El Observador de la Actualidad 751

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Periodismo Católico El Observador DE LA ACTUALIDAD 29 de noviembre de 2009 AÑO 15 No. 751 $8.00 Fundado en 1995 www.elobservadorenlinea.com PÓRTICO ESPERA Y ESPERANZA POR JAIME SEPTIÉN / [email protected] Llega la época más bella del año. Y no justamen- te por las luces, los regalos, las fiestas, sino porque el Hijo de Dios se nos hace presente de una manera dulcísima: en la figura de un niño recién nacido. De forma misteriosa, el Adviento nos muestra que «Dios no se ha retirado del mundo», como decía en un famoso ensayo el cardenal Joseph Ratzin- ger. Él está aquí, un niño pequeño, adorable, hu- milde. Él es la espera y la es- peranza. En el mismo ensayo («Al comienzo del Adviento. Una conversación de Adviento con enfermos»), el cardenal Ratzinger señala algo esen- cial: que la llegada de Jesús es lo que le da sentido al tiempo, al tiempo humano y a la historia. «Cuando el tiem- po no está lleno por sí mis- mo de una presencia con sentido, la espera se vuelve insoportable». Mu- chos dicen que sin Navidad el año sería tedioso. Lo dicen, quizá, por el movimiento comercial, de luces, de regocijo que provocan las fiestas. Pero, en el fondo, aunque no lo sepan con claridad, lo dicen porque intuyen que esa alegría es «la alegría antici- pada de algo aún mayor que está por venir», la ale- gría anticipada de la Salvación por el gran regalo que Dios nos hizo de su Hijo y que —para los cris- tianos— constituye el fundamento del Adviento, «la forma propiamente cristiana de esperar y tener esperanza». Adviento no es solamente tiempo de presencia y de espera del Eterno. «Justamente porque es am- bas cosas a la vez, es también y de manera especial un tiempo de alegría, y de una alegría interiorizada que el sufrimiento no puede erradicar». He aquí el gran suceso que invade el corazón de la humanidad al saberse regalada con el mayor de todos los pre- sentes del tiempo que es el Niño que nació de la Virgen, en un establo, en los actuales territorios tor- turados de Belén, donde la paz del mundo pende de un hilo, y donde el odio de los seres humanos se afila como un poderoso puñal que el Niño Jesús derribó para siempre. Es la alegría de la fiesta que se prepara con cuatro domingos, con la flama de las velas y con el calor del abrazo de Dios que, al rega- larse al hombre, «nos ha dado nuevamente la vida». SOBRE LA MARCHA Creer y decir «creo» en medio de tanto triun- fo de la mentira, es hoy un acto de agradecimien- to. Agradecimiento al que nos creó y a todas las cosas buenas que hay en el mundo, aunque los hijos de Dios seamos ciegos como topos. Santiago Norte Adviento: alegría que ningún dolor arrebata La Visitación, de Rogier van der Weyden (alrededor de 1400-1464), el encuentro de María e Isabel, ambas encintas. La pintura está en Leipzig, Alemania, Museo de las artes plásticas. Joseph Ratzinger y el Adviento É Página 8 Los regalos de Jesucristo no son puro futuro sino que se insertan en el presente. Él está ocultamente presente ya ahora: me habla de múltiples maneras —por la Sagrada Escritura, por el año litúrgico, por los santos, por ciertos acontecimientos, que si Él está detrás de ella, se ve de forma diferente que si estuviese envuelta por la niebla de un origen y un futuro inciertos—. Puedo dirigirle la palabra, puedo exponerle mi dolor, mi impaciencia, mis preguntas, consciente de que su escucha está siempre presente. Ante Él no hay tiempo carente o vacío de sentido. Cada momento es en sí mismo valioso aun cuando yo no pueda hacer otra cosa que soportar calladamente mi enfermedad. Ante Él queda siempre algo por esperar allí donde otros no pueden darme esperanza alguna. Entonces, la vejez y la condición de jubilado no son el último escalón de la vida, desde el cual sólo se puede mirar atrás. Entonces viene siempre algo aún más grande, y justamente el tiempo de la inutilidad exterior puede tornarse en una forma suprema de maduración.

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Adviento: alegría que ningún dolor arrebata Año 15 No.751 Periodismo católico. Versión impresa.

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Periodismo Católico

El ObservadorDE LA ACTUALIDAD

29 de noviembre de 2009

AÑO 15

No. 751

$8.00

Fundado en 1995

www.elobservadorenlinea.com

�PÓRTICO

ESPERA YESPERANZAPOR JAIME SEPTIÉN / [email protected]

Llega la época más bella del año. Y no justamen-te por las luces, los regalos, las fiestas, sino porqueel Hijo de Dios se nos hace presente de una maneradulcísima: en la figura de un niño recién nacido. Deforma misteriosa, el Adviento nos muestra que«Dios no se ha retirado del mundo», como decíaen un famoso ensayo el cardenal Joseph Ratzin-ger. Él está aquí, un niño pequeño, adorable, hu-milde. Él es la espera y la es-peranza.

En el mismo ensayo («Alcomienzo del Adviento. Unaconversación de Advientocon enfermos»), el cardenalRatzinger señala algo esen-cial: que la llegada de Jesúses lo que le da sentido altiempo, al tiempo humano ya la historia. «Cuando el tiem-po no está lleno por sí mis-mo de una presencia consentido, la espera se vuelve insoportable». Mu-chos dicen que sin Navidad el año sería tedioso. Lodicen, quizá, por el movimiento comercial, de luces,de regocijo que provocan las fiestas. Pero, en elfondo, aunque no lo sepan con claridad, lo dicenporque intuyen que esa alegría es «la alegría antici-pada de algo aún mayor que está por venir», la ale-gría anticipada de la Salvación por el gran regaloque Dios nos hizo de su Hijo y que —para los cris-tianos— constituye el fundamento del Adviento,«la forma propiamente cristiana de esperar y teneresperanza».

Adviento no es solamente tiempo de presenciay de espera del Eterno. «Justamente porque es am-bas cosas a la vez, es también y de manera especialun tiempo de alegría, y de una alegría interiorizadaque el sufrimiento no puede erradicar». He aquí elgran suceso que invade el corazón de la humanidadal saberse regalada con el mayor de todos los pre-sentes del tiempo que es el Niño que nació de laVirgen, en un establo, en los actuales territorios tor-turados de Belén, donde la paz del mundo pende deun hilo, y donde el odio de los seres humanos seafila como un poderoso puñal que el Niño Jesúsderribó para siempre. Es la alegría de la fiesta que seprepara con cuatro domingos, con la flama de lasvelas y con el calor del abrazo de Dios que, al rega-larse al hombre, «nos ha dado nuevamente la vida».

�SOBRE LA MARCHA

Creer y decir «creo» en medio de tanto triun-fo de la mentira, es hoy un acto de agradecimien-to. Agradecimiento al que nos creó y a todas lascosas buenas que hay en el mundo, aunque loshijos de Dios seamos ciegos como topos.

Santiago Norte

Adviento: alegría que ningún dolor arrebata

La Visitación, de Rogier van der Weyden (alrededor de 1400-1464),el encuentro de María e Isabel, ambas encintas. La pintura estáen Leipzig, Alemania, Museo de las artes plásticas.

Joseph Ratzingery el Adviento

É

Página 8

Los regalos de Jesucristo no sonpuro futuro sino que se insertan enel presente. Él está ocultamentepresente ya ahora: me habla demúltiples maneras —por la SagradaEscritura, por el año litúrgico, por lossantos, por ciertos acontecimientos,que si Él está detrás de ella, se vede forma diferente que si estuvieseenvuelta por la niebla de un origen yun futuro inciertos—. Puedo dirigirlela palabra, puedo exponerle mi dolor,mi impaciencia, mis preguntas,consciente de que su escucha estásiempre presente.

Ante Él no hay tiempo carente ovacío de sentido. Cada momento esen sí mismo valioso aun cuando yono pueda hacer otra cosa quesoportar calladamente mienfermedad. Ante Él queda siemprealgo por esperar allí donde otros nopueden darme esperanza alguna.Entonces, la vejez y la condición dejubilado no son el último escalón dela vida, desde el cual sólo se puedemirar atrás. Entonces viene siemprealgo aún más grande, y justamenteel tiempo de la inutilidad exteriorpuede tornarse en una formasuprema de maduración.

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MIRADAS2 El Observador29 de noviembre de 2009, AÑO 15, No. 751

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3El Observador 29 de noviembre de 2009, AÑO 15, No. 751 VIVIR EL ADVIENTO

pleta, significada por la solemni-dad de la fiesta de la Navidad.

Adviento, tiempo de preparaciónDurante este período la Iglesia

nos exhorta a prepararnos digna-mente a celebrar el aniversario dela venida del Señor al mundo comola encarnación del Dios de amor. A«limpiar» y «sacudir» nuestros co-razones de manera que sean mora-das adecuadas al Redentor, que

viene a través de laSagrada Comunióny de la gracia. Contodo ello, seguir for-taleciéndonos parala venida final deCristo.

Es un momentopara, a imitación dela Virgen María, es-perar el nacimientode Cristo y en esaespera reflexionarsobre aquellas situa-ciones que nublannuestro corazón,

que impiden una mejor recepcióny vivencia de la novedad de Cris-to.

Es tiempo para que, a imitaciónde Juan el Bautista, reconozcamosque estamos llamados a ser men-sajeros de la Buena Nueva; un lla-mado donde no somos los prota-gonistas, donde somos la vía delanuncio, pero la Palabra es la au-téntica eficaz y vivificadora.

Son cuatro domingos para re-flexionar que el anuncio de la Bue-na Nueva no es cosa sencilla.Muchas veces es predicar en el de-sierto, no hay quien escuche ydesde lejos puedes parecer unloco, es afrontar burlas e incom-prensiones. Pero, en medio de eso,construir una fe en un Cristo vivo,amoroso y resucitado.

Como podemos ver, el Advien-to es un magnífico momento parareencontrarnos con nuestras de-bilidades y fortalezas, para medi-tar en lo que significa ser seguido-res de Cristo, para preparar nues-tra alma, pues una buena nueva seanuncia: «El Mesías está por lle-gar».

Cuatro domingos que pueden cambiar la vidaPOR OMAR ÁRCEGA E.

propiamente el tiempo de Navidad.En el Adviento podemos distinguirdos períodos.

El primero de ellos se extiendedesde el primer domingo, ya des-crito, hasta el 16 de diciembre. Enlas lecturas de la Misa aparece conmayor relieve el aspecto escatoló-gico y se nos orienta hacia la espe-ra de la venida gloriosa de Cristo.Se invita a vivir la esperanza en lavenida del Señor en todos sus as-

pectos: su venida al final de lostiempos, su venida ahora, cada día,y su venida hace dos mil años.

El segundo período, que abar-ca desde el 17 hasta el 24 de di-ciembre, se orienta más directamen-te a la preparación de la Navidad.Se nos invita a vivir con más ale-gría, porque estamos cerca del cum-plimiento de lo que Dios había pro-metido. Los evangelios de estosdías nos preparan ya directamentepara el nacimiento de Jesús.

Como preparación a la conme-moración del nacimiento de Cristo,la liturgia suprime durante el Ad-viento una serie de elementos fes-tivos. De esta forma, en la Misa yano rezamos el Gloria, se limita la mú-sica con instrumentos, los adornosfestivos y las vestiduras son decolor morado, el decorado de laIglesia es más sobrio, etc. Todoesto es una manera de expresar tan-giblemente que, mientras duranuestro peregrinar, nos falta algopara que nuestro gozo sea comple-to. Cuando el Señor se haga pre-sente en medio de su pueblo habrállegado la Iglesia a su fiesta com-

Hace un par de años, al térmi-no de una Misa, Claudia, una granamiga, lanzó una pregunta al gru-po de conocidos que coincidíamosen el atrio de la parroquia. «¿Quées el Adviento?», espetó, fijandosus ojos selva en todos y cadauno. Un embarazoso silencio sehizo presente. No faltó el que hi-ciera el chiste fácil y todos nosagarramos a él por no querer admi-tir nuestra ignorancia eclesial. Creoque este es un buenmomento para con-trarrestar esas defi-ciencias y tener másconciencia de lo queviviremos como ca-tólicos los siguien-tes días. Espero quelas dudas de mi ami-ga y de los lectoresqueden resueltas.

¿Qué es el adviento?Adviento es un

tiempo destinado aprepararnos espiri-tualmente para conmemorar el na-cimiento de Cristo; es decir, para elfestejo de la Navidad. Durante esteperíodo hay un personaje emble-mático que, llamando a la transfor-mación de los corazones, nos pre-para para este momento. Nos refe-rimos a Juan el Bautista quien, consu prédica y ejemplo de vida, anun-cia la llegada del Mesías que espe-raba el pueblo judío.

Es un espacio que abarca cua-tro domingos, durante los cualesse nos invita a reflexionar y prepa-rar nuestra espíritu para el grangozo que significa la encarnaciónde Cristo.

¿Cómo se conforma el adviento?El Adviento es un tiempo litúr-

gico que comienza en el domingomás cercano a la fiesta de san An-drés apóstol (30 de noviembre) ycomprende cuatro domingos. Conel Adviento comienza el año ecle-siástico en las Iglesias occidenta-les. En el 2009 comienza hoy do-mingo 29 de noviembre, y se pro-longará hasta la tarde del 24 de di-ciembre, momento en el que inicia

SABIDURÍA DE LOS PADRES DE LA IGLESIA

El AdvientoDe las cartas pastorales de san Carlos

Borromeo, obispo

Ha llegado, amadísimos hermanos, aquel tiempo tan importantey solemne, que, como dice el Espíritu Santo, es tiempo favorable, díade la salvación, de la paz y de la reconciliación; el tiempo que tanardientemente desearon los patriarcas y profetas y que fue objetode tantos suspiros y anhelos; el tiempo que Simeón vio lleno dealegría, que la Iglesia celebra solemnemente y que también nosotrosdebemos vivir en todo momento con fervor, alabando y dando gra-cias al Padre eterno por la misericordia que en este misterio nos hamanifestado. El Padre, por su inmenso amor hacia nosotros, pecado-res, nos envió a su Hijo único, para librarnos de la tiranía y del poderdel demonio, invitarnos al cielo e introducirnos en lo más profundode los misterios de su reino, manifestarnos la verdad, enseñarnos lahonestidad de costumbres, comunicarnos el germen de las virtudes,enriquecernos con los tesoros de su gracia y hacernos sus hijosadoptivos y herederos de la vida eterna.

La Iglesia celebra cada año el misterio de este amor tan grandehacia nosotros, exhortándonos a tenerlo siempre presente. A la veznos enseña que la venida de Cristo no sólo aprovechó a los quevivían en el tiempo del Salvador, sino que su eficacia continúa, y aúnhoy se nos comunica si queremos recibir, mediante la fe y los sacra-mentos, la gracia que él nos prometió, y si ordenamos nuestra con-ducta conforme a sus mandamientos.

La Iglesia desea vivamente hacernos com-prender que, así como Cristo vinouna vez al mundo en la carne, dela misma manera está dispuesto avolver en cualquier momento,para habitar espiritualmente ennuestra alma con la abundancia desus gracias, si nosotros, por nues-tra parte, quitamos todo obstácu-lo.

Por eso, durante este tiempo, la Igle-sia, como madre amantísima y celosísimade nuestra salvación, nos enseña, a tra-vés de himnos, cánticos y otras palabrasdel Espíritu Santo y de diversos ritos, arecibir convenientemente y con un co-razón agradecido este beneficio tangrande, a enriquecernos con su frutoy a preparar nuestra alma para la venida denuestro Señor Jesucristo con tanta solici-tud como si hubiera Él de venir nueva-mente al mundo. No de otra manera noslo enseñaron con sus palabras y ejem-plos los patriarcas del antiguo Testamen-to para que en ello los imitáramos.

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4 El Observador29 de noviembre de 2009, AÑO 15, No. 751VIVIR EL ADVIENTO

Un Niño al centro de la historiaPOR DOM GASPAR LEFÈBVRE, O.S.B. / De la Abadía de S. Andrés (Brujas, Bélgica)

VÍGÍA

ADVIENTO: ¿CUÁNDO VERÉ TUROSTRO, SEÑOR?POR JAVIER ALGARA / San Luis Potosí

remos cara a cara. También nosotros estamos a laespera. Creer eso y esperar de ese modo, según diceel Papa en Spe salvi, es el inicio del amor al estilo

cristiano: el de la bienaventu-ranzas y del Gólgota. Quien havisto el rostro de Dios en elCrucificado ya puede descan-sar; sentir que ha renacido yque ni la ofensa más grande lopodrá perturbar. ¿Qué le podráya importar gastar su hacien-da, emplear su tiempo y hastamorir para hacer de este mun-do algo más acorde a la volun-tad de Dios? Estará seguro deque ha encontrado el sentidode la vida, que no tiene por quéodiar cuando él ha sido perdo-nado; que puede dejar de an-gustiarse y luchar por no per-der la vida. El Adviento es esepunto de la historia, tensa siem-pre, en que continuamente se

encuentra el cristiano: ya pero aún no, amando aotros ahora —corriendo bien su carrera— porqueha experimentado en carne propia que Dios lo ama,aunque mejor quisiera estar ya viendo su rostro.Maranatha.

«¿Cuándo veré el rostro del Señor?», oraba in-sistente el pueblo de la antigua alianza. Unos pasto-res de Belén fueron los primeros en ver escuchadaesa plegaria. Un recién nacido,el rostro visible de Dios. Quie-nes lo reconocieron entonces,como Simeón, entendieron queya podían descansar, que la es-pera no había sido en vano.Otros, Pedro y los demás, lo re-conocieron ya adulto, en susobras y palabras: «Tú eres el Hijode Dios vivo», y hasta llegarona pensar que bien podían olvi-darse de todo y establecer sustiendas a su lado para siempre,sin saber que terminarían olvi-dándose de sí mismos cuando elcorazón les ardiera de oírlo ex-plicar las escrituras como lo ha-bía hecho antes de morir. Otrossólo podemos experimentar de Éluna presencia misteriosa, por-que nos mira en la fe de la Iglesia. No vemos elrostro que vieron los discípulos cuando los miróremendar sus redes junto al lago, o en el Tabor, o enEmaús, pero por ellos sabemos con certeza que Élestá vivo, que vendrá otra vez, que entonces lo ve-

No vemos el rostro quevieron los discípulos, peropor ellos sabemos concerteza que Él está vivo,que vendrá otra vez

y llévame algún día a tu Cielo. Ad-veniat regnum tuum. Como todoslos patriarcas y profetas,en Ti pon-go toda mi esperanza. Per Adven-tum tuum, liberame nos, Domine.

Hacia la Segunda VenidaAsí pues, el Adviento nos pre-

dica que Jesucristo es el centro dela historia del mundo, la cual co-mienza con la esperanza de su ve-nida de gracia y terminará con supostrer y glorioso advenimiento.Y la liturgia hace desempeñar a to-dos los cristianos su papel respec-tivo en este plan divino. Si Cristobajó a la Tierra accediendo a losapremiantes llamamientos de losJustos del Antiguo testamento, ba-jará también hoy día en vista delas llamadas que le dirige la huma-nidad, generación tras generación,y vendrá, sobre todo, por Navidada las almas fieles con una infusiónnueva de gracia. Vendrá por finJesús, llamado por los últimos cris-tianos, cuando se vean persegui-dos por el Anticristo al fin de lostiempos.

Tres figurasAnimémonos de las ardientes

súplicas de un Isaías, de un JuanBautista y de la bendita VirgenMaría, de esas tres figuras que tancumplidamente encarnan el espíri-tu del Adviento; aspiremos consinceridad, con amor, con impa-ciencia por Jesús en su doble ad-venimiento: «Al rey que ha de ve-nir, venid, adorémosle».

«Cuaresma de Navidad», por locual muchos ayunaban a diario yhasta cubrían las sagradas imáge-nes, como ahora en la Pasión. Eseespíritu de penitencia se trasluceen la omisión del Gloria y del TeDeum; en los ornamentos mora-dos; en dejar los ministros en laMisa la dalmática y la túnica, ves-tidos entrambos de alegría; en de-cir Benedicamus Domino por IteMisa est, y en muchos textos litúr-gicos.

Mantener la esperanzaEn el santo Adviento no nos

preocupemos sólo de su venidamisericordiosa, al revés de los Ju-díos, que únicamente quisieronadmitir el advenimiento gloriosodel Mesías. Dejemos toda su am-plitud a las fórmulas litúrgicas, paraque ejerzan en nosotros toda sueficacia, y digamos con la Iglesia:Veni, Domine; ven Salvador y Juezmío. Líbrame aquí de mis pecados,

La fecha inicial del año li-túrgico era en el siglo Vla festividad de la Anun-

ciación. Celebrada al principio enmarzo. Esta solemnidad fue trasla-dada a diciembre. «Según lo queen otras partes se practica, dice elConcilio Toledano de 665, la fiestade la Anunciación será celebradael 18 de diciembre en toda España,por caer a menudo en Cuaresma oen la solemnidad Pascual». En elsiglo X el año comenzaba el primerdomingo de Adviento, o sea unascuatro o cinco semanas antes deNavidad. En un concilio en Zara-goza (año 380) se prescribe unapreparación de ocho días para lafiesta de Navidad. En el Conciliode Tours de 563 se menciona al Ad-viento como período litúrgico quetiene ya sus ritos y fórmulas pro-pias.

En el siglo VII se dio también aeste tiempo un carácter peniten-cial, llamándose en la Edad Media

ADVIENTO: CAMINO Y PÓRTICOPOR FERNANDO PASCUAL

El Adviento es como un camino. Inicia en un momento del año, avan-za por etapas progresivas, se dirige a una meta. Llega la invitación aponernos en marcha. ¿Quién invita? ¿Desde dónde iniciamos a caminar?¿Hacia qué meta hemos de dirigir nuestros pasos? La invitación llegadesde muy lejos. La historia humana comenzó a partir de un acto de amordivino: «Hagamos al hombre». El amor daba inicio a la vida.

Ese acto magnífico se vio turbado por la respuesta del hombre, porun pecado que significó una tragedia cósmica. Dios, a pesar de todo, nointerrumpió su amor apasionado y fiel. Prometió que vendría el Mesías.

La humanidad entera fue invitada a la espera. El pueblo escogido, elIsrael de Dios, recibió nuevos avisos, oteó que el Mesías llegaría enalgún momento de la historia. El pasar de los siglos no apagó la esperan-za. El Señor iba a cumplir, pronto, su promesa.

Esa invitación llega ahora a mi vida. También yo espero salir de mipecado. También yo necesito sentir el amor divino que me acompaña enla hora de la prueba. También yo escucho una voz profunda que me pidedejar el egoísmo para dedicarme a servir a mis hermanos.

¿Desde dónde comienzo este camino? Quizá desde la tibieza de uncristianismo apagado y pobre. Quizá desde odios profundos hacia quienme hizo daño. Quizá desde pasiones innobles que me llevan a caer con-tinuamente en el pecado. Quizá desde la tristeza por ver tan poco amor ytantas promesas fracasadas.

La voz vuelve a llamar. En el desierto del mundo, en la soledad de lamultitud urbana, en el silencio de la noche invadida por los ruidos, en lasrisas de una fiesta sin sentido... La voz pide, suplica, espera que dé unprimer paso, que abra el Evangelio, que escuche la voz de Juan el Bautis-ta, que abandone injusticias y perezas, que mire hacia delante.

El Salvador llega. Juan lo anuncia. La voz que suena en el desiertollega hasta nosotros: «El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios estácerca; convertíos y creed en el Evangelio» (Mc 1,15-16).

¡YA VIENE!POR ANTONIO MAZA PEREDA / [email protected]

Eso es lo que quiere decir Adviento. ¡Ya viene! Jesús, nuestroRey, nuestro Redentor, viene, como dice la hermosa frase de la Bi-blia, a poner su morada entre nosotros. En nuestro calendario litúrgi-co la fecha más importante, seguramente, es el domingo de Resu-rrección. Es la fecha en que Jesús triunfa de la muerte, y nosotroscon Él. Pero probablemente lasegunda más importante es elnacimiento de nuestro Rey. Esalgo tan importante, que me-rece que nos preparemos cui-dadosamente, a fondo. Comonos preparamos durante todala Cuaresma para celebrar suresurrección.

Es una preparación que,tristemente, muchas veces senos olvida. O, tal vez, no olvi-damos la fecha, pero sí su sig-nificado. Todos nos prepara-mos para Navidad y lo hace-mos de mil maneras: organi-zando festejos, arreglandonuestras casas, adquiriendoregalos y comunicándonos con amigos, parientes y conocidos conlos que queremos compartir la alegría del tiempo navideño. Prepara-mos, qué duda cabe, todos los aspectos materiales. No faltará elárbol, no faltará ni uno solo de los regalos que queremos dar, nofaltará el bacalao, el pavo, o la pierna horneada.

Lo que si se nos olvida es preparar nuestros corazones, prepararnuestra alma, para recibir al Niño Dios. Y esa es la preparación másimportante.

Lo bueno es que estamos a tiempo. Estamos empezando esteperíodo de cuatro semanas, los cuatro domingos de Adviento, don-de podemos hacer mucho para preparar estas festividades, preparara nuestras familias, a nuestros hijos, y a nosotros mismos para reci-bir con gran alegría a nuestro rey.

Tenemos muchas y hermosas tradiciones para esta preparación:la corona de Adviento, la novena a la que llamamos posadas, lacolocación del Nacimiento, del Misterio en nuestras casas. Tradicio-nes que nos recuerdan el verdadero sentido de la Navidad: en la cualnuestro Creador quiso hacerse uno de nosotros, quiso nacer débil ypobre, quiso pasar fríos y riesgos para ser como uno más de noso-tros. Y todo ello, para salvarnos. ¡Nada menos! ¿Cómo podríamosolvidarlo?

Nos preparamos paraNavidad organizandofestejos, arreglandonuestras casas,adquiriendo regalos ycomunicándonos conamigos, parientes yconocidos. Lo que sí senos olvida es prepararnuestra alma para recibiral Niño Dios

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5El Observador 29 de noviembre de 2009, AÑO 15, No. 751 VIVIR EL ADVIENTO

Propuestas sencillas para vivir la grandeza del AdvientoREDACCIÓN DE EL OBSERVADOR

Colecta y visita a hermanos necesitados

El tiempo de Adviento es muy apropiado para acentuarla vivencia de la caridad y solidaridad con nuestros herma-nos más necesitados. Por ello es recomendable organizaruna colecta, entre familiares, amigos y vecinos, de víveres,ropa y juguetes, con el fin de donarlos en el marco de unavisita a algún hospital, a una casa hogar o a un asilo deancianos.

A continuación presentamos a nuestros lectores algu-nas actividades que pueden realizar para vivir con mayorsentido el tiempo de Adviento.

Las ovejitas

Esta esuna activi-dad pararealizarsecon niñosde entrecuatro ydiez añosde edad.En el naci-miento se ponen una serie de ovejas en dirección al pese-bre; cada una de ellas representa a un miembro de la familia.Al final del día se reúne la familia. En la medida en cadamiembro se haya esforzado por potarse bien, hacer su tarea,obedecer a los padres, etc., la ovejita avanzará. Si se hanrealizado actos negativos, retrocederá. Pero, independien-temente del avance o retroceso, se dirá una breve oración oalabanza a la Virgen.

Los ofrecimientos a Jesús

Consiste en hacer uno o varios propósitos diarios, algu-na renuncia y cumplirla. Cada propósito o renuncia logradase escribirá en una hoja y se pondrá como ofrenda a Cristopor nacer. Al final pueden leerse en familia esas pequeñasrenuncias. Con esto se realza el sentido de la ascesis cristia-na y es un instrumento para una mejor preparación de laNavidad.

Concursos

Se puede promover el espíritu de preparación para laNavidad convocando a concursos de distintos talentos:composición de canciones, de villancicos, de cuentos, depoesías, de murales, símbolos y dibujos litúrgicos, etc. Lacelebración navideña podría ser una buena ocasión parapresentar algunos de estos talentos.

Campaña de oración

Se puede realizar a lolargo de todo el tiempo deAdviento una campaña deoración con el fin de inten-sificar la vida de oraciónnecesaria para una ade-cuada preparación de laNavidad. Puede ser hechainvitando a la participa-ción personal y comunita-ria. Lo idóneo es rezar enfamilia. Puede rezarse el ro-sario. También se puede ir

preparando el nacimiento simultáneamente con las oracio-nes: atados de paja o hierba, maderas, etc., pueden simboli-zar determinados ejercicios de oración.

Otra opción es que, al final de las Misas de cada domin-go de Adviento, se pueden repartir cajas de cartón para quecada familia o persona colabore con una familia pobre enesta Navidad. Las personas son invitadas a inscribirse es-pecificando si quieren donar una caja de víveres para unafamilia de 4, 6 u 8 miembros. En cada caso debe darse aldonante una lista de víveres y sus cantidades, según elcaso.

La visita debe involucrar a la mayor cantidad de genteposible, ya que puede ser una magnífica ocasión apostóli-ca. Debe cuidarse que esta visita no sea, por tanto, un merorepartir regalos, sino que debe transmitir lo esencial de nues-tra vida de fe.

Ambientación del entorno físico

Es importante que los ambientes físicos del entorno fa-miliar estén debidamente decorados con motivos de Ad-viento y de Navidad, para generar un ambiente que favorez-ca nuestra preparación y espera, nuestra vida de silencio yoración, de encuentro fraterno. Periódicos murales, cartelescon frases alusivas al tiempo litúrgico (por ejemplo: «Ven,Señor Jesús», «Venga a nosotros tu Reino», etc.) y/o condibujos o símbolos litúrgicos: la corona de Adviento, el pe-sebre, el árbol de Navidad, etc., favorecen este objetivo.

Video forum

La presentación de alguna película que luego pueda sercomentada por los participantes puede favorecer la prepa-ración de la Navidad. Pueden ser películas relacionadas quenarren los acontecimientos previos al nacimiento de Cristo.Después de ver este tipo de películas es más sencillo haceruna catequesis explicando el sentido del Adviento.

Celebraciones eucarísticas en los templos

Las celebraciones litúrgicas eucarísticas parroquialespueden ser enriquecidas a través de distintos medios:

+ Bendición de la corona de Adviento.+ Bendición del Nacimiento de la capilla.+ Rito de inauguración del año litúrgico, con procesión

del leccionario dominical.+ Utilización del rito de aspersión de agua bendita, por

lo menos los domingos, y, sobre todo, desde la segundaparte del Adviento (en la línea de una expectativa gozosapor el don de Dios).

+ Austeridad en la decoración: flores, adornos, etc., lomismo que austeridad en el uso de instrumentos musicalespara algunos cantos de la celebración

+ Uso de dibujos de símbolos litúrgicos.+ Colocación en un lugar visible de una canasta para los

víveres, etc., que la comunidad irá donando en el transcur-so del tiempo de Adviento.

La corona, un símbolodel Adviento

La corona de Adviento tiene su origen en una tradi-ción pagana europea que consistía en prender velasdurante el invierno para representar al fuego del diossol, para que regresara con su luz y calor durante elinvierno. Los primeros misioneros aprovecharon estatradición para evangelizar a las personas. Partían de suscostumbres para enseñarles la fe católica. La corona estáformada por una gran variedad de símbolos:

La forma circular: El círculo no tiene principio nifin. Es señal del amor de Dios, que es eterno, sin princi-pio y sin fin, y también de nuestro amor a Dios y alprójimo que nuncadebe de terminar.

Las ramas verdes:

Verde es el color de es-peranza y vida, y Diosquiere que esperemossu gracia, el perdón delos pecados y la gloriaeterna al final de nues-tras vidas. El anhelomás importante ennuestras vidas debeser llegar a una uniónmás estrecha conDios, nuestro Padre.

Las cuatro velas:Nos hacen pensar en la obscuridad provocada por elpecado que ciega al hombre y lo aleja de Dios. Despuésde la primera caída del hombre, Dios fue dando poco apoco una esperanza de salvación que iluminó todo eluniverso, como las velas la corona. Así como las tinie-blas se disipan con cada vela que encendemos, los si-glos se fueron iluminando con la cada vez más cercanallegada de Cristo a nuestro mundo.

Son cuatro velas las que se ponen en la corona y seprenden de una en una, durante los cuatro domingos deAdviento, al hacer la oración en familia.

Las manzanas rojas que adornan la corona represen-tan los frutos del jardín del Edén con Adán y Eva, quetrajeron el pecado al mundo pero recibieron también lapromesa del Salvador Universal.

Fuente: Aciprensa

Dr. JaimeSilvaPedrazaCertificado por A.D.M.F.

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6 El Observador29 de noviembre de 2009, AÑO 15, No. 751VIVIR EL ADVIENTO

La voz en el desiertoPOR OMAR ÁRCEGA E.

peraban la pronta venida del mesías yestudiaban los textos sagrados.

Aparece Juan el BautistaLa ropa de Juan era de pelo de came-

llo y tenía un cordón de cuero en la cin-tura. Su comida eran langostas y miel decampo. Con un intenso fervor predicó a

las multitudes que ve-nían a escucharlo des-de de Jerusalén, de todala provincia de Judea yde toda la región alrede-dor del río Jordán. Losinquietaba a que se arre-pintieran de inmediato,pues el reino de los cie-los estaba cerca. Des-pués de que confesabansus pecados, los bauti-zaba en el Jordán. Porello Juan recibió el so-brenombre de «el Bau-tista». Su bautismo deagua simbolizaba la pu-rificación de los peca-dos; pero el profeta no

creía que aquello fuera suficiente. Exhor-taba a sus oyentes a que creyeran enAquél que debería venir tras él.

El mismo Jesús fue a ser bautizadopor Juan. En ese momento el EspírituSanto descendió sobre Cristo. Su minis-terio fue muy breve, pero gozó de unagran popularidad. Fiel a su misión, repro-chó a Herodes el tetrarca el adulterio enque vivía con la mujer de su hermanoFelipe. Herodes hizo encarcelar al profe-ta. Angustiado, deseoso de saber quégiro iba a tomar la obra de Jesús, quizásintiéndose abandonado en tanto que

Sus padres fueron Zacarías e Isabel,ambos de edad avanzada y descendien-tes de Arón. Eran personas profundamen-te piadosas. Isabel era pariente de la vir-gen María. La tradición afirma que era suprima. Pertenecían a la tribu de Judá.

El anuncio de su nacimientoZacarías estaba cumplien-

do su función sacerdotal que-mando el incienso en el tem-plo de Jerusalén. Entonces sele apareció el ángel Gabriel.Éste le habló de parte de Dios,prometiendo que su esposa ledaría un hijo, que se deberíallamar Juan, y que debería sercriado como nazareo (separa-do, consagrado). El ángel leanuncio, además, que el niñosería lleno del Espíritu Santodesde su nacimiento, y queestaba llamado a preparar parael Señor un pueblo bien dis-puesto. Esta noticia sorpren-dió a Zacarías al punto de nocreerla. Espetó al ángel: ¿quiénme lo puede asegurar? Por esta duda per-dió el habla.

Mientras Isabel estaba encinta, la Vir-gen María acude a visitarla. Allí se em-pieza a revelar la misión de Juan. La Vir-gen permaneció unos tres meses con san-ta Isabel. Al nacer Juan, su padre recupe-ra el habla.

La preparación de JuanJuan crecía y se fortalecía espiritual-

mente. Vivió en el desierto. Seguramenteperteneció a la secta de los esenios, ju-díos que llevaban una vida ascética, es-

otros estaban siendo socorridos, Juanenvió a dos de sus discípulos para averi-guar de Jesús si Él era el Mesías prometi-do.

El Señor les respondió con una rela-ción de sus obras. Cuando los dos discí-pulos se volvían a Juan, Jesús pronun-ció delante de la multitud un magníficoelogio de Juan el Bautista. Aunque nohabía hecho ningún milagro, fue el másgrande de los profetas, en el sentido deque tuvo el privilegio de preparar al pue-blo para la venida del Cristo y de revelar-lo como tal. Herodías, la princesa adúlte-ra, tramó la muerte del profeta: persuadióa su hija, cuya danza había hechizado aHerodes, que pidiera al tetrarca la cabezade Juan el Bautista. Le fue concedido estedeseo, y los discípulos de Juan se lleva-ron el cadáver decapitado de Juan parasepultarlo.

La misión de JuanSu papel en la historia de la salvación

fue anunciar la llegada del Mesías, depreparar al pueblo espiritualmente paraque pudiera recibir con un corazón lim-pio a Cristo y su palabra. Prepara los ca-minos del Señor (Is 40, 3) dando a su pue-blo el «conocimiento de la salvación». Elanuncio del Reino muchas veces pasópor la denuncia de los actos corruptos einmorales que veía a su alrededor.

Creo que las siguientes palabras re-sumen el papel de Juan: «la Iglesia norecuerda nunca la venida de Cristo sinrecordar al Precursor. No sólo el Precur-sor está unido a la venida de Cristo, sinotambién a su obra, que anuncia: la reden-ción del mundo y su reconstrucción has-ta la Parusía».

JUAN BAUTISTAJuan Bautista, dócil a la voz del Señor, abando-

na el desierto, en donde pasó toda la infancia; yviniendo a la región de Jordán, junto a Betania,administra el bautismo de penitencia para prepararlas almas a la venida de Cristo. Sus virtudes sontan excelsas que se dirá ser el mismo Mesías; porlo cual los fariseos le envían desde Jerusalén unalegación de sacerdotes y levitas para informarsede ello. Mas Juan les responde que él es aquél dequien Isaías dijo: «Yo soy la voz que clama en eldesierto: allanad los caminos del Señor». Jesúsva entonces al Jordán para ser bautizado por Juan,y éste declara que Él es el Cordero de Dios, cuyasangre borrará los pecados de los hombres.

Luego Juan Bautista es apresado en el castilloMaqueronte, al oriente del Mar Muerto, y allí tienenoticia de los innumerables milagros que obra Je-sús, y probablemente de la resurrección del hijode la viuda de Naín, acaecida en Galilea en el añosegundo de su ministerio público. Entonces Juanenvía desde la cárcel dos de sus discípulos, paraque Cristo manifieste públicamente a todos su di-vina misión. «¿Eres tú el que debe venir?». Jesúsresponde con las palabras: «Dios mismo vendrá ynos visitará. Entonces los ojos de los ciegos ve-rán, y las orejas de los sordos se abrirán; entoncessaltará el cojo como un ciervo y será desatada lalengua de los mudos». Todos estos portentos va-ticinados por Isaías los obra el Hijo de María: lue-go Él es el Mesías.

Respecto de Juan, prosigue el Maestro, de éldejó escrito Isaías: «He aquí que yo envío delantede vosotros a mi Ángel para que os preceda y osprepare el camino». Juan es el precursor de Jesúsy «ha venido para dar testimonio de la Luz», testi-monio que dio ya a los judíos en su tiempo y quesigue dándonos todos los días en el último Evan-gelio y todavía con mayor insistencia en los Evan-gelios del Adviento.

Dom Gaspar Lefèbvre O.S.B, de la Abadía deS. Andrés, Brujas, Bélgica.

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7El Observador 29 de noviembre de 2009, AÑO 15, No. 751 DEBATE

Derecho a una alimentación sana ynutritiva, desafío para un mejor desarrollo

Intervención de Benedicto XVI en la FAO

POR OMAR ÁRCEGA E.

El estado de Veracruz, afavor de la vida humana

REDACCIÓN DE EL OBSERVADOR

EL ABORTO TIENEMUCHOS CÓMPLICESPOR JOSE IGNACIO MUNILLA, OBISPO DE PALENCIA

Buscar titulares de impacto suele tener el riesgo de lasimplificación caricaturesca. Lo hemos comprobado en elmodo en que nos fue servida la noticia de las declaracio-nes del Secretario de la Conferencia Episcopal Españolareferentes a la responsabilidad de los políticos católicos en la votaciónde la Ley del Aborto. Esa misma sensación la he tenido yo al leer en untitular las siguientes palabras puestas en mis labios: «Quien apruebe laLey del Aborto estará en situación de complicidad de asesinato». Cierta-mente…, es así… Pero las afirmaciones tienen un contexto explicativoque no puede ser ignorado.

La doctrina moral católica aborda la cuestión de la responsabilidadmoral en los actos en que hay una cooperación con el mal. La culpabili-dad no recae exclusivamente en quien realiza materialmente el mal, sinotambién, en mayor o menor grado, en aquellos que han cooperado conél. En el caso del aborto: aquellos que han incitado o, incluso, presiona-do para que la mujer aborte; el médico y el personal que realiza la opera-ción; el dueño de la clínica abortista que se enriquece con el «negocio»;la clase política que ha dado amparo legal a la eliminación de la vida...

La vocación política tiene la finalidad de buscar el bien común, po-niendo un especial énfasis en la defensa de los más débiles. Como esobvio, cualquier legislación pro abortista es totalmente contradictoriacon esta vocación política. Así se entienden las declaraciones que he-mos realizado los obispos: los políticos católicos que voten a favor deuna ley del aborto se colocan en total y abierta contradicción con su fe.

Tampoco estará de más recordar que existe una complicidad por «omi-sión», es decir, por dejación de las responsabilidades políticas. Me refie-ro al caso de aquellos que, aunque no voten a favor de una ley delaborto, no cumplen con su obligación moral de derogarla.

Respecto a la crisis internacio-nal, mencionó que una posible so-lución es una mentalidad solidariaentre los pueblos, donde la éticaguíe la lógica productiva. «Paracombatir el hambre promoviendoun desarrollo humano integral seha de favorecer el acceso al merca-

do internacional delos productos prove-nientes de las áreasmás pobres, hoy endía relegados a menu-do a estrechos márge-nes. Para alcanzar es-tos objetivos es nece-sario rescatar las re-glas del comercio in-ternacional de la lógi-ca del provecho comoun fin en sí mismo,orientándolas en fa-vor de la iniciativaeconómica de los paí-ses más necesitadosde desarrollo, que,disponiendo de ma-yores entradas, po-

drán caminar hacia la autosuficien-cia, que es el preludio de la seguri-dad alimentaria».

Una Iglesia comprometidaLa Santa Sede no pude ser ni

es ajena a este problema mundial,pues lo que está en juego es la viday la dignidad de millones de per-sonas. «la Iglesia católica estaráatenta siempre a los esfuerzos paravencer el hambre; trabajará porsostener, con la palabra y con lasobras, la acción solidaria —pro-gramada, responsable y regula-da— que los distintos componen-tes de la comunidad internacionalestén llamados a emprender. LaIglesia no pretende interferir en lasacciones políticas; ella, respetuo-sa del saber y de los resultados delas ciencias, así como de las deci-siones determinadas por la razóncuando son responsablemente ilu-minadas por valores auténticamen-te humanos, se une al esfuerzo poreliminar el hambre».

cipios aplicados hasta el día dehoy en las relaciones internacio-nales». Esto implica volver a unconcepto muy poco tomado encuenta, el de la familia humana uni-versal. «En nombre de este princi-pio se tiene que pedir a cada pue-blo, y por lo tanto a cada país, ser

solidario, es decir, dispuesto a ha-cerse cargo de las responsabilida-des concretas ante las necesida-des de los otros, para favorecer unverdadero compartir fundado en elamor».

Un cambio a nivel internacionalRecordó: «En la encíclica Ca-

ritas in veritate he señalado quefalta un sistema de institucioneseconómicas capaces, tanto de ase-gurar que se tenga acceso al aguay a la comida de manera regular yadecuada desde el punto de vistanutricional, como de afrontar lasexigencias relacionadas con las ne-cesidades primarias y con las emer-gencias de crisis alimentarias rea-les». Benedicto XVI quiso ser muypreciso al respecto, por lo que ex-presó: «En cierto sentido, la con-vocatoria de esta Cumbre es ya untestimonio de la debilidad de losactuales mecanismos de la seguri-dad alimentaria y la necesidad deuna revisión de los mismos».

Del 16 al 18 de noviembre serealizó en Roma la Cumbre Mun-dial sobre Seguridad Alimentaria.Allí se discutieron los problemasque enfrenta y enfrentará la huma-nidad en cuestión de obtención dealimentos. En la sesión de apertu-ra estuvo el Papa Benedicto XVI,quien con firmeza ha-bló sobre el hambre enel mundo.

Hambre, fruto de laambición de unos pocos

Dejó muy claro queno hay relación entreel número de personasy la carencia de alimen-tos. Esta situación sedebe a situaciones deinjusta distribución delos bienes. «La tierrapuede nutrir a todossus habitantes»; sinembargo, existe «la de-plorable destrucciónde excedentes alimen-tarios en función dellucro económico».

Hizo un llamado a la coopera-ción internacional pero, bajo la pre-misa del principio de subsidiaridad,habló de que el desarrollo huma-no integral requiere «decisionesresponsables por parte de todos».Esto significa que tanto los paísescon capacidad de apoyar como losde situación precaria deben parti-cipar en las acciones de forma in-teligente. El poder de la solidari-dad es tan grande que puede ser«una vía de solución para la ac-tual crisis global».

Llamado a la solidaridadPor otra parte, existe el riesgo

de considerar el hambre «comoalgo estructural, parte integrantede la realidad socio-política de lospaíses más débiles». Esta visiónnos llevaría a pensar en que nadase puede hacer. Esto es muy aleja-do de la verdad: «Para combatir yvencer el hambre es necesario em-pezar a redefinir conceptos y prin-

El hambre en númerosPersonas con carencia de

alimentos: Mil 20 millones

Muertes mundiales por

hambre: 24 mil diarias

Personas hambrientas en

América: 53 millones

En México: uno de cada

cinco mexicanos padece

hambre

Daños debidos a la desnutrición: reducción de

capacidades intelectivas, atrofia de órganos,

muertes a edades tempranas

concepción hasta la muerte natu-ral, como valor primordial que sus-tenta el ejercicio de los demás de-rechos del individuo. La ley deter-minará los casos de excepción».

Sin embargo, esta modificacióntambién mantiene las excepcionespara el aborto en los casos de vio-lación, de riesgo de vida de la ma-dre y de malformaciones congéni-tas del bebé por nacer.

Los estados donde actualmen-te se tutela la vida desde el mo-mento de la fecundación son: Ve-racruz, Querétaro, Baja California,Chihuahua, Campeche, Colima,Puebla, Durango, Jalisco, Nayarit,Quintana Roo, Guanajuato, Yuca-tán, Sonora, Morelos, San LuisPotosí y Oaxaca.

El tema se discute actualmenteen Aguascalientes y Michoacán.

En México la defensa de la vidahumana ha recorrido un largo ca-mino desde el 2007, cuando en lacapital del país se despenalizo lapráctica del aborto. En respuesta aesta acción, en diversos estadosse ha pugnado por hacer explícitoen sus constituciones que se re-conoce el respeto al derecho a lavida desde el momento mismo dela fecundación.

El 17 de noviembre un estadomás modifico su constitución eneste sentido, Veracruz, con lo cual17 de 32 entidades mexicanas ex-plicitan su respeto por la vida.

Esta modificación se aprobócon 39 votos a favor, seis en con-tra y cero abstenciones. Con la re-forma, el artículo 4° dice a la letra:«El estado garantizará el derechoa la vida desde el momento de la

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8 El Observador29 de noviembre de 2009, AÑO 15, No. 751CULTURA

LUCES Y AMORES

SOR JUANA INÉS DELA CRUZ, GLORIA DEMÉXICO Y LA IGLESIA(Segunda de dos partes)

POR ALEJANDRO SORIANO VALLÉS / [email protected]

En la entrega anterior propuse hablar hoy, cercano el natalicio 358de Sor Juana Inés de la Cruz, de algunas de las razones históricas porlas que es necesario y justo reivindicar su memoria y reputación. Losenemigos de la Iglesia han decidido no sólo arrancarle a esta fidelísi-ma hija suya, sino, aún peor, volverla su enemiga, transformándola, através de innumerables mentiras, en «mártir» del pensamiento anti-cristiano que patrocinan. Es decir, se la han apropiado, como suelesuceder, apoyándose en nuestra ignorancia e indolencia y, por tanto,

con nuestra complicidad.No trataré aquí de la gran artis-

ta e intelectual que fue, sino de lavirtuosa Esposa de Cristo que de-forman y ocultan. De aquélla quedejó escrito con toda convicción:«...que aprecio, como debo, más elnombre de católica y de obedientehija de mi Santa Madre Iglesia, quetodos los aplausos de docta». Yes que Sor Juana, además de unaenorme poetisa, fue autora deobras espirituales mal conocidasactualmente (creo que su Rosarioy sus Ejercicios de la Encarna-ción deberían, para bien nuestro,

volver a usarse) y, sobre todo, una monja cabal que al final de susdías vendió, llena de amor por los necesitados, sus preciados libros einstrumentos científicos.

En efecto, pocos años antes de su muerte hubo en la ciudad deMéxico serias inundaciones y hambruna. El santo arzobispo de Méxi-co, el venerable Francisco de Aguiar y Seixas (otra figura calumniadapor los jacobinos, cuyo proceso de canonización se halla abierto enRoma), hombre misericordioso al grado de no quedarse nada para sí,redobló esfuerzos intentando obtener colaboradores que lo auxilia-ran en sus esfuerzos caritativos. Una de ellos fue nuestra DécimaMusa. Haciendo el máximo de los sacrificios, ofreció voluntariamenteal prelado el bien material que más quería para que con su ventatuviera dinero que dar a los indigentes: su rica biblioteca. Si reflexio-namos en lo que el conocimiento significaba para ella, comprendere-mos por qué digo que hizo el mayor de los sacrificios: no tenía cosamás valiosa que dar a los humildes de Jesucristo que aquellos librosque eran la alegría de su intelecto soberano. La madre Juana se volvíaasí pobre por los pobres, haciéndose merecedora de las Bienaventu-ranzas de su Divino Esposo. Se trataba de un desprendimiento cierta-mente heroico.

Mas no acabaría ahí su heroísmo. El cien por ciento de las cróni-cas contemporáneas alaba el modo beatífico en que murió. El año desu deceso, 1695, entró en San Jerónimo, el convento donde vivía, unaepidemia de tifo; enfermedad muy contagiosa y de síntomas terribles.Ella, que era la contadora y no tenía por qué atender a sus hermanasinfectadas, se puso a hacerlo con total dedicación, «sin fatigarse dela continuidad ni recelarse de la cercanía», dice su primer biógrafo.No le importaba el peligro. Por desgracia, se contagió. Entonces, lasreligiosas, que la amaban entrañablemente, temieron lo peor. Infor-mando al mundo del riesgo en que estaba la famosísima monja deMéxico, «se llenó convento y ciudad de plegarias y víctimas por susalud». Su patria rogaba por ella, pero Dios la quería junto a Sí. SorJuana sufrió mucho en sus postreros días, porque la enfermedad seencarnizó con ella; sin embargo, supo recibirla con alegría cristiana.Tuvo una muerte ejemplar. Explica el biógrafo cómo recibió «los sa-cramentos con su celo catolicísimo, y en la Eucaristía mostró confian-za de gran ternura, despidiéndose de su Esposo a más ver y presto».No cesaba de decir jaculatorias a Cristo y a la Virgen. Finalmente,contemplando un crucifijo y sin pensar en ella sino en los demás cualtantas veces había hecho, luego de ayudar a prepararse para bienmorir a una mujer que se hallaba en el lecho contiguo, «dando vivasseñales de deseo», expiró. Otro de sus biógrafos reflexiona sobrecómo dejó «más edificada con su resolución heroica y ejemplos sin-gulares de virtud a toda esta ciudad, de lo que la había admirado consu ingenio, escritos y talentos».

Según se ve, los católicos tenemos en Sor Juana Inés de la Cruz,aparte de a la extraordinaria cantora del Amor y la Belleza, a unahermana mayor cuya vida y fe deben inspirarnos. No dejemos que lasimposturas de los enemigos de la Iglesia (una Iglesia que siempre fuesu orgullo) nos la roben. No nos dejemos engañar por los falsarios ytramposos. Tuvimos un pasado glorioso que nos ilumina. Recupe-rémoslo, imitándolo. Que su ejemplo sea nuestra virtud.

Tenemos en sor Juana

Inés de la Cruz, a una

hermana mayor cuya

vida y fe deben

inspirarnos. No

dejemos que las

imposturas de los

enemigos de la Iglesia

nos la roben.

CON PERMISO

TERESUCA Y HERVÉPOR MIGUEL ARANGUREN / www.miguelaranguren.com

Presumir de la amistad de un payaso es un lujoque no está al alcance de cualquiera. De niño soña-ba formar parte de la trouppe de un circo y así se lohice saber a Miliki en el carromato del Gran CircoAmericano, cuando se detuvo en Bilbao. El descen-diente de los legendarios Pompoff y Thedy rompió

mi sueño cuando me dijoque los buenos payasosprimero pasaban muchosaños frente a los libros, es-tudiando en serio. Recuer-do que me bajé de las ro-dillas de Emilio Aragóncon el corazón roto, puesacababa de verme en unremolque, entre chimpan-cés disfrazados de saltim-banquis, camino de San-tander. Esta anécdota mela pide Gonzalo Altozano

muchas veces, para reírse de mi gravedad adulta,supongo.

Así que ahora, que no soy payaso (qué oficiomás serio), me jacto de que Hervé y Teresuca mealegran con sus correos electrónicos, con sus lla-madas de teléfono, con sus detalles… El último, darleuna sorpresa a mi mujer cuando yo me encontrabaimpartiendo una conferencia. Se presentaron en casavestidos de época, con terciopelos, golas y plumasde marabú, acompañados por un violín y por unchelo. Uno a uno, desgranaron tres de los más be-llos poemas de amor, esos versos que mi torpeza meimpide siquiera balbucear. Y en la voz de un payasode corazón de oro quiso mi esposa escuchar mi voz,con lo que mi reputación se encuentra por las nu-bes.

Más de una vez he contado, en esta misma co-lumna, que el mayor privilegio de ser escritor se re-sume en los amigos que a uno le van llegando, sinmerecerlos, gracias al interés que despierta una no-vela, una conferencia, un artículo humilde de qui-nientas palabras. El lector hace un pacto no del todoconsciente con el texto al que seenfrenta, apropiándose de losdesvelos de quien escribe, delas grandezas del alma dealgunos de nuestros per-sonajes, de la tesis con laque se sostiene cualquierreivindicación gracias a lacomodidad de la letra im-presa.

Mi carrera está jalona-da de amigos más que deéxitos, y me doy por es-pléndidamente pagado.Aquí y allá sé que tengo abierta la casa de lectoresque han descubierto en mí —¡qué vergüenza!— aalguien más que el autor de una más que modestaobra. Y entre todos ellos, quiero hablarles de Tere-suca y Hervé, sin que haya mediado ningún tipo depermiso, con la seguridad de que la guitarra de colo-res del fantástico payaso se ruborizará porque noestá acostumbrada a salir en los medios.

Teresuca y Hervé son mujer y marido, escritoray dibujante, clown y augusto, fotógrafa y cantante,filósofa y poeta, animadora cultural y viajero, pre-sentadora de televisión y recitador. Todo eso y máscabe en el corazón de este matrimonio genial que seha venido a Madrid con lo puesto (que es mucho,un amor sin condiciones) y el propósito de hacer lavida un poco más feliz a quienes conocen.

En la voz de un

payaso de corazón

de oro quiso mi

esposa escuchar

mi voz, con lo

que que mi

reputación

está por las nubes.

La solidaridad sólo se vive en el contacto con el otroPresentación del libro «Solidaridad: moneda de cambio o imperativo ético»

POR GILBERTO HERNÁNDEZ GARCÍA / [email protected]

zación sólo se logra con el cons-tante encuentro con el otro: entraren el mundo de los excluidos im-pulsa a reaccionar, a reconocerlos,sacarlos del anonimato y vislum-brar un horizonte de realización dela justicia».

Palabras huecasDurante la presentación del li-

bro se habló de que desde hacetiempo parece existir una preocu-pación sobre la solidaridad. Lo quehace entender que es la gran tareade nuestra época. «Desgraciada-mente, vivimos en un tiempo de pa-labras huecas que no dicen nada.La palabra, entonces, debe estarrespaldada por una forma de viviry de vida comunitaria».

No es posible solidaridad sin justicia,o viceversa

«La solidaridad barata no cues-ta o cuesta poco; al volverse in-sensible a la realidad se convierteen un «idiota moral». No hay unacercamiento a la realidad: sólo hayuna acción propiciada por la lásti-ma a nivel lacrimógeno, que lo úni-co que hace es desculpabilizarnos.Es la ausencia permanente de pen-samiento crítico. Es importante fi-jarse qué poco se habla de justiciay cuánto de solidaridad, cuandolas dos van de la mano; no es po-sible una sin la otra», sentenció laautora.

automático, sin reflexión; no cues-tiona y menos resuelve las causasestructurales de los problemas so-ciales. Es un altruismo indoloro».

Solidaridad como cooperación Además, apuntó, existe la «so-

lidaridad entendida como coope-ración», que es la que llevan la granmayoría de las organizaciones, eimplica una ética de consenso:«Cumple, pero no es suficiente, selimita al seguimiento de los proyec-tos y la aplicación de fondos».

Solidaridad como encuentroDespués ponderó la «solidari-

dad como encuentro», con su«atrevimiento a enfrentar y enca-rar el sufrimiento, encontrarse conel dolor y la justicia, y no quedarseindiferente, comprometerse». Ex-plicó que «no se trata de dar, sinode darse. Implica tener la capaci-dad de pensar y constituir a la so-lidaridad en un proyecto de vida.Es despertar de un sueño y encon-trarnos con el hermano».

Por una cultura «disidente»La autora señaló que la «pro-

puesta es una cultura disidente,donde la solidaridad es un valorético apropiable que ofrece la po-sibilidad de vivir mejor. Combatirlos estereotipos establecidos e in-sistir en la condición asimétrica dela naturaleza humana. La sensibili-

Ahora que la crisis económicase ha agudizado, la palabra «soli-daridad» es muy socorrida en losdiscursos de todos colores y ten-dencias. Sin embargo, en el mano-seo que de ella se hace se corre elriesgo de vaciarla de su verdaderosignificado.

Eso es lo que opina la doctoraMaría Luisa Aspe Armella, docto-ra en historia por la UniversidadIberoamericana, vicepresidenta delIMDOSOC, en el libro de su auto-ría Solidaridad: moneda de cam-bio o imperativo ético, que recien-temente ha publicado.

En la presentación del citadolibro, la doctora Aspe Armella mos-tró distintos modelos de solidari-dad e hizo una reflexión crítica so-bre ellos:

Solidaridad como espectáculoAsí encontramos la «solidari-

dad como espectáculo», que «senutre de las desgracias ocasiona-les. Los medios de comunicacióndirigen nuestra mirada a estas des-gracias, pero sólo se toca a un ni-vel de epidermis que no profundi-za. La telesolidaridad busca adic-tos y se guía por una lógica decuanto peor, mejor. Su objetivo es,prácticamente, sólo captar dinero».

Solidaridad como campañaLuego se refirió a la «solidari-

dad como campaña», que actúa en

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9El Observador 29 de noviembre de 2009, AÑO 15, No. 751 TEMAS DE HOY

HOMBRE NUEVO

AMAL AL-BANDAKPOR JOSÉ MANUEL OTAOLAURRUCHI, L.C. / Venezuela

[email protected]

Es el nombre de una cristiana palestina que actual-mente vive en Belén, la ciudad en la que nació el Niño Jesús y en laque se halla una basílica que conserva la cueva de la Natividad ypreciosos murales que conmemoran la adoración de los magos y lamatanza de los santos inocentes. Amal significa esperanza. Los pa-lestinos de Belén están separados por un elevado muro que los israe-líes construyeron para evitar que los palestinos entren a su territorio.En esta ciudad sólo quedan diez mil cristianos, y el resto son musul-manes. Vivir en Belén se ha convertido en un tipo de cárcel abierta,porque no pueden salir de allí y sus habitantes se ganan la vidavendiendo artesanías de madera de olivo y de las limosnas que reci-ben de los cristianos que peregrinan a tierra santa. Amal es madre detres hijas y teme que pronto los santos lugares, por los que dieron lavida los cruzados y que la benemérita orden de san Francisco custo-dia desde hace más de ochocientos años, queden en manos de losmusulmanes. Es increíble encontrarse personas que dan su vida porconservar la tierra que vio nacer o morir a Cristo, y al mismo tiempotantos católicos indiferentes.

CONTRACULTURA

INCOMODIDADESPODEROSASPOR IGNACIO NAVARRO VALLE / Zapopan, Jal.

[email protected]

La incomodidad con frecuencia nos orilla a abandonar nuestroscompromisos. Incomodidad en nuestra casa, en el trabajo, en la es-cuela, etc. Motivos para sentirnos incómodos no faltarán. Que si vana subir los impuestos, que si trabajamos por el mismo dinero, que silos clientes nos cancelan, que si esto y lo otro.

Conviene transformar estas cotidianas incomodidades en herra-mientas poderosas... ¿Cómo? Vea:Primero. Haciéndonos conscientes de que nos sentimos incó-

modos. Negarlo no resuelve nada.Segundo. Preguntándonos porqué estamos incómodos. Dimen-

sionarlo nos ubica.Tercero. Salirnos de la extendida cultura de la «quejadera» con

las siguientes acciones: aprender de todos y de todo; rectificar loque convenga rectificar; respetar a quienes piensen distinto; tenerpaciencia con nosotros y los demás; perseverar en nuestras ilusio-nes, y mantenernos contentos.

QUE NO FALTE UNA ORACIÓNPOR WALTER TURNBULL

y para su Divina Madre. Graciaspor tu ejemplo de bondad, de fe y deesfuerzo en el servicio a Dios y en el amor a Jesús y aMaría. Te admiramos y nos acogemos a ti porque, enmedio de limitaciones y problemas, supiste prepararaquel portal para la llegada de tu Hijo, y conservarla serenidad y dotar a tu familia de lo necesario, sinperder la confianza en Dios.

Gracias a todos, Sagrada Familia de Nazaret,por su ejemplo de humildad y su testimonio de fami-lia. Les pedimos su protección para todas las fami-lias y los niños que hoy se encuentran en tan gravepeligro y por nuestra familia para que podamos se-guir su ejemplo.

Te pedimos, Señor Jesús, que así como naciste enaquel pobre pesebre y tu presencia iluminó la oscu-ridad, nazcas hoy en nuestros corazones y tu presen-cia ilumine nuestras vidas y las limpie de mal y depecado. Te pedimos que seamos capaces de llevartea dondequiera que vayamos, para que nazcas tam-bién en la calle, en el trabajo, en las escuelas, en losmedios y en los gobiernos. El mundo te necesita másque nunca, Señor. Ven a nuestras almas, a nuestrosambientes, a nuestro mundo, ¡Ven, Señor Jesús!

Seguramente a usted Dios le inspirará una oraciónmás adecuada, o puede usar ésta, pero que no le faltesu oración. Para eso es el Nacimiento.

El festejo de la Navidad tiene tres propósitos: re-cordar el misterio de la Encarnación del Verbo, ale-grarnos en la confiada esperanza de la segunda veni-da de Nuestro Señor y, sobre todo, hacernos anhelary disponernos a procurar el nacimiento de Cristo enel mundo de hoy. El Adviento es la preparación paraque se realicen estos tres propósitos.

Entre muchas posibles cosas que hacer, yo suge-riría que no falte una sencilla oración, todos los días,de preferencia frente al pesebre.

Gracias, Padre bueno, porque has querido man-darnos a tu Hijo a compartir nuestra vida para quenosotros podamos compartir la tuya.

Gracias, hermanito Jesús, porque has queridovenir a nosotros, compartir nuestra fragilidad y nues-tro dolor; nos has dado ejemplo de pobreza y deservicio y, a través de inmenso sacrificio, has venci-do al pecado y a la muerte y nos has abierto elcamino al Cielo.

Gracias, mamita María, por tu entrega, por ha-cer la voluntad de Dios. Por —tú también— entre-garnos a tu Hijo. Porque aceptando a tu Hijo te hashecho madre nuestra y, a través de tu propio dolor,eres partícipe y guardiana de nuestra redención.Gracias por tu «sí» a la vida.

Gracias, señor San José, que merecidamente fuis-te el sustituto del Padre para el pequeño niño Jesús

DILEMAS ÉTICOS

TIEMPO DE ORACIÓNPOR SERGIO IBARRA / [email protected]

ver con la invitación de aceptar un don por el cual nopodemos dar nada que le pueda ni siquiera de maneramínima equivaler, que es el hálito de vida de Dios.

Tiempo de oración para escuchar a la naturaleza,justamente donde se origina la tradición de la coronade Adviento: los días cortos del invierno. Tiempo paratener la paciencia y la tranquilidad para escucharnos anosotros y a los otros, para liberarnos de tantas falsasimágenes, de preocupaciones innecesarias e intermi-nables distracciones que no dejan espacio para escu-char y recibir la Buena Nueva.

Por ello, un buen ungüento para abrir las expecta-tivas de nuestro interior es vivir la oración del tiempode Adviento.

Quien lleva una vida en oración se encuentra lis-to para afrontar la vida y desplazarse por el mundolibremente. El tiempo de Adviento es un tiempo deoración.

La palabra Adviento viene del latín adventus yquiere decir venida. La llegada del Redentor. El Ad-viento, por lo tanto, es un tiempo de espera para loscristianos; época de preparación espiritual. Es el pri-mer tiempo del año litúrgico.

La Navidad y el Adviento no están separados, noson asuntos aislados, son dos tradiciones conjuntasy que se complementan. Asumirlos es vivirlos, sonmanifestaciones de fe en Dios. El reto más grandeque encierra el Evangelio probablemente tenga que

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10 El Observador29 de noviembre de 2009, AÑO 15, No. 751MEDIOS DE COMUNICACIÓN

LOS HEREDEROSPOR LUIS GARCÍA ORSO, S.J.

Los agustinos abren en su webun espacio para la oración

Ofrece, además, la posibilidad de compartirloen las redes sociales

país y de este pueblo de México, de sus po-brezas y de sus riquezas; son nuestro pre-sente, quizás el futuro.

Eugenio Polgovsky ha trabajado dosaños para ganarse la con-fianza y la amistad de lasfamilias, poder estar conellas y filmar la vida de losniños, en silencio y respe-to. En Los Herederos noscomparte su mirada paraque habitemos en ella ypara ella. Después de doshoras de contemplación dela vida de nuestros niñosmexicanos, una mezcla desentimientos queda en elespectador: vergüenza e in-dignación por esta nuestrarealidad nacional; orgullo ysolidaridad ante la calidadhumana de nuestros here-

deros. La contemplación se llena al final conel poema musical «Dios nunca muere». Enefecto: no muere, sino vive en la dignidad deestos sus hijos.

Los Herederos va cosechando reconoci-mientos en su exhibición en festivales de ciney cuenta con el apoyo de UNICEF para sudifusión.

Eugenio Polgovsky (México, D.F., 1977)ha realizado dos extraordinarias películas do-cumentales: Trópico de Cáncer (en 2004) yLos herederos (en 2008). En el primero la cá-mara se acerca silenciosay discretamente a la vidacotidiana de una familiaque vende animales, vivosy muertos, junto a la carre-tera en el desierto de SanLuis Potosí. Lo que al prin-cipio del filme vemos comouna rareza, quizás algo ex-travagante, va adquiriendotonos de hondura, serie-dad, dolor y vergüenza,conforme vamos hacién-donos parte de esa cotidia-nidad tan desigual denuestro México. En la se-gunda película, en un tonosemejante cinematográfi-co, sin ningún diálogo o discurso, somostestigos de la vida ordinaria de niños del cam-po mexicano, en diversas regiones del país.Los niños pasan el día trabajando, saben ha-cer de todo, y todo lo hacen muy bien: aran,desmontan el cerro, cortan leña, cargan agua,ordeñan vacas, echan tortillas al comal, piz-can tomates, etc. Son «los herederos» de este

LOS HEREDEROS

sido muchos los correos electrónicos llega-dos de todo el mundo solicitando a los reli-giosos sus oraciones por cualquier necesi-dad.

Los agustinos recoletos han querido daruna respuesta a estas peticiones al mismotiempo que pretenden invitar a todos a quese unan a ellos en esta acción gratuita y be-neficiosa para cultivar el espíritu.

El espacio virtual ofrece, entre otros ma-teriales, unas pinceladas teóricas sobre quées la oración así como una guía agustinianapara rezar el Padrenuestro.

Estos textos se encuentran agrupados enel epígrafe «Maestro de oración». Otras delas secciones con las que cuenta son: «Orarcon san Agustín», «Orar a san Agustín» —con las oraciones de Pablo VI y Juan PabloII—, «Orar con la Orden», «Preces vocacio-nales» y «Oraciones especiales».

Una de las funcionalidades estrenadaspor el portal de la Orden es la posibilidad deintroducir comentarios.

Además, el usuario no necesita registrarseen el portal de la Orden de Agustinos Reco-letos, ya que si es miembro de Facebook, lared social más popular en el mundo, podrádejar su comentario sin necesidad de realizarun nuevo registro. Esta novedad está dispo-nible en el especial «Unidos en la oración» yen todas las noticias publicadas en el portal.

Facebook, Twitter, Google Bookmarks,Live… Las redes sociales y los sitios de va-loración de noticias han crecido. El portal dela Orden de Agustinos Recoletos ha incor-porado la funcionalidad «compartir», con elfin de facilitar a los usuarios que se lleven elcontenido a la red de la que formen parte.

Zenit-El Observador

La web oficial de la Orden de AgustinosRecoletos ha lanzado un espacio monográfi-co sobre la oración en tres idiomas: español,inglés y portugués.

Con este especial, los religiosos quierendar respuesta a las numerosas peticiones delos internautas, que solicitan un espacio paraencontrarse con Dios de la mano de sanAgustín.

La nueva web ofrece la posibilidad deincluir comentarios al final de cada oración yla de compartirlas en más de 150 redes socia-les.

Según informan los agustinos en su web,el espacio habilitado en la red cuenta con 42páginas en cada uno de los tres idiomas ofi-ciales de la Orden.

En ellas se puede encontrar desde undecálogo agustiniano sobre la espiritualidad,hasta las oraciones de petición para momen-tos especiales que utilizan los religiosos ensus rezos diarios de laudes y vísperas en losdiferentes tiempos litúrgicos a lo largo delaño.

Internet se ha convertido en un medioprivilegiado para la globalización de la fe através de la oración.

«Sirviéndose de las nuevas tecnologías,la Orden ha creído oportuno compartir suexperiencia secular sobre la oración con to-dos los internautas», explican.

Este monográfico quiere ser un lugar deencuentro con Dios a través de la oracióncomunitaria con otros hermanos.

Todo aquel que deje su comentario enforma de oración podrá universalizar su peti-ción, su ofrenda y su acción de gracias.

El portal oficial de la Orden nació el 24 deabril de 2008. A lo largo de estos meses han

Blood money, un filme quedenuncia el aborto

Por desgracia aún no tiene distribuidor, pero se puede

apoyar votando por él en Youtube

POR MARÍA VELÁZQUEZ DORANTES

hace cuatro años, cuando él y su socio,John Zipp, el productor, estaban trabajan-do para Steve y Michael Peroutka, activis-tas pro-vida en Maryland, y se dio cuentade que el problema del aborto no es sufi-cientemente tratado por los medios de co-municación.

La película también tiene por objetoanimar a la gente pro-vida para trabajarhacia una supresión del aborto. «Hay queconseguir que aflore la verdad para salvara los bebés. Queremos motivar a la gente ahacer algo, incluso a las personas en lacomunidad pro-vida», ha declarado Kyle.

En la película, las entrevistas con lasmujeres que han tenido abortos son losmomentos más conmovedores. El abortoes un negocio para las clínicas abortistasy tiene trágicas consecuencias para lamujer, aunque se vende como una solu-ción para que desaparezca el problema: elbebé, como suelen creerlo.

Blood money no tiene todavía un dis-tribuidor. Para apoyar el documental serequiere ver el trailer y dar clic en él paravotar en: http://www.youtube.com/watch?v=L-ycxQ_HUhs

Un filme dirigido por David K. Kyle,cuyo contenido refleja el hecho científicoque demuestra que la vida comienza en laconcepción, y de cómo afecta el aborto alas mujeres que han hecho al menos uno.El objeto es comprender mejor esta crudarealidad que lleva cada año a más de tresmil 500 mujeres estadounidenses a abor-tar.

Es un documental que busca exponerla terrible realidad del aborto, centrándo-se en el aspecto financiero de la multimi-llonaria industria respectiva. Incluye nu-merosas entrevistas con los líderes delmovimiento pro-vida. El título original dela película había sido «El holocausto es-tadounidense». Sin embargo, según avan-zaba el rodaje, los cineastas encontraronque el aspecto comercial del aborto se-guía llegando a la vanguardia.

El aborto es algo inaceptable, porquetodos los no nacidos tienen derecho avivir. No se puede admitir que el aborto esalgo inacabable y lo deben permitir el go-bierno y la sociedad.

El director de la película señala que laidea de la misma le vino por primera vez

Web de catequesis on line: más de4 millones de visitas en 2 añosArguments.es contiene recursos multimedia para

conocer a Jesús

videos en los que profesores de historia yteología de la Universidad de Navarra ofre-cen respuestas a preguntas sobre Jesu-cristo, un curso de catequesis pensadopara responder las dudas de los ateos yun fondo documental con artículos sobrecuestiones éticas y antropológicas actua-les.

El curso de catequesis está basado tan-to en el «Compendio del Catecismo de laIglesia Católica» como en el «Curso decatequesis» diseñado por monseñor Jau-me Pujol y don Jesús Sancho Bielsa, y queha sido editado por la Universidad de Na-varra.

Zenit-El Observador

La página católica de internetwww.arguments.es, que contiene un cur-so de catequesis on line y numerosos re-cursos para conocer a Jesucristo y la doc-trina cristiana, ha recibido más de cuatromillones de visitas en los dos años quelleva funcionando.

Los usuarios se benefician gratuita-mente de materiales, en inglés y español,para la catequesis: textos, videos, imáge-nes, archivos de audio para descargar, pre-sentaciones, etcétera, informó a Zenit-El

Observador el servicio de prensa de laUniversidad de Navarra, España.

La web ofrece los Evangelios a leer,un curso de cristología, una serie de 50

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El Observador 29 de noviembre de 2009, AÑO 15, No. 751 11CONTEXTO ECLESIAL

«¡Ya basta!», gritan losobispos al narcotráfico

Conclusiones de la LXXXVIII Asamblea

Plenaria de Obispos

POR SERGIO ESTRADA / CORRESPONSAL DE EL OBSERVADOR EN LA CIUDAD DE MËXICO

Les anunciamos a JesucristoExtracto del mensaje de la Conferencia del

Episcopado Mexicano al pueblo de México, dado el

12 de noviembre de 2009

conversión. Los obispos recono-cieron que muchas veces se hanconformado con una evangeliza-ción superficial y una religiosidadcultural e imploraron perdón por laincongruencia de vida y el antites-timonio de muchos bautizados.

Los obispos se dirigieron a losjóvenes, adolescentes y niños deMéxico invitándolos a tomar con-ciencia de la dignidad propia y detodo ser humano. Esto «les permi-tirá construir familias sanas y co-munidades justas, solucionandode manera pacífica los conflictospara ser solidarios y misericordio-sos con los que sufren».

Exhortaron a los ciudadanos ahacerse responsables unos deotros, cuidándose y animándosemutuamente.

Un ídolo seductor

En cuanto al narcotráfico, dije-ron: «El negocio de la droga es unídolo que seduce, promete bienes-tar y vida, pero engendra violen-cia y muerte; por eso a todos losinvolucrados en este sucio nego-cio: a los productores, traficantes,comercializadores y consumidoresles hacemos un fuerte llamado: ¡Yabasta! Ya no se dañen así mismosy ya no sigan causando más dañoy dolor a nuestra patria», se mani-festaron los prelados.

En palabras de monseñor Car-los Garfias, todos debemos ser co-rresponsables de todos, y dialo-gar para tener mejores condicio-nes de vida, buscando caminosque favorezcan a todos.

Con un saludo en Jesús Resu-citado, comenzó, ante los mediosde comunicación, la conferencia delos obispos reunidos en su LXXX-VIII Asamblea Plenaria en la sedede la Conferencia del EpiscopadoMexicano, en donde se tocaron as-pectos sobre inseguridad, violen-cia, narcotráfico, pobreza, desem-pleo y crisis financiera.

El dolor de los obispos

Carlos Garfias Merlos, obispode Nezahualcóyotl, confesó que «alos obispos les desgarra la sangrederramada de los niños abortados;la de las mujeres asesinadas; delas víctimas de secuestros, asaltosy extorsiones; de los que han caí-do en la confrontación entre ban-das; de los que han muerto en lalucha contra el crimen organizado.Y nos cuestionan, más que la in-dignación y el coraje natural, lo queempieza a brotar en el corazón demuchos mexicanos».

Miguel Ángel Alba, obispo dela Paz, Baja California, mencionóque estamos perdiendo la concien-cia de la dignidad de la personahumana y la capacidad de vernoscomo hermanos: «Lo más preocu-pante es el desprecio por la vida,el ser humano convertido en mer-cancía y en objeto desechable».

Evangelización superficial

Los miembros del colegio epis-copal destacaron que esta situa-ción no se solucionará con la apli-cación de la justicia y el derecho,sino, fundamentalmente, con la

a participar de la plenitud de la vida divina, porqueDios «no quiere que nadie se pierda, sino que to-dos se conviertan y tengan vida.» (2 Pe 3,9).

Ofrecemos en esta situación al servicio de nues-tra patria lo que la Iglesia tiene como propio: unavisión global y trascendente del hombre y de la hu-manidad. En Cristo, Dios nuestro Padre nos llama aformar una humanidad nueva, animada por su Espí-ritu. Sólo si hay mujeres y hombres nuevos habrátambién un mundo nuevo, un mundo renovado ymejor. Por eso consideramos que lo primero que hayque hacer para superar la crisis de inseguridad yviolencia es la renovación de los corazones. Vivir elEvangelio nos hace ser hermanos y constructores

de Paz, pues «nosotros sabemosque hemos pasado de la muertea la vida, porque amamos a nues-tros hermanos» (1Jn. 3,14).

La primera e inaplazable tareaes una formación y educaciónintegral que lleve a la persona adescubrir su vocación trascen-dente, a tomar conciencia de la

dignidad propia y de todo ser humano, que capacitepara el diálogo y la fraternidad y que inculque elamor y respeto a la naturaleza. A ello queremos diri-gir nuestros esfuerzos, encauzar nuestras energías,dedicar nuestros desvelos. Al mismo tiempo, invita-mos a todos los hombres y mujeres, a las familias, ala sociedad y al Estado a hacer lo mismo. Hoy comosiempre es una exigencia destinar nuestros mejoresrecursos a la formación de las personas y a la pro-moción de condiciones de vida digna para todos.

La noche del sufrimiento es un reto para su fe.Vuelvan su mirada y contemplen a Cristo crucifica-do, para que, perdonando, puedan transformar sudolor y su coraje en esperanza de vida nueva.

Pronto pondremos a su alcance una reflexiónmás profunda sobre esta situación, explicitando lasexigencias irrenunciables de la vida cristiana; perodesde ahora nos ponemos al servicio de la reconci-liación, aunque esto nos reporte incomodidades.

«La paz esté con ustedes» (Jn 20,19). Con el sa-ludo de Jesús Resucitado, víctima inocente, losObispos de México saludamos a todos los fieles dela Iglesia católica y a todos los hombres y mujeres aquienes mucho ama el Señor. Ante la realidad deinseguridad y violencia que vivimos en nuestro país,queremos alentar la esperanza de quienes viven conmiedo, angustia e indignación.

¿Qué significa ser cristiano en estas circunstan-cias? ¿Qué palabra de esperanza podemos dar lospastores de la Iglesia? ¿Cómo vencer la sensaciónde impotencia que muchos compartimos y al mismotiempo ofrecer a este grave problema una soluciónque se aparte de la sin razón de la violencia? Esta-mos ante un problema que no sesolucionará sólo con la aplica-ción de la justicia y el derecho,sino fundamentalmente con laconversión. La represión contro-la e inhibe temporalmente la vio-lencia, pero nunca la supera.

Los cristianos sabemos quela solución al problema del males más honda y compleja. Los actos de violenciaque presenciamos y sufrimos no son sino síntomasde otra lucha más radical, donde nos jugamos deveras el futuro de nuestra patria y de la humanidad.El ser humano es el campo de batalla de tendenciasopuestas, una a la humanización y otra a la deshu-manización, y la fe cristiana muestra que sólo el serhumano que se ha reencontrado con su vocacióntrascendente es capaz de salir victorioso de esteconflicto. Sólo en Cristo encontramos nuestra ver-dadera y plena identidad humana.

Nos acercamos a esta realidad a la luz de la fe,con una mirada crítica y realista, pero también espe-ranzadora porque estamos convencidos de que, porencima del mal que oprime al ser humano, está laacción redentora y salvífica de Dios realizada enJesucristo. Nuestro quehacer eclesial nos compro-mete profundamente a trabajar por la humanizacióny restauración del tejido social de nuestra Patria,convencidos del valor de toda vida humana llamada

Pronto pondremos a su

alcance una reflexión más

profunda explicitando las

exigencias irrenunciables

de la vida cristiana

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CONTEXTO ECLESIAL12 El Observador29 de noviembre de 2009, AÑO 15, No. 751

PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO

«¡Estén alerta!» (Lc 21, 25-28. 34-36)POR EL PADRE UMBERTO MARSICH, M.X. / [email protected]

REFLEXIONES

MADUREZ AFECTIVAPOR EL PADRE NICOLÁS SCHWIZER

¿En qué consiste la madurez afectiva? Dos palabras pueden de-finir esta madurez: primero, la posesión de sí mismo y, segundo, laentrega de sí mismo.

1. La posesión de sí mismoPodríamos hablar también de equilibrio emotivo que es la capa-

cidad de dominar los propios impulsos, tendencias y tensiones. Esimposible la entrega de sí mismo, si antes uno no se posee, si no sedomina, si no tiene autodominio. A través de mi autodominio voy aser portador de vida y amor para mi cónyuge, mis hijos, mis herma-nos de grupo, mis amigos.

Nuestra madurez ha de avivar la vida que encontramos en nues-tro hogar y a nuestro alrededor. En lugar de desplomar, de destruir,de matar por mi superficialidad, mi comentario extemporáneo, midesahogo, mi falta de autodominio, regalo justamente un poquitomás de vida. Un amor que no conduzca a la vida, no es amor. Elegoísmo es portador de muerte, el amor es portador de vida.

Posesión de sí mismo significa poseer un mundo interior rico,cultivado, que incluye un buen grado de intimidad personal, deprivacidad. Hay gente muy rica interiormente, pero que no se po-see, porque está siempre conversando, está hablando permanen-temente.

Y el que habla mete lapata; el que habla poco, metemenos; y el que no habla nola mete, de ordinario. La per-sona que tiene necesidad decontarle a cualquiera todo loque vive, no tiene intimidad,no tiene posesión de sí. Por-que poseerse significa tam-bién momentos de silencio,momentos de recogimiento,momentos de oración; así va-mos asimilando lo que Diossiembra en nosotros.

Aquí podemos ver el sen-tido del secreto. Nadie va aconfiar en nosotros si no haysentido del secreto. ¿Qué esel secreto? Posesión de sí. Noestar con unas ganas locasde contarle al primero que

aparece. ¡Qué importante es autoeducarse en ese aspecto!Aunque sea decirse: me muero de ganas de contarle a mi marido

tal cosa, pero no, voy a esperar una hora y después recién se locuento.

O escuchamos un chisme. Sea verdad o sea mentira, si yo lo sigocontando, lo único que hago es sembrar muerte, no vida. Mato lafama de mi hermano, pongo en duda tal cosa de él. Así es que, de miparte, se acabó el chisme. En el guardar secretos hay un camino bienconcreto de posesión de sí mismo. Hay que ver cómo la gente seabre cuando encuentra una persona capaz de escuchar y quedarsecallada después.

Otro pequeño ejercicio, junto con el mantener el secreto, es nodesahogarse por cualquier cosa y en cualquier momento y antecualquier persona. Mejor es postergar esos desahogos: mañanavoy a hablar de eso con mi cónyuge, o la próxima semana. Así unose convierte en una persona que no se ahoga, y por eso no necesitadesahogarse.

2. La entrega de sí mismoLa posesión de sí puede acabar en egoísmo. Por eso, el segundo

aspecto de la madurez afectiva: la entrega de sí. Una vez que yo meestoy poseyendo a mí mismo me voy entregando, me voy brindan-do. La entrega de sí es una capacidad, la de salir de un yo receptivoy egoísta, para ser fecundo en un tú y en un nosotros.

Darme, entregarme, es una tarea que se aplica en todos los ámbi-tos de nuestra vida: en el trabajo, en la familia y el matrimonio, en lasociedad, en la parroquia, en la relación con Dios. En todos losámbitos estoy siempre poseyéndome y entregándome, siempre enese juego.

Y lo hermoso de todo eso es que cuanto más me doy, más recibo:más alegría, más seguridad, más amor, más sabiduría, más felicidad.Decíamos que el amor posesivo es como un barril sin fondo. Esteamor, el amor oblativo, se enriquece sin medida. Y cuanto más se da,tanto más se posee a sí mismo.

Poseerse significa

también momentos de

silencio. Aquí podemos

ver el sentido del

secreto. Nadie va a

confiar en nosotros si

no hay sentido del

secreto. ¿Qué es el

secreto? Posesión de sí.

No estar con unas ganas

locas de contarle al

primero que aparece

cuando venga el Señor. En efecto,en contraste con los hombres, ate-rrados y deprimidos por el final delos tiempos, a los fieles cristianosse les exhorta a tener ánimo y le-vantar la cabeza, porque la reden-ción-liberación está a la puerta conla llegada gloriosa de Jesús:«Cuando estas cosas comiencena suceder, pongan atención y le-

vanten la cabeza,porque se acerca lahora de su libera-ción».

No perdamos laoportunidad

Los textos dehoy, por fin, nos in-vitan a estar prepa-rados y a ser vigi-lantes en vista delacontecimiento másincreíble de la histo-ria. Los que se dis-traigan, por cierto, yno estén vigilando,pueden dejar pasaresta oportunidadmaravillosa. La invi-tación, para que es-temos en alerta, esun oportunísimoaviso contra el peli-gro de relajamientode la vida cristiana,a la que estamossiempre sujetos.Los cristianos de-ben, más bien, tenerpresente que el díadel fin los puedesorprender repenti-namente. Por ellodeben tener cuida-do y mantenerse li-bres de todo afánmundano y de laspreocupaciones porlo terrenal, que em-botarían sus corazo-nes y los distraeríandel pensamiento delfin y de la venidamás inminente delSalvador.

ConclusiónEl Adviento,

con sus peculiarida-des litúrgicas y tra-diciones populares,

mira precisamente a eso: despertarnuestro interés y motivarnos paraprepararnos interiormente a la ve-nida del Señor. Los que carecen deesta dimensión espiritual se arries-gan a pasar por alto este tiempopropicio y desperdiciarlo en la pre-paración superficial y consumistade fiestas sin alma y sin sentido.Un reto será celebrar a la personade Jesús, más que las cosas. El Ad-viento, de hecho, tiene únicamen-te este fin: prepararnos para la re-cepción interior del Señor, espe-cialmente visible en los pobres ynecesitados del mundo entero.

obvia: para esperar el próximo ad-venimiento de la Navidad del NiñoDios. En lugar de mirar lejos, por lotanto, cambiemos perspectiva y fi-jémonos en la próxima llegada delSalvador Jesús. Para que Él no nosencuentre desprevenidos, vele-mos, oremos, estemos alerta y evi-temos todo aquello que entorpecenuestra mente: vicios, embriaguez

y preocupaciones de esta vida:«Estén alerta —nos encomiendaJesús— para que los vicios, la em-briaguez y las preocupaciones deesta vida no entorpezcan su men-te y aquel día los sorprenda des-prevenidos». Para el evangelio dehoy, en efecto, lo decisivo no estanto el fin de la historia, sino elhecho de que ese fin coincide conla venida gloriosa y salvadora delSeñor. Sea en referencia al fin delmundo que al nacimiento de Jesús,nuestra mejor actitud será la espe-ra orante y la vigilancia virtuosa.Estemos preparados, en fin, para

También en esta ocasión, elevangelista utiliza un lenguaje apo-calíptico, por cierto muy sugesti-vo y eficaz, para encarar el miste-rio de los últimos tiempos: «Ha-brá señales prodigiosas —nosconfirma el evangelista— en el sol,la luna y en las estrellas…La gen-te se morirá de terror y de angus-tiosa espera…Entonces verán ve-nir al Hijo del Hom-bre en una nube,con gran poder ymajestad». Una vezmás, sin embargo, locentral de este textono es describirnosterroríficamente loque sucederá al finalde los tiempos, sinola llegada triunfal delHijo del Hombre.Más allá de suscitarterror y miedo, Jesúsdesea infundir espe-ranza y solicita pre-paración y vigilan-cia. En efecto, nosinvita a levantar lacabeza, porque seacerca la hora de laliberación, y a estaralerta: «¡Estén aler-ta!». Más adelante,nos pide de estar envela y hacer oración:«Velen, pues, y ha-gan oración conti-nuamente».

La aparición delSeñor en una nubesignifica su condi-ción de trascenden-cia, gloria y victoriasobre el mal. O sea,es signo de esperan-za y alegría para to-dos. El verdaderosentido de la histo-ria, entonces, noestá en su destruc-ción ni en la derrotade la humanidad,sino en el inicio dela verdadera libera-ción de todas las li-mitaciones huma-nas, gracias a la en-carnación del Hijodel hombre. Es evi-dente que este cua-dro evangélico vaenmarcado en el anuncio del fin delmundo y, a su vez, en la perspecti-va del Adviento y de la Navidad.Los mismos acontecimientos quellevarán el terror y la consternacióna los hombres, serán para ellos laseñal de que se acerca la hora desu redención, con motivo de laParusía del Señor y de su próximavenida entre nosotros.

Una nueva perspectivaPodríamos preguntarnos el

porqué de esta nueva solicitud deJesús y, habiendo empezado el Ad-viento, la respuesta se nos hace

El pasaje del Evangelio de este domingo

enmarca tanto el anuncio del fin del mundo

con la segunda y gloriosa venida de

Jesucristo, como la perspectiva del

Adviento y de la Navidad. Preparémonos ya

al próximo advenimiento del Niño Dios,

fijémonos en la próxima llegada del Salvador

Jesús. «Estén alerta —nos encomienda el

Señor— para que los vicios, la embriaguez

y las preocupaciones de esta vida no

entorpezcan su mente y aquel día los

sorprenda desprevenidos».

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13El Observador 29 de noviembre de 2009, AÑO 15, No. 751 CONTEXTO ECLESIAL

Violencia: anotaciones y reflexionesPOR MARIO DE GASPERÍN GASPERÍN, OBISPO DE QUERÉTARO

democracia, el uso de la violenciase reserva al Estado, y sólo a él,con severas condiciones: el respe-to irrestricto a los derechos huma-nos. Ahora parece que se ha gene-ralizado la recurrencia a la fuerza.La ciudadanía no parece contarpara la solución, sólo pone las víc-timas; además, no sabe cómo, por-

que nunca ha sidoeducada para partici-par. En las demandaspopulares se antepo-ne la seguridad a la sa-lud, a la alimentacióny a la misma educa-ción.

8. Los cristianosrechazamos la violen-cia, toda violencia ytodo aquello que la ge-nera y propicia, co-menzando desde la in-clinación al mal quellevamos en el cora-

zón. La violencia llega al hombredesde el exterior: del Padre de lamentira y Asesino desde el co-mienzo: Satanás. Por eso nuestrapropuesta es: No a la represión, sí

a la conversión. Como la enseñan-za laicista ignora el pecado y seburla de la moral, y lo mismo hacenmúltiples programas de la televi-sión, toda solución que se propon-ga no puede ser sinoparcial e inoperante alfinal. Se vuelve unatrampa. El mal vuelve abrotar tan pronto comotiene oportunidad.

9. En la doctrina bí-blica, la violencia segenera con la pérdidade la inocencia. La Ser-piente era «la más as-tuta» de las bestias, lapersonificación de lamalicia que se funda-menta en el engaño,producto de la mentira.Observemos bien la cadena com-pleta: La mentira, al comunicarse,produce el engaño; el engaño paraoperar necesita de la astucia; laastucia requiere de la malicia paraser eficaz; la malicia hace perder lainocencia, y la pérdida de la ino-cencia separa de Dios. Sólo Dioses inocente, porque aborrece el

violencia, la cotidiana, la de todoslos días, que es múltiple y vario-pinta: abortos y agresiones en fa-milia a niños, a mujeres y ancia-nos; violencia vecinal con ruidosy altavoces; violencia burocráticay malos servicios en el transportepúblico e institutos de salud; vio-lencia estructural de pobreza, des-

nutrición, discriminación, etcétera.Esta violencia, que siempre ha es-tado allí, como el dinosaurio delcuento, y que no se ha atendido,ahora se pretende olvidar o ma-quillar. Cadaquien busca de-fenderse comopuede y los dé-biles siguen enel desamparo to-tal. Pensar en loshermanos mi-grantes o en lascárceles del país.

6. Esta vio-lencia es propi-ciada por la vio-lencia verbal delas palabrasofensivas, delvocabulario dedoble sentido yalburero; delmanejo agresivode la imagen, de la manipulaciónde los hechos, de los programasvulgares y anuncios de mal gus-to, del uso pobrísimo del idiomaen la televisión y en la radio. Lavulgaridad campea no sólo en te-lenovelas, canciones, narco-corri-dos y palenques, sino en los másaltos y nobles recintos de la na-ción. La vulgaridad es moneda co-rriente y nadie dice nada; goza decabal impunidad. Jesús la conde-na con vigor (ver Mateo 5, 21-26)y está vedada a sus discípulos. Laviolencia verbal es una burla gro-tesca de la libertad de expresión.

7. Sorprende que la respuestaque se da a este fenómeno de lamacroviolencia es toda en lengua-je bélico: lucha, combate, manodura contra el crimen, guerra alnarcotráfico, endurecimiento de laspenas, se especializan guardias yse llega a solicitar la pena de muer-te. Se solicita más gasto para la se-guridad, es decir, para la represión.En una palabra, se habla de vio-lencia contra la violencia. Violen-cia en espiral ascendente. En el lla-mado estado de derecho de una

pero sobre todo vuelven al hom-bre a su origen, a su identidad pri-mera. Quería ser como Dios, ahoratiene que volver a su origen, a suinocencia creatural, al polvo. El ol-vido de Dios es la destrucción delhombre. El pecador tiene que des-inflar su ego y cubrirse de «polvoy ceniza» tirado por tierra en señalde arrepentimiento. No hay otro re-medio contra la violencia, que lahumildad. Yo pecador.

12. «Lo difícil es matar al pri-mero» y el primer acto violento sedio entre hermanos, entre los máspróximos; por eso, toda muerte metoca en lo cercano, es muerte defamilia, de hermano. Aquí el mayor,Caín, mata al menor, Abel, cuando,como primogénito, debía guardara su hermano. Abel, el guardián delas ovejas, necesitaba ser «guar-dado» por su hermano, porque to-dos necesitamos de todos, deberque Caín burlonamente rechaza,pues él era agricultor. Él preparabala tierra para que bebiera la sangrederramada, sin saber que allí esta-ría su castigo: se volverá estéril,no podrá recoger sus frutos, an-dará errante. Esta negativa, aparen-temente inexplicable, tiene su ori-gen en el culto. Cuando se mani-pula la religión, la violencia se ex-tralimita, precisamente porque seampara en Dios. Se convierte enídolo. Pero Dios se declara «guar-dián» de Caín, el que se negó a serguardián de su hermano. No es in-genuidad, sino vuelta al origen, ala inocencia. Dios sigue siendo in-nocens, no mata ni al criminal. Otracosa será que él se busque la muer-te. Ahora es Dios quien guarda elasesino, y así cierra el paso a laviolencia. No matarás.

13. Toda violencia humana escontra un hermano, un prójimo,nos afecta necesariamente. Diosnos invita a imitarlo, siendo«guardianes» de nuestros herma-nos. Dios no sólo es vigilante,sino guardián: Él vela por su pue-blo, desde la columna de nube;vela por el justo, para que sus

huesos no sean que-brados; vela por elbueno para que notema la mala noticia;vela por nosotros paraque velemos por nues-tros hermanos y nadiemate a Caín, que siguevago y errante (no nó-mada ni peregrino), porla tierra de Nod, es de-cir, entre nosotros. De-cía san Bernardo aquienes perseguían aun asesino, al que dioasilo en su monasterio:

«Ustedes querían colgarlo y de-jarlo colgando unos días de la hor-ca: Aquí, en Claraval, estará cru-cificado para siempre» (Vita pri-ma, 1. 2, cap.3).

El monasterio, símbolo de laIglesia, ofrece siempre un asilo deperdón y de paz en los brazos deCristo en la cruz.

1. Dos días íntegros consagra-mos los obispos de México a re-flexionar sobre el problema angus-tiante de la violencia en nuestropaís; lo hicimos estudiando un do-cumento de trabajo, presentado porla Comisión de Pastoral Social delepiscopado, escuchando a diver-sos ponentes y dialogando entrenosotros. Publicamosun breve mensaje yanunciamos un textoamplio y documentadoante tema tan complejo.Me traje algunas ideasy reflexiones, que com-parto con ustedes.

2. Sorprende, en pri-mer lugar, el crecimientode la violencia tanto enamplitud, a lo largo y an-cho del país, como enintensidad, pues los ac-tos violentos son cadavez más crueles, inhu-manos y despiadados. El deterio-ro moral es universal: crecen lasestadísticas; e intensivo: se apo-dera cada vez más del corazón delmexicano. Somos cada día máscrueles, disfrazando la violencia enla clínica (abortos, píldoras) comosalud reproductiva, en la callecomo lucha ante bandas rivales, ogozando de la guerra «preventiva»como espectáculo televisivo.

3. La violencia toca no sólo asus víctimas y sus familias, sino atoda la sociedad. Hay un replieguegeneral de la ciudadanía, la deba ono la deba, hacia lugares que pue-den brindarle protección: encerrar-se en su hogar, no dejar salir a sushijos, reducir las horas de paseo,adoptar medidas de protección: re-jas, cámaras, policías privados, et-cétera. Se respira un clima de mie-do, y el miedo es paralizador. To-dos, de alguna manera, somos víc-timas de los violentos. Nadie es-capa del fenómeno, que producetambién dinero: Los fraccionamien-tos cerrados adquieren plusvalía,se venden más alarmas, se contra-ta seguridad privada y crece la in-dustria del blindaje, etcétera.

4. Hay una violencia «espec-tacular»: la de los asesinatos enmasa, en grupo, con crueldad y deformas humillantes: decapitados,desnudos, con letreros ofensivos,etcétera, a los que los noticierosde la televisión reservan espaciosde preferencia. Llevan las estadís-ticas y comparan cifras para verquién lleva la primacía. Los mediosmasivos pretenden informar con«objetividad», cuando lo que es-tán haciendo es generar miedo ydarle publicidad. ¿Cuántos asesi-natos ve un niño en su hogar?Además, están generando un cam-bio cultural degradado, con valo-res ficticios, que tiene como fin eléxito fácil, la posesión sin límites,la ciencia sin ética, el placer sin res-ponsabilidad y cuyos productosestrella son el sexo y la violencia.

5. Esta violencia espectacularsirve también para ocultar la otra

mal, no hace mal a nadie, no mata:es in-nocens. Rechaza toda violen-cia. Por eso, sólo la inocencia y elinocente Jesucristo, víctima de laviolencia humana, puede curar laviolencia. La violencia sólo se curacon la misericordia y con el per-dón. Con el amor. Al contrario, de-trás de la mentira está siempre supadre, el Mentiroso, que es tam-bién el Asesino primordial.

10. No confundir la inocenciacon la ingenuidad. El ingenuo con-funde el mal con el bien y el biencon el mal, y cae en sus redes; elinocente, en cambio, los distingueperfectamente, pero no sigue elmal, aunque sí lo padece. El ino-cente ve el mundo y el mal que lohabita, desde el bien que lleva ensu corazón. Tiene la mirada limpiay todo lo ve sin malicia, pero nocon ingenuidad. Es paloma y ser-piente a la vez. Sabe bien en quéterreno se mueve y a qué alturadebe volar. Así han sido todos lossantos. Jesús tenía la mirada clara,pero no ingenua. Detectaba el mal,pero alcanzaba a ver y a amar alpecador. El pecador —el ser hu-

mano— esmás gran-de, valemás quesu peca-do. Deaquí lanorma sa-bia: Odiaral pecado,pero amaral pecador.En el peca-dor siem-pre está laimagen ysemejanzade Dios, yDios semira y se

ama a sí mismo en ella, aunque estélastimada, no borrada, por el peca-do y el crimen. Siempre hay espe-ranza para el pecador.

11. No se puede erradicar la

violencia sin quitar el pecado, sucausa. En otras palabras, hay quedevolverle al hombre su inocencia,devolverlo a su origen, a su ver-dad: «Hasta que vuelvas a la tie-rra [adamah], pues de ella fuistetomado. Porque eres polvo y alpolvo volverás» (Gn 3, 17s). Estaspalabras se refieren a la muerte, sí,

Crece la violencia en amplitud y en

intensidad. El deterioro moral se

apodera cada vez más del corazón

del mexicano. Somos cada día más

crueles, disfrazando la violencia en la

clínica (abortos, píldoras) como

salud reproductiva, en la calle como

lucha ante bandas rivales, o gozando

de ella como espectáculo televisivo

La violencia verbal es una burla

grotesca de la libertad de expresión.

Palabras ofensivas, vocabulario de

doble sentido y alburero, anuncios

de mal gusto... La vulgaridad es

moneda corriente y nadie dice nada;

goza de cabal impunidad. Jesús la

condena con vigor (ver Mateo 5, 21-

26) y está vedada a sus discípulos

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JÓVENES14 El Observador29 de noviembre de 2009, AÑO 15, No. 751

«Dios no ha pasado de moda»Entrevista a María León, directora de comunicación de

«Pedro del Hierro»

POR GONZALO ALTOZANO / Albadigital.es

contarle mis preocupaciones, misproyectos...».

¿Qué tal dialogar con Alguienque habla tan bajo?

«Me cuesta muchísimo, la ver-dad».

¿Dónde más le pide fuerzas?«En Misa».

¿Va todos los días?«Me encantaría. Pero es que

no paro. Suelo ir los domingos. ¿Hedicho «suelo»? ¡Voylos domingos!»

¿No sale de la igle-sia sin…?

«Haber rezado unaSalve a la Virgen Ma-ría».

¿Le tiene devo-ción?

«Sí».

¿Bajo alguna advo-cación?

«Me gusta la deGuadalupe».

Pensaba que al sersevillana me diría la

Macarena.«Sevilla es el sitio donde más

vivo la Semana Santa: el incienso,la cera, los tambores...».

La gente…«Por supuesto, la gente. El

ambiente es tremendamente reli-gioso. Aunque, por desgracia, úl-timamente se respira tensión».

¿Tensión?«Una ya no va tan tranquila por

la calle la madrugada del JuevesSanto: los ‘botellones’ delante delos pasos, la posibilidad de que teden un tirón...».

Si le robaran el bolso, ¿quéencontrarían?

«Este libro que llevo conmigo,por ejemplo. Me lo regaló mi amigaMaravillas. Se titula La quinielade tu vida, del capuchino Ángelde Novelé. Lo abra por donde loabra, siempre es una inspiración.

Lea un punto al azar.«A ver… ¡Ya! Este: ‘Quien sa-

crifica poco ama poco; quien sa-crifica más ama más; y quien nosacrifica nada no ama nada’».

NOTAS:

* «Pedro del Hierro» es una tienda de ropade alta costura con franquicias por todo elmundo.

** «Las Rozas Village» es una tienda deprestigio situada en las afueras de Madrid.La entrevistada se encarga de decidir loque se venderá en cuanto a ropa.

«Ser fiel a tus creencias y a tupersonalidad, estar por encima delas críticas».

¿Respeta usted a los que pien-san distinto?

«¡Claro! Siempre y cuando nohagan daño a los demás».

¿Y no será que Dios no está demoda?

«No. Además, no es cuestiónde moda. Lo que sí ha podido que-dar desfasado son otras cosas».

¿Por ejemplo?«La valentía para decir lo que

se piensa. Con esto no quiero de-cir que no quede gente que lohaga».

Usted, sin ir más lejos; otros,en cambio, callan.

«Quizás tengan miedo a ser eti-quetados, cosa que no nos tieneque importar. A mí, ya digo, me daexactamente igual».

Imagine que hablar claro leperjudica.

«No creo. Y si me perjudicase,no entendería por qué. ¡Son miscreencias! Forman parte de mí».

Tiene las cosas claras. ¿Nun-ca duda?

«Por mucho que te inculquenla fe desde pequeño, a lo largo dela vida pueden surgir las dudas. Amí me ha pasado».

¿Últimamente?«No. Casi diría que es ahora

cuando más cerca de Él me he sen-tido».

¿La razón?«Le iba a pedir que no me la

preguntara. Responder me sería tandifícil como explicar el dogma de laSantísima Trinidad. Sólo puedodecirle que Dios me da fuerzas».

¿Cuándo se las pide?«Por las mañanas. Procuro bus-

car siempre un cuarto de hora para

Es directora de comunicaciónde «Pedro del Hierro» (*) y aseso-ra de imagen de «Las Rozas Villa-ge» (**). Sonsoles Calavera la en-trevistó hace poco en Alba, y Ma-ría fue tan certera en sus respues-tas que nuestro público, como siestuviera en un concierto, pidió«otra, otra, otra». Aquí va.

Si no le saco el tema, lo va ahacer usted: la familia.

«Es primordial en mi vida, labase de todo. Poder compartir mis

penas y alegrías con los míos… nohay nada mejor en el mundo. Sinellos, no sería igual de feliz».

¿Están muy unidos?«La unión es el ideal de mi fa-

milia. Por eso las reuniones de Na-vidad son la felicidad tremenda.Cuando vivía mi abuelo, eran es-pectaculares. Él era el núcleo, la ca-beza. A su lado me sentía tan pro-tegida...».

La educación en la fe…«La recibí en casa, sí. Y en En-

treolivos, mi colegio. No sabe loagradecida que estoy».

¿Por qué?«Me ha aportado una solidez

muy útil para desenvolverme en elmundo de la comunicación y lamoda».

¿Cómo es ese mundo?«Hay gente de todo tipo, como

en cualquier sitio».

¿La miran mal?«No. Bueno, puede haber

quien no acepte que piense comopienso».

Otros entrevistados me handicho que si eres consecuente contu fe…

«¿La gente te respeta? Sí, perono todo el mundo. Habrá quiennunca la haga por muy consecuen-te que seas».

Ante eso ¿qué hacer?

«BASTARDOS SIN GLORIA»POR JESSICA INGRID BLANDINA RAMOS

No puedo entenderlo: es impresionante cómo la gente ha perdido elcriterio tan atrozmente. Ni siquiera se tiene un respeto por lo que hasucedido a lo largo del tiempo. Todas las historias que han sido escritascon sangre son ahora motivo de burla, sátira, son material de comediamorbosa. Se ha perdido la noción del valor que una vida representa.Actualmente nos colocan frente a una pantalla «gigante» y nos contro-lan como si fuéramos animales. Todas nuestras reacciones son predeci-bles. Poca ropa, escenas vulgares, sadismo, matanza sin escrúpulos…todo lo profano y estúpido llega a nosotros como un bombardeo y seconvierte en parte de nuestra «cultura». Yo me pregunto: ¿por qué?, ¿enqué momento el ser humano comenzó con ese deterioro de sí?, ¿por quéno somos más racionales?, ¿será que ya no existe la autenticidad depensamiento?, ¿dónde quedó el criterio?

Me encuentro sentada escribiendo en lo que parece ser el área dealimentos del cine… Mucha gente pensará que no tiene sentido que meencuentre haciendo esto en el cine y a media función. Tal vez piensenque es estúpido. Pero estúpido es consumir sin cuestionar, ver sin ex-pectativas. Estúpido es dejar que los medios establezcan los «límites»,ya que nosotros no somos capaces de establecer los propios. Tal vezparezca ridícula o absurda mi postura a los ojos de los demás, tal vezparezca exagerada. Ese es el principal problema: que pocos, o más biencasi nadie, se atreve a expresar su inconformidad; ni siquiera a cuestio-nar la realidad de la sociedad actual y, más que eso, la realidad de lahumanidad; la mayoría simplemente «lo deja ir».

En cosas muy simples, como el cine, la música o cualquier forma deentretenimiento, se percibe claramente el deterioro del ser. Nos han con-vertido, o, mejor dicho, nos hemos dejado convertir en máquinas deconsumo desmedido y ridículo.

Hemos desviado nuestra mirada de lo verdaderamente importante.Hoy todo es imagen: superficial, material y vacía. Muchos se desvivenpor incrementar sus ingresos para poder invertirlos en ropa de marca, unbonito coche, una linda casa, para ingresar a un bonito club privado o,simplemente, para subir en la escala social; en fin, podría hacer un lista-do infinito de cosas que son motivo de esfuerzo y dedicación de muchosy cada vez agregaría cosas cuya esencia sería más degradante para elespíritu. ¿Espíritu? Sí, ¡espíritu! Creo que muchos tenemos una idea de loque espíritu significa. La Real Academia Española define espíritu comoser inmaterial y dotado de razón. Esta sólo es una definición, peroengloba demasiado y podría dar pie al surgimiento de muchas discor-dancias entre esta senci-lla palabra y la realidad delas personas en la actuali-dad; eso, claro, sólo si re-flexionamos.

Existen manos que nose han detenido para ha-cer y deshacer según losimpulsos de su mente conideas oportunistas, egoís-tas; son de gente guiadapor sentimientos negati-vos y destructivos, y, aunasí, mucha gente no quie-re ver más allá y hacer algopara mejorar. Claro que lomás sencillo es formarparte de las masas, com-partir gustos, ideas y pre-ferencias de todo tipoque, a la larga, son sóloejemplos de mediocridad.

Ya hay muchas manosdañando concienzuda-mente al mundo, enfer-mándolo cada vez más; estas manos que hoy escriben sólo buscan ex-presar lo que en mi mente habita y que mi sentir perturba. Porque creoque todo cambio inicia por la inconformidad: inicia en aquellos espíritusque no temen cuestionar al mundo, y es claro que mi opinión sólo eseso, una opinión, que puede no tener trascendencia y puede ser critica-da de principio a fin adjudicándole adjetivos vacíos y carentes de unverdadero significado. Pero así funciona el mundo, ¿no?

«Los grandes espíritus siempre han tenido que luchar contra la opo-sición feroz de mentes mediocres» – Albert Einstein.

Yo creo que hay muchos espíritus que están despertando o que hande despertar en este mundo aletargado en el que hoy nos encontramos.Quiero creer que es así, por eso escribo, invitando a quien lea esto a quese cuestione y «vaya más allá».

Se ha perdido la noción del

valor que una vida representa.

Nos colocan frente a una

pantalla gigante y nos

controlan como si fuéramos

animales. Poca ropa, escenas

vulgares, sadismo, matanza

sin escrúpulos… Lo profano

y estúpido se convierte en

parte de nuestra «cultura».

¿En qué momento el ser

humano comenzó con ese

deterioro de sí? ¿Será que ya

no existe la autenticidad de

pensamiento?

RESPUESTA de «Los cuatro de la familia», en Para Mentes Movidas.-

Los cuatro nombres pueden separarse cruzando una línea horizontaly otra vertical, es decir, con esta forma: +

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15El Observador 29 de noviembre de 2009, AÑO 15, No. 751 NIÑOS

«Encontraréis a un Niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre»Cada semana reflexiona en el Adviento (repasa los pasajes del Evangelio dominical en tu casa) y planea al menos una

actividad para prepararte al nacimiento de Jesús. No te olvides, además, de rezar todos los días.

Material de Almudi.org

Page 16: El Observador de la Actualidad 751

NIÑOS16 El Observador29 de noviembre de 2009, AÑO 15, No. 751

Chispitas

— ¡Por Dios! ¡Tú con muletas!¿Pues qué te pasó, Fernando?

—Pues que iba con la motomuy rápido y,¿te acuerdasdel edificioque tenía elletrero de «setraspasa»?

— Sí— Pues que no es verdad. ¡No

se puede traspasar!

Mamá, en la escuela me dicenque soy un interesado.

¿Quién te lo dijo hijo?¡Si me das cinco pesos te lo

digo!

Dos amigos van por el campo,y por accidente uno de ellos caeen un pozo.

El otro va a socorrerle y pre-gunta:

— ¿Pepe, te has hecho daño?Y Pepe contesta:— Todavía nooooooo...

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

Encuentra siete diferencias