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LauraSnchezSalas
LA LITERATURA sPREDIJO IliTERJiET
E~I da 19 de noviembre, del pasado ao,asist en el Centro Cultural de Ibercaja, ala presentacin del nmero 25 de la revistaFbula, apadrinada por el escritor Lorenzo Silva,
que a su vez daba a conocer su nuevo librotitula-
do El blog del inquisidor.
El blog es una herramienta de comuni-
cacin que se parece a un diario o cuaderno de
bitcora pero cuyo soporte no es el papel sino
una pgina web. Este formato empez a ponersede moda entre los internautas en la dcada de
los noventa. Habitualmente, en cada artculo de
un blog, los lectores pueden escribir sus comen-
tarios y el autor o bloguero darles respuesta, de
forma que es posible establecer un dilogo.
Pero no voy a hablar sobre la influencia
que Internetpueda ejercer en el presente y en elfuturo de la creacin literaria,sino de una cuestin
que se plante durante la charla "La novela est
en la Red" (impartidapor el escritor), en unos tr-
minos ms o menos parecidos a stos: Cmo es
posible que nadie haya imaginado o presagiado
en el mundo literario esa gran telaraa mundial
llamada Internettal y como la conocemos hoy?
Lo primero en que pens, al escuchar la
pregunta, no fue en un libro, sino en una pelcu-
la (que se convirti en novela durante el rodaje),
2001: una odisea en el espacio (1968) del gran
director Stanley Kubrick, y que consiste en una
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adaptacin del Centinela (1948), un relato corto
del fsico, matemticoy novelista britnico Arthur
C. Clarke (1917-2008).En el filme pueden apre-
ciarse situaciones muy presentes hoy en el mun-
do de la Red como la lectura de peridicos elec-
trnicos, o el establecimientode una videoconfe-
rencia a larga distancia (la que realiza el Doctor
Floyd desde Clavius, en la Luna, con su hija en La
Tierra). Pero esto slo era una muestra de lo que
realmenteArthur C. Clarke ya tena en su mentesobre la idea de Internetcuando escribi su cuen-
to de ciencia ficcin Marque F de Frankensteinen
1963,donde el autor nos avanza la posibilidad de
que las centralestelefnicas de todo el mundo se
interconecten por satlite.Asimismo nos muestra
la analoga que existeentre una central telefnica
automtica y el cerebro humano: ambos son unsistemade conmutadores o neuronas conectados
entre s por medio de cables o nervios. Segn el
relato "las redes telefnicas, hasta hoy indepen-
dientes y autnomas, de repente,al multiplicarse
las conexiones, se han combinado, han alcan-
zado la conciencia (...) todas las instalaciones
de radio y la televisin del mundo podran pro-
porcionarle informacin por medio de sus lneas
terrestres. (oo.) Luego contara tambin con los
datos almacenados en todas las computadoras
conectadas entre s en el mundo entero y tendra
acceso a las bibliotecas electrnicas. (oo.) No po-
demos ni imaginar cmo sera su representacin
del mundo, pero habra de ser infinitamentems
rica y compleja que la nuestra".El fsico britnico Tim Berners-Lee cre
la World Wide Web (encontr la manera de en-
lazar el hipertextocon las redes de ordenadores)
inspirado en este cuento de Arthur C. Clarke. Ensus aos de adolescencia fue un lector entusias-
ta de las novelas de ciencia ficcin y Clarke fue
uno de sus autores preferidos. En Marque F de
Frankenstein,el escritorva ms all e imaginauna
red de computadoras con vida propia, hecho que
hasta la fecha no se ha cumplido, (recordemos
tambin a HAL-9000 su criaturay supercomputa-
dora de 2001: una odisea en el espacio, a la que
dota de consciencia). Tim Berners-Lee nos avan-
za en su libro Tejiendola red, que en un futuro no
muy lejano los ordenadores no slo nos mostra-
rn la informacin contenida en las pginas web,
sino que adems sern capaces de comprender
dicha informacin. La prediccin de aadir lgica
a la web es un proyecto en el que actualmentese
est trabajando y se conoce con el nombre deweb semntica.
Tampoco podemos olvidar la novela de
Clarke Regreso a Titn escrita en 1975. En esa
poca vera la luz Arpanet, la red embrin de
Internet;todava quedaba mucho para la moder-
na red mundial de ordenadores que hoy cono-cemos, pero el autor, una vez ms, nos da una
visin adelantada de ese ciberespacio (trmino
acuado por William Gibson en su relato corto
Burning Chrome publicado en 1982 y que mstarde volvera a aparecer en su famosa novela
Neuromante): "Esto era, desde luego, un milagro
jams soado por ningn poeta, una cajita mgi-ca abierta a todos los mares, a todas las tierras.
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A travs de esta ventana poda verse todo lo que
el hombre haba descubierto sobre el universo y
todas las obras de arte salvadas de los estragos
del tiempo. Todas las bibliotecas y museos que
jams hubiesen existido podan canalizarse hasta
esta pantallay los millones de pantallas semejan-tes distribuidassobre la faz de la Tierra. Incluso el
hombre ms insensible tena que sentirse abru-
mado por la idea de que se poda hacer funcio-
nar una consola durante un tiempo equivalente
a miles de vidas..., sin obtener ms que unas
muestras de los conocimientos guardados en los
bancos de memoria que permanecan por tripli-
cado en cavernas separadas, ms seguras que
cualquier depsito de oro".
Dos aos antes de que se publicara
el Centinela el escritor estadounidense Murray
Leinster (1896-1975) escribe un curioso y visio-
nario relato, Un lgico llamado Joe, en el que
anticipa el uso de ordenadores personales en
los hogares (llamados "lgicos" en el cuento), e
imagina Internetcomo "lgicos" enlazados entre
s que se comunican por rels con un gran edifi-
cio llamado almacn "lleno de todo lo que se ha
hecho en la creacin, (oo.) y est conectado con
todos los otros almacenes del pas, y todo lo que
quiere saber, or o ver, aprieta la tecla y lo tiene.
(oo.) Tambin hace clculos matemticos por us-
ted, y guarda libros y le sirve para consultar con el
farmacutico, el doctor o el astrnomo y el lectorde telenovela..."
Mediante esta red de lgicos se puede
ver la televisin, conseguir empleo, consultar el
tiempo, leer revistas, establecer videoconferen-
cias (conexin fono-visiva, en palabras del pro-
tagonista) y dispone de un censor de circuitos
o bloqueador que evitar que los nios puedan
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"preguntar cosas detalladas que son demasiado
pequeos para saber", lo que nos recuerda, sin
duda, a las aplicaciones de control y monitoriza-
cin (filtroso asesores de contenido) que hoy en
da se utilizanen Internetpara restringirel accesoa menores a sitios web inadecuados.
Segn el relato de Leinster,todo el mun-
do tiene un lgico en su casa (todo el mundo est
conectado), tambin en los puestos de trabajo,
en los hoteles, en las cafeteras (ilos cibercafs!).
Uno teclea el nombre de cualquier persona en la
pantallade un lgico y en unos segundos obtiene
toda clase de detalles (clara alusin al problema
de la privacidad y la proteccin de datos per-
sonales que afecta de forma preocupante en la
Web). Aparece la figura del ciberdelincuente que
accede a su lgico para saber cmo fabricar ex-
plosivos, falsificar dinero o hacerse con la cuenta
corriente de cualquiera. Esto ltimo tiene mucho
que ver con los fraudes que actualmente se co-
meten por Internetsobre operaciones financieras
y pagos mediantetarjetasde crdito. El relatonos
abre los ojos para decimos que la Red tambin
tiene su lado oscuro y que no estamos totalmente
protegidos.
Al igual que Clarke, MurrayLeinster (cuyo
verdadero nombre era William FitzgeraldJenkins)
trabaj para el mundo del celuloide y escribi va-
rios guiones de pelculas, aunque igualmente lo
hizo para la radio y la televisin. La influencia de
su literatura cientfica (escribi tambin novelas
del oeste, romnticas y de misterio) en otros es-
critores de ciencia ficcin tiene un claro ejemplo
en Isaac Asimov, autor de la famosa Saga de las
Fundaciones y la gran serie de los Robots, quien
elogi al creador de HAL-9000 de esta manera:
"Nadie en la Tierra ha hecho ms predicciones
inteligentesque Arthur C. Clarke". La ms famo-
sa de ellas apareci en su artculo cientfico de
1945, titulado ExtraterrestralRelays (Repetidores
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extraterrestres)en el que propone la idea del uso
de redes de satlitesen la rbita terrestrepara la
televisin y las comunicaciones. En homenaje al, la rbita de los satlites alrededor de la Tierrase llama Orbita Clarke.
Los amantes de la saga de Star Trek se-
guro que recordarn la batalla legal que los he-
rederos de Leinster emprendieron (y perdieron)
con la Paramount Pictures por utilizar en la pel-cula Star Trek:First Contact el ttulo de un famoso
y premiado relato del escritor: Primer encuentro
(First Contact 1945), un enfoque novedoso de
cmo resolverel encuentro entreextraterrestresy
humanos a travs de la guerra.
Si ahora repasamos la obra del famo-
so escritor Edward Morgan Forster conocido
por novelas tan clebres como Una habitacin
con vistas, Maurice, Howard's End, y Pasaje ala India, (convertidas en pelculas por directores
como James lvory o David Lean) encontraremos
para nuestra sorpresa un cuento distpico de
ciencia ficcin, escrito en 1909 (Arthur Clarke
ni si quiera haba nacido), titulado The machi-
ne stops y que fue adaptado, en 1966, para latelevisin dentro de una serie de ciencia ficcin
Out of the Unknown de la SSC. En l describe un
mundo conectado y controlado por "la Maquina"
(un aparato mecnico gigantesco y meditico) a
travs de la cual sus habitantes (que viven bajo
la superficie de la tierra en habitaciones indivi-
duales con forma hexagonal, como la celda de
una abeja, y sin contacto fsico con otras perso-
nas) no slo se comunican con los dems, sino
que sta les proporciona todo tipo de necesida-
des humanas como alimento, luz, agua calien-
te, ropa, atencin mdica, proteccin, entreteni-
miento, viajes, etc.
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Vashti, la protagonista,medianteestam-
quina y sin necesidad de abandonar su pequea
habitacin, escucha msica, ve la televisin, lee,
trabaja (imparte clases y conferencias), est al
tantode las noticias,se comunica con sus amigos
o conversa con su hijo Kuno mientras lo visualiza
en una pantalla. Todo esto nos resulta familiar y
nos hace pensar en nuestra Internetde hoy, que
al igual que "La Mquina" ha sido diseada por el
hombre. Este pequeo fragmento del relato nos
ilustraesta semejanza con la Red:
Al final Kuno se rebela contra la Mquina,
porque se siente aprisionado, atrapado en una
red que los aisla y los convierte en seres depen-dientes. Suea con salir al exterior donde sabe
que otras personas viven fuera del alcance de la
Mquina. Consigue detenerlay poco a poco ese
modelo de civilizacin se extingue, y con l sus
protagonistas. Sin embargo mueren con la espe-
ranza de que esos hombres que habitan la super-
ficie de La Tierra no cometan el mismo error queellos cometieron.
Ya en el siglo XIX Julio Verne (1828-1905),
en su novela Pars en el siglo XX (escrita en 1863
pero recuperada y publicada en 1994), anticipa
la posibilidad de transmitir datos a nivel global.
En ella, el escritor nos describe una ciudad (am-
bientada en 1960) en la que personas de todo el
mundo dependen de una "red de telegrafamun-
dial". Cuando su protagonista, el joven Michel
Dufrnoy, comienza a trabajar en las oficinas de
la banca Casmodage y Ca descubre las posibi-
lidades de esta red telegrfica. La novela nos lodetalla as: "Permita al remitente tratar directa-
mente con el destinatario;el secreto de la corres-
pondencia quedaba a salvo, y se podan hacer
negocios a distancia (...) la telegrafa fotogrfica
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permita enviar muy lejos el facsmil de cualquier
escritura, autgrafo o dibujo, y firmar letras de
cambio o contratos a cinco mil leguas de distan-
cia. La red telegrficacubra toda la superficie de
los continentesy el fondo de los mares; Amrica
no estaba ni a un segundo de Europa ..."
Aunque los medios tecnolgicos de su
poca, para la transmisin de datos, fueran el
telgrafo convencional (la denominada Internet
Victoriana)y ms tarde el telgrafofotogrfico (en
la novela Verne se refiere al Pantelgrafo Caselli
que permita la reproduccin telegrficade la es-
critura y del dibujo) no cabe duda de que estos
aparatos elctricos fueron en palabras del profe-
sor Manuel Castells (actualmenteuno de los au-
tores de referencia en el campo del estudio de
la Sociedad de la Informacin) las primeras infra-
estructuras de las redes globales y ya Verne vis-
lumbr sus posibilidades gracias a sus grandes
dotes para la observacin de la realidad.La diferencia con otros visionarios, de
los que hablar ms adelante, es que su idea de
red global estara ms al servicio del dinero y el
mundo de las finanzas que del conocimiento y la
educacin. Algo que no debera sorprendernos al
leer el ensayo del conocido crtico estadouniden-
se Lee Siegel El mundo a travs de una pantalla.
El autor est convencido de que a pesar de los
aspectos positivos que pueda aportar Interneta
la sociedad, no debemos olvidar que desde un
principio, esta herramientaque ha transformadonuestras vidas, se ha desarrollado al servicio del
comercio y del capital. Siegel afirma: "La asimi-lacin de Interneta un idioma econmico con el
que nos sentimos familiarizados explica por qu
su lado ms desorientador y destructivo ha sido
tan eclipsado". Gente como Kevin Kelly (gur de
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Internet y cofundador de la revista Wired) o Sill
Gates que bajo su discurso sobre las maravillas
de la Red como herramientade bsqueda y co-
nexin, subyace la obsesin ciega por obtener
grandes beneficios, "hablansobre el nuevo mediocasi exclusivamenteen trminos econmicos".
Esa utopa perversa que nos construye
Forster en su relato, sobre seres aislados que
pueden vivir con slo conectarse a una red de
comunicaciones subordinada a una mquina,
nos sorprende inquietantementesi tenemos en
cuenta lo que Siegel constata en su libro sobrecmo Internet ha condicionado el modo de vida
de la gente: "Por primera vez en la historia huma-
na, una persona puede vivirun romance, entablar
una amistad y practicar el sexo; puede alimentar-
se, vestirsey entretenerse;puede recibir asesora-
miento mdico, jurdico, y casi de cualquier otro
tipo, y recopilar toda clase de informacin, desde
datos histricos hasta confidencias sobre gente;
todo ello sin salir de casa. (oo.) La simple realidad
es que cada vez son ms las personas capacesde viviren un autoconfinamientoms confortable
e ntegroque nunca".
Hasta dnde llegar ese autoconfina-miento? Nos revelaremos como en el cuento o
aceptaremos los requerimientos de esta nuevarealidad social?
Segn un informe publicado por el Pew
Internet& American Lite Project (el Proyecto Pew
sobre Internet y la Vida Americana) en septiem-
bre de 2006, la respuesta de la sociedad en el
futuro a esta red global de comunicacin puedetomar dos caminos: "Los detractoresde la tecno-
loga emergarn como un grupo cultural que se
caracterizar por elegir la vida fuera de la Red.
Algunos lo harn como una forma afable de limi-
tar la sobrecarga de informacin, mientras que
otros cometern actos de violencia y terrorcontra
los cambios dictados por la tecnologa".
No sabemos si los responsables de esteinforme son aficionados a la literaturade ciencia
ficcin y si han ledo el cuento imaginado por
Forster,pero lo que no se puede negar es que su
visin (demasiado alarmante,por cierto) sobre el
futuro de Internetse parece bastante.
La ensayista inglesa Deborah Hurley en
su libro La estrellapOlar: Los derechos humanos
en la sociedad de la informacin, analiza The ma-
chine stops y al compararlo con nuestro mundo
actual, propone como medida "articularun marco
para la sociedad de la informacin, basado en los
derechos humanos, e implementarlo utilizando
todas las herramientasdisponibles, tanto legales,
como tecnolgicas y empresariales, conjunta-
mente con los cdigos de conducta, estndares
y normas sociales, con el fin de dar forma a la
sociedad que anhelamos".
Cronolgicamente posteriora Julio Verne,
el escritor Herbert George Wells (para muchos el
verdadero padre de la ciencia ficcin), desde su
base cientficay preocupado por los asuntos so-
ciales y polticos de su poca, public en 1938
WorldBrain, una serie de artculosy ponencias en
las que plantea la existenciade una Enciclopedia
Mundial organizada y dinmica que condensa
toda la inteligencia humana que se genera en el
mundo, en la que colaboran las universidades,
escuelas, bibliotecas, organizaciones educativas
y otras instituciones dedicadas a la educacin,
dando lugar a la creacin de un Cerebro Mundial,
que concibe como una red descentralizada que
se encarga de reorganizar y reorientartoda la in-formacin a travs del mundo. Wells seala: "Este
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nuevo cerebro totalmentehumano no necesitaes-
tar concentrado en un solo lugar. (...) Puede ser
reproducido con exactitud y totalidad, en Per,China, Islandia, frica Central...".
Si bien en su poca no existan las tec-
nologas de hoy en da (el soporte tecnolgico
de su EnCiclopedia Universal es el microfilm,
utilizado para reproducir y distribuir la informa-
cin a distancia), podemos observar como ese
Cerebro Mundial que Wells propone en su libro,
se aproxima bastante a la nocin de una redcomo Internet.
En uno de los ensayos que componenWorld Brain el autor habla de su red de conoci-
mientos educativos en estos trminos: "cualquier
estudiante, en cualquier parte del mundo, ser
capaz de sentarse con su proyector en su propio
estudio a su conveniencia para examinar cual-
quier libro, cualquier documento, en una rplicaexacta".
Wells crea posible alcanzar con este
Cerebro Mundial y su Memoria Universal (depsi-
to de todo el conocimiento humano, permanente-
mente actualizada y enfocada a la educacin) el
entendimientode la humanidad y as evitarque se
produjera entre las naciones una guerra mundial.
Posteriormente Isaac Asimov en su Sagade las Fundaciones retomara esta idea de la
Enciclopedia Universal, aglutinadora de todo el
conocimiento humano, compartida y alimentadapor todos, cuando de la mano de Hari Seldon, ma-
temtico y creador de la Psicohistoria en la Saga,
los habitantes cientficos del planeta Trminus
se dedican a confeccionar la EnciclopediaGalctica, una enorme coleccin del conocimien-
to del Imperio Galctico que corra el peligro de
desaparecer.
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EseempeodeWellsporevitarunagranguerramundialya le preocupabaen su apoca-Ipticanovela,escritaen 1933,La forma de loque vendr, llevadaal cine en 1936por WilliamCameronMenziesconelttulodeThings to Come(encastellanoLa vida futura)y conguindelpro-pioescritor.Su protagonistay lteregodeWells,John Cabalaspiraa conseguirunasociedadencontinuoprogresodonde no haya lugarpara laguerray las fronterasy dondeel hombrepuedavivirenpaz.
El novelista intent sin xito que suEnciclopedia Permanente fuera financiadaporla Ligade las Naciones,peroeso no fue impedi-mentoparaque sus ideastuvieraninfluenciaenpersonajestan prolficoscomo Paul Otlet,quienlo citaensusobrasjuntoa reconocidosbibligra-fos, inventores,filsofos,socilogosy matemti-cos de la historia.
PaulOtletnacien Blgicaen 1868y segraduenabogaca.Estconsideradoel funda-
dor de la Ciencia de la Bibliografay de la lla-mada Ciencia de la Documentacinlas cuales
sentaronlas bases de lo que hoy conocemoscomo Ciencia de la Informacino Informtica.
Su trabajolo realizjuntoal prestigiosoaboga-do y bibligrafobelga Henri-MarieLa Fontainequienobtuvoen 1913el PremioNobelde la Paz.Ambos empezaronun proyecto(el InstitutodeDocumentacin Mundaneum, destruido ms
tardepor los nazis)parainstitucionalizary orga-nizar la actividaddocumentalen el mundo.Se
tratabade registrary clasificartoda la produc-cin intelectualmundial,en la cualdeberanes-tar recogidastodas las obras,todos los escrito-res,todaslaspocas,todoslos pases,todaslasmateriasdel saber humano.Al igualque Wells
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su gran preocupacinera unificarla sabidurauniversalde tal maneraquetodas las personasdesdecualquierlugardelmundopudieranacce-derfcilmentea ella.Y utilizarestoparamejorare enriquecerla calidadde vida de millonesdesereshumanos.
Otletse dio cuentaa lo largode sus in-vestigaciones(yas nos lo hizosaberensu obraEl Tratado de documentacin: el libro sobre el
libro de 1934)que el librodebedejarpaso a unconceptomsamplioy universal,el documento,que puedeincluirotrotipo de materialescomofotografas,fotocopias,diapositivas,audio,pel-culas,artculosderevistasy peridicos,carteles,etc.
Antesde queMarshallMcLuhanacuarasu trminoaldea global (surgidoen los aos60)en La Galaxia Gutenberg (un anlisisacercadecmograciasal progresotecnolgicoy a lavelo-cidaden lascomunicaciones,todala humanidad
tiendea transformarsey el mundose asemejaaunaaldea dondelos problemasde cualquieradesus partesafectana la totalidad),PaulOtletanti-cip hacia1934el establecimientode la CiudadMundial. Segn l, deba tratarsede un instru-mentode cooperacininternacionalen todosloscampos."Ungranmercado,unasgranbolsa"deasuntosde todotipo,centralde informacionesyde enseanza.Cada institutoy cada conceptotendransu "pabelln"all.A la Ciudad Mundialla concibicomo un gran libro,de ah que afir-mara:"Delafichaa la ciudadmundial".Estaciu-
dad mundialseraejemploy sede de todos lospueblos.
Elescritor,AlexWright,ensuartculoparaEl Pas (enjuliode 2008)"La Red quecayen elolvido",dice: "PaulOtletesbozlos planespara
construirunaredglobalde ordenadoresqueper-mitiraa la gentebuscary navegarpor millonesde documentos,imgenesy archivosde audioydevideointerconectados.Describicmolagen-te utilizaralos aparatosparaenviarsemensajesunosa otros,compartirarchivose inclusocongre-garseenredessocialesonline.Llamatodoestounarseau, quepodratraducirsecomored. (...)Aunque la proto-redde Otletse basaraen unamezclade tecnologasanalgicascomofichasymquinasde telgrafo,anticipabasin embargola estructuraconectadacon hipervnculosde laInternetactual".
A medidaque avanzabael proyecto,elmaterialalmacenadoy organizadocrecidesor-bitadamentey PaulOtletse plantela posibilidaddealmacenardichomaterialelectrnicamente.En
su libroMonde: ensayo del universalismo (1935)recogiestasideasy explicsuvisinde un"ce-rebromecnicoy colectivo"queacogeratodalainformacindelmundoenformade documentos
microfotogrficos(denuevosurgeel pensamien-to deun Cerebro Mundial comoel imaginadoporWells,cuyo soportetecnolgicorecuerdaal mi-crofilm),accesiblerpidamentea travsde unaredglobaldetelecomunicaciones.
Muchasde sus ideas las retomaraa fi-
nalesdel siglo XX Tim Berners-Leeparasu pro-yectode laweb semntica, citadoanteriormente,cuyo objetivoserconseguirque las mquinasrealicen,casi sin necesidadde intervencinhu-mana,infinidaddetareasquesimplifiquennues-travida.
Si algo tienenen comn cada uno delos escritoresque se han mencionadoaqu, esque en algn momentode sus vidas imagina-ron un mundo interconectadoy que teniendo
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en cuentalas posibilidadestecnolgicasde supoca (incluso imaginaronotras nuevas)plas-maronen sus novelassu enfoquepersonalso-bre esa red de comunicacinllamadaInternet.
Incluso llegaron a ser referenciae influenciaparacientficosy estudiososde la informacinyla comunicacin.
Algunos imaginaronla Red como algocapaz de reunirtodo el conocimientomundial
y ponerlo al alcance de todos, orientadaa laeducaciny como remediofrentea las guerrasy conflictosen el mundo.Otros la vieroncomouna herramientaeficazpara realizartransaccio-nes bancariasde formarpiday a largadistan-cia, en un mundodominadopor el dineroy elcapitalismo.Hayotrosque se acercaronmsalmodelode lo que es hoy nuestrared global,ycon todolujode detallesnosdescribieronlo queahorasomos capacesde hacercuando encen-demosnuestroordenadory nosadentramosporel ciberespacio. A pesarde las bondadesque,ensus textos,nos anticiparonsobreestemundoen lnea,en cuantoa facilitarnosla viday hacertodo de formams rpida,cmoday eficaz,al-gunos fueronms cautosen sus previsionesynos alertaronsobreel peligrode dependercadavez ms de esta tecnologareveladoray sobrelas consecuenciasque su uso podraacarrear.No se han cumplidopredicciones,enmarcadasen el campo de la inteligenciaartificial,talescomo la existenciade una red de ordenadores
preparadaparatomardecisionespor s misma(como imaginabanClarke o Leinster)capaz devolversecontrael hombre,peros hemoscreadouna mediode conexincon el suficientepoderparacambiarlos modelosde conductade la so-ciedadentera.
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