Flor de Izote No. 01

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Primero número de la revista electrónica «Flor de Izote». Más información en: http://alfinliebre.blogspot.com/2011/05/ano-iii-no-10.html

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Flor de izote

es una publicación electrónica que tiene como

propósito la difusión de escritos que se inspiran

en esta forma del escapismo literario

denominado Chintoísmo. También se interesa por

difundir imágenes, objetos artísticos, que tengan

como sustento visual, discursivo, los referentes

de las hibridaciones culturales, en esos cruces

identitarios entre lo popular, el kitsh, la

economía informal, y los espacios de recreación

para el ocio y el aliviane.

El Chintoísmo es la filosofía prosopopeyica que

surge como rama fértil del denominado

Escapismo Literario, que tiene en el Profesor

Zovek a su omnipotente creador y esparcedor

(entre dador, sembrador y máximo practicante

del esparcimiento escapista)

El Chintoísmo es el modo de ser y de pensar de

quienes se adscriben a sus conocimientos, a sus

prácticas y deviene movimiento en tanto es

particular manera de morar el ser, por parte de

los chintos, ahora con un tentáculo visible en el

Feisbook.

(Sick)

Por motivos editoriales, no vaigan a crér que por

hueva, todos los tecstos presentados respetarán

la ortografía y sin taxis de sus autores,

asumiendo que tanbién los horrores gramaticales,

ortográficos, de dedo y la diselxia son parte del

chinto que habita en el interior de cad’uno de

nosotros. Y ya, es todo.

Huacal de investigaciones chintoístas:

Rocío Arroyo, Jorge Jolmash, Ache Ele.

Diseño:

malaB-yroF

Agradecimientos:

A la Comunidá Chinta, del Feisbúk, que hace que el

Chintoismo tenga sentido y siga vivito y culiando; a

Los Vodevil Internacional, que en Chintopias

demuestran que están vivos y que en su colache

sónico chintópico demuestran que hay de dulce, de

chile y de manteca, para disfrutar voces y melodías;

a la chava que me vende tortas de queso de cebra en

la Coloña Revolución; a don Juan por las tortas de

jamón de la Coloña Salú; a una amiguis que me

echa los perros, pero todavía no me dejo; a Roberto,

bazarero de la Coloña del Moral, que me vende sus

mercancías casi regaladas; al sol de mayo que me

saca harto sudor de atcilas, entrepierna y nuca; qué

chinga con los aguaceros que hacen que me crezcan

más los hongos de las paturrias; a los puesteros de

los bazares dominicales que en veces me regalan

hasta jicaletas y pencas de flor de izote; a las chavas

que atienden las gordas de chicharrón, los sábados

en el bazar de la calle Leizegui y los domingos en

Lomas Verdes; a la caña de Mawis; a las doñitas

que me emplean de mandadero; a Susanito, El Niño

Señor, porque se le va quitando poco a poco lo

fresa; a los cirujanos-tablajeros del mercado

Jáuregui, porque cuando paso por allí me recuerdan

los cuadros de Francis Bacon; al boletero del

camión 3476 que va de Xalapa a Baxtla y no me

cobra el pasaje; al equipo que arma la Flor de Izote,

besito de chipitín cues.

Por supuesto que gracias a quienes colaboran o

colaboraron como Rosuka Pop y sus diseños, como

este más visible de la Flor de Izote, y por su pollo

que al buen Pablo Aguilar por armarnos la

convocatoria deste numeral.

Atte:

Consejo de ancianos de

La Flor de Izote

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ÍNDIOCE

01. TENCHA LA GEMELA ........................................................................... 1

02. LA LUCHA (1 DE 6) ............................................................................ 4

03. DIÁLOGOS ANIMOSOS ......................................................................... 5

04. LA LUCHA (2 DE 6) ............................................................................ 7

05. DIARIO DE OBRA .............................................................................. 8

06. LA LUCHA (3 DE 6) ........................................................................... 10

07. CRÓNICA DE UN VELORIO (1 DE 3) ........................................................... 11

08. LA LUCHA (4 DE 6) ........................................................................... 13

09. SIEMPRE SUPUSE QUE LAS APARIENCIAS ENGAÑAN ........................................... 14

10. LA LUCHA (5 DE 6) ........................................................................... 16

11. EL SER CHINTO… ............................................................................ 17

12. LA BARBAJANA ............................................................................... 18

13. CHINTO JUEREÑO ............................................................................ 19

14. LA LUCHA (6 DE 6) ........................................................................... 20

15. DIEZ POEMAS OLD FASHION .................................................................. 21

01. VIGENCIA DEL SONETO .................................................................... 21

02. MIL VIDAS................................................................................. 21

03. NO SERÁ EL DESTINO… .................................................................... 22

04. EL AHOGADO A LA TORMENTA .............................................................. 22

05. AUTORRETRATO CON NARIZ DE PAYASO .................................................... 23

06. SINCERAMENTE TUYO ...................................................................... 23

07. ARIA PARA SOPRANO DRAMÁTICA .......................................................... 24

08. ARIA PARA SOPRANO LIGERA ............................................................... 24

09. FLORES PARA LA VIRGEN DE GUADALUPE ................................................... 25

10. NATURALEZA DEL INFIERNO ............................................................... 25

16. LA SALSA DE CHILE SECO Y LOS CHILES RELLENOS DE DOÑA IRMA EN EL MERCADO RENDÓN DE

XALAPA......................................................................................... 26

17. NUESTROS PATROCINADORES ................................................................. 28

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TENCHA LA GEMELA

(DE LAS HISTORIAS DE EL CAMINO LUNÁTICO, DEL ABATE LENGUAS)

Por Ánima de San Bruno.

Tencha se enjuaga el pelo en el agua del río, la luz de la luna es un brochazo de óleo, sobre la

escarpada ladera pasa el tren, rebufa, hasta el agua estancada se pliega el humo de la

locomotora, reflejando la negrura reluciente de la máquina, el grillerío arma un ruideral que

sólo interrumpe el chorro de agua que cae de la cabellara de la mujer. La roca pulida por los

siglos de viento recoge el peso desnudo de Tencha. Alla arribita del tren, en algún cabús,

algunos harán de las suyas.

Tencha correrías. Tencha fruta mordida, líquido rojo cayendo por las junturas de sus labios.

Tencha pelo al viento, jorobada sobre espinas y zarzales brutos. Tencha atando la vaca

demacrada de chiches caídas, en el horcón seco del corral. Tencha absorta, curando con sus

buenas artes a cuanta gente le llevan, bajo las estrellas. Tencha sanando el rostro de un

muchacho horrible, una noche de eclipse lunar. Tencha frotándose el sexo bajo las rayas de sol

que le pegan debajito del techo de maderas roídas. Tencha lamiendo de sus pezones la leche

caliente de su amante fugaz…

Lenguas me habla de la gemelita, de la hija de Satanacio y me da risa (pero pa’ dentro, osease

pa’ mis propios humores internos) porque cuando habla de Tencha el pinche Abate Lenguas se

rasca los güevos, se güele las manos, agarra su vaso con bacanora y guarda silencio.

— Fíjate Animita que la chamaca era muy vivilla. Desde mocosita ya la veías como conejillo

entre los matorrales, siempre en las manos llevaba cuanto hierbajo cortaba, flores,

ramas espinosas, hojas. Todavía la miro olisqueando esos vegetales, punzando con las

uñas algunos tallos, ora lechosos, ora aguañosos, con su vestidito todo acribillado de

manchas.

La vida de Tencha es un misterio; a mí me contó una señora que la acusaron de haber

matado al hijo de un ranchero muy poderoso de la sierra. Entonces la mujercita ya no

vivió nunca en paz, mientras su hermano se dedicaba a los negocios con aquellos

hombrecillos que te conté, su gemela siempre andaba con la anciana que asegún le

indicaba las propiedades curativas o dañinas de las plantas. Pero la vieja era más un

cuento, porque quien llegaba hasta la sierra buscando especies raras de plantas era

Última, esta sí para que veas, toda una leyenda porque venía hasta Sonora, desde el

gabacho, para recoger lo que necesitaba. Así llegaba, así se iba. Pero antes le pedía

Última prestada a Tencha, a la anciana, entonces se perdían las dos mujeres varios días

por el monte, nadie sabía nada de ellas, hasta que regresaban todas cansadas y como

idas.

Tencha desnuda a la luz de la luna. El tren se detiene, se escuchan varias detonaciones que

hacen aullar a los coyotes, después el silencio. Tencha ni se inmuta, sigue limpiándose el cuerpo,

con esa agua que escasamente corre en el arroyo; para el alma tiene otro tipo de limpia,

confusión de lágrimas y húmedas melancolías. Tencha hermosa, Tencha toda vida.

— No está muy claro cómo fue que desapareció la Tencha, la mera verdad, el caso es que

asegún le trajeron a un muchacho para que le curara de una tristeza muy profunda, un

hombre como de 25 años de edad, todo flaco, como chupado. Le explicaron que llevaba

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días sin comer, que hablaba solo, que lloraba mucho, jajajaja, cuando lo que debieron

haber hecho era llevarlo con alguna mujer para que le pusiera el pito como brazo de

muerto, que se lo cogieran al derecho y al revés, y sanseacabó, pero bueno. El caso es

que se lo dejaron a Tencha, quien les dijo que podía curarlo, nada más que se lo dejaran

un tiempito para que por la noche ella juntara lo necesario para hacer un brebaje que lo

iba a levantar luego luego. Pero no contaban con que Tencha también fuera blanco de

las envidias. El caso es que ese día que le trajeron al muchacho, ella se pasó toda la

tarde preparando unas yerbas, que mezcló en una jícara con alcohol. Sacó el trebejo

ese al patio, lo dejó colocado sobre una roca blanca, miró que no hubiera nadie cerca y

se metió al jacal donde estuvo platicando con el hombre mustio. El caso es que algunas

horas después salió por el brebaje, lo llevo a una mesa cerca del fogón, con la ayuda de

un embudo hecho de hoja verde, lo vacío dentro de una botella, le dio al hombre a que

bebiera casi todo el contenido de la botella, este se mareo todito, Tencha le acercó una

silla para que se sentara, y se fue quedando dormido. Tencha sabía que a veces eso

pasaba, así que no le dio mucha importancia.

Al pueblo habían llegado unas mujeres muy jóvenes pidiendo trabajo en lo que fuera, entre

ellas venía Lucinda, una moza muy bonita, con unas piernas de potranca y un cabello muy

largo todo negro, negro. Era de jale la muchacha, tenía unos ojos aceitunados que cuando

les pegaba el sol brillaban hasta casi ser transparentes, enamoradiza también la chamaca.

Una mañana conoció a Sotero, un peón de por allí. Se quedó prendada de él cuando vio al

Sotero desnudo del tronco, trozando leña. Una noche de baile se encontraron, se miraron,

comieron borrego asado casi juntitos. Ella sólo le habló poquito, lo apartó de la gente y pasó

lo que tenía que pasar. Pero resulta que este ranchero estaba enamorado de la Tencha,

entonces todo estaba listo para que hubiera problemas. Llegó el tiempo en que las tierras

se estaban secando y ahora trabajar en la mina era lo mejor para tanto hombre de la

región. Sotero se fue, no le avisó a Lucinda. Lucinda pensó, según sus ocurrencias, que se lo

había trabajado la Tencha…

Tencha y Sotero. Sotero y Tencha. Sobre el catre la espalda de él resiente las magulladuras

del mecate rudo sobre su piel. Tencha a horcajadas gime bien atrancada sobre Sotero, parece

que llora pero en realidad lo que pasa es que la mujer está estallando de placer. Sotero la

sostiene, se viene dentro de ella, terminan, los dos se abrazan, la noche los sostiene en un claro

concierto de ruidos animales; sobre el catre los sudores compartidos, el beso que sella con su

tufo de alcohol una risa compartida y luego el silencio.

— Hubo muerto esa vez en la choza de Tencha. Vinieron unos hombres a recoger al

muchacho al que Tencha iba a curar, pero tamaña sorpresa se van dando cuando ven

botado al joven en el suelo de tierra seca, todo blanco, blanco, con un espeso vomito

rodeando toda su cara y la cabeza.

Tencha tuvo que huir, nunca se le volvió a ver. Ya en plena huida, la tercera o cuarta

noche que pasó entre los cerros, bajo la penumbra de la noche titilante, se dio cuenta

de lo que en verdad había pasado. Llegó hasta su memoria que cuando salió por el líquido

de la jícara notó que estaba más espeso de lo que debería estar, pero no hizo caso, fue

adentro, lo echó en una botella y lo se lo dio a beber, el enfermo ansioso lo tomó casi

todo. Ahora Tencha también recuerda un olor como de yuca amarga y sangre menstrual,

luego luego pensó que ella no era porque no estaba en sus días, pero en ese momento

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pensó que algo había complicado la cura. Sintió una abrupta turbación pero no hizo nada

más, decidió sentarse en el suelo y mirar cómo evolucionaba el hombrecillo ese.

Pesado el fardo de una humanidad que se está yendo de este mundo. El muchacho cae de

bruces sobre el suelo de tierra seca, Tencha se da cuenta de que las cosas salieron mal, se

levanta del suelo de un tirón, observa al hombrecillo sufrir unos como ataques allí tirado, se

está muriendo…

Tencha allí, bajo la noche de su tercer o cuarto día de huida se da cuenta de que alguien le jugó

mal, ata cabos mentalmente y da con que seguramente alguien mezcló un veneno letal en el

líquido que estaba en la vasija. Tencha se va adormilando poco a poco, el cansancio la atenaza y

antes de quedar profundamente dormida, sus labios alcanzan a pronunciar el nombre de

Lucinda.

— Pues sí Animita, eso fue lo que pasó. Casi se traga la frase este Lenguas, porque al

decirla pega chico bostezo ya entre briago y adormilado, se ve que ya quiere

entregarse en los brazos de Morfeo.

— Újule mi Lenguas, pobrecita de la Tencha, le jugaron rudo, pusyá.

La noche en que el Abate Lenguas me contó la historia de Tencha fue la última que lo vi, al otro

día, al cantar el gallo madrugador él ya no estaba, pucta costumbre de juirse pues’n. Ojalá le

haiga ido bien porque siempre me tuvo consideración y me contaba un chorro de historias, como

esta de los gemelitos, los hijos de Satanacio, uuu y un titipuchal más, pero mis queridos

chikitines, por esta vez ya es suficiente. Calmantes montes, serenidad y paciencia que ya

despuesito les cuento otra. Besitos.

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SERIE FOTOGRÁFICA

LA LUCHA

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DIÁLOGOS ANIMOSOS:

Un día, echándome unos mezcales oaxacañeros, convivía con varios personajes de singular pinta

xalapeña y de repente vi al Ánima de San Bruno entrar por la puerta. Lo reconocí por la barba

grande y sucia que traía, estilo changoleón, y porque su playera decía ―Yo soy El Ánima de San

Bruno‖. Usaba un sombrerito de palma y colgado al hombro un morral. Lo saludé de manera

respetuosa pues conozco su reputación no sólo en estos asuntos de la internet, también sé de

sus diálogos con el Magnánimo Profesor Zoveck ya hace algunos años atrás a la fecha, aunque

su respuesta a mi saludo fue un gran: ―¡no mames!‖.

Ya entrados en tragos y más en confianza, empecé a escarbar en su mente de manera amistosa,

con ganas de saber mas chintadas y develar los misterios de la vida chintoista, comprender el

lenguaje que se utiliza, saber qué onda con los xalapeños, si sólo ellos son chintos o hay chintos

interestatales, aunque más bien, yo creo que ya estábamos bastante cuetes.

Esto fue lo que resultó de esa plática. O más o menos:

- ¿Qué música escucha el Ánima de San Bruno?

Me gusta el rock, pero del bueno: Johnny Laboriel, Los locos del Ritmo, Los Dug

Dugs, El Recodo, lo que se pueda bailar, pues. En general escucho mucha música,

me gusta la electro-clásica y tengo por ahí uno de trans-ópera muy bueno para

las fiestas. También me gusta el jazz.

- ¿Existe la música chinta?

Awebotz. Lo chinto está en todas partes. Una canción puede ser una rola

buenísima en el círculo de la alta cultura y convertirla a lo chinto al ponerla en

ciertos espacios chintines. O sea que, lo chinto surge a partir de lo etéreo y de

lo físico. Lo chinto puede ser chinto de nación o hacerse chinto por influencia

del medio. Esto no sólo pasa con la música, también pasa con la comida, el

bailongo, el chupirul, los cuadernos, etc.

- Y un chinto, ¿se sabe chinto?

No necesariamente. Muchas veces al vivir dentro de la cotidianeidad hace

invisibles muchas cosas. Lo importante de los chintos, creo, es que muchos de

ellos no se consideran chintos, aunque tengan actitudes meramente chintas. Y si

a caso se saben, se hacen weyes. Por ejemplo: hay muchos chintines que se van

a los antros y terminan hasta el cuete con Nacardi blanco, a sabiendas que es

una porquería de chupe, y bailando duranguense. Y muchas veces, estas

actitudes chintas son socialmente aceptadas dentro de cierto grupo. Esto hace

que se validen las conductas chintas y por lo mismo no son censuradas. En

algunas ocasiones serán censuradas por el individuo mismo, a nivel de la

conciencia al darse cuenta y pensar: ―¡esta onda ya está bien naca!‖, pero

frecuentemente será rescatado por el grupo social calificador, y muy

probablemente le valga madres y siga bailando impulsado por los alipuses que

lleva encima y el movimiento de las chamaconas. Y aclaro que no tengo nada

contra el duranguense, pero creo que sí hay que ser coherente con lo que se es.

Si se es chinto, pues hay que serlo bien. Así como éste hay un chingo de

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ejemplos más. Como ya lo dije, en la comida, en los restaurantes, en los

despachos, etc.

Además, lo chinto tiene la necesidad de ser expresado. Es como una olla de

presión que no lo deja ser, que pide a gritos libertad, aunque sea con válvula, de

poquito a poquito, pues´n.

- Entonces, ¿todos somos parte del chinto?

De alguna manera sí. Lo validamos, le damos esa calificación y al dársela lo

hacemos visible, real. A lo mejor no de manera activa o consciente. Pero ahí

está. Y con respecto a las actitudes chintas que tomamos, aunque muchos no

sean chintos de corazón, pues, ¿qué tanto es tantito?

- ¿Qué pasaría si no existiera el chinto?

El mexicano no sería mexicano. El chinto está en la cultura mexicana, y no es

cuestión nueva (ver el albun del feits Precursores del movimiento chintoista).

Esto es parte de la mexicanidad. A algunos nos da gusto el chintiar de vez en

cuando (risas), nos da risa, pero para otros es una forma de vida.

- ¿Qué es el Ánima de San Bruno?

Simplemente soy muchos xalapeños en uno. Haz de cuenta el 2 por uno, ¡pero

con un chingo! Tengo unas pinchis orejotas bien chiras.

- ¿Usted es el autor de esta teoría chintoista?

Naranjas y limas, mi rey. Todo lo que te acabo de decir es el resultado de

extensos diálogos y reflexiones que he tenido con el Zoveck y mis amanuenses.

Ahí les dices que les mando besos polchi.

- Por último, ¿qué sigue en la vida del Ánima?

Pues mientras irme a echar un cañón al callejón del ―mión‖, al fin que ya horita

como está de moda ya no hay pedo de chupar ahí afuera de los bares y se pone

la pasarela a todo dar. Aprovecho para mandar saludos y besitos a todos los

seguidores del feits.

Gracias Ánima, por las sabias palabras y espero te apersones en un futuro no muy lejano para

seguir dialogando estos asuntos que son de interés de toda la comunidad.

ARTURO RODRÍGUEZ LARA

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Diario de obra

18 de marzo de 1986

Milpoleta, Valle Jovel, Chiapas.

Casa de Don Dodecimo

Nota: aunque estén redactados de manera cuasi correcta las aportaciones de Don Dodecimo1

no he omitido el acento ni la manera de pronunciar las palabras por parte de mi interlocutor,

así que pido de ante mano escusa y no se mal interprete la manera de presentar el documento.

Don Dodecimo, hombre de aproximadamente 86 años, de piel arrugada en matiz canela (el cual

ha obtenido debido a los genes de su padre indígena), ojos grandes y profundos, sus manos

grandes y toscas por el trabajo duro sostenían un viejo sombrero de paja que tejía sobre su

regazo azulado, debido a sus pantalones de mezclilla que contrastaban con su playera amarilla

con logotipos de cierto partido político de la región.

En la estufita de dos hornillas hierve el agua para café en una olla de barro que bien sirve

algunas ocasiones para cocinar frijoles. La mujer de Don Dodecimo soltó un polvo de color

oscuro que inmediatamente comenzó a mezclar con el agua de la olla con la cuchara de madera,

mientras con la otra mano jalaba el humo que despedía de la olla para olerlo, a diferencia de su

esposo ella aún conserve sus faldas, huipiles y pies descalzos al andar.

El propósito de mi visita a esa casa era el de conocer la versión no oficial de las personas

exiliadas a partir de los movimientos religiosos que se presentaron en el estado en décadas

anteriores.

— mirálo te lo voy a pedir de favor que me digás que querés que te hable, haber si te

sirve en lo que querés hacer pué, ya me lo dijo el dirigente municipal que ibas a venir.

Dicho esto se acomodo en su silla, buscando entre sus bolsas, sacó una pipilla, colocó tabaco

puro, agitó su encendedor y dio aspiro al tiempo que acercaba el fuego a la pipa, soltó el humo

lentamente y se dirigió de nuevo a su mujer.

— servíle café al hombre, y hacés unas dobladas pa´la chucha2. Ora, si, decíme que quiere

que le diga –dijo dirigiéndose a mi.

— hábleme de usted, de su vida, sus recuerdos, lo que siente y lo que opina de lo que ha

observado a través de todo este tiempo. —contesté tratando de ser sincero, honesto y

respetuoso, al tiempo que tomaba entre mis manos la taza de café que la señora me

ofrecía.

— ah, velo pues, ´tonces poné atención, ¿lo vas agravar no?, no te lo voy a decirlo todo

mi vida, solo lo que podés oírlo ¿viste?.

Comenzó su narración así:

— todos mis años los he pasado aquí, pocas veces lo he ido al pueblo, ya no puedo ír, antes

no lo iba por que no nos lo dejaban pasar, ora ya no voy por que mis huesos no aguantan

mi paso. Mi tata me llevaba a negociar las mercancías con los parientes indios, ya se

había salido del pueblo por que mi madre no era del ejido ni de la religión que se tiene

ahí, y pus el amor es el amor…

1 Llamado asi por ser el 10 hijo, pero su padre no sabia contar y su madre no se opuso al nombre

2 Palabra que se utiliza para nombrar a los perros, en este caso está adaptado al femenino del animal.

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Lo malo era que no era india mi nana, era de la familia que vivía aquí a la vuelta, esta

tierra donde tengo mi casa es parte de lo que era todo el terreno, si estaba bien

grande pues, teníamos ganado antes, cuando no estaba prohibido tener tus animalitos

sueltos, no que orita solo amarrados, se entristece el animal y ya no funciona, la leche

ya no sabe igual, los quesos el blanquio todo no sirve si el animal ta´triste.

A mi ni me lo querían, me trataban bien mal los hijos de los caxlanes3 por ser indio, y el

otro los indio me pateaban por tener sangre quemada de caxlan, pero ahí luego y pronto

mis tatas me hacían no ponérmelo triste, me hablaba mi nana para que no hiciera yo

caso pué de que decían de mi.

Ya luego nos fuimos de aquí, me llevaron a Jovel, la mera cabecera municipal, pero fue

pior mirálo mas feo me trataban, creían que yo era el mozo de mi nana y no era cierto

pué era yo su hijo, pero me fui a la escuela y lo mesmo, me salí, mejor lo busque mis

tierras y mi mujer, no esta otra que tenia yo pero se me murió un día, solo la encontré

fría sentada en le metate, caso me dio hijos, esta mi mujer que tengo ahorita si me dio

los que la otra no pudo, está me los cumplió, pero donde ibas a creer que pudiera yo

mantener tanta boca, no se puede, aunque tengás tus parcelas y tus animalitos no

resulta, mirálo mi mujer usa pura nagua de lana pero ya no hay campo donde coma

zacate el borrego, se hacen mas casas en la tierra y ya no hay lugar pa´ que coman y

luego no ta´ buena su lana y no sirve pal hilo que se hace para la nagua.

Como aiga sido, lo mas mejor es que nunca me dejé que sus lenguas me envenenaran el

corazón, por que no son ellos quien habla, son kronta4 pué nunca lo van a estar de

acuerdo, yo por eso me vine aquí donde no me molesten, donde no me digan nada, donde

yo pueda yo ser yo sin que me digan habladas como lo tienen la costumbre de hacer.

Dicho esto buscó con la mirada a su mujer, cuando la localizó con tono amable y a la vez

poderoso le dijo: ¿y las dobladas que te lo dije hicieras?

Ello corrió hacia el extendiéndole un plato con tortillas rellenas de frijol y arroz, lo colocó

frente a él y se retiró a seguir con sus labores.

Yo totalmente extrañado por lo que acababa de pasar no entendía por que se las había servido

a Don Dodecimo, si eran para la perra. Al observar mi cara de asombro don Dodecimo, se rio y

me dijo:

— no se espante siñor, se las pedí, para la chucha hambre que me dio por contarle aste lo

que quería, si no quere uno, yo si le voy a hincar el diente, que ya me ladra la tripa…

No hablamos más desde aquella ocasión, ni tampoco pude saber que opinaba sobre lo que

realmente quería hablar, ni tampoco me dejó preguntarle que era ser chintito para él, espero

que Don Dodecimo se encuentre bien o como el dijera, ―en descanso con su indio y su caxlán‖.

CHALA.

3 Palabra despectiva con que los indios se dirigen a los mestizos, puede tener varios significados y orígenes.

4 Envidioso en Tzotzil.

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CRÓNICA DE UN VELORIO (1 DE 3)

Tenía un vecino que estaba medio panzón y que se dedicaba a la carpinteada, a propósito que su

trabajo no era ni tan chido y era un tanto carero a la hora de cobrar. Pero si bien, no nos

interesa la vida de Don Domingo, es más, ni siquiera la vida de su señora esposa que estaba

inmersa en el tráfico de comida en las grandes obras públicas y privadas: Doña Evangelina. Creo

que en más de una ocasión nos envió garnachas, tamales o pozole pa’la trompeadera. Pero como

se escribió unos renglones atrás: No nos incumbe ni siquiera la vida de Doña Evangelina, tal vez

inicié escribiendo de mis vecinos, para no dejar en completo anonimato a nuestra estrella

principal, pese a los intentos desesperados de poner nombres ficticios a nuestros personajes

tan reales y por demás comunes, tal vez ni siquiera debí haber empezado de esta manera este

pésimo intento de obra seudo-literaria. Debí, ciertamente, haber comenzado escribiendo de la

vida de Doña Rosario, madre de Doña Evangelina y protagonista principal de esta descripción.

Pero caemos en un nuevo problema: Este escrito está tan fuera de onda que ni siquiera trata de

la vida de Doña Rosario; más bien de su muerte.

Eran cerca de las seis de la tarde de un martes del mes de lluvias cuando mi madre

acercóseme amenazante y con alargada y triste voz díjome:

— Hace rato fue a verme Gloria, la nuera de Doña Evangelina, para avisarme que acaba de

fallecer Doña Rosario…

Sobrevino un silencio sepulcral, seguido de un rostro ecuánime por parte mía y un

hipócrita sonido similar al de una serpiente, para reflejar la gachez del evento.

— Tenemos que ir al rato al velorio —dijo mi madre de manera solemne con ese cierto

toque que hace que la palabra «tenemos» obtenga un peso monumental y agregó para

hacer más grande mi pesadez— dice Feliciano que nos da el aventón al rato…

— ¿El aventón? —pensé en voz alta a manera de cuestión y arremetí— ¿ps hasta dónde es

el susodicho velorio?

— Ahí en «El seis» —agregó Madremía mientras ponía su característica cara de «es a

güevo compadre así que vete haciendo a la idea» y no conforme con el atropello dijo

para finalizar la conversación— así que debes estar en la casa antes de las ocho, para ir

a darle el pésame a Doña Evangelina, acuérdate que ella siempre ha estado pendiente

de ustedes cuando se enferman y es menester que la acompañemos en estos momentos

tan difíciles.

Algo en mi interior me dijo que no siguiera alegando y que me hiciera a la idea de que esa

noche iba a ser muy peculiar. Así que cesé en mi afanoso empeño y comencé a pensar, con

cierto coraje, en todas las garnachas de Doña Evangelina que me había devorado en el tiempo

transcurrido, y por cada una que recordaba me repetía una y otra vez que mejor me hubiera

aguantado el hambre para no tener que pagar el «favorcito», pero bien dicen que «nadie sabe

ni el día ni la hora» y total que echándole la culpa al destino decidí cargar con mi cruz y

aventurarme a acompañar a mi madre al renombrado «chilladero».

Ya para las siete y media de la noche estaba sentadillo en la sala de mi casa cual chamaco

bien portado, esperando el momento de la verdad, pensando entre tantas cosas en el Control de Lecturas que se efectuaría sin mi consentimiento al día siguiente en clase de Eva, y al

pensar en eso, pensaba también en que me desvelaría indudablemente esa noche y no

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precisamente estudiando, sino más bien enclaustrado en un ambiente gris y melancólico

tomando en cuenta también que el famoso pueblito llamado El seis, se encuentra en el kilómetro

seis de la carretera Xalapa-Coatepec, de ahí el curioso nombrecillo. Me rondaba en la cabeza el

Control de Lecturas a las ocho de la mañana y sobre todo que me iría de la tostada en el citado

tormento.

Entre tanto pensar y tanto esperar, se llegaron las nueve de la noche y para cuando hube

reaccionado, estaba invadido de sueño, por lo que subí a ver a mi madre.

— Jefa —dije decididamente y con un toque de preocupación, obviamente incierta— ya

son las nueve y no llegó Feliciano, yo digo que ya no vamos al velorio ¿o sí?

— Pues yo digo que ya no —resolvió sabiamente Mamma mía

Encaminé mis apesadumbrados pasos a mis aposentos, con la intención de caer inerte

sobre el colchón de mi cama y dormir como poseído hora tras hora antes de mi ejecución en el

Control de Lecturas. Pero hubo algo que detuvo mi marcha y me dejó titubeante por unos

instantes.

La puerta de la sala se abrió lentamente y se asomó la silueta de Feliciano cargando un

enorme bulto que a simple vista me pareció un ramo de flores, de ésas que la gente le lleva a los

familiares de los difuntos para decirles sutilmente «se te va un ser querido, pero llegan un

chingo de flores a tu casa, ánimo, no estás solo».

Los detalles del viaje efectuado en el coche de Feliciano, en el filo de las nueve y media

de la noche, con rumbo a un velorio inmerso en la precipitación pluvial de otoño, en uno de esos

pueblitos que nunca cambian, carecen de peso literario, por lo que los omitiré.

Hube perdido la noción del tiempo para cuando llegamos a la desviación carretera que nos

lleva al mentado lugarejo. Y para no errar en nuestro peregrinar, Feliciano detuvo el armatoste

con ruedas junto a una casita modesta a orilla de sendero, una niña de aproximadamente doce

años y con ropajes escolares se disponía a entrar a su casa cuando fue importunada por

Feliciano que cuestionaba el paradero de la familia Trejo, que en aquella noche se dolía de la

pérdida de su último pilar: Doña Rosario Trejo.

La respuesta no se hizo esperar, la niña contestó vivamente la ruta que debíamos seguir

para llegar a la propiedad de los Trejo, dando santo y señas como lo eran: la tortillería, la

tienda de abarrotes y los Nintendos.

La plática de Madre nostra y Feliciano conductor, que hasta el momento anterior a la

aparición de la chamaquita en esta narración debió haber girado en torno al hecho del deceso

de Doña Difunta cesó casi por completo, cuando, a escasos seis o siete metros del punto

señalado por la niñescolar como la casa de los Trejo se presentó ante nosotros un fila de

coches estacionados en ambos lados del camino y allá en el lugar mencionado, una lona color

amarillo para desviar el chipi-chipi que nos acontecía, y en general, un ambiente iluminado por

unos grandes focos y hartas veladoras.

Rápidamente adoptamos la sabia postura de estar afligidos y unas caras largas y

compungidas que recordarían una y otra vez a los agachados que deben estar más y más

agachados, y si se puede… acostaditos junto al que se va. To be continued…

FROY-BALAM

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(4 DE 6)

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SIEMPRE SUPUSE QUE LAS APARIENCIAS ENGAÑAN

Siempre supuse que las apariencias engañan...

porque hoy por la tarde ,

mientras caminaba con mi hermoso Danilo

por los bajos mundos,

me topè con muchos seres humanos

que generalmente dan miedo...

Y se preguntaràn

¿dònde maDRES te metiste?

mmmmm naaaaa

no es otro mundo, pero si zonas poco exploradas...

El chiste es que

tras miradas de estrañesa por ver un perro fresòn

y una dueña aparentemente sangrona,

segui el camino cruzando miradas...

Tras pedirme un cigarrillo donado

se cruzò una conversaciòn

con un adulto un poco maltratado por la vida...

Y del cual se me quedò grabada su imagen:

el pelo desaliñado, la camisa sucia y se notaba que era por trabajo (ya viendola bien)

un costal con tierra, una botella con un lìquido transparente (que preferì no preguntarme a mi

misma que era)

digo...ya estaba yo ahì...

pero siguiendo con la descripciòn: se le veia cansado,

con ganas a lo mejor de llegar a su casa a tirarse a dormir ( o bueno que se yo a que )

pero fue mas su antojo por el cigarrillo, la curiosidad del perro o no mas ver que hacìa yo por

ahì...

Combidando mi sagrado cigarro...el ùnico que quedaba

pues cruzamos palabras

sobre tres cachorros que èl afirma tener

sobre que ¡vivia cerca y que la vida es dificil!

pero que los animales la hacen hermosa...

¡Oh sabias y concretas palabras!, le hubiera regalado otro cigarro nada mas de escuchar eso

pero...ya no tenìa jeje

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despuès de unos minutos de conversar sobre la zona e intercambiar experiencias con la

mascota,

el individuo se alejò y se perdiò entre las hojas secas (enormes por cierto) que habìa en el

suelo,

entre los columpios añejos, las resbaladillas zig zagueadas,un pasto poco cuidado,

ademàs de un caballito cansado parado entre los àrboles y

bueno de adorno ¡mucha basura alrededor!...

Lo que fuè una realidad es que me regalò una imagen realmente admirable

cada paso que dio se encontrò algo tirado, inservible y poco rehusable es decir basura en su

màxima expresiòn

¿què harìa un personaje en Plaza Americas? pisarla, talvez, patearla o decirle a alguien que la

levante,

este personaje se inclinò a levantar y desahogar un poco la zona (bastante descuidada, por

cierto)

y aclaro...no era de servicio pùblico el amigo...

En fìn

¿Bajos mundos?

¡Por Dios!

La moraleja de hoy :si hubiera llevado a mi perro a pasear por las Ànimas

si que hubiera sido...otra dimensiòn...porque ademàs de eso...si hubiera sido viernes...me llevo un

buen sustòn

jeje

Firma : LORE PAYACHINTA :)

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(5 DE 6)

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EL SER CHINTO….

Ser Chinto es estar cómodo, es sentirse libre de ser quien es uno, es, emoción, sonrisas. Y para

que todos sintamos o ―sentamos‖ el significado de SER CHINTO, vámonos por partes (como

dijo el descuartizador) vamos a ejemplificarlo con las fases de la vida, desde la niñez cuando

es uno niño así chamaco. Ser Chinto es como cuando eres niñ@ y ―Los Reyes Vagos‖ te traen los

juguetes o ropa, es el olor a juguete nuevo, son las ganas de abrir todas las cajas al mismo

tiempo, es la emoción de ponerte toda la ropa hasta para ir a la tiendita de la esquina con Don

Chalio. Es como cuando cuentas ―faltan 15 dias para mi cumpleaños‖ llega ese día y cuando llega

el primer invitado, y te da tu apapacho y tu regalito, es esa emoción de ser tu, de ser para

todos el consentido del día.

Ser Chinto son esas mariposas en la barriga cuando te gusta por primera vez alguien, y ese

alguien, después de mucho aventarle pedradas, y casi casi cerrarle el oclayo, se da cuenta de

que existes. Se siente como cuando eres adolescente y te agarras al teléfono como si no

hubiera mañana, es cuando te pones romantic@ en las tardes y escuchas el radio con canciones

que te pegan al corazón. Ser chinto es caminar en la calle enamorad@, caminar cuando hace

airesito rico, y acaba de dejar de llover, es esa sensación de felicidad, de plenitú.

Es ver la lista de admitidos en la facultá y ver tu nombre…y decir ―a huevo putos‖!!! ireeen soy

chid@. El chintoismo no malvibra, no juzga, no esconde intensiones negativas, es claro como

aguita de manantial, es divertido porque es uno como es y sin ser menos de lo que uno es.

No hay mejor sentimiento que el estar bien con uno mismito, vivir con la conciencia tranquila,

eso también es ser chinto, ser honrado, honesto, trabajador pero que a veces la hueva te dice

―vamos a dormir tantito weee‖ , digo porque no es uno perfecto.

Es esa cosa que se siente (sin albur) cuando algo bueno te va a pasar, que sacas 10, que te van a

contratar, que te vas a arrejuntar, o hasta yo creo que cuando va uno a ser amá o apá…es tener

la felicidá con uno mesmo.

Ser Chinto no es más que ser uno, aceCtarse, quererse, y a parte, tener cerca a personas que

son como uno, porque un Chinto, es chinto dende que nace, hasta que cuelga los tenis, hasta que

uno chupa faros, mmmmm farooos….

Ser Chinto es chido, lo siento por los que no son chintos por que no son chidos…por que un

chinto no se hace asi al ahí se va!...un chinto nace, dende la panza de la jefecita diuno, ahí se

hace uno chinto, da patadas de chinto, se tapa sus partes nobles pa ser una sorpresa pa la

jefecita bonita de uno..

En fin, uno puede seguirle aquí diciendo las comparancias de lo que es ser Chinto, pero pues en

resumen, ser Chinto es ser feliz!..

LUCHINTA!

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LA BARBAJANA

No es mucho lo que tengo,

pero es todo lo que soy.

No me río chido,

pero enseño el diente.

No tengo una super mirada,

pero veo.

No tengo el cuerpo muy acá,

pero aflojo.

No estoy muy panzona,

pero estaría más.

No tengo buena pata,

pero camino.

Como verás no estoy muy buena,

¡Pero te quiero un chingo!

Mago Salazar

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CHINTO JUEREÑO

Pos yo les voy a platicar una aneidota que me marcó; no vaigan a pensar que digo marcar así

como cuando trae uno todo el día calcetines bien apretados, comprados pa aprovechar la oferta

de 6 pares por 15 pesos; no, les digo de eso que hace que le agarre uno el sentimiento… pero

empiezo porque luego se me va la onda.

Resulta que la otra vez estábanos en una convivencia de esas donde llega puro chinto, bien

chira, y ya tráibamos unas cuantas bebidas espirituosas encima; de repente la Rochío que se

empieza a desahogar y que nos cuenta que a ella no le latía que el Ánima anduviera diciendo

todo el tiempo que su barrio era el más chido, que la comida de su pueblo era la más sabrosa, y

que no sé que más… Que porque ella venía de un pueblo igual de chinto, y que también sus

chicharrones tronaban. Pero como no lo decía enojada, sino con sentimiento, yo vide cómo el

Ánima empezó a pelar chicos ojotes y hacerse patrás en su banquita, y damás escuchaba. La

mera verdá pues a mí me empezó a lastimar la humazón que había en el chante (puros tabiros

no empiecen a pensar mal), y con un nudo en el pescuezo le dije a Rochío: ―Tranquila mija, ya no

le digas eso al Ánima, que no creo que sea mala voluntá, yo creo quesque le gusta mucho su

pueblo y por eso habla bien de él.‖

Pa que no se sintiera mal le conté mi cuento: Resulta que yo nací en un lugar y luego luego nos

jalamos pa otro, y a donde llegué pos no estuvimos mucho rato y alueguitos nos movimos, y así

anduve de un lado pa otro así que adonde llegaba, pos no era yo de ahí y aunque luego regresaba

era yo juereño, y la mera verdá es que se siente retefeo, porque siempre piensan que vengo de

Australia o Alemania o hasta me dicen si no soy gringo…

Pero bueno, por eso mesmo yo cuando conozco a alquien pos lo mido como todo, pero igual y de

cualquier lado puede venir un buen compa, un carnal que te aliviane en este caminar; y pienso

que el chinto así es, unos más otros menos desconfiados, pero aluego te adoitan como de su

pueblo, de su barrio y hasta de su familia.

Lo que quiero decir es que si uno tiene su raíz pos hay que agarrarse juerte, porque no

cualquiera la tiene, y no por eso vamos a criticar a los de otros lados, al contrario, hay que

aprovechar a las buenas gentes que vienen de juera.

Esas palabras yo creo que le gustaron a los que estaban ahí, porque alguien dijo emocionado:

―¡Salú por ese motivo!‖ y de ahí pos no faltaron los abrazos y mira, después de eso ya soy carnal

del Froy…

PABLO AGUILAR

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(6 DE 6)

Serie fotográfica de

Eduardo Aguilar

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DIEZ POEMAS OLD FASHION

VIGENCIA DEL SONETO

Tantos años puliendo la herramienta

que siendo niño me encontré arrumbada,

tantos ríos de tinta derramada,

tantos cuentos que ya perdí la cuenta.

Tantas noches tras un sueño obsoleto,

tantas voces debajo de la almohada,

tantos mundos que surgen de la nada,

tantas cosas que sin cumplir prometo.

Tanto, en fin, que la fantasía alimenta

y que nace del ingenio discreto,

tanto esfuerzo que no paga la renta

y sin embargo aún inflama el reto,

tanto que se amontona y no revienta

la cárcel elegante del soneto.

MIL VIDAS

Siendo como es mi corazón mudable

y mi ánima, de natural esquiva,

se muestra ora humillada y ora altiva

por no parecer demasiado estable.

Y más allá de la simple inconstancia

el deseo me obliga a cambiar el rumbo

una y otra vez, y de tumbo en tumbo,

desandar lo andado en franca vagancia.

Si el camino se tuerce en arabescos

nunca nadie oirá mi boca maldecir,

al contrario, satisfecho obedezco

los caprichos de la incierta fortuna,

pues mis mil muertes me permiten vivir

mil vidas en lugar de sólo una.

Page 25: Flor de Izote No. 01

22

NO SERÁ EL DESTINO...

No será el destino quien guíe mis pasos

ni el dedo potente de un dios supuesto.

No lo que ha sido y es fue predispuesto

ni el porvenir escrito en áureos trazos.

No se reflejan mi ser ni mi empeño

en las pálidas líneas de mi mano,

ni gobernados por ajeno arcano

mis días se ajustan a ningún diseño.

Si se trata de buscar un culpable

reconozco al poder del azar ciego

que – sin querer – bien y mal me confía

y al empuje, necio e infatigable

(aunque de menor valor, no lo niego)

de una voluntad pequeña... la mía.

EL AHOGADO A LA TORMENTA

Mar corrosiva que lames la arena

con lengua de sal que acicatea el viento,

vieja gruñona de abrazo violento

que ni plegarias ni gritos refrenan.

Madre antigua, a la vez propia y ajena,

apiádate al fin de mi sufrimiento

y ahoga este, mi amniótico lamento,

en caricias que al salvar me condenan.

Yo sólo pido entregar como ofrenda

la ruina del cuerpo ante tu potestad

para cederte, si quieres, la rienda.

Qué tus aguas diluyan mi soledad

y que aquel sueño final me sorprenda

yaciendo en los brazos de la tempestad.

Page 26: Flor de Izote No. 01

23

AUTORRETRATO CON NARIZ DE PAYASO

Yo soy aquel que aquí ven encorvado

antes por tímido que contrahecho,

audaz, mientras no hay que salir del lecho,

de lengua veloz y andar pausado.

Robusto mozo de salud maciza,

de hombros angostos pero de amplio pecho,

zurdo de pensar, de manos derecho

y alergia a todo lo que huela a misa.

Es mi estado civil casi casado.

¿Profesiones? Mil, mas ningún provecho.

Señas particulares: Despeinado.

Toda mi hacienda asciende a una sonrisa

y para no mostrarme insatisfecho

me oculto tras de esta nariz postiza.

SINCERAMENTE TUYO

No soy tu dueño, pero te poseo

y tuyo soy sin ser tuyo en realidad,

pues aunque desespere mi vanidad

no podré poseer lo que deseo.

Tengo tu cuerpo en préstamo, eso es verdad,

pero sólo durante tu presencia;

no tenerlo siempre es cruel penitencia

si tener que tenerlo necesidad.

Propiamente hablando, sería feo

que juzgaras impropia a tu conciencia

y que, encadenándola como a un reo,

cedieras a mi favor tu voluntad.

Pues al convertirte en vil pertenencia

pierdes todo el valor como propiedad.

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ARIA PARA SOPRANO DRAMÁTICA

La mujer en el cristal reflejada

(su espejo todavía la ve atractiva)

apoltronada en el aburrimiento,

apenas puede acallar el lamento

bajo el grueso maquillaje de diva

con el que suele estar aderezada.

―¿Dolor? Ya no lo siento.

Ya ni sé si estoy viva,

soy la cáscara altiva

de mí. Un vano intento‖.

Imperceptible el turbio pensamiento

que oscurece su alma antes delicada,

la dama, frente al tedio resignada,

parece perder la calma un momento.

Lágrima tan salada.

Luego un sollozo. Nada.

ARIA PARA TENOR LIGERO

Apenas el sueño afloja un instante

las correas del potro cuyo inhumano

rigor nubla tu vista como un velo,

cuando ya te demuestra aquel consuelo

qué tan efímero es y cuán en vano

resulta huir de la infernal corriente.

Sísifo cotidiano,

eterno penitente

esperas impaciente

el fruto del manzano.

Y así, cada día pierdes más pelo

trabajando para el Señor Serpiente,

pagaras con el sudor de tu frente

ajena mansión de lujo en el cielo.

Dios, burgués y tirano,

riendo fuma un habano.

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FLORES PARA LA VIRGEN DE GUADALUPE

Si en tu santidad creyera

- percudiendo con mi ruego

estas flores que te entrego –

no serías más que ramera.

Pero, muñeca de cera,

no rechaces la prebenda

de mi mentirosa ofrenda

ni te portes altanera.

No te olvides que es un juego

ni permitas que te ofenda

al tacharte de embustera,

si al burlarme de Juan Diego

soy la aguja que remienda

tu pureza de soltera.

NATURALEZA DEL INFIERNO

Y al final ni es un castigo siquiera

este infierno que quema mi intelecto

sino un absurdo yerro en el trayecto,

ilusión de extraviada sesera.

Castigo sería si se opusiera

su ejemplo al de un proceder incorrecto,

más no corresponden causa y efecto

en esta, su lógica traicionera.

El infierno es más bien una ramera

que no tiene un solo hijo predilecto

y a todos por igual los desespera.

O quizás, un Titán de fiero aspecto

que sonriendo al verte por vez primera

te aplasta con el pie como a un insecto.

JORGE JOLMASH

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LA SALSA DE CHILE SECO Y LOS CHILES RELLENOS DE DOÑA IRMA EN EL MERCADO RENDÓN DE

XALAPA.

Había cierto desmoche en la cocina económica de doña Irma, todas corriendo que si haciendo el

agua de melón, que si la otra partiendo la cebolla, la otra corriendo con los pedidos de picadas,

y otra más friendo las chuletas. Siempre es así en la cocina de doña Irma, pos es que le llega un

chingo de gente a comer, que si los del agua Ciel, que los repartidores del gas, que los de

Megacable, los que surten la Coca-Cola y toda la gente que ya la conoce que cocina retesabroso,

siempre es un lío encontrar lugar pa sentarse, ahí paradillos aguardan pa que haiga un lugar a

donde sentarse pa atorarle al pipirrín y de paso pa echarles un lente a las hijas de doña Irma,

que son dechado de virtudes en las labores de la cocina, siempre hacendosas y guapetonas al

puro estilo de San Andrés Tlanelhuayocan. Yo me dije, que mejor que doña Irma nos comparta

alguna de sus recetas que siempre son harto etzitosas, así que llegué temprano, eran las 8 y

media, más o menos y ya tenía ahí a 5 canijos desayunando, los de la Coca-Cola que le surten su

puesto.

Pos me pedí dos picadas de frijoleiro, ―¿con cebolla?‖ me dijo la Irma hija, le digo ―Sí, con

cebolla porfitas‖. Mientras esperaba por mis gordas, veo el letrerillo ese de enfrente que

muestra a un osito con unas rosas que dice ―Te amo mamá‖, a un lado de mí, sobre la barra, hay

un gran arreglo floral, con un chingo de rosas y un osito hecho con crisantemos blancos, con sus

ojitos de plástico de esos que se mueven, pegadillos ahí sobre su carita. Uta, pienso, ¿a quién,

le habrán mandado este arreglo?, ¿a cuál de las hijas de doña Irma?

Como soy clienta de hace rayo, pos me atienden con la sonrisa así de buena onda, que casi que

venía yo del diario cuando vivía yo atrás del Salón Bazar, pos me quedaba a toda jefa el

Mercado Rendón, era pues como el patio de mi casa, que no podía resistir por venir a refinarme

unas gordas o los chiles rellenos que les quedan bien retesabrosos, aaabrónn!

Mientras me ando jambando las picadas así rociadillas con salsa de chile seco, va llegando más

gente, ahora que son los de Megacable que ya se pidieron de plano la comida, sale el chileatole,

ostro que pide chuleta con frijoles y el otro que bistec a la mexicana, con sus tortillas así de

mano, recién hechecitas.

El jaleo seguía, ahora doña Irma andaba rompiendo los huevos pa hacer el capeado pa los chiles

rellenos, otra está en friega ahí, barriendo y sacando la basura, la otra que ya se puso a lavar

trastes, y una que siempre está haciendo las tortillas y las gordas, pero todas siempre están en

chinga haciendo algo.

Ya que miro que ya está más tranquila la cosa que le digo a doña Irma que me gusta mucho su

salsa de chile seco, que si me pasaba la receta pues, a medio sonreír así como eso de que me da

gusto, pero a la vez así como recelosilla que me dice, ―pos es retefácil, nomás pones chile seco

a dorar los chiles, luego los fríes y los licuas con ajo y sal y ya sale la salsa.‖

Page 30: Flor de Izote No. 01

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Y que le digo, ―sí, le queda rewena, haber si me sale así de sabrosa‖, y que me animo y le pido de

una vez la de los chiles rellenos, y ―¿Cómo hace los chiles rellenos?‖, me dice, ―ah pues son bien

fáciles también, nomás compras chile verde (del ese que le dicen xalapeño) y los desvenas

primero, luego los pones a hervir con agua y sal, ya que están cocidos, los rellenas de queso de

hebra o con pollo entomatado, de ahí los pasas por harina, los capeas con huevo, ya los fríes y

ahí están.‖ ―Asuuuu, —que le digo— le quedan muy ricos, ¿me da uno de pollo por favor, así con

frijoles?‖ y ya que me voy zampando ese chile así partido en dos sobre tortillas recién

hechecitas de comal, con su poco de frijol en cada una, ay si nomás me acuerdo ora que lo

escribo y empiezo a salivar, así escurriendo el aceite del capeado en el plato, uta.

Hay que ir, nomás digan y hacemos tur al puesto de doña Irma en el Mercado Rendón, el viernes

hay chilpachole de jaiba y camarones al mojo de ajo, el jueves hay chileatole y pozole de pollo y

puerco pero todos los demás días hay antojitos (picadas, enfrijoladas, enchiladas, enmoladas,

etc.) y otros guisos. Ahí se lo recomiendo, además ta reweno el chisme por el alboroto que

traen las chamacas (las hijas de doña Irma) y ta reweno el perreo de los hombres que llegan a

comer ahí y pa ver la las chamacas.

¡Ahí nomás avisan cuándo!

ROCÍO ARROYO.

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NUESTROS PATROCINADORES

«Antojitos Garralupe»

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Flor de Izote

Se terminó de digitalizar el viernes, 27 de mayo de 2011

en Estridentópolis, La vieja.

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