Funes, L. Introducción. Estudios Sobre Épica Castellana Medieval

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ESTUDIOS SOBRE EPICA MEDIEVAL CASTELLANA Selección, edición e introducción de Leonardo Funes; Traducción de Constanza Cordoni, Carina Zubillaga, María Gimena del Río INTRODUCCION El género épico español ha sido objeto de polémica desde los inicios del siglo XIX. El punto central de esta discusión ha sido siempre la escasez de testimonios conservados. Apenas tenemos dos poemas incompletos (PMC, MR), el breve fragmento de un tercero (Roncesvalles) y la versión en metro culto de un cuarto poema perdido (PFG); en total, unos 8.000 versos. Un número sorprendentemente exiguo si lo comparamos con el centenar de chansons de geste francesas conservadas, que suman alrededor de un millón de versos. La contundencia de estos datos permite explicar la puesta en duda por parte de la crítica francesa del s. XIX de la existencia misma de una épica española. Pero diversos estudiosos españoles, entre los que destaca Manuel Milá y Fontanals, argumentaron convincentemente a favor de una épica vernácula en España (o, con más precisión, en Castilla). Tales argumentos fueron desarrollados y convertidos en una teoría por Ramón Menéndez Pidal. En efecto, el Neo-tradicionalismo es una teoría de pleno derecho, conformada por un corpus de conceptos y de hipótesis solidarios entre sí, más una perspectiva crítica y una orientación metodológica precisas. En el tema que nos concierne ahora, Menéndez Pidal planteó que la escasez documental podía paliarse sustancialmente mediante la consideración de un vasto corpus de testimonios secundarios, constituido por crónicas y romances. De este modo, pudo ampliar la magra lista de poemas épicos españoles y, además, pudo ofrecer, en los inicios de su carrera, la reconstrucción de uno de tales poemas perdidos: el Cantar de los Infantes de Lara (1896). Pero mientras Menéndez Pidal ofrecía en público una primera formulación global de la teoría neo-tradicionalista -en un ciclo de conferencias dictado en EE.UU., en la Johns Hopkins University en 1909 (publicado en Menéndez Pidal 1910 y 1945)-, Joseph Bédier estaba publicando su extenso estudio en cuatro volúmenes sobre Les Légends épiques (1908-13) que contradecía casi punto por punto la teoría pidalina. Lo que siguió fue un enfrentamiento entre dos teorías opuestas cuyos avatares llegan hasta nuestros días. La primera fase de esta polémica involucró, fundamentalmente, a franceses (seguidores de Bédier) y españoles (con Menéndez Pidal a la cabeza) y se extendió hasta finales de los ’60. Una segunda fase se ha cumplido en el mundo anglosajón: estadounidenses neo-tradicionalistas versus ingleses neo-individualistas (denominación que ofende a los ingleses porque les fue endilgada con intención irónica por los neo-tradicionalistas). Simultáneamente, el desarrollo del Oralismo –a partir de los hallazgos de Millman Parry y Albert Lord en sus trabajos de campo con cantores serbios y croatas- permitió enriquecer el debate al plantear la posibilidad de un análisis concreto de la inasible oralidad de la épica. El Oralismo vino a terciar en la contienda y ha sido afirmado e impugnado por unos y otros. Hemos querido en este librito ofrecer una muestra de la segunda fase de la polémica entre neo-tradicionalistas y neo-individualistas (cuyas publicaciones están, lógicamente, casi todas en inglés) en torno a los problemas

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Estudios sobre épica castellana medieval

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ESTUDIOS SOBRE EPICA MEDIEVAL CASTELLANA Seleccin,edicineintroduccindeLeonardoFunes;TraduccindeConstanza Cordoni, Carina Zubillaga, Mara Gimena del Ro INTRODUCCION El gnero pico espaol ha sido objeto de polmica desde los inicios del siglo XIX. El punto central de esta discusin ha sido siempre la escasez de testimonios conservados. Apenas tenemos dos poemas incompletos (PMC, MR), el breve fragmento de un tercero (Roncesvalles) y la versin en metro culto de un cuarto poema perdido (PFG); en total, unos8.000versos.Unnmerosorprendentementeexiguosilocomparamosconel centenar de chansons de geste francesas conservadas, que suman alrededor de un milln de versos. La contundencia de estos datos permite explicar la puesta en duda por parte de la crtica francesa del s. XIX de la existencia misma de una pica espaola. Pero diversosestudiososespaoles,entrelosquedestacaManuelMilyFontanals, argumentaron convincentemente a favor de una pica verncula en Espaa (o, con ms precisin,enCastilla).Talesargumentosfuerondesarrolladosyconvertidosenuna teora por Ramn Menndez Pidal. En efecto, el Neo-tradicionalismo es una teora de pleno derecho, conformada por un corpus de conceptos y de hiptesis solidarios entre s, ms una perspectiva crtica y una orientacin metodolgica precisas. En el tema que nos concierneahora,MenndezPidalplantequelaescasezdocumentalpodapaliarse sustancialmentemediantelaconsideracindeunvastocorpusdetestimonios secundarios, constituido por crnicas y romances. De este modo, pudo ampliar la magra lista de poemas picos espaoles y, adems, pudo ofrecer, en los inicios de su carrera, la reconstruccindeunodetalespoemasperdidos:elCantardelosInfantesdeLara (1896). Pero mientras Menndez Pidal ofreca en pblico una primera formulacin global de la teora neo-tradicionalista -en un ciclo de conferencias dictado en EE.UU., en la J ohns HopkinsUniversityen1909(publicadoenMenndezPidal1910y1945)-,Joseph Bdier estaba publicando su extenso estudio en cuatro volmenes sobre Les Lgends piques (1908-13) que contradeca casi punto por punto la teora pidalina. Lo que sigui fue un enfrentamiento entre dos teoras opuestas cuyos avatares llegan hasta nuestros das. La primera fase de esta polmica involucr, fundamentalmente, a franceses (seguidores de Bdier) y espaoles (con Menndez Pidal a la cabeza) y se extendi hasta finales de los60.Unasegundafasesehacumplidoenelmundoanglosajn:estadounidenses neo-tradicionalistas versus ingleses neo-individualistas (denominacin que ofende a los inglesesporquelesfueendilgadaconintencinirnicaporlosneo-tradicionalistas). Simultneamente, el desarrollo del Oralismo a partir de los hallazgos de Millman Parry yAlbertLordensustrabajosdecampoconcantoresserbiosycroatas-permiti enriquecerel debatealplantearlaposibilidaddeunanlisisconcretodelainasible oralidad de la pica. El Oralismo vino a terciar en la contienda y ha sido afirmado e impugnado por unos y otros. Hemos querido en este librito ofrecer una muestra de la segundafasedelapolmicaentreneo-tradicionalistasyneo-individualistas(cuyas publicacionesestn,lgicamente,casitodaseningls)entornoalosproblemas concomitantesdelaalegadaoralidaddelapicaromnicaydelavalidezdelos testimoniossecundarioscomoevidenciadeunapicaperdida.Elprimertrabajo incluido en esta seleccin es, quizs, el intento ms inteligente y atrevido de considerar la condicin concreta del PMC como obra del arte verbal. Su autor est, por cierto, ms cercadeMenndez Pidalque delos ingleses,perorevelaunaaperturahacia ciertas reas de la historia cultural y de la antropologa cultural que estaban en plena eclosin a principios de los 70 (Lvi-Strauss, Ong, McLuhan). Este plus otorga a su dominio de la materia especfica una mayor riqueza y un mrito poco comn. Thomas Montgomery, profesoren laTulaneUniversityde Alabama,es,sin dudas, elhispano-medievalista estadounidense ms sensible e incisivo de las ltimas dcadas. El segundo trabajo que seincluyedaunamuestradelaseriedad,inteligenciaydeterminacinconquela Escuela inglesa y pese a las protestas de Alan Deyermond, no me caben dudas de que loscolegasinglesesconstituyenunaEscuela.PrecisamenteBrianPowellyDavid Pattison han tenido a su cargo revisar el complejo problema del valor de las crnicas como evidencia de una pica perdida y el problema subsidiario de la relacin entre la picaconservada(fundamentalmenteelPMC)ylasderivacionesalfonsesypost-alfonsesdelaEstoriadeEspaa.DavidPattisonesprofesorenOxfordyseha especializado en el tema pica y crnicas, de modo que en la actualidad es una de las mayores autoridades en la materiafuera del grupo formado por Diego Catalnen el Seminario Menndez Pidal de Madrid. El ltimo trabajo es la rplica neo-tradicionalista escrita por Samuel Armistead al libro de Pattison. Es rpidamente reconocible el tono polmicodelseguidormsfieldeMenndezPidalenEE.UU.,autordeunaserie impresionante de artculos tericos que configuran el desarrollo ms consistente de la teora pidalista en la segunda mitad del siglo XX. En este caso se ofrece una seleccin dellargoartculo,dondeesnotableeldesplieguedeunaampliaerudicinydeun conocimientodeprimeramanodelcorpusromancsticocontemporneo.Samuel ArmisteadesprofesorenlaUniversidaddeCalifornia,harealizadoinnumerables campaasderecoleccinderomancestradicionalesentodaEspaa,enelSurde Estados Unidos, en Marruecos y en Asia Menor. Fruto de tan inmenso trabajo de campo es el corpus ms grande de romances sefardes de la actualidad. Su versacin en temas picos,cronsticosyromancsticosleotorgalamximaautoridadparaabordarla problemtica de la pica perdida.Finalmente, debo decirles que el presente librito fue tomando forma en las sesiones del Seminario interno de la ctedra de Literatura Espaola I cumplido en el 2 cuatrimestre del2000.Agradezcoatodoslosparticipantesyenespecial,porcierto,alosque colaboraron directamente con las traducciones y la compilacin bibliogrfica. Leonardo Funes NOTA BIBLIOGRAFICA 1.ThomasMontgomery,ElPoemadeMioCid:arteoralentransicin. Traducido de: Thomas Montgomery, The Poema de Mio Cid: oral art in transition, en A. D. Deyermond, ed., Mio Cid Studies, London, Tamesis, 1977, pp. 91-112. 2.D.G.Pattison,Delaleyendaalacrnica. Traducidode:D.G.Pattison,ConclusiondesuFromLegendtoChronicle:The Treatment of Epic Material in Alphonsine Historiography, Oxford, The Society for the Study of Medieval Languages and Literature, 1983, pp. 143-49. 3.SamuelArmistead,Delapicaalacrnica:unaapreciacinindividualista. Traducidode:SamuelArmistead,FromEpictoChronicle:AnIndividualist Appraisal, Romance Philology, 40 (1987), 338-59. THOMAS MONTGOMERY El Poema de Mio Cid: arte oral en transicin Sie htte singen sollen, diese neue Seele und nicht reden! NIETZSCHE La misma cancin, palabra por palabra, lnea por lnea. No agregu una sola lnea y no comet un solo error (Lord, 1960: 27). El que habla es Demo Zogic, un guslar - cantor depoesanarrativa-yugoslavoanalfabeto.HizoestadeclaracinaAlbertLord, expresando su profundo orgullo por su habilidad para recitar un poema heroico luego de orlo una sola vez, a condicin de tener unas horas entre la audicin y la recitacin. Pero qu quiso decir? Cul es su nocin de verbatim? Estaban esas horas intermedias dedicadasalamemorizacin?Enlamismaentrevista,pocodespusdealegaruna precisinperfectaderepeticin,agreglosiguiente:Doscantoresnocantarnla misma cancin de igual forma... agregan, cometen errores y olvidan. No cantan cada palabra, o agregan otras palabras. Bowra (1952: 217-18) ha reportado contradicciones similaresdeotroscantores.Yessabidoqueelpoetaoralnomemorizabatodaslas palabras que oa. La cancin sufra una transformacin y una personalizacin durante esas horas, en un notable proceso creativo, un proceso que podemos observar pero que apenas podemos comprender. Debemos al cantor mucho respeto por su habilidad para hacer algo ms all de nuestros poderes. Tambin estamos obligados a considerar cuidadosamente las implicancias de las afirmaciones contradictorias que hace acerca de su repeticin de la cancin de otro. Nuestroimpulso dedescartar una deellaspornaf,descuidada ocarente desentido puede impedirnosllegaraimportantes conclusionessobresumaneradepensar.Sus declaracionesnoresistirnelanlisis,pero paraltienensignificado. Esobvioque considera verdadero lo que dice porque se dedica a su arte. Las entrevistas grabadas por Lord(especialmentepp.22-9)norevelandisplicencia.Soncndidosyfrancos. Naturalmente, entonces, podemos tratar de conciliar estas afirmaciones en trminos de causa y efecto. Como causas, consideremos las condiciones en las que se hicieron. Son respuestasapreguntasguas.Elcantorhablaprimerodesmismo,probablemente magnificando sus propias habilidades, y luego de otros cantores con quienes compite. Pero este enfoque implica que cuestionamos su honestidad, o su habilidad para juzgarse y juzgar a otros en los mismos trminos: cuestionamos su objetividad. Sabemos que no entendemossutalento.Sinembargo,nopodemosevitaraplicarnuestrospropios criterios a sus declaraciones: anlisis, relacin de causa y efecto, objetividad. Sugiero que, para enfocary comprender su mundoy el mundo de la poesa heroica popular, necesitamossuspendernuestracreenciaexclusivaenesoscriterios.Pertenecenal hombre letrado y distorsionan su visin del iletrado. En las humildes contradicciones delguslarnosenfrentamosaunaverdadsintticaysubjetivaque puedeensearnos mucho. La experiencia ha demostrado que la poesa pica popular, bsicamente oral, se resiste a lasformastradicionalesdeanlisisacadmico.Nuestrosesfuerzosconlas inconsistencias textuales en una obra que no siempre fue un texto pueden llevarnos a posicioneso...oquesonirrelevantesparasuverdaderatrascendencia,quees emocional,noinformacional.Lasdefinicionesypruebasracionalessimplementeno encajan con el gnero. Por esta razn, no propongo ofrecer pruebas, en mi creencia de que enfrentar a la poesa en sus propios trminos subjetivos nos permitir llegar a una comprensin no menos convincente que las pruebas. Debera sealar que no igualo los procesosinvolucradosenlacomposicindelPoemadeMioCidconaquellos observadosporLord.Sconsideroaxiomticoquelatradicinpicaespaolaes fuertemente oral en su carcter, y que la naturaleza oral del poema da cuenta en gran medida de su peculiar grandeza. Ha sido, de manera demostrable, alterado por hombres que saban escribir. En lugar de retomar los argumentos sobre cunto del poema es oral y cunto es escrito1, propongo observar algunos de sus aspectos no literarios. Asumir que el poema evolucion a travs de los aos y que ms de una persona (probablemente muchas)loconocieron,cantaronymodificaron.As,alhablardelpoeta,por conveniencia,quierodecirlatradicinpoticaoelartistapertenecienteaesa tradicin, que dict o escribi la versin que, con modificaciones, nos ha llegado. Doy estas definiciones no tanto con el propsito de adoptar una posicin sino para evitar una impresindeconfusin.Estaremosobservandounenigma.Paraenfocarlo,tenemos obras como las de Bowra y Lord; para darnos cuenta de cules son nuestras dificultades al comprenderlo, podemos tener en cuenta las mentalidades letradas e iletradas con la ayudadelasobservacionesdeMarshallMcLuhan,yparaapreciarlaextraordinaria fuerza de la expresin oral podemos comparar al poema con su parfrasis en prosa en la Primera Crnica General. Nuestradependencia,comoletrados,delapalabraescritamodificanuestras percepciones radicalmente. Hasta la escritura, la mayora de los tipos de pensamientos que hoy estamos acostumbrados a pensar simplemente no podan ser pensados (Ong 1971:2).AltrabajarsobreesasobservacionesmeapoyarenMcLuhan,perolas conclusionesqueseofrecenaqunopretendenreflejarsusideascompletao precisamente; deben sostenerse por sus propios mritos, especialmente en relacin con la poesa. El ojo es nuestro rgano de percepcin ms sensible y fiel, y dependemos de l mucho ms que del odo para nuestro conocimiento del mundo circundante. Por eso cuando aprendemosa leer,elcambio de lenguajedesdeuna experiencia predominantemente oral hacia un fenmeno visual es uno de largo alcance, de modo que lo visual pasa a tener mayor peso que lo oral. Confiamos ms en el ojo que en el odo porque parece decirnosms,ycadapalabrapasaatenerunaformaquevisualizamos;nos acostumbramos a verla en trminos de sus partes fonticas. Todos hemos observado a niosyadultosquenecesitansabercmosedeletreaunapalabraantesdesentirse seguros sobre ella, y nuestras vidas estn llenas de experiencias anlogas, como cuando, al empezar a aprender griego, podemos no reconocer a los cognados ms obvios porque suformaesextraa.Estavisualizacinocurreengentediferenteyennivelesmuy diferentes. El acadmico, que utiliza las palabras como instrumentos, tiene una aguda orientacinvisualysudiscursoreflejamarcadamentesuusodelapalabraescrita. Cuando se queja del analfabetismo entre los menos educados, se refiere en realidad a un alfabetismo parcial, porque la habilidad para leer y escribir es la fuente primordial de valores en su cultura, aceptada tcitamente an por la gente sin educacin que expresa desdnhaciaelaprendizajelibresco.Suscriteriossontambinobjetivos,opseudo-objetivos; son conscientes del carcter visual y concreto que las palabras pueden poseer porque pueden ser escritas. Nosotros no tenemos acceso real al mundo del grafo, esto es, del hombre cuya cultura no tiene consciencia de la escritura. El cantor eslavo, por ejemplo, vive en una civilizacin que est organizada en torno a lneas letradas. Si el verdadero analfabetismo tiene ciertas ventajas, colocando a un hombre en contacto ms directo con la palabra y lo que representa de lo que es posible en nuestra experiencia, entonces el hombre iletrado en la cultura europea disfruta de pocas ventajas. Aunque es probablequeseexpreseenformamsespontneaquenosotros,suignoranciaes fundamentalmenteunadesventajaqueleimpidepertenecercompletamenteasu sociedad. El juglar medieval estaba en una mejor posicin, aunque su sociedad estaba organizada en una forma dictada por la existencia de la escritura, porque perteneca a unatradicinesplndidaquesehabadesarrolladoenunaculturamayoritariamente iletrada, que l comparta con sus compaeros. McLuhan equipara a la sociedad iletrada con la organizacin tribal. El hombre tribal recibe su conocimiento sobre la sociedad a travs de su odo, y es muy sensible a las sutilezas del mundo oral. La palabra es una experiencia dinmica para l, no reconocida como distinta del acto u objeto que designa, ni distinguida claramente del ser humano quelainterpreta.Elodonofavoreceningnpuntodevistaparticular.Estamos envueltos por el sonido. Forma una red perfecta alrededor de nosotros... Mientras que el espacio visual es un continuum organizado de tipo uniforme, el mundo del odo es un mundo de relacin simultnea (McLuhan y Fiore, 1967: 111). Las implicancias de esto se hacen ms comprensibles por contraste con los procesos de la mentalidad letrada. El alfabetofontico,enelqueletrassemnticamentesinsignificadoseusanpara corresponder con sonidos semnticamente sin significado (McLuhan 1964: 86), separa significadoyforma,yesteeselprimero demuchosprocesos analticosque pueden aplicarse al lenguaje, y pueden luego extenderse a todas las percepciones. Una vez que la palabra se convierte en objeto, las ideas tambin pueden convertirse en objetos, para ser manipuladas y reorganizadas en una pgina o en nuestra mente. En cierta medida podemoshacerobjetosdenosotrosmismos.Losgrandeslogrosdelacivilizacin dependen de esto, pero nos ha convertido en una nueva y extraa especie animal, para la que las experiencias pasan a ser relativamenteindirectas.Actuar sin reaccionar, sin participar, es la peculiar ventaja del hombre letrado occidental (McLuhan, 1964: 88). Nuestra habilidad para organizar el pensamiento segn un modelo visual es tan til que llegamos a depender de l. Las cosas se siguen de otras cosas; causa y efecto se ven ocurriendoenunordenfijo.Racional...hasignificadoparaOccidentedurante mucho tiempo uniforme y continuo y secuencial... hemos confundido a la razn con lo literario (p. 30). Visualizamos secuencias cronolgicas (McLuhan, 1969: 72). Nuestras ideasdetiempoyespacio,aunquearbitrarias,parecenserinstintivasennosotros (Stearn, 1967: 175). El pre-letrado debe depender de su memoria, que nunca es exacta, mientras que nosotros podemos escribir las cosas y esperar que sean permanentes para nosotros y para otros. Podemos acumular palabras y pensamientos, referirnos a ellos en tanto materiales, y combinarlos infinitamente en nuevas ecuaciones y estructuras, sea en el papel o en nuestras mentes. Estamos separados de las palabras y los pensamientos y libres del trauma tribal de la magia de la palabra resonante y la red de similitudes (McLuhan,1964:86)queinvolucratotalmentealpre-letrado.Nosotrosnonos involucramosconlosfenmenosnaturalesqueobservamosyrechazamoslas interpretaciones animistas de ellos. Para el hombre tribal, lo que separamos en causa y efecto, en despus y ahora, es todo muy presente y personal. No se reserva juicios, no imagina las cosas fuera de s mismo. Aprehende su mundo mticamente. Para McLuhan, el mito es causalidad no-lineal, el mododeconscienciasimultneadeuncomplejogrupodecausasyefectos(1969: 315). Para Nietszche, en forma no muy diferente, era la pintura concentrada del mundo que...no puede prescindirdelamaravilla.2 Esamaravilla nopuedesobrevivir ala racionalidad.Enunmundoracional,elmitoessinnimodefalsedad. El abismo entre el hombre letrado y el tribal se ve una y otra vez. El trabajador social en India explica el control de la natalidad a mujeres de pueblo, con la ayuda de tablas, y se impresionan nicamente con su sari nada ms all de la experiencia inmediata tiene demasiadoimpactoensuconsciencia,ylatasadenatalidadesapenasafectada.El investigador quiere saber qu entiende el guslar por repeticin palabra por palabra. Significaliteralmente?Obviamente,elsentido delapalabraliteralesajenoal. Cmopuedeunopreguntarlesidistingueentrelohistricoyloficcional?El investigadoryelcantorsimplementenopuedenencontrarsedirectamenteental discusin.Elguslarengeneralnonecesitaconocerladiferenciaobjetivaentrelo verdadero y lo fabuloso. En la Espaa medieval palabra y declaracin (palabra, razn, etc)nosedistinguandemasiado.Paraeljuglar,formaycontenidodebenhaber constituidountodoindivisible conrarasexcepciones, cadalnea,yfrecuentemente cada hemistiquio, representa un concepto. Una disciplina extraordinaria, posible porque eraapenasconsciente.Elguslardehoypuedecantarenunmetro regularsinsaber cuantas slabas tiene una lnea. Por lo tanto no debe sorprender que nuestra forma de anlisislleveaconclusionesconflictivas. La cultura tribal no produce poesa pica. Su literatura es chamanstica; sus hroes son exitosos por la ayuda de poderes superiores (Bowra, 1952: 5-8). El concepto de hroe auto-suficiente,exitosoporsuspropiosesfuerzosaunquepuedarecibirasistencia sobrenatural, pertenece a una cultura en transicin, en la que el individuo es reconocido. YelPoemadeMioCidaparecehaciaelfinaldeeseperododetransicin.Ensu contenido es una articulacin coherente y de amplio alcance de las preocupacionesy convicciones de una sociedad bastante civilizada, como era La Ilada. Pero existe en variosniveles,ysucarcteroraltradicionalesevidenteenalgunosdesustemasy particularmente en su forma de expresin. Su propsito, como el del drama griego, no era tanto brindar informacin sino re-crear experiencia, y la cualidad de esta experiencia es su principal inters. Menndez y Pelayo se refiere a su inmediatez, como tambin al abismoentreculturas,alobservarqueelPoemaespoesavividaynocantada, producto de unamisteriosafuerzaquese confundeconlanaturaleza mismay cuyo secreto hemos perdido los hombres cultos... El poeta... ve la realidad como quien est dentro de ella.3 Viniendo de uno de los hombres ms letrados, las palabras tienen un dejonostlgico. La otra cara de la moneda, la tendencia del crtico culto a extinguir la vida de la obra con la que trabaja, ha sido lamentada por los ms logrados estudiosos, Ernst Curtius y Dmaso Alonso entre otros. Este ltimo reacciona con respecto al Poema atacando la pesada pedanterarazonadora delas tristesjergascientficas(1944: 72), que,como veremos, comienza a aparecer con la primera prosa erudita en Espaa. * * * La palabra hablada puede sobrevivir empobrecida en la pgina escrita. Los hombres del Cid reciben a Minaya lvar Fez con alegra cuando vuelve de su primera misin con el rey, diziendo les saludes de primos e de hermanos / e de sus compaas, aquelas que avien dexadas (928-9).4 Estas palabras, que, en su simplicidad, nos dicen tanto sobre la situacin y los sentimientos de los guerreros exiliados, pueden ser pasadas por alto por un lector moderno que busca fundamentalmente informacin, y como de hecho sucedi conloscompiladoresdelaPrimeraCrnicaGeneral.5Losejemplosdeomisiones pueden multiplicarse; aqu el caso es bastante diferente: ante roido de atamores la tierra queriequebrar(696) seconvierte en lacrnicaenEt tantoeranlosrodosdelos atamores et de los muchos otros estrumentos que y trayen et los ferien, que los omnes nonsepodieronoyr(528a40-4).Lamaravilladelaexperienciasepierde;anla necesidadprcticadeloshombresdeescucharseentreellosesoscurecidaporla inclusin de detalles no informativos. Lo que hay que notar aqu es que la afirmacin de la crnica est ms cerca de lo que podramos hacer en el siglo veinte que de la versin potica. El narrador de hoy, ms aislado quizs, podra decir con menos originalidad No te podas escuchar pensar, pero vamos ms all de eso si realmente nos incumbe la intensidad de los sonidos: leemos un nmero de decibeles en un indicador o grfico y quitamoselsonidocompletamentedelmundodinmicodelor.Es injusto e irrelevante menospreciar la crnica por no ser potica, pero si en verdad representaunamentalidadyunaformadeexpresinrelativamentecercanaalas nuestras, nos ayudar a orientarnos para observar el poema. En contraste con l, an los pasajes poticos simples que he citado demuestran tener una cualidad de aprehensin simultneaydefranquezaqueesenesenciamticalasinconsistenciasdelguslar yugoslavo tienen esa cualidad tambin. Nos dice que los opuestos pueden ser partes necesarias de un todo. Observemos ms de cerca dos textos medievales, comenzando con una escena familiar: Et pues que fue de noche et se adormecio, ueno a ell en uisin como en figura de angel, et dixol assi: id, ue aosadas do uas et non temas nada, ca siempre te yra bien mientre que uiuas, et seras rico et abondado et onrrado. (524b 20ss.) Las caractersticasformales de este pasaje son suficientementellamativasyhan sido sealadasenotrosextractosdelaCrnica:conexinsintcticaysubordinacin correspondientesaunhilodepensamiento(Etpuesque...dixolassi;ca), proliferacin de et (siete casos aqu, contra ninguno en el pasaje correspondiente en el poema), afn de precisin (...do vas), amplificacin (rico et abondado et onrrado); inclusin de verbum dicendi (Bada Margarit, 1960); en una palabra: prosasmo. Antes de seguir con el comentario, observemos la poesa; sus caractersticas son mucho ms que la ausencia de los rasgos recin enumerados.Iseechavamioiddespuesquefuecenado. Unsueolprisodulce,tanbienseadurmio. ElangelGabrielaelvinoenvision: Cabalgad,id,elbuenCampeador, canunquaentanbuenpuntocavalgovaron: mientrasquevisquieredesbiensefaraloto. Quandodespertoelidlacarasesantigo; Sinavalacara,aDiosseacomendo. Mucho era pagado del sueo que ha soado. (404-12) Una lectura pausada, en voz alta, de los dos pasajes logra que la gran diferencia entre ellossemanifiesteunadiferenciadehumor,denfasis,depropsito-aunque podramos decir en principio que su contenido es el mismo. Los cronistas han omitido todaslasexpresionesafectivasquecomponenalpasajepotico.Suobjetivoes proporcionarinformacin.Laslneaspoticashacenhincapienlaexperiencia emocional, no para lograr alguna clase de efecto artstico, sino porque precisamente de eso trata el pasaje (y el poema): una experiencia est siendo re-creada y re-vivida en la recitacin.Laconstruccinparatcticareflejaelpensamiento:lastresunidades,el sueo, el mensaje, la reaccin del hroe, son tambin una unidad, no por estar ligadas en unasecuencia,sinoporestarconcebidas como un todo o mejor, sentidascomo un todo, porque es el sentimiento lo que importa: el sueo del Cid es dulce y placentero; el elogio y el aliento del ngel no tienen reserva o equivocacin; el asombro del Cid, su alegra, y creencia son completos. Este pasaje tranquilo y refrescante ocurre en medio de la confusin y agitacin de los complejos preparativos para una partida apresurada de Castilla. Proporciona importante informacin. Pero la audiencia del juglar saba que el Cid triunfara, y que Dios estara con l. La necesidad de informar es secundaria. Lo que interesa es la cualidad de la experiencia, y de eso se ocupa el cantor. Por eso se repite; el pasaje, como todo el poema, est lleno de redundancias conceptuales, que los cronistas corregan rpidamente. Y sin embargo, al leer el poema, no encontramos una repeticin objetable en un sueol priso dulce, ms tan bien se adurmio. Formulaico, desde luego pero no por razones de conveniencia, como si la forma fuese un problema aparte del contenido.Siesimportante,dilodosveces.Sino,hayotrasfrmulasdisponibles. Setientaunode pensarenunjuglaresforzndose enlabsqueda deintensidad por mediodelarepeticindepalabrasemotivas.Noesas:granpartedelpoemaes igualmente intensa, y tal esfuerzo, si fuera sostenible, habra sido muy cansador para el poetay para la audiencia. Lo intenso es su visin, directa, sin el intermediario de la palabraescrita.Loselementosafectivosquepodramosllamarornamentaleseranla sustancia principal para ellos; lo que nosotros y los cronistas creemos importante la informacin- se daba por sentado por la audiencia iletrada. Que esto es as es ilustrado por la necesidad de los cronistas y los comentadores modernos de elucidar pasaje tras pasaje. Elsueoerasignificativo paralos compiladoresdela crnica como hechohistrico porque era evidencia de la ayuda divina que reciba el hroe. Los historiadores hablan entrminosdecausayefecto,ytomadaensuspropiostrminos,suversinest tambin libre de redundancias. Han escrito lo que pareca esencial para hacer a una lnea narrativacompleta,dejandoaunladoelresto.Elresultadoesunrelatoobjetivo. Dnde obtuvieron su idea de objetividad? De la prolongada experiencia en la lectura de lenguas extranjeras, del estudio de cada palabra como objeto, como tem lxico. Su clasedeexactitudhabrasidoincomprensibleyanodinaaunreceptoriletrado.No pueden nombrar al ngel o conceder que se trataba realmente de un ngel: como en figura de angel. Con la alfabetizacin viene el escepticismo: podran haber dicho que tenan que entender para creer. Puesto en forma un tanto diferente, crean menos en la visinpoticaqueensupropiarazn.Ynoestabansatisfechosconlaverdad; necesitabanlaverdadcompleta,rico etabondadoet onrrado,ansila tenanque proporcionar ellos mismos. Cada cosa en su lugar. El pasaje es la suma de sus partes, ni ms ni menos; y una suma es el resultado de una adicin, de la acumulacin de cosas aparentementeconcretasytangibles:laspalabras. Para el juglar, no haba necesidad de explicar, de distinguir entre causayefecto, de evitar malos entendidos porque entender no era el punto principal. Tampoco lo era la objetividad; quin duda que el ngel Gabriel apareci ante el Cid, o que le dijo aquellas palabras? No es menos real que el hroe, el juglar o la audiencia. El poema presenta (praesentocolocarante)loquelacrnicarelata(referorecuerda). Es esperable que la crnica omita en ocasiones partes del poema, como en el ejemplo dado. Tambin amplifica el texto en formas que son importantes para la comprensin de su visin, como cuando Pedro Bermdez rompe las filas: Moroslerecibenporlaseaganar, Danlegrandescolpes,masnolpuedenfalssar. Dixo el Campeador: Valedle, por caridad! (712-14) Losmorosrecibieronle,etcomenaronde ferirlemuy dereziodandol muygrandes colpes pora abaterle si pudiessen et leuar del la senna, mas traye el tan buenas armas que gelas non podien falssar, et demas muy fuerte coraon, assi que non pudieron guisar con el lo que quisieran. El id quando aquello uio, mando a todos los suyos que pues la batalla buelta era, que la firiessen muy de rezio et fuessen todauia adelante, de guisa que acorriesen a Pero Uermudez et a la senna. (538b24ss.) En el poema, una serie de acciones no explcitamente ligadas. No se dan razones para ellas,notantoporquelasrazonessonperfectamenteclarassinoporque,enla experiencia de una batalla, las razones y la accin no estn separadas mentalmente; uno funciona dentro de un modelo total. Dar razones implica situarse fuera de los eventos, observndolosdesdeunpuntodevistaqueseadopte.Conelalfabetismo,dice McLuhan, sobreviene el juicio suspendido. Los cronistas estn tan preocupados por las razones que subordinan los eventos mismos a ellas; pora abaterle si pudiessen, un propsito y una duda, seguidos por las causas del fracaso. En la orden del Cid, la razn, pues la batalla buelta era, el mtodo, que la firiessen muy de rezio et fuessen todauia adelante,elpropsito,deguisaque...,expresadotancumplidamentecomosea posible: acorriessen a Pero Uermudez et a la senna. Saltamos de la mente de Pedro Bermdez a la de los moros, y luego a la del Cid. Nada de esto est implicado en el poema;loshistoriadoressesientenobligadosasuministrarlo,aimportunarcon explicaciones a cada paso. Es particularmente reveladora la expresin si pudiessen. Estamos en las mentes de los moros, dudando, y al mismo tiempo en las mentes de los cronistas,queconoceneldesenlace.Tambinestnimaginandoelefectodesus palabras en nuestras mentes mientras leemos. Todos estos puntos de vista imaginarios pertenecen a gente que quiere ante todo tener creenciasy predicciones correctas. Los compiladores, siendo letrados, son conscientes tcitamente de que tienen un punto de vista individual, y de acuerdo con ello imputan uno a todos los otros. Su incumbencia es lacorreccinobjetiva,porloqueevalanlosactosquereportanyasumenquesus lectoresevaluarnsuspropiosactosdeescribiryjuzgar.Nosotroshacemos consideracionessimilares,aunqueenformauntantomssofisticada.Suponeun esfuerzo no ver las mismas actitudes en el juglar. Desde luego l atribuye diferentes opinionesapersonasdiferentes,perosinesossaltosmentalesquerepresentanuna rigidez de criterio slo disponible para aquel apartado de los eventos por medio de la palabra escrita. Para el juglar, la lengua equivale a la experiencia social. No puede haber soliloquios en el poema. Es posible expresar de otra manera lo que hemos dicho acerca de los historiadores notando que en cierto sentido se hablan a s mismos; lo que dicen es siempre un comentario en s mismo. El poeta slo puede comprender el discurso como algoobservadoinmediatamente,nopuedeentrarenlamentedeotrapersonapara imputar motivaciones para sus palabras que no sean aquellas expresadas. Pensamiento y expresinhabladasonunasolacosa. El juglar sabe acerca de opiniones y motivaciones varias, pero no puede compartirlas en su imaginacin. No puede decir que supona o cree usted?. No puede decir que mintislomientes,confrontandodosjuicioscuandoaparecenenaccin.Los verbos cuidar y penssar son raramente usados sin implicar intencin esto es, de accin latente, y creer siempre denota un acto de fe o creencia.6 Las reflexiones internas no son reportadas; observamos slo las manifestaciones sociales de las preocupaciones de los personajes, como en las conversaciones entre Raquel y Vidas. El poeta no nos dice que los prestamistas eran avaros, pero los presenta en cuenta de sus averes. En las raras ocasiones en que expresa un juicio, lo conecta con una accin, identificando ser y acto: El conde es muy folon e dixo una vanidat (960; tambin 2283-4). El Cid recibe malas noticias al considerar una grand ora. No tenemos nocin de lo que considera; slo podemosconocerelresultadodelameditacin. El poeta s conoce sus propios sentimientos, y los identifica con los del hroe y con los de la audiencia: que alegre fo, que ventura serie; amos salieron apart vera mientre son hermanos- / desto que ellos fablaron nos parte non ayamos (2538-9). Y dado que los pensamientos no verbalizados no se conocen, un villano debe tener un confidente si se supone que debemos conocer sus intenciones. En la Crnica los Infantes confan en Asur Gonzlez, pero el poema enfoca este problema de un modo ms interesante: los dosInfanteshablanentreellos,dandounaideamuchomsclaradesusmotivos siniestros que la que sera posible de otra forma. Ahora bien: hay otras buenas razones para usar dos villanos, pero vale la pena notar que los hermanos realmente slo tienen una personalidad, y que cuando se representa duplicidad en el poema, dos personajes estn involucrados: Raquel y Vidas, el Cid y Martn Antolinez. Y el uso del poeta de cuydarestlimitadoademostracionespblicasdecreenciaeintencinexceptoen referenciaalosInfantes,enlaslneas2470y3011.Ensucasolospensamientos privadossoncompartidos. Estamostanacostumbradosaconsiderarvariospuntosdevistaquenopodemos visualizar, o aprehender, la carencia de punto de vista del hombre oral, y no tenemos nombre para ello. McLuhan usa una extraa negacin, falta de perspectiva. A medida quelospuntosdevistasedesarrollaron,cambiaron,ydescubrimosquecadaautor medieval modifica lo que ahora puede verse como un curioso instrumento, aunque su uso no pudo haber sido totalmente consciente. Chrtien de Troyes, en un extraordinario florecimiento de sofisticacin, hace un uso pcaro del punto de vista yendo ms all de me semble, an lejano en el futuro de Espaa, hacia el curioso li semble, le parece a l, para tratar la vida interior de un personaje, y distingue claramente entre personajes vistosinternamenteyvistosexternamente. Laobjetividadesunainvencinliteraria,yeneltempranodesarrollodelacultura letrada debe haber descubrimientos sobre su uso y cambio de base a medida que los escritores comienzan a emplearla con ms destreza. Tambin debe entrar en conflicto con la autoridad tradicional, dado que ofrece nuevas formas de considerar a la autoridad y desarrolla una propia tambin. Los cronistas la usan nafmente , por ejemplo, al no distinguir entre material mitolgico e histrico. Pero ya en la poca del Arcipreste de Hitaesaaparentesimplicidad objetivayanoesposible,yensutrabajoseprueban nuevos estndares de objetividad, a menudo con picarda. De este modo, l acepta la muerte del modo cristiano convencional en un punto, y expresa temor y odio a la muerte enotrasocasiones;7invocaalaautoridaddeAristtelesenunpasajeburlesco,y reiteradamenteconstruyedemostracionesaparentementeobjetivasdetesisslopara cambiar de argumento inesperadamente. Nifeni creencia sonconstantes para l. La clase de rigidez vista en la crnica es reconocida como una ilusin. La pedantera y la nocin de una sola verdad son particularmente satirizadas en la disputa entre griegos y romanos. El arcipreste conoca tanto la cultura oral como la visual: estaba familiarizado con las disputas acadmicas, adoptaba una postura irnica sobre ellas, aunque slo a travsdelaescriturapudieratenerunamentetanindependiente. Elexamenyelanlisisdelaescrituraydiscursopropios,quesondenaturaleza secundaria para nosotros, como lo eran para los cronistas, simplemente no son posibles paraeliletrado.Elguslarnopuedediscutirsobremetroyrima;sondenaturaleza secundariaparal.Eneljuglarencontramosunaespontaneidadyfranqueza,una aprehensin del mundoy una receptividad a las implicancias de una situacin social negadasanosotrospoesavividaynocantada. Si observamos a los analfabetos nios o adultos- podemos darnos cuenta de cmo nos forzamosparaexpresarnoscoherentemente.Buscamosatientaslapalabraprecisa cuando hablamos, y an cuando pensamos. Hacemos un esfuerzo por canalizar nuestro pensamiento;lodespersonalizamos.LosautoresdelaCrnicahabanperdidosu receptividad a las sutilezas del momento, se haban preparado para perderla, y haban pagado el precio de las abrumadoras ventajas del alfabetismo. Haban aprendido a tratar conconceptoscomoobjetosseparadosdelaexperiencia,comoconstantes.Como nosotros,identificabanlaverdadconlaobjetividadylapermanencia.En cierta medida los compiladores de la crnica estaban repitiendo procesos que haban acompaado a la primera generacin de alfabetizacin en Grecia, como demuestra Eric A.Havelock(1963).Platnseconvirtienelprimergranvoceroparalaprimera abstracciny,porlotanto,eneladversariodelmododepensamientopotico ejemplificado por Homero. Formul nociones de bondad y verdad que han estado con nosotros desde entonces y que damos por sentadas. Havelock ve a la poesa de la cultura griegapre-literariacomounaformadecontroldelpensamiento,yaunqueesmuy convincente,supropiaorientacinliterariaparecellevarloaocasionalesmalas interpretaciones.Concibeaselcontroldelpensamientocomodeliberadamente impuesto y adoptando a propsito el medio pico para explotar su efectividad, y observa queunaparticipacintotaldelaaudienciaenlarecitacindelaIladapodraser comprada slo al precio de una prdida total de objetividad (p. 45). Sugiero que la objetividad no haba sido experimentada an en la poca de Homero, y que, ms que un intento de imponer una visin de mundo, la pica fue una expresin de tal visin que surgideellayconella,yslonecesitserlaboriosamenteenseadayestudiada cuandolaculturaquerepresentadacomenzadecaer.ElPoema,menos conscientementeliterarioquelospoemashomricos,menosconscientedelpasado heroico,puedeproporcionarimportantesclavesparalainterpretacindeHomero. A diferencia de los griegos letrados, los compiladores de la Primera crnica conocan una extensa tradicin literaria. No eran pionero en una nueva forma de pensamiento. Daban por sentada a la objetividad. No luchaban contra el mundo subjetivo de la poesa; lo ignoraban en gran medida, porque sus herramientas ideas abstractas fijas- estaban preparadas.Hemos hablado de objetividad en la crnica, pero paradjicamente un punto de vista se convierte en parti pris, y lleva a malos entendidos. El Cid debe corresponder con la idea de buen hombre de los autores; tambin el abad, especialmente si es amigo del hroe. Por lo tanto, no son conscientes del motivo detrs del repicar de las campanas ordenado porelAbadDonSancho.NoentiendenlamaliciadelCidalinvitaralCondede Barcelona para celebrar su propia derrota. En la CVR tampoco entienden la renuencia delCidaverasushijascasadas.8 Loscronistasinterpretanerrneamentealgunosmotivosporquehacenquetodoslos puntosdevistaseparezcanalossuyos,yuniformizantodaslasreflexionesdelos personajes de acuerdo con sus propias preocupaciones morales e intelectuales. lvar Fez completa su primera misin con el rey con estas palabras esplndidas: Grado e graias, rey, como a seor natural! / Esto feches agora, al feredes adelant (895-6). En la Crnica:Seor,deuosDiosuidapormuchosannosetbuenos!Etmuchasgracias, seor,porloqueuosdezides;capuesqueestamercednosagorafazedes,siDios quisiere, mas et meior nos la faredes adelante, et con la merced de Dios nos guisaremos comonoslafagades(531b14ss).Unembajadormoralista,prolijo,quedeberaser discreto, peroque, enefecto,no seatreveadecirloque diceenelpoemacontan admirablemezcladeaudaciaytacto.Esaloscompiladoresaquienesvemos, cuidadosos de nunca decir lo incorrecto, que anestesian la belleza del material. Hasta Pedro Bermdez en su momento impulsivo en Alcocer es verboso (706-11; 528b12-22). El Cid no es diferente del Minaya mejorado. Despus de la debacle de los Infantes con el len, los reprende largamente. Notemos el uso insistente del verbo deuer: Que fue esso mis yernos? E por que mostrastes tan grant miedo de una bestia muda? Non nos paresie bien, et deuieramos membrar las espadas que uos yo di con mis fijas: Colada et Tizon. El dia que a uos, Diego Gonalez, case con mi fija Eluira Rodrguez, uos di Colada; quando case a uos, Fernant Gonalez, con Sol Rodrguez mi fija, uos di Tizon.Por ende deuierasevosmembrarel lugar donde uosvenides,et commosodes grandes et ricos, et de commo uos case con mis fijas, por la qual cosa uos fiz mis yernos et mis fijos, et uos di las mis espadas Colada et Tizon, et por esto deuierades olvida una piea del miedo. (603b37-604a5) Nadadeestopertenecealapicaconservada.Lasnuevastendenciasdidcticasdel hroe deben haberse revelado ya en el texto decadente que sirvi como fuente para esta parte de la crnica. Pero los compiladores llevan el proceso a un extremo absurdamente lgico, olvidando el monumental desconocimiento del Cid de la debilidad. En el Poema siempre ofrece a los Infantes el respeto que se merecen hasta que cometen el crimen, y nunca usa deuer con un sentido de superioridad moral slo los Beni-Gmez lo hacen al defender el acto de Corpes. El poeta, inmerso en la interaccin personal que estaba re-creando,tenaunaprofundaapreciacindelsignificadodelrespetopropioydesu concomitante respeto al prjimo. Lo exhibe lmismo, como lo hacenlos personajes heroicos, excepto con adversarios indignos y con outsiders como los prestamistas; y su burla de ellos esmoderadaydelicada,encontrastecon laindiscrecindelosBeni-Gmez. Los cronistas, alejados de los eventos, pierden el sentido de la situacin social y subordinanloseventosasuscriteriosmorales.Aljuzgar,permitenqueunestndar simplista de comportamiento domine los valores humanos de su material, y les dicen a los personajes y al lector lo que deberan pensar, o les dan a los personajes principios a seguir para corregir su comportamiento. Ahora bien: la interpretacin del material es ciertamente una actividad respetable y necesaria para el investigador y el historiador. De hecho,comoinvestigadoresycomohistoriadores,podemosquejarnosslodeque realizan su tarea un tanto crudamente. Su formalidad explcita torna atractivo su trabajo; lo podemos ver parecido alnuestro. Tambin conocemos la necesidad de conectary combinar los elementos de unanarracin de modo que tengan sentido; sabemos que nuestrospropsitosalescribirynuestropuntodevista(aunquepuedaser escrupulosamente objetivo y factual) dan forma y carcter a nuestra escritura, a veces de manera sutil. Es provechoso tratar de ver la ausencia de esto en el Poema: no hace (i.e. crea) sentido, como no lo hace la experiencia. En cambio, tiene un sentido profundo quesubyaceasunivelexpresivo.Estoesmsverdaderoenlospasajesquehe seleccionado que en algunos otros. De este modo, veremos un esfuerzo ms deliberado de formalizar la lengua en los magnficos paralelismos verbales de las lneas dedicadas a la batalla de Alcocer, o en los razonados argumentos de las cortes, y apreciaremos el carctermsliterario,oletrado,deestospasajesencontrasteconotros. Dos aspectos de la objetividad de la Primera crnica forman lneas de desarrollo que se continan en el siglo XIV, donde culminan en la escritura de Don J uan Manuel. De la posibilidaddefijarmaterialvieneelconceptodetextodefinitivo,explcitamente formulado por el Infante, y del objetivo de reunir y organizar todo el material pertinente, surgeelconceptodereducirtodoaesencias,comoenlaCrnicaAbreviada. Evidentemente don J uan Manuel consider que el futuro no tendra nada que aadir a la obra que deposit en Peafiel. Por un lado estaba acertado, porque el camino que haba seguidosecerraba,yloshistoriadoresposteriorestuvieronqueencontrarnuevos, revirtiendoelprocesodedeshumanizacinycodificacindelahistoria. Pasamos ahora a selecciones un poco ms extensas del Poema, demasiado extensas para examinarlaslneaporlnea.LabatalladeCastejnestrelatadaconmaravillosa economa,y sin embargo no observamos omisiones ni esfuerzo por lograr concisin. Los elementos son los siguientes: el bello amanecer, la salida de los moros de la ciudad, nuevamente su salida de la ciudad, el ataque y las victorias en el campo, el acercamiento del Cid y su entrada en la ciudad, la matanza, las victorias. Cada elemento est lleno de vigorydeintensidad,cadaunonoscolocaenunanuevaescena,cadaescenanos absorbe. La batalla entera es relatada en unos cuarenta versos, aunque, lejos de buscar concisin, el poeta puede repetirse, como en el siguiente extracto. Van en itlicas las expresiones no compartidas por las dos versiones: EnCastejntodosselevantavan, AbrenlaspuertasdefuerasaltodavanPorversuslavoresetodassusheredades. Todossonexidos,laspuertasabiertasandexadas Con pocas de gentes que en Castejn fincaran. (458-62) Et los moros de Castreion non sabiendo nada del Cid, abrieron las puertas del castiello, et sallieron a sus lauores, assi como solien fazer. Las palabras encontradas slo en el poema son todas afectivas. Todos se levantavan puede resultar redundante pero agrega al sentido presencia: ms que reportar un detalle domsticodelavidadiariadelosmoros,elpoetaobservasudespertarcomo preparacinparaelmomentocrticoenquedejanlaciudad.Lasotraspalabras peculiaresdelpoemasontodascuantitativas:todas,pocas;ylaltimalneaes conceptualmente repetitiva.Todo contribuye alatensin del momento.Todo lo que agregalacrnicaesexplicativo;algunoselementos,comoelltimo,puedenno necesitarexplicacin,peromuchossporqueloscronistasescribenenunapoca distante del evento. Deben relatar, en las expresiones en itlicas, quin acta dnde, y sobretodoporqu.Leconciernelacomprensin.OtracosasucedeenelPoema: estamosall,aquellosqueactanestnantenosotros,ylasrazonessonpartedela experiencia,unaexperienciadesignificacininmediata.ComosugiriDunn(1970: 111), juglar y audiencia forman parte de un crculo de sentimiento que se completa con elpoema. Laversinenprosadelabatallaesdirecta,concisaycoherente.Esnarracin habilidosa. An con sus redundancias, el pasaje potico es ms corto. Por el sentido de presencia en la escena, se nombra a la ciudad slo cuatro veces y no se menciona que sus habitantes son moros. La crnica usa el nombre dos veces, y la palabra castiello, ciudad,sieteveces,ypueblados.Lasomisionesdelpoemapuedenproducir problemas de interpretacin para el lector moderno y requerir un esfuerzo especial para comprender;perounoyentemedievalnoseraconscientedelasdificultadesde comprensin. Si el cantar no le era familiar, escuchara tanto como su preparacin le permitiese; si lo involucraba, su atencin sera completa, y si no, estara preocupado en entender muchas cosas nuevas. A menudo, el cantar era conocido, y la tolerancia del receptor a las modificaciones en l era limitada. Pero el analfabeto no tena nocin del descreer suspendido. Creer y no creer, para l, no son claramente distintos; si lo que seescuchaeslanicafuentedeinformacinnosedemandadocumentacin,ylas nociones de plausibilidad que se tienen son flexibles, dependientes de la autoridad y de la preferencia. Algunas cosas pueden saberse y algunas otras no, pero hay una gama de posibilidadesintermedia,porquealgunoserroressonobviosyotrosno.Entoncesla tolerancia a la imprecisin es variable; los topnimos cambian raramente y pueden ser verificados, de ah su correccin en el Poema. Los nombres propios son importantes pero el tiempo y la tradicin pueden cambiarlos: Elvira y Sol son Cristina y Mara en los documentos de su poca, y Flez Muoz es Ordoo en la Crnica. La credibilidad de las acciones y de los discursos vara ampliamente. Las cosas dichas en el poema y en la crnica son ms divergentes que las cosas hechas. Las batallas se recordaban mucho porque las tcticas eran importantes y el padre de algn espectador puede haber tomado parte en una batalla. Pero las cuestiones de la familia del Cid eran conocidas menos directamenteylasaudienciasnoslotolerabansinoquedeseabaneltratamiento fabuloso de temas de naturaleza fabulosa, tales como el fracaso de los infantes en pasar la prueba de coraje en Valencia. Una aprehensin mtica de los eventos debe existir en varios niveles de credibilidad. Lo fabuloso no debe estar en conflicto con lo conocido, para que se forme un todo aceptable. Considerando que la distincin entre los ficcional ylohistricono leimportaba necesariamenteal poeta,noesextraoquetengamos problemas en la clasificacin. Lo que importaba era la cualidad de la experiencia, a lo queloscronistasyaestabaninclinadosensubsquedadehechos. S extraen el hecho de la parte del poema sobre las preparaciones del Cid para dejar Castilla. Partes de la tirada 18 expresan la urgencia de esto muy vvidamente, y se siente nuevamente en la tirada 22. El tema es abordado con Los .vi. dias de plazo passados losan, /tresan portroir... (306-7),ypodemoscomenzaravercmo secontina enumerando expresiones temporales en las siguientes lneas: el plazo (309), el dia... la noch (311), a la maana (316), non vos tardedes (317), y as en adelante, pero esto no transmite la urgencia que motiva a todo el pasaje y desarrolla un intenso sentimiento de tensin. En una primera lectura podemos suponer que el poema describe detalles de la preparacinparapartir:elencuentrodelCidconloscaballeros,ladistribucindel dinero, la misa; que nos est informandoy que las expresiones temporales estn all para mantener los detalles en orden. Pero una lectura a viva voce nos persuadir de que estoselementosnosontemsdeinformacinestticos.Sonaccionesnecesariasque contribuyenaldinamismodelpasaje,subordinadasaunasuntomsimportante,la urgencia del momento. En la crnica se registra slo que el Cid mando dar ceuada pora yrse luego aquella noche, ca eran passados los VI dias de los IX del plazo (524b6ss). Factualmente preciso; pero slo tenemos que imaginar al poeta diciendo, El Cid estaba apurado porque... para darnos cuenta de cun diferente e inmediata es su presentacin. lrevivaesosmomentosdeansiedad,momentosqueprefigurabanlainterminable preocupacindelhombremodernosobreeltiempo.Lasutilezaylaversatilidaddelapalabrahabladasepercibenenlaabundanciade expresionesingenuamenteaptas.Muchaslneasfamosasenelpoemadebensu renombre a su espontaneidad: por muertas las dexaron, qual ventura serie!. Hemos notado en encanto evocativo de primos e hermanos y podemos sentir la impulsividad deQuienlosdioestos?(874),latensindemiedoivaaviendo(1079),la exultacindetanbuen diaporlachristiandad(770), lafranquezacndida de los moros yazen muertos, de vivos pocos veo (618), y la evasiva picaresca de Minaya que pospone la demanda de justicia de los judos, cuando parte para reencontrarse con el Cid,conHyolovereconelidsiDiosmelievaala(1435).Losfrecuentes resmenesyrecapitulacionesdelpoematambinevidenciansucarcteroralysu dinamismo;comoen1325-34,dondeMinayareportaalreylosxitosdelCid,son sucintos, organizados hbilmente, y nos dicen exactamente dnde estamos.9 El poema debesiempreiradelante,yestossumariossontilesparaelescuchaquehaestado ausente o poco atento antes, o que puede estar confundido por las complejidades de la narrativa. La Crnica, por otro lado, va hacia atrs y hacia delante; en lugar de permitir queMartnAntolinezhableporsmismoaRaquelyaVidas,comolohacetan competentemente en el poema, los compiladores slo reportan: et dixoles tod aquello, assi como el Cid le dixera (524a12), y explican la cuestin del precio. Si quisiramos saber qu dijo Martn Antolinez, podemos buscar atrs; est depositado en la pgina. La crnicausatalesreferenciasasupropiocontenidoconciertafrecuencia;10son desconocidas,desdeluego,paralapica. Para recapitular algunos puntos importantes que se han discutido hasta ahora, podemos referirnosaunnotableestudioquesirvidefuenteaMcLuhan.ElautoresJ .C. Carothers,unpsiquiatraquepasmuchosaosenfricayrealizagudas observaciones sobre los hombres tribales con los que trabaj.11 Nota que dado que el hombre tribal en una sociedad analfabeta adquiere su consciencia social por medio de la experienciainmediatadeor,elmundodelsonidoestcargadodesignificacin personal directa para l. En contraste, el europeo se encuentra en un mundo visual que leesindiferente.Paramanejarseenlnecesitaunsentidomuydesarrolladode relaciones espacio-temporales y de relacin causal en lneas mecanicistas. En el mundo primitivo deelaquy elahoralapalabranosedistinguedelobjeto que designa. Retiene poderes mgicosyno se ha convertido en parte del mundo visual objetivo, continuoeirrelevante.Cuandolaspalabrassonescritas,pierdenmuchodesu dinamismo,ypierdenunelementopersonal;sonmsfcilmentemalentendidas. Aunque no estn privadas de carcter auditivo, son vistas como smbolos, separables de la accin. As se llega a entender que el pensamiento puede contenerse. El hombre pre-letrado no distingue entre pensamiento yaccin, mientras elletrado viene aser considerado, y a considerarse, como capaz de pensar por s mismo, y como responsable por sus pensamientos. De ah las caractersticas racionalizaciones, auto-denigracin, etc. las implicancias para una comprensin del hombre occidental superan el alcance de esteestudio. En el Poema vemos un sistema de pensamiento que es primordialmente occidental, esto es, letrado; pero en su forma de expresin y su visin de la gente y los eventos es ms primitivo. En su representacin de las emociones y los motivos no distingue entre lo que es sentido y lo que es evidenciado. El Cid muestra sus sentimientos: alegros significa que experiment y expres alegra. Los verbos de sentimiento pueden as convertirse en verbos de accin, como omillarse, o envergonar, que en mi opinin denota una accin de la cabeza o el cuerpo en la lnea 2298.12 El hroe no expresa temor porque no lo siente. No hay vergenza que deba sentir, porque es un hombre ntegro. Sus frecuentes auto-justificaciones surgen de un aspecto ms civilizado de lavisin del poeta, pero tienen lugar en trminos de normas sociales y no reflejan debilidades personales el Cid histrico que se enfureci al ser llamado supersticioso y agorero no es reconocido por el poema. Sus auto-justificaciones son ms elaboradas en la Crnica, como tambin sus juicios sobre otros. Cuando el Conde de Barcelona deja al Cid, el poeta seala que est asustado, miedo iva aviendo. No se refiere a los sentimientos internos, sino a la forma en que se comporta el Conde. Los infantes revelan ms sobre s mismos hablando entre ellos. Aunque llegan a arrepentirse de su crimen por las consecuencias, es su extraa falta de sentido de la verdadera culpa lo que demanda una explicacin. El trabajo de Carothersproporcionalaclave:nadieen elpoemarealizaunaintrospeccin oauto-examen. Tampoco puede el poeta examinar elinterior de los personajes, mientrasla crnica puede decirnos que antes de la batalla de Valencia los Infantes de Carrion et Suer Gonales,su tio, commo quier que lo non mostrauan auyen muygrant miedo (604b16ss). El poeta ve a cada hombre como es, como se presenta a s mismo; de ah la extraordinariaintegridaddecadaindividuo.Paraelpre-letradocadahombreycada experienciason nicos. Es el alfabeto, una serie de smbolos uniformes, repetiblesy arbitrarios,loquenivelaysistematizalaexperiencia.Elpoemanoesdeninguna maneraunejemploadulteradodeestecarcterdirecto.Variosnivelesdedesarrollo cultural son representados en l. Pero sus aspectos ms primitivos son bsicos en l, y engranmedidadancuentadesuvigor. Nadie buscar un intento de lograr efecto artstico en la verdadera poesa primitiva. La franqueza y totalidad de aprehensin descripta por Carothers puede verse fcilmente en el cantar tribal. Como ejemplo elijo, por su brevedad, no una cancin africana sino una australiana, sobre la partida del alma de un hombre muerto Espritudearcoiris,filosocomouncuchillo Vuela como una golondrina, un chorlito.13 Lanotablesntesisdeestaspalabrasdeningnmodoesartificiosa.Lavisines verdaderamente potica. Smbolo y realidad son uno para el cantor. stas no son slo palabras, tampoco abstracciones, ni un comentario sobre experiencia; son la experiencia ens.ElPoema,aunqueesunrelatoytienepocasimgenes,sparticipadeesta cualidad esencialmente potica. No podemos hablar de smbolos poticos; la forma de expresinesmselementalqueelcontenido. La participacin y la subjetividad del poeta se perciben en su frecuente uso del tiempo presente o, ms precisamente, en el carcter aspectual ms que temporal del sistema verbal del poema. El tiempo para nosotros es cclico o lineal; coloca las cosas en orden relativo al punto en el que estamos.14 Esta visualizacin de secuencias cronolgicas es desconocida para las sociedades orales (McLuhan, 1969: 72), en las que el tiempo es ms cualitativo que cuantitativo. Esta es una nocin sorprendente para nosotros, aunque tenemos indicios de ello. Por ejemplo, si hablo de este verano en diciembre, puedo estarhaciendoreferenciaalveranopasadooalprximo;esuntrminosubjetivo. Muchas lenguas, como el espaol, usan la misma palabra o cognados para designar la maanayeldademaana,el atardecerylavspera(antiguoespaolvispera).El tiempo del poeta no es lineal. Es ms sensible a cmo un acto es realizado que cundo; se siente presente en un acto que relata, y lo expresa en tiempo presente. Se separa del a veces unitario acto heroico usando tiempo pretrito. Es otra cara de la consciencia simultneaqueMcLuhanllamamtica.Algunosverbosenelpoema,comolosdos verbos ms objetivos decomunicacin, fablary or,tienen lugarengran medida en tiempos pasados, pero su forma presente ocurre en el sentido subjetivo de darse cuenta, comprender15. En su sistema verbal, el Poema realmente reestablece un estadio ms auditivo,primitivoyexperimentalqueloqueexistaenlatn,almenosenellatn escrito. Sus notables correspondencias con el marcado sistema aspectual eslavo, como puede verse en ruso, el predominante uso de las formas imperfectivas (aqu presentes) enlasoracionesnegativas,yeltratamientoespecialdelosverbosdemovimiento (Montgomery, 1967-68: 259-61 y 264-65) atestiguan su autenticidad y sutileza, como lo hacen las claras distinciones entre el sistema narrativo y aquel usado en los discursos de los personajes, que el juglar necesariamente observa a la distancia. Del mismo modo, fablo mio id, nunca fabla; lo que dice un hombre le pertenecey uno no puede identificarsesiunoestcaraacaraconl.Peropodemoscompartirsusalegrasy tristezas: Grant a el gozo mio id (803). Al reconocer al ritual como un escape del tiempo,16 reconocemos su cualidadmtica. Sentimoslanaturalezaritual delPoema, cuyos autores no estaban apresados en el tiempo. Vean su trabajo como experiencia real, no como reflejo imperfecto de experiencia previa (Nichols, 1969; esp. pp. 65 y 77). As tambinla frmula de los cantoresyugoslavos sad da vidi, que Lord traduce comodeberanhabervisto(1960: 22), usaelverbovidjetieneltiempopresente. La Crnica est acertadamente nombrada: chronos es tiempo cuantitativo. Su uso de los tiempos se diferencia en poco del que conocemos hoy. * * * Hasta ahora nos hemos concentrado en la cualidad oral del Poema segn se ve en la forma de expresin. Pero he dicho que representa arte oral en transicin. Esto es ms fcildeverenelcontenidoqueenlaformadelaobra, porquealgunostemasson evidentementemsarcaicosytradicionalesqueotros.Talesnivelesdiversossehan observadoenHomero,yhansidomsevidentesanenelNibelungenlied,consu lmina caballeresca, y en Beowulf, en el que el sermn cristiano est injertado en una grandiosapesadillapaganadedestruccin.ElPoemaesmsarmonioso;celebrael triunfo de la razn, la fe y la virilidad sobre fuerzas adversas. Si contiene elementos no-cristianos,estnsubordinadosalesquematotaldetalmodoquenolequitanvalor. Concomitantemente, excepto por la Odisea, el Cid es el nico poema pico occidental que no es trgico. El hroe enfrenta el mundo conocido en sus propios trminos y tiene xito.Elpoemaesunacelebracinesplndidamentecoherentedelosvalores contemporneos, delasvirtudes cristianasvistasenel Cid,ensushombresy ensu esposa. La presentacin de Doa Ximena es un buen ejemplo de lo que llamara un elemento tardo en el poema. Es tan perfecta, tal depsito de virtudesy de correccin, que su humanidad nos llega a travs del modo en que se expresa, ms que en lo que dicey hace. Es un personaje formalizado. Hay un elemento corts en el tratamiento que recibe del hroe y del poeta: representa un ideal. Ninguna descripcin que hagamos de ella o de sus acciones puede evitar ser un tedioso catlogo de virtudes. Adquiere vida en cierto grado, pero slo a travs de la espontaneidad verbal que hemos estado examinando. No muestra intuicin femenina conocemos la premonicin del Cid del desastre antes de lasbodas, perono lasuya.Encontrasteconfiguras primitivas msprimitivasdela pica espaola, como la Condesa Traidora o Doa Lambra, ella es un personaje plido, pasivo.Las otras mujeres,agresivas ohasta brutales,representanfuerzasobscurasy malignas. No son extradas de la experiencia ordinaria; no representan ningn ideal. Son personajesliterariosaceptables,norechazadosporfantsticoseirrelevantes,porsu validezentantofigurasmticas,encarnacionesdeunacualidadprofunday significativamente humana; como Brunilda y Krimilda en el Nibelungenlied o la diosa Ishtar en Gilgamesh, son agentes de retribucin, irracional y destructiva. Ellas mismas deben ser destruidas. Doa Ximena es completamente civilizada. Las figuras heroicas masculinasenelpoemalosonligeramentemenos,talvez,perosonesencialmente buenas y razonables, representativas del orden y la propiedad racional, en contraste con los Beni-Gmez. Los ltimos carecen de mesura, que es una forma de pensamiento y de discurso. Los infantes son esencialmente irracionales: su venganza est errneamente dirigida al Cid, que no les ha hecho dao. El intento falla porque es llevado a cabo ineptamente e indignamente impotencia combinada con crueldad. Su auto-justificacin luego del acto queerandemasiadobuenosparasusesposas-esirracionalyofensiva.Notienen conocimientodelmal;simplementesonmalos.Nosonverdaderamentemasculinos. Esto es explcito en el poema (3347ss)y enla forma de su crimen. Menciono estos atributos de los infantes slo para establecer un paralelo, que debe ser superficial en este punto,entreellosylasmujeresvillanasdepicasmstempranas.Esimportante preguntar por qu la segunda ordala del Cid tom esa forma por qu sus adversarios incluyerondosyernosindignos.Sugieroquelahistoriadelosinfantes, fundamentalmenteaquelladeunjovenquenopasalapruebadelahombrayes subsecuentemente brutal con una mujer, exista en alguna forma en la tradicin antes de que fuese incorporada en la pica del Cid tanto la prueba como el esposo brutal son motivos folklricos importantes-y que alguien realiz la extraordinariamente exitosa tareadeinsertarlaenlahistoriadelavidadelhroe.Tienemuchoselementos autnticamente primitivos, difiere mucho del resto del poema en carcter, y es una parte muy patentemente ficcional para ser parte de las formas anteriores de la biografa del Cid.Podrahaberseasociadoalcuandosuvida perdicolorenlamemoriaviva. Loselementosmticosyfolclricosenelpoemahansidohbilmentesealados.17 PuedeaadirsemsmencionarsloqueelexiliodelCid,queDunnvecomo mticamentesimblico,comienzaconlanica cabalgatanocturnaenla obra.Nose puede evitar recordar el tema antiguo del viaje hacia la oscuridad externa. Nuevamente, hayunaescenificacinextraadelcrimen:unclarotranquiloconunarroyoclaro, dentro de un siniestro robledal en una colina. Es la nica escena natural tan claramente evocadaporeljuglar.Msimportanteeselfracasodelosinfantesenpasarla indispensableiniciacinenlahombra,elepisodiodellen.Unodelosgrandes atractivos del Cid como hroe pico es nuestra habilidad para sentir identidad con l aunque sea al mismo tiempo remoto. Un gran mito tendr significancia personal para todos.Si,sinnegarlosnivelesrealistasdelapica,labiografapoticadelCidse tomaracomounaparboladelavidadelhombredecadahombre odela especie humana- podramos ver a los irracionales y detestables infantes como smbolos del lado oscuro de su naturaleza. Entonces sabramos por qu son tan miserables, y sentiramos eltriunfofinaldelaraznylavirtudcomopropio. La razn, el instrumento del hombre civilizado, est asociada con una forma primitiva de expresin. El poema celebra una estructura abstracta en una forma anticuada, y entre ellas se complementan.Hemos observado que un poeta verdaderamente primitivo no distinguepensamientodeaccin,yqueellenguajedenuestrojuglarpreservaesta unidadenelplanoexpresivo.Perohaceladistincinconceptualexplcitaenun momento de gran sentimiento: lengua sin manos. El poema reconoce las manos y la lengua como instrumentos de redencin: el hroe supera su exilio mediante el uso de unas, y sus adversarios personales por el de otra, mientras l y sus hombres, con gran habilidad retrica, establecen la medida de la culpa y la naturaleza del castigo en las cortes.Laretricaseencuentraentrelapoesaylalgicaeneldesarrollodel pensamientoracional.18Lasdosgrandesdivisionesdelcantartratansobrelasdos grandesarmasdelhombre,perosiempreconlaconscienciadequepensamientoy accindebenestarenarmona.Loscronistasparecenhaberperdidoestaprofunda intuicin. Hesealadovariosnivelesdesignificadoenelpoema,yotrosinvestigadoreshan escrito sobre otros. Mi tesis requiere que tambin existan varios niveles de expresin. Implica adems que estos sern difciles de demostrar. En el Roland, por ejemplo, sera ms fcil. Cuando los paganos hablan de douce France, presenciamos un descuido en la integridad del punto de vista y una aplicacin mecnica de una frmula que traiciona la manodelescritorcomolohacenlosintentosno totalmenteexitosos de lograruna comprensin conceptual de las motivaciones de Ganelon y Roland. Homero, tambin, ocasionalmenteaplicadescuidadamenteunafrmula,comocuandohabladelcielo estrellado durante el da.19 En el Poema el revestimiento escrito est menos marcado, pero an podemos indicar errores atribuibles a l. Alguna dificultad se experiment al darlealpoemaunfinalacorde,yseemplearonmediosbastantemecnicospara lograrlo. Despus de las cortes se pide al Cid que monte a Bavieca; la conversacin que sigue (3508-21) carece de distincin pica. Las batallas individuales finales comportan menosconviccinquelasprevias,algunosdelosclichspicoscomoabraanlos escudosdelantloscoraones(3615),ylaslneasquesiguen,sonmsacordesa grandes enfrentamientos que a duelos. A medida que el poema comienza a imitarse a s mismo,pierdelainmediatezqueencontrbamostanadmirable.Losltimosversos sobre la muerte del Cid pueden haber sido agregados por cualquier copista, y los diez o veinte precedentes tienen tambin una cualidad superficial que puede reflejar fatiga del juglar o del escritor. La oracin de Ximena tiene necesariamente un molde libresco; en ellaellenguajepicoestmanejadoconhabilidadperoforzadoenunmolde inapropiado. Otros elementos se tejen en el poema: los nmeros son importantes, y las espadas del Cid tienen algo maravilloso, pero dar su precio en marcos excita slo un tipo prosaico de maravilla. Los numerosos detalles en torno a las bodas nos recuerdan a las idas y venidas que ocurren en la crnica despus del rescate de las hijas del Cid: son coloridoseinteresantesperolatensindelainmediateznosiempresemantieneal narrarlos. Observando la seccin de la crnica a la que recin nos referimos (pp. 609ss), puede unovercmo un poeta puede perderseenlasnuevasinvenciones cuando sus objetivos se acercan a los del narrador. Afortunadamente el poema nunca erra de esta forma.Sucarcterexperienciallodotadeunaintegridaddevisinquehoy identificamoscomonovelstico,porquelosmodosvariosenqueelnovelistapuede introducirse en su obra, haciendo que su presencia se sienta, estn siendo explorados todavahoyylasfallas en elmanejodesutilezasdepunto devistadan cuenta de muchasnovelasdefectuosas. Por otro lado, los pasajes influenciados por el alfabetismo no siempre son inferiores en el poema. LabatalladeAlcoceresnarradaenformaconvencional,ylosrazonados argumentos de las cortes, organizados en grupos de tres, parecen tener auto-consciencia literaria.Sinembargo,sonpoderososenloquerespectaalclmax. Elpoemaconoceelmundodelaescritura,peroengeneraldesdeunadistancia respetuosa.ElobispodeJ ernimobienentendidoesdeletras(1289-90);esuna excepcinenelmundopico.Losinvestigadoreshanhalladomuchaevidenciade intervencin literaria en la obra. El mero hecho de que haya sido puesta por escrito la coloca en el punto en que las culturas oral y escrita se encuentran. Pero su historicidad, suadmirableconceptodelhroe,suvisindelordensocial,surepresentacinde personajes, su sabidura y gusto ninguna de estas abstracciones de contenido da cuenta desugrandezapeculiar.Esladirectaaprehensinpicadelaexperiencialoque producenoslolosatributosrecinmencionadossinosuverdaderahumanidad,su sentido de lo nico. Para apreciar esto, podemos observar la crnica y ver cmo estas cualidades son debilitadas por una uniformidad de criterio impuesta, un punto de vista intermedio. Una gran obra de arte no es simplemente (o an fundamentalmente) un vehculo de ideas o sentimientos morales. Es, ante todo, un objeto que modifica nuestra consciencia y nuestra sensibilidad.20 El Poema logra esto con cada lector. Pero puede hacer ms, porqueesquizslamsdistinguidaobraoraldecualquierextensinenlenguaje occidental. Como tal, puede ser instructiva para todos los investigadores dedicados a la pica,porquegranpartedelaAltaCrticadelospoemashomricos,Beowulf,y Roland sufre del serio defecto de que sus estndares pertenecen a un pblico lector, no auditivo,ydeque notieneencuentala composicinoral.(Bowra, 1952:299).Si pudiramosensearleanuestrosodosaescuchar,podramostenerenormes recompensas. El sueo de Nietzsche de que una nueva alma cante, no hable21, puede sermenosextravagante deloqueimaginamos. Amedidaquelasnuevasformas de comunicacin continen complementando a la palabra escrita, la pica tendr ms para decirnos. Cuando la conozcamos ms, nos conoceremos ms a nosotros mismos. Estas son las nuevas de mio id el Campeador. Tulane University Traduccin: Constanza Cordoni Revisin:LeonardoFunes D. G. PATTISON De la leyenda a la crnica: el tratamiento del material pico en la historiografa alfons (Conclusin) El trmino pica ha aflorado bastante en los captulos precedentes, y parece apropiado comenzar esta conclusin con una breve discusin sobre la antigua pica hispnica en general.Notodaslasfuenteslegendariasreferidasenestetrabajopuedenser consideradas propiamente picas. Si la extensin es un criterio de la naturaleza pica, es difcil ver las historias de la Condesa traidora o del Infante Garca como estrictamente picas22; lo que es ms, la presencia de un fuerte elemento eclesistico en estas y otras historias (por ejemplo, Fernn Gonzlez y Mocedades de Rodrigo) debe hacer vacilar antes de aceptar la opinin tradicional de un gnero histrico seglary esencialmente popular.Porsupuesto,nadadeestoesnuevo23;niesactualmenteenalgnpunto revolucionario sealar la presencia de elementos eruditos algunos clericales, como la oracin de J imena y el Obispo J ernimo, otros tal vez menos como el fuerte nfasis en la palabra escrita ylo legal en el Poema de mio Cid24. Es ciertamente posible que debamosmuchosdetalesrasgoseruditosareelaboracionesclericalesdematerial originalmente popular; ese es en forma demostrable el caso de las historias de Fernn GonzlezylasMocedades,dondehansobrevividotextostardosyobviamente clericales. EsmenosclaroqueelPoema demioCid,consu alto nivelartstico, no menorensuestructuratemtica,ysuconsiderableinventivaenelplanonarrativo, puedaconalgngrado de probabilidadrelacionarseconunaversintemprana,ms histrica y menos novelesca. No debe olvidarse que muchas leyendas consideradas son fundamentalmente no histricas Bernardo del Carpio o compuestas de una pltora tal de motivos narrativos tradicionales y folklricos Infantes de Lara, Fernn Gonzlez, Condesa traidora25 como para hacer altamente probable que estemos tratando con una forma literaria,aunquetalvez algunaconelementospopularescuya relacin conla historiaesavecesmscerradaqueenotrasperolacualnuncaesorgnicamente histrica. Sipodemosconfiarenlos tempranos cronistaspara obteneralgunaidea del tipo de historias contadas por los juglares en sus cantares, la visin que emerge, segn podra sugerirse, es la de poemas que, mientras se situaban ms o menos firmemente en lo que para el tardo siglo XIII se convirti en una edad heroica pasada, contaban historias a la vezfamiliares,piadosasyejemplares. Ellasfueronfamiliaresenparteporquesusprotagonistastendieronaserfiguras histricas reales, y a causa de la mtica cualidad que acompa una narrativa basada en motivos bsicos de la conducta ylas relacioneshumanas: el tirnico seory el leal, aunquetemporalmenterebelde,vasallo;elexiliadooelbastardo;lasacciones traicioneras que necesitan servengadas o expiadas; el esposo equivocado yla mujer adltera. Taleshistoriasfueronpiadosasensusconstantesreferenciasalasfundaciones religiosas, los votos, la divina providencia y la segura certeza de que la virtud triunfa y el vicio es castigado. Mucho de esto es ciertamente parte de la religiosidad general de la cultura medieval, pero el primer elemento citado la prominencia dada a lasiglesias particulares,catedralesymonasterios,susfundacionesyalgnpersonajefamoso enterradoenellasseasumecomounamarcaespecficamenteeclesisticamsque generalmentereligiosa.Haytambinunnmerodeocurrenciasmilagrosas:la intervencin divina en ms de una de las batallas de Fernn Gonzlez, el milagro de Casacajares al comienzo de la Condesa traidora, y extraas visiones que aparecen a los reyes y hroes a su muerte o antes de alguna gran empresa; todas ellas agregan una nota innegablementepiadosa,pornodecirhagiogrfica,amuchasdeestashistorias. Su naturaleza ejemplar deriva en mucho de lo que hasido dicho enlos dos ltimos prrafos,ypuedeservistomsparticularmenteenunrasgoquenocarecede importancia. Me refiero al aspecto legal, ms prominente en la historia del Cid, tanto en su relacin de vasallaje con Alfonso como en su reaccin al deshonor que le causaron losinfantesdeCarrin;estetambinesvisibleenlaculminacindelahistoriade Fernn Gonzlezy tal vez en la bastante explcita insistencia en la reparacin de los agraviosenelfinaldelashistoriasdelosInfantesdeLara,laCondesatraidora,el Infante Garca y Sancho II siendo este ltimo caso tambin marcado por la ficticia pero altamentelegalistaimposicindelaJ uradeSantaGadea26. Encuantoa lamstardanarracin deestasleyendas,heargumentadoenel ltimo captulocontralavisinneotradicionalistadeunaserieprogresivaderefundiciones poticas elevndose a versiones ms desarrolladas en las crnicas posteriores, y en la ltimapartede estaconclusinhe agregadoalgunos delos motivosquesegncreo constituyen una explicacin alternativa de esas tardas versiones cronsticas. No quiero repetiraqu losargumentos del captulo 7concernientesalcasomsfrecuentemente discutidodesupuestarefundicinpotica,queeslahistoriadelCid;estodebeser adaptado para referir a un captulo anterior, sobre los Infantes de Lara, para subrayar puntos sealados all. Ese esel nico caso, enmi opinin, donde hay un argumento fuerte para la existencia de una versin potica tarda de la historia adems del cantar original.LaCr1344ylaVersinInterpoladadelaVulgatacuentan,endiferentes formas,unahistoriaconteniendosustancialmentenuevoselementosnarrativos, difiriendo de la versin prosificada en otras crnicas, y adems una prosa con fuertes rastrosdeasonancia.Lapresenciadeamboscriterios,innovacinnarrativayprosa asonantada,parecenencaminarlapostulacindeunarefundicin,unaversinms desarrollada del poema original, del todo ms realista. Este es, sin embargo, un caso aislado; y, como he argumentado en otra parte, las indudables cualidades literarias de la versin revisada permiten sospechar un autor menos ingenuo y tal vez ms tardo del queesavecessupuesto27. Cmo pueden explicarse entonces las diferencias entre sucesivas versiones cronsticas, si no es por su dependencia de sucesivas refundiciones poticas? Es posible distinguir dostiposbsicosdediferencia,laestructuralylaestilstica. Laprimeracategoraincluyecasosdondelaarmonizacindefuenteshatrado problemas a los compiladores de las crnicas, quienes han tratado tales problemas en un nmero de formas, algunas de las cuales tienen ms o menos drsticas consecuencias estructurales para las historiaslegendarias en cuestin. Dosejemplos de esto son:la manera en la cual los compiladores de la PCG, versin regia, interpolaron los detalles mssensacionalesdelfinaldelahistoriadelaCondesatraidoradentrodesus narraciones, siendo visible la versin temprana en la Crnica najerense y en la CVR as como en la PCG, versin vulgar, y en la Vulgata; y la historia de la particin del reino deFernandoI,tratadadeunamaneraenlaPCG,laCrCylaOcampiana(lacual muestra signos de conocimiento de la tradicin pica pero no la usa) y de otra por la CVR, que da completos detalles de la versin popular mientras explcitamente duda de suveracidad28. Todavaenelnivelestructural,puedetambinnotarseunatendenciageneraldelas crnicas posteriores a dejar fuera muchas de las marcas de referencialidad cruzada y de compilacin acerca de fuentes. As, la narracin de Bernardo del Carpio en la PCG, con todas sus dificultades cronolgicas,intenta unir lgicamentelos elementos de lo que bienpuedenserhistoriasdispares:lospasajescorrespondientesenlaCrnica Fragmentaria y en la Vulgata son las versiones ms desarrolladas de esta tendencia. La Cr1344, sin embargo, y an ms la RefTol que deriva de sta, producen una narracin mucho ms coherente y simplificada en la cual slo son hechos esfuerzos rudimentarios para mostrar el proceso de trabajo historiogrfico. Un ejemplo similar lo constituye la historiadeFernnGonzlezenlaCr1344,dondeseabandonaelcuidadoso entrelazamiento del material provisto por las crnicas latinas y la materia dependiente delalegendariavidadelhroeafavordeunsimpleprocesodeyuxtaposicin29. Delo quehellamadoinnovacinestilstica,haynumerososejemplosenelcaptulo precedente. Aqu tratar solamente de enhebrar algunos de los hilos ms consistentes. Engenerallos cronistas explican en detalle tanto las motivaciones delos personajes comosecuenciasenterasdeeventosqueenlanarracinpoticaoriginalsonmenos explcitos.Puedeconsiderarse,porejemplo,lacomplejanarracindeunincidente menorqueenvuelveaFernnGonzlezyalReydeNavarra,dondeelardides explicadoendetalleenlaPCG,versinregia,enoposicinalamslacnica narracin de la versin vulgar; o la instancia similar en la historia de los Infantes de Lara, donde la revisin presenta mucho ms de la partida de Mudarra de la corte de Almanzor. Hay muchas instancias del mismo criterio de innovaciones en la historia del Cid, tanto en la PCG como tambin en las ms complejas narraciones de la CrC y la Cr1344: las circunstancias que circundan la Afrenta de Corpes proveen tal vez el mejor ejemplo de esto, y han sido discutidas por m en un artculo de 197730; otros ejemplos son la historia del escape del len del Cid31 y, quizs, el complejo ardid por el cual el montajedelcuerpodelhroemuertoayudaenlaltimabatalladeValencia. En un nivel menos fundamental, puede notarse la tendencia de los cronistas a incluir personajes adicionales. Esto es particularmente notable en la historia del Cid32, pero tambinpuedeverseenlaversionestardasdelahistoriadeFernnGonzlez,en especial en la que se encuentra en la Cr1344. Una tendencia general a la expansin de naturaleza puramente retrica se observa, por ejemplo, en varios aspectos de la historia de Sancho II en la CrC o en la del Cid, especialmente en la escena de las cortes en la Cr1344. Este ltimo rasgo resulta en una predileccingeneral por las accionesylos dilogos sensacionales encontrados de manera creciente en el siglo XIV y las crnicas tardas:muchoselementosdelsitiodeZamoraysusconsecuenciastienenun tratamiento ms completo en la CrC, la sangrienta venganza del final de la historia del Infante Garca presenta su ms cabal extensin en la Cr1344 y la escena de las cortes que corresponde al clmax del Poema de mio Cid es, en la PCG, la CrC y la Cr1344, descriptacondetallesviolentosqueseincrementan33. Finalmente, una nota moralizante indudablemente se vuelve prominente. El caso ms clarodeestoeslaidiosincrticaVersinInterpoladaensutratamientodealgunos aspectosdelahistoriadelosInfantesdeLaraylaCondesatraidora34,perootras crnicas no carecen de ello; la CrC y la Cr1344 agregan datos piadosos a la historia del Cid. Ligado con esto, y de una importancia tan grande como para subrayarlo, se da un incremento en lo que puede ser llamado ejemplaridad histrica. La historia de Fernn Gonzlez debe finalizar no con la nota baja de la derrota por los moros sino, en la PCG, versin regia, con la nota alta de una venganza inventada; el matricidio del Conde Sancho debe estar sujeto al arrepentimiento de nuevo, slo en la PCG entre tempranas versionesylaocasinparala piadosafundacindelmonasteriodeOa35;y, ms notablemente, el Cid, ya una figura heroica ejemplar de gran estatura en el Poema de mio Cid, se convierte casi en un pretendido santo tanto en pequeos hechos el pago de los judos en la PCG y, con incluso ms detalles piadosos, en la CrC (v. Smith 1965) comoenelfuerteolordesantidadquerodeasusltimosdas,sumuerteylos milagrosossucesosquelasiguen. Estas, entonces, son algunas de las formas en las cuales los cronistas reescribieron las historias. Espero que los ejemplos dados en estas pginas, junto con el mucho ms largo nmero de instancias examinadas a lo largo del libro, hayan cumplido el camino para sustanciar las pretensiones de la Introduccin: si el respeto por la exactitud histrica fue largamente perdido en la evolucin de los textos cronsticos en los siglos XIV y XV, existealgunacompensacinparanosotrosenesteproceso.Estoprocededel conocimientoprofundoquelacontemplacindeestostextosnoscomunicadela imposicin de nuevos valores artsticos que muestran la va que promueve hacia algo que se aproxima a la ficcin en prosa. Tal vez uno deba no adoptar con tanto rigor un grupo de criterios histricos cuando sejuzgaeltrabajo deaquellos que, despus de todo, emplearon materiales largamente ficcionales en primer lugar. Traduccin: Carina Zubillaga Revisin: Leonardo Funes SAMUELARMISTEADDe la pica a la crnica: una apreciacin individualista La compleja relacin de la pica medieval castellana con la historiografa alfons y post alfonsesfundamentalparaelestudiodeambosgnerosyestambinlaprincipal materiadedesavenenciadelacontinuapolmicaentreneo-individualistasyneo-tradicionalistas36ElnuevolibrodeD.GPattison(FromLegendtoChronicle:The treatmentofEpicMaterialinAlphonsineHistoriography[MediumAevum Monographs,NewSeries,XIII],Oxford:TheSocietyforMediaevalLanguagesand Literature, 1983, xi +163 pp.) nos ofrece una til y erudita apreciacin de este difcil problema. Antes decomenzaraponer de relievemis desacuerdos sobrela cuestin, deseoigualmenteexpresarmiadmiracinporlaobradeerudicincontenidaenla monografadeP. Citando a Ramn Menndez Pidal, Diego Cataln y Louis Chalon como sus principales antecesores, P. parte de una triple propuesta: En primer lugar,... creo que un estudio que haba comenzado en un lugar diferente, en este caso el de las crnicas en s mismas, me ha llevado a concluir tambin acerca de la poesapica....Esperoquepuedaemergerunasntesiscoherentedelnacimientoy desarrollo de la pica ms importante y el material legendario de la Espaa medieval temprana.... En segundo lugar, este trabajo me ha encaminado hacia una modesta visin general de la naturaleza y relacin de diferentes familias de crnicas ..En tercer lugar, heintentadomostrarcmosedesarrollaronyevolucionaronlascrnicas....El tratamientodelmateriallegendarioenlahistoriografamedievalnosofreceuna fascinante mirada de cmo se desarroll el arte compositivo de las crnicas ...y condujo eventualmenteaalgoascomounamiradaficcionalonovelescadelproceso historiogrfico... Conestospropsitos,analizaluegoP.lo quelostradicionalistasllamaranpoemas picos mayores prosificados, pero que P. prefiere designar como leyendas: Bernardo delCarpio,FernnGonzlez,InfantesdeLara, Condesatraidora, InfantdonGarca, Mocedades de Rodrigo, Muerte del rey don Fernando, Cerco de Zamora, J ura de Santa Gadeay Cantar de Mio Cid37. El detallado anlisis comparativo de P. nos conduce, paso a paso en la cronologa, a travs de un complejo y rico repertorio de historias pre-alfonses, alfonses y post- alfonses: Lucas de Tuy, el Toledano, las Versiones Vulgar, Regia,Fragmentaria,Vulgata(Ocampiana)yformasdelaPrimeraCrnicaGeneral (Estoria de Espaa), la perdida Manuelina (representada en la Abreviada de Don J uan Manuel), la Crnica de Veinte Reyes, la Traduccin Gallego Portuguesa, la Crnica de losReyesdeCastilla,laCrnicaGeneralde1344,laVulgatauOcampiana(cuarta parte),laVersinInterpolada delaVulgata(lainterpolacindelallamadaTercera Crnica General por R .M. Pidal) y la Refundicin Toledana de la Crnica de 1344. Los estudiosdeP.acercadecadatemapicosondeunvalorinestimable.Unadesus principalesvirtudes esdarnos,enmuchoscasos,unaideaprecisadelas tcnicas de seleccin,fusin,adaptacinynovelizacinqueinformanlaabsorcindelmaterial pico en la historiografa. Por supuesto, Don Ramn ya estaba bien enterado de estas complejidades,perorecientesestudios,neo-individualistasydeotrotipo,han demostrado un renovado inters en el refinamiento de nuestras percepciones de lo que exactamentesucedeenesteintrincadoprocesoevolutivo.38Estosinnovadores acercamientosestnmotivados,enalgunoscasos(almenosenparte),comouna respuestaneo-tradicionalistaalasdudasplanteadasporlacrticaneo-individualista concerniente al carcter pico de parte (o posiblemente de todo) el material interpolado. En otros casos, los crticos neo-individualistas han reafirmado sus advertencias y han intentadodisminuiranmsensusestudioselcontenidopicoputativodela historiografa medieval hispnica. Como veremos, el libro de P. pertenece a este ltimo grupo. [...] LeyendoelcomentariodeP.sobrelostemaspicosindividuales,seguidoporsus conclusiones, uno choca con una extraa dicotoma. Cuando est tratando relatos picos especficos,P.parecetenermenosproblemasengarantizarstatuspicoalmaterial escrutadoqueenelmomentodeconcluirsuexposicinterica.Porsupuesto,este acercamientoaparentasermuycauteloso,muyperspicaz,...muyescptico...y esencialmente individualista. Pero, por esto mismo, al leer los primeros siete captulos unotienelaimpresindequelascaractersticaspicas,yconsecuentemente,la naturalezatradicionalyvariabledelasnarraciones(vivirenvariantes),hasido reconocidayasimilada.Eltradicionalistaquedagratamentesorprendido.Las referencias a fuentes picas realmente abundan: ...Estclaroqueestasfuentes(BernardodelCarpio)incluyencantaresde gesta...(11)...(PFG)... su posible origen es un cantar de gesta (23)... (Infantes de Lara) deriva enteramente de material potico (44)...M. Pidal estaba realmente en lo cierto al reconocer la mayora de estos detalles (en Infant Garca) como de origen potico (71-71). ...(Mocedades) deriva seguramente de un poema pico perdido....(La narracin de la CVR de La muerte del rey Fernando) est basada en fuentes populares (96)... (En el CercodeZamora)lascrnicasmuestran,nuevamente,recursosdefuentepopular (101)...(Las series asonantadas de la J ura de Sta. Gadea) podran representar elementos derivados de un Cantar... El reputado casamiento de Alfonso con una princesa mora est posiblementebasadoenelCantardelaMoraZaida(129)...MenndezPidalparece haberidomuchomsallalreclamarlajustificacindelaexistenciadeuncantar refundido (en las ltimas etapas de la PCG y el PMC) (129). A lo largo de la exposicin de P., nos encontramos con numerosas referencias a fuentes picas, aunque muchas estn en gran medida veladas por una especie de terminologa idiosincrtica. Hasta llegar a su conclusin, tendramos razn en pensar que aqu nos encontramosfrenteaunacercamientoeclcticoquenospodraconducirhacia conclusionesbalanceadasentremodificacionescronsticas(enmuchoscasos perceptivamente identificadas y caracterizadas por P.) y la naturaleza tradicional y oral delmaterialpicosujetoatransformacinhistoriogrfica.Peronosucedeas.Las conclusiones de P. cambian su punto de vista y constituyen, en mi opinin, una de las posicionesmsextremasdelaescuelaindividualista. Por supuesto, la terminologa utilizada por P. debi prepararnos para este desenlace. El mismo ttulo del libro, De la leyenda a la crnica, da el tono. El trmino pico en s mismo es poco usado, dando preferencia a locuciones (eufemismos?) como material legendario,leyenda,poesapopular.Claramente,lasautoridadesenmateria cronstica citadas por P. no compartan esta terminologa individualista, tal como puede verse enelfrecuente (perotalvezconveniente) hbitodellamaralaespada porsu nombre: Et dicen algunos en sus cantares... [Bernardo del Carpio: PCG] (17). Los omnes dizen en sus cantares...[Bernardo: Ocampiana] (19n15). Et algunos dizen en sus romances et en sus cantares...[Bernardo: PCG] (22n19). Avn llamanle en los cantares...[Mocedades: CVR].Algunosdizenensuscantares...[MuertedelreyFernando:CVR](96). Fallamos... en elCantar que dizen del rey don Ferrando que en Castiel de Cabeon, yaziendodoliente,partilosRegnos...[CVR](96).Etdizenenloscantaresdelas gestas...[Cerco de Zamora: PCG] (101n20). Mas comoquier que en el Cantar del rey Don sancho diga...[Cerco: CVR] (110). Los trminos expandir (53), expansin estilstica (105) y desviacin progresiva (125), nos proveen tambin de alternativas convenientes, auncuando en dos ltimos casos (Sta. Gadea y versos iniciales del PMC) P. reconoce la presencia de asonancias. En el comienzo de su Conclusin, como disculpndose de haber mencionado algn tab anatemizado, P. confiesa: la palabra 'pica' ha aparecido mucho en los captulos precedentes. Pero cuando finalmente debe concluir, P. dice que, de todos los textos que ha estudiado, slo Infantes de Lara en la versin de la Crnica de 1344 y la interpolada TCG, pueden ser tal vez consideradas como refundicin de un cantar temprano. En mi opinin,esteeselnicocasodondehayunafuerteargumentacinafavordela existencia de una posterior versin potica a la historia del cantar original (145). Pero anaquveP.estaevidenciacomoambivalente:Estees...uncasoaislado...ylas indudablescualidadesliterariasdelaversinrevisadapermitensospecharunautor menos ingenuo -y tal vez ms tardo- de lo que se supone habitualmente (145). Pero no saltemos a las conclusiones. P. est dispuesto a aceptar la existencia de refundiciones, siempre sosteniendo, por supuesto, que poseen un origen monstico: Si pudiese parecer inconsistente el hecho de que est dispuesto a aceptar la nocin de las refundiciones en este caso (la cidiana Historia de Cardea), ya que he rechazado esas hiptesis en el caso de tratarse de textos picos...debe decirse que la diferencia esencial parece fundarse en los autores: despus de todo, el supuesto Cantar de Fernn Gonzlez fue indudablemente refundido en el Poema clerical que conocemos, y no hay razn para suponer que los monjes de Cardea hayan sido menos determinados o menos capaces de utilizar la escritura para servir sus intereses que sus hermanos de Arlanza...(141) Los monjes parecen, pues, muy libres de revisar a su gusto textos basados en la pica, mientras que se nos pide creer que los juglares, cuya existencia en Espaa puede ser documentadadesdemediadosdelsigloXIhastamediadosdelsigloXVcomo mnimo39 -cantores de poesa oral, de cantares (no "el Cantar", como dice P.)- recitaron textos fijos y sin corregir, o que, si rea