Fragmentos Para Una Historia de Los Siona

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    ue* necesario que transcurriera cerca de un siglo, desde que se inicia-ra la labor misionera en aquellas selvas amaznicas (las que, en elpapel, figuraban ya bajo el dominio del monarca espaol), paraque ese mapa de las tierras incgnitas de las misiones orientales, de

    sus pobladores nativos, de sus ros, de sus varaderos y caminos, lo mismo que desus gneros y frutos, fuera adquiriendo trazos ms precisos.

    Mucho tiempo despus de la bsqueda de El Dorado que, como un sueo

    efmero y febril, quiso construir, entre la vastedad de la selva, ciudades comoSevilla del Oro, Logroo, San Miguel de Sucumbos y la antigua greda o Mocoa,Franciscanos y Jesuitas emprendieron la labor misionera en las primeras dcadasdel siglo XVII. Despus de muchos logros y fracasos, despus de un largo peregrinajemisionero fue posible dibujar de manera aproximada y, an, de manera imaginada,los nombres de esos ros, de esos primitivos seres y los lmites, las sinuosidades ylos temperamentos de sus territorios.

    Y fue, precisamente, gracias a las descripciones que acompaaron la piezacartogrfica elaborada (en el ao de 1740) por el Padre Juan Magnn, jesuita ymisionero por largos aos en Maynas, que se fue haciendo ms evidente esa vastedadde la geografa amaznica y la diversidad cultural de sus naciones y parcialidades,lo mismo que la variedad y particularidad de sus lenguas, oficios, galas, costumbres,mojigangas y supersticiones.

    Gracias al trabajo cartogrfico y descriptivo elaborado por el Padre Magnn,sabemos que, adems de las naciones y parcialidades que existan entre el Napoy el Putumayo (Payahuas, Iquiabatas, Sucumbos, Uecuaris, Encabellados,Yunguinguis, Rumos, Yetes, Guacas, Ceos, Recobas, Chutias, Yarasunos deArchidona, Tenas, Napos Canelos Chitos y los de vila), entre el Caquet y elPutumayo estaba la Nacin de los Seones que son Charuayes, Andaques,Macaguajes, Urinus, Curiguajes, Sensaguajes, Ocoguajes, con otras Naciones deTamas, Murcilagos y Arionas (Magnn, 1740 [1955]: 97-98).

    Los Senones del Caquet, descritos por el mismo misionero Magnn, fueronreconocidos por su costumbre de desfigurarse de forma particular, [...] ponindose

    un palo labrado con plumas hermossimas, delgado, de media vara de largo, y susmujeres una piedra de jaspe, puntiaguda, que compran a los Yquiabates, dandouna china o un muchacho por una de ellas; con dos agujeros en el labio superior,donde ponen flores, y dos en el inferior, con dos pajas largas, ms de un palmo,claveteados los lados de las narices con dos chaquiras negras. De igual manera,Magnn destac como el mejor y el ms subido el veneno elaborado por losCharuayes (pertenecientes a la Nacin de los Seones, segn el mismo misionero)[...] y lo hacen hasta de 23 ingredientes de races, bejucos, cscaras y palos cocinadosjuntamente y dado punto al agua [...] el veneno que hacen, que a cualquier animal,por donde quiera que se le clave la punta de la saetilla o virote, que por medio deun poco de algodn, o lana de palo, que se envuelve, se dispara con el soplo, porel hueco de una cerbatana, con tal que le saque sangre (Magnn, Op. Cit. Pg.

    105).Muchas dcadas antes de la cartografa y de las descripciones realizadas por el

    Padre Magnn, los misioneros franciscanos describieron en sus informes las diversasnaciones indgenas de los ros San Miguel, Putumayo y Aguarico o Ro delOro, [...] copiosamente poblados, donde reiniciaron la pacificacin de infielesy el establecimiento de las reducciones o fundacin de los pueblos de indios enla ltima dcada del siglo XVII, despus de fracasados sus intentos realizados acomienzos de dicho mismo siglo: Jess de la Nanzuera, Santa Mara de Maguagees[sic], Santa Clara de Yaibaras, San Diego de Yartaguages, San Jos de los Curs,San Antonio de Padua de los Viguages (cuyos pobladores fueron sacados de la

    *El presente texto fue desarrolladoa partir de la tesis Putumayo:indios, misin, colonos y conflictos1845-1970. Fragmentos para unahistoria de los procesos deincorporacin de la fronteraamaznica y su impacto sobre lassociedades indgenas presentadapor el autor en Marzo de 2005para optar al ttulo de Doctor enHistoria de la Universidad Nacionalde Colombia, sede Bogot.

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    tierra adentro y poblados en las mrgenes del Putumayo), San Bernardino de losPenes y San Francisco de Picomos, todos fundados en el transcurso del ao de 1693.En el transcurso del ao de 1694 se dieron de paz y fueron incorporados por losmismos misioneros franciscanos los Neguas, que asisten la tierra adentro; los Caqus,que estos ltimos pertenecen al ro contrapuesto que llaman Caquet o Mocoa, porestar ms vecinos a l. Tambin se hicieron de paz este mismo ao los Coreguages, queasisten a las vegas de este mismo ro Caquet [...] Tambin se han dado de paz laProvincia de los Senseguages, Yamus que asisten en este mismo ro de Putumayo

    hacia su desemboque y otras infinitas Provincias de que tengo noticia. En el ao de1695 se dieron de paz los Punes y otros muchsimos de los Ycaguates y Encabellados,que asisten la tierra adentro y tambin estn pacficos los Roenes de esta misma nacin(Cspedes, 1696: folios 2(v)-5(r)).

    El mismo misionero Fray Diego de Cspedes, Presidente de las MisionesFranciscanas y fundador de muchos de los pueblos de indios en los ros San Miguely Putumayo a finales del siglo XVII, describi las costumbres de los habitantes nativos:

    Quiero tambin no dejar en silencio algunas costumbres que he experimentado en ellos; lo

    primero, son tan grandes soldados y tan ejercitados en las armas que ninguno anda menos que

    con dos o tres lanzas; tienen tambin una casa dedicada, donde se juntan dos veces todos los

    das a sus consejas, de donde sale definido cualquier orden; la primera vez que se juntan es

    desde las dos de la maana, poco ms o menos, hasta las seis del da. (Cspedes, Op.Cit.)

    Segn el misionero Cspedes, a esta conseja y junta, no ha de faltar ninguno,aunque sea viejo o muchacho; y para esto les hacen primero una bebida dedichos bejucos que llaman yoco, que es el chocolate de ellos, y despus de estoles dan otras bebidas, de maz o yuca, y si hay carne o pescado se les sirve, tambincon puntualidad; la otra junta es desde las cuatro de la tarde hasta las seis, dondelos esperan con la misma prevencin del chocolate o yoco (Cspedes, Ibd.). Lacasa donde se realizaba la junta o conseja se encuentra dedicada a hospedar a losforasteros de calidad, de manera que ah les ponen la comida, la bebida, la cama

    Extraccin de niguas. Grabadorealizado por Julio Crevaux. 1857-1882.Amrica Pintoresca.El ncoraEditores. Bogot. 1987.

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    durante el perodo colonial: el pueblo de los Tamas del Cagun, en donde en el aode 1790 los indios haban matado a su misionero (Fray Marcos Caldern), a lossoldados y muchachos que asistan a dicho padre fueron asolados enteramente;de la ruina de este pueblo se sigui la del pueblo de Ahumea, el ms remoto detodos, pues su subsistencia dependa de la del Cagun y en consecuencia queddesamparado.

    Aos atrs, las otras fundaciones misioneras en la regin haban corrido una

    suerte muy similar a la del pueblo del Cagun: en Santa Mara de Mecaya, tres vecesreestablecido con distintas naciones indgenas y otras tantas destruido, los nefitosdieron muerte a su misionero, Fray Jos Joaqun Arango, en 1783; en el pueblo delPescado de Andaques, stos atacaron a su misionero, Fray Ramn Ortz quien,herido, debi refugiarse en el Pueblo de La Escala. Ms tarde, el padre Fray GernimoMatanza, se hizo cargo de recoger a estos indios, los cuales estableci en La Bodoquera,que fue abandonado enteramente por los nativos, como poco despus sucedi conlos de Bodoquerita; el Pueblo de Los Canelos, tambin de Andaques, en el ro de laHacha, su misionero, Fray Juan Ortega, tuvo que huir para conservar su vida y pocodespus Fray Jos Iglesias se encarg de recoger en Los Canelos a los mismos indiosdispersos, de donde se fugaron en el ao de 1788; en cuanto al Pueblo de Paycunt,en el ao de 1789 se fug la mayor parte de los indios que lo componan y en el aode 1790 envenenaron a su misionero, Manuel Hermosilla (Ibaez, Op. Cit.).Finalizando el siglo XVIII, entonces, los indios del Gran Caquet haban retornadoa su gentilidad y salvajismo y los pueblos misioneros estaban reducidos a cenizas:

    De lo dicho, Excelentsimo Seor, claramente se viene en conocimiento que, aunque a principios

    del ao de 90 existan 8 pueblos, cuando salieron los Padres por el mes de noviembre de dicho

    ao slo quedaban tres, San Antonio, Puycunt y Solano, que, con el de La Escala son cuatro

    y otros tantos los destruidos: Bodoquerita, Canelos, Cagun y Ahumea y aunque ellos estaban

    ya constituidos en la prxima e inmediata disposicin de su ruina con eminente peligro de las

    vidas de sus misioneros como exponen dichos padres en su ya citada representacin. Efectivamente

    el correo de 15 del pasado marzo recib una carta que acompao y presento a Vuestra Excelencia

    de un misionero en que me participa la ruina del pueblo de Puycunt reducido a cenizas por losmismos indios y la fuga y muertes de muchos de los de San Antonio. En esta inteligencia ignoro

    si en la actualidad an exista algn pueblo a ms de La Escala (Ibaez, Ibd.).

    Teniendo en cuenta la informacin histrica cartogrfica, en el mapa manuscritodel siglo XVIII2 se seala, en el ro Orito, el lugar de la antigua fundacin del pueblode San Diego: Sitio del pueblo de San Diego que llamaban pueblo de San Juan. Enel mismo mapa figura, tambin, el Pueblo de San Diego de Ocoguajes, sobre el roPutumayo. Durante el perodo colonial y, de manera ms especfica, durante lossiglos XVII y XVIII, las reducciones o pueblos de indios fundados por losFranciscanos en las vastas selvas que ms tarde se conoceran como territorio delCaquet (cuya capital sera Mocoa y, por supuesto, inclua lo que hoy conocemos

    como Putumayo) se caracterizaron por su inestabilidad y por su vida efmera, envirtud de mltiples causas: la huda y la resistencia de los indios a vivir reducidos endichos pueblos por temor a la esclavitud y a las enfermedades y epidemias; ladesaparicin fsica de una buena parte de sus habitantes por el hambre y lasenfermedades mismas; los ataques frecuentes de ciertos grupos de indios sublevadoscontra los misioneros y, estructuralmente, por la secular dificultad de abastecer ysostener a los indgenas reducidos.

    Comnmente, las refundaciones de pueblos de indios se hicieron sacando delos montes a familias y grupos de indios nefitos porque los pobladores inicialesya haban huido a los montes o simplemente ya haban fsicamente desaparecido,

    2Dicho mapa se encuentra en elArchivo General de la Nacin,Bogot; Seccin Mapoteca;Mapoteca N6; Mapa N132.

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    vctimas del catarro, de la gripe y de la viruela. En consecuencia, fue usual que lasrefundaciones se designaran con nombres de fundaciones iniciales ya desaparecidasdonde se trasladaban, en el mejor de los casos, reductos de poblacin sobreviviente.En este mismo orden de ideas, esas refundaciones fueron establecidas frecuentementeen lugares diferentes a los de las fundaciones misioneras originales. La imagen quese fue dibujando de este proceso misionero franciscano es la de un mapa en el quevan surgiendo nuevas fundaciones las cuales desaparecen al ritmo en que la poblacin

    nativa, contactada, asimilada y reducida, es tambin vctima de la esclavizacin y,arrancada de sus territorios, sufriendo el traslado hacia otras reas y, an, a otrasregiones remotas de donde nunca retornarn. Otra parte significativa de la poblacinreducida y sometida a la vida miserable en los pueblos de misiones desaparecifsicamente como consecuencia de las enfermedades y epidemias, como ya se expres,lo que se puede apreciar en los documentos y censos de poblacin levantados por losmismos misioneros a lo largo del siglo XVIII3.

    El historiador Federico Gonzlez Surez refirindose al estado de decadenciaque presentaban las misiones de franciscanos en el Putumayo, en el Caquet y en elCoca, en la segunda mitad del siglo XVIII, atribuye, precisamente, esa decadencia ala saca de indios y al traslado de stos hacia otras regiones distantes, en calidad deesclavos:

    La falta de cooperacin de la autoridad civil fue una de esas causas; pues, el Gobernador de

    Popayn dio amplia licencia a un favorecido suyo para que sacara cuantos indios pudiera de

    los pueblos de las misiones y los llevara a Barbacoas, para ocuparlos all en el laboreo de las

    minas de oro. Los indios huan de los pueblos, a fin de no ser arrancados de sus bosques nativos

    y trasladados por la fuerza a las costas enfermizas del Pacfico (Gonzlez, 1970: 119).

    Introdjose tambin otra costumbre no menos inmoral y funesta para eladelantamiento de las misiones, y fue la de comprar muchachos para sacarlos afuera,a las poblaciones de la sierra, y emplearlos como esclavos en el servicio domstico;una hacha, un machete, unos cuantos abalorios se daban por un muchacho y de esamanera se haca odiosa la predicacin de la religin cristiana, la cual a los ojos de losindios, siempre desconfiados del blanco, apareca como un arbitrio para establecer yfomentar entre las tribus salvajes recin convertidas la odiosa granjera de la compray venta de nios (Gonzlez, Op. Cit. Pg. 121-122).

    Otro aspecto que contribuye a explicar el por qu de la vida efmera de los pueblosde misiones es el relacionado con el acceso a las herramientas. Debe comprenderseque tanto en el piedemonte del Putumayo y Caquet, pero tambin en el piedemonteamaznico del Per y Ecuador e incluso, en el piedemonte de nuestros LlanosOrientales, las poblaciones nativas tuvieron como estrategia, con el propsito deacceder a las herramientas de metal y a otras mercancas, acercarse a los misionerostan pronto estos ingresaban a sus territorios y/o apenas tenan noticia de su llegadaa la regin, dejndose reducir pero tan pronto como el misionero les haca entrega

    de las ddivas, herramientas y bujeras, los indios abandonaban los pueblos demisin. Los informes de los misioneros llaman la atencin reiteradamente acerca dedicho comportamiento, tal y como el Padre Juan Magnn lo observara al referirse almodo de reducirlos con herramientas:

    Para ganarlos no se sirven de razones o argumentos, que de eso no entienden; sino de ddivas

    y agasajos; hachas, cuchillos, agujas, herramientas son las ms convenientes razones; que

    como en sus rincones no tienen nada de eso, sirvindose slo de hachas de piedra, colmillos de

    animales, huesos y del fuego, para cortar palos y labrar sus canoas, reconociendo en la herramienta

    tan grande ventaja, se mueren por recibir alguna ddiva de esas, dando aun sus propios hijos

    3 Esto puede verse particularmenteen el Archivo Central del Cauca,en las signaturas relacionadas conFranciscanos y Caquet, de losFondos Coloniales.

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    A cinco horas de distancia de Puerto Ass, Putumayo abajo, estaba el poblado deindios Siona de Buenavista, cuyos habitantes ya estaban bajo la influencia religiosaevanglica de la Misin del Instituto Lingstico de Verano que operaba en LimnCocha, Ecuador. Francisco Payoguaje, que viva en la margen derecha del Putumayo,era en la poca el gua espiritual de la poblacin y su casa era el lugar de reunin dequienes habitaban en una y otra banda del ro. Por entonces, y por razones explicables,muchas cosas estaban cambiando, de tal manera que fue surgiendo una resistencia

    de los indios frente a la injerencia que por muchos aos haban ejercido losCapuchinos, como simultneamente estaba sucediendo, por motivos en algo similares,en el valle de Sibundoy. Como convencido evanglico, Francisco Payoguaje expresabaque su religin es bondad y amor, a diferencia de la que ensean los curas que es detemor a Dios y de engao y explotacin [...] Los curas son unos vividores que nodesaprovechan oportunidad para explotarnos a nosotros y no creemos en el gobiernoni en los curas. El gobierno colombiano nos tiene abandonados, los que mandan lapoltica se acuerdan de nosotros cuando necesitan nuestros votos (Osorio, Op. Cit.).11

    A dos horas de Buenavista estaba otra concentracin de indgenas Sionas, PiuaBlanco, familiares casi todos de los de Buenavista, dedicados a la agricultura, quienesante la influencia de los colonos ya usan tanto hombres como mujeres vestidos decampesinos. A poca distancia de Piua Blanco, se hallaba otro casero Siona, el dePiua Negro. En Puerto Ospina, pequea poblacin y puerto naval de avanzadasobre la margen colombiana, haba una importante afluencia de indgenas Sionas,Huitotos y Coreguajes: en este sitio tiene su almacn el seor Londoo quien explotaa 80 familias de indios ecuatorianos que le traen sus mercancas como pieles, arroz,y otros artculos agrcolas, oro, etc. Esta explotacin est autorizada por un permisodel Gobierno del Ecuador. A nosotros nos toc presenciar la llegada de una familiade indios que desnudos huan de su amo. Poco tiempo despus lleg la policaecuatoriana en su busca, pues deban dinero a su patrn. Al explicarles que esteproceder atentaba contra elementales sentimientos humanitarios, los sabuesosaceptaron las razones y respetaron el asilo territorial. All desemboca en el Putumayoel ro San Miguel que sirve de lmite con el Ecuador hasta Cuemb y es asiento de

    numerosas tribus ecuatorianas, en estado salvaje, especialmente los temibles Tetetes(Osorio, Op. Cit.)

    Si bien es cierto que las misiones, desde los mismos tiempos coloniales y enbuena parte del perodo republicano, haban sido un factor de profundastransformaciones entre los indgenas del Putumayo, lo mismo que los colonos quefueron ingresando desde los inicios del siglo XX, un nuevo factor de carctereconmico generara muy pronto un apreciable impacto territorial, socioeconmicoy cultural entre los grupos indgenas sobrevivientes en el piedemonte del Putumayo:la exploracin y explotacin petrolera. Por el ao de 1945 Milcades Chaves habarecorrido y descrito a Orito-Pungo como una poblacin completamente indgena,un casero de indios Siona con sus costumbres tpicas y su idioma propio, dondeno se encontraba ningn colono (Chaves, 1945: 571). Unos aos ms tarde, en el

    ao de 1963, y despus de ms de una dcada de estudios y de prospeccionesgeolgicas, la empresa norteamericana Texas Petroleum Company perfor el primerpozo petrolfero productivo en el Putumayo:

    Establecida por los gelogos la posibilidad de que se encontrara el mineral en el territorioSiona denominado Oritos, a orillas del ro Orito Pungo, aproximadamente 35 kilmetros alNW de Puerto Ass, se procedi a traer los equipos de perforacin. Primeramente se envi porbarco por los afluentes del Amazonas un aparejo de perforacin y 10 explanadoras abrieronuna senda de 40 kilmetros de largo hasta el sitio de la perforacin en Oritos, tarea que llev93 das. El camino fue destruido por una lluvia de 500 mm. El 29 de junio de 1963 se

    11 Vase la carta a GregorioHernndez de Alba reseada enel pie de pgina anterior.

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    Enterado ste de que los Anguteros y Piojs haban penetrado a territorio peruano huyendo dela represin de las autoridades ecuatorianas, se apresur a enviar mensajeros a los Curacaspara darles a conocer las condiciones en que les sera permitido vivir en sus nuevas tierras.

    Acostumbrados estos indgenas a no tener ms ley que la de su tribu, rechazaron las propuestasy entonces Peafiel les aplic la operacin reblandecimiento. Perseguidos en el Ecuador yperseguidos en el Per, los Secoyas habran traspasado la frontera y penetrado en territoriocolombiano. Peafiel, acostumbrado a hacerse obedecer, habra enviado emisarios y los habraextrado a viva fuerza, repitiendo as la hazaa de la Casa Arana, a raz del conflictocolombo-peruano, cuando dos mil familias de las tribus de los Huitotos, Boras y Ocainas

    fueron obligadas a dejar sus tierras y plantos que tenan en la Sabana entre los ros Putumayoy Caquet y a trasladarse en forma definitiva a la margen derecha del Putumayo, en territorio

    peruano (Min. Exteriores, Op. Cit.).

    A costa de ser reiterativo, es pertinente aqu recordar lo que haba sucedido acomienzos del siglo XX con los indgenas del ro San Miguel (indgenas cuyosantepasados eran originarios del alto Napo, de vila, Loreto, Concepcin y Cotapino).Durante los tiempos del caucho, Daniel Peafiel (quiz el padre o el abuelo de OscarPeafiel) bajo el sistema de endeude, esclaviz e hizo trabajar para l, en el Napoabajo, a un gran nmero de indgenas: Peafiel, que haba llegado de Quitoprobablemente trayendo mercancas para endeudar a los nativos, enganch acincuenta indgenas de Concepcin, cincuenta de Loreto, cincuenta de vila, treintade Payamino y veinticinco de Archidona (con guaguas, mujeres y abuelos), loscuales estableci en la bocana del Sunu por un ao y tres meses, donde recogancaucho que era luego vendido en Iquitos. Ms tarde, y durante un lapso de diezaos, la misma gente fue trasladada al lugar donde despus se fundara Rocafuerte y,all, al servicio del mismo Peafiel, extraan diferentes clases de caucho: leche-caspi,shiringa, gota-birche, chicle, balat blanco y colorado. Por entonces, una libra decaucho vala cien soles y cada familia recoga hasta 200 libras semanales. En pago, losindios reciban del patrn un pantaln, una camisa, un vestido de mujer o anzuelos.En la historia de la gente del ro San Miguel se recuerda que [...] haba muchsimaotra gente de la selva que, como nosotros, estaba bajo patrn. Haba muchos patrones

    que hacan trabajar Napo abajo, Putumayo abajo, Maran abajo, bastante gentetrada como nosotros desde las cabeceras de los ros, viviendo como esclavos,trabajando slo para el patrn, engaados, explotados, sin poder regresar a sus tierras(Foletti-Castegnaro, 1985: 165-167).

    Ms all de una coincidencia, los casos citados que involucran a los Peafielilustran la persistencia de los sistemas y patrones histricamente puestos en prcticapara la explotacin de los recursos de la selva, con las obvias consecuencias deesclavizacin y destruccin de los grupos indgenas. Los episodios ms recientesrelacionados con la siembra, recoleccin y comercializacin de la coca, no slocontinan reproduciendo el ya secular sistema del endeude, sino que, adems,amenazan con destruir los ltimos reductos de poblacin indgena y sus vnculoscomunitarios. Las acciones policivas y de control de los cultivos ilcitos, especialmenteen el Putumayo, han generado el desplazamiento de dichos cultivos, cada vez ms,hacia las reas recnditas de la selva donde han alcanzado los territorios de losindgenas sobrevivientes. La presencia y la actuacin permanentes en las ltimasdcadas de los grupos insurgentes, el incremento y fortalecimiento blico y militarde las Fuerzas Armadas del Estado y la actuacin creciente de grupos paramilitares,ha hecho ms difcil la vida de los grupos humanos all establecidos, configurndoseun nuevo mapa dibujado por los continuos desplazamientos, por el envenenamientode los territorios, por el terror, la muerte y la incertidumbre.

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    Del Seor Prefecto Provincial del Caquet

    Repblica de Colombia. - Departamento del Cauca. - Prefectura de la Provincia del Caquet- Nmero. - Mocoa, 12 de abril de 1.890.

    Seor Secretario de Gobierno. - Popayn.

    El 31 de Marzo prximo pasado llegu a esta Capital de regreso de la visitaordenada por S. S. a el Gobernador, la cual he practicado en el Putumayo y Caquet,y hoy paso a dar a usted el informe que se pide en la circular del 31 de Julio del aoprximo pasado; ms antes de entrar en el asunto debo manifestar que por no habersido apercibido de todo a todo, o siquiera con lo ms indispensable para un viaje tandilatado, sobre ser penossimo, y por haberse aproximado la estacin del invierno,no pude practicar la visita como dese, sin embargo, en gran parte queda remediadoel mal por los conocimientos prcticos que he adquirido en muchos aos que llevode viajar por estas comarcas tomando notas de todo.

    Adems me apoyo en datos de personas de buen crdito y que han pasado la

    mayor parte de su vida en este pas.Empec la visita por el ro Putumayo, por tanto, tratar primeramente de l,

    procurando guardar orden en los detalles, de acuerdo con la precitada Circular.Antes de tratar de los ros y de la inmensa hoya habitada por salvajes, hablar

    suscintamente de esta poblacin, de tres que estn en ese lado de la cordillera, queson Santiago, San Andrs de Putumayo y Sibundoy. Existen tambin otras poblacionesde aborgenes, blancos y mestizos, hacia el Noroeste que son Yunguillo, Descanse ySanta Rosa. De paso me ocupar en informar sobre las comarcas que baan los rosSan Miguel, Aguarico y el caudaloso Napo, porque poco conozco aquellos lugares,pues solamente una vez surqu el Napo desde el Amazonas hasta su confluencia conel Aguarico.

    Mocoa es una poblacin de blancos y aborgenes en nmero de unos 500.

    Los indios son de raza Inca y ya se conoce por la historia el carcter, ndole, costumbresy aptitudes de los descendientes de Atahualpa. Pobrecitos! Son muy obedientes,demasiado humildes y capaces de elevarse a un alto grado de civilizacin. Hace pocoles habl con suavidad tratando de convencerlos y persuadirlos a que pusieran sushijos a la escuela; y ya por condescender, ya por el halago del aprendizaje, hanempezado a hacer matricular muchos indiecitos. No comercian en nada; viven desus sementeras de yuca y pltano; por carnes, las del bosque y pescado cogido contrenques. Existen potreros casi naturales y se hacen de grama a poca costa, creo puesuna medida salvadora por mas de cien razones, como el seor Secretario puede ver,que a cada indgena de esta poblacin, y que sea padre de familia, le regale el Gobiernouna novilla. No pasaran de ser 50 las regaladas, porque no son ms lo padres de

    familia. El Prefecto arreglara el cmo las deberan tener; en pocos aos cada familiatendra muchas, y se habra conseguido, 1.: Un nuevo aliciente a la vida civilizada;2.: Un aumento de fuerza vital porque estos indios [ y an los blancos que vivenaqu ] estn anmicos; por rareza comen carne de la que habl antes, de ah que laenfermedad comn aqu es la hidropesa. La falta de carne les produce el deseoirresistible de comer tierra, ceniza, arenilla, etc. y 3.: Un gran apoyo para el comercioy mucho ms para los misioneros y colonos, ya por la carne que necesitaren en losros, donde es indispensable mucha o la salud se quebranta, porque aqu enfermauno ms por los psimos alimentos que por lo deletreo del clima, y para un noviciado,que supongo tendrn que fundar, y ningn punto mejor que ste para ese objeto,

    15 Fuente: Fuentes Documentalespara la Historia de la AmazoniaColombiana. Augusto J. Gmez Leditor. Volumen III (en curso).

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    Con esas 5 poblaciones se negocia actualmente en caucho; son regulares bogas;inteligentes, de imaginacin despejada, altivos y orgullosos, por carcter y resto debarbaridad; sin embargo no dejan de ser tmidos; conservan an ideas cristianas,como por la propiedad y por la mujer ajena; son susceptibles de educacin y puedenllegar a un alto grado de moralidad, de virtud y de progreso mercantil. Todava hayindios que fueron empleados en honrosos destinos en los vapores cuando navegabanen aguas del Putumayo; los ha habido comerciantes que tuvieron sentado el crdito

    en la capital del Par. Una vez en un pueblo del Amazonas iba a decir misa unsacerdote y no hallaba quien le ayudara, los ribereos se excusaban por no saber,cuando se present un aborigen del Putumayo y desempe la comisinadmirablemente: era en esa parte ms civilizado que los descendientes de europeoque le haban comprado.

    Se dice generalmente que esos indios odian a los blancos; pero no es exacto;saben s hacer distincin; cuando llega a sus playas un nuevo comerciante, luego alpunto se fijan con mirada atenta en su semblante y porte, maneras y vestido, yentonces le consideran o no; de ah la saa de los adocenados. Mas si son groseros ytienen un cierto desafecto a los blancos en general, no es posible exigir ms de unossemisalvajes a quienes se ha tratado y se trata an con soberano desprecio. Sonsusceptibles de venganza y odio como quiera que son hombres, y muy humildes einfelices son cuando soportan tanta befa y maltrato de parte de la generalidad de losnegociantes.

    Aseguro pues, que su carcter es generoso y que llevados de su marcadatendencia al progreso para gozarse con lo que desean, como herramientas, escopetasfinas, vestidos decentes y aun lujosos, exquisitos alimentos, porque vino, cerveza yrancho fino les agrada mucho, bien asomo el cigarro que les agrada mucho. Losperfumes y la msica forman sus delicias; cuando oyen tocar algn instrumentomelodioso y cuando oyen cantar al son de tiples y guitarras, rodean a los que lohacen, hombres, mujeres y nios, y no se separan sino cuando todo acaba.

    En cuanto a costumbres he podido observar de tiempo atrs algunas quemerecen atencin.

    Cuando las mujeres enferman con aquel sufrimiento que es peculiar oinherente a su sexo, luego al punto se retiran a un lugar apartado, se acuestan en unahamaca, en la que a nadie es permitido sentarse, pero ni aun tocarla; reciben losalimentos en un plato o en una hueca cscara de palma destinados para aquellapoca, la que la sirve vaca a cierta distancia y sin que se rocen las vasijas. Cuandodesaparece la enfermedad y se sienten en su estado normal, se van a la selva o playavecina, cuecen unas hojas, flores y cogollos de ciertas plantas, y en aquel cocimientotibio se baan todo el cuerpo, recargando el bao en determinadas partes; en esteestado dicen que quedan purificadas y pueden entrar a la casa, tocar y coger lostrastos y servir a sus esposos y dems gentes. No es esta una costumbre antiqusima,costumbre de los orientales?. Ser un remedo de lustracin de los paganos?.

    Acostumbran la comida o fiesta de los muertos con las mismas ceremoniasaunque a la rstica, de los primitivos tiempos.

    Acostumbraban casarse y el ms antiguo de todo casero se cree con facultadesy los indgenas se las dan, para hacerlo; la ceremonia es muy larga: extractar. Renensetodos los del casero, aun los nios deben asistir; toma la palabra el respetable decanoy pide el concepto de todos y uno por uno va emitiendo su opinin; luego hablan lospadres; quienes dicen que conviene por sto, quienes por eso otro. La discusindura casi un da y con la mayor gravedad, porque ni comen, ni beben hasta que elpunto quede resuelto en favor o en contra. Si el matrimonio se va a efectuar, elCapitn o Gobernador hace arrodillar frente a l, a corta distancia, a los novios y alos padrinos, y vuelve a tomar la palabra en stos trminos: Vais a uniros para vivir

    Revista

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    ve y cierra los ojos para hacerse el ciego, que oye y se hace el sordo. Ellos dicenque los aborgenes son parias o acmilas racionales criadas por Dios para elservicio del hombre; pero as y todo no tienen derecho para invadir nuestroterritorio, bajo el pretexto de que Colombia lo tiene abandonado, como ellosdicen.

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