Gatopardo Ecuador Diciembre

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www.gatopardo.com GATOPARDO 61 AGENDA CULTURAL Arte VANIA Desde el 10 de enero hasta el 7 de febrero del 2013 Todos los jueves a las 20 horas Cine OchoyMedio Valladolid N24-53 y Vizcaya T. (02) 2904 720 www.ochoymedio.net A nte la desesperación, la confesión es la mejor arma para la calma. El rostro del espectador apunta a conseguir la imagen más dramática del ser que desfila sobre las tablas. El actor utiliza un lenguaje que “muerde” cada recuerdo y alguna fantasía que espera su debut público. La intimidad mundana se desnuda y se pone al servicio del dueño de la butaca. Es la fisonomía RÉQUIEM POR UN DESCANSO Uno de los ejercicios dramáticos más representativos del escritor ruso Antón Chéjov se presenta por primera vez en Quito, para desesperar la vida de sus inquilinos. del tiempo que regresa para mantener vigente el espíritu del drama humano. El relato es la tragedia que muestra Vania, la obra de Antón Chéjov, con sus personajes que dialogan endógenamente para poner en escena lo que nos preocupa en silencio. Y, en este detalle, la conciencia está de fiesta. La cercanía sorprende con su verdad. En un terreno hostil para la armonía, la irrupción a lo privado es permitida por la palabra poética. ¿A quién se le va a ocurrir negarse a dialogar? Es la narrativa que se materializa con los escritos de un autor que cumplió con uno de los anhelos de toda lengua: comunicar mucho con pocos recursos. Ocho personajes que actúan bajo la tutela de un escrito imperativo son la muestra de la grandilocuencia del teatro clásico. Entre la mirada fija y la comedia dirigida desfila el mensaje del director que acoge la vida del autor y la traduce en figura, movimiento y voz para el deleite o rechazo colectivo. Ni la gratuidad ni la cuota contemplan una objeción que sólo acaricie el trabajo. Toda ilusión esconde un alma miserable. Del talento de un hombre se empieza a desconfiar cuando éste se fija en la simple coincidencia. La vergüenza por destacar entre los que no son histriónicos atemoriza su intelecto y su paso, condenándolo a pedir disculpas a los cuidadosos. Iván Petróvich Voinitzkii (tío Vania) es de esos tipos austeros que laboran por conseguir señales flagrantes para multar al propietario de la mentira, que no perdona el compromiso ni la ley. El mezquino abandona su ethos cuando nace la sabiduría. Esta pieza teatral, dirigida por el ecuatoriano León Sierra, reflexiona acerca de la degradación de la existencia de personas que postulan su calamidad afectiva al pudiente ofertante, que sacrificaría su disposición para atesorar el perpetuo lamento. por cristhian vera

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www.gatopardo.com GATOPARDO 61

AGENDA CULTURAL — Arte

VANIADesde el 10 de enero hasta el 7 de febrero del 2013Todos los jueves a las 20 horasCine OchoyMedioValladolid N24-53 y VizcayaT. (02) 2904 720www.ochoymedio.net

Ante la desesperación, la confesión es la mejor arma

para la calma. El rostro del espectador apunta a conseguir la imagen más dramática del ser que desfila sobre las tablas. El actor utiliza un lenguaje que “muerde” cada recuerdo y alguna fantasía que espera su debut público. La intimidad mundana se desnuda y se pone al servicio del dueño de la butaca. Es la fisonomía

RÉQUIEM POR UN DESCANSOUno de los ejercicios dramáticos más representativos del escritor ruso Antón Chéjov se presenta por primera vez en Quito, para desesperar la vida de sus inquilinos.

del tiempo que regresa para mantener vigente el espíritu del drama humano. El relato es la tragedia que muestra Vania, la obra de Antón Chéjov, con sus personajes que dialogan endógenamente para poner en escena lo que nos preocupa en silencio. Y, en este detalle, la conciencia está de fiesta.

La cercanía sorprende con su verdad. En un terreno hostil para la armonía, la irrupción a lo privado es

permitida por la palabra poética. ¿A quién se le va a ocurrir negarse a dialogar? Es la narrativa que se materializa con los escritos de un autor que cumplió con uno de los anhelos de toda lengua: comunicar mucho con pocos recursos. Ocho personajes que actúan bajo la tutela de un escrito imperativo son la muestra de la grandilocuencia del teatro clásico. Entre la mirada fija y la comedia dirigida desfila

el mensaje del director que acoge la vida del autor y la traduce en figura, movimiento y voz para el deleite o rechazo colectivo. Ni la gratuidad ni la cuota contemplan una objeción que sólo acaricie el trabajo.

Toda ilusión esconde un alma miserable. Del talento de un hombre se empieza a desconfiar cuando éste se fija en la simple coincidencia. La vergüenza por destacar entre los que no son histriónicos atemoriza su intelecto y su paso, condenándolo a pedir disculpas a los cuidadosos. Iván Petróvich Voinitzkii (tío Vania) es de esos tipos austeros que laboran por conseguir señales flagrantes para multar al propietario de la mentira, que no perdona el compromiso ni la ley.

El mezquino abandona su ethos cuando nace la sabiduría. Esta pieza teatral, dirigida por el ecuatoriano León Sierra, reflexiona acerca de la degradación de la existencia de personas que postulan su calamidad afectiva al pudiente ofertante, que sacrificaría su disposición para atesorar el perpetuo lamento.— por cristhian vera