El Incierto por Atilio Alberto Palacios

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EL INCIERTO: Una visión sobre el Aula Abierta de Montaña. Programa de Recursos Humanos de la Universidad Nacional de Córdoba que actuó desde 1999 con alcances que llegan hasta la actualidad.

Transcript of El Incierto por Atilio Alberto Palacios

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Derecho de Autor N° 278292 – Licencia de uso Creati ve Commons

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1

¿QUÉ TE PROVOCA UNA HOJA EN BLANCO?

2

INDICE Página

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Prologando: “Cuando me dijiste que escriba sobre lo que opino de la educación y como creo que debe ser.... primero pensé que mis palabras ocuparían más

páginas que tus propios escritos; luego me dije..... la educación se merece una hoja en blanco, por las opiniones, y porque creo que hay que construirla desde cero, entre todos.... Después descubrí que mis maestros, siempre han estado en casa, que mi educación se inició y continúa en ella, que cada paso que doy lo comparto con mi familia... así que.... respecto a la educación, maestro... creo que tantos retos por no saber las tablas, tantas charlas por hablar de más, tanta presencia y tanta ausencia... hizo lo que soy. Sobre la educación... que siga así, complicándome la existencia, porque es mi forma de aprender!!”

Método socrático de enseñanza basado en el diálogo entre maestro y discípulo con la intención de llegar al conocimiento de la esencia o rasgos universales de las cosas. (Mayéutica)

Natalia Palacios, mi hija, estudiantes de Diseño Industrial de la UNC, hoy ya recibida. “Un día entré a la facultad, a ese mundo tan mencionado por algunos y temido por otros. En ese momento pensé que iba a ser un lugar donde

podría aprender y por que no? Enseñar, porque creo que no hace falta ser ingeniero o médico para poder transmitir algo, que a pocos o a muchos les pueda servir. A los pocos meses de estar en ese lugar, me di cuenta que no era como yo lo había pensado: un sitio donde se enseñe sin prejuicios, sin importar quien esté aprendiendo o donde y cuando se vaya a aplicar. Yo me imaginaba hablando con un profesor, de par a par, intercambiando conocimientos, inquietudes y experiencias.... No importa lo que es uno, siempre tiene algo para dar, y tendría que tener capacidad de recibir.” "Los hombres inteligentes quieren aprender, los demás, enseñar." Antón Chejov "Nunca he dejado que la escuela entorpeciese mi educación." Mark Twain

Matías Palacios, mi hijo, estudiante de Ciencias Agropecuarias de la UNC, hoy ya recibido. “La educación... la educación es algo que nos inculcan desde muy temprano. El que nos educa siempre va a ser diferente. Desde que salimos de

un mundo confortable en que nos hallamos, pasamos a tomar contacto con experiencias nuevas, sensaciones diferentes y algunas bastante desagradables. De un momento a otro aprendimos a respirar, a poder hacer latir una parte de nuestro cuerpo, luego aprendimos a sentir una calidez de lo más tranquilizante que pueda existir. Hemos tomado contacto con nuestros primeros educadores, a través de ellos aprendemos ciertas cosas, las que nos dejarán al azar el hecho de saber cómo aprender. Aprenderemos infinidad de cosas a lo largo del tiempo pero nosotros seremos quienes aprenderemos lo que queramos y apreciaremos a quienes intenten educarnos lo mejor posible.“

Atiy Ckari Cani Palacios Budini, mi hijo, estudiante del Nivel Medio en la Ciudad de La Calera, Córdoba, Argentina, hoy ya recibido.

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“Descubrirnos y maravillarnos de y con nuestras capacidades, es un imperativo para mí. Compartir a una altura de la vida donde el conocimiento se hace más intenso, es un placer. Ver aquí reflejados tantos momentos compartidos, con un sentido en lo personal y colectivo, marcar las coincidencias, plantear las discrepancias y cuestionar desde un profundo respeto por el otro y su crecimiento, es un privilegio.

Siento que estos textos son una invitación a comprender, reflexionar y a construir juntos dialogando, desde el lector, nuestra realidad en tantas dimensiones como seamos capaces. Gracias Atilio.”

Bióloga y Profesora de Ciencias Biológicas Ileana Cira Budini, mi compañera y maestra.

“Estas líneas más que Prólogo intentan ser una Pro Beta, porque creo que el crecimiento tiene más que ver con el ensayo, el acierto y el error que con la educación, y quizás me equivoque pero este libro tiene mucho de eso de “CRESER”, sí, sí, de CREER en el SER, CREAR en el SER, CRECER desde el SER.

Sería bonito que la educación interactuara con el crecimiento personal; pero si tengo que elegir prefiero ser un perfecto ignorante a ser un imperfecto educado. Porque observo que las montañas no se educan y son imponentes, tampoco el agua que fluye armoniosamente, ni los árboles que nos dan abrigo, ni los pájaros que vuelan majestuosamente. La naturaleza toda no se educa y es una inagotable fuente de vida.

Imagino el día en que haya tantos profesores que nos eduquen como maestros que nos guíen, para que podamos ser parte y solamente parte de esta sinfonía que es la existencia. Para terminar quiero decir que no tengo nada que agradecer al autor de este libro, sí al o la responsable de haberlo puesto en mi camino. GRACIAS!. Y... definitivamente, prefiero ser un perfecto desconocido a ser un imperfecto conocido.

Tu hermano/amigo invisible.” El Señor Oscar Mata, mi Maestro y amigo.

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“Una noche, hace ya muchos años, soñé que estaba frente a un gran portal . Aún puedo evocar las puertas ta lladas, macizas, magníficas. . . cerradas. . . . Me dominaba la opresión cuando se acercó un monje Capuchino, abrió la puerta de par en par, giró hacia mi descubriendo su cabeza. . . eras vos Ati lio - las puertas están abiertas, Gringa .- dijiste, y con un gesto me invitaste a cruzar el umbral. Siempre abriste puertas amigo, no sólo en mis sueños. Invitás a ver desde otro lado, está en tu esencia , está en estas páginas. Las puertas están abiertas, quien quiera ver más al lá , que se atreva . . .”

Licenciada en Ciencias de la Comunicación Analia Pelosi, “La Gringa”, mi amiga.

5 “Hace 2500 años en la antigua Grecia se p lanteaba una discusión que determinaría la historia de occidente hasta

nuestros días: Por un lado, Heráclito, conocido como el oscuro por cuanto sus congéneres no comprendían sus conjeturas en las que afirmaba que solo e l devenir, e l cambio, el movimiento es permanente, y que por lo tanto e l ser de las cosas, su esencia, es e l devenir mismo. Afirmaba también que si uno no espera lo inesperado, no lo encontrará, que es d ifíc i l e inaccesible ya que la verdadera naturaleza gusta de ocu ltarse, y que lo d ivergente converge consigo mismo; ensamblaje de tensiones opuestas, como e l del arco y e l de la l ira .

Y si solo el devenir Es, entonces nada es cierto, todo es Incierto. Este pensamiento seria ampliado y perfeccionado por algunos sabios de la época conocidos como los sofistas, quienes a partir de las elucubraciones de Heráclito, afirmaron el relativismo de los conocimientos y de la moral.

En la otra punta Geográfica e ideológica, Parménides, asustado frente al relativismo de Heráclito y los sofistas, y la libertad que implicaba, rechaza la teoría del devenir, del cambio, y expone que lo único que sí es, es el SER. El ser inmanente y constante e inseparable de las cosas. El ser que es único, sin origen sin fin sin limites inmutable inmóvil entero imperecedero y unitario. De esta manera, todo cambio o alternativa, toda multiplicidad es una mera ilusión, la verdad es única, inmutable y permanente, por lo tanto, la opinión no es un camino transitable.

Tras la hipótesis Parmenidiana, Sócrates, intentará lograr una definición universal, no solo en teoría, para aplicarla a la práctica. Los sofistas habían afirmado el relativismo gnoseológico y moral. Sócrates criticará ese relativismo, convencido de que los ejemplos

concretos encierran un elemento común respecto al cual esos ejemplos tienen un significado. Si decimos de un acto que es "bueno" será porque tenemos alguna noción de "lo que es" bueno; si no tuviéramos esa noción, ni siquiera podríamos decir que es bueno para nosotros pues, ¿cómo lo sabríamos? Lo mismo ocurre en el caso de la virtud, de la justicia o de cualquier otro concepto moral. Para el relativismo estos conceptos no son susceptibles de una definición universal: son el resultado de una convención, lo que hace que lo justo en una ciudad pueda no serlo en otra. Sócrates, por el contrario, está convencido de que lo justo ha de ser lo mismo en todas las ciudades, y en todos los tiempos, y que su definición ha de valer universalmente. La búsqueda de la definición universal se presenta, pues, como la solución del problema moral y la superación del relativismo.

Mientras tal disputa se daba en occidente, simultáneamente, en oriente surgían dos fenomenales filósofos y líderes: Lao-Tsé y Confusio, que proponiendo el fluir de la naturaleza, el hacer del no hacer, la aceptación mansa de lo que viene porque lo que debe suceder sucederá, se acercaban a los postulados de Heráclito, y sentaban las bases para el desarrollo de Oriente hasta nuestros días.

Heráclito, Lao-Tsé, Confusio, los Sofistas por un lado. Los metafísicos por el otro. Los unos en la tesis de la incertidumbre, los otros en la posesión de la verdad. El resultado de la disputa es obvio, ganaron Parménides, Sócrates, Platón, Aristóteles, y los metafísicos que les siguieron, y que determinaron la cultura de Occidente por 2500 años, la cultura que excluye la multiplicidad, la manifestación del otro, la opinión contraria ó divergente. La cultura que justifica piras para quemar científicos, cruzadas para combatir religiones, evangelizaciones a fuego y espada, la esclavitud, la demonización del diferente, la censura y la autocensura, los miedos, las guerras preventivas, las condenas, el racismo. Un sistema de relaciones que hoy sabemos que cumplió su ciclo, que ya no nos sirve, que es estrecho mirar el mundo con esa mirada. Que de persistir vamos irremediablemente hacia la destrucción de la humanidad, y hasta del planeta. Algunos hay que están dispuestos a romperlo todo antes que aceptar que su verdad puede no serlo tanto.

Tal vez llegó la hora de recuperar a Heráclito, tal vez sus congéneres no le entendían porque nos estaba hablando a nosotros, 2500 años hacia delante. Tal vez lo Incierto sea lo único cierto. Y la flexibilidad para dar cabida al otro la única salida para el planeta en los próximos años.

Cuando conocí al Ingeniero Atilio Palacios, él soñaba con un tren, un tren cargado de utopías que recorriendo aldeas y pueblos de la América Hispánica llevaría preguntas y saberes, y de puro esforzarse para comprender y comunicar terminaría cargado de respuestas que inmediatamente

6 se convertirían en preguntas. Y de tanto preguntarse y responderse, este tren sería Universitario. Un tren Universitario, ó la Universidad en un tren yendo hacia la gente. La gente subiendo a la Universidad en un viaje utópico hacia respuestas que sabe pasajeras porque están llamadas a ser reemplazadas por verdades más verdaderas que oportunamente seguirán la misma suerte de cuestionarse. Una Universidad que volviera a merecer la antigua definición de Universitas como:

“Ayuntamiento de maestros et de escolares que es fecho en algún logar con voluntat et con entendimiento de aprender los saberes»(Partid. II, título XXXI, ley 1.).

Un tren con voluntad de aprender. Y si las preguntas y respuestas tienen que ver con el saber ambiental, tanto más urgente y necesario es este tren. Para conducirlo será necesario un maquinista lo suficientemente libre como para avanzar mas allá de las vías, a campo traviesa, entre los cerros, aprendiendo a leer señales nuevas en los globos de colores en un mástil, en las pizarras de las escuelas que hablan de resistencias, en los dormideros y en las plazas de los pueblos con cuentos y fogones. Un maquinista que se atreva a emocionarse y a creer y que tenga el coraje para animarse al humor y la poesía.

El aula Abierta de Montaña es el Tren del sueño, y ya no es fantasía, es realidad que día a día paso a paso se consolida y ocupa su espacio. Atilio Palacios es su conductor, y como un encarnado Coquena se sabe participando del destino de cada individuo porque se sabe integrante del mismo sistema interdependiente, y en el que si no nos hacemos cargo cada uno del otro, y todos de todo, irremediablemente contribuimos a la extinción.

Es un orgullo y un privilegio la oportunidad de prologar este ramillete de experiencias y sentimientos de quien, desde que lo conozco me honra llamándome amigo, y cuya figura, actitud e historia evoca en mi al Maestro de la España franquista que inspirara a Patxi Andión:

Con el alma en una nube

Y el cuerpo como un lamento Viene el problema del pueblo:

Viene el maestro El cura cree que es ateo,

Y el alcalde comunista Y el cabo jefe de puesto

Piensa que es un anarquista Le deben treinta y seis meses

del cacareado aumento Y el piensa que no es tan malo

Enseñar toreando un sueldo En el casino del pueblo Nunca le dieron asiento

Por no andar politiqueando Ni ser porta voz de cuentos

Las buenas gentes del pueblo

Han escrito al ministerio Y dicen que no esta claro

Como piensa este maestro, Dicen que leen con los niños

Lo que escribió un tal Machado Que anduvo por estos pagos

Antes de ser exilado Les habla de lo innombrable

Y de otras cosas peores Les lee libros de versos Y no les pone orejones

Al explicar cualquier guerra Siempre se muestra remiso

Por explicar claramente Quien venció y fue vencido

Nunca fue amigo de fiestas

Ni asiste a las reuniones De las damas postulantes Esposas de los patrones

Por estas y otras razones Al fin triunfó el buen criterio

Y al terminar el invierno Le relevaron del puesto

Y ahora las buenas gentes Tienen tranquilo el sueño

Porque han librado a sus hijos Del peligro de un maestro Con el alma en una nube

Y el cuerpo como un lamento Se marcha el padre del pueblo

Se marcha el maestro.”

7 Sr. Ricardo Manuel Spaccesi, “Cado”, mi Maestro y amigo,

Presidente de la Fundación DESPEGAR Caseros 1587 – C.P. 500 – Córdoba (Capital) – Te: (0351)4802021 – Correo Electrónico [email protected]

“En las siguientes páginas encontrarán las palabras e ideas hechas frases de un Ingeniero Agrónomo que, lejos de su línea de formación

inicial, se dedicó de manera apasionada, podría decirse, a la innovación en la educación y, por que no, a la educación popular. En sus orígenes incursionó con éxito en la hidrológia y en la dinámica animal bobina, realizando variados ensayos y estudios revolucionarios en

las sierras cordobesas, concluyendo de manera inevitable en resultados y metodologías de medición poco ortodoxas e innovadoras.

Padre de una hija creativa y práctica, y de dos hijos varones enérgicos inteligentes y testarudos al igual que él, con los cuales mantiene un vínculo envidiable, como resultado de ser un hijo de dos personas únicas, que lo marcaron a fuego.

Con fuertes creencias sociales, siempre se relacionó a su grupo de trabajo de par a par, sosteniendo que el valor en lo personal estaba más allá de las capacidades reconocidas por un título.

Se desempeña además como Profesor en el nivel medio del Instituto Domingo Faustino Sarmiento de La Calera, Departamento Colón, Provincia de Córdoba, ámbito que funcionó como un disparador para que le tomara el gustito y el desafío a reintroducir o redefinir la Reforma Educativa en la UNC.

Miembro fundador del AAdeM (Aula Abierta de Montaña) en 1997, un espacio realmente de apertura dentro de la Universidad, en donde por esas épocas volvían los fantasmas del arancelamiento, el cupo y los exámenes de ingreso, como una pérdida del espíritu de apertura y de proyección de la UNC hacia la sociedad toda.

Con bases fuertemente sociales y redefiniendo la educación universitaria, llevando el aula al campo, y transitando los pasillos de muchas universidades, por aquellos años, fue forjando una identidad del AAdeM que hoy en día queda plasmada en sus logros.

Un tipo que en cada presentación oral buscó y busca siempre como aliada a la incertidumbre y que genera grandes controversias en los asistentes como modo de movilizar e inquietar a sus veedores y alumnos. Esta metodología de tirar la piedra y no esconder la mano, de trabajar sobre los conflictos, genera una gran movilización interna de sus oyentes, a lo que algunos no se acostumbran, o más bien no interpretan, quedando el resto a manera de átomo excitado, saltando de órbita en órbita, desplegando un gran muestrario de energías. Y, justamente esas energías son las que se canalizan a la hora del trabajo grupal y transdisciplinario.

8 Casi desde el inicio de las actividades académicas del AAdeM, propuso y puso en marcha un taller anual con un nombre no menor, el TIAM

“Taller de Introducción al Ambiente de Montaña”, dictado como taller vocacional para todas las carreras de la UNC, pretendiendo abordar, desde una mirada integradora, las distintas problemáticas y fortalezas de los pueblos que visita anualmente con sus estudiantes.

Es a través de ambos, TIAM y estudiantes, que más adelante se verán plasmadas las distintas producciones que constituyen este libro. Pero lo más significativo, es que fue plasmando esta nueva metodología educativa impregnándola de historias, relatos, cuentos y realidades.

En este libro habrá que discernir, pensar y repensar muchas cosas, pero sobre todo, habrá que comprender que el autor se lanzó abiertamente a su primer obra literaria y que en ella plasma una forma de vida y de acción educativa, con una fuerte convicción.

El camino se hizo andando, transitando los pueblos conjuntamente entre los pobladores que movilizados abrieron sus puertas y los estudiantes que, palpando la realidad local, se animaron a adentrarse en ella. Esto les generó un fuerte compromiso a realizar un acompañamiento de los procesos sociales que ocurrían. Era ahí, justo ahí, donde el regocijo del autor desbordaba y se imprimía en más páginas para este libro, siempre conciente de que el camino por delante abriría las puertas a más, mucho más.

Y… aquí estamos. Lea, comprenda y reflexione lo que aquí encuentre o se anime a encontrar. Pero por sobre todo, si de algún modo está relacionado a la educación, comprenda que esta no es una mera forma de transferencia.

Para un amigo desde lo más profundo de mi respeto. A quien me enseñó a descubrir mis fortalezas y a apoyarme sin dudar en nuestro grupo de trabajo.

Técnico Javier Rodolfo Bernasconi Salazar Casi un hermano menor, casi un hijo mayor,

pero todo un compañero de la lucha cotidiana por vivir y hacer vivir mejor desde el AAdeM.

Nota del autor:

Contar con estos prólogos es para mi un profundo placer del que no me quiero privar. Con sus autores guardo una estrecha proximidad afectiva que agregó subjetividad en sus conceptos.

En virtud del respeto que por ellos guardo en cada una de las áreas que defienden, me siento respaldado para seguir equivocándome, probando nuevos caminos que pueda con ellos compartir.

Un sincero agradecimiento a todos ellos. Deliberadamente excluí (con la sola excepción de Javier Bernasconi) tanto de estas opiniones como del trabajo en general,

la participación de los miembros del Aula Abierta de Montaña, a los que debo una eterna gratitud. Esto, en virtud de que el trabajo habla de cómo veo sus relaciones, acciones y sentires.

Más aún, como parte del grupo que soy, en algunos pasajes me sentí conflictivamente obligado a guardar distancia con mis propias opiniones.

Finalmente, destaco y agradezco el profesionalismo y la dedicación en la corrección de buena parte del texto, realizada por la Lic en Ciencias de la Comunicación Analia Pelosi “La Gringa”, una amiga que siento de toda la vida y tal vez de otras también.

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Comentarios del Autor:

Esta obra no es pretenciosa, tampoco modesta. Con estas páginas no pretendo logro alguno como no sea el de documentar vivencias, ideas y propuestas de cambio de las que ya me estoy haciendo cargo. Así mismo, con orgullo debo decir y hacer público que estudiantes de nuestra Universidad Nacional de Córdoba también se están haciendo cargo de sus propios cambios. Y claro está, el orgullo viene de sentirlos cerca día a día como colaboradores con los que colaboro y, en el andar las sierras, proyectamos sueños de los que somos protagonistas.

EL INCIERTO no estará inserto en canon alguno; necesariamente, no buscará ser leído; será libre en el sentido

más amplio; lo será en cuanto a formas y estilos; lo será en cuanto a temáticas y a modalidades; lo será en cuanto a compromisos y a escuelas de pensamiento. En EL INCIERTO no esperen encontrar aciertos. No se sabe a ciencia cierta qué en él se podrá presentar, ni qué podrá el lector obtener de él. Es un espacio incierto, donde las certezas sólo aparecerán por equivocación y las equivocaciones tal vez aparezcan como argumentos valederos. La identidad de este espacio, si la tuviera, será la incertidumbre y, en ella, radicará quizás su esencia... si la tuviera.

En una sociedad que se jacta de sus aciertos y certezas... en medio de actitudes (con perdón del marketing)

“marketineras”, donde los “productos” se ofrecen y se imponen con solvencia inequívoca e inapelable, haciéndolos aparecer desde una hegemonía casi maquiavélica, propia más de la ciencia ficción que de la conciencia y de la acción reflexiva... rodeados de “manuales de uso” que regulan nuestros días, en decisiones triviales como la educación de nuestros hijos o tan importantes como el cepillado de nuestros dientes... tal vez, y solo tal vez, sean necesarios espacios sin certezas y con más preguntas espontáneas que con respuestas obligadas y “de forma”.

De forma tal, desprevenido y espero crítico lector, que puedas leerte más que leer, cuestionarte más que

consumir discursos, y observarte más que acercarte tímido y consumidor a un plano lleno de códigos gráficos, impresos con pretendida erudición.

10 “¡La erudición es el terreno donde comercian los necios!”... Dijo un ignorante anónimo al cual nos sorprenda

imaginar luciendo flamante toga académica y coronado con borla de conocimientos formales, haciendo su aguda crisis de identidad hasta que, en esencia íntima, se encontró de golpe con ella y se sorprendió lanzando tal reaccionaria sentencia.

Sentenciados estaremos al acierto invariante y-repetible si caminamos por la vereda de lo establecido. Aciertos

y veredas premiados por un sistema que premia al más apto... para reproducirlo a genio y figura, de ello no cabe duda. Y he aquí la primer incoherencia de este espacio de incertidumbre. A la que, adhieras o no, podrás chequear observando los premios y a los premiados, a quienes sacan el mejor jugo personal de estas formales “leyes del juego”, o a quienes viven a diario apartándose de una “programación auto reproducible” aportando, aún con su solo esfuerzo, esperanzas de cambio y de “rotura de moldes”, para este juego del ser sentido en medio de tanto no ser sin sentido.

Y... hablando del juego, espero, lector desprevenido, que este espacio nos sorprenda jugando divertidos el juego

serio de la vida, así ... como se debe jugar, respetando su única ley: El RESPETO por LA VIDA.

“... la incertidumbre acompaña siempre a todo pensamiento, siendo la certeza un estado momentáneo del mismo en el momento de concluir, destinado a durar tan poco como el instante de una mirada epistémica, que otra mirada, en otro momento, sabrá poner en duda.”

Raúl Mario Ageno. 2004. El Aprendizaje en la Didáctica o su Parametralización. Capítulo 4, en Aportes para una Clínica del Aprender. Edit. Homo Sapiens. Universidad Nacional de Rosario.

Sugerencias para el lector: El Incierto está constituido de siete secciones tal y como se presentan en el Índice, a saber:

11 Bitácora Incompleta (Sección I) y sus cuarenta y dos cuentos y o relatos que se presentan desde su capítulo

2 al 42 (más uno que el lector podrá descubrir), refleja una crónica con hechos y personajes tomados de la realidad (a veces con algunos cambios necesarios) asociada a vivencias de los miembros del grupo de trabajo del Aula Abierta de Montaña (AAdeM) desde el año 2003 hasta el 2015. Conjunto de títulos, de puño y letra de uno de sus miembros, que se nutre de vivencias asociadas al colectivo en pleno, sin llegar a constituirse en una autobiografía clásica. En esta Sección, si el interés del lector se motivara en el conocimiento del grupo de trabajo del AAdeM, podrá encontrar en su lectura completa y siguiendo la secuencia planteada, buena parte de los saberes, sentires y vivencias puestas en juego en la experiencia de campo con comunidades de montaña. Si la motivación fuera la sola sensibilización por los textos, la lectura podrá ser discontinua siguiendo el llamado de la afinidad con sus títulos.

Si el lector de Bitácora Incompleta se viera motivado por una actitud reflexiva, los textos azules con letras en

blanco ofrecerán una alternativa más vinculada con la realidad (hasta con citas y bibliografía) para, luego o antes de la lectura de cada capítulo de Bitácora Incompleta. Independientemente de sus cuentos y relatos, la lectura focalizada en los comentarios de todas los textos azules, ofrece una secuencia donde el lector podrá apreciar el continuo reflexivo que funda el trabajo cotidiano del AAdeM. Esta sección desea comunicar hechos reales que han dejado nítido recuerdo en sus miembros, y proyectado su imaginario en profusión de símbolos.

En 90-60-90 (Sección II) aparecen aspectos de la identidad de quienes han pasado y quedado, en el grupo de

locos que conforma el AAdeM, así como un breve análisis dinámico asociado a las conductas dominantes en el diario devenir y en sus conflictos.

En Tres Patas (Sección III) se destaca el marco conceptual y teórico con el que se identifica el AAdeM y, en

Dos Ejes (Sección IV), se profundizan y puntualizan estos aspectos con la presentación final de un multicolor análisis de los procesos educativos en general y de los inter y trans disciplinarios muy en particular.

En Ensayos (Sección V) un conjunto de ideas “sueltas” se hilan en presentaciones fugaces de reflexión e

ideología.

12 Figuras y esquemas conceptuales sobre la labor y fundamentos del AAdeM (Sección VI) se presentan con

policromía de ideas y fuentes nutricias para reflejar en imagen sus hechos, dichos y acciones. Más imágenes, esta vez fotográficas (Sección VII), culminan este trabajo para empezar otros. En líneas generales, en un modo apartado de lo clásico, el lector encontrará información sobre el Aula Abierta de

Montaña (AAdeM) con referencias a sus Aspectos Formales y Normativos, Marco Teórico, Antecedentes, Metodología, Estrategia, Identidad, Ideología, Acción Comunitaria, Comunicación, Aspectos Sociales y Comunitarios de poblaciones de montaña, Marco Socio Político, Caracterización del Grupo de Trabajo del AAdeM y su Dinámica Grupal, Reseñas asociadas a la Praxis, y otros aspectos del trabajo diario, desde una integración de puntos de vista Históricos, Filosóficos, Místicos e Ideológicos, matizados con chispazos de Humor y pretendida Emotividad Literaria. También encontrará información sobre el desenlace y diáspora del AAdeM, así como el estado actual del autor de este libro y miembro fundador del AAdeM.

Desde ya sean bienvenidos. Cualquier consulta, comentario, crítica o sugerencia que deseen realizar, lo tomaré

como un valioso aporte. Favor de comunicarse a mi correo electrónico [email protected] o a los teléfonos 0351-153-501103. A la mayor brevedad recibirán mi contestación o la de otros miembros del AAdeM. Gracias.

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Sección I: BITÁCORA INCOMPLETA.

14 “...Así, por la virtud del hombre conocemos

por la propia virtud de la familia se conocen otras familias; por el propio pueblo se conocen otros pueblos; por la propia nación se conocen otras naciones; por el propio mundo se conocen otros mundos; ¿cómo saber que es este el modo de conocer el mundo? Mediante la observación.” Lao Tse.

Autobiografía en movimiento. obre Albio Delagua... algunos dicen que es anónimo, otros dicen que es seudónimo. En realidad, nace de golpe en Córdoba un 24 de marzo de 1976, casi 21 años luego de haber aparecido por primera vez, en un viejo barrio

porteño entre fuelles y malevos. Entre cerros y quebradas sintió al agua como su esencia... y fue de ella. Nació y apareció esa vez, como queriendo competir ante tantas desapariciones. Empezó sintiendo que debía escribir sobre lo que sentía. Siguió sintiendo que escribía sentires de otros y de muchos, y se decidió a compartirlos. Hoy, escribe sobre sentires propios... que también siente ajenos. Hoy, fluyendo como el agua, asocia lo propio y lo ajeno. No siendo todo, se siente uno... en movimiento. No sabe como contar su edad, pues lo han parido una vez y ya ha nacido cientos de veces. Un día calculó vivir hasta los 124 años y... si muriera antes, en todo caso, sería sólo por “un error de cálculo”. Además, siendo que la edad se cuenta desde el nacimiento... y ¿si siguiera naciendo? ¡Qué lío! Así es que, para no cometer aquel fatal error, no calcula más, no piensa más, solo siente. A veces, también escribe.

S

AGRADECIMIENTOS A la creatividad de mi padre Rodolfo y de su padre Alberto. A la afectividad de mi madre María Elena y de su madre Elvira. A las convicciones políticas de mis abuelos Elvira y Atilio. Nuevamente a mi abuela Elvira, gallega socialista por panfletear en las calles a principios de siglo pasado. A mi hermana Cristina, por la que me prometí reaccionar ante todo lo que me oprima. A mi ex esposa Silvia por comerse el garrón de mis intransigencias de ayer. A mis hijos Natalia, Matias, Atiy y Shunko por el tiempo que no estuve con ellos mientras me estaba gestando a mí mismo. A ellos nuevamente por devolverme el valor del juego. Y a Shunko en especial por recordarme el sentido del vuelo. A mi esposa, mujer y compañera, Ileana, por todo eso y por descubrirme como docente. A mi amigo y hermano Oscar por que desarrollamos el arte de reflexionar y sentir en libertad. Por que confiamos incondicionalmente en la vida. A Juan por acompañarnos mutuamente en sueños e ideales. A Javier por confrontarme a diario con la realidad. A mis restantes compañeros del Aula Abierta de Montaña. Por ser estudiantes de sí mismos y por enseñarme como soy. A la montaña, al agua y la vida... por ser. A Dios, por tenerme paciencia y esperarme, hasta que me dí cuenta que estaba en mí.

15

Introduciéndonos.

l Aula Abierta de Montaña es un grupo de personas y de sentires que andan en búsqueda de otras personas y de sus sentires. Caminadores de altas geografía, se nutren de sus deseos de andar, a veces sin rumbo fijo, hasta

dar con quienes necesitan ser alentados y acompañados para materializar sus ideas de cambio. Luego... como una vuelta de página en un libro sin fin, el Aula cambiará de paisaje una y otra vez, cubriendo caminos, sendas, senderos, huellas y a veces, también a campo traviesa.

El andar queda así planteado como parte sustancial del Aula Abierta de Montaña. Un día, ya promediado nuestro andar y luego de haber dado algunas vueltas de páginas, surgió la necesidad de registrar más que día a día, sensación a sensación, vivencia a vivencia, sentir a sentir el andar del Aula, con la finalidad de compartirlo entre nosotros y con quien quiera leernos.

Es importante establecer que esta bitácora dista de ser una memoria, escrita al finalizar un período con el raconto final de lo sucedido. También dista de ser un diario de viaje, pues más que viajar es andar, es alentar nuevos descubrimientos sobre el ambiente y recrearlo (eso es: andar). La bitácora requiere del registro “en caliente”, cuando aún no se han modificado los sentires más auténticos y espontáneos. Además, como en todo andar, ocurren imponderables que hacen necesario, a manera de “caja negra” de un navío, contar con lo más vívido de lo ocurrido para recordarse, analizarse y juzgarse, si corresponde, con la mayor disponibilidad de información posible.

El carácter de incompleto de esta bitácora, radica simplemente en que no fue iniciada junto con el inicio del andar del Aula y, en honor a su esencia, no corresponde que sea escrito el primer capítulo luego de haber ya transcurrida

E CAOS Y RESURRECCIÓN En un país “que nos duele”, con decisiones asociadas a voluntades no personales y a “elecciones” obligadas. En una sociedad que vio pasar su historia en la TV, sin ni siquiera cambiar de canal. Entre desapariciones conocidas y desconocidas. Entre jefas y jefes de hogar con planes de vida pautados por mercados impiadosos. Entre jóvenes que dan sus primeros pasos a los tropiezos y embaucados por “políticas de gobierno”... del gobierno de los otros. Entre nosotros y los de afuera. Entre imposiciones culturales y “culturosos” imperativos. Entre hambres que crecen a ritmos transgénicos. Entre el analfabetismos de siempre y el del sentir, con sensación de autorrepresión. Entre viejas rengueras asumidas como normales. En medio de noches densas y sin luna, sin sombras y sin luz... Nacen esperanzas ... siempre nacerán. Brillan con luz propia las tenues luciérnagas y se llaman sutilmente, porque conociendo la virtud de su luz, reconocen la luz del otro, que ya no es ajena.

16 “una vuelta de hoja”. Además, no se encuentran en ella reflejadas todas las vivencias experimentadas, sea por habilidad del escritor o también por algún acto deliberado... no de censura, pero sí de discreción sobre valores o sentires que se juzgaron demasiado frágiles como para tomar estado público... aún.

Así planteadas las cosas, esperamos que el lector de esta bitácora incompleta pueda andar junto a nuestro andar y se habilite a proyectarse imaginariamente como un personaje más de cada capítulo. Sean entonces bienvenidos y... suban al tren del Aula Abierta de Montaña, porque... Algo Apareció desde el Movimiento!

Capítulo 2: Un pueblo sin espejos.

nclavado en un pequeño valle, rodeado por lomas anunciadoras de un gigante de piedras, nubes y cielo, cubierto por hermosos manchones de césped -según cuentan los viejos más viejos - apareció un pueblo milenario y mágico,

sus nativos lo llamaban: Otnacay. Milenario le decían porque nadie recordaba el cuando de su origen, perdido

misteriosamente en el fondo del tiempo, no se encontraba forma de fecharlo en el calendario de la vida de los pueblos.

E

SE ABREN ESPACIOS EN LA EDUCACIÓN

El Programa de Recursos Humanos Aula Abierta de Montaña (AAdeM) fue creado por resolución 632 del Honorable Consejo Superior de la Universidad Nacional de Córdoba el 21 de diciembre de 1999. Es un espacio académico que invita al encuentro de personas interesadas en el mejoramiento de la calidad de vida en el ambiente de montaña. Desde sus gestiones iniciales convocó la participación activa y decisiva de estudiantes y docentes de diversas carreras universitarias y extra universitarias. En la actualidad, el AAdeM desarrolla acciones en la integración de tales motivaciones, proyectándolas en lo intra, entre diferentes carreras de esta universidad, en lo inter entre grupos de trabajo de diferentes universidades con propuestas afines a la del AAdeM, y en lo extra al vincularse con conocimientos no universitarios y populares. El AAdeM actúa en investigación, docencia, extensión y servicios con acciones integradoras en las áreas:

- Experimentación y Desarrollo de la Ciencia y la Técnica,

- Innovación Educativa y - Educación Popular.

Ver sección IV , V y VI, Tres Patas, Más Figuras del TIAM y

Dos Ejes, respectivamente.

17Mágico lo sentían porque en Otnacay, vaya a saberse por qué, quienes lo habitaban no sentían hambre ni sed, ni

siquiera en la mínima forma imaginable. Sus habitantes, como designio divino sólo debían intentar, día tras día, opacar al sol. Para menuda tarea estaban dotados de una herramienta especial: sus pensamientos se estrellaban luminosos en el cielo con una luz mayor cuanto más puro, profundo y sentido fuera el intento. Atardecer tras atardecer, todos los habitantes de Otnacay se dirigían caminando lentamente hasta la confluencia de ríos más próxima y, desde allí, en confluencia de esfuerzos, lanzaban sus huellas al cielo.

Se explica entonces que, al no necesitarse cazar, pescar ni cosechar

frutos, la fauna y la flora de Otnacay se constituyeran en un verdadero vergel. Más aún, los torrentosos ríos y arroyos solo eran solicitados por la contemplación y parecían existir únicamente para alimentar al mayor de los ríos de la región: Atihcomalat. Así, Otnacay era un segundo Edén, o tal vez el primero, un Wiñaymarca, un Shangrilá, un Rivendel... un pueblo milenario y mágico más.

Otnacay era una verdadera usina generadora de pensamientos. Su gente

dejaba sus huellas en el cielo. Único pueblo del mundo que caminaba tan alto ¡y solo con sus pensamientos!

Estas luminosas huellas se alineaban desordenadas en una senda que partía

de este paraje con dirección al sol, en un intento continuo y vano de opacar su luz. Hoy a esa senda luminosa, por olvidarnos de su mágico origen, la

nombramos Vía Láctea y solo la vemos de noche, cuando el sol tras cada jornada decide dar un premio consuelo a tan persistente y obstinado esfuerzo.

Los sabios y magos de Otnacay se constituían en fieles custodios del

mágico legado de su milenario pueblo. Ellos sabían que debían hacer cumplir

UN TALLER QUE ANDA En el marco del AAdeM se desarrolla anualmente su propuesta de capacitación en transdisciplina: el Taller de Introducción al Ambiente de Montaña (TIAM). A la fecha, se ha realizado el TIAM1 (2001) en El Diquecito (Departamento Colón), el TIAM2 (2002) en Yacanto (Dpto. Calamuchita), el TIAM3 (2003) en San Javier y Villa Las Rosas (Dpto. San Javier, Traslasierra), el TIAM4 (2004) Loma Bola (en el mismo Dpto.), el TIAM5 (2005) en Cruz de Caña (Dpto. Cruz del Eje), el TIAM6 y TIAM7 (2006 y 2007) en La Calera (Dpto. Colón) el TIAM8 (2008) en San Isidro-La Quintana (Dptos. Santa María y Calamuchita) el TIAM9 (2009) en Agua de Oro (Dpto. Colón) y el TIAM10 (2010) en La Pampa de Ascochinga (Dpto. Colón), todos en la Provincia de Córdoba. Para cursar el TIAM estuvieron invitados estudiantes universitarios o extra universitarios de nivel terciario, de todas las carreras. Han participado de él estudiantes de: Agronomía, Biología, Medicina, Diseño Industrial, Psicología, Letras, Comunicación Social, Artes, Turismo y Educación Física. La propuesta se constituye en un taller permanente y continuo, ya que los cursantes pueden “recursarlo” en las siguientes ediciones anuales. De hecho, entre los participantes del AAdeM se cuentan estudiantes que han cursado todos los TIAM realizados, incorporándose así a su Equipo Coordinador, conformando una efectiva Educación entre Pares.

18ciertas pautas que no debían violarse, bajo el riesgo fatal de que se extinguiese la magia que envolvía a la misión de Otnacay. De ocurrir ese temido desenlace, la gente de Otnacay comenzaría a sentir hambre y sed como cualquier otro mortal del planeta.

Ante la amenaza de tan grave consecuencia, la gente de Otnacay era

respetuosa en extremo de las pautas que generación tras generación, hacían cumplir los magos y sabios del lugar, todos regidos por la voz del Mago Mayor.

Por otra parte, afortunadamente tales pautas no implicaban ningún

sacrificio ya que sólo debían cuidarse de llevar inscripta una leyenda en sus ropas. Leyenda que debía estar compuesta de dos palabras, la primera era el nombre de la persona mientras que la segunda era el nombre de su pueblo. Debíase interpretar entonces: “Fulano de Otnacay”. Así, en las ropas de una joven se podía leer: Anele de Otnacay.

Esta escritura, como mantra sagrado, tenía tanto el mágico efecto de

proteger a su portador o portadora como de liberarlo de las sensaciones de hambre y sed, así como el potenciar luminosamente a sus pensamientos. Ello, a sola condición de que este mensaje estuviera escrito en la espalda de las ropas de su beneficiado. Otra pauta que se debía respetar tajantemente, era que en Otnacay no debían existir espejos.

Pautas de tan fácil cumplimiento perpetuaron la magia de Otnacay que

iluminó así las noches del planeta. El tiempo transcurrió sin notarse en Otnacay, cuando su fama era ya bien conocida en los cuatro vientos.

En Otnacay, cierta vez vivió un joven inquieto y que solía recorrer el

poblado a gran velocidad con sus fogosos pensamientos enrulándose en su

LA MAGIA DE UN PUEBLO Cada vez que el TIAM llega a un pueblo se encuentra inexorablemente descubriendo su magia, aquella que se vincula con sus personajes, sus costumbres, sus miedos y “sus cosas”, esas que lo hacen ser precisamente ese pueblo y no otro. Cada vez que el TIAM se va de un pueblo, esa magia cobra una fuerza inusitada fortalecida en una serie de significados personales, afectos y apropiación de lo indagado que llevan a sentirse parte de él. Cada vez que el TIAM regresa a un pueblo ya visitado en años anteriores, se encuentra con caras familiares y brazos abiertos, con emociones, sorpresa y cordialidad, y muchas pero muchas novedades que se comparten como queriendo compensar el tiempo pasado. Cada vez que el TIAM se prodiga en acompañamiento al poblador auto motivado, recibe información, sentires, apoyos materiales que facilitan la auto gestión y, muy en especial, afectuosa comunicación. La Universidad se pone al servicio de poblaciones serranas aisladas, la más de las veces no solo por largos y sinuosos caminos de montaña sino, fundamentalmente, por el olvido y la marginación de un modelo de desarrollo que no las considera.

19cabeza. El joven se llamó: Opip de Otnacay. Solía mostrarse transgresor, creativo, innovador y hasta irreverente. Un personaje del Otnacay de esos tiempos.

Un día, a decir verdad la noche de un día en la que no pudo dormir, Opip

decidió que las pautas que gobernaban la magia de Otnacay, no tenían razón de ser ante la ausencia de una justificación valedera que explicara su por qué. Sin mucho cuestionarse, pintó su nombre en el frente de sus ropas cubriendo el ancho de su pecho. Al confirmar que nada en Otnacay había cambiado con ello y no contento aún, se animó a construir un espejo que sería el primero del pueblo. Habiéndolo construido, se asomó por la ventana mirando ansioso a ambos lados y, sin más, concluyo: - ¡La magia de Otnacay es superior a tan ridículas pautas! ¡Milenios sojuzgados por caprichos de esos “sabelotodos intrigantes” se habían terminado! ¡Qué genial! -

Contento y orgulloso por su descubrimiento y por sus consecuencias

libertarias, Opip decidió presentarse ante el Mago Mayor –según Opip: uno de esos “sabelotodos intrigantes”- que por esos tiempos era una mujer: la Gran Maga Anailil de Otnacay, quien vivía con su familia en una cabaña de madera en medio de un pinar con abras de césped misteriosamente iluminadas, comunicadas por sendas delgadas y serpenteantes.

Antes de tal histórico encuentro, Opip quiso saber si estaba presentable

para el anuncio y decidió entonces estrenar su flamante espejo. Al mirarse en él temblaba de emoción. Miró atentamente sus cabellos arremolinados que nunca había peinado. Miró su cara con ojos que devoraron la imagen. Miró sus ropas y leyó su nombre... pero... le causó gracia lo que leía ya que no era su nombre. Era un sonido atravesado y rarísimo; leyó : “Pipo de Yacanto”.

PERSONAJES DE LA REALIDAD En el TIAM pueden confluir estudiantes de muy diversas carreras. Y de hecho así ya ha ocurrido. La diversidad de meta lenguajes técnico y científico que se ponen en juego entre ellos, inhibió la imprescindible comunicación en un trabajo que se precia de trans disciplinar. Para resolver tal cuestión en el momento de registrar e informar sobre algún aspecto relevante del pueblo visitado y de su gente, se emplearon relatos a modo de crónicas de viaje o de modestos cuentos (sin la pretensión de constituirse en una producción literaria), “obligando” a su autor a comunicarse en castellano y... la comunicación se liberó! Al principio en tímidos intentos para luego “explotar” en multiplicidad de modos, estilos y recursos expresivos. Así, los personajes de estos relatos salen de la más vivida realidad, cobrando presencia en “toques” de imaginación que se alimentan de sus características más destacables. “Caricaturizando” la realidad nos comunicamos amenamente y nos alentamos en la producción creativa de “informes” desde nuestra visión más sentida de los hechos. Esta modalidad desinhibió la comunicación no solo entre los estudiantes sino también con los pobladores y muy en especial con los niños y jóvenes en edad escolar.

20Opip comenzó a sentir un montón de sensaciones nuevas, que en ese momento se mezclaron con una gran ansiedad que

lo impulsó a salir corriendo para ver a la Maga Mayor. Se lanzó sobre la puerta de su casa, la abrió y salió, pero no fue muy lejos. Apenas al cruzar la puerta, se chocó de frente con quien pretendía ver. La Maga Mayor, calma y sentenciosa, le dijo: -Hoy, siento hambre y sed.- Y prosiguió –Mi pinar se quedó sin su mágica luz.-

Opip comprendió entonces de qué se trataban esas raras sensaciones que lo

confundían. También comenzó a sentir un hambre y una sed milenaria que lo revolvía por dentro. Entendió que para satisfacer esas nuevas sensaciones, no se podía esperar ya más ningún acto de magia. Pensó que el saciar el hambre y la sed debían requerir del trabajo de todos.

Opip... o “Pipo”, como comenzaron a llamarlo desde ese día en el pueblo,

para cubrir en parte su falta se ofreció a cultivar la tierra y a cuidar los ríos. Aportó hortalizas y aguas frescas a tan desorientada población de magos desocupados y de fabricantes de estrellas, que poco a poco olvidaron su oficio, apremiados por las nuevas y vitales necesidades de “Yacanto”. Tal era el nuevo nombre del pueblo con que la gente del lugar señaló el histórico cambio.

En cuanto a los pensamientos, Pipo solo se dedicó a contemplar noche

tras noche las huellas luminosas, lejanas e inalcanzables, con las que la gente del nuevo Yacanto, ya nada parecían tener que ver.

CASI SIN QUERERLO

A veces las mejores cosas surgen sin la intención obsesiva ni el empeño o el forzado tesón que suele caracterizar a nuestros logros. Así surgió en el seno del TIAM el uso del relato como herramienta comunicacional. Hicieron punta los más inclinados por estos modos, en momentos en que las palabras se chocaban en lugar de brindarse y los conocimientos separaban en lugar de unir. Fue un surgir espontáneo que se constituyó luego en un puente efectivo y afectivo.

COMUNICANDO

La modalidad de esta comunicación en equipos trans disciplinares y sus resultados, fue expuesto en el 1º Congreso sobre Educación Ambiental para el Desarrollo Sustentable en la Argentina, realizado en el Complejo Turístico Embalse, Provincia de Córdoba, 6 al 9 de mayo de 2004, encuentro organizado por la CTA (Confederación de Trabajadores de la Argentina) y la Escuela Marina Vilte. Por cualquier información comunicarse a

[email protected]

21

Capítulo 3: Aparecidos

orrió el tiempo... en Yacanto ya nadie recordó el mágico origen con el que estaban enlazados. En el pueblo, su gente ya trabajaba día a día para proveerse el sustento. Sin embargo, como si hubiera alguna pena impuesta

por la ya histórica rebeldía, algunas dificultades encontradas en el intento diario parecían negarle un futuro merecido de prosperidad y tranquilidad a gente tan laboriosa. La antigua práctica de este pueblo, le permitía pensar alternativas de las más diversas, pero siempre surgía “esa dificultad” que los frenaba. A pesar de ello, y tal vez también precisamente por ello, no cejaban en su intento. Entre tanta diversidad de esfuerzos, los más destacados apuntaban a la escuela del pueblo, como señalando de alguna manera que el trabajo era largo y había que crear relevos para llega al final de la senda.

Cierto día, un grupo de “fuereños” llegó a Yacanto. Decían venir desde un

lugar con un pequeño dique, donde habían unas extrañas piedras blancas que, decían, enseñaban el camino a los menores del pueblo. Los fuereños eran personas amigables que andaban siempre en grupo. Gustosos de conversar con la gente del pueblo, parecía que solo habían llegado para eso. Por alguna razón fueron creándose lazos de amistad entre este nuevo grupo y la gente con la que hablaban. No existen crónicas escritas de lo que se decía en esos encuentros pero, lo que fuera, permitía que estos lazos crecieran y se multiplicaran.

Entre los fuereños había gente de habilidades muy variadas. También las

edades lo eran. El más viejo parecía estar tan a gusto con lo que hacía que solía andar con la mirada extraviada, como si no estuviera allí. Frecuentemente recibía

C

COMO COMPENSANDO Ante tantas desapariciones, el sentirse “aparecer” en un pueblo y entre su gente, trae una extraña sensación y un sabor inocente de ingenua compensación. Lo cierto es que ni bien llegado, uno se siente como aparecido pues es mirado como tal y tratado de igual forma. Hay quienes, por suerte son los menos, la cosa no les gusta y demuestran rechazo evidente. Hay otros que nos reciben como si nos estuvieran esperando desde vaya a saber cuando. Es extraño, parecen saber que vamos a ir. En otros casos, sabemos, es materialmente así pues se comunican de boca en boca la noticia de “los nuevos”. Situación esta que favorece la comunicación y el flujo de información oral, donde la historia no escrita cobra sustancial importancia. De ella surgen datos invalorables para la construcción de un diagnóstico rápido, expeditivo, integrador y del que puedan participar todos los “aparecidos”, sin importar sus carreras de origen. La “Escuela Abierta” de Pablo Freire aparece insinuada en estos encuentros no formales y asistemáticos, no por ello carentes de marco teórico. Pero... por ahora, solo es un Aula Abierta.

22bromas del resto por ello. Otro, del grupo, decía haber llegado a Yacanto imaginando y siguiendo las huellas del cielo. Algunos aún no creían como había crecido en ellos su sentido de pertenencia a tan rara mezcla de personajes. Todos andaban como sorprendidos por una extraña sensación de haber trabajado juntos durante mucho tiempo, aunque afirmaban que la mayoría de ellos se acababan de conocer. Viniendo desde tan diversos orígenes, aparecieron en Yacanto como los Reyes Magos, pero estos no venían a regalar nada. Decían que estaban en un Aula cuando caminaban por un cerro. ¡Ah, y como si eso fuera poco, agregaban que el Aula era Abierta! ¡Cómo si a semejante Aula se la pudiera cerrar! En fin: un grupo de locos. La menor del grupo, era un Hada, su nombre: Cutab. Solía andar por allí con marcada indiferencia al frío y, lo que es más extraño aún, se despegaba a más de un metro del suelo cuando se le antojaba y sin el menor esfuerzo.

Un día el grupo deliberaba en ronda, gozando de un paisaje de ensueño que

tenía algo de milagroso y hasta de santo. Era cerca de la confluencia de dos importantes ríos de la zona. Otrora lugar de encuentro de esos mágicos esfuerzos con los que en Otnacay se despedía al sol, iluminando de estrellas al negro poncho de la noche.

En esa ronda, Cutab, la más joven del grupo, silenciosa hasta ese momento,

alzó su voz y dijo: “Me imagino a cuatro tambores subiendo cuatro cerros y llegando así a cuatro cumbres. Los imagino batiendo sus parches al son de los cuatro vientos. Luego, imagino a los cuatro vientos soplando al son de los cuatro parches. Siento que eso... será muy bueno.”

Así fue dicho por Cutab, el Hada, y así fue hecho por ella misma y por tres

más del grupo, mientras los restantes aguardaron desde el valle. Habiendo llegado a las cuatro cumbres, pusieron en alto los cuatro parches a los cuatro vientos. Primero batió su parche Cutab hacia el viento del sur, luego el son siguió desde

APARECEN EN TODOS LADOS. Las “apariciones” en la sociedad no son inconexas ni casuales. Se nos han aparecido como hiladas por planificaciones largamente esperadas y como resultado de un marco general que a todo lo afecta. ¿Tendrá esto que ver con la tan mentada globalización?... Tal vez así sea pero, en todo caso, no como consecuencia intencionada de su múltiple y todopoderoso alcance, sino como fiel reflejo reaccionario ante tanta injusticia social, concentración de riquezas, marginación, exclusión, discriminación, degradación ambiental y reducción de la calidad de vida que, como las siete plagas de Egipto, parecen poner fin a una era en manos de la acción social solidaria y espontánea que hoy aflora en cada pueblo . A manera de “evoluciones convergentes”, personas extrañas entre sí se adaptan a situaciones adversas con una convergencia tal que sorprendería al mismísimo Charles Darwin. Definiéndose así a individuos “extraños no ajenos”. Tal vez aparezcan mecanismos “darwinianos” para asegurarles la supervivencia en medio de tanta plaga. Tal vez estas apariciones estén sentando las bases “genéticas” que definan al hombre por venir.

23el naciente. Inmediatamente contestó el poniente y los tres juntos escucharon un golpe desde el norte. Cutab redobló desde el sur y redobló el naciente, luego el poniente y finalmente el norte. Luego de un corto silencio... las cuatro cumbres, los cuatro cerros, los cuatro parches, los cuatro vientos, comenzaron a sonar al mismo ritmo con una cadencia lenta que poco a poco se tornó más y más fuerte, más y más firme, más y más frenética. La percusión cubrió los cerros, los ríos y también al valle. Todo comenzó a vibrar con el mismo ritmo, con la misma fuerza.

El paraje era el mismo y... sin embargo, la gente de Yacanto, al ritmo de los cuatro vientos, comenzó a recordar la magia que sus ancestros tenían en sus manos. Recordaron sus orígenes y se lanzaron con fuerza a superar “esas dificultades” que apenas ayer los habían frenado.

La gente de Yacanto recordó cálidamente los sones del Hada Cutab y los

repitieron cada atardecer... y en su nombre, los llamaron: “Batucada”. Cuentan que en el pinar de la Maga, la última maga de Otnacay, los sones de las Batucadas se sienten como saliendo desde la misma tierra ¡Ah! Y sus abras de césped volvieron a iluminarse!

Cierto día, al cumplirse un año de ese...“cierto día” en el que arribaron los

fuereños, hubo una reducida y muy cálida despedida. Los fuereños sintieron que ya .debían continuar su camino, y así lo hicieron... debían hacerlo. En Yacanto se los recordó... por un tiempo. En los fuereños, se abrigó el sentir de que otras Aulas debían Abrirse... y hacia ellas fueron. Tal vez, con la ilusión de llegar algún día a conformar una Escuela Abierta, en la que pueblos distantes se comuniquen e iluminen con su propia luz y desde su propia y olvidada magia. Una Escuela Abierta donde se abran huellas que nunca habrán de finalizar, donde comience a latir de nuevo el pulso de una sangre que desde unas venas abiertas, alguna vez se derramó. Tal vez... así sea.

UNA UNIVERSIDAD UNIVERSAL. Si así fuera, abarcaría sin jerarquía ni mucho menos exclusiones, a todas las áreas del conocimiento y a los distintos tipos de inteligencia. Si así fuera, sería dinámica y andaría acercándose a rincones inaccesibles, aún hasta donde no haya llegado antes el hombre contemporáneo. Si así fuera, no sería necesario conocer varios idiomas pues nos comunicaríamos con fluidez desde el sentir. Si así fuera, el doctor aprendería del analfabeto y el docente cursaría día a día su propia materia. Si así fuera, los paradigmas serían solo acuerdos temporarios a ser actualizados permanentemente. Si así fuera, desde ella se honraría culto a la esencia de la vida y, en ese camino, dejaríamos de actuar en forma fragmentada respetando a la emoción o al conocimiento, para pasar a cultivar EL SER íntegro. Si así fuera... ¿no será que así esta siendo y aún no nos damos cuenta? ¿No será que en la Universidad de hoy ya han aparecido, en evoluciones convergentes, acciones concretas en este sentido? Es más, y... si así fuera ¿nos podríamos dar cuenta de ello?

24

Capítulo 4: Arus Abal.

engo de un pueblo serrano donde ocurrió algo que les quiero contar. Resulta que en mi pueblo,... (un pueblo como cualquier otro que... hasta podría ser este mismo pueblo) viven personas muy diferentes con intereses en común

y otros que... no lo son tanto. Mi pueblo está rodeado de cerros que, con sus cumbres y quebradas,

enmarcan nuestras casas bajas con patios soleados y abiertos tanto al vecino como al caminante.

A propósito, todos los vecinos de mi pueblo acostumbramos reunimos en un

paraje de las afueras, para celebrar todos los acontecimientos importantes de la comunidad. Paraje de horizontes amplios y lejanos, nos encontramos allí espontáneamente convocados por cumpleaños, nacimientos, casamientos, noviazgos, también algunos acuerdos comerciales como la constitución de sociedades y, hasta por las muertes de alguno de nuestros vecinos.

Como se imaginarán ya a esta altura del relato, un día ese paraje puede

convertirse en un verdadero circo!... Más aún para los ojos de los turistas ajenos a la importancia que, en mi pueblo, le asignamos a este paraje al que mantenemos limpio y protegido de tala, incendios y de otros usos que irían en menoscabo de su esencia natural.

No deben creer que la costumbre de reunirnos en este paraje es producto

de alguna moda del momento. En realidad, ya nadie puede recordar el momento en

V

DEL DERECHO O DEL REVÉS... ¿REVERSIBLE? El “derecho y el revés” de las cosas, sucesos, acciones, intenciones y pasiones, aparecen como “campo orégano” para el juego de ancestrales paradigmas. Modelos que aseguran la repetición a perpetuidad de relaciones humanas, en dónde: “a tales causas tales efectos”. Llegan así a constituirse en dogmas y esqueleto de las relaciones entre personas y, más aún, entre ellas y el ambiente. En este marco, la resolución de conflictos ambientales parece tener reducida expectativa de éxito. Las acciones más determinantes sobre estos conflictos aparecen solo de la mano del cambio de paradigmas a ellos asociados. Cada vez que nos enfrentemos ante un conflicto ambiental, valdrá la pena el identificar cuales han sido el o los paradigmas en juego, para seguidamente pasar a reverlos y, finalmente: cambiarlos, si corresponde. Repitiendo recetas ya usadas podremos ver cómo perpetuamos nuestros errores. El camino del cambio es el camino que cambia nuestros destinos. Si nos animamos, nos espera una vida mejor.

25que comenzó esta antigua práctica comunitaria. Sí, en cambio, se sabe que los aborígenes del lugar también asignaban a este paraje connotaciones muy especiales. Lo nombraban Arus, que significa lugar y Abal: importante; entonces, Arus Abal era un “lugar importante” para ellos.

Es imposible describir el paisaje de mi pueblo en forma completa si no se

menciona que allí, junto a todos los pobladores, también vive un personaje mágico, un duende. Pero este duende no es un duende cualquiera. Con sus travesuras, cada tanto nos sacude la monotonía diaria del pueblo. A veces con bromas muy pesadas llega a alimentar broncas y enojos, felizmente de corta duración. En su intención no está el hacer el mal a nadie, aunque las consecuencias de sus bromas pueden llegar a ser francamente molestas

Así es mi pueblo, con su paisaje, su gente, sus raras costumbres y... hasta

con un duende!! Un día de un caluroso verano, el duende nos hizo su última travesura.

Molesto y aburrido, una siesta en la que ni los lagartos se movían de la fresca sombra de las piedras, se le ocurrió fastidiarnos haciendo que hiciéramos todas las cosas “al revés”.

Así comenzamos a sentir incomodidad con nuestras ropas y nos las pusimos

al revés. A nuestros zapatos también los cambiamos izquierdo por derecho y viceversa.

¡Un verdadero lío! Pero la cosa comenzó a tomar ribetes más complejos

cuando, por ejemplo: en las escuelas, los chicos se portaban mal y entonces las maestras los premiaban con golosinas. Sus envoltorios y papeles eran tirados por los chicos al piso sin el

CONFORT.

Buscado y añorado, cuando lo tenemos no lo queremos soltar. Cómo hacerlo si solemos pagar precios muy caros por él, más aún en los tiempos que vivimos. Al amparo del confort y resguardados de situaciones incómodas, difíciles de solucionar, o que nos exigen definiciones “sesudas”, vivimos relajados y dedicados a los placeres más diversos, “total... cualquier problema, será resuelto en otro momento.” Cuando logramos una zona de confort, resulta difícil salir de ella. Imaginemos estar en una sala refrigerada durante una siesta de verano cruelmente calurosa. Construimos “zonas de confort” definidas por un conjunto de actitudes y decisiones que, puestas a funcionar, nos ajenan automáticamente de situaciones “problema” de difícil resolución y que nos cuesta enfrentar. Así, no queremos tomar la decisión de salir a la calle en esa siesta calurosa que nos promete nada más que molestias. Cuando estamos confortables en nuestras vidas... ¿no será que un acondicionador de aire nos enfría la realidad de nuestros problemas? Y... ¿si salimos a la calle?... tal vez, sentiremos el rocío cuando nos moje la cara, y el sol cuando nos seque el rocío... Sentiremos plenamente cada instante. Solo si salimos a la calle.

26menor cuidado. Los políticos pedían por favor que no los votaran. Los enemigos se amigaban y los amigos se enemistaban. Presos y policías cambiaron de lugar. Alguno se emborrachó con leche. Otro, muy equivocado hasta se abrazó con su suegra!

Así, y sólo por hacer las cosas al revés, arremetimos contra Arus Abal y

empezamos a llevar hacia este lugar todo aquello que sobraba, ensuciaba y que nos molestaba. Todo eso iba a parar a Arus Abal ¡¡¡nuestro Lugar Importante!!! Y lo que es más raro aún, ni siquiera nos dábamos cuenta de todos esos cambios!!

Justo el día en que el duende tuvo tamaña ocurrencia, un vecino de mi

pueblo pensó en poner un importante cartel en Arus Abal para señalarlo sin duda alguna, ante los turistas que por allí pasaban. Pero... estaba precisamente haciéndolo cuando el duende pasó por allí y encantó al desprevenido pintor provocándole la misma confusión del “revés” que ya comenté, y entonces... escribió al revés el nombre del paraje.

El sinvergüenza del duende se retorcía de risa en el suelo agarrándose la

panza, pensando en el disparate y en la incoherencia que resultaría de esa picardía. Cuando se calmó un poco, levantó su mirada hacia el cartel y su risa se tornó en sonrisa y esta, luego se fue completamente de su cara. Aún desde el suelo, sintió un escalofrío que le recorrió la espalda. Vio que todo comenzaba a adquirir coherencia con el desagradable aspecto que, progresivamente, se apoderó del lugar importante con nuestro nuevo comportamiento. En el referido cartel de su incauto pintor, el duende pudo leer: Laba Sura.

Este es un relato sin fin o con el final que cada uno de ustedes elija.

Podemos seguir este cuento actuando al revés, podemos comenzar a actuar al derecho o, tal vez, podemos simplemente comenzar a preguntarnos:

¿A MI?... ¡NO, EH! El ambiente no es ajeno a lo que hacemos con y en nosotros mismos. ”Lo de afuera” y “lo de adentro”, “lo propio” y “lo ajeno”, a la larga o a la corta se conjugan en una inevitable línea de coherencia. Aún con una lógica que resulte en nuestro propio perjuicio, pero coherente al fin, los “residuos” de nuestras decisiones son descuidadamente ubicados en lugares donde no los vemos. Ocultos, parecen ya tratados. Otras veces, expuestos e incorporados al paisaje, vuelven a ocultarse tras una irresponsable toma de decisiones que a la larga nos contamina. Una sociedad “sucia” está conformada por individuos “sucios” que ocultan las consecuencias de sus errores con actitudes “cosméticas”. De nada vale el desodorante si no nos lavamos. Nos molesta el olor del otro pero toleramos el nuestro. Lo justificamos y hallamos cientos de razones para explicarlo. Pero... si olemos mal: ¡a bañarse pues! ¡A hacernos cargo de nuestro ambiente, de nosotros mismos y de nuestro interior... sí, de nuestro interior también! O acaso caeremos en el divague de tratar bien a nuestro ambiente exterior sin mirar a nuestro ambiente interior?

27¿cuántas actitudes construimos al revés? ¿cuáles son los duendes que nos llevan a hacer estas cosas? O mejor aún ¿dónde estarán estos duendes? ¿estarán adentro nuestro? ¿estamos preparados y o motivados realmente para ver las cosas de un

modo distinto? ¿O seguiremos insistiendo que en las tortas de cumpleaños las velitas, van

abajo de la torta? ¿Alguna vez llegaremos a sentir la agradable sensación de soplar nuestras

velitas de cumpleaños? ¿Podemos llegar a creer en algún iluminado que quiera, él y sólo él, poner al

derecho algo que entre todos pusimos al revés? ¿Tendremos el coraje de asumir entre todos los costos que conlleva el

intento de hacer las cosas “al derecho”? ¿O... nos quedaremos cobardemente sentados sobre los costos de seguirlas

haciendo al revés? Señoras... Señores, el final de este cuento lo escribe cada uno de ustedes.

Yo, debo volver a mi pueblo... Muchas gracias.

-Bueno.. bueno, querés dejarme en paz! ¡Pero qué cargoso! ¡No ves que me estoy despidiendo! ¡Sh!¡Callate ya! ¡Hasta acá venís a molestarme!-

Perdón Señoras y Señores, debo disculparme. Sucede que el duende de mi pueblo tiene otra “particularidad” más: cuando las “papas queman” y no sabe qué hacer con sus “metidas de pata”, sale corriendo a pedirnos ayuda y disculpas a los vecinos que ha perjudicado. Precisamente lo tengo ahora desesperado a mi lado tironeándome para

HACERSE CARGO. Los 50´ fueron tiempos de despertar a los avances modernos, tiempos de guerra, de industrias pesadas y de destrucción. Los 60´ fueron tiempos de un pie en la luna y de la posguerra con cicatrizaciones con amor libre y vida en comunidades, tiempos de ciudadanazos en contra de la opresión. Los 70´ fueron tiempos de ideales e ideologías, de luchas justicieras y de represiones del horror. Los 80´ fueron tiempos de transición y de ... “con la democracia se come...”, tiempos de aires nuevos con frases que se enranciaron en poco tiempo, de olvidos impuestos y de dolorosas memorias. Los 90´ fueron tiempos de pisar la pelota y de aceptar que es necesario comer a pesar de nuestra doliente democracia, tiempos de estados chicos y de desequilibrios grandes. Los 00´ (cada uno lo dirá como quiera) son tiempos de HACERSE CARGO ¿De qué? Pues de nosotros mismos, del otro y del ambiente. ¿O vamos a pasar otros 50 años más sin hacerlo?!

28sacarme de aquí.

Que.. por qué no lo ven ustedes? Pues porque solo puede ser visto por los vecinos de mi pueblo ¡¿Esperaban que el muy cobarde se dejaría ver?! No, ni lo piensen!

-Querés dejarme de tironear, ya basta! Bueno... bueno, pero no te desesperes así ¡¿Qué pasa ahora?!...-

A esta altura debo contarles algo más de mi pueblo. Yo estoy ante ustedes porque su pueblo está mal, sí, ya lo sé, pero el mío está muchísimo peor. En mi pueblo, la travesura de nuestro duende ya no se pudo parar y el desastre es general. Semana a semana, luego día a día y ahora ya instante a instante, el desastre avanza sobre nuestras casas sin poderlo parar.

Hoy, personas de mi pueblo, como yo lo hago ante ustedes, salimos a otros

pueblos a intentar contrarrestar el desastre. Salimos a buscar en otros horizontes... ayuda. Sí, sí, vengo a buscar ayuda!!! Vengo aquí porque ustedes todavía pueden parar el desastre

¡¿Es que no se dan cuenta que no han llegado aún al extremo al que llegó mi

pueblo?! Si ustedes paran este desastre, tal vez, el efecto se propague y llegue algún día a mi pueblo!... si todavía estamos allí.

Perdón, pero... otra vez! Es el duende de nuevo, espérenme solo un segundo

y ya vuelvo con ustedes. –Pero ya basta, dejá de tironearme! ¿Qué decís?! ¡Pero si ya sabes que

desde

HECHOS DE LA REALIDAD. Entre las localidades de Belén y Londres en la provincia de Catamarca, existe un ancho río de régimen temporario y torrencial, típico de pre Cordillera. Este Río tiene el “musical” y cálido nombre de Alpa micuna , que en voz aborigen referiría al carácter salobre de sus tierras. Ambas localidades coincidieron espontáneamente en utilizar a las riberas de este río como basural a cielo abierto, confiando en que año tras año el mismo río se encargaría de “auto limpiarse”, gracias a sus grandes crecidas anuales. También espontáneamente los pobladores locales comenzaron a llamarlo “el río de la basura”. Promediando el 2001, cinco miembros del AAdeM trabajamos en ambas localidades (a solicitud del Equipo “El Puente” y con la valiosa colaboración de MACVI-Medio ambiente y Calidad de Vida) a fin de sensibilizar a las comunidades involucradas y a sus niveles de decisión, en la toma de conciencia de los caminos que se debían seguir para revertir esta problemática. Se realizaron dos encuentros, uno en cada localidad, finalizando con una jornada de trabajo limpiando la ruta provincial que cruza al río. Finalmente, se recordó, respetó y retomó su nombre original. Los residuos se disponen hoy en enterramientos adecuados.

29hace días se están llevando a los viejos a Laba Sura para dejarlos allí! ¿Por qué me venís a molestar tanto ahora?... ¡¡¡Qqqueeeeeé!!! ¡¡¡Noooooo!!! ¡A ese viejo no! ¡A mi viejo no!!! ... ¡Dejame pasar, no me agarres, tengo que ir antes que... ...¡¿Qué más me querés decir ahora?! ¿Cómo...? ¿Qué me vienen a buscar a mí?!....- ¡Por favor, les suplico que me ayuden! ¡Ayúdense! ¡Pero ya!!!!!!

Capítulo 5: Hologramas

ndaba “en solitario” y de incógnito por los cerros, tal y como acostumbro hacerlo cada vez que me saturo de la gente que merodea en mi trabajo. En esa oportunidad me encontré con un

personaje que desentonaba ampliamente con mis prejuicios sobre la calidad de vida del serrano, su espíritu abierto, humor inocente y rasgos hasta de placidez, aún cuando se los vea rodeados de restricciones severas en lo material . Esta persona, era a todas luces un intelectual, se mostraba cerrado y hasta oscuro, con gestos de resignación, aún rodeado de bienes materiales que señalaban un nivel social destacado. No es que se mostrara mezquino, pero todo en él lo hacía aparecer como si estuviera enclavado en ese remoto y aislado paraje en contra de su voluntad. Su obvio refugio tenía profusión de diversos sistemas de seguridad, uno más complejo que el otro. El camino de acceso tenía ya borradas las huellas del último vehículo

A

MENOS DE LOS UNOS Y MÁS DE LOS OTROS. Solemos referirnos al “estado de las cosas”. Cuales quiera sean “las cosas” referidas a la larga o a la corta llegamos a un cuello de botella en donde el conflicto se estrangula y nosotros con él. En tales situaciones, los más convencidos y movilizados de la sociedad elaboran propuestas que, con simples decisiones de gobierno, señalan salidas creativas e incluso a bajo costo. Es frecuente (y no me animo a arriesgar porcentajes por miedo al pánico) que tales propuestas se guarden en cajones de algún escritorio sin ver nunca más la luz. También es cierto que aún las decisiones más simples a veces requieren de grandes gestos de coraje para ser llevadas adelante, pero... ¿no será que... sobran cajones y faltan cojones ? Sino... imagínese: ¿cómo viviríamos? si hubiera... menos de los unos y más de los otros.

30que las marcó, cubiertas de un césped de varias temporadas. Yo llegué hasta él y tuve que permanecer un día y algo más simplemente por necesidad. Ocurrió que en mi caminata me sorprendió una importante nevada. Me perdí sin saber para dónde seguir al intentar llegar al encuentro de un grupo de amigos que me esperaban. Fui de un lado al otro bajo la nieve y al ver la llamativa morada del personaje que refiero, me acerqué contento pensando en que la importante antena que ostentaba en el techo de su vivienda, me permitiría comunicar con quienes estaban esperándome sin saber de mi despiste. Afortunadamente así sucedió, pero una fuerte e inesperada interferencia solo me permitió darles mi localización, luego se cortó la comunicación. Total que tuve irremediablemente que esperar a mis compañeros hasta que fueran en mi encuentro, sin saber cuanto demorarían. En realidad no había mucho que hacer, más que tratar de pasar el tiempo intentando alguna conversación que pudiera aliviar la interminable espera. Sin saber el por qué, este personaje me fue intrigando más y más. Su aparente hostilidad se fue desvaneciendo poco a poco, hasta quedar al descubierto un tipo sensible y muy preocupado por el mundo “exterior” a su aparentemente, forzado y alejado retiro. Sus gestos de cordialidad se reiteraron tímidos y espaciados. Buscaba evidentes excusas para pasar cerca mío e intercalar alguna titubeante frase. Finalmente yo, ya desinhibido del freno inicial, me animé a forzar un poco más el diálogo. Lo hice con cuidado pero con

MENOS DE LOS UNOS Y MAS DE LOS OTROS (bis). Sabemos que “la torta” de todos se la comen unos pocos. Ya, a estas alturas, eso no nos quita el sueño... ni mucho menos el hambre. También es sabido que la torta es cada vez más chica, que somos más para repartirla y que se la terminan comiendo cada vez menos. Tampoco nos vamos a sorprender si presenciamos la desvalorización y pérdidas de reivindicaciones sociales que costaron sangre, sudor y lágrimas obtener. Transformaciones estas, a favor de unos pocos, casualmente: “los mismos de siempre”. Ni siquiera nos caben dudas de que son más los que repiten y copian, que los creativos e innovadores. Como tampoco nos extraña quienes se suicidan por la pérdida de algo material y, sin embargo, sí nos extrañamos de quienes ven a ese “algo” solo como un medio reemplazable y secundario. Pero... por un instante, solo por un instante, imaginemos cómo viviríamos si hubiera... MENOS DE LOS UNOS Y MÁS DE LOS OTROS

31insistencia hasta el punto en que el pobre hombre comenzó a hablar casi sin parar, como queriendo aprovechar la oportunidad de confesarse de algo que no alcanzaba yo a entender. Así pues, empezó a comentarme su historia personal que debo, según su expreso pedido, compartir con ustedes. Este personaje me dijo : Soy Ingeniero en Bioelectrónica y por esas cosas del destino, mi vocación y preocupación me llevó a desarrollar una tecnología de última generación. Resulta bastante “sofisticada” y compleja para explicarle los aspectos teóricos de su funcionamiento, pero estoy seguro de poder despertar su interés al contarle las aplicaciones y consecuencias inmediatas de este invento, que hoy me animo por primera vez a contar.

Abocado a estudiar la pureza de los elementos que consumimos o con los que nos vinculamos de alguna manera en nuestra vida diaria, creé un equipo para detectar sustancias extrañas en los mismos. Así, el agua aparece como sustancia extraña en una pieza metálica, el mercurio en los alimentos, el plomo en una almohada de plumas y, de igual manera, podríamos analizar todos los elementos que nos rodean. Ese fue el comienzo de mi experimento y la finalidad inicial de mi desarrollo tecnológico: el descubrir sustancias extrañas.

La versión más compleja del equipo detector que le cuento, tiene el aspecto de un cañón portátil en cuya empuñadura se encuentra un display que indica la naturaleza de la sustancia detectada. Luego, un programa adecuado procesa en una PC la información obtenida e indica el origen probable de la sustancia problema.

CHARLES DARWIN. Su solo nombre nos remite a la Teoría de la Evolución de Las Especies, a viajes extensísimos, a observaciones detalladas, a la vida adaptándose a situaciones adversas en una “prueba y error” para que sobreviva el más apto. Tales circunstancias no deben ser solo consideradas para plantas y animales... digo: para “los otros animales”, sino también para nosotros mismos. ¿Cuáles serán los procesos de selección a los que estamos siendo sometidos? ¿Cuáles serán las adaptaciones que estamos experimentando y cuales serán las características genéticas que estamos “fijando”? ¿Resultará de todo ello EL HOMBRE NUEVO, como lo hace el ave fénix desde sus propias cenizas? El Fenixderthal resultará entonces hasta favorecido por lo desfavorable de nuestra sociedad. Muestras evidentes y espontáneas de adaptación están surgiendo por doquier. ¡Sigan! ¡Sigan presionándonos! El Fenixderthal, está al acecho!

32 Un día me dirigí por expediente y con todo detalle y fundamentación a las autoridades del gobierno local, para ofrecer mi creación y, a la vez, para solicitar el apoyo económico que permitiera su aplicación masiva a fin de mejorar la calidad de nuestras vidas al aplicarse, por ejemplo, en la industria alimentaria y en la producción de medicamentos. Lamentablemente se puso una vez más de manifiesto que EN LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA SOBRAN CAJONES Y FALTAN COJONES.

Ante la indiferencia generalizada que coseché en ese intento decidí, como medida extrema, colarme (con una versión reducida de mi equipo) en el primer banquete que estos figurones ofrecieran a sus acólitos, sea cual fuera el pretexto que en esa oportunidad expusieran como motivo de semejante gasto. Pretendía entonces enrostrarles que los productos que estaban consumiendo eran portadores de sustancias nocivas para la salud humana y que mi equipo podría emplearse para salvar vidas al prevenir daños al ingerirlos.

La idea me motivó seriamente y me dio coraje para afrontar los riesgos que el intento sugería, al estar mezclado con semejantes “tiburones” de la política y, más todavía, al considerar que expondría públicamente en evidencia la indiferencia con que habían tratado tan importante tema. Llegó el día esperado y, según mis planes, logré primero infiltrarme entre los guardias. Tal y como me lo había propuesto, me acerqué a la mesa de los bocaditos y aperitivos, zigzagueando entre políticos de gran talla y mayor talle. Empuñé disimuladamente mi equipo detector y... justo al dispararlo se cruzó uno de esos figurones. El disparo ya era inevitable y, al observar mi detector, advertí que comenzó a enloquecerse. En el display se sucedían números indecisos como si fueran de una máquina tragamonedas.

GANAR EL TREN. En el estado actual de las cosas y con las experiencias aquilatadas, cuales quiera sea la actividad que consideremos, podemos acordar en que se conoce ya lo suficiente como para esperar cambios positivos que nos “religuen” con nuestro ambiente . Sin embargo, estos cambios no llegan o se hacen esperar en medio de un ambiente que no espera para seguir deteriorándose a un ritmo mayor que nuestras pretensiones de cambio. Ese “ir decidiendo por detrás” del deterioro que causamos, nos auto define en un papel pretendidamente responsable de “EL REMEDIADOR” , en lugar de actuar con naturalidad, ARMONIZANDO y PREVINIENDO. Claro está que debemos SÍ O SÍ remediar sobre lo ya hecho , pero... ¿no será que hoy también seguimos acumulando errores ? Y... si hoy me concentro solo en solucionar los errores del pasado, mañana: ¿tendré que corregir mis errores de hoy ? Solo una activa, dinámica y comprometida actitud de indagación y reflexión seguida de una acción consecuente, cortará esta histérica rueda de auto destrucción en la que nos creemos que el vagón de cola llegará antes a destino que el coche motor. La propuesta es: Indagar-Reflexionar-Decidir-Actuar . De no ser así, seguiremos pasivos ante vías que veremos alejarse hacia el horizonte, es decir: seguiremos “para atrás”... desde el vagón de cola .

33Pensé que, en la sorpresa, había operado mal al detector, así que disparé nuevamente. Pero era tal el apretujón en torno a la mesa y sus manjares que ... ¡otra vez! Se cruzó un entrometido con su panza, boca y manos llenas, que iba en busca de alguito más. Mi detector nuevamente enloqueció.

Empecé a sospechar algo que iba tomando forma en mi cabeza y que no podía creer. Olvidado ya de la comida apunté y disparé una y otra vez a cada político que se me cruzaba a menos del metro y medio del alcance de mi detector de bolsillo.

Sí, ya no cabía duda ¡La mayor parte de los asistentes a esa festichola eran enteramente sustancias extrañas! Desorientado y hasta confundido me retiré hacia mi laboratorio a bajar los datos a la PC, desde mi detector. Ansioso, procesé la información de mil maneras diferentes y todas ellas dieron el mismo resultado y apuntaron al mismo origen de esas sustancias “raras”: El Planeta Beta Dolarium de la constelación de la Bolsa Mayor.

¡Imaginese! ¡Sí, aunque no me pueda ahora creer, puedo asegurarle que nuestros políticos, en su amplia mayoría, son EXTRATERRESTRES! Más específicamente, son hologramas extraterrestres con la misión de dominarnos y... si no, fíjese ¡Ahora sí que “cierran los números”!

- Aparentan hablar un idioma igual al nuestro, pero es imposible entenderlos.

- El contenido de sus discursos refleja realidades extrañas a las nuestras, que insisten en hacernos creer.

- Proponen metas “ideales” que a todas luces nos perjudican. - Malogran conquistas que nos benefician.

AHORA ES CUANDO. Solemos tomar decisiones sin mucha indagación y menos reflexión, donde la información solo pasa a ser consumida como una formalidad más. Circunstancia esta, gobernada por fuertes presiones de tiempo o simplemente porque... “así estamos entrenados para hacerlo” . Cuando logramos actuar en forma responsable, la información nutre nuestras decisiones., Pero... en estos casos ¿qué ocurre con nuestra percepción como medio no intelectual de informarnos? A pesar del peso que asignamos a nuestra intelectualidad, es nuestra percepción la que responde por nosotros en las situaciones más extremas y vitales. ¿Será que no estamos aún en una situación extrema y vital? Y... si así fuera ¿qué pasaría si “reaprendiéramos” a “escuchar” nuestra percepción? ¿perderemos algo? O tal vez podremos ganar en agilidad y efectividad a la hora de resolver nuestros problemas ? Respecto a esos...“cambios positivos que se hacen esperar” : ¡Señoras y Señores! ESOS CAMBIOS NUNCA LLEGARÁN. Simple y precisamente, porque los estamos esperando. AL CAMBIO HAY QUE HACERLO. AHORA ES CUANDO!

34- No manifiestan temor al voto pues tienen recursos tecnológicos que les garantizan el triunfo en las próximas elecciones. - Son insensibles al drama. - Su alimento es el poder y su excremento es algo que llaman

“justicia”. - Protegen celosamente su intimidad pues allí se quitan sus caretas y

se podría ver su monstruosa identidad. - Se rodean de guarda espaldas para que no tomemos contacto con su

imagen virtual. Estos invasores se reflejan en los espejos, doblan sus meñiques, comen

ajo, respiran, y hasta se reproducen entre ellos y con nosotros. Los detecté en todos los niveles de decisión.

Aún con todo ello, no todo es malo, hay de los nuestros entre ellos, no

serán muchos pero los hay. Es fácil diferenciarlos, es hasta casi evidente, no es necesario que usemos detectores. Todo el que quiera puede detectar a esos invasores “truchos”. Basta con analizar lo que hacen. Todos ellos están en contra de:

- El sábado “inglés” - El despido pago. - Los sindicatos. - El trabajo “efectivo” y los aportes jubilatorios. - El litro de leche diario para trabajadores expuestos a sustancias tóxicas. - El derecho a la educación pública. - El derecho a la salud pública. - La copa de leche. - Las escuelas rurales. - Los dispensarios.

DE LA RAZÓN A LA SIN RAZÓN.

Como si fuéramos legiones de Don Quijotes, a veces siento que nos bandeamos de la razón a la sin razón, de la solidaridad al egoísmo, de la sensibilidad al témpano, de lo blando a lo duro, del ser al no ser. A veces siento que nuestro Alonso Quijano añora bondades y libertades de nuestro Don Quijote y que el primero, muy a su pesar y aterrado por su cordura, no se anima a enloquecer. A veces siento a una realidad que supera en forma extrema a la ficción más imaginativa. A veces siento que el grito de los excluidos se oye menos que el silencio indiferente de los poderosos. A veces siento que el niño es responsable por disfrutar de su vida, y que el adulto no lo es por vivir esforzándose. A veces siento que si callo me escucho, aunque los demás piensen que no digo nada. A veces siento que si siento me acerco a la mitad más olvidada de mi esencia. Y, desde la otra mitad, pienso: ¿Qué tendrá de loco Alonso Quijano si Don Quijote me parece tan cercano? ¿Cuántos de mis molinos o de los tuyos giran solo para darnos qué hacer? ¿Cuánto ladrido rodearía nuestro andar si no lo anduviésemos con hojalatas de armadura y alumbrados por un tizón de locura? Y finalmente: ¿Qué sentido tendría el “vaivén” si no fuera para ir despreocupados de la razón a la sin razón?

35- El fomento a la industria nacional. - El desarrollo del agro. - El desarrollo de una ciencia y técnica que nos independice de los

patrones de siempre. - Los servicios estratégicos del estado en cuanto a la minería,

hidrocarburos, energía, producción de medicamentos, siderurgia, y otros.

- La identidad y el orgullo por lo regional. - El cuidado de nuestros niños y viejos. - El respeto por la tierra de nuestros padres. - El cuidado de la tierra de nuestros hijos.

Algo que nunca pude imaginar fue el resultado obtenido por mi locura y las implicancias que desencadenó en mí y en mis congéneres. Aunque no me crean (pues sé que es difícil de creerse lo que digo) ¡Presten atención, no se dejen dominar! ¡Vienen por más!

Así terminó su relato, el personaje del que les cuento. Con una mezcla de terror y satisfacción por haberse sacado su verdad de encima al sentirla compartida por primera vez. Se retiró a su habitación despidiéndose sin una palabra más pero dejándome un fuerte y cálido abrazo. Luego, cerró su puerta con tres llaves y nunca más lo volví a ver ni a escuchar de él.

Me dio mucha pena que persona tan noble desquiciara de esa manera. Yo, simplemente cumplo con lo que considero pudo ser su última voluntad. Hago así público el motivo de su alejamiento, para que su familia lo identifique en este relato y comprenda la necesidad de su forzado alejamiento del que, temeroso, no se habilitó a dar ninguna referencia... pobre hombre, solo con su locura en medio de la nada.

¿ORDEN O CAOS?

“El Tao del Cielo quita donde sobra, y completa donde falta.

La ley de los hombres es, sin embargo, muy distinta:

Quita donde no hay suficiente para dar donde sobra.”

Lao Tse. Palabras milenar ias con vigencia palmaria, ref lejan esencias contrastadas. Así, la esencia de la naturaleza es la complejidad y el caos. El hombre también la comparte pero, al negar su esencia, reacciona con simplificaciones extremas y orden impuesto que terminan en interminables e inmanejables complicaciones. Esta “simplicidad” con que se abordan temas complejos se aprecia claramente en la actitud de renombrados especialistas cada vez más especializados, surgidos de un sistema educativo parcelario y desintegrador de una esencia natural de la que debió nutrirse. El escenario político y sus consabidas decisiones cortoplacistas, es otro ejemplo de la cuestión donde la ansiedad y la urgencia por forzar resultados para disfrutarlos dentro de un período de gobierno, desarmonizan ante los pulsos y ritmos naturales con que suceden las cosas. Así, el natural caos en el que fluye la naturaleza se aterra ante el orden impuesto por el hombre.

36 Bueno, ahora debo volver a mi trabajo, el Senado me espera.

Capítulo 6: Un tropezón que fue caída.

ransitábamos por un cerro muy especial cuyo nombre luego supimos, era Goliat, lo hacíamos junto a familiares de uno de nosotros. Caminábamos como tantas otras veces, apremiados por la tarea y deslumbrados por un

paisaje enorme, majestuoso y hasta con cierta violencia desapercibida que, paso a paso, comenzó a hacerse más y más manifiesta, en un tránsito escarpado y riesgoso en extremo. En esa oportunidad nos ocurrió una prueba inesperada de destreza, habilidad y, muy especialmente, de fuerza y de determinación “al límite”. Incauto, protagonizó el hecho uno de los menores del grupo del Aula. A decir verdad, nada extraño ocurría hasta el mismo momento en que el menor perdió la firmeza de su paso, resbaló y cayó rodando cuatro veces hacia abajo. Cayó tan abajo que se perdió totalmente de la vista del grupo. Todos lo llamamos por su nombre sin recibir respuesta. La situación era desesperante. No lo podíamos ver. No lo escuchábamos. Aún y con todo ello, no había nadie de los allí presentes que no sintiéramos que él seguía allí. Todos le seguíamos hablando por que sentíamos sus respuestas, muy tenuemente, muy entrecortadas, como si estuviera hablándonos en su característica voz baja, tal y como siempre lo hacía. Sentíamos que al final del abismo estaba él, aguardando nuestra ayuda.

T

¿Y SI JUGAMOS A JUGARNOS? Perdón por si escribo trabado pero recién un sapo me he tragado y a más de eso entre tanto seso quiero compartir sin partir este suceso, es que hoy hay una cosa que me acosa: por si acaso la lucha de casuales y causales cediera y se diera cuenta que la cuenta de lo que tengo y mantengo no se da con lo que doy y soy... Resulta que muy resuelta la ética se me vino pura estética tapada de cosmética y me dejó una búsqueda frenética y tan patética que terminé aislado como en caja hermética. Otras veces desde muchas voces en los censos sentí el disenso sobre si a ciencia y conciencia o por efecto de su defecto o tal vez por omisión de su misión, algún funcionario no funciona y resulta presa de lo que no expresa. Sin más tinta me siento en una posición tonta ante tanta ostentación y tentación de seguir escribiendo, describiendo y descubriendo sobre esta inspiración que no busca ser de nadie instigación. Arisco y desubicado como marisco sobre un risco, me siento y presiento que si solo me siento solo y aislado voy a quedar asilado y azulado de bronca de gritar con voz ronca lo que tales cosas entronca. Prefiero entre lo que refiero y aunque resulte refiero, separar por las claras las yemas de las claras diciendo basta a tanta suba y subasta de la tela y de la corruptela que enrasa la taza sin ver que arrasa y atrasa la traza de la balanza que a punta de lanza te lanza con ruidos en la panza. No es tiempo de templados ni helados pero tampoco pa calentones que tensen sus tendones solo pa gritar sus dones. Porque... aquí, bien desde abajo y sin atajo, sigue en falta la paz, el pan y el trabajo.

37 Afortunadamente, teníamos tres fuertes sogas: una era de los familiares del accidentado, otra de sus amigos más cercanos y otra de nosotros, el grupo del Aula Abierta. Ninguna de las tres parecía lo suficientemente larga como para llegar hasta la supuesta obligada morada de nuestro desdichado amigo. Unimos las tres sogas y en un instante de esperanza y de convicción como pocas veces he visto y sentido, lanzamos en ellas la extensión de nuestros brazos. Con ansiedad sostuvimos la soga con fuerza, esperando alguna respuesta desde el otro extremo. Sin saber si la soga había llegado a su destino y en ausencia de la esperada respuesta, la recogimos una y otra vez y la lanzamos otras tantas veces como en un intento ya desesperado de pescar a ciegas a nuestro amigo. Una y otra vez el viento azotó la soga flameando y marcando unos puntos suspensivos que presagiaban algo que ninguno osaba creer. Con empecinamiento seguimos intentando el rescate. La experiencia estremecería a cualquier espectador, pero allí, en la cima del Goliat, nada parecía existir sino el esfuerzo en ese intento de comunicación. No sé cuanto tiempo pasó hasta que los padres del caído, ya en el borde del abismo y como en todo momento encabezando la fila de los que sosteníamos la larga soga, miraron hacia atrás para decirnos, en un tono muy bajo casi sin poderlo creer: “¡Ahí está, está tirando de la soga, se mueve, está subiendo!

Desde ese mágico o milagroso momento, la soga no ha dejado de estar tirante. Se siente que se mueve lenta pero seguramente al ritmo de su escalada. Va de un lado al otro como si fuera el ritmo del marca paso de un músico. El ritmo es lento: Tac...tac...tac pero la vibración se siente cada vez más y más cerca. Aún no lo vemos, pero subir, está subiendo, ya no cabe duda.

DE CARNE Y HUESO. Entre tanto personaje de ficción nos rodean personas que sienten, gozan y sufren intensamente. Personas cuyas vidas y vivencias son de una riqueza tal que sin esfuerzo de nuestra imaginación, saltan a la ficción sin casi notarse el cambio. Ídolos cotidianos de carne y hueso que han llegado para ganarle a la muerte proyectándose en una vida mejor y bien ganada. David Finzi es un amigo que escribió junto a su familia y con su ejemplo las páginas de un cuento de lucha, fe y convicción en la vida más allá de las certezas de la ciencia y de las estadísticas en su contra. Un día, en medio de su fiera lucha, la mirada de David me habló, ya que con su cuerpo inmóvil no podía hacerlo de otra manera, y me dijo: hay un mundo mejor que merecemos, yo me lo voy a ganar. Y así fue.

38En la cima del Goliat, no sé a quién se le ocurrió primero, pero fue de

todos el sentir, rebautizamos al caído, le llamamos: DAVID.

Capítulo 7:

El “Treinta Pie” no es un bicho... aminando caminos, senderos, sendas, huellas o simplemente andando cerros sin rumbo fijo, nos encontramos con el “treinta pie”. Encuentro tras encuentro pudimos aprender

que el “treinta pie” es anunciatorio de sentires, ideas, opiniones, críticas, sugerencias, acciones y proyectos. El “treinta pie” siempre se nos apareció cargado de deseos de ser escuchado, comprendido, alentado, apoyado, acompañado y criticado sanamente.

Cada vez que hemos alimentado al “treinta pie”, se nos apareció un mundo insospechado. Pudimos convertirnos en un importante contribuyente anónimo ante los deseos de superación que todos llevamos dentro... Deseos que no siempre dejamos salir, tal vez porque a cada intento de asomarse a una comunicación

C

MOVIMIENTO: Acción que lleva a cambiar de lugar. Desplazamiento de la materia. En Clima: desplazamientos de masas de aire que ocupan espacios dejados por otras bajo la influencia de la presión y o de la temperatura. En Física: acción asociada a un trabajo. Por oposición a imperturbable: sensibilidad que lleva a la acción. En Ciencias Sociales: Asociación solidaria de personas que sensibilizadas por fuertes motivos en común, y desde un marco filosófico y teórico compartido, se comprometen en la acción hacia el cambio de paradigmas. La continuidad de tales acciones promueve el incremento progresivo de su masa social, sin que por ello necesariamente deban llegar a la masividad. A lo largo de la historia de la humanidad, han aparecido movimientos desde selectos o exclusivos a masivos y generalizados. Así como también se han dado con permanencia variable en el tiempo, siendo algunos “fugaces” y otros de gran permanencia. Ha habido movimientos en las ciencias políticas, en la educación, en la técnica y en las artes, entre otras áreas del conocimiento. ¡Y vos?... ¡Vamos! ¡Vamos! ¡A moverse! ¡Que pasa el movimiento!

39esperanzada, le siguió un oído sordo, indiferente, o simplemente demasiado apurado como para prestarnos su atención.

Alimentar al “treinta pie” es fácil y está a nuestro alcance. Sin embargo, hay una dificultad. Los “treinta pie” solieron aparecérsenos flacos y sufriendo de inanición. En buen romance: estaban muertos de hambre. En estas condiciones asumieron comportamientos muy variados. A veces, huraños y esquivos, no dejaron ver ni un solo pie sino luego de un largo rato. Otras, mezquinos, dejaron ver un solo pie para mostrar otro recién cuando nos estábamos despidiendo de él. Algunas veces, en un desborde de frenesí, nos mostraron uno tras otro sus pies. ¿Cómo los encontramos? Pues... es muy fácil, en medio de una conversación amena, cálida, desinteresada, intensa, fluida, cordial y relajada. Puede ser hasta con mate y criollos o pan casero sobre una mesa modesta e improvisada, o con un café expres sobre un flamante escritorio cubierto de facturas o expedientes. El “treinta pie” ya cubrió todos los espacios. Se han dado todas las condiciones para que su reproducción alcance escala universal ¡Es invasor de soledades!

Pasa, que el “treinta pie” no es un bicho... son muchos dichos enlazados en un intento de comunicación puro y llano.

Cada dicho o cada “pie” anuncia una parte sustancial de la comunicación que debe ser alimentada, escuchada y jerarquizada con comprensión, aliento, apoyo, acompañamiento y crítica sana.

Para hacer todo eso, simplemente debemos buscar dentro nuestro. Sí, precisamente allí está la esencia de ese alimento tan esperado. Al decir esencia me refiero a lo esencial del aporte. Luego, podemos rodearlo de todo aquello que aprendimos durante años y más años de estudio. Eso, es importante... pero no esencial. Este “vestido” intelectual no será reconocido como alimento por el “treinta pie” si no lleva dentro la esencia de nuestro interior.

“COMUNICADO NÚMERO UNO: ...” A muchos nos estremecen estas palabras. Con solo recordarlas nos retrotraen a tiempos donde el concepto de comunicación se bastardeaba a diario. Así, se decía “comunicar” aquello que debíamos cumplir..., más aún, que toda la sociedad en Argentina debía cumplir a costa de nuestras propias vidas. Otras veces escuchamos: “¡¿Se lo comunicó a su superior?!” Cuando en realidad la intención era preguntar si se pidió debido permiso para hacer algo, o... si se sabía que lo hecho estaba expresamente prohibido por alguien... superior. O por ejemplo, cuando decimos: “esta incomunicado,” señalando a alguien que parece estar sufriendo solo por excepción (debido a razones legales o tecnológicas hoy con frecuencia asociadas a fallas en telefonía o Internet), la falta de comunicación a la que referimos. En otro orden, cuando nombramos a un equipo “intercomunicador”, nos parece necesario utilizar el prefijo “inter”, como si hubiera otra forma posible de comunicarse, obviando a 2 o más personas diferentes. Será que la comunicación está en falta y que “... hace mucho tiempo escucho voces y ni una palabra...” , o será que solo intento no caer en mi propio Cromagnon. Tal vez, solo sea un comunicado más.

40 Una vez, solo una vez que se siente la satisfacción de alimentar a un “treinta pie”, los buscaremos y encontraremos hasta egoístamente... para nuestra satisfacción. Recuerden que egoísmo no es egolatría, permítanse el primero y luchen contra el segundo.

Hay una única condición para que esta satisfacción continúe: TODO LO QUE CREAS LOGRAR AL ALIMENTAR A UN “TREINTA PIE” DEBE SER DESDE EL MAYOR DE LOS ANONIMATOS. La avaricia, la egolatría, la soberbia, lo que de negativo llevamos dentro, puede contaminar la esencia del alimento. Frustrado y engañado, el “treinta pie” se retraerá para no volver a mostrarse.

Que...¿Qué forma tiene el “treinta pie”? A esta altura del relato ya podemos mostrar en detalle a nuestro amigo y... sólo por curiosidad... ¿no tendrán ustedes uno dentro?

Con ustedes.... ¡El “treinta pie”!

COMUNICARSE NO ES COMÚN. Sitodojuntoseescribeseparadoyseparadoseescribetodojuntoysihablarcomienzaconlaúnicaletramudadelabacedario,sientoquepuedoescribirlessobrealgoquemeaflige¡Esquevivimosrodeadosdetantainformación,apiñadaysobrepuestasinningúncuidadoporreiteracionesqueconsumennuestrotiempopersonalcontododescaro!Ocurrequetodosocasitodostenemosenlagranciudadestepecadoquenopornosercapitalnoesunpecadomenor.Veamossino,ysinosanimamosaindagar,cuantagenteadolecedefaltadecomunicaciónydetiempopersonalparahaceralgoporellasmismas,pornosotrosmismos.Siparecequetodoescuestión,másquedeplata,detiempo.Peronodecualquiertiemposinodeesequenostienereservadomuyparticularmenteunespaciodereflexiónconunomismoyoconotrocercano.Antetantapresiónycompresióndetodoydetodosenestostiemposnosfaltaesetiempoparacomunicarnos,paragozardeuninstantedesilenciovoluntario,deuninstanteparasentirquerespiramosyquelatimos.Uninstantequesepareunhechodelsiguiente,unapalabradelasiguiente,unacrisisdelasiguiente,unapersonadelasiguiente,enesteautobúsquedecolectivolequedapocoonada.Situvieraeseinstantelousaríaconplenitud.Sigozaradeeseinstantenomepodríaimaginarqueresultaríadeél.Perosímeimaginoquéharíaconél.Simplementemesentaríaatomarunosmatesconalguiendesconocidoparaconocermemásysentirmeacompañado,comunicadoypreparadoparaelpróximoencuentro.

41 1-¿Qué teparece si...

2-A mi me parece que... 3-No se dan cuenta que... 4-El otro pueblo hace...

5-Yo siempre pienso en ... 6-En poco tiempo esto...

7-Si tuviera plata... 8-Me acuerdo de...

9-Cuánto se podría hacer 10-¡No! A mi no, porque...

11-Creo que... 12-Casi siempre que... 13-Cómo me gustaría...

14-Escuchame... 15-Jamás voy a aceptar...

16-Y si en lugar de... 17-Si yo fuera... haría...

18-En otros tiempo... 19-Me gustaría... 20-Ya casi no ...

21-Si tuviera tiempo... 22-Me pregunto... 23-Se me ocurre...

24-Antes que nos pase yo.

25-Yo me pregunto... 26-Estoy seguro que...

27-A veces me imagino... 28-Mirá...

29-Te parece que... 30-De pibe las cosas eran

FRASES LAPIDARIAS O EL ASESINATO DE LA CREATIVIDAD.

De Claudio Manguifiesta. • Hay que irse, acá no pasa nada! • Materialmente es imposible • Otros ya lo intentaron y ... • ¿Y para qué sirve! • Los recursos son pocos • De eso no se puede vivir • Estas loco? • ¿Quién te enseño eso! • Y ahora que soy viejo, para qué? • Eso no está en el programa • ¡¡¡Ni se te ocurra!!! • Pero si eso nadie lo hace • Mejor, no te metas • ¡¡Vos no naciste para eso!! • ¿Y qué gano con hacer eso? • ¿Por qué no haces algo útil? • Vos sí que no cambiás más • ¡¡Sos siempre el mismo!! • Acá si no tenés una cuña, viejo... • ¿Y quién te lo va a editar? • El público no está preparado • Esto no da para más • Esas cosas no pueden decirse • Mejor, dejalo así • ¡¡Nó!! Esa línea no va más • ¿Te gusta de verdad? • Ya no estoy para eso • No, eso es muy delirante • ¡¡No seas ridículo!! • No pierdas el tiempo en eso

Gentileza de Martín Alejandro Montironi.

42Aclarada la cuestión del “treinta pie”, y sólo si se animan, podrán agregarle más

pie a su cuerpo ya superdotado y así llegar a hablar del “cuarenta pie” y más aún!

Si en medio de una comunicación, muertos de hambre, se nos aparecieran sumamente remisos en mostrar uno de sus pie, una “picardía” que nos podemos permitir es comenzar a utilizar nosotros mismos algún pie en la conversación. Esto generará confianza en el otro y en poco tiempo comenzará a lanzarse a una comunicación fluida y rica que enriquecerá mutuamente a los protagonistas de ella.

La búsqueda del “treinta pie” es solo un intento de ofrecer aquello que en muchos momentos hemos necesitado: un oído cálido, una mano afectuosa, un conocimiento abierto y sin condicionamientos. Es solo ofrecer aquello que hemos necesitado... interesadamente, pues ofreciéndolo lo recibiremos. Fluirá entonces una comunicación en medio de sentires positivos y creativos que tarde o temprano se materializarán.

A todos los que deseen conversar y comunicarse, muchas gracias y adelante!... Alguien, quiere ser escuchado.

Capítulo 8:

Desde el otro lado del cerro.

UN DIÁLOGO Y ALGO MÁS. “El saber ambiental se construye en un diálogo de saberes, propiciando un encuentro de la diversidad cultural en el conocimiento y en la construcción de la realidad y, al mismo tiempo, plantea el problema de la apropiación del conocimiento y de los saberes, dentro de diferentes racionalidades culturales e identidades étnicas.”...”El saber ambiental arraiga en identidades que dan sentido a racionalidades y prácticas culturales diferenciadas. La identidad se enfoca en significaciones relacionadas con prácticas sociales incorporadas a un ser cultural, cuya memoria viaja en el tiempo, echando raíces en la tierra y en el cielo, en lo material y en lo simbólico.”(*) En este marco, cuando se dialoga en la construcción de ese saber, la proyección y los resultados de la palabra se hacen inimaginables. Se plantean terrenos de una incertidumbre que acoge y bien recibe al atrevido. (*)Conceptos de Enrique Lef vertidos en su discurso durante el 1º Congreso sobre Educación Ambiental para el Desarrollo Sustentable en la Argentina, Complejo Turístico Embalse, Provincia de Córdoba, 6 al 9 de mayo de 2004, encuentro organizado por la CTA (Confederación de Trabajadores de la Argentina) y la Escuela Marina Vilte.

43n nuevo cambio de paisaje en la vida del Aula Abierta de Montaña. Algo así como una vuelta de página de un libro sin fin. Nuevos mensajes que recuerdan los ya pasados, a los que se puede volver una y otra vez... pero

ya nunca de la misma manera ni desde la misma posición interior. Cada integrante del Aula, cada lector de este libro sin fin, leerá en esta nueva página a partir de su propia mirada y desde la lectura de las páginas ya leídas.

Un nuevo cambio de paisaje, de lugares, de gentes, de sentires, de casas que se nos abrirán. En este nuevo marco, recordar desde dónde vinimos nos trae saudades, nostalgias de toda índole.

La mágica incertidumbre que nos invade, ofrece un terreno amplio e ilimitado a nuestros conocimientos y capacidades. Esto, en contraposición a la certeza, con su oferta marketinera de caminos seguros, de bajo riesgo y de resultados garantizados y predecibles, de la misma manera que... “a tal causa, le corresponde tal efecto”... ¿lo han escuchado alguna vez?

Mientras los procesos pautados nos han asegurado la reproducción cuasi repetitiva e invariante de cosas y de conocimientos “cosa”, los procesos creativos nos promueven y movilizan actitudes libres, productivas, reflexivas, asociadoras y multiplicadoras de efectos insospechados.

La sinergia asociada a esta última opción, comparada con la inmovilidad que condiciona la primera, supone la cara y la seca de un sistema educativo pesado, estático, indiferente y anacrónico. Así, la realidad ambiental, en histórico antagonismo con el sistema educativo, propono una carrera permanente en la que éste siempre llega último

U SIEMPRE HAY UNO. Cuando salgo a caminar, por esos lados que me gusta andar, siempre hay un cerro que me llama ¡Qué magnífica montaña de incertidumbre! Es un llamado que va desde un susurro íntimo hasta un grito imperativo. No es el más alto, el más empinado y escabroso, o el más accesible. No, no es cualquier cerro, es solo ese que parece hablarme a mí y a ningún otro. Es un cerro al que debo llegar pues siento que me falta algo si no lo hago. Y, cuando llego a él, me doy cuenta que estaba en lo cierto y que tales sensaciones no fueron en vano. Cuando llego a él me completo, me siento pleno por haberlo encontrado en mi. Cuando llego a él accedo a un paisaje interior y exterior que nunca antes había presenciado. No se trata de superar retos físicos de resistencia extrema. No. Si así fuera solo se trataría de orgullo por la proeza. Si así fuera sería un concurso contra uno mismo. En cambio, cuando siento que un cerro me llama, sé que voy a mi propio encuentro y, en el camino, habrá otros encuentros, con personas, paisajes, vida y energías que me seguirán hablando de ellos y de mí. Así sucederá, hasta el próximo cerro, porque... siempre hay uno.

44Si con “ambiental” señalamos al inter juego de lo natural y lo social, se refuerza más aún la necesidad de intentos

educativos dinámicos que se adapten y actualicen permanentemente ante una realidad con la que debe interactuar aún antes de llegar a conocerla.

Por todo lo dicho y por mucho más que aún no alcanzamos a pensar pero... que ya irá surgiendo: desde lo educativo, estamos “en la otra vereda”, “al otro lado del cerro”... Qué curioso! ... pienso esto justo cuando el Aula está en la región de Traslasierra.

Nada es casual. Curioso puede ser, pero no casual.

Capítulo 9:

¡A quién se le ocurre!...

sí como cuando nos casamos, solemos recibir de regalo unas tres o cuatro planchas y ningún abre latas; cuando tenemos hijos estamos expuestos a recibir ese típico álbum de fotos con un atrapante capítulo donde

debemos registrar, detallados, los primeros datos de la vida de nuestro hijo.

Este regalo se presenta bien intencionado, afectivo y se espera que sea muy oportuno pero... si consideramos que los datos a llenar son: “cuando nací eran las..:..hs, la luna era ..., pesé ..... grs, este es mi primer rulito (suponiéndose que allí debemos dejar pegado el mismo), esta es mi manito y este es mi piecito (suponiéndose que allí debe aparecer el contorno de cada uno de ellos al momento de nacer) y así, una serie sucesiva de “encantadores datitos” de nuestro hijo que, para ese entonces, ya promedia entre 3 y 5 años.

A

SOLO SÉ QUE NO SÉ NADA. La incertidumbre se nos plantea como mucho más que la carencia de conocimientos. No se trata del límite de la razón sino de la plataforma de lanzamiento para animarse a andar sin atavismos de certezas que suelen llegar tarde, cuando ya todo lo que iba a ocurrir ocurrió sin nuestra participación. Desde una posición clásica el investigador “empuja” los límites del conocimiento para pisar siempre sobre terreno conocido. Quienes aceptan la incertidumbre y se nutren de ella en lugar de pretextar conocimientos que ya vendrán, generan espontáneamente con su propio andar el corrimiento de ese límite. Ahora bien, tanto el que “empuja” el conocimiento como el que es “seguido” por él, suelen caer en adicciones agudas: el primero por la adquisición posesiva de un conocimiento más, y el segundo por la adrenalina de lo incierto. El primero llega a actuar en términos de la “capitalización” del conocimiento. El segundo convierte a su práctica en un “deporte extremo”. La sabia de mi abuela decía: “No tan calvo que se le noten los sesos”. Tal vez el secreto esté en volver a reconocer nuestro cuero cabelludo, tapado por una melena añeja y enmarañada que nos tapó por siglos las raíces. Porque digan lo que digan, la raíz es la incertidumbre y la cabellera el conocimiento.

45 Puede entonces entenderse que uno sienta el impulso irrefrenable y natural

de exclamar: -¡A quién se le ocurre! ¡Ahora viene a regalarme esto! – Y agregamos: -¡Qué inoportuno y desubicado es tu tío! – Y... mirando a nuestro hijo le explicamos, reflejando un gran conocimiento de la situación. - Esto debió regalarlo cuando naciste.- Resulta que, en el preciso momento en que uno reclama que debía ocurrir el referido hecho, estábamos rodeados de pañales malolientes (no sabíamos cómo lavarlos o cambiarlos), aturdidos por llantos que nunca supimos descifrar, mal dormidos y... aparecíamos confusos empuñando peligrosamente una mamadera que, gracias a Dios, solo presentaba dos extremos para dilucidar cual de ellos debía tomar contacto con nuestro hijo. Hijo que (afortunadamente) también tenía sólo dos extremos. Luego, el gran suceso familiar: en un arrebato de profunda intuición... ¡se encontraron los extremos correctos! ¡Qué placer! para esos momentos ya nos sentíamos unos padres experimentados. ¿Cuál será entonces el momento más oportuno para tal registro? Situaciones de tanta confusión y riesgo ocurren luego de cualquier nacimiento. Luego de estos comentarios en los que alguien se podrá identificar o no, paso a llenar ese “tierno capítulo” sobre el nacimiento del Aula Abierta de Montaña, cuando ya ha dado sus tres primeros pasos.

• Gestada en fecha incierta, aparentemente ocurrió entre cumbres y mateadas,

ALGO NO SÉ QUE SÉ. “...La emergencia del Saber Ambiental rompe el círculo perfecto de la ciencia, la creencia en una idea absoluta y la voluntad del conocimiento unitario, abriéndose hacia la dispersión del saber y la diferencia de los sentidos existenciales. El Saber Ambiental desborda el campo de la racionalidad científica y de la objetividad del conocimiento. Plantea la revalorización de un conjunto de conocimientos sin pretensión de cientificidad. Frente a la voluntad de resolver la crisis ecológica mediante el control racional de l ambiente, el Saber Ambiental cuestiona la irracionalidad de la razón científica. El Saber Ambiental es pues afín a la incertidumbre y el desorden con lo inédito, lo virtual y los futuros posibles. Incorpora la pluralidad axiológica y la diversidad cultural en la formación del conocimiento y la transformación de la realidad.”(*) Siento a esta forma del saber como natural y transformadora, afín a la genética cultural y a la esencia del ser humano. La imagino desanudando conflictos mortalmente tratados por la rigidez de la ciencia actual. (*)Conceptos de Enrique Lef vertidos en su discurso durante el 1º Congreso sobre Educación Ambiental para el Desarrollo Sustentable en la Argentina, Complejo Turístico Embalse, Provincia de Córdoba, 6 al 9 de mayo de 2004, encuentro organizado por la CTA (Confederación de Trabajadores de la Argentina) y la Escuela Marina Vilte.

46

• El trabajo de parto se prolongó durante casi tres años (1997 a fines de 1999) en la “clínica“ de un visionario y afectuoso Dr. llamado Ricardo Luti, el CERNAR (Centro de Ecología y Recursos Naturales Renovables) dependiente de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).

• Nace en la ciudad de Córdoba, República Argentina, un 21 de diciem bre de 1999.

• Su partida de nacimiento es la Resolución Nº 632 y la extendió el Honorable Consejo Superior de la UNC.

• Tiene ya diez años cumplidos y goza de muy buena salud.

• Fue alimentada con el espíritu de LA REFORMA UNIVERSITARIA (sin fecha de vencimiento) y abrigada por estudiantes, docentes y pobladores serranos.

• Su desarrollo es precoz porque desea reproducirse... y ya lo está logrando.

• Cuenta con un promedio anual de 20 participantes.

• Desde la UNC participan actualmente estudiantes y docentes en un 60% provenientes de las Ciencias Sociales y en un 40 %, de las Ciencias Naturales.

• Anualmente participan también pobladores serranos locales en número variable y aproximado a las 10 personas.

• Sus padres llegamos a ponerle nombre a cada uno de sus pasos: TIAM1, TIAM2, TIAM3,…. y así hasta el TIAM10 en curso. Y precisamos: Taller de Introducción al Ambiente de Montaña (TIAM).

COSA GESTADA.

La lectura de los Capítulos 16 y 24 aportará para comprender y sentir la profunda realidad de la “cosa gestada”, como algo visionario que cobra un “ser” que se proyecta. Al principio, lo hace a tientas y a locas para luego intentar decisiones propias, a medida que va creciendo en quien o en quienes tuvieron su visión inicial y reveladora. ¿Cómo no sentir el latido de esa “cosa gestada” si nos conmueve y sacude por dentro cuando va tomando forma y de a poco ocupa más y más espacio de nuestro ser? Decididamente, el lograr materializarla en tiempo y forma suele costar un parto! Una vez en marcha se debe alimentar a diario y a cada uno de nuestros olvidos pide a gritos atención. El tiempo pasa y... nos vamos poniendo atentos a sus avances y hasta nos sentimos acompañados por esta “cosa gestada” porque... en la calle y codo a codo, somos más tanto ella como yo. Y, si la era está pariendo un corazón, si el amor a veces sube como el musguito en la piedra, y si porque alguien de este lado gritó: ¡Tierra! muchos, de aquel otro, se hicieron a la mar, por qué yo no me voy a permitir sentir a esta “cosa gestada” con la plenitud de la vida y latidos que siente la era, o con el creciente verdor de la piedra, o con la seducción por la incertdumbre de aquellos primeros colonizadores?

47

• Comenzó a andar “de a poco”: 250 Km en 2001, 7.000 Km en 2002, 25.000 Km en 2003, y… ya no contamos más,todos ellos acumulados en visitas a comunidades serranas que reciben la compañía del AAdeM.

• Recién ahora esta aprendiendo a coordinar sus movimientos y ya va adquiriendo algo de motricidad fina.

• Sabe claramente hacia donde ir, aunque por ahora los tropiezos parecen formar parte de su forma de andar.

• No se le pueden pedir certezas. Pero insiste, no es por su corta edad, sino porque su naturaleza la lleva a andar sobre la incertidumbre. Eso le apasiona.

• Su primer domicilio fue LA CASA DE LA REFORMA UNIVERSITARIA, de la que debió irse en octubre de 2002, no por su voluntad sino por uno de esos “recortes” de imaginación. Siempre piensa en volver a LA CASA.

• Ahora vive en La Facultad de Ciencias Agropecuarias, planta baja,aula C20, Av. Valparaíso sn, Ciudad Universitaria, Córdoba, CP 5000. Teléfonos 351-4334116/7 interno 500.

• En sus primeros años de vida, el AAdeM se moviliza en un coche utilitario Toyota Hilux, 4x4, doble cabina, perteneciente a la UNC. Ahora se mueve con una Break R12 de la Facultad de Ciencias Agropecuarias.

• Se educa actualmente en la escuela más cara: la realidad. Recibe para ello apoyo de importantes empresas e instituciones locales.

• Sus docentes más frecuentes suelen encontrarse causalmente... porque debían estar allí... justo aportando lo necesario para seguir andando.

• Tiene ya decenas de amigos. Un grupo de cinco de ellos conviven junto

LA CASA. A fines de 1999 la Universidad Nacional de Córdoba coincide, entre muchas de sus decisiones, en aprobar el proyecto de creación del Programa de Recursos Humanos Aula Abierta sobre el ambiente de Montaña (AAdeM), y en crear el Monumento Histórico de La Casa de La Reforma Universitaria, sita en el Pasaje Aguaducho (hoy Pasaje de La Reforma Universitaria) esquina La Rioja, justo detrás del predio del Hospital Escuela Clínicas. La Casa de La Reforma Universitaria, afectivamente “LA CASA”, fue sede del AAdeM durante los años 2000, 2001 y buena parte del 2002. Durante este período los integrantes del AAdeM convivieron íntimamente con el espíritu de LA REFORMA de 1918, y a pesar de haber tenido que dejarla por frías razones presupuestarias sin sentido, esta convivencia persiste y persistirá. Estudiantes y docentes universitarios desempolvamos escritos y documentos que se reflejaron vívidamente en la identidad del AAdeM. En aquel Manifiesto Liminar de La Reforma Universitaria se pudo leer “Los dolores que nos quedan son las libertades que nos faltan.” señalando que la tan mentada REFORMA recién había comenzado. Con su espítiru rejuvenecido, decimos: Hoy, un dolor menos, una libertad más.

48a ella.

• Su bebida preferida: el mate.

• Su alimento esencial: la comunicación. Finalmente, cumplí con llenar este “tierno capítulo”. Ay, ay, ay... todavía me faltan las fotos. Allá van...

Capítulo 10:

Al abrigo del encuentro.

ra un día de esos en que el encuentro con mi gente se me pintaba difícil. Sin detenerme mucho en ello, sali p’al monte sin rumbo fijo y nomás por las puras ganas de subir el cerro... como p’a ver desde arriba el desencuentro.

Anduve largo rato y aunque se sentía el fresco, llegué a sudar la gorra. Entre tanto andar me topé con Don Blanco, viejo firme y fuerte como el quebracho. Con sorpresa mía, me permitió adentrar en su clan, así no más, bien a puertas abiertas. Ellas eran gráciles, siluetas delgadas que ondulaban en ascenso. Se me brindaron frescas, accesibles y me rodearon... bueno, en realidad se le ofrecían a Don Blanco, a dos trancos de salto, como en ronda e jarillas, y yo... ligué de arriba. Un zigzagueante y espinoso personaje se me asomaba ladeau el pobre, como p’a que lo viera. -Tres razones nutren mi permanencia aquí- Me dijo sentenciando como si hiciera falta -tres razones que algún día se las ei de contar- y continuaba p’a rubricar –tres razones como son tres las venas de la hoja ‘el tala.

E

MOVIMIENTO EQUEQUISTA DE LOS SIN SEDE. Parafraseando con el mayor respeto y admiración al Movimiento Popular de Los Sin Tierra y, más aún, identificándome ideológicamente con sus principios rectores, el grupo del Aula Abierta de Montaña se auto denominó como el “MOVIMIENTO EQUEQUISTA DE LOS SIN SEDE” tomando con irónico humor a una realidad varias veces repetida. Resulta que un grupo de docentes y estudiantes que ronda las quince personas vinculadas en diferente grado y dedicación al trabajo interesado en el bien común y solidario, auto capacitados en un esforzado trabajo enmarcado en una dinámica permanente de educación entre pares, investigación participativa y nutridas acciones de innovación educativa, que convocan anualmente a nuevos estudiantes con una matrícula creciente llegando a las cuarenta personas, primero debimos dejar LA CASA de La Reforma Universitaria, como referí en la yapa anterior, luego las instalaciones del Centro de Ecología y Recursos Naturales Renovables, creado en 1974, debido al traslado masivo de este Centro por razones de planificación universitaria, y hoy estamos en Ciudad Universitaria, Facultad de Ciencias Agropecuarias, Edificio Central, ex Aula 20. En ese marco trabajamos en nuestras sesiones permanentes en las que investigación, docencia y extensión se tratan mancomunadamente. Y… por qué lo de “EQUEQUISTA”, pues porque como verdaderos Equecos (del imaginario popular) andamos cargando nuestras pertenencias. Pero... cual es el problema: es que en pleno siglo XXI aún seguimos construyendo aulas con butacas atornilladas al piso para la docencia, laboratorios para la investigación y, para la extensión, alguna que otra relación con empresas, fábricas y PYMEs. Así las cosas, las modernas y muy bien venidas instalaciones que ofrece hoy la universidad no prevén el trabajo integrado de dichas tres patas de la mesa universitaria. El “MOVIMIENTO EQUEQUISTA DE LOS SIN SEDE” agradece otras ofertas de sede… pero permanente.

49 Ellas, mientras tanto, seguían ondulándose ante Don Blanco quien, de tanto en tanto, les hacía un ligero toquecito... como p’a tomarles distancia, vio. Mezclaos entre ellas, se veían unas patas flacas y ya curtidas de unos dos o tres mozos que se estiraban derechos y trepando rápido, como algarrobo que crece al abrigo de la sombra, y ya... haciendo su propia sombra. Di entre medio de tanta seducción, el clan hasta si se ocupaba de abrigar a un tipo flaco, mal tuzado y más bien bajo que resultó medio arisco p’a la caricia.

De pocas palabras, se anunciaba como el espinillo con la agudeza de sus

canas. Se ve que el clan era de moverse, y mucho. El suelo estaba bien pisoteau pero así mesmo, era muelle y blandito. Convidaba a echarse y... sin más, me eché a descansar la subida. La unión de tanto personaje apiñau en ronda, parece haberse fortalecido después de una gran tragedia que les hubo de pasar. Cuentan que hace años el fuego los rodeó a tuitos juntos. Misteriosamente y a al pie de ellas, el fuego se cortó como si vaya a saber quién así lo dispusiera. Don Blanco ni se enteró siquiera, a no ser por la humareda que le tiznó el bajo e las ropas. Sufrido por la tragedia, tal vez sea por eso, el clan se ofrecía cordial y como p’a acercársele, vió. Y más todavía, justo ese día en que andaba flaco e

DORMIDERO Conjunto de individuos vegetales (con predominio de leñosos, sub leñosos y herbáceos en menor grado) inducido por el uso (frecuentemente espontáneo) del ganado. Se diferencia claramente de su entorno por árboles de mayor porte y vigor, favorecidos por la concentración de guano debajo de sus copas. El cuento adjunto se refiere a un dormidero que, a juzgar por el tipo de guano, hoy es utilizado solo por caballos. Está formado al abrigo de un importante quebracho blanco cuya frondosa copa, al descender, roza con lo alto de las jarillas que lo rodean. Un tala y dos o tres algarrobos menores, completan la ronda en torno al q. Blanco. Con el correr de los años el suelo bajo su copa, desprovisto de toda vegetación, muy pisoteado y bosteado, se protegió espontáneamente del fuego, que arrasó el resto de la loma dejando “parches” de suelo y piedra pelada, hace cerca de 10 años. Señala su datación la velocidad de recuperación de la vegetación, la ausencia de cenizas, la sola presencia testimonial de algunos pocos tocones quemados y de cicatrices en los troncos más resistentes, sumada a una abundante cantidad de leña caida, aún útil. ///.

50laderos, me abrigó sin preguntas ni condiciones. Ya me sentía uno más, cuando la brisa fresca que bajaba de la punta el cerro, me dió un sueñazo!... Pegué un bostezo con el que me comí toda mi sorpresa... no es que estuviera p’a dormirme, sino que me había recién dispertau, aí, aí no más, donde duerme el ganao.

Capítulo 11: Don Guevara tenía razón.

na vez más, andaba las sierras por caminos que se me hicieron largos, secos, polvorientos y desolados. Andaba abatido por el calor y la caminata forzada. El sol, que caía a plomo sobre mí, parecía recordarme

lapidariamente que su presencia era tan inevitable como incuestionable. Así las cosas sentí que si me concentraba en mi cansancio, desaprovecharía la oportunidad de conectarme con otras formas de vida con las que compartía ese rincón de espacio y de tiempo. Ya con mi cansancio aceptado como resultado más que natural de las circunstancias, me dejé llevar por una sinfonía ancestral: El sonido prometedor, seductor, atrapante y lejano del agua corriendo esquiva entre piedras, a las que imaginé redondeadas, húmedas, frescas y cubiertas de un musgo vital que desafiaba a la misma evolución al empecinarse conformista y satisfecho, simplemente con seguir siendo, así tal cual,... hasta el fin de los tiempos.

U

///. En el bosque de la loma expuesta a tal fuego, se distinguen hoy individuos leñosos aislados que no tienen rastros de aquel voraz incendio y, en todos los casos que vi, eran dormideros. El comportamiento del ganado los había salvado. Su salvación, al ser la única oferta de sombra y abrigo del lugar, reforzó más aún el tránsito de estos focos de concentración. A tal punto que hoy en día parece que la circulación del ganado queda definida solo entre estos “oasis” de sombra. Como “beneficio de inventario”: se aseguraron así una buena cantidad de “plantas semilleras” para la recuperación del bosque, que ya está comenzando. Los dormideros dominan actualmente la loma, tal vez originados a partir del que se salvo del gran incendio. Moraleja: Si has de dormir hazlo siempre en el mismo lugar. Ahora bien, en cuanto al bosteado... se admiten otras alternativas.

51 Nunca pude saber dónde terminó mi imaginación y dónde comenzó la realidad, si la hubiera, pues... de un momento a otro me encontré “como pintado” con la imagen motivada por aquel sonido. Todo fue bello y pleno, nada faltó, ni siquiera ese algo que parece tener la misión de flanquearnos el acceso a semejante disfrute. Era una tranquera que, al costado de la senda se imponía como “violentable”. Sin mucho detenerme en ella la salté sin miramientos. Al obvio placer de tan refrescante hallazgo, se sumó así el valor agregado de disfrutar algo prohibido. Ya fresco y sin sed, con tiempo para disfrutar de la sombra del camino, me senté concentrado admirando la tranquera que, con su quietud rígida y soberbia, pretendió privarme de algo que por derecho, esencia y necesidad vital, me correspondía. ¿Por qué sentirme tan atraído por esa tranquera? ¡Una vez más, era esa diagonal ascendente! Pero... sí, claro... el lector no debe entender nada de mi sentir... Sucede que hace unos 20 años, Don Guevara, un serrano septuagenario o casi, pirquero de los viejos y pastor de los buenos, me enseñó de su sabiduría al construir una tranquera. Resulta que la obligada diagonal para solucionar la tan común “falsa escuadra”, con el incómodo arrastrar de su extremo como si fuera un compás gigante, resultó ser “el alma” de la tranquera. Se reflejan en ella dos opciones: diagonal ascendente o diagonal descendente. ¿Qué...? les parece una sonsera esto? Pues Don Guevara me señalaba que esta cuestión no tenía nada de sonso ni de trivial. Ante estas dos alternativas, sentenció: “Las diagonales deben ser ascendentes, sino... termina arrastrando. ”Ello, en clara referencia a la pérdida de escuadra de la tranquera y a su incómoda

OCURRIÓ HACE AÑOS. Parece, para mi, como si hubiera sido ayer cuando Don Guevara me recibía en su casa (entiéndase por tal su rancho y su campo) y junto a su familia me ofrecía con gusto lo que tenía acompañado siempre de unos mates dulces. En realidad, hace ya más de veinte años que esto ocurrió. Más tarde supe que “la familia” no era suya sino de unos amigos que lo recibieron y trataron como de su sangre. Él ocupaba sólo una modesta pieza del rancho de ese campo y todo junto no era de ninguno de ellos, sino de un dueño porteño que llegaba año de por medio para recibir su arriendo acumulado. Digo todo esto porque doy fe que ese grupo de personas trabajaba, defendía y conocía ese pedazo de tierra (unas 1500 ha) como si fuera de ellos, más aún, como si hubieran nacido allí. Duros ellos, de caras duras y manos abiertas con un corazón tierno y una sonrisa ingenua que se regalaba casi porque sí... Duros ellos y Don Guevara primero, lloraron el día que debieron abandonar “su” campo, ante un arriendo que se fue a las nubes de golpe. De golpe el dueño se dio cuenta que unas cumbres de su campo balconeaban a un valle turístico y que desde ellas se podía volar con parapentes hacia las mismas nubes que vieron pasar el aumento del arriendo. Ocurrió hace poco: me animé a volver al campo. Del rancho ... ya no queda casi nada y detrás de sus ruinas se puede ver lo que fue un corral con una modesta pero aún firme tranquera de palo, con su diagonal ascendente. Al verla ¡me dieron unas ganas de tomarme unos mates dulces!

52consecuencia. Desde que Don Guevara me iluminó con su praxis irrefutable, me quedó la sensación de que la enseñanza prometía algo más allá de lo obvio, lo que quedaba rubricado por la pícara sonrisa de Don Guevara, dibujada en una piel oscura y surcada por el viento de la montaña. Pasó mucho tiempo desde aquella ya lejana sentencia. A Don Guevara me lo hacía cuidando rebaños de nubes, caminando sin su resignada renguera y con pisadas sin huellas. De vez en cuando me acuerdo del viejo, e invariablemente lo hago cada vez que me encuentro con una tranquera. Lo escucho y lo siento como la primera vez. Aún hoy recibo de él su intrigante sonrisa... que me insta a continuar una enseñanza a la que ansiaba poner fin. Pasaron 20 años desde aquel aprendizaje inconcluso. Ya refrescado por el agua y ese oasis de sombra, tenía ante mí el mejor de los pretextos para detenerme a disfrutar del instante. Tenía ante mí una tranquera, la última, que como las anteriores me comprometía con el viejo una vez más. Me concentré y logré sin mucho esfuerzo conectarme con quien la construyó. Él puso una diagonal descendente. Como otras tantas veces: ¡gran error! Pero esta vez pude comprender que quien la había construido trataba de sostener lo que aún no se había caído!!! ¡Don Guevara tenía razón! El pobre constructor no tenía fe en lo que hacía.

¿Y si se hubiera dedicado a pensar un diseño que no se cayera, poniéndole una diagonal ascendente? ¿Por qué resignarnos a que se nos caerán las cosas que hacemos? ¿Por qué no hacer cosas que no se caerán? ¿Cuántas veces se nos caen las cosas porque creemos que se nos caerán? ¿Será que con esa mal entendida creencia nos juzgamos y nos jugamos en contra?

FUE POR CAUSA DEL MERCADO. Cada vez escucho más y más esta lapidaria frase “fue por causa del mercado” que a manera de algo inexorable determina acciones (la de los otros) y consecuencias (las nuestras). Es curioso pero me recuerda a aquellas frases de niño como “¡Canto, canto!” en busca de un sitio “seguro” para esconderse como cuando el torero se mete entre esas estrechas tablas de fuerte madera que impiden el paso del toro, quien se queda rumiando su bronca del otro lado, arañando la arena. Otra frase más extrema en sus consecuencias resulta: “el mercado es impiadoso”. Yo me pregunto ¿puede “algo” sentir piedad? La respuesta es obvia pero... entonces, ¿no será que algunos se escudan ante estas frases para no aparecer con culpa y cargo de lo que deciden y hacen en nombre del tan mentado “mercado”? ¿Qué ocurriría si alguien se muriera de hambre por causa del mercado? ¿Quién respondería penalmente por el abandono de persona que ello implica? ¿Qué ocurriría si alguien se quedara sin su casa porque el mercado es impiadoso? ¿Quién respondería por el robo incurrido? ¡Piedra libre a quienes se esconden detrás de la careta del mercado! Ya los conocemos y esto ya no es un juego.

53 Fíjense en las tranqueras que arrastran... ¡todas tienen diagonales descendentes!

¡Busquen! Busquen a aquellos que construyen hacia arriba, alienten al indeciso, sugieran al equivocado, y ... en sus próximas “tranqueras”, en sus próximas decisiones pónganse una diagonal ascendente, luego ... luego me cuentan.

Y ... recuerden que: Don Guevara, tenía razón!

Capítulo 12:

Cantos de sirenas.

l tal Ulises conocía mucho de ellos... de los cantos de sirenas. Siempre me fascinó el jugo de seducción al que se sometió este personaje mitológico. Es más, siento que no fue tan mitológico y que muchos “Ulises” se sucedieron

en nuestra ya vapuleada historia de la humanidad, sin definirse por las claras en un juego de víctima – victimario, que no deja de darme vueltas en mi cabeza. Quizás sean sólo especulaciones, o tal vez algo más, pero me interesa que el lector se apropie de ellas y decida qué destino darles. Así que si a Ud. le interesa

E

MISCELÁNEA ORIENTAL “El Tao es el camino o sendero que conduce a la meta ...” “La música y los manjares detienen al caminante, pero el Tao es tan puro que no tiene sabor alguno.” “Retirarse una vez acabada la obra y conseguido el renombre ...” “Generar sin apropiarse, ayudar sin pedir nada, guiar sin dominar, esta es la gran virtud.” Lao Tse. Aquí, en occidente ¡qué bueno sería animarnos a caminar senderos con tal identidad! Algunos ya lo han hecho y es muy grato hallarlos andando sin opulencias, recibiendo y encontrando sin buscar, pues al andar se halla. No hay certeza en esto solo continuidad. El hallar y el encuentro entre personas no son consecuencia sino parte del andar. A veces logro ser uno de ellos cuando no detengo mi andar. La sensación es profunda, simple y a la vez compleja, es que el movimiento se siente por dentro y lo sienten los que te ven. Algunos ya lo han hecho.

54 seducir o ser seducido o, incluso, si le atraen ambas alternativas indistinta y hasta simultaneamente, pues... vale que me acompañe en mis “delirios”. Ulises...sí, volvemos al “pobre” de Ulises, pero... qué hay de las sirenas? y si Ulises “se hacia los ratones” con semejantes seres mitad mujer mitad mar? ¿Y si las sirenas sólo se querían comunicar con él, que “se hacía el duro”? ¿Y si con sus famosos cantos estuvieran pidiendo auxilio ante algún peligro? Nunca lo sabremos ya que Ulises, firme a sus prejuicios más que a sus convicciones, hasta se ató al palo mayor de su barco para no irse de boca ante semejante tentación. Claro, hizo esto mientras a sus remeros les vendó los ojos y les tapó los oídos con un emplaste de cera y... puritano, los arengaba al grito de: “...No las escuchéis! ¡Seguid remando!...” Me lo imagino también diciéndoles: ¡Yo me sacrifico y luego les cuentooooo!!!! No me cabe duda que hizo semejante “sacrificio” porque no quería perderse el verlas, exuberantes, con sus escamas brillantes y multicolores, sus senos desprejuiciados y expuestos al sol, con su piel bronceada y la sal del océano blanqueando sus curvas prometedoras. Si a todos estos “detalles menores” le sumamos que cantaban como los dioses, no es difícil imaginarse a un Ulises envuelto en baba y aullando como un coyote, golpeándo su cabeza contra el palo mayor, con los ojos inyectados en sangre y deseo. Para colmo de males, cada vez que el sacrificado Ulises se acercaba a su camino, las sirenas más se esforzaban en sus cantos y encantos de seducción para sacarlo de él. Así las cosas, Ulises, que de gil no tenía nada, sabía que cuanto más “se le regalaran”, más cerca estaba de su camino. Era algo así como el ¡Caliente, caliente! de un veo – veo sensual y para mayores de 18 años.

ANÓNIMO. El ser anónimo suele ser propio de quien desea voluntariamente ocultar su identidad por temor a algo o a alguien. El anonimato suele también ser tomado como un acto de cobardía de quien no se hace cargo de algo por él dicho o hecho. Tal vez sea así porque, por carácter transitivo, hay que “figurar” para hacerse cargo responsablemente de las cosas. Tal vez la figuración sea una medida de las actitudes aceptadas por la sociedad en que vivimos. Sociedad donde nos olvidamos de quienes donan anónimamente en un gesto desinteresado por el que no reclaman reconocimiento alguno. Así, la filantropía aparece como la única excepción a la asociación del anonimato con la cobardía. Qué estará señalando el que, por el uso, esta palabra esté asociada a usos tan dispares? Cómo estará prejuiciando nuestra comunicación y nuestras actitudes? El pasar desapercibido o lo menos percibido posible ¿podría ser entendido como una estrategia de acción concreta y comprometida con logros esperados? Ante un mundo profesional con esforzadas búsquedas por el reconocimiento social en general y económico en lo particular ¿sería el anonimato una estrategia coherente con la acción? ¿Y si probamos?

55 Aún considerando todos los riesgos, siempre me pensé como un Ulises que hubiera sucumbido sin mucho reparo y con gran placer ante estos seres fundidos de mujer y mar. Confiado, me hubiera convencido de sus buenas intenciones. Pero Ulises es Ulises y yo ... y yo solo un mortal real de carne y de hueso. Ya con los pies en la tierra... si es que alguna vez los tuve allí, comparto con el lector que aún sigue mi relato, el comentario de alguien muy allegado a mí. Él dice que me desplazo, junto a otros, en algo que dio en llamar “la nave de los locos”. Sin duda que el particular carácter de esta nave se debe a su tripulación, de la cual él y todos sus viajeros forman parte. Como toda nave, tiene un rumbo y su esencia es el movimiento. Si admitimos que la realidad y la mitología son terrenos contiguos sin medianera que conforman una vecindad dinámica donde las precisiones son puro mito, puedo asegurarles que, en esta nave, hemos tenido que resistir a cantos de sirenas. Nos han cantado con un egoísmo positivo y bien intencionado, tratando de retenernos, o tan solo de demorarnos. Excelentes cantos de excelentes personas, tan sanas como sus intenciones para con nosotros. Algunos de la nave ya anuncian su futuro descenso para hacer playa en tan prometedoras tierras. Otros, seguiremos navegando para que la nave siga siéndolo ya que, nave que pierde su movimiento deja de ser. Esta nave está llena de Ulises, vulnerables a los cantos de sirenas. Cuando yo encuentre la que me hará claudicar, no dudaré en despedirme de la “nave de los locos” ... “la nave de la búsqueda”, continuando la mía sobre tierra firme.

¿INTERVENIR O NO INTERVENIR? Esa es la cuestión. En las ciencias sociales y más precisamente en el área del Trabajo Social, se habla de la “intervención” que realiza un profesional de esta área al llegar a una comunidad. Excelentes intenciones desde aún mejores fundamentos han llevado a profesionales a trabajar en comunidades con todo éxito en el alcance de logros esperados. Situación que atrajo a otros profesionales, docentes y estudiantes que, ya logrando subsidios y becas por los antecedentes acumulados, se instalan en la comunidad con “aulas de campo” para garantizar el cable a tierra en una educación deficitaria de tales ejemplos. Pero... ¿y la comunidad objeto de tamaño esfuerzo? ¿qué ocurrirá con ella cuando el grupo de trabajo se retire? ¿qué dependencia estamos generando cuando arribamos a una comunidad con actitudes manifiestas de erudición? ¿qué otro acceso a tales conocimientos tiene esta comunidad? ¿no estamos generando el sentimiento de necesidades antes no sentidas? Es evidente que el simple “estar” en una comunidad es una forma inevitable de intervención. Pero... y aunque resulte en cierta forma falaz ¿si nos proponemos “NO INTERVENIR” y solo facilitar acciones y decisiones de quienes son y deben ser los únicos protagonistas del cambio en una comunidad? ¿Esa pérdida de protagonismo será soportable por nosotros, los señores profesionales del área social? Porque al fin y al cabo solo somos aves de paso en una comunidad y, por el bien de ellas, espero que no dejemos de serlo.

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Capítulo 13: Colores en el aire.

atria, tierra chica que nos duele y alienta recuerdos y nostalgias. Puerto inseguro con hedores de aguas a veces oscuras, a veces agitadas con espumas que recuerdan haber sido blancas.

Surco yermo, seco y polvoriento regado día a día, hora a hora, sangre a sangre. Pueblo olvidado, plaza casual que recibe mi paso... porque sí, por que debo pasar por allí. Cielo capturado en un flamear saludado a diario como por obligación. Añoranza del exiliado, anhelo del idealista, pretexto del derrotista, bronca del torturado. Esfuerzo de todos por salir, zancadilla de unos pocos por seguir. Tierra del olvido fácil, de la excusa a flor de piel, del corrupto y del corruptible. La de la Pampa Húmeda y la del hambre pobre, la del doctor y la del analfa. La de la vergüenza, la de la barbarie con noches entre lápices y bastones largos, que creyeron decapitar la ilusión. La de hoy, la de siempre, la de la búsqueda a quema ropa, la del día de los crayones... Patria, una nave color guiphala.

P

FLAMEO ENCENDIDA DE COLORES.

Fue en una escuela serrana escondida al pié de un gigante con más de 2000 metros de elevación. Desapercibida y sin darse cuenta, fue el escenario indispensable para algo que ocurrió en forma espontánea y sin la menor premeditación. Una de sus alumnas cumplía sus flamantes 15 años. Su flamante sonrisa surgía desde un alma que, ajena a vicisitudes, seguiría flamante sin dejar espacio a la oscuridad y tortuosidad de alguno de esos que parecen estar solo para recordarnos del infierno. La escuela se iluminó para recibirla. Fue un sábado por la noche. Antorchas en la puerta de la escuela iluminaron la oscuridad serrana. La gente la esperaba en el salón principal donde la recibieron con platos cocinados en diferentes cocinas de diferentes casas del mismo pueblo. Guirnaldas de globos de todos los colores se lucían como único adorno. La fiesta en la escuela fue inolvidable. Al amanecer, luego del baile y el festejo, como mudo y elocuente testigo de lo ocurrido, la guirnalda de globos se había desprendido de la columna del patio y una brisa imperceptible la llevó hasta el mismo pié del mástil de la bandera. Un observador que bostezaba su casi resaca, sintió qué debía hacer y lo hizo. Ató la guirnalda de globos de colores a la cuerda del mástil y la izó alto, bien alto, Al pié dejó una nota para los chicos de la escuela. La nota decía: “Para que no nos olvidemos de educar en la diversidad”. Al llegar los chicos pidieron que la celeste y blanca flameara junto a los globos de colores. Así fue.

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Capítulo 14: ¡Piedra libre!

n un pueblo, hubo un niño que se animó a soltar su globo y a seguirlo con gran satisfacción hasta que desapareció de su vista. Hubo adultos que leyeron libros escritos por niños. Hubo locos y locuras. Hubo sobrias banderas que

flamearon como nunca junto a colores inquietos. Hubo una escuela centenaria, “lugar de resistencia”, que festejó quince años con una sonrisa blanca como pocas. Hubo dos hectáreas de sueños, interesados en vaya a saber qué.

Un día, como cualquier día de ese pueblo, se vivió en su plaza algo especial. Llegaron vívidos colores en caras especiales sobre un viejo vehículo que parecía haber sacudido sus años como para saltar de alegría por última vez. Apareció un sonido clásico y característico desde el centro mismo de la plaza, era una radio que se abrió para que el vecino se animara a animarse. Pero esta no era una radio común. Se anunciaba como “Rescate de Acciones Desde Identidades Ocultas”. Rescate porque necesariamente aparecían cosas y personas que se estaban perdiendo unas de otras. Rescate de Acciones porque se pretendía salvar lo más activo de esas personas para rescatarlas de su quietud. Rescate de Acciones Desde Identidades porque sólo aquellas que nacían y respondían a la identidad del pueblo eran las elegidas. Rescate de Acciones Desde Identidades Ocultas porque el desaliento, la depresión económica, el desempleo, la marginación, la represión y lo que es peor: la auto represión, hacen que se oculte la capacidad de cambio, como con vergüenza y con timidez. Y... ¿para qué ocultarse? tal vez para que no se note, para no involucrarse, para no entrar en zona de riesgo, para no volver a perder... No cosas ni tiempo, sino para no volver a perder la esperanza.

E

UUULLTIMA NOTICIA!! Fue en el 2003 cuando miembros del AAdeM en pleno desarrollo de su TIAM (Taller de Introducción al Ambiente de Montaña, 3ª edición) se embretaron en un proyecto de Radio Abierta en la localidad de San Javier (Dpto. San Javier, Prov. De Córdoba), iniciativa de la Directora de la Escuela Primaria José de San Martín, de esa localidad. La referida radio se desarrolló en la plaza pública de San Javier. La plaza literalmente explotó. Hubo comunicación entre vecinos que se veían pero no se conocían, hubo arte y expresiones coloridas, coloreadas de identidades ocultas que salieron a la luz, hubo comparsa y compases serranos mezclados en imágenes imborrables. Fue una radio con imagen, sentires y emociones a flor de micrófono. Hubieron quienes se marginaron en una posición de observadores con caras evidentes de: ¿y si me animo? Hubo atrevidos que se atrevieron a hablar como si fuera la primera vez. Hubo... tanto en tan poco espacio y tiempo que no me parece real al contarlo. Y yo, yo más que un observador fui un contemplador, admirado de lo que se puede hacer cuando se siente lo que se hace. Por momentos tengo la estúpida arrogancia de creer que esas cosas solo las hago yo. La radio me explotó en la cara toda mi estupidez. UUULTIMA NOTICIA!!

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Y así nos pasa el tiempo... como jugando a las escondidas. La R.A.D.I.O. gritó desde el centro de la plaza: ¡Piedra libre! Sí, ¡Piedra libre al que se esconde! ¡Piedra libre al que se esconde detrás de la ventana!... dentro de su casa!... desde la mesa del bar de la esquina! Vamos! Esta R.A.D.I.O. los ve detrás de sus paredes. No finjan! El centro de la plaza esta aquí mucho antes de que ustedes nacieran, o decidieran quedarse en donde están ocultos ahora mismo. Siempre han querido ser escuchados, siempre reclamaron una oportunidad de hablar, de exponer sus ideas, de que se los consulte, de que el pueblo reconozca sus buenas ideas. Vamos! ¿qué esperan?!

Hubo quienes se sintieron reclamados y se acercaron al centro de la plaza, como quien arrima una leña a un fogón que primero arde tímido y finalmente... ilumina la noche del centro de la plaza... del centro del pueblo... del centro del lugar.

Así, arrimando leñas, arrimándose, surgió el nombre de esa radio: RADIO EL FOGÓN, que así ardió y... cuentan en el pueblo, que por las noches... en el centro mismo de la plaza... misteriosamente... se ven arder brasas, brasas que nadie puso, pero... ya no llaman la atención, dicen: ”son las brasas de la comunicación.”

Capítulo 15: En el límite de la razón.

lguien no se sintió seguro de lo que hacía. No se sintió seguro de estar en el lugar correcto. No podía explicar tanta confusión. No podía responderse los clásicos “por qué” y “para qué” sobre lo que estaba A

¿TIENE LÍMITE LA RAZÓN? Si la imaginación no tiene límites en tributo compensatorio para un rincón tan olvidado e inofensivo del ser, la razón en cambio ¿qué límite puede tener? Si está formalizada, institucionalizada, amparada, reglamentada, premiada, jerarquizada, cultivada, seleccionada, clasificada, archivada, duplicada, empaquetada y... “tome dos antes de cada comida” y al dormirse... pues al dormirse reserve unos segundos para imaginarse que mañana será un día mejor. Y mañana será un día mejor si jugamos con nuestra razón. Juguemos a reírnos de nuestros razonables argumentos y a permitirnos el asombro. Resultados insospechados aparecerán y la comunicación con los demás será tan fructífera que, sin darnos cuenta, nos habremos comunicado con nosotros mismos, hacia adentro de nuestros propios límites. Porque... jugar, es una cosa seria. Sería conveniente que lo intentes. Jugá con tus conocimientos y con los límites que le imponés y te imponés. Del otro lado, hay más para vos.

59haciendo.

La razón no le bastaba para explicarse. La falta de explicaciones no le ofrecía un marco confiable y responsable. ¡No hubiera sido “de maduros” continuar con tanta incertidumbre!

El cuadro no ofrecía muchas salidas. La situación se hizo insostenible. La frustración, las broncas y los consabidos reproches, se apiñaban ansiosos ante un ...”¡Ya basta!” que se hacía esperar.

Esa misma vez, un niño, el niño de ese mismo “alguien” de quien recién hablamos, en un chispazo genial se permitió un chispazo de genialidad, jugó y se burló de sí mismo y de su obstinada inseguridad en seguir siendo. Ese niño, inquieto y travieso, ridiculizó a su adulto “responsable”, sabelotodo y racional. Le enseñó que, a veces, el jugar es cosa seria y suele desembocar en respuestas obvias, tapadas por toneladas de miedo, represión y prejuicio, que nublan la razón y niegan el sentir.

Ese niño le encontró sentido a lo que hacía y también sentido a su incertidumbre. Descubrió que lo incierto puede ser un excelente punto de partida para potenciales caminos a explorar. Ese niño se permitió jugar con las palabras. Y dijo...

Si TIAM es el Taller de Introducción al Ambiente de Montaña, también puede ser:

- Te Imaginabas Algo Mejor? - T’amo Inseguros, A dónde Mamos? - Te Imaginabas Alentando Miedos?

HAGAN JUEGO SEÑORES! “Sienta bien el jugar, desde la cuna a la muerte. Jugar es una forma pletórica de vivir. Puede facilitar el introducirse, comprender, dominar y salir de este mundo... resulta que el jugar activa casi a todo el organismo y lo pone a prueba. Se somete a un estrés, un esfuerzo de la circulación, respiración, sistema nervioso, etc. Todo el sistema simpático se esfuerza, desgasta y sufre para superar la prueba a la que se le somete. Para compensar este esfuerzo simpático, el sistema parasimpático entra en una acción compleja. Entre otras cosas genera endorfinas, sustancias hormonales que amortiguan el sufrimiento adaptativo,... aligeran el duro vivir, hacen llevaderas las tareas pesadas y complejas, y convierten el estrés en una sensación agradable que invita a repetirse.” (*) Si después de estas palabras seguimos pensando que jugar no es una cosa seria, sería todo un desperdicio ignoto, y noto que si así fuera se estaría fuera de toda posibilidad de crecer. O, al menos, se crecería tan rígidamente que nos expondríamos a quebrarnos al primer impacto. En este mundo de grandes y veloces cambios tal rigidez no nos es conveniente ni mucho menos útil. El juego nos da la posibilidad de desentumecernos, flexibilizarnos y de auto indagarnos en medio de parodias, burlas, risas, humor y tiempos compartidos que sociabilizan nuestras conductas infomaniáticamente individuales. (*)Delgado, F. y P. del Campo. 1997.Sacando jugo al juego. Edit. Integral, Barcelona, España. 113 pgs.

60- Tránsito Interior A la Montaña. - Tomamos Inquietos Al Mundo. - Tuve Ideas Antes Mejores? - Tomamos Iniciativas Aunque Medidas. - Todos lo Imaginamos de Algún Modo. - Trabajamos Impulsando al Motivado. - Tambaleante Institución de Abstraídos Mentales. - Todo Instante Algo Muta. - Tengo Inquietudes Ahora Maduras.

El juego cundió. Hubo alguien más que decidió jugar. Esta vez en torno al AAdeM (Aula Abierta de Montaña), y dijo... Algo Apareció desde el Movimiento.

Ese niño, cada vez que se confundía, jugaba. Su adulto sintió que, cuando la razón se le aparecía estrecha y sin salidas, debía retomar el juego. El adulto recuperó a su niño y juntos se divirtieron como nunca antes lo habían imaginado

Capítulo 16: Un amigo invisible.

n amigo invisible es una entidad imaginaria que identificamos con algo que nos falta irremediablemente, o a lo cual queremos llegar u obtener. Asume forma corpórea pero con “carácter opcional”, es decir: lo hacemos

aparecer y desaparecer a gusto y piaccere o, para mejor decir, cada vez que tales carencias hacen crisis en nuestras vidas. Resulta ser una “salida elegante” que nos

U

ME ESTREMECE. La historia que narra “Un amigo invisible” es autobiográfica y los detalles que en ella relato me habían pasado desapercibidos durante 40 años de mi vida, hasta que en medio de una reciente inducción mental para conectarme con “mi niño”, me encontré palmariamente con toda su potencialidad. Durante esos 40 años no actué en modo alguno en forma consiente premeditando ni guiando mis actos para cumplir aquel viejo legado. Sin embargo, lo cumplí casi diría al pie de la letra. Si un niño puede proyectarse más de 40 años... ¿será que la educación formal está desperdiciando una proyección masiva? ¿será que nadie se da cuenta de esto? O...sí se dan cuenta y, en ese caso ¿a qué es funcional evitar semejante posibilidad de cambio? El solo especular en este sentido me estremece, pues si sistemáticamente se estuviera pautando a los niños para evitar que lleguen a producirse cambios en nuestra sociedad... Entonces, estaríamos metidos en una película de terror y ciencia ficción en la que, seguro, no somos los protagonistas. Por otro lado y con los pies más en la tierra, si solo seguimos modelos educativos sin coraje para cambiarlos y negando que nuestros niños y jóvenes requieren a gritos actualizaciones que no llegan... Entonces, estaríamos metidos en otra película de terror y ciencia ficción en la que, seguro, tampoco somos los protagonistas. Perdonen, pero... los tengo que dejar, voy a seguir proyectando visiones para mis próximos 50 años.

61permite zafar en momentos de angustia, soledad o ausencias no deseadas. Este “artilugio” surge de la fértil imaginación de los niños, que suelen conversar largo y tendido con estas míticas y creativas imágenes, manteniendo prolongados vínculos que llegan a marcar de algún modo a su niño creador y, luego, también a su adulto.

Uno de estos niños, se encontraba en medio de una gran ciudad, en un barrio antiguo y lleno de edificios “anti luz”, conventillos y cielos llenos de cables en irracional maraña “anti barriletes”, con veredas angostas llenas de personas que iban y venían en clara actitud “anti bicicletas”, enmarcando calles “anti pelotas” con ómnibus, taxis y muchos, muchos autos que iban y venían.

En tales condiciones, ese niño tenía dos opciones. Una: se dejaba constreñir por semejante cuadro y se resignaba a quedar ”sellado a fuego” por el paisaje, convirtiéndose en un cable más, en uno más o... Dos: resistía y “se volaba” con mucha creatividad y concentración en sí mismo, buscando espacios dentro de los espacios y luego conectándolos para ir y venir entre ellos, es decir: VIAJAR. ¡Sí, sí, VIAJAR! aún sin moverse de la gran ciudad... aún desde su pequeña libertad.

Así surgió en ese niño un amigo invisible, tripulante de un tren que viajaba a lugares remotos; visitaba pueblos impensados y disfrutaba de cada parada. Acompañaba a los lugareños y recibía de ellos su compañía, manteniendo largas conversaciones y disfrutando de sus cálidas mesas. Este amigo, iba y venía sin cesar; le traía noticias de estos lugares y de estas personas. Era un amigo que compartía con el niño sus experiencias y sus sentires. Se puede decir que casi lo hacía viajar con él.

El niño aprendió a viajar, a andar, a comunicarse y a disfrutar del camino. El niño transcurrió su niñez de la mano de su familia y... de “las alas” de su amigo: el viajero.

SIGO ESTREMECIDO.

“Tao es el camino de las profundas raíces, del eterno estar y del continuo observar.”

Lao Tse. Es que por un lado y desde profundas raíces, el eterno estar y la continua observación, se me aparece “el ser inacabado” de Paulo Freire, luchando a brazo partido por no acabar ni acabarse y, por el otro, veo a la educación preocupada y obsesiva en abrir y cerrar procesos dentro del individuo capturado frente a una pizarra, definirle conceptos y establecerle paradigmas grabándolos a fuego. Tal vez porque... ¿se imaginan teniendo que evaluar un proceso que aún no cierra? ¿será tan simple la explicación? Sea así o no, la lucha es desigual. La institucionalización y oficialización contrastan con la propia esencia del ser y de la educación misma, que debería ser el resguardo a perpetuidad de lo inacabado del ser. Desde el oriente milenario a la Latino América con sus venas abiertas, dos maestros se funden en un sentir de plenitud en lo inconcluso, en la esencia.

62Los años pasaron. Los contactos con ese amigo parecían distanciarse

cada vez más. En medio de preocupaciones y ocupaciones adolescentes y de horizontes que se abrían lenta pero inexorablemente, ya no parecía necesario recurrir al vuelo que otrora ofrecía el imaginario viajero. Así, todo aquello fue guardado con ternura, entre los cálidos recuerdos de una infancia ya remota.

Los años siguieron pasando, el niño se hizo adolescente y luego llegó a adulto y... y aquí estoy hoy, viajo a lugares remotos, visito pueblos impensados y disfruto cada parada, acompaño a los lugareños y recibo de ellos su compañía, mantengo largas conversaciones y disfruto de sus cálidas mesas. Porque... al fin y al cabo, todos necesitamos de un amigo invisible. ¿O no?

Capítulo 17: Como Toninas.

ace ya más años de los que siento tener, desde la playa y frente al mar, lejos de las montañas mediterráneas de hoy, me cautivó la imagen de un animal que me conectaba muy íntimamente con mi imaginación. Singular en

extremo aunaba, para mi ignorancia, rasgos de pez y de hombre. Más me conecté con él cuando lo supe mamífero. Respiraba aire pero se sumergía muy profundo y por mucho tiempo. Decían, los adultos, que lo hacía persiguiendo peces que eran su sustento. Pero para mí, su real sustento era la inmersión en sí misma. Me lo imaginaba jugando con los peces en vez de comerlos, rodeando algas, y disfrutando de subir y bajar a gran profundidad con mínimo esfuerzo.

Eran, luego lo supe, Toninas. Especie de delfín pequeño y oscuro que se

H

LOS ESTADOS UNIDOS. Los estados de ánimo de un individuo se me aparecen como unidos por una secuencia. Si así fuera y aún a grandes rasgos, podría tal secuencia de estados preverse y hasta aprovecharse productivamente. Estos cambios de estado se suelen secuenciar en un rosario con “cuentas negras” que marcan, con algunas variantes, los estados de ánimo que vamos a encontrar después de ellas. Cada uno tiene su “cuenta negra”. Desde aceptarla y hacer que aparezca lo menos posible hasta negarla y afirmar que nunca más volverá, cada uno elige qué hacer con su “cuenta negra”. Creerse invariante sería lo peor, pues “...cambia, todo cambia.” Aunque no nos preocupemos por cambiar nada, todo cambia también en la sociedad en que vivimos. Cambia como afectada por un “biorritmo” atrapante. Este ritmo de cambios de estado danza al compás de las “cuentas negras” de la barbarie. Entre ellas la sociedad evoluciona, cambia, prueba, yerra y acierta. En ella, la sociedad se enquista, se aletarga, se hunde... y resiste. En este extremo estado, sumida en un síndrome de abstinencia fatal, acude a la memoria como último signo vital e inhala, inhala necesidad de cambio.

63adentra en la desembocadura de grandes deltas en su encuentro con el mar. Conviven con la mezcla de aguas tan distintas que suelen pelearse entre ellas por el predominio de su color, formando en superficie fronteras bien definidas en una lucha tan eterna como el tiempo.

Ya mayor, continuando mis observaciones y sentires sobre aquel, para entonces familiar y simpático animal, comencé a percibir que lo esencial para su vida lo tomaba de la superficie y no de la profundidad como era mi anterior percepción. Desde mi lejana y sólida posición, escuchaba y veía un chorro de aire, comprimido por la profundidad que, al emerger, era liberado con ansiedad para devorarse el aire en una prolongada inhalación. Mientras no hubiera peligro en superficie allí se quedaba, para mí, disfrutando del aire y del sol. Pero... como desde las profundidades también podían surgir peligrosos ataques de tiburones, sus desplazamientos resultaban ondulantes, mitad aire y luz, mitad agua y oscuridad. Toninas... cómo habré jugado con ellas en mi imaginación de niño!

Lejos, muy lejos de esas playas de mi niñez y ya sobre mis montañas mediterráneas, me pregunto... ¿no seremos toninas que inhalamos hasta reventar, para tener con qué sumergirnos ante una amenaza seria?

Como aún no ocurrió la última barbarie, ni ocurrirá, y tampoco sabemos cuándo ocurrirá la próxima, cruzamos el mar del tiempo de barbarie en barbarie. Como Toninas en mar abierto nos sumergimos para luego emerger. Tantas veces se sumergen como veces emergen e inhalan profundamente. Tal vez, sea todo parte de su esencia.. de nuestra esencia. Tal vez, imaginemos, la Tonina aguanta la inmersión porque aún emergida la sabe, la presiente, la siente. Maneja la inmersión. La inmersión no maneja a la Tonina.

Tal vez, imaginemos, seamos Toninas en el mar del tiempo. Tal vez, si lo aceptamos, y luego de devorarnos el aire, no nos devorará la inmersión. Aún no

SI EL AGUA ES SABIA... “...haced como el agua que a todo se

amolda.” “... lo blando vence a lo duro.”

Lao Tse Esta milenaria metáfora del sabio oriental nos sugiere que sin esfuerzo y con naturalidad, podemos adaptarnos a las circunstancias recurriendo solo a nuestra esencia. Así planteado parece tal vez una extrema simpleza ante tamañas agresiones que recibimos casi a diario. Lo más fácil es señalar lo ridículo de la frase y su autor, y ¡ni qué decir del pobre que decida utilizarla! Algunos se tentarán hasta de imaginar alguna burla en torno a ella para hundir más aún sus posibles proyecciones. Siempre nos queda el clásico pretexto de las diferencias culturales y, como consecuencia lógica, que: “para nosotros las cosas son diferentes”. Otros, con prejuicios y temores acerca de alguna verdad que les sugiera cambiar, podrán llegar a decir que tales dichos establecen bases para dejarse dominar. Lo cierto es que cada quien, en el mejor de los casos, decide sobre su vida. Yo, hago como el agua, me siento agua y soy agua, en movimiento. Vos, elegí, decidí y, tal vez: fluyamos juntos.

64ocurrió la última barbarie... ni ocurrirá. Devoremos el aire. Manejaremos la inmersión.

Capítulo 18: Plic... Plic...

uelva a leer atentamente el título de este relato, pero... ¡esta vez hágalo atentamente! ¿Ya lo hizo? Solo si su lectura no le sugirió nada, lea el siguiente párrafo. En cambio, si al leerlo Ud. evocó el sonido de dos gotas

de agua... entonces, solo entonces puede saltear el siguiente párrafo pero nunca, jamás la siguiente sensación o las que detrás de ella se le presenten.

Ud. está a punto de iniciar un auto test de evocación. Para hacerlo deberá leer la línea siguiente: SSSShhhh, plash, crach, puf, toc toc, paf paf, bla bla bla, ñac ñac, buaaaa, ZZZZZZ, ¡Despierte! Puede leerla una segunda vez, pero... ¡ojo! será la última vez!!! Ahora... si Ud. consiguió evocar 10 o más sensaciones distintas, puede olvidarse de leer el resto de este párrafo, pues ya está listo para continuar leyendo el relato. Si en cambio Ud. solo logró evocar 9 sensaciones distintas o un número menor de ellas, deberá agregar a esa línea una onomatopeya nueva por cada evocación ausente. Si Ud. está leyendo en grupo a este relato, calcule la evocación media del grupo. Luego, clasifique los resultados por sexo y por rango etáreo. Bien, ya habrán analizado la capacidad de evocación en detalle ¿No es así? Entonces....

¡Señoras y señores, hombres y mujeres! o... ¿tal vez debí decir: medias señoras y medios señores, medios hombres y medias mujeres? Pero... ¡para qué entrar en disquisiciones! si a esta altura el lector ya habrá contestado con firmeza sobre su situación particular al respecto. Así es que mejor, comienzo mi

V

¡LA LENGUA!¡OJ O CON LA LENGUA! La simetría que acepta la ciencia sobre los ya conocidos hemisferios cerebrales (HC), señala al HC derecho como dominador de nuestras emociones y sentimientos, mientras el HC izquierdo hace lo propio con nuestra razón y conocimientos. Hasta allí las cosas todo aparece como equilibrado por un orden natural. Veamos qué pasa con nuestra cultura y más precisamente con nuestra lengua como fiel síntesis y reflejo de actitudes e ideologías en este sentido. En ella encontramos las palabras: CONOCER y SENTIR . Cuando hacemos de nuevo algo o recargamos una acción, utilizamos el prefijo “re” y decimos: RECONOCER al aceptar y dar valor a una acción, hecho u objeto determinado. De igual modo podemos decir: RECONOCIDO al señalar a quien adquiere reconocimiento, así: “es reconocido por sus valores” o... “vení, sos reconocido”. ¿Qué pasa en cambio con SENTIR? Veamos: RESENTIR y... RESENTIDO o “persona que muestra flaqueza” (según nuestro diccionario), a lo que podemos agregar otros usos asociados al rencor y a actitudes despreciables y... “sos un resentido!” o “salí de acá resentido!” ¿Adónde dejamos la simetría cerebral? ¡¿Cuándo dejamos que nos convirtieran en medios hombres y medias mujeres?! ¡Cuando vamos a decidir recuperarnos de tamaña mutilación!

¡QUIERO MI OTRA MITAD!

65relato y luego de él.... tal vez no sea necesario que explique el porqué de esta fraccionaria afirmación.

En un pueblo al que llamaban “Pueblo Niño”, era sabido que en uno de sus bellos parajes, lejano y elevado sobre la cumbre del cerro más alto del lugar, se encontraba una pequeña laguna que nunca se secaba, cuyas aguas eran permanentemente tranquilas, custodiadas por un pintoresco anfiteatro de grandes piedras redondeadas y accesibles al esforzado visitante. Aunque en tan expuesta situación reinaran los vientos más desafiantes y arremolinados, la laguna permanecía inalterable. Desde tiempos antiguos, los habitantes del lugar peregrinaban hasta la mítica laguna y permanecían por tiempos prolongados contemplándola. Así lo atestigua un mortero de piedra en el que se molieron cereales para alimentar a sus ocasionales Guardianes. Decían de ella que tenía la misión de resguardar la particular identidad de su pueblo, y continuaban precisando: con solo arrojar dos piedras a la laguna, surgen cambios en el observador que alimentan la identidad del pueblo. Quien visitara a “Pueblo Niño” debía sentir en sus habitantes ese “algo especial” que caracterizaba sus acciones y sentires más profundos. Ni super héroes ni todo poderosos, al compartir con los habitantes del pueblo el viajero sentiría solo “algo especial” en ellos. “Algo” que estos intrigantes relatos no explicitaban y que movían mi imaginación y alimentaban mis especulaciones.

Atraído, conseguí información sobre el supuesto pueblo. No me fue fácil, pues sus orígenes estaban empolvados de tiempo y leyendas. Finalmente di con él, asentado sobre una cumbre pequeña se asemejaba a una villa alpina. Una vez allí, pedí más datos sobre la ubicación del cerro y su laguna. Supe que al cerro lo llamaban “lugar de pastos” o Champaquí, en lengua nativa. La empinada y larga caminata hasta su cumbre se enmarcaba en un mar dorado y agitado por el viento. Sin mucho pensar y a partir de los datos obtenidos, comencé la búsqueda de tan importante sitio: la laguna.

A MEDIAS. Medio ambiente, medias tintas, a medias aguas, mitad y mitad ¡me dejaron en el medio! ¿vamos a medias? A medias...¿cómo no? ¡claro que sí! Culturalmente mutilados del sentir, reprimidos desde un conocimiento que parece la única llave para resolver nuestros conflictos, ciframos en este platillo de la balanza de nuestro ser cuanta expectativa de resolverlos alimentamos. Y, con este platillo atiborrado no hacemos otra cosa que alejarnos de nuestro eje perdiendo de vista nuestro conflicto. Tal vez si nos dispusiéramos a ... ¡NO, NO! ¡No quiten conocimientos de su platillo! Sería todo un desperdicio y negación del conocimiento, pero si nos animamos a cargar el platillo del SENTIR, aprendiendo o mejor dicho volviendo a aprender de sus virtudes y potencialidades, la balanza se equilibrará sin propiciar ninguna pérdida ni antagonismo. Los conflictos personales y ambientales no se solucionan sólo con conocimientos o solo con sentimientos. En un extremo tendremos a eruditos sin proyección que van de congreso en congreso y, en el otro, a fundamentalistas reaccionarios que van de catarsis en catarsis. ¡Y la balanza, y el conflicto?¿para cuando?

66Linderos de piedra y viento guiaron mis pasos ya extenuados hasta que decidí

sentarme y ofrecer descanso a lo que a esas alturas quedaba de mí. No sé cuanto tiempo estuve en esa actitud, más tarde traté de estimarlo y por alguna razón me fue imposible. Me sentía conmovido por el paisaje, la altura y la inmensidad, cuando comencé a escuchar un extraño ruido que inmediatamente se hizo entrecortado y repetitivo con ritmo casi constante. Era, lo fui percibiendo, como el machacar de una piedra sobre otra. El sonido cubrió de ecos el paisaje, se hizo cada vez más nítido y cercano hasta que con sorpresa lo sentí precisamente a mi lado! En ese preciso instante miro conmovido hacia el lugar de donde surgía ese golpeteo incesante. ¡Era el mortero de piedra! del que ya me habían narrado. Pero mi sorpresa no terminó allí. Tal vez no debería decirlo, pues me podrían juzgar de loco... ¡Me sentí acompañado! Tras un instante de confusión, ví a un extraño ser que molía maíz y me miraba con inexplicable familiaridad, como si siempre hubiéramos sabido el uno del otro. Sólo dejó de machacar mi sorpresa para levantarse y, con su brazo extendido, señalar hacia el norte. Con la íntima seguridad de volver a vernos, me despedí de él simplemente mirando sus cálidos y comprensivos ojos.

En marcha nuevamente, sentí que dejaba detrás de mí a uno de esos Guardianes que, creía, eran producto de la imaginación de la gente. El machacar se reanudó, se hizo cada vez más eco, más viento, más brisa... hasta que dejé de sentirlo. Me di vuelta buscando aquella familiar imagen pero... ya no estaba allí, ni el guardián ni su mortero; todo parecía no haber ocurrido.

Ya sin obedecer al agotamiento provocado por la forzada marcha, y en dirección al norte como me señalara mi reciente amigo, llegué al anfiteatro de piedras y... allí abajo, protegida y a la vez protectora, apareció ante mi vista: la laguna!!!

LA CUESTIÓN DEL SABER (*). El saber se ha convertido en nuestra sociedad en una fuente de poder que junto a los otros dos clásicos (el poder económico y el político) conforman la mesa de decisiones que gobiernan al mundo en su conjunto. Entre tales “patas” el saber aparece como la opción más inocua, aséptica y neutral, aunque lamentables ejemplos de la historia de la humanidad demuestran que no es tan así. Entonces la gran diferencia es: SÉ o NO SÉ, ¡ESA ES LA CUESTIÓN! El saber es motivo de abordajes desde los más diversos ángulos. Más aún cuando el saber se puede referir a sí mismo. Es decir: EL SABER SÉ NO SÉ

SÉ SÉ que SÉ SÉ que NO SÉ NO SÉ NO SÉ que SÉ NO SÉ que NO SÉ

SÉ que NO SÉ me sugiere aquello de... “Sólo sé que no sé nada” y la búsqueda de aquello que identifico como “faltante”, es relativo a la educación “clásica” y dominante. SÉ que SÉ me define con seguridad en un conocimiento que puedo o no compartir. NO SÉ que SÉ me reserva una grata sorpresa ante conocimientos no reconocidos por una frecuente subestimación de mis propios valores. NO SÉ que NO SÉ es la ignorancia más absoluta ante un universo inagotable de saberes y conocimientos, aparece como la relación dominante pero, paradójicamente, la menos reconocible como propia. La educación que se precie de educar debería trabajar en relación a estas cuatro “formas puras” del saber y sus múltiples situaciones intermedias, en lugar de seguir anclada en un pasado sólo de aceptación de deficiencias que, en el mejor de los casos, se cubren ávidamente certificando idóneos en tremendas parcialidades. (*)Tomado y adaptado del Grupo Recrear y de la Fundación Despegar, en especial de esta última y de sus talleres de Resignificación Instrumental del Lenguaje. Caseros 1587 – 5000 – Córdoba.

67Junto con sensación de plena satisfacción por haberla encontrado, comencé

a sentir junto, todo el cansancio del ascenso y... caí en medio de un sueño profundo, allí, precisamente al lado de la laguna, sobre un césped verde y tenuemente florido. Nuevamente experimenté la dificultad de precisar el tiempo que transcurrí en esa envidiable posición. Al despertar, me sentí renovado y me di cuenta de que, con el solo hallazgo de la laguna no cumplía mis expectativas. Debía entonces arrojar esas dos piedras que se suponía me ofrecerían una experiencia especial.

Tomé mi primera piedra y... muy concentrado en lo que hacía, la arrojé hacia la laguna. Ante la falta de más datos pensé en si el tamaño de la piedra elegida o su peso eran los adecuados, si la fuerza del impulso y la velocidad con que impactó en la laguna serían suficientes, si el lugar del impacto sería el aconsejado y, finalmente, pensé qué cosas removería del fondo la piedra arrojada.

Pero... nada nuevo había provocado en mí la primera piedra y, como en la leyenda se hablaba de dos... arrojé la segunda con la sensación de estar utilizando mi última chance. Al hacerlo sentí que una hola de ansiedad, intriga y hasta angustia me dominaba, sentí temor e incertidumbre, sentí, junto a mi segunda piedra a las gélidas aguas de la laguna recibiéndome y rodeándome por completo, sentí... con sorpresa y hasta decepción que también había malogrado a mi última chance, pues nada nuevo ocurría en mí.

Concluyendo que las leyendas son sólo eso y que aquel “Guardián” había sido una ilusión óptica asociada a las grandes alturas, ya me disponía a regresar cuando...en mi último vistazo a la laguna me fascinó el espectáculo del cruzamiento de las ondas concéntricas producidas por las dos piedras. En las crestas de las ondas brillaban los reflejos del sol del amanecer. Era como un polvo mágico con fugaces arco iris que llamaban mi atención poderosamente.

AL LADO DE LA HISTORIA. Es la máxima cumbre de la provincia de Córdoba, Argentina: el Cerro Champaquí y sus 2784 metros sobre el nivel del mar. Allí los vientos son permanentes, el cielo es diáfano y compartido con nubes que, aunque altas, galopan los pastizales más altos de estas tierras. El nombre de este cerro hace referencia a sus pasturas y, por ende, a su uso en la ganadería por los pueblos precolombinos. Mitad caza y mitad rodeo, las tropillas de camélidos eran conducidas a estas tierras para pastar cuando los forrajes del bajo ya se habían secado en el invierno. Largos períodos, tal vez de varios meses, habrían residido pobladores originarios en estas tierras a semejante altura para cuidar sus animales. Durante esta estadía debían proveerse de alimentos y estos debían ser convenientemente procesados para su ingesta. Allí, donde hoy solo pasamos para contemplar el paisaje de altura y volver a contar nuestras hazañas, allí donde hoy solo queda un puñado de lugareños afirmados en su tierra, allí hay un mortero tallado en la piedra granítica de la cumbre más alta de la provincia. Quien lo talló no encaró semejante trabajo para alimentarse en un paseo ocasional. Allí, me encontré comiendo mi vianda, sentado al lado de la historia. Me sentí acompañado.

68Abandoné entonces la frustración pasada y me senté a contemplar la belleza

de esas formas que se integraban en un nuevo espacio que no era ajeno a las ondas iniciales, pues surgía de su esencia. Me dejé cautivar más allá de mis expectativas iniciales... más aún, sin expectativas me dejé cautivar... y así ocurrió. Dejé que las ondas se fundieran en mí... y se fundieron. Dejé que el pensamiento y el sentir fueran uno. Rescaté mi niño jugando con ondas de agua y sol. Y nunca, nunca más sentí sin pensar ni pensé sin sentir.

¿Y?...¡Medias Señoras y Medios Señores! Qué esperan para dejar su mediocridad y decidirse por la plenitud!!! Dejen que El Guardián les machaque sus mezquinas partículas y reconstruyan su esencia, la que nunca debieron abandonar.

En cuanto al segundo párrafo... la evocación, es una de las últimas formas espontáneas, y en extremo eficientes, que nos quedan para integrar sentires y pensares. Comiencen por evocar a su niño. El futuro los sorprenderá !!!!

Capítulo 19: ¿Solo Cuentos?

cabo de volver de un pueblo del que viene al caso contar. Es de gente tranquila y, si bien no todos lo hacen, aún hoy en día suelen compartirse largos momentos de charlas en cordiales rondas de mate y tortas fritas, A

¡QUÉ CATÁSTROFE! En diciembre de 2004 tuvimos unas “fiestas” de navidad y fin de año enlutadas por una de las catástrofes naturales más grandes de las que se tiene registro. Me refiero al Tsunami que asoló gran parte del Pacífico, con saldos de destrucción y muerte tanto a pobres como a ricos, enrasando en dolor solidario a todos quienes tuvimos siquiera remoto contacto con semejante tragedia. La prensa se hizo cargo de noticias que no había estómago para comunicar. En todos los medios no se hacía otra cosa que dar detalles del dolor y del sufrimiento de quienes aún no entendían qué les había pasado. Pero... en febrero de 1952, Mar del Plata sufrió el embate de una gran marejada. Por esos años aún no existía la palabra “Tsunami” pero la marejada sí existió. Las calles céntricas de la ciudad balnearia se vieron invadidas por el mar sin previo aviso, produciendo olas de destrucción y muerte. Sin embargo no nos acordamos de ello. Tal vez sea demasiado dolor para recordar. Tal vez no convenga recordar y señalar el riesgo natural de esas costas. Tal vez sea más importante asegurar una buena temporada que alertar sobre lo que sucedió y puede volver a suceder. Si así fuera, tamaña actitud también sería una catástrofe ética y moral¡Y qué catástrofe!

69luego de también largas jornadas de trabajo. Me contaron y les cuento, sobre tan amable modalidad.

Cuentan que hace muchos años, cuando aún no se pensaba siquiera en la

televisión, un grupo de amigos: Jacobo, Rodolfo y Adolfo “los Cuentacuentos” (sus nietos me lo contaron) habían instituido como compromiso ineludible el juntarse todos los viernes por la noche en la plaza del pueblo, solo a eso, a contarse cuentos. Costumbre que poco a poco fue perdiendo privacidad y ganando popularidad. Primero se acercaron los niños, personajes libertarios y transgresores que pasaban así los últimos minutos de aventuras y juegos, en las templadas noches veraniegas. Luego, éstos arrastraron (literalmente lo digo) a sus hermanos mayores, ya adolescentes. Finalmente, sus padres llegaron más que convencidos intrigados por tanta aglomeración. El encuentro era ya, para esos tiempos, parte de la semana. Nadie podía pensar en un viernes por la noche sin escuchar a Jacobo, Rodolfo y Adolfo “Los Cuentacuentos”, ni siquiera entrado el invierno, cuando se concentraba la gente al reparo de un fogón al que todos alimentaban con leña traída desde sus casas.

Pero... ¿quiénes eran estas personas? Jacobo, nacido y criado en el pueblo,

atendía una vieja farmacia que continuaba de generación en generación como legado familiar. Rodolfo, venido de un pueblo vecino, se afirmó en éste con un taller de compostura de calzado y de aperos para los animales de tiro. Adolfo, arreglaba cuanto auto y máquina a explosión se le cruzara, un día estuvo de paso por el pueblo y dicen que nunca más pensó en irse. Desde oficios tan diferentes se unían en ese disparate semanal.

Jacobo, Rodolfo y Adolfo “Los Cuentacuentos”, en realidad se encontraban

viernes a viernes en noches de gran desafío. Querían sentir la profunda emoción

MIL LEGUAS DE FICCIÓN. La ficción puede ser el fusible del estrés que nos produce la realidad cotidiana. Puede ofrecerse en forma de spa como el relax imprescindible y vital para que consuma el oprimido por obligaciones y tensiones de trabajo y de convivencia. Puede resultar la fuga esquizofrénica de quien ya no soporta más ni su propia existencia. Puede también ser la visión mentirosa de quien no se hace cargo de la realidad que genera. La ficción, como cualquier herramienta, puede destruir o construir. En la versión constructiva es curioso ver cómo se conecta íntimamente con la realidad más positivista. Cómo puede canalizar logros comunicacionales desprejuiciando formas y actitudes. Surgen emocionantes, y con patentismo lapidario, coincidencias que, una a una, establecen puentes con lo real. Puentes que llegan a aparecer con un solo extremo. O... acaso de introducirse en la realidad nunca les surgió algún pensamiento ficcionario? Y... al liberarse en la ficción nunca han caído en cuenta del realismo de algún conflicto cotidiano? Si así nunca lo han sentido, solo me queda una cosa para decirles: Anímense a probarlo! Les aseguro un viaje inolvidable. Y... por si a alguien se le ocurre... no hablo de “fumarse”. Por caso, un tal Julio Verne se lo permitió.

70de capturar la atención de los oyentes, con relatos que, en todos los casos, partían desde sus experiencias personales de la semana, indefectiblemente vinculadas a sus oficios, y terminaban en las de alguno del público que las sugería para sentirse así eternizado en el valor de la palabra y del recuerdo.

Sin darse cuenta, Jacobo, Rodolfo y Adolfo “Los Cuentacuentos”,

señalaron fuertes caminos de comunicación entre la gente del lugar que lentamente fue reconociendo el impactante efecto de esta locura ya característica del pueblo, entre sus vecinos de la región.

Con el correr del tiempo, los niños, aquellos que se acercaron por primera

vez a Jacobo, Rodolfo y Adolfo “Los Cuentacuentos”, siguieron sus vidas y sus caminos. Entre los que se quedaron en el pueblo hubo quienes se destacaron por sus oficios y profesiones, entre ellos: abogados, médicos, ingenieros, arquitectos, docentes, bomberos y socorristas. El pueblo llegó a reconocer a estos jóvenes con respeto por sus esfuerzos y logros obtenidos.

Cierta vez, por una gran inundación que nadie pudo explicar con claridad, el

pueblo se vio sacudido por una tragedia sin precedentes. La destrucción asoló al pueblo hasta casi llegar a la plaza.

Espontáneamente el grupo de jóvenes se auto convocó para resolver la

cuestión y el resto del pueblo se puso a su disposición. Las ansiedades de cada joven más sus distantes lenguajes tecnológicos no hacían nada fácil la comunicación entre ellos, aún teniendo la mejor de las intenciones. Los días de esforzados intentos por acercarse fueron largos y agotadores sin encontrar respuesta a tan compleja situación.

La noche, de un viernes, extenuados y en medio del caos y la confusión

UN NOBEL DE CUENTO . Principiaba el siglo XX. En Austria, nacía Konrad Z. Lorenz. Médico de formación, su amplitud mental e innata percepción por lo natural lo llevó al estudio del comportamiento animal, con tanto éxito que en 1973 recibe el Premio Nobel pues se consideró que sus trabajos aportaban a la psiquiatría. Muere en 1989. Nunca pude borrarme la imagen estética, sensible y transgresora de su cabeza emergiendo de un lago. La particularidad de la imagen se coronaba con dos gansos, uno a cada lado, que picoteaban en sus cabellos, con clara actitud de acicalarlo pues Konrad Z. Lorenz era su madre. O por lo menos así ellos lo sentían. Resulta que él debía estudiar el comportamiento de una especie animal. Para ello debía acercarse lo suficiente como para observarla sin condicionar su conducta. ¡Qué mejor que hacerlo con los gansos! pues ellos consideran como su madre a la primer figura que ven moverse cuando salen de sus cascarones. Así las cosas, estaba facilitado el trabajo. Pero... ¡Cuidado! Cuando rompemos los cascarones que nos comprimen y limitan suelen haber oportunistas que se atribuyen los beneficios y aparecen como figuras salvadoras a las que filialmente acicalamos pues nos resulta confortable, cómoda y protectora su presencia. ¡No seamos gansos!

71ocasionados por el aluvión, caminaban juntos de regreso hacia sus hogares. Jacobo, Rodolfo y Adolfo “Los Cuentacuentos” ya no estaban en la plaza... hacía años que sus cuentos y relatos sólo estaban en el recuerdo de la gente del pueblo.

El grupo de jóvenes hizo un alto en su camino para sentarse en ronda en el

mismo lugar en el que antaño rodeaban a Jacobo, Rodolfo y Adolfo “Los Cuentacuentos”. A pesar de los escombros y del barro, la gente del pueblo comenzó mágicamente a caminar hacia la plaza, hacia el encuentro. Los jóvenes se sintieron de pronto rodeados y acompañados.

No supieron decirme quién de ellos comenzó con el primer cuento, pero sí

se supo que el pueblo finalmente se reconstruyó y que la costumbre de Jacobo, Rodolfo y Adolfo “Los Cuentacuentos” sigue hasta nuestros días y se practica en las escuelas y en las universidades de la región.

Era un viernes, por la noche, cuando me dijeron de este pueblo... del que

vino al caso contar.

Capítulo 20:

El Deshoje.

“Cuanto más se juntan p’a hacer algo menos quedan p’a contarlo.”

EL CUENTO Y LA HERRAMIENTA. Les cuento que esto del cuento y la herramienta no es ningún cuento. Más aún, sin miedo a errar les digo que es mejor hablar contando o relatando que informando y discurseando tecnocráticamente con lenguajes “raros”, propios solo de unos pocos para que unos muchos no entiendan y no alcancen a opinar sobre nuestras opiniones. Encriptados en siglas, protegidos por códigos “hacia adentro”, y afirmando sentencias inexpugnables, aparecemos con una mueca “sólida” y sórdida, rodeados de vahos académicos pseudomonásticos que desde promediado 1918, como autistas, se resisten a reformarse. No la planteo como única alternativa de comunicación transdisciplinaria, sino como LA alternativa . No es esta una especulación teórica proyectando algo deseable y sugerido para que otros la prueben, convencido de bondades que imaginé pero que nunca vi. No. Es un compartir de experiencias concretas y puestas en práctica con grupos diferentes durante más de tres años. No pretendo vender el sueño de una comunicación fluida y sin obstáculos, sino simplemente compartir vivencias y resultados que nos han sorprendido más allá de nuestras propias expectativas. Y si a alguien le quedara la idea de que solo podrá escribir cuando sea un literato, pues entonces es porque no recuerda que algún día cocinó sin ser cocinero, bailó sin ser bailarín, o hasta llegó a dar una clase sin ser realmente idóneo en el tema. No se trata de comunicar que hemos mejorado nuestra escritura, sino de mejorar nuestra comunicación a través de lo que escribimos. Se trata de permitirse convertir la información en sentires y vivencias antes de comunicarla. Se trata de emocionarse con una cifra y de ponerle cifras a la emoción, sin que una agreda a la otra y sin que ninguna se sienta agredida. Se trata de no tratar, pues de eso, de eso ya tenemos experiencia. Se trata de comunicar. De nada más. Y eso... no es solo cuento.

72

entencia anónima y no despareja de la realidad, según marca mi experiencia en “rejuntes y afines”, y .. . a los fines de traerles algo conocido, dirán ustedes si miento, el árbol se

cansa de perder hojas hasta bien entrado el otoño. Igual de cierto es que, cuando hierve el rebrote, muy pocas o ninguna son las hojas “veteranas” que acompañan su nuevo verdor.

¡Claro que es justa de la rama casi pelada su queja! ¡Cómo no! Si

tirita sola con el friazón de la helada! Cómo no sentir su sentir, si uno se le arrima cuando está apunto de parir... ese nuevo verdor. Ese verde grito de vida lleva dentro el recuerdo del deshoje, y... también, la brillante misión del renuevo. Es que el soporte es la rama, y no las hojas que hacen su gasto y se van. No ha de haber más de las que hay... ni menos. Las que hay... son su justa medida. Esa es la ley. Con ellas, con las hojas que quedan, sólo con ellas... crece el árbol .

Si por fuerza, convicción, decisión o simple curiosidad, hay

quienes alimenten la loca intención de quedarse a ver “el rebrote” y convertirse en “rama”, les aseguro que no se sentirán mejores ni peores que el resto, pero... y con todo derecho, se sentirán singulares y hasta mágicos por ese brillo ¡ese brillo latente de la rama creciendo!

SCOSTO METABÓLICO Y ALGO MÁS. Todo proceso metabólico tiene un costo o gasto que permite la realización material de tal proceso. Tanto es así que sin ese gasto no habría tal proceso. Estos términos son empleados analógicamente en el análisis frío y teórico de las guerras. Así, pasa a justificarse la misma muerte del hombre por el hombre. De igual manera se analizan los procesos económicos con la ya clásica y cruelmente aceptada exclusión de enormes masas de personas, asumidas como gasto del proceso. En otro orden del análisis, los hechos sociales como por ejemplo el trabajo grupal, también tienen un gasto sin el cual no podría asumirse con realismo tales emprendimientos. Por frío que el análisis resulte, más luego de lo asumido en la introducción a este punto, el trabajo grupal suele sufrir un desgaste tal vez irremediable de su inicial convocatoria, aunque también se registren sucesivas incorporaciones de quienes se sienten atraídos por el movimiento y la acción del grupo. Es cierto que no existe propuesta que satisfaga a todo el mundo, pero también es cierto que desde tamaña verdad incuestionable se esconde frecuentemente la no aceptación de errores de diferente magnitud, que producen el rechazo y o exclusión de quienes podrían ser potenciales adherentes a la propuesta, si se hicieran ciertos ajustes de convivencia y de comunicación. En estos casos, ¿cuánto gasto nos ahorraríamos si fuéramos menos “metabólicos” y más humanos?

73

Capítulo 21: Ni mejores ni peores.

i mejores ni peores. Simplemente diferentes. Identificados por la necesidad de andar huellando la senda, de comunicarse y de acompañar al disconforme o a quien se convoca y motiva

ante algo que siente que debe cambiar.

Ni mejores ni peores. Simplemente diferentes. Identificados con el cambio de paradigmas cuando estos limitan, coartan y condicionan, o cuando privilegian a unos, excluyen a otros y son herramientas del poder, o cuando nos conducen a vivir en un “medio mundo” atrapados por un racionalismo excluyente de sensaciones, pasiones y afectos, gobernados por cantidades que ajenan las cualidades del vivir.

Ni mejores ni peores. Simplemente diferentes. Identificados con una educación que se redefine a cada instante, con la participación activa, crítica, independiente y creativa de quienes a ella se acerquen, donde el docente curse cada día su materia, donde cada día resulte de los anteriores en una construcción continua y permanente, gestando una identidad producto de la pasión y de la razón, integradora de sentires y de saberes formales y no formales, donde lo popular y la historia no escrita se tejan a diario en un poncho abrigador de porvenires largamente esperados.

Ni mejores ni peores. Simplemente diferentes. Identificados por el impulso sentido de quienes se impulsan hacia el cambio.

N

EL CAMINO Y LA HUELLA SIN MARCA.

“Transita el camino que los demás han recorrido, y así, no osando actuar ,

favorece el desarrollo natural de todas las cosas.”

Lao Tse. Principio que en nada contradice a “se hace camino al andar”. El tránsito que señala el Maestro oriental me sugiere un profundo desapego al protagonismo parásito que se apropia de iniciativas ajenas en una competencia de quien es el más apto para llevar adelante una propuesta dada, sea de quien sea. Me señala principalmente un camino de humildad y de respeto profundo por el otro y por su espacio y su tiempo, en una relación en la que no necesito dejar mi huella para sentir que he pasado por su lado, sino todo lo contrario. Me señala la necesidad del silencio para sentir los sonidos del camino y de quienes lo habitan, más aún, sentir también mis propios sonidos. Me imagino en sus palabras un paisaje dinámico y a la vez sempiterno, garantido por la no acción y favorecido por pulsos naturales de los que nos reconozcamos a la vez vehículo y observador pasivo. Me imagino así la armonía en el caos natural de todas las cosas. A veces, logro sentirme allí.

74Ansiosos y a la vez pacientes buscadores de proyectos, acciones e ideas solidarias, empecinadas en mejorar la calidad de vida comunitaria. Empecinados, también, en recrear una sociedad a partir de hombres, mujeres y niños que reconozcan y aprovechen su razón y su pasión, en una propuesta esperanzada en alentar la integración social . Ni mejores ni peores. Simplemente diferentes.

Capítulo 22:

Sobre epitafios y actas de nacimiento 1.

n Roble empecinado, fue plantado manos empecinadas en que viviera justo allí, en medio del patio de la escuela, rodeado de empecinados niños que corrían a su alrededor rozándolo, saltándolo y doblándolo hasta casi

quebrarlo. Empecinados, esos niños, en ser lo que eran: los únicos dominadores

de un territorio liberado al recreo del piedra libre y de una mancha venenosa, en la que se mezclaban ricos, pobres, enriquecidos y empobrecidos.

U

EL REBROTE. Culturalmente estamos más cerca de desmontar que de plantar. Basta para demostrarlo el consultar estadísticas sobre el tema en la población que elijamos. ¿Qué hacemos cuando compramos un lote para construir? Lo desmontamos, nivelamos y alisamos raspando bien el suelo y no dejando nada “desparejo”, para luego construir nuestras casa y, finalmente preocuparnos por plantar un árbol esperando que dentro de 5 a 10 años nos dé algo de sombra. Si cometemos este acto de avasallamiento ante estas formas de vida, seguramente debemos estarlos cometiendo también en otros órdenes. Es difícil pensar que un acto aparezca aislado y sin “espejos” que lo multipliquen. Conjunto de hechos que constituyen rasgos culturales definidos de cualquier sociedad. Si nos permitimos analizar y percibir los hechos asociados al desmonte, pronto podremos encontrar correlatos con otros cotidianos asociados a marginalidad, exclusión, discriminación y faltas graves al respeto por la vida. En esencia, el rebrote refresca y renueva esperanzas en una con vivencia donde la vida supere a la barbarie.

75 El empecinado tiempo pasó y la relación entre los empecinados niños y

el empecinado Roble fue cambiando al ritmo de sus empecinados crecimientos. Claro está que... tanto los empecinados niños como el empecinado Roble... crecían, en una carrera no declarada pero tan real como el empecinado paso del tiempo. Cuando los empecinados niños ya no podían saltar al empecinado Roble, pasaron a usarlo como centro de centrífugos molinetes al final de alocadas carreras, flexionándolo hasta el límite de su resistencia.

Empecinado en defender su lugar y su permanencia en él, el empecinado

Roble creció hasta dar sombra al patio y a sus empecinados dominadores, que... si bien no podían ya saltarlo, comenzaron a treparlo. Los empecinados niños colgaban y se columpiaban de sus ramas cabeza abajo. O subidos a las ramas más altas se escondían en su follaje. Desde allí, al atardecer se sentía más cerca al lucero, decían los empecinados niños mientras escondidos en lo alto, lograban escaparse de algún reto empecinado mientras escondían su empecinada libertad.

Un día, fue descubierto el escondite de “los revoltosos” y al día siguiente,

un fin de semana, llegaron hombres provistos de botas, hachas, sierras y moto sierras y... al grito de... ¡PIEDRA LIBRE AL REVOLTOSO! rubricaron con savia y viruta la empecinada barbarie.

Los empecinados niños guardaron muy dentro de ellos entre luto, nostalgia

y bronca, ese fresco escondite. El empecinado Roble, ya abatido, retuvo empecinadamente sus hojas hasta sus últimas y empecinadas fuerzas. Una

empecinada brisa se empecinó en desaparecerlas como para que nadie se acordara del empecinado Roble.

“OTRO MUNDO LATE EN LA BARRIGA DE ESTE MUNDO. ... Nuestro venerable diccionario define la quijotada como “la acción propia de un quijote ”, diciendo que “un quijote es aquel que antepone sus ideales a su conveniencia y obra desinteresada y comprometidamente en defensa de causa que considera justa, sin conseguirlo.” Las dos últimas palabras no me convencen, porque a veces los quijotes consiguen lo que quieren...” Conceptos del escritor Eduardo Galeano* que comparto y sostengo. Más aún, por temor al pánico no me permito imaginar un mundo sin quijotes , ni siquiera un mundo sin sus frustrados intentos, ni siquiera un mundo sin embestidas feroces a molinos de viento. Ni siquiera me permito, por temor al pánico, imaginarme un mundo que (parafraseando al Comandante Marcos) no contenga a otros mundos. Porque... retomando a E. Galeano: “...Utopía significa no lugar . Pero quizás ese no lugar, ese inalcanzable espacio de la vida compartida puede tener lugar en los ojos que lo adivinan.” Que así sea. (*) Extraído del artículo Quijotadas de La Luciérnaga Nº 89, marzo-abril 2005, Revista cultural desde los chicos de la calle, Fundación La luciérnaga, Córdoba, Argentina.

76Otra vez, el empecinado tiempo pasó. Los empecinados niños se

renovaron por otros que usaban el empecinado muñón del otrora empecinado Roble, como gruesa columna para subirse al tope de su pedestal y desde allí saltar y seguir jugando empecinadamente al dominio del patio.

Otro fin de semana, muy diferente, y mucho tiempo después, ocurrió un

empecinado hecho que paso a contar : Un grupo de empecinados andadores de caminos y lectores de pasiones,

paró en la escuela. Ya había pasado, recuerdo, mucho del empecinado tiempo desde aquel fatal y aberrante además de empecinado fin de semana en que el empecinado Roble perdió sus hojas. El grupo de empecinados visitantes se reunió en el patio y uno de ellos, con voz honda y cálida, dijo: - traigo algo que quiero compartir.- y sin más, se arrodilló y abrió un bolso azul que había cargado días atrás. Sacó uno a uno los libros que contenía.

El grupo coincidió espontáneamente en que tal carga compartida merecía

un pedestal para ser elevada del suelo y ofrecida a los corazones del viajero. Así... empecinadas hojas cubrieron al empecinado Roble. En el fresco y

empecinado renuevo, alguno del grupo se escondió inmerso entre sus empecinadas hojas. Otros, se columpiaban en disquisiciones bajo la empecinada sombra que ya refrescaba el suelo. Remolinos de pasiones empecinadas rodearon su tronco. El empecinado Roble se iluminó de nuevo con empecinado lucero y... en empecinado grito de cortezas y sabias resecas crujió un bostezo:

¡AQUÍ ESTAMOS!

“LA ERA ESTÁ PARIENDO UN CORAZÓN. Le he preguntado a mi sombra a ver cómo ando para reírme, mientras el llanto con voz de templo, rompe en la sala regando el tiempo. Mi sombra dice que reírse es ver los llantos como mi llanto y me he callado, desesperado, y escucho entonces: la tierra llora. La era está pariendo un corazón. No puede más, se muere de dolor, y hay que acudir corriendo pues se cae el porvenir en cualquier selva del mundo, en cualquier calle. Debo dejar la calle y el sillón. La madre vive hasta que muere el sol, y hay que quemar el cielo si es preciso, por vivir, por cualquier hombre del mundo, por cualquier casa.”

Silvio Rodríguez. Sentí a ese corazón en mis manos. Latió y lloró reclamando la teta que lo nutriera. De pronto, me miró y lo comprendí. Me asumí y lo alimenté. Vamos juntos desde ese momento. Con dolor hemos escuchado otros llantos desde bocas que no fueron alimentadas y se ahogaron en un quejido de inanición. Si algún día aparece un corazón en tus manos, el secreto está en alimentar tu propia hambre.

77

Capítulo 23: Sobre epitafios y actas de nacimiento 2.

vos que te fuiste... A vos que te fueron... A los que te fueron.

Por el hueco que dejaste...

Por el hueco que te hicieron... A los que te lo hicieron.

Tus volantes aún no cayeron... ni caerán,

Mis hijos ya llegaron... y los leyeron. El hueco ya se llenó... Vino el renuevo.

A vos que te fuiste... A vos que te fueron... A los que te fueron.

Aquí estamos

Para empezar de nuevo.

A

CLAROSCUROS. Eran tiempos confusos con esclarecidos fundamentalistas que hacían uso del poder, en medio de una sociedad que se preocupaba tan solo por tratar de llegar a fin de mes. La sangre se mezcló con ideales, los lápices con picanas, las salas de debate con sesiones de tortura y las aulas con jaulas ¡ah! Y a no olvidarse que...”veinticinco millones de argentinos...” fuimos campeones mundiales de la ignorancia y de la no participación. No eran tiempos difíciles, eran tiempos aterradores. Cuando en cada pasada de lista hay ausencias inexplicables, cuando cercos custodiados con armas surgen en cada ciudad y en cada pueblo, cuando el salir a la calle se convierte en una odisea para volver a la casa, cuando se porta cara de sospechoso y ser más de dos es multitud, cuando sentís que te quedó mucho por hacer y te convertiste en cómplice involuntario del horror, cuando sentís vergüenza humana por inexplicables noches de lápices... Entonces, se comprende el por qué de trabajar por EL DÍA DE LOS CRAYONES.

78

Capítulo 24: Glosariando y algo más.

onducir: llevar algo o a alguien de un lugar a otro con destino final deseado y decidido por quien conduce, donde la participación de lo conducido o del conducido es pasiva y la del conductor resulta además de activa francamente determinante.

Construir: ordenar y o combinar elementos sin cambiar su escénica, generando una función distinta a la de dichos componentes, donde la participación de los mismos es activa y el constructor es tan indispensable como las partes intervinientes en la construcción.

Conductivismo: proceso por el que se conduce a una persona en la adquisición de información y o conocimientos.

Constructivismo: proceso por el que se construye un conocimiento a partir de otros propios y previos.

Gestar: proceso de gran complejidad que da lugar a una nueva identidad del que participan dos o más partes... Sí, digo bien: dos o más partes, porque... aunque alguien quiera, no me hará caer en el “simplismo” de asociar a semejante concepto solo con lo estrictamente biológico.

Analizando con amplitud y libertad, la esencia del individuo parido es su identidad, tanto biológica como social. La primera le es propia desde su gestación. La segunda debe elanorarla durante toda su vida y desde sus primeros latidos, sino: el “proyecto” de vida para su especie “aborta”. Es decir:

C

CONTROL DE LA NATALIDAD O NEGACIÓN DE PATERNIDAD. Las comunidades que vieron peligrar su estabilidad en grado extremo a causa de su tamaño poblacional, han reconocido la necesidad de poner en práctica o al menos rever el control de la natalidad, como herramienta para prevenir situaciones imposibles de contener. Analógicamente, con gran racionalismo conciente o por mecanismos subconscientes profundos, a veces no tanto, solemos decidir “abortar” procesos de los que no solo formamos parte sino en lo que también hemos llegado a tener protagonismo esencial para que alcancen su estado final. En clara asociación, asumir el compromiso de sostener aquello gestado, lleva a la estresante posición de tener que hacerse cargo o no de nuestros propios actos. En tal marco, surge un sin número de críticas y de objeciones que pretenden justificar la inminente decisión: evitar una responsabilidad más. Así, “esto no existe, no, no es mío, yo no tengo nada que ver” parece escucharse cada vez que se niega la existencia de un proceso a todas luces latente. A veces esta negativa es tan vehemente que llega a frenar la acción de quienes sí se sienten y se asumen como parte de lo gestado. Lo cierto es que cuando “el chico” nace se defiende a grito pelado y, entonces, qué mejor que negar la paternidad antes de que crezca y empiece con reclamos mayores!

79VIVIR es diferente a No MUERTE

¿A qué me refiero con eso de “elaborar la identidad”? Sin duda, la identidad genética nos es propia desde nuestra vida intra uterina. Pero... aún desde esta contenida situación, acumulamos en memoria información que luego utilizamos, seleccionamos e interpretamos, conformando una base cognitiva y perceptiva desde la que tomamos decisiones y realizamos acciones. Se da lugar así a patrones de conducta que definen, junto a nuestra identidad genética, nuestra identidad social.

A esa identidad social, la elaboramos durante toda nuestra vida y, en esa elaboración, participan infinidad de personas, circunstancias y factores externos. Quien tenga dificultades para elaborar esa identidad social, puede llegar a convertirse en un “bio robot” autista que actuará desde su identidad genética, inconexa con el entorno.

Desde esta percepción del concepto gestar, podemos extenderlo desde la fecundación hasta la muerte del individuo. Así las cosas:

Gestacionismo: proceso complejo de elaboración grupal de la identidad, en el que la criatura aparece desde una paternidad colectiva que, como toda paternidad, puede o no ser asumida.

¿EN QUE QUEDAMOS? Cierta vez, Rosaura, embarazada, con el dulce perfume que solo las embarazadas tienen, sentada en una hamaca vienesa en la penumbra de su pieza y al abrigo detrás de su ventana, se comunicaba tiernamente con su panza y, entre caricia y caricia, le decía: - Mi amor, mi dulce amor, daría toda mi vida para que pudieras hacer lo que quieras con la tuya.- Y... el tiempo pasó, el niño nació, se hizo adolescente y el escenario cambió. Rosaura... mejor dicho: La Rosi, salió una mañana a barrer la vereda, con su equipo de guerra: escoba en mano, batón desteñido, pantuflas, zoquetes, ruleros y redecilla sobre una cabeza teñida hace ya tiempo de un color hoy irreconocible, pucho olvidado en la comisura del labio y el pretexto de barrer siempre la misma baldosa para hacer tiempo hasta encontrarse con La Tota, vecina de al lado, y poder a dúo chismorrear sobre todo y todos, en especial sobre sus propias familias. Así las cosas, La Tota le pregunta en tono irónico a La Rosi: - ¿Y, Rosi?¿Cómo anda tu hijo?- Dando pie a que La Rosi conteste enardecida: - ¡Ya no sé Tota querida qué hacer con él, anda todo el día haciendo lo que quiere con su vida! ¡¿A vos te parece che?! -...

80

Capítulo 25:

¿Devolver?

l bosque sobre las montañas apenas se insinuaba, envuelto en una profusa niebla, tenuemente iluminada por el alba. El aire era pesado y no obstante la hora temprana agobiaba al discípulo. Ya casi llegado el medio día, mientras

colectaba hongos y frutas silvestres para llevar a la simple cabaña en la que moraba con el maestro, el inestable clima de las alturas hostigó una brisa que desplazó de golpe la bruma y la reemplazó por un sol ardiente que humedecía el aire y lo tornaba aún más pesado,. Para cuando el discípulo regresó, una vez cumplida su función, el calor era ya agobiante. Extenuado y con la boca reseca, llegó ante el maestro. Su agitación no le permitió articular palabra para contar el resultado de su jornada. El maestro tomó una vasija, y se encaminó servicial a una vertiente que estaba detrás de la morada. Debió ascender por una ladera abrupta y escarpada hasta llegar a ella. Una vez llegado al refrescante ojo de agua, llenó cuidadosamente la vasija evitando que ingresaran hojas y pequeñas ramas que allí flotaban. Regresó apresurado hasta llegar al discípulo. Éste, admirado y sorprendido ante tanta devoción de su maestro, tomó la vasija y, orgulloso por recibir de su maestro tales cuidados, bebió hasta la última gota e inmediatamente dijo:

- Gracias Maestro – El maestro, replicó inmediatamente - No me des las gracias. Sé agradecido. No vuelvas a esta morada hasta

que lo hayas logrado. –

E

CANJE, TRUEQUE Y DEVOLUCIÓN. Conceptos afirmados en las relaciones humanas desde que el hombre es hombre. Aparecen como una parte esencial de las normas de convivencia que van desde lo no formal y espontáneo a lo formal y normado legalmente. Serían impensables tanto las industrias como el comercio y las empresas, sin pautas claras asociadas a estos conceptos. La moral y la ética son voces que también tienen mucho que decir al respecto cuando las normas no alcanzan y se debe apelar a la conciencia, el remordimiento y el arrepentimiento para corregir actitudes y mejorar las relaciones humanas. El cambio de una cosa por otra (canje) cuando beneficia a ambas partes es deseado y bienvenido. Hasta se asoció la palabra “club” al trueque señalando su espíritu social y cooperativo, salvando crisis económicas severas tras este intento creativo. Y, respecto a la devolución, qué se puede decir a su favor que no sea obvio ¿cómo no pensar en devolver lo ajeno? ¿cómo no esperar que me devuelvan lo que me es propio? Estos conceptos han penetrado a grado tal las relaciones humanas que, a veces, llegamos a ridiculizarlos como cuando pretendemos “devolver” un favor, un afecto, un gesto de cordialidad, la hospitalidad de una vivienda, una risa.

81El discípulo se sorprendió. Avergonzado y confuso retrocedió ante una

puerta que no tardó en cerrarse frente a su mirada, que muda pedía una explicación.

Aquella brisa que corrió la bruma del bosque creció poco a poco hasta

convertirse en un fuerte viento. La calurosa mañana dio paso a una tarde azotada por un frío con presagios de nevada. El discípulo, a esas horas, había vagado varias veces en círculos en torno a la cabaña del maestro hasta que se decidió a intentar complacerlo. Tomó la misma vasija que le hubiera ofrecido el maestro y, corriendo, fue a llevarla. Bajo el frío intenso, la vertiente ya estaba rodeada de una escarcha creciente y de bordes filosos. Con sus manos ateridas de frío y esperando agradar al maestro, se dirigió hacia su morada y luego de un tímido golpetear en su puerta, dijo:

– Maestro, vengo agradecido a devolver su atención.– Dentro de la cabaña se sintieron los pasos lentos del maestro. La puerta se

abrió y el maestro miró a su discípulo con sus ropas ligeras recibiendo los primeros copos de nieve. El discípulo temblaba de frío y seguro de recuperar la hospitalidad perdida, insistió:

– Maestro, vengo agradecido a devolver su atención.- Y extendiendo sus manos ofreció al maestro la vasija recién llena.

El maestro respondió en tono ingenuo e inocente - ¿Devolver?... ¿Cómo

podrías?- El discípulo ganó en ansiedad y trató de definir rápido la situación. – Sí, sí, Maestro, es que vengo a devolver sus cuidados para conmigo – El maestro respondió en tono intrigante y aleccionador:

CORRESPONDER. Si en mi relación con el otro correspondo a su entrega y el otro corresponde a la mía ... ¿para qué pensar en devolver lo que ya se ha dado? ¿No correspondería entonces ocuparnos más en corresponder, en lugar de preocuparnos por devolver? ¿Qué me he llevado para tener que devolverlo? La necesidad de “devolver” ¿no nacerá en prácticas de intervención comunitaria que no se dan tiempo para corresponder? Las frecuentes “devoluciones” aparecen en formato digital o, en el mejor de los casos tipiadas y encuadernadas. El “devolvedor” entrega con satisfacción su producto intelectual cuando quien lo recibe solo quería compartir su tiempo y problemas con otro, con ese otro (el ”devolvedor”) que hecha su devolución, da media vuelta y se va. Alguien se preguntó alguna vez cuantas de esas pretendidas “devoluciones” son leídas por quienes las reciben? Cuantas de esas “devoluciones”, matando dos pájaros de un solo tiro, sirven también como informes a los superiores? ¡Qué fantástica hipocresía! DOS AL PRECIO DE UNA. En el mismo lenguaje, con los mismos códigos, con las mismas formalidades se informa y se “devuelve”. ¡HIPÓCRITAS! ¿¡Cuando van a aprender que sólo tienen que corresponder!?

82- ¿Devolver?... El agua que me traes está helada, ahora hace mucho frío,

acabo de tomar un té caliente y estoy abrigado y descansado. Cuando yo te di de beber, el agua estaba fresca, hacia un calor agobiante, estabas sediento y cansado. ¿Devolver?... El agua que me estas “devolviendo” ¿tiene el mismo valor que la recibida por ti? Debo cerrar la puerta, se enfría la cabaña, regresa cuando seas agradecido. Y... piensa y siente sobre lo que te diré: Nunca te bañarás dos veces en el mismo río.

El frío era extremo, el discípulo tenía sus largos cabellos cubiertos de

nieve y sus reducidas ropas crujían por la helada. El joven nada sentía de todo eso. Su concentración era absoluta. Sí sentía, en cambio, el latir de la energía de algo por descubrir. Sentía cada palabra de su maestro que una a una se repetían. Recorrió todo lo vivido ese día, sintió el rocío cuando humedeció su cara, sintió el sol cuando le secó el rocío, sintió a la nevada y luego sintió cada copo de nieve, inconfundibles, irrepetibles... SÍ, IRREPETIBLES.

En medio de la ventisca que ya azotaba el paisaje, el discípulo, calmo y

sereno comenzó a caminar hacia la cabaña del maestro. Al llegar vio la puerta abierta y a su maestro que lo esperaba con una taza de té caliente, y al entrar en la cabaña la sintió como nunca antes y al mirar al maestro vio en él lo que antes no había visto, y bebió... bebió esa taza de té como si fuera única, como si fuera un tesoro invalorable. Y... efectivamente, esa taza de té sería la última que el anciano maestro serviría.

DE SANGRE, ORO Y PLATA. Si se trata de devolver, pues entonces hablemos de la sangre, del oro y de la plata que las tierras de Latinoamérica perdieron a manos de la Corona española. La barbarie enardecida en contra de estas tierras y sus habitantes de entonces, no tiene correlato en la historia de la humanidad. Gracias a Dios. Y apelo a su autoridad pues parece que la del hombre desconoce sus propios errores. Tamaña sangría y desmanes son olvidados, diría Rodolfo Livingston (en Anatomía del sapo y otros asuntos), cuando el CCAM (Comité Central de Administradores del Mundo) léase: FMI, BM, EEUU y otros pocos más, reclaman la devolución de deudas a sus economías, cuando estas últimas serían impensadas sin los aportes de oro robados de nuestras tierras a sus pueblos originarios. ¡¿Devolver qué y a quienes pedazo de FARSANTES?! Y, además: ¿qué de la indemnización por daño moral, muertes y torturas? ¿Cómo pueden siquiera pensar en devolvernos eso? Cuando se da se puede esperar devoluciones pero cuando se quita por la fuerza no hay forma de devolución que cubra el daño y el despojo. No se trata de llenar un vacío, se trata de vivir con una angustia. Pero los FARSANTES no saben de eso.

83

Capítulo 26: En el basural.

stá bien, ya sé que no debí dejarlo justo arriba del cesto de residuos. Pero era mi pieza, mi cesto de residuos y... finalmente... ¡Yo lo pongo donde quiero! ¡¿Para qué se meten?! Si estaba ordenando mi pieza y al regresar lo

iba a ubicar donde correspondía. Por comedidos, se metieron y le dieron todo lo que consideraban residuos a los basureros. ¡Y allí fue a parar! ¡Al camión de la basura! Y tras él, al mismísimo basural. Ahora me encuentro aquí, frente a este mar de basura maloliente, rodeado de moscas e importunando a las “señoras ratas” que me miran como si fuera un marciano. Pero bueno, vine hasta aquí a buscarlo y eso precisamente voy a hacer. No me voy sin encontrarlo. Esta decidido. Así que... a hacer de tripas corazón. Vamos, vamos! Mmm... a ver... será por aquí? No, no lo creo. ¡Puf qué olor! Esto es lo más inmundo que he hecho en mi vida! ¡Huy, qué de cosas raras se encuentran por aquí! Nunca me hubiera imaginado que la gente tirara estas cosas. Y si no las han tirado y les pasó lo mismo que a mí? Y bue... quién sabe! Pero... ¿qué pasa?...¡qué extraño! ¿por qué me siento observado?!

A ver... no veo a nadie a mi alrededor y... sin embargo... decididamente me están observando, lo siento, sí, sí, no cabe duda, pero... ¿quién puede ser? Y desde dónde, si aquí es todo basura! No hay ni un triste árbol en el que pueda ocultarse. Pero... la pucha che! que me están junando, no hay duda. Sin embargo, por aquí desaparece la sensación ¡qué extraño! ¿Y... si vuelvo para atrás

E

ACOMPAÑADOS En nuestro cotidiano guardamos luchas, ni menores ni mayores, que nos motivan y movilizan en acciones para otros descabelladas o incomprensibles. Anónimas y discretas, las solemos llevar a cabo conspirando con la posibilidad de encontrar a “otros locos” que sientan lo mismo respecto a lo mismo. De ocurrir ese encuentro casual (si existiera la casualidad, cosa que dudo) uno se encuentra con la extraña sensación de mirarse en un espejo al que podemos atravesar con nuestras manos hasta tomar contacto con la imagen reflejada. Instante en que la casualidad aparece sólo como un conjunto de preguntas sin respuestas. Y las imágenes, a semejanza, responden por sí solas sobre el conjunto de causas y efectos dentro del juego histórico que nos propone, con un libre albedrío solo reservado para unos pocos. El reconocer a esa imagen en el espejo del encuentro, nos regala la mágica sensación de sentirnos acompañados por un extraño del cual no recordamos su nombre pero sí conocemos sus sentires más profundos, pues tomó decisiones semejantes desde motivaciones semejantes en los tiempos que vivimos. En el AAdeM nos encontramos con varias de estas imágenes que nos acompañan en nuestro cotidiano.

84disimulando?... A ver... Sí, sí, sin duda es por aquí ¿y para qué me observará? Con seguridad será para controlarme o vaya a saber para qué! No sé para qué pero... no me voy a quedar así ¡Ya lo voy a agarrar! No me voy a quedar de brazos cruzados mientras me espía sea quien sea! Va a dejar de joder conmigo! A ver... tarde o temprano lo voy a descubrir y... ¡Ya dejá de mirarme! ¡¿Querés?! No te escondas, es inútil... ...Ves?!... ¡¿Ves que tarde o temprano te iba a encontrar?! ¡Ah... así te quería agarrar! Sabía que no te escaparías... pero... (¿por qué me resultará tan familiar el tipo este?!) ¡Quedate quieto! ¡Dejá de moverte!... (si hasta parece que me hace burla el muy desgraciado) ¡Te dije que te quedes quieto! ¡Dejá de remedarme!... ... pero... ¡Qué tarado! ¡Menos mal que aquí no hay nadie! Entre tanta basura cómo me iba a imaginar ¡Si es nada más y nada menos que mi viejo espejo! ¡Que suerte, lo encontré! Ahora puedo volver tranquilo a seguir ordenando mi pieza. Moraleja: Mientras estás preocupado en ordenar tu pieza... tu espejo puede estar en el lugar menos esperado. Y... no desconfíes de tu imagen. Te está llamando.

Capítulo 27:

Es Esencial Hablar de Esencias.

urante un viaje por el tramo Salta - Cachi me conmovió un paisaje que me contó historias a gritos sobre hombres y mujeres viviendo en esa PACHA. Desniveles de desgarradora imponencia junto al agua y su movimiento, me D

LA ESENCIA DEL AAdeM. La esencia del AAdeM es innovar tras la necesidad de cambio, y así lo demuestra cuando: 1- propone un espacio de encuentro, llevado a cuestas en el andar permanente sobre una geografía amplia, heterogénea y con cambios que empequeñecen la imaginación del caminante. 2- instala en la UNC la necesidad de recomponer la actual meso anatomía de nuestras acciones, signadas por una cultura que asocia el logro con lo lógico concreto y las emociones con el descontrol de algo que reduce la objetividad. 3- horizontaliza la educación y propone en la acción docentes que cursan día a día su propia materia. 4- se nutre de capacidades individuales, recibiéndolas en un espacio abierto a la diferencia y lo individual cuando tiende a lo colectivo. 5- incumbencias específicas de numerosas carreras universitarias y extra universitarias, se ponen en juego al acompañar a los lugareños en sus proyectos, acciones e ideas solidarias sustentables. 6- diferentes tipos de inteligencia generan nuevos paradigmas conviviendo con la incertidumbre como base movilizadora de acciones. 7- se adaptan propuestas creativas y diferentes día a día en relación a las circunstancias ambientales protagonizadas. 8- con el ingreso anual de nuevos estudiantes, se enriquece cada año la coordinación, respetando las nuevas características incorporadas sin desvalorizar la identidad de la propuesta original. 9- el “adentro” y “afuera”, el “desde dónde” y “hacia dónde”, el “desde quienes” y “hacia quienes” se redefinen en la cosmovisión y sentir del “entre quienes”. 10- desde la apertura a recibir, se da y desde el dar abierto se recibe.

85evidenciaron hechos tan actuales como remotos y me reforzaron la convicción de contarles algo sobre ESENCIAS. Sí, sobre ESENCIAS. ESENCIAS de... aromas, sabores, colores, pero también ESENCIAS evocadoras de sonidos y recuerdos. Sí, sí, es esencial hablar de esencias!

ESENCIAS como las removidas, disueltas y transportadas por los ríos del

paisaje que les cuento, en sensacional integración de tiempo y espacio. La importancia de estas ESENCIAS es tal que, con solo observarlas y estudiarlas, se podrían percibir los parajes por los que han transcurrido.

Las ESENCIAS de un río provienen de sus afluentes. Imaginemos

entonces, en un máximo grado de simplificación, a solo dos afluentes aportando a un río y que cada uno de ellos recibe a otros dos afluentes más. Estos últimos serán, en este esquema, alimentados por otros dos. Habremos imaginado así un total de ocho afluentes que justifican las ESENCIAS del río inicial. Ocho afluentes, ocho vertientes, ocho nacientes... como son ocho los bisabuelos de un ser. Y... si tal ser fuera yo, de esas ocho nacientes mi río se justificaría por siete sangres españolas. Siete de ocho, para más datos: GALLEGAS.

Y... para hacer honor a mi ESENCIA estoy hablando a vosotros en tono

español, marcando las eses, las ces y las zetas, como corresponde pues... a mi ESENCIA.

Sí... siete de ocho son de Galicia, de La Coruña, de Pontevedra. Siete de ocho nacientes peinadas de frente por el viento do mar, con aromas de sardiñas, percebes, centollas, redes y remos. Siete de ocho nacientes despeinadas por la brisa del cerro, con aromas de olivos y chacras de tierras removidas a lomo y arado. Siete de ocho nacientes de manos duras y corazones tiernos.

UN DOCENTE PACIENTE. Un promedio de ocho materias al año durante mis seis años de secundaria y cinco de mi universidad, hacen un total de (11x8) 88 materias aprobadas que, más unos cinco cursos de posgrado, totalizan 93 cursos y materias aprobadas. Sin embargo, un curso de pos grado que no pude aprobar signó parte de mi vida. Me refiero al curso sobre Actualización en Hidrología, o algo así, que dictó el Dr. Gabriel Caamaño del CIHRSA (Centro de Investigaciones Hídricas de la Región Semiárida), aproximadamente en el año 82 u 83, se desarrolló en el aula VIP de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Todavía recuerdo, y no voy a poder olvidar, el momento en que el Dr. Caamaño, un excelente profesional y mejor persona, planteó un desarrollo matemático a partir del concepto de lluvia efectiva , para determinar el caudal provocado por esta. Tal desarrollo cubrió dos veces la pizarra del aula. Limitado en mis conocimientos matemáticos respecto a los demás del auditorio, en su mayoría Ingenieros Hidráulicos, recuerdo el esfuerzo tremendo que me costó el seguir la explicación del Dr. Caamaño, quien, al finalizar, preguntó si se había entendido lo expuesto. El coro unánime y afirmativo del auditorio no tuvo la suerte de contar con mi voz. El Dr. Caamaño, advertido del hecho, me miró y preguntó cual había sido mi problema. Le respondí: -Mirá Gabriel (por la familiaridad del trato), creo haber entendido lo que planteas pero el final para mi debería ser todo lo contrario. Así es que debe ser un error mío de signos en algún despeje de incógnitas. Prometo que en casa vuelvo tranquilo a repasar todo y mañana te consulto si no lo entendí.- El Dr. Caamaño ni siquiera contestó, se dio vuelta, borró la pizarra y comenzó desde cero todo el desarrollo. Al finalizar, volvió a preguntar sobre si se había entendido pero, solo a mí en particular.

Sigue en 73.

86 ESENCIAS... todas ellas evocadoras. Ninguna más importante que la

otra. Todas evocadoras de tierras, sangres y sentires ¡Nada para mi de eso de... "Madre Patria"! ¡Nada hombre, nada! ¡Que no! Como tampoco acepto a ningún "versus". Que del versus planteao en la conquista hasta España ha tenido que pagar por tamaño retroceso espiritual. O vosotros me podréis explicar de otra forma al dolor de la Guerra Civil Española, con familias enteras divididas y enfrentadas sangre contra sangre?

Que he venido a hablarles de ESENCIAS, ya les he dicho, pero... llegado a este nivel de franquezas, puedo platearos la ESENCIA de mi intención. Es que quiero deciros de mi VERGÜENZA ¡Que sí hombre... de mi VERGÜENZA! por la ESENCIA del hombre y de su barbarie en contra del hombre. Es que no es la última la barbarie de la conquista de América, y no por ello sea esta menor. ¡Es que la barbarie del hombre en contra del hombre no puede ser en ningún caso menor! No hay modo.

Mi VERGÜENZA, sentida y profunda, es por la barbarie del hombre

contra sí, contra la naturaleza y la vida misma. Entonces... Entonces ahora puedo volver a hablarles como al principio, sin tonos ni entonaciones especiales pues la ESENCIA que mueve esta VERGÜENZA es de todos ¿o no es así?

ESENCIAS... y si de ellas se trata, el Dr. Konrad Lorenz (uno de los

creadores e impulsores de la Etología, ciencia que estudia la conducta de especies del reino animal con la intención de aplicar estos conocimientos a otras especies aún no estudiadas y comprender la forma en que se relacionan con su entorno) tomó en los años 50 una decisión un tanto "facilista" o cómoda al respecto de la praxis de su joven ciencia. Sucede que para estudiar la conducta de una especie animal se supone que el observador debe seguir día y noche a

Viene de 72. LA EFECTIVIDAD, SEGÚN EL OJO. Yo recuerdo haberle contestado prácticamente lo mismo que en la primera oportunidad pero esta vez ya en tono de súplica. Gabriel, hizo lo mismo que en la primera oportunidad pero esta vez en tono de lástima. Cuando hubo terminado de escribir por segunda vez su desarrollo, pareció eternizarse en un instante de silencio frente a la pizarra antes de animarse a dar la vuelta y mirarme compasivamente. Yo, ya no quería escuchar nuevamente su pregunta sobre mi comprensión y comencé a detenerlo con algún argumento que no alcanzo a recordar, cuando... de pronto: ¡me iluminé! y (teniendo en cuenta que él era Ingeniero Hidráulico y yo Ing. Agrónomo) se me ocurrió preguntarle: -Gabriel... a qué llamás lluvia efectiva ?- La respuesta era lógica pero no obvia, al menos para mí: 1) El Ing. Hidráulico estudia la dinámica de los flujos de agua concentrados en cursos definidos, esto es: ríos o arroyos, por lo tanto, la lluvia efectiva es la que al llegar al suelo escurre para dar origen a su objeto de estudio. 2) El Ing. Agrónomo, en cambio, estudia los sistemas de producción de alimentos y para él, en lo particular a la producción de vegetales, la lluvia efectiva es la que al tomar contacto con el suelo se infiltra para dar lugar a su objeto de estudio: la vegetación. Así las cosas era imposible que tanta buena intención de ambas partes lograra la comunicación necesaria para la comprensión de lo expuesto. Como cité en la página anterior, no aprobé el curso pues la complejidad de los cálculos que siguieron a este relato fueron superiores a mis capacidades del momento. Aún así, siempre recuerdo lo sucedido aquel día y fue y es mi deseo que a Gabriel le haya sido de tanta utilidad y significancia como la tuvo para mí y la tiene. Porque, al fin y al cabo ¿qué es la comunicación sino el comprender y compartir esencias? Sigue en 74.

87individuos de esta especie. Esto sugiere una serie de dificultades, pues se trata de pasar desapercibido para no modificar la conducta observada. Ante tamaño problema, Konrad Lorenz optó por una alternativa que le significó un mínimo esfuerzo. Eligió observar a una camada de gansos. Los pichones de gansos toman como "mamá ganso" a lo primero que ven moverse luego de romper el cascarón de su huevo. La evolución de la especie hizo que se fijara este eficaz comportamiento, a los fines de garantizar su supervivencia. La mamá ganso real es excelente en su papel y por lo tanto cualquier pichón de ganso que siga a su madre tendrá facilitada sus primeras decisiones. Aprovechándose de ello, Konrad Lorenz solo tuvo que aparecer oportunamente ante una camada de huevos de gansos para ser seguido por ellos que, incautos, se comportaban con total naturalidad ante su supuesta y barbada madre.

Pero... yo vine a hablarles de ESENCIAS y esta ESENCIA del ganso es utilizada por supuestos gurúes e "iluminados" que conforman sus sectas o grupos de acólitos captando incautas víctimas a partir de su "ESENCIA de gansos". Los primeros, aprovechados e inescrupulosos, aparecen con gran sentido de oportunidad luego de inducir en los segundos la sensación de estar "rompiendo el cascarón" que los aprisiona y confina. Así, miles de personas en todo el mundo son sometidas por su "ESENCIA de gansos".

Si compartimos tal ESENCIA con seres emplumados, con pico y patas

palmadas ¿cómo no tener ESENCIAS comunes aún con quienes nos enfrenta la historia? Si puedo reconocerme en un ganso... ¿cómo sentir extraño a alguien de mi misma especie? ¿cómo aceptar entonces la idea de un versus, sea cual sea este?

ESENCIAS... si de ellas se trata, una vez un alacrán se hundía mortalmente

en las aguas de un arroyo. Un caminante observador y solidario presenció lo

Viene de 72 y 73. HÁGASE LA LUZ Y LA LUZ SE HIZO. Mis primeros trabajos de investigación sobre procesos erosivos de montaña (que desarrollé durante más de diez años, desde los 80’) me llevaron a buscar información en diferentes fuentes tales como el curso de referencia. Hoy, en mis actuales ocupaciones, puedo afirmar que aquel descubrimiento fue para mí una chispa reveladora de la luz de la comunicación entre diferentes disciplinas. Hoy trabajo decididamente en transdisciplina, con grupos de personas provenientes de diversas áreas del conocimiento y saber popular. He utilizado hasta el cansancio la experiencia vivida con Gabriel, y puedo decir que su curso es uno de los que recuerdo con mayor afecto y reconocimiento por las consecuencias impensadas que ha generado en mí. En cada hecho educativo que se vive a plenitud, hay una proyección no pensada e inimaginable que trasciende las fronteras formales de su planificación. Yo así lo he vivido. Mi compromiso es reproducir la chispa del instante donde surge la luz en la mirada del que ve más que el propio docente. Gracias a Dios, como docente, ya la he visto en mis alumnos. Vaya uno a saber dónde irán mañana esas chispas, porque... su esencia es la reproducción.

88sucedido y en movimiento reflejo introdujo su mano en el arroyo, tomó al infortunado animal y lo sacó del agua. El alacrán no tardó en hincar su aguijón en la mano salvadora. El dolor le hizo abrir la mano al caminante y el alacrán volvió a caer en el arroyo. El caminante, aunque conmovido por el doloroso pinchazo, volvió a introducir su mano en un segundo intento desesperado de rescate. Con éxito pudo sacar del agua al alacrán que... volvió a hincar la mano del caminante por segunda vez. Un observador de todo lo ocurrido se animó a acercarse al caminante y le dijo:

- Buen hombre ¿No veis que el muy ingrato no valora ni corresponde a tu gentil intención? ¡Dejadlo morir con su maldad!

A tal intervención, el caminante respondió: - El alacrán, al atacarme, solo ha respondido a su ESENCIA. Y yo, al

salvarlo, sólo he respondido a la mía. Acto seguido, el caminante calló, miró a su alrededor, eligió una delgada y

larga rama y la introdujo rápidamente en el agua para que el alacrán se tomara de ella, luego levantó la rama y lo depositó en la orilla. Finalmente, el caminante volvió a dirigirse al observador.

- Yo debí considerar y respetar la ESENCIA del alacrán al practicar la mía.

Si de ESENCIAS se trata, es esencial aprender a vivir en la diversidad. Como les pasó a Llany, Andy y Cosme, tres personajes de una historia que

les quiero contar. Los unió la causalidad en medio de locas carreras por defender lo propio de lo ajeno a sangre y sudor. No esperen claridad en ellos, ni enseñanzas, ni mejores ni peores, sólo son tres que no viene al caso juzgar.

LA ESENCIA DE ELLA Y LA MÍA. Lo que hoy me pasa. . . v i ene a caso contar . Es toy consternado por un profundo pesar . Yo se que no es el mejor de los lugares ni de l os momentos, pero. . . aún así , s i ento que debo compar t i r lo con us tedes. Es que. . . debo aceptar lo : LA NECESITO. A esta al tura ya más de la mi tad de mi ser le cor responde. Pero. . . me esquiva. Se me esconde. No es pródiga conmigo cuando la necesi to. Es tá cuando y donde se le ocur re. La busco y. . en esa búsqueda l lego a inver t i r más t i empo que en mis propios asuntos ¿Y yo?. . . ¿Para cuando? Claro, . . . como la necesi to. . . l a busco y t ra to de acercarme a el l a, para conseguir lo obv io. El la , parec iera que l o intuye y cada vez que me ve en esa ac t i tud, se apar ta más de mí. Cuando es toy justo a punto de decidi rme por cambiar mi búsqueda a otras posibi l idades “más fác i les ” . . . ¡Justo entonces se l e da por aparecer ! Con esos coqueteos de estar y no estar , me seduce. . . lo tengo que aceptar . ¡C ómo no! S i la vi eran: c l ara, br i l l ante. . . me encanta escuchar la, pero otras veces me aturde y de sus movimientos. . . mejor ni hablar , Cómo se mueve! Cuando la t engo, me doy cuenta que no hago más que pensar en su escasez, es deci r . . . en e l momento en que ya no estará conmigo. Que s i la d is f ruto?. . . No ¿cómo voy a hacer lo?. . . en medio de semejante “ahora estoy. . . ahora no es toy” Si hasta fal ta que me diga. . . “Hoy no. . . ¿no ves que me duele la cabeza! ”.

S igue en 75.

89LLANY LLANOS, nacido en gran ciudad, es práctico, ansioso,

movedizo y muy concreto. Típico consumidor dentro de un mercado voraz, es materialista y cree sólo en lo que ve. Su propiedad más preciada es su propiedad. Se preocupa por ver cada punto que lo rodea analizando particularmente cual es la forma más provechosa de usar cada uno de ellos. No se sabe cual fue el origen de su acentuada renguera, pero se presume que podría deberse a una simple piedra en el zapato derecho que lo lastima cada vez que da un paso con él . Su visión está limitada por un pequeño embudo, fácil de portar y de plástico descartable. Pero... para LLANY LLANOS, ni la piedra en su zapato derecho, ni tan pequeño embudo que limita su visión, resultan extrañas en modo alguno, pues siente que han nacido con él .. . son parte de él .

ANDY ANDINO, comparado con LLANY LLANOS, se desplaza con calma

y hasta lentitud. Es afectivo, creativo y espiritual. Su propiedad más importante y a la que dedica su mayor tiempo, es la propiedad común... común con otros. Percibe a su entorno desde una visión mucho más amplia. Su embudo es enorme, de cuero y está hecho por sus padres. Es grato ver cómo se relaciona desde este con armonía. Se supone que su andar lento se debe a que no necesita grandes desplazamientos para ver a su entorno. Su andar refleja una renguera del pie izquierdo debido a que desde niño la ushuta de ese pie tuvo siempre una molesta piedra. Para ANDY ANDINO, como para LLANY LLANOS, el andar con piedras en los zapatos no resulta incómodo y el ver desde su embudo es la única forma de ver que conoce.

LLANY LLANOS y ANDY ANDINO no se conocían. A pesar de ello,

el uno y el otro habían recibido comentarios de que existían personas muy diferentes, y con diferencias casi incomprensibles.

Viene de 75.

ROMANCE Y TRAGEDIA... Y mientras tanto el t i empo pasa y . . . de todo “aquel lo” que quise hacer con el l a. . . ¡n i hablar ! Mi fami l i a me dice: ¡Dejá de obsesionar te con el la! ¿Por qué no te gas tas unos pesi tos y . . . te di ver t ís un rato che?! Y yo. . . s i go y s igo t ras e l la, es que. . . para mi no hay otra al ternat iva. LA NE CE SI TO. En este juego de seducc ión, i nc luso he l legado a provocar la. Debo admi t i r l o. Me planté f i rme justo por donde pasó alguna vez, nomás para hacer mío ese lugar y demostrar l e quien manda aquí . Y. . . me quedé esperando, en real i dad. . . esperándola. Esperé tanto, que me c reí que ese era mi l ugar . Pero. . . pasó el t i empo y un buen día en que yo andaba en mis cosas , y s in previo aviso, se le ocur r ió aparecer . Así nomás ¡De golpe! Ese día se le dio por responder a t odas mis necesidades y provocac iones al mismo t iempo. . . ¡Me pasó por enc ima! Parecía una f iera ¿Dis frutar la? ¡No! le di je que no! y menos en esas c i rcunstancias ! ¡S i no había cómo contener la! Se puso muy violenta conmigo! Usted viera! Y así ando hoy, penando desde el Agua-0 al Aguacero. Pero. . . ya me cansé! Les aseguro! Me voy hoy mismo pa el l i t oral , porque al lá . . . al lá dicen que se da más fác i l la cosa.

... De El Hombre y el Agua. “¡Noticia de último momento: La ciudad fue inundada por el río...!” ¿No será mejor decir que la ciudad inundó el río? Pero no. Eso no sería noticia, ocurre a diario. Es que parte de la esencia del hombre es pensar que el estar en un lugar lo convierte en su lugar, aunque ese lugar hubiera sido antes del río. En esta sociedad de la propiedad nos apropiamos de todo. Aunque esto, en esencia, llegue a ser suicida.

90 Un día, la causalidad provocó que LLANY LLANOS y ANDY ANDINO se

cruzaran. Al mirarse, sus embudos se enfrentaron y en un instante de confusión compartido, comprendieron que estaban frente a “esas diferencias” que aseguraban “no comprenderían”. Así, mutuamente intrigados y sin comprender se aproximaron uno a otro, estudiándose y observándose con cautela y desconfianza. La distancia entre ellos fue tan estrecha, que en un momento el embudo de LLANY LLANOS, movedizo y ansioso por estudiar “aquello” en sus particularidades, se metió dentro del embudo de ANDY ANDINO, quien estaba fascinado por el espectáculo de lo desconocido en su conjunto y no percibió sino hasta el final, la transgresora penetración. De un momento a otro, ANDY ANDINO tuvo parte de su campo de visión interferido por ese pequeño embudo de LLANY LLANOS. ¡Y peor aún! ANDY ANDINO, al ver ahora a través del embudo de LLANY LLANOS, solo vería al ojo trasgresor de este, con el que comenzó a obsesionares por siglos. De sentir que veía el todo, pasó a ver tan solo un punto.

COSME COSMOS, un tercero espectador de lo sucedido, vio a LLANY

LLANOS y ANDY ANDINO, cada uno con su embudo, uno enorme e incómodo de portar y el otro maniobrable pero estrechísimo, uno ansioso y rengueando y el otro calmo y cansino y... también con su reguera, pero del pie inverso. Al verlos, COSME COSMOS pensó y sintió: ¿para que ver desde un embudo por amplio o portátil que este sea? ¿para qué aceptar algo que nos reprime dolorosamente, deforma nuestro andar y limita nuestras acciones? Y... si nos aceptamos como somos?... y continuó sintiendo y pensando al andar mientras se dirigía al encuentro de LLANY LLANOS y ANDY ANDINO y su entrevero de embudos.

Yo, lejano y oculto tras mi trabajo, veo todo lo que narro. Desde tan ajena

posición caí en cuenta de que sentí sin pensar o pensé sin sentir. Y así, viví la

SIN QUERER Y POR QUERER. En la comprimida sociedad en que vivimos, matamos vuelos con aire comprimido, nos relajamos con comprimidos, trabajamos comprimidos ante puertas que se abren y se cierran con aire comprimido, frenamos con frenos también a aire comprimido, para reducir tiempos y costos leemos textos comprimidos, y también hacemos otras cosas (que en este comprimido espacio no puedo exponer) dentro de un contexto comprimido para vivir ... comprimidos. El sentir que el aire no solo nació para ser comprimido y nosotros tampoco, nos ofrece un trampolín para la mejor y mayor de las acrobacias: decidirnos a vivir distinto, es decir: decidirnos a cambiar y empezar a vivir. Porque... “transcurrir no es honrar la vida.” Entonces, quien se lanza a tamaña pirueta hacia un espacio-tiempo sin límites, llama inexorablemente la atención, intriga y seduce. El espectador que se anima a no cerrar su ojos, los abre cada vez más y junto a su boca también abierta, pretende devorarse el espectáculo. Sin querer, el acróbata seduce, tan sólo por querer lo que hace. Porque... Es su libertad la que seduce.

91mitad de mi vida ignorando a mi otra mitad. Luego... vacié mis zapatos, arrojé mi embudo, y reanudé mi andar. Hoy, veo todo distinto.

Capítulo 28: El vuelo del Quetzal.

na era de desorden extremo se afirmó en el lugar. Por esos tiempos, cundieron grandes desajustes que afectaron seriamente las relaciones humanas. Por doquier surgieron conflictos en los que "la sangre llegó al

río". Incontenibles, la angustia, el temor y la desesperación fueron sensaciones que de ordinario matizaron oscuramente vida y obra de quienes allí vivían. Durante la era del desorden y por generaciones, la gente del lugar sufrió calamidades impensadas. No existía autoridad reconocida. Las pautas sociales eran artículos de museo. No había necesidad que se considerara satisfecha. Los ríos se secaron durante años para luego arreciar con crecidas incontrolables. El hambre, la sed y la injusticia empedraban las calles transitadas por hordas violentas y descontroladas. La seguridad se transformó en un simple recuerdo ni siquiera añorado. Hubo una generación en la era del desorden que reaccionó por simple oposición a tamaña situación. Fundamentalistas y obsesionados por el orden, la eficiencia, la seguridad y lo conocido, se contentaron con quitar de su vista

U

ERÓTICO. “El saber ambiental es una política que acaricia la vida, motivada por un deseo de vida, motivada a su vez por la pulsión que erotiza el saber en la existencia humana.”(*) “Para que haya aprendizaje eficaz también tiene que haber deseo de saber, tiene que haber libidinización de los objetos de conocimiento.”(**) Erotizar el saber en un diálogo de partes que intiman hasta la gestación de sentires, sensaciones y saberes, con el único fin del placer de la reproducción del encuentro de identidades, a veces ocultas, reprimidas o exprimidas por un sistema en el que debería reinar la comunicación. Sí, erotizarlo, hacerlo tan de carne y hueso como nos sea posible y nos lo banquemos. Así reconstruiremos, entre los que se animen, la inanimada y pálida cara del conocimiento, perpleja ante conflictos que se le van de las manos sin explicación aparente. Porque... “el saber ambiental delega la voluntad del conocimiento totalitario de la ciencia y rescata al sujeto de sus falsas ilusiones de completud. Ahí donde el sujeto (ese sujeto creado por la ciencia, dividido por su deseo inconsciente y diferenciado por su sociedad) aspira a cubrir su falta de ser con el imaginario de un cuerpo teórico total, ocultando su desconocimiento bajo el manto unitario de “la ciencia”, integrado por lo retazos de los saberes disciplinarios que ha producido el proyecto positivista.” (*) Enrique Lef. (**)Raúl Mario Ageno.

92todo aquello que les pareció fuera de lugar y que atentara contra su más estricta concepción estética. Así, por ejemplo, les gustaba lijar compulsivamente cuanto objeto no se ofreciera pulido y liso hasta la perfección. Tal comportamiento extremo les hizo ganar el nombre de: "la generación pro lija". Como es de suponerse, la era del desorden pronto llegó a su fin con la aparición de "la generación pro lija", cediendo a la era del orden y de la seguridad, donde no se toleraba nada fuera de tiempo y forma. Todo, repito: TODO, debía ser seguro, previsible, conocido y objetivamente tratado, evaluado, calificado, clasificado y... archivado. Claro está, previa colocación de una etiqueta autoadhesiva con su respectivo código de barras. Para la "generación pro lija" todo debía tener su nombre claramente identificatorio. Alentados por cambiar la burda e indeseable imagen del lugar, intuyeron la necesidad de darle un nombre de "Villa Segura", que así pasó a llamarse. En Villa Segura "la generación pro lija" objetó acaloradamente, entre otras cosas, todo aquello asociado a faltas de higiene y que obligara a convivir con manchas y olores indeseables. En este estado de situación, hermosos Quetzales nativos del lugar que acostumbraban revolotear gráciles y bellos los cielos de Villa Segura, cayeron inexorablemente en la mira de "la generación pro lija", pues... sus deyecciones resultaban intolerables! Efectivos y eficientes al máximo, los miembros de "la generación pro lija" lograron, en muy poco tiempo, enjaular a cuanto Quetzal vieron en Villa Segura. El color, el brillo y las bellas formas del plumaje de estas aves las salvaron del exterminio. Como cruel ofrenda por esta deferencia pagaron con el cautiverio, cruzando el tiempo en la era de la seguridad. El hecho significó todo un símbolo de control y de pulcritud. Así, cada habitante de Villa Segura poseía un Quetzal enjaulado para contemplar y adorar sus contenidas virtudes.

SEDUCCIÓN Y TÍTULOS. El sistema educativo formal y la universidad a la cabeza de él, se dejan seducir periódicamente por idoneidades espontáneas no formales que se materializan socialmente como Saberes No Incorporados Formalmente (SNIF) que surgen con clara intención de actualizarse y no perder la hegemonía cultural que ostenta. Ocurre que hace cincuenta años, no más, no existía ni la décima parte de las carreras que hoy se ofrecen, avaladas y aceptadas por el ministerio de educación con firmas, sellos, títulos y cucardas. Esto, para hacer alusión sólo a las carreras más nuevas. Estas, o cualquiera de las anteriores, antiguas y tradicionales, antes de constituirse formalmente fueron sin duda SNIFs defendidos a capa y espada por idóneos autodidactas, quienes la mayoría de las veces, que cursaron intuitivamente un trayecto curricular no formal o abrevaron de distintas fuentes que sólo sumadas, satisfacían la necesidad del nuevo saber naciente. Estos verdaderos precursores culturales, frecuentemente vieron motivadas sus decisiones por la praxis del trabajo sobre hechos concretos que requerían formas de abordaje no disponibles en su tiempo. Tal esforzada labor no fue fácil en ninguna instancia de nuestra historia, pues “lo formal” no estaba de su lado.

93 Pasó el tiempo y la era de la seguridad también vio próximo su fin, esta vez a manos de quienes se hartaron del bárbaro tratamiento a tan bella forma de vida. Para ellos, los Quetzales parecían plasmar en sus colores cuanta pasión se habilite uno a sentir y experimentar, aún comprimidos por el mezquino espacio de sus jaulas. Este grupo de "renegados" convirtió en su modus vivendi el andar abriendo cuanta jaula se les cruzara, liberando así a sus obligados moradores. Esta actitud les hizo ganar el nombre de "la generación de las jaulas abiertas". Los Quetzales intentaron ganar su espacio perdido pero... no les resultó fácil. Anquilosados, reprimidos y con sus plumajes marcados por el continuo roce con los barrotes, pretendieron instintivamente desplegar sus alas. Las rígidas articulaciones recordaron dolorosamente su larga inactividad, crujiendo con estremecedor estallido. Quejidos de dolor reemplazaron el canto que desde las jaulas emitían instantes antes de esta explosión de libertad. Algunos Quetzales, asustados, se arrastraron para volver a ellas. Estos infortunados perdieron luego sus colores y se convirtieron en las criaturas más apagadas del lugar. Habían recuperado la libertad pero no se animaron a continuar en ella. Hubo otros Quetzales que prefirieron su color y brillo enriquecidos por las luces del cielo abierto, aún con los nuevos dolores recientemente ganados. Estos Quetzales, en cambio, juraron nunca más dejarse capturar. Los viejos pobladores de Villa Segura, aseguran haber visto Quetzales moviéndose torpemente, pero... ¡con tanta torpeza! que hasta causaron involuntarios daños a quienes los rodeaban. Estos observadores, inadvertidos, extasiados y hasta seducidos, cuentan que ningún Quetzal salió volando tras ser liberado de su prisión. Solo unos pocos ganaron los cielos. Dicen que el espectáculo fue inolvidable. Si estas frente a un Quetzal recién liberado: cuidado! al extender sus

Viene de 79. INDOCUMENTADOS. El sistema no los reconocía pero la sociedad se beneficiaba y beneficia hoy con los logros de estos precursores “indocumentados”. Por otro lado, el sistema educativo formal recibió históricamente la presión de tales movimientos culturales. Finalmente, el sistema ha optado, resistencias mediante, por incorporar o, para decirlo mejor, “fagocitar” la nueva área del saber, darle un cuerpo académico y constituirla en carrera. Más tarde se pasó a reglamentar el ejercicio profesional con colegios, normas y estatutos, con lo cual queda reconocido el desempeño de los nuevos profesionales y, obviamente, marginados a la ilegalidad y al mayor desamparo a los cultores iniciales de ese nuevo saber. Tal el caso de las artes populares de curar que dieron origen a la medicina: cualquiera que piense en ejercerlas sin el debido título incurre en ejercicio ilegal de la medicina. Bienvenido sea el control, mientras no usufructúe la creatividad y el esfuerzo de quienes producen cambios en una sociedad oportunista y cómoda, que cree sólo en lo formal y desconfía de lo espontáneo y popular. ¿Qué ocurriría si el sistema educativo formal se dedicara a reconocer tales SNIFs titulando a sus cultores sin obligarlos a trayectos curriculares que ya han transitado?

Sigue en 81.

94alas puede meter una de sus plumas en tus ojos.

Si sentís que liberaste a tu Quetzal... dale tiempo y date tiempo, recordá que al nacer lo enjaularon y... aún no sabe volar pero siente que debe hacerlo. Calculá bien el largo de tus alas. Nadie debe sufrir por tu vuelo torpe y bien ganado.

Sea como sea... los Quetzales deben seguir su vuelo. Y... por si te

interesa, el lugar volvió a cambiar de nombre. Ahora se llama: Tu Lugar.

Capítulo 29: La Tapia.

urante mi niñez estaba siempre allí. Parecía seguirme donde sea que fuera. Siempre al margen de mi camino. A veces cerca, a veces imperceptible a la distancia. La tapia siempre estaba allí como separando

terrenos guardados celosamente vaya a saberse para qué o para quienes. Fuera adonde fuera, marginaba mis acciones y desplazamientos.

D

Viene de 79 y 80. LOS NÚMEROS CIERRAN. La universidad emitiría títulos con el costo más bajo de su historia. Sin perder su papel hegemónico fiscalizaría los SNIFs en las áreas del saber declaradas por el idóneo interesado en titularse. Un jurado integrado por docentes de la universidad (cuando entre ellos se encontraran idóneos en las áreas del saber declaradas) examinaría al interesado y certificaría sus idoneidades. Si la universidad no contara con tales docentes, pues recién en ese caso debería invitar o contratar a un idóneo específico por el tiempo que insuma el examen. Los nuevos idóneos así titulados quedarían por carga pública a disposición de la Universidad para integrar futuros jurados. Si así no lo hicieran, quedarían expuestos a que les sea retirado o suspendido su título. La situación planteada respecto a los SNIFs cubre una amplia gama de conocimientos desde los más simples a los más complejo. Así, la universidad podría ofrecer estos títulos en las modalidades: A-Artesanos y Oficios, B-Técnicos, C-Profesionales y D-Especialistas o de postgrado. La universidad se habría abierto a la seducción del conocimiento más allá de sus claustros. Y... los nuevos idóneos, agradecidos. Sino: snif snif… seguirán esperando.

95 Ante mi reducida estatura de niño, la tapia era mi propia "Muralla China".

Aunque parte incuestionable del paisaje, no fue un elemento tranquilizador para mí ni para mis compañeros de juegos y andanzas. Más aún, cobró connotaciones diversas siempre con un costado umbrío, enigmático y hasta propicio a fabulaciones favorecidas por una imaginación que, a pesar de ser niño, ya se insinuaba retorcida y tenebrosa.

Así las cosas, mi niñez fue terreno de sinnúmero de conjeturas asociadas

a la sombra que la tapia proyectaba. Mis compañeros y yo asegurábamos que lo peor que podía pasarnos era ser cubiertos por ella. Desafiantes, solíamos caminar justo junto al filo de su sombra. La peor de las bromas era empujar a alguno desprevenido del grupo para que la pisara. Como conjetura extrema, llegamos a asegurar que la cima de la tapia y su sombra gobernaban la mismísima posición del sol !!!

Mi padre, con paciencia y persistencia, confiaba en sus argumentos

simples y lapidarios para quitar toda intriga respecto a esa tapia y su movediza sombra. Recuerdo que con gran esfuerzo y luego de ingentes intentos, logró rodearla de tanta naturalidad que la idea me cautivó más y más con el correr del tiempo.

Mi padre podía, gracias a su altura y muy de tanto en tanto, divisar algo del otro lado de la tapia. Veía así porciones recortadas de paisaje que año tras año, se fueron ampliando y ofreciéndosele con mayor continuidad. Yo, solo podía contentarme con recibir sus comentarios e interpretaciones. Y ... "ni se te ocurra que voy a subirte a mis hombros para que veas por encima de la tapia. Lo que sea, lo habrás de ver a tu debido tiempo." Así contestó a cada uno de mis intentos de acortar la larga espera.

LO FORMAL, COMO UNA TAPIA. A veces, la sociedad requiere de formalidades para resguardar aspectos específicos de su funcionamiento, o lograr que continúen produciendo y reproduciéndose con bajo gasto de organización y con un riesgo mínimo o, si es posible, nulo. Tales actitudes han servido a lo largo y ancho de la historia y de la geografía. No menos cierto es que la formalidad no sólo requiere de un conjunto de pautas que se deben cumplir con más o menos rigidez, sino que estas normas llegan a constituirse en la misma esencia del hecho formal. En estos casos, la versatilidad y capacidad de adaptación de lo formal ante una realidad cambiante aparece como una tapia frente a un corso con comparsa y todo. Los saltos y cabriolas frenéticas de la realidad, parecen frenetizarse más aún frente a la inmutabilidad de la tapia de lo formal, no sólo provocando sus mismos cimientos sino también seduciendo, con movimiento, su mismísima quietud. Los saberes se erotizan a ritmos de comparsa ante un sistema educativo que como única reacción, se esfuerza en optimizar el seguir agregando más y más tablas a la tapia, sin pensar que tal vez sea el momento de dejarse seducir por la comparsa y vibrar cuerpo a cuerpo… saber a saber.

96

En nuestras conversaciones, mi padre llegó a decirme: "... así es que cuando llegues frente a ella verás que..." o ... "del otro lado todo es..." o ... "de este lado...". Las cosas comenzaron así lentamente a quedar referenciadas respecto a la tapia y su omnipresencia.

El viejo (mi padre) resultó ser desde su niñez un inventor y descubridor

nato y compulsivo. El descubrir y el inventar no solo eran su forma de vida sino también el medio de vinculación con quien quiera que fuese su interlocutor de turno. A la larga o a la corta, las conversaciones con él derivaban en alguna elaboración sesuda y espontánea, seguida de profundos momentos de introspección para dilucidar la cuestión hasta los últimos detalles. Ni mejor ni peor, simplemente diferente, mi padre se destacaba de entre muchos con sus sorprendentes "divagues". Los límites parecían no existir para su imaginación y creatividad. Solo había uno que lo frenaba, empalideciendo entre sudores y rigidez casi mortuoria sin capacidad para reaccionar. Las alturas y su inexorable asociación con sensaciones fóbicas de vértigo, eran para él cruel recordatorio de que algún límite debía respetar.

Al conocer sus temores, desde niño soñé con el momento en que los

superara y disfrutara al abandonar el plano en que gustaba vivir para así crear y descubrir desde lo alto. Pero... eran solo sueños de niño pues mi padre envejeció con su vértigo casi intacto.

Él y la tapia parecieron envejecer juntos. Ella se conformó con orillar el horizonte como resistiéndose a resignar su protagónico papel de otros tiempos. Cuanto más la negaba más se retiraba hacia ese rincón del paisaje. Pero, contradictoriamente, comenzó a cobrar singular significado aquello que se refugiaba intrigante del otro lado de ella. Cuestión que, más tarde, logró

LÍMITE: Convención por la que, acuerdo o imposición mediante, se define hasta dónde podemos llegar. Puede aparecer como algo irritante y que coarta nuestra libertad, o como un símbolo responsable, ético y moral por el que no nos permitimos “ciertas cosas”, o como la aceptación consiente de aquello que nuestras capacidades no nos brindarán, o como aquello que se enarbola para no ser vulnerado o vulnerable. Límite, versátil concepto que va desde lo formal y normativo hasta lo espiritual y formativo. Desde la forma al ser. Desde el no poder hacer hasta el hacer. Suele convertirse en el deber ser como la imposición cultural más extrema y subliminal. Cuando pasé un límite he cosechado los resultados más diversos. Cuando no los pasé, también. ¿Será la esencia de la vida discernir qué limite transgredir, cuando y cómo hacerlo? Si esta no fuera la esencia de la vida mucho se parecería a la habilidad más exquisita que pueda una persona cultivar, por su propio bien y el de quienes lo rodean. En general siento que la mejor manera de respetar un límite es ponerlo a prueba, flirtear con él y dejarse seducir por su confín. Cuanto más canas me aparecen menos límites acepto. Un día tendré mi cabeza blanca y proyectaré qué hacer cuando sea mayor.

97obsesionarme. Consultando a amigos y parientes, extraños y allegados, coseché tantas y tan diversas versiones de aquel "otro lado" de la tapia que no llegué a creer en ninguna de ellas.

Las canas me aparecieron en medio de tamaña incredulidad y me forzaron a armar mis propias especulaciones y creencias, pues no era de maduros andar negando la tapia y sus parajes hasta ahora vedados. Desde mi recién ganada altura pude comenzar (a los saltos) a ver algo del otro lado. Ocurrió un día en que, ya grande, construí junto a mi esposa un ligero y colorido avioncito de papel. Ella, mi esposa, todavía estaba en el suelo luego de haberlo plegado cuidadosamente en cinco partes y pintado con cinco colores cuando me lo dio y lo tomé entre mis manos, temiendo cerrarlas para no dañarlo. Luego vino una brisa y sentí que me lo arrebataba cuando, en realidad, solo la aprovechó para salir volando. Al hacerlo, lo pude seguir con la mirada hasta que se elevó por sobre la tapia y desapareció de nuestra vista. Esa fue la primera vez que recuerdo haber logrado un vistazo fugaz e involuntario del otro lado de la tapia. Chispazo de realidad del que nunca habría de olvidarme pues logré en él mi propia visión del otro lado. Visión que difería en mucho de los relatos recibidos durante toda mi vida.

Así las cosas ya pude conversar con mi padre, casi de igual a igual, sin

mediar comentarios de terceros en torno a tan polémica cuestión. Una de esas conversaciones nos encontró concentrados y caminando precisamente junto a la tapia. Ese día percibí a mi padre un poco agitado pues el tránsito requería un esfuerzo que, tal vez por su edad, le obligaba a una respiración forzada. Le di mi mano para disipar su agitación y... con un gesto claro me señaló la tapia. Lo comprendí y sin dudar lo ayudé y acompañé a pasar del otro lado.

Nunca más volví a verlo desde aquel momento. Pero... un día recuerdo

DEL MISMO PALO. Si nos planteáramos un ejercicio de antónimos con seguridad aparecerían pares de palabras tales como: flaco-gordo, alto-bajo, bueno-malo, vida-muerte. Sin embargo ya no pienso en que estas dos últimas palabras sean antagónicas. Más aún, la muerte y el nacimiento son partes incuestionables de la vida. Tanto es parte una como la otra de esta última. ¿Son antónimos pies y cabeza como parte de tu cuerpo? Ambos existen y son parte de aquel. De igual manera son parte de la vida lo que reconocemos como principio (el nacimiento) y como fin (la muerte). Pero... ya no siento que “principio” y “fin” sean aplicables a la vida. Me aparece esta formalidad como un simplismo irreverente para tamaña hazaña: LA VIDA. La siento como un continuo con estaciones solo casuales donde a los “cada uno” que conformamos esta senda, nos toca seguir andándola, sintiéndola y dejando nuestra huella en ella. En la baraja española hay cartas de diferente “palo” pero, entre las del mismo, surge una identidad incuestionable. Luego, para poder jugar les damos distintos valores pero la baraja se completa cuando están todas las cartas. Sino no hay juego posible. En el juego de la vida.

98que lo adiviné. Fue cuando el viento cruzaba la cumbre de un cerro. Se levantó entonces un remolino ceniciento con sensaciones familiares que descubrió, desde las alturas, lugares para seguir sorprendiendo. Así supe que, cuando me toque cruzar la tapia, del otro lado me encontraré con mi padre al seguir el rastro de sus inventos y descubrimientos. Y... tal vez, lo encuentre jugando con mi avioncito de colores.

Capítulo 30: Coquena traidor.

urante mucho tiempo sentí por las vicuñas una contradictoria y entrañable adoración. Cómo no adorar esa perfección de la naturaleza que en semejante ambiente se da el lujo de producir la fibra más bella del mundo!

Un animal de semejante belleza y dulzura con una agilidad solo superada por los felinos que, como el puma, son de los pocos que pueden dar cuenta de forma tan escurridiza. La vicuña, símbolo de las planicies andinas en la alta montaña. Allí, tan cerca del cielo, se funde con uno de los mitos más poderoso de la América toda: Coquena, protector de las vicuñas. Algo así como un dios todo terreno y full time dedicado exclusivamente a su protección. “No mates vicuñas con armas de fuego. Coquena se enoja...” rezan los versos dedicados a esta mítica presencia del altiplano.

D

AGRADEZCO Y ME FELICITO.

Agradezco profundamente a la Fundación Despegar mis recientes logros en la comunicación con mis padres y, muy en especial, por la ternura y naturalidad con que recibí sus muertes.

99 Así las cosas, se podría decir que las vicuñas fueron de privilegio en privilegio. Primero de la mano de una evolución que les sonrió preferenciándolas y, luego ¡por tamaño “guardaespaldas”! Sin embargo, ni con Coquena de por medio la población de vicuñas se salvó de estar orillando su exterminio, a manos de quienes hicieron oídos sordos a las amenazas celestiales. Mataron a cuanta vicuña pudieron, a sol y a sombra, con rifles y escopetas, a machetazos cuerearon sus pieles gobernados por la sin razón y el sin sentir ¿Y Coquena? Las vicuñas... siempre pensé, y si las vicuñas hubieran conocido la inminencia de su holocausto, si tan sólo hubieran asumido la posibilidad de dejar de esperar al tan mentado Coquena que, de existir, ni figuró! Si se hubieran hecho cargo de su propia salvación, tal vez habría vicuñas por estos pagos. Pero... eso no ocurrió. Coquena las traicionó. Para decirlo mejor, yo mismo me sentí traicionado por la imagen de un Coquena todopoderoso y sentencioso que habría dejado libradas a su suerte y a su muerte a millares de esos seres fieles y confiados en su demagógica protección.

Algo en mí me llevó a imaginar cómo tendría que haber sido la vicuña que no se hubiera dejado matar. Cómo serían sus cualidades, cuales sus actitudes, qué conocimientos debería haber tenido “la vicuña sobreviviente". En tales definiciones me fui metiendo poco a poco hasta perder la noción del tiempo transcurrido en esa búsqueda. La imagen de aquel ser nuevo e imbatible fue cobrando lentamente forma. Absorto en la niebla de mis pensamientos puse y quité piezas de un rompecabezas hasta sentir que el resultado progresivamente iba adquiriendo mi aprobación. En un instante y con mi sorpresa aparecieron ante

EXTINCIÓN. Cada vez que veo una vicuña se me aparece la crueldad de su “holocausto”. Sí, sí, de su holocausto! Claro, no ha tenido el marketing que tuvo aquel de los búfalos en las praderas estadounidenses, pero que lo fue, lo fue. Al igual que estos cornados seres, las vicuñas fueron diezmadas por la ambición, el desconocimiento y el sin sentido de los colonos primero y de nuestra sociedad actual después. Como “deporte” de la barbarie, en vehículos todo terreno y armados hasta los dientes, se asesinan seres que no pueden siquiera orillar el por qué de su fin. Coquena, figura mitológica del altiplano, se tendría que encargar de que tales cosas no ocurrieran, según las culturas que habitan esa geografía, remota para el hombre de la gran ciudad. Lo abrumador de la rapiña sufrida por esta especie, pone en ridículo a este personaje. Pero... y si él, Dios falible y de alcances limitados, hubiera tenido el forzado mérito de salvar a las actuales y pocas sobrevivientes? Y si sólo hubieran sobrevivido aquellas con mayor velocidad, resistencia y determinación por vivir? Y si esa fuera precisamente la imagen de COQUENA? Y si nos animáramos a ver en nosotros mismos a nuestro propio DIOS, a ese que culpamos o esperamos disipando decisiones que pueden sernos vitales?

100mis ojos sus ojos. Yo no los había puesto allí, pero allí estaban, mirándome ¡qué digo mirándome! ¡Clavándome su mirada! Lo que comenzó siendo un informe conjunto de “pedazos” y cualidades sin ton ni son, se erguía ahora ante mí, desafiante y a la vez sorprendido de mi sorpresa, me interrogó: - A quién esperabas? Soy yo, COQUENA, el dios VICUÑA! Por tu bien, no intentes detenerme. Tras esas palabras desapareció convertido en miles de pequeñas pezuñas. Nunca más lo vi pero supe que COQUENA vive entre esas vicuñas que no se han dejado matar, pues él es ellas, ni una más ni una menos. Y... si nosotros nos estuviéramos comportando como aquellas ya muertas y masacradas vicuñas, esperando a su Coquena benefactor y salvador? Cuánto demoraremos en darnos cuenta que: EL COQUENA mora en nosotros...!

No sé ustedes, pero yo, no me voy a dejar matar y... por su bien les digo: no intenten detenerme.

EL SABER AMBIENTAL. “El Saber ambiental debe tomar un carácter crítico, libertario y emancipatorio, estableciendo el espacio para su emergencia, para formarnos en una ética de la otredad que abra los cauces a un diálogo de saberes y a una política de la diferencia. Ya no basta transmitir los saberes establecidos y los conocimientos útiles. Debemos aprehender a dar lugar al no saber y a la esperanza. Aquello que se sostiene en el encuentro cara a cara, más allá de la objetividad del conocimiento. Estos son los retos a los que se enfrenta el saber ambiental en la comunidad de la búsqueda, la esperanza y la solidaridad. Este es el camino que con convicción y valentía debemos emprender, con responsabilidad, dando el ejemplo al pueblo argentino, a los hermanos de América Latina y a las naciones del mundo entero.” Conceptos de Enrique Lef vertidos en su discurso durante el 1º Congreso sobre Educación Ambiental para el Desarrollo Sustentable en la Argentina, Complejo Turístico Embalse, Provincia de Córdoba, 6 al 9 de mayo de 2004, encuentro organizado por la CTA (Confederación de Trabajadores de la Argentina) y la Escuela Marina Vilte.

101

Capítulo 31: Romance y Diversidad.

n colibrí que se movía y revoloteaba como cualquier otro colibrí lo hacía, pero… este tenía una particularidad. Al moverse tan frenéticamente a distintas alturas buscaba y buscaba sin cesar. Hasta que un día se encontró con el sentido de su larga búsqueda.

- ¿Quién se mueve allí abajo, tan ondulante y con tanta sensualidad? ¡Qué hermosos brillos la rodean y deja desvanecer

a su sutil paso! ¡No puede ser otra que la Sra. Babosa! Entre sus clásicos revoloteos, el Sr. Colibrí siguió, desde la altura, observándola largamente. La imagen y movimientos

de la Sra. Babosa le resultaban más y más irresistibles. En poco tiempo se convirtió en su admirador secreto. Fingía libar las flores de sabor más amargo con el sólo premio de pasar cerca de la Sra. Babosa. Animado, salía a volar en su encuentro aún en días de fuertes vientos. Luego de tantos sacrificios llegó el día en que el Sr. Colibrí terminó aceptando estar profundamente enamorado de la Sra. Babosa.

Como corresponde a cualquier enamorado, y luego de no pocos titubeos, el Sr. Colibrí juntó fuerzas, bajó a tierra y

medio tapado por el césped alto del lugar, sin más confesó sus sentimientos a la Sra. Babosa. No fue poca la sorpresa del Sr. Colibrí cuando recibió la mayor de las aceptaciones de la Sra. Babosa quien, mientras le

contestaba afirmativamente, recibía del Sr. Colibrí diversas argumentaciones dispuestas previamente por si el plan “A” no resultaba. Así la Sra. Babosa llegó a escuchar el plan “B” y hasta el “C” del Sr. Colibrí. Cuando hubo de poderlo calmar, la Sra. Babosa le confesó que desde el suelo no hacía más que observar cada uno de sus movimientos. Este se sintió feliz y a la vez confundido. Claro está ¡nunca antes había hablado con una babosa! No menos cierto es que la Sra. Babosa nunca antes había hablado con un colibrí.

U

102Tal pareja tan “despareja” no se puede decir que contara con la aprobación de las plantas y otros animales del

lugar, quienes no hacían otra cosa que adelantar un fin inminente de la relación, asegurando que aquello era toda una locura. A pesar de tan negativos comentarios, mientras la Sra. Babosa tomaba contacto directo y minucioso con el terreno

captaba información de un mundo inexistente para el Sr. Colibrí que le aportaban una visión nueva e irresistible, haciendo a la Sra. Babosa también irresistible.

Por otro lado, el Sr. Colibrí veía y sentía desde una altura no soñada por la Sra. Babosa. Los comentarios del Sr. Colibrí

cautivaban a la Sra. Babosa con paisajes lejanos que transportaban a su amaba a la ensoñación. Estos recíprocos aportes complementarios parecían brindarles parte de su sustento. Sólo así se explicaba la obstinada

duración de la pareja. El tiempo pasó pero no sin dificultades en la convivencia de una pareja que vivía “estirada” entre cielo y suelo. Cierta vez, la pareja “despareja” pasó por la que sería su última profunda crisis. Ocurrió que la Sra. Babosa comenzó a

sentirse secar a la espera del Sr. Colibrí. Y, cuando este llegaba, su continuo revoloteo alrededor de su amada movía tanto el aire que aumentaba en la Sra. Babosa tan desagradable sensación.

Así las cosas, la Sra. Babosa se fue poniendo rígida, tiesa y reseca sin posibilidad de aquellos seductores movimientos

que dieron comienzo a esta loca historia de amor. Aunque ninguno de los dos dejó de sentir amor por el otro, ya no existía la atracción del comienzo, tal vez por aquello

de… “cambia, todo cambia”, o… “cómo nos cambia la vida…”. La distancia entre nuestros dos personajes se hacía cada vez más tensa e impenetrable. La Sra. Babosa, cada vez más rígida parecía extinguirse inexorablemente sin poder acompañar más a su amado.

103El Sr. Colibrí, ya no quería volver a tocar tierra porque le sugería el dolor irreparable de ver perderse a su amada

sin saber qué hacer luego de haberlo intentado todo. Las plantas y demás animales del lugar, en comentario muy comadrón, sentenciaban: -¡Era el fin anunciado! Algunos agregaban con gran solvencia y ahondando en explicaciones que también ellos mismos comenzaron a necesitar: - ¡Pobre! De tanto volar, el Sr. Colibrí se hizo viento. Otros, por el contrario, llegaron a asegurar: - El Sr. Colibrí, apenado por la pérdida de su amada y agotado por tanto vuelo sin descanso, comenzó a perder sus bellas

plumas a punto tal que suele vérselo desconocido arrastrándose por allí, buscándola. Respecto a la Sra. Babosa, no fueron menos variadas las versiones sobre su desenlace. - Hace tiempo que la perdimos de vista. Sin duda alguna desapareció por no soportar tal crisis. Pero hay otros, los menos, que aseguran: - Los brillos que otrora la rodeaban no eran babas ¡sino finas hebras de seda! - A lo que agregaban - ¡La muy

enamorada hoy se la pasa volando en busca de su amado! La crisis de la pareja “despareja” no fue menor que aquella de su propia familia. Sí, tanto amor y pasión les dio un hijo,

que hoy mitad plumas, mitad babas y hebras trata de avanzar sin remontar vuelo ni deslizarse por el suelo, pues él es muy distinto a cada uno de sus padres y debe diseñar su propio estilo.

104Esa historia no tiene fin ni cierre. Sépase comprender que es una historia de amor cuyo último documento

conocido es la siguiente nota, encontrada colgada en la rama de un viejo árbol de mora:

“Te amo locamente. Viviré para esperar y disfrutar tu vuelo.

Cuando lo hagas, no temas: los colibrí, no comemos mariposas. Y… a mi no me joden, a los 50’ te convertiste en oruga.

¡Lástima que tardé tanto en comprenderlo!”

BIOGRAFÍA DE MI FAMILIA Y PAREJA.

No es fácil vivir conmigo, rodeado de semejante visión-misión en marcha como el Aula Abierta de Montaña. A pesar de todo, quizás, en parte por eso… seguimos juntos. En cuanto a mis hijos, están buscando su propio plano y sus intentos están dando en el blanco, en algún caso, o buscando dónde

apuntar, en otro.

Capítulo 32: La peña del desconcierto.

i mujer y yo estábamos en Santa Rosa, capital de la provincia de La Pampa, Argentina, en una peña muy animada entre el aroma de locro, empanadas, vino y pastelitos, agitado por el batir de palmas y el ir y venir de paisanos y criollas que danzaban con aires de seducción más o menos evidentes y, en todos los casos, con un gusto y un placer por el baile que

daba envidia al espectador más indiferente. M

105Aunque apasionado por el baile, no tuve ni tengo entre mis destrezas a las danzas folclóricas. Mi mujer, aunque

sabedora de esos ritmos, siempre fue tímida para bailarlos en público. Así pues, disfrutamos con la sola contemplación sumada al acompañamiento de palmas, coreando los temas musicales que recordábamos.

Juro que, si bien tomamos algo de vino, este fue muy poco y saboreado durante unas cuatro horas. Por lo que los

efectos de tan reducido alcohol sólo alcanzó para acompañar la comida sin llegar a perturbarnos. Digo esto pues algunos visitantes, entre los que nos encontrábamos, desprevenidos de lo que estaba sucediendo, nos sorprendimos progresivamente con casualidades extrañas que paso a contar.

Identifiqué que uno de los bailarines se parecía, y mucho, a un gobernador. De inmediato lo comento con mi mujer y ella

asiente sorprendida y echa a reír. Luego de algunas empanadas y varios tragos de un vino de buen cuerpo, agrego, ya en tono de broma -¡Mirá allí a fulano!- del gremio de los camioneros. El parecido con sus dobles en la realidad era realmente cómico y, más aún el verlos bailando y delante nuestro!!!

Pero la cosa no terminó allí, de pronto vemos ante nosotros al fotógrafo que, máquina en mano, registraba escenas de

las diferentes mesas. Cuando bajó la máquina nos sonrió con un guiño, agradeciendo la pose requerida y… ¡no era otro que el mismísimo “Nico”! conductor de programas de televisión. Nuestra carcajada, la de mi mujer y la mía, al ver su cara me obligó a explicarle nuestra reacción. Él pareció no querer ni poder escuchar nada y respondió con una mirada fría e indiferente que metió miedo. Pensé que mi sinceridad le había molestado.

Siguieron sucediéndose cantantes y bailarines que nos distrajeron con las bellezas que veíamos y escuchábamos. No

pasó mucho tiempo y en un instante recibí un codazo de mi mujer señalando un guitarrista que resultó idéntico a un viejo amigo y compañero de trabajo.

Hasta ahí las cosas todo estuvo amparado por el paraguas de la casualidad y de la gracia espontánea. Sin embargo, lo

que sigue… no fue así. Tal vez porque no creo en las casualidades. Para mí son sólo causalidades que no entendemos o que no nos animamos a entender.

106Ya no escuchábamos ni sentíamos nada de lo que allí sucedía. Con mi mujer nos fuimos acercando de a poco hasta

quedar arrinconados contra la pared observando las caras de quienes nos rodeaban, indiferentes a nuestra sorpresa, luego asombro y más tarde desconcierto. Fueron apareciendo ante nosotros supuestos dobles de diputados, senadores, carniceros, empleados rurales, docentes, empresarios, colegas de trabajo y hasta algún familiar también. Todos ellos parecían no tener conexión entre sí hasta que en un momento aterrador y al mismo tiempo, dirigieron sus miradas perdidas hacia nosotros, con un ligero gesto de malestar, como si los estuviéramos molestando.

De más está decir que inquietos nos levantamos y dirigimos prontamente a la puerta de salida. Al llegar a ella nos

esperaba el dueño y animador de la peña, quien inexplicablemente nos entregó las camperas que recién habíamos dejado olvidadas en nuestra mesa, en el otro extremo del salón y, como toda despedida, nos dice –No vuelvan-

Luego de tal experiencia, evidentemente hicimos caso a ese pedido que lo sentimos como “gentil” advertencia. Aún así,

no pudimos evitar el indagar sobre el lugar entre vecinos y gente conocida pero nadie supo ubicarlo. Más aún, llegó el momento en que nos animamos a pasar, de día, por las inmediaciones y tampoco lo encontramos.

No sabemos qué ocurrió allí. No tenemos ninguna explicación. Sobre los personajes y sus dobles, si los fueron, no

pareció haber cambios en aquellos alejados de nuestra vida cotidiana. En cambio, nuestros familiares, amigos, compañeros y conocidos no volvieron a comportarse igual con nosotros.

En la próxima peña que vayan, pongan atención. No vaya a ser que encuentren a un doble de ustedes mismos.

ESTRUCTURA SIGNIFICANTE El continuo desplazamiento del TIAM nos vinculó con diferentes pueblos y, en ellos, con diferentes pobladores que tomamos como referentes para

acercarnos a entender y sentir plenamente su lugar en ese rompecabezas que se construye sobre él desde lo cotidiano. Pero… finalmente, no resultaron tan diferentes los pobladores. Sucedió que en los otros pueblos nos encontramos con “dobles” de cada uno de nuestros referentes anteriores. Es cierto que a

veces, un Don se correspondía con una Doña pero… estar, estaba. Tal y como si fueran piezas básicas o elementales de la sociedad, ingredientes indispensables para la alquimia propia de cada pueblo. Como si sin ellos no se pudiera hablar de la identidad, estructura y hasta de la existencia misma de un

pueblo. Si así fuera, tendrás que tener cuidado con la elección de tus referentes y, más cuidado aún con el tratamiento que les darás. Eso sí, si llegas a sorprenderte por los parecidos que encuentres, no te rías en sus caras. No les gustará. Y, si intentas explicarles el motivo de tu reacción, no esperes una gran

acogida a tu argumentación. Es como si con ella les estuvieras quitando cierta exclusividad que querían y creían tener. Tal vez sea porque en realidad la tengan. Me refiero a la exclusividad de su función en la estructura social. Ello, sin importar quién la cubra. Si así fuera ¿Cuáles serán mis dobles? ¿Dónde

estarán? ¿Se habrán percatado ya de que existo? ¿Me estarán buscando? ¡¿Qué no podríamos hacer juntos?!

107

Capítulo 33: XAMPALA.

ranscurre el mes de cobre del año 3.012, siglo XXXI de la Era del Bien, aunque algunos sostienen que aún no se han logrado los atributos como para así llamarla. Sea de una forma o de la otra, es por estos días en que un grupo de cinco estudiantes de diferentes carreras de la única universidad pública que todavía queda en pié, con sus ya 1.400 años

desde su fundación, se juntaron para hacer su trabajo final y así acceder a su título de grado de Mayor Excelencia Académica.

Estos jóvenes estudiantes son: Cumel, especializado en lenguas muertas; Xuria, en culturas del África antigua; Lauda, en sentimientos y actitudes en momentos de crisis; Mandro, en criptogramas y Bisa, en escrituras en papel del siglo XXI, todos ellos muy entusiasmados con sus tareas y actividades de campo y laboratorio.

Unas extrañas ruinas, que hasta el momento no fueron explicadas por quienes anteriormente se dedicaron a analizarlas, son el sitio elegido como objeto de estudio. Así las cosas el grupo en pleno se siente por demás atraído e intrigado queriendo empezar cuanto antes a trabajar en el sitio.

Tanto interés tuvo su premio de inmediato. Fue en el primer día de remoción de escombros cuando encontraron varios artefactos destruidos, aparentemente por un incendio. Entre ellos y protegido espontáneamente por unas placas sintéticas que alguna vez fueron traslúcidas, encontraron varios trozos de papel de contorno irregular, como rasgados, algunos de ellos con algo que podrían ser inscripciones.

El grupo pasó a ser cautivado por esos girones de una supuesta escritura que podría explicar algo de lo sucedido en aquel lugar en aquel remoto tiempo.

Bisa estableció que las marcas no eran dibujos sino una escritura, pero sin mucha coherencia.

T

108Cumel buscó en todos sus archivos hasta identificar cual sería su lengua madre.

Xuria consultó con sus profesores más confiables, los que llegaron a convencerse que la fonética respondía a una fuerte

influencia afro en tales hallazgos.

Mandro no tenía dudas en que el mensaje estaba encriptado y que solo descifrándolo se podría entender su significado que, obviamente, no era explícito.

Lauda, a diferencia de sus compañeros, estaba muy desorientada sin poder arriesgarse siquiera a hipótesis alguna.

Todos, con gran erudición (con la obvia excepción: Lauda) coincidieron en que la pieza completa había resultado fragmentada por el tiempo y que los trozos se podían armar como un rompecabezas, así que sin demora pusieron manos a la obra en él. Limpiaron prolijamente cada pieza que enseguida comenzó a dar vueltas y vueltas buscando su posición final… si todo salía bien. Y así fue, luego de muchos y fallidos intentos, conformaron la supuesta hoja original. Rasgada y ocre por el correr implacable del tiempo, dejaba leer no sin dificultad un texto manuscrito en desteñidos trazos de color azul. Luego, el grupo en pleno comenzó a descifrarlo empleando las tecnologías más modernas para llegar por unanimidad, excluida por supuesto la indecisa Lauda, confirmando que el intrigante texto decía: “XAMPALA NO EXISTE”. Ahora bien ¿cuál era el significado y la trascendencia del texto? ¡Esa era la siguiente cuestión! Y se constituyó en el round decisivo de la batalla interdisciplinaria más recordada por la universidad de esos tiempos. Se buscaron aportes de diferentes especialidades ausentes en el grupo. Se confrontaron líneas de pensamiento y hasta escuelas. Cada quien queriendo llevarse el laurel de algo que pareció tornarse más importante que las mismas ruinas protectoras y hasta esos días guardianas del llamativo texto.

La hipótesis más dominante, sostenida por Xuria, proponía que XAMPALA era indiscutiblemente una deidad del continente africano y que habría llegado a ser cuestionada en esta parte del entonces continente Americano, hoy Pantrea.

No lejos de tal liderazgo estaba el insistente Mandro y quienes, junto con él, afirmaban que lo negado por el texto no era la existencia de tal deidad sino de algo que, encriptado, pretendió ocultarse en la secuencia: “Xampala”.

109Y Lauda… continuaba sin poder afirmar ni presumir nada coherente. Nada hasta que una noche despertó de golpe,

como de una pesadilla angustiante, con un pensamiento claro y firme: La pieza original de papel no había sido rota por el correr del tiempo ya que sus trozos eran de un tamaño muy regular y los contornos de la hoja aún se podían observar con gran nitidez. Si el correr del tiempo hubiera sido el causante de la fragmentación, también habría atacado de igual manera al borde de la hoja. Entonces… los fragmentos fueron desgarrados adrede!!! Y es más, sentenció Lauda: los bordes, el tamaño y las formas de los trozos indican que la hoja de papel fue desgarrada con rencor y decepción.

Si Lauda estaba en lo cierto las certezas de los demás miembros del grupo, de sus profesores asesores y de las escuelas científicas que los apoyaban quedaban destronadas y sin chance de figuración alguna. Así que no fue nada fácil para Lauda hacer que lo aceptaran. Pero su creciente convicción y sus argumentos fueron sumando adhesiones progresivamente hasta quedar al frente de las investigaciones en forma indiscutible.

Mandro seguía sosteniendo que el mensaje estaba encriptado y que tal vez hubiera sido destruido para ocultar su significado. Pero… ¿dónde encajaba esta versión con los sentimientos de rencor y decepción identificados por Lauda? Esta simple pregunta sirvió, luego de no pocos intentos de Mandro, para que éste terminara por declinar su hipótesis de encriptado del supuesto mensaje.

Cumel, uno de los primeros en dejarse seducir por la hipótesis de Lauda y… también por Lauda misma. Agregó la pizca que faltaba para ayudar a definir la cuestión: En castellano antiguo, el que se hablaba en la hoy Pantrea pero hace mil años atrás habían letras semejantes que con el deterioro por humedad y temperatura, sumado al corrimiento de la tinta con que se escribía en esos tiempos, podían confundirse. Entre ellas la “X” y “S” por un lado y “M” y “N” por otro. Esto llevó a un análisis más exhaustivo de la escritura y, como premio consuelo, Mandro sumando los aportes de Bisa, encontraron que en ella habría una pequeña separación antes no percibida, por lo que a la luz de estos detalles, la secuencia “XAMPALA” pasaría a ser “SAN PALA”.

Entonces, si SAN PALA NO EXISTE… ¿quién sería el tal “PALA” que ya no tendría el carácter de santo? Y, en todo caso ¿por qué habría dejado de serlo?

110Los años pasaron y el grupo trabajó sin cesar para poder avanzar sobre estas últimas dos y definitorias

cuestiones con las que darían por terminado su trabajo y obtendrían su tan preciado grado de excelencia académica. Pero lamentablemente no pudieron resolver ese nuevo enigma. Apremiados, igualmente el grupo en pleno se reunió y decidió presentar su trabajo al tribunal examinador de ancianos idóneos (Tribunal 1º el más anciano, 2º y 3º progresivamente los de menor edad), con la convicción de que el trabajo realizado era más que suficiente para lograr la aprobación.

Así las cosas, pidieron fecha para la presentación del trabajo, les fue otorgada, se presentaron en tiempo y forma, se constituyó el tribunal, el ya experimentado grupo expuso con gran solvencia todos sus logros, terminó la presentación, el tribunal se retira para sesionar y evaluar el trabajo que sí o sí debía contar con la unanimidad de sus miembros para aprobarlo y… pasó una hora (tiempo normalmente requerido para llegar a un acuerdo y discutir las razones de cada miembro del tribunal), pasaron dos, tres y hasta cinco horas! Finalmente se abre la pesada puerta que silenciaba la discusión y con evidente pesar el Tribunal 3º, cual era su obligación formal, declara al grupo y a los asistentes a la exposición, que ¡el trabajo no había sido aprobado!

Los Tribunales 3º y 2º se dedicaron a dar consuelo y a contener la insatisfacción y desconcierto del grupo, de sus familiares y amigos mientras, el más anciano del tribunal se retiraba desde el fondo del salón con evidente molestia por lo sucedido, mientras en voz baja se lo escuchaba balbucear: ¡Les voy a dar que “NO EXISTO”!

LUDOLIDER El trabajo grupal implica un “juego” de relaciones de liderazgo que se presentan en forma más o menos complejo según cada grupo, constituyéndose en su

huella digital o código genético, sin el cual no se puede conocer ni mucho menos entender qué sucede, por qué y para qué en el grupo. Una de las típicas “deformaciones” del liderazgo sostenido y marcado de uno de sus integrantes suele ser la idealización del líder, llegando incluso a fijar en el sub consiente una imagen que podemos llamar de “santidad”, impoluta y con defectos justificados por alguna razón consensuada que lejos de rebajarlo le da identidad y

hasta enaltece. Estas consecuencias abiertamente patológicas del antes referido “juego” suelen ser de una evidencia patética, con la que el grupo se parodia

a sí mismo. Si bien un grupo sin liderazgo no es grupo… GRUPO:¡¡¡cuídate de tus líderes!!! Y… LIDER: ¡¡¡cuí date de tu grupo!!!

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Capítulo 34: Mi desconcierto.

o sé si bien o mal y, más aún, no siento que ese sea el punto pero sí es importante, por lo menos para mí, el haber trabajado largo tiempo sobre la incertidumbre y lo incierto. Hasta he sostenido y sigo haciéndolo que las certezas sólo son para los necios. Eso se los aseguro… ¡Cuidado! Esto se parece y mucho a una ¿o no? lo cierto es que de tanto ir el cántaro a la fuente, al final: se rompe.

Así comenzó mi desconcierto, como un cántaro roto, en pedazos, sin poder contener ni contenerse. Aún en lo incierto

hay un concierto de saberes. En el desconcierto ya no. Pueden seguir estando todos los instrumentos, y hasta cada uno sonar dando lo mejor de sí, pero lo hará cada uno por su lado en una expresión patética e inentendible. Eso, es un desconcierto. Yo, soné así.

En Córdoba, Argentina, con las frases…”no le llega el agua al tanque” o “no tiene todos los caramelos en el paquete” o

“no tiene todos los patitos en fila” nos referimos satíricamente a quien tiene severas limitaciones en su esfera cognitiva y o en su relación con su entorno.

Decididamente el agua me llega al tanque,… pero debo admitir que tengo trabado el flotante. Para quienes no se encuentren en la posibilidad de entender estos dichos, aclaro: esta metáfora refiere a que si bien el

agua me llega al tanque (más aún: siento que sin grandes limitaciones) sobre el techo de mi casa, el flotante que regula su llenado, está trabado, por lo que lejos de no llegar, el agua desborda sin control inundando la terraza de mi techo.

Ahora bien ¿qué quiero decir con esto? Es que los pensamientos me brotan sin control. La creatividad me explota en la

cara. La emociones dominan anárquicamente mis acciones, sentires y mi comunicación con el otro. Otro con el que me nace compulsivamente interactuar, ahora, o más precisamente: hoy. Ayer, un ayer cercano pero a la vez tan lejano y más próximo a algo ajeno, que no lo reconozco como propio; en ese ayer, la sola idea de acercarme a alguien me producía terror. Fui un niño a

N

112los 56 años. Hoy, un adolescente a los 57. Mañana… Dios dirá: tal vez renazca una vez más. O simplemente muera, al poco tiempo de haber renacido, es decir: joven.

Sucede que, en lo personal, después de 35 años de trabajar desde la comunidad universitaria y, en lo grupal, más de 13

años de hacerlo con pequeñas y aisladas comunidades de montaña, nos habíamos constituido en nuestra sede de la Facultad de Ciencias Agropecuarias desde diciembre de 2004 hasta el 2 de julio de 2011, día en que nuestra sede se incendió en forma prácticamente total. Incendio en que se quemaron cosas materiales, muchas de ellas irrecuperables. Desde esa fecha hasta el presente ni la facultad ni el rectorado de MI universidad (tal vez por no encontrar motivos suficientes para apoyarnos) nos han aportado otra sede, ni repuesto la original ya reparada, ni autorizado a repararla nosotros mismos. Si bien el incendio no fue provocado, provocó la senescencia prematura del Aula.

Sí, es cierto… se quemaron cosas materiales, muchas de ellas irrecuperables; pero a mi cabeza la quemó la indiferencia, la falta de solidaridad y de reconocimiento institucional a la labor sostenida y honoraria de un grupo de trabajo que actuó incansablemente sobre los temas: manejo de cuencas, manejo de áreas protegidas, ordenamiento territorial, gestión pública del territorio y derechos humanos, entre otros.

Al programa de la UNC sobre recursos humanos “Aula Abierta de Montaña”… sé que algunos lo están continuando. Yo,

renací desde sus cenizas. Aglutino mis habilidades y recuerdos una vez más. Como las tierras, voy desde PANGEA hacia AMASIA, el futuro mega continente. Allí nuestro andar no tendrá límites.

Capítulo 35: Hacia AMASIA

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ras la certeza de que AMASIA prometía tierras más allá del horizonte, y de que el intento de llegar a ella no solo valía la pena sino que era la única posibilidad de sobrevida, salimos a la mar.

Gentes de los cuatro vientos, de todos los colores y de todas las lenguas, éramos pasajeros y a la vez tripulantes de un arca gigante que a muchos dejó en puerto viéndonos partir. No por evitarlos, sino porque se evitaron a sí mismos y por propio juicio o… mejor decir: prejuicio, los vaivenes del navegar.

Eran demasiadas incomodidades y riesgos para ellos. Su puerto les ofrecía un lugar conocido y seguro. AMASIA, solo una

utopía más. Es más, decían: la última, para nosotros, los que salimos a la mar. En nuestra nave las lenguas se unieron en una sola comunicación. Claro está, no con poca fricción e incluso varios desaciertos.

Tan aceptada para nosotros los de la nave era la utopía, que así la llamamos. Ella nos llevó por todos los mares conocidos

que, en ese movimiento de continentes y contenidos, ya cambiaban y se re significaban. Las cartografías otrora reconocidas sólo tenían valor para recordar lo que fue e imaginar lo que vendrá. Las migraciones de aves, peces y grandes mamíferos tuvieron que rediseñar rutas sostenidas por miles y hasta millones de años. Hasta las olas debieron animarse a crecer como nunca lo habían hecho. Los vientos soplaron sin límites. Las horas parecían eternas. El espacio parecía no terminarse. Toda escala de percepción debió crecer exponencialmente o sucumbir ante las nuevas dimensiones de lo desconocido. Éramos: colonos de nuestro planeta. Tal era la imperiosa necesidad de aprehender y de aprehenderse respecto a lo otro y el otro que, y sin cambiarle por ello el nombre a nuestra nave, todos coincidimos, unos antes y otros después, en que nuestra utopía era la educación.

T

DE TERROR.

Cierto día tuve a cargo una clase. Un día y una clase que podrían haber sido como tantos otros en mi función docente. Pero ni ese día ni esa clase pasarían a mi olvido. Terminada mi clase me incomodó que no surgieran preguntas. Sin éxito invité a que las hicieran. Lejos de estar contento con el resultado, obligué al curso a sacar una

hoja… ¡qué terror! Para que cada uno me hiciera al menos una pregunta pero con la consigna expresa de que la misma no pudiera ser contestada con mis dichos de la clase. El desconcierto fue generalizado: ¡¿Cómo le vamos a preguntar sobre lo que no conocemos?!

Mi respuesta no se hizo esperar: ¿Para qué otra cosa creen que son las preguntas sino para avanzar sobre lo que no se sabe? Y seguí exigiendo: ¡Vamos, vamos! ¡Pregunten! Las preguntas más creativas tendrán las mejores notas y las preguntas que se puedan contestar con lo que ya he dicho

sobre el tema, tendrán puntos menos. Tras esta locura imperativa de mi parte, vino el resultado… aterrador:

- Los chicos y chicas “de diez” reprobaron - Los eternos “colgados”, esos que, decimos, no prestan atención, aprobaron.

Si de preguntar se tarta, pregunto: - A quienes y a qué proceso de aprendizaje estamos aprobando, y…

- Esos marginados de siempre, que no nos prestan atención ¡¡¡¿cómo pudieron saber lo que no tenían que preguntar?!!!

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Capítulo 36: Magic Can

ecurrentes pesadillas no daban paz al sueño del joven Ladislao Candfiel, visitándolo traumáticamente hasta varias veces cada noche. Ladislao dormía poco y mal. Sus días, eran pesados y somnolientos, mucho más que para cualquier otro muchacho de su edad. En sus sueños, aparecía enorme y rígida la bamboleante cara de un payaso, luego un niño, rodeado de oscuridad,

asustado y gritando sin ser escuchado y sus padres desesperados buscándolo sin éxito. Ladislao presenciaba todo el terrorífico espectáculo sin poder hacer nada. Así, noche tras noche, pesadilla tras pesadilla. Al principio se dedicó obsesivamente a buscar el significado de tanto sufrimiento. Pero nunca lo encontró. Resignado y ya insomne, sólo buscaba encontrar algo de continuidad en su descanso, que parecía no querer llegar.

Desde niño, Ladislao fue muy inclinado a la magia. En su temprana adolescencia ya se definió como mago y vivía esta afición con gran entusiasmo, convertiéndola luego en forma de vida, sin importarle demasiado las contadas monedas que ganaba en cada función.

Allá, perdido en el tiempo, Ladislao siempre recordó con aprecio su primer truco, al que llamó: “Perro Mágico”. Consistía en un rudimentario y dudoso perro de espuma goma que, ubicado dentro de una caja, parecía desaparecer entre las partes desarmadas y plegadas de ésta. Cuando, en realidad, lo que obviamente sucedía era que el pobre perro, apretado, no llegaba a verse. Aunque tan evidente truco sólo era creído por algún niño incauto, el “Perro Mágico” tomó para Ladislao un valor emblemático de su comienzo como mago.

Cuando la edad y las necesidades crecientemente insatisfechas lo apremiaron, tuvo la idea de ensayar alguna estrategia de marketing. Así nació su nombre artístico que no podía ser otro: ¡Magic Can! Nombre que le permitió también jugar con las tres primeras letras de su apellido.

Ladislao o Magic Can recordando su origen de espuma goma, leía con picardía las marquesinas de los olvidados teatros que lo contrataban. De tanto en tanto algún aeropuerto lo vio pasar, yendo de función en función.

Un día de esos, ya mayor, agotado y medio hambreado, con un dudoso estado de salud, apareció sin mucha explicación, desparramado sobre el sillón de una sala de embarque, en espera de un avión que parecía no querer arribar ni mucho menos partir con tamaña carga.

R

115La espera se prolongó en largas y tediosas horas. Ladislao, o lo que quedaba de él, más que ver, miraba. Todo

pasaba casi en cámara lenta. Los sonidos, mezquinos ecos, salían desde dentro de un gran recipiente. Por momentos dormía, tal vez hasta con los ojos abiertos. No era necesario cerrarlos. Miraba toda la sala con lentos movimientos de su cabeza hacia ambos lados.

De pronto, algo llamó su atención: una pequeña casilla de madera pintada de vivos colores destinada a entretener niños y descansar padres. Su mirada se clavó en ella. En una de sus paredes lucía pintada una enorme cara de payaso. Los niños, entraron en la casilla por la boca del payaso y, al moverse dentro, hacían hamacar la colorida casilla sobre la mueca de la sonrisa que parecía cobrar nuevos gestos de extraña satisfacción. Los ojos del payaso se cerraron tenuemente. Nadie lo percibió. Nadie, menos Magic Can. La casilla se hamacó más y más hasta volcarse de lado. Entonces, los traviesos niños tomaron facilmente contacto con el techo. Solo uno a la vez podía empujar una desapercibida puertilla que lo dejó entrar pero no salir. Luego, la casilla volvió a su posición inicial, los niños salieron llamados por sus padres. Todos, menos uno. El techo no dejó salir sonido alguno. Fuera, los padres llevaron a sus hijos a tomar el avión que ahora sí se decidió a arribar y prontamente a partir. Todos los padres estaban ya en el avión, medos dos. Desesperados estos corrían de un lado al otro buscando a su niño. El niño gritaba sin ser escuchado. Sus padres, ya lejos de la casilla, gritaban una y otra vez el nombre de su niño, del que se alejaban más, sin saberlo.

Dos ordenanzas del aeropuerto se aproximaron al escenario conversando de temas triviales y haciendo bromas entre ellos. Comenzaron a desarmar y plegar la casilla hasta convertirla en una pesada pila de láminas de madera. La montaron en un carro y se la llevaron. Antes de irse miraron a su alrededor con un extraño disimulo. Uno de ellos tomó un trapo que colgaba en su hombro izquierdo, se agachó y limpió en la alfombra una pequeña gota de sangre. En la sala de espera ya nadie quedaba, solo Magic Can, un viejo mago, rígido y con cara de espanto que nunca subió a su avión. Murió ese día mientras balbuceaba: “¡en el techo, en el techo!…” nadie lo escuchó.

SIEMPRE SOÑÉ DESPIERTO Si tan solo Ladislao hubiera comprendido el significado de sus sueños… pero no, ni él mismo lo hubiera creído, no se tenía tanta fe.

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Capítulo 37: La Torre.

ramos un grupo de personas que al vernos se nos oía hablar lenguas diferentes. Tan diferentes éramos unos de otros y nuestras lenguas, que no se podía comprender cómo trabajábamos juntos y menos aún cómo lo hacíamos con semejantes caras de disfrute pleno. Después de acaloradas y frecuentes discusiones se avivaba aún más lo que hacíamos juntos.

La Torre, nuestro grupo, así conocido y reconocido por propios y extraños, superó con creces los diez y tantos años de

vida institucional dentro de la universidad que la sintió nacer. Eso, formalmente, ya que algunos arriesgaban que había existido desde siempre. Otros, decían: “¡Es Babel, La Torre de Babel!”. Los de La Torre comprendíamos: tal vez fuera por nuestras lenguas tan diferentes o por vaya a saber qué, pero la locura no sólo nos parecía poseer sino, también, cundir entre quienes nos miraban.

Como en la otrora Babel, los de La Torre construíamos hasta obsesivamente pero no para llegar a Dios, sino para llegar a uno mismo. Nada más alejado de aquel celestial objetivo.

Tales construcciones tomaban la forma de pirámides humanas, o de murallas humanas, o de mareas humanas. Todas eran formas muy… humanas. Tan humanas como humanos éramos los de La Torre. No podía resultar de otra forma. Cuando los elementos de los que se dispone son humanos, cuando todo insumo es humano, cuando todo servicio en esta construcción cotidiana es humano, la construcción sale sí o sí con aciertos y desaciertos… muy humanos, que nos alejan de las certezas y nos introducen en lo incierto.

La Torre, de Babel o no, éramos un grupo de explosivas intensiones y de más explosivas decisiones. Solo eso. Por ello, admirada por algunos, envidiada por otros y no comprendida por los más, nadie la ignoraba, aunque muchos ni siquiera la miraran, para hacer como si no estuviera, lo que de plano estaba y ya no se podía negar a tan molesta cosa que despeinaba el rulo de lo formal.

É

117 Sobre La Torre se dijo también aquello de… “demasiado bueno para ser real”. Sentencia escéptica que ponía a La Torre en el terreno de lo imaginario y simbólico, alejándola de lo real. Para Lacan sería algo así, entonces, como “un tipo” de locura, coincidiendo con quienes se referían a ella como “La nave de los locos”.

Las relaciones humanas entre quienes construíamos a diario La Torre, eran intensas, pasionales, a veces despiadadas, otras solidarias y misericordes. Los de La Torre gustábamos en definirnos como “francomiradores”. Todo era para ser observado, todos éramos para ser observados y para actuar sobre ello, ellos, nosotros y en uno mismo, en un todos con todos frenético y hasta delirante. Nos exigíamos y nos dábamos al mismo tiempo. Al construir estas relaciones usábamos la plomada solo para saber cuán lejos estábamos de la vertical. La curva y la inflexión eran nuestras formas. La recta: solo un error.

Más que al ajedrez jugábamos un “al revés” en el que nuestros movimientos, los de La Torre, eran siempre curvilíneos e impredecibles. Es que no podíamos comprender el orden impuesto en el ajedrez: Una Reina, mujer fatal si las hay, se presenta sin límites en sus movimientos, por lo que es presa de la ambición obsesiva del enemigo. Un Rey, aunque también monarca, autolimitado a sólo moverse con rectitud y sin posibilidad a las diagonales; “esas” son medias tintas no deseables para su investidura. Una Caballería gustosa en ir a los saltos, zigzagueando para desorientar. Torres (pobres tocayas) limitadas a actuar sobre las murallas que defienden, con una rigurosidad ángulorectiliana. Alfiles… gozando de algunas prerrogativas de la Reina (aunque negados por el Rey, celoso de sus rápidos deslizamientos y de sus inesperados acercamientos a la Dama mayor) se desplazan entre la masa casi sin que los vean, llevando y trayendo información estratégica. Peones avanzando con anteojeras para no irse a los lados, limitados por cadenas dan pasos cortos y… ¡con semejantes limitaciones!...a los pobres se les alimenta la idílica idea de recuperar a la Reina, luego de atravesar el campo enemigo ¡Jaja! ¡Sí! ¡¿Por qué se creen que son las piezas más numerosas y las más limitadas? Cualquier semejanza con la realidad, es obra de la casualidad… ¡La “CASUALIDAD”!¡Pobre CASUALIDAD! Una casualidad es una CAU-SA-LI-DAD NO ENTENDIDA, u oculta, o mal interpretada, o que no conviene se difunda. Pero, sea lo que fueren: LAS CASUALIDADES… NO EXISTEN.

Así, mientras todos se ajustan obsesivamente a vivir “jugando” al ajedrez, nosotros, los de La Torre, jugábamos “al revés”. Una práctica que consiste en “meterse” en el juego, conocer sus reglas, pero movernos sin ellas, incluso, llamarnos de una manera que confunde a quienes se dejan llevar por lo instituido. “La Torre” para el ajedrez es algo así como llamarse “El Aula” dentro de una universidad. Entrar al juego sin jugarlo. En una relación, para algunos: esquizofrénica, para otros: anarquista, para nosotros: incierta y apasionante, íbamos y veníamos por el campo de juego con libertades curvilíneas,

118parabólicas y ondulantes que nos convertían en un verdadero misil colectivo. Cuando se disponían a vernos, ya no estábamos. “La mano es más rápida que la vista”… dicen los magos, los punguistas también. Cuando todo está instituido, lo mejor es no instituirse, decimos nosotros.

El Cóndor vuela majestuoso, pero para hacer un cambio de dirección necesita viento favorable y espacio, mucho espacio.

El colibrí cambia de dirección antes de proponérselo. En el espacio que un cóndor necesita para cambiar de dirección, el colibrí, con su vuelo, puede escribir La Marsellesa… decena de veces. Los de La Torre, admirábamos al colibrí.

Semejante vuelo no se constreñía al plano del damero, ni a su bipolar cromatismo. Nuestras curvas se desprendían de él o lo atravesaban, usando dimensiones no contempladas ni mucho menos percibidas por las reglas del juego.

Los Alfiles… ¡ah los Alfiles! Maliciosos e intrigantes, murmuraban sobre nosotros a los oídos de la Reina. Y al Rey, sólo se animaban a acercársele, para calumniarnos.

Tal vez haya sido un Alfil el que dejó caer un fósforo encendido por la ventana de nuestra Torre. Tal vez… lo cierto es que el fuego, en nuestra ausencia, redujo a ceniza y escombros, los documentos, registros, biblioteca, instrumentos y unos 500 ejemplares que aún nos restaba repartir, de un libro, nuestro libro. Todos le aportamos contenidos, información y sentires. Sentíamos que ya poco más podíamos decir. Años más tarde sabríamos que lo más importante del libro, sería su título: DECIDIRNOS A DECIDIR, que no es poca cosa.

Sobre las cenizas... un día tomé una foto (pensé inicialmente en "saqué", pero me sonó violento) que llamé "Como el Fénix" (la podrás ver al final de este libro), es que en las cenizas se va todo menos la esencia. La esencia no se quema, se recrea, a veces tanto que al pasado le cuesta reconocerse en el futuro, y al presente… solo le queda el asombro.

Lo del incendio de La Torre fue como un nock aut para el grupo. Ojos vidriosos y perdidos penetrando el humo, pisadas que patinaban cenizas aún mojadas por el agua de los bomberos (nunca imaginé ideas convertidas en barro; aunque tal vez ese sea su estado más prístino, pero si así es no lo supimos ver, entonces), brazos caídos como a títeres con los hilos cortados, y sin libreto, donde las relaciones en el grupo se parecieron a los números de un bingo ya terminado, mezclados en la bolsa del no saber hasta cuándo. Incertidumbre decíamos, incertidumbre tuvimos, y de la grande y profunda.

119 Caminar patinando en la ceniza de lo que fue, no solo no resultó liviano para nadie, sino que fue particularmente pesado para algunos. El dolor fue tan agudo y personal que el grupo ya no pudo actuar como antaño. Ni mejor ni peor que aquella imagen, pero ya no pudo volver a serlo.

Como árbol en llamas no todas las ramas se quemaron por igual. Así debía ser. En el tronco se dejaba ver un ombligo de fuego, profundo y penetrante, parecía ir siempre por más, aunque demoraba su avance para evitar traspasarlo. Ese hubiera sido un alivio que no estaba en los planes del fuego. Como si este tuviera decisión sobre lo vivo.

“Babel en llamas”, Torre alta, montón de cenizas… Si hubiéramos construido en busca de Dios, enojado Él una vez más, nos hubiéramos esfumado como el humo. Pero en cambio construimos para buscarnos y buscar al otro y lo otro, eso: nos salvó.

Eso, sí claro, eso nos salvó, pero también Dios que en este caso no se enojó con nuestra Babel. Así, aquel ombligo se enfrió poco a poco. Un día, comenzó a iluminarse y se llenó de luz. Del tronco salieron ramas nuevas y diferentes hablando lenguas distintas.

A la sombra de las nuevas ramas se siguió escuchando: “aquello era demasiado bueno para ser real” Para algunos, La Torre fue una leyenda.

Para J. Lacan del equilibrio y la interrelación de lo real, lo imaginario y lo simbólico, resulta la salud psíquica. Siempre me fascinó el ir y venir entre estas esferas del ser. Llega un momento, vertiginoso e incontrolable, en el que se hacen una en ese uno en movimiento. Hasta caer en la ridícula soberbia de creerse imaginar la realidad. O asombrarse con circunstancias vividas absolutamente irreales, propias del más exquisito ensayo de ficción. A poco de leer a J. Lacan me encontré identificado en esos “juegos” de seducción con los límites. Sin embargo, los límites son símbolos excesivamente reduccionistas de una realidad mucho más compleja de lo que podemos imaginar. Los usamos para vincular lo que desmembramos, como si una vez trozado un pollo quisiéramos recomponerlo… para que no se note. Los límites sólo han servido para poner en evidencia estos mecanismos de una supuesta remediación intelectual del todo. Es gracioso: al abordar el todo, primero lo analizamos y fragmentamos, para proceder luego a integrarlo en una síntesis, la más de las veces, patética. Cuando me esfuerzo por ser

120realista llego a consecuencias francamente imaginarias. Imaginando caminos, he llegado a caminarlos y otros conmigo. El concepto de SALUD me suena y resuena como uno de los símbolos más descarnados de nuestra cultura.

Capítulo 38: Algo podrido.

a Torre tuvo varias sedes a lo largo de su historia. Nos solíamos llamar “los sin sede”, remedando a los “sin tierra” del país hermano. La última sede de La Torre fue en la Facultad de Ciencias Ambientales (FacCienA) de la Universidad Natural del Centro (UnNaCtro). El viernes 10 de julio del año 2010 y alguno más, hacía mucho frío. Como La Torre era un espacio amplio y de techos

altos. Al medio día se sentía mucho más frío adentro de La Torre que fuera de ella. Era un día para prender todas las estufas que se tuviera a mano y quedarse adentro bien abrigados. Pero, ese día, además de calentarme, Dios me iluminó.

Como debía entrar y salir con gestiones en diversos destinos (aunque todos muy próximos a La Torre) decidí no

encender la única estufita que teníamos, ya que sería el único del grupo que ese día estaría estable en La Torre. Y… en realidad nunca confié de mi memoria cuando se trata de apagar lo que enciendo. Así que me dispuse a trabajar bien abrigado y… ya! a aguantarse el frío.

Transcurrió ese viernes según lo previsto. Al finalizar la jornada me retiré de regreso a mi casa. Pasó el fin de semana

y… el lunes, por la mañana, recibí la visita inesperada de uno de los miembros de La Torre. No venía a tomar mate. El mensaje fue corto y fuerte: “Tenés que ir a la Facu, se incendió La Torre.” A lo que contesté: “Pero… ¡¿qué decís?! ¿qué se quemó de La Torre?” La respuesta fue más corta y aún más fuerte: “Se incendió La Torre”.

L

121Al viajar hasta La Torre, distante 70 km de mi casa, pensaba que esas palabras no se me borrarían más. Tampoco

se me borró nunca más el olor de La Torre en cenizas. Fue la única vez que sentí cenizas con olor a podrido. Busqué y busqué entre todos los restos pero no encontré nada que manara semejante hedor.

Días más tarde, no demoré en entenderlo. El incendio quemó papeles y libros. En cambio, la respuesta de la institución

(FacCienA y UnNaCtro) me quemó la cabeza. Sí, y también mi psiquis, mi ánimo y mi comprensión de lo sucedido. Sentía olor a podrido porque “había algo podrido”, por decirlo en el argot de la calle.

Desde el primer momento hicieron circular la versión de que la causante del incendio había sido esa pequeña estufita…

esa, que no encendí, y que, aseguraban: estaba funcionando al momento del incendio. Al principio creí que se trataba de un error sin importancia. Más tarde, junto al olor, supe que la versión se convertía cada vez más en “algo podrido”.

En el orden natural, “lo podrido” no nace de la nada ni, mucho menos, sin la intervención de agentes de pudrición, todo

conformando un proceso de degradación de la materia orgánica. Veamos si algo de esto tuvo correlato con ese desagradable olor de las cenizas.

� 08:20 hs del sábado 2 de julio del 2010 y alguno más. ¡Se incendió La Torre! � 10:00 hs del lunes 4 de julio, recién me entero del siniestro por boca de Juan, uno de mis compañeros, quien se

sorprendió con la tragedia al ir a la sede La Torre para buscar unas pertenencias, que nunca encontró. Después del shock inicial, se dirigió a mi casa. Fue tan grande el shock que de regreso a Córdoba, chocó.

� 12:00 hs llegamos, Juan y yo a las ruinas. � No había precinto ni guardia policial que impidiera el acceso al lugar del siniestro. � Todo era un verdadero caos inenarrable. Lo que no había destruido el fuego, lo destruyó el agua a gran presión de la

manguera de Bomberos. Todo por el piso, quemado, mojado, desarmado y totalmente mezclado. Ese “todo” eran: libros propios y ajenos, apuntes, fotocopias, informes, registros en bruto, afiches producto de educación popular, fotos, CDs, DVDs, cassets, artesanías y cuadros regalados por amigos, computadoras, impresoras, muebles de madera y muchas, muchas ilusiones de cambiar un mundo que se nos estremecía junto a nosotros en cada cambio que lográbamos.

122� 13:00 hs y algo más, empiezan a caer testimonios de colegas de la facultad: desde el día anterior y hasta esa

mañana se había producido un golpe de tensión eléctrica que destruyó equipo diverso en varias cátedras y laboratorios, así como en otras facultades y en las oficinas de la obra social de la universidad, próxima al lugar del siniestro. Con esa información me quedé tranquilo pues el origen del incendio fue algo externo y lo de la estufita debía pasar al terreno de las “especulaciones”.

� Pero, cuando quise empezar a remover escombros para rescatar lo casi nada que aún tenía valor, vino una desagradable sorpresa junto a una oleada de hedor: no podía hacerlo aún pues faltaban terminar las investigaciones para determinar el motivo del incendio. Algo que, para mí y muchos más, debía quedar claro con los daños registrados también fuera de la sede de La Torre.

� El 5 de julio, una autoridad de la facultad a cargo del siniestro por ser responsable idóneo en el tema, me autoriza a comenzar la limpieza del lugar y remoción de los escombros, lo que comienzo de inmediato.

� El 7 de julio (entiéndase bien: dos días después de autorizarme a remover todo) se me notifica que se inicia un sumario administrativo sobre el incendio. Esto es: una investigación formal dentro de la institución, universidad, a fin de definir responsabilidades y culpables de lo ocurrido. Ese sumario fue iniciado con las firmas del referido idóneo (tt), del Secretario específico (tt) y del Decano (tt) de la facultad. Las “tt” refieren a parte de sus apellidos que, por “casualidad”, todos tienen doble “t”. Así como también el apellido original de quien estaba en el rectorado de la universidad y el de quien ocupaba una de sus secretarías de mayor rango. Todos con doble “t”. Pero… ¿qué tiene que ver la doble “t” con el incendio? Posiblemente nada. Aunque dirá el lector si algo tiene que ver con el sumario o… solo es una “casualidad”. ¡Otra vez con esa patraña a beneficio de una ignorancia que “acomoda” la realidad a las conveniencias de alguno o algunos!

� ¿A qué me refiero con tanto gre gre para decir Gregorio?: Ni el idóneo, ni el secretario específico, ni el decano, ni el rector, ni su secretario principal creyeron necesario mencionar en el sumario el referido golpe de tensión eléctrica que ocasionó cuantiosos daños en otras áreas de la universidad. ¿Olvido? ¿error? ¿omisión? ¿ocultamiento?... ¿por qué? En todo caso ¿para qué se ocultaría la sobre tensión que habría entregado la empresa pública, ajena a la universidad?...

123� Todas estas autoridades de la universidad coincidieron en dos cosas, una: en omitir la sobre tensión y, dos: en

pedir la opinión de los Bomberos sobre el supuesto origen del incendio. Bomberos que al recibir un escenario incompleto no pudieron opinar correctamente y se los llevó a un error ¿deliberadamente? No sé. No puedo afirmarlo o negarlo.

� No recuerdo con precisión, pero luego de unos 15 días del siniestro solicito una audiencia en el rectorado, a lo que se me respondió: “no damos audiencias a sumariados” ¡Cómo!!!... diría un gran amigo. En la carátula del sumario se puede leer: “Incendio en el Aula Abierta de Montaña” Sin embargo, en el rectorado ya se sabía quién era el imputado? Cabe destacarse que la imputación surgió, como se verá más abajo, luego de un año de esa sentencia: “no damos audiencias a sumariados”

� La opinión de Bomberos, a pesar de no ser peritos oficiales, fue utilizada por el abogado sumariante como definitoria para armar su dictamen. Pero en el sumario faltaba mi testimonio para que el sumariante emitiera su dictamen.

� Mi testimonio me fue solicitado un año y medio después de iniciado el sumario cuando, de suyo, el mío debía ser uno de los primeros. En él dejé claro que estaba en uso de una carpeta psiquiátrica a consecuencia del siniestro pero que estaba dispuesto a declarar pues estaba seguro de que el origen del siniestro era el golpe de tensión eléctrica aludido. Todos mis dichos fueron transcriptos por el sumariante. Tras lo cual los firmé aceptando lo escrito y lo firmó él también dando fin a mi testimonio.

� Acto seguido el sumariante, me entero días después, se dispuso a comprobar la veracidad de mis dichos sólo en cuanto a mi carpeta psiquiátrica. Una vez que lo pudo confirmar no hizo nada en consecuencia con ello. ¿qué buscaba entonces?: una mentira de mi parte? Y al verificar mis dichos… se terminó la duda? ¡Y si fuera piromaníaco?! ¡no merecía eso ser investigado? Tampoco hizo nada en consecuencia con el segundo de mis dichos: el golpe de tensión eléctrica como único origen del incendio. ¿para qué me tomó declaración entonces? ¿por qué no corroboró también el segundo de mis dichos? ¿ya tenía un dictamen antes de escucharme y no quería cambiarlo? ¿por qué? Si era un ilustre desconocido para él, por qué esa animosidad?

� Su dictamen: ¡¡¡30 días de suspensión y 37.500$ por reparación de daños más costas!!! Todo eso a partir sólo de la opinión de Bomberos, sesgada por un escenario incompleto tras un “olvido” de cinco autoridades que sabiendo sobre el

124golpe de tensión eléctrica, coincidieron en no asociarlo ni siquiera como un probable factor externo a ser tenido en cuenta. ¡Puf ese olor! ¡Qué horrible! ¡Otra vez de nuevo!

� Lo cierto es que el ya tan referido golpe de tensión eléctrica no provino de la empresa pública, pues esta le vende a la universidad un voltaje alto que ella se encarga de transformar en los clásicos 220 volts. Es decir: el golpe de tensión existió, sin duda, los daños asociados también, pero el causante no fue la empresa pública sino la misma universidad, la que, “casualmente”: se olvidó que existió.

� Y … eso de las doble “t”, solo sirven, digamos, para señalar un comportamiento deliberado, orquestado, instrumentado y ejecutado en beneficio de unos pocos sin importar las consecuencias que pudieran ocasionar en terceros. Ello, con todo mi respeto a la sangre italiana que también corre por mis venas. Mas, la Pe Due, por caso, y otras tantas han dejado hijuelas de comportamientos nefastos, incluso en las instituciones educativas.

La justicia… Qué divina es la justicia! Hace unos dos meses hubo otro incendio en la facultad. Fue en la cátedra de un ex

funcionario de los “tt”. Aún no se ha iniciado sumario alguno sobre ese siniestro. Ni creo que se inicie. Ahora bien, mi estimado lector, considera que estoy de carpeta psiquiátrica y que FacCienA y UnNaCtro son producto de mi imaginación. Y no te olvides: desenchufa tu estufa pero nunca te desenchufes de la realidad, aunque huela a podrido.

Los antecedentes en los que se basa este cuento, fueron elevados a la consideración del Sr Rector de la UNC (Expediente N° 0063490 del 03/12/14) y al Honorable Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Agropecuarias, a través de su Secretaría Académica (Expediente 0054314 del 16/10/14), ambos sin respuesta al momento de la presentación pública de este libro el 17 de abril de 2015. Sí, en cambio, el 6 de abril de 2015 se cerró el sumario en mi contra liberándome de todo cargo, pero… ¡¡¡“por el beneficio de la duda”!!!! Es decir: MÁS OLOR A PODRIDO.

Capítulo 39:

125

Clones.

Primer acto. upe por mi tía, que mi madre, mientras se acariciaba su panza con cara de ternura, solía decir: “Le pido a Dios que lo haga libre y que pueda hacer lo que quiera de su vida”. Debe haber sido algo muy destacado y sentido para que me lo comentara mi tía, siempre tan indiferente a la familia y en especial a su hermana.

Como es obvio: nací, lo que no parece tan obvio es que Dios debe haber cumplido con tan sentido pedido, pues ya con mis 18 años escuché a mi madre cuando le preguntaron: “y tu Nene… ¿cómo anda?” y ella, rezongando, contestó: “¡ya lo ves… anda por ahí haciendo lo que quiere de su vida! ¡¿a vos te parece?!...” …¡Sin palabras!(eso, lo digo yo). En realidad, debo confesar: a veces llego a ser molesto cuando intento cambiar algo. Quiero que sea distinto a lo que es o viene siendo desde siempre. Me irrita que las cosas se repitan día tras día. Sé que lo vivo casi como una obsesión y suelo ser poco diplomático al intentarlo, pero tengo a mi favor el haber logrado algunos cambios útiles que luego me terminan agradeciendo. Mientras algunos vecinos (los más) se cruzan de vereda cuando me ven, para evitarse el riesgo de vaya a saber qué, otros (los menos) me alientan que continúe mis estudios en la universidad, augurándome buenos resultados a partir de mi creatividad. Cosa que a mi madre satisface. Me refiero a continuar mis estudios, quizás porque deberé alejarme de mi pueblo hacia la gran ciudad y, con eso le daré algún respiro a la pobre y a tanto vecino. Así dejan de esquivarme y llegan más rápido a destino… siempre el mismo. No sé para qué corren tanto ¡si siempre lo tienen en el mismo lugar¡ justo ahí, donde lo dejaron al salir. Alguien que desde siempre apoyó mis locuras fue mi abuelo materno. Desde que tengo memoria el viejo me decía: “mi Revolucionario”. De niño no tenía ni idea de lo que significaba, pero siempre sentí su cálido afecto y orgullo al decirlo. Guardé con mucho cariño esa palabra, hasta que años después de su muerte conocí su real significado. Recuerdo como si fuera hoy ese instante: me largué a llorar. Segundo acto.

reo que les haré caso a esos vecinos sobre la universidad. Entre tantas carreras ¡cómo no va a haber una para mí! Mañana mismo… ¡NO! Ahora mismo voy a la ciudad y averiguo. Además ¡estoy frente a la compu che! por internet puedo adelantar mucho y ya ir con una idea.

S

C

126 A ver… a ver… ¡esta puede ser! no, mejor esta… no, tampoco, ¡esta, esta sí! pero… ¿y esas materias? ¡Nooo, ni loco! ¡Qué difícil es elegir entre tantas carreras! Nunca imaginé que la abundancia me jugaría en contra en el momento de elegir ¿no habrá una para revolucionarios? ¡Ja! Lo ideal sería poder juntar una parte de esta con otra de aquella y que además me dejaran hacer… mmm… Bueno, como sea, voy y me inscribo en esta, pienso que me gustará y podré hacer valer mis “locuras”. Sino ¡los tendré que hacer cambiar a ellos! ¡Qué tanto joder! Nunca va a ser más difícil que lidiar con la vieja directora del secundario y mis compañeros de curso en contra, queriendo siempre lo más fácil. Ahora le llaman “Bulling” ¡si hasta micros publicitarios pasan sobre eso por radio y televisión! Está muy bueno. Yo me las tuve que ver contra ellos creyendo que sólo me pasaba a mí. Qué distinto hubiera sido… Pero bueno, fue. Nunca entendieron que lo fácil, siempre lo fácil!!!... los terminaría perjudicando. No me lo puedo olvidar, era una tortura ir a clase cada día y encontrarme con ellos cada día. No iba a darles el brazo a torcer: no faltaría ni un solo día a clase. Ni aunque me cagaran a palos o lograran violarme, como lo intentaron. Y lo que sería peor para ellos: nunca dejaría de ser como soy. Con los años, lo supe: eso los provocaba en mi contra, no lo podían soportar. Yo sabía quién era. Ellos no. Universidad: ¡no sabés quién va por vos! Tercer acto.

e cuesta mucho alejarme de las costumbres y de los códigos de mi pueblo. Además ¡viajo todos los benditos días hasta la ciudad! Resulta caro para mis viejos aunque vaya y vuelva en el ómnibus del gobierno. En él viajan estudiantes de todas las universidades. Yo voy a la del estado, pero hay varias privadas que salen un ojo de la cara. Es muy extraño

viajar con estudiantes de carreras y universidades tan diferentes. Toda una experiencia. Hay cosas de la apariencia de ellos que aún no alcanzo a comprender. Espero que algún día los entienda ¡Son tan raros! Por suerte no tengo problemas de convivencia. En realidad, sería difícil que los hubiera: No hay convivencia. Cada uno está en la suya. No es lo más deseable pero, por lo menos… puedo hacer la mía. Sí, cuando no, ya harto de los discursos de los centros de estudiantes, de los políticos y de los profesores, con el “NO” a esto o a aquello, jugué quitándole el “no” a las palabras que lo tenían. ¿Sabes qué? Mi carrera es Agronomía y para no decir toda la palabra le decimos familiarmente “Agro”. Sí, seguro que ya le quitaste el “no” ¿¡viste!? Queda: ¡AGRO MÍA! ¡Justo lo que necesitaba! Una carrera para ser apropiada y hecha a mi medida. ¡Genial! Yo ya estoy convencido. Ahora tengo que convencer a los profes, al decano y al rector. Me va a llevar tiempo pero lo voy a hacer. Por suerte tengo un compañero de Economía que no sé por qué se interesó y me apoya. Cuarto acto.

M

127e tanto estudio y gestiones para cambiar las cosas, estoy agotado. En cuanto suba al ómnibus de vuelta a casa me duermo. ¡Qué suerte! ¡Llegó! No lo puedo creer: el primer asiento está libre, es mi preferido. ¡Allá voy! Pensar que un día estaba tan pero tan cansado que viajé parado y me dormí igual. Sí, me dormí parado, colgado del pasa manos y apoyado

en un respaldo. Hoy, en mi asiento preferido ¡ni hablar! Chau, después la seguimos. Ngrrrrrrr … ngrrrrrr… (léase como ronquidos) mmm… ¡Cómo se mueve! ¡Uy! ¿y ese bicho raro que acaba de bajar?: Pálido, ojeroso, pelo negro lacio re sucio, todo vestido de negro, flaco hasta bulímico, mochila negra saturada de libros,… guau! ¡qué tipo! Nunca me preocupé de la imagen pero esto es ya todo un reto. Bueno… no habiendo nada mejor… ¡a seguir durmiendo! Ngrrrrrrr … ngrrrrrr… mmm… ¡Otra parada!... ¡uy! ¡un gemelo! ¡Ja! Esto es demasiado. No, debe ser el mismo tipo que vuelve a bajar. Seguro me dormí en la parada anterior antes que arrancara y volvió a subir porque se confundió de parada, y ahora finalmente se decidió a bajar. ¡Lo felicito! Él hace lo que quiere y yo… Ngrrrrrr… ngrrrrrr… ngrrrrrr Ngrrrrrr… ngrrrrrr… ngrrrrrr, etc., etc.,mmm… qué pasa en este viaje? Nunca hizo tantas parad… ¡¿otra vez?! Pepepero…, ahora bajan tres idénticos! ¡Esto es una joda! Deben ser de una fiesta de disfraces ¡Claro! ¡Cómo no me di cuenta antes! ¡Qué tonto! Ngrrrrrr… mmm, tantas paradas ya me despabilé y no puedo dormir más. Qué bueno lo de los disfraces. Debo aceptar que por un momento me inquietaron. Además, en realidad esos tipos tenían menos fiesta encima que mi tía. Y si no hubieran sido disfraces… ¿Qué? ¿Habrá más en el ómnibus? ¿Cuántos habrá? ¿Y si hubiera más y yo acá adelante?... ¿qué está pasando acá? Ya no me gusta nada esto. Mejor me doy vuelta y veo qué pasa. Sí. Ya! Quinto acto.

olo recuerdo que me aterré. Me volví a dar vuelta y me quedé como clavado en mi asiento sin saber qué hacer. De pronto me paré y me acerqué al chofer y hablándole en vos muy baja le señalé el gran espejo que tenía para que viera lo que había en el resto del ómnibus. En la ya penumbra de la noche traté de verle la cara. Indiferente, no me hacía caso. Lo

sacudo y le vuelvo a insistir con mi mirada hasta que logro su atención. Detuvo el ómnibus. Le veo su cara. Era como la de un muñeco de cera. Me miró fríamente y movió su gran espejo hasta que me pude ver: Pálido, ojeroso, pelo negro lacio re sucio, todo vestido de negro, flaco hasta bulímico, mochila negra saturada de libros,… Solo recuerdo que me aterré. Bajé corriendo del ómnibus. El ómnibus siguió su marcha. Y yo, petrificado en la banquina de la ruta a casa, lo vi irse. Fue la última vez que lo vi, a él y a sus clásicas leyendas: UNC (Universidad Natural del Centro), UCC (Universidad Caótica del Centro), UBP (Universidad Buen Pastor), Universidad Signo 21.

D

S

128Sexto acto.

grrrrrr… ngrrrrrr… ngrrrrrr, mmm, ¡¿qué?! Pero… qué horrible pesadilla! Por suerte estoy en casa. ¡Uf! Increíble. Me quedé dormido sobre el teclado. Así nunca voy a llegar a inscribirme en la carrera. Por cierto: ¿cuál era? -¡Dale Nene! Que ya vino el ómnibus del gobierno a buscarte! ¡No lo hagas esperar! ¡Dale que el chofer tiene una cara de

rara… ¿y vos? ¡¿Ahora se te da por ir con el pelo sucio?! Mirate ¡No me comés nada nene!...

Que cada acto docente sea colectivo, creativo, libre y respetuoso de las identidades que en él participan. AMÉN

Capítulo 40: El bus de la fantasía.

odo pasó cuando crucé la frontera. Sentí cosas que viene a caso contar. Eran las 06:00 hs en punto, súper en punto, no había ninguna duda de eso, como tampoco la hubo de tantas otras cosas que ocurrieron. Viajé por tierra en el bus 666 de la empresa DEVILEXPRES, en el asiente 3, no había duda de ello. Mi ubicación correspondía a la fila de un solo asiento, es decir que no tenía acompañante, como tampoco había duda de ello.

Durante la cena del día anterior, en el viaje hacia la frontera, comí un sándwich que yo mismo me había preparado. Así, metódicamente, hasta diría: ritualmente, como en cada viaje que hago. No es por exagerar, pero ¡estaba exquisito! tampoco había duda de ello. Fue luego de cruzar la frontera que noté cosas extrañas, especialmente en los empleados de la oficina de inmigración. De rasgos inexpresivos como si estuvieran hartos de lo que hacían y particularmente semejantes entre sí parecían de una misma familia, sin importar su género o edad. Además, todos peinados con raya en su costado izquierdo y con un ligero flequillo hacia la derecha. ¡Realmente horrible y de muy mal gusto! Seguramente un capricho de algún contratista del personal, también inclinado al uso de uniformes de estilo para militar. Con esos atributos pasaron a ser para mí los “cara de nada” o, como le dicen en mi pueblo: cara de póker o yo no fui, entre otros apodos.

N

T

129 Los clásicos carteles de bienvenida a otros países, en este caso eran reemplazados por: “USTED YA ESTÁ CON NOSOTROS. NO LO VA A PODER OLVIDAR”. Pensé: ¡qué extraña forma de creer ser hospitalarios y de demostrar su seguridad en lo que ofrecen! ¡puaj! Preferí ignorar semejante mensaje y me dispuse a disfrutar de mi viaje y estadía de la que, raramente en mí, no tenía fijada su duración ni mucho menos dónde la pasaría. Solo quería alejarme de mis problemas y terminar con quienes los habían generado. Habiendo ya cumplido los trámites de aduana me dispuse a subir al bus 666 y ocupar mi asiento 3, bien cerca del conductor, tanto así que me permitió apreciarlo en detalle. Era un tipo obeso y risueño sin importarle mucho el motivo. Se pasó buena parte del viaje hasta la frontera, unas 12 horas en total, hablando con su copiloto al que no dejó descansar contándole inacabables cuentos graciosos con doble sentido. Ya iba como por el número 24 cuando me dormí y no pude seguir la cuenta pero, viendo la cara del copiloto, imagino que no paró hasta la frontera. La cuestión es que al reanudar el viaje ni el chofer regordete ni su copiloto regresaron a mi bus. Sin mediar explicación fueron reemplazados por dos “cara de nada” con su ridículo flequillo. Seguramente el relevo ya estaba planificado al entrar en el nuevo país. El nuevo chofer se sentó al volante, puso en marcha el motor y zarpamos hasta nuestro destino: la ciudad capital, a unas 4 o 5 horas de viaje según el estado del camino y la complejidad del tránsito. Sin embargo, al recorrer solo uno 5 kilómetros, no creo que más, el bus se detuvo. El sinuoso camino de montaña estaba cruzado por un gran derrumbe infranqueable. A todo esto el nuevo chofer permaneció imperturbable tomado de su volante. Pensé: “claro, el pobre está acostumbrado a esto y debe estar podrido de este tipo de dificultad”. Irritado, el pasaje entero por su inacción, descendimos y, los que estábamos en posibilidad de hacerlo, ascendimos peligrosamente, trepando entre grandes rocas amontonadas como si hubieran querido que no siguiéramos. Sensación que se reafirmó cuando llegamos a la cumbre del derrumbe. Resultó extenderse por más de un kilómetro de ancho!!! Era imposible continuar. Las tareas de remoción tardarían semanas en habilitar el paso nuevamente. ¡Qué desastre! ¡cómo se terminaría mi supuesto viaje de relax! Había que regresar a la frontera y continuar hasta nuestros hogares de vuelta. Parece increíble pero la obvia decisión de regresar se demoró porque no estaba de acuerdo en ello la totalidad de los pasajeros, algunos necios se oponían. El tiempo pasaba y mis intestinos rugían de hambre. Me dispuse a revisar mi bolso de mano en busca de algún chocolatín, alfajor o aunque sea un caramelo para atenuar los rugidos. Grande era mi hambre pero mucho mayor fue mi sorpresa. ¡No lo podía creer! ¡Estaba mi sándwich intacto! ¡Listo para comerlo! Ese sándwich que creí haber comido la noche anterior. Sin duda

130había estado tan dormido que soñé comerlo y no lo hice, aturdido por los cuentos del chofer anterior. Como fuera, la confusión me vino muy bien y sin más cuestionamiento me lo devoré. Pasaron unos minutos mientras prestaba atención sólo a mi sándwich, cuando surgió acuerdo en que debíamos regresar. Dos de los pasajeros se abstuvieron de opinar en la última votación. Ya en marcha quise saber quiénes eran los desinteresados pasajeros. Me dijeron que eran dos sentados en el fondo del bus. Me levanto para saludarlos y agradecerles, cuando al llegar hasta ellos veo que eran dos ¡”cara de nada”! Seguro me habían pasado desapercibidos entre todos los pasajeros. Les agradecí su gesto y regresé a mi asiento 3. Luego de unos pocos minutos ¡otra detención! Una vez más un derrumbe nos impedía esta vez el regreso ¡¡¡Esto no podía pasarme a mí!!! ¡¡¡A MÍ!!! Que solo quería huir y disfrutar de un viaje eterno y sin destino final. ¡Qué horror! Y ahora qué haríamos! El desánimo cundió en el pasaje, para mejor decir: en casi todo el pasaje. Los “cara de nada” estaban inmutables. Todos los demás parecíamos magos sacando conejos de las galeras. Así tal cual brotaban ideas sobre qué hacer con esta situación realmente compleja en la alta montaña. Si en el derrumbe inicial surgió polémica, en este nuevo caso las alternativas surgieron por decenas. ¡Si parecíamos estar en la cumbre por el desarme mundial! En esta oportunidad dejé expresa mi voluntad de regresar al derrumbe anterior esperando encontrarnos ya con los rescatistas, que debían haber partido desde la capital, y me fui a trepar el derrumbe que se levantaba imponente, a fin de evaluar la situación. Resultado: este derrumbe era con mucho peor que el anterior: más ancho, más alto y con piedras del doble de tamaño. Siendo ingeniero especialista en demoliciones pude hacerme a la idea de que la capacidad de las topadoras y barre nieves de la frontera, no alcanzaban para esa tarea. Comprendí que debía bajar para compartir las malas nuevas. Cuando llegué al bus me encuentro con la unidad de criterio en que debíamos regresar al primer derrumbe, tal y como yo mismo opinaba. Una vez más me llamó la atención el acuerdo y pregunté cómo se había logrado esa vez. Sí, en este caso también se abstuvieron algunos pasajeros de opinar. Nuevamente en marcha, pregunté a quienes estaban cerca de mí, cuantos y quienes se habían abstenido. La respuesta fue: “esta vez fueron cuatro y también están en el fondo”. Contesté: “¡Genial! Ya los voy a ver!” Dejo mi asiento 3 hacia el fondo para saludar a los “salomónicos” de esta oportunidad y… ¡¡¡Eran cuatro “cara de nada”!!! ¡Dos más que antes! ¡¿Dónde estaban que no los había visto!? Regresé a mi asiento 3 mirando las caras de todos los pasajeros que, ante la mía me devolvían caras de temor. Al llegar a mi asiento subo al porta equipaje mi bolso de mano y cuando me siento cae desde él… ¡¡¡MI SANDWICH!!! ¡Ese! que creí haberme comido una vez y que sin duda alguna ya me había comido!!! Tomo mi sándwich con mis manos, que ya temblaban, me seco con la manga de mi camisa un sudor frío que me

131empapaba la frente y miro a mi lado… yo, en mi asiento 3 tenía pegado a mi lado ¡¡¡el asiento 4!!! Y en él a un viejo con cara regordeta y bonachona como la de Papá Noel. Yo- ¡Pero si usted nunca estuvo allí! Dije desorbitado. Luego de una casi tierna sonrisa, me replicó: Él- A veces vemos cosas producto del cansancio, el hambre y la altura. Además, el paso es sumamente inestable. Usted mismo sentenció en la plataforma de la estación de buses antes de partir: “El paso manda” ¡recuerda?... Yo- Le contesté nervioso queriendo sacármelo de encima y cortar la conversación. – sí, sí, pero me refería al clima, la nieve y…- no me dejó continuar y agregó con cierta insidia: Él- Y los derrumbes. No?... Yo- Siempre pensé aterrado en ellos desde niño. Tuve muchas pesadillas en medio de derrumbes. Él- Sí. Lo sé. – abandonó su cara bonachona y desde una mueca escalofriante continuó- Y te empecinaste en superar tu temor ¿no es así… “Ingeniero en demoliciones”? Yo- ¡¡¡Cómo sabe todo eso!!! ¿¡Quién es usted?! Él- Yo, soy la empresa DEVILEXPRES. Yo- ¡Viejo agrandado! ¡Suelo hablar cuando duermo! Tiene que haberme oído hablar dormido y de allí sacó todo eso. Él- Dijiste que antes no estaba y que viajabas sin nadie a tu lado. ¿Recuerdas? ¿Cómo pude escucharte entonces? Yo- Déjese de intrigar y de molestar. Él- Mmmm… así no nos vamos a entender. Recuerda: Yo soy la empresa DEVILEXPRES. Si aceptas eso, todo te será más fácil de entender. Yo- Sí, sí, ya sé, usted quiere decir que es el dueño de la empresa. Así se entiende su carita de superado. ¡Con toda la plata que debe levantar en cada viaje…! Además, esto de los cortes por derrumbe debe ser cosa de todos los días para usted. Él- Depende siempre de quien diseña el viaje. Yo-¿¡Cómo de quién…- No me dejó continuar-. Él- Sí. Usted diseñó este viaje. Yo- ¿¡Que yo qué?!... Él- Usted pidió un pasaje en DEVILEXPRES ¿sí o no? Yo- Ssss si -Contesté profundamente confundido- Él- Usted firmó el pedido del viaje. Yo- ¡Está equivocado! Lo único que firmé fue el tique de la tarjeta de crédito con la que le compré el pasaje.

132Él- Bueno, vamos mejorando. Ya aceptas que yo soy la empresa. ¡Ja ja ja! Mira mi buen amigo, tú no me has comprado nada. Es más, a nadie le vendo nada. Yo sólo hago trueques, es decir: me dan algo por mis servicios. ¿Quisieras por favor leer con detenimiento el tique que aceptas haber firmado? Le hice caso. Leí con detenimiento sí, pero con una ansiedad que me comía por dentro. Efectivamente, comprobé haber firmado conforme que se materialice a mi nombre un viaje totalmente gratuito ¡¡¡según mi diseño!!! Basado en mis deseos de los últimos 30 días. Lo que más me aterró fue leer la lista de esos deseos: 1- quiero hacer un viaje interminable, 2- un viaje que me aparte de mis problemas para siempre, 3- en ese viaje quiero acabar con quienes me los han generado. Pero… eso era una locura! Aun habiendo firmado ese contrato, ¡quién puede llegar a materializarlo! Volví a preguntarle Yo- ¿¡Cómo hizo para saber mis deseos?! Él- ¡Otra vez! ¿No habíamos quedado en que la empresa soy yo? Te lo avisé desde el principio. Lee el principio del tique. Allí está mi nombre. En el tique decía efectivamente su nombre: ¡DEVIL! En inglés ¡DIABLO! El 666 del bus es su marca numérica, la marca de La Bestia!!! En el final del tique se explicitaba que había firmado un contrato por el que le entregaba mi ALMA al titular de la empresa. ¡¡¡Qué imbécil que fui!!! ¡Cómo no darme cuenta de tanta obviedad! ¿¡Tan absorto estaba en mis problemas?! Llevo contados 563 derrumbes ya. No sé si quede alguien del otro lado de ellos. Espero ver algún día rostros comunes. Aquí todos los pasajeros hace tiempo son “cara de nada”. Si estás leyendo esto, es porque existes y has abierto una botellita de agua mineral y te llamó la atención este papel. No sé qué puedes hacer por mí pero sí sé que puedes hacer por ti: CUIDA TU ALMA Y TU ESPÍRITU. Y, seas quien seas, quiero que sepas, que nunca quise entregar mi alma. Es muy importante para mí que me creas, a mí, que estoy condenado a la eternidad con ese viejo de mierda. Los “cara de nada” cayeron igual que yo en sus engaños, solo que han pasado aquí más tiempo. No sé cuánto tendré que pasar para que mi cara sea igual a la de ellos. Allí terminó mi mensaje a alguien desconocido que esperaba conociera sus debilidades. Allí terminó ese último aliento de esperanza en la humanidad. Allí, dentro de la botellita de agua mineral. Una botellita que con gran disimulo y cuidado oculté a los ojos del viejo. Periódicamente, cuando puedo, me arrastro para ver si sigue allí. Con gran tristeza comprobé día tras día que la botellita seguía allí, sin que nadie leyera su contenido. Recuerdo el derrumbe 2.537 cuando la fui a ver y… seguía allí, sí, pero… ¡con un papel azul en lugar del mío! ¡Alguien me había contestado! Recuerdo: me tiré sobre la botellita, arranqué su tapa, saqué el papel azul y lo leí con ansiedad y desesperación. Fue muy grande mi desilusión cuando leí: “LA CLAVE PARA QUE SALGAS DE ALLÍ ESTÁ EN -------------X:X-X.” La escritura estaba borroneada por la humedad interna de la botellita pero claramente era un versículo ¡¡¡A MÍ!!!

133UN ATEO!!! ¡Qué ironía fatal! Tal vez, del otro lado del derrumbe, conozcas ese versículo, ese que te salvará de caer en DEVIL EXPRES.

Concejos de un viejo: Cuidado con los colectivos, no todos son lo que parecen.

No reprimas tus deseos, es más: dales vuelo, pero sé consciente de su poder. Y… nunca pactes con DEVIL EXPRES.

Capítulo 41: Cuento corto consecuencia larga

osé Seguro era un tipo bueno y trabajador como pocos pero, haciendo honor a su apellido, el pobre era muuuy pero muuuuuy porfiado. Su fama en esta, su mayor debilidad, era bien conocida en todo el pueblo y motivo de anécdotas tragicómicas que nunca se sabía bien si eran totalmente ciertas o totalmente producto de alguna imaginación ociosa, tal

los disparates que sobre él se decían. Si hasta él mismo se jactaba de, cuando niño, haber creído y sostenido que al futbol se jugaba con 11 jugadores… ¡más 1

arquero! ¡Doce en total! En una oportunidad, insistiendo ciegamente en su razón, convenció e hizo jugar a sus amigos de esa forma. Resultado: ganaron por goleada pero el partido fue anulado cuando alguien se percató del error y su equipo fue descalificado y avergonzado.

Ya de adulto, José Seguro, fiel a sí mismo, sostuvo que en su pueblo un ramal del ferrocarril estaba abandonado y no volvería a pasar tren alguno porque así lo demostraban las malezas altas que crecían entre sus durmientes. Los vecinos más viejos, y otros no tanto, con buen criterio le alertaron de su equivocación y que el tren podía volver a pasar en cualquier momento. Más aún, se le acercaron a José Seguro y le intentaron hacer recordar que el tren era de carga y sin fecha cierta para su paso por el pueblo. Resulta, le decían, que viene cuando quiere y no cuando lo necesitamos. Por aquí suele venir muy seguido para después desaparecer por tiempos prolongados. Pero José, seguro de sí ¿qué podía hacer ante su

J

134necesidad de un terreno para construir su casa? Pues sí: la plantó sobre los rieles y vías! Para él abandonadas y en ello invirtió hasta el último peso que disponía. Total… por aquí ya no pasará, afirmaba.

Algunos vecinos preocupados por José fueron a denunciarlo a la policía, para ver si a ellos les hacía caso. Con gran paciencia los policías fueron a ver la “novedad” del pueblo, imaginando que de quién se trataba no sería nada fácil convencerlo de su error.

José, dentro de su casa ya terminada, la defendió como si fueran las mismísimas invasiones inglesas. Faltándole poco para arrojarles aceite hirviendo a los pacientes polis. El desenlace ya parece obvio: a Seguro, se lo llevaron preso.

Su calabozo estaba cerca del aludido ramal del tren y a pocas cuadras de su recién construida casa. Los días pasaron mientras José aseguraba que saldría pronto en libertad. Uno de esos días, desde la ventana enrejada del calabozo, José pudo verlo pasar. Luego sintió el estruendo y el estadillo de miles de astillas que se le clavaron en su memoria, mientras aseguraba… no recuerdo qué.

Para “hacerla corta” en este cuento corto, si tu casa está en donde alguna vez pasó, recordá: a veces, las certezas son las creencias de los necios. Dios quiere que decidamos bien. Ni siquiera Él, puede decidir por nosotros. La decisión, es nuestra y… que tu casa nunca se haga astilla.

“Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.

Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.

Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena;

y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.”

Palabras del Señor Jesús de Nazaret (Mateo 7:24 al 27)

135

Capítulo 42: La cama en la vereda

ecién casado con mi actual mujer y antigua novia, decidimos reordenar los frecuentes desplazamientos desde nuestro domicilio de campo en Agua de Oro a la ciudad capital de Córdoba. Alquilamos a unos amigos un salón que alguna vez fue una activa peluquería femenina del barrio Alto Alberdi. Con su baño y una cocina resultó más que suficiente para nochear en la ciudad y así poder quedarnos dos o más días. A este departamentito lo llamamos cariñosamente “casa2”,

recordando tanto a nuestro domicilio principal en el campo, como a nuestro flamante estado civil. Casa2 tiene en uno de sus extremos unos pequeños ventiluces pegados al techo por los que se ventila el salón. En el

frente y al lado de la puerta de ingreso desde la vereda, domina una gran ventana que ocupa toda la pared. La cama matrimonial está ubicada paralela a esta ventana.

La descripción se completa con una hermosa mesa de madera tipo multi propósito. Eso es todo. Un escenario simple en extremo que me estalló en la cabeza con imágenes cotidianas y también complejas, tanto que quiero compartirlas para invitar al que se anime a ver lo que lo rodea como un franco mirador.

Casa2 es así de reducida. Casi comprimida a mi cuerpo me permite movimientos mínimos, necesarios e imprescindibles. Más, no ¿para qué? Me provee sin excesos y me contiene casi uterinamente.

Suelo dormir de costado mirando hacia la ventana. Al acostarme levanto la persiana hasta poco más de mi vista. Desde esa posición veo pasar a mis vecinos. Para mejor decir: a sólo parte de ellos, precisamente desde sus rodillas hacia abajo. Tanto es así que luego, durante el día, cuando camino por la vereda los identifico por sus voces y piernas, recién allí les conocería sus caras. Pero no, de hacerlo rompería la magia de mi ventana. Al verlos venir, bajo mi mirada hacia sus piernas, sonrío satisfecho, sigo y sigue. Nadie sabe de mí, cuando pasa por mi ventana y yo sobre mi cama. Así debe seguir siendo. Actores de pantorrillas, con voces, sin caras, para nada anónimas. No hay dos iguales, ni siquiera en la misma persona.

¿Maquillaje y vestuario?: tatuajes, medias (algunas a media asta), pulseras de tobillo, cicatrices, tonalidades de la piel, bermudas, polleras, zapatos, zapatillas, botas, sandalias, ojotas, ritmo al caminar, y… mil caracteres más, personalizan actores involuntarios siempre presentes.

En ese marco, mi cama, al borde mismo de la ventana amplia y generosa, es el palco de un teatro sin telones con funciones permanentes.

R

136¿Y los niños? ¡Ah, de los niños! Enriquecen el escenario con sus pelotas, juguetes y…- ¡miradas! Sí. Son los únicos

que pueden verme. Y pudiendo, son muy pocos los que lo hacen. Aun haciéndolo, son mis cómplices. Ninguno me delata. Tal vez, porque ambos observamos el mismo espectáculo ¿¡Cuántos otros “franco miradores” verán!?... Nunca obtendré de ellos esa información. Nunca se la pediré.

Aquella noche llegué agotado a casa2. Esa vez llegué solo. Mi esposa estaba en el campo. Me tiré sobre la cama, alcancé

a darme vuelta mirando hacia la ventana y quedé como desmayado. Sentí un bálsamo sanador que me hundió por completo en los brazos de Morfeo… si existiera, lo que desde ya dudo

seriamente. Por momentos mis necesidades de orinar en medio de la noche hicieron crisis pero solo lograron en mí un entresueño que rodearon de cierta confusión algunas sensaciones, recuerdo, tal como si estuviera casi borracho.

Vería pasar las mismas pantorrillas de todos los días, cada una con sus ritmos y cadencias tan particulares, acompañadas de esas voces que completaban el cuadro cotidiano, día tras día, noche tras noche. Muy de vez en cuando alguien nuevo aparecería y no encajaría en ninguna de mis observaciones anteriores.

Pero, antes de caer desmayado, decidí hacer algo distinto esa noche: levanté la persiana hasta la cintura de mis actores. Quería saber algo más de ellos. Aun así, tampoco me verían. Así, me dormí con esa necesidad de acercarme más y más a la escena.

Esa noche calurosa de verano, soñé (porque lo que cuento debe haber sido un sueño) que mi cama estaba en la mismísima vereda y que mis vecinos pasaban a mi lado con la misma indiferencia que antes conté ocurría del otro lado de mi ventana.

Mi cama pasó de ser un oculto puesto de observación, a ser parte misma de la escenografía. Plácido, tranquilo y sumido en un sueño profundo, estaba allí, en medio de mi vereda. Los actores pasaban junto a mi cama y a mí con gran indiferencia, esquivándonos hacia izquierda o derecha como mejor les pareciera.

Ahora sí ¡el espectáculo se convertía en algo soberbio! Si es que antes no lo fue. Con actores nuevos y de gran protagonismo, debí imaginarles nombres a cada uno para no olvidarme de sus aspectos más sobresalientes.

Pasó Etelvina. Una anciana que no solo se tomaba de la cabecera de mi cama sino que parecía impulsarse con ella a juzgar por cómo sacudía toda la cama, tal y como si pretendiera, sin éxito alguno, despertarme. Etelvina es tan olvidadiza que va y viene buscando aquello que no sabrá para qué necesita.

Pasó Elmuth. Parecía mayor que Etelvina pero su paso y aspecto prusiano ocultaban su real edad. Caminaba enérgicamente apoyado en su bastón que, a pesar de moverlo con gran elegancia, evidenciaba ser un punto de apoyo esencial

137para mantenerse erguido. Al pasar golpeaba invariablemente los costados de la cama, tal como si fuera un no vidente, cuando en realidad se podría traducir como: ¡fuera! ¡fuera!

Pasó Elaida. Una joven veinteañera, lamentablemente para ella: muy obesa. Usaba a mi cama como puesto de descanso para recuperar el aliento en sus caminatas para hacer las compras diarias o para ir a una academia de gastronomía. Los vecinos pasaban y la saludaban cordialmente, algunos se paraban a cruzar algunas palabras con ella. Parecía ser muy querida y conocida por todos. Justo en el instante en que parecía tomar impulso para levantarse, le arreciaban deseos de comer algo. Introducía su mano inquieta en la gastada mochila y sacaba un trozo de pan que devoraba como si fuera el mejor manjar. Las migas sobre mi manta siempre fueron fiel testigo de su debilidad. Recuperaba el aire y al irse, el colchón tardaba en recomponerse.

Pasó Taipé. Es un artesano jamaiquino (creo) mulato y con una voz risueña y grave. Delgado en extremo pero aparentemente fuerte, portaba como si fuera su estandarte el marco ancho de un gran cuadro, del que colgaban los cinturones más hermosos que he visto y que con gran creatividad hacía en su casa, recordando técnicas y materiales de su lugar de origen, decía. Solía detenerse frente a mi cama y colgar otros cinturones en la cabecera, convirtiéndola en un verdadero puesto de ventas. Una vez ¡hasta extendió algunos sobre mí!

Pasó Medianoche. Era una joven de unos 15 años que con regularidad suiza salía a caminar cada media noche paseando su aspecto francamente punk, cual si fuera una “vampira inocente”, si la hay, con su adolescente palidez y cabellos profundamente negros peinados a plomo. Sus pantorrillas conservaban las medias escolares de una escuela ya olvidada. Sus botas… obviamente negras, brillaban no precisamente por su limpieza sino por tachas cromadas que tenían por todos lados. Al pasar por mi cama le dejaba pegado un chicle globo que sacaba de su boca. Siempre lo dejaba en un lugar distinto. Gracias a Dios, las mantas no eran de su interés.

Pasó Chop Suey. Sin ser oriental, tenía todos los rasgos para serlo. Quienes lo acompañaban solían decirle “Chino”. Mecánico de profesión aseguraba haber trabajado como aprendiz para “El Chueco” Fangio. Pasaba llevando y trayendo repuestos desde su taller a una casa del automotor cercana a mi cama. Un día pasó con dos repuestos. Uno de ellos bien grande y pesado. Resolvió dejarlo debajo de mi cama hasta el día siguiente. Cuando lo retiró, se agachó tomándose de mi manta. Su impresión digital… quiero decir: de todos sus dígitos, quedó marcada en mi manta para recordar el hecho. Al día siguiente “El Chino”… o Chop Suey, regresó con un quitamanchas en aerosol muy efectivo. Un buen gesto.

Pasó Brigitte. Cada tarde noche paseaba a Sultán, un diminuto caniche toy. Por la energía y ladridos histéricos del animalito, parecía que lo tenían contenido dentro de una jaula, cuando en realidad Sultán vive en una de las casa más grandes del barrio con un parque precioso. Cuando su dueña está repleta de bolsas y paquetes, suele dejar atado a Sultán en la

138cabecera de mi cama, hasta que se descarga en su casa y regresa por él. Hasta tanto, el tierno animalito de El Señor tira y tira mientras ladra y ladra intentando liberarse de su collar.

Pasó Mara. Era tan hermosa que no puedo describirla. Rosa mi cama hablando sola, cosas que solo calla ante otro vecino. Por lo que escuché, su novio es muy violento con ella llegando hasta golpearla. Una noche, desconsolada, iba y venía por mi vereda. Tenía su rostro, blusa y manos ensangrentadas. De pronto se sentó en el borde de mi cama. Sollozó durante casi una hora, se secó sus lágrimas con su pañuelo color mar, se comenzó a desnudar y se acostó junto a mí tapándose con mi manta. Antes, su cuerpo sin ropas no mostró herida alguna, como no sean ya viejos moretones. Milagrosamente logró casi de inmediato un sueño profundo y sereno. Yo, ni respiraba para no romper ese encanto. Volví a dormirme mirándola. Cuando desperté, Mara ya no estaba. Y… obviamente, mi cama no estaba en la vereda. Pero la persiana, sí más levantada que de costumbre, mezquinando menos a la ventana amplia y generosa.

Por la mañana temprano me levanté corriendo a empezar mi día que resultó largo y agotador. Por la noche, al regresar a casa2, no pude dejar de observar detenidamente mi cama. Por un momento me pareció ver migas, chicles por todas partes y un pañuelo color mar, ensangrentado. Pero no, estaba soñando. Eso no pudo ser verdad. Sucede que soy enfermo psiquiátrico y que no manejo bien aquello de la relación entre “lo real” y “lo imaginario” …, dicen.

Pero… esperen…. ¿qué es esto? ¡No recuerdo haber comprado este quieta manchas, y menos en aerosol!!!... PD: Agradeceré a Etelvina, Elmuth, Elaida, Taipé, Medianoche, Chop Suey, Brigitte y Mara, pasen por casa2 mañana a

las 17 hs. para formar un centro vecinal. Habrá mate y medias lunas. Ustedes, también pueden venir. Si fuéramos muchos, estaremos en la vereda. Gracias. ¡Ah, me olvidava!: si lo ven a Lakan, no lo inviten, nos puede aguar el encuentro.. .

139

El conjunto de características que señalan actitudes, aptitudes, habilidades y temperamento de cada persona, refleja palmariamente que no somos iguales y que, no obstante, podemos establecer semejanzas entre las personas, definiendo grupos con una fuerte identidad en común. En este sentido han realizado importantes aportes, entre otros, el controvertido George Ivanovich Gurdjieff al rescatar de las memorias del tiempo al Eneagrama que define nueve tipos escenciales, seguido por el boliviano Oscar Ichazo y el chileno Claudio Naranjo, con su “Protoanálisis”. En otro orden, Howard Gardner propone Las Inteligencias Múltiples (inicialmente siete) en su célebre obra “Multiple Inteligences” de 1983.

Así mismo y en expresión sintética y cotidiana, nos referimos a un “perfil” cuando se pretende describir el arquetipo

buscado en docencia, comercio, industria, deportes, fuerzas armadas y otras actividades que hacen al tejido social actual. Más aún, se suele hablar del “perfil ” de quien ingresa y de quien egresa de un proceso de capacitación. Adentrándonos en este concepto, podemos percibir claramente una visión lateral o “de costado” de la realidad, ofreciendo una parcialidad de la persona o grupo de ellas. Aún asumiendo que no hay forma posible de evitar ser parcial en algún grado, la parcialidad ofrecida desde la visión lateral de una persona, implica un grado extremo debido a un hecho fundamental para el conocimiento de una persona: la imposibilidad de mirar su mirada .

Estas disquisiciones sobre el concepto de referencia, tan utilizado y de gran actualidad, podría parecer secundario o de

importancia menor. Aún así, si nos permitimos por un instante la libertad de pensar en otras alternativas superadoras, podremos imaginar un concepto que cara a cara se alimente de la magia de la comunicación. Posicionándome de modo tal que, frente a una

Sección II: 90 -60-90

140persona, pueda verla y que me vea verla. Así pues, más que de “perfiles” prefiero hablar de “siluetas” con las que (si bien son parcialidades) gano nada más y nada menos que la mirada de quien observa que es observado.

En las relaciones humanas puestas en juego en un grupo de trabajo, pueden aparecer brotes de bulimia y o anorexia, entre

quienes se preocupan obsesivamente con la “silueta” que ofrecen. En estos casos las relaciones en el grupo aparecen viciadas, artificializadas, o carentes de naturalidad y sin el soporte esencial de la sinceridad. Así, surgen conflictos especialmente al momento de comprometerse con la producción y o el cumplimiento de logros y acuerdos previos. Estas formas patológicas de la obsesión por cómo se ve la propia “silueta” , conspiran fundamentalmente con la comunicación. Existen quienes quieren hacer entrar a la fuerza su “silueta” dentro de un molde que en alguna medida propone el grupo pero que, frecuentemente, resulta auto impuesto por quien sufre de esta patología, ante la necesidad imperiosa de ser aceptado. El análisis y consideración de las “siluetas” que conforman un grupo humano, ahorra conflictos y, cuando surgen, aparecen con más claridad sus causas y posibles alternativas de solución.

El Aula Abierta de Montaña (AAdeM), en cuanto a “grupo humano” que es, se nutre de “siluetas” que a lo largo del

tiempo han ido cambiando en protagonismo. Así, aunque en diferente grado, han estado presentes prácticamente de continuo en su reciente historia. Con la finalidad de identificar estas “siluetas” , le fueron asignados nombres que surgen de siglas de sus características fundamentales. A pesar de la aparente personificación de estos nombres, los mismos son casuales y no tienen relación con los nombres de los miembros del AAdeM. Quienes, y me incluyo, no tenemos necesariamente una sola “silueta” , es más, cada miembro del AAdeM suele adoptar diferentes “siluetas” según las circunstancias en juego. Tales “siluetas” , acompañadas de una descripción somera de sus comportamientos clásicos, son:

1. FERIA (Formal, Estructurado, Rígido, Intransigente y Auto ritario): No suele acercarse al AAdeM. Cuando lo hace se siente rechazado y a veces lo es realmente, dura poco, no se siente incluido, antes de irse vocifera, boicotea y o da un portazo.

2. FEDE (Formal, Estructurado, Disconforme y Enérgico): Suele pasar por momentos de crisis y de gran cuestionamiento al

AAdeM. Tiene preguntas sin respuestas de las que suele no hacerse cargo. Tiende a permanecer expectante pero a la vez materializa acciones concretas ante requerimientos del grupo. En su faz más positiva aporta críticamente.

3. INEES (Informal, No Estructurado, Entusiasta y S olidario): Es uno de los miembros clásicos del AAdeM. Fluctúa en

cuanto a la continuidad de su presencia. Es inconstante e impredecible pero cuando está, está con todo. Para materializar sus fluctuantes aportes establece lazos necesarios con IRMA.

4. IRMA (Idealista, Revolucionario, Movilizador y A nárquico): Miembro clásico del AAdeM. Se presenta como sostén y pilar

de la propuesta. La recrea junto a CAMILO . Establece lazos con FEDE en acciones concretas. Para IRMA, INEES es

141enfermante por sus fluctuaciones y falta de compromiso, que se lo reclama permanentemente. IRMA está en todo “sino, no salen las cosas”.

5. CARO (Crítico, Analista, Realista y Observador c rítico): Callado y de perfil bajo, participa activamente desde un papel de

observador realizando aportes verbalizados en chispazos de genialidad que suelen ser esclarecedores. No siempre ha estado en el AAdeM pero cuando aparece es bien tratado por el grupo y se esperan sus aportes. No suele establecer lazos y se comporta más como un observador externo dentro del grupo.

6. CAMILO (Creativo, Afectivo, Mediador, Intimista y Locuaz): Miembro clásico del AAdeM. Actúa como ideólogo. Establece

por afinidad lazos con IRMA. Gestiona en base a la afectividad y a la intuición. Busca consenso pero actúa aún sin él. Establece lazos ocasionales con todas las siluetas del AAdeM pero con FERIA no puede. Le cuesta delegar aunque lo hace cada vez más. Está aprendiendo a desapegarse del AAdeM.

7. PATI (Promotor, Audaz, trasgresor e Inquieto): Ve en el AAdeM a un pan caliente que puede y debe venderse. Aporta

sólidamente a la gestión, comparte motivaciones con el AAdeM y se apropia progresivamente tras las sesiones voluntarias de espacio por parte de CAMILO e IRMA. PATI se siente en el AAdeM contenido por un tipo de propuesta a la que ya había renunciado.

8. OSCO (Observador, Solapado, Callado y Oscuro): Actúa como con remordimientos que no se explican, cuando consigue

superarlos deslumbra con sus aportes, parece buscar que se olviden de su presencia, difícil de convocar con las actividades del grupo, prefiere el subgrupo donde se libera y comunica con mayor libertad.

9. MEJHUI (Melindroso, Esquivo, Jodido, Huidizo e I nconforme): Siempre parece estar asistiendo a la última reunión del

AAdeM, es como si “se estuviera yendo”, prefiere el “recreo” más que la reunión, el subgrupo más que el grupo, la afinidad más que el complemento. Se conmueve ante la opinión adversa pero se la banca por eso es como si “se estuviera yendo”, pero no se va. Cuando se decide, sus aportes golpean fuerte.

10. CHAPA (Cómico, Hilarante, Astuto, Participativo y A migable): Parece alimentarse de la energía de sus ocurrencias. El

grupo las espera casi como reflejo condicionado ante las circunstancias de la más diversa índole. La seducción de su estilo lleva a un estado de humor permanente y dinamizador pero también disipador. Ante este último caso, le resulta hiriente o doloroso el aceptar el efecto negativo de la risa. Suele deslumbrar con exposiciones de extrema seriedad y profundidad filosófica.

11. SABRI (Solo Actúa Buscando Refugio e Integració n): Con carencias de espacio social que la contenga, en poco tiempo

se evidencia la satisfacción de estas carencias como su único móvil. Ve en el grupo del AAdeM una alternativa de la que se

142sorprende y maravilla. Deslumbrada, opina y actúa sin objetividad casi fanática, en poco tiempo las presiones del trabajo en grupo la terminan quebrando.

12. PIPA (Presiona Insistentemente Para ser Aceptad a): Entabla una competencia consigo misma para lograr cuanto antes la

aceptación del grupo. Sobre actúa, obliga a conversar con ella, se siente dolida con todo aquello que le sugiere exclusión. No acepta un no por respuesta y termina yéndose por ser incomprendida. Despechada, difama.

13. TETO (Trasgresor, Entusiasta, Tenaz y Osado): Los paradigmas existen para él solo para ser penetrados en sus límites y

acepciones, aún las más abiertas. No reconoce pautas, normas, dogmas ni nada que lo condicione. Sus aportes al grupo abren una infinita caja de sorpresas. Suele también entorpecer el trabajo grupal ya que las consignas son motivo de “alergias” de las que se sacude con ironías y hasta caprichos. Cuando las cumple solo lo hace por adhesión afectiva a quien las propone.

14. COLA (Conspiradora, Oportunista, Ladina y Antis ocial): Silueta solo ocasional del AAdeM, por suerte, surge como

reacción negativa ante la disconformidad no canalizada, o ante alguna imposición no justificada y no aceptada. Cuando aparece es un fiel indicador de que algo se ha hecho mal, ya que en el grupo solo se utiliza como recurso extremo.

15. TITA (Tímida, Insegura, “Tapada” y Amable): Con su presencia parece pedir disculpas por el lugar que ocupa. Cuando

decide hablar vuelve y retoma sus dichos sin llegar a afirmar nada más que sus propias dudas. Más que decir se desdice. Increíblemente, lenta y casi imperceptiblemente, se manifiesta con continuidad como asegurando que no necesita de certezas. Su mensaje tiene una firmeza que desconoce.

16. MALHO (Materialista, Astuto, Locuaz y Hostil): Gusta exponer con razonamientos positivistas sus ideas sobre la gestión y

dinámica del AAdeM. Aporta en esfuerzo solitario el balance necesario ante acciones en las que domina el afecto y lo sensorial. Sabedor de su minoría casi absoluta, espera el momento que más duele, para actuar, luego se repliega. Sus acciones esporádicas aparecen como agresivas, aunque en realidad para MALHO, lo agresivo sea la amplia mayoría de algo que no le es afín.

17. DULCE (Dulce, Uniforme, Lábil, Comprensiva y Es piritual): Es Una silueta frecuente del AAdeM. Parece ser atraída por

el grupo y su dinámica. Suele aparecer callada aún en lo más caliente de las reuniones. Aparentemente su sola presencia debe ser su aporte medular, pues se siente cuando falta y se resiente el grupo.

18. APOYA (Acompañante, Propiciatoria, Observadora y Apropiadora): Silueta motivada por la propuesta. Analiza

críticamente y sugiere apropiándose de la propuesta. Ya la siente suya. Entró para ver y se quedó, “como en casa”. Dice que encontró aquello de lo que alguna vez había leído. Sus aportes enmarcan teóricamente al trabajo.

143

19. SSEQUEDÓ (Sensible, Sorprendida, Quería irse, D udó pero… Ocupó su espacio): inicialmente aparecía como una “MEJUHI” pero se dio el tiempo para cuestionarse y, aunque le dolió, le terminó gustando. Logró convivir con su intolerancia. Los demás la toleraron durante su proceso y la acompañaron, no sin antes rigorearla.

20. NOTOY (Negativa, Contradictoria y “Fuera de Jue go”): Se niega a participar y permanece compungida viendo “jugar” al

resto. Ninguna consigna le viene bien. La falta de consignas le parece un desorden. Mira, observa y juzga. Ni se le ocurre el irse. Eso sería abandonar, dar el brazo a torcer. No les va a dar el gusto. Si los demás trabajan en ronda, esta silueta siempre encuentra un banco alejado para no involucrarse y poder mirar mejor. “¿Pero abuelita, que orejas tan grande tienes!” Finalmente, el lobo se la comió a caperucita: entró en el juego.

Con el (espero) perdón de Gurdjieff, Ichazo, Naranjo, Gardner y de tantos otros, el presente es un intento de elaborar

herramientas para los integrantes del AAdeM a fin de que, con humor y observación crítica, puedan positivizar y potenciar su participación y producción en el trabajo grupal. Material que efectivamente fue empleado en este sentido y con buenos resultados, en talleres del AAdeM.

La siguiente y última silueta no ha sido ni será usada en estos talleres por las razones que el lector sabrá entender:

21. CHASGRACIAS (Conmovido, Hacedor Aislado, Satisf echo y Agradecido) Sintiendo profundamente y con pesar estar al

final de un proceso personal excluyente, se despide del grupo. No se reconoce totalmente en esta, para él, “anti natural” posición. Mucho menos reconoce a quienes lo acompañaron durante años en el trabajo diario. De tanto andar siente que tiene que hacerlo, pero esta vez solo. Se bajó de la nave de los locos ¡Qué locura!... Hoy imagina su próxima nave.

144

Sección III: TRES PATAS.

145

Tres patas tienen las mesas más estables. Solo tres. Sin grandes esfuerzos de fabricación,

las mesas de tres patas se adaptan fácilmente a las irregularidades del suelo natural. Ahora bien, hay un atributo poco frecuente en estas mesas:

la horizontalidad de su tabla. Adaptable sí, pero solo horizontal por obra del azar.

Y... como dijera Albert Einstain: "La NATURALEZA, no juega a los dados."

La Universidad Nacional actúa desde tres áreas específicas y clásicas, a saber: Investigación, Docencia y Extensión, formalizadas dentro del sistema educativo a manera separada y específica. Así aparecen secretarías, becas, subsidios, cargos, funciones, presupuestos y recursos materiales asociados a cada una de ellas por separado.

En cuanto a la docencia, son conocidas y ampliamente difundidas las aulas y anfiteatros con posiciones definidas estructuralmente donde el estudiante (cada estudiante) tiene hasta fijada al piso su butaca, mientras el docente (o los pocos docentes disponibles para un sin número de estudiantes) atienden masivamente al público que lo enfrenta. Estas estructuras son necesarias e imprescindibles para un modelo pedagógico que actualmente domina no solo en la Universidad sino en el sistema educativo en general. Más aún, son también ampliamente buscadas y deseadas pues sin ellas no sería posible el desarrollo regular de las clases, tal y como se desarrollan en la actualidad.

De igual manera los ya clásicos laboratorios, son el presupuesto básico y por demás emblemático al momento de pensar

en actividades de investigación, asociados a infraestructura y equipamiento específico y especializado, cada vez más. Cada vez más se manifiesta la necesidad de invertir en estos recursos materiales ante una matrícula de ingreso que aumenta más allá de la velocidad de inversión en los mismos. Matrícula que debería aumentar aún más, ante una sociedad necesitada de pensar, crear y sentir cambios solo posibles si son generados desde su propio seno.

146Como universitario expreso enfáticamente que no solo no reniego sino que añoro y deseo que se abran más aulas y

laboratorios cada día, y que cada vez más miembros de nuestra sociedad accedan a nuestro sistema educativo, aunque este no se modificara en lo más mínimo.

En cuanto al área de extensión, si bien goza de aspectos formales equivalentes a las otras dos áreas, aparece como la

hermana menor, luego de que entre las otras dos se han peleado y repartido la mesa. Peleando casi a solas por su reconocimiento y con algunos logros recientes, se esfuerza en ampliar su simpatía con un número creciente de adeptos.

En nuestra universidad nacional, estas tres áreas generalmente aparecen en sus formas "puras" y separadas

deliberadamente ante actitudes claras y ostensibles: Si se hace docencia se debe hacer en aulas, investigación en laboratorios y extensión... bueno, extensión en empresas, sí, sí, en empresas o en comunidades ¿dónde sino? Si no asumimos que los espacios de extensión universitaria cubren toda la sociedad y al territorio que ocupa, la universidad se ajenará de una sociedad que le tuvo ya demasiada paciencia.

Desde este marco universitario, el AAdeM (Aula Abierta de Montaña) se proyecta y nutre desde tres líneas de acción bien definidas: Experimentación y Desarrollo, Innovación Educativa y Educación Popular. Las mismas surgen de la integración de las tres áreas clásicas de la acción universitaria antes referidas, configurando una verdadera mesa de tres patas, ver figura 1.

Cada línea de acción así planteada se identifica con escuelas, ideologías y formas de abordaje ya ampliamente tratadas en congresos locales, nacionales e internacionales. Importantes instituciones y equipos de trabajo actúan desde propuestas de cambio encolumnadas en algunas de ellas. Entonces, el marco teórico del AAdeM surge desde estas fundamentales áreas de integración del conocimiento y de la acción, hacia una sociedad más justa y equitativa. En el AAdeM no se realizan actividades asociadas a las formas "puras" antes referidas (investigación, docencia o extensión) que dominan en el marco universitario clásico. En cambio, están presentes al menos una de las tres líneas de acción planteadas: Experimentación y Desarrollo, Innovación Educativa y Educación Popular, siendo frecuente también la concurrencia de más de una de ellas, o todas ellas en conjunto.

147 A partir de este marco teórico y de su aplicación, las relaciones institucionales que de hecho ha logrado el AAdeM, también se relacionan con tres "patas" a saber: Lo Intra Universitario, Lo Inter Universitario y Lo Extra Universitario, ver figura 2.

Desde lo Intra Universitario se han trabajado con estudiantes y docentes provenientes desde las ciencias naturales y

las sociales, correspondientes a las carreras: Ciencias Agropecuarias, Cs. Biológicas, Cs. de la Comunicación Social, Trabajo social, Turismo y Hotelería, Profesorado de Educación Física, Profesorado de Ciencias Biológicas, Letras, Diseño Industrial, Artes, Derecho, Medicina y Psicología.

Desde lo Inter Universitario, el AAdeM se vinculó con diferentes colectivos de trabajo con los que compartió

profundas coincidencias e interesantes diferencias que apuntan a potenciales complementaciones. Entre ellos: Fogón Andino vinculado a la Universidad Nacional (UN) de Tucumán, Universidad Trashumante de la UN de San Luis, Campamento Solidario de la UN de Villa María, Proyecto Bionigma de la UN de Méjico (UNAM), y otros.

Desde lo Extra Universitario el AAdeM y muy en especial desde el TIAM (Taller de Introducción al Ambiente de

Montaña) con sus anuales cambios de sitio y comunidades locales visitadas, se vinculó con: - ADIFA (Asociación pro Defensa de la Familia) El Diquecito, Departamento Colón, Prov. de Córdoba, - Fundación Yacanto, Dto. Calamuchita, Prov. de Córdoba, - Más de 20 Escuelas del nivel inicial y medio, - CEMDO (Coop. Eléctrica y Multiservicios del Oeste) Traslasierra, Prov. de Córdoba, - Sociedad de Fomento, Loma Bola, Dto. San Javier, Prov. de Córdoba, - Cuerpo de Bomberos de diferentes localidades, - Museo de Artes Plásticas de Las Rosas, Dto. San Javier, Prov. de Córdoba, - Museo Histórico Popular Carlos Ferreyra de Las Rosas, Dto. San Javier, Prov. de Córdoba, - Museo de la Usina Molet, - Fundación Diquecito. - Fundación MAPFRE, - Fundación AVINA, - INTA, Programa de Desarrollo Agropecuario.

148- APN (Administración de Parques Nacionales) - Legisladores provinciales, - Diputados y Senadores nacionales. - Ministerio de Defensa de la Nación, - Subsecret. de Planif. y Política Ambiental, de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, - CONAF (Corporación Nacional Forestal, CHILE), entre otras.

Las tres patas así planteadas del AAdeM surgen de tres áreas de integración bien definidas: TSU (Trama social

Universitaria) resultante de lo Inter e Intra Universitario, TSG (Trama Social General) resultante de lo Inter y Extra Universitario, y el TIAM como puente entre lo Inter y Extra Universitario.

En el TIAM, durante sus ocho ediciones a la fecha, participan miembros de comunidades serranas diferentes cada año,

junto a estudiantes universitarios y extra universitarios desde diferentes áreas del conocimiento, tal como referimos ya en relación a lo Intra Universitario.

De cada edición del TIAM surgieron dos tipos de resultados en extremo significativos: a) egresados que decidieron

incorporarse al grupo de coordinación del taller, asumiendo así un papel que en algunos casos llegó a ser protagónico y decisivo sobre su desarrollo futuro en el marco de una educación entre pares, en la que actuaron a la vez como coordinadores y recursantes, y b) contactos personales con actores sociales auto motivados de las comunidades visitadas, a quienes se acompañó en sus proyectos, acciones e ideas solidarias y sustentables para mejorar la calidad de vida local.

En cuanto al primer aspecto, se consideró necesario dos ediciones del TIAM en especial dirigida a recursantes a fin de

afianzar un equipo coordinador y de reformular su propuesta si fuera necesario, a partir de la participación del colectivo así conformado. Ya hemos realizado dos de estos talleres que hemos dado en llamar: Taller Interno de Actualización Metodológica (tiam) en coincidencia no casual con el TIAM original.

En cuanto al segundo aspecto referido, surgió progresivamente la imagen de una trama social espontánea entre

"extraños no ajenos", pues miembros de comunidades diferentes que no se conocían entre sí, actúan con una coordinación no consciente y desapercibida desde su lugar de trabajo y lucha cotidiana, detectada por los miembros del TIAM en su carácter

149de observadores externos. Actualmente, el AAdeM gestiona un encuentro entre estos "extraños no ajenos" de próxima realización.

Otras tres patas aparecen al considerar las relaciones humanas del TIAM, ver figura 3. Este relaciona al Equipo

Coordinador, a Cursantes Nuevos y a miembros de Comunidades Serranas. Patas que también interactúan en áreas de intersección. Así, a) la propuesta pedagógica vincula especialmente al Equipo Coordinador con los Cursantes Nuevos en el marco de una educación entre pares antes referida, b) el conocimiento ambiental se trabaja entre el Equipo Coordinador y las Comunidades Rurales desde la educación popular, y c) los Cursantes Nuevos junto a miembros de la Comunidad Serrana elaboran un trabajo grupal con identidad TIAM.

Para lograr lo expuesto y lo por exponer, el TIAM plantea un trabajo desde lo propio a lo social que... también tiene

tres patas, ver figura 4, pues considera también la interface de lo grupal. Así planteado el trabajo, se propone una secuencia sinérgica que nace y parte desde lo propio, se fortalece y complementa en lo grupal y se proyecta a lo social, para luego volver al plano personal con vivencias diversas y enriquecidas por la autoindagación, la reflexión y la acción personal y colectiva. Esta vía cíclica se contrapone a los caminos lineales y centrífugos de quienes se polarizan en alguna de estas esferas "puras" pretendiendo avanzar en la resolución de problemas desde la maximización de un intento que, ante lo referido, aparece como parcelario y en extremo auto restringido.

La modalidad de trabajo del AAdeM y de su TIAM se ha materializado en una mesa de tres patas fácilmente adaptable

a las condiciones del terreno. Pero... si alguien insistiera en la horizontalidad..., no, eso decididamente no lo podemos ofrecer. Búsquenlo en una mesa de laboratorio.

150

LÍNEAS de ACCIÓN del AULA ABIERTA de MONTAÑA (AAdeM)

i

d e

IE ED Líneas de la acción Universitaria tradicional: i: Investigación d: Docencia e: Extensión Áreas de Integración: IE: Innovación Educativa ED: Experimentación y Desarrollo EP: Educación Popular

AAdeM

F.1

EP

151

Fundación Yacanto (Calamuchita)

Asoc. para la Defensa Integral de la Familia

Facultad de Ciencias Agropecuarias

FCEFyN – Escuela de Biología

FFyH – Escuela de Psicología

Escuela de Arte

Escuela e Instituto de Guías de Turismo

Inst. Provincial de Educación Física

FAyH – Diseño Industrial

FDyCS – Esc. de Ciencias de C. Social

Escuelas Locales CEMDO (Coop. Electrónica y Multisevicios del Oeste)

Sociedad de Fomento de Loma Bola

Cuerpo de Bomberos

CONAF (Chile)

Universidad Trashumante (San Luis)

Campamento Solidario (Vil laMaría)

Cátedra de Nutrición y Soberanía Alimentaria (La Plata)

Fogón Andino (Tucumán)

FFyH - Escuela de Letras

Museos: Comebirom y M. Hist. Pop. C. Ferreyra

Trama Social Universitaria

Taller de Introducción al Ambiente de Montaña

Trama Social General

AAdeM

UNSJ (San Juán)

Proyecto Bionigma (Méjico )

F.2

152RELACIONES HUMANAS EN EL TALLER DE INTRODUCCIÓN AL AMBIENTE DE MONTAÑA (TIAM)

TIAM

F.3

153

El camino del TIA M: desde “lo propio” a “lo social”.

Actitudes Aptitudes Compromiso Participación Comunicación Interna

La Imagen que doy y que recibo,

Percepción de Lo Propio, lo Local

y lo Regional

"Autistas". Gurúes. Yoguis. Ermitaños. En lo económico: el Capitalismo, Liberalismo, Neo

Liberalismo y el resto de la Derecha.

Sociedades de Beneficencia o

"Come Pecados". En lo político: El

Socialismo y el resto de la Izquierda.

Comunidades “Burbuja”. Logias. Sectas. En lo empresarial: las Corporaciones.

TIAM

Comunicación Externa,

La Imagen que Damos y la que

Recibimos

F.4

Auto motivación en la acción social, Percepción de

"Lo Propio" y de "Lo Extraño No Ajeno", Cambio y mejoramiento

de la Calidad de Vida

Educación entre Pares, Elaboración Metodológica, Construcción de nuestra auto imagen, defensa de intereses y necesidades en común

Capacitación Personal, Crecimiento Personal,

Auto Indagación, Construcción de la Autoimagen,

Liderazgo y Autoliderazgo

154

Sección IV: DOS EJES.

155

lantas leñosas hubo en el planeta desde mucho antes de la llegada de los primeros homínidos. Se puede decir que los árboles recibieron a nuestros primeros ancestros, más aún

cuando asociamos los hallazgos antropológicos más antiguos con ambientes en los que abundaban estas formas vegetales. En tales circunstancias, se puede afirmar también que para aquellos primeros hombres, el ver troncos acostados sobre el suelo era algo frecuente que se incorporaba a su propio paisaje. Sin embargo, tuvieron que pasar millones de años de convivencia con tales elementos para que el primer tronco fuera utilizado como rodillo en el transporte de cargas. La sola mención del hecho nos remonta a culturas que validas de estos rústicos artilugios pudieron perpetuarse hasta nuestros días con formas arquitectónicas de imponente belleza y magnificencia.

La visión utilitaria de los elementos que rodeaban a estos hombres

tuvo un salto inigualable aún en nuestros días, si tenemos en cuenta el impacto relativo del suceso. Me refiero al preciso instante en que a alguien se le ocurrió que la esencia del rodillo (el eje ) se acunaba en sus mismas entrañas. Tal vez hubo de pasar algún tiempo para que surgiera, a partir de esta observación, un objeto más corto y por tanto más versátil formado solo de una rodaja del rodillo, obviamente: la rueda. Pero esta vez el descubrimiento-invento fue mucho más allá. La esencia de la rueda estaba en su no ser, precisamente donde dejaba de ser, aparecía un orificio central que alojaría al eje material, inicialmente de maderas duras. El juego de aparentes contradicciones no culminaba allí. El movimiento de la rueda quedaba así facilitado por un objeto fijo (el eje) y este, por ser fijo, se trasladaba junto con la rotación de la rueda. Desde ese remotísimo instante en que se descubrió tal estremecedora relación, el eje no nos abandonaría más, y… las aparentes contradicciones tampoco.

P “EN EL VACÍO ESTÁ LO ESENCIAL.

Treinta radios convergen en el eje de la rueda,

pero es su vacío el que la hace útil. ... ... Así, el SER nos da el servicio

y el NO-SER da la utilidad.” Lao Tse

. La sensación de estar frente a una contradicción nos surge de la visión materialista y utilitaria de nuestra cultura que no nos permite adentrarnos y consustanciarnos con las funciones del objeto observado, en una negación perceptiva que recorta nuestro análisis. Cuantos otros recortes nos mochará la tijera de nuestra cultura? Veamos: uno puede abordar el diseño y construcción de una casa (con perdón de los arquitectos) desde lo visible. Visible a la distancia será que dicha casa resultará estética pero, al acercarnos, no será funcional a las necesidades de sus moradores, pues no se habrán diseñado sus “vacíos” a ser ocupados. Resulta extraño plantear que una casa confortable resulta del diseño de la “no casa”. Los afamados espacios de la arquitectura moderna.

156 Desde aquel rodillo tosco y que ofrecía desplazamientos solo

unidireccionales hasta la rueda de nuestros días, hubo otro “salto” más que conmovió a la humanidad. Este fue el instante en que se combinaron dos ejes perpendiculares entre sí: el primero garantizaba la rotación de la rueda mientras el segundo permitía rotar a todo el conjunto. Así surgió la rueda de movimiento “universal”, asociada a las bicicletas, motos, automóviles y otros vehículos. Hoy, gracias a la rueda de “movimiento universal” podemos ir a donde nos plazca. Claro, luego vienen los estudios sobre los materiales adecuados para los diferentes terrenos, pero... la esencia sigue siendo la misma: los dos ejes.

El AAdeM ha trabajado orientada a la integridad del SER y su

proyección, rescatando a lo cognitivo como una pieza indispensable pero no suficiente para abordarlo y mucho menos para cultivarlo. Sí resultó promisorio, a modo de dos ejes, el trabajar esta proyección desde las diferentes fases y dimensiones que la originan. Ambas, en número de siete (cada una de ellas) se relacionan entre sí como muestra la tabla siguiente.

El análisis implica que la acción “plena” proviene de una secuencia

previa: decisión, reflexión, motivación, sensibilización, auto indagación e inicialmente, meditación. El paso más o menos profundo y detenido por cada una de estas fases caracterizará a la acción referida y a sus consecuencias. A su vez, claro está que a diario realizamos acciones que no llegan a ser “plenas”, impelidos hasta por reacciones “reflejo” o “vitales” sin las cuales no sería posible concebir nuestras vidas tal y como las vivimos.

Tales calificativos no implican una valoración en sí. Así, una acción

vital es esencial al momento de evitar un choque de vehículos, pero también

LA INTELIGENCIA Y EL CABALLO DE TIRO. El cuantum ha signado y posiblemente signará la valoración a la que sometemos a diario nuestros actos y acciones, más aún en el momento de analizar capacidades, habilidades, información y conocimientos. Aunque ya no sea novedoso el hablar de “inteligencias múltiples”, a la luz de la profusa bibliografía sobre el tema, aún no se ve un correlato con la realidad del hecho educativo en cualquiera de los niveles que constituye el sistema que lo digita. Sería, lo que planteo, algo así como viajar en el tiempo y observar cuanto se transportaba con vehículos tracción a sangre aún mucho después de descubierta la máquina a vapor o el motor de explosión. En cuanto a educación, estamos atávica y cobardemente apegados, con una inercia monolítica e imperturbable, a estructuras arcaicas de pensamiento y de acción. Pero... llegó el día en que los cascos enormes y peludos de los caballos de tiro tuvieron que dar paso a la versatilidad de las máquinas y vehículos del presente. El aula como único recinto educativo, la pizarra y el puntero como herramientas de comunicación del que pasa al frente, y butacas atornilladas al piso para definir bien cada posición de los presentes, se me hermanan con esa imagen sólida y peluda de la pata de aquel noble equino al que la humanidad toda debe agradecimiento y recuerdo de coleccionistas.

157se nutre (de estos mecanismos naturales de reacción a estímulos apremiantes) la ya conocida consecuencia de la publicidad subliminal donde, con una falta de ética total se suele manipular las decisiones de compra de algún producto. De igual manera podemos opinar respecto a las acciones plenas, ya que a no dudarlo se asocian con proyecciones profundas del ser. Sin embargo, la manipulación de tales acciones por sectas pseudo científicas, pseudo religiosas o pseudo filosóficas, bastardean las reales proyecciones de la plenitud esperada al actuar desde la meditación.

En cuanto a las Dimensiones con que el SER se proyecta en una acción

“plena”, van desde Lo Interior, Lo Propio, Lo Grupal, Lo Comunitario, Lo Social y Lo Regional a Lo Cósmico. La nulidad en algún o algunos de estos casos (fases o dimensiones) no haría más que señalar lo terrenal y realista de nuestras modalidades que, no por serlo, deban dejar de ver otras posibilidades que nos señalan potencialidades materialmente convenientes.

El AAdeM (sin caer en misticismos delirantes y desde una posición

pragmática que defiende el valor del conocimiento como pieza fundamental del SER en nuestra cultura) reconoce, rescata, y propone valores culturales tal vez olvidados que nos proyectan desde una profundidad interior para muchos negada, en tanto inescrutable y desconocida, en una actitud que desperdicia las reales potencialidades del conocimiento adquirido y por adquirir.

Así, Las Fases que llevan a la Acción, representan el eje del tiempo, y Las Dimensiones del SER, representan

el eje del espacio, en el proceso educativo “AAdeM”. Considero, además, a tales ejes como “universales” por su carácter general e inevitable al abordar un proceso educativo con su complejidad implícita, aunque no hagamos uso conciente de ellos..

RESURGE POR SU SOLA ESENCIA. Desde una gran ciudad uno de sus habitantes soñó con los “confines” del mundo y en viajar hasta ellos. Esos “confines” lo llevaron a tierras muy elevadas. Tan elevadas que su respiración se hizo dificultosa. El vértigo de su vida pareció trastocarse de golpe por una “cámara lenta” que deformaba el habla y estallaba en sus oídos. En ese marco se vio rodeado de personas que iban y venían por calles empedradas y viboreantes. Caras de color cobre y ojos rasgados aplanaban su expresión con una amplia sonrisa que comprendía su extrañeza y desubicación. Las miradas y las sonrisas tenían como un imán que debía ser correspondido. El ir y venir de ellas y su devolución se tornó más y más intenso. En frenética comunicación, el mareo comenzó a ganar su estabilidad. Cuando de pronto sintió un PLAF-PLAF-PLAF que sonaban como aplausos. Era el viento fuerte de la montaña flameando en una bandera. Levantó la vista hacia ella cuando el mareo de golpe lo venció. Al volver en sí, lo último que recuerda haber visto fue el cielo lleno de colores. Creyó haber visto una ilusión. Una voz cordial que marcaba sus “eses” como llamando al silencio, le dijo: -Es nuestra bandera, nuestra WIPHALA , hace miles de años que está aquí. Hasta nos la han quemado pero ella solita vuelve a aparecer ¡Pobres! Ella estará siempre aquí,... junto a nosotros y la montaña.-

158En tanto resulta fundante de su SER, se identificó el proceso educativo del AAdeM con el reconocimiento de la

gama de modalidades probables que surgen de la interacción de estos ejes. En este modelo de análisis, la educación es, respecto a 49 modalidades posibles. Aún, obviamente, sin la obligación de cubrirlas a todas ellas, será útil definir qué modalidad o modalidades se utilizan y desean utilizar en la práctica educativa.

Si a las 49 combinaciones posibles entre los dos ejes, ya referidas, las ponderamos por su intensidad o “peso” en

el proceso educativo podremos, además de señalar las modalidades materializadas, visualizar el volumen y matices de lo protagonizado tal como refiere la tabla adjunta. Matices que ofrecen una amplia gama de 392 alternativas diferentes que al combinarse reflejan nuestra percepción del proceso educativo analizado con un relieve de cumbres y depresiones.

A modo de un diagnóstico por imágenes como el planteado por la tabla, desnudo el funcionamiento que percibo del

AAdeM, coloreando cada una de sus 49 “píxel” y cada uno de ellos con 8 posibilidades diferentes de intensidad o “peso“, totalizando 392 posibles opiniones sobre el particular. Al hacerlo me maravillé con el resultado: una WIPHALA multicolor flameó ante mis ojos. Seguidamente, a fin de apreciar la utilidad del método

presento otras “Tomografías” sobre acciones diferentes (según mi percepción), a saber: una sesión de Yoga,

la reacción ante un choque de vehículos, un partido de fútbol.

una clase expositiva clásica, una clase expositiva en el AAdeM y, finalmente

una consideración general del AAdeM.

159F

AS

ES

ACCIÓN

DECISIÓN REFLEXIÓN

MOTIVACIÓN SENSIBILIZACIÓN

AUTOINDAGACIÓN MEDITACIÓN

LO IN

TE

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R

LO P

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LO G

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DIMENSIONES “TOMOGRAFÍA WIPHALA” de una sesión de Yoga .

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PESO INTERMEDIO

PESO MENOR

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MOTIVACIÓN SENSIBILIZACIÓN

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DIMENSIONES “TOMOGRAFÍA WIPHALA” de un choque vehicular .

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PESO INTERMEDIO

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DIMENSIONES “TOMOGRAFÍA WIPHALA” de un partido de fútbol .

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DIMENSIONES “TOMOGRAFÍA WIPHALA” de una clase expositiva clásica.

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DIMENSIONES “TOMOGRAFÍA WIPHALA” de una clase expositiva en el AAdeM .

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DECISIÓN REFLEXIÓN

MOTIVACIÓN SENSIBILIZACIÓN

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DIMENSIONES

“TOMOGRAFÍA WIPHALA” del AAde M.

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ACCIÓN

DECISIÓN REFLEXIÓN

MOTIVACIÓN SENSIBILIZACIÓN

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DIMENSIONES “TOMOGRAFÍA WIPHALA” de tu próxima acción .

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LO

166

Sección V: ENSAYOS.

167

ELMO no era de la comunidad. Foráneo, llegó a ella hace ya el tiempo suficiente como para que sus miembros sientan que siempre estuvo allí. Progresivamente, el obsesionado de ELMO se encargó de que fueran cayendo en el olvido otras formas de relación que no lo tuvieron como centro de la comunicación entre los miembros de la comunidad.

Entre las manifestaciones más hostiles de ELMO estuvo el golpear reiteradamente cada vez que decidía imponerse,

sin medir consecuencias en quienes dañaba. También, como inspirado en alguna divina fundamentación, llegó a creer que era él y sólo él el elegido para decidir imperativamente sobre vida y obra de su entorno. Así, la barbarie se instaló en su conducta como una modalidad cotidiana.

Luego, paulatinamente y sin aparente razón, ELMO fue dejando su actitud de golpeador para asumir otras formas

sutiles de llegar al mismo resultado, cual fue: imponer sus decisiones en los otros. Aunque, a todas luces: dejar de golpear no implica, per se, dejar de ser golpeador, ni mucho menos negar el riesgo de que tal conducta de ELMO pueda volver al escenario central de su comportamiento.

Entre sus muchas manchas sociales, ELMO cuenta con la negación rotunda a su paternidad, con el clásico

desconocimiento e incumplimiento de sus responsabilidades con la criatura. Por otra parte, ELMO alimenta sobre sí mismo en la comunidad una sensación sempiterna. Con efectiva habilidad,

niega histéricamente hasta el cansancio la existencia de identidades previas a él, ajenas a su voluntad y dominio, llegando a “ningunearlas” y dejarlas sólo “freezadas” para señalarlas como algo que ya no es, en un sádico ataque identitario de profundas consecuencias en la comunidad.

ELMO ha llegado a decidir unilateralmente en nombre de quienes hace aparecer como centro y protagonistas de su

escenario, utilizando al otro para adquirir posicionamiento ante los otros.

ELMO Y SU VIOLENCIA COTIDIANA .

168 La comunidad en la que ELMO se instaló, desde vaya a saber cuando, está actualmente oprimida y condicionada por

quienes, invitados por él, deciden hoy con prepotencia en su nombre sobre tierras y dominios que antes eran del uso colectivo de la comunidad. De estos “convidados de piedra” se dice que han cometido violaciones contra miembros menores, al amparo cómplice de ELMO, quien les facilitó el terreno y les dejó la casa ausente de mayores cuando los vio llegar.

Encumbrado ya en el poder y dedicado al derroche y mala administración, ELMO no cumplió con las previsiones

obvias y necesarias para la nutrición, salud, educación, cultura y trabajo digno de los miembros de su comunidad. Al carácter sempiterno que alimentó sobre sí mismo, ELMO, premeditadamente sin domicilio fijo, logró también

instalarse sin límites de espacio y a modo omnipresente. Es más, insiste en ser el creador de algo que llama “no lugares”, donde lo espacio temporal se desvanece, dificultándose saber dónde o cuando se está y, para más, sita y reproduce a esta aberración como fiel ejemplo de lo que debe ser. Así: sempiterno y omnipresente, se llegó a creer casi Dios. Y digo “casi” porque ELMO se siente y actúa, según él, “sobre tamaña inconsistencia inmaterial”.

Errático e inconstante en extremo, ELMO un día se levanta y decide ir en un sentido para luego negarlo e ir en

otro, sin consulta previa y arrastrando en sus decisiones a sus congéneres. Su patológica relación con la comunidad entra en crisis también por esta causa, ya que sus miembros estructuran sus relaciones en base a esforzados acuerdos que no cuentan con la participación ni mucho menos con el visto bueno de ELMO. Quien sólo aparece entre ellos para boicotearlos en forma reiterada, pues tiene marcado rechazo a los acuerdos y el trabajo colectivo le produce agudas crisis de claustrofobia.

En el marco así descrito, ELMO: golpeador, padre abandónico, violentador, violador y cómplice, pretendido

sempiterno y omnipresente, sádico, entre otras particularidades, se constituye en el miembro no querido de una comunidad que trabaja en su propia re-creación.

169Nota: “ELMO” o... El modelo de desarrollo actual. “La comunidad” o... precisamente eso: la comunidad, en este

caso de: La Calera, Departamento Colón, Provincia de Córdoba, Argentina, que escalona día a día su resurgimiento desde la construcción de una activa participación ciudadana y de la investigación acción, conformando una propuesta metodológica que denominamos CALERA. Trabajamos en un área que supera las 20.000 hectáreas e integra diferentes sectores e intereses de una comunidad con más de 30.000 personas y por más de 30.000 almas, hacia el desarrollo regional sustentable y el respeto a la vida en todas sus manifestaciones. Y... sí: el pobre ELMO, enfermo terminal, también está entre nosotros. De eso, queremos contarles.

170

La ciudad de Córdoba se ha vinculado demográficamente con los otrora pueblos, hoy ya ciudades que la rodeaban y,

muy en especial, con aquellos que surgieron desde principios de siglo pasado entre la ciudad capital y el cordón de Las Sierras Chicas.

En estos pueblos, avenidos en ciudades al pretendido “amparo” de la capital, las actividades productivas fueron reemplazadas progresivamente por las de servicio, a partir de insumos provenientes de su “vecina” mayor. Ante el crecimiento industrial de la ciudad capital de mediados de siglo pasado, poco tiempo pasó para que aquellos pueblos de alrededor de 80 años de vida, se convirtieran en las ciudades “dormitorio” que hoy rodean la capital cordobesa. Esta gran ciudad ha “explotado” con un crecimiento en todas direcciones pero acentuado hacia el oeste, en busca de niveles de mayor altitud, mejores paisajes y proximidad a los centros turísticos del Valle de La Punilla. Como jugando a las escondidas detrás del campo de dominio nacional (en uso del IIIº Cuerpo de Ejército) la ciudad de La Calera demoró en verse afectada con la intensidad de otras vecinas como: Unquillo, Villa Allende y Mendiolaza, que de alguna manera ya son “barrios” de la ciudad capital. La referida “explosión” de Córdoba capital ya tiene, para algunos especialistas, tendencias megalopólicas, con los conocidos costos sociales en particular y ambientales en general que estos verdaderos pulpos urbanos provocan debido al colapso de todas sus redes de servicios, entre otras tristes razones.

MEGALOPOLIO Y MEGALOPOLIO

171 Dos de sus radios o vectores de crecimiento más movilizados por esta tendencia son la Ruta E55 y la Ruta 20, casualmente, ambas uniendo la ciudad Capital con Villa Carlos Paz. En medio de estos dos vectores se encuentra el referido campo de dominio nacional, con una superficie aproximada a las 15.000 Has. Tamaño semejante al de la capital cordobesa.. Si Córdoba capital dispusiera de estas “nuevas” tierras para ser loteadas (precisamente hacia donde tiene marcada y manifiesta su vocación de crecimiento) ¿no estaríamos a un paso, hoy, de vernos, mañana, ante la Megalópolis de Córdoba? El campo de referencia no sólo es de dominio Nacional sino también de jurisdicción Nacional. Vale decir que las decisiones y el marco jurídico en que se toman respecto a su uso presente y futuro, señalan al gobierno nacional y, más precisamente, al Ministerio de Defensa de la Nación. Ante la posibilidad del traslado del IIIº Cuerpo de Ejército este campo podría tener distintos destinos que están siendo considerados por el gobierno nacional. Pero no es este el único campo de similares características que preocupa al gobierno nacional. Tanto es así que el lunes 14 de mayo de 2008 se firmó un convenio entre el Ministerio de Defensa de la Nación (MDN) y la Administración de Parques Nacionales (APN) para garantizar el uso sustentable de algunos campos de dominio y jurisdicción nacional, hoy en uso de las Fuerzas Armadas, creando la figura de “Espacio Nacional de Interés para la Conservación” (ENIC). Pero… en la cobertura de este convenio entraron sólo 9 campos, entre los cuales no figuró el campo hoy en uso del IIIº Cuerpo de Ejército, ya aludido. Sin embargo, presidencia de la APN manifestó (en reunión del miércoles 17 de mayo con miembros del Grupo ESCALERA y el Aula Abierta de Montaña de la Universidad Nacional de Córdoba) que podría ser incluido si se solicitara por nota dirigida a la APN y luego considerada junto al MDN. En continuidad con lo sugerido, el lunes 2 de julio se hizo la presentación de esta solicitud, acompañada de veinte firmas de instituciones locales adhiriendo a la propuesta.

172 Tal interés también defiende e invoca el carácter federal de nuestra constitución, por la que el estado nacional no puede ni debe tomar parte en decisiones de los estados provinciales ni municipales tal cómo su crecimiento urbanístico y mucho menos cuando sus decisiones orillan a la más importante capital del interior del país a una inevitable consecuencia megalopólica. Es importante destacar que para defendernos de las nefastas consecuencias de toda megalópolis (colapso en todas las redes de servicios, destrucción del paisaje, pérdida de calidad de vida, entre otras) contamos hoy nada más y nada menos que con las decisiones del mismísimo MDN.

Porque… si así no fuera, cabría preguntarse aquello de: Y ahora… ¡¿quién podrá defendernos?! ¡No vaya a ser que aparezca algún Chapulín oportunista!

173

R = Vn

Así como un círculo puede explicarse desde un triángulo, un cuadrado, un pentágono… o desde cualquier otro polígono que quede

contenido en su perímetro. De igual manera, la realidad “R” puede explicarse por la integración de “n” cantidad de versiones “V” sobre ella.

Pero… no insistan: dos versiones, no forman ningún polígono.

Al interactuar con una comunidad agregamos una versión más al intento vano de llegar al pretendido círculo. Si bien con este aporte

no llegaremos a él, sí modificamos la superficie y contorno anterior con el aporte de nuestro nuevo “lado-versión” del “círculo-realidad”.

Entonces, cabría plantearnos el dilema: ¿“Intervención Comunitaria” o “Interversión Comunitaria”? Esa es la cuestión.

n= 3

n=

LA MATEMÁTICA, EL CÍRCULO y YO

174

Existen formas muy diversas de provocar la visualización de una imagen determinada, empleando solo una palabra. Estos

“provocadores” van desde los más inocentes a los más perversos. También es posible, y frecuentemente se utiliza, el camino inverso, es decir: provocar necesidades como la sed, hambre o sexo, con solo ver una imagen. Recurso utilizado, por ejemplo, en la publicidad. Así, los provocadores pueden iniciar mecanismos “estímulo-respuesta” desde una palabra que genera una imagen o desde una imagen que genera necesidades.

Veamos: si pidiera al lector que no pensara en un gato verde… ¿Cuál sería, a pesar de mi pedido, la imagen visualizada

sino precisamente la de un gato verde? Lejos de este simple mecanismo pero no totalmente ajeno a él, la sociedad “fija” imágenes como respuesta al estímulo de una sola palabra o conjunto reducido de ellas. Por ejemplo: al estímulo de la palabra FORD se visualizarán autos. Bajo igual mecanismo aparecerán visualizaciones fuertemente asociadas a palabras tales como: FERRARI, EINSTAIN, COLÓN, MACHIAVELLO, DARWIN, GARDEL, MARADONA y muchas otras, a pesar de ser estas palabras simples apellidos y que, obviamente, pueden estar asociados a nombres de personas completamente desconocidas por nosotros.

Los mecanismos “provocadores” para que una sociedad en pleno reaccione con igual respuesta ante el estímulo de una

sola palabra, son muy complejos y asociados a aspectos a veces históricos, políticos, deportivos, artísticos, religiosos, comerciales, o educativos, entre otros tantos.

Estos “provocadores” están difundidos en nuestra sociedad y aparecen cotidianamente y no siempre están asociados

livianamente a la imagen de un gato verde. En la Argentina de los 70’ quien portara el apellido Guevara, Firmenich u otros tantos, se verían no solo molestados por controles policiales sino hasta agredidos con peligro de muerte. En los 80’ los apellidos Videla, Massera, Agosti y otros no serían muy populares luego del reinicio democrático.

¿SOLO UNA CAMISETA A RAYAS?

175Por lo expuesto, las imágenes y comportamientos “fijados” por “provocadores” serán motivo de este reducido

ensayo. Y… para empezar, tomemos por ejemplo la palabra: Wally… ¿Y?... ¡No me digan que no pensaron en: ¿Dónde está Wally? Es que la inocente diversión de niños o el tan solo haber sido espectadores pasivos del juego que plantea el libro de referencia, ha logrado fijarnos no solo una imagen sino también una frase y, lo que resulta más importante: un procedimiento donde se premia encontrar al homónimo.

Si todo quedara allí no más, pues… podría resultar sólo gracioso. Pero… ¿y si de la ya aludida obra de Martin Hanfor

(¿Dónde está Wally?) saltáramos en un análisis analógico a la obra de Pierre Bourdieu y a algunos de sus planteos medulares tales como el de campo y habitus?... Veamos:

En cuanto al rigor metodológico de este autor…, sí, me refiero a P. Bourdieu, sobre el análisis de las prácticas sociales

en términos relacionales, A. B. Gutiérrez (2005) fundamenta este juicio en dos hechos: “Primero, sus dos aspectos: campo y habitus, constituyen nudos de relaciones. Un campo consiste en un conjunto de

relaciones objetivas entre posiciones históricamente definidas, mientras que el habitus toma la forma de un conjunto de relaciones históricas incorporadas a los agentes sociales.

Segundo, ambos conceptos son igualmente relacionales, en el sentido que se comprende uno en relación con el otro: un campo no es una estructura muerta, es un espacio de juego que existe en cuanto tal, en la medida que hay jugadores dispuestos a jugar el juego, que creen en las inversiones y recompensadas, que están dotados de un conjunto de imposiciones que implican a la vez la propensión y la capacidad de entrar en el juego y de luchar por las apuestas y compromisos que allí juegan (Bourdieu y Wacquant,1992).”

En referencia a este juego de relaciones, surge evidente la obra cúlmine del autor (ahora me refiero a M. Hanford) con

su ya clásica pregunta: “¿…?”. Este inocente juego pretende, exitosamente, divertir y desarrollar la capacidad de observación de los niños, muy en especial. Para encontrar al ya famoso personaje de Hanford, el lector debe descubrirlo en medio de un sinfín de información gráfica con una fuerte identidad cultural, en nada vinculada a la de Wally que, al descubrirlo, surge desubicado como “mosca en la leche”. Este personaje, hoja por hoja aparece con su cara inalterable de “careta” pareciendo reflejar una indiferencia absoluta con el entorno, y sus cambios dramáticos y tragicómicos de cada hoja del libro. En cada una de ellas domina una paleta policromática característica que induce a no ver la gran heterogeneidad representada por el resto

176del grafismo. También hoja a hoja se plantea, con multitud de actores sociales, una riqueza de relaciones que se intensifican y particularizan en el entorno inmediato de cada actor, en medio de representaciones objetivas que aparecen en un momento dado de la historia de la humanidad y, también, en algunos pasajes fantasiosos. Así, en cada hoja del célebre libro de Hanford se me aparece un campo de Bourdieu. Y, en cada hoja, en cada campo, cada grupo de relaciones intra e inter grupos de personas con actitudes y acciones relacionales específicas asumidas concientemente por los actores en juego, en el libro de Hanford, me sugiere el tan mentado habitus de Bourdieu.

Por otra parte, en Gutiérrez (2005) aparece claramente diferenciada la posición de este autor… (¡Bourdieu, sí!) sobre el

pensamiento relacional y el sustancialista. El primero “… centra el análisis en la estructura de las relaciones objetivas -que implican un espacio y un momento determinado- que determina las formas que pueden tomar las interacciones y las representaciones que los agentes tienen de la estructura, de su posición en la misma, de sus posibilidades y de sus prácticas.” Por oposición, el pensamiento sustancialista “… es el del sentido común -y del racismo- y lleva a tratar a las actividades o a las preferencias propias de ciertos individuos o ciertos grupos de una sociedad en un cierto momento, como propiedades sustanciales, inscritas de una vez y para siempre en una suerte de esencia biológica o –lo que no es mejor- cultural, conduce a los mismos errores en la comparación no solo entre sociedades diferentes sino también entre períodos sucesivos de la misma sociedad.” Bourdieu (1994) en Gutiérrez (2005).

En las representaciones objetivas captadas por la expresión del juego de relaciones referido, su autor (Hanford ¿quién

más?) deja ver con claridad palmaria la relación espacio-tiempo en el intrincado ir y venir de relaciones entre infinidad de actores sociales que, en su conjunto, pasan desapercibidos tras la búsqueda del “arquetipo” (Wally) para alcanzar el premio al esfuerzo reservado a quienes espulgan lo sustantivo desechando la dramática trama de relaciones del campo presentado en cada página del libro. Marco que solo se ofrece para confundir y dificultar la “apasionante” búsqueda del “caretudo” de Wally.

Si a alguien se le ocurre la remota idea de que semejante inocentada como el libro de referencia (¡me refiero al de

Hanford!) puede grabar subliminalmente en sus tiernos lectores, actitudes de menoscabo a las relaciones humanas y, por contraposición, exaltación de “valores” inalterables propios de razas xenofóbicas… será, en ese caso, libertad del lector de este apretado ensayo. Pero… si así fuera ¡qué película de terror estaríamos viviendo!

177

El Francomirador es un individuo agazapado, encubierto y protegido por su profundo silencio, quietud e impune

decisión unilateral de observar y ser observado. Su “presa” favorita recibe su munición de guerra más potente: la crítica, calibre libre de toda norma y convención. Su única meta irrenunciable es impactar lo más certero posible para hacer suya la sensación de haberle aportado a su “presa” lo mejor de sí.

Bajo “fuego cerrado” de miradas, críticas y aportes, los Francomiradores actúan sin la menor piedad, en medio de

un “todos con todos” sólo en contra del cinismo y del halago fácil que taparía con cera nuestras grietas más inconfesables.

Por eso, los Francomiradores se lanzan al ataque con sin cera devoción. Pero... ¡cuidado! ningún Francomirador usa

balas de salva. Y… de su munición nadie está a salvo.

FRANCOMIRADOR

178

RESUMEN:

La Universidad Nacional actúa desde sus tres áreas específicas y clásicas: Investigación, Docencia y Extensión,

desde la Reforma Universitaria del 18’ y según el Estatuto Universitario que la rige. Así aparecen las conocidas y necesarias secretarías, becas, subsidios, cargos, funciones, presupuestos y recursos materiales asociados a cada una de ellas pero, claro está, lamentablemente por separado.

Docencia: en aulas. Investigación: en laboratorios. Extensión: en empresas o en barrios carenciados, confrontando

la cara y la seca de una sociedad consumida. Como universitario expreso que deseo que se abran más aulas y laboratorios cada día, y que cada día más miembros

de nuestra sociedad accedan a nuestro sistema educativo, aunque este no se modificara en lo más mínimo. Sin embargo… En nuestra Universidad Nacional, estas tres áreas generalmente aparecen en sus formas "puras", es decir:

desarticuladas y separadas, resultado de actitudes deliberadas y ostensibles de lo instituido. También en nuestra universidad existen proyectos en los que espontánea y naturalmente estas tres áreas aparecen

no solo articuladas sino hasta fundidas en esencia y acción. Sus protagonistas deben, no con poco esfuerzo y hasta dolor, desmembrar su trabajo en cada presentación académica en busca de cargos, becas y subsidios. Ellos, la excepción, deben adecuarse a lo general: lo instituido.

Según Jaks Lacan, las psicosis resultan de un ser desarticulado entre sus tres formas esenciales: lo real, lo

imaginario y lo simbólico. No del desarrollo específico de ninguna de ellas sino de su desarrollo desarticulado, “desatado”.

DEJEMOS DE LLORAR SOBRE EL NUDO DESATADO

179Es indispensable recuperar la perdida “salud mental” universitaria y, tal vez, un camino sea: identificar, relevar,

promover y acompañar los proyectos de excepción antes referidos, a través de una Secretaría de Integración Universitaria o de un Programa específico desde la Secretaría General.

Sino, sigamos llorando sobre el nudo desatado.

INTRODUCCIÓN, DESARROLLO ANALÓGICO Y PROPUESTA. TODO EN UNO:

Desde su hegemónica modalidad analítica, nuestra cultura descompone en partes el todo para clasificar sus partes

componentes, evaluarlas, mejorarlas y volver (cuando nos acordamos de ello) a armar el viejo modelo inicial, con la dificultad inesperada de que sus partes ya no son las que fueron y, por lo tanto, el modelo nuevo suele no reconocer al anterior que le dio origen.

El análisis, junto a los conocimientos específicos de las especialidades, surge cada vez más como acto reflejo de

nuestro intelecto dominante, vehiculizado por caminos institucionales que reciben el reconocimiento social, sólo si se transita por ellos. La síntesis, en cambio, aparece olvidada, descalificada como “poco objetiva”, carente de profundidad científica, ligada más a saberes populares que a lo instituido y, por tanto, no propia de los claustros universitarios, con la sola excepción (para confirmar la regla) de los modelos de simulación.

Claro está, el reconocer, identificar y conocer las partes de un todo, puede aportar al conocimiento de su

funcionamiento y permitirnos su mejor aprovechamiento. No obstante, cuando una persona o la institución en la que trabaja obsesionan la construcción del conocimiento por esta vía, y lo llegan a hacer como respuesta fuertemente condicionada a estímulos externos, podemos decir que estaríamos ante un Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC).

Desde esta interpretación sería fácil comprender por qué el invertir en ese grado de conocimiento suele no llegar a

transformar positivamente nuestras vidas. Más aún, puede darse el caso evidente en que la persistencia de tal TOC llegue, en casos extremos, a perjudicar la calidad de vida de la persona o de la institución que lo sufre.

180Jaks Lacan plantea que las psicosis resultan de un ser desarticulado entre sus tres formas esenciales: lo real, lo

imaginario y lo simbólico. No del desarrollo específico de ninguna de ellas sino de su desarrollo desarticulado, es decir: “desatado”.Tal idea la plasma gráficamente en el Nudo Borromeo y sus tres aros, fuertemente integrados en un nudo. Esquema síntesis en el que cualquiera de sus partes (o aros) faltante, “desata” el nudo. Para Lacan las partes del todo no solo son necesarias sino indispensables, pero, su sola existencia no es suficiente para evitar la psicosis: sí o sí deben estar “anudadas”, integradas, y cuando no lo están el terapeuta debe actuar como “aro integrador”.

Carl Perls señala “el darse cuenta” como el inicio del camino a la posible superación de un bloqueo. Más allá de

encontrarnos frente a comprender lo que nos sucede, “el darse cuenta” nos toma por detrás de nuestras barreras argumentativas; las mismas que nos excusan ante lo que debemos cambiar, pero no cambiamos. Así, declarar el interés por cambiar algo que identificamos no deseable puede ser solo un ensayo discursivo.

Enrique Pichón Rivière destaca la importancia de los Grupos Operativos a la hora de tratar una comunidad con algún

desequilibrio. El GO se constituye en el vehículo que recompone relaciones entre las personas y de ellas con su realidad y circunstancia. Resignifica y revaloriza la trama social a través del trabajo colectivo, donde los roles y funciones confluyen en la praxis como canal de materialización objetiva.

Edgar Moren se introduce en el estudio de la complejidad y nos permite interpretar de sus trabajos que a la

complejidad se la debe abordar desde la complejidad misma, so pena de caer en reduccionismos que luego no podrán ser integrados.

Desde nuestra Universidad Nacional se proyectó en 1918 una visión revolucionaria que en pocos años se extendería

por todo el continente. Aparecía en ella la tercer pata (la extensión) de una mesa que al negarla ya no se mantenía en pie frente a la sociedad a la cual debía su existencia. Así, actúa hoy desde sus tres áreas específicas y clásicas: Investigación, Docencia y Extensión pero desde sus formas "puras", es decir: desarticuladas y separadas (asumamos que sin proponérselo) resultado de actitudes que deliberadamente reproducen lo instituido negando cambios de fondo, como por ejemplo: presupuestos separados para cada una de ellas, becas de investigación desde las que no se debe hacer extensión, becas de extensión desde las que no se debe hacer investigación, subsidios para extensión pero no para investigación, subsidios para investigación pero no para extensión, y cargos docentes que deben hacer de todo, claro

181está, en ese marco. Recuerdo cuando en los 80’ debíamos ocultar las tareas de extensión por considerarse de bajo nivel académico. Cabría preguntarse si esta visión aún no sigue vigente, o si, por ejemplo, la asignación de recursos a cada una de ellas refleja o no lo planteado.

¿Cómo nació y en qué momento la desconexión y reduccionismo hasta parcelario que llevó a nuestra universidad a

pensar, actuando en consecuencia, que la mejor forma de “hacer” universidad era de tres formas distintas y a la vez distantes?¿Cual ha sido el desencadenante?¿Seguiremos llorando sobre el nudo desatado?¿Estaremos “encerrados” en un TOC que nos hace creer en el procedimiento cuasi ritual de lo instituido para garantizar nuestro bienestar?¿Nos daremos cuenta en realidad y saldremos de las prácticas meramente discursivas que reclaman integración?¿Cómo recomponer el todo convergiendo desde partes disociadas y divergentes?¿Nos inmoviliza el todo?¿Seremos “todo fóbicos”?

Tal vez debamos comenzar por aceptar que nuestra universidad, y nosotros en ella, padecemos de una psicosis por

la que disociamos la realidad y, peor aún, nos disociamos también de ella. En este escenario existieron y existen proyectos “sanos” en los que espontánea y naturalmente estas tres áreas

aparecieron y actualmente aparecen no solo articuladas sino hasta fundidas en esencia y acción. Ellos, la excepción, debieron travestirse, adecuarse a lo general o instituido, para persistir en el marco académico. Aunque fieles a sus áreas de conocimiento, estrategias, ideología y compromiso social, debieron desmembrar su trabajo cada vez que hacían una presentación asociada a doctorados, cargos, becas o subsidios, tanto para solicitarlos como para sus periódicos informes académicos. En estos grupos de trabajo se ha desarrollado y manifestado una especial resiliencia y capacidad adaptativa para continuar trabajando desde el “sub mundo” universitario, presentando un hígado allá, una pierna aquí y una oreja en otra oportunidad, todo bien rápido para armarse luego y seguir trabajando, como si nada hubiera pasado.

Si tomamos estos grupos desde el concepto Pichoneano de Grupo Operativo, si trabajamos desde “el darse cuenta”

en el resto de la comunidad universitaria, si “desrritualizamos” los procedimientos y los abrimos a nuevas posibilidades que nos ofrecerán nuevos bienestares, si atamos el nudo desatado con (por ejemplo) una Secretaría de Integración Universitaria que identifique, releve, acompañe y promueva proyectos y acciones integradas del ser universitario, entonces estaremos en un camino promisorio y también, por qué no, muy difícil.

182Por caso, en diciembre de 1999 por Resolución 632 del HCS-UNC se crea el Programa sobre Recursos Humanos

“Aula Abierta sobre el ambiente de Montaña (AAdeM)”. Aún antes de su creación, desde 1997, viene trabajando en este sentido conformando su base de datos, marco teórico y caudal de experiencias en la comunidad universitaria local, nacional e internacional, y también en la comunidad extra universitaria del ambiente de montaña en general.

La Propuesta: tomar la excepción para construir desde ella una generalidad que recupere al ser universitario, ese,

que nunca debió desintegrarse. Porque… la salud, también contagia.

Nudo BORROMEONudo BORROMEO

EE

II

DD

Secretaría de

Integración Universitaria

183

En el sistema cultural hegemónico (nacido en la antigua Grecia hace más de 2500 años) se toman decisiones que, en forma de retroalimentación “positiva”, se refuerzan a sí mismas constituyéndose en paradigmas, dogmas e instituciones rectoras no solo de la educación y del pensamiento sino también de la misma integridad de la persona humana. Situación que no tardó (en el marco de la evolución del pensamiento) en confrontar ideas, escuelas y modos de concebir la realidad. Tal el caso, en aquel remoto origen, entre los sofistas y Sócrates primero, y entre el Racionalismo y el Empirismo después, surgidos estos últimos desde el continente europeo y del Reino Unido respectivamente al promediar el siglo XVII.

Si recordamos aquello de “cogito, ergo sum” o:“pienso, luego existo”, propuesto por el filósofo francés René Descartes, veremos que se constituye en una pieza fundamental del racionalismo occidental presentado en 1637 en su obra Discurso del método. Es fácil así comprender que el sostenido abordaje antropocéntrico de cualquier problema y aún de su problemática asociada, nos sigue ubicando como factotums todo pensantes en una posición a veces vecina involuntariamente a lo teológico y siempre hundida en reduccionismos, lejanos de la complejidad de los sistemas y mucho más de las circunstancias en que pretendemos abordarlos.

El conflicto sostenido entre alternativas diferentes y hasta opuestas de modos de actuar y de reflexionar sobre lo hecho o por hacer, se desarrolló en un campo de batalla poco apreciable y muy sensible al transcurrir de la refriega: EL SER, que ya maltrecho y desintegrado, estrecho y dicotómico (como si sólo dos fueran las únicas alternativas a un dilema dado) no puede acercarse a la multiplicidad de escalas y grados de complejidad que constituyen la realidad en que vivimos.

LA EDUCACIÓN QUE TUVIMOS Y LA QUE BUSCAMOS

184Carl Sagan explica la cuarta dimensión desde un ejercicio imaginario que nos propone habitantes de “tierra plana”.

Autolimitados en nuestras capacidades no tardamos en ser dominados solo por anchos y largos, sin posibilidad de apreciar ni siquiera nuestra propia altura. De igual manera, las escalas de percepción y las diferentes y estancas áreas de conocimiento, retan a nuestra posibilidad de comprender aquello para lo cual parece que no hemos sido dotados. En especial las diferentes escalas témporo espaciales en que crece el conocimiento, definen “campos de juego” con leyes y límites tan potentes y estrictos como mezquinos y negados a aquello que los supere.

Si unos perros aullaron desesperados y luego ocurrió un terremoto, decimos: lo adivinaron. En realidad lo sientieron antes que nosotros que, negados a nuestra percepción, nos queda esperar sentirlo en carne y hueso cuando ya lo tenemos encima o, para mejor decir: debajo. Después de lo cual nos disponemos a solucionar sus consecuencias, a veces con grandes y evitables costos en vidas humanas.

“…insípida, inodora e incolora…” ¿Les suena conocido esto? ¿Nos estarían diciendo con eso que no la podíamos sentir? Sí. También nos negamos a percibir al agua, aún cuando compone en promedio a nuestro cuerpo en más del 70% y en más del 80% a nuestro cerebro. Los rabdomantes saben de esta auto limitación y, sin hacerle caso, determinan dónde hay agua y a qué profundidad, debajo del suelo. No la ven pero la perciben.

Quienes habitaron hasta la mitad del siglo XV imaginaron un abismo dominado por monstruos voraces que rodeaba los límites de una tierra semiesférica sostenida por una tortuga gigante. Qué gran verdad!!!

Ante tal estado de situación surge necesaria una integración de conocimientos para construir saberes, válidos como herramientas dinámicas y versátiles, afines a las problemáticas ambientales que dominan nuestra calidad de vida en particular y la calidad ambiental del planeta en general.

En otro orden, la ciencia se caracterizó por tomar como objetos de estudio a aquello que está fuera de nosotros mismos, relegando el conocimiento del ser propio, del grupal y colectivo como si fueran agujeros negros carentes de participación, sustancia y responsabilidad directa en ellos. Así, la introyección es una de las dimensiones prácticamente ausentes en los abordajes científicos y técnicos al tratar sobre problemáticas ambientales.

Antiguas necesidades exponen a gritos nuevos caminos para andar esta tierra que, en esencia, es la misma que caminaron nuestros primeros antecesores, esos de “LA GRAN CAMINATA”, hace ya más de 2.000.000 de años.

185Los conflictos asociados a la escasez de recursos en general y muy en particular del agua, evidencian

medularmente a la política del desarrollo desfilando modelos sobre una pasarela sostenida por todos… o casi todos, para ser elegidos por los pocos de siempre.

Es hora de liberarnos de semejante carga y de ocupar no solo los sillones de la decisión sino la senda de la acción concreta, construyendo desde lo colectivo y personal aquello que requiere la sociedad toda.

Tal posición en defensa de la vida no será carente de lucha. Hasta el mismísimo Jesús dijo: “No he venido a traer paz sino lucha…” Según Mateo El arte que la sustenta debe priorizar evitar el enfrentamiento ante cualquiera sea nuestro oponente. Ese arte requiere manejarnos en el tiempo y el espacio de manera de ofrecer solo blancos móviles, de poder observar y observarse sin ser visto y de superar en número hasta a los adversarios más numerosos.

El caudillo salteño Don Martín Miguel de Güemes vistió con ponchos los cardonales puneños para, según dicen: “acrecentar sus fuerzas ante los realistas”. Tal vez fue así, o tal vez esos cardones eran su ejército. Tal vez sea tiempo de salir a vestir cardones. Tal vez sea tiempo de animarse a ser más. Tal vez solo así haremos más. Pero… sea como sea la lucha ambiental, junto a aquella eterna entre el bien y el mal, ya no espera, el campo de batalla somos nosotros, no podemos hacernos a un lado y dejar pasar el combate. Está adentro nuestro.

Bibliografía y o webgrafía sugerida.

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único. Redes, Universidad Nacional de Quilmes, pp 95-115. 2. ANDER-EGG, E. 1990. La práctica de la animación sociocultural. Instituto de Ciencias Sociales Aplicadas (ICSA).

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Educación de la Nación. Edit. Manatial, Capital Federal, Argentina. 238 pp. 5. AROCENA, R; SUTZ, J. 2001. La Universidad Latinoamericana del futuro, UDUAL, México, 365 pp.

1866. CEPAUR y FUNDACIÓN DAG HAMMARSKJÖLD. 1986. Desarrollo a escala humana: una opción para el futuro.

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Ciencia, Tecnología, Sociedad e Innovación, no. 3, mayo-agosto. Consultado en www.campus-oei.org/salactsi 9. DAGNINO, R; THOMAS, H. 1997. La política científica y tecnológica en América Latina: nuevos escenarios y el

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Editorial Academia, La Habana, 2000, pp. 12-19. 11. DECLARACIÓN SOBRE LA CIENCIA Y EL USO DEL SABER CIENTÍFICO. La ciencia para el siglo XXI: una nueva

visión y un marco para la acción, Editorial Academia, La Habana, 2000, pp. 32-52. 12. GALLOPIN, G. (et. al ) 2001. Una ciencia para el siglo XXI: del contrato social al núcleo científico. Revista

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ensayos, 21 láminas con esquemas a color pleno y 14 fotos. www.aulademontana.org 24. PICHÓN RIVIERE, E. 1985. El Proceso Grupal. Del psicoanálisis a la psicología social. Nueva Visión, Buenos Aires,

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188

Sección VI: MÁS FIGURAS DEL TIAM

189

LOS 10 “FUNDAMIENTOS” DEL TIAM. 1. El ambiente de Montaña de la Provincia Córdoba, Argentina, cubre 30.000 Km2 representando el 20% de su territorio

provincial

2. El 42% de los Departamentos de la Provincia pose e ambiente de Montaña

3. El ambiente de Montaña de la Provincia almacena unos 2.000 Hm 3 de su agua superficial

4. El 100% de los principales ríos de la Provincia nacen en su ambiente de Montaña: Los ríos... SUQUIA, XANAES, TA LAMOCHITA, CHOCANCHANAGUA y POPOPIS

5. 570.000.000 de personas en el mundo viven en 30. 000.000 Km2 de ambiente de Montaña (*)

6. El 75% de los países del mundo tienen ambiente d e Montaña (*)

7. En 1950 había 5.000 presas en el mundo. Hoy ya a scienden a más de 38.000 . Incremento que mayoritar iamente se

radicó en ambientes de Montaña (*)

8. Quienes se dediquen a estudiar sobre el ambiente de Montaña, estarán en posibilidad de conectarse c on un importante mercado laboral de 570.000.000 de person as

9. En la resolución de problemas ambientales de Mon taña, las indispensables y clásicas áreas del conoc imiento

asociadas con los recursos naturales, las actividad es productivas y servicios, deben integrarse y nut rirse junto al rescate de las culturas locales, de la historia no escrita y de la memoria del poblador local.

10. La mitad de la humanidad vive río abajo de las cuencas de Montaña (*). Esto señala un panorama alt amente

desventajoso para estas tierras altas que, tal vez por su baja densidad de sufragantes, presente en n uestro país severas carencias de una presencia institucional de finida y comprometida con el tratamiento y solución de su problemática ambiental.

Así pues se plantea el estudio, tratamiento y manej o de las problemáticas ambientales de nuestro ambie nte de

Montaña de la provincia, tendiendo al mejoramiento de la calidad de vida de sus pobladores, la recuper ación ambiental de sus cuencas, y promoviendo su desarrollo regional s ustentable.

Derek Denniston. 1995. Máxima Prioridad: La conservación de los ecosistemas de montaña.

Cuadernos Worldwatch. Worldwatch Institute. Bakeaz. Bilbao España. 91 pgs.

190

1974 – Cre ación del Cent ro de Ecologí a y Rec urs os Nat ural es Renov ab les (CERNAR) “D r. R ic ardo Lut i” de l a UNC

LINEA CRONOLOGICA DEL TIAM

1 990 – Creaci ón de l a Reserv a Na tural de Vaqu ería s (RNV) de l a UNC

1997 - 1 º Curso de Introdu cción al Ambien te de Mon taña CER NAR -RNV-FCA

1998 - 2º Curso de Introducc ión al Amb iente de Montaña CERNAR-RNV-F CA

1999 - El HCS de l a UNC c rea el Aula Abiert a so bre el am biente de Monta ña (AAd eM)

2001 - T IAM1 - Pri mer T all er de Introducci ón al Amb ien te de Montañ a del AAdeM, en El D iqu ecito

2002 - T IAM2 - Seg undo Ta lle r de I ntroducció n al Ambi ente de M ontaña del AAd e M , e n Yacan to de Ca lamuchi ta

2 003 - TI AM3 - T ercer T all er de Introducci ón a l Amb ient e de Monta ña de l AAdeM, en San J avier-La s Rosas de Trasl asie rra s

20 04 - TI AM4 - Cu art o Tal ler de In tro ducción al Ambi ente de Mo ntaña del AAde M , en Lo ma Bola de T ra slasi er ras

2005 - TI AM5 - Tal l er I ntern o de Act ual iz ación Metod oló gi ca del AAdeM, en la s s ier ras de Córd oba, par a el e quipo Coor din ador de l os TI AM

20 06 – TI AM6 - Sexto T all er de Int roduc ción al Ambi ente de Mo ntaña del AAde M , en Cruz de Caña Dpt o. Cruz del E je

2007 y 2 008 – T IAM7 – Sép t imo T all er de Introduc ción al Ambient e de Mon taña d el AAde M , en La Cal era Dpto. Col ón

20 08 – TI AM8 – Oc tavo Tal ler d e Introducc ión al Ambie nte de Montañ a del AAde M , en San is idro y La Q uinta na Dpto. Calamu chita

En 200 9 y 2 010 segu ir í an los T IAM 9 y 10 en Agua de O ro y La Pam pa (Ascoc hinga)

191

Proceso educativo del Taller de Introducción

al Ambiente de Montaña TIAM

192

Localidad X

Año 200X

Aula Abierta de Montaña (AAdeM)

Gestiones y Acciones Estables del AAdeM en la Localidad A

fase

5 fase

4 fase

3 fase

2 fase

1

Un Ciclo Anual del Taller de Introducción al Ambiente de Montaña (TIAM)

Aprobación endiciembre de 1999

Resolución 632 del HCS

El TIAM en la Planificación del AAdeM

193

-Prediagnóstico Participativo de la Comunidad -Anteproyecto de tratamiento de la Comunidad para el mejoramiento de su Calidad de Vida

-Difusión en la comunidad -Posibilidades de “conexión” entre los Paises -Áreas del conocimiento asociadas a los Paises -Problemas de comunicación entre ASAM

-Efectividad en el mejoramiento de la Calidad de Vida -Factibilidad de realización -Carácter participativo -Consenso en la comunidad -Carácter Multisectorial

-Compromiso personal -Coherencia en la acción -Creatividad ante la escasez de recursos -Capacidad de gestión -Perseverancia y continuidad en la acción

-Movilización y deseos de cambio -Iniciativas comunitarias -Acción solidaria -Tamaño poblacional reducido (menor a 2000 habitantes)

Elaborar un Documento junto a la Comunidad

Acompañar la iniciación, realización y/o articulación de los Paises

Identificar en cada ASAM su Proyecto y/o Idea Solidaria Sustentable (Pais)

Identificar en la Comunidad sus Actores Sociales Auto Motivados (ASAM)

Seleccionar la Comunidad con la que se trabajará

fase

5 fase

4 fase

3 fase

2 fase

1

Un Ciclo Anual del TIAM

Finalidad

Aspectos a Considerar

194

10 POR QUÉ para el Ciclo Anual del TIAM: 1. Evita la aparición de “Eruditos” que polaricen el

desarrollo del trabajo. Todos somos “recién llegados”.

2. Evita la dependencia afectiva entre pobladores locales y miembros del TIA M, al no darse tiempo para ello.

3. Avanza sobre la incertidumbre al sentirse la necesidad de opinar y de actuar aún antes de tener tiempo de adquirir certezas, tras la convicción de que la realidad avanza más rápido que el conocimiento que podemos tener de ella.

4. Abre posibilidades de inserc ión laboral de los miembros del TIA M en cada cambio anual de localidad, ampliando el mercado laboral en forma sostenida.

5. Alienta el protagonismo de la población local, al no darse tiempo para que los miembros del TIA M se “hagan cargo” de algún problema de la comunidad.

6. Dinamiza y nutre al funcionamiento del AA dedededeM. Aporta a su Masa Crítica al incrementarse progresivamente la disponibilidad de recursos humanos , en base a fuertes lazos asociados a expectativas de logros comunes.

7. Rescata la Diversidad Ambie ntal de la Región y no solo la de una localidad en particular. Propone un proceso amplio y diverso.

8. Aprovecha la dinámica cultural del “balance anual”, sobre la base de una predisposición favorable a “cerrar” procesos con esta frecuencia.

9. Alienta la c ontinuidad en la participación de los miembros que, críticamente, deseen mejorar su protagonismo en el TIA M siguiente.

10. Plantea un plazo intermedio entre “Lo Académico” y “Lo Profesional” en cuanto a los tiempos disponibles para plantear y resolver una pla nificación transdisciplinaria sobre un ambiente dado.

195

-

El Taller de Introducción al Ambiente de Montaña (TIAM) y su proyección en el Aula Abierta de Montaña (AAdeM).

La Trama Social Espontánea: reconocimiento y puesta en valor

entre “extraños que no son ajenos”

TIAM1 El Diquecito 2001

TIAM2 Yacanto 2002

TIAM3 San Javier 2003

TIAM4 Loma Bola 2004

Taller Interno de

Auto capacitación y Metodología:

Consolidación del Equipo

Coordinador y actualización de

su marco teórico y de

recursos didácticos a

emplearse en los TIAM

futuros.

Primer contacto

del Equipo Coordinador en el desarrollo del

TIAM: Puesta en

marcha de lo propuesto en el

TIAM5. Fortalecimiento del proceso de

Educación entre Pares.

TIAM5

Otra población 2005

TIAM6 Cruz de Caña 2006

4 10 7 6 - 5

En total, considerando el TIAM7y8, ya son 37 los

Actores Sociales Auto Motivados (ASAM) identificados hasta diciembre de 2008

196

ESQUEMA SIMBÓLICO DE LA DINÁMICA DE PROGRESIÓN EN LOS RECURSOS HUMANOS VINCULADOS AL TIAM

2003 2002 2001 2000

Coordinación

Docentes

Referentes de San Javier de Traslasier ras

Coordinación

Docentes

Referentes de Yacanto

Estudiantes del TIAM 2

Coordinación

Docentes

Referentes de El Diquecito

Estudiantes del TIAM 1

Estudiantes Fundadores

Estudiantes del TIAM 3

Coordinación

Docentes

2004

Referentes de Loma Bola de Traslasierras

Estudiantes del TIAM 4

Coordinación

Coordinación

Docentes

2005

Nuevos Referentes de Las Sierras

Cursantes del TIAM 5

197

TEMA TRANSVERSAL DEL AAdeM

LA ESPACIO TEMPORALIDAD DEL HOMBRE

CONTINENTE SOPORTE Y CAMPO DE JUEGO DE COMPLEJAS RELACIONES ENTRE UNA SOCIEDAD DADA Y LA NATURALEZA CON LA QUE SE RELACIONA

RELACIÓN DINÁMICA QUE ATRAVIESA UNA SUCESIÓN CONTÍNUA DE ESCENARIOS DIFERENTES SOBRE UN MISMO SITIO, CON TENDENCIAS Y RELACIONES CAUSALES DETERMINANTES DE NUEVOS ESCENARIOS Y DE LA RESIGNIFICACIÓN DE LOS YA PASADOS

ANIMAL SOCIAL CON CAPACIDAD DE RESIGNIFICARSE INDIVIDUAL Y COLECTIVAMENTE, EN RELACIÓN A SÍ MISMO, A LOS OTROS Y A LO OTRO QUE ASUME HABITAR

198

SSSeeecccccciiióóónnn VVVIIIIII::: GGGAAALLLEEERRRÍÍÍAAA DDDEEE FFFOOOTTTOOOSSS

199

Como Útero y Embrión.

La montaña nos abriga y proyecta. El camino es nuestro.

200

Una ventana al Pan de Azúcar,

el cerro destacado del

fondo. Hace miles de años alguien lo

vio así por primera vez. Nos sentíamos

invitados. Los anfitriones nos hablaron. La casa toda

bullía de actividad. Los niños… corrían. Antes de

dejarlos, nos pidieron que

mantuviéramos su secreto.

201

Sus sonidos

convocan a diario la conexión con la vida, lo

espiritual y nuestro interior

proyectado hacia el otro.

Cascada

de Bamba. Campana

(del 1900) desde el

campanario de la

Iglesia de La Calera

202

Las dinámicas grupales y la indagación,

herramientas de nuestro trabajo, nos

llevan a momentos de

gran concentración.

Cuando se trata de

ir a campo... Llegamos. Como sea,

pero llegamos. También con

humor.

203

Desde la libertad del vuelo de un ave en los espacios verdes incorporados a la ciudad…

(Isla de Los Patos, Dique Mal Paso, La Calera, Dto. Colón, Córdoba)

… A la limitación y confinamiento impidiéndose el acceso de la comunidad a las cumbres que la rodean.

(Vista de La Calera desde zonas cumbrales dominadas por barrios cerrados y countries)

204

““““““““UUUUUUUUnnnnnnnn ppppppppeeeeeeeeqqqqqqqquuuuuuuueeeeeeeeññññññññoooooooo ccccccccuuuuuuuueeeeeeeerrrrrrrrppppppppoooooooo ddddddddeeeeeeee eeeeeeeessssssssppppppppíííííííírrrrrrrriiiiiiiittttttttuuuuuuuussssssss ddddddddeeeeeeeecccccccciiiiiiiiddddddddiiiiiiiiddddddddoooooooossssssss yyyyyyyy aaaaaaaannnnnnnniiiiiiiimmmmmmmmaaaaaaaaddddddddoooooooossssssss ppppppppoooooooorrrrrrrr uuuuuuuunnnnnnnnaaaaaaaa ffffffffeeeeeeee iiiiiiiinnnnnnnneeeeeeeexxxxxxxxttttttttiiiiiiiinnnnnnnngggggggguuuuuuuuiiiiiiiibbbbbbbblllllllleeeeeeee eeeeeeeennnnnnnn ssssssssuuuuuuuu mmmmmmmmiiiiiiiissssssssiiiiiiiióóóóóóóónnnnnnnn,,,,,,,, ppppppppuuuuuuuueeeeeeeeddddddddeeeeeeee aaaaaaaalllllllltttttttteeeeeeeerrrrrrrraaaaaaaarrrrrrrr eeeeeeeellllllll ccccccccuuuuuuuurrrrrrrrssssssssoooooooo ddddddddeeeeeeee llllllllaaaaaaaa hhhhhhhhiiiiiiiissssssssttttttttoooooooorrrrrrrriiiiiiiiaaaaaaaa........””””””””

MMMMMMMMaaaaaaaahhhhhhhhaaaaaaaattttttttmmmmmmmmaaaaaaaa GGGGGGGGaaaaaaaannnnnnnnddddddddhhhhhhhhiiiiiiii

205

Como El Fenix FFuuee eenn llaa ttaarrddee ddeell 2211 ddee jjuulliioo ddee 22000066,, CCiiuuddaadd UUnniivveerrssiittaarriiaa,, CCóórrddoobbaa,, AArrggeennttiinnaa.. LLooss pprreessiiddeenntteess FFiiddeell CCaassttrroo yy HHuuggoo CChháávveezz ddiirriiggiieerroonn ssuu ppaallaabbrraa aa mmiilleess ddee aassiisstteenntteess.. UUnn cceenntteennaarr ddee bbaannddeerraass ppaarreecciieerroonn rreessuucciittaarr.. UUnnaa iinnccrreeííbbllee ccaannttiiddaadd ddee bbaannddeerraass AArrggeennttiinnaass yy WWiippaallaass ffllaammeeaarroonn jjuunnttoo aa eessttaa..

206

EEEEEEEEllllllll ssssssssiiiiiiiinnnnnnnn FFFFFFFFiiiiiiiinnnnnnnn

OOttrraa VVIISSIIÓÓNN,, yyaa eessttáá eenn mmaarrcchhaa..

¡¡¡¡¡¡AAMMAASSIIAA:: aalllláá vvaammooss!!!!!! ¡¡AAlllláá ssii qquuee hhaabbrráá mmuucchhoo ppaarraa aannddaarr!!

P.D. (solo para el lector): Para contactarse con un “Aulero” (como nos solemos nombrar) basta con acercarse y participar de organizaciones de base que estén peleando por el derecho inalienable de defender nuestro ambiente, desde la base de la justicia social y con la firme convicción de vivir momentos en los que debemos decidirnos a decidir. Allí nos encontrarán. Allí te encontrarás.

“No he venido a traerles paz sino lucha” Palabras del Señor Jesús de Nazaret (Mateo 10:34)

“Porque sabemos que toda la creación gime a una

y a una gime con dolores de parto” Pablo a los romanos (Romanos 8:22)

Que Dios acompañe nuestro andar y nos haga Libres para libertar, sanos para sanar y salvos para salvar.

Que así sea.

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““UUnn ppeeqquueeññoo ccuueerrppoo ddee eessppíírriittuuss ddeecciiddiiddooss yy aanniimmaaddooss ppoorr uunnaa ffee iinneexxttiinngguuiibbllee eenn ssuu mmiissiióónn,, ppuueeddee aalltteerraarr eell ccuurrssoo ddee llaa hhiissttoorriiaa..””

MMaahhaattmmaa GGaannddhhii

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y envíame una copia a [email protected] . Gracias por participar de la difusión de esta obra.

Atilio y Albio