El ideal de progreso y las prácticas de lo escrito en el contexto de Vicente Grez y su Antonio...
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Universidad de Chile
Facultad de Artes
Departamento de Teoría e Historia del Arte________________________
El ideal de progreso y las prácticas de lo escrito en el contexto de Vicente Grez y su Antonio Smith (Historia del
Paisaje en Chile)
Seminario: Fuentes documentales en la historiografía del arte chileno.
Profesor: Gonzalo Arqueros
.
Alumno: Raúl Figueroa Urra
Fecha: 07/12/2012
Antonio Smith (Historia del paisaje en Chile), libro escrito por Vicente Grez, publicado en
1882 por el Establecimiento Tipográfico de la Época, como producto cultural que es, nos
exhibe las condiciones materiales de existencia de la época en que este fue producido. En
efecto, el libro que es objeto del presente ensayo se muestra como manifestación de la
nueva sociedad intelectual que se ha conformado a fines del s. XIX en Santiago, como bien
lo expresa el mismo autor:
“Los tiempos eran escepcionales i brillantes para abrazar una carrera artística. Una
poderosa corriente intelectual lo removía todo, hombres e ideas, despertando un
entusiasmo vivísimo cuanto significaba un progreso del espíritu. Se trataba de rehacer
con elementos nuevos nuestro viejo organismo social. Se atravesaba la aurora de una
vida de inmensas esperanzas.”1
Resulta relevante destacar este pasaje, puesto que el autor engloba dentro de un
mismo párrafo, los distintos aspectos que permiten construirnos una idea del estado del
Arte y la sociedad de la época finisecular que está vinculada con este, específicamente la
nueva clase intelectual surgida durante las últimas dos décadas del s.XIX, las que
interpretaran un papel importante dentro de la producción cultural concentrada en Santiago
durante ese periodo. En este sentido, resultan elocuentes las palabras de Bernardo
Subercaseaux, que en su Historia del libro en Chile exhibe que tras los intentos fallidos
por incentivar la lectura en Chile después de la independencia – lo que estaba en estricta
relación con las ideas progresistas de la Ilustración europea y la mazonería americana –
solo después de 1840 con la entrada en funcionamiento de la Universidad de Chile y la
Escuela de Preceptores se comenzarían a evidenciar los primeros cambios dentro de las
practicas de lectura de la sociedad chilena.
Es así pues que el presente ensayo se propone dar cuenta de cómo Antonio Smith
(Historia del paisaje en Chile) se presenta no solo como una biografía sobre un pintor,
sino también como un documento que nos hace posible construir lo que Roger Chartier
define como una representación de un pasado que ya no se encuentra presente, por ende,
un discurso histórico. Asimismo, las nociones artísticas expuestas y que se encuentran
dentro del corpus narrativo del libro, hace imperativo un análisis de este, desde la
1 Grez, Vicente, Antonio Smith (Historia del paisaje en Chile), Establecimiento Tipográfico de la Época, Santiago, Chile, 1882, pg. 19.
perspectiva de aquella disciplina que Julius Von Schlosser define con el nombre de
“Literatura Artística” y poner en evidencia las relaciones que vinculan el texto de Vicente
Grez con esta disciplina.
Vicente Grez, la novela y el discurso histórico.
Roger Chartier a través de su obra ha manifestado la discusión que se ha
desarrollado en torno a la producción historiográfica, aquella que tiene que ver con la
relación entre relato histórico y relato de ficción, historia y memoria. Esta discusión no
resulta inocente en la medida que se pregunta por las condiciones de producción del
discurso histórico y sus pretensiones de veracidad. “¿La “verdad” que produce [el relato
histórico] es diferente de la que producen el mito o la literatura?”2 La pregunta planteada
por Chartier en su libro La historia o la lectura del tiempo se entiende en la medida que se
tienen en consideración no solo las discusiones desarrolladas a partir de los años 70’ con el
advenimiento del discurso post-modernista, si no que son parte de la discusión comenzada
a principios de siglo XX, la cual fue planteada por instituciones como la Universidad de
Estraburgo a través de su publicación Annales d'histoire économique et sociale de la cual
Chartier es tributario.
De esta manera podemos vislumbrar como la obra de Vicente Grez se introduce
dentro de esta discusión acerca de la veracidad, la memoria y el discurso de ficción. El
relato construido por Grez manifiesta la influencia de un género literario que no es propio
del discurso histórico y está más cercano a la novela, a la que Grez es aficionado y
también productor, lo que se ve ratificado en 1887 con la publicación de su novela El ideal
de una esposa. De igual manera, la ordenación del corpus narrativo sigue la línea de las
novelas de folletín, en donde los capítulos carecían de un titulo y solo eran numerados.
Resulta llamativa esta última cuestión, en la medida que refleja las transformaciones en las
prácticas de lectura que se habían producido durante los últimos cuarenta años en Chile.
En este sentido es menester recordar lo expuesto por Bernardo Subercaseaux relativo a la
introducción de folletines y novelas en las “bibliotecas populares” fundadas a partir de
1945 por gestión de Domingo Faustino Sarmiento: “[…] la defensa que Sarmiento hace
del folletín, la lleva a cabo precisamente desde el punto de vista de “la batalla de la
2 Chartier, Roger, La historia o la lectura del tiempo, Editorial Gedisa, Barcelona, España, 2010, Pg. 22.
civilización”. Se trata para él de un género que excita curiosidad e incita a leer.”3 Bajo
esta bandera se inserta el texto de Vicente Grez, cuyo formato (en su versión de 1910
editada por la Imprenta Artística Nacional) no superaba los 12 x 17 cm, donde el papel y
su tipo de encuadernación, respondían a una intención de distribución mayor y más
accesible para la población. El tener en cuenta el formato en el cual se distribuían este tipo
de textos es fundamental para entender la relación entre estos y la sociedad en cual se
producen.
Roger Chartier entrega una interesante perspectiva en cuanto a la relación entre la
producción de “literatura popular” y los formatos en que esta literatura se divulga4. Este
acusa que los nuevos formatos que se desarrollaron y que produjeron una “literatura
popular” como lo fue la Bibliotèque blueue en Francia, los Chapbooks ingleses y los
pliegos de cordel en España, en ninguna manera son reflejo de los cambios de mentalidad
o de visión de mundo de los lectores, por el contrario, los nuevos formatos de divulgación
que fueron adoptados por esta “literatura popular” deben ser entendido como:
“[…] modelos de comportamiento, como un conjunto de representaciones que son otro
tanto de normas imitables…Lejos de reflexionar la mentalidad pre-existente de lectores
que se reconocerían en los textos que les son propuestos – y por ellos los amarían – los
libros de buhonería (venta ambulante) serían instrumentos de inculcación de gestos y de
pensamientos nuevos.”
Lo expuesto por Roger Chartier es importante para comprender la introducción de
los nuevos formatos que serán producidos a partir del s.XIX en la capital y Valparaíso,
entre los que se inscriben las novelas de folletines, símil de los formatos franceses e
ingleses mencionados anteriormente, puesto que estos textos serán impartidos por los
grupos intelectuales de la época los cuales abrazaban los ideales de progreso, como era el
caso de Domingo Faustino Sarmiento, y por ende, servirán como medio para la
divulgación e inculcación de estos modelos como parte del “programa civilizador” llevado
a cabo por esta elite y que examinaremos a continuación.
3 Subercaseaux, Bernardo, Historia del libro en Chile: Desde la Colonia al Bicentenario. LOM ediciones, Santiago, Chile, 2010. Pg. 70.
4 Chartier, Roger, El mundo como representación, Editorial Gedisa, Barcelona, España, 2002, págs.6-8.
Vicente Grez, el Arte y el discurso del progreso.
Dentro de lo que el mismo Bernardo Subercaseaux llama “Historia de las ideas en
Chile” existe una que cobra especial relevancia y que cuyo discurso aun hoy se mantiene
dentro del imaginario político y social de Chile: el progreso. Influencia de los movimientos
ilustrados franceses y adoptado por la mazonería americana que participó en el
movimiento independentista de principios de s.XIX, el ideal de progreso ha sido defendido
y utilizado por las más variadas agrupaciones pertenecientes al mundo político, social y
cultural de esta nación. Su vinculación con el discurso del Estado se hizo patente con el
desarrollo de distintos programas que buscaron reformar la educación en Chile, esto como
base y motor básico del progreso de la nación. Así es como a partir de 1840 estos ideales
de progreso comienzan a concretarse con la fundación de diversas instituciones que ayudan
fomentar y transformar la realidad de la educación en Chile. Ya dábamos cuenta
anteriormente de la fundación de la Universidad de Chile en 1842, la Escuela Normal de
Preceptores el mismo año, la fundación de “bibliotecas populares” a partir de 1845, etc. De
esta institucionalización tampoco estuvo exento el Arte.
Es así como a partir de 1849 se fundaran instituciones relacionadas con el Arte, con
el fin de promover su desarrollo en el país, lo cual estaba en estricta relación con el
discurso progresista de que se había instalado en la clase intelectual nacional. La Academia
de Pintura, la Escuela de Artes y Oficios, la Clase de Arquitectura del Instituto Nacional y
la Escuela de Música de la Cofradía del Santo Sepulcro5 se encuentran entre las diversas
instituciones que se establecieron en el contexto del Estado Docente y que formaron las
primeras generaciones de artistas y artesanos profesionales, entre los que se encuentra
Antonio Smith, cuando “El 3 de Mayo de 1849 por decreto supremo es nombrado alumno
fundador de la Academia de Bellas Artes”6. Obtuvo sus conocimientos de mano del
fundador de esta, Alejandro Ciccarelli, y si bien no termino sus estudios al abandonarlos en
1851, continuo su carrera como pintor siguiendo una línea romántica que se puede
observar en sus cuadros de paisaje. Por otro lado, los intereses artísticos de Smith no solo
5 Guerrero, Claudio, Del taller a las aulas: La institución moderna del arte en Chile, Estudios de Arte, Santiago, Chile, 2009, Pg. 128.
6 Pereira, Eugenio, Estudio sobre la Historia del Arte en Chile Republicano, Ediciones de la Universidad de Chile, Santiago, Chile, 1992, pg.158.
se centraron en la pintura, sino que también se convirtió en uno de los precursores del
género de la caricatura en el país (sin olvidar el antecedente de Vicente Pérez Rosales) y
que expondrá a través del periódico El Correo Literario, publicado por primera vez el 18
de Julio de 1858. Resaltar esto no es inocente, ya que en esto se manifiesta las nuevas
formas de circulación que se habían producido durante la última década en el país, donde
El Correo Literario se insertaba dentro de las numerosas publicaciones realizadas por la
elite intelectual de la época7.
Efectivamente, como vemos, las ideas progresistas de la elite intelectual
denominada como “La generación del 42” habían adoptados distintos formatos de
publicación para hacer circular las ideas ilustradas que habían heredado de la generación
que había forjado la independencia, así centrando la producción literaria en la publicación
de revistas y folletines, los cuales por las características de su formato permitían la
amplitud de su distribución, y por consecuencia, la mayor adquisición de estas
publicaciones por parte de la población. Esta última cuestión resulta importante, ya que
permite entender el nacimiento de una nueva identidad cultural, que compartía un ideal de
progreso que se basaba en la formación educacional de la gente en diversas áreas, entre las
cuales se encontraban las artes. En consecuencia, la consolidación del programa
educacional buscado desde la independencia en el contexto del Estado Docente, permite a
su vez la consolidación de instituciones artísticas que ayudan a la formación de una idea de
bellas artes en Chile, idea la cual influyo profundamente dentro de la intelectualidad de
finales de s.XIX, en la medida que el arte nacional participaba dentro de la acción
civilizadora del programa ilustrado, del cual Vicente Grez era un activo participe como da
cuenta el siguiente pasaje:
Este fecundo movimiento literario, hacía creer que algo nuevo i extraordinario se
iniciaba con aquella brillante jeneracion, i ese algo era sin duda la creacion de de
nuestra literatura, la preocupacion de lo que es bello i elevado, la elección de la verdad
en el pensamiento i de la delicadeza en la espresion.8
7 Una lista de las revistas ligadas con la producción artística nacional publicadas durante la década de 1840 puede ser consultada en Guerrero, Claudio, op, cit, pg. 130.
8 Grez, Vicente, Antonio Smith (Historia del paisaje en Chile), Establecimiento Tipográfico de la Época, Santiago, Chile, 1882, pg. 21.
Vicente Grez, Antonio Smith y la Literatura Artística.
Considerando lo desarrollado en el punto anterior, ahora podemos comprender de
mejor manera las ideas que se ven manifestadas dentro del texto de Vicente Grez sobre
Antonio Smith. La formación de una idea de bellas artes permitió a su vez, la formación
de conceptos estéticos en torno a la producción artística nacional, ideas que en el texto de
Vicente Grez quedan expuestas constantemente. Asimismo, el texto no solo se presenta
como una biografía del pintor de ascendencia inglesa, sino que también revisa la vida de
distintos autores y artistas que tuvieron alguna trascendencia dentro de la vida de Antonio
Smith, entendiendo esta trascendencia tanto de manera indirecta o directa, en la medida
que Smith estaba inserto dentro de un contexto intelectual que fue forjado por distintas
personalidades que iban desde Raymond Monvoisin, pasando por Alejandro Ciccarelli
hasta Ernesto Kirchbach. De esta manera, Vicente Grez a través de su relato construye una
visión sobre la concepción del Arte, las ideas estéticas que se desprendían de esta y el
contexto intelectual en las que estas ideas se producían, por lo que este texto puede
considerarse una fuente que puede ser inserta en aquella disciplina que Julius Von
Schlosser denomina como Literatura Artística.
Schlosser parte de la siguiente premisa que delimita los tipos de fuente que pueden ser
considerados dentro de la Literatura Artística:
El propio concepto de ciencia de las fuentes precisa una limitación: se entienden aquí las
fuentes escritas, secundarias, indirectas; sobre todo en el sentido histórico, los
testimonios literarios que se refieren en sentido teórico al arte, según su aspecto
histórico, estético y técnico, mientras que los testimonios impersonales, por así decirlo,
inscripciones, documentos, inventarios, atañen a otras disciplinas y pueden ser aquí solo
materia para un apéndice.9
Esta delimitación que hace Schlosser no es irrelevante, puesto que en esta se
encuentra la fundamentación del aspecto disciplinar de la Literatura Artística y a su vez su
ligación con la Historia del Arte, al centrar su atención en un conjunto determinado de
fuentes, evita que esta se pierda como solo una mera práctica de recopilación de
documentos dentro de la practica historiográfica en general. Asumiendo esto, ahora
9 Schlosser, Julius Von, La literatura artística, Ediciones Cátedra, Madrid, España, 1993, pg. 23.
resuenan las palabras de Francisco Carlos Serraller, el cual en su libro La teoría de la
pintura en el siglo de oro, acusa la importancia del análisis de las fuentes por las ideas que
dejan ver: “[…] No se trata, pues, como decíamos, de estudiar las opiniones que
históricamente se han producido en torno al arte “a pesar de lo que dijeran”, sino
precisamente por lo que dijeron”10.
A partir de lo expuesto por Serraller, podríamos hacernos las siguientes preguntas;
¿Qué es lo que dice la obra de Vicente Grez? ¿Qué ideas relativas al arte se ven retratas en
esta obra? Vicente Grez, se permite a través de la narración de la vida de Antonio Smith,
entregar juicios de valor, juicios estéticos, apreciaciones técnicas y datos históricos
relacionados con la disciplina artística, formando así un corpus teórico sobre el arte de
finales del s. XIX en Chile. Ideas como la belleza, la que se verá relacionada con el ideal
progreso y que dará cuenta en el pasaje de la llegada de Raymond Monvoisin, la
formación de la Academia de Pintura con la llegada de Alejandro Ciccarelli, las disputas
internas que se formaron en torno a su figura en la misma Academia y de las cuales tanto
Vicente Grez como Antonio Smith serán parte como críticos del pintor de origen italiano
además de la llegada de Ernesto Kirchbach para su reemplazo, entregan un marco
histórico – y si se quiere, también geográfico – de la formación y producción artística de la
época, la cual es totalmente consciente de su condición como refleja el mismo Grez:
“[…] No pudiendo ocultarse a si mismo que había intentado todos medios posibles para
llegar a ser gran artista, sin poderlo conseguir, Ciccarelli debió arribar a Chile con
verdadera e intima alegría, pues en este país, en que el arte estaba en su infancia, iba a ser
el primero, i a verse rodeado de admiradores sinceros i entusiastas. ¡Tristes satisfacciones
de las esterioridades de una vanidad vulgar!11
Esta autoconciencia de la condición del arte en su época y la critica que hace de
Ciccarelli, acusan que Vicente Grez manejaba concepciones estéticas adquiridas en su
formación como lector y literato, lo cual es indicación que sus ideas sobre el gusto no solo
eran manejadas por él, sino que era un ideal estético romántico que era compartido – y
10 Serraller, Francisco Carlos, La teoría de la pintura en el siglo de oro, Ediciones Cátedra, Madrid, España, pg. 19.
11 Grez, Vicente, Antonio Smith (Historia del paisaje en Chile), Establecimiento Tipográfico de la Época, Santiago, Chile, 1882, pg. 29.
divulgado – por parte de la sociedad intelectual de la época. Es por lo mismo que estos
últimos puntos nos permiten insertar el texto de Antonio Smith dentro del conjunto de
fuentes y documentos que se consideran dentro de lo que Schlosser llama la Literatura
Artística, puesto que expone un conjunto de ideas estéticas y artísticas que reflejan la
condición y el entendimiento que tuvo la sociedad chilena esa época sobre el arte y su
práctica.
Reflexiones y conclusión.
“[…] el escrito es trasmitido a sus lectores o sus auditores por objetos o voces
cuyas lógicas materiales y practicas es necesario comprender”.12 Esta frase trasmitida por
Chartier y que motiva su cátedra en la Collège de France, también manifiesta la intención
de este ensayo. Como hemos podido ver en el desarrollo de este, el texto de Vicente Grez
sobre Antonio Smith deja entre ver las formas prácticas y materiales que adquieren las
ideas. En efecto, las prácticas de lo escrito durante esta época toman nuevas formas en
proporción a las necesidades de difusión que tienen estas ideas de progreso. Tener en
cuenta esto es relevante, puesto que nos permite comprender las formas en que se
desarrollara la historiografía del Arte a partir del arribo de la clase intelectual durante
fines del s.XIX. La escritura de la Historia y las formas materiales que adquiere su
práctica están determinadas por las ideas que las subyacen, y de esto la Historiografía del
Arte no está ajena. Los ideales de progreso que caracterizan el discurso político del Chile
esta época (y cuyo resabios vivimos hasta hoy) afectaron directamente la formación y la
práctica de las artes, en la medida que estas prácticas estaban relacionadas de manera
directa con las políticas del Estado en esta materia, como el establecimiento de
instituciones como la Academia de Pintura. Esto nos hace reflexionar acerca de la
autonomía que tuvieron los discursos sobre arte durante esta época con respecto a los
discursos que tenía el gobierno, sobre todo cuando el discurso sobre arte era compartido y
fomentado por un grupo restringido de intelectuales ligados directamente o indirectamente
a este.
12 Chartier, Roger, Escuchar a los muertos con los ojos: Lección inaugural en el Collège de France, Katz Editores, Buenos Aires, Argentina, 2012, pg. 19.
Por otro lado, si bien el texto de Vicente Grez resulta paradigmático en cuanto a las
formulaciones teoréticas que este exhibe a través de su relato en contraste a otros escritos
que podrían considerarse parte de una historiografía del arte nacional, habría que
preguntarse qué tan paradigmático resulta su discurso en comparación a otras
publicaciones, que no siendo escritos sobre arte, de igual manera exhiben ideas estéticas;
por ejemplo La revista cómica, publicada en Agosto de 1895, dirigida por Ricardo
Fernández Montalva e ilustrada por Luis F. Rojas, dueño de “ Imprentas i litografías Luis
F. Rojas”, ubicadas en la calle Estado n° 34, quien había sido alumno de [insertar
nombre]. Este, de igual manera que Antonio Smith, había abandonado la Academia de
Pintura, adquiriendo mayor independencia en su obra y que reflejo a través de su
caricatura. Aunque la revista tenía un corte satírico, esta mantiene un discurso progresista y
nacionalista, que se manifestó en mayor medida durante el conflicto con Argentina en la
última década del s.XIX. De la misma forma, los temas de las ilustraciones como también
los escritos13 que se encuentran en la revista, dan cuenta que siguen una línea romántica
parecida a la de Vicente Grez, describiendo la vida santiaguina, figuras relevantes del
medio, etc. El contraste nos permite ver que el discurso de Grez no era solo manejado por
él, sino que existía una elite intelectual que se había encargado de difundir los ideales
románticos y nacionales a través de folletines y revistas de circulación de masiva.
Para concluir, si bien en este ensayo no se pretende resolver todas las problemáticas
acerca de la circulación de ideas y las formas materiales que estas adquirieron durante este
periodo, se ha podido dar un esbozo de las condiciones materiales en las cuales tanto el
libro de Grez como otras publicaciones contemporáneas a esta obra, reflejan la adopción de
nuevos formatos para la circulación y divulgación de ideas y comportamientos dentro de la
sociedad chilena de siglo XIX y que será el antecedente para entender el fenómeno de la
clases medias “pisiúticas” que se desarrollaran durante principios de siglo XX, las cuales
trataran de integrar las practicas de las clases altas influenciados por la literatura producida
por estas. Asimismo, también hemos podido exponer algunas líneas de cómo esta
circulación de las ideas está ligada a la formación de ideales estéticos y de las bellas artes
13 Los escritores eran regulares: Julio Vicuña Cifuentes, Antón Perulero, Francisco J. Urzúa Silva, Juan de Sanchez, R. Fernández. Montalva, más un (o unos) que utilizaban pseudónimos. En cada número solo un autor (salvo excepciones) con pseudónimo publicaba, por lo cual suponemos que es el mismo y que publicaba con distintos pseudónimos. Eje: n° 4. Nadie, n°5. Nadie, n°6. Nadie, n°8. Alguien, n°12. Príncipe Azul, etc.
en Chile, promovidos por el Estado y las sociedades intelectuales, lo que nos da un
contexto para reflexionar y cuestionar las formas como los ideas acerca del arte se
formaron en Chile y se reflejan en las obras como la de Vicente Grez, además de poder
exponer un antecedente para el entendimiento de la formación de una historiografía del
arte nacional.
Bibliografía
Chartier, Roger, Escuchar a los muertos con los ojos: Lección inaugural en el
Collège de France, Katz Editores, Buenos Aires, Argentina, 2012.
El mundo como representación, Editorial Gedisa, Barcelona,
España, 2002.
La historia o la lectura del tiempo, Editorial Gedisa, Barcelona,
España, 2010.
Grez, Vicente, Antonio Smith (Historia del paisaje en Chile), Establecimiento
Tipográfico de la Época, Santiago, Chile, 1882.
Antonio Smith (Historia del paisaje en Chile), Imprenta Artística Nacional, Santiago, Chile, 1910.
Guerrero, Claudio, Del taller a las aulas: La institución moderna del arte en
Chile, Estudios de Arte, Santiago, Chile, 2009, Pg. 128.
Pereira Salas, Eugenio, Estudio sobre la Historia del Arte en Chile Republicano,
Ediciones de la Universidad de Chile, Santiago, Chile, 1992, pg.158.
Serraller, Francisco Carlos, La teoría de la pintura en el siglo de oro, Ediciones
Cátedra, Madrid, España, pg. 19.
Subercaseaux, Bernardo, Historia del libro en Chile: Desde la Colonia al
Bicentenario. LOM ediciones, Santiago, Chile, 2010.
Schlosser, Julius Von, La literatura artística, Ediciones Cátedra, Madrid, España,
1993.