EL MUNDO ESPIRITUAL DE LOS SELK’NAM Volumen II

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Martín GusindeSERINDIGENA ediciones.

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Martín GusindeEL MUNDO ESPIRITUAL

DE LOS SELK’NAMVolumen II

Serindigena Ediciones

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E. La ceremonia del Klóketen

Las a menudo repetidas ceremonias del Klóketenconstituyen un importante sostén para el orden socialimperante. Al margen de ello, y en tanto se refieren a losexaminandos mismos, son indudablemente una continuaciónde la educación paterna, Pero como los selk’nam lasfundamentan exclusivamente de manera mitológica,consideré correcto incluir su descripción en este lugar.

Desde ahora ya llamo la atención sobre la extensióninusualmente amplia que ha alcanzado mi exposición de estacelebración secreta, Lo hago para defenderme del posiblereproche de verbosidad. Pero no temo ese reproche, puespuedo contar con la aprobación de la mayoría a esta rigurosaexactitud en la descripción de las instituciones que hastaahora estaban ocultas a los ojos de los europeos y que, noobstante, influyen tan profundamente sobre toda la vidatribal. A ello se agrega en especial el desgraciado hecho deque, precisamente la ceremonia del Klóketen a la cual asistípersonalmente durante el invierno de 1923, fue celebradaprobablemente por última vez por los escasos sobrevivientesdel pueblo selk’nam. Puesto que, desde entonces, la muertearrancó de este pequeño grupito de hombres a variosancianos, buenos conocedores de las tradiciones tribales, seríahoy en día absolutamente imposible repetir el Klóketen conla complejidad de organización transmitida por los mayores.

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a. Toma de conocimiento de la ceremonia por partede los europeos

Las celebraciones de los pueblos naturales, de característicasa menudo extrañas, raras veces son conocidas y valoradasdebidamente en su importancia para la tribu por los viajerossuperficiales. Se las tilda de magia barata, de aparición defantasmas o del “diablo”1. Los aborígenes mismos evitantemerosamente comentar el asunto central de aquellasceremonias secretas si se encuentran presentes mujeres yniños; en público nunca se habla de ello. Su reserva frente alas mujeres es la más estricta imaginable.

Los aborígenes mismos evitan temerosamente comentar elasunto central de aquellas ceremonias secretas si se encuentranpresentes mujeres y niños; en público nunca se habla de ello.Su reserva frente a las mujeres es la más estricta imaginable.

Sería totalmente imposible para los europeos observarocasionalmente estas ceremonias para hombres, pues losindígenas sólo se reúnen en lugares distantes y ocultos. Du-rante la celebración vigilan atentamente día y noche, paraque ningún intruso ose acercarse sigilosamente. Si alguienen esas condiciones se aproximara más de la cuenta, seexpondría al peligro de perder la vida 2. Pero, de todos modos,de la larga serie de estancieros y comerciantes, de buscadoresde oro y trabajadores, ninguno hubiera tenido la suficiente

1 En la obra de BORGATELLO (C): 76, aparecida en 1924, aún se menciona larepresentación de hombres enmascarados como ‘visualizacion del diablo’, a pesarde que BARCLAY a); 74 ya había descubierto en 1904 la verdadera naturaleza de

esos “espíritus”.2 Durante los primeros días de nuestra celebración del Klóketen me informaron,

con excitación aún no calmada que, alrededor de 1905, un tal PEDRO BARRIENTOS,administrador de la estancia Río del Fuego se había acercadoa la laguna dePescados. Estaba buscando a un indígena empleado en la estancia, sin saber queallí se realizaban ese año las ceremonias. Completamente desprevenido, se acercó

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compenetración en estas cosas. Aún hoy pueden oírse losjuicios valorativos más extraños acerca de los aborígenes ysus costumbres. La mayoría se complace en expresiones llenasde presunción despectiva sobre el “tremendo e irremediableatraso de los indios”.

1. Las primeras noticias de la celebración del Klóketen

La expresión “Kl8kŸten”, según su significado original,designa al candidato propiamente dicho de las ceremoniaspara hombres; es decir: al muchacho que participa porprimera vez como iniciando, de manera más bien inactiva, ocomo miembro pasivo. Este muchacho es, durante su estadíaallí en la Choza Grande, “un Klóketen” y lo sigue siendo hastaque su iniciación como adulto finalice. Desde mucho tiempoantes el candidato previsto para las ceremonias es prevenidopor algunos hombres: “El próximo invierno serás un Klóketen.—¡Cuando hayas sido un Klóketen, podrás casarte!”

Un segundo significado de este nombre propio ha llegado aser mucho más usual... De acuerdo con éste, “Klóketen” estoda la celebración propiamente dicha. En este sentido,Klóketen sería entonces la celebración de las ceremonias deiniciación de los jóvenes a la pubertad —o ritos de iniciación—

a la Gran Choza erigida aquí, sin haber siquiera visto el campamento. Estosucedió una mañana, cuando la mayoría de los hombres estaba de cacería. Lospocos ocupantes de la choza, sorprendidos, se levantaron enfurecidos y se hicieronde leños encendidos, arrojando al desprevenido administrador brasas y leños,gritando al mismo tiempo amenazantemente. Este corrió lleno de pánico hasta sucaballo y emprendió la fuga. ¡Sólo al cabo de muchos meses logró saber este hombrequé significado tenía la choza a la que se había acercado inadvertidamente! Si bienlos indígenas se enteraron pronto de que el administrador no tenía ningúnconocimiento de la ceremonia secreta, y menos aun había tenido la intención de herira los hombres con su presencia, durante los años siguientes estuvo permanentementeen peligro de muerte, pues la excitación general no cedía. Ver TONELLI: 98.

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y los juegos de los hombres adultos, incluyendo todos losdetalles usuales y las apariciones de los espíritus3.

Con toda razón se puede preguntar ahora de qué maneralos europeos han tenido noticias de la ceremonia del Klóketen.A ello pudieron conducir incluso los fenómenos secundarios,muy llamativos y accesibles a todos. En el transcurso de unaño, los hombres se refieren durante las charlas ocasionalesa la última reunión, o determinan la época de la próximaasamblea. Discuten el éxito de la iniciación de undeterminado candidato, o se expresan acerca de tal o cualmuchacho, que pronto podría ser convertido en candidato.Si se da la casualidad de que un muchacho en estascondiciones esté sentado en la rueda, los ancianos gustanhablarle con visible seriedad: “Bueno, ¡el próximo inviernodebes ser un Klóketen!” A otro pillo incorregible lo amenazancon insistencia: “Espera, pronto te convertirás en Klóketen;¡allí te quitarán de una vez por todas tus travesuras y tuscaprichos!” Como resultado de estas palabras amenazadorasun temor incierto blanquea las mejillas del muchacho, queanda cabizbajo. La gente joven que pronto estará de turnocomenta entre sí este destino incierto, lo mismo que susmadres, pues ellas ven aproximarse esta dura prueba parasus hijos. A los estancieros radicados en la Tierra del Fuegono podía pasárseles por alto que la mayoría de los indígenasse concentraba repentinamente, y en grupo compacto, enun lugar oculto, y permanecía allí por un tiempo prolongado.¿Por qué no debiera darse la circunstancia de que algúnindígena haya revelado la razón de esta reunión?

3 Las diferentes acepciones de la palabra no son acentuadas suficientemente porlos informantes anteriores. También difiere mucho la ortografía de este nombrepropio. Ver BARCAY (A): 75, COJAZZI: 31, 34, BEAUVOIR (B): 206, FURLONG (D): 224 GALLARDO:331, TONELLI: 38 Y OTROS.

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Desde que los hijos del pastor THOMAS BRIDGES fundaron suestancia en Puerto Haberton, adquirieron un abundanteconocimiento de la cultura selk’nam. Probablemente debanellos ser señalados como los primeros europeos a quienes losindígenas confiaron la existencia y variados detalles de unaceremonia reservada a los hombres; y sin embargo, no existenconstancias al respecto procedentes de su pluma4.

Durante una conversación mantenida en febrero de 1919,GUILLERMO BRIDGES me señaló que, en otoño de 1913, él mismohabía pasado toda una noche en la Choza del Klóketen, yque su hermano LUCAS había pasado algunos días allí, enotras oportunidades. Ya en 1902, este último había podidoparticipar de las ceremonias, más como examinando quecomo espectador. Si bien después de aquella oportunidadparticipó en otras ceremonias, sólo pudo observar a unospocos de los espíritus del Klóketen, porque sólo se quedó poruno o por muy pocos días en la choza secreta, Todos losviajeros posteriores acostumbraban aprovechar extensamentela experiencia que los hermanos BRIDGES habían reunido ensu largo trato con los indígenas Ninguno de ellos pudoinformar nada sobre estas celebraciones por participaciónpersonal en ellas.

2. Los informes existentes hasta ahora

Los primeros informes sobre esta ceremonia secreta deninguna manera provienen de la experiencia recogida en unaparticipación personal de sus autores. Es cierto que de algunamanera sustentan mí propia descripción, pero deben ser

4 En el manuscrito de LUCAS BRIDGES (a), que pude estudiar en el Museo MITRE deBuenos Aires, tampoco hay indicio alguno. Ver Catálogo Razonado: I, 164.

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rectificados en muchas ocasiones. Por lo tanto, no puedodejarlos totalmente de lado, por más escasos y defectuososque sean. Pero sólo me detendré en ellos brevemente.

Cuando una noche, en la Choza Grande, la conversaciónrecayó sobre los BRIDGES. los hombres me confirmaron queaños atrás GUILLERMO BRIDGES había llegado a las cercanías delcampamento donde se celebraba el Klóketen, sin saberlo nidesearlo. L-a excitación de todos los presentes por suaparición casi no podía ser dominada. Pues los hombrescreían que había llegado con la intención de espiarlos en eselugar. Recién cuando surgió la certeza de que sólo se habíaextraviado, los espíritus revueltos comenzaron a calmarse.Así le ofrecieron hospedaje por esta noche en una choza, y,es más, también lo invitaron a la Choza Grande, luego dehaberle tomado la promesa de un silencio absoluto. Una vezen ella, mandaron aparecer un \œ’œrte para mostrarle cómoéste causa a las mujeres variadas molestias. Durante la noche,los presentes comentaron entre ellos los acontecimientos deldía transcurrido A la mañana siguiente, BRIDGES siguió viaje.Estaba acompañado de su hija y —con gran torpeza— habíasolicitado también la admisión de ella al círculo de loshombres. Por supuesto que éstos opusieron una resistenciainquebrantable a lo que consideraban una impertinencia, yla chica fue alojada en una choza con las mujeres. En estafugaz confrontación, GUILLERMO BRIDGES no pudo descubrir niespíritu ni sentido, ni origen ni finalidad de esta ceremonia.

Algunos años antes, LUCAS BRIDGES ya había sido invitadopor los indígenas a participar de las reuniones secretas. Deacuerdo con lo que debo deducir de los comentarios de éstos—hablaron conmigo a comienzos de junio de 1923—, su

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intención era la de obtener un buen botín. Pues cuando aquelestanciero había aceptado la invitación, exigieron de él unabuena subvención en forma de alimentos. Cuando lascelebraciones ya estaban bien en marcha, BRIDGES aparecióun día en el campamento y fue en seguida llevado a lareunión. Los hombres tuvieron especial, cuidado en evitarque las mujeres se enteraran de aquel suministro de alimentospara la Choza Grande. Durante los tres o cuatro días que L.BRIDGES permaneció allí llegó a ver varios de los “espíritus”;pero del significativo mito de su origen no logró enterarse5.

En su trato cotidiano con los indígenas, los hermanos BRIDGES

han ampliado en algo su saber sobre esos ritos secretos.Incuestionablemente se convirtieron en la fuente deinformación para casi todos los viajeros que más tarde semovieron por aquella región remota. Lo que hoy en día leemosen las obras de BARCLAY, COJAZZI, FTXRLONG, GALLARDO y otrosacerca del Klóbeten se debe casi exclusivamente a los informesproporcionados por estos dos hermanos.

Con sorprendente claridad informa ya BARCLAY (a): 74 acercade la “Legend of the Sun and Moon”, sin relacionarla emperocon el mito del origen de esta celebración. En cambio enumeralos nombres y propiedades de siete “espíritus”, agregando elsumamente importante juicio global que “the cuít of themysterious beings does not reach the dignity of a religión”.Cuatro años más tarde se publican los apuntes mucho másbreves y muy imprecisos del misionero BORGATELLO6. Los dos

6 Su tratado ReüqiQser Glaube der Alacalufes und der Onas es del 7 de marzo de1908 (en: SN: XIV. 255). Su última obra Nella Terra del Fuoco, 76 (Turin 1924) repiteel mismo juicio acerca de esos espíritus. Ver asimismo la nota L.

5 Ocasionalmente comentó sus impresiones con AGOSTINI: 286, cuando éste viajópor aquella región.

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espíritus “Czortu y Alpe” son, según su criterio, objetos decreencia religiosa, bajo la forma de “diablos” realmentevivientes, que actúan en contraposición con un espíritu bueno,el Dios de los selk’nam. Las insignificantes insinuaciones deE. HOLMBERG ta): 57 no merecen ser citadas aquí. El cuadrolleno de contenido que pinta FURLONG (d): 224 fue extraído delas conversaciones con BRIDGES, pero tampoco aquí se divisanaún, ni mucho menos, la finalidad y las partes esenciales dela ceremonia secreta. Aunque no lo menciona, tambiénGALLARDO: 328 ha obtenido su saber de los largos intercambiosde ideas con LUCAS BRIDGES, llenando los muchos huecos concomentarios fantasiosos. Su acompañante, el ornitólogo R.DABBENE (b); 270, debe sus conocimientos a otro de los viajerosque los acompañaban, BARCLAY. De este modo ya no puedeextrañar la casi textual coincidencia de los informes de estostres. Una cierta cantidad de nuevos elementos esenciales dela ceremonia del Klóketen son mencionados por COJAZZI: 31,que se los debe a los “proíessori salesiani TONELLI e GARBA JAL

(che) udirono tutto ció dai fratelli LUCA e GUGLIELMO BRIDGES”.BEAÜ-VOIR (b): 206 no supo agregar nada a los detalles yaconocidos. Tampoco AGOSTINI; 283 va más allá de los informesya existentes7.

Los esfuerzos aplicados hasta ahora para descubrir yclarificar el secreto del Klóketen no pueden ni deben sermenospreciados de ninguna manera. Ellos permitieron alespecialista intuir de alguna manera la finalidad y el sentido

7 Las tergiversaciones literarias del ripo mas repugnante, que un tal LeoamBRUHI. se atreve a presentar a sus tutores rioco exoertos en c”«J*tJrinpsantropológicas bajo el título Der Dümon der Kl8kŸten en el semanario Díe GriinePosl, N? 47. página 10. Berlín, 18 de noviembre de 1928, ¡deberían ser penadas porla policía de prensa!

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de la celebración. Pero, dado que ninguno de los testigosenumerados obtuvo sus conocimientos de la experienciapersonal, y puesto que además los hermanos BRIDGES nuncase esforzaron por presenciar aquella celebración en sutotalidad, nuestro saber acerca de ella quedó, hasta hoy,lamentablemente incompleto e incierto.

3. La participación directa de europeos

Aún hoy los indígenas rodean de rigurosa reserva sucelebración secreta. Los llena de una especie de orgullo triballa circunstancia de que para los europeos haya quedadooculto su conocimiento exacto y su comprensión cabal.Celebran las ceremonias en escondites muy poco accesibles,para no ser molestados por mirones entrometidos. A mímismo me dijeron abiertamente en la cara, casi con reproche,como si hubiera sorprendido su buena fe: “Contigo hemoshecho una excepción que muy raras veces hacemos,permitiéndote ingresar a esta Choza Grande. Hasta que elúltimo de nosotros —los hombres selk’nam— caiga en latumba, deseamos que este secreto sea preservado de lasmujeres. Por eso no dejamos entrar a ningún europeo quepudiera revelarlo. Observamos rigurosamente a losmuchachos jóvenes, y quien osara delatar algo, sería ultimadoinmediatamente. También a ti te advertimos severamente;¡en caso contrario te sucederá lo mismo!” Ciertamente, laseriedad de sus semblantes, la fuerza de sus palabras y lasangre caliente de estos hombres fueron para mí más quesuficientes, como para no menospreciar lo aventurado demi empresa.

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El mismo empeño y cuidado que los ancianos ponen enla determinación del lugar de reunión, lo ponen también enla elección de los candidatos. “Primero observamos muycuidadosamente si el muchacho sabe callar, si muestra poderde reflexión, y sí ya ha dejado de lado la charlatanería de losniños. Si aún nos parece atolondrado y excesivamente locuaz,lo posponemos por algunos inviernos, hasta que nos puedaofrecer la seguridad de guardar el secreto.” Por lo tanto, loshombres sienten gran satisfacción porque ni las mujeres nilos odiados europeos hayan podido arrancar el velo delmisterio de sus ceremonias más hermosas. “Más de uneuropeo nos denigra y se mofa de nosotros, porque vivimosen chozas y nos vestimos con pieles. Tenemos que dejarloshablar, porque de lo contrario se valen de la fuerza. Peronosotros poseemos más de lo que ellos creen: ¡No permitimosque tales fanfarrones se enteren de nuestras antiguasleyendas y de las ceremonias del Klóketen!” Con estaspalabras se desahogó MINKIGL después de haberse deshechode un jornalero presumido con el que se había encontradoen una cabalgata hacia la vecina estancia, durante la últimacelebración del Klóketen. (Nota del traductor: Se trata de lacelebración del Klóketen anterior, efectuada en 1919 ó 1920,ya que MINKIOL fue asesinado en el invierno de 1921.) Talessucesos hacen que el indígena se muestre muy reservado.

Sin embargo, saben apreciar correctamente la conducta deun europeo razonable. Si tal europeo se muestra digno deello, no escatiman las pruebas de su confianza. Durante laultima ceremonia del Klóketen me contó TENENESK lo siguiente:“Mi primera esposa vivía aún cuando un barco fue arrojadopor la tormenta a la costa oriental de la Isla Grande. ¡Un

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oleaje tan alto como en aquel entonces nunca más se vio! Elbarco se quebró en dos. Mucha gente pudo ponerse a salvonadando hacia tierra. Nosotros les dimos carne, pues notenían nada que comer. Al cabo de cuatro días llegó otrobarco y todos los blancos se fueron con él. Sólo uno se quedó,un hombre joven, alto, de tez clara. Le gustaba estar entrenosotros, por eso no se fue con los otros. Desde entoncesvivía con nosotros y aprendió a hablar nuestra lengua. Mástarde quiso tomar una esposa selk’nam. Nosotros loapreciábamos y estábamos de acuerdo que eligiera aquí unamujer. Pero antes de ello debía ser primero un Kíóketen.Cuando nos reunimos nuevamente para las ceremoniassecretas, esta vez junto al Lago Fagnano, ese europeo tambiénvino con nosotros y participó como Klóketen. Muchas lunasya estábamos reunidos en la Choza Grande. Aún no habíaconcluido el festejo, cuando el blanco murió. Allí mismo loenterramos. Había sido un hombre bueno. Justamente por esole permitimos vivir entre nosotros y tuvo que ser un Kíóketen.Nunca antes los ancianos habían permitido que un Kœl6otpisara la Choza Grande. Si alguno se hubiera acercado a ella,hubiera sido ultimado. Pero toda la gente estimaba a estehombre; ¡era un hombre bueno!”8. Por consiguiente aquelinglés, cuyo nombre no se llegó a conocer, fue el primerKloketen de origen europeo. No se protocolizaron losconocimientos y la comprensión que puede haber adquiridodurante aquella celebración. Su favorable disposición decarácter, unida a una conducta intachable, lo habían

8 Sin lugar a dudas se trata de aquel inglés que después del naufragio del “fineEnglish ship, the Duchess oí Albany, on the north-east Coast oí Tierra del Fuego,.had gone away with the Oria Indians.,”, como lo informa LAWJIENCE con fecha 5 desetiembre de 1893 (MM: XXVII, 183; Londres 1893). El accidente había ocurridodurante el invierno de 1893.

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recomendado a toda la tribu como persona digna de confianza.Condiciones similares determinaron la admisión de LUCAS

BRIDGES. Muchas veces escuché decir que “siempre fue unbuen amigo para nosotros, estuvo siempre dispuesto a prestarayuda a nuestra gente”. Ha sabido ganarse su confianzadurante muchas recorridas en su compañía, y por el buentrato que les dispensó en la estancia. Si bien su hermano setopó sólo casualmente con una reunión del Klóketen, tambiénél era considerado por los indígenas como un amigo dignode confianza, por lo que le permitieron presenciar por unanoche las representaciones de sus espíritus.

4. Mi acceso al conocimiento de estos secretos

Los tres europeos mencionados no habían visto el desarrollototal de la ceremonia del Kloketen. En ningún momento dudéde mi obligación de lograr, si fuera necesario por la fuerza,mi participación personal en la ceremonia, aunque para ellodebía hacer importantes sacrificios.

Ya en mi primer viaje me percaté de que un trabajo exitosome sería posible ante todo con el grupo afincado junto alLago Fagnano. Ciertamente había logrado introducirme bienen el grupo, pero hablar del Kloketen, de cuya existenciasabía por los apuntes de viajeros anteriores, me pareció aúndemasiado prematuro. En el verano siguiente, 1919/20,nuestra relación de amistad se hizo más estrecha aún. Dosaños después, durante mi tercera expedición, me hablaronque pensaban celebrar sus ceremonias secretas en el inviernosiguiente. Durante la celebración planeada para junio de1922, TENENESK tenía el derecho de ocupar la función deinspector (guía, organizador, líder, presidente). Por tal razón,

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y durante una breve visita junto al Lago Fagnano, yo habíacomenzado a negociar con los hombres. Entre otras cosas,ellos decían: “De ti sabemos que te someterás a todas nuestrasexigencias9; ¡pues de lo contrario no hay nada que hacer!Como eres nuestro amigo, te convertiremos en un ‘Klóketen’.Así podrás ver nuestra hermosa celebración, que supera todolo que te han mostrado los yámana...” ¡Aquí los impulsonuevamente su celoso orgullo! Ellos mismos me urgían queno dejara pasar esta rara oportunidad, pintándome losmilagros de sus ceremonias secretas con los colores másbrillantes, por cierto sin revelar detalles. Me mantuvereservado, pues hacían inequívocas alusiones a larecompensa que estarían obligados a exigir de mí.

Por esta vez ya no era posible prolongar mi estadía eneste campamento hasta el comienzo del invierno, pues habíacelebrado un convenio con los yámana, para encontrarme afines de febrero de 1922 con ellos junto al Canal de Beagle, afin de participar de su celebración de iniciación y de susceremonias secretas para hombres. En cambio hice a losselk’nam de ese lugar otra proposición: la de regresar alcampamento una vez finalizadas aquellas ceremonias,siempre y cuando los festejos del Klóketen se realizaran. Loshombres se mostraron conformes. Repetidamente puseénfasis en que aceptaba su invitación, pues demasiadoconocía yo lo incierto de las decisiones indígenas. No es quemodifican sus propósitos por mala voluntad, sino que son,más bien, esclavos del momento. ¡La tierra donde viven los

9 Para granjearme su benevolencia, había informado a estos indígenas, poo antes,sobre mi participación al año anterior en las ceremonias de iniciación de los yámana.En esa oportunidad subrayé mi subordinación absoluta a todo lo que mandaba elorden del día de la ceremonia.

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ha convertido en seres tan cambiantes! Puesto que TENENESK

iba a ser, por derecho, el inspector (Nota del Traductor: Enlugar de jefe utilizo esta palabra, como podría serlo cualquierotra con similar significado, aunque debe quedar en claro quea ella no debe darse el alcance que tiene en nuestro mundocivilizado. No utilizo, además, la designación de jefe para lafunción, pues sólo se refiere a un cargo ejercido exclusivamenteen relación con la ceremonia del Klóketen, y con el fin de nocausar las dudas que generaron muchos otros escritosanteriores en cuanto a los presuntos liderazgos o existenciade caciques.) de la próxima celebración, me esforcéespecialmente en lograr su benevolencia, Él mismo ya se veíapreferido de los demás por abundantes regalos. Un día,nuevamente, iba y venía con paso pausado delante de suchoza, cuando se percató de mi presencia. “Sí”, dijo conamabilidad algo fingida, “si tú quieres ver nuestro Klóketen,deberás dar mucho por ello. Cada hombre espera un buenobsequio, ante todo yo mismo, que seré el inspector. De otramanera no te podremos admitir. Los festejos duran muchotiempo. Esta vez será especialmente hermoso: estoy planeandocosas que muy raras veces se repiten. Llamaré a mucha gente,y tanto más amena será la fiesta. ¡Un Klóketen tan hermosocomo el del invierno que viene hace mucho que no se ve!”¡Cómo sabía engatusar este viejo zorro taimado! Una buenaestrella me aconsejó en ese instante no destruir sus grandesexpectativas, pues, para lograr mi meta debía asegurarme atoda costa la amistad de aquel anciano influyente. Aldespedirme de este grupo, recordé a los hombres nuevamentesu promesa. Todos la confirmaron y me advirtieron: “¡Muchoexigiremos de ti, si quieres ver nuestra ceremonia del Klóketen,..!” Ya estaba yo preparado para eso.

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Pocas semanas después, el viejo TENENESK y su hijo,acompañados por cuatro hombres provenientes delcampamento junto al Lago Fagnano, aparecieron en laestancia de los hermanos LAWRENCE en Punta Remolino, juntoal Canal de Beagle. Tenían por destino Ushuaia ypermanecieron aquí dos días a causa del mal tiempo. Laintención especial de TENENESK durante este viaje era poner asu hijo al servicio de un argentino, para “que aprendamucho de los blancos y me mande a menudo tabaco”. Enesta oportunidad hablé nuevamente de nuestro convenio.Los indígenas siguieron aferrados a su propósito de iniciarpoco después de su regreso al campamento los preparativospara la ceremonia, y admitirme como candidato. Pero elcurso de los acontecimientos dio por tierra con todos nuestroscálculos. Mucho más de lo que yo pude suponer medemoraron mis trabajos entre los yámana; el invierno sepresentó este año excepcionalmente mucho más tempranoque lo común. Un grueso manto de nieve cubría ya lacordillera, cuando a fines de abril quedé libre para volver alcampamento selk’nam del Lago Fagnano. La época de lostraslados por angostos senderos del bosque y a través de lacordillera había pasado, hacía mucho. No me fue posibleparticipar de los festejos del Klóketen en este mismo inviernode 1922. Al año siguiente, los indígenas me comentaron quehabían aguardado mi presencia. Al mismo tiempo me enteréde que la fiesta no había transcurrido sin que se produjeranincidentes embarazosos.

Era a principios de abril de 1923 cuando en mi cuartaexpedición me encontré nuevamente en el campamento deese mismo grupo selk’nam, junto al Lago Fagnano. Poco antes

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había tenido la suerte de concluir satisfactoriamente con lostrabajos correspondientes al estudio de los yámana. Habríanecesitado urgentemente un descanso, pues debía enfrentargrandes esfuerzos. Pero de un día para otro una fuerte nevadapodía impedir definitivamente el paso de la cordillera. Estome impulsó a apurarme todo lo posible, y logré ¡legar sano ysalvo al destino propuesto. Ciertamente las largasperegrinaciones con estos indígenas testarudos, las dificultadespara vencer toda la resistencia opuesta a mi participación enlas ceremonias secretas, los complicados preparativos que seexigieron de mí, las pesadas y fastidiosas condiciones queestuve obligado a aceptar, mi constante preocupaciónpersonal acerca del éxito de toda la empresa, unida alpermanente temor de que los indígenas rompieran su promesao interrumpieran el juego abruptamente en cualquiermomento, y, por último, los peligros a que estaban sometidasmi salud y mi vida: todo eso era un precio realmente caropara el privilegio de ser el primer europeo que participara detodo el desarrollo de las ceremonias del Klóketen.

Una noche, mientras estaba rodeado de varios hombresinfluyentes —todos estábamos del mejor humor—, pasé ahablar disimuladamente de mis últimas experiencias entrelos yámana. El tono de mis palabras se hizo misterioso, puesquería aumentar la curiosidad. Con voz susurrante continuémi relato: “¡Allí entre los yámana he visto una hermosaceremonia, de la que sólo pueden participar los hombres!”La atención de mis oyentes crecía vertiginosamente y algunosse intercambiaban miradas significativas. Entonces les relatécon gran lujo de detalles el desarrollo de las ceremonias de

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Kina10. A continuación me alejé algunos minutos de la choza.Después de un rato volví a tocar el tema de aquellasceremonias, y concluí diciendo: “¡En ninguna otra parte delmundo hay celebraciones tan bonitas! Ni siquiera entre losblancos se encuentra algo parecido. ¡Aquellos hombres sonlos más astutos de todos!”Mis oyentes ya no podían retener lo que tan fuertemente

conmovía su interior. Pregunta tras pregunta se sucedían sincesar11; todas ellas contesté en el sentido de que las ceremoniassecretas de los yámana eran sencillamente inigualables. Conexagerado secreto les relaté los movimientos y la pinturacorporal de los diferentes espíritus, alabé la elasticidad de loshombres yámana al saltar y danzar, y, por último, noescatimé esfuerzos en ponderar aquella hermosa ceremonia.Los selk’nam ya no aguantaron más; su orgullo estabacruelmente herido, su ambición había recibido un durocastigo. Con exagerado afán, y durante un largo tiempo, meponderaron entonces las maravillas de su ceremonia delKlóketen, que superaba largamente aquella festividad de losyámana. No se daban descanso para enumerar todas aquellasfiguras que entran en escena entre ellos, ni para describir laspinturas corporales de los espíritus y sus movimientos. Luegodieron un giro a la conversación, para narrar la apacibilidadque hace de la comunión de tantos hombres en la ChozaGrande una cosa tan agradable, hablaron del manejo tanestricto que se hacía del orden del día para los examinandos,de la rigurosa vigilancia a que debía someterse al mundofemenino, y, por último, comentaron el rigor con que hasta

10 A la ceremonia secreta reservada a los hombres que aquí menciono asistí enmarzo de 1922, o sea poco después de mi visita anterior a este mismo campamentode los selk’nam (ver GUSINDE íql: 277)..

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entonces había sido preservado este secreto por los hombres.En su entusiasmo y en su afán por salvar el honor de toda latribu me dijeron, sin darse cuenta, muchas más cosas que lasque les podría haber sonsacado de otra manera.

Luego de machacar largo rato con este tema, su afándecreció un poco. Fingiendo un asombro insuperable, medeclaré vencido y sólo atiné a decir una y otra vez: “Sí, sí,todo eso no lo sabía. Todas esas cosas hermosas no las conocenni los europeos ni los yámana. ¡Pero Vosotros debéismostrarme todo eso! Yo regreso nuevamente al lugar dondeviven los yámana. ¡A ellos les narraré que vuestro Klóketenes mucho más bonito que su Kina!” Entusiasmados, todosasintieron: “¡Sí, hagamos nuevamente un Klóketen! ¡Cuandocaiga la primera nevada, verás cómo celebramos nosotros!”Siguieron ahora largas promesas y afirmaciones solemnes.Nuestra decisión parecía tan segura y determinada, que nadaen el mundo estaba aparentemente en condiciones demodificar algo.

Repetidamente incité a la gente a enviar pronto lasinvitaciones para el festejo programado, con el fin de obligara los indígenas a dar los primeros pasos. Pero esto no lespareció aún tan urgente. Comencé a tener dudas y reparos,pues el selk’nam es y será indeciso, a pesar de sus decisionesharto solemnes.

Durante la semana siguiente me mostré especialmenteamable y dispuesto a ayudar en todo; reía y bromeaba mucho,alababa más allá de todo límite cualquier mito y leyenda queme narraban. Acerca de la realización de nuestro planelaborado con tanto entusiasmo sólo se hablaba si yo mismodaba cuidadosamente pie para ello. Pero cuanto más incitaba

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a enviar las invitaciones, a fijar lugar y día del traslado, tantomás fríos y desinteresados se mostraron los indígenas.Nuevamente transcurrieron algunos días de total inactividad.Cada vez les llamaba yo la atención más insistentemente, yles señalaba los negros nubarrones que presagiaban unapronta nevada. Pero cuanto más entusiasmado los acosaba,tanto más indiferente se mostraba esta gente. ¡Este tipo deexperiencia constituye la preocupación más amarga delinvestigador...! Cuando traté de influir individualmente sobrecada uno de los hombres, me encontré con una infinitacantidad de inconvenientes, pues cada uno tenía algo queobjetar. Esta inseguridad torturante me desmoralizabaverdaderamente, pues ya duraba diez días y las perspectivaspara mí eran cada vez más turbias. Me pareció que urgíaproducir una rápida decisión.

El 14 de mayo de 1923, una mañana soleada, estuve sentadoen la choza del viejo TENENESK, en rueda con otros nuevehombres. El tiempo favorable seguramente nos había puestoa todos de buen humor. Ya había una gruesa capa de nieveen las orillas del Lago Pagnano. Debía arrancarlos de suindiferencia y ponerlos por fin en movimiento para el prontocomienzo dé las ceremonias del Klóketen. Por enésima vezpregunté: “¿Cuándo comenzamos finalmente? Por todaspartes ya ha caído mucha nieve. Ayer han venido otros doshombres jóvenes del Río del Fuego. Las mujeres y nosotroscomenzamos a aburrirnos. ¿Cuándo empezamos entonces?”Dificultosamente aparecieron otra vez las objeciones desiempre. ¿Es que realmente sentían eso, lo que afirmaban tanseriamente?: “La obligación de buscar alimento no nospermite un desarrollo ininterrumpido del programa de la

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ceremonia del Klóketen. Sólo somos pocos hombres. Montarel juego, mantenerlo en marcha y proveer simultáneamentela carne para nuestras familias tan grandes, es algo que nopodremos resistir. ¡Primero la vida, luego el juego!”12. Habíallegado el momento oportuno para tomar por sorpresa a loshombres: “Si sólo es cuestión de tener en reserva la suficientecantidad de carne, yo sé el remedio: daré a cada hombre queparticipe, sea casado o no, un cordero por cada tres días,aunque la fiesta dure todo el invierno. HALEMINK, por ser elinspector, recibirá además por cada tres días un paquetitode tabaco, lo mismo NANÁ, que también lleva un hijo a laChoza Grande en calidad de examinando; además TENENESK,que tendrá mucho trabajo y es el que mejor conoce todo eldesarrollo. Vosotros me habéis dicho que también en la ChozaGrande se necesita mucha carne. Ahora bien: todos loscorderos que se necesitan los pondré yo, ¡no sufriréisprivaciones en la Choza Grande! ¡También habrá siempretabaco a vuestra disposición!” Los ojos brillantes de loshombres se agrandaron visiblemente, y se podía sentir suaceptación. “Como debéis además cuidar de vuestras familiasy las mujeres trabajan duro durante la celebración delKlóketen, cada uno de vosotros recibirá para su esposa unpeso argentino (= 1,50 marcos) por cada tres días. Con estopuede comprar muchas cosas en una estancia. ¡Enhorabuena,ahora no faltará carne y podremos celebrar sininconvenientes! ¡Nos divertiremos con mucha carne y

12 Hubiera sido poco astuto señalarles en mi contestación que el año anteriorellos también habían celebrado una ceremonia del Klóketen y habían sabido proveera sus familias de la carne necesaria, ¡El fueguino es oportunista y aprovechacualquier circunstancia!

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tabaco!”13. Todos aprobaron bien dispuestos este plan.Aprovechando el momento, dije decidido: “Si estáis deacuerdo, ¡iré inmediatamente a la estancia de PASCUAL14, yarreglaré con él todo lo que debe surninistrarnos!’’ Sedeclararon conformes. Para evitar desde el principio cualquiersospecha, pedí tres hombres jóvenes, y en compañía de ellosabandoné inmediatamente el campamento.

Rápidamente me puse de acuerdo con PASCUAL CREMA.Calculamos que se necesitarían unos 300 corderos, pero alfinal consumimos 60 animales más.

Para ofrecer a los indígenas una prueba de lo que lesdepararía el futuro inmediato, llevé directamente conmigocinco corderos y varios paquetes de tabaco. Como despedida,en esta pequeña estancia fuimos agasajados por el bueno dePASCUAL con una simple sopa de porotos, pan seco y carne decordero hervida. ¡Cuan agradable y sabrosa era para mí la“comida europea”, luego de varias semanas obligatoriamentededicadas a la permanente igualdad del asado de guanacosegún la invariable uniformidad del menú indígena! Llegamosa nuestro campamento bien entrada la noche. Ver los corderostraídos por nosotros y empuñar los cuchillos ¡fue todo unopara esta gente! Rápidamente se esparció una densaatmósfera de asado por la choza de TEKENESK, donde se habíanreunido todos los ocupantes del campamento. ¡Eran de verselos chasquidos de lengua y el chuparse los dedos por todas

13 La fuerza de convicción de este argumento la había ensayado ya tres vecesentre los yámana. Allí probablemente nunca se habría llegado a la celebración deuna ceremonia de iniciación durante mi presencia, si yo no hubiera mantenidojuntos a los hombres proporcionándoles abundante alimento.

14 Este PASCUAL CHEMA, bien conocido de los indígenas, era en aquella época eladministrador de una pequeña estancia perteneciente a la misión salesiana cercadel Lago Fagnano. (Ver COJAKZI: 23.)

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partes! No les preocupaba que, al día siguiente, muchos deestos insaciables andarían con malestares estomacales, porquela carne de cordero asada, consumida en tales cantidades,mina la resistencia incluso de un estómago de indígena... Mevi llegado a la meta de mis esperanzas. Si una ligera dudame hubiera asaltado en ese momento, la inquebrantableglotonería de estos hijos de la naturaleza que me rodeaban lahubieran eliminado inmediatamente.

Durante los días siguientes comenté repetidamente miconvenio con esta gente. Los hombres tenían que saber queyo también sabía mantener mis exigencias. Se hablaba de unapronta mudanza al lugar que proponía TEWENESK. Dosmuchachos jóvenes tuvieron que ir al norte, con lasinstrucciones convenientes, con el fin de invitar a algunosresidentes de allá. Los iniciandos propuestos se mostraronrepentinamente silenciosos y pálidos.

Pero habíamos hecho la cuenta sin el posadero! Cuandocelebramos nuestro primer convenio, lamentablemente noestaba presente HALEMINK, que de derecho había de ser elinspector de la ceremonia. Tres días después que tomamosnuestra decisión apareció y fue puesto en conocimiento denuestros planes. Como era de prever, inmediatamente se opuso.En última instancia, lo hacía solamente por terquedad; despuésexigió para sí mismo una suma tan fabulosa que incluso sugente se asustó, a pesar de su escasa facultad para apreciarcantidades en cuestión de dinero. Decidido, le dije: “Si noquieres adherirte a lo que hemos decidido estos hombres y yo,puedes irte donde te plazca. ¡Si no participas, celebraremosnosotros solos!” Incluso junté valor e increpando a los demáshombres les dije con dureza: “Si no os conviene lo que os he

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ofrecido, me voy adonde está la gente del norte, ¡aquéllos síque me recibirán bien.. .! ¡Así que decidíos rápido!” Al principioreinó un silencio total. Después comentaron a solas entre sítodas las ventajas que tenían en vista. Al terco de HALEMINK leobsequié en seguida un hacha de hierro grande, de modo quese adhirió a nuestro convenio. Rápidamente mejoró laanimación general y todos manifestaban vivo deseo decomenzar cuanto antes las ceremonias.

Bajo reproches e insistentes reclamaciones se acercó el 21 demayo. La mañana se presentó con un cielo tinto en sangre, queprometía un día hermoso. La perspectiva de una jornadamagnífica ponía todo bajo buenos auspicios. Instintivamente cadauno comenzó a desarmar su choza. Inmediatamente comenzóla mudanza al lugar convenido, ubicado cerca de la Laguna dePescados. La caravana marchó hacia el este y, al cabo de treshoras, alcanzó la pequeña pampa escondida. En el linde delbosque, cada familia comenzó a edificar su choza. Por fin habríade empezar la celebración del Klóketen.

Con mucho trabajo y esfuerzo había conseguido imponer estecambio de campamento. De ahora en adelante debía afrontarnuevos sacrificios y preocupaciones. Durante largas semanas estossacrificios y estas preocupaciones rodearon mi lecho espartano;sólo el último día me abandonó el torturante temor de que toda laempresa pudiera fracasar o concluir abruptamente. Hoy puedogozar felizmente de la convicción de haber alcanzado una metaextraordinaria. ¡Destino de investigador!

b. Introducción y preparativos

Si bien yo era un completo novicio en lo que se refiere a laceremonia del Klóketen, no fui obligado a someterme al orden

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del día válido para los iniciandos indígenas. Por el contrario,pude gozar de la mayor libertad de movimientos. Así pudeponerme al habla con los hombres más experimentados, ypedirles que me fundamentaran las escenas individuales deeste multifacético drama, así como también que me explicaranel sentido más profundo de todas las instituciones l5.

1. Motivo y duración

Entre los yámana, la varadura de una ballena, como motivoextraordinario, traía consigo naturalmente y en casi todoslos casos una celebración de [ieâ5Œs o K7na. Entre losselk’nam, en cambio, antes como ahora, resultabafundamentalmente decisiva, como motivo último para lacelebración de las ceremonias del Kl8kŸten, la situaciónmomentánea y la consideración de los examinandos quehabían de ser admitidos al círculo de los hombres. Al margende ello, alguna circunstancia extraordinaria podía reunir amucha gente para esta celebración comunitaria.

La época del año más adecuada

Variados indicios señalan que el grupo del sur se reuníapreferentemente durante los meses de invierno, puesto quepara ellos la caza se facilitaba entonces considerablemente, yquedaba mucho tiempo disponible para los hombres. La erancantidad de nieve los mantenía en sus chozas, la restringidaposibilidad de ocuparse de algo se convertía en supliciopenoso. El aburrimiento exigía una distracción. En la parte

15 Ser considerado un verdadero Klóketen durante la larga duración de lasceremonias, lo pude evitar en beneficio de mi dedicación a la Investigación, aplicandomucha astucia y tacto. En esta oportunidad pensé en mi primera participación delas ceremonias de iniciación entre los yámana, en febrero de 1920. ¡Allí ni siquiera mepermitieron tomar apuntes o registros escritos! Ver GUSINBE (b): 150.

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norte de la Isla Grande, en cambio, las condiciones de cazaeran más desfavorables en invierno que en verano, y la espesacapa de nieve esparcida por las praderas abiertas resultabapoco favorable para la frecuente aparición de los espíritus.Para los miembros del grupo norteño resultaba entonces másconveniente realizar las ceremonias en la época veraniega.En aquellas oportunidades, escasas por cierto, en que la madrenaturaleza colmaba a los selk’nam de su riqueza, haciendovarar una ballena en las playas de la Isla Grande, la numerosagente tanto del norte como del sur acostumbraba iniciar enese mismo lugar la ceremonia secreta, pues entonces loshombres estaban liberados por mucho tiempo de lapreocupación por el alimento.

Los distintos motivos

La ocurrencia de sucesos extraordinarios tenía, por lo tanto,poca importancia, pero resultaba ser condición ineludible laexistencia de muchachos que estuvieran en condiciones desometerse a este examen. Cuanto más grande era la cantidadde muchachos, tanto más intensa era la participación de losancianos, y tanto más vivaz era todo el desarrollo. Si enalguna oportunidad se carecía de juventud masculina conedad suficiente, se bajaba el límite de esa edad. Comoconsecuencia de ello, era necesario esperar para la celebraciónpróxima hasta que los chicos se convirtieran en muchachos.

Introducir a la juventud masculina oportunamente en elgran secreto es lo que impulsa realmente y siempre a losindígenas a celebrar la ceremonia del Klóketen16. No eran los

16 Está obligación urgente de la comunidad tribal también es expresadaespecíficamente por TONELLI: 99, BEAUTOTR (b); 206 y GALLAPPO: 330.

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muchachos los que por sí mismos estaban obligados a darningún paso en ese sentido; al grupo —con más exactitud ala tribu como unidad— le cabía esta misión en toda suextensión. Para la tribu constituía una necesidad ineludibley vital formar a la juventud y convertiría en sostén confiablede las costumbres tribales, con el fin de asegurar lasupervivencia de todo el pueblo, según los cánones de estasreuniones secretas. La necesidad de asegurar su influenciapersonal y la propia autoridad eran la causa principal paraque cada hombre mayor velara celosamente a fin de que losmuchachos púberes no fueran privados por mucho tiempodel saber tan provechoso para ellos. En cualquier momentose podía citar fácilmente a una reunión, en tanto existieranmuchachos con edad apropiada. Además, cada padre teníael deseo especial de ver a su hijo incluido lo más rápidamenteposible en el círculo de los hombres en el goce pleno de susderechos, pues con ello sabía acrecida su propia autoridad.Por eso nunca se carecía de padres que entregaranvoluntariamente a sus hijos para aquella dura prueba.

En segundo lugar, y en medida no menor, impulsa a lacelebración el vivo deseo de comunidad social, ese “estar porfin totalmente entre hombres”, la necesidad de un intercambiode ideas totalmente libre entre las familias alejadas entre sí yque muchas veces no se ven durante largos meses. Aquí en laChoza Grande los ancianos pueden dedicarse libres derestricciones a extensas charlas. Disfrutan mucho narrandoacontecimientos de sus años mozos, de sus aventuras,cacerías y luchas, y encuentran a mucha gente joven que entodo momento les presta oído atento. Otro estímulo lorepresenta el encuentro con un caro amigo, que de otra

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manera nunca se alcanza. ¡Qué efecto regocijante para todostiene la presencia de un bromista, que no se hace rogar paraproducir en una amplia rueda todo su repertorio de chistes,cuentos y ocurrencias! Este goce vivificante de sociabilidadlo desean todos luego de un lapso de existencia habitualmenteuniforme y monótona. En no pocas ocasiones un cazadorpregunta al otro en un encuentro casual: “¿No habrá prontoun festejo de Klóketen...?”

De la misma manera, también entre las mujeres ha surgidola imperiosa necesidad de intercambiar opiniones, y en ungran campamento fijo hay muchas oportunidades para ello.Ciertamente, la época de reposo que se inicia entoncesrenueva toda la persona. Verdad es que en la choza quedauna buena cantidad de trabajo que hacer, y los espíritus delKlóketen les traen múltiples molestias, pero las continuasperegrinaciones, el constante ir y venir, todo eso se terminópor un tiempo. ¿Cómo no iban a mostrarse a favor de estascomodidades y de esta facilidad? ¡Mientras durase laexistencia del pueblo selk’nam, esta celebración tribal nuncahubiera sido postergada sin razón valedera, y menos todavíaolvidada! Impulsos demasiado numerosos y efectivos actúanpara preparar secretamente la siguiente reunión. Lacelebración del Klóketen se nutre de una intima necesidadsocial de estos indígenas, necesidad ésta que resultainalterable, y, por lo tanto, se evidencia como eficaz frenopara detener la decadencia de la institución.

Según consta, volvieron a celebrar estos indígenas —durantelos últimos diez años— una ceremonia del Klóketen en cadauno de estos inviernos, sin preocuparse por la escasa cantidadde participantes. A mediados de 1922 sólo pudo presentarse

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como único candidato el hijo del viejo TENENESK, pero la fiestaduró, no obstante, cuatro meses. En el invierno siguiente, amediados de 1923, tanto el grupo norteño como el sureñocelebraron separadamente su propia reunión. Entre aquéllosse inició un solo muchacho, y entre éstos hubo —además demí— dos candidatos. Henchidos de satisfacción por nuestrafiesta, los hombres exclamaban una y otra vez: “Esta fiestanos gusta extraordinariamente; ¡seguiremos celebrándolamientras sobrevivan algunos hombres de nuestra tribu!”

Su extensión temporal

De la misma manera que para fijar el momento de la iniciaciónde esa ceremonia resultaba decisiva la opinión general, y elhumor y el estado de ánimo o la afirmación determinante deun anciano influyente, eran estos mismos factores los que, porregla general, determinaban también la finalización de lareunión. Mientras dura ésta, en realidad nunca se habla de suterminación; porque aquí el tiempo no tiene importancia alguna,y todos dedican toda su atención al juego diario. Recién cuandocierto cansancio impulsa a uno o al otro a regresar a su terruño,cuando ha cesado la participación fresca y entusiasmada,cuando los actores se muestran ya más torpes en los papeles delos espíritus que les toca desempeñar, cuando, por último, elabundante temario para las charlas de los ancianos se haagotado, y cuando un cansancio paralizante se va apoderandode todos, entonces comienzan a sentir que seria apropiadoconcluir los festejos. Esta predisposición general permitemadurar en el inspector la decisión de finalizar las ceremonias.Los hombres abandonan la Choza Grande y en dos o tres díastodas las familias se han dispersado nuevamente.

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Al igual que acerca de muchas otras cuestionesparciales, nada concreto puede decirse sobre la duración que,en cada caso, tienen las celebraciones secretas. Durabanora cuatro, ora diez meses o más, según la importancia quetenían nuevos imprevistos17. Pues además de los problemasde alimentación, para el indígena resultan tambiéndeterminantes el humor del momento o su estado de ánimo.Si en un amplio radio alrededor del campamento comienzana escasear los animales de caza y ya no alcanzan paraalimentar a todos los participantes, esa sola circunstanciapuede conducir a la inmediata terminación de lasceremonias, pero la mayoría de las veces lleva al traslado detodo el campamento a otro sitio más favorable.Si hoy en día se interroga a los ancianos sobre sus antiguos

festejos del Klóketen, se obtiene casi siempre la mismarespuesta: “¡Nuestros mayores los celebraban durante tantaslunas como les placía!” No era raro que las ceremoniasdurasen más de un año entero. Hace medio siglo atrás lapoblación era muchísimo más numerosa que ahora. Con brilloen los ojos, me contó TENENESK: “¡Cuando yo fui Klóketen,todavía había muchos, muchos hombres! Venían de todaslas regiones de la isla; a cada rato llegaban nuevos grupos,hombres y más hombres. Casi no tenían cabida en la inmensaChoza Grande. ¡Ésa sí que había sido una fiesta hermosa!Dos veranos y un invierno estuvimos reunidos. Hoy, cuandosomos sólo tan pocos, pienso lleno de nostalgia en tantos ytan magníficos hombres, en todos los que entonces jugabanentusiasmados e incansables en la inmensa choza”.

17 AGOSTINI: 285, BAKCLAY (a): 75, BEAUVOIR (b): 207, CQJAZZI; 36, GALLABDO; 332 yTONELLI: 89 difieren aquí notoriamente entre sí.

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Para cualquiera que participe de estas ceremonias rige unabuena cantidad de obligaciones y derechos. La Libertad demovimiento de los hombres adultos y el derecho de propiedaden general están reglados por costumbres antiquísimas.Incondicionalmente se somete cada uno al orden reinante,los hombres a la dependencia de su inspector, las mujeres ylos niños a la dependencia de los hombres, todos unidos y deacuerdo en la finalidad de celebrar esta fiesta.

Reglamento general

Todo hombre que alguna vez ha satisfecho las exigencias paralos candidatos durante esta iniciación de los jóvenes, tiene porvida el derecho’ de participar de las ceremonias secretas. Estalibertad es general. De ello se deduce que a raíz de una celebracióndel Klóketen quedan levantadas todas las restricciones detránsito por los límites de las posesiones familiares. Así segarantiza en cada caso el paso libre de cualquier familia.

No obstante, no se sobreentendía que en una fiestaorganizada por la gente del norte participaran en todos loscasos representantes del grupo sureño. Ciertamente, secelebraba mucho si, a la ceremonia propia, se adhería buenacantidad de vecinos 18. Pero la innegable y drástica separaciónexistente entre los dos grupos también se nota claramente eneste aspecto, de modo que sólo en casos poco frecuentes sepresentaba una nutrida delegación de hombres a la

2. El derecho de participación

18 Se enviaron algunos mensajeros a visitar algunas familias vecinas, con el fin delograr su participación en la siguiente celebración. El hechicero intentó atraermediante su canto a un grupo de gente. Por último, durante el desarrollo de lacelebración, algunos hombres fueron a otro campamento, para lograr nuevosparticipantes refiriéndose a la brillantez de las celebraciones.

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celebración del grupo vecino, y casi nunca participaba delprincipio al fin“. Variadas razones explican esta conductaen ambos casos. Los celos constantemente avivados entre estosdos grupos a veces debían llevar la conversación a tocar eltema de la fiesta del Klóketen, con sus muchos detalles. Losunos seguramente creían saber y hacer las cosas mucho mejorque los otros, y la disputa finalizaba entonces con el desafío:“(Pues venid y observad nuestra próxima ceremonia!” A loque los otros respondían: “Bien, vendremos paraconvencernos. ¡Y vosotros estáis invitados para participar denuestros festejos!” La rigurosa separación entre los gruposnorteño y sureño, y entre estos dos y los haus, explica laexistencia efectiva de algunas diferencias locales en lasceremonias del Klóketen19.

Participación efectiva

Luego de haber aprobado su examen, ningún hombre esprivado de participar de estas ceremonias en los añossiguientes, pero de la misma manera tampoco es obligado aparticipar, aunque, en realidad, probablemente nunca dejaráde concurrir, para no perder muchas de las ventajaspersonales. Una comunión tan amena e íntima con tantoshombres que comparten la misma idea y que se han unidomás estrechamente aún para sostener su dominio sobre lasmujeres, no podría establecerse tan cordialmente en ningunaotra circunstancia de la vida tribal sino durante una reunión

19 Cada círculo mayor de amigos deseaba una participación más importante delos grupos vecinos. Cuanto mayor fuera la cantidad de presentes, tanto más vivazresultaría la ceremonia, tanto más agradables las reuniones, y más honrosa lafiesta para los organizadores. Después de largos periodos de paz, en las épocasinmediatamente anteriores a las ceremonias, solían reunirse hasta 250 hombres ymás, que provenían de las regiones de los haus, los selk’nam del norte y del sur.

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en la Choza del Klóketen. Para satisfacer totalmente lanecesidad de intercambio de ideas, se ofrece allí la oportunidadmás feliz, a la que se suma la no poco importante ventaja de“estar totalmente entre nosotros”. Por último no puede serindiferente para un hombre joven que las mujeres vean cómose mueve en el círculo de ancianos influyentes y competentes,pues así acrecienta su propio prestigio “público”.

La disposición de carácter de tal o cual indígena no es deningún modo de tipo tan favorable como para que, de vez encuando, no prefiera renunciar a las ventajas mencionadas,para estar a solas con su caprichosa terquedad. Una vez NANÁ

me había dicho que aquel círculo de ancianos en la ChozaGrande le era totalmente indiferente, y que sus metasparticulares le satisfacían mucho más. Pero cualquiera quese mantuviera alejado varias veces perdería el respeto de todala población, se le consideraría un ‘tipo raro’, se le evitaríacomo hombre insociable y, por último, lo dejarían gustoso ensu aislamiento voluntario. Descender tanto en la opiniónpublica repugna, sin embargo, a la conciencia de sí mismotan fuertemente desarrollada que cada selk’nam conservaaún. Por lo tanto, quien carezca del entusiasmo necesariopara unirse a los demás, no falta empero totalmente a losfestejos, pero crea para sus caprichos el campo propicio yendopor sus propios caminos, en períodos de algunas semanasdurante el transcurso de la fiesta, y regresandoocasionalmente a la Choza Grande. De nuestra fiesta en elinvierno de 1923, que tuvo una duración de dos meses,HALEMINK (que cultivaba una invariable aversión contraTENENESK) se alejó tres veces por algunos días. A su regresosiempre estaba de mejor humor.

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Atención especial merece la circunstancia de que lasenemistades personales o las desavenencias casi nuncaimpulsan a un hombre a mantenerse alejado, porque suadversario ya se haya hecho presente20, Pues allí donde tantosse reúnen, puede evitarlo fácilmente. De todos modos resultaextraño de ver cómo hombres, que en el trato cotidiano, pocoantes evitaban cuidadosamente encontrarse y pasaban porenemigos irreconciliables, se enfrentan allí en la ChozaGrande —ciertamente con recelo—, pero no dejan entrevernada de la profunda aversión que siente el uno por el otro yaunque llegara el caso de que la enemistad de ambos vencierasu reserva y se manifestara en un violento incidente, eso noimpediría que cada uno interviniera con toda su personalidadpara garantizar el logro de las metas de esta celebración.

Una noche se produjo entre TENENESK y HALEMINK una fuertediscusión, pues el hijo de HALEMINK dejó entrever claramentesu terquedad y TENENESK culpó de ello al padre diciéndole queno se había preocupado de darle al chico una educaciónadecuada. El inculpado no quiso dejar sin respuesta estasacusaciones, y el violento debate ‘se escuchaba en todo elcampamento. Para esta misma noche faltaba aún larepresentación de dos “espíritus”. Cuando se acercó elmomento permiso de agregar a los objetos etnológicosreunidos anteriormente la ceremonia, intenté primerosonsacar a los hombres astutamente el con el fin de satisfacerel orden del día.

20 El año pasado el terco BATEMINK, por pura enemistad con TENSNESK, no sólohabía permanecido alejado de ta ceremonia durante su mayor parte, sino tambiénhabía convencido a algunos hombres jóvenes a adoptar la misma decisión, por loque algunos se habían retirado.

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Cuestiones de propiedad

Cuanta cosa ingresa a la Choza Grande para ser utilizadacomo elemento integrante de la ceremonia, deja de ser propiedadparticular para pasar a ser patrimonio de la comunidad y delibre uso para la misma. Cada hombre tiene acceso sinrestricciones a la carne que cualquiera haya traído consigo comopresa, y nadie puede reservar para su uso particular exclusivouna máscara por el solo hecho de haberla fabricado.

De allí provino la extrañeza de los hombres cuando comencéa hacer hincapié en mi supuesto derecho de posesión. Haciael final de la pelea y aunaron sus esfuerzos —como si nadahubiera sucedido— para la actuación de éstos, los dos viejosinterrumpieron abruptamente algunas de las máscaras, conel fin de llevarlas a casa. ¡Sustraer subrepticiamente algunasde las máscaras me hubiera podido costar la vida! Pero todaslas razones que pude presentar, fueron consideradasinconsistentes, y no tuvieron en cuenta mi observación deque nunca había traicionado su confianza. Los hombresinsistieron en que todas las máscaras debían ser escondidasen el bosque, como lo exigía la antigua tradición. Entoncesjugué mi última carta y dije: “¡Entonces al menos puedollevarme estas dos máscaras de M0tan para cuya confecciónproporcioné unos hermosos trozos de cuero!”. Con todaseriedad me hicieron saber la rígida decisión: “Lo que entraen esta choza deja de ser patrimonio de uno solo. Aquícualquier objeto pertenece ahora a la Choza Grande, y todoslos hombres pueden servirse de él de la misma manera. Yano tienes derecho alguno sobre aquellas dos máscaras.¡Cuídate mucho de sustraer algo de esta choza. ..!”

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Al cabo de muchos días, mi deseo de adquirir al menos dosmáscaras me impulsó a intentar suerte nuevamente. Hicenotar que había entregado estos dos pedazos de cuero sólo atítulo de préstamo. Sonrientes, los ancianos rechazaron misobjeciones. Muy para mi enfado, uno de ellos dijo: “Si hubierasguardado estos trozos en tu choza, seguirían siendo tuyos;pero ya que los has entregado a la Choza Grande, ahorapertenecen a ella. ¿Por qué los has traído? ¡Te prevengoseriamente, no sustraigas nada de esta choza!” Para evitarproblemas mayores, acepté en silencio tal decisión adversa21.

Al individuo le queda, no obstante, el derecho de posesión sobresu vestimenta y sobre sus armas, así como sobre los utensilios quetrae de su choza para efectuar ciertos trabajos, pues estos utensiliosno son puestos directamente al servicio de las ceremonias, sinoque cumplen fines estrictamente particulares.

Exclusión de las mujeres

Cualquier tipo de participación formal de una mujer en estasceremonias es por derecho imposible y efectivamenteimpracticable. En estas cuestiones, los hombres demuestranposeer una rígida consecuencia. La tendencia de lasceremonias, orientadas con alto grado de severidad contrala parte femenina de la población, los celos a vecesembarazosos con que mantienen alejado a todos y a todo loque pudiera de alguna manera limitar su posición, nuncapodrían otorgar a una mujer la más mínima concesión, comolas que los yámana, por su parte, ya estuvieron dispuestos adar, según consta22. Ni siquiera debe surgir la idea de taíes

22 Entre ellos la seriedad del secreto de Kina ya ha cedido tanto que algunasmujeres están enteradas de la verdadera naturaleza de los espíritus. Entre loshalakwulup no puede ya hablarse de una mistificación y exclusión de las mujeresdurante las ceremonias para hombres. Ver GUSINDE (e): 40 y sigs.

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concesiones, como lo dejan entrever las severas amenazas alos candidatos23. En las ocasiones más diversas, el ancianoTENENESK nos increpaba a nosotros, los candidatos, confirmeza: “Nunca una mujer debe enterarse de lo que loshombres hacemos aquí en la Choza del Klóketen. ¡El últimode nosotros debe llevarse a la tumba este secreto de loshombres!”

3. Preparativos mediatos

Puesto que la vida tribal de los selk’nam carece de una uniónintima entre sus miembros, eran fuerzas más o menosindefinibles, imprevisibles, las que daban origen a laconcurrencia de muchas familias en un lugar adecuado, conel fin de celebrar una fiesta de Klóketen. Eso significa que,después de cierto tiempo, se convertía nuevamente enrealidad una celebración, sin regularidad tangible, sinobligación determinable por intermedio de alguna disposiciónde autoridad competente, sin instrucciones llamativas.

Primeros acuerdos

Si en algún grupo había muchachos adecuados que podíanser transformados en Klóketen, algunos hombres, pocos aiprincipio, después en mayor número, expresaban en susconversaciones que sería adecuado celebrar próximamenteuna fiesta. Los vecinos que se enteraban de estasconversaciones dejaban entrever que posiblemente en la

23 Cuando comenté que entre los yámana se permitía el acceso a la Gran Chozade los Hombres a ciertas mujeres, los selk’nam apenas podían dominar suexcitación. Profesaban serios temores de que desde allí pudiera provenir para suspropias mujeres el esclarecimiento de los juegos del Klóketen.

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próxima primavera habría una reunión. A este plan seadherían poco a poco otras familias, y pronto se corría lavoz por todas partes: “¡Al comenzar la primaveracelebraremos otra vez un Klóketen!”

Cuanto más se acercaba esa época, tanto más rápidamentese aclaraban muchas cosas. La cantidad de los que se decidíana participar crecía constantemente. Sin embargo, tambiénpodían despertarse los celos, y un grupo antagónico podíareunir tantos adeptos como para expresarse diciendo: “Entreaquellos de tal lugar la ceremonia del Klóketen es muyaburrida. ¡Mejor nos quedamos entre nosotros, porque aquítodo será más ameno!” Con esto, y en un abrir y cerrar deojos, se constituían dos reuniones diferentes, que ejecutabancon total independencia la ceremonia completa. El derechode reunirse en forma independiente, y con ello el aislamientode los demás, estaba garantizado a cada grupo por costumbresantiquísimas, aunque el motivo fuera solamente el espíritu deoposición o ios celos. A mi juicio, en esta garantía reside uninequívoco impulso creador, que nunca hubiera condenado ala decadencia esta importante celebración social.

Sea cual fuere el resultado final, algunas familias y gruposmayores o menores se ponían de acuerdo para reunirse enel momento convenido. Aparte de ello no se escatimabanesfuerzos para organizar una animada propaganda. Aconocidos y amigos se enviaban mensajeros con Invitaciones,y cada uno hablaba con sus anfitriones del plan concebidodurante las periódicas visitas. Si una buena cantidad dehombres comprometía su asistencia y si la época elegidalograba el beneplácito general, se había dado el primer pasode la fase preparatoria, que era el más difícil. Ahora que las

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ceremonias se habían anunciado, se seleccionaban tambiénmuchachos adecuados para ser designados candidatos. En másde una ocasión su número llegó a ser mayor de lo que podíasuponerse al principio. Pronto circulaban también de boca en bocalos nombres de estos examinandos. Para los hombres mayores eraun gran placer poner en aprietos a un muchacho atemorizado,haciendo alusión al destino —para él desconocido— que leesperaba, o infundir pánico a tal o cual pillo recordándoleamenazadoramente que la época del examen estaba cerca. Losmuchachos mismos esperaban temblando su destino.

Los iniciandos

Los puntos de vista generales para la selección de loscandidatos están fundados en la tradición tribal. Según ésta,en cada caso debían decidir algunos hombres mayores. Laobligación de guiar sin excepción a toda la juventud masculinaen su período de crecimiento mediante este proceso educativo,correspondía a la tribu como unidad. Por otro lado, cada padreera responsable de su hijo, cada tutor de su protegido. Larigurosidad de las exigencias era inexorable, e importaba a lacomunidad o a un grupo grande de individuos.

Lo decisivo para la admisión de un muchacho no era tantosu edad, sino una conveniente aptitud anímica, a saber unasuficiente fuerza de raciocinio, independencia de criterio,autodominio y fortaleza de carácter. Nuestros indígenasnunca cuentan los años calendarios de vida. La comparaciónde varios niños entre sí permite decir que éste es mayor, aquélmenor, y esta determinación les basta. Por consiguiente, seexige ante todo madurez intelectual, espiritual24.

34 En forma similar se expresan COJAZZI: 35, DABBENE (b): 280 y GALLARDO: 330.

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Esta interpretación se expresa por las sencillas fórmulas que losancianos utilizan como criterios para la selección: “¿Sabe callar?¿Ha dejado de jugar con niños pequeños? ¿Ya demuestra algunahabilidad en los trabajos que le competen? ¿Sabrá comportarsecon seriedad y reserva frente a las mujeres? ¿Tiene trato conmuchachas? ¿Sabrá valorar lo que significa nuestro secreto?”, yotras cuestiones de similar tenor. Si el aspirante no respondía aestas condiciones, debía esperar hasta la próxima oportunidad.

Para la generación que vive actualmente, la madurez espiritualexigida se ubica en promedio entre el decimocuarto y eldecimooctavo año de vida. Según la costumbre de épocasanteriores, los muchachos debían esperar un poco más, o seahasta una edad entre diecisiete y veintidós años. “¡Hoy yapueden participar muchachos que antiguamente hubieran sidopostergados por tres o cuatro inviernos!” Todo esto permitededucir que la edad media de un muchacho destinado alKlóketen deba fijarse para el pasado en el decimonoveno añode vida25. KNOSKOL, el hijo de TENENESK, se convirtió en Klóketenen 1922, a la edad de diecisiete años. Los dos muchachos quefueron iniciados conmigo en la Choza Grande en el invierno de1923 contaban dieciseís y catorce años de edad.

El inspector

El inspector lleva el nombre de c’anha’in, o también c’aná’in.Una costumbre de antigua data asigna la función de inspectorde las ceremonias secretas, sin otra condición, al hombrecuyo hijo es el de mayor edad entre los iniciandos. Apenas

25 AGOSTINI; 283, BARCLAY (a): 7ñ. BEAUVOIR (b>: 206, COJAZZI; 35, DABBENE (b): 270FURLONG (k): 442, GALLARDO; 330, TONELLI: 98 y otros se deciden en mayor o menormedida para el decimocuarto año de vida. Mis propias observaciones trasladan ellímite de edad, como promedio, en todos los casos hacia una mayor edad; algomás para épocas antiguas y algo menos para las últimas décadas.

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se ha logrado el acuerdo sobre las familias participantes ylos muchachos elegidos, queda designado sin necesidad deotros mecanismos el director de la ceremonia. Cualquieradulto puede verificar fácilmente cuál es el candidato quésupera en edad a sus compañeros, pues la comunidad enteragarantiza lo correcto de la decisión.

En esta manera, casi informal de designación para el cargono influyen ni la ambición, ni los celos. Cada hombre laacepta con total naturalidad. Sea que se trate de un derechoconsuetudinario, o bien otras razones hayan constituido aesta división, lo cierto es que reina una perfectasubordinación de todos los miembros a las indicaciones deese hombre, que ha sido designado casi automáticamente ysin apasionamientos para cumplir las funciones deconductor. Su actuación, empero, no comienza sólo con laentrada de todos los hombres a la Choza Grande. Por elcontrario, bajo sus órdenes deben cumplirse también lospreparativos faltantes. De su decisión depende, en últimainstancia, la elección del lugar y la determinación delmomento de comienzo de la ceremonia.

A pesar de ello, el anciano a quien el derechoconsuetudinario asigna la función de inspector no está —enabsoluto— obligado a ejercerla personalmente. Muchas vecesera una salida nada infrecuente, sobre todo si la dignidad deinspector recaía en un hombre relativamente joven, transferirla dirección efectiva de la ceremonia a un pariente o amigoexperimentado. Probablemente éste ya se había destacadoanteriormente en la conducción de la reunión, conocía aldedillo el complicado orden del día, y era maduro en años,experiencia y saber, todo lo cual constituía una ventaja que

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prometía buen éxito. El sustituto se convertía entonces en elverdadero conductor, y lo hacía a pedido y con el expresoconsentimiento del inspector titular. En virtud de tal cesión,este ultimo no pasaba —empero— totalmente a un segundoplano; él era, por derecho, antes como ahora, la cabeza visiblede toda la reunión, y, en caso necesario, su palabra era ladecisiva. Una de las obligaciones del inspector titular, ya seaque ceda o no sus facultades a otro, es acompañar a loscandidatos al bosque la primera noche. Con este acto sepresenta ante ellos como inspector titular.

Además de ese inspector titular, aparece la institución deun ‘segundo inspector’. Esta función corresponde al hombrecuyo hijo es el Klóketen que sigue en edad al mayor. Se ledebe considerar como reemplazante del titular, pues en suausencia la conducción de la asamblea está en sus manos.Es decir que se ha hecho todo lo posible por evitar que eldesarrollo de las ceremonias sufra interrupciones, y para quecada hombre mantenga su deseada libertad de movimiento.Pues sería para el inspector un entorpecimiento inaguantableestar condenado a permanecer atado a la Choza Grandedurante los muchos meses que dura a veces la ceremonia.Durante nuestra reunión en invierno de 1923, el viejoHALEMINK y su hijo NANÁ debían desempeñar por derecho lasfunciones de primero y segundo inspector. En la práctica,en cambio, mandaba el experimentado TENENESK, y todos losparticipantes se subordinaron gustosamente a su dirección.Por lo general los dos inspectores colaboran estrechamente,prestándose recíprocamente ayuda, y se consultanasiduamente. Al mismo tiempo, el segundo inspector espreparado para hacerse cargo ocasionalmente de la dirección

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de una reunión del Klóketen, lo que garantiza que nuncafalten hombres experimentados y bien adiestrados.

Algunas consideraciones psicológicas acerca de estaelección casi informal, y en todos casos desapasionada, delinspector para esta significativa ceremonia dan testimonio dela clara visión de que goza esta gente sencilla, de su certerojuicio, de su sensibilidad pedagógica y de su amplioconocimiento de las debilidades humanas. Este tipo’ de eleccióndel inspector elimina de raíz cualquier disputa y cualquierdiscusión entre la gente, pues lo decisivo es la edad del aspirante.A esta casualidad, que no se puede predecir, se subordinantodos. Por tal razón, la tribu queda liberada de hostilidades. yla colaboración de todos para alcanzar la meta común no sufremerma alguna. Puesto que la función de inspector no permanecevinculada a una determinada persona, ni resulta necesaria unacertificación especial para el conductor elegido, se hace posibleobtener la adhesión de cualquier grupo a la celebración delKlóketen. Esta disposición garantiza completamente, sea cualfuere el desarrollo externo o interno de la situación, la existenciaduradera de las importantes ceremonias del Klóketen. Por otraparte, elimina también el peligro de que los muchachos púberesdeban esperar en ocasiones mucho mas tiempo que el necesario,porque no pueda hacerse la ceremonia de su iniciación. Porultimo, a través de cada ceremonia corre un aire renovador,fuertemente personal, en las diferentes ocasiones es un hombredistinto quien ejerce la función de inspector. El orden del día,los ejercicios obligatorios, las costumbres no se degradan a lacategoría de fórmulas rígidas, muertas, sino generanconstantemente vida nueva y la transmiten con la particularidadde lo puramente personal, según la disposición espiritual de tal

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o cual inspector. Es decir que por cada celebración corre unespíritu renovador, vivificante, un soplo de originalidadauténtica, sin que se pierda nada de la tradicional severidad yfuncionalidad. Las instituciones de los selk’nam tienen su origenen una auténtica sabiduría de la vida.

La elección del lugar

Un oportuno intercambio de opiniones entre varios hombrespone en claro el lugar a elegir, pues para esta reunión no esapto cualquier lugar de la amplia Isla Grande. Se entiendepor sí misma la exigencia de un favorable lugar paraacampar, para lo que resulta adecuado exclusivamenteterritorio seco. Nadie quiere desprenderse de la protecciónsegura que otorga el denso bosque de hayas. El viento y lasinclemencias del tiempo siempre son molestos y sumamentedesagradables en la pampa abierta. Agua potable en buenacantidad se encuentra probablemente en cualquier parte delsur. Más complicada es la cuestión de la existencia deanimales de caza, que son necesarios en cantidad tanto mayorcuanto mas familias se reúnen. Actualmente se trata deutilizar un lugar muy escondido, con el fin de no sermolestados u obstaculizados por europeos incomprensivos26.

Como en épocas anteriores estas ceremonias podían extendersepor más de un año, circunstancias del medio ambiente obligabana veces a un cambio de ubicación. Esas circunstancias podíanser la ausencia de animales para cazar, el anegamiento de unapradera baja durante los deshielos de primavera, la acumulación

26 Los informes anteriores dedican muy pocas palabras a las condiciones para laelección del lugar. Ver al respecto: AGOSTINI: 283. DABBENE (b): 257, PUR-LONO (di: 224,TONELLI: 98 y oíros.

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de enormes masas de nieve bajo la influencia de vientosprovenientes de una determinada dirección.

La frecuente actuación de los espíritus y sus diarias visitas alcampamento plantean otra exigencia al lugar. Por eso se buscauna pradera completamente rodeada por bosque. Laschozas dedicadas a vivienda se ubican bajo los árboles en ellinde del bosque, y delante de ellas se extiende la pradera plana.Pocos pasos fuera del bosque, en el lado opuesto de la pradera,los hombres construyen su Choza Grande. La distancia entreésta y el campamento ubicado al otro lado de la pradera, nopuede superar los doscientos pasos, porque de lo contrario losespíritus serían difíciles de ver para el espectador. La entradaa la Choza Grande debe estar abierta hacia el este. Está ubicadaen la pradera abierta, a pocos pasos de los árboles, y orientadacon la entrada hacia el bosque. Al oeste de la Choza Grande,del otro lado de la pradera, y debajo de los primeros árboles,están ubicadas las viviendas. La pradera se extiende a unadistancia mayor hacia el norte y hacia el sur. No se pretendeexpresamente que la Choza Grande sea erigida a mayoraltura, pero es deseable que la pradera ascienda ligeramentehacia el este. Porque si hay una pequeña elevación del terrenoalrededor de la Choza Grande, se simplifica muchísimo elpanorama general, la vigilancia de las viviendas y en especialde las mujeres, y la actuación de los espíritus también es másefectiva para el espectador ubicado en el campamento. Lapequeña pampa rodeada de bosques y cercana a la Lagunade Pescados, donde yo mismo participé a mediados de 1923en toda la ceremonia, cumplía todas estas condiciones. LaChoza del Klóketen estaba exactamente a 190 pasos delcampamento de viviendas y la pradera caía levemente de este

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a oeste, por cuya causa el lugar de reunión de los hombresllegó a estar algo más elevado, (Ver Fig. 85.) “En toda la región,éste es el lugar más apropiado —decían los ancianos—, poreso nos mudamos aquí. Nuestro anterior campamento27

hubiera sido totalmente inadecuado”.Puesto que los lugares adecuados no abundan en la Isla

Grande, a pesar de su extensión considerable, se regresaba unay otra vez al mismo lugar. Por lo general allí estaba todavía lachoza de la última reunión, y los trabajos de reparación exigíanesfuerzos mucho menores que una construcción nueva28. Alconcluir las ceremonias, la Choza Grande nunca sedesmantelaba, ni se aprovechaba para otro uso.

El día de la inauguración

A medida que se desarrollaban las conversaciones previasineludibles y las reuniones introductorias, el momentopropicio para la ceremonia inaugural de la celebración seacercaba cada vez más. La efectiva iniciación eraprácticamente casi siempre forzada por una c a usasecundaria. Fuertes nevadas aconsejaban eventualmente eltraslado al lugar protegido, o un cazador había encontradoen el lugar destinado para el nuevo campamento una granmanada de guanacos, o un grupo numeroso de hombresprovenientes de algún lugar lejano había arribadoinesperadamente, y el entusiasmo general en favor de uncomienzo rápido aumentaba rápidamente por razonesindeterminables ... Ahora, por fin, el inspector daba la señalde desarmar el viejo campamento.

27 Muy cerca de las orillas del Lago Fagnano, en una región de íuerte declive y sinuna pampa amplia. Además del bosque, sólo existía una angosta franja de costa.

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Sería erróneo pedir a estos hijos de la naturaleza, para losque el tiempo nunca fue un capital, que se ajusten a unadeterminada fecha. En su economía nada tienen que ganarni que perder. Es indiferente si la fiesta comienza hoy odentro de diez semanas. Muchos meses antes la gente delLago Fagnano ya había hablado de su próxima reunión; yomismo había conversado con ellos en abril de 1922, y reciénen junio comenzaron. En mi cuarto viaje me enteré de supropósito a principios de febrero de 1923, cuantío estaba aúnen territorio de los yámana. En abril llegué a su campamento,donde traté de animarlos casi a diario. Un grueso manto denieve ya se extendía hasta las orillas del Lago Fagnano.Mucho después, recién el 19 de mayo, estos hijos de lanaturaleza que no hacen caso del tiempo se decidieron aponer en práctica el plan largamente acariciado. El nuevocampamento se habilitó dos días después.

Fig. 85. Disposición del campamento en la ceremonia de Klóketen.

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Apenas estaban armadas las chozas, cuando la gentecomenzó a decir: “¡Ya es invierno! ¡El juego es más divertido,los espíritus saltan más alegremente cuando no hay nieve enla pradera!” Casi disgustado, los increpé: “¿Y por qué habéistitubeado tanto tiempo?” Entonces todos me miraronsorprendidos o interrogantes. Sólo un anciano movió perplejola cabeza; ¡para él mi pregunta debe haber sido un misterio!Es que no los entendemos, no comprendemos a quienesdesprecian el valor que para nosotros tiene el tiempo. Peroellos comprenden menos aún nuestra mezquindad y nuestroregateo del minuto. Yo había insistido mucho todos los días,pidiendo que comenzáramos enseguida. Que el desarme delcampamento se postergara una y otra vez era algo que notenía ninguna justificación. En determinados momentos laindecible inercia de estos hijos de la naturaleza había llevadomi paciencia a total agotamiento, pero no debía demostrarabiertamente esa impaciencia.

4. Preparativos inmediatos

El estado de ánimo de la gente junto al Lago Fagnano eramuy conveniente, y harto favorable su entusiasmo para larealización de las ceremonias planeadas. Desde algunassemanas atrás el invierno había extendido su espeso mantoblanco sobre la gran Isla de la Tierra del Fuego. Con esto, laactividad de vagar en libertad había quedado gravementerestringida, y la inmovilidad se hacía cada vez másembarazosa. Cuando ayer aparecieron inesperadamente enel campamento dos hombres jóvenes —que eran apreciadoscomo buenos actores— y cuando el rojo amanecer del 21 demayo de 1923 prometía depararnos un hermoso día de

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invierno, ya nadie pudo resistir la tentación. Todoscomenzaron inmediatamente a vaciar sus viviendas parainiciar la mudanza.

El levantamiento del antiguo campamento

No se pudo observar apuro desmedido ni desorden.Ciertamente había mas algazara que de costumbre, yespecialmente los muchachos reían mucho y saltaban de unlado a otro. Las mujeres parecían más ocupadas que loshombres, Es cierto que éstos ayudaron a soltar las tiras decuero con que sujetaban el gran cobertor de cuero colocadosobre el esqueleto de la choza, pero arrollar sobre el pisodesparejo del bosque esta pieza tan grande, era cosa demujeres. Después debían empaquetarse los diferentes enseres.Muchos eran metidos sin ton ni son en el gran bolso de cueroque normalmente servía de recipiente de agua; las leznas,los saquitos con tierra colorante, adornos, peines, espejitos,lana, fibras de tendón, cajas de fósforos, cuchillitos de piedray cachivaches europeos. Los hombres sólo debían reunir susarmas, colocar las escasas herramientas en un bolso de cuero,ordenar algo su vestimenta, y ya estaban listos para lapartida. Para las chiquillas era un placer especial hurgar enel fuego de las chozas y dispersar los leños encendidos, pueslas brasas debían quedar apagadas, En su afán infantilexagerado corrían chillando de choza en choza para taparcon ceniza cualquier pedazo de leña aún encendido.

En menos de una hora, el campamento fue levantado. Elesqueleto de las chozas se mantenía en su posición original.Algunas pieles y otros objetos prescindibles se dejaron allícon la intención de mandar a buscarlos más adelante. Las

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entradas de las chozas fueron cerradas con algunostronquillos. Todos los ocupantes estaban en condiciones demarchar. Yo mismo había guardado en dos mochilas todasmis pertenencias, compuestas de ropa, instrumentos,obsequios, medicamentos e implementos fotográficos. Nonecesité para ello más de un par de minutos. Una de lasmochilas la cargó TOIN, la otra, que contenía mis apuntes,me la coloqué en la espalda. Poco equipaje aumenta lamovilidad. ¡Cuánta modestia adquiere un europeo exigentecuando se mueve entre estos humildes hijos de la naturalezade la Tierra del Fuego!

Por fin todo el grupo se puso en marcha, con los hombresadelante. Todos, incluso los perros, se habían ordenado sininconvenientes en una larga fila india. En esta oportunidad,los hombres caminaban con una arrogancia muy especial, yse notaba claramente que se sentían “los amos”, los dosmuchachos seleccionados como Klóketen, andabanvisiblemente cabizbajos y parecían haber perdido el habla.Los hombres hacían repetidos comentarios acerca de ellos, ysobre todo querían acosar seriamente al mayor, porque suconducta había herido a menudo y gravemente a toda lacomunidad. Las mujeres, que marchaban más atrás,mostraron durante todo el camino una gran locuacidad.

El nuevo campamento

Hacia las diez de la mañana, los hombres habían iniciadola marcha desde el viejo campamento junto a la orilla orientaldel Lago Fagnano. Poco después lo hicieron los demás.Siguiendo una línea recta a través del bosque antártico dehayas, la columna se dirigía al cercano campamento. La

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mayoría de la gente conocía bien el lugar, pues en la cercana“Laguna de Pescados”* los muchachos acostumbrabanpescar en invierno con anzuelos europeos.

Cuatro hombres, entre los que se encontraba tambiénHALEMINK, habían apresurado el paso poco antes de llegar a lameta. En su calidad de inspector de los festejos de este año,HALEMINK quería marcar con suficiente anticipación el lugaradecuado para el campamento, para que la gente que veníadetrás pudiera ubicarse inmediatamente en el sitio masfavorable. No parecían necesarias muchas cavilaciones, puesesta comarca parecía expresamente creada para nuestros fines.

Poco después arribaron las mujeres. Arrojaron al suelo suscargas y, acurrucadas junto a sus cosas, descansaron un rato.Lentamente, cada hombre comenzó a buscar un lugaradecuado para su choza. Elegía un haya siempreverde, deespeso follaje, que sirviese de techo protector, limpiaba latierra de troncos en descomposición, hojas mojadas o ramasentrelazadas, arrancaba de raíz los arbustos que molestaban.Los muchachos solteros buscaron en las cercanías tronquilloso varas adecuadas, y las trajeron al campamento. Todo esose desarrollaba tan ordenadamente y con tanta tranquilidad,como si los papeles hubieran sido distribuidoscuidadosamente de antemano; a medida que avanzaba eltrabajo se oían bromas y risas.

HALEMINK se había adueñado de un pequeño lugar, ubicadounos pocos pasos bosque adentro29. Cada familia, a

* En español en el original.

29Como su mujer, como madre del mayor de los candidatos, debía salirdiariamente de su choza para realizar determinada ceremonia, se,había elegidoese lugar.

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conveniente distancia de la otra, eligió un lugar adecuado yquedó ocupada con su propia choza. Los muchachitosindígenas se habían hecho furtivamente a un lado. Comolos chicos de cualquier lugar del mundo, comenzaroninmediatamente a investigar los alrededores, mientras lasniñas esperaban atentamente una señal de su madre que lesdiese permiso para encender el fuego en la choza aún noconcluida. Aún antes de que toda la leña menuda esparcidaestuviese completamente seca, los pilluelos saltaban yrodaban por ella; en sus travesuras desordenaban mucho,para disgusto de las niñas que debían ordenar todo otra vez,hasta que, por último, el padre o la madre los regañaba yarrojaba tras ellos algún leño, de modo que los vagosescapaban corriendo hacia todas partes.

Los adultos también se mantienen de buen humor en sutrabajo, mediante variados comentarios alegres. Algúnanciano chistoso relata alguna ocurrencia picara, que essuperada por otra afirmación más jocosa aún. Asi se sucedenuna tras otra las risotadas, a las que los perros agregan suparte ladrando furiosamente. Con toda esa alegría, laconstrucción de las viviendas se efectúa rápidamente.Solamente los dos muchachos, que luego serán obligados adar un paso hacia lo desconocido, se quedan parados trasun grueso tronco de haya, ensimismados y silenciosos. Elmiedo ha blanqueado su rostro, y la alegría de todo elcampamento les suena como una risa diabólica por sudesesperado desamparo. Apenas dos horas después delarribo de todo el grupo, grandes y chicos están acurrucadosnuevamente alrededor del fuego. Reina un silencio total,incluso entre los perros. Todos se dedican a la comida.

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Así como esta vez, también sucedía en épocas anteriores;las diferentes familias se reunían en el nuevo campamentoen un lugar adecuado. Nosotros nos habíamos mudado el21 de mayo. Dos días después, llegaron a nuestrocampamento dos familias y un hombre joven, pertenecientesa un grupo lejano, quienes al llegar, dijeron: “Allí dondevivimos se habló de que vosotros os reuníais aquí paracelebrar el Klóketen. ¡Deseamos participar en él!” Toda estagente se quedó en el campamento hasta la finalización delas ceremonias y participó de todos los actos.

La construcción de la Choza Grande

En los tiempos antiguos se dice que siempre pasaban variosdías con las usuales reuniones de bienvenida, antes que secomenzara seriamente a trabajar en los siguientes actospreparatorios. Por esta razón el afán de nuestra gente merecíaun elogio especial, ya que descansaron solamente unos pocosminutos después de comer. Sorprendentemente activo semostró el viejo TENENESK. Antes que cayera la noche queríatener algo hecho, por lo que tampoco todos los demáshombres podían permanecer ociosos en sus chozas. Apenashabía consumido su asado, cuando ya llamó a su sobrinoTOIN, para que lo acompañara al bosque. Tres hombres jóvenesse unieron a ellos, y los demás les siguieron pronto. Todospusieron manos a la obra con gran afán, y el trabajo avanzórápidamente. Mientras dos de los muchachos nivelaban elterreno elegido para levantar la Choza Grande, utilizandopara ello estacas a las que habían sacado punta, otros yaarrastraban troncos para la construcción. Otros dos hombrescortaban panes de pasto y los apilaban. Esta intensa

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laboriosidad de los hombres apenas daba lugar para algunoque otro intercambio de palabras.

Durante el invierno de la Tierra del Fuego la oscuridadnocturna se presenta a hora muy temprana. Resultabarealmente extraño: ¡Hoy, excepcionalmente, los hombres selamentaban de tener que interrumpir su trabajo! Durante lanoche, empero, este entusiasmo se diluyó casi por completo,pues a la mañana siguiente ya hacía unas tres horas quehabía salido el sol cuando los hombres se reunieronnuevamente en el lugar de su trabajo tan intenso de ayer.Mas de uno se acercó con paso inconfundiblemente pesado.

La construcción de la Choza Grande —Há’7n 30— exigíamucha perspicacia. El experimentado TENENESK tomó en susmanos la dirección de este trabajo. Los demás hombres, demodo natural, se subordinaron a sus indicaciones.

Como la construcción debía ser fuerte y espaciosa, seutilizaron por lo tanto troncos más largos y más gruesos quepara las chozas destinadas a vivienda. Con el hacha de hierroeuropea la tala de los árboles es incomparablemente más fácilque en épocas anteriores. Rápidamente habían cortado lacantidad necesaria de troncos, que se calculaban en unoscincuenta. Esta circunstancia explica por qué la generaciónactual se muestra unánimamente partidaria de construir unachoza nueva, y no de utilizar la del año precedente. Enépocas pasadas la gente se reunía por lo general nuevamentealrededor del ôá’7n que había servido para la ceremoniaanterior. Por lo general eran suficientes algunas reparacionesmenores, y los hombres se ahorraban el complicado trabajo

30 Observese la Inexacta forma de escribir este nombre en COJUZZI: 35. FURLOWG (d):234. (k): 442, GALLARDO: 331 y TONELLI: 98.

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de hacer una construcción nueva, para lo que hubierantenido que cortar muchos árboles.

Como había tantas manos activas para la construcción dela obra —dos días antes ya habían venido tres hombres paratalar árboles, que estuvieron ocupados en eso todo el día—al mediodía del 22 de mayo la Choza Grande estabalevantada, e invitaba a comenzar las ceremonias.

TENENESK había controlado a los hombres durante toda lamañana. Él mismo tomó en sus manos los siete postes principalesy los colocó, uno tras otro, en el orden habitual. Durante estetrabajo se mostró serio y pensativo. Solamente cuando estos pilaresprincipales quedaron levantados en su sitio, los demás hombrespudieron rellenar los intersticios con troncos más delgados.

La Choza Grande es siempre cónica, tanto entre la gentedel sur como entre los norteños, y también entre los haus 31.Depende entonces del diámetro de la base, más exactamentede la cantidad mayor o menor de participantes, si la formacónica es más o menos puntiaguda en la parte superior. Si labase es calculada con especial amplitud, se buscan para lospilares principales troncos más largos que los comunes.

La planta de la Choza Grande es circular. Tanto en nuestrachoza, como en la utilizada el año anterior, la abertura dabahacia el este. Esta disposición corresponde a una norma deorigen remoto: “Los primeros antepasados querían que laentrada diera al este, y nosotros mantenemos estacostumbre”. Nuestra choza del Klóketen tenía en la plantaun diámetro interior de ocho metros; el ancho de la entradaera, en línea recta de 4,35 metros a ras de suelo, y disminuía

31Compárese con la forma de choza utilizada por las dos otras tribus para lasceremonias secretas de los hombres, similares esencialmente, en GÜSINDE (q): 306.

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hacia arriba hasta la punta del cono. La distancia vertical dela punta hasta el piso, o sea la altura real del cono, era decasi seis metros. La choza construida el año anterior era, entodas sus medidas, algo menor.

Los mencionados siete pilares principales siempre selevantan en primer lugar y forman, por así decirlo, elesqueleto. El viejo TENENESK me contaba: “Luego de la granrevolución, cuando los howenh se reunieron por primera veza celebrar esta ceremonia secreta, desempeñaron sietehombres importantes el papel de \œ’œrte Estos hombresprovenían de diferentes regiones. Cada uno de ellosrepresentó su papel con mucha agilidad y dignidad. Ellosconstruyeron el primer fyá’in. Cada uno fue al bosque, cortóun árbol alto, lo trajo hasta el lugar de la choza y lo levantó.Los siete pilares se unieron en la punta, de modo que sesostenían mutuamente. Estos postes fueron los primeros quese colocaron, y dieron sostén a toda la construcción. Cuandola choza quedó concluida, cada uno de estos siete hombresse sentó dentro, justamente debajo del pilar que él mismohabía levantado. Debajo del primer pilar estaba sentadoWacús, que provenía del este. Bajo el pilar siguiente estabasentado S} te, que era oriundo del sur. Bajo el pilar siguienteestaba ubicado Yó{cik., hombre afincado asimismo en el sur.Bajo el tronco que seguía al anterior se sentaba S)nu, que eraun hombre del oeste. El lugar bajo el poste vecino era ocupadopor T’alem, oriundo del norte. Bajo el poste siguiente sesentaba K%yái$k, que también era del norte. Bajo el otro postecolocado al lado de la entrada, se ubicó, por fin, el poderosoPawúå, cuya patria también estaba en el norte. Por esta razóncada uno de los siete pilares principales llevan, aún hoy en

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día, el nombre de los siete ô8wenh que construyeron aquellaprimera choza del Klóketen y actuaron allí por primera vezen el papel de los \ œ’œrte. Todos ellos eran hombres poderososy fueron los que fundaron esta fiesta secreta. Por esta razóndeben levantarse antes que nada estos siete pilares”.

Los hombres se atuvieron con escrupulosa exactitud a undeterminado orden consecutivo en la colocación de estos sietetroncos. Por lo tanto, los pilares se levantaron y se apoyaronuno contra el otro en el siguiente orden: 17 4 2 5 6 3 (ver Fig.86)32. TENENESK empujaba y acomodaba algo aquí y otro detalleallá, pero ciertamente, más que por otra cosa, para demostraralguna actividad. Después de una breve pausa, los hombrescompletaron los huecos entre los troncos del esqueletoprincipal con varas delgadas. Este trabajo se realizó conmucho mayor rapidez. En menos de una hora, la chozaestaba concluida hasta ese punto.

Durante el día anterior ya se había preparado una buenapila de panes de pasto, pero éstos resultaron ser insuficientes.Algunos hombres buscaron entonces más matas de pasto,cuyas raíces abarcaban una buena bola de tierra, y lasaflojaron con un palo, con el fin de extraerlas. Estas matas seapretaron contra las varas desde el lado exterior de la paredde la choza. Se comenzó desde abajo y se ubicaron las matas,una tras otra, unas veces al lado y otras encima de la anterior.

De ese modo se construyó un revestimiento exterioralrededor de toda la choza, que superaba en un metro la alturade un hombre. Estos panes de tierra, fuertemente apretados,llamados “champas”, preservan contra el viento y las heladascorrientes de aire, y también cierran los intersticios entre los

31 El orden en que se erigen los postes principales ya ha sido fijado en el antiguomito de origen.

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Está abierta hasta la cúspide de la construcción cónica,aunque se angosta hacia arriba. Esto permite que los hombres,con las altas máscaras en la cabeza, salgan saltando de lachoza sin inconvenientes.

La Choza del Klóketen no muestra, sorprendentemente,pintura alguna33. Ni siquiera se descortezan tos árbolesutilizados para su construcción. En el centro se enciende lahoguera. La leña necesaria se amontona a pocos pasos dedistancia de la entrada. Mientras en las viviendas comunesse utiliza como base para el lecho hojarasca seca con gruesos

troncos para la luzproveniente del fuego de lachoza. De este modo elmovimiento de los hombresdentro de ella no puede serobservado. Por ultimoamortiguan de tal manerael sonido de la voz que losocupantes pueden hablar entono prácticamente normalsin ser escuchados desdeafuera.

La entrada de la choza,que siempre se encuentradel lado opuesto alcampamento, debe sersuficientemente ancha.

Fig. 86. Plano de la Choza Grandecon los siete pilares principales.

33 Según queda comprobado, las chozas erigidas entre los yámana y loshalakwulup para las ceremonias de iniciación y los festejos de los hombres siempretienen abundantes pinturas. Ver GUSINDE (q): 283, 288.

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bultos de liqúenes Usnea, o muchas veces también el gruesofollaje del haya síempreverde, en el ôá’7n se usaexclusivamente el duro carrizo de las pampas. Los indígenasse atienen, con inflexible tenacidad, a esta disposición,aunque el pasto deba ser traído desde una buena distancia.El pasto en cuestión crece en forma de manojo, con una alturapromedial de 35 centímetros. Se toma el manojo con ambasmanos y se lo corta de la raíz aplicando un movimiento derotación; esto exige un considerable esfuerzo, porque el pastoes sumamente tenaz. Las mujeres y las muchachas recibeninstrucciones de algún anciano, para traer este pasto. Cercade la choza amontonan la cantidad que les parece suficientea los hombres. Éstos juntan el pasto y lo arrojan sobre el pisointerior de la choza, en una franja de aproximadamente unmetro de ancho, a lo largo de toda la pared interior 34. Sobreesta superficie cubierta de pasto, que forma un anillo sólointerrumpido por la entrada, los hombres y los candidatosreciben su correspondiente asiento (ver Fig. 86).

El ôá’7n está destinado exclusivamente a la celebración delKlóketen, la única reunión significativa de los hombres.Considero inadmisible designar esta Choza Grande como“council house”, según el ejemplo de PURIONG (k): 442. Pues seconstruye esta choza exclusivamente paira estas ceremonias,y se la utiliza nada más que el tiempo que éstas duran.Finalizadas las ceremonias, queda sin uso hasta que, al cabode un lapso, es ocupada nuevamente para el mismo fin, o se

34 Los yámana utilizan como colchón en la choza de Kina exclusivamente pastoduro de llanura (carrizo de las pampas) [gymneriitm argenteum}. En cambio utilizanpara la Choza de Ciexaus. destinada a las ceremonias de iniciación, ramitas delhaya síempreverde.

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destruye a la larga por la acción del tiempo35. Pero ningúnhombre se atreve a pisarla, o a utilizarla como vivienda, ymenos aún se atreven a ello las mujeres y los niños. Entrenuestros selk’nam no existen en absoluto asambleas legislativasni reuniones de consejo celebrado por los hombres.

La rápida conclusión de la fuerte y masiva construcción dela choza del Klóketen había sido observada desde elcampamento con creciente tensión por las mujeres y los niños.Su disposición de ánimo se sincronizaba cada vez más conel espíritu de las ceremonias que debían comenzar ahora.Parecía que las mujeres se iban tranquilizando más y más.

Los participantes activos

La mayoría de los hombres presentes quedan exentos dedesempeñar alguno de los papeles de “espíritu”. En ciertamanera forman el grupo no participante. No obstante ello,no permanecen totalmente sin ocuparse del servicio de estasceremonias. A un pequeño número de individuos realmenteparticipantes se asigna la representación de los papeles deespíritus más importantes, pues no cualquiera está dotadode la necesaria capacidad para actuar adecuadamente enestas representaciones muchas veces difíciles. Pertenece a lospreparativos inmediatos de la ceremonia designar unacantidad suficiente de actores que desempeñarán los papelesde los espíritus. Sobre todo se busca repartir los importantespapeles de los \œ’œrte entre buenos actores. En la rueda dehombres el nombre de quien sabía representar dignamente

35 La fotografía publicada por LOTHFOP: 93 (Fig. 38 de su obra) muestra la GranChoza construida por nosotros en invierno de 1923, tal como él la vio un añodespués.

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el papel de un determinado espíritu era bien recordado. Estosbuenos actores eran invitados a participar en las ceremoniascon especial placer. El invitado veía en esta solicitud unamuestra especial de aprecio a su capacidad, y gustosamenteconfirmaba su participación.

Actualmente la cantidad de individuos que forma el puebloselk’nam es tan exigua, en comparación con la importantemultitud que otrora se reunía para las fiestas del Klóketen,que ello constituye un serio problema. Porque en la realidadello significa que casi ya no hay posibilidades de seleccionarlos actores para la serie nada corta de espíritus. En algunoscasos hay que conformarse por fuerza con el hecho de quecualquier persona más o menos apta represente tal o cualpapel; y eso sólo para mantener estrictamente el ordencompleto de la ceremonia, En el invierno de 1923 TENENESK

había opuesto una serie de objeciones a mis instancias deempezar pronto, porque según él aún faltaban “ciertoshombres”. Una de las reales preocupaciones del inspectoractual es tener dispuesto inmediatamente un hombre que,en caso de necesidad, pueda representar la escena especialde espíritus prevista para ese momento, pues él no puederestringir la libertad de movimiento del individuo. Sinembargo, y para gran beneficio de la ceremonia, nunca secarece de la más amplia buena voluntad de los hombres,deseosos de reemplazar a un ausente. Ellos mismos disfrutanen mayor o menor medida desempeñando cualquiera de losroles de espíritus.

En tiempos remotos era gran incentivo para jerarquizar lareunión de los hombres que un actor capaz, famoso sehubiera comprometido a asistir. Por su sola personalidad se

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presentaban participantes que llegaban de parajes lejanos.Ese actor pone siempre en juego todo su saber pararepresentar de la mejor manera posible el papel que leasignaron, y todos los espectadores, incluso las mujeres y losniños, disfrutan plenamente de su actuación. Recordándolocon nostalgia, me nombraron más de una personalidad quese había destacado en tal o cual rol. “¡Actores tan ágiles,figuras tan espléndidas ya no existen hoy en día!”, me decíacon total sinceridad. Ninguno de los presentes se sintió heridopor ello...

¡Cuántos de los placeres más intensos, cuántos de los bienespopulares más caros han perdido estos indígenas, desde quelos odiados blancos han puesto su pie en la patria de losselk’nam y se han radicado aquí definitivamente!

Estados de ánimo de la comunidad

Ya durante el tiempo que había durado la construcción dela choza, el grupo de los hombres estaba alegre y contento.Muchos amigos entrañables se habían encontrado luego deuna separación prolongada, y tenían mucho que contarse.Para ello había tiempo abundante a su disposición, pues lagente joven estaba muy activa en el trabajo y el excelentehumor los animaba. La astuta picardía les brillaba a todosen los ojos, cuando en el campamento alguna mujer joven seescurría asustada de su choza a la de la vecina. Los hombresse codeaban de satisfacción por la posibilidad de poderdemostrar pronto ante los ojos del sexo débil la superioridadde la dignidad masculina.

Los iniciandos en cambio se hacían tanto más pensativosy silenciosos, cuanto más se acercaba a su terminación la

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construcción de la Choza Grande. Casi siempre se quedabansentados pálidos y mudos junto al fuego de la choza, y niaún la madre cariñosa y preocupada lograba arrancarlesalguna palabra. Ocasionalmente, sus miradas llenas de temoriban hacia la Choza Grande. Los hombres que pasaban frentea ellos, y que sabían interpretar perfectamente el color pálidode los muchachos, no sentían en absoluto la necesidad dealentarlos siquiera en algo.

Las mujeres estaban dominadas por los estados de ánimomás diversos. Algunas que habían vuelto a verse después deuna larga separación, parecían ocupadas en una vivaz charla.Las pocas mujeres ancianas exhibían una gran tranquilidad,ya que los acontecimientos futuros les eran conocidos a travésde una experiencia varias veces repetida. Un cierto malestardenotaban las mujeres jóvenes, pues con infalible razón intuíanque los espíritus cuya presencia se esperaba castigaríansensiblemente más de uno de sus defectos.

Pena y dolor embarga empero el alma de las madres decada uno de los candidatos, y amargamente presentían elduro destino que su hijo debía afrontar ahora. Por eso queríanagotar todo su amor en el corto llapso que su hijo permanecíaaún a su lado. Les ofrecían manjares selectos y mucha carne,para hacerles agradables las últimas horas en cuanto fueraposible. Sólo los muchachos que ya habían pasado el examen,y que ahora andaban en busca de relaciones amorosas,aprovechaban la muy bienvenida oportunidad para iniciaramoríos con alguna bella soltera. Parecían ser los más felicesentre toda la gente que se había dado cita allí. Para ellos, lomás agradable hubiera sido la postergación, por largo tiempo,de la iniciación de los festejos. Todo el campamento aparecía

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con el estado de ánimo adecuado y sólo esperaba la señal delinspector para comenzar con las variadas ceremonias.

c. Desarrollo de la ceremonia

La ‘ceremonia secreta reservada a los hombres’ que losselk’nam celebran comprende en sí no sólo la presentaciónde una serie de personajes masculinos múltiplementepintados y enmascarados en los papeles de “espíritus”36 queactúan destinados a la parte femenina de la población, sinotambién una complicada red de cánones de conducta yprescripciones, de trabajos y pruebas, todo lo cual sedistribuye, para su observación o cumplimiento —de acueTdocon su forma especial— entre los homb es maduros y losexaminandos, entre los actores que desempeñan los papelesde espíritus y el inspector de la ceremonia, y, por último,entre las mujeres y los niños. Para hacer fácilmenteaprovechables los resultados de mis investigaciones en sumúltiple riqueza, he recopilado los detalles multifacéticossegún un cierto orden; el espíritu y la finalidad de lainstitución comentada aparecen así claramente definidos,Pero, puesto que también el transcurso exacto de los festejosde ese año, y la yuxtaposición de una escena a la otra,permiten reconocer fácilmente la finalidad de esta empresasecreta, he agregado todo esto al final en forma de diario.

1. Inauguración y presentación de los iniciandos

Al mediodía del 2 de mayo de 1923 estaban cumplidas lascondiciones exteriores para el comienzo de las ceremonias

36 Con la denominación de “espíritus” utilizada aquí, sólo me refiero a lasapariciones visibles que son representadas por hombres enmascarados para engañara mujeres y niños.

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secretas, y todos los preparativos se habían cumplido.Describiré de nuevo en forma breve el lugar donde este añose desarrollarían los festejos. El escenario era una pradera,ubicada en un lugar bien escondido, rodeada de bosques,completamente aislada. Se extendía de norte a sur por casiun kilómetro, con un ancho medio de unos doscientos veintepasos. En su lugar, más estrecho, ubicado más o menos en lamitad de su extensión lateral, el piso se elevaba algo hacia eleste, hasta alcanzar el linde del bosque. Justamente en estapequeña cuesta se construyó la Choza Grande, muy pocospasos fuera del bosque y con la ancha entrada abierta haciael este. Al lado oeste de la pradera, justamente enfrente de laChoza Grande y a una distancia de unos ciento noventa pasosse hallaba el campamento estable con las distintas chozasdestinadas a vivienda, bajo la protección de los árboles, y nomás de treinta metros bosque adentro. Desde aquí se teníauna vista libre hacia la Choza Grande, cuya entradapermanecía invisible para todos los ocupantes delcampamento. En cambio, todos los hombres escondidos enla Choza Grande podían vigilar sin inconvenientes todos losmovimientos de las mujeres y de los niños. El pozo de aguahabía sido cavado en la pradera abierta, dentro de un suavedeclive y a unos cien pasos en dirección sudeste (ver Fig. 85).

El estado de ánimo de todos los ocupantes del campamentoestaba preparado de la mejor manera posible, y cada unoesperaba la iniciación de la fiesta con impaciencia. Loshombres cobraron fuerzas nuevamente con un abundanteasado, los padres de familia en su propia choza, los solterosen parte en la de sus parientes, en parte ya en el ôá’7n.Después de las dos de la tarde, un hombre tras otro se dirigiódisimuladamente y a buena distancia de los demás a la ChozaGrande. Yo mismo tuve que quedarme en el campamento.

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Al empezar me presentarían a la manera de un Kl8kŸten,pero después sería tratado como uno que ya ha pasado porel examen. A una propuesta de mi parte me hicierongenerosamente esta concesión, porque ya había asistido a lacelebración del K7na entre los yámana37. Sentado en mipropia vivienda, yo mismo esperaba la primera aparición delos espíritus.

Los hombres se reúnen

En el ínterin, la totalidad de los hombres se había reunidodisimuladamente en la Choza Grande. Más tarde merelataron lo que allí sucedió. Personalmente sólo vi cómo talo cual individuo salía un poco de la choza, a intervalos máso menos largos, y paseaba muy llamativamente su miradapor el campamento. Se intentaba crear en las mujeres y enlos niños la conciencia de cuan rigurosamente eranobservados en todo momento. Las mujeres, por su parte, sequedaban en el campamento e intentaban retener dentro delas chozas a los chicos.

En la Choza Grande se limpió el piso, pues durante eltrabajo se había dispersado la ceniza y el viento habíadesparramado algo el carrizo aún suelto, no aplastado. Otrosmuchachos trajeron abundante leña y se encendió una buenahoguera, A ambos lados de la Choza Grande aún debíanivelarse un corto camino y limpiarse de ramas y piedras.Para las mujeres en el campamento, todo esto ya era indiciocierto para el pronto comienzo de las ceremonias, y sededicaron a preparar tierra colorante roja para pintarse.

37 Para la fundamentación taistor ico-cultural resulta ser un indicio útil que losselk’nam mismos equiparen su celebración del Klóketen al Kina de los yámana.

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El inspector llamó a AMBROSIO y a TOMÁS. A éstos lescorrespondía por derecho la misión de ir a buscar alcampamento a los nuevos iniciando y acompañarlos a laChoza Grande, pues ellos eran quienes habían sido másrecientemente incluidos en las filas de los hombres. El segundode ellos había pasado su examen durante el invierno anterior,y el primero tres años antes, A AMBROSIO se le asignó suhermano carnal ARTURO, y a TOMÁS el más joven, ANTONIO,hijo de NANÁ, La edad también era decisiva para ladistribución de estos papeles, para lo que se aplicaba elsiguiente mecanismo: AMBROSIO, que había pasado su examenantes que TOMÁS, se convirtió en guía de ARTURO, que a su vezera mayor que ANTONIO. El inspector impartió entoncesdirectivas precisas a estos dos guías. No sólo debían ir a buscaral campamento a los nuevos candidatos, sino que debíanacompañarlos de allí en adelante y vigilarlos bien durantetoda la duración de los festejos. La cantidad de guías essiempre igual a la de candidatos38. Los guías aún deben a loshombres mayores obediencia incondicional, como si susegunda permanencia en la Choza Grande fuera una especiede examen suplementario. Sin embargo, no están dotadosde un verdadero poder sobre sus protegidos.

Entretanto ÓIKIOL y TOIN —ambos eran de la misma talla eidéntica configuración física— se preparaban para el papelde un \œ’œrte. Todos los hombres estaban como electrizadospor el entusiasmo, cuando vieron nuevamente ante si aquellosamados “espíritus”, personificados en forma y color.

38 Utilizo IB denominación de “guía”, basándome en la expresión utilizada pornuestros indígenas. Éstos dicen aue tos “Klóketen de la celebración del año anteriordeben ‘guiar’ a los candidatos nuevos de este año”. Se carece de un nombreespecial para esta función.

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Durante todo este tiempo, los mayores discutieron ladistribución de los asientos que debía regir durante estacelebración. Como base se tomó la ubicación de los sietepilares principales, es decir, el punto cardinal de dondeprovenia cada participante. Los hombres se ordenaban segúnla costumbre de los mayores y ya ocupaban en parte loslugares correspondientes a su procedencia.

A todo esto se habían hecho las tres de la tarde.Repentinamente se escuchó desde la Choza Grande unpolifónico:¡ô<oôoôoôoôoôoôoô<, ô<oôoôoôoôoôoôoô<. Esto serepitió dos veces, con intervalo de unos tres minutos. Conello estaba dada la señal de apertura de la ceremonia delKlóketen. Movimientos leves y temerosos recorrían elcampamento; aquellos aullidos amenazadores crearontambién en mí un estado de ánimo desagradable.Acurrucados en sus chozas, las mujeres y los niños esperabancon visible inquietud lo que habría de venir.

Los candidatos son preparados

No sólo como anuncio del comienzo de la fiesta estápensado aquel aullido, también tiene por finalidad lograr lareunión de todas las mujeres y niños que pertenecen a esecampamento. Quien casualmente estuviera aún fuera de lachoza, regresaba corriendo rápidamente a ella. Apenas hanpasado unos veinte minutos desde el último de los llamados,cuando los dos guías de los Klóketen salen uno a cada ladode la entrada ubicada en el lado posterior de la choza, y sedirigen con paso rápido al campamento. A corta distanciasigue a cada uno de ellos un grupo pequeño de hombres,que dejan traslucir una verdadera excitación. Unos pocoshombres se quedan en la Choza Grande.

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El mayor de los dos guías —AMBROSIO— se dirigiódirectamente a la choza de su padre HALEMINK; pues a él lehabían confiado el primer Klóketen, ARTURO, que, porcasualidad, también era su hermano carnal. A su vez TOMÁS

se había dirigido a la choza de NANÁ y se llevó de allí,acompañado de los aullidos de los parientes presentes, alsegundo de los candidatos, ANTONIO. TOMÁS puso sus dosmanos en el brazo izquierdo de su protegido, arriba y abajo,y así lo condujo ejerciendo suave presión, hacia la choza deHALEMINK, donde estaba sentado su compañero de infortunio.Aquí se reunieron inmediatamente todos los ocupantes delcampamento y los hombres que habían venido expresamentedesde la Choza Grande.

Al aproximarse los guías de los Klóketen comenzaron losaullidos y gritos especialmente fuertes de la madre delcandidato mayor. Ésta se levantó de su lecho, comenzó acaminar intranquila de un lado a otro por la choza,acariciaba excitada a su hijo y parecía deshecha por el dolorde la separación. La madre del segundo Klóketen prontosiguió su ejemplo. El dolor y la excitación de ambas madrespronto pasaron a las otras mujeres.

Todas las mujeres habían seguido al segundo Klóketena la choza de HALEMINK. Aquí comenzaron a entonarinmediatamente el primero de los monótonos cantoscomunitarios: =3 wr)kán, =3 wr)kán .. . Esto significa(=3 = suciedad, barro, excremento; wrekán —quitarraspando, frotando): “limpiar la suciedad”. Determinadaspersonas debían ser animadas a limpiar prolijamente a losinicíandos, “para que los espíritus no descarguen en ellos suira, sino que los traten con suavidad”. Las madres de los

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Klóketen participaron del canto y su excitación multiplicósu voz mucho más allá de la medida de las demás mujeres.La emisión martillada y fuertemente acentuada de cada sílabaindividual, siempre en una misma tonalidad y con intensidadcreciente, causaba un efecto sumamente desagradable. Cadaguía del Klóketen hizo girar entonces a su protegido, erguidoy rígido como estaba, alrededor de su propio eje, de modoque quedó mirando contra la pared interior de la choza, ydando exactamente la espalda a la entrada. Ambos Klóketenestaban separados el uno del otro tanto como para que unapersona pudiera colocarse cómodamente entre ellos.

Cada conductor quitó a su protegido la vestimenta.Completamente desnudos, los Klóketen colocaron sus brazosextendidos por encima de la cabeza en forma vertical; concada mano se asieron de una de las varas de la pared interiorpara estar firmes durante el lavado. En esta posición daba laimpresión como si los dos estuvieran colgados de las manos(ver Fig. 87). De una bolsa de cuero que le alcanzaba otrohombre, cada uno de los guías sacaba repetidamente aguacon el hueco de la mano y rociaba con ella el cuerpo de suprotegido. Sin esperar que se secara su piel, los guíasamasaron tierra colorante roja con agua y un poco degrasa de guanaco. Con esto embadurnaron todo elcuerpo de los muchachos, en general de manera tal quecomenzaban colocando las manos con colorante, extendidas,en el cuello o en los hombros, llevándolas luego en línea rectahacia abajo. El color rojo aplicado en una gruesa capa, paraque el candidato quedara “embellecido”. Otro hombreayudaba durante este trabajo al guia del Klóketen, paraadelantar la tarea. Si en épocas anteriores había que preparar

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más de tres muchachos, el lavado se realizaba en dos o treschozas vecinas. Todas las mujeres y niños deseaban observarcómodamente el procedimiento.

Mientras nuestros dos iniciandos eran embadurnados depie a cabeza con la pintura roja, sus madres se pintaron tresanchas rayas verticales en la cara, utilizando pintura blanca;una en el dorso de la nariz, las otras dos, paralelas a la primera,que arrancando del borde del cuero cabelludo y pasandopor los pómulos, finalizaban en el maxilar inferior. Aullabany gritaban según una melodía propia, sin tener en cuenta elcanto uniforme de las demás mujeres. Con esto queríanexpresar que su hijo se enfrentaría a pruebas muy duras, yque ellas estarían separadas de él por mucho tiempo.

Mientras se pintaba a los Klóketen, la gente continuó conel canto. Las pinturas aplicadas se secaron rápidamente sobreel cuerpo caliente de los muchachos. Apenas se desvanecieronlos últimos lugares húmedos, el canto se interrumpiórepentinamente, y al cabo de unos pocos segundos todo elcoro de mujeres entonó otra melodía. Ahora cantaban: kat õh4pen yáhá, kat õ h4pen yáhá ... Estas palabras quieren decir:“¡El cuerpo está seco otra vez, toda la suciedad se ha ido!”(kat =vientre, cuerpo; h4pen = seco, estar seco; yáhá —se haido, desapareció; habría que añadir =3 = suciedad). Muchomás alegre era esta melodía, que ponía de manifiesto lasatisfacción por el éxito alcanzado.

Al iniciarse este segundo canto de las mujeres, a cada unode los lados de la Choza Grande apareció lentamente un\œ’œrte, fácil de reconocer por su manera de caminar, la

39 Esta forma de expresión, que yo mismo eli.jo por razones de simplificación,sirve para designar al mayor de Jos dos iniciandos de este año. ANTONIO. como elmenor, sería entonces el “segundo Klóketen”.

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pintura de su cuerpo y su postura. A paso lento se alejabande la Choza Grande, pero se mantenían cerca del linde delbosque. Ambos espíritus habían alcanzado aproximadamentela misma distancia de la Choza Grande; se detuvieronbrevemente y regresaron lentamente, como habían venido,por el mismo camino. Con un largo salto, ante los ojos de lagente, desaparecieron nuevamente en el interior de la choza.Inmediatamente se escuchó desde allí el aullido usual:hóhohohohohohó, repetido unas pocas veces.

Fig. 87. Posición de los iniciandos durante el pintado de sus cuerpos.

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Los hombres presentes durante el lavado de los Klokétenprestaron especial atención a la aparición de aquellos dosespíritus. Ni bien éstos se hicieron visibles al lado de laChoza Grande, dijeron a los circundantes: “¡Mirad haciala Choza Grande!” Llena de curiosidad, la gente dirigiósu mirada a aquellas apariciones, sin interrumpir el canto.Todos observaron a los espíritus hasta que éstosdesaparecieron.

Pero ahora la gente volvió su atención nuevamente a losdos examinandos. Como el color rojo se había secado, seles permitió bajar otra vez los brazos que habían mantenidoentonces extendidos hacia arriba. El guía del Klóketen pasóun poco la mano por el cuerpo pintado de su protegido,haciendo movimientos de izquierda a derecha, de arribahacia abajo, para distribuir uniformemente la pintura.

Los dos candidatos quedaron parados e inmóviles, aún conla espalda vuelta hacia la entrada de la choza. Cada guíatomó entonces el manto de piel de su protegido, lo sacudióun poco e indicó al joven que se volviera. Inmediatamente lepuso el manto en los hombros y se colocó a su izquierda.Sosteniendo levemente su brazo, lo llevó fuera de la choza.Hasta ese momento no se había interrumpido el canto segúnla segunda de las melodías.

Entretanto, algunas mujeres jóvenes y varias muchachas,previo acuerdo, se habían reunido rápidamente en otra choza.Inmediatamente se embadurnaron el torso con tierracolorante seca de color rojo, y se quedaron esperando elmomento oportuno para salir en común.

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Los iniciandos son trasladados

La nueva salida de un \œ’œrte debía dar a entender a lagente del campamento que los espíritus esperaban conimpaciencia la llegada de los nuevos candidatos. El aullidoque pronto se inició quería expresar la misma idea. Al oírseaquel vociferar, las mujeres pintadas salieron de la chozadonde se mantenían a la expectativa y corrieron rápidamentehacia la Choza Grande. Cuando llegaron a una distancia desetenta pasos, se detuvieron repentinamente y se dieronvuelta, de modo que su rostro quedó mirando hacia elcampamento. Formaban una fila lateral.

Para horror de todos, una muchacha mayor tropezó en elcentro de la pradera y cayó al suelo. A raíz de la excitadareconvención de los demás, tuvo que retornarinmediatamente y acostarse en su choza40.

Dispuestas así en fila, esas mujeres comenzaron un vivazclamoreo de alegría. Al mismo tiempo giraban los brazostrazando círculos en el aire, movían el torso de un lado aotro, también levantaban a menudo una pierna en el aire,bailoteando ora en una, ora en la otra pierna. Deben haberaullado y gesticulado apenas un minuto cuando, sin ser vistospor ellas, aparecieron nuevamente dos \œ’œrte. Uno de ellossalió de un lado de la Choza Grande, el otro del opuesto. Se

40 Eso de tropezar y caerse daba pie a los temores más pesimistas. Me aseguraronque una persona así, en tiempos antiguos, hubiera expirado a los pocos días, tandesastroso era el estado de cosas imperante durante estas ceremonias. Por estarazón se advertía especialmente a todo el mundo que evitara caerse. Hoy, encambio, todo es más suavizado, puesto que ya no viven los hechicerosmalintencionados de entonces. La niña se tuvo que quedar en su lecho en la mayorinmovilidad posible, y sólo lo pudo abandonar a los cuatro días, cuando todopeligro parecía haber pasado.

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movieron con parsimonia avanzando unos pasos haciaderecha e izquierda, unos veinte en total. Las mujeres en elcampamento se susurraban al oído: “Esos dos están muysatisfechos. ¡Mira cómo caminan despacio, cuan contentosestán! ¡Se alegran porque pronto tendrán entre sus garras alos dos Klóketen! ; ojalá sean indulgentes con estos pobresmuchachos! Les hemos proporcionado una hermosa pinturaa cada uno de estos dos chicos, así _álpen se mostrarágenerosa y no hará sufrir demasiado a estos pobres diablos!”41.Los \œ’œrte pronto volvieron hacia atrás y desaparecieron.Los gritos de alegría de las mujeres en la pradera continuabanininterrumpidamente, y se mezclaban con el canto de la genteque en el campamento formaba círculo alrededor de ambosiniciandos.

Aparentemente se esperaba el momento en que los últimos\œ’œrte desaparecieran de la vista de la gente, para conducirfuera de la vivienda a los dos Klóketen y entregarlos a losespíritus. Cada uno de los guías, respondiendo a una señaldisimulada de los hombres que los rodeaban, susurró al oídode su protegido: “¡Vamos ahora!” Adelante iba ARTURO,guiado por AMBROSIO, que sostenía levemente el brazoizquierdo colgante de aquél; ambos marchaban a compás.Detrás iba TOMÁS con su protegido ANTONIO. Los candidatosestaban envueltos en sus mantos, pero no llevaban k<îel. Ala derecha de cada uno de los muchachos se colocó su madre;también se agruparon estrechamente alrededor de ellos otras

4l Es necesario adornar y preparar a los candidatos con el mayor esmero paraque despierten ia benevolencia de los espíritus y sean tratados con indulgencia poréstos. Por eso sus madres se esfuerzan especialmente, para que ante todo lapeligrosa _álpen reciba una buena impresión de los muchachos y les concedasu favor permanente.

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mujeres y hombres. Todo el grupo se acercó lentamente a laChoza Grande. El rostro de los dos examinandos mostrabaun profundo temor. Sus madres dejaban oír fuertes gritos yberreaban: “¡Mi pobre niño, cuánto habrás de sufrir! Tehemos dado una pintura hermosa para que _álpen te seafavorable ¡Oh, cuánta angustia sufriré ahora por ti!”. El dolorde la madre del Klóketen despertó la compasión de la demásgente, que quedó, en su mayoría, en el campamento. Con lapartida de los dos grupos que rodeaban a cada uno de loscandidatos, también concluyó el canto, que desde el comienzode la preparación de los dos muchachos nunca había sidointerrumpido. Mujeres y niños se mantenían en el linde delbosque y seguían mirando, en tanto todos los hombres delcampamento se juntaron a los dos grupos que se marchaban.Aumentó en vivacidad el clamoreo de alegría y lagesticulación de la fila de mujeres cerca de la Choza Grande.Del interior de ella salía amplificado el aullar usual, repetidocon escasos intervalos, pues “los espíritus se alegraban por lallegada de los nuevos candidatos”. Pero la fila colocada en lapradera simbolizaba de alguna manera un límite, más alládel cual ninguna mujer debía acercarse, es decir: en ese lugartodas las mujeres que formaban el cortejo de los dos Klóketendebían forzosamente detenerse. Con un intenso grito de dolorse separó la madre del hijo, que seguía su caminoacompañado por el grupo de hombres. Las mujeres querodeaban a las madres gesticulaban y amenazabanfuriosamente.

Lo antagónico de ambos grupos tenía un efecto extraño: laprimera hilera de mujeres jóvenes entonaba un movido cantode alegría, con el fin de captar las simpatías de los espiritas;

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las mujeres que formaban el cortejo de los dos candidatosaullaban y gritaban de excitación y amargura porque losmuchachos eran entregados a la despótica arbitrariedad delos espíritus. Siguiendo el ejemplo dado por las madres delos Klóketen, las pocas mujeres que acompañaban a loscandidatos se habían dibujado oportunamente las rayasblancas en el rostro. Ambos grupos eran entonces fácilmentereconocibles; aquéllas, con pintura roja en el rostro y en eltorso desnudo; éstas, con tres rayas blancas en el rostro.

Las miradas de las mujeres, que se habían dado vuelta yquedaban de pie en el mismo lugar, seguían a los hombresque avanzaban. Al entrar éstos a la Choza Grande, comenzóun aullar ensordecedor que —con altibajos en la intensidad—duró largo rato. Esta gritería era al mismo tiempo unaadvertencia a las mujeres para que abandonaran estacercanía tan inmediata de los espíritus y retrocedieraninmediatamente hacia el campamento. Cada una de lasmujeres corría lo más rápidamente que podía hacia su choza,y no debía atreverse a volver su mirada hacia atrás. Lasgentes que hasta entonces habían estado paradas en el lindedel bosque, frente al campamento, también se metieron ensus respectivas chozas. Por último, los aullidos que salían dela Choza Grande comenzaron a ceder. En toda la praderareinaba un silencio embarazoso. La última en dejar desollozar en voz alta, fue la madre del Klóketen mayor.

Había podido seguir el desarrollo de los acontecimientos,tal cual se habían producido hasta entonces, en rueda con lademás gente desde un lugar ubicado delante de la choza deHALEMINK. Cuando comenzó la marcha de los dos candidatos,INXIOL tomó mi brazo izquierdo y me condujo junto con ellos

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a la Choza Grande, como si yo fuera a convertirme asimismoen Klóketen. Al pasar a su lado, escuché las expresionescompasivas de las mujeres: “¡Pobre MANKACEN, cómo lotorturarán los espíritus! ¡Cuánto deberá sufrir!”, y otrasexpresiones similares. En silencio y con rostro que inspirabalástima caminaba yo al lado de mí guía. Honestamente mesentía algo más inquieto que el año anterior durante miprimera entrada a la Choza del Kina entre los yámana, paraparticipar de su ceremonia secreta para hombres.

Recepción en la Choza Grande

Uno tras otro, fuimos introducidos en la Choza Grandepor los hombres que nos rodeaban. Las personas allí presentesestaban paradas formando un apretado círculo alrededorde la pared interior, y todos miraban al fuego. Su conductaera sumamente seria, nadie se movía, nadie pronunciaba unapalabra de recibimiento.

Durante nuestra entrada, que fue esperada en silencio porlos hombres, se escuchó repentinamente unô<oôoôoôoôoôoôoô<, ô<oôoôoôoôoôoôoô, extremadamentefuerte. Este aullar, con breves intervalos, se extendió porespacio de unos tres minutos. Inmediatamente, los hombrescomenzaron a mirarnos, manteniendo la vista fija ennosotros, desde el mismo momento en que fuimos conducidosdirectamente hacia el fondo de la choza, es decir, hacia lapared directamente opuesta a la entrada. Fuimos colocadosde modo tal que nuestro rostro también miraba hacia el fuego.Formamos una línea, ubicados uno al lado del otro, ANTONIO,ARTURO y yo. Detrás de cada uno de nosotros se habíancolocado los tres guías. Nos habían colocado en un espacio

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abierto en el círculo de los hombres, y con nuestra llegada,éste se cerró. Todos mostraron gran seriedad y se manteníanerguidos e inmóviles. Sólo HALEMINK y TENENESK se encontrabanfuera del círculo formado por los hombres, pero rodeadosde ellos e inmediatamente al lado de los iniciandos; es decir,éste al lado de ANTONIO y aquél al lado mío. Ninguno denosotros tres se sentía bien en esta compañía seria y rígida.

Apenas concluido este ordenamiento, los hombres quitarona los dos iniciandos sus abrigos de piel. Nuevamente estabanparados aquí totalmente desnudos, con su pintura roja, losbrazos puestos junto al cuerpo y con rígida inmovilidad.HALEMINK ordenó entonces con voz fuerte: “¡Mirad haciaarriba!” El guía, que se había ubicado detrás nuestro, tomónuestra cabeza entre sus manos y la inclinó con un rápidomovimiento hacia atrás, en la nuca. Los dos viejos nosmiraban con fuerza irresistible y cada uno de nosotrosmantenía los ojos dirigidos firmemente hacia arriba.

Esto era considerado como preparación para la lucha con\œ’œrte. Repentinamente saltaron dos de estos espíritus, comosi hubieran salido del fuego, en medio del ruedo. Hasta esemomento habían estado muy bien escondidos detrás de loshombres parados muy juntos uno al otro. Para aumentar elefecto de esta aparición repentina, se nos había ordenado fijarla vista hacia arriba. Cada uno de estos espíritus se puso en elsuelo delante de uno de los dos iniciandos. Estaba arrodilladoen el piso con las piernas algo abiertas, y Ias nalgas sobre lostalones. Llevaban la pintura característica para los \œ’œrte, esdecir, sobre fondo rojo algunos puntos blancos grandes. Sucabeza estaba escondida tras una máscara. Reconocer lapersona de ese actor era imposible para los iniciandos.

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Un helado terror recorrió a los candidatos, que tímidamentebajaron algo la vista. \œ’œrte rodeó con ambos brazos lasrodillas del muchacho, lo apretó fuertemente contra sí, losacudió, lo levantó y lo puso nuevamente en el suelo. Hastaentonces, cada candidato había apretado fuertemente susbrazos contra su cuerpo. Ahora, los hombres ordenaron colocarlas manos —con los dedos entrelazados— sobre la cabeza, ylos codos extendidos lateralmente, \œ’œrte comenzó a exhalarbreves soplidos de aire por la boca y la nariz, como si estuvieraloco de lujuria; al mismo tiempo estiraba y giraba su torso consuaves movimientos, dando vuelta la cabeza e inclinándola.Con esto daba a entender, durante dos minutos, suvoluptuosidad. De un movimiento repentino, asió los genitalesdel muchacho, los apretó fuertemente, lo cual debe haberdolido bastante al chico, e incrementó su resoplar. Duranteunos quince minutos jugó y tironeó de los genitales. Mientraslos hombres encontraban gran placer en este procedimiento,los muchachos tuvieron que soportar dolores agudos, mientrastenían sus manos enlazadas en la cabeza. El espíritu concluyósu juego mediante un tironeo especialmente fuerte y vibrantede los genitales, que había tomado con ambas manos; al mismotiempo exhaló un soplido estridente.

Al cabo de una pausa de unos cinco minutos, comenzó laverdadera lucha del Kl8kŸten con el \œ’œrte. La vivacidadde los hombres circundantes aumentó. Los candidatos yacansados fueron autorizados a bajar sus manos. El \œ’œrteen cambio se había quedado en la misma posición dearrodillado que ocupaba antes, por lo que era difícil de tumbary de asir. Primero abrazó las rodillas del muchacho parahacerlo caer. Los hombres daban voces de aliento:

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“¡Defiéndete, agarra al \œ’œrte!” Primero con timidez, despuéscon mayor confianza, trataba el candidato de asir al espíritu.Pero lo más que lograba era sacarse de encima al espíritu,cuando éste intentaba tumbarlo, apretarlo contra la pared oinclinarlo contra el piso. La lucha se hacía especialmenteáspera cuando el muchacho quería zafarse de los ataquesdel espíritu. Éste a veces quedaba en una situación difícil;pero entonces también intervenía en la lucha el guía delKlóketen, y lo hacía siempre a favor del \œ’œrte. Su maniobrasalvadora era siempre una fuerte compresión de los órganosgenitales del Klóketen, pues el dolor punzante obligaba aéste a ceder inmediatamente.

Más tarde, en otra oportunidad, los hombres me contaronque si un candidato luchaba en forma demasiado salvajecontra el \œ’œrte, éste acostumbraba morderlo en el muslo,de modo que los moretones se veían después durante muchotiempo. Me nombraron a un hombre fallecido hacía algunosaños, al que el \œ’œrte enfurecido había mordido tanfuertemente el pene durante esta lucha, que la heridasumamente fea tardó muchos meses en cerrarse. A veces, ycon el fin de deshacerse de un adversario demasiado tenaz,el \œ’œrte toma del fuego un leño encendido y le causaquemaduras en los muslos. ¡Nunca debe vencer el candidatoal\œ’œrte! Por esta razón se le permite una defensa tan ruda.No hay que olvidar tampoco que el guía del Klóketen siempreestá de su lado y le presta eficaz ayuda.

Los Klóketen de este año eran muchachos debiluchos; poreso los hombres debían estimularlos una y otra vez mediantegritos. Quitar la máscara está rigurosamente prohibido. Perosi el \œ’œrte ha puesto al muchacho en posición difícil, los

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hombres intervienen con aullidos entusiasmados. Éstossuenan como el usual: ô<oôoôoôoôoôoôoô<. Talmanifestación desmoraliza más aún a los muchachos.

Desde largo rato atrás nuestros dos Klóketen tenían todoel cuerpo bañado en transpiración. Totalmente agotados,respiraban con la boca abierta, sus últimas fuerzas se habíanconsumido ya. Se sentían impotentes ante aquel serinquietante y ya no intentaban ataque alguno. Aún seguíansin comprender la finalidad de esta titánica lucha. La actitudinsensible de todos los hombres los arrojaba a una profundadesesperación, conscientes de su total desamparo, pues nadiese molestaba en ayudarles y en darles una explicación.

Ahora, por fin, seria revelado a los Klóketen el secretode los espíritus. La lucha había durado más de treintaminutos, la fuerza de los Klóketen estaba totalmente agotada.Los \œ’œrte volvieron a su posición inicial, dejaron los brazoscaer libremente y cruzaron las manos entre las piernas;bajaron un poco la cabeza. Repentinamente inmóviles,apenas si respiraban, estaban arrodillados allí. Los Klóketen,que durante estos pocos minutos sintieron un alivioreparador, eran nuevamente presa de temor y zozobra. Conmirada preocupada, trataron de encontrar una solución enlos rostros de los hombres circundantes. Vana esperanza.

Pasaron algunos segundos de la incertidumbre másembarazosa. Como respuesta a una señal disimulada delinspector, cada guía dijo a su protegido: “¡La lucha haterminado,..!” Pero tiempo para un reposo no se les dejó;pues cada guía se puso al lado de su protegido y le dijo,señalando la máscara; “¡Tómala!” Temblando de miedo, elexaminando apenas si osaba colocar la punta del dedo sobre

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los hombros del espíritu; lo que hacía era más bien un ligerotoque. Así continuó palpando, constantemente incitado porsu guía, el pecho y el cuello del \œ’œrte con su dedo índice.Al fin se atrevió a tocar con el dedo también la máscaramisma. Los presentes lo acosaban tan amenazadoramente,que por último puso toda la mano en la parte superior de lamáscara. Ahora no le quedaba más remedio que asirla.Aterrorizado, la levantó lentamente. Su mirada se endureció:¡tenía frente a sí la cara de un hombre que conocía muy bien,..! Este le sonreía, pero permanecía inmóvil... ¡El muchachono sabia lo que le sucedía! Se le veía sumamente perturbado,aunque en los rostros de la gente ya se veía un poco dehilaridad. Dándoles ánimo, HALEMINK dijo sonriendopícaramente: “¡Todo esto sucede para que os asustéis; asijugamos nosotros, los hombres!”

Todos los presentes se regocijaron vivamente del miedo delos Klóketen que aún era visible en ellos. Comentaban ahorala conducta de cada uno de ellos y su fuerza y agilidad frenteal \œ’œrte; los examinandos se mantuvieron callados. Los doshombres jóvenes que habían desempeñado los roles deespíritus se levantaron también y dieron a conocer su opiniónpersonal. La atmósfera se volvió algo más alegre. Entretanto,los dos hombres se limpiaron la pintura del cuerpo y selavaron, pues también ellos habían transpirado y los largosesfuerzos los habían cansado.

Esta lucha sirve, ante todo, para desmoralizar desde elprincipio a los candidatos, asustándolos hasta el limite de lotolerable. De este modo se logra que más adelante se sometanobedientemente a todas las indicaciones y órdenes de loshombres presentes.

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Las primeras instrucciones

Entretanto, cada uno de los hombres se ubicó en el asientoque le correspondía. HALEMINK indicó a los dos Klóketen quese sentaran en el lugar donde estaban, pues desde largo ratolos atormentaba la necesidad de descanso. Desde ahora enadelante, los guías se mostraron nuevamente muy solícitos.Trajeron los mantos de piel para sus protegidos, y losenvolvieron bien en ellos; en seguida se pusieron en cuclillasinmediatamente detrás de ellos. Dado su agotamiento total,los candidatos quedaron abandonados a sí mismos duranteun rato. Mientras tanto, los hombres se regocijaban conamenas charlas, y los guías hablan traído cada uno un k<îelpara sus protegidos, lo habían arreglado convenientementey lo habían puesto en manos del inspector, quien los ató consus propias manos en la frente de cada uno de los candidatos.Esta ceremonia no fue acompañada de palabras especiales.A continuación abandonó la choza para buscar afueravaritas apropiadas. De regreso dentro, junto al fuego, lasafiló convenientemente.

A cada uno de los Klóketen se le colocó esta varita detrásdel K<îel sobre la oreja. Esta varita debía servirle pararascarse la cabeza. Hacerlo con los dedos le traería comoconsecuencia que la piel se le agrietara en el borde de lasuñas (Ver fig. 24).

Pronto se colocó a cada Klóketen en una especial posicióncorporal, que debía mantener constantemente, por molestay fatigosa que fuera. Con esto comenzó el período propio deinstrucción, una de las funciones capitales de esta ceremonia.

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El candidato está acompañado de su guía, que es su vigilantey constante exhortador. Nunca hay momentos sin vigilanciaque le posibiliten un cómodo dejarse estar. Estas formalidadesfueron seguidas inmediatamente por algunas enseñanzas yadvertencias fundamentales. Temblando aún a causa de lassacudidas de las rigurosas impresiones recibidas hastaentonces, los iniciandos parecían estar perfectamentepreparados para recibir las primeras instrucciones.

Al principio de todo está el significativo esclarecimientoque sigue al desenmascaramiento del \œ’œrte: “[Esto es unjuego de los hombres! Somos nosotros los que representamostodo esto. Lo que ha sucedido contigo hasta ahora debíahacerte temblar: ¡todo esto es, simplemente, cosa dehombres!” Siguen nuevas amenazas: “¡Cuídate de hablar conmujeres y niños acerca de estas cosas! ¡Tu muerte seríainmediata...! Oye esto: tiempo atrás, una mujer se habíaenterado de algunas de estas cosas. Antes que el sol salieraal día siguiente, ¡había sido ultimada por los hombres!42... Séprecavido y cuida tus palabras. ¡Los demás hombres te vigilanrigurosamente...! ¡Morirás inmediatamente si dejas oíraunque sea una palabra...! ¡Sobre las cosas nuestras queocurren aquí en la Choza Grande un hombre nunca habladelante de mujeres y niños!” El pálido temor reflejado en elrostro de los candidatos decía convincentemente que estosdos nunca se atreverían a revelar el secreto. “La muerte tellegará pronto si descubres algo. Pero, al mismo tiempo,también a la mujer con la que hayas hablado... ¡Ten en cuentaesta advertencia!”. Unas pocas veces, pero con el peso de la

42 Me enteré después de que esta persona había llegado a la cercanía de la ChozaGrande por pura casualidad. Esto bastaba para los recelosos hombres como paraatraerla al bosque mediante ardides y entregarla a una muerte disimulada.

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más firme decisión, oye el candidato estas advertencias, hoy,durante el atardecer de su iniciación. No hacen falta nuevasamenazas.

Envuelto en su capa, ornamentado por primera vez y conpleno derecho con el adorno específico de los hombres, enposición forzada y bajo la vigilante mirada del maestro y desu propio guía, así está acurrucado el Klóketen, callado, enel lugar más remoto del interior de esta choza misteriosa...Como mazazos le caen en el alma estas palabras, una y otravez: “¡Conserva este secreto, en caso contrario eres hombremuerto!” Y el candidato ve la inflexible decisión en los rostrosde los hombres que lo rodean, el inquietante silencio de lanegra noche le comprime para siempre los labios con manode hierro. ¡Ése nunca dirá palabra alguna!

Ahora se le otorga un poco de descanso a los iniciandosque se mantenían inmóviles en una posición física torturante.Tanto más vivaz es el comportamiento del grupo de loshombres, que charlan animadamente y adoptan las posturasmás cómodas. Alguno que otro se prepara un asado, peropara los candidatos no hay ni siquiera sobras. Los hombresdenotan claramente su satisfacción. ¡Se sienten sumamentecontentos de estar nuevamente a solas en compañía de tantosotros hombres! Los actores pronto atraerán las miradas detodos por su agilidad y la bella formación de su cuerpo. Unospocos hombres ya esperan desde mucho tiempo atrás laoportunidad de hubiera estado con el ánimo adecuado,pronto lo estará en compañía de tantos hombres en idénticasituación.

Luego de la lucha de los dos candidatos con los \œ’œrte, yomismo fui introducido en el círculo de los hombres. El

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inspector en persona me colocó un K<îel, diciéndome: “Túya conoces estas cosas; ya fuiste un Klóketen entre losyámana”. ¡Éstas sí que eran palabras de alivio para mí!, puesverdaderamente no me sentía tentado de representar el difícilpapel de candidato. Los hombres me hicieron conocerentonces su gran satisfacción por el susto mayúsculo querecibí inmediatamente después de nuestra entrada a la ChozaGrande, cuando los \œ’œrte saltaron imprevistamente almedio del ruedo. “¡Verdad que aquí entre nosotros las cosasson más estrictas que entre los yámana!” Para aplacar suscelos, confirmé gustosamente lo que querían oír y esperabande mí.

La primera noche en el bosque

Apenas habían transcurrido dos horas desde la lucha con\œ’œrte. Toda la comarca estaba sumida en una oscuridadabsoluta. En su alegría desbordante, los hombres se sentíanmuy bien. Nada les faltaba. Después de vina breveconversación con TENENESK, HALEMLNK se levantó decidido. Sedirigió a los Klóketen y a sus guías diciendo: “¡Nos vamos!”Estos se levantaron inmediatamente, se ajustaron más losmantos de piel y ordenaron sus K<îel. Los guías colocaronen el brazo izquierdo de sus protegidos un arco y sucorrespondiente carcaj; se proveyeron también ellos de estasarmas, y emprendieron la marcha. Adelante iba HALEMLNK;le seguían los dos iniciandos, luego sus guías, y el último dela fila era NANÁ, el padre del Klóketen más joven. HALEMINK

impuso un ritmo vivaz y, a los pocos segundos, todos habíandesaparecido en el bosque.

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Una rígida costumbre exige que los candidatos sean llevadoslo más pronto posible a los bosques o a las montañas, dondedeben sufrir nuevos temores y comenzar a familiarizarse conel rigor que allí es la norma. Deben ser educados para tenerindependencia de criterio y desprecio del miedo, resistenciafísica y extrema sobriedad y ‘frugalidad, pero también debenalcanzar prontamente certeza en el disparo y ojo bienentrenado para descubrir las huellas de los animales de caza.Esa noche era el primer intento de lograr un fortalecimientoy dominio de sí mismo casi absolutos, para lo que, de ahoraen adelante, se les daría oportunidad todos los días.

HALEMINK iba adelante con paso acelerado. Tomó el caminohacia las sierras cercanas, a través de un bosque pocofrecuentado, provisto de abundante maleza de arbustosentrelazados. A cada paso encontraban hojarasca seca ytroncos en descomposición, y en varios tramos el terreno sehacía muy pantanoso. ¡Justamente a través de todos estosobstáculos iba la marcha! Los candidatos debían haceresfuerzos sobrehumanos para mantener el ritmo. Ni una solapausa permitió HALEMINK. “¡Siempre adelante!”, eran laspocas palabras que decía. Los muchachos, debiluchos comoeran, jadeaban penosamente cuando comenzó a avanzarsecuesta arriba con el mismo paso forzado utilizado hastaahora. Desde aquí, desde la cima, se bajó nuevamente, máso menos a los saltos, cruzando extensas zonas de terrenopedregoso, para llegar finalmente, tras un gran rodeo, a laChoza Grande. Hacia las tres de la mañana arribó todo elgrupo. Los iniciandos se desplomaron totalmente agotados.Habían estado en marcha unas seis horas. Sus sandaliastotalmente empapadas fueron tiradas a un rincón como

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inservibles. El guía les quitó la capa mojada y les puso unaseca. Envueltos en ella, pudieron finalmente acostarse adescansar. Debilidad, fatiga y hambre cerraron en pocosminutos los ojos pesados de estos dos muchachos agotados.¡Cómo habrán imaginado el porvenir en virtud de estasprimeras experiencias! Los otros, en los que la marchanocturna tampoco pasó sin dejar sus huellas, cambiaron deabrigo y se prepararon un asado. Luego estiraron susmiembros cansados y se entregaron al descanso. Por otraparte, la mayoría de los hombres se había instalado paradormir en la Choza Grande, y sólo dos ancianos casadoshabían preferido pasar la noche en su propia vivienda. Enesto, cada uno disponía de su libertad personal.

Habíamos pasado la noche con amenas charlas.Especialmente TENENESK estaba de un humor tan excelentecomo pocas veces le había visto. Relató una serie de aventurasjocosas de la época de su mocedad. Recién cuando se retiróa su choza, poco después de medianoche, yo mismo fuiasediado por todo el grupo con preguntas variadas acercadel Kina de los yámana, pues la circunstancia que esa reuniónfuese igual en tantos detalles a su Klóketen los preocupabavivamente. Pero su fiesta era “mucho más linda que aquélla”,como repetían a menudo, y yo confirmaba dócilmente. A lasdos de la mañana, por fin, el cansancio comenzó a hacermella en estos hombres. Uno tras otro se había envuelto ensus mantos, y pronto enmudeció también el último. Peromedia hora después fuimos despertados nuevamente por elregreso de los Klóketen... Este es el espíritu intranquilo de losindígenas.

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Sólo desde hace algunos años los iniciandos son tratadoscon algo más de indulgencia. Esto se notaba desde el mismocomienzo, ya que nuestros Klóketen de este año habíanpodido regresar a la Choza Grande al cabo de una cortacaminata. En épocas anteriores, esta primera excursiónduraba cuatro días y noches completas. Al cabo de ellas,los muchachos arribaban a la Choza Grande totalmentefatigados y con amplia receptividad para el aleccionamientosiguiente. “Hoy en día tenemos más compasión con losmuchachos. ¡Son débiles y se convierten en Klóketen a edadmucho más temprana que nosotros antaño!” Esta declaraciónla tuve que escuchar también en relación con otrascircunstancias; pero, en cada caso, se denotaba la escasasatisfacción que los hombres mismos sentían a causa de estaindulgencia.

Este atardecer inaugural resultó ser generoso en experienciay nuevas vivencias para mí, un deleite y una alegría para loshombres adultos, y vivo en duras pruebas y esfuerzos físicospara los iniciandos. Las ceremonias secretas se habíaniniciado, y la decisión de los hombres, así como también el‘ambiente’ reinante en todo el campamento, permitíansuponer que todas estas celebraciones se continuaríanfielmente de acuerdo con la usanza de los mayores.

2. El mito del origen

Hay todo un complejo de mitos que conforma la base sobrela que se estructura la multiplicidad de las ceremoniassecretas. Existen tres narraciones independientes, que tienenpor tema el mismo objeto y desarrollan sucesivamente el

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ideario básico. Su intención es explicar la creación primitivade las celebraciones del Klóketen, justificar su forma actual,y servir a una finalidad de fundamental importancia:asegurar para el futuro las instituciones sociales creadas enépocas remotas.

(a) El mito que narra el origen del Klóketen de lasmujeres

El orden cronológico en que se presentan al candidato lasantiquísimas tradiciones, concuerda con el desarrollo de losacontecimientos que son el tema de la exposición. Al primerestablecimiento de la oculta celebración por las mujeres seagrega la toma de posesión de ésta por ¡os hombres, los quea su vez se han ocupado de asegurar su existencia y difusiónhasta hoy en día. Con la mayor rapidez posible se quierecomunicar esto a los iniciandos. Los hombres no seconforman con un único relato, sino que se intercalanfrecuentes repeticiones. En tanto el propio inspector tiene laobligación de presentar a los candidatos, aunque seaparcialmente, el mito del origen del Klóketen de las mujeresya en los primeros días, no puede establecerse esta mismaobligación para las otras dos narraciones. Pero es muy pocoprobable que se hayan desarrollado alguna vez estascelebraciones sin que también se haya hablado de algunamanera, aunque sea someramente, de las dos narracionesmencionadas.

El narrador y su técnica narrativa

Así como se busca a un conocedor experimentado para ladirección efectiva de la ceremonia, los mitos altamente

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significativos son transmitidos a los iniciandos por un buennarrador especializado.

La narración se deja, en lo posible, en manos del hombremás apropiado. El inspector titular queda, en todo caso,obligado a narrar a los candidatos el primer mito del origen.En él, que ya es padre de un muchacho de unos quince añosde edad, se supone la existencia de todo el saber personalque hace falta para reproducir las partes esenciales de esanarración. Es decir que, en todos los casos, el inspector es lagarantía en que se confía para que los iniciandos conozcanlo antes posible aquel mito. Pues puede ocurrir que entre lospresentes no exista una persona más capacitada que el actualinspector poco conocedor, sobre todo cuando ciertascircunstancias exigen la pronta iniciación de las ceremoniasa pesar del escaso número de hombres reunidos. Antes quese hagan presentes los otros participantes, los Klóketen debenhaber sido familiarizados al menos con los fundamentos másimportantes del mito. Estas obligaciones correspondenentonces precisamente al inspector, personaje del que nuncase carece. Más adelante habrá oportunidades suficientes parapresentar (a los iniciandos) una versión continua y completa.

Si el inspector en persona ya revela en los primeros días dela reunión las ideas básicas del mito, se alcanza con ello, almismo tiempo, otra finalidad, pues desde el comienzo se deseafamiliarizar a los Klóketen justamente con la persona a cuyasórdenes quedan directamente supeditados.

Es entonces inevitable que el mito del origen se narre conalgunas repeticiones. Ya fuera porque el inspector carecierade la necesaria capacidad, ya porque el tiempo urgía paraempezar una actuación de espíritus, había suficientes motivos

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para que a los Klóketen sólo se les narrasen algunas ideasbásicas, confiando a un anciano experimentado el complicadodesarrollo de esas ideas en un momento futuro, Puesto quese desea familiarizar a los Klóketen completamente con elsignificativo mito del origen, se producen las intencionalesrepeticiones de algunos fragmentos no sólo por las mismaspersonas, sino también por otros hombres que se sienteninspirados para ello. Es inevitable que aún el mejor narradoromita algunos detalles; si los desea agregar más tarde, no sele impide en absoluto hacerlo.

Se retornaba entonces repetidamente al mito del origen.Durante nuestras celebraciones, HALEMINK narró ya durantela primera noche la mayor parte. Durante la tercera nochefue TENENESK quien refirió esta historia con una integridadnunca más alcanzada más tarde. Durante las primeras dossemanas relató algunos fragmentos en tres noches diferentes.

Para el tipo de presentación en sí rigen sólo algunas reglaspoco determinadas. En la mayoría de los casos él narradorabandona su propio asiento y se pone en cuclillas delante dela fila que forman los Klóketen, que siempre están sentadosuno muy junto al otro. Esta costumbre fue la que observédurante la ceremonia de este año. Aparte de ello, tambiénera admisible que los iniciandos, abandonando su propiolugar, se ubicaran en el suelo formando un semicírculodelante del narrador, y quedaran allí hasta que eran enviadosnuevamente a su asiento, una vez finalizada la instrucción.

Para instruir a un candidato, cualquier hombre podíaabandonar su asiento, pero regresaba a él apenas terminabasu cometido.

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Quienquiera fuese el narrador del mito del origen, durantela narración todos los presentes escuchaban en absolutosilencio y postura digna. La seriedad y el significado del temaexigían una conducta absolutamente intachable y unaparticipación más que digna. Así vi en cada oportunidadque, al comenzarse este relato, la gente que estabacómodamente estirada cerca del fuego se levantaba paratomar una posición adecuada del cuerpo, y otros que sedisponían a comer un asado lo dejaban de ladoinmediatamente. Quien estaba parado hasta ese momento,se ponía en cuclillas, posición ésta considerada adecuada alcaso.

La reproducción de aquel mito de ninguna manera se ajustaa un texto invariable. Contradicciones formales de por sí noexisten, e inclusiones que tergiversaren el sentido seríancorregidas por otros oyentes conocedores, de modo que alnarrador sólo le queda la libre elección y el ordenamiento deciertas partes. Aquí es donde se pone en evidencia su mejoro peor disposición o habilidad. Pero, como la gente tiene unamemoria fabulosa y su vocabulario es reducido, y como, porotra parte, cada uno de ellos ha oído varias veces durante suvida este mito, no puede extrañar que se haya mantenidohasta hoy en una versión más o menos fija,independientemente de la personalidad del narrador deturno. La estructura interior del relato, o sea la disposiciónsegún la cual nos narró HALEMINK durante la primera nochey a título de introducción, partes relativamente importantesde dicho mito de origen, reflejaba exactamente su confusaforma de pensar; repitió hasta el hartazgo ciertos detalles,no tuvo en cuenta ni la sucesión temporal ni la lógica de

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ideas, y dejó abiertas muchas lagunas importantes. Elcircunspecto TENENESK, en cambio, nos brindó toda la historia,completa y ordenada. Durante tres días posteriores narróalgunos fragmentos, que de ninguna manera coincidíantextualmente uno con otro, y que repitió como explicaciónpara algunos sucesos ocurridos en la Choza Grande.

Ya que no dispongo de nada mejor, y como TENENESK siemprefue apreciado por sus paisanos como portador fidedigno delas tradiciones. presento ese mito de origen según suspalabras. Él mismo no pudo expresar en cifras la cantidadde veces que ya lo había oído y relatado. Allí donde lacoherencia interna del relato lo exige, agregué entre || lasvariantes que él mismo suministró. Además, he tenido encuenta la narración de HALEMINK.

Texto del mito

En informes anteriores ya se encuentran referencias aalgunas ideas principales. Dejando todo eso de lado, repitoaquí lo que nos ha relatado TENENESK aquella noche en laChoza Grande:

“En tiempos remotos había ya muchos ô8wenh aquí ennuestra tierra. En aquel entonces sol y luna, estrellas y vientos,sierras y ríos peregrinaban por este mundo igual que loshombres, igual como lo hacemos nosotros actualmente. Peroen aquellos tiempos las mujeres tenían la última y decisivapalabra en todo, dentro y fuera de la choza. Ellas indicabana los hombres los trabajos que éstos debían hacer. Era igualque hoy, cuando nosotros los hombres damos encargos a lasmujeres. En aquella época los hombres estaban subordinadosy se sometían obedientemente a las mujeres. Como ellas les

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asignaban las labores dentro de la choza, los hombres tambiénlas cumplían, y estaban obligados a permanecer en la chozay encargarse de todo lo que las mujeres les ordenaban; debíanmantener el fuego, asar la carne, trabajar los cueros, y cuidarde los niños pequeños. Si había algo que discutir, se reuníanexclusivamente las mujeres; los hombres se quedaban en suschozas. A ellos no les era permitido sentarse en rueda conlas mujeres, cuando ellas deliberaban acerca de alguna cosa,o la comentaban. Sólo las mujeres tomaban decisiones eimpartían órdenes, y los hombres debían dar cumplimientoa lo que ellas les imponían. De este modo, los hombresdependían totalmente de las mujeres.

Pero, como los hombres eran más fuertes y había muchos,las más astutas entre las mujeres temían que pudieranrebelarse y negarles obediencia. Por eso tales mujeres sereunieron y reflexionaron mucho tiempo. Su intención eradescubrir cómo podían mantener a los hombres en esaposición subordinada; no deseaban en absoluto que éstos serebelaran y les negaran la obediencia. La más astuta de todaslas mujeres era la mujer Kr} (luna), la esposa de Kr+n (sol).Ella era una poderosa âœn y ejercía la mayor influencia sobrelas demás mujeres. Todas las demás le temían mucho, y nadieosaba contradecirla. Una y otra vez deliberaron las mujeres;reflexionaron mucho tiempo.

Por último, las mujeres comenzaron con esta reuniónsecreta, tal cual lo hacemos hoy en día nosotros, los hombres.A buena distancia de las viviendas, construyeron una chozamuy grande, donde había lugar para todas las mujeres. A latarde, se reunían aquí. Durante el día y también durante lanoche, siempre había algunas mujeres en la Choza Grande,

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pues las muchachas adultas raras veces regresaban alcampamento. Desde el atardecer hasta muy avanzada lanoche, todas las mujeres se mantenían allí reunidas43. Aningún hombre le estaba permitido acercarse a la ChozaGrande. Aquí se reunían exclusivamente mujeres, quevigilaban muy atentamente. Los hombres debían permanecerconstantemente en el campamento.

Cada una de las mujeres se pintaba todo el cuerpo condibujos especiales, hoy de esta manera, mañana de otra. Seponían sobre la cabeza unas máscaras de corteza pintada, ysu cara quedaba completamente cubierta. Nadie podíareconocerlas. Ataviadas así, salían de la Choza Grande, solas,de a dos, o también en una larga fila, saltando y brincando.Cuando se las alcanzaba a ver a un costado de la ChozaGrande, algunas mujeres llamaban inmediatamente a loshombres y a los niños, para que salieran de sus viviendas.Éstos observaban el espectáculo desde lejos.

Algunas mujeres hicieron creer a sus maridos que esos(seres) descendían del cielo o surgían de la tierra, paraencontrarse con las mujeres, reunidas aquí en la ChozaGrande. Esos seres tratan con capricho y terquedad tanto alos hombres como a las mujeres; ante ellos todos estántotalmente indefensos, pues son muy poderosos. Una y otravez se decía que especialmente _álpen averiguaba cómo seportaban los hombres. También \œ’œrte se fijaba mucho ycastigaba duramente a aquellos que no daban cumplimientoa las indicaciones de las mujeres o se mostraban irrespetuosos.Además de estos dos, también aparecían M0tan, Kÿsménk,Tánu, K4ta6x, Kõternõn y todos los demás. ¡Pero en realidad

45 Porque con el comienzo del atardecer las apariciones de los espíritus eran másfrecuentes.

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todos ellos eran las mujeres mismas! Ellas se pintaban elcuerpo y se colocaban las máscaras de corteza en la cabeza;hoy lo hacia tal mujer, mañana tal otra. Así se iban turnando,y de esta manera todos los hombres eran engañados. Lasmujeres astutas hacían todo esto con la mala intención deinfundir a los hombres miedo y terror. Los hombres siempredebían quedar respetuosamente subordinados a ellas.

La más influyente de todas era Kr}, que dirigía a las demásmujeres. También les indicaba los encargos que cada una debíaimpartir a cada hombre. Cada mujer encomendaba a su maridolos trabajos que la mujer-luna le había indicado, Los hombrescumplían con todo eso. Casi todo el año pasaban las mujeresen la Choza Grande. Durante el día, una que otra de lasmujeres regresaba al campamento, permanecía allí por cortotiempo y asignaba nuevos trabajos a su marido. También comíael asado que él había preparado para ella, pues siempre estabamuy hambrienta. De vez en cuando también dormía con sumarido. Pero, por lo general, las mujeres dormían juntas en laChoza Grande, y raras veces se presentaban durante la nocheen el campamento. Cada mujer exigía que en su viviendahubiese, gran cantidad de carne, para lo cual decía a su marido:‘¡_álpen necesita a menudo mucha carne allí en la ChozaGrande!’. Por esta razón los hombres salían constantementede caza y traían abundantes presas a sus chozas. Debíanentregar toda la carne a sus mujeres, para no enfadar másaún a la poderosa _álpen.

En cierta oportunidad las mujeres se habían reunidonuevamente en una amplia y hermosa pradera, dondecelebraban su Klóketen en la espaciosa choza común. Loshombres permanecían en el campamento, que estaba muy

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distante de allí; cuidaban de los niños pequeños y cumplíancon sus quehaceres. Cuando un \œ’œrte visitaba el campamento,se envolvían en sus mantos. Siempre eran maltratados por el\œ’œrte, y ocasionalmente castigados con severidad.

Kr+n, el hombre-sol, era un magnífico corredor y un buencazador. En sus recorridas siempre encontraba abundantebotín. Casi permanentemente estaba de caza. A diario traía asu choza mucha carne, que repartía a las demás chozas. En elcampamento se hacían presentes casi a diario algunasmuchachas, que venían de la Choza Grande, y decían a loshombres: ‘Nos envía _álpen, ¡desea carne!’ Entonces loshombres debían entregar todo lo que poseían. Esas muchachassiempre llevaban mucha carne a la Choza Grande.

Un día, el hombre-sol estaba de nuevo de caza, rondando lasierra. Al poco rato había cazado un guanaco grande, porqueera realmente un buen cazador. Cargó el animal en la espalday se dirigió con él al campamento. Cansado por el caminodificultoso y la pesada carga, la arrojó al suelo con grandescontento, y se sentó tras un arbusto para descansarbrevemente. Sin darse cuenta, se había acercado mucho a laChoza del Klóketen; se había sentado en las inmediaciones deuna laguna. Desde su ubicación, descubrió al poco rato juntoa la orilla a dos muchachas que se estaban bañando.Charlaban animadamente y reían mucho. Kr+n se acercócuidadosamente, pues quería espiar a estas dos muchachas.Estaban pintadas como los Kõternõn que a veces se mostrabanal lado de la Choza Grande. Las muchachas aqui se ejercitabanen mantenerse bien erguidas, caminando con pasos muy breveshacia adelante y hacia atrás; así les había enseñado la mujer-luna. Con esto se divertían mucho. Ellas decían: ‘Pronto lo

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habremos logrado... ¡Cómo se asombrarán los hombres!’Continuamente emitían risitas de satisfacción. Se burlaban delos hombres, pues éstos creían que los Kõternõn existíanrealmente. Se regocijaban mucho por la astuta práctica de lasmujeres y el permanente miedo de los hombres... De estamanera las muchachas jugaron un buen tiempo.

Montando en cólera desmesurada, Kr+n salió por fin de suescondite, y gritó a las muchachas: ‘¡Mujeres traidoras: así esque habéis engañado a todos los hombres...! ¡Ahora lo sé todo!’Sorprendidas y asustadas, las dos muchachas saltaroninmediatamente al agua, donde se mantuvieron largo ratosumergidas. Ofuscado, el hombre-sol cargó con el guanaco ycontinuó la marcha. Las muchachas escucharon cómo lesadvertía: ‘Os aconsejo quedaros escondidas aquí, ¡en casocontrario la pasaréis mal!’ Estas dos se convirtieron en Kÿ’ œklœl.Desde entonces siempre se mantienen ocultas. Viven dea dos y siempre en lugares totalmente inaccesibles, dondehay muchos pequeños remolinos de agua. Si alguien seles acerca, se sumergen rápidamente.”

En otra oportunidad, dijo TENENESK: “Allí junto a la lagunase encontró Kr+n con dos muchachas, que se ejercitaban enhacer los pasos cortos y mantener el cuerpo tan tieso comolo hacen los Kõternõn. Cuando se había acercado más,reconoció a las dos muchachas: ¡eran las hijas de Kr} !44, Poreso les había aconsejado quedarse junto a la laguna. Ellas seescondieron aquí; de lo contrario les hubieran sucedido cosasterribles. Después se convirtieron en Kÿ’ œklœl 45.

44 Por lo tanto, estas niñas eran los hijas del mismo hombre-sol. Esto lo expresacon la misma claridad otra locución.

45 Un tipo de somorgujo muy receloso, muy raras veces visto por el viajero.

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“Kr+n sólo caminó lentamente: quería que se aplacara suexcitación, antes de llegar al campamento. Nadie debía notarnada. Mientras caminaba pausadamente, reflexionabaacerca de lo que debía hacerse de ahora en adelante...”

En otra oportunidad, TENENESK nombró expresamente a laspersonas que se habían salvado de la gran revolución:“Cuando Kr+n hubo sorprendido a esas dos Kÿ’ œklœl , cargónuevamente sobre sus hombros la carne. Se dirigió alcampamento. Al avanzar, vio a otra mujer, que ensayabasaltos laterales y llevaba la máscara y la pintura de un M0tan.Al observar esto, su ira creció hasta lo indecible y apuró elpaso para llegar al campamento. Esa mujer vio entonces alhombre-sol. Atemorizada se escondió entre los arbustos yya no regresó a la Choza Grande. Cuando llegó la granrevolución, la mujer estaba a salvo en la laguna y quedó convida”, es decir, se salvó porque se convirtió en cisne.

“Cuando el sol llegó al campamento, se mostró muyindiferente, tanto con los hombres como con las mujeres.Nadie pudo intuir cuan terrible era lo que había logradosaber. Con mucho cuidado visitó luego uno tras otro a loshombres en sus chozas, y les informó sobre el juego traidorde las mujeres; a cada uno de ellos le reveló cuan gravementehabían sido engañados todos por las mujeres. Entonces todoslos hombres se enteraron del verdadero estado de cosas: enla Choza Grande sólo había mujeres, que se pintaban todoel cuerpo y se colocaban en la cabeza un Tœlœn. ¡Así nadiepodía reconocerlas...! Cuando los hombres oyeron todo esto,montaron en gran cólera, pero disimularon también suexcitación. Kr+n les había ordenado severamente que nopermitieran que alguien notara algo.”

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Aquí intercalo un fragmento relativamente largo extraídode la narración de HALEMINK: “Un día, Kr+n había salidonuevamente a cazar. Debía traer siempre mucha caza, puescontinuamente enviaban desde la Choza Grande a lasmuchachas para que retirasen la carne del campamento. Esasmuchachas recorrían una a una las chozas, y decían a loshombres que estaban allí: ‘¡_álpen exige más carne! Si no laentregáis, se enojará terriblemente. ¡Entonces pobres denosotras. ..!’ Por compasión con las mujeres, los hombresentregaban toda la carne. Las muchachas se iban y lallevaban a la Choza Grande.

Aquel día, Kr+n había matado un guanaco en lo alto de lasrocas. Era un macho de gran tamaño. Partió en dos a eseenorme animal y se puso en la espalda un buen trozo. Estabamuy lejos del campamento. Con el pedazo a cuestas,descendió de la sierra. Mientras bajaba, encontró otroguanaco. Inmediatamente disparó una flecha, que dio en elblanco. Pero el animal no cayó, pues sólo había sido heridolevemente. Sin embargo, manó abundante sangre. Kr+n pudoreconocer fácilmente la huella. Siguió al animal fugitivo lomás rápido que pudo. Corrió y corrió, hasta querepentinamente se encontró ante una laguna, que estaba muycerca de la Choza Grande. Et hombre-sol se detuvorepentinamente. Al mismo tiempo observó a dos muchachasadultas, que se estaban bañando. Se lavaban del cuerpo laspinturas; estaban pintadas como Kõternõn.

Cuidadosamente, Kr+n se acercó a las muchachas y ovócómo hablaban. Se burlaban del miedo intenso que loshombres sentían cuando las mujeres salían de la ChozaGrande. Con el cuerno totalmente pintado y una máscara

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en la cabeza, nadie podía reconocerlas. Mientras lasmuchachas se lavaban, charlaban animadamente. Kr+n fuedescubierto recién cuando estuvo casi al lado de ellas. Sehabía aproximado furtivamente hasta allí. Espantadas, lasdos muchachas saltaron inmediatamente a la laguna y sesumergieron. Eran dos Kÿ’ œklœl . Largo rato permanecieronbajo el agua. El sol les gritó entonces: ‘Ahora sé todo... ¡Oh,cómo las mujeres nos han engañado a todos nosotros!1 Sequedó un momento indeciso y reflexionó. Luego levantóamenazadoramente el dedo contra la laguna: ‘A vosotrasdos os aconsejo: ]permaneced aquí y no regreséis a la ChozaGrande! ¡Ahora sucederá algo terrible!’ Las dos muchachasse quedaron junto a la laguna, se convirtieron en Kÿ’ œklœl.Una de ellas era oriunda del norte, la otra del sur”46. Aquí semantuvieron escondidas. Aún hoy en día se mantienen muyocultas en arroyos y lagunas.

Kr+n dijo para si: “¡Conque nos han engañado las mujeresa todos nosotros!” Cuando cambió un poco la dirección, yano alcanzó a ver el rastro de sangre del guanaco que habíaestado persiguiendo. Observando el baño de estas dos jóvenesse había olvidado del animal. Se le habían pasado las ganasde seguir cazando. Ya había cargado hasta alii un buenpedazo de carne. Lo cargó nuevamente en su espalda yregresó directamente al campamento. Cuando llegó allí,disimuló ante las mujeres todo lo que le había pasado.”

“Entonces los hombres deliberaron en secreto. Queríancerciorarse de todo lo que las mujeres hacían en la ChozaGrande. El sol era muy astuto, y dijo a los demás: ‘Enviaremos

46Esta indicación especial era desconocida para otros hombres, como pudeenterarme después.

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a varios hombres rápidos a la Choza Grande: debenatravesarla corriendo y regresar aquí. Así nos informaránde lo que allí sucede. ¡Pero deben tener cuidado de no seratrapados por esas mujeres!’ Los hombres estuvieron deacuerdo con la propuesta.

El primero en ser enviado fue el pequeño K1âken 47. Éste seagachó y se apretó fuertemente contra el pasto. Así se acercósin ser visto. ¡Las mujeres siempre vigilaban atentamente!Luego dobló para entrar a la Choza Grande por uno de losbordes de la entrada, corrió a lo largo de la pared interior yse deslizó fuera por el otro lado de la abertura. Es cierto quetropezó con los Tœlœn, y dos de ellos cayeron al suelo48, peroninguna de las mujeres lo descubrió. Cuando K1âken regresóal campamento, les dijo a los hombres: ‘¡Sólo he visto anuestras mujeres y muchachas! Están acurrucadas en el pisocerca de la pared interior, y detrás de cada una de ellas estáparado el Tœlœn. ¡Excepto ellas, en la Choza Grande no habíanadie!’ Poco tiempo después, los hombres mandaron alpequeño Torneîeren 49. Era un hombre emprendedor.Recorrió rápidamente toda la Choza Grande y nadie percibiósu presencia. Regresó y contó a los hombres: ‘Es verdad, allísólo están las mujeres y las muchachas. ¡Cada una de ellastiene detrás de su asiento una máscara!’ Para que noquedaran dudas, se envió por último a C1îun 50, que era un

47 Este pajarillo se conoce generalmente con el nombre de “porotero”. Tiene unpico largo, plumaje color terroso y vive en los pastizales.

48 Cada una de las máscaras es tratada con gran cuidado. Se apoya contra lapared interior de la choza, en forma vertical, y detrás del propio asiento. Si sellegara a caer, se trataría de un mal augurio que significaría para su portadordesgracia y una grave interrupción de la escena de los espíritus.

50 Se puede encontrar esta veloz avecilla de plumaje amarillo claro solamente enpraderas abiertas.

49 Este pajarito de plumaje gris-moreno corre muy rápido por la tierra cubierta de pastos.

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sujeto rápido y osado. Se acercó cuidadosamente. Con másrapidez aún que los otros dos pasó por la choza a espaldasde las mujeres, tocando siempre la pared interior. Nadie lovio. Inmediatamente regresó corriendo al campamento, ydijo a las gentes: ‘Allí en la Choza Grande no he visto ni\œ’œrte ni M0tan ni _álpen, ¡allí sólo hay mujeres sentadas enel piso!’ ¡Ahora todos los hombres sabían que eran engañadospor las mujeres...! Querían atacar inmediatamente la ChozaGrande y matarlas a todas. \1t 51 debía acercarse furtivamentey desde allí, mediante un silbido, dar a los hombres la señalcuando se acercara el momento oportuno. Los hombres sepusieron de acuerdo. Inmediatamente, \1t se deslizó con grancuidado desde el campamento hasta la Choza Grande.

Entonces llegó inesperadamente al campamento Támtan,la hija de Kr+n, acompañada de otras dos mujeres. Se pusodelante de su padre y dijo: ‘_álpen necesita mucha carne:¡danos lo que has traído ... ’52. Muy excitado, tomó Kr+n elanimal que recién había traído a la choza. Lo arrojó con furiaal piso, exactamente delante de los pies de su hija, y le gritófurioso: ‘¡Llévate esta carne; más que eso no encontré hoy!Llévala a tu madre y a las otras mujeres; ¡porque solamenteellas la comen y se dan la buena vida...! ¡Será suficiente paratodas las mujeres de la Choza Grande!’

Támtan tomó la carne. La conducta de su padre y laspalabras que le había gritado la habían confundidocompletamente. Con la ayuda de las demás mujeres, cargóla carne hasta la Choza Grande. Cuando llegó cerca de la

51 El estridente silbido del ostrero (Haematopus), al que aquí se refiere, se oye entoda la costa de la Isla Grande.

52 El relato da por sentado que el regreso del hombre-sol fue observado. Es éstauna demostración de la rigurosa vigilancia que las mujeres ejercían sobre los hombres.

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entrada, dio la señal como de costumbre: tttttttttt. Con estoanunciaba su llegada “. Aún pálida por el susto, entregó lacarne a su madre, Kr}. Todas las mujeres interrogaban a lamuchacha con la mirada. Ella dijo: ‘Cuando me vio mi padre,arrojó este guanaco delante de mis pies, y muy excitado megritó: ‘(Llévate esta carne, más que eso no encontré hoy!Llévala a tu madre y a las otras mujeres; ¡porque solamenteellas la comen y se dan la buena vida...! ¡Será suficiente paratodas las mujeres de la Choza Grande! Esto es lo que mi padreme dijo, muy furioso.’” TENENESK acentuó en otra oportunidad:“El enfurecido hombre-sol arrojó el guanaco a los pies de suhija y le dijo: ‘¡Lleva esta carne a tu madre., .!’ ¡Incluso lapropia esposa e hija lo habían engañado gravemente!”“Cuando las mujeres y las muchachas oyeron estas palabras,un miedo terrible recorrió sus cuerpos. Las mujeres másinteligentes temblaban de miedo y temor, porque veían quesus juegos falaces habían sido descubiertos por los hombres,y decían para si: ‘Kr+n debe haber descubierto algo. De locontrario, ¿cómo podría utilizar tales palabras. , .?’ Por largorato reinó gran confusión. Pero había que actuar con rapidez,porque querían saber cuál era la verdadera situación y evitarmales mayores. Deliberaron mucho. Por fin la mujer-lunatuvo la ultima palabra. Con tono autoritario ordenó: ‘¡Hacedinmediatamente otro _álpen te wakenen!’.

Las mujeres se prepararon. Puesto que la mujer-luna era,ella misma, una poderosa âœn, fue adelante. Se había hechopintar con especial cuidado, y otras cuatro mujeres laacompañaban. Quería convencerse personalmente de lo quedecían los hombres, y notar cómo se comportaban mientrasella estuviese allá. Llegadas al campamento, las mujeres

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fueron de una choza a la otra; recibieron tanta carne comohabía disponible. No observaron nada anormal. Y sinembargo un hombre mayor susurró con voz perceptible:‘¿Esta carne será realmente para _álpen?’ Otro hacía estasobservaciones: ‘¡No puede saberse si, en fin de cuentas lasmujeres no consumen ellas mismas esta carne!’ Las mujerestuvieron que escuchar otras expresiones de este tipo. . . Lamujer-luna regresó con sus acompañantes a la ChozaGrande. Ya no le cabían dudas: ¡Los hombres habíandescubierto su falso juego! ¡De algo debían haberse enterado!Antes nadie se había atrevido a decir tales cosas.

Las mujeres quisieron asegurarse más todavía. Debíanobtener noticias acerca de cuánto sabían los hombres sobresus juegos. La mujer Kr} ordenó: ‘¡Que un \œ’œrte recorrainmediatamente el campamento! Debe observarestrictamente a los hombres. Que escuche atentamente lo quehablan, y si tienen la intención de tomar alguna medida. ¡Esmuy necesario actuar con toda rapidez!’

Enseguida se preparó una mujer. Se pintó todo el cuerpo yse colocó un Tœlœn sobre la cabeza. Entretanto, otras mujeresse habían dirigido a] campamento, distribuyéndose allí.Decían a los hombres: ‘¡Pronto vendrá otro \œ’œrte! Cadahombre corrió hacia su choza, se metió en ella y se cubrió elrostro can el manto de piel. Las mujeres se habían distribuidobien, de modo que cada una pudiera observar detenidamentea un hombre determinado mientras \œ’œrte cruzaba elcampamento... Lo que antes nunca había sucedido, ocurrióesta vez: todas las mujeres debieron escuchar más de unaobservación maliciosa de los hombres. Uno dijo: ‘¡Quién sabesi en verdad es un \œ’œrte!’ Otro se hizo escuchar: ‘¡No se

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puede saber si las mujeres no nos engañan!’ Otro másmanifestó: ‘¡Las mujeres a lo mejor sólo juegan con nosotros!’Otro por fin se expresó: ‘¡Da la impresión como si las mujeressólo quisieran asustarnos!’ Y uno de ellos gritó con voz fuerte:‘¡Una de nuestras mujeres posiblemente se ha pintado ynosotros creemos que es un \œ’œrte!’... Todo eso tenían queescuchar las mujeres. Una profunda consternación invadióa todas. Desconcertadas, todas se reunieron nuevamente enla Choza Grande, cuando \œ’œrte desapareció.

Pero entre los hombres se produjo una extrañaintranquilidad. Las mujeres lo observaron muy bien; no seles escapó su transformación. La mujer-luna gritó endirección al campamento: ‘¡Manteneos en silencio, _álpenestá muy enfurecida y ofuscada!’ Pero estas palabras noprodujeron silencio entre los hombres. Completamentedesorientada, la mujer-luna confesó entonces a las mujeres:‘¡Muy mal están las cosas para nosotras!’ Hagamos otrointento de asustar a los hombres; ¡representemos rápidamente_álpen kŸ âat. Inmediatamente las mujeres formaron dosfilas y salieron de la Choza Grande, una fila por la derecha,otra fila por la izquierda de la entrada. Mientras tanto, lapropia Kr} se colocó delante de la choza. Con voz fuerteordenó a los hombres que se acercaran, pues ahora _álpenllamaría una tras otra a las mujeres para devorarlas. ¡Estodebía infundir extremo temor a los hombres!

Pero en el ínterin cada uno de éstos se había provisto de ungrueso garrote. Cuando la mujer-luna exhortó a los hombresdel campamento a que se acercaran diciendo: ‘¡Venid un pocomás cerca, veréis qué furiosa está _álpen! ¡Devorará una trasotra a todas vuestras mujeres!’..., sucedió que los hombres

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tomaron un gran impulso. Se acercaron corriendo, y sucarrera llegó mucho más lejos de lo que tendría que habersido. La mujer-luna instó a los hombres a detenerse. Gritaba:‘¡No tan cerca hombres!, ¡eh, manteneos alejados de la choza!’- En este instante, \1t dejó oír su silbido, pues se habíamantenido oculto muy cerca de la choza. Los hombrescomprendieron la señal. Inmediatamente se lanzaron conimpaciencia hacia adelante. Presa de pánico, la mujer-lunagritó: ‘¡Retroceded, hombres, de lo contrario saldrá _álpen...Todo esto lo habían tenido que ver las demás mujeresreunidas allí en la choza. En su desesperación, todasexhortaban a la mujer-luna: ‘Los hombres ya están muycerca, ¡grita con más fuerza!. . . ¡Ay de nosotras, adondeiremos ahora!’ Pero los hombres ya empujaban a la mujerKr} contra la Choza Grande. Por último alcanzaron laentrada y entraron atropelladamente. Toda la maraña dehombres había empujado delante de sí a la mujer-luna.

Entonces Kr+n gritó con toda su fuerza: ¡Ultimad a lasmujeres!’ ¡Y los hombres usaron sus garrotes! Furiosos,golpearon una y otra vez sobre la masa de las mujeres. Cadahombre ultimó la primera mujer que se le puso enfrente. Enpoco tiempo, las mujeres y muchachas estaban tiradas en elsuelo, sangrando, muertas.” “Ahí se daba el caso de que másde uno se enfrentaba repentinamente con su propia mujer ocon su hija. De ser posible, dejaba a cargo de otro hombrematarla. Pero alguno que otro también mató a golpes a supropia pariente, tan grande era la ira de los hombres”.

“El hombre-sol extrajo un leño encendido del fuego. Conél arremetió contra su poderosa esposa. Con el primer golpeque le propinó, tembló todo el firmamento, y con el segundo

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y tercer golpe la situación fue más grave aún. Por eso el soldejó de golpear a su mujer, temiendo que todo el firmamentopudiera derrumbarse. La mujer-luna aprovechó esto y seescapó de la Choza Grande, dirigiéndose sin pérdida detiempo a la bóveda celestial”.

TENENESK, además, relató este fragmento en forma más breveen otra ocasión: “Los hombres furiosos tomaron por asaltodesde ambos lados la Choza Grande. Inmediatamente, todosse abalanzaron sobre la mujer-luna, que era la cabecilla entrelas mujeres. Todos los hombres la empujaron al mismotiempo; la empujaron cada vez más hacia el fuego, hastaque cayó en él. Su rostro sufrió horribles quemaduras. Lascicatrices de estas quemaduras y las manchas negras en sucara se reconocen aún hoy claramente. Cuando Kr} cayó,retumbó la tierra y el firmamento tembló. Los hombres no seatrevieron a matarla. Ella se levantó rápidamente y escapóhacia el firmamento”. “Enseguida, Kr+n persiguió a su esposaKr}. Sin embargo, hasta el día de hoy no ha podido alcanzara su mujer. Aún se ve en el rostro de ella las negras cicatricesde entonces... A veces, esta mujer aparece con el rostrocompletamente rojo; eso sucede cuando se enfurecenuevamente con los hombres. Pero tampoco el odio de loshombres contra aquella mujer falaz ha cesado hasta hoy.

En una noche de invierno, maravillosamente clara y conluna brillante, acompañé al viejo TENENESK desde la chozadel Klóketen hasta el campamento. íbamos muy despacio ycomentábamos las apariciones de los espíritus. El viejo noestaba de buen humor, pues poco antes había repetido laparte final del mito del origen. Repentinamente se detuvo.Al cabo de una pequeña pausa, me dijo quedamente: “¡Mira

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a aquella miserable y traidora mujer allá arriba: Antes habíaasustado tantas veces a los hombres. Pero un día su propioesposo descubrió sus graves engaños. Con un leño encendidola golpeó y le dio con él en el rostro. ¡Las manchas negras ylas quemaduras que aún hoy puedes ver en su cara, provienende esos golpes!... Kr+n era un hábil cazador. Siempre debíatraer guanacos. Las mujeres de entonces lo engañabanquitándole esa carne. Un día, el hombre-sol acechó a sus doshijas. Las hijas comentaban entre ellas todo lo que las mujereshacían en la Choza Grande. Él escuchaba atentamente.¡Entonces supo lo que sucedía allí entre las mujeres! Ciegode ira, arrojó la carne en el suelo y dijo a sus hijas: ‘Llevadno más esa carne a la Choza Grande! Allí no hay más quemujeres, ¡ellas son las que se comen la carne!’ Después Kr+ncontó a los demás hombres lo que había logrado averiguar.Se produjo una lucha terrible. Todas las mujeres fueronultimadas, y sólo quedaron con vida las niñas pequeñas queestaban en el campamento. Durante esa lucha casi sedesploma el firmamento. Aquella mujer era muy poderosa.Había dirigido todo y mandaba a las demás mujeres.Inmediatamente huyó hacia el cielo. Aún hoy esa de alláarriba54 es el peor enemigo de los hombres; Kr+n, su marido,la persigue constantemente!” Y lleno de una iraabsolutamente real, TENENESK elevó sus puños contra elbrillante disco lunar. Su odio está bien auténtico.

“Los hombres iracundos voltearon entonces la ChozaGrande, desparramaron el fuego y asolaron el terrenocompletamente. Mientras tanto, otros habían ido al

54 Resulta notable true el. nombre propio de la mujer-luna no se pronunció, ytodo el mundo mostraba temor de ella.

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campamento. Allí mataron a todas las muchachas mayores,que ya entendían lo que había sucedido. Sólo las niñas muypequeñas quedaron con vida, pues ellas debían perpetuar alpueblo de los selk’nam. Cuando, después de años, estas niñasse habían convertido en mujeres, los hombres mismoscelebraron su fiesta del Klóketen por primera vez. Estasmujeres eran espectadoras. Pero no sabían cómo aquellosjuegos secretos habían caído en manos de los hombres.

Hubo entonces una gran revolución, una grantransformación. En su mayor parte, las mujeres seconvirtieron en animales. En la pintura de su cuerpo aún seve cuáles eran los dibujos que llevaban en aquellaoportunidad55, cuando los hombres fueron tan gravementeengañados por todas las mujeres.” |”Sólo quedaron con vidamuy pocas mujeres. Una de ellas fue la hembra de la ballenagrande. Esta mujer era demasiado voluminosa y no pudopor ello participar de las reuniones de las mujeres.” Por otraparte, TENENESK había mencionado que la mujer-cisne Kÿ’hmenhabía escapado a la gran matanza, pues ese día desempeñabael rol de M0tan. “Aquella mujer fue sorprendida por Kr+n.Entonces ella intuyó que algo grave ocurriría y se mantuvooculta. Como no regresó más a la Choza Grande, se salvó ydesde entonces quedó como cisne.” |

“Sólo mucho tiempo después las dos Kÿ’ œklœl volvieron ala superficie. Como se habían mantenido tanto tiemposumergidas, se salvaron de la gran matanza. Ahora sonpajaritos y hasta el día de hoy viven en lugares muyescondidos, donde hay remolinos de agua.

55 Esto señala el carácter multicolor del plumaje o de la piel de los tan numerososanimales de la Tierra del Fuego.

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Esta es la historia del grave fraude cometido por las mujeres entiempos pasados. Desde aquella gran matanza |”ña maten = lamatanza general de las mujeres” | sólo los hombres puedenreunirse aquí en la Choza Grande. Cuando los muchachos jóveneshan aprendido a callar, entran aquí y se convierten en Klóketen...Os he relatado toda la historia. Ahora lo sabéis: \œ’œrte, _álpen,M0tan y todo lo demás son juegos de los hombres.., Pero cuidaosde descubrir algo de estos a las mujeres. ¡El último de nuestroshombres debe llevar este secreto consigo a la tumba. Nunca debesaber una mujer que nosotros, los hombres, jugamos aquí en laChoza Grande, nos pintamos, nos colocamos las máscaras ysalimos así, para mostrarnos a las que están en el campamento.¡Guardad rigurosamente este secreto!”...

Con estas palabras terminó TENENESK SU relato. Todos loshombres habían seguido con tensa atención y visible seriedadsu narración. Nadie dejó de sentir su efecto, y más queninguno lo sentimos nosotros, los candidatos. Es que nos erandados a conocer por primera vez estos sucesos tansignificativos de épocas remotas. En la choza reinaba unsilencio sagrado, y ni el fuego se animaba a echar llamaradaalguna. Una densa noche negra envolvía nuestra Choza delos Espíritus, sólo tenuemente iluminada por el débilresplandor de la brasa. En silencio, los hombrespermanecieron sentados largo rato. Era la medianoche del25 de mayo de 1923 56.

56 Otros viajeros señalaron brevemente este mito de origen (ver COOPTO: 156); sinembargo, el texto muestra muchas contradicciones. Encuentro correctamentecitadas algunas ideas básicas de aquel mito, pero nunca se menciona la relaciónde las ceremonias secretas con el mito de la luna, y mucho menos aun se acentúael significado del enmascaramiento. Por tal razón me conformo con una breve citade fuentes acerca de este tema. Ver al respecto ACOSTINI; 283, BAKCLAY (a): 74,BEAUVOIB (b): 207, COJAZZI: 31, DABBENE (b); 269, FUENTES: II, 163, FUHLONTC (k): 443,GALLARDO: 328, HOLMBERC (a); 57 y TONELLI: 100.

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(b) El mito que narra el origen del Klóketen de loshombres

Antepongo al texto de este breve relato unas pocasconsideraciones introductorias, y como conclusión agregoalgunas explicaciones, El narrador no siempre separa consuficiente claridad ambos mitos del origen, es decir: el mitodel Klóketen de las mujeres y el del Klóketen de los hombres,sino que mezcla, en no pocos casos,, fragmentos de ambos.

El narrador y su técnica narrativa

El relato de la primera celebración del Klóketen de loshombres es una continuación de las ideas contenidas en elmito anterior. No obstante, los hombres habilidosos narranambas historias separadamente; pues la primera de ellas, laque debe ser revelada a los iniciandos indefectiblemente, esla fundamental. Por lo general son fuerzas puramentepsicológicas las que interrumpen el paso de una historia a laotra, porque al finalizar la narración del Klóketen de lasmujeres, todos los hombres presentes suelen proferirexclamaciones de ira contra los engaños de la mujer-luna ysus compañeras. Es como si no pudieran reponerse de habersido engañados tan vilmente por ella y la demás mujeres, ysu cólera renace una y otra vez con idéntica fuerza, cadavez que escuchan relatar aquella historia.

En el momento oportuno, alguien relata a los candidatoseste segundo mito, pero solamente una vez. Nosotros loescuchamos recién cuando las ceremonias en invierno de1923 ya estaban en su cuarta semana de duración. Quien lo

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relató fue TENENESK. Respondiendo a mi pregunta, dijo:“Aunque sea una sola vez debe darse a conocer estanarración a los Klóketen. Si no lo hace ningún otro, estáobligado a hacerlo el inspector.” Los indígenas se atienen aesta costumbre.

Texto del mito

TENENESK fue impulsado a narrar este mito cuando unanoche, durante la charla, surgió el nombre del viejo ALCAHAZ,un español.

Este hombre tiene arrendado un pequeño campo, ubicado enlas proximidades de las sierras MáŒstaå 57, de capital importanciapara las ceremonias secretas reservadas a los hombres:

“En tiempos antiguos, los hombres aniquilaron de una solavez a todas las mujeres, pues éstas habían engañadogravemente a los hombres. Después de eso, los hombres máscapaces e influyentes se reunieron allá en el este (en realidaden el sudeste de la Isla Grande). Se citaron llí en MáŒstaå.Cada hombre traía consigo un largo poste, hecho de un árbol,crecido por supuesto en la región donde él residía y de dondeprocedía. Todos deseaban construir una magnifica choza.

Habían llegado hombres fuertes. Así llegó kŸtá6xtem (laballena macho), e incluso Ta=) 58 (el cachalote macho) queera el más grande de todos los hombres59, y también Ks0menk(el delfín grande), con su cuñado menor, KŸmánta (el delfín

57 Esta sierra se encuentra dentro de los límites de la Estancia Blanca, o sea al surde la Caleta Policarpo, en la Península Mitre -propiamente dicha.

59 Esta referencia probablemente señala el carácter eminente de toda la disposiciónde la Cbosa de los Hombres, que se construyó entonces por primera vez.

58 Después de su muerte, estos hombres por lo general llevaban otro nombrepropio, probablemente a raíz de la costumbre de no pronunciar más el nombre deun fallecido. Esto se repitió también en el caso de otros antepasados.

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pequeño). Luego apareció Ko’oïi (el macho de la especiemayor de león marino), y con él KŸp)yik el macho grandedel lobo de dos pelos). Al mismo tiempo arribaron el Kapeïgrande (albatros) y Ká’il (petrel). También se hicieronpresentes el Kw0m (.el águila gris grande), el K’0â (el busardo),el L)we (el azor), el Kapkai (el zopilote) y el Eskai (el zopilotenegro). Además concurrieron el astuto K’aux (buho), elK’tatu (lechuza de tierra que vive de gusanos), el Sánk’owh(lechuza parda) y el K’œâs (mochuelo del bosque). Ademásde ellos, también se hicieron presentes el muy capazKœkp}meî (ganso silvestre multicolor) y Háïux (gansosilvestre gris-blanco), acompañados del Kÿïiken (bandurria)y del C1p (carpintero pequeño). Tampoco faltaron los muyconocidos corredores, es decir: K1âken, Tornéceren, Cacun ySai . Por último apareció en escena Kr+n (el hombre-sol) y losmuchos hombres restantes de todas partes de nuestra patria.Pero los aquí nombrados eran los hombres más hábiles einfluyentes, y habían sido ellos también los que habíanarremetido con mayor ira contra las mujeres mentirosas.

Todos se habían reunido en MáŒstaå. Aquí celebraron porprimera vez sus festejos del Klóketen. Ésta era la primeracelebración. Desde entonces pertenece exclusivamente a loshombres. Aquellos hombres que estaban en MáŒstaå salierona cazar y trajeron consigo mucha carne. Deliberaron muchotiempo sobre la manera de organizar todo. Cada uno de elloshabía traído consigo un gran tronco de árbol. Pero W0kuå,séte, Y:6îik, \)nu, T’4len, KŸyá6=l y P0iwú> habían cargadodesde su terruño hasta allí enormes postes. Éstos (siete) eranhombres verdaderamente magníficos. Ellos, como losprimeros de todos, levantaron sus pilares fuertes y altos.

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Comenzó Wacús, luego colocó P0iwú> su poste, y después lohizo Senu. Cuando estos tres primeros pitares gruesosestuvieron bien asegurados, comenzaron a levantar el suyo\}te, luego T’0len, después de él KŸyá6=l y por último Yÿ6îik 60.Así estuvieron colocados los primeros (siete) pilaresprincipales. Cada uno de los (siete) hombres se colocó debajodel poste que había levantado recién. Más tarde, ellosasumieron los papeles de los siete \œ’œrte principales, puesse trataba de hombres altos y de bella figura.

Los demás hombres, a su vez, trajeron más postes. Con ellosrellenaron los intersticios que había de un poste a otro. Cadauno trabajaba precisamente en el intersticio que correspondíaa su terruño; ese fue también el asiento que le correspondióocupar 61. Esos pilares eran todos de piedra*, así como nosotrosusamos ahora troncos de árbol. Esta primera choza seconstruyó de la misma manera (en forma de cono) que lasnuestras actualmente. Era una construcción gigantesca.

Los hombres se ubicaron todos juntos dentro de ella, cadauno en su lugar. Cada uno debía mantener cuidadosamentesu sitio asignado. Reflexionaron entonces sobre cómo debíanorganizar todo el juego. Esos (siete) hombres, que habíanlevantado los pilares principales, se mostraron especialmenteinteligentes. K4pŸsan también era un hombre sensato. Él

60 La sucesión aquí mencionada en la erección de los pilares básicos (siete entotal) se respeta rigurosamente hasta hoy durante la construcción de cada nuevachoza del Kióketen.

61 Esto quiere decir que las secciones de construcción de la choza se organizaronsegún los puntos cardinales. O sea que tos hombres que habían venido del sur, porejemplo, trabajaban en la parte de la choza orientada hacia ese lado, etc. Por estarazdn, los hombres se ubicaban bajo los pilares que correspondían a su patria; lagente del norte en la sección de la choza que estaba orientada hacia el norte; losdemás, en su caso, en las secciones correspondientes de la choza.

* Nota del traductor; arriba se habla de postes de madera. GUSINDE usa lapalabra Baumstamme.

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dirigió como inspector esa primera celebración del Klóketen,en MáŒstaå. Más tarde se convirtió en una colina y está allálejos, en el sur de la Isla Grande62. POR último, los hombres sepusieron de acuerdo. Dispusieron todo en la Choza Grandede la misma manera como lo hacemos hoy: qué debe hacercada uno, dónde tiene su asiento, cómo deben estar ubicadoslos candidatos, y todo lo demás63.

Se seleccionó a los hombres más apropiados, que debíanarreglarse (como espíritus) y salir así de la Choza Grande.Aquellos (siete), que habían aportado los pilares más grandes,actuaron en el papel de \œ’œrte; pues todos eran de gran talla ybuena contextura. Además de ellos, actuaron también algunosotros \œ’œrte (subordinados). K’aux era un hombre muy capaz,poseía tierra colorante blanca en exceso. Era muy diestro parapintar. Siempre aplicaba la pintura a aquellos (siete) hombres,que actuaban en el papel de \œ’œrte. Después también aplicabala pintura a K’t2tu, que quedó especialmente bonito, perosiempre actuó como \œ’œrte subordinado. K’t2tu era unôaŒtp’0n magnifico, por eso desempeñó su papel muy bien.

Todos los hombres quedaron hasta su muerte en aquellagigantesca construcción de MáŒstaå. Aún hoy se ven losrestos de esa imponente choza de Klóketen, los inmensospostes y pilares. Uno puede reconocer estas empinadas rocascomo pilares de piedra, erguidos bien derechos y a granaltura, y ordenados para formar una gran choza. Esta fueuna construcción de gigantes 64.

62 Cerca de la Bahía Aguirre, en el grupo del Monte Campana.63 O sea que aquí, durante la primera reunión, se fijó definitivamente el orden del

día vigente, con todos sus detalles y con su variada multiplicidad.64 Todo el macizo montañoso, sobre todo las rocas elevadas, apretadas una

contra otra como pilares de piedra, aparece en la fantasía de nuestros selk’namcomo una inmensa choza coniforme. Algunas rocas ofrecen una forma de pilarbien marcada.

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Aquellos primeros actores del Klóketen eran hombres muyágiles. Era hermoso observarlos cuando actuaban de \œ’œrte,de M0tan o de KŸternen. Todos fallecieron allí en la regiónde MáŒstaå. Más adelante, los hombres de la generaciónsiguiente tuvieron que construir una nueva choza deKlóketen en otro lugar. Pero ellos sólo lograron utilizartroncos, como lo hacemos nosotros actualmente. Así comolos antepasados en MáŒstaå imaginaron esta celebración yla pusieron en práctica, así nuestros hombres la interpretarondesde entonces siempre.

Quien se dispone a dormir allá en las sierras de MáŒstaå,ve en sueños cómo se celebró aquí por primera vez elKlóketen, la manera en que idearon y pusieron todo enpráctica esos hombres. Esa sierra nos trae buena suerte! Quienpiensa en ella y grita: ‘¡MáŒstaå, MáŒstaå!’ encuentra en laplaya muchos leones marinos o una ballena. Pues esa sierrafue en otro tiempo una gran choza de Klóketen. Todos loshombres que actuaron allí en aquella oportunidad se hantransformado en montañas, rocas, colinas, y allí seencuentran desde entonces. Quien se duerme allí ve ensueños todo lo que antaño sucedió entre esas montañas, ytambién puede ver a los hombres que actuaron en aquellaoportunidad”.

TENENESK concluyó su narración con estas palabras, sinagregar ningún tipo de explicación. Nadie supo indicarmepor qué razón el extremo sudeste de la Isla Grande hubierasido elegido por los hombres como lugar para su primerareunión secreta. Hacen un llamativo hincapié en la formacónica de la primera choza de Klóketen, tan monumental.La cantidad de siete postes principales, así como sus nombres

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y el orden de su emplazamiento, por lo tanto, ya fue fijadoen el período mitológico. Mis indígenas se enorgullecíanmucho de haber mantenido hasta el presente el ordeninstituido en época tan remotas.

(c) El mito de la difusión del Klóketen

Exactamente según el plan que los antepasados habíanideado y establecido poco después de la destrucción de todaslas mujeres, por primera vez allá en MáŒstaå, así sedesarrollaron desde entonces estas ceremonias, sin cambioalguno. El mito también relata su difusión desde el extremosudeste hacia los demás rincones de la patria de los selk’nam.Y lo hace en conexión con la personalidad de KÕr6œr.Nuestros indígenas evitan todo lo impersonal en susexplicaciones del devenir y del acontecer de lo que los rodea.

Cómo se relata este mito

Este mito no tiene ninguna importancia especial paratransmitir a los iniciandos una comprensión suficiente de laceremonia secreta, pues su tema principal lo constituyesimplemente la difusión de un lugar a otro de la organizacióndefinitiva de la ceremonia, tal cual fue establecida. Que nose asigna valor de realidad a la dirección en que tal difusióndicen se ha producido, surge claramente de las divergencias

65 Me sorprendió la seguridad con que se realizó la enumeración y el ordenamientode los animales mencionados por TENENESK. Si un conocedor de la zoología sistemáticaobserva las especies mencionadas, le llamará la atención con cuánta exactitud hansido reunidos los cetáceos, los pinípedos, el grupo de los aceípities, y, por fin, el delos estrígidas. Esto, al menos, habla en favor de un juicio muy claro de nuestrosselk’nam acerca de las propiedades específicas de los animales alli afincados.

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en la interpretación que el respectivo narrador le asigna encada caso. Porque mientras los sureños hacen llevar desdesu patria las ceremonias secretas hacia el norte, porintermedio de K8rýœr, los norteños saben elaborar la narraciónde modo tal como si el mismo K8rýœr hubiera conocido lainstitución de ese festejo primeramente entre ellos, y lahubiera transplantado desde el norte hacia el sur. Por lo tantono extraña a nadie si esta historia ni siquiera se narra a loscandidatos en tal o cual celebración del Klóketen.Personalmente debo agradecer la narración al viejo TENENESK.Un día de invierno claro y soleado, apenas dos semanasdespués de haberse narrado el mito anterior, una parte delos hombres salió de caza y llevó consigo a los candidatos.Con algunos hombres más, estuve sentado a la tarde en laChoza Grande. TENENESK estaba muy locuaz; había contadoalgunas aventuras de su juventud. También habló de suparticipación, cuando joven, en una ceremonia del Klóketenque se realizaba en aquel entonces en el centro de la IslaGrande. A raíz de este relata se sintió impulsado a narrar elsiguiente mito, que era bien conocido para los hombrespresentes. En tanto yo tuve noticia de él en esa oportunidad,[el relato] no fue puesto en conocimiento de los otros doscandidatos durante la celebración de ese año, de modo queellos debían esperar otra oportunidad para conocerlo.

Por lo tanto, no puede hablarse de una obligación estrictadel inspector de transmitir este tercer mito a los candidatos,al menos en la forma en que subsiste para los dos primerosmitos. Pero este mito también se oculta rigurosamente a lasmujeres, y nunca se repite en forma completa fuera de lachoza del Klóketen.

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Texto del mito

Aquellos dos terrones tuvieron también un nuevo hijo”66

nos contó TENENESK, “Éste se llamaba K8rýœr. La TaŒk8yin lotomó a su cuidado. Ella consideraba al pequeño como suhijo y lo alimentaba. Así se convirtió en madre para él.TaŒk8yin era oriunda del norte. Ella fue la primera mujerque vino desde el norte hasta aquí, al sur. Su padre se llamabaH0luwil, y vivía lejos, en el extremo norte. TaŒk8yin habíavenido al sur, a la región de Kol)yik 67 donde se casó. Conesta gente, aquí en esa región, también pasó K8rýœr la primeraparte de su vida.

Apenas había llegado K8rýœr al mundo, creció muyrápidamente. Solamente unos pocos días tomó el pechomaterno. Pronto aprendió a caminar. Creció más y más. Yaera tan grande que jugaba con otros niños. Luego creció másaún con gran rapidez. Desde entonces ya no alternó máscon los demás niños. K8rýœr ya se había convertido en unmuchacho fuerte. Por lo tanto, ingresó a la Choza Grandede los hombres como Kl8kŸten 68 y participó allí de todo. Loshombres se mantuvieron reunidos mucho tiempo. Cuandose separaron nuevamente, K8rýœr reflexionó (acerca del plan)de ir al norte. Allí estaba el terruño de su madre (adoptiva).El padre de ella todavía vivía. Quería visitar a ese hombre,pues ése era su abuelo.

66 Véase al respecto el relato bastante extenso Cómo han surgido los antepasados ycómo han surgido los verdaderos hombres.

67 Franja de tierra muy limitada en la costa sur de la Península Mitre.68 Se refiere a la primera celebración secreta en MáŒstaå.

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K8rýœr poseía tierra colorante blanca muy bonita. La llevóconsigo porque quería obsequiársela a su abuelo 69. Se pusoen marcha. El trayecto era muy largo. Cuando K8rýœr hubollegado al norte, encontró allí a su abuelo. Éste se alegrómucho. K8rýœr se quedó mucho tiempo en la choza de aquél.Obsequió a su abuelo la tierra colorante blanca que habíatraído consigo, lo que causó mucha alegría al viejo H0luwil.H0luwil era un hombre muy habilidoso. Pronto transformóesa tierra colorante de tal manera, que se hizo blanca comonieve recién caída. K8rýœr lo vio y se puso muy contento. Yen efecto, esa tierra mantuvo su color blanco brillante tanclaro hasta hoy.

Al cabo de un tiempo, K8rýœr abandonó otra vez la chozadel viejo ^0luwil. Dejó a su abuelo y siguió su marcha, máshacia el norte aún. Deseaba ver si la gente del norte construíauna Choza Grande para la ceremonia del Klóketen. K8rýœrfue el primer hombre del sur que llegó a donde vivía la gentedel norte, pues quería entrar como klóketen en su ChozaGrande. Así llegó a una región donde se habían reunidomuchos hombres para celebrar estas ceremonias. Allí seencontró con otro muchacho, que justamente era unKl8kŸten. Se hizo amigo de ese muchacho, cuyo nombre eraKámsœt. Ambos practicaron todo hasta dominarlo muy bien.

K8rýœr le dijo al otro: ‘Te enseñaré ahora lo que les sucede alos Kl8kŸten allá en el sur, entre nosotros. ¡Haz exactamentetodo lo que yo te mostraré!’ Y entonces K8rýœr enseñó al otrotodo lo que había visto. En primer lugar se levantan (siete)pilares principales, y se agregan unos tronquillos hasta que

69 En las visitas, se regalaba a veces a un pariente especialmente apreciado algovalioso proveniente de la propia patria, por lo general un objeto especialmentetrabajado.

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la choza queda cerrada. Después se amontonan terrones planosalrededor de la pared exterior hasta la mitad de su altura, y porúltimo se esparce en el interior mucho pasto para los lechos70.Más adelante le narró todo lo que sucedía desde la mañanahasta la noche, de un día al otro. Le mostró a aquel Kl8kŸtentodos los ejercicios y juegos durante un mes y durante los mesessiguientes, le enumeró los trabajos de los hombres y de loscandidatos. Luego le contó cómo se pintan algunos hombres yse colocan sobre la cabeza un tÿtœn, qué nombre reciben entoncesy cómo se mueven. Por fin le narró lo que los Kl8kŸtenpropiamente dichos hacen y cómo se deben comportar.

El otro Klóketen aprendió todo esto. Pronto comenzó aenvanecerse de sus conocimientos y, por último se hizo muyorgulloso. Ahora buscaba ensorberbecerse y superar a K8rýœr,Es que K8rýœr había enseñado al otro todo lo que sucede enla Choza Grande entre los hombres del sur. Kám=œt se habíaenterado de todo esto. Ambos se ejercitaban constantemente,durante mucho tiempo competían uno con el otro. EntoncesK8rýœr se percató de cómo el otro presumía cada vez más.Cuando K8rýœr entró un día a la Choza Grande, Kám=œt leofreció un K<îel. K8rýœr dijo: ‘¡Tengo mi propio K<îel!También entre nosotros, allá en el sur, cada candidato delKlóketen lleva un K<îel. ¡No necesito que me des uno tuyo!’71

Entonces se pusieron de acuerdo para realizar algunaspruebas de fuerza. K8rýœr invitó al otro Kl8kŸten a recorrer

70 Más tarde me explicaron que esta parte del mito significa que el Klóketen de]sur explicó a su amigo del norte toda la construcción de la choza con gran lujo dedetalles.

71 Este adorno de la frente se eoJoca al candidato como señal de su dignidad dehombre. Con esta oferta Kamsot quiso expresar su superioridad frente a K8rýœr;éste, aceptando el K<îel, se hubiera colocado en cierto grado de dependencia deaquél, por lo que lo rechazó.

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con él un largo camino, Kám=œt aceptó el desafío. A pasoacelerado, ambos caminaron entonces un tiempo muy largo,pero por último, Kám=œt se cansó y quedó rezagado. K8rýœrresistió la marcha aún mucho tiempo más, o sea que vencióen esta competencia. Luego, ambos convinieron realizar unacarrera. Previamente, K8rýœr disminuyó su tamaño. El otroaceptó entonces el desafío. Ambos corrieron un largotrayecto, pero, por último, Kám=œt quedó rezagado. AsíK8rýœr venció en esta carrera. Más adelante, ambosconvinieron en realizar una competencia de canto. Cuandocantaron, K8rýœr superó largamente a Kám=œt. Así K8rýœrvenció también en esta oportunidad.

Es decir, entonces, que el otro Klóketen había sido superadoen todas las competencias. No obstante, quería dominar aK8rýœr.Kám=œt había aprendido mucho de aquel Klóketenque venía del sur. Pero buscaba superarlo de todas lasmaneras posibles. Sin embargo, no lo logró. K8rýœr le dijopor último a Kám=œt: ‘Tengo mis derechos tambien aquí enel norte; ¡pues ésta es la patria de mi madre!’72. K8rýœr habíavisto mucho y aprendido bastante en el norte, pues era muyinteligente y aplicado. Ahora sabía exactamente como seinstalaba aquí en el norte la Choza del Klóketen, cómo jueganlos hombres de aquí, cuáles historias narran durante lasceremonias, cómo se conducen los Kl8kŸten 73.

72 Un visitante en tierra extraña no debiera ponderar excesivamente las ventajasde su propia región o de sus parientes, cuando su anfitrión desconsiderado ponesobre el tapete la superioridad de su propia persona o comarca. Si ahora Kámsotse expresa lleno de ponderación acerca de su lugar de residencia y de sus vecinosmás próximos, participa con todo derecho también K8rýœr, en estos méritos, puessu madre procedía precisamente de esa región. Esta circunstancia era la quequería hacer saber ahora a su adversario.

73 El mito supone que aauí en el norte las ceremonias se celebran según un ciertoorden especial y con determinadas particularidades. Efectivamente, pudedeterminar ciertas diferencias entre el grupo del norte y el grupo del sur.’

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K8rýœr ya había permanecido en el norte mucho tiempo, ydecidió regresar al sur. Trató de convencer a Kám=œt paraque lo acompañase. Pero aquél fingió no tener ánimo paraello74. Cuando K8rýœr le habló más insistentemente, Kám=œtaccedió por fin a su pedido. Entonces ambos comenzaron lamarcha hacia el sur. Pronto cayó sobre ellos una largaoscuridad. Densa niebla cubría la tierra. Los dos Klóketencasi no veían nada y sólo avanzaban lentamente. Elmuchacho norteño tenía una hermana. Ésta se percató de laprolongada oscuridad. Salió de su choza y se puso a cantar.A medida que cantaba, comenzó a aclarar más y más. El díaera ahora mucho más largo. Durante el día la muchachacantó algunas veces más, para que la claridad no sedesvaneciese. Y efectivamente, sólo muy tarde se presentaronnuevamente la oscuridad y la densa niebla. Entonces todosdescansaron. Pero, bien temprano a la mañana siguiente, lamuchacha comenzó nuevamente a cantar. Entonces laclaridad rompió rápidamente y duró todo el día75. De esemodo los dos Klóketen pudieron recorrer largos trayectos,pues la claridad duraba muchas horas.

Durante su marcha los dos muchachos convinieron enrealizar nuevas pruebas. El Klóketen del norte estaba muyceloso, pues K8rýœr lo había vencido siempre, y eso lo ofendíaterriblemente. Al poco tiempo, ambos se encontraron frentea una alta montaña, y en seguida convinieron en escalarla ala carrera. Kóriqr avanzaba visiblemente y con facilidad.

74 Porque era muy vanidoso, quería hacerse el importante y se hizo rogar einsistir notoriamente.

75 Aquí recordaremos el canto de las mujeres mucho antes del amanecer, ydurante diversas horas del día, durante todo el tiempo que duraron las ceremonias.

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Kám=œt en cambio quedó muy regazado y se esforzabamucho. K8rýœr ya había llegado a media altura. Desde aquídeslizó algunos troncos y piedras grandes hacia abajo76.Ahora era totalmente imposible para Kám=œt escalar laaltura. Nuevamente había sido vencido por K8rýœr, noobstante haberse esforzado en extremo. Kám=œt trató dedisimular su descontento; le enfadaba mucho ser vencidoconstantemente. Pronto comenzó a reflexionar acerca de lamejor manera de vengarse.

Los dos muchachos habían llegado finalmente al sur,donde estaban reunidos todos los hombres, junto con loscandidatos del Klóketen, en una Choza Grande. Kám=œtquiso entrar inmediatamente a esta Choza Grande, peroK8rýœr se lo impidió, y le dijo: ‘Si entras aquí, ¡morirás!’ porlo tanto, Kám=œt se quedó fuera de la Choza Grande ypermaneció en el campamento junto con las mujeres y losniños77. K8rýœr hacía esto para que aquel Klóketen sintieramás aún su gran superioridad; pues los celos de Kám=œt loofendían.

Pasó un tiempo. Sólo entonces K8rýœr permitió al Klóketendel norte entrar en la Choza Grande. Le dijo a Kám=œt ‘ ¡Véexactamente por el camino que te mostraré! Este camino lodebes usar estrictamente cada vez que ingreses o salgas.Siéntate siempre en el lugar que te asignaré, ése es tu asientopara siempre. Ten cuidado: si utilizas otro camino o te sientas

76 Este motivo tan apreciado, el del impedimento de un adversario, se encuentraen el mito La lucha del sur contra el norte.

77 Estar excluido de la participación en la comunidad de los hombres, de lascelebraciones en 3a Choza Grande, y tener que quedarse en el campamento, eraalgo que debía sentir el muchacho del norte como una gran ofensa. Precisamenteeso era lo que pretendía su adversario.

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en otro lugar, ¡morirás pronto!’ El Klóketen del norte sesometió escrupulosamente a todo lo que le indicaron 78, puesdebía temer que K8rýœr le jugase una mala pasada. Desdeentonces cada uno de los hombres en la Choza Grande seatiene a esa prescripción; cada uno ingresa sólo por el caminoque le ha sido asignado, cada uno utiliza sólo el asiento quele compete, cada uno se sienta bajo el pilar principal quecorresponde a su patria.

Kám=œt ya había permanecido mucho tiempo aquí en elsur. Un día contó a la gente de aquí: ‘En mi patria, allá en elnorte, también existen grandes bosques. Mientras hace calor,el follaje de esos árboles permanece verde; más tarde, lashojas se tiñen de rojo. Cuando viene la nieve, las hojascaen al suelo. Apenas se va la nieve otra vez, brotan hojasnuevas de los árboles.’ Al oír sus palabras los hombres deesta región comenzaron a reír. Comentaban entre ellos:‘Kám=œt miente. ¡Así, como él dice, no puede ser!’ Kám=œtse disgustó mucho por este comentario. La gente de aquíhabía dicho que Kám=œt era un mentiroso... Por eso regresóa su terruño.

Kám=œt había aprendido mucho en el sur. Había visto comose celebra entre esta gente las ceremonias del Klóketen, cómose dividen día y noche, qué hacen los hombres y loscandidatos, y se había enterado de muchas cosas más. Habíatranscurrido mucho tiempo desde que Kám=œt habíaregresado nuevamente a su tierra. Siempre recordaba cómola gente del sur se había reído de él y lo había tratado de

78 Repetidamente se señaló ya que todos los hombres cumplen estrictamente conesta obligación de utilizar caminos y asiento predeterminados, bajo apercibimientode penalidades muy severas.

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mentiroso. Esto le causaba un gran enfado; y al fin seconvirtió en un ave. Desde entonces se llama K4ïpŸï 79.

Mucho tiempo después regresó otra vez al sur. Hastaese momento, todo el follaje de los árboles había sidosiempre verde. Se sentó en una rama. En su plumajellevaba las hojas verdes de la época (veraniega) cálida,pero, adelante, en el pecho, las hojas rojas de la épocafría (otoño) que comenzaba80. Largo tiempo permanecióasí sentado en la xama. Entonces las hojas de los árbolesaquí en el sur también se tiñeron de rojo y más tardecayeron al suelo81. La gente del lugar observaba todo eso.Veían también al K4ïpŸï sentado en una rama: llevabapuestas las hojas verdes del verano, y las hojas rojas delinvierno (que ya comenzaba). Con gran estrépito le siguegritando aún hoy a la gente: ‘¿Creéis ahora lo que os hedicho antes?’ Y desde entonces las hojas se tiñen de rojo enel otoño y caen cuando viene la nieve; apenas desapareceésta, brotan hojas nuevas que mantienen el color verde-claro durante todo el verano.

De la misma manera que la gente del sur organizó su fiestadel Klóketen, así se instituyó ésta en todas las demás comarcasde nuestro territorio. Por lo tanto, fue en realidad K8rýœr elque llevó por primera vez este juego de los hombres del sur al

79 Es éste el loro verde, Microsittace ferrugineus, el único representante fueguino deJa especie de los sítaridos. Con la transformación de la manera de ser también^cambió el nombre propio, al igual que ocurrió con su adversario.

80 El elemento explicativo es fácil de observar. Este loro posee un plumaje verdeclaro con un matiz asimilado al del follaje de verano de las hayas allí existentes,Además, lleva en el pecho una mancha relativamente grande, de color rojo-vino,igual a la tonalidad del follaje muerto, otoñal, de la Nothofagus antárctica caducifolia.

81 Los árboles hasta ahora siempre verdes se convirtieron en caducif olios, con loque se marcó en los bosques la diferencia entre verano e invierno.

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norte. Allí en el norte se difundió cada vez más. K8rýœr vivióaún muchos años. Cuando envejeció, se convirtió en unamontaña.” Desde entonces se llama S4ruk 82.

“Desde aquella época, cuando el Klóketen del norterivalizaba en competencias con el Klóketen del sur, reinanconstantemente los celos entre los distintos grupos dehombres. Por esta razón en el interior de la Choza Grandeestán perfectamente delimitados los senderos para loshombres.” [El inspector traza con sus pies una raya en elsuelo, partiendo del centro de la entrada, y divide así elambiente en una mitad septentrional y una mitadmeridional.] “Estos senderos llevan a cada uno de los pilaresprincipales. A cada uno de los hombres participantes se leasigna un determinado lugar, en correspondencia con laregión de la que es oriundo. La distribución de lugar coincidecon el origen de cada uno de aquellos (siete) pilaresprincipales. Quien no se atiene a estos senderos y se cruza alotro lado, muere pronto. Cada grupo vigila atentamente quecada hombre se quede entre los suyos. De este modo cadauno debe observar estrictamente el sendero y el lugar que lecorresponde. K8rýœr ya había amenazado a Kám=œt con unapronta muerte si abandonaba el sendero o el lugar asignado.

La celosa tensión existente entre los hombres del norte y los del surno ha cedido hasta la actualidad. Ambos grupos se observanatentamente cuando se reúnen en la Choza Grande para unacelebración en común del Klóketen. Cada uno de los dos grupos piensaen la rivalidad entre K8rýœr, oriundo del sur, y Kám=œt, provenientedel norte. Por eso les celos entre ambos grupos nunca acaban”.

82 Esta denominación la extraigo del mismo mito que SAIPOTEN ya me habíacontado tres años antes. En aquel entonces lo escuché como historia independiente.

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Algunos conceptos complementarios

Con estas palabras concluyó TENENESK el mito de la gradualdifusión de la institución del Klóketen. Como él mismopertenecía al grupo sureño, y a partir de su conocidapredisposición mental, era de esperar que el sureño K8rýœrllevase una permanente ventaja y venciera a su oponentenorteño Kám=œt.

La unilateralidad en el relato de la competencia de los dosadversarios, causada por los celos, se me hizo patente reciéncuando más adelante, al estar solo con HOTEX. supe de suboca una variante de este mito. Con inconfundible disgustohabló de aquella narración, pues él mismo era oriundo delnorte: “La historia de K8rýœr, tal como la narró TENENESK no escorrecta. Nosotros, los norteños, la relatamos de otra manera”.A continuación me repitió las partes esenciales acentuandomuy a favor del norte la controversia entre éste y el sur.

En su versión también aparece un K8rýœr oriundo del sur,como candidato del Klóketen. El muchacho llegó a] nortecon la intención de conocer, de una vez por todas, bien afondo estas ceremonias. Ciertamente ya conocía algunaspocas cosas al respecto, pero lo mas importante, con susmuchos detalles, recién lo conoció allí durante su largaparticipación de la celebración del Klóketen, tal cual se festejaen el norte. Entonces se familiarizó con la distribución deltiempo para ios múltiples trabajos, con los juegos de loshombres enmascarados, con las reglas que rigen para losinicíandos, así como, en general, con todo el plan completo.Entre Kám=œt y K8rýœr también se convinieron diversascompetencias. Ahora era este último el que quedaba vencidos

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en cada caso, y se mortificaba terriblemente porque siempretriunfaba el Klóketen del norte. Por esa razón Kgrjgrabandonó finalmente a la gente del norte y regresó a su patriameridional. Aquí contó a los hombres todo lo que había vistoen el norte y les explicó la celebración del Klóketen tal cualse hacía allí. Las múltiples instituciones del norte fueronadoptadas entonces también aquí en el sur.

Según esta variante, K8rýœr sólo había conocido entre la gentedel norte la celebración, para transplantarla luego al sur. Con acentotriunfal, cerró HOTEX SU relato: “K8rýœr trajo la fiesta del Klóketencon todas sus hermosas disposiciones desde el norte hasta aquí, alsur. Allí en el norte vive mi familia, allí también está mi hogar. ¡Lagente del sur ha aprendido todo esto de nosotros!”

La transformación de Kám=œt en un loro [cotorra] y suadvertencia acerca del cambio de color del follaje de losárboles, no lo repitió HOTEX. Cuando le pregunté acerca deesa parte, me dio esta breve información: “Esto lo cuenta lagente del sur igual que la gente del norte, pues Kám=œt habíaido muy lejos al norte”, es decir,. al continente. Por lo tantola idea del cambio anual de follaje es originaria de unacomarca alejada 83; pues tampoco en la mitad septentrionalde la Isla Grande se carece de grupos aislados de hayassiempreverdes y otras caducas.

Resulta extraño que mi informante haya considerado comocierto que el primer Klóketen para hombres se haya instituidoen MáŒstaå, en el extremo sur de la Isla Grande. Por estarazón este mito de ninguna manera contiene el acontecerhistórico de una migración de las ceremonias secretas a través

83 Un enlace de la patria de los selk’nam y el continente es también establecidopor el mito de la procedencia de Kwányip.

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de la patria de los sek’nam. Aunque la idea principal es similaren ambas variantes, se acentúa fuertemente la preeminenciade un grupo sobre el otro, con el fin de dar nuevos impulsosal antagonismo existente entre norteños y sureños. Cadagrupo se atribuye a sí mismo y con gran satisfacción lasventajas obtenidas en la competencia entre los dos Klóketen.

De muy buen tono me parece la conducta de HOTEX. Elrespeto por la edad y el esfuerzo por evitar disputasdesaconsejan seriamente comenzar con una oposiciónabierta. Aunque se sintió molesto por la narración queTENENESK hizo de este mito, guardó para sí sus objeciones hastatener la oportunidad de hacerme conocer apropiada yconfidencialmente la interpretación de sus paisanos.

Según supe más adelante, el último párrafo de este mitotambién se narra en una versión tal como si fuese una historiaindependiente. En esta versión, el motivo explicatorio estáen primer plano, y la pequeña historia muestra un desarrollocompleto. COJAZZI: 83 la publicó con el título de “Perché lefoglie del roble arrossano d’autunno.” Empero no conoció laparte esencial de la misma con la importantísima idea central.L. BRIDGES (a) probablemente se la ha transmitido, pues sumanuscrito no publicado la contiene en coincidencia casitextual. Para demostrar el efecto que tiene como narraciónindependiente, la transcribo a continuación:

“When Kamsoat was a lad, he was Klóketen and he wenta long jorney by himself. He went very far away Northward.And when he carne back, be told the people that in thecountry, where be liad been, the lea ves of the forest weregreen in Summer, red in Autumn, fell off in Winter andbuttoned in tht Spring. The people laughed at Kamsoat and

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called him a liar; for at that time all trees were evergreensand the people could not believe that there was any otherhue. Kamsoat went off very angry and carne back ín theshape of the first pa-rrakeet, with the green leaves of Summeron his back and the Ted leaves of Autumn on his tail andbreast. And now he perches on the branches and when theyare green, he paints them red with his breast. And whenpeople pass, he makes a great noise and is supposed to cry:What did I tell you before? when you would not believe me?—But now you see that what I said, was true...’ Kamsoat isnow called Kerper.”

3. Con anterioridad, para ser mas preciso, en febrero de1920, por suerte ya había oído una variante más de estemito. En aquel entonces, estando en el campamento junto alRío del Fuego, durante mi segundo viaje y contando con laayuda del joven PAREN, traté de sonsacar algo acerca de lasceremonias del Klóketen al viejo SAIPOTEN. Entre otras cosas,éste narró lo siguiente:

“Todas las mujeres y muchachas fueron ultimadas por loshombres furiosos. Entonces ellos abandonaron este lugar,donde había estado la primera Choza Grande, y donde habíanactuado las mujeres. Se dirigieron al norte. Allí reflexionaronmucho acerca de cómo transformar esta celebración. Todo loque recordase a las mujeres debía desecharse. Después quelos hombres habían organizado todo, regresaron al sur.Cuando se encontraron nuevamente en MáŒstaå,construyeron su primera Choza Grande, que erainmensamente alta y espaciosa. Allí los hombres todos juntoscelebraron su primera ceremonia del Klóketen. Su numero eramuy grande.

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Dos muchachos participaron como primeros Kl8kŸten:K8rýœr, que residía en el sur, y Kám=œt, que procedía del norte.Estos dos debieron desarrollar gran habilidad en todas lascosas. Ambos eran buenos corredores. Una noche, K8rýœrcorrió lejos hacia la región norteña y el otro klóketen loacompañó, pero no pudo seguirlo con tanta rapidez. Allá 84

encontró K8rýœr una buena cantidad de Ká6>teï (tierracolorante blanca). Llevó una cantidad de esta tierra a laChoza Grande. Así los hombres supieron cuan largo era elcamino que había recorrido.

Por lo tanto, K8rýœr había vencido a Kám=œt, y éste seenojó mucho. En la siguiente noche, ambos klóketenpartieron otra vez. Corrieron con gran rapidez. Kám=œt seesforzaba especialmente, pues quería superar al otro. Poreso corrió muy lejos hacia el norte, mucho más lejos de loque esos dos habían llegado el día anterior. Él tambiénquería traer algo. Cuando regresó a la Choza Grande,exhibió una hoja de haya verde y una roja, que había traídoconsigo. Entonces los hombres sabían con certeza: ¡Muylejos hacia el norte había ido este muchacho! Aquellas doshojas, por otra parte, eran primavera y otoño, y Kám=œtlas había traído hasta aquí. Pues él mismo es verde en todoel cuerpo, pero en el vientre es rojo. Y ese mismo color tienenlas hojas de haya.

K8rýœr había traído tierra colorante blanca. Esta tierraera de un blanco brillante y muy adecuado para pintaral \œ’œrte, K’aux tomó esta pintura blanca y pintó conella a K’t} tu. Éste lució entonces realmente magnífico en

84 Este lugar, ubicado dentro de los límites de la actual Estancia Segunda, eravisitado a menudo por la gente, porque aquí se podía encontrar un yacimiento decreta apropiada para la pintura blanca, muy apreciada.

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su papel de \œ’œrte.”85 En otra oportunidad dijeron que“junto con S4ruk también fue pintado como \œ’œrtesubordinado a un hombre llamado Kwéu, el cormorán.Estos dos fueron los primeros \œ’œrte subordinados quefueron pintados y actuaron en aquella ceremonia parahombres.”

“Aquellos dos klóketen continuaron mucho tiempo con suintención de vencerse mutuamente en las competencias. Másadelante, uno se convirtió en ave (papagayo) y se llama desdeentonces Kár p$r, y el otro se convirtió en una montaña y sellama desde ese momento S4ruk.” SAIPOTEN hizo especialhincapié en esto: “Puesto que aquel candidato se convirtióen ave, se llama desde entonces Kárper. “ El cambio deesencia implica el cambio de nombre. Solamente esta variantedel mito menciona el lugar donde en realidad el klóketen delnorte pasó su examen. Sorprendentemente se ubica tambiénaquí la construcción de la primera Choza Grande para loshombres en el sur, incluso también en la zona de MáŒstaå.

(d) Las consecuencias de este mito

Desde el comienzo, ya desde la época en que las ceremoniasestaban aún en poder de las mujeres, fueron rodeadas con elvelo del misterio. Este principio fue mantenido también porlos hombres. Pues estas celebraciones dejarían de serinmediatamente lo que son, si la población femenina tuvieraacceso irrestricto a su ideario básico y a su finalidad.

85 Esta referencia también se localiza en la variante transcrinta más arriba {verpág, 851), El tenaz mantenimiento de la asignación del papel de\œ’œrte a aquellalechuza de tierra que vive de gusanos podría interpretarse en forma expli-catoriade la siguiente manera: cuando el \œ’œrte cruza la pradera delante de la ChozaGrande se mueve con saltos laterales comparables con los saltos cortos con quedicba lechuza se mueve en una superficie abierta.

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Las metas parciales que los hombres persiguen con sureunión son de diferente tipo. Ante todo, por ser fundamentalpara toda la ceremonia, está la intención de evitar parasiempre que la actual posición de privilegio de los hombressobre las mujeres se les escape de entre las manos. Laspreocupaciones y los esfuerzos en ese sentido están tantomás justificados si se tiene en cuenta que en otro tiempo ladistribución de poder había sido exactamente la inversa. Porconsiguiente la celebración del Klóketen sirve para elmantenimiento de la diferenciación social actualmenteexistente. De todo ello surgen para los distintos grupos de lapoblación muchas reglas de conducta que son de carácterestrictamente obligatorio.

Para los hombres

Sólo después de una larga humillación en una situación desubordinación, y al cabo de una grave lucha contra toda lapoblación femenina, los hombres lograron alcanzar laautoridad que actualmente ostentan. De allí su temerosoempeño por evitar para siempre quedar subyugados, y pormantener a las mujeres sometidas a través del bien ensayadorecurso de la ceremonia secreta. Si éstas fueran comprendidaspor las mujeres, se produciría nuevamente una revoluciónque terminaría otra vez en desventajas para los hombres.Por eso una de sus preocupaciones más importantes esmantener el secreto. Durante el desarrollo de las ceremonias,los hombres repiten entre ellos esta sencilla idea con todo sucontenido preñado de significación: “En aquel entonces eranlas mujeres las que celebraban esta reunión secreta y nosengañaban a nosotros, los hombres, manteniéndonos

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subordinados. Debemos cuidarnos mucho de que las mujeresno se enteren de nada de lo que hacemos aquí y obtengannuevamente la posesión de la Choza Grande.” Lapreocupación permanente de no dejarse quitar de nuevoestas ceremonias los mantiene ahora constantementeocupados: “¡El último de nuestros hombres debe llevarconsigo a la tumba este secreto! ¡Nunca una mujer debeenterarse de lo que sucede aquí en la Choza Grande!” Anosotros, los iniciandos. este axioma nos fue grabadoprofundamente en el alma.

1) Encabezando tas obligaciones de todos los “hombres enpoder del secreto”, está el compromiso de silencio absoluto.Pues “también las mujeres mantuvieron en total reserva susengaños, en aquellos tiempos”. Una muerte inmediataamenaza al hombre que o se revelar el secreto (ver BARCLAY

[a]: 75). Por esta razón los hombres nunca hablan fuera dela Choza Grande sobre las metas y los planes quecorresponden a estas ceremonias. Están habituados al mayorcuidado, cuando un motivo fútil lleva la conversacióncasualmente hacia ese tema.

Puesto que yo conocía algunas partes esenciales del mitodel origen a través de los informes de viajeros anteriores,durante mi segundo viaje había intentado cuidadosamentesonsacar al confiable PABEN más detalles al respecto. A pesarde estar completamente seguros de no ser escuchados porlas mujeres, declinó en todos los casos hahlar del asunto.Decididamente me lo hizo sentir, y también lo pronunció enbaja voz: “¡De eso no está permitido hablar!” Mis nuevosintentos de convencerlo los rechazaba con tanta más firmezacuanto más a menudo se los reiteraba.

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En algunas oportunidades, el viejo TENENESK me había hechoalgunas breves alusiones a ese mito que ya había oído en laChoza Grande, pero siempre cuando estábamos lejos delcampamento; otros hombres nunca hablaron conmigo de eseasunto. Un día que estaba de muy buen humor, poco antes dela finalización de las ceremonias, me dijo: “En tu patria puedescontarle a los hombres de allá todo lo que nosotros hacemosaquí en la Choza Grande; pero nunca a las mujeres. Pues siéstas se enteran de algo y luego vienen aquí a nuestra tierra,lo revelarán todo a nuestras mujeres. Entonces llegaríamos alo mismo (a la misma situación) que antes del granderramamiento de sangre. ¡Esto no debe suceder nunca más!”

Yo había contado a los selk’nam que algunas mujeresyámana eran admitidas en la Choza de Kina. Esto produjoentre los indígenas una agitación espectacular. Además deinnumerables maldiciones por tal descuido en eí manejo deeste secreto tan importante, también escuché decir: “De ahoraen adelante vigilaremos severamente que nunca se reúna connuestras mujeres una mujer yámana; pues ella podría revelartodo. ¡De nada serviría entonces reunimos en la ChozaGrande!”

2) Por otra parte, los hombres saben arreglárselas en todoslos casos de modo tal que por su conducta personal nose despierte la más mínima sospecha. Ponen en evidenciauna fina perspicacia y una agilidad mental muy astuta. Todoesto dura mientras se desarrolla la celebración misma; el restodel año simplemente guardan el silencio más riguroso. Paravalorar su precaución llevada al máximo, téngase en cuentaque ellos mismos son los que interpretan a los espíritus y sehallan obligados casi a diario a una actuación.

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Por esta razón se evita que los hombres se hallen en sutotalidad simultáneamente en la Choza Grande. Uno de ellospor lo menos debe permanecer en el campamento, en partepara vigilar a las mujeres, en parte también para hacerlessentir que están vigiladas. Para esta función de vigilancia loshombres se turnan tan disimuladamente, que las mujeres nisiquiera logran tener conciencia de que detrás de todo estohay mucho de planificación y finalidad. De allí también nacióla costumbre de no reunirse nunca en el campamento paramarchar en grupo compacto a la Choza Grande. Por elcontrario, se tiene la impresión de que cada uno abandonasu choza particular según su propia inclinación y gusto, paradirigirse directamente a la Choza Grande, o bien paradetenerse primero aquí, hablando algo con éste o con aquél,hacer previamente una breve visita a tal o cual choza, ybuscarse por último un determinado acompañante. Sea queel hombre vaya solo a la Choza Grande, sea en compañía deotros dos, tres o cuatro, siempre hace ver con suficienteclaridad que no hay obligación que lo haga ir, que el tiempono tiene importancia para él. En casos aislados, alguno sequeda directamente con su familia durante el atardecer ypor toda la noche. Por cierto que los hombres se ocupan deestablecer cierto reparto de tareas, como para que siemprehaya alguien presente en la Choza Grande, y no falte el actorpara determinado papel a la hora correspondiente; pero, enrasgos generales, cada uno guarda para sí totalindependencia y libertad. En atención a esta conducta delos hombres, que parecen obrar sin plan, las mujeres mismasnunca podrían citarse para una reunión o aprovechar unmomento adecuado para poner inadvertidamente en marcha

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cualquier empresa contra los hombres, pues nunca puedencontar con la posibilidad de estar, en algún momento,totalmente liberadas de la rígida vigilancia masculina.

Mucho más importante para el encubrimiento de todos losengaños es la costumbre de distribuir los papeles de losespíritus entre la mayor cantidad posible de hombres, y aplicaruna rotación totalmente arbitraria. Es verdad que los actoresque representan a los \œ’œrte principales son muy escasos,pues se eligen para ello personas especialmente aptas; perojustamente estos individuos no actúan demasiado a menudoy, por lo general, quedan liberados de la obligación dedesempeñar otros roles. Como además los espíritus aparecenen una sucesión totalmente arbitraria, ni aun el observadormás perspicaz estaría en condiciones de determinar una ciertaregularidad en la participación de algunos hombres. Asisurgió como regla que si un espíritu se prepara para actuarante las mujeres y los niños, siempre debe haber en la ChozaGrande varios hombres; pues si faltara un solo hombre delcampamento, su inasistencia hubiera sido pronto descubiertay una mujer observadora podría reconocer fácil* mente porla figura, la estatura y los movimientos del espíritu que estáactuando, que se trata de aquel hombre ausente delcampamento.

Los hombres presentes en el campamento vigilan con ojoatento, pero disimuladamente, a las mujeres durante cadaactuación de los espíritus. Apenas se presenta en elcampamento un \œ’œrte, su vigilancia aumenta mucho másaún. Se distribuyen de modo tal que cada uno de ellos puedaobservar con toda atención tres o cuatro chozas. Otroshombres forman, por así decirlo, una especie de escolta para

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el \œ’œrte durante la recorrida por el campamento. Estoshombres lo guían disimuladamente mediante señas yguiñadas, pero nunca con palabras. Las pocas mujeresconocidas como muy entrometidas o curiosas son vigiladascon especial atención durante estas representaciones.

Antes de regresar nuevamente al campamento común, loshombres que actuaron en el papel de cualquiera de losespíritus eliminan de su cuerpo rigurosamente todo rastrode pintura. Deben someterse a una especie de inspección porparte de los demás hombres; el uno observa al otrodetenidamente y le quita los últimos vestigios de pintura. Esobligación de los iniciandos prestar ayuda a los hombresdurante el lavado de la pintura del cuerpo, trayendo al menosagua o nieve para ello. Todo lo que se necesita para larepresentación de los espíritus en la Choza Grande, se llevaallí con el mayor disimulo. Bajo ninguna circunstancia sedeben llevar las máscaras al campamento, y, al concluir lasceremonias, las esconden en el bosque. Con picara habilidad,que haría honor a cualquier actor profesional, los hombressaben fingir ante sus mujeres una variada gama desufrimientos que, según dicen, les han impuesto los espíritus,así como también un hambre terrible, todo ello en plenaconcordancia con las escenas del programa de cada día.

De este modo, la inteligente actitud y la cuidadosa conducta delos hombres no proporcionan a la parte femenina de la poblaciónla más mínima posibilidad de encontrar indicios visibles de unengaño intencional. El ejercicio de esas virtudes durante siglosha dado a los hombres una enorme destreza. Además, todo suactuar está regido por la única y firme convicción de no permitirque sus prerrogativas actuales les sean nuevamente arrebatadas.

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3) Por lo tanto, todas las apariciones de espíritus tienencomo idea básica la intención de amedrentar a las mujeres ya los niños. La efectividad de estas medidas no sólo ha sidocomprobada en la época mitológica, sino también hasta laactualidad, como lo demuestra la experiencia de lasinnumerables generaciones pasadas desde entonces. Paraasegurar el éxito pretendido, se hace creer a las mujeres queentre los hombres y los espíritus existe una unión muyestrecha. Este ardid tan astuto ya fue utilizado, en suoportunidad, por las mujeres que celebraban la ceremoniadel Klóketen. Efectivamente, a la vista de los espíritus todoel grupo femenino de la población tiembla; y de acuerdo conello, los hombres fingen a su vez miedo y terror.

Las mujeres ya saben que los espíritus conocen su conductaen líneas generales. Consecuentemente, una mujer algo tercadebe soportar tormentos especialmente rudos. Antes de eso,los hombres nunca hablan de esto con la esposa, y menosaún previenen a una persona viciosa acerca de una posteriorintervención de los espíritus. Pero durante la celebración delKlóketen esa persona es preferida tan ostensiblemente porlos espíritus para la aplicación de palos y tormentos, que nohacen falta otras explicaciones.

La conciencia del trato confidencial de los hombres con losespíritus tan temidos obliga a cada una de las mujeres a unirseestrechamente a su esposo. La esposa se sabe perdida antela arbitrariedad de los espíritus, sí proporciona a su maridomotivos para quejarse ante éstos. Por otra parte, durante elaño casi ninguna mujer piensa que más adelante su conductaalgo terca pueda ser castigada sensiblemente por los espíritusdel Kióketen; tales ideas le vienen recién durante el desarrollo

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de la ceremonia. Como éxito suplementario de los supuestostormentos que los hombres sufren entre las manos de losespíritus, cada esposa demuestra más cariño y compasiónhacia su esposo que en otras épocas. Todo esto contribuyeenormemente a mantener alejado de las mujeres la idea deun engaño consciente por parte de los hombres, y así sefavorece astutamente el mantenimiento del secreto.

4) A todo ello se agregan algunas medidas de caráctermás general. En primer lugar, La adaptación de la ChozaGrande a las condiciones del lugar. Ésta se encuentra a buenadistancia del campamento, para que los acontecimientos queocurren en su interior no puedan ser vistos ni espiados. Laentrada da hacia el este, el lado opuesto al campamento;ante cuyos ocupantes se esconden así las entradas y salidasde los hombres.

Dejando de lado otros detalles, cabe decir que el pozo deagua debe ser cómodamente abarcable con la vista. Se indicaa las mujeres una dirección determinada para recolectar leña.Pues ellas no deben tener ninguna excusa para acercarsesigilosamente a la Choza Grande.

Si se organiza una cacería en común, de modo que porunos pocos días no se produce la actuación de espíritus, seretira de la Choza Grande indefectiblemente todo lo que estéen condiciones de despertar alguna sospecha. Los huesos orestos de comida se queman, las tierras colorantes se entierrano se esconden, y sobre todo se guardan las máscaras entroncos huecos del bosque cercano, en un lugar seguro. Pues,a pesar de toda la vigilancia que pueda ejercer el viejo quepermanece en el campamento, y a pesar del miedo queinspira a toda la población femenina aquella misteriosa

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Choza Grande, se cuenta no obstante con la posibilidad deque una mujer arriesgada o curiosa pueda acercarse. “¡Lasmedidas de precaución nunca serán suficientes!”, me repetíala gente. “¡En otros tiempos nuestros hombres también habíanenviado algunos corredores intrépidos a la choza delKlóketen de las mujeres, para descubrir sus engaños?”

Impulsos eficaces de distinto tipo están constantementeempeñados en lograr que esas ceremonias secretas nuncaentren en decadencia. Una fuerza irresistible obliga a loshombres a celebrar sus reuniones de tanto en tanto, y no enúltimo lugar lo hacen para poner en juego su posición deprivilegio ante las mujeres en general y castigar duramentea algunas en particular. La actual distribución del podernunca mas debe ser desplazada hacia la relación inversa deépocas pretéritas, lo que equivaldría a una nueva humillaciónde los hombres.

Para los iniciandos

La cuestión de la influencia educativa sobre éstos nocorresponde a este párrafo. Pero el trato general que recibenestá orientado a hacerles sentir la profunda seriedad de estacelebración, y obligarlos bajos graves amenazas a mantenerintacto este secreto tan significativo.

1) Arrancados recién del aullar y gritar de las mujeres,confundidos y llenos de temores indefinidos, estos muchachosni bien han penetrado en la Choza Grande, ya deben superarla difícil lucha con aquel extraño espíritu, que aparece comosalido del fuego. El miedo y el terror aún hacen temblar todosu ser, cuando ya son informados acerca de su verdadera

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naturaleza. Inmediatamente, sin darles tiempo derecuperación, se les revela la meta básica de esta celebración:“Es que éstos son los juegos de los hombres. ¡Nunca debenenterarse las mujeres de lo que sucede aquí en la ChozaGrande!”.

Pronto se comienza con persistentes exhortaciones y seriasamenazas , tendientes todas a lograr que se guarderigurosamente el secreto, fundamentado causalmente en elmito de origen. La muerte inmediata se deja entrever comocastigo no sólo para el candidato infiel, sino también para elindividuo que hubiera logrado enterarse de algo porintermedio de dicho candidato (ver TONELLI: 100). Con cuántaseriedad toman los hombres esta advertencia, lo puedededucir el mismo candidato del acento con que repitenaquellas viejas narraciones, y de la estricta observación yvigilancia ejercida sobre las mujeres en su totalidad.

Para adiestrar al candidato lo antes posible en elmantenimiento de este importantísimo secreto, se locompromete a un constante silencio durante la largaceremonia. En sus peregrinaciones, el candidato debecomportarse de modo tal que nunca pueda ser descubiertopor los ojos de las mujeres. Por último, la precauciónostensiblemente exagerada que demuestran todos loshombres se transmite en buena medida también a loscandidatos.

3) Aunque al finalizar las ceremonias los candidatos sonconsiderados individuos que pertenecen al círculo de loshombres, eso no significa que los ancianos pierdan de vista alos muchachos cuando éstos han sido dados de baja de laChoza Grande. Se vigi la muy rigurosamente su

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comportamiento frente a las mujeres. La más mínimasospecha se castiga casi siempre con la muerte inmediata;pues advertencias no faltaron (ver COJAZZI: 36). Con seguridadha perdido la vida más de un inocente, pues, en su exageradotemor, los hombres ya creen descubrir una abierta traiciónincluso en un giro inocente.

Evidentemente, mi intención de fotografiar una noche elinterior de la Choza Grande era totalmente contraria a losesfuerzos que, en aras de la máxima precaución, cumplíanestos hombres. En seguida de comenzadas las celebraciones,se me permitió llevar sigilosamente a la Choza Grande miaparato fotográfico, y usarlo aquí con permiso especial paracada caso. Las condiciones generales siempre eran quedispusiera de un tiempo muy breve y que las mujeres nopudieran ver nada desde el campamento. Aquella noche sepreparaba una actuación más importante de los espíritus;varios hombres se estaban pintando. Sucumbí a la enormetentación de tomar una foto de esta actividad de todos losocupantes de la Choza Grande. Lentamente y con totaltranquilidad armé mi aparato fuera de los límites de la anchaentrada. Era noche cerrada y por lo tanto no debía temersela observación por parte de las mujeres. Unos treinta minutoshabrían pasado desde el armado del trípode. Puesto que laoperación de pintar a los espíritus pareció estar casiconcluida, quité la oreja posterior del paquete de películasdel chasis colocado; ya había preparado el polvo de magnesiopara la ignición. Los indígenas conocían de observacionesanteriores los manipuleos habituales del aparato; ellos sabíanque a la extracción de la solapa seguía la exposición de laplaca. En el mismo segundo en que extraje la solapa, TENENESK

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se arrojó instantáneamente sobre mí; ¡sus pesadas manosrodeaban duramente mi cuello! Sin dirigir abiertamente lavista hacia mí, había observado mis preparativos. Ahora, enel momento decisivo, me estrangulaba sin piedad. Yosolamente le oía decir: “¿Qué te propones? ¿Quieres haceruna foto de lo que en estos momentos sucede aquí dentro?¿Y si más adelante una foto de éstas cae en manos de nuestrasmujeres? ¡¿No verán que sólo se reúnen hombres aquí en laChoza Grande?! ¿Que sólo nos pintamos el cuerpo? ¿Nodirán después; ¡Todas estas figuras no son más que nuestrosmaridos!?... ¡Cómo puedes atreverte a hacer esto?! Loshombres están pintados, pero no se han colocado la máscaraen la cabeza. ¡Con una foto así todos estaríamos traicionadosantes los mujeres!,., ¡Quita de en medio tus cosas!”, ., Por finel enfurecido TENENESK aflojó un poco sus tenazas. Los rostrosde los demás hombres también denotaban un profundodisgusto por mi proyecto, su excitación crecía rápidamente yme parecía peligrosa... Dado que me di cuenta inmediatamentedel peligro que corría, supe que mi salvación estaba en unaincondicional obediencia: con un golpe enérgico tumbé elaparato, que quedó cubierto de nieve. Inmediatamente volvióla tranquilidad a los hombres, ¡su excitación habíadesaparecido en un instante!... Estando entre hijos de lanaturaleza, fácilmente excitables, hay que evitar el palabreríoy las largas explicaciones; un gesto decidido, que actúa sobreellos como un golpe de mano imprevisto, desinflainstantáneamente su sobreexcitación. Asi sucedió tambiénaquí: sin aliento, sin habla, mudos de sorpresa, así estuvieronestos hombres ahí parados unos instantes. Se había logrado ladistensión. Visiblemente aliviado, TENENESK retrocedió unos

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pasos. Luego comenzó a jadear algo, como si hubiera sufridoun grave susto; los demás hombres se recuperaron lentamentey continuaron poco a poco con su trabajo.

El ambiente necesario para la actuación de los espíritus sereestableció recién después de una buena media hora. Mesenté contra la pared interior de la Choza Grande y miréinmóvil al fuego. Recién entonces sentí que todo mi cuerpoestaba cubierto por el sudor frío causado por el miedo. Puesbien, ¡este serio peligro había sido superado! ... Algunas horasmás tarde, cuando aquellos hombres ya se habían despojadode sus pinturas y estaban reunidos y de muy buen humor,mientras otros habían ido con TENENESK al campamento,consideré por fin llegado el momento de sacar de la nieve miaparato fotográfico y guardarlo en la Choza Grande.Observando el episodio imparcialmente, debo admitir locorrecto del razonamiento expuesto por el viejo TENENESK, puessus temores no eran totalmente infundados y su obligaciónera tomar medidas precautorias para evitar las temiblesconsecuencias que el descubrimiento del secreto hubieratraído consigo.

Para las mujeres

Puesto que antiguamente el sexo femenino había estado enposesión de los juegos de que gozan hoy en día los hombres,se hace todo lo posible para mantener alejada a cualquierpersona de dicho sexo y para fomentar entre ellas la falsacreencia en los espíritus del Klóketen.

1) Toda persona de sexo femenino es excluidarigurosamente de las reuniones secretas de los hombres. Laidea básica de todo este secreteo es la intención de mantener

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al sector femenino de la población en subordinación total ypronta obediencia. En ello los hombres de ninguna maneraven una injusticia. Remitiéndose a las antiguas leyendas,solamente afirman, sin otra explicación que “así también secomportaron en otro tiempo las mujeres contra los hombres,hasta que el hombre-sol descubrió el engaño de las mujeres.Nosotros vigilamos atentamente, para que las mujeres no seenteren de nada, pues estos juegos ahora son patrimonio delos hombres” 86. Ante su propia conciencia no niegan, enabsoluto, que su engaño consciente tiende a evitar querenazca el antiguo predominio que ostentaban alguna vezlas mujeres.

2) Con cuánta seriedad llevan adelante estas intencionessurge claramente de la estricta vigilancia a que someten atodas las mujeres. Las restricciones conexas con eso no lasmolestan a ellas por la sencilla razón de que todas laspersonas de su sexo están igualmente alcanzadas por ellasy —demás— están acostumbradas a este régimen desde laniñez. Los hombres tienen especial cuidado de que, durantelas excursiones de caza comunes a todos, o durante lospreparativos de una actuación de los espíritus, quede en elcampamento al menos uno de ellos. No dejan de tener encuenta la posibilidad de que algunas mujeres jóvenes,curiosas, puedan acercarse subrepticiamente a la ChozaGrande.

Sumo cuidado hace falta cuando un \œ’œrte recorre elcampamento. Varios hombres anuncian su pronta llegada.Estos hombres salen corriendo de la Choza Grande hacia el

86 La orientación tendenciosamente misógina de estas ceremonias también lúesugerida por BEAUVOIR (b): 207, COJAZZI: 36 y GALLARDO: 330.

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campamento, y lo hacen una vez que se ha completado elarreglo de aquel espíritu. El paso de estos hombres es rápidoy la expresión de su rostro angustiosa. Aun antes de quelleguen al campamento, los hombres presentes en él y quesaben de aquella aparición, han ordenado en alta voz quelas mujeres se escondan en sus chozas. Cada una debedirigirse a su propia choza. Daría lugar a graves sospechassi una mujer osase esperar la visita del \œ’œrte en la chozade una vecina. Los hombres tienen pocos inconvenientes envigilar escrupulosamente a todas las mujeres, porque sabenexactamente la cantidad de mujeres y niños correspondientesa cada choza. Dentro de ésta, cada mujer debe acurrucarsey cubrirse la cabeza con el manto de pieles; también se lepermite acostarse. Lo mismo se aplica a los niños. Aun antesque \œ’œrte arribe, los hombres presentes meten la cabezaen la choza, arreglan aquí o allá un poco el manto, y, a veces,incluso colocan un segundo manto sobre alguna persona, yno permiten el más mínimo movimiento. Si una mujer seatreviera a sacudirse o aflojarse un poco la capa jque la cubre,sería derribada inmediatamente de un golpe.

El \œ’œrte mismo es acompañado por dos o tres hombres,que a veces le hacen señas. Junto a una mujer que haya dadolugar a sospechas permanecen ex profeso algunos hombres,para observarla más de cerca. Las mujeres y los niños,acurrucados y tapados en sus viviendas, reciben una señalde los hombres cuando el \œ’œrte, después de su recorridopor el campamento, se ha acercado nuevamente lo suficientea la Choza Grande. Esta señal les da la autorización paraobservar los últimos movimientos del espíritu y sudesaparición en la Choza Grande. Inmediatamente se

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deshacen de los mantos que los cubrían, se levantanrápidamente y corren hasta el linde del bosque; desde allítienen una amplia vista hacia la Choza Grande.

Para facilitar a los hombres la vigilancia, las mujeres debenorganizarse durante la búsqueda de leña de modo tal, quese encuentren nuevamente en el campamento cuando seacerque la hora de aparición de los espíritus. Los lapsos libres,de varias horas al día, les son ampliamente conocidos porimperio de la costumbre. Los hombres se asegurandisimuladamente de la presencia de todas las mujeres y niñosen el campamento, antes que aparezca un espíritu. Duranteaquellas horas en que no suelen aparecer los espíritus, loshombres observan constantemente a todas las mujeres desdela Choza Grande, pues siempre hay algo que hacer.Ocasionalmente se repite la ya bien conocida advertencia:“¡Cuando una mujer se acerca demasiado a la choza delKlóketen, salta fuera un \œ’œrte, la atrapa y la mata en elacto!” Me comentaban que “en un caso así, un hombre seprepara rápidamente para el papel del espíritu, y los hombresinforman a. todos los ocupantes del campamento de la súbitaaparición del \œ’œrte, A continuación, esa mujer es atrapadapor algunos hombres, llevada a la Choza Grande yestrangulada allí instantáneamente...” Pero nadie me supodecir si esta advertencia ha sido puesta en práctica algunavez.

Mientras se prepara una actuación de espíritus, un hombreespecialmente destinado a ello observa atentamente elcampamento, protegido por la Choza Grande. Si una de lasmujeres cruza el límite establecido, o uno de los chicos lohace, sale de la choza un anciano y llama al infractor por el

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nombre. Con amenazas lo envía de regreso al campamento.Pero tal distracción sólo puede ocurrirle a los chicosinmaduros o a algunos muchachitos ensimismados en susjuegos. Sólo una vez durante el largo desarrollo de nuestrasceremonias, yo mismo pude observar algo así. La pequeñaMARÍA, de seis años de edad y conocida por sus ataques decorea, había correteado mucho más allá del pozo de aguacuando comenzó a atardecer. En ese momento se estabapreparando la actuación de dos espíritus M0tan. Furioso,HALEMINK salid apresuradamente de la Choza Grande, profiriólos improperios mas terribles contra las desatentas mujeresy las amenazó con la furia de los Sq’érte que vendrían al díasiguiente 87. A causa de la excitación general, todo el grupohabía perdido las ganas de interpretar a los M0tan - y aquellosdos muchachos se quitaron nuevamente la abundantepintura. Mas al día siguiente, los tres \œ’œrte mostraron unafuria tan intensa como raras veces se había observado, y lasmujeres no tuvieron dudas sobre a qué atribuirla.

3) Con no menos rigor se vigilan todas las conversacionesde las mujeres, porque es posible que intercambian susopiniones acerca del espíritu que acaba de actuar entrandoen detalles. A esto los hombres oponen obstáculos de lasiguiente manera: apenas desaparecen los espíritus, algunoshombres regresan al campamento y se distribuyen por lasdiferentes chozas, permaneciendo en ellas. Si durante el díase reúnen varias mujeres para recolectar leña,ocasionalmente las sigue un hombre, aprovechando la

87 La hora en que estos espíritus solían aparecer ya había pasado. Los hombreslamentaron la imposibilidad de poder descargar su mal humor sobre las mujeres.Al día siguiente, en cambio, recibieron total satisfacción durante la violenta furiadesplegada por los espíritus contra las mujeres del campamento.

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protección de los árboles, para escuchar sus conversaciones.También se considera la posibilidad de que una mujer

casada dirija a su marido algunas preguntas acerca de tal ocual espíritu. Este peligro se señala expresamente a loscandidatos, y, al mismo tiempo, se les suministrandeterminadas reglas de conducta. Para no sucumbir a lafuerte tentación, el marido debe suprimir inmediatamente ycon decisión desde un principio cualquier intento en esesentido, y si las palabras de la mujer tienen caráctersospechoso, propinarle un fuerte golpe. Al mismo tiempodebe denunciar a los demás hombres este intento por partede su mujer, para que el caso sea comentado entre todos. Seinicia entonces una mayor vigilancia, y los hombres deliberanacerca de ese asunto. A raíz de tales denuncias, algunasmujeres fueron ultimadas en tiempos antiguos; pues a causadel sobreexcitado recelo de todos los hombres preocupadospor guardar el secreto del Klóketen, más de uno olvidafácilmente las graves consecuencias para su esposa, derivadasde su propia denuncia. En la mayoría de los casos, lassospechas recaídas en una mujer eran totalmente infundadas.Con total franqueza me comentó lovs: “Los hombres deantaño eran demasiado estrictos con las mujeres. Más de unaha sido muerta sin tener la más mínima culpa. Algún hombreveía en sus palabras mucho más de lo que ella había queridodecir. Pero era imposible para una mujer aclarar lo que sumarido había denunciado en la reunión de los hombres. Ellaera muerta por un âœn sin llegar a saber la razón”.

Sobre alguna mujer que era considerada suficientementeinteligente y astuta como para descubrir la fantasmagoría

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de los espíritus del Klóketen, los hombres conversaban muya menudo en la Choza Grande, y se aconsejaba observar elmáximo de cuidado con ella.

4) Puedo ejemplificar la exagerada preocupación de estosindígenas, puesta en juego para la protección de su secretodel Klóketen, mediante un incidente que casi me cuesta lavida. Un día, todos los hombres del campamento salieron acazar al alba. Sin tener en cuenta a los chicos, TENENESK y yoéramos los únicos individuos del sexo masculino quequedábamos en el campamento. El viejo parecía estar de buenhumor. Pues apenas me había levantado del desayuno quetomamos en su choza, me siguió inmediatamente a la mía.Probablemente se unió a mí porque su mujer quería salir conlas demás al bosque, con el fin de recolectar leña; y él no erahombre de quedarse solo. Charlamos acerca de muchas cosas.Así pasaron varias horas. En todo ese tiempo se habialevantado una sola vez, para ir brevemente a su choza enbusca de un gran pedazo de carne; tanto él como yosentíamos hambre. Ninguno de los dos tenía muchas ganasde salir al aire libre; grandes remolinos de nieve nos hacíanapreciar más aún el beneficio del fuego en la choza.Aproximadamente a las cuatro, los hombres regresaroninesperadamente de la cacería. Habían tenido buena suerte;pues en realidad planeaban regresar recién al día siguiente.Tanta más alegría reinaba durante la bienvenida. Sóloentonces abandonó TENENESK mi choza, había pasado a milado literalmente todo el día. Mientras él requería de uno uotro detalles de la cacería, yo mismo continué con misapuntes.

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Había pasado una buena hora desde la llegada de loshombres, cada uno estaba en su choza con su familia yrecobraba fuerzas con las presas frescas y abundantes.KAUXIA me llamó a su choza. Cuando llegué a ella, ¡me habíapreparado una morcilla! ¡La buena anciana tenía especialalegría en prepararme tales sorpresas! TENENESK se habíaagenciado la cabeza de un guanaco joven y la mordisqueabacon especial placer. Luego de la comida, los hombres sereunieron despaciosamente en la Choza del Klóketen.Entretanto se había hecho tarde: eran las ocho de la noche.Un intercambio de palabras, extrañamente irritado, que seoriginaba en la Choza Grande y se podía oír hasta elcampamento, despertó mi atención distrayéndola de misapuntes. Durante algunos segundos estuve indeciso sobre sidebía abandonar mi choza o no. Pero como aún tenia muchoque escribir, pensé que aquel intercambio de palabras subidode tono era una de las nada extrañas disputas entre TENENESK

y HALEMINK. Muy en beneficio mío permanecí a solas en michoza.

Habría pasado una hora más, durante la cual la excitacióncreció y bajó nuevamente. Inesperadamente apareció TOIN

en mi choza. Sin habla, los ojos llenos de lágrimas, el rostroblanco de espanto, se sentó en su lecho 88. Su silencio, suconfusión y su extraño estado de ánimo me hicieron presagiaralgo grave, pues él era un muchacho nada espantadizo. Trasvarios esfuerzos por mi parte, narró por último lo acontecido,en tono acusador y al mismo tiempo compasivo: “Siemprete hemos dicho con toda seriedad que no debes contar a las

88 Yo habitaba con TOIN una choza propia, inmediatamente vecina a la de TENENESK.Más tarde recibimos también a HOTEX, a pesar de que disponíamos de poco espacio.

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mujeres nada acerca de las reuniones secretas... ¡Los hombresestán tremendamente excitados!... ¡Te matarán esta noche!...¿¡Por qué has revelado el secreto a las mujeres?!” Los sollozosahogaban su voz... Una fuerte excitación se apoderó de mímismo. Insistí más y más para saber con cierta exactitud loque había sucedido. TOIN sólo respondía con voz entrecortada:“¡Todo es inútil, los hombres te matarán!. .. ¿¡Por qué hascontado a las mujeres lo que hacemos en la Choza delKlóketen!?... ¡Muchas veces te hemos advertido!” Entoncesme pareció adecuado fingir total indiferencia, para disminuiren algo su excitación. Traté de influir sobre él, diciéndoleque su intranquilidad era totalmente infundada, y que loshombres en su totalidad habían actuado apresuradamente;mis palabras eran casi ofensivas y contenían un fuertereproche, pues nadie podía demostrarme esta acusación.Lentamente, TOIN recuperó el dominio sobre sí mismo; lafrialdad con que yo mismo aparentaba tomar el asunto lotranquilizaba. Sin embargo, mi propia excitación interior erabastante violenta; pues varias veces había presenciado sucesosque revelaban lo invalorable del carácter pasional de losselk’nam. Por último, obtuve datos concretos: “Hoy le hascontado todo a la mujer de NANÁ. Por eso los hombres estántremendamente furiosos ... También matarán a aquellamujer... Por qué no has callado... Ahora ya no hay escape,yo mismo no puedo salvarte... ¡Tú, sólo tú, tienes la culpa!”Había en sus ojos lágrimas de compasión. Él había sido lealconmigo, había venido a mi choza para prepararme, aunqueno le era posible ayudarme.

Desde la Choza Grande seguía escuchándose todavía elexcitado intercambio de palabras. Ahora debía comenzar sin

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tardanza mi defensa; pues la situación era en realidad muchomás grave de lo que yo supuse en un principio. Con decididadeterminación traté de convencer a TOIN: “Todo el tiempoque duró la ausencia de los hombres estuve aquí en mi choza.A la esposa de NANÁ no la pude ver desde temprano a lamañana hasta vuestro regreso, menos aún pude hablar conella entonces.,. Además, ¡TENENESK estuvo todo el día,constantemente, sentado a mi lado! ¿Qué dice él mismo alrespecto?” A eso contestó TOIN: “¡Precisamente fue él el quepropuso matarte porque tú habías contado todo a lasmujeres!” “¿Pero no dijo nada acerca de haber estadoininterrumpidamente sentado a mi lado?”, le pregunté coninsistencia. “NANÁ nos contó que hoy tú le revelaste todo asu mujer; pues ella le preguntó al respecto, cuando él regresóde la cacería. Él inmediatamente le propinó un tremendogolpe, y la mujer cayó desmayada al suelo. Sin perder tiempo,NANÁ corrió a la Choza del Klóketen para relatar todo a loshombres!” No había caso de obtener más detalles de TOIN;también él estaba enfurecido por la supuesta revelación delsecreto de los hombres a las mujeres... Estaba yo indeciso siera aconsejable ir a la Choza Grande en estos momentos.TOIN me pidió insistentemente: “De ninguna manera debesenfrentarte ahora con los hombres, sólo te entregarías y a lomejor ¡mueres en el acto!,.. ¡Quédate aquí y mantenteQuieto!” Nuevamente prevaleció en él la compasión por midestino. “¡Entonces vé tú a la Choza Grande y tráeme aquí aTENENESK, que él venga a mi choza!”, le dije con insistencia.Sorprendido por esta decidida exhortación, corriórápidamente hasta la Choza Grande.

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Las fuertes voces de los hombres pronto se tranquilizaron.Yo mismo comencé a darme cuenta de la gran conmocióninterior que me estaba causando la situación por la queatravesaba. Pero solamente una actuación serena y unproceder decidido podían salvarme del peligroso estado deánimo de los indígenas. Más de una hora había transcurrido,con gran preocupación de mi parte. Por fin llegó a mi chozaTENENESK. Un frío me recorrió la espalda.. . TENENESK

evidenciaba una mirada azorada y una excitación enorme.Con el semblante más inofensivo del mundo y una sonrisafingida le dije: “¿Y, mi amigo? ¿Por qué tanta excitación?Hoy charlamos tan amenamente todo el día... Siéntate a milado, ¡tengo muchas cosas que preguntarte!”,.. Mis palabrasdeben haber sido para el viejo como un balde de agua fría.Mitad interrogante, mitad sorprendido, así me miraba;ostensiblemente no comprendía lo que oía ni lo que veía. Sehabía sentado junto al fuego de mi choza, pero parecíatotalmente imposibilitado de pronunciar palabra alguna. Asíes que le conté paso a paso lo mucho que habíamoscomentado durante el día de hoy, para traer nuevamente asu memoria toda la jornada. Después de hablarle unos veinteminutos, observé un importante cambio en su aspecto. Comosin darle importancia, arriesgué la pregunta: “¿Qué es lo queestán tratando tan animadamente los hombres, allá en laChoza Grande? ¡.. ¡He oído que NANÁ habla mal de mí!...Pues bien, él es un hombre que os repugna a todos vosotros,y también estuvo muy inamistoso conmigo... ¿De qué meacusa?”... Por fin se desató la lengua del viejo TENENESK, susojos adquirieron un brillo siniestro, y con voz amenazadorame increpó: “;Tú le has contado a la mujer de NANÁ todo lo

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que sucede allá entre nosotros, los hombres!... Nosvengaremos. ¡Siempre te hemos dicho que debes callar!” Yodebía apaciguar su descomunal excitación mediante unacreciente tranquilidad en mi conducta: “Caro amigo, tú meconoces bien; nunca revelaré nada. NANÁ dice de mi cosasfalsas solamente porque tiene intenciones hostiles. ¡No le gustaque nosotros dos, tú y yo, seamos buenos amigos!” Esto nopareció causar el más mínimo efecto sobre TEÑENESK.Sumamente inquieto, estaba sentado junto al fuego, y comouna persona nerviosa se inclinaba ora hacia un lado, orahacia el otro. Yo mismo comencé ahora a concretar las cosas:“¿Cuándo he hablado con la mujer de NANÁ?”Amenazadoramente me echó en cara: “¡Hoy, cuando loshombres estaban de caza!”

Inmediatamente mudé el tono a una forma más seria,decidida: “¿Ves ahora que NANÁ solamente trata deperjudicarme?... Reflexiona un poco: ¿No has estado sentadotodo el día de hoy en mi choza? Ni tú ni yo hemos visto a esamujer. ¡Cómo es entonces posible que yo haya hablado conella?!”. .. Mis palabras tan intensas actuaron sobre el viejocomo si lo despertaran de un sueño. Algo más inseguras eranahora sus palabras: “Pero tú debes haber dicho algo a la mujerde NANÁ, ¡pues cómo, si no, podría él decirnos algo así!”Entonces comencé a detallarle nuestro trabajo de hoy: “¿Nohas venido inmediatamente a mi choza, apenas salieron loshombres a cazar?... Después me has contado acerca de losotros âœn de épocas antiguas... Mientras KAUXIA recolectabacon las otras mujeres leña en el bosque, nosotros nospreparamos un asado aquí en mi choza... Y más tarde mehas narrado cómo en otra oportunidad muchos hombres se

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habían reunido para una celebración del Klóketen...Ininterrumpidamente hemos estado sentados uno al lado delotro, ¡recién te has ido cuando regresaron los hombres decazar! La mujer de NANÁ no se acercó en absoluto a mi choza,pues de lo contrario también la hubieras visto tú. Yo no heabandonado mi vivienda, porque en este caso tú hubierasquedado a solas. ¿Cómo puede entonces afirmar NANÁ queyo he hablado con su mujer?”.

Ahora por fin comenzó a correrse un poco el velo delmisterio para el viejo, la expresión de su rostro cambió.Aliviado, hice todo lo posible para acelerar este cambio; unay otra vez le dije: “¿Es que no has pensado en todo esto?... Ycuando NANÁ me acusó, ¿por qué no has levantado tu vozde protesta? ... Ahora vé a la Choza del Klóketen y di a loshombres: ‘¡NANÁ es un mentiroso! MANKACEN estuvo todo eldía en su choza, a mi lado, ¡ninguno de nosotros dos ha vistoa esa mujer!’ Sin embargo, el viejo aún no pareció convencido.Tercamente, aunque con menos seguridad, se mantuvo ensus trece. “¡Pero algo tienes que haberle dicho a la mujer deNANÁ!” Ahora podía ensayar un tono verdaderamentegrosero: “¿No fui siempre un buen amigo para ti? ... ¿No mehas dicho hoy mismo: los hombres están muy contentosconmigo porque yo hago todo exactamente igual quevosotros, y las mujeres no pueden ver nada sospechoso enmi conducta? 89 ... ¡Piensa, piensa, hoy has estado todo el díasentado a mi lado!” En la mente del viejo se desarrollabauna tremenda lucha entre la convicción de que yo tenía razón,

89 Para los hombres era ama especial satisfacción, y al mismo tiempo un motivode tranquilidad ver qué bien disimulaba yo frente a las mujeres los supuestostormentos de los espíritus, pues yo no podía sustraerme a esta pequeña adaptacióna su propia conducta.

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y su insensata lucubración de furiosos planes de venganza.Una y otra vez debía yo intervenir para inclinar la balanza ami favor: “Pues vé de una vez a la Choza del Klóketen, ¡hablacon la gente allí reunida! ¡Tú lo sabes, ninguno de nosotrosdos ha visto hoy a esa mujer!” Entonces, repentinamente,comprendió toda la situación. Con ingenuidad casi infantilbalbuceó con tono bastante amistoso: “¡Claro, así fue!... Enrealidad tienes razón: nosotros dos no hemos visto a la mujerde NANÁ en todo el día... Y tú has estado sentado a mi ladodurante todo el tiempo. ¡Realmente tienes razón!” “¡Por finte convences!”, intercedí enérgicamente, “¿por qué no leshas dicho todo eso a los hombres?. „. Pero ahora veterápidamente a la Choza Grande y habla con la gente. NANÁ

es un mentiroso, ¡por fin te has dado cuenta de eso!”Pesadamente se levantó el viejo y abandonó la choza, no sindejar tras de sí esta vacilante opinión: “¡De todos modospodrías haber revelado algo!”

Pronto me sentí aliviado de la tremenda angustia que meoprimía el alma; demasiado bien sabia yo que este arrebatadoe irreflexivo temperamento indígena era capaz de lasviolencias más atroces si se trataba de la preservación delsecreto del Klóketen.

Apenas llegó TENENTESK a la Choza Grande, recomenzó elfuerte altercado, pero al poco tiempo disminuyó enintensidad y ya no era perceptible desde el campamento.Nuevamente pasaron dos horas de gran preocupación paramí. Bajo los efectos de un permanente temor pasé el tiempoextendido en mi lecho, prestando atención al más mínimoruido. Dada mi ansiedad extremadamente excitada, cualquiercrepitar del fuego en una choza vecina, o la rotura de una

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pequeña rama afuera en el bosque, me hacía levantarsobresaltado como si se acercaran pasos humanos. Aún nome sabía libre del peligro inmediato para mi vida; mi corazónlatía fuerte y rápido. ¡Me sentía como a la espera del asesino,del que no había escapatoria posible! ¿De qué me hubieraservido, además, huir o esconderme?

Que TENENESK cayera en un estado de ánimo tan inusual comopara proponer él mismo el plan de matarme, apenas NANÁ

pronunció las primeras palabras acerca de que yo habíarevelado a las mujeres el secreto, y que olvidara tan porcompleto los sencillos sucesos del día, todo eso me resultórealmente incomprensible. Este hecho demuestra mejor quemuchas palabras que la mentalidad de estos hombres esdominada por la omnipotente preocupación por la seguridadde su secreto más importante, de modo que, con la sospechamás leve, la reflexión serena sucumbe ante el ímpetu de sudisposición natural tan excitable. Por cierto me tengo porsuficientemente capaz de evaluar correctamente mi situaciónen aquel momento; por eso tengo la firme convicción de queaquella noche hubiera sido la última de mi vida, si no hubierademostrado exteriormente tanta seguridad y tanta sangre fría —obtenidas ambas con mucho esfuerzo—, y no hubieradispuesto de un hombre tan influyente como TENENESK encalidad de testigo fidedigno de mi inocencia. De ello surgeclaramente la intolerancia más despiadada con queantiguamente se entregaba a una muerte segura, yprobablemente también injusta, a una mujer que seconsiderara sospechosa de haber levantado el velo del misterio.

Ya había pasado la medianoche y yo seguíaatormentándome con las más variadas ideas acerca de mi

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precaria situación. Cerca de la una, por fin, apareció INXIOL

en mi choza. Su semblante trasuntaba mucha tranquilidad.“¡Los hombres no te matarán!”, fue lo primero que dijo alentrar. Agradecido, le di la mano. “Mi padre (TENENESK) lescontó a los hombres ahora que tú habías estado todo el díaaquí en tu choza, y que él estuvo a tu lado; tú no has habladocon la mujer de NANÁ. Todos te conocemos, y estamosconvencidos de que sabes callar. Por último, mi padre dijo:‘¡A MÄNKACEN no lo mataremos!’ A pesar de todo, repetía:‘jTal vez reveló sin embargo algo!’ TOIN, especialmente,protestaba contra eso, y los hombres se calmaronfinalmente”... INXIOL me disuadió con suma insistencia dedirigirme enseguida a la Choza Grande: “Tu presencia allípodría excitar nuevamente a los hombres de una manera tal,que te estrangularían. .. ¡Quédate aquí y mantente en calma!”INXIOL se levantó y dijo: “Cuando haya aclarado,¡deliberaremos acerca de todo esto!... Puedes acostarte a dormirconfiado, los hombres no te harán daño. Para decirte esto hevenido aquí.” Se fue corriendo hasta la choza del Klóketen.Se me quitó un peso de encima. En INXIOL podía confiar.

Al cabo de otra hora, volvió TOIN a nuestra choza común.Una leve sonrisa recorría ahora su rostro. “Ten calma”, medijo, “los hombres se han tranquilizado. ¡Esta noche ya notienes nada que temer! Yo me quedo contigo.”...Inmediatamente se acostó en su lecho, el cansancio le cerrabalos ojos. Poco después, la mayoría de los hombres tambiénfueron a dormir a sus propias chozas familiares; pues teníantras de sí una agotadora jornada de caza. Yo mismo podíaconfiar incondicionalmente en TOIN. NO obstante, pasé el restode la oscura noche de invierno en tensa vigilia; cualquier

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crujido y el ruido más insignificante me obligaban a aguzarel oído. En fin, enfrentar tales incidentes, que exigen laaplicación de las últimas reservas anímicas del individuo,vivir angustias tan graves, tal es el destino del investigador.

Grandes bancos impenetrables de niebla cubrían hasta muyentrada la mañana la pequeña pradera delante de nuestraschozas, y parecía como si el día no quisiera romper nunca.Por fin, poco antes de las diez de la mañana, recorrió elcampamento el primer \œ’œrte, y unos minutos después, unospocos hombres llegaron desde la choza del Klóketen alcampamento. Esperé una hora más, luego me dirigí decididoa la Choza Grande. Allí me quedé un largo rato a solas conAMBROSIO. Pude sonsacarle algunos detalles de la disputa deayer. Así es que me enteré que TENENESK realmente había sidoel que más radicalmente exigía mi muerte. Cuando despuésde mucho esperar llegó por fin también INXIOL, dije en son dereproche: “¿Y? ¿Dónde está NANÁ? ¡Quiero enfrentarme conél ahora mismo y demostrarle que ha mentido!” Estabaverdaderamente ansioso por probar a fondo la culpabilidadde este hombre falso. INXIOL me respondió en son de reproche:“¡Negociar con NANÁ o, como tú pretendes, hablar con lamujer de éste, eso no puede ser! ... ¡Reflexiona, considéralo!Si hablamos con las mujeres de estas cosas, empezarán aprestar atención, y fácilmente podrían sospechar algo. Porlo tanto no debe hablarse una sola palabra más acerca delasunto de ayer.” Esto no me resultó suficiente reparación. Élsiguió diciendo: “NANÁ mismo no sabe lo que, según él, hasdicho a su mujer. Pues cuando anoche llegó a su choza, sumujer le preguntó algo. Inmediatamente le propinó un golpeen la cabeza con un garrote, y ella se desmayó. Enseguida él

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vino aquí y contó exasperado: ‘¡MÄNKACEN le reveló todo a mimujer!’ Inmediatamente todos se enfurecieron y queríanmatarte sin tardanza.” Cuando quise saber más detalles,INXIOL quedó desconcertado. Tartamudeando, me dijo: “NANÁ

mismo no sabe lo que su mujer quiso preguntarle; todosnosotros también queríamos saber eso. Él sólo repetía: ‘Mimujer comenzó a hablar, tiene que haber sido algo relativo anuestra fiesta del Klóketen. Repentinamente me enfurecítanto que la derribé de un golpe’. . . ¡Más que eso no dijo!”...¡He aquí una muestra de la mentalidad indígena cuando seirrita!

Hoy, y durante los siguientes tres días, NANÁ no aparecióen la choza del Klóketen. No creo que haya puesto en escenatodo ese alboroto solamente para ponerme en aprietos.Simplemente sucedió que algunas palabras de su esposa, nocomprendidas por él, le han hecho temer repentinamente larevelación del secreto del Klóketen. Excitado y sin razonarlo,narró todo a los hombres como si fuera un hecho consumado.Éstos tomaron inmediatamente la terrible decisión, sinverificar exactamente todas las circunstancias; puesdeliraban de rabia y de miedo al mismo tiempo. Más adelanteexpresé a TOIN mis deseos de aclarar a fondo las cosas conNANÁ, delante de los demás hombres reunidos aquí en laChoza Grande; pero éste también aconsejó insistentementeno hacer tal cosa. El propio TENENESK tampoco ‘mencionónunca más este incidente.

5) Si las medidas de los hombres contra las mujeresmencionadas hasta ahora tendían a la especial finalidad demantenerlas en sus falsas convicciones, discutiremos ahoratambién el contenido de esa creencia. ¿Qué es lo que debe

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creer la totalidad de la población femenina? Efectivamentese exige un “debe”. Pues de ninguna manera queda liberadoal parecer de las mujeres formarse un juicio particular sobreestas ceremonias secretas, ni expresarlo públicamente.

El axioma supremo es el siguiente: \œ’œrte, M0tan y losdemás “espíritus” son seres provenientes de otras esferas,que se acercan a la Choza Grande y ocasionalmente salenal exterior para hacerse ver, cumplido este propósito,desaparecen nuevamente en la Choza del Klóketen. No sequedan permanentemente en ella, sino que regresan conmayor o menor prontitud a su especial lugar de residencia.Según su necesidad y su deseo personal, van de nuevo enbusca del grupo de los hombres. Los hombres mantienenex profeso una cierta incertidumbre acerca de lapermanencia de los \œ’œrte en la Choza Grande. Comohay tantos de ellos, las mujeres viven en la creencia deque siempre hay alguno de ellos en la Choza Grande. Estacircunstancia es expresamente capitalizada en lasamenazas a las mujeres, para que se mantengan a muchadistancia.

Queda a criterio de la arbitrariedad o de la inclinaciónpersonal de cada uno de los espíritus presentarse con mayoro menor frecuencia y hacer valer su influencia o su disgusto.Los espíritus provienen de las alturas o, como los \œ’œrte, delos distintos puntos cardinales, o, por último, salen de la tierra.

Como razón para el regreso de los espíritus se hace creer alas mujeres que desean observar la conducta de ellas y dadoel caso, castigarlas. Esta circunstancia es, precisamente, laque pone en primerísimo primer plano la tendenciaantifeminista de las ceremonias secretas. Los espíritus

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obtienen sus informes de los hombres, y, por lo tanto, éstosdeben estar incondicionalmente a su disposición. Queda asífundamentada la estrecha relación entre espíritus y hombres,y al mismo tiempo se justifica la obligación de éstos deencontrarse en la Choza Grande, o de celebrar aquí susceremonias, todo por deseo y mandato de los espíritus. Paradocumentar públicamente su propia impotencia ante losespíritus, los hombres fingen haber sufrido diversas torturasy malos tratos, de lo cual surge una profunda compasión delas mujeres hacia ellos.

Con taimada sensibilidad para los efectos han sido incluidosen el programa de la ceremonia estos engaños, porque, comoaparentemente los hombres también son víctimas de lasarbitrariedades de los espíritus que tratan a todos del mismomodo, la sospecha de un engaño es menos probable en lasmujeres. Al comenzar las ceremonias, algunas mujeressienten intranquilidad pensando en su conducta obstinaday pendenciera, y en el desgano con que realizaban su trabajo.Sus presagios se cumplen, en el sentido de que los espíritusse ocupan más de ellas que de las vecinas y les causan másmolestias. Los indígenas me explicaron que no es usualamenazar a una mujer diciéndole que más adelante susdefectos serán severamente corregidos por \œ’œrte, pues enla vida cotidiana se evita cualquier referencia a lasceremonias secretas delante de las mujeres. Si un marido tienequejas especiales contra su mujer, las presenta sencillamentecuando las ceremonias se están desarrollando. Una mayorobediencia de las mujeres a sus maridos, un apego máscariñoso y una mayor predisposición al trabajo son lasconsecuencias ostensibles de las ceremonias del Klóketen,

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hechos éstos que se pueden observar entre toda la poblaciónfemenina aún mucho tiempo después de la clausura deaquéllas.

Por otra parte, son “los espíritus mismos” los que exigenrigurosamente el alejamiento de cualquier persona del sexofemenino de las inmediaciones de la choza del Klóketen. Lasmujeres saben que esos espíritus están en condiciones devengar cualquier contravención, aunque los hombres casinunca lo mencionan. Aquí debe citarse ante todo el temor a\œ’œrte, pues éste atrapa a cualquier mujer o niño que seacerca a la Choza Grande, se lo lleva, y lo estrangula dentrode la choza. Aún más seria es la advertencia que se refiere a_álpen: “Esta mujer siempre está completamente furiosa ydevora a toda persona que se le acerque.” Puesto que ella esel espíritu todopoderoso, que domina sobre todo lo que hayen aquella misteriosa choza, y como ella a veces también mataa todos los hombres, el temor a ella produce los mejoresresultados. Si, por ejemplo, algunos niños irreflexivos cruzanmás allá del límite admitido para su libertad de movimientos,porque los adultos no les prestan suficiente atención, salerepentinamente un \œ’œrte de la choza del Klóketen ypermanece parado cerca de ella por espacio de algunosminutos; los hombres se preocupan por lograr que las mujeresy los niños presten atención, corran atemorizados a suschozas y se comporten en el futuro como es debido. Másfrecuentemente aún el espíritu mencionado solamente asomala cabeza fuera de la entrada de la choza, y el efecto sobrelos ocupantes del campamento es el mismo. Puesto quecualquier hombre puede colocarse en cuestión de segundosla máscara de \œ’œrte sobre la cabeza y pintarse los hombros

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con un poco de pintura —más de eso no hace falta enconcepto de adorno— se está por un lado en la feliz situaciónde aplicar este correctivo eficacísimo para detenerinmediatamente cualquier impertinencia. Por otra parte, y acausa de esta inmediata disponibilidad del \œ’œrte, en elgrupo de las mujeres ha echado raíces la creencia de que almenos uno de estos espíritus permanece constantemente enla Choza del Klóketen. Todo esto conforma el importantecontenido de la creencia en los espíritus del Klóketen, a lacual las mujeres siguen aferradas sin excepción y conconvicción profunda. Quien osara expresar una opinióncontraria, arriesgaría la vida en ello.

Por otra parte, las mujeres suponen que los candidatos noestán dentro de la Choza Grande, sino que son retenidospermanentemente en el lugar de residencia de _álpen. Esteespíritu femenino obliga a menudo a tal o cual hombre adultoa seguirla hasta allá. En ambos casos su intención esmantener relaciones sexuales con ellos.

La población femenina no recibe de ninguna manerainformación acerca de cómo ha surgido la actual posiciónde privilegio de los hombres, o cómo los hombres han entradoen posesión de aquellas ceremonias secretas. Las mujeresjamás deben atreverse a preguntar tales cosas. Los hombresmismos nunca hablan de ellas, por temor de perder supreeminencia actual apenas las mujeres tengan conocimientode sus intrigas. “No permitir jamás que resurjan lascircunstancias anteriores”, ésa es la permanente advertenciade los hombres. Sus secretos, su estricto silencio y su rigurosocontrol del sexo opuesto, y, por último, la falsa creencia quehan impuesto a las mujeres, están al servicio de este objetivo.

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6) En vista de tan efectivas medidas de seguridad, ha deresultar superfluo preguntar si las mujeres conocen realmenteel verdadero estado de cosas, si conocen verdaderamentelos engaños y timos de que son víctimas. Expreso miconvicción más firme si sostengo que ni una sola de lasactuales mujeres selk’nam ha descubierto el juego falso delos hombres, y que todo el mundo femenino vive hoy en díaaún en el firme convencimiento de que los espíritus delKlóketen son una realidad. Si se tiene en cuenta, por un lado,con cuánta astucia se han ideado y puesto en marcha tantosmétodos destinados a guardar el secreto; y si, por el otro, sepone además en la balanza el rígido apego a lo tradicional yla lentitud espiritual de las mujeres bajo una coerción tanestrecha, la recién descripta posición adoptada por el sexofemenino me parece la única posible. El incidente que medeparó horas cargadas de serio peligro demuestra, mejor quelargas fundamentaciones que, hasta el presente, los hombresselk’nam no han hecho la más mínima concesión en lamateria90 a sus mujeres. Esta coacción tan estricta bajo lacual viven las mujeres no puede dejar de tener éxito.

Por carta del 20 de julio de 1928, LUCAS BRIDGES me hizo saberlo siguiente: Alrededor del año 1909. durante una celebracióndel Klóketen, se corrió entre los hombres la voz de que“algunas mujeres del norte sospecharon en algo del granengaño del “ôá’7n”. A consecuencia de ello varios hombresse frotaron la cara y la cabeza con ceniza y se ubicarondelante de la Choza Grande. Desfiguraron sus rostros tirandolos labios hacia adelante y poniendo los ojos bizcos, mientras

90 Aun en estos momentos es aplicable lo que BARCLAY (a): 75 averiguó ya en 1904:“The womani who Is suspected of having penetrated its secrets (de las ceremoniaspora hombres) is quletly put to death”.

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otros mostraban los dientes; algunos exhalaban sonidossilbantes, mientras otros arrojaban gravísimos improperios yamenazas ofensivas contra todas las mujeres del campamento.Toda esta actuación estaba destinada a demostrar la firmedeterminación de los hombres de defender su choza secreta.Las mujeres, entretanto, permanecieron en sus chozas, lo quetranquilizó a los hombres, que consideraron que ya no eraposible que se produjera un alzamiento. Los hombres sedecidieron a esta extraña actuación sólo cuando temieron porsu secreto del Klóketen y debían, en consecuencia, atemorizara las mujeres más que en otras ocasiones.

Una de las defensas más efectivas con que nuestrosindígenas han rodeado su secreto más preciado, es su estrictareserva frente a los europeos. Fueron siempreextremadamente selectivos en las escasísimas informacionesque proporcionaron a los extraños. En realidad sólo loshermanos BRIDGES han sido puestos en parte en conocimientosdel secreto. Estos caprichosos hijos de la naturaleza tampocome facilitaron, verdaderamente, las cosas cuando meconcedieron permiso para participar de sus ceremonias. Loque éstas representan, lo sabemos recién ahora. ¡Y estamoshoy en día directamente ante la desaparición definitiva deesta magnifica tribu! Así se convierte en realidad lo que aúnoigo, pronunciado como severa advertencia para nosotros,los íniciandos: “¡Nunca una mujer debe enterarse de lo quesucede en la choza del Klóketen; el último de nuestroshombres debe llevar a la tumba este secreto!”91

91 La suposición de TONELLI: 100 (ver también COJAZZI:: 37). en el sentido de queuna indígena había realmente llegado a conocer aquellos secretos, tiene su origenprobablemente en el rumor recién mencionado, del cual fue testigo LUCAS BRTDCES.

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Un día me aseguró HOTEX lo siguiente: “Cuando todavíaera un chiquillo, mi madre me contó lo que sucede allá en laChoza Grande. Cuando más tarde fui admitido comoKlóketen, se confirmó todo aquello ... ¡Pero no sé cómo mimadre y otras mujeres se enteraron de todo!” Al verificarmás exactamente sus expresiones, surgió que la madre lecontó simplemente los hechos exteriores de la ceremonia delKlóketen, accesibles a todas las mujeres del campamento;por otra parte, él —un muchacho de unos diez años— carecíaen aquel entonces de una comprensión exacta para cosas deeste tipo. Además, me parece que —posteriormente— élmismo ha puesto en las palabras de la madre mucho más delo que ella tuvo la intención de decir. Por esta razón semantiene en toda su extensión mi afirmación de que lapoblación femenina carece aún hoy de una ciara comprensióndel verdadero estado de cosas y de los fines últimos de laceremonia del Klóketen. Ellas creen verdaderamente en laesencia real de aquellos extraños seres del Klóketen.

Para los niños

Las mismas ideas fundamentales que dieron origen a lasprescripciones para las mujeres en general, también regulanla conducta de los niños durante el desarrollo de lasceremonias para hombres. Que estas reglas sean cumplidases misión de los adultos. Ante todo, los chicos más pequeñosdeben ser retenidos en el grupo de las mujeres por la madreo los hermanos mayores, sobre todo mientras actúan losespíritus. Debe evitarse cualquier alteración del orden porlloros o ruidos. Mayor atención es exigida respecto de losmuchachos de mediana edad, pues la despreocupación y la

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-irreflexión de estos muchachitos hace que toda la pandillacruce a veces el límite. Estos chiquillos son demasiadoinocentes y superficiales como para tener presente en todomomento las amenazas de los hombres y de los espíritus. Sia veces meten demasiada bulla o cruzan el límite permitidodel terreno, suelen retarlos severamente, o arrojarles un leño,para restablecer el orden. Éste, de todos modos, no duramucho.

Como verdaderamente peligrosos para el secreto delKlóketen, los hombres consideran precisamente a losmuchachos que han superado los catorce años de edad, yque en la próxima oportunidad deben ser convertidos enKlóketen. Éstos a su vez demuestran una madurez de juiciotal que incluso hace temer abusos o intromisiones. Loshombres fundamentan su especial cuidado narrando unsuceso acaecido en épocas pasadas, que posiblemente podríarepetirse. Como advertencia para los iniciandos relataronalgo que TENENESK también nos había contado:

“Antiguamente,92 actuaba un hombre muy capaz en elpapel de \œ’œrte, Este hombre tenía una figura magnífica.Para desempeñar aquel papel sólo se elegía un hombre así.Actuaba diariamente. Le gustaba mucho a la gente, puesera un haŒtp’án. Los hombres solían contar a menudo a lasmujeres y a los niños en el campamento: ‘_álpen y \œ’œrteestán muy furiosos. A nosotros, los hombres, nos tratan muymal, ¡ya han matado a más de uno!’ Por eso las mujeres y losniños se pusieron muy tristes. Aquel hombre, que a diarioactuaba en el papel de \œ’œrte, permanecía continuamente

92 No pude averiguar a ciencia cierta si en este caso se contó un hecho real, que yahabía sido relatado a nuestro TENENESK en su época de iniciación.

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en la Choza Grande”. Cuando había hecho su cotidianarecorrida por el campamento (como espíritu), desaparecía otravez. Se lavaba las pinturas del cuerpo y ya no abandonaba laChoza Grande. Allí quedaba escondido. La gente nunca loveía en el campamento. Creían que lo había matado _álpen.Lo echaban de menos y pensaban mucho en él.

“Ese hombre tenía un hermano más joven. Como el hermanomayor seguía faltando de la choza familiar, el menor se dijopara _ sí: ‘¡\œ’œrte ha matado a mi hermano mayor!’ Al díasiguiente, \œ’œrte recorrió nuevamente el campamento.Sacudió furiosamente todas las chozas, y también aquella enla que estaba sentado el hermano menor. Pero después de esto,el hermano mayor tampoco regresó a la choza familiar.Entonces el hermano menor montó en cólera y dijo: ‘¡Mataréal \œ’œrte. Algunas personas oyeron estas palabras delmuchacho enfurecido, pero nadie le prestó atención.” ¡ Aquíagregó TENENESK la siguiente observación: “Por eso siempre hayalgunos hombres que vigilan atentamente todos losmovimientos en el campamento, cuando \œ’œrte hace surecorrida. Prestan especial atención a los muchachos mayores;pues tal vez se encuentre otro que se atreva a disparar sobre\œ’œrte” 94. “Un día, aquel muchacho tomó su arco y flechas.Se ubicó del lado sur del campamento,95 exactamente allídonde \œ’œrte suele pasar cuando regresa a la Choza delKióketen, Se escondió bien detrás de los árboles. Y allí se quedó

93Su continua ausencia llamó, por supuesto, la atención de su gente en elcampamento, y generó en todos los más serios temores.

94Más tarde dijo CIKIOL: “LOS hombres cuentan con gran exactitud si todos losmuchachos están presentes en las viviendas; porque es posible que otra vez algunode ellos vaya furtivamente al bosque para atacar al So’orte”.

95Para comprender estos detalles importantes, remito a la ubicación y a lainstalación del campamento, como se puede observar en la figura 85.

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esperando. Cuando \œ’œrte hubo cruzado nuevamente elcampamento, se acercó mucho al muchacho. Éste disparóinmediatamente una flecha contra aquél. La flecha penetródesde el lado izquierdo en el vientre del \œ’œrte, pero la puntade la flecha no salió del otro lado.

“Aquel hombre (que desempeñaba el rol del espíritu) estabaherido de muerte; en su vientre tenía clavada la flecha, y porel lado izquierdo de su cuerpo brotaba mucha sangre. Comono podía permitir que se notara nada, cambió rápidamentela dirección de su carrera; dio vuelta en redondo, cruzó detrásdel campamento (hacia el norte) para acercarse desde otroángulo (desde el norte) a la choza del Klóketen. Consumiendosus últimas fuerzas, se mantuvo en pie. Cuando estuvo cercade la Choza Grande, fueron llamados las mujeres y los niños;como era usual96, debían mirar al \œ’œrte desde lejos. Pero el\œ’œrte ingresó a la Choza Grande sin detenerse para nada.Las mujeres se extrañaron mucho (puesto que quedósuprimido el saludo acostumbrado). Sólo decían: ‘¡Qué\œ’œrte más extraño!’ No les llamó la atención otra cosa, puesel hombre había cubierto con su costado derecho el flujo desangre en su flanco izquierdo97.

97Ese hombre no podía de ninguna manera hacer perder a las mujeres la creenciaen el espíritu del \œ’œrte que representaba. A pesar de su herida mortal debióregresar nuevamente a la Choza Grande, aunque ello le costara las últimas fuerzasque le quedaban. De la herida en el lado izquierdo de su cuerpo manaba abundantesangre. Como este espíritu, al retirarse del campamento, describe regularmenteuna amplia curva hacia el sur, presenta a los ocupantes del campamento su ladoizquierdo cuando regresa a la Choza del Klóketen. Por tal razón el hombre modificóel camino habitual. Avanzó un buen trecho más allá de la línea recta entre elcampamento y la Choza del Klóketen, hacia el norte, para acercarse desde allí a laChoza Grande, con lo cual describió una extensa curva. De este modo manteníadirigido hacia los ocupantes del campamento el lado derecho de su cuerpo, y elchorro de sangre de su lado izquierdo no se veía. El saludo usual delante de laChoza Grande quedó necesariamente suprimido esta vez, pues el hombre,gravemente herido, ya no tenía fuerzas para mantenerse más tiempo en pie.

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“Entrando en la choza del Klóketen, aquel \œ’œrte les dijoa los hombres: ‘¡Por vosotros he puesto en juego todas misfuerzas, para llegar hasta aquí!’ El hombre se desplomó ypoco después estaba muerto. Tenía la flecha clavadaprofundamente en el vientre, y había perdido mucha sangre.Los hombres estuvieron en un gran atolladero. Reflexionaronsobre lo que había ocurrido. Y también debían ocultar todoesto a las mujeres. Comprendieron que solamente el hermanomenor había podido disparar la flecha contra este \œ’œrte ypronto tomaron una decisión. Bien avanzada la noche,cuando la gente en el campamento ya dormía, un pariente98

de aquel \œ’œrte entró cuidadosamente en la choza de éste.Se acostó inmediatamente en el lecho como para dormir, sindecir palabra. Deseaba hacer creer a la mujer de aquél quesu esposo se había acostado. Al poco tiempo se levantónuevamente. Tomó el arco y las flechas del hombre que habíaactuado de \œ’œrte y se alejó de allí 99. Nadie lo había podidover detenidamente: sólo quería permanecer brevemente enla choza, para hacer creer a la mujer que su esposo habíaestado allí. El pariente se trasladó inmediatamente a la chozadel Klóketen. Allí ya estaban preparados varios hombres; esamisma noche saldrían a cazar. También habían despertadoal hermano menor del \œ’œrte muerto, y lo invitaron aacompañarlos. El muchacho no sabía lo que los hombrespensaban hacer. Tomaron todos el camino hacia unamontaña, donde encontraron muchas huellas de guanacos.

98 Se eligió alguien que conocía bien el interior de la choza, para evitar problemasy no intranquilizar a sus ocupantes.

99 Quería hacer creer a los ocupantes de la choza que el marido y padre había vueltoa ella durante la noche por poco tiempo, pero se había levantado pronto de nuevopara acompañar a los demás hombres a la cacería. La desaparición de sus armasdebía demostrar al día siguiente que él mismo las había retirado la noche anterior.

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Los hombres quedaron allí, y solamente dos de elloscontinuaron con el muchacho un buen trecho. Los que sequedaron les dijeron: ‘¡Rodead a los guanacos y levantadloshacia nosotros!’ De ese modo ese chico fue engañado, puessu destino era ser ultimado por esos hombres.Repentinamente, los dos hombres prepararon sus flechas,quedaron algo rezagados y apuntaron al muchacho. Aldisparar, le gritaron todavía: ‘¿Por qué has disparado ayersobré el \œ’œrte? ¡Ése era tu hermano!’ El muchacho sedesplomó muerto bajo las flechas de esos dos hombres ... Supropio padre había consentido que se hiciera esto.

“El cadáver de ese \œ’œrte fue enterrado rápidamente en lamisma choza del Klóketen. A la mañana siguiente regresarontodos esos hombres y se encaminaron directamente alcampamento, donde dijeron a las mujeres: ‘Estuvimos de caza.Allí se produjo una pelea entre los hombres, y esos doshermanos murieron. Los hemos enterrado en el mismo lugar...’ Inmediatamente comenzaron las mujeres con sus fuertesllantos y lamentos 100... ¡Tan rigurosos somos nosotros, losselk’nam! ¡No queremos que nuestras mujeres se enteren denada de lo que sucede en la Choza Grande!”

Después de estas palabras del viejo TENENESK se produjoinvoluntariamente una larga pausa, un silencio embarazoso.Los ancianos miraban fijamente a los dos candidatos, a losque iba dirigida esta advertencia; miedo y temor se dibujónuevamente en sus rostros, y su conducta denotaba unacompleta inseguridad. Tanta mayor dureza ydesconsideración mostraron los hombres.

100 Una historia esencialmente igual se relata, con las mismas intenciones queentre los selk’nam, también entre los yámana, que la cuentan a sus candidatos enla celebración de la Kina.

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El siguiente incidente muestra claramente con cuántorecelo evitan los hombres cualquier sospecha por parte delas mujeres. “Hacia el mediodía del 29 de mayo de 1923, un\œ’œrte recorría el campamento como era costumbre. Estuvoallí un largo rato. Había zamarreado fuertemente las chozas,a muchas les había arrancado los cobertores, de cuero y loshabía llevado al bosque, y había molestado a mujeres y aniños muy detenida y atrevidamente. Quería darles aentender su disgusto. En correspondencia con este enojo,todos sus movimientos y saltos debían ser especialmenterígidos y repentinos. Durante uno de ellos, se hirió el pie enuna raíz saliente de tal manera, que no estaba en condicionesde pisar bien, y menos aún de caminar sin molestias. Peroeste hecho (un ‘espíritu’ herido) bajo ninguna circunstanciadebía llegar a ser de conocimiento de las mujeres. Medianteuna seña dada con los ojos y con las manos, loshombres»presentes en el campamento indicaron al \œ’œrteque volviera a lo largo del linde del bosque, rodeara la extensapradera en dirección al sur, y entrara a la Choza Grandesaliendo del bosque inmediatamente por detrás de ésta. Apesar de que este largo recorrido le resultó muy dificultoso,no podía dejar de hacer este esfuerzo. Sólo después de unlapso considerablemente mayor que otras veces se indicó alas mujeres y niños que se podían quitar los abrigos de piel.Como era su costumbre, inmediatamente ocuparon su lugaren el borde de la pradera, para observar al \œ’œrte, pero enla pradera misma no se lo veía para nada. Las mujeresciertamente se asombraron, porque el espíritu no se dejabaver, pero se limitaron a manifestar: ‘¡Qué extrañocomportamiento tiene este \œ’œrte. Poco a poco se dispersaron

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otra vez, y en sus chozas olvidaron pronto la omisión delsaludo habitual por parte de aquel espíritu. De este modo,los hombres lograron evitar la sospecha de las mujeres. Elhombre tuvo que arrastrar su pierna por toda una semana.Si en su momento las mujeres hubieran visto cojear al espíritu,seguramente hubieran relacionado ambos personajes,reconociéndolos como uno solo. ¡Con cuánta perspicacia ycuidado múltiple saben nuestros selk’nam deshacerse. detodo peligro para su secreto; sin que su conducta engañosasea advertida o descubierta por las mujeres!”

Una mirada retrospect iva de síntesis hacia lasmultifacéticas medidas de seguridad para la protección delsecreto de los hombres, confirma que las medidas másdrásticas y fundamentales o bien han sido adoptadasdirectamente de las costumbres del antiguo Klóketen de lasmujeres, o han sido derivadas de un incidente determinado.El selk’nam, orientado hacia lo practico, se justifica con laindicación de que se trata de usanzas antiquísimas, o sea deidénticas condiciones a las de antaño. Él no cree cometeruna injusticia contra las mujeres, sino solamente continuarlo que aquellas hacían en épocas remotas. Por otra parte, lasrestricciones impuestas a mujeres y niños no son, en absoluto,demasiado severas. Los propios hombres y candidatosquedan aún menos liberados de serios compromisos ymúltiples impedimentos para su autodeterminación personal,Pero todas las fuerzas puestas al servicio del secreto delKlóketen se han caracterizado por su extrema eficacia, y hanlogrado plenamente su objetivo durante muchos siglos. Porsupuesto, el manejo de aquellas medidas de seguridad porlos hombres, tal cual lo demuestra su conducta actual, no ha

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perdido casi nada de su violenta rigidez y extremadesconsideración. La parte femenina de la población no hapodido, hasta hoy, quitar el velo de lo misterioso, que cubreel engaño premeditado de los hombres en la choza delKlóketen ante los ojos de las mujeres.

3. Apariciones de espíritus y juegos (actuaciones)

Muchas de las observaciones incluidas en los párrafosprecedentes ya permitieron reconocer la verdadera naturalezade los así llamados ‘espíritus del Klóketen’. Cada uno de estosseres muestra particularidades rigurosamente individuales ypersonales. Además, por mandato de ciertos espíritus, duranteel desarrollo de las ceremonias se realizan también juegos odanzas especiales, en los que participan los hombres o lasmujeres, o también ambos conjuntamente. Con estasceremonias secretas, todos los hombres adultos intentanasegurar la estabilidad del orden social actual, dentro del cualgozan de una cierta preeminencia. Como medio idóneo paralograrlo, se sirven de apariciones de espíritus simulados, conel fin de mantener entre el sexo femenino una falsa creencia.Este medio ya demostró su efectividad en épocas míticas,cuando fue inventado y aplicado por las mujeres. Durante lagran revolución y la subsiguiente transformación, los hombreslo han adoptado, continuando, a su vez, con gran éxito suaplicación hasta nuestros días.

Esencia y representación de los espíritus

La comprensión fundamental de la ceremonia del Klóketenexige, ante todo, caracterizar con absoluta exactitud a esosextraños seres que actúan ante las mujeres y los niños, y que

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yo he reunido bajo la denominación específica de “espíritusdel Klóketen”. El indígena mismo carece de una palabraadecuada que abarque a todos esos “espíritus”; sólo hablade determinados espíritus como de \œ’œrte, de M0tan, de_álpen, y de cualquier otro que presenta y hace actuar connombre propio.

La valoración de esos espíritus por los hombres esfundamentalmente distinta de la que se observa entre lasmujeres. Mientras las mujeres ven en ellos seres reales queproceden de otras esferas, los hombres saben perfectamenteque tales apariciones son solamente figuras decoradas opreparadas por ellos mismos, con el único fin de engañarsistemáticamente a las mujeres. Para ello se sirven de esasmáscaras y de tas pinturas del cuerpo, para revelar a lasmujeres la personalidad de cada uno de los espíritus. Ademásde este diseño particular y del colorido exclusivo, cada unose anuncia también mediante un canto que lo diferencia.Multifacética resulta ser la disposición de carácter de estosmuchos espíritus, su conducta contra hombres y mujeres, sutipo y forma de actuar. Hay unos pocos que nunca actúan, olo hacen en muy escasas oportunidades. Son de sexomasculino o femenino, de edad juvenil o avanzada.

1) Cuando se habla sobre la personalidad de los espíritus,debe separarse rigurosamente el saber de los hombres de lacreencia de la población femenina. Ambos tienen en comúnsolamente la convicción de que son seres reales, vivientesque actúan 101.

101 En su errónea interpretación de que los dos espíritus mencionados por él sonun diablo y una diablesa, BORGATELLO (C) está en una posición aislada. Ver susescritos en SNr XIV, 255; 1908 y su trabajo más reciente (d): 179; 1926, al que yame referí al principio de este capítulo.

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Los hombres de ninguna manera creen que se trateverdaderamente de seres de otras esferas. En su concienciacontinúa viva aquella parte del mito del origen de lasceremonias, antes femeninas, que expresan con palabrasindudables: algunas mujeres se habían adornado de maneraextraña mediante la pintura y el enmascaramiento de suscuerpos, para hacer creer a los hombres que un M0tan, un\œ’œrte u otro cualquiera de la larga serie de espíritus sedisponía a actuar. La actitud de las mujeres de entonces siguióen vigencia para los hombres, al tomar a su cargo esa

preparadas por ellos mismos,con el único fin de engañarsistemáticamente a las mujeres.Para ello se sirven de esasmáscaras y de tas pinturas delcuerpo, para revelar a lasmujeres la personalidad de cadauno de los espíritus. Además deeste diseño particular y delcolorido exclusivo, cada uno seanuncia también mediante uncanto que lo diferencia.Multifacética resulta ser ladisposición de carácter de estosmuchos espíritus, su conductacontra hombres y mujeres, sutipo y forma de actuar.

Hay unos pocos que nunca actúan, o lo hacen en muyescasas oportunidades. Son de sexo masculino o femenino,de edad juvenil o avanzada.

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institución secreta. En su imaginación, tales espíritus no tienenexistencia independiente; para los hombres que saben se tratasólo de nombres vacíos, bajo los cuales se ocultan los actoresde turno que se enmascaran I02.

Contrariamente a esto, esos espíritus conforman el contenidoespecífico de la creencia de cada una de las mujeres, yadquieren así el carácter de seres del más allá realmenteexistentes; es que se les inculca la falsa convicción de que talesextrañas personalidades residen bajo tierra o en las alturas, yaparecen a los ojos de todos con motivo de estas ceremonias.A este consciente engaño de la parte femenina de la población,a esta consolidación de la falsa creencia sirve, en ultimainstancia, el multiforme juego embaucador de los indígenas;y precisamente por esta razón está rodeado de la más rigurosaseriedad de lo misterioso, y cualquier mujer quedairremediablemente excluida de ella. Mal lo pasaría cualquierpersona que quisiera poner en duda estos conceptos.

Los hombres no ven nada prohibido en su proceder; hoysólo imitan lo que en otra época hicieron las mismas mujeres.En realidad las mujeres no sufren de verdad penurias gravespor causa de estos engaños. Cuando las ceremonias han sidoclausuradas, renacen completamente las antiguasrelaciones íntimas entre hombres y mujeres.

Entonces los hombres ya no parecen temer en absolutoningún peligro, y por carecer entonces de fundamento, sedeja de lado toda restricción a las mujeres. La creencia enlos espíritus del Klóketen no se relaciona de manera alguna

l02 BARCLAY (a): 74 mismo ya los caracterizaba como “bogies in which they (loshombres) do not believe... The men personify these ghosts”. Excepto BORGATELLO(c): 76, coinciden con este juicio AGOSTINI: 284. BEAUVOIS (b): 206, OOJAZZI: 35, DABBENE(b): 289, FURLONG (d): 224 y GALLARDO: 329.

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con el reconocimiento de TŸmáŒkel, ni con el complejo deideas que rodean a los ô8wenh , ni con los Yÿ=i , o con la vidade las almas humanas después de la muerte. Estos espíritusdel Klóketen aparecen desplazados a una posición especialy muy extraña; pues una vez terminadas las ceremoniassecretas aparecen, por decirlo así, como borrados de laconciencia de las mujeres, y no se mencionan más. Loshombres, sin embargo, siempre evitan cualquier detalle,por mínimo que sea, que pudiera revelar la verdaderanaturaleza de los espíritus del Klóketen.

2) Los hombres alcanzan la finalidad propuesta por la formaparticular en que aparecen los espíritus. Y nuevamentela justifican con la referencia a la conducta de las mujeres.en su momento. “Antes lo hacían así las mujeres. ¡Nosotroshacemos todo de la misma manera que ellas antiguamente!”

Por lo general, para la pintura corporal se aplica el colordirectamente sobre el cuerpo desnudo del actor. No se permiteque conserve ninguna prenda de vestir, ni siquiera lassandalias de invierno. Si actúan _álpen y T0nu, se envuelveal actor en un manto de piel, adornado del lado de la carnaza.La múltiple composición de dibujos y colores tiene susignificado en sí, pues cada diseño es particular de un espírituy caracteriza su personalidad a los ojos de las espectadoras.Desde épocas remotas está fijado el diseño para cada tipo deespíritu del Klóketen, y todas las generaciones se han atenidoestrictamente a la distribución del color y al diseño. Loshombres gozan de cierta libertad sólo en cuanto eligen avoluntad el orden en que cada espíritu aparece con su dibujoinalterable, y también en la mayor o menor frecuencia de lasactuaciones.

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En las dos primeras semanas de nuestra celebración pudeobservar que casi todos los hombres tenían literalmentecongelados los dedos de sus pies porque pasaban descalzosmucho tiempo en la nieve. Después mantenían los pies porlargos ratos cerca de las brasas, hasta que al cabo de algunosdías quedaba superado el fuerte dolor y el acostumbra-miento evitaba la repetición del mal. En reiteradas ocasionespude admirar la casi increíble resistencia de esta gente. Enlas frías noches de invierno, un indígena a veces se manteníainmóvil, por así decirlo, parado durante tres o cuatro horasen la pradera cubierta de nieve, a pesar del viento y de loscopos de nieve ¡completamente desnudo! La delgada capade pintura, aplicada con agua, no ofrece la más mínimaprotección. Aparte del casi general congelamiento de losdedos de los pies, ni uno solo de los hombres ha sufrido ningúndaño en su salud. Y eso que el invierno de 1923 fueexcepcionalmente generoso, en cuanto a grandes masas denieve y pronunciados descensos en la columna mercurial.

En estas ceremonias se utilizan las tierras colorantesempleadas habitualmente también en otras ocasiones, o seanegro, blanco y rojo. Las tierras colorantes son desleídas conagua, en la palma de la mano izquierda,103 y aplicadas alcuerpo del actor con la mano derecha. Sola mente en casospoco frecuentes, cuando actúan T0nu y Há6nâo, se prestaatención a un exacto dibujo de las líneas y una correctadelimitación de los colores. Pero por lo .genera! nuestrosindígenas no se preocupan por una simetría defectuosa ogruesas irregularidades. Para fijar mejor ciertas pinturas, por

103 Hoy los hombres procuran obtener una latita, la llenan con agua, hielo o nievey se ponen a desleír allí los colorantes.

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ejemplo, puntos blancos sobre fondo negro, se utiliza menosagua, pero se deslíe en su lugar con mayor cantidad, de saliva.Luego de la preparación de grandes superficies del cuerpo,el hombre se pone cerca del fuego para que la pintura seseque rápido. Después, su ayudante le frota suavementedistintas partes del cuerpo, para emparejar las líneas yarreglar las irregularidades. Para hacer la pintura de puntosdel \œ’œrte, el dibujante muele con los dientes una pequeñacantidad de tiza y la mezcla en la boca con saliva, actuandocomo si la masticara; luego escupe —soplando al mismotiempo— esta mezcla sobre algunas partes del cuerpo, dondela pintura roja del fondo ya se ha secado.

Por lo general, otros hombres ayudan a cada espíritu acolocarse la pintura. Pero esto no excluye que, a veces, éstese aplique el primer color básico con sus propias manos entodo el cuerpo; otros agregan luego la ornamentación. Sonsobre todo los iniciandos los que deben prestar a los hombresla necesaria ayuda para este trabajo. Por lo tanto, en lapreparación de un espíritu, están ocupadas siempre variaspersonas. Entretanto, algún anciano explica a losparticipantes más jóvenes un dibujo especial, cuyo significadono resulta comprensible por sí mismo, como sucede conKŸwanix.

La obtención de las tierras colorantes blancas y rojas es unasunto muy delicado, ya que son guardadas en las chozaspor las mujeres. Mucho antes de comenzar las celebraciones,alguno de los hombres busca quitar de los saquitospertenecientes a las mujeres pequeñas cantidades de tierracolorante, pues durante el desarrollo de las ceremonias talesintentos podrían terminar muy mal. Si cada participante

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aporta algo, se junta una buena cantidad, que alcanza paralas exigencias de mucho tiempo. Más tarde, y según lasnecesidades, se envían A menudo embajadas de la ChozaGrande al campamento. Porque durante este Ha=) serecolecta tierra colorante blanca y roja, “¡que _álpennecesita!” Las mujeres entregan buenas cantidades de susreservas. Si ocasionalmente escasea nuevamente la pintura,los hombres saben otra salida astuta: anuncian el juego deHá6nâo y exigen grandes cantidades de tierras colorantes alas mujeres, pues no es ningún secreto que, durante estaactuación, ellos mismos deben pintarse el cuerpo por mandatode dicho espíritu. El consumo de estas tierras colorantes nopuede ser controlado. Por eso los hombres exigen en elcampamento la mayor cantidad posible, y consumen tal vezsólo la tercera parte de lo que las mujeres les han dado; loque sobra lo usan en otras ocasiones.

Además de las pinturas del cuerpo se utilizan todavía lasmáscaras. Éstas, en parte con forma de gorro, en parte conla de cucurucho, se colocan en la cabeza para cubrir la caradel actor y proporcionar a toda la figura un aspecto singulary extraño. El \œ’œrte utiliza una forma especial. Se seleccionaun pedazo rectangular de cuero blando, de unos 60centímetros de largo y 60 de ancho. Se cosen las puntas delos lados longitudinales una con otra. Hacia adelante se dejaarriba una pequeña saliente, que se rellena con un manojode pulmonaria o de pasto seco. El borde posterior se achata,para que esta gorra se amolde estrechamente a la regiónoccipital. Por consiguiente, la costura comienza por encimade la frente, corre hacia atrás por el centro de la cabeza ybaja hasta la nuca. El borde libre de este gorro que cuelga

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más allá de la barbilla, es ajustado fuertemente desde atrás.A continuación se atan con un fuerte nudo en la nuca laspuntas sobrantes. De este modo, tal máscara tiene suficienterigidez y el cuello permanece casi por completo cerrado. Enlos lugares apropiados se cortan pequeños agujeros para losojos y para la boca. Inevitablemente, cada uno de los actorestranspira profusamente bajo esta capucha de cuero tanfuertemente ceñida, sobre todo por los grandes esfuerzosfísicos que realiza; pero esta pequeña molestia no puedeevitarse.

Coincidentemente con el diseño de la pintura que ostentael \œ’œrte, también la máscara recibe un determinado yadecuado dibujo de color. Siempre se confeccionan de tres acinco máscaras, pues el tamaño de la cabeza de los diferenteshombres es distinto, pero la capucha de cuero debe estar bienajustada. Además, en casos aislados actúan tres \œ’œrtesimultáneamente. Estas máscaras se guardan colocándolasentre dos troncos muy juntos de la estructura de la choza,pues deben ser tratadas con mucho respeto. Por su formaespecial, estas capuchas de cuero, o gorros, asignados a esteespíritu llevan el nombre de as, en realidad “\œ’œrte k a> = elsombrero de \œ’œrte”.

La misma denominación se utiliza también para la capuchade cuero de los H0yilan. Estos espíritus son consideradoscomo los ayudantes del \œ’œrte. La gorra de éstos se cose demanera tal que la protuberancia cónica sobre la frentedesaparece totalmente. Por lo tanto, esta máscara se ajustamuy estrechamente a todo el rostro, a la frente y a las demáspartes de la cabeza. Fuera de eso, las máscaras de estos dosespíritus se parecen totalmente. Notoriamente diferentes a

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ellas en cuanto a forma y material son, en cambio, las altasmáscaras, como cucuruchos, utilizadas por M0tan, Kÿsménk,Kúlan y Kõternõn. Desde luego se utiliza la misma pieza parala preparación de cada uno de estos cuatro espíritusmencionados; solamente la pintura debe ser puesta enconcordancia con la característica personal y con los diseñosdel cuerpo, por lo que, antes de cada uso, debe ser aplicadanuevamente. Puesto que Kõternõn tiene una menorcircunferencia de la cabeza, y su máscara debe ajustarsefuertemente desde atrás, ésta aparece como más angosta ymás cilíndrica que para los tres espíritus restantes.

Para fabricar las máscaras destinadas a las tres figurasmencionadas se utiliza, desde hace bastante tiempo, el trozode piel del cuello del guanaco, que es grueso y duro, así comoestirado uniformemente hacia arriba por naturaleza. Otrospedazos de cuero son menos apropiados, porque, o bien notienen la necesaria rigidez, o bien es muy difícil darles unaforma pareja 104 adecuada. Después que el trozo de piel seha secado, convenientemente estirado, se separa la lanaraspando con piedras filosas. El corte proporciona untriángulo isósceles alargado, dotado de punta redondeada ylínea básica levemente curva. Arrollado en forma decucurucho, del lado de atrás se corta en la parte media deuno de los bordes una angosta tira de unos diez centímetrosde longitud, cuyo extremo libre se pasa a través de unaincisión del mismo ancho de la tira, hecha en el borde opuesto.Se ata con algunos nudos. De este modo ambos lados largosestán unidos en forma duradera, y cuando más se seque este

104 Las dos máscaras que pude traer a casa tienen una altura de 70 cm y 54 cmde largo en el borde inferior.

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sencillo dispositivo, tanto más fuerte será la unión. La partesuperior termina en una punta, y la inferior se pasa sobre lacabeza. Puesto que el usuario la aprieta contra sus orejascon las manos, la máscara se mantiene firmemente erguida.El borde inferior casi nunca alcanza a tocar los hombros. Nose acostumbra atar la máscara a la cabeza o al cuello. A veces,el hombre toma por atrás los ángulos del lado opuesto de lamáscara en su parte inferior, y aprieta los puños cerradoscontra las orejas. De esta manera, la máscara quedaperfectamente ajustada. Al mismo tiempo, ambos brazos,fuertemente doblados en el codo, quedan exactamenteorientados hacia los costados. Sólo resta ahora recortar dosagujeros alargados para los ojos. Estos agujeros se colocanmuy hacia los costados, porque estos espíritus siemprecaminan lateralmente. Por esta razón el actor también debeorientarse lateralmente con la vista, a veces con uno de losojos, a veces con el otro, en coincidencia con sus movimientosde alejamiento o acercamiento a la Choza Grande. En cadaocasión, la máscara se pinta antes de su uso.

Originalmente y por principio debe haberse utilizadocorteza de árbol para su confección. Pero, puesto que en laactualidad esta ceremonia se puede celebrar solamente eninvierno,105 y durante esta época del año resulta casiimposible obtener un trozo de corteza grande, no queda más

105 Durante el verano, nuestros indígenas saben que nunca están a salvo de quelos blancos los perturben. Además, una parte de los hombres más jóvenes buscaempleo en las estancias, de modo que las familias están dispersas por todaspartes. Estas dos razones, principalmente, impiden a los aborígenes celebrar lasceremonias en verano. “Con las condiciones favorables del verano, los espíritusbailan con mucho mayor entusiasmo, y la parücipacidn de las mujeres es muchomás activa que en el invierno que paraliza todo.” Así se expresaban a menudoalgunas personas mayores, recordando las épocas antiguas.

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remedio que utilizar cuero. La máscara de corteza tambiénse conformaba en cucurucho arrollando cuidadosamente eltrozo mientras se dejaba secar lentamente. A continuaciónse ataban los bordes traseros libres con una o dos delgadastiras de barba de ballena 106. A la distancia existente entre laGhoza del Klóketen y el campamento no era posible reconocerdiferencia alguna en el material.

Estas máscaras altas, en forma de cucurucho, sondesignadas en su totalidad como Tœlœn por los hombres, adiferencia de lo a> de forma de gorro utilizados por los \œ’œrtey los H4yilan. No se toma en cuenta que la forma de lasmáscaras utilizadas por el Ulen y el K4ta6x es diferente delas de cucurucho. Por supuesto que ambos tipos de máscarason completamente desconocidos como tales por las mujeres.Pues ellas consideran todo eso, que sólo es unenmascaramiento —incluso los brazos doblados en el codoy extendidos lateralmente— como conformación natural delos espíritus. Por eso también creen que estos seres extrañosson de una conformación física notablemente alta. Porconsiguiente, fuera de la Choza Grande y aparte de laceremonia, nadie puede fabricar o utilizar objetos del tipode las máscaras, sea cual fuere su forma. También se vigila alos niños, para que no se les ocurra jugar con tales objetos”107.

Ahora resulta comprensible por qué la máscara, comoobjeto individual, es preservada tan celosamente de la miradade las mujeres. Nunca debe ser Llevada fuera de la ChozaGrande, salvo hacia el final de la ceremonia, cuando será

106 La completa similitud en la forma y en el uso de este tipo de máscaras entrelos selk’nam y los yámana se fundamentará en el segundo volumen.

107 El mismo cuidado emplean también los yámana para mantener el secreto delenmascaramiento.

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escondida en el bosque. Los hombres desean evitar que lasmujeres se enteren de que la persona del espíritu y la máscarapor ella llevada son dos cosas distintas. Razonandointeligentemente, los hombres se remiten a aquellas partesdel mito del origen del Klóketen de las mujeres, que hablande las observaciones hechas por los tres corredores. Puescuando éstos reconocieron en la Choza Grande las figurasen cuclillas de sus propias mujeres, y detrás de cada una deellas las máscaras, descubrieron el secreto.

En vista de esta escrupulosidad ha de resultar extraño queal finalizar las ceremonias del Klóketen los hombres nodestruyan estas máscaras, quemándolas, sino que, en cambiolas esconden en un tronco hueco del bosque. Ciertamente esescaso el peligro de que las mujeres las descubran, pero laincineración sería impropia “por respeto a las máscaras”.Generalmente estos objetos se conservan sin daño alguno enel tronco hueco y seco del árbol, y para el comienzo de lapróxima celebración los va a buscar alguno de los hombres.Pero a veces sí se destruyen, o las máscaras de corteza searrollan más aún; entonces se confeccionan inmediatamentepiezas nuevas.

También para nuestra fiesta dos hombres que conocían elescondite108 trajeron las máscaras utilizadas en las ceremoniasdel año anterior. El escondite estaba a más de dos, horas decamino. De todas las máscaras, solamente un gorro de \œ’œrteresultó todavía utilizable; las restantes cuatro piezas, por estarfabricadas en cuero, habían sido agujereadas y empapadas

108 Esto constituye una demostración convincente de la fabulosa memoria paralugares de que disponen nuestros indígenas, quienes después de un año o más,pueden encontrar sin esfuerzo y con total seguridad un árbol escondido en laselva.

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demasiado por la humedad. Hechos una pelota, los hombrescolocaron estos objetos ya inservibles debajo de la capa dehojarasca mojada que cubre el suelo, para que, con lahumedad, se descompusiera rápidamente todo lo depositado.

Los selk’nam no supieron darme una razón suficiente paraexplicar el enorme respeto tributado a todas las máscaras.Cada uno las trata como si fueran objetos especialmentevenerables. Está severamente prohibido dejarlas caer al sueloo voltearlas, y mucho más aún hablar despectivamente desu forma o dejarlas de lado sin cuidado alguno después deluso. Cada una de ellas es colocada en forma vertical, apoyadacontra la pared interior de la Choza Grande. Usualmente esel actor que más veces la usa, el que coloca la máscaradirectamente detrás de su asiento; él mismo presta atencióna que nadie la haga caer. Por lo general son los iniciandoslos que, luego de una actuación, reciben de manos del actorla máscara y la depositan respetuosamente en el suelo.

Los propios hombres están firmemente convencidos de quela caída de la máscara tiene invariablemente comoconsecuencia algún tipo de trastorno. Ante todo creen quela persona que en la próxima aparición de los espíritus utilizala máscara recién caída, tropezará y caerá al suelo duranteesa actuación. Otros accidentes que cabe esperar además son:una grave herida producida durante un tropezón, una caídarepentina en el bosque con desenlace fatal, grandesquemaduras por pisar mal y resbalar, etc. Por eso loscandidatos reciben reiteradas advertencias y repetidasexhortaciones, en el sentido de observar constantementetodas las máscaras, proporcionarles un buen mantenimientoy tratarlas con precaución.

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Los diferentes espíritus y sus actuaciones

Para simular ante las mujeres y los niños estos seresextraños, los hombres se sirven de máscaras particularesy pinturas del cuerpo, propias de cada caso. Rodean todasu manera de actuar con el más denso manto del silencioy de lo misterioso. Han creado una buena docena deespíritus 109. Entre todos ellos, uno se diferencia del otropor su mayor o menor poder, por su figura y movimientos,por el diseño de su pintura y el canto o llamado con quese anuncia. Por estos detalles todas las mujeres reconocenla personalidad que en cada caso entra en escena, yadaptan su propia conducta a los deseos y exigencias deaquélla.

Como es sabido, la particularidad y la actuación de cadaespíritu están fijadas por una tradición antiquísima, ynuestros selk’nam nunca pensarían en modificararbitrariamente los diseños habituales. Pero sí depende desu libre albedrío hacer actuar a los espíritus en tal o cualorden de sucesión, presentar más veces a uno u otroespíritu, dejar el teatro por completo durante algunos días,o presentar sucesivamente varias escenas diferentes en unamisma noche. No seria nada extraño sí durante el largodesarrollo de estas ceremonias algún espíritu pococaracterístico no se presentara ni una sola vez. Así, porejemplo, HOTEX, un hombre de unos treinta años de edad,

109 BARCLAY (a): 74, DABBENE (a): 75, COJAZZI: 33 y GALLARDO: 333 mencionan lamayoría de ellos, pero no indican sus rasgos característicos, o lo hacen muyimperfectamente.

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vio en invierno de 1923 por primera vez la actuación de|skœnh0nih.

Hasta qué punto el momentáneo estado de ánimo y elrápido cambio del humor de estos indígenas, la variacióndemasiado frecuente del tiempo y las circunstanciasexternas más sencillas, han influido determinantementesobre las actuaciones de los espíritus respecto al hecho silas actuaciones se producían o no, cuántas veces, en quéorden y durante cuánto tiempo toda esa arbitrariedad latuve que sentir a diario, a veces incluso en formadesagradable. Si a veces estaba a punto de perder mi últimoresto de paciencia ante la total desorganización y completairresolución de aquellos hombres, de los que en últimainstancia dependía totalmente todo mi trabajo, tuve noobstante que admirar siempre de nuevo estos seres de laTierra del Fuego, para los que la obligación y la presióndel tiempo eran desconocidos.

A estos comentarios de carácter más bien general agregola caracterización y descripción detallada de cada uno delos espíritus del Klóketen, y también de las actuacionesencomendadas a los hombres 11°. Nadie sabe decir cómohan surgido todos ellos por primera vez en sus múltiplesparticularidades. De manera general el mito del origen losseñala como invento de las mujeres de entonces. El ordenimpuesto a la descripción de los diferentes espíritus tieneen cuenta su mayor o menor importancia y poder, la mayoro menor coherencia entre algunos de ellos y la frecuencia

110 De los viajeros anteriores, sólo BARCLAY. COJAZZI y GALLARDO presentan la seriecasi completa de espíritus del Klóketen. En lo posible, dejaré de lado en lo quesigue las indicaciones insuficientes e incompletas de estos informantes.

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de su actuación. Para concluir, describo algunas damas yactuaciones correspondientes a este párrafo.

1. -_álpen: _álpen es considerada como la personalidadmás influyente en el grupo de los espíritus del Klóketen. Esimaginada como un ser femenino, y dado su poderomnímodo, y en virtud de sus arbitrariedades, es temida porigual por hombres y mujeres 111 . Todos los hombres le estánsubordinados; ella les da órdenes y a través de ellos haceconocer a las mujeres sus deseos.

a) En cada Choza Grande existe una sola _álpen, que ejerceallí su dominio absoluto. Ella es la esposa del \œ’œrte. Misinformantes me dieron a entender que la institución de estaunión matrimonial difiere mucho del matrimonio normal,usual entre los indígenas. Pues _álpen dispone de un podery de una influencia incomparablemente mayor que \œ’œrte,quien solamente es tolerado por ella y no tiene derecho aobjeción alguna si ella busca contacto sexual con algúnselk’nam, según su parecer y placer. Por otra parte se creeque cada \œ’œrte tiene por esposa a una determinada _álpen.Puesto que cada región posee su \œ’œrte especial,consecuentemente rige en cada una de ellas también una_álpen propia de esa región. No hay poliandria, pues _álpenno es la espósamelos siete \œ’œrte principales. Mientras quecada uno de los siete \œ’œrte oriundos de las diferentesregiones se traslada indefectiblemente hacia allí donde seanuncia la realización de una ceremonia reservada a loshombres, con el fin de participar de cada una de ellas, sin

111 Estas, como todas las manifestaciones siguientes de los hombres, debeninterpretarse siempre como simulaciones intencionales, para engañar a las mujeres,que aceptan todo eso crédulamente.

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que importe dónde se realice, se presenta —por lo contrario—sólo la _álpen en cuyo territorio se levanta la respectivaChoza Grande. Esta vez no se dice nada acerca de las otrasseis _álpen. Se piensa solamente que cada una de las otrasseis _álpen permanece en su región y permite a su esposodirigirse allí donde los hombres se reúnen para susceremonias secretas.

b) Este espíritu femenino vive en la tierra112. No se narranmas detalles acerca de su forma de vida, a pesar de que haysuficiente motivo para ello. Pues a menudo ella llama a unhombre tras otro para satisfacer sus deseos lujuriosos. Porotra parte, durante la larga duración de las celebraciones,los iniciandos deben permanecer constantemente con ellabajo tierra. Durante las ceremonias mismas ella se quedapermanentemente en las inmediaciones de la Choza Grande.Con esto tiene la oportunidad de observar de cerca laconducta de los hombres y de las mujeres. A menudo, y deacuerdo con su libre albedrío, entra personalmente a laChoza Grande, emergiendo de la tierra. En esa ocasión dalas órdenes necesarias a los hombres y castiga a aquéllos conlos que está desconforme. Después de una permanenciamayor o menor se retira nuevamente; pero casi nunca lo hacesin llevarse consigo a un selk’nam. En el transcurso de todala ceremonia se presenta por lo general una vez, comomáximo tres veces, a las mujeres y a los niños 113.

112 Si CÜJAZZI: 33 y GALLARDO: 335, como mucho antes que ellos BARCLAY (a): 74,hacen pasar este ser poj “spirito delle nubi”, o sea, “ttae spirtt of the clouds andmists”, esta interpretación contradice totalmente la idea que tienen nuestrosselk’nam.

113 BARCLAY (a): 74, BEATTVOIF (b): 21. BORGATELLO (C): 76, COJAZZI: 33 y GALLARDO: 335dan una descripción muy defectuosa de este espíritu.

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c) En cambio, se hace sentir en promedio cada tercer díapor su llamado peculiar y por diversas arbitrariedadescontra los hombres. Cuando aparece en la Choza Grande,saliendo de la tierra y siempre fuera de la vista de las mujeres,o cuando anuncia su llegada, los hombres prorrumpen enun fuerte iüá. Con la boca bien abierta gritan a voz de cuello,con gran potencia y en registro agudo este alargado a, que seatenúa lentamente hasta su total desaparición y va cayendoal mismo tiempo hasta registros más graves, por lo que resultacomparable al sonido de una sirena. Los hombres no sepreocupan por entonar bien; por lo contrario, cada uno eligeel registro que más le conviene. Si este llamado se oyesolamente dos o tres veces, quiere decir: “_álpen se hapresentado nuevamente en la Choza Grande.” Pero si serepite y deja traslucir un miedo creciente de los que gritan,entonces significa: “_álpen está nuevamente muydesconforme con la gente y dominada por la ira.” Suirritación permite esperar para los hombres toda clase detormentos y malos tratos. Su partida de la reunión de loshombres también es anunciada con el mismo grito.

Las mujeres, por lo general, no pueden sacar en claro sieste grito es producido personalmente por _álpen o por loshombres; pero su ignorancia no tiene importancia práctica.En algunos casos aislados aciertan, no obstante, con locorrecto. Así, por ejemplo, cuando en la noche casi todas laspersonas se encuentran en el campamento y se oye una vozaislada, entonces saben que tal hombre (que por lo generales identificable por su voz) es obligado por _álpen asatisfacerla sexualmente. Además, si luego de diferentesactuaciones provocadas por ella se escucha un único w5.,

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gritado con voz ir reconocible, es _álpen quien anuncia asísu propia partida.

d) Múltiples son los tormentos y molestias que los hombresdeben soportar de la caprichosa _álpen. Es tenida por unamujer muy sensual, que desea cambiar constantemente deamante. Cada uno de los hombres presentes debe estar a sudisposición, y lo debe hacer con una naturalidad como sifuera su marido. Las mujeres del campamento no se molestanen absoluto por ello, porque los hombres están bajo coaccióny de ninguna manera pueden rehusarse. En algunos casosuna mujer mayor concede sin ninguna muestra de envidia asu propio marido la breve dicha del cambio que significa estaren brazos de la _álpen. De todos modos, todos los hombresdeben subordinarse a ella con sumisión de esclavo; pues elque se resiste es llevado por ella bajo tierra, donde lo hacemorir. Es cierto que algunos tratan de sustraersetemporalmente a sus caricias y a su impertinencia,arrancando del fuego de la choza leños en llamas paradefenderse. Pero contra _álpen nadie puede; inmediatamentemonta en cólera y despliega todo su poder. Si bien loshombres tratan de escapar aterrorizados de la Choza Grandecon ese leño en llamas, son obligados irresistiblemente aregresar y a entregarse a los requerimientos de aquélla. Conesos hombres _álpen engendra hijos que permanecen bajola tierra. Sobre éstos hijos no se dice nada más.

Durante la mayoría de las noches, cuando las actuacionesmayores ya han pasado y en el campamento reina unatranquilidad total, uno de los hombres en bien pensadarotación, es decir, hoy uno, mañana otro, suele quedarse enla Choza Grande. Inesperadamente grita su conmovedor w5

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en el silencio de la noche. Las mujeres en el campamento loreconocen por la voz; saben que ahora está expuestototalmente sólo a los deseos concupiscentes de _álpen.Cuando después aparece nuevamente en el campamento,debe mostrarse callado, cansado y extenuado. Sus parientesfemeninos nunca le dirigen preguntas; lo rodean en cambiode especial cariño, para distraerlo y hacerle olvidar todastas penurias pasadas.

Por ejemplo, siguiendo el consejo confidencial de loshombres, tarde a la noche fui solo a la Choza del Klóketen.Salvo los dos iniciandos, solamente había en ella unmuchacho. Al menos uno de los hombres siempre permaneceen la Choza Grande. Si por casualidad se hablara de suausencia, los hombres pronuncian como al pasar, como cosanormal, las siguientes observaciones destinadas a las mujeres:“_álpen no lo soltó; ¡al menos con uno de los selk’nam quieredivertirse! Con él tendrá relaciones todo el tiempo que quiera;es imposible escapar de sus abrazos”. Después de haberdejado pasar una buena hora, cumplí con la exhortaciónformulada: repentinamente inicié un w5 lloroso, gritandoesa sílaba de la manera usual; quince minutos después lorepetí. Este llamado me pareció a mí mismo inquietante yaterrador... Como supe después por los hombres, en elcampamento se reconoció inmediatamente mi voz. En el actose apoderó de las mujeres una intranquilidad especial yalgunas se mostraron apenadas. Una que otra le gritaba a_álpen desde su vivienda: “Deja tranquilo por fin a ese buenKœl6ót. ¿Por cuánto tiempo piensas violentar a ese pobre?Aquel blanco te gusta especialmente, ¿no?, ¡por eso tediviertes tanto con él!”... La excitación en el campamento y

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la preocupación por mí duró hasta que dos hombres sedecidieron a concurrir a la Choza Grande; su misión eradistraer a la _álpen para que yo quedara otra vez libre. Aintervalos regulares, cada uno ele ellos exclamó aún por dosveces este sonoro w5. Después reinó la tranquilidad, pues_álpen había vuelto al submundo y nosotros nos habíamosliberado de sus torturas.

Ocasionalmente los hombres hablan con fingida confidenciaentre sí, como si estuviesen a solas; pero lo suficientementealto y con la intención de que sus susurros sean entendidospor las mujeres que se hallan cerca. Se pueden escuchar cosascomo éstas: “¡_álpen es una mujer hermosa!... Ella se acerca atodos los hombres, y de algunos no quiere separarse cuandoestá de buen humor. Exige tanto de nosotros, los hombres,que quedamos completamente extenuados”... Más de uno deestos artistas sabe disimular tan bien al salir de la ChozaGrande, adoptando un paso cansino y pesado, que se cumpletotalmente la intención de demostrar su completo agotamiento.Ocasionalmente uno expresa frente al otro su especial placerpor las prolongadas relaciones que había tenido momentosantes con _álpen. Las mujeres encontraron inmediatamenteuna disculpa para ello: “Y bueno, él ha sido obligado a dejarseabrazar por aquella mujer tan fuerte; ¡si además puedeencontrar placer en ello, bien merecido lo tiene!”

De manera totalmente arbitraria, la irritable _álpen suelemolestar y atormentar a todos los hombres. Estos imprevisiblesataques de ira son llamados _álpen aimŸrán 114. Se anuncia

114 Literalmente: “_álpen está en extremo iracunda” o “_álpen ruge de ira”.Ella hace sentir a los hombres de varias maneras su furia. lo que se desprende delos gritos de terror y los intentos de fuga de los hombres. Además de estasvelaciones, existen algunas otras, que tienen otros nombres.

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su llegada a la Choza Grande con un w5 medroso, en lentocrescendo. Si este llamado se repite a intervalos de diez aveinte segundos .significa que su ira pronto ha llegado alpunto máximo. Entonces todos los hombres sin distinciónpasan un mal rato.

En extremo pánico y desamparo salen corriendo, por logeneral solos o en pareja; de la Choza del Klóketen, puesdesean huir de la desgracia. Repitiendo constantemente esew5 corren unos veinte metros en todas direcciones, pararegresar muy pronto. Más tarde, todos los hombres sedesparraman en violenta huida; cada uno de ellos hatomado anteriormente un corto garrote, poniendo elextremo libre en el fuego para que se haga brasa. Con elbrazo derecho revolea entonces continuamente en el aireese garrote, haciendo grandes círculos, como si quisieraprotegerse de la aproximación de la enfurecida _álpen. Labrasa toma un color más vivo y la vista desde el campamentosugiere algo inquietante. A menudo se reemplazanmutuamente los hombres; apenas desaparece uno en laChoza Grande, ya otro sale corriendo de ella. A la larga,sus gritos temerosos, secundados por los de los demáshombres desde el interior de la choza, tienen un efecto muyamenazador sobre todos los presentes. El temor de lasmujeres aumenta a cada instante. Y poco después puedenoírse los primeros sollozos. Estas representaciones tienenuna duración de treinta a cuarenta minutos. Hacia el finalse abalanzan fuera de la Choza Grande varios hombressimultáneamente, distribuyéndose en todas direcciones,como si explotase una bomba y todos huyerandespavoridos.

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Después de una breve pausa, resuena en amenazanterepetición el aterrador w5. Una pareja de hombres debe rodearahora en veloz carrera la Choza Grande. Ambos lo hacende modo tal que el que va detrás dirige el leño encendidocontra la columna vertebral del que va adelante, el que estáasí obligado a desarrollar toda su velocidad. Una pareja dehombres sigue a la otra. El hombre que toma la delanterasale de la Choza Grande profiriendo el grito habitual, querepite durante toda su carrera, y desaparece por el otro lado,y siempre detrás de él va el otro que lo persigue. Estas carrerasalrededor de la Choza Grande duran una media hora.

_álpen ordena aún la realización de otras actuaciones. Unhombre debe cargar sobre sus espaldas a otro hombre.Tomándolo de los pies, pone las corvas de éste exactamentesobre sus hombros, las espaldas de ambos se tocan, y lacabeza de aquél cualga hacia abajo. Estos dos son perseguidosy obligados a correr rápido alrededor de la Choza Grandepor un tercero, que se coloca detrás de ellos y los amenazacon un leño encendido. El extremo en brasas de este leñoestá dirigido hacia el hombre que cuelga de la espalda delotro; y el otro extremo lo tiene asido con las dos manos yapoyado en el propio vientre. Varios de estos grupos,profiriendo los conocidos gritos, dan rápidamente la vueltaalrededor de la Choza Grande por su lado exterior.

Para que las mujeres puedan observar bien estas diferentesescenas, se enciende una gran hoguera en las cercanías de laChoza Grande. Ahora bien, las llamas arrojan una luzinsegura, tenuemente rojiza sobre los cuerpos desnudos deaquellos extraños grupos. Sobre la nieve se desplazan sombrasalargadas, de líneas continuamente cambiantes. Todo esto

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es una extraña mezcla de magia, juego de colores y excitacióndel estado de ánimo. Cuando se producen estas escenasdurante la noche oscura, se permite que las mujeres seacerquen hasta unos ochenta pasos de distancia de la ChozaGrande.

También un hombre debe cargar a otro de la siguientemanera. El que va detrás se pone de espaldas contra el queva delante, el cual se mantiene bien erguido. Este último pasasus manos hacia atrás, por encima de sus propios hombros ytoma los brazos del otro, que a su vez debe extenderlosderechos hacia arriba. O sea que uno mira hacia adelante yotro hacia atrás. Con un pequeño tirón el portador carga alotro. Esta pareja es inmediatamente perseguida varias vecesalrededor de la Choza Grande, como se acaba de referir, porun tercer hombre, provisto de un leño encendido.

Además, los hombres deben formar una larga fila,poniéndose uno al lado del otro, en cumplimiento de unaorden de _álpen, y cada uno debe tomar de la mano a susdos vecinos. Unidos así, rodean varias veces la Choza Grandecon pequeños saltos laterales rápidos.

Por supuesto dan la espalda a la choza, o sea que dirigen elrostro hacia la pradera. La fila da varias vueltas en unadirección, y luego varias en la otra.

La siguiente escena también es muy extraña. Cincohombres se toman de las manos, con los brazos colgandolibremente, y forman un semicírculo. El que va en el medioha atado a su pene una vejiga inflada que le llega hasta larodilla, de modo que ese hombre debe caminar con las piernasmuy separadas. Esta fila también recorre varias veces elcamino alrededor de la Choza Grande, siempre con el rostro

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vuelto hacia la pradera. Las mujeres han de creer que elescroto de ese hombre se ha hinchado tanto cohabitando con_álpen.

Durante el desarrollo de estas escenas nunca se acalla elw5. de tono lastimoso. Todas ellas, en conjunto, se sucedenpor lo general en el orden descrito más arriba y en la mismanoche, como lo pude observar personalmente dos veces. Enel campamento, las mujeres lloran y gimen, lamentan el durodestino de sus maridos y prorrumpen en las acusaciones másruidosas contra los desmanes prolongados de _álpen. Porquea raíz de tales desmanes ella se hace aborrecida para todos.La terminación casi repentina de estas actuaciones ocurrepor la aparición de K4ta6x, a quien aquella mala mujerprocura eludir desapareciendo inmediatamente bajo tierra.

_álpen conoce todavía otra manera de hacer bailar a loshombres según sus caprichos imprevisibles. Cuando suenael atemorizado w5, los hombres que por una u otra razónpermanecen en el campamento deben correr inmediatamentea la Choza Grande. Esto se hace solamente cuando en elprograma está prevista otra actuación especial. Un leñoencendido sale disparado lateralmente dé la Choza del Kló-keten, y al instante un hombre debe correr hasta donde elleño cayó para llevarlo de vuelta. Con breves intervalos salendisparados los leños, cada vez más, de modo que hay muchoshombres corriendo de un lado para otro. Entretanto seescucha el amenazador w5 lanzado con medrosidad cadavez más intensa. Al mismo tiempo se atiza fuertemente laenorme hoguera especialmente preparada, para que laschispas se eleven a mayor altura aún que la Choza delKlóketen. Algunos hombres corren hacia derecha e izquierda,

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hacen grandes círculos con un leño encendido que agitanpor el aire con el brazo extendido. Columnas de chispas cadavez más densas se elevan por el aire. Aparte de estascolumnas, los hombres hacen aparecer repentinamente desdeel interior de la Choza Grande el extremo enrojecido al fuegode una vara muy larga, que sobresale por encima de la puntadel cono formado por la Choza Grande. Además delestridente w5 se inicia un apagado golpeteo en la tierra. Lasmujeres del campamento son presas de gran excitación. Ala vista de las columnas de chispas que se elevan, gritantemerosas a _álpen: “¡No seas tan irritable! ¡Trata bien a loshombres! ¿Por qué te enfadas tanto? Oh, pobres de nuestroshombres, ¡cuánto los torturas! ¡Al menos ten compasión delos jóvenes Klóketen! ¡Vete de una vez de aquí y déjalos enpaz!”... Inmediatamente, las mujeres comienzan con vozfuerte y llorosa su canto habitual, con el fin de apaciguar ala _álpen. Acto seguido, o bien aparece otro espíritu, o aquéllaenvía al campamento una delegación a la que las mujeresentregan abundante carne. Con esto concluye esta escenade excitación. En algunos casos el cierre se produce tambiéncuando bajo las densas columnas de chispas, como si sehubiese dado una orden, salen disparando de la ChozaGrande todos los hombres, para escapar de la _álpen. Loshombres buscan su salvación en esa huida. Solamente debequedar uno, que tal vez una o dos veces más deja oír todavíaun cansino toa. Aquella mala mujer entonces lo lleva consigobajo tierra, a su submundo. A partir de entonces reina lamás absoluta tranquilidad y los ocupantes del campamentorespiran aliviados.

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La excitación de hombres y mujeres llega a su máximodurante una escena llamada _álpen kŸ âat 115 o _álpentáôanh116. Nunca se la representa más de tres veces en unamisma celebración. Condición esencial es que _álpen, enavanzado estado de gravidez, esté a puntó de dar a luz unKõtérnen 117. Cuando se halla en ese estado, siempre se ponefuera de sí por su salvajismo. Como siempre, se inicia aquítambién el habitual w5, pero mucho más amenazante quepor lo común. La hoguera de la choza se atiza tan fuertemente,que de continuo saltan al aire densas columnas de chispas.Estos indicios amenazadores dicen a las mujeres lo que vendrá.Ahora no puede quedar en el campamento ningún hombre.

Entretanto, alguien arrolla un manto de piel, con la carnazahacia afuera, para formar un rollo alargado y fuerte. Cuandoel griterío, la agitación y el terror han llegado al paroxismo,un hombre, uno solo, lanza su w5 a la noche oscura, comodesesperado y reuniendo sus últimas fuerzas. Esto causa laimpresión de que fuera el último intento de vivir de alguiena quien se estrangula lentamente; pues su voz se debilita pocoa poco. Cuando el grito se extingue, otro golpea con toda sufuerza en el suelo con el rollo de piel, y la voz cesainmediatamente: “¡Ahora está muerto!”, se dice en la ruedade las mujeres que reconocen al hombre por su voz.Inmediatamente le toca el turno a otro. Y de la misma manerasigue la escena hasta que todos los hombres han sido

115 Literalmente: “_álpen traga (a los hombres)”. Esta escena podría designarseentonces también con el título de “La matanza de hombres por _álpen”.

116 Literalmente: “_álpen quita la vida (a los hombres)”. El crimen se representapor los gritos de los hombres estrangulados y un fuerte golpe que se dainmediatamente después en la tierra.

117 Engendra este niño con uno de los candidatos presentes, que estánpermanentemente con ella bajo tierra.

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estrangulados y muertos. También los iniciandos, que—extrañamente— han vuelto a la Choza Grande, sucumbenal asesinato. Aquella mala mujer devora a varios hombres118...Las mujeres saben por las distintas voces el orden en que loshombres llegan a ser víctima de _álpen. Cada uno de éstoses lamentado sinceramente sobre todo por sus parientes yfamiliares. Los aullidos y lloros no tienen límite, el miedo y elterror hacen temblar a mujeres y niños. Con la mayorpreocupación se sientan en sus chozas y piensan en el terribledestino de sus maridos atormentados.

Cuando ha cesado el grito de muerte del último hombre,reina la más absoluta inmovilidad en la Choza Grande, y unsilencio sepulcral cubre todo; pues “todos los hombres hansido muertos”. La propia _álpen regresa a su residencia bajotierra. Sin embargo, y como algún movimiento pequeño,producido no obstante el riguroso cuidado, podría despertarla sospecha de las mujeres, todos los hombres sin excepción119

van inmediatamente al bosque. Llevan consigo sus armaspara cazar. Allá afuera en el bosque, a gran distancia delcampamento, y divididos por lo general en varios grupos,pasan el resto de la noche. En la Choza del Klóketen seextingue el fuego... Tal vez al segundo día, o más tarde aún,los hombres aparecen otra vez en el campamento,usualmente divididos en dos hasta cuatro grupos, que arriban

118 Esta idea es algo confusa. No se piensa en realidad en un acto de antropofagia,sino sólo en la destrucción de los hombres por aquella furiosa mujer, que. en su ira,también utiliza los dientes para matar.

119 Sobre todo cuando los hombres no han escondido sus máscaras o aun lesqueda una buena provisión de carne en la Choza Grande, debe quedar a] menosuno de los hombres de guardia. Éste debe mantenerse en completo silencio j dejarque se apague el fuego: todo esto sirve para que a toda costa, la Choza deKlóketen parezca totalmente abandonada y. sin embargo, quede bien cuidada.

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individualmente desde una dirección opuesta a la choza delKlóketen. Dan un gran rodeo para no acercarse a ésta y sedirigen directamente a su choza particular. Al ver a susmaridos, las mujeres dan un salto de alegría. Es que éstoshan sido “devueltos a la vida por el bueno de |lim”, quienademás ha curado sus graves heridas tan rápidamente, queni siquiera quedan cicatrices. Todos han traído mucho botín.Con esto, la gente se da un buen festín y los temores de losdías pasados pronto pasan al olvido.

e) Las relaciones de _álpen con los Klóketen en especialya han sido parcialmente insinuadas. Los Klóketenpermanecen casi ininterrumpidamente en su residencia bajotierra, para satisfacer sus requerimientos lujuriosos, y debensufrir escasez de comida y de bebida, diversas torturas yarbitrariedades. Por lo tanto gozan de la compasión especialde todas las mujeres. Sobre todo las madres hacen todo loposible por ganar para sus hijos la benevolencia de _álpen.El extremo adelgazamiento y el agotamiento físico con quelos candidatos aparecen al finalizar las ceremonias, sonatribuidos al tratamiento desconsiderado de aquella mujerirritable, abominable y violenta, ante la que tiembla todo elcampamento. _álpen engendra con uno de los candidatosal infantil Kõternõn.

f) Lo arriba expuesto pone en claro ya en parte la relaciónde _álpen con las mujeres. Otros “detalles son explicadospor las siguientes instituciones. Así _álpen tŸ wakŸnen 120,que es la exigencia de carne por intermedio de hombresespecialmente enviados al respecto. En la Choza Grande se

120 Literalmente “_álpen exige (carne)” a las mujeres del campamento, y lo hacea través de una delegación especial de hombres.

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designan de dos a cuatro personas que, bajo la conducciónde un hechicero, se dirigen al campamento. Cada uno deellos se envuelve en su manto, pero no se coloca su k<îel. Elâœn se pinta en el rostro una ancha linea negra transversal,desde una oreja hasta la otra, pasando por el labio superior;los otros se tiznan la cara uniformemente con polvo decarbón. Forman una fila de manera tal que el âœn marcha alfrente y los otros le siguen de uno en fondo.

En todos los casos en que los hombres necesitan carne ypor cualquier razón no pueden ir de caza, se prepara estaescena. Mediante un fuerte y creciente w5, temeroso yconstantemente repetido, se anuncia la llegada de _álpen ala Choza Grande. A partir de este momento las mujeres ylos niños se quedan junto al fuego de ¡sus propias chozas, enangustiosa espera. Los hombres comisionados recorrenvivienda por vivienda, y de cada mujer reciben un trozo decarne, mayor o menor, según parezca _álpen estar más omenos furiosa, o según el deseo particular de cada caso, cuyocumplimiento la mujer espera en forma de una donaciónmayor. Con el brazo derecho extendido horizontalmente ydoblado en el codo, los hombres dan a su manto la formaespecial de un pequeño hueco; allí se colocan los trozos decarne. Por lo general los recibe el âœn, pero no es él quien loscarga. Con gran generosidad, las mujeres ofrecen todas susreservas; pues _álpen tiene grandes exigencias, por lo que nodebe contrariarse más aún a esta mujer tan irascible. Muycargados, los hombres regresan nuevamente a la Choza Grande.Si alguna mujer se hubiera mostrado tacaña, _álpen le haríapagar cara su avaricia a través de \œ’œrte, que actúa más tarde.

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Mientras este grupo de hombres recorre el campamento,las mujeres continúan el canto usual, iniciado cuando ladelegación abandonó la Choza Grande. Las mujeresacompañan a esos hombres cuando regresan unos cuantospasos hacia la choza del Klóketen, sin dejar de cantar; puessu deseo es calmar a _álpen. Apenas los hombres entranallá, se oye el sordo tronar que saliendo de la Choza Grande,se había escuchado ya en algunas ocasiones anteriores. Peroahora es mucho más intenso. Para producirlo, los hombresinclinan la cabeza tan profundamente contra el piso, queésta solamente queda apoyada en las dos manos que, a modode tubo, rodean la boca. En esta posición lanzan un aullidohueco y alargado. Al mismo tiempo, otros golpeanvelozmente y repetidas veces el suelo liso de la choza con lospuños. Con esto quieren señalar la impaciente espera y luegola satisfacción de _álpen por la gran cantidad de carne. Elw5 anterior cesa con el regreso de aquella delegación, y sóloel aullido de _álpen se oye por un tiempo más. En el instanteen que la delegación entra a la Choza Grande, un hombredescarga un pesado golpe contra el piso, usando para elloun rollo de cuero; la tierra retumba, acompañada por elprofundo y hueco gruñido de algunas personas. Las mujerescreen que _álpen se abalanza inmediatamente sobre la carney desaparece con ella bajo tierra.

Después de una breve pausa se oye a W0sôéŒwan, unamujer que desciende desde las alturas a la Choza delKlóketen. Su llamado se asemeja al ladrido del zorrofueguino. Lo lanza un hombre, y suena como un fuertementeprolongado ô< ô<, más bien cantado y con voz aguda.Inmediatamente contesta otro en forma tal que parece un

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eco; es decir: suena algo menos fuerte y más suave. Entonces_álpen se tranquiliza y nuevamente reina total silencio en laChoza Grande.

Aisladamente se inicia, después de unos treinta minutos, eltremolante lolololololololo de la Kúlan, que es la esposa deKÿsménk. Su llegada significa el apaciguamiento completo dela _álpen. Nada se mueve ya, pues ahora los hombres rodeanplacenteramente el fuego y consumen con gran satisfacciónla gran cantidad de carne que la delegación había traído recién“para la furiosa mujer _álpen”. Las mujeres del campamentorespiran aliviadas. Ciertamente no sospechan que los hombresconsumen la carne recién entregada por ellas, pues éstos fingena su regreso al campamento que tienen mucha hambre, a pesarde todo lo que ya han comido.

El espíritu femenino W0sôéŒwan sólo se menciona enrelación con la escena recién descrita. Nunca es presentadoa las mujeres. Solamente se dice que desciende desde lo altoy que su presencia tiene un efecto apaciguador sobre lairascible _álpen. La escena recién descrita se asemeja al Ha=)en sus rasgos fundamentales. Se inicia por intermedio de unespíritu masculino de este nombre precisamente, que —como\œ’œrte— está al servicio de _álpen, y hace que los hombrescumplan los deseos especiales de esa mujer. Ha=) tiene poresposa a W0kus. En esta escena dos hombres representan alos dos espíritus. Ellos van al campamento y —por supuesto—pueden ser reconocidos por la gente. Aquí recogen ante todotierra colorante roja, pero también aceptan colorante blancoy carne, si las mujeres se los ofrecen.

Puesto que los hombres necesitan una buena cantidad detierra colorante roja para representar a los espíritus, esta

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delegación aparece a menudo en el campamento. Se anunciade manera que no ofrezca dudas. Desde la choza delKlóketen se escucha en el campamento el llamado ô< yoô<,ô< yoô<, en registro agudo y con tonalidad alargada y suave.Este llamado se repite de dos a tres veces, con intervalos deunos treinta minutos. Al oír esta señal, las mujeres sepreparan. Entretanto, allá en la choza del Klóketen dosmuchachos se adornan. Con polvo de carbón, desleído enagua, se frotan bien el rostro, el cuello y los hombros, yalrededor de la frente se colocan, a guisa de diadema, unagruesa guirnalda de finas ramitas deshojadas. El cuerpo estáenvuelto en la capa, pero con la lana para adentro, yalrededor de la cadera se colocan una tira de cuero muytensa. No usan sandalias. La mano derecha empuña unagruesa vara afilada en su extremo inferior, que sirve de apoyo.Estos dos hombres representan a ^a=) y a W0kus. Ornadosde manera idéntica, sólo se los distingue por el lugar queocupan: él va adelante, y ella lo sigue. En raras ocasiones, elgrupo es encabezado por un hechicero, en cuyos casos es élquien encabeza la corta fila. El hechicero está pintado con latradicional raya negra transversal en el rostro, pero en lodemás se asemeja a los restantes hombres. Que un âœnparticipe de esta escena no es en absoluto tan obligatoriocomo, por ejemplo, para el _álpen te wakenen. Durantenuestra celebración, esta delegación nunca fue encabezadapor un âœn.

Cuando este llamado inequívoco se ha escuchado cuatro ocinco veces, las dos personas salen lentamente de la chozadel Klóketen. En linea recta marchan hacía el campamento,pero se mueven sólo muy lentamente. Apenas han dado unos

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veinte pasos cansinos, se ponen en cuclillas en el piso,sentándose en los talones, y apoyándose en la vara queempuñan. Nuevamente se escucha el ô< yoô<. Al cabo dedos o tres minutos se levantan nuevamente y siguenavanzando. Estos movimientos se repiten hasta que loshombres han recorrido la mitad de la distancia entre la ChozaGrande y el campamento. Desde ese momento, al ponerseen cuclillas se oye un suave yiô8 yiôá, en registro grave y consignificativa brevedad de las vocales. Ésto se repite unas diezveces, y se cierra por último con el anterior ô< yoô< en elregistro agudo y con alargamiento de las vocales.

Entretanto, los dos se acercaron a la primera choza.Exactamente en la entrada se ponen de cuclillas y repiten sucanto. Aquí esperan algunos segundos, hasta que elpropietario en persona quita el trozo de cuero de la entraday les concede el ingreso. Si se los dejara esperar demasiadotiempo, entrarían por sus propios medios. Lanzandoconstantemente el grito de yiô8 yiôá, Ha=) va rodeando conpasos breves y el cuerpo muy inclinado el fuego de la choza;al mismo tiempo atiza furiosamente las brasas, las chispassaltan y toda la ceniza se esparce por la choza. Prontoparticipa también W0kuå de este juego, hasta que el interiorde la choza está lleno de una nube impenetrable de humo ypolvo. En el ínterin los ocupantes se han acercado al bordeexterior de la choza, y se han apretado con todo su cuerpocontra la tierra o contra su lecho. Todos tienen ahora uncierto grado de miedo, pues los visitantes amenazan sobretodo a las mujeres a menudo con la vara. Pero toda la escenano es más que una broma. Algunos tratan de escapar, riendo,

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cuando corren peligro de recibir un golpe121. Para formaresta delegación se elige gente que sabe actuar en forma muybufonesca y graciosa; de este modo, una visita en la viviendapasa a ser una diversión para todos. Entretanto también seaeercaron los vecinos.

Después de este agitado movimiento, de no menos de veinteminutos de duración, los dueños de la choza deben entregaralgo a la delegación. De lo contrario, ésta comienza a darvueltas por la choza y sus componentes buscan por su propiacuenta y concienzudamente, levantando las cobijas, volcandolas canastillas, vaciando los bolsos de cuero y produciendoun gran desorden. Ha=) se esfuerza por alcanzar un trozode carne que cuelga de la pared interior de la choza; y detodos modos trata de tomar todo lo que ve. Amenaza tantoa los hombres como a las mujeres, que lanzan un gritoangustioso como respuesta a cada toque desvergonzado.Cuando las mujeres hacen como si fueran demasiado lerdaspara entender, cosa que sucede porque el juego les gusta, ytardan demasiado en soltar la tierra colorante roja, entoncesHa=) atiza nuevamente el fuego con mayor ira. Otra vezsaltan las chispas, la choza está en grave peligro. A veces elfuego se desparrama tanto que se apaga.

Para causar una impresión especial a los muchos presentes,algunos hombres habilidosos que desempeñan el papel deHa=) toman un trozo de brasa, y, con movimientos rápidosy vivaces, hacen suponer que se lo han tragado. Lo ponen en

121 Durante este juego pensé en la tan difundida “visita de Santa Claus” a unafamilia, costumbre tan difundida en la celebración popular. El acompañante deaquél, el siervo Ruprecht, amenaza a los niños, quienes se esconden por todos losrincones para salvarse de sus golpes de vara, con Jo que se mezclan muchas risasy gritos.

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la boca, lo sostienen entre los dientes de modo que cadaespiración hace que brille un poco, y luego lo escamoteantan hábilmente que parece haberse deslizado por la garganta.O si, por casualidad, hay un trozo de carne en el fuego paraasarse, toman un pedazo bien caliente, que apenas puedensostener entre las manos, y lo llevan a la boca; y, con hábilesmovimientos, hacen creer que lo han tragado. La gente seasombra por estas y otras muestras de habilidad. En su irabufonesca a veces también arrancan pequeños trozos de lacarne cruda que sostienen en su brazo y los devoran. Perotodo lo que sirve, es decir, carne y tierra colorante roja oblanca, lo toman para llevarlo consigo. Al hombre que hacede W0kuå, en cambio, las mujeres le ceden ante todo muchatierra colorante roja que echan en un hueco que aquél formacon su manto sosteniendo horizontalmente el brazo izquierdodoblado en el codo. Este hombre no se comporta tansalvajemente como Ha=), quien amenaza constantemente alas mujeres y niños. Los chicos, ríen y gritan constantemente,porque su conducta mueve a risa; su actuación es tan cómica,que toda la bulla que provocan da como resultado unabatahola infernal.

Cuando todo el grupo se ha divertido bastante, y ladelegación ha sido colmada de obsequios por todos, o losmiembros de ésta han tomado por sí mismos lo que creensuficiente, expresan con breves saltos su satisfacción yabandonan el lugar. Visitan entonces una choza algo másalejada. Pero antes los dos actores permanecen acurrucadosen posición de rana por algunos minutos, en parte paradescansar un poco, y en parte para permitir que la gente sereúna nuevamente. El cántico habitual yiô8 yiôá continúa y

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se finaliza con un prolongado ô< yoô<. Se revisa el interiorde esta choza, y el juego se repite de la misma manera. Todaslas amenazas y el hurgamiento con la vara afilada se dirigenante todo contra las mujeres y muchachas mayores, paradarles un susto, por supuesto en broma. Porque ellas sabenque la irritable _álpen debe ser satisfecha, a fin de que loshombres no deban sufrir luego las consecuencias de su furia,todavía mayor. Por eso entregan de buena gana lo que tienen.De esta manera los hombres obtienen, como era su intención,suficiente cantidad de tierra colorante, y, en la choza delKlóketen, pueden darse la buena vida con la carne. Por talrazón se repite a menudo este juego.

Ni el Ha=) ni el _álpen t% wakenen se representan cuandola noche ya está bien avanzada; yo siempre los hepresenciado entre las ocho y las diez horas, cuando la quietudsagrada y la oscuridad de la noche envolvían a la Tierra delFuego. Extraño era el sonido de los suaves y prolongadosllamados de ô< yoô< que llegaban hasta el campamento,seguidos más tarde por los breves y “cortados” yiô8 yiôá.Parecían voces de espíritus que rompían el silencio de muertede la noche de invierno sobre la campiña nevada.

g) En el largo desarrollo de las ceremonias secretas, _álpenmisma se representa a lo sumo dos veces. Para hacerlo, seextienden en el piso plano varios mantos de piel, con la lanahacia adentro, formando una larga fila. Sobre la línea centralse colocan, distribuyendo todo de manera pareja un gruesorollo de ramas y musgo, pasto y juncos largos. Los dos bordeslibres de los abrigos se cruzan. Una vez ordenado todo yatado con delgadas correas de cuero, se obtiene un bulto deunos seis metros de largo, de forma cilíndrica regular y de

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unos ochenta centímetros de diámetro. Se desea obtener —yde hecho se obtiene— la conformación y el aspecto “de unaballena”. Solamente la parte delantera recibe la pinturacaracterística: sobre un fondo rojo oscuro se aplican gruesaslíneas transversales, de color blanco.

Cuando los hombres lo creen conveniente, _álpen mismaaparece en escena. Esto se inicia con los habituales llamadosde w5, el gritar y aullar de los hombres se incrementa hastalo aterrador, la salida espantada de algunos hombres fuerade la Choza Grande se hace cada vez más frecuente, y porla viva remoción del fuego se elevan gruesas columnas dehumo y chispas. Todo eso quiere dar a entender ladesmedida excitación de la enfurecida _álpen .Acompañada de una gritería infernal, apoyada de fuertesgolpes en el suelo, simulando un retumbar subterráneo,aparece ese temido espíritu. La parte representativa de lacabeza de ese grueso cilindro es empujada lentamente desdela retaguardia, de modo que se desliza por la tierra yaparece por uno de los lados de la Choza del Klóketen. Alo sumo uno o dos metros se pueden ver, pero solamentealgunas mujeres echan una mirada fugaz hacia el espíritu,las otras mantienen al menos la cabeza cubierta o estánacurrucadas junto a su fuego, presas del terror. Por estarazón no es necesario pintar sobre aquel cilindro un dibujodetallado que represente el rostro con líneas claramentedefinidas, y tampoco se necesita pintar los dos terciosfinales. Mientras persiste el aullar de los hombres y lacolumna de chispas, la gente retira lentamente la figura de_álpen, para hacerla entrar nuevamente al interior de laChoza del Klóketen.

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Cuando el tumulto de la Choza Grande crece nuevamente,se muestra la figura una segunda o tercera vez. Perodespués de esto la excitación debe amainar, pues de locontrario, la angustia demasiado prolongada de las mujerespuede derivar en consecuencias nocivas a su salud. Seproduce entonces una pausa por lo menos de media hora,para calmar los ánimos. Pero el w0 repetido de vez encuando da a entender que _álpen aún se encuentra en laChoza Grande.

Durante nuestra celebración en el invierno de 1923, estafigura fue mostrada una sola noche. Después de la primerasalida hubo una pausa de media hora, y después comenzóla escena de K(lpú=, en cuya ocasión se presentó un T0nuque observó esta actuación. Una vez retirados los actoresde esta escena, recomenzaron con inusitada intensidad ydesesperados los aullidos y gritos de los hombres, mientrasse atizaba vivamente el fuego para producir chispas. Juntocon estos atributos secundarios, _álpen quedó .expuestapor otros diez minutos a la vista de las mujeres y niños.Como esta escena había cansado mucho a los hombres, elexcitado griterío en la Choza del Klóketen amainó pronto;también las mujeres en el campamento deseabanfervientemente la conclusión de esta escena aterradora.Todos los hombres pasaron la noche en la Choza Grande,por lo tanto las mujeres carecían de noticias sobre sudestino final.

Queda por mencionar una importante regla de caráctergeneral. Cuando las mujeres del campamento suponen que

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_álpen está presente en la Choza Grande, algunas de ellascantan, para apaciguarla:

Haciendo una apretada síntesis de los rasgos más llamativos,se obtiene la siguiente caracterización de _álpen 122: Se tratade un ser extremadamente poderoso, irritable,caprichosamente imprevisible, que con gran placer causa alos hombres las molestias más diversas. Los alterna parasatisfacer con ellos sus deseos sexuales, sin tener en cuentaque, bajo tierra, están permanentemente a su disposición losiniciandos del Klóketen. En el término de un brevísimo lapso,y como resultado de estas uniones, da a luz un hijo llamadoKõternõn, por lo que se la considera una mujer de gran fuerzaprocreativa. Se hace visible bajo la forma de una ballena,que se desliza un muy corto trecho por el suelo. A causa desus arbitrariedades es odiada por las mujeres. Sin embargo,éstas deben esforzarse para calmarla, por consideraciónhacia sus propios esposos e hijos. Concordante-mente conlos siete \œ’œrte principales, también existen siete _álpendiferentes; pero nadie habla acerca de si éstas viven aisladaso mantienen relaciones recíprocas con otros espíritusresidentes bajo tierra.

2 - \œ’œrte De todos los espíritus del Klóketen, \œ’œrte esindudablemente el que está más vinculado a la recién descrita_álpen de modo que es considerado como su marido. Por

122 BARCLAY (a): 74, COJAZZI: 33 y GALLARDO: 335 describen este espíritu muyinsuficientemente, pero con las mismas palabras. Tales indicaciones probablementeles hayan sido transmitidas por los hermanos BRIDGES.

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consiguiente, vive con ella bajo tierra. Ninguno de la largaserie de estos seres extraños entra tantas veces en escena, ytoma contacto tan estrecho con hombres y mujeressimultáneamente, como este \œ’œrte. De él hay diferentesrepresentantes.

a) Esta compañía de espíritus se divide en dos grupos; seconocen siete \œ’œrte principales y muchos \œ’œrtesecundarios 123. Cada uno de los del primer grupo posee sudiseño de la pintura propio, establecido en las tradiciones, ypor éste se da a conocer. Cualquier combinación de pinturasde otro tipo señala a un espíritu subordinado de este grupo.Cuando, después de la gran revolución, la parte masculinade la población volvió a fundar estas ceremonias, fueron sietepersonalidades famosas las que trajeron consigo de lasdiferentes regiones de la patria de los selk’nam y levantaroncon sus propias manos, cada uno de ellos, su poste respectivode la choza del Klóketen. Ellos se hicieron cargo por primeravez del papel de \œ’œrte, cada uno con dibujo perfectamentedeterminado. A esta distribución de antaño corresponde lacantidad de siete \œ’œrte principales, mantenida aún hoy, eincluso el diseño de la pintura del cuerpo y la máscara, todosegún el ejemplo de la primera reunión celebrada en MáŒstaå.Durante una misma ceremonia se presenta repetidamentecada uno de los siete espíritus. La mayor cantidad de vecesactúa el que corresponde exactamente a la región donde secelebran en ese momento las ceremonias; pues a élcorresponde cierta preferencia allí. Durante nuestrasceremonias en el invierno de 1923 el \œ’œrte del sur tuvo un

123 Otros viajeros de la Tierra del Fuego no dicen nada de una multiplicidad deeste grupo de espíritus. Ver al respecto BARCLAY (a): 74, COJAZZI: 33, DABBENE <aí: 75y GALLARDO: 334.

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papel protagonice; pues la laguna de Pescados está aún ensu territorio. El inspector tiene total libertad para disponer elorden en que actuarán tales espíritus.

S1te, un \œ’œrte del sur, actuó más que ningún otro-durantenuestras ceremonias. Por lo tanto, en nuestra choza delKlóketen dominaba la _álpen del sur, que era su esposa. Sibien los demás \œ’œrte principales se presentaban a menudo,no lo hizo ninguna _álpen de otras regiones. S1te, como engeneral todos los espíritus oriundos del sur, tiene como colorpreferente en su pintura el blanco, pues de aquella regiónproviene mucha nieve. Él mismo tiene todo el cuerpo blancoy desde la punta de la máscara corre una ancha linea rojahasta las rodillas. Esta línea está dotada de unos pocos puntosblancos grandes.

Yÿ6îik también es oriundo del sur, y es considerado el másviejo y el más importante de los \œ’œrte meridionales. Lamitad derecha del cuerpo, juntamente con la máscara, estácubierta de color blanco. El lado izquierdo lleva algunospuntos blancos sobre fondo rojo. Ambos antebrazos y ambaspiernas desde la rodilla hacia abajo aparecen totalmenteblancos.

W0îuå, como \œ’œrte del este, tiene una pintura rojauniforme, salpicada con puntos blancos. Sobre este fondo sedibujan tres lineas negras transversales alrededor del cuerpo,cada una del ancho de una mano.

KŸyá6=l es oriundo del norte. Se lo reconoce porque el ladoderecho de su cuerpo es totalmente negro, e incluso es negrala pierna derecha. El costado izquierdo, en cambio, llevaalgunos pocos puntos blancos sobre fondo rojo.

T’+l{n, asimismo un \œ’œrte del norte, es considerado como

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el más fuerte e influyente de todo este grupo de espíritus. Esmuy fácil de reconocer, pues lleva sobre fondo rojo algunospuntos blancos y, además, a ambos lados, una línea blancade dos dedos de ancho, que va desde los hombros hasta lasrodillas. En este espíritu las piernas y los antebrazos tambiénson blancos.

P+wú=, domiciliado también en el norte, muestra un diseñode anchas rayas horizontales. Superficies rojas, dotadas depuntos blancos, se alternan con superficies blancas. Ladistribución de los colores vale igualmente para el cuerpocomo para la máscara.

\}nu, por último, se da a conocer como \œ’œrte del oeste,con su pintura de fondo rojo y los muchos puntos blancossimétricamente ordenados en todo el cuerpo.

Ciertamente no existe una regla de validez general para lacantidad de puntos blancos o el ancho de las rayas. Se puedenobservar fácilmente ciertas variaciones producto de un mejorparecer del hombre encargado de la pintura. Pero ladistribución básica del dibujo y de los diferentes colores seconserva rigurosamente en todos los casos, pues sólo porestos atributos se reconoce al espíritu que actúa en cadaoportunidad.

Los \œ’œrte subordinados se diferencian de las sietepersonalidades mencionadas por su dibujo en el cuerpo. Haygran variedad de ellos, de modo que individualmente no seles asigna nombre especial. Los ocupantes del campamentosólo tienen en cuenta la aplicación del color y sabeninmediatamente si tienen ante sí a un \œ’œrte subordinado oa uno de los siete espíritus principales, cuya región de origentambién pueden determinar sin esfuerzo alguno. Estos

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últimos son más temidos que aquéllos, porque están másfuriosos y proceden con mayor desconsideración con lasmujeres. Pero cualquier mujer ve con especial agradoprecisamente a estos espíritus, porque su figura y susmovimientos son realmente magníficos y respondenplenamente al ideal de belleza imperante,

b) En sus actuaciones, este grupo de espíritus muestrasingularidades llamativas. Resulta determinante el momentodel día en que se presentan, luego el número de individuosde esta clase de espíritus que aparecen, y además la habilidaddel hombre que desempeña este rol, y por último laextraordinaria postura y forma de caminar del actor. En todoel transcurso de estas ceremonias solamente se cuentan muypocos días en los que no se presenta ningún \œ’œrte 124. Comoregla general actúa al menos uno por día. Según la hora deldía en que aparece cualquiera de estos espíritus, recibe unnombre especial, que no es un nombre propio, sino quecaracteriza principalmente un cierto lapso del día, en el quese produce la actuación125.

Wánkœska es el \œ’œrte primerizo. Mucho antes delamanecer ya se hace presente en el campamento. Es decir,que inicia la danza de los espíritus con el nuevo día quecomienza. Pero solamente suele aparecer en los primeroscinco días, y sólo esporádicamente más tarde, paraacostumbrar a las mujeres a estar atentas.

124 Esto sucede regularmente el día que sigue a aquel en que Xalpen mata a loshombres. Pero también condiciones climáticas des favo rtibles, como fuertes lluviasque lavarían la pintura del cuerpo, hacen inconveniente la aparición de un espíritu.

I25 Las denominaciones aquí enumeradas se utilizan según su significado fundamenlal de adverbios temporales, pero en el uso o lenguaje común no tienenempleo, con una única excepción,

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Kÿâ’ÿ. Así se denomina el espíritu que hace su recorridapor el campamento justamente con las primeras y tenuesluces del alba que se aprecian en el este.

Yár o es el grupo de espíritus que aparecen exactamentea la hora de la salida del sol. Yar árix. Cuando el sol ya seha separado un poco del horizonte, se designa así al\œ’œrte que aparece entonces. Eso sería alrededor de lasnueve de la mañana, o algo más temprano en el verano.También los dos espíritus mencionados en último términose dejan ver por las mujeres sólo en ocasiones muyesporádicas.

Ak’é$. Cuando el astro diurno ha recorrido la mitaddel trayecto hacia el cénit, este espíritu abandona la chozadel Klóketen, y lo hace muy a menudo. Porque ahora loshombres también están completamente descansados delos esfuerzos de la tarde de ayer y de las largas charlasnocturnas; pues el ‘orden del día’ para la aparición delos “espíritus” está determinado preferenteramente porla mayor comodidad de los hombres.

Krank)nu k se llama el \œ’œrte que recorre elcampamento cuando el sol alcanza su altura máxima almediodía. Krankáisk es el que llega algo después, más omenos entre la una y las dos de la tarde.

Sanenkepáuwen es considerado el último \œ’œrte deldía, porque suele actuar entre las dos y las tres de la tarde.Esta clase de espíritus ya no abandona la Choza Grandea una hora posterior, aunque —como creen las mujeres—permanecen allí entre los hombres casi permanentementehasta muy entrada la noche.

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De toda la serie presentada, se observa con mayor frecuenciaal Krank)nuk y al Krankáisk. Porque los hombres quierenaprovechar la mayor claridad de los días de invierno, muchasveces oscuros y además cortos. Por un lado, para que el actorpueda lucir su hermosa figura y su agilidad, y, por el otro,para brindar a las mujeres el mayor placer de la observación.Por esta causa, ambos son interpretados exclusivamente porun \œ’œrte principal, mientras que la actuación en los papelesde este grupo de espíritus a otras horas se encarga a menudoa los \œ’œrte subordinados. Sólo muy raras veces se deja delado tal usanza.

Mientras éstos aparecen con los diseños más variados acualquier hora del día, corresponde al Sánenkepáuwen undibujo extraño e invariable. Sobre el fondo completamenterojo de todo el cuerpo lleva una banda negra transversal, deuna palma de ancho, a la altura de las tetillas, y otra a la alturadel ombligo; por otra parte, toda la figura está salpicada con loshabituales puntos blancos grandes. Este dibujo tan característicoda a entender a los espectadores que las apariciones de estetipo de espíritus concluyeron por el día de hoy. Por otra parte,y a pesar de las pocas veces que actúa, este \œ’œrte, último en elorden del día, acentúa ciertas particularidades en su postura yforma de caminar: recorre el campamento con mucha prisa ymuy superficialmente, de modo que su aparición en escenaapenas es perceptible al oído; sus pasos son algo breves, comode bailoteo; su conducta es notoriamente torpe, y, por último,poco antes de su desaparición en la Choza Grande, susmovimientos denotan tanta inseguridad y pesadez, que todasias mujeres ríen con ganas.

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En general todos los \œ’œrte subordinados nunca son tanfinos en su postura, tan distinguidos en su conducta, tanseveros y exactos en sus movimientos como cualquiera delos siete \œ’œrte principales. Empezando por la figura,siguiendo por la apostura altiva, todo permite reconocer acuál de los grupos pertenece el espíritu que actúa en cadacaso. Pues los \œ’œrte subordinados se comportan algoinseguros y desmañados, en parte incluso un poco torpes ynegligentes. Son solamente mensajeros y ayudantes de lossiete representantes principales de este gremio. No obstante,se diferencian claramente de los Hayilan, que son lossirvientes propiamente dichos,

La máscara —aå— de este tipo de espíritu muestra formade gorro o casquete. Para colocársela, los actores reciben laayuda de los candidatos, lo que se llama aå wiŸkœten. Lapintura de la máscara coincide con el diseño que lleva cadaindividuo; aquí como en todos los casos.

Por lo general, actúa solamente un \œ’œrte propiamentedicho en cualesquiera de los momentos del día mencionadosmás arriba. Los espíritus subordinados ocasionalmentetambién actúan en pareja, y, en casos aislados, incluso salende a tres de la Choza Grande, para dirigirse al campamento.Solamente por razones muy especiales dos \œ’œrte principalesse dignan actuar simultáneamente, pero tales actuacionesson muy raras. Durante el invierno de 1923 sólo las pudeobservar dos veces. En este caso el motivo fue el canto de lasmujeres, pues todas habían cantado por la mañana conmucho empeño, y habían mantenido ese canto por muchotiempo, porque se sentían especialmente inspiradas. A raízde esto aparecieron inesperadamente dos \œ’œrte principales

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simultáneamente. Si bien las mujeres tienen cierto rencor aestos espíritus, se mostraron en esta ocasión muy contentasy orgullosas, porque mediante su canto matutino habíanlogrado que esos dos salieran de la Choza Grande. Losespíritus por su lado se mostraron muy suaves ycondescendientes; solamente se quedaron un rato en elcampamento, sacudieron suavemente algunas chozas, perono destruyeron nada ni molestaron a persona alguna.Describiendo, un amplio arco, el uno hacia el norte, el otrohacia ei sur, ambos \œ’œrte regresaron rápidamente a lachoza del Klóketen, frente a la cual ambos espíritus a la vezrealizaron la usual ceremonia del saludo, contestado por latgkáifclóketen en presencia de todos los habitantes delcampamento.

No cualquiera de los hombres está capacitado para hacersecargo del papel de \œ’œrte principal. Se exige paradesempeñarlo a un hombre joven, de buena estatura y muyágil; es decir, un perfecto ôaŒtp4n, una persona de figuraperfecta, movimientos distinguidos y serena ductilidad demiembros. Gente así adquiere renombre a través de lascompetencias, y su actuación en este papel es consideradacomo la parte más solicitada de toda la ceremonia 126.

Los pocos ancianos [supervivientes] tienen fresco en susmemorias hasta hoy el grato recuerdo de sus años mozos,cuando las formidables figuras de entonces actuabanmagníficamente en este papel. También se cita a menudo elnombre del antepasado que supo alegrar a la gente duranteestas ceremonias por su distinguida postura y su cuerpo

126 Debo considerar como grave lapsus, cuando BABCIJLY (a): 74 y DABBENE (a): 75lo describen como un “spirit with crooted legs”, o cuando COJAZZI; 33 lo designacomo un “spirito molto panciuto”.

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apolíneo. Los siete primeros \œ’œrte sobresalían entre suscontemporáneos como figuras magníficas. “¡Solamente a unindividuo hermoso le está permitido interpretar a \œ’œrte!”“Hoy ya no somos más que unos pocos, y entre nosotros noqueda nadie que sea un ôaŒtp’4n, que antes eran tannumerosos en estas tierras”, dicen a veces los hombres. Y amenudo se puede extraer de estos suspiros, su profundo dolorpor el destino de su pueblo.

Como explicación he aquí una pequeña historia, que HALEMINK

nos relató una noche: “Nuevamente se habían reunido loshombres para la celebración del Klóketen. Habían mandadollamar a KOHONCIM, que vivía en el sur. Debía actuar de \œ’œrte.Los hombres lo estaban esperando. Decían entre ellos:“¡Cuándo llegará aquél!”. A menudo echaban una mirada afuera.Ya habían esperado mucho tiempo. Por fin lo vieron llegar.Entonces los hombres dijeron: “¡Ahora llega KOHONCIM!” ... Éstehabía traído consigo a su hermano menor, pues el muchachodebía participar aquí como Kl8kŸten. Ambos entraron a laChoza Grande. Se sentaron, pues estaban cansados. Los demáshombres instaron a los recién llegados a sentarse en el medio(del semicírculo formado por ellos). De inmediato les dieronalgo de comer, pues habían recorrido un largo trayecto.KOHONCIM sabía que aquí se le asignaría el rol de un \œ’œrte.Por eso no debía comer demasiado, para mantenerse delgadoy ágil. Tenía mucha hambre, mas a pesar de ello comió muypoco y muy lentamente.

Otros dos hombres habían preparado, entretanto, lamáscara. Se la entregaron a KOHONCIM, y le dijeron:“Prepárate, ¡debes recorrer el campamento!”. Pero aquélrespondió: “Ah, he comido recién, ¡y ahora estoy tan

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lleno!”127. Pero como los otros se lo pedían insistentemente,se hizo pintar y se colocó la máscara. Los demás hombres loobservaban y examinaban su figura. Uno dijo: “Ciertamente,tiene una magnífica estatura”. Otro le respondió: “Pero comiómucho, ¡es un barrigón!”. Así hablaban los hombres. Hastaahora, KOHONÓIM se había quedado sentado, mientraspintaban su torso; por eso su vientre sobresalía tanto. Poresa razón los demás hombres podían hablar de él tandespectivamente... Él oía estos comentarios mientras aúnpermanecía sentado en el suelo cerca del fuego, pero nocontestaba nada. Después se levantó, se desperezó y se estiró,levantó los hombros y puso en juego su formidable figura.Era un personaje sobresaliente, sumamente ágil...Sorprendidos, los hombres exclamaron: “Nos hemosequivocado, ¡éste es en verdad un hombre hermoso! ¡No tieneun vientre hinchado, no ha comido mucho!”.

Este \œ’œrte recorrió entonces el campamento. Furiosogolpeó las chozas, desparramó todo y se llevó muchas cosasescondiéndolas lejos en el bosque. Solamente descansó unpoco. Luego reinició su actuación con el mismo furor ysacudió poderosamente las viviendas, las mujeres y los niñostemblaban... sólo después de largo rato se ubicó frente a lachoza del Klóketen. Las mujeres lo observaban y decían:“¡Ah, qué formidable es aquél!”... Cuando entró nuevamentea la Choza Grande, también se asombraron los demáshombres. Todos ellos se alegraron mucho: ¡KOHONCIM eraverdaderamente una figura perfecta!

127 Hizo con toda intención esta observación, para poder dar a los demás luegouna sorpresa tanto mayor. Por eso también había comido tan despacio, para hacercreer a los demás que había comido una gran cantidad dé carne, de modo queahora sería demasiado pesado y torpe para el papel de ese espíritu. Pero todohabía sido premeditación inteligente de su parte.

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Precisamente fue este hombre el que interpretó el papel de\œ’œrte en forma insuperable, como nunca lo hizo otro. Yahace mucho que está muerto, pero la gente siguerecordándolo siempre”.

A una actuación igualmente perfecta se refiere también unahistoria algo más breve, que HALEMINK nos contó otra noche:“Tres hombres que estaban emparentados entre sí habíanllegado desde lejos para participar de la celebración delKlóketen. Uno de ellos era un famoso ôaŒtp’4n. Todos ellos,sin distinción, eran muy apreciados, pues participabanasiduamente de los juegos y cada uno interpretaba su papelmuy bien. Precisamente entonces se preparaba nuevamenteaquel ôaŒtp’4n, pues quería recorrer el campamento como\œ’œrte. Cuando estuvo lista la pintura, abandonó la ChozaGrande y algunos hombres lo acompañaron. Sacudiófuertemente las chozas y se llevó muchas cosas. Saltaba entodas direcciones con gran rapidez a través del campamento.Después, cuando ya estaba otra vez cerca de la ChozaGrande, la gente se levantó para observarlo. Él se colocódelante de la choza del Klóketen, pues quería mostrarse alas mujeres. Entonces todos se asombraron muchísimo de suhermoso cuerpo. Decían: “¿Quién es ése? ¡Nunca antes lohabíamos visto!”. Algunos hombres comentaban en voz baja:“¡Se llama KULASEMS!”. Pero esto lo decían solamente paramencionar un nombre; pues ese ôaŒtp’4n no se llamaba así . . .Este nombre es el de aquella pequeña región, donde serealizaba la ceremonia del Klóketen. Con estas palabras, loshombres salvaron la dificultad ... Esta historia se narra desdehace mucho tiempo”.

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Para interpretar a los \œ’œrte subordinados no se hace tantohincapié en la adecuada figura. Pero siempre se eligen individuosaltos, delgados, ágiles. Los hombres sienten amargamente elimperio de la necesidad cuando, como sucede hoy por su escasonúmero, deben asignar el papel de este espíritu también apersonas que físicamente son poco adecuadas para él.

Puesto que existen \œ’œrte principales que, todos ellos, sedomicilian en alguno de los puntos cardinales, se utiliza parainterpretarlos en lo posible precisamente a hombres oriundosde la misma región de donde procede el \œ’œrte. Dicho de otramanera: un hombre del oeste interpreta a Sanu, uno del sur esY:6îik, etc. Pues dentro de la Choza Grande cada uno recibe suasiento debajo del poste principal que corresponde al \œ’œrtede su patria, o sea que un hombre del este está sentado bajo elpilar llamado W0kuå, etc. Aquí se puede observar hasta quépunto se respeta el lugar de origen de cada participante; pues,por los celos existentes entre los diferentes grupos, se buscaprevenir, en lo posible, cualquier tipo de desacuerdo.

Esta clase de espíritu [\œ’œrte] pone en evidencia unapostura y una forma propia de trasladarse. \œ’œrte nuncase anuncia mediante un llamado especial o un canto peculiar.Su costumbre es, en cambio, saltar fuera de la choza delKlóketen en forma totalmente sorpresiva y dirigirse alcampamento. Su intención es sorprender a las mujeres,requerir informe acerca de su laboriosidad y conducta, o talvez llamar su atención al hecho de que desde hace muchotiempo han omitido ejecutar su canto obligatorio.

\œ’œrte se presenta como figura alta y delgada, dotada degran movilidad. Para favorecer esta impresión, levanta algolos hombros y separa un poco del cuerpo los brazos levemente

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doblados. La mano está fuertemente cerrada en puño, demodo que los demás dedos rodean el pulgar128. Tiene un pasodistinguido, amplio. Cuando camina, levanta mucho los pies,y todos sus movimientos son repentinos. Sobre todo los girosde la cabeza son especialmente vigorosos y enérgicos. Recorreel campamento con saltos rápidos, y se detieneinmediatamente después de cada uno de ellos, y hace luegotemblar todo el cuerpo. Estos dos tipos de movimientocombinado pueden compararse, al vuelo rectilíneo y alrevoloteo estático del colibrí nativo. Del mismo modo \œ’œrtetambién se traslada de una choza a otra un poco másdistante. Sin mantener una dirección determinada, se detieneunos instantes, ora aquí, ora allá, para llamar la atención delos ocupantes. Por último regresa con rápida carreranuevamente a la choza del Klóketen. Cuando le queda porrecorrer aún una distancia de unos cincuenta pasos, lasmujeres y los niños corren hacia el borde de la pradera paraobservarlo. También ellos contemplan en ese momento enaquella alta figura, rígidamente erguida, ese caminarextraño, como si llevara zancos, pero, a su vez, parcialmenteelástico, la posición arqueada y rígida de los brazos y losrepentinos giros de la cabeza de un lado al otro. Entretanto,el espíritu alcanza la Choza Grande, delante de la cual seubica por un momento para la habitual ceremonia del saludo.Después desaparece con unos saltos por la entrada, ubicadadel lado de atrás.129

128 Cojazzi: 33 asigna erróneamente a este espíritu un “dito medio Della manodestra molto lungo e ricurvo”, o sea que también aprecia su personalidad enforma totalmente equivocada.

129 La insuficiente característica que Cojazzi: 33 asigna al “Schort”, sirve másbien para un Hayilan. Que Borgatello (c): 77 convirtió a este espíritu del Klóketenen un demonio de la fe cristiana, ya se dijo con anterioridad.

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La gente disfruta mucho observando este porte y este tipode movimientos del \œ’œrte, algo extraños pero muyagradables a los ojos de los selk’nam. También efectúancomparaciones críticas y, comentando con voz queda, alabana cada uno de aquellos espíritus que los deslumbraron sufigura y su agilidad. Por esta razón se exige del intérpretedel \œ’œrte cualidades nada sencillas.

c) El \œ’œrte -y no interesa a cuál de los grupos o regiónpertenezca- es el único espíritu del Klóketen que recorreregularmente el campamento de los indígenas. Guarda unarelación especial con las mujeres. No siempre resulta clarosi, en el caso particular, actúa por cuenta propia o porencargo de _álpen. Ante todo le incumbe observar si lasmujeres son laboriosas y trabajadoras, conciliadoras entre síy solícitas, sumisas y apegadas a los hombres. Recordarlesestas obligaciones, castigar las faltas y, en general, refrescarla memoria de todas sobre la dependencia de la poblaciónfemenina respecto de los hombres, parece ser todo ello lamisión principal de este espíritu. Su visita al campamentoestá destinada a tal fin. Durante toda la visita las mujeresdan a entender su sumisión mediante el frecuente cantodirigido casi exclusivamente al \œ’œrte. Desde que sale de laChoza Grande hasta que regresa a ella, las mujeres repitenconstantemente su melodía interminable cada una para sí eindependientemente de la vecina, en el registro que le plazcay con su propio ritmo y tiempo:

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Este llamado suena hueco y muy desagradable, por laconstante repetición su efecto se torna muy molesto, y todoeste confuso batifondo es algo terrible para el oído. Con granrigor exigen los hombres la obligatoriedad de este canto; puespara ellos es una señal segura que garantiza la presencia decada individuo del sexo femenino en su choza, y también lespermite verificar que permanezcan en la posición original,debajo de la cubierta. Cualquier cambio de posición llevaríael sonido en otra dirección, la repentina claridad en el timbreseñalaría que la mujer ha arrojado su cubierta, todo lo cualdespertaría las sospechas más terribles. ¡Pues la vigilanciade las mujeres durante la actuación de So ‘orte nunca puedeser demasiado rigurosa! 130

No bien sale \œ’œrte de la Choza Grande, toda mujer ytodo niño debe trasladarse rápidamente a la propia chozafamiliar y taparse muy bien. De súbito,\œ’œrte está delantede esa choza. Con mano enérgica, toma el gran cobertor deprotección y lo levanta repetidamente, tirando por intervalos,de modo que toda la estructura tiembla. A veces también loquita totalmente y lo arrastra hasta el bosque. De la estructuraarranca algunos tronquillos y los voltea, a través del huecoformado mete un palo, que uno de los hombres que loacompañan, le ha alcanzado rápidamente, para hurgarcontra las mujeres. A veces se pone al lado de la entrada,levanta el trozo de cuero que la cierra, y desparrama el fuego;

130 Se mencionaron las medidas de seguridad adoptadas durante la visita deeste espíritu. INXIOL hizo un día la siguiente observación: “Hoy \œ’œrte está expuestoa mayores peligros que antes. Si molesta demasiado a una mujer, debe temerseque ésta tome decididamente la escopeta que algunos hombres ya poseen. Por esodurante la celebración del Klóketen tratamos de impedir el acceso de las mujeresa estas armas de fuego, y, por lo general, las escondemos en la Choza del Klóketen”.Esta circunstancia también exige que los hombres estén siempre en guardia.

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a las mujeres o a los niños les propina golpes, o saca de lachoza sus vestimentas y utensilios. Cuanto más furioso está\œ’œrte, tanto más sacude las chozas, tanto más lejos llevalas cosas que quita, tanto más fuertes son los golpes, tantomás tiempo permanece en el campamento, y tantas más vecesaparece en el mismo día.

Todo el mundo sabe muy bien que el espíritu proporciona alos ocupantes del campamento un trato muy personal. A lamujer que se exprese despectivamente acerca de tal o cualdetalle de la ceremonia secreta, a la que se muestre renuente,terca y rebelde respecto del cónyuge, o resulte ser indolente,pendenciera y chismosa, o haya replicado mucho al marido, o,en general, sea considerada como insociable e intratable... a ésael \œ’œrte le hará pagar caro todas estas cosas. De este modo lacelebración del Klóketen se convierte realmente en “día decobro” para algunas mujeres. Ahora cada hombre tiene unaposibilidad muy cómoda de extirpar a fondo y muyefectivamente en su mujer, con la ayuda de este espíritu, todoslos caprichos o defectos, la pereza y la rebeldía. Realmentesignifica mucha molestia y trabajo para una mujer si debeordenar siempre de nuevo su choza de una a cuatro veces aldía, y buscar en el bosque los cueros y utensilios desparramados.Por otra parte, rápidamente se hace consciente de la preferencia,por cierto nada deseada, que \œ’œrte le dedica personalmente,y con ello parece asegurada una mejoría de su parte. Mal ratopasa si ha sido muy tacaña, suministrando a la delegación de_álpen muy escasa cantidad de carne y de tierra colorante,pues los hombres no olvidan nada. Mediante este recursomantienen sumisas a todas las mujeres y sacan de ellas todo loque necesitan durante estas ceremonias para sus engaños.

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Así es dable observar durante la celebración del Klóketenuna laboriosidad visiblemente mayor entre las mujeres. Encada choza hay muy buena provisión de leña y de tierracolorante, se preparan fibras de tendón para coser, y las pielesse trabajan asiduamente, el asado se termina rápidamentecuando el marido regresa de la Choza Grande, y los niñosson cuidados con gran esmero. ¡De un día para el otro, lasmujeres parecen haberse convertido en esposas y madresejemplares! En cambio la mujer, que no ha dado a los hombresmotivo alguno de insatisfacción, queda liberada en mayor omenor grado de la ira de \œ’œrte. Por otra parte, el espíritucastiga, en forma general, la indolencia de las mujeres en elcanto, así como la poco entusiasta participación de éstas delas diferentes escenas.

Para los niños rigen durante la visita de este espíritu alcampamento todas las reglas generales de conducta reciéndescritas. También ellos deben permanecer en las chozas ycubrirse bien el rostro, siguiendo el ejemplo de las mujeres.Los chicos curiosos, que se acercan demasiado a la ChozaGrande o hacen demasiado ruido en sus juegos, de modoque queda menoscabado el respeto que se debe a los espíritus,son agraciados con abundantes tundas.Cuando \œ’œrte ha abandonado el campamento y se haacercado hasta algunos pasos de la choza del Klóketen, lasmujeres son invitadas por los hombres que han quedado enel campamento a quitarse sus cobertores. Todas corren alborde de la pradera y observan desde allí a ese espíritu quelas acaba de visitar. La tŸka6kl8kŸten se adelanta unos pasosmás. A una señal de los hombres, ya había cambiado el cantogeneral que se estaba entonando, por un h0k kar0k de

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tonalidad más clara y de un sonido parecido al cacarear delas gallinas. Porque cuando el espíritu ha llegado a lasinmediaciones de la Choza Grande, la tŸka6kl8kŸten, enregistro más agudo, entona el alargado y muy fuerte

con el que las demás mujeres presentes en el campamentodeben mezclar su voz también inmediatamente. Las mujeresmantienen este canto hasta que \œ’œrte desaparece en laChoza Grande después del usual saludo. Al comenzar esteclamoreó, se interrumpe cualquier otro canto de las mujeres.El espíritu, quieto firmemente en posición erguida, con laspiernas suavemente cerradas, dobla primero los brazos demodo tal que los puños quedan unos pocos centímetrosencima de los hombros. La cabeza gira con un movimientorepentino bien a la derecha y luego bien a la izquierda yviceversa, lo que se repite de tres a cuatro veces, con intervalode unos cinco segundos. La tensa posición del cuerpo seacentúa con un leve pero perceptible temblar de losantebrazos. A continuación la cabeza vuelve a su posiciónnatural mediante otro movimiento brusco. De inmediato losbrazos se proyectan fuertemente hacia adelante en formahorizontal, y se mantienen quietos por unos segundos a laaltura de los hombros. Mediante oscilaciones bruscas,seguidas por pequeños giros del torso, el espíritu coloca losbrazos, que mantiene paralelos, primero noventa y cincogrados a la derecha, luego en idéntica posición a la izquierdade la línea central, permaneciendo inmóvil unos pocos

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segundos en cada posición. Luego retoma los movimientosiniciales, para efectuar otra vez los descritos en últimotérmino. Esta serie de movimientos se repite varias veces.Por último deja caer los brazos y desaparece con algunossaltos largos en el interior de la Choza Grande.

Estos movimientos de cabeza y brazos, descritos más arriba,deben ser copiados exactamente y en total coincidencia con\œ’œrte por la tŸka6kl8kŸten cada vez que aparece esteespíritu. Apenas aquél se ha retirado, también se dispersanlas mujeres y los niños. Pero no omiten expresarse acerca dela figura y de la conducta de cada uno de los espíritus,diciendo, por ejemplo, que tal espíritu tiene buena figura,que el color del cuerpo de este otro es magnífico, que aquélha estado muy bondadoso o muy furioso, y otras cosas porel estilo.

d) ¿Cómo se comporta \œ’œrte frente a los hombres? Parano dejar traslucir una diferencia demasiado notoria entre eltrato dispensado por este espíritu a la parte femenina y lamasculina de la población, tampoco los hombres quedanlibres de sufrir desagradables molestias. Con inteligentepremeditación se fundamentan algunas de estas molestiasen descuidos de las mujeres. Éstas a su vez se esfuerzan, através de una mayor aplicación y mejor cumplimiento desus obligaciones, por evitar a sus maridos y padres tantossinsabores.

Hipersensible e irritable, aunque no en la medida en que loes _álpen, se manifiesta también \œ’œrte, su marido. Susarbitrariedades también están a la orden del día; las mujereslas sufren en el campamento, los hombres en la choza delKlóketen. En primer lugar secuestra a algunos hombres y los

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lleva bajo tierra, donde está su mujer. Este destino lo sufrenante todo los nuevos candidatos. Y en este caso es Tácticamenteindiferente si el secuestro es atribuido a _álpen o a \œ’œrte, puesambos cónyuges actúan de común acuerdo. Por tal razón, tal ocual hombre se mantiene alejado del campamento durantemuchos días o semanas, en algunos casos incluso durante todoel transcurso de las ceremonias. Su ausencia llama la atenciónde todos los ocupantes del campamento. Entonces se dicesimplemente: “¡\œ’œrte lo ha secuestrado!”. Todo el mundo secompadece de él. Una noche, poco después de la inauguraciónde estas ceremonias, todos los hombres habían vuelto alcampamento. Cada uno de ellos había comido algo con sufamilia y luego todos se encontraron en la choza de YONI paracharlar. También estaban presentes las mujeres. Me echaronde menos y algunas mujeres preguntaron tímidamente por mí.Los hombres ya estaban esperando esta pregunta; pueshabíamos convenido que yo pasaría esta noche con AMBROSIO ylos dos iniciados en la choza del Klóketen. La respuesta de loshombres fue: “\œ’œrte lo llevó bajo tierra para entregarlo a_álpen” ... Comentando la situación, todas dijeron: “Qué penapor el bueno de MANKACEN, ¡cuánto deberá sufrir el pobre allí!”.Cuando al día siguiente aparecí nuevamente en el campamento,fingiendo gran cansancio, atraje ciertamente muchas miradascompasivas, pero las mujeres se mostraron tranquilizadas alsaber que yo había podido zafarme tan pronto de esa situacióndesagradable.

A veces \œ’œrte mata también a algunos hombres, y |lim, elsiempre bien dispuesto benefactor, los devuelve a la vida. Cuandoun resucitado se hace ver después de nuevo en el campamento,no le quedan rastros de heridas o cicatrices; ¡tan bueno es aquel

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espíritu para las curaciones! Este asesinato cometido contraalgunos hombres tiene por finalidad asustar a las mujeres.

Pero son los hombres presentes los que principalmentesufren los malos tratos de \œ’œrte. Para que sus mujeresobserven y verifiquen la tunda recién recibida, y para lograrsu compasión, los hombres se presentan en el campamentocon manchas de sangre en la cara o con la narizensangrentada. ¡La preparación de tales escenas mueve arisa! Un muchacho bromista hurga fuertemente en la mucosanasal superior con una varita afilada, hasta que manaabundante sangre. Haciendo comentarios jocosos, los demáshombres la recogen para sí mismos, ya sea con el dedo, ocon una pelotilla de lana, o un pequeño trozo de cuero, paraaplicarla en sus mejillas o en el labio superior. Junto al fuegose hace secar rápidamente la sangre. ¡Por lo general, un únicohombre joven debe suministrar toda la sangre necesaria paralos hombres “maltratados y torturados por \œ’œrte” A vecesse aplican pequeños rasguños o algunos cortes superficialesen el lóbulo de la oreja. Inclinando y girando levemente lacabeza, se dibujan con una ramita de dos a cuatro rastros desangre a través de la mejilla hasta la boca, rastros éstos quese abren en abanico desde la herida, y son coaguladosrápidamente junto al fuego. Los hombres aparentan asíhaber sido terriblemente maltratados.

Los hombres “tan cruelmente desfigurados” abandonan laChoza Grande y se dirigen al campamento. Aquí se lasarreglan disimuladamente para ser vistos por el mayornúmero posible de mujeres, y llevan sus rastros de sangrehasta que éstos se borran por sí solos.131 De este modo, las

131 Un tipo exactamente igual de timo es empleado por los yámana durante sucelebración del Kina. Ellos también intentan despertar la compasión de las mujeres.

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mujeres y los niños tienen ante sus ojos, por varias horas,esta imagen que mueve a compasión. No obstante, nuncaformulan preguntas al respecto. Expresan su pesar y suprofunda compasión por los “sufridos” hombres a través deun rostro triste, un silencio tolerante y una callada acusacióncontra los \œ’œrte que tanto hacen sufrir a sus maridos,hermanos y hermanas indefensos.

De todo esto surge claramente que \œ’œrte no puederealmente resultar atractivo para las mujeres, aunque suirascible arbitrariedad nunca alcanza dimensiones como lasque _álpen se permite. Esta última es considerada su esposa,pero lo domina totalmente132. El grupo de los \œ’œrte semantiene habitualmente bajo tierra. Nunca se habla sobre loque todos ellos hacen allí durante el resto del año.

3) H+yílan: Seres semejantes a los recién descritos espíritus\œ’œrte, son los H+yílan. Bajo distintos puntos de vista, ambosgrupos están vinculados entre sí.

a) Se los considera directamente como la servidumbre oayudantes o “peones” de los \œ’œrte. De acuerdo con supersonalidad y su forma de actuación, se pueden designaracertadamente a estos bribones caprichosos como losbufones, las figuras cómicas o los duendes graciosos de lasceremonias secretas. Eso, precisamente, porque diviertensobremanera a todos los ocupantes del campamento. Sonellos, justamente, los que traen un poco de broma alegre ydivertida variedad a la seriedad de las severas ceremonias ya la agobiante obligación de un orden del día desagradable.Ante todo permiten que las sufridas mujeres puedan olvidar

132 En esta relación podría verse un pequeño reflejo de la antigua superioridadnumérica de la población femenina sobre la masculina.

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al menos durante algunas horas de chanza espontánea loopresivo de su situación. O sea que también se ha previstoabundante alegría y diversión. Está sobreentendido que estepapel solamente se confía a bromistas especialmente ágiles.

En el orden jerárquico general de los espíritus, los H+yílanocupan un puesto muy subordinado. Se los llama sirvientesde los \œ’œrte, porque están en dependencia completa deéstos para prestarles cualquier ayuda. “¡\œ’œrte ordena alH+yílan lo que debe ejecutar!” Todos ellos viven también bajotierra. Por otra parte se hace creer a las mujeres que los\œ’œrte llevan consigo bajo tierra a todos los candidatos, yallí los entregan a los H+yílan para que los vigilen. Uncandidato solamente puede moverse de su lugar en compañíade un H+yílan cuando, perdido como está, camina de unlado a otro bajo tierra. Ambos personajes están taníntimamente ligados, que, al final, las mujeres designan acada Kl8kŸten como “hijo de”: H+yílan”. Además, cadacandidato está al servicio de los H+yílan y, como esclavo quedepende de estos tipos caprichosos, debe realizar múltiplestrabajos. Puesto que estos espíritus son muy numerosos, cadauno de los Klóketen tiene que cumplir un buen cúmulo detareas por día.

b) El aspecto exterior de estos espíritus se asemeja muchoal de un \œ’œrte. También ellos llevan la gorra estrechamenteadherida a la cabeza; pero toda su figura, incluso la máscara,produzca una actuación así, debe haber oscurecidototalmente, con el fin de evitar que tal espíritu sea reconocido.Astutamente se elige para escenas de este tipo las nochescon cielo encapotado o densas nevadas.

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A veces el H+yílan se muestra primero fugazmente al ladode la misma Choza Grande; dentro de ésta se atiza el fuegocon más fuerza, para que un fuerte resplandor lo ilumine.Amenazador amenté levanta su garrote y comunica suintención de visitar pronto el campamento. Comoconsecuencia de tal anuncio, todas las mujeres y niños correna sus viviendas. Si bien nadie osaría echar un vistazo entrelos barrotes de la estructura, la gente rio está obligada acubrirse completamente, como cuando \œ’œrte está de visitaen el campamento. Por lo general, todos los ocupantes de lachoza están sentados alrededor del fuego, con la mirada fijaen las brasas, o echan miradas furtivas hacia lo alto cuandoel H+yílan golpea las viviendas con su garrote, al pasarcorriendo. Una que otra mujer da un grito de espanto cuandoestos golpes caen inesperadamente sobre su choza.

En otras oportunidades, este espíritu no se anunciamediante aparición junto a la choza del Klóketen, sino quese desliza furtivamente al campamento, cuando por laavanzada hora de la noche, la mayoría de los ocupantes yase han tendido en el lecho. Sin que la gente del campamentosospeche lo más mínimo, el espíritu comienza repentinamentecon las chozas exteriores, golpea una o dos veces con sugarrote contra ellas, y así va corriendo de una vivienda a laotra. Lanzando gritos estridentes, las personas sentadasalrededor del fuego se sobresaltan, se agachan como si alpróximo instante el garrote pudiera caer sobre su propiaespalda. Recién respiran aliviados cuando los garrotazosprovienen de cierta distancia y anuncian que el molestoH+yílan ha pasado. Si por último este ruido ha cesadototalmente por algunos segundos, toda la gente se levanta

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nuevamente, como liberada de una pesadilla, para olvidarsu agitación, y vuelven a charlar amenamente. Estas charlaspor lo general giran en torno de la indignación que causaese espíritu insolente, que tan desconsideradamente se atrevea perturbar el descanso nocturno de todos. Con grandes risas,algunas personas comentan en cada oportunidad el tremendosusto recibido por tal o cual mujer durante esta inesperadavisita de los espíritus.

Esta vez solamente se trató de un rápido desplazamientodelante de las chozas, y nada más se permitió esta vezH+yílan. Durante su paso, golpeó las chozas a diestra ysiniestra. Llegado al otro lado del campamento, desaparecióotra vez en el bosque. La negra oscuridad de la noche y lacomodidad de los indígenas, que a hora tan avanzada ya nose molestan en abandonar sus viviendas, garantizan queaquel espíritu no sea observado. Bajo la suficiente protecciónotorgada por el manto de la oscuridad, el espíritu prontollega a la Choza de los Hombres.

En no pocas ocasiones, y aunque su visita sea muy breve,ocurre que los H+yílan —a semejanza de los \œ’œrte—arrancan de alguna que otra choza la gran cubierta de cueroy, arrastrándola tras de sí, la llevan un buen trecho bosqueadentro. Después arrancan uno o más tronquillos de laestructura, que arrojan en todas direcciones. Desde luegoque la mujer dueña de la choza debe poner todo esonuevamente en orden, después que el molesto e indeseablepillo se haya tomado por fin las de Villadiego. Con gestos ypalabras expresan claramente su indignación.

d) ¿Cómo es entonces, en verdad, la conducta de estosH+yílan? Fue el 29 de mayo, hacia el mediodía de una jornada

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muy gris con cielo cargado de nubes, cuando pude ver, porprimera vez, estas extrañas criaturas. Cerca de la una, dosH+yílan salieron simultáneamente del bosque y avanzaronunos pasos por la pradera abierta. Uno de ellos de torpesmovimientos fingía padecer de debilidad senil, de torpeza;parecía estar encorvado por los años, por lo que manteníaasido fuertemente un garrote encorvado sobre el que seapoyaba. Su compañero, que se comportaba con algo más devigor, trataba de mantenerlo de pie y hacerlo avanzar. Noobstante, el primero tropezaba a cada instante, y caía una yotra vez al suelo. Los dos avanzaban con gran lentitud. En sutorpeza hacían un papel sumamente ridículo. Entretanto,habían sido advertidos por algunos chicos. Por medio dellamados a media voz, todo el campamento fue puestorápidamente en conocimiento de la presencia de dos H+yílan.Las mujeres y los niños abandonaron sus chozas, y todos sereunieron riendo y bromeando en el linde del bosque. A travésde la pradera gozaban de una vista abierta hacia el otro lado,donde estaban los espíritus. Observando atentamente a estosdos picaros pillos, crecía de minuto en minuto el buen humorde la gente, pues también estaba presente la mayoría de loshombres. La mayor cantidad de risitas provenía de las mujeresjóvenes, que se divertían en grande con las grotescas andanzasde estos seres extraños y torpes. Pronto comenzaron tambiénellas a gritarles despectivamente:

“¡Eh, vosotros, tontos!, ¿qué buscáis aquí entre nosotras?¡Apuraos, idos a la Choza Grande; que a todas nosotrassolamente nos dais risa! ... Vamos, corred algo más de prisa.Apenas se levanta uno, ya se cae el otro al suelo. ¡Volved allugar de donde habéis venido! —No servís para nada: ¿Por

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qué os quedáis tanto tiempo aquí? Aquí todos nos morimosde risa, pues no sois más que unos tíos torpes. —Mirad aestos zopencos que ni siquiera saben caminar derechos. Unoquiere alcanzar y sostener al otro, pero los dos se caen.¿Queréis que sigamos riéndonos de vosotros? Vamos, ¡idosde aquí! No nos molestéis en nuestro descanso. ¡No osnecesitamos para nada! —Eso deberíais saberlo: ninguna denuestras mujeres os podrá querer. Sois unos sujetos demasiadolujuriosos. ¡Avergonzaos, que todas nosotras sabemosperfectamente lo que buscáis aquí entre nosotros! 133 Muchohace que estamos hartas de vuestro tonto juego. Seguidvuestro camino, pues ninguna mujer desea ocuparse devosotros. ¡Zopencos contrahechos, “¡ avergonzaos de vuestrassucias intenciones!”...134

Mientras se escuchaban estos y otros gritos similares de lasmujeres entremezclados, los dos H+yílan prestaban atención,y conforme con las circunstancias contestaban mediantemovimientos mímicos del cuerpo... Ellos mismos nunca dejanoír el más mínimo sonido, sino que expresan con gestos lamanera como juzgan tal o cual expresión de las mujeres. Setrata casi exclusivamente de acusaciones o recriminaciones.Lo que estos dos espíritus interpretan a continuación en suactuación silenciosa no es más que el traslado de estos gritosofensivos de cada uno de los H+yílan a su compañero, comosi aquellos improperios solamente fueran apropiados paraéste y sólo destinados a él. Cuando una mujer grita otra frasehiriente a través de la pradera, cada uno de los dos muestra

133 Estas palabras aluden a la indecente conducta de estos espíritus. Las mujeresenfrentan sus intenciones ilícitas con un rechazo despectivo.

134 Además de su lujuria, abiertamente exhibida, el cuerpo contrahecho de estosespíritus incita a todas las mujeres a la burla y al escarnio ruidoso.

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a su compañero, con gran insistencia, señalandorepetidamente con el índice su figura. Gestos y movimientosde cabeza, dirigidos también hacia las mujeres, quieren decirque lo que gritan es acordado respecto al otro, o que laacusación recién hecha pública solamente vale para elcompañero.

Mientras continúan las exclamaciones de las mujeres aintervalos cada vez mayores, el juego mímico dé los H+yílancontinúa en silencio y con expresividad que no deja lugar adudas. El uno da a entender mediante gestos que sin él elotro no podría levantarse, y menos aún avanzar. Torpementey sin gracia alguna lo alza del suelo y trata de ponerlo enposición vertical. Pero esto no da resultado en vista de sufigura jorobada, contrahecha, que pronto vuelve adesmoronarse y a caerse nuevamente. Esto causa irritacióny furia en el otro H+yílan, cuyo esfuerzo ha sido nuevamenteinútil. Pero el otro también se expresa furibundo, como sisolamente se hubiera derrumbado tan miserablemente porla torpeza de su compañero ... Me faltan las palabras paranarrar adecuadamente la perfecta maestría en el arte de losgestos de que disponen estos indígenas.

Ambos cojearon ahora, avanzando a duras penas unpequeño tramo; cada uno se apoyaba pesadamente en elgarrote torcido y cortó135. Repentinamente, uno de ellos sedetuvo, mostró furioso el puño cerrado a su compañero,comenzó a reñir con él e hizo ademanes de pegarle. A lavista de esto, las mujeres y los niños reían ruidosamente, yotra vez volvieron a lanzar variados improperios contra los

135 Estas figuras me recuerdan los conocidos grabados de duendes torpes ovetustos espíritus del bosque en las leyendas europeas.

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dos H+yílan. Éstos por fin se percataron de las risas y de losinsultos que les dirigían, se detuvieron excitados, y de comúnacuerdo amenazaron a toda la población. Grandes y chicos,por su parte, no podían dominarse ya por el regocijo que lescausaba esa gesticulación impotente; el griterío se duplicó yla diversión de todos creció hasta el desenfreno, cuanto másfuriosos se mostraban los dos espíritus del otro lado, con susgestos irritados pero silenciosos. Se oyeron aún los gritos másdiversos: “¡Eh, vosotros, torpes! ¡Fuera!, ¡nadie os ha llamado!—Nadie puede reírse bastante de tíos tan tontos comovosotros. Nadie de nosotros puede observaros con seriedad,¡tanto movéis a risa!— ¿Existen entre vosotros muchos máscon la misma conformación ridícula que tenéis vosotros?Entonces mejor volveos rápidamente con ellos. ¡Ninguna denuestras mujeres es para tipos contrahechos y jorobados comovosotros!”...

Cada vez más se excitaban los dos H+yílan. Amenazadores,dieron algunos pasos hacia adelante. Pero uno de ellos prontotropezó y quedo torpemente en el suelo. Impaciente y conpesadez, sin ninguna habilidad, el otro lo puso en pie otravez. Claramente denotaba el gran esfuerzo que eso lecostaba. En seguida recomenzaron su furioso ataque mímicocontra las mujeres, haciendo movimientos con los brazos ygestos. Se hablan puesto de acuerdo para esto, yrepentinamente parecían hermanados.

Como destrozados por los desprecios e insultos de lasmujeres, entraron por fin cojeando y tristes a la ChozaGrande. Todas las amenazas contra el campamento fueron.recibidas también ahora con burlas y desprecio.Acompañados de risotadas, las mujeres enviaron tras ellos

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otra tanda de expresiones poco honrosas: “Por fin os habéisido, tíos tontos: ¡No molestéis más y quedaos con los demássujetos lujuriosos de vuestro grupo! —Si os hacéis ver otravez, nos reiremos más fuerte aún. Ninguno de nosotros tienegusto alguno en observar vuestras figuras lastimosas ycontrahechas. —¿No os da vergüenza mostraros aquí?Quedaos entre vosotros, allí estaréis bien. ¡Sois una chusmaindecente!” ...

Precisamente cuando la gente reunida estaba a punto dedispersarse nuevamente, los dos H+yílan salieron nuevamentede la Choza del Klóketen. Uno de ellos, ahora algo más ágil,arrastraba de los pelos tras de sí al otro, que se mostrabamuy torpe. El primero hacía ahora con el otro, una serie detravesuras burdas, a medida que esto se le ocurría. El másdébil de los dos debía dejarse tratar como un muñecoinsensible. El otro lo tumbó, lo hizo rodar un buen trechopor el suelo, como si fuera un rodillo rígido, y, más aún, lepropinó puntapiés en las asentaderas y golpes de puño en lacabeza. También se sentó en su espalda, mirando hacia lospies, y le azotó el trasero. Después hizo rodar un trecho máseste rodillo, lo paró dificultosamente y lo tumbó otra vez. Elotro se quedaba totalmente inmóvil y permitía sin defendersetodo lo que el otro hacía con él. Después de una pequeñapausa, el más joven tomó los pies de su compañero que yacíaen el suelo, lo dio vuelta de modo tal que quedó con la espaldacontra el piso, separó mucho sus piernas y se colocó entreellas. Agachándose, colgó ambas piernas de aquél sobre sushombros, de modo que las rodillas se doblaron y laspantorrillas quedaron apoyadas en su espalda. Comoconsecuencia de ello, el cuerpo de aquél quedó ligeramente

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levantado y los órganos genitales muy cerca del rostro delotro. Con las manos, éste comenzó a tironear de ellos.Mediante suaves movimientos del torso y pequeños bailoteoscon los pies, así como también con desfiguraciones de la caradaba a entender su excitación sexual. Al cabo de un rato,arrojó nuevamente al suelo al otro, que quedó tendido inmóvily desvalido ... Todo esto denotaba un exacerbado apetitosexual.

Como si el H+yílan más joven solamente se hubieradedicado a descansar brevemente, poco después comenzóotra vez aquel juego impuro. Primero empujó al otrofuertemente con los pies, y éste respondió con sacudimientosintermitentes del cuerpo encorvado. En términos generalesel primero se comportó como si su apetito sexual se hubieraexcitado mucho. Nuevamente se abalanzó sobre sucompañero tendido en el piso, volteándolo de modo tal queéste quedó con el vientre hacia abajo. Luego alzódificultosamente el torso del otro, estrechándole las caderascon ambos brazos. Tironeando fuertemente, logró que todoslos miembros del otro quedaran poco a poco en una posicióncomo si se hubiera puesto en cuatro patas. El H+yílan másjoven se inclinó ahora sobre este cuerpo así dispuesto, comopara realizar un coitus a posteriori. Su conducta eraextremadamente lúbrica. Cometió aún otros actos indecentes,ya que ambos estaban completamente desnudos.

En vista de este erotismo burdo, el estado de ánimo de lasmujeres cambia repentinamente. Éstas expresan en viva vozsu repugnancia y consideran muy ofensivo que les seanpresentadas tales indecencias. Les gritan a los H+yílan:“¡Desapareced rápidamente, zopencos voluptuosos! Viejos

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repugnantes, ¿no os avergüenza hacer porquerías a la vistade todas nosotras? —Oye, tú, suelta ya a ese otro y déjaloir. ¿No te repugna acaso abusar tan malamente de ese viejo?—¡Qué asco! ¡Eres un tunante asqueroso! —No seguiremosmirando lo que hacéis, pues vuestra actitud voluptuosa nosresulta repulsiva. ¡Idos ahora mismo de aquí!” ...

Cuando el H+yílan que estaba puesto en cuatro patas oyóestas graves acusaciones de las mujeres, se levantópenosamente, tomando esta vez en la medida en que le fueposible una posición vertical. Haciendo gestos con los brazosenvió señales a la Choza Grande para que otro H+yílanacudiera en su ayuda. Efectivamente, al poco rato salió unode la choza del Klóketen136. Éste interpretó el papel de unapersona totalmente agotada, senil, muy encorvada ycontrahecha, cuya postura era en extremo inclinada. Sufigura torcida fue comentada con elocuentes gestos de burlay desprecio, sumamente gráficos, hasta por los otros dosespíritus. No bien se había acercado suficientemente estenuevo espíritu, sus dos compañeros le propinaron tantospuntapiés que inmediatamente cayó al suelo torpemente.Tomándolo de brazos y piernas, lo arrastraron de aquí paraallá por el suelo, dieron algunas volteretas por encima de ély lo trataban como juguete de sus caprichos. Toda estaactuación era tan bufonesca, que ninguno de los espectadorespudo dejar de reír. Cada vez que alguno dirigía la vista aestos tres, se desternillaba nuevamente de la risa.

Pero la componente erótica pronto pasó nuevamente aprimer plano. Las mujeres inmediatamente expresaron de

136 Se trataba de aquel hombre que ese mismo día había interpretado al mediodíael papel de Sœ’œrte, y que durante su visita al campamento se había herido el pietan gravemente que sólo podía caminar cojeando.

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viva voz su disconformidad, y muy excitadas gritaron a losespíritus graves acusaciones: “¡Vamos, desapareced rápidode aquí, criaturas sucias! No queremos seguir viendo talescosas. ¡No toleraremos estas porquerías! —¡Avergonzaos!¡Quedaos donde vive vuestro pueblo voluptuoso! ¡No nosmolestéis más con vuestras asquerosidades indecentes!” ...Finalmente, los tres H+yílan cesaron con su extrañaactuación, yéndose mientras hacían gestos amenazadorescontra la población. Aún en este momento seguíanempujándose y tironeándose recíprocamente; gesticulandoy riñendo, desaparecieron por último en la Choza Grande.Mucho tiempo después se vio aún dibujado en el rostro delas mujeres el disgusto por esta actuación desagradable delos H+yílan.

Pocos días después, por la noche, cuando todos los indígenasestaban sentados alrededor del fuego y en parte ya se habíanpreparado para dormir, aparecieron repentina einesperadamente tres H+yílan cerca de las chozas. Todas lasmujeres fueron presas del miedo y del terror al acercarseestos seres, que todos definen como un grupo de lascivos. Alprincipio cada H+yílan golpea con ambos puños contra lachoza, tironea de ella y la zamarrea, hasta que las mujeres yniños ubicados en ella se cubren totalmente el rostro y seacuestan en el suelo. Entonces arranca de la estructura lacubierta grande de cuero e intenta hurgar con un palo en lasmujeres, cuyos cuerpos pueden verse aún .a pesar de losmantos con que se cubren. Al mismo tiempo, y mientrashurga a través de los barrotes de la estructura, buscaesconderse un poco. Su manera de obrar se hace cada vezmás impertinente. Actúa como si quisiera ingresar a toda

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costa al interior de la choza, por supuesto por cualquier lugarsalvo por donde está la verdadera entrada. Bajo estassacudidas, la débil estructura de la choza tiembla y el miedode los ocupantes aumenta cada vez más. La finalidad deestos esfuerzos del H+yílan es tener por la fuerza relacionessexuales con las mujeres, lo cual puede deducirse de sus gestosexcitados, de la posición abierta de las piernas y de larespiración breve y jadeante. H+yílan sigue buscando laentrada a tientas a lo largo de la pared exterior de la choza,hasta que por fin la encuentra. Pero antes que puedapenetrar, el marido o algún pariente de las mujeres presentesya se ha colocado en la entrada. Este hombre le impide conmuchos esfuerzos penetrar al interior de la choza. Sin dejarsedisuadir de su propósito, H+yílan intenta acercarsenuevamente a las ocupantes femeninas; sin parar bailoteaalrededor de la vivienda y sacude fuertemente los barrotes.Continuamente salta contra la pared exterior y, adoptandouna posición que debe expresar su excitación sexual, expresasu apetito por las mujeres y muchachas en el interior. Porúltimo, los espíritus deben abandonar sus intentos por faltade éxito. Llenos de despecho se retiran decepcionados, hastaperderse en la oscuridad del bosque.

Durante la estadía de estos espíritus en el campamento, lasmujeres entonaban un canto monótono. Su sonido erasumamente sordo, pues cada una de las personas tenía porlo menos la cara cubierta. Algunos hombres lanzaban gritosaislados, lo que hacían sobre todo cuando debían impedirque los espíritus avanzaran por la entrada de una vivienda.Apenas dedujeron las mujeres, por el silencio que se esparciópor el campamento, que los H+yílan se habían ido, arrojaron

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a un lado sus coberturas y desde sus asientos gritaron lasacusaciones más graves contra esos alborotadores nocturnose importunos voluptuosos: “¿Por qué habéis venido aquí ahora tan tardía de la noche, para molestarnos? Sois unospillos miserables, unos tipos lascivos. Quedaos donde estánlos demás de vuestra calaña, ¡allá haréis mejor figura!¡Regresad pronto a la Choza del Klóketen! ¡No molestéis aesta hora de la noche! Nadie quiere saber nada de vosotros.Bien conocemos vuestras intenciones. Debería darosvergüenza; ¡pues comprendemos perfectamente lo que habéisvenido a buscar! —Os causa placer, verdad, destrozarnuestras chozas. ¡Cuánto trabajo tendré otra vez para poneren orden mi choza! Tengo que apurarme, pues esta nochenevará nuevamente. —¡Sois una chusma repugnante yatrevida! Qué maldad venir aquí y molestarnos a nosotras,las mujeres. ¿No os avergonzáis. pretender entrar por lafuerza a nuestras chozas? —Cada una de las mujeres respiraaliviada cuando os habéis ido nuevamente. Ninguna dénosotras simpatiza con vosotros, ¡libertinos atrevidos!”... Conexpresiones similares, las mujeres descargan un poco suenojo por la insolente impertinencia de los H+yílan. Porsupuesto nunca los ven cuando éstos aparecen por elcampamento, ni tampoco pueden seguirlos con la miradacuando se retiran a la oscuridad de la noche. Pero, en cambio,oyen con total claridad cómo se comportan, escuchan todolo que sucede, y completan su percepción acústica en laimaginación con lo que en otras oportunidades han podidover con sus propios ojos. En última instancia, tampoco estavez quedaba a las mujeres otro remedio que buscar por todaspartes las cosas desparramadas por los espíritus, y

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reacondicionar con ellas su vivienda. La irritación por la visitanocturna y por la conducta indecente de los H+yílan siguió siendotema de conversación por mucho tiempo para los ocupantes dela choza, hasta que por fin el sueño cerró a todos los ojos cansados.

Otro día, inmediatamente después de la desaparición en laChoza Grande del \œ’œrte que había finalizado al mediodíasu recorrida por el campamento, y cuando todos losindígenas estaban aún al borde de la pradera para recibir elsaludo de aquél, salió un H+yílan del bosque, a unos cincuentametros al norte de la choza del Klóketen. Causóinmediatamente gran hilaridad. Fingía estar completamenteagotado y cansado, y con gran esfuerzo se arrastraba haciaadelante. Y a pesar de estar apoyado en un grueso barrotecurvo, apenas si podía mantenerse en pie. Arrastrando lospies, avanzó un pequeño trecho, pero pronto se acurrucó enel suelo, y cayó sobre su trasero pesadamente. Al rato selevantó de nuevo, pero poco después se derrumbó otra vez,repitiendo su actitud con breves intervalos. Por fin se diovuelta para regresar y hurgó, primero con su garrote y luegocon los dedos, en la nieve, como si al venir hubiera perdidoalgo. A la manera de las personas aleladas miró por todoslados, ora aquí, ora allá, para sentarse luegodesconcertado... Los gritos de las mujeres no se hicieronesperar mucho. Así se pudo escuchar: “Viejo miserable,¡escóndete rápido en la choza del Klóketen! Todas nosotrasnos reímos de ti a más no poder, ¡te comportas tantorpemente! —¿Porqué vienes en realidad a molestar a lagente? Sois unos tíos raros. —¿Dónde está tu hijo? 137¿Cómo

137 Se refiere a cualquiera de los iniciandos, el que presta variados servicios a esteespíritu, y que, por esa estrecha relación de dependencia, es denominado “hijo delHayílan”.

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lo tratas? ¡Seguramente obligáis a nuestros hijos a trabajarmuy duro! ¿Cómo será torturado mi hijo 138 por vosotros?”

Pero nuestro H+yílan no se deja intimidar por tales gritos.Amenaza primero a la gente, levantando el garrote, y haceesfuerzos como si quisiera arremeter contra las mujeres. Estosintentos, sin embargo, sólo provocan nuevas explosiones derisa. Desconcertado, observa nuevamente a su alrededor,cuando repentinamente ve a otro de su especie.

La conducta de ambos pasa a ser ahora para mujeres yniños la diversión más graciosa que pueda imaginarse; pueslos dos espíritus ofrecen todo lo humanamente posible pararepresentar la torpeza y la pesadez por el arte de la mímica.El que ha aparecido en segundo término se comporta conmayor agilidad y vigor, pero con eso solamente aumenta laimpresión de su deformidad. Con exagerada solicitud ayudaal mayor, lo alza y lo sostiene, saltando de un lado al otro.Pero éste parece tan cansado, tan débil, que simplemente nopuede seguir los pasos de aquél, y andando rígidamentetropieza y cae repetidamente. Con rapidez, el otro tironeade él penosamente hasta dejarlo otra vez de pie; entretantole aplica fuertes puntapiés y también le golpea la giba conlos puños. Esto enfurece al viejo, y con furia impotente levantael garrote contra su ayudante. A los pocos minutos, seproduce una lucha entre estos dos personajes tan torpes,acompañada de una serie ininterrumpida de risueñasinstantáneas y graciosas monerías, pues ambos tienen uncomportamiento tan inseguro, un paso tan tambaleante, quea cada instante parecen tumbarse. Durante todo este tiempo

138 Así habla una madre cuyo hijo se encuentra en la choza de los hombres encalidad de Klóketen.

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las mujeres ríen y gritan al unísono con los niños, e inclusolos hombres observan divertidos, e incitan a la risa concomentarios picaros... Más de una hora ha durado estaactuación bien lograda. Ambos H+yílan, amenazandoconstantemente a la población y a los exasperados perros, seretiran lentamente al bosque, del que habían salido. Despuésde eso, también la gente regresa lentamente a sus viviendas.

Contrariamente a todo lo que se podía esperar, tres H+yílansorprendieron a los ocupantes del campamento al comenzarla noche siguiente. Sin haberse anunciado antes de maneraalguna, aparecieron repentinamente al lado mismo de laschozas externas. Mujeres y niños se alborotaron ... Los tresespíritus se distribuyeron rápidamente por el campamento,de modo que simultáneamente cayeron varios golpes degarrote sobre las distintas viviendas. Los ocupantes perdieronen la mayoría de los casos la serenidad. ¡Es que tal visitainesperada no los deja indiferentes! Por fortuna losalborotadores nocturnos no se quedaron mucho tiempo enel campamento; pues aún antes que la gente pudieserecuperarse un poco del primer susto, aquéllos ya habíandesaparecido en la oscuridad del bosque. Las mujerescomenzaron ahora a lanzar los improperios más terribles:“¿Qué hacéis nuevamente por aquí, zopencos repugnantes?Ayer mismo nos habéis causado tanto trabajo. Tuvimos queacomodar todas nuestras chozas y ponerles otra vez lospesados cobertores, ¡y hoy ya nos causáis las mismasmolestias! —Ayer llevasteis hasta muy lejos el cobertor demi choza, y perdí mucho tiempo buscándolo.Verdaderamente no tengo ningún interés en hacerlo hoynuevamente: ¡sólo porque vosotros, chusma caprichosa,

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sentís placer en molestar a las mujeres! —Sois una tropillaextraña y ridícula. Apenas nos habéis movido ayer a reírnosa más no poder por vuestra conducta torpe, y hoy ya nosdais nuevo trabajo molesto por vuestro afán destructor.¡Dejad al menos en paz a nuestras viviendas! —¿Por qué noos quedáis permanentemente allá en vuestra Choza Grande?Allí estaréis mejor, allí también hay muchos otros semejantesa vosotros. —Eh, oíd esto, tíos voluptuosos: ¡quedaos convuestra gente, que son iguales a vosotros! ¿No os davergüenza atacar tan descaradamente a nuestras mujeres ymuchachas? —¡Sois una chusma muy molesta! Justamentetan tarde, cuando toda la gente desea dormir, tenéis quevenir aquí, desarmáis nuestras chozas y desparramáisnuestras cosas por el bosque. Nosotras tenemos que recogerdespués todo de nuevo y recomponerlo. ¡Tal ajetreo noscausáis con la noche ya tan avanzada! —Menos mal que oshabéis hecho humo tan pronto, aquí no sois bien vistos.Quedáos ahora en vuestra Choza Grande y no molestéis mása la gente; ¡ya es noche muy cerrada!” ... Pronto renació lacalma en todas las chozas, y el cansancio general acallórápidamente las protestas de las mujeres. A la mañanasiguiente, en cambio, más de una persona descargó su fastidiomaldiciendo nuevamente a los alborotadores nocturnos.

Puesto que en realidad estos bufones aportan a la poblaciónfemenina más diversión y estados de ánimo alegre que molestiasy trabajo, no son en general, mal recibidos para la mayoría. Yaunque para alguna mujer resulta a veces muy difícil recogeren la oscuridad de la noche todas sus cosas para poner en ordensu vivienda, en la próxima actuación tal trabajo se compensagenerosamente por las risueñas payasadas de los espíritus.

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Resulta muy llamativo que las burdas y groserasinsinuaciones de los H+yílan generen en todas las mujeresun decidido rechazo, y que sus gestos voluptuosos, porinconvenientes, sean pasados en silencio en el curso de lasconversaciones posteriores.

La visita de los H+yílan debe esperarse por término mediocada seis días. Creo tener que asignar una alta significaciónpsicológica a la inclusión de estos bufones entre la larga seriede espíritus sombríos e inamistosos, que adoptan todosactitud amenazadora contra las mujeres. Pues bajo laconstante presión de melancolía y angustia, el estado anímicode las mujeres podría quedar seriamente dañado 139 por laconstante repetición de las actuaciones aterrorizantes eintimidatorias. Pero aquellos payasos ridículos, de figuratorcida y contrahecha, con su juego silenciosoirresistiblemente divertido, levantan otra vez al espíritu másdeprimido y le devuelven el equilibrio. Por otra parte, tambiénintervienen circunstancias puramente individuales ypersonales en cuanto a la frecuencia de la actuación de losH+yílan. Así, en épocas anteriores, existían individuos muyapreciados como bromistas natos, y otros que eran capacesde actuaciones realmente sorprendentes en el campo de lamímica. Estos talentos buscaban ser desarrollados, y comolos hombres también observaban divertidos a estos bufonesse aumentaba el número de actuaciones de los H+yílan. Aquí,como siempre, se hace patente la profunda influencia que elindividuo y su disposición de carácter está en condicionesde ejercer en cada caso sobre el desarrollo de las ceremonias,todo lo cual crea las mejores condiciones para una granmultiplicidad de manifestaciones.

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4) KŸternen : Lazos de sangre unen a KŸternen, unacriatura débil e infantil, con Xalpen, tan temida por todos,pues es considerado como su propio hijo.

a) En todos los casos se presenta a Keternen como niño reciénnacido a los ojos de los espectadores, _álpen tiene relacionessexuales irrestrictas con todos los hombres selk’nam presentes;nada se dice de si de estas uniones surgen niños. Pero _álpentiene especial interés en los iniciados, pues éstos sonmuchachos solteros.

A las mujeres solamente se presenta el fruto nacido de estaunión con un Klóketen. KŸternen es el niño engendrado por_álpen con un Kl8kŸten. Este niño se desarrolla consorprendente rapidez. En algunos casos ya es presentado alas mujeres en la tercera semana de las celebraciones; pues“recién ha llegado al mundo”. El inminente nacimiento deun KŸternen es manifestado por _álpen a través de unairritable hipersensibilidad y desmedidas explosiones de ira.Por esta causa, las mujeres también se asustan mucho, porquetodos los hombres deben ser ultimados para que ella puedadar a luz a su hijo. Precisamente es su avanzado estado degravidez el que la convierte en una furia. Consecuentemente,cuando el frenesí de la _álpen aumenta ocasionalmente hastael paroxismo, lo cual puede deducirse de los gestos de terrorcada vez más angustiosos de los hombres, las mujeres sabenque se avecina una matanza general de hombres. En uno delos días próximos se muestra al KŸternen fuera de la ChozaGrande. Pues una vez que todos los hombres han sidomuertos, el servicial |lim se apresura a devolver les la vidaal día siguiente. Él mismo se muestra muy contento porque_álpen haya dado la vida a un nuevo KŸternen. Expresa su

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inmensa alegría luchando con los hombres, lucha durantela cual hace rodar fuera de la choza del Klóketen a todos loshombres uno tras otro.

Cuando se presenta a este espíritu recién nacido, las mujeresy los niños pueden acercarse a una distancia mucho menorque otras veces de la Choza Grande. Luego de lapresentación, KŸternen regresa a la choza del Klóketen ydesde entonces permanece invisible para siempre. Lasmujeres creen que este espíritu infantil continúa su vida juntoa _álpen bajo tierra.

b) La presentación y todo el adorno coincidenconsecuentemente con esa concepción. Como intérprete seelige a aquél de los Klóketen cuyas formas físicas hanconservado mejor el tipo infantil; es decir que se elige a unmuchacho bajo, delgado y debilucho.

Se cubre todo el cuerpo con color rojo que ha sido desleídoen agua. Los antebrazos, así como las piernas y los pies, sefriccionan con pintura blanca, a la que luego se agregan líneasrojas hechas con una mezcla de tierra colorante y grasa.Desde el cuello y directamente hasta los órganos genitales seextiende una línea blanca de unos tres dedos de ancho.Entretanto, la pintura aplicada antes se ha secado junto alfuego. Encima de este fondo se aplican sobre todo el frentedel cuerpo, partiendo desde la altura de los hombros hastallegar a las rodillas, y a distancia de unos tres centímetrosuna de otra, líneas paralelas horizontales blancas de un dedode ancho. Entre cada dos líneas blancas se dibuja una línearoja paralela a ellas, que es un poco más ancha y se trazacon la arriba mencionada mezcla de tierra colorante roja ygrasa. Por esta razón también es más oscura que el fondo

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general. La intención especial de mezclar la tierra colorantecon grasa de guanaco líquida o aceite de hígado es evidente:con ello se hace posible adherir los edredones. Sobre estaslíneas de grasa marrón-rojizas se aplican pequeños taponcitosde edredones en intervalos de unos tres centímetros uno delotro, que en seguida se quedan pegados. El día anterior loshombres habían atrapado un gavilán o una lechuza, y habíanpreparado el tenue plumón para el adorno del KŸternen. Dela misma manera que el frente también se adornan loshombros y los brazos, inclusive las manos. Los órganosgenitales se cubren con abundante plumón, con el fin dedisimular su tamaño. La cabeza se cubre con una máscaraalta y terminada en punta, que se confecciona de cuero ymuestra el corte de una máscara de M0tan; se adornatambién de la misma manera que el cuerpo. La ancha líneablanca que, comenzando en la punta, recorre el centro seencuentra en el cuello con la línea que llega hasta la regiónpúbica. Para los ojos se practican dos incisiones muypequeñas, no reconocibles desde afuera. La máscara tienepor lo menos el doble de alto que la cabeza, y el cuello delactor, tomados en conjunto. Esta figura tiene un efectosumamente extraño.

KŸternen es presentado a las mujeres inmediatamentedespués de su nacimiento. Puede ser de sexo masculino ofemenino; pero por la preparación algo más difícil del espíritufemenino, actúa con mayor frecuencia el KŸternen masculino.Para representarlo se dejan los órganos genitales del Klóketenen su posición natural y se cubren abundantemente conpelotillas de edredón. Pero si este espíritu infantil ha de serpresentado como niña, el candidato actuante ha de ser

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especialmente delgado en su contextura. Se pasan los órganosgenitales hacia atrás entre las piernas; y se mantienen allíatándolos con delgadas fibras de tendón. La consecuenciapara el actor es que solamente puede dar pasos muy cortos140.

La preparación de un KŸternen significa en cada caso untrabajo fastidioso. Para el candidato es especialmente penosomantenerse tanto tiempo en posición firme y exponerse a lavista de los demás en varias oportunidades, luego de largosintervalos. Pude observar que la preparación de este espírituse extiende por más de dos horas, aunque eran tres loshombres que se ocupaban de ello. El motivo es que laaplicación de los edredones es una operación que exigemucho tiempo.

c) Este espíritu tiene su propia forma de aparecer. Aquíactúa simultáneamente un hechicero. Alrededor de las tresde la tarde, después que la preparación del KŸternen estáterminada, el âœn más influyente se coloca al lado de la chozadel Klóketen y grita a las mujeres del campamento: “Prontopodréis ver algo hermoso, ¡preparaos ahora!” Recapitulandolos sucesos del día de ayer, las mujeres se dan cuenta de quedebe tratarse de la aparición de un KŸternen.Inmediatamente se adornan con la pintura facial usual paralos casos festivos: pequeños puntos blancos ordenados enlíneas, llamados œâtálampten.

Desde el anuncio del âœn ha pasado una buena media hora.Entonces los hombres comienzan a batir palmas de manerasuave y pausada; esto significa la entrada del KŸternen en laChoza Grande de los hombres. Las mujeres y los niñosabandonan ahora el campamento y se acercan a la chozasecreta. Aquí se ubican formando filas laterales.

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Inmediatamente los hombres dejan de batir palmas. Porqueahora comienzan las mujeres a atraer mediante su canto al niñomaravilloso, para que se presente fuera de la choza. Repiten convoz suave y cariñosa el uniforme: haskwaraka, haskwara, muyrítmico y amortiguado. La melodía pronto se hace aburrida:

Acompañan sus llamados lisonjeros con movimientos demano de idéntico significado: los brazos doblados haciaarriba en el codo y las manos extendidas con la palma haciael cuerpo, separados unos veinte centímetros del hombro.Con los dedos apretados, la mitad final de cada mano sehace vibrar fuertemente en dirección hacia el cuerpo. Coneste canto y el juego de las manos desean expresar sus ansiasde que KŸternen aparezca pronto y pueda ser contemplado.

Apenas diez minutos deben haber durado estos llamadosde las mujeres. Sale entonces de la choza un âœn que, en suconducta, evidencia el importante significado de su función.Está ataviado con el adorno frontal propio de su persona, elpo’om. En el rostro, desde el lóbulo de una oreja hasta el dela otra, tiene pintada una ancha raya roja transversal, ytambién tres grandes puntos blancos, uno en el dorso de lanariz y los otros dos al lado de la comisura exterior de lospárpados. Lleva puesto su manto de piel con la lana haciaadentro. Sin demora, recorre el corto trayecto que luego haráel propio KŸternen. Dando pasos muy cortos, solamenteadelanta la pierna derecha, y arrastra detrás la piernaizquierda. Al apoyar el pie derecho, golpea en cadaoportunidad fuertemente la tierra con el talón, como si

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quisiera comprobar su resistencia141. Al regresar, marchandohacia atrás como los cangrejos, mantiene los mismosmovimientos.

Una vez de regreso en la Choza de los Hombres, solicita aotro hechicero que le preste ayuda. Ubican a KŸternen entreambos y cada uno de ellos le toma una de las manos pero, demodo tal, que KŸternen mantiene sus brazos rígidamentedirigidos hacia abajo, apoyándose con sus propias manosen una de las manos de cada âœn. Los hechiceros se acercanestrechamente al niño y lo conducen suavemente haciaafuera. Éste da solamente pasos muy cortos y mantiene losmuslos fuertemente apretados uno contra el otro; “porquerecién ha nacido”, como dicen las mujeres. Nosotrosconocemos con mayor exactitud el motivo: ¡Nada en sucuerpo debe denunciar que se trata de un muchacho crecido!Los hombres que acompañan a KŸternen marchan casirespetuosamente al compás de éste, y le prestan ayudaempujándolo suavemente hacia adelante. Entretanto, lasmujeres siguen cantando con mayor ternura y con cariñosoacento; los movimientos de sus manos se aceleran con el finde atraer lo más posible al niño milagroso. A una distanciade unos treinta pasos se detiene delante de ellas y se quedaalgunos minutos de pie. El recorrido de ese trayecto se realizapor etapas. El grupo de los tres se adelanta unos tres metrosy se detiene después por unos minutos, luego que el âœn hagolpeado fuertemente el piso en ese lugar. Por otra parte, ycon breves intervalos entre un golpe y el otro, golpea

141 No obtuve una explicación suficiente para determinar el sentido y la razón deese golpear el piso con el talón. Solamente me decían: “¡Así es uso y costumbre delos hechiceros!”

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ininterrumpidamente con el talón derecho el pisoexactamente delante del KŸternen, mientras dura eldesplazamiento hacia adelante.

¡Las mujeres admiran con miradas tiernas al niñomaravilloso! La blandura de los edredones ha de exponer sufragilidad, el color rojo claro de su cuerpo es consideradocomo belleza especialmente deseable y la perceptible rigidezde los miembros evidencia su extrema juventud. El mundofemenino se sacia en la contemplación de esta aparición, quepara ellas significa un deleite. La observación de ese niño nocansa a las mujeres. Como ebrias de amor no están encondiciones de separar sus ojos de su figura. Ensimismadasen el deleite, su canto se repite, por así decirlo, en forma casiautomática...

Muy lentamente, y con movimientos rítmicos, se retira elKŸternen después de unos quince minutos, apoyado siempreen los dos acompañantes que están a su lado, pero lo hacende manera tal que los rostros de los tres están orientadoshacia las mujeres. También ahora, como al salir, el âœn golpeacon su talón derecho ininterrumpidamente contra el suelo,caminando hacia atrás. Las llamadas de las mujeres son cadavez más tiernas, sus miradas se transforman y se conviertenen rígidas, como perdidas en un sueño, sin destino aparente.Cuando la fila de aquellas tres figuras ha retrocedido hastala altura de la entrada a la choza, su movimiento continúaen forma lateral hasta que han desaparecido totalmente dela vista de los espectadores. Inmediatamente se inicia elsuave, lento y rítmico batir de palmas de los hombres sentadosadentro de la Choza Grande. Las mujeres que están afuera,a su vez, detienen todo movimiento. El aplauso de los hombres

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quiere transmitir a todos los que están afuera la propia alegríaque sienten por el niño maravilloso. Pero en realidad todosestán sentados, como siempre, muy contentos alrededor delfuego y se ufanan tremendamente por el engaño logrado.Por supuesto, el intérprete del KŸternen, por su parte, debemantenerse en pie, para que sus adornos no sufran averías;sus dos acompañantes, en cambio, se sientan cómodamenteen su lugar.

Después de unos diez minutos, allá afuera las mujerescomienzan nuevamente con su batir de palmas, primero unaspocas, después paulatinamente también las demás. Pocodespués asimismo se oye otra vez aquella llamada lisonjera:haskwaraka, haskwára ... Entonces la fila de los tres hombresse ordena nuevamente y abandona con lentitud la choza delKlóketen. También esta vez se realiza el paseo según lasantiquísimas costumbres. Nuevamente crece la sensación dedelicia de las mujeres y niños, mientras pueden gozar de eseespectáculo, hasta que el grupo se retira nuevamente y sereinicia dentro de la choza el batir de palmas de los hombres.

De cinco a siete veces sale KŸternen de la choza secreta.Porque la preparación de este espíritu exige mucho tiempo,y, por lo tanto, se intenta aprovechar todo lo posible estecomplicado trabajo. Por otra parte la contemplación de estecuadro viviente produce tanto deleite a las mujeres, que loshombres les conceden sin envidia tal placer. Después de latercera o cuarta entrada en escena, el batir de palmas de loshombres se mezcla con el alargado grito de: xas, xas, xas...,que se repite constantemente con una interrupción de unosdos segundos, y en registro agudo. Con esto anuncia |limsu ingreso a la choza del Klóketen. Éste está fuera de sí por

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el placer que le causa el nacimiento de un KŸternen. En sutransporte de alegría se pone tan excitado que, al principio,hace salir corriendo a los hombres uno por uno de la ChozaGrande. Por último les da empujones tan enérgicos, que éstossiguen rodando unos metros por el suelo. Por supuesto lasmujeres observan todas aquellas bufonadas, pero no apartansu atención del niño maravilloso.

Ambas actuaciones transcurren paralelamente durantecierto tiempo, hasta que después de la última aparición delKŸternen el âœn se para frente a las mujeres y los niños y lesgrita: “¡Ahora regresad rápidamente a vuestras chozas!”...En otra oportunidad aparece repentinamente en el cercanolinde del bosque un H+yílan. Esto y otras señales se considerancomo exhortación a los espectadores para que se dirijanrápidamente al campamento. Con esto concluye la escenade KŸternen.

Recién entonces se quitan al juvenil intérprete, visiblementecansado, la máscara y la pintura del cuerpo. La preparacióny las salidas siguientes, han durado en conjunto unas cuatrohoras. Las pelotillas de adredón se quitan con cuidado y seguardan en un saquito de cuero limpio, para ser utilizadosen la próxima representación. Lo mismo se hace con lallamativa máscara puntiaguda. Según el juicio unánime dela gente, la escena del KŸternen es la más hermosa de todas,pues causa un verdadero placer a todo el mundo.

5) |lim:: Este espíritu nunca aparece como ser visible, osea bajo forma de persona, pero las mujeres y los niñosobservan ocasionalmente los efectos de sus fuerzas. Suexistencia es necesaria, para cubrir un vacío existente en eldesarrollo general de las ideas, pues si, durante la gran

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matanza que efectúa _álpen, son ultimados todos loshombres, debe existir alguien que rápidamente los devuelvaa todos a la vida.

a) La personalidad de este espíritu es agradable a todos.|lim reside bajo tierra. “Pertenece a la choza del Klóketen”,pues llega allí para determinadas ocasiones, aunque nuncase presenta ante mujeres y niños. De talla baja, que sóloalcanza a la mitad de la del selk’nam adulto, posee noobstante, una fuerza y agilidad extraordinarias. Comoluchador no hay otro igual a él y su mayor placer es medirsecon todo el mundo. Soberbio es su saber como âœn; puestiene la facultad de curar rápida y totalmente las gravesheridas causadas a cualquier individuo por _álpen, por\œ’œrte o por K4ta6x. Su arte es tal que ni siquiera quedanvisibles cicatrices. Incluso recoge la sangre derramada y ladevuelve a cada uno. Él es salvación y refugio de todos loshombres, pues se muestra permanentemente bienintencionado hacia ellos. Su disposición para ayudar nuncase acaba, y demuestra ser un buen amigo de todos. Cadavez que _álpen ha matado a los ocupantes de la ChozaGrande, |lim aparece en ella y resucita a todos de la brevemuerte. Después de esta salvación, los hombres hablan a vecesdelante de las mujeres del buen |lim, el fuerte y poderosoâœn.

b) O sea que su actividad es extremadamente favorable.Por un lado, cura a los hombres las heridas que les producenlos irritados\œ’œrte. Algunos de esos hombres deben exhibiren el campamento estas horrorosas heridas. Más tarde llegana las viviendas los demás sin el menor rastro, y dicensimplemente: “¡Nos ha curado |liml!” —Además, resucita

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nuevamente a los hombres que han sido ultimados por K4ta6xante los ojos de las mujeres. Pero su actividad salvadora esmás llamativa durante un _álpen ke xat. Esta matanzageneral de los hombres por _álpen se inicia poco antes delnacimiento de un KŸternen. Por lo general todos los“asesinados” abandonan en completo silencio su ChozaSecreta, para salir a cazar. De lo contrario, los hombres pasanallí toda la noche en total inmovilidad, y con un suave yprolongado batir de palmas, iniciado al alba del día siguiente,anuncian a las mujeres su resurrección. Pero si estuvieronde caza, aparecen inesperadamente después de dos o tresdías en el campamento, cargados de abundante botín. Vienendel norte o del sur, y sus parientes los reciben con gran alegría.

Por el nacimiento de un KŸternen, |lim pierde totalmentela serenidad a causa de su exagerada alegría. Apenas hasido presentado el KŸternen algunas veces a las encantadasmujeres y a los niños, ya sale |lim de la tierra. El suave yalargado grito xas, xas, xas ... anuncia a las mujeres que estánafuera su arribo a la Choza Grande. Mientras KŸternen espresentado todavía dos o tres veces más, en su alegríadesenfrenada ya comienza |lim sus bufonadas con loshombres. Se divierte tomándolos uno tras otro para arrojarlosfuera de la choza con un empujón tan violento, que siguencomo disparados un buen trecho más. Después ruedan haciaafuera de modo tal que siguen desplazándose un trecho máspor el suelo. Los primeros hombres que han salido no selevantan de inmediato, de modo que a un lado de la ChozaGrande se forma tal maraña de cuerpos, que la gentecomienza a prestarles atención. Por fin salen disparados otroshombres, pegando toda una serie de volteretas. En último

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término, de la choza del Klóketen salen rodando otros quegiran alrededor de su eje longitudinal. En breves intervalosuno tras otro se levantan de esta maraña de cuerpos, pararegresar al interior de la Choza Grande, pero rápidamenteson arrojados otra vez hacia afuera. Durante esta escena seescucha decir a las mujeres: “¡Qué fuerte es |liml Debe serun âœn muy poderoso”... En realidad los hombres toman unfuerte envión desde la pared interior (el fuego ha sido achicadodrásticamente) y se dan un gran impulso, de modo que alentrar en el campo visual de las mujeres causan la impresióndeseada. Ninguno de los hombres se salva, por el contrario,todos deben conformarse con esa violenta despedida fuera dela choza varias veces. De esta manera tan exagerada expresa|lim su alegría por el nacimiento de aquel niño. Este juegodura hasta un poco más allá de la escena del KŸternen.Durante todo el tiempo que el bueno de |lim arroja fuerade la Choza Grande a los hombres para demostrar sualegría, las mujeres cantan, de manera alargada y casisolemne, manteniendo siempre el mismo tono, el inacabable:

Después de cada una de estas frases hacen uniformementeuna pausa muy breve.

Sobre todo por su complacencia constante, |lim essumamente apreciado por toda la gente, y, su presencia tienesobre todos un efecto liberatorio.

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6) K4ta6x: También este espíritu es considerado como amigoy como alguien que presta ayuda. Las formas K4ta6x y K4ta6xson nombres de persona. Las mujeres utilizan casiexclusivamente la denominación de Halaháces; pues con estapalabra, que se repite cantando, llaman a ese espíritu.

a) Cualquiera reconoce sin esfuerzo alguno lapersonalidad de K4ta6x, observando simplemente suscualidades más llamativas. Es considerado comoextremadamente influyente, e incluso está en condiciones dedisputar temporalmente a _álpen su posición de privilegio;pues cuando ingresa a la Choza Grande, aquélla se retirapronto bajo tierra, y puede administrar él solo las cosas allí.Cuando _álpen descarga sus explosiones de ira contra loshombres presentes, suele aparecer e interceder en favor deéstos, y su sola presencia es suficiente para que _álpen pongatérmino repentinamente ,a sus arbitrariedades.

Desde las alturas desciende a la Choza de los Hombres. Seanuncia mediante un fuerte y alargado uá 142. Cuando oyeneste grito, las mujeres van inmediatamente en busca de tierrablanda, arcillosa, que mantienen preparada amasándolapermanentemente. Si bien K4ta6x libera a los hombres de lacaprichosa _álpen, es para él un placer ser cruel con ellos,atormentarlos arbitrariamente e incluso matarlos. Por esolas mujeres arrojan pequeñas bolas de arcilla contra él, paraque abandone su costumbre de maltratar a los hombres.

Mediante la r í tmica repet ic ión , e fec tuada cor icreciente intensidad, de las palabras: halaháces há,halahaces há ...143 las mujeres atraen al espíritu desde

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las alturas a la Choza del Klóketen. Esto suena algo así como:

Comienzan inmediatamente este canto cuando _álpenvuelve a tratar con furia desmedida a los hombres; le suplicanque interceda en ayuda de éstos. Aquellas palabras contienensu deseo: “K4ta6x, baja de las alturas y ayúdanos!”144. Lasmujeres deducen la furia de _álpen de los diferentes indiciosde que disponen. Cuando surge una alta columna de chispas,cuando los hombres son arrojados de la Choza Grande,cuando sus gritos suenan muy angustiosos, y otros indiciospor el estilo. Por lo tanto se podría hablar de un acuerdoinconsciente entre hombres y mujeres, en cuanto estas últimasdirigen sus llamadas a aquel espíritu, precisamente enmomentos en que los primeros se encuentran en graveapremio. Es decir, que cuando los hombres han preparadodentro de la Choza Grande la apariencia de este espíritu,saben hacer ver su situación como tan apremiante que, entrelas mujeres, nace la decisión de llamar como intermediario adicho espíritu, que pronto se anuncia mediante su llamadodistintivo. _álpen se retira inmediatamente bajo tierra y todoshan escapado felizmente del peligro.

K4ta6x resulta ser también tan poderoso, que incluso escapaz de enviar fuera de la Choza Grande a los iniciandosen cuya oportunidad las mujeres los pueden ver. Esto supone

144 Estos sonidos sólo son exclamaciones melódicas, que deben atraer a eseespíritu.

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que está en condiciones de obligarlos a abandonar su lugarde estadía bajo tierra, en los dominios de _álpen. Nuestrosdos Klóketen tuvieron que prepararse de manera singular.Todo su cuerpo fue pintado uniformemente de rojo ysolamente en las piernas se les colocó pintura blanca. Por lasmejillas se pintaron rayas verticales blancas paralelas. Debajode la comisura exterior de los párpados había a cada ladoun punto blanco grande. Desde la mitad de los hombros, ycruzando las tetillas, corría a ambos lados una raya blancade un dedo de ancho, que llegaba hasta las rodillas. Losmuchachos se ataron a la frente el k<îel . En los pies calzabansus sandalias. Entonces fueron “enviados afuera por K4ta6x”.Varias veces debieron alejarse corriendo unos treinta metrosdé la Choza Grande, hacia ambos lados, darse vueltarápidamente y regresar de inmediato. Por estas pinturas ypor su figura juvenil, los Klóketen pueden ser fácilmentereconocidos por los habitantes del campamento; la madre esla que —más que nadie— prorrumpe en gritos de alegría,pues tiene la oportunidad de ver nuevamente a su hijo.

b) La presentación de este espíritu no es menoscaracterística. El cuerpo está pintado totalmente de blanco.Sobre ese fondo se pintan franjas rojas de un palmo de anchoalrededor del cuello y del torso superior, es decir, del pechoa la altura de las tetillas, alrededor de las articulaciones delcodo, del vientre medio, de los muslos y de las rodillas. Lamáscara de cuero colocada sobre la cabeza, con dos agujerospara los ojos, lleva a ambos lados una prolongación bastanteancha, a manera de cornamenta. El trozo de cuero paraconfeccionar esta toca se recorta especialmente. Se elige unarama uniformemente redondeada, de unos setenta centímetros

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de largo por cinco centímetros de diámetro, que se envuelvetirante con los dos extremos del delgado trozo de cuero. Sobreesto se atan hilos de tendón muy finos, que parecen pequeñospliegues. La parte central de este trozo de cuero cuelga tantohacia abajo, que cubre toda la cabeza. Abajo, a la altura delcuello, se recoge un poco el borde libre, que se ata atrás. Estoproporciona a toda la toca la suficiente firmeza. La máscarase pinta de blanco. La parte directamente apoyada sobre lacara y los extremos de los cuernos reciben un tinte algo rojizo.Por esta razón K4ta6x aparece como “el cornudo”.

Este espíritu también se diferencia de los demás por supostura: la mano izquierda toma el mentón, en tanto todo elbrazo izquierdo mantiene una posición totalmentehorizontal. El brazo derecho, que no se apoya en ningunaparte, se dobla en semicírculo y se mantiene en el plano delos hombros; la mano derecha se cierra en puño. Las piernassiempre están separadas, el torso se inclina algo haciaadelante. Al abandonar la choza Klóketen se mueve consaltos laterales de gran amplitud, que amortigua en algodoblando ligeramente las rodillas, y arroja al mismo tiempoun poco el brazo derecho libre en la dirección del salto; lamano izquierda en cambio coge constantemente el mentón.Durante los saltos, la cabeza realiza, en rápida sucesión,repentinos movimientos hacia ambos lados.

Este espíritu tiene por costumbre saltar varias veces enambas direcciones al lado de la Choza Grande, sinpermanecer mucho tiempo afuera de ella. Antes de suaparición se escucha el üá que le es propio, repetido variasveces. Después de algunas salidas a escena, que se sucedencon pausas de unos ocho minutos el espíritu descansa un

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poco. Luego empieza a arrojar fuera de la choza del Klóketenuna cantidad de abrigos de piel, hasta una distancia de unosquince metros. Con ellos quiere cubrir una buena parte delsuelo nevado. Ordena a dos hombres que se agachen y cojancon ambas manos cada uno una de sus rodillas. Mientras élsale caminando de lado, ambos hombres —uno de cada lado— deben seguirlo en posición encorvada. Todo el cuadro daa entender la posición denigrante que ellos ocupan. Apenasha puesto K4ta6x sus pies sobre los abrigos extendidos, propinacon su fuerte puno a cada uno de los hombres que lo tienentomado por las rodillas un tremendo golpe en sus cabezas,profundamente inclinadas. Los individuos se desploman y“ahora están muertos”. K4ta6x regresa directamente a laChoza Grande, saltando según su costumbre. Después deuna breve pausa aparece nuevamente, acompañado deidéntica manera por otros dos hombres, que, allí afuera, sufrenel mismo destino que sus antecesores. Una tercera vez serepite esta escena. Tres pares de hombres ya están tendidosmuertos sobre los abrigos de piel; desde el campamento sepueden ver aproximadamente estas figuras.

K4ta6x saltó entonces fuera de la Choza Grande y se ubicó muycerca de ella; sus rápidos movimientos de cabeza denotaban unaexcitada combatividad. Entretanto, todas las mujeres se habíanacercado a la Choza de los Hombres aproximándose hasta unadistancia de unos treinta metros y se ubicaron irregularmente enfila lateral. Estimuladas por los primeros saltos que este espíritules había mostrado, se proveyeron de arcilla y amasaron bolasdel tamaño de un puño. Las mujeres comenzaron a arrojar esasbolas contra Kataix. Pero éste las esquivaba con tanta habilidad,que ni una sola dib en el blanco. La agilidad del actor despertó el

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asombro de las mujeres que, por otra parte, arrojaron sus bolasde arcilla con cierta negligencia.

No más de veinte minutos después se les terminó la arcilla yquedaron enfrentadas a K4ta6x con las manos vacías. Suactitud de extrema movilidad manifestaba cuan orgullosoestaba de su agilidad e invulnerabilidad. Las mujeres corrieronnuevamente al campamento para buscar más arcilla. Se lepermitía traer solamente la cantidad que pudieran conteneren ambas manos. Cuando las mujeres se fueron, el espíritu seretiró a la Choza Grande, donde descansó algo y completó supintura, que se había borrado un poco en sus piernas.

Las mujeres aún no habían regresado al lugar que ocupabanantes, cuando K4ta6x apareció nuevamente. Con ampliospasos se dirigió hacia la maraña de hombres tendidos allí, ysaltó varias veces alrededor de ellos. Mientras hacía esto,tomaba de un fuerte tirón la cabellera de uno u otro y lelevantaba algo la cabeza. Esto lo hacía con tanta crueldadque cualquiera de los espectadores quedaba convencido deque aquellos hombres realmente estaban muertos. Puescuando K4ta6x soltaba el mechón de pelos, la cabeza caíatorpemente. Estos hombres permanecieron allí durante todoel tiempo de la actuación, completamente inmóviles 145.

Cuando las mujeres se habían acercado nuevamente a ladistancia habitual, K4ta6x se les enfrentó nuevamente. Otravez volaron las bolas de arcilla contra él, y siempre las esquivóágilmente. Después de que las mujeres gastaron también estavez su provisión de arcilla, se retiraron algunos metros endirección al campamento. K4ta6x desapareció en la ChozaComún y no se hizo ver más. Afuera, las mujeres

145 ¡Qué increíble resistencia la de esa gente! Más de una hora estaban acostadostotalmente desnudos y sin ninguna protección sobre el pedazo de cuero extendidoen la nieve.

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mantuvieron su lugar por un corto tiempo aún. Pudieronobservar entonces cómo cada uno de los seis “muertos” eralevantado por otros hombres y cargado hasta el interior.Quien reconocía a un pariente entre aquéllos era presa deintenso dolor.

Las mujeres arrojan las bolas de arcilla contra aquelmalhechor para vengarse de él por los tormentos a que sometea los hombres. Pero todas cuentan con que el complaciente|lim proporcione rápidamente nueva vida a esos hombres“muertos”. Por esta razón, poco después de desaparecerK4ta6x se escucha el llamado de |lim. Cuando comienza aoírse el suave y alargado â5s, â5s, â5s, â5s, â5s, â5s ..., la menteatormentada de las mujeres se reanima y charlandoamenamente regresan a sus chozas familiares.

Durante el invierno de 1923 solamente pude observar dosveces esta escena poco agradable para las mujeres.

c) El extraño atuendo del K4ta6x es fundamentado pornuestros indígenas excepcionalmente en motivosmitológicos”146. Dicen que durante el primer gran Klóketende los Hombres allá en MáŒstas, Hacá6x desempeñaba el rolde K4ta6x. Era el más. ágil y movedizo de los hombres. Mástarde se convirtió en un pececillo, y aún hoy lleva en su cabezaestos cuernos. Desde entonces vive en el mar, y se lo puedeencontrar bajo grandes piedras en lugares relativamenteplayos o poco profundos147.

146 Con su acostumbrado apresuramiento, GALLARDO: 336 descubre en seguida eneste adorno llevado por el espíritu “la influencia de los misioneros que describierono mostraron imágenes del diablo”. ¡Como si no existieran otras interpretaciones,más verosímiles, de tales particularidades!

147 Me describieron a este pez como de un tamaño de unos 10 cm, de colorblanco-amarillento, y con varios círculos oscuros repartidos por el cuerpo. Lacabeza está provista de algunas barbas.

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Al finalizar una de estas escenas de K4ta6x, los selk’namnarran esta historia a los examinándoos. A continuación deuna actuación, comentan con mucho humor y juicio serenola conducta y movilidad del actor. Algunos hombres jóvenesensayan estos mismos ejercicios, y los ancianos los animan aello con gran afán.

7) M0tan: Por diferentes razones, este espíritu resulta muybien recibido por las mujeres. Además de \œ’œrte, es el quemás veces entra en escena.

a) Nuevamente se trata de una personalidad singular. M0tanes considerado como un ser masculino, bonachón, y ademáscomo un âœn muy capaz. Vive en las alturas y parece ser casiindependiente de la omnipotente _álpen. Según su libre albedríobaja desde su morada hasta la Choza Grande y comienza aquíuna danza, durante la que manifiesta su extraordinaria agilidad.Efectúa su visita muy a menudo, y, generalmente, en compañíade un segundo o tercer compañero. Sabe con cuánto placer se leve por allí. A nadie causa daño ni crea molestias. En realidadsolamente actúa con el fin de entretener a la gente delcampamento con sus ágiles movimientos de cuerpo, y tener lasatisfacción de no ser superado por ningún selk’nam en este arte.

b) M0tan se reconoce sin dudas por su manera de aparec e r.En primer lugar, su actuación es anunciada mediante unllamado característico. Cuando los hombres han finalizadosus trabajos preparatorios, sale del interior de la ChozaGrande un alargado lo Io Io lo ...148 Cada una de las sílabasse alarga por espacio de un segundo y se separa de lasiguiente por una pausa de similar extensión. Este llamado

148 Es notorio que aquí se omite cualquier trémolo, pues éste caracteriza a otroespíritu.

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tiene una duración total de unos dos minutos. Es producidosimultáneamente por dos hombres, cada uno de los cualesutiliza un tono distinto y mantiene inalterado el registroelegido originalmente. El llamado se canta a dos voces yambos cantores emiten sus sílabas simultáneamente. Algunasmujeres asignan este canto al propio M0tan. Otras dicen que“T’alen llama a M0tan desde las alturas, para que baje a lachoza del Klóketen”.

Mientras el llamado recién descrito se repite seis veces, pasanaproximadamente unos treinta minutos. Entretanto, lasmujeres se han colocado tranquilamente en el linde delbosque, o se han sentado allí en el pasto. Poco despuéstambién ellas comienzan con su canto especial, un hohohó...constantemente repetido en registro agudo y según lasiguiente melodía:

En todos los casos es un âœn el que hace salir a un M0tan.Durante nuestras reuniones fue el viejo TENENESK el hechicerocomisionado a tal fin. El hechicero o bien se ubica a laizquierda de la Choza Grande 149 y da la espalda alcampamento, o bien avanza unos quince pasos hacia uncostado de la Choza Grande, detrás del angosto caminonivelado, preparado para los bailarines a ambos lados de lachoza del Klóketen ya cuando se había procedido a su

149 Indico la orientación desde el punto de vista del observador ubicado en elcampamento. El lado izquierdo de la Choza Grande da entonces al norte, el ladoderecho al sur.

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construcción. El hechicero se coloca de manera tal que,mediante un medio giro de cabeza, pueda ver el interior dela choza. Si ocupa la posición indicada en primer término,realiza un amplio movimiento con el brazo derecho, y encaso contrario lo hace con el izquierdo. El movimiento es así:el brazo extendido gira lo más posible hacia atrás, a la alturadel hombro, con la mano extendida y los dedos separados.Repentinamente se mueve el brazo extendido hacia adelante.El impulso hace continuar el movimiento hasta que la mano,que se ha ido cerrando hasta formar puño, se detiene pocoscentímetros delante del hombro del lado contrario y el brazoqueda doblado algo en el codo150. Durante este movimiento,y en forma simultánea con él, el âœn deja oír un perceptibles que va en rápido crescendo, alcanza gran intensidad ydisminuye con la misma rapidez. Al mismo tiempo, M0tansalta desde el interior de la Choza Grande a la pista de baile.En el preciso instante en que lo hace, un hombre, con el puñolevantado, arroja hacia afuera un puñado de cenizas, quesalen disparadas en un único chorro dirigido algo haciaarriba y aparentemente por encima de la cabeza del M0tan,como si el espíritu y el chorro de polvo hubieran sidoarrojados al campo visual de los espectadores en elcampamento por la misma fuerza, pues ambos permitenreconocer la misma dirección de movimiento. En cadaoportunidad en que este espíritu salta fuera de la choza delKlóketen, el âœn debe tomar la ubicación arriba descrita, hacerel amplio movimiento del brazo y producir el sonido sibilante.Simultáneamente con aquél, y en el momento de su aparición,

150 Para aclarar el gesto, puede decirse que es el mismo que hace alguien quedesee cazar con la mano un mosquito en el aire.

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también sale disparada la nube de ceniza. Los participantesactúan simultáneamente con escrupulosa exactitud.

En el aderezo del M0tan llama la atención la elevadamáscara, que hacia abajo es mucho más amplia que la delKósménk. En la pintura de esta figura predomina un colorde fondo rojo en todo el cuerpo. Sobre este fondo se pintande cuando en cuando algunas franjas blancas, anchas; pero,en la mayoría de los casos, se aplican unas manchas ovaladasalargadas de color blanco, dispuestas verticalmente y cuyadistribución es, por lo general, simétrica. Este último diseñoes el característico para M0tan. Los antebrazos y las piernasson también blancos. Esta distribución de colores se repiteen la máscara: el fondo es rojo; la parte superior, hacia lapunta, blanca; a través de la zona de los ojos corre una franjatransversal blanca de una palma de ancho, y en los camposintermedios se observan manchas ovales blancasgeneralmente distribuidas en forma simétrica. Tambiénobservé un M0tan en el que, comenzando debajo de la puntablanca de la máscara, se extendía una raya negra de tresdedos de ancho, que se prolongaba hasta los órganosgenitales. A la altura conveniente se cortan en la máscarados agujeros para los ojos; pero estos agujeros se colocanmuy hacia los costados, pues el actor no ha de mirar haciaadelante en sus movimientos, sino solamente hacia loscostados.

El papel de M0tan se confía solamente a un hombre muyágil, pues debe alegrar a los espectadores por la agradableelasticidad de sus saltos. Apenas ha dado el âœn la breveseñal con su brazo, M0tan salta fuera de la Choza Grande,dando grandes pasos laterales, con piernas elásticas. Así se

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mueve hasta el extremo más alejado de la pista de baile.Nunca se mantiene mucho tiempo en una pierna. Cuandoha apoyado en tierra la pierna derecha que está dando elpaso, inmediatamente le sigue la izquierda; ni bien ésta tocatierra, ya avanza nuevamente la derecha. Por esta razón,recién sobre el final de la pista de baile ambos pies se apoyansimultáneamente en el suelo por un segundo. Aquí realizaalgunos saltos en el mismo lugar: se proyecta verticalmentehacia arriba, mantiene las piernas unidas, y las dobla duranteel salto hacia atrás, de modo que los talones golpean en laregión glútea. Apenas tocan los pies nuevamente la tierra,repite el salto algunas veces más. Inmediatamente después,el espíritu regresa a la Choza Grande por el mismo caminohaciendo idénticos pasos que antes. Durante este ir y venircon paso de baile el movimiento elástico de todo el cuerponunca se interrumpe, el torso se inclina sólo muy levementeen cada paso lateral, y la cabeza permanece rígida sobre elcuello mientras los brazos inmóviles sostienen la máscara. Apesar de que múltiples ondas de movimientos recorren elcuerpo continuamente, se evita cuidadosamente un bamboleopoco agraciado. La máscara está colocada algo inclinadahacia adelante sobre la cabeza, de modo que se asienta en laregión clavicular superior y recibe suficiente apoyo de lasmanos apretadas contra ambos oídos; los brazos están muydoblados en el codo y girados lo más posible hacia atrás.Todo esto es muy rígido.

La dificultad para el ejecutante consiste en no abandonarnunca la línea recta sobre la angosta pista de baile, a pesardel movimiento lateral, todo ello porque no le es permitidogirar la cabeza. El hechicero mantiene su vista

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constantemente dirigida al espíritu danzante, y le sigue conmirada rígida. Después que el espíritu ha saltado algunasveces hacia arriba al final de la pista de baile, aquél deja oírnuevamente el s y al mismo tiempo —pero ahora con el otrobrazo— hace el amplio movimiento en dirección a la choza.Esto es como una exhortación a M0tan, indicándole quedesaparezca nuevamente.

Probablemente nunca actúa sólo un MÚtan, por lo generalse pueden ver de dos a tres de estos espíritus. El âœn llama acada uno de ellos para que salga de la Choza Grande, ytambién les da individualmente la señal de regreso al interiorde la choza. Sobre la pista de baile, cada uno se mantienesobre una línea determinada. Por consiguiente, saltan unodelante del otro, por lo que nunca pueden chocar. El âœnmismo debe prestar extrema atención al espectáculo,exigencia que cabe también al individuo que arroja el puñadode ceniza por encima de cada uno de los espíritus que saltafuera de la choza del Klóketen.

Del estado de ánimo del actor, de la hora del día, y deltiempo reinante, depende que MÚtan se deje admirar cincoo diez veces por los espectadores entusiasmados. Entre unay otra salida se intercalan breves pausas. Estas escenas seinician solamente si las condiciones de luz son ideales, puestodos desean ver con exactitud los movimientos del espíritu.El juego de colores es maravilloso cuando la figura dúctil deMÚtan, con su adorno colorido, se desliza elásticamente poruna capa de nieve que brilla en la luz plateada de la luna,teñida ocasionalmente por el roio pálido del fuego que ardedentro de la Choza Grande.

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8) Kÿsménk y Kúlan: Multiplicidad y riqueza de color enlas imágenes características, es lo que ofrece la larga serie delos espíritus del Klóketen. Kÿsménk y Kúlan son tenidos porun matrimonio, pero él interpreta el papel de un serimpotente frente a la reiterada infidelidad de su esposa.

a) Para describir su personalidad, haré una comparaciónentre ambos. “Tienen su residencia en las alturas.”151

Descendiendo repetidamente, visitan la Choza Grande o elcampamento. Para estas visitas prefieren la oscuridad de lanoche recién iniciada. Kÿsménk molesta poco a la gente, peroKúlan, en cambio, es muy temida. Se anuncian con unhololololololo ... tremolante, hueco, como si proviniera de muylejos. No obstante su llamado, no se presenta necesariamentede inmediato. Kúlan aparece en escena muy raras veces. Porlo general son varios los Kÿsménk que actúansimultáneamente. En la mayoría de los casos aquel llamadosignifica la llegada de Kúlan.

¿Cuál es entonces la intención de aquella mujer cuandodesciende de las alturas para dirigirse a la choza del Klóketeno al campamento? Es considerada como un ser muy lúbrico,que se escapa de su marido para buscar aquí abajo otroamante, a quien atrapa y lleva consigo a las alturas, y mástarde devuelve a la tierra. Para esto aprovecha los momentosen que su marido no está presente. O bien simplemente loabandona, se aparta aquí abajo con un hombre y se escondeen las cercanías de la Choza Grande. Su marido, que por sudesaparición teme cosas feas, sospecha acertadamente quela mujer se encuentra entre los selk’nan y la sigue. Mientras

151 Los indígenas no suministran una indicación más precisa del lugar. Dicen enforma general que “estos seres bajan desde lo alto”.

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él la busca dificultosamente aquí abajo, ella misma ascienderápidamente a las alturas con su amante, pues allí no esmolestada. Somete a éste a sus deseos, y luego regresa con éla la Choza Grande. Sólo entonces Kÿsménk descubre a suesposa. No deja traslucir sus graves sospechas, y tampocoella revela nada. Ambos ascienden más tarde nuevamente alas alturas. En otra oportunidad, ella permanece a solas alláarriba, mientras él baja. Pero apenas se ha alejado, ella sedirige rápidamente a la Choza de los Hombres, utilizandootro camino. Allí elige en secreto a un hombre joven y bello,lo lleva consigo y utiliza la ausencia de su marido parasatisfacer sus deseos lúbricos. Engaña a su maridocontinuamente de una manera refinada, para podersatisfacer abundantemente sus intenciones impuras.

Las mujeres del campamento saben muy bien que susmaridos son obligados por esa mujer lúbrica a tener relacionesíntimas con ella; pero nadie puede contrarrestar susmaniobras. Cuando su llamado llega, toda mujer correrápidamente al campamento, se esconde en su vivienda ypor lo general se cubre la cabeza con el manto de piel, puesexiste el peligro de que Kúlan lleve consigo a las alturas, atítulo de castigo, a cualquier persona que le desagrade. Parafortalecer en las mujeres la creencia en Kúlan, los hombrescomprometen a un muchacho soltero a mantenerse poralgunas semanas alejado del campamento. Su continuaausencia llama, por último, la atención de las mujeres. Lainformación unánime que sobre su destino reciben las mujeres,es que “la violenta Kúlan se ha llevado consigo a ese hombre,para que le satisfaga sus deseos sexuales”. Algunos parienteslloran por la mala estrella del maltratado muchacho.

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Apenas Kÿsménk echa de menos nuevamente a su mujer,y supone que probablemente se regocija con un sustituto,aparece en la choza del Klóketen para buscarla. Pero susesfuerzos son infructuosos; pues recién cuando ha liberadoa ese selk’nam de sus abrazos ella se encuentra nuevamentecon su marido. Entonces ambos regresan hacia las alturascomo si nada hubiera ocurrido.

Los ancianos adornan al muchacho que ha sido retenidodurante cierto tiempo más o menos largo por Kúlan, demanera particularmente atrayente con pintura especial, y lecolocan muchas plumas en el cabello. Sin permitir que secoloque su manto de piel, algunos hombres lo rodean y loconducen al campamento. Así adornado, despierta los deseosde las mujeres; pero todas se muestran contentas de verlopor fin libre de las exigencias sexuales, que le han sidoimpuestas por Kúlan. En algunos casos ese joven, con todossus adornos, es exhibido a todos los ocupantes delcampamento, ubicándolo al lado de la Choza Grande delbrazo de una Kúlan. A veces incluso aparece con dos de ellas,una a cada lado, y cada una de ellas lo coge del brazo. Sequiere hacer creer a las mujeres que este grupo recién habajado de las alturas152.

Cuando Kÿsménk echa de menos a su mujer, corre de unlado a otro y la busca en la Choza Grande o junto a ella. Másadelante se anima a acercarse hasta las cercanías delcampamento y, mediante gestos característicos, expresa lasuposición de que su mujer ha sido raptada por los selk’nam.Si luego, al regresar a la choza del Klóketen, ve allá a su

152 Más de una muchacha núbil expresa una compasión especial por aquelmuchacho. Esta situación conduce en no pocos casos a una relación amorosa quemuchas veces termina en convivencia matrimonial.

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esposa, se conforma con esto. Pero si no la encuentra, y en larueda de los hombres observa un vacío, monta en cólera.¡Desconfianza y sospecha le dicen que ambos se han alejadopara dedicarse a manejos secretos! Su excitación se descargainmediatamente contra los hombres presentes. En elparoxismo de la ira arroja a un hombre fuera de la ChozaGrande, y lo hace con tal violencia, que éste sigue rodandoun buen trecho. A otro lo carga y lo lleva bajo un árbolcercano. Allí lo arroja al aire con tanta fuerza, que el hombrequeda sentado en las ramas. A un tercero lo cuelga de unposte de la entrada. Algunos hombres salen corriendodespavoridos del interior de la Choza Grande y se escondenrápidamente en el campamento. Los últimos que quedan,por fin, dejan escuchar fuertes gritos de terror . Este tormentode los hombres dura muchas horas, y a veces se prolongadurante toda la noche. Solamente cuando Kúlan regresa otravez junto a su marido, su frenesí se detiene. Las mujeres delcampamento comprenden estos sucesos. Comienzan el cantousual, para que la desaparecida Kúlan —también puedenser dos, tres o cuatro las que hayan huido al mismo tiempode su maridos— regrese pronto a la Choza Grande yterminen así los malos tratos prodigados a los hombres. Sidesde allá se escucha en el campamento el inequívoco hololololololololo, es que Kúlan ha vuelto. Regresa a las alturascon su marido, y, en el círculo de los hombres, reinanuevamente la paz. Kÿsménk trata tan brutal y cruelmentea los selk’nam, les propina fuertes palos y terribles golpes,los echa y los atormenta, porque según su convicción sonéstos los que importunan constantemente a su esposa, laseducen y la retienen en lugares escondidos para disfrutar

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con ella placeres prohibidos. También se acerca a lasviviendas, porque espera atrapar in fraganti al seductor desu mujer. Pero en realidad es Kúlan la que obliga a loshombres a seguirla. De este modo Kÿsménk desempeña eltriste papel de un marido engañado por su propia esposa.

En la creencia de las indígenas, Kÿsménk y Kúlan viven dela misma manera que los restantes espíritus del Klóketen.Existen muchos de estos Kÿsménk, pero cada uno de ellostiene por mujer una única Kúlan.

b) Ambos tienen su propia manera de aparecer en escena.Kÿsménk se hace ver más a menudo, Kúlan en cambio menosy solamente durante la oscuridad de la noche. En su aspectoexterior, ambos se asemejan a un M0tan; pues el cuerpo llevauna pintura continuamente cambiante, y sobre la cabeza secoloca un Tœlœn alto y puntiagudo; sólo que esta máscara seensancha algo en su parte inferior.

La distribución del color en la superficie del cuerpo cambiade un actor al otro y carece de un significado especial. Peroes propio de este espíritu que haya una distribución dediferentes colores en cada mitad del cuerpo. Kúlan, por logeneral, aparece rojo en un lado del cuerpo y de la máscaray blanco o negro en el otro lado. También vi un actor que sehabía pintado uniformemente de rojo; a lo largo del torso,sobre la derecha, mostraba una gran mancha blancaalargada. Se aprecia mucho el fondo rojo; sobre él corre desdela punta de la máscara hasta los órganos genitales una franjablanca de tres dedos de ancho, de la cual salen algunas franjashorizontales. En otra ocasión se pintan sobre el fondo rojoverticalmente tres o cinco líneas blancas que enlazan la puntade la máscara con las rodillas. En una oportunidad este

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espíritu apareció completamente negro, provisto de unafranja blanca interrumpida de un palmo de ancho, quellegaba desde la máscara hasta el pene. En líneas generales,los diseños se repiten de modo tal que sobre un fondo rojo seaplican líneas blancas en diferentes dibujos y distribuciónpor demás simple. Kÿsménk y M0tan se diferencian por elllamado con que se anuncian y por sus diferentesmovimientos.

En casos excepcionales aparece la propia Kúlan. Se prestamucho cuidado a su adorno. Como intérprete se elige a uncandidato de contextura delicada y baja estatura, pues lamujer es algo más pequeña que su esposo. Recibe la mismamáscara que él, y, a la altura correspondiente, se aplicandos bolsos de cuero rellenos, que son tomados por pechosfemeninos por los espectadores alejados. En la región púbicava el cubresexo femenino. Sobre el fondo rojo se pintan, porlo general, en todo el cuerpo numerosas líneas longitudinalesblancas muy vecinas una de otra, de un dedo de ancho. UnaKúlan nunca aparece sola, sino siempre en compañía de otrade su especie, de su marido o de un selk’nam.

Estos espíritus pueden ser reconocidos infaliblemente porsu forma de moverse. Se trata de una marcha lateral, muyespaciada, e interrumpida por largas pausas. Una piernaavanza muy poco hacia un lado, y la otra le sigue. Con laspiernas bien juntas, el torso erguido, el espíritu esperacompletamente inmóvil en el mismo lugar. Por consiguiente,necesita una hora completa para alejarse unos diez metrosde la Choza Grande. Antes de abandonar cada punto dedetención, salta en el mismo lugar varias veces al aire y, conlas piernas juntas, golpea con ambos talones en la región

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glútea, de la misma manera que lo hace M0tan. Solamentedespués de estos saltos la pierna se desplaza lateralmentepara dar un nuevo paso. De la misma manera se mueveKúlan.

Puesto que Kÿsménk solamente se presenta en el círculo delos hombres cuando echa de menos a su mujer y esperaencontrarla entre ellos, se explica que este espíritupermanezca de pie a poca distancia de la Choza Grande,erguido e inmóvil, por lapsos de dos hasta cuatro horas. Nohace movimiento alguno, y solamente cada diez minutos daseñales de vida, saltando de dos a cuatro veces en el mismositio. Por esta guardia tan rígida, la gente lo considera comotonto y torpe; despues quién se quedaría pegado inmóvil enel mismo lugar si echa de menos a su mujer! Este Kÿsménkrígido, de paso lento, bien erguido en el mismo lugar, sinmover un párpado por largos minutos, resulta ser la antítesisde M0tan, inquieto, ágil y agradablemente elástico.

Por lo general entran a escena dos Kÿsménk. Uno se acercaal otro lo más posible. Y comienza una pelea de celos: unopropina repentinamente un puntapié al otro. Al cabo de unapausa, el segundo intenta a su vez aplicar un golpe alprimero, atención que le es devuelta más tarde. En lugar deusar el pie, a veces también aplican el golpe con el muslo,golpe que es devuelto de la misma manera un rato después.Por último el más débil se retira, y cada uno va por su propiocamino en busca de su mujer Kúlan.

En líneas generales, la aparición de los Kÿsménkproporciona a los ocupantes del campamento muchadiversión. Una noche, después de una escena de Külpús,cuatro de estos espíritus salieron de la Choza Grande a

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intervalos muy breves, y se colocaron muy cerca de lahoguera. Las altas llamaradas echaban una luz muy intensasobre estas figuras, y permitían ver claramente su pintura.Después de largas pausas, y sin un orden determinado, cadauno de ellos saltaba varias veces al aire en el mismo lugar.Sin sospechar nada, las mujeres y los niños habían regresadopoco antes nuevamente al campamento. A la vista de estenuevo grupo de espíritus, se ubicaron inmediatamente en elborde de la pradera, para divertirse con sus posturas y susadornos. Sólo una media hora habían estado parados juntoal fuego estos Kÿsménk cuando, animados por la vivaz charlade las mujeres, comenzaron a acercarse al campamento consu marchar aburrido. Cuanto más se acercaban, tanto másbullicioso se ponía el grupo de mujeres, pues un hombre, aquien se le ha escapado la mujer y cree encontrarla de esamanera tan negligente, provoca inevitablemente la burla detodos. Ya los cuatro Kÿsménk estaban apenas a cuatro pasosdel campamento. Aquí estiraron unas cuantas veces haciaarriba su torso, lo que hacían con un gesto comparable auna garza en descanso que, alertada por algún ruido, tratade ubicar su casa levantando con movimientos repentinos elcuello y el cuerpo. La gente interpreta esos movimientos comoun intento de buscar más intensamente a Kúlan. Con sonrisasocarrona, una de las mujeres susurra a la otra: “Aquelloszopencos han perdido a sus mujeres, ¡cómo puede ser eso! ...Ahora vienen de noche aquí a encontrarlas; pero aquí en nuestraschozas no están ... ¡Que estos bobos busquen a sus mujeres enotra parte!” Con voz fuerte también se dirigieron a los mismosKÿsménk: “¿Qué es lo que quieres aquí entre nosotros? ¿Es queestás buscando a tu esposa? ... Oh, qué tonto, ¿ya se te ha escapado

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otra vez? ¡Qué matrimonio más original! ... Oh sí, en verdad quehaces reír a más no poder, y no te compadezco: ¿Por qué novigilas mejor a tu mujer? ¡No será seguramente la primera vezque se te ha escapado! Hasta aquí no ha llegado tu mujer adúltera;¡quién sabe dónde ha ido con otros hombres! ... Véte de aquí ybúscala en otra parte, ¡pues de lo contrario no terminaremos dereír! ...” Muchas exclamaciones similares demuestran el regocijode las mujeres por la conducta desamparada y torpe de losKÿsménk. Estos mismos espíritus daban a entender su fastidiopor las risas insolentes, saltando de continuo.

Más de una hora ya habían enfrentado los cuatro Kÿsménka las mujeres y niños ubicados en el linde del bosque. A éstosnunca se les acababan los comentarios burlones, y aquélloscomenzaron por fin su lento y aburrido regreso. Puesto quesolamente caminaban de costado, tuvieron que dar un largorodeo para alcanzar por último la Choza Grande. Loscomentarios burlones de todas las mujeres los seguían hastaallí... La noche de invierno era sumamente clara. La lunaderramaba la plenitud de su resplandor plateado y el mantode nieve brillaba como cubierto de diamantes. Las figuraspintadas de rojo tonificaban el trasfondo blanco. Unallamarada de la hoguera arrojaba sus sombras distorsionadasmuy lejos por la superficie nevada: ¡Éste sí que era unescenario natural para la actuación de los espíritus!

Pero las mujeres y los niños son presa del temor y tiemblande miedo cuando en la choza del Klóketen se escucha elfuertemente tremolado holololololololo ... Pues con estellamado anuncia Kúlan su llegada, y ella permanece allímientras se repita este llamado. Las mujeres esperan todo lomalo posible de la presencia de aquella mujer violenta. En

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absoluto silencio están sentadas —inmóviles— en sus chozas,y algunas incluso se tapan el rostro con el manto de piel.Sólo cuando el llamado de Kúlan ha terminado, o cuando allado de la Choza Grande aparece un Kÿsménk, vuelven lasmujeres y los niños a adoptar otra vez su posición junto alborde de la pradera. Entonces cantan, repitiendorápidamente la palabra hakakak, hakakak ...153. Este cantose trasforma lentamente en:

y concluye finalmente como J igkhák, hokhqk . . . 154.Mientras Kÿsménk permanece a la vista de las mujeres, estellamado nunca se interrumpe. Si inesperadamente se dejaoír otra vez Kúlan, cesa abruptamente el canto de las mujeres,que se esconden rápidamente en sus viviendas, y tambiéndesaparece Kÿsménk. Así termina este espectáculo.155

Otra tarde se escuchó inesperadamente, y por una sola vez,el llamado de Kúlan. Los habitantes del campamento seescondieron con toda premura en sus chozas. Pasó un largotiempo de espera impaciente ..:. Repentinamente, las mujeresescucharon el prolongado y lastimoso grito de auxilio de unhombre, y se dirigieron rápidamente al borde de la pradera.¿Qué espectáculo se les ofrecía? En posición horizontal, rígida,

154 Entre la primera y la segunda sílaba hay una cuarta o una quinta, según laforma en que la mujer en cuestión se haya acostumbrado a ejecutar este llamado.

155 Mientras las mujeres mantenían su rostro cubierto, uno de los hombres habíatrepado a la punta de la Choza Grande y se había extendido allí horizontalmente.Las mujeres creyeron que el espíritu lo había arrojado allí con su tremenda fuerza.

153 Cada sílaba es emitida en el mismo registro de voz y en forma muy breve.Con toda razón hay que admirar la resistencia de las cantantes.

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un hombre yacía en el extremo superior de la Choza Grande.Todo su cuerpo temblaba, y era envuelto de vez en cuando porel espeso humo que ascendía del interior. Continuamenteexhalaba su lastimoso yai. El hombre se retorcía y se esforzabapor zafarse de esa penosa situación; ¡pero no tenía escapatoria!¿Qué había sucedido? Kÿsménk había seguido inmediatamentelos pasos de Kúlan cuando ésta se escabullía subrepticiamente,pero, antes de que él pudiera alcanzar la Choza Grande, ellaya se había escapado con un selk’nam. Por lo tanto, no laencontró en ese lugar. Pero como observó el vacío que había enla rueda de los hombres, comenzó a sospechar. Los hombresque habían quedado en la choza del Klóketen son ahora víctimasde su ira. El espíritu echa violentamente de la Choza Grande aalgunos de los hombres, a otros los hace rodar por el piso confuertes puntapiés, a otros los cuelga de un poste del lado deafuera del esqueleto (de la choza del Klóketen), y a uno, porúltimo, lo arroja a la punta de la estructura. Éste estira los brazosen todas direcciones, patalea en el aire, se retuerce angustiadoen el humo ascendente, y trata de bajarse disimuladamente desu posición. Apenas se ha deslizado algo hacia abajo desde lapunta, Kÿsménk ya se ha percatado de ello y el infeliz vuelve asubir ligero. A pesar de sus gritos lastimeros debe aguantar unasdos horas en esa posición torturante. Por último, las mujeresdistraen la atención del espíritu con su canto, de modo que porun momento olvida a ese hombre. Frente a estas arbitrariedades,los hombres son totalmente impotentes. Con todos estossufrimientos Kÿsménk quiere intimidarlos para que no entrenen conversaciones impuras con su esposa.

Durante la primera oscuridad de la noche del 9 de juniotoda la gente fue informada del arribo de Kúlan a la Choza

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de los Hombres, y se escuchó su tremolante e inquietanteholololololololo... Pronto se observó la presencia de dosKÿsménk y dos Kúlan. Cada uno de ellos llevaba del brazo asu esposa. Los dos Kÿsménk estaban pintados en forma muymonótona; uno tenía solamente pintura blanca; el otro eramitad blanco, mitad rojo. De la misma manera, las dos Kúlantenían poco adorno. Una de ellas, sobre fondo rojo, llevabaanchas franjas longitudinales; la otra, sin pintura de fondo,sólo mostraba líneas blancas verticales. Se dirigieronlentamente al campamento.

A mitad de distancia entre la choza del Klóketen y elcampamento interrumpieron su llamado típico. Mientras losdos Kÿsménk se quedaron parados en la pradera abierta, losdos intérpretes de Kúlan se desplazaron rápidamente,describiendo una curva hacia el linde del bosque y seescondieron detrás de los árboles.

Dentro de las chozas, las mujeres y los niños se cubrieronel rostro. Entretanto, los dos espíritus femeninos se habíanacercado mucho al campamento. Ahora los hombres,mediante diversos comentarios, procuraban hacerle creer alas mujeres tapadas con los abrigos que cada una de las Kúlanse había echado en brazos de un hombre joven y bello. Loscomentarios se formulaban como si todo lo que se mencionabaen la conversación ocurriera ante sus propios ojos. Estosmismos “espectadores” también manifestaban su propiodeseo de entregarse a esta mujer.

Para asegurar aún más el engaño de las mujeres, mediantegestos y palabras explicativas se simula una escena, como siel Kÿsménk engañado hubiera descubierto los deslices de suesposa, la hubiera sorprendido in fraganti, y de un salto

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hubiera arrojado lejos de ella al rival. Las indígenas puedenasí oír decir: “¡Mira, observa como Kÿsménk saca del abrazode su Kúlan a ese joven selk’nam! ¡Por fin ha logrado pescara esos dos durante sus prácticas impuras!” Otro dice:“Kÿsménk no pudo observarme, pues me quedé escondidocon su mujer tras aquel árbol grueso. ¡Pero sí pescaron aéste!” Un tercero, por fin, se expresa: “Ahora Kÿsménk lo havisto con sus propios ojos: su mujer se entretiene con losselk’nam. La ha buscado aquí en nuestro campamento. Suintuición no lo engañó, ¡pues, ella se le había escapadofurtivamente!” ... Por fin otro agrega riendo perceptiblemente:“En adelante, Kÿsménk vigilará mejor a su mujer. Pero nosería extraño que un día de éstos se le escabullera nuevamentede los dedos, para atraer a sus abrazos a un jovenselk’nam!”... Después de esta escena se produjo unarepentina pausa de total inmovilidad, pues los espíritus seretiraban. Apenas habían dejado tras de sí la mitad delcamino, los cuatro hicieron oír con voz aterradora elprolongado y tan molesto holololololololo. Las ocupantes delcampamento se despojaron de sus cubiertas, corrieron alborde de la pradera y siguieron con la vista a los espíritus,hasta que éstos desaparecieron.

El grupo de los espectadores se disolvió poco a poco.Entretanto, más de una observación socarrona se escuchabaaún: “¡Son cosas bastante sucias lo que hacen esos (espíritus)allá!” ... Pasada de cansancio, la gente se disponía a dormiren sus chozas. Es sobrecogedor:

9) Ulen: Ulen, el “cabezón rápido”, es todo lo contrario,comparado con el ágil y cornudo K4ta6x. Este juego tiene

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su origen entre los selk’nam del norte, pero ocasionalmentetambién es imitado por los sureños.

a) La personalidad de este espíritu de sexo masculino secaracteriza por una enorme cabezota. El actor lleva unamáscara corta, voluminosa, que es muy baja y termina enuna punta roma y aplanada. Los indígenas la rellenan conpasto seco o con Usnea blanda y la vuelcan sobre la cabezadel actor. Los bordes traseros de la más cara deben ser bienatados para que toda la toca no pueda bambolear se, ni auncon el movimiento más vertiginoso.

Sobre el cuerpo pintado de rojo oscuro se aplican, dejandocortos tramos intermedios, rayas horizontales blancas de undedo de ancho, tanto alrededor del torso como alrededor delos miembros. Además, del cuello y pasando por el ombligo,corre una única línea blanca hacia abajo. Para el pintado dela máscara se elige un rojo más claro. Además de tres líneashorizontales blancas en la parte superior libre, correnangostas líneas verticales blancas y rojo-oscuras alternadasy una cerca de la otra, hasta el borde inferior libre.

b) Este espíritu es visible sólo parcialmente. Pues loimportante aquí es demostrar al mundo femenino que elespíritu dispone de una sorprendente velocidad, a pesar desu enorme cabeza. Así asoma solamente su cabeza, por elborde izquierdo o derecho de la entrada a la choza tantocomo sea necesario para que, desde afuera, apenas se puedanobservar los hombros. Junto con la cabeza también asomaun brazo levantado.

Sin anunciarse mediante un llamado especial, comienzacon su juego. Algunos hombres que regresan al campamento

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llaman la atención disimuladamente y en el momentooportuno sobre su aparición. Repentinamente, Ulen asomapor el lado derecho de la choza del Klóketen su cabeza y subrazo izquierdo, que mantiene algo inclinados, como si lecostara cierto esfuerzo mirar por el borde. En esta posiciónmira algunos minutos hacia el campamento. Con unmovimiento repentino desaparece de este lado de la entraday en el mismo instante puede ser observado asomando porel otro lado de la entrada. La súbita desaparición por laderecha y la casi instantánea aparición por la izquierda dela entrada a la choza testimonian su sorprendente agilidad,si se tiene en cuenta que el espacio es ancho. Todos losespectadores admiran su habilidad.

Con astucia bien estudiada manipulan los selk’nam estejuego. Dos hombres se preparan en forma rigurosamenteigual. Un tercer indígena se ubica entre ellos y, con suavesindicaciones de su voz, dirige toda la actuación. Cada unode los actores se acurruca en uno de los bordes de la entradaa la Choza Grande; no abandona en ningún momento sulugar, sino que desde allí se adelanta solamente lo necesariopara que los habitantes del campamento puedan verlo. Enel momento de darse la señal, el espíritu de la derecha seasoma oblicuamente hacia afuera, y cuando se da una nuevaseñal, se retira. Al mismo tiempo se asoma el espíritu de laizquierda, que a su vez desaparece muy pronto. Este juegoalternado sigue así por unos veinte minutosininterrumpidamente.

Gracias a los ensayos previos, este juego sale a la perfección.El entrar y salir de cada lado se asemeja a un mecanismoautomático; las indígenas admiran la para ellas inexplicable

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velocidad de aquel espíritu. Es muy divertido para ellas asistira la escena de Ulen.

c) La correcta asignación geográfica de esta actuación yase ha insinuado más arriba: Ulen es considerado comooriundo del grupo de los selk’nam norteños, que se diviertenmucho con esta figura, que, por cierto, no ha tenido granrepercusión en el grupo sureño. En el invierno de 1923 Ulenfue interpretado una sola vez, pues HOTEX había habladomucho de ello a raíz de una actuación de K4ta6x156. En elsur, éste ocupa, por así decirlo, el lugar de aquél en el norte.

Extrañamente se ha desarrollado aquí en el sur la costumbrede acompañar la aparición de Ulen con el canto: halahácesha, halaháces ha ... que originalmente corresponde a K4ta6x.Tal canto de acompañamiento para este espíritu esdesconocido en el norte.

Es probable que los selk’nam meridionales hayan unido enuna forma puramente exterior el personaje forastero de Ulencon su K4ta6x.

10) T0nu: En favor de la riqueza y de la fuerza creativa dela fantasía de los selk’nam habla también el hecho de queésta haya podido crear una figura como T0nu. Este espírituse asemeja mucho a Hainxo.

a) Este T0nu es de conformación completamente inusual,ya que es presentado como un ser alto y voluminoso, casiinforme. Para prepararlo convenientemente, se echa manoincluso de un armazón de madera. Aparece como unbarrigón de volumen excepcional.

156 Mostró tanta alegría cuando se presentó este espíritu, que se le llenaron losojos de lágrimas, ¡pues veía en él un representante del carácter propio de su patria!Tampoco la anciana Alam Sarke nunca había mostrado tanto interés en la apariciónde un espíritu, como cuando “uno de su comarca se dejó ver” por aquí.

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La preparación, que es muy larga, comienza pintandodetalladamente un amplio manto de piel de hombre, que seextiende en el suelo plano, de modo que la carnaza quedehacia arriba. Se elige una capa de forma aproximadamenterectangular. La parte superior del lado más corto se pinta denegro en una franja de unos sesenta centímetros. La superficierestante, mucho más grande que la otra, recibe primero unfondo rojo uniforme. Ambas partes desiguales se separan conuna línea transversal blanca de dos dedos de ancho, que hade representar el cuello; lo que se encuentra por encima deésta corresponde al rostro. Sobre el fondo negro se colocantres líneas verticales de pelotillas de edredón blanco, que tienenel tamaño de una nuez y se hallan a corta distancia una deotra. Comienzan en el punto medio del borde superior delmanto, o sea en la punta si el manto está montado sobre elarmazón. Una de ellas corre verticalmente por el medio y lasotras dos oblicuamente hacia ambos lados. En ningúnmomento se piensa dotar a este rostro de ojos o de nariz. Cadauno de los bultitos de plumón se remoja con saliva y se aplicasobre la pintura. Allí quedan adheridos con suficiente fuerza.

El diseño de color sobre la superficie restante, la más grandedel manto, y que representa el cuerpo, tiene significadoindividual. Porque aparecen cuatro T0nu diferentes, cadauno de los cuales es oriundo de un punto cardinal diferentey puede ser reconocido por su pintura. Como color de fondose utiliza siempre el rojo157. El primer T0nu que pude observarera oriundo del oeste y se llamaba Korukanh. Pues desde lalínea blanca transversal del “cuello” se derivaban hacia abajovarias líneas blancas, de dos dedos de ancho; entre éstas, y

157 El matiz más claro se logra mezclando la tierra colorante con agua. Lasfranjas longitudinales dibujadas luego sobre esta base muestran-un rojo másoscuro, porque para preparar la pintura se había utilizado grasa de guanaco o deleón marino como solvente.

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separadas de ellas por un espacio de sólo un dedo de ancho,corría en cada caso una franja roja oscura de un dedo deancho. Ambas, a su vez, enmarcaban una fila longitudinalde puntos blancos. Las franjas longitudinales se sucedíanasí: blanca, roja-oscura, roja-clara con hilera de puntosblancos, roja-oscura, blanca. El T0nu del norte tiene elapelativo de Kámaukánh. Sobre el fondo rojo claro tienelíneas longitudinales blancas paralelas a una distancia deunos ocho centímetros. Entre éstas hay una línea negra, quepor su parte central tiene una hilera de puntos blancos. Aambos lados de las líneas blancas había aún lugar para unalínea roja-oscura. El diseño del T0nu del este sólo se diferencialevemente del anterior. Las largas líneas longitudinalesblancas enmarcan una línea negra y a ambos lados de ésta,una línea de color rojo-oscuro. Las tres llevan una hilera depequeños puntos blancos. Este espíritu es denominadoKnanekánh. El más sencillo diseño es el del T0nu meridional,llamado Keukarkánh. De la línea blanca transversal quedemarca el cuello se separan numerosas líneas blancas, muyjuntas, que a una distancia de un dedo enmarcan una líneade color rojo-oscuro.

Para el caso de que un T0nu actúe en una escena algo másceremoniosa, se aplican a diferentes franjas algunas pelotillasde edredón. Puesto que, por ejemplo, el T0nu del surpertenecía a la patria de la mayoría de los participantes delKlóketen celebrado en invierno de 1923, el orgullo de éstoslos impulsaba a prepararlo festivamente. Por lo tanto todaslas líneas de color rojo-oscuro se adornaron con bultitos deplumas, y los hombres ocupados en este menester nolamentaron ni el laborioso trabajo ni el gasto de saliva. Este

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T0nu causó la mejor impresión entre toda la gente. Las piernasdel actor también fueron pintadas, pues aparecían debajodel gran manto. Los pies fueron cubiertos de mucho edredón,para disimular que no eran los dedos, sino los talones losque se dirigían hacia los ocupantes del campamento.

En líneas generales, T0nu es considerado como unbarrigudo apacible, alegre e inofensivo, que a nadie hacedaño. Es de sexo masculino y sube a la tierra, con el fin deobservar aquí el quehacer de los selk’nam. También tienerelaciones amistosas con Kúlan, pues ésta se coloca en elcírculo de los hombres cuando él se ha retirado.

6) Para la exhibición de este espíritu se procura conseguirespecialmente que su figura resulte inusualmente alta y deenorme vientre. Con preferencia se elige para interpretarloal más alto de los hombres jóvenes, pues un indígena ancianoya no quiere asumir las molestias relacionadas con estaescena. La preparación es sumamente compleja. Se colocanalrededor del cuerpo del intérprete varios abrigos y cueros,que se atan con tientos largos. Los brazos pegados lateralmenteal cuerpo se incluyen dentro del envoltorio. Sobre la espalda ysobre ambos lados se colocan —equidistantes entre sí— deseis a ocho delgados tronquillos que se fijan de modo talque su extremo inferior libre quede por encima de la rodilla.Respetando la distancia entre tronquillo y rama, y la distanciaal suelo, este armazón se sujeta al cuerpo y se ata todoabundantemente con largos tientos. Toda la estructura excedede la cabeza del intérprete unos noventa centímetros o más.Los extremos superiores libres se juntan para formar un conopor encima de la cabeza del actor, y la armazón se atafuertemente para que pueda sostener el manto grande.

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Cuando se concluye de pintarlo, se coloca el manto porencima del armazón. Los bordes libres longitudinales seestiran con fuerza y se unen uno con otro. El borde inferiorqueda colgado libre. Se evita así que el abrigo se deslice haciaabajo, pues la parte superior se ata sobre el esqueletoformando un cono regular.

El manto se coloca sobre el actor de modo que la parte mediade aquél, apoyada sobre la espalda constituya el “ladodelantero” de T0nu. La “cara” de T0nu está muy por encimade la cabeza del actor. Por lo tanto, cuando sale de la chozadel Klóketen lo tiene que hacer marchando hacia atrás siquiere simular un movimiento del espíritu hacia adelante.Por la carga de abrigos y pieles que debe llevar, así como porla marcha invertida, el intérprete solamente está encondiciones de moverse con pasos brevísimos y sumamentelentos. Todo eso concuerda perfectamente con su voluminosafigura. Todos los espectadores comprenden muy bien queT0nu necesita de un selk’nam que lo guíe y lo sostenga. Nuncase presenta a la vista de los niños y de las mujeres sin iracompañado por un indígena de edad madura, que observaatentamente el suelo y dice en voz baja al actor en quédirección debe caminar, para evitar que tropiece, pues elintérprete camina hacia atrás y además tiene el rostrocompletamente tapado.

A T0nu le encanta visitar a los selk’nam reunidos cuandose representa la escena de Kulpús. Como espectador, tal comolo son también las mujeres y los niños, se ubica a unos dosmetros de distancia de la choza del Klóketen y observa todoslos movimientos de los atormentados hombres. Actúa sobrelos espectadores por su sola presencia, pues éstos creen

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advertir a menudo una sonrisa divertida del espíritu. Henchidode satisfacción por el espectáculo escénico observado, T0nuse retira luego lentamente al interior de la choza del Klóketen.Al cabo de varios minutos vuelve a salir por otra medía horacomo espectador, y tal vez incluso una quinta vez. Si despuésse oye desde la Choza Grande un alargado y sibilante s, lasmujeres saben que: “T0nu está cansado, y ahora regresanuevamente bajo tierra”, y se van rápidamente alcampamento, porque saben que el juego ha terminado. Pocosminutos después se anuncia la presencia de Kúlan, cuyasmalas intenciones todos conocen demasiado bien.

Todo el mundo se regocija con la figura informe, voluminosade T0nu, que se muestra tan diferente a su ideal de belleza.Siempre se ubica de modo tal que el brillo del fuegoencendido en el interior de la Choza lo pueda iluminar. Elintérprete de este rol tiene que cargar, en verdad, un pesoenorme. Al deshacerse de su disfraz se le ve completamentebañado en sudor. Para los hombres, la preparación de esteespíritu extraordinario significa una alegría especial.

11) Ha6nâo: Acerca de la posición especial de Ha6nâo en elgrupo de los espíritus del Klóketen no pude alcanzar claridadque me satisficiera. En todo lo esencial y en muchos detallespoco significativos se asemeja a T0nu; tiene respecto de éstepreeminencia sólo en cuanto por su iniciativa se realiza elpolicromático juego de Kõw0nix.

a) La figura de Ha6nâo se diferencia de T0nu por sus colores.También él es un barrigón alto, voluminoso y torpe. La gente

lo aprecia como un hombre bonachón, bien intencionado,que vive bajo tierra y aparece ocasionalmente para observarlos juegos de los selk’nam.

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Su presentación es en todo exactamente igual a la de unT0nu. Pero en la pintura del abrigo grande el así llamadorostro es negro para el Tánu, y blanco, en cambio, paraHa6nâo. A esta parte se agrega un rojo uniforme en el restomayor del abrigo. Sobre este fondo corren de arriba haciaabajo líneas blancas paralelas muy juntas, de un dedo deespesor. No se utilizan en este espíritu los bultitos de edredón.Son éstos, precisamente, los que proporcionan a la figura deT0nu tanto encanto. En líneas generales, el adorno de Ha6nâoresulta algo más sencillo.

b) Su presentación tampoco difiere de la de aquél. Frentea la figura más o menos vigorosa de T0nu, Ha6nâo causa laimpresión de ser una persona enferma, desfalleciente, desalud quebrantada que debe ser sostenida por un selk’nam.Este ayudante está constantemente a su lado, y el aspectodel espíritu suscita en las mujeres la impresióninvoluntariamente expresada: “¡Ha6nâo kwáke tan = Ha6nâoestá enfermo!”

Lo atrae su deseo de ser espectador de los juegos yquehaceres de los selk’nam. Muy raras veces falta hacia lafinalización de la escena de Kulpús, cuando los hombres,ordenados en una fila india, hacen su procesión alrededorde las mujeres apretujadas. Apenas sale Ha6nâo del interiorde la Choza de los Hombres, los presentes prorrumpen enexclamaciones de júbilo, pues aprecian mucho que tambiénél demuestre tanto placer en observar sus juegos. Cuandouna brillante llamarada del fuego permite observar másclaramente la hermosa pintura del espíritu, su vista provocalas expresiones de alegría más intensa entre los espectadores.Por regla general, puede considerarse que la escena de Kulpús

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siempre se relaciona con la presentación de un T0nu o de unHa6nâo.

12) Hainxohéuwan: Probablemente por sus múltiplescoincidencias con Tánu y Ha6nâo, este espíritu femeninoaparece raras veces en público, aunque en cambio esnombrado en múltiples ocasiones.

c) La particularidad de la personalidad de este espírituestá muy poco caracterizada. Según la concepción básica,Hainxohéuwan es de naturaleza bonachona y vive bajotierra. Esposa de Ha6nâo, se le asemeja en adorno, pintura,conformación física y torpeza de movimientos. Pero mientrasél a veces también aparece de día, ella solamente se hace veren la oscuridad de la noche avanzada, y nunca se ubica alresplandor del fuego. Si sale de la choza del Klóketen, suintención es ser observada lo menos posible. Hace una únicaaparición, que a lo sumo dura dos minutos, y eso es todo.

Por eso basta para ella una pintura solamente superficial,fugaz. Esta mujer lleva permanentemente consigo una cortavarita, afilada en ambos extremos. Con ella pincha a loshombres en la nariz, de modo que la sangre les goteaabundantemente sobre el pecho. Después, un hombremaltratado de tal manera se presenta ante las mujerestratando de despertar su compasión.

Durante nuestras ceremonias secretas en el invierno de1923 los hombres no presentaron a Hainxohéuwan ni unasola vez. Me explicaban que no omiten esfuerzo alguno parapreparar al mismo Ha6nâo o al T0nu, espíritus que lesproporcionan tantas satisfacciones, pero que les agrada pocola pintura mucho más sencilla de la esposa de Ha6nâo.

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b) Obligados por este espíritu femenino, parte de loshombres debe efectuar una procesión especial. Con tododisimulo se preparan los participantes. Se frotan la cabeza yel cuerpo con pintura roja, pero dejan el rostro libre. Uno,que hace las veces de guía, se pinta además una franja blancade tres dedos de ancho desde el cuello hasta los genitales,pasando por el esternón. Cada uno de los hombres hurgacon una vara afilada en su propia nariz, hasta que manaabundante sangre. Agachando mucho la cabeza yadelantando el tórax, se dejan caer en el pecho las gotas, demodo tal que se forman varios hilos de sangre158. Por último,los ocho o diez hombres se ordenar formando una fila india.El hombre que hace de guía apoya sus manos con firmezaen las caderas, separando los codos lateralmente del cuerpo.Cada hombre de la fila se acerca a su antecesor y coloca susmanos sobre los hombros del que lo precede, y los codospermanecen semi-doblados. Dispuestos para iniciar lamarcha, cada uno hurga otra vez fuertemente en su nariz, yel abundante goteo de sangre sigue por un buen rato más.

Esta fila abandona ahora la choza del Klóketen. Su paso esmuy breve, el pie derecho se adelanta un poco, y el izquierdose acerca hasta el talón del otro. Resulta conocido que estaforma de movimiento cansa mucho, pues con ella quiereponerse en evidencia el mal trato que Hainxohéuwandispensa a los hombres. En el ritmo de sus pasos, siempremanda el pie para el suelo, cada uno de los hombres exhala unhueco, casi ronco hq hq hq hq hq hq hq ...,159 que mantiene

158 Los mismos engaños se utilizan en otras oportunidades como rastros de losterribles golpes que reparte \œ’œrte.

159 Este llamado suena como el soplido intermitente de una locomotora de untren de carga, que, con gran esfuerzo, debe vencer una larga pendiente.

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ininterrumpidamente hasta la terminación de la procesión. Resultacomprensible que los participantes se cansen rápidamente.

Mientras se prepara esta actuación en la Choza Secreta, algunoshombres encienden fuera una gran hoguera abierta, a unos veintemetros de distancia de la choza. Los hombres acarrean leña secay grandes atados de ramitas, para obtener ante todo una luzintensa. Cuando la fogata ha alcanzado la altura adecuada, losocupantes del campamento se dirigen lentamente hacia allí.Entonces se aparta espontáneamente un pequeño grupo de gentejoven, que se ubica algo distante de la masa de los espectadores.Entonces aparece la fila de hombres, que en primer lugar describealgunos círculos alrededor del gran fuego. A esto se agrega unavuelta alrededor del pequeño grupito de muchachas, apretadasdesordenadamente160. Los hombres se acercan tanto a estegrupito, que tal o cual muchacha alcanza la nariz del muchachopreferido por ella, para secarle con un pedazo de cuero la sangreque brota. Las muchachas se convencen que se trata de sangrefresca y sienten gran compasión. Jadeando pesadamente, la filade hombres da varias vueltas alrededor de este grupo de mujeres.Alguno de los muchachos toca repetidamente con el codo a unadeterminada muchacha que, por lo general, es la que le ha secadola nariz. ¡Una compensación de simpatías!

Cuando el guía se siente cansado, emprende por fin elregreso a la choza del Klóketen. Aquí todos se dedican aldescanso bien ganado. Pero no deben detener los gritoshabituales, ya que poco después salen nuevamente. Losancianos prestan atención a que, antes de abandonar la choza,los actores dejen correr sangre fresca de sus narices.

160 Estas indígenas están de pie sin orden fijo, pero muy apretadas. En el juego deKülpus forman una fila a lo largo.

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El intenso fuego ilumina la hilera de hombres. Depende deltiempo, del estado de ánimo y de la fuerza física de losparticipantes, que cantidad de veces salgan a escena y cuántasvueltas den. Cuando, después de su entrada a la Choza de losHombres se detienen los gritos de ho escuchados hasta entoncesininterrumpidamente, se considera finalizada la actuación.Lentamente se retiran a sus viviendas las mujeres y los niños,pero mantienen fresca en su memoria la inquietante impresiónde los muchos esfuerzos y los malos tratos a que son sometidossus parientes por la malévola Hainxohéuwan. Tal procesiónde los hombres alrededor del fuego es la única oportunidaden que este espíritu femenino se coloca por poco tiempo allado de la Choza Grande, para observar toda la escena. Lasmujeres solamente le dedican miradas fugaces.

Esta actuación se repite a menudo en el transcurso de laceremonia del Klóketen, pues los preparativos exigen pocosgastos y la propia Hainxohéuwan se hace ver sólo en pocasoportunidades. Si bien la procesión en sí fatiga mucho a losmuchachos jóvenes, éstos se ven abundantemente compensadospor el amor y el cariño que obtienen de las muchachas. Esprobable que en ciertos casos se tejan aquí también los lazossecretos de un verdadero y auténtico cariño161.

13) Kewánix: Esta actuación, algo complicada por su largapreparación, se realiza por orden e iniciativa de Ha6nâo. Nosólo los hombres, sino también una parte importante de lasmujeres tienen obligación de participar activamente.

161 La celebración del Klóketen ofrece más de una posibilidad para la concreciónde matrimonios. Aquí los jóvenes tienen oportunidad de conocerse y de amarse,pues tal vez nunca antes se habían visto. Rápidamente nace el cariño en suscorazones, y abandonan este lugar como prometidos o cónyuges.

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a) Más que en otros casos exige la preparación de estehermoso juego mucho tiempo y trabajo. Sin embargo, eltiempo no es muy importante en la vida de los selk’nam; ymucho menos aquí, en su reunión secreta. Si el tiempo buenoya ha durado unos cuantos días, y si para el día veniderotampoco son de esperar ni lluvia ni nieve, se despierta pocoa poco el deseo de realizar un festejo de Kõw0nix, deseo que,por último, se convierte en decisión. Al anochecer del díaanterior se hacen algunas alusiones a las mujeres, en elsentido de que Ha6nâo ha hecho conocer sus intenciones parael día siguiente; pero éstas reciben una contestación concretasólo a la mañana siguiente, pues un cambio del tiempodurante la noche puede hacer fracasar el plan.

El día 4 de junio, un cielo matutino totalmente limpio denubes despertó de su sueño a los ancianos influyentes.Entusiasmados, pero tranquilos empezaron de nuevo con susmaquinaciones destinadas a engañar a las mujeres.Inmediatamente se preparó un \œ’œrte. La incipiente luz grisdel día apenas había aclarado algo el paisaje, cuando esteespíritu asustó a todo el campamento con su visitainesperada. Aterrorizados, mujeres y niños fueronarrancados del sueño, y rápidamente se cubrieron el rostro.El molesto \œ’œrte tironeó de las diferentes viviendas yarrastró muchas cosas al interior del bosque. Toda la gentese sintió muy aliviada después de su partida. A esta horatan temprana había dejado un trabajo muy molesto para lasmujeres, que, con gran rapidez, pusieron nuevamente enorden sus chozas, pues soplaba un viento muy frío.

Nadie pudo ya disfrutar de un verdadero descansomatutino. Todos, grandes y chicos, fueron puestos en pie de

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la manera más inamistosa. Puesto que el cielo límpidoprometía un día claro, pronto circuló por todo elcampamento el rumor: “^H6nâo desea que se represente eljuego de Kõw0nix durante el día de hoy” 162. Pero reciéncuando los hombres, después de largas reflexiones ycavilaciones, comenzaron seriamente con los preparativos,también las mujeres creyeron en el plan.

Hacia las 9 de la mañana comenzó una actividad general.Pocos eran los hombres que se habían quedado en elcampamento. La mayor parte de ellos se había reunido en laChoza Grande. Todos se embadurnaron el cuerpocompletamente con tierra colorante roja, desleída en agua;solamente quedaba al descubierto la cabeza, pues todos secolocaron su k<îel . En el rostro se pintaron ya un puntoblanco grande sobre los pómulos, ya una corta línea punteadaa ambos lados de la nariz. La gente se ayudó mutuamente,porque la pintura incluía la parte trasera del cuerpo. Despuéstodos se acurrucaron junto al fuego, y mientras charlabanamenamente, se secó pronto la pintura. Antes de ir a laChoza Grande, los hombres habían pedido insistentementea sus mujeres tierra colorante roja y blanca, pues con esodeseaban demostrarles que carecían totalmente de tales cosasen la choza. De este modo los astutos maridos, con sus gestosque movían a compasión, recolectaron mucho más de lo quehacía falta para la fiesta planeada. El abundante excedentese guardó para las demás engañifas con espíritus, que secelebrarían los días siguientes.

162 El significado original es “persona pintada de muchos colores, bien adornada”,sin embargo sólo se utiliza para la denominación de esta escena del Kló-keten.

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Sobre el fondo de color rojo ladrillo se dibujan determinadosdiseños. Para ello se eligen colorantes blancos y negrosmezclados con agua, así como tierra colorante roja-claradesleída en grasa, que proporciona una tonalidad marrónherrumbrosa. Se utilizan para el diseño líneas finas, rayasmás anchas, hileras de puntos y manchas más grandes. Paradibujar las líneas y las rayas, se emplea una ramita achatada,comparable a una espátula. Para hacer los puntos se eligeuna ramita del grueso apropiado, de forma regular, y seaplana el extremo que se remoja en la pintura desleída conagua y saliva en la palma de la mano izquierda, para seraplicado luego en el lugar adecuado como si fuera un sello.De esta manera los puntos salen bien redondos. Cada unoayuda al otro para realizar estos dibujos.

b) En la escena de Kõw0nix, la fuerza creativa artística denuestros selk’nam alcanza su punto culminante. Los dibujostienen un sentido especial, pero éste aparentemente no sepuede captar racionalmente. El viejo TENENESK conversó concada uno de los intérpretes, y entre ambos convenían eldiseño a elegir. Hay una gran variedad de éstos. En primerlugar cito una corta serie de ornamentos que puedocomplementar con fotos. Doy a conocer el nombre de cadadiseño y a continuación pongo entre paréntesis el nombrede su portador163.

kó’ok-lol-tami 163 (TOIN) = un pequeño y hermoso somorgujodel sur. Sobre fondo rojo corren desde la región clavicularhasta la rodilla líneas blancas y negras. Las líneas negras

163 Para ser fotografiados, los hombres se agrupaban según deseos personales Alformar estos grupos, tenían la intención de colocar uno junto a otro ornamento dediseño opuesto.

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están adornadas con puntos blancos. La base del cuello ytoda la región del esternón está uniformemente pintada deblanco.

ko’oklol-tami (KNOSKOL) —el mismo pájaro somorgujomulticolor, tal cual vive en los arroyos y lagunas del sur164.Aquí faltan las rayas negras; cada una de las hileras de puntosblancos, colocados directamente sobre el fondo rojo, estáenmarcada por dos líneas blancas poco distantes entre sí.

kwoyink-tami (NILSON) = una sierra bien conocida del norte.Se produce aquí una división en compartimientos y sobrelas líneas rojo-oscuras se colocan puntos blancos.

akáinink-tami (WINYA) = el arco iris del norte. Sobre el fondorojo uniforme se aplican líneas blancas y líneas punteadasdel mismo color.

akáinink-tami (INXIOL) = el arco iris sureño. Solamente seutiliza pintura blanca para las rayas y las líneas punteadas.El intérprete pertenece al grupo sureño.

akáinink-támi (HOTEX) = el arco iris del norte. Este hombrees oriundo del norte. La totalidad de las hileras de puntosestá asentada sobre una línea básica negra. Como puedeobservarse, los tres ornamentos mencionados en últimotérmino, en su calidad de símbolos del arco iris, tienen elmismo esquema básico.

Sénuke-tami (BROWN y NANÁ) = viento del oeste. Ambosactores tienen la misma distribución del color: líneas blancasy rojo-oscuras alternan unas con otras, y estas últimas llevanademás puntos blancos. Como cierre corre una hilerahorizontal de puntos blancos alrededor de las caderas y porencima de las rodillas.

knánekenh-támi (YONI) = cielo vespertino norteño. Dos líneas

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blancas, separadas entre sí por espacios de unos dos dedosde ancho, delimitan una raya negra en cuyo centro se observauna hilera de puntos blancos. Sobre la región central deltronco hay además una mancha blanca alargada, y encimay por debajo de ésta corren líneas e hileras de puntos blancos.

knanekenh-tami (VASCO) = cielo nocturno sureño. Ladiferencia entre éste y el diseño antes mencionado está dadapor dos líneas blancas que corren una por encima y otra pordebajo de la mancha blanca alargada en la parte central deltorso. En el diseño anterior existen, en éste faltan.

Muchos otros ornamentos se representan ocasionalmente.Los siguientes gozan de gran popularidad tanto entre la gentedel norte como del sur. El intérprete mismo elige — en completoacuerdo con el inspector — el tipo de diseño que más le agrada.

knanekenh-tami = cielo nocturno occidental. Para señalarlo,el intérprete se pinta tres anchas franjas blancas alrededordel tronco y de los brazos. Su idea es simbolizar tres alargadosbancos de nubes que se anteponen cerca del horizonte al solponiente. kokpómec-támi = el diseño del plumaje de la ocasilvestre multicolor. Pertenece al grupo del sur, pues aquellaave es uno de los antepasados meridionales. kamkáiyink-tami= utiliza un diseño derivado del sopilote (carancho). Esto esconsiderado asimismo como privilegio propio de los sureños.klatuwen-tami = el guanaco macho del oeste. Este diseño espreferido ampliamente por los hombres de todas las regiones,y usado frecuentemente. ko’ómiek-tami — el macho de laespecie de mayor tamaño entre los leones marinos, oriundosdel norte. Pertenece a los fundadores del primer Klóketenpara hombres. háruk-tami = la oca silvestre del norte. En esteornamento faltan la riqueza de color y la multiplicidad de

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diseño que caracterizan al símbolo de la oca silvestre del sur,anteriormente nombrado. ketáixtem-tami = la gran ballenamacho del norte, que también fue uno de los participantesde la primera ceremonia reservada a los hombres. ácenk-tami= una pequeña ballena del norte, que se reproduce con dibujosmucho más simples que el animal recién descrito. Ademásde los diseños mencionados aquí, nuestros indígenas conocenaún una gran variedad de otros dibujos. Para fundamentarla derivación de estos diseños del mito del origen, losindígenas me contaron lo siguiente: “Todos estos variadosdibujos y diseños de color son los que antiguamente sé habíanaplicado las mujeres, cuando estaban reunidas en la chozadel Klóketen. Pero los hombres las sorprendieron allí. Todasse han transformado en animales u otros objetos naturales.Así como estuvieron pintados en aquel entonces, así quedaronhasta hoy en día. Nosotros los hombres imitamos ahora loque antes practicaban las mujeres165. Todas ellas, cuyosdiseños reproducimos ahora nosotros, eran personasinfluyentes entre las mujeres, que en aquel entoncescelebraban su Klóketen.” Esto puede relacionarse con lacostumbre según la cual cada hombre se coloca precisamenteel diseño que corresponde a su patria o que es característicode su lugar de nacimiento. “Yak háruwenh ke tami = el estilopropio de mi comarca natal” fue y sigue siendo determinantepara la elección entre los numerosos ornamentos. Esta frasedecisiva se escuchaba reiteradamente, a medida que los

165 Esta explicación coincide con las observaciones intercaladas en el mito delorigen, en el sentido de que las mujeres ocupadas en sus juegos engañosos llevanaún hoy en día, bajo su nueva forma de pájaro u objeto natural, la pintura delcuerpo que exhibían cuado fueron sorprendidas en su choza secreta y ultimadaspor los hombres enfurecidos.

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hombres iniciaban los preparativos para este juego.c) Mientras los hombres estaban ocupados con sus diseños,

lo que demandaba por cierto mucho tiempo, las mujeres y lasmuchachas por su parte tampoco estaban ociosas. Tambiénellas se adornaron festivamente para la representación deKewánix que se pensaba llevar a cabo. Se habían reunido entres chozas diferentes, que eran las de mayor capacidad delcampamento, para ayudarse en el trabajo. En líneas generalesse atuvieron a lo que hacían sus maridos. En primer lugar sepintaron todo el cuerpo con colorantes rojo. En tiemposantiguos, se desprendían de su ropa de abrigo y solamentevestían el pequeño cubresexo. En esta ocasión sólo lo hicieronlas muchachas más bien jóvenes. Hoy todas las mujeresdemuestran ser muy melindrosas: “¡Hubieran sufridodemasiado frío si se hubieran desprendido totalmente de suspolleras o de su ropa de cuero!” El hecho es que se limitan adesnudar el torso, lo que ha disgustado mucho a varioshombres; pues, sobre un cuerpo semivestido, no puedeaplicarse ‘una ornamentación completa.

Sobre el fondo rojo se aplicaron diferentes diseños con colorblanco, negro y rojo oscuro, que eran, sin embargo, muchomenos complicados y diferenciados, y de ninguna manerapodían competir con los dibujos de los hombres. No se lesasigna un significado especial. Por el contrario, solamentepretenden ser imitaciones superficiales de lo que suelen hacerlos hombres. Por esta circunstancia, la ornamentación de lasmujeres estaba concluida en poco tiempo. La simpleconfrontación de ambos grupos mostraba muy claramentelas diferencias.

El estado de ánimo en las tres chozas era alegre y vivaz,

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mientras las mujeres realizaban sus preparativos. Losterminaron mucho antes que sus maridos, allá en la chozadel Klóketen, así que quedaron a la espera de la señal parainiciar la danza habitual.

d) Entretanto, el tiempo había aclarado totalmente, y el tenuesol de invierno derramó su plenitud de luz dorada sobre elpaisaje nevado. Mis relojes mostraron la primera hora de latarde. Desde las nueve hasta esa hora los hombres estuvieronocupados en su adorno. Cada uno se sabía especialmentehermoso y mostraba con orgullo su figura alta y ágil. Lacomplicada danza podía comenzar.

Por fin los hombres se ordenaron. Cada uno tomó la manodel otro, separando un poco el brazo del cuerpo y, formandouna fila lateral, salieron de la choza del Klóketen. Esta filadesplegada cruzó la pradera en dirección al campamento, yse detuvo sólo pocos pasos antes de llegar al linde del bosquede este lado. No se había hecho ningún llamado, ni ningunaseñal. En ningún momento las mujeres habían separado suvista de la Choza Grande. En tanto la fila de hombres seacercaba más y más, ellas admiraban con gran deleite y alegríalos múltiples diseños sobre los cuerpos desnudos de susmaridos. Y, la verdad sea dicha, estas figuras pintadas de rojoclaro lucían sorprendentemente vistosas contra el fondo blancode la nieve y en la dorada luz del sol del mediodía166.

Muy próxima al campamento, la fila lateral de los hombresse cierra para formar un círculo. Como hasta entonces, siguencogidos de la mano y se ubican a corta distancia uno de otro.

166 Es una señal del debilitamiento general que domina actualmente, que algunosde estos hombres hayan participado de la danza calzando sus sandalias. La gentemás joven reconocía abiertamente: “Nosotros ya no somos tan fuertes y tanresistentes al clima, como lo eran nuestros mayores”.

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Comienzan con un giro a la derecha: el pie derecho se avanzalateralmente para dar un corto paso, y el izquierdo se arrimarápidamente al otro y se apoya en la tierra. Se trata más biende un desplazamiento arrastrado durante toda la vuelta. Alritmo de estos breves pasos dicen con tono chillón167: xas xasxásxas xas xas ... Así sigue interminablemente, hasta que handado unas veinte vueltas. Repentinamente, toda la rueda separa. Sin pausa intermedia, comienza un giro hacia el ladoopuesto, durante el mismo número de vueltas y con idénticocanto. Una vez finalizadas las veinte vueltas hacia laizquierda, se detiene nuevamente el movimiento, y el cantocesa abruptamente. Con apuro nervioso, los hombres achicanel círculo y se acercan más uno al otro. Cada uno pone subrazo sobre los hombros de sus vecinos, de modo que losbrazos de ambos se entrelazan en un pequeño giro, paraganar estabilidad. Nuevamente comienza la danzamarchada, sólo que el ritmo se acelera notablemente, tantoel de los pasos como el del canto. Nuevamente corren unasveinte vueltas en giro a la derecha, y luego otras veinte engiro a la izquierda, que terminan con una detenciónrepentina. Los hombres disuelven el círculo, se tomannuevamente de las manos y, formando otra vez la fila lateral,cruzan ordenadamente la pradera para desaparecer en laChoza Grande. Durante la danza observan mucha seriedady concentración, y durante el regreso tampoco se escuchapalabra alguna. En la choza, junto al fuego, descansan unrato.

167 Para ello eligen un registro medio de voz y dan más duración a las palabras;al menos más duración que la usual para la danza del tiempo y más aún que laempleada para la danza fálica. Por lo tanto, este llamado no tiene un efecto tandesagradablemente excitante sobre el oído.

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Entretanto, las mujeres no han estado ociosas. Las que nohabían podido o no habían querido pintarse —se trataba demujeres viejas y niñas— se habían ubicado delante de losárboles y en las cercanías del círculo de los hombres. Lasdemás mujeres, visiblemente orgullosas por su pintura, seordenaron para formar una fila india, con una distancia dedos pasos entre una y otra. Tenían las manos, una sobre laotra, apoyadas suavemente sobre la región ventral, y el torsose inclinaba fuertemente hacia adelante. Así comienzan, unadetrás de la otra, su procesión alrededor del círculo de loshombres, por el lado de afuera, pero en sentido inverso a larotación de éste y separados de dicho círculo por una distanciade unos tres pasos. Para ellas, el giro es incomparablementemás fácil y no requiere esfuerzo, pues pueden caminar haciaadelante sin problemas. No forman un círculo cerrado, puespara ello se hubiera necesitado una cantidad cuatro vecesmayor de mujeres. No bien se detienen los hombres para giraren sentido contrario, las mujeres ejecutan a su vez una vueltasobre sí mismas y la rotación de ambos grupos sigue ensentido inverso al llevado anteriormente.

Cuando los hombres interrumpieron su danza paradirigirse a la Choza Grande, las mujeres se acercaron unas aotras, siguieron con la mirada a los hombres que se alejaban,y se sentaron en grupos irregulares en la nieve. Allídescansaron un rato, pues era de esperar un pronto retornode los hombres. Veinte minutos después, éstos ya regresarona su posición anterior, y las mujeres se levantaron del suelo.El movimiento de doble rotación se repitió igual que antes.Al concluir esta vez, los hombres se retiraron nuevamente, ylas mujeres se sentaron en el lugar que ocupaban.

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La pausa que se inició entonces duró un poco más.Nuevamente los hombres cruzaron, formando una línealateral, la ancha pradera y tomaron ubicación. Pero esta vezlo hicieron en la misma forma en que habían venido, o seaunos quince metros delante de las mujeres, que ahorapermanecieron sentadas en la nieve con los rostros vueltoshacia los recién llegados. Durante algunos segundos, loshombres se mantuvieron quietos y erguidos, con la miradarígida fija en las mujeres. Esta disposición era como unaúltima actuación frente a las compañeras de juego. Con unaamplia evolución, sin disolver la fila, los hombres dieronnuevamente la espalda al campamento y desaparecieron ensu choza de reuniones secretas.

Las mujeres que habían participado del juego seentremezclaron entonces con el grupo de espectadores queestaban ubicados en el linde del bosque. Inmediatamentecomenzó una amena charla, porque se esperaba todavía unabuena diversión. Efectivamente, apenas quince minutosdespués, los hombres saltaron uno a uno fuera de la ChozaGrande y brincaron en un desorden total de un lado paraotro. Habían adoptado una posición tal que realizaban el asíllamado “salto de rana”, esto es, con los glúteos apoyadosen los talones y los puños cerrados como apoyo delantero,realizaban saltos hacia adelante. Este confuso desorden eraverdaderamente regocijante no sólo por los divertidos saltosy los alegres gestos mímicos de los actores, sino sobre todopor el juego sumamente contrastante de figuras multicoloresque se movían sobre el brillante manto niveo bañado por ladifusa luz del sol poniente. Esta vista resultaba infinitamentereconfortante para los ocupantes del campamento, que se

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habían acercado hasta la mitad de la distancia a la ChozaGrande; con la mirada rígida se empapaban del juegocolorido y no se cansaban del espectáculo.

La escena de Kõw0nix es considerada por todas las mujerescomo la más hermosa y placentera de la prolongadacelebración del Klóketen, pero también los hombres disfrutanplenamente de su papel.

Con este juego de Kõw0nix se había ocupado prácticamentetodo el día. Hacia las siete de la mañana un \œ’œrte habíasacado a los durmientes de su descanso nocturno, y desdeentonces toda la gente se mantuvo ocupada. Recién cuandoel sol comenzó a ponerse en el oeste, las mujeres y los niñosse dirigieron a sus viviendas. Los hombres se dedicaron aldescanso, charlando amenamente en su Choza Secreta. Noobstante el cansancio general, un cambio de ideas muy activoy ameno se prolongó hasta muy avanzada la noche en todoel campamento.

Temprano a la mañana siguiente, un \œ’œrteextremadamente furioso apareció en el campamento. Conexcitación indominable sacudió las chozas, sobre todo la dela tekáiklóketen, y dejó a las mujeres un desorden infernal.“¿Qué significa todo esto?”, se preguntaban en silencio lasmujeres. En el curso de la mañana, los hombres dieron aconocer a las mujeres los motivos de la furia del espíritu: ¡Enel juego de Há6nâo del día anterior tendrían que haberparticipado más activamente y en mayor número! Ha6nâoestaba desconforme con ellas, y no menos lo estaban _álpen.De este modo, \œ’œrte les hizo pagar a las mujeres sunegligencia.

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Este juego multicolor se pone en escena por deseos deHá6nâo. Después de haber actuado él mismo, dos o tres díasmás tarde la gente se prepara para esta representación,supeditada a las condiciones del tiempo. En mayor o menormedida la pintura variada de los indígenas pretende ser unaimitación, tal vez también una superación, de los colores ydiseños de Ha6nâo. Organizan esta procesión festiva parademostrarle que ellos mismos saben pintarse por lo menoscon la misma maestría en los diseños que la evidenciada porél. La escena de Kõw0nix se intercala en el curso de lasceremonias del Klóketen en varias oportunidades. Mientrasque la primera representación del 4 de junio estuvoespecialmente favorecida por el tiempo, el 27 de junio seprodujo poco antes del mediodía una nevada tan intensa,que la gente tuvo que quitarse la pintura a medio terminar.En esta ocasión se desistió de poner el juego en escena.

14) Kulpus: Este juego se representa por indicación de unespíritu femenino de igual nombre. Entraña mucha molestiapara los hombres y grave intranquilidad para las mujeres.

a) Extraña resulta la personalidad de Kulpús. Vive bajotierra, siempre a solas, y es soltera. En líneas generales esconsiderada como bonachona y amistosa frente a loshombres, a pesar de las molestas actividades que les exige.Puesto que ella goza con estas danzas, los hombres debenavenirse a ellas. Pero la conducta de este espíritu es muchomenos malintencionada que la de _álpen.

Nunca se presenta en persona ante la gente, y por lo tanto,nadie conoce su aspecto. Pero cuando exige la realizaciónde los espectáculos que le agradan, creen las mujeres queaparece en la Choza de los Hombres. Poco después vuelve a

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su hogar bajo tierra. En su lugar, y hacia la finalización deljuego de K(lpú=, generalmente se hace presente un Ha6nâo;pero éste sale efectivamente de la choza del Klóketen yobserva toda la escena.

b) En aras de un panorama más claro, describo porseparado cada una de las tres escenas de K(lpú=, aunque sesuceden una tras otra sin interrupción.

El 26 de mayo fui testigo, por primera vez, de esta actuaciónsingular. Todavía estábamos en el comienzo de lasceremonias, y los hombres se desvivían por bailar. Cuandoel entusiasmado TENENESK, a la puesta del sol, alzó su vozpara llamar a una actuación de K(lpú=, la aprobación fueunánime. La gente joven echó inmediatamente al suelo susabrigos y se frotó la cara con colorante rojo. Como la luz deldía ya había pasado, no se tomaron la molestia de pintarsetodo el cuerpo de rojo.

ix-Un fuerte y prolongado hóhoho, h’óhoho, de sonidohueco y en registro agudo, pronunciado por toda la ruedade hombres, anuncia a las mujeres del campamento lo quevendrá a continuación.

Con pausas de algunos minutos, se repite este llamadoinconfundible para todos los ocupantes del campamento: porcuatro veces más. Por último, algunos hombres primero, luegopoco a poco los demás, comienzan suavemente pero pconsostenido crescendo, con el oscuro e inquietante hukus, hukus,hukus ...

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Por la continua repetición de esta melodía, unida a uncrescendo y diminuyendo permanente de la voz, y que suenacomo propia de una persona amenazada y aterrorizada, lapalabra ôukú= se transforma inevitablemente en ôulkú= ydespués en kulkú=, para terminar finalmente en kulpu=. Enotra oportunidad también se comienza con hukú, queasimismo está sujeto a las transformaciones mencionadas másarriba. En algunos casos incluso se comienza con ôukôuk.

La agitación de la presentación y la fuerza de la vozaumentan de minuto en minuto. Por último salen los primeroshombres de la Choza Grande. Al principio solamente aparecendos individuos. Parados uno al lado del otro, esos hombres seenlazan, pasando un brazo alrededor del cuello. Sus rápidospasos laterales pueden llamarse casi saltos: cada uno muevesu pierna izquierda lateralmente dando un paso corto, y, conun suave movimiento de salto, junta la pierna derecha a laizquierda. Y mientras la derecha se posa en el piso, la izquierdaya avanza nuevamente en forma lateral. Así se mueven enlínea recta sobre el suelo de la pista de baile hacia la derechade la Choza Grande, hasta llegar a unos veinte metros dedistancia. Sus rostros permanecen vueltos hacia elcampamento. Sin detenerse, inician inmediatamente el caminode regreso, invirtiendo el avance de los pies.

Mientras avanzan en uno u otro sentido, el brazo libreejecuta un movimiento circular, pero en coincidencia rítmicacon los saltos. El brazo siempre golpea hacia abajo en elpreciso instante en que se apoya en el suelo eí pie que hace elpaso, cualquiera que sea la dirección —derecha o izquierda—hacia la que se mueve la pareja de bailarines.

No bien han vuelto estos dos hombres a la Choza Secreta,

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cuando ya saltan nuevamente hacia afuera de la mismamanera que antes. Pero ahora se les han agregado doscompañeros, y todos se mueven en total coincidencia. Apartir de entonces, se alternan pausas breves con nuevasactuaciones. En ningún momento cesan los llamadoshabituales. En cada nueva aparición se agregan dos personasmás a la fila, hasta que ésta por último cuenta con dieciochoparticipantes. Estos actores no emiten sonido alguno: el cantoproviene solamente del interior de la Choza Grande, desdedonde se difunde sin trabas el acentuado ritmo hacia lasmujeres ubicadas afuera, en la pradera. Estos llamadosadquieren un acento muy salvaje cada vez que los hombresentran en el campo visual de los ocupantes del campamento;luego decrecen poco a poco, para adquirir nueva fuerza pocoantes de aparecer otra vez los hombres. Una vez completadala fila de los hombres, el movimiento lateral se efectúa variasveces desde un extremo de la pista de baile hasta el otro,pasando por detrás de la choza del Klóketen; los bailarinesaumentan poco a poco la rapidez de sus saltos, hasta elmáximo posible.

Con estas salidas había pasado toda una hora. Se escuchóentonces nuevamente de boca de los hombres el mismo fuertellamado que al principio había anunciado el comienzo deeste juego, o sea el alargado aullido hóhohó hohohó enregistro agudo. Esta vez indicaba la terminación de la escena.Los hombres se mantuvieron inmóviles y silenciosos en suChoza. A la primera señal, las mujeres ya se habían acercadoa la mitad de la distancia, formaban un grupo poco ordenadoy observaban compasivas la actuación de sus maridos. Ellassabían interpretar correctamente este último llamado; pero,

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puesto que otro espíritu no se anunciaba —lo que significabaque debía contarse con la presencia de Kúlan, deHainxohéuwan, o de Tánu—, permanecieron en el lugar queocupaban.

Durante esta actuación los hombres ponen de manifiestola mayor seriedad. Ante todo dan a entender la penosadificultad de esta actuación, con el fin de despertar lacompasión y el pesar de las mujeres. Si alguno de los hombresse comportara con ligereza, _álpen haría sentir a todos suenfado.

Otra forma del juego de k(lkú= se agrega a laanteriormente descrita, por lo general en la misma noche.En esta oportunidad los hombres solamente se permitieronuna pausa de unos veinte minutos para descansar, y suentusiasmo aún no consumido por ese juego los impulsó aactuar de nuevo. Otra vez se desprendieron de sus abrigosde piel. El anochecer solamente arrojaba una tenue luz sobreel paisaje, por lo cual dejaron de lado la idea de pintarsetotalmente el cuerpo, y solamente se frotaron el rostro conpintura negra. Cuando este juego se realiza a la luz del día,se exige un adorno abundante de la cara y el cuerpo: Loshombres se trazan alrededor del torso líneas transversalesrojas exclusivamente, o alternativamente líneas rojas yblancas, o, por último, también franjas blancas y negras. Unavez observé, sobre fondo rojo que cubría todo el cuerpo, doslíneas transversales blancas a la altura de las tetillas y delombligo. El rostro lleva o bien una línea transversal blanca ala altura del labio superior, o una coloración uniforme enrojo o negro.

Puesto que la preparación no exigía tiempo digno de

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mención, pronto se escuchó, dando por iniciado el juego, elhueco hohohó, hohoho. Las mujeres que estaban fueradirigieron inmediatamente su mirada a la Choza Secreta. Alcabo de una corta pausa comenzó de nuevo el bien conocidollamado: hukú, hukú, hukú ..., que era presentado increscendo con excitación cada vez mayor, hasta que, en elmomento dé ritmo más intensa, salieron los hombres.

Nuevamente se han ordenado para formar una fila lateral,pero su actitud es ahora muy singular. Cada uno está enposición de “rana”, asentando los glúteos sobre los talones;los brazos colgantes se apoyan con los puños cerrados en elsuelo, la cabeza y el torso forman casi un mismo plano y elrostro está orientado hacia el campamento. Con breves saltoslaterales, la fila se mueve hacia el extremo de la pista de baile,pero siempre al ritmo de la llamada aullante: con cada sílaba,los puños y los pies se apoyan alternativamente en el suelo.Cuando se apoyan los puños, los pies se desplazanlateralmente, y cuando éstos tocan el suelo, todo el torso hastael eje longitudinal vertical del cuerpo gira asimismo haciaun costado. Al llegar al extremo de la pista de baile, losmovimientos invierten su dirección.

Para la primera salida ya se habían reunido diecinuevehombres para formar la hilera. Salieron a la pista cuatroveces. La última vez, y como señal de finalización, recorrieronsaltando toda la pista de baile hacia derecha e izquierda. Elllamado habitual cerró esta actuación. Para las mujerescomenzó seguidamente un período de inseguridad, puesdebían esperar para saber lo que acontecería para adecuarsu conducta a ello. Pues o bien comienza la escena de Hostan,o Kúlan ingresa a la Choza Grande, o suele anunciarse

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también T0nu. A veces, como pude observar, se agrega directae inmediatamente el tercer tipo de juego de Külpús.

y - Aunque afuera ya empezaba a oscurecer los hombres seordenaron de nuevo sin tardanza. Con el llamadoanunciador hóhoho, hoho-hó hicieron saber a las mujeres, queaguardaban fuera, que Külpús les había encomendado unanueva misión. Se habían frotado nuevamente la cara conpolvo de carbón168.

Los hombres forman una fila longitudinal. Como guía seelige a una persona robusta, que coloca sus brazos bienapoyados en la cintura, manteniendo los codos bienseparados del cuerpo. Cada uno de los hombres que sigueen la fila pone ambas manos en los hombros del antecesor.Todos inclinan el torso algo hacia adelante, para simular laexistencia de una fuerte carga. Sus pasos son muy breves; seavanza el pie izquierdo, luego solamente se acerca a éste elpie derecho, que se coloca aquí en el suelo. Recién despuésque en esta oportunidad también se han repetido varias veceslos llamados rítmicos usuales de hukhúk, hukhúk sale de lachoza del Klóketen esta fila de hombres. Primero recorre lapista de baile hasta un extremo, y luego regresa a la choza.Entretanto, algunas muchachas se separan del grupodesordenado de las mujeres y forman una fila longitudinalrecta. Cada una abraza la cintura de la mujer ubicadadelante, por lo que toda la fila adquiere la cohesión deseada.

Los hombres salen otra vez del interior de la choza yenseguida toman el camino que lleva hacia las mujeres. Dan

168Esta pintura rápida y superficial de la cara era un recurso provisorio, puesalgo de pintura los hombres siempre deben llevar. Por la oscuridad de la noche, noparecía necesario un cuidado especial.

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varias vueltas alrededor de ellas. Tal o cual muchacha o mujerrecibe de los hombres que pasan a su lado un significativoempujón con el codo, aplicado por algún simpatizante, y larespuesta es una sonrisa comprensiva. A veces una mujermayor que sobresale de la fila —¡en lo que pone bastanteintención!— es atropellada tan irresistiblemente, que cae alsuelo y es arrastrada un trecho. A causa de ello se produceen la fila de las mujeres un hueco, que todas se preocupanpor llenar inmediatamente. Por último, los hombres intentancomo grupo compacto apoyarse contra la cerrada fila demujeres, ejerciendo una fuerte presión, y con el fin de hacerlascaer. A veces es una sola muchacha la que cae; pero lo hacemenos por la excesiva presión que por propia voluntad, ysin dejar traslucir su intención. Toda esta actuación no quiereser más que un juego de amor y de chanza, y hombres ymujeres se regocijan muchísimo169.

Desde la Choza Grande se mantiene en movimiento a lafila de hombres que actúan fuera, mediante los llamadosrítmicos. Apenas los hombres se sienten cansados, abandonanel lugar después de unas veinte vueltas alrededor de lasmujeres y regresan a la choza. Hasta una tercera vez realizantal procesión, para regocijo propio y de las mujeres. Despuésel cansancio los retiene en la Choza Grande, y losespectadores que están fuera perciben pronto un alargado yfuerte. Con esto concluye el juego de Külpús.

Según regla general, durante esta actuación sale de la Choza

169Con mucha mayor libertad que durante la escena descrita bajo el número 12,la gente joven puede dedicarse a sus juegos de amor. Esta escena no está cargadade tanta seriedad como aquélla, donde con la hemorragia nasal los hombresintentan despertar más bien la compasión de las mujeres. Pues las chanzas de estejuego producen una sonrisa picara en más de una de las mujeres.

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Grande el torpe T0nu, para contemplar los movimientos delos hombres; se dice que esto le causa un placer especial.Mientras T0nu ocupa su lugar, los hombres deben seguirgirando, con lo que crece el entusiasmo de todos losparticipantes. Pero si la escena de Külpús se realiza en laoscuridad de la noche entrante, se enciende a una distanciade veinte o treinta metros de la choza una enorme hoguera,cuyas altas llamaradas iluminan toda la escena. Losvaroncitos son los que, según las indicaciones de algunoshombres, acercan suficiente cantidad de leña y desbrozo, ymantienen el fuego bien luminoso atizándoloincansablemente. Poco a poco se reúnen aquí los ocupantesdel campamento, y se calientan junto al fuego, charlandoamenamente. Si se planea la forma del juego descrita enúltimo lugar, las muchachas jóvenes son las quepreferentemente se ubican cerca del fuego, donde formanuna fila compacta, pues desean poder observar condetenimiento a los hombres en su procesión y al T0nu que seespera haga su aparición. También se utiliza esta forma deiluminación para gozar plenamente de las dos formas deljuego de Külpús mencionadas en primer lugar.

Pero T0nu solamente se presenta en la actuación en que loshombres, ordenados en fila india, realizan su procesiónalrededor de las mujeres. Para el cierre de las otras dos formasgeneralmente se anuncia la Kúlan, en cuyo caso las mujerescorren inmediatamente a sus viviendas, porque, después deuna breve pausa, es de esperar un Kÿsménk. En otraoportunidad, la escena de Külpús se transformó en unaactuación de H:=tan. Todo esto demuestra que nuestrosindígenas se reservan una cierta libertad en el desarrollo delos diferentes actos; el estado de ánimo, la hora del día, la

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preferencia de esto o aquello, por último otros factoressecundarios, son determinantes para la elección de los actosplaneados al instante. Porque, además de los esfuerzos,también se quiere tener una diversión tonificante.

15) H:=tan: No obstante diversas similitudes que la formadel juego de Külpús mencionada en segundo término tienecon la actuación de H:=tan, ambas permanecen separadaspor diferencias esenciales.

a) Acerca de la personalidad del H:=tan predomina unaextraña concepción, por más incompleta y confusa que sea. Sibien este espíritu femenino posee, según dicen, un cuerpohumano, se mueve con saltos de rana y permanececonstantemente en una posición acurrucada, como en cuclillas.A una orden suya, los selk’nam deben imitarlo en la posición yen la manera de caminar. Pero el espíritu no se muestra malévolo.

Este espíritu femenino tiene su sede permanente bajo tierra, ysólo ocasionalmente se presenta en el círculo de los hombres.Nunca aparece personalmente, sino que obliga a los indígenas arealizar esas actuaciones extraordinarias. Hay muchas H:=tanbajo tierra.

b) El desarrollo de toda esa actuación permite deducir comofinalidad principal ofrecer también a las mujeres laposibilidad de triunfar sobre los hombres. No sólo se trata dedivertirlas en líneas generales, sino de proporcionarles lasatisfacción de haber salido vencedoras en tal o cual caso delucha con los espíritus o con los hombres influidos por esosespíritus. Esta satisfacción completa les sirve de variación yestímulo. El gran placer que les proporciona el juego deHóstan se dibuja en sus rostros con colores brillantes.

Los hombres anuncian esta actuación mediante variossonidos prolongados, que se escuchan cómo hi hi hi... y se

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repiten unas cinco veces, con intervalos de seis a ocho minutos.En el ínterin, completan sus sencillas pinturas. No se necesitauna pintura especial de adorno, sino que basta con frotarsefuertemente la cabeza y el cuello con polvo de carbón. Conalgunos tallos de pasto cada hombre se ata tres o cuatromechones de pelo en diferentes partes de la cabeza170.

Entretanto, y con la pachorra habitual, las mujeres y losniños se ubican en pequeños grupos al borde de la pradera.Cuando es ya un hecho que los hombres no demorarán enaparecer, se acercan lentamente hasta mitad de distancia dela choza del Klóketen.

Por último, los hombres se asoman. Como si estuvierantemerosos o tímidos, en principio son solamente tres o cuatroactores los que se hacen ver por pocos instantes, paradesaparecer otra vez rápidamente en la choza secreta. Conmás confianza, aparecen nuevamente en mayor número, yse avienen a acercarse algo más al lugar ocupado por lasmujeres. Después de una corta desaparición, traen por finconsigo a la pradera, durante la tercera aparición, a todossus acompañantes. Aquí se distribuyen en un tramorelativamente grande y a una distancia de cincuenta a sesentapasos de la Choza Grande; pero siempre permanecenformando grupitos de no menos de tres o cuatro personas.Todos aparecen dando pequeños saltos como ranas171. Secolocan con ambos pies en tierra, pero mantienen el torso

170 No pude aclarar la razón de esta costumbre, a saber, si estos manojos depelos, de un grosor de tres dedos, habían de servir como adorno o como punto deataque fácilmente alcanzable para las mujeres. Probablemente ambos usos sontenidos en cuenta.

171No quisiera dejar de mencionar el hecho de que en la Tierra del Fuego no hayningún representante de los batracios; por lo tanto, nuestros indígenas difícilmentepueden haber copiado de los sapos o de las ranas la posición del cuerpo y el tipode movimiento propio de estos animales.

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algo inclinado hacia adelante. Con esto conservan suficientemovilidad, porque las nalgas no se apoyan en los talones. Sies necesario se afirman con los puños cerrados, pues losbrazos cuelgan lateralmente con total libertad. Se muevensolamente con saltitos breves, pero en forma constante y sindetenerse en un lugar determinado. En ningún momento seinterrumpe el hihi hihi ... de efecto excitante, estridente, algoalargado, expresado por cada uno de los hombres en formaininterrumpida. La impresión atemorizante queda reforzadaaún por la confusa mezcla de tantas voces, cada una gritandoen su registro particular. Todo esto causa la impresión deestar escuchando gritos de terror o el postrer pedido de auxiliode aquellos que ven el fin ante sus ojos. Este grito sibilantecruza estremecedor el paisaje abierto.

Mientras los hombres exhiben sus primeros saltos delantede la Choza Grande y se dirigen con breves intervalos de unlado a otro, como si buscaran en vano una salida a susituación, las mujeres corren hacia ellos.

Comienza entonces una especie de competencia entrehombres y mujeres, como si quisieran medir sus fuerzas y suagilidad. Nada impide reconocerse recíprocamente, aunquelos hombres tienen el rostro embadurnado con pintura negra.Los hombres están completamente desnudos. Como primeramedida, cada mujer elige a un determinado hombre y correhacia él. Ella se esfuerza por tomarlo de un mechón y asípoder voltearlo. Él a su vez ve acercarse a la mujer e intentaesquivarla saltando de un lado a otro. Pero con pocos pasosamplios, la mujer se le acerca suficientemente y con la manotrata de asir un mechón. Nuevamente trata el hombre deevitar el puño de la mujer, saltando hacia atrás, hacia los

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costados, o realizando variados giros del cuerpo y rápidosmovimientos de cabeza. Por algunos momentos, talesmaniobras defensivas pueden tener éxito. Pero como ella estáen una posición incomparablemente más favorable, a la largaalcanza a tomarlo de un mechón de cabellos. A pesar deello, el hombre logra zafarse de su mano con un tirón fuertey doloroso. Impulsada más aún por el fracaso de su primerainiciativa, la mujer pone en juego toda su habilidad parasujetar definitivamente al hombre que trata de escabullirse.Enérgicamente toma con ambas manos la abundantecabellera suelta y ya no afloja más, aunque el hombre tironeecon todas sus fuerzas. Con mayores esfuerzos aún, consiguepor fin tumbar al hombre sobre su flanco, apretándole lacabeza hacia abajo y contra el suelo. Su último grito seextingue lentamente, como la voz de un moribundo, y elhombre queda tendido, inmóvil, como si estuviera muerto.

Segura de triunfar, esta mujer se yergue en toda su estaturay trata de localizar rápidamente a otro candidato.Nuevamente comienza la misma lucha. En estosenfrentamientos se mueven simultáneamente muchas manosfemeninas. Consecuentemente, al poco rato la mayoría delos hombres yace inmóvil en el suelo. La alegría de la victoriase dibuja cada vez con más claridad en los rostros de lasmujeres.

En este juego, ciertas reglas rigen inexorablemente paratodos los participantes. Así, por ejemplo, no está permitidoa los hombres defenderse de otra manera que esquivandosimplemente con el cuerpo o saltando de un lado a otro;tampoco prolongan su resistencia ilimitadamente, sino cedena su adversaria después de algunos intentos de ésta. Las

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mujeres por su parte deben evitar trabarse en lucha con suspropios parientes, sino que han de elegir a otros hombres.Por lo tanto, buscan medir sus fuerzas ante todo con laspersonas a quienes están unidas por lazos de amistad o deafecto; y sólo cuando quedan ya pocos hombres para elegir,se abalanzan decididamente sobre el primero queencuentran.

Durante este juego las mujeres y muchachas participantesse mueven con ahínco y sus esfuerzos tienden a voltear en elmenor tiempo posible la mayor cantidad de hombres. Comoadoptan una posición más favorable y gozan de mayorlibertad de acción, en verdad lo logran. Más de una tomadecididamente al hombre de su cabellera y lo aprietaenérgicamente contra el suelo; sin descanso corre de unavíctima hacia la siguiente. En parte se tiene la impresión —nada aventurada — de que tal o cual mujer quisiera vengarsedel ajetreo a que justamente ella había sido sometida en losúltimos tiempos por los espíritus; ahora tiene la inmejorableposibilidad de desquitarse a fondo de los tormentos que hatenido que soportar, sin poder defenderse. Pero los hombresnunca son inmovilizados hasta el último de ellos. Unos pocos,que desde el principio se habían mantenido algo más en laretaguardia, o que por su suprema movilidad habían logradoescapar una y otra vez, rotando rápidamente alrededor desu eje, inclinándose profundamente, y realizando maniobrasevasivas similares, “sobreviven” a sus compañeros y saltancomo cobardes descorazonados hacia las inmediaciones dela choza del Klóketen o entran directamente a ella. Hastaallí las mujeres no pueden seguirlos. Con el fin de no permitirque se produzca una interrupción en el juego, en estos

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momentos peligrosos aparece un anciano delante de la ChozaGrande y grita a las mujeres: “¡Ahora a regresar alcampamento, rápido!” Ellas cumplen rápidamente estarigurosa exhortación, y corren hacia sus viviendas sin volverel rostro. Los hombres extendidos en el suelo aprovechanestos segundos para ponerse nuevamente en la acostumbradaposición “de rana” y saltar en silencio hacia la Choza Grande,todo ello a espaldas de las mujeres. Antes que ellas lleguenal campamento, todos los hombres ya han vuelto a su segurorefugio.

Hay también otra manera de terminar esta actuación.Cuando la mayor parte de los hombres yace en el suelo y lospocos restantes se han acercado atemorizados a la Choza,de modo que prácticamente están fuera del alcance de lasmujeres, se escucha repentinamente desde el interior elhololololololo característico para Kúlan ... Como espantadas,todas las mujeres abandonan inmediatamente su lugar ycorren hacia el campamento. Si se da el caso de habersellamado a la población femenina otra vez hasta la ChozaGrande, también suele aparecer ocasionalmente Kÿsménk.

c) La escena de H:=tan concluye sin formalidadesespeciales. Como se recordará, en cada lucha queda elremanente de unos pocos “sobrevivientes”. Aunque lasmujeres hayan tenido que regresar al campamento porindicación de un anciano o por los llamados de Kúlan, alcabo de una breve pausa son llamadas nuevamente yregresan a su lugar anterior. Es como si se les quisiera brindaruna satisfacción total. Aquellos “sobrevivientes” se ordenanen una fila de modo tal que cada uno queda parado detrásdel otro. No es necesaria una pintura especial, pues sus

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rostros están suficientemente ennegrecidos. En cambio debenponerse su manto de piel sobre la cabeza de modo que anteel rostro quede abierta sólo una angosta franja vertical. Losdos bordes que cuelgan son tomados cada uno con un puñoy así se mantienen cerrados. La cabeza se inclina levementehacia adelante. Con pasos breves, en silencio, esta fila semueve desde la Choza Grande directamente hacia el lugarocupado por las mujeres cuando abandona la Choza Grande.Éstas se apretujan una muy junta a la otra y se ordenan demodo tal como si estuvieran arrimadas a una barrera. Lafila de hombres pasa junto a la hilera lateral que forman lasmujeres. Dejan un espacio de no más de una palma y semueven en completo silencio. No bien esta fila de hombresha avanzado lo suficiente, todas las mujeres se apoyanuniformemente contra ella; como consecuencia de este primercontacto, la fila de hombres cae como un solo bloquecoherente hacia el otro costado. Puesto que todos los hombresyacen en el suelo, las mujeres abandonan su lugar y correnhacia el campamento. Los hombres se levantan rápidamentey se esconden en su Choza Secreta.

Esta actuación se llama Ho=tanwáixten. Se dice que Kúlano _álpen envía nuevamente a estos hombres que no habíansido vencidos por las mujeres, para que sean volteados ahora.Con esto se cierra la escena de H:=tan.

El desarrollo de este juego me permite suponer que, enúltima instancia, pretende ser una competencia entre la partefemenina y la masculina de la población, en la que las mujeresse sobreponen, sin excepción, a los hombres. Pero la victoriadebe ser ganada, por eso cada mujer debe tomarresueltamente el mechón de pelos, y debe poner en juego

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toda su agilidad, para por último vencer al hombre conmucha violencia, aunque para éste ha de resultardesagradable asumir el papel de vencido.

Me parece completamente acertada la posibilidad de queaquí se ofrezca a las mujeres una oportunidad para sacudiraunque sea por algunas horas la deprimente sensación detotal indefensión frente a los poderosos espíritusatormentadores de la Choza Grande, y recobrar así el propioequilibrio anímico.

16) ^ápa=kan: Para completar el cuadro de los espíritusdescribo aquí una representación idéntica con la actuaciónrecién descrita que, según puedo demostrar, es patrimonioexclusivo del grupo haus.

a) Esta representación no exige preparativos complicados.Dentro de la choza del Klóketen, todos los hombres se preparan,pintándose uniformemente de rojo el cuerpo y el rostro. Mientrastanto, entonan el llamado: kï kï kï..., un extraño sonidochirriante,172 como madera que cruje, y que se repite después depausas muy breves. Como consecuencia de esta señal lasocupantes del campamento se reúnen lentamente y, con pasoslerdos, se acercan despreocupadas a la Choza Grande hasta lamitad de distancia del campamento. Aquí forman pequeñosgrupos y esperan la aparición de los hombres.

Cada uno de éstos ha encorvado su figura hasta quedar enposición de acuclillado; el cuerpo inclinado hacia adelantedescansa sobre los pies bien abiertos, las nalgas no tocan elpiso. En esta “posición de rana” también se realiza elmovimiento a saltos. Los brazos cuelgan libres, levemente

172 La comparación más exacta de este llamado me parece la de los sonidoschirriantes que producen las garzas. En la Isla Grande, la garza nocturna gris-marrón es la más numerosa (Nycticorax).

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arqueados, a ambos lados, y sin tocar el suelo; las manosforman puño. Antes de cada salto se apoyan los puños sobreel suelo, con el fin de facilitar el movimiento hacia adelante;también se permite los saltos laterales.

Entonces se multiplican los llamados, y, en pequeños gruposde tres a cinco personas, los hombres salen saltando uno trasotro de la Choza Grande, para ubicarse en la pradera que seabre delante. Allí saltan en forma totalmente irregular, deun lado para otro, mientras se escucha ininterrumpidamenteel extraño llamado: ôápa=kan ôápa=kan kï...173. En susmovimientos apresurados hay mucho de intranquilidad y detemor, y continuamente saltan en todas direcciones,entremezclándose.

Las mujeres por su parte solamente son espectadorasestrictamente pasivas, a diferencia de lo que ocurre durantela escena de ^œ=tan. Se divierten bastante y, a media voz,intercambian sus impresiones sobre la elasticidad de tal o cualhombre. También permanecen en su lugar cuando éstos seretiran y hacen una pequeña pausa para descansar en suchoza secreta, pues pronto aparecen nuevamente, y por lomenos una vez más. Cuando los hombres se han reunido enla Choza Grande, su llamado se simplifica para quedar en elmás breve k kï kï kï. Pero cuando regresan a la praderadelante de la choza del Klóketen entonan nuevamente el másextenso: ôápa=kan ôápa=kan kï. Cuando este llamado seinterrumpe bruscamente después de la última retirada de loshombres a la Choza Grande, se considera finalizado el juego.Las mujeres ubicadas afuera abandonan inmediatamente su

173 Este llamado dio a toda la escena su nombre, en forma similar que en el juegode halahaces.

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lugar y regresan a sus viviendas.Esta reunión significa para las mujeres un pequeño y

estimulante cambio de rutina, sin provocar al mismo tiempoalgún tipo de molestia. La causa indirecta de ella es _álpen,que espera de los hombres esta actuación. Pero la causainmediata es el propio ^ápa=kan, que vive bajo tierra, poseeuna figura así encorvada y se mueve a la manera de las ranas.Puesto que él mismo nunca entra en escena, exige de loshombres una exacta imitación de su propia forma de moverse.

Beta) Este juego, como patrimonio especial del grupo haus,se representaba en las regiones sureñas. Dado el caso de unareunión del Klóketen celebrada por los selk’nam, y quecontara con la asistencia de muchos individuos del grupohaus, estos últimos proponían el juego de ^ápa=kan y seocupaban de su realización; lo hacían especialmente por elmero placer que hallaban en ello.

Esta escena no fue repetida por los selk’nam, que se estimulanmás con su propio juego de ̂ œ=tan, que permite la participaciónactiva de las mujeres. De todos modos se respetaban, comocorrespondía, los deseos especiales de los participantes. Lasescenas de ^œ=tan y de ^ápa=kan pueden ser consideradascomo variantes; cual de ellas pueda reclamar para sí el privilegiode ser la original, es algo que no puedo juzgar.

17) |canôéŒwan: Esta representación también pertenece al grupohaus. Se trata, en el fondo, de una tentativa de imitar elcomportamiento de los leones de mar, y por lo tanto es un juegomímico de movimiento.

a) A pesar de que es sencilla y no exige ningún preparativo,posee su particularidad. Cada hombre se envuelve en sumanto de piel puesto con la lana hacia adentro. Dentro de la

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Choza Grande se escucha un ladrar profundo y prolongadoen registro grave, algo así como: ôÕ ôÕ ôÕ ... Los habitantesdel campamento ven en ello la invitación de acercase algo ala choza del Klóketen; pues desde las alejadas viviendas nosería posible ver exactamente todos los movimientos de loshombres.

Los intérpretes — bien estirados — salen rodando ahora dela choza del Klóketen, en un orden completamente casual eirregular, y a intervalos variables, para ocupar la praderadelante de ésta. Giran alrededor del eje longitudinal delcuerpo. Permaneciendo junto a la choza, mantienen entre síun cierto agrupamiento. Comienzan entonces con giros yrotaciones de todo el cuerpo o de la cabeza, con lo quereproducen la conducta del león marino. En forma totalmenteirregular, y cambiando constantemente, ora éste, ora aquél,levanta el torso, lo inclina lentamente hacia un lado o haciael otro, gira en una u otra dirección, se levanta y se inclinanuevamente; siempre con movimiento elástico y ondulante ycon manifiesta ductilidad. No puede imaginarse mejor laperfección en la imitación de la conducta de los leonesmarinos, tan sorprendente es la exactitud de los hombres enel desempeño de su papel. Dos individuos se acercan uno aotro y con magnífica mímica reproducen el juego amorosode dos animales de diferente sexo. Otros interpretan la luchade dos machos. Con gran fidelidad se representan otrasescenas de la vida de los leones marinos174.

Mujeres y niños observan esta actuación con enorme placer,

174 Este mismo juego de movimiento, llamado am- akel, también es muy apreciadoentre los yámana. En él participan mujeres y hombres.

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que contemplan sin aburrirse por más de una hora. Luego,los hombres se deslizan nuevamente a su lugar de reunión.El juego se interrumpe abruptamente y los espectadoresregresan al campamento. Se cree que |canôéŒwan es de sexofemenino, vive bajo tierra, nunca aparece ante las mujeres, yexige de los hombres esta actuación.

b) Este juego es oriundo de la región de los haus. En lascostas rocosas del sudeste de la Isla Grande hay muchos leonesmarinos, que pueden ser fácilmente observados por losindígenas, y a veces también cazados. Se justifica plenamenteque los haus, frente a los selk’nam, demuestren preferenciapor esta escena. TENENESK me dijo que esta gente repetía amenudo esta actuación durante su propia ceremonia delKlóketen, pero los selk’nam propiamente dichos nunca lointentan por iniciativa propia.

18) [!whtÿâen: El [!whtÿâen podría interpretarse comouna danza al servicio de la magia del tiempo, pues estaactuación quiere hacer desaparecer la lluvia prolongada, laniebla o la caída de nieve.

a) El inspector designa unos ocho muchachos jóvenes parala representación de esta danza. Éstos se despojan de suvestimenta, y, alrededor de las sienes, se colocan a modo dediadema una gruesa corona de pasto arrollado =aå.Repetidamente se escucha del interior de la Choza Grandeun fuerte aullar, que llega al campamento como un alargadoy profundo w5 w5 w5 ... No bien estos llamados sonreemplazados por el âasâas âasâasâasâ0s de acento estridentey excitado, repetido con rapidez, los ocupantes delcampamento reconocen cuál es la actuación planeada y se

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preparan convenientemente. De lejos, los llamados tienen elsiguiente efecto sonoro:

Los intérpretes elegidos han formado un círculo. Se unende manera tal que cada uno pone las manos sobre loshombros de sus vecinos de ambos lados, entrelazandoparcialmente los brazos con los de aquéllos. Con pequeñospasos laterales que da uno de los pies, al que rápidamente seune el otro, el círculo se mueve primero en una dirección yluego en la contraria. Los hombres probablemente yacomienzan a girar aquí dentro de la Choza Grande para“entrar en calor” antes de la actuación pública. Pasan conesto unos quince minutos. Danzan alrededor de la hoguera,donde la brasa ha sido especialmente apagada.

Entretanto las mujeres del campamento tienen tiemposuficiente para prepararse con el fin de participar de estadanza [que busca influir] sobre el tiempo [atmosférico]. Loshombres disuelven nuevamente su círculo y forman una filalateral. Se ubican más cerca uno de otro y con sus brazosabrazan el hombro de su vecino. Ordenados de esta manerasalen de la choza del Klóketen y, cruzando directamente lapradera, se dirigen hacia el pozo de agua, de donde la genteextrae el agua potable. Pero, si junto al campamento pasaraun arroyo que suministrara agua al grupo, los hombres tomanubicación en la orilla. Durante nuestra celebración, en el año1923, se cavó el pozo de agua en una pequeña depresión de

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la pradera, cerca de las chozas (ver Fig. 85).Los hombres forman su círculo a corta distancia de ese lugar.

En tanto habían guardado absoluto silencio durante sutraslado hacia el pozo, ahora señalan la iniciación de la danzacon un prolongado =. Después de éste se escucha otra vez elexcitado âasâas âasâasâasâ0s y, simultáneamente, comienzael movimiento de rotación. Todo se repite igual queinmediatamente antes en la choza del Klóketen. Sólo al cabode unos ocho minutos cambian repentinamente a la direccióncontraria.

Su rapidez crece y nuevamente se produce el cambio en ladirección del movimiento. Sus gritos nunca cesan.

Las muchachas y mujeres se han acercado rápidamente,provistas cada una de bolsas de cuero, cucharones orecipientes de hojalata, que llenan con agua. Muy cerca delos hombres, estas mujeres forman un grupito irregular o unsemicírculo. Con mucha alegría se ocupan ahora de vaciarsobre las espaldas de los hombres el agua, mezclada con hieloy nieve, contenida en los recipientes. Algunas personasapuntan directamente a la cabeza; y, aunque esto no sea delagrado del hombre, no tiene más remedio que soportarlo (verFig. 88). Las mujeres arrojan su chorro de agua con intervalosno muy pequeños, para que su provisión no se agote

Fig. 88. Danza masculina para la magia del tiempo.

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demasiado rápidamente y de modo que deban agacharsedemasiadas veces junto al pozo. Sólo cuando su afán de echaragua sobre los hombres declina un poco, éstos interrumpenrepentinamente su rotación y sus llamadas, y emiten, en sulugar, un prolongado =. Sin preocuparse más por las mujeres,se toman de las manos, forman una larga fila lateral, y sedirigen directamente y en silencio a su choza secreta dereunión.

Por supuesto se secan inmediatamente el cuerpo mojado juntoa la gran hoguera y se calientan bien, pues, a pesar del rápidomovimiento, más de uno tirita y tiembla visiblemente. No sepercibe una pausa prolongada. Apenas transcurrida mediahora, se escucha nuevamente el alargado w5 con algunasrepeticiones. De la misma manera como lo hicieron antes,regresan al mismo lugar. Entretanto, las mujeres se han provistomás abundantemente aún de agua, y, en esta ocasión, sevierten grandes cantidades sobre las espaldas de los bailarinesdesnudos que giran en círculo. Si la reserva de agua se haagotado, caen sobre los hombres grandes bolas de nieve blanda.También tienen que soportar eso, hasta que nuevamenteregresan para una breve pausa a la choza del Klóketen.

Esta danza se repite por lo menos una tercera vez. En laúltima ocasión, los hombres se colocan directamente al ladodel pozo de agua, pues de tal actitud esperan una efectivainfluencia sobre el tiempo. Este mayor acercamiento a lafuente de agua estimula también a las mujeres a desarrollarmayor movilidad aún; y puesto que es ahora mucho menosdificultoso sacar agua del pozo, grandes chorros caen sobreel cuerpo desnudo de los homares, que se estremeceninvoluntariamente con cada nueva ducha. Poco después se

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detiene la rueda, nuevamente suena el prolongado s y loshombres abandonan este lugar formando la acostumbradafila lateral. Al arribar a la choza secreta, varios de ellosentonan el conocido w5. Con esto anuncian la terminaciónde la función. Pero ahora los ajetreados intérpretes se ubicanlo más cómodamente que pueden junto al fuego, y secalientan bien todo el cuerpo. Pronto quedan olvidados losestremecimientos producidos por los chubascos de aguahelada, y todos esperan confiados el éxito de sus esfuerzos175.

b) Con esta danza de [!whtÿâen nuestros indígenas tienen envista la meta especial de detener lo más pronto posible el maltiempo, ante todo la prolongada lluvia o nevada, que les resultamuy molesta para el desarrollo de sus actividades en la celebracióndel Klóketen. Los hombres están convencidos de que el cambiode tiempo anhelado se produce realmente, y también lo creen lasmujeres, por lo que participan muy activamente. Se dice que todala actuación se desarrolla por orden de _álpen —en realidad todolo que sucede en la Choza Grande tiene que ver directa oindirectamente con ella— pero los indígenas esperan el éxitoverdadero sólo por su participación personal.

Por lo tanto, si durante varios días el tiempo desfavorableimpide la realización de los juegos habituales, y elaburrimiento deprime el ánimo de todos, los hombres ensayanuna rápida mejoría de la situación mediante esta danza. Sila niebla o la nevada no cesan, repiten la danza al díasiguiente. En esta ocasión los hombres aumentan la cantidadde sus vueltas en círculo, y las mujeres echan sobre sus

175 Tampoco después de esta danza del tiempo, en cuyo transcurso en el rigurosoinvierno de 1923 las mujeres arrojaron mucha agua helada sobre los hombres, heobservado entre éstos ningún malestar físico. Nuestros indígenas son, sin lugar adudas, seres humanos notablemente resistentes a las inclemencias del tiempo, yestán dotados de una salud a toda prueba.

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espaldas mayores cantidades de agua, mezclada con nieve yhielo. Por último, el cielo se despeja nuevamente y el sol vuelcasu oro mate sobre el paisaje de invierno. Los espíritus salenentonces con gran agilidad de la Choza Grande, pues havuelto la alegría al campamento.

Esta actuación se intercala durante todo el desarrollo de laceremonia, según las necesidades que plantea el tiempo. Puescomo los hombres ya están reunidos allí, quieren desarrollarun programa abundante. Además, se aburren cuando se venimpedidos de actuar por la lluvia, la niebla o la nevada.

Esta danza del tiempo se realiza solamente durante eldesarrollo de la ceremonia del Klóketen. Si fuera de esta épocaresultara necesario influir sobre el tiempo, es un âœn el quehace valer su poder. Es curioso que el hechicero no tenganingún papel especial durante esta danza de [!whtÿâen.

19) |=konô0ninh: He demorado la descripción de estaextraña actuación de |=konô0ninh hasta dejarla en últimolugar ante todo porque su esencia rompe el marco de lasrestantes actuaciones ya descritas, y porque es la única quecarece de toda relación causal con la todopoderosa _álpen.A mi juicio pone en evidencia algunas característicasespecíficas de una verdadera danza fálica.

a) La preparación es muy laboriosa, y en ella tambiéncolaboran en pequeña medida las mujeres. No bien algunosancianos influyentes se han decidido por este juego doshombres recorren el campamento con la misión de depositarante cada choza una pequeña rama que conserva hojasfrescas176. Mediante esta señal silenciosa las mujeres y

176 Se seleccionan ramitas de la Nothofagus betuloides, cuyo follaje suele ser másabundante y tupido que el de otras hayas, con el fin de dirigir fácilmente laatención de las mujeres a esta orden silenciosa.

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muchachas son exhortadas a trasladarse a lugares pantanososde la vecindad del campamento, con el fin de buscar algunosmanojos de pasto largo y juncos de hojas estrechas. Cadauna debe volver con un haz grueso, del tamaño que puedaabarcar con ambas manos, pues se necesita mucha cantidad.Las indígenas salen sin chistar de sus chozas y, en grupos,corren en todas direcciones, pues los hombres no toleran ninegligencia ni demoras.

Los dos mensajeros regresan a la choza del Klóketen despuésde una única recorrida por el campamento. Antes que éstoslleguen a destino, las mujeres ya están en camino, con el fin derecoger rápidamente los manojos de pasto largo requeridos.Pronto regresan y colocan su cosecha de pastos largos a escasadistancia de la Choza de los Hombres, depositándola en elpiso. Inmediatamente regresan al campamento. Durante estosinstantes, algunos hombres salen y recogen todo lo que hantraído las muchachas y las mujeres, para desaparecernuevamente en el interior. Pero ha resultado que la cantidadde pasto no alcanzó. Un anciano se presenta y grita en direccióna las viviendas: “¡Habéis traído demasiado poco!” Nuevamentesalen las mujeres, corren hacia los pantanos y traen másmanojos, que ahora sí resultan ser suficientes.

Los hombres ya están ocupados en pintar sus cuerpos.Siempre se trata de líneas negras, de dos dedos de ancho,provistas de puntos blancos grandes ubicados muy cerca unodel otro, que recorren verticalmente el cuerpo. Bajando desdeel cuello por la espalda y hasta las corvas se extienden por logeneral cinco líneas. Otras dos líneas van desde la clavículapor el tronco, del lado de afuera de las tetillas, a ambos lados.

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En algunos casos también se observan dos o tres anilloshorizontales alrededor del torso, y, menos frecuentementeaún, una línea por el lado exterior del brazo hasta la muñeca.La cara queda libre.

Utilizando el pasto de aquellos manojos, cada hombre seconfecciona rodetes del grosor de la articulación del codo ycoloca uno de ellos a guisa de diadema alrededor de las sienes,pasa otro por la cabeza y lo lleva suelto alrededor del cuello;otro más, por último, queda firmemente sujeto alrededor de lacintura. Algunos muchachos agregan además algunos rodetesmás delgados alrededor de ambas piernas, por encima y pordebajo de las rodillas; otros más unen el rodete del cuello conel de la cintura con una trenza vertical que corre por el mediodel pecho. Obligatorio para todos es una especie de trenzaalgo más gruesa, que se sujeta al rodete de la cintura sobre laregión púbica y que cuelga libremente hacia abajo hasta lasrodillas; por lo general termina en un ensanchamiento. Dellado de atrás se ata otra trenza algo más corta, que recorreentre las nalgas hacia abajo. De la misma faja de pastoalrededor de la cintura, y a ambos lados, caen además una odos trenzas cortas, aplicadas a igual distancia. Los hombressaben lo que significan los dos colgantes centrales. El anteriores un genital masculino y el trasero una cola animal.

b) Después de estos preparativos, los hombres comienzan consu danza. Se apaga el fuego de la choza desparramando las brasas.El hogar se alisa bien y se limpia de restos de carbón. Los hombresse ubican formando círculo alrededor de este fogón, y se juntansin dejar huecos, con sus caras orientadas al centro. Cada uno deellos coloca sus brazos desde atrás alrededor del cuello de susvecinos, y todo el círculo adquiere así buena coherencia.

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Ubicados así los hombres, toda la rueda comienza a girar,colocando cada uno lateralmente un pie dando un breve paso,y siguiéndole rápido con el otro pie. Al mismo tiempo entonanel salvaje y excitante âasâas âasâasâasâ0s 177. La rotación delcírculo y los gritos nunca interrumpidos se aceleran hasta lamáxima velocidad posible. Al cabo de un cierto tiempo,cambia repentinamente el sentido de giro. Una salvajeexcitación impulsa constantemente a los hombres.

Entretanto, las mujeres se han acercado a la choza secretahasta la distancia admisible, y allí afuera esperan el comienzode la danza. Apenas se escuchan los primeros gritos de loshombres y éstos comienzan a girar, lo que puede deducirsedel ruido sordo de las piernas que pisotean el suelo, las mujeresy los niños ubicados en las inmediaciones se acercan corriendopara bloquear totalmente la amplia entrada a la Choza. Todosquieren tener un buen lugar para ver mejor. El círculo de loshombres gira con creciente velocidad. Todos inclinan lacabeza y mediante movimientos disimulados perointencionales del tronco imprimen a la trenza que cuelgadelante de la región púbica un mayor movimiento pendular.Las mujeres mantienen la vista fija en esa trenza, y así debeser en realidad. Los hombres giran a gran velocidad, sus gritosse hacen más breves y estridentes, su apasionada excitaciónse transmite a los espectadores. Pero las fuerzas de losbailarines se agotan, pues ya están bastante cansados. Paraconcluir esta prolongada danza, y como consecuencia de unaseñal disimulada, todo el círculo se disuelve; al mismo tiempose escucha un aterrador aullido, a la manera de un alargado

177 Se trata de los mismos llamados que se efectúan durante el conjuro sobre eltiempo; aquí, sin embargo se nota más apasionamiento y excitación interior.

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w5 que comienza en fortísimo y va atenuándoserápidamente, para desaparecer pronto. Con la expiración deeste grito, cada hombre golpea con la espalda contra la paredinterior de la choza, manteniendo el cuerpo. totalmente rígido.El círculo se ha abierto radialmente, cada individuo se apoya,duro como un garrote, con la parte superior de la espaldacontra uno de los postes de la Choza Grande, y con la barbillaapoyada en el pecho, inclinado hacia atrás (como un muñecoapoyado contra la pared). El poste donde se recuesta ha evitadoque cayera al suelo. En este preciso instante todos losespectadores escapan rápidamente hacia el campamento. Enparte el susto y el miedo, en parte la compasión por los hombres,se han apoderado de tal manera de todos, que en las viviendasreina un silencio total durante mucho tiempo. El cansancio delos intérpretes tampoco permite una charla entre ellos. Pasanalgunas horas de total tranquilidad, tanto aquí como allá. Estadanza se exhibe una única vez. Los hombres pronto se quitansu adorno. Los rodetes de pasto se queman cuidadosamenteen el fuego que se ha vuelto a encender. La escasa pintura sequita con un pedazo de piel. Todos los ocupantes se quedanluego largo rato en su lugar y descansan.

c) Antes de pasar a explicar el significado de este juego,debo hacer constar que se pone en el orden del díainmediatamente después de la inauguración de la ceremoniadel Klóketen. Las razones son claras: ésta es la únicaoportunidad en que mujeres y niños pueden ubicarse inclusoa la entrada de la Choza Grande. Puesto que en esta ocasiónobservan detenidamente el interior de la choza, los hombresdeben quitar previamente toda cosa y todo elemento que, dealguna manera, pueda causar sospecha. Por este motivo, la

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danza se realiza en seguida después de la apertura de lasceremonias, porque los hombres aún no se han instaladodefinitivamente en la choza del Klóketen178. Así, por ejemplo,faltan al principio muchas máscaras, y tampoco no se hanefectuado comidas grandes. El piso y las paredes interioresaún no han recibido salpicaduras de pintura, y otros detallessimilares. De todos modos ya hay muchas cosas que debenser quitadas indefectiblemente. En primer lugar se envía aotra parte a los examinandos, para fortalecer en las mujeresla creencia de que aquellos muchachos son retenidos bajotierra por _álpen 179. Los restos de comida y los huesosdiseminados se recogen y se queman con escrupulosocuidado. Las tierras colorantes se esconden en el cercanobosque, enterrándolas. La Choza Grande se vacíaliteralmente, y las mujeres se ven ante una pared pelada. Deeste modo no pueden concebir ideas extrañas.

Al comenzar este párrafo, interpreté la escena de|=konô0ninh como una danza fálica. Toda la ornamentaciónde los hombres hace suponerlo. Pero nadie supo darme unaexplicación suficiente de la extraña forma del adorno o detoda la danza en sí. El viejo HALEMINK tuvo rápidamente amano una respuesta, declarando: “Exactamente de la mismamanera habían danzado antiguamente las mujeres; ¡nosotroslos hombres solamente nos hemos hecho cargo de la danzatal cual era!” Cuando le formulé la pregunta precisa: “¡¿Pero

178 Durante nuestra celebración, esta danza se realizó el 26 de mayo, o sea elcuarto día después de la inauguración. Aparte de \œ’œrte y de ^5yílan, hastaentonces no había hecho su aparición ningún otro espíritu.

179 Si por cualquier razón no era posible esconder los candidatos convenientementeen otro lugar, era permitido colocarlos junto a la pared interior de la ChozaGrande, y extenderlos bien apretados contra el suelo, cubiertos abundantementecon abrigos de piel, de modo que no se pudieran reconocer.

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no creo que las mujeres se hayan atado una trenza de pastoasí delante del cuerpo?!” se molestó y calló tozudamente.Incluso TENENESK me falló en esta oportunidad y eludió misaveriguaciones. Pero a él debo agradecer que por su expresadisposición se puso en escena este juego. Tenía la mejorintención de hacerme ver también estas cosas, que de ningunamanera se repiten en todas las celebraciones del Klóketen.Tal vez se deba al origen extraño de esta escena que la mismase representa en muy raras ocasiones. Me llamóinmediatamente la atención que los hombres más jóvenesestaban muy poco familiarizados con ella. De hecho, lamayoría de los presentes nunca la habían visto antes. ¡Cuanpocas veces se pone entonces en escena!

Puesto que el motivo de un rito fálico parece ajeno al mundode nuestros selk’nam, me inclino a creer en una transferenciade esta actuación desde un acervo cultural extraño; lademostración concreta de mi suposición queda reservada aun estudio posterior.

20) Ojeada retrospectiva: Cierro ahora Ja descripción de lalarga serie de todos los espíritus del Klóketen y de lasactuaciones relacionadas con ellos. Aparte del empeño detodos los indígenas en mostrarme todas las escenas, heestablecido mediante exhaustivos interrogatorios que, enrealidad, me habían ofrecido irrestrictamente la totalidad desu tesoro180.

a) El aparejo de estos espíritus en cuanto a forma y colormuestra una sorprendente multiplicidad. Cada figura indi-

180 BARCLAY (a): 74, COJAZZI: 34, DABBENE (a): 75, GALLARDO: 333 y TONELLI: 106,fuentes poco confiables en este caso, en coincidencia casi literal, mencionan todavíacomo-espíritu del Klóketen a un tal C’mantu, Gmanta o Quemanta, que eradesconocido para mis informantes.

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vidual es una personalidad absolutamente definida181. Sepueden observar las asociaciones más extrañas de estilizacióny ornamentación, realizadas en las más variadascombinaciones de color. Sin embargo, en esta rama del artenuestros indígenas no muestran casi ninguna sensibilidaddurante su vida cotidiana. La fuerza creativa de la fantasía,que se despliega en una rica conformación, resultasorprendente. A los diferentes espíritus se asignan figuras yconformaciones físicas que, en parte, limitan con loestrafalario y grotesco, en parte son creaciones de unadisposición natural alegre y picara, en parte se acercan alideal de belleza, y en parte actúan por el más agudo contraste.Todo ello se combina en la imagen general formando parteso componentes de los que no se querría prescindir. Si secombina la coloración constantemente cambiante con lariqueza de formas contenida en la serie de estos espíritus, semanifiesta el multifacético poder creador de nuestros selk’namen una amplitud tal como nunca se observa realmente en lavida cotidiana.

b) Con estas características exteriores, de multiplicidad defiguras y colores, se combina una muy abundante variaciónde disposiciones de carácter. Nos encontramos con figurasdotadas de las más extrañas intenciones o deseos, con unpoder extraordinario o con el atraso torpe de unatolondrado; con seres provistos de irritabilidadhipersensible o con comodidad llena de humor, con espíritusde sensualidad indómita, o con otros de altruismobienhechor e infalible. Cada uno de los espíritus del Klóketen

181 En la obra de GALLARDO: 329 se ve una figura con el subtítulo “Un espíritu”. Noexiste disfraz de este tipo en la ceremonia secreta de los hombres.

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es un tipo particular, cieñe su peculiar esencia, y estádelimitado frente a sus vecinos por rigurosos contrastes, quele confieren una particularidad verdaderamente autónoma.Ciertamente, los selk’nam mismos aparecen a los ojos decualquier observador perspicaz como un cuadro de figurasmultifacéticas.

c) Si se agrupa a los espíritus por su sexo, prevalece lainfluencia de poder de los seres femeninos. Numéricamente,en cambio, la ventaja corresponde a los espíritus masculinos.Aparece como decisiva la figura casi omnipotente de _álpen;su dominio sobre todos los hombres y los ocupantes delcampamento es casi tiránico, y también la mayoría de losespíritus se le subordina. El poder de Kúlan pesa, y aparececasi en una cierta rivalidad con _álpen. Los demás seresfemeninos resultan conocidos solamente en la medida en que,por sus deseos, la mayoría de los hombres debe realizardeterminadas actuaciones o juegos de movimiento. Se tratade ^á6nâohéuwan, K(lpú=, ^œ=tan y |îanhéŒwan, quenunca aparecen personalmente en escena. En algunos casosse presenta a KŸtérnen como niña. Por lo tanto, la serie deespíritus se compone de seis seres femeninos.

En cuanto al número prevalece el grupo de espíritusmasculinos. Todos ellos se saben dependientes de algún modode _álpen. Esto se aplica en mayor medida para \œ’Õrte y^5yílan. El bonachón doctor milagroso |lim goza de unalimitada independencia, y tiene también este privilegio elfuerte y ágil K4ta%x, así como T0nu y ̂ Ha6nâo, por cuya ordenespecífica se realizan ciertas actuaciones, como por ejemplola multicolor presentación de KŸw0nix. M0tan, KÕ=ménk yUlen, no obstante sus reiteradas apariciones, no son más que

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personalidades subordinadas. De todos modos se cuentannueve distintos grupos de representantes de espíritusmasculinos del Klóketen.

d) En lo que toca a su sede habitual, la mayoría de estosseres residen bajo tierra. Sólo Kúlan y su esposo KÕ=ménk,como asimismo el poderoso K4ta%x y los diferentes M0tandescienden de las alturas. Los auténticos ô8wenh no tienencontacto alguno con los espíritus del Klóketen. Los demásespíritus, sobre todo _álpen, con los \œ’Õrte y los Háyílan,residen bajo tierra.

Si bien corresponde a _álpen un grado superlativo de poder,cada uno de esos espíritus reserva para sí una independenciamás o menos completa. Su subdivisión o la formación degrupos es libre lo que guarda correspondencia con el ordensocial de la tribu selk’nam.

En resumen puede decirse que la farsa de los hombresmuestra una múltiple selección de figuras polícromas,multiformes y de diferentes características. La ceremonia delKlóketen transcurre en constante variación, y con unamultiplicidad permanentemente renovada.

4. El orden del día

La cabal comprensión de las metas y del desarrollo de lasceremonias secretas surge de la exacta descripción de lasobligaciones de todos los participantes. Es cierto que estadescripción adquiere un leve aire de esquematización, pero,en compensación, resulta completa y ofrece un buen pano-rama. Anticipo algunas disposiciones obligatorias para latotalidad de los asistentes, y agrego a continuación aquellasreglas de conducta válidas para los hombres y para los

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iniciandos, para la generalidad de las mujeres y para la madredel Klóketen mayor. Como complemento, resulta acertadoagregar un panorama de la conducta individual que cadaparticipante dedica al servicio de esta única celebraciónsecreta de los selk’nam, y de conformidad con suordenamiento.

Algunas consideraciones de orden general

Para un hombre que ha pasado su prueba, no existeobligación alguna de participar posteriormente en la reuniónsecreta. Pero todos se ven impulsados irresistiblemente atomar parte en una actividad tan regocijante, por lo quecualquiera se somete gustosamente a la prudente conducciónde dos o tres ancianos influyentes.

1) Con toda seriedad, y siguiendo aquí el ejemplo de losantepasados, se presta atención a una distribución exacta delos a s i e n t o s. La norma básica obligatoria para todos diceque: cada participante elige su lugar precisamente debajo delposte principal que corresponde a su patria. Así lo exige suafinidad de parentesco con el ^8wenh a quien recuerda cadauno de los siete grandes pilares. Por otra parte, cada individuodebe defender el honor de sus antepasados, y procurar quela gente reconozca las ventajas de su región. Por último, laestrecha unión exterior de ambos testimonia una fielperseverancia en el cumplimiento de las institucionescimentadas en MaŒstaå.

Los participantes se ordenan por sí mismos y sin discusionesalrededor del poste principal que corresponde al terruño alque están más ligados. El círculo formado por ellos no necesita

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estar cerrado. A veces resultaban inevitables algunosdesplazamientos, como cuando se hacían presentes muchosparticipantes de una determinada región, que inclusoocupaban el lugar debajo del pilar vecino. En todos los casosel inspector de turno debe estar sentado en el lugar apropiado.Las mismas normas sirven de base para asignar su lugar alos candidatos. Pero como no pueden estar muy lejos del in-spector, se renuncia también a estas exigencias de la mitologíay se les permite sentarse al lado de aquél. En la choza delKlóketen no se reconoce ningún tipo de rango o jerarquíabasado en otros puntos de vista182.

El interior de la Choza Grande está divididoimaginariamente en dos partes iguales por una línea centralque corre de este a oeste. Cruzar esta línea resulta muypeligroso. Todos los hombres sentados del lado derechotambién deben entrar y salir por ese mismo lugar, y lo mismosucede con la gente del lado izquierdo. Por consiguiente, dela Choza Grande salen dos senderos, cada uno de los cualesbordea uno de los pilares terminales que delimitan la entrada.Ambos senderos corren primero a lo largo de la pared exte-rior, y al cabo de unos pocos metros se encuentran. A partirde allí continúa un único camino, que va en línea recta hastael campamento. Cuando los hombres vienen de allí, recorreneste sendero hasta que llegan a la bifurcación, y allí cada unotoma el camino que corresponde al lugar donde tiene suasiento. Quien deje de lado esta norma es considerado

182Acerca de la participación de LUCAS BRIDGES, The Times, South American Suplement(ver MM: XLVI, 129; 1912), escribe que éste “was formally made a member of thetribe assigned a place in the council house and pronoun-ced by a highly respectedmagician to be an Indian in heart though in looks a white man.” Así suenan lasinterpretaciones de gente que, como también FURLONG (k): 437, no conoce elverdadero, estado de cosas.

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candidato a la muerte. Se afirma que lo matará un âœnoriundo de la región a la que ha penetrado cruzando la líneacentral183. En épocas anteriores se manejaba con enorme rigoresta norma, pero, desde hace algunos años, los hombresactuales se muestran un poco más flexibles sobre el punto.

Para oír los consejos, los Klóketen tienen permiso paralevantarse de sus asientos y acercarse hasta el del hombreque los llama. Para hacerlo, cruzan la línea central cerca dela entrada, no en el interior; o sea que hacen un pequeñorodeo alrededor del fuego. Tanto el inspector como algunosancianos tienen la facultad de sentarse junto a los candidatosy permanecer allí todo el tiempo que demandan los consejos.Por último, cuando se preparan actuaciones de mayorimportancia y envergadura, se permite a los actores una ciertalibertad de movimiento, aunque éstos incluso en esos casostratan de evitar en lo posible cruzar la línea central.

Para fundamentar esta división en zonas de tránsito seremiten a Kÿrœ6r, el primero de los Klóketen, que fue quieninstruyó en este sentido a su adversario Kám=œt.

2) La particularidad fundamental de la celebración delKlóketen exige de los hombres una vigilancia estrecha de todolo que sirve para la protección de su secreto y ningúnsacrificio les parece excesivo para lograr esa seguridad.

La Choza Grande nunca está completamente a solas. Almenos uno de los hombres debe permanecer allí para guardartodos los objetos y vigilar a las mujeres. Pues existe el peligrode que los perros ingresen a la abandonada Choza delKlóketen, revuelvan allí las cosas y arrastren fuera, a la vista

183 Aquí se alude a la pertenencia de la gente a ciertas comarcas que, como sesabe, coincide con la posición de los pilares principales.

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de las mujeres, restos de huesos, pedazos de carne, saquitoscon tierras colorantes y otras cosas por el estilo. Por otra parte,los indígenas siempre cuentan con la impertinencia de algunamujer curiosa y a la vez arriesgada, que, no obstante lasamenazas, pudiera acercarse alguna vez tanto como paraque una mirada al interior de la Choza Grande le revelaratodo el secreto. Si las mismas circunstancias no deciden quiénse queda, el inspector designa como vigilante a un mozo.

Durante el transcurso de las ceremonias, cualquier hombrese sabe comprometido a una vigilancia especial de lasmujeres. Cualquier indicio sospechoso se comunica a losdemás, que deliberan largamente acerca del acontecimiento.Pero, en el campamento, nadie deja entrever cuan agradabley armoniosa se desarrolla la reunión de los hombres en laChoza Grande, qué bien se come y cuan cómodo está cadauno instalado allí. Todos tienen práctica en este doble juego.Después del alborozo más alegre de una reunión parahombres y entre hombres, pueden presentarse al instantesiguiente ante las mujeres con el rostro más acongojado, uobtener fraudulentamente una muy sentida compasiónmediante “las graves huellas de malos tratos infligidos por\œ’Õrte.”

3) Sin excepción es gente joven la que tiene la obligación derealizar ciertos trabajos, y que recibe del inspector diferentesdirectivas. Ya se sabe que, para la representación de losespíritus, para el orden de su presentación y para el momentode su actuación, hay mucho de arbitrariedad y de decisióndel momento. Cualquiera debe estar dispuesto a aceptar undeterminado papel, dado el caso. Porque el tiempo, y el estadode ánimo de los hombres, que a menudo cambia rápidamente,

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no sólo tienen efecto determinante sobre las actuaciones quese cumplen durante la ceremonia del Klóketen, sino en formageneral también sobre la vida y todo el quehacer de nuestrosindígenas. Los participantes más jóvenes también conocensu obligación suplementaria, es decir, ir de caza y proveer atodos de nuevas provisiones de carne. No esperan que el in-spector los intime a ir, sino que su carácter servicial los impulsaa hacerlo con suficiente anticipación. Algo similar se aplicapara el suministro de la leña, que se consume en grandescantidades. Si llegara a ser necesario un cambio deemplazamiento del campamento, nuevamente son sus fuerzaslas que en primera instancia se requieren. Pero la participaciónde muchos en el mismo trabajo facilita todo y lo hace ameno.La alegre apacibilidad no sufre mermas por tales esfuerzosocasionales, y todos participan de buen grado.

Orden del día para los hombres

Puesto que los trabajos más pesados son realizados por loscandidatos y por los hombres más jóvenes, los hombresmayores pueden disfrutar de la mayor comodidad. Son ellos,en realidad, los que regulan y determinan el desarrollo de lacelebración.

1) En su conducta personal, cada uno tiende a obtener elbeneficio de la mayor comodidad, y descansaabundantemente. El campamento mismo exige unatemporaria sedentariedad. Las fatigosas marchas dedicadasa la búsqueda de alimento se reducen a causa de la frecuenciamucho menor de las cacerías comunitarias y por la mayoractividad de la gente joven. También desaparece la necesidad

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reiterada de erigir una vivienda, ora aquí, ora allá. Para elsueño, así como para las restantes actividades de nuestrosindígenas, no hay horario determinado. Las charlas ydeliberaciones y la instrucción de los candidatos se extiendenhasta altas horas de la noche. A la mañana los hombres selevantan bien entrado el día. Quien se siente cansado seenvuelve en su manto de piel y se acuesta, haciendo casoomiso de la ubicación del sol. La parte del día más tranquilaes la que va desde la salida del sol hasta el mediodía, pues lagente está tendida con la mayor comodidad alrededor delfuego y la conversación se reduce a su mínima expresión.Del mismo modo, no se conoce una hora determinada paralas comidas. El que siente ganas de comer, se prepara untrozo dé asado sin que nadie se lo impida. Todos tienen libreacceso a las reservas de carne.

Está en la voluntad de cada uno realizar trabajos manualespropios en la Choza del Klóketen, elaborar arco y flechas,hondas y adornos, u otras cosas similares. Pues todosnecesitan estas cosas, y mientras las hacen, pueden dedicarse,no obstante, detenidamente a las actividades sociales. Estostrabajos no se cuentan entre los secretos que se preservan delas mujeres; estas últimas saben muy bien que sus esposos sellevan herramientas a la Choza del Klóketen y luego regresana la vivienda con los objetos fabricados. A intervalos que cadauno elige a su libre albedrío, el individuo sale de caza —soloo en compañía de otros— lo que depende de la mayor o menorcarencia de carne en su propia familia.

Precisamente en el ámbito de la conducta de cada individuo,el estado de ánimo del momento, la situación generalimperante, la disposición para emprender una u otra

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actividad y, por último, el ejemplo estimulante de otros, es loque resulta determinante para realizar cualquier tarea. Nadie“se mata trabajando”, nadie se esfuerza en demasía, todosbuscan la mayor comodidad posible; es decir que cada unotrata de superar al otro en inactividad y pachorra. Por suerteno se carece totalmente de trabajo. Más de una obligaciónindividual estimula fuertemente a los hombres y los ponenuevamente en pie: el hambre que sufre el propio individuo,la preocupación por la familia, el placer en la representaciónde los espíritus, y otros motivos similares. Si bien durantealgunas horas del día hay total inactividad en la ChozaGrande, se ven durante el resto del tiempo muchos hombresocupados con múltiples actividades.

2) Al orden del día corresponden ciertos ejercicios,obligatorios sobre todo para los hombres más bien jóvenes. Losancianos hacen aquí las veces de maestros. La subsistencia dela ceremonia secreta, según el modelo de los mayores, exigeque siempre se disponga de una suficiente cantidad de hombrespara la actuación en los papeles de los diferentes espíritus; lossaltos y los giros del cuerpo que el espíritu exhibe en públicodeben ser ejercitados mucho tiempo ante los ojos de ancianosconocedores. Nunca se enviaría una persona fuera de la ChozaGrande con toda la ornamentación de un espíritu, si antes nohubiera demostrado en privado su aptitud para el papel. Es,ante todo, la forma de movimiento que realiza el \œ’Õrte laque exige un ejercicio constante. El actor aparece primero enel papel de \œ’Õrte subordinado, y, al año siguiente —o mástarde aún—, en el de \œ’Õrte principal; como tal incluso puedellegar a adquirir fama. Los papeles de M0tan y de K4ta%xtambién exigen largo adiestramiento y mucho ejercicio.

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Prácticamente se efectúan tales ejercicios de la siguientemanera: Los nuevos actores ensayan ciertos movimientos,pequeños saltos y la especial postura del cuerpo, en la propiaChoza Grande, en la medida en que el espacio disponible lopermita. Antes o después de la actuación pública de un ac-tor capaz, el aprendiz le pide que le muestre determinadasparticularidades; maestro y alumno ensayan juntos y esperanel juicio de los espectadores. Como, de algún modo, el espaciodisponible en la Choza Grande impone ciertas limitaciones,se aprovecha una cacería en común para ensayar en terrenosadecuados los diferentes papeles de espíritu. Más a menudotodavía un pequeño grupo de hombre jóvenes, guiados porun anciano, se traslada a una pradera protegida (de miradasindiscretas), para ejercitarse allí a fondo durante varias horas.La aplicación de los hombres jóvenes no deja nada que desear,y ellos mismos disfrutan representando un papel de espíritu.Por esta razón nunca se carece de individuos con el suficientegrado de adiestramiento, que, dado el caso, puedan actuarpúblicamente. Las personas afectadas por algún defecto físicono son elegidas para desempeñar el papel de un espíritu. Unode los participantes de nuestra celebración carecía del ojoizquierdo, otro solamente poseía un brazo utilizable.

Por otra parte, los hombres dedican mucho tiempo paraejercitarse en la lucha y en el tiro con arco y flechas, aunqueesto no sea considerado como perteneciente a la celebracióndel Klóketen. Cualquiera puede adquirir gran habilidad enel uso del arco y flecha, a solas y en otra parte, pero es ungran estímulo para él si puede presentar ante otros suhabilidad. A menudo se realizan competencias de tiro. Parallegar a ser también un maestro en la lucha, el individuo se

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mide con diversos adversarios. No puede imaginarse unaoportunidad mejor que ésta, donde tantos hombres hanacudido para celebrar el Klóketen. La Choza Grande tienelugar suficiente para estos ejercicios, y en muchas ocasionesse enfrentan dos muchachos jóvenes deseosos de luchar, yalentados por la rueda de los ancianos. Una lucha es seguidapronto por otra, y así transcurren rápidamente varias horas.Aquí se ve quiénes son los mejores luchadores, porque todosse enfrentan con los de mayor fuerza. Todos estos esfuerzosno sólo sirven de distracción, sino que constituyen unverdadero adiestramiento, del que participan ante todohombres más bien jóvenes.

3) Algunas tareas comunitarias son más o menosobligatorias para los participantes del Klóketen. Esto se refieredesde luego a los hombres más jóvenes, que, por respeto a losancianos, se encargan de todo lo que sea dificultoso yesforzado. Ante todo, ocurre así para la participación en lasactuaciones más importantes, como las escenas de K(lpú=,KŸw0nix y _álpen a6mer2n. El que intentara librarsehabitualmente de participar en estas actuaciones seríaseveramente condenado. El inspector cuenta de antemanocon la participación de todos los asistentes jóvenes en cadauna de las escenas comunitarias; nadie se escabulle, aunqueen el juego de [!whtÿâen deban sufrir bastantesincomodidades.

En no pocas ocasiones se presenta la necesidad de realizarcacerías en grupos, pues se necesitan mayores cantidades decarne que en otras épocas. Cada individuo está obligado,además, al sostén de su familia. Puesto que no se deseainterrumpir el desarrollo de las ceremonias, se evitan las

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dificultades saliendo a cazar varias personas en grupo. Deeste modo el botín es más abundante y las provisiones duranmás tiempo. Porque, si cada individuo saliera a cazar cuandoel consumo del último pedazo de carne lo obligara a ello,constantemente se producirían ausencias en la rueda de loshombres y la distribución equilibrada de las actuaciones delos espíritus sería imposible.

De vez en cuando se envían asimismo a cazar pequeñosgrupos de hombres, para obtener una buena provisiónespecíficamente destinada a la Choza Grande. Lasmujeres no deben saber que allí se come. Aunque loshombres permanezcan solamente pocas horas en laChoza del Kloketen, en sus viviendas particulares debensimular luego mucho hambre. Compasivas, las mujeresdicen después: “¡Otra vez has tenido que quedarte tantotiempo en la Choza Grande!, ¡cuánto te compadezco! ...Ay de ti, cuánto has tenido que esforzarte... ¡Por qué osatormenta tanto esta _álpen!... Cuan débil y hambrientoestás ahora: ¡Quédate aquí y descansa, come mucho ydesquítate de todo lo que has tenido que sufrir!”... Por lotanto, el hombre consume nuevamente un buen pedazode carne. ¡Las mujeres ni siquiera se figuran talsimulación! Carecen por otra parte de toda oportunidadpara sospechar de ello, pues, apenas entra el hombre ensu choza, sus primeras palabras son: “¡Ahhh ... quéhambre tengo!”, y come como si estuviera realmentepasado de hambre. Otra costumbre también estádestinada a lograr el mismo efecto: cuando los hombresregresan de una cacería comunitaria, esconden unaabundante’ cantidad de carne en el bosque, para llevarla

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luego a la Choza del Kloketen; y llevan otra parte a lavista de todos al campamento, donde hacen creer a lasmujeres que eso es todo el botín que han obtenido.

Afuera, en los cotos de caza, cuando los hombres descansandespués de una cacería exitosa y consumen abundantementelos frutos de su esfuerzo, nunca omiten realizar variadosejercicios y adiestrarse en la lucha y en el tiro con arco y flecha.

Por último, cuando se traslada la Choza Grande a otro lugarmás favorable, se hace uso de todas las manos disponibles.Las razones de un traslado pueden ser, entre otras que, acausa del intenso frío no se junte agua en el pozo, y la fuentede agua disponible más cercana quede demasiado lejos. O elviento arremolinado del invierno amontona inesperadamenteexcesiva cantidad de nieve en el campamento o delante de laChoza Grande, y restringe así notablemente la libertad demovimiento. Un caso de fallecimiento genera gravepreocupación entre los ocupantes del campamento, y todostienden a trasladar la ceremonia a otro lugar distante. Porúltimo, resulta mucho más grave aún la ausencia de animalesde caza. Si a todo eso se agregan los posibles altercados ydesavenencias, ya he nombrado las causas más importantesque exigen imperiosamente el traslado de las chozas a otrolugar. Los hombres construyen rápidamente una nuevaChoza del Klóketen, y el traslado de todo el grupo de indígenasno lleva por lo general más de un día.

Cada hombre, en todo momento, está dispuesto a prestarsu ayuda. Muchas manos se mueven cuando es necesariopreparar y adornar un espíritu, o disponer lo necesario parala actuación de un grupo mayor. El inspector encuentra entodos los hombres la mejor disposición para sus planes.

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a) A juzgar por el estado de ánimo y la disposición anímicadel grupo de los hombres, esta reunión secreta está imbuidade la seriedad más absoluta. Para la presentación de losespíritus se mantiene con escrupulosidad la antigua tradicióny la costumbre de los mayores. Nada de lo que el uso tribalexige para la instrucción y el adiestramiento de los iniciandosse les ahorra. Y por último no se cede un ápice en cuanto a larigurosidad con que se vigila a la parte femenina de lapoblación. Pero, aparte de ello, los hombres gozan desuficiente tiempo para dedicarse a actividades sociales yamenas reuniones con amigos, a charlas interesantes y aremozarse anímicamente. De este modo resulta para losancianos una verdadera necesidad relatar sus vivencias y susexperiencias, y disfrutan ostensiblemente del placer de verserodeados de un círculo de gente joven que escucha sus palabrascon gusto. Aunque el narrador concluya con sus disquisicionesrecién después de varias horas, los atentos oyentes nunca danmuestras de cansancio. ¡Qué bien se sienten todos cuandopueden estar perezosamente recostados y ser entretenidos porel viviente relato de un anciano experimentado!

Estas narraciones se refieren no tanto a los mitos que tienenpor objeto la ceremonia del Klóketen, sino que más bien setrata de historias sobre la conformación de la patria de losselk’nam, la vida y obra de los ^8wenh, de Kwány6p y de losdemás hombres famosos de épocas pasadas. Éstos son tos temasde que se habla. Mayor espacio aún se asigna a las propiasvivencias y experiencias obtenidas en las cacerías o en la lucha,en contacto con los âœn o los Yÿ=i, en el círculo íntimo de lafamilia, o en las relaciones con grupos que residen lejos. Conabundante verbosidad se narran también sueños y

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acontecimientos extraordinarios, las hazañas de hombresfamosos y los recuerdos de los propios años mozos. En estasocasiones, los ojos de un hábil narrador no brillan menos quelos de todos los oyentes, cuando habla de sus competenciascon luchadores famosos, o de la astucia con que ha engañadoa un hechicero envidioso, o narra el acecho al enemigo du-rante un asalto o las maniobras con que rodeó una granmanada de guanacos, o la intrepidez de uno de sus mayoresque se enfrentó a varios hombres simultáneamente en lascarreras y en las competencias de tiro con arco, o cuando relatala insistencia con que un haŒtp’2n era cortejado por lasmuchachas después de haber resultado vencedor en algunacompetencia. Aquí también escuché su severo juicio y suslamentaciones por la pérdida de tantos miembros de la tribu,desangrados bajo la mano asesina de los usurpadores europeos.

También son muy apreciados algunos conocidos bromistasy gentes de naturaleza jocosa. Muy a menudo se los exhortapara que cuenten sus chistes y sacudan al círculo de hombrescon sus risueñas ocurrencias. Realmente existen momentosen que todos se revuelcan en el suelo por el inconteniblealborozo causado por los cuentos de un bromista; pues eltesoro de extravagancias de un chistoso indígena pareceinagotable cuando está de buen humor y dispuesto a lucirse184.

Esta completa independencia de acción, esa liberación dela obligación de realizar ciertos trabajos, la diversión de gozar

184 Con el placer que sólo puede proporcionar un recuerdo muy grato, TENENESKnos contó sobre un bromista que, en épocas anteriores, supo crear extra ordinarioregocijo entre los hombres, con sus ocurrencias chistosas. “Yo aún era un hombrejoven”, decía TENENESK, “pero nunca olvidaré con cuántas ganas reíamos todos, yde qué manera incansable sabía distraernos noche a noche. Nunca más existió unhombre así. Donde él se presentaba para una ceremonia del Klóketen, allí iba gentede todos lados. ¡Qué lástima, ahora está muerto!” Esto lo confirmó HALEMINK, porpropia experiencia.

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de la compañía de tantos otros con idénticas ideas y laposibilidad de charlas ilimitadas es parte del order. del díade la actividad masculina. Resulta entonces completamentecomprensible que a la celebración del Klóketen acudanmuchos participantes de todas partes, y que cada uno sedisponga a descansar recién pasada la medianoche.

Orden del día para los candidatos

Una meta importante de la celebración secreta es, ademásde todo lo dicho, la educación y el adiestramiento de loscandidatos. Ya he descrito la manera como son introducidosa la Choza Grande y como son familiarizados con los mitosde origen. Ahora expondré detalladamente la faz educativadel programa, tarea en que no se pueden evitar algunas brevesrepeticiones de cosas ya dichas anteriormente185.

1) Mediante la aplicación de formalidades específicas serealiza la admisión de los iniciandos. En primer término sepinta de rojo su cuerpo, e inmediatamente algunos ancianoslos conducen a la Choza Grande. Allí deben superar la luchacon \œ’Õrte, y, luego de un breve descanso, se les coloca elk<îel, mediante cuya ceremonia son formalmente admitidosen el círculo de los hombres. Mediante este adorno para lafrente, el candidato ha de ser fortalecido en la conciencia desí mismo y enaltecido en el respeto de sí mismo, porque ahorase ha convertido en un hombre y ha abandonado la infancia.Al mismo tiempo recibe una varita de un dedo de largo,

185COJAZZI: 34 relató con cabal precisión esta misión parcial: “La prova ha tríplicescopo: primo, mettérlo, (al Klóketen) a conoscenza del secreto, secondo, abituarloai disagi della vita e a disprezzare la paura, terzo, ammaestrarlo suidoveri dellanuova vita a cui si avvicina.” La multiplicidad de detalles, en cambio, quedódesconocida para él.

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llamada kÿ’(r y kŸkÿm=ker. Esta varita se deja colgar delextremo libre del hilo que sujeta al k<îel, o se coloca detrásdel pabellón de la oreja, de la misma manera como un europeopone allí su lápiz (ver fig. 24). En realidad cada uno deberíautilizar este palito hasta el fin de sus días, pero al cabo dealgunos años los hombres se hacen indiferentes a esacostumbre y por último la abandonan totalmente. Se diceque a quien se rasca la cabeza con los dedos se le desgarra lácutícula de la base de las uñas186. El candidato ya durante laprimera noche recibe algunas informaciones acerca delsentido y la finalidad de estas ceremonias secretas, y acercade su propia conducta. En los días siguientes se le vafamiliarizando con todos los detalles y se le instruyepermanentemente.

2) Merece notarse que el curso comienza con medidas decarácter práctico puestas al servicio de la finalidad. Tambiénel cuerpo es puesto en una situación forzada, para aumentarla receptividad anímica de todas las enseñanzas.

Cumpliendo con los axiomas básicos, los iniciandos recibensu asiento debajo del poste principal correspondiente. Peroprevalece la otra exigencia, que establece que el inspector debeubicarlos próximos a su propio sitio; los distribuye de maneratal que queden sentados a su derecha y a su izquierda,formando un semicírculo. Si por la gran cantidad departicipantes hay carencia de espacio, los candidatos recibensu asiento fuera del círculo cerrado de los hombres, detrásdel inspector y directamente contra la pared interior. Estaubicación es muy desventajosa para ellos, pues a través de la

186 Una varita igual, y con el mismo objeto, reciben los candidatos en- lasceremonias de iniciación de los yámana. Esta costumbre es usual entre algunasotras tribus sudamericanas, que aquí no cabe mencionar.

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hilera de postes sopla el viento frío y el fuego de la chozaproporciona solamente poco calor. Cuando resultaverdaderamente necesario, se les permite sentarse junto alfuego, pero siempre más adelante y solamente si algunoshombres ausentes dejan disponible el lugar. Pues muy amenudo castañetean con los dientes por el frío. En todos loscasos en que algún adulto necesita un lugar, se desplaza sinmiramientos a los Klóketen hacia el incómodo fondo. Se lespreviene insistentemente que no deben cruzar la línea centraly para el caso de inobservancia se los amenaza con una prontamuerte187.

Con escrupuloso rigor se presta atención a la especialposición corporal que los Klóketen adoptan al estar sentadoso parados. Si los candidatos abandonan aunque sea levementela posición correcta, todos los hombres se abalanzaríanirritados sobre ellos. El muchacho está sentado en el durocarrizo, sobre el que se ha extendido un pedazo de cuero. Lapierna izquierda, doblada en ángulo recto en la rodilla, sehalla arrimada hasta la mitad del cuerpo y apoya el pieizquierdo con toda la planta en el suelo. La pierna derechagirada hacia afuera y apoyando todo el lado exterior sobre elsuelo, se dobla en la rodilla algo más que la otra, de modoque el pie derecho queda algo más hacia atrás que el izquierdo;se halla a la altura del plano de la rodilla izquierda. El brazoderecho cuelga libremente y la mano se apoya en la piernaderecha. La palma de la mano izquierda se arrima al maxilarinferior izquierdo, con el fin de sostener la cabeza; pues elcodo está apoyado sobre la rodilla izquierda levantada.

187Para los candidatos rige el mismo orden de asiento y de camino que es obligatoriopara los hombres adultos en la Choza Grande.

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Los iniciandos solamente pueden colocarse sus mantos depiel cuando deben ceder el lugar junto al fuego a otraspersonas y afuera reina mucho frío. Lo colocan suelto por laespalda, y la mano derecha sostiene los bordes libres delantedel pecho; el brazo izquierdo, el que sostiene la cabeza,sobresale casi por entero del abrigo. Cada vez que entran ala Choza Grande arrojan de sí las sandalias y quedan sentadoscon los pies descalzos. Llevan permanentemente en la cabezael k<îel . Su cabeza se inclina levemente hacia adelante, losojos siempre están bajos y fijos rígidamente en el borde delfuego. Los candidatos mantienen permanentemente estapostura y no tienen ninguna posibilidad de variarla. Cuandodeben estar a disposición de otros hombres, se levantan.Permanecen erguidos en posición de ‘firmes’, mientras losbrazos se ajustan al cuerpo y las piernas están juntas. Lamirada está orientada rígidamente en dirección al eje de losojos. Todos sus miembros expresan dominio sobre sí mismosy tensión consciente de los músculos.

Con esta posición forzada, torturante, se combina una to-tal i n movilidad. Cualquier licencia que el candidato setomara, sentado o parado, sería corregida inmediatamentepor los demás. Tampoco le está permitido desperezarse odesplazarse de un lado a otro, rascarse o apoyar la espaldaen la pared. Los Klóketen mantienen en todo momento surigidez inmóvil y se asemejan a figuras de piedra. Hasta elmás leve estremecimiento les está prohibido. Ni siquierapueden tragar la saliva, con el fin de no interrumpir paranada el nítido contorno de inmovilidad absoluta.

Puesto que al tener la cabeza inclinada sus ojos estándirigidos rígidamente hacia adelante-abajo, están

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imposibilitados de mirar a su alrededor. Si miraran llenos decuriosidad y con la boca abierta a los que entran y salen o sepreparan para una actuación, ello tendría como consecuenciagraves castigos. Incluso si el viento les echa en la cara gruesasnubes de humo, no pueden hacerse a un lado ni girar, ymenos aún poner las manos delante del rostro. Ni siquiera seles permite parpadear. Consecuentemente, todo su exteriortrasluce entonces mucha seriedad y dignidad, recogimientoy atención, dominio de sí mismos y obediencia solícita. Aquelque dé lugar a la observación más pequeña, queda expuestoa recibir un golpe de vara del hombre más cercano; puescualquier adulto de edad madura castiga por sí mismo einmediatamente cualquier falta por lo menos con una seriareprimenda.

Todo ello va unido a un permanente silencio. Jamás sepermite a los candidatos un intercambio de palabras, niinterrupciones durante las exhortaciones o las charlas de losancianos. Si se los invita a ello, pueden responder brevemente.A menudo transcurren semanas enteras sin que de sus labiossalga una sola palabra. Además de cuidar sus ojos, losKlóketen deben dominar imperiosamente la risa; ni siquierala sonrisa más leve puede hacerse notar en su rostro. Oyen lacharla bufonesca de los ancianos y ven cómo éstos a veces sedesternillan de risa; ellos mismos en cambio ni siquieramueven el más pequeño músculo de la comisura de los labios.

El sueño, tan imperiosamente exigido por la naturaleza,dada su necesidad, es escatimado a nuestros examinandosdía a día mas, con exasperante insistencia. Nunca llegan adescansar antes de la medianoche, y muy temprano a lamañana siguiente ya se los pone nuevamente en pie. El guía

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les da un fuerte empujón, y ya se levantan para ponerse enla acostumbrada posición rígida. Ni siquiera se les da tiempode pensar en bostezar o desperezarse. Duermen extendidosen el piso y envueltos en su abrigo de piel. Puesto que, a pesarde los múltiples esfuerzos y de las penosas marchas,pernoctan casi siempre afuera en el bosque, carecen inclusode las comodidades más modestas. Durante los primeros treso cuatro días no se les permite dormir en absoluto, más tardea lo sumo cinco horas diarias. Esto y otras medidas estádestinado a mantener constantemente el cuerpo al borde delagotamiento, con el fin de hacer dócil al espíritu y tenerlopreparado para asimilar las enseñanzas que se les imparten.

Los Klóketen están obligados a llevar permanentemente unapintura muy sencilla. Todo el cuerpo se frota uniformementehasta los pies con pintura blanca. En el rostro se dibuja unrayado longitudinal, de la siguiente manera: un hombre seunta la palma de la mano con la espesa pasta blanca y con lauña se quita delgadas tiras de esta pintura, dejando líneasmuy vecinas una a la otra; luego afirma la palma de la manocontra ambas mitades de la cara. Puesto que durante lasdiarias caminatas se borra rápidamente la pintura, ésta serenueva cada vez que los Klóketen regresan a la ChozaGrande. Al actuar K4ta%x se adorna también a los candidatoscon una pintura especial del cuerpo.

Por último se practica una costumbre muy extraña con lamáscara de \œ’Õrte, costumbre que ya se comienza el primerdía de las ceremonias. Cuando un \œ’Õrte regresa de surecorrida por el campamento, se quita la máscara de la cabeza.Mientras tanto, el iniciando designado por el inspector selevanta y recibe la máscara; la enrolla, toma los dos extremos

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y la estira. Por su posición erguida, con las piernas cerradasy los brazos colgando libremente, este corto rollo de cuero seapoya en los muslos superiores, muy poco por debajo de losórganos genitales. Entonces, bien tensado, el rollo es elevadolentamente por toda la parte delantera del cuerpo hasta elcuello, y luego bajado otra vez hasta su posición original.Esto se repite varias veces. Cuando los brazos cuelgannuevamente, y la máscara estirada se apoya otra vez en formatransversal sobre los muslos, el candidato debe efectuar, conlas piernas cerradas y el cuerpo rígido, unos cinco saltos enel mismo lugar. El hombre que recién actuó de \œ’Õrte seencuentra parado delante de él y le dice con total seriedadlas siguientes palabras, divididas en tres párrafos, que elexaminando debe repetir uno por uno con voz perceptible:

km*n y5 tŸ m+ï.conforme yo mucho,y5 t Ÿw1n ôá’7n a6ná,yo encontrar choza ésta

y5 ta6kŸrson ni ôá’7n na’áyo no saber choza ésta.

O sea: “¡Me alegro mucho de conocer esta choza; de (losacontecimientos desarrollados en) esta choza no sabía hastaahora (la verdad)!”. Después de cada frase, que el candidatorepite a media voz, brinca hacia arriba en el mismo lugar dondeestá parado. Intercalando breves pausas, el hombre pronunciaeste corto versito hasta una quinta vez, y, el candidato lo repite.Dando fin a la ceremonia, coloca la máscara, \œ’Õrte k as, enlas manos del hombre que está de pie ante él y se retira a su

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asiento. Después de la primera semana, esta ceremonia se repitecon menos regularidad, y después de la tercera semana se dejadefinitivamente de lado. Nadie supo explicarme ni el motivoni el significado de esta costumbre.

A ella se asemeja otra usanza, que me dio la impresión deser una “cura milagrosa por frotamiento”. Cuando, despuésde una marcha fatigosa, los Klóketen regresan a la ChozaGrande, algunos hombres se levantan y cada uno ponedelante de sí a uno de los candidatos, de pie y rígido. Elhombre le mira fijamente a los ojos, toma un mechón de pelosdel centro de la cabeza, y tira fuertemente de él, de modoque se escucha un leve chasquido188. Repite esto en tres ocuatro lugares distintos. Hasta entonces el muchacho, en suposición de firme, dejaba caer libremente ambos brazos a loscostados del cuerpo. A una señal dada, los levantaparalelamente y en forma recta, hasta que quedan en posiciónvertical sobre sus hombros; las palmas de las manosextendidas quedan orientadas una contra la otra. Acontinuación, el hombre coloca sus manos, con el pulgarseparado, contra la cadera del candidato, ejerce allí una levepresión y lo levanta del suelo. Sosteniéndolo algunos segundosen el aire mientras mantiene sus brazos casi verticales haciaarriba, afloja algo la presión de sus manos y el cuerpo delcandidato se desliza lentamente hacia abajo a través del arcoformado por el pulgar y dedo índice de cada mano. Cuandoel candidato alcanza el suelo, el hombre recorre con sus manoslos flancos del muchacho hacia arriba, sigue a lo largo de losbrazos hasta llegar a la punta de los dedos levantados; su

188 El repentino desprendimiento del cuero cabelludo del cráneo causa este sonidosuave, pero perfectamente perceptible.

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movimiento ascendente continúa más allá de las manos deaquél, luego deja caer nuevamente los brazos. Intercalandopausas de unos pocos segundos, repite al menos tres vecesesta escena.

Me decían: “¡Esto se hace para que el candidato crezca másrápidamente!” Y efectivamente se aplicaba el tratamiento mása menudo a los muchachos más pequeños. Varias veces duranteel día y a través de toda la duración de las celebraciones seefectúa esta ceremonia, y cualquier hombre lo hace.

Más abajo se describen algunas disposiciones de carácterexterno a que los iniciandos del Klóketen deben someterse.

3) Obligatoriamente y sin excepción alguna se lleva a losmuchachos jóvenes a la Choza Grande. El indígena resumeen estas breves palabras la meta de esta instrucción rigurosa:“¡Cada uno debe llegar a ser un hombre útil y bueno!”189. Setrata de llegar a esta meta por dos caminos diferentes. Unasexigencias se refieren a la realidad puramente externa, másexactamente, a la forma de vivir, al orden social y al bienestarde la persona; otras, tienden a lo moralmente bueno, comodeseable por ello mismo y necesario en beneficio del individuoy de la permanencia de la comunidad. Uno de esos caminosabarca las muchas enseñanzas, instrucciones, exhortacionesy amenazas; al otro corresponden los ejercicios y trabajosprácticos, el rigor físico, la moderación en la alimentación yen el sueño, y actividades cooperativas y servicios prestadosa los demás, de la más variada índole.

189 Demasiado estrecho es el marco de las exigencias planteadas por L. BRIDGES (a),cuando dice que los candidatos “must not play or laugh, but learn to hunt andmake arrows”. Más rudimentarias aún son las obligaciones mencionadas por BEAUVOIR(b): 43, BARCLAY (a): 75, COJAZZI: 35, DABBENE (a): 74 y GALLARDO: 332. Frente a ellos,TONELLI: 99 se acerca algo más al verdadero estado de cosas, aunque no completamente.

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Para alcanzar la meta propuesta, los indígenas se valen deun inflexible rigor. Antiguamente se planteaban estasexigencias con terrible seriedad y fanática desconsideración,rayana en la brutalidad. En otras épocas no se permitía a losmuchachos la más mínima negligencia o alivio, de modo queal más leve movimiento ya caían sobre ellos duros golpes, ymás de uno se desplomaba desmayado por agotamiento, lafalta de sueño, o el hambre. TENENESK y HALEMINK nos recordaronel inflexible rigor con que ellos mismos fueron tratados en suépoca de examinandos. Según su juicio, el tipo de tratamientoque hoy en día se dispensa a los candidatos no alcanza niremotamente la severidad despiadada de aquel entonces. Atítulo de disculpa se cita la compasión de los padres haciasus hijos, pues los jóvenes de ahora ya no estarían encondiciones de soportar las duras exigencias de aquellasépocas. En parte esto tiene su justificación, pues actualmentelos candidatos son llevados a la Choza Grande a una edadmucho menor, y su desarrollo físico y su resistencia anímicaestán menos adelantados que en otras épocas. Pero al mismotiempo se confiesa que esta juventud ya no alcanza la fuerzaque tenían sus padres. Esta ostensible decadencia causa a losancianos gran preocupación y profundo dolor.

Por consiguiente, se acorta en algo la duración de las usualesmarchas a través de los bosques y se permite a los candidatosun poco más de descanso; el propio padre trae casi el doblede carne que antaño y les da de beber más a menudo. Loscandidatos incluso pueden envolverse mejor en sus capascuando sienten frío. Los ejercicios con arco y flecha o lasluchas duran ahora menos que antes, y la celebración seclausura al cabo de pocos meses, mientras antiguamente se

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extendía por un año o más. Por último, la conducta de losKlóketen ya no deja entrever la seriedad y la conciencia deldeber propios de generaciones pasadas. Ya no cumplenrigurosamente y con convicción el silencio absoluto y la exigidainmovilidad, y cuando saben que no son observados sepermiten más de una libertad. Esta transigencia de ambaspartes es una señal amenazadora que caracteriza ladecadencia de las altas virtudes morales de otro tiempo, ymuestra el debilitamiento físico de este pueblo. Pero, haciendoabstracción de las atenuaciones que se van introduciendo,no se ha debilitado la rígida adhesión a las antiguastradiciones. Sigue el mismo orden del día: “¡Así como nosotroslo hacemos ahora, así celebraban antiguamente la ceremonialos antepasados!”, me aseguraron reiteradamente.

En última instancia, es el respeto incondicional a la tradicióny a la usanza de los mayores lo que impide al selk’namdesviarse de la realidad heredada. Con rigor estricto, nuestrosindígenas han mantenido vigentes hasta nuestros días lasantiguas medidas educativas, con autenticidad y pureza, yla meta de su educación se ha conservado inalterable a travésde los siglos. Por esta razón, cada uno ha recibido sueducación completa y ha sido educado para ser un hombrecabal. Estas instituciones, originadas en los comienzos mismosde su tribu, no podrían ser reemplazadas por nada mejor nimás adecuado.

Por otra parte, la educación es indistintamente obligatoriapara todos. Cada selk’nam ha participado de la celebracióndel Klóketen, pues ninguno hubiera podido evitarla. De estaeducación comunitaria y obligatoria para todos surgenventajas invalorables. Se fortalece la conciencia de comunidady se extirpa toda diferencia de rango y toda arrogancia; cada

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individuo recibe la totalidad del acervo hereditario. Y du-rante este período educativo no se cometen errores. A cadauno se le ofrece todo, pero también se exige todouniformemente de cada uno. Por último, la participación enel quehacer de los iniciandos permite que esos jóvenescandidatos se integren imperceptiblemente al círculo de loshombres.

Si bien la educación de los muchachos se realiza sindistinción alguna en cuanto a las ideas básicas generales, nose omite por eso brindar también un tratamiento individualque, al contrario, es de rigor. Los parientes más ancianos delos Klóketen consideran qué es su deber especial fijar suatención sin miramientos en los vicios y fallas de carácterque se manifestaron ya en los años juveniles del candidato.Desde mucho antes de llegar a la Choza del Klóketen se havenido observando al muchacho, y haciendo hincapié en sucercana época de iniciando, se le amenazaba seriamente, paraque corrigiera tal o cual defecto. Viejos y jóvenes estánentonces preparados. En la Choza Grande ya no se juegacon palabras, sino que se imponen inmediatas medidaspunitivas si las insistentes exhortaciones, aparentemente, nosurten efecto.

A quien es lerdo y perezoso, rápidamente se le imponeponerse en marcha una y otra vez. A intervalos muy brevesdebe solucionar un sinnúmero de pequeñeces y repetirlas amenudo, por más inútiles que sean, solamente paramantenerlo ocupado. Se le envía en busca de leña; pero loshombres no admiten que en un solo viaje traiga un trozogrande, sino que debe traer muchos trozos pequeños paraque se vea forzado a hacer muchos viajes. Los ancianos

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tampoco se conforman con una rapidez normal, sino que lohacen correr ligero de un lado a otro hasta que se mueva conla velocidad deseada. A otros se les extirpa su pachorramediante largas ascensiones a las sierras, penosas marchas yprolongadas caminatas. Quien tenga dificultades paralevantarse temprano a la mañana, es curado con laprohibición de acostarse a descansar por la noche. Durantealgunas noches se le obliga a estar en cuclillas, y si se cae,debe levantarse sin apoyarse en la pared.

Si un muchacho se muestra medroso y atemorizado, unhombre lo conduce, después de muchas idas y venidasnocturnas, a un lugar salvaje o a una maraña de arbustos, yallí lo abandona con la consigna de permanecer en el sitiohasta que lo vayan a buscar, lo que sucede al cabo de dos otres días. A un glotón o a un goloso le quitan hasta la pequeñaporción de carne que le corresponde, y lo obligan a observarcómo comen los demás candidatos. Para él se reservan, encada oportunidad, solamente los trozos más despreciables.Quien se haya expresado en forma insolente o indiscreta sobrelos ancianos, los usos y costumbres, o la ceremonia secreta,es tomado con más fuerza por el \œ’Õrte durante la primeralucha. Los que se mostraron insociables hacia otrosmuchachos o preferían juntarse con las niñas, debían vagardías enteros a solas por el bosque o por quebradas, en unadirección precisa que se les indicaba. La desobediencia con-tra los padres y la tardanza en el cumplimiento de lascomisiones se curan preferentemente de la siguiente manera.Alguien, que casi siempre es un pariente cercano, atormentaal muchacho ininterrumpidamente con nuevos mandados,exige de él constantemente mayor exactitud o rapidez, no se

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muestra conforme con nada de lo que éste hace, y tienesiempre algo que objetar y criticar, para exigir una y otra vezla repetición de la tarea. El rostro del muchacho denotaclaramente la rabia que bulle en su interior y que pugna porsalir a la superficie, enojo generado por la terca insistenciade su pariente, que deliberadamente lo acosa durante horas.Pero si osara resistirse, su situación solamente empeoraría. Siel candidato se hace culpable de decir indecencias oinmiscuirse desconsideradamente en las conversaciones delos adultos, cosa que antiguamente nadie se hubiera atrevidoa hacer, es enviado por varias horas fuera de la choza,precisamente cuando los hombres charlan amenamente. Allíafuera permanece parado al lado de un árbol hasta que elcírculo de hombres que rodea al narrador se ha disuelto.Recién entonces se le llama nuevamente al interior...

El mismo tratamiento se aplica contra otros defectos. Elinfeliz que tiene alguna falla de carácter es atormentado tantotiempo hasta que su mejoría parezca asegurada. Es sabidoque cualquier hombre mayor goza del derecho de castigar apalos al iniciando que ha pecado contra las costumbresvigentes, y que también puede adiestrarlo a voluntad en formaespecial si descubre en él desviaciones de carácter. Por lotanto, cada Klóketen es fastidiado sobradamente y, por asídecirlo, amasado en todas direcciones. Se actúa sobre él demuchas maneras para suprimir sus defectos y sus vicios. Asíeducan los fueguinos a la generación aún inmadura.

4) ¿Y cuál es, más exactamente, el contenido de lasenseñanzas? En sus esfuerzos educativos, el selk’nam tieneen vista, a título de modelo, la formación de un miembro dela tribu moralmente bueno, y adecuado a las exigencias de la

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vida práctica. Quiere llevar al candidato hacia esa meta, yponerlo en la senda que lo haga llegar a ser “un hombre buenoy útil”. Tampoco la escuela del Klóketen puede prescindir deinsistentes exhortaciones y vigorosas apelaciones al sentidodel honor ni de numerosas explicaciones sobre lasconsecuencias de una mala conducta o de defectuosasdisposiciones de carácter. Tampoco puede prescindir deconsejos en caso de dificultades consigo mismo y con otros, nide estímulos que abren perspectivas favorables para la felicidady el bienestar, como premio de un comportamiento ejemplar.

Es cierto que cualquiera de los presentes tiene el derecho deexhortar e instruir al candidato, pero esto lo hace más bienocasional y fragmentariamente. El inspector tiene la obligaciónde proporcionarle las primeras enseñanzas en formacoherente. Pero puede solicitar a otro que lo haga en su lugar.Este maestro, como prefiero designarlo, debe ser, por principio,un anciano influyente y digno de respeto, de carácter impecabley virtudes morales, a cuya honestidad todos los demás tributanla mayor consideración. Durante nuestra celebración, HALEMINK

a menudo transfirió esta misión al anciano TENENESK, que eraconsiderado por todos como más capaz.

Pero también aquí prevalece la consideración de lapersonalidad y predisposición de cada uno de los i n i c i a n d os. El anciano llama a uno de ellos a su lado. Ciertamente lepresenta enseñanzas de validez general, pero intercala buenacantidad de observaciones especiales, tal como lo exigen elcarácter, los defectos, los vicios y lados flacos del candidato. Seacentúa entonces con mayor énfasis y se hace mucho hincapiéen lo que especialmente hace falta a ese muchacho. Al mismotiempo, los demás candidatos sentados al lado de éste reciben

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su parte, y también para ellos se intercalan, de tiempo en tiempo,algunas instrucciones específicas. De este modo cada candidatoestá de turno muy a menudo, y las ventajas de un tratamientoindividual de este tipo no pueden valorarse suficientemente.Cuantas más veces haya sido motivo de insatisfacción, tantomás a menudo el maestro le dedica instrucciones individuales.Más adelante también intervienen los parientes y amigos bienintencionados, y todos ellos se ocupan del candidato. Así elnúmero de personas que ayudan en la corrección de sus viciosno es escasa. Cada uno dirige a su Klóketen sus exhortacionescon voz tan fuerte, que las escuchan también claramente susvecinos y los demás presentes.

Una vez que el maestro ha dado, en los primeros días, lasexhortaciones de carácter general, el maestro mismo pasaun poco a segundo plano. Son los demás, en cambio, los queaportan lo suyo al candídato. De hecho las enseñanzas sesuceden a través de todo el tiempo que duran las ceremonias,aunque al principio sean más numerosas. Durante el inviernode 1923 apenas si hubo algún día en que tal o cual hombreno acosara seriamente al lento y torpe ARTURO.

a) Aquí reproduzco textualmente las enseñanzas que losdos ancianos líderes dirigieron a los candidatos al comenzarnuestras ceremonias. Ya durante la segunda noche el viejoHALEMINK se sentó al lado de su hijo ARTURO y le dijo conevidente seriedad y con ternura paternal, al mismo tiempo:“Muchas cosas te enseñaremos aquí. Tú estás por primeravez en esta Choza Grande. Aún no sabes nada de lo quesucede aquí. De todo lo que te mostraremos en este lugarnunca debes revelar nada a una mujer. Cuídate bien: si se teescapa una sola palabra, ¡eres hombre muerto! Nadie debe

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enterarse de lo que ves aquí. Cuando más adelante abandonesesta choza, serás un hombre; debes entonces comportartecomo un hombre. Hasta ahora habías sido un niño. De ahoraen adelante no molestes más a tu madre. No le des motivopara quejarse de ti. Haz rápidamente lo que te encarga. Noesperes largas exhortaciones. Si ves que en la vivienda faltaleña, levántate y sal de la choza; trae mucha leña. Si se acabala provisión de carne, no esperes que tu padre te envíe a cazar;tú mismo ves lo que hace falta. Toma rápidamente tu arco ysal a cazar; pero no regreses hasta haber matado un guanaco.Estos trabajos te competen; no esperes que alguien te lo diga.Todo lo que aquí recibes (como consejos), nadie te lo dirá másadelante. Nadie te aconsejará ni te enseñará en el futuro. Eresun hombre y debes saber tú mismo cuál es tu obligación.

Dentro de pocas lunas termina esta ceremonia. Si despuésholgazaneas como hasta ahora, o te comportas mal con losdemás190, serás candidato seguro a una muerte temprana,porque no nos sirves para nada. “Aquél-allá-arriba” 191 hacemorir rápidamente al hombre inservible. Hasta ahora hasmortificado mucho a tu madre con tu conducta insolente. Sicontinúas con eso, “Aquél-allá-arriba” te castigará. Ya sabeslo que te espera: morirás. Es muy indecoroso que te llenestanto el vientre que después apenas puedas levantarte192. Unselk´nam cabal no come más de lo que necesita. Es muy feoser llamado “[‘1tŸr (glotón)”. No seas impertinente nidesconsiderado con los hombres mayores; es muy

190Con esto, HALEMINK puso sobre el tapete dos vicios muy chocantes de su hijo,que fueron observados y criticados muy a menudo por los adultos.

191Este circunloquio corriente, y muchas veces utilizado, designa al verdaderoSer Supremo de estos indígenas.

192Mediante esta fea costumbre el muchacho desentonaba muchas veces con suscompañeros en forma harto desagradable.

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inapropiado para un muchacho inmiscuirse en lasconversaciones de aquéllos. En compañía de gente mayor,los jóvenes se comportan con recato y guardan silencio. Entiempos antiguos 193 solamente se admitía en la Choza Grandeá las niñas para su instrucción. Pero si una de ellas seguíacomportándose luego (de abandonar la Choza Grande) conpereza e indolencia, pronto la mujer Kr} la mataba, pues noestaba dispuesta a tolerar una mujer inútil. Una niña así amenudo moriría pronto194. Pero la que se transformaba enmujer buena y laboriosa era muy apreciada por todos. Unamujer así causaba alegría a todo el mundo y la gente se reuníaa gusto en su choza. En aquel entonces las niñas eraninstruidas en muchos menesteres. Aprendían muchas cosas,y cada una abandonaba la Choza Grande convertida enmujer buena y útil. Así debe ser también hoy con los Klóketen.Cada uno debe salir transformado de esta Choza, convertidoen un selk’nam bueno y útil. Cuando la gente lo observedespués, debe decir: “Este muchacho ha aprendidoverdaderamente mucho, sabe trabajar a conciencia, hallegado a ser un selk’nam cabal”... En épocas remotas, lasniñas también debían guardar riguroso secreto sobre todo loque sucedía en el círculo de las mujeres. Por eso los muchachostampoco deben revelar nada actualmente; ¡Pobre de aquélque revele algo! La mujer luna era muy rígida con las Klóketen.La que se comportaba de manera inconveniente o parecía

193 Como nuestros iniciados no habían llegado a conocer en toda su extensión ycoherencia el mito del origen, fundamental para la enseñanza, el maestro anticipó—para fundamentar algunas de las instituciones— algunas de las ideas básicas.

194 Claramente surge de esta distinción que una persona inútil es eliminada porun hechicero o por el Ser Supremo mucho antes de tiempo mediante la muerte. Measeguraron que antiguamente los muchachos incorregibles eran muer tos por unhechicero, porque los haraganes no tenían derecho a la existencia y hubieranentorpecido la vida comunitaria.

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revelar algo, era muerta sin demora... Finalizadas lasceremonias, se dejaba en libertad a las muchachas delKlóketen. Pero por mucho tiempo eran vigiladasrigurosamente. Las muchachas de entonces se mostraban muyobedientes, eran calladas frente a los hombres, y discretas enel círculo de las mujeres mayores, se levantaban temprano,evitaban los juegos con los niños pequeños y no teníanrelaciones con muchachos jóvenes. Cada una de las muchachasdel Klóketen de aquel entonces se convirtió en una mujer capaz.Lo mismo exigimos hoy nosotros, los hombres, de losmuchachos del Klóketen. Cada uno aprende aquí a ser unselk’man útil y bueno... Así fue en épocas pasadas, cuando lasmujeres tenían aquí en el sur esta escuela secreta195. Hoy estáen nuestras manos, y nosotros también somos gente del sur196.

Ha pasado para ti la época de los juegos con niñospequeños. De ahora en adelante perteneces a los adultos.Asóciate pues a los hombres mayores. Aunque yo hayamuerto ya, nunca olvides todo lo que te he enseñado. Nomolestes a otra gente y no le des motivos para quejarse de tio estar desconformes contigo. Pronto tendrás tu propiachoza, tu mujer y tus hijos. Dedica todo tu esfuerzo a ellos.Quédate con ellos y no andes merodeando en otras chozas.Nunca trabes relaciones con los blancos. Por el contrario,quédate con los selk’nam. Sé también un selk’nam bueno ylaborioso, una persona complaciente, sé bien intencionado

195Los selk’nam que hablan español denominan a su ceremonia secreta con lapalabra “colegio”. Este concepto les resulta familiar por su contacto con losmisioneros.

196Por consiguiente, la Choza Secreta de las mujeres habría estado ubicada en elsur, hacia donde debería trasladarse entonces también la gran matanza. Estocoincide así con otra indicación, aue ubica la, celebración de la primera cere moniamasculina asimismo en el sur.

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toda tu vida. Cualquier persona mayor que te encargue unmandato, sea para ti como un padre; hazle caso como sifuera tu padre carnal.

Presta atención a todo lo que los hombres emprenden aquíen esta choza. Tú mismo participarás pronto de ello. Observaen especial a ^5yílan, \œ’Õrte y M0tan, pues debes aprendertodo eso. Pronto comenzarás los ejercicios, y esfuérzate alhacerlos197. Busca la conformidad y un saludable espírituconciliador con los demás, en especial con tus parientes.Cuando nosotros dos viejos (HALEMINK y TENENESK) ya estemosmuertos, sigue pensando siempre en todo lo que te hemosdicho. Sé durante toda tu vida un selk’nam bueno y laborioso.

Como puedes ver, en esta Choza Grande no hay una solamujer; aquí solamente entran hombres. A escondidas siemprenos proveemos de suficiente carne; las mujeres no deben saberque aquí comemos abundantemente. Antes solamente lasmujeres jugaban en esta Choza, los hombres eran retenidosen el campamento y enviados a menudo a cazar, para proveerde mucha carne. Casi a diario una delegación de mujeresrecorría el campamento y exigía carne. Los hombresentregaban lo que poseían. Pero no era _álpen quienconsumía la carne, sino las mujeres. De la misma maneraengañamos nosotros hoy a las mujeres, y les decimos:“¡_álpen exige la carne!”, pero la comemos nosotros.

En ese entonces la mujer luna dominaba a todas las mujeres.Era una poderosa âœn y cuando se colocaba junto a la ChozaGrande hacía temblar a los hombres. Entonces gritaba endirección al campamento: “¡Manteneos alejados, _álpen está

197 En épocas anteriores, algunos candidatos eran enviados ocasionalmente fuerade la Choza Grande para desempeñar un papel de espíritu, siempre quepreviamente hubieran cumplido satisfactoriamente con las pruebas y ejercicios.

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muy furiosa!” Al poco rato comenzaba en el interior de laChoza un tremendo aullar, saltaban chispas y una columnade humo y chispas se elevaba tanto en el aire que era posibleverla desde el exterior. Los hombres se mantenían inmóvilesen sus viviendas. Al poco tiempo volvía nuevamente la paz ylos hombres respiraban aliviados.

En ese tiempo los hombres entonaban sus cantos de lamañana hasta el mediodía. Cada uno tenía un canto propio,según la región de la que era oriundo. Exactamente lo mismopractican hoy nuestras mujeres.

Antes las mujeres se pintaban. Se colocaban máscaras ydanzaban al lado de la Choza Grande, exactamente como lohacemos ahora nosotros, los hombres. Entonces se elegía a unamujer alta y hermosa, que actuaba de \œ’Õrte, otra muchachamás delicada interpretaba a KŸtérnen; así actuamos hoynosotros, los hombres. Pero el hombre sol era astuto y hubouna gran matanza. ¡Tú, empero, guarda este secreto!

Kr+n tenía que ir de caza casi todos los días. Traía mucha,mucha carne al campamento, pues era un cazadorexperimentado. En una oportunidad, cuando llegaba alcampamento, pasó cerca de una laguna. Allí, vio unamuchacha que se bañaba. Se acercó sin ser visto. La muchachase estaba lavando la pintura que utiliza KŸtérnen para actuar.Cuando ella vio al hombre sol, se sumergió muy asustada yse quedó largo tiempo bajo el agua. Desde entonces es unKÿ’œklœl y vive junto a arroyos escondidos.

Cuando el hombre sol se levantó nuevamente, observó acierta distancia una mujer, que saltaba de un lado a otro, yestaba pintada como M0tan, que lleva un tÿlœn alto. Cuandoella vio de repente al hombre sol, se escondió, y, desdeentonces, es un cisne. Todo eso había irritado mucho al

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hombre sol. Corrió rápidamente al campamento. Pronto llegótambién Támtan, que era su propia hija. Ella exigía carne ydijo: “¡_álpen espera mucha carne!’ De mal talante le arrojóKr+n el guanaco delante de los pies, y dijo a su hija: “Aquí lotienes, ¡más que eso no he traído! Tómalo y llévalo a la ChozaGrande, ¡Para tu madre y las demás mujeres será suficiente!”La muchacha quedó muy sorprendida por estas palabras,pero no dejó que se notara nada. Rápidamente llevó la carnea la Choza Grande. Consternada relató lo sucedido a sumadre: ‘Mi padre ha dicho: «¡Llévate este guanaco a la ChozaGrande, para tu madre y las demás mujeres será suficiente!»Eso fue lo que me dijo’... La mujer-luna y las demás mujeresse horrorizaron mucho. Dieron orden de realizar actuacionesque causaran temor, con el fin de amedrentar a los hombres.En el ínterin, Kr+n contó a los demás hombres lo que habíalogrado saber. Todos se enfurecieron. Comisionaron a trescorredores (conocidos por su rapidez), primero a K2âkenluego a Torn2îerén, y por último a [2îun, que se deslizaronrápidamente dentro de la Choza Grande y voltearon lasmáscaras. Ahora los hombres sabían con seguridad que allíen la Choza Grande solamente había muchachas y mujeres.... Inmediatamente formaron una larga fila. Cada uno llevabaun garrote, y así iniciaron el asalto a la Choza Grande. Lasmujeres aullaban de miedo y espanto, pero, no obstante, loshombres forzaron la entrada al interior. Alzaron enfurecidoslos garrotes contra las mujeres. Pero ninguno mató a supropia mujer o a su propia hija, sino que dejaba eso a cargode otro hombre. Una y otra vez gritaba Kr+n: ‘¡Cómo noshan engañado las mujeres!’ El viejo Kÿriken198 suspiraba

198El ibis, o bandurria (Theristicus melanopis), es considerado como el hermano deK’arke (= frailecillo). Era el propietario de la III región.

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entristecido: ‘Ay de mí, aquí yace mi mujer, muerta a palos.¡Ahora estoy completamente solo!’ Otros hombres tambiénlloraban, porque ya no tenían esposa. El sol gritaba furioso:‘Mi mujer se escapó, ¡pero le salió caro su engaño!’ Desdeentonces solamente los hombres se sientan en la ChozaGrande. Todos nosotros nos alegramos mucho cada vez quenos reunimos aquí. Tú mismo ves que aquí todo se hace enserio. Cuídate de revelar nada a las mujeres199.

¡Cuídate!, te aseguro que no te trataremos suavemente. Parati empieza ahora una época dura, eres un Klóketen, hasdejado de ser un niño. Debes llegar a ser un selk’nam útil, asílo quiere “Aquél-allá-arriba”. Cuando abandonemos estaChoza, serás un hombre. “Aquél-allá-arriba” desea que cadauno sea laborioso. A quien no tenga en cuenta este deseo, lohará morir. Yo te advierto que no hables con las mujeres delo que pasa aquí. Éstas son cosas de hombres.”

Con estas palabras cerró HALEMINK los consejos a su hijoARTURO. Pero tanto el otro Kloketen como la totalidad de lospresentes habían oído perfectamente cada una de suspalabras. Todos nosotros estábamos bajo los efectos de laprofunda impresión de estas serias verdades, que el ancianohabía dicho tan convincentemente...

Al día siguiente, el papel de maestro recayó en TENENESK.Pues cuando los hombres dejaron entrever un estado de ánimomás bien serio y de recogimiento, llamó a su lado a ANTONIO,

199 A propósito he reproducido esta parte del mito de origen en toda su extensiónen relación con el adoctrinamiento. Contiene varias partes completen tarias ydemuestra claramente que incluso un mismo relator se permite ciertasmodificaciones en la repetición de la misma historia. Aquí HALEMINK menciona unúnico somorgujo y un cisne, pero en la exposición del día siguiente nombra dosmuchachas junto a la laguna, que se convirtieron en Ko’oklol = somorgujos.

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el Klóketen menor. Inmediatamente se interrumpió la charla detodos en la Choza. A los pocos instantes comenzó TENENESK consus amonestaciones. Como era su costumbre, se corrió variasveces llamativamente de un lado a otro y carraspeó con fuerza:

“Cuando concluya nuestra celebración en la Choza, serásun hombre. Mantente lejos de los niños pequeños, con ellos yano podrás jugar; de ahora en adelante perteneces al grupo delos hombres. Ya no te queda bien pelear con los chicos. Sé afablecon los niños y ámalos, pero no te mezcles más en sus juegos.

Con los demás Klóketen200 debes llevarte bien. Porque todossin distinción seréis introducidos en aquello que existe entrenosotros desde tiempo inmemorial. Sé respetuoso con losancianos y con los hombres que tienen a su cargo aconsejar alos jóvenes, es decir, a vosotros. Ellos tienen experiencia,conocen muchas cosas, saben cómo son los selk’nam. Ante elhombre mayor muéstrate obediente como ante tu padre,porque tiene muchos más años que tú. Calla si te encuentrassentado en rueda con hombres mayores. No es propio de unmuchacho joven inmiscuirse en la charla de ellos. Es unaimpertinencia contradecir a un hombre mayor, pues a unmuchacho le falta la larga vida (la experiencia de la vida) yel abundante saber de un anciano. Cualquier hombre muyentrado en años debe significar para ti tanto como tu propiopadre. Sé respetuoso con cualquier anciano. Así fue siempreentre los selk’nam.

Sé laborioso y muévete. Un paso tan cansino como el quetú tienes no es apropiado para un muchacho joven. Tú yaahora caminas como si fueras un viejo.

200 El anciano también me contaba entre los iniciandos, porque en este momentome debía enterar por primera vez de esta institución y del mito de origen.

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Realiza tu trabajo por iniciativa propia. No esperes que tupadre te diga lo que tienes que hacer, pues lo sabes. Puedesver perfectamente si falta leña en la choza; no esperes a quetu madre te envíe a buscarla. Debes haber traído una nuevaprovisión de leña antes que se acabe la anterior.

Pronto tomarás a una muchacha por esposa. Tu familianunca debe carecer de carne, pues en ese caso la gente hablarámal de ti. Ama a tu mujer y sé conciliador con ella. Esrepugnante pelear con la esposa. No debes golpear a tu mujer,porque ella trabaja mucho para ti.

Si al anochecer se construye una nueva vivienda, ayudacomo corresponde; con tanta mayor rapidez todos os podréisponer a descansar. También tu padre y tu madre estáncansados después de la larga marcha del día. Desde ahora,acompaña a tu padre cuando éste salga a cazar. Ayúdale acargar las presas; pues él es viejo y tú joven.

¡Debes transformarte en un hombre alto y bello! Una figuracontrahecha no sirve para nada. Debes llegar a ser fuerte yresistente, buen corredor, cazador seguro, luchador ágil.¡Hombres así son los que necesitamos! Todos ven con simpatíaun cuerpo ágil y bien formado. Por eso ejercítate continuamente.Corre mucho sin darte descanso, así adquirirás resistencia.Compite a menudo con otros en luchas, y elige como adversarioun hombre más fuerte que tú. Levantarse temprano de mañanaes muy bueno para muchas cosas. Vé temprano a cazar.Ejercítate mucho en la carrera, en el tiro con el arco, en la lucha;esto te convierte en un selk’nam útil. Así toda la gente hablarábien de ti y tendrás muchos amigos. Las muchachas teadmirarán, y entre muchas podrás elegir esposa. Tu padre y los

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demás contarán orgullosos: ese Kloketen aprendióverdaderamente mucho, ¡ése es un verdadero selk’nam!

Recuerda todo lo que te digo, y hazlo también cuando hayasabandonado esta choza. Más adelante dependerás solamentede ti. De ahora en adelante eres un hombre; ni tu padre niotros hombres te aconsejarán ya; has dejado de ser un niño.

Ciertamente serás independiente más adelante; pero, pormás atentamente que vigiles, te alcanzará la venganza de loshombres si eres culpable de algo. “Aquél-allá-arriba” hacemorir pronto a esos muchachos. Cuídate de revelar nuncanada de lo que aquí sucede, o te matarán irremediablemente.Cuando charles en voz baja con tu mujer en el lecho, séespecialmente cuidadoso para que nada se te escape.

Yo moriré pronto201. Pero cuando haya muerto, no olvideslo que te he recomendado.”

El viejo TENENESK quedó sentado, serio y pensativo por algunosminutos, en completo silencio. Por última vez echó una miradafirme a los ojos del Kloketen; luego se levantó y, como enmudecido,se dirigió al campamento, a su choza. Otros dos hombres losiguieron. Sólo cuando los dos Kloketen se prepararon para lacaminata nocturna por el cercano bosque, algunos hombrescomenzaron a intercambiar unas pocas palabras en voz baja.

La enseñanza continuó la noche siguiente. Hacía tiempo quelas actuaciones de los espíritus habían concluido. Un profundosilencio cubría el amplio paisaje y nuestra Choza Grande estabasumergida en una oscuridad nocturna absoluta. HALEMINK,dirigiéndose ante todo a ARTURO, comenzó:

201 Lo que TENENESK dio a entender como suposición insegura tal vez no fue dichoen serio. Pero efectivamente no llegó al invierno siguiente, y la celebración delKloketen de ese año fue la última de que pudo participar.

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“Cuando regreses al campamento junto a la gente, calla.Cuídate de hablar de todo lo que has vivido aquí. Mantentealejado de las mujeres y de los niños. Habla muy poco alprincipio, para que no se te escape alguna palabra prohibida.Nunca digas que has comido aquí. No comentes que nosotros,los hombres, comemos carne aquí.

Cuando en la choza de tu padre escasea la carne, o la leña,busca más. No esperes que te lo digan. Siempre debe habercarne y leña. Tú eres joven aún, ahorra este trabajo a tu pa-dre y a tu madre. Actúa espontáneamente.

Pronto saldrás otra vez de esta choza. Entonces ya no serásun Klóketen, serás un hombre. Compórtate como un hombre.Conoces los trabajos que te competen; no esperes que nadiete exhorte a cumplirlos. En los años venideros nadie te diránada. Pero todos te observarán y hablarán de tu conducta.Deja de matar pajaritos por el simple placer de matar, comohas hecho tantas veces. No debes destruir las nidadas ni jugarcon pichones. Esto lo hacen los niños, pero a partir de ahoratú eres un hombre.

No contradigas a tu madre, ni pongas cara malhumoradacuando ella te encargue algo. Muéstrate respetuoso con tu padrey con cualquier persona mayor, sea hombre o mujer. Ellos merecenese respeto porque son ancianos. Haz enseguida lo que teencarguen tu padre o tu madre, sobre todo lo que desee tu madre.Pronto saldrás de esta Choza Grande, y entonces ya ningúnhombre te aconsejará. Sólo tu madre todavía te hablará en privadoa veces; hazle caso.

Si tienes amigos de visita en tu choza, reparte generosamente todatu carne. No retengas nada, los otros igual lo notarán. Si eres generoso,tú también serás convidado abundantemente más adelante.

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Nosotros los hombres no hemos sido los primeros en idearestas ceremonias. Antes todo esto era cosa de las mujeres,que habían engañado a todos los hombres de entonces y poreso fueron muertas. Solamente se dejó con vida a las niñaspequeñas por eso aún existen selk’nam.

Debes mantener siempre en orden tu arco y las flechas. Sélaborioso. Levántate temprano por la mañana y trabaja todoel día. Desde el atardecer puedes descansar. Es bueno queabandones tu lecho bien temprano. No juegues con tushermanos menores ni con niños pequeños de otras chozas.¡Ahora eres un hombre!

Muéstrate siempre limpio. A los demás les desagrada queaparezcas con el manto roto. Píntate cuidadosamente todoslos días aquí en la Choza Grande. Debes aprender a vencertu somnolencia202. Cuando todavía éramos muchachosjóvenes yo y el viejo TENENESK,203 una comisión de nuestrogrupo (sureño) se trasladó al norte. Queríamos visitar anuestros amigos de allá. Apenas habíamos llegado,comenzaron inmediatamente las competencias. Tuvimos queesforzarnos muchísimo. La gente del norte era muynumerosa. No nos dieron ningún tiempo para descansar204.Sólo más tarde, cuando ya habíamos regresado a nuestroterritorio, pudimos gozar de un breve descanso. Pronto nospusimos en marcha otra vez, porque deseábamos vengarnos

202 Dos veces ya había caído por su cansancio y debilidad. El anciano loamonestaba como si le faltara fuerza de voluntad.

203 El indígena nunca observa el orden inverso. La fuerza de la conciencia de símismo supera largamente la obligación de considerar cortésmente al otro.

204 Durante aquella competencia el grupo del sur fue vencido por el gruponorteño, por causa de su escaso número de luchadores y por el cansancio de lalarga marcha. Pero la orgullosa terquedad no permite reconocer la derrota conpalabras francas.

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de esa gente. Otra vez fuimos hacia el norte. Pero esa genteya se había dispersado... ¡Así nos esforzábamos en aquellaépoca! Es muy bueno que cada grupo cuente con muchoshombres capaces. Por eso acosamos constantemente a losKlóketen, ¡queremos que sean resistentes! ... ¡Preparaosinmediatamente, ya mismo partimos otra vez!”

Sin hesitar, los dos iniciandos se levantaron, se envolvieronen sus capas y abandonaron la Choza Grande, guiados pordos hombres jóvenes. HALEMINK repitió sus alusiones a lacompetencia delante de los hombres mayores. Se desarrollóuna animada charla general, durante la cual las bondadesdel grupo sureño fueron nuevamente ensalzadas.

Durante la noche siguiente TENENESK narró a losexaminandos el mito del origen del Klóketen de los hombres,y lo hizo con gran lujo de detalles. Los dos muchachos tuvieronque sentarse a derecha e izquierda de él. En primer lugarrepitió casi textualmente la mayoría de las exhortaciones deldía anterior, y solamente agregó como novedad lo que sigueantes de narrar el mito:

“En épocas anteriores los candidatos eran tratados con muchomás rigor que hoy en día. También yo tuve que sufrir muchocomo Klóketen. Los candidatos de entonces eran mayores y másfuertes de lo que sois vosotros. Hoy nos compadecemos de losKlóketen, pues son más jóvenes y débiles de lo que éramosnosotros. Sed laboriosos. Cuando más adelante seáis conducidosnuevamente fuera de esta choza para ir al campamento, nodescanséis demasiado tiempo. Cada uno de vosotros debecomenzar de inmediato su trabajo, levantarse temprano a lamañana y hacer por sí mismo lo que haya que hacer; cada unosabe lo que hace falta, y nadie tiene por qué decírselo.

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Debéis callar rigurosamente lo que os narraré ahora. Lasmujeres nunca deben saber lo que los hombres hacemos aquí.Todos deben ser muy cuidadosos, para que ellas no sospechennada. Todos nosotros os vigilaremos rigurosamente pormucho tiempo.

Quien ha estado aquí como Klóketen debe aprender acorrer siempre rápido y no caminar nunca lentamente, yasea que atraviese la maleza o ascienda una empinadacuesta.

No debéis encontraros (durante las marchas) con nuestrasmujeres y niños ni con otra gente, y evitad también unencuentro con europeos. Si alguien se os acerca, escondeosinmediatamente. Nadie debe saber que estáis con nosotrosen la Choza Grande. Es muy importante ser siempre rápidoy no descansar nunca mucho tiempo. Prestad buena atencióna lo que os diré. Pero todo eso lo debéis callar ante mujeres yniños. Y es peligroso hablar de ello con los hombres, puesotros podrían estar escuchando. Cuidaos bien.

Un klóketen está sentado quieto y no se mueve, siempremira delante de sí. Los demás hombres lo observancuidadosamente, y propinan una paliza a quien resulte cul-pable de alguna falta.

Antes todo era distinto. Las mujeres eran las que se sentabanaquí en la Choza Grande. Entonces eran las muchachas lasque se iniciaban como Klóketen, pero hoy nos reunimos aquílos hombres, y ninguna mujer puede acercarse.” Acontinuación narró el mito del origen. Cuando TENENESK huboterminado, los dos candidatos desaparecieron nuevamenteen la noche oscura, para vagar por los bosques hasta elatardecer siguiente.

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b) Agrego algunas observaciones complementarias al textode estas instrucciones. Ante todo, la forma de laexposición denota mucha seriedad y convicción. En laspalabras del maestro hay mucho amor sincero y preocupaciónpor el bien de los Klóketen, una inquietud muy justificadapor la continuidad ininterrumpida de la vida comunitaria, ypor fin la decisión de aplicar los castigos más graves parasalvaguardar el secreto. La forma de hablar es sencilla yprecisa. Estas prescripciones no admiten interpretaciones nimodificaciones, como esculpidas en piedra se presentan alcandidato. Los indígenas no ven contradicción alguna en que,por un lado, inculquen a los iniciandos el respeto porcualquier persona de edad y la obligación de servir a la propiamadre, y, por el otro, lo comprometen en las maquinacionesde la Choza Grande, destinadas específicamente a engañara todas las mujeres.

Por costumbre se hace una pequeña pausa después de doso tres frases, que luego se repiten más o menos textualmente.Estas repeticiones sirven para que las ideas se grabenperfectamente en la mente del oyente. Los candidatosescuchan con el mayor recogimiento las palabras del maes-tro, el tono cálido y no obstante serio de su lenguaje despiertasu confianza en sus enseñanzas. Callados y con la cabezagacha están sentados en el suelo, rodeados por el círculo delos hombres inmóviles y atentos. Todas estas circunstanciasexternas coadyuvan para que cada palabra se grabeprofundamente en el alma de los muchachos.

Resulta sorprendente la respetuosa conducta de todos lospresentes durante las largas amonestaciones del maestro.Cuando éste comienza las enseñanzas, interrumpen su

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conversación en la mitad de la frase y cada uno se sientapensativo en su lugar. Sería impropio quedarse acostado opararse, abandonar la choza o echar miradas intranquilas,comer u ocuparse de cosas triviales. Así pude observar dosveces cómo algunos hombres, al comenzar losaleccionamientos, arrojaron rápidamente al fuego los trozosde carne que estaban comiendo en ese momento; lo que yatenían en la boca lo tragaron rápidamente. Incluso los perrosdeben esconderse en el fondo de la Choza y evitar cualquierinterrupción. Cada hombre se comporta como si las palabrasdel maestro fueran dichas solamente para él. También losadultos oyen otra vez atentamente las antiguasprescripciones y disposiciones, y nuevamente se pinta antesus ojos la imagen de un selk’nam ejemplar. Lo que ellosmismos recibieron con la complacencia de sus corazonesjuveniles cuando eran candidatos, lo refrescan ahora en sumemoria. Aunque el anciano hable horas y horas, todosescuchan con atención que no desfallece.

Cuando en la noche silenciosa y oscura comienzan a brillarlas primeras estrellas, mirando fijamente el paisaje, el fuegode la choza apenas osa crepitar levemente y nada molesta enel círculo de los hombres callados, sentados con sus cabezasgachas en posición respetuosa y sumidos en una tensameditación... las palabras del maestro tienen un sonido espe-cial y su énfasis alcanza los rincones más remotos del alma.

De esas recomendaciones claramente expresadas se puedenextraer sin dificultad las virtudes principales de nuestrosindios. Ante todo, se adiestra a los candidatos también en eldominio de sí mismos, a cuyo propósito se dirige la prácticadel silencio continuo, el dominio sobre la mirada, la obligación

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de conservar una rígida posición del cuerpo, la escasacantidad de sueño y de alimento a pesar de las diariascaminatas dificultosas. Además, cada uno debe soportar sinresistencia las serias amenazas, la desconsiderada exposiciónde los propios defectos y las reconvenciones másavergonzantes. Se exige un respeto incondicional a cualquierautoridad, sin que importe si esa autoridad se materializa enun anciano o en la tradición tribal. A nadie se le ocurriríacriticar en modo alguno las antiguas costumbres.

Entre las virtudes del individuo se cuentan, además, lalaboriosidad y la costumbre de levantarse temprano, lahigiene corporal y buena conservación de la vestimenta, elrespeto a sí mismo y la conducta digna, y el constante ejerciciode las habilidades deseables, como la lucha, el tiro con arco yla carrera. Nunca debe faltar nada de lo poco que exigen lasnecesidades de la vida. Entre las virtudes sociales se exige unamplio desinterés, altruismo en el pensamiento y la acción,disposición para ayudar y conducta intachable frente a todos,la integración estrecha con los hombres que forman el grupode los parientes propios, la defensa del honor de éstos, y, noen último lugar, un silencio de muerte sobre los sucesos quese desarrollan en la choza del Klóketen.

Nunca faltan las referencias religiosas y se recuerda al SerSupremo. Pero, por respeto, no se lo nombra muy a menudo,sino que solamente una breve alusión ya logra el efecto deseado.Ciertamente no se incluye aquí enseñanza alguna acerca de lapersonalidad de TŸmáŒkel, y fuera de las enseñanzas específicasproporcionadas a los candidatos, nunca se le nombra.

Durante los primeros tres o cuatro días ya se presenta elcontenido total de las instrucciones a todos los iniciandos. Escierto que todo el restante tiempo de las ceremonias se

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mencionan repetidamente las mismas exhortaciones, perosólo en breves frases aisladas. Allí se acentúa tal o cual virtud,según la ocurrencia del inspector o motivos exteriores. Encambio se someten a un tratamiento especial los defectos decada candidato, es decir, se libra una guerra contra susdebilidades personales. De ella participan todos los que han sidotestigos de la conducta llevada por el Klóketen hasta entonces,y son por lo tanto conocedores de sus lados débiles. En ARTURO,por ejemplo, se criticaba una y otra vez la conducta despectivafrente a su propio padre, su reiterado e inconsulto abandono dela choza paterna y su costumbre de deambular por la de otrasfamilias, su grave negligencia en cuanto a higiene corporal ylimpieza de su vestimenta, y por fin su desagradable pereza. Elotro Klóketen, en cambio, aún parecía demasiado niño, sumidototalmente en el deseo ingenuo de jugar, sin demostrar enabsoluto el sosiego de un hombre o un pensamiento serio. Entodas las exhortaciones, los ancianos aplicaron mucha pacienciay buena intención en los comentarios y en las explicaciones. Nopuede quedar sin surtir efecto tanto esfuerzo continuado y bienintencionado de tanta gente205

5) Nuestros selk’nam no se limitan por cierto a las buenasinstrucciones y exhortaciones; por el contrario, también sepone en el orden del día un adiestramiento manual yartesanal. Se pretende formar hombres hábiles y capaces. La

205 A pesar de que la finalidad y el desarrollo de las ceremonias para hombresfueron relatadas por algunos viajeros muy fragmentariamente, resulta sorprendenteque estos relatos sean tan completos con respecto a las metas educativas que lasceremonias incluyen. Así, BARCLAY (a): 75 acentúa que los candidatos “are seriouslyexhorted by their elders”. Más extensamente escribe GALLARDO: 331: Cadaexaminando “recibe consejos respecto a su comportamiento en la nueva vida enque va a entrar. Los ancianos le dicen que debe ser generoso con los amigos ycompañeros, bondadoso con los viejos...; podrá ser cariñoso con las mujeres, peronunca les dejará conocer sus pensamientos íntimos, pues éstas podrían volver a

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instrucción en habilidades prácticas es equivalente a laformación de la razón y del carácter. A este fin sirvenprolongados ejercicios y duras pruebas.

a) La primera noche ya comienzan las caminatas, que serepiten casi todos los días. Por lo general los candidatosabandonan tarde en la noche la Choza Grande y regresanrecién en las primeras horas de la tarde siguiente, o sea quepasan la noche y la mañana al aire libre. Para estos ejerciciosse tienen en cuenta cuestiones del momento. Porque si loscandidatos se comportan con pesadez, se los hace saltar ycorrer con más ahínco aún, hasta el agotamiento. Si losanimales de caza más próximos se han alejado mucho de laChoza Grande, los examinandos deben participar de lacacería, pues los hombres mayores quieren evitarse el largocamino.

Tampoco los hombres se atienen a una hora determinadapara la partida y para el regreso. A veces las amonestacionesse prolongan hasta después de medianoche, o los muchachosregresan, después de grandes rodeos, por terreno pantanosoy con mala fortuna durante la cacería, recién con la caída dela noche o aún al día siguiente. Con todo ello se pretendecansar mucho a los candidatos, haciéndolos corrercontinuamente.

ejercer el poder que tuvieron en el pasado; deberá ser valiente y no dar granimportancia a la comida o a las comodidades”. En el mismo sentido se expresanDABBENE (a): 74 y COJAZZI: 34. En la obra de TONELLI: 99 se lee: “II periodo d’iniziazioneha specialmente lo scopo d’istruzione. Gl’insegnamenti principali sonó che... bisognaessere sprezzanti della fática, del sonno della fame, della paura; che bisognarispettare i xon, i kohkenen (capo) e i vecchi e ascoltare i loro consigli; che nonbisogna trasgrediré le tradizioni della tribu; inotre ricevono istruzioni sul modocon cui debbono comportarsi d’ora innazi con i membri della famiglia. Altreistruzioni riguardano il modo di andaré a caccia, íl modo di fare la lotta, il modode comportarsi con gli altr’Indi, con le donne e con i forestieri...”.

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En épocas anteriores, la primera caminata de los Klóketendespués de su iniciación se prolongaba sin excepciones porespacio de tres días por lo menos. Sin que importara cuálesfueran las condiciones meteorológicas, los muchachos debíanmoverse continuamente y con rapidez. Como acompañantesse elegían hombres rápidos y ágiles, que los exhortaban adesarrollar mayor celeridad. Durante las recorridas de variosdías solamente se encendía un fuego al anochecer. Loscandidatos debían sentarse inmóviles delante de ese fuegopor espacio de varias horas, antes que se les permitieraacostarse para conciliar un breve sueño sobre la tierradesnuda. Apenas rompía el alba, se les obligaba a levantarsey ninguno debía mostrarse cansado. Se carecía de todas lascomodidades, porque cada uno disponía solamente de sucapa de piel y de las armas. Todo esto no sólo se realizabapara acrecentar el dominio de sí y la intrepidez, sino tambiénpara lograr mayor resistencia y agilidad. Durante nuestracelebración, ambos muchachos fueron enviados al bosquetodas las noches, sin excepción.

Las caminatas diarias tienen al mismo tiempo la finalidadde proveer carne. Con la guía de cazadores expertos, losiniciandos se dirigen a ciertas praderas preferidas por losguanacos para pastar. Aquí aprenden a encontrar huellas,acercarse sigilosamente a los animales y aumentar la certezade sus disparos. Si durante el regreso cargan sobre susespaldas el botín, su cansancio aumenta tanto más. En otraoportunidad el pequeño grupo elige como meta un conocidolugar de reunión de los guanacos o la cima de una montaña.Todos descansan las pocas horas hasta el amanecer, y conlas primeras luces del alba comienza la cacería. Del primer

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guanaco que alguien haya cazado, reciben también losKlóketen un buen pedazo de carne con abundante grasa;pero esta comida es la única de todo el día. Los ancianoscreen que la grasa contiene mucho alimento, por lo que unapequeña cantidad debe ser suficiente para los Klóketen.También se les quiere enseñar frugalidad.

Si por muy mal tiempo u otros trabajos no se realizara lacaminata, esta falta se compensa con mayores exigencias aldía siguiente. Ese día los candidatos deben ascender a cimasmás altas, trepar por laderas más escarpadas o cruzarrápidamente terreno más difícil. ¡Los fueguinos soninflexiblemente constantes en sus medidas educativastradicionales! Prefieren renunciar a la presencia de loscandidatos durante las actuaciones de espíritus, antes quereducir en algo el adiestramiento diario. Muy raras veces, ysolamente hacia la finalización de las ceremonias, los Klóketenpueden hacer estas caminatas diarias sin la compañía dehombres mayores. También en estos casos, aunque quedensin vigilancia, recorren en silencio largos trayectos.

Cuando el grupo regresa al campamento, no debe ser vistopor sus ocupantes. Por lo tanto, todos se esconden entre losarbustos en el linde del bosque hasta que todas las mujerestengan la cara tapada por la visita de un \œ’Õrte alcampamento, u otro espíritu actuante atraiga la atención deellas, o bien casi toda la población esté ausente. Atendiendouna seña disimulada del inspector, los muchachos saltanrápidamente de su escondite al interior de la Choza Grande.Pero antes que puedan sentarse, uno de los hombres realizacon ellos la ceremonia descrita más arriba; esto se hace conregularidad en las primeras semanas, y después sólo

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ocasionalmente. Pronto comienzan las actuaciones de losespíritus, en cuya preparación los candidatos ayudan. Deeste modo no les queda mucho tiempo para descansar.

El pequeño grupo compuesto por HALEMINK, su hijo NANÁ ylos dos Klóketen trajo consigo de la primera caminatanocturna un guanaco joven. En el bosque no habían comidonada de él, aunque todos tenían el estómago vacío. Amboshombres se sentaron inmediatamente junto al fuego y seprepararon un abundante asado. Los dos iniciandosobservaban soñolientos la euforia con que sus respectivospadres comían la carne fresca, pero ellos no recibieron nada.Mientras satisfacía su apetito, HALEMINK dirigió a losmuchachos la siguiente observación: “¡Ahora comienza otravida para vosotros! Cada uno de vosotros debe adquirirresistencia para correr y aprender, al mismo tiempo, a subsistircon poco alimento. ¡Habéis dejado de ser niños!” El hambrey el agotamiento pronto cerraron los ojos a ambos iniciandos.

Por supuesto que los dos candidatos participan de lascacerías comunes, como por ejemplo la que se organizadespués del “asesinato de los hombres por _álpen” y en otrasoportunidades. De esta manera se familiarizan con lasobligaciones del cazador nómada.

b) A estos mismos fines educativos apunta también la obligaciónde realizar diversos trabajos, que corresponden a los candidatos.Ellos traen la leña y mantienen el fuego de la Choza Grandecuando los demás participantes duermen. Pero hacen todo esosolamente cumpliendo una seña expresa de un hombre mayor.De vez en cuando, debe limpiarse el suelo. Después de cadacomida de los hombres se juntan los restos de comida y se queman;las manchas de pintura en las paredes se quitan raspándolas.

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Los Klóketen están a disposición de los hombres pararealizar determinados servicios, sobre todo la preparaciónde las actuaciones de los espíritus. Se les entregan las máscaraspara su custodia especial. Ellos cuidan de que no seanderribadas ni por el viento ni por movimientos inadvertidos,sino que se mantengan erguidas detrás de los hombres yapoyadas contra la pared interior. Pasan a retirar los animalescazados del lugar que se les señala, y (en la choza delKlóketen) protegen la carne contra los perros. Todo lo quehay de desagradable y de dificultoso se carga sobre lasespaldas de los Klóketen.

c) Con todo esto se combinan además algunas medidascoercitivas externas bastante duras. En este rubro cabríamencionar la incómoda posición que adoptan al estar sentados.Cuando el candidato se ha puesto de pie, debe permanecerquieto en posición de ‘firmes’, los brazos y las manos fuertementeapretados contra el cuerpo, y los ojos inmóviles hacia adelante.Al tomar agua se mantiene inmóvil y recibe de su guía unabolsa de cuero, que toma simultáneamente con ambas manos.La lleva a la boca y bebe sin aflojar para nada la tensión de losmúsculos. Debe dejar en la bolsa un poco de agua para convidarinmediatamente con ella al otro candidato, para que éste tambiénbeba. El segundo se levanta y vacía la bolsa. Se trata aquí de unejercicio destinado a practicar la ayuda recíproca. No se regateael agua, que se entrega varias veces al día a los candidatos. Elguía de cada uno se ocupa de suministrársela, los muchachosno la piden por sí mismos. La cantidad de carne, en cambio, seles asigna más mezquinamente. Más de dos comidas diarias nohay para ellos. A menudo sólo reciben una única comida, pocoantes de emprender la caminata nocturna. Cuando allá fuera

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en el bosque consiguen cazar algún animal, reciben encompensación un buen pedazo de carne. De lo contrario,esperan hasta el regreso a la tarde. Los hombres les dan los trozosde menor valor, pero de ninguna manera les está prohibidocomer determinadas partes o cortes206.

Es comprensible que esta restricción en la alimentación seasuficiente para agotar a cualquier muchacho. No es fácil observaren silencio y con el estómago vacío cómo otros se alimentanabundantemente y guardan el excedente para el día siguiente.

Ya he dicho que los candidatos están obligados a un silenciopermanente. Si alguien les dirige frases breves, responden amedia voz y con brevedad. Aunque estén a solas y sinvigilancia, no se atreven a susurrarse uno al otro palabraalguna. Ya hemos dicho que se les permite dormir muy poco.

Todas estas medidas, si bien totalmente exentas de torturaso crueldades, tienden a debilitar fuertemente el cuerpo delcandidato, y lo hacen de una manera suave pero constante.Con esto se trata de hacer también más dóciles y complacientesal corazón y la voluntad y, más accesibles al espíritu y larazón. Estrechamente relacionados con estas pruebas dedominio sobre sí mismos están algunos ejercicios deobediencia. ¡Cuánta abnegación necesitan estos muchachosvivaces, sustraídos por largos meses de la influencia de suspadres y puestos en manos extrañas, que intentan frenarlosy limitarlos en todas direcciones! El dominio del inspectorsobre ellos es ilimitado; el orden del día les depara un montónde molestias, y cualquier hombre exige obediencia. Durantelos primeros días se critica constantemente a los muchachos.

206 Con esto queda refutada la afirmación contraria de BARCLAY (a): 76, Co-JAZZI:35, TONELLI: 99 y otros.

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Cualquier pequeño desliz es severamente castigado y eliniciando debe aguantar todo eso sin protestar siquiera.

d) Por último se adiestra al Klóketen en todos los trabajos yobligaciones prácticas que esperan a un selk’nam adulto207.Entre ellas puede citarse la habilidad en el uso de las armas,en el rastreo de animales cazables, en destripar y adobar lapresa. Bajo la supervisión de algunos adultos se les da casi adiario oportunidades de ejercitarse en ello. Por otra parte, seprograman ejercicios especiales de tiro. Por esta razón loscandidatos llevan en cada caminata su arco y sus flechas.

La habilidad para la lucha se considera no menosimportante, porque, dado el caso, el honor de la familia puedeganar mucho con ello. Por eso los hombres jóvenes llamanuna y otra vez a tal o cual candidato para realizar estosejercicios, sea en la Choza Grande o lejos del campamentoen el bosque. Lo mismo ocurre con las carreras. Si se agrega aello los muchos mandados y servicios que se les encarga adiario, resulta comprensible que la educación práctica seamuítifacética, y que cada muchacho cumplirá en su momentocon las exigencias que se plantean a un hombre adulto. Deeste modo educan los indígenas a los muchachos de lageneración siguiente.

La participación de las mujeres

Del mito de origen mismo, surge para toda la parte femeninade la población una grave limitación, una rigurosa vigilanciay un medroso alejamiento de la Choza Grande. Sin faltar a

207 Otros viajeros han acentuado fuertemente esta circunstancia. BARCLAY (a): 75ya escribía: “They must be keen hunters...” En la obra de TONELLI: 99 se lee: “Altreistruzioni riguardano il modo di andaré a caccia, il modo di fare la lotta...” y cosaspor el estilo.

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estas restricciones, las mujeres participan sin embargorealmente en forma activa de las representaciones. Ellas sonconscientes de su posición indiferente, y solamente se muevencon temor, pues tienen sobrados motivos para temer lasimpredecibles violencias de los hombres.

1) Aunque, en la generalidad de los casos, solamente oficiande espectadoras inmóviles durante las actuaciones de losespíritus, están obligadas a participar activamente en algunasescenas. El permiso de acercarse a la Choza Grande durantealgunas actuaciones ya tiene un efecto favorable sobre suestado de ánimo. La oportunidad para ello se repite en nopocas ocasiones, como, por ejemplo, durante las actuacionesde |canôéŒwan, KŸtérnen, T0nu y ^Ha6nâo. También ponenen juego sus fuerzas, como, por ejemplo, durante las escenasde K4ta%x, ^œ=tan o ^ápa=kan y [!whtÿâen. Por supuestoque cada mujer se comporta individualmente de distintamanera según temperamento y edad. En la escena de K(lpú=es la gente joven de ambos sexos la que se aproximarecíprocamente. Las mujeres se preparan con gransatisfacción cuando se anuncia KŸw0nix; pues entoncespuede desarrollarse la inventiva personal, y cada una poneen juego todo su saber, por lo que esta escena les proporcionamucho deleite. Por otra parte, se producen determinadosservicios según la voluntad de los espíritus, y ante todo es\œ’Õrte el que causa a diario mucho trabajo a todo elcampamento. De este modo las situaciones se suceden conincesante cambio.

2) Diferentes cantos son parte de las obligaciones específicasde las mujeres. Las causas y las finalidades de estos cantosson múltiples. Según la interpretación mitológica todos tienensu origen en los cantos entonados por la hermana de Kám=œt.

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Por regla general es la madre del Klóketen mayor la queinicia el canto. Se para frente a su vivienda y vuelve el rostrohacia la Choza Grande. Las demás mujeres siguen su ejemplo.Nadie se fija en mantener un registro uniforme. Las mujeresselk’nam tienen una voz muy profunda y fuerte, de timbre llenoy sonoro. A veces se puede llegar a pensar que se trata de uncanto de hombres. Es correcto hablar de cuatro cantos diferentes,cada uno de los cuales tiene su particularidad.

a) Se da el nombre especial de ôa6îel¢ al canto nocturno, quea veces se designa también con las palabras que constituyen sutexto, es decir ôa6îera6ya o ôa6îel¢ ôa6 ya208. Durante el canto,estas palabras se desfiguran hasta asemejarse a ôo6îór ôo6 yo.

El canto nocturno, ôa6îel¢, es como sigue:

Poco después de la medianoche comienza esta melodía, y lamisma se repite constantemente, sin la más mínima modulación,durante unos treinta minutos. Lúgubre, desagradablementetemeroso, así se escucha; pues una mujer canta más rápido queotra, o pone más o menos énfasis en sus palabras, o elige unregistro más agudo o más grave. Sólo lentamente se extinguenlos sonidos en la noche quieta y oscura. En cada oportunidadme despertaron del sueño como amenazándome.

Con su canto comunitario, las mujeres quieren lograr que losKlóketen no se desplomen vencidos por el cansancio. LosKlóketen deben permanecer despiertos, y se pretende consolarlosde alguna manera con estas serenatas nocturnas. Además va

208 Los indígenas actuales no sabían si tales palabras estaban dotadas de un significadoespecial. Este significado probablemente se ha perdido en el curso del tiempo.

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en ello también el deseo de que la oscuridad de la nochedesaparezca pronto y rompa el alba; pues a la luz del día losKlóketen se sienten mejor, lo que las mujeres desean de corazón.La mayor perseverancia en el canto la manifiesta naturalmentela madre del Klóketen mayor, que concluye su canto sólo cuandolas demás mujeres se han retirado a sus chozas.

Se dice que este canto es propio de Támtan, la hija de Kr+n,que lo repite hasta hoy, y aunque ahora es un ave, sigueutilizando todavía las mismas palabras.

b) Cuando las primeras luces del alba tiñen el cielo en el este,la madre del Klóketen mayor sale nuevamente de su choza.Por lo general permanece despierta la mayor parte de la noche,pues pensar en el duro destino de su hijo le quita también elsueño. Ella misma se comporta ahora como un niño que reciénha sido despertado del sueño y trata de quitarse de encima lamodorra. Con voz medio fatigada dice reiteradamente:“má=enken ôaŒ= ya = ¡sueño inconmensurable tengo yo!”...“Lo mismo debe sucederle a los Klóketen en la Choza Grande”,piensa para sí.

El canto del alba se llama ôarax{Œ, pues esta palabraconstituye el texto. Se desea expresar satisfacción por el regresode la luz. De este modo, este canto parece una expresión dejúbilo por la incipiente liberación de los horrores de la nochey de la angustia por los candidatos en especial. Con excitadaalegría, las mujeres se gritan una a la otra: “¡Ahora ha llegadola mañana! ... ¡Ya aclara nuevamente!” El vivazcomportamiento de la tŸká6klÿkŸten denota su inmensafelicidad de madre. En realidad todos respiran aliviadoscuando la oscura noche comienza a desaparecer; cada unodesea la rápida salida del sol brillante, y espera buen tiempoluego de una noche pasada en vela.

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El canto del alba, ôarax{Œ, tiene un ritmo más vivaz:

A las primeras sílabas cantadas por la tŸká6klÿkŸten, llenasde júbilo, pronto se adhieren las demás mujeres, que debenlevantarse de nuevo del lecho y tomar ubicación delante dela propia choza. Además de la obligación común, las impulsala simpatía por la angustia de esa madre, pues creen que consu canto pueden acelerar la desaparición de la oscuridad y elregreso del sol. Ellas también desean el advenimiento delnuevo día y, al mismo tiempo, piensan en el deseo intensoque los Klóketen deben sentir por la luz. ¡Cuan aliviadosestarán éstos al romper el nuevo día! También esta vez lasmujeres se esfuerzan más de media hora con sus voces pocoagradables, y antes de que terminen su canto, amanece.

c) El canto del mediodía, que comienza aproximadamentecuando el sol está en el cénit, se llama km1yu. No es uniformeni en su texto ni en su melodía, pues cada mujer canta lacanción de su propia patria. Cada región tiene un canto propioe independiente, por lo que dos hermanas siempre tienen elmismo canto. Esto surge de los siguientes ejemplos ilustrativos.

Con este canto se desea rendir homenaje a _álpen y a \œ’Õrte,apaciguarlos, y mantener en ellos un estado de ánimo favorable,para que sean indulgentes con los candidatos, no causendemasiados sinsabores a los hombres y no molesten a las mujeresmismas. Mientras los dos primeros cantos mencionadossolamente son necesarios durante los primeros ocho días ydespués quedan suprimidos, el canto de km1yu debe repetirsediariamente durante todo el transcurso de las ceremonias.

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Si las mujeres se muestran negligentes en esto, \œ’Õrtemismo las estimula rápidamente a mayor celo, para quepongan mayor empeño. Aparece enfurecido, desgarraviolentamente las chozas, permanece largo tiempo en elcampamento, propina una golpiza a las mujeres y arrastrasus cosas hasta muy lejos en el bosque. Ellas saben muy bienlo que su conducta salvaje quiere significar: ¡\œ’Õrte y _álpenechan de menos el canto regular! Los hombres consideraneste castigo como completamente justificado; pues mientrasellos mismos trabajan duro con las actuaciones de los espíritus,las mujeres no deben estar sentadas inactivas en sus chozas209.

209 Yo mismo he observado cuán ofendidos se muestran los hombres por lanegligencia de las mujeres durante el canto, y con cuánta saña se vengan por ello.

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Para facilitarles el buen entendimiento de lo que les espera,los hombres también hacen ciertas alusiones durante la charla:“_álpen está enojada porque las mujeres no cantan... _álpennos ha amenazado nuevamente, pues en vano espera el cantode las mujeres ... Recientemente fuimos castigados porquelas mujeres no cantaron”, y otras quejas por el estilo. A vecesalgunos hombres vuelven al campamento con mucha sangreen el rostro210, y su aspecto lamentable despierta la compasiónde las mujeres; por eso el canto es más vivaz al día siguiente.Si solamente se tratara de determinadas mujeres que rehuyenel compromiso de cantar, son ellas recargadas de atencionespor el \œ’Õrte, hasta que recuerdan efectivamente susobligaciones.

d) Para ciertas ocasiones se reserva otro canto, que se ejecutaal atardecer o en las primeras horas de la noche. Estádedicado a _álpen y solamente se entona cuando ella hacesentir su furia a la gente, o sea cuando de la Choza Grandese eleva la columna de chispas, los leños encendidos vuelanpor el aire, o los hombres parten como flechas en todasdirecciones mientras empuñan leños en brasas con los quetratan de defenderse. Esta canción se llama ôa=kŸlŸîaŒîa.Las mujeres confían plenamente en su éxito.

Canto vespertino, ôa=kŸlŸîaŒîa.(sin imagen en original)Pero si las explosiones de ira de la _álpen adquieren formas

más amenazadoras aún, entonces se intenta suerte con otracanción, átersaxapa, que es considerada como un sedante todavíamás eficaz. Por lo general, una mujer cualquiera comienza con la

210 Para pintarse en el rostro estos rastros de sangre, que deben demostrar “el maltrato que los hombres sufren a manos de So’orte”, echan mano también de lasangre de guanacos o aves, para no tener que lastimar previamente a uno de ellos.

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canción, y las demás se adhieren a ella. También aquí se carecede toda coincidencia en la entonación de las cantantes.

Canto vespertino, 4tŸr=2â+p1.(sin imagen en original)Extrañamente, es la ceremonia del Klóketen la única

oportunidad en que se escucha cantar a las mujeres. Duranteel resto del año nunca se les escucha entonar cancioncitaalguna, y mucho menos un canto coral.

Participación de la madre del Klóketen mayor

La madre del mayor de los Klóketen ocupa un lugar muyespecial y lleva el nombre de tŸká6klÿkŸten. Es muy fácilestablecer quién es, pues es la esposa del inspector en ejercicio.

l) Su conducta es en general muy extraña y diferente de lade las demás mujeres. Con esta conducta da cumplimiento auna costumbre antiquísima. Es cierto que debe tomar a sucargo múltiples molestias, pero lo hace con gusto, porconsideración hacia su hijo.

a) Como signo distintivo puede llevar un k<îel llamadoklœkŸten k5n kŸ k<îel = adorno para la frente de la madre delKlóketen. Pero más a menudo se escucha la denominaciónde 0nh; pues mientras el k<îel de los hombres se extrae de lafrente del guanaco, el de la madre del Klóketen proviene dela piel muy lanuda y blanda de la región ventral. Tanto elcorte y la forma, como el modo de llevarlo, se asemejan enambos casos, sólo que este adorno femenino es algo másancho y alto.

Llevar el 0nh es privilegio exclusivo de la tŸká6klÿkŸtenpropiamente dicha, pero no de las madres de los restantescandidatos.

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Durante el largo desarrollo de las ceremonias, ella debedestacarse por una gran laboriosidad, trabajar mucho, ayudara las demás mujeres prestándoles diversos servicios, sacrificarsu tiempo y sus esfuerzos en beneficio de las chozas vecinas,visitar ininterrumpidamente a las demás ocupantes delcampamento y prestar múltiples ayudas sin esperar para elloningún pedido especial. Esta mujer pasa la mayor parte deldía con otras familias y trabaja para ellas. Todo lo hace enpermanente recuerdo de su hijo.

Ella también inicia los cantos hacia medianoche y hacia elalba. Al mediodía las demás mujeres generalmente cumplencon su obligación por iniciativa propia. Pero cuando alatardecer los espíritus del Klóketen aparentan adoptar unapostura amenazadora, es ella nuevamente la que intentalograr en los espíritus un cambio favorable, al entonar suscantos. Por otra parte, se esfuerza extraordinariamente du-rante el canto, y su voz, más fuerte, flota por encima de lasrestantes.

Su laboriosidad incansable tiene por finalidad facilitar eldestino incierto de su hijo y el de los demás Klóketen,apaciguando a _álpen y a los \œ’Õrte. Continuamente tienepresente las penurias de su hijo, aunque no sabe en detalletodo lo que éste debe sufrir. Es precisamente esta inseguridadlo que más preocupación y alarma le causa. Al mismo tiempo,otra voz interior le dice que su hijo debe convertirse ahora enhombre, y que este camino solamente puede recorrerse através de la Choza Grande, donde nadie puede salvarse deduras pruebas. De este modo el amor materno y el sentidodel deber luchan por la supremacía en el corazón de esa mujer.

b) Entre las muchas ocupaciones de la madre del Klóketen

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se intercalan muchas escenas en las que ella misma se conduceigual que un niño de corta edad. La anciana AKUKYON que,como esposa de HALEMINK, era la tŸká6klÿkŸten en el inviernode 1923, interpretó su rol magistralmente. No pude obteneruna explicación satisfactoria acerca del sentido y significadode estas actuaciones. Algunos hombres decían: _álpen y\œ’œrte deben considerar la edad juvenil y el escaso desarrollode los candidatos, con el fin de tratarlos con másconsideración. Para ello se le presenta el juego simplicista dela madre, que actúa en representación de su hijo.

La tŸká6klÿkŸten se comporta exactamente como si aún fueraun niño, privado todavía de raciocinio propio. Temprano ala mañana sale cuidadosamente de la vivienda, atemorizaday tropezando, como si realizara los primeros intentos decaminar. Va rodeando la propia choza, sujetándose conambas manos y apoyándose con todo el cuerpo en laestructura. Torpemente se cae, a la manera de los niños, miradesconcertada a lo lejos, y otra vez se levanta trabajosamente.A tientas se mueve hacia adelante, sosteniéndose en todoslos árboles y chozas, tambaleante, carente de equilibriodefinido, sin paso firme; se porta como nuestros niñospequeños cuándo se ejercitan en el arte de caminar. De tiempoen tiempo cae y avanza un pequeño trecho gateando, paralevantarse nuevamente. Pasa alrededor de otras chozas,guiándose con las manos. A veces mira también hacia el in-terior, como avergonzada, pero sin mala intención.Entretanto imita particularidades que su hijo habíaevidenciado cuando tenía esa edad. Entre otras cosas, dice:“Mi hijo es ahora un KlœkŸten. Cuando aún era pequeño,jugueteaba contento alrededor de mi vivienda. Siempre estaba

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alegre y contento. Gustaba escaparse hacia las chozas de otros,para jugar con los demás niños. ¡Qué alegre era mi niñoentonces!” Ella misma ríe al decir estas cosas, salta como conalegría infantil, y bate jubilosa las palmas. Repentinamentese pone otra vez seria. “Pero ahora mi hijo es un KlœkŸten ...Está sentado allá en la Choza Grande. Ay de mí, ¿¡cómo leirá?! Mucho tendrá que sufrir... No sé todo lo que le esperaallá ... ¡Mi hijo está en una situación muy difícil!” Sus palabrasvan acompañadas de sollozos; gime y llora. Un rato se detiene.Después sigue caminando nuevamente y su estado de ánimoy su semblante cambian rápidamente. Y así son en verdadlos niños en todas partes.

De nuevo interpreta al hijo feliz. Corre alegrementealrededor de la propia choza, y saltando contenta va hacialas chozas de los vecinos y grita: “Así correteaba en otrotiempo mi hijo, de choza en choza. Recorría contento todo elcampamento, ¡todo el mundo lo veía con alegría!”...

Igual que los chicos que ejercitan sus flacas fuerzas, tiraviolentamente de largos troncos y gruesos postes, intentaempujar una piedra grande, juega torpemente con un perropaciente, y otras cosas por el estilo. Para cambiar, cava conpreocupada aplicación pozos poco profundos en la arena odesparrama pequeños montículos de tierra dando gritos deenorme júbilo; confiadamente se arrima a tal o cual mujer,como si quisiera ser acariciada por ésta. Hacia el final de surecorrida por el campamento dice algunas frases más, entredientes: “Con todo esto se divertía antes mi hijo. Lanzabaexclamaciones de júbilo cuando aún era pequeño. ¡La gentelo veía con alegría!”... Después de una breve pausa,nuevamente se ponía a llorar. Entrecortado por sus sollozos,

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se escuchaba: “Ay de mí, mi amado niño es ahora unKlœkŸten. Lo he perdido y ahora estoy sola. No sé cómo le vaallá. Debe sufrir mucho... ¡Ojala quedara librado hoy mismode _álpen de \œ’Õrte y de todos los demás (espíritus) de allá!... ¡Ay de mí, cuánto sufro por mi pobre hijo! ... ¡Ojalaregresara pronto!”

Sentada junto al fuego de la choza, sigue reflexionandosobre el incierto destino de su hijo. Pocas horas despuésreanuda de la misma manera la interpretación. Si el tiempoes malo, permanece en su propia choza y con su conductareproduce la primera infancia de su hijo.

Predomina en ella el dolor causado por la ausencia del hijo.Por eso grita a veces llena de desesperación, desde su chozahacia las demás viviendas: “¡Ahora estoy sola! ... Iré a buscara SENSOT211. Mi hijo es un KlœkŸten y lo retienen allá en laChoza Grande. No quiero quedarme tan sola, ¡eso no losoporto! ... ¡Quiero ver niños alegres a mi alrededor!” En otraoportunidad corre a la vivienda de una familia vecina, y gritadesde la entrada: “Quiero llevarme a aquel pequeño, meayudará a superar mis preocupaciones y mis aflicciones, ¡élme hará olvidar mi dolor! ... Sufro tanto, ¡pues no sé cómo seencuentra mi niño allá en la Choza Grande!”... Comoatormentada por el recuerdo del incierto destino de su hijocorre nuevamente hacia su propia choza.

Hechos similares se repiten a menudo. La mujer siente unverdadero dolor; porque su conducta no es una meraimitación sin sentimientos. Los vecinos comprenden su

211 Se trata del hijo de TANS, de doce años; la choza de aquél se encontraba en lascercanías. Esta mujer también nombra —según su ocurrencia momentánea— aotro muchacho cualquiera.

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situación y sienten con ella la pena de una madre atormentadapor la ausencia de su niño y la incertidumbre sobre su estadode salud. Sin falso pudor, la tŸká6klÿkŸten puede darlibremente rienda suelta a la expresión de su corazónangustiado, pues siempre encontrará comprensión. Durantelos primeros tres días se muestra más activa, en los díassiguientes se atenúa más y más el ímpetu de su hablar y desu actuar, hasta que éstos terminan del todo después de unascuatro semanas. Es que ha aprendido a conformarse con loinevitable.

Las madres de los demás Klóketen son las que más apoyana la tŸká6klÿkŸten en su dolor, pues se encuentran en la mismasituación. Estas mujeres se sientan a menudo juntas,intercambian sus impresiones y buscan aliviar mutuamentesu dolor. Todas las madres de los Klóketen suelen tambiénjugar entre ellas a la manera de los niños, cantar, bailar, correry brincar por el campamento como si fueran niños de cortaedad.

2) En no pocas ocasiones recibe la tŸká6klÿkŸten gravesinsultos de las demás mujeres. Esto sucede cuando _álpen semuestra muy irritada y atormenta mucho a los hombres. Sele echa en cara que ella misma se comporta inadecuadamente,que no cumple con su deber, que es perezosa para el canto ycausa el enojo de _álpen por esto y otros vicios similares;porque sigue siendo su obligación mostrarse laboriosa y activa,o jugar interminablemente a la manera de los niños. Si sellega a saber en el campamento del disgusto de _álpen, lasmujeres le gritan en son de reproche a la tŸká6klÿkŸten: “¿Porqué no trabajas? ... ¿Por qué das otra vez motivos a _álpenpara enfurecerse y por ende atormentar a nuestros maridos?

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... Eres una mujer perezosa y lenta: tú tienes la culpa de que_álpen descargue su enojo en nuestros maridos. ¡Cómo debensufrir ahora también los Klóketen! ... ¿Cuándo cambiarás tucomportamiento? ¡Mejora pronto tu conducta, para que esamujer de allá nos deje a todos de nuevo en paz!” Las mujeresinfluyen sobre la tŸká6klÿkŸten con tales quejas pronunciadasen alta voz, con el fin de exhortarla a cumplir susobligaciones.

Una noche, los hombres reunidos en la Choza Grande aullaronterriblemente, sus lastimeros gritos de w5 indicaban el máximode furia de _álpen. Tremendamente asustada, la tŸká6klÿkŸtensalió rápidamente al borde de la pradera y gritó con voz fuertehacia la Choza Secreta: “Sé amable con los hombres y trátaloscon indulgencia, ¡no los hagas sufrir tanto! ... Te excitas condemasiada rapidez y después atormentas a nuestros hombres.¡Déjalos ya en paz! ... Todo esto nos inquieta mucho, aquí enel campamento. No nos molestes también a nosotras, ¡nosmantenemos quietas! ... Sé algo más amistosa con nosotras,las mujeres, ninguna de nosotras te ha causado daño alguno.¡Espero de ti que trates bien a nuestros maridos y a losKlóketen! ... Por cualquier pequeñez te enfureces. ¿Por quéte irritas tan rápido? ... ¡Sé algo más tolerante con nosotras ytrata a mi hijo con suavidad!” Entretanto bajó la intensidadde los gritos en la Choza Grande, y la mujer regresó a suvivienda.

3) La madre del primer Klóketen entra además en relacionesespeciales con \œ’Õrte. Éste tiene, por así decirlo, el mismoderecho de disponer libremente de ella que de los Klóketen.De manera parecida, las restantes madres de los candidatosse sienten ligadas más estrechamente a ese espíritu. La

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tŸká6klÿkŸten, en representación de todas las mujeres,también debe exteriorizar al \œ’Õrte una total complacencia.Esta subordinación adopta formas visibles cuando aquél secoloca delante de la Choza Grande después de haberrecorrido el campamento. Poco antes de llegar el espíritu aese lugar, y a una señal de los hombres, las mujeres y losniños se deshacen de sus cobertores, abandonan sus viviendasy se ubican al borde de la pradera. La tŸká6klÿkŸten se adelantaunos pasos más y — en total coincidencia con el espíritumencionado ejecuta los usuales movimientos de brazos ycabeza. Esta actuación que se repite casi a diario me causa laimpresión de ser un homenaje de todas las ocupantesfemeninas del campamento. A raíz de la comentada relaciónentre el espíritu y la madre del Klóketen ha surgido para éstauna mayor vigilancia, cuando \œ’Õrte cumple con su visitacotidiana al campamento.

4) Por último, tanto de la choza de la tŸká6klÿkŸten, comode las restantes madres del Klóketen, se retira diariamenteun trozo de carne, que está destinado al hijo retenido por_álpen. Habitualmente es el padre o el hermano mayor elque presta este servicio al Klóketen.

Esta comisión se cumple sin formalidad alguna. El hombredice a la madre: “¡Vengo a buscar carne para tu hijo!” Porsupuesto que la mujer entrega una cantidad generosa. Peroel hombre presenta inmediatamente sus objeciones: _álpenno le dejará a tu hijo un pedazo tan grande. Seguramentequitará tanto para sí misma que para tu hijo quedará unbocado minúsculo”. A eso la madre contesta: “Pues, llévatemucha carne, así la _álpen tratará más amistosamente a mihijo, ¡y tal vez le conceda un pedazo más grande!”... Allá enla Choza Grande, los hombres se regalan con esta carne.

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Al día siguiente el mensajero solamente acepta un pedazomuy pequeño. En vista de éste, la madre piensa llena decompasión en el hambre que atormentará a su hijo. A vecesincluso debe escuchar que la egoísta _álpen 212 le quita almuchacho hasta ese trozo pequeño.

Este pedacito de carne para el candidato no se le pediría aninguna otra mujer. No pude obtener más detalles acerca de lasituación de la tŸká6klÿkŸten en relación con los espíritus. Exceptocon \œ’Õrte, no mantiene relaciones especiales con ningún otro.

5. Clausura de la ceremonia

Así como la inauguración de esta celebración secreta, laorganización de las actuaciones de los espíritus y elcumplimiento de los diferentes objetivos siempre han sidodeterminados por la arbitrariedad y el estado de ánimoimperantes en el momento, aunque se observaronrigurosamente las disposiciones esenciales vigentes desdetiempos inmemoriales, así también estos mismos motivos sonlos que determinan la finalización de la ceremonia.

Causas para la finalización

Nunca se establece una duración determinada en estascelebraciones, fijada en meses o semanas, pero siempre se pretendealcanzar con cada candidato una meta educativa palpable. “¡Nosquedamos reunidos aquí hasta que veamos que el Klóketen se hatransformado en otro (hombre)!” Esto es lo que me respondieroncuando les pregunté por la duración habitual de estas reuniones.A veces también son determinados fenómenos naturales, contra

212Con respecto a la comida, los padres son ahora mucho más indulgentes consus hijos, porque éstos son en la actualidad mucho menos resistentes.

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los que nuestros indígenas son impotentes, los que se interponene impiden una prolongada reunión.

Condiciones de vida mucho más favorables habíanpermitido a las generaciones de antaño permanecer casihabitualmente más de un año en la Choza del Klóketen. Desdela irrupción de los europeos, nuestros indígenas debenconformarse con algunos meses. Mis informantesconsideraron como excepción sin precedentes hasta entoncesque la parte oficial de la celebración en el invierno de 1923ya terminara después de siete semanas. La gran cantidad denieve que cayó aquel año había obligado a los guanacossalvajes a refugiarse en la costa oriental, pero eraabsolutamente imposible trasladar la Choza Grande hastaallí, pues no se estaría a salvo de perturbaciones por parte delos europeos.

1) Entre las causas externas determinantes se cuenta antetodo la ausencia de animales de caza en la regióncomprendida en el perímetro más lejano [alcanzado por lasexpediciones de caza] alrededor de la Choza Grande, pueslos guanacos son ahuyentados por razones comprensibles, ylas marchas demasiado largas hasta sus lugares de pastoreono son compatibles a la larga con las actuaciones de losespíritus. Los hombres pierden las ganas de actuar. De lamisma manera, también se ahuyentan los leones marinos ylas aves por la repetida aparición de los cazadores.

Un caso de fallecimiento no sólo tiene como consecuenciael traslado del campamento a otro lugar, sino, a menudo,también la clausura de las ceremonias, según la personalidaddel fallecido. Si la muerte de un actor famoso, por ejemplo,era atribuida por las maniobras de un âœn como a las

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maldades de un determinado grupo, los parientes del fallecidológicamente exigían la correspondiente satisfacción, y conesta intención abandonaban la Choza Grande. Los demásparticipantes se daban cuenta de que ellos planeaban unasalto, e inmediatamente se dispersaban todos los presentes.

Según me relataron, hace aproximadamente treinta añosla gente reunida fue ahuyentada por una epidemia.Situaciones de este tipo no se conocían en épocas anteriores...

De carácter puramente local era la inesperada acumulaciónde grandes masas de nieve y una extraordinaria persistenciadel viento en una misma dirección, cosas ambas queentorpecían la actuación de los espíritus. En algunas regionespodía comenzar a faltar el agua potable, o bien durante losdeshielos de la primavera, producidos en algún otro lugar,podía quedar inundado el campamento.

2) Además de éstas, hay aún otras razones más, que seoriginan en el círculo de los hombres y determinan el fin dela ceremonia. Es inevitable que luego de un largo período deestar juntos diariamente se presente un cierto aburrimiento;esto sucedía antes tanto más cuanto menor era la cantidadde participantes. Para evitar la monotonía inminente, lamayoría de los hombres tiene la costumbre de desaparecercon su familia y según su libre elección y ganas, en plenotranscurso de las ceremonias. Se trasladan a otras regiones,permanecen cierto tiempo a solas y regresan recién despuésde unos diez a veinte días a la Choza Común.Acontecimientos de naturaleza estrictamente personalinfluyen muchas veces en esta división. Así, por ejemplo,CIKIOL abandonó nuestra Choza Grande ya al noveno día delos festejos. La razón es que estaba en malas relaciones con

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INXIOL, y entre ellos ya se había producido una discusión enlos primeros días. Durante el transcurso de nuestrasceremonias algunos participantes estaban de viaje, ysolamente durante los primeros días todo el grupo completose sentaba alrededor del fuego.

Entre los selk’nam fácilmente irritables e hipersensibles, nodejaban de producirse diferencias de opinión y estallidos deabierta enemistad; si un número mayor de hombres tomabapartido por uno u otro, los grupos antagónicos se separaban.Durante el invierno de 1922, el inspector legítimo era TENENESK.Un sentimiento de envidia, cultivado casi toda una vida, loseparaba de HALEMINK, que era de su misma edad. Esa vezambos entraron en decisivas divergencias de opinión respectodel orden del día. A esto se agregaron discusiones ofensivas.Cuando TENENESK por último echó en cara de su adversarioque éste no entendía nada del arte de un âœn, y cuandoHALEMINK culpó a su vez al otro de que no había sabido educarbien a su hijo presente como Klóketen, se dio entre ambosuna abierta ruptura. HALEMINK desapareció de esa reunióncon su hijo casado NANÁ, y no se hizo ver más. La celebracióncontinuó por otros tres meses solamente porque TENENESK teníasuficiente cantidad de partidarios.

En épocas antiguas podía ser también un hechicero el que causarala disolución de la asamblea, al anunciar el estallido de una guerrao al fomentar hasta la ruptura los celos entre los distintos grupos.

Pero ante todo se observaba el efecto del riguroso orden deldía sobre los iniciandos presentes. Cuando los ancianosadmitían que “tal y cual de los Klóketen ha aprendido bien”,veían cumplida una de las misiones fundamentales de estasceremonias. Ellos mismos habían obtenido una abundante

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satisfacción de sus necesidades sociales, y la clausura sejustificaba plenamente. Pero siempre resultaba decisiva laconsideración de la situación en que se encontraban losiniciandos. A pesar del desarrollo sumamente aburrido delas celebraciones en mayo de 1922, sobre todo después quese había alejado HALEMINK, TENENESK no pensó en absoluto enla posibilidad de levantar la reunión. Con energía tenazaguantó en total seis meses, y lo hizo bajo el imperio de laobligación de “enseñar todo lo que es necesario para unKlóketen” a su hijo KNOSKOL, único candidato en aquelentonces. Esto resultaba tanto más imperioso, por cuanto esemuchacho anteriormente había sido puesto, por el padre, enaprendizaje, por un año, en Ushuáia donde se habíadesacostumbrado a la vida tribal. “Allí mi hijo había vistomuchas cosas de los blancos, y después ya no le gustaba estarentre nosotros. Por eso tuvo que aprender durante muchotiempo todo lo que nosotros, los selk’nam, consideramos eslo nuestro. Durante todo el invierno quedó como Klóketenen la Choza Grande. ¡Le he enseñado muchas cosas y asíllegó a ser un selk’nam cabal!”.

Los indígenas toman muy en serio el período de instrucciónde los muchachos jóvenes; todo el mecanismo de la ceremoniasecreta se mantuvo en marcha durante meses para un únicocandidato, que debía volver a ser “un selk’nam cabal”. Du-rante la ceremonia siguiente el citado KNOSKOL demostró sertan capaz y activo, que los hombres mayores expresaban susatisfacción. Con mal disimulado orgullo paterno,complementaba esa opinión el viejo TENENESK: “Es que el añopasado estuvo aprendiendo mucho tiempo aquí en la ChozaGrande, ¡yo mismo lo instruí!”.

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Ante estos antecedentes, podrían expresarse reservas alhecho de que durante las siete semanas que duraron lasceremonias en el invierno de 1923 se hubiera alcanzado laimperiosa meta educativa con los dos Klóketen. Sobre todoel mayor de ellos había dado a los hombres sobrados motivosde disconformidad; ellos mismos sabían que en un lapso tancorto era imposible lograr una transformación interior y laeliminación de vicios de carácter profundamente arraigados;ARTURO necesitaba un adiestramiento especialmente largo. Enel transcurso de las ceremonias ya escuché decirrepetidamente: “¡Ése (ARTURO) ha sido muy descuidado porsu padre y deberemos trabajar duro y mucho para hacer deél un buen selk’nam! ... Tendría que ser Klóketen por espaciode tres años, y ser tratado con tanto rigor como antaño;entonces sí estaría corregido... Con él no se puede serindulgente. Todos ya nos hemos enfadado por él, tan mal secomportaba en todas partes. Pasará todavía mucho tiempoantes de que éste haya terminado (su período deinstrucción)”. “Recuerda”, le dijo INXIOL el cuarto día, “deaquí no sales antes de haber cambiado. ¡Ahora dejarás decomportarte como lo venías haciendo!” De cada una de estaspalabras surgía la inflexible decisión de los hombres, quedeseaban combatir a fondo los defectos de ARTURO.

Puesto que a raíz de la mencionada ausencia de animalesde caza en las cercanías del campamento, y también enconsideración a mi partida, se habían clausurado“oficialmente” estas ceremonias, pero, por otra parte, amboscandidatos necesitaban aún del adiestramiento, mis indígenasutilizaron una estratagema de cuyo contenido exacto meenteré recién después. Al cabo de una breve interrupción, cuando

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los hombres se habían acostumbrado a mi ausencia y se habíanorganizado para la ya imperiosa provisión de alimentos 213

continuaron en forma “extraoficial” con la ceremonia. Los dosmuchachos tuvieron que instalarse nuevamente en la ChozaGrande 214 y continuaron siendo tratados en su papel deKlóketen por los adultos. Dicho con otras palabras: se continuócon el esfuerzo educativo, aunque se dejaron de lado lasactuaciones de los espíritus. Esta nueva situación duró unas diezsemanas. Por lo tanto, los dos muchachos han estado durantecuatro meses sometidos al tratamiento concienzudo prescrito,según el rígido esquema de las generaciones pasadas. Reciéndespués de este tiempo se disolvió definitivamente elcampamento y las familias se dispersaron.

3) El acuerdo para la clausura se realiza de una maneratotalmente informal, y resulta comparable con la crecienteunidad de criterio que se forma para el comienzo de lacelebración. Al principio, cada uno de los participantes adultosreflexiona sobre el cambio de situación. Pronto se llega a unintercambio general de opiniones, se forma una mayoría cuyaopinión está a favor de la clausura, y ya es seguro que habráque contar con la pronta finalización de las ceremonias. Laopinión del inspector tiene importancia capital215. Si laspropuestas de los ancianos son concordantes con sus propiasideas, da a conocer la noticia: “Bien, ¡mañana (o pasado mañana)

213 Porque desde entonces les faltaba el cómodo suplemento de corderos que yoles suministraba durante estas largas semanas.

214 En forma totalmente inesperada, algunos pequeños rebaños de guanacosfueron a parar a las cercanías del campamento. Gracias a esta circunstanciafavorable, se renunció a trasladar la Choza Grande, como había sido planeado, ala costa oriental.

215Cuál es el alcance que aquí pueda tener el deseo personal, lo demuestra a laperfección la posición del viejo TENENESK durante la celebración efectuada en elinvierno de 1922.

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dejaremos nuevamente esta Choza Grande!” Todos los hombresse adecúan a esta decisión, pues queda aún mucho por ordenar.

Se da a conocer la clausura

Lo que el inspector ha decidido con todos los participantesmasculinos en la Choza Secreta se conoce pronto en elcampamento.

1) No obstante, los hombres mantienen cierto dominio sobresí mismos cuando comunican a las mujeres la decisión reciéntomada. En un orden completamente arbitrario, uno tras otrose traslada a su vivienda. Con fría indiferencia incluyen enla conversación cotidiana algunas ligeras alusiones, y poco apoco se expresan con mayor determinación acerca de supronta liberación de la obligación diaria de encontrarse en laChoza Grande. Por fin uno lo dice abiertamente: “¡_álpenquiere dar por finalizado este juego en fecha próxima! Cuántome alegro, pues ella nos ha causado muchos sinsabores, ytodos tuvimos que sufrir mucho. ¡Pronto seremos libres otravez! ¡Todos nos alegramos enormemente por ello!” Sabenpresentar tales exclamaciones de alegría con tantanaturalidad, que ni el observador más perspicaz estaría encondiciones de reconocer la traviesa picardía que se escondedetrás de todo lo dicho. De este modo, los hombres prosiguencon sus engaños ante las mujeres hasta el último instante.Pronto sabe todo el campamento que los espíritus deseanretirarse y por lo tanto queda finalizada la celebración.

2) Con absoluta unanimidad se recibe en el campamento laplaneada clausura, y en todos los niveles se esparce un estadode ánimo alegre. Esta información resulta especialmente

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agradable para las mujeres. Con gran alivio reciben la noticiade que ya no tendrán que sufrir las restricciones impuestashasta entonces, y que sus maridos están ahora a salvo de lasmolestias ocasionadas por tantos espíritus. La noticia es paraellas una verdadera liberación y un aire alegre de nueva vidarecorre todo el mundo femenino. Ahora puede recomenzar lavida familiar ordenada y también la actividad económica seregulariza otra vez. No son menos intensas las muestras dejúbilo de los niños, y más aún la de los muchachos mayores,pues las barreras de los impedimentos limitantes desaparecentambién para ellos. Pero esta noticia encuentra su resonanciamás favorable en el corazón de las madres de los Klóketen;ahora se termina tanto pesar y pronto les será devueltonuevamente su hijo. El mayor júbilo lo expresa la tŸká6klÿkŸten.

Apenas se ha dado a conocer en él campamento la noticiade la pronta clausura, las madres de los Klóketen preparansu propia choza con alegría y vivacidad. Se limpia el interior,se completa el lecho del hijo, se apila mucha leña para elfuego grande que se encenderá, y se mantiene en reserva unavariada cantidad de golosinas. Las madres no caben en sípor la satisfacción por tener nuevamente consigo a sus hijosque han echado de menos por un tiempo largo.

El abandono de la Choza del Klóketen

Mientras en las viviendas se actúa con alegre laboriosidad, loshombres completan algunos detalles finales, y lo hacen con elmayor disimulo. Sólo cuando se ha retirado de la Choza Grandetodo lo sospechoso, también ellos se deciden a abandonardefinitivamente su lugar de reunión.

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1) Ante todo se ponen a buen recaudo las máscaras. Dos otres hombres las recogen después de la última actuación delos espíritus y las esconden en el bosque. De escondite sirveun sitio donde crezca una densa maraña de arbustos. Debajode un tronco caído se elige un lugar seco; más apropiadoaún parece un tronco hueco que esté seco por dentro y cuyaabertura pueda cerrarse fácilmente. Sólo sirven esconditesque pongan a salvo las máscaras de las miradas de las mujeresy las protejan al mismo tiempo de la humedad, pues sepretende mantenerlas en condiciones de uso para la próximaceremonia. A comienzos de una nueva celebración siemprese buscan las más caras del año anterior, aunque el caminohacia el escondite sea muy largo. A pesar de su cuidadosoalmacenamiento, a veces se pudren; y, en alguna otraocasión, no está presente el hombre que las había escondido.En este caso se abandona todo a la descomposición.

Nadie me supo justificar esta costumbre, y solamente medecían: “Cualquier máscara es digna de respeto, no es correctoquemarla. ¡Sólo conviene esconderla de tal manera en elbosque que no se pudra, pero que permanezca oculta a losojos de las mujeres!” Parece continuar influyendo en estaactitud el respetuoso recato hacia las máscaras.

2) No menos sorprendente es que la Choza del Klóketenquede en pie tal cual está. Con escrupuloso cuidado se alejade ella cuanta cosa pueda despertar la sospecha de lasmujeres; nada queda allí que pueda revelar el secreto de laverdadera actividad de los hombres en ella. Entre todos quitandel medio pedazos de cuero, abrigos de piel, utensilios paralos trabajos personales, y todo esto se hace con el mayordisimulo. Entonces la Choza Grande queda con las pare des

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desnudas y completamente vacía, y así permanece enadelante. Si las circunstancias lo aconsejaran, al cabo de unoo tres (sic) años vuelve a ser ocupada. Solamente es necesariorealizar pequeñas reparaciones. Por último se arruina.

La Choza abandonada nunca es usada para otros fines.Los hombres mismos evitan entrar en ella, y las mujeresprefieren dar un gran rodeo alrededor de la construcción,antes que acercarse demasiado. El temor a los espíritus,sobreviviente en sus recuerdos, tiene un fuerte efectodisuasivo. Ni los muchachos atrevidos meterían en ella susnarices curiosas.

3) Cuando todo lo pendiente ha sido arreglado, los hombresse reúnen nuevamente en su Choza Secreta para ladespedida definitiva. Por lo general prevalece un estado deánimo alegre y vivaz, pues todos se han divertidoabundantemente. En no pocas ocasiones corren entusiastaspalabras de boca en boca: “Esta vez (todo) fue muy lindo,¡tenemos que reunimos pronto otra vez! ... Una fiesta tandivertida no se ha visto nunca; ¡lástima que ya nosseparemos!” Entretanto se dispersa el carbón de leña y seapaga el fuego. Los hombres están de pie, formando pequeñosgrupos. Ordenan un poco su ropa y el inspector sonríeamablemente a todos. Al cabo de un rato, salen todos juntosde la Choza Grande. Delante de ella, y ya en la praderaabierta, forman una línea recta extensa, y así se acercan alcampamento con paso lento. Todos muestran un semblantealegre.

Cerca del inspector, incluidos discretamente entre los demáshombres, también llegan los iniciandos. Su exterior reflejauna cierta conciencia de sí mismo, pero su paso es, no

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una cierta conciencia de sí mismo, pero su paso es, noobstante, algo inseguro. Quien no los reconozca por su rostro,difícilmente los localizará, pues, como cualquier otro hombre,carecen de pintura u otro distintivo.

En el borde de la pradera, cerca de las viviendas, se hanubicado entretanto las mujeres y niños. Se ven conmovidaspor la alegría y expectativa y observan con impaciencia laaproximación del grupo de los hombres. La satisfacción delas madres de los Klóketen es completa. Cada una abrazanuevamente al hijo largamente extrañado, y plena de felicidadmaternal lo conduce a la vivienda. Lo hace sentar junto alfuego, le ordena el cabello y le pinta una raya roja transversalcon puntos blancos, en el rostro. Poco a poco también lleganlos demás parientes del sexo femenino. La madre saca a relucirlas golosinas escondidas y las ofrece a su hijo. Delgado, pálidoy muy cansado, éste saborea con visible satisfacción lo que elcuidado materno le brinda.

A pesar de la alegre excitación que rodea al hijoreencontrado, él mismo se mantiene parco y circunspecto.La madre y los parientes ponen en juego todo su cariño parahacerle gratas las primeras horas después del regreso. Perouna mujer nunca preguntaría detalles de la vida y laactividad en la Choza Secreta. Por lo general, el muchachose acuesta, después de la abundante comida, en el lecho reciénpreparado y disfruta de un sueño largamente retaceado.

Alrededor del fuego de otras chozas, pues se quiere dejar ala madre y el hijo un tiempo a solas, los hombres mayores sehan reunido en grupos pequeños y conversan sobre planespara el futuro inmediato. Algunos, más apresurados, yacomienzan a empacar sus cosas.

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La conducta posterior de la gente

Hacia el mediodía del 10 de julio de 1923 habíamosclausurado la ceremonia del Klóketen mediante la salida in-formal y compacta de todos los hombres de la Choza Grande.Mientras los indígenas celebraban diversas reuniones, yomismo sentía la imperiosa necesidad de ordenar un poco mispropios pensamientos. Entonces me escabullí del campamentoy penetré en el bosque oscuro, donde dejé que por mi mentepasara nuevamente todo el desarrollo de la fiesta delKlóketen. Sentía una indescriptible satisfacción por lacircunstancia de ser el primer europeo que hubiera podidoasistir en calidad de participante auténtico a esta celebraciónsecreta que nuestros selk’nam habían guardado durantemuchos siglos como su secreto más importante. Ciertamenterecordé también los muchos sacrificios y privaciones sufridosy los sinsabores que inevitablemente requería la convivenciacon esta gente. Sentía los desagradables síntomas de unaavanzada anemia crónica, pero una meta importante de misinvestigaciones había sido lograda: esta celebración secretade los hombres había quedado accesible al conocimientocientífico. También yo debía hacer un esfuerzo serio paratomar la decisión de abandonar lo más rápidamente posibleeste campamento selk’nam localizado en el interior de la IslaGrande, con el fin de prevenir daños mayores a mi salud.Mis reflexiones se extendieron hasta el anochecer. La plateadaluna ya estaba en el cielo con su brillo más intenso cuandome dirigí a la choza de TENENESK con el fin de cenar. Por laexcitación general nadie había notado mi larga ausencia.

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Temprano a la madrugada del día siguiente partieron dosfamilias hacia el norte. Tampoco en épocas anteriores seacostumbraba celebrar especiales fiestas de despedida. Lagente por lo general ni siquiera se informaba recíprocamentede su partida; cada uno empacaba rápidamente sus cosas yemprendía disimuladamente la marcha. Sin embargo, algunosamigos entrañables eran un poco más ruidosos en sudespedida, y en ellos se mezclaba el ladrido de los perros.

Pero todo esto transcurre sin alusión alguna a la ceremoniadel Klóketen que acaba de concluir. Se tiene la impresióncomo si ésta hubiera sido borrada de la memoria de todos enforma repentina y total.

Sin embargo, los hombres no carecen totalmente dehipocresía. Pues de ahora en adelante les queda la tarea nadainsignificante de observar en los candidatos el éxito de tanlarga instrucción. Sin que estos últimos lo puedan sentir, haymuchos ojos que vigilan su conducta y sus palabras. Cuandoel candidato dado de alta continúa por la senda anterior,cuando tal o cual vicio se manifiesta nuevamente y aparecenotras vez las antiguas fallas de carácter, cuando se observala misma negligencia y pesadez en el trabajo de antaño, ouna conducta prepotente e indebida en el círculo de loshombres mayores, o las demás faltas que se le reprochabaanteriormente, entonces cunde entre los ancianos un fuertedisgusto. Pero si el candidato vigilado se encuentra a menudocon muchachas adultas y permanece largo rato con ellas, loque parece más grave aún, los hombres comienzan a tenergraves sospechas y todo puede terminar mal.

Desde luego que el Klóketen liberado recientemente no hasufrido una transformación tan profunda que sus antiguas

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fallas de carácter hayan quedado extirpadas de cuajo paratodo el futuro; los indígenas no son, por cierto, ángeles. Tardeo temprano se manifiesta inexorablemente más de un defectoo debilidad. Pero el muchacho es considerado ahora comohombre, que es responsable personalmente por su hacer onohacer, por su conducta y su actitud. Los demás miembrosde la tribu lo observan con sumo cuidado también en el fu-turo, y se forman su juicio acerca de él, pero ningún extrañose atrevería a reconvenirlo seriamente o a exhortarlo paraque cambie. En rueda de ancianos se habla abiertamente delasunto y se intercambian impresiones. Así se escucha: “Aquelmuchacho ya ha recaído en sus antiguos vicios, no haaprendido nada en la Choza Grande... ¡Con qué rapidez haolvidado lo que le hemos enseñado allí! ¿Qué será de él ahora?... Cuando era Klóketen lo hemos tratado con mucho rigor.¡Y todo eso ya lo ha olvidado otra vez! ...” Pero además deéstos, tampoco faltan los juicios favorables: “Qué agradablees que esos muchachos jóvenes sean ahora tan diferentesde lo que fueron antes. Han aprendido mucho en la ChozaGrande... Ése llegará a ser un selk’nam capaz, pues ya actúacomo un hombre mayor. Es callado y trabaja con afán.¡Todos lo aprecian!” En algunos casos aislados el propiopadre o algún pariente cercano no han dejado dereprocharle nuevamente y sin testigos a su hijo ciertosdefectos, cuando éstos chocan también a otros hombres.Tales exhortaciones paternas no quedan, por cierto,totalmente sin efecto, pues tarde o temprano cada uno siguesu propio desarrollo. De este modo se forman laspersonalidades selk’nam con su sello individual de variadamultiplicidad.

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Las sospechas relativas a la violación del secreto del Klóketentenían un desenlace muy serio. Cuando el muchacho jovenera sorprendido repetidamente en conversacionesconfidenciales con una muchacha, los ancianos aumentabansu vigilancia. Según su idea preconcebida, ese muchacho notenía otras intenciones que romper el gran silencio, despuésde haber sido engatusado por las lisonjeras intrigas de unamujer. Si las exhortaciones no surtían efecto, algunos hombrestomaban la terrible decisión de matarlo. En no pocas ocasionesel padre mismo daba los pasos necesarios. El plan se cumplíasin consideración alguna. Mis informantes me asegurarondecididamente que, en tiempos antiguos, varios muchachoshabían sido entregados a una muerte violenta.

Pero no debe olvidarse que los muchachos mismos engeneral se han ajustado con escrupuloso rigor a la obligaciónde guardar silencio. De otra manera sería inexplicable quetal secreto haya quedado vedado efectivamente a las mujereshasta hoy.

A más tardar el tercer día después de la clausura de losfestejos del Klóketen todas las familias han abandonado elcampamento y la numerosa concurrencia se ha dispersadonuevamente en todas direcciones. La enorme estructura dela Choza, hacia la que diariamente se dirigían las miradas detodos, queda abandonada; permanece expuesta a la lentaobra destructura de las ásperas fuerzas de la naturaleza.

Algunas observaciones complementarias

Aún resta aclarar algunos detalles de carácter más biengeneral, que explican ciertas particularidades de la ceremoniasecreta y que hasta ahora no encontraron una ubicación

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acertada en nuestro relato. Los incluiremos adecuadamenteaquí al final.

1) Nuestros festejos en invierno de 1923 duraron del 22 demayo hasta el 10 de julio. En este breve tiempo se desarrollóel ceremonial habitual con rica integridad. Más arriba ya heinsinuado las razones que concurrieron para la rápidaclausura de la reunión.

Durante nuestra estadía nunca se habló de la probableduración de la celebración. Tal vez se pensaba prolongarlapor todo el invierno, siguiendo la usanza de los últimos años.Yo mismo causé la finalización prematura; pues a comienzosde julio mi anemia crónica y un principio de escorbutoadquirieron repentinamente carácter amenazante. Habíaperdido tan rápidamente la fuerza y frescura necesarias parael trabajo que mi estadía en el campamento no podíaprolongarse más.

Las primeras insinuaciones acerca de mi decisión las hiceconfidencialmente a mi buen amigo TENENESK, el 3 de julio.Un malestar general se apoderó de él. En primer lugar pensóen la deliciosa carne de cordero que se acabaríainmediatamente: “Si tú te vas, debemos cazar nuevamenteguanacos para poder alimentar a nuestras familias. Somossolamente pocos hombres. Ya no es posible continuar con lasactuaciones aquí en la Choza Grande”. Éste pillo sólo estabapreocupado por su bienestar, ¡y esperaba convencerme paraque accediera a una estadía más larga señalando las bellezasdel juego! Tanto los hombres de la Choza Grande como susfamilias en el campamento ya se habían acostumbrado a esamanera más cómoda de proveer el sustento, por laabundancia de la carne de cordero. Mi plan les resultó muy

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inoportuno, pero al cabo de muchos intentos fallidos deconvencerme decidieron dar por terminada la celebración alanochecer del 8 de julio. Realmente era casi imposible parala reducida cantidad de hombres completar regularmente elprograma del día en la Choza Grande y no hacer pasarhambre a sus familias, en algunos casos muy numerosas.

A todo esto se agregó otra circunstancia crítica. En losúltimos días de junio, antes de que yo diera a conocer miintención de abandonar pronto la reunión, los hombres queregresaban de la cacería comentaban que por las abundantesnevadas los rebaños de guanacos se habían retirado a la costaoriental de la Isla Grande. De hecho, en los últimos tiemposhabía que hacer largas caminatas para localizar los animales.De inmediato se consideró la posibilidad de trasladar la ChozaGrande a otro lugar. Cuando —además de eso— mi planempeoró la situación para los hombres, en el sentido de quela subvención para el sustento terminaría repentinamente conmi partida, se mostraron en seguida dispuestos a clausurarlas ceremonias. Subordinándose entonces al apremio de lasituación, la ceremonia fue “oficialmente” clausurada, perono obstante continuada según un plan extraordinario. Estadivisión de la ceremonia secreta reservada a los hombres endos partes me parece una rara excepción, tal vez la primerade su tipo.

2) Si se tiene presente el espíritu y la meta de la ceremoniadel Klóketen, se reconoce en ella indudablemente su acentuadaseriedad, aunque incluya un notorio aporte erótico. En estesentido ocupan un primer plano los ^5yílan, que con suconducta indecente provocan incluso el desprecio de lasmujeres; Kúlan resulta ser una mujer irreflexiva y ninfómana,

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y aún la misma _álpen no le va en zaga en ese aspecto. Enotros espíritus o actuaciones, en cambio, falta este aportefuertemente sensual. Yo mismo tengo la impresión de que lassituaciones narradas aparecen a los ojos de los indígenas desentimientos naturales incomparablemente menos licenciososque al juicio de un europeo que ha oído de los desvíos másextraños en el ámbito sexual. Este último, por lo tanto, seinclina fácilmente a asignar mucha importancia a tal o cualhecho observado entre los “salvajes”. Nuestros indígenastambién reconocen la conducta errónea y la enjuician comotal, rechazándola. Con esto solamente quiero decir que susmedios expresivos, observados con ojos europeos, parecenciertamente groseros y depravados, pero de ninguna manerapresuponen la existencia de un desvío antinatural.

En la Choza Grande, los hombres se comportan ciertamentecon algo más de libertad, pues están entre ellos. Desenfrenoso excesos, empero, no hay. Así como se comportan allí no loharían ante las mujeres, por simple decoro; pero en su lugarreservado de reuniones son más “desinhibidos” y dejan de ladotodo lo melindroso o tímido. Esto se refiere a la postura adoptadapara sentarse o para acostarse, al contacto con la mano y a lamirada. En todas estas cosas casi nunca exceden el límite quetambién se fijan los europeos cuando los hombres se encuentransolos, ya sea en el cuartel o en el campo de deportes.

Algunos ancianos, sin embargo, se permitían libertadesmayores, que fueron consideradas claramente comoindecentes por los demás. Así contaba HALEMINK de un bufónya fallecido, que jugueteaba mucho y con gran placer con losórganos genitales de los candidatos parados, mientrascontaba chistes escabrosos. Según decían, el propio HALEMINK

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imitó ocasionalmente esta actitud. En otra oportunidad seescucharon en la Choza Grande algunas observacionesgroseramente picantes, que nadie hubiera osado expresar enpresencia de las mujeres.

En líneas generales, en cambio, la conducta moral de loshombres siempre fue intachable y correcta. Sus deslicesocasionales con toda seguridad no llegaban más lejos de loque ocurre en más de una “reunión alegre” o en muchosclubes de hombres en Europa.

3) Cuando describí las diferentes actuaciones de los espíritusy las representaciones, ya señalé las diferencias entre elKlóketen del norte y el del sur. No existe ninguna duda acercade la uniformidad de esta celebración en sus partes esenciales,tanto entre los haus, los selk’nam septentrionales y losmeridionales. Su ciclo de mitos es exactamente el mismo.

En lo que atañe a las apariciones de los espíritus, me inclinoa creer que las discrepancias, por otra parte escasas y decontenido poco relevante, constituyen particularidadeslocales. En todas las regiones la mujer _álpen tiene el mismopoder e idéntica disposición de carácter. En lugar de K4ta%xactúa en el norte el cabezón Ulen. T0nu y ^Ha6nâo son losmismos en todas partes, así como KÕ=ménk con Kúlan, los\œ’Õrte y ̂ 5yílan. Se considera una particularidad de los hauslos juegos de ^ápa=kan y |canôéŒwan.

Lamentablemente, hoy ya no vive ninguno de los ancianosdel grupo septentrional, cuya experiencia hubiera podidoincluir en mis trabajos. La anciana CATALINA ALAMSÄRKE eraoriunda del norte. NANÁ, en compañía de otros hombres, tratóde averiguar cuidadosamente las impresiones de su suegraacerca de la actual celebración. Ella había encontrado aquí

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“más de una cosa nueva y extraña”. Pero estas palabras deuna mujer tampoco dicen mucho, pues algunas escenas semuestran muy de tanto en tanto.

Por consiguiente, la celebración del Klóketen es consideradaentre todos los aborígenes de la Isla Grande como unainstitución social altamente significativa, basada en hechosmitológicos. He asignado un amplio espacio a los estudiossobre el tema, pues estas ceremonias no podrán ser vividasmás por ningún otro europeo como participante auténtico.Según las noticias de un estanciero de confianza, estascelebraciones ocultas no han sido puestas más en escena desdemi partida, de modo que yo participé de la última de todaslas ceremonias del Klóketen celebradas por los selk’nam.

d. Desarrollo de las ceremonias en el invierno de 1923

Para aclarar el verdadero desarrollo de las ceremonias delKlóketen, doy aquí el detalle, redactado en forma de diario,que recoge los juegos y actuaciones de los espíritus, losmovimientos y emprendimientos, los sucesos y actividadesmás importantes que se realizaban cada uno de los días.

Desde mi llegada al campamento del Lago Fagnano actuécon firme insistencia para lograr que los indígenas procedieranlo más pronto posible a la inauguración de su ceremonia delKlóketen. Que la ceremonia estaba planeada para elinminente invierno, se sabía tanto aquí en el sur como allá enel norte. Hacía tiempo que se había logrado la deseable unidadde criterio acerca de los candidatos de este año. ARTURO, elhijo de HALEMINK, y ANTONIO, hijo de NANÁ, debían cumplir superíodo de Klóketen. En principio se contó con un tercercandidato, pero esta esperanza quedó trunca porque su pa-

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450 Martín Gusindedre participó de las ceremonias que el grupo septentrionalrealizó por cuenta propia y simultáneamente con nuestrosfestejos 216.a digno de notar que los hombres no desearanahora que se les recordara su conformidad con miparticipación de la ceremonia secreta, conformidad que mehabían dado el año anterior; su entusiasmo original se habíadisipado rápidamente. Mis continuas exhortaciones sólo loshacían más indiferentes, y, a lo sumo, me hablaban demúltiples dificultades.

El 14 de mayo, por fin, logré estimular de tal manera suambición, que contrajimos un cierto compromiso que parecíaasegurar el pronto comienzo de las ceremonias secretas. Noobstante, esa pesada comunidad de indígenas seguíanpresentando objeciones, y faltó poco para que el mismoHALEMINK diera por tierra con el convenio.

Al atardecer del 19 de mayo llegaron inesperadamente anuestro campamento dos hombres conocidos como avezadosactores. Repentinamente se avivó el escaso entusiasmo de loshombres. Cuando los dos recién llegados mencionaron quelos paisanos dispersos por el norte ya se estaban reuniendopara la misma celebración, la emulación llevó a nuestro grupoa una inmediata decisión. Repentinamente se escuchó laconsigna: “Pasado mañana iremos al lugar adecuado.¡Empezamos inmediatamente!” Les recordé mi subsidio enforma de carne de cordero que habíamos convenido, y estohizo milagros entre esos hijos de la naturaleza, para quienesla cantidad de carne necesaria día a día constituye casi suúnica preocupación. En mi alma se entremezclaban

216 Celos exagerados habían evitado también esta vez que estos dos pequeñosgrupos se unieran para celebrar en conjunto las ceremonias.

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expectativa y excitación, temores y alegría por el logro deuna meta trabajosamente alcanzada, lo que hizo que el sueñopermaneciera alejado largo rato de mi miserable lecho; ¡québullicioso contraste con la silenciosa noche de invierno, quenos envolvía a todos!

20 de mayo. Ahora, por fin, los hombres estabancompletamente decididos. Según supe después, tres hombresjóvenes habían abandonado nuestro campamentodisimuladamente antes del alba, para dirigirse al lugardesignado como campamento, con el fin de derribar unabuena cantidad de árboles para preparar los postes para laChoza Secreta.

No tenía en vista para hoy la posibilidad de un trabajoprovechoso. También yo deseaba acelerar el comienzo de lasceremonias y me decidí a concretar con el señor PASCUAL

CREMA, en una pequeña estancia al norte de nuestrocampamento, los últimos detalles para el suministro decorderos. Me acompañó VASCO. Por todas partes había muchanieve. Los pantanos estaban cubiertos de una gruesa capade hielo. Cuanto más ascendíamos en nuestra marcha através del bosque, tanto más cortante se hacía el frío. Esaestancia estaba ubicada en terreno alto y despejado, por loque sentimos con sorprendente claridad la gran diferenciade temperatura. En nuestro campamento allá abajo junto allago estábamos protegidos del gélido viento sur. Aquí, encambio, la nieve crujía bajo mis sandalias indígenas, y todoestaba rígido por la helada. Nunca antes tuve tan claraconciencia de las ventajas que ofrecía el bosque de hayas enlugares protegidos.

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Era domingo de Pentecostés. El obsequioso administradornos convidó con lo mejor que tenía, sopa de porotos y carnede cordero, y como postre pan casero y café negro. ¡Anteuna mesa así, a cada europeo le da un vuelco el corazóncuando ha estado durante semanas supeditado al menúindígena! Pronto concluimos nuestro arreglo y el hombre sepreparó para suministrar unos 300 corderos.

Con esta modesta comida me despedí nuevamente de lamanera de vivir europea. El preocupado PA me dio todavíaun pan entero, con el fin de facilitar mi gradualacostumbramiento al exclusivo consumo de carne. Pero de estepan me tocó al final sólo una parte muy pequeña; mucho másrápido de lo que yo pude sospechar, mi acompañante habíahablado de él a todo el mundo. Cumpliendo con lasinexpresadas expectativas de mis indígenas, les entregué a miregreso dos corderos; precisamente por esa razón habíacargado sobre mis espaldas y las de mi acompañante estapesada carga y hecho el dificultoso camino a través del bosquey de la nieve. ¡Cómo brillaban todos los ojos indígenas, cuandodivisaron los gordos corderos que traía! Inmediatamente lospusieron en el asador, y un anciano dijo: “Es bueno acompañarel asado con un poco de pan”; los demás asintieron con lacabeza, y no tuve más remedio que entregar mis provisiones.Con gusto les daba todo, con tal de que estos lerdos testarudoshicieran realidad sus planes. Era lo único que pedía.

Las innumerables estrellas centellearon hoy con extrañobrillo desde su oscuro fondo en la quieta noche de invierno.¿Me anunciarían éxito? No obstante no me atreví aún aordenar mis cosas para la mudanza. De todos modosterminaría en pocos minutos ese trabajo, y todavía podría

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disponer de ese escaso tiempo a la mañana. Se esperaba untiempo perfecto. “¿Qué me deparará el día de mañana?” Esteinterrogante mé atormentó largo rato. Esta vez fui el últimoque cerró sus ojos en el campamento.

1 de mayo. Una hermosa mañana de invierno con una salidade sol teñida de rojo sangre nos anunciaba una jornadarealmente buena. Era lunes de Pentecostés y al mismo tiempoel feriado nacional argentino. El tiempo tan favorable ayudóa levantarse a mis indígenas.

Leve inquietud y silenciosa excitación por doquier en nuestrocampamento, aunque apenas si se pronunciaba palabraalguna. ¡Todos presentían que hoy nos mudaríamos!Efectivamente, hacia las 9 de la mañana todos estabanocupados desarmando y empacando, arreglando y atandosus cosas. Todo sucedía en forma totalmente natural. Por finse transformarían en realidad mis esperanzas. En menos deuna hora toda la gente estaba lista para marcharse.

Los hombres se habían reunido en un grupo separado y sepusieron lentamente en marcha. También se reunieron lasmujeres y los niños y siguieron pronto detrás de aquéllos. Através del bosque, en línea recta y casi hacia el nordeste,avanzaba la columna directamente hacia el nuevocampamento. HALEMINK se había anticipado para inspeccionarnuevamente el lugar adecuado para las viviendas y la ChozaSecreta. Después de tres horas de marcha, el grupo alcanzó ellugar designado para el nuevo campamento.

Poco después de las dos de la tarde, la mayoría de lasfamilias ya habían construido su vivienda, sin cuyo centroardía nuevamente el fuego, y grandes y chicos rodeabancómodamente la brasa disfrutando de su calor. ¡Sin hoguera

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no existirían fueguinos en Tierra del Fuego! Esto recién secomprende cabalmente cuando se convive con ellos. Pormitad del camino habíamos enviado a un muchacho a laestancia de PASCUAL CREMA, provisto de una invitación escritapara que lo siguiera pronto a nuestro nuevo campamento.Lo esperábamos para las tres de la tarde, aproximadamente.Ayudé en la medida de mis fuerzas a mi buen amigo TOIN enla construcción de la choza que compartiríamos. Yo queríaestar algo más tranquilo y sin ser molestado para conducirmecon seguridad durante la peligrosa época de las ceremoniasdel Klóketen. Otros dos hombres nos habían ayudado a traerlos troncos. Como nuestra vivienda quedó terminada antesque la de otros, TOIN y yo nos pusimos en marcha paraencontrarnos con PASCUAL.

Sin esfuerzo alguno nos encontramos luego en una extensapampa abierta con PASCUAL y nuestro mensajero, y juntosregresamos al nuevo campamento. Mi primera pregunta serefería a fósforos y velas de estearina, tabaco y jabón. Alencargar estas cosas había pensado en mí y en mi gente.Cuando con la noche avanzada el fuego de la choza solamenteconsiste en brasa roja, se carece del brillo claro de las llamasabiertas y no se puede escribir con lápiz; las velas son entoncesuna buena ayuda. El afecto de las indígenas se puede adquirirfácilmente con jabón perfumado; y logré la complacencia delos hombres con tabaco y fósforo. PASCUAL había traído consigotodas estas cosas bonitas.

Los perros ya descubrieron nuestra presencia desde lejos.Sus furiosos ladridos nos señalaron el rumbo. Ahoracomprendí realmente la completa protección de nuestrocampamento detrás de bosques nunca atravesados. Si los

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perros o el humo que se levantaba en columnas encrespadasno revelaran nada, un europeo poco experimentadodifícilmente lograría hallar ese lugar. Las chozas mismas,cerca del límite del bosque, se encontraban debajo del follajeprotector de hayas de anchas ramas. Estaban construidasmuy cerca una de la otra, y se abarcaban de un solo vistazosin inconvenientes. Hacia atrás, entrando en el bosque, unose topaba después de unos cincuenta pasos con un extensolugar cubierto de troncos secos, la mejor leña y en cantidadabundante. Todas las chozas tenían su abertura hacia elnorte, para dejarlas a cubierto del viento del sudeste. Desdeel interior de cada vivienda, como a través de un claro entredos arbolitos, el ojo tenía vista libre hacia la Choza Secreta.Desde todo punto de vista ese lugar resultó serextraordinariamente adecuado. El pozo de agua estaba en unadepresión de la pradera abierta, fácil de alcanzar desde elcampamento, y desde la choza del Klóketen podía serobservado fácilmente. TANS y sus muchachos lo terminabanjustamente cuando llegamos y fuimos recibidos por los furiososladridos de los perros. El pozo tenía un diámetro de cuarentay cinco centímetros y una profundidad de sesenta y cinco.

Inmediatamente se reunieron los hombres. A unadisimulada señal mía, PASCUAL mismo comunicó a losindígenas que gustosamente entregaría a cada uno lo que yoles había prometido; ellos por su parte debían ahora cumplirtambién con todo lo convenido. Todos los hombres asintierony rápidamente cerramos el trato. Despedimos a PASCUAL

después de obligarlo a prometer repetidamente y coninsistencia que no revelara a nadie este lugar de reunión. Eljoven indígena de antes lo acompañó a través de los

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irregulares claros del bosque hasta la pampa abierta junto alcamino a San Pablo.

Nuevamente me encontraba a solas entre mis indígenas.Activamente continuaron con su trabajo y nuestra obraavanzaba visiblemente. Raras veces deben haber lamentadoprobablemente como hoy, que la incipiente oscuridad losobligara a poner fin a su trabajo del día. A la noche tuvealgunas charlas con los ancianos.

22 de mayo. Comienzo de la celebración: A la mañana nadiedemostró la menor prisa; esta gente me parecía totalmentetransformada. Recién hacia las nueve retomaronpesadamente su actividad de ayer. Entretanto escuché variasveces: “¡A la tarde comenzamos!” Algunos muchachosjóvenes cobraron algo de impulso durante este trabajo.

Hacia el mediodía estaba terminada la Choza Grande, ytodas las demás condiciones previas para esta fiesta estabancumplidas. Los hombres se sentaron en el círculo de susfamilias para comer y luego descansaron un poco. Dos jóvenessolteros habían partido antes del alba para ir a cazar. Muycerca del campamento habían encontrado un guanaco. Contodo disimulo llevaron este animal al ôá’7n.

Después de las dos de la tarde, los hombres se trasladaronuno por uno y con intervalos a la Choza Grande, cosa quehicieron disimuladamente. Yo mismo permanecí con ambosiniciandos, junto con las mujeres y niños (en el campamento).Hacia las tres de la tarde se escuchó el amenazanteô!ôoôoôoôoôoô! de los hombres, con el que se inauguraba lacelebración. En el campamento hubo movimientos inquietosy atemorizados, todos se reunieron en sus chozas. Al cabode veinte minutos aparecieron con paso rápido desde la

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Choza Grande los dos guías de Klóketen, y en la choza deHALEMINK se comenzó a pintar a los candidatos. Al mismotiempo se inició el canto =5 wr{kán de las mujeres, que sehabían dispuesto allí.

La anciana AKUKYON, en su calidad de tŸká6klÿkŸten, secomportaba como si estuviera terriblemente asustada. Lasdemás mujeres sollozaban. Apenas se había secado la pinturaen los cuerpos de los candidatos, cuando ya se inició elsegundo canto, kat e ô0pen yaôá... Inmediatamenteaparecieron dos \œ’œrte, los primeros de esta celebración.Estos se movieron sólo hacia la derecha y la izquierda de laChoza Grande, para desaparecer rápidamente en ella.

Entretanto, algunas mujeres más bien jóvenes se habíanpintado el torso con pintura roja. Otra vez apareció un\œ’Õrte. Aquellas muchachas corrieron rápidamente a lapradera y se ubicaron a buena distancia de la Choza Grande;prorrumpían en vivaces gritos de júbilo, que acompañabancon agitados movimientos de brazo.

Nuevamente aparecieron dos \œ’Õrte, y los dos candidatosfueron trasladados a la choza del Klóketen. Allí tuvieron queluchar con los \œ’Õrte, que luego les fueron “revelados”. Mástarde se les entregó el k<îel junto con el kÿ’ur, acompañadode nuevas enseñanzas, y los muchachos fueron colocados enuna posición corporal adecuada. Así se mantuvieron hastalas nueve de la noche, hora en que fueron llevados a laoscuridad de la noche por HALEMINK y NANÁ. Ésta fue suprimera caminata.

Los hombres se entretuvieron con amenas charlas hastacerca de la medianoche. Por fin uno tras otro se fueronretirando a sus respectivas viviendas, pero la mayoría se

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dispuso a dormir aquí mismo. Por mi parte me sentía muycansado. Pero poco antes de dormirme me embargaba unainmensa satisfacción: ¡por fin yacía aquí en la Choza Grande,en la cercanía inquietante y a la vez familiar de los “espíritus”del Klóketen, verdaderamente me hallaba en el centro de todolo que giraba en torno de la ceremonia secreta! Se me abríanlas mejores perspectivas, pero, muy para beneficio mío, nointuía aún las durísimas pruebas de paciencia que debíaafrontar. El silencio de la oscura noche pronto me cerró losojos.

Quisiera agregar todavía que después de arduos esfuerzosobtuve finalmente de los renuentes viejos permiso para llevardisimuladamente a la Choza Grande mi aparato fotográfico.Casi todas las veces se desarrollaba aquí una discusión con elrespectivo intérprete o con los ancianos, cada vez queintentaba retener en la placa un “espíritu”. Los hombressolamente recibían permiso para dejarse fotografiar en el in-terior de la choza, pues las mujeres no debían notar nada.Por esa razón generalmente resultaba insuficiente el espaciopara la distancia adecuada, mucho molestaba el humo delfuego, y a menudo se carecía de la luz suficiente si los espíritusactuaban al atardecer o —por lo general— más tarde aún.Dadas estas muchas circunstancias desfavorables, no pudeobtener fotografías mejores.

2 de mayo. Poco antes de las dos de la mañana el cansanciohabía concluido por fin con la charla de los hombres. Despuésde una media, hora se inició en el campamento el canto deôa6îel¢ de las mujeres. Este canto resultaba inquietante en laoscura y silenciosa noche, comparable al lastimoso aullar deseres que huyen de la luz. Duró unos cuarenta minutos.

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Los candidatos, recién regresados de su fatigosa marcha,permanecían en su posición usual de sentados. Alrededor delas seis de la mañana, antes que las primeras luces del albacomenzaran a dibujarse en el cielo oriental, sus dos guías loscondujeron de nuevo afuera, al bosque. Algunos hombres seagregaron porque deseaban cazar. Al mismo tiempoWánkœ=ka, el \œ’Õrte primerizo, recorría el campamento.Después de eso las mujeres tampoco lograron dormir. Cuandohacia las siete de la mañana se insinuaba la primera claridaddel día, la tŸká6klÿkŸten comenzó su canto de ôarax{Œ, queduró una media hora.

Entretanto cayó lluvia mezclada con nieve, pues al soplarviento del norte la temperatura ascendióextraordinariamente. Aunque la idea de que mis cosas, queestaban en la vivienda, pudieran echarse a perder mepreocupaba mucho, no se me permitió abandonar ahora laChoza Grande. Cuando alrededor de las nueve cesó de llover,recorrió el campamento un \œ’Õrte. Aproximadamente haciael mediodía empezó el canto general de las mujeres. Despuésde la una apareció el \œ’Õrte del sur.

Mientras éste recorría el campamento, los candidatos y susguías abandonaron rápidamente la maleza y entraron a lachoza del Klóketen; habían estado escondidos aproximadamenteuna media hora. Traían consigo dos guanacos y un ganso salvaje,¡buena presa! Habían atravesado una zona pantanosa conarbustos rastreros y estaban extenuados. A pesar de ello norecibieron un solo bocado de carne; recién para la mañanasiguiente se les prometió algo de comer. Les permitierondeshacerse de sus vestimentas mojadas. Allí estaban sentados,desanimados, pero los hombres se mantuvieron inflexibles.

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A las cuatro de la tarde también regresó de la cacería aquelotro grupo de hombres. Todos se mantuvieron unidos y, dandoun gran rodeo alrededor de la Choza Grande, llegarondirectamente al campamento. Astutamente habían dejadosus presas en el bosque, para llevarlas a la Choza Granderecién cuando hubiera caído la noche. Más tarde se sentarony comieron abundantemente, pero los candidatos tuvieronque conformarse con mirar.

Poco antes de caer la noche arribaron dos familias. Veníande la región junto al Río del Fuego y se quedaron hasta laclausura de las ceremonias.

Después de las ocho de la noche HALEMINK dirigió detalladasexhortaciones a su hijo ARTURO, el Klóketen mayor, y agregóun fragmento del mito del origen. Después de eso los doscandidatos fueron llevados nuevamente al bosque por susguías. Hoy los hombres se entregaron temprano al descanso,y a las once ya reinaba un silencio total.

24 de mayo. A las dos de la mañana me despertó el canto deôa6îel¢ entonado por las mujeres. Hacia las seis de la mañanaapareció el \œ’Õrte Wánkœ=ka, al que siguió el canto deôarax{Œ. Puesto que se avecinaba una mañana espléndida,pronto se hizo ver un Yar 5rix.

Al mediodía se escuchó el usual canto de km1yu y pocodespués actuó el imponente \œ’Õrte del oeste. El tiempofavorable despertaba el deseo de realizar actuaciones deespíritus. Hacia las cuatro de la tarde los hombres sedespojaron de sus vestimentas para realizar una doblerepresentación de K(lpú=. Primero aparecieron varias vecesen fila lateral desplazándose hacia un costado, y después deuna pausa de unos treinta minutos brincaron cuatro veces

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fuera de la Choza Grande, con saltos de rana. Los llamadosde Kúlan dieron fin a este juego.

Después que los hombres comieron bien, comenzó HALEMINK

con sus enseñanzas para los candidatos, y narró una parte delmito del origen. Los guías de los Klóketen corrieron luego alcampamento, para pedir a las madres de éstos un poco decarne. Los iniciandos recibieron hoy por primera vez un buenpedazo de carne. Desde antes de ayer habían estado sin comerbocado alguno. Inmediatamente tuvieron que salir otra vezpara cumplir sus caminatas nocturnas. Eranaproximadamente las diez de la noche. En las chozas reinabael silencio. Inesperadamente se hizo presente un ^5yílan, querecorrió rápidamente el campamento y golpeó las chozas consu garrote. Las aterrorizadas mujeres se desataron enimproperios contra el espíritu una vez que éste se hubo retirado.

Mi ausencia que se prolongaba desde antes de ayer nohabría pasado inadvertida; en repetidas ocasiones habíanpreguntado por mí algunas mujeres. Cuando los hombresrespondieron: “¡\œ’Õrte se ha llevado a MANKACEN bajo tierra,donde vive _álpen!”, todas se mostraron tristes. Algunasdijeron compasivas: “¡Oh, el pobre! Cuánto lo lamentamos...Ojala quede pronto libre ... ¡Mucho tendrá que sufrir bajolos tormentos de aquella mala mujer!” ... Cuando estanoche, por fin, me hice ver por media hora en elcampamento —quise proteger de la humedad mis cosasguardadas en la choza—, las compasivas mujeres respiraronaliviadas. Pronto regresé a la Choza Grande, donde queríapernoctar. Ya había pasado la medianoche, y el viento surtrajo densos copos de nieve.

25 de mayo. Hacia las tres de la mañana nos despertó el

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canto de ôa6îel¢, cuatro horas después nuevamente el cantode ôarax{Œ. A las nueve de la mañana, por fin, los hombresrestregaron el sueño de sus ojos y se sentaron alrededor delfuego, para charlar y comer constantemente. Recién almediodía concluyó la fuerte nevada y pronto visitó elcampamento un \œ’Õrte principal del norte.

Los dos Klóketen tardaron —extrañamente— mucho tiempoen regresar. Recién arribaron muy avanzada la noche, pues sehabían extraviado. Antes de eso, TENENESK y HALEMINK habían tenidoun tajante intercambio de palabras, del que más tarde participaronotros hombres. Poco faltó para que se dispersase toda la gentereunida, pero trabajosamente y con la ayuda de dos amigos dignosde confianza pude evitar la repentina interrupción de lasceremonias. Un gran disgusto deprimió el ánimo de los hombres;yo mismo sufría por las posibles derivaciones. Nuestros selk’namson hombres del momento, y por lo tanto caprichosos hasta ensus decisiones de alcance trascendental.

26 de mayo. Hoy se suprimió el canto de ôa6îel¢, y recién alas siete de la mañana las mujeres entonaron el ôarax{Œ.Como el disgusto de ayer aún mantenía paralizados a loshombres, recién hacia la una de la tarde se presentaronsimultáneamente dos \œ’Õrte subordinados, poco después deque las mujeres finalizaron con su canto de km1yu 217. Porsuerte HALEMINK había salido de caza antes del alba.

El viejo TENENESK, recordando el acalorado intercambio depalabras de ayer, sintió la necesidad de halagarme un poco.La sorpresa que me preparó era la danza de |=kœnô0minh.

217Puesto que este canto se repetía diariamente entre las 12 y las 2 de la tarde, enlo que sigue sólo mencionaré los días en que no se realizó. La omisión casi siemprese debía a la negligencia de las mujeres.

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Aprovechando la visita de \œ’Õrte al campamento, sequitaron del interior de la Choza Grande todos los elementossospechosos. Los candidatos, que habían regresado hacia lasdos, tuvieron que salir nuevamente hasta el anochecer.Mediante la significativa rama de haya se encomendó a lasmujeres que trajeron manojos de pasto. La danza de|=kœnô0minh se realizó con abundante luz diurna, y lasmujeres la observaron desde la entrada a la Choza Grande.

Los hombres sólo descansaron brevemente, y todosevidenciaron muchas ganas de poner en escena nuevasactuaciones. Inmediatamente se planeó una escena deK(lpú=. Durante la puesta del sol, los hombres se frotaron lacara con pintura roja y entonaron los llamados deô!ôoôoôoôoôoô!. En primer lugar salieron dos hombrescaminando de lado y recorrieron toda la pista de baile aambos lados de la Choza Grande; después se agregaroncontinuamente nuevos participantes, hasta que la fila quedóintegrada por dieciocho hombres. Estas actuaciones durarontoda una hora. Para la segunda escena se pintaron la caracon pintura negra. Formados en fila lateral, y en posiciónacurrucada, diecinueve hombres salieron cuatro veces. Estavez incluso se agregó la tercera forma de la escena de K(lpú=.

A pesar de que había oscurecido ya bastante, TENENESK llamómás tarde a las mujeres, que esperaban a corta distancia,para que se acercaran; aún debían ver una escena de ^œ=tan.Luego las mujeres volvieron corriendo al campamento.

Una vez que oscureció totalmente, los hombres cargaronde vuelta a la Choza Grande las tierras colorantes, la carne ylas demás cosas que previamente habían quitado de la vistade las mujeres. Mientras estaban sentados muy contentos

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alrededor del fuego, comiendo abundantemente, regresaronlos dos candidatos. Sus guias fueron a buscar un poco de carnea las chozas de sus madres, y se les dio una parte de lo queconsiguieron. También regresó HALEMINK y no dejó entreverningún rastro de disgusto. Proporcionó insistentes consejos asu hijo ARTURO, antes que los dos iniciandos fueran enviadosnuevamente afuera a la oscuridad de la noche.

27 de mayo. Hacia las tres de la mañana nos despertónuevamente el canto de haucéla, que hoy se escuchó por últimavez. El \œ’Õrte Wánkoskan, que actuó a las seis, también fueel último de su clase. Poco después de su visita, las mujeresentonaron su ôarax{Œ. A la salida del sol se hizo presente un\œ’Õrte Yáro, y al mediodía incluso aparecieron dos Kr+nk{nuk.

Puesto que la densa niebla se disipó después de las dos dela tarde y el aire adquirió una gran transparencia, nosdeleitaron tres M0tan magníficamente pintados, entre las tresy las cuatro de la tarde. Intercalando pausas relativamentegrandes, salieron varias veces a la pista de baile.

TENENESK se mostró hoy llamativamente locuaz. Repitiendoen parte sus exhortaciones de antes de ayer, agregó nuevasinstrucciones para los dos candidatos. Acto seguido presentósin interrupción el detallado y extenso mito de origen delKlóketen de las mujeres, y todos los presentes lo escucharoncon solemne recogimiento. Por último, los candidatosregresaron nuevamente al bosque 218, mientras los hombrescontinuaron largo rato cambiando impresiones.

28 de mayo. A causa de la espesa niebla no sucedió nadahasta el canto del mediodía de las mujeres, que fue seguidopor la visita de un \œ’Õrte del este. Más tarde se disipó la

218 Puesto que los examinandos tenían que abandonar por principio todas lasnoches la Choza Grande, sólo mencionaré en lo que sigue cuándo y por quédejaron a un lado esta costumbre.

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niebla, y, al caer la noche, se hicieron ver, para regocijo delas mujeres, dos KÕ=ménk, que se acercaron al campamentohasta media distancia.

29 de mayo. Corrientes de aire sensiblemente cálidas desdela mañana hicieron derretir mucha nieve. Alrededor de lasnueve y de las doce apareció un \œ’Õrte. Como el último deestos dos se movió demasiado violentamente, se lastimó elpie en una raíz que sobresalía. El actor entró desde atrás ysin ser visto a la Choza Grande, después de haber dado unamplio rodeo. Sólo después de un largo tiempo se permitió alas mujeres desprenderse de sus cubiertas y colocarse en sulugar habitual frente a la choza del Klóketen. Esperaron largorato al \œ’Õrte, y les pareció muy extraño que no se dejaraver.

La gente apenas se había sentado junto a sus fuegos, queallá en el linde del bosque se hicieron ver dos ^5yílan. Mástarde se les unió un tercero.

Hacía ya tres días que una densa niebla cubría nuestraregión, con interrupciones de unas pocas horas. Esto obligóa los hombres a probar suerte con una danza de Cowhtóxen.A ésta se agregaron las tres escenas de K(lpú=, durante lasque se hizo ver un ^Ha6nâo en persona.

30 de mayo. Los hombres explicaron la leve mejoría en lascondiciones del tiempo como efecto de su danza de la lluviapracticada el día anterior. Hacia las diez visitó el campamentoun \œ’Õrte, e inmediatamente después actuó un ^5yílan.Después de la una pasaron por las chozas dos \œ’Õrte. Alanochecer se hicieron ver dos KÕ=ménk, a los que se agregóuna Kúlan, los cuales permanecieron a la vista de todos unahora y media. Poco antes de la partida de los candidatos,

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TENENESK les repitió una buena parte del mito del origen delKlóketen de las mujeres.

31 de mayo. La noche pasada había caído nieve. A las nuevey a las once apareció un \œ’Õrte. Los dos M0tan,excelentemente pintados, que actuaron después de las tresde la tarde parecían seres de otro mundo sobre el fondobrillante de la nieve blanca.

Mi gente ya me parece mucho más lerda que al comienzode las ceremonias. Se apasionan mucho menos por lasactuaciones de espíritus, y a mis preguntas responden enforma cada vez más breve.

1º de junio. Con un fuerte canto del mediodía lograron lasmujeres la aparición de un \œ’Õrte especialmente espléndido.Antes de la caída del sol se hicieron ver simultáneamentetres M0tan. Más tarde se encendió un gran fuego junto a laChoza Secreta, y con las narices sangrantes realizaron loshombres la procesión ordenada por ^á6nâohéuwan. A lanoche TENENESK repitió nuevamente un fragmento breve delmito del origen.

2 de junio. Al amanecer y al mediodía visitó un \œ’Õrte elcampamento. Poco después, dos hombres prepararon un abrigogrande para ^Ha6nâo. Después de las cuatro de la tarde serepresentaron las dos primeras escenas de K(lpú=, y durante latercera apareció ^Ha6nâo mismo. Las mujeres se regocijaronmucho. Tarde a la noche apareció un grupo de A=), compuestode dos personas. Inesperadamente aparecieron después tres^5yílan al lado de las chozas, y se mostraron muy excitados.

3 de junio. Del canto de km1yu del día de hoy solamenteparticiparon dos mujeres. Esta negligencia irritó muchísimoa los hombres, y el \œ’Õrte que se hizo presente a las dos de la

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tarde actuó, por ende, con notable furia. Entrada la noche,repentinamente se hicieron ver junto al campamento dosKÕ=ménk y dos Kúlan, que permanecieron aquí una hora.

4 de junio. Después de una clara noche de estrellas siguióuna mañana hermosa. Un \œ’Õrte furioso pasó a las sietepor las chozas. Con su conducta desenfrenada queríarecordar a las mujeres su obligación de cantar. Los hombrespronto comenzaron con la pintura para la escena deKŸw0nix, que el ^Ha6nâo de antes de ayer había sugerido.Las mujeres también se prepararon y hacia la una de la tardese había concluido con la pintura. Por dos veces abandonaronlos hombres su Choza Grande, a los efectos de realizar ladanza acostumbrada, acompañados por las mujeres. Durantela tercera actuación incluyeron una especie de homenaje alas mujeres. Algunos minutos después brincaron nuevamentehacia el exterior de la Choza Grande, y con “saltos de rana”iban desordenadamente de aquí para allá. Favorecido por elbuen tiempo, el juego de KŸw0nix había proporcionado atodos los presentes abundante diversión; hacia las cuatro dela tarde se dio por terminado. Las conversaciones posterioresse extendieron hasta bien entrada la noche.

5 de junio. Las mujeres debieron haber participado en mayornúmero de las representaciones del día de ayer. El \œ’Õrteque se hizo presente a las siete de la mañana dio a conocersin duda su disgusto por tal falta de participación. Sacudiótodas las chozas con rara furia. Tampoco el \œ’Õrte delmediodía y el que apareció dos horas después se mostraronmás indulgentes. Al anochecer comenzaron los usuales gritosde terror de los hombres; pues _álpen estaba furiosa. Pocodespués aparecieron algunos hombres con rastros de sangre

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en la cara, por las heridas causadas por \œ’Õrte. La furia de_álpen aumentó, las columnas de chispas se elevaron y loshombres fueron repetidamente despedidos de la ChozaGrande, para escapar por fin gritando de pavor. Las mujerestemblaban de miedo.

6 de junio. Todo el día de hoy estuvo bajo los efectos de laenfurecida _álpen. Dos \œ’Õrte del mediodía trataron a lasmujeres con muy poca suavidad. Por estar el cielo muyencapotado, la luz era algo débil hacia las dos de la tarde.Todos los hombres se habían reunido en la Choza Grande, ypoco después se escucharon los estremecedores gritos de wá.Los hombres torturados fueron nuevamente despedidos dela Choza Grande por _álpen, y debieron soportar variadasmolestias. Como resultado de su preocupación, las mujerescorrieron hacia el borde de la pradera y comenzaron con sucanto ôalaôáîes ôá. K4ta%x no se hizo esperar mucho y seanunció con los usuales gritos de uá. Pero como los hombresno estaban preparados para representar este espíritu,enmudecieron pronto. También las mujeres interrumpieronsu canto.

Sin embargo, media hora después _álpen se anunciónuevamente. El _álpen aimerán finalizó con un _álpen kexat. Gran consternación en el campamento. En la ChozaGrande reinaba el silencio más riguroso y todos salieron a lanoche oscura. Solamente se quedó HALEMINK. Después de doshoras de marcha encendimos un gran fuego en un valleescondido, y acampamos a su alrededor. Cerca de ese lugarestaba suspendido en un árbol la mitad de un guanaco,recientemente cazado y escondido, cena suficiente para todosnosotros. Todos nos envolvimos en nuestros abrigos de piel y

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nos acostamos a dormir; la nieve fresca es un colchón suave.7 de junio. La mañana se pasó entre charlas de todo tipo.

Algunos muchachos jóvenes trajeron de la cacería abundantebotín, cuando regresaron hacia el mediodía. Después delcómodo descanso hubo luchas, carreras y competencias detiro hasta el comienzo del atardecer. Los dos Klóketen conmovilidad ininterrumpida tuvieron que mostrar susconocimientos. En ese mismo campamento pasamos tambiénla segunda noche. Nos molestó una fuerte nevada, porqueno pudimos erigir una choza propia.

8 de junio. Hacia las nueve de la mañana abandonamos estelugar y llegamos alrededor del mediodía al campamento.Llegando del norte, cruzamos la pradera abierta y nosdirigimos directamente hacia las viviendas. Grande era laalegría de todos por nuestra “resurrección” provocada por|lim. En las chozas, los hombres fueron abundantementeagasajados por las solícitas mujeres.

Junto con nosotros regresaron los dos Klóketen, perodesaparecieron directamente en la Choza Grande. Sin perdertiempo, HALEMINEC preparó al menor de ellos como KŸtérnen,y este “hijo de _álpen” fue mostrado repetidamente a lasmujeres alrededor de las tres de la tarde’. A continuación,|lim se divirtió con los hombres. A la noche, dos muchachosrecorrieron el campamento como ^a={. No bien habíafinalizado el W5sôeŒwan, aparecieron al lado de las chozasdos ^5yílan, que dieron mucho que hacer a las mujeres.

9 de junio. El primer \œ’Õrte subordinado apareció a las ochode la mañana, y un \œ’œrte principal poco después delmediodía. Hacia las dos de la tarde actuaron ademássimultáneamente dos \œ’Õrte subordinados. El canto de

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km1yu de las mujeres fue hoy muy vivaz y prolongado. Mástarde se hicieron ver sucesivamente cuatro M0tan, y veinteminutos después incluso dos KÕ=ménk.

10 de junio. Después de la densa tormenta de nieve, quehabía durado hasta las once, se presentaron inesperadamentedos \œ’Õrte principales: KŸyá6=k del norte y Yóicik del sur;¡una verdadera excepción! Las mujeres creían que el cantode ayer los había hecho salir. Inmediatamente después dos^5yílan hicieron sus bufonadas al lado de la Choza Grande.Entrada la noche, se ofreció al lado de una gran hoguera latriple escena de K(lpú=, que culminó con la aparición de T0nu.

11 de junio. Hacia el mediodía, tres \œ’Õrte subordinadosvisitaron simultáneamente el campamento. A las tres de latarde comenzaron a escucharse los medrosos gritos de w5.emitidos por los hombres, cuya urgencia crecíacontinuamente. Siguiendo el ejemplo de la tŸká6klÿkŸten,todas las mujeres se ubicaron en el linde del bosque ycomenzaron con su ôalaôáîes ôa, a fin de requerir la ayudade K4ta%x. Éste abandonó efectivamente la Choza Grande ytodas las mujeres se adelantaron para arrojar las bolas debarro contra él.

Después de las ocho de la tarde, TENENESK fue el guía de doshombres jóvenes en un _álpen tŸ wakŸnen. Él mismo retiróde su vivienda medio cordero “para _álpen”, con el fin deestimular a los presentes con su ejemplo. En realidad, estadelegación recibió poco, pues la carne escaseaba en todas lasviviendas.

12 de junio. El claro día de sol radiante alegró el ánimo detodos. El \œ’Õrte que recorrió el campamento a las diez de lamañana se mostró muy suave. Hacia las once nos divirtió un

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Ulen, que fue saludado con exclamaciones de júbilo,especialmente por los participantes del norte. Dos parejas deKúlan - KÕ=ménk nos entretuvieron a la noche.

13 de junio. Dada la persistente tormenta de nieve, no tuvolugar ninguna actuación de los espíritus. Sólo avanzada lanoche los hombres realizaron dos escenas de K(lpú=, quecerraron con un ^alaôáîes. Las breves instrucciones a losKlóketen fueron completadas por TENE-NESK con la historiadel muchacho que mató de un flechazo a su propio hermano,con la intención de vengarse de \œ’Õrte.

14 de junio. Nuevamente duró hasta el mediodía el durotemporal de nieve que rodeó nuestra Choza Grande. Reciéndespués de las dos de la tarde pudo despacharse un \œ’Õrte.Al caer la noche, los hombres preparaban dos M0tan. En elínterin, la pequeña MARÍA, enferma e irresponsable de susactos, se había alejado por la pradera abierta mucho másallá del pozo de agua, en dirección al sur. Tremendamenteexcitado, HALEMINK amenazó desde la Choza Grande a lasmujeres por tal falta de atención; les prometió para mañanala furia de los \œ’Õrte. Por este incidente los hombres quedarontan nerviosos que desistieron de la planeada actuación de losM0tan. Un ^a={ con W0kŒs recorrió el campamento muytarde, pues los hombres carecían de tierra colorante roja.

15 de junio. Como era de esperar, los \œ’Õrte llegaron hacialas diez de la mañana al campamento y se comportaron congran furor. Dejaron las huellas de su ira destructiva en todaslas chozas. A raíz de esa visita, el canto de km1yu fue másfuerte y persistente. Temprano en la tarde hubo una danzade M0tan con dos actores. Puesto que en el campamentoescaseaba la carne, salieron cuatro hombres jóvenes a cazar.

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Esta noche la conversación cesó nuevamente temprano en larueda de los hombres.

16 de junio. Aquellos cuatro cazadores se reunieron afuera,en el lugar convenido, con los Klóketen y sus guías. Recién almediodía se hicieron ver, y excepcionalmente al mismotiempo, dos \œ’Õrte principales, T’1len del norte y \{nu deloeste. Cargados de abundante botín, regresaron los cazadoreshacia las cuatro de la tarde al campamento. Se dirigierondirectamente a las viviendas, después de haber escondido enel bosque dos guanacos que los dos Klóketen trajeron mástarde para las comilonas reservadas. Para desvirtuarcualquier reproche, TENENESK y tres muchachos formaron un_álpen tŸ wakŸnen; recibieron abundante cantidad de carne.

17 de junio. A la mañana y hacia la una de la tarde aparecióun \œ’Õrte. El último de ellos fue relevado por dos ^5yilanque salieron del bosque al lado de la Choza Grande ydistrajeron a las mujeres durante más de cuarenta minutos.Después de las tres de la tarde se anunció una Kúlan, y me-dia hora después incluso la _álpen en persona. Como losgritos de temor de los hombres iban en continuo aumento,las mujeres quisieron poner coto a la situación con su cantoôalaôaîes ôá. Poco después se hizo ver K4ta%x, a quien lasmujeres arrojaron esferas de barro. Él mismo se dedicó amaltratar a los hombres hasta que intervino |lim.

Los hombres estaban reunidos alrededor del fuego, del mejorhumor. TENENESK se mostraba excepcionalmente locuaz eincluso se prestó a narrar, con frecuentes repeticiones, el mitodel origen del primer Klóketen de los hombres. Recién ahoraoíamos, finalmente, esta significativa narración, aunque lasceremonias ya duraban tres semanas completas.

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18 de junio. Después que hacia las diez de la mañana habíanvisitado el campamento tres \œ’Õrte subordinados, se hizover a las dos de la tarde un \œ’Õrte principal. Respetando losdeseos de HOTEX, a las tres cumplió con su actuación un Ulen,causando abundante alegría entre la gente del campamento.Después de éste, _álpen hizo saber que nuevamente habíaingresado a la Choza Grande. Torturó a los hombres duranteuna hora y media, aplicando diversos tormentos, hasta quese anunció una Kúlan. Poco después se ubicaron dosKÕ=ménk al lado de la Choza Secreta. Para terminar, un ^a={con W0kŒs visitó la mayoría de las viviendas y divirtióvisiblemente a los ocupantes del campamento.

19 de junio. Un fuerte temporal de nieve impidió cualquieractuación. Aburridos nos sentamos todos alrededor del fuego.Algunos hombres trabajaron en sus armas, y los ancianosrelataron breves episodios de sus años mozos.

20 de junio. Puesto que la caída de nieve y el fuerte torbellinoduraron hasta más allá del mediodía, los hombres sedecidieron a realizar una danza de [!whtÿâen. Al comenzarel atardecer, todos los hombres se habían distribuidonuevamente entre sus viviendas.

Sorprendentemente ya mejoró el tiempo esa misma noche.A hora muy avanzada, cuando en la Choza Grande reinabasilencio desde mucho antes, dos ^5yílan interrumpieron eldescanso de todas las mujeres y niños; éstos nunca están asalvo de estos pillos inoportunos.

21 de junio. Los hombres creyeron haber observado muchanegligencia en la participación de las mujeres en el canto.Por lo tanto, el \œ’Õrte matutino actuó con exagerado celo.Al mediodía aparecieron otros dos de estos espíritus. A las

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tres comenzó un terrible aullar de los hombres, mezclado conun extraño retumbar en el piso. Las mujeres sospecharon lopeor. Y efectivamente, _álpen misma se arrastró un pequeñotrecho fuera de la Choza Grande, para desaparecer nuevamente al cabo de pocos minutos. La medrosa inquietud entrelos hombres se aplacó poco a poco, y después de una mediahora se presentaron en la explanada delante de la ChozaGrande, formando una fila longitudinal, con el fin de poneren escena la tercera danza de K(lpú=; cada uno de loshombres sangraba fuertemente de la nariz. Hacia el final sehizo ver un T0nu. Una hora y media después, _álpen se hizover nuevamente, y después hubo silencio total en la ChozaGrande. Todos los hombres pernoctaron aquí con la especialintención de dejar a las mujeres en la incertidumbre denuestro destino futuro. Hoy fue el único día de las ceremoniasde este año en que _álpen se hizo ver en persona.

22 de junio. Mis indígenas, que ayer mismo habían criticadola conducta negligente de las mujeres, ya están tan perezosose indolentes, que hoy incluso quedó sin efecto la actuaciónde \œ’Õrte. Hacia las tres de la tarde se inició el _álpenaimerán con sus diferentes escenas, que finalizó, por último,para gran consternación de las mujeres del campamento, conun _álpen kŸ âat. Con el máximo de cuidado posible, todoslos hombres se escabulleron hacia el bosque y solamente quedóde guardia, en la Choza Grande, un hombre joven. Pernoctaren campo abierto en invierno no era en absoluto de mi agrado,pero no podía excluirme de ella.

23 de junio. No obstante el muy escaso e incómodo descansonocturno teníamos por delante prolongadas marchas, pueslos guanacos se habían alejado mucho hacía la costa oriental

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de la Isla Grande. Imposible regresar en el día al campamento,y nuevamente pasamos la noche en campo abierto. Hacía unfrío espantoso.

24 de junio. Muy cargados con abundante botín regresamosal mediodía a las viviendas. El deprimido estado de ánimode las mujeres se alivió al ver a sus maridos e hijos. Todosrecuperamos fuerzas con una comida abundante, parareunimos pronto en la Choza Grande. Aparecieron todavíatres M0tan. Esta noche, el sueño cerró muy temprano loscansados ojos de todos los hombres.

25 de junio. Hacia las diez de la mañana regresó el \œ’Õrtede su visita al campamento, y tres hombres jóvenescomenzaron inmediatamente con la preparación de unKŸtérnen, que fue presentado a las mujeres y las hizo muyfelices. A la noche tres hombres, guiados por TENENESK pasaronpor las chozas en calidad de _álpen te wákenen, que finalizócon el habitual W5sôeŒwan.

26 de junio. Los hombres descansaron de sus supuestosesfuerzos. Recién a mediodía se hizo ver un \œ’Õrte. Laconducta perezosa de los hombres me indignó mucho, lo queno les causó ningún efecto. Recién a la noche consintieron enrealizar la procesión habitual, como la ordena^á6nâohéuwan.

27 de junio. Ayer a la noche, algunos hombres jóvenes yahabían expresado el deseo de realizar un juego de KŸw0nix,deseos que se vieron favorecidos por la hermosísima mañanade invierno. Desde las diez de la mañana, hombres y mujeresestaban ocupados con los preparativos, cuando, poco despuésde las once, un repentino viento acompañado de una densanevada impidió el juego planeado, muy a pesar de todos. El

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disgusto de la gente se disipó recién cuando cayó la noche.Pero yo tuve que aguantar las bromas maliciosas delmalintencionado HALEMINK, que pasó hablando varias vecesal lado mío: “¿Por qué nos incitas siempre a realizar juegosnuevos? ... ¡Hoy has visto que todos nosotros sabemos mejorcuándo el tiempo es apropiado para actuar!”.

Ya entrada la noche se prepararon dos KÕ=ménk. Mitentativa de fijar en la placa fotográfica estos “espíritus”durante su preparación fracasó lastimosamente y puso engrave peligro mi vida.

28 de junio. A partir de ahora los indígenas me trataron convisible desconfianza y me vigilaron con mayor celo; por lotanto me conduje con mayor cuidado. Al mediodíaaparecieron dos \œ’Õrte subordinados. Excepcionalmente, ycon el fin de reconciliarse nuevamente conmigo, los hombrespusieron en escena a la noche el ^ápa=kan, apreciado por lagente haus.

29 de junio. Hoy se hicieron ver tres \œ’Õrte, a las nueve, alas once ya las dos de la tarde. Hacia las cuatro actuaronsimultáneamente dos M0tan. Una hora más tarde, y con lasnarices ensangrentadas, los hombres celebraron aquellaprocesión que ordena ^á6nâohéuwan. Puesto quecomenzaron a carecer de tierras colorantes, tarde a la nocherecorrieron el campamento ^a={ y W0kŒs. A guisa de dignobroche del día, TENENESK nos narró extensamente el mito deKÿrœ6r.

30 de junio. Anoche los hombres ya parecían decididos asalir de caza hoy. Y efectivamente, con el alba todos ellosabandonaron nuestro campamento. Solamente se quedó

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conmigo TENENESK. Toda actuación de espíritus quedósuspendida. Me mantuve todo el día al lado del viejo, puesquería pedirle explicaciones acerca de muchos problemas.

Hacia las cuatro de la tarde regresaron los cazadores; habíantenido bastante buen éxito. Apenas se habían reunido despuésde las siete en la Choza Secreta, les comunicó NANÁ que yohabía revelado el secreto del Klóketen a su mujer. Este asuntose desarrolló tan desfavorablemente para mí, que poco faltópara que perdiera la vida.... ¡Verdaderamente, no me faltaronpreocupaciones y sinsabores durante estas largas ceremonias!

1 de julio. El descanso nocturno disminuyó considerablementela excitación que los hombres habían mostrado el día de ayer.Hoy fui el primero en la Choza Grande, mientras los indígenastardaron mucho en llegar y NANÁ ni siquiera apareció.

Recién al mediodía visitó el campamento un \œ’Õrte. Hacialas cinco de la tarde se anunció una Kúlan mediante sullamada. Poco después, las mujeres tuvieron que ver cómoKÕ=ménk atormentaba de múltiples maneras a sus maridos.

2 de julio. Perezosa y entre dormida, mi gente estaba acostadaen sus viviendas. El día es desapacible, con permanentesremolinos de nieve, muy densos. No obstante, al mediodía sepone en marcha un \œ’Õrte, porque las mujeres omitierondesde ayer su canto de km1yu.

3 de julio. Nieva toda la mañana, ininterrumpidamente. Porprimera vez, nuestros candidatos pudieron pasar la nocheanterior en la Choza Grande, de todos modos, con apenas cincohoras de sueño. Hacia las seis de la mañana tuvieron queemprender solos su marcha. Regresaron al caer la noche. Pocoantes, dos M0tan mostraron a los ocupantes del campamentosu agilidad.

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Antes de retirarme a dormir, insinué al viejo TENENESK miintención de abandonar pronto su campamento, pues desdetiempo atrás me sentía débil e imposibilitado para trabajar.Su primer pensamiento se refirió a la pérdida de los corderos.¡Indignado, trató de hacerme cambiar de idea y modificarmis planes! Sumamente intranquilo, se revolvió en su lechotoda la noche, y también yo tuve que superar una grave luchainterior. Pero al despertar me atuve a mi propósito.

4 de julio. Después de las diez de la mañana se hizo ver unmagnífico \œ’Õrte principal. Hacia las dos de la tarde,TENENESK mismo comenzó el arduo trabajo de preparar elabrigo para un T0nu, Se aplicó una gran cantidad de taponesde pluma, para ofrecer hoy algo especialmente hermoso. Alanochecer hubo tres escenas de K(lpú=, y durante la últimael T0nu del sur, llamado KeŒkarkánh, hizo de espectador.Puesto que la mayor parte de la gente era del sur, hubo queadornar este espíritu con especial dedicación y esmero.

El orden del día de hoy demuestra la viveza innata deTENENESK. ¡Mediante actuaciones especialmente magníficas delos espíritus quería hacerme cambiar de opinión, para queno me fuera ahora!

5 de julio. Apenas se había retirado el \œ’Õrte del mediodía,se. hizo ver al lado de la Choza Grande un ^5yílan, al quepronto se agregó otro. Los dos divirtieron a la gente durantemás de una hora. Al oscurecer aparecieron dos KÕ=ménk,pero éstos se quedaron cerca de la Choza de los Hombres. Alllamado de Kúlan se retiraron nuevamente.

6 de julio. Una densa tormenta de nieve impidió cualquier tipode actuación de los espíritus. Los hombres no se quejaron enabsoluto por esta circunstancia. Después de las nueve de la noche

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aún recorrió el campamento un grupo compuesto de dos ̂ 5yílan.7 de julio. Al mediodía actuaron dos \œ’Õrte subordinados,

pues las mujeres habían cantado hoy con vigor. A la tarde,cuando encontré a TENENESK solo en su vivienda, le comentémi estado de salud y mi decisión irrevocable de irme pronto,por más que lamentaba abandonar esta hermosa fiesta. Elquerido viejo se puso muy triste. Se había dado cuenta deque, con su arte persuasivo, ya no lograría nada, y cubrió sudespecho con el manto del silencio.

Entretanto se habían preparado en la Choza Grande dosM0tan. Cuando los dos llegamos allí, TENENESK hizo salir cuatroveces estos espíritus.

El viejo, visiblemente apesadumbrado, ya no podía retenerpara sí lo que lo había disgustado tanto. Así que comunicó alos hombres mi decisión. La sorpresa fue general. Sin habertomado una resolución definitiva, todos se abandonaron alsueño tranquilizador.

8 de julio. A pesar del intercambio de opiniones del día deayer, a las diez de la mañana se envió a recorrer elcampamento a un \œ’Õrte. Los hombres rodearon durantetoda la tarde el fuego de la Choza y cuando, después de largasconsideraciones no me pudieron convencer de modificar midecisión, comenzaron a reflexionar acerca de la alteraciónque mi partida causaba en sus condiciones de vida. Puestoque obtuvo cada vez más adherentes la opinión de que, dadoel escaso número de participantes, ya no era compatible elcomplicado orden del día con el suministro de víveres, sobretodo porque los guanacos se habían retirado a lugares alejadosdel campamento, se llegó por fin a la conclusión de que eraaconsejable clausurar las ceremonias.

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9 de julio. A mediodía hizo su aparición nuevamente un\œ’Õrte, que fue el último de la larga serie de espíritus delKlóketen que se hicieron ver durante estas ceremonias. Loshombres dedicaron la mañana a todo tipo de intercambio deopiniones. A la tarde también se insinuó a las mujeres:“¡_álpen quiere abandonar pronto la Choza Grande!”.Algunos señalaron ya el día siguiente.

Así, al anochecer los hombres se reunieron por última vezen su Choza Secreta, para una amena charla. También estavez el juego engañoso les había proporcionado variadosplaceres, según lo afirmaron reiteradamente. Agradecidosrecordaron la deliciosa carne de cordero que yo les habíasuministrado abundantemente. También para mí ésta fue laúltima noche en la choza del Klóketen. Inusualmente tardellegó para mí el sueño, a raíz de ese estado de ánimo.

10 de julio. Clausura de las ceremonias. Las primeras horasde la mañana pasaron rápidamente, ocupadas más concharlas y elaboración de planes que con la necesaria limpiezade la Choza Grande. Repetidamente decían los hombres, yeran sinceros en esto: “¡Muy hermosa es nuestra fiesta delKlóketen!... - Tú has jugado con nosotros como un verdaderoselk’nam. Durante el invierno próximo nos reuniremosnuevamente, y tú debes regresar. ¡Será mucho más hermosoaún que esta vez!”. Contesté afirmativamente, aunque yomismo no podía creer en el cumplimiento de esa promesa.

Estando de excelente humor, los hombres se agruparon. Semiraron uno al otro por última vez y abandonarondefinitivamente su lugar secreto de reunión. Formados enuna ancha línea, con la expresión de una absoluta confianzaen sí mismos, cruzaron la pradera. Allá en el campamento,

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las mujeres nos recibieron con visible alegría; los iniciadoslargamente echados de menos fueron saludadoscariñosamente. La fiesta del Klóketen había concluido.

Una breve mirada retrospectiva sobre la actividad de loshombres durante cada uno de los días confirma sin lugar adudas el imperio de una amplia libertad y arbitrio. Lainclinación del momento y deseos repentinamente planteadosson, por lo general, determinantes para elegir tal o cual juego,aunque se respetan unas pocas ideas básicas. Entre ellas secuenta la diaria actuación de \œ’Õrte, la aparición deKŸtérnen después de un _álpen kŸ âat, el juego de KŸw0nixdespués de la entrada en escena de un T0nu o de un ̂ Ha6nâo.Con mucho gusto se respetan los deseos personales, más aúnsi el solicitante pertenece a otro grupo.

Estas deliberaciones nunca llegan a caldear los ánimos. Si talo cual actuación de espíritus no resultara posible hoy, pues sela traslada sin más preocupación al día siguiente. De la mismamanera nunca observé que, para la selección de los juegos oescenas, nuestro inspector hubiera tenido que intervenir dandoórdenes; en la mejor armonía, en completa tranquilidad,charlando amenamente, así se tomaban las decisiones.

Por lo general era la gente joven la que insinuaba tal o cualactuación, pues ellos eran los actores cotidianos. Quien sentíael placer de danzar a la manera de los M0tan con sus saltosbailarines, decía simple y abiertamente: “¿¡Qué tal sería estohoy!?”. Sin muchos proes y contras se comenzaba con lapreparación. De la misma manera, otro se ofrecía para elpapel de ^5yílan, no bien se sentía en vena para los chistes ybufonadas de éste. Y una vez aceptado, cada actor ponía enjuego toda su personalidad para cubrir el papel descrito.

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Por otra parte pudo observarse que los juegos naturales delgrupo norteño causaban poca impresión aquí en el sur, y seintercalaban muy raramente.

La influencia del tiempo es decisiva. La lluvia y la nieveimpiden inevitablemente la realización de algunos juegos. Laaspereza del invierno no permite, a veces, que se concretenlas mejores intenciones de hombres y mujeres. Muchas vecesme relataron que en épocas anteriores, cuando estasceremonias podían realizarse aún en el verano, “el juego sehacía mucho más alegre, los espíritus saltaban con muchomayor placer y movilidad y las mujeres participaban convivacidad incomparablemente mayor”. Aunque yo mismome había quejado a menudo por su pesada lentitud, sumovilidad nada insignificante me resulta ahora admirable.Pues de tal o cual hombre se exigía mucho dominio sobre símismo, para estar parado durante horas, totalmente desnudoe inmóvil, en la nocturna pradera invernal interpretando aKÕ=ménk, o recorrer el campamento con saltos apresuradosen el papel de \œ’Õrte, o “representar los tormentos causadospor _álpen”. Mientras tomaban a su cargo todo eso, loshombres nunca perdieron el buen humor y jamás se salieronde tono, mostrando fastidio. ¡También esto es una certificaciónde su disposición de carácter!

En el transcurso de estas ceremonias secretas tuve que tomara mi cargo variadas irritaciones, serios temores y amargosdisgustos. Los considero, además de los altos costos yesfuerzos físicos, como un precio inevitable para miparticipación integral de aquella extraña celebración, que serealizó por última vez en el invierno de 1923.

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e. Evaluación histórico-cultural de la ceremonia delKlóketen

Sin exceder el marco de una exposición monográfica acercade la situación cultural correspondiente a la tribu selk’nam,la integridad en la fundamentación de todo su patrimonioexige delimitar el carácter parcialmente extraño de lacelebración secreta, y determinar el resto como algoautóctono. Con estas palabras ya expreso que la celebracióndel Klóketen consta de dos componentes esencialmentediferentes, que fueron mezclados hasta constituirexteriormente una unidad. Pero aquí no es mi intenciónvalorar las auténticas ceremonias para hombres en sucarácter de tales; entre las otras dos tribus fueguinas hedescubierto exactamente las mismas instituciones. Por estarazón dejaré para el volumen III219 el juicio finalcorrespondiente. Aquí, y para cerrar este capítulo,solamente deseo caracterizar brevemente lo extraño de estainstitución dentro del marco cultural original del puebloselk’nam como todo.

1. La parcialidad de la meta contenida en lacelebración del Klóketen es un cuerpo extraño en el

panorama cultural de los selk’nam

La sociabilidad, que es muy deseada, recibe innegablementeun gran impulso a través de aquella celebración secreta, y estose cumple por igual para la parte masculina y la parte femenina

219 Provisoriamente remito a mi descripción resumida. ver GUSINDE (bb).

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de la población. Pero las ceremonias independientes deiniciación de la pubertad celebradas por las dos tribus vecinassirven a ese fin de manera no menos efectiva. No se puedefundamentar en ninguna realidad el temor a una influenciaexcesiva de la mujer, tal cual sirve de base a la ceremonia delKlóketen. La tendenciosa particularidad antifemenina de lasceremonias del Klóketen procede del temor de que las mujerespudieran adquirir una influencia superior, lo que haría perdera los hombres su supremacía actual. Éstos creen podermantener su posición mediante sus juegos engañosos.

a) En la misma mitología se carece de toda explicación causalacerca de la supremacía de las mujeres. Al comienzo de laera de los antepasados fueron los hombres los que crearondiversas instituciones. La violenta Tá6ta fue ultimada, y entrelos primeros antepasados no se cuenta con otra mujerinfluyente. El hombre-sol Kr+n no tuvo parte en la realizaciónde aquella celebración de las mujeres.

La posición de supremacía alcanzada por la mujer-luna notiene explicación. Ella ha sabido reunir en torno suyo a lasdemás de su sexo, y ha logrado fortalecer en ellas altamenteel sentido de superioridad sobre los hombres. Con esto estabacreada una tajante antinomia. Tampoco se explica cómo loshombres se dejaron rebajar a aquella total dependencia.

O sea que el mito se conforma con expresar la inversión dela posición social de ambos sexos existente en aquel entonces,pero calla totalmente sus causas generadoras. En cambioacentúa el temor de las mujeres a que los hombres pudieranrebelarse y negarles la obediencia. Este temor se materializapronto en la realización del plan de erigir una gran chozapropia, y en la actuación enmascarada de algunas mujeres,

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todo eso bajo la rigurosa exclusión de los hombres. Lamitología acepta estos hechos como totalmente naturales.

b) Por otra parte, la organización económica de nuestrosselk’nam no da motivos a los hombres para preocuparse porun posible predominio de las mujeres. Más que en ningunaotra forma de existencia, es en el nivel de los recolectoresinferiores donde quedan dependientes incuestionablementeun sexo del otro. Una parte no puede prescindir nunca de laotra, como tampoco nunca estará en condiciones de ganaralguna ventaja a expensas de la otra; pues la exigencia detrabajo para ambas (partes) está perfectamente delimitada.

Pero si por regla general cada uno de los dos sexos se limitaa realizar exclusivamente la parte del trabajo que lecorresponde, ni el uno ni el otro se ven perjudicados. Paraambos se asegura así simplemente una vida familiar normal.Por consiguiente cada parte queda en dependencia de la otramientras la forma de vida económica no sufra alteraciones.De hecho, ésta no ofrece la más mínima transformación desdeépocas antiguas hasta hoy en día.

Puesto que la mujer, como puede demostrarlo a cualquierala observación cotidiana, brinda al hombre serviciosesenciales, éste la debe apreciar y concederle la necesarialibertad para su actuación independiente. Pero con todo esoella nunca logrará prescindir en mayor o menor medida delhombre en el sistema económico existente.

De hecho las típicas ceremonias masculinas tienen su origenen el antiguo matriarcado 220. Mientras allí se considera enforma general al hombre como creador de esa institución,

220Aquí prescindo de reproducir extensamente la concepción de la etnologíacontemporánea, y sólo remito a la exposición y fundamentación básica que haofrecido W. SCHMIDT (e):275.

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son aquí en Tierra del Fuego las mujeres las que la fundan.Esto sucedió con la intención —claramente expresada en elmito del origen— de mantener a todos los hombres no sóloen una situación de subordinación, sino también endependencia social y económica de la parte femenina de lapoblación221. Recién más tarde los hombres, bajo laconducción del hombre-sol, lograron la violenta inversión dela situación. Inmediatamente se dedicaron a consolidar suempeño, orientado a evitar que, en lo sucesivo, les fueraarrebatado nuevamente aquel factor de poder. Adoptaronesta institución secreta con la misma tendencia básica y conidénticos medios, pues todo esto ya había sido probado en sueficacia por las mujeres. Que los hombres se han ajustadorigurosamente al plan pensado por las mujeres, para afirmarlono faltan por cierto numerosos ejemplos y confesiones. Y yaque puede demostrarse que la forma de obtención de losalimentos propia de los selk’nam tampoco anteriormentehubiera podido dar fundamento a la posición de privilegiode las mujeres, habrá que buscar el origen de las ceremoniasdel Klóketen fuera de los límites de la Tierra del Fuego.

c) Tampoco es difícil deducir del orden social el origenextraño de esta ceremonia secreta. En todos los aspectos,siempre y por doquier, gozan entre nuestros indígenas am-bos sexos de una casi completa igualdad de derechos; aunquelas mujeres no asisten a las deliberaciones comunitarias quese realizan ocasionalmente y nunca son obligatorias. Por otraparte, estas deliberaciones se refieren ante todo a cacerías yluchas a llevar a cabo en grupo, competencias y dificultades

221El mito de las otras dos tribus fueguinas expresa también exactamente lamisma intención. Ver GUSINDE (q): 292.

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de vivienda, y otros temas por el estilo, o sea asuntos que porsu naturaleza competen al hombre. La mujer ni siquierapierde temporalmente su independencia digna e influyentedurante las ceremonias masculinas. Pues si bien debesoportar variados ajetreos y restricciones externas, estos tienensolamente el carácter de un verdadero “reglamento de lacasa” o “código social”, que obliga en mayor o menor medidatambién al sexo masculino. Que esta tan elevada equiparacióndel mundo femenino es intangible, que las ceremoniasmasculinas no pretenden lograr una disminución de losderechos de la mujer en forma permanente para la vida real,todo eso lo demuestra con diáfana claridad la circunstanciade que hasta hoy la relación entre ambos cónyuges, y conello también la importancia del sexo femenino para la vidatribal, no ha sufrido ostensiblemente el más mínimomenoscabo.

En el mejor de los casos la conducta de los hombres carece,en este sentido, de conservación, tal cual lo exigiría un seriopeligro en cierne. Pues recién aquí, en su Choza Grande, seacuerdan los hombres nuevamente de la posible amenaza asu posición de privilegio, y aquí en la Choza del Klóketen esdonde cultivan su temor durante las narraciones del mitodel origen. Antes de haberse reunido, aparente y realmentenadie ha sentido la necesidad de una defensa. Nunca es laidea de esa necesidad de defensa lo que reúne a los hombrespara celebrar las ceremonias secretas, y sus temores secaracterizan claramente como un fenómeno ocasional, quecomo tal no se halla profundamente arraigado.

Las ceremonias secretas de nuestros indígenas carecenentonces de existencia continua o permanente, de una

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repetición planeada con exclusión ininterrumpida del mundofemenino, y también de un bien organizado bloque solidariode los miembros masculinos de la tribu. Aquí no existen nilogias masculinas ni agrupaciones basadas en lá edad. Si, apesar de todo, hubieran estado dadas las condiciones previaspara la supremacía de la parte femenina de la población,con una resistencia tan débil, solamente ocasional y pocoorganizada de los hombres nunca hubiera sido posible unrechazo exitoso, a fondo, de la amenazante revolución.

Por consiguiente, no se encuentra aquí en la Tierra del Fuegola subordinación permanente del mundo femenino,aparentemente anhelada en su origen por la ceremonia secreta.Ningún hombre piensa en obtener algún éxito para el futuro,una vez que la reunión se haya disuelto nuevamente. Por otraparte, la preeminencia social de los hombres no es tansignificativa. Pues cuando los “espíritus” se han disipado, yarigen inmediata y exclusivamente los principios y sereproducen exactamente los estados de cosas que predominanen forma general como particulares de los selk’nam, lo cualincluye una amplia equiparación de ambos sexos y unaposición digna e influyente de la mujer en el seno de la familia.A partir de entonces se continúa cultivando la valoración y eltrato amable a la mujer por parte del hombre, como si lasceremonias secretas ni siquiera hubieran interrumpido lasituación anterior. En todo esto resulta notable que ni siquieradurante las ceremonias el hombre tome en serio las intencionesque, según el programa del día, proclama temperamentalmenteen la Choza Grande. Durante sus frecuentes estadías en lapropia vivienda trata a su mujer con la misma atención y cariñocon que siempre lo hace en la vida familiar.

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d) Conviene ahora mencionar todavía algunas notablescontra dicciones. ¿Resulta posible que el iniciando reciba aquíen la Choza Grande decididas instrucciones dirigidas a queasuma una conducta respetuosa frente a su madre y a cualquiermujer mayor, cuando, simultáneamente, es familiarizado conel antiguo engaño de las mujeres y la actual defensa de loshombres? Allí se le exhorta a prestar servicios en la choza desu familia, así como a tratar con cariño a su futura esposa; ¡yal mismo tiempo se le señala que las mujeres nunca debenobtener la supremacía sobre los hombres!

En la Choza Secreta y durante determinadas actuacionesde espíritus los hombres se declaran con mucho énfasis con-tra el antiguo régimen femenino. Pero cuando pocos minutosdespués llegan a su vivienda, sienten verdadera lástima desu mujer e hijos. Algunos juegos están orientadosespecíficamente a despertar en las mujeres pesar ycompasión. Las mujeres tiemblan, sufren y se estremecenmucho más de lo que demuestran exteriormente. Sería másconsecuente si los hombres no exhibieran ninguna debilidad.

Si los espíritus atormentan de preferencia a algunas mujeresen particular, es porque se quiere modificar sus fallas decarácter; pero no porque esas mujeres pretenden revolucionarel actual estado de cosas. Ciertamente, los hombres sonexagerados en todas las medidas vistas hasta ahora, einflexiblemente severos, pero eso es un efecto de supredisposición natural, de su modo de ser.

e) Por último, es oportuno dar lugar a ciertas razones detipo psicológico. En el marco que ofrece el carácter sencillo ymodesto —en general— de nuestros indígenas, en su modode ser inofensivo, en su naturaleza alegre, no quiere caber

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realmente para nada este secreteo, este actuar pérfido y falaz,este continuo engaño de personas que son caras y amadaspara cada uno. Es más: constituyen para él un complementoconscientemente valorable e indispensable de las necesidadessociales y anímicas. Los hombres sienten claramente estadiscrepancia, y más de uno tal vez lucha gravemente consigomismo por todas estas contradicciones existentes. Ciertamente,cualquiera se presta con gusto a una broma pasajera a expensasde las mujeres, y con gran placer comprueba las represaliasque se toman contra algunas mujeres testarudas. Sin embargo,no faltan voces que, en la rueda de los participantes, expresanocasionalmente compasión por los sacrificios a que todo el sexofemenino se ve expuesto sin misericordia durante lasprolongadas ceremonias. En lo más íntimo de su corazón, cadauno quiere a la propia esposa demasiado como para verla sufrirpermanentemente por los fantasmas de aquellos espíritusinsolentes.

De allí también resulta comprensible por qué cualquierrecuerdo. de los fundamentos de las ceremonias secretas parahombres es borrado absolutamente de la realidadcorrespondiente a la vida cotidiana, y también por qué loshombres nunca se unieron en una logia masculina detendencias misóginas. Ni siquiera el marido se atreve a dar asu mujer un trato menos adecuado o limitarla en los derechosque le asignan las antiquísimas costumbres, por mero miedoa las habladurías de los demás hombres o a la inminenteintervención de los parientes de ella. Si un marido dedisposición anímica poco feliz quisiera aplicar en la vidacotidiana los lineamientos básicos del Klóketen, seríanprecisamente los hombres los que impedirían tal hecho.

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Por último, uno se pregunta: ¿Por qué los hombres, enrealidad, han asignado a sus mujeres una equiparación casitotal a su lado, inmediatamente después de la granrevolución? ¡En aquel entonces estaba en sus manos fijarles avoluntad las limitaciones a que debían someterse!

No veo la necesidad de continuar esta argumentación, pueslas discrepancias mencionadas contienen suficiente fuerzademostrativa para afirmar que una fiesta de los hombres, deeste tipo, no pudo haber surgido de las condiciones culturalesbásicas de nuestros selk’ nam. Por el contrario, ha sidoasimilada proveniente desde afuera, como componenteextraña, y [luego ha sido] adecuada a lo existente. Por lastajantes discrepancias que ofrece, la incorporación no pudolograrse hasta el punto de borrar totalmente el coloridoforáneo de este elemento importado.

2. Considerada según su aspecto educativo, lainstitución del Klóketen es una verdadera escuela de

iniciación de la pubertad

Anticipándome a explícitas descripciones posteriores,solamente utilizo aquí para fines comparativos las ceremoniasde iniciación celebradas entre los yámana y los halakwulup.

a) Esas otras dos tribus persiguen como meta principal deestas ceremonias de pubertad una enseñanza adecuada yun adiestramiento práctico de la juventud en vías demadurar. Tanto varones como niñas —indistintamente—deben participar, aunque sea una vez, de este ciclo educativo,y soportar duras pruebas de ayuno y silencio, sueñorestringido y pruebas de trabajo específicas. La generaciónque va madurando debe ser familiarizada con sus posteriores

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obligaciones sociales y, al mismo tiempo, introducidaprácticamente en deberes propios de su ocupación. Se sabenaplicar ayudas didácticas magníficas, todas las exhortacionesy aleccionamientos dejan entrever una seriedad de elevadocontenido moral, y por último, tampoco falla una penetraciónreligiosa, en forma de referencias a TŸmáŒkel. Es decir queen estas ceremonias de iniciación de la pubertad se observauna tendencia totalmente diferente a la que reina en lasverdaderas ceremonias para hombres.

Por otra parte, las ceremonias del Klóketen también tienenpor finalidad un adiestramiento multifacético de losexaminandos, para que cada uno de ellos llegue a ser “unhombre bueno y útil”. Ciertamente, se les familiarizasimultáneamente con las discrepancias que los separan delmundo femenino, de acuerdo con el mito de origen quellegan a conocer en la Choza Grande, pero nadie pretendeeducarlos para convertirlos en “misóginos”. Por elcontrario, casi todo el tiempo que se les dedica durante ellargo período de las pruebas sirve para convertirlos enmiembros capaces de la tribu. La decisión para la clausurade la ceremonia no la da la convicción de los ancianosacerca de si el muchacho ha avanzado suficientemente ensu aversión hacia el mundo femenino y su segregación deél. Decisivo es en cambio que haya aprendidosuficientemente y bien a cumplir con sus deberesposteriores (como miembro de la tribu y padre de familia),y haya llegado a eliminar los vicios que tenía. Por suventajoso aprovechamiento del tiempo pasado en la escueladel Klóketen solamente se alaba a quien luego da buenresultado en la vida práctica y la convivencia social.

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b) En total coincidencia con la meta recién delimitadatambién está el contenido de las enseñanzas que reciben loscandidatos. Se exige de ellos un recatado respeto a los propiospadres y a las personas mayores, sin importar sí son de sexomasculino o femenino. Una conducta inadecuada seríaseveramente criticada, precisamente por los hombrescompetentes para ello. En ningún momento se dirige a loscandidatos la exhortación expresa o implícita de untratamiento rudo o violento hacia el sexo femenino, sino, loque es más, se exige de ellos justamente lo contrario.

Repetidamente se acentúa como la obligación más naturalde un padre proveer a tiempo y en cantidad suficiente carney pieles, pues nada debe faltar a su mujer y a sus hijos; unmarido debe tratar con aprecio y amor a su mujer, que pormúltiples consideraciones le es indispensable. Nuestrosselk’nam no conocen un tratamiento diferencial de los dossexos; por esto se educa a los Klóketen para practicar unaconducta altruista también respecto del sexo femenino.

No solamente en lo esencial, sino también en muchosdetalles, se asemejan las exhortaciones y enseñanzas quereciben los iniciandos selk’nam a las que se imparten a loscandidatos de las ceremonias de iniciación de la pubertadentre los yámana y los halakwulup.

c) También existen muchas coincidencias en las medidaseducativas exteriores aplicadas a los respectivos candidatos. Antetodo se desea lograr dominio sobre sí mismo y autodisciplina. Enprimer lugar aparecen la obligación de silencio permanente, demantener una penosa posición sentada unida a una rígidainmovilidad, retaceo en el descanso y escasa cantidad diaria dealimentos. Solamente se es más generoso con el agua de beber.

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Todo el día y la mayor parte de la noche se pasa con trabajospara los candidatos. Se combinan con ello variadas prestacionesde servicios, así como ejercicios prácticos de muy diversa clase.Casi nunca están libres de vigilancia o de observación por losdemás, y, cualquier adulto puede reconvenirlos por sus viciosy castigarlos por mano propia.

Los ancianos solamente dejan sin efecto este severotratamiento cuando han mejorado muchas cosas en losiniciandos y permite esperar más aún para el futuro. Losmuchachos abandonan el lugar totalmente agotados. Lo queaquí han aprendido les sirve de norte durante el resto de susdías. Medidas educativas de este tipo solamente son propiasde las formas desarrolladas de aquellas ceremonias deiniciación que pertenecen al patrimonio de los así llamadospueblos primitivos.

3. Las deducciones más importantes

Aquí solamente me referiré a los selk’nam, y dejaré paraotra oportunidad relacionar causalmente sus ceremoniassecretas con instituciones parecidas que existen en sueloamericano.

a) La ceremonia del Klóketen debe ser considerada comouna mezcla compuesta de una auténtica ceremonia deiniciación a la pubertad y una forma especial de festejosmasculinos. Las características básicas de ambas institucionespueden aislarse fácilmente para su comparación; pues esasdos celebraciones aún conservan su independencia en ambastribus vecinas.

b) La parte educativa de la celebración del Klóketen aparececomo exactamente adecuada tanto al espíritu popular como

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a la vida social y económica de los selk’nam, y por lo tantopuede ser considerada el elemento original. Pues su meta esfavorecer la subsistencia del pueblo y continuar la educaciónrecibida en el seno de la familia.

c) La parte orientada contra las mujeres sólo puede habersido asimilada más tarde, y lo forastero de su origen se notaaún claramente. Ni se han amalgamado ambas partes paraformar una unidad, ni ha sido posible eliminar todas lascontradicciones, pues las discrepancias en la naturaleza yesencia de instituciones de tan disímil orientación sonfundamentales. Que la adaptación de ambas ceremonias sólopodía lograrse después de un grave conflicto, que para launión gradual de fines tan contradictorios fue necesario unlargo período de tiempo, resultará evidente cuando se verificanlas amplias discrepancias en la idea básica y en la orientaciónde cada una de las dos instituciones.

En concordancia con una de las finalidades principales delas ceremonias del Klóketen, se excluye de ellas a lasmuchachas, mientras que, entre los vecinos, ambos sexoscumplen simultáneamente su iniciación, pero se admitenexclusivamente muchachos para las ceremonias masculinas.

A pesar de que esas dos ceremonias tan diferentes se hanamalgamado exteriormente para formar una única instituciónaquí entre los selk’nam no ha desaparecido su caráctercontradictorio.

Entre los tehuelches hallé los restos de una ceremonia secretapara hombres que también lleva el nombre de Klóketen(GUSINDE (q): 310). No cabe duda que el Klóketen fueguinotiene su origen en un matriarcado, y su vinculación con elcontinente se ha comprobado ahora a través de la institución

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correspondiente de los tehuelches. Un estudio posterior podráintentar nuevas vinculaciones hacia el norte.

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INDICE

E. La ceremonia del Kloketen 3 a. Toma conocimiento de la ceremonia por parte de los europeos 4 1. Las primeras noticias de la celebración del Kloketen 5 2. Los informes existentes hasta ahora 7 3. La participación directa de europeos 11 4. Mi acceso al conocimiento de estos secretos 14b.Introducción y preparativos 25 1. Motivo y duración 26 La época del año más adecuada 26 Los distintos motivos 27 Su extensión temporal 30 2. El derecho de participación 32 Reglamento general 32 Participación efectiva 33 Cuestiones de propiedad 36 Exclusión de las mujeres 37 3. Preparativos mediatos 38 Primeros acuerdos 38 Los iniciandos 40 El inspector 41 La elección del lugar 45 El día de la inauguración 47 4. Preparativos inmediatos 49 El levantamiento del antiguo campamento 50 El nuevo campamento 51

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La construcción de la Choza Grande 54 Los participantes activos 61 Estados de ánimo de la comunidad 63 c. Desarrollo de la ceremonia 65 1. Inauguración y presentación de los iniciandos 65 Los hombres se reúnen 67 Los candidatos son preparados 69 Los iniciandos son trasladados 75 Recepción en la Choza Grande 79 Las primeras instrucciones 85 La primera noche en el bosque 882. El mito del origen 91 (a) El mito que narra el origen del Klóketen de las mujeres 92 El narrador y su técnica narrativa 92 Texto del mito 96 (b) El mito que narra el origen del Klóketen de los hombres 115 a. El narrador y su técnica narrativa 115 Texto del mito 116 (c) El mito de la difusión del Klóketen 121 Cómo se relata este mito 121 Texto del mito 123 Algunos conceptos complementarios 132 (d) Las consecuencias de este mito 137 Para los hombres 138 Para los iniciandos 146 Para las mujeres 150 Para los niños 174

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3. Apariciones de espíritus y juegos (actuaciones) 182 Esencia y representación de los espíritus 182 Los diferentes espíritus y sus actuaciones 196 4. El orden del día 365 Algunas consideraciones de orden general 444 Orden del día para los hombres 365 Orden del día para los candidatos 374 La participación de las mujeres 414 Participación de la madre del Klóketen mayor 421 5. Clausura de la ceremonia 429 Causas para la finalización 429 Se da a conocer la clausura 436 El abandono de la Choza del Klóketen 437 La conducta posterior de la gente 441 Algunas observaciones complementarias 444d. Desarrollo de las ceremonias en el invierno de 449 Evaluación hiatórico-cultural de la ceremonia del Klóketen 483 1. La parcialidad de la meta contenida en la celebración del Klóketen es un cuerpo extraño en el panorama cultural de los selk’nam 483 2. Considerada según su aspecto educativo, la institución del Klóketen es una verdadera escuela de iniciación de la pubertad 491 3. Las deducciones más importantes 494

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Se terminó de imprimir esta edición de 600 ejemplares en dos volúmenesen el mes de febrero de 2008

en los talleres de Imprenta América.Valdivia, Chile.