El Tiempo De La Cosecha Apóstol Sergio G. Enríquez O. Primer Servicio Guatemala, 19 de marzo del Año De La Revelación

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Hemos estado estudiando muchas cosas del mundo espiritual, en cuanto a la contaminación del mundo hacia la Iglesia; pero también es tiempo que veamos otras cosas respecto a que a veces vemos con los ojos naturales, las espirituales; por eso necesitamos ser activados en el discernimiento de Dios para saber que las cosas que vemos, a veces pertenecen al mundo espiritual y otras veces no; pero el punto entonces es que debemos discernir adecuadamente cada cosa que vemos. Por eso es que el deseo de Dios es que dejemos de ver solamente las cosas naturales para que agudicemos nuestra mirada espiritual y que esa transición sea progresiva en nuestra vida. Por consiguiente, si logramos el discernimiento de Dios en nuestra vida, aun con nuestra mirada natural, podemos interpretar lo que se está moviendo en el mundo espiritual, con el propósito de saber qué es lo que debemos hacer en cada situación que veamos, por ejemplo: Juan 4:35 (LBA) ¿No decís vosotros: "Todavía faltan cuatro meses, y después viene la siega"? He aquí, yo os digo: Alzad vuestros ojos y ved los campos que ya están blancos para la siega. Notemos entonces que aquí hay un grupo de personas que están viendo las cosas naturales, pero no pueden discernir lo que viene en seguida; otro ejemplo sería el momento cuando vemos a Esteban siendo apedreado, tiene una visión espiritual y ve al Hijo de Dios en pie; estaba viendo lo que vendría inmediatamente después de pasar por aquel momento de dolor, pero para eso tuvo que haber alzado sus ojos; por eso tenemos que tener nuestros ojos levantados en todo momento porque si estamos cabizbajos, tendremos los ojos en la tierra, eso hará que nuestro corazón pronto esté enraizado también y que al momento de escuchar el shofar de Dios, haya duda en dejar la Tierra como le sucedió a la esposa de Lot. Por otro lado, también es muy interesante que Dios nos asemeja con algunos animales y con plantas, de hecho, hablando de animales, dice la Biblia que Jesús es el León de la tribu de Judá, en cuanto a las plantas dice que El es la preciosa semilla; entonces podría ser que seamos trigo, considerando que es una planta, como vemos también que del Señor, dice la Biblia que es la vid y nosotros los pámpanos (Juan 15:5 R60); eso nos deja ver que en algún momento, siendo plantas, somos injertados en El (Romanos 11:17 R60). Adicionalmente podemos ver que cuando las plantas tienen su fruto, surgen 3 procesos para recoger ese fruto: primicias, cosecha y rebusco. Las primicias son primero, espiritualmente es el grupo al que pertenecemos; después viene la cosecha, este es el proceso al que muchos cristianos están esperando porque no tienen claro qué es lo que sucederá para ese momento; menos aun cuando se habla de rebusco. Génesis 30:14 (LBA) Fue Rubén en los días de la cosecha de trigo, y halló mandrágoras en el campo, y las trajo a su madre Lea. Entonces Raquel dijo a Lea: Dame, te ruego, de las mandrágoras de tu hijo. No obstante, también comprendemos que al acto de levantar su fruto, es conocido como cosecha; entonces a lo que debemos apuntar nuestra vida es a poder ser del primer grupo que será levantado para ser de las primicias para Dios y el Cordero; pero para eso es necesario que no tengamos nuestros ojos en el mundo, claro que mientras estemos en la Tierra debemos hacer lo

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que nos corresponda; podríamos decir que vivamos con los pies en la Tierra pero con la cabeza en el cielo. Volviendo al versículo anterior; es interesante que a la mandrágora también la llamen la manzana del amor, pero más interesante aun el contexto de este versículo, porque cuando vemos lo que sucedió, resulta que Lea le dio otro hijo a su marido; pero lo hacía más porque no se quedara sola, que por amor. Esto es una figura de aquellos cristianos que son Iglesia del Señor, siempre están en la congregación, pero perdieron su comunión con Dios, dejaron de sentir aquella presencia que hacía derramar su alma; por eso hoy que vivimos en el final de los tiempos, debemos saber que todo está preparado para salir de la Tierra, por consiguiente debemos despojarnos de todo aquello que nos está desviando la atención de poner nuestro corazón en la comunión con Dios.