El Tratado de Comercio de 1935 con Estados Unidos: Antecedente para no repetir

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El Tratado de Comercio de 1935 con Estados Unidos: Antecedentepara no repetirJosé Fernando Ocampo

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  • El Tratado de Comercio de 1935 con Estados Unidos: Antecedente para no repetir

    Jos Fernando Ocampo T.

    Profesor universitario. Ph.D. en Ciencia Poltica de la Universidad de California.

    Ante la decisin del gobierno de Uribe Vlez de suscribir un Tratado de Libre Comercio, TLC, con Estados Unidos que arruinara la produccin nacional y prcticamente destruira la soberana nacional, los ms

    variados sectores han realizado estudios para documentar y denunciar la gravedad de este propsito. Empero, son escasos los estudios histricos que comparen experiencias anteriores con el actual envin del libre comercio. El presente artculo del historiador Jos Fernando Ocampo sobre el Tratado de Comercio

    de 1935 contribuye a llenar tal vaco. Deslinde

    El Tratado de Libre Comercio, TLC, con Estados Unidos, no constituye el primer acuerdo de comercio de Colombia con el pas del Norte. En 1933 y 1935 se suscribieron sendos tratados, uno por Enrique Olaya Herrera que fracas y otro por Alfonso Lpez Pumarejo que se extendi por catorce aos hasta 1949, cuando fue suspendido por Mariano Ospina Prez. No pocas coincidencia histricas y polticas, as como profundas diferencias, caracterizaron aquellos tratados en comparacin con el que se est negociando desde el ao pasado. Resulta apenas natural que un gobierno colombiano como el actual y los negociadores del TLC de hoy, que vienen actuando en contra del inters nacional igual que entonces, no tengan en cuenta las experiencias histricas sobre un tratado comercial que puede determinar el futuro del pas.

    En ambos casos, los tratados responden a una poltica de Estados Unidos para todo el continente; profundas desigualdades determinaron entonces y determinan hoy las dos economas; reacciones encontradas frente a los tratados por parte de los sectores productivos y de la opinin pblica se agitaron entonces y se agitan hoy; presiones objetivas provenientes de las situaciones polticas en los dos casos signan los procesos de negociacin. Pero pervive la misma naturaleza del contenido, la liberacin del comercio de mercancas, servicios y capitales.

    La apertura comercial, necesidad estratgica de Estados Unidos

    Desde principios del siglo veinte, Estados Unidos ya se haba convertido en una potencia mundial y pugnaba por zonas de influencia en todo el mundo. Mientras las potencias europeas competan por la redistribucin colonial de Europa, Asia y frica en una lucha feroz que las conducira a dos guerras mundiales en slo un escaso intermedio de treinta aos, Estados Unidos se abra campo en lo que desde entonces se ha llamado su patio trasero, Amrica Latina. Sin embargo, su trayectoria de haber sido la primera nacin democrtica del mundo y no haberse contaminado con el colonialismo decimonnico de las potencias europeas, lo llev a disear una estrategia indita en el mundo para su expansin econmica y poltica. Dos principios la inspiraron, los cuales quedaron consignados en el famoso Destino Manifiesto de finales del siglo diecinueve: la expansin de su propio modelo de democracia liberal y de libertad de comercio.

    Convertido en potencia mundial, Estados Unidos se haba trazado el objetivo de adecuar las economas latinoamericanas a sus necesidades expansionistas: una modernizacin de las estructuras estatales, bancarias, de servicios, de infraestructura y de finanzas que le permitiera exportar capital y mercancas, para lo cual se sirvi de la Misin Kemmerer [1] en Colombia, en dos ocasiones, y en todo el continente. (1)

  • Como un elemento fundamental de su poltica de influencia, se propuso firmar tratados de comercio con casi todos los pases de Amrica Latina antes de la Segunda Guerra Mundial. Wilson, Hoover y Roosevelt fueron quienes desarrollaron para Estados Unidos cuatro principios de una nueva dominacin mundial de carcter imperialista, en la que predominaban los medios indirectos de control sobre el tipo de dominacin colonial: 1) una estructura de poltica exterior conducente a estimular el comercio y la inversin norteamericana; 2) una ideologa global compatible con los ideales polticos norteamericanos; 3) el establecimiento de la supremaca norteamericana en Amrica Latina sobre los tradicionales rivales europeos y los nuevos rivales asiticos; y 4) el mantenimiento de una prosperidad y estabilidad domstica e internacional. (2)

    Colombia fue un pas atpico en este proceso de adecuacin de la zona estadounidense de influencia. Primero, el conflicto del robo de Panam impidi que Estados Unidos manejara libremente su poltica de expansin durante las dos primeras dcadas. Segundo, Colombia tuvo que declarar la moratoria de la primera deuda externa moderna con los prestamistas norteamericanos en 1929, coincidente con el estallido de la crisis de la economa mundial, slo recompuesta a finales del primer gobierno de Lpez Pumarejo. Tercero, el tratado de comercio con Colombia solamente vino a aprobarse hasta 1935 en un momento en que se cocan las condiciones de la Segunda Guerra Mundial, a pesar de que se haban iniciado conversaciones desde finales de la dcada anterior.

    Una vez aprobado el Tratado Urrutia-Thompson de 1922 para finiquitar el conflicto sobre Panam, Estados Unidos busc afanosamente la apertura de un comercio fluido con Colombia. Pero la poltica proteccionista de Hoover, las leyes que fueron aprobadas por el Congreso norteamericano en la dcada del 20, las dificultades econmicas de la depresin de 1930, la moratoria de la deuda de Colombia de la dcada del 20 con los prestamistas estadounidenses privados y las contradicciones de los poderosos hombres de negocios dentro y fuera del gobierno en el pas del Norte, conspiraron contra su poltica continental y contra sus propsitos estratgicos de abrir el comercio.

    La Colombia de 1935: el incipiente desarrollo

    Gobernaba el pas Alfonso Lpez Pumarejo con su llamada Revolucin en Marcha, ttulo con el que ha pasado a la historia nacional. Se trataba, despus de Olaya Herrera en 1930, del segundo gobierno liberal desde 1882. Haban pasado las etapas de la Regeneracin y de la hegemona conservadora. Pero Lpez se inscriba en la tendencia modernizadora ajustada a los intereses norteamericanos que haba iniciado el presidente conservador Pedro Nel Ospina, una vez resuelto en 1922 el conflicto con Estados Unidos sobre Panam. El Partido Conservador, dirigido por Laureano Gmez, a pesar de abrigar distintas tendencias en su seno, se vea atrado por la falange espaola y por la esvstica de Hitler y enfrentaba al gobierno liberal y a la tendencia pro norteamericana que lo inspiraba. (3)

    Mientras Estados Unidos completaba setenta aos de auge econmico y de desarrollo industrial, una vez superada la Guerra Civil de Secesin del siglo XIX, Colombia apenas daba sus primeros pasos de industrializacin, iniciada durante la primera dcada del siglo veinte, en las lneas de textiles, alimentos, bebidas y confecciones. Tanto la indemnizacin de Panam como los crditos estadounidenses, ya declarados para entonces en moratoria, haban dado un impulso a vas pblicas, carreteras, ferrocarriles, acueductos, alcantarillados, transporte y alguna otra lnea de produccin. Pero todo era incipiente. Colombia era un pas agrario, de muy reducidas comunicaciones internas, de muy incipiente comercio interior, sin industria pesada de ninguna naturaleza, sin urbanizacin, enormemente atrasado. Lo nico que exportaba de valor era caf, oro, esmeraldas, banano y petrleo. Ambos pases sufran las consecuencias de la crisis econmica del 30; Estados Unidos por superproduccin y Colombia por ausencia de produccin.

  • El primer embate: el fallido tratado de comercio de 1933

    Estados Unidos vena planeando cuidadosamente una estrategia para Amrica Latina en la dcada del veinte, con tres objetivos: 1) estimular las exportaciones al rea para contrarrestar los efectos de la superproduccin interna que se empezaba a sufrir y que conducira a la crisis econmica de 1930; 2) desplazar la competencia europea y japonesa del continente y asegurar su hegemona; y 3) apoderarse en esta forma de un amplio mercado de capitales de inversin directa e indirecta que le asegurara el control econmico de la regin. (4) Por esta razn, toda la diplomacia norteamericana en Colombia se orienta en este perodo a la obtencin de un tratado de comercio con el pas, por una parte, y a controlar la produccin petrolera, por otra.

    Estos dos elementos comercio y petrleo constituyeron un factor decisivo en las elecciones presidenciales colombianas de 1930. Estados Unidos dej de apoyar a los conservadores, con quienes vena negociando desde el gobierno de Reyes y cambi a su embajador en Colombia con la orden de sacar adelante la candidatura de Enrique Olaya Herrera, liberal, pero que haba servido ocho aos como embajador en Washington durante los dos gobiernos conservadores de Ospina y de Abada Mndez. Olaya se haba comprometido a tres cosas para ganarse el apoyo norteamericano: entregarle a las compaas estadounidenses la explotacin del petrleo, resolver la moratoria de la deuda externa mediante el pago a los tenedores norteamericanos de bonos extranjeros y firmar un tratado de comercio. (5) Slo tuvo xito en la primera, una vez lleg a la presidencia.

    Sin embargo, Olaya firm en diciembre de 1933, seis meses antes de terminar su mandato, un tratado de comercio con Estados Unidos. Ni el Congreso colombiano ni el norteamericano lo aprobaron y fracas. Para el Congreso estadounidense no eran suficientes las concesiones de Colombia en la liberacin del comercio a sus exportaciones. Y en Colombia prevalecieron los industriales antioqueos sobre los productores y exportadores de caf, en parte porque el gobierno de Olaya no contaba con una mayora en el Congreso.

    Tres intereses econmicos entraron en juego. Los de los cafeteros, cuya produccin representaba el 18% del Producto Interno Bruto del pas y el 80% de las exportaciones y quienes presionaban la firma y aprobacin del tratado. Estaban sufriendo los bajos precios del grano y la disminucin del consumo por la crisis econmica en Estados Unidos, a donde llegaba el 90% de su caf. Pretendan que el tratado los protegiera de la fluctuacin de los precios y les asegurara el flujo de las exportaciones. Se enfrentaban a ellos los industriales, principalmente antioqueos, que protegan una produccin incipiente pero de gran dinamismo. En realidad, solamente 25 firmas superaban un capital superior al milln de pesos de aquella poca, mientras el grueso del sector estaba por debajo de los 50 mil pesos, casi todava al nivel de produccin artesanal. (6) Una libertad de importaciones de productos manufacturados los liquidara y sera el fin de la incipiente industrializacin del pas. Como deca Luis Vlez Marulanda, secretario de la federacin de industriales, el acuerdo comercial propuesto sera simplemente un intento de parte de las naciones desarrolladas de reconquistar mercados perdidos. (7) Pero los cafeteros contaban con el apoyo de los banqueros estadounidenses y de las poderosas firmas exportadoras de caf radicadas en Colombia y que monopolizaban la actividad exportadora como Grace & Cia., American Coffee Company y Great Atlantic and Pacific Tea Company, as como de las grandes distribuidoras del grano en Estados Unidos. Para los cafeteros la derrota de 1933 se convertira en victoria, dos aos despus. Iba a entrar en escena la familia Lpez Pumarejo, de rancia estirpe cafetera y exportadora.

    En medio de las negociaciones, existan dos presiones sobre el gobierno colombiano que debilitaban su posicin: la de la moratoria de la deuda externa con los tenedores de bonos norteamericanos y las necesidades econmicas que exiga la guerra sostenida por el pas con el Per para defender el trapecio amaznico. Los acreedores reclamaban de su gobierno que exigiera condiciones de pago. Y Colombia buscaba el auxilio norteamericano para financiar la guerra en Leticia. Tanto el ministro de Colombia en

  • Washington, Fabio Lozano Torrijos, como el ministro de Relaciones Exteriores, Roberto Urdaneta Arbelez el mismo que entregara Los Monjes a Venezuela en el gobierno de Laureano Gmez, buscaban una tabla de salvacin en medio de un trmite negociador totalmente desigual. Es que el negociador norteamericano Jefferson Caffery, que haba sido embajador en Bogot, exiga la eliminacin o reduccin de tarifas a la tercera parte de los productos exportados por Estados Unidos a Colombia en 1931, argumentando que el 99% de los productos colombianos exportados a Estados Unidos estaban libres de arancel. Ese porcentaje no equivala sino a una vigsima parte de lo que exiga el negociador Caffery.

    A la oposicin de los industriales y de los agricultores excepto los caficultores se aadi la de la prensa. El Tiempo y El Pas de Bogot y el Diario Nacional de Medelln arremetieron contra el tratado. En la columna Mundo al Da se defenda que era preferible que Estados Unidos gravara las importaciones de caf pero conservando a cambio nuestra absoluta independencia poltica y comercial. (8) Y el 8 de diciembre, cuatro das antes de firmarse el tratado, el influyente columnista de El Tiempo, Calibn, planteaba el dilema: o exigimos completa proteccin o iremos a la ruina. En lo que se refiere a nuestra industria manufacturera, debemos evaluar el capital invertido en ella para determinar si tienen suficiente fuerza para competir con el flujo de productos extranjeros con bajos aranceles. (9) Sin embargo, los estadounidenses no consiguieron la reduccin de los aranceles de importacin para el trigo, en lo que estaba muy interesado el Gobierno, debido al control ejercido por los transportadores estadounidenses sobre el producto.

    A peticin del embajador en Washington, el economista Alejandro Lpez, quien sera nombrado dos aos despus gerente de la Federacin Nacional de Cafeteros, meses antes de la firma del Tratado, planteaba las condiciones en que se podra aceptar un pacto de esa naturaleza. Como principios generales sealaba el atraso industrial del pas y la necesidad de una mnima autosuficiencia: Una segunda explicacin del principio de bastarse a s propio, afirmaba, es sta: Colombia debe tener por norma rechazar el pacto colonial en sus relaciones comerciales. Necesitamos industrializarnos y los tratados pblicos deben dejar el camino expedito para que podamos andarlo en la medida de la velocidad que estimamos conveniente. (10) Partiendo de la norma de que nos necesitan, los necesitamos, les servimos y nos sirven, propuso definir la tarifa aduanera en tres clases: a los artculos de produccin actual o posible, a los artculos de produccin interior menos posible, y a los artculos que Colombia va a comprar por mucho tiempo en el extranjero. Nada de su propuesta qued en el tratado. Dos aos despus, en el momento de firmarse el Tratado, renunciara a sus principios una vez estuvo ejerciendo su cargo de gerente de la Federacin.

    El mismo mes de diciembre en que se firm el tratado, el secretario de Estado, Cordell Hull, logr en la Conferencia de Montevideo que se aprobara una resolucin contra el proteccionismo que prevaleca en Latinoamrica, imponiendo el principio de la nacin ms favorecida en su provecho. A Colombia la represent Alfonso Lpez Pumarejo, ya entonces virtual presidente sucesor de Olaya. Su declaracin ante la propuesta de Hull signar su futura poltica con los norteamericanos: Estados Unidos ha comenzado a mostrar una orientacin econmica y poltica ms conforme con los intereses de los pueblos de Amrica. (11) Y a continuacin vot a favor. Sera el preludio del tratado de 1935. Como dice el historiador canadiense Stephen Randall: Estados Unidos ha considerado a Amrica Latina como una fuente de materias primas, un mercado para sus excedentes, y un rea de apoyo estratgico; esta orientacin de las relaciones interamericanas prevaleci en el tratado con Colombia y en las propuestas de Montevideo. (12)

    El Tratado de Comercio de 1935: se consuma el desastre

    La familia del presidente Lpez era banquera y exportadora de caf. l mismo haba sido el gerente del primer banco norteamericano en Colombia, el Banco Mercantil Americano. Su hermano vena de representar a los cafeteros en New York por ocho aos. Un Michelsen, su primo, era el viceministro de Hacienda. Los grandes cafeteros, las firmas exportadoras norteamericanas y la banca estaban urgidas de un

  • tratado despus del fracaso de 1933. La familia Lpez, en tales circunstancias y con tantos intereses, no poda dejar hurfano el tratado con Estados Unidos. Y en efecto no lo hizo. Alfonso Lpez Pumarejo nombra como ministro de Relaciones Exteriores a su predecesor, Enrique Olaya Herrera, con el propsito de aminorar ante los norteamericanos su imagen de izquierdista dentro del Partido Liberal.

    Aqu de nuevo estaban en juego tres intereses estratgicos de Estados Unidos: el petrleo, la moratoria de la deuda y el tratado de comercio. A diferencia de Olaya, Lpez le mejor a las empresas petroleras las ya exageradas condiciones concedidas por su predecesor, lleg a un acuerdo con los tenedores de bonos norteamericanos y firm el tratado de comercio. Su control sobre el Congreso le permiti que la aprobacin del tratado no tuviera obstculos. Sus delegados lo firmaron en septiembre de 1935; en febrero del ao siguiente fue aprobado por la Cmara de Representantes con slo cinco votos en contra y en abril del mismo ao el Senado le dio el visto bueno con un solo voto en contra, el histricamente valioso de Diego Luis Crdoba del Choc. Imagen de lo que all sucedi son las palabras pronunciadas por el senador Hctor Jos Vargas de Boyac: voto a favor del tratado con Estados Unidos, porque considero que al aceptar el punto de vista de su nueva poltica comercial, hacindoles importantes concesiones sin obtener nada a cambio excepto la confirmacin de nuestro actual estado de cosas, le estamos dando la mejor muestra de nuestro sincero deseo de cooperar con el restablecimiento del equilibrio y del ritmo de nuestro intercambio comercial. (13) En el Concejo de Bogot fracasaba una proposicin presentada por Gilberto Vieira, representante del Partido Comunista, de rechazo al Tratado. Entre tanto, los grupos monopolistas norteamericanos exultaron de gozo, como lo testifica Thomas Lamont de la firma J.P. Morgan & Co.: es la primera medida constructiva para remediar el declive general del comercio. (14)

    El Tratado era prcticamente igual al firmado por el gobierno de Olaya en 1933. Roosevelt haba conseguido facultades extraordinarias para negociarlo y firmarlo, despus de un arduo debate en el Congreso. Mientras todos los productos industriales estadounidenses obtuvieron libre ingreso o muy bajos aranceles, ninguno de los colombianos ofreca competencia: caf, esmeraldas, platino, banano, ipecacuana, blsamo de Tol, sombreros de paja, semillas de ricino, tagua, tamarindo lo conoceran? y unos pocos productos ms por el estilo. (15) En cambio la lista de los norteamericanos ocupaba veinte pginas del tratado, incluyendo no solamente maquinaria, productos qumicos, instrumentos quirrgicos, sino todo lo que produca la industria colombiana y lo que estaba en proceso de iniciar produccin. Por eso, con clarividencia de la cuestin nacional, Diego Luis Crdoba dejaba constancia en el Senado de que el tratado es un obstculo insalvable para el progreso industrial del pas. (16)

    Contra la maquinaria lopista para nada haba servido la protesta de los industriales. Los gerentes de la Industria Nacional Colombiana, de la Compaa de Tejidos Roselln, de la Fbrica de Hilados y Tejidos del Hato, de la Compaa de Tejidos Unin y muchos otros haban firmado una carta dirigida al ministro de Industria, Francisco Jos Chaux, en la que le decan:

    En nombre de los industriales colombianos que han venido laborando tesoneramente por el desarrollo de sus empresas a la sombra de la moderada poltica proteccionista implantada en los ltimos aos, lo mismo que de la prensa que nos ha secundado con calor en esta campaa y de la opinin general que se interesa en el desarrollo econmico del pas, con todo respeto nos permitimos solicitar del Gobierno, por el digno conducto de su Seora, la posibilidad de antes de someter a consideracin de las Cmaras Legislativas el tratado Colombo-Americano, se permita que ste sea conocido por los industriales colombianos, tal como fue posible a quinientos tcnicos americanos, segn declaracin oficial del doctor Arturo Hernndez, miembro de la Comisin. De esta manera podrn aportarse al debate elementos de estudio emanados de la prctica y de la experiencia. Para abordar un estudio completo sera tambin pertinente que el Ministerio a su digno cargo adquiera una completa informacin sobre capitales invertidos en todas las industrias, valor total de la produccin anual, nmero de obreros ocupados en estas actividades y valor de los salarios devengados. Todas estas informaciones pondran al Congreso Nacional en capacidad de abocar el estudio

  • del Tratado en mencin y de cualquier otro tratado comercial semejante sobre bases, que unidas al recto criterio de nuestros legisladores, aseguraran conclusiones acertadas. (17)

    Los industriales, por tanto, no conocan el texto del Tratado, no lo haban podido discutir antes de ser firmado por el gobierno, cuando ya haba sido examinado por quinientos tcnicos norteamericanos y el Ministerio no estaba enterado del desarrollo de la industria nacional ni conoca la inversin en ella, ni el nmero de obreros ocupados, ni el valor de los salarios devengados. No fueron atendidos. En su desesperacin se aliaron con la clebre Accin Patritica Econmica Nacional, APEN, conformada por los terratenientes para defenderse contra la poltica de Lpez. (18) Pero la oposicin de los industriales no logr impedir que la maquinaria lopista en el Congreso aprobara el Tratado. Pudo ms el pequeo grupo de incipientes exportadores industriales que iniciaban su actividad que la situacin general a que se vea expuesta toda la industria. (19) Quienes se opusieron al tratado, incluyendo sus vacilaciones e ingenuidades, pusieron por encima los intereses nacionales, a pesar de que en sus declaraciones no visualizaron toda la trascendencia histrica de defensa de la economa nacional que representaban, ni se atrevieron a hacer causa comn con las organizaciones obreras opuestas al tratado. [2]

    Por presiones del gobierno, el peridico liberal El Tiempo haba morigerado su oposicin y El Espectador haba reafirmado su posicin proclive a Estados Unidos. En abril plante que el Tratado sera un reconocimiento de que Amrica Latina y Estados Unidos constituyen mercados naturales para sus productos y lo describi como el nacimiento de una nueva orientacin de las relaciones comerciales. El Heraldo Industrial de Cali, en una actitud de feroz regionalismo, sali en apoyo del tratado porque quebrara el monopolio de la harina de trigo de la Sabana de Bogot con las importaciones del producto provenientes de Estados Unidos. (20) En cambio, el columnista conservador de El Pas, Guillermo Camacho Montoya, haba defendido que una aceptacin del tratado por parte de Colombia significara la transformacin del pas en una subsidiaria de Estados Unidos. Por su parte, la prensa norteamericana, tanto el New York Times como el Times, llenaron de alabanzas al secretario de Estado por las negociaciones: el acuerdo es altamente favorable para los intereses comerciales norteamericanos al otorgar concesiones sobre el 50% de los productos importados de los Estados Unidos. (21)

    Firmado y aprobado el tratado, se oper de inmediato un cambio en el comercio exterior de Colombia. A los veinte aos de la Primera Guerra Mundial, las exportaciones del pas haban pasado de Europa a Estados Unidos, de un 50% a un 83%. Al iniciarse la Segunda Guerra Mundial, el comercio con Alemania y Gran Bretaa tradicionales destinatarios del comercio colombianos por ms de un siglo haba disminuido significativamente, a diferencia de lo que suceda en Argentina, Brasil y Chile, notoriamente cercanos al Eje fascista. En un enfrentamiento entre los dos partidos tradicionales, los conservadores defendan que Colombia mantuviera la neutralidad en la confrontacin de la guerra contra el fascismo. Fue el presidente Eduardo Santos quien tom una determinacin histrica de alinear el pas con Estados Unidos y los aliados en contra del Eje fascista compuesto por Alemania, Italia y Japn, a pesar de la oposicin del Partido Conservador, partidario de mantener una neutralidad que slo favoreca al Eje en la confrontacin mundial, como lo haban hecho los pases del Cono Sur. (22) Para entonces las importaciones provenientes de Estados Unidos disminuan cada vez ms, debido a la atencin prioritaria que tena que darle a la dotacin y alimentacin de su ejrcito en Europa y a la fabricacin de armamento para la guerra.

    De 1936 a 1940 el comercio de Colombia hacia Estados Unidos no aument significativamente, excepto, como era de suponer, el del caf y el banano. se haba sido el verdadero propsito del tratado. En cambio, el valor de las exportaciones de Estados Unidos a Colombia se duplic en slo dos aos. Como dice Randall, los productos norteamericanos a los que se les haba otorgado concesiones inundaron el mercado colombiano de inmediato. Sin embargo, su efecto en la produccin industrial no alcanz a sentirse antes de la paralizacin del tratado por efecto del ingreso de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. El gobierno colombiano tuvo que proteger una serie de artculos producidos por la industria nacional

  • amenazados por las concesiones del tratado. (23) Uno de ellos fue el algodn, materia prima de los textiles, en peligro de desaparecer por las importaciones norteamericanas. (24) El primer efecto en las exportaciones hacia Estados Unidos lo constituy una disminucin del 3%, pero al ao siguiente, 1937, aumentaron 37%, mientras que las norteamericanas a Colombia se incrementaron en casi un 70%.

    Los funcionarios estadounidenses se quejaron un ao despus de que los tratados firmados en nada haban aliviado los excedentes agrcolas de trigo, maz, carne de cerdo, tabaco y algodn. Sin embargo, Estados Unidos logr quitarle a Japn el segundo puesto en las exportaciones de textiles y competir por el primero con el Reino Unido, que lo mantena desde el siglo anterior. Rpidamente logr desplazar a Alemania en maquinaria y bienes metlicos, hasta llegar casi al 80% de todas estas importaciones. De todas maneras, antes del ingreso de Estados Unidos a la guerra, el tratado no favoreci a Colombia, en una palabra, porque sus posibilidades de exportacin se reducan al caf y al banano. Ni el petrleo, ni el oro, ni el platino, jugaban un papel significativo en el comercio con Estados Unidos. (25) Randall concluye su detallado anlisis de las consecuencias del tratado con estas palabras: El fracaso de Colombia en lograr un mayor avance en sus exportaciones a los Estados Unidos confirma la impresin de que el Tratado no fue sino una garanta para el estado de cosas que el pas tena, a cambio de grandes concesiones a la contraparte. (26) Tena razn el embajador norteamericano William Dawson cuando le escriba al Departamento de Estado: Todo indica que la poltica comercial del Gobierno de Colombia definitivamente se acerca cada vez ms a los propsitos fundamentales y a los objetivos al programa de tratados comerciales de los Estados Unidos. (27)

    Conclusiones

    De inmediato, durante los cuatro aos siguientes, el Tratado de Comercio de 1935 slo favoreci a los norteamericanos. Pero con el advenimiento de la Segunda Guerra Mundial el intercambio entre ambos pases se redujo notablemente. Estados Unidos se vio obligado a concentrar toda su produccin en modernizar y fortalecer su aparato de guerra para enfrentar a Japn en el Pacfico y Alemania en Europa y concentrar su aparato productivo en atender su ejrcito y apoyar a los aliados. En la prctica, el Tratado no se desarroll y, por tanto, result casi imposible medir sus consecuencias sobre la economa nacional en ese perodo.

    Finalizada la confrontacin mundial y reactivada con inusitada fuerza la economa estadounidense, empezaron a sentirse los verdaderos efectos del Tratado. Cuatro aos despus se haban vuelto asfixiantes para el proceso de industrializacin en que se haba comprometido Colombia. El pas haba entrado, como toda Amrica Latina, en la va de la sustitucin de importaciones para industrializarse, bajo la inspiracin de la CEPAL y la teora de Ral Prebish y Osvaldo Sunkel. Para ponerla en prctica se haca ineludible una poltica proteccionista, como lo plante el presidente Ospina Prez en la proclamacin de su candidatura y materializ en 1949 al expedir el Decreto 3848 sobre una nueva tarifa aduanera: Es lgico que nosotros aspiremos a la defensa de esa naciente y prspera rama de nuestra actividad econmica que tan sealados servicios acaba de prestar a nuestra economa en la reciente emergencia internacional. Se trata de una aspiracin conjunta de los pases latinoamericanos de lograr el mantenimiento de la proteccin aduanera indispensable para defender nuestras nacientes industrias en un perodo crtico de su desarrollo y crecimiento. (28)

    En consecuencia, con esta poltica de proteccin a la industria, el ministro de Hacienda del gobierno de Ospina Prez, Hernn Jaramillo Ocampo, planteaba en 1949: Las tarifas eran por lo tanto insuficientes como herramientas para salvaguardar la industria nacional e igualmente eran muy dbiles como mecanismos fiscales Corregir tan gravosa situacin era una de las grandes necesidades nacionales. (29) Y mediante una muy difcil negociacin con Estados Unidos logr desmontar el Tratado de Comercio de 1935 el 1 de

  • diciembre de 1949. Como dice Jaramillo, entonces el pas recuper su soberana en materias arancelarias. (30)

    Con un tratado de comercio, como el firmado en 1933 y en 1935 y aprobado en 1936 por el Congreso colombiano, Estados Unidos no se jugaba simplemente la apertura de un comercio minsculo como era el colombiano. Se trataba de un componente importante de una poltica perfectamente delineada para competir en el mundo con las potencias europeas y abrirse camino con Amrica Latina en la baraja de reparticin del mundo. La poltica del Buen Vecino, los prstamos del Banco de Exportaciones e Importaciones, el Consejo de Tenedores de Bonos Extranjeros, el programa de Tratados de Comercio, fueron medidas tendientes a estabilizar la zona latinoamericana en funcin de los intereses econmicos y polticos estadounidenses. Si el atraso de Colombia poda constituir un obstculo, Washington se comprometera a ofrecerle en crditos los recursos necesarios para modernizar la economa, la infraestructura y la poltica, adecundolas a sus intereses de dominacin mundial. Y eso fue lo que hizo. (31)

    En la actualidad el gobierno de lvaro Uribe Vlez se encuentra negociando el Tratado de Libre Comercio, TLC, con Estados Unidos dentro de la perspectiva del establecimiento de un rea de Libre Comercio de las Amricas, ALCA, mucho ms amplio que un intercambio de mercancas como el de 1935. Entonces no exista el dominio ideolgico que hoy ejerce el libre mercado sobre el mundo y sobre los negociadores. Fracas, cuando Colombia se dio cuenta que con una apertura arancelaria sera imposible su desarrollo industrial y agrcola. Como lo plantea Stephen Randall en su libro: Estados Unidos perciba la hegemona norteamericana en Amrica Latina dentro de un amplio contexto de puertas abiertas, como esencial para sus intereses nacionales y utiliz su poder poltico y econmico para asegurar su predominio en el hemisferio Lo mercados y las fuentes de materias primas las consider esenciales para la realizacin de sus objetivos y de tiempo atrs concibi a Amrica Latina como el rea ms promisoria de mercados y proveedores. (32)

    Las coincidencias entre la etapa de 1935 y la de hoy resultan sorprendentes:

    Primero, Estados Unidos ha pasado de ser una potencia ascendente en competencia con Gran Bretaa, Francia, Alemania y Japn como lo era entonces, a representar la superpotencia hegemnica de una agresividad militar inusitada del tipo Guerra Preventiva. Pero Amrica Latina sigue siendo un rea de defensa estratgica para sus intereses globales como lo fue entonces y de ah su necesidad de los tratados de intercambio de mercancas, capitales y servicios.

    Segundo, Colombia no es el pas agrario de antes de la Segunda Guerra Mundial, pero persiste un atraso relativo a Estados Unidos, igual o superior al del momento del Tratado de 1935. En efecto, la diferencia del ingreso por habitante ha pasado de diez o doce veces superior al de Colombia de entonces, a quince veces del de hoy. (33) Un libre flujo de capitales, medicamentos, empresas, servicios y contratos estatales, significan hoy una amenaza para las condiciones de Colombia ms graves que las visualizadas por Jaramillo Ocampo contra el rgimen arancelario nacional.

    Tercero, el Gobierno; si Lpez Pumarejo le entregaba a Estados Unidos la negociacin de la deuda, el petrleo y la industria, Uribe se somete a las condiciones de Bush sin atenuantes, a cambio de su apoyo a la seguridad democrtica, acata su poltica mundial contra el terrorismo frente al conflicto interno, e igual que Lpez, prepara la entrega de la economa nacional con un tratado desigual y atentatorio contra los intereses estratgicos del pas.

    Cuarto, los gremios econmicos; hoy existen intereses mucho ms comprometidos con Estados Unidos que los de 1935, comenzando por el sector financiero ligado directamente al capital extranjero, siguiendo por los grandes monopolios industriales y comerciales, cuatro o cinco sectores agrarios dependientes de las

  • exportaciones al pas del Norte y otros sectores econmicos, a los que no les importa un desarrollo nacional autnomo.

    Quinto, la ideologa; aunque el libre mercado constitua una constante histrica estratgica de la poltica norteamericana, el factor ideolgico que representa la globalizacin no pesaba como hoy en la mente de la burocracia y de la academia colombianas.

    Sexto, la oposicin; las organizaciones industriales an con sus vacilaciones, las organizaciones obreras, el Partido Comunista, el Partido Conservador, desarrollaron, cada uno por su cuenta y con una estrategia separada, diferentes niveles de oposicin, pero nunca lograron agruparse para enfrentar al enemigo comn, mientras que hoy las organizaciones obreras, campesinas, indgenas, profesionales, de profesores universitarios, de maestros y sectores representativos de la industria nacional, adelantan una lucha coordinada contra el Tratado de Libre Comercio, TLC.

    El Tratado de Comercio de 1935 constituy una amenaza contra el desarrollo autnomo, econmico y poltico de Colombia. Fue desmontado y no alcanz a surtir sus efectos destructores. Ahora es el Tratado de Libre Comercio, TLC, el que se cierne desafiante sobre el pas y puede convertirse en la mayor tragedia de la historia nacional.

    Notas

    (1) Robert Seidel, American Reformers Abroad: The Kemmerer Misin in South America, 1923-1931, The Journal of Economic History, vol. XXXII, N 2, junio 1972.

    (2) Stephen J. Randall, The Diplomacy of Modernization: Colombian-American Relations, 1920-1940. University of Toronto, 1976, p. 7.

    (3) Ver, entre otros muchos documentos: Informe del embajador de Estados Unidos en Colombia al Secretario de Estado sobre Laureano Gmez, en David Bushnell, Eduardo Santos y la poltica del Buen Vecino, El ncora Editores, 1984, pgs. 169-184.

    (4) Ver Jos Fernando Ocampo, Colombia siglo XX, Editorial Tercer Mundo, 1984, captulo primero.

    (5) Jos Fernando Ocampo, op. cit., pgs. 59-64; Randall, op. cit., pgs. 60-65.

    (6) Randall, op. cit., pg. 30.

    (7) El Espectador, 24 de agosto de 1933, citado por Randall, op. cit., pg. 30.

    (8) Citado por Randall, op. cit., pg. 34.

    (9) Ibid.

    (10) Efran Estrada, Sucesos colombianos, 1925-1950, Universidad de Antioquia, 1990, pg. 464.

    (11) Citado por Randall, op.cit., pg. 36.

    (12) Ibid.

    (13) Ocampo, op. cit.

  • (14) Randall, op.cit., pg. 39.

    (15) Ver Eduardo Guzmn Esponda, Tratados y convenios de Colombia, 1919-1938. Imprenta Nacional, Bogot, 1938.

    (16) Ignacio Torres Giraldo, Los inconformes, T. 5, Editorial Latina, Bogot, pg. 1140.

    (17) Ibid., pg. 1134.

    (18) Ver Jos Fernando Ocampo, Ensayos sobre historia de Colombia, Biblioteca de escritores caldenses, Manizales, 1988, pg. 119. Ver Efran Estrada, op.cit., pg. 446.

    (19) Ver Estrada, op. cit., pg. 460.

    (20) Randall, op.cit., pg. 46.

    (21) Ibid.

    (22) El peridico El Siglo apoyaba decididamente la prioridad del comercio con Alemania. Ver el editorial del 22 de mayo de 1937, cit. por Randall, op.cit., pg. 182.

    (23) Randall, op.cit. pg. 182.

    (24) Ver las declaraciones de los algodoneros en este perodo en Estrada, op. cit., passim.

    (25) Ver Randall, op.cit, pgs. 48-53.

    (26) Ibid., pg. 54.

    (27) Ver Ocampo, Colombia siglo XX, pg. 125.

    (28) Mariano Ospina Prez en el discurso de aceptacin de su candidatura, citado por Hernn Jaramillo Ocampo, De la unidad nacional a la hegemona conservadora, 1946-1950, Editorial Pluma, 1980, pg. 360.

    (29) Jaramillo Ocampo, op.cit., pg. 187.

    (30) Ibid., pg. 361.

    (31) Es la tesis fundamental de la primera parte de mi libro Colombia siglo XX ya citado en esta artculo.

    (32) Randall, op.cit., pg. 164.

    (33) United Nations, Statistical Year Book, 1970; Banco Mundial, Informe sobre el desarrollo mundial, 1979; World Bank, World Development Report 1991; World Bank, World Development Report, 2002.

  • [1] La misin Kemmerer fue la ms importante de una serie de misiones norteamericanas de asesora econmica y financiera enviadas por Estados Unidos a los pases subdesarrollados despus de la Primera Guerra Mundial.

    [2] Hoy como ayer, los industriales representantes de una burguesa nacional amenazada por la poltica imperialista y por los gobiernos entonces el de Lpez como el de hoy el de Uribe Vlez tambin alzan su voz contra el TLC, pero no desarrollan una oposicin radical y vacilan en aliarse con otros sectores populares para impedir el desastre.