Veintitrés |2 de septiembre de 201026

Política

La generación que entró a la vida políti-ca argentina en el curso de la última dé-cada fue testigo de una fenomenal

transformación de la democracia. Tan sólo dosdécadas después del final de la dictadura, el Es-tado pudo empezar a constituirse en un pilarcapaz de sostener tanto el crecimiento econó-mico como la integración social. Vista en pers-pectiva histórica, la centralidad que el Estadoalcanzó en estos años podría considerarse elfin de una historia de claudicaciones frente alos poderes fuertes de las corporaciones. Sinembargo, sólo hacia el futuro se encuentraorientada indefectiblemente la vida política deuna nación, por lo quela situación actual es,sobre todo, el puntode partida de una nue-va era democrática.Frente a este inicio, lanueva generación po-lítica debe pasar demero testigo a partíci-pe, asumiendo un rolpreponderante en lavida pública.Una generación polí-

tica no es otra cosa que un colectivo capaz dediscernir, en el horizonte histórico común,un destino mejor para todos. Pero ningún des-tino puede alcanzarse si no se conocen sus ca-racterísticas, si no se superan los desafíos quepresenta, si no se convence a todos, o al me-nos a una mayoría, de su conveniencia. La ge-neración debe abocarse al duro trabajo de des-cubrir nuevas soluciones pero, sobre todo, aentender la complejidad de los nuevos pro-blemas, asumiendo sus responsabilidades pre-sentes y futuras cuando ya va quedando atrásla débil democracia de los años ochenta y no-venta. Su emergencia está signada por la con-

solidación del Estadocomo actor clave delas principales diná-micas económicas ysociales. Y es precisa-mente ese Estado,aquel que todavía lle-va en su interior lamarca a fuego del pa-sado, la maquinariaprincipal que la gene-ración deberá conocerpara convertirla irre-

versiblemente en el motor de una repúblicaverdaderamente de todos.El desafío está en poder dar cuenta y reivin-dicar lo hecho hasta el momento, perocomo condición de posibilidad para proyec-tar un devenir más auspicioso de nuestro país.Y, justamente, en ese punto de partida estanueva generación hace pie, complejizando laagenda para escapar de los lugares comunesy trazar su propio rumbo. Trabajar por demo-cratizar la matriz socioeconómica del país,ampliando las capacidades estatales de inter-vención. La generación, nuestra genera-ción, no puede hacer la vista gorda: más se-guridad es más gobierno civil sobre la poli-cía; más integración latinoamericana son másy mejores instituciones regionales; más y me-jor trabajo es más regulación de las relacio-nes laborales y más potenciamiento de las ca-denas de valor de todas las regiones. Los es-pacios para debatir estas y otras cuestionesempiezan a tener cada vez más peso propio.Ejemplo de ello resulta el ciclo de encuentros“Argentina soberana y popular”, organiza-do por el Consejo Federal de Juventud, en elque participaron más de cien organizacionespara construir una agenda política generacio-nal. No se trata sólo de acompañar, sino dearrogarse el protagonismo necesario para uncambio de época.� �

Generación de ideasGPS y el kirchnerismo 2.0

POR JOSÉ GLINSKI, TOMÁS AGUERRE Y ALEJANDRO SEHTMAN (GENERACIÓN POLÍTICA SUR)

No se trata sólo deacompañar, sino dearrogarse elprotagonismonecesario para uncambio de época y un devenir másauspicioso.