Esta edición es el homenaje de la Universidad...

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Esta edición es el homenaje de la Universidad Autónoma de Nuevo León y de un grupo de escritores de lengua española

a Alfonso Reyes, al celebrarse 78 años de la fundación de nuestra Alma Mater.

Poemas sueltos

Poemas sueltos

Marina Tsvietáieva

Versión de Selma Ancira y Francisco Segovia

Jesús Ancer RodríguezRector

Rogelio G. Garza RiveraSecretario General

Ubaldo Ortiz MéndezSecretario Académico

Minerva Margarita VillarrealDirectora de la Capilla Alfonsina Biblioteca Universitaria

-[\I�MLQKQ~V�]VQ^MZ[Q\IZQI�\QMVM�KWUW��VQKW�ÅV�NWUMV\IZ�MT�QV\MZu[� por la literatura entre los estudiantes de nivel medio y superior, por lo que no tiene carácter lucrativo.

Edición:Nancy Cárdenas, Carlos Lejaim Gómez, Alma Patricia Ramírez y Martha RamosDiseño de la colección:Marta Hoyos González LunaPortada:Carlos Palomo, composición a partir de la obra Amantes en el cielo rojo, de Marc Chagall, 1950

Primera edición, 2011

© D.R. Universidad Autónoma de Nuevo León© D.R. Marina Tsvietáieva© D.R. Selma Ancira, por la versión© D.R. Francisco Segovia, por la versión

Este libro fue concebido y realizado durante la pertenencia de Selma Ancira al Sistema Nacional de Creadores de Arte del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes.

ISBN-978-607-433-682-5

Impreso en México

AdvertenciA de los trAductores

Este libro no es una verdadera antología. Los poemas que contiene no fueron reunidos por nuestro gusto sino por el azar. Los primeros que tradujimos fueron los que citaba fragmentariamente Simon Karlinsky en su libro Marina Tsvietáieva (Barcelona, Grijalbo-Mondadori, 1991); los úl-timos, los versos citados por Tzvetan Todorov en la pre-sentación de Confesiones. Vivir en el fuego (Barcelona, Galaxia Gutemberg, 2009); entre ambos, tradujimos aquellos que forman parte de La librería de los escritores (Barcelona, Edi-ciones de La Central, 2007; México, Sexto Piso, 2007) y aquellos a los que puso música Elena Frolova y luego in-cluyó en su disco El sol de la tarde (Querétaro, Colegio Uni-versitario de Humanidades, 2008). Con todo, este libro no es una simple recopilación de trabajos hechos y publica-dos. Hemos completado todos los poemas cuya traducción era sólo fragmentaria, hemos pulido y a veces corregido mucho las versiones más antiguas, hemos omitido algunos poemas publicados —por considerar que no casaban bien en esta muestra—, pero también hemos añadido otros, LM�\ZIL]KKQ~V�QVuLQ\I��1VKT]QUW[�ÅVITUMV\M��I�UIVMZI�LM�introducción, unas páginas en las que Marina Tsvietáieva se describe brevemente a sí misma.

Sabemos que estos Poemas sueltos tienen mucho de aza-roso, pero también que el azar a veces redondea hermo-samente sus objetos. Esperamos que a los lectores les pa-rezca que esta vez lo ha hecho.

S.A. y F.S.

MArinA tsvietáievA: respuestA A un cuestionArio

Marina Ivánovna Tsvietáieva.Nacida el 26 de septiembre de 1892 en Moscú.Noble.Mi padre era hijo de un sacerdote de la provincia de Vla-dímir, especialista en literatura europea; doctor honoris causa de la Universidad de Bolonia; profesor de historia del arte, primero en la Universidad de Kiev y después en la de Moscú; director del Museo Rumiántsev; fundador, inspirador y coleccionista particular del primer museo de las bellas artes de Rusia. Héroe del trabajo. Murió en Moscú en 1913, poco después de la inau gu ración del Mu-seo. Legó su patrimonio (escaso, porque era generoso) a la escuela de Talitsi (su aldea natal, en la provincia de Vladí-mir). Su biblioteca, enorme, reunida gracias a su trabajo a�KWV�OZIVLM[�LQÅK]T\ILM[��TI�TMO~�\WLI��[QV�M`KMX\]IZ�]V�solo libro, al Museo Rumiántsev.

Mi madre era una polaca de sangre azul, discípula de Rubin stein, dotada de un raro talento musical. Murió pre-maturamente. La poesía me viene de ella. También donó la biblioteca (la suya y la del abuelo) al Museo. De este modo, de nosotros los Tsvietáiev, Moscú ha recibido tres bibliotecas. Yo también donaría la mía, si no hubiese teni-do que venderla durante los años de la Revolución.

Mi primera infancia – transcurrió en Moscú y en <IZ][I��VQLW�LM�]VI�[MK\I�KZQ[\QIVI�LM�ÆIOMTIV\M[�MV�MT�Oká); de los diez a los trece años (muerte de mi madre)

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– viví en el extranjero; hasta los diecisiete, nuevamente, Moscú. Nunca en una aldea rusa.

1VÆ]MVKQI[�XZQVKQXITM[�·�XWZ�MT� TILW�UI\MZVW"� TI�U�-sica, la naturaleza, la poesía, Alemania. La pasión por el judaísmo. Uno contra todos. Heroica.

)TOW�Un[�WK]T\I�XMZW�VW�UMVW[� N]MZ\M� N]M� TI� QVÆ]MV-cia de mi padre: la pasión por el trabajo, la ausencia de IZZQJQ[UW��TI�[MVKQTTMb��TI�ZMV]VKQI��4I�QVÆ]MVKQI�KWVR]V\I�de mi padre y de mi madre – mi carácter espartano. Dos leitmotiv en una sola casa: la música y el Museo. El aire en casa no era burgués ni intelectual, era – caballeresco. La vida se entendía de manera sublime.

Sucesión de acontecimientos espirituales: durante toda mi primera infancia – la música; a los diez años – la Re-volución y el mar (Nervi, cerca de Génova, nido de emi-grantes); a los once años – el catolicismo; a los doce – la primera sensación de patria (“El varego”, Port Arthur); a partir de los doce años y hasta la fecha – pasión por lo napoleónico, interrumpida en 1905 por Spiridónova y Schmidt; a los trece, catorce y quince años – el populismo; a los dieciséis – ruptura con la ideología, amor por Sarah Bernhardt (El aguilucho), estallido de bonapartismo; de los dieciséis a los dieciocho años – Napoleón (Victor Hugo, Béranger, Fréderic Masson, Thiers, memorias, el Culto). Poetas franceses y alemanes.

Mi primer encuentro con la Revolución fue en 1902-1903 (los emigrantes), el segundo fue en 1905-1906 (en

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Yalta, con los socialistas revolucionarios). Nunca hubo un tercero.

Sucesión de libros favoritos (cada uno representa una época): Ondina (primera infancia), Lichtenstein LM� 0I]ٺ�(adolescencia), L’aiglon de Rostand (primera juventud). Más tarde y hasta hoy: Heine – Goethe – Hölderlin. Pro-sistas rusos (hablo desde mi punto de vista actual) – Leskov y Aksákov. De los contemporáneos – Pasternak. Poetas rusos – Derzhavin y Nekrásov. De los contemporáneos – Pasternak.

Mis poemas preferidos en la infancia – “Al mar” de Pushkin y “El manantial ardiente” de Lérmontov. Doble-mente – “El rey de los bosques” y Erlkönig. Amo con pa-sión “Los gitanos” de Pushkin desde los siete años y hasta la fecha. Nunca me gustó Eugenio Onieguin.

Mis libros más amados en el mundo, con los que me incinerarán – Los Nibelungos, La Ilíada, El cantar de las huestes de Ígor.

Mis países predilectos – la antigua Grecia y Alemania.Instrucción. A los seis años – la escuela de música de

Zograf-Plaksinaia; a los nueve años – el IV liceo femeni-no; a los diez – nada; a los once – el colegio católico en Friburgo (Schwarzwald); a los trece – el liceo de Yalta; a TW[�KI\WZKM�·�MT�KWTMOQW�UW[KW^Q\I�LM�)TÅ~ZW^I#�I�TW[�LQMKQ-séis – el liceo de Briujanenko. Terminé el séptimo año; del octavo – me retiré.

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A los dieciséis años asistí, en la Sorbona, a un curso de verano sobre la literatura francesa antigua.

)T�XQM�LM�UQ�XZQUMZI�KWUXW[QKQ~V�MV�NZIVKu[�ÅZUu��\M-nía once años): Trop d’imagination, trop peu de logique.

Escribo versos desde los seis años. Publico desde los dieciséis. También los he escrito en francés y en alemán.

Mi primer libro – Álbum vespertino. Lo publiqué yo mis-ma cuando aún estaba en el liceo. Primera crítica – un gran artículo de felicitación de Max Voloshin. No sé de QVÆ]MVKQI[�TQ\MZIZQI[��[u�LM�QVÆ]MVKQI[�P]UIVI[�

Autores favoritos (de entre los contemporáneos) – Rilke, Romain Rolland, Pasternak.

Jamás pertenecí ni pertenezco a ningún movimiento literario o político.

Marina Tsvietáieva, 1926

Poemas sueltos

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Plegaria

¡Cristo y Dios! De un milagro tengo sed.¡Aquí, ahora, al comenzar el día!Oh, déjame morir mientras la vidaEs para mí, aún, igual que un libro.

Tú eres sabio. Tu celo no dirá:“Aguanta, aún no se ha cumplido el plazo”.Pues tú mismo me diste – ¡demasiado!De todo al mismo tiempo – tengo sed.

Lo quiero todo: con alma gitanaHacerme bandolera con un cántico, Sufrir por todo el mundo al son del órganoEntrar como amazona galopando al combate;

Leer desde una torre el futuro en los astros, Para los niños ser, entre la sombra – guía. Que sea leyenda – el día de ayer, Que sea locura – ¡cada día!

Amo también la cruz, y la seda, y los cascos,Mi alma es una huella fugaz…Me diste una niñez – mejor que un cuentoDame la muerte – a los diecisiete años.

26 de septiembre de 1909, Tarusa

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Dos al cuadrado

Mucho tiempo ignoró nuestra miradaCuál de las dos hermanas era “ella”Para ellos. Enmudecen los reproches, –Pues somos dos. ¿Acaso es culpa vuestra?

– “¡Se ha ido!” – ¿Cuál de los dos? ¿Quién se ha ido?

Por ambos siente afecto cada una.Aquí enmudecen todos los reproches, –Pues que sois dos. ¿Acaso es culpa nuestra?

1910

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A mis versos escritos tan tempranoQue no sabía ni yo que era – poeta,Brotados como chorros de una fuenteCual chispas de una bala,

Llegados como diablos diminutosAl templo del incienso – y del sueño,A mis versos de muerte y juventud– ¡Mis versos no leídos!

Dispersos entre el polvo de las tiendas,(Donde nadie los toma ni nunca tomará),A mis versos, como a los buenos vinos Les llegará su hora.

13 de mayo de 1913, Koktebel

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Encuentro con Pushkin

Subo por el camino blanco,Polvoso, tintineante, empinado.No se cansan mis dos piernas livianasDe conducirme a lo más alto.

A mano izquierda – el escarpado lomoDel Aiu-Dag, la azul profundidad –El paisaje. Recuerdo al mago crespoDe estos parajes líricos.

Lo veo en el sendero y en la gruta…Sobre la frente la morena mano… –Como si un carro de cristal vibraraFrente a la encrucijada… –

El olor – de la infancia – a un cierto humo,Tal vez a ciertas tribus…El resplandor de la Crimea de antes,La que vio los hermosos días de Pushkin.

¡Pushkin! – Tú de un vistazo ya sabríasQuién anda en tu camino. Y te iluminarías. Mas no me invitarías a andar por los colladosTomándome del brazo.

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Sin apoyarme en la morena mano,Yo te diría, andando,Cuán hondo es mi desprecio por la cienciaY por los guías cuál mi malquerencia,

Cuánto amo las insignias y los nombres,Las cabelleras y las voces,Los tronos viejos, los añejos vinos,¡Y a cada perro del camino!

La sonrisa esbozada a modo de respuesta, Y a los monarcas jóvenes…Cuánto amo el fuego de los cigarrillosEn la afelpada apretazón del parque.

A cada comediante y el sonidoDel tamborín, la plata igual que el oro,El nombre irrepetible de Marina,A Byron y el bolero,

Los amuletos, frascos, las velas y las cartas,El olor de los nómadas, como el de sus pellizas,Y las palabras falsas, que se hunden en el alma,Por unos labios hechiceros dichas.

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Estas palabras: “nunca” y “para siempre”,Mas después de las ruedas – y los rieles…Y las manos morenas, y los ríos azules.– ¡Ay – tu Mariula!

Del tambor – el estrépito, y de los poderosos – Las galas. Las ventanas de palacios y coches,4I�XMY]M}I�ÆWZM[\I�MV�TI�ZILQIV\M�JWKIDe cada chimenea, la estrella de los cohetes…

5Q�KWZIb~V�M\MZVW�a�[]�MV\ZMOI�ÅMTSolamente a él, al Rey.5Q�KWZIb~V�a�[]�ZMÆMRWEn el espejo… – Cuánto amo…

Se acabó… – No hablaría más,Miraría hacia abajo… Usted se callaríaTan triste, tan maravillosamente,Abrazando un ciprés delgado.

Ambos callaríamos – ¿no es verdad? –Mirando cómo allí, a nuestros pies,En alguna cabaña acogedora,Se enciende la primera lucecita.

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Y – ya que de la más honda tristezaNo hay más que un paso – ¡y sólo un paso!

– al juego –Nos lanzaríamos, corriendo y riendoCuesta abajo tomados de la mano.

1 de octubre de 1913

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Se están enfriando dos soles – ¡Piedad,Señor! – Uno – en el cielo, otro – en mi pecho.

¡Cómo estos soles – ¿podré perdonármelo? Cómo estos soles me daban delirio!

Y ambos se enfrían – ¡no hieren sus rayos!,Y el más ardiente, se enfría primero.

6 de octubre de 1915

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Se rompió en mil astillas de plata El espejo, y en él – la mirada. ¡Las ánades – las ánades mías Vuelan a casa!

Me cayó de la nubosa altura Justo sobre el pecho – una pluma. Hoy en mis sueños yo repartía Plata menuda.

Un estruendo de plata – estentóreo. En plata yo – ¡habré de cantar! ¡Criatura mía! ¡Pequeño ánade! §6W�\M�IÆQOM�^WTIZ'�

Iré, mas sin manifestarme Ni frente a mis parientes ni a mi madre. Iré y me quedaré en la iglesia de pie, Y a los santos suplicaré Por el pequeño ánade.

1 de marzo de 1916

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En este Día de la Anunciación, Los dos brazos puestos en cruz, )O]I�I�TI�ÆWZ�Y]M�[M�LM[UIaI���De par en par abiertas las ventanas – ,yI�LM�)V]VKQIKQ~V��¨TI�ÅM[\I�M[�UyI

En este Día de la Anunciación8]MLW�IÅZUIZ�KWV�XTMVQ\]L"�¡No necesito de palomas mansas, Ni cisnes, ni aguiluchos! – Volad a donde os plazca.,yI�LM�)V]VKQIKQ~V��¨TI�ÅM[\I�M[�UyI

En este Día de la AnunciaciónSonrío hasta que cae la noche, Después de a mis alados amigos despedir. – No necesito nada para mí. ,yI�LM�)V]VKQIKQ~V��¨TI�ÅM[\I�M[�UyI

23 de marzo de 1916

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Del ciclo: “Poemas para Moscú” (Poema 4)

Llegará el día – ¡dicen que triste! Dejarán de reinar, de llorar, de arder, – Enfriados por monedas ajenas – Mis ojos, móviles como llamas.

Y – el doble encuentra al doble – A través del ligero rostro brota la faz. ¨7P��ÅVITUMV\M�[MZu�LQOVI�LM�\Q��Hermoso cinturón de la venerabilidad!

Y desde la distancia – ¿lo divisaré a usted? –Se alarga, santiguándose desconcertada, La procesión por la alfombra negra. Hacia mi mano, que no retiraré, Hacia mi mano, de la que se ha levantado

la prohibición, Hacia mi mano, que no existe más.

A vuestros besos, oh, vivos, Nada replicaré – por primera vez. Me envuelve de la cabeza a los pies El hermoso ropaje de la venerabilidad. Nada me hará ya sonrojar, Hoy es mi santa Pascua.

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Por las calles de la Moscú abandonada Viajaré – yo, y deambularéis – vosotros. Y nadie se quedará rezagado por el camino, Y resonará el primer terrón sobre la tapa

del ataúd, – A�XWZ�ÅV�[MZn�ZM[]MT\W�El sueño solitario y egoísta. Y ya nada necesita a partir de hoy La recién fallecida boyarda Marina.

11 de abril de 1918, primer Día de la Pascua

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Antaño, para mí eras una madre.Por la noche podía llamarte yo.Enfebrecida luz, insomne luz,Luz de mis ojos en aquellas noches.

Pero recuerda ahora, bienamada,Aquellos viejos días sin crepúsculo,Días de madre e hija sin crepúsculo,Recuerda aquellos viejos días sin noche.

A molestarte no he venido, adiós.Sólo besaré el bies de tu vestidoY con mis ojos miraré tus ojos,Los que tanto besé en aquellas noches.

Un día – moriré. Un día – morirás.Un día – entenderé. Un día – entenderás…Y volverá a nosotras, el día del perdón,Aquel tiempo que no podemos recobrar.

26 de abril de 1916

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Del ciclo: “Ajmátova” (Poema 2)

Me abracé la cabeza y de pie sigo estando, – ¡Qué me importa la gente con todas sus intrigas! – Me abracé la cabeza y ahora canto. Canto En la aurora tardía.

¡Una ola violenta Me levantó en su cresta! ¡Yo canto que eres – una Como arriba la Luna!

Que al corazón llegando como un grajo, En las nubes te hundiste. A ti te canto La de corva nariz y cólera mortal. Y es mortal – tu bondad.

Que encima de mi Kremlin que el sol dora Tu oscuridad pusiste. Que con deleite lírico, como con una soga, Mi garganta ceñiste.

¡Ah, qué dichosa soy! Nunca la madrugada Se incendió tan angélica. ¡Ah, qué dichosa soy! Tras de darte mi dádiva Me retiro – paupérrima,

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Pues a ti, cuya voz – ¡oh, profundidad, niebla! – Me ha interrumpido la respiración, Te llamé yo por vez primera Musa de Tsarskoe Seló.

22 de junio de 1916

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Del ciclo: “Ajmátova” (Poema 3)

Aún otro aletazo – Y las pestañas se hunden en el sueño. ¡Oh, mi cuerpo querido! ¡Oh, mis restos Más ligeros que un pájaro!

¿Qué hacía ella en la bruma de los días? Esperaba y cantaba… Tanto suspiro en ella había, Tan poco – cuerpo.

Gracia no humana Su somnolencia. De ángel y de águila. Algo había en ella.

Ella duerme y el coro la reclama solícito A los jardines del Elíseo. Como si no le bastaran los cantos Al letárgico diablo.

* * *

Ni nosotros – las horas, los años y los siglos – Ni el sitio en que vivimos.

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Y la estatua, quïeta, Ya no se acuerda.

Hace mucho la escoba inactiva quedó, Y lisonjera se marchita Sobre la Musa de Tsarskoe Seló La cruz de ortiga.

23 de junio de 1916

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Del ciclo: “Ajmátova” (Poema 8)

En el mercado gritaba la gente,Salía vapor de la panadería.En mi memoria quedó la encarnadaBoca de aquella enjuta cantante.

+WV�M[M�W[K]ZW�·�LM�ÆWZM[�·�XI}]MTW�– Para ganarte la gracia divina –Con la cabeza agachada entre todasLas peregrinas, por mí reza tú,

Belleza triste y diabólica, rezaPor mí en San Sergui de la Trinidad, Cuando los bosques te elijan a tiNuestra Señora de las Flagelantes.

27 de junio de 1916

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Contrito Dios se contrajo Y calló. De pronto sonrió y de pronto Miles de ángeles sagrados De cuerpos esplendorosos Concibió. Los hay de inmensas alas dotados Pero también – desalados.

Por eso es que lloro inánime, Es por eso – Porque aún más que a Dios quiero A sus dulcísimos ángeles.

15 de agosto de 1916

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Felicidad o tristeza. Nada saber de memoria.Pasear con una esponjosa calma de castor.Estrujar el corazón de Pushkin con las manos.Y – crear fama por los siglos de los siglosComo Goncharova,La de cejas alargadas,Con ninguno rigurosa.

Sueño o pecado mortal –Ser como seda o pelusa, como piel,Y, sin escuchar el verso que discurre,;QV�IZZ]OI[�MV�TI�NZMV\M��ÆWZMKMZ�Si hay tristeza – morderse los labios,Y más tarde, ya en la tumba,Acordarse de Lanskói.

11 de noviembre de 1916

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Agosto – astros, Agosto – estrellas, Agosto – ristras De uvas y serbales. ¡Aherrumbrado – agosto!

Robusto, bondadoso, Con tu imperial manzana, Cual niño, agosto, juegas. Rozas, como una mano el corazón Con tu nombre imperial: ¡Agosto! – ¡Corazón!

¡Mes de besos tardíos, De rosas y relámpagos tardíos! ¡De aguaceros de estrellas! ¡Agosto! – ¡El mes! ¡De aguaceros de estrellas!

7 de febrero de 1917

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Del templo austero y armoniosoSaliste al grito de las plazas…– ¡Oh, Libertad! – Hermosa DamaDe los marqueses rusos, y los príncipes.

Horrenda práctica coral:¡Y todavía no se ha dado misa!– ¡Oh, Libertad! – ¡Puta en el pechoEnloquecido del soldado!

26 de mayo de 1917

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¡Amargor! ¡Amargor! Sempiterno resabio – ¡Oh, pasión! – de tus labios. ¡Amargor! ¡Amargor! Mordedura perenne – Más dura que los dientes.

Yo por amargor – beso A todos, a los jóvenes y también a los buenos. Tú por amargor – a otra Conduces por la noche tomada de la mano.

Con hogaza de pan como, con agua trago El amargor-desdicha, el amargor-tristeza. Como ésta hay una hierba, ¡Oh, Rus!, en tus praderas.

10 de junio de 1917

38

No llegué a casa – como una impostora,Ni como una sirvienta – no me hace falta pan.Soy – tu pasión, tu descanso el domingo,Soy tu séptimo día, soy tu séptimo cielo.

Allá en la tierra me daban limosnaY al cuello me amarraban rüedas de molino– ¡Amado! – ¿no me reconoces?Yo soy tu golondrina – Psique.

Abril de 1918

39

El recuerdo de usted es un humo liviano Un humito azulado detrás de la ventana. El recuerdo de usted – una tranquila casa. Su casita – tranquila – con el cerrojo echado.

¿Qué cosa es ese humito? Y esa casita ¿qué es? El suelo – ¡va volando debajo de mis pies! Las puertas – ¡ya sin quicio! – ¡El techo – allá arriba! El humito azulado – ¡la casita tranquila!

10 de julio de 1918

40

Mi día es sin orden y absurdo: Al pobre le pido un mendrugoY doy limosna al poderoso,

Ensarto en la aguja – un rayoLe entrego la llave – al caco, Con blanco me chapeo el rostro.

No me da pan el pordiosero,El rico no toma el dinero,Y no entra por la aguja el rayo.

Sin llave se cuela el truhán, Y yo, tonta, me echo a llorar – Por un día inútil y vano.

27 de julio de 1918

41

Si el alma nació con alas –¡Qué le importan palacios – y qué cabañas!¡Qué le importa Gengis Kan y qué – su Horda!En el mundo tengo yo dos enemigos,Dos gemelos unidos con insoluble goma:El hambre del hambriento – la hartura del ahíto.

18 de agosto de 1918

42

Para Alia

1

No sé dónde estoy yo, tú dónde estás. Con la misma canción y el mismo afán. ¡Tan unidas en la amistad! ¡Tan cercanas en la orfandad!

Tú y yo juntas estamos tan contentas: Sin hogar, sin descanso y sin amparo… Al despertar – dos pájaros – cantamos. Dos peregrinas que el mundo alimenta.

2

Juntas vagamos por iglesiasGrandes – y chicas, parroquiales.Juntas por casas y por eras Pobres – e ilustres, señoriales.

Y dijiste un día: – ¡Cómpramelo!Mirando las torres del Kremlin.Tuyo es desde siempre. – Ahora duérmete,Mi terrible, mi clara primogénita.

43

3 Debajo de la tierra la hierbaIntima con fósiles de hierro –Así lo miran todo dos grietasClaras en el abismo del cielo.

¡Ah, Sibila! ¿por qué tú le das A mi niña – un destino como éste?Suerte rusa – ¿por qué para ella…?Y un siglo entero: Rusia, serbal…

24 de agosto de 1918

44

No hace falta que hables conmigo, Ten mis labios: sacia su sed. Ten mi pelo: acarícialo. Ten mis dos manos: bésalas. – Pero aún mejor, déjame dormir.

28 de agosto de 1918, Día de la Asunción

45

Partí de las costas brumosas de Albión… Bátiushkov

“Partí de las costas brumosas de Albión”… ¨)T\]ZI�,Q^QVI��·��¨,Q^QVI�IÆQKKQ~V�Miro el turbio seno de aguas deslucidas Y el insulso cielo de todos los días.

Y apoyado en el mástil que se bambolea – Bello como un sueño – bajo su cotón – Veo a un joven – ¡Lloren! ¡Oh, lloren, doncellas! ¡Llora, Hombría! – ¡Llora, brumosa Albión!

¡Se ha cumplido! – ¡Entre el cielo y la mar está solo! ¡Qué instrucción para ti, odiador de instructivos! Y en el pecho fatídico, por una estrella hendido, Penetra el rey del viento fatídico – Eolo.

Pero el rugir del agua compone una canción Sobre cómo murió, marcado por la estrella… – ¡Llora, Amor! ¡Llora, Mundo! ¡Tú, Juventud, Lamenta!

46

¡Giman, Hélade Y Ada! – ¡Llora, brumosa Albión!

30 de octubre de 1918

47

Yo voy con paso sutil – Señal de conciencia limpia – Yo voy con paso sutil Y una fuerte melodía –

Dios a mí me fue a poner En medio de la ancha tierra. Eres ave, no mujer,

Y por eso – canta y vuela.

1 de noviembre de 1918

48

¡Cinta roja entre las trenzas! ¡Cinta roja entre las trenzas! Y mi amigo más amado – De la guardia centinela.

Frente a los vientos helados, Bajo la luna que hiela, Firme al lado de la tienda – Como columna de sal.

Me aproximo silenciosa – Y él exige: “¡La señal!” – ¡Soy yo, soy yo! – ¡Adelante, Aquí nuestro Rey reposa!

– Mi corazón, aquí estoy – Es decir – ¡tu corazón! – No es lugar para charadas, Que tengo el arma calada.

– ¡Que no vaya a llegar tarde A misa el señor tu Rey! – Ya te he dicho: ¡Adelante! Y no lo repetiré.

49

Suena un tiro. Me desplomo Sin un ruido – sobre el brezo. Al Norte tiende los ojos, Tiende los ojos al Sur,

Y hacia el Este y el Oeste. – ¡No te duermas, centinela! ¡Cinta roja entre las trenzas! ¡Cinta roja entre las trenzas!

10 de noviembre de 1918

50

Lo amo toda la vida y cada hora del día, Usted me sobrepasa, como una sombra grande, Como el humo ancestral de las aldeas polares.

Lo amo a usted cada hora y por toda la vida. Mas ni de ojos ni labios suyos he menester. Que todo comenzó – y acabó – sin usted.

Y creo que recuerdo una arcada sonora, Unas límpidas nieves y un gigantesco cuello Unos cuernos cubiertos de brillantes estrellas…

,M�TW[�K]MZVW[�·�LM�UMLQW�ÅZUIUMV\W�·� la sombra…

Ah, y el humo ancestral de las aldeas aquellas… – Ahora lo comprendo: es que usted es un reno.

7 de diciembre de 1918

51

Soy feliz de vivir una vida sencilla – Como el péndulo, el sol, el anuario, la silla. ,M�[MZ�TIQKI�MZUQ\I}I�LM�M[XQOILI�ÅO]ZI�Y sabia – como toda divina crïatura.

¡Es mi guía – el espíritu! ¡Es mi guía y mi aliado!Entrar sin anunciarme, tal la vista y el rayo. Vivir tal como escribo: comedida y escueta –Como lo manda Dios y los demás no aceptan.

22 de noviembre de 1919

52

Del ciclo: “Para Alia” (Poema 1)

Algún día, criatura encantadora, No seré para ti más que memoria.

En tu memoria, allá, de ojos azules Desvanecido – allá en la lejanía.

5Q�XMZÅT�IO]QTM}W�WT^QLIZn[��De mi faz la apoteosis del cigarro,

Mi risa, con la que a todos embromo, La centena – en mis dedos laboriosos –

De anillos, la buhardilla-camarote, De mis papeles el santo desorden…

Y cómo este año horrible, por el dolor – sublime – Tú eras aún pequeña, yo era – joven.

Noviembre de 1919

53

Entre el domingo y el sábado Estuve suspenso, pájaro de Ramos. Un ala – de plata. La otra – de oro.

Puesto entre ánimo y desánimo A mitades roto – Mi plata es – ¡el sábado! El domingo – ¡mi oro!

;Q�I�TI[�^MVQ\I[�[M�ÅT\Z~�TI�\ZQ[\MbI��No me gusta – cortecita – Es decir, de mi alita derecha Dejé caer una plumita.

Pero si la sangre despertó otra vez, Llegó hasta los pomulitos – Es decir que al mundo me giré Del costado doradito.

¡Gozadlo! – Pronto, muy pronto Se irá a tierras muy lejanas Su ave de plumas variadas – De Ramos – de hoja de plata y oropel.

29 de diciembre de 1919

54

Psique

Ponche y media noche. Ponche – y Pushkin.Ponche – y pipa de espuma de mar,5IOVyÅKI��8WVKPM�·�a�]V�[][]ZZWDe zapatillas de baile sobre las duelasRoncas. Y – como un fantasma –En el semicírculo del arco –Como ave o mariposa nocturna – ¡Psique! Un murmullo: “¿No se ha dormido aún?He venido – a despedirme…” Los ojos bajos.(¿O es que pide ya perdónPor las travesuras de esta noche?) Todos los dedos de esas manitas Que se han posado sobre sus hombros, Cada perla de su terso cuelloQue ha recibido cien besos.Y de puntillas – ¡como un hada! –Con un salto – como una visión –Se echó a volar. Ponche – y media noche.Y volvió volando: “¡Qué memoria!¡Estaba olvidando el abanico!Llego tarde… La primera parejaSale a la polonesa…”

55

La capa Al hombro – con humildad –El poeta le toma la manoY por la palpitante escaleraAcompaña – a Psique. En una mantaLe envuelve las manos y en una pielDe lobo las piernas… – “¡Bien, en marcha!”

Y Psique, Apoyándose en su amiga – =V�M[XIV\IXnRIZW[�KWV�KWÅI�·�\QMUJTI"�No le habría quemado el guanteEl beso ardiente del moro…

Ponche y media noche. PoncheY la ceniza caídaEn la bata persa color paja –Y la espuma vacíaDel vestido de baile,En el polvoriento espejo…

Comienzos de marzo de 1920

56

Del ciclo: “Para N.V.” (Poema 6)

Mi camino no pasa delante de tu casa. Delante de la casa de nadie pasa.

Aun así me desvío de mi vereda (¡Y más en primavera!). Aun así entre la gente yerro, Como a la luz de la luna un perro.

¡Huésped esperada en todos lados! ¡Conmigo nadie concilia el sueño! Con el abuelo juego a los dados. Y canto canciones – con el nieto.

No provoco los celos de las mujeres: Soy – una voz y una mirada. Y no he tenido pretendientes Que me hayan puesto casa.

Señores comerciantes, me río De los regalos vuestros, jamás solicitados. Y por las noches yo misma erijo Puentes y palacios.

57

(¡No oigas las palabras que pronuncio! ¡Son vanas palabras – de mujer!) Yo misma siempre, al amanecer, Mis creaciones destruyo.

¿Qué más da si mansiones o gavillas de paja? Mi camino no pasa por delante de tu casa.

27 de abril de 1920

58

Del ciclo: “Para N.V.” (Poema 23)*

Algunos son de piedra, algunos son de barro,Yo resplandezco como plata.Mi don es la traición y mi nombre, Marina.¡Soy la leve espuma del mar!

Algunos son de barro, algunos son de carne;De ellos son lápidas y féretros.Fue con agua marina mi bautizo. En mi vueloFui muchas veces derrotada.

Por cada corazón, también por cada red,Atraviesa mi libertad.¿Ves esta cabellera ensortijada? A míLa sal no me hará de la tierra.

Si me estrello y me rompo contra pétreas rodillas,Vuelvo a nacer en cada ola.AW�KMTMJZW�TI�M[X]UI��TI�UIOVyÅKI�M[X]UI�La grandiosa espuma marina.

23 de mayo de 1920

* Versión de Selma Ancira y Gerardo Torres.

59

Para S.E.

Yo me puse a escribir en la pizarra, Y en las hojitas de abanicos secos, Y en la arena del río, y en el mar, Con los patines sobre el hielo, con el anillo en el

cristal,

Y en los troncos, que tienen cientos de años, A�IT�ÅVIT�·�¨XWZY]M�\WLW[�[M�MV\MZIZIV�¡De que eres tú mi amado! ¡amado! – ¡amado! Firmé – con el arcoiris de los cielos.

¨,M[MIJI�Y]M�KILI�]VW�ÆWZMKQMZI�A mi lado en los párpados! ¡Debajo de mis dedos! Mas luego, con la frente apoyada en la mesa, Cruz sobre cruz fui tachando – el nombre…

Mas tú, ¡oprimido en la mano venal Del grabador! – ¡Tú, tú que me muerdes el corazón! ¡Al que no he traicionado nunca! ¡Dentro del anillo! Tú – quedarás intacto sobre las tablas de la ley.

18 de mayo de 1920

60

Del ciclo: “Canciones para la pieza ‘El alumno’ ” (Poema 3)

Vine a pedirte el panNuestro de cada día,¡Como si al cielo mismo –Me negaran la entrada!

¡Sólo en su trono Dios Puede proveer tanto! ¡Señor, guarda en tu palma Al Buen Pastor!

¡No olvidaré el asilo Cuando encienda los cirios! Vasallajes hay tres: Hambre, pasión, vejez…

De una me has liberado, De otra – ¡estoy tan lejano! ¡Y nada le he dejado A aquella de ojos zarcos!

61

Cantantes y marinos ¡Rápido abandonamos! Tres libertades hay: El canto, el pan, la mar…

Entre el 25 de mayo y el 13 de julio de 1920

62

Del ciclo: “Canciones para la pieza ‘El alumno’” (Poema 9)

Ayer a los ojos mirábame.Y hoy la mirada desvió. Ayer esperaba los pájaros – ¡Son cuervos las alondras – hoy!

Yo tonta, tú de mente rápida,Tú estás vivo, soy pétrea yo. Oh, la endecha de toda fémina: “¿Qué te he hecho yo, mi amor?”.

Para ella son agua las lágrimas Y el agua es sangre – ¡en sangre lava, en lágrimas! No madre, que madrastra es el Amor. Nadie espere justicia ni perdón.

Se llevan nuestro amor los transatlánticosSe los lleva una estela nívea…Y cruza la tierra un clamor:“¿Qué te he hecho yo, mi amor?”.

¡Ayer yacía – a mis pies!¡Con la China imperial equiparábame!

63

Mas sus manos abrió y rodóLa vida, como un kópek lleno de óxido.

Como una criminal en el Areópago Me veo – odiosa, llena de temor. Mas diré, aun estando allá en el Tártaro: “¿Qué te he hecho yo, mi amor?”.

A la silla, a la cama, va mi súplica: “¿Por qué aguanto y peno, por qué?”“¡Porque ya no te besa – cruel patíbulo:Y besa a otra!” – respondió.

A vivir en el fuego me enseñó, Y me arrojó a los helados páramos. “¡Eso me hiciste tú, amor! Pero, mi amor ¿qué te hice yo?”.

¡No hagan como si yo no lo supiera! Bien que lo sé: ¡amante ya no soy!+]IVLW�IT�ÅVIT�[M�ZM\QZI�MT�)UWZSe adelanta la Muerte-jardinera.

64

Es igual que sacudir árboles – Cae el fruto que está en sazón… “Por todo, todo lo que te haya hecho, Mi amor – ¡perdón!”

14 de junio de 1920

65

No quiero ni amores ni honores: – Embriagadores. – ¡No tengo ambiciones! Yo ni siquiera quiero una manzana – Tan tentadora – de aquella canasta.

Detrás de mí se arrastran cadenas y cerrojos. Pronto comenzará a tronar su trüeno.

– ¡Qué ganas tengo! ¡Ay, qué ganas tengo De irme muriendo poco a poco!

Julio de 1920

66

Es sencilla mi apariencia, Pobre el techo de mi casa. Y es que yo soy una isleña Llegada de islas lejanas.

Vivo – ¡nadie me hace falta! Apareció – y en vela la paso. Por hacerle la cena a un extraño – Le prendo fuego a mi casa.

Se asomó – ya es conocido, Entró – quédate a vivir conmigo. Nuestro código es sencillo: En nuestra sangre está escrito.

En las palmas de las manos a la luna Seduciremos – ¡qué hermosa es! Como si nunca hubiese estado – se fue, Y yo – como si no hubiese sido nunca.

Miro la huella de la navaja: ¿La herida ya habrá cicatrizadoAl momento en que el primer extraño Venga y al llegar me diga: ¡Agua!?

Agosto de 1920

67

No me menciones ante nadie. Yo soy tu serafín, carga muy suave. Bésame con ternura las dos sienes, Y en la oscuridad suéltame.

Todos, sin luz, de noche, estuvimos sentados. Un día olvidarás mis rasgos.

Que no te turbe este – ¡Dios lo sabe! – Suspiro que a la tela lisa inquieta. ¿Puede, amigo, en los labios de una amante ,IZ�ÆWZ�]VI�KIVKQ~V�KWUW�u[\I'�

Ve pues en paz, como si hubieras Acariciado a un niño al salir de la iglesia.

Las almas y los niños, niño mío, ¡no cuentan! ¡No responden, mi niño, por las almas! ¿Estas manos – ahogan con su cuerda? ¿Esta ternura – escalda?

Recuerda cómo – brazos pegados a la espalda – 8M\ZQÅKILI�\M�UQZIJI��

68

No mucho como huésped contigo voy a estar. A la joven conciencia le daré libertad. Ya lo ves: para grandes batallas me preparo, Yo mismo voy hacia lo oscuro.

Y no se golpeará – lo juro – En tu ventana – ¡el pájaro dorado!

25 de noviembre de 1920

69

Ay, hongo mío, honguito, ¡hongo blanco! Llora Rus – tambaleándose en los campos. ¡No me sostengo en pie! ¡Oh, ayudadme! ¡Se me nubló la vista por la sangre!

A derecha e izquierda Bocas ensangrentadas, Y cada llaga: ¡Mamá!

Nada más esto, Ebria yo, entiendo, De las entrañas – a las entrañas: – ¡Mamá!

Tendidos todos lado a lado – Es imposible distinguirlos. Miras: es un soldado. ¿Cuál es nuestro y cuál no?

Era blanco – mas rojo se volvió. A causa de la sangre enrojeció. Era rojo – mas blanco se volvió. A causa de la muerte emblanqueció.

70

– ¿Qué eres? – ¿blanco? – ¿Por qué no te levantas? ¿O es que has muerto entre los rojos? – ¡Ria – azan!

A derecha y a izquierda Adelante y atrás Rojo y blanco: ¡Mamá!

Sin dolor – sin denuesto – Empecinadamente – sin parar – Hasta tocar el cielo: – ¡Mamá!

Diciembre de 1920

71

Del ciclo: “El alumno” (Poema 3)

El sol de la tarde – es mejor Que el sol del mediodía. No calienta – es atroz El sol del mediodía.

Más dulce y más ensimismado El sol – hacia el ocaso. Es más sabio, no tiene antojo De herirnos en los ojos.

Por su sencillez – inquïeta – Principesca, Es el sol vespertino De quien canta el más querido.

;IKZQÅKILW�KILI�VWKPM�En un pantano de negrura, El sol de la tarde – no rinde Pleitesía a la turba.

Despojado de cetro y trono ¡Acuérdate de Febo! Derrocado – no vuelve el rostro A los valles sino – ¡al cielo!

72

¡Oh, pronto, en la aledaña Torre del campanario! Quisiera ser la última De tus campanas.

16 de abril de 1921

73

Del ciclo: “El alumno” (Poema 6)

Todo el esplendor De las chimeneas – no es sino un murmullo De la yerba – frente a Ti.

Todo el esplendor De las tempestades – no es sino un gorjeo De pájaros – frente a Ti.

Todo el esplendor De las alas – no es sino un temblor De párpados – frente a Ti.

23 de abril de 1921

74

¡Para qué quiero yo nubes y estepas Y el espacio completo bajo el sol! Soy esclavo y adoro mis cadenas. A Siberia bendigo yo.

¡Eh, ustedes, que vienen ya de vuelta! A las grandes ciudades reverencia. No vendo yo mi pozo de suplicios Ni por toda la libertad.

¡Reverencia a ti, Kiev, ciudad de Dios! ¡Reverencia a Moscú, ciudad real! ¡A mi vida mundana reverencia! ;Wa�PQRW�Y]M�PI�WT^QLILW�TW�ÅTQIT��

No se alzará a mirar el sembradío Quien ama su ataúd estando muerto. Del mundo me apartó con sus hechizos El minero supremo.

3 de mayo de 1921

75

Del ciclo: “El prisionero del Kan” (Poema 3)

Tu huella aún no ha sido atestiguada, Tu remolino no es – desentrañable. Bajo los cascos chascan Hierbas y salicarias.

Camino sin hollar, Abyecta llamarada – ¡Oh, Rus, mi patria, Caballo sin herrar!

Tu tela rojo-vivo no encuentra una salida, Y tus verdugos no se hallan las manos. Una tinaja llena de rendijas En todos los palacios – y un cadalso.

Me hartaré de comer corteza de árbol – ¡Hoy nadie se sorprendería! ¡Oh, Rusia, patria mía, Hechizado caballo!

¡Nadie se monta al vuelo – nadie se sienta en marcha!

Si lo logras – ¡a nadie se te ocurra culpar!

76

Con tu carácter sólo cuadra Un jinete – ¡Mamai!

Infames ojos de gandul, Y mano delincuente… – ¡Eh, patria Rus, Caballo impenitente!

8 de octubre, día de San Sergio, 1921

77

Para Ajmátova

¿Quién segará la mies En tu parcela? ¡Pequeña mía de trenzas negras! ¡Mi nigromante!

Tus días de medianoche, Tu época – un tendido de gitanos… De golpe todos tus empleados Juntos fueron llevados.

¿Do están tus co-peones? Y aquellos co-devotos tuyos ¿dónde? Pequeña mía de manos suaves, ¡Mi nigromante!

Las tumbas no se allanan Con gloria ni con llanto, En vida uno andaba Como un estrangulado.

El paredón fue otro Como en busca de un agio.

78

(¡Y qué altanero era el buen mozo!) Juntos fueron llevados.

En las alturas están tus hermanos. ¡No escucharán tus voces! Pequeña mía de ojos claros, ¡Mi nigromante!

Y desde una nube (loa– Milagro de Dios) =VI�ÆMKPI�LM�PITK~V�Y de paloma…

Es decir, con dos plumas Te escriben desde allá. Es decir que muy pronto Una carta tendrás.

– ¡Basta ya de golpearte Contra la grava! ¡Pequeña mía de negras alas! ¡Mi nigromante!

29 de diciembre de 1921

79

Del ciclo: “Montones de nieve” (Poema 2)

Para Ehrenburg

No aquí, donde atábase, Sino allá, donde mandábase. Y no aquí, donde los Lázaros Se arrastran con sus camastros,

Cual jorobas a la espalda Por el guijo de los días. Yo mi mano aquí No te doy – a ti.

No aquí, donde retorcíase, Allá, donde enderezábase, No aquí, do con alas Se decide – con espadas,

Donde el carnal escándalo Nos grita: ¡Remátalo! Mi dádiva aquí No te doy – a ti.

80

No aquí, donde preguntábase, Allá, donde respondíase. No aquí, donde los retazos Se esparcen por todos lados

Y el lodo – la muerte – es hoyo De carcoma y son los celos una víbora. Mi fortuna aquí No te doy – a ti.

¡No mira hacia atrás la vida De escarpadas cejas! Aquí no hay reuniones Sólo despedidas.

Demasiado fundidos se encuentran Los extremos de los cinturones… Mis maitines aquí No te doy – a ti.

No es un patio de cascajo – ¡Es un follaje paradisiaco! No aquí, en donde se expía, Sino allá, donde hay absolución,

81

Donde se vertía De los días la traición. Donde no hay ni siquiera palabras: Yo te doy – a ti…

25 de febrero de 1922

82

Del ciclo: “Montones de nieve” (Poema 7)

Lo arrullaba Lo hechizaba De un lado a otro Lo encauzaba.

Para que nadie Porque de nadie Porque en las vísperas Allende el ícono:

Las piedras-fuego Huracán-hechicero – Sobre el poder El arrullo de Dios.

Te cucú-aba Te extrañaba. Para que por mi fama Remontaras montañas.

Para que por mi esmero – Remontases torrentes. El primero, el tercero, Ahora y siempre…

83

Porque mi izquierda – ,uJQT�JMVMÅKQIZI�Para que nadie Porque de nadie…

Me asombrhartaba Lo enruiseñoreaba De un sitio al otro Al Edén – lo anunciaba.

(Porque por mi zalema Sean todos los pájaros tuyos…) Al Edén de quién sabe quién Al Paraíso persa…

En salud y en dolor Dame – ¡de mano propia! Adiós – ¡a los encuentros! Hola – ¡a la separación!

10 de marzo de 1922

84

Del ciclo: “Montones de nieve” (Poema 8)

Y empiezan los montones de nieve a deshilarse. Muy pronto habrá que separarse. Adiós, refugio del invierno crudo. Aceptación de los arrullos.

Imperio de las ruecas y su lamentación. De los lobos blancos – ardor. Hogareño montón de nieve, boyardesco, Aristócrata, principesco.

Un refugio de piedra blanca Para el hermano – y para la hermana… Y empiezan los montones de nieve a deshilarse. Muy pronto habrá que separarse.

¡En la discordia – ah, en la grïeta Muy amplias son – las puertas! ¡Adiós, nieves! ¡Adiós, invierno huérfano! ¡Inmerecido fasto!

Huella desconocida, sin testigo, Séquito de águilas blancas, adiós. Adiós, pecado en nieve sumergido, Por nieve derrubiado.

85

Jorobados-jorobas-dromedarios – ¡Mi parentela, adiós! Y empiezan los montones de nieve a deshilarse. Muy pronto habrá que separarse.

Con amor al mendigo se le adeuda Un día de primavera, bello. Donde está la nevasca: pabellón-nuestro-velo, Haciendo reverencia.

El día puro roe, fastidiado, Semillas como estalactitas. Trozando, salpicando, separando, Un rastro, una carnicería.

El día es una cinta, la noche – un retazo: No tener ni comienzo, ni ocaso… Y empiezan los montones de nieve a deshilarse. Muy pronto habrá que separarse.

Con las dos manos las dos manos – tomo: Muy bien – ¿no separarme? En dos ríos desde los fosos Pulidos abalorios.

86

Descongelado, desembelesado, Se vendió a los arroyos el camino. ¡Ay, amigo! Se fueron mis hechizos Por los abruptos montones de nieve…

No mires estas lágrimas caer: Son agua – ¡puede suceder! Empiezan los montones de nieve a deshilarse. ¡Es hora ya de separarse!

12 de marzo de 1922

87

Del ciclo: “Montones de nieve” (Poema 9)

Laúdes maitineros Y vísperas tardías. Azotada con ira Mas sin amansamiento.

Los esponsales con pasión Nunca tomada por esposo – Yo tu vereda soy Que no tiene retorno.

Muy-largo-interrogada, Muy-atento-escuchada, Mordazmente-seguida, No contenida.

¡No arrullada, atizada Por llantos y borrascas! ¡En vano dispendiados, Tintineantes denarios!

Vendida sin utilidad, Pródiga tierra fuerte, Yo soy tu enfermedad Que nunca duerme.

88

(Tu tristeza escondida, Tu embozado remordimiento,Tu Rus sin dueño, ¡Tu maldecida vida!)

Eternamente – sale de la casa, Y una eternidad por la casa Del esposo pasa de largo Al bosque – ¡al amado!

Cuidado, ¡sencillez, de dorado cabello! Desde abajo del áspid – ¡como ave alzo el vuelo!

Allá y más allá de la distancia Allá y más allá de aquel azul Allá y más allá de aquel allá La crin al vuelo, y alas desplegadas.

¡Damas y caballeros! ¡No hubo cumplimiento! Ah, barbechada Desaliñada.

– PseudoMarina ¡A los surcos azules! –

89

Soy para ti una reina Que los ojos no vuelve…

(¿No será por soberbia Tan sin remedio tuya Tan inrezable tuya? ¡Tan en la tierra, tuya!)

¡Una moneda – ¿Estamos? – por cabeza! Quizá puesta en la rueda – Mas no – desentrañada.

Más que vereda – Sueño por ti soñado Para ti inalcanzable Inasequible.

Un seto ¡míralo! El alba ¡mírala! El humo ¡obsérvalo! ¡El espejismo!

17 de marzo de 1922

90

Valle de lágrimas, Amor terrestre. Las manos: luz y sal. Y los labios: sangre y alquitrán.

Del lado izquierdo del pecho Sintió la frente el trueno. La frente contra la piedra ¿Quién te amó de esta manera?

¡Oh, Dios con sus planes! ¡Dios con sus inventos! Y: con la alondra, y: con la enredadera, Y: a puñados: fui arrojada por completo

+WV�UQ[�\ZIVY]QTQLILM[�·�a�UQ[�ÅMZMbI[��Con mis arcoiris Mis furtivos acercamientos, mis balbuceos…

¡Vida querida! ¡Aún voraz! Acuérdate de la herida En el hombro derecho.

91

Gorjeo en la oscuridad… ¡Con las aves me despierto! Mi aparición radiante En tus anales.

12 de junio de 1922

92

Del ciclo: “Indicios terrestres” (Poema 1)

Así, en la laboriosa pobreza de los días Así, en la convulsión difícil que dispensa 7T^QLIZn[�TI�ÅMT�KWZZM[XWVLMVKQI�De tu valiente amiga.

El don amargo de su rigidez Y la llama embozada en leve timidez, Y ese golpe inalámbrico Al que llamamos – lejanía.

Todo lo más remoto, excepto “mío” y “dámelo” Y los celos enteros, menos aquél, terrestre, A�TI[�ÅLMTQLILM[�·�a�I]V�TI�T]KPI�KWV\ZI�TI�U]MZ\M�Igual que Tomás el Incrédulo.

¨5Q�ZMÅVILW�VQ}W�-V�VWUJZM�LM�\]�M[\QZXM�Nunca a esta refugiada admitas en tu techo. Que el golpe de la fragua sienta golpear a la

izquierda del pecho -T�LM�KILI�ÅVIT�[QV�ITIUJQY]M[��

Mas quizá entre las cuentas y los trinos Harto de los eternos femeninos –

93

Te acuerdes de mi mano falta de garantías Y de lo masculino de mis dos mancuernillas.

Labios que no reclaman cálculo. Derechos que no alcanzan plenitud. Ojos, sin párpados, 5QZIV�ÅRIUMV\M"�TI�T]b��

15 de junio de 1922

94

Del ciclo: “Árboles” (Poema 2)

Para mi amiga checa Anna Antónovna Téskova

Cuando de ofensa – se embriagó El alma enfurecida, Y siete veces renunció A combatir con los demonios –

No con esos que caen como lluvia de fuego Caen como azotes en el piélago Con la ruindad terrestre de los días Con las diarias rutinas –

¡Árboles! ¡Voy a ustedes! ¡A salvarme Del alarido del mercado! ¡Con su crecer y alzarse Cual corazón que ya ha expirado!

¡Roble, santo guerrero! que a la guerra Marcha con su raíz entera! ¡Mis sauces – nigromantes! ¡Mis abedules – virginales!

Olmo – Absalón brutal, En la tortura encabritado.

95

Tú – pino, salmo de mis labios: Acíbar del serbal…

¡A ustedes! ¡Al azogue que salpica vivaz De la hojarasca! – ¡aunque se precipite! ¡Por una vez los brazos abrir de par en par! ¡Lanzar ahí lo que se escribe!

Enjambre de verdes destellos… Como manos que van – tramándose… ¡Mis descubiertos Mis bamboleantes!

8 de septiembre de 1922

96

El oro de mis cabellos poco a poco Se transforma en blancas hebras. – ¡Pero no me compadezcan! Se cumplió Todo. Todo en el pecho cantó.

Cantó – como la lejanía al unísono Con una chimenea de las afueras. ¡Dios! El alma se cumplió: El más secreto de tus designios.

Sal incombustible De mis pensamientos – ¿es posible Que la ceniza del fénix tome yo por azabache De unos fulgores fugaces?

Sí, ¡y tú también te emplateciste, Compañero! A los humos, a los truenos, A las canas jóvenes de los quehaceres –Añade las canas de mis pensamientos.

Asfódelo ufano,Que no te envanezca tu radiancia:A las canas jóvenes de las desgraciasSe adhirió un laurel – y un roble ciudadano.

Entre el 17 y el 23 de septiembre de 1922

97

Del ciclo: “Escitas” (Poema 1)

De la entraña a la rama – ¡cabalgando! De la entraña a los vientos – ¡arreando!

¿Y con pluma de ganso escritas? ¡Pero si es un venablo escita!

Del ala fuerte de la harpía La última pavesa – ¡Escitia!

Vecino, ¡no te apures! Que es sin meta El apurarse, son miles las verstas.

+WV�M[I[�UQ[UI[�ÆMKPI[�Y]M�ZM^QZIV�¡Habremos de escribirnos – algún día!

5IOVyÅKI�·�a�·�\ZIVY]QTI�Entre tú y yo – Escitia…

Y duerme, mi confuso Joven de Siria, amortiguando

El tóxico venablo Con Leilas – y – laúdes… No se hizo para oídos de mortales –

98

(Solamente una vez oída) La épica huida – ¡de Escitia!

11 de febrero de 1923

99

Del ciclo: “Escitas” (Poema 2: Canción de cuna)

Como por la azul estepa Y del arado de estrellas Directo a tu frente… – Duerme, El azul suavizando en almohadas.

No soples – respira, No veas y mira. Cadabra tripete, Luñita dorada.

Como por un bastón lisonjero Rociando abalorios de rocío Van paseándose los dedos… El paso – suavizando en almohadas.

Yace – y no te muevas, Y no estalles – tiembla. Tripete trapío, Luñita rojada.

Como desde el mar, del Cas- pio – de un azul impermeable, ;QTJ~�]VI�ÆMKPI�LMT�KIZKIR°�

100

– (Duerme, La muerte suavizando en almohadas)…

Atrápalo – no lo toques, Húndete – no te evapores. Retruque y tripete, Luñita amorada.

13 de febrero de 1923

101

Del ciclo: “Escitas” (Poema 3)

De flecha y de invocación, De nido y de madriguera, Diosa Ishtar, Resguarda mi pabellón.

A la gente de mi lar.

De esta rusiente sangre, Del jarro de mis arranques, Diosa Ishtar, Guarda mi carcaj…

(¡Me apresó – el Gran Kan!)

Para que no viva, el viejo, Para que no viva, el enfermo, Diosa Ishtar, Resguarda mi hogar:

(¡Ojivado fuego!)

Para que no viva – el viejo, Para que no viva – el perverso,

102

Diosa Ishtar, Guarda mi caldero:

(¡Resina y destello!)

Para que no viva – el viejo, Para que reviva – el joven, Diosa Ishtar, Arroja mis yuntas A las lindes de la luna.

14 de febrero de 1923

103

Del ciclo: “Magdalena” (Poema 3)

De tus rumbos no voy a preguntarte, Pues todo se ha cumplido – ¡Mi adorada! Cuando estaba descalzo, me calzaste Con el chubasco de tu pelo Y – de tus lágrimas.

No voy a preguntarte por el precio Que por esos aceites tú pagaste. Cuando estaba desnudo, con la ola Del cuerpo me inundaste – como cota Completo me rodeaste.

Tu desnudez repasarán mis dedos Sin ni siquiera pronunciar palabra alguna. Yo era recto, mas tú, a mis pies cayendo, Me enseñaste la inclinación de la ternura.

Hazme entre tus cabellos una fosa, Sin lino empáñame. – ¡Tú que das mirra! Y yo ¿quiero su aroma? Tú me lavaste Como una ola.

31 de agosto de 1923

104

Indicios

Como un monte cargado en el bies de la falda¡El dolor en el cuerpo!Reconozco el amor por el dolorA lo largo del cuerpo.

Como un campo en mí desmenuzadoPara cualquier borrasca.Reconozco al amor por la distanciaDe todo lo cercano.

Como en mí excavados corredores Hasta el cimiento, donde está lo negro.:MKWVWbKW�MT�IUWZ�XWZ�TW[�ÅTWVM[A lo largo del cuerpo.

Que gime. Agitada por el vientoComo la crin del huno.Reconozco al amor por la rupturaDe las cuerdas más duras

105

9]M�X]MJTIV�UQ�OIZOIV\I�a�[][�LM[ÅTILMZW[Pura herrumbre, sal viva.Reconozco al amor por la rendija,¡No! ¡No! – por el gorjeoA lo largo del cuerpo.

29 de noviembre de 1924

106

Días cual babosas que se arrastran … Líneas de costura por jornada…¡Y qué me importa mi vida! Pues si no es tuya, no es mía.

¡Y qué me importa el martirio Mío!… ¿Alimento? ¿Sueño? ¡Qué, la muerte del cuerpo!Pues si no es tuyo, no es mío.

Enero de 1925

107

Del ciclo: “Versos para Bohemia” (Poema 8: Marzo)

¡Oh, lágrimas en los ojos! ¡Llanto de amor y de rabia! ¡Oh, en las lágrimas Bohemia!¡En la sangre toda España!

¡Oh, negro monte que al mundo Por completo ha ensombrecido! Es hora – ya es hora – es hora De dar al Creador el viático.

Yo me rehúso – a existir. En el asilo del vil Yo me rehúso – a vivir Con los lobos de las plazas.

Yo me rehúso – a aullar. Con los escualos del llano Yo me niego a zambullirme En el torrente de espaldas.

No necesito ni oídos Ni ojos de profetisa. A tu mundo enloquecido Una respuesta: el repudio.

15 de marzo-11 de mayo de 1939

108

Dulce Francia

Adieu, France Adieu, France Adieu, France

María Estuardo

A mí con Francia – no hay Nacïón más delicada – Para una larga memoria Dos perlas me fueron dadas.

Sobre mis pestañas Quietas se han quedado. Me fue dado levar anclas En el María Estuardo.

5 de junio de 1939

109

¡Adiós, sembradíos!¡Adiós, alboradas!¡Adiós, suelo mío!¡Adiós, a mi patria!

19 de junio de 1939

110

Es hora de dejar el cárabe, Es hora de cambiar el léxico, Es hora de apagar la lámpara Encima de la puerta…

Febrero de 1941

Advertencia de los traductores

Marina Tsvietáieva: Respuesta a un cuestionario

Poemas sueltos Plegaria

Dos al cuadrado

A mis versos escritos tan temprano

Encuentro con Pushkin

Se están enfriando dos soles – ¡Piedad

Se rompió en mil astillas de plata

En este Día de la Anunciación

Del ciclo “Poemas para Moscú” (Poema 4)

Antaño, para mí eras una madre

Del ciclo “Ajmátova” (Poema 2)

Del ciclo “Ajmátova” (Poema 3)

Del ciclo “Ajmátova” (Poema 8)

Contrito Dios se contrajo

Felicidad o tristeza

Agosto – astros

Del templo austero y armonioso

¡Amargor! ¡Amargor! Sempiterno resabio

No llegué a casa – como una impostora

El recuerdo de usted es un humo liviano

Mi día es sin orden y absurdo

Si el alma nació con alas

No sé dónde estoy yo, tú dónde estás

No hace falta que hables conmigo

“Partí de las costas brumosas de Albión”

Yo voy con paso sutil

¡Cinta roja entre las trenzas!

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Índice

Lo amo toda la vida y cada hora del día

Soy feliz de vivir una vida sencilla

Del ciclo “Para Alia” (Poema 1)

Entre el domingo y el sábado

Psique

Del ciclo “Para N.V.” (Poema 6)

Del ciclo “Para N.V.” (Poema 23)

Yo me puse a escribir en la pizarra

Del ciclo “Canciones para la pieza ‘El alumno’” (Poema 3)

Del ciclo “Canciones para la pieza ‘El alumno’” (Poema 9)

No quiero ni amores ni honores

Es sencilla mi apariencia

No me menciones ante nadie

Ay, hongo mío, honguito, ¡hongo blanco!

Del ciclo “El alumno” (Poema 3)

Del ciclo “El alumno” (Poema 6)

¡Para qué quiero yo nubes y estepas

Del ciclo “El prisionero del Kan” (Poema 3)

¿Quién segará la mies

Del ciclo “Montones de nieve” (Poema 2)

Del ciclo “Montones de nieve” (Poema 7)

Del ciclo “Montones de nieve” (Poema 8)

Del ciclo “Montones de nieve” (Poema 9)

Valle de lágrimas

Del ciclo “Indicios terrestres” (Poema 1)

Del ciclo “Árboles” (Poema 2)

El oro de mis cabellos poco a poco

Del ciclo “Escitas” (Poema 1)

Del ciclo “Escitas” (Poema 2: Canción de cuna)

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Del ciclo “Escitas” (Poema 3)

Del ciclo “Magdalena” (Poema 3)

Indicios

Días cual babosas que se arrastran

Del ciclo “Versos para Bohemia” (Poema 8: Marzo)

Dulce Francia

¡Adiós, sembradíos!

Es hora de dejar el cárabe

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Esta obra se terminó de imprimir el 2 de agosto de 2011. En la composición se utilizaron

tipos Baskerville de 8, 9, 11, 12 y 18 puntos. La edición consta de

1 000 ejemplares impresos en papel cultural de

90 gramos.

El oro de los tigres I

G.K. chesterton Lepanto

Gallo que no canta…

Anne hébert La alcoba cerrada

philippe JAccottet Cantos de abajo

Nubes

;)1< ë7�5731+01

Muere mi madre

Adonis

Rey de los vientos

WAllAce stevens Cuatro poemas

czeslAW Milosz Un libro de cosas luminosas

El oro de los tigres II

cAtulo

Poemas a Lesbia

Gottfried benn

Morgue y otros poemas expresionistas

euGène Guillevic

Ella

Geo boGzA

Orión

ferreirA GullAr Poema sucio

bernArd noe ĆlEl rumor del aire

nuno Júdice

El misterio de la belleza