Eligiendo Apóstol Sergio G. Enríquez O. Guatemala, 15 de febrero del Año De La Revelación

www.ebenezer.org.gt

1

Es necesario comprender que al aprender una situación, debe ser para nuestra vida en general, considerando que lo más importante es nuestra vida espiritual, por eso no podemos decir que llevamos una vida secular y una vida espiritual porque eso sería como caer en una hipocresía, entonces lo que aprendamos debe ser para aplicarlo en todo momento porque debemos llevar un nivel espiritual a donde sea que vayamos y sin importar con quién nos relacionemos. De tal manera que es necesario pensar con madurez porque sin importar la edad que tengamos, traerá una repercusión para toda la vida, por ejemplo: si un par de jovencitos, casi niños aun, de pronto toman la decisión de unir sus vida de una forma forzada porque sus padres no se los permitirían y entonces la niña o jovencita, queda embarazada y con eso viene una serie de responsabilidades que deben enfrentar en resto de sus vidas, ya sea que los 2 se esfuercen en seguir adelante o que en su momento decidan dejarse; los 2 tendrán repercusiones que deben afrontar. Por eso si nos dejamos guiar por el Espíritu Santo en todo momento, en la vida nos ira muy bien. Deuteronomio 30:19 (LBA) Al cielo y a la tierra pongo hoy como testigos contra vosotros de que he puesto ante ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge, pues, la vida para que vivas, tú y tu descendencia… En este versículo podemos ver 3 pares de extremos que podríamos ver repercusiones:

1. El cielo y la tierra. 2. La vida y la muerte. 3. La bendición y la maldición.

Dios nos deja que escojamos lo que es mejor para nosotros, pero aun así, El permite precisamente que decidamos con la condicionante que dependiendo qué escojamos, ese será el resultado que tendremos. Lamentablemente a veces nuestras decisiones están muy lejanas de lo que Dios desea para nosotros como dice este versículo: Isaías 55:9 (BDA) Tan lejos como está el cielo de la tierra, así mis caminos de ustedes, y mis planes de sus planes. PARÁFRASIS Llamo a los extremos como testigos para ver qué extremo escogerás, si el de la vida y la bendición o el de la muerte y la maldición. Escoge, pues, el primero para que vivas, tú y tu descendencia. Una de las situaciones en la que caemos en determinado momento es en el dar y ahí podemos tener una repercusión positiva o negativa; para eso podemos tomar como ejemplo a Abel y Caín, ambos dieron pero uno de ellos recibió bendición y el otro maldición. Otro ejemplo que podemos ver en la Biblia es con los hijos de Elí porque llegaron a menospreciar las ofrendas lo cual está íntimamente vinculado con el dar y el recibir; al final ellos murieron por esa situación, aunque a nuestros ojos pudieron haber cometido otros tipos de pecado que también hubieran sido una razón para matarlos, murieron por lo que llevaban en el corazón respecto a las ofrendas.

Eligiendo Apóstol Sergio G. Enríquez O. Guatemala, 15 de febrero del Año De La Revelación

www.ebenezer.org.gt

2

Por eso cuando ofrendemos y/o diezmemos, debemos hacerlo con todo el corazón y permitir que esa semilla muera para que se cumpla este versículo: Juan 12:24 (LBA) En verdad, en verdad os digo que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, produce mucho fruto. Otra situación en la que de pronto nos vemos es la prosperidad como Abraham y Lot; ambos prosperaron pero a uno le fue de bendición porque siempre tuvo altar a Dios, y Lot no. Abraham no fue a Sodoma, mientras que Lot confundió aquellos montes con el paraíso y le sirvió de maldición familiar. La promesa también nos puede llevar a extremos, ejemplo: Isaac e Ismael; el primero era el hijo de la libre, de la promesa y el otro era hijo de la esclava. La promesa no podrá fluir poderosamente en nuestra vida si no sabemos escoger sabiamente; si estamos en medio de una religión estaremos esclavizados pero realmente el Señor vino para hacernos verdaderamente libres y que entonces vivamos bajo la ley de la libertad, porque tampoco viviremos sin ley, no viviremos como inicuos, debemos vivir bajo la guianza del Espíritu Santo. La primogenitura podemos verla con Jacob y Esaú, uno deseaba la primogenitura y el otro que se habia hecho acreedor en tenerla, la cambió por un plato de comida. Jacob suspiraba por la primogenitura como hoy deseamos los mejores dones sobre todo que profeticemos. Podría ser que hemos estado clamando por profetizar y aun no lo recibimos porque Dios espera ver si realmente estamos dispuestos a seguirle clamando hasta que lo recibamos; por eso, si verdaderamente anhelamos los dones espirituales, no cesemos en clamar por ellos; que seamos como Jacob en el momento que peleó con el ángel para que lo bendijera, no le importó que el ángel lo dañara hasta morir, lo que Jacob deseaba era su bendición hasta que lo alcanzó; de esa misma manera debemos buscar todo lo que es de Dios. Con el reino podemos ver a David y Saúl y de esa manera podemos ver muchos más, por eso si en algún momento vamos a ser extremistas, que seamos por la bendición de Dios. Josué 24:15 (LBA) Y si no os parece bien servir al SEÑOR, escoged hoy a quién habéis de servir: si a los dioses que sirvieron vuestros padres, que estaban al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa, serviremos al SEÑOR. Si vamos a servirle a Dios, hagámoslo con todo el corazón, sin limitaciones, escojamos la libertad de servirle siempre y veremos sobrenaturalidades en nuestra vida y la de toda la familia nuestra.