Gramcko, Ida. La Vara Mágica. 1948

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·' LA F VARA·, MAGICA Por IDA GRAMCKO / EDITORIAL ORBE MEXICO . .

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Libro escrito en tierras aztecas, traducido al ruso y al francés. Le valió a Ida la admiración de Mariano Picón Salas.

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LA F

VARA·, MAGICAPor

IDA GRAMCKO

/

EDITORIAL ORBEMEXICO

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Queda hecho el depósitoque marca la ley. Espropiedad .de la autora.

Impreso y hecho en México.Printed aud made in México.por Edltol'jal ORBE

. ,,

I'¡

A los hermanos Grimmy a Charles Perrault.

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='<Tcdo esto fuero así si esio no fueraUna dulce mentira de mi sueñoQue me hace florecer sin primavera"

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GENESIS

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BAJO tu niño de su IU:; de infanciay cruzó, silencioso, mi camino.··_-Voy en busca del agua; .tengo sed de cariño.-y su voz era un ánfora-tendida al fresco manantial amigo.Yo, sin tí,..le -escuchaba,y al pronunciar tu nombre fué el prodigio:descendió del ayer la voz de su almacorno una sombra desde un óleo antiguoy derramó, sutil, su forma vagaen torno a mí, como un incienso vivo.En sus manos vi el aladel marfil y el olivo

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!-Hernlana-dijo.-¿No hay en mi frente una señal que san-

[gra?No temas. " ¡Soy el niño!Quiero saber -del árbol que dió saviay no puede engendrar raíz de olvido..¿Nuevas mieles maduran en su entraña?¿Soy, en su corazón, pájaro y nido?-Tan sólo de tí hablabapero su acento lo encontraba mío.-Agilard.a-dije y volqué mi voz por el recinto.-"Del árbol de tu fruto soy la rama.--Háblame, entonces,' de su aroma tibio.-¿Pude negar la fábulade cielo y tierra al hijoy olvidar la nostalgiapor su paso, su aliento y su latido,o desechar que le amascon un amor que siempre va contigo?Aguijón, mi palabra .hirió la pulpa virgen del vacíoy, súbito, en la estanciabrilló un sol melancólico y divino:

....'.

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-{Quieres abrir la página-primera de mi libro?-y mientras una lágrimadaba a sus ojos el fulgor extinto,resplandeció la pátinapolvorienta de un siglo:-Había una vez mi rey,

una. sirena, un silfo ...

un duende, unf[hada,

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,LA BELLA DURMIENTE DEL BOSQUE.

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DESCONOCES vI I milagro de la Bella Durmiente?lV1 ir tu corazón, intimo bosquedonde ella está dormida.-¿Para siempre?-' '11 \ 'la q~e una ma'nzana, un- beso, .un nom-

, [bre

1 I el pierten.IAh, párpado sin luz, puerta cerrada!

I!I Ó de quedan tus goznes?,~EIlla boca, en el almadI '1 que duerme? ¿D{>nde11 IIn ré para que abras ,ti niño peregrino de fa noche?

,'11: tu llave una lágrima111 ,i 1, es una risa joven?

,'11, d platan r] b 'once?

"

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Los cánticos silvestres,las liras, los acordes

, de la Iluvia en el césped,los mármoles insomnes,los lirios, los cipreses,

v"',,L<, responden:&Z Llave ~s la propia vida.'

. . --Déjame ver la cerradura entoncespara .hallar la pupilaque se esconde.-La corola visual da, por sí misma,pistilo recto y luminoso brote,y sólo será flor cuando e( enigmao la verdad, agobien.Sólo despertará con lacariciade la duda, el tormento, los reproches.-Dime, celeste amigade la Bella, ¿qué voces,cuáles cantos inspiranel despertar del ágata en el cofre?-Yo conozco las nubesy las fuentes,las tórtolas' impúberes,las sierpes.verdosas, y las ubres "

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" das, y los pecesvelos azules,

, morados, verdes'tan en los túneles

ticos e inertes;minoso cuerno de los faunos,las incoloras de los duendes,arrozas, los cascoss raudo s corceles

que el sol advino por sus párpadosngrando la aurora por sus sienes'.ndo, otra vez, rendida por el sueño,6 en el denso bosque,

"1 stremecÍ de llanto y de silencio,11( t rnura y de goce.I lve! pedí en mi angustia

1 el monte.lve, belleza pura,

q I duermes en el cáliz de lo enorme!I vi ciega, muda,

f utr cojines, lámparas y flores.N n a

\ agará su luz en mi horizonte.I (IP; el rosal de sangre que perfuma111 1 dad y aguardo que retorne.

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CAPERUCITA ~OJA

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CORAZON,aperuza encendida,

t pregunta mi voz,t pregunto yo misma,y junto a mí, en la noche sin amor,t pregunta también la voz querida:-Corazón,

peruza encendida,loj ,e la hora infinita,

¿hay eclipse de sol _n los cabellos de la niña

donde brillaba la celeste flory la encarnada cinta?-.

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y yo,ebria de sed, apuro cada sílaba.-Las puertas del ayer están abiertascomo las páginas de un libro.Láminas y leyendasemergen del olvido.-y mi mano convulsatiende ,a cerrar la página maldita.-Co,razón, caperuza.secretá y encendida,¿no recuerdas la lluvia,el bosque en flor, la viña?¿Un racimo de angustia

'maduró tu vendimiar-e-Respondo -a la preguntacomo mi propio corazón que oscila:lágrima sin azúcar' 'y gajo sin almíbar;un vino de lujuria,un néctar de lascivia,uvaen agraz, de instinto.Soy cadáver en pie, ya nunca, nuncahabrá rosas de amor en mis mejillas;sobre mi frente mustia '

26..-,

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íus varas de los nardos agonizan.1\11' u rpo es una tumba .dOIl l entierro con vida las caricias,III1 \ tumba mortal sin la ternuratilos brazos en cruz sobre su ruinas.N rdi tuvo la. culpa .. '.húzá el odio, la farsa, la mentir? ... s

111.> tan sola aquella tarde rubiad \ sol sobre la espiga!1 perta ban la oruga

1gusano, ',:..In larva

r la semilla.11:1 campo .ira una inmensa y cál.ida. nrisa.1 sde una piedra informe me llamaron ..-¿Quién te pidió la fruta,1 pan y el,vino?

¿Quién te llamó en la sombra, Caperuza,orazón encendido?-'-

La locura ,desde un profundo abismo._¿Y después? -¡Ah, después me vi des-

Inudal

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Toda mi carne joven como un liriogiraba entre las fauces de la rudabestia de la crueldad y el egoísmo,Loto en el agua turbia.Diamante azul en sótano sombrío.Nadie escuchó mi súplicay mi grito.[Lobo de astuciay vicio! .-Corazón, caperuzasecreta y encendida,¿por qué vuelves los ojos a la bruma?

_1 por qué inclinas la frente hacia el gra-[nizo?-

¿Dónde quedó mi cesto, la azucena;la amapola, el jacinto?¿Yacen, ajadas, en la tierracomo símbolode tu' ausencia,

-de mi destino?-Corazón, caperuzasecreta y encendida,¿dejas la historia trurica?-Que lo demás lo cuente la ventiscacuando su mano húmeda

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tI" uerde la mía111 ,l r en la tuya;II J anzano fecundo que tú amab.as:1, ma abierta al cielo y a la brisa,I sque y el retoño, y la montaña1, .

1) niendo la estrella vesp.ertma11 ris de la mañana

I uestra noche y 'día.'1' o

I1 ;ajero de amor, irá a la cita,b sará tus ojos - .

(n mi nombre, y tus sienes de amatista.nos mi corazón sangriento y solo,eruza encendida, .

p rque eso, lo demás, es lo más hondo11 mi vida.

J mpana del sollozo.I,6m~ra -ª-~~_gilia.

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BLANCA-NIEVE ..

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11, mira en el espejo de la muerte'dn I' rostro en el espejo lívido;

.1111 ,( su mano trémula la fiebre,,1,lIn fantasmal, rama de mirtd.I 11111' 1 n el espejo

ia planta acuática en su linfa.to

,11' os la inmensa' galería.1. I I istillo siniestro11' 11111 n o las murallas con su arista:

/1' I voz de cristal, el vidrio?

I 1 • t l( 1 frente virginal,l. I I 1 ¡ ?

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¿Hay en sus dedos mazapány armiño?¿Su nuca de marfil es una estrellaque ilumina , o

la nunca hollada sendade su carne que aguarda la caricia?¿Tiene cuerpo de abeja'y yo de víbora?¿Liba en' su corazón miel de colmenay yo la pócima de acíbar?¿Es ella, en fin, la riieve blanca y tersay yo la horrible pátina sornbriar-c-El rostro como' un cirio de alba cerase enciende en llamarada mortecina.-¡Sí! Yo soy la tiniebladel mundo, el egoísmo,el odio, la miseria, .el hambre y el ayuno y el olvido.-La capa de la bruja 'ondula al vientocomo un velero sin orilla.-Soy el espectroinforme del abismo. .La cínica madrastra del ensueñoque.despierta en la virgen.¿Tiene ojos de paloma y yo de cuervo

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labios de ruiseñor y yo de buitre?Derramo, sobre su alma, en soplo.lento, "el agua de mi signo. J

¡Que se pierda en la noche sin remediopor el confuso laberinto!-La mano se alza, rígida, hacia el cieloy desciende de nuevo al precipicio.-¡La aborrezcoy maldigo-Voy, por el bosque, huérfana, cantandoquejas sin eco, 'trovas sin asilo.¿Para quién abren mis almendros blancospor quién despiertan mis pomares níveos?Sorprendo pabellones solitarios,rosales de oro y sangre entre las ruinas,pasto blando de cráneosdonde florecen amapolas vivas.Ya no soy de este mundo, Y sin embargome persigue su sombra fugitiva. 'Atónito, el fantasma del pasadoquiere llamarme con su mano antigua.Me sigue paso a pasocon la esperanza de volverrne un día-¿Oyes su vúz?- La escucho y la amo tantoque temo re!ornar hacia la-vida.

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-Volverás aunque el fangote maldiga.-·Si abandoné l~ tierra¿por qué entonces la tierra va conmigo?

. Su amenaza me cercacomo un negro cilicio:-Vibra en el aire el ala de un pañueloque también es mejillacon' una lágrima en el centrofija. /Una mano de felpa morenahunde en el viento la nerviosa quilladel adiós, y se alejadespués, a la' deriva;-¿Una mano?~-Marchita.-Ya no soy de este mundo y sigo amando

- una mano de pulpa amarilla,un fruto suspendido en el espacio.que el dolar mueve con su brisa.¿Por qué no estarán cerca

'esas manos errantes de las míasque hoy dan al sol su escuálida azucena>¡Diez pétalos sedientos de caricia!¿Por qué las cosas han de herir la arteria

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más íntima?Mi sangre mana por abiertaherida.'Y aún me persigue, sin cesar, la quejaque me interroga, sádica y mendiga:-¿Por qué, por qué te alejas?-Me libero del mundo que aún oprimemi talle con su guante de amargura,el mundo que persiguecomo ave negra el ave de mi fuga.-¿Por qué emprendes el vuelo?-insiste la malévola pregunta.La vida es el incendio.Yo soy la, nieve pura.Ni aquel que debió ser amab,le pausaen mitad del sonido,aquel cuyo recuerdo es una llagasin alivioy cuya faltaun cántaro vacío, _pudo cruzar la estanciani violar el recinto.-'-Una huella de escarchava dejando tu paso en el camino.Tu lágrima

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siembra hielo en el surco y en cllimo.-'. Es que temo volver porque ambiciono

mirarme una vez más en sus pupilas.¿Hay .espejo más dulce que .sus ojós?¿Hay aguas más serenas y más limpias?Le abandoné, lo saben las gaviotas;para elevar mi pan, mi eucaristía.-¿ y no alzaba dos sienes cual dos hostiasel cáliz de su frente pensativa?-Las lágrimas afloransurcando mis mejillas.¿He de volver? Las frondasse pueblan con mil voces inauditas.-¡Vuelve, al ayer! ¡Retorna!,--claman hombres, enanos, que me invitana desandar una lejana historia,a revivir una leyenda extinta.Aprisiona mi luz como un sudarioy no se dónde derramar la vistasubiendo la mortaja de mi párpado,resucitando al mundo la pupila ..[Si yo encontrasefrente a mí una frutaloca de miel para aliviar mi acíbar!Súbitaen el aire, lasciva,

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la manzana de Adán gira convulsa, y a mi labio sediento se aproximabrindando, fresca y lúbrica,el bien, el mal, lo cierto, la mentira.[Oh, nieve ideal! [Ah, ~ombra humana y ,

[turbiaque desgarran mis labios sin maliciaabriendo en la bermeja' y blanda pulpauna profunda y dolorosa herida!¿Es veneno mortal, néctar, cicuta?'[Es un vino infernal! ¿De qué vendimia?Ya me desplomo muerta,ya en derredor de mí lasvoces nimiasde los hombres, enanos, interpelan,gimen, sollozan, gritan:-¿Este cisne sin vuelo es su cabeza?-¡Sí! Preparadme un tálamo de espigasy una almohada de yerba .para dormir tranquila,hasta que un beso' suyo para siemprequiera volverme el canto y la sonrisa: '-¿La nieve bJanca?- [No! La tierra verde,el sueño, el sol, la sangre y la semilla.

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· .LA CENICIENTA

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HABLA la muerte en derredor; escuchosu voz en la agoníade nuestros pechos iuntosde nuestras manos fuertemente unidasen nudocuya cintadilata un solo rumbopara cruzar la víaindecisa del mundo,para marcarnos ~a huella .viva.Habla la muerte en derredor, la escucho,la escuchas, de rodillas:-Desciendo, en espiral, del viejo folio,del olvidado, añejo pergamino,en la estela de polvoy el rastro de humo antiguo.

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Resbalo del barrocoportal de terciopelo de algún libro,de las hojas con pátina de otoño,'del marfil silencioso del papiro.Soy un aliento"'vago y melancólico,un hálito marchito.Perdura en el marmóreoregazo de la ruina,en los senos dormidos del escombro'de una pálida estatua pensativa..Conozcoel misterio ael pámpano y el limo,de la nube al quebrarse en un sollozofluvial cuando la hiere el rayo lívido,y resido, a su vez, en el retornode la vida mortal a la otra vida,la defperfume, el árbol, el arroyoy el pájaro en la brisa.-Sintiendo su ale-tear, sobre mis hombroscrece un ala de sangre-sin mancilla.-Yo soy el gesto del adiós y el soplodel corazón sin compañía.-Oyéndola, mi rostro \se enciende como lámpara votiva.

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-El húmedo pañuelo' en abandono,la carta que consume una bujía,el turbio espejo, náufrago en rel moho,y en el que apenas brillan' /altos y negros unos ojos,que se miran

Ilos unos a lós 9tros.-¿Acaso tiemblan mis pupilas?No. También mi verdad bajará al fondode tu sótano, muerte, de tus minas.Rescatará el diamante en negro fosoy ha de elevarlo al cielo, estrella tibia,señal para que dé a su nombre propioy a su fecha mortal, la despedida,y renazca en el todoeterno, sin aurora y, mediodía.Por eso te contiene en pena y gozomi cuerpo, leve cántaro de arcilla;por eso eres estatua de mi asombroy no de mi pavor, ¡ah, m,uerte vivaque no estás fuera sino aquí, en' el hondoser de los hombres donde la mentira,el desprecio y el odiote cubren, te amortajan, te vigilan,

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como si fueses a morir de pronto,muerte, porque te olvidan!Igual que si olvidase yo mi torsoy mi cuello y mi espina .•..dorsal que es una mano sin reposotanteando la muralla sensitiva -de nervio, san-gre y poro,para _dar a la: luz .su huesa \limpia.¿Qué mensaje fatal, qué denso prólogoanteceden tu alada poesí-a? .-Antes se toma sorbo a sorbola arteria de la viña,antes hay que dejar como un despojo.

I carnal, la zapatilla. -El pie, desnudo y solo,ha de subir a la colina,sin rosa ni abalorioni cinta;el pie descalzo como vino al cosmosen su lejana danza primitiva.--En mi pie' resplandece el chapín de oro.-Lumbre fugaz, fortuitaque en breve instante cobro

"para insinuar mi luz definitiva.-'¿Cómo, cómo te nombro?'

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-Cenicienta,ceniza,tu propia -carne, tu futura ausencia,[tú misma!-¡Pero Y9 soy hoguera,llama, pira!Un volcán que se elevahacia su propia ráfaga encendida.Estalla el corazón, incendia, quema

. como un carbunclo de alegría.Soy la hora, 19-sed,y la edad sin arrugas en la cifra.-Muerte es edad también,la -edad pura, divina'del nardo .Yel clavel,la amapola y la espiga.Una edad sin mañana y sin ayer;más allá de las noches y los días,perfectamente fiel,eternamente niña, •que se cumple despuésdel sueño y la vigilia,cuando una rama de laurel'nos corone la frente mortecinay la sien

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amarillay los cabellos, red " " 'ya sin agua, sin peces,"SIn onlla.-Calla la voz' mi corazón absorto, ,ve un anillo dotado que extasía:

I en lo alto de la hoguera un disco rojo¡gira! .Me cubre el cuerpo un resplandor redondo.¿No es el hada madrina?El lagarto y el sapo bajo su ósculoson lacayo y carroza diamantina.Hora primera de silencio y plata. .Hora segunda de cristal y e;uritmia.En"el tercer peldaño de la graciapierdo la zapatilla.' .La Cenicienta por mi carne asciendedolorosa, descalza.¿Qué ráfagas de 'fiebrellevaron. su sandalia?Dormitaba la muerteen el lecho de mi almaun sueño exangue, estérilque ahora toca su pausa.Glacial almendro en derredor florecebrindándome la sombra y la fragancia.

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Pero mi tardo corazón se yerguesobre el fin, como puño ensangrentadopor silencioso manantial rebelde,y desde la corteza de mi cráneo,fruto mortal, la mente,pulpa también de entrega y de contacto,no concibe, no entiendeun retorno sin tiempo y sin espacio,porque la vida siempre /es ser"algo:ser la rosa o la fuente,ser la casa o el árbol.Desde el uno que somos, ¿se presienteel cero anónimo que aguardacomo un oscuro huéspedsin estancia?Asciendo hacia la nievede la invernal montaña.No me hieren la sierpeni la zarza ...Sobre el céspedmi pie desnudo danza.

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LAS DOS HERMANAS

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. ESTA un llanto conmigo.omo el llanto primero

que sacudió mi .lagrimal vacío,en la infancia- del cántico y el cuento.¡Oh fuente espiritual, nube, bautismode lágrimas sin cauce de pañuelo!Nadie me hurta su luz porque es un hijoque le ha nacido a mi universo.Diáfano como un niñode cristal, como un peplo(le lluvia" como el himnode un ángel desolado en el destierro.Lloro tendida en ei umbral antiguode las puertas cerradas del recuerdo ..

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H('llIILI" 1 gías ,JlJ H man desde dentro.Mi spíritu se inclinahacia el ayer corno hacia un nuevo encuen-

Itro.Desde el pasado una mujer envíasu saludo de pájaro en él viento.¿Una mujer? Yo misma.La vieja voz; el recatado gesto.Soy yo, doncella, ninfa,arco de adolescencia bajo el cielo.Soy y no soy porque ella es una islainviolable a mi tacto y a mi acento.Desde el presente el corazón la miracorno a una hermana virginal; y ciegoel corazón la funde en sus pupilasy la quiere palpar ... ¡Pero tan lejosestás, oh dulce, oh inefable amiga,que yo soy la mujer y tú el espectro!Lloro sobre tu olvido, hermana mía,y eJJ.mis sollozos brilla tu reflejocomo en el agua limpiade un surtidor sediento.Te acercas a la orilla,te inclinas a mirarte. Es mi cabello

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1 que besa tus ho~bros, mi sonrisala que cruza tu rostro como un céfiro.En tus manos las flores resucitanmi juventud con sus recientes pétalosPero el agua que miras es distintaal agua de mi llanto; es un espejode cornucopia azul y faz tranquila.La recuerdo;Anforas descendíanen hombros, al sendero.El cántaro, la copa y la vasijaeran el campanario de aquel templode piedra blanca y lisa, _ I

en que el agua se alzaba, como incienso.En derredor crecían las espigas 'rituales y los nardos envangélicos.Abajo el agua era la luz, y arribalas bocas eran medianoche y fuego.La sed abría un cráter en la cimade cada rostro desolado y yermo.Las lenguéls, como víbora's,mordían los brocales con su beso.Del rostro de una anciana, como briznassecas al sol, caían los cabellos.,del rostro de una niña ,

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emanaba un perfil de lirio inquieto.Entre todos, mi rostro era una heridafresca del corazón recién abierto.Pero el agua vió el surco en rriis mejillasy el cáliz suspendido entre mis dedosy descendió por la espiral de guijas, '

, lavó mi rostro y desbordó mi cuenco.En el húmedo espacio, una mendiga,movió su bulto 'frágil y harapiento.Como el buche de un pájaro su lívidamano cayó en mi cántaro risueño.Le brindé el 'agua y la sorbió, encendidala boca por un hálito bermejo.Cuando alzó la cabeza de la jícara'escuché su lamento:-Soy la verdad sedienta; si aproximanel agua a mi contacto me estremezcoy gozo el alba líquida,apenas un momento.He besado tu cántaro de arcillay por su agua sin -Ilanto te concedoque mientras me recuerdes y me sigasviviré en tu palabra y en tu aliento.-y mi palabra; como rosa o cinta,o diamante o estrella,

561,

1''' t. 6 la verdad desde aquel día'11 I 'l la noche en que perdió su.senda.I )11' vez en la fuente la mendiga ...(11:1 sol agonizaba y una higuera111 ircaba el luto de la tarde extinta

ibria la viudez de la tiniebla.) ~j) ra vez en la' fuente cuya tinta

\ volcaba, nocturna, entre las piedras,d j6 caer la palma mortecina. bre mi copa llena.No me volví. Caían(le mi boca febril, manzanas, perlas,iruelas, amatistas ...

Descendían al cántaro las gemas.¡Ah, la palabra, mármol de avaricia!¡Columna esclava de su blanca vértebra!La mano se agitaba con la tibiaproximidad del sueño que se acerca.No le ofrecí mi copa y su cariciabuscó el harapo humilde de la tierra.Su magra desnudez hirió mi vista ...y la verdad huyó de mi presencia.Crucé, para alcanzarla, las colinasnubladas y los cerros ..La llamé sollozando y de las..sílabas

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errantes de mi voz voló un insectode antenas espectrales y amarillasque se posó en un álamo siniestro.Volví a llamar, y una serpiente ambiguase arrastró en mi palabra, y en el ecosilbó un reptil su música maldita;y al cántaro vacío descendieronmoluscos, salamandras, lagartijas ...y repetí mi súplica y mi rezo.Cada palabra fué ,una larva impía

, que descendió la escala de mi cuerpoy horadó la honda cripta'de mi hueso.

" Recorrí los abismos y las cimas ...Hallé la fuente muda y sin luceros.j Sólo callaba para mí! Vertíasu oculta voz al corazón sediento.y comprendí. La fuente de la dich~canta en verano y en inviernoy oyen su melodíalos que oyen el silencio.Callo, en última prueba, para oírla.En caracol humano me conviertopara que sólo llene mi vigilia 'el agua,' su rumor, su movimiento.

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Tiendo los mudos brazos ala lira 'del surtidor suspenso.Pero un [ay! crucificalas alas de mis brazos en su vuelo.Toda la sed del universo agitasu campanada entre mis labios secos.¿Cómo reconocerte, agua bendita,dicha y verdad, en tanto desconcierto?¿Cómo gozar tu linfaen el estruendo?Abandono tu. orillabuscando alivio yagua en el espejodel llanto en, que se irisan -la vieja voz, .el, recatado gesto. . . \Como uria' viña esparce la reliquiaaroma de guirnalda y vino añejo.¡Ah remanso de ayer, hermana mía,acércame la copa del recuerdo!Huyen de mí los pájaros, la brisahuye, hiriendo las hojas, en el huerto.La sed sangra en mis sienes con su espina,y ha caído mi cántaro deshecho.

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, ¿POR qué ha querido el mun'dotejer en tu cabeza su giÍirnalda?¿Por qué ha crecido el musgohúmedo y pastoril en tu garganta?De tu perfil abrupto, 'que levanta su rígida montañase desprenden' arbustos.¿Qué ventisca. glacial mueve ,sus· ramas?Felpas de trigo y juncosbordean tus pestañasy hasta una flor enciende su capullo'.sobre tu boca sin palabras.¿Quién cultiva tus pétalos, tus frutos;

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quién riega los jardines de tus barbas?¿Quién atiza los leños de" este humo .que asciende de tus órbitas en llamaslo mismo que en los bosques al crepúsculodel cielo vegetal de las cabañas?Veo peces -maléficos ocultosen tus lianas,veo pájaros mudosa quienes desgarraste canto y alas;veo tumbas abiertas y -sepulcros 'en los que danzan víboras y arañas;veo estrellas heridas y sin rumboque se apagan;veo cráneos y rostros moribundos;oigo una voz gritando ent~e mordazas" " .Detrás de los vergel es de tus muros

I ¿quién invoca mi auxilio, quién me llama?En el lago profundo /Que ondula más allá de la marañaen que tu propio rostro e~tá sepulto,¿qué veleros sin mástiles 'naufragan?¿Qué horrible ser convulsoclama detrás de tu espantosa zarza?[Oh, barba inmensa que has cubierto al

. [mundo

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--omo a una bestia exhausta.on cabellos de azufre y crin de luto;h, barba azul que hielas corno escarcha!

¿Quién detiene tu puño.ncrespado y viril en la borrasca?Voy hacia tí, desnuda;

is manos, sin espada.ejo•.que mi alma suba

la cuesta de tus pómulos, y el albasube conmigo como blanca túnica,¿como blanca .mortaja?Sólo su sombra pálida me alumbra.ólo su haz naciente me acompaña'.

En tu rostro amariflo crecen bulbosde largas hojas glaucas;sobre tu frente .hay un penacho agudoque abre sus tensas plumas oerno garras.Hay espinas qué emergen de los surcosde tus verdes mejidlas-erizadas.y más abajo, en vendaval hirsuto,en arranque de líquenes y de algas,cae tu barba .en Iíquido raurmullo.Yo quiero detener sus. aensas aguas,y lenta y blanda me hundo

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a través de tu boca subterránea.Me cercan' huesos, ruinas. '..¿Cuántas bajaron cama ya tu escala;a cuántas diste las doradas briznas

.que te envuelven la piel cama una máscara?No. les hablaste de la inmensa criptaque se alza en tu garganta;

I les hablaste del canta y la caricia.Háblame ahora, pulsa mi alma y canta.Háblame de tuinmensa galería;¿dónde comienza su espiral y acaba?No. mira alcobas, atrios.ni avenidas;en torno sólo.'mira puertas blancas;Mira mis manos trémulas, tendidas.Dame las llaves diáfanas de plata.Dame la llave- antiguaque arde en tu mano informe cama un as-

[cua-,la llave de ara virginal que brillacorno una herida y sangra.Miro en su trébol de metal que oscilauna señal indómita, una mancha ...[Cuántas' manos grabaran con la tintade sus venas, l~ huella milenaria!

~:I~I

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¡Cuántas sombras entraran de puntillasa la alcoba macabral[Cuántos cuellos doblaran sus espigasdespués, baja tu grito y tu guadaña!'Mi cuello' se alza sin temor, vigila,ya sigue tu mirada o se levantacuando. el sueño recoge tus pupilas.¡Duerme sobre la alfombra de tus barbas!¡Oh, puerta blanca, fijafrente a mi corazón, como una estatua!¿Quién podrá derrumbarte pensativasien abismal erguida frente a mi alma?Mi mano can la .llave avanza, limpia.Deja, párpado, puerta, que te abra.Tiemblas al .roce de mi piel, rechina sdesde tus goznes. .. ¡Calla,á brete en flor al aire y a la vida!¿Digo.a la vida? En la entreabierta estanciahay, pesadas muñones que se afincansobre la tierra y fauces que sacavanel polvo con sus lenguas IP-o.rteci?as.,¿Digo.a la vida? Y una inmensa llagaeleva un surtidor de sangre viva,de viva sangre humana, I

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'-en mitad de la alcoba, :y salta y signala llave de oro entre mis manos blancas.Una sombra- gigante se aproximaromo un ángel diabólico a mi espalda.. \ .[Oh Barba Azul, oh barba que te inclinasflameando sobre mí como una espada,oh Barba Azul, enróscame cautiva!

.¿Qué importa ya si cortarán tus barbas?Descienden por tus fosos, por tus 'simasprocesiones de estrellas y de lágrimas;atraviesan la torre, se divisanél través de la sierpe en que me engarzas.Ya están aquí las luces; te iluminan,te ciegan, te atraviesan, te desganan ...Hayos de sol como ávidas cuchillascercenan tu garganta.Toda. tu barba fantasmal se .agitay se desplomay riega ante mis plantas.Sombra feudal" caída[dispérsate y dilúyete en la nada!Los cuellos que sangraban, resucitan.Tu enorme cuello de molusco, sangra. \Repítanlo los frenos y los cepos,el cerrojo y la cruz';

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,

10 repito y mi voz derrama el vientoen el norte, en el sur, .en la tierra, en el cielo:¡ha muerto Barba Azul!Haced con- el madero-polvorientode la puerta prohibida, su ataúd.Dejad la llave de oro entre mis-dedos .Rasgad 'sus barbas leves como· un .tuly agitadlas al sol como un pañuelo,como el ala de un tétrico avestruz.Unid a mí la voz y el instrumento.Preparad las canciones y el laúd.Y comenzad: la llaveque tiembla entre mis dedos puede abrirlas puertas del espíritu y la carnecomo las verjas de, un jardín.Ya no hay nada ni nadieque no sea una @'¡¡FeJil:da'paFamí.Todo parece un suspendido cálizde nardo o de jazmín.Todo es un labia tímido y f~a'Kantepróximo, a divagar y a sonreír ...Caen murallas, sótanos y cárceles;livianos esqueletos de aserrínque creímos' de hierre, se deshacen;

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fantasmas que tendían su tapiznocturno en nuestro lecho, van errantes.¡Oh crespones sonámbulos de hollín

- que orlaban nuestra almohada y negro[sauce

de nuestra cabellera; inmensa crin.que cubrías el mundo, todo yace,todo lo que fué tuyo, sombra ruin:vacío, soledadv.desierto y hambre,tendido ya bajo la tierra gris.Vuelven ríos perdidos a su cauce.Tierra convaleciente;' ¡sé 'feliz!Amarillentos árbolestiemblan desde la fronda a la raíz.Pájaros prisioneros en el airevuelan hacia los ámbitos sin fin ..Como el peso de un ave sobre el hombrome invade el peso de la juventud;joh peso tibio y dulce en que me 'apoyo!¿Quién puede protegerme como tú?No despliegues tus alas; no hay otoño.¡Todo mi cuerpo es alborada y luz!No hay límites, edades ni retornos.[Ha muerto Barba Azul!Yacen en tierra lívidos cerrojos,

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cadenas de marfil,eslabones inmóviles y escombroscon señales fugaces de rubí.Hoy se detienen lágrimas, sollozos,hontanar que mantuve y conocí.Abro las puertas en silencio y oigovoces -de amor cantando el porvenir.

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PIEL DE ASNO

I

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... '.

,

P1EL que me cubres, lánguida pelliza,túnica dolorosa que resbalassobre mi corazón, sobre la orillade mi ser, como indómita cascada;melancólica felpa, crin ceñida;gusano hilando su madeja glauca;ala de insecto zumbador que agitala rosa de mis hombros y mi espalda;escama de oro secular que giraen mis ojos sin luz como en el agua;yerba carnal ·cautiva; _pájaro, pez y larva; (corpórea vestimenta que acariciacomo una oveja. blanca;

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piel de asno, piel mía,que eres ya sólo una envoltura pálida,¿qué fué de nuestra huíday de mis alas? •Aquí, Inmóvil estás, oveja mía;lejos de tí, rebaños se dilatan,lejos canta la voz de las esquilas,3T tú, sin libertad, sacrificada.Lejos de tí los campos, las espigas;contigo sólo mi alma.Voces perdidas en el sol, antiguaemanación de ríos y montañas

- aún despeinan tus Iianas morteeinas,y si en el alba un caramillo cantallamando. et. las manadas que dcrmitaaa,sientes, oveja mía" que te Ilama."Quieres huir, alzarte, desprendidade mí como una venda que sellaracon su velo de miel mi oculta herida.Quieres correr, danzando en la hojarasca.Si estuviera en mi mano, dejaríaque tu belfo buceara entre las- zarzas,que cruzaras los montes donde triscanapacibles pezuñas sonrosadas.Pero algo te retiene y te cobija

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~1I

dentro de mí: 'la frente, la garganta,la pelusa frutal de mis mejillas.Algo que me trasciende y que me encarna.¿Cómo romper las hebras -que te ligana la oscu~a madeja de mi entraña?Oveja, sierpe, mariposa, ardilla,Platero relinchando S"4- nostalgia,pastando en mis cabellos y en las briznashúmedas y sin sol de mis pestañas;piel de asno, piel míaque eres ya sólo una pared de escarcha,recuerda tu pradera y tu sonrisa,la cabriola salvaje de mi mfanoia, .la adolescente languidez, la vivacontorsión juvenil que ya"no danza;recuerda y ahora mírate marchita,¿qué luces restan a tu crin de plata?Eres sólo una sombra que me aíslede la estrella que indago en la borrasca.Eres sólo una sombra, y encendías-mi faz como a una lámpara.Cuando ..una red maldita -~uiso rodear mi estancia,cuando una fruta seca yamariUa,sin raíz y sin savia,

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pensó cruzar mi sangre, y una cifrasoñó medir la eternidad de mi alma,pedí tu protección, y blanda y tibia

_ caíste, como un hábito, en mi espalda.Encarné, como un ánfora, en tu arcilla.Eras el libre despertar que ansiaba.Eras la desnudez y la vigilia.Dejé sobre mi lecho Ias alhajasya sin luz y las. cintas;la luna, el sol, el tiempo en mis almohadas.Huí contigo de las sordas ruinas;abandoné las torres que se alzabanhacia las nubes y avancé tranquilabajo tu manto gris a otras cornarcas..y vi-flores salvajes que se abrían ,en cuevas y.'eabañas,ví mástiles de viñas r

lanzando como vela desplegadasu pámpano a la brisa,.vi flotas de racimos y guirnaldas.Vi el mar que levantaba la ventiscaen los pesebres y-las' olas mansasde UIl pajar que fluía en una líquiday lenta resonancia.Ví la tierra, su siembra, su vendimia. '

..,

I

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Detrás quedaron lívidas estatuas.Sobre la tierra alzábase la vida,su rumor, su contacto, su fragancia.Rostros y frutos, manos y semillas,ahora, ¿quién -os palpa?¿Dónde moran.lashadas y las ninfasque al herrero llamaban con el alba?¿y dónde' está el herrero que fundia 'la estrella de sus sienes en la fragua?¡Vivienda de porqueros, campesinas 'ventanas y verjel de las posadas! .¿Quién derrumbó vuestras paredes limpias;quién el refugio de la inmensa parra?Mi máscara cobrizamiré una vez, atónita, en el agua,y el agua se clavó como una arista,privándorne la voz, en mi .garganta.¿Por qué soñé una vez mi carne prístina?¿Por qué la miré entonces ruda y parda?¿Por tí, profundo corazón; seríaporque contigo a flor de piel amaba?¿Por qué .dejó mi carne aquella hendijaabierta sobre el arma?Por ella entraron luces nunca vistas,las luces que hoy se apagan,

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las que ahora son ceniza.Por ella entró una misteriosa llamae iluminó mi desnudez tendida.¿No era mi corazón una manzana?Era la roca en lo alto de una cima;era el haz,-aún cerrado, de' mis lágrimas.Todavía soñé, mas otra vidaentreví en derredor, divina y áurea. .La tierra que fué aligera, dolíacon un peso de siglos, en mis plantas.y alcé el vuelo, soñando. . . La neblinaya era fría y azul, ya densa y cálida.Súplicas y sollozos. " Agonía.Estertores y gritos. Esperanza.

- Confitura lasciva. .I fué mi dulzor, mis hojas esmeralda.Volví a soñar -con una torre erguidaenvuelta en brumas de tela de araña.Volví a la red, volví a las sordas ruinas,al regazo, ¿nupcial?, de mis almohadas.Volví a la fruta seca y amariUa;al sol, al tiempo y a una luna extraña.¿Adónde fuiste, vida?Vagaba el corazón como un fantasma.vagaba el corazón y mis pupilas-,80

cedieron azotadas por la ráfaga.Se desplomó la frágil maravillay penetré en mi alma.Estaba yerta, inmóvil y vacía. -La tomé entre mis manos; 1'10 era blanca.Era una esponja líviday amarga. _Mas pese a mi dolor la piel curtidano cayó de mis mórbidas espaldas.Persistió, fuéme fiel, sobre mi heridatendió su crin grisácea.Todavíacuando escucha un cencerro, se levanta,levemente rizada" hacia la vida.'Pero algo en mí detiene .su esperanza,algo 'corno una espina,como un ancla.Piel de asno, piel mía;[huye de quien te apresa, de mis garras!¡Inmólame, derribala rueca de mi entraña!¡Rompe la última bridaque a su madeja desgarrada te ata!

, Sólo así encontrarás la voz antiguay ya la estrella pura en la borrasca.

,81

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Que cuando yo esté muerta y desprendidaestés de mí, y la tierra que te llamate devuelva a la luz de las espigasy al vaho vegetal de las montañas,serás el negro mástil de una viña /o la ola de un pajar, dorada y mansa,o aquella fragua azul, o aquella limpiavivienda con vergel, '0 aquella parra ...Para entonces recuerda cuando huíabajo tu manto gris, a otras comarcas.Recuérdame. Tan sólo estaré vivacontigo, en tu añoranza.

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LA VENDEDORA DE CERILLAS

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DESCIENDO por los montes, errante y[solitaria.

Sólo arden las antorchas glaciales del in-r lvierrio,

y acaso, en las tinieblas, alguna luz humanaque vierte una vivienda remota en un

[sendero.Pero el sendero se hunde, se pierde con la

[ráfaga,y la luz que vivía la consume el desierto.El viento gime, aúlla, se enarbola, levantapolvaredas azules y heladas como espectrosentre las que me agito, débil, como un

[fantasma,

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¡Yo que era' firme y viva, hoy- deambulo en, ' [el viento!

En una red profunda de silencio y de\ [escarcha

he caído y me arrastro, febril, como un in-[secto

8 quien le cercenaran el color y las alascon la enorme cuchilla diamantina de un

[témpano.Ya las sombras se ciernen, húmedas, en mi

[espalda,se borra en la penumbra la extraña luz del

[hielo,

los ventosos murmullos que gemían se aca- 1_ [lla~,

sólo hay en, torno un soplo y un estremeci-, [miento.

Pero es inútil esperar el aura,inútil sacudir los puños yermos~¿Cómo sabré mañanaque salió el sol si dentrode mí una enorme y suspendida lágrima,

_fija como una lámpara de hierroy de cristal, apagacon su rumor la música del sueño?

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¿Cómo soñar entonces 'alborada.' ,,'

en tí, que eres desvelode mis ojos, nostalgianada más, voz sin cuerpo, 'y percibir que como-ayer rnc llaman

) tus Iumínicos signos nupciales en mi lecho?No. Mi lecho está. en' sombra, mis almoha-

[dasse -hu:r:de~ cada vez más bajo mi peso.Esta lagnma enorme no resbala 'hu~e d( la mejilla y el pañuelo:esta dentro de mí, quieta y empaña 'el paisaje que alumbra el' sol de, nuevo.Antes, el sol tejía una balada 'en el arpa fluvial, de mis cabellos. .... ' ,

.Y SI un mstante su armoniosa llamacedía ante las sombras en acecho ,recue~d.a, corazó~, tú eras la cajade m~.slca y d.e luz que ardía en mi seno,la caja de cerillas que guardabacada em?ción fugaz como un destello.Entonces, ¿qué importaban('1 ?t?ño y. su tizne polvoriento;5l.ueuna rosa inclinando su pantallasm luz sobre el mantel fria del huerto;

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que la nieve dormida en la ventana,su penacho pendiendo en el alerocomo la luenga barbade un fantasmal abuelo?Como invencible poma subterránea,ardías, corazón, fresco y eterno.Hasta que una legión de sombras ávidas-se levantó una noche en 'mi aposento.Aún resuenan sus voces; escuchadlas:-Tan sólo mendigamos el pan nuestro.Mendigar. .. ¿Qué palabra

~se iguala a esta palabra que tiene largos[dedos?

Tocad su piel, palpadla,¡es dura y blanquecina como un hueso!Es una mano suplicante y magraque sube, viva, más allá del verbo.No sólo aquella mano turbia, escuálida,que emerge del andrajo con un gesto .monótono de estatua

~. -condenada al umbral frío del templo;

, la mano que en la fuente de las plazas.humedece su cántaro sediento;.I.a mano gris, amarillenta o parda,lirio 'de musgo, tulipán de cieno,

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que sólo abre en los.muros y en las tapias _de los castillos y los cementerios.Ni sólo aquella mano desgarradaque ya, no existe, que cayó hace tiempo,'dejando apenas un muñón que sangra,un pájaro agitado por el viento.También es otra mano, solitaria,posada en 'un tonel rancio y bermejo, .caída en las riberas de la playa,en una red, entre los peces muertos;abierta en flor sobre una blanca página;tendida, en cruz, hacia los puros cielos.La mano qu~ buscó como una garrauna raíz de lumbre al árbol negro;la que cavó las sombras sin ganancia,la que rasgó las minas del cerebro ...Nadie ofrendó a esas manos las migajasde luz que mendigaron sin consuelo.y siguen siendo veladuras, máscarasposadas sobre el rostro fatal que nunca

[vieron.Seguimos siendo sombras ai .borda.de la

, [fraguaque nunca ha iluminado nuestros párpados

[ciegos.,89

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l.Sí, somos esos cuencos vacíos, esas palmasque nadie llenó nunca de frutos ni de

[besos.-¿Nadie? Y me alcé en la sombra. Las som-.

Ibras sollozaban. . ,[Tomad mi corazón! [Tornad mi aliento! ...y una tras otra en lenta llamaradasus mil .cerillas desbordó mi pecho.Una sola me bastadije, y guardé una sola en miapose~to.Pero una sola no caldeó mi estancia. . - ,que se extinguió con el primer invierno.Ahora desciendo, helada, las sombr-ías

[montañas;desnuda, la neblina me envuelve como un

[peplo.Desciendo desterrada,desterrada del tiempo'en que dulces aldeas crecían en el albacon altos palomares en torreones .de incien-

. [so,del tiempo en que vivía dentro de una man-

ízanaescoltada por verdes regimientos' de hele-

Ichos;

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huérfana ya d~l puente levadizo que al~aba "sus murallas enormes para guardar mi _ .

. (sueno.

1 b' caída entre lasPerdida entre os osques,(zarzas,

sin corona y sin reino, . '. '.vengo a vivir la vida, vengo a hilar rm m~r-

. (taJa;

preparadme l~ aguja, la madeja y el lienzo.V· . mirar la sombra que se alumbra .IVIr. . . , .

(con lagnmas.'Ya no hay soles amigos que iluminen mi1 (cuerpo! "Desciendo por los montes, errante y soli:a-

(na., 'Quién deshizo' la~ crines de lol' blandos he~. (, [lechos?

'Quién mordió las paredes de la roja _man-<'. (.zana

. di ')en que vivía llena de música y de mcen 10.

Las manos de la sombra, tenebrosas, des-. [garran

la caja de cenizas que aún Jatía en mi seno ".y las negras _cenizas se dispersan Y ~agancon los copos azules al impulso del ,VIento.

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_ALADINO y LA LAMPARAMARAVILLOSA

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,r'

LAMPARA,ya no alumbras la mesa,está oscura la estancia;por las paredes rondan las tinieblas."y la mano está inmóvil en la falda.¿Por qué encender tu mecha?¿Para qué si"una ráfaga. .cercenará su estrella?Antes, cuando alumbrabas,eras la primavera;florecían las canasde las yiejas cabezas,entre las' cofias-mansas Y rizadas

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como entre un haz de yerba·, ,alzaban un sendero, una fragancia

. .'la arruga en el mantel, la fruta seca;una gota de agua _cayendo de una copa era una perla,y las blancas migajasbrillaban sin cesar como luciérnagas.Temblando, las palabrasresbalaban en torno como' gemas.Conjugábanse rostros y manzanasen encendida -comunión. de fiesta.Crecían luces, ramas ...En un rincón, la ruecapulsaba como un arpahilos de lana y de leyenda.Ahora, como escarcha

. 'pende en vellón disperso la madeja;cuelga como una zarzalo que una vez fué blanca enredade~'a1 - 'o que una vez fué lúcida guirnaldade hojas de 'lino y pétalos de seda.Lámpara, -¿por qué no defendí tu .luz primera;por qué al encuentro de una luz extrañadescendí a la caverna? \

1

1,

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¿Quién me ofreció una llamamejor que la que ardía en mi vivienda?¿Fué la voz de Aladino? ¿Fué mi alma?La voz de un sueño cruel que aún me des-

[vela,húmeda voz de alcoba subterrán~a,de lecho irreal y de cojín de niebla.Se que con ella descendí a la entrañamás íntima y oscura de la tierra;descendí en la carroza imaginariade un caracol y suj.eté sus riendasde las que resbalaban una larva -flotante y una oruga polvorienta.Un gusano de luz nos señalabala ruta con su pálida linterna. .El sol que iluminaba la ventanade la casa ya hundida en la praderadejóla estar ep. la penumbra, y clarasentí su despedida en mi cabeza;sentí su mano silenciosa y cálidaposarse en mí como postrer ofrenda.Entré después en la sombría estancia.La voz me. dijo: -¡Lánzate sin tregua!Déjate ir con la tela de arañaque Ianza hacia el abismo su guedeja.-

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\

Por un puente lumínico de plata, 'por blancos rieles de trenzadas hebras,dulcemente caí sobre una lápidaen el húmedo fondo de la cueva.y allí sobre una piedra milenaria,(¿era -un cráneo glacial o' era una piedra?)vi aquella luz artificial que apagahoy, dentro de mi ser, la verdadera.'-' Toma el candil -, dijo la voz, y raudami mano lo tomó. -Frota la cera

- que su dorada superficie empañahasta que se desnude y resplandezca.e->¿Por qué mi mano obedeció} La mallaque aún abría a mis pies su rubia sendase disolvió en la luz, e inesperada,rasgando la pared de la caverna,frente a mí, como insólita montaña,levantóse una sombra gigantesca.--Es el gigante que otra vez levanta.del polvo y el olvido su presencia-dijo la· voz con fuego. Y con nostalgia:-Un día, ya sin nombre, -fui su dueña.-y yo absorta, y temblando, y con mis lá-

lgrimasregando aquella luz, le dije: Espera ...

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sólo veo las simas a mis plantas,sólo veo la noche que se entrega,la sombra que me dice: ¡soy tu esclava!-¡Sí! -confirmó la sombra-o ¡Soy tu

, [sierva!lDesde qué impulso sideral me llamas?~ , dEspero sólo tu mandato. Or ena.-

. Dióme la noche todas las alhajasqu~ en su náufrago cáliz reverberan,y como aún, sonámbula, .rondaba mi alma en torno a su diadema,abrió todas sus arcasy me entregó las nubes, los 'planetas ....Fué un derramado cuerno de abundancia.¿No supe agradecer- tanta riqueza?Un día sentí escasatanta fortuna por sentir la ausenciade lo que aún, sin comprender, amaba ...y ~ollocé de angustia y de miseria.Acaricié la lámpara ...Alzó la noche un grito de tormenta.y le pedí a la nocheIa alborada.y rugió de amargura y de impotencia.Le' pedí un rayo de aquel sol que oreabael blanco .muro en flór de mi vivienda,

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,

aquel ardiente olor que Ia manzanavertía por su cáscara bermeja,aquella fresca y familiar fraganciadel leño y la resina en la pavesa,y aquella .luz anti~a qUE1sembrabaespigas en-las cofias y en las trenzas.-Tendrás que alzar las sienes de la '

" / [almohadade ilusión en que yace fuca beza;tendrás que huir del lecho en que divagasy abrir los ojos-o 'v me supe ciega.-Sólo puedo -ofrecerte por moradaun palacio de nieve que revelarecintos luminosos donde vaganespectros de alegría y de tristeza-oPero, ¿no eres humana?,le preguntó mi cándida' sorpresa.¿Sólo me has dado míseros fantasmas?-Te he dado el sueño sin cesar, sm men-

[gua-.El sueño no 'me basta. . ,

[Darne en cambio la vida, aunque me hiera!-Tep.drás que despertar. .. -y desoladagrité a mi exangüe corazón: [despierta! ...

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Mas duerme y sueña aún ... ¿Sin esperan-[za?

¿Seguiré .siempre desterrada, presa.en la do.rada cárcel de la fábula?¿Quién abrirá las puertas de mi celda?'¡Oh lámpara macabraque iluminas el lecho donde muertami alma teje la diáfana mortajade un sueño que no cesa;a cambio de tus luces que me engañanbríndame aquella, soterrada y cierta!y si ello no es.posible; si erí tu dádivaninguna vida cabe; que en tu ofrendavenga la muerte viva que me faltaa cambio de esta lívida apariencia,a cambio de esta máscarade quietud que ni salva ni serena.La muerte real y vívida, ¿no irradiaa la luz de la lámpara que sueña?Sueño .. ¿por qué tu muerte es una invá-

[lidaque no encamina el rumbo a mi osamenta,ni atraviesa mi piel ni la desangra,y deja en flor mi carne y mis arterias?Es lo que te pregunta y lo que clama

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mi corazón,' sin logro y sin. respuesta:si muero de una muerte imaginaria,¿por qué no de una muerte verdadera?Si muerta estoy entre tus blancas alas,¡deja que muera, al fin, sobre la tierra!

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\ .

~L ARBOL QUE ~ANTA, EL PAJARO QUEHABLA Y·LA FUENTE DE ORO ,/

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r

\ .

, ,

\

Silencio ya. ¡Silencio,que se ha dormido el niñolContar sabré, sin voz, mi último cuento;después caerá la noche y yo en su' abismo.No seré ni una sombra junto al lecho,ni el huevo de una almohada, fresco y tibio,empollando las aves del misterioy el pájaro deI sol no detenido.¡Ah, pero el cuento puro irá él su sueñoy se harán uno mismo!¿Cómo empieza? ¡llumínate, recuerdo!¡Vuélvete un claro amanecer de vidrio!Alguien dijo que el tiempo

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a medida que corre -¿quién lo dijo?-en vez de oscufecerloderrama luz sobre el paisaje antiguo.y que toda esta bruma que sin serloempaña las pupilas, y este olvidode un rostro' amado, añejo, ,e~ sólo una apariencia, un espejismo;que cuando estamos lejosdel amor, más cercano lo sentimos.Hermana es la distancia de lo inmensoy es hermano lo inmenso de lo jntimo.Así ha de ser, y el veloque hoy cubre lo que está y no está perdido)no es un encubrimiento ,es una forma de mirar. " y miro.Diré, entonces, apenas lo que 'sientode ~~uella historia que contó un mendigo.¿QUIen la contó en mi infancia? ¿Fué unli3kr,, l' .,.. [~;;:r'l' ' . espectro?¿A quién se la escuché como en un trino?¿A un anciano, a un arcángel, a un sediento?Quizá a mi corazón recién nacido.Había -un árbol c1~ro Y corpulento, ,de honda raíz y grávidos racimos' b ,un ar 01 que cantaba cuando el cierzo106

/

despertaba sus hojas de aluminio; ,ha bía un surtidor de oro y de ~uegoy un pájaro que nunca -tuvo mdo, hablaba dulcemente de sus vuelosy "a Jauja, al Paraíso.¿Quién no ansiaba aunque fuese un gaJo,

[tiernode aquel :árboJ florido,o una gota del agua, o el d~s~ell~de una pluma del pajaro divinoBuscando los tesoros, ascendieronla cuesta, caminantes, peregr~nos ....Yo los miré marchar. .. HaCIa lo leJOS,hacia un monte selvático, infinit~,cuyas frondas verdeaban en ~l cielo,ascendieron sus pasos en un ritmoincesante de cántico y de trueno . r

-, lama en derredor y en mIS oídos.que aun c _ .iDh hermanos de mi ser, dulces VIaJeros, .¡ l' .para vosotros levanté en un trio

n adiós la mano y el pañuelo!y en u, ..Decid si su perfume fué un alivio .Si en vuestro pecho escuálido ~ sangriento,por tanta espina y águ~jón h~~ldo,mi aroma os-dió calor y os dIO consuelo;

\

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si en vuestra llaga penetró' su filtrocomo en redondo cáliz entreabiertoávido y encendido. .'En el monte lejano, ¿qué secretoyacía virginal, puro, escondido?¿Que perseguía el corazón subiendosin cesar: una aurora o un destino?¿El, agua luminosa y el acentode un árbol y la plática de un mirlo?No eran las hojas de oro ni el espejosonoro de la fuente ni el sonido .del ave sin .adiósy sin alero,10 que llamaba al corazón vacío.

, Sólo era la ilusión, sólo el ensueño,y su promesa de afirmar en Vivo

~ y humano resplandor su fuego interno.La. realidad y' el sueño confundidos!A uno dijo el amor: -Yo te prometo 'ser sang~e y piel-, y la verdad le dijoa otro que sollozaba en el misterio:-En la ascensión indómita me afirmo-oTodo lo que atesora nuestro pechode luz, de paz; de gracia y regocijoencarna ba su espíritu en un cuerpoen la cumbre sin lecho y sin abrigo.

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-.

'.

y a todos ví subir. .. ¡Todos volvieron!En mitad del caminosintieron voces del ayer, lamentosremotos y alaridos;y tornaron los ojos, y en un ecocorrespondieron al inmenso grito.Flotaba, pertinaz, frente al tormento,el musgo aco.gedor de lo vivido.-¡No abandones lo claro por lo incierto!¡Vuelve al ayer, sangrante peregrino!-gritaba, entre las sombras,el recuerdo,y la nostalgia y el dolor consigo. .Se alzó en torno la cumbre, y hubo miedode proseguir, y lágrima y suspiro.Retornaron los pasos ... A lo lejosel monte huraño Ievantó su pico'de frondas como un pájaro agorero,hacia' el cielo, y maldijo:-¡En piedra melancólica os convierto!-Los hombres sollozaron su castigoy alzaron sus muñones macilentoscoronados de sangre y de rocío-N o bastan las heridas si el esfuerzono ha surcado mis bóvedas, cumplido,Ni un fruto, ni una pluma, ni el destello

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del agua en que me enciendo e iluminopuedo brindar a quien violó su anhelo.j Sólo.Ia inerte soledad les brind;!-y en oscuro guijarro polvorientoel corazón del hombre, junto al míose tendió, sordo,ciego,sin impulso y marchito.¿También mi corazón recién abiertosería infiel a su íntimo latido?¿D~sandaría,\ trémulo,el camino emprendido?Subí la cuesta sin temor. Del cienose levantaba un raudo torbellino 'de voces que clamaban sin conciertopor mi hombro desgarrado y fugitivo.Alguien gritó mi nombre desde un tiempoque ya era rosa en, manos del olvido.Pero seguí subiendoal sol y a lo infinito.Porque subía a un despertar eterno:si~ nombre y sin historia, bajo un signo.y en un bosque metálico y risueño,en un cáliz_enorm~ y sensitivopenetré sin saber, como un insecto,y mi ala irguióse sobre el gran pistilo.

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Bajo mi carne.. el pólen ~gantescoderramaba su cántico amarillo.Mi riente corazón estaba presoen un enorme y pálido jacinto.

Los muros de mi cárcel, ¿no eran pétalosradiantes que rodeaban con sus hilosel dilatado y encantado huertoque dentro de la flor, como un ovillo,ligaba juncos diáfanos y helechosen apretado y húmedo macizo?Sobre aquel campo en floración 'e inmenso,se alzaba,' gorjeador, en su equilibriofrutal temblando bajo el dulce peso, .de las vidriadas ramas Y el racimo,el árbol que cantaba cuando el cierzodespertaba sus hojas de aluminio;v centelleaba el surtidor de .fuego,y el pájaro divino .entre el agua y el árbnl.y en el vientocomo en alado y transparente nido,habla ba de sus vuelos ...Yo le escuchaba, absorta, entre los mirtos.Entre mis manos, los capullos tiernosondeaban lentamente como rizos.Mis párpados sedientos

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vieron el pozo plácido y tranq.uiloy en torno a él, en lúcido arabesco- ,en cornucopia de incesante brillo. ,rayos de sol que orlaban el espejocomo haz intenso y estival de trigo ..y allí quedaron .largo tiempo inmersosbebiendo a sorbos resplandores tibios,y cuando, al fin, despiertos. 'miraron cielo y tierra, pensativos,lloraron de alegría, y en un cuenéode amor volqué mi hallazgo como un río.[Oh lágrimas. de asombro y de contento!Ante mi ser, como ante el pozo limpio, 1 'VI evantarse, como al sol, mi sueño ...

¿Por qué no lo realizodesde que en mí te llevoronda infantil que en rumoroso anilloteje su canto en encondido huerto'del que apenas, e~ sombras, participo,.por un p_erfu~e que me trae el yiento,perfume de mocente paraíso?¿Por qué sólo te aspiro y te presientoflor enredada en virginal' retiro? .¿Por qué te das ~ mi fatal desiertosólo como un -inválido espejismo?

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Todo lo que soñaba en aquel tiempo:la luz, la paz, la gracia, el regocijose hizo verdad cuando crucé el senderofinal del monte ... Mas, ¿por qué no arribohoy a su cumbre florecida y vuelvoal llano insomne por voraz camino?¿Por qué entre zarzas lívidas me pierdo?

•• , • ';l¿Po ue no estas conrmgo. -¿Será porque no tengocerca tu rostro fantasmal q~e ansío?¿Será porque está lejosde mi mano tu pálido jacinto?La caricia, tenaz abre' mis dedosen desolado y húmedo abanico,y el tenso varilla.je de mi huesose desgarra en inútiles añicos.¡Sólo la fuente de mi llanto albergo!¡Sólo su árbol IuminicolSólo una ausencia, pájaro sedientocavando en mi almá con ansioso pico.Nada más .. " Nada tengo. - -Nada, nada te pido,presencia que abandon~s a mi sueño¡y sólo a él!', tu cándido delirio. -Siento que ni.cabeza en blando gesto

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lit 111'11' H mi ilusión como en un nicho.u 'HO sin cesar que me desvelo

junto a tu almohada angelical de armiño,y a que su amparo inagotable viertola voz de Barba Azul o de Aladino.Sí, todo lo conté frente a tu lechoirreal, que jamás palpo ni acaricio:cada historia de amor y cada cuento ...No sé si me has oído.Quizá un día feliz, cuando haya muertomi corazón' lo encuentres al descuido ...:tI~jeando ajados libros polvorientos,te encontrarás conmigo.¡Oh qué inefable y singular encuentro!Ya no podré ofrendarte mi corpiño.Sólo, sólo mi espectroavanzará, cantando, a tu recinto.Mientras, ahora, que no estás, que velojunto a tí, como un cirio,duerme tu dulce y encantado sueño,duérmelo sin temor ... [Te guarda el mio!¿Sueña también tu corazón viajerocon solitarios' montes infinitos?Duerme, te vela un 'co-razón suspenso;duerme, te guarda un corazón amigo.

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¿Qué importa que no suba a tu ~P()sento?No estás, no estás, y sin cesar repito:.Silencio ya, silencio,I 1 '-,que se ha dormido e mnoi . .'Callad oscura tempestad de mvierno,l' - . '1hojas cayendo 'en e~ oton?, estlO.Deténgase .en la tierra rrn lame.nto,la cigarra en el aire y su zumbIdo ...'Arbol ave, arroyuelo, .-~antad en torno a su ámbito-dormIdo!

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PAISAJE AL FONDO DE UN ESPEJO

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I, f

l'

ESTABA exhausta del paisaje eterno:el mar, una cigarra, una columna,yo, asomada· a las aguas del espejo.(La cornucopia era una crencha rubia).. .Mirándome la frente y el p~ñueloen ascensión a las pupilas húmedas

,por la trémula escala de los dedos;, mirándome en [a luna,

en el claro de .luna del espejo.A. su charco avancé, clara y desnuda.Alrededor hallé el paisaje eterno: .el mar, una cigarra, una columna ...Oí la voz del mar en el silencio;la voz de la cigarra en la penumbra;

,

/

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enlacé la columna con mi cuerpoy al fondo del espejo ví una ruta,los árboles y el' cielo.Era un jardín no visitado nunca.Ví estatuas maceradas cuyos senoscaían aIa yerba' como frutas,vi fugaces destellosde fuentes moribundas,y una flor columpiada por el vientovolaba en el cristal ajada y mustia.Oí la voz del mar en el silencio:El jardín se derrumba ...Se amarán' las estatuas, los espectrosde mármol que se ocultan

/ a la sombra \de un pino o en el densocaracol de una gruta,Se amarán las estatuas y sus besosserán huecos sonidos en ia tumbade sus cuerpos sin vida, de los miembrosque en lápida marmórea los sepultan.Caerá el amor sobre la piedra, muerto.-y me habló la cigarra en la penumbra:-La salvación es el viviente gestoque se alza de tu ser como una lluvia.[Riegue tu surtidor el campo yermo!

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El jardín se derrum~a: ..Te preparan las hojas blando lecho.[Abandona la rígida columna!Cruza el- radiante y virginal sendero,toca la m.isterii.{')sacerradura.-Me encaminé al espejo,llamé a las puertas de' cristal; rotundapronuncié mi palabra de consuelo. :El mar sonó a lo lejos. . . más ningunavoz respondió a mi acento.Volví a tocar ... Ilamé-al amor de nuevo;pero las puertas continuaron mudas.Ni resonancia ni eco .callaron mi pregunta.y llamé iargo ~tiempo. . . ,y me enlacé al espejo con 'angustia.Hubo tormento

'v lucha ,hasta que un brusco y singular estrúendollenó la marisa alcoba de iracundia.Ví descender, agónico, ei espejoy le tendí mis dedos como brújula.Pero el naufragio se cumplj.ó. Fragmentosde paisaje clavad~s en mis uñas ..miré y aún miro en el temblor sangriento

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d mis I manos convulsas:un hilo de agua, un pedestal desiertoen que una estatua levantó su espuma,y una flor azotada por el viento -que en una arista de cristal se mustia.Mientras el mar suspira en el silencio -y llora la cigarra en la penumbra .

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LA MARÍPOSA DISECADA

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ERAS en el jardín, sobre los ramos,ensueño real que aprisionara un niñóen un cesto de mimbre que su manoagitaba por sendas y macizos.Hoy eres cromo rígido del campo,un paisaje minúsculo en un -nícho.Ataúd de cristal vela tus párpados_. oro ya azul- dormidos.Los lirios están lejos, y los pájaros.Las mariposas viven en los lirios.Mueven el ala pura en el espaciocomo en un dedo pálido un anillo:y tú estás sola, inmóvil, en un marco,como el retrato de un velero antiguo.Alas de sol. Antenas de amaranto.Rosa caída en aluvión marchito.

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La red del hombre vió cómo tu raudocorazón se embriagaba en un pistilo

/y te clavó, con estilete amargo,en la cana de un viejo pergamino.Angel de terciopelo, castigadoa la pared, a la quietud, al vidrio,

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EL MANIQ:U1

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:. I

CONTARIAS,la historia de tus trajessi alguien te oyera en el taller vacío,pero tu acento, no recoge nadiey ecos tan sólo suben a tu exilio,ecos.que suben de la inmensa tarde·abierta en espiral como un oídoen que flota la voz como un paisaje:ríe su chispa de color un niño,alza un pregón su lámina vibrantey su candela, en surtidor, un grito.Sólo yo te contemplo y quiero hablarte, .aspiro tu silencio y te acaricio.Se contorsiona tu pezón de alambre,acaso tengas fríoporque el pájaro azul de los volantesque en tí habitó como en un nido

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se alejó, como ráfaga, en el aire,hacia el alero de un corpiño.Gajos de terciopelo como naipesen abanico abierto sobre el pisodicen tu porvenir: seda y encaje,cofia de luto, guantes amarillos: ..Pero ni lazo quedará ni guanteen ,tu peluca de gastados rizoso en tu mano de cera en que la sangreextinguió su rubor. y su latido.Todo caerá de tí como el esmaltede un medallón antiguo. 'En desnuda orfandad, como un cadáver, ,miras las formas que en el mundo vivoinvitan con las pomas de Yacarneen urí inmenso y corporal raci~o.Tienen un sueño singular tus ojos,sueño manso y fluvial como un Emílloderramando su luz en gotas de oro.Tus ojos sin pestañas se abren, vivos.

- Plantas y rrubes han subido en tornoa tu esqueleto de aserrín y vidrio;velo nupcial, un loto .ciñe tu rubio cabezal marchito' , ,

bajo el paraguas vegetal de un hongo

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sientes caer la lluvia y el granizo;palomas, en las ráfagas, los coposconducen una brizna de rocío.Tu sueño es como selva en el otoño.jAh, selva y sueño ruedan al abismo!Tintas en humo y polvomanchas humanas pueblan el recinto.Las tijeras, radiantes de alborozo,ríen alzando el diente de su filo.,Te acicalan, despiertas al insomnio; .quieres Úamar, no encuentras 'el sonido ...'Ciegos, mudos y sordosgiran, el raso, el lino. . . .No, no puedes huir; sobré tus hombroshan afincado una prisión de armiño.

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.NUNCA amaste los pájaros. Es cierto.Ni a los niños que huyeron de tu sombra¡crucifijo del hombre contra el cielo!Se deshizo la rondaen el jardín; volaron los insectos;después, las mariposas ...

> Sólo quedó, en la soledad, tu espectro,

\

y un niño sólo en la pradera sola,.inyálidó y sediento.Lejos de tí) volaron las palomas,

. .\ Y la ronda infantil en otro 'huerto\ levantó sus columpios, sus coronas ...

Sólo' permanecieron los' almendrosabriendo sus corolas

J

glaciales como témpanos.¡No podían volar!' Y las bellotas,

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los manzanos en flor y el limonero.Pasaban, fugitivas, las alondras.[Pudiste detenerlas en su vuelo!Pasaron golondrinas y gaviotas,y mirlos y jilgueros,y enamoradas tórtolas ...y maduró tu íruto en el silencio' ,en el silencio, sonrosadas pomasla bios mudos, se abríeron. 'Pero hoy el viento sacudió las ,hojasdispersó las, semillas y los pétalos 'y el pezón de los árboles se agotaen exhausto racimo -amarillento.jNo veles ya! Se marchitó la fronda.jDespídete del cerco!En una alegre emanación sonora,la infancia, en ronda florecida, ha vuelto.Los pájaros celebran su victoriapicoteando tus restos:tu pecho de aserrín, tu .sien de estopa,la hilacha sin color de tus cabellos ..Te sostiene una estaca melancólicacomo al retrato de un payaso muerto.,

1\ [Oh trágica derrota;oh racimo de harapos verdinegros;

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/

oh maniquí del campo que sollozasmirando el alto nido y el alero, ,hermano del fantasma, de la escoba,del ciprés y del cuervo!Hermano mío. .. [llora!'Llora conmigo sobre el campo yermo.y aprende a amar los pájaros. " ¡Que te

- -, [oigancantar los niños y te escuche el viento!Com~ un ángel caído al que perdonala mano celestial, sube hasta- el cielo.¡Que se levante un ala milagr_os~ I

en cada uno de tus hombros, quiero:¡Que emprendas en tu muerte, que es tu

[aurora,- I

el viaje azul al paraíso eternoen donde un niño solitario toma

. gajos de luz que no consume el tiempoa un árbol sin otoño y sin carcoma!

, El niño aquél, inválido y s~diento.

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TELA DE ARAÑA. (BALLET)

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¡OH bailarina del desván, comienza!La música del viento toca el arpacarcomida y sin cuerdas.Descorre el polvo su cortina opaca;se encienden las luciérnagas.iOh bailarina del desván! Ya danzas ...Desde el palco de un cofre te contemplanatónitas pupilas de esmeralda.En el caos, la herrumbre y la tinieblasubes, ¡oh danzariúal, con la ráfagadel aire de la noche; eres la estrellade graneros' y criptas subterráneas.Ahora te miro, lúcida y ligera,frente a mi corazón, como una lámpara.Saltas, danzando, con tu malla negrasembrando con tu paso una luz blanca

"

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que permanece inmóvil, una estelahúmeda y vertical como una lágrima;y en el raro columpio de tus hebras¡mínima equilibrista en red de plata!con tu sombrilla: mosca,' pirueteas.Cruzas, en espiral, paredes .rancias .iluminando pátina s añejas.Pero has perdido un escalón, resbalas ...Mi mano se levanta, ávida, abierta.Danzas en ella el aire de una flauta,que un grillo toca entre Ias hojas secas.

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HOJA SECA

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\

Tu mínima- mortaja puede cubrir mi![rostro

cuando .muera,tu mínima mortaja movida por el soplode la brisa, hoja seca.Toda la sangre humana, todo el amor y el

[odiocaben en la columna vertebral que atraviesatu leve cuerpo dócil que hoy vaga sin re-

[poso;toda la sangre humana y el dolor, hoja seca.Porque todo se vuelve -nubecilla de polvo-después de haber salvado la carne y la osa-

[menta.Así, cuando mi rostro, que hoyes ávido in-

Isomnio,

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se libere del cráneo qu~ en- su máscara en-Icierra,

y entregue al aire el cáliz de su último des-, [pojo

y se expanda en delgada voluta polvorienta,llueve sobre mi ausencia con el último otoñoque humedezca mis pardas cenizas en la

, [tierra;ven a mí, en la caída vesperal y el sollozode las últimas lluvias que i'nunden mi cor-

[teza.Desciende de aquel tilo familiar, de aquel

[olmoen que dejó mi maJ;1O,mortal, profunda ~ -.

[huella ..I

Cuando de mis mejillas fugaces y mis ojosquede apenas la franja de lo humano y la

[estelade un gesto, de una risa, de una mano, de

. [un torsofebril, de una cabeza; ,cuando sólo perdure la orilla de un

[escombroy un nombre entrando al reino frutal de la

[leyenda,

,I

I

..

permite que mi sombra duerma el sueño[más hondo, ~

ese sueño que en auras inefables despierta,bajo tu blanda toca tutelar o tu embozovegetal, hoja seca.¡Qué grande hoy mi presencia, frent~ a tí,

[a quien invoco!Mañana, bajo tu' alda virginal, ¡qué

, , [pequeña!

. ,

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EL CUERVO

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A Edgar Allan Poe.,

SOLO quedan, roídos, los peldañosde una escalera en sombras;una percha que incita c0Il:los garfiosde dos cuernos agudos, y unas ropas,so~adas por el tiempo y el espacioy ausentes de calor y de memoria;sólo un tapiz de raso

, con manchas de oro y un sillón con borlas;un abanico abierto, y un retrato

. erguido, solitario, en un~ cónsolaun espejo que es agua de los añoscon amorcillos en la cornucopia.¡Ah, ya lo ves! Y mis dormidos pasos

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que suben, sin querer, mientras azotael viento en los cristales como un pájarocon las húmedas alas en zozobra.¡Ah, ya lo ves! ¿Acasosoy el espectro errante de Leonora?De mi cuerpo, caído campanariose alejaron las últimas palomas.Hoy sólo anida un cuervo en mi regazocomo en una cornisa melancólica.

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LA ISLA MISTERIOSA

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A Julio Verne.-

RODARON los juguetescomo despojos en la ..alfombra,y la niña ha tomado, dulcemente,un libro monacal 'con. tapas rojas.Lo abre como un estuche en que durmieselel párpado radiante de una joya ...Fuera, muere en los árboles el verde.La noche enluta como, un sol de -sombra.Sólo la niña es un color reciente~ .de manzana caída que arrebolayenciende _el cesto blanco de su alcoba.Nada persiste, nada permanece;sólo una pátina barrocay el bucle de la niña que florece

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¡.en una planta ávida corolaal calor de una lámpara, en el céspeddel mullido cojín en que reposa.Mira la niña un espiral de nieve, ,montes azules y escarpadas rocas,un globo irreal que asciendehacia las nubes y retorna,y más, a~lá, en las aguas, entre pecesplateados y gaviotas,ve surgir la carátula celestede aquella tierra ini~C'ta y misteriosa. ' _.Como una espiga solitaria yerguesu dorada cabeza entre las olasy sube al fin, entre las mansas mieses 'del mar, ala isla ingrávida y remota.Cuando la áurea visión desaparece '.y el risueño relato la abandona

, ,descubre en torno la orfandad e inerte. ,piensa, medita "sin cesar, solloza ...Aún palpita una voz entre sus sienes:aquel ensueño en musical memoria, ,agua que canta en su regazo ylvierteuna incesante vibración sonora.¡Oh s~bterránea y rumorosa fuente, '.la niña Se hunde,trémula" en tus ondas!

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•.Pero aún, amenazándola, se ciernensobre su ensueño, resplandor y forma.,La niña apaga el ~ol que orló su frentey sólo la tiniebla es su 'corona.¿Por qué huye de 'su cándido relieve?Ansía estar enterámente a solaspara seguir soñando eternamente.Correrá las cortinas en la aurorapara que su aguijón no la despierteindividual, impúdica, corpórea.La encendida manzana se convierte,'la niña, solitaria se transforma,sobre la tierra parda que anochece,en una mancha fantasmal y, arbórea.Ya su ~izo infantil no resplandeceen la penumbra, ni el cojín aflora"como la yerba, ni el color silvestresurge, pleno y vivaz, como una poma.Todo, en la oscuridad, se desvanece:cabello, cinta vegetal y aureola.Una oscura raíz entre los plieguesondeantes de la noche se incorpora,

'crispada, vuelta sobre sí, y se tiendeen el musgo apacible de la alfombra.La noche se alza como un árbol, crece;

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yace la niña en su raíz absorta.Fuera, muere en los árboles el verde;y dentro una presencia se deshojamientras se enlaza al sueño y se entretejea su enramada alígera, ilusoria. ,La niña, que hunde su presencia, pierde,para ganar su entraña, su amapola.

- Resbala el libro de su mano y hierecon su sangrienta soledad la sombra.La niña fluyé, 'alada, y se desprendede su corteza .pálida, y desborda ~su piel, y a cada instante más ausentese la encuentra y más honda.Mas ya no es la raíz que se estremece ...Sólo invisible, inagot<;tble aroma. I

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1 N D Le E

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, ,

, . LA VARA MAGICAPágs. '

_Génesis ',La Bella Durmiente del Bosque .Caperucita Roja .Blanca-Nieve .La Cenicienta ~ ." ,Las Dos Hermanas ',' ' .Barba-Azul ., .Piel de Asno ...............•..........La Vendedora de Cerillas . . . . . . . . . . . . . . .Aladino y la Lámpara Maravillosa .El árbol que canta, el pájaro que habla y -

la fuente de oro. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 103

11

1723

/31

41

5161

738393

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I

}PAISAJE AL FONDO DE UN ESPEJO

Pág.

Paisaje al fondo de un espejo . . .. 117La mariposa disecada .'.............. 123El maniquí 127El espantapájaros :...... 133Tela de araña. (Ballet) :.. 139Hoja seca. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 143El cuervo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 14,9

La isla misteriosa 153

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