Enfermedades Dermatologicas Masfrecuentes en Ancianos (Parte 2)

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Infecciones e infestacionesLas infecciones bacterianas de la piel se pueden observar acualquier edad, pero en los adultos hay un incremento expo-nencial con relación a la edad. El paciente anciano reúnemuchos que los predisponen a padecerlas (inmunidad defi-ciente, atrofia cutánea, xerosis, etc.). La erisipela (infecciónde la dermis) y la celulitis (infección hasta el tejido subcutá-neo) son 2 formas clínicas de infección cutánea bacteriana.Ambas se manifiestan por signos locales de inflamación con

eritema, tumefacción, calor y dolor, asociados a fiebre y leu-cocitosis. Pueden acompañarse de linfangitis y linfadenitisregional. Por orden de frecuencia, los patógenos implicadosen función del contexto clínico y epidemiológico son: Strep-tococcus del grupo A, Staphylococcus aureus, neumococosy bacterias gramnegativas. Las extremidades inferiores y lacara son las localizaciones más frecuentes, siendo las heri-das en los pies o las infecciones del área otorrinolaringológi-ca las puertas de entrada (fig. 1). Es importante la toma demuestras para cultivo, así como realizar hemocultivos. Sin

Problemas dermatológicos frecuentes en los ancianos (II)

Ana Martínez de Salinas Quintana, Mónica Roncero Riesco y Pablo de Unamuno PérezServicio de Dermatología. Hospital Universitario de Salamanca. Salamanca. España.

Puntos clave

Geriatría • Infecciones cutáneas • Dermatosis ampollosas • Toxicodermias • Distrofia ungueal senil.

● Las infecciones cutáneas se pueden observar a cualquieredad, pero en los adultos hay un incremento exponencialcon relación a la edad.

● El intertrigo candidiásico en el anciano se ve favorecido porcircunstancias sociales, limitación de la actividadcotidiana, cambios en los hábitos higiénicos, mayorpatología y multimedicación.

● El 50% de las reacciones adversas a medicamentos afectana mayores de 49 años. Los diuréticos son los medicamentosmás frecuentemente asociados a reacciones adversasmedicamentosas en los ancianos.

● El pénfigo vulgar puede asociarse a la toma de ciertosmedicamentos (entre los que destacan la D-penicilamina yel captopril), otros procesos autoinmunitarios y neoplasias.

● El pénfigo vulgar puede iniciarse con la presencia de ampollas y/o erosiones en las mucosas, sobre todo en la oral, que pueden ser muy dolorosas. Las lesionesiniciales pueden quedar localizadas en dichas áreasdurante meses o incluso años. Posteriormente puedenaparecer lesiones en el resto del cuerpo.

● El penfigoide ampolloso puede iniciarse con placaseritematosas muy pruriginosas y estables durante meses oincluso años; por tanto, en los ancianos debemosplantearnos el diagnóstico ante cuadros de pruritogeneralizado, o ante la presencia de lesiones de aspectourticariforme o eccematoso.

● A lo largo de la vida las uñas reciben multitud deagresiones externas e internas, lo que hace que presentenuna serie de modificaciones, algunas de las cuales puedenconsiderarse habituales o normales y forman parte delcronoenvejecimiento cutáneo.

● Para confirmar la sospecha de onicomicosis es precisollevar a cabo un examen microscópico directo a fin devisualizar las hifas.

● La desnutrición es frecuente en los ancianos, sobre todo siestán ingresados en asilos. En la práctica ambulatoria lasalteraciones nutricionales pueden pasar inadvertidas, y sonlas manifestaciones cutaneomucosas las que pueden darlas pistas para el diagnóstico de la carencia.

● Las manifestaciones cutáneas asociadas a diabetes mellituspueden estar relacionadas con las alteraciones de lainsulina, la hiperglucemia e hiperlipemia, los trastornosvasculares o la neuropatía.

Palabras clave:

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un tratamiento antibiótico adecuado y, en numerosas ocasio-nes, sin el ingreso del paciente, pueden aparecer complica-ciones como fascitis, mionecrosis, abcesos y sepsis.

El herpes zoster, infección por el virus de la varicela zos-ter, aunque puede aparecer en cualquier edad, es mucho másfrecuente a partir de los 50 años. Suele comenzar con dolory parestesias en el dermatoma afectado, que pueden confun-dirse con cuadros clínicos como apendicitis, cólico renal ohepático, infarto agudo de miocardio u otros, dependiendodel dermatoma afectado. La erupción cutánea se caracterizapor la aparición de lesiones localizadas y unilaterales, queno sobrepasan la línea media. La complicación más frecuen-te, que aparece en casi el 50% de los pacientes mayores de60 años, es la neuralgia postherpética. El tratamiento especí-fico con antivíricos debe iniciarse en las primeras 72 h, sinolvidar las curas antisépticas diarias y la analgesia.

El intertrigo candidiásico en el anciano se ve favorecidopor circunstancias sociales, limitación de la actividad cotidia-na, cambios en los hábitos higiénicos, mayor patología ymultimedicación. Como a cualquier edad, clínicamente con-siste en una placa eritematosa y exudativa, con lesiones saté-lite en la periferia y grieta en fondo de pliegue (fig. 2). Hayque tener en cuenta la presencia de reservorios digestivos ogenitales para evitar posibles recidivas. Las medidas higiéni-cas deben ir encaminadas a mantener limpia la zona, evitar

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roce y maceración. Tópicamente pueden aplicarse, depen-diendo del componente exudativo, pomadas, cremas o polvoscon antimicóticos con acción anti-Candida, como los deriva-dos imidazólicos o la nistatina. En casos graves o recidivan-tes puede llegar a ser necesario el tratamiento sistémico.

La escabiosis o sarna se da frecuentemente en pacientesque viven en condiciones de hacinamiento, como en algunasresidencias de ancianos. La clínica se caracteriza por pruritode predominio nocturno, lesiones como el surco acarino, pá-pulas persistentes y vesículas perladas, además de lesionesde rascado. La localización de estas lesiones (surcos interdi-gitales de las manos, muñecas, axilas, región periumbilical,areolas mamarias, escroto, pene y nalgas) orienta el diagnós-tico. En personas mayores la clínica de presentación puedeser muy variable, lo que dificulta el diagnóstico. El trata-miento consiste en permetrina al 5% en crema, aplicada des-de el cuello hasta los pies, donde se mantiene durante 8-10h; a la semana se repite la aplicación. Sería necesario reali-zar el tratamiento de todos los convivientes, así como el la-vado de la ropa con agua caliente.

Reacciones a medicamentos

Algunos estudios establecen una relación entre la edad y elaumento de las reacciones medicamentosas. En España el50% de las reacciones adversas a medicamentos afectan a losmayores de 49 años. Las razones de este hecho son diversas.Por un lado, los pacientes de edad utilizan un mayor númerode medicaciones: los enfermos mayores de 65 años empleanuna media de 2 a 6 medicaciones prescritas, y de 1 a 3,4 noprescritas. Alrededor del 75% de las personas mayores de 70años toman medicación regularmente. Además, existen facto-res farmacocinéticos, como las alteraciones en la absorción, ladistribución y la capacidad para unirse a las proteínas plasmá-ticas, o la disminución de la función renal o hepática, lo quecompromete el metabolismo del medicamento. Por otro lado,

Figura 1. Placa de erisipela en el dorso del pie.

Figura 2. Intertrigo candidiásico en pliegue inguinal.

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no hay que olvidar los errores de dosificación por la pérdidade memoria o por alteraciones en la visión. Además, las reac-ciones son más graves que en el individuo joven. Los diuréti-cos son los medicamentos más frecuentemente asociados a re-acciones adversas medicamentosas en los ancianos. En la ta-bla 1 se recogen los fármacos implicados con mayorfrecuencia en reacciones adversas yatrogénicas.

Los cuadros cutáneos más comunes son los exantemas, laurticaria/angioedema y el exantema fijo. La gravedad es va-riable; en general son pasajeros, pero en ocasiones puedenser fatales, como en la necrólisis epidérmica tóxica o en elshock anafiláctico.

No es fácil responsabilizar a un fármaco de una reaccióncutánea, pero el clínico, ante un cuadro cutáneo no adecua-damente explicado, debe pensar en la posibilidad de una re-acción medicamentosa. Una vez asumido que un medica-mento es responsable, tampoco es fácil implicar un fármacoespecífico como causante de una reacción cutánea determi-nada. Muchos pacientes están bajo el efecto de múltiplesmedicaciones, cuya administración comienza a veces simul-táneamente. No siempre existe correlación entre el medica-mento y el síntoma, ni entre el síntoma y el medicamento.Además, es frecuente que el enfermo niegue la ingestiónprevia de fármacos, por lo que hay que hacer un interrogato-rio detallado. En la tabla 2 se enumeran los posibles cuadrosclínicos que pueden originarse por medicamentos.

La clínica cutánea de las reacciones medicamentosas ca-rece de especificidad en la mayor parte de los casos. Tampo-co la histopatología, salvo algunas excepciones, es específi-ca. Con estas premisas, la vinculación entre una determinadareacción y el medicamento es probabilística. La historia clí-nica proporciona la información más valiosa para establecerel potencial papel etiológico de un medicamento.

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Enfermedades ampollosasautoinmunitarias

En los ancianos se pueden desarrollar lesiones ampollosasde etiologías muy diversas, entre ellas las enfermedades au-toinmunitarias. Bajo esta denominación se incluye un grupode dermatosis que se expresan clínicamente en forma de ve-sículas y/o ampollas, en las cuales la presencia de autoanti-cuerpos participa en su desarrollo. En algunas entidades seconoce muy bien el antígeno contra el que van dirigidos, co-mo en el pénfigo y el penfigoide, mientras que en otros pro-cesos, como la dermatitis herpetiforme, no están tan claroslos mecanismos patogénicos.

En función de los hallazgos histopatológicos, las diferen-tes enfermedades se han agrupado en:

TABLA 1. Fármacos responsables de reacciones cutáneas

Medicamentos Medicamentos con mayor riesgo con poco riesgo

Alopurinol Aminofilina

Amoxicilina, ampicilina Aspirina

Carbamacepina Atropina

Isoniacida Codeína

D-penicilamina Digoxina

Hidantoínas Dinitrato de isosorbida

Contrastes yodados Gentamicina

Rifampicina Dióxido aluminínico

Sulfadiacina, trimetroprim- Hidróxido magnésico, insulina, sulfametoxazol metildopa, morfina,

paracetamol, prednisona,prometazina, propanolol,sales ferrosas,espironolactona

TABLA 2. Manifestaciones que pueden estar causadas por medicamentos

Afectación cutánea

Erupción exantemática (fig. 3)

Eritrodermia

Urticaria

Enfermedad del suero

Exantema fijo medicamentoso: una o varias placas redondeadas, de 1 a varios cm de diámetro, eritematosas,urticadas e incluso ampollosas, que cursan con prurito.Aparecen tras la ingesta del medicamento responsable, enlos mismos lugares que en los brotes anteriores. Al regresardejan una pigmentación muy persistente (fig. 4)

Cuadros que simulan enfermedades del tejido conectivo: lupus eritematoso sistémico, esclerodermia, dermatomiositis,vasculitis, erupciones liquenoides, fotosensibilidad, etc.

Lesiones ampollosas: eritema exudativo multiforme, necrólisis epidérmica tóxica, porfiria y seudoporfiria o pénfigo

Afectación de anejos

Alopecia

Hipertricosis

Hirsutismo

Cambios en la coloración del pelo

Erupciones acneiformes

Hidradenitis ecrina neutrofílica

Afectación mucosa

Estomatitis

Pigmentaciones

Xerostomía

Hiperplasia gingival

Reacciones funcionales

Prurito

Rubor

Livedo reticularis

Fenómeno de Raynaud

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1. Ampollas intraepidérmicas: pénfigo vulgar-pénfigo vege-tante, pénfigo foliáceo-pénfigo eritematoso, pénfigo paraneo-plásico, pustulosis intraepidérmicas por inmunoglobulina A.

2. Ampollas subepidérmicas: penfigoide ampolloso, pen-figoide cicatrizal, epidermólisis ampollosa adquirida, lupuseritematoso ampolloso, dermatitis herpetiforme y otras.

Pénfigo vulgarEs el más frecuente en nuestro medio. Puede iniciarse con lapresencia de ampollas y/o erosiones en las mucosas, sobretodo en la oral, que pueden ser muy dolorosas. Las lesionesiniciales pueden quedar localizadas en dichas áreas durantemeses o incluso años. Posteriormente pueden aparecer lesio-nes en el resto del cuerpo. Dado que se trata de ampollas in-traepidérmicas, se rompen con facilidad dejando áreas ero-sionadas (fig. 5). Cuando éstas son muy extensas, pueden re-querir el ingreso del paciente para controlar el equilibriohidroelectrolítico y prevenir las sobreinfeciones.

Su diagnóstico se confirma mediante la técnica de inmu-nofluorescencia directa; para ello se realiza una biopsia de lapiel o la mucosa no afectada, preferiblemente del tejido peri-lesional.

Puede asociarse a la toma de ciertos medicamentos (entreellos destacan la D-penicilamina y el captopril) o a otrosprocesos autoinmunitarios, o bien ser un proceso paraneo-plásico (pénfigo paraneoplásico).

El tratamiento debe ser supervisado por el especialista yadaptado a cada paciente. Consiste en el tratamiento sistémi-co asociado a curas tópicas.

1. Tratamiento tópico. Fomentos con sulfato de zinc o co-bre al 1/1.000, con posterior aplicación de un corticoide encrema de mediana o alta potencia. En las mucosas se aplicatriamcinolona al 0,2% en orabase 2 veces/día y lidocaínaviscosa al 2% 30 min antes de comer.

2. Tratamiento sistémico. Se administran 1-2 mg/kg/díade prednisona. La dosis se aumenta si no hay respuesta y sereduce poco a poco cuando se consigue la epitelización delas lesiones previas. Se puede asociar azatioprina (2mg/kg/día) para disminuir la dosis de corticoides.

Penfigoide ampollosoAfecta predominantemente a individuos de edad avanzada.Puede iniciarse con placas eritematosas muy pruriginosas yestables durante meses o incluso años; por tanto, en los an-cianos debemos plantearnos el diagnóstico de penfigoideampolloso ante cuadros de prurito generalizado, o ante lapresencia de lesiones de aspecto urticariforme o eccematoso.Las lesiones típicas son ampollas que pueden asentar sobrepiel previamente afectada o sana. La mucosa oral y de laorofaringe se ve afectada en un 40% de los pacientes, perosuele ser de forma transitoria.

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Figura 3. Exantema medicamentoso.

Figura 4. Exantema fijo medicamentoso.

Figura 5. Lesiones erosivo-costrosas de pénfigo.

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Es una enfermedad mucho menos grave que el pénfigo,con tendencia a la curación espontánea. Los corticoides tópi-cos potentes pueden ser suficientes en las formas localiza-das. En las más generalizadas será preciso el tratamiento conprednisona (0,5-1 mg/kg/día), cuya dosis se disminuirá lentay progresivamente una vez que haya cesado el brote de le-siones nuevas.

Alteraciones ungueales

A lo largo de la vida las uñas reciben multitud de agresionesexternas e internas, lo que hace que presenten una serie demodificaciones, algunas de las cuales pueden considerarsehabituales o normales (forman parte del cronoenvejecimien-to cutáneo), mientras que otras representan una patologíamás o menos frecuente en los individuos de edad avanzada.

Alteraciones ungueales debidas a la edadSe deben a la reiteración de agresiones externas (roce, fric-ción, presión, cambios de temperatura, etc.), pero sobre todoa las progresivas modificaciones fisiológicas del organismo(alteraciones vasculares, neurológicas y osteoarticulares se-niles), al progresivo cronoenvejecimiento de los epitelios(manifestado por el enlentecimiento en la actividad de losqueratinocitos), la xerosis (por disminución de los lípidos desuperficie y progresiva deshidratación) y los cambios hor-monales y nutricionales. A esto debe sumarse el hecho deque el anciano tiene más dificultad para llevar a cabo loscuidados higiénicos necesarios. Además, puede influir lamedicación que toma y añadirse a otras enfermedades quepueda padecer. Todo ello hace que la lámina ungueal seamás gruesa y seca, menos brillante y de superficie menos li-sa. Esta distrofia ungueal puede ser especialmente acentuadaen la primera uña de los pies, donde pequeños traumatismosson más intensos y frecuentes, de tal forma que con muchafrecuencia la lámina adquiere un engrosamiento marcado(paquioniquia), opacidad, pigmentación y surcos transversa-les (fig. 6). El hallux valgus (juanete) se suma a las causasantes citadas y provoca un roce excesivo en la cara internadel primer dedo, destruyendo los pliegues laterales y favore-ciendo el crecimiento vertical de la lámina (fig. 7).

Alteraciones patológicasInfecciones del aparato ungueal– Onicomicosis. La distrofia de la lámina ungueal debida ala infección por hongos es menos frecuente de lo que se havenido señalando en los últimos años. La mayoría de las ve-ces la alteración ungueal obedece a las causas que hemos se-ñalado anteriormente. No obstante, es más fácil que una lá-mina alterada sea parasitada por distintos tipos de hongos(que se observan en visión directa y en cultivos), que conmucha frecuencia no son responsables de la distrofia. Las al-

teraciones típicas de la onicomicosis son: onicólisis, hiper-queratosis subungueal, cromoniquia, destrucción de la lámi-na y distrofia importante. Hay que tener en cuenta que estasalteraciones son también características de otros procesos,principalmente de la psoriasis ungueal, con la que siempreplantea el diagnóstico diferencial (fig. 8).

Para confirmar la sospecha de onicomicosis es precisollevar a cabo un examen microscópico directo que permitavisualizar las hifas. Es necesario raspar la uña o cortar unosfragmentos que, sobre el portaobjetos, se tratan luego conhidróxido potásico al 10-30%, al que puede añadirse tintaParker para visualizar mejor los elementos fúngicos. Loscultivos se hacen preferentemente en medios de Sabouraudadicionados con antibióticos o actidiona para impedir el cre-cimiento de bacterias.

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Figura 6. Distrofia ungueal senil.

Figura 7. Onicogrifosis.

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El tratamiento de las onicomicosis del anciano es seme-jante al del adulto, si bien deben tenerse en cuenta de mane-ra especial las posibles interacciones con los fármacos quepueda estar recibiendo el paciente, muchas veces polimedi-cado. El itraconazol, siguiendo la pauta denominada de pul-sos intermitentes y a la dosis de 400 mg/día durante una se-mana al mes a lo largo de 3 a 4 meses, o la terbinafina, a ladosis de 250 mg/día durante 3 meses, son sin duda las medi-caciones más eficaces actualmente. Los dermatófitos res-ponden a ambos fármacos; Candida y los mohos responden–si bien éstos en menor grado– al itraconazol. Debemos te-ner en cuenta las posibles interacciones medicamentosas en-tre estos fármacos y la medicación que toma el paciente.

Las onicomicosis superficiales pueden ceder con la sim-ple aplicación una vez por semana de una laca de amorolfinaal 5%. Ésta puede asociarse al tratamiento sistémico conitraconazol o terbinafina y, en los casos de afectación graveprofunda, puede resultar conveniente dicha combinación.

– Paroniquias crónicas (fig. 9). Son frecuentes sobre todoen las manos de mujeres que llevan a cabo las tareas del ho-gar, asociadas a enfermedades que predisponen a ellas comola diabetes mellitus y la enfermedad periférica vascular (enlos pies). El agente etiológico más frecuente es Candida albi-cans, aunque otros agentes antimicrobianos, como Staphylo-coccus, Streptococcus, Pseudomonas y Proteus, pueden tam-bién ocasionarlas. Con frecuencia se trata de infecciones mix-tas por dichos agentes. El tratamiento debe llevarse a cabocorrigiendo los posibles factores predisponentes (diabetes,maceración por agua y detergentes). Debe aplicarse una cre-ma antibiótica (gentamicina o ácido fusídico), un antifúngicoactivo frente a Candida o ambos asociados durante varias se-

manas, hasta que la morfología de la zona se normalice pro-gresivamente. En alguna ocasión, si la gravedad lo requiere, ypreferentemente tras confirmación de la etiología por cultivos,puede ser necesaria la administración de un antibiótico o anti-fúngico por vía sistémica. Deben tomarse medidas higiénicaspara evitar recidivas; entre ellas, hay que evitar retirar la cutí-cula, ya que su función protectora del surco es necesaria.

Alteraciones ungueales secundarias a procesosdermatológicosAlgunos procesos crónicos, como la psoriasis (fig. 10), el li-quen, la ictiosis, la eritrodermia, el eccema, etc., provocandistrofias ungueales permanentes por afectación de la matrizungueal o de los pliegues ungueales.

Alteraciones ungueales en las afecciones sistémicasPor ejemplo, las petequias de los pulpejos y las hemorragiasen astilla subungueales junto con los nódulos de Oslersoncaracterísticos de la endocarditis subaguda.

Alteraciones nutricionales,metabólicas y endocrinas

La desnutrición es frecuente sobre todo si los ancianos estáningresados en asilos. Se han podido reconocer diversas ma-nifestaciones cutáneas relacionadas con alteraciones de lanutrición, especialmente en pacientes ingresados con enfer-medades graves o que reciben nutrición parenteral. En lapráctica ambulatoria las alteraciones nutricionales puedenpasar inadvertidas, y son las manifestaciones cutaneomuco-sas las que pueden constituir las claves para su diagnóstico.

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Figura 8. Onicomicosis: hiperqueratosis subungueal. Destrucciónparcial de la lámina.

Figura 9. Paroniquia.

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En la tabla 3 se recogen los déficit nutricionales más fre-cuentes y las manifestaciones cutáneas más importantes quepueden originar.

Manifestaciones cutáneas asociadas a trastornostiroideosHipertiroidismoLa piel suele ser fina y caliente, con aumento de la sudación,que es más pronunciada en las palmas y las plantas. Existeuna importante rubefacción facial con eritema en las palmasy los codos.

El mixedema pretibial es una manifestación infrecuente(un 5% de los pacientes). En la mayoría de los casos se aso-cia a oftalmopatía y es, por lo general, una manifestacióntardía de la enfermedad. Las lesiones son nódulos cutáneosdiscretamente purpúricos y de coloración carnosa en la re-gión pretibial.

HipotiroidismoLa piel se vuelve xerótica, pálida y fría, con hiperquerato-sis folicular. El cabello se vuelve seco y quebradizo, y cre-ce lentamente, con alopecia difusa. El cambio cutáneo máscaracterístico es el mixedema generalizado, que confiere alos pacientes una facies característica con nariz y labiosengrosados, lengua aumentada de tamaño y párpados ede-matosos.

Manifestaciones cutáneas asociadas a ladiabetes mellitusPueden estar relacionadas con las alteraciones de la insulina,la hiperglucemia y la hiperlipemia, los trastornos vasculareso la neuropatía.

Acantosis nigricansSe caracteriza por engrosamiento de la piel y aumento depigmentación, y se localiza principalmente en axilas, ingles,nuca y laterales de cuello.

Necrobiosis lipoídicaLa presentan un 0,3% de los diabéticos y se caracteriza poruna placa amarillenta, generalmente única, localizada en laregión pretibial y que presenta un borde rojizo y un centroatrófico (fig. 11). Las lesiones generalmente son anestésicaspor la destrucción de las fibras nerviosas a causa de la diabe-tes.

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TABLA 3. Déficit de algunos nutrientes y manifestacionescutáneas más importantes

Déficit Manifestaciones cutáneas

Proteínas Xerosis. Dermatitis descamativa

Alopecia. Pérdida de tejido adiposo

Vitamina A Xerosis

Vitamina C Hemorragias perifoliculares. Púrpura

Equimosis. Periodontitis

Niacina Pelagra: dermatitis en áreas fotoexpuestas, diarrea, alteracionesneuropsíquicas

Zinc Dermatitis acral y periorificial

Glositis. Alopecia

Hierro Alopecia difusa. Uñas frágiles con onicorrexis

Queilitis angular. Lengua despapilada. Prurito

Ácidos grasos esenciales Xerosis. Anergia cutáneaFigura 10. Psorisis ungueal: hiperqueratosis subungueal. Surcosde Beau.

Figura 11. Necrobiosis lipoídica en cara anterior de pierna.

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Dermopatía diabéticaSon pequeñas placas pigmentadas pretibiales, discretamentedeprimidas y cubiertas de piel atrófica (fig. 12). Son secun-darias a la microangiopatía diabética.

Escleredema del adultoEs una enfermedad del tejido conectivo, de causa desconoci-da, que se caracteriza por una induración crónica y difusa dela piel, que adopta el aspecto de piel de naranja. La mayoríase desarrolla de forma insidiosa en pacientes con diabetesinsulinodependiente de larga duración. Es muy resistente altratamiento.

Ampollas diabéticasGeneralmente afectan a la región pretibial y al pie.

Pie diabéticoUn 20% de los pacientes diabéticos hospitalizados lo sonpor problemas en el pie, y un 50% de las amputaciones notraumáticas se realizan en los diabéticos. Las lesiones cutá-neas en los pies diabéticos, especialmente úlceras, se debena los cambios vasculares, a las alteraciones neurológicas y ala infección de las lesiones. El riesgo de amputación aumen-ta con la edad.

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Figura 12. Dermopatía diabética en cara anterior de pierna.