EnsayoEducación

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¿Y la enseñanza dónde queda? En el marco de las campañas electorales y a tan poco tiempo de conocer el nombre del nuevo primer mandatario de nuestro país, leía hace poco un informe 1 sobre las distintas propuestas de los candidatos que, de ser elegidos, implementarían - esto dejando de lado discusiones sobre la honestidad de los políticos - durante su mandato en los próximos 4 años. Naturalmente, siendo este el tema que más me afecta directamente - aunque soy consciente de que todos lo hacen -, presté especial atención a los distintos proyectos que estos 5 personajes tienen en mente para mejorar la educación. Así fue como me percaté de que todas las propuestas se basaban sobre los mismos puntos: Añadir infraestructura, aumentar el presupuesto y ayudas para lograr una número mayor de población estudiantil (a través de becas, programas de inclusión, sena, etc). Con base en esta información, creo yo que es pertinente preguntarse: ¿Cómo ayudará todo esto a un país más educado? En primera instancia, la respuesta parece obvia y la pregunta tonta. Muchos podrían argumentar que - por razones tan lógicas que no valdría la pena explicar - un número mayor de niños, jóvenes y adultos estudiando implicaría un país mucho más culto, conocedor e inteligente, entonces, al ampliar los espacios y ofrecer más oportunidades, estaríamos llegando a ese objetivo - casi utópico - que es una Colombia educada. Pero permítanme valerme de un ejemplo simple para explicar el porqué de mi oposición a dicho argumento: Si se tiene una máquina de lavar ropa, pero esta máquina esta dañada, ¿De que nos sirve hacerla más brillante, más lujosa y de mayor capacidad si su objetivo primordial, el de lavar ropa, nunca será alcanzado porque simplemente está dañada? Esa misma es la situación que, a mi parecer, vive Colombia: La máquina de educar esta dañada. En su libro Psicología Social de la Enseñanza, Colin Rogers hace referencia al error tan común que cometen incluso estudiosos de confundir la educación con la enseñanza: “Para muchas personas de la calle, las palabras «educación» y «enseñanza» son prácticamente sinónimos. Sin embargo, existe una diferencia. Los investigadores suelen referirse al «sistema educativo». Es rara la ocasión, si es que se produce, en que este se define totalmente, sino que, generalmente, se utiliza

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Y la enseanza dnde queda?

En el marco de las campaas electorales y a tan poco tiempo de conocer el nombre del nuevo primer mandatario de nuestro pas, lea hace poco un informe1 sobre las distintas propuestas de los candidatos que, de ser elegidos, implementaran - esto dejando de lado discusiones sobre la honestidad de los polticos - durante su mandato en los prximos 4 aos. Naturalmente, siendo este el tema que ms me afecta directamente - aunque soy consciente de que todos lo hacen -, prest especial atencin a los distintos proyectos que estos 5 personajes tienen en mente para mejorar la educacin. As fue como me percat de que todas las propuestas se basaban sobre los mismos puntos: Aadir infraestructura, aumentar el presupuesto y ayudas para lograr una nmero mayor de poblacin estudiantil (a travs de becas, programas de inclusin, sena, etc). Con base en esta informacin, creo yo que es pertinente preguntarse: Cmo ayudar todo esto a un pas ms educado?

En primera instancia, la respuesta parece obvia y la pregunta tonta. Muchos podran argumentar que - por razones tan lgicas que no valdra la pena explicar - un nmero mayor de nios, jvenes y adultos estudiando implicara un pas mucho ms culto, conocedor e inteligente, entonces, al ampliar los espacios y ofrecer ms oportunidades, estaramos llegando a ese objetivo - casi utpico - que es una Colombia educada. Pero permtanme valerme de un ejemplo simple para explicar el porqu de mi oposicin a dicho argumento: Si se tiene una mquina de lavar ropa, pero esta mquina esta daada, De que nos sirve hacerla ms brillante, ms lujosa y de mayor capacidad si su objetivo primordial, el de lavar ropa, nunca ser alcanzado porque simplemente est daada? Esa misma es la situacin que, a mi parecer, vive Colombia: La mquina de educar esta daada.

En su libro Psicologa Social de la Enseanza, Colin Rogers hace referencia al error tan comn que cometen incluso estudiosos de confundir la educacin con la enseanza: Para muchas personas de la calle, las palabras educacin y enseanza son prcticamente sinnimos. Sin embargo, existe una diferencia. Los investigadores suelen referirse al sistema educativo. Es rara la ocasin, si es que se produce, en que este se define totalmente, sino que, generalmente, se utiliza para incluir cualquier cosa implicada en la educacin, desde el ministro de educacin hacia abajo (Rogers 1987, 17). Ms adelante, el autor aclara que - desde un punto de vista psicolgico - el estudio de la educacin hace referencia a todos los miembros de este sistema educativo y las relaciones que se dan entre ellos, mientras que el de la enseanza se centra en lo que sucede como tal dentro de las instituciones. El problema de nuestros polticos es que se concentran en mejorar ese sistema educativo, pero nunca - o muy rara vez - piensan en el proceso de enseanza que se da dentro de todos los establecimientos pertenecientes a cada sistema. No es algo de lo que se pueda culparlos pues, como bien dice Rogers, es un error en el que caen incluso los estudiosos y conocedores del tema, pero no por esto se puede ignorar el hecho de que una verdadera reforma educativa debe empezar desde ah, desde adentro, desde la enseanza.

Me atrevera a decir, incluso, que no solo las reformas educativas deben basarse en esto, sino tambin cualquier reforma que se encamine hacia el beneficio del pas. El mayor problema de Colombia reside no en sus gobernantes, sino en las personas que los eligen, apoyan y protegen - o al contrario, los atacan -, es algo obvio, si es cierto que la decisin est en manos del pueblo gracias a nuestro sistema democrtico, entonces es solo a este mismo pueblo a quien podemos hacer responsable de los polticos que nos lideran. E incluso si la democracia en realidad est siendo controlada y manipulada por individuos con intereses propios, un pueblo verdaderamente inconforme se alzara en su contra. As que se puede deducir fcilmente que el pueblo Colombiano apoya, o simplemente ignora, los actos de corrupcin, robo, mala gestin, y cualquier otra accin sobre la que suele quejarse. Esto es un problema cultural, algo que solo puede ser solucionado a travs de un cambio mental y una reestructuracin total de nuestra forma de ver las cosas, algo casi utpico, pero que debe intentar lograrse de todas formas, y el nico medio que tenemos para empezar esta transformacin es la enseanza, y mientras no se intente, cualquier cambio grande que, en nuestro caso, un presidente intente aplicar sobre el pas en cualquier otro campo, no surtir mucho efecto.

Por supuesto que los mtodos exactos que un gobierno debera aplicar es materia de debate y discusin lo suficientemente amplia como para abarcar varios cientos de textos especializados y sin embargo no haber llegado a una conclusin. Sin embargo, el simple hecho de intentar dejar ese pensamiento de que lo nico se necesita es ms presupuesto, ms infraestructura, ms becas, sera un avance colosal hacia un pas con un mayor nivel de educacin, cultura y desarrollo. Y es que aqu volvemos a la problemtica de la visin poltica que se la da a estos asuntos: No se toma la educacin como una prioridad. Venimos de un gobierno cuyo punto fuerte - y su mayor argumento para merecer una reeleccin - es el desarrollo de un proceso de paz con los grupos armados de las FARC. Suponiendo que todas las conversaciones en la habana van hacia un verdadero objetivo que sera, por supuesto, la paz - ignorando por el bien de este argumento otro tema abierto a un gran debate -, qu nos quedara? Centenares ms de nios listos a ser enlatados como sardinas en aulas? Ser la educacin que les puede brindar este pas la solucin a toda la violencia y la sangre que tuvieron que ver en el conflicto? Y, por otro lado, qu opinarn nios y padres cuando se encuentren con un compaero hijo de guerrilleros o desmovilizado de un grupo subversivo?

Sera ingenuo pensar que estos no sern problemas gracias al milagro de la accesibilidad que tendrn todos estos jvenes al sistema educativo, as mismo sera ingenuo pensar que no existe un plan dentro del gobierno - actual o futuro - para enfrentarse a estas situaciones. Lamentablemente, resulta tambin triste suponer, basndose en la evidencia de las propuestas polticas que ya hemos visto, que la solucin que muchos polticos sugerirn ser Abriremos 30 colegios ms en zonas rurales! o Crearemos 2 mil nuevas becas!.

La paz no se crea en una sala de reuniones con un grupo representante de cada bando, la paz se crea desde nios, en los hogares, en las familias, pero sobre todo en las escuelas, pues es este el espacio donde los pequeos aprenden a interactuar con otros seres diferentes a su ncleo familiar. Si bien es cierto que el sistema educativo Colombiano necesita ms presupuesto, necesita infraestructura y mantenimiento, necesita accesibilidad, tambin es cierto que lo que ms necesita en este momento es una reforma a la enseanza, una nueva forma de ver la manera de educar en este pas.

Bibliografa Scheuerl, Hans. 1985. Antropologa Pedaggica. Barcelona: Editorial Herder. Rogers, Colin. 1987. Pedagoga Social de la Enseanza. Madrid: Visor Distribuciones. Cristancho Pinto, Victor Manuel. 1994. Normas Bsicas del Educador Colombiano. Bogot: Comit de Pensionados ADE. (1) Vanguardia.com. Redaccin Poltica. Estas son las principales propuestas de los candidatos a la Presidencia. http://www.vanguardia.com/actualidad/elecciones-2014/260628-estas-son-las-principales-propuestas-de-los-candidatos-a-la-presid (consultado el 21 de mayo de 2014). Diario Oficial No.35374 de 22 de octubre de 1979. Decreto 2277 de 1979. ftp://ftp.camara.gov.co/camara/basedoc/decreto/1979/decreto_2277_1979.html (consultado el 23 de mayo de 2014).