Waltharius y Within Piscator en El Panorama de La Épica Latina Medieval

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Waltharius y Within Piscator en el Panorama de la Épica Latina Medieval La producción épica de la literatura latina medieval es sumamente amplia y compleja. Amplia, porque, a partir de la consolidación del cristianismo y de su nuevo modelo heroico, de características disímiles a las vigentes en la épica clásica (desde Homero en adelante), el género se diversifica en obras a veces muy distintas a las conocidas en la tradición grecolatina. Compleja, porque no solo el cristianismo aporta su sello peculiar, sino también los pueblos bárbaros, con sus mitos, historias e idiosincrasias. Estas características, de una u otra forma, alterarán y vivificarán las conocidas de la literatura clásica antigua, que sigue actuando como soporte estructural y significativo de las nuevas producciones, debido a que, por lo menos desde Constantino, quienes reemplazan en el poder a los anteriores gobernantes romanos se habían formado en la escuela pagana. 1 En la épica medieval –y en los restantes géneros de este período– quedará registrada la fusión de las tres vertientes culturales: la tradición cristiana y la tradición de los pueblos bárbaros, particularmente germana,2 y la tradición clásica grecolatina, en especial, la latina, pues el griego y la literatura griega son bastante desconocidos en Occidente, debido a la decisión de la Iglesia, durante el siglo IV, de abandonar el griego y adoptar el latín en la liturgia y como lengua oficial. El cristianismo provoca la primera y significativa transformación del género épico. Si como afirma Ph. Hardie: “la historia de la tradición épica es la historia de la revaluación del héroe”,3 el nuevo paradigma, Cristo, posee peculiaridades desconocidas hasta entonces. Hace mucho tiempo, E. Auerbach hizo notar que, no obstante fuera hijo de mortal y divinidad (punto crucial de continuidad con el modelo heroico mediterráneo), sin embargo, Jesús no pertenecía a un linaje aristocrático, como los héroes griegos o los troyanos o los romanos. Su ocupación, carpintero (y pescador, de almas), propia de la clase baja, es extraña al mundo de la épica.4 En cuanto a su ejército, está constituido por una legión donde se contabilizan no solo hombres (componente normal y central del género, a partir de Homero y en la Eneida, paradigma épico del mundo latino)5, sino también niños y mujeres (una revolución para el género), procedentes, todos ellos, de las distintas clases sociales y sin instrucción militar, pero con una fuerza (virtus) espiritual tan sólida, como jamás se había visto, sostenida, además, tan solo por una fe ciega.6 Dos obras de Prudencio muestran los cambios acaecidos. Los mártires que cantó en su Peristephanon confirman las características señaladas: en dos de los catorce himnos de la colección sendas mujeres ocupan el papel protagónico, excluyente de las respectivas narraciones: el 3, en honor de Eulalia de Mérida, una pequeña de apenas once años, y el 14, dedicado a Inés de Roma. En los restantes, a pesar de que no sean las figuras centrales, las mujeres tienen una participación heroica a la par de los hombres y, a veces, superior a la de los hombres, como en el himno 10, extensa narración sobre el martirio de Román de Antioquía (con otros martirios incluidos). Por otro lado, en su Psychomachia se libra una batalla alegórica, entablada entre vicios y virtudes, por la posesión del alma. Si este combate había sido adelantado por Lucrecio, como parte de un programa de vida para lograr la ataraxía o imperturbabilidad espiritual –sobre

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Waltharius, Within Piscator

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Waltharius y Within Piscator en el Panorama de la pica Latina Medieval

Waltharius y Within Piscator en el Panorama de la pica Latina Medieval La produccin pica de la literatura latina medieval es sumamente amplia y compleja.

Amplia, porque, a partir de la consolidacin del cristianismo y de su nuevo modelo heroico, de caractersticas dismiles a las vigentes en la pica clsica (desde Homero en adelante), el gnero se diversifica en obras a veces muy distintas a las conocidas en la tradicin grecolatina. Compleja, porque no solo el cristianismo aporta su sello peculiar, sino tambin los pueblos brbaros, con sus mitos, historias e idiosincrasias. Estas caractersticas, de una u otra forma, alterarn y vivificarn las conocidas de la literatura clsica antigua, que sigue actuando como soporte estructural y significativo de las nuevas producciones, debido a que, por lo menos desde Constantino, quienes reemplazan en el poder a los anteriores gobernantes romanos se haban formado en la escuela pagana.

1 En la pica medieval y en los restantes gneros de este perodo quedar registrada la fusin de las tres vertientes culturales: la tradicin cristiana y la tradicin de los pueblos brbaros, particularmente germana,2 y la tradicin clsica grecolatina, en especial, la latina, pues el griego y la literatura griega son bastante desconocidos en Occidente, debido a la decisin de la Iglesia, durante el siglo IV, de abandonar el griego y

adoptar el latn en la liturgia y como lengua oficial. El cristianismo provoca la primera y significativa transformacin del gnero pico.

Si como afirma Ph. Hardie: la historia de la tradicin pica es la historia de la revaluacin del hroe,3 el nuevo paradigma, Cristo, posee peculiaridades desconocidas hasta entonces. Hace mucho tiempo, E. Auerbach hizo notar que, no obstante fuera hijo de mortal y divinidad (punto crucial de continuidad con el modelo heroico mediterrneo), sin embargo, Jess no perteneca a un linaje aristocrtico, como los hroes griegos o los troyanos o los romanos. Su ocupacin, carpintero (y pescador, de almas), propia de la clase baja, es extraa al mundo de la pica.4 En cuanto a su ejrcito, est constituido por una legin donde se contabilizan no solo hombres (componente normal y central del gnero, a partir de Homero y en la Eneida, paradigma pico del mundo latino)5, sino tambin nios y mujeres (una revolucin para el gnero), procedentes, todos ellos, de las distintas clases sociales y sin instruccin militar, pero con una fuerza (virtus) espiritual tan slida, como jams se haba visto, sostenida, adems, tan solo por una fe ciega.6

Dos obras de Prudencio muestran los cambios acaecidos. Los mrtires que cant en su Peristephanon confirman las caractersticas sealadas: en dos de los catorce himnos de la coleccin sendas mujeres ocupan el papel protagnico, excluyente de las respectivas narraciones: el 3, en honor de Eulalia de Mrida, una pequea de apenas once aos, y el 14, dedicado a Ins de Roma. En los restantes, a pesar de que no sean las figuras centrales, las mujeres tienen una participacin heroica a la par de los hombres y, a veces, superior a la de los hombres, como en el himno 10, extensa narracin sobre el martirio de Romn de Antioqua (con otros martirios incluidos). Por otro lado, en su Psychomachia se libra una batalla alegrica, entablada entre vicios y virtudes, por la posesin del alma. Si este combate haba sido adelantado por Lucrecio, como parte de un programa de vida para lograr la ataraxa o imperturbabilidad espiritual sobre todo en los proemios de los libros quinto y sexto de su De rerum natura (Sobre la Naturaleza), es en la Psychomachia donde Prudencio produce la alegorizacin en gran escala.

Paralelamente, las vidas de santos o hagiografas invaden el espacio que ocupaban los relatos de hroes romanos de la historia antigua, hasta desplazarlos por completo. La mayor parte de las hagiografas estn compuestas en hexmetros dactlicos, el metro connatural a la pica, segn la afirmacin de Aristteles en su Potica (1459b.32). Las hazaas blicas que los poetas romanos haban narrado sobre aquellos personajes heroicos, smbolos de la Repblica, son sustituidos por una nueva forma de lucha, la moral y la espiritual, contra las tentaciones del mundo y contra los apetitos personales. Los tres grandes apologistas, Tertuliano (en su Apologtico), Minucio Flix (en su Octavio) y Lactancio (en sus Instituciones Divinas) comienzan y terminan por desmontar las virtudes de los hroes romanos (Mucio Escvola, Rgulo, Aquilio), de filsofos griegos (Anaxarco, Empdocles) y otros personajes heroicos de la Antigedad (Dido), mencionados en distintos pasajes de sus obras, donde arremetan contra los ejemplos del herosmo pagano.

Advirtieron, sin duda, que el pueblo romano de su tiempo los perciba como paradigmas de coraje extraordinario. Solo faltaba, entonces, transferir esas caractersticas, acrecentadas y con intenso tinte moral, a los nuevos hroes del cristianismo, aquellos que contaban con algn renombre en su comunidad: los santos y los mrtires; estos ltimos proveern la materia a un gnero pico de larga y enorme difusin: las pasiones (passiones), cuyo modelo original es la pasin de Cristo, cuya fuente histrica son las Actas de los Mrtires, y cuya concrecin ms tangible es la coleccin de himnos llamada Peristephanon de Prudencio, sobre los mrtires cristianos, escrito un siglo despus de que haban cesado las persecuciones y cuando los cristianos eran funcionarios del gobierno imperial.7 Si bien las epopeyas de la tradicin grecolatina proporcionan todos los elementos de la nueva pica: invocacin a la divinidad, viaje, botn, hroe paradigmtico, esfuerzo heroico, penurias, solo a la Eneida se debe el desarrollo de un gnero de enorme difusin en la Edad Media: el viaje del alma al ms all por parajes inhspitos y nunca antes vistos.

El canto sexto, creacin original de Virgilio, donde narra el descenso a los infiernos y describe una geografa infernal indita, ser remozado, amplificado y constantemente reutilizado en las muy frecuentes visiones y viajes. A lo largo de la tradicin literaria posterior, la geografa infernal adoptar dismiles aspectos y objetivos, como sucede, por ejemplo, en la Visin de Vetn (Visio Wettini) de Valafrido Estrabn, en uno de cuyos pasajes el gran emperador Carlomagno aparece castigado en el purgatorio por el delito de adulterio (vv. 446-474). De la cuantiosa florescencia de esa literatura de viajes al ms all, que registra, en un primer momento, los del alma, para extenderse luego a personajes de carne y hueso,8 debera recordarse, en especial, el famoso Viaje de San Brendn (Navigatio sancti Brendani),9 obra donde se recoge la extensa tradicin del gnero y cuya larga repercusin atestiguan todos las composiciones posteriores de similar tema, desde la Divina Comedia hasta, incluso, el no menos famoso poema de Ch. Baudelaire, Le Voyage, y el soneto de L. Marechal, Del Amor Navegante, sorprendente adems de por su belleza lrica por su contrapunto con el poema de San Juan de la Cruz, La Noche Oscura del Alma.

Los cambios, alteraciones, desarrollos de nuevos gneros con mixturas nunca antes realizadas, como la introduccin de escenas jocosas en temas tradicionalmente solemnes,10 producirn relatos picos bastante extraos al lector de nuestros das, acostumbrado a pensar que el gnero se circunscribe a las caractersticas empleadas en las epopeyas de Homero y de Virgilio.

Si el perodo cultural que designamos Tarda Antigedad, con sus fusiones culturales y hasta abigarrada combinacin de modelos protagnicos y gneros (me refiero a las novelas que surgen en este perodo), prepar el terreno para una renovacin integral de la cultura vigente, la Edad Media la consum.

En su intento por mostrar las huellas de Lucano en las epopeyas medievales, Edoardo DAngelo, en su trabajo: La Pharsalia NellEpica Latina Medievale, confeccion una razonable y til clasificacin de la mayor parte de la amplia produccin pica medieval. Si bien no citar todas las obras que el crtico italiano registra, seguir su esquema, aadiendo, por mi parte y una vez desarrollado el catlogo, fragmentos de unos pocos textos algunos de los considerados ms importantes por los crticos, para ejemplificar sobre los cambios acaecidos en el gnero pico; me refiero a Waltharius y a Within Piscator; para finalizar, y con la intencin de completar una progresin relacionada con los personajes protagnicos de los textos revisados, me detendr brevemente en una compleja obra: Ecbasis cuiusdam captivi per tropologiam.

La clasificacin general est compuesta por los siguientes tipos picos:

1. Epos bblico. Este apartado incluye las producciones poticas de contenido bblico (tanto las versificaciones de las Escrituras, como las de hagiografas en sus variados registros) y es, probablemente, el que presenta la mayor cantidad de obras. Se trata de un subgnero (si se nos permite la expresin, no peyorativa) que cuenta con un importante nmero de creaciones a partir de la Tarda Antigedad, de las que solo mencionaremos unas pocas.

En el siglo IV, el poeta Juvenco haba trasladado los evangelios al latn en hexmetros dactlicos (Evangeliorum libri quattuor), intentando competir, como lo dice en el prlogo, con Homero y Virgilio, a quienes, no tena dudas, superara pues, a diferencia de aquellos, Juvenco se propona componer una gesta salvfica, libre de mentiras. Naca as una poesa cuya finalidad consista en dotar a la nueva fe de una epopeya cristiana, narrando la empresa de su figura cannica, Cristo. A este primer intento le seguirn mltiples versificaciones de vidas de santos y mrtires. Tambin en el siglo IV, el dcimo himno del Peristephanon de Prudencio, dedicado a relatar la pasin (es decir, la tortura y muerte) de Romn de Antioqua, puede ser considerado un pequeo poema pico (o epyllion), que contina la tradicin inaugurada por Juvenco; del mismo modo, la Vita sancti Martini, de Venancio Fortunato, escrita en el siglo VI, texto que para muchos crticos es la ltima epopeya de la literatura latina clsica.

Estos son algunos de los antecedentes del gnero, que, durante la Edad Media, acrecentar su produccin con innumerables relatos en prosa y en verso, la mayor parte de estos en hexmetros. Entre las obras medievales de tal tipo o subgnero pico merece citarse Aletheia, de Claudio Mario Vctor (conocido como Victor, Victorius, Victorinus, quien vivi en la Galia hacia mediados del siglo V); en tres libros, con un total de aproximadamente 1900 hexmetros, realiza un potico comentario del libro del Gnesis. Ya en el siglo VI, Avito, obispo de Vienne (en la Galia), escribe De Spiritalis Historiae Gestis, en seis libros de unos 2.500 hexmetros en total, cuyo tema lo constituyen los dos primeros libros del Antiguo Testamento hasta el pasaje del Mar Rojo.

Posteriormente Eupolemio, a quien se lo sita, no sin mucha seguridad, en el siglo XI, narra, a lo largo de 1.400 hexmetros, la lucha de Caco (Lucifer) contra Agato (>Agathn>Dios) y su hijo, el Mesas. 2. Epos histrico. Este apartado contiene las narraciones de las gestas llevadas a cabo por personajes histricos. La primera de ellas se debe al poeta Flavio Cresconio Corippo (siglo VI), autor de un poema en 4.600 hexmetros, Iohannis seu de bellis Lybicis, en honor de Juan Troglita, quien, al mando de los bizantinos conquist el norte de frica.11 Hacia principios del siglo IX se sita la redaccin de un poema del que se han conservado 536 hexmetros, Karolus Magnus et Leo Papa, atribuido por algunos crticos a Eginhardo, autor de una biografa de Carlomagno (Vita Karoli Magni)12. Alrededor de la misma poca, Ermoldo Nigelo escribe un poema de contenido poltico en honor del hijo y sucesor de Carlomagno, Lus (o Ludovico) el Po, titulado In Honorem Hludowici Caesaris Augusti. A lo largo de cuatro libros, de ms de 1.300

dsticos, narra las empresas blicas y ascenso al trono del emperador.

Tambin durante el siglo IX, verdadero renacimiento de la cultura, el Poeta Saxo escribe un poema encomistico, Gesta Karoli Magni, donde narra las hazaas de Carlomagno.

Durante el mismo siglo, un nuevo poema histrico, en tres libros, escritos en hexmetros por Abn de Saint Germain, con el ttulo de Bella Parisiacae urbis, describe el asedio que sufriera, poco tiempo antes de la redaccin del poema, la ciudad de Pars por parte de los normandos.

Perteneciente quizs a un clrigo de Verona, aparece en el siglo X el poema titulado Gesta Berengarii Imperatoris, donde se narran, en dos libros de ms de 1.200 hexmetros, las empresas blicas del emperador Berengario contra sus dos enemigos, Guido y Lamberto de Spoleto.

Mencin aparte merece, tambin del siglo X, la obra de una monja, Roswitha (o Rosvita) de Gandersheim, autora no solo de un poema pico de gran factura literaria, Gesta Ottonis Imperatoris (narracin de las empresas de Otn I de Sajonia), sino tambin de obras dramticas.13 A la lista de DAngelo aado un hermoso poema (el crtico italiano no lo comenta porque no se encuentran huellas de Lucano, objetivo de su trabajo), el Carmen de Hastingae Proelio, atribuido al obispo Guy de Amiens, que narra la invasin de los

normandos a Inglaterra en 1066 (se trata de 835 dsticos sobre la batalla de Hastings entre el duque Guillermo II de Normanda y el rey Haroldo II de Inglaterra). La restante produccin literaria, perteneciente al apartado del epos histrico, es abundante pero de menor inters.3. Epos mitolgico. En este apartado se agrupan los textos narrativos procedentes de diversas culturas y tradiciones literarias, con temas y aportaciones de mitos (grecolatinos y/o germnicos), con reelaboraciones mticas de episodios histricos, o de sagas germnicas.

Dentro de este subgnero, el Waltharius es, como lo ha llamado Peter Godman, la obra maestra de la temprana pica medieval en latn.14 Y agregaramos uno de los ms grandes enigmas en cuanto a la identidad del autor y sus intenciones, pues toda obra literaria, de uno u otro modo, habla de la poca en que se publica. Algunos manuscritos del poema estn precedidos por un prlogo de 22 versos, de un monje llamado Geraldo, en el que enva el poema a un alto dignatario, un tal Erckambaldo. La ausencia de este prlogo en otros manuscritos ha llevado a la crtica a abstenerse de una solucin definitiva acerca de la identidad del posible autor del poema. A ello contribuy el hecho de que un tal Ekkeardo IV (siglo XI), en la Historia del monasterio de San Gall (Casus Sancti Galli, 80), mencionara a un Ekkeardo I (siglo X), como autor de una Vita Waltharii manu fortis. Durante mucho tiempo se pens que este Ekkeardo I era el autor del Waltharius.15 Pero, a fines del siglo pasado se hizo notar que una Vita no es una gesta (epos tradicional), y el problema de la autora volvi a quedar en suspenso. En 2002, Haug public un trabajo exhaustivo sobre el tema, concluyendo que Geraldo es el autor del poema y sita su redaccin a principios del reinado de Carlomagno, fines del siglo VIII, aduciendo que el prlogo es aadido en una segunda edicin, veinticinco aos despus de su aparicin. Hasta el momento, las argumentaciones de Haug no han sido refutadas.

Segn quien fuere el autor del Waltharius, se podrn aventurar posibles sentidos de este poema pico, sumamente particular, que se destaca, entre otros aspectos, por carecer del panegirismo dominante en obras del mismo gnero, compuestas durante los siglos IX y X. El poema consta de 1456 hexmetros en los que narra la gesta de un joven guerrero de nombre Valtario (como un tal Geraldo advierte en el prlogo).

Durante su desarrollo puede apreciarse la fusin de elementos procedentes de dos culturas paganas, la romana y la germana (la historia es originalmente brbara, pero servida en latn, con claras reminiscencias de la Eneida), culturas que el autor cristianiza con incrustaciones incluso en el tramo de la historia original, brbara como el discurso de uno de los personajes principales, Hagann, contra la Avaricia (construido desde una clara reminiscencia de la Psychomachia y de la Hamartigenia, textos de Prudencio). No es el nico momento en que se produce esta amalgama de diversos motivos culturales. La reiteracin de semejante procedimiento a lo largo de la obra es un ejemplo de la refundicin que haba comenzado en la Tarda Antigedad y encuentra en la trama del Waltharius su compleja armonizacin.

Si del Waltharius podemos aventurar alguna autora, se desconoce por completo el nombre de quien compuso la Gesta Apollonii, poema de aventuras, de alrededor de 800 hexmetros, versificacin, en forma de dilogo, de los primeros ocho captulos de una novela latina en prosa, escrita entre los siglos V-VI, la Historia Apollonii regis Tyri,16 traduccin, a su vez, de una homnima griega. El monje benedictino Letaldo de Micy es el autor, en los primeros aos del siglo XI, de un muy breve (208 hexmetros) y encantador poema, conocido como Within Piscator (El pescador Within), cuyo ttulo completo De quodam piscatore quem ballena absorbuit (Acerca de un pescador que fue tragado por una ballena), remite inmediatamente al libro bblico de Jons en el Antiguo Testamento. El autor narra una historia lineal y, aparentemente, sencilla: un pescador sale de pesca por la maana, como lo haca todos los das, y se encuentra suceso inhabitual y extraordinario con una ballena que se lo traga, con barca incluida. El pescador, en su lucha por conservar la vida, mata a la ballena desde el interior y, flotando a la deriva dentro del animal, llega finalmente hasta las costas de las que haba partido, donde el pueblo sus vecinos lo rescata del vientre del monstruo; pero, cuando emerge de ese encierro, ha sufrido un cambio sustancial. Ruodlieb, cuyo autor se desconoce, es un poema que tiene como protagonista a un hroe homnimo. Escrito muy probablemente hacia fines del siglo XI, en sus ms de 2.300 hexmetros leoninos plantea algunos problemas de gnero de gran inters.17 La crtica ha visto en esta obra una combinacin de pica y novela. Se trata de una de las primeras epopeyas caballerescas. Cuenta la historia de un valiente guerrero llamado Ruodlieb, exilado de su patria durante diez aos; a su regreso, obtiene la corona real, casndose con la hija del rey Immung, a quien previamente haba matado. Jos de Exter compone, a fines del siglo XII, un poema en seis libros de ms de 3.600hexmetros, Frigii Daretis Ilias. Como su ttulo lo indica, trata sobre la guerra de Troya y tiene como antecedente, en primer lugar, la de Dares Frigio, Daretis Frigii Historia Troiana. Alexandreis, de Gualtero (o Walter) de Chtillon es uno de los grandes monumentos de poesa pica de la Edad Media.18 Escrita hacia fines del siglo XII, en diez libros de ms de 5.500 hexmetros, recoge las mltiples aventuras de la vida de Alejandro

Magno. Su autor compuso, adems, una obra potica variada e integra la lista de los clerici vagantes o goliardos, escritores a los que se deben muchas de las piezas que constituyen tres grandes colecciones de poesa medieval: Carmina Burana, Carmina Cantabrigiensia y Carmina Rivipulliensia.En el siglo XIII, Odn de Magdeburgo compone un poema llamado Ernestus. Se trata de ocho libros de unos 3.600 hexmetros sobre las acciones (histricas pero mitificadas y mezcladas con elementos fantsticos) del conde Ernesto, hijastro del emperador Otn I.4. Epos filosfico. Un poco ms tardo que los subgneros anteriores, la filosofa encuentra expresin potica, segn los parmetros picos, a consecuencia del florecimiento de las escuelas catedralicias y de las universidades, desde fines del siglo XI y, particularmente, durante el XII. La Antigedad Clsica haba conocido esta forma de expresin en las obras de Parmnides y Empdocles de Agrigento (Periv Fuvsew"), entre otros ejemplos griegos, y de Lucrecio (De Rerum Natura), entre los romanos.

Una de las producciones ms curiosas del siglo XII es la Cosmographia (tambin conocida como De mundi Universitate sive Megacosmus et Macrocosmus) de Bernardo Silvestre, un obra prosimtrica (dsticos elegacos y explanaciones en prosa), segn el modelo de Marciano Capella (s. V) con su obra alegrica De Nuptiis Philologiae et Mercurii (Sobre las bodas de Mercurio con Filologa) y de Boecio (fines del s. V) en su De Consolatione Philosophiae (Sobre la Consolacin de la Filosofa). En el mismo siglo, Alano de Lila (Alain de lle, Alanus ab Insulis) compone una obra sumamente leda, Anticlaudianus. En nueve libros de unos 4.300 hexmetros narra el viaje al cielo de Prudencia, aliada y sostn de Natura. Se trata, entonces, de una epopeya alegrica cristiana, con inconfundibles evocaciones de la Psychomachia de Prudencio.

En la misma lnea aunque no se sabe si conoci el Anticlaudianus de Alano de Lila se encuentra el poema de Juan de Hauvilla, Architrenius, que narra, a lo largo de nueve libros de unos 4.300 hexmetros, las peripecias de un joven aventurero que, luego de diversas andanzas, acusa a la Naturaleza de ser enemiga del hombre, lo que provoca la respuesta de tan singular personaje. 5. Epos zoolgico. As denomina E. DAngelo al ltimo subgnero pico, explicando que su definicin (Tierepos), procede de los elementos que en l se combinan, pues se trata de obras donde encontramos la transposicin del mundo zoomrfico de la antigua tradicin fabulstica en la estructura narrativa de la pica, una de las invenciones ms extraordinarias de la literatura latina medieval, que se desarrolla entre los siglos XI y XII. Desconocemos el nombre del poeta que, en el siglo XI, compone la Ecbasis cuiusdam captivi per tropologiam (Huida de un Cautivo en clave tropolgica), texto de difcil interpretacin, que narra, en poco ms de 1.200 hexmetros leoninos, las vicisitudes de un ternerito que huye del rebao y es apresado por un lobo. Los animales del bosque, con la conduccin de la zorra, liberan al ternero y matan al lobo. La obra abunda en situaciones satricas y sugiere lecturas ideolgico-polticas referidas a la realidad social de su poca.

Escrita en el siglo XII, probablemente de Nivardo de Gand, encontramos una narracin llamada Ysengrimus, poema que consta de siete libros con ms de 3.200 hexmetros, donde se cuenta un motivo bien conocido en la tradicin fabulstica: la enemistad del zorro (Reynardus) y el lobo (Ysengrimus).

Tambin al siglo XII pertenece el poema de unos 1.950 dsticos de Nigello Wirecker, Speculum stultorum (Espejo de los tontos). Contiene una serie de narraciones heterogneas sobre el asno Brunello (alegora del monje que deja el monasterio en busca de honores), y sus viajes por Europa para obtener una cola ms larga. Sus desventuras concluyen con la cola y las orejas cortadas. Una vez revisados, muy rpidamente, varios de los ttulos y autores de la produccin pica medieval, conviene detenerse un poco en algunas de las obras ms significativas del perodo.

El Waltharius est considerado, como sealamos antes, la obra maestra de la temprana pica latina medieval. Se trata de un poema que debe haber circulado oralmente, en lengua brbara, hasta fijarse en latn, lengua en la que perdur (con las modificaciones que introdujo el poeta) hasta nuestros das. Se ha conservado tambin un trozo considerable en antiguo anglosajn, llamado Waldere (fijado en escritura quizs en el siglo VIII), que ha reproducido Vogt-Spira en su edicin del Waltharius (1994), y ha sido recientemente publicado por Jonathan B. Himes con un extenso estudio (The Old English Epic of Waldere, Cambridge, Cambridge Scholars Publishing, 2009). Parece evidente que este y otros poemas originalmente brbaros hayan podido subsistir gracias a Carlomagno, segn el famoso pasaje de su bigrafo, Eginhardo, quien, en su Vita Karoli Magni (Vida de Carlomagno) registra la voluntad del emperador (de origen germnico) de que se transcribieran y preservaran del olvido los antiguos poemas de las culturas brbaras (barbara et antiquissima carmina), es decir, aquellos que se haban transmitido oralmente en sus lenguas vernculas, distintas del latn.19 La cancin de Valtario es, en cierto sentido, una excepcin y una confirmacin de la regla, pues conserv su historia en una versin latinizada (el Waltharius), culta y reformada por las competencias literarias de su autor, y una versin en antiguo anglosajn (el Waldere), que nos lleg incompleta. Sin duda, algunos de esos cantos brbaros en lengua original son, entre otros, el muy conocido Hildebrandslied (Cancin de Hildebrando)20, cuya circulacin escrita se situara a principios del siglo IX, el Beowulf y el Nibelungenlied Cancin de los Nibelungos).

El Waltharius narra las hazaas de un joven guerrero, como dice en el prlogo

(resonat sed mira tyronis, / Nomine Waltharius, vv. 17-18), y tiene por objetivo, ms que cantar a Dios, entretener, para acortar las largas horas del da interminable que los monjes soportaban en los monasterios (ludendum magis est dominum quam sit rogitandum, perlectus longaevi stringit inampla diei, vv. 19-20). La ficcin histrica comienza en el siglo V, cuando Atila, al mando de los hunos, invade Europa. Tres reinos, francos, burgundios y aquitanos, capitulan ante el poder de quien fue llamado azote de Dios (flagellum dei). Cada uno de ellos paga un tributo y entrega como rehn a sus hijos; respectivamente: Hagann, el mejor guerrero de los francos, suple a Guntario, que era muy pequeo, Hildegunda, la hija de los reyes burgundios, y Valtario, hijo de los reyes de

Aquitania. Estos dos ltimos estaban comprometidos en matrimonio por sus respectivos padres.

Si bien Atila los trata como si fueran sus hijos y los coloca al frente de su reino, los tres planean volver a sus tierras. Por distintos medios logran sus objetivos. Hagann se fuga muy rpidamente. En su camino de regreso, Valtario e Hildegunda deben enfrentarse con Guntario y su guardia real (a la que se haba reintegrado Hagann) por la posesin del tesoro tema tpico de la tradicin germnica que los jvenes transportaban desde la tierra de los hunos.

Se suceden entonces doce combates en los que Valtario vence, uno a uno, a los distintos contendientes, demostrando las cualidades tradicionalmente tpicas de todo hroe: coraje e inteligencia (fortitudo et sapientia, vv. 103-104). En el ltimo combate

Valtario enfrenta a los nicos guerreros que haban sobrevivido: Hagann (su amigo de juventud y compaero de cautiverio en tierra de los hunos), y al que ya era nuevo rey de los francos, Guntario, trabndose en un combate cuerpo a cuerpo, a pie firme, en tierra, con lanza, espada y escudo (lucha tpica de la tradicin pica grecolatina), con claras reminiscencias de la de Eneas y Turno en el desenlace de la Eneida. Al terminar la contienda, cada uno ha perdido una parte de su cuerpo: Guntario una pierna, Hagann seis muelas y un ojo, Valtario la mano derecha. Si recordamos que esta obra contiene un discurso incrustado en la leyenda original por el autor cristiano sobre la Avaricia, el mensaje es irnicamente claro: quienes pelean por los bienes materiales obtienen lo que merecen segn la tica cristiana, una parte de sus bienes materiales; en este caso, prdidas corporales.

A continuacin, pensaramos que solo nos resta asistir al cierre de la obra, pero no sucede as. Si el precedentemente mencionado puede considerarse el final pico, todava nos aguardan dos codas. Sobreviene enseguida uno de los pasajes ms sorprendentes del poema. El autor contina la narracin con un combate muy peculiar, al que denomina escurril (scurrili certamine, v. 1424); por lo tanto, esperaramos un certamen de bromas de grueso calibre, como bien conviene al adjetivo que lo precisa, a las circunstancias que lo rodean y a los participantes de tan curiosa lid: Hildegunda sirve vino a los contrincantes, cansados y dolientes; dos de ellos (Valtario y Hagann) estn unidos por larga amistad, ambos son guerreros germnicos. Sin embargo, en apariencia, ninguna de las mofas que se cruzan sobre sus mermadas condiciones fsicas justifica la calificacin de escurril dada al intercambio de bromas, con seguridad porque Hildegunda, una princesa, est presente y porque la Iglesia desaprobaba categricamente como est bien registrado en las actas de concilios de la poca el lenguaje de ese tipo entre los monjes. Tambin, sin dudas, porque pesaba en la memoria del poeta el registro lingstico del discurso sublime que Virgilio haba conferido a los guerreros de la Eneida. El autor, entonces, era consciente de los diversos receptores de su obra, los de la interioridad de la ficcin y los externos a la ficcin, de diversas exigencias morales, y debi encontrarse en una encrucijada de difcil solucin, pues saba, por un lado, de los trminos vulgares con que se expresaban los guerreros de todos los tiempos, como los germnicos; por el otro, la obra, ligada mucho ms estrechamente a la historia que a la leyenda y al mito, tena que reflejar un nivel de habla acorde con el de los soldados de carne y hueso, intentando que sus expresiones cumplieran, en lo posible, con el requisito de verosimilitud.

No obstante, si el autor llama escurriles a esos versos del poema, el mensaje es claro: solo en apariencia no lo son y quien conozca la tradicin latina de los trminos empleados, siempre prestos a equvocos, podr decodificar el sentido verdadero, escurril, de lo all enunciado. Ante circunstancias histricas y morales tan dismiles, creemos que el poeta busc y encontr la justa va: cifrar el significado procaz y obsceno del certamen escurril con los vocablos que, en el trasiego de la literatura latina, desde la antigua hasta la tardoantigua, haban empleado en sus obras de contenido obsceno autores como Catulo,

Horacio, Ovidio, Marcial, Petronio, Plinio el Joven y Ausonio, entre otros.

Sea como fuere, esta novedad, tan deslumbrante, en una obra pica no puede pasar desapercibida. A continuacin, ofrecemos la traduccin de los versos del certamen (vv. 1425-1442):

Hagann a Valtario: Amigo, de ahora en adelante irs a cazar ciervos, con cuya piel te hars un gran nmero de guantes de cuero. Pero recuerda llenar el derecho con mullida lana para engaar con su apariencia a los que nada saben de tu postiza mano. Qu vergenza! Qu explicaciones dars, al llevar la espada en el flanco derecho, contra la costumbre de tu pueblo? Y a tu esposa, si alguna vez te casas, abrazars, bravo!, con el brazo izquierdo, de mal agero? Para qu continuar? A partir de ahora, cualquier cosa que quieras hacer debers hacerla con la mano izquierda. Valtario a Hagann: Me maravillo, tuerto sicambro, de tu vivacidad. Si yo voy a tener que cazar ciervos, t tendrs que renunciar a la carne de jabal; desde ahora, bizqueando dars rdenes a los sirvientes; al saludar a tus guerreros, de soslayo vas a mirarlos. Pero, por el recuerdo que tengo de nuestra antigua amistad, quiero darte un consejo: cuando vuelvas a la patria y te encuentres en tu casa, haz una gacha, mechada con manteca, de leche y harina. Esta te servir igualmente de alimento y de remedio.21 No es sencillo decodificar el contenido de los versos citados en unas cuantas lneas, sobre todo cuando debe hacerse a la luz de los trminos originales en que fueron escritos, en latn; pero sirva de orientacin que los discursos de los interlocutores se relacionan con alusiones a la caza y a la comida, dos temas que, incluso en la actualidad, sirven de soporte para bromas, explcitas o encubiertas, relacionadas con el sexo.22

Finalmente, el autor cierra el poema en primera persona, narrando el final feliz de Valtario e Hildegunda y, acto seguido, pide indulgencia para su obra, pues se considera un poeta sin experiencia; su juventud justifica piensa su canto, que solo puede equipararse con la aspereza del de una cigarra. Jess (Iesus) es la ltima palabra del poema como bienconviene a un texto ledo, sin duda, en los monasterios, una marca ms (quizs la ms importante) de pertenencia al cristianismo.

El texto contiene, adems, otras adiciones a su historia, de procedencia brbara, particularmente las referidas a la cultura cristiana. La ms significativa es la que el poeta incrusta en la cancin original o Urlied, bien sealada por K. Langosch: los combates que, sin solucin de continuidad, describe en el centro del poema. El inicio, la narracin sobre Atila, y el final, la ltima batalla, el certamen escurril y el cierre autoral son, claramente, adiciones hechas por el poeta.23 En ese tramo de la cancin original del

Waltharius, cuando ingresa en la lid un guerrero llamado Patafrido, sobrino de Hagann, este pronuncia un discurso cristiano contra la Avaricia, por completo ajeno a la historia primitiva. As dice el discurso (vv. 857-877): Oh vrtice del mundo, hambre, insatisfecho abismo de la insaciable avaricia, raz de todos lo males! Ojal, oh malvada, te tragaras tan solo el oro y las otras riquezas, dejando a los hombres en paz! Pero ahora t, con tu perverso poder ensoberbeces a los hombres y los incendias hasta el punto de que nadie est conforme con lo suyo. Por codicia no temen precipitarse en muerte indigna. Cuanto ms tienen, tanto ms ardiente su sed de posesiones. Se apoderan de lo de otros, ya por la fuerza, ya mediante engaos, y, lo que es ms lamentable y mueve a llanto, arrojan en el horno del Erebo sus almas nacidas en el cielo. Yo no puedo detener a mi querido sobrino, pues tu estmulo lo ha dominado por completo, oh cruel codicia. Enceguecido, se apresura a degustar una nefanda muerte y desea descender al reino de las sombras por ganar un vil renombre... . El lector o el oyente que ha estado siguiendo el hilo de la historia, al llegar a este pasaje, de contenido por completo extrao al tono de la cultura hasta ese momento percibida durante el desarrollo del poema, de raz tpicamente germana, cuya idiosincrasia juzgaba normal combatir por la posesin del tesoro, siente que la estructura del poema cruje. No es el nico momento de este tipo.24 Muchos son, tambin, los elementos culturales de la tradicin romana clsica. Al combate final antes citado, de la herencia pica grecolatina, se aaden los nombres de lugares y divinidades, como Erebo, Febo, Eolo, las Parcas, y una gran cantidad de sintagmas, hemistiquios y versos completos extrados de la Eneida, en primer trmino, y, en orden de frecuencia bruscamente decreciente, de obras de Prudencio, Estacio, Silio Itlico, Lucano y Ovidio. Estas reminiscencias permiten afirmar que el bastidor literario del Waltharius est engastado por la literatura latina.

En cuanto a los elementos procedentes de la cultura germnica, en primer lugar se encuentra una costumbre que Tcito (siglo I d. C.) haba descripto en su Germania: la de formar parte de una sociedad guerrera en la que jefe y soldados se comportan como miembros de una familia, estuvieren ligados por lazos de sangre o por amistad. Esta peculiar conducta se conoce con el nombre de Gefolge, en alemn, o Comitatus, en latn. Muchos son los momentos del Waltharius donde puede apreciarse tal proceder, pero el discurso de uno de los guerreros, Hadavardo, lo resume muy bien (vv. 801-804): Si fueras t [Valtario] quien me quitase la vida, hay aqu muchos compaeros y consanguneos que, aunque te transformes en ave y te nazcan alas, sin embargo nunca te dejarn partir sano y salvo.25

Del Alto alemn antiguo proceden trminos que denotan la interseccin de esa cultura con la que exhibe el poema en su redaccin, el latn. Adems de Wielandia (v.965), que conduce hasta la mitologa germnica,26 encontramos wantis y wah, registros del mismo origen, a los que deben sumarse los nombres aunque latinizados de los personajes, comenzando por el del protagonista (Waltharius < Walter, Hildegunda < Hiltgunt, Hagano < Hagen, Guntarius < Gunther, entre otros). En el Waltharius se utiliza con frecuencia un recurso retrico que no puede serpasado por alto: la irona. Bien conocido por los autores clsicos y registrado en la monumental obra de Quintiliano (Institutio Oratoriae) sobre los elementos del discurso, se lo encuentra, incluso citado por su nombre, en uno de los pasajes de la obra (per hyroniam, v. 235), cita que, no solo revela el conocimiento y alcances de esa figura de pensamiento por parte del autor, sino, ms aun, la intencin de que los receptores del enunciado entiendan, al menos el pasaje, en su sentido correcto y estn alertados sobre su probable reempleo en el resto de la obra, sin nueva advertencia explcita. Sin duda, el autor del Waltharius conoci la informacin de Quintiliano sobre irona, figura que, en ese tiempo, significaba entender algo distinto de lo que se enuncia (intellegitur enim quod non dicitur, 6.3.88). Obviamente, cuando el autor este o cualquier otro que hubiera aprendido la retrica clsica no declara en forma explcita su uso (como lo hace en el verso 235), su correcta decodificacin depende de un contexto en el que un enunciado est claramente desautorizado por la accin. Veamos un ejemplo: si bien las ironas se reiteran a lo largo del poema y muchas de ellas estn dirigidas al rey Guntario por su defeccin viril, llegando incluso hasta el sarcasmo (intensificacin de la irona), citaremos una donde se manifiesta, adems, una encubierta alusin ertica. El pasaje est insertado como corolario de la actitud caballeresca de Valtario durante la huida, en soledad, con su prometida, por lugares desconocidos. Segn el autor, Valtario pescaba y cazaba para que ambos pudieran alimentarse durante la travesa, y remata vv. 425-427):

Atque famis pestem pepulit tolerando laborem. / Namque fugae toto se tempore virginis

usu / Continuit vir Waltharius laudabilis heros.

Y sobrellevando estos esfuerzos, logr mantener alejada la peste del hambre. As, el varonil Valtario, hroe digno de alabanza, se abstuvo de tocar a la doncella todo el tiempo que dur la huida.

En verdad, resulta extrao que cazar y pescar sean considerados esfuerzos agotadores para un guerrero que est acostumbrado a combatir durante horas (tal como sucede y seala el autor en la batalla final). El esfuerzo de Valtario por mantener alejada la plaga del hambre se explica en los dos versos siguientes. No se trata de un hambre de alimentos para calmar el estmago. La pasin desatada por el amor carnal haba sido llamada perniciosa peste por Catulo (76.20), y el autor del Waltharius se refiere a ese apetito al hablar de la continencia del heroico protagonista para con su prometida (continuit es trmino que consigna la represin sexual), como bien conviene a un contexto social ideolgicamente dominado por el cristianismo y a dos prncipes, modelos ticos de la sociedad de su tiempo.

El autor, entonces, adjunta un doble elogio: por un lado, la fuerza de voluntad de un guerrero, Valtario, que siendo vir (hombre maduro para la reproduccin sexual), se abstiene de tener relaciones carnales con Hildegunda (designada con el trmino virgen, virginis, en el texto); por el otro, el elogio eclesistico por la demostracin de su fortaleza moral, superior a sus deseos sexuales, como conviene y se espera de un caballero cristiano; por ello mismo, hroe digno de alabanza (laudabilis heros).

Muchas son las particularidades para destacar de esta esplndida obra de la temprana literatura medieval en lengua latina. Basten por ahora las hasta aqu consignadas. El Within Piscator, obra del monje benedictino Letaldo de Micy, escrita en los primeros aos del siglo XI, fue descubierto en un manuscrito de la Biblioteca Nacional de Pars y publicado en 1849 por Barthlmy Haurau; casi un siglo despus, en 1936 aparece un segundo manuscrito en la Biblioteca Municipal de Tours, publicado por Andr Wilmart, en

1936, y perdido definitivamente en 1940, a causa del incendio de la Biblioteca. Con posterioridad, la obra mereci una atencin creciente por parte de la crtica y nuevas ediciones, a cargo de Jean Paul Bonnes (1943), Virgilio Paladini y Mara De Marco

(1966), Paul Pascal (1987), Ferruccio Bertini (1995), Feliciana Pennisi (1997) y la de

Rubn Florio (2009).

El Within Piscator, otro de los textos picos importantes de la literatura latina medieval, comparte con el Waltharius, adems del hexmetro, metro connatural a la pica, el empleo de la irona en no pocos pasajes del relato, pero se distancia considerablemente del Waltharius y de la epopeya tradicional en varios aspectos. Inmerso en una narracin muy alejada de la contienda blica, tan habitual en las epopeyas tradicionales, su protagonista, un pescador que no sabe cmo actuar ni qu solucin encontrar cuando se le presenta la aventura y los obstculos a superar, aparece como una figura por completo extraa al gnero inaugurado por Homero y continuado por Virgilio. Sin embargo y recordando lo que habamos sealado al principio de esta exposicin, la irrupcin del cristianismo en la vida del habitante del Imperio produjo una modificacin en todos los parmetros y elementos de la literatura hasta entonces vigente; en primer lugar, la condicin social y, consecuentemente, el desempeo de su figura protagnica.

En cuanto a su estructura compositiva, el Within Piscator contina, muy marcadamente, la de los cuentos folclricos (base de la epopeya desde sus inicios), desarrollada en tres momentos: separacin (partida) de la tierra conocida, iniciacin (ingreso, sin compaa) en un mundo por completo desconocido, del que no es fcil escapar, regreso (con transformaciones significativas) a la tierra conocida. Muchas son la seales, inscriptas en el texto, que nos permiten comprobar la instrumentacin consciente, por parte de Letaldo, de esta estructura heroica inmemorial, presente en narraciones mticoreligiosas, desde el Descenso de Inanna a los Infiernos (epopeya sumeria de 3.000 aos antes de Cristo), hasta la historia de Jess, y cuyo eco se encuentra en la novela de todos los tiempos, particularmente, en la contempornea (el Martn Fierro, poema heroico de J. Hernndez, registra, en los orgenes de la literatura argentina, la misma disposicin).27 En el Within Piscator destacan, sobre todo, dos figuras, el pescador, Within, y la ballena, el monstruo bblico que se lo traga junto con su barca. En la segunda parte de la obra aparecen los vecinos del pueblo donde vive, Rochester. Debe advertirse la exacta biparticin matemtica de los versos empleados para narrar toda la historia: 104 versos para contar la partida y engullimiento, 104 versos para contar la liberacin y el regreso. El hecho de que un animal sea el antagonista principal del relato induce a considerar que una de las fuentes de la obra sea, adems del Libro de Jons en el Antiguo Testamento y las Sagradas Escrituras, en general, una obra escrita en griego y traducida al latn hacia el siglo IV: el Physiologus, coleccin de relatos sobre animales fantsticos, de intencin moralizante.28

Sin embargo, debemos a Ferruccio Bertini la elucidacin de la fuente principal del poema.29 En su edicin de la obra hizo notar la correlacin muy cercana de un pasaje del Within Piscator con un texto conocido como De Gesta Re, incluido en la coleccin Hisperica Famina (ca. siglo VII). Entre muchas otras fuentes probables, cabe destacar tambin la narracin surrealista de Luciano de Samosata, Historia Verdadera (Vera Historia), del siglo IV, y el famoso relato annimo, Navegacin de San Brendn (Navigatio Sancti Brendani Abbatis), escrito hacia fines del siglo IX o principios del X. En ambos aparece la ballena como el monstruo formidable que pone a prueba el valor, la astucia y la fe de los respectivos protagonistas.

El Within Piscator comienza con una clara alusin a su tradicin oral: Me cont esta historia un viejo, venerable por sus hbitos de vida y muchos aos (Moribus hoc senior venerabilis et gravis aevo / retulit, vv. 7-8). Consigna, tambin, elementos histricos conocidos: la tarea evangelizadora y civilizadora del papa Gregorio Magno en Inglaterra, pues, adems del cristianismo, ense el latn como vehculo de comunicacin y expresin a unas gentes que, hasta entonces, solo saban gruir (frendere) en lengua brbara (vv. 14-15). Como en el Waltharius, tampoco faltan las marcas tpicas de la literatura clsica grecolatina, v.g. las menciones de Titn, Orco, Trtaro, Escila y Caribdis, entre otras. Noobstante, el texto plantea muy interesantes reflexiones por parte de un narrador que llega, incluso, a participar de la accin. Si de entre bastidores se lo escucha preguntar: Qu pensamientos te asaltan, Within, dentro del vientre del monstruo? (v. 53), poco despus se vuelve interlocutor del pescador, y sin que tengamos registro conocido de semejante actitud en toda la produccin pica anterior le recuerda la soledad y la encrucijada en que se encuentra (ancipiti), para finalmente apostrofarlo, sealndole el camino a seguir (vv. 57-60):

Solo ests, en situacin crtica, toma entonces una decisin en soledad, saca fuerzas, muestra tu reciedumbre. El coraje nunca se manifiesta cuando la fortuna sonre: en los infortunios lo mejor es tener alto el espritu.30 Una dosificada irona es, tambin, ingrediente importante del relato. Una de las ms socialmente significativas es la del pasaje en que Within se encuentra dentro de la ballena muerta, varada en la playa, sin saber cmo emerger a la luz del da. Mientras tanto, todo el pueblo se acerca para obtener un buen trozo del animal y, cuando lo estn descuartizando, el pescador comienza a gritar desde dentro, pidiendo auxilio. Los vecinos huyen despavoridos, pensando que se trata de una voz demonaca (la ballena sigue teniendo ese significado en relatos como el de Herman Melville, Moby Dick, 1851) y piden ayuda a las autoridades del pueblo, el obispo entre ellos, quien organiza una ceremonia de exorcismo.

Sin embargo, luego de pronunciar la frmula convencional para conjurar la posesin demonaca, desde dentro del gran pez se escucha la voz de Within, desarticulando la errada inteleccin (vv. 140-148): rocan por todos lados el agua bendita. Lo conjuran: Siniestro poder, si te ocultas aqu, en alguna parte, por las sagradas prendas que vestimos declara tu nombre, tu obra y tu calidad (no tienes ninguna posibilidad de escapar) y, en nombre del Seor, revela pblicamente tu identidad! .31 Soy Within respondi a quien esta eumnide, apretndome con sus rabiosas fauces, trag y sumergi en su acerbo estmago. Oh ciudadanos!, liberadme cuanto antes de aqu, para que pueda contemplar la luz y ver mi aorada patria . Una vez superado el malentendido, la tarea se reanuda y cada uno, segn su jerarqua social, obtiene la parte que le corresponde de la descuartizada ballena (vv. 153-156):

Al obispo se le da la parte ms grande y se llevan una excelente recompensa los encargados del agua bendita y las prendas sacras. El pueblo se reparte el resto de la apreciada presa y nadie volvi con las manos vacas a la satisfecha ciudad.32 La obra concluye con un final feliz (Within es rescatado del vientre de la ballena, los vecinos se llevan un buen trozo del animal para alimentarse y, en el colofn, el pescador se reencuentra con su esposa e hijos). Sin embargo, muchos son los aspectos para destacar de este relato y alguna importante perplejidad. Con respecto a esta ltima, la intencin del autor al remozar el mito cristiano, del que se distancia a tal punto, que, si nohubiera en el transcurso de la narracin una mencin explcita al Jons del Antiguo Testamento, hasta habramos dudado de la subtextualidad del libro bblico. El remozamiento del episodio de Jons y la ballena es profundo y significativo.

Quizs, el autor solo pretendi readaptar el mito a las condiciones sociales de su tiempo, para mostrar la continuidad de sus aspectos esenciales y destacar los nuevos desafos que deba afrontar el cristiano. Sin duda, Letaldo advirti que el mito cristiano de la llegada de Jess y su resurreccin se haba cumplido y no poda esperarse su reposicin. Vale la pena recordar que en el Nuevo Testamento, el libro de Jons se interpreta como prefiguracin de Cristo encerrado en los infiernos por tres das.33 Por lo tanto, la historia del Within Piscator necesariamente tena que remozar el relato bblico, segn las expectativas espirituales de sus contemporneos. Al reescribir el episodio de Jons, narrado en el Antiguo Testamento, pero conociendo y recordando la interpretacin sufrida en el Nuevo Testamento, los variados comentarios sobre el gran pez y las distintas obras literarias de la tradicin clsica, antigua, tardoantigua y medieval hasta sus das, Letaldo no pudo sino considerar que ese momento de la aventura heroica hablaba de una radical transformacin; es decir, una muerte y una resurreccin espirituales (cuyo modelo cannico segua siendo el libro VI de la Eneida, abonado por una profusa literatura de viajes al ms all), operadas en total apartamiento del mundo conocido y absoluta soledad existencial (cuyo modelo cannico fue el descenso a los infiernos de Cristo).34

La renovacin operada est en consonancia con el espritu de Letaldo, quien haba encabezado, hacia el 1004, un motn contra el director del monasterio de Micy, el abad Roberto, por causas no bien conocidas.35 Sabemos, en cambio, que Letaldo hizo gala de una esmerada tica cristiana sobre aspectos relacionados con las hagiografas, tolerados por la Iglesia a cambio de la conquista de adeptos a la fe. En ese tiempo exista casi una competencia por la designacin de nuevos santos protectores de cada comunidad, llegndose a inventar hechos milagrosos de sus vidas. En varias cartas muestra su independencia de espritu frente a tales prcticas, arguyendo su conviccin de que, en primer lugar, solo la verdad agrada a Dios y, en segundo, de que solo a Dios deben atribuirse los milagros, porque los santos son nada ms que sus intermediarios.36

Este espritu, proclive a la polmica, debe haberle causado no pocos conflictos.

Pero tambin indujo a parte de la crtica a considerar la posibilidad de que el Within Piscator fuera una alegora de los problemas afrontados por Letaldo durante su vida monstica. Sin embargo, si desobediencia y rebelda se advierten con facilidad en el Jons bblico y en Letaldo, no son caractersticas del pescador de su ficcin literaria. A la debilidad para interpretar la obra desde la perspectiva biogrfica se suma la renovacin del mito cristiano, renovacin necesaria de ese mito, porque ya se haba cumplido, la divinidad se haba encarnado y, por lo tanto, no poda seguir esperndose otra nueva llegada de Jess. En este sentido, el ancho campo del smbolo se abre a las posibles interpretaciones de la aventura de este nuevo Jons, un segundo Jons, como bien lo marca Letaldo cuando se refiere a l, por primera y nica vez, al final de la obra: Ionas velut alter, v.185. Desde la poca de Carlomagno se haban sucedido innumerables y reiteradas explicaciones de los distintos pasajes de las Sagradas Escrituras; las Etimologas de Isidoro de Sevilla (siglo VII) haban impulsado, con su autoridad, interpretaciones variadas de cada uno de los componentes. El libro de Jons no era la excepcin, tampoco el lugar en el que trascurre la mayor parte de la aventura: el mar. Si el mar significa el bautismo en el Apocalipsis, haba dicho Rabano Mauro en su De Universo, tambin acotaba acontinuacin poda significar el desierto del mundo de hoy, un lugar por donde serpean los malignos demonios.37 Es necesario destacar que, a pesar de las diferencias marcadas con los personaje heroicos de la pica clsica, Within comparte con ellos un aspecto ms que importante:

cuando logra regresar a su ciudad lugar de donde haba partido, no es el mismo hombre

que por la maana se haba internado en el mar para pescar. Quienes lo rodean los

mismos que lo conocan y valoraban como un pescador corriente, uno ms del pueblo denuncian la transformacin que ha sufrido a travs de una nueva y distinta consideracin

de su persona (vv. 73-80):

Cada vez que haba vuelto a salvo, cuando pasaba tanto tiempo pescando, nunca, al

regresar de alta mar a su querida ciudad, haba recibido Within tal acogida: rodeado de una

muchedumbre, como si fuese un rey, pasa revista a la escuadra que lo aclama. A su

encuentro sale el obispo, el clero le tributa respetuoso honor, de un lado lo flanquean los

nobles, del otro lo aprieta la gente del pueblo por todas partes, y una y otra vez le reclaman

que de nuevo les cuente la extraordinaria aventura. Le piden los detalles y agobian a

Within con gran insistencia.38

Para terminar, no hay dudas de que Letaldo de Micy utiliz esta deliciosa narracin para revivir y recordar el mito de la resurreccin a los cristianos de su tiempo, recordndoles que, si a Dios se deben las pruebas a que los somete en algn momento de la

vida, a Dios se debe tambin la salvacin y el milagro de la vuelta a la vida (nota que se encarga de enfatizar reducis miracula vitae, v. 186 una vez que Within se encuentra fuera del vientre de la ballena). Adems, el pescador regresa a la luz del da exhibiendo todos los rasgos de un recin nacido: casi ciego, calvo, cubierto de barro y escamas. Irreconocible para aquellos que lo haban tratado a lo largo de sus das, los vecinos de su pueblo. Solo la esposa logra darse cuenta de que aquel nufrago es Within, cuando oye su voz. Pero, tambin, la obra apunta a otra posible, universal inteleccin: la fortuna de cualquier hombre puede cambiar repentinamente. El desastre est siempre pendiente sobre nuestras vidas, sin que lo sepamos, como lo est, en particular, la muerte, segn lo haban expresado Virgilio: oh jvenes, que arrancis flores y frutillas que nacen en la tierra, huid de aqu, una fra serpiente se oculta en la hierba (B. 3.92-93: qui legitis flores et humi nascentia fraga, / frigidus, o pueri, fugite hinc, latet anguis in herba), y, poco despus,

Tibulo: [la muerte] est al acecho y llega, sbitamente, con silencioso paso (1.10.34:

[Mors] Imninet et tacito clam venit illa pede). En ese momento crucial, cada hombre descubre la dimensin de su estatura y no vuelve a ser el de antes.

Sumamente curiosa es la obra Ecbasis cuiusdam captivi per tropologiam (Huida de un cautivo en clave tropolgica), de cuyo autor, si bien debe haber sido un monje, desconocemos todo tipo de datos. El trmino tropologia representa una clara referencia al tercer tipo de exgesis bblica, habitual en la tratadstica medieval, indicando la lectura moral de la pgina sagrada. Es caracterstico de la Edad Media considerar que un texto puede tener mltiples lecturas, como lo expres el gran filsofo de la corte de Carlos el Calvo, Juan Escoto Ergena: En efecto, la comprensin de las expresiones divinas es mltiple e infinita. Ciertamente en una sola y la misma admirable y hermosa pluma de un pavo real, en uno y el mismo lugar de esa pequea porcin de la pluma, se puede ver una variedad de innumerables colores.39Por consiguiente, per tropologiam aludira a que el relato, para ser entendido en el recto sentido que se esconde tras la mascarada de los animales sus protagonistas, debe ser sometido a una decodificacin distinta de la que inicialmente parece manifestar. Observaciones similares se encuentran en distintos textos: en la literatura espaola, el Libro de Buen Amor del Arcipreste de Hita presenta un resabio de este procedimiento, cuando se exhorta al receptor a quitar la corteza y buscar el meollo. En el prlogo de Huida de un Cautivo, las palabras del autor Bajo apariencia de verdad surgir el contenido del poema (Sub specie certi nascetur questio scripti, v. 47), sugeriran que todos los recursos utilizados en la obra estn subordinados a exponer, desde cifrada escritura, hechos que no puede contar abiertamente (decir no poda cuanto en mi callada mente bulla, Dicere non poteram, tacita quod mente coquebam, v. 64).

El poema consta de 1.229 hexmetros leoninos. No obstante, si bien el hexmetro es todava la marca de una historia que se identifica con la pica, en el texto se puede reconocer la interseccin de otros gneros relacionados, como la stira, la poesa didctica (tambin escritas en hexmetros, como lo hicieron Horacio, Plinio el Joven, Lucrecio) y la fbula. Voy a tejer el relato con urdimbre nada sencilla (Cuius et historiam non simplo stamine texam, v. 68), advierte el autor al final del prlogo, palabras que alertan sobre alguna clase de complejidad a lo largo de la narracin y, consecuentemente, sobre la dificultad de su inteleccin. Al modo de las conocidas fbulas de Fedro, Esopo y Aviano,meste relato se sirve de animales para desarrollar un argumento bastante curioso: se trata de mun ternero (imagen de un novicio en el monasterio, v. 68) que huye del establo donde est confinado. Se dirige a un bosque que, por sus caractersticas y las experiencias que vivir, semeja el mundo infernal. All encuentra a un lobo ermitao (transposicin de un ngel cado) que trata de enredarlo en sus hbiles discursos con la intencin oculta de devorrselo en pascuas. Otros animales intervienen en la narracin, un erizo, durante cuyos relatos el lobo puede conciliar el sueo, y una nutria que interpreta una visin como presagio de un final cruento si no se libera al ternero.

El vaticinio se cumple al despuntar el da: un ejrcito de animales, conducidos por el padre del cautivo, rodea la cueva. Uno de esos animales es la raposa, cuya presencia, al ser advertida por el lobo, promueve una suerte de extensa digresin (vv. 392-1097) en la continuidad del relato. Asistimos entonces a una narracin dentro de otra (un relato enmarcado), pues, alejndose del asunto hasta ese momento desarrollado, el lobo comienza a contar la historia de la difamacin de la raposa. Dentro de este relato encontramos la descripcin del festejo del banquete de pascua (vv. 608-924) y otros pasajes menores, como el epitafio que la raposa dedica al lobo. Todos ellos van enlazando poco a poco el relato enmarcado con el que lo enmarca; en particular, la mencin de la historia del monje Malco (v.583), quien advierte de los peligros que corre el monje que sale del monasterio para vivir las experiencias de la vida mundana.

El retorno a la narracin original se produce cuando la raposa recuerda, justamente, las palabras del epitafio (vv. 1107-1119) en medio de la asamblea de animales que haba sitiado la cueva. El erizo y la nutria huyen y el lobo termina empalado por el toro en un tronco (At lupus a tauro trunco configitur alto, v. 1163). En los compases finales de la historia el autor consigna que el ternero ha logrado huir. Su madre le pide que cuente lo que le hizo el cruel enemigo y el ternero resume su experiencia en unos pocos versos, agradeciendo y glorificando la bondad de Cristo, quien le permiti volver junto a su madre (vv. 1221-1223).40

La alusin implcita en la historia, que narra el extravo momentneo del ternero en un mundo desconocido, donde podra haber sucumbido, y su rescate o redencin por gracia de Cristo, conlleva el misterio de la mayor fiesta de la cristiandad, aquella en que se opera una transformacin radical de quien haba pasado por esa experiencia espiritual, lo que se denominaba conversin (conversio en latn significa, en primer lugar, cambio de vida). El texto va hilando muy sutilmente en direccin a ese sentido y a esa interpretacin, como cuando en la fbula interna se escucha (vv. 897-899): Quin relatar sin llorar los oprobios de su muerte, que nuestro Seor sea prendido como un manssimo cordero, que sea llevado a la casa del gobernador como un ternero al altar?41

El ternero, entonces, es la representacin del hombre corriente, del Hijo hecho Hombre que es redimido por el Padre para la redencin de la humanidad.

Con el tratamiento un poco ms pormenorizado de estas tres obras hemos intentado mostrar un arco significativo con respecto a las distintas variantes que adopta la literatura pica durante el Medioevo. Los cambios pueden observarse a simple vista, solo auscultando en direccin a sus personajes protagnicos. En la primera de ellas, el Waltharius, ocupa el centro de la escena un hroe humano en el que pueden reconocerse casi todos los atributos de los de la epopeya antigua, si bien modificado en sus costumbres y estilo de relaciones por las culturas que en la Tarda Antigedad se haban incorporado y fusionado con el lgamo grecorromano: el cristianismo, los pueblos brbaros.

En la segunda, el Within Piscator, las transformaciones con respecto al centro de la escena son bastante notables, porque la figura protagnica, el pescador, se encuentra contrastada, en una relacin recprocamente imprescindible, con su contrincante, una ballena. Sea cual fuere nuestra interpretacin del relato, la articulacin del hroe se produce no ya con otras figuras de su misma especie, sino con un animal (alegricosimblico). El ltimo texto, brevemente comentado, nos muestra una subversin completa en la relacin escnica: todos los agonistas son animales. La obra se abre a una interpretacin mltiple, provista por el vocablo que se encuentra en su ttulo, la tropologa. La dilucidacin de las intenciones del autor y del significado del texto ingresa en un terreno poco seguro.

Si Eneas haba sido un nuevo hroe para una nueva pica, o, dicho de un modo ms general y abstracto, si la historia de la pica est marcada por las modificaciones de su figura protagnica, el hroe, las tres obras destacadas dan cuenta de esos cambios segn las expectativas de las sociedades en que surgieron. La pica clsica haba provisto los moldes cannicos de los que la tradicin del gnero se sirvi con ligeras variantes durante siglos; la literatura medieval acentu las alteraciones operadas en la Tarda Antigedad, hasta extremos que, varios siglos despus, se atrevern a traspasar los escritores barrocos y manieristas.

Rubn Florio

Universidad Nacional del Sur

NOTAS

Considerando que los lectores podran estar interesados entre otros aspectos en las versiones latinas de los textos citados, he credo conveniente colocar algunas notas, al final de este trabajo, originalmente una conferencia.

1 Vase Rich, P. (19954:87-115), Young, F. (2004:474), Florio, R. (2009:105-110).

2 Vase, Florio, R., Tarda Antigedad. Registros Literarios de Sucesos Histricos, en Cuestiones de

Historia Medieval, Buenos Aires, en prensa.

3 Hardie, Ph. R. (1998:81), the history of the epic tradition is the history of the revaluation of the hero.

4 Auerbach, E. (2007:14-15).

5 Schaller, D. (1993:12), concluye: Per il Medioevo non esiste un concetto del genere epos come ideaguida, ma la realt dellEneide nella sua monumentale esemplarit.

6 Florio, R. (2001:XX; 270-275). Al respecto, Prudencio apunta que Ahora, como soldados los llama Cristo a su milicia eterna; su valor, acostumbrado a guerras y armas, milita en nuestros santuarios (Perist. 1.32-33: milites quos ad perenne cingulum Christus vocat, / sueta virtus bello et armis militat sacrariis); y ms adelante: Cristo est al frente de cohortes vestidas de blanco. (Perist. 1.67: Christus illic candidatispraesidet cohortibus). El carcter combativo del cristianismo se encuentra en la Biblia; 2Tm. 3-4: labora

sicut bonus miles Christi Iesu nemo militans inplicat se negotiis saecularibus ut ei placeat cui se probavit.

("Soporta las fatigas conmigo, como un buen soldado de Cristo Jess. Nadie que se dedica a la milicia se

enreda en los negocios de la vida, si quiere complacer al que le ha alistado").

7 Vase Florio, R. (2001:250-257). La ltima gran persecucin (en el ao 303) haba acaecido en tiempos del emperador Diocleciano. Prudencio fue funcionario del gobierno de Teodosio I.

8 Completo informe en el trabajo de Carozzi, C. (1994).

9 A la edicin latina de Selmer, C., Navigatio Sancti Brendani Abbatis, Notre Dame, Indiana, University of

Notre Dame, 1959, debe aadirse la buena traduccin castellana, Navegacin de San Brendn, ed. de

Hernndez Gonzlez, F., Madrid, Akal, 2006.

10 Curtius, E. R. (1955:610) seala la mezcla de escenas jocosas con el estilo solemne del gnero (ludicra

seriis miscere) en la epopeya latina de los siglos IX a XI.

11 Traducido al castellano como Junide, edicin de Ramrez Tirado, A., Madrid, Gredos, 1997.

12 De la Vita Karoli Magni existe traduccin castellana de De Riquer, A., Vida de Carlomagno, Madrid,

Gredos, 1999.

13 Existen versiones castellanas: Hrotsvitha de Gandersheim. Los seis dramas, texto latino, traduccin,

introduccin y notas de Astey, L., Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 1990. La obra completa ha sido

recientemente traducida al castellano, Rosvita de Gandersheim, Obras Completas, edicin de Martos, J., y

Moreno Soldevila, R., Huelva, Universidad de Huelva, 2005.

14 Godman, P. (1985:72): the masterpiece of early medieval Latin epic and narrative poetry.

15 Esta tradicin es recogida por Borges, J. L., Literaturas Germnicas Medievales, Buenos Aires, Emec,

1978, p. 103.

16 Traduccin castellana de Puche Lpez, M. C., Historia de Apolonio, rey de Tiro, Madrid, Akal, 1997.

17 Traduccin castellana, Ruodlieb y Huida de un Cautivo, edicin de Encuentra Ortega, A,. Madrid, Gredos, 2002.

18 Traduccin castellana de Pejenaute Rubio, F., Gautier de Chtillon. Alejandreida, Madrid, Akal, 1998.

19 Einhardus, Vita Karoli Magni, MGH, Scriptores Rerum Germanicarum (SRG), in usum scholarum, XXV6

1965, eds. Pertz, G. H., Waitz, G., Holder-Egger, O., Hannover, 1911, 29: Item barbara et antiquissima

carmina, quibus veterum regum actus et bella canebantur, scripsit memoriaeque mandavit. (Quiso tambin que se pusieran por escrito y se legaran a la posteridad los antiqusimos poemas brbaros en los que se cantaban las hazaas y las guerras de los antiguos reyes; traduccin de De Riquer, vase nota 12). No debe entenderse barbarus, segn se desprende del texto, con intencin peyorativa, sino simplemente como no escrito en latn.

20 Texto y traduccin castellana de De Brugger, Ilse M., Literatura en Alemn Antiguo, Buenos Aires,

Instituto de Literatura Anglogermnica de la Facultad de Filosofa y Letras, Universidad de Buenos

Aires,1951, pp. 14-19.

21 Francus ait: iam dehinc cervos agitabis, amice, / Quorum de corio wantis sine fine fruaris: / At dextrum,

moneo, tenera lanugine comple, / Ut causae ignaros palmae sub imagine fallas. / Wah! sed quid dicis, quod ritum infringere gentis / Ac dextro femori gladium agglomerare videris / Uxorique tuae, si quando ea cura subintrat, / Perverso amplexu circumdabis, euge, sinistram? / Iam quid demoror? en posthac tibi quicquid agendum est, / Laeva manus faciet. Cui Walthare talia reddit: / Cur tam prosilias, admiror, lusceSicamber: / Si venor cervos, carnem vitabis aprinam. / Ex hoc iam famulis tu suspectando iubebis / Heroum turbas transversa tuendo salutans. / Sed fidei memor antiquae tibi consiliabor: / Iam si quando domum venias laribusque propinques, / Effice lardatam de multra farreque pultam: / Haec pariter victum tibi

conferet atque medelam.

22 Vase la decodificacin del pasaje en Florio, R. (2005).

23 Langosch, K. (1973:14-30).

24 Otro, similar, ocurre despus de que Valtario ha eliminado a casi toda la guardia real de Guntario. Le

vuelve a colocar la cabeza a cada uno de los guerreros muertos y, despus de gemir con amargura, eleva una plegaria a Dios pidindole volver a verlos en el cielo! (vv. 1161-1167).

25 Sin alias, licet et lucem mihi dempseris almam, / Assunt hic plures socii carnisque propinqui, / Qui,

quamvis volucrem simules pennasque capessas, / Te tamen immunem numquam patientur abire. Varias

veces se encuentra referencia a esta costumbre en la Germania de Tcito; Ger. 7.3: quodque praecipuum

fortitudinis incitamentum est, non casus nec fortuita conglobatio turmam aut cuneum facit, sed familiae et

propinquitates (tienen algo que es el principal incentivo de su valenta: no es la casualidad ni una

agrupacin fortuita la que forma el escuadrn o los pelotones, sino la familia o el parentesco); luego, Ger.

14.1: cum ventum in aciem, turpe principi virtute vinci, turpe comitatui virtutem principis non adaequare.

iam vero infame in omnem vitam ac probrosum superstitem principi suo ex acie recessisse: illum defendere, tueri, sua quoque fortia facta gloriae eius adsignare praecipuum sacramentum est (en el campo de batalla es vergonzoso para el jefe verse superado en valor y vergonzoso para la comitiva no igualar el valor de su jefe. Pero lo infame y deshonrosos para toda la vida es haberse retirado de la batalla sobreviviendo al propio jefe); y remata en Ger. 21.1: suscipere tam inimicitias seu patris seu propinqui quam amicitias necesse est (es obligatorio asumir tanto las enemistades como las amistades del padre o pariente).26 Vase Florio, R, Waltharius (2002:157).

27 Vase Florio, R. (1972) Los Ritos de Iniciacin en el Martn Fierro, Buenos Aires, Mandala. En los

perodos de profundas renovaciones literarias (renovaciones nacionales) esta estructura reaparece encubierta; la gran literatura latinoamericana del siglo pasado la reitera con profusin de ejemplos: desde La Vorgine, de J. E. Rivera hasta Los Pasos Perdidos, de A. Carpentier, Adn Buenosayres, de L. Marechal, Los Premios, de J. Cortzar, Sobre Hroes y Tumbas, de E. Sbato, Cien Aos de Soledad, de G. Garca Mrquez, Pedro Pramo, de J. Rulfo, Grande Serto: Veredas, de J. Guimares Rosa, El Beso de la Mujer Araa, de M. Puig, Cambio de Piel y La Campaa, de C. Fuentes, entre muchas otras.

28 Existen dos traducciones castellanas, ambas excelentes, El Fisilogo. Bestiario Medieval, edicin de

Guglielmi, N., Buenos Aires, Eudeba, 1971, y Bestiario Medieval, edicin de Malaxecheverra, I., Madrid,

Siruela, 19965.

29 Vase Bertini, F. (1995: XIX).

30 Solus in ancipiti positus discrimine, solus / concipe consilium, cape vires, exere robur. / Virtus nulla patet, cum res fortuna secundet: / obtimum in adversis animos extollere rebus.31 ... undasque pias per cuncta refundunt. / Adiurant: Hic, si qua lates, adversa potestas, / nomen, opus

meritumque tuum per sancta fatere / pignera quae gerimus (virtus tibi nulla latendi) / nomineque in sancto

quid sis edicito coram! / Within ait sum ego, quem rabidis haec faucibus angens / eumenides

rapuit et viscere mersit acerbo. / Quin agite, o cives, superum iam cernere lumen / eductus merear

patriamque videre cupitam .

32 Pontifici pars summa datur munusque reportant / egregium lymphasque et pignera sacra ferentes. /

Partitur populus gratae commercia praedae / nec quisquam vacuus laetam remeavit ad urbem.

33 Mt. 12.40: sicut enim fuit Ionas in ventre ceti tribus diebus et tribus noctibus sic erit Filius hominis in

corde terrae tribus diebus et tribus noctibus. (Porque de la misma manera que Jons estuvo en el vientre del cetceo tres das y tres noches, as tambin el Hijo del hombre estar en el seno de la tierra tres das y tres noches).

34 Vase Campbell, J. (1959:88-93), y Eliade, M. (1961:266-267). Por su parte, Jung, C. G. (19622:264)

consigna sobre el smbolo del dragn-ballena: quien vence a ese monstruo gana una juventud nueva o

eterna. Pero para ello es preciso que, arrostrando todos los peligros, descienda al vientre del monstruo (viaje al infierno) y permanezca all un tiempo (el cautiverio en el mar nocturno).

35 Sabemos del episodio por las cartas de Abbn de Fleury, una dirigida a los monjes de Micy, donde se

aprecia su admiracin por Letaldo, P L. 139, 438A (Epistola XI ad Monachos Miciacenses), otra, donde lo seala como cabecilla de la rebelin, P L. 139, 43. Para ms datos, vase Florio, R. ed. Within Piscator(2009:21-25).

36 P L. 137, 781B-782B: Quod opus reverendum potius quam iucundum dixerim, quia cum magnae

reverentiae gravitate dicenda et scribenda sunt, quae in conspectu veritatis recitari debent, ne unde Deus

placari creditur, inde amplius ad iracundiam provocetur; nihil enim ei placet, nisi quod verum est. Sunt

autem nonnulli, qui dum attollere sanctorum facta appetunt, in lucem veritatis offendunt; quasi sanctorum

gloria mendacio erigi valeat, qui si mendacii sectatores fuissent, ad sanctitatis culmen nequaquam ascendere potuissent. Dicenda ergo cum veritate sunt, quae veritas gessit: quia si aliquis Patrum aliquod dicitur fecisse miraculum, non illud homo, sed Deus operatur, qui potens est operari in quo et per quem vult hominem.37 P L. 111, 312C-313C: Item mare baptismum significat in Apocalypsi... Item mare desertum, praesens

mundus est... In hoc etiam mare diabolicae sine numero serpere probantur insidiae malitiaeque daemonum,

velut quibusdam fluctibus animarum voluntas instabilis commovetur... Ubi et draco malignus et pestifer

inhabitat, qui illuditur ab angelis Dei per iustissimas increpationes, vel etiam et a fidelibus viris.

38 Non Within, tanto fuerit cum tempore sospes, / obsequio simili caram remeabat ad urbem / a pelago

rediens: popularibus ecce catervis / stipatus quasi rex, cuneos speculatur ovantes. / Occurrit praesul, clerus

veneranter honorat, / hinc vallant proceres, artant hinc undique plebes / terque quaterque novi flagitant

discrimina casus. / Multa rogant multoque hominem sermone fatigant.

39 De Divisione Naturae (tambin denominado Periphyseon), IV.5; P L. 122, 749C: Est enim multiplex et

infinitus divinorum eloquiorum intellectus. Siquidem in penna pavonis una eademque mirabilis ac pulchra

innumerabilium colorum varietas conspicitur in uno eodemque loco ejusdem pennae portiunculae.

Traduccin castellana de prxima aparicin : Juan Escoto Erigena, Sobre la divisin de la naturaleza. Tomo I, libros I y II. Edicin bilinge. Estudio preliminar, traduccin, notas y glosario trilinge de Alfredo Fraschini, Carlos Blanch y Juan Pablo Abraham. Crdoba, El Copista.

40 (Laus domino, qui me salvarat dente lupino! / Sanus et incolumis maternis deferor ulnis. / Sit nomensanctum Christi domini benedictum!.41 Quis siccis referet oculis obprobria mortis, / Quod capitur dominus veluti mitissimus agnus, / Presidis ad sedem vitulus ceu ductus ad aram?