Entresiglos 20/21 Historia, memoria y didáctica

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. Auschwitz-Birkenau: Reflexiones pedag gicas sobre un lugar universal de la memoria ENTRESIGLOS Historia, Memoria y Didáctica Número 10 II Época Fuenlabrada (Madrid) Abril 2010 La Guerra de los Abuelos (X): Encuentro de los jóvenes con MARCOS ANA La Dictadura Franquista. Cuarenta años de Represión La Doble lucha de los Brigadistas Suizos www.entresiglos.es Del olvido a la Memoria: La Maternidad de Elna

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Número 10 de la revista del Grupo Entresiglos.

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Auschwitz-Birkenau: Reflexiones pedag�gicas sobre un lugar universal de la memoria

ENTRESIGLOSHistoria, Memoria y Didáctica

Número 10 II Época Fuenlabrada (Madrid) Abril 2010

La Guerra de los Abuelos (X): Encuentro de los jóvenes con MARCOS ANA

La Dictadura

Franquista.

Cuarenta año

s de Represi

ón

La Doble lucha de losBrigadistas Suizos

www.entresiglos.es

Del olvido a la Memoria: La Maternidad de Elna

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Escuelas de la República en Madrid (y IV)(Continúa de la Contraportada)

Grupo Escolar Francisco Giner de los Ríos

Hoy Centro Andrés Manjón de la U.N.E.D.

Grupo Escolar 14 de abril, en Pacífico Avenida Ciudad de Barcelona

Inaugurado en 1934, completa los 21 grupos escolares abiertos en Madrid por el impulso de los gobiernosreformistas de la II República en el primer bienio. De ellos, dos ya no existen: el Tomás Bretón, en Paseo

Pontones, 23, demolido hacia 1990 y el Blasco Ibañez, en la Plaza de España, destruido (el solar ha sido ocupado por la Escuela Oficial de Comercio).

Ambos habían sido de los primeros en ser inaugurados el 11 de abril de 1933.

Grupo EscolarLópez Ruymayor

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ÍndiceEntresiglos 20-21, nº 10, abril 2010

Presentación........................................................... 3

Auschwitz-Birkenau; reflexiones pedagógicassobre un lugar universal de la memoria.Almudena Doncel y Fernando Hernández............................. 4

Cómic y MemoriaVarios Autores Nuestra Guerra Civil ..................... 10

Para leer, ver y escuchar.................................. 19

La Guerra de los Abuelos (X)

Encuentro de los jóvenes con Marcos Ana ... I

La Dictadura franquista. Cuarenta años de represión.Santiago Vega .................................................................... 21

La doble lucha de los brigadistas suizos. Agustín Izquierdo .................................................................27

Del olvido a la Memoria:La maternidad de Elna.José Angel Ramírez y Pedro González................................ 35

FICHA TÉCNICAEntresiglos 20-21 es una publicación sin ánimo de lucro, que se distribuye gratuitamente. Sus únicos objetivos son ladivulgación histórica, el fomento de la participación de los estudiantes en la investigación científica y la conservaciónde la memoria histórica. La revista se edita con la colaboración de la Conserjería de Educación del Ayuntamiento deFuenlabrada. Consejo de RedacciónL. Cerrón; F. Hernández ; J. Hernando.; J. Moreno y J. Sánchez..Colaboradores en este númeroAlumnos de 1º de Bachillerato citados en la página VIII, Almudena Doncel, Pedro González; Agustín Izquierdo; Mª Luz López,José Ángel Ramírez; Santiago Vega.AgradecimientosMarcos Ana, Ateneo Republicano de Fuenlabrada, Grupo Henek, Mª Luz Muñoz, José Toro, Santiago Vega, y muy especialmente a Elisabeth Eidenbenz con profundo agradecimiento y sincera admiración.E-mail: [email protected]

Edita: Entresiglos: Historia, Memoria y Didáctica. Camino del Molino, 3 - Fuenlabrada (Madrid)ISSN: 1885-2335Depósito Legal: M-39.125-2005Fotomecánica: COMAR: Tfno: 91 316 81 83 -e-mail: [email protected]: OMAGRAF, S.L.

La revista no se hace responsable de las opiniones vertidas por las personas entrevistadas

Alumnos de la Escuela de Prayols(hacia mediados de los 60)

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La Voz de las víctimas

“Toda víctima exige lealtad”, escribió Graham Greene, para quien era tarea del escritordefenderla, devolverle su visibilidad y formular advertencias, que por medio de un arte inspirado,actuaran como cimientos de algo semejante a la comprensión. Los autores de los libros de mibiblioteca no podían saber quién los leería, pero las historias que narran o anticipan, o suponen,o dan testimonio de experiencias que pueden no haber tenido lugar todavía.Dado que la voz de la víctima es fundamental, los opresores intentan a menudo silenciarla, [...].Enla vida real, a las víctimas se las hace “desaparecer”, se las encierra en un gueto, se las envía ala cárcel o a campos de tortura y se les niega credibilidad. [...] (el cirujano alemán Johann PaulKremer advertía en su diario de Auschwitz: “En comparación, el infierno de Dante casi pareceuna comedia”)” . [...]

“Mi biblioteca es testigo de la injusticia sufrida por [las víctimas] y por todos los fantasmasde ficción que prestan su voz a los incontables espíritus silenciosos que fueron una vez carne tan-gible. No clama venganza, otro tema constante de nuestras literaturas. Sostiene que para quetengan un significado colectivo sensato, para que el daño causado a la víctima se considere dañocausado a toda la sociedad reconociendo así nuestra común humanidad, las normas restrictivasque nos definen como grupo social deben ser visiblemente constructivas o aleccionadoras. La jus-ticia, como reza el dicho inglés, no sólo debe hacerse, sino que debe hacerse a la vista. No debeobedecer a un deseo secreto de satisfacción privada, sino que debe fortalecer públicamente elimpulso autocurativo que lleva a la sociedad a aprender. Si se hace justicia, puede que hayaesperanza, incluso frente a una divinidad aparentemente caprichosa.”

Alberto Manguel, La Biblioteca de noche, Madrid, Alianza 2007, págs. 321-3

En la España actual que se abre paso en el siglo XXI, la voz de miles de víctimas y desus descendientes, intenta ser ahogada por elruido mediático o procesal de poderosos gru-pos de intereses cuya posición actual debemucho al franquismo y a la manera en que secerró la tan ensalzada Transición. En esteambiente no es de extrañar la campaña (quemás parece una nueva cruzada) que terca-mente sigue oponiéndose a que los familiaresde los vencidos puedan recuperar por fin losrestos de sus seres queridos asesinados pordefender la legalidad democrática de la IIRepública española.

Desde Entresiglos seguimos humil-dente aportando nuestro granito de arena a la lealtad con las víctimas que lucharon por nuestraslibertades. Esto y no otra cosa, es lo que significa el encuentro de jóvenes estudiantes deFuenlabrada, con el poeta Marcos Ana en octubre de 2009. La reunión se celebró en los salonesdel ayuntamiento de Fuenlabrada en el distrito de Loranca. A ella acudieron personas de tres ins-titutos de la localidad que asistieron al acto de homenaje y memoria, esa memoria que simbo-lizan los pequeños trozos de papel dónde clandestinamente se escribían los poemas. En algunaocasión los presos tuvieron que tragárselos y en otras, memorizarlos, para poder publicarloscuando, una vez fuera de España, recuperasen la libertad.

Presentación

El Consejo de Redacción

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Si el cine es el depósito de la memoriavisual de nuestra época, probablemente laevocación del término “campo de concentra-ción” y del topónimo “Auschwitz” sean asocia-dos de inmediato por quien los escuche a pelí-culas como “La lista de Schindler”, “La zonagris” o “El niño con el pijama de rayas”. Tienenuna resonancia a la vez familiar y tenebrosa,fruto de las lecturas, la contemplación de cien-tos de horas de documentales o la lectura denumerosos y terribles testimonios de supervi-vientes. Pero nada es comparable con lavisión, en el propio lugar, de esa gigantescafactoría de la muerte.

Ninguna descripción verbal, ningúnobjetivo de cámara puede recoger en su totali-dad la inmensidad y la desolación de ese para-je enclavado en medio de la llanura centroeu-ropea: 1,5 kilómetros cuadrados de barraco-nes, crematorios y fosas comunes, el equiva-lente a 48 campos de fútbol de primera divi-sión ó 102 plazas como la Puerta del Sol.Aproximadamente 1.400.000 personas fueronasesinadas en sus tres recintos: Auschwitz-I(para resistentes polacos y prisioneros de dis-tintas nacionalidades), Auscwitz-II Birkenau(para judíos y gitanos) y Auschwitz-IIIMonowitz (campos de trabajo esclavo paragrandes industrias alemanas).

Un lugar de memoria.

Auschwitz es uno de los principales lugares dememoria del siglo XX y, por extensión, de laHistoria de la Humanidad. Un lugar de memo-ria, según el historiador francés Pierre Nora,es un núcleo significativo (tanto material comoinmaterial, y de larga duración a través de lasgeneraciones) para la memoria y la identidadcolectivas, y se caracteriza por una fuertecarga de simbolismo o de emoción. Auschwitzha quedado para siempre ligado al términoHolocausto (o Shoah, el exterminio de lapoblación judía bajo el dominio nazi) y a la pre-gunta: ¿cómo fue posible que semejante des-trucción fuera llevada a cabo en la civilizadaEuropa, por un Estado, el alemán, altamentedesarrollado y heredero de una de las tradicio-nes culturales más ricas de la civilización occi-dental, y ante la pasividad y el silencio –salvocontadas y honrosas excepciones- del restode la comunidad internacional?

La cuestión sigue teniendo hoy en díauna inquietante actualidad: Si una comunidadcon un elevado nivel de integración, aunquecon peculiaridades culturales propias de todasociedad desarrollada, puede ser estigmatiza-da, marginada, desprovista de sus derechoslegales y por último, aniquilada, ¿qué nopodría llegar a ocurrirle a comunidades con

Auschwitz-Birkenau: reflexiones pedagógicas sobre una lugar universal de la memoria.

Almudena Doncel López y Fernando Hernández Sánchez.

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una menor capacidad de autoorganización einfluencia? Las expulsiones de gitanos enItalia, la llegada al Parlamento europeo de par-tidos xenófobos, el surgimiento de movimien-tos paramilitares racistas en países del este ola restricción a los inmigrantes de derechoselementales en algunos ayuntamientos espa-ñoles constituyen un toque de atención. Nohay lugar para la autocomplacencia porquecreamos definitivamente consolidada la socie-dad democrática. Nunca será ocioso renovarel compromiso docente con la enseñanza delos precedentes históricos de la intolerancia yel odio racial. La experiencia demuestra cómola existencia de una corriente de base convoluntad excluyente puede ir adquiriendo unacreciente virulencia de no encontrar una oposi-ción cívica contundente. El resultado puedeser la marginación, persecución y aniquilaciónde las minorías consideradas como no asimi-lables.

Una visita a Cracovia.

Los autores tuvimos oportunidad deapreciar la génesis y el desarrollo del discursoy las prácticas excluyentes que condujeron algenocidio durante una visita didáctica aCracovia (Polonia) y los complejos deAuschwitz durante el otoño de 2009. El puntode partida fue un recorrido por la ciudad deCracovia, sede de una de las principalescomunidades judías antes de la SegundaGuerra Mundial. La distinta morfología de susbarrios (Kazimierz, donde vivían las clasespopulares, artesanos, comerciantes, trabaja-dores) y el casco histórico (residencia de lasclases adineradas), la proliferación de edificiosjudíos (sedes de clubs deportivos, escuelafemenina y escuelas profesionales, hospital,centros culturales y distintas sinagogas, elcementerio Remu´h) permiten constatar queantes de la guerra existía un proceso de inte-gración de los judíos en la sociedad polaca yque su participación en movimientos sociales yculturales era similar a la de los no judíos.

Ello es particularmente visible en elúnico cementerio judío de Cracovia que se uti-liza hoy en día. Fue profanado y totalmentearrasado por los nazis durante la ocupación.Sus lápidas e inscripciones dan cuenta de lapluralidad de oficios y ocupaciones, de ladiversidad social e incluso, de las distintasmentalidades de la comunidad judía. Fue la

exclusión étnica bajo el nazismo la que supu-so su eliminación en conjunto, independientede su nivel social o de su grado de integración.El resultado se aprecia en el paisaje urbano:una ciudad plena de vestigios judíos sin pobla-ción judía.

El guetto de Pozgorze y el campo dePlaszow.

El plan genocida diseñado por losnazis desde 1939 se observa cuando se cruzael río Vístula y nos adentramos en el recintodel antiguo ghetto de Pozgorze. El ghetto esta-ba cerrado por un muro, cuyos ornamentosarquitectónicos imitaban la forma de las lápi-das del cementerio, como expresión de lavoluntad de demostrar a los judíos de que estelugar sería su tumba. En el recorrido aún sonvisibles lugares representativos, como lassedes de las instituciones judías (Judenrat)hospitales, fábricas de trabajos forzados–entre ellas, la de Schlinder-, así como vesti-gios, memoriales de la primera resistenciafrente al nazismo, la plaza de los héroes delghetto y la placa conmemorativa de la sedeque acogió a la Organización Judía deCombate, lugar ocupado en la actualidad poruna pizzería.

A pocos kilómetros se encuentra elcampo de Plaszow, donde se llevaron a cabolas primeras ejecuciones masivas por fusila-miento.

Fragmento del muro de cierre del gueto deCracovia. La forma de los paneles de hormigón seasemejaba al de las lápidas del cementerio judíopara recordar a los encerrados en el gueto que

este sería su tumba.

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Afloran en este lugar los conflictos dememoria. Existe un gran monumento oficial delos años sesenta a la entrada, que hace refe-rencia genéricamente a las víctimas del nazis-mo y posteriormente, se han erigido otras pla-cas de tamaño más reducido en homenaje alas víctimas judías, así como grandes crucescristianas en el emplazamiento de una de lasfosas comunes. Como el campo fue desman-telado, apenas existen vestigios de él. Única-mente quedan en pie la llamada “Casa gris”,prisión y lugar de tortura de la SS y el edificioresidencial de los oficiales del campo. Tambiénse encuentran restos de la “Casa funeraria”judía dinamitada por los nazis y una sola lápi-da del viejo cementerio judío, que también fueobjeto de profanación. El recinto se encuentraen unas condiciones lamentables, con restosde basura por doquier, botellas, huellas deneumáticos de motos sobre las fosas comunesy pintadas antisemitas o lápidas profanadas.Todo ello muestra que, aunque entre sectoresmarginales, el antisemitismo continúa siendouna creencia arraigada y la dignificación de loslugares de memoria un imperativo cívico ypolítico.

El complejo de Auschwitz.

La ciudad de Oswiecim se encuentra enclava-da de la Alta Silesia y como tal, fue incorpora-da al III Reich tras anexión de Polonia. En ellase llevó a cabo el proyecto consistente en con-vertir esta ciudad y su entorno en una “ciudadSS” donde los miembros de la raza aria vivirí-an con sus familias sin preocuparse de lasnecesidades materiales a las que proveería eltrabajo esclavo de prisioneros y sometidos.Ocuparía un área de 42 km cuadrados ysupondría el desplazamiento forzoso de todala población de la zona. El núcleo inicial fue loque hoy se conoce como Auswichtz-I (antiguosbarracones de un cuartel del ejército polacodestinado al encarcelamiento de prisionerosde guerra y resistentes) que ante la magnitudde la nuevas necesidades se expandió y dioorigen a la creación del complejo exterminadorde Auswichtz-II o Auswichtz-Birkenau y lossubcampos destinados a comandos exteriorescomo Auswichtz III- Monowitz.

En Auswichtz-I se encuentra el triste-mente famoso portal de entrada, los bloquesde experimentación médica, de detención, tor-

tura y ejecución y por último, el crematorio I.En el exterior de este primer recinto tambiénse puede visitar la fosa común y monumentosconmemorativos a los soldados soviéticos y alos prisioneros muertos en los días siguientesa la liberación del campo.

En las cercanías se encuentra laJudenrampe, primer lugar de selección de losjudíos en tránsito hacia Auswichtz-Birkenau,cuyos raíles de ferrocarril se están borrandopor la extensión de huertas o jardines o el tra-zado de nuevos caminos rurales asfaltados.La entrada a Birkenau puede hacerse desdevarios lugares: el edificio de la Kommandanturde las SS (reconvertida hoy en oratorio católi-co), o la célebre “Puerta de la Muerte”. Elcampo se encontraba dividido en varios sectores con nombre peculiares: ”México”, en el quelas condiciones de miseria eran extremas;“Kanadá”, donde se almacenaban las perte-nencias y objetos de uso personal arrancadosa los presos exterminados; el “campo gitano”,destinado a miembros de esta comunidad, conquienes realizaba sus siniestros experimentosel doctor Mengele; y el “campo de las muje-res”, entre otros pequeños subsectores.

El Holocausto y sus instrumentos.

El genocidio ejecutado en los camposno se llevó a cabo de manera uniforme desdeel principio. Hubo una primera fase “artesanal”,

El tristemente célebre letrero que acogía a los presos que entraban en Auschwitz I:

“El trabajo libera”.

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en la que se reconvirtieron dos granjas en edi-ficios para el gaseamiento de prisioneros, losBunker I y II. Los restos de sus víctimas, unas250.000, se hallan en dos grandes claros delbosque. Pero las magnitudes alcanzadasmediante este sistema eraninsuficientes para las previ-siones del plan de extermi-nio. Cuando el proceso deeliminación se reveló lento einsuficiente se procedió a laconstrucción de los cremato-rios II, III, IV y V. Los dos pri-meros son difícilmente reco-nocibles debido a la voladuraque los propios nazis efec-tuaron al final de la guerrapara borrar la huella de suscrímenes. El IV fue destruidodurante las revuelta delSonderkommando del 7 deoctubre de 1944. Estos edifi-cios se corresponden con lafase del “exterminio a escala industrial”. Secalcula que en cada sesión, podían ser asesi-nadas 1.600 personas mediante la exposiciónal gas “zyklón B” durante 15 minutos.

Provoca una intensa conmoción cono-cer que en los alrededores de estas ruinas seencuentran diseminados los restos cinerariosde las personas que murieron allí. Debido a lanaturaleza del suelo y a la climatología de lazona, las cenizas forman aún sedimentos en elborde de los estanques que se han formado.Se observan claramente fragmentos de hue-sos. No existe constancia del lugar dónde seencuentran los muertos. Existía una voluntadde aniquilación no sólo de la existencia físicasino también de la memoria de la comunidadmediante la violación deliberada de los pre-ceptos religiosos que el judaísmo contemplapara sus difuntos. Ello suponía también un refi-namiento sádico hacia los vivos, consistenteen la denegación de su duelo: no hay lugar, nohay nombre.

Con el objetivo justamente de salvar elrecuerdo de las víctimas en distintas instala-ciones del campo se han instalado exposicio-nes fotográficas, realizada con las instantáne-as que se encontraron entre los equipajes, enla que aparecen escenas de la vida cotidianaantes de la Shoa (bodas, retratos, celebracio-nes, fiestas, reuniones de amigos). La finali-

dad es generar una corriente de empatía haciagente como nosotros que hubo de padecersemejantes atrocidades. Las exposicionesmuestran que llevaban una vida normal, partí-cipe de las modas y corrientes propias de la

Europa de su época. Secontribuye con ellas a devol-ver la individualidad a cadauna de las víctimas, justa-mente en el lugar donde laperdieron, mediante un pro-ceso estandarizado de des-personalización y de pérdi-da de la propia individuali-dad (rapado, imposición dela uniformidad, sustituciónde un nombre propio por unnúmero tatuado).

La distribución de prisione-ros a sus destinos se reali-zaba en la llamada “rampahúngara”, puesta en servicio

a mediados de mayo de 1944, para reempla-zar a la Judenrampe. Ocupa el centro delcampo y este lugar señalaba de forma indefec-tible el futuro de los recién llegados: los selec-cionados para el exterminio marchaban hacialos crematorios, mientras que los escogidospara trabajos forzados o experimentos ibandirigidos hacia los barracones de mujeres,niños, hombres y al campo de cuarentena.

En el radio exterior del campo seencuentran los restos de las instalacionesindustriales donde se aprovechaba el trabajoesclavo: la Unión Werke y la Auswichtz III-Monowitiz, lugares donde tenían sus sedes IGFarben, Krupp y Siemens. Las empresas quese instalaron en la zona se caracterizaron por

La “Puerta de la Muerte”, entrada principal de acceso al campo de

exterminio de Auschwitz II- Birkenau.

En vagones como este podían hacinarse 50 per-sonas en recorridos de tres días o más, sin comida ni agua, camino de los campos de

concentración y exterminio.

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emplear una mezcla de técnicas de gestiónempresarial modernas y una explotación deltrabajo humano propia del Imperio Egipcio.

Terminamos el periplo en el cementeriojudío de Oswiecim, arrasado por los nazis yreconstruido después de la guerra. Hoy en día,los escolares polacos cuidan de la limpieza yornato de las tumbas y recolocan lápidas quese van encontrando en lugares fuera delcementerio. El sentido de esta actividad esimpulsar un ejercicio colectivo de memoriadesde el sistema educativo.

A pesar de las políticas institucionalesno faltan los conflictos entre memoria oficial,memorias particulares y preservación de loslugares históricos. Lamentablemente, obede-cen a las controversias que desde el presentepretenden reinterpretar el pasado. En unasocasiones la museización prima sobre la con-servación de las evidencias materiales, comoen el caso de los crematorios II y III deBirkenau. En otras, el descuido contribuye aldeterioro y a la pérdida de los vestigios. Seimpone, por tanto, una adecuada dignificaciónde los lugares de memoria como imperativocívico y político.

Auschwitz: Museo, monumento, lugar de memoria.

Los diferentes pabellones de AuschwitzI albergan exposiciones nacionales y en parti-cular, una dedicada al pueblo gitano. Hay quedestacar la emotividad que suscitan los dosprimeros edificios donde se encuentran foto-grafías y los efectos personales de los depor-tados y el impacto emocional que provocan enalgunos de los visitantes. Muchas de estasexposiciones se encuentran en proceso deremodelación, debido a que apenas habíanexperimentado reformas desde hacía variasdécadas, mostrándose, por tanto, obsoletas encuanto a los modernos recursos museísticos ya filosofía de contenidos.

Por su temática y disposición, se des-taca la exposición dedicada a los gitanosdonde se combinan de forma exquisita lasimágenes que ilustran su vida cotidiana con labiografía de alguna de las víctimas conocidas,que habían logrado dejar un rastro en losarchivos oficiales.

Piotr Zywinsky, Director del MuseoEstatal de Auswichtz, lo define como una insti-tución en la que se integran tres elementosfundamentales: lugar histórico, lugar dememoria y monumento. Con ello responde, ala intención personal de cada visitante quebusca en Auswichtz: satisfacer una aspiraciónparticular de conocimiento o de rememora-ción, que lleva algunas veces al conflicto deintereses que se produce entre los visitantes.

En función de su nacionalidad, el flujoanual de visitantes procede de un triángulogeográfico cuyos vértices se encuentran enEE.UU., Europa e Israel, con una curiosa inci-dencia en los últimos años de visitantes proce-dentes del Extremo Oriente y una significativaausencia de países árabes, africanos en gene-ral y de Austria. Por razones de carácter bio-lógico, ya son más los visitantes de tercerageneración, que los que conocieron la Guerrao sus hijos. Por tanto, entre esta nueva gene-ración el conocimiento de la “Shoáh” ya no esuna experiencia vital, sino algo referido por suspadres o abuelos.

Aunque, por una parte, pueda conside-rarse como un éxito para las tareas de recupe-ración de la memoria el interés internacionalque hay por Auschwitz, existe el peligro de subanalización a través del turismo de masas.Este hecho se refleja en la gran oferta turísticaen la que se ofrecen los más variados servi-cios para visitar Auschwitz, sin sensibilidadalguna por la historia y ajena al sentido quetiene el lugar. Otro aspecto relacionado con ellegado de Auschwitz, trata sobre la necesidadde establecer protocolos que garanticen la fia-bilidad de los testimonios que pudieran reco-gerse, ante la avalancha de ellos propiciadospor la evolución de las nuevas tecnologías.

No sólo Auschwitz es lugar histórico,lugar de memoria y monumento. Su propianaturaleza debe incluir una cuarta función,común a todos los museos: conservar la docu-mentación del campo y el legado material delos prisioneros del que fueron despojados alllegar al campo. Existe una enorme colecciónde objetos personales (zapatos, gafas, male-tas, prótesis, ropa, objetos de aseo, etc.) yrestos orgánicos (cabello) que no encuentraespecialistas capaces de una correcta y respe-tuosa conservación.

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“Esta es nuestra última oportunidad”

Es la advertencia del director delMuseo de Auschwitz. Debido al tiempo y a lascondiciones climáticas, el campo de concen-tración de Auschwitz-Birkenau puede desapa-recer y con él, la memoria de las personas queperecieron allí, en su inmensa mayoría judíosde Europa Central y gitanos. No hay dinerosuficiente para el desarrollo de un plan de con-servación a largo plazo y sólo se reparan losdaños más evidentes que se observan en lasestructuras. Desde 2006, las ruinas de lascámaras de gas están cerradas con una cintade seguridad, ya que los muros se están des-moronando y amenazan con desplomarse.

Lamentablemente, hay algunos restosque se han perdido de forma irremediable. Siesta situación se prolonga, se tendrán quecerrar las instalaciones al público. El museoatrajo el año 2008 a 1,13 millones de perso-nas. Este flujo de visitantes es crucial para eltrabajo de memoria, pero significa una presiónenorme para sus instalaciones.

Uno de los mayores especialistas en lainvestigación didáctica sobre Auschwitz, Jean-François Forges subraya la necesidad de

seguir llevando a cabo una investigación rigu-rosa, escrupulosa y precisa basada en datosobjetivos y contrastables, la fundamentaciónde una “arqueología de los lugares de memo-ria” para desmontar contundentemente y condatos empíricos afirmaciones sobre su inexis-tencia o deformaciones sobre su naturaleza. Elestablecimiento preciso de la cronología delplan de exterminio y el tratamiento de las fuen-tes primarias deben constituir la base de lainvestigación. Se deben recoger todos los tes-timonios orales que sean posibles, antes de suirremediable desaparición, para poder recons-truir en el futuro aquellas parcelas de la histo-ria que carecen de base documental.

Sin incurrir exclusivamente en la apela-ción a la emotividad, la práctica docente debefomentar la empatía con las víctimas, quegenere una corriente de identidad hacia gentecomo nosotros que hubo de padecer semejan-tes atrocidades. Se trata de devolver la indivi-dualidad a cada una de las víctimas, para queeste mensaje resulte pedagógicamente eficazy se alcancen plenamente los objetivos deeducar en la tolerancia y la libertad.

Una perspectiva a escala comparada de la megafactoría de la muerte: Superposición del plano de Auschwitz II- Birkenau sobre la callejero de Fuenlabrada. 2,5 kilómetros

cuadrados destinados al exterminio de más de un millón de personas.

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La Guerra Civil y los dibujantes.

Hasta ahora en esta sección de Entresiglos hemos presentado el trabajo de algunos artistas delcómic que consideramos de especial interés. En este caso ofrecemos reseña de una obra colec-

tiva centrada en la Guerra Civil que tiene laparticularidad de recoger el trabajo de variosdibujantes y guionistas de historietas a los queJosé Vicente Galadí, que está al cargo de laedición de la obra, propuso por correo electró-nico: “narrar en una historieta alguna vivenciade su familia durante la guerra civil, ...”

Una de estas personas, Felipe HernándezCava le contestó que:” uno de sus mejoresamigos, que ya era un anciano cuándo nacióeste vínculo, fue el hijo del historietista JoséRobledano. A la muerte de Pepe, que habíaenviudado poco antes, mi mujer y yo asumi-mos el compromiso, ya que no había herede-ros, de velar todo lo que pudiéramos por elrecuerdo de su padre, condenado a muertecomo sabes por los chistes que había hechoen el diario Claridad”.

Así se tejen las redes de la memoria.

Mostramos en la siguiente página un fragmen-to de la historieta titulada “Días de Rejones”con guión de Felipe Hernández Cava y dibu-jos de Laura dónde se reproducen un par delas viñetas de Robledano.

Cómic y Memoria

Seguidamente incluimos el inicio de otra de las historias recogidas en este volumen que tienecomo protagonista a otro José,... a “tío Pepe”, con guión y dibujos de Fritz.

José Robledanoen los años veinte

José Luis Almozara, “ tío Pepe” vistiendo la elástica del

Grupo deportivo Saprissa

VV.AA. Nuestra Gujerra Civil,Córdoba, Ariadna ed. 206

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El destino era el campo de concentración de Mauthausen

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Para Leer

Titulo: El violinista de MauthausenAutor: Andrés Pérez DominguezEditorial: AlgaidaGénero: Narrativa.Año publicación: 2009ISBN: 9788498772784

Sinopsis:

En París, una pareja está a punto de casarse en la pri-mavera de 1940, pero la Wehrmacht invade Francia y él,republicano español exiliado, es detenido por la Gestapoy enviado al campo de exterminio de Mauthausen. Ellacolaborará con los servicios secretos aliados, dispuesta acualquier cosa para salvar la vida de su prometido. Entreellos, un ingeniero alemán que ha renunciado a su traba-jo en Berlín para no colaborar con los nazis, se dedica arecorrer Europa con un violín bajo el brazo. Muy pronto,las vidas de los tres se entrelazarán para siempre. El vio-linista de Mauthausen es su historia. En París ocupadopor los alemanes, el Berlín en ruinas después de laSegunda Guerra Mundial y el campo de exterminio deMauthausen son los principales escenarios donde sedesarrolla un relato que mezcla intriga, aventura, espio-naje, historia y romance.

Titulo: Lo que esconde tu nombreAutor: Clara SánchezEditorial: DestinoGénero: Narrativa.Ano Publicación: 2010ISBN: 9788423342518

Sinopsis:

Un subyugante relato de terror sin efectos sobrenaturales,y es también, y ante todo, una absorbente novela sobre lamemoria y la redención de la culpa. Sandra ha decidido reti-rarse a un pueblo de la costa levantina: ha dejado el trabajoy, embarazada, pasa los días intentando aplazar la decisiónde qué hacer con su vida. En la playa conoce a un matrimo-nio de octogenarios noruegos que parecen la solución a losproblemas de Sandra.

Julián, un anciano que acaba de llegar de Argentina, super-viviente del campo de exterminio de Mauthausen, sigue pasoa paso las idas y venidas de los noruegos. Un día Juliánaborda a Sandra y le revela detalles de un pasado que aSandra sólo le suenan por alguna película o algún documen-tal: horrores en blanco y negro que no tienen nada que vercon ella. Aunque el relato de Julián le parece a Sandra des-cabellado, empezará a mirar de una forma nueva a los ami-gos, las palabras y los silencios de la pareja de ancianos, sindarse cuenta de que el fin de su inocencia está poniendo suvida en peligro.

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Para ver y escuchar

Ficha técnica:

Título: La ola. Título original: Die welleDirección: Dennis Gansel. País: AlemaniaAño: 2008. Duración: 107 min.Género: Drama, ThrillerGuión: Dennis Gansel, Peter ThorwarthNovela original: Todd Strasser

Sinopsis:

Alemania hoy. Durante la semana de proyectos, al profesorde instituto Rainer Wenger se le ocurre la idea de un expe-rimento que explique a sus alumnos cuál es el funciona-miento de los gobiernos totalitarios. Comienza así un expe-rimento que acabará con resultados trágicos.

Ficha técnica:

Título: La buena nuevaDirección: Helena Taberna. País: EspañaAño: 2008. Duración: 103 min.Género: DramaGuión: Andrés Martorell y Helena Taberna

Sinopsis:

Miguel es nombrado párroco de un pueblo socialistacoincidiendo con la sublevación de 1936. Desde el inicio dela guerra, el bando nacional ocupa el pueblo y pronto sesuceden los fusilamientos. En su lucha por defender a losrepresaliados, Miguel se enfrenta a la jerarquía eclesiásticay militar, poniendo en juego su propia vida.

La tierra está sorda es un disco-libro del grupoBarricada, con un CD con 18 canciones y un librode 184 páginas publicando en Noviembre de 2009.

La “La Tierra está sorda” es un verdadero homenajea las víctimas del franquismo: Matilde Landa, losmaestros, las víctimas de la fuga del penal delMonte Ezkaba, Las Trece Rosas,el campo de concentración de Los Almendros o la Guerrilla antifranquista.

El grupo navarro Barricada demuestra que el Rock,sí tiene memoria.

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Entresiglos: Es para nosotros una alegría yun orgullo poder presentar en este acto antetantos jóvenes, al poeta Marcos Ana que esun testimonio vivo de la historia de España, dela mejor historia de España, a nuestro juicio,puesto que en una época oscura de nuestropaís, en las circunstancias duras y difíciles deuna larga dictadura que cometió innumerablescrímenes ante la impunidad internacional,supo, como otras muchas y muchos a los quehoy aquí representa, tejer redes de solidaridady de cultura que deben ser un ejemplo dehonestidad y coherencia para quienes nosadentramos en el panorama incierto del sigloXXI. Le agradecemos profundamente su pre-sencia.

Marcos Ana:

Bueno, es un placer para mí estar estamañana aquí con vosotros, porque vosotrossois el futuro. A mí ya no me quedan años detiempo para ver el triunfo de los nobles idealesde mi vida y esa esperanza la dejo en vuestrasmanos para que sigáis adelante las luchas quenos ha llevado a mi generación. Yo pertenezco

a la generación de los vencidos, pero unageneración que nunca cesó, -remarca- nuncacesó de luchar para recuperar la libertad perdi-da. Siempre me preocupa decir una cosa ymás hoy ante vosotros, sois jóvenes, y es queyo soy uno más de tantos hombres y mujeresque lucharon para que este país pudiera serun día libre y democrático. Y cuando me pre-sentan siempre como un símbolo, pues bueno,yo lo acepto, porque sé que se habla a travésmío de tantos hombres y mujeres que lucharoncomo yo por cambiar las cosas en España.

Encuentro de Marcos Ana con estudiantes de Fuenlabrada.Testimonio 28 de octubre de 2009

La Guerra de los Abuelos (X)

El pasado 28 de octubre del2009 el poeta Marcos Anase reunió en Fuenlabrada

con jóvenes estudiantes delos Institutos de EducaciónSecundaria África, Lorancay Jimena Menéndez Pidal.

El encuentro fue promovidopor profesores del departa-mento de historia del IES

Jimena Menéndez Pidal conla organización de la

Asociación Entresiglos20/21 y del Ateneo

Republicano deFuenlabrada.

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Pero que yo soy un privilegiado en el fondo,un privilegiado porque yo cuando salí en liber-tad, es verdad que estuve veintitrés añosencarcelado, que conocí la pena de muertedos veces, pero sin embargo cuando recobréla libertad la vida me abrió sus brazos genero-samente y he vivido entre los aplausos y elcariño de mis compañeros y de la gente queme conocía sólo de nombre. Y siempre, comodecía cuando yo oigo las apologías que hacende mí, no puedo evitar pensar en los héroesoscuros, que son esa gente sin rostro, sinnombre, que son solamente conocidos en suámbito más cercano, pero que no han tenidotodavía un reconocimiento personal y públicode lo que ha significado su sacrificio. Y sinellos sin embargo no hubiéramos creado elengranaje de nuestra lucha por la libertad, por-que no son los héroes ni las celebridades losque labran la historia sino los pueblos. Y poreso, siempre, siempre que voy a cualquieracto pienso en estos compañeros míos y luegotransferir el homenaje y las palabras de cariñoque me expresáis a aquellos que no puedenoírlas directamente, aquellos que no son cono-cidos, pero que sin embargo, repito, tienen elmismo mérito y el mismo sacrificio que yo.

Yo recuerdo que, que estando en pri-sión, pues había un compañero que comíaconmigo, que nos queríamos, que llevábamosen la cárcel mucho tiempo juntos,... nos trasla-daron de prisión. Y luego me encontré con élunos años después, en la cárcel de Burgos yme encontré, pues, un poco descolocado por-

que aquel muchacho que estaba lleno de vidacuando yo le conocí, que en sus ojos estaba laseguridad en un futuro, me le encontré, pues,no sólo con el pelo blanco, sino me dí cuentaque en sus ojos no había ninguna fuerza, queera un hombre casi vencido y no quería decir-me lo que le pasaba, pero finalmente me dijo:“ Es que en un mes salgo en libertad”.

Os explico esto para que sepáis cómopuede destruir la prisión a una persona, y paraaquel hombre lo más difícil era que iba salir enlibertad porque en la cárcel tenían todo, teníanel ejemplo de sus compañeros, la solidaridadde los demás,... si caía enfermo le iban a cui-dar los demás compañeros, pero para él saliren libertad después de haber estado veinteaños en la cárcel pues era una odisea. Eracomo salir a un desierto inhóspito, sin saber siiba encontrar trabajo, que no lo encontraba,generalmente por los antecedentes carcela-rios, es decir que el drama de muchos compa-ñeros que dejaron media vida en las cárcelescuando salían en libertad era enfrentarse alproblema de vivir.

Y por eso os decía al principio que yorecuerdo a estos compañeros siempre que voya cualquier parte porque yo cuando salí enlibertad me estaba esperando ya el aparatoclandestino de Francia para sacarme del país,llegué a París y desde entonces ya, pues, mivida ha sido lo que ya os he dicho: pues andarpor el mundo, recorrer prácticamente toda latierra, llamando a la conciencia de las gentes,

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despertando a los que dormitaban para queofreciesen su solidaridad a los que quedabantodavía cautivos y a la propia consecución dela libertad de España. Pero no penséis, por lomenos en el caso que os cuento, que la cárcel,para nosotros, para los que nos encontrába-mos allí encarcelados, que yo la recuerdocomo una pesadilla. Para mi fue una etapamás de mi vida, una etapa más de mi vida queestuvo llena de riqueza, que conocí la fraterni-dad entre los seres humanos, la solidaridad,que fue la que nos sostuvo en los años másinciertos de nuestra vida y la recuerdo, repitocomo una época interesante para mí.

Fueron 23 años pero me parece quetuvieron su importancia y yo creo que en lacárcel me hice como hombre, me hice comoescritor, como poeta y seguramente, si nohubiera pasado, pues supongo que mi vidahubiera tenido otro destino. Pero pudimosresistir tantísimos años, lo digo para que nopenséis o cuando penséis un poco en mí, quepara mí ha sido ello un calvario tremendo. Nolo fue a pesar de las torturas, no lo fue a pesarde las mentiras que el régimen vertió constan-temente sobre nosotros; no lo fue, sobre todoporque llenamos nuestra vida de contenido ylas cárceles las convertimos en universidades.Prácticamente para mi la cárcel fue una uni-versidad. Allí me formé y por eso digo que nome recordéis a mí, a la prisión como un cen-tro de destrucción, que lo era, pero la fuerzade nuestra dignidad, de nuestras ideas, nospermitió sobrevivir a todo aquello.

Muchas veces la gente me pregunta,que qué ha sido lo mas duro para mí: si la tor-tura, ...los años que pasé condenado a muerteo la separación de la familia… y yo siempre lescontesto con lo mas inesperado…”No, no lomás difícil, lo mas duro para mi fue la liber-tad”. Porque cuando yo salí en libertad des-pués de veintitrés años encarcelado perdí todami juventud y la mitad de mi vida. Para mí saliren libertad era una cuestión muy difícil porquenacer a los cuarenta y dos años, como yo nací,es algo muy serio. Y yo tuve que comenzar aadaptarme a la vida lentamente, como unciego, caminando a tientas porque duranteveintitres años perdí incluso hasta facultadesfísicas. Yo recuerdo que cuando llegué a Parisuna de las cosas que ocurrió es que los médi-

cos que inmediatamente me trataron, mehicieron, exámenes de arriba abajo y una delas cosas que más les chocó es que yo nopodía salir al campo, porque si yo salía antehorizontes abiertos, que era lo que más dese-aba cuando estaba en prisión,... y sin embargopues me mareaba hasta el vómito muchasveces, como si me pusieran unas gafas queno fuesen mías. Y es que lo que había ocurri-do es que a través de esos veintitrés años, elnervio óptico fue perdiendo facultades poco apoco y se acostumbró a distancias cortas yverticales. Cuando yo estaba en una habita-ción, en mi casa, o incluso en una ciudad quehabía altos edificios delante de mí, pues yo mesentía cómodo. Pero cuando salía al campo,que era lo mas deseaba, me mareaba porqueel nervio óptico no tenía facultades paraenfrentarse con eso. Por eso digo que lo másdifícil para mi fue la adaptación a la vida, apar-te de que, repito, fue una salida hermosa y meabrió sus brazos generosamente.

En el libro que he escrito, no sé si loconocéis, [Mostramos un ejemplar del libroque está en la mesa y le comentamos quehemos leído algunos fragmentos en clase] sellama “Decidme cómo es un árbol” - . Eseque tenéis ahí, sí; pues explico todas estascosas ¿no? Explico lo que fue la prisión, tam-bién lo que fue la vida, sus dificultades.Recuerdo que uno de los problemas que meocurrieron cuando salí en libertad… en todoslos terrenos, hasta mi relación con las muje-res. Como es natural yo salí virgen y mártir,como suele decirse, porque fueron años deprisión, pero antes hubo tres años de guerraque fueron completamente anormales para lajuventud. Entonces prácticamente la relación

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pasaba ese curso de libertad, donde compañe-ros que habían pasado ya por la lucha clan-destina, que habían sido torturados y que yasabían cómo había que comportarse ante lapolicía , les daban clases a estos compañerosque salían en libertad para que se incorpora-sen antes, supieran como debían comportar-se, ¿Cómo podrían combatir la tortura si -erael caso- la habían tenido? La cárcel era comoun estado dentro de un estado. ¿Cómo podía-mos hacer todo eso? Pues mira allí había uncentenar de presos que practicaban la filoso-fía de los haraganes y no hacían nada.Nosotros, sin embargo, poníamos la pasión yel corazón en todo lo que hacíamos y siempresalíamos de pié, es decir, encontrábamoscaminos para que nos llegasen las cosasdesde el exterior sin que se enterasen losguardianes.

¿Cómo realizar las clases y las escue-las sin que lo sorprendieran? Pues todo esto lohacíamos de una manera casi milagrosa ¿no?.Por ejemplo nosotros llegamos a tener en lacárcel de Burgos cerca de un centenar delibros que estaban prohibidos y que eran inclu-so por ejemplo El Capital de Carlos Marx y..¿Cómo teníamos esos libros? Pues pasándo-los. No era lo más difícil porque teníamosguardianes que sobornábamos o también conotras medidas: artefactos de doble fondo obajarnos la comida... Lo mas difícil no erapasar el libro clandestinamente, lo mas difícil,tanto si era un libro de texto, de trabajo, comosi era un periódico, lo leías y lo quemabas oalgo lo tirabas ¿no? Pero si era un libro de

mía con las mujeres... pues bueno era unaverdadera odisea; lo explico ahí en el libro, lohago de la forma mas lírica posible pues eracasi como un ensayo ¿no? Por eso cuando yotitulo el libro, mucha gente me pregunta: “¿Porqué se titula el libro “Decidme como es unárbol”? Porque el que no sepa leer lo que haydentro pues piensa que es un tratado de botá-nica o una cosa así ¿no? Pero sin embargo esel primer verso de un poema que escribí en laprisión de Burgos cuando ya llevaba veintidósaños encarcelado y que hasta las cosas máselementales ya perdían ya su línea para mi meera muy difícil recuperar las cosas más norma-les de la vida y en ese instante escribí estepoema que se titula “la vida” y que dice así: [Recita el poema que podéis oir de su voz,

como todo el audio del acto, en nuestra pági-na web: www. entresiglos.es]

Bueno, la cárcel, como os decía, fuepara mi una escuela en todos los terrenos yvosotros diréis ¿cómo es posible que en lacárcel pudierais tener libertad para hacer esascosas? No; todos lo hacían clandestinamente.Teníamos una vida cultural muy intensa por-que sabíamos que algunos nos quedaríamosen el camino, pero los que llegásemos al futu-ro teníamos que ir lo más preparados posible,y había una vida cultural, por lo tanto, intensa.Había escuela de cuadros, la políticas de cua-dros, había incluso una escuela especial quese llamaba “Liberto”, liberto quiere decir losque van a salir en libertad. Cuando a un hom-bre le faltaba... por ejemplo a Pepe, le faltabames o mes y medio para salir en libertad,

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texto que había que mantener, ¿cómo podíasconservar ese libro? Teniendo en cuenta quepor lo menos dos veces por semana habíacacheos generales, “requisas” que llamabanellos -apostilla-, los guardianes. Entoncesrecurríamos a otro procedimiento que es origi-nal ¿no?.

Teníamos un compañero que se llama-ba Mota, que era un antiguo librero,.. era unmanitas para hacer todo ¿no? Y entoncescuando recibíamos un libro que queríamoshacer clandestino, quequeríamos proteger en labiblioteca oficial, dónde -aclara- casi todos eranlibros religiosos o libroscompletamente anodinos,que permitían allí en la pri-sión. Entonces, buscába-mos el libro que fuera mássemejante al que quería-mos hacer clandestino yentonces, este Mota, éstelibrero que había allí, des-hacía los dos libros y losdesencuadernaban. Ycogía las pastas del librolegal y las primeras cienpáginas, -y aclara- porqueen la primera página esta-ba el sello de la cárcel y lafirma del capellán de prisiones y del director,detrás de eso metían cien paginas del libroque queríamos proteger allí, luego con otrascien hacíamos una especie de sándwich yluego se montaba otra vez y se dejaba exacta-mente igual. Entonces por fuera era, porejemplo, la Historia de Santa Genoveva ypor dentro era el Canto General de PabloNeruda,

De esa manera trabajábamos y esoparece imposible, pero es que hacíamoscosas... yo recuerdo que uno de los problemasque había era que nos hacían muchos cache-os, que a veces había chivatos, sobre todopresos comunes que a lo mejor hacían servi-cios allí a los guardianes y les avisaban: “... ental avenida están trabajando, están reunidos ,están con papeles allí...” y entonces iban losguardianes a sorprendernos. Lo que hacíanpara que no pudiéramos escapar ninguno: se

colocaban en la puerta de “la cantera”, la gale-ría donde estábamos nosotros, nada máshabía una puerta que era “la cantera” que lla-maban; entonces los guardianes se colocabanallí ante la cantera y decían: “¡Venga a desnu-darse, con las ropas en la mano e ir salien-do...”, entonces, claro, para que no pudieranadie... Pero ¿qué te crees que hacíamos nos-otros? Teníamos ya un sistema para defender-nos de eso y para que no nos hicieran nada.Y es que había siempre una guardia [se refie-re a un retén, un turno organizado entre los

propios presos] y , enton-ces como de repente sepresentaban veinte com-pañeros, …pues…lamayoría nos íbamos ense-guida hacia la puerta parahacer de muralla que tapa-se el fondo de la galería yellos empezaban a cache-ar a los que salían. Y losveinte que estaban de ser-vicio se tragaban todos lospapeles con agua: venga abeber agua, venga abeber agua... y se traga-ban todos los papelescuando lo hacíamos en unpapel cebolla ...

Pero os puedo contarmil cosas de cómo sobrevivimos en la cárcel ycomo pudimos convertir aquello en un tallercultural…en una verdadera universidad.Cuando salí en libertad, pues claro yo..eh….me encontré con una obligación, porqueal acostumbrarme para salir en libertad inme-diatamente, se amontonaron los compañerosen la puerta de la cárcel unos llorando… y medecían: ¡No nos olvides, no nos olvides!” y esoque para ellos era una esperanza y para mí fueun compromiso que traté de cumplir y lo sigocumpliendo porque era una obligación. Yentonces salí inmediatamente de España,como os digo, sacado por el aparato clandes-tino [del Partido Comunista de España] y medediqué a recorrer el mundo. A mí ya me habí-an dado la autoridad porque mis poemasescritos en prisión los sacaba clandestinamen-te de la cárcel: los echaba a andar por elmundo y lo publicaban sobre todo los comitésde solidaridad que había en casi todas partes

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de Europa y de América Latina, especialmentepor razones de idioma. Entonces yo ya eraconocido, y entonces ya aprovechamos esatriste “autoridad” de mi vida, para, repito, reco-rrer el mundo, y golpear la conciencia de lagente, para reactivar la solidaridad conEspaña y por los presos que quedaban toda-vía encarcelados.

Y esa ha sido vida, mi vida hasta quelas cosas cambiaron y aquí en España yacomenzamos el período este de la democra-cia. El libro que yo he escrito, realmente ter-mina en 1977 que es cuando se produce latransición, cuando se pasa de la dictadura a lademocracia, y termino ahí, porque de haberseguido..., primero el libro ya es bastante volu-minoso como veis, pero sobre todo, lo cerré enel año 1977, con la legalización del partidocomunista, el día en el que legalizaron al par-tido comunista, lo cierro ahí, que se llama “elsábado rojo”. Porque de haber continuado, ellenguaje que yo utilizo en este libro no mehubiera servido, porque aquí hay un lenguajelírico, si queréis, pues un lenguaje muy, muydiferente al que tendría que utilizar a partir dela transición, y eso era ya, propio de historia-dores, de estudiosos. Había que analizar lapolítica, la posición de cada partido, y estelibro, es una leyenda, y no hubiera servido ellenguaje que utilizo en él .... Es un libro que yohe procurado escribir por el costado máshumano y cercano al corazón de la gente, y esun libro sobre todo escrito para la juventud, yno para los compañeros de ideología, porqueesos ya saben lo que ha pasado en este país.Es un libro que está escrito sobre todo paraesa inmensa mayoría, que no conoce lo queha pasado en España, y que tiene una idea denosotros prefabricada y sostenida interesada-mente durante años y años.

Y hoy, desgraciadamente es así, desgracia-damente, todavía hay mucha gente de estageneración, que no saben lo que ha ocurridoen este país, que no lo saben, a pesar de quellevemos 30 años de democracia, porque hahabido muchos intereses por sepultar eseperiodo de la historia. Yo escribí estelibro…bueno yo nunca quise escribir mismemorias, me lo pidieron muchos compañerosque lo hiciera, hace 40 años claro, pero siem-pre me resistí, primero porque me cuesta tra-bajo hablar de mí y después porque estaba yometido en vorágine, tan pronto estaba enPalestina, en el Sáhara, en América Latina, notenía tiempo para nada.

Pero lo empecé a escribir precisamen-te hace 2 años, en el año 2007, y los que másme presionaron para que lo hiciera fueron losnietos y nietas de abuelos fusilados, porque enEspaña, como yo os decía, mucha gente nosabe lo que ha ocurrido, ni quién fue Franco,pues hay nietos y nietas de fusilados que sehan enterado ahora, hace un año o dos añosque sus abuelos había sido fusilados. No sabí-an si habían tenido un accidente o una pulmo-nía…y cuando estos nietos y nietas han sabi-do lo que les había sucedido a sus abuelos, yclaro como sabían que yo había estado tantotiempo en la cárcel, lo sabían a través de latelevisión, de la prensa de tal…pues venían averme a mi y traían fotos de sus abuelos paraver si los conocía, si me había cruzado conellos en alguna prisión..y para que les contasecomo era… Estos chicos fueron los que meimpulsaron, y bueno, yo dije, pero ¿cómo esposible que haya gente que no conoce lo queha pasado en España? ¿Cómo es posible quehaya nietos de fusilados que no sepan que susabuelos fueron fusilados? y que ni sepan nadade esos 40 años de dictadura que hubo eneste país.

Y entonces yo dije, no tengo ningúnderecho a no escribir mis memorias, tengo queescribirlas para que sea una contribución a lamemoria histórica frente a los que dicen quehay que pasar página. Y yo les he contestado:“ Sí, hay que pasar página, pero después dehaberla leído”. Lo que no podemos hacer esarrancar esa página de la historia para que sela lleve el viento del olvido, hay que escribirla,y escribirla si es necesario con el alfabeto del

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horror para que la gente sepa lo que ha pasa-do en este país. Y no para volver al pasado,porque nosotros no queremos que eso seaposible nunca para nadie en nuestro país, noqueremos eso. Yo he dicho muchas veces,que la venganza no es un ideal político, ni esun fin revolucionario. Nosotros no hemosluchado para vengarnos, no, no, lo que pasaes que no hay que confundir la venganza conla justicia, son dos cosas distintas. Pero nos-otros lo que no queremos es, repito, que sequede eso ahí encerrado y que… bueno no sé,por ejemplo, todavía se anda buscando losrestos de los compañeros que fueron fusila-dos; las familias están interesadas en encon-trar esos restos. Para los que sean católicosque recen sobre ello y los que no lo sean queles lleven flores. Es increíble que en los 30años que llevamos de democracia, todavíaestén medio buscando los restos de las vícti-mas, y además que haya muchísima gentesobre todo de estas generaciones que nosepan lo que haya pasado en este país. Yopienso que, el mejor legado que podemosdejar a nuestros hijos es que conozcan esepasado para que no se repita nunca más, yademás creo que la mejor vacuna para prote-ger vuestra libertad y vuestro futuro,es conocer lo que ha pasado enEspaña. Tenía que ser una asignatu-ra obligatoria en los institutos y enlas universidades; repito, no paravolver al pasado, porque una gue-rra civil siempre es una tragedianacional, sino para que eso nosea posible nunca más, ni paranadie en España.

He escrito también el libropensando en vosotros,pensando en la juventudporque… ya os digo queen vosotros hemossembrado nuestra his-toria y vosotros sois elfuturo, los encarga-dos de cambiar un poco lascosas y avanzar a ese mundo posi-ble más justo y más humano que necesita-mos ¿no? Y… Una de las experiencias que yotengo en una serie de giras que tengo por elmundo, constantemente estoy viajando, pre-sentando mi libro que es un libro de largo reco-

rrido -bromea- porque a los dos años de apa-recer todavía se está presentando y tenemosya incluso compromisos para el año que viene.Y una de las experiencias que tengo es quehay muchos jóvenes que me escriben, memandan correos electrónicos después de leerel libro, y me dicen..., yo veo por su lenguajeque no son jóvenes politizados, son jóvenessorprendidos de conocer a través del libro loque ha pasado en este país.

El otro día recibí una carta de unamuchacha de Málaga que me decía lo siguien-te: “Acabo de terminar el bachillerato, mispadres me han regalado su libro, me lo heleído en tres o cuatro días, y me he queda-do descolocada porque… mis padres medecían “mira hija, en estos años que tienesahora es cuando tienes que echar loscimientos del futuro, para que tengas unfuturo apetecible, tienes que estudiar”, y yoles he hecho caso. Pero cuando he leído sulibro me doy cuenta de que mi futuro, a fin decuentas, es mi futuro, el de una sola persona,pero que hay una gran familia que lucha porcambiar el mundo, que hay un futuro para lahumanidad, que sea diferente al que tiene hoyy yo quiero pertenecer a esa gran familia por-que soy muy joven pero sin embargo veo que

hay muchas injusticias”… Imaginaros, ¡una chica de

diecisiete años!

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Bueno, todas esas experiencias de lajuventud me sirven y la única preocupaciónque tengo es que cuando hablo con mis com-pañeros veteranos que son como yo, gentecargada de historia, gente cargada de sufri-miento y de lucha, me doy cuenta que no hanaprendido a hablar para la juventud, los políti-cos en general, y no menosprecio a los políti-cos, pero muchas veces esa experiencia quese tiene no se actualiza con la vida, no se poneen orden con el tiempo que he vivido, puesclaro, esa experiencia es un obstáculo frente alos impulsos y la iniciativa de la juventud. Y yocreo que falta eso, conocer qué es lo que quie-re la juventud y no se trata de mandarles uncatecismo o mandarles consignas… no, no…

Se trata de vivir con la juventud, de acercar-se a la juventud, de saber lo que ellos quieren.Quizás no es como nosotros quisiéramos estajuventud, todavía, pero hay que partir de cómoson, para hacerla como queremos y comonecesitamos, y esa es una gran esperanzaque yo tengo en vosotros.

Transcripción de la entrevista (por orden secuencial): Andrés Leschsyn, Mª del Mar González, Tania Morcillo, Rubén Treviño, MaríaCalvo, Patricia del Río, Yolanda Rodríguez, Carmen Aguilar y Esther Blanco.

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Sin duda alguna, el aspecto más terri-ble y cruel de la dictadura de Franco fue larepresión. Todo régimen autoritario necesitade la aplicación de métodos violentos paramantenerse en el poder, pero en el caso fran-quista su puesta en práctica supuso muchomás que una mera herramienta del NuevoEstado. La represión es uno de los elementosfundamentales y fundacionales del régimen yfue de tal envergadura que constituye la basemisma del franquismo, desde sus inicios hastael final de la dictadura. Aunque la represión delos años setenta no fue tan extensa ni exhaus-tiva como durante la guerra y posguerra, hubofusilamientos el 27 de septiembre de 1975,cuando el dictador estaba enfermo de muerte.

La imposición del régimen de Francose llevó a cabo a través del terror en todo elterritorio, tanto donde hubo resistencia comodonde se adhirieron desde los primerosmomentos de la sublevación militar. Aquí des-plegaron todas las formas de violencia política:encarcelamientos, ejecuciones judiciales yextrajudiciales, expropiaciones, depuracionesy todo tipo de coacciones de los comporta-mientos. Una vez finalizada la guerra, la repre-sión se extendió al territorio que había perma-necido fiel a la República. El peso de la propa-ganda y la siembra del terror indiscriminadolograron que muchas familias “se convencie-ran” de que las ideas y el militante “rojo” eranlos culpables de la represión recaída sobre lafamilia. No era culpable el régimen que asesi-naba, encarcelaba o expropiaba, sino la vícti-ma, que era criminalizada por haberse “signifi-cado” políticamente. Se construyó así unaEspaña cimentada en el miedo y el silencio.

A esta sociedad atenazada por cuaren-ta años de represión, llegó la democracia conun Pacto de Silencio que consagró la impuni-dad de los verdugos y evitó el desmonte de lasfalsedades establecidas por el franquismo,como la responsabilidad de la II República enla quema de conventos. A treinta años de sumuerte, Franco mantiene así dos victoriasmás, dos indisolubles silencios: la memoria desu violencia y la memoria democrática de la IIRepública.

Las manifestaciones de la violenciafranquista no se limitaron a la guerra civil, sinoque se prolongaron a lo largo de toda la dicta-

dura. Aunque algunos afectados, tras numero-sos recursos, recuperaron sus bienes o suempleo en los años cincuenta o sesenta, otrosmuchos fueron sancionados, encarcelados oasesinados en los sesenta o setenta por razónde su ideología (Julián Grimau, Delgado yGranados, Enrique Ruano, Puig Antich).Hasta el final del régimen continuó la represiónde los adversarios políticos, la supresión delos derechos y las libertades políticas y sindi-cales, la censura en los medios de comunica-ción, incluso la militarización de la justicia,pues las últimas ejecuciones de 1975 fuerondecretadas por un consejo de guerra. En elhaber de Franco hay que consignar, al menos,140.901 fusilados, 500.000 presos -de losque miles fallecieron en prisión-, cientos demiles de funcionarios expulsados de supuesto de trabajo y otros tantos que fueronsancionados con fuertes multas o bien quepadecieron la expropiación de sus bienes.

La dictadura franquista. Cuarenta años de represión.Santiago Vega

Sede de Falange Española Tradicionalista 1939

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La represión de los adversarios habíasido proclamada en las Bases Técnicas delMovimiento escritas por el General Mola en laprimavera de 1936. La base quinta establecía:“Se tendrá en cuenta que la acción ha de seren extremo violenta, para reducir lo antes posi-ble al enemigo, que es fuerte y bien organiza-do.” Como el Frente Popular había triunfadoen las elecciones de febrero, los militares gol-pistas sabían que, al menos, se enfrentarían ala mitad de los españoles que se opondrían ala sublevación. Para vencer a un enemigo másnumeroso, la represión había de ser violentahasta el extremo de paralizar por el terror a losoponentes y dejar vía libre a la conquista delpoder por los insurgentes.

Así pues, la represión ejercida por lossublevados contra los defensores de las liber-tades y la República estaba prevista, planifica-da y se puso en marcha desde el momentomismo del golpe de estado la tarde del 17 dejulio de 1936, y se extendió hasta el final de ladictadura franquista. La eliminación de losoponentes utilizó dos vías.

Por un lado, las ejecuciones “extrajudi-ciales” protagonizadas por escuadras falangis-

tas o fuerzas militares en conquista de territo-rio republicano y, por otro, los fusilamientos“legales” o “legalizados”, fruto de la aplicaciónde la legislación castrense a través de la farsade los consejos de guerra, que condenaban amuerte a los oponentes por no aceptar el golpede Estado.

Inicialmente, la represión tenía uncarácter selectivo: autoridades y dirigentespolíticos y sindicales, porque pretendía expul-sar de todos los campos del poder republicanoa los adversarios políticos. El objetivo era eli-minar a las cabezas visibles del régimen repu-blicano en todos los ámbitos de poder (estatal,provincial, local), así como de todas las orga-nizaciones políticas, sindicales, sociales y cul-turales que daban sustento y pluralidad al sis-tema democrático.

Pero también procuraba el “escarmien-to ejemplar”, pues no todos los asesinadoseran personajes públicos, como FedericoGarcía Lorca o los catedráticos de laUniversidad de Granada; la mayoría eran sim-ples jornaleros sin más culpa que pertenecer ala clase obrera que reclamaba sus derechosante los que siempre se los habían negado.

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Para infundir más terror y que todosconocieran la suerte que esperaba a los adver-sarios políticos, los cadáveres quedaban tira-dos en el lugar de la ejecución. Transcurridastres décadas de democracia, aún quedanmiles de víctimas abandonadas donde lesdejaron sus asesinos.

La farsa de los consejos de guerra sebasaba en que no había apenas licenciadosen Derecho en los tribunales militares. El fiscalque debería ser un técnico del Cuerpo JurídicoMilitar o de las carreras fiscal o judicial, licen-ciado o doctor en Derecho, también podía ser,“en su defecto, un jefe u oficial del Ejército” osea, no necesariamente licenciado en Leyes.El defensor era, “en todo caso, un militar", porlo que tampoco tenía por qué ser obligatoria-mente abogado. Era nombrado por el tribunaly no elegido por el procesado o procesados, alos que conocía dos horas antes del juicio.

Después del 1 de abril de 1939 los tri-bunales militares continuaron condenando amuerte a los adversarios políticos, unas40.000 ejecuciones hasta 1945. El últimofusilado castigado por su actuación durante laguerra civil fue Julián Grimau en 1963.Paralelamente también eran fusilados los quese atrevían a reorganizar partidos y sindicatos(especialmente PCE, JSU y CNT) para lucharcontra la dictadura.

Como consecuencia de la aplicaciónde la justicia militar a todos los adversariospolíticos se produjo el desbordamiento del

mundo penitenciario, en el que, además de losprisioneros de guerra y los procesados judicia-les, había miles de detenidos gubernativos.Éstos eran presos a disposición de las autori-dades militares, como prevención por su ideo-logía contraria a los sublevados, pero sin estarsujetos a proceso judicial alguno y que perma-necieron meses o incluso años en la cárcel,sin llegar a ser procesados.

La masiva detención de adversariospolíticos desde los primeros días de la suble-vación militar originó el abarrotamiento de lascárceles de la zona sublevada y la apertura denuevos centros de reclusión en colegios, fábri-cas, barcos, cuarteles o conventos. Esta ava-lancha provocó graves problemas de alimenta-ción, higiene y contagio de enfermedades.

En las prisiones se concentraban milesde ateos por lo que la tarea evangelizadora eramuy “necesaria”. Ahí destacaba el papel decapellanes y monjas -en prisiones de mujeres-, con el entusiasta apoyo de las institucionesfranquistas. Organizaban grandes demostra-ciones públicas de religiosidad: Confesiones yComuniones Generales, Bautizos de reclusosy de sus hijos, Primeras Comuniones,….

Estas manifestaciones pretendíanhumillar y amedrentar a los recluidos, que nopodían escapar de la presión (la misa fue deasistencia obligatoria hasta 1964). También laIglesia y la prisión pretendían lograr y escenifi-car el arrepentimiento de los presos descarria-dos que volvían al “redil” de la Santa Madre

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Iglesia, para difundirlo a través del semanarioRedención, confeccionado por los presos para“mayor gloria” de la dictadura.

Antes de la creación del sistema deRedención de Penas sólo podían trabajarfuera de las cárceles los detenidos gubernati-vos, por no estar sometidos a procesos judicia-les. En principio se ocupaban de obras munici-pales: ampliaciones de cementerios, construc-ción de viviendas o puentes, y obras militares:carreteras, pistas de aviación o habilitación deprisiones. Prueba del beneficio alcanzado porel Estado con el esfuerzo de los gubernativoses que sólo en la provincia de Segovia alcan-zó a 1.350.000 pts. en dos años.

Para explotar la enorme capacidadlaboral que representaban las decenas demiles de penados, se creó el Patronato Centralpara la Redención de Penas por el Trabajo, enoctubre de 1938. Distribuidos enDestacamentos Penales, ColoniasP e n i t e n c i a r i a sMilitarizadas y enBatallones deTrabajadores, podían serempleados por empresasprivadas o estatales. El dine-ro que quitaba de su sueldoa los presos permitía alEstado sufragar el sistemapenitenciario.

La vida en la calleera una prolongación de lacárcel para los expresos,pues, aunque salían delrecinto penitenciario, perma-necían sujetos a él muchosaños más. La mayoría de lospenados salían en libertadcondicional y debían cumplirunos estrictos requisitos queles mantenían bien amarra-dos: presentarse todas lassemanas en el cuartel de laGuardia Civil o no poderdesplazarse de la localidadque les hubieran asignadocomo domicilio.

Además de las formas de violenciapadecidas por los hombres, las mujeres repu-blicanas y de izquierdas sufrieron una especialrepresión de género (violaciones, pelados ypurgas con aceite de ricino) por haberse apar-

tado del ideal de mujer conservadora: madre yesposa recluida en casa sin participar en lavida política y/o sindical. También recibieroncastigo otras muchas mujeres por el único deli-to de ser esposas, madres, abuelas o hijas dehombres perseguidos por los sublevados.

Los niños y sus madres presas fueronlos principales perjudicados de las condicionesde hacinamiento de las cárceles femeninas delos primeros años de posguerra. A partir de1940 se decretó la salida de las prisiones delos mayores de tres años. Cuando los familia-res no podían hacerse cargo de ellos, eraningresados en escuelas religiosas dependien-tes del Patronato de Protección a Hijos dePenados y educados en los valores opuestosa los de sus progenitores. Entre 1944 y 1945el Patronato se hizo cargo del ingreso de másde treinta mil niños, como ha investigadoHernández Holgado. En ocasiones, algunosde estos niños llegaron a perder toda relación

con sus familiares y suambiente original. Así hijosde fusilados o desapareci-dos en la guerra o exiliados,fueron reinscritos en elRegistro Civil con otros nom-bres y que fueron adoptadospor familias cercanas al régi-men que les ocultaron supasado.

La represión económica sefundamentaba en hacer res-ponsables a los defensoresde la República de los dañosocasionados por la guerra,porque, al llevar a Españahacia el abismo, hicieron“necesario” el golpe de esta-do militar y, como habíanofrecido resistencia a lasublevación, habían “provo-cado” la guerra.

En las provincias subleva-das desde el inicio o adheri-

das a lo largo del conflicto, la represión econó-mica se llevó a cabo por medio de dos proce-sos consecutivos: responsabilidad civil y res-ponsabilidades políticas, ambos tenían tantode castigo a los adversarios como de ansiasde hacerse con sus bienes.

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Poco antes de finalizar la guerra, elGobierno de Burgos dictó la Ley deResponsabilidades Políticas, que pretendíaextender la represión –económica, política ycontra la libertad de residencia- a todos losadversarios durante la guerra, a los que seañadían también los que hubieran dirigido,militado o apoyado a cualquier partido delFrente Popular antes de julio de 1936. Conello se consolidaba la vulneración de la irretro-actividad penal, base y fundamento de todoEstado de Derecho.

En 1939 no llegó la paz, sino la Victoriay su imposición a los vencidos. Esta Ley pre-tendía sustentar la legitimación del nuevoEstado, pues los acusados eran los responsa-bles de la “destrucción material y espiritual dela patria”. Cuantos más fueran los responsa-bles y mayores sus “crímenes”, más justificadose vería el golpe de estado de julio de 1936.Por ello procuraba castigar toda la labor degobierno del Frente Popular así como el ejer-cicio de los derechos y libertades políticos ysindicales desde el 1 de octubre de 1934(antes de la Revolución de Asturias, que lossublevados consideraban el inicio de la “sub-versión” de la República).

Así fueron sancionados desde los pre-sidentes de la República Alcalá Zamora yManuel Azaña (con 3 y 100 millones respecti-vamente) hasta los apoderados de las locali-dades más pequeñas y alejadas de la capitaldel Estado, pasando por ministros, alcaldes oconcejales.

La persecución y el castigo a los defen-sores de la legalidad democrática llegaba a ladestitución temporal o definitiva de los queeran empleados de la Administración delEstado, la provincia o el municipio. Esta formade represión pretendía también la intimidaciónde los indecisos –o indiferentes- y la promo-ción de los adictos. En definitiva, constituíaotro modo de paralizar a los adversarios dejan-do en la miseria a miles de familias al despo-jarles de su fuente de ingresos.

En la España sublevada tenía uncarácter casi estrictamente retroactivo pues sesancionaban militancias políticas o sindicalesy actuaciones previas a la guerra, es decir,cuando eran plenamente legales dichas con-ductas. En las zonas que habían permanecidofieles a la República durante la guerra, todoslos empleados fueron sometidos al proceso

depurador que debían solicitar lospropios funcionarios, por “haberservido al Gobierno Rojo”, aun-que no todos fueron sancionados.

El procedimiento depurador fuemuy similar en todas las adminis-traciones. Las comisiones depu-radoras se componían de funcio-narios del mismo cuerpo al quepertenecían los empleados inves-tigados, de igual o superior cate-goría profesional. Los miembrosde las comisiones se constituíanen jueces instructores y se encar-gaban de confeccionar cadaexpediente personal mediante larecogida de informes sobre laconducta político-social propor-cionados por las autoridades fran-quistas: Gobierno Civil, Comisaríade Policía, Guardia Civil, alcalde yFalange. En algunos casos tam-bién párroco y particulares.Expediente contra Niceto Alcalá Zamora

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La depuración llegó a cualquier emple-ado público, incluso a los fallecidos y jubilados,desde el escalafón más bajo hasta el más alto,y desde las capitales de provincia y las ciuda-des más importantes, hasta las localidadesmás alejadas y más pequeñas de todo elEstado. Así fueron sancionados los delegadosprovinciales de los distintos ministerios, profe-sores de Universidad e Instituto, maestros,médicos, secretarios de Ayuntamiento, bom-beros, músicos, enterradores, estanqueros,encargados de evacuatorios, botones, etc. Como en el caso de la represión económica,no se puede cuantificar el alcance total de ladepuración, pues si en la provincia de Segoviafueron sancionados 521 funcionarios de todoslos empleos, sólo en el Ayuntamiento deMadrid fueron castigados 976 operarios delimpieza y 868 policías urbanos.

Para finalizar este recorrido por la vio-lencia franquista, no es menos importante laimposición de unos comportamientos a lasociedad que no se hubieran dado de nomediar la demostración de fuerza. Entre ellosse incluye la intimidación, la coerción religiosao la humillación constante a los adversarios,que se plasmaban en cualquier situación,desde la denominación de las calles con losreferentes de los vencedores, las placas de los

caídos nacionales, los sellos de correos; a lapráctica de la compra diaria o el abuso depoder de las nuevas autoridades.

En los comedores del Auxilio Social sede sarrollaba de forma combinada la humilla-ción y el adoctrinamiento hacia los familiaresde los represaliados. Ofrecía a los necesita-dos, muchos familiares de presos y fusilados,alimentación diaria, pero a cambio los niñosdebían hacer profesión de fe católica y nacio-nal mediante los rezos y los cánticos brazo enalto. Estas manifestaciones desarrolladas congran ostentación exaltaban los símbolos de ladictadura que había encarcelado y matado asus padres.

En definitiva, la dictadura franquista utilizótodas las variantes de la violencia política paraconquistar el poder en 1936 y después mante-nerse en él por espacio de cuatro décadas.

Para saber más:

-Núñez, Mirta. La gran represión. 2009-Vega, Santiago. La dictadura de Franco, cuarenta años de represión. 2009

-Rodrigo, Javier. Hasta la raíz: violenciadurante la Guerra Civil y la dictadurafranquista. 2008-Torres, Rafael. Los esclavos de Franco.2002

Últimos fusilados por la dictadura franquista. Diario Arriba, 27 de Septiembre de 1975

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LA DOBLE LUCHA DE LOS BRIGADISTAS SUIZOS

Agustín Izquierdo Alberca

Los primeros efectivos de las Brigadas Internacionales comenzaron a llegar oficialmente aEspaña en octubre de 1936. Los coloristas carteles de Parrilla simbolizan admirablemente el com-promiso que miles de antifascistas extranjeros adquirieron con la II República y el Frente Popular.Alrededor de 60.000 voluntarios acudieron desde 54 países distintos. La mayor parte de ellos pro-venía de Francia, Alemania, Austria e Italia, pero también de otras naciones con menor relevanciapolítica. Éste fue el caso de Suiza. Alrededor de 800 brigadistas de ambos sexos colaboraron en ladefensa de la democracia española. La cifra no es elevada en términos absolutos, sin embargo, enproporción al número de habitantes, Suiza fue una de las naciones que más efectivos aportó a laguerra.

La legislación suiza de aquellos años prohibió expresamente la participación de sus ciudadanosen cualquier conflicto armado distinto de la defensa de la propia nación. Los brigadistas lo sabíany, aún así, perseveraron en sus propósitos. Para ellos se trataba de un imperativo ético y no legal.Carentes de cualquier apoyo gubernamental, los voluntarios helvéticos partieron hacia España car-gados con el cariño y la admiración de muchos de sus compatriotas. A su regreso les esperaba lapersecución judicial y la cárcel. Fue necesario entrar en el siglo XXI para que el parlamento confe-deral aprobara su rehabilitación. La mayor parte de ellos no vivió para disfrutarla.

Carteles de Parrilla alusivos a las Brigadas Internacionales. Parrilla fue uno de los mejores ilustradores de la guerra civil española.

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SUIZA Y EL COMIENZO DE LA GUERRAEl 14 de agosto las autoridades de Berna promul-

gan un primer decreto prohibiendo la exportación dearmas a España y la participación de los ciudadanossuizos en la guerra. Se considera ilegal cualquier tipode apoyo a los bandos enfrentados. El día 25 delmismo mes, un segundo decreto solicita a los canto-nes la prohibición de todas aquellas actividades queinciten a infringir el decreto del día 14. El acoso notermina y el 3 de noviembre las disposiciones guber-namentales se endurecen. Nuevos decretos restrin-gen la propaganda comunista y anarquista, las activi-dades del Socorro Rojo Internacional y las mani-festaciones antimilitaristas o antirreligiosas. Comoconsecuencia, en diciembre se producen los prime-ros arrestos y las primeras condenas. Con todo, seráen octubre de 1938, con el retorno masivo de los bri-

gadistas, cuando la persecución alcan-ce sus cotas más altas. Cabe pregun-tarse qué tienen de particular estosvoluntarios para despertar tantas irasen Berna.

El brigadista suizo se correspondecon un hombre o una mujer (estas últi-mas constituyeron el 4% del voluntaria-do helvético) de no más de treintaaños, soltero y de procedencia urbana.Aunque no faltan estudiantes, agricul-tores o personal del sector terciario, el85 % del conjunto trabaja como obreroo artesano. En este sentido, el perfil delos voluntarios helvéticos coincide conel de los brigadistas de otros países. Elrasgo es fundamental. Los voluntariossuizos colaborarán con el gobiernorepublicano por convicción moral,pero, sobre todo, por empatía socialcon el proletariado español. Si la filia-ción ideológica de los brigadistas alpi-

nos es cercana al comunismo o al socialismo, tampo-co hay que olvidar que cerca del 20% de los mismosno pertenece a ningún partido u organización sindi-cal. En realidad, en contra de la opinión de Berna, notodos son títeres de Moscú. Otro factor bien distintoes que, a efectos prácticos y promulgados los decre-tos de agosto, sólo el Partido comunista Suizo y lasorganizaciones afines disponen de una red eficientepara dar salida a los efectivos.

La grave crisis económica de 1936 es otro factor atener en cuenta. Aunque los datos no son categóri-cos, es probable que casi la mitad de los brigadistasestuviera buscando trabajo antes de involucrarse enel conflicto español. La influencia del paro en la tomade decisiones es ambivalente. Por un lado, constitu-ye un vínculo menos para abandonar Suiza y, porotro, un acicate para buscar una nueva vida en lasidealizadas tierras españolas. En contra de lo que sesuele pensar, seguramente por efecto de la posterioremigración española a Suiza, la situación de la claseobrera en este país era casi igual de precaria que enmuchos países de Europa.

La historiografía suiza calcula en torno a 815 elnúmero de voluntarios helvéticos que participó en laguerra civil española. No es sencillo establecer uncómputo exacto. Cuando se produce el levanta-miento de los militares rebeldes, varias decenas desuizos ya residían en España y muchos de elloshabían tomado partido por la República. Por lasmismas fechas, otro grupo de 300 personas estabapreparado para salir del país alpino y participar enla Olimpiada Popular de Barcelona. Dicha Olim-piada, planteada como la respuesta trabajadora alos Juegos Olímpicos del Berlín nacionalsocia-lista, fue suspendida tras el golpe deestado, pero algunos de los participan-tes se las ingeniaron para llegar aEspaña por sus propios medios. Entérminos generales, la primera oleadade voluntarios (nunca superior al cen-tenar), comienza a dirigirse a nuestropaís pocos días después del 17 dejulio de 1936 de manera totalmenteespontánea. El dato es importante por-que este contingente, es necesariorepetirlo, se moviliza a nivel individual,por puro altruismo y mucho antes deque la izquierda suiza haya coordinadocualquier tipo de ayuda para los repu-blicanos españoles.

A finales de julio la guerra se inter-nacionaliza y la situación cambia radi-calmente. Hitler y Mussolini envíantropas a los rebeldes fascistas yFrancia y Gran Bretaña deciden abste-nerse de ayudar al gobierno republica-no con el falaz argumento de la no-intervención. Laizquierda helvética vive las noticias como un atrope-llo a las libertades del pueblo español, pero tambiéncomo una amenaza inminente para la democraciaeuropea. Existe la certeza de que la contiendaespañola será el laboratorio previo a un enfrenta-miento mundial y de que el Frente Popular sólodispondrá de la ayuda de la Unión Soviética y dela Internacional Comunista. La creación oficial de laBrigadas Internacionales, el 22 de octubre de1936, será el espaldarazo definitivo para que elmovimiento obrero suizo canalice de manera másdecidida la movilización hacia España. Es en estosmomentos cuando se produce la segunda oleadade voluntarios y cuando, paradójicamente, surjenlas mayores complicaciones. El gobierno federaltomará medidas drásticas para bloquear la ayuda ala España republicana y para impedir que los volun-tarios suizos crucen las fronteras. Lo hará a travésde los controvertidos decretos de agosto de 1936.El brigadista sabe perfectamente a lo que se expo-ne.

Giuseppe Motta, presidente dela Confederación Helvética

durante varias legislaturas, fueuno de los responsables direc-tos del apoyo a los rebeldes yde la política colaboracionista

con el gobierno de Franco.

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¿Cómo es posible que un arraigado gobierno cons-titucional, democrático y de estructura confederalotorgue su apoyo a unos rebeldes situados en susantípodas políticas? ¿Por qué apostó Berna directa-mente por el bando fascista, en lo que parece una fla-grante contradicción de principios? Si miramos elcomportamiento diplomático de Francia y GranBretaña, quizás obtengamos una respuesta coheren-te con el contexto europeo.

A juicio de los especialistas, el alineamiento federalcon los insurgentes no se produce exactamente porafinidad ideológica. Es cierto que la mayoría de susdiputados son conservadores y que algunos de ellos,como es el caso del presidente Giuseppe Motta, sonauténticos reaccionarios. Pero la simpatía del gobier-no federal por los regímenes dictatoriales no se fun-damenta en una ideología concreta, sino en el miedoa un futuro que se presenta incierto. Algo similar ocu-rre con las Fuerzas Armadas. A pesar de que losaltos mandos militares son, en términos generales,de derechas y feroces anticomunistas, el resto de laoficialidad es muy heterogéneo en sus preferenciaspolíticas. No es posible decir que el ejército suizo seaun ejército filofacista o filonazi. De hecho, en 1936 losmilitares suizos proceden al refuerzo intensivo de lasfronteras en previsión de un posible ataque alemán ylas autoridades de Berna, en el mismo año, confec-cionan un plan alternativo de economía de guerra.Dicho esto y sin minimizar la importancia de los fac-tores reseñados, quizá deba buscarse en el dinero lacausa principal del apoyo al fascismo español y de lapersecución a los brigadistas. A raíz del levantamiento contra el gobierno de la

República, una de las prioridades del gobierno fede-ral será la salvaguarda del capital suizo en España.Este capital tiene nombre y apellidos. A nivel corpora-tivo se llama Hispano-Suiza, Ciba, Nestlè, Geigy,Sandoz o Electrobank, por citar algunas de lasdenominaciones más conocidas. El hecho de quemuchas de estas empresas estuvieran radicadas enCataluña, representando el 65% de las inversionessuizas en España, desencadenó el miedo a los comi-tés obreros y a los proyectos de colectivización de laGeneralitat. Por otra parte, es un hecho documental-mente probado que el cuerpo diplomático helvéticollevaba desde el 14 de abril, fecha de la victoria delFrente Popular, alarmando a las autoridades políticasy económicas de Berna con el riesgo de bolcheviza-ción de España. No es de extrañar, por consiguiente,que el Directorio de la Unión Suiza de Comercio eIndustria, influyente órgano empresarial, presionaraal gobierno federal exigiendo una estrategia deapoyo a los rebeldes desde el mismo momento delgolpe de estado. De igual manera, cuando se inves-tiga la procedencia de los fondos españoles deposi-tados en los bancos suizos, es frecuente que aparez-can medios y personas afines al bando rebelde. Si el

LA REACCIÓN DEL PARLAMENTO FEDERAL

Ralph Hug, historiador, periodista y fundador de laInteressengemeinschaft Spanienfreiwillige (Asociación a favorde los intereses de los voluntarios de España), ha defendido entodos los ámbitos la rehabilitación de los brigadistas suizos.A la derecha, portada de su obra Die SchweizerSpanienfreiwilligen (Los voluntarios suizos de España), Zürich,Rotpunktverlag, 2009)

capital suizo tenía que decidirse entre ambas faccio-nes, parece obvio que lo hiciera por aquella quedefendía la propiedad privada de los medios de pro-ducción y un marco legal favorable a las grandes for-tunas. Un apunte significativo: en octubre de 1938, laSociété de Banque Suisse, el antecedente financie-ro de lo que hoy conocemos como Union deBanques Suisses (UBS), concedió al gobiernorebelde un crédito cercano a los 20 millones de fran-cos suizos. Dicho crédito sería renovado regularmen-te hasta más allá de 1945. ¿Qué conclusión pode-mos extraer de estos hechos? Probablemente, queel capitalismo siempre reacciona ante este tipo desituaciones defendiéndose a sí mismo sin restriccio-nes éticas.

El gobierno suizo nunca fue sospechoso de odiarla democracia representativa o el estado de derecho,pero siempre sintió más respeto por el pragmatismoeconómico y político que por cualquier otra cosa. Portriste que resulte para la historia de Suiza, uno de lospaíses más solidarios del mundo y padre de la CruzRoja Internacional, la conclusión es que sus estruc-turas de poder se orientaron en la misma direcciónque el resto de las democracias occidentales. Asaber: defensa a muerte del capitalismo, defensa dela dictadura frente a la revolución y temor al expan-sionismo nazi. La conducta diplomática suiza fue, ensuma, muy similar a la de Francia, Reino Unido oBélgica. Sólo en este marco de circunstancias esposible entender la doble moral de un gobierno fede-ral que, escudándose en la hipócrita bandera de latradicional neutralidad suiza, apoyó con los hechosprimero, y con su reconocimiento legal después, a unrégimen delictivo. El hostigamiento a los brigadistashelvéticos parece, pues, una consecuencia más delas maniobras colaboracionistas de Berna, una sal-vaguarda adicional de las relaciones comerciales enel exterior. En esta tesitura, cientos de ciudadanossuizos quedaron convertidos en enemigos naciona-les por su propio gobierno.

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EL RETORNO A TIERRAS HELVÉTICAS

Ruth Dreifuss (primera presidenta de Suiza en 1999) y PaulRechsteiner. Ambos diputados socialistas defendieron larehabilitación en el parlamento federal basándose en la impor-tancia que las actividades de los brigadistas helvéticos tuvieronen el sostenimiento de la democracia suiza y del resto deEuropa.

En octubre del año 38, el gobierno republicano des-pide a los brigadistas en cumplimiento de una resolu-ción de la Sociedad de Naciones que establecía lano intervención de potencias extranjeras en el con-flicto español. Comienza entonces el retorno de losvoluntarios suizos y con ello un nuevo calvario. Lajusticia castrense tiene mucho trabajo por hacer. ElCódigo Penal Militar, vigente desde 1928, estableceen su artículo 94 una prisión mínima de un mes paracualquier ciudadano helvético que, sin consentimien-to expreso del Consejo Federal, preste servicio en unejército extranjero. El artículo 94, unido a los decre-tos de agosto, provoca la instrucción de 550 proce-sos, una situación sin precedentes en la historiasuiza. El 81% de los sentenciados sufrirá arrestoentre uno y seis meses, el 9% entre siete y diez ycerca del 2% reclusiones superiores a un año. Encualquier caso, las penas aplicadas varían con cadacantón. En las demarcaciones de habla francesa eitaliana y, curiosamente, en Berna, las sentenciasserán menos rigurosas que en la Suiza alemánica.Sin embargo, a ojos de los ex brigadistas, lo máshumillante no son las penas militares, sino las sancio-nes adicionales que acompañan al internamiento.Cerca del 60% de los encausados será privado desus derechos civiles entre uno y cinco años; es decir,desposeído del derecho al voto, a la representaciónpolítica y al acceso a determinados empleos decarácter local, cantonal o federal. La supresión nosólo indigna a los ex voluntarios, muchos jueces tam-bién expresan su desacuerdo con la desproporciónde las sentencias. Los argumentos morales que se esgrimen en defen-

sa de los acusados son irrefutables. El comunistaMarino Bodenmann ya había ensalzado en julio de1937 la “helveticidad” de los voluntarios: “Estos com-batientes de España son Confederados auténticos,que han comprendido perfectamente las antiguas tradiciones de nuestro país, mejores demócratas que

los oficiales de Berna.” (Ulmi y Huber, p. 24). Másdiáfana todavía será la declaración del brigadistatesinés Giovanni Nesa ante su tribunal: “Si Suiza seencontrase un día en las mismas condiciones queEspaña en 1936, sería uno de los primeros en com-prometerme, aun estando excluido del ejército. Antetodo soy un antifascista y asumo la salvaguarda delas libertades de nuestra Constitución suiza.” (Ulmi yHuber, pp. 240-241).

Desde la amnistia solicitada por las fuerzas deizquierda a finales de octubre de 1938, cualquier ini-ciativa a favor de los brigadistas es desestimada deraíz. Poco importan los casi 170 muertos en la con-tienda española o en los campos de concentraciónfranceses. El gobierno federal no puede dejar másclaro de qué parte está. El 14 de febrero de 1939,Suiza reconoce oficialmente al régimen de Franco ycomunica al representante republicano en Berna laruptura de cualquier tipo de relación con el legítimogobierno español.

Las fechas son importantes. Si la autoridades sui-zas deseaban continuar apoyando al régimen deFranco, parece lógico que se esmerasen en la apli-cación contundente del Codigo Penal Militar y de losdecretos de agosto. Pero, ¿qué sentido ha tenidoesperar hasta finales de 2008 para proceder a larehabilitación de los brigadistas? ¿Cuál es la causade tan exagerada dilación cuando las excusas eco-nómicas y diplomáticas dejaron de tener sentidodecenios atrás, si es que alguna vez lo tuvieron?Sólo la mayoría de centro derecha del parlamentofederal a lo largo de las últimas décadas puede expli-car tamaña dilación. Todavía hoy, cuando el parla-mento suizo ha rehabilitado oficialmente la memoriade los ex combatientes, se mantiene vivo el debateentre “legalistas” y “moralistas”, el debate entre losque siguen considerando que las sanciones se atu-vieron a derecho y que, por tanto, no son criticables,y los que consideran que cualquier ley puede serinjusta o desequilibrada en su aplicación concreta.De hecho, la votación a favor de la moción rehabilita-dora se ganó con 130 votos a favor, pero con 32 encontra y con 13 abstenciones. Entre los diputados dela UDC, partido de discurso antieuropeísta y xenófo-bo, se sigue repitiendo sin empacho el argumento deque los brigadistas regresaron a Suiza con lasmanos manchadas de sangre y con el triste trofeo dehaber apuntalado el totalitarismo estalinista. Podríanhaber utilizado el mismo argumento para criticar lapolítica del parlamento y el empresariado suizo conrespecto al gobierno de Franco, Hitler o Mussolini,pero nunca lo hicieron. De nuevo aparece la doblemoral en la palestra política. Las palabras del ex bri-gadista Eolo Morenzoni acerca del largo rechazo delas cámaras federales a la rehabilitación, sirvencomo resumen de la actitud política de Suiza en lahistoria contemporánea: “Para mí esto es una cosanormal. Este es el país del dinero y de los ricos (...).No es una dictadura, pero como régimen es así.”(declaraciones a Suissinfo, 27-11-2008).

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PROTAGONISTAS: Eolo Morenzoni, el compromiso precoz

Eolo Morenzoni nace el 12 de noviembre de 1920en Lugano, la bella y apacible ciudad del Tesino, elcantón suizo de lengua italiana. Crece en el seno deuna familia comprometida políticamente con el socia-lismo y absorbe con rapidez los ideales paternos. Elgolpe militar del 17 de julio lo lleva a abandonar supaís para ayudar al legítimo gobierno de laRepública. Pergeña una romántica carta de despedi-da y emprende la aventura: “Queridos padres, nopuedo actuar de otra manera; debo escuchar la lla-mada de mi corazón. Debo entregarme a Españapara luchar, para poner todo mi valor y lo que vuestroamor me ha enseñado al servicio de la causa. Osagradezco de todo corazón lo que habéis hecho pormí. Algún día podré devolveros lo que me habéisdado. Sé que soy joven, ¿pero quiere esto decir quedebo perder mi tiempo y mi juventud en el Tesino? Oshonraré. Perdonadme mis faltas y errores. No creáisque nadie me ha comido la cabeza. Lo que hago, lohago de acuerdo conmigo mismo. En lugar de expre-sarme con la pluma, siento el deber de combatir a lostraidores con un fusil o una metralleta. Os haré sabercómo van las cosas. Adiós. Eolo.” Morenzoni aúntiene quince años cuando escribe esta carta. Vacamino de convertirse en el combatiente helvéticomás joven de las Brigadas Internacionales.

Eolo llega hasta Basilea y pasa a Francia con unpasaporte caducado. Oculta sistemáticamente suverdadera edad para poder viajar hasta Gerona yconsigue entrar en España sin demasiadas dificulta-des. Con sólo siete días de entrenamiento es destina-do a primera línea de fuego. Luchará incorporado albatallón Tchapaeiv de la XIII Brigada y, posterior-mente, con el batallón Garibaldi de la Brigada XII.Participa en los frentes de Teruel y Sierra Nevada. Esherido en dos ocasiones y tiene que regresar a supaís. Cuando pisa suelo suizo, la detención no sehace esperar. A las cuarenta y ocho horas es arresta-do y presentado ante las autoridades militares: “Losprocesos ante los tribunales militares son espectacu-lares. Estaban presentes un coronel, varios oficialesy yo, un chaval de 16 años. ¿Cómo podía tener algu-na posibilidad? Me indigné. Empecé a sentir odiohacia el sistema en su conjunto y la sociedad.” Elresultado del proceso fueron siete días de prisión ymes y medio de aislamiento. Siempre estuvo conven-cido de que las autoridades de Berna simpatizabancon los nazis. Los documentos acabaron dándole larazón.

Hoy, con casi 90 años, es el único brigadista suizoen condiciones de hablar de su pasado y de contem-plar la rehabilitación judicial que el parlamento fede-ral aprobó en diciembre de 2008. A su manera, cola-borando con periodistas e historiadores, el joven Eolocontinúa rindiendo fidelidad a sus primitivos ideales.

Acerca de la rehabilitación:“Era algo que se debíahacer. Pero para nosotrosya no cambia nada. Nadieme puede quitar de encimala experiencia de la cárcel.”(El País; 7-12-2008)

Certificado de identidad que la República expidió a EoloMorenzoni en Cataluña.

“Yo no sabía lo que era una guerra, pero estaba convenci-do de que teníamos que luchar contra el fascismo, porqueal mismo tiempo no defendíamos sólo a España. Era uncombate a favor de toda Europa.” (Declaraciones a BelénCouceiro; Radio Suiza Internacional, 1996.)

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PROTAGONISTAS: Hans Hutter, solidaridad más allá de la guerra

Hans Hutter nace el 5 de mayo de 1913 enWinterthur, localidad de habla alemana del cantónde Zúrich. Tiene buena cabeza y enseguida com-prende el previsible futuro de cualquier trabajadormanual. No tiene más que mirar a su alrededor. Sufamilia es el mejor ejemplo. “Sin un objetivo superiorpara el bien de la humanidad, mi futuro sólo consisti-ría en trabajar hasta la muerte.” (Spanien im Herzen,p. 29).

El año 1936 y el comienzo de la guerra civil espa-ñola lo encuentran trabajando en un garaje de LaChaux-de-Fonds, ciudad francófona del cantón deNeuchâtel. El director de la escuela de oficios en laque estudia conoce Barcelona y le informa de que endicha ciudad hay demanda de mecánicos paracamiones. ¿Por qué no partir? Quizá pueda conse-guir un buen empleo en la fábrica de automóvilesHispano-Suiza (en ese momento dedicada a la pro-ducción de vehículos de guerra) y aportar sus cono-cimientos técnicos a la defensa de la democraciaespañola. Poco después queda en el paro y el jovenHans, de 23 años, toma su decisión: "Sabía que nome quedaba otro remedio que vender mi fuerza labo-ral. No podía pedir mucho porque el ejército de lamano de obra barata era demasiado grande. Por esoquería ir a España. Esa República defendía la distri-bución justa de la riqueza, combatía los privilegios dela parasitaria nobleza hereditaria y rural, valoraba alas personas según su conducta, sus capacidades ysus valores intrínsecos, y luchaba por el humanitaris-mo y la igualdad." (Spanien..., p. 17). Hutter compraun billete de tren hasta Besançon (Francia) y desdeallí consigue entrar en España por Portbou. Ha teni-do algunos problemas en la frontera española, perosu pasaporte y el carné de socio del FrenteAntifascista de La Chaux-de-Fonds surten efecto.

Su primera intención es ayudar a la República consus conocimientos de automoción, pero serán susconocimientos militares los que lo envíen al frente.Hans se ha graduado en la Escuela de Reclutas desu país y posee una preparación y un adiestramientomuy solicitados en Barcelona. Se alista en el bata-llón Thälmann (XII Brigada), formado mayoritaria-mente por alemanes que comparten su idioma. Mástarde ingresará en la Brigada XI, cuajada también devoluntarios germanoparlantes. Se convierte en ame-trallador, tanquista, jefe de compañía y teniente.Resulta herido tres veces, dos por el fuego enemigoy una por la muerte de su hermano Max en la defen-sa de Madrid. Max Hutter ha venido a combatir aEspaña por influencia de Hans: “Hans, si uno de nos-otros muere, que el otro viva de modo que honre almuerto.” Ni las postreras palabras de su hermano nicierto sentimiento de culpa lo abandonarán nunca.

Brunete, el Jarama, Guadalajara, Teruel, el Ebro,Madrid. Dos años combatiendo en primera línea. Dosaños de luces y de sombras.

España es un país de contrastes irreconciliables,una tierra de solidaridad y de crueldad, de pasión yde dejadez, de modernidad y de arcaísmo. Hans lopercibe con nitidez. Detesta las lacras sociales por laque el gobierno manifiesta un lacerante desinterés:“Algunas mujeres me reclamaron al menos una doce-na de veces invitándome a que fuera con ellas. Unajoven filiforme de ojos febriles me pidió que la siguie-ra con especial insistencia. Me pedía dos pesetas, lepuse cinco en la mano y proseguí sin decir una pala-bra. Tenía ganas de escribir en mi diario que laRepública se complacía con grandes palabras, peroque no había sabido eliminar la cosa más vil de lasexistentes, la explotación y la venta del cuerpo huma-no.” (Spanien..., p. 105). La desorganización militares un ejemplo más de la permanente paradoja espa-ñola. Hutter se desespera con el absurdo exterminiode una compañía entera del batallón Thälmanncerca de la localidad madrileña de Las Rozas.“Quería oír la razón por la cual nuestros carros decombate no habían llegado. Porque sus tripulacionesse habían emborrachado la noche anterior. Richard,nos contó Franz, había hecho llegar desde Madridputas y alcohol en cantidad, y una compañía enteraacababa de perecer miserablemente por culpa dealgunos malditos borrachos y puteros” (Spanien..., p.185-186).

Un episodio que le quedó grabado en la memoria fue cuan-do los alemanes bombardearon a refugiados en una carre-tera. Una niña que había perdido una pierna llamaba a sumadre. Él intentó comprimir el flujo de sangre y llamó almédico, que no pudo acudir. La niña murió en sus brazos.”(Declaraciones de Nelly Hutter, esposa de Hans, a Suissinfo.)

Septiembre de 1936, en el cuartel del Convento del SagradoCorazón en el barrio de Sarriá de Barcelona.

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En el fondo todo le indigna y nada le extraña.Piensa, como Morenzoni y como el resto de antifas-cistas, que el parlamento federal se ha retratado a símismo: "Medio año después del golpe de los genera-les y dos años antes de la capitulación de laRepública, los embajadores suizos ya se arrastraronante Franco. Mientras defendieron la mítica 'neutrali-dad' como argumento atávico para prohibir incluso ala Cruz Roja suiza ayudar a España, no les dio ver-güenza a los ávidos buitres alpinos participar confruición junto con Franco en el convite de funeral dela República. La Confederación ni siquiera se moles-tó en negociar el intercambio de prisioneros."(Spanien..., p. 311).La guerra de España se está perdiendo. En realidad

está perdida. Pero Hans puede seguir ayudando. Enenero de 1939 entra en contacto con la familiaFerreruela, la familia que lo ha ayudado a recuperar-se de sus heridas, y consigue evacuar a los niños enel período más duro de la contienda. Comen, duer-men y se educan en territorio suizo bajo la custodiade Hutter y de su familia. Cuando los niños regresana Barcelona, los vínculos son más fuertes que nunca.Hutter sufraga los estudios de Carmen y Fernandoen el Colegio Suizo de la Ciudad Condal. De vez encuando viaja a Barcelona y revisita otras zonas de lageografía española. Con el tiempo, Hans será elpadrino del hijo de Carmen. Y continúa luchando.

En 1996 publica su diario autobiográfico, un argu-mento más para que el parlamento federal reconoz-ca, de una maldita vez, el esfuerzo que hicieron susbrigadistas por el mantenimiento de la democracia.Es verdad que hace años que no está tan sólo en sucompromiso. Muchos ex brigadistas, periodistas, his-toriadores y diputados han intentado convencer alparlamento de la necesidad de rehabilitar a los volun-tarios. Pero todo parece inútil. Doce mociones en lacámara federal. Doce derrotas. Nunca conocerá larehabilitación.

Hans fallece en 2006 a los 93 años de edad, perosigue vivo en la memoria de los espíritus solidarios:“Sí, es verdad. Llevo a España en el corazón.”

La ubicua presencia de la muerte se hace más pes-tilente que nunca una noche de noviembre en la des-esperada defensa de Madrid, en el frente de laCiudad Universitaria: “Un hedor repugnante se estan-caba en el campo de batalla. Olor a cadáver. Entrelas líneas yacían algunas decenas de cuerpos queno podían ser enterrados. Aquella noche me parecióque no tenía fin.” (Spanien..., p. 120).

Pero no todo es miseria y desolación. La peripeciaespañola de Hutter también está cuajada de heroís-mo, entrega y solidaridad. En Barcelona, en 1938 yen una de sus graves convalecencias, es acogido enun domicilio particular. La familia Ferreruela lo cuidadurante tres meses. Hans establecerá con sus miem-bros unos vínculos imperecederos. Nunca olvidará aCarmen y a Fernando, los dos pequeños con losque ha convivido durante su recuperación.

A partir del 1 de octubre de 1938, las BrigadasInternacionales son obligadas a abandonar España.Hutter carga con su diario y sus fotografías yemprende el regreso a Suiza. Sabe que las autorida-des helvéticas lo están esperando. A él y a tantosotros como él. Hans está preparado. No entra direc-tamente en Suiza. En la localidad fronteriza deMorteau, aún en Francia, factura su equipaje para LaChaux-de-Fonds y oculta el resguardo en un calcetín.La policía suiza lo registra sin encontrar nada com-prometedor. El diario autobiográfico se ha salvado. Élno. Hutter es detenido por la autoridad militar y tras-ladado a una prisión de Zúrich. El tribunal de divisiónVI de dicha ciudad lo condena a seis meses de cár-cel y a dos años de privación de derechos cívicos.Veinticuatro meses sin derecho a voto, veinticuatromeses de exclusión social. Dos años de guerra pordos años de privación de derechos. Extraña simetría.Hans sabe que ha violado las leyes suizas. Ha viola-do la ley que prohíbe el alistamiento en un ejércitoextranjero, una ley que dice que ha puesto en peligrola neutralidad helvética. Acepta la cárcel. La resolu-ción judicial es ignominiosa, pero es legal. Hanspuede transigir con eso, pero no con la supresión desus derechos civiles. Y luchará contra semejanteinjusticia durante toda su vida. Se ha jugado la pielpor la democracia española, por la democracia euro-pea y por la democracia suiza. No ha hecho más quedefender en otro mapa los valores democráticos desu propio país.

Hans Hutter en el acto de donación de sus archivos a laentidad Archiv für Zeitgeschichte (Archivos para la historia

del tiempo) en Zúrich.

Un grupo de Esquerra Republicana de Cataluña en Aragón(octubre de 1936). Fotografía realizada por el propio Hutter.

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FUENTES DE INFORMACIÓN

LIBROS-Ulmi, Nic y Huber, Peter: Les combattants suisses en

Espagne républicaine (1936-1939). Lausanne. ÉditionsAntipodes. 2001. -Cerutti, Mauro; Guex, Sébastien y Huber, Peter (editores): La

Suisse et l’Espagne de la République à Franco (1936-1946).Lausanne. Éditions Antipodes. 2001.

Dos textos básicos para entender la complejidad del temasuizo. El primero es una fuente inagotable de referencias bio-gráficas acerca de los brigadistas, de sus motivaciones y desus peripecias personales. Ofrece, además, una lista casi com-pleta de todos los voluntarios helvéticos. El segundo, másamplio de perspectivas, pone al descubierto la verdadera natu-raleza del apoyo del gobierno federal al régimen de Franco.Ambas obras son de gran utilidad tanto para el historiador pro-fesional como para el investigador aficionado.-Hutter, Hans: Spanien im Herzen. Ein Schweizer imSpanischen Bürgerkrieg. Zürich. Rotpunktverlag. 1996.(“España en el corazón. Un suizo en la guerra civil española”).Sólo disponible en alemán. Contiene numerosas fotografíasefectuadas por el autor sobre su experiencia en España.Fundamental para el conocimiento del tema.-Beguin, Jean-Marc y Bavaud, Pierre: Les oubliés. TroisSuisses de la guerre d’Espagne. Yens-sur-Morges. Cabédita.1998. Recoge las manifestaciones de cuatro ex brigadistas sui-zos.

PELÍCULAS Y DOCUMENTALES-Richard Dindo, 1973 (en francés): Des Suisses dans la gue-rre d’Espagne.-Daniel Künzi, 2002 (en francés): La Suisse et la Guerred’Espagne 1936-1939.-Luis Calvo y Christian Koller, 2006 (en alemán con subtítulosen español): Hans Hutter: un suizo en la Guerra Civil.

EN LA RED-www.suissinfo.ch Portal informativo sobre la actualidad suiza. Puede consultarseen varios idiomas. Ha trabajado de manera rigurosa el tema delos brigadista suizos y en especial la experiencia de HansHutter. Sus aportaciones son fundamentales para el conoci-miento del tema. Consultar la página del 8-10-2009. -www.tsr.chPortal de la televisión suiza en lengua francesa. Informaciónmuy general. Consultar ediciones del 14-4-1996, 2-12-2008 y3-12-2008. -www.afz.ethz.ch Portal de Archiv für Zeitgeschichte (Archivos para la historia deltiempo). Centro de recursos de todo tipo sobre la historia deSuiza. Dispone de numerosos archivos traducidos al inglés.Hans Hutter cedió generosamente toda su documentación per-sonal a este centro.-www.AEHMO.org Portal de la Association pour l’Etude de l’Histoire du MovementOuvrier. Esta asociación publica los Cahiers d’histoire du mou-vement ouvrier. En 1997 dedicó un número a los voluntarioshelvéticos de la zona francófona: “Guerre d’Espagne: les briga-distes et leur écho en Suisse romande”.

Plaza y placa de Las Brigadas Internacionales en La Chaux-de-Fonds (Suiza)

“Observando a estos Inter-nacionalistas llegaba siempre ala conclusión de que, inclusohabiendo entre ellos algunoscamaradas groseros e incultos,borrachos e inútiles, eran hom-bres con un espíritu más eleva-do que la mayor parte de los sui-zos de la misma edad. Cada unoera aquí, a su manera, una per-sonalidad y tenía una notablefuerza de voluntad, un pasadorico en experiencias y clarasesperanzas en el porvenir.”(Spanien im Herzen, p. 127). Paramuchos historiadores España enel corazón, el diario autobiográficode Hutter, posee “una riqueza yuna sutilidad extraordinarias”.(Ulmi y Huber, 2001)

Murcia, 31 de enero de 1937“Mi hermano Max y yo, por primera vez en la misma unidad”

Portada de Spanien imHerzen.

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Como ya se ha puesto de manifiesto enmuchas ocasiones, también en esta revista,algunos de los episodios de la historia contem-poránea más recientes están escamoteadosde las historias generales y no digamos de loslibros de texto escolares; uno de ellos es el delexilio español como consecuencia de de laGuerra Civil. Podríamos preguntarnos el por-qué. Dicho de otro modo, por qué no se haabordado o se aborda con la misma normali-dad que otros episodios de la Historia deEspaña que si que están bien presentes, cuan-do en el exilio confluyen elementos de drama-tismo y heroísmo en el que se vieron envuel-tos no menos de 440.000 españoles, el exiliomás importante de la Historia de España ycuyas consecuencias se proyectan todavíasobre el presente y que aun hoy esta ausenciaes difícil de evaluar. Los regímenes totalitarios del siglo XX revelanla existencia de un peligro antes insospecha-do: el del completo dominio de la memoria.Toda la historia del “Reich milenario” puedereleerse como una historia contra la memoria,escribe con razón Primo Levi, y lo mismopuede decirse de la Unión Soviética o de laChina comunista.El régimen de Franco no ha sido ajeno a estapráctica del olvido, en una sociedad en parteanestesiada por el miedo que sumergió a losvencidos en el silencio, y cuya sombra se ha

proyectado hasta muy avanzada la democra-cia De hecho, ha sido especialmente durantelos últimos 15 años cuando hemos asistido alalumbramiento de obras y episodios de laHistoria de España más reciente escamotea-dos o invisivilizados: la Maternidad de Elna ola Maternité Suisse , como la llaman los luga-reños es uno de ellos.No pretendemos aquí contar exhaustivamentela historia de la Maternidad ya que hay obras(ver bibliografía) que nos lo permiten de unamanera más adecuada. A pesar de ello esineludible verter aquí unas pinceladas que nosrevelen esta página de la historia.

La Maternidad de Elna fue fundada porElisabbeth Eidenbenz, una maestra suizaque ya había participado como enfermera yaen abril de 1937 como voluntaria de laAsociación de Ayuda a los Niños de la Guerraen la zona de Valencia. Esta Asociación sehabía creado en los Países Bajos al terminarla Gran Guerra en 1918 -con el dramáticobalance de todos conocido- fruto del impulsode movimientos pacifistas cristianos. De ahínacería en 1920 el Servicio Civil Internacional(SCI) bajo cuyas siglas quedó amparada laAsociación de Ayuda Suiza a los Niños de laGuerra Civil Española. Tras la caída de laRepública continuó con sus esfuerzos esta vezya en territorio francés instalando una peque-

Del olvido a la Memoria: la Maternidad de Elna.Del olvido a la Memoria: la Maternidad de Elna.José Ángel Ramírez Compés y Pedro González Moreno

(Grupo Henek).

Ruinas del edificio de la maternidad de Elna (Francia) y vista actual tras la reconstrucción

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ña maternidad en Brouilla, un pueblecito situa-do a unos diez kilómetros de Perpiñán quemuy pronto se vería desbordada al no reunirapenas condiciones.

Nos encontramos en un contexto en quedecenas de miles de españoles se encuentranhacinados sobre las playas de Argelès-sur-Mer, Saint-Cyprien, Barcarés o el campo deRivesaltes. La situación de nuestros compa-triotas nos sitúan ante una auténtica catástro-fe humanitaria utilizando expresiones actuales:hambre, frío,enfermedad, desolación y deses-peración imperaba en unos campos de con-centración construidos con alambradas sobrela arena sin otro horizonte que el mar y des-provistos de todo. Las palabras de los protago-nistas, los testigos y sus testimonios son laverdadera lección de la historia.Remei Oliva: “El campo tenía unos tres kiló-metros de longitud por medio de anchura.Todo ese espacio era para 75.000 personas.Era el mes de febrero, con un frío horrible yuna tramontana que no te dejaba respirar. Conunas cañas y unas mantas que aún nos que-daban pudimos montar una tienda dondecabíamos mis padres, Joan y yo. Bajo lasmantas de la tienda improvisada podías reba-jar un poco el frío, pero la primera noche detramontana las cañas y las mantas quedaronsepultadas por la arena fina de la playa. Y asíuna y otra vez…La comida parecía hecha a propósito parahacernos sufrir más: legumbres secas y baca-lao salado .No teníamos agua potable, sólouna fuente alejada, fuera del campo, un privi-legio para el que tenía permiso para salir. Los

demás bebíamos de unas bombas de aguasituadas a veinte metros del mar. El agua salíasalada, no era potable y eso nos acasionómuchos problemas. Casi todos sufrimos tras-tornos intestinales graves, con diarreas terri-bles y sin letrinas. Todo el mundo cogía unamanta y corría hasta el agua para ir de vientre.Era un espectáculo desolador…La disenteríaprovocó muchas muertes. La gente se vaciabaen la arena…”.Varios testimonios como éste que se recogenen el libro de Assumpta Montellá nos sitúan enescenas y sufrimientos similares y aún peores.Elisabeth Eidenbenz consiguió después de nopocas gestiones ante las autoridades france-sas y con la ayuda y cobertura que le propor-cionaban las organizaciones suizas de ayuda,un palacete semiabandonado, denominandocastillo de Bardou, en las afueras de Elna, a 7kilómetros del campo de Argelès-sur-Mer yconsiguió rehabilitarlo. El lugar estuvo listo aprincipios de diciembre de 1939, en esos díasnació el primer bebé en la Maternidad.Elisabeth, pero no sola, como es fácil suponer,Kart Ketterer responsable de la organizaciónen esta zona de Francia junto a otros coope-rantes, los cuáqueros estuvieron, desde unprincipio del exilio, comprometidos en la ayudaa las víctimas republicanas encerradas en loscampos, su compromiso no lo podemos olvi-dar, igualmente el de donantes anónimos, o elde personajes del exilio como Pau Casals que

Elisabeth Eidenbenz en 2002

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también sostenían El Cartel Suizo de Ayuda alos Niños de la Guerra que es la denominaciónnueva que tuvo la antigua Asociación a partirdel 16 de enero de 1940.La creación de la Maternidad estuvo tambiénacompañada por un conjunto de pequeñasmedidas, muy grandes para los que fueronsocorridos, como fue la creación de algunosbarracones en los campos para las futurasmadres en los que podían estar dos semanasantes del parto. Allí se repartía leche y fruta.Se añadieron unos comedores para los niñosde los campos, que sin duda paliaron la muydifícil situación. La Maternidad contaba con dos o tres enfer-meras que iban rotando desde Suiza, ademásde una comadrona aunque no permanente yen casos de necesidad se recurría a un médi-co. El resto del personal de la Maternidad erasespañolas voluntarias así como un jardineroun albañil y un transportista. La furgoneta quecon escaso aprendizaje conducía Elisabeth sellamaba Rocinante,( la evocación de este nom-bre podría permitir a nuestros alumnos escribirun cuento, o una canción…).En 1942 en un momento que coincide con laspersecuciones antisemitas en la “zona libre” yen un momento en el que la “solución final”estaba en pleno desarrollo en el Este deEuropa, el Cartel Suizo de ayuda a los NiñosVíctimas de de la Guerra ante las dificultadesburocráticas, muchas veces no exentas de

tensión, así como el difícil abastecimientoaceptaron el ofrecimiento de la Cruz Roja defusionarse y pasar a ser una sección más dela Cruz Roja Internacional, situación ésta quede cara al futuro de la Maternidad tampocoestuvo libre de dificultades con los responsa-bles de este organismo, dado el coraje y auto-nomía (la maternidad ayudó a salvar a nume-rosos niños judíos) que imprimía ElisabethEidenbenz al funcionamiento de laMaternidad. Elisabeth era contraria a la fusióncon la Cruz Roja. Aunque es difícil de precisarya que muchos niños judíos son inscritos conotros nombres se calcula que unos 200 niñosjudíos pudieron nacer allí. Las madres españo-las relatan cómo escondían a estos niñosentre sus faldas cuando se producían “visitasno deseadas”. Uno de estos niños judíos va aser Guy Ekstein (nacido en octubre de 1941)hijo de refugiados polacos que venían deBélgica y que cruzaban Francia con direccióna España. Este personaje será fundamental enla recuperación de la Maternidad para laHistoria .Queremos llamar la atención sobre elhecho de que los niños judíos eran persegui-dos por el simple hecho de haber nacido, ydentro de la dinámica nazi condenados amuerte; esto nos sitúa ante un umbral en lahistoria que no tiene precedentes.Esas “memorias cruzadas”, acertada expre-sión de Henar Corbí, entre esos niños demadres españolas y la de esos otros niños

Las cunas al sol: a la derecha con los bebés en la terraza de entrada al edificio

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judíos activamente perseguidos desde 1942será una de las señas de identidad de laMaternidad. El papel jugado por la Maternidadprecisamente con respecto a los niños judíoses lo que llevará, finalmente, después denumerosas inspecciones, siempre con la opo-sición de Elisabeth Eidenbenz y visitas de laGestapo a la clausura de la Maternidad en1944 por el ejército alemán.

El olvido se cernerá sobre el edificio y susmoradores. El palacete estuvo abandonado yllegó a un estado de semirruina hasta 2001año en que Guy Ekstein, le explica al propieta-rio del edificio, un artesano vidriero que habíacomprado el mismo para establecer su taller,la historia del mismo. Eso permite que en 2002emerja la figura de Elizabeth Eidenbenz ydesde entonces ha tenido numerosas distin-ciones internacionales entre ellas el reconoci-miento por parte del Estado de Israel con eltítulo de Justo entre las Naciones (2002) o elreconocimiento de España (2006), Generalitatde Cataluña o del Gobierno francés (2007) condiversas condecoraciones.

No podemos dejar de mencionar que el 14 dejulio de 2004 el Ayuntamiento de la Villa deElna, presidido por su alcalde Nicolás García,nieto de refugiados españoles, anuncio laadquisición de la Maternidad, hoy convertidaen un lugar de Memoria.La historia de la Maternidad de Elna es uno deesos episodios de la microhistoria inserta enun contexto mucho más amplio que es del final

de la Guerra Civil y el destino deesos cientos de miles de españoles,que ponen de manifiesto cómo ladecidida acción de un puñado depersonas nos sitúan ante una autén-tica gesta de valor, de altruismo ygenerosidad en una Europa queestaba viviendo, sin duda, una de laspáginas más amargas de su historia.Esto nos debe hacer reflexionarsobre la validez de los actos indivi-duales o de pequeños grupos, tam-bién sobre el valor del bien frente almal, el de la acción positiva ante laindiferencia, y en última instanciasobre la decisión individual del com-promiso por la humanidad en uncontexto en el que estas acciones

pueden significar la muerte.

Bibliografía.BERENGUER OLIVA, Remedios, Éxodo delcampo de Argelès a la Maternidad deElna, Viena Ediciones, 2006.CASTANIER I PALAU, Tristan, Femmes enexil, mères des camps, EditionsTrabucaire, 2008.EKSTEIN Guy, « Devoir de memoire à laMaternité d’Elne » , l’Eldorado Catalan,main-juin 2002.MONTELLA, Assumpta, La Maternidad deElna,Badalona, Ara Llibres, 2007.

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ESCUELAS de la REPÚBLICAen MADRID ( y IV )

próximo a la glorieta de Quevedo.Grupo Escolar Joaquín Dicenta.

Los tres grupos escolares del distrito de Latina (de Oeste a Este): Joaquín Dicenta, Rosario de Acuña y Tirso de Molina

Grupo Escolar Carmen Rojo

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Escuelas de la República en Madrid (y IV)(Continúa de la Contraportada)

Grupo Escolar Francisco Giner de los Ríos

Hoy Centro Andrés Manjón de la U.N.E.D.

Grupo Escolar 14 de abril, en Pacífico Avenida Ciudad de Barcelona

Inaugurado en 1934, completa los 21 grupos escolares abiertos en Madrid por el impulso de los gobiernosreformistas de la II República en el primer bienio. De ellos, dos ya no existen: el Tomás Bretón, en PaseoPontones, 23, demolido hacia 1990 y el Blasco Ibañez, en la Plaza de España, destruido (el solar ha sido

ocupado por la Escuela Oficial de Comercio). Ambos habían sido de los primeros en ser inaugurados el 11 de abril de 1933.

Grupo EscolarLópez Ruymayor