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fondo: pantone 2747 C / texto: pantone 871 C

Texto bíblico deLa Casa de la Biblia

Traducción aprobada por laConferencia Episcopal Española

NUEVO

TESTAMENTOedición popular

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PRESENTACION ………………………………………………… viiEQUIPO DE COLABORADORES ……………………………… viiiMODO DE CITAR Y ABREVIATURAS ………………………… ix

El mundo del Nuevo Testamento …………………………………… 1

EVANGELIOS Y HECHOSIntroducción……………………………………………………… 5Mateo …………………………………………………………… 6Marcos …………………………………………………………… 5Lucas …………………………………………………………… 83Juan ……………………………………………………………… 131Hechos de los Apóstoles ………………………………………… 171

CARTAS Y APOCALIPSISIntroducción……………………………………………………… 216Carta a los Romanos ……………………………………………… 218Primera carta a los Corintios……………………………………… 238Segunda carta a los Corintios …………………………………… 258Carta a los Gálatas ……………………………………………… 271 Carta a los Efesios………………………………………………… 279 Carta a los Filipenses……………………………………………… 287 Carta a los Colosenses …………………………………………… 293Primera carta a los Tesalonicenses………………………………… 299Segunda carta a los Tesalonicenses ……………………………… 304Primera carta a Timoteo ………………………………………… 308Segunda carta a Timoteo ………………………………………… 315Carta a Tito ……………………………………………………… 319Carta a Filemón ………………………………………………… 322Escrito a los Hebreos …………………………………………… 324Carta de Santiago ………………………………………………… 340Primera carta de San Pedro ……………………………………… 346Segunda carta de San Pedro ……………………………………… 352Primera carta de San Juan………………………………………… 356Segunda carta de San Juan ……………………………………… 362Tercera carta de San Juan ………………………………………… 363Carta de San Judas ……………………………………………… 364Apocalipsis ……………………………………………………… 367

VOCABULARIO BIBLICO ……………………………………… 393

CRONOLOGIA Y MAPAS ………………………………………… 437

INDICE GENERAL

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PRESENTACION

Editorial Verbo Divino, continuando con su labor de difusión de laPalabra, ofrece a los lectores de habla española esta «Edición popular»del Nuevo Testamento. Esta edición, como su propio nombre indica,tiene como objetivo llegar a un público amplio no especializado, atodas las personas que se acercan por primera vez a la Palabra de Diosy, también, a todas las que demandan una edición manejable perorigurosa del texto del Nuevo Testamento.

La traducción del texto de esta edición es obra de La Casa de laBiblia. Se trata de una traducción que, desde su presentación, haobtenido el reconocimiento tanto de los especialistas como del públicogeneral, gracias a su acertada combinación de fidelidad en la inter-pretación de los textos originales y fluidez en el estilo de redacción.

Las introducciones a cada uno de los libros, el «Vocabulariobíblico», la «Cronología del Nuevo Testamento» y los mapas queacompañan y complementan al texto bíblico son también obra de LaCasa de la Biblia. El conjunto de esos materiales complementariostiene como objetivo suplir el papel de las notas y ofrecer una primerainiciación a la historia, la literatura y la teología del NuevoTestamento.

Desde Editorial Verbo Divino, esperamos que esta edición popu-lar cumpla su objetivo de acercar el mensaje evangélico al mayornúmero de personas posible y de servir de puerta de acceso al con-junto de la Biblia.

editorial verbo divino

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viii

EVANGELIOS Y HECHOSMateo: Santiago Guijarro

Marcos: Francisco P. Herrero

Lucas y Hechos: Dionisio Mínguez, Luis F. García-Viana

Juan: Felipe F. Ramos

CARTAS Y APOCALIPSISRomanos, Corintios, Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses,Tesalonicenses, Filemón, Santiago, Pedro, Judas yApocalipsis: Miguel Salvador

Cartas Pastorales: Gabriel Pérez

Hebreos: Gaspar Mora

Cartas de Juan: Felipe F. Ramos

INTRODUCCIONESAdaptó Eduardo Ayuso de la edición completa y supervisaronMiguel Salvador y Santiago Guijarro

VOCABULARIO BIBLICOAntonio G. Lamadrid, Joaquín Menchén, Miguel Salvador ySantiago Guijarro

REVISION LITERARIAJosé Guillén

EQUIPO DE COLABORADORES

DIRECCION DEL PROYECTOY REVISION DE LA TRADUCCION

Santiago Guijarro y Miguel Salvador

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ix

Con el objeto de distinguir más fácilmente entre capítulos y versículosen las citas de textos bíblicos, los capítulos van en números mayores quelos versículos.

Para citar cualquier texto de la Biblia basta indicar abreviadamente dequé libro se trata (ver lista de abreviaturas), y el capítulo y versículo dondecomienza y termina la cita, separados por un guión.

– Cuando se citan capítulos enteros no se ponen los versículos:Ejemplo: Mt 5-7 = Mateo, capítulos cinco, seis y siete.

– Cuando la cita es del mismo capítulo, no se repite el capítulo.Ejemplo: Mt 5 43-48 = Mateo, capítulo cinco, versículos del cuarenta y

tres al cuarenta y ocho, ambos incluidos.

– Cuando la cita corresponde a un texto contenido en capítulos distintosse indican el capítulo y versículo en el que comienza y el capítulo y versículoen el que termina, separados por un guión.

Ejemplo: Mt 6 19-7 12 = Mateo, desde el versículo diecinueve del capítuloseis, hasta el versículo doce del capítulo siete.

– Cuando se citan dos párrafos de un mismo capítulo que no vanseguidos, los versículos de ambos párrafos irán separados por un punto.

Ejemplo: Mt 6 1-4. 16-18 = Mateo, capítulo seis, desde el versículo uno alcuatro y desde el dieciséis al dieciocho.

– Lo mismo ocurre si, en lugar de ser un párrafo, son versículos sueltos.Ejemplo: Mt 6 1-4.16.24 = Mateo, capítulo seis, versículos del uno al cuatro,

versículo dieciséis y versículo veinticuatro.

– Cuando se citan seguidos dos o más textos de un mismo libro, no serepite la sigla del mismo.

Ejemplo: Mt 5 43-48; 6 1-18 = Mateo, capítulo cinco, versículos del cua-renta y tres al cuarenta y ocho y Mateo, capítulo seis, versículos uno aldieciocho.

MODO DE CITAR

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En el uso y lenguaje común la pala-bra “Testamento” evoca la donación debienes en el momento de la muerte porparte de una persona que nos ama. En laBiblia, sin embargo, hace más bien refe-rencia a la revelación que Dios hace desí mismo al hombre, y a la alianza deamor que Dios establece con su pueblo.

Llamamos Nuevo Testamento a la re-velación y a la alianza que, en la plenitudde los tiempos, Dios hace y establece conlos hombres a través de Jesús de Nazaret,el Hijo de Dios hecho hombre. Y tambiénllamamos Nuevo Testamento al bloquede escritos que redactados bajo el caris-ma de la inspiración divina recogen esarevelación y nos describen esa alianza.

1. En el oriente del imperio romano

Los escritos que componen el NuevoTestamento vieron la luz durante la se-gunda mitad del siglo I d. C., en la parteoriental del imperio romano. Su conteni-do se refiere a personas y comunidadescristianas que vivieron durante el siglo Ien Palestina, Asia Menor, Grecia e inclu-so Roma.

El imperio romano estaba regido en-tonces por el emperador Octavio Augusto.Durante su reinado (27 a. C.-14 d. C.), lar-go y pacífico, Roma alcanzó el máximoesplendor, dominando toda la cuenca delMar Mediterráneo y disfrutando de paz so-cial y progreso económico. Los suceso-res de Octavio se dedicaron a conservarel imperio con mejor o peor fortuna. Pa-lestina, a su vez, estaba dividida en variosterritorios gobernados con cierta auto-

nomía por los sucesores de Herodes elGrande (37-4 a. C.), bajo la atenta mira-da del gobernador romano de Siria. El te-rritorio de Judea estaba bajo el control di-recto de un procurador nombrado por Ro-ma. Esta situación duró hasta el año 70d. C. en que a raíz de la guerra judeo-ro-mana y la consiguiente conquista de Je-rusalén y destrucción de su templo, Pa-lestina pasó a ser una provincia más delimperio, distinta de Siria.

La economía de este tiempo no eramuy diferente en los distintos lugares. Laagricultura, la ganadería, la pesca, la pe-queña industria artesanal y el todavía nomuy desarrollado comercio generaban lamayor parte de la riqueza. Sin embargo,los bienes estaban desigualmente repar-tidos pues junto a los grandes propietariosy comerciantes se encontraba una ampliabase de trabajadores autónomos y otramás extensa aún de jornaleros, parados,esclavos y mendigos. La recaudación fis-cal estaba bastante bien organizada. Conella se ponía en marcha toda la maqui-naria del estado: funcionarios y ejército.Por ser una economía inestable, cualquiersituación extraordinaria (guerra, sequía,malas cosechas, epidemias...) repercutíanegativamente sobre los grupos de po-blación más débiles.

El helenismo dominaba culturalmen-te el imperio romano pues la herencia re-ligiosa, filosófica y artística de Grecia ha-bía sido asumida por Roma. Palestina tam-bién se vio influenciada por esta culturadominante. Con todo, el monoteísmo dela religión judía se mantuvo mediantela fidelidad a la ley, el culto sinagogal y la

EL MUNDODEL NUEVO TESTAMENTO

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referencia al templo y a la ciudad de Je-rusalén. A partir de los acontecimientosdel año 70 d. C. la pluralidad religiosa queexistía en el judaísmo dio paso a una cier-ta intolerancia, pues los fariseos se adue-ñaron de la ortodoxia y marcaron rígida-mente las normas del judaísmo.

2. Un protagonista y dos generacionesde seguidores

El primer siglo del cristianismo puededividirse en tres etapas que influyeron enla elaboración de los escritos del NuevoTestamento.

La vida de Jesús de Nazaret (6 a. C.-30 d. C.) señala el primer momento. Des-pués de vivir en Nazaret su infancia y ju-ventud, Jesús comienza su ministerio pú-blico alrededor de Cafarnaún (Galilea) yJerusalén (Judea). Junto al lago de Ge-nesaret reúne a un grupo de seguidoresque le acompañarán casi hasta su muer-te en la ciudad santa donde fue conde-nado a morir crucificado como un vulgarmalhechor.

El segundo momento tiene como pro-tagonistas a los discípulos que nacieronal calor de la resurrección de Cristo y ladonación del Espíritu Santo. Constituyenla generación apostólica o primera gene-ración cristiana (30-70 d. C.) y extendie-ron el mensaje de Jesús por todo el im-perio. El grupo de Jerusalén predicó so-bre todo a los judíos de Palestina; el gru-po helenista rompió las fronteras pales-tinenses y predicó principalmente en lasciudades de la cuenca mediterránea. Pa-blo, el mejor exponente de estos predi-cadores cristianos judeo-helenistas, pro-clamó el evangelio a lo largo y ancho detodo el imperio y creó numerosas comu-nidades cristianas en los principales nú-cleos urbanos del mismo. La necesidadde mantenerse en contacto con esas co-munidades, dará origen a los primeros es-critos cristianos en forma de carta.

El tercer momento o etapa coincidecon la desaparición de los apóstoles y laspersonas que conocieron a Jesús. Es elmomento de la segunda generación cris-tiana (70-100 d. C.) en el que es precisoponer por escrito las tradiciones que losdiversos grupos habían conservado y seesforzaban en transmitir: la tradición dePedro, cuyo centro estuvo en Antioquía; lade Santiago, en Jerusalén; la de Juan, enla Transjordania, y la de Pablo, en las re-giones de Asia Menor, Grecia y Roma. Elúltimo paso lo señala la unificación de lasdos tradiciones cristianas más extendi-das: la petrina y la paulina. A partir de es-te momento, el cristianismo se concibe demanera unitaria y consolidada, a la vezque se va separando cada vez más deljudaísmo.

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EL IMPERIO ROMANOEN EL SIGLO I

G

GALIA

MAURITANIA

HISPANIA

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3. Los escritos del Nuevo Testamento

Todos los escritos del NT se redacta-ron en un griego popular llamado koiné.En ellos influyó, sobre todo, la Biblia he-brea traducida al griego, conocida por Bi-blia de los LXX, que se leía en muchascomunidades judías fuera de Palestina.

Pero no todos los escritos cristianosentraron a formar parte del Nuevo Testa-mento. Sólo veintisiete de ellos entraronen el “canon” o lista de libros inspiradosy normativos para la Iglesia. Este proce-so de selección duró varios siglos y loscriterios que se utilizaron fueron tres: elorigen apostólico, la conformidad con latradición viva de la Iglesia y la utilizaciónpública y litúrgica del escrito en un númeroamplio de comunidades.

Simplificando mucho, se puede afir-mar que los escritos del Nuevo Testa-mento contienen dos tipos de tradiciones:unas, sobre la vida y predicación de Je-sús; otras, sobre las situaciones y viven-cias de las primeras comunidades. La re-dacción final integra ambos niveles y losconforma unitariamente.

Los diversos escritos pueden agru-parse según su género literario (evange-lios, hechos, cartas y apocalipsis); sin em-bargo resulta más clara la clasificacióncronológica, pues aporta el contexto vivoen donde nació cada obra. Así, en los añosde la primera generación cristiana (30-70d. C.) se redactaron las cartas atribuidasdirectamente a san Pablo (cartas proto-paulinas: 1 Tes, 1-2 Cor, Gal, Rom, Flp,Flm) y cristalizan por escrito las tradicio-

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GERMANIA

DACIA

Mar NegroMar Caspio

ASIAGALACIA

CILICIA SIRIA

REINO DEHERODES

NABATEA

ITALIARoma

MACEDONIA

ACAYA

Mar Mediterráneo

AFRICA CIRENEEGIPTO

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nes que algo más tarde darán lugar a losevangelios. Durante la segunda genera-ción (a partir del año 70 d. C.) se escribenlos demás libros del Nuevo Testamento.Son la mayoría, porque la desapariciónde los apóstoles obliga a conservar fiel-mente los recuerdos centrales de la fe.

4. La buena noticia

Todo el Nuevo Testamento puede con-siderarse como el anuncio de la misma bue-na noticia: en Jesús de Nazaret, en su vi-da, muerte y resurrección, se ha hecho pre-sente el reino de Dios entre los hombres.

Jesús proclamó durante su vida te-rrena el comienzo del reinado de Dios (Mc1 14-15), pero los primeros predicadorescristianos comprendieron que este reina-

do se inauguró con la encarnación de Je-sucristo y su destino personal, en su vic-toria sobre la muerte (1 Cor 15 14).

La misma fe adquiere distintos ropa-jes y matices cuando se asimila en las di-ferentes comunidades cristianas y setransmite en un contexto social concreto.

Los evangelios y el libro de losHechos están centrados en lamemoria de Jesús. Las cartasde Pablo son reflexiones teoló-gicas sobre el misterio pascual.Las demás cartas insisten sobretodo en la vida práctica y suscompromisos morales. Por últi-mo, el Apocalipsis recoge la teo-logía más genuinamente profé-tica. Toda esta pluralidad enri-quece la misma y única fe cris-tiana.

Las diferentes ideas religio-sas que aparecen a lo largo delNuevo Testamento se puedenorganizar en torno a tres gran-des temas. El primero de elloses la figura de Jesús de Naza-ret. Su muerte provocó la pri-mera reflexión religiosa para tra-tar de dar una respuesta cohe-rente al grave interrogante quesemejante muerte planteaba.

El segundo gran tema es laIglesia, continuadora de la mi-sión de Jesús. Las comunida-des cristianas reflexionaron so-bre sus dificultades y gozos tra-

tando de evangelizar y vivir desde com-promisos éticos concretos.

Y finalmente, el tercer gran tema es lareferencia permanente al futuro (dimen-sión escatológica). La plenitud no se en-cuentra en este mundo sino que se alcan-za en el otro. Por esta razón se puede es-perar confiadamente y se debe orar coninsistencia implorando la vuelta del Señor(Ap 22 20) para que instaure los cielosnuevos y la tierra nueva.

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ANTIPAS

FILIPO

RíoJordán

Jericó •

ANTIPAS

Mar Muerto

IDUMEA

Mar Mediterráneo

PALESTINAEN TIEMPOS DEL

NUEVO TESTAMENTO

Jerusalén •

Belén •

ARQUELAO

PEREA

SALOME

JUDEA

SAMARIA

DECAPOLIS

GALILEA

• Cesarea de Filipo

• CesareaMarítima

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1. ¿Qué significa “evangelio”?

La palabra “evangelio” significa “bue-na noticia”. Pero además con esta pala-bra suele designarse un género literarioespecial del Nuevo Testamento cuya fi-nalidad era animar la fe de las primerascomunidades cristianas ofreciendo un tes-timonio fiel de Jesucristo a través de suspalabras y acciones más significativas yde la narración de su destino de sufri-miento, muerte y resurrección.

2. ¿Cuántos “evangelios” existen?

Para responder a esta pregunta de-bemos distinguir entre dos tipos de evan-gelio: evangelios canónicos y apócrifos.Los canónicos son cuatro: Marcos, Mateo,Lucas y Juan. Los apócrifos son bastantesmás. Los primeros fueron admitidos en elNT por la Iglesia, ya que reflejaban fiel-mente la fe cristiana de las comunidadesapostólicas. Los segundos, en cambio, re-flejan una peculiar y deformada visión deJesús propia de ciertos grupos cristianos.Dentro del grupo de los evangelios canó-nicos también se puede distinguir entre Mc,Mt y Lc (llamados “sinópticos”) y Jn. Lostres primeros siguen una misma tradiciónmientras que Jn emplea una forma litera-ria y unos contenidos diferentes.

3. ¿Cómo nacieron los evangelios?

La historia de la formación de losevangelios tuvo tres etapas sucesivas. Enprimer lugar están los hechos y ense-ñanzas de Jesús (años 27-30 d. C.) con-servados y transmitidos de palabra por

sus seguidores. En segundo lugar hayque colocar la puesta por escrito de sen-tencias, parábolas, relatos de milagros,controversias y otros sucesos fáciles derecordar (años 30-70 d. C.). Por último,la generación de cristianos que siguióa los apóstoles se vio en la necesidad deredactar todo aquel material de maneraunitaria para conservarlo fielmente y pa-ra que estimulara a todos los creyentesque no habían conocido a Jesús (años70-100 d. C.). La vida pública de Jesús(27-30 d. C.), la generación apostólica(30-70 d. C.) y la segunda generación cris-tiana (70-100 d. C.) fueron los momentosque aportaron los elementos necesariospara la elaboración de los evangelios se-gún los tenemos hoy.

4. ¿Cómo leer hoy los evangelios?

Para leer correcta y provechosamen-te los evangelios hemos de tener en cuen-ta estas tres cosas: primera, tratar de cap-tar el mensaje que el autor quería trans-mitir a sus destinatarios; segunda, tratarde averiguar lo que realmente hizo y dijoJesús; y tercera, tratar de descubrir elmensaje del texto evangélico para noso-tros. Es, pues, necesario situarse en laperspectiva de Jesús y de las primeras co-munidades cristianas, hacer coincidirnuestro horizonte con el suyo, y poner enlínea nuestras preocupaciones y las su-yas. Esta lectura cristiana de los evange-lios debe hacerse desde la vida de la co-munidad local, pero siempre en diálogovivo con la comunidad universal, es de-cir, con la Iglesia que es la legítima here-dera de la tradición apostólica.

EVANGELIOS

INTRODUCCION

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Las comunidades cristianas para lasque se escribe este evangelio necesita-ban unas inequívocas señas de identidadfrente al judaísmo agresivo posterior alaño 70 d. C. Había que describir con totalprecisión la figura de Jesús de Nazarety aclarar cuál era la misión de la Iglesiacristiana. Esto es lo que pretende Mateoal escribir su evangelio para una comu-nidad que busca su propia personalidaden contraste con el judaísmo.

1. Una comunidad con problemas

En la zona de Siria, al norte de Israel,había a finales del siglo I d. C. numerososgrupos de cristianos. Concretamente exis -tía una importante comunidad en la ciudadde Antioquía y es probable que allí seredactara durante el último tercio del sigloI el evangelio que la tradición ha atribui-do a Mateo. En realidad su autor pudo serun cristiano de origen judío, conocedor delgriego y del Antiguo Testamento.

La comunidad que recibe su evange-lio pasa por dificultades. La ilusión de losprimeros momentos ha dejado paso a unacierta desesperanza y apatía. La venidadel Señor, que parecía inminente, se re-trasa. Al grupo inicial de cristianos de ori-gen judío se han sumado muchos de ori-gen pagano y la manera de entender lafe y la práctica religiosa ha entrado en con-flicto. Por otra parte, la caída de Jerusalén(año 70 d. C.) ha provocado un rigorismoen la religión judía, dominada por el grupode los fariseos. Los cristianos, que anteseran soportados, ahora son atacados porlos judíos ortodoxos.

2. Una obra para la clarificación

El evangelista Mateo trata de animary orientar a la comunidad cristiana en labúsqueda de su verdadera identidad. Suobra utiliza recursos literarios judíos y nu-merosas citas del AT, pero sobre todo bus-ca la brevedad y la claridad en la exposi-ción de los contenidos.

El evangelio, en su redacción final,tiene tres grandes partes:

1. Presentación del Mesías (Mt 1 1-416) como Hijo de Dios.

2. Invitación a Israel: el anuncio delreino de los cielos (Mt 4 17-16 20).

3. Invitación a los discípulos: el desti-no sufriente del Mesías (Mt 16 21-28 20).

3. Un mensaje para la catequesis

Cuando una comunidad profundiza ensus raíces tiene que preguntarse por aque-llo que de verdad sostiene su existencia.Mateo responde a esta pregunta y a estasituación que vivía su comunidad mostran-do que Jesús de Nazaret es el Mesías. EnJesús se han cumplido los anuncios proféti-cos del Antiguo Testamento; más aún, enJesús se descubre ante todo al Hijo deDios, venido a la tierra para cumplir obe-dientemente la voluntad del Padre.

Por su parte la Iglesia, que es el nuevoIsrael, ha heredado las promesas y lamisión que correspondían al antiguo Israelya que éste ha rechazado el mensaje y lapersona de Jesús. Ahora deberá poner enpráctica la voluntad de Dios hasta que elSeñor regrese al final de los tiempos.

EVANGELIO SEGUN SAN MATEO

INTRODUCCION

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Genealogía de JesúsLc 3 23-28

1 Genealogía de Jesús, Mesías, Hi-jo de David, Hijo de Abrahán:

2 Abrahán engendró a Isaac;Isaac engendró a Jacob;Jacob engendró a Judáy a sus hermanos.

3 Judá engendró, de Tamar,a Farés y a Zara;Farés engendró a Esrón;Esrón engendró a Arán;

4 Arán engendró a Aminadab;Aminadab engendró a Naasón;Naasón engendró a Salmón.

5 Salmón engendró,de Rajab, a Booz;Booz engendró, de Rut, a Obed;Obed engendró a Jesé;

6 Jesé engendró al rey David.David, de la mujer de Urías,engendró a Salomón.

7 Salomón engendró a Roboán;Roboán engendró a Abías;Abías engendró a Asá;

8 Asá engendró a Josafat;Josafat engendró a Jorán;Jorán engendró a Ozías;

9 Ozías engendró a Joatán;Joatán engendró a Acaz;Acaz engendró a Ezequías;

10 Ezequías engendró a Manasés;Manasés engendró a Amón;Amón engendró a Josías.

11 Josías engendró a Jeconíasy a sus hermanos,cuando la cautividad de Babilonia.

12 Después de la cautividadde Babilonia,Jeconías engendró a Salatiel;Salatiel engendró a Zorobabel;

13 Zorobabel engendró a Abiud;Abiud engendró a Eliaquín;Eliaquín engendró a Azor;

14 Azor engendró a Sadoc;Sadoc engendró a Ajín;Ajín engedró a Eliud;

15 Eliud engendró a Eleazar;Eleazar engendró a Matán;Matán engendró a Jacob.

16 Y Jacob engendró a José, el esposode María, de la cual nació Jesús, lla-mado Mesías.

17 Así pues, son catorce las gene-raciones desde Abrahán hasta David,catorce desde David hasta la cauti-vidad de Babilonia, y catorce desdela cautividad de Babilonia hasta elMesías.

Nacimiento de JesúsLc 2 1-7

18 El nacimiento de Jesús, el Me-sías, fue así: su madre María estabaprometida a José y, antes de vivir jun-tos, resultó que había concebido porla acción del Espíritu Santo. 19 José, suesposo, que era justo y no quería de-nunciarla, decidió separarse de ella ensecreto. 20 Después de tomar esta de-cisión, el ángel del Señor se le apare-ció en sueños y le dijo:

–José, hijo de David, no tengas re-paro en recibir a María como esposatuya, pues el hijo que espera viene del

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I. PRESENTACION DEL MESIAS

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Espíritu Santo. 21 Dará a luz un hijo, yle pondrás por nombre Jesús, porqueél salvará a su pueblo de los pecados.

22 Todo esto sucedió para que secumpliera lo que había anunciado elSeñor por el profeta:23 La virgen concebirá

y dará a luz un hijo,a quien pondránpor nombre Emmanuel.(que significa: Dios con nosotros)

24 Cuando José despertó del sueño,hizo lo que el ángel del Señor le habíamandado: recibió a su esposa 25 y, sintener relaciones conyugales, ella dio aluz un hijo, al que José puso por nom-bre Jesús.

Los sabios de oriente1 Jesús nació en Belén, un pueblode Judea, en tiempo del rey Hero-

des. Por entonces unos sabios de orien-te se presentaron en Jerusalén, 2 pre-guntando:

–¿Dónde está el rey de los judíosque acaba de nacer? Hemos visto suestrella en el oriente y venimos a ado-rarlo.

3 Al oír esto, el rey Herodes se so-bresaltó y con él toda Jerusalén. 4 En-tonces convocó a todos los jefes de lossacerdotes y a los maestros de la ley yles preguntó dónde tenía que nacer elMesías. 5 Ellos le respondieron:

–En Belén de Judea, pues así estáescrito en el profeta:

6 Y tú, Belén, tierra de Judá,no eres, ni mucho menos,la menor entre las ciudadesprincipales de Judá;porque de ti saldrá un jefe,que será pastorde mi pueblo, Israel.

7 Entonces Herodes, llamando apar-te a los sabios, hizo que le informaran

con exactitud acerca del momento enque había aparecido la estrella, 8 y losenvió a Belén con este encargo:

–Id e informaos bien sobre ese ni-ño; y, cuando lo encontréis, avisadmepara ir yo también a adorarlo.

9 Ellos, después de oír al rey, se pu-sieron en camino, y la estrella que ha-bían visto en oriente los guió hasta quellegó y se paró encima de donde esta-ba el niño. 10 Al ver la estrella, se lle-naron de una inmensa alegría. 11 En-traron en la casa, vieron al niño con sumadre María y lo adoraron postradosen tierra. Abrieron sus tesoros y le ofre-cieron como regalo oro, incienso y mi-rra. 12 Y advertidos en sueños de queno volvieran donde estaba Herodes, re-gresaron a su país por otro camino.

Huida a Egipto y regreso13 Cuando se marcharon, el ángel

del Señor se apareció en sueños a Jo-sé y le dijo:

–Levántate, toma al niño y a su ma-dre, huye a Egipto y quédate allí has-ta que yo te avise; porque Herodes vaa buscar al niño para matarlo.

14 José se levantó, tomó al niño y asu madre de noche, y partió hacia Egip-to, 15 donde permaneció hasta la muer-te de Herodes. Así se cumplió lo quehabía anunciado el Señor por el pro-feta: De Egipto llamé a mi hijo.

16 Entonces Herodes, viéndose bur-lado por los sabios, se enfureció mu-cho y mandó matar a todos los niñosde Belén y de todo su término que tu-vieran menos de dos años, de acuerdocon la información que había recibidode los sabios. 17 Así se cumplió loanunciado por el profeta Jeremías:18 Se ha escuchado

en Ramá un clamor,un gran llanto y lamento:es Raquel, que llora por sus hijos

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Mt 1 21 8

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y no quiere consolarseporque ya no existen.

19 Cuando murió Herodes, el ángeldel Señor se apareció en sueños a Jo-sé en Egipto 20 y le dijo:

–Levántate, toma al niño y a su ma-dre, y vuelve a la tierra de Israel, por-que han muerto los que atentaban con-tra la vida del niño.

21 José se levantó, tomó al niño y asu madre, y regresó con ellos a la tie-rra de Israel. 22 Pero al oír que Arque-lao reinaba en Judea como sucesor desu padre Herodes, tuvo miedo de ir allí.Entonces, avisado en sueños, se retiróa la región de Galilea 23 y se estable-ció en un pueblo llamado Nazaret. Deesta manera se cumplió lo anunciadopor los profetas: que sería llamado na-zareno.

Juan, el precursorMc 1 2-8; Lc 3 1-9.15-17; Jn 1 19-28

1 En aquellos días apareció Juanel Bautista predicando en el de-

sierto de Judea. 2 Decía:–Arrepentíos, porque está llegan-

do el reino de los cielos.3 A él se refería el profeta Isaías

cuando dijo:

Voz del que grita en el desierto:«Preparad el camino al Señor,allanad sus senderos».4 Llevaba Juan un vestido de pelo

de camello y una correa de cuero a lacintura, y se alimentaba de saltamon-tes y miel silvestre. 5 Acudían a él deJerusalén, de toda Judea y de toda laregión del Jordán; 6 ellos reconocíansus pecados y Juan los bautizaba en elrío Jordán.

7 Viendo que muchos fariseos y sa-duceos venían a que los bautizara, lesdijo:

–¡Raza de víboras! ¿Quién os haenseñado a escapar del juicio inmi-nente? 8 Dad frutos que prueben vues-tra conversión 9 y no creáis que bastacon decir: «Somos descendientes deAbrahán». Porque os digo que Diospuede sacar de estas piedras descen-dientes de Abrahán. 10 Ya está puestael hacha a la raíz de los árboles, y to-do árbol que no dé fruto va a ser cor-tado y echado al fuego. 11 Yo os bau-tizo con agua para que os convirtáis;pero el que viene detrás de mí es másfuerte que yo y no soy digno de qui-tarle las sandalias. El os bautizará conEspíritu Santo y fuego. 12 Tiene en sumano el bieldo y va a aventar su par-va; recogerá su trigo en el granero, yla paja la quemará con un fuego queno se apaga.

Bautismo de JesúsMc 1 9-11; Lc 3 21-22

13 Entonces llegó Jesús desde Ga-lilea al Jordán y se dirigió a Juan pa-ra que lo bautizara. 14 Pero Juan tra-taba de impedírselo diciendo:

–Soy yo el que necesito que tú mebautices, y ¿eres tú el que vienes a mí?

15 Jesús le respondió:–Deja eso ahora; pues conviene que

cumplamos lo que Dios ha dispuesto.Entonces Juan accedió. 16 Nada más

ser bautizado, Jesús salió del agua y,mientras salía, se abrieron los cielos yvio al Espíritu de Dios que bajaba comouna paloma y descendía sobre él. 17 Yuna voz que procedía del cielo decía:

–Este es mi Hijo amado, en quienme complazco.

Tentaciones en el desiertoMc 1 12-13; Lc 4 1-13

1 Entonces el Espíritu llevó a Je-sús al desierto, para que el diablo4

3

Mt 4 19

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lo pusiera a prueba. 2 Después de ayu-nar cuarenta días y cuarenta noches,sintió hambre. 3 El tentador se acercóentonces y le dijo:

–Si eres Hijo de Dios, manda queestas piedras se conviertan en panes.

4 Jesús le respondió:–Está escrito: No sólo de pan vive

el hombre, sino de toda palabra quesale de la boca de Dios.

5 Después el diablo lo llevó a la ciu-dad santa, lo puso en el alero del tem-plo 6 y le dijo:

–Si eres Hijo de Dios, tírate abajo;porque está escrito: Dará órdenes asus ángeles para que te lleven en bra-zos, de modo que tu pie no tropiece enpiedra alguna.

7 Jesús le dijo:–También está escrito: No tentarás

al Señor tu Dios.8 De nuevo lo llevó consigo el dia-

blo a un monte muy alto, le mostró to-dos los reinos del mundo con su glo-ria 9 y le dijo:

–Todo esto te daré, si te postras yme adoras.

10 Entonces Jesús le dijo:

–Márchate, Satanás, porque estáescrito: Adorarás al Señor tu Dios ysólo a él le darás culto.

11 Entonces el diablo se alejó de él,y unos ángeles se acercaron y le ser-vían.

Luz de las nacionesMc 1 14; Lc 4 14-15

12 Al oír Jesús que Juan había sidoencarcelado, se volvió a Galilea. 13 De-jó Nazaret y se fue a vivir a Cafarnaún,junto al lago, en la frontera entre Za-bulón y Neftalí; 14 para que se cumplieralo anunciado por el profeta Isaías:

15 Tierra de Zabulón,tierra de Neftalí,camino del mar,al otro lado del Jordán,Galilea de los paganos.

16 El pueblo que habitabaen tinieblasvio una gran luz;a los que habitaban en una regiónde sombra de muerteuna luz les brilló.

lea, vio a dos hermanos: Simón, lla-mado Pedro, y su hermano Andrés, queestaban echando la red en el lago, pueseran pescadores. 19 Les dijo:

–Veníos detrás de mí y os haré pes-cadores de hombres.

20 Ellos dejaron al instante las re-des y lo siguieron. 21 Más adelante vioa otros dos hermanos: Santiago, el deZebedeo, y su hermano Juan, que es-taban en la barca con su padre Zebe-deo, reparando las redes. Los llamótambién, 22 y ellos, dejando al punto labarca y a su padre, lo siguieron.

Mt 4 2 10

II. INVITACION A ISRAELANUNCIO DEL REINO DE LOS CIELOS

1. Anuncio del reinocon obras y palabras

Anuncio del reino de los cielosMc 1 15

17 Desde entonces empezó Jesús apredicar diciendo:

–Arrepentíos, porque está llegan-do el reino de los cielos.

Primeros discípulosMc 1 16-20; Lc 5 1-11

18 Paseando junto al lago de Gali-

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La actividad de JesúsLc 6 17-19

23 Jesús recorría toda Galilea, en-señando en las sinagogas judías. Anun-ciaba la buena noticia del reino y cu-raba las enfermedades y las dolenciasdel pueblo. 24 Su fama llegó a toda Si-ria; le trajeron todos los que se sentí-an mal, aquejados de enfermedades ysufrimientos diversos, endemoniados,lunáticos y paralíticos, y él los curó.25 Y lo siguió mucha gente de Galilea,la Decápolis, Jerusalén, Judea y delotro lado del Jordán.

SERMON DEL MONTE.EL REINO EN PALABRAS

La auténtica felicidadLc 6 20-23

1 Al ver a la gente, Jesús subió almonte, se sentó, y se le acercaron

sus discípulos. 2 Entonces comenzó aenseñarles con estas palabras:

3 Dichosos los pobres en el espíritu,porque suyo esel reino de los cielos.

4 Dichosos los que están tristes,porque Dios los consolará.

5 Dichosos los humildes,porque heredarán la tierra.

6 Dichosos los que tienenhambre y sedde hacer la voluntad de Dios,porque Dios los saciará.

7 Dichosos los misericordiosos,porque Dios tendrámisericordia de ellos.

8 Dichosos los que tienenun corazón limpio,porque ellos verán a Dios.

9 Dichosos los que construyen la paz,porque Dios los llamará sus hijos.

10 Dichosos los perseguidos

por hacer la voluntad de Dios,porque de ellos esel reino de los cielos.

11 Dichosos seréis cuando os inju-rien y os persigan, y digan contra vo-sotros toda clase de calumnias por cau-sa mía. 12 Alegraos y regocijaos, por-que será grande vuestra recompensaen los cielos, pues así persiguieron alos profetas anteriores a vosotros.

Sal y luz del mundoMc 9 50; Lc 14 34-35

13 Vosotros sois la sal de la tierra;pero si la sal se desvirtúa, ¿con qué sesalará? Para nada vale ya, sino para ti-rarla fuera y que la pisen los hombres.14 Vosotros sois la luz del mundo. Nopuede ocultarse una ciudad situada enla cima de un monte. 15 Tampoco seenciende una lámpara para taparla conuna vasija de barro; sino que se ponesobre el candelero, para que alumbrea todos los que están en la casa. 16 Bri-lle de tal modo vuestra luz delante delos hombres que, al ver vuestras bue-nas obras, den gloria a vuestro Padreque está en los cielos.

Una actitud más allá de la ley

17 No penséis que he venido a abo-lir las enseñanzas de la ley y los pro-fetas; no he venido a abolirlas, sino allevarlas hasta sus últimas consecuen-cias. 18 Porque os aseguro que mien-tras duren el cielo y la tierra la más pe-queña letra de la ley estará vigente has-ta que todo se cumpla. 19 Por eso, elque descuide uno de estos manda-mientos más pequeños y enseñe a ha-cer lo mismo a los demás, será el máspequeño en el reino de los cielos. Pe-ro el que los cumpla y enseñe, serágrande en el reino de los cielos. 20 Osdigo que si no sois mejores que los

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Mt 5 2011

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maestros de la ley y los fariseos, no en-traréis en el reino de los cielos.

Relaciones fraternas

21 Habéis oído que se dijo a nues-tros antepasados: No matarás; y el quemate será llevado a juicio. 22 Pero yo osdigo que todo el que se enfade con suhermano será llevado a juicio; el quelo llame estúpido será llevado a juicioante el Consejo de Ancianos, y el quelo llame impío será condenado al fue-go eterno. 23 Así pues, si en el mo-mento de llevar tu ofrenda al altar re-cuerdas que tu hermano tiene algo con-tra ti, 24 deja allí tu ofrenda delante delaltar y vete primero a reconciliarte contu hermano; luego vuelve y presentatu ofrenda. 25 Trata de ponerte a bue-nas con tu adversario mientras vas decamino con él; no sea que te entregueal juez, y el juez al alguacil, y te metanen la cárcel. 26 Te aseguro que no sal-drás de allí hasta que hayas pagado elúltimo céntimo.

Adulterio y divorcioMc 9 43.47; 10 4.11-12; Lc 16 18

27 Habéis oído que se dijo: No co-meterás adulterio. 28 Pero yo os digoque todo el que mira con malos dese-os a una mujer ya ha cometido adulte-rio con ella en su corazón. 29 Por tan-to, si tu ojo derecho es ocasión de pe-cado para ti, arráncatelo y arrójalo le-jos de ti; te conviene más perder unode tus miembros, que ser echado to-do entero al fuego eterno. 30 Y si tu ma-no derecha es ocasión de pecado parati, córtatela y arrójala lejos de ti; te con-viene más perder uno de tus miembros,que ser arrojado todo entero al fuegoeterno.

31 También se dijo: El que se se-pare de su mujer, que le dé un acta de

divorcio. 32 Pero yo os digo que todoel que se separa de su mujer, salvo encaso de unión ilegítima, la expone acometer adulterio; y el que se casa conuna separada, comete adulterio.

Palabras veraces

33 También habéis oído que se di-jo a nuestros antepasados: No jurarásen falso, sino que cumplirás lo queprometiste al Señor con juramento. 34

Pero yo os digo que no juréis en mo-do alguno; ni por el cielo, que es el tro-no de Dios; 35 ni por la tierra, que es elestrado de sus pies; ni por Jerusalén,que es la ciudad del gran rey. 36 Ni si-quiera jures por tu cabeza, porque niun cabello puedes volver blanco o ne-gro. 37 Que vuestra palabra sea sí, cuan-do es sí; y no, cuando es no. Lo quepasa de ahí, viene del maligno.

VenganzaLc 6 29-30

38 Habéis oído que se dijo: Ojo porojo y diente por diente. 39 Pero yo osdigo que no hagáis frente al que os ha-ce mal; al contrario, a quien te abofe-tea en la mejilla derecha, preséntaletambién la otra; 40 al que quiera plei-tear contigo para quitarte la túnica, da-le también el manto; 41 y al que te exi-ja ir cargado mil pasos, ve con él dosmil. 42 Da a quien te pida, y no vuelvasla espalda al que te pide prestado.

Amor a los enemigos43 Habéis oído que se dijo: Ama a

tu prójimo y odia a tu enemigo. 44 Pe-ro yo os digo: Amad a vuestros ene-migos y orad por los que os persiguen.45 De este modo seréis dignos hijos devuestro Padre celestial, que hace salirel sol sobre buenos y malos, y mandala lluvia sobre justos e injustos. 46 Por-

Mt 5 21 12

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que, si amáis a los que os aman, ¿quérecompensa merecéis? ¿No hacen tam-bién eso los que recaudan impuestospara Roma? 47 Y si saludáis sólo avuestros hermanos ¿qué hacéis demás? ¿No hacen lo mismo los paga-nos? 48 Vosotros sed perfectos, comovuestro Padre celestial es perfecto.

LimosnaMt 23 5

1 No hagáis el bien para que os ve-an los hombres, porque entonces

vuestro Padre celestial no os recom-pensará. 2 Por eso, cuando des limos-na, no vayas pregonándolo, como ha-cen los hipócritas en las sinagogas yen las calles, para que los alaben loshombres. Os aseguro que ya han re-cibido su recompensa. 3 Tú, cuandodes limosna, que no sepa tu mano iz-quierda lo que hace la derecha. 4 Asítu limosna quedará en secreto; y tu Pa-dre, que ve en lo secreto, te premiará.

OraciónLc 11 2-4

5 Cuando oréis, no seáis como loshipócritas, a quienes les gusta orar depie en las sinagogas y en las esquinasde las plazas para que los vea la gen-te. Os aseguro que ya han recibido surecompensa. 6 Tú, cuando ores, entraen tu habitación, cierra la puerta y oraa tu Padre, que está en lo secreto; y tuPadre, que ve en lo secreto, te pre-miará. 7 Y al orar, no os perdáis en pa-labras como hacen los paganos, cre-yendo que Dios los va a escuchar porhablar mucho. 8 No seáis como ellos,pues ya sabe vuestro Padre lo que ne-cesitáis que tenéis antes de que voso-tros se lo pidáis. 9 Vosotros orad así:

Padre nuestro, que estás en el cielo,santificado sea tu nombre;

10 venga tu reino;hágase tu voluntaden la tierra como en el cielo;

11 danos hoy el pan que necesitamos;12 perdónanos nuestras ofensas,

como también nosotros perdonamosa los que nos ofenden;

13 no nos dejes caer en la tentación;y líbranos del mal.

14 Porque si vosotros perdonáis alos demás sus culpas, también os per-donará a vosotros vuestro Padre ce-lestial. 15 Pero si no perdonáis a los de-más, tampoco vuestro Padre perdona-rá vuestras culpas.

Ayuno

16 Cuando ayunéis, no andéis ca-riacontecidos como los hipócritas, quedesfiguran su rostro para que la gentevea que ayunan. Os aseguro que ya hanrecibido su recompensa. 17 Tú, cuan-do ayunes, perfúmate la cabeza y lá-vate la cara, 18 de modo que nadie no-te tu ayuno, excepto tu Padre, que es-tá en lo escondido. Y tu Padre, que vehasta lo más escondido, te premiará.

Una decisión necesariaLc 12 33-34; 11 34-36; 16 13

19 No acumuléis tesoros en esta tie-rra, donde la polilla y la carcoma echana perder las cosas, y donde los ladro-nes socavan y roban. 20 Acumulad me-jor tesoros en el cielo, donde ni la po-lilla ni la carcoma echan a perder lascosas, y donde los ladrones no soca-van ni roban. 21 Porque donde está tutesoro, allí estará también tu corazón.

22 El ojo es la lámpara del cuerpo.Si tu ojo está sano, todo tu cuerpo es-tá iluminado; 23 pero si tu ojo está en-fermo, todo tu cuerpo está en tinieblas.Y si la luz que hay en ti es tiniebla, ¡quégrande será la oscuridad!

6

Mt 6 2313

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24 Nadie puede servir a dos amos;porque odiará a uno y amará al otro, oserá fiel a uno y al otro no le hará caso.No podéis servir a Dios y al dinero.

Busca lo esencialLc 12 22-34

25 Por eso os digo: No andéis preo-cupados pensando qué vais a comero a beber para sustentaros, o con quévestido vais a cubrir vuestro cuerpo.¿No vale más la vida que el alimentoy el cuerpo que el vestido? 26 Fijaos enlas aves del cielo; ni siembran ni sie-gan ni recogen en graneros, y sin em-bargo vuestro Padre celestial las ali-menta. ¿No valéis vosotros mucho másque ellas? 27 ¿Quién de vosotros, pormás que se preocupe, puede añadir unasola hora a su vida? 28 Y del vestido,¿por qué os preocupáis? Fijaos cómocrecen los lirios del campo; no se afa-nan ni hilan; 29 y sin embargo, os digoque ni Salomón en todo su esplendorse vistió como uno de ellos. 30 Pues sia la hierba que hoy está en el campo ymañana se echa al horno Dios la vis-te así, ¿qué no hará con vosotros, hom-bres de poca fe? 31Así que no andéispreocupados diciendo: ¿Qué comere-mos? ¿Qué beberemos? ¿Con qué nosvestiremos? 32 Esas son las cosas queinquietan a los paganos. Ya sabe vues-tro Padre celestial que las necesitáis.33 Buscad ante todo el reino de Dios yhacer su voluntad, y Dios os dará lodemás. 34 No andéis preocupados porel día de mañana, que el mañana tra-erá su propia preocupación. A cada díale basta su propio afán.

No juzguéisLc 6 37-38.41-42

1 No juzguéis, para que Dios no osjuzgue; 2 porque Dios os juzgará

del mismo modo que vosotros hayáisjuzgado y os medirá con la medida conque hayáis medido a los demás. 3 ¿Có-mo es que ves la mota en el ojo de tuhermano y no adviertes la viga que hayen el tuyo? 4 O ¿cómo dices a tu her-mano: «Deja que te saque la mota delojo», si tienes una viga en el tuyo?5 Hipócrita, saca primero la viga de tuojo y entonces podrás ver para sacar lamota del ojo de tu hermano.

6 No déis lo santo a los perros, niechéis vuestras perlas a los puercos, nosea que las pisoteen, se vuelvan con-tra vosotros y os destrocen.

Tened confianzaLc 11 9-13

7 Pedid, y recibiréis; buscad, y en-contraréis; llamad, y os abrirán. 8 Por-que todo el que pide recibe, el que bus-ca encuentra, y al que llama le abren.9 ¿Acaso si a alguno de vosotros su hi-jo le pide pan le da una piedra?; 10 o sile pide un pez, ¿le da una serpiente?11 Pues si vosotros, que sois malos, sa-béis dar cosas buenas a vuestros hijos,¡cuánto más vuestro Padre que está enlos cielos dará cosas buenas a los quese las pidan! 12 Así pues, tratad a losdemás como queráis que ellos os tra-ten a vosotros, porque en esto consis-ten la ley y los profetas.

Dos caminosLc 13 24

13 Entrad por la puerta estrecha,porque es ancha la puerta y espacio-so el camino que lleva a la perdición,y son muchos los que entran por él. 14

En cambio es estrecha la puerta y an-gosto el camino que lleva a la vida, yson pocos los que lo encuentran.7

Mt 6 24 14

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Dos clases de profetasLc 6 43-44

15 Tened cuidado con los falsosprofetas; vienen a vosotros disfraza-dos de ovejas, pero por dentro son lo-bos rapaces. 16 Por sus frutos los co-noceréis. ¿Acaso se recogen uvas delos espinos o higos de las zarzas? 17

Del mismo modo, todo árbol bueno dafrutos buenos, mientras que el árbolmalo da frutos malos. 18 No puede unárbol bueno dar frutos malos, ni un ár-bol malo dar frutos buenos. 19 Todo ár-bol que no da buen fruto se corta y seecha al fuego. 20 Así que por sus frutoslos conoceréis.

Dos tipos de discípulosLc 13 25-27

21 No todo el que me dice: ¡Señor,Señor! entrará en el reino de los cie-los, sino el que hace la voluntad de miPadre que está en los cielos. 22 Muchosme dirán aquel día:

–¡Señor, Señor! ¿No profetizamosen tu nombre, y en tu nombre expul-samos demonios, y en tu nombre hici-mos muchos milagros?

23 Pero yo les responderé:–No os conozco de nada. ¡Apar-

taos de mí, malvados!

Las dos casasLc 6 47-49

24 El que escucha estas palabrasmías y las pone en práctica, es comoaquel hombre sensato que edificó sucasa sobre roca. 25 Cayó la lluvia, vi-nieron los torrentes, soplaron los vien-tos y se abatieron sobre la casa; perono se derrumbó, porque estaba cimen-tada sobre roca. 26 Sin embargo, el queescucha estas palabras mías y no las po-ne en práctica, es como aquel hombre

necio que edificó su casa sobre are-na. 27 Cayó la lluvia, vinieron los to-rrentes, soplaron los vientos, se aba-tieron sobre la casa, y ésta se de-rrumbó. Y su ruina fue grande.

Conclusión

28 Cuando Jesús terminó este dis-curso, la gente se quedó admirada desu enseñanza, 29 porque les enseñabacon autoridad, y no como sus maestrosde la ley.

CURACIONES.EL REINO EN ACCION

Curación de un leprosoMc 1 40-45; Lc 5 12-16

1 Cuando Jesús bajó del monte, losiguió mucha gente. 2 Entonces se

le acercó un leproso y se postró anteél, diciendo:

–Señor, si quieres, puedes lim-piarme.

3 Jesús extendió la mano, lo tocó yle dijo:

–Quiero, queda limpio.Y al instante quedó limpio de la le-

pra. 4 Jesús le dijo:–No se lo digas a nadie, pero ve,

preséntate al sacerdote y lleva la ofren-da que mandó Moisés, para que lesconste tu curación.

Curación del criado del centuriónLc 7 1-10; Jn 4 43-54

5 Al entrar en Cafarnaún, se le acer-có un centurión suplicándole:

6 –Señor, tengo en casa un criadoparalítico que sufre terriblemente.

7 Jesús le respondió:–Yo iré a curarlo.8 Replicó el centurión:–Señor, yo no soy digno de que en-

8

Mt 8 815

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tres en mi casa, pero di una sola pala-bra y mi criado quedará sano. 9 Porqueyo, que soy un subalterno, tengo sol-dados a mis órdenes, y digo a uno: ¡ve!y va; y a otro: ¡ven! y viene; y a mi cria-do: ¡haz esto! y lo hace.

10 Al oírlo, Jesús se quedó admira-do y dijo a los que le seguían:

–Os aseguro que jamás he encon-trado en Israel una fe tan grande. 11 Poreso os digo que vendrán muchos deoriente y occidente y se sentarán conAbrahán, Isaac y Jacob en el banque-te del reino de los cielos, 12 mientrasque los hijos del reino serán echadosfuera a las tinieblas; allí llorarán y lesrechinarán los dientes.

13 Luego dijo al centurión:–Vete y que suceda según tu fe.Y en aquel momento el criado que-

dó sano.

Curación de la suegra de Pedroy otras curacionesMc 1 29-34; Lc 4 38-41

14 Al llegar Jesús a la casa de Pe-dro, encontró a la suegra de éste acos-tada con fiebre. 15 Jesús tomó su ma-no y la fiebre desapareció. Ella se le-vantó y se puso a servirle.

16 Al atardecer le trajeron muchosendemoniados; expulsó a los espírituscon su palabra, y curó a todos los en-fermos. 17 Así se cumplió lo anuncia-do por el profeta Isaías:

El tomó nuestras flaquezasy cargó con nuestrasenfermedades.

El seguimiento de JesúsLc 9 57-62

18 Viendo Jesús que lo rodeaba unamultitud de gente, mandó que lo lle-varan a la otra orilla. 19 Se le acercó unmaestro de la ley y le dijo:

–Maestro, te seguiré adondequieraque vayas.

20 Jesús le dijo:–Las zorras tienen madrigueras y

los pájaros del cielo nidos; pero el Hi-jo del hombre no tiene donde reclinarla cabeza.

21 Otro de sus discípulos le dijo:–Señor, deja primero que vaya a

enterrar a mi padre.22 Jesús le dijo:–Sígueme y deja que los muertos

entierren a sus muertos.

La tempestad calmadaMc 4 35-41; Lc 8 22-25

23 Jesús subió a una barca y sus dis-cípulos lo siguieron. 24 De pronto, se de-sencadenó una gran tempestad en el la-go de tal manera que las olas cubríanla barca, pero Jesús estaba dormido.25 Los discípulos se acercaron y lo des-pertaron diciéndole:

–Señor, sálvanos, que perecemos.26 El les dijo:–¿Por qué tenéis miedo, hombres

de poca fe?Entonces se levantó, increpó a los

vientos y al lago, y sobrevino una grancalma. 27 Y aquellos hombres, mara-villados, se preguntaban: ¿Qué clasede hombre es éste, que hasta los vien-tos y el lago le obedecen?

Los demonios expulsadosMc 5 1-20; Lc 8 26-39

28 Al llegar a la otra orilla, a la re-gión de los gadarenos, salieron a su en-cuentro de entre los sepulcros dos en-demoniados. Eran tan agresivos, quenadie se atrevía a pasar por aquel ca-mino. 29 Y se pusieron a gritar:

–¿Qué tenemos nosotros que vercontigo, Hijo de Dios? ¿Has venidoaquí a atormentarnos antes de tiempo?

Mt 8 9 16

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30 A cierta distancia de allí, habíauna gran piara de cerdos hozando; 31 ylos demonios le rogaban:

–Si nos echas, envíanos a la piarade cerdos.

32 Jesús les dijo:–Id.Ellos salieron y se metieron en los

cerdos; de pronto, toda la piara se lan-zó al lago por el precipicio y los cer-dos murieron ahogados. 33 Los por-querizos huyeron a la ciudad y lo con-taron todo, incluso lo de los endemo-niados. 34 Toda la ciudad salió al en-cuentro de Jesús, y cuando lo vieron lerogaron que se marchara de su territo-rio.

El paralítico curadoMc 2 1-12; Lc 5 17-26

1 Subiendo a la barca, Jesús cruzóel lago y fue a su propia ciudad.

2 Entonces le trajeron un paralítico ten-dido en una camilla. Jesús, viendo lafe que tenían, dijo al paralítico:

–Animo, hijo, tus pecados te que-dan perdonados.

3 Algunos maestros de la ley de-cían para sí: «Este blasfema».

4 Jesús, dándose cuenta de lo quepensaban, les dijo:

–¿Por qué pensáis mal? 5 ¿Qué esmás fácil, decir: Tus pecados quedanperdonados; o decir: Levántate y an-da? 6 Pues vais a ver que el Hijo delhombre tiene en la tierra poder paraperdonar los pecados.

Entonces se volvió al paralítico yle dijo:

–Levántate, toma tu camilla y ve-te a tu casa.

7 El se levantó y se fue a su casa.8 Al verlo, la gente se llenó de temor ydaba gloria a Dios por haber dado talpoder a los hombres.

Vocación de MateoMc 2 13-17; Lc 5 27-32

9 Cuando se marchaba de allí, vioJesús a un hombre que se llamaba Ma-teo, sentado en la oficina de impues-tos, y le dijo:

–Sígueme.El se levantó y lo siguió.10 Después, mientras Jesús estaba

sentado a la mesa en casa de Mateo,muchos recaudadores de impuestos ypecadores vinieron y se sentaron conél y sus discípulos.

11 Al verlo los fariseos, pregunta-ban a sus discípulos:

–¿Por qué come vuestro maestrocon los pecadores y con los que recau-dan impuestos?

12 Lo oyó Jesús y les dijo:–No necesitan médico los sanos,

sino los enfermos. 13 Entended lo quesignifica: misericordia quiero y no sa-crificios; yo no he venido a llamar alos justos, sino a los pecadores.

Odres nuevosMc 2 18-22; Lc 5 33-39

14 Se le acercaron entonces los dis-cípulos de Juan y le preguntaron:

–¿Por qué nosotros y los fariseosayunamos, y tus discípulos no ayunan?

15 Jesús les contestó:–¿Es que pueden estar tristes los

invitados a la boda mientras él está conellos? Llegará un día en que les quita-rán al novio; entonces ayunarán. 16 Na-die pone un remiendo de paño nuevoa un vestido viejo, porque lo añadidotirará del vestido y el rasgón se harámayor. 17 Tampoco se echa vino nue-vo en odres viejos, porque los odresrevientan, el vino se derrama y se pier-den los odres. El vino nuevo se echaen odres nuevos, y así se conservan losdos.

9

Mt 9 1717

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Curación de una mujer enfermay resurrección de la hija de Jairo

Mc 5 21-43; Lc 8 40-56

18 Mientras Jesús les decía esto, lle-gó un personaje importante y se pos-tró ante él diciendo:

–Mi hija acaba de morir; pero si túvienes y pones tu mano sobre ella, vi-virá.

19 Jesús se levantó y, acompañadode sus discípulos, lo siguió. 20 Enton-ces, una mujer que tenía hemorragiasdesde hacía doce años se acercó pordetrás y tocó la orla de su manto,21 pues pensaba: «Con sólo tocar suvestido quedaré curada».

22 Jesús se volvió y, al verla, dijo:–Animo, hija, tu fe te ha salvado.Y la mujer quedó curada desde

aquel momento. 23 Al llegar Jesús a ca-sa del personaje y ver a los flautistas ya la gente alborotando, 24 dijo:

–Marchaos, que la niña no hamuerto; está dormida.

Pero ellos se burlaban de él.25 Cuando echaron a la gente, entró, latomó de la mano y la niña se levantó.26 Y la noticia se divulgó por todaaquella comarca.

Los dos ciegos

27 Al salir Jesús de allí, lo siguie-ron dos ciegos gritando:

–Ten piedad de nosotros, Hijo deDavid.

28 Cuando entró en la casa, se leacercaron los ciegos, y Jesús les dijo:

–¿Creéis que puedo hacerlo?Ellos dijeron:–Sí, Señor.29 Entonces tocó sus ojos diciendo:–Que os suceda según vuestra fe.30 Y se abrieron sus ojos.Jesús les ordenó terminantemente:

–Tened cuidado de que nadie losepa.

31 Pero ellos, nada más salir, lo pu-blicaron por toda aquella comarca.

El hombre mudo

32 Mientras los ciegos se iban, lepresentaron un hombre mudo poseídopor un demonio. 33 Jesús expulsó al de-monio y el mudo comenzó a hablar. Yla gente decía maravillada:

–Jamás se vio cosa igual en Israel.34 Pero los fariseos decían:–Expulsa los demonios con el po-

der del príncipe de los demonios.

Resumen

35 Jesús recorría todos los pueblosy aldeas, enseñando en las sinagogasjudías, anunciando la buena noticia delreino y curando todas las enfermeda-des y dolencias.

ENVIO DE LOS DISCIPULOS.EL REINO ANUNCIADO

La mies es abundanteMc 6 34; Lc 10 2

36 Al ver a la gente, sintió compa-sión de ellos, porque estaban cansadosy abatidos como ovejas sin pastor.37 Entonces dijo a sus discípulos:

–La mies es abundante, pero losobreros son pocos. 38 Rogad por tantoal dueño de la mies que envíe obre-ros a su mies.

Los doceMc 3 13-19; Lc 6 12-16

1 Jesús llamó a sus doce discí-pulos y les dio poder para expul-

sar espíritus inmundos y para curar to-10

Mt 9 18 18

01MATEO.NT7.qxd:01MATEO.NT.qxd 27/2/12 10:26 Página 18

da clase de enfermedades y dolencias.2 Los nombres de los doce apóstolesson: primero Simón, llamado Pedro, ysu hermano Andrés; luego Santiago elhijo de Zebedeo y su hermano Juan;3 Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo,el recaudador de impuestos; Santiago,el hijo de Alfeo, y Tadeo; 4 Simón elcananeo, y Judas Iscariote, el que loentregó.

Proclamación del reino cercanoMc 6 8-11; Lc 9 1-6; 10 4-12

5 A estos doce los envió Jesús conlas siguientes instrucciones:

–No vayáis a regiones de paganosni entréis en los pueblos de Samaría.6 Id más bien a las ovejas perdidas delpueblo de Israel. 7 Id y proclamad queestá llegando el reino de los cielos.8 Curad a los enfermos, resucitad a losmuertos, limpiad a los leprosos, ex-pulsad a los demonios; gratis lo reci-bisteis, dadlo gratis. 9 No llevéis oro niplata ni dinero en el bolsillo; 10 ni zu-rrón para el camino ni dos túnicas nisandalias ni cayado; porque el obrerotiene derecho a su sustento.

11 Cuando lleguéis a un pueblo oaldea, averiguad quién hay en ella dig-no de recibiros y quedaos en su casahasta que marchéis. 12 Al entrar en lacasa, saludad, 13 y si lo merecen, la pazde vuestro saludo se quedará con ellos;si no, volverá a vosotros. 14 Si no osreciben ni escuchan vuestro mensaje,salid de esa casa o de ese pueblo y sa-cudíos el polvo de los pies. 15 Os ase-guro que el día del juicio será más lle-vadero para Sodoma y Gomorra quepara ese pueblo.

PersecucionesMc 13 9-13; Lc 10 3; 21 12-17

16 Yo os envío como ovejas en me-dio de lobos. Sed, pues, astutos como

serpientes y sencillos como palomas.17 Tened cuidado, porque os entrega-rán a los tribunales y os azotarán ensus sinagogas. 18 Seréis llevados pormi causa ante gobernadores y reyes,para que deis testimonio ante ellos yante los paganos. 19 Cuando os entre-guen, no os preocupéis de cómo ha-blaréis, ni de qué diréis. Dios mismoos sugerirá en ese momento lo que te-néis que decir, 20 pues no seréis vo-sotros los que habléis, sino que el Es-píritu de vuestro Padre hablará a tra-vés de vosotros.

21 El hermano entregará a su her-mano a la muerte y el padre a su hijo.Se levantarán hijos contra padres y losmatarán. 22 Todos os odiarán por micausa, pero el que persevere hasta elfin, ése se salvará. 23 Cuando os persi-gan en una ciudad, huid a otra; os ase-guro que no recorreréis todas las ciu-dades de Israel antes de que venga elHijo del hombre.

24 El discípulo no es más que sumaestro; ni el siervo más que su señor.25 Basta con que el discípulo sea comosu maestro, y el siervo como su señor.Si al dueño de casa lo llamaron Bel-zebú, ¡más aún a los de su familia!

Confianza y valor en la persecuciónLc 12 2-9

26 Así pues, no les tengáis miedo;porque no hay nada oculto que no ha-ya de manifestarse, nada secreto queno haya de saberse. 27 Lo que yo os di-go en la oscuridad, decidlo a la luz; loque escucháis al oído, proclamadlodesde las azoteas.

28 No tengáis miedo a los que ma-tan el cuerpo, pero no pueden quitarla vida; temed más bien al que puededestruir al hombre entero en el fuegoeterno.

Mt 10 2819

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29 ¿No se vende un par de pájarospor muy poco dinero? Y sin embargoni uno de ellos cae en tierra sin quelo permita vuestro Padre. 30 En cuantoa vosotros, hasta los cabellos de vues-tra cabeza están contados. 31 No temáis,vosotros valéis más que todos los pá-jaros.

32 Si alguno se declara a mi favordelante de los hombres, yo también medeclararé a su favor delante de mi Pa-dre celestial; 33 pero a quien me nie-gue delante de los hombres, yo tam-bién lo negaré delante de mi Padre ce-lestial.

Jesús, causa de divisiónLc 12 51-53; 14 26-27

34 No penséis que he venido a traerpaz a la tierra; no he venido a traer paz,sino discordia. 35 Porque he venido aseparar al hijo de su padre, a la hija desu madre, a la nuera de su suegra;36 los enemigos de cada uno serán losde su casa. 37 El que ama a su padreo a su madre más que a mí, no es dig-no de mí; y el que ama a su hijo o a suhija más que a mí, no es digno de mí.38 El que no toma su cruz y me sigue,no es digno de mí. 39 El que quiera con-servar la vida, la perderá, y el que lapierda por mí, la conservará.

RecompensaMc 9 41

40 El que os recibe a vosotros, merecibe a mí, y el que me recibe a mí,recibe al que me envió. 41 El que re-cibe a un profeta por ser profeta, re-cibirá recompensa de profeta; el querecibe a un justo por ser justo, recibi-rá recompensa de justo; 42 y quien déun vaso de agua a uno de estos peque-ños por ser discípulo mío, os aseguroque no se quedará sin recompensa.

Conclusión

1 Cuando Jesús acabó de dar ins-trucciones a sus doce discípulos,

se fue a enseñar y a proclamar el men-saje en los pueblos de la región.

2. Jesús es rechazado.El reino en controversia

ACTITUDES FRENTE A JESUS

Los mensajeros de JuanLc 7 18-35

2 Juan, que había oído hablar en lacárcel de las obras del Mesías, envió asus discípulos 3 a preguntarle:

–¿Eres tú el que tenía que venir, ohemos de esperar a otro?

4 Jesús les respondió:–Id a contar a Juan lo que estáis

viendo y oyendo: 5 los ciegos ven, loscojos andan, los leprosos quedan lim-pios, los sordos oyen, los muertos re-sucitan y a los pobres se les anuncia labuena noticia. 6 ¡Y dichoso el que noencuentre en mí motivo de tropiezo!

7 Cuando se marcharon, Jesús sepuso a hablar de Juan a la gente:

–¿Qué salisteis a ver en el desier-to? ¿Una caña agitada por el viento?8 ¿Qué salisteis a ver? ¿Un hombre lu-josamente vestido? Los que visten conlujo están en los palacios de los reyes.9 ¿Qué salisteis entonces a ver? ¿Unprofeta? Sí, y os aseguro más que unprofeta. 10 Este es de quien está escri-to: Yo envío mi mensajero delante deti; él te preparará el camino. 11 Os ase-guro que entre los hijos de mujer no hahabido uno mayor que Juan el Bautis-ta; sin embargo, el más pequeño enel reino de los cielos es mayor que él.12 Desde que apareció Juan el Bautis-

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Mt 10 29 20

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ta hasta ahora, el reino de los cielos su-fre violencia, y los violentos pretendenapoderarse de él. 13 Pues todos los pro-fetas y la ley anunciaron esto hasta quevino Juan. 14 Y es que, queráis acep-tarlo o no, él es Elías, el que tenía quevenir. 15 El que tenga oídos, que oiga.

16 ¿Con quién compararé a esta ge-neración? Es como esos muchachosque, sentados en la plaza, cantan a losotros esta copla: 17 «Os hemos toca-do la flauta y no habéis danzado, he-mos entonado lamentos y no habéis he-cho duelo». 18 Porque vino Juan, queno comía ni bebía, y dicen: «Está en-demoniado». 19 Viene el Hijo del hom-bre, que come y bebe, y dicen: «Ahítenéis un comilón y un borracho, ami-go de recaudadores de impuestos y pe-cadores». Pero la sabiduría ha queda-do acreditada por sus obras.

Jesús maldice las ciudadesque no se convirtieron

Lc 10 13-15

20 Entonces Jesús se puso a incre-par a las ciudades en las que había he-cho la mayoría de sus milagros, por-que no se habían convertido:

21 –¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti,Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidónse hubieran hecho los milagros reali-zados en vosotras, hace tiempo que,vestidas de saco y sentadas sobre ceni-za, se habrían convertido. 22 Por eso osdigo que el día del juicio será más lle-vadero para Tiro y Sidón que para vo-sotras.

23 Y tú, Cafarnaún, ¿te elevaráshasta el cielo? ¡Hasta el abismo te hun-dirás! Porque si en Sodoma se hubie-ran hecho los milagros realizados enti, hoy seguiría en pie. 24 Por eso os di-go que el día del juicio será más lle-vadero para Sodoma que para ti.

El reino revelado a los pequeñosLc 10 21-22

25 Entonces Jesús tomó la palabray dijo:

–Yo te alabo, Padre, Señor del cie-lo y de la tierra, porque has escondidoestas cosas a los sabios y prudentes,y se las has dado a conocer a los sen-cillos. 26 Sí, Padre, así te ha parecidobien. 27 Todo me lo ha entregado miPadre, y nadie conoce al Hijo sino elPadre, y al Padre no lo conoce más queel Hijo y aquél a quien el Hijo se loquiera revelar. 28 Venid a mí todos losque estáis fatigados y agobiados, y yoos aliviaré. 29 Cargad con mi yugo yaprended de mí, que soy sencillo y hu-milde de corazón, y hallaréis descan-so para vuestras vidas. 30 Porque miyugo es suave y mi carga ligera.

El Hijo del hombrees señor del sábado

Mc 2 23-28; Lc 6 1-5

1 En una ocasión iba Jesús cami-nando por los sembrados. Era sá-

bado. Sus discípulos sintieron hambrey se pusieron a arrancar espigas y a co-merlas. 2 Los fariseos, al verlo, le di-jeron:

–¿Te das cuenta de que tus discí-pulos hacen algo que no está permiti-do en sábado?

3 Jesús les respondió:–¿No habéis leído lo que hizo Da-

vid cuando sintió hambre él y sus com-pañeros: 4 cómo entró en el templo deDios y comió los panes de la ofrendaque ni a él ni a los suyos les estaba per-mitido comer, sino sólo a los sacerdo-tes? 5 ¿Tampoco habéis leído en la leyque en día de sábado los sacerdotesdel templo pueden incumplir el pre-cepto del sábado sin incurrir en culpa?6 Pues yo os digo que hay aquí alguien

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Mt 12 621

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más importante que el templo. 7 Si su-pierais lo que significa: misericordiaquiero y no sacrificios, no condena-ríais a los inocentes. 8 Porque el Hijodel hombre es señor del sábado.

Curación en sábadoMc 3 1-6; Lc 6 6-11

9 Jesús marchó de allí y entró en lasinagoga judía. 10 Había allí un hom-bre que tenía una mano atrofiada. En-tonces los que buscaban un motivo pa-ra acusar a Jesús, le hicieron esta pre-gunta:

–¿Está permitido curar en sábado?11 El les contestó:–Si alguno de vosotros tiene una

oveja y se le cae en un hoyo un día desábado, ¿no le echa mano y la saca?12 Pues un hombre vale mucho más queuna oveja. Por tanto, se puede hacer elbien en sábado.

13 Entonces dijo al hombre:–Extiende tu mano.La extendió y quedó restablecida

como la otra. 14 Pero los fariseos, al sa-lir, se pusieron a planear el modo deacabar con él.

El Siervo de Dios

15 Jesús lo supo y se alejó de allí.Lo siguieron muchos y los curó a to-dos, 16 advirtiéndoles que no dijeranque había sido él. 17 Así se cumplió loanunciado por el profeta Isaías:

18 Este es mi siervo, a quien elegí;mi amado en quien me complazco;derramaré mi espíritu sobre él,y anunciará el derechoa las naciones.

19 No disputará, ni gritará;no se oirá en las plazas su voz.

20 No romperá la caña cascadani apagará la mecha

que apenas arde,hasta que haga triunfar la justicia.

21 En él pondrán las nacionessu esperanza.

Controversiasobre el poder de Jesús

Mc 3 20-30; Lc 11 14-23; 12 10; 6 43-45

22 Entonces le presentaron un en-demoniado ciego y mudo. Jesús lo cu-ró, de suerte que el mudo hablaba yveía. 23 Toda la gente, atónita, decía:

–¿No será éste el Hijo de David?24 Pero los fariseos, al oírlo, dije-

ron:–Este expulsa los demonios con el

poder de Belzebú, príncipe de los de-monios.

25 Jesús se dio cuenta de lo quepensaban y les dijo:

–Todo reino dividido acaba en laruina; ninguna ciudad o casa divididapuede subsistir. 26 Si Satanás expulsaa Satanás, está dividido. ¿Cómo, pues,subsistirá su reino? 27 Y si yo expul-so los demonios con el poder de Bel-zebú, vuestros hijos, ¿con qué poderlos expulsan? Por eso ellos serán vues-tros jueces. 28 Pero si yo expulso losdemonios con el poder del Espíritu deDios, es que ha llegado a vosotros elreino de Dios.

29 ¿Cómo puede entrar uno en ca-sa de un hombre fuerte y saquear suajuar, si no lo ata primero? Sólo en-tonces podrá saquear su casa. 30 El queno está conmigo, está contra mí; y elque no recoge conmigo, desparrama.

31 Por eso os digo que se perdona-rá a los hombres todo pecado y todablasfemia; pero la blasfemia contra elEspíritu no se les perdonará. 32 Al quediga algo contra el Hijo del hombre, sele perdonará; pero al que lo diga con-tra el Espíritu Santo, no se le perdo-nará ni en este mundo ni en el otro.

Mt 12 7 22

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