"ENTRE VISILLOS" (serie) (1974) Miguel Picazo

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ENTRE VISILLOS (1974) (serie tv) Miguel Picazo © Julio Pollino Tamayo [email protected]

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ENTRE VISILLOS (1974) (serie tv) Miguel Picazo

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Los visillos de Carmen Martín Gaite y Miguel Picazo

(Carmen Martín Gaite e Inma de Santis, que interpreta el papel de Tali. Fuente: http://inmadesantis.blogspot.com/) Comparar un libro y su adaptación al cine, en este caso a la televisión, siempre es injusto. Primero porque son dos lenguajes diferentes. Segundo porque no es igual el grado de libertad. El escritor establece sus propios límites, el director está condicionado, sujeto, por el presupuesto. Ahora habría que decir que menos es más, que la necesidad se acaba convirtiendo en virtud, pero no es cierto. La serie “Entre visillos” con medios sería una especie de segunda parte oficiosa de “La tía Tula”, la historia de las amigas de Tula, a la misma altura, una altura que da vértigo, y sin ellos, es la versión teatral del libro de Carmen Martín Gaite. Alguien podrá decir que es algo que encaja a la perfección con el espíritu del libro, con su propio título, pero de nuevo, no es así. “Entre visillos” no es un libro de interiores, son los exteriores los que le dan sentido, equilibrio, grandeza. Carmen Martín Gaite es una escritora intimista, no introvertida, sus personajes son solitarios a su pesar, tienen vocación de charlatanes, de callejeros, de verbeneros, y si no lo son, o solo en parte, es porque, como en la vida real, no hay nada más difícil que encontrar un interlocutor a tiempo completo. De ahí que los exteriores sean tan importantes en “Entre visillos”, constituyen un espacio de libertad, de rebeldía ("Hoy cogería la bici y se iría lejos"), de búsqueda de esa interlocución ideal, imposible, un intento de reintegrar la infancia en la vida adulta. Los paseos en “Entre visillos" son tan importantes, sino más, que las palabras, exactamente lo mismo que en las películas de Antonioni, su par en el cine, sin esos geniales paseos, sus personajes se ahogarían, literalmente. Cada vez que un personaje de Gaite, o de Antonioni, sale a la calle, se enfunda el babi, contempla el espectáculo de la vida con los ojos abiertos, curiosos, expectantes, de un chiquitajo en su silla de paseo. Todo eso por desgracia se pierde en la serie, y lógicamente se resiente, le falta equilibrio, aire. La culpa no es de Picazo, sino de los precarios medios con los que contaba televisión española en los años 70, esta misma serie rodada en los 80, la década prodigiosa de las series en España, con el presupuesto de "Fortunata y Jacinta", hubiera sido una obra maestra. Si en lugar de una serie de 15 capítulos, televisión española hubiera apostado por la realización de una sola película, el resultado hubiera sido el mismo, una obra maestra.

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¿Eso quiere decir que la serie es mala, o carece de interés? Ni mucho menos, solo que no es por completo el libro de Carmen Martín Gaite, ni la película de Miguel Picazo, es sencillamente uno de los mejores Estudios 1 rodados jamás por televisión española, ahí es nada, Picazo nunca defrauda. No lo digo solo yo, me remito a la prensa escrita de la época: "Televisión Española emitirá próximamente, dentro del espacio «Novela», la obra de Carmen Martín Gaite «Entre visillos», adaptada por Esmeralda Adam y realizada por Miguel Picazo. Entre sus principales intérpretes figuran: Inma de Santis, Alicia Hermida, Fernando Hilbert, Julieta Serrano, Victoria Vera, Gloria Cámara, Mará Lasso, Charo López y María Luisa San José. LA POSTGUERRA PROVINCIANA. La novela de Carmen Martín Gaite, que obtuvo el Premio Nadal en el año1957, es el primer relato largo de la escritora salmantina. Apenas tres años antes había obtenido el Premio Café Gijón de Cuentos por «El balneario», en donde se perfilaba ya su fibra de escritora llena de fuerza, penetrante y sutil. Su facilidad para captar los duros contrastes de la vida, le llevan de un modo natural hacia la llamada novela social o de testimonio, que en los años cincuenta se convierte en una tendencia mayoritaria dentro de las corrientes novelísticas de la época. Con «Las ataduras» (relatos cortos, 1960) y «Ritmo lento») (novela, 1963), refleja un panorama sincero y desolador del mundo que le ha tocado vivir. Es un mundo poblado de seres que sufren, aplanados por su impotencia, pero del que surgen chispas de esperanza, a pesar de su sentido irónico y de su amargo escepticismo. En 1970, Carmen Martín Gaite parece alejarse da su temática anterior. La posguerra y sus secuelas han quedado atrás, y la escritora publica la trágica biografía del político Macanaz («El proceso de Macanaz»). Posteriormente ha publicado: «Antología de la poesía gallega», «Usos amorosos del X V I II en España», «La búsqueda de interlocutor» y «Retahilas» (a punto de salir a la calle). Carmen Martín Gaite está casada con el también escritor Rafael Sánchez Ferlosio. MUCHACHAS CASADERAS. Carmen Martín Gaite señala a propósito de «Entre visillos »: «Esta novela, escrita en la década de los cincuenta, fue mi primera novela larga. Pretende transcribir la vida provinciana de los años de posguerra, que yo conozco por haberlos vivido hasta 1950. Es, a ese respecto, una novela testimonio y creo que su mayor acierto consiste en los tipos femeninos de muchachas casaderas, en su lenguaje y en sus escasos horizontes de liberación. Especialmente los tipos de Elvira y Natalia creo que están muy bien logrados y que en ninguna de mis narraciones posteriores he conseguido superarlos. Hoy, que se empieza a ver con un distanciamiento histórico la vida de esos años, creo que la adaptación televisiva de esta novela, y más, realizada por una persona tan experta y afín a estos temas como Miguel Picazo, puede representar una aportación interesante para tantos aficionados a la moda "camp" como han surgido en estos años.»

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FRESCURA NARRATIVA. Por su parte, Esmeralda Adam, adaptadora de «Entre visillos », señala que «La adaptación es fiel a la novela. A veces, por conseguir una unidad de tiempo y narración, ha sido necesario hacer unas pequeñas modificaciones. Pero en estas aportaciones mías he seguido con proximidad la línea general de la novela. En el caso concreto de "Entre visillos ", una excesiva aportación por parte del adaptador no era necesaria. Pienso que el público debe conocer la novela española de posguerra y a sus autores en toda su auténtica dimensión. Esta es para mí la verdadera importancia del espacio "Novela". Conocí " Entre visillos" el mismo año que se editó galardonada con el Premio Nadal; de esto hace ya diecisiete años. La novela está perfectamente al día y conserva toda su frescura narrativa, inevitablemente, al trasladar al medio televisivo, se pierde el magnífico estilo de la prosa, pero no el carácter de los personajes ni su situación. Los personajes son complejos en su interior, aunque se comportan con cotidianeidad; vivan un momento transitorio en la historia, pero condicionados por la fuerza de la costumbre y la tradición, lo que provoca una situación caótica y una relación entre ellos de desarraigo insuperable.» La Vanguardia. 10 de febrero de 1974. “Miguel Picazo acaba de concluir la espléndida realidad televisiva de “Entre visillos”. Toda la caligrafía ha sido, a mi juicio, clara, inspirada, idónea e importante. La reflexión que sobre la vida provinciana de los años 50 hace Carmen Martín Gaite en su original, fue reflejada de forma minuciosa, detallada, admirablemente. El “viejo” provincianismo español; la férrea autoridad paterna; los prejuicios sociales, morales e incluso políticos; los escasos horizontes de liberación de la muchacha española; todo, en fin, lo que era el “mundo” de la España postbélica, que Carmen Martín Gaite describió en su novela, estuvo en la adaptación de Esmeralda Adam y en la dirección de Picazo, quien cuidó al máximo la ambientación incluso en los detalles más accesorios; las plumas estilográficas por ejemplo... Este celo picaziano, advertido enseguida, lo mantuvo en el carácter de los personajes y en su atuendo hasta completar la atmósfera precisa y enriquecer el ambiente. El amplio reparto –Inma de Santy, Alicia Hermida, Amparo Pamplona, María Luisa San José, Fernando Hilbeck, Julieta Serrano, Mara Lasso, Gloria Cámara, Charo López, Victoria Vera en los personajes principales- respondió a las exigencia de cada tipo y a los dictados del director obligando a cada actor a responder “en profundidad” haciéndoles sentir cada escena, cada situación, cada momento, cada reacción. Sabido es que los personajes de Carmen Martín Gaite en su novela son complejos en su vida interior porque se comportan rutinariamente. Viven –y nos hacen vivir- un momento transitorio de la Historia, pero condicionados por la fuerza de la costumbre y la tradición, que provocan una situación caótica y una relación entre los personajes de desarraigo insuperable. Muy analizada la forma y el fondo de “Entre visillos”, Miguel Picazo se dedicó a crear una televisión “de qualité”; no una televisión rutinaria, plana, periférica y acomodaticia hasta conseguir, a nuestro juicio, una de sus creaciones más relevantes en televisión en TVE si no la más, habida cuenta del crédito de que goza “Novela” que, con “Entre visillos”, ha logrado su cota más alta. O, al menos, de las más cimeras.” Enrique del Corral. ABC. 17 de marzo de 1974

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"La posguerra civil desde la óptica femenina, en 'Entre visillos', de Carmen Martín Gaite. Veintiséis años después de haber obtenido el premio Nadal, y nueve años más tarde de haberse emitido por Televisión Española, vuelve Entre visillos, la obra de Carmen Martín Gaite que fue realizada por Miguel Picazo y que estará durante quince tardes en el espacio Telenovela. Entre visillos, de la que se emitió el primer capítulo el jueves de la semana pasada, describe la vida provinciana de los años de la posguerra civil española, fundamentalmente desde la óptica femenina. "Cuando se emitió por primera vez", comenta Carmen Martín Gaite, "me gustó mucho, a pesar de que no había demasiados medios para realizarla y todo tuvo que hacerse en interiores. Ahora siento una enorme curiosidad y no tengo ni idea qué sensación experimentaré ante la obra, nueve años después de haberse realizado". La autora cree que Miguel Picazo captó perfectamente ese ambiente provinciano que refleja la novela, porque "lo hizo con mucha sensibilidad". Entre visillos transcurre en una capital de provincias cuyo nombre no se cita pero que nadie duda que es Salamanca, la ciudad donde nació la autora. A ella llega un profesor alemán para trabajar en un instituto de enseñanza media. Las relaciones del profesor con una serie de mujeres -una cantante de cabaret, una muchacha burguesa, entre otras- es motivo para hacer una descripción de diversos tipos femeninos de muchachas casaderas, en su lenguaje y en sus escasos horizontes de liberación. "Especialmente los tipos de Elvira y Natalia creo que están muy bien logrados y que en ninguna de mis narraciones posteriores he conseguido superar". Otra de las cosas por las que la autora de Retahílas se muestra más satisfecha "es pensar que algunos actores elegidos para la adaptación televisiva eran, hace nueve años, desconocidos para el gran público, como Joaquín Hinojosa, María Luisa San José o Victoria Vera. Ahora no hay que explicar quiénes son". Martín Gaite piensa que Entre visillos era la más adecuada para trasladarla a la pequeña pantalla. "Pienso que obras como Retahílas, Ritmo lento o El cuarto de atrás (por la que obtuvo en 1978 el Premio Nacional de Literatura) también podrían ser adaptadas, pero en las tres habría que comer más pan". Son, a su juicio, "más difíciles de adaptar si se hicieran con el mismo y escaso presupuesto del utilizado para Entre visillos." Pero la colaboración de Carmen Martín Gaite con Televisión Española no finalizó hace nueve años. "Desde hace seis meses aguarda, enlatado, el episodio que escribí para la serie Esta es mi tierra y está en rodaje la dedicada a Santa Teresa de Jesús, que realiza Josefina Molina". El País. 14 de febrero de 1983.

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El libro de Carmen Martín Gaite comienza así: "Ayer vino Gertru. No la veía desde antes del verano. Salimos a dar un paseo. Me dijo que no creyera que porque ahora está tan contenta ya no se acuerda de mí; que estaba deseando poder tener un día para contarme cosas. Fuimos por la chopera del río paralela a la carretera de Madrid". No tengo ni la más mínima duda de que Miguel Picazo hubiera comenzado su película con esta brillante imagen en vivo, teniendo como fondo el maravilloso perfil de las catedrales de Salamanca. Como la serie transcurre toda ella en interiores, o en exteriores simulados, Picazo se tiene que conformar con hacer que Tali, interpretada por Inma de Santis (de Santy en los créditos), lea su diario mientras lo escribe, como si del cura rural de Bresson se tratase (recurso que repite Picazo con frecuencia en la serie, empleando la voz en off para duplicar la imagen, o anticiparla), trasladando posteriormente la escena a un bar. Entre un bar y el río Tormes, es indudable que los espectadores salimos perdiendo en el cambio. También se pierde el contrapunto, infancia-río, conversación de Gertru-mundo adulto. Por no hablar de la no subida a la Torre de la Catedral, puro cine. Esto es solo un pequeño ejemplo para demostrar que literatura, cine, y teatro, son lenguajes distintos, todos igual de válidos, de valiosos, cada cual se sirve de distintos recursos para contar una misma cosa, la propia Carmen Martín Gaite lo tiene muy claro y lo explicita en boca de Julia hablando de su novio Miguel en el libro: "Él escribe guiones, los argumentos, ¿sabes?, o por ejemplo para adaptar una novela al cine. Porque tienen que cambiar cosas de la novela. No es lo mismo. Cambiar los diálogos y eso." En ningún caso estoy haciendo un juicio valorativo, o comparando lo incomparable, por lo que no voy a detallar una a una las diferencias entre el libro, la serie, y la hipotética, existente sólo en mi cabeza, película. Me voy a centrar únicamente en la serie, o mejor dicho, obra de teatro filmada, magistralmente filmada, no solo ilustrada, hablamos de Picazo, que a pesar de todos los condicionamientos, de vez en cuando se marca algunas filigranas cinematográficas como el deslumbrante plano secuencia del velatorio, la lectura de la carta de Elvira, la declaración de Emilio, todos los planos de espejo o el baile del Casino.

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Y ya que no puede rodar afuera, introduce el exterior mediante la iluminación, simulando la luz natural en unos bellísimos planos visilleros dignos de Vermeer, y con un genial diseño sonoro que se filtra, confunde, constantemente con el interior, haciendo que exterior e interior sean uno solo, bien con sonidos de ambiente en fuera de campo, o con la omnipresente presencia de la radio, hablamos de los años 40, como ruido, del modo que Wenders emplea la televisión, o como forma de ambientación, de reflejar una época determinada, siendo fiel hasta el más mínimo detalle, como hizo en "La tía Tula" o en "El hombre que supo amar", dos prodigios de dirección artística. Aquí hasta la colección de preciosas fotos de Gigantes y Cabezudos, de puestos callejeros que ilustran el comienzo del primer capítulo corresponden a esos años, el respeto de Picazo por la verosimilitud histórica es absoluto. Un detalle no anecdótico del puntillismo, profesionalidad, mimo, de Picazo, es que las tres veces que aparece el bar de la Estación de Trenes, el póster de cine que se ve al fondo es diferente. La única ventaja de la ausencia de localizaciones externas es que la sensación de opresión, de ensimismamiento, de tiempo detenido, es mayor que en la novela, Picazo enclaustra el libro de Carmen Martín Gaite, y a sus personajes, anticipando de algún modo su película "Extramuros". La elección del elenco para variar en Picazo es perfecta. Como si los personajes de Gaite se hubieran salido del libro para interpretarse a sí mismos, algo que es mérito de los propios actores, y de la reconocida habilidad de Picazo en la dirección actoral. “Los actores, por muy buenos que sean, deben saber lo que quiere el director, para interpretar un papel. Cuando nos dirigen mal, actuamos como máquinas. De entre todos los directores puedo destacar a Miguel Picazo, que creo que es quien más cuida a los actores” Inma de Santis.

(Palabras de Gaite: "Casi hago de figuración. Prácticamente solo pronuncio una frase. El pasado noviembre me pidieron la novela y acepté encantada al saber que Miguel Picazo sería el realizador. Aunque no lo conocía personalmente, había visto su magnífica película "La tía Tula", y era consciente de su sensibilidad y buen hacer".)

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La serie "Entre visillos" es la adaptación más fiel, ajustada, que he visto jamás de una novela, una obra maestra televisiva digna del gran libro de Gaite, uno de los diez mejores de la historia de la literatura española, algo que hubiera sido imposible de haberse rodado una película, habría desaparecido su carácter coral al concentrarse la acción, la narración, y porque lo primero que se poda son los diálogos, el punto fuerte de Carmen Martín Gaite, donde reside el mayor encanto de la serie. Todos y cada uno de los diálogos que en ella salen, parecen improvisados, reales, rodados con una cámara oculta, desprenden autenticidad, frescura, no están llenos de sentencias, de literatura, son callejeros, visilleros, de mesa camilla. Así que en el fondo, y en la superficie, y contradiciendo mis propias palabras del principio, la serie "Entre visillos" tiene la forma adecuada, exacta, la de cine de cámara, como "Gertrud" de Dreyer, aquella que se ajusta como un guante a las prosa cercana de Carmen Martín Gaite, y al estilo transparente, invisible, de Miguel Picazo (como curiosidad, tanto Gaite como Picazo tienen un cameo en la serie, Gaite como una amiga de Yoni, y Picazo como el Padre Luis). Dos creadores, con mayúsculas, que demuestran que la sencillez, es la manera más compleja, ambiciosa, difícil, de abordar, afrontar, la realidad, cualquier reto. ¿Entonces menos es más? No, Gaite + Picazo es más, mucho más.

(Miguel Picazo como Don Luis)

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Declaraciones de Miguel Picazo sobre la serie: "Entre visillos" es una extraordinaria novela, que, como sabes, conquistó el Premio Nadal en mil novecientos cincuenta y siete. Narra la vida de una ciudad española en los difíciles años de la posguerra, la situación de una familia y la vida que se desarrolla alrededor, en ese contexto provinciano. Es lineal, porque narra la vida cotidiana, pero esta vida siempre está repleta de incidencias dramáticas, de problemas, de tensiones, de rivalidades. Problemas (con el reparto), ninguno, pues todos los actores -hasta cuarenta- son muy buenos profesionales, y están elegidos precisamente por eso. Además, por las características de la novela doce o trece de ellos son "primeros actores", es decir, existe un gran número de protagonistas. (Donde se halla la principal riqueza de la novela "Entre visillos") En las situaciones que describe, en la profundidad psicológica de los personajes, en la reflexión literaria que plantean los diálogos interiores de algunos protagonistas. En fin, en la acertada gama de personajes femeninos que incurren en la trama, y que cada uno presenta una problemática, unos sentimientos muy complejos. Es una gran aproximación a una época todavía muy cercana, y cuya influencia vivimos todos los que actualmente somos adultos.

(Por alguna extraña razón, nunca había imaginado la serie "Entre visillos" en color, y como demuestran estas dos fotografías de rodaje, hubiera sido realmente impresionante. Si no había medios para exteriores, mucho menos para el color, una verdadera lástima, porque como demostró Picazo con "Oscuros sueños de agosto" y "Los claros motivos del deseo", su ambición fotográfica en color es parangonable a las mejores películas de Altman, Antonioni o Fassbinder)

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(Las tres hermanas Ruiz Guilarte juntas. Mi agradecimiento al administrador de http://inmadesantis.blogspot.com/ por esta inesperada sorpresa) Para finalizar, la guinda del pastel, un precioso texto de la maravillosa actriz Amparo Pamplona, que interpreta a Mercedes, Merche, la hermana mayor de Tali, mi personaje, actuación, favorita de la serie, la más espontánea, la más luminosa, y en el que narra sus experiencias con Miguel Picazo y en el rodaje, grabación. De nuevo agradecerla su generosidad y simpatía.

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Miguel Picazo y yo

“Entre visillos” fue mi segundo trabajo con Miguel. Un año antes me había llamado para participar en un programa homenaje a Jorge Luis Borges. Se emitió en la segunda cadena con el título “Un jardín de senderos que se bifurcan”. Estaba embarazada de cinco meses de mi hija Laura y tenía hambre a todas horas. Al año siguiente fue la grabación (porque entonces se grababa y no rodaba) de la obra deliciosa de Carmen Martín Gaite, a quien tuve ocasión de saludar porque nos visitó en plató. El trabajo discurrió sin complicaciones ni tensiones molestas. Miguel, como gran profesional, traía todo previsto, todo sabido. Recuerdo como anécdota que al finalizar una secuencia en la que cuatro amigas nos probábamos ropa en un dormitorio, Miguel nos dijo que acabásemos improvisando alguna frase y a mí se me ocurrió decir:”ese te hace mucho pompis”, y hubo que cortar porque les dio un ataque de risa,”pompis” es un término muy de la época, que hacía mucho que no se usaba. También recuerdo que, esperando ver en el monitor el bloque que acabábamos de grabar, Charo Lopez se quejaba de que, por mucho esfuerzo que empleara en interpretar con toda el alma, la única frase elogiosa que escuchaba siempre, era: ”Qué guapa estás, Charo”. Segundos después de esto, se nos unió un compañero, José Mª Resel, quien al terminar la secuencia exclamó:”qué guapa estás, Charo... Ella me miró con triste resignación y yo sonreí... el ser tan guapa, es lo que tiene... También tuve contacto con Miguel fuera del trabajo, ya que vivíamos en el mismo barrio y comprábamos la verdura en el mismo puesto del mercado de “Prosperidad”. Compartíamos asimismo panadería, lechería y, por supuesto, amenas charlas de acera. Era un personaje entrañable y querido por todos. Hace muchos años que no le veo porque llevo viviendo aquí, en la otra punta, doce. En fin, estos son retazos de recuerdos de hace 37 primaveras. ¡Qué jóvenes éramos, cuantas cosas han pasado... y no todas buenas! Un saludo y hasta siempre. Amparo Pamplona

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APÉNDICE: Como a todos los Gaiteros, entre los que me incluyo, nos gustaría poner cara a los personajes de Carmiña, ahí van sus fotos: -Tali / Inma de Santis

-Mercedes / Amparo Pamplona

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-Julia / Alicia Hermida

-Miguel / Joaquín Hinojosa

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-Madre (difunta) de Tali

(Mercedes llevando un retrato de la madre) -Padre de Tali / Félix Dafauce

(a la izquierda padre de Goyita (Manuel Villalba))

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-Tía Concha / Diana Salcedo

-Gertru / Victoria Vera

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-Ángel, novio de Gertru / Ángel Aranda

-Isabel / Paca Ojea

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-Pablo Klein / Fernando Hilbeck

-Rosa, Rosemary, la animadora del Casino / Mara Lasso

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-Elvira / Charo López

-Emilio / José María Resel

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-Teo / Rafael Guerrero

-Lucía, madre de Elvira / Mary Delgado

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-Marisol / Mª Luisa San José

-Goyita / Gloria Cámara

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-Manolo Torre / Pepe Sancho

-José María, hermano de Goyita / Alfredo Alba

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-Madre de Goyita / Mercedes Bohorque

-Yoni / Jose Sabater

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-Teresa, hermana de Yoni / Sonsoles Benedicto

-Alicia / Isabel Mª Pérez

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-Toñuca / Alicia Sainz de la Maza

-Federico / Eugenio Ríos

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-Juana, dueña de la Pensión América / Meri Leiva

-Candela, criada de la familia de Tali / Cándida Tena

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-Criada familia de Elvira / Concha Gómez Conde

-Limpiadora del Instituto / Mª Elena Flores

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AGRADECIMIENTOS: A Miguel Picazo y Paz Sufrategui por su generosidad, y a Amparo Pamplona y Mario Martín por colaborar en la identificación de los actores.

La serie se puede ver online gratuitamente en el Archivo de RTVE:

http://www.rtve.es/alacarta/videos/entre-visillos/

P.D: A pesar de la ausencia de exteriores, Salamanca se cuela de rondón, aunque sea en un decorado. Desde el Café en el que los protagonistas toman sus vinitos se puede ver al fondo la Plaza Mayor de Salamanca, detalle de cariño salmantino que honra a Picazo.

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