el primer

de cada mesSÁBADOFeria Libre

El primer Sábado de cada mes. Realizado y editado por:

Camila Serey C.Estudiante de Diseño Gráfico, Duoc Uc

Viña del mar

La primera edición de este libro se llevo a cabo por la petición de Examen de Técnicas de Representación y Expresión, para demostrar el origen de las feria libres en chile.

Derechos Reservados: prohibida la reproducción parcial o total de este libro por cualquier medio impreso, electrónico y/o digital, sin la autorización escrita del editor y dueños del copyright.

el primer

de cada mesSÁBADO

Desde la antigüedad, las ferias han tenido enorme significación, tanto para el desarrollo del comercio y la industria, como para el intercambio cultural y el desarrollo cívico de los pueblos.

En la Edad Media fueron el espacio público por excelencia, en el cual, además de los productos necesarios para la subsistencia, era posible encontrar las expresiones festivas de juglares y artistas populares, y la transmisión oral de los acontecimientos de otras comarcas. Tempranamente, las ferias se identificaron con la cultura y las fiestas del lugar donde se realizaba, pasando a ser el territorio un elemento distintivo fundamental de ellas.

En nuestro país, y sin perjuicio de los cambios de época y de circunstancias económicas y sociales, parte de esos rasgos perduran.

La feria es, en esencia, el lugar en el cual se abastece de alimentos una parte importante de la población, pese a que la aparición de modernos sistemas de distribución alimentaria y de cadenas de supermercados las ha desafiado a modernizarse en todas partes.

Las ferias están enfrentando ese problema, pero requieren contar con un marco jurídico que las reconozca institucionalmente y les facilite la tarea. En muchas partes del mundo, la legislación, fuera de este reconocimiento, fomenta su desarrollo como un elemento de identidad cultural de las ciudades y lugares que las albergan.

La expresión más desarrollada son las ferias europeas, ejemplo de cómo pueden utilizarse los espacios públicos de una manera armónica, limpia y eficiente en la venta de productos alimenticios, manteniendo, al mismo tiempo, una identidad cultural que da carácter a barrios enteros.

Para que ello se produzca, es necesario una política pública que impulse desarrollos legales, económicos y urbanísticos, y se generen las condiciones que hagan de las ferias una actividad económica moderna y parte importante del mobiliario de servicios urbanos

Antecedentes Históricos

Entre los siglos XVIII y XIX, cuando apenas un 15% de la población se concentraba en las ciudades, el intercambio comercial lo ejercían campesinos con grupos de consumidores y en determinados espacios debido a la necesidad de abastecimiento en ciudades como La Serena, Valparaíso, Santiago, Concepción, Chillán o Los Ángeles. Estos sitios estaban ubicados en las afueras de estos centros urbanos y se denominaron “cañadas”, donde se ajustaban libremente los precios

En 1789 el Cabildo de La Serena permitió que en la Plaza de Armas los primeros sábados de cada mes, se vendiese toda clase de legumbres, frescas o secas, aves y carnes- muertas o vivas, manufacturas de loza, tejidos de lana, cáñamo de algodón y todo cuanto la industria de estos habitantes puedan acopiar para vender.

A comienzos del XX surgen importantes ferias, como la feria Pinto de Temuco, iniciándose la descentralización del abastecimiento en grandes ciudades como Santiago.

Hitos históricos

En 1915 surge la primera feria planificada por la autoridad. La Municipalidad de Santiago acepta la instalación de una feria libre en forma experimental en un terreno ubicado en la ribera norte del río Mapocho, entre Avenida Independencia y el puente de los tranvías.

En 1938 el Gobierno del Frente Popular, encabezado por Pedro Aguirre Cerda, ratificó de modo definitivo las ferias libres. Es la primera vez que el comercio popular lograba un reconocimiento formal e institucional, incluido el derecho a operar en plena vía o espacio público (uso de la calle), aunque no integró al intermediario. Es un hecho muy relevante para el funcionamiento de las ferias en la actualidad, hoy el 80% de ellas están ubicadas en la calle.

En diciembre de 1938 se instalaron 4 ferias libres en Diez de Julio, Avenida Matta, Martínez de Rozas y en Av. Santa Laura. Hacia 1955 existían 87 ferias libres en el Gran Santiago.

Ferias libres en nuestro país

Ferias libres en nuestro país

En 1939, se aprobó el Primer Reglamento de Alimentos, esencial en las discusiones posteriores acerca de la inocuidad, salubridad e higiene de los alimentos que consume la población.

En 1969, bajo el gobierno del Presidente Eduardo Frei Montalva, debido al pujante comercio que se desarrolló en torno a las ferias libres, se requirió del apoyo del Estado para dar impulsos reales y concretos al sector. Al alero de diversas gestiones y trabajos de coordinación entre los sindicatos existentes en el país, se dictó la Ley RONACO, Rol Nacional del Pequeño Comercio. Esta normativa reguló todo el comercio en la vía pública y reconoció a las ferias como “una entidad al servicio de la comunidad chilena en su conjunto”.

RONACO estableció la afiliación obligatoria a los sindicatos de cada trabajador independiente asociado a las ferias libres de la época y al comercio desarrollado a su alero. Fueron tiempos pujantes en cuanto al fortalecimiento gremial y organizacional. RONACO estuvo vigente hasta la llegada del gobierno militar, ya que deja de ser reconocida formalmente en 1976, cuando se deroga la normativa a petición de la junta militar.

Durante el gobierno del presidente Salvador Allende a través de la ley 17.592, en enero 1972, se creó además la Caja de Previsión Social de los Trabajadores Independientes que integraba a comerciantes establecidos, pequeños industriales y artesanos, comerciantes de ferias libres y mercados, ambulantes y estacionados en la vía pública, transportistas, farmacéuticos, medianos y pequeños agricultores, con una cobertura

de 700.000 personas. Esta normativa fue derogada en el año 1976, junto a la ley RONACO.

Respondiendo a la necesidad de organización de un sector feriante cada vez más potente y unificado, se comenzó a trabajar en la conformación de la “Federación Nacional de Las Ferias Libres de Chile”, entidad que jurídicamente se formalizó con la llegada de la Ley RONACO en 1972. La federación ocupó un rol esencial en la defensa de la actividad, convirtiéndose en un interlocutor entre los parlamentarios, autoridades y comerciantes, alcanzando logros que apuntaban al mejoramiento de las ferias libres y al reconocimiento del aporte de este comercio en el abastecimiento de alimentos para la población. En dictadura la federación logró defender a los feriantes y negociar con las autoridades de turno aspectos básicos para su funcionamiento y emplazamiento, en medio de los constantes toques de queda.

Transcurrido el golpe militar se produjeron varios cambios en la legislación laboral, se eliminó la sindicalización única y la obligación de pertenecer a ella, con lo cual se produce la atomización sindical. En este escenario las ferias nunca perdieron sus organizaciones, aunque estaban divididas. Esto es un gran mérito de los dirigentes de la época. Paralelamente, producto de la enorme cesantía en el país muchos ven en las ferias libres una salida a la crisis económica, y las ferias libres comienzam a crecer enormemente en los sectores populares. Mientras que los supermercados aún no iniciaban una estrategia de fuerte expansión, como lo es en la actualidad.

Si bien las Ferias Libres constituyen una actividad económica de carácter comercial en todo el país, sus principales problemas se presentan en las grandes concentraciones urbanas.

En efecto, en la Región Metropolitana existen alrededor de unas 40.000 patentes de ferias libres, las que sumadas a las que se han entregado a lo largo del país, alcanzan un total de 80.000, lo que las transforma en una importante fuente laboral. Una parte fundamental del abastecimiento de productos hortofrutícolas y del mar se hace en la feria libre, constituyéndose en el principal centro de abastecimiento de los sectores más modestos.

Sin embargo, es un sector económico y social que se desenvuelve en medio de enormes carencias. A partir de la derogación, en el año 1976, de la legislación que lo regulaba, la actividad de las Ferias Libres ha quedado sometida a las reglas generales del comercio y, en lo específico, al buen juicio de los Alcaldes, lo que genera incertidumbres e inestabilidades que impiden su desarrollo. Es por ello que en la actualidad el gremio aboga por una ley de ferias libres que permita mejorar y ordenar la actividad.

La realidad social de las Ferias Libres

Se torna necesario que la política de modernización y desarrollo del comercio de ferias libres se haga con una activa participación del Municipio, bajo la convicción que estamos frente a una realidad económica y cultural que va a permanecer como un importante hito en la cadena de abastecimiento alimentario de las ciudades.

Organismos internacionales se han pronunciado sobre estas materias. Así, por ejemplo, la F.A.O, a través de su programa Abastecimiento y Distribución de Alimentos en las Ciudades, ha solicitado a alcaldes, administradores de ciudades y planificadores urbanos que, junto con su natural preocupación por la vivienda, el transporte, la infraestructura y los espacios sociales, atiendan también de manera preferente los sistemas de comercialización de alimentos.

En nuestro país, el hecho de que se impulse al Municipio a asumir el fomento productivo como parte del Plan de Desarrollo Comunal, representa una oportunidad para generar una institucionalidad y reglamentación adecuadas para el desarrollo de las ferias, pues ello forma parte del fomento productivo de nivel local.

Esa orientación se recoge en este proyecto de ley, con disposiciones que dan mayor estabilidad a la relación entre la feria y el municipio, y permiten a la feria y a quienes las integran actuar organizadamente en las materias y áreas que les son comunes, de manera de ser representados no solo ante el municipio, sino, incluso, en la solución de problemas que trascienden las competencias municipales.

El Municipio y las Ferias Libres

El Primer Sábado de cada mes. Fue terminado de editar para Julio de 2012

Editado y Producido por Mimi Serey C.Ilustraciones por : Mimi Serey C.

Tipografía de titulo: ERASETipografía de interior subtitulos: ERASE

Tipografía interior: Calisto MT.Sustrato: Papel Perla 120 gr.

Portada: Cartón Forrado 180 gr.

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de cada mesSÁBADO

Un libro dedicado a la importancia de las ferias libres en nuestro país, el como llegaron a ser lo que hoy son.

Las ferias libres son mucho más que un simple lugar donde comprar frutas y verduras, es encontrar con un sub mundo de cultura e historia.