Filosofía Del Siglo Xix

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LA FILOSOFÍA EN EL SIGLO XIX UNIVERSIDAD PERUANA LOS ANDES FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS MONOGRAFÍA ASIGNATURA : SEMINARIO DE FILOSOFÍA DOCENTE : Abg. LA TORRE CAPACYACHI, Percy INTEGRANTES : CHANCA COQUIL, Alipio HUANAMI LAGONES, Julio Cesar ARENAS VILLAVERDE, Rubén OYOLA ARIAS, Clodoaldo CICLO : V SECCIÓN : A SEMESTRE : 2015 - II

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FILOSOFÍA DEL SIGLO XIX.

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LA FILOSOFÍA EN EL SIGLO XIX

UNIVERSIDAD PERUANA LOS ANDES

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

MONOGRAFÍA

ASIGNATURA : SEMINARIO DE FILOSOFÍA

DOCENTE : Abg. LA TORRE CAPACYACHI, Percy

INTEGRANTES : CHANCA COQUIL, Alipio

HUANAMI LAGONES, Julio Cesar

ARENAS VILLAVERDE, Rubén

OYOLA ARIAS, Clodoaldo

CICLO : V

SECCIÓN : A

SEMESTRE : 2015 - II

Huancayo – Perú

2015

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FILOSOFÍA DEL SIGLO XIX

Esta etapa se caracteriza por ser de gran agitación social y política, las cuales

se expresaron en las revoluciones sociales que remecieron Europa (1830,

1840, 1860, etc.), luego que las grandes masas de trabajadores se

desilusionara de la nueva clase social que controla el mundo, la burguesía (que

había desplazado a la feudalidad); cuyos ofrecimientos al tomar el poder no se

concretizaron y actuaron de manera contraria a las promesas de la revolución

francesa; lo cual lleva a quienes manejan el aparato intelectual (la Burguesía)

replantear la manera de explicar el mundo. Del mismo modo, las grandes

guerras mundiales llevaron también a replantear la manera de explicar el

mundo a los pensadores de la época, desarrollando teorías que se convirtieron

en los nuevos paradigmas filosóficos e intelectuales de la época.

Se distinguen 3 corrientes:El idealismo alemán: Hegel

El materialismo histórico: Marx

El positivismo: Comte

También se da un pensador independiente: Schopenhauer.

IDEALISMO ALEMAN: corriente que tiene relación directa con el

romanticismo, está ligada a él. Está representado por tres filósofos:

Fichte (1762-1814): idealismo subjetivo

Chelling (1775-1854): idealismo objetivo

Hegel (1770-1831): idealismo absoluto

RACIONALISMO ABSOLUTOHegel (1770-1831)Llamado "Filósofo de la totalidad", Hegel es el punto culminante del idealismo

alemán. Con un portentoso dominio del saber y con una profundidad

inigualable, Hegel pretende mostrar el ser en su totalidad. La filosofía de Hegel

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es, pues, un idealismo absoluto (todo es producto o manifestación de la Idea en

su desarrollo) y un racionalismo absoluto ("todo lo real es racional y todo lo

racional es real".)

La obra de Hegel puede considerarse como la madurez filosófica y cultural de

la tradición occidental. El propio Hegel interpretó así su sistema, como el

estado de maduración y unidad interna de todo el pensamiento anterior a él.

Su filosofía se basa en la relación entre los dos conceptos fundamentales de la

filosofía anterior: la naturaleza (en la filosofía griega) y el Espíritu (en la filosofía

cristiana y, a partir de Descartes, en la filosofía moderna). Hegel pretende la

unidad interna y la conexión entre Naturaleza y Espíritu, de modo que pueda

elaborarse una teoría unitaria, total y cerrada sobre la realidad en su totalidad.

Para Hegel, el conocimiento tiene una estructura dialéctica. Y tiene esa

estructura porque, precisamente, la realidad es dialéctica. Según ésta "lo

verdadero es el todo". La Dialéctica rechaza toda interpretación fragmentaria

de la realidad y del conocimiento. Y su estructura y esencia se constituye por

tres momentos o aspectos implicados entre sí: lo que se ha llamado tríada de

"tesis, antítesis y síntesis".

Obras: Fenomenología del Espíritu, Ciencia de la Lógica, Filosofía del derecho,

etc.

Critica a Kant:Crítica la distinción entre fenómeno y noúmeno (cosas en sí) No se puede

llevar la causa más allá de la experiencia y por lo tanto, la causa de un

noúmeno no tiene experiencia, ni tampoco causa. Detrás de los fenómenos

están las cosas en sí. La causa-efecto solo se puede aplicar a los fenómenos y

no a las cosas que van más allá de la experiencia. Por lo t5anto no se puede

afirmar el mundo de los nórmenos porque no se pueden aplicar a la

experiencia. La realidad son los fenómenos.

1ª tesis de Hegel:Todo lo real es racional y lo racional es real. La realidad aparece en la razón, y

la razón no tiene límites exteriores, es infinita. La materia se produce por un

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momento de desarrollo de la razón. La realidad sufre un proceso por el que se

va creando por sí misma.

Totalidad / contradicción / finalidad:

La realidad (totalidad) sufre un proceso a través de contradicciones (dialéctica)

y su finalidad es llegar a la autoconciencia. El pensamiento del ser humano es

donde se `produce la autoconciencia (conocerse a sí mismo) La naturaleza

necesita ser pensada y comprendida, es decir, tener autoconciencia para llegar

a la materia (a sí misma) La realidad se desarrolla a través de contradicciones

en vistas a una plena autoconciencia. La dialéctica es el proceso de

contradicción.

Concepto de verdad:La verdad está en el todo y esta al final del proceso. Para comprender algo

necesito analizar y relacionar las partes del conjunto y cuando llegues al final,

habrás comprendido la verdad absoluta. La verdad sólo se conoce en el

momento posterior, después de conocer los fenómenos anteriores y

comprenderlos.

Espíritu subjetivo: proceso que se produce en una persona sobre el

conocimiento del mundo. Crecimiento de la autoconciencia individual.

Espíritu objetivo: procede de la objetivización del conocimiento procesado por

el conocimiento subjetivo (cultura de la sociedad. Proceso de autoconciencia

colectiva. Dentro de este existen dos conceptos:

Alineación: se define a través de dos conceptos:

Entrausserung: exteriorización.

Enfremoung: extrañamiento de la exteriorización.

Dialéctica del amo y esclavo: la lucha por el reconocimiento es la que lleva al

individuo a relacionarse con los demás. En esta lucha algunos reniegan y

prefieren subordinarse a otro. Así, ese amo se ve perjudicado porque no le va a

ser posible su reconocimiento, ya que el subordinado no le reconoce. También

su desentendimiento de la realidad le lleva a una dependencia que le hace ser

más inútil. El esclavo sale beneficiado porque el modelo de trabajo le enriquece

y le hace más capacitado para la vida. Una sociedad basada en el sistema de

amo-esclavo provoca una dependencia del esclavo. El proceso de liberación de

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los esclavos ha tenido varios intentos a través del estoicismo, escepticismo y

cristianismo. En los tres ha habido una tentativa de liberación ilusoria. La

esclavitud se supera con la sociedad moderna.

ROMANTICISMO: movimiento estético que se produce en el arte y la literatura.

Tiene precedentes en Inglaterra, Francia y Alemania, a finales del S.XVIII.

También influye en la política y así las revoluciones liberales-demócratas están

ligadas a él. Surgen dos posturas romanticistas: liberales y conservadores. El

romanticismo acaba afectando a la cultura.

Características del romanticismo:Representa una reacción frente al racionalismo de la ilustración: reivindica

otras formas de acceso al conocimiento como el sentimiento, la intuición, la

imaginación, etc.

Defensa de lo individual frente a lo universal y común: exalta el individualismo

rebelde (culto al héroe, pirata...) y también el “volkgeist” (individualismo del

pueblo) o espíritu del pueblo.

Concepción organicista de la naturaleza: la naturaleza es activa y viva, no

actúa mecánicamente.

Reivindica la tradición y los orígenes: frente a la desvalorización de la

ilustración. Exalta los pasados exóticos (sociedades antiguas)

El concepto de verdad está ligado a la creación humana (creatividad): la

actividad humana nos llevara a la verdad. Toma mucha importancia el autor.

Este periodo se prolonga hasta el primer tercio del S.XIX y tiene más fuerza en

Alemania gracias a la filosofía.

MATERIALISMO HISTORICODivisión en Alemania entre izquierda y derecha hegeliana:Tras la muerte de Hegel sus discípulos se dividieron en:

Derecha hegeliana: partidarios del sistema de Hegel. Su sistema y sociedad

alemana deben basarse en la culminación del proceso histórico de

autoconciencia.

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Izquierda hegeliana: partidarios de la dialéctica. Sostiene que la sociedad y

sistema alemán está en proceso y no ha sido culminado, por lo que no es

completamente racional.

Dentro del hegelianismo aparece Feverbach que termina rompiendo con Hegel

porque le considera un idealista y se declara a sí mismo un materialista.

Considera que las ideas surgen de la materia. La sensibilidad es el fundamento

de todo conocimiento humano.

JOHANN GOTTLIEB FICHTE(Rammenau, 1762 – Berlín, 1814) fue un filósofo alemán de gran importancia

en la historia del pensamiento occidental. Como continuador de la filosofía

crítica de Kant y precursor tanto de Schelling como de la filosofía del espíritu

de Hegel, es considerado uno de los padres del llamado idealismo alemán.

Nacido de padres muy pobres, durante su infancia tuvo que trabajar cuidando

ocas para ayudar a su familia. Gracias al apoyo del barón Von Miltitz pudo

Fichte comenzar sus estudios. El barón, después de verle imitar al pastor y

escucharle repetir de memoria un sermón al cual no había podido asistir, se

decidió a ayudarle.

SU PENSAMINETOEn cierto modo, Fichte continúa la filosofía trascendental de Kant, o sea, la

investigación de las condiciones de posibilidad de la objetividad en general y de

la relación cognoscitiva con los objetos, presentes en la facultad de

conocimiento misma y previa a toda experiencia.

Fichte habla de “teoría de la ciencia” en lugar de referirse a la filosofía

trascendental, porque está interesado en el saber del saber, es decir, en las

ideas que se derivan del sentimiento de la certeza, y en el saber de estas ideas

y su posibilidad. Sólo hay saber allí donde se dice algo sobre algo, allí donde

se puede hacer un juicio. En los juicios (sentencias) se une aquello sobre lo

que se realiza un juicio y aquello que se dice sobre el primero con la partícula

“es” (o “son”), como, p. ej., en la frase “A=A”, “el objete A es igual al objeto A”

(el juicio indudable para Fichte de que algo es idéntico consigo mismo).

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La idea dominante de Fichte es que todo cuanto hay y puede haber sale del yo,

o más bien, que nada hay real sino el yo, y que todo lo que aparece como

distinto del yo es mera ilusión, pues que aun el mismo no yo es el yo en cuanto

se opone a sí propio y se limita. El sistema de Fichte es el panteísmo idealista

llevado al más extravagante refinamiento.

El principio fundamental de Fichte es el mismo de Descartes: yo pienso, luego

soy; más para descubrir esta coincidencia es necesario resignarse a seguir al

filósofo alemán por entre malezas y escabrosidades y asistir a combinaciones

que parecen cabalísticas: A es A, o A igual a A; asombroso descubrimiento.

Pero aquí no se afirma que A exista; sólo se establece la identidad de A con A;

esta relación puede ser llamada X. Esta X ha de estar puesta en un A; es decir,

en el yo, que es quien la percibe y la juzga. Todo esto se reduce a consignar

que hay en nosotros pensamiento, y por consiguiente ser pensante: yo pienso,

luego soy.» El yo se pone a sí mismo absolutamente porque existe, se pone a

sí mismo por el simple hecho de su existencia, y existe simplemente porque es

puesto... » El yo sujeto absoluto es este ser que existe simplemente, porque se

pone a sí mismo como existente. Es en cuanto se pone, y en cuanto es en

tanto se pone. El yo existe, pues, absoluta y necesariamente para el yo. Lo que

no existe para sí mismo no es yo.»

Por manera que, según Fichte, ser y conocerse es una misma cosa; el yo es

porque se conoce, y se conoce porque es; y todo esto absoluta y

necesariamente. Así el yo resulta divinizado, el yo se hace Dios; pero ¿habrá

quien se complazca en esa divinización fundada en tamaños absurdos? ¿Con

qué derecho confunde Fichte el ser con el conocerse, lo producido con lo

producente, la causa con el efecto? ¿Con qué derecho pervierte todos los

principios de la razón, estableciendo proposiciones contradictorias? ¿No le

parece al lector que se halla sumergido en un caos donde experimenta

vértigos, donde palpa tinieblas? Pues todavía no hemos concluido.

 LA FILOSOFIA DE SCHELLINGEn 1775, y en Leomberg de Suavia, nació este filósofo, que hizo sus estudios

universitarios en Leipzig y en Tubinga, donde fue compañero y amigo de Hegel.

A los veintidós años de edad publicó sus Ideas sobre la Filosofía de la

naturaleza, siendo nombrado poco después profesor extraordinario en la

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universidad de Jena, en donde conoció y trató a Fichte. Schelling enseñó

Filosofía con grande aplauso en Würtzbourg, Munich, Erlangen, hasta que en

1841 fue llamado a Berlín para ocupar la cátedra en que le habían precedido

Fichte y Hegel, y murió en 1854, cuando entraba en los ochenta años de edad.

Schelling comenzó a escribir desde los primeros años de su vida escolar,

según se ha dicho, tarea que continuó hasta los últimos de su vida. Entre las

numerosas obras de este fecundo autor, las que se hallan más directamente

relacionadas con su pensamiento filosófico son las siguientes, además de

algunas de las ya citadas en la nota: Del alma del mundo, Sistema del

idealismo trascendental, — Primer ensayo de un sistema de la Filosofía de la

naturaleza,— Bruno o sobre el principio natural y divino de las cosas, Filosofía

y religión, Lecciones sobre los estudios académicos.

El pensamiento científico de Schelling presenta tres fases o etapas. En la

primera, toma por punto de partida y sigue las ideas de Fichte; en la segunda,

aparece el pensamiento de Schelling en lo que tiene de más original, y con él la

Filosofía de la identidad; en la tercera, Schelling modifica profundamente su

sistema, especialmente en sus relaciones con la religión, resultando de aquí

una especie de concepción sincrética, en que tienen cabida, al lado de ideas

cristianas, ideas de Platón, de Plotino, de Bruno y de Böhm. La segunda fase

es la que interesa propiamente a la historia de la Filosofía.

Fichte había dicho: el yo es el sujeto, el objeto y el principio o fundamento

absoluto de la ciencia absoluta; el no-yo o la naturaleza es una condición o ley

del pensamiento, y un nuevo fenómeno del yo. Schelling observa con razón

que con igual derecho podríamos derivar el yo del no-yo, el espíritu de la

naturaleza. De aquí deduce que el principio de la ciencia verdaderamente

absoluta y trascendental debe buscarse y ponerse en alguna cosa capaz de

resolver y anular la oposición entre el yo y el no-yo; en alguna esencia en que

desaparezca esa antinomia radical, y en ella y con ella, todas las demás

antinomias u oposiciones que de ella derivan; en un ser absoluto, cuya forma

es la indiferencia, cuya esencia es la identidad universal, y en cuyo seno

existen y preexisten, como idénticos, sin oposición ni distinción actual y

explícita, todas las cosas: el sujeto y el objeto, lo finito y lo infinito, lo universal y

lo singular, lo real y lo ideal, el yo y el no-yo, el espíritu y la naturaleza, son una

sola y misma cosa en el absoluto que les sirve de base y punto de partida, pero

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que, considerado en sí y pro prori a sus evoluciones progresivas, no es ninguna

de estas cosas opuestas.

Conocer, pues, o reconocer que en el absoluto se realiza la identidad de los

contrarios, es el objeto, la esencia y la perfección de la Filosofía como ciencia

absoluta. Para entrar en posesión de esta ciencia absoluta, son insuficientes

las nociones y categorías del entendimiento; son inútiles los raciocinios; son

impotentes los esfuerzos de la razón humana de que nos hablan generalmente

los filósofos y hasta el criticismo. El conocimiento del absoluto como principio

de identidad universal, como indiferencia de los diferentes, se adquiere por

medio de una intuición intelectual inmediata, la cual constituye y representa la

manifestación más perfecta del pensamiento, el acto primitivo de la razón como

facultad superior de conocimiento.

Este absoluto, cuya forma es la indiferencia y cuya esencia es la identidad, y en

la cual el sujeto y el objeto, lo ideal y lo real, se resuelven en unidad y en una

verdadera identidad (2), es la base, el substratum general, el principio primitivo

del pensamiento y de la existencia. Pero entiéndase bien: la dualidad

representada por el pensamiento y la materia, lo mismo que la representada

por el sujeto y el objeto, lo finito y lo infinito, lo ideal y lo real, etc., es una

dualidad más bien aparente que real, puesto que su esencia es idéntica, y la

pluralidad de formas y determinaciones que bajo estas dualidades primeras se

manifiestan (ciencia, religión, historia, arte, por parte del pensamiento o

espíritu; materia, movimiento, luz, vida, etc., por parte de la naturaleza o del

orden real), corresponden a otras tantas fases o etapas de la evolución del ser

absoluto, cuya esencia, sin dejar de ser única e idéntica en todas las cosas, se

manifiesta y revela bajo formas diferentes y opuestas.

La naturaleza y el espíritu, como manifestaciones primarias y fundamentales

del absoluto, principio superior y neutro de las cosas; como símbolos de los

demás dualismos (sujeto-objeto, ideal-real, finito-infinito, etc.) equivalentes,

entrañan el principio inmediato y la razón suficiente de las demás formas del

ser (materia, luz, organización, sensibilidad, pensamiento, ciencia, religión,

etc.), y constituyen el objeto y la esencia de la Filosofía de la naturaleza y de la

Filosofía trascendental o del espíritu.

La ley que preside al desarrollo de estas dos formas fundamentales del

absoluto es idéntica y una, como idéntica y una es la esencia que llevan en su

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seno. De aquí la identidad esencial y primitiva de las dos formas, a pesar y sin

perjuicio de su dualismo real y externo. La naturaleza es una imagen del

espíritu, una impresión del pensamiento; la materia es el espíritu apagado o

extinguido; el pensamiento palpita en el fondo de la naturaleza, y es el principio

real, aunque inconsciente, del movimiento, de la luz, del organismo, de la vida,

que en ella se manifiestan y desarrollan. La inteligencia es el alma del mundo

(die Weltseele), que impele y dirige las fuerzas de la naturaleza a producciones

más y más semejantes a las obras de razón, y la naturaleza muerta o

inorgánica es una especie de inteligencia no madura (eine unreife Intelligenz) y

rudimentaria. Las leyes de la naturaleza son un ensayo y reproducción de las

leyes del espíritu; las propiedades y fuerzas del mundo externo envuelven

cierta correspondencia con las propiedades y fuerzas de la conciencia: las

obras de la naturaleza inorgánica o inconsciente son como ensayos o

esfuerzos frustrados para llegar a la obra consciente y refleja: Die todten,

escribe el mismo Schelling, und bewusstlosen Producte der natur sind nur

misslungene Versuche der natur sich selbst zu reflectiren.

Como corolario y aplicación de esta doctrina, Schelling enseña

a) Que el hombre, considerado como razón o reflexión, representa y constituye

el objeto final y el término superior de la evolución necesaria, pero inteligente,

progresiva y ascendente del absoluto a través de la naturaleza.

b) Que por medio de esta evolución, la naturaleza entra en posesión de sí

misma, se reconoce en comunión con los demás seres, y el espíritu advierte y

sabe que entre la naturaleza material y la inteligencia, entre el mundo externo y

la conciencia del hombre, existe una identidad primitiva y real: Offenbar wird,

dass die Natur ursprünglich identisch ist mit dem, was in uns als Intelligenz und

Bewustes erkannt wird.

c) Que los cuerpos son meras formas fenoménicas del ser absoluto, de manera

que la corporeidad (die Leiblichkeit), la materia extensa, la substancia corpórea

(3), no es más que la manifestación y como una forma externa del ser infinito o

absoluto, y, por consiguiente, no perjudica a la identidad de ser y de esencia

entre el cuerpo y el espíritu, entre Dios y el mundo.

d) Que la libertad misma es uno de tantos desarrollos y productos de la fuerza

misteriosa que palpita en el fondo de la naturaleza y contiene la razón

suficiente de las evoluciones progresivas y ascendentes, por medio de las

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cuales se realiza el tránsito de lo animado y muerto a lo vivo (von der

unbelebten zur belebten Natur) o animado, de lo irracional a lo racional (*), a lo

consciente y a la perfecta libertad: allmählich sich zur vollen Freiheit entwickelt.

La variedad y las diferencias de cuerpos resultan, según Schelling, de la

diversidad de combinaciones posibles entre las fuerzas de atracción y de

repulsión, que constituyen los dos factores fundamentales del proceso

dinámico del mundo material. Cuando en un punto y en un momento dado hay

equilibrio entre las dos fuerzas mencionadas, su resultado o producto es inerte

y mecánico; cuando se perturban y restablecen alternativamente en su

equilibrio, resultan productos o efectos químicos; cuando se perturba el

equilibrio de aquellas fuerzas y esta perturbación es continua y permanente,

resultan productos orgánicos.

CRÍTICALa teoría de Schelling que acabamos de bosquejar y que presenta grande

afinidad con la de Hegel, es una tesis esencialmente panteísta. El ser absoluto

es lo único que realmente existe, es la esencia y substancia de todas las cosas,

las cuales no son en sí mismas y por sí mismas más que fases y grados

diferentes de la evolución del absoluto, aspectos varios de éste, como esencia

una e idéntica de todo cuanto es. Que con esta concepción es incompatible la

idea de un Dios inteligente, personal, libre y trascendente, cosa es de suya

manifiesta. En la teoría del absoluto ad sensum Schelling, no cabe más Dios

que el mismo absoluto, es decir, una divinidad inmanente y sujeta a un proceso

necesario y ascendente; lo cual vale tanto como admitir un Dios rudimentario

(Deus in fieri, Deus implicitus) en el primer momento de la evolución del

absoluto, y un Dios actual, completo y hecho (Deus in facto esse, Deus

explicitus), término y complemento de la misma eflorescencia final del absoluto

a través de sus transformaciones y desarrollos en demanda de la perfección y

de la razón consciente. Si la concepción de Schelling es panteísta en su

principio, no lo es menos en sus aplicaciones, no solamente en lo que dice

orden a la naturaleza y al espíritu como evoluciones y fases del absoluto, sino

también en lo que dice orden a la religión y a la historia, según queda

apuntado, por más que su concepción religiosa haya atravesado diferentas

fases. Así, por ejemplo, en la última etapa de su vida científica, Schelling,

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atraído por las ideas cristianas y con el designio de conciliar con éstas su teoría

filosófica, introdujo profundas modificaciones en la misma. Sin embargo, no

acertó a entrar de lleno en la verdad cristiana, ni a salir completamente del

terreno panteísta. Verdad es que Schelling concedía cierta prioridad al orden

ideal sobre el real, y enseñaba que Dios es un ser absoluto superior al mundo;

pero al propio tiempo afirmaba que Dios está sujeto a una evolución interior

necesaria, a una objetivación de sí mismo en el mundo y por el mundo. La

naturaleza y el pensamiento, el mundo externo y la conciencia, la materia, la

vida y el espíritu, que en la precedente etapa o fase intelectual de Schelling

representaban grados determinados del desarrollo progresivo y ascendente del

absoluto hacia la perfección, en esta última evolución del filósofo de Leomberg

representan, por el contrario, formas degeneradas, participaciones

descendentes y muy distantes de la perfección propia del absoluto. Esta

concepción, que entraña, al parecer, como una reminiscencia de las ideas

neoplatónicas y origenistas, se halla amalgamada a la vez con otras muchas

ideas propias de las escuelas místicas y teosóficas antiguas y modernas. Así

es que lo que algunos llaman la última manera de Schelling, se reduce a una

especie de sincretismo místico-panteísta, combinado con algunas ideas

cristianas más o menos desfiguradas.

Schelling divide la historia de la humanidad en tres grandes períodos: el

período del destino, el período de la naturaleza y el período de la providencia,

los cuales representan tres fases o grados de la manifestación de Dios (5) o del

absoluto. En el primer período domina una fuerza ciega y fatalista, bajo la cual

todo cede y se dobla, y corresponde a los grandes imperios de la antigüedad.

Durante el segundo período el destino ciego se transforma en naturaleza, es

decir, el movimiento histórico se verifica con sujeción a una ley fija, pero de una

manera instintiva más bien que consciente y refleja, período que se extiende

hasta nosotros a contar desde la expansión de la república romana. En el

tercero y último período, Dios, después de haberse manifestado como destino y

como naturaleza, se manifestará como providencia. No nos es posible decir

cuándo comenzará este período; lo que sí podemos decir es que el ser perfecto

y actual de Dios depende de la realización de este período: Dios será cuando

se realice y exista el último período de la historia.

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DISCÍPULOS DE SCHELLINGFue notable y bastante duradera la influencia ejercida por Schelling en la

Alemania, contribuyendo a ello hasta los defectos mismos de sus

producciones, en que la imaginación, la poesía, el misticismo y el arte ocultan o

disimulan la falta de lógica, de verdad y de procedimientos científicos. Sea

como fuere, los escritos y la palabra del filósofo de Leomberg excitaron

desconocido entusiasmo entre sus contemporáneos, que se dejaron fascinar

por su concepción brillante y grandiosa en lo exterior, comprensiva y

sistemática en la forma, y más que nada seductora por la aparente facilidad de

explicarlo todo con sencilla unidad. Sus puntos de vista nuevos en mitología, en

historia y en derecho, lo mismo que sus teorías teológico-religiosas, y más aún

su manera especial de construir y explicar la naturaleza física, contribuyeron

eficazmente a extender y afirmar este entusiasmo, no sólo entre sus

compatriotas, sino entre algunos extranjeros.

Entre los discípulos de Schelling hubo algunos que adoptaron y siguieron con

fidelidad la doctrina de aquél, limitándose, por punto general, a exponer,

vulgarizar y defender la del maestro. Otros adoptaron solamente algunos

puntos de su doctrina, o se limitaron a exponer y desarrollar con mayor o

menor fidelidad algunas partes o aspectos de la Filosofía de Schelling.

Pertenecen a la primera clase, entre otros:

a) Klein (1776-1820), de quien puede decirse que empleó su vida y su

inteligencia en vulgarizar y defender el sistema filosófico de Schelling en su

primera fase, o antes de las modificaciones introducidas en los últimos años.

b) Tanner, contemporáneo de Klein, y autor de una Exposición rápida de la

teoría de la identidad, así como también de un Manual de Filosofía

especulativa, según los principios de la teoría de la identidad absoluta.

c) Wagner (Juan Jacobo, 1775-1821), distinto del contrincante de Vogt y

Moleschott, y uno de los que más contribuyeron a la propaganda de las ideas

de Schelling con su Filosofía de la educación, y otras obras escritas en el

mismo sentido. Sin embargo, en la que lleva por título Sistema de Filosofía

ideal, Wagner, no solamente hace reservas sobre varios puntos de la doctrina

de Schelling, sino que reprueba el excesivo idealismo de la misma.

d) Oken (1779-1851), el cual cultivó y desarrolló el elemento naturalista de la

doctrina de Schelling, o sea su Filosofía de la naturaleza. En su Manual de la

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Filosofía natural, y en su libro sobre La generación, Oken, uniendo y

combinando la experiencia de los hechos con la especulación filosófica,

contribuyó en primer término a la resurrección y progresos de las ciencias

físicas y naturales.

En este concepto, Oken puede decirse que pertenece a la segunda clase de

los discípulos de Schelling, en la cual merecen figurar, entre otros muchos:

a) Esckenmayer (1780-1852), cuyos escritos reflejan, en su mayor parte, el

pensamiento de Schelling, pero modificado bastante en sí mismo y en sus

aplicaciones, principalmente en lo que se refiere a la psicología, a la moral y a

la religión. En sus últimas obras, Eschenmayer se declaró en contra de la

doctrina de Schelling, al menos con respecto a muchas de sus ideas y

tendencias.

b) Troxler (1780-1866), en cuyas Lecciones sobre la Filosofía como

enciclopedia y metodología de las ciencias filosóficas, así como en algunas

otras obras, se deja ver la influencia doctrinal de Schelling, pero no en sentido

exclusivista, sino en combinación con las ideas de Jacobi y de algunos otros.

c) Schubert (1780-1860), cuyas ideas y teorías ofrecen cierta afinidad con

ideas y teorías de Schelling: pero en sentido parcial y sincrético, según se echa

de ver en sus Observaciones acerca del lado oscuro de la ciencia natural, no

menos que en su Historia del alma.

d) Ast (1778-1841), discípulo bastante fiel de Schelling, cuya concepción

filosófico-idealista reproduce en sus Elementos de Filosofía, si bien con ciertas

aclaraciones y modificaciones acerca de las manifestaciones fundamentales

del Absoluto en la naturaleza y en la historia. El elemento estético de la

Filosofía de Schelling fue también objeto de trabajos especiales por parte de

Ast.

e) Steffens (1773-1845), en su Bosquejo de la ciencia filosófica de la

naturaleza, aparece también inspirado por Schelling, pero de una manera

parcial solamente, y modificando las ideas de aquél con ideas, ora propias, ora

tomadas de otros. Lo cual, en mayor o menor escala, puede decirse

de Burdach, Solger, Weber, Blasche y otros varios, que Tenneman y

Uberweg enumeran entre los discípulos de Schelling.

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Algunos historiadores de la Filosofía colocan entre los discípulos de Schelling a

Baader; pero con igual fundamento podría colocarse al primero entre los

discípulos del segundo, según indicaremos al tratar de este último.

BIBLIOGRAFÍA REVISADA: Historia De La Filosofía - Zeferino González - Tomo IV - La Filosofía Novísima (Siglo XIX)