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Marzo 20 del año 2016 - año 14 - N° 729 DOMINGO DE RAMOS - CICLO C Dirección y Diseño: Área de Comunicación Social - Litodiocesana Calle 20 N° 7-40 Tel: 3387622 - 23 - 3387626 Curia Episcopal Pereira Reflexión “Los Medios al Servicio del Evangelio” D etenido por las fuerzas de seguridad del Templo, Jesús no tiene ya duda alguna: el Padre no ha escuchado sus deseos de seguir viviendo; sus discípulos huyen buscando su propia seguridad. Está solo. Sus proyectos se desvanecen. Le espera la ejecución. El silencio de Jesús durante sus últimas horas es sobrecogedor. Sin embargo, los evangelistas han recogido algunas palabras suyas en la cruz. Son muy breves, pero a las primeras generaciones cristianas les ayudaban a recordar con amor y agradecimiento a Jesús crucificado. Lucas ha recogido las que dice mientras está siendo crucificado. Entre estremecimientos y gritos de dolor, logra pronunciar unas palabras que descubren lo que hay en su corazón: "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen". Así es Jesús. Ha pedido a los suyos "amar a sus enemigos" y "rogar por sus perseguidores". Ahora es él mismo quien muere perdonando. Convierte su crucifixión en perdón. Esta petición al Padre por los que lo están crucificando es, ante todo, un gesto sublime de compasión y de confianza en el perdón insondable de Dios. Esta es la gran herencia de Jesús a la Humanidad: No desconfiéis nunca de Dios. Su misericordia no tiene fin. Marcos recoge un grito dramático del crucificado: "¡Dios mío. Dios mío! ¿por qué me has abandonado?". Estas palabras pronunciadas en medio de la soledad y el abandono más total, son de una sinceridad abrumadora. Jesús siente que su Padre querido lo está abandonando. ¿Por qué? Jesús se queja de su silencio. ¿Dónde está? ¿Por qué se calla? Este grito de Jesús, identificado con todas las víctimas de la historia, pidiendo a Dios alguna explicación a tanta injusticia, abandono y sufrimiento, queda en labios del crucificado reclamando una respuesta de Dios más allá de la muerte: Dios nuestro, ¿por qué nos abandonas? ¿no vas a responder nunca a los gritos y quejidos de los inocentes? Lucas recoge una última palabra de Jesús. A pesar de su angustia mortal, Jesús mantiene hasta el final su confianza en el Padre. Sus palabras son ahora casi un susurro: "Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu". Nada ni nadie lo ha podido separar de él. El Padre ha estado animando con su espíritu toda su vida. Terminada su misión, Jesús lo deja todo en sus manos. El Padre romperá su silencio y lo resucitará. Esta semana santa, vamos a celebrar en nuestras comunidades cristianas la Pasión y la Muerte del Señor. También podremos meditar en silencio ante Jesús crucificado ahondando en las palabras que él mismo pronunció durante su agonía.

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Marzo 20 del año 2016 - año 14 - N° 729 DOMINGO DE RAMOS - CICLO C

Dirección y Diseño: Área de Comunicación Social - Litodiocesana Calle 20 N° 7-40 Tel: 3387622 - 23 - 3387626 Curia Episcopal Pereira

Reflexión

“Los Medios al Servicio

del Evangelio”

Detenido por las fuerzas de seguridad del Templo, Jesús no tiene ya duda alguna: el Padre no ha escuchado sus deseos de

seguir viviendo; sus discípulos huyen buscando su propia seguridad. Está solo. Sus proyectos se desvanecen. Le espera la ejecución.El silencio de Jesús durante sus últimas horas es sobrecogedor. Sin embargo, los evangelistas han recogido algunas palabras suyas en la cruz. Son muy breves, pero a las primeras generaciones cristianas les ayudaban a recordar con amor y agradecimiento a Jesús crucificado.Lucas ha recogido las que dice mientras está

siendo crucificado. Entre estremecimientos y gritos de dolor, logra pronunciar unas palabras que descubren lo que hay en su corazón: "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen". Así es Jesús. Ha pedido a los suyos "amar a sus enemigos" y "rogar por sus perseguidores". Ahora es él mismo quien muere perdonando. Convierte su crucifixión en perdón.Esta petición al Padre por los que lo están crucificando es, ante todo, un gesto sublime de compasión y de confianza en el perdón insondable de Dios. Esta es la gran herencia de Jesús a la Humanidad: No desconfiéis nunca de Dios. Su misericordia no tiene fin.Marcos recoge un grito dramático del crucificado: "¡Dios mío. Dios mío! ¿por qué me has abandonado?". Estas palabras pronunciadas en medio de la soledad y el abandono más total, son de una sinceridad abrumadora. Jesús siente que su Padre querido lo está abandonando. ¿Por qué? Jesús se queja de su silencio. ¿Dónde está? ¿Por qué se calla?Este grito de Jesús, identificado con todas las víctimas de la historia, pidiendo a Dios alguna explicación a tanta injusticia, abandono y sufrimiento, queda en labios del crucificado reclamando una respuesta de Dios más allá de la muerte: Dios nuestro, ¿por qué nos abandonas? ¿no vas a responder nunca a los gritos y quejidos de los inocentes?Lucas recoge una última palabra de Jesús. A pesar de su angustia mortal, Jesús mantiene hasta el final su confianza en el Padre. Sus palabras son ahora casi un susurro: "Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu". Nada ni nadie lo ha podido separar de él. El Padre ha estado animando con su espíritu toda su vida. Terminada su misión, Jesús lo deja todo en sus manos. El Padre romperá su silencio y lo resucitará.Esta semana santa, vamos a celebrar en nuestras comunidades cristianas la Pasión y la Muerte del Señor. También podremos meditar en silencio ante Jesús crucificado ahondando en las palabras que él mismo pronunció durante su agonía.

Queridos hermanos: Ya desde el principio de la Cuaresma nos venimos preparando con obras de penitencia y caridad. Hoy, cercana ya la Noche Santa de la Pascua, nos d i sponemos a i naugura r, en comunión con toda la Iglesia, la celebración anual de los misterios de l a pas ión y r e su r r ecc ión de Jesucristo, misterios que empezaron con la solemne entrada de Jesús en Jerusalén.

Por ello, recordando con fe y devoción la entrada triunfal de Jesucristo en la ciudad santa, le acompañaremos con nuestros cantos, para que, participando ahora de su cruz, merezcamos un día tener parte en su resurrección.

No se dice Gloria.

Dios todopoderoso y eterno, tú quisiste que nuestro salvador se hiciese hombre y muriese en la cruz, para mostrar al género humano el ejemplo de una vida sumisa a tu voluntad; concédenos que las enseñanzas de su pasión nos sirvan de tes t imonio , y que un d ía pa r t i c ipemos en su g lo r iosa resurrección.

Por Nuestro Señor Jesucristo…

Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado, para saber decir al abatido una palabra de aliento. Cada mañana me espabila el oído, para que escuche como los iniciados. El Señor me abrió el oído. Y yo no resistí ni me

NuestraEucaristía Ciclo “C”

2 Oración Colecta

4 Salmo Responsorial

1 Monición de Entrada

DOMINGO DE RAMOS

eché atrás: ofrecí la espalda a los que me apaleaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no me tapé el rostro ante ultrajes ni salivazos. El Señor me ayuda, por eso no sentía los ultrajes; por eso endurecí el rostro como pedernal, sabiendo que no quedaría defraudado.

Lector: Palabra de Dios.Todos: Te alabamos, Señor.

Del Salmo 21

Salmista: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?

Todos: DIOS MÍO, DIOS MÍO, ¿ P O R Q U É M E H A S ABANDONADO?

* Al verme, se burlan de mí, hacen visajes, menean la cabeza: «Acudió al Señor, que lo ponga a salvo; que lo libre, si tanto lo quiere.» R/.

* Me acorrala una jauría de mastines, me cerca una banda de malhechores; me taladran las manos y los pies, puedo contar mis huesos. R/.

* Se reparten mi ropa, echan a suertes mi túnica. Pero tú, Señor, no te quedes lejos; fuerza mía, ven corriendo a ayudarme. R/.

* Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré. Fieles del Señor, alabadlo; linaje de Jacob, glorificadlo; temedlo, linaje de Israel. R/.

Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse

3 Primera Lectura

DEL LIBRO DE ISAÍAS(50, 4 - 17:

Segunda Lectura5DE LA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS FILIPENSES(2, 6-11)

incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

Lector: Palabra de Dios. Todos: Te alabamos, Señor.

Lector: Cristo por nosotros se sometió incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el “Nombre-sobre-todo nombre”

En aquel tiempo Jesús echó a andar delante, subiendo hacia Jerusalén. Al acercarse a Betfagé y Betania, junto al monte llamado de los Olivos, mandó a dos discípulos diciéndoles:—Id a la aldea de enfrente: al entrar encontraréis un borrico atado, que nadie ha montado todavía. Desatadlo y traedlo. Y si alguien os pregunta: ¿por qué lo desatáis?, contestadle: el Señor lo necesita.Ellos fueron y lo encontraron como les había dicho. Mientras desataban a l b o r r i c o l o s d u e ñ o s l e s preguntaron:— ¿Por qué desatáis al borrico?Ellos contestaron:—El Señor lo necesita.Se lo llevaron a Jesús, lo aparejaron con sus mantos, y le ayudaron a montar. Según iba avanzando la gente alfombraba el camino con los mantos. Y cuando se acercaba ya la bajada del monte de los Olivos, la m a s a d e l o s d i s c í p u l o s , entusiasmados, se pusieron a alabar a Dios a gritos por todos los milagros que habían visto, diciendo:— ¡Bendito el que viene como rey, en nombre del Señor! Paz en el cielo y gloria en lo alto.

Oración de los fieles8

Algunos fariseos de entre la gente le dijeron:— M a e s t r o , r e p r e n d e a t u s discípulos.Él replicó:—Os digo, que si éstos callan, gritarán las piedras.

Lector: Palabra del Señor. Todos: Gloria a ti, Señor Jesús.

NOTA: Evangelio Pasión de Nuestro Señor Jesucristo según san Lucas (22, 14-23, 56)

Credo.

Celebrante: Unámonos, hermanos, en este día solemne con el que inicia la Semana Mayor, para invocar a nuestro Padre Dios por nuestra I g l e s i a , q u e i n i c i a l a g r a n celebración de las fiestas Pascuales. Digamos todos:

Todos: Escucha, Padre nuestro, la oración de tu pueblo.

1. Por la Iglesia, Cuerpo de Cristo, para que permanezca unida en la caridad, como lo quiso el Señor Jesús , y as í e l mundo c rea . Roguemos al Señor.

2. Por el Obispo de Roma, el Papa Francisco, por nuestro Obispo Diocesano, por los Presbíteros y Diáconos para que su vida sea siempre imagen de Cristo, en el servicio y entrega a los hermanos. Roguemos al Señor.

3. Por quienes están trabajando por la paz en el mundo, en nuestra patria y en nuestros hogares, para que no se desanimen ante las dificultades y busquen incansablemente los c a m i n o s d e r e c o n c i l i a c i ó n . Roguemos al Señor.

4. Por nuestros niños y niñas y todos los jóvenes de nuestra Iglesia para que acojan generosamente y sin temor los llamados que les haga el Señor, para servir a los hermanos. Roguemos al Señor.

Canto al Evangelio6

7 Evangelio

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS (19,28,40):

9 Oración sobre las Ofrendas

10Oración post-comunión

“Proteja su núcleo familiar con la tarifa más económica de la ciudad, desde $1.500 pesos por persona”

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Campo santo Prados de Paz y Hornos Crematorios

Celebrante: Padre celestial: nos hemos reunido para compartir el Pan de unidad y alimento de vida eterna. Concédenos vivir plenamente la Eucaristía, uniéndonos a tu Hijo como ofrenda agradable a Ti.

Te lo pedimos por el mismo Jesucristo, Nuestro Señor...

Amén

Por la pasión de tu Hijo sé propicio a tu pueblo, Señor, y concédenos, por esta celebración que actualiza el único sacrificio de Jesucristo, la misericordia que no merecen nuestros pecados.

Por Jesucristo, Nuestro Señor….Amén.

For t a l ec idos con t an san tos misterios, te dirigimos esta súplica, Señor: del mismo modo que la muerte de tu Hijo nos ha hecho esperar lo que nuestra fe nos promete, que su resurrección nos alcance la plena posesión de lo que anhelamos.

Por Jesucristo, Nuestro Señor… Amén.

Liturgia de Las Horas: Salterio: semana II / Rojo

Lunes: Is 42, 1-7 / Sal 27(26) / Jn 12, 1-11 Martes: Is 49, 1-6 / Sal 71(70) / Jn 13, 21-33. 36-38 Miércoles: Is 50, 4-9a / Sal 69(68) / Mt 26, 14-25 Jueves: Éx 12, 1-8. 11-14 / Sal 116(115) / 1Co 11, 23-26 / Jn 13, 1-15 Viernes: Is 52, 13-53, 12 / Sal 31(30) / Hb 4, 14-16; 5, 7-9 / Jn 18, 1-19, 42Sábado: No hay celebración litúrgica diferente a la Liturgia de las Horas.

Esta semana celebramos:

Lunes: Santo

Martes: Santo

Miércoles: Santo

Jueves: DE LA CENA DEL SEÑOR

Viernes: EN LA PASIÓN DEL SEÑOR

Sábado: VIGILIA PASCUAL