ensayo

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ACADEMIA Laura Sánchez Salas LA LITERATURA PREDIJO IliTERJiET E~ I día 19 de noviembre, del pasado año, asistí en el Centro Cultural de Ibercaja, a la presentación del número 25 de la revista Fábula, apadrinada por el escritor Lorenzo Silva, que a su vez daba a conocer su nuevo libro titula- do El blog del inquisidor. El blog es una herramienta de comuni- cación que se parece a un diario o cuaderno de bitácora pero cuyo soporte no es el papel sino una página web. Este formato empezó a ponerse de moda entre los internautas en la década de los noventa. Habitualmente, en cada artículo de un blog, los lectores pueden escribir sus comen- tarios y el autor o bloguero darles respuesta, de forma que es posible establecer un diálogo. Pero no voy a hablar sobre la influencia que Internet pueda ejercer en el presente y en el futuro de la creación literaria, sino de una cuestión que se planteó durante la charla "La novela está en la Red" (impartida por el escritor), en unos tér- minos más o menos parecidos a éstos: ¿Cómo es posible que nadie haya imaginado o presagiado en el mundo literario esa gran telaraña mundial llamada Internet tal y como la conocemos hoy? Lo primero en que pensé, al escuchar la pregunta, no fue en un libro, sino en una pelícu- la (que se convirtió en novela durante el rodaje), 2001: una odisea en el espacio (1968) del gran director Stanley Kubrick, y que consiste en una 58 adaptación del Centinela (1948), un relato corto del físico, matemático y novelista británico Arthur C. Clarke (1917-2008). En el filme pueden apre- ciarse situaciones muy presentes hoy en el mun- do de la Red como la lectura de periódicos elec- trónicos, o el establecimiento de una videoconfe- rencia a larga distancia (la que realiza el Doctor Floyd desde Clavius, en la Luna, con su hija en La Tierra). Pero esto sólo era una muestra de lo que realmente Arthur C. Clarke ya tenía en su mente sobre la idea de Internet cuando escribió su cuen- to de ciencia ficción Marque F de Frankenstein en 1963, donde el autor nos avanza la posibilidad de que las centrales telefónicas de todo el mundo se interconecten por satélite. Asimismo nos muestra la analogía que existe entre una central telefónica automática y el cerebro humano: ambos son un sistema de conmutadores o neuronas conectados entre sí por medio de cables o nervios. Según el relato "las redes telefónicas, hasta hoy indepen- dientes y autónomas, de repente, al multiplicarse las conexiones, se han combinado, han alcan- zado la conciencia (... ) todas las instalaciones de radio y la televisión del mundo podrían pro- porcionarle información por medio de sus líneas terrestres. (oo.) Luego contaría también con los datos almacenados en todas las computadoras conectadas entre sí en el mundo entero y tendría acceso a las bibliotecas electrónicas. (oo.) No po-

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  • ACADEMIA

    LauraSnchezSalas

    LA LITERATURA sPREDIJO IliTERJiET

    E~I da 19 de noviembre, del pasado ao,asist en el Centro Cultural de Ibercaja, ala presentacin del nmero 25 de la revistaFbula, apadrinada por el escritor Lorenzo Silva,

    que a su vez daba a conocer su nuevo librotitula-

    do El blog del inquisidor.

    El blog es una herramienta de comuni-

    cacin que se parece a un diario o cuaderno de

    bitcora pero cuyo soporte no es el papel sino

    una pgina web. Este formato empez a ponersede moda entre los internautas en la dcada de

    los noventa. Habitualmente, en cada artculo de

    un blog, los lectores pueden escribir sus comen-

    tarios y el autor o bloguero darles respuesta, de

    forma que es posible establecer un dilogo.

    Pero no voy a hablar sobre la influencia

    que Internetpueda ejercer en el presente y en elfuturo de la creacin literaria,sino de una cuestin

    que se plante durante la charla "La novela est

    en la Red" (impartidapor el escritor), en unos tr-

    minos ms o menos parecidos a stos: Cmo es

    posible que nadie haya imaginado o presagiado

    en el mundo literario esa gran telaraa mundial

    llamada Internettal y como la conocemos hoy?

    Lo primero en que pens, al escuchar la

    pregunta, no fue en un libro, sino en una pelcu-

    la (que se convirti en novela durante el rodaje),

    2001: una odisea en el espacio (1968) del gran

    director Stanley Kubrick, y que consiste en una

    58

    adaptacin del Centinela (1948), un relato corto

    del fsico, matemticoy novelista britnico Arthur

    C. Clarke (1917-2008).En el filme pueden apre-

    ciarse situaciones muy presentes hoy en el mun-

    do de la Red como la lectura de peridicos elec-

    trnicos, o el establecimientode una videoconfe-

    rencia a larga distancia (la que realiza el Doctor

    Floyd desde Clavius, en la Luna, con su hija en La

    Tierra). Pero esto slo era una muestra de lo que

    realmenteArthur C. Clarke ya tena en su mentesobre la idea de Internetcuando escribi su cuen-

    to de ciencia ficcin Marque F de Frankensteinen

    1963,donde el autor nos avanza la posibilidad de

    que las centralestelefnicas de todo el mundo se

    interconecten por satlite.Asimismo nos muestra

    la analoga que existeentre una central telefnica

    automtica y el cerebro humano: ambos son unsistemade conmutadores o neuronas conectados

    entre s por medio de cables o nervios. Segn el

    relato "las redes telefnicas, hasta hoy indepen-

    dientes y autnomas, de repente,al multiplicarse

    las conexiones, se han combinado, han alcan-

    zado la conciencia (...) todas las instalaciones

    de radio y la televisin del mundo podran pro-

    porcionarle informacin por medio de sus lneas

    terrestres. (oo.) Luego contara tambin con los

    datos almacenados en todas las computadoras

    conectadas entre s en el mundo entero y tendra

    acceso a las bibliotecas electrnicas. (oo.) No po-

  • demos ni imaginar cmo sera su representacin

    del mundo, pero habra de ser infinitamentems

    rica y compleja que la nuestra".El fsico britnico Tim Berners-Lee cre

    la World Wide Web (encontr la manera de en-

    lazar el hipertextocon las redes de ordenadores)

    inspirado en este cuento de Arthur C. Clarke. Ensus aos de adolescencia fue un lector entusias-

    ta de las novelas de ciencia ficcin y Clarke fue

    uno de sus autores preferidos. En Marque F de

    Frankenstein,el escritorva ms all e imaginauna

    red de computadoras con vida propia, hecho que

    hasta la fecha no se ha cumplido, (recordemos

    tambin a HAL-9000 su criaturay supercomputa-

    dora de 2001: una odisea en el espacio, a la que

    dota de consciencia). Tim Berners-Lee nos avan-

    za en su libro Tejiendola red, que en un futuro no

    muy lejano los ordenadores no slo nos mostra-

    rn la informacin contenida en las pginas web,

    sino que adems sern capaces de comprender

    dicha informacin. La prediccin de aadir lgica

    a la web es un proyecto en el que actualmentese

    est trabajando y se conoce con el nombre deweb semntica.

    Tampoco podemos olvidar la novela de

    Clarke Regreso a Titn escrita en 1975. En esa

    poca vera la luz Arpanet, la red embrin de

    Internet;todava quedaba mucho para la moder-

    na red mundial de ordenadores que hoy cono-cemos, pero el autor, una vez ms, nos da una

    visin adelantada de ese ciberespacio (trmino

    acuado por William Gibson en su relato corto

    Burning Chrome publicado en 1982 y que mstarde volvera a aparecer en su famosa novela

    Neuromante): "Esto era, desde luego, un milagro

    jams soado por ningn poeta, una cajita mgi-ca abierta a todos los mares, a todas las tierras.

    ACADEMIA

    A travs de esta ventana poda verse todo lo que

    el hombre haba descubierto sobre el universo y

    todas las obras de arte salvadas de los estragos

    del tiempo. Todas las bibliotecas y museos que

    jams hubiesen existido podan canalizarse hasta

    esta pantallay los millones de pantallas semejan-tes distribuidassobre la faz de la Tierra. Incluso el

    hombre ms insensible tena que sentirse abru-

    mado por la idea de que se poda hacer funcio-

    nar una consola durante un tiempo equivalente

    a miles de vidas..., sin obtener ms que unas

    muestras de los conocimientos guardados en los

    bancos de memoria que permanecan por tripli-

    cado en cavernas separadas, ms seguras que

    cualquier depsito de oro".

    Dos aos antes de que se publicara

    el Centinela el escritor estadounidense Murray

    Leinster (1896-1975) escribe un curioso y visio-

    nario relato, Un lgico llamado Joe, en el que

    anticipa el uso de ordenadores personales en

    los hogares (llamados "lgicos" en el cuento), e

    imagina Internetcomo "lgicos" enlazados entre

    s que se comunican por rels con un gran edifi-

    cio llamado almacn "lleno de todo lo que se ha

    hecho en la creacin, (oo.) y est conectado con

    todos los otros almacenes del pas, y todo lo que

    quiere saber, or o ver, aprieta la tecla y lo tiene.

    (oo.) Tambin hace clculos matemticos por us-

    ted, y guarda libros y le sirve para consultar con el

    farmacutico, el doctor o el astrnomo y el lectorde telenovela..."

    Mediante esta red de lgicos se puede

    ver la televisin, conseguir empleo, consultar el

    tiempo, leer revistas, establecer videoconferen-

    cias (conexin fono-visiva, en palabras del pro-

    tagonista) y dispone de un censor de circuitos

    o bloqueador que evitar que los nios puedan

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  • ACADEMIA

    "preguntar cosas detalladas que son demasiado

    pequeos para saber", lo que nos recuerda, sin

    duda, a las aplicaciones de control y monitoriza-

    cin (filtroso asesores de contenido) que hoy en

    da se utilizanen Internetpara restringirel accesoa menores a sitios web inadecuados.

    Segn el relato de Leinster,todo el mun-

    do tiene un lgico en su casa (todo el mundo est

    conectado), tambin en los puestos de trabajo,

    en los hoteles, en las cafeteras (ilos cibercafs!).

    Uno teclea el nombre de cualquier persona en la

    pantallade un lgico y en unos segundos obtiene

    toda clase de detalles (clara alusin al problema

    de la privacidad y la proteccin de datos per-

    sonales que afecta de forma preocupante en la

    Web). Aparece la figura del ciberdelincuente que

    accede a su lgico para saber cmo fabricar ex-

    plosivos, falsificar dinero o hacerse con la cuenta

    corriente de cualquiera. Esto ltimo tiene mucho

    que ver con los fraudes que actualmente se co-

    meten por Internetsobre operaciones financieras

    y pagos mediantetarjetasde crdito. El relatonos

    abre los ojos para decimos que la Red tambin

    tiene su lado oscuro y que no estamos totalmente

    protegidos.

    Al igual que Clarke, MurrayLeinster (cuyo

    verdadero nombre era William FitzgeraldJenkins)

    trabaj para el mundo del celuloide y escribi va-

    rios guiones de pelculas, aunque igualmente lo

    hizo para la radio y la televisin. La influencia de

    su literatura cientfica (escribi tambin novelas

    del oeste, romnticas y de misterio) en otros es-

    critores de ciencia ficcin tiene un claro ejemplo

    en Isaac Asimov, autor de la famosa Saga de las

    Fundaciones y la gran serie de los Robots, quien

    elogi al creador de HAL-9000 de esta manera:

    "Nadie en la Tierra ha hecho ms predicciones

    inteligentesque Arthur C. Clarke". La ms famo-

    sa de ellas apareci en su artculo cientfico de

    1945, titulado ExtraterrestralRelays (Repetidores

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  • extraterrestres)en el que propone la idea del uso

    de redes de satlitesen la rbita terrestrepara la

    televisin y las comunicaciones. En homenaje al, la rbita de los satlites alrededor de la Tierrase llama Orbita Clarke.

    Los amantes de la saga de Star Trek se-

    guro que recordarn la batalla legal que los he-

    rederos de Leinster emprendieron (y perdieron)

    con la Paramount Pictures por utilizar en la pel-cula Star Trek:First Contact el ttulo de un famoso

    y premiado relato del escritor: Primer encuentro

    (First Contact 1945), un enfoque novedoso de

    cmo resolverel encuentro entreextraterrestresy

    humanos a travs de la guerra.

    Si ahora repasamos la obra del famo-

    so escritor Edward Morgan Forster conocido

    por novelas tan clebres como Una habitacin

    con vistas, Maurice, Howard's End, y Pasaje ala India, (convertidas en pelculas por directores

    como James lvory o David Lean) encontraremos

    para nuestra sorpresa un cuento distpico de

    ciencia ficcin, escrito en 1909 (Arthur Clarke

    ni si quiera haba nacido), titulado The machi-

    ne stops y que fue adaptado, en 1966, para latelevisin dentro de una serie de ciencia ficcin

    Out of the Unknown de la SSC. En l describe un

    mundo conectado y controlado por "la Maquina"

    (un aparato mecnico gigantesco y meditico) a

    travs de la cual sus habitantes (que viven bajo

    la superficie de la tierra en habitaciones indivi-

    duales con forma hexagonal, como la celda de

    una abeja, y sin contacto fsico con otras perso-

    nas) no slo se comunican con los dems, sino

    que sta les proporciona todo tipo de necesida-

    des humanas como alimento, luz, agua calien-

    te, ropa, atencin mdica, proteccin, entreteni-

    miento, viajes, etc.

    ACADEMIA

    Vashti, la protagonista,medianteestam-

    quina y sin necesidad de abandonar su pequea

    habitacin, escucha msica, ve la televisin, lee,

    trabaja (imparte clases y conferencias), est al

    tantode las noticias,se comunica con sus amigos

    o conversa con su hijo Kuno mientras lo visualiza

    en una pantalla. Todo esto nos resulta familiar y

    nos hace pensar en nuestra Internetde hoy, que

    al igual que "La Mquina" ha sido diseada por el

    hombre. Este pequeo fragmento del relato nos

    ilustraesta semejanza con la Red:

    Al final Kuno se rebela contra la Mquina,

    porque se siente aprisionado, atrapado en una

    red que los aisla y los convierte en seres depen-dientes. Suea con salir al exterior donde sabe

    que otras personas viven fuera del alcance de la

    Mquina. Consigue detenerlay poco a poco ese

    modelo de civilizacin se extingue, y con l sus

    protagonistas. Sin embargo mueren con la espe-

    ranza de que esos hombres que habitan la super-

    ficie de La Tierra no cometan el mismo error queellos cometieron.

    Ya en el siglo XIX Julio Verne (1828-1905),

    en su novela Pars en el siglo XX (escrita en 1863

    pero recuperada y publicada en 1994), anticipa

    la posibilidad de transmitir datos a nivel global.

    En ella, el escritor nos describe una ciudad (am-

    bientada en 1960) en la que personas de todo el

    mundo dependen de una "red de telegrafamun-

    dial". Cuando su protagonista, el joven Michel

    Dufrnoy, comienza a trabajar en las oficinas de

    la banca Casmodage y Ca descubre las posibi-

    lidades de esta red telegrfica. La novela nos lodetalla as: "Permita al remitente tratar directa-

    mente con el destinatario;el secreto de la corres-

    pondencia quedaba a salvo, y se podan hacer

    negocios a distancia (...) la telegrafa fotogrfica

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  • ACADEMIA

    permita enviar muy lejos el facsmil de cualquier

    escritura, autgrafo o dibujo, y firmar letras de

    cambio o contratos a cinco mil leguas de distan-

    cia. La red telegrficacubra toda la superficie de

    los continentesy el fondo de los mares; Amrica

    no estaba ni a un segundo de Europa ..."

    Aunque los medios tecnolgicos de su

    poca, para la transmisin de datos, fueran el

    telgrafo convencional (la denominada Internet

    Victoriana)y ms tarde el telgrafofotogrfico (en

    la novela Verne se refiere al Pantelgrafo Caselli

    que permita la reproduccin telegrficade la es-

    critura y del dibujo) no cabe duda de que estos

    aparatos elctricos fueron en palabras del profe-

    sor Manuel Castells (actualmenteuno de los au-

    tores de referencia en el campo del estudio de

    la Sociedad de la Informacin) las primeras infra-

    estructuras de las redes globales y ya Verne vis-

    lumbr sus posibilidades gracias a sus grandes

    dotes para la observacin de la realidad.La diferencia con otros visionarios, de

    los que hablar ms adelante, es que su idea de

    red global estara ms al servicio del dinero y el

    mundo de las finanzas que del conocimiento y la

    educacin. Algo que no debera sorprendernos al

    leer el ensayo del conocido crtico estadouniden-

    se Lee Siegel El mundo a travs de una pantalla.

    El autor est convencido de que a pesar de los

    aspectos positivos que pueda aportar Interneta

    la sociedad, no debemos olvidar que desde un

    principio, esta herramientaque ha transformadonuestras vidas, se ha desarrollado al servicio del

    comercio y del capital. Siegel afirma: "La asimi-lacin de Interneta un idioma econmico con el

    que nos sentimos familiarizados explica por qu

    su lado ms desorientador y destructivo ha sido

    tan eclipsado". Gente como Kevin Kelly (gur de

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    Internet y cofundador de la revista Wired) o Sill

    Gates que bajo su discurso sobre las maravillas

    de la Red como herramientade bsqueda y co-

    nexin, subyace la obsesin ciega por obtener

    grandes beneficios, "hablansobre el nuevo mediocasi exclusivamenteen trminos econmicos".

    Esa utopa perversa que nos construye

    Forster en su relato, sobre seres aislados que

    pueden vivir con slo conectarse a una red de

    comunicaciones subordinada a una mquina,

    nos sorprende inquietantementesi tenemos en

    cuenta lo que Siegel constata en su libro sobrecmo Internet ha condicionado el modo de vida

    de la gente: "Por primera vez en la historia huma-

    na, una persona puede vivirun romance, entablar

    una amistad y practicar el sexo; puede alimentar-

    se, vestirsey entretenerse;puede recibir asesora-

    miento mdico, jurdico, y casi de cualquier otro

    tipo, y recopilar toda clase de informacin, desde

    datos histricos hasta confidencias sobre gente;

    todo ello sin salir de casa. (oo.) La simple realidad

    es que cada vez son ms las personas capacesde viviren un autoconfinamientoms confortable

    e ntegroque nunca".

    Hasta dnde llegar ese autoconfina-miento? Nos revelaremos como en el cuento o

    aceptaremos los requerimientos de esta nuevarealidad social?

    Segn un informe publicado por el Pew

    Internet& American Lite Project (el Proyecto Pew

    sobre Internet y la Vida Americana) en septiem-

    bre de 2006, la respuesta de la sociedad en el

    futuro a esta red global de comunicacin puedetomar dos caminos: "Los detractoresde la tecno-

    loga emergarn como un grupo cultural que se

    caracterizar por elegir la vida fuera de la Red.

    Algunos lo harn como una forma afable de limi-

  • tar la sobrecarga de informacin, mientras que

    otros cometern actos de violencia y terrorcontra

    los cambios dictados por la tecnologa".

    No sabemos si los responsables de esteinforme son aficionados a la literaturade ciencia

    ficcin y si han ledo el cuento imaginado por

    Forster,pero lo que no se puede negar es que su

    visin (demasiado alarmante,por cierto) sobre el

    futuro de Internetse parece bastante.

    La ensayista inglesa Deborah Hurley en

    su libro La estrellapOlar: Los derechos humanos

    en la sociedad de la informacin, analiza The ma-

    chine stops y al compararlo con nuestro mundo

    actual, propone como medida "articularun marco

    para la sociedad de la informacin, basado en los

    derechos humanos, e implementarlo utilizando

    todas las herramientasdisponibles, tanto legales,

    como tecnolgicas y empresariales, conjunta-

    mente con los cdigos de conducta, estndares

    y normas sociales, con el fin de dar forma a la

    sociedad que anhelamos".

    Cronolgicamente posteriora Julio Verne,

    el escritor Herbert George Wells (para muchos el

    verdadero padre de la ciencia ficcin), desde su

    base cientficay preocupado por los asuntos so-

    ciales y polticos de su poca, public en 1938

    WorldBrain, una serie de artculosy ponencias en

    las que plantea la existenciade una Enciclopedia

    Mundial organizada y dinmica que condensa

    toda la inteligencia humana que se genera en el

    mundo, en la que colaboran las universidades,

    escuelas, bibliotecas, organizaciones educativas

    y otras instituciones dedicadas a la educacin,

    dando lugar a la creacin de un Cerebro Mundial,

    que concibe como una red descentralizada que

    se encarga de reorganizar y reorientartoda la in-formacin a travs del mundo. Wells seala: "Este

    ACADEMIA

    nuevo cerebro totalmentehumano no necesitaes-

    tar concentrado en un solo lugar. (...) Puede ser

    reproducido con exactitud y totalidad, en Per,China, Islandia, frica Central...".

    Si bien en su poca no existan las tec-

    nologas de hoy en da (el soporte tecnolgico

    de su EnCiclopedia Universal es el microfilm,

    utilizado para reproducir y distribuir la informa-

    cin a distancia), podemos observar como ese

    Cerebro Mundial que Wells propone en su libro,

    se aproxima bastante a la nocin de una redcomo Internet.

    En uno de los ensayos que componenWorld Brain el autor habla de su red de conoci-

    mientos educativos en estos trminos: "cualquier

    estudiante, en cualquier parte del mundo, ser

    capaz de sentarse con su proyector en su propio

    estudio a su conveniencia para examinar cual-

    quier libro, cualquier documento, en una rplicaexacta".

    Wells crea posible alcanzar con este

    Cerebro Mundial y su Memoria Universal (depsi-

    to de todo el conocimiento humano, permanente-

    mente actualizada y enfocada a la educacin) el

    entendimientode la humanidad y as evitarque se

    produjera entre las naciones una guerra mundial.

    Posteriormente Isaac Asimov en su Sagade las Fundaciones retomara esta idea de la

    Enciclopedia Universal, aglutinadora de todo el

    conocimiento humano, compartida y alimentadapor todos, cuando de la mano de Hari Seldon, ma-

    temtico y creador de la Psicohistoria en la Saga,

    los habitantes cientficos del planeta Trminus

    se dedican a confeccionar la EnciclopediaGalctica, una enorme coleccin del conocimien-

    to del Imperio Galctico que corra el peligro de

    desaparecer.

    63

  • ACADEMIA

    EseempeodeWellsporevitarunagranguerramundialya le preocupabaen su apoca-Ipticanovela,escritaen 1933,La forma de loque vendr, llevadaal cine en 1936por WilliamCameronMenziesconelttulodeThings to Come(encastellanoLa vida futura)y conguindelpro-pioescritor.Su protagonistay lteregodeWells,John Cabalaspiraa conseguirunasociedadencontinuoprogresodonde no haya lugarpara laguerray las fronterasy dondeel hombrepuedavivirenpaz.

    El novelista intent sin xito que suEnciclopedia Permanente fuera financiadaporla Ligade las Naciones,peroeso no fue impedi-mentoparaque sus ideastuvieraninfluenciaenpersonajestan prolficoscomo Paul Otlet,quienlo citaensusobrasjuntoa reconocidosbibligra-fos, inventores,filsofos,socilogosy matemti-cos de la historia.

    PaulOtletnacien Blgicaen 1868y segraduenabogaca.Estconsideradoel funda-

    dor de la Ciencia de la Bibliografay de la lla-mada Ciencia de la Documentacinlas cuales

    sentaronlas bases de lo que hoy conocemoscomo Ciencia de la Informacino Informtica.

    Su trabajolo realizjuntoal prestigiosoaboga-do y bibligrafobelga Henri-MarieLa Fontainequienobtuvoen 1913el PremioNobelde la Paz.Ambos empezaronun proyecto(el InstitutodeDocumentacin Mundaneum, destruido ms

    tardepor los nazis)parainstitucionalizary orga-nizar la actividaddocumentalen el mundo.Se

    tratabade registrary clasificartoda la produc-cin intelectualmundial,en la cualdeberanes-tar recogidastodas las obras,todos los escrito-res,todaslaspocas,todoslos pases,todaslasmateriasdel saber humano.Al igualque Wells

    64

    su gran preocupacinera unificarla sabidurauniversalde tal maneraquetodas las personasdesdecualquierlugardelmundopudieranacce-derfcilmentea ella.Y utilizarestoparamejorare enriquecerla calidadde vida de millonesdesereshumanos.

    Otletse dio cuentaa lo largode sus in-vestigaciones(yas nos lo hizosaberensu obraEl Tratado de documentacin: el libro sobre el

    libro de 1934)que el librodebedejarpaso a unconceptomsamplioy universal,el documento,que puedeincluirotrotipo de materialescomofotografas,fotocopias,diapositivas,audio,pel-culas,artculosderevistasy peridicos,carteles,etc.

    Antesde queMarshallMcLuhanacuarasu trminoaldea global (surgidoen los aos60)en La Galaxia Gutenberg (un anlisisacercadecmograciasal progresotecnolgicoy a lavelo-cidaden lascomunicaciones,todala humanidad

    tiendea transformarsey el mundose asemejaaunaaldea dondelos problemasde cualquieradesus partesafectana la totalidad),PaulOtletanti-cip hacia1934el establecimientode la CiudadMundial. Segn l, deba tratarsede un instru-mentode cooperacininternacionalen todosloscampos."Ungranmercado,unasgranbolsa"deasuntosde todotipo,centralde informacionesyde enseanza.Cada institutoy cada conceptotendransu "pabelln"all.A la Ciudad Mundialla concibicomo un gran libro,de ah que afir-mara:"Delafichaa la ciudadmundial".Estaciu-

    dad mundialseraejemploy sede de todos lospueblos.

    Elescritor,AlexWright,ensuartculoparaEl Pas (enjuliode 2008)"La Red quecayen elolvido",dice: "PaulOtletesbozlos planespara

  • construirunaredglobalde ordenadoresqueper-mitiraa la gentebuscary navegarpor millonesde documentos,imgenesy archivosde audioydevideointerconectados.Describicmolagen-te utilizaralos aparatosparaenviarsemensajesunosa otros,compartirarchivose inclusocongre-garseenredessocialesonline.Llamatodoestounarseau, quepodratraducirsecomored. (...)Aunque la proto-redde Otletse basaraen unamezclade tecnologasanalgicascomofichasymquinasde telgrafo,anticipabasin embargola estructuraconectadacon hipervnculosde laInternetactual".

    A medidaque avanzabael proyecto,elmaterialalmacenadoy organizadocrecidesor-bitadamentey PaulOtletse plantela posibilidaddealmacenardichomaterialelectrnicamente.En

    su libroMonde: ensayo del universalismo (1935)recogiestasideasy explicsuvisinde un"ce-rebromecnicoy colectivo"queacogeratodalainformacindelmundoenformade documentos

    microfotogrficos(denuevosurgeel pensamien-to deun Cerebro Mundial comoel imaginadoporWells,cuyo soportetecnolgicorecuerdaal mi-crofilm),accesiblerpidamentea travsde unaredglobaldetelecomunicaciones.

    Muchasde sus ideas las retomaraa fi-

    nalesdel siglo XX Tim Berners-Leeparasu pro-yectode laweb semntica, citadoanteriormente,cuyo objetivoserconseguirque las mquinasrealicen,casi sin necesidadde intervencinhu-mana,infinidaddetareasquesimplifiquennues-travida.

    Si algo tienenen comn cada uno delos escritoresque se han mencionadoaqu, esque en algn momentode sus vidas imagina-ron un mundo interconectadoy que teniendo

    ACADEMIA

    en cuentalas posibilidadestecnolgicasde supoca (incluso imaginaronotras nuevas)plas-maronen sus novelassu enfoquepersonalso-bre esa red de comunicacinllamadaInternet.

    Incluso llegaron a ser referenciae influenciaparacientficosy estudiososde la informacinyla comunicacin.

    Algunos imaginaronla Red como algocapaz de reunirtodo el conocimientomundial

    y ponerlo al alcance de todos, orientadaa laeducaciny como remediofrentea las guerrasy conflictosen el mundo.Otros la vieroncomouna herramientaeficazpara realizartransaccio-nes bancariasde formarpiday a largadistan-cia, en un mundodominadopor el dineroy elcapitalismo.Hayotrosque se acercaronmsalmodelode lo que es hoy nuestrared global,ycon todolujode detallesnosdescribieronlo queahorasomos capacesde hacercuando encen-demosnuestroordenadory nosadentramosporel ciberespacio. A pesarde las bondadesque,ensus textos,nos anticiparonsobreestemundoen lnea,en cuantoa facilitarnosla viday hacertodo de formams rpida,cmoday eficaz,al-gunos fueronms cautosen sus previsionesynos alertaronsobreel peligrode dependercadavez ms de esta tecnologareveladoray sobrelas consecuenciasque su uso podraacarrear.No se han cumplidopredicciones,enmarcadasen el campo de la inteligenciaartificial,talescomo la existenciade una red de ordenadores

    preparadaparatomardecisionespor s misma(como imaginabanClarke o Leinster)capaz devolversecontrael hombre,peros hemoscreadouna mediode conexincon el suficientepoderparacambiarlos modelosde conductade la so-ciedadentera.

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  • ACADEMIA

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