Esquizofrenia 1

Esquizofrenia

Edson Elizalde

eDSON eLIZALDE (hainsenberg) ESQUIZOFRENIA 1

Era de noche, ya había pasado una semana desde la muerte de mi tío, fue muy duro para mí, hasta cuando lo fuimos a enterrar no lo soporte y quise irme de ahí, pero no podía estar solo ya que me daba miedo, después de lo que vi en el televisor, desde día mi vida no fue la misma…

Mi tío era una persona a la cual apreciaba mucho, siempre pasaba a su casa todos los días después de la escuela, ya que me enseñaba su colección de películas de terror, era inmensa y escalofriante, pero claro a cualquier niño de 12 años le aterraría. Le fascinaba su colección, la adoraba, era su tesoro más preciado

-- Y ahora sé porque seguía soltero – pensé.

Cada vez que veíamos las películas me espantaba, daba un brinco y me escondía en el hombro de mi tío, el solo decía

-- No tengas miedo Jason es solo una película – decía con una gran sonrisa en su rostro.

Por un lado pensaba que no era cierto, que mi tío estaba equivocado con lo que decía, pero, él es que sabía más de estas cosas, mientras yo era un simple niño. Pero de una u otra manera mi tío me había mentido de una sutil y discreta manera, claro que a todo niño es fácil de engañar, y más a mi viniendo de mi tío.

Cada día iba a la casa de mi tío con gran felicidad, pero a la vez con gran temor de que algún día algo malo sucediera; obviamente a mi tío nunca se lo contaba ni mucho menos a mis padres, ya que me empezarían a decir cosas como “te lo dijimos”, “no queremos que vuelvas a ir con tu tío” o que ya no viera esas películas.


Una noche nos quedamos viendo varias películas de terror hasta las 11:00 pm, al finalizar todas las películas mi tío me iba a enseñar en su laptop, un tráiler de una película nueva de terror que había visto, aunque luego se arrepintió

-- Esta película es un poco fuerte para ti Jason, así que tendrás que esperar – dijo desboronando mi cabello y con voz despreocupada.

Claro que me decepcione un poco pero tenía razón a esa edad me hubiera aterrado.

Al llegar a casa abrí la puerta con la mayor delicadeza posible y sin que se escuchara un ruido y del mismo modo la cerré, entre de puntita, subí el primer escalón

-- ¡¿Dónde estabas Jason?!

-- ¿Con mi tío? – respondí con mucho miedo.

-- ¡¿Que te dije de que estuvieras tan tarde con tu tío?!

-- ¡Hay Mama, basta!

-- Nada de basta Jason, te lo he dicho más de mil veces que no te quiero tan tarde con tu tío

-- Pero no pasa nada

-- ¡Vaya!, así que, ¿tiene que pasar algo para que tu regreses temprano a casa?

Me enfurecí bastante que le respondí gritando

-- ¡Ya cállate!, ¡me tienes arto!

-- Muy bien jovencito, estas castigado durante cuatro meses sin ir a ver a tu tío, solo ir de la casa a la escuela y viceversa, ¡¿entendido?!

-- si, mama


Recuerdo que esos cuatro meses fueron una eternidad para mí ya que eso de no ir con mi tío me afectaba.

Pero a la vez que sentía que me hacían falta, me aterraban, cada vez que estaba solo en la casa en la noche dejaba todas las luces prendidas donde estuviera y a la hora de dormir encendía la luz. Pero no me importo mucho ya que sabía que no faltaba mucho para regresar con mi tío. Pasaron los 4 meses y seguí yendo a la casa de mi tío.

-- ¿Ya termino tu castigo?

-- Si, por fin

-- Bueno ya vez como es tu mama

-- Si, pero en fin muero de ganas por ver películas

-- ok, ¡comencemos!

Al ver las películas con mi tío, se había ido el miedo, desde ese momento comprendí que lo que necesitaba era ver las películas.

Ese día con mi tío sentí una gran felicidad y al mismo tiempo un gran alivio porque sabía que esos temores desaparecerían……. ¿o no?

Todo iba bien con mi tío pero, sabía que algo extraño estaba pasando y a él también; desde hace tiempo que lo notaba muy extraño, no en el sentido de que había cambiado de aspecto o de carácter sino de gusto, ya no le veía el mismo entusiasmo que antes de ver películas de terror, ya era más temerosa de ellas a cualquier simple ruido fuerte le daba mucho miedo, tanto era así que hasta tenia pesadillas, ya que el mismo me las contaba.

-- Hoy soñé que…. mmm… ah! – dijo con mucho temor


-- ¿Qué soñaste tio?

-- Nada son cosas que a veces uno llega a imaginarse cuando tiene mucho miedo hijo, tú no te preocupes

-- ¿Estás seguro tío?

-- S…si, si – respondió con gran temor

Yo no le creía pero era mejor seguir con este tema después, pues parecía que le afectaba mucho.

A veces ya no dejaba de ir a su casa, no solo por las películas, sino más bien para acompañarlo, ya que cuando llegaba para el era todo un alivio

Pasaron 1 año y seguía yendo a la casa de mi tío, un día me dijo

--¿Te siguen gustando las películas de terror, hijo? – pregunto muy angustiado

-- Si tío, ¿Por qué?

-- Solo quería saber

-- ¿Estás seguro tío?, porque desde el año pasado te veo muy extraño, y la verdad ya me estas asustando – dije angustiado y un poco aterrado

-- Si…si muy seguro

-- ¿No tiene nada que ver con el video que me ibas a mostrar?

Se quedó paralizado, sin palabras y con los ojos muy abiertos como si hubiera visto a un fantasma

-- Creo que es hora de que te vayas hijo, tu mama ha de estar muy preocupada por tu llegada.

-- Pero tío…


No me dejo terminar y simplemente me saco de su casa. Y desde ese día no lo volví a ver, mi mama decía que se sentía un poco mal y que estaba asistiendo a terapias de recuperación y relajación, que no me preocupara, pero yo no creía eso, aunque tampoco quería ir a averiguarlo así que no hice nada y simplemente deje que pasara el tiempo.

Pasaron 2 años y seguí buscando el tráiler de la película que quería enseñarme, aunque nunca supe el nombre de la película, así que era una búsqueda sin saber que buscar, encontré uno, que parecía un poco aterrador, le daba clic pero no pasaba nada, como si el video no se pudiera ver,

--¡Mierda! – grite muy furioso

--¡Oye!, tranquilo, ¿qué te sucede? – dijo

-- Perdón mama, es que quería buscar el tráiler de una película de terror

-- ¡Ah!, ok, pero no por eso tiene que gritar esas groserías

Dio media vuelta para ir hacia fuera, cuando dijo

-- Hablando de películas de terror, tu tío ya se recupero

-- ¡¿En verdad?! – grite sorprendido y muy alegre

-- Si, si quieres ya puedes ir a verlo

Salí corriendo de mi casa como pedo, hasta llegar a casa de mi tío.

-- ¡Tío! – grite muy animado, pero nadie respondió.

-- de seguro me quiere espantar – pensé, así que estuve preparado para cualquier sorpresa.

Abrí la puerta de la cocina y salte para sorprenderlo

--- ¡te encontré! –- pero no había nadie.


Así que seguí buscando, abrí la pequeña puerta que tenía por las escaleras, y aplique el mismo método, pero no había nadie, así que entre un poco para ver mejor, al dar la vuelta esperaba que me sorprendiera pero no fue así, subí las escaleras, hasta su cuarto, que tenía la puerta entreabierta.

-- Ahora si te tengo

Abrí la puerta de su cuarto, y para mi sorpresa estaba colgado de su cuello atado a una soga y con la silla tirada, y solo dejo una nota en su cama que decía:

“No aguanto más este terror que ronda por todo mi cuerpo, a donde voy o en donde quiera que estoy, ahí está el, siguiéndome, asechándome como si fuera un acosador; en las noches no puedo dormir siento que me estrangula con sus manos frías y delgadas, sus uñas largas y con esa misma sonrisa de siempre y con su dedo diciéndome que me calle, que no abra la boca y que no haga ningún ruido, lo peor es que no quiere matarme, sino simplemente hacerme sufrir; veo a través de mi ventana y simplemente ahí está con su gran sonrisa dibujada en su rostro, ¡maldita sea es estúpida sonrisa!, y ¡maldito sea el, que no deja de seguirme y aterrarme!, simplemente quiero que me deje en paz, y en especial a….”

Ya no pude leer las últimas palabras ya que no se alcanzaban a leer, como si lo hubiera escrito muy rápido antes de que se ahorcara p simplemente alguien no quería que terminara de escribir las ultimas palabras.

Al terminar de leer la carta les hable inmediatamente a mis padres para que vinieran a ver a mi tío

-- Mama…hm, hm… el tío... Roger… esta,… esta…muer….muerto – dije muy aterrado y con las lágrimas que caían de mis ojos


--¡¿Qué?!

-- si mama, está colgado en su habitación

-- tranquilízate Jason, vamos para allá

-- pero rápido mama

No lo podía creer, el tío Roger muerto, ¿porque?, tenía algo que ver con lo que escribió en la carta o simplemente era problemas que tenía en su vida, no tenía ni el tiempo para razonar y/o pensar acerca de lo que había escrito, simplemente me seguía preguntando ¿Por qué?, o quien lo había obligado a hacer esto. Cogí la carta que dejo en su cama y la guarde en mi bolsillo antes de que mis padres llegaran.

Paso mucho tiempo para que llegaran mis padres, y yo estaba sentado en la sala de mi tio con la mirada perdida

-- ¡DING!, ¡DONG!..., ¡DING!, ¡DONG!..., ¡PUM!, ¡PUM!, ¡PUM!... – lo escuchaba muy lejos como si se estuvieran alejando los sonidos

Mis padres entraron corriendo.

-- ¡¿Dónde está tu tío Jasón?! – preguntaron muy alterados y al mismo tiempo muy preocupados.

Y yo seguía sin reaccionar pensando como es que había ocurrido lo que había visto.

Me agarro de los hombros mi papa y me agito hasta que reaccione.

-- ¿Qué?

-- ¡¿Dónde esta tu tio?!

-- Arriba – les dije seguía sin reaccionar


Me vieron mis padres y solo recuerdo que le dijieron a mi hermana que se quedara conmigo

-- Quédate con el, Verónica – le dijeron a mi hermana mayor

-- Tranquilo hermano, todo está bien, ya estamos aquí.

-- Si tan solo pudiera creer en tus palabras hermana, todo estaría bien para mí y para todos, pero no es así – dije muy triste y sin esperanza.

-- ¿De que estas hablando Jason? – pregunto muy preocupada

-- De nada… de nada… -- le dije, para que no se preocupara, pero yo sentía un gran tristeza y con un gran hueco en el cuerpo

-- ¡AAHHH! – se escucharon gritos

Mi mama acaba de encontrar el cuerpo de mi tío colgado – dije entre los brazos de mi hermana, con la vista perdida y sin preocupación alguna.

Mi hermana me vio con una mirada aterradora, como si no me reconociera.

Mi madre bajo las escaleras rápidamente, acabando de llamar con la ambulancia

-- ¡¿Qué es lo que paso Jason?! – dijo mi madre muy aterrada

-- Como te dije mama encontré a mi tio colgado

-- ¡¿con el rostro y cuerpo golpeados y sangrando?!

-- ¡¿Qué?! --- reaccione y le grite muy sorprendido y aterrado.

-- Ven a ver Jason – dijo mi padre

Subí las escaleras, y cuando vi el cuerpo, me sorprendió lo que vi.


-- Pero… pero yo… yo no… yo no le hice eso… --- dije muy nervioso

-- Si, pero tampoco lo mencionaste – dijo mi padre un poco molesto

Me quede pensando en lo sucedido; no vi el rostro de mi tío golpeado, es más ni siquiera le vi el rostro, pero tampoco recuerdo a ver visto moretones o golpes o algo por el estilo, lo único que recuerdo es que traía un bate en las manos.

-- Déjalo, tal vez por lo sorprendido que quedo al verlo colgado no le prestó atención a su rostro – dijo mi hermana, tratando de defenderme.

-- Si, de seguro fue eso – dijo mi mama, defendiendo el punto de mi hermana.

Pero parece que a mi padre no le importo.

-- ¡Responde Jason! – grito mi padre molesto.

-- ¡Yo no lo hice! – grite furioso y llorando

-- ¿Y este bate lleno de sangre? – dijo con el seño fruncido y la boca retorcida

-- No lo sé, lo único que sé es que cuando llegue, él ya estaba muerto

-- Salgan de aquí, su madre y yo tenemos que hablar.

-- ¿Tu no le hiciste eso verdad? – dijo mi hermana muy asustada

-- No, y ni siquiera le había visto esos golpes – le dije mientras recordaba.

-- ¿Qué es lo que vamos a hacer Jane?


-- No lo sé Robert, y estoy muy preocupada por él, y si en verdad ¿no fue él?.

-- Pero, si no fue el, quien ¿más pudo ser?, porque él era el único que estaba aquí antes de que llegáramos.

-- Tal vez tengas razón pero nadie puede demostrarnos que fue él.

-- Si, pero tampoco se puede demostrar lo contrario

-- Sea como sea es nuestro hijo y tenemos que cuidarlo

-- ¿Y qué sugieres, que hagamos con el bate?

-- Esconderlo y que nadie se entere de lo sucedido.

Después de que acabaron de hablar, salió mi mama, y nos pidió a Verónica y a mí que nos fuéramos a casa, que ellos arreglarían este asunto.

Salimos de la casa y nos fuimos en el carro de nuestros padres obviamente Verónica manejo.

-- ¿Qué crees que vaya a pasar, iré a la cárcel? – le pregunte a mi hermana muy triste

-- ¡¿Qué cosas dices Jason?! Eso ni lo pienses.

-- Pero, y ¿El bate con sangre?, ¿La golpiza que recibió mi tio en la cara?, no fue algo que se hizo él solo, y ¿Si papa o mama se echan la culpa?

Mi hermana freno el carro y me miro a los ojos.

-- No pienses en eso, nuestros padres lo arreglaran y nadie ira a la cárcel.

-- ¿Por qué estás tan segura?

-- porque tengo fe hermanito, porque tengo fe – dijo muy feliz


Llegamos a la casa, subí a mi cuarto y caí rendido.

Al siguiente dia desperté y baje al comedor.

-- ¿mama, papa, Verónica? – pero no respondió nadie.

Me dirigí a la cocina.

-- ¡¿Mama, papa, Verónica?! – volví a gritar, pero nadie respondía

Subí de nuevo las escaleras, fui directo al cuarto de mis padres, pero no había nadie, al salir note que la televisión de mi cuarto estaba prendida, asi que me dirigí hacia allá con gran alivio o ¿no?...

-- Con que aquí están – dije muy aliviado.

Abrí la puerta y lo único que encontré fue a mi tio colgado, giro y lo vi cara a car.

-- Tú me hiciste esto Jason, tú fuiste.

-- Pero… pero yo no te hice nada tio – dije muy aterrado y alejándome.

Mi tío se desato y me persiguió, baje las escaleras y tropecé al salir de la casa sentí como si me hubiera golpeado en la pierna, me alcanzo y tenía el bate con sangre en las manos listo para golpearme.

-- ¡No!, ¡no!, ¡no!, ¡yo no te hice nada!

-- ¡Jason!, ¡Jason!, ¡despierta!

Me levante de la cama sudando y con mucho miedo.

-- Mamá – dije con mucho alivio

-- Era solo una pesadilla Jason.


-- Si, solo eso – dije con mucho alivio y miedo al mismo tiempo.

-- Creo que no puedes ir al entierro de tu tío.

-- No te preocupes mamá, yo quiero ir.

Me vio con gran preocupación.

-- Está bien, te esperamos abajo.

-- Si, en seguida voy.

Me levante de mi cama y me dirigí al baño para ducharme, me talle todo el cuerpo, cuando hiba a tallarme las piernas, sentí un gran dolor, cuando me obseve, vi que era un moretón, como si hubiera sido un golpe

-- ¿En qué momento me golpeé? – pensé.

Al meditar lo sucedido, me aterre cuando recordé, que en la pesadilla que había tenido, mi tío me golpeo con el bate.

-- Pero, ¿Cómo?, era solo un sueño. – pensé.

No le quise dar mucha importancia, aunque una parte de mi admitía y sabía que había sido en el sueño.

Pero me aferre a que no había sido de esa manera.

Termina de ducharme y me dirigí a mi cuarto, cuando de repente vi sangre, no eran pisadas de zapatos o tenis, sino de una clase de pies, aunque más bien parecían garras, me detuve muy aterrado, esperando no encontrar el cuerpo de mi tío, pero vi algo extraño y cerré los ojos, cuando los abrí no había absolutamente nada, y simplemente no dije nada para que nadie se alterara.

Sentía como los latidos de mi corazón eran muy rápidos, estaba demasiado asustado, pero aun asi segui sin decir nada.


Termine de cambiarme y baje con mis padres y mi hermana que me esperaban

-- Ya, ¿listo? – me dijo mi mamá.

-- Si – dije con la mirada fija y muy abierta.

-- ¿Ocurre algo? --- me pregunto mi hermana muy preocupada.

-- No, nada hermanita – respondí con una gran sonrisa falsa.

-- Está bien, entonces vámonos – dijo mi papá.

Durante el camino seguía con esa mirada perdida y sorprendida, y al parecer mi hermana lo había notado.

Al llegar al entierro mi hermana me sostuvo de la mano.

-- ¿Seguro que estas bien Jason?, te noto muy preocupado desde que bajaste de cambiarte y a mi no me convenció esa sonrisa que hiciste.

-- Estoy bien, déjame en paz – le respondí molesto.

La solté y me fui con el ceño fruncido pero sabía que lo que me dijo era verdad.

Llegue con mis padres y me puse en medio de ellos, no escuche nada de lo que se estaba diciendo, me quede pensando en mi sueño y en el golpe que había recibido, me preocupaba mucho, pero lo que aún mas me preocupaba eran esas pisadas de sangre, aunque no sabía si tomarles importancia o no, sabía lo que yo había visto.

Termino el entierro y lance el puñado de tierra al ataúd y me quede un poco más.

-- ¿Te quedas Jason? --- pregunto mi mamá

-- si, solo un rato – le respondí sin voltearla a ver


-- De acuerdo, nosotros estaremos por allá.

Me quede viendo su lapida y la tierra recién puesta, y me lo seguí preguntando y al mismo tiempo imaginando en cómo es que había sucedido; y en esa pesadilla que había tenido sobre mi tío, el golpe que tenía en la pierna. Eran muchas cosas que habían sucedido, todo en tan solo dos días, que no lo podía procesar.

Me voltee para ir con mis padres cuando volví a ver esas pisadas, ahora no eran de sangre sino de tierra, lo cual me daba aún más miedo, esperaba ver a alguien o algo, pero no fue así, simplemente fue un susto o eso yo creí, fuera lo que fuera hizo que me alejara de ahí rápidamente, no corriendo pero si a un paso muy veloz, lo peor fue que el miedo no terminaba, por que más adelante vi un bate lleno de sangre, me aterre y deje la caminata rápida y comencé a correr con mucho miedo.

Choque con mie hermana de frente, cosa extraña porque no la vi cuando iba corriendo.

-- ¡¿Qué te ocurre Jason? – me pregunto muy preocupada

-- Nada, ¡solo vámonos de aquí! – grite con mucho miedo.

-- Está bien, está bien, relájate hermanito. -- Parece que viste a un muerto.

Voltee hacia atrás y vi a mi tío, que se despedía de mi lleno de sangre y tierra con una gran sonrisa en el rostro.

Me voltee y abrace fuertemente a mi hermana con mucho miedo.

Mie hermana quería preguntarme que sucedía, pero no lo hizo y siguió como si nada.


-- Tranquilo, ya estoy aquí, ya estoy aquí.

Al llegar a casa baje del auto y antes de entrar a la casa, detuve a mi hermana.

-- ¿Me creerías si te digo que vi a mi tío? – le pregunte con mucho miedo.

-- ¿Lo viste? – me pregunto con gran temor de lo que le podría responder.

-- Si, lo vi lleno de sangre, con el bate en la mano y con tierra como si acabara de salir de su ataúd.

Mi hermana se quedó paralizada y con la mirada muy fija.

-- ¿Qué pasa hermana?

-- Yo también lo vi Jason. – me dijo muy asustada.

-- ¡¿Dónde?! – le pregunte muy desesperado.

-- A… a tu… a tu lado Jason – me dijo con mucho miedo y con las lágrimas que apenas le salían de los ojos.

-- ¡¿Qué?! – me sorprendió lo que dijo.

-- Y ¡¿Por qué no me dijiste nada?!

-- ja ja ja, como crees Jason, no seas ingenuo.

-- Entonces no me crees – dije muy decepcionado

-- No, porque lo que dices es simplemente, miedo, no es algo real; veras el modo en que pensamos e imaginamos las cosas son dependiendo de cómo nos sentimos en un momento determinado, en este caso tú ves a mi tío Roger muchas veces, ya que fue grande tu sorpresa cuando lo viste colgado, así que no creo que sea real, sino simplemente tu mente está dominada por el miedo.


-- Así, y como explicas ¡¿Esto?! – me levante el pantalón enseñándole los golpes de mis piernas.

-- ¿Qué? – pregunto mi hermana.

-- Como que, ¿Qué?, pues los moretones que tengo en las piernas. – dije desesperado y furioso.

-- Pero, no tienes nada Jason – me dijo con tono muy ignorante.

Me vi las piernas y efectivamente, no tenía nada, me decepcione y a la vez me sorprendí.

-- Como te dije Jason es solo tu imaginación, torpe.

Dio vuelta y se metió a la casa

No lo podía creer, no sabía si espantarme o aliviarme, era algo que no tenía una razón lógica.

-- Y si, ¿tiene razón mi hermana?, y si ¿solo lo imagine?— Pensé.

Cada vez surgían más preguntas y más dudas en mi cabeza que tenía que responder y muy pocas respuestas.

Por un momento pensé que estaba enloqueciendo, pero eso, hasta para mí sería algo muy ridículo, en ese momento pensé en darle la razón a mie hermana y creer que todo lo que estaba viendo y sucediendo era producto de mi imaginación, y lo mejor para mí y para todos, era seguir adelante y dejar el pasado atrás.

Llego la noche y me fui a dormir, pero no podía cerraba los ojos y en lo único que pensaba era en todo lo que me había pasado después de la muerte de mi tío; cuando lo encontré colgado, el sueño que tuve sobre él, más bien la pesadilla que tuve de él, el mismo golpe que me dio y su aparición en su entierro.


Estaba a punto de gritar pero aguante para no alterar a nadie, ni mucho menos a mis padres, ya que han pasado por mucho debido a mí.

Simplemente me brotaron unas gotas de llanto, pensé que eso iba a ser todo, pero no fue así, se me entumeció todo el cuerpo, a tal grado que no lo pude mover, la única parte del cuerpo que podía mover eran mis ojos.

Vi que encendieron una luz, al parecer era la de la sala, no me espante creí que era mi papa que iba a tomar un vaso de agua a la cocina ya que a el se le resecaba mucho la garganta.

-- Pero ese problema ya lo tiene desde hace muchos años – pensé, ya que no podía ni mover mi boca para hablar – por eso él tiene una jarra llena de agua para evitar levantarse.

-- ¿Mi hermana?, no, ¿Cómo para que se levantaría a estas horas de la noche?, ella ya no va a la escuela, ya acabo su carrera – pensé.

--- O tal vez mi mama preparando el desayuno a mi papa, si eso es. – pensé.

Me tranquilice y cerré los ojos para tratar de dormir.

--- ¡Aguarda! – pensé muy asustado.

Voltee a ver mi reloj y apenas era la 1:00 AM.

--- Es imposible que mi mama este en la cocina o alguien – empecé a sudar y tratar de gritar, pero era inútil, lo único que conseguí fue emitir unos simples gemidos y no tan fuertes.

Pensé que lo que estaba era un ladrón o algo que trataba de robarse nuestras cosas.

Escuche pisadas, pero no cualquier pisadas si no pisadas de pies descalzos.


-- ¡No puede ser! – abrí mis ojos más de lo podía, al darme cuenta de lo que en realidad era lo que estaba pasando.

Escuchaba las pisadas más cerca de la puerta de mi cuarto, no podía ni cerrar los ojos por el miedo, intentaba gritar, o gemir que es lo único que podía hacer, pero era inútil nadie me escuchaba. La perilla de mi cuarto estaba girando con brutalidad, ya que estaba con seguro, yo seguía sudando, estaba empapado de sudor, seguía gimiendo y las lagrimas brotaban de mis ojos.

Después no se escuchó nada, lo cual me tranquilizó.

-- ¡PUM! ¡PUM! ¡PUM! – se escuchaban los golpes que le estaban dando a la puerta de mi cuarto, quería creer que eran con las manos, pero los golpes eran más pesados, como si fuera con un palo grueso como de beisbol.

-- ¡Maldita sea, estoy jodido! – pensé, con lágrimas en mis ojos y con una cara muy triste forzada.

De repente la puerta cayó, vi la silueta de mi tío, se iba acercando poco a poco hacia mí.

Ya que estuvo tan cerca de mi como para solo alzar el bate y golpearme…

-- ¡Jason!, ¡Jason!, ¡despierta!, ¡despierta!

-- ¡No!, ¡no!, ¡aléjate de mi!, ¡suéltame! – grite, pataleando y forcejeando.

-- ¡tranquilízate hijo!, ¡es solo un sueño! – gritaron muy alterados.

Abrí los ojos, vi a mis padres y a mi hermana que me miraban con mucha confusión y al mismo tiempo con mucho miedo.

-- ¿Qué te sucede hijo? – me pregunto mi mama muy asustada.


-- No lo sé mama, solo puedo decirte que fue una noche muy larga. – le dije para que no se preocupará.

Porque realmente sabía lo que había sucedido, solo que ni yo lo quería recordar.

-- A mí no me quieras mentir Jason, no soy tonta, sé que algo tienes o algo te sucede, estas extraño desde qu fuimos al funeral de tu tio

-- Una cosa es que no me quieras contar y otra muy diferente que me quieras ver la cara de tonta.

-- Eso lo se mama, pero no es así…. Mmm… bueno en parte si es por eso, pero no es nada grave, eso si te lo puedo asegurar.

--- Nos podrían dejar a solas – dijo mi mama.

--- Si claro – dijo mi papa. – ven Verónica, hay que dejarlos a solas.

--- Hijo que es lo que te ocurre, estas muy extraño, aparte no es la primera vez que tienes pesadillas de este tipo. Anteriormente pasó lo mismo, y despertaste sudando y gritando, no estás bien hijo, y si me lo permites, y si estás de acuerdo quisiera llevarte con un especialista.

-- No se mama, no creo que sea necesario, digo es una pesadilla y conocemos su origen, creo que debo de dejar de pensar en eso y ya no me pasara nada. – dije con mucha seguridad pero a la vez con mucho temor de mis mismas palabras.

-- Está bien, pero si sigues con estas pesadillas, te voy a llevar con el psiquiatra sin excusas ni pretextos, ¿entendido jovencito? – me dijo muy enfadada.

-- Si mama, de acuerdo. – respondí muy preocupado.


Mi mama salió de mi cuarto.

-- Te espero para desayunar – me dijo sujetando la perrilla de la puerta

-- Sí, claro

Baje al comedor, me senté, y ni mi padre ni mi hermana me veían, como si no existiera, y no entendía el porqué, pensé que estaban enojados conmigo así que decidí no hablarles para que no se enfadaran, aunque ni siquiera sabía porque no me hablaban y no quería averiguarlo; pensé que iba a ser solo en el desayuno, pero no fue así, sino que fue todo el día y la única que me dirigía la palabra era mi mama, pero en esas veces que me hablaba yo estaba en mi mundo, ahogándome en mis propios pensamientos que me estaban matando.

--- Hijo, ¿Cómo te sientes? – pregunto preocupada.

Estos recuerdos me ahogaban, me aprisionaban, y no sabía cómo quitármelos de encima.

-- ¡Jason! – me grito, agitándome de los hombro.

-- ¿Qué? – pregunte muy desorientado.

-- Estas bien, estas muy desconectado.

-- ¿Por qué lo dices mama?

-- Porque van varias veces que te hablo y no respondes y me estas preocupando Jason.

-- Descuida no es nada, estoy bien.

Mi papa y mi hermana se me quedaron viendo muy enojados, aunque aún seguía con esa duda de porqué enojados más bien tendrían que estar preocupados o asustados, o algo por el estilo no sé, por un momento me desconcerté y cayó en mi un


gran miedo y no por lo que estaba pasando con mi papa y mi hermana sino por lo que me esperaría esta noche.

para variar ese dia en la noche se fue la luz, pensé en ir con mis padres para que no me pasara nada, pero antes de que lo hiciera comencé con unos fuertes dolores de cabeza, sentía mis latidos punzando mi cabeza, como si me diera una fuerte migraña, cerré mis ojos con fuerza y sujetaba mi cabeza con mis manos.

-- ¡AHH! – solté un grito desgarrador como si me hubieran herido gravemente.

Mis padres y mi hermana entraron corriendo.

-- ¡¿Qué te sucede hijo?! – grito mi mama.

-- ¡AHH! – seguía gritando fuertemente.

-- ¡Mama tenemos que llevarlo con un médico, pero ya! -- le grito mi hermana a mi mama.

-- ¿Crees que sea algo grave? – pregunto mi padre.

--- ¡Eso no importa, solo hay que llevárnoslo! – grito desesperada.

Recuerdo que hiba en la parte de atrás con mi mama, mi cabeza reposaba en sus piernas y con sus manos en mi cabeza, mi padre estaba conduciendo y mi hermana volteaba cada rato a ver como seguía.

Llegamos al hospital y mi padre me traía en sus brazos, pidieron un médico y me llevaron en una camilla a sala de urgencias, veía mucha luz blanca, escuchaba las voces muy lejos, pensé que moriría, y no lo veía mal, ya que no quería sufrir más, sabias que la pesadillas no terminarían y mi tio me seguiría persiguiendo.


En ese momento en que ya no escuchaba las voces, sentí una gran descarga eléctrica y desperté, vi a mi alrededor y había muchos doctores, había una ventanilla por la cual alcance a ver a mis padres y a mi hermana los cuales estaban llorando, y me desmaye.

-- Jason, Jason, despierta, esta despertando – se escuchaba varias voces.

-- Jason reacciona, Jason. – seguía escuchando esas voces, hasta que desperté.

-- Estas bien hijo. --- pregunto mi mama.

-- ¡¿Qué?! ¿Dónde estoy?, ¿Qué fue lo que paso? --- pregunte muy confundido y un poco aturdido.

-- Te dio un fuerte dolor de cabeza y te desmallaste hijo – dijo mi padre.

-- No, eso no fue un dolor de cabeza. – dije muy alterado y confundido.

-- Si hermanito, es lo que te sucedió – me dijo muy segura.

-- Yo sé lo que vi, yo sé lo que paso, fue mi tío quien me pego en la cabeza con ese maldito bate.

Me miraron muy desconcertados, ya que no creían en lo que les estaba diciendo.

-- ¡¿No me creen?! – pregunte con mucho enojo.

-- Es que eso no es lo que paso Jason, simplemente te dio un terrible dolor de cabeza y te desmayaste, y te trajimos al hospital. – respondió mi mama muy aflijida.

Recargue mi cabeza con fuerza en la almohada y apreté las sabanas con fuerza, sabía que no creerían en nada que les


dijera a mis padre o a mi hermana, ya no les podía confiar nada de esto a ellos, sabía que estaba solo.

Aunque dejando a un lado todos esos pensamientos reaccione.

-- ¡Aguarda! – le grite a mie hermana sosteniéndola de una mano antes de que saliera de la habitación.

-- ¡¿Qué sucede?! – me pregunto muy despavorida.

-- Tú y mi padre ayer, no me dirigían la palabra ni siquiera me volteaban a ver, ¿Por qué? – creyendo que una de mis preguntas tendría una respuesta.

-- Pero si todo el día nos queríamos dirigir contigo, más bien tú eras el que no nos dirigía la palabra, mi papa y yo tratábamos de hablarte, pero tú estabas en tu mundo con la vista perdida, creímos que aun estabas pensando en lo que habías soñado o algo por el estilo, así que después de tanto tratar, decidimos yo no hablarte para que no te alteraras o algo peor. – me dijo muy inquietante.

-- ¡Oh maldición!, estoy jodido – pensé con un gesto de confusión.

-- ¿Por qué creíste eso hermano? – me pregunto confundida e inquietante.

No hable, me quede callado. Trate de cambiar de conversación.

--¿Cuándo salgo del hospital? – pregunte.

-- Pronto hijo, pronto. – me respondió sosteniéndome la mano y con una sonrisa de esperanza en su rostro.

-- Hay que dejar que repose un momento, ya que en un par de horas le darán salida a su hijo. – dijo una enfermera que estaba en la puerta.


-- Si claro, -- dijo mi mama, volteándola a ver.

-- Lo ves Jason, ya vas a salir dentro de poco. – me dijo sonriendo y tocándome la cabeza.

-- Vamos mama, papa, hay que dejar descansar a Jason un poco – dijo mi hermana sonriéndome.

En ese momento, pensé que mi suerte había cambiado al ver a mi mama, a mi papa y a mi hermana con esas grandes sonrisas en sus rostros, creí que todo mejoraría, que el miedo desaparecería, y que la confianza en mí mismo volvería, y de una buena vez las pesadillas desaparecerían, ese día recuerdo que cerré los ojos y pude descansar.

Abrí los ojos mire a mi derecha, hacia la puerta que daba al pasillo, estaba abierta, pero no había nada ni nadie, no escuchaba voces, no había ruido, era como si las personas que estaban en el hospital se hubiera desvanecido.

-- ¡No, no, no, no puede estar pasando esto! – grite agarrándome la cabeza con fuerza.

Sabía lo que estaba sucediendo, aun no despertaba, sabía que todo era una pesadilla, o eso es lo que trataba de pensar.

--- Tengo que despertar, pero ¿cómo? – pensé caminando en círculos, tocándome la cabeza con desesperación.

-- Piensa, piensa, piensa Jason… ¡lo tengo! --- exclame con una sonrisa en el rostro.

Lo único que hice fue pellizcarme, pensé que con eso todo terminaría, que todo volvería a la normalidad, así que solo cerré mis ojos y me pellizque

-- ¡Auch! – Exclame – maldición, no funciono, no, no puede ser. – pensé con lágrimas en los ojos y con gran desesperación.


De repente sentí un gran escalofrió rondando todo mi cuerpo, que subía lentamente y me estrangulaba, enseguida me tiro al suelo, he hizo que me retorciera del dolor, era como si me golpearan en todo el cuerpo mientras me sostenían el cuello fuertemente, tratando de asfixiarme sin matarme, simplemente que sufriera.

Quería gritar pero no podía, mi voz desapareció, trataba de pedir ayuda, pero era inútil, de repente gire la cabeza a mi izquierda allí estaba, si era el, y sostenía el bate en su mano y sentado en una silla, simplemente viendo como me retorcía del dolor, trate de estirar mi mano para ver si apelaba a su lado bueno, aunque sabía que él, ya no tenía ningún lado bueno o alguna parte buena en todo su ser. De repente se levantó de su silla y camino lentamente hacia mí, sabía que era mi fin, salieron lágrimas de mi rostro, cuando vi ya estaba parado enfrente de mi con el bate en sus manos listo para romperme la cabeza, pero antes gire mi cabeza a la derecha y vi la silueta de un niño que cargaba un bate idéntico al que el traía, él no se acercó, el solo se quedó observando cómo me había retorcido, y como estaba a punto de morir, voltee de nuevo mi cabeza a donde estaba mi tío, o esa maldita cosa que ya no era mi tío, era alguien más, y antes de que el bate diera en mi cabeza cerré mis ojos y quería pensar en todo lo que pase en mi vida, ya que hay algunas personas que dicen que vez tu vida pasar antes de morir, pero en mi caso no fue así, solo sentí un golpe y todo se puso oscuro.

Desperté y me levante rápidamente de mi cama, con la respiración muy agitada, voltea a ver a mi alrededor y todo estaba normal, voltea a la puerta y vi que estaba cerrada, pero aún seguía sin escuchar un ruido, ya que sentía un gran zumbido en mi cabeza, me aterro girar la perilla y no ver nada, antes de abrí la puerta cerré mis ojos, y para mi sorpresa,


todos estaban ahí, las enfermeras, los doctores, los pacientes todos estaban ahí, todo había desaparecido, excepto el fuerte dolor de cabeza.

-- Pero, ¿qué hace parado joven? – me dijo una enfermera.

-- Simplemente quería ver si todo estaba bien. – dije aterrado, y con los ojos muy abiertos.

-- Pero por supuesto, todo está bien, pero tú necesitas regresar a la cama a descansar. – me respondió sin saber lo que en realidad le quería decir.

Regrese a mi habitación y me recosté un poco.

De repente entro mi hermana y mis papas preocupados, ya que se habían enterado de que había salido.

-- ¡¿Qué paso Jason?! ¡¿Te encuentras bien?!, ¡¿Por qué te saliste de la habitación?!

-- Tranquila ma, creo que estaba ansioso por irme, así que como no los vi, quise ir a buscarlos, solo fue eso no te preocupes. – le dije a mi mama mientras pensaba que antes de ver a la enfermera vi esa misma silueta del chico que sostenía el bate al otro extremo del pasillo.

-- Bueno, creo que es hora de que nos vayamos ¿no? – dijo mi papa con una actitud positiva.

-- Es cierto papa, ya nos podemos llevar a Jason, ya lo dio de alta el doctor – dijo muy animada mi hermana.

Solo mi mama me veía con esa mirada de preocupación, sabía que seguía teniendo algo.

Agarre mi ropa y me fui a vestir. Cuando salí del baño, vi que mi mama estaba hablando con un doctor, me acerque un poco más para escuchar lo que decían.


-- No sé lo que le pase a mi hijo doctor, pero sé que es algo malo, ha tenido muchas pesadillas, cambios extraños, la última vez creyó que su hermana y su papa lo ignoraban, cuando en realidad fue al revés, no sé qué tenga, pero estoy muy espantada, más que nada muy preocupada – dijo muy asustada, casi le salían lágrimas de los ojos.

-- Y usted, ¿sabe desde cuando empezó a experimentar todos estos sucesos?

-- Creo que fue desde que murió su tio, ya que fue el que lo vio colgado.

-- ya veo, lo que creo que experimenta su hijo aparte de miedo, es culpa, como si el hubiera provocado eso cuando en realidad no lo hizo, tal vez necesite terapia, pero yo diría que en estos momentos este con usted, que sienta su apoyo y su cariño, ya que como le digo Jason se siente solo y aterrado, pero si empeora tráigalo a mi consultorio, ahí lo atenderé.

Cogió de su bolsillo una tarjeta y se la dio a mi mama

-- Muchas gracias doctor. -- dijo mi mama.

Regreso hacia mi habitación a ver si ya estaba listo, y rápido fua al baño y cerré la puerta.

-- ¿Ya estás listo hijo? – pregunto mi mama.

-- Si mama, estoy listo – respondí, mientras pensaba en lo que había visto.

Caminamos juntos hacia el estacionamiento en busca de mi padre y mi hermana.

-- ¿En dónde se habrá metido tu padre ahora? – pregunto mi mama.


-- No lo se mama – le respondí furioso.

-- ¿Qué es lo que te sucede Jason?

-- ¿Un psiquiatra?, ¡¿en serio?!, ¿Por qué? – le grite.

-- Tranquilízate Jason, soy tu madre, me preocupo por ti, solo quiero lo mejor, y como últimamente has estado muy mal, solo le comente al Dr. Que es lo que tenias, solo eso. – respondió con lágrimas en los ojos.

Me frustre y me sentí culpable por lo que le dije a mi mama.

-- Disculpa, es solo que, no creo estar loco para que hablaras con un psiquiatra.

-- Yo tampoco hijo, simplemente que hable con el Dr. Connor para saber qué es lo que podía hacer por ti, como ayudarte, fue solo eso.

-- Si, lo entiendo mama, perdón.

Me sentí muy mal y le di un gran abrazo; al abrazarla alce la mirada y vi al mismo niño que vi en mi pesadilla o lo que haiga sido eso, me quede petrificado, pero no por mucho, ya que podría alterar a mi mama.

-- ¡BEEP!, ¡BEEP! – se escuchó.

-- ¡Vámonos!, grito mi padre.

-- Tranquilo hijo, siempre estaré contigo. – me dijo con una sonrisa en el rostro.

Y eso fue lo último más cercano a lo tranquilo o a lo menos atemorizante, después todo empeoro.

Llegamos a casa, mi padre fue directo al televisor, mi madre a la cocina junto con mi hermana, yo, yo quería acompañar a mi padre, pero no pude algo me llevo a mi


ático, baje las escaleras, y de pronto un gran escalofrió rodeo todo mi cuerpo, no me dio miedo simplemente seguí, vi una sombra que se movía, y reaccione.

-- ¡Maldición!, pero ¡¿qué diablos estoy haciendo aquí?! – pensé atemorizado

Di media vuelta, y vi en el espejo que estaba ese niño detrás de mi, no veía su rostro simplemente vi que arrastraba un bate con sangre seca.

-- ahora no puedes escapar, no puedes huir de lo que realmente eres Jason. – dijo con una voz muy profunda y desgarradora.

No lo quería voltear a verlo, pero no me podía resistir, así que voltee, pero no vi nada. Así que corrí hacia las escaleras, pero no las podía baja, así que me altere, me desespere y empecé a agitarme más y más, golpea las escaleras, hasta que se abrieron y caí, me golpee la cabeza y me desmaye.

-- ¡ah!, ah!, ¡ah! – desperté con una respiración agitada.

Para mi sorpresa estaba acostado en mi cama, por un momento pensé que otra vez estaba en el hospital, pero no era así.

-- ¡¿Qué carajos?! – dije en mi mente muy sorprendido.

-- ¡AH! – grite mientras me tocaba la cabeza.

No sabía que había pasado y la cabeza me dolía, me parecía muy extraño, no mucho ya que era por lo que estaba pasando simples dolores de cabeza.

-- Lo eres, eso es lo que realmente eres


Es lo único que escuchaba en mi cabeza, era como una grabadora que no tenía fin; no podía desesperarme, ya que alteraría más a mi familia, pero como no alterarse con esa voz tan insistente, que suena en cada momento, segundo a segundo, sin dejarte comer, dormir o hasta respirar tranquilamente, a veces se paraba, pero siempre regresaba en el momento menos inoportuno, y eso me estresaba aún más, me sacaba de quicio.

Una tarde, que me encontraba recostado en mi cama leyendo, sentí un gran zumbido.

-- ¡TSS!, ¡TSS!, ¡TSS!. – se escuchaba en mis oídos.

Era irritante hizo que me echara boca abajo.

-- ¡AHHHHHHH! – grite fuertemente sobre mi almohada, para no alarmar a nadie.

Cada vez empeoraban las cosas, ahora ya no era solo una palabra, eran varias

-- ven, ven a mi

Cada vez se volvían más molestas, aunque eso lo podía soportar, hasta que una en especial fue la que me aterro mucho.

-- Oye, oye – era una voz muy alejada, pero que aun podía escuchar.

-- Oye, oye – seguía la voz

-- Puedo verte dormir Jason – esta vez, esa voz se escuchó como si estuviera a mi lado susurrándome al oído.

Abrí los ojos para buscar, a quien, no lo sabía, en ese momento se me olvido que solo eran voces, o tal vez ¿no?, como una voz se podría escuchar tan cerca y sentir la


respiración del que la pronuncio, esa noche no pude dormir. Solo me quede recostado con los ojos bien abiertos, esa noche fue largar, ya ni siquiera quería bajar los pies de la cama, sentía que alguien me agarraría o peor, desde ese entonces, empecé a escribir todo lo que me sucedía, algo así como un diario, todo lo relate ahí, cada cosa que veía, que sentía, que escuchaba, todo después de todo lo que a pasado y a donde he parado, es justo que todos sepan o al menos yo lo recuerde.


El diario

Jueves 23 de abril del 2015

Hoy es mi primera vez que empiezo a escribir en esto, bitácora, si en esta bitácora antes de que se me valla; ayer pasaron cosas extrañas, como de costumbre, en la noche sentía que alguien me tomaba del cuello y me quería asfixiar, de repente...

Vi a una chica que estaba en un canal

-- ¡AUXILIO!, ¡ALGUIEN AYUDEME!


De repente los gritos cesaron, y note que había una gran cantidad de sangre la cual hizo un camino el cual iba directo hacia mí, cuando vi tenia mis manos ensangrentadas y con el bate en mi mano izquierda, me espante, quería soltar el bate, pero no podía, cuando voltee a ver de nuevo, la chica había desaparecido.

-- ¡¿POR QUÉ?!, ¡¿POR QUÉ?!, ¡¿QUE FUE LO QUE TE HICE?! – me gritaba una y otra vez mientras me sostenía de la pierna.

Desperté y no había nada.

-- ¡Ah!, ¡Ah!, ¡Ah! – respiraba agitadamente.

-- ¡¿Qué carajos está pasando?! – me pregunte muy asustado.

En la mañana me vi al espejo y note que lo tenía rojo, me espante mucho, al principio pensé que eran garras, bueno eso quería creer, pero no era así, sino que eran manos de humano, lo que fue aún más extraño, por un momento pensé que fue mi tío; cogí una bufanda y cubrí bien mi cuello, y baje a desayunar.

-- ¡¿Que tienes Jason?! ¿Estas enfermo? – pregunto mi mama un poco preocupada.

-- Estoy bien, solo que me siento un poco mal de la garganta, no pasa nada, no te preocupes – le respondí con una mentira, para que no se diera cuenta de nada.

-- ¡¿Cómo no me voy a preocupar?! – me grito espantada, como una madre normal lo haría preocupándose por su hijo.

-- En serio, no tengo nada, más bien no tienes de que preocuparte – le respondí para que no hiciera nada, pero fue inútil.


-- ¡¿Cómo no tienes nada?! – me dijo mi mama desesperada

-- ¡Hazle caso a tu madre Jason! – me dijo mi papa enojado.

Me les quede viendo con miedo, y me di media vuelta para correr a mi cuarto, pero mi hermana, me alcanzo a agarrar de la bufanda, arrebatándomela del cuello.

-- ¡NO! – grite

Intente verme el cuello pero era imposible verme yo mismo.

-- ¿De que tanto te quejas?, mi mama solo te va a revisar para ver como estas. – dijo mi hermana.

Se acercó mi mama a revisarme.

-- ¡¿Pero que?!... – exclamo.

-- Ya se no te alteres por favor, no te quería enseñar…

-- No tienes nada Jason, abre la boca, mmm, estas bien.

-- P… pe… pero… ¡¿Qué?!

-- De que te sorprende, no tienes nada, son una de tus excusas para faltar a clases.

-- No… yo… -- no termine de decir, cuando

“Esta mañana se encontró el cadáver de una chica de alrededor de 18 años, que llevaba desaparecida ya más de un mes, al parecer la violaron y le destrozaron el cráneo, no hay testigos, o alguna persona que haiga visto este terrible suceso, y no puedo ni imaginar a los padres de esta pobre chica”.

Me espante mucho al ver la noticia, sabía que esa era la chica que estaba en mi pesadilla, de la misma manera tenía el rostro destrozado, de repente en la pantalla de la televisión vi al mismo chico que se agachaba hacia ella, de repente volteo


hacia mí, y me vio con ojos negros como el abismo, y me sonrió con una sonrisa grande y diabólica.

-- ¡¿Pero qué carajos fue eso?! ¡¿Lo vieron?! – pregunte desesperado.

-- ¿Ver que Jason? – me pregunto mi hermana.

-- ¡¿No lo vieron?! – pregunte con gran temor.

-- ¡¿Ver qué?! – me grito mi papa.

-- Nada olvídenlo – le respondí muy controlado, por fuera claro, porque por dentro estaba temblando de miedo.

-- Me… me tengo que ir, se me hace tarde, adiós – les dije antes de que me preguntaran más cosas.

Agarre mi mochila y salí corriendo de mi casa lo más rápido posible, después de haber recorrido tres calles, me detuve y pensé de nuevo en lo que había visto.

Ese día no me concentre en la escuela, estaba ahí, pero a la vez no, lo que vi me intrigo mucho. No vi ni pasar el tiempo.

-- ¡Hey!

-- ¡Hey!, ya se terminaron las clases.

No sabía él porque me invadía, la culpa, por la chica que vi en la televisión.

-- ¡Hey!, ya terminaron las clases.

Alguien me sacudió el hombro.

-- Jason, ya terminaron las clases amigo – me dijo game boy, mi gran amigo, game boy, bueno así le decíamos, en realidad se llamaba Alejandro.


-- ¡¿Amigo que te sucedió todo el día?!, no estuviste. -- Me dijo muy preocupado.

-- No lo sé amigo, creo que no he dormido bien. – le respondí para que no se preocupara, ya que él era como mi hermano, y la verdad lo quería dejar muy alejado de este asunto.

-- Seguro, porque más que cansado, pareces espantado, ¿Qué es lo que te sucede en realidad?

-- Nada, simplemente no he dormido bien eso es todo – le dije con un tono un poco furioso.

-- Está bien, está bien, te creo, solo que si te pasa algo, sabes que puedes contar conmigo. -- me dijo con una gran sonrisa en su rostro.

-- Nos vemos mañana – me dijo

-- Si – le respondí.

Salió del salón, despidiéndose de mí agitando su mano.

Regrese a mi casa, un poco más calmado, iba caminando tan lento y pensativo que no me di cuenta que ya había oscurecido, yo seguía caminando, como si nada, de repente sentí un gran escalofrió.

-- ¡AUXILIO!, ¡AYUDENME! – se escuchaba a lo lejos.

Trate de seguir la voz, llegue a un canal.

-- ¡AUXILIO!, ¡AYUDENME! – se escuchaba un poco mas cerca.

-- ¡POR FAVOR, ALGUIEN, AYUDEME

Llegue a donde se escuchaba la voz, pero no veía nada, ya que estaba muy oscuro,

--- ¡AQUÍ ESTOY, POR FAVOR, AYUDAME


-- ¡Ya te vi! – exclame.

-- ¡NO!, ¡NO!, ¡NO!, ¡ALEJATE DE MI!, ¡POR FAVOR NO ME HAGAS DAÑO!

-- ¡AUXILIO!, ¡AYUDENME!¡Pero yo!… ¡no puede ser posible!…. ¡Co… como sucedió!.

Tenía las manos ensangrentadas, con un bate en la mano, era como un deyabú, era lo mismo que había soñado.

Salí corriendo de ahí sin mirar atrás, no quería que me volviera a agarrar, voltee, a ver si no me seguía, tropecé y caí, después de ahí ya no recordé nada, hasta que abrí los ojos y me encontraba en mi cama.

-- Pero, ¡¿Qué carajos está pasándome?! – grite desesperado, no me importo que me escucharan, para mi sorpresa, nadie escuho.

Por un momento pensé que aún estaba soñando, pero simplemente era que mi voz no salía, solo gestos, lo cual me preocupo, ya que la otra vez había ocurrido lo mismo cuando soñé con mi tío.

-- ¡Oh!, mierda, espero y no pase lo que pienso, -- pensé preocupado, sin poderme mover.

De repente el escenario cambio, cuando me di cuenta estaba en un cuarto sin ventanas, todo de concreto, tenía mis manos, mis pies y mi cintura atados a una clase de cinturones. La cama era como una de esas que utilizaban en los hospitales, cuando una persona se la tienen que llevar rápidamente a emergencias.

No me podía mover, estaba muy bien atado, por lo menos si podía utilizar mi boca, era lo único que no tenía atada o tapada por así decirlo.


-- ¡Ahhh!, ¡Ahhh!, -- gritaba y gritaba fuertemente sin para.

-- ¡Alguien ayúdeme por favor! – gritaba desesperado.

-- ¡Ahh, no me puedo mover, por favor, alguien. – gritaba con más terror.

Cerré mis ojos por un breve momento, cuando los abrí vi a varios enfermeros, o así era su fachada, puesto que estaban de blanco.

-- ¡Por favor, ayúdenme!, ¡por favor!, ¡se los suplico, déjenme ir! – le gritaba con lágrimas en mis ojos y con una gran desesperación.

Eran inútiles mis gritos, nada funcionaba, nada hacía que reaccionara, solo estaban ahí parados, como si estuvieran esperando a alguien más.

De repente se escuchó el chirrido de una puerta que abrían.

-- SUJETENLO BIEN QUE NO SE MUEVA. – dijo una voz, la cual se me hizo muy conocida.

-- ¡No, déjenme, no me hagas nada! – grite con desesperación.

-- QUE SE SIENTE ESTAR DEL OTRO LADO, SENTIR QUE A TI TE LO HACEN EN VEZ DE HACERLO. – me dijo

Después me di cuenta.

-- ¡¿Tu?!, ¡¿Por qué?! – pregunte muy atemorizado.

-- PAGARAS POR LO QUE ME HICISTE.

-- ¡No, no me mates, por favor! – grite con mucho pavor.

-- CLARO QUE NO TE MATARE, NO TE DARE ESE LUJO, AUNQUE TE LO MERECES.


-- Entonces, ¡¿Qué me vas a hacer?! – pregunte con miedo y tratándome de alejar de ella, ya que cada vez se me acercaba más y más.

Parpadee por un milisegundo y todos habían desaparecido, mire a mi alrededor, pero no veía nada, alce la cabeza lo mas que pude, puesto que seguía atado, de repente una mano me puso algo en la boca.

-- ¡Ahh!, -- grite todo lo que podía asustado, ya que tenía eso en la boca.

De repente deje de gritar, ya que no había porque gritar, luego sentía algo un poco difícil de explicar, pero que estaba recorriendo todo mi cuerpo… de repente apareció ella.

-- ¡AHHH! – me grito mientras me veía a los ojos o eso pensaba puesto que su rostro estaba muy desfigurado.

-- ¡Ahhh! – grite también al verle el rostro, me espante, trataba de cerrar los ojos pero no podía, me era imposible hacerlo, hasta que desperté.

-- ¡¿Pero qué mierdas fue eso?! – pensé en mi mente, mientras estaba sentado en mi cama sudando.

-- Si sigo así, pensaran que estoy loco o algo. – pensaba mientras me tocaba la cabeza.

-- ¿Qué voy a hacer? ¿Qué voy a hacer? – pensaba desesperado, mientras me tocaba la cabeza.

Estaba pensando en cómo es que se pondría mi familia si les cuento lo que me sucede, obviamente mi mama me enviaría directamente con el psiquiatra y era lo que no quería, no por temor ni mucho menos, sino que no estaba seguro de lo que él me podría mostrar sobre mí mismo, tal vez y hasta me podría


dar un infarto y morir ahí mismo y es lo que no quería o simplemente en realidad no quería saber sobre mi propio yo.

Viernes 24 de abril del 2015

Desperté esta mañana un poco desvelada después de lo ocurrido.

-- Uah!. – bostece

Quería que todo esto fuera otro día, un día simple, un poco normal, que ya era más un sueño que una realidad.

Trate de estar alegre, bien, algo diferente, la triste realidad es de que esos días habían terminado.

Estaba en mi cama, pensando cómo es que me levantaría y saludaría a mi familia, como es que les hablaría, de que hablaría o como es que los miraría sin mostrar ninguna señal de miedo o algo por el estilo.

-- Buenos días familia, ¿Cómo están este día? – dije muy algre.

Nadie me respondió, mi hermana y mi papa estaban sentados en la mesa comiendo y mi mama en la cocina.

-- Hola hermana – le dije alegremente y con una gran sonrisa en mi rostro.

Pero ella no me hacía caso y no le podía ver el rostro porque se lo cubría su pelo largo y quebrado, mi mama no respondía y ni siquiera me volteaba a ver y mi padre estaba con el periódico cubriéndole el rostro, pensé que no querían hablarme o algo por el estilo.


Me senté, esperando que mi mama me trajera el desayuno. De repente solo llego y dejo el plato sin decirme nada, intente mirarle el rostro pero fue imposible, ya que cuando vi ya se había dado la vuelta hacia la cocina, me le quede mirando si volvía a voltear o me decía algo.

Mire mi plato de sopa caliente.

-- ¡Ahh, que mierdas es esto! – grite aterrorizado, pues lo que había en el plato de sopa eran 4 ojos, el caldo era la sangre de los mismos, parecía que recién se los habían quitado.

Al ver esto voltea a mi hermana y vi que ya no tenía ojos sino dos grandes huecos los cuales lloraban sangre, no podía gritar ni hacer algún gesto de dolor, ya que su boca estaba cocida y no me escuchaba porque sus orejas habían sido arrancadas, dolorosamente por lo visto, en el caso de mi madre era lo mismo, no tenía sus dos ojos, pero a diferencia de mi hermana, ella no tenía la boca cocida sino que su lengua había desaparecido y a cambio tenía 2 ojos en su boca; en eso mi padre se quitó el periódico y vi que él no tenía sus ojos sino una lengua la cual estaba conectada con los dos orificios de sus ojos, conservaba sus orejas, pero llenas de sangre con 2 fierros muy delgados, lo suficiente como para atravesar y destrozarle el tímpano, se veía que estaba sufriendo, puesto que intentaba gritar, pero sus gritos eran más gemidos, ya que le habían cortado las cuerdas bucales.

Todo era aterrador me pare de la mesa, corrí directo a la puerta, pero fue inútil ya que estaba cerrada con candado, pero tenía una nota clavada con un cuchillo, la nota tenia sangre y decía: “Esto lo hice yo, y tú, tu sufrirás por esto, y te mandaran a un hospital, sabes que estas mal y ahora esto te perseguirá por siempre”.


-- ¡No, no, nooooooo! – grite desesperado mientras ponía mis manos en mi cabeza fuertemente, queriendo desaparecer de ahí, subí las escaleras corriendo hacia mi cuarto, azote la puerta y me tire en el piso recargándome sobre la puerta, llorando desesperadamente, tratando de entender lo que estaba sucediendo, ¿era real?, ¿yo lo hice?, ¿Cómo?, como es que ellos aún seguían moviéndose, nadie podría, estaba entrando en razón.

-- Nada de esto puede estar sucediendo. – pensé, mientras me limpiaba las lágrimas de mi rostro.

Mientras estaba pensado de repente observe mis manos de estaban cortándose, como con un pequeño bisturí.

-- ¡Ahhh! – gritaba con gran sufrimiento.

Todo era tan lento y doloroso, fue tan doloroso, que me desmaye.

-- ¡Hijo!, ¡hijo! – se escuchaban voces a lo lejos.

-- ¡Hijo!, ¡hijo!, ¡¿te encuentras bien?! – se aclaraban las voces.

-- ¡¿Q… que… pero que es lo que paso?!, -- pregunte muy confundido

-- ¡Están bien, mama, papa, hermanita! -- dije muy alegre, aunque muy confuso.

Ya no sabía que creer, no sabía cuál era la realidad y cual no.

-- ¡No, ustedes no pueden ser, ustedes están muertos, yo los vi!, ¡us… uste… ustedes estaban muertos!, ¡yo los vi, aléjense de mí, no me toquen! – les gritaba, mientras forcejeaba para que me dejaran de agarrar.

-- Esto está muy mal, Robert, hay que hacer algo – dijo mi madre desesperada.


-- Si Jane, lose, esto está muy mal, ya no sé quién es Jason, lo que nos queda, es rezar por él y esperar – dijo muy preocupado y a la vez muy asustado.


Esquizofrenia 1

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