Manufactura Julio 2006

Era de la Logística Es momento de que México explote el comercio aprove-chando sus ventajas geográficas. Por: Gabriel Carmona Walkup

El siglo XXI se vislumbra como el de la globalización total, siendo el conocimiento y el comercio los grandes generado-res de la riqueza de las naciones. Como todo parece indi-car, los avances científicos y tecnológicos no tienen límite. Desafortunadamente, en lo que respecta al conocimiento y su gestión, México tiene escasa o nula participación. La otra opción, como país, es enfocarnos en el comercio, actividad por medio de la cual México debe apalancar su desarrollo, ya que nuestras probabilidades de participación ahí cuentan con un mayor número de elementos que le dan sustento.

Las películas de ciencia ficción, como la Guerra de las Galaxias, donde se plantea un conflicto por los mercados, se están volviendo una realidad. Para participar a nivel global se tiene que ubicar a clientes en mercados meta, así como competir en calidad, costo y tiempo. Esto significa tener el producto requerido por el cliente en el lugar preciso, en el momento adecuado y a un precio que esté dispuesto a pagar. Todo esto, como veremos más adelante, son atributos de los sistemas lo-gísticos, por lo cual, si queremos participar con cierto grado de éxito en los mercados internaciona-les, tenemos que apalancar nuestro desarrollo en los métodos y herramientas de la logística mo-derna, así como aprender a integrarnos en las cadenas de suministro tanto internas como exter-nas.

Estos nuevos esquemas mundiales obligan a países y personas a contar con más capacidades, habilidades y conocimientos, pero, sobre todo, a especializar y mejorar su infraestructura y capital intelectual en ciertas actividades donde pueden competir en igual o mejores circunstancias. México decidió hace poco más de 10 años iniciar un proceso de apertura y hoy se ostenta como una de las economías más abiertas del mundo. Las expectativas de la población, demasiado altas hoy día, empiezan a mostrar síntomas de frustración y desencanto, traduciéndose esto en migración, crimi-nalidad y delincuencia organizada.

Quizá a algunos esta visión les parecerá un tanto exagerada y piensen que no estamos tan mal, pero recuerde que la globalización nos permite hacer análisis comparativos, y economías de paí-ses con menos recursos naturales que el nuestro han mejorado, en pocos años, la calidad de vida de sus pobladores y su posición con respecto a otras naciones. Algunos ejemplo de esto son Chile, Corea y España.

¿Dónde falló la estrategia de nuestra apertura comercial? Uno de nuestros problemas es que plan-teamos con mucha ambigüedad la participación de México en los tratados comerciales suscritos. Tampoco hicimos el trabajo necesario para consolidar nuestras fortalezas. En otras palabras, quisi-mos pasar de la primaria a la universidad sin hacer la tarea y hoy todo parece indicar que sólo te-nemos dos posibilidades: Nos dedicamos a hacer la labor que no realizamos en su oportunidad o, bien, continuamos en la tendencia actual de deterioro social esperando pasar aunque sea de pan-zazo.

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ESCENARIOS

Una de las tareas pendientes y prioritarias es determinar nuestra orientación o vocación, pues así como los padres preguntan a su hijo qué quieres ser de grande, a sabiendas de que a partir de es-ta definición el niño va a tener que dedicar muchos años de esfuerzo, preparación y empeño en una profesión, labor empresarial o actividad deportiva, todo país que ha decidido participar en el mercado global tiene que contar con una orientación y especialización si quiere tener éxito. Y es que el hecho de no haber completado la tarea hoy nos ubica en una posición difícil. Después de 10 años vemos que no han sido suficientes las acciones emprendidas para definir nuestra vocación como país.

Algunos de nuestros intentos por posicionarnos y definir nuestra vocación tenían el objetivo de po-tenciar la industria, convertir a México en un centro financiero, generar fabricantes de gran escala, ser importantes productores de petróleo y gas natural, convertirnos en una potencia agropecuaria y pesquera, afianzarnos como centro turístico y volvernos un nodo de comercio internacional.

Si bien en cierta medida estamos participando en todas las actividades anteriores, el punto clave es precisar cuál de éstas debería ser nuestra vocación como país y hacia dónde debemos orientar todo nuestro esfuerzo para ser la primera potencia en esta actividad a nivel mundial. Es claro que no se trata de abandonar tareas que ya realizamos, sino de definir cuál es el motor que va a dife-renciarnos y hacernos más competitivos.

Podemos sustentar nuestro juicio en muchas de las metodologías y herramientas existentes para la evaluación de alternativas y soporte de toma de decisiones. Como se mencionó antes, nuestro enfoque debe ser más ingenuo, ya que deberá descansar en el sentido común y la lógica, pues para que la orientación tenga éxito es necesario que sea comprada por la mayoría de los mexica-nos, dado que es la mejor forma de moverlos hacia la dirección establecida como prioridad nacio-nal. De realizar esté diagnóstico, casi de manera inmediata descartaríamos algunas opciones como, por ejemplo, la de ser potencia industrial ya que, como sabemos, vivimos en un mundo impulsado por la ciencia y la tecnología, área donde la participación de México es casi nula y el desperdicio (gap) se acentúa día a día, al mismo tiempo que la polarización de la administración del conoci-miento se fortalece, pues quienes concentran este activo intangible son Estados Unidos (EU), Eu-ropa y Japón, y cerrar esta brecha es un esfuerzo que requiere muchos recursos financieros y humanos.

La opción de convertirnos en un centro financiero internacional también habría que descartarla por ser poco factible, pues si bien la deuda externa de México ha disminuido en los últimos años, el país está más orientado a la búsqueda de recursos financieros que a prestar excedentes. Es decir, estamos para recibir inversiones, no para realizarlas.

Otro esquema sería impulsar productores de gran escala a bajo costo, pero tampoco es muy via-ble. Hace algunas décadas nos iniciamos en esta actividad con paso firme y con buenas posibilida-des de éxito, pero no abrirnos a tiempo al mercado internacional generó una industria poco compe-titiva y, por ende, productiva. Por ahí hubo algunas honrosas excepciones, pero fueron casos aisla-dos.

Hoy día, China se posiciona como el manufacturero a gran escala y bajo costo a nivel mundial. En ese sentido, una estrategia correcta es ver cómo integramos cadenas de suministro y distribución con ese país asiático. Por lo pronto, en lo que respecta a este sector, en materia de competencia no tenemos futuro.

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Convertirnos en importantes productores y proveedores de petróleo y gas natural en el mercado internacional se observa difícil. Como es bien sabido, nuestras reservas probadas de petróleo sólo alcanzan para los próximos 10 años y, en la actualidad, somos deficitarios e importadores de gas. Por otra parte, los barriles de petróleo han alcanzado un alto precio y continúan en la misma ten-dencia. Todo parecía indicar que Petróleos Mexicanos (Pemex) viviría sus mejores años, pero la realidad es que esta empresa se encuentra inmersa en una severa crisis. Además, los niveles de inversión y participación de compañías mexicanas en el sector son mínimos y todo indica que esto no se modificará en el corto y mediano plazos.

Las antiguas empresas petroleras se han transformado en grandes firmas y soportan su desarrollo e investigación científica y tecnológica en fuentes alternas de energía; esto es, cuando se agote el petróleo continuarán siendo corporativos competitivos en cuanto a suministro de recursos energéti-cos. Por su parte, Pemex se quedó en el siglo pasado.

Pareciera que si continuamos con esta forma de análisis corremos el riesgo de quedar sin opcio-nes, pero no es el caso. Las actividades 5, 6 y 7 (potencia agropecuaria y pesquera, centro de atracción turística o nodo de comercio internacional) tienen un elemento o apalancamiento común que es la logística y que, como se intenta demostrar, es la orientación que debiera seguir México. Recuerde que se trata de definir nuestra vocación país, y una vez establecido el gran motor mu-chas de las actividades que se han desarrollado hasta la fecha experimentarán nuevas áreas de oportunidad.

DE MÉXICO AL MUNDO

Por logística debe entenderse la acción de planificar, implementar y controlar el flujo y almacena-miento de materias primas, productos semielaborados o terminados, y el manejo de información relacionada con este proceso, desde el lugar de origen hasta el lugar de consumo, con el propósito de satisfacer en forma adecuada los requerimientos de los clientes (Council of Logistics Manage-ment).

Logística también puede entenderse como la gestión de la cadena de abastecimiento, desde la materia prima hasta el punto donde el producto es consumido o utilizado. Como función gerencial, la logística debe proveer el producto correcto, en la cantidad requerida, en condiciones adecuadas, en el lugar preciso y en el tiempo exigido.

Asimismo, también puede ser una red de puntos de almacenamiento y líneas de comunicación y transporte, en la que hay que considerar aspectos de espacio y tiempo, elementos que son integra-dos en el costo total. Conceptualmente, un sistema integrado de logística de una empresa está for-mado por tres áreas operacionales: Gestión de suministros, transformación y administración de la distribución física.

Bajo esta óptica, en la economía mundial el suministro, el almacenamiento, el procesamiento, la fabricación y la distribución juegan un papel fundamental, y la logística, como su integrador en ca-denas de suministro, producción y distribución, ha dado lugar a lo que llamamos la gestión de la cadena de suministros, la cual, soportada en tecnologías de la información, ha dado lugar a com-pañías de mensajería antes impensables, por ejemplo, United Parcel Service (UPS), que mueve a nivel mundial más de ocho millones de paquetes diarios con una flota de 100,000 vehículos de to-do tipo.

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México cuenta con todos los atributos geográficos, físicos y humanos, entre otros, para posicionar-se como un nodo logístico en la cadena de comercio mundial. Basta con señalar hechos muy cono-cidos que no se han aprovechado de manera adecuada, por ejemplo: Compartimos frontera con el mercado más rico del mundo, tenemos puertos en el golfo y somos una puerta de entrada y salida entre Europa y EU.

También contamos con puertos en el Pacífico, lo cuál nos permite estar cerca del mercado asiáti-co. Los puertos de Long Beach y Los Ángeles, en EU, han definido su vocación hacia la energía, pero los puertos naturales para recibir millones de mercancías que llegan de Asia a América son los mexicanos.

Otro punto a considerar es la ubicación estratégica de México, una ventaja que le posibilita estable-cer corredores entre el Golfo de México y el Océano Pacífico, tarea, por cierto, también pendiente. La posición geográfica de México ubica al país como nodo estratégico para las telecomunicacio-nes, elemento fundamental de la logística moderna. Cabe mencionar que tenemos visibilidad sate-lital a Norte América, el Caribe, Sudamérica, Europa y Asia.

Desafortunadamente, no estamos aprovechando la posición privilegiada de México en el tablero de ajedrez del comercio internacional, pues esta condición estratégica inmejorable nos abre oportuni-dades de posicionar al país como potencia agropecuaria y pesquera, y desarrollar una manufactura especializada y complementaria, entre muchas otras cosas más. Es indispensable que las agroindustrias se integren a las empresas de manufactura. Vea, por ejemplo, los productos alimentarios que hoy venden en los supermercados. Cerca de 60% son artí-culos con alta tecnología en proceso, empaque, embalaje y con una cantidad impresionante de va-lor agregado que le añaden cientos de empresas integradas en cadenas de suministros, distribu-ción y comercialización.

Algunos ejemplos de cadenas que tenemos pendientes por desarrollar e integrar son las de cítri-cos, carnes, flores, frutas y verduras, y pescados y mariscos, entre otras. Nada más en esta última cadena contamos con más de 300 especies diferentes de peces. La tarea es clara: Integrar empre-sas de manufactura a las compañías agroindustriales, para, al mismo tiempo, desarrollar cadenas productivas de alto valor agregado.

NICHO EXPLOTABLE

Los ejemplos que se pueden citar son muy amplios; sin embargo, el punto más relevante es que cada persona, estado o región debe encontrar una vocación, y la mejor es la que está sustentada en sus fortalezas, como en el caso de México es la logística.

Otro de los retos en esta materia es ahondar en la logística inversa, la cual tiene como propósito desarrollar los procesos de manejo de agua, bosques, energía, desechos, etcétera. Las activida-des de logística inversa tienen que ver con la recuperación y el procesamiento de productos no usados, y la redistribución de materiales reciclados. Para mejores control y gestión de estas labo-res se han desarrollado nuevos enfoques y sistemas de información y organización para los proce-sos operacionales y la mejora de gestión y organización de los recursos.

Las posibilidades de desarrollo de la logística inversa son amplias en actividades como: Tratamien-to de aguas residuales, reutilización de materiales, recuperación de suelos y reciclado de basura orgánica e inorgánica, entre muchas otras. Además, representa un área de oportunidad para crear cientos de nuevas empresas y miles de puestos de trabajo.

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El turismo integrado también a las cadenas de suministros de productos y servicios deberá ser una actividad sustentable en lo que se refiere al manejo de agua, alimentos, bebidas, uso de suelo, et-cétera, así como de los procesos de reciclado del vital líquido, manejo de basura y soporte de em-presas de manufactura y servicios, para hacer de ésta una actividad perpetua que dé trabajo a mi-llones de mexicanos.

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