Elisa Sánchez

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O L i Q S L O i O MAYO 2013 | 3 € JOSEPH GORDON LEVITT edición UNO EVA HACHE NOS HACE ELHUMOR ¿HAS PROBADO A TOMARTE UNA COPA EN UN AVIÓN? OCIO VINTAGE MADRID

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Revista Soliloquio 14 páginas.

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OLi QS LO iOMAYO 2013 | 3 €

JOSEPH GORDON

LEVITT

edición

UNO

EVA HACHE NOS HACE EL HUMOR

¿HAS PROBADO A TOMARTE UNA

COPA EN UN AVIÓN?

OCIO VINTAGE MADRID

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Aseguran que nunca quisieron ser "grandes" pero lo cierto es que lo han conseguido. 20 años después de sus primeras grabaciones, a los 15 de la obra maestra 'OK computer', ha-blamos con la banda más importante del rock.

En una tarde fresca de verano en Oxford, Colin camina rápido hacia un pub en el cas-co viejo de la ciudad, señalando edificios históricos. Hace un gesto a una estrecha puerta que lleva a Modern Art Oxford, una importante galería. Cuando no estaban to-cando juntos o en la universidad, los jóve-nes miembros de Radiohead se pasaban las tardes en el sótano, “hablando eternamente, cada uno con una taza de café que duraba cinco horas”, cuenta Colin. Doblando la es-quina, señala una tienda de ropa –Cult, par-te de una cadena– y señala con una sonrisa divertida que Yorke trabajó en una de esas tiendas como dependiente. Es una imagen improbable: Yorke, un hombre compacto de energía impaciente e ironía letal ven-diendo vaqueros de diseño. Pasando una cabina de teléfono, Colin recuerda los titu-beantes primeros intentos de Radiohead por hacer discos, antes del contrato con EMI. “No había e-mail ni móviles”, cuenta el bajista: “Íbamos a una cabina, echábamos dinero y llamábamos a un estudio. Una vez preguntamos por el precio de una sesión y el tío nos dijo que 900 libras [unos 1.100 euros]. Le dimos las gracias y colgamos rá-pidamente”. Radiohead grabaron su primer álbum, Pablo Honey (1993), en el estudio de un productor que había trabajado con

la versión bluesera de los 60 de Fleetwood Mac.Luego está el Bear Inn, un pub muy antiguo (abrió en 1242) con techos peligro-samente bajos. Colin, nativo de Oxford, y Yorke –nacido en una pequeña ciudad de los East Midlands, Wellingborough, y cria-do en sus primeros años en Escocia– se conocieron siendo preadolescentes. Am-bos tomaban clases de guitarra clásica en la misma escuela. En el Bear consiguieron comprar alcohol, aunque eran menores, y hablaron de sus modelos para el grupo que planeaban formar: New Order, Talking Heads y los favoritos de Yorke, R.E.M. Sentado en una mesa fuera del Bear con una pinta , Colin recuerda con cariño “esa excitación del ruido” en los primeros con-ciertos de Radiohead, “cuando tocas en un pub, pidiendo prestado un ampli de bajo a alguien mayor y te has tomado cuatro latas de cerveza para armarte de valor. Es lo que hicimos en nuestro primer concierto. Era a 20 minutos andando por ahí”. Señala una calle que va detrás del Bear, hasta la Jericho Tavern. Radiohead debutaron allí en 1986 bajo el nombre On a Friday, tras su habi-tual ensayo, cuando todos estudiaban en la Abingdon School. Selway, el mayor, tenía 19; Jonny no llegaba a los 15. Más tarde, en la puerta de un restaurante en un barrio

residencial, Colin señala otro lugar sagrado para Radiohead: la casa cerca de la esquina de Magdalen Road y Ridgefield Road que Colin, Selway y O’Brien alquilaron en el verano de 1991. El grupo guardaba allí su equipo y sus cinco miembros vivieron allí, en diferentes combinaciones, durante un año. “Buenos tiempos”, dice Colin con un suspiro, “aunque Jonny nunca limpiaba”. Selway caracteriza ese periodo como “un buen entrenamiento para los autobuses de gira. Había montones de cajas de pizza en la esquina. Llegaba a ser tan insoportable que alguien al final tenía que limpiar. Yo iba y venía durante todo el año. Creo re-cordar que Colin se mudó a mi habitación después de que yo la decorara y la dejara bastante bonita”.

El grupo da la razón a Colin Greenwood: “Somos demasia-do ingleses”.

Yorke llegó tras graduarse en Exeter. “Vol-víamos de los conciertos”, dice, “escuchá-bamos el contestador automático y había como 10 mensajes de discográficas”. La casa de Ridgefield Road supuso el fin de la adolescencia de Radiohead, el punto en el que se convirtieron en una banda a tiempo

MÚSICA 1

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completo obesionada con su trabajo y su progresión. Jonny describe una Navidad en la que aún estaba en el instituto y los otros en la universidad. “Ensayamos en salas de la ciudad todos los días, incluida la Nochbu-na. Fue una locura. No había un concepto. Trabajábamos en canciones por una nebu-losa razón futura que claramente no había-mos meditado bien”. “Así de intenso era el tiempo que pasábamos juntos”, dice. “Así ha sido siempre. Nuestra pandilla giraba principalmente en torno a tocar instumentos y a las canciones”. “Creo que ahí fue cuando escribimos Creep”, dice Yorke cuando se le pregunta sobre esas Navidades. “Hay perio-dos en los que te sientes con energía. Cuando trabajamos, algo pasa y todo va bien, enton-ces pasa esa mierda”. La aversión de Yorke a la carretera apareció temprano. También su disgusto por el decoro y el respeto a las reglas del juego que se esperan de un grupo de multinacional. Edge, el mánager, reme-mora “un famoso concierto” en Las Vegas “para el que tuvimos que dar una ridícula vuelta debido al aparente desconocimiento de los promocioneros americanos de su geo-grafía. Estábamos haciendo un programa de radio, teloneando a Tears for Fears, y todo el mundo estaba de mal humor”. Durante el concierto, “en un arranque de rabia”, Yorke destrozó la mitad de las luces del escenario. Edge dice que “ya hace tiempo que la idea de que Yorke pueda hacer eso desapareció”.

Pero Yorke mira hacia su yo no mucho más joven –particularmente la atormentada anti-estrella documentada en Meeting people is easy, el documental de 1999 sobre la gira de OK computer– sin excusas. “Estaba abu-rrido”, afirma de manera inexpresiva, en el backstage de Miami, sobre su aura de zom-bie agresivo en la película. “Me encantaba ese disco. Pero la idea de estar encadenados a esas canciones durante año y medio, igua-les, sin cambios, nada… No podía con ello. Acabábamos una canción y me quedaba ahí, congelado”. “Ahora entiendo por qué hici-mos todos esos conciertos”, confiesa Yorke. “Si no lo hubiéramos hecho, no estaríamos donde estamos ahora. Pero perdí los nervios. Hemos pasado por diferentes etapas, esa fue una de las malas”. “Lo que nos diferencia”, interviene Jonny, “es que desde el principio nuestra obsesión eran las canciones. Como consecuencia de ello, ahora tocamos en directo”. “No éramos un pandilla de cole-gas” en Ridgefield Road, observa O’Brien, “éramos más como una pandilla de conspi-radores. Teníamos una meta común. De eso se trataba, de soñar. Todo lo que tenemos ahora… Nunca hubo una duda de que iba a ocurrir. Y ocurrió, porque el mundo real

Thom Yorke:“Nunca quisimos ser grandes”

"Hay una parte física que encuentro in-teresante, la respiración”, cuenta Yorke. Está tratando de explicar lo que se le pasa por la cabeza y lo que siente cuando can-ta. “Es un estado meditativo, como estar en un andén de metro esperando a que pase el tren. Las cosas pasan delante de ti: trenes, personas”. “Me llevó unos años aprender a hacerlo”, dice de actuar, durante un desayu-no-entrevista en Londres el pasado mes de julio. “Viendo a gente como Michael Stipe o Jeff Buckley me di cuenta de que ese es un buen lugar al que llegar. No es malo cerrar los ojos”. Ese día por la tarde, Radiohead se reúnen con Edge y Hufford para hablar de la gira de 2012. Después, O’Brien describi-rá la reunión como “tensa”. Yorke ya suena incómodo mientras se come una tortilla de clara de huevo: “Este nivel de maquinaria me asusta a veces. Vas al backstage y hay gente y cosas por todos los lados”. “Nun-ca quisimos ser grandes”, dice. “No quiero que me adoren así. Se podría decir que es egoísta. También se podría decir que aquí hay alguien que se divierte con lo que hace: intentar joderte la cabeza”. Yorke saborea la última frase cuando la epor culo a eso.

THOM YORKE -SOLILOQUIO

participó de ello”. “Pero yo digo que ellos son mis hermanos, aunque algunos de ellos no se dan cuenta. Todos vamos a los funera-les de los otros, hemos pasado por muchas cosas. Somos familia”. Esa es “una cualidad

que no solemos reconocer”, dice Colin. “So-mos demasiado ingleses”.

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5 LUGARESQUE VISITAR

MADRID

Zombie Bar. está situado en el número 7 de la calle pez (malasaña) se concibe no solo como un lugar único donde se valora la ex-quisitez de cada uno de los platos, sino tam-bién como un lugar de encuentro de persona-lidades inmersas tanto en la culturacomo en la contracultura madrileña. Frecuentado por músicos, diseñadores, fotógrafos. 2

Tipos Infames es una librería especiali-zada en narrativa literaria de carácter indepen-diente.El local cuenta con diferentes ámbitos en los que desarrollar sus actividades: libre-ría, cafetería, enoteca, sala de exposiciones...Ofrecen productos de calidad como vinos de autor, cervezas artesanas y una amplia gama de actividades: presentaciones de libros, catas 1

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La Mojigata café es pequeñito pero auténtico. No hay que llegar demasiado en-trada la mañana o te quedarás sin silla. Todo el mobiliario parece sacado de un mercadillo de pulgas europeo y le da un toque acogedor. La cocina está abierta a la sala y se puede ver cómo van preparando las comandas, sin trampa ni cartón.

Los Micro por Dinero combian el tea-tro y el ocio a un precio muy asequible. Se trata de un local de dos plantas, en la de arriba se compran las entradas y está provista con una barra, mesas, como cualquier bar de ta-pas, aunque decorado con carteles, lo que te confundirá y no sabrás si estás en un bar, en un cine o en un teatro.

Happy Day es el sitio de moda en Ma-lasaña. Baguels rellenos o no, muffins, cup-cakes de mil sabores (cada día puedes des-cubrir algunos nuevos) y además tarta de zanahoria, cheescake, chocolates.. Se trata de dulces al más puro estilo Magnolia Bakery de New York en los años 50. 3

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574 NBdesde 60€

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Eva Hache (Segovia, 1972), además de pre-parar la presentación de la inminente Gala de los Premios Goya, acaba de iniciar las representaciones de la obra de teatro Fiste-rra, comedia dirigida por Víctor Conde y en la que comparte protagonismo con Ángeles Martín. Después de 18 años sin interpretar “un personaje que no sea Eva Hache”, vuel-ve a los escenarios con las tablas y el nom-bre que se ha ganado con ese personaje y que sigue muy vivo en una nueva edición de El Club de la Comedia. Nos encontramos con Eva Hernández Villegas, menos histrió-nica que su álter ego, en la sala de lectura en Madrid, donde interrumpimos a una visi-tante que leía Memorias Líquidas.Estudiaste Filología Inglesa y recientemen-te has escrito algún artículo defendiendo vehementemente la corrección ortográfica. ¿Era vocación? Yo quería ser actriz, estudiar arte dramático. El primer contacto que tuve con el teatro fue durante los años de instituto, con 14 o 15 años hacía teatro amateur. Pero era una “marcianada”; si puede serlo

para unos padres de ahora, imagínate en los años 80. Mis padres, siendo los dos profe-sores, me dijeron: “Estudia lo que quieras, pero estudia algo”. El caso es que empecé la universidad y lo primero que vi, el día que fui a matricularme, fue el aula de teatro.¿En algún momento te has dedicado o has pensado dedicarte a algo relacionado con tus estudios?He dado clases particulares. He sido,como bien se conoce, señorita de inglés (ríe).¿Te ha servido para algo en tu trabajo?En la vida sí, para conocer a mi marido, que es extranjero, y al menos los primeros me-ses hablábamos en inglés.¿Es la Hache de tu seudónimo una rei-vindicación?Hombre, “hache” escrito con todas las le-tras es una cosa como muy filológica, pero fue algo circunstancial. Estudié filología en Valladolid y cuando me vine a Madrid em-pecé a hacer castings, pensando que ya era una actriz forjada al haber estado trabajan-do con una compañía, pero los trabajos de triunfar estaban ocupados y tuve que traba-

jar en muchas cosas. Pero, claro, el nombre de Eva Hernández no lo recordaba nadie, directamente tiraban el curriculum. Enton-ces llevaba tiempo firmando como Eva H. Villegas, y llegó un momento en que decidí ponerlo con todas las letras. Y resultó. Re-sultó también porque en ese momento deci-dí dejar de hacer trabajos como vender ropa, telefonista bilingüe, dar clases de inglés, ca-marera… y todo lo que podía gracias a que sabía inglés, para producir un espectáculo de cabaret en el que ya aparecía como Eva Hache. Así que no creo que solo fuera el nombre, sino que decidí darme un empujón para ser actriz, y si funcionaba, bien, y si no, ya vería en qué trabajaba.Presentas actualmente el programa que te lanzó a los escenarios en la época de mayor auge del stand-up comedy en Es-paña, al ganar el concurso de monólogos. Desde entonces has desarrollado un estilo propio en el que el punto fuerte es la in-terpretación de los monólogos, en ocasio-nes tópicos.Estoy totalmente de acuerdo. Intento salvar

Entrevista-humor

Eva Hache-FiveQuots

EVA HACHE Y MONOLOGUISTAPIERDE LA FUERZAPOR LOS CHISTESDE HACER EL HUMOR

EVA HACHE-SOLILOQUIO

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los chistes malos..Cuando me presenté Tuvo que pasar tiempo hasta que se vio la marca de cada monologuista, aunque fueran del mismo tipo de guionistas. Importa el texto, por supuesto, pero al final está la marca del monologuista. A mí el hecho de hacer textos escritos por otras personas me parecía horri-ble y creía que no lo iba a poder hacer nun-ca; sin embargo, es otro tipo de trabajo al que le he cogido mucho cariño. Pero estoy de acuerdo, mi actitud en el escenario era muy distinta, entre otras cosas porque no me conocía nadie y tenía que hacer un esfuerzo bastante más grande.En todo este tiempo que has estado tan li-gada al género, ¿cómo ves su evolución?, ¿crees que se está saturando?Hace ocho años ya daba la sensación de saturación. Es decir, si estás en-tre monologuistas da esa sensación. Pero no creo que hubiera saturación entonces ni que a haya ahora, porque el público se va aco-modando y va cogiendo gustos. Creo que lo que ha sucedido es que cuando nosotros empezamos haciendo monólogos no se daba este género en España, explotado como tal. Era como muy de las películas americanas del tío con la pared de ladrillo y el micro. Entonces resultaba raro porque actuábamos en todas partes, además existía la sensación de que eso lo podía ha-cer cualquiera: “Se sube ahí mi cuñado y lo hace mejor que tú”, no había un respeto. Ahora lo que ha pasado es que, después de tantos años, los que eran buenos, son muy buenos; se han consagrado como monolo-guistas y a la vez el público se ha hecho más entendido, con lo cual es más exigente. Los monologuistas se lo tienen que currar ahora un montón.Cuando entrevistamos a Goyo Jiménez nos dijo que el humor debe abarcar todo lo que no haga daño personalmente, es decir, que no soporta los chistes con nom-bre. ¿Cuáles son tus temas repudiados?Estoy totalmente de acuerdo con Goyo. También me molesta personalmente como mujer el humor de guerra de sexos, porque parece que las mujeres estamos obligadas a hacerlo; lo mismo me ocurre cuando los hombres hacen humor con estas generalidades. Partiendo del hecho de que el monólogo se basa en lugares comunes que todo el mundo ha de reconocer y que esa es la principal herramienta, me molesta mucho porque cuando me escriben un monólogo tienden a que hable de la guerra de sexos

desde el punto de vista de una mujer, y nor-malmente lo escriben hombres, con lo cual es un batiburrillo que no se sabe si es femi-nismo disfrazado de machismo o lo contra-rio. Entonces, procuro por todos los medios evitar este tema.No quería hacer chistes con personas con nombres y apellidos reconocibles y nunca usar los tacos como herramienta para arran-car una carcajada. A partir de esas tres au-tocensuras, yo creo que se puede hablar de todo.Miguel Iríbar, que escribe en Jot Down, exponía en© un artículo el tratamiento de un tema tabú en el humor: la religión. ¿Crees que en España es el tema tabú por excelencia?Yo creo que hay muchos humoristas que ha-blan de religión. Creo que depende de la for-ma. Es como el tema de ETA, ahora ya no, pero cuando estaba ETA no se podía, ¿pero por qué no? Mira Vaya semanita, de repente fue un desahogo poder reír de la kale bo-rroka y de tener un hijo de Jarrai. Creo que los monologuistas debemos ser los últimos de autocensurarnos antes de tiempo. Es ver-dad que las personas religiosas se ofenden parece que con más derecho que las demás.Tú estás en Twitter y, al igual que hay un periodismo en la red, hay humor en 140 ca-racteres. ¿Te gusta?, ¿lo sigues?Sí, de hecho yo empecé siguiendo a colegas y luego fui haciendo unfollow y siguiendo a los que de verdad me hacían gracia. Me gusta mucho, y además en Twitter gentes anónimas pueden hacer chistes muy bestias que a lo mejor nosotros, que tenemos una cara visible, no podemos hacer. Tenemos que guardar a nuestro público y no ofender a las masas.Esa es una de las ventajas del anonimato en Internet, pero también tiene sus incon-venientes.Yo creo que son mayores las ventajas. Y en Twitter hay gente muy brillante que a mí me alegra el día.¿Es esa eclosión de chistes cada vez que salta una noticia una forma de sobrelle-varlo?Es un arma de doble filo, porque en este país llevamos la chirigota tan en la sangre que el efecto catártico se produce demasiado rápi-do. Nos reímos, nos desahogamos, y enton-ces se nos olvida lo realmente mal que está la situación. Están sucediendo cosas verda-deramente vergonzantes —como la rueda

de prensa sin prensa de Rajoy —y, como nos salen los chistes de dentro, se nos pasa. Y a mí me da miedo que nos aletarguemos por-que se nos va la fuerza por los chistes.El late night, después de una época de éxito de la fórmula en la que Manel Fuen-tes, Buenafuente y tú teníais programas, ha desaparecido de la parrilla televisiva. ¿Cuál crees que es el motivo?No son rentables. En cuanto bajaron los in-gresos publicitarios en las cadenas, mante-ner un programa que no es barato, porque tienes unos buenos colaboradores y hay que pagarlos, a esa hora de la madrugada no les sale rentable a las cadenas de televisión.Tal vez si tuvieran un formato más corto, parecido a la fórmula americana.Estoy to-talmente de acuerdo, pero no solo los late night, todos los programas en general. De hecho, muchos de los formatos que se im-portan se alargan. Porque aquí el formato de la media hora parece como que es pobre. Para mí los formatos más brillantes de te-levisión son los cortos, de una media hora. Además estamos acostumbrados por Inter-net a información y consumo de productos rápidos, igual que con la comida. Creo que las televisiones españolas todavía no se han dado cuenta de que el formato de media hora es una maravilla: más barato, más brillante, con mucha más potencia y más agradable de ver para el público.Cuando entrevistamos a los integrantes de Solocomedia les preguntamos si era di-fhcer prevalecer tu criterio en televisión. Ángel Martín nos dijo que siendo presen-tador vas a obedecer, que siendo cómico te puedes plantar, pero es muy complica-do imponer tu criterio. ¿Cómo ha sido tu experiencia en este sentido?Sí, cuando eres presentador y no eres di-rector de tu programa, como es el caso de Ángel y el mío, es verdad, eres un mandado. Pero yo no soy tan pesimista. De hecho, creo que Ángel hizo una cosa muy interesante en televisión que era tener un personaje que hasta entonces no había estado; con lo cual, creo que sí, te toca obedecer, pero por otro lado, tanto a Ángel Martín como a mí, nos

“los guiones del Club

de la Comedia no me gustaban porque se parecían todos mucho”

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contrataron las televisiones por ser como éramos, no nos hicieron un personaje a la medida, sino que nos contrataron por hacer humor como lo hacíamos. Te toca obedecer, está claro que sí, pero tanto en la Noche Ha-che como en El Club de la Comedia meto mucho de lo que yo quiero, por supuesto sabiendo que estás en unos límites y que el programa que estás haciendo, sobre todo El Club de la Comedia, debe ser prácticamente blanco y para todos los públicos.En la época en que estuviste haciendo entrevistas —que no sé qué tal fue la experiencia—, entrevistaste a José Luis Rodríguez Zapatero. ¿Hubo alguna res-puesta que te sorprendiera, que no fuera la que esperabas?Hay una diferencia muy grande entre las entrevistas que yo hacía en Noche Hache y la que hice a Zapatero. La entrevista que hice a Zapatero está “metida en un frasco” y no tiene nada que ver con las entrevistas que yo hacía. Al principio me costaban la vida, porque yo no soy periodista, nunca había hecho entrevistas y me causaban mu-cha impresión. Me daba vergüenza, en los primeros programas iba tocando el guión y cuando veía que quedaban pocas páginas decía: “Se acerca la entrevista, pánico”.

Además no me daba tiempo físicamente para prepararla en condiciones. Sin tener escuela, sin ser entrevistadora y sin tener tiempo, sufría mucho. Por supuesto, tenía una persona del equipo que me preparaba la entrevista, con la que tenía una charla de una hora o más cada día explicándome todo y que me daba el texto un día antes para que yo pudiera preparármelo. Pero al final opté por ser lo más honesta que podía ser, que era sentándome con un personaje y escu-chándole. Como yo, no como una periodis-ta. Preguntando con curiosidad sobre lo que me contaba. La persona que me preparaba la entrevista se ponía mala, porque había hecho un trabajo y yo me iba por peteneras; pero al mismo tiempo era divertido porque el personaje contaba cosas que no había contado en otros sitios, precisamente porque la conversación se convertía en algo natural. Al final disfrutaba muchísimo y creo que los entrevistados también.Próximamente vas a presentar la Gala de los Goya. Es un escenario imponente.Sí, es imponente, pero la verdad es que cuando el año pasado González Macho me propuso presentar la gala, lo primero que me dijo fue: elige a los guionistas. Para mí fue la frase decisiva para aceptar, porque no

me veo haciendo un texto escrito por una persona que no tenga nada que ver conmigo ni diciendo cosas que no me apetece decir. Entonces yo elegí a mi director y subdirec-tora de Noche Hache, con los que tengo una gran confianza —imagínate, después de casi cuatro años trabajando juntos—, con ellos es como si escribiera yo, solo que ellos trabajan mucho más, son menos perezosos y más listos. Así que no tengo ningún pro-blema en dejar que trabajen y luego añadir algo, cambiar o quitar, que es algo que me gusta mucho hacer. Antes te contaba que al principio no me gustaba hacer monólogos hechos por otros y al final he cogido gusto a coger un guión y llevármelo a mi terreno, transformarlo.Ese trabajo me gusta mucho.González Macho, en la gala de presen-tación de los nominados, ha dicho que el cine no está de espaldas a la sociedad y no va a ser una gala tonta. Sin esperar que

“Cuando empecé a es-

cribir monólogos me

propuse no hablar so-

bre hombres y mujeres”

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nos desveles ningún secreto, ¿vamos a presenciar una gala reivindicativa?Va a ser una gala lista (ríe). El año pasado fue una gala “elegante”. Las directrices eran esas; y siguen siendo para este año, ojo, no nos olvidemos que es la gala del cine, la fiesta anual, donde la gente en su casa quie-re ver a todo el mundo guapísimo, cómo reciben el premio, cómo van vestidos… la gala al fin y al cabo sirve para cotillear, la gente despieza desde su casa como si fuese el realizador, cosa que a mí me parece muy bien. No debemos olvidarnos de eso, de que es la gala del cine y que tiene que ser boni-ta, pero yo creo que este año la situación, no ya del cine, sino de todo el mundo, es un puto desastre. Así que hay que hablar de ello. El año pasado se hicieron muy pocas referencias, pero este año yo creo que hay que hacer alguna más.¿Tu papel es la gala está totalmente guio-nizado o tienes cierto margen de aporta-ción?Hay gente que me pregunta cuánto hay de improvisación, y la verdad es que muy poco. Hay muy poco porque la gala va muy medida, porque es más larga que ver crecer un árbol sin hacer nada, solamente con en-tregar y recibir los premios, y no hay tiem-po para irse por los cerros de Úbeda; pero el trabajo de improvisación se hace antes, cuando los guionistas presentan el texto, ya empiezo a hacer una transformación de lo que hay, pongo algunas cosa, quito otras; en las lecturas de guión todo el mundo opina, hay un brainstorming y ahí es donde está el proceso creativo. En la gala no hay momen-to para el proceso creativo. No hace falta. Si Ewan McGregor viene a la gala y se cae por las escaleras, lógicamente no se puede hacer como que no ha pasado nada, pero a lo que voy es que no te puedes extender en fanfarrias ni falta que hace.En la fiesta de los nominados, Maribel-Verdú afirmaba que el cine español se ha acabado.¿Dijo eso? Le pillaría un día malo. Pero, además, que lo diga ella precisamente…Sin embargo, González Macho, más op-timista, afirmaba en la misma fiesta que el talento hará “conocer un esplendor desconocido hasta el momento”. La crisis permanente de la industria cinematográ-fica española a la que se ha sumado la su-bida del IVA y la propia crisis económica, ¿crees que darán la razón a Maribel o

estás con la visión más optimista?Sí, el panorama es horroroso. Yo creo que todos los sectores tienen que tirar para adelante. Es decir, el momento ha llegado al punto de mayor bajonazo, no ya en el mundo del espectáculo, sino en todos los mundos, en el de la panadería y en el del tornero fresador… entonces, o esto cambia o se acaba el mundo, a peor no podemos ir. En el mundo del espectáculo pasa una cosa: todos los que hemos trabajado sabe-mos cómo es la crisis y sabemos que es muy complicado, entre otras cosas porque no es un producto de primera necesidad y están acostumbrados a pasarlo mal, a trabajar poco, a trabajar por poco dinero, a que haya momentos horribles y otros no tanto. Pero yo recuerdo oír desde que era pequeña: “El teatro está en crisis, el cine está en crisis”. Sinceramente, creo que ahora gracias a In-ternet, “a pesar de Internet”, —y creo que ha quedado claro en el caso de Paco León con Carmina o revienta— vemos que de repente hay que plantearse las cosas de otra forma. Hay que utilizar las herramientas que tene-mos a mano. ¿Cuántas veces oímos que la música se iba a acabar, que no iba a haber músicos, cuando la gente dejó de comprar discos? “La música se va a acabar, todos a la ruina, no habrá conciertos, nadie va a sacar un disco porque las discográficas se van a la ruina”. Las discográficas han estado ganan-do durante muchos años muchísimo dinero, a lo mejor más de lo que podían imaginar y con las distribuidoras de cine pasa lo mis-mo: ahora es diferente, todo el mundo tiene un cine en casa. Hay que reinventarse y hay que hacer otras cosas. Luego pasa lo que ha pasado siempre: en momentos de crisis en que no se subvencionan historias, en que no hay patrocinadores públicos, entra el patrocinador privado y entra el producto de consumo de internet, de bajo presupuesto y de muchísima imaginación. Las escuelas de cine y teatro siguen abiertas.¿Qué cine ves tú? ¿Sueles acudir a las sa-las a ver cine español?Voy muy poco al cine, porque soy muy pe-rezosa. Voy a los estrenos porque me invi-tan. El resto las veo en casa, más desde que soy madre y salgo mucho menos. Me gusta más el cine español, disfruto más.¿Con qué película te quedas de las que hayas visto últimamente?Estoy muy enamorada del cine de Vigalon-do. El ya lo sabe, le doy mucha tabarra en

Twitter. Las grandes olvidadas de los Goya: las películas de realizadores jóvenes, nue-vos, divertidos y arriesgados.Aparte de la experiencia del Partido Ha-che, ¿alguna vez has pensado en impli-carte de forma activa en la política?Ni hablar. Creo que realmente estamos en un momento en que el ciudadano debería hacer algo como en Islandia y decir “bas-

ta”. Pero la política está tan envenenada por las grandes empresas y por la pasta que dan igual las ideologías o lo buen político o gestor que sea cada uno. Da igual, no nos representan. Mi marido, que es sueco, cuen-ta que en su país una política tuvo que di-mitir porque con la tarjeta del partido había comprado en un aeropuerto una botella de vodka, pañales y tres Toblerone. Cuando ha-blo con mi familia política me dicen: “¿Pero en España qué está pasando?” Y no lo pue-do explicar, porque me da tanta vergüenza. Ellos no entienden cómo hemos llegado a esta situación, pensando que somos demó-cratas y votamos.En el extranjero no solo se critica la co-rrupción política, sino el hecho de que les votemos.Sí,creo que si en este momento es ese, que si hubiera elecciones anticipadas ahora mis-mo, volverían a votarles. Después de todo lo que ha pasado esta semana, de los papeles de Bárcenas, ahora con lo de Ana Mato, y viendo los retuits de @masaenfurecida hay gente que los defiende. ¿En qué mundo vive esta gente? Y es ¿la mitad de España?, Para terminar con algo más ligero te voy a proponer un juego. Cuando entrevista-mos a Quequé le pedimos que dedicara una canción a distintos personajes cono-cidos. Contestó que a ti sin dudar una de amor. ¿Qué canción dedicarías tu a…?Buenafuente.Like a Rolling Stone.José Luis Rodríguez Zapatero.“¿Qué hace un chico como tú en un sitio como este?”.María Dolores de Cospedal.No me llames Dolores, llámame Lola.Dani Mateo.

“no puedo explicar lo que pasa en España porque me da vergüeza”

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No estaba seguro de lo que quería hacer con su vida, pero sabía que tenía que aprender inglés. Se tomé un año entre el instituto y la universidad, lo que muchos llaman “Ga-pyear”, espacio hueco en Español.Así que me fue a Oxford. Y le fascinó. Allí descubió uno de sus grandes conceptos, que son como una parte de su filosofía; la im-portancia del ambiente. Segun Victoriano,si quieres conseguir algo, uno tiene que inten-tar estar en el lugar que te va a ayuda a ser eso. Entendó que lo fundamental de estar allí, no eran las clases, sino el ecosistema que había detrás de la idea de Oxford. El cli-ma, los edificios, todo. Todo es importantes, porque la gente es igual, y lo que diferencia son las atmósferas. Declara que, somos su-jetos pasivos, porque si uno vaa a un sitio, se le acaba pegando un poco de eso.En el gapyear”, daba clases de inglés y se apuntó a varias de las asociaciones de la universi-

dad de Cambridge.También pudo asistir a las clases de la universidad. Allí, a parte de mejorar muchísimo el idioma, comemenzó a tomar las riendas de sus inquietudes. En Enero de ese año en el extranjero, planeé ir a Nueva York. Visitar EEUU le dio la posibilidad de conocer a Mikel Urmeneta, dueño de la marca kukuxumusu, a través de aceptar un trabajo como blogger en El País. Conectó con el desde un primer momento. Mikel, que segun muchos, tiene una forma de ver la vida, muy distinta al resto de la humanidad, le hizo pensar ver las cosas de otra manera. Conocer a tanta gente distinta altera las neuronas. Segun el fotogrtafo uno tiene una estructura mental, que es muy re-lajada y que además tiende a estar ahí. Se refiere, a lo que muchas psicólogos o libros de autoayuda llaman “ la zona de confort”. Ni estar muy bien ni muy mal, pero estás. Cuando viaja por ahí, siempre piensa en

eso y trata de ver en qué zona están.Hay gente que no está a gusto en esa zona de confort y la odia, siente que se asfixia, se ahoga y hay otras que tiene miedo de salir de esa zona. Anuestro chico le ocurre lo pri-mero.La mayoría de las personas, dice que le gusta viajar, pero el cree que lo que le gusta es hacer turismo, irse a una playa, ver un monumento, hacerse una foto y punto. Pero que no rompen la barrera de conocer a gente nueva. Les sugiere la idea , pero pre-fieren hacerlo viendo películas, porque a la hora de la verdad, a la hora de compra un billete de avión, muy poca gente lo hace. Uno puede comprometerse, pero luego hay muchas más raíces que cortar.La inercia es uno de los mayores problemas. Terminas el instituto, y vas a la universidad. y sigues esa inercia de la gente que está a tu alrededor, porque a veces, lo que nos hace felices es no estar peor que los demás. O estar un po-

LOS VIAJES DE UN FOTÓGRAFO

REPORTAJE

Victoriano Izquierdo

“Viajar es intentar comprender, por qué la gente se

comporta como se comporta,se fija en unas cosas y deja a

otras de lado ”

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VICTORIANOIZQUIERDO

quito mejor.Ecambio hay otra gente, que es consciente de que ahí fuera hay algo increí-ble, que puede ser bueno o malo, pero que necesita ir a mirar. Además, que sabe que si no lo hace en ese momento, luego será más difícil de hacer. Entonces,cuando viaja lo que siente son sensaciones de llegar hasta el final, de ver más.A pesar de no estar en casa, de tener que esforzarme por hacer nuevas relacnes. Y en ese punto reconoce estar ale-jado de su zona de confort, de su ambiente. Al estar en un lugar completamente distinto, no se sabe cómo reaccionar, estás en un te-rreno escabroso. Nunca sabes sí vas a pisar sobre tierra firme.Llegar a las antípodas y ver todos que mis vecinos de Australia, son asiáticos, que ninguno me abre la puerta, y acto seguido apagan el televisor para que no les oiga, es duro. Pero por otro lado, he en-contrado, que hay gente que es así y yo lo desconocía por completo. Viajar, me da la oportunidad de explorar a perfiles muy dis-tintos. Entonces, trato de intentar compren-der, algo clave.

Cuando haces una ruta como la del trans-porte de tu casa al trabajo, se te pasa vo-lando al hacerlo todos los días, y la activi-dad cerebral es menor. Eso que llamamos tiempo, no se sabe muy bien lo que es, quizá solo una sensación humana. Viajar para mi es extender tu vida, multiplicando

los días por experiencia. vives más cuando haces cosas distintas.Cuando golpeas a tus neuronas, cuando no saben predecir lo que alguien va a decir, cuando no sabes cuándo y cómo te van a dar los buenos días, de eso va. De multiplicar por treinta, de tener anéc-dotas para contar a tus nietos. Por eso viajo, y por eso intento no caer en zona de confort. Advierte de que no todo lo que dice sea la receta para todo el mundo, pero es lo que le pide el cuerpo y lo que cree que es mejor.

Segun el artista, los americanos ven las mis-mas series que nosotros, los españoles, usa las mismas apps en el móvil que nosotros, escucha las misma música, pero sí escier-to que tienen cosas distintas. Le sorprendió muchísimo. de EEUU, la sensación de que todo el mundo lo conoce, porque por todo lo que vemos en la televisión,todo el mundo ha visto las típicas series y películas. Pero cuando estás allí, ves que realmente, ya no sé si apropósito o no, hay mucha realidad que no es enseñada.Son vidas mucho más cotidianas de lo que uno se pueda pensar. Por ejemplo. “friends” Joey tribbiani, que en realidad no tiene un trabajo medio esta-ble, vive en un apartamento en Nueva York, que aunque a simple vista no sea gran cosa, en esa ciudad sí lo es. Es imposible que el perfil de un actor a media jornada pagara eso.A lo que se refiere es que, lleva un estilo de vida que no se corresponde para nada con la de un neoyorquino medio. Los neoyorqui-

nos no son como “Friends”. Los que tienen un buen nivel adquisitivo,se pasan el día tra-bajando y son muy aburridos, y en las series te venden algo que no es. Luego, cuando vas a Nueva York, la vida es carísima. El metro es una basura, las ratas te pasan por encima de los pies, y aunque puede tener su punto de rollo bohemio, en el fondo, en invierno hace tanto frío que no puedes darte un paseo.Eso sí, hay un montón de cosas chulas, pero la cosa que más me impactó fue la gente en general.Allí, son muy campechanos, es muy normal, que casi todos los días en el metro te hable alguien que no cnoces..Quizá pase porque tienen la impresión de que nadie es de allí. A eso, lo llaman “networking”,Me refiero al típico sueño americano. Uno tiene la sensación de que te surgen oportunidades en cualquier momento, en cualquier parte. Es como que en tu propia ciudad, existieran universos paralelos y accedes a ellos de in-mediato.En Nueva York, un día puedes co-nocer a alguien por casualidad y esa misma noche estar en un cóctel de una galería de arte, con gente extraña hablando de cosas raras. Dice que le gusta la sensación de que están pasando muchas cosas, que nacen y mueren muy rápidamente allí. La gente no se lo piensa dos veces. Lo intenta y sino a la siguiente. Te caes y te levantas. A España, sin embargo, le pega más aquello de “ solo tienes un disparo y más vale que lo aprove-ches”. Yo me enamoré del cliché america-no, por ser la tierra de las oportunidades. Eso sí, también crea mucha incertidumbre social , porque como ya he dicho, un día puedes estar en lo más alto, y otro por los.

“La mayoría de la gente dice que le gus-ta viajar, pero lo que hacen es turismo”

Dos territorios; América y Europa

Fotografía NY- Victoriano Izquierdo

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los suelos, y eso sí que se siente y es a lo que todos tememos. En definitiva, hay una conspiración para vendernos lo bueno.

Viajar te da la posibilidad de conocer a mu-chísima gente, pero en muy poco tiempo. Un consejo a la hora de conocer nuevas personalidades es evitar los prejuicios. Si es cierto que cuando tenemos que tomar deci-siones rápidas, los prejuicios nos ayudan, porque actúan como actos reflejos, y muy a menudo nos impide conocer más allá de quién tenemos delante.Afortunadamente, conocer personas de muchas culturas me esta ayudando a paliar los prejuicios. Antes de moverme por el mundo, afirma que el era racista. Aunque no nos demos cuenta, el ra-cismo va mas allá, de decir, “yo tolero a esta persona “, no ser racista de verdad es tener un sentimiento hacia esa persona que no te condiciona en absoluto. Es decir, que tu cerebro no está perdiendo tiempo, y no está haciendo ningún proceso por el hecho de ser de ese color o de ese entorno..Cuando digo racismo, no me refiero solo a la raza, sino también cultura, no tiene porque ser solo hacía los extranjeros. Las personas también somos racista con el que vive en el pueblo de al lado, incluso con el del otro barrio. A mi parecer, hay mogollón de cosas más que nos unen que, que nos diferencian. Y las que nos diferencian son porque no nos entende-mos los unos a los otros. Y porque además no hacemos el esfuerzo. A mi me da un poco de pena eso. Esa crispación es lo que mas me desencanta de todo. Y en España esta-mos muy crispados. Pero el mundo jamás se resuelve con malas formas, para solucionar las diferencias no hay que quemar coches. Viajar me ha hecho obligarme a conocer de verdad gente completamente distinta.

Esto es inevitable, tu no puedes dejar de ser racista, si no tienes conocidos, o gente de otras razas con las que tratar. Es imposible, porque aunque éticamente lo entiendas, has-ta que no tienes la experiencia, no puedes ir más allá, es muy importante la experiencia Además declara que gran proporción de las personas con nacionalidad española, sobre todo en pueblos y zonas alejadas de la ciu-dad, tiene mayor problema..

“Antes de moverme por el mundo era racista “

Consejos para afron-tar otras culturas

Victoriano Izquierdo colabora con agencias alemanas, inglesas, también escribe un blog en el país.com y en su porfolio www.victoriano.me. Se podría decir que es un viajero de 22 años, que intenta hacer tantos kilómetros como gigas en fotos.

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23 MAYO 2013 LAS VENTAS MADRID

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