Estudios Nueva Economía n5 (Otoño, 2015) (1)

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  • Revista Estudios Nueva Economa es una revista acadmica libre y crtica, editada por Estudios Nueva Economa (ENE), Chile. Su objetivo es ofrecer un espacio para la creacin y desarrollo de conocimien-to crtico, generar unidad y debate en un escenario donde ste aparece disperso y segmentado, y crear instancias donde aquellos que se consideran marginados de la corriente principal de economa pueden desarrollar su crtica a sta y, de esta manera, aportar al debate econmico desde una perspectiva pro-funda y contrahegemnica.

    Revista Estudios Nueva Economa es elaborada por la agrupacin Estudios Nueva Economa (ENE). Pgina Web: http://www.estudiosnuevaeconomia.cl/Contacto: [email protected]

    Director:Edgardo Cerda Espinoza Estudios Nueva Economa

    Comit Editorial:Simn Ballesteros Felipe GajardoRodrigo LaraDavid Lpez Ivn LpezBernardita Saona

    Todos los derechos reservados. Se permite la difusin mientras sea citada su procedencia.Las publicaciones son de exclusiva responsabilidad de los autores, y no representan necesariamente el pensamiento de la agrupacin Estudios Nueva Economa.

    ISSN 0719-2916

  • Editorial

  • NDICE

    Debera la economa heterodoxa ser enseada en departamentos de economa, o existe algn espacio para la economa backwater?.............................................................................. 5Marc Lavoie

    (Re)conociendo la enseanza econmica en Chile: Materiales para una historia............................... 18Daniel Barrales

    La Economa y su Pretensin de Ciencia Exacta: Un Comentario Respecto del Ejercicio Acadmico de la Profesin.................................................................................................. 32Damian Vergara

    Reforma Curricular de Ingeniera Comercial en la U. de Chile: Abrimos o no abrimos la mirada?..................................................................................................... 41Vicente Olavarra

    Enseanza de la Economa en la Pontificia Universidad Catlica de Chile: Unanlisis comparativo............................................................................................................................ 48Alejandro Guin-PoMilton Vidal

    La formacin acadmica de la economa en Chile: Experiencia de la Universidad de Santiago de Chile...................................................................................................... 57Sergio EspinozaCamila Gonzlez

    La no-reforma curricular en Ingeniera Comercial, Universidad de Concepcin............................... 65Roberto Cardenas

    La enseanza de economa en una Universidad Jesuita: Un anlisis comparativo.............................. 74Jorge CandiaJoaqun Nilo

    La UDP con nueva malla curricular, Nueva economa o ms de lo mismo?..................................... 82Rodrigo LpezAndre Palet

  • 5Estudios Nueva Economa, N 5 (Otoo, 2015), pp. 5-17.

    Debera la economa heterodoxa ser enseada en departamentos de economa... / Lavoie, M.

    INTRODUCCIN

    La ausencia de pluralismo en las ciencias econmicas, tanto en las salas de clases como en las recomendaciones de los organismos interna-cionales, ha sido puesta en relieve por la Crisis Financiera Global. A ttulo de ejemplo, un re-porte de la OECD del ao 2014 reclam que el pensamiento en grupo a veces imposibilita or visiones diversas y divergentes, agregando que los modelos econmicos y enfoques analticos predominantes a menudo favorecen un enfoque fragmentario en la formulacin de polticas im-pidiendo comprender plenamente la complejidad de la economa global y las interconexiones entre y dentro de las economas (OECD, 2014, p. 3). Esto pareci como una autoevaluacin previa de los fracasos del FMI, quienes tambin culparon a la captura intelectual y al pensamiento de grupo como causas de la fuerte creencia de que cualquier crisis financiera era improbable en economas avanzadas (Oficina de Evaluacin Independiente del FMI, 2011, p. vii).

    Varios estudiantes a lo largo del mundo, en particular estudiantes de la Escuela Normal Superior, una de las escuelas de lite de Francia, expresaron tambin su molestia con la falta de pluralismo ya en el ao 2000 a travs del denomi-nado movimiento post-autista (Fullbrook, 2003). Una nueva generacin de lderes estudiantiles Franceses, bajo el nombre de PEPS-conomie (PEPS-conomie, 2014a) - Para una Enseanza Pluralista de la Economa dieron origen a un manifiesto endosado por ms de 60 organizacio-nes estudiantiles a lo largo del mundo. Esta fue la Iniciativa Internacional para el Pluralismo en Economa (ISIPE, 2014) de Mayo del 2014, el que hizo un llamamiento por un triple pluralis-mo: pluralismo en lo metodolgico, pluralismo en las escuelas de pensamiento y en la integracin de otras ciencias o ciencias sociales pluralismo multidisciplinario. Existe una multitud de grupos centrados en repensar la economa en diversas universidades, adems de las iniciativas de jvenes estudiosos (Young Scholar Initiatives) organiza-das por INET.

    Al interior de INET, como es bien sabido por varios externos a ste proyecto, hasta el momento,

    D E B E R A L A E C O N O M A HETERODOXA SER ENSEADA E N D E P A R TA M E N T O S D E ECONOMA, O EXISTE ALGN ESPACIO PARA LA ECONOMA BACKWATER1?2

    MARC LAVOIE3

    RESUMENHa habido varios llamados estudiantiles para

    un mayor nivel de pluralismo en las salas de clases. Este artculo esboza las razones por las cuales es improbable que tales llamados sean escuchados. Los economistas ortodoxos creen que ya existe suficiente pluralismo y debate al interior de la ortodoxia y no llegan a darse cuenta que los economistas heterodoxos pueden hacer contribuciones positivas al campo de la economa, creyendo por el contrario que sus contribuciones consisten mayormente en diversas crticas al paradigma dominante. Adems, la situacin presente no es conducente a un mayor pluralismo dado que existe un excesivo flujo de oferta de doctores en economa dispuestos a perseguir una carrera acadmica. Un mayor pluralismo en el aula a de clases puede requerir entonces la creacin de un campo nuevo, distinto del de la economa.

    1 Nota del traductor: Una traduccin literal acerca del trmino de economa backwater puede ser economa de agua represada, de agua de lugar aislado o de agua de remanso. Este concepto propuesto por James Galbraith etiqueta a la economa heterodoxa dentro de la notacin propuesta por Robert E. Hall para la Nueva Economa Clsica (economa de agua dulce) y la economa Neo Keynesiana (economa de agua salada) dado que su desarrollo principal ocurri en universidades cercanas a lagos y costas respectivamente. Una traduccin que captura de mejor forma lo que intenta exponer James Galbraith a travs de este concepto es la de agua de contracorriente.

    2 Este artculo fue elaborado por Marc Lavoie para Estudios Nueva Economa de Chile. Una versin ms larga de este artculo fue preparada y presentada en la sesin Enseando Economa de la conferencia anual del Institute for New Economic Thinking (INET) realizada en Paris, en la OECD, en Abril del ao 2015. As tambin, una versin ligeramente modificada acaba de ser aceptada y ser publicada en la revista International Journal of Pluralism and Economics Education, volumen 6 (2). Este trabajo fue escrito originalmente en ingls. El autor agradece su traduccin al castellano, tarea que estuvo a cargo de Esteban Verdugo.

    3 Department of Economics, University of Ottawa, Canada. Correo electrnico: [email protected]

  • 6 Estudios Nueva Economa, N 5 (Otoo, 2015), pp. 5-17.

    Debera la economa heterodoxa ser enseada en departamentos de economa... / Lavoie, M.

    ser contemplados de manera aislada. Existe una amplia serie de barreras institucionales que difi-cultan, si no es que imposibilitan, una amplia y sustancial reforma curricular en la ciencia econ-mica. Estos obstculos, como nos recuerda Jack Reardon y Mara Alexandra Madi (2014, p. 7), incluyen departamentos universitarios, asocia-ciones, revistas, sistemas de clasificacin, textos de economa 101. 4A estos podemos aadir las eva-luaciones de calidad de las investigaciones, las que se iniciaron primero en UK, las pruebas estandari-zadas o de referencia sobre el conocimiento de los estudiantes, y el comportamiento auto-referencial de los economistas neoclsicos. Slo tratar con el ltimo de estos obstculos.

    Existe evidencia bibliomtrica sustancial de que los economistas neoclsicos prestan poca, si es que alguna, atencin a las vociferaciones de los economistas heterodoxos (Dobusch and Kappeler, 2013). O si es que lo hacen, sus fuentes usualmen-te corresponden a entradas en blogs. Por otro lado, tal como nos recuerda Fred Lee (2013, p. 114), los economistas heterodoxos citan trabajos de revistas del paradigma dominante y se involucran con lo que algunos llamaran la frontera de la investiga-cin ortodoxa. En contraposicin a lo que a veces se afirma, los economistas heterodoxos practican una forma de pluralismo a travs de su intento de conectarse con la economa ortodoxa. Pero se re-quiere de dos para bailar un tango.

    Mientras que varios economistas neoclsi-cos, quizs la mayora de los que he designado como disidentes ortodoxos, han criticado la teora

    4 Para los sistemas de clasificacin, ms especficamente la forma en la que las investigaciones son evaluadas hoy en los comits dominados por el paradigma dominante, el libro de Piketty (2014) no contara para nada dado que slo los artculos publicados en cierta lista de revistas son tomados en considera-cin y galardonados como estrellas. No obstante, las cosas slo son marginalmente diferentes de lo que eran 50 aos atrs, cuan-do los bestsellers de John Kenneth Galbraith tambin fueron menospreciados por sus colegas en el MIT o en la Universidad de Chicago. Como lo coment Phillippe Frmeaux, un miembro disidente del grupo de trabajo de Hautcoeur, a ser mencionado luego, es paradjico que los economistas acadmicos, quienes prestan tanta atencin a las nociones de oferta y demanda y a los incentivos, lleguen a ser tan insensibles a las seales de mercado. Ver http://campus.lemonde.fr/campus/article/2014/06/07/des-pistes-pour-reformer-l-enseignement-de-l-economie-dans-le-superieur_4434135_4401467.htm

    el tema del cambio curricular ha dado lugar dos proyectos: uno que promueve teoras econmicas alternativas y el estudio de la historia econmica y la historia del pensamiento econmico; mientras que el otro propone una leve transformacin del paradigma dominante a travs de la incorporacin de los ms recientes descubrimientos e intuiciones de la economa neoclsica. Al primer proyecto nos podemos referir como uno de pluralismo radical, promocionado por el equipo Skidelsky, mientras que el segundo proyecto fue puesto en escena por el equipo Carlin bajo el nombre de proyecto CORE (Curriculum Open-access Resources in Economics), aunque un nombre ms apropiado puede ser el de pluralismo reformista.

    An, a pesar de todo esto y a pesar de la Crisis Financiera Global que cogi a los macroecono-mistas del paradigma dominante por sorpresa, muchos de ellos habiendo reivindicado que el progreso de la ciencia econmica haba generado una Gran Moderacin, el fin de las crisis econ-micas y un cuasi-perfecto entendimiento de cmo la economa opera, (casi) nada ha cambiado al in-terior de las salas de clases. El propsito del pre-sente artculo es examinar algunas de las razones tras esta inercia. Comenzamos argumentado que al parecer slo los economistas ortodoxos tienen permitido criticar al paradigma dominante. Una posible causa de esto, como se presenta en la sec-cin siguiente, es que los economistas ortodoxos parecen no notar que la economa heterodoxa tiene algo positivo en que contribuir en el campo de la economa. Se argumenta luego que la de-mografa de la academia probablemente har la situacin de la economa heterodoxa dentro de la ciencia econmica an ms difcil en el futuro cer-cano. Concluimos preguntndonos si la economa heterodoxa debera intentar romper entonces con los departamentos de economa.

    S L O L O S F R A N C E S E S P U E D E N CRITICAR A FRANCIA

    El tema de la reforma curricular en la enseanza de la economa no puede ser discuti-do de manera independiente de la falta de plu-ralismo en la profesin econmica. Cmo y qu tipo de economa debera ensearse no pueden

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    Debera la economa heterodoxa ser enseada en departamentos de economa... / Lavoie, M.

    World Economics Society, Severin Reissl (2014), se observa algo de irona: el creacionismo y el flo-gisto fueron rechazados porque no pudieron ser corroborados por la evidencia emprica, entonces por qu es que los modelos DSGE, los que se encuentran basados en calibraciones y no pueden ser falseados mientras que sus supuestos son con-trarios a la evidencia factual, an son considerados como el nec plus ultra de la macroeconoma?

    Robert Solow tambin se ha visto descon-certado por esto, preguntndose por qu econo-mistas jvenes y brillantes rendiran homenaje a estos modelos. Ha sealado que con el uso de la calibracin la macro moderna se ha destaca-do por prestarle tan poca atencin rigurosa a los datos y que los tests que han sido utilizados no tienen poder para hablar en contra de las alter-nativas razonables (Solow, 2008, p. 245). Pero mientras Solow ha sido un spero crtico de los modelos DSGE antes y despus de la debacle de Lehman Brothers, esto no lo detuvo en una carta a Le Monde en Diciembre del 2000 de castigar a los lderes del movimiento estudiantil Francs por haberse quejado de la falta de realismo y pluralis-mo en economa.

    Un ejemplo final es el de Paul Krugman. Mientras que l se ha mostrado como un crtico de lnea dura de lo que ha denominado como econo-mistas de agua dulce Nueva Economa Clsica no ha tenido paciencia para las vociferaciones heterodoxas, las que fue forzado a considerar de-bido a la magia de la web. Mientras que Krugman reconoce que la mayora de los economistas hete-rodoxos, al menos aquellos con inclinaciones ha-cia la izquierda (es decir no los neo-Austriacos), se encuentran completamente de acuerdo con l en temas ligados a polticas econmicas de corto plazo, tiende a menospreciar sus escritos tericos utilizando su posicin para rechazar la originali-dad o la relevancia de tales autores cuandoquiera que otros intentan darles algo de visibilidad.6

    6 Krugman (2014), tal como lo hizo Piketty (2014), tam-bin seala que Robinson y Kaldor se equivocaron en el curso de la controversia del capital de Cambridge a pesar de que Paul Samuelson reconoci lo opuesto en 1966. En la misma entrada l niega que la teora de la productividad marginal tiene alguna relacin con el modelo Nuevo Keynesiano, pero en otro texto rechaza o al menos minimiza la contribucin de Hyman Minsky

    neoclsica como se encuentra en los textos e in-cluso en las revistas de primera categora, pocos han estado dispuestos a sumarse a las quejas de los lderes estudiantiles o a las de los economis-tas heterodoxos. Pareciera que la crtica interna es legtima pero la crtica externa no lo es (Morgan 2014, pp. 11-12). La economa ortodoxa es como un club de viejos amigos que defiende a sus miembros contra la crtica externa sea cual sea el error que hayan cometido. Sea lo que sea que haya sucedido, ellos cierran filas. Esto es similar a lo que puede observarse aqu en Paris si entras en una discusin en un caf: eres bienvenido a cri-ticar a Francia y a los Franceses si t mismo eres Francs, pero no si eres extranjero o si no pareces tener acento Parisino!

    Tomen a John Kay (2011, p. 4), un miembro del consejo asesor de INET, como ejemplo. l se ha quejado de que la Nueva Macroeconoma Clsica se basa en descripciones de mundos com-pletamente artificiales, una combinacin curiosa de ideologa y matemticas que parece repetir los debates ocurridos en los 1930s y parece ignorar las lecciones que se desprenden de la Gran Depresin. Kay (2011, p. 5) aparece incluso dubitativo acerca de la utilidad de contribuciones hechas por au-tores Nuevos Keynesianos como Joseph Stiglitz, otro miembro del consejo asesor de INET, quien defiende muchos de los supuestos de Lucas, pero le entrega una importancia crtica a las imperfec-ciones de informacin. Kay entonces favorece completamente el pragmatismo y el eclecticismo. Sin embargo, al responder al manifiesto de ISIPE y a los documentos preparados por los estudiantes de la Universidad de Manchester, Kay (2014) se-ala que sus profesores rechazan la introduccin a estos esquemas alternativos [paradigmas alter-nativos rechazando el paradigma dominante de eleccin racional economa heterodoxa] por las mismas razones que sus colegas cientficos recha-zaran al flogisto o al creacionismo.5 Aqu, como lo ha sealado un estudiante de la Glasgow Real

    5 En sus comentarios durante la sesin de INET sobre la enseanza, Kay recurri a esto de nuevo, sealando que mien-tras Keynes quera una economa parecida a la odontologa, l no conoca a ningn dentista heterodoxo! Esto se repite en Kay (2015).

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    pero siguen admitiendo que es el nico juego si se quiere participar en el paradigma dominante. De hecho, Stiglitz y Krugman han reconocido que ellos han insertado este tipo de supuestos en sus modelos con el fin de lograr que sus trabajos sean aceptados en las buenas revistas a pesar de que sa-ben que estos supuestos no tienen ningn sentido8 En qu tipo de mundo cientfico vivimos?

    LA ECONOMA HETERODOXA ES MS QUE UNA CRTICA AL PARADIGMA DOMINANTE

    La realizacin de una reforma radical del cu-rrculo al interior de los departamentos de econo-ma no es probable debido a que los economistas ortodoxos no parecen darse cuenta que las crticas heterodoxas hacia la teora neoclsica o paradig-ma dominante van ms all de la transmisin de un mensaje negativo a los estudiantes y la profe-sin. Debido a que los autores ortodoxos usual-mente leen escritos de autores heterodoxos slo cuando ellos estn siendo criticados, no notan que los autores heterodoxos tambin realizan contri-buciones positivas a la ciencia econmica, muchas de las cuales estn formalizadas pero con modelos basados en supuestos distintos. Si por alguna mala suerte la economa neoclsica desapareciese com-pletamente de la faz de la Tierra, esto no afectara de ninguna manera a la economa heterodoxa de-bido a que ella tiene su propia agenda, o agendas, y sus propios modelos y enfoques metodolgicos.

    Esto fue sealado por los estudiantes de PEPS-conomie en su rplica al reporte de Hautcoeur (2014), documento que fue prepara-do para el gobierno Francs como respuesta a los reproches estudiantiles. Los estudiantes notaron que los autores del reporte, a pesar de sus bue-nas intenciones, actuaron como si las escuelas de pensamiento que no son parte de la tradicin neoclsica se definieran solamente como crticos de sta. Insistieron, y con razn, que las escuelas no neoclsicas tienen su propia autonoma y que por lo tanto su crtica al paradigma dominante

    8 Ver la declaracin de Stiglitz citada en Mirowski (2013, p. 271) y la declaracin de Krugman citada en Vernengo (2013, pp. 165-60), as como Krugman (2012).

    Sin entrar en mayores detalles, se pueden mencionar unos pocos casos. Krugman ha escrito entradas objetando la teora monetaria moderna (MMT). Mientras que en el ao 2011 en un prin-cipio se vio desconcertado por las altas tasas de inters de Espaa o Italia, luego adopt la expli-cacin de la MMT y su terminologa de emisor de divisa y usuario de divisa pero haciendo referencia a los escritos de Paul De Grauwe, un economista ortodoxo disidente. De manera similar, sus pun-tos de vista sobre la (im)posibilidad de default del gobierno federal de EEUU se han movido gra-dualmente hacia las que propone la MMT, nueva-mente, sin hacer referencia a la MMT cuyos adhe-rentes, no obstante, han comentado tan a menudo en sus entradas. Cuando los escritos de autores heterodoxos han llamado su atencin, como en el caso de Wynne Godley a quien le tengo un cari-o especial por ser su coautor, Krugman afirma que esto ya es del todo conocido, una afirmacin que es un tanto irnica dado que Krugman (2013; 2015b) parece admirar y confiar tanto en el vie-jo modelo IS/LM, el cual no es un modelo que mantiene la consistencia stock-flow mientras que los modelos de Godley s lo hacen.7 Las peores jugadas de Krugman son probablemente cuando asocia lo que l llama heterodoxia con las polti-cas de austeridad y de consolidacin fiscal promo-vidas por economistas neo-Austriacos o Nuevos Clsicos tales como Barro, Sargent o John Taylor, afirmando que la mayora de los economistas or-todoxos han estado siempre a favor de los progra-mas de estmulo y de polticas de expansin fiscal, creando entonces confusin sobre lo que es la eco-noma heterodoxa (Krugman, 2015c).

    Ambos, Krugman y Simon Wren-Lewis, quien tambin se encuentra desconcertado ante la insistencia heterodoxa de reclamar su propia identidad, siguen repitiendo que asumir modelos basados en un comportamiento optimizador y con expectativas racionales son altamente irrealistas,

    con el argumento de que Minsky ha rechazado la teora micro neoclsica y las teoras de la productividad marginal de la distri-bucin del ingreso (Mirowski, 2013, p. 292).

    7 Otros autores tambin se vieron sorprendidos por el rpido menosprecio de Krugman hacia las contribuciones de Godley. Ver Arno Heise (2014, p. 88).

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    se encuentra en el centro del programa CORE, algo que es evidente a partir de una revisin de sus objetivos perseguidos. Se nos ha dicho que el programa CORE tiene como uno de sus objetivos el cerrar las brechas entre lo que los economis-tas saben y lo que enseamos a nivel de pregra-do.9 Esto implica, como Carlin lo clarifica en un artculo de opinin en el Financial Times, que imponemos un currculo que es crecientemente remoto de lo que los economistas hoy conocen.10 Esta afirmacin, en distintas variantes, es repetida una y otra vez en diversos blogs que pretenden defender a la economa del paradigma dominante contra las crticas de no economistas y economis-tas heterodoxos (quienes a menudo se encuentran amalgamados con los del primer grupo!). El argu-mento es que variadas imperfecciones o fricciones han sido aadidas a los modelos neoclsicos bsi-cos, y que estas versiones extendidas, consideradas en grupo, proveen una respuesta a cualquier crtica que puede ser formulada contra el paradigma do-minante. Aquellos que critican al paradigma do-minante no saben qu estn hablando y no han ledo las ltimas investigaciones (Wren-Lewis, 2015a). As, no existe necesidad de modificar el currculo; slo es necesario poner ms nfasis en ciertos aspectos de la economa capitalista tales como el sector financiero, asimetras de informa-cin o imperfecciones de mercado, las que son el pan de cada da de todo economista respetable y perteneciente al paradigma dominante

    As, tenemos lo que Tom Palley (2013) ha lla-mado la economa gatopardista y lo que Phillip Mirowski (2013) ha denominado como agno-tologa en sus detallados exmenes de cmo los economistas del paradigma dominante, como seguimiento a la Gran Recesin, han transfor-mado lo que debi haber sido una derrota inte-lectual en un tipo de tour victorioso mgico. En los trminos empleados por Krugman (2015a), lo que la crisis ha demostrado es lo exitoso que ha sido la macro Keynesiana del paradigma do-minante. Se ha vuelto casi imposible describir en trminos ordenados lo que los economistas

    9 Ver http://www.inet.ox.ac.uk/programmes/curriculum10 Ver http://core-econ.org/

    wendy-carlin-in-the-ft-teaching-what-matters-in-economics/

    no constituye el corazn de su produccin te-rica (PEPS-conomie 2014b, p. 3). Objetaron tambin la afirmacin de que el marginalismo y la teora del equilibrio general son parte de un set comn de principios que guan los procesos de pensamiento de los economistas, insistiendo que este no era el caso de la Escuela de Regulacin Francesa o de la economa post-Keynesiana. El reporte de Hautcoeur (2014, p. 15) tambin men-ciona dentro del set comn de principios concep-tos tales como los costos de oportunidad, el arbi-traje y los incentivos, los que ciertamente no se encuentran en el corazn de estas dos escuelas de pensamiento. As, como lo seala Fred Lee (2011, p. 545), la economa heterodoxa no se define en trminos opuestos o de manera dual a la econo-ma mainstream, sino que como una alternativa a sta.

    Es esta caracterstica clave de varias escue-las de pensamiento heterodoxas que los autores ortodoxos parecen no percibir cuando hablan de pluralismo. Para muchos de ellos, hoy existe bastante pluralismo en economa, por ejemplo en macroeconoma dada la batalla macroeconmica alrededor de los modelos de ciclo econmico real, modelos Nuevo Keynesianos con una variedad de agregados e imperfecciones ad-hoc, el teorema de la equivalencia Barro-Ricardiana, la teora fiscal del nivel de precios, metas de PIB nominal y mo-netarismo de mercado, la existencia o ausencia y el impacto de la cota inferior de cero inters (re-bautizada como trampa de liquidez), o el valor del multiplicador del gasto de gobierno. Visto desde esta perspectiva, no tiene sentido emprender una gran reforma en la enseanza de la economa dado que ya existe suficiente pluralismo en las sa-las de clases o en los departamentos de economa. Slo es necesario juguetear alrededor de los bor-des, como es sealado irnicamente por Reardon y Madi (2014, p. 7).

    Una variante alrededor de este tema es el argumento de que mientras la enseanza de la economa a nivel de pregrado, o incluso a nivel de postgrado, puede parecer algo monoltica y va-ca de supuestos realistas, esto cambia completa-mente cuando uno lee trabajos de investigacin publicados en revistas acadmicas. Este tema

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    seran enfatizados por los macroeconomistas post-Keynesianos, los que se basan esencialmente en la demanda agregada y la demanda de trabajo derivada de las expectativas de venta.

    Jacob Kapeller (2013) ha contemplado esto desde un ngulo levemente distinto. l habla de un modelo de Platonismo, una forma de inmuni-zacin contra las crticas. Kapeller (2013, p. 216) da el siguiente ejemplo: Si los mercados en cierto caso parecen funcionar bien y entregan resultados estables, el modelo de competencia perfecta, ba-sado en individuos completamente informados, sirve de punto de referencia para la corroboracin de la teora neoclsica. Pero si los mercados fallan en su correcto funcionamiento, se supone que es un caso de asimetras de informacin y por lo tanto otra instancia de corroboracin de la teo-ra neoclsica. En el caso de la economa Nueva Keynesiana, si la economa parece estar cerca del pleno empleo, entonces la tasa de inters real debe estar en su nivel adecuado y consistente con la tasa natural; de otra manera, la tasa de inters real debe ser demasiado baja o demasiado alta. Y si el empleo es bajo, entonces debe ser porque los trabajadores prefieren el ocio al trabajo bajo las circunstancias existentes, o debe ser porque la car-ga tributaria u otras fricciones son muy grandes. En el marco de los modelos DSGE, el empleo es bajo debido a que el salario real es percibido por los trabajadores como muy bajo; dentro del marco de equilibrio parcial estndar, el empleo es bajo debido a que el salario real impuesto por los sin-dicatos es muy alto para las firmas maximizadoras de beneficio. As, cualquier trabajo emprico que intente determinar si los salarios reales se encuen-tran en su nivel adecuado, demasiado altos o ba-jos, siempre sostendr alguna versin de la teora neoclsica.

    La ltima variante de este modelo de Platonismo es la afirmacin de que todo lo que est mal con la teora econmica del paradigma dominante no tiene ninguna relacin con los in-vestigadores neoclsicos serios sino que debe ser atribuido a los trabajos bribones de la prensa fi-nanciera. Wren-Lewis (2015b) inventa el trmino macromedia para describir lo que l ve como un tipo errneo de macroeconoma que es promovido

    ortodoxos realmente piensan, dado que los de-bates econmicos se han vuelto una cacofona. En macroeconoma por ejemplo, mientras que los economistas de agua dulce mantienen que la Gran Crisis Financiera fue causada por un gran shock tecnolgico negativo en el sector bancario, lo que fue empeorado por el accionar de polticos y ban-queros centrales incompetentes; los economistas de agua salada se dieron un festin introduciendo todo tipo de fricciones en el modelo neoclsico bsico microfundamentado, mostrando que cual-quier rechazo a la doctrina central de la economa ortodoxa neoclsica es innecesario debido a que una revisin de los elementos ms dudosos de la doctrina ha sido ya realizada por aquellos que tra-bajan en la vanguardia de la profesin.

    Si bien existen economistas Nuevos Keynesianos que admiten que los economistas heterodoxos tienen importantes crticas que hacer, no entienden cmo los macroeconomistas hetero-doxos pueden objetar las modificaciones razona-bles que ellos realizan sobre el modelo ortodoxo. Y sobre todo, simplemente no se dan cuenta que los economistas heterodoxos tienen algo positivo en qu contribuir al entendimiento del mundo que va ms all de la crtica al modelo neoclsico, no perciben que otras tradiciones pueden tener una visin distinta acerca de cules son los mecanismo de causalidad macroeconmicos claves No com-prenden que existe algo ms all afuera, algo que James Galbraith ha bautizado como la economa backwater!

    Por ejemplo, Wren-Lewis (2014) afirma que las fricciones que afectan la tasa real de in-ters impactan sobre la oferta de trabajo y que esto explicara el desempleo cclico (aunque no el desempleo involuntario) y el ciclo econmico. Flexibilidad en los salarios y precios puede em-peorar las cosas, pero slo en la cota inferior de cero del tipo de inters. Existe la creencia de un rol equilibrador de la tasa de inters y la creen-cia de la existencia de una tasa de inters natural que correspondera a la de una situacin de pleno empleo con inflacin constante. Como es expli-cado en detalle por Sebastian Dullien (2011), los mecanismos presentados por los autores Nuevos Keynesianos son bastante distintos de los que

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    Debera la economa heterodoxa ser enseada en departamentos de economa... / Lavoie, M.

    economistas del paradigma dominante. Mis co-legas titulares dicen: Por qu debisemos mo-lestarnos en contratar un economista heterodoxo cuando ms del 90 por ciento de los postulantes son economistas del paradigma dominante?

    As hoy, en los departamentos de economa bien establecidos, existen pocas oportunidades de que economistas heterodoxos sean contratados a no ser que se disfracen de buenos econometristas. Para cambiar esta tendencia se necesita de deca-nos que impongan la contratacin de economistas heterodoxos amenazando con cerrar el puesto si esto no se cumple; existen ejemplos histricos de esto, algunos viejos y otros ms recientes, pero a menudo la realidad es lo opuesto tal como se ob-serv en la versin ms aguda de la Universidad de Notre Dame y en otro suceso menos conocido ocurrido en la Universidad de Manitoba (Manson et al. 2015); los cerebros de decanos de facultades de ciencias sociales o de facultades de negocios son lavados por el establishment de economa.

    Este punto de vista es acompaado por otra creencia, que es que los departamentos de econo-ma pertenecen a los economistas del paradigma dominante. Son suyos. Si existen un par de eco-nomistas heterodoxos en el departamento, es una generosa concesin, una anomala; no existe ma-nera de que el departamento contrate a un tercero: el ratio ya es lo bastante elevado, ms elevado que en cualquier otro lugar, as que la asamblea de-partamental no lo elevar. Adems, varios miem-bros ortodoxos temern que su departamento pase a ser conocido como un puesto de avanzada heterodoxa, especialmente si los miembros he-terodoxos son activos y publican bastante: con mi coautor Mario Seccareccia experimentamos esto en nuestro propio departamento a finales de 1900s cuando se nos report que nuestros colegas se estaban irritando al escuchar en conferencias que la Universidad de Ottawa se estaba volviendo conocida como una fortaleza post-Keynesiana.12 Paul Davidson pas exactamente por la misma situacin cuando estaba en Rutgers: los miembros ortodoxos no queran que Rutgers se conociese

    12 He presentado mi propia experiencia en Lavoie (2011) junto con diversas estrategias que pueden ser seguidas para in-troducir contenidos heterodoxos en la enseanza de la economa.

    por los medios. La creencia de que la consolida-cin fiscal o la austeridad fiscal es necesaria y que har algn bien a la economa, que la deuda de go-bierno genera altas tasas de inters y crecimiento lento dado que los dficits fiscales sustraen fondos del sector privado, que el relajo cuantitativo o la tasa de inters cero implica hiperinflacin, que las metas de inflacin son lo mejor que puede hacer un banco central o que los mercados financieros siempre funcionan de manera correcta, derivan del ingenio de algunos periodistas que buscan buenas historias; no tienen nada que ver con las afirmaciones hechas repetidas veces por un nme-ro de economistas acadmicos bien conocidos, in-cluidos ganadores de premio Nobel. Las polticas promovidas por el FMI, la Comisin Europea, el gobierno de Cameron y la troika en UK, y el apo-yo de una larga lista de economistas del paradig-ma dominante y think tanks econmicos, seran slo producto de nuestra imaginacin.11

    LA ECONOMA HETERODOXA NO ES ECONOMA O ES MALA ECONOMA

    Una barrera final a la posibilidad de incrementar el nivel de pluralismo en los depar-tamentos de economa, quizs la barrera principal aunque rara vez es mencionada, es la presencia de una oferta excesivamente amplia de doctores en economa que les gustara alcanzar un puesto en la academia. La escasez de buenos puestos en la academia es tal que los directores y sus colegas ya no aceptan espectculos Marxistas, espectculos de historiadores econmicos o espectculos de especialistas en la historia del pensamiento eco-nmico. Cuando mi departamento de economa anuncia la apertura de un puesto a nivel de pro-fesor asistente, obtenemos cerca de doscientas postulaciones. La mayora de ellas provienen de

    11 De acuerdo a Manson et al. (2015, p. 17), la insistencia de los economistas mainstream de que los heterodoxos atacan a un mueco de paja puede ser catalogada como gaslighting, al sostener que los economistas heterodoxos son inconscientes de que la disciplina est abierta a los desafos y a una diversidad de mtodos. Esta es una referencia a una pelcula de 1944, Gaslight, donde un esposo intenta convencer a su esposa (interpretada por Ingrid Bergman) de que est loca, haciendo parpadear luces en-tre otras cosas y convencindola de que los parpadeos son pro-ductos de su imaginacin.

  • 12 Estudios Nueva Economa, N 5 (Otoo, 2015), pp. 5-17.

    Debera la economa heterodoxa ser enseada en departamentos de economa... / Lavoie, M.

    discusin entonces se termina.13

    MUDNDOSE DE LOS DEPARTAMENTOS DE ECONOMA

    A pesar de que existen economistas or-todoxos que sienten que los economistas hetero-doxos pertenecen a la profesin econmica, una proporcin significativa de ellos en el mainstream de la profesin ve a los retadores como que real-mente no practicaran la misma profesin y por lo tanto pertenecieran no a la profesin, sino que en el mejor de los casos, completamente a otra profe-sin (Manson et al. 2015, p. 14). Los economistas heterodoxos, incluso si es que no estn de acuerdo entre ellos acerca de lo que constituye la economa heterodoxa, pueden aceptar esta apreciacin, mi-grar y crear su propio campo. Puede ser una tarea desalentadora en una era de recortes, pero una que puede ser inevitable en el mediano plazo a medida que la disciplina se ha convertido en una forma de irresistible adhesin a una ortodoxia dentro de la profesin por medio de incentivos y sanciones (ibid, p. 13), la palabra disciplina tomada aqu re-vela su significado de autoridad y castigo. Al fin y al cabo, los autores neoclsicos siguen alabando la competencia, entonces djennos tener dos tipos de departamentos de economa lado a lado y dejen a los estudiantes elegir. Esto es lo que reciente-mente se ha intentado en Francia.

    Despus de dcadas de batallas internas, los economistas heterodoxos Franceses se han rea-grupado y han instalado su propia organizacin, la Asociacin Francesa de Economa Poltica (AFEP), y una amplia proporcin de ellos ha llegado a la conclusin de que la nica forma de

    13 Esta justificacin a menudo ha sido invocada por mi propio departamento: se ha dicho que nuestro programa nece-sita ser un clon de los departamentos de economa ms respe-tables. La afirmacin de la cita est tomada directamente de un colega perteneciente al paradigma dominante de la Universidad de Manitoba quien responda al reporte de Manson et al. de la Asociacin Canadiense de Profesores Universitarios que afirma-ba que los profesores de economa heterodoxa han sido sistem-ticamente marginalizados de los departamentos desde el 2006, violando las tradiciones de los departamentos hasta ese punto y la libertad acadmica de los profesores en cuestin. Ver http://www.themanitoban.com/2015/03/caut-national-union-de-mands-changes-to-economics-department/23176/

    como un lugar raro con Post Keynesianos, a pesar de que en ese tiempo slo haban tal vez cuatro o cinco personas de 81 miembros de la facultad que podran ser identificados como Post Keynesianos o al menos como heterodoxos. Crean que era mejor ser una imitacin de tercera clase del MIT que obtener talla como centro de anlisis Post Keynesiano (Colander, 2001, p. 98).

    Lo mismo sucede a nivel de fondos de inves-tigacin de las agencias oficiales. Usualmente son consideradas como terrenos de caza: el senti-miento de los economistas ortodoxos es: por qu debemos dar nuestros fondos a externos? Esto es atestiguado en otra entrevista de Paul Davidson cuando el rferi que report sobre su gran pro-puesta en la Fundacin Nacional de Ciencias ar-gument que dado que l estaba marchando a un tambor distinto, si su msica es distinta, entonces l debiese conseguir su propio dinero y no utilizar el nuestro (King, 1995, p. 33). Como l seala, las cosas se vuelven peor cuando el dinero es escaso, lo que es la situacin actual en la mayora de los pases.

    Como lo muestra Tom Palley (1997) con la ayuda de un modelo simple, si una comunidad de economistas practica un pluralismo permisi-vo mientras que otras no, lo que significa que los economistas dispuestos a adoptar un pluralismo permisivo aceptan contratar y conceder ocupacio-nes a colegas con visiones distintas, entonces la comunidad que promueve el pluralismo progresi-vamente comienza a desvanecerse de la profesin. La limpieza ser incluso ms rpida si las ideas defendidas por la comunidad que rechaza el plu-ralismo apelan al rico y al poderoso, y por lo tanto atraen ms fondos para sus investigaciones o sus departamentos. La situacin empeorar si aquella comunidad que defiende el pluralismo se encuen-tra fragmentada y desorganizada. Eventualmente, una vez que el paradigma dominante se vuelve dominante, al surgir una conversacin en una reu-nin de departamento sobre si el currculo debiese o no incluir cursos de economa heterodoxa o de historia del pensamiento econmico, todo lo que se necesita decir es que la mayora del departa-mento deseara tener estndares consistentes con los otros departamentos de economa del pas: la

  • 13Estudios Nueva Economa, N 5 (Otoo, 2015), pp. 5-17.

    Debera la economa heterodoxa ser enseada en departamentos de economa... / Lavoie, M.

    interdisciplinaria, mientras que AFEP promova el relativismo de conocimiento, que es la ante-cmara del oscurantismo. Tirole argument que los miembros de AFEP estaban intentando evadir la evaluacin de los pares debido a que ellos se encontraban en problemas con los estndares de calidad reconocidos internacionalmente y debi-do a que fallaron en sus esfuerzos de lograr que sus trabajos sean validados por las mayores revis-tas cientficas que predominan en la disciplina. Tirole continu afirmando que la economa mo-derna, como otras grandes disciplinas cientficas, est permanentemente cuestionndose sus su-puestos, confrontando modelos con datos, y des-echando teoras que fallan el test de la realidad. Orlan (2015b) respondi sealando que la inter-disciplinariedad neoclsica realmente significa la colonizacin de otros campos mediante la exten-sin de sus modelos estndares y que era un hecho bien establecido que las llamadas mejores revis-tas econmicas internacionales son culpables de un nivel sustancial de endogamia y autocitacin. Pregunt por qu los economistas del paradig-ma dominante no anticiparon ni describieron los mecanismos causales que han llevado a la Gran Crisis Financiera, sealando que por el contrario estos mecanismos han sido analizados por econo-mistas heterodoxos e incluso por investigadores de otros campos antes de la crisis. De hecho, el mismo Orlan (1999) ha escrito un notable libro proftico cerca de diez aos antes del comienzo de la Gran Crisis Financiera.

    CONCLUSIONES

    La enseanza y la investigacin, al me-nos ms all del primer ao de introduccin, son esencialmente llevadas a cabo por las mismas per-sonas. El tema de la enseanza en la economa no puede ser discutido de manera independiente de lo que ocurre alrededor de lo que se valora como investigacin de excelencia. En nuestro campo, en contraste con otros campos de las ciencias socia-les, lo que realmente cuenta son las publicaciones en revistas acadmicas, nuevamente en contraste con lo que sucede en muchas otras ciencias so-ciales, ordenadas de manera bastante jerrquica. Como Fred Lee (2006, p. 16) seala, el proceso

    salvaguardar una diversidad de paradigmas te-ricos, herramientas empricas y la inspiracin de otras disciplinas de las ciencias sociales es crear un nuevo campo, el que originalmente ha sido llama-do Economa y Sociedad. La AFEP ha estado presionando al gobierno Francs para crear este nuevo campo, o ms bien esta nueva unidad don-de se realicen decisiones de carrera y donde los profesores sean elegidos. En otros pases, esto ten-dra que ser hecho a nivel individual de universi-dad tal como ocurri en la Universidad de Sdney, donde un departamento de economa poltica fue creado y dividido de aquella economa recta.

    Por un momento, a principios de Enero del 2015, se pensaba que los esfuerzos de la AFEP estaban a punto de dar frutos y que el gobierno Francs anunciara un nuevo campo, llamado Instituciones, economa, territorio y sociedad. Desafortunadamente, como es bien sabido ahora, esto no sucedi: los economistas del paradigma dominante lanzaron un gran contragolpe y pre-sionaron al gobierno a retractarse (por ahora).

    La mayora de los decanos de las facultades de economa se opusieron a esta nueva seccin sobre la base de que el pluralismo ya se encontraba bas-tante presente; pero al mismo tiempo se opusieron sealando que la nueva seccin slo incorporara izquierdistas e inadaptados, a pesar del hecho de que tantos como 300 profesores han prome-tido mudarse a la nueva seccin, incluyendo los ms renovados profesores heterodoxos, una mu-danza tambin apoyada por el Los Economistas Aterrados (Les conomistes Atterrs), un grupo de economistas Franceses que sistemticamente se han opuestos a las polticas neoliberales y de austeridad en Europa. Tal como el presidente de AFEP, Andr Orlan (2015a), seal en su car-ta a Le Monde, hay cierta irona en la afirmacin que define a 300 acadmicos como fracasados o frustrados mientras al mismo tiempo hay una vehemente oposicin a su partida.

    Pero la reaccin ms negativa a la propues-ta vino de Jean Tirole, el recientemente ungido Premio Nobel. Tirole (2015) escribi una carta privada a la Secretaria de Estado de Educacin Superior argumentando que la economa neo-clsica ya era altamente pluralista y altamente

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    Debera la economa heterodoxa ser enseada en departamentos de economa... / Lavoie, M.

    largo del paradigma una fertilizacin de ideas al interior de un paradigma dominante ms dividido internamente (ibid, p. 59) a travs de la teora de juegos, la nueva economa del comportamiento, la economa experimental, la nueva economa insti-tucional, la economa de los costos de transaccin, la nueva teora del crecimiento, la nueva economa ambiental, etctera. Desde ese punto de vista, todo lo que resta hacer para llenar los deseos de los es-tudiantes es encontrar algn modo de incorporar todo esto de manera ordenada en los textos y en las salas de clases, salpicando en el camino algo de historia econmica e historia del pensamien-to econmico para mostrar cuan mejorada se ha vuelto la teora econmica. El pluralismo no se extiende a otras tradiciones en economa o a otros compromisos ontolgicos. Y este malentendido puede ser simbolizado por la oposicin en las pro-puestas adelantadas dentro de INET por lo que he llamado el equipo Carlin y el equipo Skidelsky.

    Los economistas heterodoxos se encuentran atrapados entre la espada y la pared. La genera-lizacin del benchmarking y los ejercicios de eva-luacin de calidad de las investigaciones hacen an ms dificultoso para los economistas hete-rodoxos ganar traccin al interior de los depar-tamentos de economa estndares y por lo tanto ofrecer el tipo de pluralismo que los estudiantes han estado pidiendo. Los economistas heterodo-xos son primero y ante todo economistas, pero los poderes dominantes ven sus trabajos como mala economa o algo ms que economa. As el espacio de la economa backwater parece estar reducin-dose ms que expandindose a pesar de la Crisis Financiera Global. La alternativa es mudarse y, donde sea posible, crear una disciplina alternativa, se llame economa poltica, economa y socie-dad o economa heterodoxa, donde los mtodos matemticos y la econometra todava sean invo-cados cuando se requiera, pero donde tradiciones y enfoques econmicos alternativos sean el orgullo del lugar. Despus de todo, incluso en las univer-sidades donde existen departamentos de econo-ma, existen economistas trabajando en escuelas de negocios; entonces no sera nada extravagante tener economistas heterodoxos localizados an en otro departamento. A modo de ejemplo, donde los departamentos de economa se encuentran dentro

    de ranking asegura esencialmente que los depar-tamentos top publiquen en revistas de economa de calidad y que las revistas de calidad publiquen a economistas de departamentos top un argu-mento circular.14 La nocin de calidad est mos-trando ser altamente til en la preservacin de la posicin de cuasi-monopolio de la economa del paradigma dominante tal como lo hemos visto en el caso de Tirole. Despus de todo, cmo puede un estudioso oponerse a la excelencia en la inves-tigacin escolar? Pero como Manson et al. (2015, p. 14) seala, si uno cree en un estrecho rango de produccin acadmica en la disciplina de uno, entonces las contribuciones fuera del rango nunca califican como de excelencia. Un estndar dema-siado estricto de excelencia, limitado al paradigma dominante, slo refuerza su dominancia mientras restringe la expansin del conocimiento, tal como lleg a ser evidente con la llegada de la Crisis Financiera Global. Esto posee repercusiones per-judiciales en la enseanza de la economa y en el xito de la disciplina en atraer y retener estudian-tes. De hecho, una de las razones invocadas para rechazar la nueva seccin propuesta en Francia fue que el nmero de estudiantes en departamen-tos de economa ya se estaba encogiendo.

    Un amplio nmero de asociaciones estudian-tiles han hecho un llamado por un mayor nivel de pluralismo en la enseanza de la economa. El problema es que el pluralismo es comprendido de una forma bastante distinta por el paradigma dominante y los economistas heterodoxos. Como John Davis (2008, p. 61) lo ve, lo que parece ser el caso es una tolerancia creciente a los nuevos enfoques dentro del mainstream, combinado con una continua y compartida intolerancia hacia la economa heterodoxa. Los economistas orto-doxos sienten que ya responden a las demandas de los estudiantes porque tienen la impresin de que la investigacin contempornea provee a lo

    14 Vicky Chick nos ha informado que la Conferencia de Lderes de Departamentos Universitarios de Economa (CHUDE), en un correo electrnico con fecha del 1 de Mayo del 2015, ha indicado que no se adhiere a ningn ranking de revistas y que los artculos de revistas deben ser evaluados por sus propios mritos. Esto es sorprendente dado que UK ha esta-do a la vanguardia en lo que es la evaluacin de investigaciones basada en rankings.

  • 15Estudios Nueva Economa, N 5 (Otoo, 2015), pp. 5-17.

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  • 18 Estudios Nueva Economa, N 5 (Otoo, 2015), pp. 18-31.

    (Re)conociendo la enseanza econmica en Chile: Materiales para una historia / Barrales, D.

    ( R E ) C O N O C I E N D O L A ENSEANZ A ECONMICA EN CHILE: MATERIALES PARA UNA HISTORIA

    DANIEL BARRALES9

    RESUMENEste trabajo trata la temtica de la enseanza

    de la economa en Chile, desde su nacimiento como nacin independiente hasta el Golpe de Estado del ao 1973. Explora las principales ideas que se hicieron ms notorias sobre el tejido sociocultural de los siglos XIX y XX. No obstante, se abre paso en elementos ms profundos, no evidentes a simple vista, y que predominan por sobre la enseanza en las mismas aulas universitarias. Otras reas de la investigacin exploran las relaciones internacionales de las facultades de economa y de los economistas como sujeto que gravita en la direccin del desarrollo del pas.

    INTRODUCCIN

    Hace 523 aos el mundo occidental se encon-tr con un nuevo continente que con posteriori-dad sera llamado Amrica. Al poner su pie, lo hi-cieron literalmente, transformaron el espacio a su alrededor, las formas de sociabilidad y estructuras econmicas caractersticas de cada regin. Para el periodo colonial el monopolio mercantilista espa-ol haca depender a la colonia americana de la metrpoli, bajo la dinmica de la produccin de materias primas y consumo de manufacturas. As la venta de productos sin mayor transformacin reportaba ganancias mnimas en contraste al cos-to de importar productos ya transformados. Ante esta situacin evidentemente injusta la poblacin latinoamericana debi obedecer a punta de espa-da y plvora. No hubo oportunidad de dialogo ni debate.

    Centurias despus, a mediados del siglo XX,

    9 Historiador econmico-social. Licenciado en Historia, Universidad de Playa Ancha. Miembro de Estudios Nueva Economa (ENE). Correo electrnico: [email protected]

    muchos pases de la misma regin se encontra-ban en pleno proceso de planificacin y perfec-cionamiento de sus economas. Ese desarrollo estuvo en manos de individuos que, tras la debi-da instruccin tcnica, adquirieron el nombre de economistas.

    PRIMERAS NOCIONES

    Durante el siglo XIX nuestro pas experimen-t una transformacin cultural sin precedente, a raz de mltiples factores, entre ellos, la indepen-dencia. sta permiti a los criollos chilenos reali-zar un proceso de autoeducacin sin la supervisin del monarca espaol. De esta forma, la llegada de variadas corrientes intelectuales al pas fue ms fluida. Sin embargo, la venida de la doctrina eco-nmica liberal se hizo esperar hasta casi 50 aos.

    En el plano de la economa, ya se manejaban algunas nociones bsicas de la escuela neomer-cantilista, la que promova una balanza comer-cial positiva, con el objeto de acumular riqueza en el tesoro nacional. Esta nocin se manejaba en Espaa desde el siglo XVIII (Del Campillo y Cosio, 1789) y se aplic en las colonias ameri-canas incluso despus de que ellas alcanzaran su independencia. De hecho, autores del liberalismo clsico como Adam Smith se hicieron conocidos tardamente en el mundo hispanoparlante, pues la primera traduccin al espaol de la Riqueza de las Naciones, se realiz 18 aos despus de su primera publicacin, hacia 1794. Y aunque re-nombrados intelectuales a nivel nacional, como el clrigo Camilo Henrquez y el literato espaol Jos Joaqun de Moras, tuvieran acceso a obras de economa liberal, ninguno de ellos tuvo tanto xi-to en la difusin de stas ideas como Courcelle-Seneuil (Grate, 2012).

    La llegada del profesor y economista francs Jean Gustave Courcelle-Seneuil a nuestro pas, sigui curso ante el decline del candidato origi-nal Andrs Cochut, elegido por el Rector de la Universidad de Chile para asumir la ctedra de Economa Poltica, quien gozaba de cierta po-pularidad local por sus columnas en el peridi-co nacional El Araucano. Ante la recomendacin del propio Cochut, el gobierno chileno contact

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    las subsidary houses rompieron con el plan de na-cionalizacin del salitre del presidente Balmaceda (Ramrez, 1958).

    Frente al auge exportador de principios del siglo XX, la internacionalizacin de la economa era un tema ya asumido, tanto que los problemas en la direccin econmica obligaron a la lite lo-cal a depender nuevamente de un lazarillo exter-no. As, la llegada de un asesor econmico no se hizo esperar. Edwin Kemmerer, asesor econmico norteamericano, implement las reformas econ-micas e institucionales dirigidas a modernizar los Estados latinoamericanos en los aos veinte, en-tre ellos Chile, que vio resueltas sus problemtica de emisin con su recin nacido Banco Central (Drake, 2004).

    Tal como seala Montecinos, la contratacin de asesores econmicos extranjeros, la importa-cin de nuevas doctrinas econmicas, la asimila-cin de las ms recientes tcnicas econmicas, el envo de profesionales a escuelas de economa en el exterior acrecienta el prestigio de los expertos econmicos, y contribuye a hacer ms fcil los intercambios con potencias extranjeras. Estas es-trategias tambin sirven para sealar el cumpli-miento con las reglas y los rituales preferidos por la inversin externa, y facilitan la conduccin de las relaciones internacionales (Montecinos, 1997).

    Las ideas econmicas del tipo liberal siguie-ron la inercia de su trayectoria, hasta que las no-ciones de autoajuste del mercado palidecieron ante la crisis mundial de 1929, que golpe a Chile desde 1930. Era prioritario realizar cambios sus-tanciales en la direccin econmica del pas.

    CHILE Y LAS CIENCIAS ECONMICAS DEL SIGLO XX

    Entre los aos 1938-1952 Chile tuvo un plan de desarrollo econmico que respondi a la cri-sis del 29, a travs de la muda del sistema pro-ductivo nacional mediante la industrializacin por sustitucin de importaciones ISI (Thorp, 1997), que en Chile se manifest con la creacin de la Corporacin de Fomento a la Produccin CORFO. El perodo coincidi con los gobiernos radicales, donde se aplic la postura del Estado de

    en 1850 a Courselle-Seneuil. El Galo inici sus actividades pedaggicas en el Instituto Nacional y la Universidad de Chile (UCH), dictando el curso de economa poltica a partir de 1856, mas su ctedra fue interrumpida entre los aos 1858 y 1859 a causa de formar parte de la delegacin que tuvo la misin de conseguir emprstitos en Europa, para la construccin y puesta en marcha del ferrocarril. Curso que se reanud en 1860 de la mano de su reciente publicacin Tratado terico y prctico de economa poltica (Bernedo, Camus & Couyoumdjian, 2014; Grate, 2012).

    Courselle-Seneuil gravit fuertemente so-bre la sociedad chilena, como profesor, asesor del tcnico del Ministerio de Hacienda y constante columnista en la prensa. Y a pesar de que dej una extensa estela de discpulos en Chile, a partir de su heredero de ctedra Zorobabel Rodrguez quien a su vez educ a una prolongada lista de hombres de Estado, hasta bien entrado el siglo XX (Correa, 1997; Fuentealba, 1944), las ltimas investigaciones dan un giro en ciento ochenta gra-dos, en relacin a la expansin de las ideas libera-les en Chile. Una revisin ms acuciosa a las ideas econmicas plasmadas en el tejido sociocultural del siglo XIX han revelado que si bien la ctedra nacional pudo influir en los hombres de Estado, en la prctica comercial-mercantil, los grupos que llevaban las riendas no eran necesariamente de la clase poltica, sino ms bien las subsidary houses o casas comerciales inglesas (Salazar, 2009).

    Los lazos tejidos con la economa britnica durante el transcurso de la centuria influyeron en la aceptacin de instrumentos e instituciones mo-dernas y liberales de claros fundamentos econ-micos basados en una doctrina liberal (Cavieres, 2001), es decir, la prctica de las relaciones comer-ciales tuvo ms poder para moldear las estructuras, que la misma ctedra. Transformando en trmi-nos polticos a las lites locales en conductores ciegos, necesitados de lazarillo exterior (Salazar & Pinto, 2002). Visiones ms radicales sitan al chi-le del siglo XIX en el banquillo de las factoras in-glesas, a causa de la influencia britnica en las de-cisiones polticas a nivel nacional (Ramrez, 1970), muestra clara de lo anterior es visible en la guerra civil de 1891, donde los intereses comerciales de

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    Para Montecinos en la medida que se expande la profesionalizacin de la economa en Chile, se comienzan a pluralizar las ideas que, desde su inauguracin a finales de 1940 en Santiago, CEPAL11 venia difundiendo. La construccin del marco analtico alternativo Cepalino promova el nacionalismo econmico y la defensa de intere-ses colectivos en Amrica latina, cuestionaba la validez de las teoras econmicas convenciona-les en el diagnstico de problemas de desarrollo (Bielschowsky, 1998). El Estructuralismo latinoa-mericano negaba la existencia de una teora nica aplicable a pases desarrollados y subdesarrollados, basando su argumento en reconocer sus diferen-cias entre sus historias, instituciones, culturas, y la necesidad para nuestro caso de un Estado mo-derador frente a los efectos nocivos del mercado, a travs de la planificacin y la inversin pblica (Montecinos, 2005).

    Chile durante las siguientes dcadas, se encon-trar en un apogeo de las ciencias sociales, donde la colaboracin interdisciplinaria incursion en nuevos y revolucionarios modelos de desarrollo, impulsado por el gobierno y por la inmigracin intelectual que escapaba de gobiernos vecinos re-presivos. La colaboracin entre sociologa, polti-ca, historia y economa en Amrica Latina, dieron a luz a la Teora de la Dependencia, con nuevas interpretaciones dentro y fuera de la Cepal. A jui-cio de Montecinos, los programas de reforma de los gobiernos de Frei y Allende dieron las opor-tunidades de dialogo creativo entre economistas y otros profesionales, que en conjuncin con el desarrollo poltico, dieron cabida a una cuantiosa produccin terica y social (Montecinos, 2005).

    I N F I L T R A C I N I D E O L G I C A NORTEAMERICANA

    La llegada en 1952 de Carlos Ibez del Campo a la presidencia fue tortuosa, debido a dos

    11 Cabe mencionar que el pensamiento de CEPAL (Comisin Econmica para Amrica Latina, U.N.) estuvo in-fluenciado fuertemente por los postulados de regulacin econ-mica estatal de J. M. Keynes, que en Amrica Latina adquiri el nombre de Estructuralismo, visin que el Frente Popular prc-tico a tientas hasta la consolidacin de la Escuela de Economa de la UCH.

    Compromiso10, para con los ciudadanos.Sin embargo, en la dcada del 30, ante la ne-

    cesidad de personal capacitado para reforzar el crecimiento econmico del pas, Pedro Aguirre Cerda, futuro presidente de la repblica, funda-ra en 1935 la Escuela de Economa y Comercio de la UCH, donde asumira su decanatura hasta 1939, esta institucin cre un renombrado cuer-po acadmico, que le dio mayor peso intelectual en materia econmica a la casa de Bello, ante la Pontificia Universidad Catlica (PUC) que solo imparta cursos de contabilidad y comercio a nivel tcnico.

    Ya entrados los aos 50, la universidad es-tatal reform sus planes de estudio, aument el nmero de docentes de jornada completa y sepa-r la enseanza econmica de la administracin de empresas, convirtindose en la mejor escuela de economa de Amrica Latina (Montecinos, 2005). La UCH para el mismo periodo, comen-z a participar en la Unin de Universidades Latinoamericanas, que en su segundo congre-so realiz la Primera Conferencia de Facultades de Ciencias Econmicas de las Universidades Latinoamericanas en 1953 (Segunda Comisin. Las Universidades Latinoamericanas y la Carta de las Universidades, 1954), donde Fruto de las reco-mendaciones de aquella primera conferencia nace Escolatina, Programa de Estudios Econmicos Latinoamericanos para Graduados de la UCH, que buscaba () [La] preparacin de investigado-res de alto nivel cientfico capaces de realizar aportes significativos a la ciencia econmica, especialmente relacionados con la problemtica de los pases del con-tinente latinoamericano. Al mismo tiempo, dentro del Programa se pretende preparar personal docente que, aparte de ensear, oriente los estudios econmicos en las universidades latinoamericanas. (Universidad de Chile, 1967).

    As Escolatina, inici sus actividades en 1957 y, desde 1961, estuvo integrando el Instituto de Economa y Planificacin, dependiente de la Facultad de Ciencias Econmicas de la UCH.

    10 Respuesta gubernamental a la histrica ineficiencia esta-tal para resguardar social y econmicamente a los ciudadanos, as como tambin una forma de responder ante la urgencia de la Cuestin Social.

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    referencia a una inflacin de tipo monetaria. Para los aos 1945-1951, la inflacin tiene una rai-gambre en la expansin crediticia, y en el marco comprendido entre 1951-1954 se experimentaba un proceso inflacionario de origen marcadamen-te fiscal (Carrasco, 2009). Por su parte, Enrique Sierra atribuy las razones inflacionarias a una extraordinaria aceleracin econmica en 1954 en relacin al ao anterior, y la extensin que sta aceleracin poda producir en los precios, elevan-do el costo de la vida en el ao 1954 en un 72%. La situacin anterior se combinaba con un de-bilitamiento de las actividades productivas espe-cialmente en las industrias, como consecuencia de esto, la inversin disminuy considerablemente, lo que afect el empleo (Sierra, 1970). Para 1954 el descontento laboral era generalizado, llevando en mayo de 1954 y junio de 1955 a dos huelgas gene-rales de gran masividad (Barrera, 1971; Ffrench-Davis, 1973).

    El Fondo Monetario Internacional (FMI), colabor con el Banco Central proponiendo un giro en la visin inflacionaria que presentaba la economa chilena. Ahora la tesis del exceso de de-manda y la ausencia de oferta quedaba atrs y se atribua la crisis econmica al mal manejo poltico que haba tenido el heterogneo gabinete del go-bierno (Sierra, 1970), ya que la poca coherencia poltica haba obstaculizado el comercio exterior, contrariando la visin econmica de las entidades internacionales, lideradas por los Estados Unidos, que buscaban penetrar en la economa chilena.

    En presencia del agreste escenario poltico y econmico de la poca, el gobierno del Presidente Carlos Ibez del Campo contrat a una firma extranjera para llevar a cabo un programa de ajus-te econmico que trabaj en Chile desde princi-pios de 1955 hasta finales de 1958. Esa misin fue conocida con el nombre de Klein Saks, para elaborar un programa de estabilizacin y moder-nizacin de la economa. Su argumento para la contratacin se bas en que era necesario allegar un concurso tcnico, de idoneidad indiscutida, y que por su carcter extranjero diera tambin garantas de objetividad e imparcialidad en sus enunciados y conclusiones. (Ibez, 1956). Visin compartida por la comisin de Hacienda de la Cmara de

    frustrados intentos anteriores (Moulian, 2006). El caudillo redentor de Ibez hablaba en nombre de la muchedumbre iracunda, en directa displicencia al partidismo poltico y la deficiencia administra-tiva de la economa nacional. Prometa la solucin al hambre, el analfabetismo y la falta de vivienda, adems de barrer con La Escoba la mala poltica (Moulian, 1986).

    La llegada de una figura como Carlos Ibez al poder no fue casualidad, entre los aos 1950- 1952 previos a las elecciones presidenciales, se suscit un alza de precios que superaba con creces la tendencia de dcadas pasadas, la inflacin 1949 ascenda a 16,2%, la que se elev en 1952 a un 21,6%. Esta lnea de proyeccin era una voz de alarma ante el comportamiento inflacionario del pas, que aos ms tarde saldr del control del go-bierno. Ibez dej atrs el recuerdo del Frente Popular y los gobiernos radicales (Moulian, 2009), y su mandato ser tachado en un principio como populista por su fuerte arrastre en las masas po-pulares, durante las elecciones, y en los primeros aos de su gobierno. Tal caracterstica se vio re-flejada en la seudo-continuacin de las polticas del Frente Popular. Mas la crisis se hizo sentir, y tendra base en el dispar manejo de sus ministros de Estado y la creciente inflacin. Lo anterior, sumado al empoderamiento que las masas traba-jadoras agrupadas en gremios ejercieron sobre la escena pblica, pes sobre las decisiones econmi-cas que incumban a la autoridad central al mo-mento de realizar los ajustes pertinentes al devenir econmico, dentro de los cuales se encontraba el reajuste del sueldo de los trabajadores. Decisin que se torn compleja debido a la presin gremial, lo que complic el difcil momento de su mandato ya adentrado el ao 1955.

    El tpico y preocupacin central de las enti-dades estatales que regulaban la economa a par-tir de 1955 sera la inflacin. En este contexto el Banco Central emiti un estudio del proceso in-flacionario en el que indica etapas inflacionarias que comenzaron a ser arrastradas y sumadas unas con otras, llevando al pas a aquella situacin. Se estipula que entre el periodo comprendido entre 1939-1954 hay tres vertientes inflacionarias con distintas causas: El subperiodo 1934-1945 hace

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    econmicamente a Europa y comenzaron su ex-pansin alcanzando a Amrica Latina. En segun-do lugar, las compaas cuprferas de propiedad norteamericana presentes en Chile buscaban tener mejores condiciones de expansin en una economa inestable y perjudicial para ella en tr-minos arancelarios, como muestra el tem con ttulo Compra de Cobre Chileno de la sesin del Departamento de Estado Norteamericano, don-de se piensa condicionar la compra del metal rojo a cambio de la modificacin de la legislacin arancelaria.

    Dr. Flemming revis ante la Junta de Movilizacin de Defensa una propuesta para la com-pra de 100.000 toneladas de cobre chileno en el precio de mercado siempre que el Gobierno de Chile se com-prometa a no vender cobre para el bloque sovitico. Coloc ante el Consejo de Ministros la cuestin de si los EE.UU. deben, antes de hacer el contrato, insistir al paso, al Gobierno de Chile de la legislacin, que eli-minen las prcticas econmicas que ponen en peligro las inversiones estadounidenses en ese pas.(FRUS, 1954).

    Para los EE.UU. el temor de que Chile vira-ra hacia el ala comunista era latente, por lo cual comenzaron a elaborar lneas procedimentales que buscaran revertir la posible situacin. Cabe recordar que la preocupacin norteamericana se basa en el temor de un efecto domin de rpida expansin en Latinoamrica. Las primeras medi-das fueron la insistencia diplomtica y la bsque-da de apoyo en la prensa, ambas ordenadas por el Departamento de Estado, indicando que:

    Los esfuerzos continuos de nuestro embajador y su personal en Santiago para presionar a los fun-cionarios apropiados y personas clave la necesidad de tomar medidas para controlar la inflacin y estabi-lizar la economa, se debe dar todo el apoyo posible () es conveniente fomentar la expresin de dicta-men apoyando la posicin de EE.UU. en los peridicos americanos y revistas con la posterior publicacin de dichos artculos en los medios de comunicacin chile-nos.(FRUS, 1954).

    El peligro comunista en Latinoamrica fue tema central de la poltica internacional de EE.UU. desde finales de los aos 40, tras la llegada del presidente Harry Truman, que dio

    Diputados que indica que el Gobierno, en su afn de abordar en forma tcnica y coordinada la solucin del problema inflacionario que vive el Pas, contrat los servicios de la Misin Klein Saks12, a fin de tener un asesoramiento de hombres de prestigio internacio-nal que, adems, no pudieran ser tachados de determi-nadas tendencias polticas o partidistas.(Diario de Sesiones del Congreso Nacional, 1956).

    No obstante, la imparcialidad que pregonaba el Estado chileno respecto a la empresa consultora contratada era solo relativa, por sus ntimas relacio-nes con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Departamento de Estado Norteamericano, como menciona el trabajo del Profesor Jon Kofas:

    La caducidad en los regmenes de derecha en la dcada de 1950, tanto en Chile como Colombia atiende a las elites nacionales, as como el gobierno y los intereses de EE.UU., la aplicacin de polticas de libre mercado que la administracin Eisenhower defenda como un medio de desarrollo econmico re-gional. Mientras Colombia cay bajo regmenes au-toritarios durante La Violencia 1950-1957, Chile tena un gobierno nacionalista-populista que persigue un curso de derecha 1952-1958, sobre todo despus de que contrat a la consultora Klein Saks, que trabaj en estrecha colaboracin con el FMI, el Banco Mundial, el Departamento de Estado y las compaas de cobre con sede en EE.UU., para asesorar a Chile en una amplia gama de polticas.(Kofas, 2002).

    El inters de los EE.UU. por Chile tiene una doble explicacin, en primer lugar, a partir de la dcada de 1950, el mundo comienza a tener una dinmica bipolar propia de la Guerra Fra, don-de el bloque Socialista estructur una amplia base de integracin (Tarsov, 1972). En el ala opuesta, el mundo Capitalista, liderado por los EE.UU. y el capital norteamericano, reorganiz

    12 Julius Klein se desempe como secretario de comercio, bajo el mando Herbert Hoover. En 1935 form una asociacin con Julien M. Saks, un banquero de Wall Street. La firma Klein & Saks gan una slida reputacin en los crculos diplomticos de los pases del Tercer Mundo para convertirlos a las polticas de libre mercado. As, la firma Klein & Saks fue conocida por sus buenas relaciones con el FMI, adems de ser fiel a sus recomen-daciones. Estos economistas ya haban trabajado en Per, de lo cual el gobierno Chileno tena antecedentes, debido a sus infor-mes sobre la reevaluacin de la moneda peruana y los subsidios estatales (Streeter, 2000).

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    la iniciativa y si Chile quiere un acuerdo tendr que acercarse a nosotros. No se ha avanzado mucho en la mejora de su agricultura (FRUS, 1953). Y es pre-cisamente a travs de la agricultura como se reali-zar el contacto acadmico para la transformacin intelectual de Chile.

    Los EE.UU. creaban un contexto internacio-nal favorable para brindar ayuda para el desarro-llo de los sectores ms desfavorecidos del globo, elaborando un discurso de poltica exterior de lucha contra la miseria. Los esfuerzos comen-zaron con la elaboracin de entidades que faci-litaran directamente la ayuda requerida, y es en este contexto donde el Departamento de Estado Norteamericano mediante su plan de reorga-nizacin N 7 de 1953 cre la Administracin de Operaciones Extranjeras (FOA), para supervisar los programas de ayuda exterior previamente admi-nistrados por la Agencia de Seguridad Mutua y la Administracin de Cooperacin Tcnica. As, FOA comenzara a trabajar en las zonas ms atrasadas del mundo y en especfico en Amrica Latina, como se menciona en uno de sus infor-mes: La comprensin y la cooperacin entre FOA y el Estado en el desarrollo de programas en los campos de actividad llamados tradicionales en Amrica Latina, la agricultura, la salud y el sanea-miento, y la educacin sigue siendo excelente(FRUS, 1954). No obstante, las barreras polticas impe-dan que FOA pudiera asesorar a los gobiernos directamente () excepto en los casos en que el pas anfitrin hiciera una solicitud oficial para tal dis-cusin o planificacin y obtiene la aceptacin de los Estados Unidos (FRUS, 1954). Por lo que tuvieron que buscar otras vas para realizar su trabajo en Chile, por ejemplo mediante universidades.

    La PUC por su parte, vena realizando una in-tensa actividad internacional desde 1954, envian-do a sus representantes en giras por universida-des catlicas europeas, entre ellas la Universidad Catlica de Lovaina, Blgica, la Universidad Catlica de Miln y el Instituto Catlico de Pars. Con el fin de conocer su funcionamiento y mejo-rar el propio, en un esfuerzo de modernizacin. La necesidad de mejorar la orgnica y estructura de la universidad llevaron a su Rector, el Obispo Alfredo Silva Santiago, a realizar frente al Consejo

    constancia de los peligros del comunismo en los pases subdesarrollados, y de la necesidad de que su pas participara de manera activa en mejorar las condiciones de estos pases, mediante su progra-ma para la paz y la libertad que priorizar cuatro lneas de accin donde en el Punto Cuarto de este programa, expuesto en su discurso de toma de po-sesin, daba cuenta de las medidas que el gobierno norteamericano tomara.

    Cuarto, debemos emprender un nuevo y audaz programa para que los beneficios de nuestros avances cientficos y de nuestro progreso industrial se pongan a disposicin del mejoramiento y crecimiento de las regiones subdesarrolladas. Ms de la mitad de la po-blacin del mundo vive en condiciones cercanas a la miseria. Su alimentacin es insuficiente. Son vctimas de enfermedades. Su vida econmica es primitiva y se encuentra estancada. Su pobreza representa una desventaja y una amenaza no solo para ellos sino tambin para otras regiones ms prosperas. (FRUS, 1954).

    Por tanto, no es de extraar el miedo ex-presado por EE.UU. hacia una conversin al Comunismo, y resulta congruente el relativo inters en el desarrollo econmico en las zonas subdesarrolladas, pues el altsimo nivel de las in-versiones estadounidenses en Latinoamrica as lo ameritaban. Constatamos que la poltica exterior norteamericana desea contener las izquierdas en amrica y reforzar la plataforma poltica, ideolgi-ca, econmica y tcnica, para su inversin interna-cional; y tiene como precondicin la liberalizacin de las economas Latinas, incluyendo entre ellas a Chile. Por ello la inversin norteamericana no se limitara a aportes monetarios y tecnolgicos, sino que traa tras de s un plan de transformacin intelectual para nuestro pas que se divisa desde 1952, cuando se hace mencin en el memorando del Sr. Barall al Director de la Oficina de Asuntos de Amrica del Sur del Departamento de Estado Norteamericano Rollin Atwood, de los problemas que EE.UU. no resolvi con xito en Chile, en-tre los que menciona que Ningn Punto IV [en relacin a un programa de desarrollo del mismo nombre] de acuerdo de Educacin se firm, porque la situacin poltica que ha mantenido Chile es adoptar una posicin firme. Los EE.UU. han dado a Chile

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    crear un Centro de Enseanza e Investigacin Cooperativa, y que espera presentar a este Consejo el proyecto de reglamento una vez terminados los estu-dios preliminares. (ASCSPUC, 1954).

    De esta forma se llevar a cabo un con-venio entre el Departamento de Estado de Norteamericano y la PUC, a travs de la media-cin de la FAO (ASCSPUC, 1955.), con el obje-tivo de desarrollar el proyecto del recin asumido Decano Chan, para la creacin de un centro de-dicado a la enseanza e investigacin econmica. La noticia conmocion a las autoridades univer-sitarias, y amerit una sesin extraordinaria, como se muestra a continuacin

    Convenio con el Departamento de Estado de Norteamrica: El Consejo es informado por el se-or don Luis Felipe Letelier, y por el Decano de la Facultad de Ciencias Econmicas [ Julio Chan] so-bre el proyecto de acuerdo para lograr una colaboracin por tres aos entre una Universidad Norteamericana, posiblemente la Universidad de Chicago, y nuestra Institucin con el objeto de realizar estudios e inves-tigaciones de la realidad econmica de nuestro pas, formar especialistas chilenos en economa moderna, especialmente en la economa de empresas privadas e intercambiar profesores y alumnos. El proyecto con-templa un desarrollo de tres aos, durante ellos los gastos de los Profesores Norteamericanos sern costea-dos por Norte Amrica por medio del Punto Cuarto de Ayuda a los pases poco desarrollados y son esti-mados en 300.000 dlares anuales, la Universidad por su parte pondr locales, materiales y personal chileno estimando su aporte en 100.000 dlares. (ASCSPUC, 1955).

    La PUC se adjudic el convenio descartando otros proyectos colectivos, en los que participaba, y que involucraban colaboracin acadmica en ciencias econmicas con pases Latinoamericanos, dando exclusividad a su contraparte del convenio. Las Repblicas Latinoamericanas profesaban una visin econmica del tipo estructuralista, y exista en aquel periodo organizaciones que agrupaban las facultades de economa de las universidades de la regin, como la Unin de Universidades Latinoamericanas, que contemplaba dentro de sus proyectos la creacin de un Centro Piloto y del Departamento de Coordinacin de la Enseanza

    Superior de la Universidad la propuesta de la crea-cin de comisiones que abarcaran diversos tpicos con la intencin de detectar problemas y presentar proyectos, en beneficio de la institucin, las cua-les se dividieron en: 1) Comisin de Docencia; 2) Investigaciones Cientficas; 3) Formacin y Educacin Integral; 4) Extensin Cultural y Relaciones Internacionales; y 5) Comisin Econmica y de Edificacin (Actas de Sesin del Consejo Superior de Pontificia Universidad Catlica de Chile ASCSPUC, 1954).

    Dentro de las comisiones, la que rindi ms frutos fue la de Extensin Cultural y Relaciones Internacionales, que entre sus logros consigui una donacin de libros especializados en cien-cias agronmicas, hecha por la Embajada de los EE.UU., y una donacin de US$ 10.000.- he-cha por la Fundacin Rockefeller destinados a la dotacin de libros, materiales tcnicos e instala-ciones de laboratorios. En la misma instancia el Decano de la Facultad de Agronoma informaba sobre las conversaciones llevadas a efecto con per-soneros del Gobierno para la venta o cesin de 50 hectreas para la instalacin de la Facultad en un fundo cercano a Santiago donde el Ministerio de Agricultura instalar sus dependencias tcnicas, para la retroalimentacin acadmica entre el mi-nisterio y la universidad, detallando que() Este proyecto contar adems con la ayuda de organizacio-nes internacionales como la FAO, la Universidad de California, etc. (ASCSPUC, 1954).

    De esta forma el FOA, entr en contacto con la PUC, intentando de esta forma mejorar las condiciones materiales y tcnicas de la agricultura nacional, uno de los tems que el FOA considera-ba deficientes en Chile. El contacto entre la enti-dad norteamericana y la Facultad de Agronoma continu, pero FOA comenz a generar relacio-nes con otros planteles de la misma universidad.

    Paralelamente, en el interior de la PUC ocurran reestructuraciones en su Facultad de Ciencias Econmicas. Julio Chan Cariola asu-ma su decanatura y comenz de inmediato dili-gencias para mejorar sustancialmente la facultad que diriga, como muestra un acta posterior.

    El seor Decano [ Julio Chan] informa al Consejo de que en su Facultad se ha proyectado

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    conjunto general de planificacin que proporcionar un ncleo de personal capacitado para asistir en la planificacin del desarrollo de Chile. (FRUS, 1955).

    Tenemos la certeza, basada en el uso del len-guaje, que exista una planificacin por parte de los EE.UU. para acumular dentro del pas un ca-pital humano avanzado para conducir el plan eco-nmico de los EE.UU. en nuestro pas, tesis que se refuerza con el