto: el Capítulo 2 (“Influencia de la evolución y la cultura en los procesos psicosociales”), el Capítulo 8 (“Afiliación, atracción y rechazo”), el Capítulo 11 (“Estereotipos”, especialmente con el epígrafe sobre “estereotipos de género”), y sirve asimismo de ejemplo para ilustrar el epígrafe sobre “la investigación en Psicología Social” del Capítulo 1 (“¿Qué es la Psicología Social?”). Materiales requeridos para el estudio Material básico:

Capítulos 1 y 2 del siguiente libro: López Sáez, M., Gaviria, E. Bustillos, A. y Fernández, S. (2013). Cuaderno de Investigación en Psicología Social (2ª edición). Madrid: Sanz y Torres.

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Material complementario:

Buss, D. M. (1989). Sex differences in human mate preferences: Evolutionary hypotheses tested in 37 cultures.

Behavioral and Brain Sciences, 12, 1-49.

En este artículo, el psicólogo evolucionista David Buss presenta un estudio transcultural sobre las diferencias entre hombres y mujeres en cuanto a los criterios que más valoran a la hora de elegir pareja. Sus predicciones se basan en la teoría evolucionista de la inversión parental. Eagly, A. H. y Wood, W. (1999). The origins of sex differences in human behavior. Evolved dispositions versus

social roles. American Psychologist, 54, 408-423.

Alice Eagly y Wendy Wood son dos psicólogas sociales que han mantenido una viva controversia con David Buss sobre el origen de las diferencias psicológicas entre hombres y mujeres. En este artículo exponen su postura basada en el origen sociocultural de dichas diferencias y la contrastan con la posición evolucionista, utilizando para ello los datos transculturales del propio Buss. Buss, D. M., Larsen, R., Westen, D. y Semmelroth, J. (1992). Sex differences in jealousy: Evolution, physiology and

psychology. Psychological Science, 3, 251-255.

Partiendo también de la teoría de la inversión parental, Buss y sus colaboradores exploran en este artículo las diferencias entre hombres y mujeres en cuanto a las situaciones que les provocan unos celos más intensos, combinando la metodología experimental con los registros psicofisiológicos. Gómez-Jacinto, L., Canto-Ortiz, J. y García-Leiva, P. (2001). Variables moduladoras de las diferencias de sexo en

los celos. Revista de Psicología Social, 16, 293-313.

En este artículo se presentan dos estudios realizados por tres psicólogos sociales de la Universidad de Málaga, en los que se replica el estudio de Buss y colaboradores sobre las diferencias sexuales en los celos, introduciendo además diversas variables sociales y culturales que según los críticos del enfoque evolucionista podrían estar influyendo en los resultados de Buss. El último apartado del capítulo se dedica íntegramente a destacar los aspectos fundamentales de los dos estudios, lo que contribuirá a una mejor comprensión del artículo pero no sustituye su lectura.

Nota. Estos cuatro artículos están disponibles en el CD-ROM del Cuaderno de Investigación y aparecen descritos con cierto detalle a lo largo de los dos capítulos.

En el CD-ROM del Cuaderno de Investigación, el estudiante podrá disponer del material complementario

relacionado con los aspectos abordados en este tema. Orientaciones para el estudio de los contenidos En estos dos temas se abordan, en el plano empírico, las diferencias entre hombres y mujeres correspondientes a dos aspectos de la relación entre sexos: la elección de pareja y la experiencia de los celos. Para ello se tienen en cuenta dos perspectivas, la evolucionista y la sociocultural, en principio enfrentadas pero no necesariamente opuestas, puesto que es posible hallar puntos de encuentro entre ambas. Es importante comprender los argumentos defendidos y las predicciones formuladas por cada una de estas perspectivas, tanto en lo que se refiere al origen de las diferencias psicológicas entre hombres y mujeres en general como en cuanto a los criterios valorados en la elección de pareja y a la experiencia de los celos.

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También hay que prestar atención a los puntos en que ambas perspectivas coinciden, y a aquellos resultados que se confirman en los estudios de unos y otros, pero se interpretan de distinta forma, o se les concede distinto grado de importancia. Esta es una característica muy frecuente en la investigación. Muchas veces las diferencias no están en los resultados sino en la forma de interpretarlos o en el peso que se les concede en la explicación de los fenómenos. A lo largo de ambos capítulos se describen con cierto detalle una serie de investigaciones. El objetivo no es que el estudiante memorice los datos numéricos presentados, sino que tenga un contacto más directo con el proceso de investigación y pueda comprender su relación con los contenidos teóricos que se exponen en el manual de la asignatura. En cambio, sí es importante observar hasta qué punto los resultados obtenidos confirman las hipótesis de las que partían los autores, y cómo las críticas planteadas por otros investigadores contribuyen a perfilar y refinar los estudios. En este sentido, podemos establecer una distinción entre las investigaciones que buscan explorar fenómenos nuevos, como ocurre con los dos trabajos de Buss recogidos en los capítulos, y aquellas cuyo objetivo es replicar estudios de otros colegas con el fin de rebatir sus conclusiones o incluir otras variables para analizar su influencia. Este sería el caso del trabajo de Eagly y Wood con respecto al estudio de Buss sobre las diferencias en elección de pareja, y el del artículo de Gómez Jacinto y sus colegas en relación con la investigación de Buss y colaboradores sobre los celos. Ambos objetivos son útiles si contribuyen al avance de la disciplina.

SEGUNDO CUATRIMESTRE: TEMARIO DE LA 2ª PRUEBA PRESENCIAL

TEMA 8: AFILIACIÓN, ATRACCIÓN Y RECHAZO INTERPERSONAL: ASPECTOS CENTRALES DE LAS RELACIONES INTERPERSONALES

Contextualización

El conocimiento de las relaciones interpersonales, tan centrales en la vida de las personas, es indispensable si queremos comprender la conducta humana, tanto individual como social.

En este capítulo se abordan de manera específica los elementos en los que se basan ese tipo de

relaciones: la tendencia a la afiliación, consecuencia inevitable de la sociabilidad que caracteriza a nuestra especie, como se vio ya en el Tema 1, los procesos de atracción que conducen a la formación de relaciones de amistad y de pareja, y su contrapartida: la experiencia de sentirse rechazado, que tiene importantes repercusiones para la salud tanto psicológica como física.

Orientaciones para el estudio de los contenidos

Afiliación, atracción y rechazo son tres aspectos de las relaciones interpersonales que están íntimamente

asociados. La tendencia a la afiliación, es decir, a relacionarnos con otras personas, es innata en el ser humano, pero no es indiscriminada, sino que hay una serie de factores que determinan con quiénes preferimos afiliarnos, es decir, por quiénes nos sentimos más atraídos. Por otra parte, no siempre que buscamos el contacto con otra u otras personas lo conseguimos, por lo que al abordar este tema es inevitable hablar de la experiencia del rechazo por parte de otros.

En relación con el concepto de afiliación, conviene distinguirlo de otro que también se maneja en el capítulo y

que ya ha aparecido en otros anteriores: la necesidad de pertenencia. Este último hace referencia a la necesidad de formar parte de relaciones positivas, fuertes y estables, mientras que la afiliación es menos exigente en ese sentido, y se refiere a la necesidad general de relacionarse con otras personas, independientemente de la

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duración, la calidad o la naturaleza de ese contacto. Es importante entender que no se trata de una tendencia monolítica, sino que el deseo de contacto con otros varía con las personas y con las situaciones. Hay que asimilar las distintas razones que llevan a las personas a afiliarse con otras. En el caso concreto de las situaciones de ansiedad y estrés, se debe comparar el enfoque de Schachter con el de la teoría de la utilidad de la afiliación, y tener claras las aportaciones de ésta última para matizar el planteamiento de aquél.

La necesidad de afiliación y contacto no puede satisfacerse sin la colaboración del otro, es decir, hace falta

que la otra persona nos acepte. Aquí es muy importante el concepto de “valor relacional percibido”, que ya aparecía en el Capítulo 1, pero al que aquí se le dedica una atención especial por ser la clave del sentimiento de aceptación o rechazo por parte de los demás. Debe entenderse asimismo cómo estimamos nuestro valor relacional para los demás según la propuesta de la teoría del sociómetro, también presentada en capítulos anteriores (el 1 y el 5).

Con respecto a la atracción interpersonal, hay que comprender por qué es una actitud con componentes

cognitivos, emocionales, conductuales y también motivacionales, y asimilar las distintas formas de enfocar la cuestión según cada perspectiva teórica: las teorías del refuerzo (intercambio e interdependencia) y las teorías de la consistencia cognitiva. Sobre la otra perspectiva mencionada en el capítulo, la evolucionista, se puede obtener información en los Capítulos 1 y 2 del Cuaderno de Investigación en Psicología Social. En relación con los factores que influyen en la atracción, debe entenderse en qué consiste cada uno de los principios (semejanza, reciprocidad, familiaridad y atractivo físico), en qué condiciones operan y porqué lo hacen, así como las relaciones entre ellos.

En cuanto a la experiencia de sentirse rechazado, aunque se menciona también en el Capítulo 1, aquí se

plantea como contrapartida a la afiliación y la atracción. Es importante comprender las consecuencias conductuales, cognitivas y emocionales del rechazo para la persona que lo sufre.

TEMA 9: CONDUCTA DE AYUDA

Contextualización

El estudio de la conducta de ayuda desde la Psicología Social es uno de los temas centrales en la formación de un psicólogo, que le resultará de utilidad independientemente del área profesional a la que el estudiante se dirija una vez terminada la carrera: organizaciones, clínica, y/o educativa.

Conocer los procesos que explican por qué las personas ayudan a otros, a quién es más probable que

ayuden, cuándo lo hacen y cuándo no, resultará imprescindible para poder contrarrestar los factores que inhiben la conducta prosocial y fomentar aquellos que la facilitan, tanto en el ámbito concreto en que el psicólogo desarrolle su trabajo como en su esfera personal. En el Capítulo 5 del Cuaderno de Investigación se puede encontrar una perspectiva bastante contraintuitiva sobre algunas de las cuestiones abordadas en este tema. Orientaciones para el estudio de los contenidos

En este capítulo se estudia un tema importante que muchas veces ha desconcertado a los psicólogos: el

altruismo, o su manifestación externa, la conducta de ayuda. En efecto, desde un punto de vista conductista, las conductas de ayuda de carácter altruista son difícilmente explicables puesto que, al menos en principio, no van acompañadas de un refuerzo o premio, sino, en muchas ocasiones, más bien lo contrario. Desde el punto de vista de la teoría de la evolución clásica, también eran difícilmente explicables y hubo que añadir otros conceptos para hacerlo, como “eficacia biológica inclusiva”, “selección por parentesco” y “altruismo recíproco”. A pesar de todo, parece indudable que el altruismo es un componente importante en las relaciones sociales humanas. Pero, ¿en qué consiste concretamente el altruismo? ¿Existe en estado puro o siempre se busca, aunque sea

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indirectamente, una recompensa? ¿Por qué unas veces actuamos para resolver el problema de otra persona y otras veces permanecemos indiferentes? ¿Cómo se ve la cuestión desde la perspectiva de la persona que recibe la ayuda? En este tema se examinan algunas de las respuestas que desde la Psicología Social se han dado a estas preguntas. A continuación se indican los aspectos más importantes de cada apartado: ¿Qué se entiende por conducta de ayuda en Psicología Social? En este punto es importante comprender las semejanzas y diferencias entre conducta prosocial, conducta de ayuda, conducta altruista y cooperación. ¿Cuándo ayuda la gente? Se aborda, fundamentalmente, cómo afectan las características de la situación y, como un elemento fundamental de ella, las características de la persona que necesita ayuda. Es importante entender en qué consiste el denominado “efecto de los espectadores” y la metodología (experimental) utilizada para estudiarlo. Para ello debe leerse y comprenderse el experimento de Darley y Latané expuesto en el Cuadro 9.2. También hay que conocer el modelo de decisión sobre la intervención en emergencias, formulado por Latané y Darley para tratar de explicar qué condiciones tienen que darse para que las personas ayuden. Los cinco pasos de este modelo deben estudiarse con detalle, entendiendo las diferencias entre conceptos como “ignorancia pluralizada” y “difusión de la rersponsabilidad”. En cuanto a las características de la persona necesitada de ayuda que pueden influir en que se la ayude o no, la que más investigación ha generado es la semejanza con el potencial benefactor. Aquí es importante entender las explicaciones que se han propuesto de por qué preferimos ayudar a personas que son semejantes a nosotros y en qué circunstancias optamos por ayudar a alguien diferente. En este sentido, debe leerse y comprenderse el experimento de Gaertner y Dovidio (Cuadro 9.5), que estudia la relación entre conducta de ayuda y semejanza/diferencia racial entre la víctima y el observador. En cuanto al último aspecto relativo a las características del receptor de la ayuda, hay que entender la forma en que hacemos inferencias sobre el grado de merecimiento de ayuda que atribuimos a la persona en cuestión, y asimilar cómo opera la atribución defensiva y en qué circunstancias se produce el fenómeno de “culpabilización de la víctima”, como estrategia que se emplea para justificar la falta de ayuda a alguien semejante.

¿Cómo ayuda la gente? En este apartado debe estudiarse el modelo de activación y coste-recompensa, formulado por Piliavin y sus colaboradores para explicar el tipo de ayuda que se prestará en función de los costes-beneficios que implique dicha acción (en el Cuadro 8.8 aparece un resumen de la segunda parte del modelo, que es la que se expone en este epígrafe; la primera, relativa a la activación, se aborda en el apartado siguiente). El modelo de activación y coste-recompensa puede considerarse una ampliación del de Latané y Darley en el sentido de que se aplica a cualquier decisión sobre si ayudar o no (no sólo en situaciones de emergencia), y que especifica el tipo de ayuda que se prestará (no sólo si se ayudará o no). ¿Por qué ayuda la gente? En primer lugar, se señala el papel del refuerzo y la observación de modelos a la hora tanto de aprender como de llevar a cabo conductas de ayuda. Es importante entender el efecto del castigo (refuerzo aversivo), tanto si se aplica a la conducta de ayuda como a la conducta de no ayuda. En segundo lugar, se abordan los factores emocionales y motivacionales. Hay que asimilar el diferente efecto que tiene el estado de ánimo positivo y el negativo sobre la conducta de ayuda, así como la relación entre atribución de responsabilidad a la víctima, emoción y conducta de ayuda, según Weiner (Cuadro 9.7). Se exponen después dos posturas que tratan de explicar los motivos que llevan a las personas a ayudar a otros. La primera, representada por los modelos del “alivio del estado negativo” y de “activación y coste-recompensa” (la primera parte del modelo ya presentado en el apartado anterior), propone que la conducta de ayuda es siempre motivada por el propio interés del que la presta. Es importante, no obstante, entender las diferencias entre ambos modelos. La segunda postura, el modelo de “empatía-altruismo”, sugiere la posibilidad de que las conductas de ayuda no sólo estén provocadas por razones egoístas, sino también por motivos auténticamente altruistas (ayudar al otro no sólo para reducir nuestra propia incomodidad, sino para aliviar sus necesidades). Hay que asimilar ambos puntos de vista y conocer cómo se ha ido desarrollando toda una línea de investigación en torno a la polémica entre egoísmo y altruismo (Cuadro 9.8). También hay que entender las distintas formas que puede adoptar la empatía, así como sus posibles efectos en la motivación y la conducta. Finalmente, se alude a la importancia de las normas sociales y personales. Con independencia del refuerzo y de la activación emocional, también existen unas normas o reglas culturales que indican cuándo se debe ayudar. Entre ellas se destacan la norma de reciprocidad, la norma

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de equidad y la norma de responsabilidad social. Para complicar la situación todavía más, cada uno de nosotros puede tener también determinadas “normas personales” que le indican cuándo y cómo debe ayudar.

El origen evolutivo de la conducta de ayuda. Hay que comprender y distinguir los tres mecanismos que se han propuesto para explicar la evolución del altruismo. El altruismo supone beneficiar a otro en muchos casos a costa de uno mismo o, al menos, sin buscar el beneficio propio. Para que una tendencia así no se haya extinguido y sea adaptativa para la especie humana tienen que haberse desarrollado determinados mecanismos para reconocer a nuestros parientes o miembros de nuestro grupo cercano (a los cuales se ayudará con mayor probabilidad, según propone la teoría de la selección por parentesco), y para detectar a los posibles “tramposos” que reciben favores pero no los devuelven (como deberían hacer según la teoría del altruismo recíproco). Estos mecanismos parecen existir. Pero también ha podido evolucionar si ha facilitado la supervivencia de los grupos gracias a la cooperación entre sus miembros (selección de grupo). Debe comprenderse el papel de la preocupación empática como mecanismo probable de influencia de los genes en la conducta de ayuda, así como el proceso propuesto por el modelo de percepción-acción para explicar cómo va evolucionando desde el nivel más básico del contagio emocional hasta el más complejo de toma de perspectiva empática.También es importante tener en cuenta los factores relativos a las experiencias de la persona a lo largo de su vida (Cuadro 9.10). La conducta de ayuda desde el punto de vista del que la recibe. Toda conducta de ayuda implica al menos dos personas: el que proporciona la ayuda y el que la recibe. Hasta ahora nos hemos centrado en los que prestan ayuda. Este apartado se centra en aquéllos que la reciben. En primer lugar, deben estudiarse los factores que influyen a la hora de solicitar ayuda (características personales del que necesita la ayuda y del potencial donante, tipo de problema y de ayuda que se necesita, tipo de relación que existe entre receptor y donante, etc.). En segundo lugar, hay que entender la reacción ante la ayuda recibida sin haberla solicitado, y el argumento basado en el sentimiento de amenaza a la autoestima para explicar y predecir las reacciones positivas o negativas de la gente ante la ayuda ofrecida por otros. La conducta de ayuda grupal. Es importante comprender el cambio en la forma de entender la influencia de los grupos en la conducta de ayuda de los individuos. Hay que estudiar las características de los comportamientos de ayuda grupales (Cuadro 9.12), con especial atención al voluntariado, y sus diferencias con la conducta de ayuda interpersonal.

TEMA 10: AGRESIÓN

Contextualización

Este capítulo proporciona al psicólogo las herramientas teóricas y empíricas que son necesarias para analizar los actos de agresión en el contexto social, identificar los factores que están produciendo este tipo de actos y conocer los mecanismos psicológicos y sociales que actúan en cada caso. De esta forma, podrá analizar el problema de agresión en su contexto, formular las hipótesis acerca de la causalidad del problema, elaborar programas de intervención y evaluar la eficacia de dichos programas. En el Capítulo 5 del Cuaderno de Investigación se plantean las relaciones entre este tema y el anterior y se proporciona una visión diferente de las implicaciones de la conducta agresiva. Orientaciones para el estudio de los contenidos

A continuación se detallan, desglosadas por apartados, algunas orientaciones que subrayan las cuestiones más importantes abordadas en este capítulo:

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¿Qué se entiende en Psicología Social por agresión? En este apartado se presenta la definición de agresión desde la Psicología Social, algunas de las implicaciones de dicha definición, y se matiza la relación entre este concepto y otros relacionados, en concreto, conducta antisocial, violencia y maldad. Es importante tener claras las diferencias entre todos ellos. Por otro lado, se expone una muestra de distintas formas que puede adoptar la agresión humana y, se hace hincapié en una distinción clásica entre dos tipos de agresión: la agresión hostil o reactiva y la instrumental o proactiva. Esta distinción refleja la existencia de diferentes motivaciones que, en último término, permiten predicciones específicas respecto a un tipo y otro de agresión. No debe olvidarse, en cualquier caso, que en la vida cotidiana es frecuente que los actos de agresión respondan a motivaciones mixtas. Las raíces biológicas de la agresividad humana. En este apartado es importante entender que la conducta agresiva ha evolucionado como otros comportamientos debido al valor adaptativo que tuvo para nuestros ancestros. Deben estudiarse los distintos indicios del componente innato de este tipo de conducta y también los que muestran la influencia conjunta de factores biológicos y ambientales. La influencia ambivalente de la cultura. De este apartado deben quedar claros los siguientes puntos: 1) que la cultura hace posible que el ser humano tenga que depender menos de la agresión para sobrevivir; 2) que la cultura suele ejercer en las personas una influencia inhibidora de la agresión, por medio de normas que son interiorizadas por los individuos y también mediante modelos transmitidos por los medios de comunicación; 3) que la cultura, también mediante normas y modelos, puede tolerar e incluso justificar y fomentar indirectamente el empleo de la agresión; y 4) que existen diferencias entre culturas en cuanto al grado de aceptación de la agresión. ¿Cómo se explica la conducta agresiva en Psicología Social? Antes de entrar de lleno a exponer las teorías propiamente psicosociales se introducen brevemente las que pueden considerarse como sus antecedentes, y que representan dos formas contrapuestas de explicar el comportamiento agresivo: la teoría de la frustración-agresión lo concibe como un impulso innato, mientras que las teorías del aprendizaje por condicionamiento lo entienden como una conducta aprendida. Es importante entender las diferencias entre estas dos perspectivas y cómo explica cada una de ellas este tipo de comportamiento. En cuanto a las teorías psicosociales, se presentan sólo tres: el modelo neoasociacionista cognitivo, la teoría del aprendizaje social y el modelo general de agresión. Es fundamental comprender los conceptos y mecanismos que destacan cada una de estas teorías, así como los aspectos en los que superan y amplían las teorías de las que parten. ¿Por qué agredimos a otros? Si en apartados anteriores se ha tratado la evolución y la cultura como el marco amplio que encuadra los actos de agresión, este amplio epígrafe aborda los antecedentes próximos del comportamiento agresivo. Tres tipos de conocimientos se desarrollan en él. Por una parte, se identifican los factores que actúan como desencadenantes de la agresión, y la evidencia empírica que ilustra sus efectos sobre los comportamientos agresivos. Estos factores se encuentran tanto en la situación (desencadenantes sociales y no sociales) como en la persona (mecanismos emocionales y cognitivos), y actúan bien precipitando la conducta, bien interfiriendo en su inhibición, o bien como factores de riesgo que predisponen a la agresión. Por otra parte, se presentan algunas teorías e hipótesis formuladas acerca de los efectos de tales desencadenantes. Y, en tercer lugar, se presentan los paradigmas de estudio que con mayor frecuencia se han utilizado en estas investigaciones. La agresión grupal. En este apartado se aborda de manera muy resumida la agresión que tiene lugar dentro de los grupos o entre grupos distintos. Es importante entender las semejanzas y diferencias entre la agresión grupal y la interpersonal, que ha sido el objeto del resto del capítulo, y también identificar esas características de la agresión grupal en los diferentes ejemplos que se presentan en el cuadro 10.7. Prevención y reducción del comportamiento agresivo. Se exponen aquí diversas estrategias de intervención diseñadas a partir del conocimiento teórico y de la investigación generada en la disciplina. Este apartado puede servir de repaso de lo anterior al contemplar la aplicación de algunos de los conocimientos presentados en el capítulo para resolver el problema social que supone a veces el comportamiento agresivo de las personas.

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TEMA 11. ESTEREOTIPOS

Contextualización

El concepto de estereotipo constituye una de las nociones más estudiadas en Psicología Social por diversas razones. En primer lugar, debido a que los estereotipos son la base cognitiva del prejuicio, por lo que contribuyen a mantenerlo a través de diferentes mecanismos. En segundo lugar, los estereotipos cumplen diversas funciones, tanto a nivel individual como social, que permiten explicar distintos acontecimientos sociales. Una vez estudiados los aspectos más generales del estereotipo, el capítulo concluye con una aproximación a un ámbito aplicado, de notable interés en la actualidad, como es el de los estereotipos de género. El estudio de los estereotipos de género desde la perspectiva psicosocial es importante en la formación del psicólogo para analizar adecuadamente los problemas de violencia familiar, de sexualidad, y, en general, los aspectos relacionados con el significado y las consecuencias que tiene ser mujer u hombre en el mundo contemporáneo. En definitiva, esta visión no puede ignorarse por parte de las personas que aspiren a realizar un análisis objetivo e integral de la realidad desde una perspectiva psicosocial.

Los contenidos de este capítulo están estrechamente relacionados con los del Capítulo 3, “Cognición social”,

así como con los del Capítulo 12, “Análisis psicosocial del prejuicio”, y también con el Capítulo 7 del Cuaderno de Investigación, “Influencia de los estereotipos asociados a la edad en la salud de los adultos mayores”. Orientaciones para el estudio de los contenidos

En relación con la primera parte, en que se aborda de forma general el estudio de los estereotipos, es necesario conocer:

La definición de estereotipo: creencias más o menos estructuradas en la mente de un sujeto sobre un grupo social.

Los mecanismos que contribuyen a la formación y mantenimiento de los estereotipos. Las diferentes formas de medir los estereotipos, puesto que en función de la que se utilice se va a

obtener distinto tipo de información. Es decir, hay que entender y diferenciar los cuatro tipos, contemplando qué es lo que cada una de las formas de medida aporta al estudio de los estereotipos.

Las funciones de los estereotipos. En este apartado, se debe distinguir entre las funciones que cumplen a nivel individual y social.

El contenido de los estereotipos. El modelo presentado supone una de las aportaciones más recientes en el estudio del contenido de los estereotipos. Es fundamental diferenciar las dos dimensiones en las que se agrupa ese contenido: competencia y cordialidad. Se recomienda estudiar detenidamente el Cuadro 11.5, donde se establece cómo se pueden combinar estas dimensiones y la relación que se establece entre ellas y la estructura social de estatus y poder de los grupos, así como el tipo de prejuicio y las emociones asociadas a ellos, derivados de la clasificación en esas dimensiones.

Sobre los estereotipos de género es importante:

Saber qué son los estereotipos de género. Distinguir los cuatro componentes que se describen en el texto (rasgos, roles, ocupaciones y

características físicas). Conocer en qué consisten las dimensiones descriptiva y prescriptiva de los estereotipos de género,

sus funciones diferenciadas, y los procesos por los que cada una de ellas da lugar a distintos tipos de discriminación.

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TEMA 12: ANÁLISIS PSICOSOCIAL DEL PREJUICIO

Contextualización

Conocer qué es el prejuicio, así como sus manifestaciones y los factores subyacentes, es fundamental en la formación del psicólogo para prestar ayuda profesional, tanto a los miembros de los colectivos desfavorecidos (p. e., inmigrantes, mujeres maltratadas), como a quienes mantienen fuertes prejuicios hacia esas personas. Esto puede favorecer la integración de estos colectivos en la sociedad y la satisfacción de sus necesidades básicas. Por tanto, un profesional de la Psicología necesita conocer la información presentada en este capítulo para favorecer cambios de actitud en la sociedad con respecto al prejuicio que dificulta la integración e inserción de las minorías sociales y de las mujeres.

Este capítulo está estrechamente relacionado con los siguientes capítulos del manual de la asignatura: 6

“Actitudes”, 11 “Estereotipos”, y 13 “Psicología de los grupos”.

Orientaciones para el estudio de los contenidos

Este tema se centra en el estudio psicosocial del prejuicio hacia miembros de minorías étnicas y hacia mujeres. En primer lugar, es importante conocer los aspectos definitorios del estudio psicosocial del prejuicio, lo que ayudará a enmarcar adecuadamente el estudio del tema.

Otro aspecto clave se refiere a los diferentes enfoques de estudio del prejuicio desde la Psicología Social. En

este punto hay que prestar especial atención a la concepción del prejuicio como actitud, por ser una de las más extendidas en la disciplina.

Posteriormente, el tema se centra en los modelos contemporáneos en el estudio del prejuicio, caracterizados

por abordar formas de expresión del prejuicio más sutiles e indirectas que las expresiones tradicionales. Respecto al prejuicio racial, hay que conocer con detalle, y saber diferenciarlos, los modelos de racismo aversivo, racismo moderno, racismo ambivalente, modelo de disociación, y prejuicio sutil y manifiesto. En relación con el prejuicio sexista, hay que conocer la concepción tradicional del sexismo y los cambios que ha experimentado su estudio hasta llegar al desarrollo de la teoría de sexismo ambivalente, que defiende la coexistencia de dos tipos de sexismo: hostil y benevolente. Es imprescindible conocer con detalle esta teoría.

TEMA 13: PSIOLOGÍA DE LOS GRUPOS

Contextualización

El estudio de los grupos desde la perspectiva psicosocial reviste un gran interés en la formación del psicólogo debido a la importancia que tiene comprender que los seres humanos somos miembros de numerosos grupos (étnicos, religiosos, de género, etc.), y que esta pertenencia determina en gran medida nuestra existencia y la forma en la que los demás nos perciben. Además, los grupos ejercen una gran influencia en nosotros: cuando actuamos como miembros de un grupo nos comportamos de modo diferente a cuando lo hacemos a título individual. Cualquiera que sea su especialización, un psicólogo debe ser consciente de estas cuestiones, que serán abordadas con mayor detalle en una asignatura posterior, pero que conviene tener en cuenta desde el inicio del Grado.

Asimismo, un psicólogo debe conocer los factores psicosociales que propician el conflicto entre grupos y

las propuestas de solución formuladas desde la Psicología Social, con el fin de contribuir a reducirlo. Sin duda, la solución de los conflictos entre grupos entraña una enorme dificultad y requiere la colaboración de todos los actores sociales, pero los psicólogos desempeñan un papel clave en este sentido.

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Recomendamos la lectura del Capítulo 10 del Cuaderno de Investigación para conocer diversas investigaciones centradas en la relación entre el comportamiento individual y el grupal cuando es necesario tomar decisiones importantes.

Orientaciones para el estudio de los contenidos

A continuación se subrayan las cuestiones más importantes abordadas en este capítulo:

Concepto de grupo. Es importante conocer y diferenciar claramente entre los tres elementos presentes en la mayoría de las definiciones de grupo: la interdependencia, la estructura social y la identidad.

La influencia del grupo sobre sus miembros. Es necesario conocer y comprender los procesos de normalización y conformismo, así como los experimentos que ilustran cómo funcionan estos procesos.

Toma de decisiones en grupo. En este apartado se describen dos importantes procesos grupales: la polarización grupal (acentuación de la postura inicial del grupo) y el pensamiento de grupo (diferenciando entre sus antecedentes, síntomas y consecuencias).

Liderazgo. Profundizar en cómo el líder y, fundamentalmente, su estilo de liderazgo, puede influir en el comportamiento de los miembros de un grupo.

Relaciones intergrupales. Hay que conocer en profundidad la explicación sobre el conflicto intergrupal propuesta por la teoría del conflicto realista, así como el enfoque propio de la teoría de la identidad social. Respecto a esta última teoría, hay que saber en qué consiste una identidad social positiva y comprender cómo afectan a las relaciones intergrupales la identificación con el grupo y la estructura social en la que se desenvuelven esas relaciones. Asimismo, hay que conocer las estrategias que se emplean cuando la identidad social se considera inadecuada.

Mejora de las relaciones entre grupos. Conocer las estrategias y aproximaciones desarrolladas desde la Psicología Social para la mejora de las relaciones intergrupales.

TEMA 14. PSICOLOGÍA SOCIAL APLICADA

Contextualización El contenido de este capítulo es un contrapunto del de los capítulos anteriores, en los que, junto a los planteamientos teóricos más relevantes, se presentaban las aportaciones fundamentales de la investigación psicosocial. El contenido de esos capítulos anteriores, por tanto, se puede considerar a todos los efectos como “básico”, es decir, como un conocimiento orientado primordialmente a la comprensión de las relaciones entre las variables de interés para la Psicología Social. Se supone en todo momento que es un conocimiento útil para mejorar las condiciones de la vida social, pero sólo de pasada se alude a esa utilidad. En cambio, en este capítulo final la utilidad de esos conocimientos es lo que se convierte en centro de atención. Se pone especial empeño en subrayar que la utilidad de los conocimientos psicosociales no es algo superfluo o colateral, sino algo que surge de la misma esencia de la investigación psicosocial. Los conocimientos generados por esta sirven para mejorar las condiciones de vida. Por eso, la Psicología Social Aplicada es un esfuerzo sistemático de trasvase de los conocimientos básicos a la solución de los problemas de la vida real y a la mejora del bienestar humano y de la calidad de vida de las personas. Este tema supone una introducción a una asignatura del mismo nombre que se cursa en el último año del Grado. En el Capítulo 9 del Cuaderno de Investigación se encontrarán varios ejemplos de investigaciones aplicables y sus consecuencias. Orientaciones para el estudio de los contenidos

Hay varios puntos clave en este capítulo. El primero es que la Psicología Social nace con el propósito de resultar útil a la sociedad. Existen aplicaciones de los conocimientos psicosociales a la mejora de la vida social

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desde principios del siglo XX. Aunque las aplicaciones siempre estuvieron presentes en el desarrollo de la Psicología Social, diversos autores exigieron algo más: que fueran sistemáticas.

En los años 70 del pasado siglo la Psicología Social Aplicada adquiere el estatus de disciplina por

derecho propio. La Psicología Social Aplicada se ocupa de aplicar los conocimientos psicosociales disponibles con el doble objetivo de comprender y modificar la realidad para mejorar la calidad de vida y el bienestar psicológico y social de las personas. Para alcanzar ese doble objetivo, se han planteado diversos modelos sobre la relación entre la aplicación, la teoría y la investigación psicosociales. En particular, se describen el modelo de «investigación-acción» de Lewin (1946), el modelo de «ciclo completo» de Cialdini (1980, 2001) y el modelo de «psicología social aplicable» de Mayo y LaFrance (1980).

Los tres modelos proponen un ciclo de retroalimentación entre teoría y aplicación, si bien cada uno tiene

características diferenciadas. La idea clave del modelo de investigación-acción de Lewin es que la adquisición de conocimiento es inseparable de su aplicación para el cambio social. Se caracteriza por la combinación de teoría, investigación e intervención, y por una visión de la aplicación como un proceso cíclico que genera una espiral de avance. El modelo de ciclo completo de Cialdini no entra de lleno en las aplicaciones propiamente dichas como los otros modelos, aunque con el tiempo ha dado lugar a numerosas aplicaciones. Este modelo surge de la preocupación por la falta de validez externa de los estudios experimentales. Para garantizar la validez externa de los hallazgos realizados en el laboratorio, Cialdini propone que la observación natural debe ser el punto de partida y retorno de cualquier investigación experimental. El modelo de Mayo y LaFrance comparte con estos dos modelos la preocupación por la construcción del conocimiento y por la utilización-intervención, pero añade dos novedades importantes. En primer lugar, estas autoras señalan que la calidad de vida, implícita en los modelos de Lewin y Cialdini, debe ser la meta central de la Psicología Social Aplicable. En segundo lugar, introducen el concepto de adaptadores, los cuales permiten conectar armoniosamente las distintas fases del modelo.

Tras la presentación de estos modelos, se revisan los cuatro parámetros básicos que definen la

Psicología Social Aplicada: qué es lo que se aplica, con qué objetivos o para qué, cuál es el blanco de la aplicación y en qué consiste la aplicación. Asimismo, entre las características que se podrían enumerar de la Psicología Social Aplicada sobresale el cambio de rol del psicólogo que se involucra en la aplicación. Entre los posibles papeles que puede adoptar el psicólogo social, y que suponen diferentes formas de trabajo aplicado, se encuentran los de activista, abogado, mediador, investigador aplicado y ejecutor:

A continuación, se expone una contribución reciente a la disciplina, el modelo PATH de Buunk y Van

Vugt (2007). Este modelo sitúa su foco de interés en la resolución de problemas sociales a partir del conocimiento psicosocial existente y no en el desarrollo de conocimientos teóricos. Esta característica lo aproxima a los enfoques denominados tradicionalmente como «tecnología social», que van de la teoría a la aplicación, pero que no recorren el camino inverso.

Finalmente, se presentan dos ejemplos actuales de aplicaciones psicosociales centradas en el

afrontamiento y reducción del prejuicio. El primer ejemplo corresponde a una breve intervención dirigida a mejorar el bienestar físico y psicológico de un grupo estereotipado negativamente, los estudiantes afroamericanos en el ámbito universitario. El segundo ejemplo describe una intervención diseñada con el fin de reducir el prejuicio hacia personas obesas.

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TEMA DE CONTENIDO EMPÍRICO 3: EL LADO OSCURO DE LA EMPATÍA Y EL LADO BUENO DE LA CONDUCTA AGRESIVA

Contextualización Normalmente se suele equiparar, también en Psicología, altruismo y empatía con lo bueno (“prosocial”) y agresión y competición con lo malo (“antisocial”). En este capítulo se presentan estudios y líneas de investigación que ponen en tela de juicio esa concepción bipolar. El objetivo es doble: por una parte, subrayar los aspectos que tienen en común la conducta de ayuda y la conducta agresiva y, por otra, que el estudiante llegue a comprender que la conducta prosocial y la conducta agonística no son buenas ni malas en principio, sino dependiendo de sus consecuencias para otras personas. No se trata de cuestiones banales, puesto que muchos programas de intervención se basan en esa distinción tan tajante y en esa valoración sobre lo que es bueno y debe fomentarse, y lo que es malo y debe eliminarse.

Para poder comprender mejor el contenido de este tema es necesario haber estudiado antes los Capítulos 9 y 10 del manual de la asignatura.

Materiales requeridos para el estudio Material básico: Capítulo 5 del libro: López-Sáez, M., Gaviria, E., Bustillos, A., y Fernández, S. (2013). Cuaderno de Investigación en Psicología Social (2ª edición). Madrid: Sanz y Torres. Material complementario: Batson, C. D., Ahmad, N., Yin, J. Bedell, S. J., Johnson, J. W., Templin, C. M. y Whiteside, A. (1999). Two threats

to the common good: Self-interested egoism and empathy-induced altruism. Personality and Social Psychology Bulletin, 25, 3-16.

Gaviria, E. (2003). El grupo de iguales como campo de prácticas. Desarrollo de tendencias prosociales y agonísticas. En J. F. Morales y C. Huici (Dirs.), Estudios de Psicología Social (pp. 315-347). Madrid: UNED.

Jolliffe, D. y Farrington, D. P. (2006). Examining the relationship between low empathy and bullying. Aggressive Behavior, 32, 540-550.

Silván-Ferrero, M. P. Gaviria, E. y Bustillos, A. (2009). El papel de la empatía como mecanismo de reducción del acoso escolar. Un estudio exploratorio. Comunicación presentada en el XI Congreso Nacional de Psicología Social. Tarragona, Octubre, 2009.

Estos cuatro artículos están disponibles en el CD-ROM del Cuaderno de Investigación y aparecen descritos con cierto detalle a lo largo del capítulo. En el mismo CD-ROM el estudiante podrá disponer de otro material complementario relacionado con los aspectos abordados en este tema.

Orientaciones para el estudio de los contenidos El capítulo comienza exponiendo los paralelismos que pueden encontrarse entre la conducta de ayuda (estudiada en el tema 9 del manual) y la conducta agresiva (objeto del tema 10 del manual) en una serie de aspectos. Es importante conocer esos puntos en común y asociarlos con el aspecto correspondiente. A continuación se entra a desarrollar la cuestión de la empatía, planteando sus inconvenientes y no ya sus ventajas, que fueron expuestas en los capítulos 9 y 10 del manual. Es importante comprender que la empatía

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puede implicar una serie de costes tanto para el que la siente como para la persona que despierta ese sentimiento, así como para el grupo y que, incluso, puede utilizarse para manipular a otros. Para reforzar estas ideas se exponen con cierto detalle tres investigaciones, de las que deben entenderse y asimilarse las hipótesis, el procedimiento para ponerlas a prueba y los resultados obtenidos. La última parte del tema está dedicada a analizar las ventajas del comportamiento agonístico, tanto para el individuo como para el grupo, y se expone un esquema de una investigación que relaciona ese tipo de comportamiento con la conducta prosocial tal como se da en un grupo natural. Este esquema facilitará la lectura del artículo donde se presenta dicha investigación. La lectura del artículo no es obligatoria, pero sí recomendable para familiarizarse con la forma de abordar empíricamente los temas de interés psicosocial y con los métodos de investigación empleados para tal fin.

TEMA DE CONTENIDO EMPÍRICO 4: INFLUENCIA DE LOS ESTEREOTIPOS ASOCIADOS A LA EDAD EN LA SALUD DE LOS ADULTOS MAYORES

Contextualización

Este tema pone el acento en la relación de los conocimientos básicos adquiridos en el Capítulo 11 del manual básico (“Estereotipos”) con una aplicación concreta de los mismos en un determinado grupo social estigmatizado: los adultos mayores. Asimismo, como gran parte de la investigación psicosocial muestra que la aplicación de estereotipos se produce de forma automática, es fundamental que los estudiantes de psicología y otros profesionales de ciencias de la salud entiendan su funcionamiento y los efectos que pueden producir, no sólo en relación con el grupo de personas mayores sobre el que se centra el capítulo.

Material básico: Capítulo 7 del libro: López-Sáez, M., Gaviria, E., Bustillos, A., y Fernández, S. (2013). Cuaderno de Investigación en Psicología Social (2ª edición). Madrid: Sanz y Torres.

Material complementario: Levy, B .R., Slade, D. M., Kunhel, S. R. y Klas, S. V. (2002). Longevity increased by positive self-perception of

aging. Journal of Personality and Social Psychology, 83, 261-270.

En este artículo, los autores presentan una investigación poblacional (citada en el capítulo) en la que se demuestra cómo los estereotipos asociados al envejecimiento influyen en la propia longevidad de los individuos.

Nota. Este artículo se puede encontrar en el CD-ROM que acompaña al Cuaderno de Investigación.

Orientaciones para el estudio de los contenidos

En este tema se aborda, desde una perspectiva mucho más aplicada, la influencia de los estereotipos relativos al envejecimiento. Para ello el capítulo se articula en tres bloques fundamentales. El primero de ellos se refiere al contenido de los estereotipos sobre los adultos mayores y el envejecimiento; el segundo se centra en el proceso de autoestereotipia como persona mayor y sus efectos; y, finalmente, el tercero esboza algunas investigaciones en torno al cambio de estereotipos.

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Es importante comprender las contribuciones que desde distintas perspectivas se realizan acerca del contenido de los estereotipos, y ponerlas en relación con los procesos de estereotipia descriptiva y prescriptiva que aparecen en el tema 11 del texto básico. Asimismo, es importante entender en qué consiste el proceso de autoestereotipia y sus efectos, pues uno de los aspectos fundamentales del capítulo se centra en este tópico. Finalmente, en cuanto a los procedimientos sobre el cambio de estereotipos, es importante que el estudiante los ponga en relación con los procesos de toma de perspectiva (empatía) que aparecen en el tema 9 del texto básico, pues parece ser que otro tipo de procedimientos no resultan de utilidad para el cambio en el contenido de los estereotipos relativos a los grupos.

Sobre todo ello es importante conocer:

La diferencia entre los procesos de estereotipia y autoestereotipia.

La influencia del proceso de autoestereotipia en el comportamiento de los individuos.

Siguiendo el modelo del contenido del estereotipo (Cuddy, Norton y Fiske, 2005; también citado en el manual básico), el peligro que puede representar para los grupos estigmatizados que se les perciba con una baja competencia y una alta cordialidad.

Por qué los cinco ítems de la Philadelphia Geriatric Center Moral Scale son efectivos a la hora de predecir la longevidad de los individuos.

Sin embargo, no es necesario memorizar todos los rasgos del contenido del estereotipo de los adultos

mayores que se mencionan en las investigaciones que aparecen en el capítulo, ni tampoco los datos estadísticos presentados.