Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

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Universidad de Chile Facultad de Ciencias Sociales Departamento de Antropología Mención Antropología Física E E s s t t r r é é s s b b i i o o m m e e c c á á n n i i c c o o y y f f i i s s i i o o l l ó ó g g i i c c o o e e n n p p o o b b l l a a c c i i o o n n e e s s p p r r e e h h i i s s p p á á n n i i c c a a s s d d e e S S a a n n P P e e d d r r o o d d e e A A t t a a c c a a m m a a Memoria para optar al Título de Antropóloga Física Nombre : Rocío López Barrales Prof. Guía : Eugenio Aspillaga Fontaine Co-tutor : Hermann M. Niemeyer

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Universidad de Chile Facultad de Ciencias Sociales Departamento de Antropología Mención Antropología Física

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Memoria para optar al Título de Antropóloga Física

Nombre : Rocío López Barrales

Prof. Guía : Eugenio Aspillaga Fontaine

Co-tutor : Hermann M. Niemeyer

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Índice

1. Introducción 4

2. Antecedentes arqueológicos 7

2.1. San Pedro de Atacama. Contexto geográfico 7

2.2. San Pedro de Atacama bajo la esfera de influencia

Tiwanaku: Período Medio (400 – 950 d.C.) 8

2.3. Desarrollos Regionales: Período Intermedio Tardío

(1.000 – 1.400 d.C.) 11

2.4. Salud y calidad de vida en San Pedro de Atacama 15

3. Marco teórico 17

3.1. Modelos de estrés en bioarqueología 17

3.2. Principales indicadores de estrés utilizados 19

3.3. Estrés biomecánico y uso del cuerpo: osteofitosis

vertebral 20

3.4. Estrés fisiológico: cortisol 23

4. Problema de investigación 26

5. Objetivos 26

5.1. Objetivo general 26

5.2. Objetivos específicos 27

6. Material y Métodos 28

6.1. Muestra 28

6.2. Métodos 32

6.2.1. Osteofitosis vertebral 32

6.2.2. Cortisol 33

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6.2.3. Posibles sesgos en el análisis de cortisol 35

7. Resultados 37

7.1. Osteofitosis vertebral 37

7.2. Cortisol 44

8. Discusión 50

8.1. Osteofitosis vertebral 50

8.2. Cortisol 56

9. Conclusiones 61

10. Bibliografía 65

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1. Introducción

El estrés es un concepto muy utilizado en estudios de poblaciones actuales y

pasadas. Está generalmente asociado a patologías, aunque el fenómeno es

más complejo ya que corresponde a un mecanismo natural de adaptación

frente a condiciones ambientales empobrecidas y depende del ambiente, del

sistema cultural y de la resistencia del individuo (Larsen, 1999).

En la reconstrucción de los perfiles de salud de las poblaciones del pasado, el

estrés es un concepto clave, por cuanto permite acercarse a los procesos

adaptativos que estas poblaciones tuvieron frente a condiciones ambientales y

culturales particulares. Por ello es un tema central en los estudios de calidad y

estilo de vida (Goodman y Martin, 2002).

El ser humano se conforma por una compleja interacción entre biología, cultura

y ambiente, la que se expresa de distintas formas en el cuerpo humano (Larsen

2006). Por ello, una de las tareas más importantes de la bioarqueología es

identificar e interpretar esta compleja interacción a partir de restos humanos y

con ello llegar a inferencias bioculturales (Larsen, 2006).

Una parte importante de la información se pierde producto de procesos

tafonómicos, recuperándose la mayoría de las veces solo los restos

esqueletales y dentales del registro arqueológico. Aún así, el esqueleto

humano contiene una gran cantidad de información en cuanto a la salud y

bienestar, dieta, historia, estilo de vida (actividad), ancestría y rasgos biológicos

claves como sexo y edad (Larsen 2002).

Dentro de los principales objetivos de la bioarqueología está la reconstrucción

de la calidad y estilo de vida de las poblaciones del pasado (Pearson y

Buikstra, 2006; Larsen, 2006), siendo centrales la interacción entre biología y

comportamiento y el papel del ambiente en la salud y estilo de vida (Larsen

2002).

La calidad de vida es estudiada a partir de factores especialmente relacionados

con la salud y la enfermedad y sus consecuencias, tales como nutrición e

infección, e indicadores de crecimiento y desarrollo, entre otros (Larsen, 2006),

con un énfasis en la utilización simultánea de múltiples indicadores en el

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material bioarqueológico (Lewis y Roberts, 1997; Larsen, 1999). El estilo de

vida, por su parte, está directamente relacionado con las actividades físicas de

los individuos y es estudiado bajo una aproximación holística, donde los

patrones de comportamiento son reconstruidos e interpretados tomando en

cuenta tanto los restos esqueletales como el contexto arqueológico (Pearson y

Buikstra, 2006; Larsen, 2006).

En el norte de Chile, las investigaciones en torno a estos temas son

abundantes, debido a la gran preservación de restos arqueológicos y

bioantropológicos.

San Pedro de Atacama es uno de los sectores donde más se ha concentrado la

investigación arqueológica, desde los trabajos del padre Gustavo Le Paige

entre 1950 y 1970. La existencia de gran cantidad de sitios arqueológicos ha

generado un cúmulo de información que ha permitido reconstruir gran parte de

su prehistoria y generar una cronología en la que se distinguen distintas fases

de su desarrollo cultural (Tarragó 1968; Berenguer et al., 1986).

En la historia de la investigación de la zona, los estudios de carácter

bioantropológico han jugado un papel importante, siendo uno de los temas

mayormente estudiados el de la calidad y estilo de vida. Estos estudios han

sugerido cambios en la calidad de vida de las poblaciones a lo largo de su

prehistoria agroalfarera con particular énfasis en los períodos Medio e

Intermedio Tardío (Costa et al., 1998; Neves y Costa 1998, 1999; Costa et al.

2004; Torres-Rouff, 2008, 2011; Da Gloria et al., 2011; Hubbe et al., 2012). Dos

de estos estudios han abordado el tema del estilo de vida en relación a las

actividades cotidianas de las poblaciones (específicamente riesgos asociados a

dichas actividades) a partir de la incidencia de fracturas post craneales (Costa

et al, 1999; Neves y Costa, 1999).

En esta tesis se abordó simultáneamente indicadores de calidad (nivel de

cortisol en cabello) y de estilo de vida (intensidad de osteofitosis vertebral) en

grupos que vivieron en los oasis atacameños en los periodos Medio e

Intermedio Tardío. Estos estudios complementan los llevados a cabo por otros

investigadores con dos marcadores que no han sido evaluados previamente en

el área.

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2. Antecedentes arqueológicos

2.1. San Pedro de Atacama. Contexto geográfico.

San Pedro de Atacama corresponde a un conjunto de pequeños oasis

localizados al norte del Salar de Atacama, específicamente en la confluencia de

los ríos San Pedro y Vilama, en la II Región del Norte de Chile a una altitud de

2.500 m.s.n.m. (Figura 1).

Pese a que se ubica en el desierto de Atacama, se trata de un lugar privilegiado

para la agricultura, donde la irrigación provista por los ríos San Pedro y Vilama

permitieron el cultivo de especies del complejo fitogeográfico subtropical

(Schiappacasse et al., 1989). De igual manera, sectores aledaños de mayor

altura y con mayor disponibilidad de forraje permitieron el cultivo de otras

especies como maíz así como el pastoreo de camélidos (Schiappacasse et al.,

1989).

Estas condiciones permitieron que los oasis de San Pedro de Atacama tuvieran

un desarrollo y tradición cultural continua de larga data, desde los primeros

asentamientos estables alrededor de 500 a.C. hasta la conquista española

durante el siglo XVI, con una identidad particular que adquirió diversos rasgos

derivados de las relaciones que mantuvo con otras regiones de los Andes

Centro Sur (Le Paige, 1965; Núñez, 1992).

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Figura 1. Ubicación geográfica de San Pedro de Atacama (tomado de Hubbe et al.,

2012).

2.2. San Pedro de Atacama bajo la esfera de influencia Tiwanaku: período

Medio (400 – 950 d.C.).

Las características distintivas del período Medio en San Pedro de Atacama no

podrían haberse desarrollado sin los cambios previos que se produjeron

especialmente durante el período Formativo (1200 a.C – 400 d.C.), en el que

grupos cazadores pastoriles arcaicos de gran movilidad y que articulaban

amplios territorios, fueron transformándose en poblaciones sedentarias con un

patrón de asentamiento aldeano, circunscritas en el espacio, con énfasis en la

horticultura y recolección. En este proceso, y debido a la especialización

económica local y la abundancia de sus recursos silvestres San Pedro de

Atacama se convertiría a finales del Formativo (fase local Séquitor) en un

atractivo centro económico, social y cultural (Agüero y Uribe, 2011). Junto a

esto, el potencial de sus tierras para el cultivo de maíz (Llagostera y Costa,

1999) y el desarrollo de una red de interacción e intercambio a escala

suprarregional (Pimentel, 2008) generaron los pilares de lo que sería el período

Medio.

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El período Medio (400 – 950 d.C.) se ha definido como aquel en el cual gran

parte de los Andes Centro Sur estuvo bajo la influencia política y cultural de

Tiwanaku (Berenguer y Dauelsberg, 1989). Durante este lapso de tiempo, el

estado altiplánico llegó a zonas tan lejanas como la región atacameña y otros

sectores del actual territorio nacional.

Este proceso expansivo se mantuvo con el establecimiento de colonias y redes

de tráfico interregional por medio de caravanas de llamas manejadas por el

Estado, como estrategia para obtener diversos recursos (Berenguer, 1998).

La presencia de esta entidad política se ha interpretado a partir de la presencia

de su arte diagnóstico y de las estrechas similitudes estilísticas e iconográficas

entre éste y ciertos materiales encontrados en el área de los Andes Centro Sur

(Berenguer y Dauelsberg, 1989).

La distribución de estos materiales señala que el sur de Perú, el oeste de

Bolivia y el norte de Chile estuvieron bajo su zona de influencia (Berenguer,

1998). En regiones como los valles de la vertiente occidental de los Andes y

San Pedro de Atacama los materiales con iconografía y estilo Tiwanaku

incluyen textiles, cerámica, objetos del complejo inhalatorio y tocados o gorros

(Uribe y Agüero, 2004).

Los primeros contactos de San Pedro de Atacama con Tiwanaku se dieron

hacia finales de la fase local Séquitor (100 – 400 d.C.), cuando aparecen los

primeros objetos con su iconografía, aunque en baja frecuencia (Berenguer y

Dauelsberg, 1989; Núñez, 2007).

La conexión con Tiwanaku se sustentaría en las redes de intercambio

suprarregional en las que San Pedro participaría activamente, lo que permitió el

intercambio de alimentos, artesanías, materias primas y objetos de estatus

social y religioso entre las dos regiones (Núñez, 2007).

Esta relación estaría manejada por las élites de ambos lugares mediante una

estrategia de clientelaje por la cual el altiplano obtendría bienes suntuarios o

materias primas y los señores locales recibirían regalos que les permitían ser

vinculados con símbolos de poder y mantener su posición frente al resto de la

población local (Berenguer, 1998; Uribe et al., 2004).

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Si bien los primeros contactos se observan en la fase Séquitor, es en la fase

Quitor (400 – 700 d.C.) cuando se establece de manera más clara esta

relación, encontrándose una amplia distribución de elementos Tiwanaku en los

oasis (Berenguer y Dauelsberg, 1989).

Durante este período, a la par de la influencia altiplánica, el desarrollo cultural

atacameño experimentó un gran auge tanto cultural como económico, y varios

tipos de objetos alcanzan su máxima expresión en manufactura y decoración,

como por ejemplo, el perfeccionamiento alcanzado con la cerámica negra

pulida (Berenguer y Dauelsberg, 1989, Núñez, 2007).

Por otro lado, la presencia de objetos de San Pedro de Atacama en otros

lugares como la región tarapaqueña, noroeste argentino y costa del Pacífico, y

también de objetos de esas regiones en los oasis, hacen pensar que durante

esta época San Pedro de Atacama amplió sus redes de intercambio

económico, manteniendo un contacto frecuente e importante con regiones

aledañas para obtener recursos ausentes en su medio circundante (Berenguer

y Dauelsberg, 1989; Núñez, 2007).

Durante esta fase se producen cambios en el ajuar funerario como, por

ejemplo, la disminución de la frecuencia de pipas hasta su desaparición y el

aumento de objetos del complejo inhalatorio, elementos importantes por cuanto

muestran un vuelco cultural en la práctica del consumo de sustancias

psicotrópicas que se relaciona estrechamente con tradiciones altiplánicas

(Berenguer y Dauelsberg, 1989).

El gran desarrollo de este tipo de elementos y de la dimensión mágico-religiosa

apunta a una gran importancia de los chamanes en la sociedad. Si bien

probablemente ya eran parte del sistema social sanpedrino (presencia de pipas

durante el periodo Formativo), con el contacto e influencia Tiwanaku adquieren

mayor poder y prestigio (Llagostera, 1988). Esto indicaría además una mayor

jerarquización dentro de la sociedad atacameña.

Todo lo descrito para la fase Quitor se intensificó durante la fase Coyo (700 –

950 d.C.), en la que la influencia Tiwanaku se hace aún más fuerte. La

diferencia de roles y de estatus, con individuos que se distinguen del resto de la

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población dan cuenta de la creciente complejidad social que San Pedro de

Atacama experimenta (Berenguer y Dauelsberg, 1989).

Hacia finales de esta fase y comienzos de la siguiente se observa una pérdida

gradual de la relación con esta entidad, producto del desmoronamiento de la

red de tráfico a larga distancia que sostenía el sistema establecido por

Tiwanaku (Núñez, 2007).

2.3. Desarrollos Regionales: Período Intermedio Tardío (1.000 – 1.400 d.C.).

Con la disolución de la esfera de interacción de Tiwanaku en el área de los

Andes Centro Sur entre 900 y 1100 d.C. se da inicio al período Intermedio

Tardío o de Desarrollos Regionales, que se prolonga hasta la llegada del

Tawantisuyo (Schiappacasse et al., 1989).

El Norte Grande, en general, está vinculado con los eventos acaecidos en los

Andes Nucleares, donde la pérdida gradual de la influencia del área

circumlacustre junto a momentos de restricciones ambientales da lugar al

surgimiento de sociedades de tipo estatal con gobiernos centralizados o

señoríos (Schiappacasse et al., 1989).

Junto con estos procesos se produce la consolidación de los desarrollos

locales, generándose nuevas relaciones con el altiplano (Uribe, 2002), sin la

influencia de grandes entidades culturales y bajo un patrón de

ecocomplementariedad basado en el tráfico caravanero, establecimiento de

colonias, ferias y un patrón de asentamiento núcleo-periferia (Schiappacasse et

al., 1989).

Durante este período, en toda la región atacameña se utilizó una misma

industria alfarera y textil, desde la cuenca del río Loa hasta el Salar de

Atacama, conformando así un territorio compartido en términos culturales,

aunque distinguiéndose particularidades locales (Uribe, 2002) asociadas a dos

tradiciones, la del Desierto y la Altiplánica (Schiappacasse et al., 1989).

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En el Salar de Atacama, el período Intermedio Tardío tradicionalmente se ha

considerado que comprende las fases culturales locales Yaye (950 – 1200

d.C.) y Solor (1200 – 1470 d.C.), aunque Uribe (2002), Uribe y Agüero (2004) y

Uribe et al. (2004), a partir de contextos mortuorios y habitacionales,

establecen dos momentos para el período Intermedio Tardío algo diferentes de

lo que tradicionalmente se ha considerado.

En el primero e inicial, las fases Yaye y Solor se reúnen en un solo momento

sincrónico y de carácter transicional, caracterizado por el cese de las relaciones

con Tiwanaku; un segundo momento está relacionado con lo que acontece en

la cuenca del Loa, asignado a una fase Turi, donde se observa la aparición de

nuevas conexiones con el altiplano meridional.

Dentro de los elementos culturales que en general caracterizan este período en

la zona, se encuentra el cambio en el patrón de asentamiento, evidenciado en

la arquitectura y en la ocupación de nuevos espacios, pero también se

mantienen rasgos de períodos anteriores. En algunos sectores se conservan

rasgos de carácter local como son los asentamientos de tipo aglutinado con

plantas circulares y donde coexisten recintos con distintas funciones

(habitacionales y depósitos) y espacios fúnebres, como por ejemplo en

Campos de Solor (Schiappacasse et al., 1989; Uribe et al., 2004). Y

paralelamente se producen cambios en el patrón de asentamiento con el

surgimiento de pucarás, un patrón arquitectónico de tipo defensivo conformado

por recintos fortificados, como en Vilama y Quitor, que además de indicar una

revalorización de las quebradas da cuenta de la aparición de conflictos

económicos y sociales al interior de la población local, probablemente

relacionados con el acceso al agua (Uribe et al., 2004).

También aparecen sitios de carácter sacro relacionados con la tradición

altiplánica del Loa Superior como es el caso de Zápar. La aparición de este tipo

de sitios sería reflejo no solo de la exploración y ampliación del territorio, sino

también de la introducción de nuevos elementos de características altiplánicas

(Uribe et al., 2004).

La cerámica también presenta cambios de tipo estilístico, funcional y técnico,

observándose un énfasis práctico más que ritual (Uribe et al., 2004). Si bien

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tradicionalmente se consideró la cerámica roja violácea como un elemento

diagnóstico del período (Schiappacasse et al., 1989), las últimas

investigaciones han sugerido algo distinto. Durante todo el período Intermedio

Tardío habrían existido diversos estilos, donde la predominancia de la cerámica

roja violácea y el componente altiplánico marcarían momentos diferentes

(Uribe, 2002).

Otras características que dan forma al Período Intermedio Tardío en los oasis

atacameños son cambios en el patrón funerario, donde se aprecian distintas

formas de depositación del cuerpo (Schiappacasse et al., 1989) con la

incorporación de una nueva práctica: el enterramiento en urnas (Uribe et al.,

2004).

También las ofrendas funerarias muestran un carácter diferencial, ya que si

bien el tipo de ofrendas es el mismo en los distintos períodos de la prehistoria

de San Pedro de Atacama, para el período Intermedio Tardío se ha planteado

un empobrecimiento de las ofrendas funerarias tanto en calidad como en

cantidad (Costa y Llagostera, 1988; Schiappacasse et al., 1989). Sin embargo,

esto ha sido cuestionado por otros investigadores, especialmente desde la

textilería en la que se aprecia que el estado de conservación y los saqueos han

influido de gran manera en los materiales excavados y por consiguiente en esta

idea de empobrecimiento (Uribe et al., 2004).

Uno de los elementos del ajuar funerario que caracterizaron en gran medida el

período anterior fue el conjunto de materiales asociados al complejo

alucinógeno relacionado con Tiwanaku. Durante el Período Intermedio Tardío,

el complejo alucinógeno desaparece gradualmente, manteniéndose solo en

algunos cementerios como Yaye y Catarpe (Uribe et al., 2004), pero con un

estilo distinto al de Tiwanaku. Esto mismo sucede con otros artefactos

relacionados con el área circum-Titicaca, lo que indica la pérdida de la

influencia de esta zona.

Esta pérdida de relaciones dio lugar a otras, específicamente con el área del

Altiplano Meridional y el Noroeste Argentino (NOA), lo cual se ve reflejado en la

presencia de cerámica Yura-Uruquilla (Potosí), Hedionda (Lípez) y Yavi-Chicha

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(NOA) desde el segundo momento propuesto para este período por Uribe et al.

(2002; 2004).

Otras materialidades, como la lítica y la arqueofauna sugieren que las

poblaciones de este período basaron su subsistencia en las mismas

actividades que las caracterizaron en períodos anteriores; sin embargo, se

observan diferencias entre distintos asentamientos que darían cuenta de cierto

énfasis local en algunas actividades, por ejemplo la molienda en asentamientos

de quebradas como Zápar y Catarpe (Carrasco, 2003; Uribe et al., 2004).

Todas estas características darían cuenta de un período que comienza con una

situación complicada para los oasis atacameños por la pérdida de los vínculos

con Tiwanaku y con ello la gran integración regional alcanzada en el Período

Medio, además de una crisis ambiental por la que estaría pasando toda la

región (Uribe, 2002). Ante esta situación, las poblaciones se ven sometidas a

cambios que se reflejan en su materialidad y en su forma de asentarse en los

lugares, desplazándose hacia tierras más altas, con otros tipos de

asentamientos, con producciones cerámicas y textiles con rasgos comunes en

toda la región atacameña y con nuevas relaciones culturales y económicas a

larga distancia. Es a esta realidad, con una consolidación de las tradiciones

locales, a la que se enfrenta el Inca a su llegada.

2.4. Salud y calidad de vida en San Pedro de Atacama

Gracias a la excelente conservación de restos órganicos en el área, se han

podido encontrar extensos cementerios que albergan restos humanos de gran

parte de la prehistoria agroalfarera de San Pedro de Atacama. Esto ha

permitido que se desarrolle una línea de investigación bioarqueológica en el

área que ha generado información importante en torno a la vida de las

poblaciones pasadas.

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Dentro de este marco se encuentran una serie de estudios centrados

especialmente en la influencia que Tiwanaku pudo tener en la salud y calidad

de vida biológica de las poblaciones prehispánicas locales.

Estos estudios han sugerido que durante el momento de mayor influencia de

Tiwanaku, la población de San Pedro de Atacama se vio beneficiada

especialmente en aspectos nutricionales. Una mayor estatura y dimorfismo

sexual y una disminución en la ocurrencia de caries, desgaste dental y pérdida

dental respecto al período anterior darían cuenta de esta mejora nutricional,

relacionada a una mayor ingesta de proteína animal (Costa et al., 2004).

Sin embargo, no toda la población se habría visto beneficiada: solo una parte

de los grupos locales tuvo un mayor acceso a fuentes proteicas, especialmente

los individuos masculinos con un mayor estatus social y asociados a Tiwanaku

(Hubbe et al., 2012). Estas diferencias sociales, mostradas por los indicadores

mencionados y el ajuar funerario, también pueden evidenciarse en los patrones

de traumas craneales. Los individuos de mayor estatus y relacionados con

Tiwanaku presentan mayor frecuencia de lesiones. Esto hablaría de tensiones

al interior de la sociedad atacameña, conflictos interpersonales del tipo cara a

cara (Lessa y Mendoça de Souza, 2004; Torres-Rouff, 2011).

Los traumas craneales vistas en distintos períodos muestran que la región

tenía un grado de violencia mayor solo en momentos de cambio social y estrés

de recursos (Torres-Rouff y Costa, 2006). Los mayores niveles se dan a finales

del período Tiwanaku y durante el período Intermedio Tardío (Lessa y Mendoça

de Souza, 2004; Torres-Rouff y Costa, 2006). Esto se relacionaría con

momentos de estrés ambiental (sequías) y de tensión social interpretados

desde la evidencia arqueológica (construcción de pucarás y la pobreza del

material cultural encontrado en las tumbas de este período). Las tasas de

lesiones disminuyen a finales del período Intermedio Tardío y se mantienen

durante todo el período Tardío (Torres-Rouff y Costa, 2006).

Un análisis de enfermedades infecciosas no específicas, utilizando la periostitis

y osteomielitis como indicadores de estrés biológico, sugiere que la mejor

situación de salud se observa a fines del período de mayor influencia altiplánica

y no en la cúspide de la misma (Da Gloria et al., 2011). Durante el período

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Intermedio Tardío se observaría un marcado aumento de estos indicadores lo

que sería explicado por situaciones de tipo ambiental, pues gran parte de los

Andes se vio afectada por una extensa sequía durante el este período.

En relación al uso del cuerpo e indicadores de estrés biomecánico, un estudio

de traumas post craneales indica que no habría cambios significativos entre los

distintos períodos analizados, lo que sugeriría que los riesgos asociados a las

actividades físicas cotidianas no variaron mayormente durante la prehistoria

agroalfarera de San Pedro de Atacama (Costa et al., 1998).

Como es posible observar, el grueso de este tipo de estudios está centrado en

factores de dieta y salud. Se hace necesario desarrollar mayores estudios y

más específicos en torno a las actividades desarrolladas por las poblaciones.

Así mismo, la gran preservación de otros tejidos humanos es una fuente de

variada información que podría ayudar a complementar lo que se ha discutido

hasta el momento.

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3. Marco teórico

3.1. Modelos de estrés en bioarqueología

El estrés es un concepto central dentro de la reconstrucción e interpretación de

la adaptación y comportamiento humano así como de la calidad de vida y salud

de las poblaciones (Goodman et al., 1988; Armelagos y Goodman, 1991; Huss-

Ashmore et al., 1992; Larsen, 1999). Corresponde a una alteración fisiológica

causada por condiciones ambientales empobrecidas (Larsen, 1999) y puede

tener consecuencias negativas no solo en el individuo sino también al nivel

poblacional (Armelagos y Goodman, 1989; Larsen, 2002).

A pesar de que los restos humanos arqueológicos se ven sometidos a

procesos en los que se pierde información es posible aplicar un modelo para

inferir el estrés y su impacto en poblaciones pasadas ya que cuando el estrés

es severo y crónico puede llegar a afectar las funciones del sistema dental y

esqueletal, provocando una reacción que dejará una huella observable

(Armelagos y Goodman, 1991; Goodman y Martin, 2002).

El modelo de estrés que se ha propuesto para el estudio de restos humanos

antiguos se basa en los trabajos de Goodman y colaboradores (Goodman et

al., 1984; Goodman et al., 1988; Armelagos y Goodman, 1991) quienes

plantean que en el estrés participan tres factores: el ambiente, el sistema

cultural y la resistencia del individuo (Larsen, 1999) (Figura 2).

El ambiente no solo proporciona los recursos para subsistir sino que es fuente

de una variedad de elementos disruptivos o estresores; el sistema cultural por

su parte funciona como amortiguador de éstos. Cuando el sistema cultural no

es capaz de amortiguar completamente los estresores se produce una

respuesta de estrés biológico en los individuos y esta respuesta puede influir

nuevamente en las restricciones ambientales y el sistema cultural.

El impacto del estrés en los individuos depende de la susceptibilidad genética,

la edad, el sexo y la experiencia con estresores previos (Armelagos y

Goodman, 1991) y podría llegar a tener consecuencias de tipo funcional tales

como una disminución de la capacidad de trabajo, del desarrollo cognitivo y de

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la fertilidad, lo que a nivel poblacional podría traer consecuencias en el

comportamiento y funcionamiento de la población (Larsen, 1999).

Esta perspectiva no solo involucra a la respuesta fisiológica, sino que por

extensión las respuestas biológicas en general y de comportamiento que

conllevan enfrentarse a situaciones ambientales restrictivas (Goodman y

Armelagos, 1991).

Figura 2. Modelo para interpretar el estrés en poblaciones arqueológicas (Goodman et

al., 1984; modificado por Larsen, 1999)

El sistema óseo y dental posee una variedad limitada de respuestas (en

términos generales, reabsorción y aposición ósea) por lo que no es posible

identificar factores de estrés específicos (Armelagos y Goodman, 1991). Por

otro lado, los individuos no se enfrentan a un único estresor; al contrario,

múltiples factores de estrés pueden estar interactuando y es el resultado de

esta interacción el que deja huellas en los restos óseos (Goodman y Martin,

2002). En consecuencia, la interpretación de estos procesos es normalmente

compleja (Armelagos y Goodman, 1991).

Sin embargo, tal como lo mencionan Goodman y Martin (2002), el interés

antropológico no está en identificar la etiología específica sino en interpretar

desde las lesiones esqueletales la duración y severidad de la alteración

fisiológica para así acercarse al estado de salud de los individuos.

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Dentro de este modelo, es importante la mirada biocultural que se tiene del

proceso de ajuste que implica el estrés, donde el sistema esqueletal no debe

ser visto solamente como un elemento de la biología humana: los huesos, así

como el resto del cuerpo, son partícipes de una interacción entre factores

biológicos, ecológicos, socioculturales y político-económicos (Goodman y

Martin, 2002).

3.2. Principales indicadores de estrés

El estrés puede ser inferido a través de indicadores esqueletales, ya que los

tejidos óseo y dental son relativamente sensibles a circunstancias negativas o

situaciones de estrés, mostrando huellas reconocibles en su morfología y

estructura (Goodman et al., 1982; Larsen 2002). Las actividades habituales u

ocupacionales también pueden ejercer un estrés continuo y prolongado, lo que

a su vez puede provocar el desarrollo de alteraciones óseas y dentales

(Kennedy, 1989). Este tipo de alteraciones son utilizadas por los

bioarqueólogos para inferir el comportamiento habitual de las poblaciones

pasadas.

Los indicadores osteológicos y fisiológicos pueden reflejar condiciones

generales de estrés, tanto acumulativas como periódicas, y condiciones

específicas tales como enfermedades o tipos de enfermedades (Goodman et

al., 1982). Por ello, un enfoque que considere distintos indicadores permite

aproximarse mejor a la forma en que el individuo se enfrentó a ciertas

condiciones ambientales, nutricionales y sociales y así llegar a un mayor

entendimiento del estrés y de la adaptación en el pasado (Larsen, 1999),

mediante patrones de salud, nutrición, crecimiento y mortalidad.

Entre los indicadores más utilizados están los relacionados con la alteración del

crecimiento y desarrollo (hipoplasia del esmalte, tamaño dental, líneas de

Harris, estatura y tamaño del canal neural, entre otros), los nutricionales

(hiperostosis porótica y criba orbitaria), marcadores de dieta (caries y pérdida

dental), enfermedades infecciosas no específicas (periostitis, osteomielitis y

lesiones endocraneales) y los biomecánicos asociados al comportamiento

Page 19: Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

19

(traumas post craneales y osteoartritis) (Goodman et al., 1982; Lewis y

Roberts, 1997; Larsen, 1999; Goodman y Martin, 2002).

En la siguiente sección se describen los marcadores utilizados en el presente

estudio.

3.3. Estrés biomecánico y uso del cuerpo: osteofitosis vertebral

Las actividades habituales u ocupacionales pueden ejercer un estrés

biomecánico continuo y prolongado, lo que a su vez puede provocar el

desarrollo de alteraciones óseas y dentales (Kennedy, 1989). Este tipo de

alteraciones son utilizadas por los bioarqueólogos para inferir el

comportamiento habitual de las poblaciones pasadas.

Una de estas alteraciones es la osteoartritis o enfermedad degenerativa

articular. Es una de las condiciones patológicas más comunes tanto en las

poblaciones humanas contemporáneas como en los restos esqueletales de

poblaciones pasadas (Bridge, 1992; Jurmain y Kilgore, 1995; Weiss y Jurmain,

2007). Es de una patogénesis compleja relacionada principalmente con la

edad, desgaste biomecánico y estrés funcional (Goodman et al., 1984;

Goodman y Martin, 2002), aunque también otros factores influyen en su

aparición e intensidad, tales como el peso, sexo, constitución genética, y

período de iniciación y actividad física recurrente (Weiss y Jurmain, 2007).

Los criterios diagnósticos que se han utilizado para identificar este desorden de

las articulaciones sinoviales son cambios en los márgenes articulares

(labiamiento u osteofitos) y procesos erosivos en la superficie articular (Weiss y

Jurmain, 2007), aunque estos últimos no siempre se encuentran presentes

(Rothschild, 1997).

En la columna vertebral, la articulación entre los cuerpos vertebrales es de tipo

fibrocartilaginosa, por lo que conceptualmente los cambios degenerativos no

corresponderían a procesos osteoartríticos; sin embargo, se trataría de una

condición diferenciada pero relacionada a la osteoartritis, que ha sido

denominada osteofitosis vertebral (Jurmain y Kilgore, 1995).

Page 20: Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

20

La osteofitosis vertebral se evidencia en los márgenes de los cuerpos

vertebrales con el desarrollo de un labiamiento general o la aparición de

osteofitos aislados producto del proceso degenerativo del disco intervertebral,

llegando a la fusión entre vértebras adyacentes en los casos más severos

(Vernon-Roberts y Pirie, 1977; Kellgren y Lawrence, 1958; Bridge, 1994;

Knüsel, 1997; Jurmain y Kilgore, 1995; Van Der Merwe et al., 2006).

Klaseen et al. (2011) han descrito la patogénesis de la osteofitosis vertebral

secundaria a la degeneración del disco intervertebral. Esta se inicia con la

disminución de la altura del disco que se produce por la pérdida de agua y de

turgencia del cuerpo pulposo, lo que conlleva una pérdida de resistencia al

peso de carga y de elasticidad. Esto provoca la formación de proyecciones

óseas en los márgenes de las articulaciones cigoapofisiarias, que aumentan así

la superficie de distribución de la carga y con ello mantienen el potencial de

capacidad de carga. Sin embargo, esta adaptación no libera adecuadamente la

presión articular, provocando finalmente la protrusión ósea de los márgenes del

cuerpo vertebral.

Estudios en poblaciones modernas han podido comprobar la relación entre la

intensidad de la osteofitosis con actividades físicas intensas, lo que permite

plantear que el factor mecánico es importante en la patogénesis de esta

condición (O’Neill et al., 1999; Schmitt et al., 2004).

Al ser una de las alteraciones osteológicas que con mayor frecuencia se

observan en los restos esqueletales, la osteofitosis vertebral ha sido un foco

intenso de investigación desde la bioantropología. Diversos estudios han

abordado el rol de la carga mecánica repetitiva sobre la columna vertebral,

planteando que ciertas actividades específicas pueden tener un efecto

importante sobre el patrón e intensidad de la osteofitosis en la columna

(Bridges, 1992, 1994; Sofaer Derevenski, 2000). Esto permitiría identificar

patrones de actividad e inferir así el estrés asociado al modo de vida de las

poblaciones del pasado.

Sin embargo, algunas investigaciones de carácter biomédico y epidemiológico

han criticado el uso de la osteofitosis como indicador de estrés ocupacional ya

que se trataría de una condición en la cual participarían distintos factores,

Page 21: Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

21

enfatizando su alta correlación con la edad, la influencia de la propia posición

bípeda del ser humano y concluyendo que la columna vertebral no parece ser

una estructura ideal para estudiar marcadores de estrés ocupacional (Knusel,

1997; Weiss y Jurmain, 2007).

Por otro lado, algunas investigaciones en poblaciones modernas centradas en

la degeneración del disco intervertebral (donde una posible consecuencia es la

formación de osteofitos) han sugerido que los factores genéticos y hereditarios

juegan un rol importante (Kalichman, 2010). No obstante, la expresión de

osteofitos en el cuerpo de las vértebras lumbares no siempre se encuentra

relacionado con los cambios degenerativos del disco intervertebral (Oishi et al.,

2003), por lo que la influencia de factores genéticos puede no ser

preponderante.

Otras perspectivas consideran que aunque existe una influencia genética y

hormonal en el desarrollo de la osteofitosis vertebral, en última instancia el

principal propósito de la formación de osteofitos es reducir la tensión producida

por estrés mecánico sobre la estructura y por lo tanto tendría un carácter más

adaptativo que degenerativo. Esto ha podido ser comprobado con un estudio

biomecánico en vértebras torácicas y lumbares, en el que se concluye que la

función de los osteofitos está relacionada con resistencia al movimiento de

flexión más que al de compresión (Al-Rawahi et al., 2011), dándole una mayor

importancia a los factores mecánicos y por extensión conductuales.

En síntesis, estos estudios muestran una relación entre osteofitosis vertebral y

estrés mecánico, ya sea por compresión o flexión, en un sentido amplio sin

centrarse en actividades específicas.

En consecuencia, aunque quizás no se pueda llegar a conocer el tipo,

frecuencia e intensidad de las actividades específicas que originan la patología

(Jurmain, 1990), este tipo de estudios puede ser informativo en cuanto a la

intensidad del estrés aplicado a esta estructura anatómica producto de distintos

factores incluyendo el cultural, reflejado en las actividades físicas y/o

productivas – en su sentido más amplio – realizadas por un grupo humano en

particular.

Page 22: Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

22

3.4. Estrés fisiológico: Cortisol

Un indicador de estrés fisiológico utilizado en poblaciones contemporáneas y

que ha cobrado relevancia en estudios biomédicos es el cortisol, una hormona

secretada por la glándula suprarrenal en respuesta a distintos estímulos

estresores de carácter físico o psicológico.

El cortisol es el principal glucocorticoide (estimula la gluconeogénesis) del ser

humano, al ser responsable del 95% de toda la actividad glucocorticoide del

cuerpo. Además de su función metabólica también tiene efectos

antiinflamatorios (Guyton y Hall, 2007).

Su liberación es activada por el eje hipotalámico-hipofisiario-adrenal. El

proceso comienza con la liberación de la hormona liberadora de corticotrofina

(CRH) desde el hipotálamo (el cual es activado por el estresor), la que estimula

la liberación de la hormona adrenocorticotrofina (ACTH) desde la hipófisis hacia

la sangre. Esta llega a receptores de la corteza adrenal (o suprarrenal),

estimulando la liberación de cortisol, que se distribuye por el organismo a

través del torrente sanguíneo (Guyton y Hall, 2007; Gow et al., 2010).

Tradicionalmente, el cortisol se ha analizado en sangre, saliva y orina, siendo el

análisis en cabello una técnica relativamente reciente con la cual es posible

observar los niveles sistémicos de la hormona a lo largo de un eje temporal

(Stalder y Kirschbaum, 2012; Russel et al., 2012).

La relación del nivel de cortisol con diferentes enfermedades o condiciones,

con el dopaje en deportistas, con el consumo de distintas sustancias y,

últimamente, con estrés crónico ha llevado a que un gran número de

investigaciones se centren en el estudio tanto en humanos (Miller et al., 2007;

Klein et al., 2004; Sauvé et al., 2007; Yamada et al., 2007; Van Uum et al.,

2008; Gow et al., 2010, Raúl et al., 2004; Cirimele et al., 2000) como en otros

primates (Davenport et al., 2006). Estos estudios han validado el nivel

sistémico de esta hormona como un biomarcador de estrés.

Webb y colaboradores (2009) midieron el nivel de cortisol en cabello de restos

humanos arqueológicos para evaluar su utilidad como marcador de estrés en

bioarqueología. Ellos concluyen que si bien puede existir una pérdida

Page 23: Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

23

diagenética de cortisol, se puede observar patrones de producción hormonal

que reflejan exposición a estrés durante el período representado por las

muestras de cabello. Esto tiene una gran utilidad en interpretaciones sobre el

estado de salud de poblaciones del pasado, en conjunto con otros enfoques

como, por ejemplo, estudios paleopatológicos.

El análisis del cabello para reconocer la presencia de distintas sustancias es

una técnica muy utilizada en la actualidad por las ciencias forenses para

determinar el uso de drogas o sustancias ilícitas (Cirimele et al., 2000),

particularmente aquellas consumidas de manera crónica (Van Uum et al.,

2008). Si bien no está claramente definido el mecanismo de la incorporación de

sustancias al cabello, el uso de esta matriz en análisis forenses se basa en la

hipótesis de multicompartimentalidad, la que establece distintas vías de ingreso

de la droga y/o sus metabolitos, tanto durante la formación de la fibra capilar

como después de su formación y de que emerge de la piel (Henderson, 1993).

Es probable que, al igual que las drogas y otras sustancias, el cortisol se

incorpore principalmente por medio de difusión pasiva desde los vasos

capilares al folículo en crecimiento durante la formación de la fibra capilar. Un

mecanismo adicional es el ingreso del cortisol por las secreciones de las

glándulas sebáceas y sudoríparas, luego de la formación del cabello (antes y

después que emerge de la piel); sin embargo, no existen estudios que

confirmen si el cortisol está presente en el sudor o el sebo (Figura 3).

Page 24: Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

24

Figura 3. Esquema de la incorporación interna y externa de sustancias al eje del

cabello (modificado de Gow et al., 2010)

Page 25: Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

25

4. Problema de Investigación

Tomando en cuenta los antecedentes presentados, planteamos la

determinación de dos bioindicadores (osteofitosis vertebral y nivel de cortisol)

que ilustren la calidad y estilo de vida de las poblaciones de San Pedro de

Atacama durante los períodos Medio e Intermedio Tardío. La pregunta

asociada es:

¿Cuál es el impacto de los cambios culturales asociados a los períodos

Medio e Intermedio Tardío en el estrés biomecánico y fisiológico de las

poblaciones de San Pedro de Atacama?

5. Objetivos

5.1. Objetivo principal

Los antecedentes entregados sugieren que existen cambios importantes en la

calidad de vida de los grupos atacameños entre los períodos Medio e

Intermedio Tardío. La utilización de nuevos indicadores aportaría al estudio de

cambios a nivel temporal de la calidad y estilo de vida de las poblaciones de

San Pedro de Atacama, y su relación con factores ambientales o culturales.

Por ello, el objetivo de esta investigación es:

Evaluar el estrés físico y fisiológico de las poblaciones de San Pedro de

Atacama durante los períodos Medio e Intermedio Tardío.

Page 26: Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

26

5.2. Objetivos específicos

Para poder cumplir el objetivo general se buscará:

a. Conocer la distribución e intensidad de la osteofitosis vertebral de

individuos provenientes de cementerios de los períodos Medio e

Intermedio Tardío para evaluar estrés mecánico y uso del cuerpo.

b. Cuantificar los niveles de cortisol de otras colecciones bioantropológicas

pertenecientes a los períodos Medio e Intermedio Tardío para evaluar su

respuesta fisiológica frente a situaciones de estrés.

c. Compara los resultados con datos previos sobre otros aspectos de la

calidad de vida local, para generar un cuadro más amplio acerca de la

compresión de aspectos bioculturales de la vida de grupos atacameños

durante y después del periodo de influencia Tiwanaku.

Page 27: Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

27

6. Materiales y métodos

6.1. Muestras

Se observó y registró la osteofitosis vertebral de 154 individuos procedentes de

cuatro sitios en San Pedro de Atacama: Toconao Oriente, Solcor 3, Coyo 3 y

Quitor 6. Los sitios se ubican cronológicamente en los períodos Medio e

Intermedio Tardío. Estos períodos se corresponden con el momento de mayor

influencia de Tiwanaku y posterior a dicha influencia, respectivamente (Tabla

1).

El sitio Solcor 3 fue además dividido en dos subgrupos para verificar si existían

diferencias de estatus social, siguiendo la metodología de Hubbe et al. (2012) y

sobre la base de los estudios llevados a cabo por Bravo y Llagostera (1986) en

un sector de este sitio, quienes sugieren la presencia de dos grupos. El grupo

“elite” se caracteriza por tener en su ajuar funerario objetos Tiwanaku y

cerámica negra pulida; el grupo “no elite” por una ausencia de elementos

Tiwanaku y tener cerámica más tosca (Hubbe et al., 2012).

Para efectos de este estudio y en consideración a la correlación entre

osteofitosis vertebral y edad, se seleccionaron los esqueletos de individuos en

los que la edad estimada superara los 20 años, debido a que hay una mayor

probabilidad de observar este fenómeno en adultos.

La estimación de sexo y edad de la muestra fue realizada por distintos

investigadores bajo los estándares compendiados y propuestos por Buikstra y

Ubelaker (1994). La estimación de sexo se basó en distintos indicadores del

cráneo y el coxal. Para la estimación de edad se utilizaron distintos métodos

entre ellos, suturas craneales, sínfisis púbica, superficie auricular del ilion y

centros de osificación secundarios. La edad fue estimada en 3 rangos, el

primero entre 20 y 34 años, el segundo entre 35 y 49 años y el tercero como

más de 50 años.

Page 28: Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

28

Tabla 1. Muestras óseas para el análisis de osteofitosis vertebral

Período Sitio F M Total Fechadosa C14 Fuente

Medio Solcor 3 - no élite 12 14 26 465 - 769 Llagostera et al., 1988

673 - 867 Hubbe et al., 2012

781 - 981 Hubbe et al., 2012

Solcor 3 – élite 20 15 35 433 - 774 Llagostera et al., 1988

607 - 865 Llagostera et al., 1988

689 - 986 Llagostera et al., 1988

775 - 1024 Llagostera et al., 1988

909 - 1175 Llagostera et al., 1988

(Total Solcor 3 32 29 61)

Medio (final) Coyo 3

22 24 46 897 - 1202 Costa y Llagostera, 1994

855 - 1216 Costa y Llagostera, 1994

1016 - 1207 Costa y Llagostera, 1994

Intermedio Tardío

Quitor 6

20 11 31 899 - 1211 Costa , 1988

889 - 1485 Costa , 1988

1228 - 1487 Costa , 1988

Toconao Oriente 8 8 16 1053 – 1063 Torres-Rouff et al., 2013b

1069 – 1073 Torres-Rouff et al., 2013b

1149 – 1281 Torres-Rouff et al., 2013b

1293 – 1408 Torres-Rouff et al., 2013b

Total 82 72 154

a Tabla de fechas de Solcor 3, Coyo 3 y Quitor 6 tomada de Hubbe et al., 2012 b Manuscrito en evaluación.

Para el análisis de cortisol, se analizaron 20 muestras de cabello humano

pertenecientes a restos bioantropológicos de cementerios de San Pedro de

Atacama adscritos a los mismos períodos mencionados anteriormente (Tabla

2). Para estas muestras no se pudo obtener información básica como el sexo y

la edad, debido a que los restos correspondían a individuos momificados

envueltos en diversas capas de textiles en forma de fardo, un patrón funerario

típico de la zona y de los períodos estudiados.

Page 29: Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

29

Tabla 2. Muestras de cabellos arqueológicos para el análisis de cortisol.

Períodoa Sitio Total

Medio Coyo Oriente 2

Quitor 6 1

Solcor 3 1

Quitor 2 1

Sequitor Alambrado 1

Intermedio

Tardío Catarpe 2 9

Quitor 1 3

Toconao Oriente 2

Total 20

a La adscripción a período se realizó para cada muestra a partir del ajuar funerario asociado

Además, se analizó una muestra de población actual, para determinar valores

normales de cortisol en personas vivas. La muestra fue de 20 personas sanas

no obesas (IMC<30), entre 23 y 55 años (Tabla 3). Se excluyeron aquellas

personas que hubieran recibido un tratamiento con corticoides en los últimos 6

meses, que tuvieran alguna enfermedad que afectara al eje hipotalámico-

hipofisiario-adrenal o que tuvieran algún tratamiento cosmético en el cabello.

Page 30: Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

30

Tabla 3. Muestras de cabellos actuales para el análisis de cortisol.

Información sociodemográfica y médica

Femenino

N = 8

Masculino

N = 11

Edad (promedio y rango) 25 (22 - 29) 28 (21 - 54)

IMC (promedio y desv. estándar) 21,7 ± 2,3 23,9 ± 3,5

Enfermedades crónicas (%) 0 0

Cirugías (%) 0 1 (9,09%)

Uso de medicamentos (%) 0 1 (9,09%)

Uso de anticonceptivos (%) 6 (75%) -

Consumo de tabaco (%)

No 6 (75%) 10 (90,9)

Social 2 (25%) 1 (9,09%)

Regular 0 0

Consumo de alcohol (%)

No 2 (25%) 0

Social 6 (75%) 11 (100%)

Regular 0 0

Tratamiento de cabello

sin tratamiento 5 (62,5%) 0

hace más de 6 meses 3 (37,5) 0

hace menos de 6 meses 0 0

Page 31: Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

31

6.2. Métodos

6.2.1. Osteofitosis vertebral

El registro de la osteofitosis en las muestras se realizó en todas las vértebras

que no presentaran pérdida de tejido óseo o cambios en la morfología producto

de efectos tafonómicos; si presentaban tales defectos, éstos no debían superar

1/3 del margen de los cuerpos.

Se evaluó y registró la osteofitosis en los márgenes de ambas caras de los

cuerpos vertebrales por separado. En el caso de las vértebras cervicales la

observación solo se realizó a partir de C3, dejando fuera del análisis el atlas y

el axis de todos los individuos. Esto dio un total de 44 observaciones por

individuo.

El modo de registro consistió en la observación del grado de desarrollo de

osteofitos en los márgenes vertebrales: el grado 0 corresponde a la ausencia

de osteofitos, el grado 1 (leve) al inicio de la formación de labiamiento, el grado

2 (moderado) a la presencia de un labiamiento bien definido y/o osteofitos

discretos, el grado 3 (acentuado) a la presencia de osteofitos de manera

generalizada en el margen de los cuerpos, los que se encuentran generalmente

evertidos, y grado 4 (severo) a la presencia de osteofitos muy largos,

articulados y/o anquilosados (Figura 4).

Figura 4. Estados sucesivos de desarrollo de osteofitos (tomado de Van Der Merwe et

al., 2006).

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32

No se pudieron llevar a cabo análisis comparativos con poblaciones

prehistóricas de otros lugares para evaluar cómo los resultados de San Pedro

de Atacama se asemejan o diferencian de éstas, debido a diferencias

metodológicas entre los distintos trabajos.

A diferencia de gran parte de los estudios publicados, esta investigación utilizó

el grado medio de osteofitosis de cada segmento vertebral por individuo (es

decir, cada individuo aporta tres medidas). Otras investigaciones se han

centrado en el porcentaje de individuos o de vértebras de cada segmento

vertebral con la condición de osteofitosis (prevalencia) o con los estados más

severos de ella (severidad).

Este cambio metodológico elimina el riesgo de sobreestimación ya que en el

caso de considerar el número de individuos con osteofitos por lo menos en una

de las vértebras, una sola vértebra afectada podría sobreestimar la medición de

ese individuo; similares desviaciones podrían ocurrir en el caso de considerar el

número de vértebras afectadas por segmento desligándolas de los individuos.

Se llevó a cabo un análisis estadístico utilizando un Modelo Lineal

Generalizado (MLG) para evaluar si la expresión de la osteofitosis vertebral se

encuentra mediada por factores como la edad, el sexo o el período (o sitio) al

cual pertenecen los individuos. Estos análisis se realizaron con el programa

Statistica 7 (Statsoft, Inc.).

6.2.2. Cortisol

El nivel de cortisol se determinó mediante un análisis de inmunoensayo ELISA

con un “kit” para saliva, posterior a un pre-tratamiento de las muestras donde

(Figura 5):

- Se cortó el cabello lo más finamente posible y 10 mg de cada muestra fue

añadida en viales de acero de 1,8 ml. Posteriormente las muestras fueron

pulverizadas en un homogeneizador de tipo bead-beater durante 10

Page 33: Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

33

minutos utilizando un Mini-Beadbeater-96 (Biospec Inc., Bartlesville, OK,

USA).

- A las muestras pulverizadas se les añadió 1 ml de metanol y se incubaron

por 16 h a 50° C bajo agitación a 200 rpm aprox. en un agitador orbital

Finemixer SH2000 (FinePCR, Seúl, Corea), para la extracción de la

hormona.

- Se filtró y transfirió el sobrenadante, el que luego se evaporó a 40ºC bajo

corriente de nitrógeno.

- Al residuo se le agregó 100 μl de PBS (“phosphate buffer saline”) a pH 8.

- La solución se analizó usando un kit ELISA (Cortisol (saliva) ELISA, n° de

catálogo: 11-CORHU-E01-SLV. ALPCO Diagnostics, Salem, NH, USA).

Para leer la microplaca se utilizó un fotómetro Spectracount Microplate

Reader AS10001 (Packard Instrument Co., Warrenville, IL, USA) con un

filtro de 405 nm.

Una vez obtenidos los resultados, se realizaron análisis estadísticos

descriptivos, paramétricos y no paramétricos, para evaluar si existían

diferencias entre los niveles encontrados y las características demográficas y

culturales de las muestras. Estos análisis se realizaron con el programa

Sigmastat 11 (Systat Software, Inc.).

Figura 5. Tratamiento de las muestras. a) Corte del cabello, b) Microplaca con

muestras analizadas mediante inmunoensayo, c) Fotómetro que permite la lectura de

la placa.

Page 34: Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

34

6.2.3. Posibles sesgos en el análisis de cortisol

No se puede descartar la posibilidad de que exista una pérdida de cortisol en

las muestras antiguas debida a factores tafonómicos. La fibra capilar en

personas vivas puede estar sujeta a daños producto del sol, el agua, el clima,

la contaminación y el uso de cosméticos, entre otros factores (Tobin, 2005).

Las muestras antiguas sufren además procesos de degradación al estar

expuestas al suelo y al agua, lo que permite la interacción con algunos

elementos incluidos en estas matrices así como la intervención de

microorganismos como hongos y bacterias (Mansilla et al., 2011).

La base estructural del cortisol es un esqueleto tetracíclico hidrocarbonado

parcialmente hidroxilado, estructura en general estable a la descomposición

química, aunque no se puede descartar la posibilidad de que a largo plazo y

expuesto a los agentes adecuados puedan experimentar reacciones de

oxidación.

En el caso de cabello arqueológico, la evaluación de la degradación y la

pérdida de componentes se ha hecho a través de observaciones histológicas y

microscópicas, así como de análisis de la composición elemental del cabello,

los que han mostrado que el cabello puede interactuar con elementos de la

matriz en la que está depositado (Wilson et al., 2010; Mansilla et al., 2011). En

el caso del cortisol, al tratarse de una molécula más estable, la pérdida

probablemente se dé por la presencia de agentes biológicos (hongos,

bacterias, etc.) que provoquen daños mecánicos en la matriz del cabello con la

consiguiente liberación del cortisol al medio ambiente. Esto hace pensar que si

se conserva el cabello sin mayores defectos estructurales las cantidades de

cortisol que contiene la fibra capilar son las que secretó el individuo en vida.

Por otro lado, la forma en que las muestras son obtenidas puede incidir en las

cantidades de cortisol encontradas. La región de donde se obtuvieron las

muestras actuales –parte posterior de la cabeza– tiene la tasa de crecimiento

de cabello más uniforme en la cabeza (Pragst y Balikova, 2006; Stalder y

Kirschbaum, 2012). Por otro lado, obtener la misma sección de cabello en

relación al tamaño y la distancia al cuero cabelludo permite tener un control del

tiempo de exposición a la hormona y, por extensión, al estrés. Sin embargo,

Page 35: Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

35

como fue descrito en la sección de materiales y métodos, la obtención de

cabello de los restos momificados se realizó de acuerdo a su disponibilidad y

bajo el criterio de no intervenirlas fuertemente ya que se trataban en su

mayoría de momias enfardadas. Por esto, se cortó cabello de distintas partes

de la cabeza y no necesariamente cerca del cuero cabelludo. Más aún, algunas

muestras correspondieron solo al cabello que se asomaba de los textiles que

conformaban el fardo. Como consecuencia de estas condiciones de muestreo,

no se pudo tener un control con las muestras arqueológicas como el que se

tuvo en las muestras actuales.

Page 36: Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

36

7. Resultados

7.1. Osteofitosis vertebral

El grado medio de osteofitosis vertebral de los individuos de los distintos

cementerios analizados varió entre 0,18 y 1,37 en el segmento cervical, entre

0,27 y 1,15 en el torácico y entre 0,72 y 1,86 en el lumbar.

No se pudo construir un modelo lineal generalizado con las tres categorías de

edad porque la categoría 3, es decir mayores de 50 años, solo contaba con 6

individuos lo que impedía la construcción de un modelo robusto. Por esta razón

se descartó esta categoría.

Al construir posteriormente el modelo (sin la categoría 3 de edad) se observa

que para los tres segmentos vertebrales las variables edad y sitio afectan la

expresión de osteofitosis vertebral (Tabla 4).

Page 37: Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

37

Tabla 4. Resumen de las pruebas de significancia dentro del modelo lineal

generalizado para los segmentos vertebrales. Los valores de p menores a 0,05 se

destacan con *.

a. Cervical

SC Grados de libertad MC F P

Intercepto 17,52660 1 17,52660 51,29583 0,000000 * Sitio 6,27842 3 2,09281 6,12510 0,000642 * Sexo 0,05086 1 0,05086 0,14884 0,700303 Edad 6,57622 1 6,57622 19,24689 0,000024 * Sitio*Sexo 2,04480 3 0,68160 1,99487 0,118208 Sitio*Edad 4,31495 3 1,43832 4,20958 0,007133 * Error 42,36795 124 0,34168

b. Torácico

SC Grados de

libertad MC F P

Intercepto 21,64722 1 21,64722 75,39024 0,000000 * Sitio 4,31998 3 1,43999 5,01503 0,002576 * Sexo 0,48248 1 0,48248 1,68033 0,197287 Edad 6,07957 1 6,07957 21,17316 0,000010 * Sitio*Sexo 1,09886 3 0,36629 1,27566 0,285726 Sitio*Edad 2,65954 3 0,88651 3,08744 0,029714 * Error 35,60481 124 0,28714

c. Lumbar

SC Grados de

libertad MC F P

Intercepto 97,94920 1 97,94920 175,3356 0,000000 * Sitio 4,52215 3 1,50738 2,6983 0,048786 * Sexo 0,00086 1 0,00086 0,0015 0,968722 Edad 18,76666 1 18,76666 33,5936 0,000000 * Sitio*Sexo 2,70070 3 0,90023 1,6115 0,190206 Sitio*Edad 4,57273 3 1,52424 2,7285 0,046956 * Error 68.15387 122 0,55864

Page 38: Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

38

Se realizaron pruebas post hoc para identificar cuáles sitios se diferencian

significativamente entre sí, y para evaluar la interacción entre la edad y los

sitios.

Al comparar entre sitios se observaron diferencias significativas (p<0,01) en los

tres segmentos vertebrales. En las cervicales se observó que Coyo 3 presenta

mayor grado de osteofitosis que los demás sitios, siendo significativo en todos

los casos. En los segmentos torácico y lumbar Solcor 3 y Coyo 3 son más altos

que Quitor 6 y Toconao Oriente, pero la diferencia es significativa entre Solcor

3 y Quitor 6 y entre Coyo 3 y lo sitios Toconao Oriente y Quitor 6 (Figura 6 (a, b

y c); Tabla 5 (a, b y c)).

Coyo 3, un cementerio de finales del período Medio, presentó la mayor

intensidad de osteofitosis en las tres regiones vertebrales. Por su parte, los

grados menores se encontraron en los sitios Toconao Oriente (segmento

cervical) y Quitor 6 (segmentos torácico y lumbar), ambos del período

Intermedio Tardío. Entre estos dos últimos sitios no existieron diferencias

significativas en toda la columna.

Page 39: Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

39

6.a. Segmento cervical F(3, 124)=6,1251, p=0,00064

Solcor 3 Coyo 3 Quitor 6 Toconao Oriente

SITIO

0,0

0,5

1,0

1,5

2,0IN

TEN

SID

AD

OS

TEO

FITO

SIS

VE

RTE

BR

AL

6.b. Segmento torácico

F(3, 124)=5,0150, p=0,00258

Solcor 3 Coyo 3 Quitor 6 Toconao Oriente

SITIO

0,0

0,5

1,0

1,5

2,0

INTE

NS

IDA

DO

STE

OFI

TOS

IS V

ER

TEB

RA

L

Page 40: Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

40

6.c. Segmento lumbar

F(3, 122)=2,6983, p=0,04879

Solcor 3 Coyo 3 Quitor 6 Toconao Oriente

SITIO

0,0

0,5

1,0

1,5

2,0

2,5

INTE

NS

IDA

DO

STE

OFI

TOS

IS V

ER

TEB

RA

L

Figura 6.a, 6.b y 6.c. Intensidad de osteofitosis vertebral (promedio ponderado) entre

los distintos sitios en los tres segmentos vertebrales. Las barras verticales indican

intervalos de confianza de 0,95.

Tablas 5.a, 5.b y 5.c. Resultados del análisis a posteriori: Prueba de comparación de

medias en grupos no equilibrados (Unequal N HSD) (significación a p<0,01). Los

números entre paréntesis corresponden al grado de osteofitosis vertebral promedio de

cada sitio.

5.a. Segmento cervical Error entre EMC = 0,34; df = 124

Sitio Solcor 3 Coyo 3 Quitor 6 Toconao Or.

Solcor 3 (0,558) X

Coyo 3 (1,297) 0,000 X

Quitor 6 (0,256) 0,216 0,000 x

Toconao Or. (0,179) 0,349 0,000 0,987 X

Page 41: Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

41

5.b. Segmento torácico Error entre EMC = 0,29; df = 124

Sitio Solcor 3 Coyo 3 Quitor 6 Toconao Or.

Solcor 3 (0,7834) X

Coyo 3 (1,1025) 0,047 X

Quitor 6 (0,2461) 0,002 0,000 x

Toconao Or, (0,3295) 0,078 0,000 0,971 x

5.c. Segmento lumbar

Error entre EMC = 0.559; df = 122

Sitio Solcor 3 Coyo 3 Quitor 6 Toconao Or.

Solcor 3 (1,475) X

Coyo 3 (1,821) 0,156 X

Quitor 6 (0,693) 0,001 0,000 x

Toconao Or. (0,938) 0,176 0,005 0,789 x

Cuando se evaluó la interacción entre el sitio y la edad, fue posible observar

que las diferencias entre los distintos sitios se encuentran mediadas por el

rango etario de los individuos analizados en toda la columna vertebral (Figura 7

(a, b y c)). Las figuras muestran que en el rango etario 35 a 49 años las

diferencias encontradas entre los sitios son mayores, lo cual reafirma el

carácter degenerativo de la condición.

No se encontraron diferencias significativas en ninguno de los segmentos

vertebrales (prueba de Mann-Whitney; p > 0,05) cuando se llevó a cabo una

comparación entre los individuos de Solcor 3 con un estatus social alto

relacionado a la posesión de elementos de prestigio versus los no asociados a

estos elementos.

Page 42: Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

42

20 - 34 35 - 49

Solcor Coyo 3

Quitor 6Toconao Oriente

SITIO

0,0

0,5

1,0

1,5

2,0

2,5

INTE

NS

IDA

DO

STE

OFI

TOS

IS V

ER

TEB

RA

L

20 - 34 35 - 49

Solcor 3Coyo 3

Quitor 6Toconao Oriente

Sitio

0,0

0,5

1,0

1,5

2,0

INTE

NS

IDA

DO

STE

OFI

TOS

IS V

ER

TEB

RA

L

20 - 34 años 35 - 49 años

Solcor 3Coyo 3

Quitor 6Toconao Oriente

SITIO

0,0

0,5

1,0

1,5

2,0

2,5

3,0

INTE

NS

IDA

DO

STE

OFI

TOS

IS V

ER

TEB

RA

L

Figura 7 a, b y c. Gráficos de perfil que muestran interacciones entre edad y sitio (promedios ponderados) de cada segmento vertebral (a: cervical, b: torácico, c:

lumbar). Las barras verticales indican un intervalo de confianza de 0,95.

Segmento cervical F(3, 124) = 4,21, p = 0,007

Segmento torácico F (3, 124) = 3,087; p = 0,029

Segmento lumbar F (3, 122)= 2,728, p=0,046

a

b

c

Page 43: Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

43

7.2. Cortisol

El rango de la muestra de cabello de los períodos Medio e Intermedio Tardío de

San Pedro de Atacama fue de 161,3 ng/g (33,7 ng/g – 195,0 ng/g) con una

media de 81,9 ng/g. La muestra control por su parte mostró un rango de 103,4

ng/g (12,0 ng/g - 115,4 ng/g) y una media de 67,6 ng/g (Figura 8).

En la muestra actual no hubo diferencias significativas entre hombres y mujeres

(t = 0,189; p = 0,852). Lo mismo sucedió con respecto a la edad: los niveles de

cortisol no mostraron relación lineal con esa variable (r = 0,21; p = 0,39). Dado

que ni el sexo ni la edad influyeron sobre la acumulación de cortisol en la

muestra control, se agruparon los resultados para así compararlos con la

muestra arqueológica (a la que no se pudo determinar sexo ni edad).

En relación al sexo, algunos trabajos tampoco han encontrado diferencias

significativas entre hombres y mujeres (Raul et al., 2004; Thomson et al.,

2010), y en relación a la edad, Raul et al. (2004) y Detternborn et al. (2010) no

encontraron diferencias entre grupos. Sin embargo, un estudio realizado

recientemente por Detternborn et al. (2012) encontró que los hombres exhibían

niveles mayores de cortisol que las mujeres y también que la edad influía de

manera notoria en la acumulación hormonal, siendo los niños y los adultos

mayores los grupos que mostraron niveles más altos.

En el presente trabajo, la muestra control se compone en su mayoría de

personas entre 20 y 30 años, por lo que se encuentra sesgada en cuanto a

edad. Esto mismo sucede con los estudios que tampoco encontraron una

relación con la edad, donde el rango etario era acotado o el tamaño de la

muestra era pequeño (Stalder et al., 2012).

Ante esta variabilidad de resultados no parece claro si la edad y el sexo son

factores importantes en la liberación de cortisol. Por esta razón, estas variables

tampoco pueden ser excluidas y deben tenerse en cuenta (Stalder et al., 2012).

Sin embargo, en el caso del presente estudio, dada que las muestras

arqueológicas no tienen ni sexo ni edad asignados, para efectos de

comparación se debe agrupar la muestra control.

Page 44: Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

44

Al comparar las muestras arqueológicas de San Pedro de Atacama con la

muestra control actual no se observaron niveles significativamente diferentes

(t = -1,23; p = 0,223).

Muestras

1 2

Cor

tisol

(ng/

g)

0

25

50

75

100

125

150

175

200

225

Figura 8. Diagramas de caja que exhiben los niveles de cortisol para la muestra

control y la de San Pedro de Atacama. La línea continua representa la mediana y la

línea punteada el promedio. Los puntos corresponden a outliers.

Las Figuras 9 y 10 comparan los niveles de cortisol encontrados en la presente

investigación con aquellos informados de otros estudios. Los niveles de cortisol

más altos se encuentran principalmente en los individuos hospitalizados por

distintas situaciones cercanas a la muerte y en individuos afectados por el

síndrome de Cushing, que se caracteriza precisamente por la producción

anormal de cortisol, que supera a todas las demás condiciones.

Aunque las muestras de individuos con ciertos estados patológicos o con

situaciones de estrés (pacientes con dolor crónico bajo tratamiento, atletas,

mujeres embarazadas, entre otros) presentan niveles mayores que sus

Actual San Pedro de Atacama

Page 45: Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

45

respectivos grupos controles, ellos siguen siendo inferiores a los de pacientes

con patologías graves (paciente hospitalizados, infartados) o relacionadas con

la secreción anormal de cortisol (síndrome de Cushing) y, también, con las

muestras arqueológicas de Perú.

Es posible sugerir entonces que diversas condiciones de la vida actual o

biológica pueden aumentar los niveles de cortisol significativamente, aunque

siguen dentro de un rango más bajo que los de individuos con patologías

graves.

MUESTRAS DE DISTINTAS INVESTIGACIONES

Sujetos

sin d

olor c

rónico

seve

ro

Pacien

tes co

n dolo

r crón

ico se

vero

Pacien

tes ho

spita

lizado

s sin

infart

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mioc

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e mioc

ardio

Volunta

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drome d

e Cus

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tes co

n Sind

rome d

e Cus

hing

Actuale

s

San Ped

ro de

Atacam

a

NIV

EL

CO

RTI

SO

L (n

g/g)

0

150

300

450

600

750

900

2500

Figura 9. Comparación de los niveles de cortisol (mediana) de las muestras de San

Pedro de Atacama y muestras chilenas actuales con los resultados expuestos por

Page 46: Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

46

otras investigaciones. Las barras verticales indican el rango. La separación por color

indica cada investigación con la muestra objetivo y su control.

MUESTRAS DE DISTINTAS INVESTIGACIONES

Estu

diant

es u

niver

sitar

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Unive

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igos d

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Mue

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de

Per

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tuale

s

San

Pedr

o de

Ata

cam

a

Cor

tisol

(n

g/g)

0

50

100

150

200

250

300

350

400

Figura 10. Comparación de los niveles de cortisol promedio de las muestras de San

Pedro de Atacama y muestras chilenas actuales con los resultados expuestos por

otras investigaciones. Las barras verticales indican desviación estándar. La separación

por color indica cada investigación con la muestra objetivo y su control.

Page 47: Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

47

Todos estos antecedentes no solo confirman la validez del cortisol como

medida de estrés, sino también permiten sugerir que las personas en la

actualidad tienen un nivel de cortisol dentro de un rango más o menos acotado

y que las poblaciones prehistóricas tuvieron niveles de cortisol similares a los

de la actualidad.

Se compararon los niveles de cortisol entre los individuos pertenecientes al

período Medio (N= 6) y al período Intermedio Tardío (N= 14). Los resultados

muestran que no existen diferencias significativas (Mann-Whitney; p = 0,433)

(Figura 11), aunque el bajo número de réplicas y el valor extremo en la muestra

del período Medio hace poco confiable este resultado.

--- Mediana 25%-75% Rango no outlier Outliers Extremos

Medio Intermedio Tardío

Período

20

40

60

80

100

120

140

160

180

200

220

Cor

tisol

ng/g

Figura 11. Diagrama de caja que exhibe los niveles de cortisol de cada período

cultural de las muestras de San Pedro de Atacama

Page 48: Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

48

Del mismo modo, se buscaron elementos dentro del ajuar funerario que

pudiesen ser reflejo de rasgos o prácticas culturales distintivas, para luego

evaluar una eventual relación con la acumulación de cortisol. Dentro del ajuar

funerario, uno de los elementos distintivos es la presencia del complejo

alucinógeno. Solo tres individuos presentaban este tipo de material cultural por

lo que no fue posible realizar inferencias estadísticas; aún así, se observa que

los tres individuos exhiben niveles comparativamente bajos dentro del rango

presentado para las muestras arqueológicas (Figura 12).

Presencia del complejo alucinógeno

0 1 2 3

Cor

tisol

(ng/

g)

0

50

100

150

200

250

Figura 12. Gráfico que exhibe los niveles individuales de cortisol en función de la

presencia o ausencia del complejo alucinógeno.

Con Sin

Page 49: Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

49

8. Discusión

8.1. Osteofitosis vertebral

Como fue expuesto en los antecedentes, la osteofitosis vertebral es una

condición multifactorial, donde genes, edad y carga física influyen de manera

importante en su aparición y severidad, por lo que las diferencias encontradas

en San Pedro de Atacama podrían deberse a una o más de estas variables.

Los datos obtenidos permitieron verificar la relación entre grado de osteofitosis

y edad, mostrando así la importancia de su carácter degenerativo. El grupo

etario más joven (20 – 35 años) mostró una baja intensidad de osteofitosis

vertebral en cada sitio y segmento vertebral, lo que es totalmente esperable ya

que la aparición de esta condición se da generalmente en la adultez media.

Esto también podría estar indicando el carácter acumulativo de esta condición.

Los resultados muestran además que los sitios del período Intermedio Tardío

(Quitor 6 y Toconao Oriente) tienen un grado de osteofitosis vertebral menor

que los del período Medio (Solcor 3 y Coyo 3).

No es posible atribuir a una sola causa los resultados del presente trabajo. Por

lo mismo, se discutirán a continuación una serie de posibles factores que

podrían afectar la expresión de osteofitosis vertebral en las muestras

analizadas de San Pedro de Atacama.

Tal como fue expuesto en los antecedentes, algunos estudios han planteado

que la osteofitosis vertebral no solo se desarrolla como consecuencia de la

degeneración del disco intervertebral (donde el rol genético sería

preponderante) sino que también se trataría de un fenómeno adaptativo que

permite resistir movimientos de compresión y de flexión (Al-Rawahi et al., 2011)

y que estaría relacionado con la carga mecánica dada por el peso corporal y

actividades físicas (Bridge, 1994; O’Neill et al., 1999; Sofaer Deverenski, 2000;

Oishi et al., 2003; Al-Rawahi et al., 2011).

Los resultados presentados aquí sugerirían entonces que durante el período

Intermedio Tardío las poblaciones sufrieron un estrés físico menor con respecto

Page 50: Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

50

a las poblaciones que vivieron durante el período Medio, producto de un

cambio en el tipo o en la intensidad de las actividades físicas desarrolladas.

Las poblaciones atacameñas, desde su establecimiento como poblados

estables y hasta la llegada de los conquistadores españoles, se dedicaron a la

agricultura, el pastoreo y el intercambio mediante el caravaneo (Núñez, 2007).

No se han detectado cambios significativos en el tipo de actividades durante

todo el desarrollo agroalfarero, por lo que probablemente las diferencias en el

grado de osteofitosis vertebral se deban a cambios en la intensidad que se le

dio a estas actividades a través del tiempo. Los cambios de intensidad pueden

ser atribuidos a cambios en aspectos socioeconómicos que provocaran una

mayor o menor demanda de trabajo o a cambios tecnológicos que afecten la

energía invertida en cada una de estas actividades.

Como fue mencionado anteriormente, los datos de osteofitosis vertebral

muestran que los sitios del período Intermedio Tardío estudiados acusan un

menor estrés físico respecto al período anterior. Se pueden sugerir ciertos

cambios en aspectos sociales y tecnológicos que pudieron implicar un cambio

en la energía física invertida en tales actividades, por ejemplo, cambios en el

trabajo agrícola por la llegada de alguna nueva tecnología o manera de cultivo

(por ejemplo un uso más eficiente de las aguas), cambios en la forma de

transporte de carga que disminuyeron la carga de trabajo.

Sin embargo, no se puede ignorar la situación ambiental a la que estuvieron

sometidas las poblaciones durante una parte del período Intermedio Tardío.

Como fue mencionado anteriormente, las poblaciones andinas tuvieron que

hacer frente a una gran sequía por lo que el uso de nuevos espacios y la

complementación de todas las tecnologías productivas puede no haber influido

en la disminución del estrés sobre la columna vertebral pues la energía

invertida para hacer frente a los desequilibrios ambientales puede haber

contrarrestado algún efecto positivo.

Una actividad que se ha relacionado con la osteofitosis vertebral son las formas

de transporte de carga sobre la espalda (Sofaer Derevenski, 2000; Briones,

Núñez y Standen, 2005; Cases et al., 2008). La intensidad de osteofitosis vista

en San Pedro de Atacama podría entonces explicarse por cambios en los

Page 51: Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

51

métodos de carga y transporte entre el período Medio e Intermedio Tardío. El

hallazgo de capachos (especie de bolso conectado en ambos extremos a una

correa que se pone en la parte superior de la cabeza para poder transportar

objetos) es común en contextos arqueológicos del área, por ejemplo, en rutas

caravaneras prehispánicas (Briones, Núñez y Standen, 2005; Cases et al.,

2008). Los resultados presentados podrían estar relacionado al transporte de

carga sobre la cabeza o utilizando esta como soporte.

Un caso particular pareciese ocurrir en las vértebras cervicales. La intensidad

de la osteofitosis en Coyo 3 es la más alta respecto a todos los otros sitios.

Como fue mencionado anteriormente, este sitio se corresponde con el

momento en que empiezan a decaer las relaciones con Tiwanaku, lo que pudo

traer desajustes socioeconómicos y por lo tanto cambios en las actividades

desarrolladas por las poblaciones. Ahora, esta diferencia solo se observa en la

columna cervical, por lo que si hubo un cambio en actividades estaría

relacionado al uso o a la carga sobre este segmento vertebral. El que San

Pedro dejara de ser parte de una red de tráfico a larga distancia manejada por

Tiwanaku pudo provocar, especialmente en oasis más periféricos, un aumento

en los desplazamientos o una mayor demanda de trabajo.

Otra explicación podría estar relacionada con actividades específicas de

algunos oasis. Algunas investigaciones arqueológicas han notado la presencia

de instrumentos relacionados a la minería especialmente en el oasis de Coyo

(Costa y Llagostera, 1994; Núñez, 1999; Salazar et al., 2011). Arriaza (1991)

analizó los restos de Coyo Oriente y sugiere que las condiciones osteoartríticas

observadas en distintas articulaciones del cuerpo podrían estar relacionadas al

trabajo en minería. Si bien las herramientas encontradas en Coyo 3 no

muestran señales de uso y son menos frecuentes (Costa y Llagostera, 1994)

los resultados bioarqueológicos de Arriaza y del presente trabajo sugieren que

los habitantes de este oasis se dedicaron en mayor medida a este tipo de

actividad lo que trajo como consecuencia el mayor desarrollo de condiciones

osteoartríticas.

Lamentablemente, existe una escasa contraparte de datos arqueológicos que

avalen o rechacen lo planteado; por lo mismo, es importante desarrollar

Page 52: Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

52

estudios arqueológicos en torno a este tema que busquen posibles cambios

que puedan incidir sobre la prevalencia de la osteofitosis vertebral.

Así mismo, el análisis de otras articulaciones de los mismos individuos

analizados en este estudio, podrían confirmar o rechazar lo planteado, ya que

el enfoque más informativo es el uso de todo el esqueleto para registrar los

patrones de osteoartritis y osteofitosis vertebral (Jurmain, 1999; Goodman y

Martin, 2002).

Las investigaciones arqueológicas han planteado al período Medio como un

momento cuando la influencia Tiwanaku estuvo acompañada de un apogeo

cultural local con una mayor riqueza material y participando de la mayor red

interregional que tuvo su historia (Berenguer y Dauelsberg, 1989). Distintos

estudios bioarqueológicos han mostrado que esta prosperidad tuvo

implicancias en la calidad de vida de las poblaciones atacameñas, planteando

mejoras durante el período Medio (Neves y Costa, 1998; Costa et al., 2004)

especialmente en el estado nutricional de los individuos, reflejado en su

estatura y salud oral.

Sin embargo, otros indicadores muestran un panorama distinto. El análisis de

fracturas post craneales, relacionadas al uso del cuerpo, no revelan diferencias

entre los distintos períodos del desarrollo atacameño (Costa et al., 1998) y el

análisis de infecciones no específicas señalan, por el contrario, un incremento

durante el período de influencia Tiwanaku (Da Gloria et al., 2011).

Estas investigaciones, por lo tanto, muestran que solo algunos de los aspectos

relacionados a la calidad y estilo de vida se beneficiaron con la influencia del

estado altiplánico y del momento próspero que vivían las poblaciones locales.

Los datos entregados sobre osteofitosis vertebral confirman esta idea, y

además de esto, muestran una discordancia con los estudios de traumas post

craneales. Estos últimos estarían indicando que las actividades cotidianas y los

riesgos asociados a ellos no cambiaron durante todo el desarrollo cultural; sin

embargo, la osteofitosis vertebral indica un mayor estrés físico durante el

período Medio, planteando así un uso más intenso del cuerpo en actividades

cotidianas, especialmente en los momentos finales de este período.

Page 53: Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

53

Investigaciones arqueológicas sugieren diferencias sociales entre los grupos

atacameños durante el período Medio, a partir de la distribución diferencial de

las ofrendas funerarias, tanto en cantidad como en calidad, entre y dentro de

los sitios. Estas diferencias tendrían relación con la asociación de los individuos

a Tiwanaku (Torres-Rouff, 2008).

Así mismo, estudios bioarqueológicos (Torres-Rouff 2008, 2011; Hubbe et al.

2012) muestran que los beneficios asociados a la influencia Tiwanaku tampoco

se distribuyeron de manera equitativa en toda la población. Hubbe y

colaboradores (2012) señalan que los individuos relacionados a Tiwanaku

presentan una mejor salud oral así como diferencias en la composición dietaria.

Por su parte, Torres-Rouff (2008, 2011) plantea que las diferencias sociales,

además de observarse en la riqueza de las ofrendas funerarias, también son

posibles de identificar en los patrones de lesiones traumáticas craneales ya que

observa una mayor violencia en individuos asociados a Tiwanaku, los que a su

vez presentan una mayor riqueza en sus ofrendas. Torres-Rouff (2008, 2011)

sugiere que se generaron ciertas tensiones sociales al no beneficiarse toda la

población atacameña con esta influencia.

Los datos de osteofitosis vertebral no muestran diferencias significativas entre

dos grupos relacionados con Tiwanaku con mayor o menor estatus social

(Solcor 3 élite y Solcor 3 no élite, respectivamente). Esto podría ser

interpretado como que las diferencias sociales presentes en este período no se

relacionaron a las actividades físicas realizadas por estos grupos. De este

modo se puede plantear que la influencia de Tiwanaku no influyó sobre la

diferenciación de roles en actividades cotidianas y, por extensión, productivas

dentro de los grupos atacameños, de modo que los individuos de estatus social

más alto estarían realizando las mismas actividades que el resto de los

individuos. Al parecer, Tiwanaku contribuyó a segmentar la población pero no a

cambiarle su estilo de vida, ya que toda la población realizaba actividades

similares.

Investigaciones en torno a la degeneración del disco intervertebral plantean

que el factor genético es importante en esta condición (Kalichman, 2010). Si se

entiende la aparición y severidad de los osteofitos vertebrales como una

Page 54: Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

54

característica de este proceso degenerativo, las diferencias encontradas en la

muestra de San Pedro de Atacama podrían ser explicadas por diferencias

biológicas en los grupos humanos que habitaron los oasis entre estos dos

períodos, por ejemplo por causa del aporte poblacional desde otras regiones

con las cuales mantenían contactos.

Como se ha planteado desde la arqueología, los habitantes de los oasis

mantuvieron relaciones de intercambio con distintos grupos humanos. El

desarrollo de estas poblaciones, así como las del resto de los Andes Centro

Sur no solo se basó en las actividades productivas agrícolas y pastoriles sino

también, y de manera importante, en las conexiones interregionales y en las

redes de intercambio (Hubbe et al., 2012). Estas conexiones no solo

permitieron el intercambio económico; los distintos grupos humanos partícipes

de estas redes pudieron compartir y adquirir ideas, creencias y tradiciones. De

esta misma forma, el intercambio permitió el encuentro físico entre los distintos

grupos. La llegada de nuevas poblaciones a un lugar permitió probablemente la

llegada de nuevas características genéticas y con ello diferencias en

susceptibilidad hacia ciertas enfermedades o condiciones, por ejemplo, una

mayor susceptibilidad al desarrollo de la degeneración del disco intervertebral.

Algunos estudios de afinidades biológicas plantean que las diferencias

morfológicas observadas en los distintas fases culturales de la prehistoria de

San Pedro de Atacama pueden ser consecuencia de migraciones desde otras

zonas (Cocilovo y Varela, 2002). Las relaciones más claras se darían con

poblaciones de Pisagua y del noroeste Argentino (Cocilovo, 1981; Cocilovo y

Rothhammer, 1990).

Con estos antecedentes no es posible descartar que las diferencias

encontradas se deban en parte a diferencias en la composición genética de

cada grupo.

Page 55: Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

55

8.2. Cortisol en el cabello

La cuantificación de cortisol en el cabello de restos bioarqueológicos ha sido

realizada con anterioridad por Webb y colaboradores (2010), quienes

determinaron acumulación de esta hormona en restos precolombinos de Perú.

La presente investigación reafirma la posibilidad de cuantificar los niveles de

cortisol en muestras antiguas y busca además examinar si algún factor de tipo

cultural puede estar relacionado con los niveles encontrados, complementando

así el conocimiento sobre la calidad de vida de las poblaciones prehispánicas

de San Pedro de Atacama.

Como se expuso en la sección de resultados, las muestras de San Pedro de

Atacama no mostraron niveles de cortisol muy diferentes a los de las muestras

control actuales, salvo dos individuos atacameños con niveles particularmente

altos (Coyo Oriente 3928: 195 ng/g y Quitor 1 3445: 152 ng/g), sugiriendo que

las poblaciones del pasado estudiadas y las actuales estuvieron expuestas a

niveles de estrés similares.

Por lo que es posible pensar que los niveles encontrados en San Pedro de

Atacama muestren que las poblaciones atacameñas no tuvieron una vida tan

estresante como se asume. Si bien las condiciones ambientales son restrictivas

por estar insertas en uno de los ecosistemas mas agrestes como lo es el

desierto de Atacama, estas al parecer no alteraron mayormente los niveles de

cortisol de estas poblaciones.

Esto podría deberse a la larga historia de ocupación humana en el área y por lo

tanto a una larga historia de adaptación. Las primeras evidencias de ocupación

remontan a épocas arcaicas (9.000 – 2.000 a.C), por grupos que articulaban

grandes territorios en un patrón altamente móvil. Los procesos de

sedentarización durante el Formativo (1.200 a.C – 400 d.C.), decantaron

exitosamente hacia finales de ese período con poblados estables en los que

habitaban grupos especializados en el pastoreo, horticultura, con una red de

intercambio bien establecida y con actividades complementarias de recolección

(Agüero y Uribe, 2011).

Page 56: Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

56

Los individuos analizados en el presente estudio vivieron durante los períodos

subsiguientes, Medio (400 – 950 d.C) e Intermedio Tardío (1.000 – 1.400 d.C),

vale decir, son descendientes de un grupo humano que durante miles de años

fue adaptándose paulatinamente a las condiciones que la zona le ofrecía. Por

ello y aunque muchos factores podrían estar afectando los resultados, los

niveles de cortisol encontrados podrían estar indicando que no eran grupos

estresados o por lo menos no más estresados que las poblaciones en la

actualidad.

Sin embargo, en este punto es importante considerar que la muestra control

utilizada, es decir, un grupo actual de personas sanas (sin enfermedades

crónicas ni graves), está inserta en un sistema social, económico y cultural

donde los niveles de estrés psicológico son altos. Como se revisó en los

antecedentes, el cortisol también aumenta su liberación ante estrés psicológico

por lo que cabe preguntarse si la comparación fue realizada entre dos grupos

estresados.

Otra posible explicación a estos resultados es que el cuerpo humano responda

de manera similar ante una gama de estímulos que, aunque nocivos, no

alcanzan a ser críticos (a diferencia de enfermedades graves, por ejemplo).

Aplicado al caso del cortisol este efecto se vería reflejado en niveles

semejantes de producción hormonal.

Esto puede ser sostenido por dos puntos. El primero es que la liberación de

cortisol es estimulada por una gama de estímulos capaces de generar una

alteración en el cuerpo humano; por tanto, se trata de un biomarcador de estrés

no específico que permite observar una especie de “marco general” de cómo

los individuos responden a condiciones generales de estrés.

El segundo es que los niveles de cortisol muestran un rango amplio en

personas sanas llegando a traslaparse con los de personas afectadas por

distintos factores psicosociales y biológicos (esfuerzo físico, embarazo,

desempleo, síndrome de estrés post-traumático) (Steudte et al., 2011; Kalra et

al., 2007; Detternborn et al., 2010; Skoluda et al., 2011; Kirschbaum et al.,

2009), pero que solo ante eventos disruptivos más graves (como enfermedades

que requieran cuidados y tratamientos hospitalarios y patologías relacionadas a

Page 57: Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

57

la liberación anormal de esta hormona) (Thomson et al., 2009; Van Uum et al.,

2008; Pereg et al., 2010) los niveles se elevan de manera notoria. Si bien los

resultados en bruto de estos distintos trabajos y de la presente investigación no

se pueden comparar entre sí por la naturaleza de los análisis (Russell et al.,

2012), sí es posible realizar una comparación general.

A diferencia de las muestras de los estudios actuales, las muestras

arqueológicas se refieren a individuos muertos. Sin embargo, se esperaría que

en el pasado la muerte ocurriera más bien de manera inesperada, por ejemplo

como producto de un accidente o de una enfermedad aguda dentro de un

rango temporal acotado. En estas condiciones los niveles de cortisol en

muestras arqueológicas no estarían reflejando los eventos relacionados con la

muerte. Aún así, un análisis de cortisol en personas fallecidas recientemente

con una causa de muerte conocida podría esclarecer mejor este punto.

La presencia de altos niveles de cortisol en algunos individuos de San Pedro de

Atacama puede estar relacionada con enfermedades que pudieran estar

afectándolos. Por ejemplo, en estudios actuales se ha observado que personas

que sufren dolor crónico debido a distintas patologías presentan niveles de

cortisol significativamente más altos (Van Uum et al. 2008). En poblaciones de

San Pedro de atacama se han demostrado enfermedades infecciosas de la

cavidad oral (Hubbe et al., 2012; Neves et al., 2004) o procesos infecciosos no

específicos como periostitis y osteomielitis (Da Gloria et al., 2011), cuyos

agentes patógenos afectarían de manera negativa y persistente al cuerpo

produciendo una alteración generalizada o estrés.

Por último, grandes eventos de estrés relacionados con factores psicológicos y

psicosociales pueden hacer que el estrés percibido y el nivel de cortisol

aumenten en las personas (Karlén et al., 2011). Desajustes socioculturales y la

percepción que las personas tienen de éstos podrían provocar una mayor

acumulación de cortisol. Estudios actuales han mostrado que, por ejemplo, el

desempleo, el estrés postraumático por situaciones de guerra y aspectos

socioeconómicos tienen relación con la acumulación de esta hormona

(Detternborn et al., 2010; Steudte et al., 2011). Si bien no es posible distinguir

estos factores en las poblaciones del pasado, ellos no pueden ser ignorados.

Page 58: Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

58

Las personas que vivieron en los oasis de San Pedro de Atacama en tiempos

precolombinos no solo se enfrentaron a un ambiente en muchas ocasiones

agreste y hostil, sino también a procesos sociales que no siempre fueron

positivos para toda la población.

Diferencias sociales y de prestigio (Hubbe et al., 2012, Torres-Rouff, 2008,

2011), eventos históricos particulares como la influencia de algún estado de

mayor complejidad (tales son los casos de Tiwanaku y Tiwantisuyo) (Berenguer

y Dauelsberg, 1989) y violencia interpersonal y social (Torres Rouff, 2005,

2011; Lessa y Mendoça, 2004; Schiappacasse y Niemeyer, 1989), son algunos

de los factores que podrían haber afectado a las poblaciones sanpedrinas, pero

que por sí solos no muestran ser elementos que alteren de manera sustancial

la secreción de esta hormona.

Los niveles de cortisol no resultaron diferentes entre los distintos períodos

analizados. Tal como fue discutido anteriormente, esta similitud podría deberse

a la no-especificidad del indicador pero también a que las condiciones de vida

en ambos períodos no experimentaron mayores diferencias en cuanto a

generar estrés.

Los estudios bioarqueológicos desarrollados en el área muestran una mejor

nutrición durante el período Medio, pero solo en personas de mayor estatus

social (Hubbe et al., 2012). Otros indicadores de estrés no muestran diferencias

entre los períodos (Costa et al., 1998) e incluso sugieren lo contrario, como es

el caso de los resultados de osteofitosis vertebral. Esto solo muestra la

inherente complejidad en el estudio de la calidad de vida biológica en la

antigüedad.

A pesar de entregar resultados disímiles, lo cierto es que estos estudios

sugieren que los factores de estrés han variado entre un período y otro, sin

embargo, la respuesta hormonal no los está reflejando. Los resultados

presentados pueden apuntar a que la valoración de esos factores como

“estresantes” (por parte de la sociedad y del individuo) pueda estar mediando

sobre la respuesta del cuerpo humano. Un factor de estrés puede afectar en

gran medida a una sociedad en un momento determinado pero luego, en un

momento posterior puede no ser tan importante y por lo tanto no afectar de la

Page 59: Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

59

misma manera. Del mismo modo, nuevos estresores pueden causar la misma

respuesta biológica que condiciones estresoras previas, ya que pueden estar

siendo valoradas de la misma manera.

Al igual que en la comparación con la muestra actual, no se puede descartar

que la capacidad de respuesta del cuerpo sea acotada ante eventos de

intensidad por debajo de cierto umbral o no patológicos. También se debe

considerar el tamaño de la muestra, ya que para el período Medio solo fueron

analizados seis individuos.

Un elemento importante dentro de la arqueología de San Pedro de Atacama es

la presencia frecuente del complejo alucinógeno. Solo tres de las muestras

analizadas contenían en su ajuar algún elemento perteneciente a este

complejo. Si bien estas muestras mostraron niveles bajos dentro del rango

total, el número es muy pequeño como para realizar comparaciones confiables.

El estudio del ajuar funerario permitió determinar el período cultural al que

pertenecían los restos; sin embargo, las características de los mismos no

permitieron identificar otros rasgos culturales distintivos. Tampoco fue posible

realizar un análisis osteológico de los individuos cuyo cabello fue analizado, por

lo que otras variables culturales y biológicas como sexo, edad, indicadores de

estrés esqueletal, estatus social, etc. no pudieron ser evaluadas.

Page 60: Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

60

9. Conclusión

La calidad y el estilo de vida en el pasado han sido evaluados por medio de

diversos indicadores de estrés. Mediante ellos se ha visto cómo la biología

humana puede verse afectada por factores sociales y culturales y se ha podido

reconstruir parte de la vida de las poblaciones antiguas.

En San Pedro de Atacama se han analizado diversos indicadores dentales y

osteológicos para evaluar cambios en la calidad y el estilo de vida

especialmente durante los períodos Medio e Intermedio Tardío. El uso de

varios indicadores ha permitido acercarse aún más a la manera en que estas

poblaciones le hicieron frente a un ambiente y una realidad cultural particular.

El presente estudio analizó dos indicadores que no habían sido evaluados

anteriormente en San Pedro de Atacama, osteofitosis vertebral y cortisol en

cabello. El primero es un indicador tradicional relacionado con el estilo de vida

y el comportamiento, que puede dar luces sobre el uso que las poblaciones le

daban a su cuerpo en las actividades que realizaban de manera cotidiana. El

segundo es un marcador fisiológico de reciente uso pero poco utilizado como

indicador de estrés en bioarqueología y que puede convertirse en la manera

más directa de aproximarse a las condiciones fisiológicas en vida de los restos

humanos encontrados en contextos arqueológicos.

El estudio analizó muestras de dos períodos, Medio e Intermedio Tardío, sin

enfocarse en ningún evento en particular. Esto permite no sesgar los resultados

presentados y poder discutir distintos factores de índole tanto ambiental como

social, y de este último tanto local como foráneo.

Los resultados obtenidos muestran la utilidad de ambos indicadores para la

reconstrucción de la vida de los grupos prehispánicos que habitaron esta área.

En el caso del indicador de estrés biomecánico, es decir, el grado de expresión

de osteofitosis vertebral, se comprueba el carácter degenerativo de la condición

ya que la edad influye directamente en las diferencias observadas entre los

distintos sitios. Pero aún controlando el factor etario es posible observar

diferencias significativas entre los distintos sitios analizados.

Page 61: Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

61

Estas diferencias podrían ser explicadas por cambios en la intensidad de la

carga mecánica ejercida en la columna vertebral ya sea por distintos tipos de

actividades o por cambios en la intensidad de las actividades desarrolladas por

las poblaciones de San Pedro de Atacama, por ejemplo actividades

relacionadas con una carga axial sobre el cuerpo (uso de capacho o carga

sobre la cabeza, por ejemplo) o en las que la columna deba realizar

movimientos constantes de flexión.

Un caso particular sucede con el sitio Coyo 3 especialmente en su segmento

cervical. Sus niveles son altos respecto a todos los otros sitios. Lo que podría

relacionarse a dos aspectos de carácter cultural. Este sitio se ubicaría

cronológicamente en el momento en que se produce un desajuste social y

económico por la desarticulación de la hegemonía de Tiwanaku. Por otro lado,

el hallazgo de herramientas para el trabajo de minería en los sitios de Coyo,

podría estar indicando una especialización a actividades mineras.

Un enfoque que puede entregar mayor información es la investigación

sistemática de patrones de osteofitosis vertebral y osteoartritis en distintas

articulaciones, usando toda la muestra esqueletal (Jurmain, 1999; Goodman y

Martin, 2002). Por lo mismo y para llegar a conclusiones más robustas es

necesario realizar en el futuro un análisis de las articulaciones apendiculares de

las mismas muestras utilizadas en este estudio.

En el caso del estrés fisiológico, éste solo había sido evaluado por medio de

indicadores esqueletales y dentales en San Pedro de Atacama. El análisis

realizado en el presente estudio reafirma la posibilidad de cuantificar cortisol en

restos humanos antiguos y sugiere que los niveles encontrados probablemente

correspondan a las concentraciones fisiológicas a las que estuvieran expuestas

los individuos analizados cuando vivían, tal como ya lo había hecho Webb et al.

(2009) en momias de Perú.

Si bien las condiciones ambientales y sociales de vida de las poblaciones

precolombinas fueron muy distintas a las actuales, los niveles encontrados en

San Pedro de Atacama no difieren significativamente de la muestra actual

utilizada como control.

Page 62: Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

62

Además, la muestra precolombina posee un rango relativamente amplio, por lo

que es posible observar que algunos individuos tienen altos niveles de cortisol,

mientras otros tienen niveles relativamente bajos. Esto sugiere que dentro de

los grupos que habitaron San Pedro de Atacama existieron diferencias en las

condiciones de vida. Esta sugerencia no pudo ser evaluada pues no se contaba

con otros indicadores culturales que permitieran contrastar las observaciones.

Los niveles de cortisol encontrados podrían estar indicando que no eran grupos

estresados. Una larga historia de ocupación en la zona permitió que las

poblaciones se adaptaran a condiciones ambientales extremas, por lo que no

supondría un factor estresor, como por lo general se asume.

Estos resultados también podrían estar evidenciando que la respuesta

fisiológica del cuerpo humano se activa ante una amplia gama de estímulos y

una respuesta más severa solo se produce frente a factores nocivos que

atenten contra la supervivencia de los individuos. En ese sentido, los diversos

factores ambientales, culturales y psicosociales que afectaron a las

poblaciones precolombinas de San Pedro de Atacama pueden influir en los

niveles de cortisol pero al no tener control sobre estas variables en las

muestras analizadas no es posible evaluarlas para así descubrir por qué el

rango presente es tan amplio.

Al igual que en la osteofitosis vertebral, no se pueden descartar otros factores

que pueden afectar los niveles de cortisol, como por ejemplo efectos del

ambiente (cuando los individuos analizados vivían) y los tafonómicos que

actuaron en las fibras capilares y podrían haber generado una pérdida de la

hormona.

Sin embargo, el cortisol es una molécula relativamente estable por lo que es

difícil que reacciones de descomposición de la molécula puedan ocurrir y

menos cuando la matriz en la que está inserta (cabello) no ha sido mayormente

afectada. Sin embargo, no debe descartarse la posibilidad que agentes

biológicos y mecánicos puedan fragmentar el cabello y generar poros o

socavaciones que permitan el contacto directo de la hormona con el ambiente o

con agentes biológicos (hongos, bacterias, etc.) que puedan provocar su

transformación o su migración hacia el ambiente. Sería interesante evaluar el

Page 63: Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

63

estado de conservación de las muestras para observar posibles agentes

biológicos que puedan haber influido en una eventual pérdida de cortisol. Así

mismo, sería interesante evaluar de manera experimental si daños mecánicos

al cabello puede provocar una pérdida de cortisol de ellos y también si existe

una pérdida de esta hormona ante distintos agentes químico, físico y biológico

cuando se encuentra depositada en la tierra u otras matrices en las que los

restos humanos y arqueológicos están insertos.

Para ambos indicadores, un punto importante que no se puede obviar es el tipo

de información arqueológica que acompaña a las muestras. En el caso de

osteofitosis vertebral, la información general (pero no particular) de los restos y

de los sitios (o del sector del sitio) analizados era asequible por medio de

publicaciones en revistas científicas. Esto permitió tener el contexto cultural de

las muestras utilizadas, aunque asumiendo ciertos riesgos como es el de

considerar todo el sector desde donde provenían los restos humanos de los

sitios analizados como de un período determinado.

En el caso de las muestras utilizadas en la cuantificación de cortisol esto fue

más complicado ya que en primer lugar la selección de la muestra se basó en

la disponibilidad de cabello y la contextualización de las muestras se hizo

mediante los archivos del arqueólogo a cargo de las excavaciones. Esto generó

una muestra heterogénea en cuanto a sitios analizados y en cuanto a

información arqueológica disponible. Esto a su vez provocó la disminución del

tamaño muestral a solo aquellos individuos que tuvieran información suficiente

para determinar el período cultural al cual pertenecían, lo que a su vez

disminuyó la posibilidad de evaluar otros aspectos culturales por tener una

muestra tan reducida.

A pesar de estas limitaciones, en términos generales los indicadores

estudiados no solo muestran el potencial que pueden llegar a tener para

generar inferencias de tipo cultural, sino que también en complementar lo que

ya se ha planteado sobre esta temática en San Pedro de Atacama.

Page 64: Estrés físico y fisiológico en las poblaciones de los ...

64

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