Espiritualidad cristiana desde el Corazón de Jesús
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Espiritualidad CristianaInspirada en el Corazón de Jesús
La espiritualidad del evangelio de Jesús es una espiritualidad afectada, determinada, comprometida con el sufrimiento humano.
¿Qué claves? ¿Qué actitudes ante el sufrimiento? I. Cuidar nuestra contemplación.
Lo específico de la contemplación cristiana es contemplar la persona de Jesús, contemplar su evangelio, contemplar sus acciones y sus palabras.
Evidentemente, el cristiano puede disfrutar con provecho de la contemplación de la belleza natural o de la belleza creada por el hombre y hacer de esta contemplación un medio de encontrarse con el Ser Supremo.
Esta contemplación es una contemplación buena, enriquecedora, humanizadora para quien la hace, compartida con personas de sensibilidad humana, creyentes o no creyentes de una u otra fe.
Pero la contemplación
específicamente cristiana
de la que hablamos es la contemplación de Jesús de Nazaret.
Pensemos por un momento: ¿De dónde le viene a ese Jesús de Nazaret, que contemplamos, su amor por los pobres y los pequeños, su sensibilidad en el modo de tratarles, la fuerza del mensaje que les dirige, el coraje con el que los defiende; ¿De dónde le viene a Jesús de Nazaret todo esto?
La fuente de la valoración de Jesús por los pequeños no es ni una ideología ni la ley. La fuente desde la que Jesús valora, quiere y se compromete con los pequeños es su contemplación del Padre
El modo de actuar de Jesús
no pretende ser otra cosa
que una continuidad histórica
de lo que él contempla en el Corazón del
Padre. Recordemos aquel
versículo del evangelio de Juan: “el Hijo no hace
nada por su cuenta, sino lo ve hacer al
Padre”,lo que Hace el Padre, hace igualmente el
Hijo.
Nosotros no podemos contemplar
al Padre, contemplamos a
Jesús que es el que en sus
hechos y palabras nos manifiesta al
Padre. Y en esa
contemplación podemos ser
transformados e ir adquiriendo las
actitudes y los sentimientos de
Jesús, su modo de ver la
vida, sus preferencias.
En tiempos de dificultad ni las ideologías ni las leyes nos sitúan ni nos hacen permanecer junto al débil, al pobre, al enfermo, al olvidado, junto al
pecador.Es la contemplación, la convivencia con Jesús la que nos alimenta y nos sostiene en nuestra solidaridady en nuestro compromiso.
La contemplación
atenta, amante,
sostenida de la
Persona de Jesús es el
fundamento y el sostén de
una espiritualidad
cristiana comprometida
.
¿Qué elementos nos
aporta la
contemplación de Jesús
para sacar consecuencias
concretas?
1. En su viaje al interior del Corazón del
Padre que eso es la
contemplación, un viajar siempre
inacabado al Corazón del Otro; Jesús
descubre que en el centro de ese corazón y en un lugar preferente del mismo, están siempre los más
pequeños y frágiles de sus
hijos.
En la contemplación atenta del evangelio percibimos que la dignidad de las personas como amadas
y ancladas en el corazón de Dios, va más allá de cualquier consideración legal, social o moral
y esto es lo que Jesús manifiesta cuando trata como hijos del Padre con dignidad a leprosos
que son excluidos de la ciudad legal y socialmente; a extranjeras que invaden los caminos prohibidos de Israel,
Esa dignidad que Jesús descubre en el Corazón del Padre para cada persona es permanente e
inviolable,
Porque el amor del Padre para sus hijos no tiene
ni fisuras ni tiempos ni está condicionado a un comportamiento moral y esto es
precisamente lo que más escandalizó de Jesús
a muchos de sus conciudadanos.
2. Contemplemos ahora en el evangelio el modo como Jesús trataba a los que se acercan a El.El trato de Jesús es un trato lleno de delicadeza, de respeto, de sensibilidad, un trato que promueve el diálogo interpersonal…
Decía Bendicto XVI:“la íntima participación personal en las necesidades de los sufrimientos del otro, se convierte así en un darme a mí mismo, para que el don no humille al otro. Para que el don no humille al otro no solamente debo darle algo mío sino a mí mismo, es decir, parte del don como persona” (DCE 34)
Cristo ocupó el último lugar en el mundo:
la cruz, y precisamente con esta
humildad radical, nos ha redimido y nos
ayuda constantemente, una ayuda que no
humilla cuando hay contacto personal.
3. Quien ama con caridad a los demás,
es ante todo justo con ellos, no basta decir que la justicia
no es extraña a la caridad, que no es una vía alternativa
o paralela a la caridad. La justicia es inseparable
de la caridad, intrínseca a ella;
la justicia es la primera vía de la caridad.
II.mantener activo nuestro discernimiento.
La palabra discernimiento tiene varios significados y abarca diversas actividades espirituales
Primero, el discernimiento como examen, criba frente a lo que es auténtico de lo que no; siguiendo aquella indicación que hace el apóstol san Juan: “queridos no se fíen de cualquier espíritu, antes comprueben que los espíritus proceden de Dios, pues muchos falsos profetas han venido al mundo”. En segundo lugar, discernimiento como toma de decisiones en clave de evangelio.
Es la necesidad de examinar a la luz del evangelio los criterios de valoración de las actuaciones, las decisiones o las políticas que se toman día a día. No podemos aceptar sin más los criterios que desde instancias económicas, sociales o políticas se adoptan
•Modo evangélico de tomar decisiones..
Porque si nos quedamos
simplemente en culpar de las crisis a
los que ostentan cualquier tipo de
poder, sin mirarnos a nosotros mismos,
también, nos quedamos a medias.También nosotros nos
tenemos que cuestionar con honestidad.
¿Qué hemos hecho mal?
¿Hay algo más que deberíamos, o
podríamos hacer?.Discernir es decidir
desde el evangelio.
III. Agradecer y compartir la esperanza porque la esperanza es un don de Dios, unido y en interacción con los otros dos grandes dones de Dios que son la fe y el amor. La fe sostiene la esperanza y la esperanza proyecta la fe sobre las realidades de nuestra vida concreta, sobre nuestro aquí y nuestro ahora.La esperanza nos sostiene en el día a día del amor, de un amor que se entrega en luz y en la oscuridad; en agradecimiento y en incomprensión; y porque el amor, especialmente el amor a los más pobres fortalece la esperanza.El amor, la convivencia, la contemplación, la cercanía a los más pobres, fortalece la esperanza, nuestra esperanza
No conviene confundir esperanza
en un mero optimismo humano,
la esperanza auténtica se funda en la promesa de Dios, y
en la fe en un Dios que cumple siempre
sus promesas
La esperanza es un tiempo de debilidad y fortaleza,
porque nuestra esperanza se siente débil y flaquea
muchas veces… sin embargo sale fortalecida y afirmada en su auténtico fundamento que no es nuestro poder sino la
fuerza de Dios.
¿Nuestra esperanza crece y se consolida?