El noviazgo cristiano

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El Noviazgo Cristiano

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El NOVIAZGO CRISTIANO Por: Jonathan Bravo

La semana pasada, cuando les hablé acerca del Enamoramiento y El Amor Se hizo

pública una pregunta muy interesante: “¿Podemos decirles a los jóvenes como saber que están

listos para entrar a una relación perfilada al matrimonio?” La intención es dar la correcta

enseñanza para ayudarles a dirigir sus decisiones apropiadamente para un futuro pleno y

satisfactorio y evitarles sufrimiento y desdicha, de lo cual muchos lamentamos con el clásico: ¡Si

hubiera yo sabido esto antes! Quiero, pues, iniciar esta respuesta con el verso de:

Eclesiastés 3:11

“Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que

alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin.”

El noviazgo como se practica en la actualidad es realmente una costumbre humana

relativamente reciente. En La Palabra de Dios no se menciona la palabra "Noviazgo", ni hay

alguna referencia a una relación entre hombre y mujer o dinámica similar al noviazgo tal como

se entiende ahora. Las palabras "Novia" y "Novio" aparecen en El Antiguo Testamento para

referirse a quienes contraen nupcias en una boda. (Por uno o más días, según la duración de la

fiesta) En el libro del Cantar de Cantares se usa la palabra "amiga", pero no es una "girlfriend"

como se conoce ahora, sino que se refiere a la esposa.

¿De dónde viene el concepto de noviazgo como se usa en la actualidad? (Da risa y

preocupación mirar a niños y niñas de 14 o 16 años presumiendo de ser o tener novia (o)

¡Pobres criaturas!) La idea del noviazgo en el mundo surge de la preocupación de "conocer

bien" a la pareja antes de tomar la decisión de casarse. Dado que el matrimonio es "para

siempre" y el divorcio "una calamidad", surge entonces la necesidad de dar pasos "seguros" y

establecer un periodo de "conocimiento mutuo" para evitar equivocarse en la elección del futuro

cónyuge. Pero esto responde a una lógica puramente humana en donde se toman en cuenta

únicamente los anhelos y las aspiraciones personales y generalmente no se toma en cuenta la

voluntad de Dios. De hecho, esta misma lógica de "conocer bien a tu pareja", llevada al

extremo, es la justificación principal de la unión libre, ¿para qué arriesgarse a un matrimonio si

se puede probar antes la unión libre y comprobar cómo funciona la relación? Pero

definitivamente éste es un enfoque egocéntrico de la relación hombre-mujer en donde se hace

completamente a un lado a Dios. (Unión libre en La Biblia se llama pecado de fornicación y

para tener ayuda y bendición de Dios hay que arrepentirse y casarse.)

El "noviazgo cristiano", si es que se le puede llamar de esa manera, tiene como

propósito conocer la voluntad de Dios con respecto a la futura unión definitiva de la pareja. Más

que buscar "conocer a profundidad a la otra persona" (lo cual, dicho sea de paso, nunca sucede

ni siquiera después de muchos años de matrimonio), el novio cristiano y la novia cristiana deben

estar atentos a la voz de Dios en todo momento durante su relación de pareja. Deben orar

continuamente y buscar la voluntad de Dios y estar conscientes de que una relación de pareja

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que no toma en cuenta a Dios está destinada al fracaso. Cuando ambos caminan en la voluntad

de Dios durante su noviazgo, no es necesario que se lleguen a "conocer completamente y a

profundidad", como lo propone todo el mundo, sino que se camina en fe y esperanza hacia el

matrimonio, con la confianza de que Dios respaldará y bendecirá su relación.

¿Cómo conocer la voluntad de Dios en el "noviazgo cristiano"? De entrada hay que

mencionar que el objetivo de la relación es El Matrimonio para fundar una Familia y el

principio de que un yugo desigual no es la voluntad de Dios. Esto es, si tu novia o novio no es

cristiana (o) te puedo asegurar que Dios no ve con agrado esa relación. Si quieres bendición en tu

noviazgo y después en tu matrimonio busca tu pareja en el pueblo de Dios. Claro que tu novio o

novia no cristianos pueden llegar a la fe a través de ti, pero tendrás el problema de asegurarte de

que esa conversión sea sincera y que no lo hace por el interés personal de mantener viva su

relación. Abundan los casos en que el novio o la novia inconversos aceptan a Jesús como un

"requisito" para unirse en matrimonio, pero una vez que obtuvieron el objetivo de casarse jamás

caminan con El Señor. De cualquier modo, aun cuando sea sincera su conversión, requerirás de

mucha oración, ayuno y paciencia para que tu recién convertida pareja cambie paulatinamente

sus costumbres y tradiciones heredadas del mundo, con el consecuente dolor que durante el

proceso de crecimiento espiritual producirá en ti y seguramente también en el desarrollo

emocional de tus hijos. De nuevo, si deseas plena bendición, mejor busca que tu pareja sea

cristiana.

Otro aspecto importante para conocer la voluntad de Dios en el "noviazgo cristiano" es el

grado de paz que tú sientes en la relación. Pregúntate ¿tengo paz con mi novia(o)? ¿Tengo

alguna preocupación respecto al futuro de mi relación? ¿Existe algo que me perturba

especialmente en ciertos momentos de mi relación? Si no sientes paz en tu relación seguramente

Dios te está diciendo que no es su voluntad que continúe ese noviazgo. No hay paz en una pareja

que tiene discusiones frecuentes, arrebatos emocionales, escenas de celos para "probar la

relación", o altibajos continuos. Si tu relación sufre de estos conflictos, en verdad te digo que es

mejor estar solo(a) Proverbios 21:19. Salomón le llama "amiga" y "compañera" a su amada

esposa en el libro de Cantares, lo cual nos da una clave importante: Los noviazgos con paz

generalmente son aquellos cuyo primer acercamiento fue una relación de amistad y

compañerismo. Si no hay amistad previa a la relación de noviazgo se corre el riesgo de tener una

relación basada en un sentimiento de atracción superficial, basado puramente en el deseo físico o

basado en fantasías que responden a necesidades inmaduras o deficiencias (o hasta frustraciones)

personales a un nivel meramente emocional. Las mujeres que descalifican a sus amigos como

posibles novios están desperdiciando oportunidades valiosas de tener una relación de pareja

armoniosa y, sobre todo, con paz. El consejo es ¡Aprendan a ser amigos antes de formalizar

una relación de novios! Conozco congregaciones, por lo regular pequeñas, donde un muchacho

haya sido “novio” de todas o donde algunas de las chicas han “andado con todos” y eso es

vergonzoso y de mal testimonio para la causa de la predicación del Evangelio. Así que mejor que

“probar” será: Crear y tener lazos fuertes de amistad antes que compromisos.

Otro aspecto importante a considerar es la aprobación de los padres. (La Biblia ensena

que hasta los 20 años es la edad de estar bajo la autoridad de los padres para estar bajo la

autoridad directa de Jesucristo y listos para entrar al matrimonio en el orden Bíblico) Los

padres han sido puestos por Dios como autoridad sobre los hijos mientras éstos no están casados,

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y son las personas más indicadas para dar opinión y consejo al respecto. Los padres tienen

experiencia en la vida y siempre buscarán lo mejor para sus hijos. La Biblia dice "¿Qué hombre

hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le

dará una serpiente?" (Mateo 7:9,10) Cuando la opinión de tus padres sea contraria a la tuya,

seguramente el Enemigo te dirá al oído "¡No los oigas, ellos qué saben!", ¡Pero cuidado!,

controla tu propio orgullo, no des cabida al diablo en tu mente, y no desprecies el consejo de tus

padres (Proverbios 1:8); pon mucha atención a lo que ellos digan, pues allí hay dirección

amorosa y respuestas sinceras a tus interrogantes sobre si es voluntad de Dios mantener tu

noviazgo.

¿Hay bendición en tu relación de noviazgo? ¿Están preparando provisión material y

espiritual? ¿Dan pasos hacia adelante como pareja en el camino de Dios, o van para atrás? ¿Hay

un crecimiento espiritual en su andar juntos? ¿Su relación los lleva a obedecer más a Dios, a

acercarse más a Él o hay presiones de una de las partes para desobedecerle y alejarse? ¿Hay

respeto mutuo? Especialmente en el área sexual, ¿Hay intención de no tener relaciones hasta el

matrimonio? Recuerden que el cuerpo es el Templo del Espíritu. (1 Corintios 6:13b - 20) Estos

son buenos indicadores para saber la voluntad de Dios en tu noviazgo. Se dice que antes de

casarse hay que “abrir bien los ojos” y al casarse, cerrarlos un poquito, porque las debilidades y

defectos de carácter, se mostrarán sin maquillaje al vivir juntos. El matrimonio no es un

reformatorio. En este punto se hace necesaria la intervención y consejo de tus autoridades

espirituales. Pastores, consejeros y cristianos firmes en la fe.

Finalmente, el "noviazgo cristiano" mira el corazón de la otra persona, no los aspectos

superficiales. Pregúntate qué es lo que te atrae de tu pareja: ¿Su aspecto físico, su posición social

o amistades, su estilo de vida, su ministerio, su fama, su dinero?, ciertamente éstas son cosas

superficiales y temporales, que tarde o temprano se acabarán. Busca las cosas que perduran y que

resisten el paso del tiempo, fíjate antes que nada que tu pareja ame a Dios con todas sus fuerzas y

que honre a sus padres, pues su amor a Dios y a sus padres seguramente se reflejará en un amor

sincero y fiel hacia ti. Tú también ama a Dios sobre todas las cosas, así Él bendecirá tu relación

de noviazgo y ambos tendrán las prioridades correctas. Un hermano decía frecuentemente: "No

sacrifiques obediencia por comunión", Ese hermano se refería al ecumenismo pero que aplicado

al noviazgo sería: "No sacrifiques la obediencia a la Palabra de Dios por tener una mejor

comunión con tu pareja". Por ejemplo, si dejaras de ir a la congregación porque tu novia quiere

que pasen "más tiempo juntos", entonces estarías sacrificando la obediencia por la comunión, y

te aseguro que esa situación irá cada vez más lejos, incluso te ocasionará muchas tristezas y

lágrimas, no traerá bendición a tu vida, ni salud a tu relación de pareja. Si amas a tu novia(o)

más que a Dios, entonces ten por seguro que tarde o temprano perderás a la persona que según

tanto amas. Pero si ambos aman a Dios, entonces podrán caminar juntos, porque las prioridades

serán las correctas en sus vidas y podrán tener una verdadera comunión de pareja. Observa antes

que nada dónde está el corazón de tu pareja, pues te dará un buen indicio de la voluntad de Dios.

Todos estos aspectos los podemos ver en la historia de Isaac y Rebeca (Génesis 24),

aunque claro La Biblia nos muestra en ese relato un caso extremo, pero muy revelador. Ninguno

de los dos se conocía antes de unirse, pero para ellos lo importante era la voluntad de Dios.

Rebeca fue dócil y obedeció la voz del Señor, y accedió a dejar a su familia y el mundo que le

rodeaba para ir con el mensajero de Abraham (Quien es un símbolo del Espíritu Santo), quien

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antes de ver la belleza física de la muchacha tomó en cuenta su buen corazón, pues ella no

solamente le dio de beber a él, sino a todos sus camellos sin que él se lo pidiera. Ambos eran de

la misma parentela (Del mismo pueblo de Dios) y ambas familias estuvieron de acuerdo en esa

unión. Hubo bendición material y espiritual en todo tiempo. Cuando Isaac vio a Rebeca y la llevó

a la tienda de su madre, dice la Biblia que "La amó", esto es que se enamoró de ella. En estos

tiempos parecería una locura: ¿Cómo fue que se enamoró de ella sin conocerla? ¡Ah! Dios es

sabio y conoce todas las cosas y puso amor en ellos. Así que no temas, Él nunca te dará una

pareja que no ames, Él conoce tus preferencias y anhelos mejor que tú, Él siempre te dará lo

mejor para ti y cubrirá, inclusive, todos los demás aspectos de atracción física y afinidad. Si

buscas al Señor y su voluntad en tu relación de noviazgo, Él te mostrará el camino, solamente

debes estar atento a su voz.

Con todo esto no quiero decir que un "noviazgo cristiano" es aquel que carece de

problemas, y que todo es perfecto y “de color de rosa”, mucho menos cuando se llega al

matrimonio. Pero si los dos ponen en primer lugar a Dios y buscan su voluntad, ustedes mismos

sabrán qué hacer con respecto a su noviazgo y tomarán la mejor decisión para sus vidas.

Recuerda, tu decisión para casarte con tu novia(o) no debe depender de cuánto conoces a tu

pareja, sino cuánto conoces de la voluntad de Dios sobre tu relación de noviazgo. Así podrás ir

hacia el matrimonio con confianza, seguridad, sin incertidumbres ni temores, y podrás ver la

bendición en tu hogar, en tus hijos (A quienes desde ahora estás haciendo dichosos o

desdichados) y en todo lo que Dios te permita vivir en el futuro.