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    LA ARQUITECTURA DEL PASTOREO: USO DEL ESPACIO Y SISTEMA DE ASENTAMIENTOS...

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    Estudios Atacameos N23 - 2002

    La arquitectura del pastoreo: Uso del espacio y sistema deasentamientos en la Puna de Atacama (Susques)

    RESUMEN

    El objetivo del trabajo es contribuir al conocimiento de

    la arquitectura del pastoreo en los Andes. El foco regio-

    nal del estudio es Huancar en el Departamento Susques

    (Jujuy, Argentina). En primer lugar se describen los sis-

    temas de asentamientos vinculados con las actividades

    pastoriles de Huancar y luego se presentan los esquemas

    del uso del espacio por parte de los pastores. Finalmente,

    se analizan los significados que el espacio tiene para los

    pastores.

    Palabras claves: Puna de Atacama pastoreo sistema

    se asentamientos uso del espacio.

    ABSTRACT

    This paper aims to contribute to the existing knowledge

    on pastoralist architecture in the Andes. The regional focus

    of the study is put on Huancar, Department of Susques

    (Jujuy, Argentina). We describe first the settlement structure

    related to the pastoralist activities of Huancar; then, we

    present the pastoralists spatial patterns of use. Finally,

    we analyze the cultural meanings that space has for

    pastoralists.

    Key words: Puna de Atacama pastoralism settlement

    structure spatial patterns.

    Introduccin

    El pastoreo es la nica estrategia productiva via-ble en regiones ridas como las tierras altoandinas,en las que faltan mayores concentraciones de

    pasturas y en las que el cultivo extensivo de plan-

    tas ya no es posible. La movilidad es su carac-terstica ms llamativa. A diferencia de la agri-cultura, el pastoreo es una actividad econmica,en la cual los medios de produccin no son fijos,sino que caminan sobre patas. Los animales son

    despensas ambulantes (Clutton-Brock 1989). Alno existir pasturas cercadas, en las que puede serencerrado el ganado, los movimientos de los ani-males tienen que ser controlados por los hombres.Ellos se trasladan con el ganado de un rea de

    pastoreo a otra y dirigen tambin all sus despla-zamientos. Por lo tanto, el pastoreo no implica

    solamente una relacin particular con los anima-les, sino que tambin con el espacio.

    La relacin hombre-espacio en el contexto de eco-nomas mviles ha sido estudiada bsicamente

    para sociedades de cazadores-recolectores. Espe-cialmente los trabajos sobre los sistemas deasentamientos vinculados con la caza y la reco-leccin han marcado nuestras ideas sobre la visi-

    bilidad material de un estilo de vida mvil (verp.e., Biesele et al. 1999; Ingold et al. 1988; Kelly1995; Lee y De Vore 1968; Lee y Daly 1999;Winterhalder y Smith 1981). Han sido de gran

    relevancia heurstica no solamente para la antro-pologa social sino tambin para la arqueologa.Existen bastante menos estudios sobre los siste-mas de asentamientos vinculados con el pastoreo.Adems, la mayora de ellos slo se basa en estu-dios de caso africanos y asiticos (Cribb 1991;Dyson-Hudson y Dyson-Hudson 1980; Fratkin etal. 1994; Fratkin 1997).

    La falta de informacin sistemtica sobre la ar-quitectura del pastoreo en los Andes est relacio-nada con la posicin marginal que el pastoreo

    andino tiene en la antropologa en general. Mien-tras que los sistemas pastoriles africanos y asiti-cos influenciaron a importantes desarrollos teri-cos (ver p.e., Barfield 1993; Dyson-Hudson yDyson-Hudson 1980; Galaty y Johnson 1990;Khazanov 1994; Salzman y Galaty 1990), el an-lisis del pastoreo andino muy pocas veces ha tras-cendido el marco de la antropologa regional. Los

    primeros antroplogos sociales, que a principiosde los aos sesenta describieron a poblacionesandinas, cuya subsistencia se basa en la cra m-vil de ganado, fueron Jorge Flores Ochoa (1968),

    BARBARAGBEL1

    1 Institut fr Altamerikanistik und Ethnologie, UniversittBonn, Rmerstr. 164, D-53117 Bonn. Email: [email protected]; International Human Dimensions Programme onGlobal Environmental Change (IHDP), Walter-Flex-Str. 3,D-53117 Bonn. Email: [email protected]

    Recibido: marzo 2002. Manuscrito revisado aceptado: agosto 2003.

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    Glynn Custred (1977) y Horst Nachtigall (1966).Sus estudios inspiraron a una serie de trabajossobre la produccin pastoril en los Andes, el in-

    tercambio con agricultores, la organizacin socialde los pastores y su vida religiosa.2 La mayorade las investigaciones se llevaron a cabo en el al-tiplano peruano y boliviano. Poseemos muchomenos informacin etnogrfica sobre el norte deChile y el Noroeste Argentino.

    El presente trabajo se basa en una investigacinrealizada en uno de los sectores de los Andes pocoestudiados hasta ahora: la regin de Susques enel Noroeste Argentino; ms precisamente el Dis-trito de Huancar. Presentaremos algunos resulta-

    dos de nuestro anlisis de la arquitectura del pas-toreo en esta regin. En primer lugar, describire-mos las estructuras arquitectnicas y los lugaresde uso especfico para actividades pastoriles enHuancar.3 Despus analizaremos con qu esque-mas de uso del espacio estn vinculados estas es-tructuras arquitectnicas y estos lugares. Tambindiscutiremos los signficados que el espacio puedetener para los pastores. Como este trabajo no pue-de ser ms que un primer aporte hacia una com-

    prensin ms amplia de la arquitectura del pasto-reo en los Andes, priorizamos en l la presenta-cin de informacin etnogrfica.

    Estructuras socioeconmicas del rea de

    estudio: El Distrito de Huancar

    El Distrito de Huancar pertenece al Departamentode Susques de la Provincia de Jujuy (Figura 1). Seubica en el borde oriental de la Puna de Atacama,que es uno de los sectores ms ridos de las tierrasaltoandinas (Troll 1968). El sector oriental de laPuna de Atacama es un semidesierto de altura, ca-racterizado por la presencia de salares y una vege-tacin escasa y dispersa, que consiste bsicamenteen pequeos arbustos (tolares) y gramneas. A di-ferencia de otros sectores de las tierras altoandinasno existe en todo el Distrito de Huancar una vegao un bofedal. La mayora de las fuentes de aguano son permanentes y se encuentran esparcidas enlas quebradas con grandes distancias entre s.

    Para la mayora de los 320 habitantes de Huancarla cra de ganado es de gran importancia econ-mica y cultural. A mediados de 1993 el 83% delas 46 unidades domsticas se autodeterminabancomo familias que pastorean hacienda; en 1996fue el 80% (36 de un total de 45 unidades doms-ticas) y en 1999 fue el 70% (36 de un total de 51unidades domsticas). Los rebaos de las fami-lias de Huancar estn compuestos por llamas,ovejas y cabras. El conjunto de estos animales es

    denominado hacienda. Existe una relacinafectiva muy estrecha con la hacienda; llamas,ovejas y cabras son percibidos como miembrosno-humanos de la unidad domstica. La haciendade una familia abarca en promedio unos 150animales, siendo el rango de 35 a 475 animales,segn los censos ganaderos (1986-1999) que pu-dimos recopilar. Cuatro familias tienen 300 o msanimales, mientras que el tamao de los rebaosde otras dos familias slo ronda las 50 cabezas.Un rebao de 50 animales es considerado el m-nimo para que puedan subistir dos personas adul-tas de la cra del ganado. La movilidad espacial

    con los rebaos es bastante alta. Aparte de la ha-cienda, cada familia posee al menos media doce-na de burros; algunas tienen adems una o dosmulas. Estos animales no son pastoreados, por loque corren libremente por los cerros.4

    A diferencia de otras regiones de los Andes, noexiste en Huancar una estructura de comunidad

    2 Para compilaciones y resmenes del estado de la investiga-cin vanse Bonava (1996), Browman (1974, 1989), Flo-res Ochoa (1977, 1983, 1988), Flores Ochoa y Kobayashi(2000), Orlove (1981), Palacios Ros (1987), Webster(1973).

    3 La informacin etnogrfica e histrica que presentamos eneste trabajo fue recopilada durante varias estadas enHuancar (aos 1991-93, 1994, 1995, 1996-97, 1999, 2000).Estas estadas se enmarcaron en diferentes proyectos de

    investigacin. En un primer proyecto estudiamos el pasto-reo, el intercambio econmico y la organizacin social deestas actividades (y sus transformaciones a lo largo del tiem-po). Nos interesamos particularmente por el manejo de ries-gos e inseguridades por parte de los habitantes de este sec-tor tan rido de las tierras altoandinas. En un segundo pro-yecto analizamos las complejas vinculaciones entre percep-cin ambiental, cosmovisin y aprovechamiento de recur-sos. Uno de nuestros focos de anlisis fueron las relacioneshombre-animal. El tercer proyecto consisti en una compa-racin intercultural de diferentes conocimientos ambienta-les, percepciones de riesgo y percepciones de uso y de con-trol del medio ambiente (p.e., pastores, maestros, ingenie-ros agrnomos).

    4 Para ms informacin sobre la produccin pastoril enHuancar, ver Gbel (1997, 1998a, 1998b, 2001a, 2001b).

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    El eje central de la organizacin social y econ-mica del espacio en Huancar no es la comunidad,sino la unidad domstica. Las unidades domsti-cas son denominadas familias. Son concebidascomo las arenas centrales de produccin, de dis-tribucin, de consumo y de reproduccin social.Abarcan en promedio unas siete personas. Lamayora de ellas est compuesta de tres gene-raciones (padres o madre, hijos e hijas, hijos delas hijas).

    Cada unidad domstica usufructa determinadas tie-rras de pastoreo y fuentes de agua para los hom-

    bres y el ganado.6 O sea que, a diferencia de sec-

    6 Legalmente las tierras siguen siendo de propiedad fiscal, osea pertenecen al Estado provincial. Los pobladores deHuancar intentan desde algunos aos obtener los ttulos desus tierras advocndose a la nueva legislacin indgena queestableci la reforma de la Constitucin Argentina en 1994.La actual legislacin indgena permite a comunidades abo-rgenes que se han inscrito con personera jurdica en elInstituto Nacional de Asuntos Indgenas (INAI) obtener t-tulos individuales o comunitarios de las tierras que habitan

    Figura 1. Ubicacin del Distrito de Huancar en la Provincia de Jujuy.

    muy desarrollada. Faltan instituciones comunita-rias como ayllus, sistemas de cargos religiosos oel uso conjunto de tierras y recursos. Tampocoexiste en Huancar una identidad tnica explicitada.Los pobladores se definen como gentis de ac.

    No se autodeterminan atacameos, ni tampocoadoptaron adscripciones tnicas externas como elnombre de kollas (Gbel, en prensa b). Relacio-nado con la falta de una estructura de comunidaddesarrollada no encontramos en Huancar un sis-tema coherente y abarcativo de ejes espaciales,que defina un territorio comunitario con fronterasclaras. No encontramos, por ejemplo, un sistema

    de cerros o lugares sobresalientes, que compartantodos los pobladores de Huancar como puntos dereferencia centrales para su identidad.5

    5 Astvaldsson (1997), Bastien (1978), Bolin (1998), Dransart(2002), Gose (1994), Isbell (1978), Martnez (1976),Valderrama y Escalante (1988) y Wachtel (1990) describentales sistemas de cerros o lugares sobresalientes mallkus,uywiris o apus, wakas, etc. y analizan su relevancia paraprocesos identidarios.

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    tores ms hmedos de las tierras altoandinas, quepresentan concentraciones de recursos forrajeroscomo bofedales o vegas, no existen en Huancar

    pastoreos o aguadas comunitarias.7 La historia oralconstata que esto no es un desarrollo reciente, sinoque ha sido una constante en Huancar. Los

    pastoreos de cada familia tienen en promedio unas1.649 ha, abarcando el espectro de 115 ha (uni-dad domstica 47) a ms de 11.000 ha (unidaddomstica 22; ver Figura 2). El derecho exclusivode uso de las unidades domsticas no se extiende,sin embargo, a la extraccin de lea o al pastar de

    burros y mulas. Los burros y las mulas no sonpastoreados y corren dispersos por los cerros sinmayor control.8

    Debido a la centralidad de las unidades domsti-cas en Huancar, la identidad local es mucho msfuerte que la identidad comunitaria. El sentimien-to de arraigo local, es decir, el compromiso queuna persona siente hacia el espacio que su familiacontrola (tanto econmica como simblicamente)y que socialmente existe adscrito a ella, es mu-cho ms grande que su sentido de pertenencia auna comunidad abarcativa.

    Las unidades domsticas como ejes de la

    organizacin social y econmica del espacio

    El sistema de asentamientos vinculado a las ac-tividades pastoriles en Huancar tiene tres com-

    ponentes: a) la casa central o casa de campo;b) los puestos temporarios o estancias, distri-buidos en el rea de pastoreo de la unidad do-mstica, y c) la casa en el pueblo, que se en-cuentra en el pequeo pueblo de Huancar en elcentro del distrito. Esta combinacin de una basecentral con puestos temporarios y eventualmen-te una casa en el centro administrativo y comer-cial ms cercano es bastante comn en los siste-

    mas pastoriles andinos (ver p.e., Browman 1989;Brush 1977; Brush y Guillet 1985; Crdenas1990; Flannery et al. 1989; Flores Ochoa 1968,

    1977 y 1988; Gundermann 1984; McCorkle1987; Nachtigall 1966; Orlove 1981). Sin em-

    bargo, difieren los nombres que reciben los com-ponentes en las diferentes partes de los Andes.As, en muchos lugares estancia no es la de-nominacin de un puesto temporario, sino de unacasa central o de un casero con las casas centra-les de varias familias (ver p.e., Caro 1985;Dransart 2002; Flannery et al.1989; Flores Ochoa1968; Greslou 1989; Inamura 1981; Martnez1975; McCorkle 1987; Nabeshima 2000; Orlove1981).9

    La casa de campo

    En el centro del espacio controlado por una fa-milia se encuentra la casa de campo. Losmiembros de una unidad domstica son identi-ficados por las otras familias de la regin conel nombre del lugar, en el que se encuentra sucasa de campo: Barrancas, Agua Buena, Cue-vas, etc. (Figuras 3 y 4). El nombre del lugarde la casa de campo es el lugar que una per-sona menciona, cuando se le pregunta por suorigen y por su pertenencia. Es un icono, que

    condensa todo un sistema de ocupacin espa-cial, derechos de uso de recursos y de prcticaseconmicas. Adems, la casa de campo cons-tituye para los miembros de una unidad doms-tica una referencia clave cuando evocan rela-ciones sociales actuales y pasadas. As, porejemplo, las genealogas son narradas y memo-rizadas con la ayuda de los nombres de los lu-gares de casa de campo. En la casa de cam-

    po se llevan tambin a cabo los rituales queactivan y refuerzan las relaciones de los miem-

    bros de una familia con la pachamama (p.e., lasealada , 1 de agosto, das de los santos de

    los animales). Las relaciones con lapachamamason esenciales para mantener el bienestar de las

    tradicionalmente. Los pobladores de Huancar se han cons-tituido a fines de los 90 como una comunidad aborgen,obteniendo hace poco la personera jurdica de la misma.Mientras que oficialmente piden los ttulos comunitariosde sus tierras (pastoreos y aguadas), internamente ya handecidido que las familias seguirn teniendo derechos ex-clusivos sobre las tierras de pastoreo y las aguadas.

    7 Comprese con Brush y Guillet (1985: 26), Browman (1974y 1989), Orlove (1981) y West (1983: 94).

    8 Se puede extraer lea (tola, checal, aagua) en las tierrasde pastoreo de otras familias, siempre y cuando no sea al-rededor de la casa de campo, los puestos o los corrales.

    9 Gundermann (1984: 111) define, en su trabajo sobre losaymaras de Isluga, estancias como unidades territoria-les pertenecientes en mancomn a coaliciones de familiasreclutadas por va patrilineal. Denominaciones comunespara puestos temporarios son kancha(Flannery et al. 1989),cabaa (Flores Ochoa 1968; Crdenas 1990; Greslou1989) opaskana(Gundermann 1984: 113). Para una discu-sin general, ver tambin Nielsen (2001).

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    Figura 2. Distrito de Huancar: reas de pastoreo con lugares de casas de campo.

    Figura 3. Casa de campo Agua Buena (unidad domstica 1).

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    personas y del ganado y, por lo tanto, asegurarla produccin pastoril (Gbel, en prensa c). Lacasa de campo es, por lo tanto, el principal

    archivo material de las prcticas econmicas,sociales y religiosas de una familia.

    Elementos tpicos de una casa de campo. Unacasa de campo no consiste solamente en unacasa. Ms bien es todo un complejo de estructu-ras, instalaciones y reas de uso especfico. Hayque aclarar que en los Andes una casa tradicio-nalmente slo contiene un cuarto y no varios cuar-tos.10 Las casas tienen planta rectangular, estnhechas de piedra con techos a dos aguas cubier-tos de guaya (paja). No poseen ventanas y slotienen una puerta, que en general es de madera de

    cardn.

    Estos son los elementos tpicos de una casa decampo (Figura 5, para los elementos 1-10, 12-14,16-18):11

    1) Una a dos casas de familia. Ellas funcio-nan bsicamente como dormitorios de losmiembros de la unidad domstica.

    2) La casa de huspedes (ramada). En elladuerme la visita. Cuando vienen varias per-sonas de visita, ellas comen en la ramaday no con la familia en la kancha. Los miem-

    bros de una unidad domstica mantienensiempre cierta distancia hacia la visita, in-dependientemente si son parientes, amigoso vecinos que los visitan. Tambin se reali-zan en la ramada fiestas y se llevan a cabo

    rituales (primer corte de pelo, sealada, 1de Agosto, carnaval y rodeo de los burros,etc.).

    3) El depsito, para guardar mercadera, car-ne, vellones de lana, herramientas, etc.

    Figura 4. Casa de campo Barrancas (unidad domstica 10).

    10 Tambin Boman (1908: 429), quien reccorri en 1903 elsector oriental de la Puna de Atacama, escribe: La maisonna quune seule chambre. Lpez Aranda (1937: 39) cons-tata en su informe sobre el territorio de los Andes: Vivenen pequeas casas que, por lo general, constan de unahabitacin. Y Von Rosen (1957: 77), quien explor en1901 la Puna de Jujuy y el borde de la Puna de Atacama,seala: Viven en pequeos pueblos o en casas y ranchossolitarios y alejados. Sus habitaciones ... [c]onstan de unasola pieza.

    11 Para otros croquis de casas de campo pastoriles verYacobaccio y colaboradores (1998: 39, 41) para Susques(Jujuy, Argentina), y Flannery y colaboradores (1989: 52,57, 73) para Ayacucho (Per). Lamentablemente este lti-mo no presenta escala.

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    4) La cocina para uso diario, la kancha. En ge-neral, ella slo consiste en un semicrculo de

    piedras o arbustos (tolas) de alrededor de 1 mde altura con un fogn (fueguero) en el cen-tro. Kancha significa (en quechua) corral.12

    La kancha es el corral para la gente, dicenlos habitantes de Huancar. El paralelismo en-tre el corral de la gente y el corral de lahacienda se hace ms evidente todava en los

    puestos temporarios, donde la kanchafuncio-na tambin como dormitorio.

    5) La cocina techada para ocasiones excepcio-

    nales como la realizacin de rituales (seala-da, 1 de Agosto, das de los santos de losanimales, etc.) y de fiestas (carnaval, rodeode los burros, etc.). En las casas de campoubicadas al oeste del ro Pastos Chicos, o seaen el doblado (quebrada transversal), la coci-na tiene generalmente una planta circular y

    un techo cnico (ver Figura 3). En las casasde campo ubicadas hacia el este del ro, osea en la banda, la cocina tiene generalmenteuna planta rectangular o cuadrada y un techoa dos aguas (ver Figuras 4 y 5 y Figura 2

    para la ubicacin de la unidad domstica 1en el doblado y la unidad domstica 10 en la

    banda). En el centro de la cocina se encuen-tra un fogn (fueguero).

    6) El horno para hacer pan. Tambin se utili-za al horno para cocinar la cabeza de lla-ma, oveja o cabra (cabeza guateada), lo que

    es considerado como una comida para oca-siones especiales.

    7) El corral para ovejas. Es circular y est he-cho de piedras o arbustos (tolas). En l se en-cierran ovejas y cabras.

    8) El corral para burros y mulas. En generaleste corral es rectangular. Tambin es utiliza-do para esquilar, capar o curar a las llamas.

    9) Un rea, en la que se echan las llamas al atar-decer para dormir: el dormidero. Se le reco-noce por las manchas de depsitos fecales de

    12 En Isluga (norte de Chile), por ejemplo, los corrales de losanimales reciben el nombre de kancha (Dransart 2002: 84).

    Figura 5. Croquis de la casa de campo Barrancas (unidad domstica 10).

    Casa de campo

    Barrancasunidad domstica 10

    edificio techado

    muros cados

    fueguero

    santuario

    dormidero de llamas

    mojn

    despachos

    corral deovejas y cabras

    carneadero

    chiquero

    huesero

    leakancha

    horno

    corral deburros y mulas

    0 5 10 m

    S

    E OE

    N

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    las llamas.13 Las llamas, que a diferencia de lasovejas y las cabras no comen durante la noche,llegan al atardecer al dormidero y se levantan

    solas en la madrugada para salir a pastar.10) El chiquero: da es un pequeo corralito de

    piedra, en el que se encierran los corderitos ylos chivitos ms chicos y dbiles, cuando las

    pastoras salen durante el da con el ganado.11) El pozo para las guaguas. Este es un aguje-

    ro de unos 30 cm de dimetro y 40 cm deprofundidad que se encuentra cerca de las ca-sas. Funciona como un corralito. En l se pa-ran los nios de uno a dos aos de edad.

    12) El huesero. Es un depsito cilndrico de pie-dra que funciona como basurero de los hue-sos usados y desechados. Existe la norma de

    que no se deben desparramar los huesos des-pus de la comida. La pachamama interpre-tara esto como una falta de respeto frente alanimal que fue sacrificado para saciar el ham-

    bre de los hombres. En consecuencia, casti-gara a toda la unidad domstica.

    13) El carneadero. Solamente durante los ritua-les se puede matar a un animal dentro del co-rral. Los pastores justifican esta prohibicin conel respeto que los humanos deben mantenerhacia la casa de la hacienda y los riesgosinvolucrados en la matanza de un animal parael uso humano (Gbel, en prensa c). En con-

    textos cotidianos los animales son sacrificadosfuera del corral, debajo de un arbusto que seencuentra a unos 50 m del corral. Se reconoceal carneadero por el contenido verde-marrnde las tripas (pusno) que es exprimido sobre elarbusto y por las piedras blancas que se en-cuentran debajo del arbusto. Estas piedras ta-

    pan el agujero en el que se realizan ofrendasde alcohol y hojas de coca (challas) a lapachamama, antes de degollar al animal. Taleschallas acompaan a cualquier intervencinde cierta importancia con el animal (sacrificio,esquila, capa, etc.). Es importante pedirle per-miso a lapachamama antes de hacer algo con

    un animal, para no poner en peligro el bienes-tar de toda la hacienda y por ende la pro-duccin pastoril (Gbel, en prensa c).

    14) Una fuente de agua, ya sea manantial (ojode agua) o pozo cavado en el lecho seco deun riachuelo. De esta fuente de agua se sacacon una lata el agua para beber y cocinar, parael aseo personal y el lavado de vajilla y ropa.Los animales toman agua en otra fuente deagua en la cercana de la casa de campo.

    15) Algunas casas de campo tienen tambin unpequeo rastrojo y un telar. Tanto el cultivode plantas como el trabajo en telar son activi-dades masculinas, por lo que su existencia enuna casa de campo depende de la presenciade un hombre adulto en la unidad domstica.En el rastrojo los hombres cultivan verdura,

    papa, quinoa o alfalfa. Con el telar espaol ellostejen mantas, frazadas y barracanes para el usodomstico o el intercambio econmico.

    16) Todas las casas de campo tienen un altarcon los santos de la hacienda y los santosde la gente. El altar se puede encontrar enun edificio especial de planta rectangular, unsantuario, o en un sector de la casa de fa-milia Cules son los santos del ganado? Elsanto de las llamas es San Antonio (13 de

    junio), el de las ovejas San Juan (24 de ju-

    nio), el de las cabras es San Bartolo (24 deagosto) y el de los burros es San Ramn (31de agosto). Muchas familias tienen ademsuna imagen de la Virgen del Perpetuo Soco-rro (primer domingo despus de San Juan) ode la Virgen de los Remedios (1 de septiem-

    bre) en su altar. En el da de estos santos serealizan rituales en la casa de campo.

    17) El mojn. Este es un montculo cnico depiedras blancas, que se encuentra cerca delcorral de ovejas y cabras (a una distancia deaproximadamente 50 m). Las piedras blancasrepresentan a las llamas, las ovejas y las ca-

    bras de una familia; o sea simbolizan la re-produccin del ganado. El mojn juega unrol central en lasealada, que es el ritual msimportante del ciclo productivo ganadero.

    18) Los despachos. Son tumbas que estn ubi-cadas a una distancia entre 250 m y 500 m dela casa de campo. Se trata de unos peque-os montculos rectangulares de tierra con unahilera de piedra en la parte ms alta. En losdespachos se entierra, nueve das despusde la muerte de un miembro de la familia, aun pequeo mueco, que representa a la per-

    13 Tantos las especies domsticas de los camlidos la llama(Lama glama) y la alpaca (Lama pacos) como las espe-cies silvestres el guanaco (Lama guanacoe) y la vicua(Lama vicugna) depositan sus excrementos en los luga-res, en los que duermen durante la noche. Las almohadasde guano, sobre las que se acuestan los animales, son muybuenos termoaislantes. Por lo tanto, protegen a los camlidosde las peligrosas heladas nocturnas en las tierras altas (Troll1980: 35).

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    sona fallecida. La gente de Huancar cree queno alcanza con enterrar el cuerpo del familiarmuerto en el cementerio cercano al pueblo.

    Tambin hay que enterrar el alma del fami-liar muerto cerca de su lugar de pertenencia:la casa de campo. Esto subraya la centra-lidad del sentimiento de arraigo local. Y tam-

    bin muestra la preocupacin por mantenerla integridad del espacio familiar, tratando de

    prevenir la disolucin de los vnculos entrepersonas y espacios con sus diversas repre-sentaciones materiales.

    Es importante sealar que la casa de camposiempre es percibida como todo el conjunto delas estructuras materiales que hemos enumerado.Es todo un complejo de edificios, instalaciones ylugares de uso especfico que abarca desde vivien-das para las personas (casas de familia, rama-da, depsito, cocina, kancha), el ganado (corra-les y dormidero), los santos (santuario) y losmuertos (despachos) hasta estructuras menosvisibles asociadas con las prcticas pastorilescomo el huesero, el pozo de agua o el car-neadero.

    Semejanzas y diferencias entre casas de cam-

    po. En la Tabla 1 resumimos la distribucin de

    algunas de las estructuras descritas en las 42 ca-sas de campo que documentamos en los aos1992/93. El relevamiento incluye tambin a algu-nas casas de campo de familias que migraron(unidades domsticas 49, 50) y de familias queya no cran ganado (unidades domsticas 27, 28).

    Esto explica por qu el nmero total de casas decampo es mayor que el de las unidades domsti-cas pastoriles (38 en 1993). En la taxonoma lo-

    cal el trmino casas abarca casas de familia,ramadas y depsitos. En cambio la cocina te-chada no es categorizada como una casa.

    Vemos entonces que en todas las casas de cam-po aparece un ncleo de elementos casa, corral,kancha, carneadero, huesero, dormidero, mojn,despacho, fuente de agua, mientras que la distri-

    bucin de otros elementos vara. Adems, existendiferencias con respecto a la cantidad de casas ycorrales que tiene cada casa de campo. Hemosresumido estas diferencias en la Tabla 2.

    Cuanto menos cantidad de casas tiene una uni-dad domstica, tanto ms funciones tienen esascasas (comprense Figuras 3 y 4). Si, por ejem-

    plo, una unidad domstica slo tiene una casa,esta funciona tambin como ramada cuandollega visita. Si pernocta la visita en el lugar, losdueos de casa duermen en la kancha. Si la fa-milia no posee un santuario, un pequeo altar conlos santos de la hacienda y los santos de lagente estar ubicado en una parte no muy ex-

    puesta de la casa. Todas las unidades domsticastienen un corral para las ovejas y las cabras. Si

    tienen un segundo corral, este es para los burrosy las mulas. Las pocas unidades domsticas contres corrales destinan uno de ellos a las llamas.Esto no significa necesariamente, que encierranall a las llamas durante la noche. Ms bien utili-zan este corral para las llamas en actividadesextraordinarias con ellas como la esquila, lacapa, la curacin y en los rituales.

    El trabajo etnoarqueolgico de Yacobaccio, Ma-dero y Malmierca (1998) en las cercanas del pue-

    blo de Susques confirma a grandes rasgos la com-

    Estructura Casas de campo (%)

    casa(s) 42 100corral(es) 42 100kancha 42 100

    carneadero 42 100huesero 42 100cormidero 42 100mojn 42 100despacho 42 100fuente de agua 42 100cocina techada 32 76horno 25 59.5telar 24 57rastrojo 15 38santuario 6 14letrina 4 09.5

    Tabla 1. Distribucin de estructuras tpicas en las casas decampo (1992/93).

    Estructura Casas de campo (%)

    2 casas 14 33.51 casa 13 314 casas 8 193 casas 5 125 casas 2 04.51 corral 23 552 corrales 17 40.53 corrales 2 04.5

    Tabla 2. Cantidad de casas y corrales de las casas de campo(1992/93).

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    posicin de casas de campo que hemos presen-tado aqu. Los autores tambin hacen hincapi enla variabilidad que puede existir entre una casa

    de campo grande y una ms pequea. En sucomparacin de las bases residenciales (casas decampo)14 de dos unidades domsticas pastoriles,los autores describen una serie de los elementoscaractersticos de una casa de campo, que pudi-mos determinar en nuestros estudios en Huancar.La base residencial ms grande, Lapao, tiene seiscasas y depsitos de planta rectangular o cuadra-da, una cocina de verano, compuesta por una pircade 1 m de alto sin techo y de planta circular(kancha), un horno de barro, dos corrales, uno paracabras y otro para llamas, una capilla (santuario),tres cuadros de cultivo (rastrojos). La base resi-dencial ms pequea, Vertiente, presenta las si-guientes estructuras: seis habitaciones (casas), unacocina de invierno (cocina techada), una cocinade verano sin techar y de planta circular (kancha),un horno de barro (horno para pan) y dos corralesde pirca.

    Continuidades histricas. Cundo se construyeuna casa de campo? Al igual que en muchasotras partes de los Andes (ver p.e., Caro 1985;Custred 1977; Flores Ochoa 1968; Nabeshima2000; Platt 1986), el casamiento de una pareja es

    tambin en Huancar el punto de partida para lafundacin de una nueva casa de campo. Cuan-do alguien se casa necesita tener un lugar y su

    propia hacienda, explica la gente. Segn las nor-mas, la nueva casa de campo es construida so-

    bre tierras de pastoreo que la famila del espososu madre o su padre han transferido al matri-monio. Sin embargo, los matrimonios no son muyfrecuentes. El matrimonio no tiene en el Distritode Huancar la importancia para la vida social,econmica y religiosa de las personas que tieneen otras regiones de los Andes (ver p.e., Allen1988; Bourque 1995; Brush 1977; Carrasco 1999;

    Carter 1977; Carter y Mamani 1982; Dransart2002; Flores Ochoa 1968; Gose 1994; Harris 1986y 2000a; Isbell 1978 y 1997; Mayer y Bolton1980; Platt 1986; Rescaniere 2001; Valderrama yEscalante 1998; Wachtel 1990).

    En los aos 1993 y 1999 slo el 33% de todas lasmujeres con nios menores de 14 aos estabancasadas. Vinculado con esta situacin el 37% de

    las unidades domsticas pastoriles son matrifo-cales, o sea, tienen un jefe de familia femenino.En estas unidades domsticas no viven hombresadultos (de 14 a 60 aos). El gran porcentaje demadres solteras no es un desarrollo reciente quecorresponde a procesos de desestructuracin so-cial. Los datos genealgicos que hemos recopila-do y que cubren alrededor de 120 aos muestranque son constantes de la organizacin social en laregin.

    Aparte del casamiento existen otros dos mecanis-mos para obtener una casa de campo. Un me-canismo es hacerse cargo de la madre y/o del

    padre cuando ellos cumplen 60 aos. Si una per-sona se hace cargo de la madre o de los padrescuando ellos envejecieron, recibe como compen-sacin por el cuidado y la responsabilidad a lacasa de campo, a gran parte de los pastoreos ya la mayora de los puestos y de las aguadas. Lanorma dice que el hijo o la hija menor deberanhacerse cargo.15 Pero, en la prctica, los herma-nos prefieren asignar este cargo a una hermanasoltera con hijos, porque ella permanece en ellugar y sus hijos pueden colaborar en la econo-

    ma domstica. En el lapso 1890-1993 el 45% delas mujeres solteras con hijos se hizo cargo de sumadre y/o su padre.

    Otro mecanismo para adquirir una casa de cam-po es la adopcin. Si una pareja, no tiene hijos,puede designar a un heredero. El heredero cuida-r a la pareja, a la mujer o al hombre que lo adoptcuando sean viejos. A cambio recibe todos los de-rechos sobre la casa de campo, los pastoreos,los puestos y las aguadas. Especialmente aquellas

    personas entran en arreglos de adopcin, porquepor diversas razones (p.e., por tener demasiados

    hermanos o por ser los pastoreos demasiado pe-queos) no pudieron recibir pastoreos de sus pro-

    pias familias. Para el lapso 1890-1993 las genea-logas de Huancar muestran cuatro adopciones. Setrata exclusivamente de hombres casados.

    14 Como Yacobaccio y colaboradores (1998) no utilizan la ter-minologa local para las estructuras, la hemos agregado enalgunos casos entre parntesis, para facilitar as la compa-racin entre la situacin en Huancar y la situacin enSusques.

    15 Esta norma existe tambin en muchas otras regiones de losAndes; ver p.e., Caro (1985: 68), Carrasco (1999: 98),Custred (1977: 128-129), Flores Ochoa (1968: 232), Platt(1986: 232), Rescaniere (2001: 157).

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    Mientras que la construccin de una nueva casade campo requiere de la constitucin de un ma-trimonio, estos dos otros mecanismos hacerse

    cargo y adopcin implican la transferenciaintergeneracional de una casa de campo ya exis-tente, sin que fuera necesario para ello contraermatrimonio. Un indicio de la importancia de lastransferencias intergeneracionales de casas decampo y de las continuidades de uso que impli-can es la antigedad de muchas casas de cam-

    po del Distrito de Huancar. La mayora de ellastiene ms de 50 aos. Segn la historia oral el21% de las casas de campo analizado fue cons-truido entre 1850 (o antes) y 1900, el 45% entre1900 y 1950 y el 34% entre 1950 y 1985.

    La descripcin bastante detallada de algunas ca-sas de campo en un censo ganadero, que se rea-liz en el ao 1937 en el actual Distrito deHuancar, muestra tambin ciertas continuidadesen las estructuras arquitectnicas (Tabla 3).

    A pesar de que la base de datos no es grande, elcenso de 1937 parece confirmar una tendencia quesealan las personas viejas de Huancar. Ellos cuen-tan que siempre existieron los elementos que en-contramos hoy en da en una casa de campo: lacasa, el corral, la kancha, la cocina, el rastrojo, el

    santuario, el mojn, etc. Una excepcin es la le-trina, ya que se trata de un desarrollo reciente quedata de principios de los 90. Lo que, sin embargo,fue aumentando en los ltimos 50 aos es la infra-estructura de las casas de campo. Se incrementla cantidad de casas y de corrales. La comparacindel censo con nuestros propios relevamientos daindicios de este proceso. As, por ejemplo, el por-centaje de casas de campo con cocina seincrement del 46% en 1937 al 76% en 1992/93(ver Tabla 3) y el porcentaje de casas de campocon dos y tres corrales del 15% al 40.5% y del0% al 4.5%, respectivamente (Tabla 4).

    Tambin la comparacin directa de la infraestruc-tura que posee una determinada casa de campo

    Estructura Casas de campo (%)

    casa(s) 13 100corral(es) 13 100kancha 13 100cocina 6 46rastrojo 4 31

    Tabla 3. Distribucin de estructuras en casas de campo de 1937.

    Estructura Casas de campo (%)

    2 casas 5 38.5

    3 casas 5 38.51 casa 2 155 casas 1 81 corral 11 852 corrales 2 15

    Tabla 4. Cantidad de casas y corrales de casas de campo en1937.

    en 1937 y la que tiene en 1992/93 sugiere la mis-ma tendencia. Con respecto a la cantidad aumen-t el espectro de las casas que puede tener unacasa de campo (comprense Tabla 2 con Tabla4). Pero hay que subrayar que el nmero de las

    casas de campo descritas en 1937 es demasia-do bajo como para llegar a conclusiones feha-cientes.

    Descripciones y fotos histricas de casas de cam-po en la Puna de Atacama como tambin en laPuna de Jujuy muestran continuidades en el tipode estructuras que podemos observar hoy en daen las casas de campo de Huancar (para las fotosver Bowman 1924: 301, fig. 113, y Cerri 1903,figs., 42, 44).

    En las paredes de las viviendas hay varios ni-chos; el principal est ocupado por la imagen de

    algn santo; en los dems se guardan los objetos

    ms preciados () Unos bancos hechos con ba-

    rro y adosados a la pared sirven de catres, sobre

    los cuales se disponen cueros de llamas y ovejas.

    Completan el mobiliario una mesita baja y alguna

    silla de madera de card () Como construccio-

    nes accesorias pueden mencionarse la cocina, un

    depsito y los corrales (Casanova 1936: 269).

    No hay cocina: no la hay en ningn cuarto. Un

    corralito circular de algo ms de un metro de ra-dio, hecho con piedra sin barro ni argamasa, ofi-

    cia de cocina (Vicente y Vicente 1942: 126).

    No lejos de la casa, por temor al dao, estn elchiquero y los corrales Son de pirca, esto es, de

    paredes de piedra (cantos rodados) sin cemento,

    altas de un metro y medio y anchas como de se-

    senta a setenta centmetros Los chiqueros son

    ms chicos y suelen tener una parte techada (Ca-rrizo 1934: 30-31). Frente al corral est el mo-jn (Carrizo 1934: 31) es este un montn

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    de piedras en forma de cono, de unos 60 cm de

    altura, a manera de apacheta (Carrizo 1934: 47,cursiva en el original).

    Para comparaciones ms contundentes de la ar-quitectura del pastoreo en las tierras altas del

    Noroeste Argentino haran falta, sin embargo,investigaciones ms sistemticas.

    Las estancias

    A una distancia de entre 30 minutos a un da decaminata de la casa de campo estn situados los

    puestos temporarios, denominados en esta reginestancias. En promedio, cada familia posee cin-co estancias, abarcando el espectro de cero a 11estancias. Yacobaccio y colaboradores (1998: 38)mencionan para los alrededores del pueblo deSusques un espectro de dos a siete puestos.

    Semejanzas y diferencias entre estancias. El 67%de las 188 estancias que hemos documentado enel Distrito de Huancar consiste bsicamente en un

    corral para ovejas y cabras, el dormidero de lasllamas y en un muro circular de piedras o de ar-

    bustos como resguardo contra el viento (Figuras 6y 7). Este crculo, que tiene un fogn (fueguero)en el centro, recibe el nombre de kancha, lo quesignifica corral. O sea, al igual que los animalestambin los hombres tienen su corral.

    Es importante sealar que tanto la kancha (de loshumanos) como el corral (de los animales) pue-den ser de piedra o de arbustos (tolas, checales).Esto depende de la disponibilidad local de pie-dras adecuadas y de arbustos y de la frecuenciade uso de la estancia. Si se trata de una estan-cia muy frecuentada es ms comn que sea de

    piedra. El 45.25% de aquella mayora de estan-

    Figura 6. Estancia Filo con corral y kancha de arbusto (tola).

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    cias del distrito que slo poseen las estructuraskancha y corral, tienen una kancha y un corral de

    piedra. Otro 45.25% de ellas tiene una kanchayun corral de arbustos. El 9.5% restante o tieneuna kancha de piedra y un corral de arbusto ouna kancha de arbusto y un corral de piedra.

    A diferencia de la kancha de la casa de campo,la kancha de la estancia no solamente es coci-na, sino que tambin es dormitorio. Los pastoresduermen all sobre un cuero de llama o oveja, ta-

    pados con una frazada. Muchas veces se encuen-

    tra al lado de la kancha una troja, en la que lospastores depositan durante el da la carne char-queada, para que no la coman perros, zorros o

    pumas.

    El 33% de todas las 188 estancias del distritotiene, adems de la kancha una pequea chozacircular (rancho) (ver Figuras 8 y 9). El ranchoes utilizado como lugar de almacenamiento de va-

    jilla, frazadas y alimentos. Si hay rancho, no hacefalta entonces una troja.

    Diez unidades domsticas de Huancar no dispo-nen de ninguna estancia con un rancho. La mayo-ra de las unidades domsticas restantes slo tie-nen una a dos estancias con rancho. El releva-miento ha mostrado que para el 87.5% de las uni-dades domsticas, la mitad o ms de la mitad desus estancias slo estn conformadas por lasestructuras bsicas corral y kancha.

    Yacobaccio y colaboradores (1998: 28), que ana-lizaron 12 sitios temporarios o puestos (estan-cias) en los alrededores del pueblo de Susques,

    describen una situacin comparable a la deHuancar. Tambin sealan que slo pocas estan-cias tienen una casa, aunque no pudieron cons-tatar que esta fuera circular, as como es muy fre-cuente en Huancar:

    En general, todos los sitios temporarios constande una sola habitacin y un corral adosado, aun-

    que algunos pueden tener hasta dos o tres habi-

    taciones. El 54% del total de la muestra est cons-

    truido en pirca seca sin techo ... el 27% es de

    pirca, tola y adobe, tambin sin techo ... y slo el

    Figura 7. Croquis de la estancia Tolayos (unidad domstica 36).

    Estancia

    Tolayos

    unidad domstica 36

    fueguero

    dormidero de llamas

    kancha

    troja

    corral de

    ovejas y cabras

    carneadero

    0 5 10 m

    N

    S

    EOE

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    Figura 8. Estancia Panizo con rancho circular.

    Figura 9. Croquis de la estancia Piscuno.

    Estancia

    Piscunounidad domstica 14

    kancha

    corral de

    ovejas y cabras

    carneadero

    0 5 10 m dormidero de llamas

    rancho (depsito)

    edificio techado

    arbustos

    fueguero

    S

    N

    OE

    E

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    18% tiene recintos de adobe y techos a dos aguas(Yacobaccio et al. 1998: 42).

    Yacobaccio y colaboradores (1998: 42) determi-naron adems que del total (de los sitiostemporarios) el 33% est construido aprovechan-do cuevas y aleros rocosos. Tambin en Huancar

    pudimos observar el aprovechamiento de cuevasy aleros como estancias. Sin embargo, no tene-mos nmeros exactos al respecto. A partir de loscasos conocidos estimamos que el porcentaje enHuancar es menor al de Susques y girara alrede-dor del 15% de las estancias.

    A nivel comparativo tambin es interesante men-cionar que Yacobaccio y colaboradores (1998: 43)constatan la existencia de trojas y chiquerosen las estancias: En siete de los nueve sitiosrelevados hay chiqueros: pequeas construccio-nes de piedra techadas para proteger a los anima-les recin nacidos y/o para almacenar distintos ali-mentos.

    Hemos visto que en las inmediaciones de unacasa de campo siempre se encuentra una fuentede agua (vertiente, pozo cavado, etc.). Este no esel caso para las estancias del Distrito de Huan-car. La mayora de las veces las personas tienen

    que recorrer ciertas distancias para acceder alagua. Adems, gran parte de las aguadas no sonpermanentes y se secan durante algunos meses delao, siendo los meses ms crticos septiembre,octubre y diciembre.

    Continuidades histricas. Un porcentaje impor-tante de las estancias tiene 50 o ms aos deantigedad. Existe cierta renuencia de las fami-lias de pastores para contruir una estancia nue-va. Una de las razones que dan es la falta de manode obra masculina en muchas unidades domsti-cas. Los hombres son necesarios para la construc-

    cin de la kancha, el corral o el rancho; trabajoque requiere de fuerzas y habilidades que lasmujeres dicen no tener. Otra razn, ms funda-mental, para la antigedad de muchas estanciases una determinada lgica cultural, que enfatizalas continuidades en el uso del espacio por partede las familias como un elemento central de lasestrategias de manejo de riesgos ambientales.

    Existen algunas descripciones histricas de es-tancias en la Puna de Atacama que muestran con-tinuidades en el tipo de construcciones que vemos

    actualmente en el Distrito de Huancar.16 El primergobernador del Territorio de los Andes, el generalitaliano Cerri, quien recorri en 1900 todo el sec-

    tor oriental de la Puna de Atacama, constata:

    Sus mseras habitaciones son pircas con un te-cho compuesto de paja y arbustos malamente co-

    locados, con el objeto ostensible de ampararse

    de los ardientes rayos solares ms que de las llu-

    vias raras en esas altas regiones (Cerri 1903: 41,cursiva en el original).

    Y los maestros espaoles Vicente, que trabajaronentre 1913 y 1920 en la escuela de Cobres (en lasinmediaciones del actual Distrito de Huancar),describen una estancia de esta manera:

    En un punto cualquiera de la planicie, habahecho una cavidad rectangular de unos dos me-

    tros de largo por uno y medio de ancho y uno de

    profundidad. Cercla con una pared de setenta

    centmetros, la tech con guayas, dej una aber-tura para entrar Esta era la estancia del muybueno y hospitalario Tolaba, espcimen de los

    habitantes de aquellas alturas (Vicente y Vicen-te 1942: 297-298, cursiva en el original).

    La casa en el pueblo

    En el centro del Distrito de Huancar se encuentrael pequeo pueblo de Huancar (Figura 10). El

    pueblo fue fundado en 1935 a partir de la cons-truccin de una escuela. Ofrece hoy en da ciertainfraestructura estatal: una escuela-albergue, un

    puesto de primeros auxilios, un puesto de polica(desocupado hace varios aos) y la casa de la juntavecinal, en la que se realizan mensualmente lasreuniones con todos los pobladores del distrito.Tambin existen en el pueblo una capilla y tres

    pequeos almacenes.

    Todas las familias del distrito poseen una casaen el pueblo. La infrastructura de las casas en

    16 Para fotos histricas de estancias (con y sin rancho)cerca de Soncor, San Pedro de Atacama y La Poma (bordeoriental de la Puna de Atacama, cerca del Valle Calchaqu)vase Bowman (1924: 243, figs. 78, 79, 301, fig. 112). Laestancia con un rancho redondo que Von Rosen (1957: 89)fotografi en 1903 en la Puna de Jujuy es muy parecida ala estancia Panizo del Distrito de Huancar. Sarmiento (1951:149) escribe sobre la Puna de Jujuy: El puesto no es msque una choza y un corral en medio del campo.

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    el pueblo de las familias de pastores es muchomenor que la de aquellas pocas familias que vi-ven permanentemente en el pueblo, porque tienenun empleo pblico, perciben una jubilacin y/otienen un pequeo almacn. En la mayora de loscasos, las casas de pastores consisten slo en unao dos casas de familia, utilizadas como dormi-

    torios y salas de estar, y una kancha con unfueguero para poder cocinar.

    La influencia de la arquitectura urbana se notams en las casas en el pueblo que en las casasde campo. Las casas nuevas poseen techos detinglado y puertas y ventanas de carpintera. Si-guen teniendo paredes de adobe, pero muchas deellas ya no tienen base de piedra. Las paredes delas casas viejas del pueblo de Huancar o tienen

    base de piedra y adobe en la parte superior, o es-tn hechas al igual que las casas de campo

    totalmente de piedra. Tienen una apariencia simi-lar a las casas que describe Boman (1908: 429) a

    principios del siglo XX en el pueblo de Susques17:

    Les maisons sont rectangulaires, toutes peu prsde mmes dimensions, environ 6 m de longueur sur

    3 m de largeur, bties en adobes (briques crues

    sches au soleil). La toiture en chaume (paja bra-va) est supporte par un comble deux versants.Le fatage et les chevrons reposent directament sur

    les pignons et sur les murs. Fatage, arbaltriers,

    Figura 10. El pueblo de Huancar.

    17 Para otras descripciones histricas de casas en la Puna deAtacama vanse Cerri (1903: 58), Von Rosen (1957: 77-78) y Vicente y Vicente (1942:9 8-100, 126-127); para laPuna de Jujuy vanse Carrizo (1934: 29-30) y Casanova(1936: 296). Las descripciones transmiten una buena im-presin del interior de muchas de las casas viejas en elpueblo y de muchas casas de campo.

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    chevrons et pannes sont tous en bois de cactus-

    cierge (Cereus), seul bois de construction qui exis-te Susques. Lextrmit suprieure des chevrons

    est fixe au fatage au moyen dencochesreenforces par des attaches en peau. Tout les

    autres pices sont simplement assembles au moyen

    de lanires en peau. (...) Il ny a pas douverture

    dans le toit pour la fume, parce quon ne fait qu

    accidentellement du feu dans la maison. Le foyer,

    une simple plate-forme circulaire en terre, borde

    de pierres, a sa place dans un petit hangar en

    dehors de la maison, lequel est galement pourvu

    d un toit en chaume et ferm, au moins de trois

    ctes, par des murs (cursiva en el original).

    Las familias de pastores de Huancar visitan sloespordicamente a su casa en el pueblo. Oca-siones para ir al pueblo de Huancar son, por ejem-

    plo, la compra de mercadera, las reuniones de laJunta Vecinal o de la Cooperadora Escolar y lasfiestas patronales. A diferencia de la casa de cam-

    po nunca se rene la familia completa en ella,sino que nicamente va un miembro de la familiao van unos pocos miembros de la familia. Estono significa que la casa en el pueblo sea

    percibida como una estructura aislada o hastaopuesta a la casa de campo. Ms bien forma

    parte del sistema de movilidad espacial de las

    unidades domsticas pastoriles. Al igual que lospuestos (estancias) tambin la casa en el pue-blo no es habitada permanentemente, sino queslo temporariamente segn fines muy especfi-cos (p.e., una reunin de la Junta Vecinal). Tam-

    bin las descripciones histricas constatan estafuncin de la casa en el pueblo. Los viajerosnaturalistas, los exploradores militares y los ad-ministradores estatales que recorrieron el sectororiental de la Puna de Atacama sealan que los

    pueblos estn abandonados y las casas vacas,porque los indgenas se encuentran en los cerros,cuidando a sus rebaos (Bertrand 1885; Boman

    1908; Bowman 1924; Cerri 1903; Holmberg 1900;Von Rosen 1957; Vicente y Vicente 1942).

    El uso econmico y simblico del espacio

    La movilidad espacial es un instrumento efectivode adaptacin a fluctuaciones imprevisibles en lascondiciones climticas y ecolgicas. En compa-racin con sectores ms hmedos de las tierrasaltoandinas, la movilidad espacial con los reba-os es bastante alta en Huancar (ver Flores Ochoa1968; Orlove 1981; Palacios Ros 1987; West

    1983). Aproximadamente cada tres semanas lasfamilias se trasladan con sus llamas, ovejas y ca-

    bras de un puesto a otro o regresan a la casa de

    campo. Los pastores mencionan una serie de ra-zones que los llevan a cambiar de lugar: un factores el agotamiento de las pasturas, ya sea una mer-ma general de las pasturas o de algunas plantasconsideradas como muy nutritivas; otros factoresson la lejana de fuentes de agua o su crecientedesecacin, el descenso brusco de la temperatura,la irrupcin de heladas, nevadas o fuertes lluvias,la aparicin de fuertes vientos de polvo o simple-mente el aburrimiento de la hacienda.

    Cada unidad domstica tiene su propio ciclo derotacin, determinado por las caractersticas de sustierras de pastoreo y las correspondientes fuentesde agua, por el tamao y la composicin de susrebaos y por la mano de obra disponible. Losciclos tienen dos caractersticas en comn: prime-ro, los movimientos abarcan un espacio relativa-mente restringido (como mximo las familias ca-minan con el ganado dos das para llegar al nuevolugar de pastoreo). Y, segundo, se aprovechan dife-rentes ecozonas distribuidas por distintos nivelesaltitudinales. Sin embargo, no existe en los movi-mientos verticales un patrn homogneo para to-das las unidades domsticas del Distrito de Huancar.

    Las familias que tienen sus casas de campo en laserrana occidental (al oeste del ro Pastos Chicos)bajan durante el invierno (mayo a octubre) a laspequeas quebradas transversales (doblado), mien-tras que las unidades domsticas que tienen suscasas de campo en la serrana oriental (al estedel ro Pastos Chicos) suben en esos meses a susestancias ms altas. En cambio, en el verano (no-viembre a abril) las familias de la serrana occi-dental suben a sus estancias ms altas, mientrasque las familias de las serranas orientales bajan enestos meses a las estancias que tienen cerca del roPastos Chicos. La unidad domstica 10, por ejem-

    plo, tiene su casa de campo en Barrancas, en laserrana oriental. La gente de Barrancas se despla-za en el verano con su ganado entre las estan-cias 6, 7, 8 y la casa de campo en Barrancas.En el invierno suben con el ganado a las estan-cias 1, 2, 3, 4 y 5 (Figura 11).

    Hay que destacar que siempre se desplaza todoel grupo familiar con el ganado. Por lo tanto, nose puede hablar en el caso de Huancar de un sis-tema transhumante, sino ms bien de un sistemaseminmade. Debido a este alto grado de movi-

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    lidad, una familia no vive ms que dos o tresmeses al ao en su casa de campo. A pesar deesta situacin la casa de campo exhibe unainfrastructura considerable, mucho mayor que lade los puestos (estancias) o de la pequea casa,que cada familia de pastores tiene en el pueblode Huancar.

    La casa de campo es el lugar en el cual se rea-lizan actividades excepcionales con el ganado,como la esquila y la castracin. Es adems el lu-gar en el que se llevan a cabo las fiestas socialesde la familia y sus rituales ms importantes (se-

    alada, 1

    de agosto: el da de la Pachamama, elda de los respectivos santos de los animales).Debido a la densidad de prcticas culturales, lacasa de campo es un lugar impregnado de his-toria. Los edificios y estructuras materiales son

    percibidos como almacenes materiales de prcti-cas culturales pasadas. Ellos pueden contar his-torias. Por lo tanto, la casa de campo es unimportante smbolo de la identidad de una unidaddomstica. As, por ejemplo, el par de mazorcasatado debajo de una viga del dormitorio o de laramada evoca caravanas de intercambio de aos

    anteriores. Otro ejemplo para la condensacin deinformacin en objetos o estructuras es el mo-

    jn. Cada ao, durante el ritual de la sealada,se agregan piedras al montculo. De esta manerael mojn documenta de una forma socialmentevisible el crecimiento de los rebaos de una fami-lia. Es un indicador importante del xito econ-mico de una familia de pastores.

    Los esquemas de relacionamiento con el medioambiente y los significados del espacio familiarson reproducidos y reforzados durante actos ri-tuales. Estos abarcan desde las challas cotidia-

    nas que acompaan muchas actividades econmi-cas hasta rituales complejos como la sealada.Durante cada ofrenda que se hace a lapachamamaes recreado todo el microcosmos del uso pastorildel espacio por parte de una unidad domstica.La persona que realiza la ofrenda menciona lacasa de campo y de este a oeste los lugares delas estancias y de las aguadas de la familia. Deesta manera el control prctico que tienen losmiembros de una unidad domstica sobre un de-terminado territorio es estabilizado a travs delcontrol simblico del territorio.

    Figura 11. rea de pastoreo de la unidad domstica 10: Casa de campo Barrancas, estancias y aguadas para personas y animales.

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    Los marcadores materiales de las clasificacionesdel territorio familiar los edificos de la casa decampo, las estancias, los corrales, las aguadas,

    los mojones, los despachos, etc. tejen unadensa malla de las relaciones entre los hombres ysu medio ambiente. Los miembros de una familiahan acumulado a lo largo del tiempo amplios co-nocimientos sobre el medio ambiente, las relacio-nes con los principales componentes del espacioy sobre la dinmica del entorno natural, en el queexperimentan su vida cotidiana. Estos conocimien-tos tienen un alto grado de exclusividad. As, porejemplo, los conocimientos de muchos topnimosno trascienden el mbito familiar o son slo par-cialmente compartidos por unidades domsticasvecinas. Como la gente de Huancar enfatiza, sloes importante conocer los nombres de aquelloslugares que tienen un impacto, un efecto concretosobre los miembros humanos y no-humanos de launidad domstica. Slo se conoce a aquellos com-

    ponentes del medio ambiente que tienen relevan-cia para la toma de decisiones. No existe un inte-rs general en memorizar nombres de lugares, conlos que no se tiene ninguna relacin prctica, nin-gn vnculo performativo. A travs de sus interac-ciones directas con su entorno natural los indivi-duos adquieren, reproducen y refuerzan sus co-nocimientos ambientales.

    Esta es la razn por la cual muy pocos habitantespueden nombrar los lmites de todo el Distrito deHuancar. Lo que s conocen son los lmites exac-tos de sus pastoreos y de los pastoreos colindan-tes, ya que esta informacin es de importancia

    para el uso de recursos y la prevencin de con-flictos con vecinos. Cuando las personas com-

    paran o delimitan unidades domsticas hablan delas tierras de pastoreo, de los puestos, aguadas yrebaos de una unidad domstica como de unconjunto. En estos contextos de orientacin ex-terior, que trascienden el mbito netamente fa-

    miliar, el espacio familiar constituye una unidadhomognea. En cambio, dentro del marco de unaunidad domstica esta unidad se fragmenta enespacios con significados divergentes (ver tam-

    bin Gbel, en prensa a). Determinadas partesdel entorno y de la infraestructura material (p.e.,el corral) adquieren, entonces, una impronta degnero. La impronta de gnero de ciertos sectoresdel espacio familiar est vinculada a la marcadadivisin de trabajo por gnero, que existe en laeconoma local.

    Impronta de gnero del espacio

    La divisin de trabajo por gnero en Huancar se

    caracteriza por el contraste entre la fijacin localde las mujeres y la orientacin exterior y ampliamovilidad espacial y social de los hombres. La

    principal competencia econmica de las mujereses el manejo general de las llamas, ovejas y ca-

    bras y su control diario. A pesar de que las niasy mujeres son involucradas desde temprana edaden el cuidado de los rebaos, existe en cada uni-dad domstica una pastora principal que es reco-nocida socialmente como la mujer encargada dela hacienda de esa unidad domstica. Se tratade la esposa del jefe del hogar o de la mujer acargo del hogar, en caso de que no viviera ningnhombre adulto en l. La pastora principal no so-lamente toma las decisiones finales sobre lasactividades cotidianas y extraordinarias con losanimales, sino que tambin dirige los rituales re-lacionados con el rebao (p.e., lasealada, el fes-tejo de los santos de los animales, las challas del1 de agosto).

    Las reas de trabajo ms prominentes de los hom-bres son la articulacin de la produccin pastorilcon el mundo de afuera y la suplementacin dela produccin pastoril con otras formas de ingre-

    so. Por un lado, los hombres organizan caravanasde intercambio con burros y mulas para adquirirproductos agrcolas (para ms informacin verGbel 1998a y 1998b). El cultivo de plantas escasi imposible en este sector tan rido de la puna.Ya hemos mencionado que slo algunas pocasunidades domsticas tienen unos pequeos ras-trojos, que son trabajados por los hombres. Estohace que el intercambio econmico sea de impor-tancia elemental en la economa pastoril deHuancar. En general, los componentes bsicos dela dieta cotidiana como maz, papas y habas, tie-nen que ser trados desde lugares ms bajos como

    la quebrada de Humahuaca, los valles Calchaqueso el oasis chileno de Toconao cerca de San Pedrode Atacama. Los productos agrcolas son compra-dos o trocados por productos de la puna comotejidos a telar y de aguja, quesos, carne, cueros,sal, hierbas medicinales, coipa y bloques de salde las Salinas Grandes.

    El otro eje de la movilidad masculina es el traba-jo temporario en las minas y en las plantacionesde tabaco y fruta de las tierras bajas. Como loshombres combinan a lo largo de un ao diversos

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    contratos de trabajo con mltiples viajes de inter-cambio, no se encuentran durante muchos mesesen sus hogares.

    Todas las actividades, los objetos materiales ylos conocimientos relacionados con la realiza-cin de viajes de intercambio y el trabajo tempo-rario en minas y plantaciones son de dominiomasculino. As, por ejemplo, los burros y las mu-las constituyen importantes smbolos de estatusmasculino. Tambin el trabajo en el telar, queest estrechamente vinculado a las caravanas deintercambio, es considerado un trabajo de hom-

    bres. De la misma manera el conocimiento delas sendas que llevan a minas o a destinos deviajes de intercambio y el conocimiento de lostramos que se encuentran fuera del distrito sonde dominio masculino.

    Debido a su orientacin exterior los hombres po-seen conocimientos espaciales ms amplios y msdiversos que las mujeres. Los viajes de intercam-

    bio y el trabajo temporario en minas y plantacio-nes no solamente les han permitido conocer unagama mucho ms amplia de ecozonas, sino tam-

    bin de experimentar contextos sociales ms di-versos. Las mujeres, en cambio, tienen conoci-mientos ms detallados sobre los pastoreos, parti-

    cularmente sobre el rea de pastoreo de la familiay su dinmica a lo largo del ao. Vemos entoncesque la marcada divisin de trabajo en la econo-ma determina notables diferencias en los conoci-mientos espaciales (Gbel, en prensa a).

    Pero, qu impacto tienen las diferencias de g-nero sobre el espacio adscrito a una unidad do-mstica? Los edificios o las instalaciones centra-les de una casa de campo las casas de fami-lia, la ramada, la cocina techada, la kancha, elsantuario no son vistos como lugares que ten-gan una impronta especfica de gnero. Esto no

    es el caso para el rastrojo o para el telar. Am-bos son percibidos como espacios claramentemasculinos. Tanto el rastrojo como el telar sonadscritos a los hombres que trabajan all. Siemprese dice: Este es el rastrojo de don o estoes el telar de don .

    En situaciones cotidianas los corrales son defini-dos como los sitios en los que pernoctan ovejas ycabras; como sus dormitorios. En consecuenciasiempre se los relaciona con una mujer; al ser dela pastora principal, uno dira: Este es el corral

    de doa . Esta adscripcin puede cambiar encontextos rituales. All el corral ya no es ms unespacio femenino, sino que pasa a conformar el

    espacio sagrado de la unidad domstica. Mien-tras que, por ejemplo, en contextos cotidianos estabsolutamente prohibido matar un animal dentrodel corral, durante lasealadase sacrifica un ani-mal en el centro del mismo.

    En correspondencia con los estrechos vnculos quela gente de Huancar establece entre las mujeres yla produccin pastoril, los puestos, las aguadas ylos pastoreos constituyen espacios femeninos. Siem-

    pre se habla de ellos en trminos generales comolos puestos, los pastoreos o las aguadas de doa., o sea de la pastora principal. Tanto las estruc-turas materiales como el espacio, en el que se des-envuelven actividades pastoriles, son percibidoscomo el espacio domstico de las mujeres; el reaque ellas controlan. Por lo tanto, el rea domsti-ca no se restringe en Huancar a la casa o sus in-mediaciones (ver tambin Gbel, en prensa a).

    Comentarios finales

    El pastoreo de Huancar est vinculado a un siste-ma complejo de asentamientos. Este sistema estconformado por la casa de campo y todo el

    conjunto de estructuras que aglomera, por lasnumerosas estancias que cada familia posee y porsu casa en el pueblo. El relevamiento de este sis-tema de asentamientos es de importancia funda-mental para poder comprender los esquemas de usoy significados del espacio. Hemos visto que enHuancar el eje central de la organizacin social yeconmica del espacio no es la comunidad, sinoque la unidad domstica. La centralidad de esta

    para los conocimientos ambientales pone en dudala primaca del prisma comunitario a travs delcual muchos estudios andinos analizan el medioambiente. Pudimos determinar patrones comunes

    entre las unidades domsticas de Huancar (p.e.,elementos bsicos que componen el sistema deasentamientos, normas compartidas para el uso delespacio), pero tambin detectamos un notable gra-do de variabilidad entre ellas (p.e., en los patronesde movilidad). La diversidad y flexibilidad es otracaracterstica de la organizacin social y econmi-ca del espacio en este sector tan rido de las tierrasaltoandinas.

    A modo de conclusin queremos destacar tresaspectos que el presente trabajo sobre la arquitec-

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    tura del pastoreo en Huancar ha puesto de relievey que requieren de un anlisis ms amplio: en

    primer lugar el trabajo seala la relevancia que

    en Huancar tienen las prcticas econmicas paralos significados del espacio. En segundo lugar,

    pone de manifiesto que, en las interacciones delos habitantes de Huancar con el medio ambiente,los aspectos econmicos, sociales y simblicosestn estrechamente entrelazados. Vemos enton-ces que no se puede desvincular el uso econmi-co del espacio de su control social y simblico.En tercer lugar, los datos muestran la multiplicidady relatividad de los significados del espacio, puestoque segn el respectivo contexto interactivo el

    espacio posee para los agentes diferentes signifi-cados.

    Agradecimientos Los diversos trabajos de cam-po en Huancar (aos 1991-1993, 1994, 1995,1996-1997, 1999, 2000) fueron financiados porla Deutsche Forschungsgemeinschaft (DFG),Bonn, el Deutsche Akademische Austauschdienst(DAAD), Bonn; y la Fondation Fyssen, Paris. Mims profundo reconocimiento va hacia los pobla-dores de Huancar, por su amistad, su voluntad dedejarme participar en sus vidas y su incansable

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