EL PLAN DE LA VIRGEN CON SUS APARICIONES · de “paz” entre la luz y la tiniebla, entre el bien...

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ALVARO GARCÍA DE MOVELLÁN HERNAINZ EL PLAN DE LA VIRGEN CON SUS APARICIONES CUADERNOS DE FORMACIÓN SERIE “APARICIONES DE LA VIRGEN” Nº 9

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ALVAROGARCÍADEMOVELLÁNHERNAINZ

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CUADERNOSDEFORMACIÓN SERIE“APARICIONESDELAVIRGEN”Nº9

BUSCANDO UNA CONEXION.... Es un hecho comprobado que en estos últimos años han crecido de forma espectacular las supuestas apariciones de la Virgen en la Tierra. Al Vaticano llegan muchísimos informes de todas partes del mundo -a veces de sitios insospechados- donde, aparentemente, la Virgen ha aparecido. Algunas son aprobadas, muchísimas rechazadas -se trata de mentiras o montajes-, otras crean incertidumbre sobre su veracidad o no. De lo que no hay duda es de que son muchas. Tantas apariciones... ¿por qué? ¿No es extraño que se hayan multiplicado en estos últimos dos siglos? ¿Es una simple casualidad... o hay algo más?. Sabemos que las obras de Dios no son improvisadas. En Dios no actúa la casualidad, actúa la Providencia: Él va disponiendo los sucesos de la historia a fin de que, respetando la libertad humana, todo sea conducido hacia su plan de salvación para toda la humanidad. En este sentido, ¿tienen alguna conexión las apariciones de la Santísima Virgen María entre sí, aparte del hecho de que Ella sea siempre la que aparece? ¿Hay algún plan en la actuación de la “Señora” con sus visitas a la Tierra? En mi humilde opinión creo que si. Tengo el convencimiento de que, desde las apariciones acaecidas en París en el año 1830 la Santísima Virgen María ha iniciado un plan que va siguiendo unas líneas concretas y fáciles de reconocer si se mira el conjunto de la historia y los acontecimientos. A mi entender, para caer en la cuenta de dicho plan, no basta con coger por separado cada aparición, sacada del contexto histórico en el que sucede -año, situación en el mundo, etc...-. Si son examinadas por separado no se verá conexión entre ellas (aparte de que coinciden en muchos aspectos tales como que se aparezca a niños o pida cosas parecidas: como por ejemplo el rezo del Rosario...-.). Hay que examinar el conjunto, las circunstancias históricas, los acontecimientos mundiales que suceden justo el mismo año de la aparición... En mi teoría la Santísima Virgen María, desde 1830, está preparando al mundo y a la Iglesia para un acontecimiento muy, muy, muy importante. Voy a desarrollar mi opinión en breves capítulos, aprovechando para narrar algunas apariciones poco conocidas de la Virgen. Distinguiré dos cosas: los hechos objetivos y mi interpretación personal. 1.-Los hechos objetivos: no pueden ser negados. Los datos que voy a dar -todos ellos históricos- pueden ser comprobados por facilidad por cualquier persona. 2.-Mi interpretación personal: ofreceré, según vaya narrando los hechos, mi valoración de los mismos. Entenderé que muchas personas no estén del todo de acuerdo con mis afirmaciones. Quizás no estén de acuerdo con ninguna. No obstante invitaría a todos a considerar bien la argumentación que me lleva a decir lo que digo pues está toda ella basada en hechos objetivos que no pueden negarse. Empezamos.... Capítulo 1.- Guerra entre luz y tiniebla Dios creó a los seres humanos en bondad e inocencia. Sin embargo ellos no mantuvieron la luz divina en sus vidas. Usando mal la libertad los primeros seres humanos creados se apartaron del camino del bien señalado por Dios y entraron en el camino del mal y la oscuridad, el camino del pecado. Esto ocurrió al cometerse el primer pecado de la historia de la humanidad, el llamado pecado original Nota 1. Desde entonces la tiniebla espiritual dominó a los hombres.

Siglos más tarde la historia de la humanidad alcanzó su momento cumbre el día en el que el mismísimo Dios en persona se hizo carne y asumió una naturaleza humana. Este es Jesús: Dios hecho hombre que venía para salvarnos, rescatarnos del pecado y devolvernos la luz perdida. De hecho Él es la Luz y vino como Luz para iluminar al mundo: El Verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, viniendo al mundo (Jn 1, 9). Por eso afirmó de Sí mismo: Yo he venido al mundo como luz, y así, el que cree en mí no quedará en tinieblas (Jn 12, 46). Jesús fue aceptado por muchas personas mientras vivió. También fue perseguido, odiado y rechazado por otras, aquellas que pertenecen a la tiniebla y la prefieren, ya que la tiniebla no quiere recibir la luz: La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió (Jn 1, 5). La luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal detesta la luz, y no se acerca a la luz para no verse acusado por sus obras (Jn 3, 19-20) . Los que pertenecen a la tiniebla y la prefieren siempre intentan apagar la luz pues no quieren que les recuerden que viven en el mal y la mentira ya que no desean convertirse. La suerte de los cristianos, seguidores de Jesús, no es distinta. Junto a la aceptación vamos a encontrar siempre, en todas las épocas y tiempos, persecución y rechazo. Jesús mismo nos lo avisó con claridad: Acordaos de la palabra que os he dicho: el siervo no es más que su Señor. Si a mí me han perseguido, también os perseguirán a vosotros (Jn 15, 20). Y San Pablo llegará a afirmar: Todos los que quieran vivir piadosamente en Cristo Jesús sufrirán persecución (2 Tim 3, 12). Las razones, entre otras, son las mismas que afectan a Jesús. Los cristianos tienen la misión de llevar la luz del Evangelio al mundo: Vosotros sois la luz del mundo (Mt 5, 14). Y esto no gusta al pecado, ni al mal, ni a la oscuridad. Por eso los cristianos -si se mantienen fieles al Señor y a su Palabra- a la vez que serán aceptados y acogidos por muchísimas personas también serán atacados y rechazados por muchísimas otras. El Concilio Vaticano II, con gran visión sobrenatural, sintetizó estas ideas describiendo la historia humana como una lucha entre la luz y la tiniebla. Una lucha que se vive tanto a nivel individual -en el corazón de cada persona- como en las sociedades y países del mundo: “Toda la vida humana, la individual y la colectiva, se presenta como lucha, y por cierto dramática, entre el bien y el mal, entre la luz y las tinieblas” Nota 2 . Afirma algo más el Concilio: está lucha, que se inició al comienzo de la historia humana -con el pecado original- no cesará hasta el fin del mundo, hasta la vuelta gloriosa de Jesús al final de los tiempos según nos tiene prometido: “A través de toda la historia humana existe una dura batalla contra el poder de las tinieblas, que, iniciada en los orígenes del mundo, durará, como dice el Señor, hasta el día final” Nota 3 . Es una ilusión -frecuente, por cierto, en algunos cristianos de hoy día, incluidos sacerdotes y Obispos- pensar que antes de la venida del Señor habrá una especie de “paz” entre la luz y la tiniebla, entre el bien y el mal. No seamos ingenuos: el mal no va a dejar nunca de luchar contra Cristo, su gracia, su doctrina y su Iglesia. Y, como dice el Concilio, se trata de una “dura batalla”, con tintes dramáticos... A nadie se le escapa que en nuestra sociedad actual (siglo XXI) parece que la tiniebla que lucha contra la fe haya cogido una fuerza mayor que en otras épocas de la historia. No es un secreto que muchísimas personas viven bastante alejadas de Dios. El sistema de valores que sustenta el mundo -y la manera de pensar de millones de almas- está bastante alejado de la Palabra del Señor. ¿A qué se debe esto? ¿Por qué hemos llegado a esta situación?. En mi opinión ha sido un largo proceso que empezó en el siglo XVIII y fue gestándose poco a poco, con distintos hechos históricos, hasta eclosionar de forma cruda en el siglo XX.

Sin querer ni mucho menos hacer un extenso análisis -nos daría para un libro muy, muy grueso- voy a ir señalando algunos de estos hechos. Capítulo 2.- Falso concepto de modernidad

En el siglo XVIII empezó a usarse de forma general un término que será clave en todo este proceso: el concepto de “modernidad”. Es un concepto importante pues todos aún hoy- quieren ser “modernos” y estar en la “modernidad”, en contraposición a lo antiguo. ¿Qué es la modernidad? En un sentido muy amplio este término quiere significar el hecho de que la humanidad se deja iluminar por la luz de la razón, de la cultura y de la ciencia para superar un pensamiento basado en la superstición o las ideas anticuadas, entendidas éstas como ideas que no tienen ni base científica ni base racional. En este sentido empezó a usarse en las escuelas del pensamiento europeo ya en el siglo XIV. Por supuesto, así entendida, la modernidad no es enemiga ni de la fe ni de la Iglesia, como tampoco la Iglesia lo es de la modernidad. Al contrario de lo que muchos piensan la Iglesia es bastante contraria a todo tipo de superstición o de ideas que no tengan base racional. De hecho muchas de las grandes figuras que iniciaron la filosofía y la ciencia moderna eran profundos y convencidos cristianos (René Descartes, Galileo, Newton....). La Iglesia siempre ha tenido que luchar con una forma de entender la fe y la piedad que lleva a la superstición o al desprecio de la razón que Dios nos dio para comprender la realidad e investigar a fin de entenderla mejor. Sin embargo hubo una espantosa y terrible manipulación del término “modernidad” que sigue durando hasta nuestros días. En Francia un poderoso grupo influyente en el pensamiento quiso crear la idea de que la razón y la ciencia moderna eran contrarias y enemigas de la fe y de la Iglesia católica. Según estas personas la Iglesia se había encerrado en formas anticuadas de pensamiento, oponiéndose a la ciencia y al progreso en nombre de concepciones anticientíficas y anacrónicas. Los hombres que formaban el grupo que sostenía estas ideas se llamaban a sí mismos “los ilustrados, los filósofos, los modernos....” Nota 4. Este grupo de filósofos fue guiado por el barón Paul-Henri Holbach (1721-1789) que los reunía en los salones de París donde acudía buena parte de la sociedad de las Cortes borbónicas de los reyes Luis XV y Luis XVI. Este personaje, que profesaba un odio casi enfermizo hacia Cristo y hacia la Iglesia, indujo a todo este grupo ilustrado a una tarea: la de atacar la fe católica denigrándola como contraria a la modernidad. Tenían grandes medios para difundir esta concepción. Ellos imprimieron la famosa “Enciclopedia”, dirigida por Diderot y D´Alembert, un proyecto de recopilación de todo el saber universal, imbuido de ataques a la fe y a la Iglesia. Hoy día nos sonreímos al leer algunas afirmaciones -ingenuas y simplistas, cuando no erradas y falsas- de aquella “suma del saber”. Pero en aquella época causó una enorme influencia entre la población. Entre estos filósofos se destacó en los ataques a la Iglesia el publicista Francois Arouet. Bajo el famoso pseudónimo de “Voltaire”, usando un estilo incisivo y demoledor, hizo un ataque implacable a la Iglesia que caló en el corazón y la mente de muchísimas personas. Mientras tanto el propio Holbach, alma del grupo, acuño el término “progreso” como impulso renovador contra todo lo regresivo. Para él la fe y la Iglesia católica -con toda su concepción de la vida y del hombre- eran el elemento fundamental de la regresión. Los sucesores de este grupo, más adelante, empezaron a llamarse a sí mismos con orgullo como “intelectuales”.

No queremos abundar más en esta materia. Tan solo señalar como desde Francia, en el siglo XVIII, se empezó a difundir por todo el mundo la falsa idea de que la modernidad, el progreso y lo intelectual son contrarios a la fe y a la Iglesia y por consiguiente, como consecuencia inevitable, la conclusión de que si la humanidad quiere progresar debe luchar contra ellas. Esta idea tuvo éxito. Fue creciendo poco a poco y ha llegado a nuestros días. Es la base de que muchas personas miren con cierta sospecha y desprecio a la Iglesia y a la fe. Las consideran contrarias al progreso humano. Lógicamente esto hace que muchos se alejen de la fe. Nadie quiere ser antiguo, anticuado, irracional... todos quieren apuntarse al carro del progreso y la modernidad. Si nos han hecho creer que para eso hay que rechazar la fe religiosa y especialmente a la Iglesia Católica... pues se rechaza. Capítulo 3.- El “Tratado de la verdadera devoción” Justamente en esa Francia del siglo XVIII, donde se fraguaba un concepto erróneo de modernidad que, esparciéndose por el mundo, alejaría a muchas personas de la fe- se escuchó la predicación de un santo que es clave para poder entender la misión de la Santísima Virgen María: San Luis Mª Grignión de Montfort. Nació el 31 de Enero de 1673. En el año 1700 fue ordenado sacerdote. Pasó su corta vida -pues murió joven, a los 43 años, en 1716- recorriendo toda Francia, predicando incansablemente a Jesucristo y ejercitando toda clase de obras de caridad, de forma especial con los enfermos y pobres más necesitados. Fue uno de los santos que más devoción ha tenido hacia la Santísima Virgen María. Profundizó de forma especial lo que conocemos como “consagración a la Virgen”. Esta práctica consiste -brevemente explicada- en una entrega especial que una persona hace de sí misma a la Santísima Virgen, poniéndose en sus manos, confiándole su vida y todo lo que tiene. Se intenta de esta manera una mayor y perfecta unión con Jesucristo ya que la Virgen, a aquellos que se consagran a Ella, los lleva inmediatamente a una mayor perfección en su vida cristiana, uniéndolos más íntimamente a Jesús Nota 5. La consagración a la Virgen tiene sus raíces en el mismísimo Evangelio Nota 6 . San Luis Mª no solamente se consagró a la Virgen de forma especial sino que enseñó a muchísimas personas a hacer lo mismo. Propagó una manera de consagrarse a la Virgen que se conoce como “esclavitud mariana”. Consiste en considerarse un esclavo de la Virgen, poniéndose totalmente en sus manos, consagrándole todo lo que uno tiene -alma, cuerpo, bienes exteriores e interiores- a fin de que la Virgen disponga de nuestra persona como Ella quiera. Tras haber enseñado por toda Francia esta manera de consagrarse a la Virgen decidió ponerla por escrito a fin de que fuera conocida por el máximo posible de personas. A este fin escribió un libro llamado “Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen”. En él el propio santo escribe:

“He emprendido este trabajo de poner por escrito lo que durante tantos años en público y en privado he enseñado en mis misiones con no escaso fruto” Nota 7 . Parece ser que el libro fue escrito en otoño del año 1712, retirándose el santo a una ermita con este fin. Desde el principio San Luis Mª deja claro la finalidad del escrito: “Jesucristo vino al mundo por medio de la Santísima Virgen, y por medio de ella debe también reinar en el mundo” Nota 8 . Todo el escrito es una explicación de la consagración a la Virgen -bajo la modalidad de esclavitud mariana- argumentando todas estas cosas de forma admirable y con grandes razones basadas en la Revelación divina. Invito de todo corazón a los lectores a hacerse con un ejemplar de este maravilloso librito y leerlo con detenimiento y profundidad. Si amáis y queréis a la Virgen difícilmente encontraréis un libro mejor. En este libro encontramos unas profecías curiosísimas sobre las que merece la pena nos detengamos..... Capítulo 4.- Las extrañas profecías de un santo.... Me sorprende comprobar como a muchos lectores del “Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen” les pasan desapercibidos dos párrafos curiosos del libro, a pesar de ser tan extraños y llamativos. Se trata de dos profecías que el santo deja enunciadas en el escrito con toda claridad. Vamos a examinarlas por separado.... PRIMERA PROFECÍA: EL DESTINO DEL LIBRO San Luis Mª Grignión de Montfort tuvo que enfrentarse durante su predicación a un terrible error que asolaba la Iglesia francesa en aquellos momentos. Un poderoso grupo, incluidos sacerdotes, consideraban la devoción a la Santísima Virgen María como algo innecesario e incluso dañino para un cristiano ya que, según ellos, apartaba y alejaba del verdadero fin de todo cristiano: Jesucristo. Según ellos tanta devoción a la Virgen impedía la verdadera devoción que era Jesús. La propagación de estas ideas alejaba a las personas sencillas del amor y la piedad hacia la Virgen. San Luis recorrió toda Francia enseñando justamente lo contrario. Usando la Sagrada Escritura y la Tradición de la Iglesia demostró como la devoción a la Virgen y la consagración a Ella lejos de alejar de Jesús lo que hace es llevarnos más profundamente a Él. De hecho toda verdadera devoción a la Virgen no tiene otro fin sino el de llevarnos más perfectamente a una profunda unión con Jesucristo. La tarea de la Madre es llevarnos al Hijo. Por supuesto su actividad fue mal vista por este grupo en el que, insistimos, también había sacerdotes. Sufrió muchas persecuciones y ataques. Cuando escribió su famoso “Tratado” San Luis previó que, al igual que le habían atacado a él, también atacarían su libro puesto que en él explicaba todo lo que ya de palabra predicaba. En este sentido es muy expresivo el siguiente párrafo del libro, donde el santo hace, como de pasada, una pequeña profecía:

“Preveo claramente que surgirán bestias terribles, que, furiosas, intentarán destrozar con sus dientes diabólicos este humilde escrito, y a aquel de quien el Espíritu Santo se sirvió para redactarlo; o al menos, pretenderán sepultar estas páginas en las tinieblas y en el silencio de un cofre, a fin de que no aparezcan jamás; y también atacarán y perseguirán a aquellos y aquellas que lo lean y lo pongan en práctica” Nota 9 . El párrafo no debería sorprendernos demasiado si no fuera porque lo que el santo dice en él: ¡se cumplió literalmente, palabra por palabra! En efecto: una vez terminado el libro empezó a ser atacado con la misma furia con la que se atacaba al propio santo, según sus mismas palabras proféticas. Pero no quedo ahí la cosa. Muerto el santo el manuscrito original, antes de que se hicieran copias, fue encerrado en un cofre -¡tal y como el santo había profetizado!- que a su vez permaneció olvidado –primero en una casa de campo y luego en una casa religiosa- hasta que fue descubierto en el año 1842. El 29 de Abril de 1842 fue abierto el cofre donde durante casi 130 años el libro de San Luis había permanecido oculto y olvidado. Cuando se encontró todas las hojas estaban separadas unas de otras, aunque el estado de conservación era perfecto. Enseguida empezó su difusión convirtiéndose en poco tiempo en uno de los libros católicos más apreciados. SEGUNDA PROFECÍA: LA FUNCIÓN DE MARÍA EN LOS ÚLTIMOS TIEMPOS, PREPARANDO AL MUNDO PARA LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO. Esta profecía está mucho más claramente expuesta que la anterior, dedicándole el santo varios párrafos de su libro. Trascribo dos de los más claros y sugerentes: “Por María comenzó la salvación del mundo, y por María debe consumarse. María apenas se dio a conocer en la primera venida de Jesucristo, a fin de que los hombres, todavía poco instruidos y amaestrados acerca de la persona de su Hijo, no se apartasen de la verdad y se aficionasen demasiado e imperfectamente a Ella... Pero en la segunda venida de Jesucristo, María habrá de ser conocida y revelada por el Espíritu Santo, a fin de lograr que por Ella los hombres conozcan, amen y sirvan a Jesucristo” Nota 10 . “Como (María) fue el camino por donde Jesucristo vino la primera vez a nosotros, también lo será cuando venga la segunda, aunque no del mismo modo” Nota 11 . Todos los cristianos estamos esperando que se cumpla la última promesa de Cristo que aún no ha tenido lugar: su Segunda Venida al mundo en gloria para juzgar a toda la humanidad. Esto ocurrirá al fin del mundo. Nadie sabe la hora ni el momento en el que ocurrirán estas cosas. El mismo Jesús nos dijo: En cuanto al día y a la hora nadie lo conoce (Mt 24, 36). Eso sí: sabemos que ocurrirá. En algún momento de la historia vendrá el fin del mundo Nota 12 . San Luis Mª profetizó que justo antes de este acontecimiento el Espíritu Santo hará que la presencia de la Santísima Virgen María crezca en el mundo a fin de ir preparando a la humanidad para la Segunda Venida de Jesús. Incluso profetiza la aparición de grandes siervos del Señor que ayudarán a entender la correcta misión de la Virgen en el plan de Dios, propagando una auténtica devoción hacia Ella Nota 13 . Si en la profecía que hizo sobre cómo su libro acabaría escondido en un cofre no se equivocó -antes bien se cumplió literalmente- ¿por qué no habría de cumplirse ésta también?.

Capítulo 5.- Mi teoría: estamos ya al fin de los últimos tiempos y la Virgen nos está preparando Después de todo lo explicado estoy ya en condiciones de exponer mi teoría. A mi entender hemos entrado ya en la última etapa de los últimos tiempos, los tiempos anteriores a la Segunda Venida de Cristo. Tiempos difíciles para la práctica de la fe, de errores profundos sobre la revelación divina y de ataques a la fe y a la Iglesia. Por eso la Santísima Virgen María, como madre, y según la profecía de san Luis Mª Grignión de Montfort, está actuando de forma especial en el mundo -a través de múltiples apariciones- para ayudar a la humanidad a no perder la luz de la verdad y a estar preparados para el acontecimiento final que culminará la historia humana: la Segunda venida en gloria del Señor. Me explico: *Cuando digo que estamos en la última etapa de los últimos tiempos quiero referirme a que estamos en el período histórico justo anterior a la Segunda Venida de Cristo. En la Iglesia el término “últimos tiempos” se refiere al período de tiempo que se abrió con la venida de Jesucristo al mundo y que terminará con la llegada del Juicio Final. Se le llama así porque cuando Jesucristo vuelva gloriosamente para el Juicio Final el tiempo, tal y como lo conocemos hasta ahora, acabará, y comenzará únicamente la eternidad: Cielo o Infierno. Ya no habrá personas que estén en tránsito, en camino. Por eso son los “últimos tiempos”. Porque después no habrá tiempo. Habrá solo eternidad. La Escritura usa diferentes términos, equivalentes, para hablar de esto: habla de última hora (1 Jn 2, 18), fin de todas las cosas (1 Pedro 4, 7), fin de los tiempos (Mt 24, 3)… El Catecismo explica: “El día del Juicio, al fin del mundo, Cristo vendrá en la gloria para llevar a cabo el triunfo definitivo del bien sobre el mal… Cristo glorioso, al venir al final de los tiempos a juzgar a vivos y muertos, revelará la disposición secreta de los corazones y retribuirá a cada hombre según sus obras y según su aceptación o su rechazo de la gracia” Nota 14 . No quiero con esto afirmar que el fin del mundo vaya a ocurrir ahora mismo. Como ya hemos dicho Jesús nos dijo claramente que nadie sabe el día ni la hora y sería una auténtica estupidez atreverse a dar una fecha. Eso, más que de la Iglesia Católica, es más típico de sectas apocalípticas o de videntes sensacionalistas -y por lo mismo falsos-. Lo único que afirmo es que, en mi opinión, hemos entrado ya en la época de la historia justo anterior a la Segunda Venida de Cristo. Esa época puede durar un año, 50 años o quizás diez siglos.... pero creo que ya estamos en ella. Ya estamos enfilando la última calle que nos lleva hasta la meta final de la historia: el Juicio Final.

*Cuando digo que son tiempos difíciles para la fe no hago sino recordar lo que la mismísima Sagrada Escritura y la Iglesia nos enseñan: antes de la Segunda Venida de Cristo la práctica de la fe en el mundo disminuirá drásticamente. Jesús, hablando de esos días, dijo: Aparecerán muchos falsos profetas y engañarán a mucha gente, y, al crecer la maldad, se enfriará el amor en la mayoría; pero el que persevere hasta el final se salvará (Mt 24, 12-13). Incluso llega a preguntarse: Cuando venga el hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra? (Lc 18, 8), dando a entender que justo antes de su Venida habrá poca fe en el mundo. San Pablo es tajante: En los últimos días se presentarán tiempos difíciles, pues los hombres serán egoístas, avariciosos fanfarrones, soberbios, blasfemos, desobedientes a sus padres, ingratos, irreligiosos, despiadados, desleales, calumniadores, desenfrenados, brutales, enemigos del bien, traidores, precipitados, engreídos, amigos del placer más que de Dios, tendrán la apariencia de piedad, pero

habrán renegado de su fuerza (2 Tim 3, 1-5). Y en otro lugar: El Espíritu dice expresamente que en los últimos tiempos algunos se alejarán de la fe por prestar oídos a espíritus embaucadores y a enseñanzas de demonios, inducidos por la hipocresía de unos mentirosos (1 Tim 4, 1-2). El Catecismo de la Iglesia también es muy claro en este sentido: “Antes del advenimiento de Cristo, la Iglesia deberá pasar por una prueba final que sacudirá la fe de numerosos creyentes (cf. Lc 18, 8; Mt 24, 12). La persecución que acompaña a su peregrinación sobre la tierra (cf. Lc 21, 12; Jn 15, 19-20) desvelará el "misterio de iniquidad" bajo la forma de una impostura religiosa que proporcionará a los hombres una solución aparente a sus problemas mediante el precio de la apostasía de la verdad. La impostura religiosa suprema es la del Anticristo, es decir, la de un seudo-mesianismo en que el hombre se glorifica a sí mismo colocándose en el lugar de Dios y de su Mesías venido en la carne (cf. 2 Ts 2, 4-12; 1Ts 5, 2-3; 2 Jn 7; 1 Jn 2, 18.22)” Nota 15 . En este impresionante y autorizado texto oficial de la doctrina de nuestra Madre Iglesia se nos dice claramente que justo antes de la Segunda Venida de Cristo nos encontraremos: 1.-Una prueba en la Iglesia que sacudirá la fe de numerosos creyentes. 2.-Una propuesta a los hombres para solucionar sus problemas a consta de apostatar, es decir: negar, la verdad de la fe. 3.-Una falsa salvación en la cual el hombre, prescindiendo de Dios y del verdadero Mesías Jesucristo, pretenderá alcanzar la salvación únicamente por medios humanos y naturales. 4.-Una glorificación del ser humano negando la gloria debida a Dios

¿Quién es tan ciego de no ver que esto está ocurriendo ahora mismo? Ya hemos comentado como la fe empezó a ser muy atacada al oponérsele un falso concepto de modernidad, haciendo creer a la humanidad que para conseguir el progreso hay que negar la fe en Dios. A partir del año 1830 estas ideas fueron aumentando y creciendo, creando en la humanidad la falsa idea de que el ateísmo, el materialismo, la exaltación del ser humano negando a Dios, el rechazo a Jesucristo y el relativismo moral deben ser aceptados y promovidos si queremos llegar a una liberación plena del ser humano y a un estado superior. Todas estas mentiras han alejado a muchísimas personas de la fe, han enfriado la piedad de otras, han creado la duda incluso entre los más firmes...

*Cuando digo que la Virgen está ayudando a la humanidad a superar este período, preparándonos para la Segunda Venida de Cristo, me baso en el carácter y los mensajes que sus últimas apariciones -desde 1830- han tenido con respecto a la humanidad. Son claramente apariciones instructivas para ayudarnos a afrontar de forma correcta la manera de situarnos en un mundo y una sociedad que se ha alejado de Dios. Son respuestas concretas a graves errores que están sumiendo a la humanidad y a la Iglesia en el error y en el pecado, con el grave riesgo de perder el alma y condenarse por toda la eternidad en el Infierno -como el ateísmo, el materialismo, el relativismo...- Esta es mi teoría. Examinemos ahora las principales apariciones de la Santísima Virgen María desde 1830 y su conexión con acontecimientos históricos peligrosos para la fe. Comenzamos con las apariciones de la Santísima Virgen María en 1830 en París para regalarnos como protección su medalla milagrosa. Justo en ese año con la caída del rey francés Carlos X empezaba una nueva situación en el mundo según la cual los gobiernos de las naciones empezaban a alejarse del Evangelio a la hora de gobernar y preparar las leyes. Es importante recalcar como la Virgen se aparece en Francia, el país desde el que habían comenzado los

ataques más agresivos hacia la fe y la Iglesia. (ES NECESARIO LEER EL CUADERNO DE FORMACIÓN Nº 6 DE ESTA SERIE “APARICIONES DE LA VIRGEN” DONDE SE NARRAN Y EXPLICAN ESTAS APARICIONES) A continuación tenemos las apariciones de la Virgen en La Salette (otra vez Francia), en 1846, donde Nuestra Señora continuaba instruyéndonos sobre los principales errores que nos querían apartar de Dios. (ES NECESARIO LEER EL CUADERNO DE FORMACIÓN Nº 7 DE ESTA SERIE “APARICIONES DE LA VIRGEN” DONDE SE NARRAN Y EXPLICAN ESTAS APARICIONES) Ambas apariciones, tanto las de París de 1830 como las de La Salette en 1846, están aprobadas por la Iglesia. Capítulo 6.- Los mensajes “olvidados” de Lourdes

Así llegamos al año 1858. Mientras en Francia sigue creciendo la oposición a la fe y a la Iglesia (trasladándose desde allí a otros países) una vez más la Virgen visita este país, como si Dios estuviera empeñado en invitar una y otra vez a Francia -y en ella a toda Europa y a todo el mundo-, a una profunda conversión antes de que sea demasiado tarde. La historia de las apariciones de la Virgen en Lourdes está narrada extensamente en el cuaderno de formación nº 4 de esta serie “Apariciones de la Virgen”. Es necesario leerlo para poder entender correctamente lo que vamos a seguir explicando. En ese cuaderno narrábamos las apariciones. Ahora es el momento de profundizar el mensaje de la Virgen en Lourdes. En este sentido debo empezar por una constatación algo preocupante: en mi opinión el mensaje esencial de Lourdes ha sido desdibujado, cuando no olvidado o silenciado. Me explico. Lourdes se ha centrado en el tema de los enfermos: la atención al enfermo, el cuidado al enfermo, el valor del enfermo... Es sin duda algo estupendo. Es una obra de caridad típicamente cristiana. Con ella imitamos a Jesús que dedicó gran parte de su ministerio al cuidado y curación de los enfermos: Al ponerse el sol, todos cuantos tenían enfermos con diversas dolencias se los llevaban, y él, imponiendo las manos sobre cada uno, los iba curando (Lc 8, 40). Más aún: en nuestro mundo actual el mensaje que Lourdes ofrece de ayuda a los enfermos es muy necesario. En un mundo materialista -que solo valora lo joven, lo sano, lo que produce- el cuidado a los enfermos se convierte en un testimonio de fe importantísimo para todos. Cada vez se dan más pasos para instaurar legalmente la “eutanasia” en muchos países. Esto es consecuencia de la visión materialista de la vida según la cual una persona vieja y enferma supone una molestia y una carga económica para el Estado: convenzámosla, pues, de que su vida es inútil para que ella misma pida ser eliminada y podamos quitarla de en medio sin problemas. En este sentido Lourdes hace un servicio estupendo: poniendo la atención en el cuidado a los enfermos ayuda a todo el mundo a considerar la importancia de cada ser humano, no tanto por lo que tiene o por su estado de salud, sino por lo que es: una criatura hecha a imagen de Dios y salvada por Jesucristo. Nunca insistiremos lo suficiente en la importancia de este mensaje, esencial para la fe. Ahora bien: ¿no está demasiado focalizado Lourdes en el tema del enfermo?. He estado allí un par de veces de peregrinación, lo conozco bien por otros motivos, y creo que muchas personas -sin duda movidas por la buena fe- han parcializado Lourdes centrándolo en el cuidado al enfermo. No es que esto sea malo. Ya he comentado antes lo necesario que es. Pero... ¿qué ha pasado

con el resto de mensajes que la Virgen nos dio en sus apariciones de la gruta?. En muchas peregrinaciones han quedado totalmente relegados no ya a un segundo o tercer lugar sino a un último puesto, si es que no han sido directamente eliminados y omitidos. ¿Por qué tantas personas, entre ellas sacerdotes y Obispos, parecen haber sufrido una preocupante pérdida de memoria sobre los mensajes importantes que la Virgen dio a Bernadette?. Es como si temiéramos disgustar al mundo -o a los propios creyentes- si decimos lo que realmente la Virgen pidió y dijo en Lourdes. Hemos de decir con total claridad -es la verdad- que la Virgen, en Lourdes, no centró su mensaje en los enfermos. De hecho tan solo la fuente de agua que hizo descubrir a Bernadette -y que tantas curaciones ha protagonizado- está directamente unida a este tema. Fueron otras cosas, otros asuntos, los que la Virgen nos quiso recordar en Lourdes. Y una vez mas insisto -para no ser malinterpretado-: con esto no quiero decir que esté en contra de la magnífica y necesaria atención al enfermo que se hace en Lourdes. Simplemente quiero señalar que no debemos olvidar el resto de mensajes que la Virgen vino a decirnos y a los que Ella misma les dio más importancia. Vamos a recordar algunos de estos mensajes “olvidados”. *El mensaje de la verdadera felicidad. En la tercera aparición dijo a Bernadette: “No prometo hacerla feliz en este mundo, sino en el otro”. Mensaje fundamental. En aquella época el avance del materialismo era grandísimo. De aquí nació una idea que años más tarde ha eclosionado con fuerza en nuestras sociedades: la idea de “bienestar”. Entendido en un sentido positivo y cristiano el “bienestar” es la búsqueda de los derechos fundamentales (comida, vivienda, vestido...) para que una persona pueda desarrollar con normalidad su vida. Lo malo es que se ha entendido en un sentido materialista. Así, el “bienestar”, en la práctica, suele entenderse como la búsqueda del máximo confort posible en este mundo. Cuantas más y mejores cosas materiales tengamos, que nos hagan más agradable la vida sobre la tierra, mejor. Por este motivo la idea de buscar la felicidad eterna, el gozo del Cielo, empezó a ser abandonada. Los hombres comenzaron a preocuparse únicamente de la felicidad terrena olvidando que tienen un alma que salvar. Hasta la predicación de muchos sacerdotes y Obispos se centran en guiar a los hombres a una felicidad más terrena en vez de conducirlos al Cielo. La Virgen, con esta promesa hecha ni más ni menos que a su elegida, nos recuerda: 1.-Que en este mundo, por mucho que queramos, no seremos plenamente felices. Siempre nos faltará algo, siempre habrá alguna circunstancia nuestra o de otros que nos impida estar bien del todo.... No debemos, pues, obsesionarnos con el “bienestar” meramente mundano y terreno. ¡Cuántas personas buscando este bienestar han acabado precisamente sufriendo muchísimo ante la frustración de no alcanzarlo!. 2.-Que la verdadera felicidad sólo está en Dios. 3.-Que nuestro paso por esta tierra es temporal. No debemos atarnos tanto a las cosas de este mundo que olvidemos o perdamos el camino que nos conduce hacia el que debe ser nuestro destino último y definitivo: el Cielo. *El mensaje de la penitencia. La Virgen, en la octava aparición, pidió “Penitencia” y también dijo: “Rogad a Dios por la conversión de los pecadores”. Estas peticiones se repitieron en casi todas las apariciones a partir de ese momento. Bernadette, asimismo, hizo varios gestos penitenciales por indicación de la Virgen -besar el suelo, andar de rodillas, comer hierbas...- que se convirtieron también en parte del mensaje. La Virgen no hacía sino recordarnos lo que Jesús nos dijo: Si no os convertís, todos pereceréis (Lc 13, 3).

El mensaje de la penitencia es el más repetido por la Virgen en Lourdes. Iba directamente en contra de la tendencia a olvidar la existencia del pecado, la necesidad de convertirse, la práctica de la penitencia... En aquel momento muchas personas -imbuidas por el espíritu mundano y antisobrenatural que empezaba a ganar terreno en la sociedad- negaban la existencia del pecado. Y si no hay pecado, lógicamente, no hay necesidad de hacer penitencia por él. Esta actitud lleva directamente a poner en gravísimo peligro la salvación de nuestra alma pues si no reconozco mi mal ¿como voy a arrepentirme de él? ¿cómo voy a pedir perdón a Dios? ¿cómo voy a sentirme necesitado de la salvación de Jesucristo?. Por este motivo la Virgen insistió en el mensaje penitencial: era absolutamente necesario recordar a toda la humanidad la necesidad de cambiar de vida, alejarse del pecado y convertirse profundamente a Dios. En aquel momento los gestos penitenciales de Bernadette y sus palabras causaron escándalo. Se ve que hoy tampoco gustan. Pocas peregrinaciones a Lourdes -muy pocas- hacen hincapié en esta parte del mensaje. Pocos sacerdotes e incluso Obispos que van con grupos a Lourdes recuerdan a los peregrinos con la seriedad que requiere el tema la necesidad de penitencia y conversión proclamada por la Virgen desde aquel lugar. Y si entonces era necesario... ¡qué decir del momento actual en el cual la pérdida del sentido del pecado y de la penitencia es todavía mayor que entonces! *El mensaje del nombre de la Virgen. Hay un mensaje en Lourdes que ha pasado totalmente inadvertido para muchísimas personas, entre ellas algunas que llevan años y años peregrinando a este lugar. Es la revelación de su nombre: “Yo soy la Inmaculada Concepción”. ¿No es extraño que tardara tantas apariciones en revelarlo? ¿Por qué Bernadette tuvo que insistir tantas veces en que se lo dijera? ¿Nadie ha pensado que en ese nombre la Virgen quería decirnos algo importante y más profundo de lo que a primera vista parece? Hay un hecho clarísimo: la Virgen, con estas palabras, afirmaba que Ella había sido concebida sin pecado original. Esto es lo que generalmente todo el mundo sabe. Lo que poca gente conoce es que apenas cuatro años antes, en 1854, el Papa Pío IX había declarado solemnemente como dogma de fe este privilegio de la Virgen. La conexión entre un hecho y otro es más importante de lo que parece. Vamos a explicarlo con detenimiento. Ante todo conviene aclarar qué es lo que significa la Inmaculada Concepción. Según la revelación de Dios todos los seres humanos nacemos con el pecado original -triste herencia de nuestros primeros padres-. Esto significa que nuestra alma nace sin estar en gracia de Dios; asimismo nuestra naturaleza humana experimenta durante toda su vida una herida interior que nos hace ser débiles e inclinarnos con frecuencia al mal. Jesús, entre otras cosas, vino principalmente para librarnos de las funestas consecuencias del pecado original, borrándolo y dándonos la fuerza de la gracia para que el mal no venza en nuestra vida 42. Cuando decimos que la Virgen María fue Inmaculada Concepción queremos decir que Ella, por un privilegio único y singular, fue concebida sin el pecado original, de tal forma que desde siempre -desde el momento de su creación- estuvo en gracia de Dios. Por esto mismo tampoco tuvo la inclinación al mal propia de la naturaleza humana herida por el pecado. Lógicamente sabemos esto porque Dios nos lo ha revelado ya que son hechos sobrenaturales que no podemos averiguar simplemente con la investigación histórica o natural. En los primeros siglos de la Iglesia no se veía con claridad si dicho privilegio -la Inmaculada Concepción- era o no una verdad revelada por Dios. Por un lado todos sabían que la Santísima Virgen María -por ser la Madre de Dios- era una criatura excepcional, cuya santidad sobrepasaba en mucho a todas las demás. ¿Cómo iba, pues, a estar manchada por el pecado?. Además: el

ángel la había llamado llena de gracia (Lc 1, 28). ¿No estaba con estas palabras revelando el misterio de su concepción inmaculada? Nota 16. Pero por otro lado la Sagrada Escritura dejaba muy claro -afirmándolo con rotundidad- que Jesucristo nos había redimido y salvado a todos: Por la desobediencia de un solo hombre (Adán) todos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno todos serán constituidos justos (Rm 5, 19). Si la Virgen no tuvo pecado original, ¿entonces no fue salvada por Jesús? ¿No era esto oponerse a la Palabra de Dios?. Este es el motivo por el que en los primeros siglos de la Iglesia encontramos a personas que defienden la verdad de la Inmaculada Concepción y otras que afirmaban que María había nacido con el pecado original -aunque se le limpiara enseguida de él- pues no veían como concordarlo con el dato cierto y seguro de que Jesús había salvado a toda la humanidad, incluida la Virgen María. Poco a poco, no obstante, se fue haciendo la luz. Dios inspiro en la Iglesia a algunas personas que explicaron que la redención puede ser de dos maneras: redención liberativa o redención preservativa. La redencion liberativa consiste en salvar a alguien del mal en el que ya ha caído (por ejemplo: sacar a alguien de un pozo en el que ha caído); la redención preservativa consiste en salvar a alguien de un mal en el que iba a caer evitando que caiga en él (por ejemplo: si agarro a una persona que iba a caer en un pozo evitando su caída). ¿No pudo Dios salvar a María aplicándole los futuros méritos de Jesucristo para que fuera preservada de contraer el pecado original, algo a lo que estaba inevitablemente destinada por pertenecer a la naturaleza humana?. De este modo la Virgen María también habría sido salvada por Jesús con una salvación muchísimo más perfecta incluso que la nuestra ya que la mancha que mejor se quita es la que no cae. En el año 1854 el Papa Pío IX proclamó solemnemente que la Inmaculada Concepción era una verdad revelada por Dios. He aquí sus palabras exactas: Después de ofrecer sin interrupción a Dios Padre, por medio de su Hijo, con humildad y penitencia, nuestras privadas oraciones y las súplicas de la Iglesia, para que se dignase dirigir y afianzar nuestra mente con la virtud del Espíritu Santo, implorado el auxilio de toda la corte celestial e invocado con gemidos el Espíritu Paráclito e inspirándonoslo él mismo: Para honor de la santa e individua Trinidad, para gloria y ornamento de la Virgen Madre de Dios, para exaltación de la fe católica y aumento de la cristiana religión, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra propia, declaramos, pronunciamos y definimos que la doctrina que sostiene que la beatísima Virgen María, en el primer instante de su concepción, por gracia y privilegio singular de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús, Salvador del género humano, fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original, ha sido revelada por Dios y, por tanto, debe ser creída firme y constantemente por todos los fieles Nota 17 . Pues bien: cuatro años después de esta solemne declaración, en 1858, la mismísima Virgen María baja del Cielo y revela que Ella es ¡la Inmaculada Concepción!. Es decir: le da la razón al Papa. Confirma que el dogma proclamado es cierto. Cuando el Papa Pío IX hizo la declaración dogmática muchos -inclusive creyentes- se quejaron: “¿Quién es el Papa para declarar que una doctrina pertenece o no a las verdades reveladas por Dios?. ¿Con qué autoridad hace esto?”. Y es que muchas personas no querían admitir lo que desde siempre la Iglesia había afirmado: que Jesús dejó al sucesor de Pedro -al Papa- como autoridad última en su Iglesia con la promesa de que, cuando hubiese dudas sobre temas referentes a la fe y a la moral, Él lo inspiraría en la verdad para que hablara en nombre de

Dios a toda la Iglesia indicando lo que había que mantener o no como revelado por Dios. La Santísima Virgen María, al afirmar lo que cuatro años antes había definido el Papa, no hacía sino decir: “Es cierto. El Papa, cuando habla a toda la Iglesia en temas de fe y de moral con su autoridad suprema y definiendo de forma definitiva, está hablando en nombre de Dios y hay que hacerle caso”. Curiosamente unos años después, en el Concilio Vaticano I (1870-1871) fue definido el dogma de fe que aseguraba la infalibilidad del Papa -es decir: la gracia de no errar ni equivocarse- cuando hablaba a toda la Iglesia, en nombre de Cristo, definiendo temas referentes a la fe y a la moral. He aquí las palabras del Concilio: Nosotros, siguiendo fielmente la tradición recibida desde el origen de la fe cristiana, para gloria de Dios, nuestro Salvador; para exaltación de la religión católica y salvación de los pueblos cristianos; con aprobación del santo concilio enseñamos y definimos que es un dogma revelado por Dios: Que el Romano Pontífice, cuando habla ex cathedra, esto es, cuando cumpliendo con su cargo de pastor y maestro de todos los cristianos define con su autoridad suprema que una doctrina de fe o de costumbres tiene que ser mantenida por la Iglesia universal, en virtud de la asistencia divina que le fue prometida en la persona de San Pedro, goza de aquella infalibilidad con la que quiso el divino Redentor que estuviera provista su Iglesia al definir una doctrina de fe o de costumbres. Y, por tanto, que tales definiciones del Romano Pontífice son irreformables por sí mismas y no por la aprobación de la Iglesia Nota 18. La Virgen, al confirmar como verdadero lo definido por el Papa Pío IX, estaba también enseñado la infalibilidad del Papa según lo enseña la doctrina de la fe Nota 19. Lo cual nos lleva a otra consecuencia lógica: si el Papa realmente habla en nombre de Dios significa que la verdadera fe -la auténtica Iglesia de Jesús- es aquella que admite y cree en la autoridad del Papa como sucesor de Pedro y Vicario de Cristo. Y esa Iglesia es la Iglesia Católica. De entre las miles y miles de denominaciones cristianas existentes en el mundo -ortodoxos, protestantes, anglicanos, metodistas, baptistas, etc...- tan sólo una de ellas puede ser la auténtica y verdadera Iglesia de Jesús, ya que todas enseñan cosas distintas y hacen diversas interpretaciones de la Biblia contradictorias entre si. Alguna ha de ser la verdadera. La Virgen en Lourdes nos confirmó que Dios, a quien inspira y asiste, es al Papa. Y el Papa solo es admitido por los católicos. Luego la verdadera Iglesia es la Iglesia Católica. Así, pues, en Lourdes, al revelar su nombre, la Virgen estaba confirmando ni más ni menos que tres dogmas de fe importantísimos: 1.-La Inmaculada Concepción. 2.-La infalibilidad del Papa cuando habla ex cathedra. 3.-La Iglesia Católica como única Iglesia verdadera de Jesús que tiene la totalidad de los medios de salvación Nota 20. Con la confirmación de estas tres verdades de fe la Virgen pretendía ayudar a los cristianos a superar las terribles crisis que justamente estas verdades iban a sufrir especialmente a finales del siglo XX. Y así: *DOGMA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN: En el siglo XX surgió una corriente en la Iglesia que intentaba negar los privilegios de la Santísima Virgen María, afirmando que fue una mujer corriente, como las demás. Esto, lógicamente, quitaba el importantísimo sitio que debe ocupar en nuestra fe la presencia de María y alejaba a las almas de una devoción sincera hacia Ella. Con la confirmación de este dogma Lourdes nos recuerda que la Santísima Virgen María es una criatura totalmente especial y singular, en la que Dios ha puesto maravillas únicas,

colocándola en un lugar preeminente dentro de su plan de salvación. En el capítulo donde hablamos de las apariciones de la Virgen como Señora de todos los pueblos profundizaremos este asunto. Por otro lado también surgió en el siglo XX una espantosa corriente entre teólogos y sacerdotes que negaban la verdad del pecado original, diciendo que no es verdad que todos nazcamos con él. Negaban también la inclinación al mal que todos tenemos por la culpa original. Esta corriente convertía en inútil la salvación de Cristo y la necesidad de su ayuda pues, si no estamos heridos por el pecado, ¿por qué necesitamos la ayuda de la gracia?. También ponía en duda la necesidad del Bautismo -¿para qué bautizarse si el pecado original no existe?- y convertía a Jesús, más que en Salvador de la humanidad, en un hombre muy bueno y muy santo que nos había enseñado a hacer el bien y amarnos unos a otros, como si simplemente fuera una especie de maestro moral. Desgraciadamente estas ideas tomaron mucha fuerza en muchos cristianos y se difundieron por multitud de parroquias y grupos de creyentes. Así, muchos dejaron de ver en Jesús al Redentor de la humanidad para acabar convirtiéndolo en un simple guía espiritual de la humanidad que nos ayudó a ser más solidarios unos con otros. Lógicamente los que seguían esto acabaron abandonado el sacramento de la Confesión, junto con otros elementos importantes de la fe. La Santísima Virgen María, al decirnos que Ella era la Inmaculada Concepción, nos recuerda que el pecado original existe, que sus terribles efectos existen, que Jesús es ante todo y sobre todo Salvador de la humanidad pues vino a librarnos del pecado, que el Bautismo es necesario y la Confesión también.... Su afirmación es la confirmación de muchísimas verdades de nuestra fe que están conectadas unas con otras intrínsecamente. *DOGMA DE LA INFALIBILIDAD DEL PAPA: También en el siglo XX se puso en duda, dentro de la Iglesia, la autoridad del Papa. Muchos cristianos -dejándose llevar por las corrientes de moda que no aceptan la idea de que exista en la tierra una autoridad que hable realmente en nombre de Dios- empezaron a oponerse y rebelarse a las enseñanzas del Papa, especialmente en temas de moral. Esta actitud fue mantenida lamentablemente por muchos sacerdotes y teólogos. Algunos incluso se hicieron famosos por oponerse al Papa, llevando a muchas almas sencillas a rebelarse contra las enseñanzas del pontífice. El momento cumbre de esta rebeldía llegó en el año 1968, cuando el Papa Pablo VI publicó su encíclica Humanae vitae (en la que confirmaba que el uso de anticonceptivos artificiales era contrario al plan de Dios sobre la sexualidad y por lo tanto constituía pecado). Muchísimos creyentes se rebelaron abiertamente contra esta doctrina y le hicieron la vida imposible al Papa, creando grupos de oposición en parroquias, universidades, centros pastorales... Durante el pontificado de San Juan Pablo II se hicieron muchísimo más intensos en su ataque a la autoridad del Papa ya que este pontífice fue muy claro en reafirmar todas las verdades de fe y enseñanzas de moral que muchos creyentes se empeñaban en negar. La Virgen, en Lourdes, reafirmando el dogma de fe de la infalibilidad del Papa nos marcaba el camino a seguir en el futuro y en los tiempos tenebrosos y ambiguos que venían sobre la Iglesia: solo se mantendrá en la verdad de Dios y en el camino acertado la persona que se mantenga en plena comunión de enseñanzas con el Papa. *DOGMA DE LA IGLESIA CATÓLICA COMO ÚNICA IGLESIA VERDADERA: En el siglo XIX nació un error peligrosísimo para la fe: el indiferentismo religioso. Este error afirmaba que todas las religiones eran iguales ante Dios, sin que ninguna fuera realmente la única verdadera. En el siglo XX este error siguió creciendo, inundando la mente de muchísimos creyentes. Es una de las causas de que se perdiera el espíritu misionero en muchas personas de Iglesia pues, ¿para qué animar a la gente a convertirse al catolicismo si todas las religiones son igual de válidas?. El

error se extendió de tal forma -alcanzando a muchos profesores de teología y por ellos a Obispos y sacerdotes- que la Iglesia se vio obligada a intervenir. En el año 2000 la Congregación para la Doctrina de la fe publicó una declaración para recodar las verdades de fe que se estaban poniendo en duda. El Papa San Juan Pablo II quiso, expresamente, ratificar y confirmar esta declaración, convirtiéndola así en un documento de autoridad pontificia. La declaración se llama “Dominus Iesus” y animo a todos los lectores a leerla. Trascribimos los párrafos mas significativos sobre el tema que nos ocupa aquí: Debe ser firmemente creída como verdad de fe católica la unicidad de la Iglesia por él fundada. Así como hay un solo Cristo, uno solo es su cuerpo, una sola es su Esposa: « una sola Iglesia católica y apostólica ». Además, las promesas del Señor de no abandonar jamás a su Iglesia (cf. Mt 16,18; 28,20) y de guiarla con su Espíritu (cf. Jn 16,13) implican que, según la fe católica, la unicidad y la unidad, como todo lo que pertenece a la integridad de la Iglesia, nunca faltaran. Los fieles están obligados a profesar que existe una continuidad histórica -radicada en la sucesión apostólica- entre la Iglesia fundada por Cristo y la Iglesia católica: « Esta es la única Iglesia de Cristo [...] que nuestro Salvador confió después de su resurrección a Pedro para que la apacentara (Jn 24,17), confiándole a él y a los demás Apóstoles su difusión y gobierno (cf. Mt 28,18ss.), y la erigió para siempre como « columna y fundamento de la verdad » (1 Tm 3,15). Esta Iglesia, constituida y ordenada en este mundo como una sociedad, subsiste [subsistit in] en la Iglesia católica, gobernada por el sucesor de Pedro y por los Obispos en comunión con él » (Concilio Vaticano II, Lumen Gentium n. 8) Con la expresión « subsitit in », el Concilio Vaticano II quiere armonizar dos afirmaciones doctrinales: por un lado que la Iglesia de Cristo, no obstante las divisiones entre los cristianos, sigue existiendo plenamente sólo en la Iglesia católica, y por otro lado que « fuera de su estructura visible pueden encontrarse muchos elementos de santificación y de verdad »... Existe, por lo tanto, una única Iglesia de Cristo, que subsiste en la Iglesia católica, gobernada por el Sucesor de Pedro y por los Obispos en comunión con él Nota 21. La Virgen en Lourdes ya preparaba a la humanidad para que supiera reconocer donde estaba la verdad. Capítulo 7.- El demonio intensifica su ataque Como venimos diciendo desde 1830 la historia humana empieza a coger un rumbo que va llevando, poco a poco, a una situación de alejamiento de Dios y de acercamiento al pecado como nunca antes se había visto en el mundo. La Santísima Virgen María en todas sus apariciones desde 1830 -a diferencia de lo que ocurría en las apariciones anteriores a esa fecha- está trayéndonos mensajes urgentes para toda la humanidad. En esta situación trágica ¿el demonio está actuando de forma más especial? ¿Esta intensificando sus ataques? ¿Está siendo más agresivo?. Es muy difícil precisarlo ya que el ataque del demonio es, ante todo, de naturaleza espiritual. Podemos ver las consecuencias de sus tentaciones pero no podemos ver directamente a los demonios. Por lo mismo no podemos saber si desde 1830 han intensificado sus ataques a la humanidad o no. A no ser.... a no ser que Dios nos haya querido revelar su actuación espiritual. He conseguido encontrar dos avisos proféticos que Dios nos mandó sobre la actividad del demonio. Ambos conciernen a la segunda mitad del siglo XIX. 1.-Los avisos a San Antonio Mª Claret. San Antonio Mª Claret (1807-1870), obispo y fundador de los misioneros hijos del Inmaculado Corazón de María, es uno de esos santos que

concuerdan perfectamente con la descripción que San Luis Mª Grignión de Montfort dio en su “Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen” de los grandes siervos de Dios que surgirían en los últimos tiempos. A él, además, Dios le reveló la gran importancia que tenía para la historia de la Iglesia Nota 22. 23 de Septiembre de 1859, siete y media de la mañana. San Antonio Mª Claret está en oración. El Señor ha decidido darle una gracia especial: le va a revelar los tres futuros peligros que van a amenazar al mundo. San Antonio lo escribe todo: no quiere que se pierda ni una sola de las palabras que el Señor le dice. Los tres peligros son los siguientes: Primero: El protestantismo, el comunismo -hablaremos de esto en el capítulo de Fátima-. Segundo: el ataque especial a la tierra en los próximos años de cuatro archidemonios (es decir: cuatro de los demonios más poderosos del Infierno). Tercero: Las grandes guerras y sus consecuencias Nota 23. Nos detenemos en los cuatro archidemonios. Según le fue revelado a San Antonio Mª Claret son los siguientes: Primer archidemonio: promoverá el amor a los placeres sensuales; segundo archidemonio: promoverá el amor al dinero, al interés; tercer archidemonio: promoverá la independencia de la razón; cuarto archidemonio: promoverá la independencia de la voluntad. Han pasado muchos años desde entonces. Pero cualquier persona, por poco lista que sea, examinando nuestra sociedad y los profundos cambios que han sucedido en el siglo XX no puede menos que llegar a la conclusión de que estos cuatro archidemonios han actuado en todo el mundo. ¡Y cómo han actuado! ¿No estamos viviendo en una época en la que la sexualidad ha quedado banalizada, en la que el placer sensual es buscado ante todo y sobre todo, en la que los valores de la virginidad y la castidad han sido ridiculizados y tachados de obsoletos, en los que las relaciones sexuales han sido separadas de sus aspectos de amor y de procreación? ¿No estamos viviendo en una época materialista, de muchísima búsqueda del dinero, en la que cada uno va a su propio interés olvidando a los necesitados y a los más pobres? ¿No estamos viviendo una época de orgullo intelectual, donde nadie quiere respetar ninguna autoridad, ni humana ni religiosa, y se propugna la total independencia de la razón frente a cualquier credo religioso? ¿No estamos viviendo una época donde la voluntad de las personas no es educada, donde la disciplina, el autocontrol y el esfuerzo han sido sustituidos por el haz lo que te dé la gana, formándose así voluntades débiles, incapaces de sacrificarse, que son llevadas de un lado a otro por las modas del momento, las pasiones humanas o los sentimentalismos traicioneros?. Si relacionamos estos ataques demoníacos con las apariciones de la Virgen veremos como muchas de las cosas que Nuestra Señora nos ha enseñado van directamente encaminadas a luchar contra estos archidemonios. 2.-La visión del Papa León XIII. Una mañana el Papa León XIII había celebrado la Santa Misa y estaba asistiendo a otra, de agradecimiento, como era habitual en él. De pronto, ante el asombro de los presentes, el Papa levantó enérgicamente la cabeza mirando “algo” que parecía ver por encima del sacerdote celebrante. Miraba fijamente, sin parpadear, con una expresión que iba de la maravilla, al terror y al rostro demudado. Los que le observaban comprendieron que el Papa “veía” algo extraño y grandioso. Finalmente, como volviendo en sí, con un ligero pero enérgico ademán, León XIII se levantó. Se encaminó hacia su despacho privado. Sus familiares, notando lo inaudito de la situación, fueron tras él con preocupación. En voz baja se atrevieron a preguntarle: -Santo Padre, ¿no se siente bien? ¿Necesita algo? -Nada, nada -respondió el Papa.

A la media hora de estar en su despacho, a solas, llamó al secretario de la Congregación de Ritos. Le dio un folio, mandándole imprimirlo y enviarlo a todos los Obispos diocesanos del mundo. ¿Qué contenía ese folio?. Una oración. El Papa mandaba que dicha oración fuera rezada por todos los sacerdotes y fieles católicos, después de la Santa Misa, de rodillas. La oración es la siguiente: Arcángel San Miguel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la adversidad y asechanzas del demonio: Reprímale Dios, pedimos suplicantes. Y tú, Príncipe de la milicia celestial, arroja al infierno, con el divino poder, a Satanás y a los otros malos espíritus que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén. Esto ocurrió en 1886. Más adelante el Papa León XIII explicó a sus colaboradores lo ocurrido. Durante la Santa Misa había presenciado una espantosa visión en la que veía a muchísimos demonios concentrándose sobre Roma, como símbolo de un ataque especial a la Iglesia. Parece ser que el Papa también comentó que el diablo iba a tener muchísimo poder en el siglo siguiente (siglo XX) para intentar destruir y aniquilar a la Iglesia Nota 24 . ¿Tiene esto algo que ver con lo que nos dice el libro del Apocalipsis cuando afirma que el diablo, sabiendo que le queda ya poco tiempo (Ap 12, 12) lanza ataques más furiosos a la Iglesia? ¿Está relacionado con lo que la Santísima Virgen María reveló en Akita (Japón), según vamos a ver en el correspondiente capítulo? Sea como sea hasta la reforma litúrgica promulgada por el Concilio Vaticano II (con la constitución Sacrosanctum concilium a finales de 1963) la oración dirigida a San Miguel pidiendo protección contra los demonios era rezada al terminar la Santa Misa. El hecho de que haya sido eliminada de ese lugar no obsta para que pueda ser rezada por cualquier creyente a modo particular cuando quiera. Es curioso saber que en el año 1930 el Papa Pío XI quiso que al rezar dicha oración se hiciera una mención especial a Rusia. Y es que en este país se estaban poniendo en práctica -por primera vez- las ideas comunistas, con resultados espantosos para la fe, como vamos a ver inmediatamente al hablar de Fátima. Capítulo 8.-Fátima.... Carlos Marx, nacido en 1818, va a ser el creador intelectual (y al mismo tiempo el promotor) de una filosofía pensada para ser puesta en práctica que ha supuesto uno de los mayores enemigos de Dios -algunos afirman que el peor- en la historia: el marxismo. No tenemos tiempo para hacer un análisis detallado sobre el nacimiento del marxismo. Bástenos saber que durante la segunda mitad del siglo XIX -a raíz de la publicación en 1848 de la pequeña obra de Marx “Manifiesto comunista”, dos años después de las apariciones de la Virgen en la Salette- se fueron propagando las ideas marxistas que, incubándose durante años, acabarían poniéndose en práctica en el siglo XX por medio del comunismo en gran parte de los países del mundo. La falsa idea de modernidad que comentamos en el segundo capítulo y los acontecimientos desencadenados a partir de 1830 crearon el caldo de cultivo magnífico para que las ideas marxistas crecieran y se fortalecieran. El marxismo es una filosofía totalmente atea y materialista. Es decir: no solo niega la existencia de Dios (ateísmo) sino que también niega la existencia del mundo espiritual y sobrenatural (materialismo). Solo existe la materia y nada más.

El marxismo, supuestamente, busca lograr una especie de paraíso en la tierra. Para ello los obreros, la clase explotada por los propietarios de los medios de producción económicos, deben alzarse en una revolución violenta y tomar el poder a la fuerza para instaurar lo que Marx llamaba “la dictadura del proletariado”, es decir: el control total y absoluto del Estado por parte de la clase obrera. En este momento se lograría por fin una igualdad entre todos pues este sistema de gobierno aseguraría una justa distribución económica. La religión es un obstáculo para estos objetivos. No solamente es inútil por ser una mentira–ya que, según Marx, ni Dios ni lo sobrenatural existen- sino que además es peligrosa porque impide la revolución violenta. Para Marx la religión, predicando el amor entre todos, también el amor al enemigo, y hablando de las recompensas en el Cielo por los trabajos aquí padecidos, impide algo esencial para llegar al paraíso comunista: el odio de clases (odio entre obreros y patronos, ricos y pobres...), la revolución (sangrienta si es necesario) y la dictadura del proletariado. Por eso en la teoría marxista la religión se convierte en un enemigo que debe ser aniquilado y exterminado de la humanidad. En el estado comunista lo importante no es el individuo sino la colectividad. Ideas “individuales” tales como salvación del alma, santidad personal, virtud, deben ser eliminadas como formas egoístas de una persona que no quiere pensar en términos colectivos. Lo importante en el estado comunista es la economía. Todo lo demás (familia, leyes, normas, cultura...) debe estar en función de la economía. Es decir: un estado comunista, para mantener su filosofía marxista, hará todos los cambios necesarios en la leyes y en las familias para que digan y vivan exactamente como el marxismo dice que deben vivir. La cultura se convierte en un medio de control del Estado para adoctrinar a los individuos continuamente en las ideas marxistas. De ahí la obsesión del marxismo -y de la izquierda, muy ligada a todo estas ideas- por controlar la educación, las universidades, el teatro, el cine.... Con todo lo que vamos viendo está claro que el marxismo suponía un peligro grandísimo para la fe y para la salvación de las almas ya que:

1.-Niega la existencia de Dios, del alma, del Cielo... 2.-Promete una felicidad perfecta en la tierra a cambio de negar a Dios y abandonarlo

totalmente 3.-Exalta como medio para lograr supuestamente la felicidad y la paz en el mundo el uso

del odio, la revolución violenta, la rebeldía, la dictadura.... 4.-Manipula la cultura y la educación para introducir sus ideas en los niños y los jóvenes

Hasta 1917 el marxismo era una simple teoría filosófica. Ese año pasó a la práctica. Lenin, en Rusia, montó una revolución y tomó el poder a la fuerza, instaurando el comunismo por primera vez en la historia en un país. Desde Rusia, poco a poco, fue extendiéndose a muchísimos países de todo el mundo hasta el punto de que a mediados del siglo XX más de medio planeta era gobernado por partidos comunistas. Pronto se vio que todo lo prometido por el comunismo era mentira: lejos de ser paraísos los países comunistas se convirtieron en lugares donde los derechos más fundamentales del ser humano eran, en nombre del partido comunista, pisoteados y olvidados. El hambre, la pobreza, la falta de libertades, el miedo, la corrupción, la guerra,... fue lo que trajo el comunismo a los países que lo aceptaron. Y por desgracia también el ateísmo: un ateísmo furioso y violento que asesinó a miles de creyentes y que puso toda la maquinaria cultural del Estado en funcionamiento para propagarlo especialmente en las personas más jóvenes.

La Santísima Virgen María, lógicamente, no podía callar. Y no lo hizo. Justo el mismísimo año en el que tenía lugar la revolución rusa, en 1917, la Virgen se apareció en Fátima, Portugal, para traer un importantísimo mensaje -seguramente el más importante de todos los que hasta ahora hemos visto- a toda la humanidad. El año elegido no es casual. La Virgen quería claramente advertirnos del peligro del comunismo para la fe y la salvación eterna. En las apariciones -por si hubiera duda- habló expresamente de los errores de Rusia. Las apariciones de la Virgen en Fátima son tan importantes, tan trascendentales para la historia de nuestro mundo y de la Iglesia, que deben ser tratadas con la máxima extensión posible. Por eso he escrito una serie entera de cuadernos de formación (compuesta de tres números, llamada “Apariciones en Fátima”) para narrarlas con todo lujo de detalles, explicando toda su relación con el comunismo y con los hechos del siglo XX. Me he esforzado en hacer un profundo análisis del siglo XX a raíz de lo que la Virgen nos reveló en Fátima, estudiando y analizando muchísimos documentos en un trabajo que me ha llevado varios años finalizar. Invito al lector a hacerse con estos cuadernos de formación y leerlos tranquilamente. Capítulo 9.-Nuestra Señora de todos los pueblos

Las apariciones de la Santísima Virgen María en Amsterdam suponen una variación con respecto a las apariciones anteriores. Hasta ahora hemos estado acostumbrados a que la Virgen elija un lugar -la gruta en Lourdes, las montañas en La Salette...- donde se aparece para dar su mensaje. En Amsterdam no hay un lugar fijo. Más bien la Virgen se va a ir apareciendo allí donde se encuentre la vidente elegida por ella para recibir esta gracia. La elegida se llamaba Ida Peerdeman. Nació en Alkimaar, Holanda, el 13 de Agosto de 1905. Era la más pequeña del resto de cinco hijos que tuvieron sus padres. A los ocho años perdió a su madre. Justo al comenzar la primera guerra mundial, año 1914, la familia se trasladó a Amsterdam. Ida tenía la costumbre de confesarse todos los sábados. A los doce años, en Octubre de 1917, un sábado por la tarde, cuando volvía a su casa tras confesarse, vio al final de la calle una luz sobrecogedora y dentro de Ella una Señora resplandeciente, con mirada amable y risueña, que no le dijo nada. Ida sintió que era la Santísima Virgen María. La niña contó la experiencia en casa. Su padre le advirtió:

-Por amor de Dios, no digas nada a nadie; te tomaran por loca y se burlarían de ti. Lo que faltaba. En otros dos sábados sucesivos la niña vuelve a ver a la Señora, que sigue sin decirle nada. Su confesor, el Padre Frehe -sacerdote amigo de la familia- también le recomienda que no diga nada. Más tarde la Virgen le dirá que se le apareció siendo niña para que después se creyese en la verdad de las apariciones que iba a tener de adulta. Ida vivió toda su vida soltera. Las apariciones empezaron en el año 1945. En total fueron cincuenta y seis veces las que se le apareció la Virgen. La mayoría de ellas en su casa, otras en Alemania y algunas en la Iglesia. Escuchemos a la propia vidente contarnos cómo fue la primera aparición: “El 25 de Marzo de 1945, fiesta de la

Anunciación, mis hermanas y yo estábamos en la sala, sentadas alrededor de la estufa. Tuvimos un invierno muy frío, y la guerra continuaba; pasamos mucha hambre. Ese día el P. Frehe estaba en la ciudad y nos hizo una breve visita. Estábamos hablando de la guerra y de todas las cosas que habíamos vivido esos días. De pronto vi que de la habitación de al lado salía una luz muy especial. ¿Qué sería? Me levanté y me acerqué. La luz se me aproximaba desde el fondo de la habitación. Las paredes y todo lo que había desapareció ante mis ojos. Todo se llenó de un mar de luz y de un profundo vacío. De esa profundidad vi surgir, de pronto, una silueta, una figura viviente, que tomó la forma de una mujer. No puedo explicarlo de otra manera. Llevaba un vestido blanco con un cinturón. Estaba de pie con los brazos abiertos y las palmas de las manos dirigidas hacia delante, hacia mí. Mientras yo la contemplaba sentí una sensación muy especial y pensé que tenía que ser la Santísima Virgen; otra explicación no era posible. Entonces la figura comenzó a hablarme. Me dijo: -Repite lo que te diga. Así empecé a repetir palabra por palabra lo que Ella me decía. Hablaba muy despacio. Primero levantó tres dedos, luego cuatro y por fin cinco, al tiempo que me decía: -El tres significa marzo, el cuatro abril y el cinco mayo. Luego me muestra el Rosario y dice: -Es gracias a éste. Continuad rezándolo. Después de un momento de silencio añadió: -La oración debe ser difundida.” Entonces Ida tuvo una pequeña visión donde vio a muchos soldados. (El 5 de Mayo de 1945, efectivamente, tuvo lugar la liberación de Holanda). El P. Frehe y las hermanas de Ida se reunieron a su alrededor. El sacerdote le dijo: -Pregúntale quién es. Ida se dirigió a la mujer: -¿Es usted María? La figura sonrió y dijo: -Me llamarán la Señora, la Madre. Y desapareció. Esta fue la primera de las cincuenta y seis apariciones que tuvo Ida de la Virgen. No vamos a contar todas y cada una de ellas. Vamos más bien a resaltar los mensajes más importantes. Sobre la situación en el mundo.- La Virgen habla con claridad. La situación mundial es mala. Especialmente para la fe: -Nunca, en ningún momento del pasado, el mundo ha conocido tiempo parecido, ni semejante descenso de la fe.... No me refiero sólo al comunismo. Vendrán aún otros falsos profetas (28 de Marzo de 1951). Avisa de terribles desgracias que se ciernen sobre el mundo si continua su alejamiento de Dios: -Hambre.. caos político... no sólo para tu país, sino para el mundo entero (25-2-1946) -Guerra económica, boicot, crisis monetarias, catástrofes (26-12-1947) Uno de los remedios para evitar estas cosas es la práctica de la caridad, del amor al prójimo, de la verdadera justicia social. La Virgen enseñó a la vidente la necesidad de que haya justicia social en todo el mundo, de que se atienda a los necesitados, de que se ayude a los más pobres. El 16 de Noviembre de 1949 Ida observó, en una visión, unas palabras que estaban encima de la Iglesia de Roma: AMOR DEL PRÓJIMO, JUSTICIA. La Virgen le dijo:

-Tal es el gran pecado de nuestro tiempo. Si no se atiende a esto y no se pone en práctica, todo irá de mal en peor y el mundo caerá más y más bajo. Que cada uno se esfuerce por sí -tú también- en observar y practicar eso. Ante las futuras crisis económicas la Virgen enseñó que no se trataba simplemente de crisis financieras; eran, ante todo y sobre todo, crisis espirituales, crisis de valores. Si el hombre abandona a Dios la injusticia social, la corrupción, el egoísmo empiezan a dominar la sociedad empobreciendo a las personas. Por eso dijo: -Europa, estate atenta.... No se combate sólo por una simple lucha económica. Se trata de la corrupción del espíritu. Estas palabras parecen estar dichas justo para la crisis económica de principios del siglo XXI en la cual los políticos tan sólo han buscado soluciones económicas olvidando la base y la raíz de dicha crisis: la espantosa crisis espiritual y de valores de la humanidad. Un político que no trabaja en construir valores, por muchas otras cosas que haga, no solucionará jamás la crisis económica: pues no matará la raíz dañina que una y otra vez la producirá.

Sobre la imagen de Nuestra Señora de todos los Pueblos.- La Virgen pidió a Ida que se hiciera una imagen tal y como la vidente veía a la Virgen. En esta imagen podemos observar a la Virgen de pie, sobre la tierra, donde se apoyan firmemente sus pies. El rostro y sus manos se ven con claridad -señal de su humanidad-; el resto del cuerpo está como vaporoso -señal de su especial unión con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, al haber sido elegida como Madre de Dios-. Las manos están en la misma posición que la medalla milagrosa. Detrás de la Virgen, sobresaliendo por los dos lados de lo hombros y la cabeza, puede verse una cruz. La Virgen explica: -Yo estoy como la Señora, de pie, delante de la Cruz del Hijo, como Corredentora y Abogada... el Padre y el Hijo quiere en este tiempo enviarme al mundo como Corredentora, Mediadora y Abogada... Estoy sobre el globo terrestre porque esto concierne al mundo entero.. quiero que me llamen la Señora de todos los Pueblos. Tú puedes decir la Señora de todos los pueblos o Madre de todos los pueblos, que antes era María. Esta expresión “antes era María” causó mucha extrañeza. Preguntada la Virgen

aclaró: -Significa que muchos han conocido a María como María. Pero ahora, en la nueva época que viene yo quiero ser la Señora de todos los Pueblos. Es decir: muchas personas aún desconocen el gran papel que Dios ha querido darle a la Virgen en el plan de la salvación humana. Ida vio como alrededor de la imagen de la Virgen aparecía la expresión: “Señora de todos los pueblos”. Sobre las ovejas que pueden verse alrededor de la tierra la Virgen explica: -El rebaño de ovejas figura los pueblos del mundo entero, los cuales no encontrarán reposo más que echándose y contemplando apaciblemente la Cruz, punto central del mundo... Petición de un nuevo dogma.- Con este nuevo título -Señora de todos los pueblos- la Virgen pedía que la Iglesia definiera oficialmente un nuevo dogma mariano: proclamar que la Santísima Virgen María es Corredentora, Mediadora y Abogada (intercesora). Como recompensa vendrá la paz al mundo. Dice la Virgen: -Este dogma será fuertemente controvertido... con este dogma se cerrarán todos los dogmas marianos (1 de Abril de 1951). Es de advertir que hasta la fecha la Iglesia ha proclamado solemnemente cuatro dogmas de fe sobre la Virgen: su Inmaculada Concepción (haber sido concebida sin pecado original), su Virginidad perpetua (haber permanecido virgen antes, durante y después del parto), su maternidad divina (ser la Madre de Dios) y su Asunción al Cielo en cuerpo y alma. Sobre pedir la venida del Espíritu Santo.- En una visión Ida vio en medio de las manos de la Virgen como si hubiera una llaga de donde brotaron tres rayos. Los rayos se dirigieron a las ovejas. La Señora sonriendo dijo: -Estos tres rayos son de Gracia, de Redención y de Paz. Por la Gracia de mi Señor y Maestro, el Padre, en su amor por la humanidad, envió a la tierra a su Hijo Único, el Redentor. Ahora ambos quieren enviar al Santo y Verdadero Espíritu. Sólo Él puede traer la paz. Para este fin la Virgen enseñó la siguiente oración que debía hacerse delante de una cruz: “Señor Jesucristo, Hijo del Padre, manda ahora tu Espíritu sobre la tierra. Haz que el Espíritu Santo habite en el corazón de todos los pueblos para que sean preservados de la corrupción, de las calamidades y de la guerra. Que la Señora de todos los pueblos, que un día era María, sea nuestra Abogada. Amén.” Sobre esta oración dijo: -Hija mía esto es tan sencillo y tan corto que cada uno, en su propia lengua, puede decirlo delante de la cruz que tenga (11 de Febrero de 1951). No puedes comprender el enorme valor de esta oración para los hombres que la acepten y prometan decirla todos los días. No sabes lo que va a traer el futuro (15 de Abril de 1951). Sobre la Santísima Eucaristía y la presencia Real de Jesús en ella.- La Virgen dijo: -Antes que el Señor Jesucristo muriese; antes que el Señor Jesucristo subiese al Padre; antes que el Señor Jesucristo desapareciese y volviese de nuevo entre los hombres, os dejó el gran misterio, el gran milagro de cada día, de cada hora, de cada minuto: se ha dado Él mismo.... no una idea sino Él mismo bajo la apariencia de un pequeño pedazo de pan, bajo la apariencia de vino. (31 de Mayo de 1957) -Poned en guardia al clero contra las falsas doctrinas, particularmente en lo que se refiere a la Eucaristía (13 de mayo de 1958).

En la última aparición, el 31 de Mayo de 1959, como broche y remate de todas, Ida vio una Hostia inmensa. Delante de ella había un cáliz maravilloso: olas de sangre salían de él. La sangre se derramó sobre la tierra corriendo por ella en oleadas incesantes. De pronto toda la visión se transformó en una sagrada forma, tan deslumbrante, que la vidente tuvo que protegerse los ojos con las manos. Repentinamente la Hostia pareció estallar. Salió de ella una Persona de aspecto sublime, emanando potencia y majestad... Una voz resonó: -Quien me coma y me beba tiene la vida eterna y recibe el Espíritu Santo Profecías de la Virgen que se han cumplido.- El 19 de Febrero de 1958 la Virgen dice a Ida: -El Santo Padre actual, el Papa Pío XII, se reunirá con nosotros al principio del mes de Octubre de este año. La Señora de todos los Pueblos, Corredentora, Mediadora y Abogada le conducirá al gozo eterno. La vidente escribió este mensaje en un folio y lo metió en una carta que fue sellada. El Papa Pío XII murió el 9 de Octubre de 1958. Entonces la vidente dio el sobre sellado a su director espiritual para que se confirmase la verdad de la profecía. Alemania había quedado dividida en dos partes: la oriental y la occidental, divididas por un muro (el famoso muro de Berlín). La parte oriental era comunista. En 1950 el presidente de Alemania Oriental aseguró que el muro de Berlín permanecería 100 años más -es decir: como mínimo hasta 2050-; a la vidente Ida, en cambio, le fue mostrado que mucho antes se derrumbaría. El muro de Berlín, contra todo pronostico, fue derrumbado en 1989. En febrero de 1951 le mostró la Virgen a la vidente el futuro Concilio Vaticano II cuando nadie pensaba en él. He aquí las palabras de Ida: “De pronto estoy con la Señora en Italia. Veo el Vaticano y en el medio el Papa, con la tiara, en una mano el cetro y la otra con los dos dedos levantados. A su alrededor no veo nada más que cardenales y Obispos. La Señora me dice: -Mira bien, son los Obispos de todos los países. En 1959 el recién nombrado Papa Juan XXIII sorprendía al mundo entero convocando el Concilio Vaticano II (1962-1965) importantísimo evento para la Iglesia, donde se reunieron Obispos de todas partes del mundo. En la noche del 24 al 25 de Enero de 1951 la Virgen le reveló a Ida que la Iglesia aliviaría la ley del ayuno para poder comulgar. En aquella época, para poder recibir el Cuerpo de Cristo, había que haber estado desde el día antes en ayunas. Efectivamente: el 19 de Marzo de 1957 el Papa Pío XII publicó un decreto disminuyendo el ayuno eucarístico. Hoy día, como se sabe, basta no haber comido ni bebido nada -salvo agua o medicinas- una hora antes de comulgar. El 31 de Mayo de 2002 el Obispo de Haarlem-Amsterdam (Holanda) aprobó oficialmente el origen sobrenatural de estas apariciones. Capítulo 10.-Un “sueño” muy especial Las apariciones de Amsterdam -al igual que las de Fátima- tenían entre sus mensajes principales dos cosas: 1.-Reforzar la fe y la vivencia del misterio de la Eucaristía 2.-Promover un conocimiento mayor de la importancia de la Santísima Virgen María en el plan de salvación. La Virgen sabía que estos dos puntos esenciales iban a ser puestos en duda en pleno siglo XX, infiltrándose en la Iglesia -incluidos teólogos, sacerdotes y Obispos- errores graves sobre la Eucaristía y la devoción a la Virgen.

Esto nos recuerda lo que ya nos había enseñado uno de los grandes santos del siglo XIX: San Juan Bosco (1815-1888). Al igual que San Antonio Mª Claret, este sacerdote italiano -fundador de los Salesianos- es otros de esos santos a los que se le aplican perfectamente las características de los grandes siervos profetizados por San Luis Mª Grignión de Montfort para el final de los tiempos. San Juan Bosco tuvo una profunda devoción a la Virgen que le llevo a una profunda unión con Ella. Fue agraciado con varias gracias especiales en torno a la Virgen. El Señor solía darle avisos y profecías por medio de sueños de origen sobrenatural. Algunos de estos sueños, más que sueños, eran auténticas visiones. En 1862 el santo contó un sueño que pronto fue conocido con el nombre de “sueño de las dos columnas”. En él San Juan Bosco veía el mar lleno de formidables barcos de batalla, preparados como para la guerra: proas terminadas en un temible y afilado espolón de hierro, cañones, armas de todo tipo... también contaban entre sus armas -aunque pareciera raro- libros. Todos estos barcos empezaron a atacar a otra barco mucho más grande y más alto que ellos, intentando hacerle el mayor daño posible. Este barco grande estaba capitaneado por el Papa. El viento le era adverso y la agitación del mar favorecía a los enemigos. Entonces, cuando todo parecía perdido, emergían del mar dos formidables columnas, robustas, muy altas, poco distantes la una de la otra. Sobre una de ellas estaba la imagen de la Virgen Inmaculada. A sus pies podía leerse en un cartel: “Auxilio de los cristianos”. Sobre la otra columna, que era más alta y más gruesa, estaba una Hostia de tamaño proporcionado al pedestal y debajo otro cartel donde podía leerse: “Salvación de los que creen”. El Papa, con gran esfuerzo, pudo guiar el barco hacia estas dos columnas. Al llegar al espacio comprendido entre ambas amarró fuertemente la nave con dos cadenas a las columnas. En ese mismo instante todas las naves que guerreaban contra la pilotada por el Papa cayeron en una gran confusión, chocándose entre sí, dispersándose, dándose a la fuga... San Juan Bosco interpretó el sueño de la siguiente manera: “Las naves de los enemigos son las persecuciones. Se preparan días difíciles para la Iglesia. Lo que hasta ahora ha sucedido es casi nada en comparación de lo que tiene que suceder”. ¡Y esto estaba dicho en 1862!. Es claro que Dios había revelado proféticamente a San Juan Bosco las futuras dificultades de la fe, tal y como las estamos viendo en estos capítulos. El santo

terminaba la explicación diciendo que solo nos quedan dos medios para salvarnos en medio de tanto desconcierto: la devoción a María Santísima y la frecuente recepción de la Sagrada Eucaristía con las debidas disposiciones Nota 25. Justamente ambas cosas -devoción a la Virgen y a la Eucaristía-, como hemos dicho, fueron manipuladas, tergiversadas, adulteradas y deformadas por algunas personas desde dentro de la propia Iglesia. Veamos brevemente como: OLVIDANDO LA DEVOCIÓN A LA VIRGEN Especialmente a mediados del siglo XX empezó a difundirse una manera de entender la devoción a la Virgen que, poco a poco, iba negando el papel esencial que Dios le ha dado en la historia de la salvación. En concreto: *Se empezó a insistir en que la Virgen había sido simplemente una mujer más, una judía muy piadosa y santa, pero sin ningún tipo de privilegio especial ni don de Dios. *Consecuentemente se empezaron a negar sus dogmas. Los que no creían en el pecado original -que cada vez eran más dentro de la misma Iglesia- empezaron a poner en duda su Inmaculada Concepción; los que empezaban a negar la divinidad de Jesús -considerándolo un simple hombre, muy bueno y unido a Dios, pero no Dios hecho hombre- lógicamente negaron que María fuera Madre de Dios; los que no creían en la vida eterna o en la resurrección de la carne negaron su gloriosa Asunción; el dogma más atacado fue el de la virginidad perpetua: muchísimos creyentes empezaron a considerarlo imposible y empezaron a explicarlo de forma meramente espiritual, negando la realidad física de la virginidad de María Nota 26. *Finalmente, como último colofón, la devoción a la Santísima Virgen fue desaconsejándose y desapareciendo de las parroquias y la vida cristiana. Pocos sacerdotes hablaban de su función mediadora, de su corredención, de su papel como Abogada... El Rosario dejó de aconsejarse. Las apariciones de Amsterdam -como todas las que hemos visto desde 1830- nos recuerdan el papel mediador de la Virgen en la vida cristiana. Ella ha sido puesta por Dios como Abogada de toda la humanidad. Ella, desde que fue elegida para Madre de Dios, quedó estrechamente unida a la misión redentora de su Hijo. Al pie de la cruz unió todos los dolores que sufría junto a los de su Hijo y, ofreciéndolos por nosotros, se convirtió en la corredentora de la humanidad, es decir: la que colaboró en la obra de salvación de Jesús en favor de toda la humanidad. Si sabemos que cualquier persona, en virtud del dogma de la comunión de los santos, puede colaborar en la salvación de otros uniendo sus dolores a los de Jesús -como dice San Pablo a los cristianos de Colosas: Ahora me alegro de mis sufrimientos por vosotros: así completo en mi carne lo que falta a los padecimientos de Cristo, en favor de su cuerpo que es la Iglesia (Col 1, 24)- ¿cómo no iba Aquella que Jesús quiso nombrar Madre de todos colaborar en la salvación de toda la humanidad?. Ella, es, por tanto, Mediadora. Aunque algunas personas de Iglesia negaron -y niegan- estas verdades, la Iglesia en su enseñanza -donde tiene promesa divina de ser inspirada y sostenida para no caer en el error- si ha enseñado con claridad el papel mediador de la Virgen. Así, el Concilio Vaticano II, lo enseñó con rotundidad: María, hija de Adán, al aceptar el mensaje divino, se convirtió en Madre de Jesús, y al abrazar de todo corazón y sin entorpecimiento de pecado alguno la voluntad salvífica de Dios, se consagró totalmente como esclava del Señor a la persona y a la obra de su Hijo, sirviendo con diligencia al misterio de la redención con El y bajo El, con la gracia de Dios omnipotente. Con razón, pues, piensan los Santos Padres que María no

fue un instrumento puramente pasivo en las manos de Dios, sino que cooperó a la salvación de los hombres con fe y obediencia libres Nota 27. La Santísima Virgen, predestinada desde toda la eternidad como Madre de Dios juntamente con la encarnación del Verbo, por disposición de la divina Providencia, fue en la tierra la Madre excelsa del divino Redentor, compañera singularmente generosa entre todas las demás criaturas y humilde esclava del Señor. Concibiendo a Cristo, engendrándolo, alimentándolo, presentándolo al Padre en el templo, padeciendo con su Hijo cuando moría en la cruz, cooperó en forma enteramente impar a la obra del Salvador con la obediencia, la fe, la esperanza y la ardiente caridad con el fin de restaurar la vida sobrenatural de las almas. Por eso es nuestra madre en el orden de la gracia. Esta maternidad de María en la economía de gracia perdura sin cesar desde el momento del asentimiento que prestó fielmente en la Anunciación, y que mantuvo sin vacilar al pie de la cruz hasta la consumación perpetua de todos los elegidos. Pues, asunta a los cielos, no ha dejado esta misión salvadora, sino que con su múltiple intercesión continúa obteniéndonos los dones de la salvación eterna. Con su amor materno se cuida de los hermanos de su Hijo, que todavía peregrinan y hallan en peligros y ansiedad hasta que sean conducidos a la patria bienaventurada. Por este motivo, la Santísima Virgen es invocada en la Iglesia con los títulos de Abogada, Auxiliadora, Socorro, Mediadora. Lo cual, embargo, ha de entenderse de tal manera que no reste ni añada a la dignidad y eficacia de Cristo, único Mediador. Jamás podrá compararse criatura alguna con el Verbo encarnado y Redentor; pero así como el sacerdocio Cristo es participado tanto por los ministros sagrados cuanto por el pueblo fiel de formas diversas, y como la bondad de Dios se difunde de distintas maneras sobre las criaturas, así también la mediación única del Redentor no excluye, sino que suscita en las criaturas diversas clases de cooperación, participada de la única fuente.

La Iglesia no duda en confesar esta función subordinada de María, la experimenta continuamente y la recomienda a la piedad de los fieles, para que, apoyados en esta protección maternal, se unan con mayor intimidad al Mediador y Salvador Nota 28.

El Papa Pablo VI quiso también dejar claro la especialísima función mediadora y

maternal de la Virgen. Por eso no dudo, en el discurso de clausura de la tercera sesión del Concilio Vaticano II -21 de Noviembre de 1964- decir estas palabras ante todos los Obispos presentes (que prorrumpieron, por cierto, en un gran aplauso al escucharlo): Así, pues, para gloria de la Virgen y consuelo nuestro, Nos proclamamos a María Santísima Madre de la Iglesia, es decir, Madre de todo el pueblo de Dios, tanto de los fieles como de los pastores, que la llaman Madre amorosa, y queremos que de ahora en adelante sea honrada e invocada por todo el pueblo cristiano con este gratísimo título. Y por si no fuera suficiente escribió un pequeño y precioso documento justo para conmemorar el 50 aniversario de las apariciones de la Virgen en Fátima -el 13 de mayo de 1967- donde recuerda a todos los cristianos el papel fundamental de María en la historia de la salvación y la necesidad de tenerla presente en nuestra vida Nota 29. El Papa San Juan Pablo II -como veremos dentro de poco- insistió como pocos en la necesidad de incorporar a María como mediadora en nuestra vida cristiana. De su hermosa encíclica Redemptoris Mater -dedicada a la Virgen y publicada el 25 de Marzo de 1987- son estos párrafos:

Este hecho fundamental de ser la madre del Hijo de Dios supone, desde el principio, una apertura total a la persona de Cristo, a toda su obra y misión… María entraba de manera muy personal en la única mediación entre Dios y los hombres, que es la mediación del hombre Cristo Jesús… Jesucristo, como

respuesta a esta disponibilidad interior de su madre, la preparaba cada vez más a ser para los hombres madre en el orden de la gracia…. A través de esta colaboración en la obra del Hijo redentor, la maternidad misma de María conocía una trasformación singular, colmándose cada vez más de ardiente caridad hacia todos aquéllos a quienes estaba dirigida la misión de Cristo (número 39)

Se da una mediación: María se pone entre su Hijo y los hombres en la realidad de sus privaciones, indigencias y sufrimientos. Se pone “en medio”, o sea hace de mediadora no como una persona extraña, sino en su papel de madre, consciente de que como tal puede –más bien “tiene derecho de”- hacer presente al Hijo las necesidades de los hombres (número 21) La Iglesia, pues, ha enseñado oficialmente la doctrina que muchos -incluidos creyentes- quieren olvidar y que las apariciones de nuestra Madre nos recuerda continuamente. Por cierto: hay muchísimas peticiones de Cardenales y Obispos -desde hace tiempo- para que el Papa proclame como dogma de fe que María es Mediadora y Corredentora. No obstante aún no ha tenido lugar tal proclamación. OLVIDANDO LA EUCARISTÍA También a mediados del siglo XX empezaron a difundirse por la Iglesia errores sobre la Santa Misa y la Presencia Real de Jesús -especialmente entre teólogos y sacerdotes- que llevaron a muchos fieles a perder la fe en el valor de este sacramento. En concreto: *Se insistió en que la Misa era un banquete, olvidando el aspecto fundamental de la Santa Misa: renovar y hacer presente el mismísimo sacrificio de Cristo en la cruz, lo cual la convierte en el acto más sublime y de valor más grande e infinito dentro de la Iglesia. *Se empezaron a difundir teologías que explicaban la presencia de Cristo bajo la apariencia del pan usando términos extraños a la doctrina de la Iglesia (tales como “transignificación”), debilitando así la fe en la Presencia Real de Jesús en cada forma consagrada y convirtiendo su presencia casi en espiritual o en un hecho subjetivo que dependía de lo que cada cual creyera. *El culto al Santísimo empezó a considerarse inadecuado. *Como consecuencia la Misa se convirtió para muchos cristianos en un acto humano, quitándole todo su aspecto sobrenatural. Se le empezó a dar demasiada importancia al sacerdote -valorando la Misa según el sacerdote que la dijera-; se empezó a dejar de hacer los gestos de adoración al Santísimo (como por ejemplo arrodillarse en el momento de la consagración); se empezó a comulgar de cualquier manera, llegándose con frecuencia a comulgar en pecado grave sin haberse confesado -cayendo así en el pecado de sacrilegio-; finalmente multitud de creyentes han ido abandonando la práctica de la Santa Misa del domingo, sin ningún tipo de remordimiento, perdiendo así la práctica esencial del culto debido a Dios. El Magisterio de la Iglesia ha avisado de estos errores -al igual que avisó de los errores en torno a olvidar el papel fundamental de la Virgen-. Se distinguió especialmente el Papa Pablo VI que, al darse cuenta de lo que estaba pasando, escribió importantes documentos para reafirmar la fe de la Iglesia en la Santísima Eucaristía. Él mismo alertó del problema en su encíclica Mysterium fidei, dedicada por entero a la Eucaristía:

Sin embargo, venerables hermanos, no faltan, precisamente en la materia de que hablamos, motivos de grave solicitud pastoral y de preocupación, sobre los cuales no nos permite callar la conciencia de nuestro deber apostólico. En efecto, sabemos ciertamente que entre los que hablan y escriben de este sacrosanto misterio hay algunos que divulgan ciertas opiniones acerca de las misas privadas, del dogma de

la transustanciación y del culto eucarístico, que perturban las almas de los fieles, causándoles no poca confusión en las verdades de la fe, como si a cualquiera le fuese lícito olvidar la doctrina, una vez definida por la Iglesia, o interpretarla de modo que el genuino significado de las palabra o la reconocida fuerza de los conceptos queden enervados... en estas opiniones y en otras semejantes, que se van divulgando, reciben gran daño la fe y el culto de la divina Eucaristía Nota 30. En la solemne profesión de fe que este Papa hizo en el año de la fe -1968- proclamó lo siguiente:

Nosotros creemos que la misa que es celebrada por el sacerdote representando la persona de Cristo, en virtud de la potestad recibida por el sacramento del orden, y que es ofrecida por él en nombre de Cristo y de los miembros de su Cuerpo místico, es realmente el sacrificio del Calvario, que se hace sacramentalmente presente en nuestros altares Nota 31.

En este sacramento, Cristo no puede hacerse presente de otra manera que por la conversión de toda la sustancia del pan en su cuerpo y la conversión de toda la sustancia del vino en su sangre, permaneciendo solamente íntegras las propiedades del pan y del vino, que percibimos con nuestros sentidos. La cual conversión misteriosa es llamada por la Santa Iglesia conveniente y propiamente transustanciación. Cualquier interpretación de teólogos que busca alguna inteligencia de este misterio, para que concuerde con la fe católica, debe poner a salvo que, en la misma naturaleza de las cosas, independientemente de nuestro espíritu, el pan y el vino, realizada la consagración, han dejado de existir, de modo que, el adorable cuerpo y sangre de Cristo, después de ella, están verdaderamente presentes delante de nosotros bajo las especies sacramentales del pan y del vino, como el mismo Señor quiso, para dársenos en alimento y unirnos en la unidad de su Cuerpo místico Nota 32.

Muchos en la Iglesia no quisieron hacer caso al Papa ni a sus enseñanzas. La Virgen,

pues, iba a volver a insistir en la importancia de la Eucaristía en sus apariciones de Japón. Capítulo 11.-Las apariciones de la Virgen en Akita

Las apariciones de la Virgen en Akita (Japón) están ligadas a la historia de Katsuko

Sasagawa. Esta mujer japonesa pertenecía a una familia budista. Nació en 1931, de forma prematura, lo cual le hizo tener durante toda su vida una constitución débil.

A los 19 años fue operada de apendicitis. Por culpa de la anestesia, mal aplicada, quedó paralítica del sistema nervioso central, lo cual le supuso ir de hospital en hospital durante años para ser operada varias veces. En una de las clínicas entabló amistad con una enfermera ferviente católica. De aquí nació el deseo de convertirse a la fe cristiana. Con 25 años decidió abrazar el catolicismo: se bautizó y cambió su nombre por el de Inés.

A pesar de sus continuas enfermedades trabajó intensamente como catequista. En una parroquia en la que estuvo ayudando llegó a preparar a 70 personas para el Bautismo. No obstante su estado de salud era muy malo: llegó a estar en coma diez días seguidos, a punto de morir. Recobró el conocimiento cuando le hicieron beber agua traída desde Lourdes.

En 1969 escuchó hablar del Instituto de las Siervas de la Eucaristía, fundado por el obispo Juan Shojiro Ito. Pertenecían a él mujeres que querían consagrarse a Dios -llevaban incluso una especie de hábito- pero viviendo en el mundo. Inés habló con el Obispo y fue admitida.

En el año 1973 le sobrevino una nueva prueba: sor Inés -que tenía 41 años- quedó completamente sorda debido a un exceso de fatiga que paralizó sus nervios auditivos. Fue un

golpe tremendo especialmente porque los médicos determinaron que se trataba de una sordera total e incurable.

Tuvo que permanecer un tiempo en reposo lo cual aprovechó para aprender a leer los labios. Sus padres y hermanos querían que se quedase con ellos definitivamente en la casa pero sor Inés prefirió seguir el consejo del Obispo Ito. Éste le había propuesto irse a vivir al pequeño convento que las Siervas de la Eucaristía tenían en Akita, sobre una colina en las afueras de la ciudad. Sor Inés llegó allí el 12 de mayo de 1973 (víspera de la Virgen de Fátima).

El convento de Akita había sido fundado en 1964. Tenía un carácter contemplativo. Las consagradas de dicho convento se dedicaban de forma especial a orar. Vivían en extrema pobreza, quedando muchas veces aisladas en invierno por la nieve. Eran muy criticadas por dedicarse a no hacer nada -en la cultura japonesa dedicarse solo a orar es incomprensible-. Un sacerdote les había regalado una estampa de Nuestra Señora de todos los pueblos; una novicia curó milagrosamente y lo atribuyeron a esta imagen. Por eso la superiora encargó a un escultor -que no era creyente- tallar en madera una réplica de la imagen “Nuestra Señora de todos los Pueblos” de casi un metro de alto. La imagen fue colocada en la capilla.

Los primeros hechos sobrenaturales en Akita tuvieron lugar en 1973 y se refieren a la Eucaristía. El 12 de junio de ese año todas las hermanas se fueron a una reunión de catequistas quedándose sor Inés sola en el convento. A las 8,30 se fue a la capilla para hacer la adoración al Santísimo. A este fin las hermanas tenían permiso para abrir el sagrario donde estaba ya la forma expuesta. Cuando fue a abrir el sagrario una luz deslumbrante surgió de repente. Ella, presa de emoción, se postró en tierra y estuvo así durante más de una hora. Quedó confusa, sin saber si aquello había sido una alucinación suya o un fenómeno que no alcanzaba a comprender. No dijo nada de la experiencia.

Los días siguientes se fue repitiendo lo mismo. Bien cuando iba ella sola a la capilla bien estando con las demás hermanas, veía una grandísima luz surgir del sagrario, a veces en forma de llama roja. En una ocasión por detrás del Santísimo pareció abrirse un espacio infinito donde pudo ver miles de seres espirituales -ángeles- adorando al Señor. Acabó contándolo. Ninguna otra hermana percibía nada de esto. La superiora le dijo que no hablase de ello.

Aprovechando una visita del Obispo Juan Ito se vio conveniente que sor Inés le contase lo que veía. El Obispo determinó: -Como por ahora es imposible saber con exactitud la naturaleza de los fenómenos que has visto, no hables de ellos con nadie, ni pienses en ellos; y menos te creas superior a las demás. Sigue tu vida normal, esforzándote por ser humilde. Así lo hizo sor Inés, que demostraba con su actitud ser una persona bastante serena, no dada al histerismo y con un equilibrio de vida admirable. Esos días le apareció una pequeña herida en forma de cruz en su mano izquierda, a modo de llaga, de la que salía de vez en cuando sangre. El 6 de Julio de 1973 estando en la capilla sor Inés se dio cuenta de que la imagen de madera de la Virgen -de la que hemos hablado anteriormente- parecía cobrar vida. Una luz resplandeciente la rodeaba. La religiosa, instintivamente, se postró en el suelo. Una voz de indescriptible belleza -la voz de la Virgen- llegó a sus oídos, a pesar de estar totalmente sorda. La voz le dijo: -Hija mía, mi novicia, tú me has obedecido bien dejándolo todo por seguirme. ¿Es penosa la enfermedad de tus oídos? Puedes estar segura que se curarán. Ten paciencia. Es la última prueba. ¿Te duele la herida de la mano? Reza en reparación por los pecados de la humanidad.

Cada persona de esta comunidad es mi hija insustituible. ¿Rezas bien la oración de las Siervas de la Eucaristía? Vamos a rezar juntas.. Sor Inés, que seguía postrada, comenzó dicha oración: -Jesús, que estás presente en la Eucaristía... La voz interrumpió a sor Inés para añadir: -Realmente presente... Luego le dijo: -De aquí en adelante añadirás: realmente... Luego siguieron rezando la oración, que en su conjunto dice así: -Jesús, que estás realmente presente en la Eucaristía, uno mi corazón a tu Corazón adorable inmolado en perpetuo sacrificio sobre todos los altares del mundo, alabando al Padre e implorando la venida de tu Reino, y te hago oblación de mi cuerpo y de mi alma. Dígnate utilizar está humilde ofrenda como te agrade, para la gloria de Dios y la salvación de las almas. Santa Madre del Cielo, no permitas que nunca me separe de tu divino Hijo, y guárdame siempre como cosa tuya. Amén Nota 33. La Virgen terminó diciendo: -Reza mucho por el Papa, los Obispos y los sacerdotes. Desde tu Bautismo, siempre has rezado fielmente por ellos. Continúa rezando mucho, mucho. Comunica a tu superior lo que te ha sucedido hoy y obedécele en todo lo que te diga. Ahora él pide que se rece con fervor. El 3 de Agosto de 1973 la imagen de la Virgen volvió a hablar a sor Inés: -Muchos hombres en el mundo afligen al Señor. Deseo almas para consolarle, para suavizar la cólera del Padre Celestial; deseo, con mi Hijo, almas que reparen, con su sufrimiento y su pobreza, por los pecadores y los ingratos. En esta ocasión la Virgen habló de la posibilidad de un gran castigo para toda la humanidad si ésta continuaba su camino de pecado. El 13 de octubre de 1973 la imagen de la Virgen volvió a hablar, dando el tercer y último mensaje. Es sin duda el más impactante por el delicado tema que trataba. Lo más principal del mismo son las siguientes palabras: -La acción del diablo se infiltrará hasta en la Iglesia, de modo que se verá cardenales oponerse a cardenales, obispos contra obispos. Los sacerdotes que me veneren serán despreciados y combatidos por sus mismos compañeros; las iglesias y los altares serán saqueados, la Iglesia se llenará de quienes aceptan componendas, y el demonio empujará a muchos sacerdotes y religiosos a abandonar el servicio del Señor. El demonio atacará encarnizadamente sobre todo a las almas consagradas a Dios. La perspectiva de la pérdida de muchas almas es la causa de mi tristeza. Profundizaremos este mensaje en el próximo capítulo. Finalmente, como milagro que sellaba la realidad de las apariciones, sucedieron signos sobrenaturales en torno a la imagen de madera de la Virgen desde la que sor Inés recibía los mensajes. Estos hechos fueron los siguientes: *Una llaga en la mano de la imagen: Apareció el 6 de julio de 1973. Sangró hasta la punta del dedo meñique, sin llegar a caer al suelo. La llaga desapareció el 29 de Septiembre. Analizada la sangre en el laboratorio de bioquímica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Akita se certificó que era sangre humana. *Sudor de olor maravilloso: El mismo día que desapareció la llaga -29 de Septiembre de 1973- la imagen resplandeció y empezó a sudar. El fenómeno pudo ser contemplado por toda

la comunidad que vieron, asombradas, como toda la imagen de la Virgen producía una especia de sudor. Con algodones estuvieron enjugando dicho sudor. Notaron que los algodones así mojados olían deliciosamente, a un perfume desconocido, mejor que las rosas, violetas y lirios... Este sudor duró hasta el 15 de Octubre de 1973. Sor Inés dijo que aquel sudor significaba la angustia de la Virgen ante los pecados de la humanidad. Analizado el sudor en el laboratorio de bioquímica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Akita se certificó que era sudor humano. *Metamorfosis de la imagen: Fue algo increíble. Tras estos fenómenos el rostro de la Virgen pareció cambiar de fisonomía y volverse más dulce. Ante este cambio de expresión las hermanas no dudaron en llamar al escultor que había realizado la imagen para que lo comprobara. Como ya dijimos se trataba de un hombre sin fe. Cuando examinó la imagen declaró lo siguiente: “Dos cosas me llamaron la atención: las mejillas que yo había tallado, se habían rebajado, el rostro se había afinado. Por otra parte, el color de la cara se había oscurecido. Encontré la expresión más penetrante, sin duda por el cambio de nivel de las mejillas”. *Las lacrimaciones: Sin duda el hecho más espectacular por su duración y por la cantidad de testigos que lo presenciaron. Desde 1975 hasta 1981 (durante seis años) la imagen de la Virgen lloró lágrimas en distintas ocasiones y distintos días. Pudieron ser vistas -e incluso filmadas- por multitud de testigos. Fueron en total 101 lacrimaciones. Muchísimas conversiones se debieron a este fenómeno sobrenatural. Sor Inés, cuando terminaron las lacrimaciones, recibió esta explicación de parte de su ángel custodio sobre el número total: -Tiene un significado la cifra 101: que el pecado ha entrado en el mundo por una mujer y también por una mujer ha venido la salvación al mundo. El primer uno representa a Eva, el segundo a María. El cero que está entre ellos significa Dios eterno, que existe desde siempre y para siempre. Analizadas las lágrimas en el laboratorio de bioquímica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Akita se certificó que eran lágrimas de origen humano. Es de notar también que sor Inés, según le había comunicado la Virgen, curó milagrosamente de su sordera -a pesar de que los médicos habían asegurado que era incurable- el 30 de Mayo de 1982. La curación fue total y permanente, ante el asombro de los médicos que no tuvieron más remedio que certificar la curación. En el año 1984 el Obispo de Niigata aprobó el origen sobrenatural de los hechos acaecidos en torno a la imagen de la Virgen en Akita.

Capítulo 12.-Crisis interna de la Iglesia Las apariciones de Akita avisaban de lo que otras apariciones ya habían insinuado: la Iglesia entraba en una profunda crisis. Muchísimos creyentes –-ntre ellos teólogos, religiosas, sacerdotes, Obispos- empezaron a usar expresiones ambiguas a la hora de hablar de algunas verdades de fe, precisamente las verdades de fe que el mundo materialista y ateo no quería oír: la existencia de la vida eterna, la existencia del Infierno eterno, la existencia del Purgatorio, la necesidad de la Confesión, la

autoridad del Papa, la necesidad de pertenecer a la Iglesia.... Muchas veces no era ya un lenguaje ambiguo: era una auténtica negación de estas verdades lo que muchos dentro de la Iglesia empezaron a predicar. En los temas de moral fue muchísimo peor. La rebeldía a las enseñanzas del Papa se convirtió en una auténtica contestación a su Magisterio. En muchísimas facultades de teología se afirmaba que el aborto, la eutanasia, los métodos anticonceptivos, etc... -todo ello pecados graves- podían ser permitidos y tolerados en algunos casos. Este relativismo moral -convirtiendo el bien y el mal en algo que depende de las circunstancias y de las diversas épocas de la historia- se fue sembrando, poco a poco, en los corazones de los fieles. Las parroquias, en vez de ser lugares donde se predicaba la verdad íntegra de la fe, se convirtieron en lugares donde se ponían en duda todos los dogmas y todas las certezas morales. Los sacerdotes, en el confesionario, traicionando su misión sobrenatural, dieron consejos inadecuados, llevando a muchas personas a la pérdida del sentido del pecado y a abandonar la práctica sacramental. La situación se presentaba tan espantosa que el mismísimo Papa Pablo VI, en una homilía pronunciada el 29 de junio de 1972 en el Vaticano, llegó a afirmar que “a través de alguna grieta ha entrado el humo de Satanás en el templo de Dios”, haciendo referencia expresa a la duda e incertidumbre en la que vivían muchos en la Iglesia. ¿Cómo no unir estas palabras con las visiones de San Antonio Mª Claret y del Papa León XIII que hemos visto en el capítulo 7?. La crisis afectó de forma especial a los sacerdotes y religiosos. Por aquellos años más de 40.000 sacerdotes abandonaron su ministerio -algunos de ellos incluso apostatando de la fe-. Se volvieron mundanos: dejaron de predicar a Jesús para meterse únicamente en temas políticos, sociales, terrenos... En la vida religiosa entró una relajación que dura hasta el día de hoy. Muchísimos conventos dejaron de vivir con intensidad la vida de oración y de los sacramentos y se pasaron a técnicas extrañas de meditación provenientes de religiones orientales; dejaron que la televisión llenara de horas muertas la vida religiosa; abrazaron todo tipo de novedades teológicas y de la vida moderna que los mundanizaba. Lógicamente Dios dejó de bendecirlos y las vocaciones disminuyeron. Y aún así los superiores religiosos -tanto de las congregaciones masculinas como femeninas- no quisieron reconocer su falta de entrega y de verdadero espíritu. Es más: año tras año se empeñan en seguir mundanizándose más y más. Lo triste es que en los próximos años es posible que veamos desaparecer algunas de las congregaciones que más gloria han dado a la Iglesia en los últimos siglos pero que no han sabido renovarse en una radical vida religiosa. Y encima si les dices algo se enfadan... Muchos sacerdotes y Obispos, actualmente, parecen estar más preocupados por contentar al mundo que por predicar a Jesús. Muchos parecen buscar tan solo su protagonismo personal: no hay obra que hagan de la que no saquen enseguida una foto -que será colocada muy visiblemente en sus respectivos despachos o casas-; no hay actividad que promuevan que no deseen enseguida sea conocida de todos y por todos. Se ve mucho personalismo: mucho deseo de quedar bien, de realizar obras sociales para que el mundo los acepte y los aplauda... siempre presumiendo de sus logros, sus títulos... siempre pensando que lo suyo es mejor que lo de otros hermanos sacerdotes u Obispos... parroquia a la que llegan parroquia a la que suelen dejar vacía cuando se van ya que, por mucha gente que congreguen, como se están predicando a sí mismos, en cuanto se vayan se irán también esas personas. Su obediencia a la Iglesia y al Papa está basada no en una mirada sobrenatural sino en un peloteo -a veces descarado- que puede ocultar deseos de “subir” en la carrera eclesiástica. No tienen certezas profundas de fe: bailan al son que creen y piensan que toca bailar. No viven con auténtica pobreza -llevando a veces, claramente, una vida llena de comodidades terrenas, donde nunca falta la buena mesa, eso si: alegando

siempre motivos pastorales y apostólicos-... No predican jamás sobre la cruz, ni la penitencia, ni la mortificación... no tienen celo apostólico: no buscan con pasión y con entrega absoluta la salvación de las almas. Por eso apenas se sientan en el confesonario ni predican sobre la necesidad de la Confesión. ¡Y qué decir de cuando rompen sus compromisos más sagrados con pecados gravísimos, cuya sola mención nos repugna hasta el infinito! (piénsese, por ejemplo, en el abuso sexual a niños por parte de sacerdotes). No piense el lector que exagero. Todo esto es real y verdadero: los Obispos, los sacerdotes, las religiosas, llevan años en una profunda crisis espiritual que les ha llevado a olvidar su misión sobrenatural. La situación es tan grave que el mismísimo Cardenal Ratzinger, en el Vía Crucis que dirigió el Viernes Santo del año 2005 en el Vaticano (sustituyendo a San Juan Pablo II que estaba gravemente enfermo) dijo, ante el asombro de los presentes, lo siguiente: ¿No debemos pensar también en cuánto debe sufrir Cristo en su propia Iglesia? ¿En cuántas veces se abusa del santo sacramento en su presencia, en qué vacío y maldad de corazón entra Él a menudo? ¡Cuántas veces nos celebramos a nosotros mismos sin darnos cuenta de su presencia ni siquiera! ¡Cuántas veces su Palabra es distorsionada y sometida a abusos! ¡Cuánta poca fe hay en tantas teorías, cuántas palabras vacías! ¡Cuánta suciedad hay en la iglesia, y precisamente entre aquellos que, en el sacerdocio, deberían pertenecerle enteramente a Él! ¡Cuánta soberbia!... La traición de los discípulos, la recepción indigna de su Cuerpo y de su Sangre es indudablemente el más grande dolor del Redentor... Señor, con nuestra caída te arrastramos al suelo y Satanás se divierte. Por cierto: unos días más tarde, tras la muerte de San Juan Pablo II, el cardenal Ratzinger fue elegido Papa bajo el nombre de Benedicto XVI. Todo esto ya había sido advertido por la Virgen. Incluso el extremo de que se enfrenten Obispo contra Obispo, Cardenal contra Cardenal... ¿a qué se refería con estas palabras la Señora?. No a una pelea física. Se refería a la falta de unidad dentro de la Iglesia. Se refería a un enfrentamiento doctrinal entre Obispos y cardenales que quisieran mantenerse fieles a la doctrina del Señor y Obispos y cardenales que quisieran adaptar la doctrina del Señor a las modas de este mundo y a los deseos de la mayoría. Un clarísimo caso lo hemos sufrido con el bochornoso espectáculo que algunos cardenales y Obispos han ofrecido en la preparación del Sínodo extraordinario de Obispos de Octubre de 2015, sobre el tema de la familia. Hemos visto como hacían declaraciones que intentaban cambiar la doctrina clarísima de la Iglesia: querían que se admitiera a una persona que había recibido el sacramento del matrimonio, se había divorciado y se había vuelto a casar por lo civil -y por lo tanto está en situación objetiva de pecado grave- a la santa comunión; querían que se reconociera de alguna manera a las parejas homosexuales... y a los Obispos o cardenales que se oponían a semejantes barbaridades los despreciaban. Capítulo 13.- Totus tuus

Conectando directamente con todo lo que venimos contando hemos de hacer referencia al hecho de que en 1978, en plena crisis eclesial y mundial -cuando el comunismo más fuerte parecía en el mundo- fue elegido como Papa San Juan Pablo II. El lema que eligió para su pontificado fue “Totus tuus”. Pocas personas saben que este lema es una pequeña invocación de consagración a la Virgen que significa: “Todo tuyo” y que está sacado directamente del “Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen María” de San Luis Mª Grignión de Montfort Nota 34.

Este Papa, en efecto, estaba consagrado desde joven a la Virgen María según las enseñanzas de San Luis Mª. Su pontificado -uno de los más largos de la historia- supuso un momento de luz y claridad en la doctrina de la Iglesia. Reafirmó todas las enseñanzas que estaban siendo puestas en duda. El 13 de mayo de 1981 -en el aniversario de las apariciones de Fátima- un hombre, aprovechando la multitud que se encontraba en la plaza de San Pedro en el Vaticano, mientras el Papa pasaba saludando a la gente en el coche, le disparó. Estuvo a punto de acabar con su vida. Al año siguiente fue a Fátima a dar gracias a la Virgen. Siempre tuvo el convencimiento de que Nuestra Señora lo había salvado. Una parte del secreto de Fátima -por aquellos años aún no revelada- hablaba de un ataque al Papa. Unos años después, en 1985, haciendo caso a las peticiones que la Virgen había efectuado en Fátima, consagró el mundo de forma especial al Inmaculado Corazón de María. La respuesta del Cielo no se hizo esperar: apenas cuatro años después, en 1989, contra todo pronóstico, el muro de Berlín era derribado y el comunismo se hundía. Tratamos todos estos hechos con muchísimo detalle en la serie de cuadernos de formación “Apariciones en Fátima”. ¿Quién no ve en todo esto la mano del Cielo? En medio de una crisis espantosa para la fe, anunciada por la Virgen en múltiples apariciones, aparece un Papa consagrado a Ella que, durante muchos años, gobierna sabiamente la Iglesia para mantenerla en la verdadera fe y en la fidelidad al Señor. Y todo ello con la Virgen, entregado plenamente a Ella, según su lema. ¿Cómo no reconocer la intervención divina ante todos estos hechos?. San Juan Pablo II consiguió que la devoción a la Virgen, la consagración a Ella y el rezo del Rosario volvieran a tomar gran fuerza en la Iglesia y en el mundo. Fue, sin duda alguna, un pontificado providencial en estos tiempos de oscuridad y tiniebla. El 8 de Octubre del año 2000 consagró el nuevo milenio a la Santísima Virgen María e invitó a los Obispos del mundo entero a hacer lo mismo. * * * Apenas un mes después de que dispararan a Juan Pablo II, el 24 de Junio de 1981, en un pueblecito de Yugoslavia llamado Medjugorje unos jóvenes aseguraron que la Santísima Virgen María se les estaba apareciendo. Las apariciones de Medjugorje son diferentes a todas las que hemos visto hasta ahora. Aún no han sido aprobadas por la Iglesia. Si lo que está ocurriendo allí es verdad merece la pena que todos conozcamos en profundidad el mensaje de Medjugorje. Os invito a leer los cuadernos de formación de la serie “Apariciones en Medjugorje”. * * * Con estos datos creo probado el hecho de que la Santísima Virgen María está avisándonos del rumbo peligroso que ha tomado nuestro mundo.

La Sagrada Escritura nos ha revelado que la lucha entre la luz y la tiniebla, a lo largo de toda la historia, está centrada en la lucha entre la Virgen y el demonio. En el libro del Génesis, primer libro de la Biblia, Dios le dice a la serpiente -al demonio-: Pongo enemistad entre ti y la mujer (Gn 3, 15). En el libro del Apocalipsis -último libro de la Biblia- vuelve a aparecer este enfrentamiento: Un gran signo apareció en el cielo: una mujer vestida del sol... y apareció otro

signo en el cielo: un gran dragón rojo (Ap 12, 1. 3) . Toda la historia está, pues, transida del enfrentamiento entre el demonio y la Santísima Virgen María. Y ya sabemos cómo va a terminar: gana la mujer. Ella aplastará definitivamente con su pie Inmaculado la cabeza viciosa y pecaminosa de la serpiente. Desde 1830 la Virgen está interviniendo de forma especial en nuestro mundo para guiarnos hacia la victoria definitiva sobre el mal.

No nos apartemos, pues, de Jesús, ni de la Virgen, a fin de que cuando llegue su triunfo podamos compartirlo y no seamos echados a las tinieblas definitivas. No olvidemos los tres elementos fundamentales que se nos han enseñado en estas apariciones como un seguro firme de mantenernos en la auténtica fe:

1.-Vivir una auténtica devoción y amor a la Santísima Virgen María. 2.-Amar y vivir la Santa Misa de corazón. 3.-Permanecer unidos al Papa y en plena comunión con sus enseñanzas. Si vivimos estas cosas estaremos plenamente seguros de estar con Dios y de

pertenecer al grupo fiel que se mantendrá en su Amor hasta el final de los tiempos. NOTAS Nota 1:Paraentenderquéeselpecadooriginaly loquesupusoen lahistoriade lahumanidadpuedeleerseelcuadernodeformación“Elpecadooriginal”.quiendeseeconocerlasprincipalesaparicionesdelaVirgenalolargodelossigloshaytresseriesdeNota2:CONCILIOVATICANOII,Gaudiumetspesnº13Nota3:CONCILIOVATICANOII,Gaudiumetspesnº37Nota4:Noentodossusplanteamientoshabíaerror.EsjustoreconocerquealgunaspersonasdeIglesiamostrabanunaactitudcerradayencontradelosvalorespositivosdelamodernidad.Peronoerantodos,nimuchomenos.Nota5:ParaunamayorexplicacióndeloquesignificaconsagrarsealaVirgeninvitoallectoraleermipequeñolibrito“LaperfectaconsagraciónalaSantísimaVirgenMaría”.Puedeencontrarinformaciónenlapáginawebwww.consagracionalavirgen.comNota6:EnelEvangeliotenemosunpoderosodoblemotivoparaaceptarlaconsagraciónalaVirgen: Primero:ElejemplodeJesús.-NuestroSalvador,alahoradehacersehombre,noquisosinohacerloa través de la SantísimaVirgenMaría. EnElla se encarnó, formándose su sagradahumanidaddurantenuevemesesensupurísimoseno.Asuscuidadosseconfiódurantetodasusantainfanciayadolescencia.Esto es, cabalmente, lo que una persona busca al consagrarse a la Virgen: entregarse a sus cuidadosmaternalesparaqueElla lavaya formandoespiritualmentea imagende Jesucristo.Es,pues,dealgunamanera,imitarloquehizoJesús.¿YnoesdeberdetodocristianoimitarasuMaestro? Segundo: El ejemplo de los apóstoles.-Cuando Jesús estaba crucificado, viendo a la VirgenMaríajuntoalacruz–conelapóstolJuan-dijoalaVirgen:Mujer,ahítienesatuhijo(Jn19,26)Yalapóstol ledijo:Ahítienesatumadre(Jn19,27).Entonces,comoseñalaelEvangelio,eldiscípulolarecibiócomoalgopropio(Jn19,27).EltérminooriginalgriegousadoporelEvangelio(eistaidia,quesehatraducidocomo“larecibiócomoalgopropio”) noquieredecir,simplemente,quelaacogióensucasa-comoseacogeauna persona que está sola y desvalida-. Es algomás profundo: indica una acogida en el interior de la

persona, una acogida entre los bienesmás profundos y espirituales de la propia vida. El apóstol JuanacogióaMaríaentresusbienesespiritualesmáspreciados,en lomás interiordesuvidaespiritual.LaacogiócomoMadreparaqueEllafueraunaguíaensuvidacristianayleayudaraacrecerensantidadyfidelidadaDios.Estoes,cabalmente,loquesepretendeconsagrándosealaVirgen.Nota7:SANLUISMªGRIGNIÓNDEMONTFORT,TratadodelaverdaderadevociónalaSantísimaVirgennº110Nota8:SANLUISMªGRIGNIÓNDEMONTFORT,TratadodelaverdaderadevociónalaSantísimaVirgennº1Nota9:SANLUISMªGRIGNIÓNDEMONTFORT,TratadodelaverdaderadevociónalaSantísimaVirgennº114Nota10:SANLUISMªGRIGNIÓNDEMONTFORT,TratadodelaverdaderadevociónalaSantísimaVirgennº49Nota11:SANLUISMªGRIGNIÓNDEMONTFORT,TratadodelaverdaderadevociónalaSantísimaVirgennº50Nota12:Paraconocerloquenuestrafenosdicesobreelfindelmundo,eljuiciofinalylasegundavenidadeCristoaconsejoleerloscuadernosdeformacióndelaserie“Lavidaeterna”.Nota13:Verlosnúmeros55-59delTratadodelaverdaderadevociónalaSantísimaVirgenNota14:CATECISMODELAIGLESIACATÓLICA,números681-682Nota15:CATECISMODELAIGLESIACATÓLICA,número675Nota 16: En el griego original –lengua en la que fueron escritos los Evangelios- el término "llena degracia”estáenunaconjugaciónverbalquenosólohacereferenciaalpresentesinotambiénalpasado.Esdecir:elángelnosololerevelóaMaríaqueenesemomentoestaballenadegracia.Tambiénlerevelóquedesdesiemprelohabíaestado.Nota17:PÍOIX,BulaIneffabilisDeus(8-12-1854)Nota18:CONCILIOVATICANOI,ConstitucióndogmáticaPastoraeternus,capítulo4(18-7-1870)Nota19:Algunoscristianosnoentiendenplenamenteeldogmade la infalibilidaddelPapa.Creen,porejemplo,erróneamente,quetodoloquediceelPapa–unahomilía,undiscurso,unaentrevista...-debesercreídocomodogmadefe.Oseaferranasupersona,cayendoenunpeloteoridículoocasienunaespeciededivinizacióndelhombreconcretoqueejerceenesemomentoelpapado.Aclaremospues;estedogma:1.-No significa que el Papa sea impecable (no pueda pecar). El Papa, como cualquier cristiano, puedepecar, incluso cayendoenpecados graves.Estaposibilidadnova en contrade estedogma. Jesús lehaprometido que no se equivocará cuando hable a toda la Iglesia como sucesor de Pedro: no le haprometidoestarconfirmadoengracia.ElPapa,comocualquiercristiano,debedelucharcontraelpecado.2.-La infalibilidad del Papa no es una cualidad que esté de forma continua en él, como si fuera algoinherente a su persona. Se trata de una cualidad que Dios le otorga en muy determinados actos. EnconcretodebendarselassiguientescircunstanciasparaqueelPapaseainfalible: 1.-Quehabledetemasrelacionadosconlafe–lasverdadesreveladasporDiosylascosasqueestánconexionadasconellas-olamoral–lostemasreferidosaloqueestábienomal-.Paraelrestodetemasnoposeeelcarismadelainfalibilidad. 2.-Que hable a toda la Iglesia universal como pastor universal, es decir: que quiera dirigirseexpresamenteatodosloscreyentesdelmundoentero. 3.-Que se trate de una doctrina que quiere dejar definitivamente definida y proclamada,comprometiendoenelloatodalaIglesia. SinosedanestascondicioneselPapanoestábajoelcarismadelainfalibilidad.PorsupuestoestonoquitaquemuchasveceselPapa,alhablar,estéhaciendoreferenciaadogmasde feyaproclamadosanteriormenteporlaIglesiayporlotantoestéenseñandocosasdefinitivas.Nota20:Estonosignificaqueenotrasreligionesnohayaelementosbuenosoaprovechables.Significaque sólo en la Iglesia Católica se encuentran todos los medios de salvación que Jesús ha dejado a lahumanidad para poder salvarse y estar en unión con Él. Por supuesto en las otras denominacionescristianas–ortodoxos,protestantes, etc... -haymuchoselementosqueactúan realmente salvandoa laspersonas–comoelbautismo,laPalabradeDios,laoración...-;peronolostienentodos,cosaquesiocurreenlaIglesiaCatólica.Nota21:CONGREGACIÓNPARALADOCTRINADELAFE,DeclaraciónDominusIesusnúmeros16y17(6-8-2000)Nota22:DioslerevelóaestesantoqueéleraelángeldelquehablaellibrodelApocalipsisenelcapítulo10,versículos1al3.VerSANANTONIOMªCLARET,Autobiografíanº686

Nota 23:EstosdatospuedenencontrarseenSANANTONIOMªCLARET,Autobiografíanº685;Lucesygraciasaño1859Nota24:LosdatossegurosdeestavisiónlostenemosenelrelatodelpadreDomenicoPechenino-testigodirectodeloocurrido-enlarevistaEphemeridesliturgicaeen1955(pg58-59)yenlacartapastoraldelacuaresmade1946 (Bolonia)del cardenalNasalliRocca,que cuentael casoasegurandohabérselooídonarrarvariasvecesal secretariopersonaldeLeónXIII.Enalgunasversionesquecirculan–sindecir lafuentededondesacanlainformación-seaseguraqueLeónXIIIescuchóaldemoniodesafiaraJesucristopidiéndole100añosparaatacarintensamentealaIglesia.Nota 25:Puede leerseel sueñocompletoenSAN JUANBOSCO,LossueñosdeDonBosco,EditorialCCS,Madrid,terceraedición(2002)pgs394-397Nota 26: Yo mismo, durante mis años de formación antes de ser sacerdote, he oído a sacerdotes yprofesoresdeteologíanegartranquilamenteestosdogmasmarianos.Nota27:CONCILIOVATICANOII,ConstitucióndogmáticaLumenGentiumn.56Nota 28: CONCILIO VATICANO II, Constitución dogmática Lumen Gentium números 61 y 62 (Esaconsejable leer íntegro el capitulo VIII de esta constitución dogmática; en él se trata el tema de laSantísimaVirgenMaría)Nota29:BEATOPABLOVI,ExhortaciónapostólicaSignumMagnum,13-5-1967Nota 30: BEATO PABLO VI, EncíclicaMysterium fidei, n. 4 (3-9-1965). Esmuy recomendable leer estaencíclicaensutotalidad.Nota31:BEATOPABLOVI,Solemneprofesióndefe,n.24,(30-6-1968)Nota32:BEATOPABLOVI,Solemneprofesióndefe,n.25,(30-6-1968)Nota 33: Añadiendo a la oración la palabra “realmente” la Santísima VirgenMaría quería recalcar larealidadde lapresenciaauténticadeJesucristoenlaEucaristía-conformea lostérminosusadosporelMagisteriode la Iglesia, que siemprehablade lapresencia real, verdaderay sustancialde Jesúsen lasformasconsagradas-.Nota34:SANLUISMªGRIGNIÓNDEMONTFORT,TratadodelaverdaderadevociónalaSantísimaVirgennº266(Paramásinformaciónentrarenwww.consagracionalavirgen.com)