El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información.

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El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información. DAVID CAPILLA. [email protected] DICIEMBRE 2011. >> Postítulo en Formación Universitaria en Periodismo y Comunicación con articulación al título de Grado de Lic. en Periodismo.

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Este trabajo comienza a verse con la selección de crónicas periodísticas no tradicionales publicadas por la sección Contratapa del diario Rosario 12, publicaciones claves que muestran la relación entre la crónica periodística como género y la posibilidad de comunicar hechos de cierto tipo. Se trabaja con una herramienta clave del periodismo, la entrevista . Con ella se obtuvieron datos relevantes y actuales acerca de la temática, posibilitó que se describan las rutinas productivas del periodista que trabaja con el género “crónicas” en la sección Contratapa del diario y se permitió conocer qué herramientas se utilizan al momento de contar la historia.

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El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la

información.

DAVID CAPILLA.

[email protected]

DICIEMBRE 2011.

>> Postítulo en Formación Universitaria en Periodismo y

Comunicación con articulación al título de Grado de Lic.

en Periodismo.

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“Dentro de la naturaleza humana se halla el que nos inclinemos a considerar

equivocado lo que nos causaría displacer aceptar como cierto”.

Sigmund Freud.

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ÍNDICE Introducción ……………………………………………………………………………………………………….. 05

CAPÍTULO 1

1.1 La actualidad del periodismo …………………………………………………………………………. 06

CAPÍTULO 2

2.1 Hacia una definición de crónica ………………………………………………………................ 12

2.2 A escribir que hay que describir para representar ………………………………………….. 18

2.3 Un poco de historia… …………………………………………………………………………………….. 26

2.4 Crónicas como registro histórico ………………………………………………………………….... 36

2.5 Zona gris entre la literatura y el periodismo …………………………………………………… 44

CAPÍTULO 3

3.1 Reflexión sobre las ventajas del género para dar

cuenta de hechos de cierto tipo ………………………………………………………………………….. 52

3.2 Referido a las rutinas productivas ………………………………………………………………….. 54

3.3 A modo de conclusión ……………………………………………………………………………………. 61

Bibliografía …………………………………………………………………………………………………………… 64

Anexo: fecha, título, autor de las crónicas seleccionadas …………………………………….. 68

Anexos …………………………………………………………………………………………………………………. 69

Entrevistas …………………………………………………………………………………………………………… 135

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INTRODUCCIÓN

Este trabajo cuenta con citas de una recopilación bibliográfica que consideré

necesarias exponer párrafo a párrafo – sustento teórico de las ideas que se elaboran en el

T.F.I. –. Los textos los obtuve en el transcurso de cinco años consecutivos de formación

periodística, en distintos ámbitos y a través de distintas experiencias.

El trabajo puntual comienza a verse con la selección de crónicas periodísticas no

tradicionales publicadas por la sección Contratapa del diario Rosario 12, publicaciones claves

que muestran la relación entre la crónica periodística como género y la posibilidad de

comunicar hechos de cierto tipo.

Sin lugar a dudas y con el transcurso de las páginas, se verá que se trabaja con una

herramienta clave del periodismo, la entrevista1. Con ella se obtuvieron datos relevantes y

actuales acerca de la temática que se desarrolla en este trabajo, posibilitó que se describan las

rutinas productivas del periodista que trabaja con el género “crónicas” en la sección

Contratapa del diario, se permitió conocer qué herramientas se utilizan al momento de contar

la historia.

El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información es un trabajo que

reflexiona sobre las ventajas del género para dar cuenta de los hechos de cierto tipo.

1 La entrevista como herramienta permite “obtener información de boca del entrevistado” (Halperín, 2008:53).

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CAPITULO 1

1.1 La actualidad del periodismo.

“El periodismo es una de las más altas formas de poesía”. Allen Ginsberg

2.

Los tiempos cambian y generalmente los paradigmas cambian con él. El periodismo

no se quedó afuera y también cambió la forma de informar; los contextos sociales, históricos y

económicos determinados de una sociedad marcan la actualidad de las comunicaciones

masivas.

El periodista, Ryszard Kapuscinski, tiene una de las visiones más claras acerca de la

actualidad de este medio. Para el autor de grandes libros, como por ejemplo: El Sha o la

desmesura del poder, entre otros; en una entrevista con Juan Pablo Toro del año 20073 que se

titula Los periodistas se han vuelto hombres que no piensan afirma que “el periodismo (su

contenido, su sentido y su misión) está dominado desde hace algún tiempo por gente que no

es periodista, sino por técnicos y hombres del mundo financiero. Ellos tratan la información

como una mercancía, no les interesa mucho lo que es el objeto del periodismo, la búsqueda de

la verdad. Por el contrario, lo que interesa es que la información sea atractiva para ser vendida

fácilmente”.

La llegada de los medios digitales, en esta era moderna, influyen absolutamente para

este cambio; la producción de las noticias es distinta – los hábitos con respecto a su práctica

cambian –, de la ética del periodismo no se habla;

agrega Kapuscinski a esta idea que “ahora se piensa en

cómo podemos mandar más rápido las noticias, como

conseguir una transmisión, pero no nos preguntamos

qué noticia enviamos”4.

En relación con lo anterior, vivimos en un

mundo donde existe una gran cantidad de información –

mensajes – dando vuelta. Esta cantidad se ha

2 TIMOSSI, Jorge, 2000, Palabras sin frontera, Ediciones Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos C.L.

3 TORO, Juan Pablo, Julio 2007 “Los periodista se han vuelto hombres que no piensan. Entrevista con Ryszard

Kapuscinski”. Cuadernos de Información, Facultad de Comunicaciones, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, Nº 20. *Imagen: Revista BARCELONA, 8 de octubre de 2010. AÑO 8 – Nº 197. 4 TORO, Juan Pablo, Julio 2007 “Los periodista se han vuelto hombres que no piensan. Entrevista con Ryszard

Kapuscinski”. Cuadernos de Información, Facultad de Comunicaciones, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, Nº 20.

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transformado en un verdadero problema para las sociedades de la ^information Age^, se

genera así una cultura de hiperinformación que indiscutiblemente genera una hipoinformación

– ausencia de información socialmente necesaria – al existir tantos mensajes. Podemos decir

que “La sobreabundancia de información se ha transformado en un nuevo e importante

problema emocional, social y político” (Ford, 2002:73).

Martín Becerra señala en su libro Sociedad de la Información: proyecto, convergencia

y divergencia que “en esta revolución informacional […] se incrementa exponencialmente la

capacidad de producir, procesar, almacenar y enviar volúmenes cada vez mayores de

información: la digitalización de los paquetes info-comunicacioneles permite soñar con la

perspectiva de eliminar la capacidad de producción, almacenamiento, emisión y recepción de

información como condicionantes de relevancia” (Becerra, 2003:21). A modo de relajación,

podríamos preguntarnos dónde quedó el sentido de aquella Remington.

El periodista como integrante de la sociedad no queda excluido de estos parámetros

justamente porque los periodistas se han convertido en hombres que no procesan la

información, que no tienen un razonamiento estable para con ella. Son trabajadores corrientes

que mecanizan una forma de trabajar, claro que esto es debido a la velocidad con la cual se

trabaja en el medio actual, nos referimos a la rapidez en la entrega de información – datos +

datos + datos + datos –. Se rompe con esa misión que tenía el periodismo en sus comienzos.

Se observa que los conceptos de espacio y tiempo se modifican como una de las

consecuencias de la velocidad y la simultaneidad con la que circula información; se plantean

nuevos problemas epistemológicos y problemas inéditos que nos enfrentan con la complejidad

de su resolución. Se ven importantes cambios en las pautas de conductas y de valores, por lo

tanto podemos decir que la diversidad adquiere múltiples manifestaciones.

En relación con lo anterior, “Gieber publicó en 1960 una investigación titulada How

the gatekeepers view local civil liberties new que realizó en un diario de California (Estados

Unidos) sobre los criterios y percepciones que eran transmitidos a los redactores, concluyó

que la principal fuente de determinación noticiable en un medio de comunicación era la

percepción que tenía el medio sobre un acontecimiento social y no el acontecimiento en sí,

tamizados por intereses de conocimiento social y la actitud expuesta por el redactor” (Arrueta,

2010:25). Es decir, que muchas de las rutinas ejercidas por los periodistas no se entienden

como trayectos de apropiación de acontecimientos noticiables en estado puro, sino como

trayectos que posibilitan abordar unos hechos en pérdida de otros, pero desde una noción de

trascendencia que materializa el periodista-editor en conjunción con el campo de intereses de

la empresa periodística. A este fenómeno, la academia norteamericana lo denominó

preponderancia de las rutinas burocráticas.

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El ejercicio del periodismo está asociado a rutinas naturalizadas en el marco de una

empresa periodística avalando procesos de deformación de la realidad en tanto la

contextualización de lo real estaría sujeta, necesariamente, a dos factores de creciente

importancia: la competitividad de mercado y las posiciones ideológicas que atraviesan un

medio de comunicación.

Definitivamente el periodismo ha dejado ser una misión para transformarse sólo en

una carrera más. Sostiene Ryszard Kapuscinski que “se trata de hacer del periodismo una

situación totalmente pasajera o accidental, se quita lo que fue muy importante para esta

profesión: hacer del periodismo una manera de vivir, de ver el mundo y de reflexionar sobre él.

Ahora la situación está en manos de gente que no pertenece a nuestra profesión sino al big

business, antes el periodismo era una rama totalmente independiente, que vivía de sus

propios recursos”5.

Cuando hablamos de que el periodismo cambió lo hacemos pensando en la

concepción de que los tiempos posmodernos encontraron todo aquello que era sólido en un

estado de desintegración, Zygmunt Bauman caracteriza fielmente a la fase actual – nueva

modernidad, posmodernidad, modernización de la modernidad, sobremodernidad – con la

metáfora de “liquidez” o “fluidez”, ya que la extraordinaria movilidad de los fluidos – líquidos –

se asocia con la idea de “levedad”, liviandad (Zygmunt, 2002:8). Además hay que agregar que

los líquidos no conservan fácilmente su forma y están constantemente dispuestos a cambiarla,

algo similar se introdujo en el periodismo que lo llevó a modificar algunas prácticas.

Claro es que esta situación por la cual atraviesa la profesión es aquella que se

relaciona ni más ni menos con la cultura de lo efímero, donde en cada instante las cosas se

vuelven obsoletas o fugaces. Es importante pensar y repensar que allí donde los documentos

instalan una certeza, el periodismo instala una pregunta. Aquello que era tan importante

como: preguntar, indagar, conocer, dudar y confirmar cien veces antes de informar queda

desvanecido porque la situación está preparada para que las noticias obedezcan sólo al

mandato de responder las cinco preguntas clásicas, en inglés, las cinco W.

Hoy, el negocio es la información en su pura esencia, por lo tanto las noticias son una

mercancía, trabajadas bajo rutinas de producción rápidas bajándole así calidad a la

información. Se apagó la llama sagrada del periodismo, la duda, por el soplido desprendido de

la velocidad con la cual corren los tiempos.

5 TORO, Juan Pablo, Julio 2007 “Los periodista se han vuelto hombres que no piensan. Entrevista con Ryszard

Kapuscinski”. Cuadernos de Información, Facultad de Comunicaciones, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, Nº 20.

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Los cambios se deben principalmente a que la búsqueda y la difusión de información

se ha convertido en una acción practicada en cada país por cientos de personas ajenas a la

profesión. Sumado a esto, debemos dar cuenta que las escuelas de periodismo se han

expandido por doquier; Ryszard Kapuscinski responde a esta novedad, en un artículo publicado

por el Le Monde Diplomatique – edición Mexicana –, aseverando que “en otros tiempos el

periodismo era una misión, no una carrera”6. Agrega que hoy “no se cuentan los individuos

que practican el periodismo sin identificarse con esta profesión, o sin haber decidido dedicarle

plenamente su vida y lo mejor de ellos mismos”7.

Es decir, que se trata de hacer del periodismo una situación únicamente pasajera,

donde el compromiso y la responsabilidad no aparecen en primer lugar, todo lo contrario, la

información se transforma en mercancía, generando beneficios enormes a aquellos pocos que

la monopolizan y que se encargan de difundirla. El polaco Kapuscinski aclara que “antaño, el

valor de la información iba asociado a diversos parámetros, en particular al de la verdad.

También se concebía como un arma que favorecía la lucha política”8. Hoy, es claro que el valor

del ingreso es proporcional al egreso de noticias.

Que la información sea tratada de esta manera es sumamente peligroso, por el

tratamiento al cual se somete la misma, en otras palabras la información ha dejado de verse

sometida a los criterios tradicionales de verificación, se ve estructurada por las leyes del

mercado, por lo cual más información circula, más dinero entra a este sistema. Así la

información es víctima de las leyes del mercado.

“Se ha sustituido a los antiguos héroes del periodismo por un número imponente de

trabajadores de los media, prácticamente todos hundidos en el anonimato”9, suma a la idea

Kapuscinski.

Desde hace un tiempo ya se viene teniendo especial cuidado en la edición

fotográfica, cambios en la forma de redacción y organización de las salas de redacción,

ampliación de los temas de cobertura. Todo esto se da en un contexto donde el periodista no

es neutral, de que no todo puede ser noticia y de que el concepto de la ética se modifica en

una carrera incesante por la primicia y mayor venta de ejemplares o números de rating.

Asegura Sibila Camps y Luis Pazos en Así se hace periodismo. Manual Práctico del

periodista gráfico que “a partir de la década del 90´, los medios gráficos temieron que el

desarrollo de los servicios informativos de los canales les provocara una fuga de lectores”

6 KAPUSCINSKI, Ryszard, 1999 “¿Reflejan los media la realidad del mundo?, Nuevas censuras, sutiles

manipulaciones”. Le Monde Diplomatique, Edición mexicana. Julio-Agosto. 7 Ídem.

8 Ídem.

9 Ídem.

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como consecuencia, “esto dio origen a los procesos de rediseño en la mayoría de los diarios,

donde se incorporaron nuevos recursos y tecnologías” (Camps/Pazos 2005:21). Estos autores

puntualizan que se le va a dar, entonces, más importancia:

• A lo que respecta a lo visual.

• Va existir un mayor despliegue fotográfico.

• Incorporación de maquinaria adecuada, con mayor velocidad de impresión,

para adelantar la salida del diario.

Pareciera ser que los criterios de noticiabilidad en los medios de comunicación son

velocidad y sensacionalismo. En el año 2000 se publicó Antología. Los géneros periodísticos10,

un trabajo de selección, notas y propuestas realizado por Ana Atorresi, donde pueden

observarse las distintas percepciones del periodismo, su práctica y organización que avalan un

determinado fin: la versión del mundo que intentan representar.

La situación clave es entender el fin con el cual se emiten las noticias. Stella Martini

en el año 2000 aseguró que “la tarea de construcción de los acontecimientos para la

sociabilización y la constitución de la noticia de la opinión pública implica un alto grado de

responsabilidad por la capacidad de alcance y naturalización de los discursos massmediáticos”

(Martini, 2000:42).

Es muy interesante destacar para entender más aún la actualidad mediática una de

las conclusiones que realiza Sergio Quiroga en La producción de noticias en CTC Canal 2, citado

por Cesar Arrueta en el libro ¿Qué realidad construyen los diarios? Una mirada desde el

periodismo en contextos de periferia, al hablar de los criterios de noticiabilidad:

1) “La escasa preparación de los periodistas, el desinterés del medio por contar con mejores equipos, la falta de tiempo y el tener que producir regularmente información sin suficiente tipo de preparación, afecta a la calidad de los mensajes y, por lo tanto, el servicio de información. Frente a la ausencia de acontecimientos suficientes relevantes, se recurre a la pseudonoticia que son creaciones del periodista (más cuando carecen de formación profesional) antes que reflejos de la realidad. Se atribuye con ello notable interés humano a hechos intrascendentes, reelaborando o reexaminando una noticia ya difundida.” César Arrueta. ¿Qué realidad construyen los diarios? Una mirada desde el

periodismo en contextos de periferia. 4.1 Rutinas y Prácticas periodísticas. Pág. 78.

10

ATORRESI, Ana, 2000, Antología. Los géneros periodísticos. Buenos Aires, Ediciones Colihue.

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Estamos reconociendo una alteración de los valores periodísticos y claramente se

observa un interés creciente de la prensa gráfica por recolectar formatos y modos de

organización para competir con la imagen televisiva, pese a mantener grandes ventajas. Como

resultado, las empresas editoras se ven obligadas a ofrecer un diario que sea más atractivo

desde lo visual, dejando muchas veces de lado la importancia del qué y el cómo se escribe.

Según estas perspectivas “los medios de comunicación son los que crean la realidad

social. Los acontecimientos son conocidos gracias a esos medios y se construyen por la

actividad discursiva. El proceso de la construcción de la realidad social depende enteramente

de la práctica productiva del periodismo” (Alsina, 1989:135). En este sentido, muchas veces no

se apuesta a contar las noticias de otra manera; es en este contexto donde aparece una

práctica periodística que despierta el interés de los profesionales por comunicar los hechos de

determinada manera y que en esta ocasión será objeto de análisis, la crónica periodística no

tradicional.

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CAPÍTULO 2

2.1 Hacia una definición de crónica.

“El periodista es, ante todo, sujeto empalabrador de una “realidad” no única y unívoca sino polifacética

y plurívoca, previamente empalabrada por otros: tales son su responsabilidad, su gozo, su vértigo y su misión.” Albert Chillón

11.

Los tiempos cambian se explicaba líneas arriba y es acertado decir que cuando el

ciudadano llega a las páginas del diario, ya ha sido informado por la televisión, la radio o la

internet; entonces qué le queda a la prensa escrita, cuál es el desafío para el siglo XXI; aparece

la figura del periodista con vocación de narrador, ese que se atreve a dejar las cifras para

explayarse en los relatos, abriendo así nuevos caminos o aristas en la producción de noticias,

en la profesión donde cada palabra es un riesgo.

En una definición técnica Dante A. J. Peralta y Marta Urtasun, ambos profesores de

TEA Buenos Aires, consideran a “la crónica periodística como el género que tiene la función

explícita de informar y que se construye con una estructura textual en la que predomina el

tipo narrativo, pero puede convivir con otras estructuras, es decir, no impide que dentro se

encuentren secuencias descriptivas, dialogales o argumentativas, esta libertad que ofrece la

crónica periodística la acerca a estar influenciada por la literatura” (Peralta/Urtasun,2007:24).

No existe definición más clara que la ensayada por Juan Villordo12 en Relatoría del

Taller de Periodismo Narrativo (Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano), donde

11

Weblog Cátedra de Redacción Periodística 1. Escuela de Comunicación social/ U.N.R, Unidad 6, TEXTO FUENTE,

Literatura y periodismo. Una tradición de relaciones promiscuas. Albert CHILLÓN.

http://www.bdp.org.ar/facultad/catedras/comsoc/redaccion1/unidades/2008/07/literatura_y_periodismo_una_tr.

php (página consultada el 14/10/11). 12

Juan Villoro nació en la ciudad de México en 1956. Ha sido profesor universitario en la UNAM, y profesor visitante

en las Universidades de Yale, Boston University y Pompeu Fabra de Barcelona. Es columnista de Reforma (México),

El Periódico de Catalunya y El Mercurio (Chile).

Ha obtenido el Premio Villaurrutia por su libro de cuentos La casa pierde (1999), el Premio Mazatlán por su libro de

ensayos Efectos personales (2000), el Premio Herralde por su novela El testigo (2004) el Premio IBBY (International

Board on Books for the Young) por su novela para niños El profesor Zíper y la fabulosa guitarra eléctrica (1992), el

Premio Internacional Manuel Vázquez Montalbán por su libro de crónicas de futbol Dios es redondo (2006), el

Premio Antonin Artaud por su libro de cuentos Los culpables (2007), el Premio Ciudad de Barcelona en Periodismo

Escrito por sus reportajes sobre los negativo de Robert Capa, Gerda Taro y David Seymour hallados en México

(2008) y el Premio Rey de España por su reportaje “La alfombra roja. El imperio del narcoterrorismo” (2010).

Ha traducido libros de Graham Greene, Truman Capote, Arthur Schnitzler, Georg Christoph Lichtenberg y Gregor

von Rezzori. Sus libros más recientes son: De eso se trata (ensayos literarios), Llamadas de Amsterdam (novela

breve) y El libro salvaje (novela para jóvenes).

En 2007 se estrenó Muerte parcial, su primera obra de teatro. Para las ediciones Reino de Redonda, que dirige

Javier Marías, preparó una antología de crónicas de Jorge Ibargüengoitia: Revolución en el jardín.

Fuente: http://www.upf.edu/mcl/es/resident/villoro/ (página consultada sábado 30 de abril de 2011).

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caracteriza a la crónica periodística como el ornitorrinco de la prosa: “de la novela extrae la

condición subjetiva, la capacidad de narrar desde el mundo de los personajes y crear una

ilusión de vida para situar al lector en el centro de los hechos; del reportaje, los datos

inmodificables; del cuento el sentido dramático en espacio corto y la sugerencia de que la

realidad ocurre para contar un relato deliberado, con un final que lo justifica; de la entrevista,

los diálogos; y del teatro moderno, la forma de montarlos; del teatro grecolatino, la polifonía

de los testigos, los parlamentos entendidos como debate: la “voz de proscenio”, como la llama

Wolfe13, versión narrativa de la opinión pública cuyo antecedente fue el coro griego; del

ensayo, la posibilidad de argumentar y conectar saberes dispersos; de la autobiografía, el tono

memorioso y la reelaboración en primera persona. El catálogo de influencias puede extenderse

y precisarse hasta competir con el infinito”. Usado en exceso, cualquiera de esos recursos

resulta letal. La crónica podría ser un animal cuyo equilibrio biológico, entonces, depende de

no ser como los siete animales distintos que podría ser.

Así afirmamos que el periodismo cómo actividad multidisciplinar tiene influencias

provenientes de distintos ámbitos del saber. A modo de síntesis, decimos que con la literatura

comparte la lengua, los recursos retóricos y la obligación de adaptarse a las necesidades de los

lectores. En un sentido más literal define Roland Barthes: “el escritor es un sacerdote

asalariado, es el guardián, mitad respetable, mitad irrisorio, del santuario de la palabra,

especie de bien nacional, mercancía sagrada producida, enseñada, consumida y exportada en

el marco de una economía sublime de los valores.” (Barthes, 1967:177).

En relación con lo planteado, uno de los entrevistados para la ocasión es el periodista

y docente Gustavo Rosa14 quien afirmó que le “gusta leerla y producirla porque permite

incorporar elementos más propios de la literatura en combinación con el periodismo. No se

limita sólo a los hechos, sino que avanza en las impresiones del cronista”. Además agregó que

el correlato de la crónica como género y la capacidad de comunicar los hechos se encuentra

justamente en “la medida en que el cronista traslade al papel aquellas impresiones recogidas

en el relevamiento de datos para la reconstrucción de un hecho. Si la crónica es presencial, el

cronista relevará impresiones de primera mano a través de sus sentidos. En una crónica no

presencial, que es producto de la investigación posterior al hecho, el cronista podrá introducir

en su texto las complejidades de la reconstrucción, exposiciones sobre determinadas técnicas,

inconvenientes en la recopilación de datos.”

13

Periodista y escritor estadounidense, padre del llamado Nuevo Periodismo, una revolucionaria tendencia en el campo de la prensa, que nació en los Estados Unidos en los años sesenta a raíz de la publicación A sangre fría de Truman Capote. En sus inicios fue un colaborador de The Washington Post, Enquirer y New York Herald. 14

Ver Entrevistas. Pág. 136.

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Para agregar a lo anteriormente dicho, el periodista y docente Rubén Alejandro

Fraga15 sostiene que “son trabajos periodísticos con elementos propios de la literatura, o

escritos literarios con una función informativa. Se trata de un texto que siempre debe estar

elaborado con recursos creativos, ya que es el rasgo característico de su esencia como

género periodístico diferenciado. En palabras de Gonzalo Martín Vivaldi, todo buen cronista

debe informar literariamente. Pero también es un texto informativo, por lo que debe estar

redactado con claridad, sencillez y precisión”

En este sentido debemos entender que las noticias son narrativas naturales que

evocan acciones de personas ocurridas en un tiempo-espacio determinado presentadas según

el autor, en este caso por un periodista, a través de la búsqueda de información y de la postura

de sensaciones que hagan referencia a un mundo conocido por todos, que resulte cercano e

inmediato. Con esta base de conocimiento los periodistas generan un orden de la información

que le permite presentarla en una historia.

Tomas Eloy Martínez, en el artículo El periodismo vuelve a contar historias16

publicado por el diario La Nación, se pregunta “¿Con que palabras narrar, por ejemplo, la

desesperación de una madre a la que todos han visto llorar en vivo delante de las cámaras?

¿Cómo seducir a personas, usando un arma tan insuficiente como el lenguaje, a personas que

han experimentado con la vista y con el oído todas las complejidades de un hecho real?”.

La situación al igual que los

novelistas, se soluciona en el momento

que aparece la narración – que tiene su

raíz en conocer –, la crónica de los

hechos; pero el problema es la aceptación

de la misma por parte de los editores. En

este sentido la Licenciada Sonia Tessa17,

directora de Rosario/12, sostiene, al

pensar que hay menos espacios destinados a la publicación de crónicas periodísticas no

tradicionales en el medio, que se debe a “la vorágine de la producción diaria – y la poca

conciencia de los dueños de los diarios sobre la necesidad de INVERTIR en buenas plumas y de

diferenciarse de los medios gráficos.” Agrega a la idea que “los diarios, en lugar de parecerse

cada vez más a los medios audiovisuales con textos cada vez más cortos e inconsistentes,

deberían apostar a periodistas que cuenten buenas historias”.

15

Ver Entrevistas. Pág. 149. 16

ELOY MARTINEZ, Tomás 2001 “El periodismo vuelve a contar historias”, en suplemento Cultura, La Nación.

Domingo 18 de noviembre. 17

Ver Entrevistas. Pág. 138.

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Cabe sumar, que nuestro entrevistado Rubén Fraga explicitó en correlación con lo

dicho anteriormente que “hoy en día no abundan aquellos periodistas que estén capacitados

para redactar crónicas de gran factura, o bien porque en los tiempos que corren, en procura de

la inmediatez informativa se sacrifique la calidad literaria hasta el extremo de convertir a la

crónica en un género en desuso”.

Debemos sincerarnos y decir que no se trata de narrar por narrar sumado a que no

todos los redactores saben narrar, pero existe un punto aún más importante y que es

interesante de destacar: no todas las noticias merecen ser narradas, pero corresponde

reconocer que existen situaciones que sólo se pueden hacer bien con el uso del lenguaje y no

con la superposición de imágenes, o con las tonalidades de la voz.

A modo de ejemplo, Tomás Eloy Martínez cita en la reciente publicación mencionada

que “en el New York Times del 2 de noviembre de 2001: tres de los seis artículos de la primera

página compartían un rasgo llamativo: cuando daban una noticia, la contaban a través de la

experiencia de un individuo en particular, un personaje paradigmático que reflejaba, por sí

sólo, todas las facetas de esa noticia, o que era él mismo la noticia”18.

Con lo cual se explica que esta situación no genera menos información, todo lo

contrario, más aún; se establece un diálogo con la inteligencia del lector, ya que se admite de

antemano que consumió los otros medios (T.V. – Radio – Internet). La particularidad de este

ejemplo muy descriptivo de la situación es que desde que se introdujo la narración como

estrategia, el New York Times subió su circulación.

Pero el quid de la cuestión en favor de la crónica periodística no tradicional surge al

pensar que en esta reciente aldea en la cual se convirtió el mundo el sujeto ve primero las

noticias por televisión, por la radio o por internet antes que leerlas en el diario. Eloy Martínez

cree que cuando un diario se vende menos no es porque los otros medios le han ganado de

mano, sino porque el modo de como los diarios dan la noticia es menos atractivo; además

agrega una realidad muy acertada y que en muchos puntos se relacionan con el pensamiento

del polaco Ryszard Kapuscinski al pensar que casi todos los periodistas están mejor formados

que antes, pero que tienen “menos pasión, conocen mejor a los teóricos de la comunicación,

pero leen mucho menos a los grandes novelistas de su época”19.

Por otro lado, todos sabemos que cuando hay dinero en el medio las cosas cambian,

es decir, cuando existen empresas que manejan o invierten sus billetes en el ejercicio de la

información, la misma toma otro rumbo. Debemos entender que la prensa no está para juzgar

18

ELOY MARTINEZ, Tomás, 2001 “El periodismo vuelve a contar historias”, en suplemento Cultura, La Nación. Domingo 18 de noviembre. 19

Ídem.

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que está bien o que está mal, para eso está la justicia – que este sería otro campo delicado de

analizar –, la clave es pensar que es un instrumento de información, una herramienta para

pensar, para crear, para ayudar en un sentido literario al hombre a llevar una vida digna, o

quizás menos injusta. Ayudar a generar una riqueza – capital – cultural20.

En esta dirección el periodista Alfredo Montenegro21 agrega que “en los medios

hegemónicos, los relatos caen bajo el peso de las líneas editoriales que privilegian la primicia,

la noticia surgida del copiar-pegar y bajo el condicionamientos de las situaciónes de

producción que exige el máximo de rendimiento sin profundizar demasiado”, además entiende

que “se dificulta trabajar crónicas con presencia del redactor en los lugares de los hechos y su

posterior dedicación a la elaboración del texto, cuando en una sección no hay suficiente

números de periodistas y los intereses empresariales choquen con el tema de la crónica”.

El novelista español Gonzalo Torrente Ballester en sus declaraciones al ganar el

premio Planeta (Novela 1988) expuso: “Lo único que le pido a los escritores es que tengan

imaginación y que se dejen de gaitas. El único material que existe es la realidad, pero hay

muchas cosas que son reales y la gente no se da cuenta. Estamos acostumbrados en España a

que lo real sea lo social y lo humano, que lo son, efectivamente, pero lo son muchas cosas

más. La relación del hombre con la realidad se llama experiencia. Y para manejar literalmente

la experiencia hacen falta dos cosas: capacidad expresiva – conocimiento y manejo

medianamente hábil del lenguaje – e imaginación, un arte combinatoria que de la experiencia,

saca cosas nuevas, pero que si trabaja en el vacío no saca nada” (Timossi, 2000:20).

Siguiendo el legado, el periodismo nació para contar historias, esta razón de ser se

ha perdido ahora, su fundamento ha quedado olvidado por las actuales y veloces rutinas

productivas. No es casual que muchas veces – intencionalmente – se apele a la redacción del

hecho noticioso en forma de pirámide invertida.

Si de ganar espacios se trata pues bienvenido sea. En Cómo redactar noticias de

David Dary del año 1976 ya se planteaba que la forma de pirámide invertida facilitaba la

publicación porque la noticia “puede ser cortada al final de cualquier párrafo después del

encabezamiento” (Dary, 1976:95) – párrafo introductorio –, que cuenta con los elementos más

importantes de la noticia, aquellos que responden a las preguntas de ¿Qué? ¿Quién? ¿Cómo?

¿Cuándo? ¿Dónde? (¿Por qué?), todo lo demás se transforma en información secundaria o de

segundo grado que puede no estar.

20

VIZCARRA, Fernando, 2002, “Premisas y conceptos básicos en la sociología de Pierre Bourdieu”, Estudio sobre las culturas contemporáneas, Colima, México, diciembre, año/vol. VIII, Nº 016. 21

Ver Entrevistas. Pág. 151.

Page 16: El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información.

El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información.| 16

Nuestra entrevistada Sonia Tessa está convencida de que se debe salir a contar

historias a través de la narrativa y el periodismo la tiene al alcance de la mano con la utilización

de la crónica periodística no tradicional. La directora del Diario Rosario 12 afirmó “que el

periodismo TIENE LA OBLIGACIÓN de contar historias, pero en el caso de las crónicas no

tradicionales, tienen que nacer de investigaciones. Sobre la cuestión de contar historias, o

escribir crónicas no tradicionales, creo que el diario debe venir cada vez mejor escrito, porque

es la única forma de competir con los medios audiovisuales. Contar historias es la única

manera de establecer esa diferencia: historias bien contadas, con narrativa”. Concluyó en que

“todos los días el diario debiera traer ese tipo de historias”.

“La investigación, tal como aparece resaltada en las crónicas, es doble: por un lado

práctica […] y por otro discursiva (la que efectúan los periodistas)” (Atorresi, 1996:115). Las

crónicas periodísticas, en este sentido, sugieren a la verdad, actualidad y racionalidad, por lo

tanto muchas de las investigaciones apelaran al terreno de lo discursivo como: recabar

testimonios, consultar fuentes, analizar a través de la observación, reflexionar, entre otras.

En afirmación con lo anteriormente dicho, otra de las voces, es la de Irene Ocampo22,

Coordinadora en RIMA – Red Informativa de Mujeres de Argentina, Rosario – y periodista

independiente, algunas de sus crónicas fueron publicadas en la sección Contratapa de Rosario

12. La periodista sostiene que “hay quienes lo hacen mejor que otros”, además añade: “no

estoy muy de acuerdo con esa escuela del objetivismo, siempre estás tomando un punto de

vista. La neutralidad es muy difícil de lograr. Hay poco lugar para todo lo que tiene que ver con

crónicas periodísticas no tradicionales. Por eso es muy interesante este espacio de Contratapa

en Rosario 12. Desde la redacción, te dicen: tenés la libertad para escribir. Es seductor porque

te exige pensar qué temática abordar. Para mí fue un desafío.”

El criterio de selección en este espacio del diario está relacionado con la calidad del

texto, pero también con el gusto del editor a cargo. Sonia Tessa agrega a la información: “en

general, tratamos de respetar la premisa de que estén muy bien escritos. También prefiero los

textos que tengan algún anclaje en la realidad.

Otro criterio es la extensión. Por definición la Contratapa no puede exceder las 90

líneas de texto, es decir, una carilla y media. Cuando son más largas – y eso tiene que ser

excepcional – debemos eliminar la carta de lectores o el Otras Voces (suplemento), por una

razón muy simple: materialmente, no entran. Los domingos, en cambio, no van esas dos

columnas y el texto puede ser más largo”.

22

Ver Entrevistas. Pág. 140.

Page 17: El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información.

El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información.| 17

Montenegro relaciona la situación y encuentra un equilibrio afirmando que “la

prensa escrita, en su falsa competencia con los medios audiovisuales, suele disponer más

espacio para fotografías o imágenes, por sobre el contenido y extensión de los textos”,

argumentando que “se suele pensar que un texto largo aburre. Claro que no es atractivo

cuando no tiene una diagramación dinámica, una presentación estética y sólo son párrafos,

pero desde las infografías y una redacción contundente, testimonial y creativa, la crónica es

uno de los elementos que puede distinguir a la prensa escrita sobre la televisión y la radio.

Con internet y sus ventajas de los enlaces y múltiples relatos, la crónica no debe competir sino

apuntar a la producción de textos profundos y dinámicos”.

2.2 A escribir que hay describir para representar

“Hay gente de fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se

entera del viento, y gente de fuego loco, que llena al aire de chispas; algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman, pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca se

enciende.” Eduardo Galeano

23.

Afirma Albert Chillón en Literatura y Periodismo. Una Tradición de Relaciones

Promiscuas, que “el periodista es, ante todo, sujeto empalabrador de una realidad no única y

unívoca, sino polifacética y plurívoca, previamente empalabrada por otros: tales son su

responsabilidad, su gozo, su vértigo y su misión.”24

Según esta perspectiva se va a conocer el mundo a través de que lo empalabramos,

así el mismo adquiere sentido sólo en la medida en que lo traducimos lingüísticamente.

Entonces a partir de este pensamiento no existe una realidad objetiva sino múltiples

realidades particulares, múltiples experiencias, cada una de ellas vividas y hechas en palabras

que permiten hacer inteligibles las imágenes recordadas o imaginadas, al igual que generar

sensaciones.

Cada realidad subjetiva adquiere sentido y son comunicables para los demás en la

medida en que son verbalizadas, es decir, puestas en palabras y organizadas en oraciones

lingüísticas. Estamos afirmando que el LENGUAJE NOMBRA (da significados) Y DA SENTIDO. En

este camino Albert Chillón afirma que este lenguaje es lógico y logomítico, abstracto y

23

GALEANO, Eduardo, 2000 (1989), El libro de los abrazos, Siglo XXI Editores. 24

Weblog Cátedra de Redacción Periodística 1. Escuela de Comunicación social/ U.N.R, Unidad 6, TEXTO FUENTE,

Literatura y periodismo. Una tradición de relaciones promiscuas. Albert CHILLÓN.

http://www.bdp.org.ar/facultad/catedras/comsoc/redaccion1/unidades/2008/07/literatura_y_periodismo_una_tr.

php (página consultada el 14/10/11).

Page 18: El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información.

El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información.| 18

figurativo, por lo tanto hablamos de que se reivindica el lenguaje como naturaleza audiovisual,

así se construye el concepto de imágenes mentales y se da una dimensión imaginativa.

La palabra nos permite ser personas, nos HUMANIZA, nos comunica. En Estructuras

narrativas del holandés Teun Van Dijk se hace referencia a una característica que

regularmente aparece en las narraciones y más en este género, “la mayoría de los narradores

no sólo reproducen los sucesos, sino que también aportan su reacción mental, su opinión o

valoración”25. También agrega una idea que es fundamental y aplicable al periodismo en

estado puro, al afirmar que “no se narra una historia adecuada sobre el desayuno, el

mecanografiado de una carta o el abrir una puerta si con ello no va ligado algo especial. En

otras palabras: un texto narrativo debe poseer como referentes como mínimo, un suceso o

una acción que cumplan con el criterio del interés”26.

Lo que estamos tratando de decir es que la fuerza de la imagen es utilizada para

lograr un mayor acercamiento emocional al lector. En las crónicas periodísticas no

tradicionales se busca referir al mundo sensorial del lector. Es decir, que los recursos literarios

se muevan para dar una imagen lo más cercana posible a la realidad, muchas veces los

factores son la combinación de datos objetivos, con interpretaciones subjetivas para dar paso

a la elucidación y reflexión.

Manual del cinismo27, es una intervención realizada por la periodista y escritora Sonia

Catela28 el lunes 26 de octubre de 2009 para el diario Rosario 12, sección Contratapa. En esta

publicación hace una recolección de citas emblemáticas, que marcaron a la historia del país y

se finaliza con una pregunta:

Posiblemente el tiempo clave los dientes, despedace y degluta los speechs de los

personajes de reparto, los bocadillos de quienes son extras ocasionales de la historia. Pero

acaso ¿no es la intención lo que vale?

La autora en la entrevista expone: “sin embargo, en el relato de lo real, de la

realidad, esta sociedad será democrática, liberal, en vías de desarrollo, globalizada pero muy

pocas veces se la conceptualizará como disciplinaria al analizar los acontecimientos. Cuando

escribo Manual de cinismo hay una voluntad, probablemente ineficaz, de tomar un trozo de

25

Weblog Cátedra de Redacción Periodística 1. Escuela de Comunicación Social / U.N.R. Teun Van Dijk, Unidad 6, TEXTO FUENTE, Estructuras Narrativas. http://www.bdp.org.ar/facultad/catedras/comsoc/redaccion1/unidades/2008/04/estructuras_narrativas.php (página consultada el 11/08/2011). 26

Ídem. 27

Ver Anexo: CRÓNICAS PERÍODISTICAS NO TRADICIONES. Pág. Nº 70. 28

Ver Entrevistas. Pág. 146.

Page 19: El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información.

El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información.| 19

esa realidad viva, sujetarla al papel con un alfiler, y observarlo en sus palpitaciones para

reconocer la pertenencia a una determinada colectividad y en qué consiste ésta”.

Las comparaciones, también suelen ser un recurso para insinuar de alguna manera

los aspectos que se quieren contar en cada intervención, a partir de este recurso se invita a

pensar en determinados actos y reflexionar sobre los mismos. Por ejemplo, en La patria

Bizarra29 – publicada el viernes 30 de septiembre de 2010 – de Javier Chiabrando30, el mismo

afirma que en este caso “el tema es cierta tendencia de mucha gente (y medios de

comunicación) de ver de manera negativa lo que es (o considero) positivo”.

El Mundo Bizarro era una versión deforme de La Tierra. Las cosas que existían en La

Tierra tenían su contracara en el Mundo Bizarro. En el Mundo Bizarro la vegetación era escasa,

los cielos oscuros y las construcciones precarias. Lo que era redondo en la Tierra era cuadrado

en el Mundo Bizarro, lo bello era feo, y así todo, excepto quizá las piernas virginales de Luisa

que por cuestiones de la pacatería americana lo seguían siendo.

Argentina también tiene su mundo bizarro: la Patria Bizarra, y está habitada por más

gente de la que uno se imagina. Y mucha de la gente que vive en la Patria Bizarra ni lo sabe. Se

especializan sobre todo en ver mal las cosas que están bien y se los reconoce por sus caras de

"yo no fui". Así como a los vampiros los espanta el ajo o la cruz (y a mí también, la cruz), a los

que habitan el mundo bizarro suelen espantarlos las ideas y su discusión. Usted se preguntará

si actúan así por oposición al gobierno, y yo respondo que no necesariamente. Ser habitante

de la Patria Bizarra es una cuestión de fe.

Ejemplos reales. Ante la mención de lo cómodo y rápido que resulta hoy obtener un

pasaporte, alguien me contestó: "A mí lo que me preocupa es saber qué destino se le da a esa

base de datos". Sobre las ventajas de la Asignación Universal por Hijo me dijeron: "deteriora la

calidad educativa porque hay chicos que van a la escuela obligados por los padres para cobrar

la cuota". Ante lo interesante que resultaba que escolares recibieran una netbooks para no ser

analfabetos tecnológicos: "¿Y quién domina a un chico en la escuela que se la pasa todo el

tiempo en su Facebook?". De la ley de medios, que propone una opción alternativa al discurso

único, y además canales gratuitos: "Busca que la gente mire lo que ellos quieren". Sigo:

"Nacionalizar los aportes jubilatorios es hacer caja", "el gobierno busca quedarse con Papel

Prensa para presionar a los diarios", "el desarrollo de los derechos humanos es manipulación".

"La reforma política (pedida a los gritos desde hace años por todos) es una trampa". Etc.

29

Ver Anexo: CRÓNICAS PERÍODISTICAS NO TRADICIONES. Pág. Nº 102. 30

Ver Entrevistas. Pág. 147.

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El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información.| 20

Roberto Ferro en La lectura como re-enunciación, sostiene que “enunciar es poner en

acto la estructura fundamental y las competencias lingüísticas, en un contexto de situación y

dentro de un determinado universo de sentido que otorga coherencia e inteligibilidad al

discurso”, además agrega que “la escritura es el soporte semiótico de la producción de

sentidos”31.

Por ejemplo en Veredas32, que es una crónica publicada el domingo 25 de julio de

2010 en Contratapa, escrita por Irene Ocampo, en el primer párrafo se exhibe:

Caminamos por la vereda de la calle en el comienzo del verano. Vos mientras

aprovechas a fumar, y yo te escucho contarme cómo le hiciste prometer a tu mamá que deje el

pucho. Irónico. Nuestro ritmo al caminar no se parece en nada al de la alocada ciudad en

épocas de navidades. La luz del sol entrando por entre los techos de los edificios, las copas de

los lapachos florecidos a varios metros de nuestras cabezas le da al ambiente un color único.

¿Hasta dónde podríamos seguir caminando? La charla se interrumpe para cruzar la calle.

En entrevista con el autor indagando el por qué de esta composición, se afirma que:

“está armado así porque es la única manera de poder contar lo que la crónica expresa. Lo que

más me interesaba era plasmar un montón de SENSACIONES (percepciones) y esto es lo que

más se nota en el relato. Quería no situarla demasiado, cualquiera que la leyera podría

representarse la propia vereda en donde poder ubicar esta historia.”

También en Helado de despedida33 – Contratapa –, escrita por Ocampo, en el

segundo párrafo aparece una descripción muy acorde para la cita:

Tenías la mejor voz de la noche. El concurso de karaoke del boliche pintaba de bajón,

y apareciste vos, cantando un bolero de esos que te rompen la cabeza, el corazón, todo.

Ganaste, obviamente. Te gusta ganar a todo, hasta en el karaoke del boliche. Te seguí con la

mirada, te di a entender que me gustaba mucho tu voz, tu forma de cantar, y claro algo más.

En la pista nos dimos varios besos y salimos de la mano hacia ¿tu casa? ¿la mía? No importaba

demasiado. Lo que más nos importaba era que la noche terminaba en un par de horas, y luego

a laburar.

31

FERRO, Roberto, 1989. “La lectura es la actualización por re-enunciación de un enunciado escrito”, SYC, Noviembre, Buenos Aires, Número 1. 32

Ver Anexo: CRÓNICAS PERÍODISTICAS NO TRADICIONES. Pág. Nº 100. 33

Ver Anexo: CRÓNICAS PERÍODISTICAS NO TRADICIONES. Pág. Nº 87.

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El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información.| 21

Es necesario mostrar cómo se presenta la información en Crímenes Políticos en

Argentina: Juan Camina34, escrita por Sonia Catela en marzo de 2011 para el diario, donde se

permitió trabajar de un modo más literal:

Y es que tiran el cadáver amortajado al Paraná, "¿lo van a encontrar? Ni con radar",

encienden el motor del patrullero pero no las luces y enfilan hacia Rosario, hacia el rato antes,

cuando tenían al tipo maniatado y "¿sabés qué queremos de vos, Juan? ¿No? Que te arrodilles

y chupes nuestros botines", que se humillara porque no había delación de nombres a exigirle,

ni participación en conjuras o complots a desarmar, ya que la cosa acababa de ocurrir en

Buenos Aires y con autores de otras fuentes, militares, gente del orden, pero el tipo, Juan, con

veinte detenciones por desacato y resistencia a la autoridad sobre la espalda, y esa testarudez

que lo llevaría a cometer otras cien, o doscientas insurrecciones, sin apartarse de las imprentas

clandestinas, de las protestas, de las volanteadas, este comunacho "la iba a parar". Negativo,

"nos tenés podrido", Juan embalado como un tren a contramano, pero al tren se lo desvía y

descarrilla, "ponelo en la camilla y dale, empezá. Hay que doblarle la terquedad", entonces, ya

que no la vas a parar, humillate, lágrimas, una defección de tus esfínteres, cagate encima, una

retractación, vómito, pedí piedad, algo en palabra o gesto, un doblegamiento del cuerpo que

compense todo lo que nos jodés; el contrato social, Juan, ceder un derecho a cambio de otro,

entonces ¿vale la pena aguantar los latigazos de la electricidad? Abreviate y abreviemos,

"Acelerá, Tixie, metele otra...", pero el hombre los enmudece, les mutila las palabras, "pará,

che, éste está duro como una estaca", y se les queda el hombre, tomale el pulso, mirá si se le

para el corazón, no jodás, nadie se muere por la picana, ¿y si éste se manda esa joda? y sobre

llovido mojado, ahora cayó la esposa, esa jodida, la Rosa Trumper se ha plantado afuera, le

trae un termo con café, ropa y una frazada al muerto y se emperra en que le demos las cosas y

no se mueve de la Jefatura, salí vos y decile que ya es tarde para esas comisiones, que se retire

y vuelva mañana, que no estamos a su disposición, que si no sabe que en Buenos Aires lloran

las madres el tendal de sus víctimas, decile que la situación es crítica, listo, la mina tuvo que

dar el brazo a torcer y mandarse a mudar, pero volverá, ya conocés la persistencia de los de

esta comparsa, y para colmo todos los otros "camaradas" aquí presentes escucharon a quién

trabajábamos, saben que lo teníamos al médico, se nos viene un tole tole, este flojo nos metió

el gran embrollo en el traste.

34

Ver Anexo: CRÓNICAS PERÍODISTICAS NO TRADICIONES. Pág. Nº 113.

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El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información.| 22

El escrito finaliza, apelando a lo concreto de la realidad:

El 27 de julio el ministro de gobierno de Santa Fe dio un comunicado reconociendo

que el Dr. Ingallinela "habría fallecido a consecuencia de un síncope cardíaco durante el

interrogatorio en que era violentado por empleados de la Sección Orden Social y Leyes

Especiales". Los responsables sufrieron condenas de entre 15 y 20 años de prisión. El cadáver

de Ingalinella no pudo ser hallado.

Se narran los aspectos de la realidad para que los sujetos experimenten más el nivel

de la situación, en modo de descripción. “La narrativización de notica significa el remplazo de

aquel discurso argumentativo-descriptivo característico de los medios de información

gráficos por un discurso narrativo que utiliza recursos literarios, teatrales o dramáticos”

(Holubica, 2006:57).

En cada situación (noticia) se realiza una construcción de la realidad a través del

lenguaje, en otros términos podemos decir que se configura una realidad a través de la

utilización del lenguaje. Por lo tanto comenzamos a entender a la noticia como una narrativa

que remite a acciones de personas y que es presentada por un narrador como suceso

verdadero que se desarrolla en un lugar, una parte del mundo que es común, o cercana, a los

lectores y que puede ser interpretada (como consecuencia de la acción de empalabrar) por el

lector. Se entiende que por cuestiones pragmáticas la noticia va ser el reordenamiento de

esa narrativa que se presenta como natural ya que responde a un acto de habla global como,

IN-FORMAR, y requiere un ordenamiento estratégico destacando los hechos.

Entender este concepto para plantear la noticia y aceptar que el mundo se construye

a medida que lo empalabramos, se acepta y se reivindica a la subjetividad como modo de

representar hechos – ya que al poner en palabras la realidad, los sujetos imaginan –.

Consideraremos, entonces, crónica periodística no tradicional al género que tiene

como función comunicativa explícita la de informar y que se construye con una estructura

textual en la que predomina el tipo narrativo – narrar es representar en el discurso acciones

que suceden en el tiempo y en el espacio y que son llevadas a cabo al menos por un agente –,

la cual es flexible a la introducción de otros elementos que enriquecen la descripción.

Una de las herramientas que se pueden introducir son los modos de incorporar las

voces de otros: a través de escenas dialogadas o bien a través de citas que se inscriben en una

serie de fenómenos agrupados bajo el nombre de polifonía – varia voces –. Estamos hablando

de que las escenas dialogadas van a aparecer en forma de citas o a través de la representación

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El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información.| 23

del diálogo realista, generalmente suelen aparecer bajo tres mecanismos: el estilo directo, el

estilo indirecto y una variante denominada híbrida.

Por ejemplo en Gestos35, una crónica de Natalia Massei publicada el día martes 5 de Octubre

de 2010:

La abuela se pasea en círculos con una botella de Seven Up sin abrir en las manos.

Ya va mamita, ya va, se dirige varias veces al nene con ternura. Ninguno de los tres se sienta

aunque la sala de espera está vacía.

Disculpe señorita, ¿podrá tomar algo la criatura?

La secretaria frunce los labios en señal de desconocimiento:

Yo creo que sí porque no es de sangre. Pero espere que lo llamamos al doctor.

La abuela recuerda que, años atrás, cuando la mamá del nene tenía apenas un año de edad,

tuvieron que hacerle el mismo estudio. Justo antes, hubo que darle, por indicación del doctor,

una mamadera con leche caliente aunque fuera pleno enero. Para que transpirara. Lo relata

dos veces mientras la secretaria llama al médico. La mamadera, la leche caliente. Era enero. El

doctor dice que sí, hasta puede desayunar si quiere.

Otro ejemplo, que podría traerse al trabajo es un diálogo que se produce entre los

personajes del texto de Víctor Maíni, publicado el miércoles 10 de agosto de 2011, Pasillos36:

A nadie extrañó entonces que una tarde sentados en el frío piso del pozo se refiriera

con esta pregunta sobre el abuelo de la víctima quien había fallecido hacía tres meses: "Che

Ojo, de tu abuelo no se supo más nada, eh"

-Se murió pelotudo, ¿Que querés que se sepa? - le contestó gritando.

-Y... la muerte es un misterio - alcanzó a completar la frase antes que la O grabada

en oro, inicial de Oscarcito para su mamá y de Ojo para nosotros, le partiera el labio inferior.

En Un intervalo breve37 de Natalia Massei, publicada el día 17 de agosto de 2010, se

expone una variante interesante para representar la conversación, en este caso se muestra la

posibilidad de que a través de distintas citas se reflejen las temáticas que son objeto de

35

Ver Anexo: CRÓNICAS PERÍODISTICAS NO TRADICIONES. Pág. Nº 105. 36

Ver Anexo: CRÓNICAS PERÍODISTICAS NO TRADICIONES. Pág. Nº 120. 37

Ver Anexo: CRÓNICAS PERÍODISTICAS NO TRADICIONES. Pág. Nº 123.

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El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información.| 24

diálogo en un campo específico en determinado período histórico, en este caso el de la

educación:

Al rumor del himno, el parloteo de los maestros se acalla. Se ponen de pie, con el

pecho abierto hacia el patio, los brazos caídos delante del torso y las manos juntas apoyadas

justo debajo del abdomen. Unos pocos permanecen sentados. Otros recogen sus carpetas y

corren a entonar el homenaje patrio. De la melodía llega un eco que amplifica el silencio. Con

los últimos acordes, las conversaciones se reanudan.

¿Ya llegaron las netbooks?

Pasame el catalogo de Avón, a ver.

¿Vieron las ofertas de la mutual para ir a Tecnópolis?

Ciento cincuenta evaluaciones para este fin de semana.

¿Los de quinto no se fueron a Bariloche?

Un desastre. Cada vez escriben peor.

Son deficiencias que traen de la primaria.

¡Y las maestras cada vez tienen menos nivel!

¿Sabías que la Lorena se recibió?

¿La chica que limpia en lo de tu mamá?

El año pasado. Da clases ahora. ¡¿Podés creer?!

En La crónica periodística. Lectura crítica y redacción se plantea claramente que al

momento de la redacción y la selección de situaciones dialogales “hay una serie de implícitos

intencionales (palabras no dichas pero sugeridas con un gesto, silencios, pausas, miradas y

otros elementos paralingüísticos) que se pierden en la cita” (Peralta/Urtasun, 2007:138). En

muchas de las crónicas que nos interesan para este trabajo, aparece siempre una descripción

que apoya a la cita, que contextualiza; así permite que el lector cree una imagen, de sentido a

lo que está leyendo, y así tratar de reconstruir.

Por lo tanto estamos queriendo decir que mucho de lo que hoy leemos como noticias

dejan de lado una realidad que pasó y que estuvo presente al momento de los hechos: los

diálogos, el nerviosismo de la situación, la representación del amor o del dolor. En la redacción

tradicional no queda plasmado, ya que sólo se remiten a expresar los hechos concisos, y lo

demás se transforma en una naturaleza muerta, olvidada. La crónica periodística no tradicional

es un espacio para repensar estas situaciones a través de la incorporación de estrategias

narrativas.

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El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información.| 25

Martín Caparrós define a la crónica como “una mulita de nuestro periodismo, un

medio extinguido dentro de un medio que está siendo absolutamente dominado por editores

que diseñan medios gráficos para lectores que no leen”38. De esta manera se limita la

estructura gráfica al mínimo posible ya que se decide competir con la radio o la televisión

pareciéndose a los otros medios, en lugar de apostar al poder de la escritura.

En relación con lo anterior afirma Elionor Ochs en el texto Ámbitos Narrativos que no

se puede “pasar por la vida sin decir a los demás lo que nos ocurre o lo que les ocurre a otros,

no contar lo que hemos leído en un libro o visto en una película. No ser capaces de oír, de ver

o de leer dramas compuestos por otros. No tener accesos a las conversaciones, a los textos

impresos, a los cuadros o a las películas que presentan acontecimientos reales o ficticios”39.

También suma que es imposible imaginar que no se compongan narraciones para el hombre,

concluye en qué “significaría un mundo sin historias, sin mitos, sin dramas y vidas sin

reminiscencias, sin revelaciones y sin revisiones interpretativas”40.

Si no existirían las crónicas todavía no nos hubiéramos descubierto, o habría partes

de nuestra historia inconclusa, en América Latina se necesita fervorosamente testimoniar lo

que sucede a nuestro alrededor: nuestras tragedias, nuestro atraso, nuestras exuberancias o

nuestras alegrías. Nuestra literatura habla y pide.

2.3 Un poco de historia…

“Nos hemos forjado un lenguaje apto para expresar nuestras realidades, y el acontecimiento que nos venga al encuentro hallara en nosotros novelistas de América Latina, los testigos, los cronistas e intérpretes de

nuestra gran realidad latinoamericana”. Alejo Carpentier

41.

Esta mezcla entre el discurso periodístico y el literario es relativamente nueva y

corresponde de alguna manera a las vanguardias de la Argentina de los años 20´ que se dan

en paralelo con los cambios de modernización del país – mejoras en las condiciones de la

cultura urbana –, de esta manera se dan a la luz nuevas formas de percepción y subjetividad.

Debemos hablar del desarrollo de una cultura altamente textual, entre tantas razones por el

impulso alfabetizador de la escuela pública desde fines del siglo XIX.

38

EBLOG. Periodismo. Cibercultura. Publicidad. Tecnología. Medios. Habla Martín Caparros (entrevista) http://www.eblog.com.ar/1368/martin-caparros-parte-1/ (página consultada. 14/10/11). 39

Weblog Cátedra de Redacción Periodística 1. Escuela de Comunicación Social / U.N.R. Elionor Ochs, Unidad 6,

TEXTO FUENTE, Ámbitos Narrativos.

http://www.bdp.org.ar/facultad/catedras/comsoc/redaccion1/unidades/2008/07/narrativa_elinor_ochs.php

(página consultada el 3/06/2011). 40

Ídem. 41

TIMOSSI, Jorge, 2000, Palabras sin frontera, Ediciones Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos C.L.

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El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información.| 26

A partir de 1920 se dieron una serie de cambios que posibilitaron el surgimiento de

programas y prácticas vanguardistas. A través de las mismas se comenzó a organizar

simbólicamente la percepción y la representación de mundo; principalmente aquella

interacción del discurso literario y del discurso periodístico.

Quien adquirió mayor prestigio en reconocer múltiples aspectos de la cultura

urbana de la época fue el popular Roberto Arlt, que desde que nace el diario El Mundo, en

1928, publicó una columna diaria bajo el título Aguafuertes porteñas - con el tiempo sufrió

algunas modificaciones en el nombre, llegó a llamarse Aguafuertes uruguayas, patagónicas,

gallegas o africanas; según sus reportes – las mismas eran un registro descarnado e irónico

de la cultura de la época y resultan inclasificables en cualquier género convencional.

Estas interesantes crónicas surgen de las recorridas por estos submundos que Arlt

conocía, registrando los aspectos de la urbe con muchísimo sarcasmo. Componían así un

panorama de imágenes que representaban la actualidad. Estos trabajos son denuncias

explicitas de las necesidades de los ciudadanos que corresponden a un espacio-tiempo

determinado, son intervenciones críticas.

Este autor era un intelectual preocupado por el uso del lenguaje popular en la

literatura, este lenguaje se considera que es el lenguaje de los pueblos (Elionor Ochs en

Ámbitos Narrativos afirma que la forma más importante y universal de la narrativa no es el

producto de la musa poética, sino de la conversación corriente), quizás esté allí el por qué de

su éxito. En sus trabajos ha utilizado un lenguaje coloquial, el mismo que usan sus lectores

(peculiar – registraba miradas no tenidas en cuenta por la cultura oficial). En estas crónicas

se acepta la subjetividad, pues siempre se relatan desde la primera persona del singular. Sus

interpretaciones son sus formas de leer la ciudad desde otros puntos de vista.

Roberto Retamoso, docente titular de la Cátedra de Periodismo y Literatura de la

Escuela de Comunicación Social – UNR –, en su trabajo Vanguardias, periodismo y literatura

en la Argentina de 1920 y 193042, plasma que estas crónicas “son denuncias de las carencias y

necesidades insatisfechas que padecen los habitantes de la ciudad”. Retamoso se encarga

también de destacar un punto esencial al decir que “Arlt se constituye en una mirada

sesgada, que soslaya los objetos privilegiados por el discurso periodístico convencional – los

grandes episodios, los personajes importantes – para detenerse en aquello que nunca podría

ser tema de dicho discurso: lo ínfimo de la vida social”.

42

RETAMOSO, Roberto, “Vanguardias, periodismo y literatura en la Argentina de 1920 y 1930”, artículo publicado en La trama de la comunicación, Anuario del Departamento de Ciencias de la Comunicación, Facultad de Ciencia Política y RR.II. Universidad Nacional de Rosario. Vol. 7.

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El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información.| 27

Esta es otra característica fundamental para pensar el concepto de crónica con el

cual estamos trabajando, esta particularidad empieza a denotar cierta capacidad de comunicar

los hechos. Natalia Massei43 afirma en entrevista, ante la pregunta de cómo llegó a la

confección de la anteriormente nombrada crónica publicada en la sección Contratapa de

Rosario 12 – Gestos –, que: “el recurso principal es la focalización extrema de detalles banales,

elementos de cotidianidad que resultan insignificantes si no nos detenemos en ellos, pero que

al ponerlos en primer plano configuran un nudo de trascendencias, resonancias éticas,

sociales”. Ejemplo:

Hay que hacerle un análisis al nene. Van a ser las once y el doctor todavía no llegó.

No estaban seguras de la preparación para el estudio así que lo trajeron sin desayunar, por las

dudas. El nene llora. Es chiquito, dos años quizás. Tiene hambre. Afuera la mañana es fresca y

soleada, adentro la calefacción ahoga. El nene se tambalea sobre sus piernas inexpertas por

toda la sala de espera, llorisqueando, y aterrizando cada dos o tres pasos en las piernas de su

mamá o en las de su abuela. Una lo dobla en estatura y es difícil calcularle la edad. Un rostro

maduro sobre un cuerpo aniñado. La otra es muy alta, alrededor de un metro setenta. Ambas

corpulentas y de rasgos duros. La piel curtida y arrugada alrededor de unos ojos oscuros que

insinúan juventud y fortaleza. La mirada amable. El nene tiene los cachetes húmedos,

embadurnados de lágrimas y sudor mezclados con la mugre de sus manos que se lleva

constantemente a la cara. Está abrigadísimo: una campera marrón de corderito, cerrada hasta

arriba, un jean nevado y unas zapatillas diminutas de lona roja. Para que traspire, dice la

abuela. Él se deja estar así. Se queja un poco pero sin capricho. Es buenito, explica la madre.

Quien tiene un pensar similar es nuestro Javier Chiabrando (que para este trabajo se

utilizaron dos intervenciones de él –La patria bizarra, anteriormente nombrada y Me quiero

nada, poquito, mucho). Sostiene ante la pregunta de cuál es el motor que lo impulsa a escribir

sobre determinados temas que: “básicamente hablar de temas que considero de la realidad

cotidiana, incluida la política. En ese sentido, el origen de mis textos periodísticos es similar a

los de cualquier crónica. […] Luego, todo está en buscar la forma de escribirlo, no tener miedo

y no autocensurarse”.

43 Ver ENTREVISTAS. Pág. 143.

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El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información.| 28

Por ejemplo en Letra Be44 de Bea Suárez, publicada el 13 de mayo de 2011, podemos

ver rápidamente como se relaciona un hecho conciso con la historia particular de una persona,

que es similar a la de muchos otros.

Lo veo triste, pero tan triste, que por momentos no puedo explicarme el sentimiento.

Me dice que de seis que quedan deben ganar cinco, se lo ve cansino, preocupado, en un

desasosiego de película.

Sufre la letra Be con alargada agonía, infinita a todo lo que pasa. Ya no: canchero y

arrogante, fuerte, plebeyo, de sueño en sueño. Ahora "de seis tienen que ganar cinco" pasó a

ser la frase que repite como la nena con "eraparauntar".

Descendió, cayó a la Be, se precipitó a un torneo raro e instantáneo, donde el éxito

no será ser campeón sino subir, salir de una estación salpicada con desgracia y burlada por la

otra mitad de Rosario.

Arlt, caracterizado como un receptor atento, trató temas como por ejemplo: los

problemas del Delta en Los Problemas del Delta y otras aguafuertes recopiladas por Editorial

Embalse, habló de la feminidad – en una selección del Página 12 que se titulo Secretos

Femeninos, o de la delincuencia porteña, seleccionadas en el Tratado de delincuencia de

Editorial La Página S.A.

En el punto anterior hablamos de que no se puede pasar por la vida sin contar

historias, qué le ocurre a los otros, sin ellas el hombre no sería lo que hoy es.

En afirmación con lo anteriormente dicho, a modo de ejemplo, es interesante

destacar un proceso hipertextual que se encuentra en el siguiente fragmento extraído del

libro Breve historia contemporánea de la Argentina escrito por Luis Alberto Romero45 y una

crónica de Roberto Arlt, también se comprende el paralelismo inseparable entre la historia y

el periodismo:

44

Ver Anexo: CRÓNICAS PERÍODISTICAS NO TRADICIONES. Pág. Nº 116. 45

ROMERO, Luis Alberto, 2001 (1994), Breve historia contemporánea de la Argentina, Diseño/CAFÉ, Buenos Aires.

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El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información.| 29

“La incertidumbre era común a todos los sectores que habían concurrido a derribar al gobierno de Yrigoyen a interrumpir la continuidad institucional.

Ciertamente coincidían en este primer objetivo, y se solidarizaban con el gobierno cuando perseguía a los dirigentes anarquistas o comunistas – perseguidos por la nueva Sección Especial de la Policía -, y hasta el fusilamiento del “anarquista expropiador” Severino di Giovanni.

Pero en rigor – y a diferencia de 1919 -, en 1930 la movilización social era escasa, la Depresión paralizaba la contestación, y las direcciones sindicales, escasamente identificables con la institución democrática, había hecho poco para defenderla. Éste no había sido el objetivo desencadenante de la revolución, como tampoco lo fue la crisis económica mundial, ausente del debate y cuyas vastas consecuencias parecían no advertirse todavía.”

Capítulo III. La restauración conservadora 1930-1943. Regeneración nacional o restauración constitucional. Breve historia contemporánea de la Argentina. Luis Alberto Romero.

De esta manera Romero inicia el relato del periodo que va de 1930 a 1943, este

hecho en la historia, la muerte del anarquista, está narrada en una crónica de Roberto Arlt

titulada El fusilamiento de Severino Di Giovanni, a través de un magistral relato que cuenta

estos últimos momentos de la vida del idealista46 tal cual como se le presentaron a sus ojos.

Retamoso define a Roberto Arlt como un receptor atento y en esta caracterización se

encuentra el punto de partida que hace al periodista que estamos buscando, salir a la calle,

encontrar la historia que desencadenará algo más grande, o que es consecuente de, y que

absolutamente está ligado a un contexto social-político, es decir, es la descripción misma de la

actualidad a través de una crónica atractiva, que no tiene la rigidez de estar limitada por el uso

de determinadas técnicas.

Por ejemplo, una representación propia de la época también descripta por Roberto

Arlt que muestra la desocupación de la etapa histórica de la cual veníamos hablando y que no

perdió vigencia – como afirmaba Martín Caparrós al hablar de la temporalidad de la crónica –

tanto sea en su descripción como en el mismo lenguaje y hasta en la imagen que se desprende

–, es el aguafuerte titulada La tragedia del hombre que busca empleo47 y es en este paso del

tiempo que se ve como una crónica sobrevive al movimiento de los minutos para ser traída

constantemente a la actualidad, son crónicas que desprenden un análisis y que se alejan de las

noticias en forma de píldoras que desaparece en horas.

Arlt, fue quién supo burlar los esquemas del periodismo clásico, es uno de los

mayores escritores argentinos de mayor riqueza de léxico, y una parte muy importante de

sus vocablos no proviene de las turbulencias callejeras sino que ha sido asimilada en sus

lecturas afirma, en el cuaderno La historia popular48, Eduardo González Lanuza haciendo de

46

Ver ANEXO ARLT. Pág. 131. 47

Ver ANEXO ARLT. Pág. 132. 48

GONZÁLEZ LANUZA, Eduardo, 1971, La historia popular. Vida y milagros de nuestro pueblo, Roberto Arlt , Centro editor de América Latina.

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El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información.| 30

esta manera hincapié en su previas lecturas, conocimientos y relacionándolo con esta idea

que aparecía anteriormente recuperada de Tomás Eloy Martínez al pensar que hoy los

periodistas leen menos a los grandes novelistas.

En un sentido más romántico, se busca plantear la posibilidad de que exista un

periodismo tan interesante como una novela. También debemos entender que los medios

que están acostumbrados a tratar con textos tienen una desconfianza muy grande con la

crónica, porque ellas requieren más tiempo y mayor espacio que una noticia que

corresponde a las estructuras clásicas, por ende demanda mayor cantidad de dinero. Villordo

compara a la crónica como los cascos azules de la ONU donde aclara que tienen un gran

prestigio simbólico, pero pocas oportunidades de entrar en acción.

Las vanguardias literarias han intentado romper la linealidad a partir de nuevas

formas de espacialización que buscan generar otros efectos de sentido. El cronista sirve a la

verdad y puede reconstruirla de manera intensa con técnicas que involucren la subjetividad

de los testigos y que recuerden la estructura de los relatos de ficción, o sea, que la

subjetividad de los espectadores se verá representada como en los textos de ficción – como

los personajes de las novelas –. Cuando nos referimos a subjetividad pensamos en las

emociones, los sentimientos de cada persona que están involucrados en la crónica. Pero en

ningún momento se debe novelizar la realidad, jamás.

En un sentido crítico lo interesante de estas narrativas surge al pensar que ellas nos

están tratando de develar algo más grande, comienzan con una idea menor para luego

delatar su importancia absoluta – surgiendo así lo llamativo de las lecturas, generando una

sensación de que algo se está ocultando en lo cotidiano o que existe otro mensaje dentro de

ella y que genera o demanda un receptor/lector activo –.

Al contar una historia se apela de lo singular e irrepetible, un ejemplo es el caso de

Arlt donde muchas de sus crónicas parten de lo íntimo y luego se agregan los datos que

refuerzan el texto; con esta idea se pasa de una historia individual al impacto público.

El periodista se centra más en los detalles particulares de cada momento, para

después, si se quiere, utilizar algunas cifras. Empieza así a tomar carácter noticioso en este

cruzamiento, de esta manera se van creando unidades de realidad que van llevando a la

crónica a tener un sentido; así también aparecen los hechos históricos que le dan coherencia,

se genera un marco que estructura la realidad y le da un contexto único.

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Podemos citar algunos ejemplos, Inundaciones de ayer ¿y de hoy? 49 De Pablo

Suárez, publicada el 3 de noviembre de 2009:

En la década del 40 fue necesaria una primera obra de entubamiento, que funcionó

muy bien, durante veinte años. En 1960, comenzó un ciclo de inundaciones muy importantes

que culminaría en 1971. Tendría que llegar 1986 para que los gobiernos provinciales

asumieran la necesidad de la construcción de la presa retardadora, que si bien ha pasado

momentos difíciles, ha logrado evitar las inundaciones, por lo menos de las zonas de barrios

Belgrano, Empalme y Arroyito. Mención especial aquí para el NUMAIN, y el movimiento

vecinalista de Empalme Graneros que con una larga tradición logró hacer escuchar la voz de

los inundados en cada momento crítico.

Algo entre nosotros no va bien.

Las últimas inundaciones importantes que se recuerdan en Rosario, se dieron en

2003/2007 en la zona de Nuevo Alberdi y Cristalería. No se debieron directamente al Ludueña,

pero tienen que ver con su cuenca, porque los canales Salvat e Ibarlucea tributan a este

arroyo.

La mancha urbana de Rosario se sigue expandiendo y seguimos sin planificar el

crecimiento, ocupando espacios en forma caótica, espacios que quizás no tendríamos que

haber ocupado. La construcción de barrios aguas abajo de la presa retardadora implica que el

escenario que se planteó en 1960 lo podemos reproducir en este siglo.

No podemos dejar que, como en aquellos momentos, la obtención de renta urbana

sea el criterio con el que se organiza el espacio de la cuenca. Esto no hace más que reforzar las

desigualdades. Los indicios no son alentadores, porque parece reproducirse la vieja dinámica

de enviar a los pobres a las zonas vulnerables, mientras a unos metros, pero en zona

"protegida" se realizan grandes negocios de especulación inmobiliaria. La culpa, como vemos

será definitivamente de quienes consientan esta situación.

Si redactar los detalles de cada momento es una característica, veamos esta crónica

k de Sebastián Artola, Recuerdos del 2750, publicada el 27 de octubre de 2011:

Perplejos frente al televisor, casi en silencio, de canal en canal. "¿Y ahora a quién

votamos?", fue lo primero que dijo el mayor de mis dos hijos, por entonces de siete años. Le

49

Ver Anexo: CRÓNICAS PERÍODISTICAS NO TRADICIONES. Pág. Nº 75. 50

Ver Anexo: CRÓNICAS PERÍODISTICAS NO TRADICIONES. Pág. Nº 129.

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El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información.| 32

conté la noticia, se fue en silencio, volvió y me hizo la pregunta. Tenemos dos. Pasan tanto

tiempo en reuniones y actividades como en la escuela y con amigos.

Los mensajes de textos de los cumpas que estaban censando, preguntando,

queriendo dudar, no creer. Las primeras palabras que pude escribir recién cerca del mediodía:

"Se fue quien devolvió al pueblo y a la militancia la esperanza de que otra Argentina es posible.

Que el dolor nos empuje para seguir más juntos que nunca por este camino. De nosotros

depende. Tomemos de su mano la bandera y empuñémosla bien alta. Hagamos carne en cada

uno de nosotros el proyecto nacional. Llenemos la calle para darle a Cristina todas nuestras

fuerzas. Para decirle que estamos. Que somos más que nunca. Y que seguimos junto a ella

hasta el final en la construcción de una patria para todos".

Había que salir a la calle. A las 20 al Monumento a la Bandera, donde sino. La

impaciencia, la sangre alborotada y el cosquilleo en el estómago. Llamé a unos cumpas:

--Hagamos una pintada.

--¿Cuándo?

--Ahora, ya.

Las paredes siempre fueron la voz del pueblo, esta vez no podía ser la excepción.

Calles desoladas. Con ferrite negro en un paredón, a la tarde no tan tarde, pintamos: "Fuerza

Cristina. Néstor vive en cada uno de nosotros". Desahogo. Un auto que frena, nos sacan fotos,

estaban de paseo por la ciudad.

Crítica, análisis y reflexión sobre el mundial de fútbol por Gary Vila Ortiz en Mirar el

mundial políticamente51 – 6 de junio de 2010 –:

Que el mundial de fútbol se esté jugando en el país africano que sufrió durante

mayor tiempo las atrocidades del colonialismo europeo no deja de ser un hecho significativo

que merecería un análisis realizado por algún experto en temas de sociología, de política

exterior, un historiador del calibre de un Hobsbawm. Nosotros no somos nada de eso, tan sólo

periodistas y además ese ser tan particular que es el hincha de fútbol, que le interesa más su

equipo que cualquier campeonato por mundial que sea. En este caso, sin embargo, como

tenemos un profundo interés por la historia de África y sus sufrimientos desde aquel momento

en que alguien decidió que no había que esclavizar más a los indios americanos y por eso había

que traer esclavos africanos, lo que se hizo con particular crueldad y con indudable eficiencia,

nos interesa el intento de hacer una lectura política del mundial. África del Sur: ahora el país

51

Ver Anexo: CRÓNICAS PERÍODISTICAS NO TRADICIONES. Pág. Nº 92.

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de los bantúes, de los zulus, de los hotentotes y de los bosquimanos recibe con los brazos

abiertos a esos hombres blancos pertenecientes a países que, en mayor o en menor medida,

se sintieron como sus dioses y los llevaron a la esclavitud. Una lección de grandeza de un

pueblo gobernado por los negros que, si bien se han dejado de lado las leyes espantosas del

apartheid, los blancos siguen siendo los dueños de más del ochenta por ciento de las tierras

agrícolas productivas.

El periodismo narrativo le da sentido a la realidad, a una realidad que muchas

veces es común a los ojos de los ciudadanos – que es cotidiana –, es decir, son momentos

que aparecen y hay que desenterrarlos para presentarlos en una hoja a través de un

planteamiento, desarrollo y una resolución. Así aparece una historia, gracias al cronista, que

intriga, que conmueve y que da ganas de actuar.

La experiencia indica que este tipo de periodismo reconstruye los hechos – la

realidad – con la intensidad de quienes lo vivieron, se mezcla lo colectivo con lo individual y

lo privado con lo público, cruzándose INFORMACIÓN con EMOCIÓN. Al momento de la

cobertura se reciben datos fácticos que construyen de alguna manera el hecho noticioso en

sí, pero para rearmarla, revivirla, se debe hacer a través del discurso de cada uno de los

protagonistas que transcurrieron por esa situación. De alguna manera el periodismo

narrativo genera en el lector una identificación absoluta con el texto.

En otro orden de la información, Ana Atorresi, en su libro Los estudios semióticos. El

caso de la crónica periodística52 sostiene que a partir de los años sesenta comienza a

producirse una transformación profunda en los géneros informativos. La profesora afirma

que “hablar de transformación del género periodístico informativo implica la consideración

de que este estilo […] no deja de informar sino que lo hace un modo diferente”. Bajo la

misma idea reflexiona que “la crónica […] deja de ser un relato lineal porque se oscurecen las

relaciones de casualidad entre las acciones, sobre todo a partir del uso (y abuso) de

conectores interpretativos (curiosamente, obviamente, naturalmente, nadie pensó que,

etc.).También se complejizan los segmentos que constituyen escenas narrativizadas porque,

a diferencia del género informativo tradicional, ya no se limita a incluir el discurso de un

informante, sino que recurren a los testigos de opinión” (ATORRESI, 1996:201).

Debemos agregar que también comienza a verse bajo el objetivo aparente del

mero enriquecimiento retórico, una multitud de detalles marginales respecto de la trama

52

ATORRESI, Ana, 1996, Los estudios semióticos. El caso de la crónica periodística. Ministerio de Cultura y Educación de la nación. CONICET.

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narrativa (descripciones de atmósferas, lugares, personajes, presentación de anécdotas, etc)

se articulan en el interior de las distintas historias.

En un sentido más amplio, por ejemplo, en el periodismo actual aparecen figuras

como Josefina Licitra, distinguida con el Premio Nuevo Periodismo CEMEX-FNPI53 con su nota

Pollita en Fuga54, crónica publicada en Rolling Stone. Ella utiliza la crónica narrativa para

expresar hechos noticiosos, este trabajo en particular da una vuelta de rosca a la visión

emitida por los medios en general que se tenía acerca de un hecho. Con esta crónica se deja

de ver el caso como se veía, ya no es más una niña delincuente el eje principal de la nota sino

que comienza a dejarse entrever a una niña víctima de la pobreza, la desocupación, el

abandono familiar y el desorden de las políticas nacionales al margen del claro

entrecruzamiento que existe entre lo público y lo privado en las instituciones

gubernamentales. Sus publicaciones además de estar en su blog aparecen en la revista Gato

Pardo – México -, Soho – Colombia –, Etiqueta Negra – Perú –. Ella es Argentina.

Josefina Licitra aclaró en la charla que tuvo en una de las aulas del Instituto ISET 18

20 de Junio, de la ciudad de Rosario el día 15 de Octubre de 2010 – donde funciona una

escuela de periodismo –, que “existen pocos espacios para la publicación, por eso es que más

de una vez se hacen afuera del país del cual uno es”.

Otro de sus trabajos, y uno de los más distinguidos es el que trata sobre Susana

Trimarco – Historia de una mujer bomba55 –, en su momento uno de los personajes más

relevantes de la escena noticiosa local, esta mujer empecinada en buscar a su hija,

desaparecida en las redes de la prostitución, habló con Josefina Licitra y armó una crónica

que denota las aguas turbias que un lugar tranquilo mantiene estancadas, San Miguel de

Tucumán, la crónica puede desenmascarar la realidad y como lector atrapa tanto por la

crudeza de la misma, de esta manera la información adquiere otro prestigio. Este trabajo

pudo haber sido publicado en alguno de los grandes diarios de tirada nacional para que todos

se informasen y apelaran a los registros de este tipo, pero sin embargo fue publicado en la

revista Gatopardo, México, en el 2007.

53

Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano. www.fnpi.org 54

Para ver la nota completa: http://www.rollingstone.com.ar/582577 (página consultada el 21/10/2011). Revista Rolling Stone, 01/01/03. 55

Para ver la nota completa: http://www.taringa.net/posts/arte/8099917/Josefina-Licitra---Historia-de-una-mujer-bomba_.html (página consultada el 25 de octubre de 2011).

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2.4 Crónicas como registro histórico.

“Imaginemos un mundo sin redacciones. Pasar por la vida sin decir a los demás lo que nos ocurre o lo que les ocurre a otros, no contar lo que hemos leído en un libro o visto en una película. No ser capaces de oír, de ver o de leer

dramas compuestos por otros. No tener acceso a las conversaciones, a los textos impresos, a los cuadros o a las películas que presentan acontecimientos reales o ficticios. Imaginemos que ni siquiera pudiéramos componer

narraciones interiores para nosotros mismos. No. Un universo así es inimaginable, pues significaría un mundo sin historias, sin mitos, sin dramas y vidas sin reminiscencias, sin revelaciones y sin revisiones interpretativas.”

Elionor Ochs56

.

Además de la importancia intrínseca de los acontecimientos y de las decisiones que

se toman en el interior de los medios, para que un hecho se convierta en noticia debe ser

interesante para el público; cierran muchos manuales de periodismo. Es oportuno preguntarse

qué tipo de situaciones pueden resultar de interés a la audiencia. Otros sostienen que es

noticiable, en primer lugar, los acontecimientos que representan una infracción, una

desviación, una ruptura del habitual curso de las cosas. Otros autores destacan la condición de

novedosa que debe tener la noticia y por último hay quienes ofrecen una versión más modesta

de la noticiabilidad: “son interesantes las noticias que apropósito de un acontecimiento tratan

de dar una interpretación basada en el lado del interés humano, del punto de vista insólito,

de las pequeñas curiosidades que llaman la atención” (Wolf, 1987:233).

Claro es que esta situación está determinada por el newsmaking o teoría de la

construcción de la noticia que cómo afirmamos en el primer capítulo se enfoca sobre las

condiciones normales, rutinarias y cotidianas en la que se desenvuelve la organización

periodística. Por otro lado aparecen estas narrativas con sus propios códigos lingüísticos,

culturales e ideológicos, que emplean otras estrategias textuales. Por ejemplo, se desprende

de la lectura de la sección Contratapa publicaciones que no responden a lo tradicional del

periodismo. A continuación se propone un fragmento de la publicación perteneciente al

viernes 23 de octubre de 2009 – Clasista y Combativa57 –, escrita por Bea Suarez donde se

recurre a una cita textual para luego relacionarla, luego del trazado de una línea, con la

situación de actualidad:

"La psicología individual tiene que ser por lo menos tan antigua como la psicología de la masa,

pues desde el comienzo hubo dos psicologías: la de los individuos de la masa y la del padre,

jefe, conductor”.

56

Weblog Cátedra de Redacción Periodística 1. Escuela de Comunicación Social / U.N.R. Elionor Ochs, Unidad 6,

TEXTO FUENTE, Ámbitos Narrativos.

http://www.bdp.org.ar/facultad/catedras/comsoc/redaccion1/unidades/2008/07/narrativa_elinor_ochs.php

(página consultada el 3/06/2011). 57

Ver Anexo: CRÓNICAS PERÍODISTICAS NO TRADICIONES. Pág. Nº 73.

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El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información.| 36

Sigmund Freud. La masa y la horda primordial. “Psicología de las masas y análisis del yo. 1921”.

El día 24 de junio se publica Moreno y Córdoba58, También escrita por Suarez, esta

crónica que está narrada en primera persona parte también de un cita textual, para luego

comenzar a describir una escena que desde hace años se decidió naturalizar. Luego de la cita

se informa:

“Habría que meterse el uno en el otro

como los pétalos en torno a los estambres:

tanto está lo desmesurado en todas partes,

y se amontona y contra nosotros se lanza.

Pero, mientras nos apretamos uno contra otro,

para no ver cómo se acerca por todas partes,

puede surgir de ti, puede surgir de mí:

pues nuestras almas viven de traición”.

Rainer Maria Rilke

Albada oriental. Selección de poemas.

Hace años paso diariamente por esa esquina de la ciudad.

Me resulta clave por varias razones. Funcionó allí hasta hace poco un bar, en el

otrora centro clandestino de detenciones y torturas durante la última dictadura militar, sede

de policías de aquél momento (sin redes para sostener patria alguna).

También está la Facultad de Derecho que se quemó hace unos años, fue

reconstruida, restaurada. Observé el arreglo paso a paso, techos y una cúpula color azul

Francia consumida en partes por un fuego que ciertas bombas de estruendo dejaron, entre

extravíos y disgustos.

Cada vez que arribo en bicicleta, recargada de humo y urbe, ruidosos colectivos y

enormes convenciones de palomas, advierto la presencia de unos bultos tapados prolijamente

con nylon negro, papeles intranquilos (por vientos que no atajan los plátanos de plaza San

Martín) utensilios varios, botellas y perros. Debajo de todo eso vive una señora cuyo nombre

desconozco. Algunos dirán en situación de calle, yo pensaría más bien a cielo abierto, rodeada

de paquetes y provechosas horas céntricas sin altillo.

58

Ver Anexo: CRÓNICAS PERÍODISTICAS NO TRADICIONES. Pág. Nº 118.

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El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información.| 37

Esta señora barre la vereda, saca las estrelladas hojas secas, lee con anteojos, se

sienta cómodamente a experimentar quien sabe qué diarios, remite a una gran soledad

interior que (al menos a mi) me inspira respeto.

Podríamos también citar a Iván Fernández con su intervención Una noche en un

planeta59 – en referencia a Planeta X, una casa bailable de música alternativa – que divide a la

crónica con pequeños subtítulos: “Itinerancia”, “Reiteración”, “Vibración”, “Oscilación” y

“Recurrencia”. Así cada autor va dejando su sello en cada publicación, encontrando una

manera distinta de comunicar las determinadas informaciones. Obsérvese (tercer y cuarto

párrafo):

Reiteración.

En la proyección se concatenan cortos de entrevistas. En todos, algunos músicos

hablan. En todos, escenas similares recurren: los músicos tocando por la noche, los músicos

hablando en alguna postura informal (sentados en el pasto de un parque, en el cordón de una

vereda) sin mirar a la cámara, durante el día.

Los músicos hablan de sus influencias, de su música, de lo que hacen y de lo que van hacer, de

los discos que salieron y de los que van a salir. Discurren durante el día, en el hablar del poco

dormido, y miran al horizonte (como lo hacen los profundos).

Vibración.

Saliendo de la terraza se entra en un pasillo que lleva a una sala. En el escenario

dispara el DJ.

La música se construye sobre la ida y vuelta de sonidos que se columpian. Las franjas de las

alturas se reparten el resto de los parámetros del sonido. En la zona de los bajos, hace figura el

ritmo, en los de los agudos, el timbre. Las duraciones se organizan retornando y todo está

cruzado por las texturas.

La importancia de estas crónicas están dadas por el legado histórico que van

dejando, la crónica convierte al periodismo en algo más que información que morirá en las

próximas horas. Se justifica que la misma, en la mayoría de los casos, puede sobrevivir contra

59

Ver Anexo: CRÓNICAS PERÍODISTICAS NO TRADICIONES. Pág. Nº 109.

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el tiempo. Ivana Romero en Crónica: otro modo de dialogar con la información, afirma que

este género “hace que un hecho perdure en la memoria de las personas, aún cuando sus

latencias y consecuencias hayan desaparecido. Esto se logra gracias a que utiliza unas

herramientas y recursos más literarios, lo que no significa, ni muchos, que deje de ser

periodismo y estar al servicio de la realidad”60.

Teniendo en cuenta y como explicábamos líneas arriba la crónica periodística no

tradicional es una narración, por lo tanto esas palabras serán objeto de reflexión para dar

cuenta, en este caso, del mundo contemporáneo. “El esfuerzo de dar forma de narración a las

experiencias vividas también crea sentidos y nos brinda la posibilidad de recuperar historias,

tradiciones, maneras de pensar y obrar” (Litwin, 2009:19).

Para ejemplificar, Javier Chiabrando en Me quiero nada, poquito, mucho61, lunes 24

de octubre de 2011:

Abróchese los cinturones que este es un texto obsceno: voy a hablar bien de la

Argentina. Sí, leyó bien, voy a hablar bien de nuestra vapuleada patria de la que todos huimos

alguna vez, sea en sueños, sea de cuerpo presente, sea obligado por los que sacudían un sucio

trapo negro. Y es la primera de una serie de notas que después serán editadas todas juntitas

en un libro que será best sellers y que me volverá otro famoso y rico artista argentino.

Parafraseando a Dalí ("Los dos grandes golpes de suerte que le pueden suceder a un pintor son

ser español y llamarse Dalí.") yo digo: famoso, rico, Chiabrando, y ¡nada menos que argentino!

Que me corran de atrás. Usted se preguntará qué autoriza a este tipo, que apenas escribió

algunas contratapas que me hicieron reír como loco/a, a hablar de la patria como si fuera su

vocero. Bueno, en principio puedo comparar porque viví en cuatro paisetes europeos: Francia,

España. Suiza e Italia. Sí, no me envidie. O envídieme, qué tanto, que te envidie un argentino

es motivo de orgullo.

Continúa….

¿Acá hay inseguridad? Dese una vuelta por la periferia de París a la medianoche. ¿Este

es un país corrupto? Lea los diarios de gallegolandia y vea de lo que son capaces en la patria

60

Weblog Cátedra de Redacción Periodística 1. Escuela de Comunicación Social / U.N.R. Romero Ivana, Unidad 6, TEXTO FUENTE, Crónica: otro modo de dialogar con la información. http://www.bdp.org.ar/facultad/catedras/comsoc/redaccion1/unidades/2008/07/cronica_otro_modo_de_dialogar.php (página consultada el 20/11/2011). 61

Ver Anexo: CRÓNICAS PERÍODISTICAS NO TRADICIONES. Pág. Nº 126.

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El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información.| 39

madre que nos reparió. ¿La clase política le da vergüenza? Averigüe sobre un tal Berlusconi.

¿Usted cree que Brad Pitt es más guapo que Echarri? Luciana Salazar no será tan alta como

Pamela Anderson (y esa malla roja con la que corría por la playa dejando su humanidad saltar y

saltar, le chingaría de sisa), pero Luciana tiene ese no sé qué de prima con la que uno juega al

doctor. ¿Cómo van a idolatrar a alguien que se llama Lady Gaga? ¿No sabemos jugar al

béisbol? Bueno, pegarle a una pelota con un palo no es nada de otro mundo. Lo difícil es darle

con el pie y clavarla en un ángulo. Y de cabeza ni hablar. ¿No tocamos jazz como los

neoyorquinos? ¿Y ellos cómo le harán a la chacarera? ¿No nos sale la ensalada como a un chef

francés? ¿Para qué tanta dedicación con una ensalada estando rodeados de carne argentina?

Ante la pregunta ¿Qué procedimientos o qué pasos seguiste para la confesión de Me

quiero nada, poquito, mucho, publicada el lunes 24 de octubre de 2011?, el autor se explaya:

“en principio adoptar la posición narradora de alguien que se muestra como exageradamente

chauvinista. Me interesaba atacar esa idea tan difundida de que este país es peor que otros,

más corrupto, más improvisado, más violento. Como bien plantea la pregunta, el relato se da

en forma de confesión. Para terminar, el relato roza lo delirante, paródico e incluso fantástico.

Todo es bienvenido para transmitir la idea. Considero, sin embargo, que la construcción de

este tipo de textos deja afuera a aquellos lectores que leen siempre en clave realista o que no

están acostumbrados a este tipo de registro límite. Es un riesgo que hay que correr, incluido el

de ofender a algún lector. Me ha pasado de lectores que me escriben ofendidos. En la mayoría

de los casos son lectores que leen en clave realista, dejando la ironía de lado. Para el diván”.

Teniendo en cuenta las extracciones que se vienen realizando, es acertado exponer

las palabras que tuvo el entrevistado al responder cuál es la relación que se da entre la

información y la posibilidad de trabajar bajo el formato crónica: “serían dos cosas, uno, tratar

de ver la realidad de manera razonablemente original, dentro de lo posible; y dos, escribir

sobre esa idea de forma creativa, apelando al humor, al pastiche, a la parodia, etc. Luego hay

un elemento extra, que es apuntalar la crónica con citas no tradicionales. A veces con citas

serias que contrastan con la frescura del texto, y en otros casos con citas alternativas

(historieta, cine, espectáculo), lo que pone al lector en el brete de tener que tomar esa cita

como seria, tan seria como la considero yo mismo.[…] Como resumen digo: las buenas ideas

están en cualquier lado”.

La profesora de Historia María Claudia Villareal62 sostiene que: “la incorporación de

secuencias descriptivas en las crónicas contribuyen a configurar […] el panorama de un

62

Ver Entrevistas. Pág. 153.

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El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información.| 40

contexto histórico determinado ya que ayudan, por ejemplo, al presentar un personaje, un

ambiente o un período histórico. Me refiero a la introducción de descripciones en las

narraciones, al uso de adjetivos, las referencias descriptivas de espacio y tiempo, la inserción

de de metalenguajes de habla local […]”.

Muchos son los libros que recopilan crónicas, en ellos se plantea un panorama de

cómo el hombre vive en un período de tiempo-espacio a través de la descripción de las

acciones cotidianas, de su forma de vestir, de cómo usan el cabello, cuáles son sus costumbres

los días feriados o su léxico. Suele ser una vía importante para asimilar o comprender la cultura

que nos rodeó o nos rodea.

Durante los meses de enero y febrero de 1934, por ejemplo Roberto Arlt – a quién

mencionábamos líneas arriba – viajó al sur de la Argentina cómo cronista del diario El Mundo

con la finalidad enviar sus notas, sus intervenciones. La observación y la reflexión del espacio

desencadenan la escritura característica del autor, pero esta vez describiendo otros lugares,

por ejemplo: “canteros esmaltados de florecillas blancas”, “callejuelas limpias y estrechas”,

“cadenas de picos rocosos salpicadas de nieve”.

Así describe el autor al paisaje patagónico y de esa manera comienza a plasmar el

retrato de ese tiempo-espacio a través de la observación visual a la transcripción verbal. En el

país del viento. Viaje a la Patagonia (1934) por Ediciones Simurg, se encuentran las crónicas

que muestran los hábitos de los patagones del 30´.

Otro ejemplo que podemos citar es el libro Anarquismo Trashumante. Crónicas de

linyeras de Osvaldo Baigorria63 que a través de las crónicas que están en su interior se da

cuenta de una subcultura de transhumantes. En la Advertencia al lector (página 7, edición

2008) se describe que a través de este libro se da una reivindicación de la tradición libertaria

con la utilidad de las crónicas de vida.

El 15 de enero de 1975 en uno de los talleres del periódico cubano Granma, uno de

los más grandes novelistas de América Latina, Alejo Carpentier (1904 – 1980), concluyó con la

idea de que “el periodista en sí es una forma de historiador. Él es el cronista de su tiempo y es

el que recoge la participación inmediata del acontecimiento que después habrá de situarse en

justa perspectiva y dimensión en un análisis histórico determinado” (Timossi, 2000:32).

En relación con lo que estamos diciendo en A propósito del matrimonio gay64,

crónica publicada por Rosario 12 – Contratapa, (Martes 6 de julio de 2010) – Irene Ocampo

ratifica que: “quería hacer un registro histórico, en Rosario no tenemos relatos prácticamente

de ningún tipo, son muy difíciles de encontrar, yo quería más o menos sumar otra voz acerca

63

BIGORRIA, Osvaldo, 2008, Anarquismo Transhumante. Crónicas de crotos y linyeras. Terramar Ediciones. 64

Ver Anexo: CRÓNICAS PERÍODISTICAS NO TRADICIONES. Pág. Nº 98.

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El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información.| 41

del recorrido histórico del movimiento gay, un poco para acompañar y otro poco para decir

otras cosas: para nombrar otras compañeras”.

El 28 de junio pasado se cumplieron los primeros 40 años de la Marcha y desfile del

Orgullo gay en San Francisco, Estados Unidos. El Gay Pride Parade, como se lo conoce, cumplió

cuatro décadas de visibilidad orgullosa en las calles. Ah, ¡mirá vos qué bien! pueden decirme

ustedes, y luego preguntarme, ¿y, qué tiene eso que ver con nosotros/as aquí en el sur, en uno

de los países rioplatenses, en mi barrio de una ciudad pampeana, en mi pueblo del norte

argentino? Tal vez muy poco, sin embargo durante años en Argentina no tuvimos ni Marcha del

Orgullo gay ni el 28 de junio ni en noviembre. Porque no se hablaba del tema, porque los

activistas eran aún muy poquitos y quienes simpatizaban con la causa no se animaban a salir a

marchar, ni siquiera con una careta... Pero algunos de nuestros activistas pasaron por San

Francisco alguna vez, y eso les cambió la cabeza, y algo de eso se trajeron de vuelta. Y luego de

muchos años se armó la Marcha del Orgullo acá también. Muchas veces cuando me junto con gays o lesbianas, estén en el armario o no, sale el

tema: ¿Por qué hay que sentir orgullo? ¿De qué? ¿Por quién voy a marchar? ¿Por alguien que

ni siquiera se atreve a decírselo a sus padres? Y luego salen una cantidad importante de

razones parecidas a esa para justificar su ausencia en las marchas y en el activismo. Marchar o no marchar es algo importante. Aunque a estas alturas no te convierte en

activista, sí es una experiencia que yo recomiendo. Porque en primer lugar marchás por vos

mismo/a. Y también por el orgullo de quienes salieron hace 40 años a la calle, arriesgándose a

que los molieran a golpes, los metieran en cana, o incluso los mataran.

Ejemplo, Música salida del alma65 de Leandro Arteaga, publicada el lunes 7 de

diciembre, Contratapa, Rosario 12:

El momento tuvo algo de único, de ánimo de no querer terminar. "Andá al piano", le

dice Charly García a Fito Páez, y Fito obedece. "No lo ensayamos", advierte, mientras nos

prepara para un tema "que sabemos todos y que tiene que ver con mis inicios". Nito Mestre

presta también su voz y comienza entonces Canción para mi muerte. El escenario se volvió una

declaración de cariño. Tanto del músico hacia el público, como de los músicos hacia Charly.

65

Ver Anexo: CRÓNICAS PERÍODISTICAS NO TRADICIONES. Pág. Nº 80.

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El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información.| 42

Otro, El jardín argentino66 de Gloria Lenardón publicada el miércoles 2 de diciembre

de 2009:

No sé qué es lo que más llamaba la atención, si el brillo de las flores, o lo parejas que

estaban, o que no había nada marchito, era un jardín en su mejor momento, parecía haber

florecido con un cronómetro: ¡Ya! Y las plantas habían reaccionado todas juntas con un

tamaño y un color idénticos. Sin embargo, pese a los tallos duros, algo helado las aplastaba, las

idiotizaba un poco, el viento movía el césped y a ellas no, ellas estaban estacadas. Me acerqué

y vi que el cuadrado de tierra estaba bien trabajado, bien regado, salvo algunos lugares raros,

el césped crecía tupido. Donde no había nada desparejo, ni nada que alterara nada era en las

plantas. El jardín, las plantas, las flores, el jardín entero artificial ¿Por qué ofrecer a los que

pasan el espectáculo de flores resecándose?, flores de plástico, en ese rincón de la ciudad

donde el sol actuaba suavemente sobre las veredas arboladas, el jardín se aseguraba su

florecimiento perpetuo, las flores estaban ahí para durar, no para marchitarse.

Callao es la calle de las flores en cantidad, Rosario descarga en ese mercado

cantidades diarias, en los canastos las flores se amontonan como en un tarro lentejas. No hay

un momento, de la mañana o de la tarde, que no esté atestado de flores frescas. Al que le

guste bañarse en perfume que entre en cualquier local, todos ofrecen lo mismo con el mismo

precio, ¡va a meter la nariz donde corresponde! Pero en la esquina de vidrio del piso al techo,

la cosa cambia completamente, hay muchísimas flores, sí, pero no hay una gota de perfume.

En este sentido, el escritor y músico, Chiabrando cree que “las crónicas de hoy

terminarán siendo versiones o interpretaciones de la realidad que con los años se podrán

enfrentar a una realidad más objetiva, producto de una época en que todo se filma o

documenta. […] Estas crónicas suponen una interpretación, a veces irónica, forzada,

descabellada, etc. Para entender el siglo XV nos remitimos a los cronistas de Indias como una

de las pocas opciones. Para entender esta época, la gente del futuro, deberá cruzar la

información pura (si existe) y este tipo de crónica”.

Las crónicas y ésta en particular, muy acertada a los tiempos que corren, transmiten

con sus palabras la descripción del espacio en el que sucede, Gustavo Rosa, en relación a la

idea dice: “Las crónicas son esenciales a la hora de la investigación de un hecho, no sólo

66

Ver Anexo: CRÓNICAS PERÍODISTICAS NO TRADICIONES. Pág. Nº 78.

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El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información.| 43

porque informa sobre el hecho, sino los pormenores. Además se convierte en un relato

epocal que transmite un clima”.

Podemos entender a la crónica periodística no tradicional como un testimonio, y

en este caso, el testimonio es una necesidad que ayuda a redescubrir nuestra propia historia, ir

armándola otra vez, como ella se merece, como verdaderamente es, no como muchas veces se

quiere imponer. A través de estos trabajos que tienen esta función podemos mirar y podemos

mirarnos, ver y vernos.

Alfredo Montenegro tiene una visión muy interesante acerca del funcionamiento

de la crónica como registro histórico que merece ser destacada, “Es un registro histórico

cuando son redactadas sin influencia de los intereses de la empresa. Cuando un medio hace

campañas para promocionar dirigentes o productos, las crónicas no sirven para una futura

investigación de determinada época, ya que estarán contaminadas con esos intereses”.

Entonces, ¿Para qué nos sirve un testimonio de esta índole? Para justamente lo que

dijo una vez, uno de los más grandes cultores, el uruguayo Eduardo Galeano: “Estamos

entrenados para no ver. Estamos entrenados para no vernos. Yo quisiera escribir una literatura

que ayude a mirar. ¿En qué consiste el oficio de escribir? En la búsqueda de palabras que

ayuden a mirar”.

2.5 Zona gris entre la literatura y el periodismo.

“Hay palabras que a fuerza de ser repetidas, y muchas veces mal empleadas, terminan por agotarse, por perder poco a poco su vitalidad […], empezamos a no recibir de lleno su mensaje, o a percibir solamente una faceta de su

contenido, a sentirlas como monedas gastadas, a perderlas cada vez más como signos vivos y a servirnos de ellas como pañuelos de bolsillos, como zapatos usados”

Julio Cortázar67

.

Antes de comenzar a desarrollar este apartado resulta necesario citar un fragmento

del diálogo* que mantuvo Jorge Timossi68 con el Premio Nobel de Literatura (1982), Gabriel

García Márquez, sólo para aquellos escépticos:

- ¿Qué parte del periodista se siente satisfecho por este premio que fue dado al

escritor?

- Sin lugar a duda, el reportero.

67

CORTÁZAR, Julio, 1981 “Palabras violadas” en la reunión que la Comisión Argentina de derechos humanos (CADDHU) organizó en Madrid, 26 de Marzo. Forma parte del libro Argentina: años de alambradas culturales. Muchink Editores, 1984. http://thelector.wordpress.com/2009/03/24/palabras-violadas/ (página consultada el 17 de noviembre de 2011). 68

Buenos Aires, Argentina, 1936, ciudadano cubano. Miembro fundador de la Agencia Prensa Latina de Noticias. Colaboró con Revista Casas de las Américas. Premio Internacional de Organización Internacional de Periodistas (OIP) en 1979, entre otros. *Diálogo (fragmento) Palabras sin fronteras. Periodismo y literatura: una gran polémica.

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El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información.| 44

- ¿Por qué?

- Porque el reportero es el que trabaja con la información. Y porque es la información, y

sólo la información, la que sirve para la literatura.

- ¿Ninguna otra zona del periodista?

- No. Porque lo que yo llamo opinadores ya dejaron de ser periodistas.

- ¿Y porque la información?

- Porque es la información, tomada de la realidad, la misma que sirve para la literatura

como para el periodismo.

Mallarmé69 vio en la prensa el moderno poema popular e implicó influencias

decisivas, irreversibles, en la literatura, en su lenguaje – que adoptó formas convencionales –,

en la utilización de lo prosaico, e incluso el uso de nuevas técnicas visuales (entre otras: el

lenguaje de formas geométricas, generalmente mecánicas de Roberto Arlt: “el cielo parece

enrejado por romboidales entrecruzamientos de ramas”, “la llanura entrevista desde el tren

está manchada de círculos verdes”, “los cerros como catetos”, “rectángulos verdes nilo y

amarillo pasto seco” ). La observación será fundamental para el desarrollo del periodismo y

sobre todo en las crónicas periodísticas no tradicionales.

Sobre la actualidad, en el suplemento Señales del día 10 de abril de 2011 del diario La

Capital en la nota de tapa NO INVENTARÁS, Josefina Licitra, Leila Guerriero y Cristian Alarcón –

tres grandes de las crónicas periodísticas contemporáneas de gran tirada – argumentan cómo

y por qué se distingue de la ficción la crónica periodística.

Hablar de verdad y depositar la confianza en alguien que escribe es un problema que

no es nuevo, que tiene su disputa desde el periodismo clásico; Cristian Alarcón explica que “el

concepto de verdad está en crisis en todas las fronteras, no sólo en la frontera entre el

periodismo y la literatura. La búsqueda de la verdad, como una misión periodística, no podía

describirse como aquella que nos enseñaron en las escuelas de periodismo a la hora de

conceptos ya perimidos; como objetividad”70.

Leila Guerriero – la última ganadora del Premio de la Fundación Nuevo Periodismo –

en sus declaraciones para la nota, Contar historias, un oficio donde los fabuladores no sirven,

es un poco más dura al momento de responder de qué se trata esto de las crónicas narrativas.

Guerriero declaró que “la premisa básica no es inventar nada. Cuando uno habla de

periodismo narrativo y menciona la utilización de elementos de la ficción, se refiere a

69

Poeta y crítico francés. S. XIX. 70

AGUIRRE, Osvaldo, 2011, “No inventarás. Contar historias, un oficio donde los fabuladores no sirven”, en suplemento Señales, La Capital. Domingo 10 de abril 2011.

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El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información.| 45

elementos narrativos: podes crear puntos de tensión, armar estructuras complejas e historias

fragmentadas, utilizar incluso poemas, como hizo Martín Caparrós en El Interior. El límite es el

invento. Si uno permanece en un sitio con una persona en tiempo suficiente, la historia está

ahí contada, no hace falta ponerse a inventar”71.

Josefina Licitra expone una posición similar donde explica que tiene que haber una

línea divisoria que separe lo que es ficción de lo que es no ficción, afirma que: “pasa porque las

personas que aparecen en tu texto existan y que los eventos que contás hayan existido. Lo que

permite la crónica es que uno ponga la mirada, un efecto sinuoso sobre el texto, no

contrastable, que es subjetividad pura. Pero no me cierra que en nombre de la subjetividad

puedas inventarte algo. No por un tema moral, sino porque necesito entender en qué estante

de la librería va el libro, si en el de ficción o en el de no ficción”72.

La periodista al momento de hablar de la persona, tiene una visión más literal ya que

define que nadie es puro aseverando que “estamos en un territorio que es sucio para todos y

todos tomamos como variables, niveles de suciedad. Pero en ese grado de impureza, uno

puede decidir recrear un diálogo cuando hay personas que le dicen que pasó así. Las historias

pueden ser contadas sin meterse en esas creaciones”73.

Desde el instante en que un individuo decida realizar una acción pone toda su

subjetividad, deja verse como tal. Es decir, la subjetividad pone en jate al concepto extraño de

objetividad; estamos afirmando que este supuesto ser objetivo queda anulado al momento de

comprender que quién escribe es una persona. “Una cosa es la subjetividad aplicada y honesta

y otra que un periodista se invente una aldea con gente con lepra sólo para decir que es un

país terrible”, distingue en su pensamiento Leila Guerriero al comparar los relatos.

En sí, estamos hablando de trabajos que requieren de una buena dosis de

investigación que obviamente beneficiará a un autor con talento y este es un punto crítico que

en algún momento surgió, no todos los periodistas saben escribir crónicas narrativas, se

necesita un bagaje letrado de los grandes exponentes del pasado. La mirada crítica sin una

previa investigación sólo genera trabajos que no soportan el paso del tiempo.

La crónica pone de manifiesto la construcción del relato, esto se hace entrecruzando

aspectos reales y mejorando su calidad con aspectos literarios, algo que el periodismo clásico

ocultaba en función de una supuesta objetividad. Pareciera ser que mientras la verosimilitud

sea acorde a la verdad de tu historia, bienvenida sea.

71

AGUIRRE, Osvaldo, 2011, “No inventarás. Contar historias, un oficio donde los fabuladores no sirven”, en suplemento Señales, La Capital. Domingo 10 de abril 2011. 72

Ídem. 73

Ídem.

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El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información.| 46

La entrevistada para la ocasión Sonia Catela (periodista y escritora, se seleccionaron

los textos del día lunes 26 de octubre de 2009 – Manual de cinismo y el del lunes 22 de marzo

de 2011 – Crímenes políticos en Argentina: Juan camina.) explaya que la literatura y el

periodismo son “dos túneles paralelos, diferenciados, con señalizaciones y rumbos harto

divergentes. Ficción. Realidad. Sin embargo, estas paralelas contradicen el dogma de que ellas,

las paralelas, jamás se tocan; son las únicas que coinciden en un punto. Éste fue descubierto

por Henry Miller y nos lo reveló: el arte consiste en llegar hasta las últimas consecuencias.

Vale para la literatura. Vale para el periodismo. En ese punto, en ese aleph borgiano, se cruzan

todas las dimensiones, todos los parámetros temporales, éticos e históricos. Llegar hasta las

últimas consecuencias. Todo o nada. No hay otra. El arte es arte, o mierda, sostenía Cándido

Portinari. Con él postulo lo mismo, intercambiando en la aseveración arte por periodismo y

periodismo por arte, sin duda o temor a equivocación alguna. Lo demás, nimiedades al viento”.

En este oficio debemos aceptar que el trabajo está plagado de matices y dentro de

los matices cada uno ve dónde pone los límites porque sino en nombre de la verdad, uno

termina escribiendo ficción. Cristian Alarcón agrega a este concepto que no está de acuerdo

con la invención de detalles ya que la misma “implica cierta vagancia o pereza a la hora de

investigar y de mirar”74.

Es acertado recordar las palabras de Tomás Eloy Martínez: “en los textos de

periodismo narrativo la realidad se estira, se tuerce, pero jamás se convierte en ficción”. El

chileno Alberto Fuguet declaró que “la verdad es relativa, se la puede mejorar, para que

produzca emoción”75.

Para finalizar, debemos aceptar que es muy seductor leer una historia – noticias –

cuando empieza a ser atravesada por una narrativa más amplia, con la incorporación de

detalles secundarios que muchas veces son dejados de lado por la prensa que apela a los

recursos tradicionales.

Iván Fernández, el autor de Los de afuera76, en sus publicaciones para la Contratapa

trabaja con párrafos muy descriptivos, con detalles muy minuciosos que van generando que el

lector capte más la atención, he aquí un fragmento del día 28 de enero de 2011:

Sobre la vereda se ordena el estacionamiento. Los autos se inclinan y forman fila, las

motos se rozan y amontonan, las bicicletas son maniatadas, ante la mirada del guardián de las

74

AGUIRRE, Osvaldo, 2011, “No inventarás. Contar historias, un oficio donde los fabuladores no sirven”, en

suplemento Señales, La Capital. Domingo 10 de abril 2011. 75

Ídem. 76

Ver Anexo: CRÓNICAS PERÍODISTICAS NO TRADICIONES. Pág. Nº 111.

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El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información.| 47

ruedas. Palo en mano el hombre avanza, se desplaza, controlando los vehículos, ninguno se

mueve.

La entrada al edificio es la apertura de un mundo lleno de caminatas, que ya se había

anticipado en la vereda. Antes de totalmente ingresar, hay que pasar los bolsos por una cinta.

Otro guardián, esta vez uniformado, mira con gesto aburrido los bolsos que pasan. La cinta lo

envuelve en una escena que parece la de una fábrica: es como si, al igual que una lata de atún,

la seguridad también se produjera.

Ingresado en el recinto principal, me toca ir a sentarme sobre unas sillas a esperar un

número. Está claro quienes venimos de afuera y quienes habitan adentro. Los lugareños

portan trajes, camisas, chombas, formalidades y superficies planchadas: lo que se tiene. Los de

afuera se hunden en la diversidad de los buzos, pantalones de trabajo, arrugas, limpiezas y

suciedades: lo que se puede. Los del lugar van y vienen (el resto más bien espera), llevando y

trayendo grandes pilas de papeles: este es su rasgo característico. Algunas llevan en la mano,

otros en carrito, unas inexplicables pilas de hojas escritas.

Enfrente a las sillas en las que espero hay una tienda de diarios y revistas que algunos

pueblerinos visitan.

Cada tanto suena un timbre que juega con dos o tres notas, avisando el cambio de

número sobre una pantalla.

Mirando la pantalla de los números, a mi lado se sientan dos señoras para quienes el

mundo parece estar lleno de cosas impresionantes, fantásticas, y afirman: "¡Qué barbaridad!",

una y otra vez. Mientras las señoras continúan exclamando sus impresiones, se acerca desde

una escalera un hombre del lugar (pantalón de vestir y chomba) con, obviamente, una pila de

papeles en la mano. Se dirige en dirección de las sillas, difiriendo de sus compatriotas que se

van metiendo en otras salas. Pasa las primeras sillas y enfila hacia mi hilera. Busca a alguien,

quizá a mí. Viene a decirme que en esos papeles está mi nombre, que ya sabe mi cara y todo lo

que he hecho y haré, que los guardianes de las bicicletas y de los bolsos eran cómplices en mi

búsqueda, que tendré que quedarme en el pueblo, que está quebrado mi anonimato, que en

esos papeles (justo en esos) dice una y otra vez mi nombre. Pero no, sólo pasa por el pasillo y

mira de costado a las señoras de la barbaridad que, imprudentemente, no le prestan atención.

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El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información.| 48

A modo de ejemplo, otro de los casos, es el de Un intervalo breve77 de Natalia Massei

– párrafos introductorios –:

La sala es un rectángulo de paredes color crema. En el centro, una larga mesa y varias

sillas de algarrobo pesan sobre las baldosas de granito. Todos los muebles han sido tallados

con motivos florales en los bordes y los extremos. Dos tubos fluorescentes alumbran la

habitación de gris. No platinado, sino ceniza. A través de las ventanas orientadas hacia el patio

interno, se entrevé el salón de actos, del otro lado del respiradero. A las siete y media, todos

los días, suena Aurora. En el auditorio, los alumnos, ordenados en filas, saludan a la bandera.

Al rumor del himno, el parloteo de los maestros se acalla. Se ponen de pie, con el

pecho abierto hacia el patio, los brazos caídos delante del torso y las manos juntas apoyadas

justo debajo del abdomen. Unos pocos permanecen sentados. Otros recogen sus carpetas y

corren a entonar el homenaje patrio. De la melodía llega un eco que amplifica el silencio. Con

los últimos acordes, las conversaciones se reanudan.

Gary Vila Ortiz frecuentemente colabora con la sección en cuestión, muchas veces lo

hace de una manera extremadamente literal (dentro de lo ficcional), pero otras veces trabaja

con la real realidad y lo hace de una modo muy descriptivo. Escena Callejera de quince

minutos78, es el título de la crónica publicada el 16 de mayo de 2010 que expone la foto diaria

de la ciudad:

Hace algunos días que salí por vez primera después de unas tres semanas de reposo

signada por la neumonía y otras yerbas. Me pasaban a buscar. Salí bien abrigadito, bufanda al

cuello, y me recosté contra la pared de enfrente. Mediodía de un sol que daba gusto, del cual

gocé hasta cierto punto como un lagarto tirado en una roca al sol. Allí, en ese lugar de la

cuadra, hay uno de esos basureros bien modernos cuyo aspecto no impide que parezcan lo

que son, basureros. Durante esos quince minutos buscaron cosas en el basurero tres grupos

diferentes de quienes encuentran en ese basurero algo parecido a un manantial. Como todavía

hay gente sensible, había, colgadas en el exterior, dos bolsas de plástico (lástima lo de plástico,

pero no queda otro remedio) una con pan y otra con galletitas y algo más que no distinguí

bien. Arriba, colocadas en un buen equilibrio tres pares de zapatillas, viejas, claro, pero sin

duda todavía con posibilidad de uso.

77

Ver Anexo: CRÓNICAS PERÍODISTICAS NO TRADICIONES. Pág. Nº 123. 78

Ver Anexo: CRÓNICAS PERÍODISTICAS NO TRADICIONES. Pág. Nº 89.

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El primer grupo lo formaban una mujer y creo que sus dos hijas, una llegando a la

adolescencia y otra menor. ¿Tienen adolescencia en esos grupos que se deben encontrar

debajo de la línea de la pobreza? Así como en algunas sociedades se pasa abruptamente, por

necesidad, de la niñez a una forma adelantada de ser adulto, en la nuestra se pasa de la niñez,

acogotada por las circunstancias, no a la adultez sino a la "nada".

O quizá debería decir al difícil aprendizaje de sobrevivir. Sí, sobrevivir a la Argentina

2010, la del Bicentenario. Se necesitaría un Discépolo para que nos pintara el cuadro, pero

todavía nos alcanza con sus tangos o con aquellos otros que escritos por quienes tenían un

ideario anarquista y que fueron prohibidos en el país durante distintos períodos de nuestra

historia. El poder en la Argentina, desde que recuerdo, es proclive a las prohibiciones, a la

censura. Flaubert decía que el poder es por esencia estúpido. Eso de las prohibiciones es parte

esencial de la misma.

Segundo párrafo de Vergüenza ajena79 de Natalia Massei, que es muy amplio y

descriptivo sostiene:

Tendría unos veintitrés o veinticuatro años y era maestra jardinera, nos contó después

de que nuestra hija le acercara varias de sus muñecas para ser censadas como parte de la

familia. Al terminar con nosotros, debía continuar con el resto del edificio, siguiendo por la

puerta contigua a la nuestra, de la cual nos separan unos dos metros de distancia. No

obstante, me pidió que la acompañase hasta abajo y le abriera de manera de poder repetir el

protocolo: anunciarse desde la vereda, mediante el portero eléctrico, y aguardar hasta que

cada uno de los vecinos bajara, a su turno, a recibirla. Me dio las gracias una vez más. Perdí la

cuenta de cuántas habían sido durante esos cinco o diez minutos que demoramos en subir,

completar el cuestionario y volver a bajar. Mientras regresaba, en el ascensor, me preguntaba

cuántos de mis vecinos la invitarían a pasar y le ofrecerían asiento, un café, un vaso de agua, y

cuántos la recibirían apurados, en el palier, respondiendo de pie mientras ella apoyaría los

formularios sobre alguna carpeta o sobre el buzón de la puerta de entrada. ¿Habría quienes,

directamente, no la atenderían? Porque la gente tiene miedo, dicen algunos de formadores de

opinión. ¿Quién podría temerle a una joven maestra jardinera con credencial oficial del Censo

2010? ¿Habrá en ese temor irracional e indiscriminado algo de desprecio por el otro? Es difícil

explicar de otra forma la dinámica por la cual el semejante no identificado se convierte en un

potencial chorro hasta que se demuestre lo contrario. La figura del prójimo se devalúa en una

79

Ver Anexo: CRÓNICAS PERÍODISTICAS NO TRADICIONES. Pág. Nº 107.

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El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información.| 50

sociedad enviciada de individualismo. El otro es percibido, a priori, como un competidor, un

enemigo, una amenaza. Sentí un leve alivio cada vez que escuché el ascensor y supuse que se

trataba de algún vecino recibiendo a la censista.

Para finalizar, sería necesario citar a Tomás Eloy Martínez: “un periodista no es un

novelista, aunque debería tener el mismo talento y la misma gracia para contar de los

novelistas mejores. Un buen artículo no siempre es una rama de la literatura, aunque debería

tener la misma intensidad de lenguaje y la misma capacidad de seducción de los grandes

textos literarios. Y, para ir más lejos aún y ser más claro de lo que creo haber sido, un buen

diario no debería estar lleno de grandes relatos bien escritos, porque eso condenaría a sus

lectores a la saturación y al empalagamiento. Pero si los lectores no encuentran todos los días,

en los periódicos que leen, una crónica, una sola crónica, que los hipnotice tanto para que

lleguen tarde a sus trabajos o como que se les queme el pan en la tostadora del desayuno,

entonces no tendremos por qué echarles la culpa a la televisión o a Internet de los eventuales

fracasos, sino a nuestra falta de fe en la inteligencia de nuestro lectores”80.

80

ELOY MARTINEZ, Tomás 2001 “El periodismo vuelve a contar historias”, en suplemento Cultura, La Nación.

Domingo 18 de noviembre.

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El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información.| 51

CAPITULO 3

3.1 Reflexión sobre las ventajas del género para dar cuenta de hechos de cierto tipo.

“El detalle concreto crea la ilusión de connivencia directa de un referente y un significante. Esta ilusión referencial produce el efecto de realidad: los detalles connotan lo real, dicen: nosotros somos lo real. En esto se basa el nuevo

verosímil que constituye el realismo (entendemos por él todo discurso que acepte enunciados por el referente)”.

Roland Barthes81

.

La crónica periodística no tradicional es necesaria e importante justamente por la

capacidad que tiene la misma a la hora de contar la historia; es escrita por un periodista con

vocación de narrador y muy inquieto, estos textos van a tener el dominio del tipo narrativo no

cerrado, es decir, se desarrolla una convivencia con otras secuencias, como lo son las

descriptivas, las dialogales o las argumentativas que serán absolutamente de refuerzo de la

información para armar un contexto más completo.

Al hablar de secuencias dialogales, estamos haciendo referencia a lo que podemos

llamar diálogo realista. En las citas textuales se dejan plasmados los modismos y jergas

utilizados por los personajes en cuestión, con el fin de retratarlos de una manera más íntima.

Además, no podemos dejar de mencionar las descripciones significativas: miradas, hábitos,

gestos, formas de vestir, comportamientos, latiguillos. Los podemos llamar detalles simbólicos

que permiten ilustrar el marco de cada escena.

Sin ir más lejos este lenguaje periodístico no tradicional hace uso de los dotes de

cada periodista, quiénes usan su propio lenguaje para dar un tono personal a sus artículos

(como hemos visto en las crónicas publicadas por la sección Contratapa de Rosario 12), este

nuevo lenguaje se asocia fielmente con la representación de las imágenes a través de las

descripciones.

Afirmamos que desde esta corriente se reivindica a la subjetividad como vía para

representar o denotar los hechos, partiendo de la premisa de que no hay una realidad, sino

tantas realidades como testigos haya, por lo tanto, es importante saber de quién percibimos y

cómo la vive el periodista, así afirmamos que la crónica periodística no tradicional irrumpe

preceptos clásicos del periodismo.

Esta práctica ubica al periodista como un actor privilegiado en el escenario social,

como narrador comprometido que no se limita a narrar sucesos, sino que también aporta su

visión al mundo. Este periodismo consiguió informar subjetivamente los hechos reales; los

81

BARTHES, Roland, 1970, “El efecto de realidad” en: AVV: Lo verosímil. Buenos Aires, Editorial Tiempo contemporáneo.

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El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información.| 52

periodistas coincidieron en el rechazo de técnicas, rutinas y formas dominantes de la prensa

escrita tradicional, reconstruyendo espacios donde el quién es tan importante como el qué.

La narrativa constituye un medio poderoso para educar, no es sólo un género de

discurso, sino también una actividad social. La actividad de redactar crónicas periodísticas no

tradicionales es un instrumento para instanciar identidades sociales y personales, también

permite que los miembros de una comunidad se nutran de sucesos, pensamientos y

emociones para poder reflexionar sobre los determinados actos que suceden.

Es decir, que existe por parte de los profesionales un creciente interés por

profundizar su vínculo de aprendizaje con los sujetos entrevistados, contextos, exploración de

la vida cotidiana y con las formas menos esperadas de expresión; herramientas que se asocian

con una forma de redacción.

A distinción de algunas noticias que llegan por cables, o aquellas que son re-

producidas en un medio (escritas por otros). En muchas de estas crónicas periodísticas el

periodista es un actor, Walter Benjamin en El autor como productor distingue al escritor

operante del informativo, afirmando que “su misión no es informar, sino luchar; no jugar al

espectador, sino intervenir activamente. Determina tal misión con los datos que proporciona

sobre su actividad”82, y este parece ser el espacio.

Quizás estas crónicas no tradicionales sean consecuencias de un repensar las

prácticas periodísticas y el rol social del informador, por lo tanto, no sólo nos referimos a los

contenidos sino también a las modalidades de decir la noticia, modalidad que responde a

diferentes agendas temáticas y clasificatorias, que organizan el significado de la lectura de otra

manera. Son instrumentos culturales por excelencia para la comprensión de conductas propias

de una época determinada.

82

BENJAMIN, Walter, El autor como productor en Tentativas sobre Bretcht. Extraído de la ponencia presentada por

el autor en el Instituto para el estudio del fascismo. París, 27 de abril de 1934. En la web puede encontrarse en:

http://inquietando.wordpress.com/textos-2/the-author-as-producer-by-walter-benjamin/ (página consultada el

15/10/2011)

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El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información.| 53

3.2 Referido a las rutinas productivas.

“A través del habitus, el sujeto queda implicado en el mundo y tiende, con su carga de dudas y contradicciones, a actuar de acuerdo con el sentido práctico: la sensatez, la pertinencia, el deber ser, la coherencia, el

comportamiento adecuado.

Fernando Vizcarra83

.

En una primera instancia debemos hablar de que quien tiene la posibilidad de crear y

publicar debe trabajar con sucesos dignos de mención y tener un objetivo que organice la

construcción de la crónica, donde va a entrar en juego una evaluación moral de los hechos, de

una acción. Comienza a verse una mezcla entre descripción e interpretación de los sucesos.

La trama está dada por cómo estos junto a las emociones se entrelazan para formar una

narración coherente.

Gustavo Rosa plantea que antes de sentarse a escribir sobre la hoja se deben

obtener “en primer lugar, la mayor cantidad de datos sobre el hecho. No porque todo el

material se pueda volcar en la crónica, sino porque puede aportar soltura al momento de

confeccionar el texto. Es importante realizar un esqueleto cronológico del hecho y después

redactar, releer y corregir, releer y corregir hasta que resulte inobjetable”.

En el trabajo de redacción se debe tener en cuenta como se anudan los elementos

circunstanciales como escenas, agentes o instrumentos. Podemos englobar el trabajo de estos

periodistas en cinco procedimientos, los mismos hacen posible la expresión de una crónica

periodística no tradicional y exponen las herramientas que posibilitan al género (crónica

periodística – no tradicional –) contar la historia : para comenzar existe un paso que el

periodista realiza desde el primer momento para la recolección de datos, la tarea de observar.

En este sentido Natalia Massei afirma que: “los disparadores surgen de experiencias cotidianas

que me conmueven, me inquietan, me movilizan”.

La técnica de observación como instrumento de recopilación de información es muy

importante para el desarrollo del texto, es directamente la captación de la realidad. Abraham

Kaplan nos da una noción de observación válida, desde el punto de vista de la técnica: “la

observación es un procedimiento de recopilación de datos e información que consiste en

utilizar los sentidos para observar hechos y realidades sociales presentes y a la gente en el

contexto real en donde desarrollan normalmente sus actividades” (Ander Egg, 1986:197).

Según Sierra Bravo se distingue a la observación como un procedimiento de recogida

de datos que se basan en lo percibido por los propios sentidos del investigador84. A Sonia

83

VIZCARRA, Fernando, 2002, “Premisas y conceptos básicas en la sociología de Pierre Bourdieu”, Estudios sobre las culturas contemporáneas, diciembre, año/vol VIII, número 016, Universidad de Colima, México, pp. 55-68.

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El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información.| 54

Massei cuando se la indaga sobre qué rutina realizó en primera medida que le permitió la

confección de Gestos, crónica publicada el 5 de octubre de 2010, afirma que fue la presencia

directa con la situación y agrega que “en este texto el recurso principal es la focalización

extrema de detalles banales, elementos de cotidianidad que resultan insignificantes si no nos

detenemos en ellos, pero que al ponerlos en primer plano configuran un nudo de

trascendencias, resonancias éticas, sociales”

Si de recolección de información se trata, el periodista además de la observación,

puede si la situación lo requiere, utilizar la entrevista, ya que la misma “trae la vibración de un

personaje, su respiración, sus puntos de vista y su naturaleza” (Halperín, 2008:19).

De esta manera este diálogo permite la oportunidad de tener una fuente única,

podemos develar el mundo a través de la entrevista. El arte del vínculo, permite recolectar

información de primera mano y el estar atento permite ver cuál es la palabra clave para que el

lector comprenda al personaje cuestionado a grande rasgos, hablar de entrevista

exclusivamente podría llevarnos un trabajo aparte.

Claramente se ve que existe un fuerte trabajo descriptivo, estamos hablando de la

descripción de la escena y de los personajes, que de alguna manera rompe con aquella

cronología explícita de los hechos de la prensa tradicional para centrarse en detalles que van

atrapando al lector. Muchos aconsejan usar este tipo de párrafos para despertar el interés de

lo que se está leyendo, también aparece la descripción significativa que es la relación de los

gestos cotidianos como: costumbres, estilos moviliarios, de comer, de viajar y otros detalles

que van conformando el interior de la escena. Es importante no sólo declarar, sino mostrar las

propias ideas, las propias conclusiones.

En una advertencia al lector en el Arte de redactar de Juan Martos85 se expone que

“las sensaciones se unen entre sí para formar la percepción o percepciones. Estas nos dan la

idea de distancia: lejos, cerca, distante, etc.; idea de formas: ovalado, esférico, cuadrangular,

etc.; idea de posición: arriba, abajo, a la derecha, etc” además agrega que “si en una redacción

son importantes las sensaciones no menos lo son las percepciones. Resulta conveniente

tenerlas en cuenta cuando se observa un lugar, objeto, etc.” (Martos, 1977:17).

84

Capítulo 10. La Observación. ANDER EGG, Ezequiel, 1986, Técnicas de investigación social Editorial Humanitas. Bs. As. 85

Profesor Nacional en Letras. Profesor del colegio nacional “Juan B. Alberdi” (Deán Funes).

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El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información.| 55

Por ejemplo:

“Recorro la pista para no mirarte, como te movés, como girás y evitás verme. Está

oscuro, pero sabemos que estamos conectadas”.

(Helado de despedida86, Irene Ocampo. Martes 13 de abril de 2010).

“Nuestro ritmo no se parece en nada al de la alocada ciudad en épocas de navidades.

La luz del sol entrada por entre los techos de los edificios, las copas de los lapachos florecidos a

varios metros de nuestras cabezas le da al ambiente un color único”.

(Veredas87, Irene Ocampo. Domingo 25 de julio de 2010).

“¿Qué función cumplen estos segmentos descriptivos en la crónica? En general

tienden a revelar y al mismo tiempo justificar el por qué, de los acontecimientos y la psicología

de los personajes implicados en ellos; son a la vez signos, causa, efecto. Pero hay más aún: la

idea del haber estado allí que aparece en las descripciones, se supone como principio

suficiente de la palabra, lo real concreto descripto se vuelve justificación al decir” (Atorresi,

1996:81).

Luego, podemos hablar de que en muchos casos se aplica el diálogo realista, dando

mayor jerarquía a la redacción, ayuda a comprender a los personajes, acciones y le da más

claridad a las escenas a través del léxico que deja marcado el periodista. En este sentido el

periodista-docente, Gustavo Rosa asevera que “aporta un mayor dinamismo para el lector y da

la sensación de reproducir lo vivencial de un hecho. Permite una transmisión mayor de los

momentos, de los climas, de las tensiones que pueden producirse en un suceso”.

Plasmar el lenguaje crudo de los personajes ayuda a comprender muchas veces los

hábitos de los sujetos. Con la incorporación de los modismos del lenguaje nombramos una

característica más, que ayuda a que la crónica periodística no tradicional rompa las barreras

del tiempo y se instale para mostrar un momento histórico determinado. En este sentido,

Alfredo Montenegro sostiene que “la crónica permite producir un relato que contenga

descripciones, testimonios, antecedentes y una narración que desde lo literario aporte a lo

informativo.

El recrear el hecho a partir del aporte del relato testimonial de los protagonistas del suceso,

cuando se trabaje con múltiples fuentes periodísticas acerca el texto a la veracidad”.

Esta estrategia discursiva da cuenta en un texto de la presencia de otras voces, es

decir, que se incorpora a la narración enunciados de otros hablantes. Se introduce a la

86

Ver Anexo: CRÓNICAS PERÍODISTICAS NO TRADICIONES. Pág. Nº 87. 87

Ver Anexo: CRÓNICAS PERÍODISTICAS NO TRADICIONES. Pág. Nº 100.

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El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información.| 56

escritura el diálogo o la conversación, hay dos formas de citar esas voces, puede ser de manera

directa (estilo directo) o indirecta (estilo indirecto) y su variante, la híbrida; a demás de la

representación del diálogo realista.

En otro orden, se deja ver a un escritor que no tiene miedo de mostrar su

subjetividad, todo lo contrario, se plasma el punto vista. En este sentido Irene Ocampo

explayó que: “Yo no estoy muy de acuerdo con esa escuela del objetivismo, siempre estás

tomando un punto de vista. La neutralidad es muy difícil de lograr”. Ella es quién está muy

comprometida con la diversidad sexual y sus intervenciones en diario se relacionan con la

temática.

Por ejemplo: A propósito del matrimonio gay88, Irene Ocampo. Martes 6 de julio de

2010, sexto párrafo:

En nuestro país, en esa época surgió con mucha fuerza el FLH (Frente de Liberación

Homosexual). La infame dictadura militar hizo añicos su tarea en pos de armar un activismo

con espíritu crítico, no sólo por las libertades civiles, sino también para acercarlo al resto de las

demandas sociales. Con la vuelta a la democracia en Argentina, surgió el movimiento gay local,

con grupos como la CHA, Sigla, el MLH acá en Rosario, entre otros. En un comienzo fue por las

libertades civiles y luego se tomó el tema del Sida con mucha fuerza, y un marcado

asistencialismo. Las lesbianas feministas participaron de aquellos grupos y también formaron

grupos que no subsistieron en el tiempo. Con muchas dificultades para consolidar los procesos

grupales, conflictos al interior del movimiento feminista, etc. Así y todo, por ejemplo, las

lesbianas en Brasil cuentan hoy con la Liga Lésbica que se sostiene desde hace varios años.

Al hablar del compromiso que estas publicaciones tuvieron con su realidad

afirmamos que existe un verdadero interés por parte de quién escribe, que además lo hace

con una absoluta responsabilidad. El 15 de junio de 2010 se publica Otro muerto por

abandono89, de M. Cristina Solano donde hace un entrecruzamiento entre la temática de

suicidios con la causa Malvinas, luego de un hecho conciso – la muerte de un veterano de

guerra –.

Se citan los primeros cuatro párrafos:

88

Ver Anexo: CRÓNICAS PERÍODISTICAS NO TRADICIONES. Pág. Nº 98. 89

Ver Anexo: CRÓNICAS PERÍODISTICAS NO TRADICIONES. Pág. Nº 95.

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El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información.| 57

Los suicidios y las muertes de los veteranos de la guerra de Malvinas siempre actuaron

como termómetros, parámetros, indicadores de lo que pasaba con ellos. Más allá de la

dramaticidad que esto implica, o precisamente por ella es necesario hacer un análisis sobre

esta cuestión. El suicidio es un no dar más, es el basta terminante, absoluto, después de él la

nada. Es demostrar que todo intento personal o colectivo ha fracasado.

El suicidio es el fracaso de todo el entorno familiar, profesional, social, o por lo

menos es sentido así. Nadie pudo hacer nada por él, sólo le quedó la muerte. Es la muerte

siempre presente, si ella fue amenaza durante la guerra, hoy es buscada como aliada.

Es necesario reconocer que nunca se estudiaron seriamente las muertes de los

soldados luego de la guerra, nadie sabe a ciencia cierta cuántos son, quiénes y dónde

murieron, cuáles fueron las circunstancias de cada caso para poder establecer parámetros.

Sólo hay ideas, presunciones, cifras imprecisas. Es perverso pedirles a los veteranos que sepan

sobre esto. Pero tampoco hay instituciones que hayan investigado la cuestión, como tampoco

se ha estudiado el acontecer posterior de las familias cuyos hijos murieron en la guerra. Y hoy

tampoco se estudia sobre los descendientes de los combatientes

Hay una experiencia que consideramos necesario rescatar. El INSSJP realizó una

Investigación Acción Participativa sobre la salud de los ex soldados de Malvinas durante los

años 1996 a 1998. Es necesario enunciar el título del trabajo pues quizá ahí esté la respuesta

de los logros del mismo. Se investigó, sí, pero al mismo tiempo se actuó en cada caso que fue

necesario y se fueron plasmando los pasos para continuar con el trabajo. Pero también fue

participativa. O sea los objetos de estudios fueron sujetos del mismo, fueron sus protagonistas

y responsables. En esos años se trabajó intensamente con las situaciones de crisis que iban

apareciendo en los jóvenes. Y dio como resultado que sólo se suicidaron dos de ellos. Todos los

demás posibles intentos habían sido solucionados, se había actuado antes. Pero también se

actuó en la sociedad.

El texto finaliza:

*Psicóloga. Terapeuta de Veteranos de guerra de Malvinas.

Gastón Pina, veterano de Guerra, fue encontrado muerto el 10 de junio pasado, día de la

Reafirmación de la Soberanía argentina en Malvinas, en su casa de zona norte. El presidente de

la solidaria Asociación de Veteranos, Rubén Rada, contó que Gastón "había pasado muchas y

muy feas", y expresó la desazón de todos sus compañeros por esta muerte.

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El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información.| 58

La periodista Bea Suarez, fiel colaboradora de la sección Contratapa, toma partido

sobre una historia que no llegó a ser noticia. Suarez decidió comprometerse con la causa y

mostrarla, la redactó y fue publicada en Rosario 12 el día 9 de abril de 2010. Expulsión de la

ciudad90, en este afán por contar historias y poner el cuerpo, se escribe:

El lunes pasado a la noche una de las instituciones psicoanalíticas más conocidas de

nuestra ciudad, su comisión directiva concretamente, expulsó a dos de sus miembros, los

conocidísimos y prestigiosos psicoanalistas Marité Colovini y Beto Manino.

¿Qué psicoanalista no los conoce o, mejor dicho, no conoce la obra y la ética con que

ambos han trabajado en Rosario, Argentina y varios países del mundo? Pero no sólo son

conocidos (y tener yo el honor de ser amiga de ellos además) sino gente lisa y llanamente

buena y capa en lo suyo. Muy capa.

Finalmente el conjunto de estas herramientas de producción textual, y quizás se

relacione más a la crónica como registro histórico, dan una relación de descripción social:

cómo son los hábitos, modales, costumbres, modos de comportamiento, miradas, estilos de

vestir o caminar – que obviamente forman parte de las descripciones que se encuentran en el

texto –, por ejemplo en la crónica Veredas91, anteriormente mencionada, se expone:

Sí, éramos eso. Lo actuamos entre sí. Y también éramos algo más. Salidas del

intercambio de mensajes que nos hacía sentir a penas dos en el mundo ancho y ajeno, ahora

éramos estas dos. Miradas escuchadas, saludadas por otras personas que caminaban o

pasaban por el bondi, en la bici, en una moto. Entonces también nos expusimos. Otro motivo

más que hacía ese cuarto de hora, el momento en que nos expandimos. Fuimos dos en la

ciudad, a la vista de quién quiera vernos.

En este caso particular, Ocampo utilizó como rutina la descripción de la situación

para ir un poco más allá, representar una historia particular e individual que a su vez tiene el

objetivo de representar una situación más amplia, al margen del impacto y el compromiso

social que denota. La periodista contó: “Toda la situación parece que es una situación que está

en el aire, la historia no se puede ubicar en otro contexto. Es el recorrido de mucha gente y

algo que sucede. Todo lo que me está pasando hoy en esta vereda. Al escribirla, la pensé

90

Ver Anexo: CRÓNICAS PERÍODISTICAS NO TRADICIONES. Pág. Nº 82. 91

Ver Anexo: CRÓNICAS PERÍODISTICAS NO TRADICIONES. Pág. Nº 100.

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El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información.| 59

desde todo el recorrido donde se va desarrollando el relato y al final hay una suerte de

conclusión. El hilo conductor es el mismo recorrido. Está armado así porque es la única manera

de poder contar lo que la crónica expresa. Lo que más me interesaba era plasmar un montón

de SENSACIONES (percepciones) y esto es lo que más se nota en el relato. Quería no situarla

demasiado, cualquiera que la leyera podría representarse la propia vereda en donde poder

ubicar esta historia”.

En estos párrafos extraídos de las distintas crónicas, traídos a modo de ejemplo en

estas últimas líneas, aparece el escritor que se compromete con lo que se está contando, así

mismo se hace responsable de cada palabra, no cuenta algo que llegó a través de un cable o de

un mail ni mucho menos es la reproducción de un suceso. En el punto anterior (CAPITULO 3,

3.1 Reflexión sobre las ventajas del género para dar cuenta de hechos de cierto tipo.) se tuvo

en cuenta a la figura del escritor operante, esta situación no es mínima y determina el

comportamiento frente a lo que se está escribiendo. En este sentido Ocampo está convencida

de que “en los medios se deberían levantar historias con las voces de los protagonistas y

metiendo también el cuerpo.”

Una crónica publicada el 17 de Marzo de 2010 Justicia para Natalia Gaitán92, escrita

por la nombrada periodista, es un ejemplo también para entender a este escritor

comprometido. Ella además de mostrar rutinas clásicas ante la recolección de información

manifiesta un detalle fundamental: “Lo primero que hice fue buscar información y me basé

específicamente en el testimonio que dio la madre a una radio de Córdoba que se llama La red

nosotros, le pregunté a algunas compañeras. Apelé al testimonio que tenían en la radio y fue

como una especie de nota y denuncia, que tiene un poquito de activismo también ahí

mezclado”.

Se citan los últimos párrafos para comprender más sobre la idea que se está

desarrollando:

El crimen de Natalia no sólo movilizó a las agrupaciones de la diversidad de la ciudad

de Córdoba. También a nivel nacional desde distintas agrupaciones de lesbianas se han hecho

eco y se inició una recolección de firmas para pedir por justicia y para visibilizar lo sufrido por

Natalia, un ejemplo más de las discriminaciones que las lesbianas pobres y marginadas son

objeto en nuestro país.

El jueves 18 de marzo por la tarde será la primera marcha por el barrio Liceo en la

ciudad de Córdoba. Marcharán con la consigna: "Basta de violencia contra lesbianas, gays y

92

Ver Anexo: CRÓNICAS PERÍODISTICAS NO TRADICIONES. Pág. Nº 85.

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travestis. Justicia por Natalia". Es de esperar que en otras ciudades de Argentina se acompañe

esta acción el mismo día y a la misma hora. El blog

http://www.bastadelesbofobia.blogspot.com/ publica el pronunciamiento "Fusilada por

lesbiana" junta firmas en la casilla de correo: [email protected].

3.3 A modo de conclusión.

“En suma, los medios masivos pueden no tener éxito en cuanto a decirnos qué pensar, pero tienen un sorprendente éxito en cuando a decirnos en qué pensar”.

McCombs y Donald L. Shaw

93.

El ejercicio de la crónica periodística no tradicional requiere de un periodista activo,

es decir, que pueda registrar los aspectos de la cultura urbana; aceptando como rutina de

trabajo el abandono del escritorio para ir a buscar la historia fuera de las cuatro paredes y lejos

de su buzón de mail, que sepa poner en juego los sentidos y traducirlos a su texto, saber

observar el abanico cotidiano de hechos para seleccionar qué merece ser noticia.

Muchas veces aquello que es común a los ojos de todos es expuesto por un

periodista que resalta ese contexto y lo informa, es una manera de volver a narrar lo que ya

fue narrado. Es una forma de mirar lo habitual, generalmente se produce que a través de una

historia individual se pase al impacto público.

Debemos comprender, como dijimos en el punto 2.2, que las ideas se forman cuando

empalabramos al mundo, es decir, cuando lo verbalizamos, ya que a través del sentido

logomítico de lenguaje – “La palabra humana es Logos y mythos: aúne concepto abstracto e

imagen sensorial, razón y representación, denotación precisa y connotación, referencia

analítica y alusión sintética, efectividad y afectividad” (Chillón, 1999:34) – el lector imagina, de

esta manera, la palabra es acompañada con la imagen.

La crónica periodística no tradicional apuesta a la palabra, porque ellas mismas

contienen una densidad imaginativa muy grande. Al poner el mundo en palabras los sujetos

imaginan, de esta manera se produce un mayor acercamiento y una mayor comprensión de lo

que se está leyendo.

Estas intervenciones críticas, donde los sucesos se entrecruzan con las emociones,

describen el momento por el cual está siendo atravesada la sociedad. Describen el momento

histórico en el cual se redactó el texto, dándole así sentido a la realidad, ni hablar del prestigio

93

McCOMBS, Maxwell. y SHAW, Donald, 1987. “¿Qué agenda cumple la prensa?”, en GRABER, Doris (Comp.), El poder de los medios en la política, Buenos Aires, Grupo Editorial Latinoamericano, pp. 81-92.

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que otorga la incorporación de la subjetividad de los testigos al trabajo, así es como se

consigue la perdurabilidad en el tiempo, por el formato que ofrece.

Los periodistas se convierten en actores sociales que participan de los mismos

hechos que narran, involucrándose en los distintos mundos y de alguna manera con los

personajes que narran en sus historias. Intentan seguir con aquel prototipo de un mejor

periodismo. A través de la utilización de la crónica periodística no tradicional se busca a un

receptor activo, y no pasivo, que se identifique con la historia que se está contando y que

participe de la misma. La doctora Maricarmen Fernández Chapou en Las letras del nuevo

periodismo, fundamenta que “la única regla es recuperar su atención, contra el cansancio de

leer en los diarios textos fragmentados y carentes de significados”94.

A modo de síntesis, es acertado decir que el cronista es el puente directo con el

lector a través de historias, evocaciones, recuerdos, personajes, lugares, hechos o situaciones,

trabajadas con la acentuación del relato, fluir narrativo que desplaza las acciones frente a los

ojos y a la imaginación. El cronista hará uso de las técnicas propias de la literatura.

Así se argumenta el tono subjetivo y los juicios de valor del periodista basados en la

realidad. No obstante es un texto analítico, narrativo y descriptivo y no de opinión. La crónica

es una combinación de narración, percepción, estadística, descripción y poesía.

Hemos visto que el secreto está en la combinación, en el sentido de entender cuál

será la dosis exacta de cada secuencia, o estrategia narrativa; pero sin ir más lejos el hilo

conductor es la palabra, por eso es tan importante saborear cada una de ellas – redescubrir la

belleza del lenguaje –. El trabajo más complicado para el periodista será entonces, encontrar

aquella palabra que se ajuste con exactitud a aquello a lo que se quiere remitir, permite narrar

mejor lo que ocurre a nuestro alrededor. Muchas veces lo insignificante cobra, dentro del

contexto, un carácter muy importante, donde cuyas características sean las de proponer un

desentrañamiento de la realidad.

Rosa Montero, escritora española, poetizó: “Las palabras son como peces abisales

que sólo te enseñan un destello de escamas entre las aguas negras. Si se desenganchan del

anzuelo, lo más probable es que no puedas volverlas a pescar. Son mañosas las palabras, y

rebeldes, y huidizas. No les gusta ser domesticadas”95. El trabajo de la escritura se relaciona

94

Fernández Chapou Maricarmen, Las letras del nuevo periodismo. Una corriente que abreva de la literatura con

actitud innovadora. En Revista Mexicana de Comunicación.

http://www.mexicanadecomunicacion.com.mx/fmb/foromex/nuevoperiodismo.htm (página consultada sábado 08

de octubre de 2011). 95

Weblog Cátedra de Redacción Periodística 1. Escuela de Comunicación Social / U.N.R. Romero Ivana, Unidad 6,

TEXTO FUENTE, Crónica: otro modo de dialogar con la información.

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con esta idea, muchas veces se torna ingobernable, sólo pocas son las oportunidades que se

presentan. En cualquier caso los sucesos, los que ocurren, los grandes o los menos

perceptibles a simple vista, están ahí – como quién dice: al alcance de la mano – a la espera

de una palabra que los cuente, se reflexiona sobre la sociedad, la cultura y la historia. Y es la

crónica un modo de volver a narrar el mundo.

En un modo más técnico, para ampliar lo anteriormente dicho, agregamos que la

estructura textual de los géneros discursivos es heterogénea, es decir, resulta de la

combinación de las secuencias de diferentes tipos de textos, pero por lo general uno siempre

domina el campo. Podemos decir que “el tipo textual narrativo sea el que predomine no

impide que encontremos secuencias descriptivas, dialogales, argumentativas, etc”

(Peralta/Urtasun, 2007:21). Para sumar, manifiesta Elinor Ochs que “la narrativa es la

anfitriona de una variedad de géneros”96.

La práctica del periodismo a través de la crónica no tradicional consiguió informar

subjetivamente los hechos reales, generando un abierto rechazo hacia las técnicas, rutinas y

formas rutinizantes de la prensa escrita tradicional reconstruyendo los lugares donde el quién

es tan importante como el cómo. Por eso es muy necesario que existan estos espacios –

Contratapa de Rosario 12 – para las publicaciones, para que determinados periodistas de la

ciudad (y escritores) apelen a un recurso distinto para transmitir las historias.

A través de los ejemplos que se seleccionaron y las entrevistas realizadas,

entendemos que estas intervenciones profesionales publicadas en el medio gráfico dan

protagonismo a las voces de las otras personas, a aquellas que no corresponden a fuentes

oficiales (como son los gobernantes o funcionarios de turno que los medios están tan

acostumbrados a tratar) y casi como una consecuencia se trabaja con temas propios de la

cotidianeidad, que muchas veces para ser “una noticia” no son relevantes.

De esta manera el periodista se convierte en un actor social comprometido,

involucrándose con los mundos que narra, es un periodismo que gracias a su valor literario

consigue informar las distintas situaciones desde otros espacios, con otra mirada.

http://www.bdp.org.ar/facultad/catedras/comsoc/redaccion1/unidades/2008/07/cronica_otro_modo_de_dialogar.

php (página consultada el 20/11/2011) 96

Weblog Cátedra de Redacción Periodística 1. Escuela de Comunicación Social / U.N.R. Elionor Ochs, Unidad 6,

TEXTO FUENTE, Ámbitos Narrativos.

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El gris de la crónica. Otro modo de relacionarse con la información.| 66

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Crónicas seleccionadas para el trabajo.

Rosario 12. Sección CONTRATAPA97.

Lunes 26 de octubre de 2009 – Manual de cinismo – Sonia Catela.

Viernes 23 de octubre de 2009 – Clasista y combativa – Bea Suarez.

Martes 3 de noviembre de 2009 – Inundaciones de ayer ¿y de hoy? - Pablo Suárez.

Miércoles 2 de diciembre de 2009 – El jardín argentino - Gloria Lenardón.

Lunes 7 de diciembre de 2009 - Música salida del alma – Leandro Arteaga.

Viernes 9 de abril de 2010 – Expulsión de la ciudad – Bea Suarez.

Martes 17 de marzo 2010 – Justicia para Natalia Gaitán – Irene Ocampo.

Martes 13 de abril de 2010 – Helado de despedida – Irene Ocampo.

Domingo 16 de mayo de 2010 – Escena callejera de quince minutos – Gary Vila Ortiz.

Martes 6 de junio de 2010 – Mirar el mundial políticamente – Gary Vila Ortiz.

Martes 15 de junio de 2010 – Otro muerto por abandono – M. Cristina Solano.

Martes 6 de julio de 2010 – A propósito del matrimonio gay – Irene Ocampo.

Domingo 25 de julio de 2010 – Veredas – Irene Ocampo.

Viernes 30 de septiembre de 2010 – La patria bizarra – Javier Chiabrando.

Martes 5 de octubre de 2010 – Gestos – Natalia Massei.

Viernes 29 de octubre de 2010 – Vergüenza ajena – Natalia Massei.

Viernes 12 de noviembre de 2010 – Una noche en un planeta – Iván Fernández.

Viernes 28 de enero de 2011 – Los de afuera – Iván Fernández.

Lunes 22 de marzo de 2011 – Crímenes políticos en Argentina: Juan camina – Sonia Catela.

Viernes 13 de mayo de 2011 – La letra Be – Bea Suarez.

Viernes 24 de junio de 2011 – Moreno y Córdoba – Bea Suarez.

Miércoles 10 de agosto de 2011 – Pasillos – Víctor Maíni.

Miércoles 17 de Agosto de 2011 – Un intervalo breve – Natalia Massei.

Lunes 24 de octubre de 2011 – Me quiero nada, poquito, mucho – Javier Chiabrando.

Jueves 27 de octubre de 2011 – Recuerdos del 27 – Sebastián Artola.

97

El material que se seleccionó para la realización de este trabajo forma parte de una identificación de publicaciones de la sección CONTRATAPA del diario Rosario/12 en distintos períodos de tiempo (2009,2010, 2011). Allí, se reconocieron a los textos más acordes que contribuyen en el desarrollo del T.F.I.; los mismos cuentan historias, muchos tienen un anclaje sobre la realidad mediática del momento en cual se publicaron, otros son un reconocimiento, o una relectura sobre sucesos concretos de la vida en la ciudad.

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ANEXO: CRÓNICAS PERÍODISTICAS NO TRADICIONES.

Publicaciones: Sección Contratapa, Rosario 12.

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ANEXO 1

Lunes 26 de octubre de 2009 – Manual de cinismo – Sonia Catela.

Manual de cinismo

A usted le espetan: "El que apuesta al dólar, pierde" (Lorenzo Sigaut, 1981). O: "La

gente nunca tuvo más plata que ahora" (Martínez de Hoz, 1980). O: "En este país, nadie hace

la plata trabajando" (Luis Barrionuevo, 1990), y lo acomete la metafísica: ¿Es el cinismo un ingrediente imprescindible del fantasmagórico ser nacional, la sal

de la vida del argentino, la propia capital de Vulgaria, como llama a nuestro país (y sus vulgares

habitantes), un periodista porteño con el toque cínico del caso? Cuando los jefes de Estado

hablaban mediante comunicados militares, nuestros Zaratustras repartieron profusas

muestras gratis del producto: "Los desaparecidos no están, no son", envasó y selló Jorge Rafael

Videla en 1981. El mismo año, Leopoldo Galtieri avisó: "las urnas están bien guardadas", por si

no nos habíamos enterado.

Entre el cablerío de las picanas, (1978) aquel Estado sangriento guisó un clásico

imbatible: "los argentinos somos derechos y humanos". Sebastián Hacher atribuye su autoría a

la consultora internacional Burson Marsteller, de las más grandes del mundo, la que lo ajustó

como traje a la medida de nuestro cuerpo.

En diciembre de 1977 se tuvo el menos recordado pero no menos importante

anuncio publicitario: "Para que usted y su familia puedan celebrar en paz, en el Ejército hay

argentinos que están haciendo guardia. Proteger es querer. Felices fiestas". Un pañuelo con

que enjugar las lágrimas de emoción.

Eso en dictadura pero ¿y al momento en que los cuartos oscuros funcionan y se

recuentan votos mientras se cruzan acusaciones mutuas de fraude?

Retomemos a los grandes maestros. Cuando Guido Di Tella, canciller de la argentina

se despachó en 1991 perfilando la política exterior de la Nación: "Con Estados Unidos

mantenemos relaciones carnales", pudo adjudicarse el trofeo histórico de un campeonato

nacional de cinismo. Pero le disputa ese galardón el ministro de economía Bernardo Grispun:

"Si querés que me baje los pantalones, me los bajo", (ante el emisario del FMI, Joaquín Ferrán,

en 1984).

El cinismo rasca sus escamas en la desvergüenza del emisor pero desparrama la

picazón de su sarna en cuanta conciencia se le cruza por el camino. Si Jauretche dice: "la plata

tiene olor a bosta en la Argentina", es tapándose la nariz con cierta repugnancia. Contrario

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sensu, un cínico se jactaría de ese aroma escatológico; al fin y al cabo, el cinismo monta de una

manera u otra una celebración de la vileza propia.

Sigamos rebuscando en las pesadas alforjas las frutas de ese árbol que florece en

nuestro jardín y hallaremos con creces.

Cómo olvidar el: "Si hubiera dicho lo que iba a hacer, no me votaba nadie", teorema

con el que resumió Menem su filosofía, su ética y sus temibles planes para nuestro futuro.

Manzano, ministro de Interior del riojano, completó la escena: "Yo robo para la corona". Y

aunque no se trata sólo sobre ladrones, tampoco los excluye; en 1996, el gremialista Luis

Barrionuevo brindó también una receta integral a la cuestión económica argentina: "En este

país tenemos que dejar de robar por dos años".

"La casa está en orden. Felices Pascuas", fueron las palabras con que Alfonsín epilogó

la rebelión carapintada de 1987, mientras ésta nos legaba las leyes de Obediencia debida y

Punto Final e instalaba a Rico abriéndole el micrófono: "Yo no dudo, los soldados no dudan. La

duda es una jactancia de los intelectuales" (Aldo Rico, 1988).

Son tops. Difíciles de igualar. Pero no se queda atrás el dibujo del mapa que elucubró

Julio Roca, vicepresidente de la nación, en 1933: "La Argentina, es desde el punto de vista

económico, una parte integrante del imperio británico", tras la firma del pacto Roca-Ruciman

sobre comercio de carnes.

"Ni vencedores ni vencidos", sentenció Eduardo Lonardi en setiembre de 1955, con

breve antelación a los fusilamientos por decreto de la Libertadora.

Durante la década menemista, el ciclo argentino de vacas gordas alcanzó en este

rubro su pico más alto con ejemplares de pura raza. Un catálogo de muestras para elegir:

"Estamos mal, pero vamos bien", (Menem, 1990).

"No sé si voy a sacar el país del problema económico. Pero seguro que voy a hacer un

país más divertido", (Menem, 1990).

"La Ferrari es mía, mía, mía. ¿Por qué voy a donarla?" (Menem, 1991).

"No importa de dónde vengan los capitales. Lo que importa es que vengan", (Alberto

Kohan, 1991).

"En mil días, vamos a poder tomar agua del Riachuelo", (María Julia Alsogaray,

Secretaria de Medio Ambiente, 1993)

Algunas de las profecías de este ciclo se derrumbaron como Sodoma y Gomorra y

hubo que salir de debajo de los escombros con que nos sepultaron:

"La convertibilidad se mantendrá por los siglos de los siglos", (Menem, 1996).

"Con la convertibilidad, habrá más de seis décadas de crecimiento y prosperidad en

la Argentina", (Domingo Cavallo, 1991).

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Casi todos los postulados desnudaban la axiología, la escala de valores imperante en

aquellos filósofos nuestros: "Que se vayan a lavar los platos", respondió Cavallo a los reclamos

de los científicos del área de Ciencia y Técnica, siempre en la década del '90.

¿Y ahora? Podrían llegar a incorporarse al Manual de Cinismo ciertas piezas pulidas

durante las últimas curvas en las que nos vamos salvando del choque:

"Este es un negocio millonario y los cartoneros tienen una actitud delictiva porque se

roban la basura". "Al ciruja me lo llevo preso". "Es tan delito robar la basura como robarle a un

señor en la esquina", Mauricio Macri, época K.

También de Macri: "Vengo de una familia machista? En una familia machista, una

mujer no tiene otro destino que el de estar educando a sus hijos", en referencia a las

posibilidades de que su hermana Sandra se incorporara a su gabinete como ministra de acción

social.

Hugo Biolcati, presidente de la Sociedad Rural, agosto 2009, rubrica algún aporte:

"Me pregunto por qué el 27 por ciento de los argentinos padece hambre si el campo es una

enorme fábrica de alimentos", "El campo tiene un plan para terminar con la pobreza", Y:

"Pienso en Manuel Belgrano, José de San Martín, Domingo Faustino Sarmiento y Juan Bautista

Alberdi. Hombres que murieron en la dignidad de su pobreza, sin tener que presentar

declaraciones juradas". Presentar la declaración jurada o no, ese dilema ontológico...

En cuanto a si hay o no cinismo en Cobos, cada cual juzgará y tomará posición:

"No puedo acompañar y eso no significa que esté traicionando". "La historia me

juzgará", "Mi voto no es positivo", Julio Cobos, (vicepresidente argentino integrante del

gobierno y votando en el Senado contra el proyecto oficial y junto a la oposición, julio 2008).

Posiblemente el tiempo clave los dientes, despedace y degluta los speechs de los

personajes de reparto, los bocadillos de quienes son extras ocasionales de la historia. Pero

acaso ¿no es la intención lo que vale?

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ANEXO

Viernes 23 de octubre de 2009 – Clasista y combativa – Bea Suarez.

Clasista y combativa

"La psicología individual tiene que ser por lo menos tan antigua como la psicología de la masa,

pues desde el comienzo hubo dos psicologías: la de los individuos de la masa y la del padre,

jefe, conductor".

Sigmund Freud. La masa y la horda primordial. "Psicología de las masas y análisis del yo". 1921.

Curame de ser pobre, de ser nadie, de estar haciendo pis en esta plaza sin inodoro ni solventes

para la necesidad.

Curame por favor de ser tan! Pobre, de no pertenecer, de no tener un chalecito o una estancia,

curame la inaudita desesperación que reclama entre cáscaras, un fruto que no está.

Curame de rogar, curame del Estado de anteayer, que ya no está, que se borró, que vendió

(con María Julia) el patrimonio argentino, y hoy no tenemos qué comer, qué dormir, qué

sepultar en el cementerio de emociones emigrantes.

La plaza San Martín soporta nuestro peso, pedimos hasta cabecear, entre tilos y el padre de la

Patria; pedimos hasta el estertor. Y todo es no.

Y todo es un gran no.

Los chicos juegan a la pelota, conspira la desmesura en un rosal, se quemará la plaza con

nosotros, todos quemados representaremos a una nación, a la geología de una rincón que

alguien meó desde la estratosfera, nosotros fuimos el último chorrito.

Curame de volverme tan oval, de que el vecino de perro y sifón mire con cara de haber

divisado a E.T.

Sollozo, curame el picotazo de no ser, de la marea de existir sin palabras, con el flequillo

cortado a la garzón, negro como carbón.

Curame de pedir, de no saber, de solo coger y coger para algo medir. De tanto arroz, del

congreso de ausencias, de ser Toba y no Inglés, de incurrir y no vivir en California.

Curame del conjunto de cosas que me ahoga.

Del hambre.

Del país.

Curame el corazón para que no se pulverice, no termine en el tacho.

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Como yo.

[email protected]

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ANEXO

Martes 3 de noviembre de 2009 – Inundaciones de ayer ¿y de hoy? - Pablo Suárez

Inundaciones de ayer ¿y de hoy? Cuesta explicarles a los más jóvenes nuestra pena ante el fenómeno de las

inundaciones, que ocurren en lugares lejanos. Cuesta convencerlos de que ese hilo de agua

oscura que es el arroyo Ludueña, en algunos momentos durante la década del 60, 70 y 80 fue

un increíble y violento caudal que durante varios días circulaba por las calles de Empalme

Graneros, Barrio Belgrano y Arroyito arrastrando todo lo que encontraba a su paso: autos,

muebles, vacas, caballos y vidas.

Pero es así, ese era el miedo que todos los abriles y noviembres torturaba a los

habitantes de la zona noroeste de Rosario. ¿Está lloviendo en Pérez? ¿y en Zavalla?, porque

esa era el agua que después bajaba a Rosario, y rebasaba en esos barrios rosarinos.

Entonces, la culpa de las inundaciones la tienen primero, la lluvia y luego, el arroyo.

Veamos...

No culpes a la lluvia

Pero ¿Cuál es la dinámica de este asunto?

Bueno, pues resulta que en esa época, cuando llovía en los campos que ahora son

Pérez, Funes, Empalme, Arroyito (imaginemos esos campos sin esos barrios construidos) el

agua caía a la tierra que la absorbía, obviamente. Ahora, si llovía mucho, la tierra no absorbía,

entonces, la pendiente natural llevaba el agua de los campos al canal del arroyo que veía

crecer su volumen hasta llenar la barranca (todos podemos ver la pequeña barranquita del

Ludueña en cualquier lugar que lo contemplemos hoy) y si era demasiada agua, pues se

inundaban los campos aledaños y ya.

Pero bueno, llegó el siglo XX y Rosario creció. Uno de los vectores de la expansión de

Rosario era el camino hacia Alberdi. Allí justamente se construyó el "puente Arroyito" (todavía

los viejos llaman así a la esquina de Juan B. Justo y Alberdi). Los otros vectores serían las vías

del Belgrano, (que aún están) y del Mitre cuyo recorrido puede verse ahora en la avenida De la

Travesía. Pero había allí un terraplén, muy alto, justamente, para que las crecidas del arroyo no

complicaran el tráfico de los trenes.

Y así se fueron construyendo los barrios pobres y baratos, para los pobres de aquel

Rosario, al borde mismo del arroyo. Donde apenas terminaba la barranca, allí se construía la

casa del pobre o directamente sobre los bañados mismos como puede verse en los planos de

urbanización de 1920, donde el trazado de la grilla urbana se superpone con los pantanos

mismos del Ludueña.

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Como siempre pasa, cuando hay que poblar una zona ecológicamente inestable, los

primeros en ir son los pobres y el negocio inmobiliario es para los ricos. Y allí fueron nuestros

bisabuelos a vivir en el 1900 a asentarse arriba del arroyo y a sufrir las inundaciones que año a

año asolaban la zona desde aquellos viejos años hasta 1986. Como vemos, la culpa empieza a

dejar de ser de la naturaleza.

Porque a medida que se iban poblando los márgenes del arroyo y la zona ("cuenca"

es el término científico), el agua de las lluvias llegaba mucho más rápido al arroyo, porque el

suelo construido absorbe menos agua que la tierra virgen. El arroyo crecía así más rápido y se

ahogaba antes repartiendo su caudal en una zona más amplia y para lamentarnos aún más, el

terraplén del ferrocarril, (ese que ahora se llama Travesía) interrumpía al arroyo casi al final, es

decir ¡con mucha más agua!

En la década del 40 fue necesaria una primera obra de entubamiento, que funcionó

muy bien, durante veinte años. En 1960, comenzó un ciclo de inundaciones muy importantes

que culminaría en 1971. Tendría que llegar 1986 para que los gobiernos provinciales

asumieran la necesidad de la construcción de la presa retardadora, que si bien ha pasado

momentos difíciles, ha logrado evitar las inundaciones, por lo menos de las zonas de barrios

Belgrano, Empalme y Arroyito. Mención especial aquí para el NUMAIN, y el movimiento

vecinalista de Empalme Graneros que con una larga tradición logró hacer escuchar la voz de

los inundados en cada momento crítico.

Algo entre nosotros no va bien

Las últimas inundaciones importantes que se recuerdan en Rosario, se dieron en

2003/2007 en la zona de Nuevo Alberdi y Cristalería. No se debieron directamente al Ludueña,

pero tienen que ver con su cuenca, porque los canales Salvat e Ibarlucea tributan a este

arroyo.

La mancha urbana de Rosario se sigue expandiendo y seguimos sin planificar el

crecimiento, ocupando espacios en forma caótica, espacios que quizás no tendríamos que

haber ocupado. La construcción de barrios aguas abajo de la presa retardadora implica que el

escenario que se planteó en 1960 lo podemos reproducir en este siglo.

No podemos dejar que, como en aquellos momentos, la obtención de renta urbana

sea el criterio con el que se organiza el espacio de la cuenca. Esto no hace más que reforzar las

desigualdades. Los indicios no son alentadores, porque parece reproducirse la vieja dinámica

de enviar a los pobres a las zonas vulnerables, mientras a unos metros, pero en zona

"protegida" se realizan grandes negocios de especulación inmobiliaria. La culpa, como vemos

será definitivamente de quienes consientan esta situación.

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Como afirma el Dr. Erik Zimmermann (FCEIA UNR), "la urbanización es clave en la

nueva respuesta de la cuenca. La presión demográfica es muy fuerte. O sea, la

impermeabilización, si no se toman medidas, será peor en los treinta años que siguen".

No mirar para arriba y culpar a la lluvia; ni para abajo y culpar al arroyo. Escuchar a

los profesionales (arquitectos, urbanistas, ingenieros hidráulicos) y a las organizaciones

sociales (NUMAIN, GIROS, Taller ecologista) que desde hace años están estudiando estos

problemas. Una cuenca es un sistema dinámico, sobre el cual no se pueden trazar soluciones

definitivas. Ello exige atención permanente y una ocupación del espacio teniendo en cuenta

(entre otras cosas) la historia terrible de las inundaciones en nuestra región.

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ANEXO

Miércoles 2 de diciembre de 2009 – El jardín argentino - Gloria Lenardón.

El jardín argentino

No sé qué es lo que más llamaba la atención, si el brillo de las flores, o lo parejas que

estaban, o que no había nada marchito, era un jardín en su mejor momento, parecía haber

florecido con un cronómetro: ¡Ya! Y las plantas habían reaccionado todas juntas con un

tamaño y un color idénticos. Sin embargo, pese a los tallos duros, algo helado las aplastaba, las

idiotizaba un poco, el viento movía el césped y a ellas no, ellas estaban estacadas. Me acerqué

y vi que el cuadrado de tierra estaba bien trabajado, bien regado, salvo algunos lugares ralos,

el césped crecía tupido. Donde no había nada desparejo, ni nada que alterara nada era en las

plantas. El jardín, las plantas, las flores, el jardín entero artificial ¿Por qué ofrecer a los que

pasan el espectáculo de flores resecándose?, flores de plástico, en ese rincón de la ciudad

donde el sol actuaba suavemente sobre las veredas arboladas, el jardín se aseguraba su

florecimiento perpetuo, las flores estaban ahí para durar, no para marchitarse.

Callao es la calle de las flores en cantidad, Rosario descarga en ese mercado

cantidades diarias, en los canastos las flores se amontonan como en un tarro lentejas. No hay

un momento, de la mañana o de la tarde, que no esté atestado de flores frescas. Al que le

guste bañarse en perfume que entre en cualquier local, todos ofrecen lo mismo con el mismo

precio, ¡va a meter la nariz donde corresponde! Pero en la esquina de vidrio del piso al techo,

la cosa cambia completamente, hay muchísimas flores, sí, pero no hay una gota de perfume.

Las flores artificiales abarrotan la vidriera, unos corazones rojos, autoadhesivos,

tientan a los sentimentales, para los sensibles a lo duradero en vez de la flor de un día están

los pimpollos de telas de nylon, hay ramos de novia, centros de mesa, adornos, hechos con

rosas, narcisos, sterlitzias, calas, sobre todo rosas, las flores pintadas y abiertas del todo juran

durar para siempre. Ese día, en la puerta, un cartel promovía un curso de pirograbado por una

profesora de apellido Ramos, detrás un helecho se suspendía inmóvil como una araña que

quiere atrapar moscas.

El Erdosain de Arlt fantaseó una rosa de cobre, sus ideas revolucionarias incluyeron

una rosa inalterable, Erdosain encontró la fórmula por medio de sus combinaciones alucinadas

de inventor: se toma una rosa y se la sumerge en una solución de nitrato de plata disuelto en

alcohol. Luego se coloca la flor a la luz que reduce el nitrato a plata metálica, quedando por

consiguiente la rosa cubierta de una finísima película metálica, conductora de corriente. Luego

se trata por el común procedimiento galvanoplástico del cobreado...y, naturalmente, la flor

queda convertida en una rosa de cobre. Tiene muchísimas aplicaciones.

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Efectivamente las tuvo, la rosa de cobre de Arlt fue trabajada y blindada por

González Tuñón.

Las flores artificiales dominan los cementerios argentinos del norte, las tumbas

cavadas en las laderas peladas de las montañas, arden al sol, ninguna flor cortada en un jardín

sobreviviría a la ofrenda por muchos minutos, bajo esas condiciones las flores artificiales son

las únicas que soportan, las que se animan se enganchan a las coronas de las cruces y

acompañan mucho tiempo al muerto. En general resaltan las naranjas y rojas, pero hay una

gran variedad, y aunque incluyen colores que se blanquean fácilmente en el aire reluciente y

seco, todas se ven brillar de lejos en ese resplandor. Pero para acercarse a los muertos y sus

coronas de Trancas o Matancillas u otros pobladitos en Salta donde los cementerios son más

coloridos que el puñado de casas de las dos o tres calles escarpadas, hay que conseguir

autorización, porque están en territorio de propiedad privada, los pobladitos enteros quedan

atrapados dentro de la propiedad privada. Si no existe esa autorización, y aunque uno se

muera de ganas, no es posible intimar, ni siquiera por unos segundos, con el alma colorinche

del cementerio del lugar. Las flores de nylon en Iruya sí están al alcance de la mano, llenan el

cementerio que cuelga de la montaña, parecen reales y puestas para animar las piedras: un

oasis dentro de un cementerio.

Lejos de las montañas de los pueblos del norte, en el macrocentro de Rosario, en una

casa de unos diez años, muy bien pintada, una casa que pone tanto cuidado con las paredes

como con el jardín para salvarse del deterioro, las plantas miran al sol de frente, a nadie se le

ocurra buscar nada marchito por ningún lado, las flores flotan en su material inalterable y

como complacidas de batir un récord, es el jardín menos atacado de Rosario, ni gatos ni perros

se le acercan, sin hormigas, sin mosquitos, la que se ocupa de él sólo tiene que plumerearlo. Y

debe hacerlo muy seguido porque las flores están listas para que las miren los que pasan, y si

no aguantan una segunda mirada entusiasmada es porque se recibió su sintético como un

plumerazo en la cara; la que no tiene dudas es la que se ocupa del jardín, me dijeron en la

esquina que es la dueña de casa. Su determinación deja pasmado, a mí qué me importa, qué

primavera ni qué invierno, lo que tiene que estar florecido tienen que estar florecido

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ANEXO

Lunes 7 de diciembre de 2009 - Música salida del alma – Leandro Arteaga.

Música salida del alma

El momento tuvo algo de único, de ánimo de no querer terminar. "Andá al piano", le

dice Charly García a Fito Páez, y Fito obedece. "No lo ensayamos", advierte, mientras nos

prepara para un tema "que sabemos todos y que tiene que ver con mis inicios". Nito Mestre

presta también su voz y comienza entonces Canción para mi muerte. El escenario se volvió una

declaración de cariño. Tanto del músico hacia el público, como de los músicos hacia Charly. El afecto se mantuvo a lo largo de toda la noche del sábado, libre ya de las amenazas

de las lluvias tempranas, en ese ámbito propicio para la música que significa el Hipódromo del

Parque Independencia. La situación referida, quizá, haya sido uno de los pasajes más bellos. No

sólo por lo que significa Sui Generis -allí, desde el escenario, luego también de interpretar

Cuando ya me empiece a queda solo sino por las ganas del músico de prolongar la noche

(fueron cuatro bises) y de agradecer.

Porque el cuidado de los músicos en escena daban cuenta de una ronda que es

sostén para Charly y, sobre todo, garantía para su música. Todos alrededor de él, y él que

digita y que se deja compensar de forma mansa donde allí todavía no puede. Por eso los

teclados de Fabián Vön Quintiero -discípulo ya graduado, quien a la manera pirata de Jack

Sparrow sostiene un timón simétrico, desde el otro costado del escenario, dando balance y

adorno al piano de García. Los dedos de Charly, mientras tanto, que ya no mamporrean las

teclas como acostumbrara, sino que ahora acarician.

Lo mismo desde las guitarras, en un dueto de amistad compartida y espejada entre

Kiuje Hayashida y Carlos García López -otro graduado con honores. El eje escénico, allá en lo

alto, dado por la batería de Tonio Peña Silva y, uno a cada lado, el bajo de Carlos González y la

sensualidad loca de Hilda Lizarazu: voz que corre en todas direcciones, que baila y que canta y

que el público adora.

Todos pendientes de los movimientos ralentizados de Charly -los músicos, el público,

de sus pasos justos y medidos entre el piano y el micrófono a mitad de escenario. Se cuelan

también algunos pasos de baile. Como si fuese un pasajero en trance, consciente de que lo es,

de que la pasó mal. "Me olvidé la letra de mi propia canción, qué va a ser...", se confiesa

tímido. Le acercan la hoja y Fito puede entonces dar música al piano con Desarma y sangra.

"¿Cuántos de ustedes han visto a Serú Girán?", pregunta Charly a la multitud y

advierte: "este tema tiene que ver con lo que me está pasando". Interpreta entonces Llorando

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en el Espejo pero nunca nos dice el título porque tampoco lo canta igual: "No hay señales en

tus ojos y estoy mirando en el espejo y no puedo ver", de nuevo la misma timidez, la misma

confesión, la mucha sinceridad.

Charly paseó su música por entre los laberintos de los discos Rock & Roll (Yo), Clics

Modernos, Piano Bar, Cómo conseguir chicas, Tango, Influencia, Yendo de la cama al living. A

propósito de este álbum, escucharlo recuperar el tema Canción de dos por tres, tan único

como aquel disco; o cantar como siempre, para siempre, esa línea magnífica que No soy un

Extraño todavía permite desde los ecos de Clics Modernos: "Desprejuiciados son los que

vendrán, y los que están ya no me importan más".

Los temas de García siguen un derrotero nunca igual, de letras siempre

resemantizadas, acordes de maneras insospechadas con sus nuevos contextos de época. Lo

que permite pensar otro de los rasgos de la noche, el del público de edades diferentes, con

ganas de escuchar y de ver a uno de los músicos fundamentales.

Sobre el bis final, Charly sostiene unas notas en el piano y absolutamente nadie, sea

en el escenario o en el público, sabe qué es lo que va a venir. Sorprende entonces con Mr.

Jones, de Sui Generis, y la alegría de Nito Mestre se nota: salta y se apura por cantar el tema.

Increíblemente, Charly es capaz de analogar la ansiedad de los que escuchan con la de quienes

están junto con él.

Observarlo a Charly García hacer lo que le gusta es bellísimo. Sus zapatos negros y

lustrados resaltan de brillo. El traje le calza perfecto mientras disimula, de paso, un abdomen

algo prominente (parece mentira). Charly respira la música, y el aire compartido del lugar

termina por contagiar. Ése fue, por encima de cualquier otro aspecto, el rasgo distintivo de la

noche.

Es así como está Charly. Lleno de ganas y de sinceridad y de música para tocar y

componer y volver a regalar. Fue un encuentro de alegrías el del sábado. Los comentarios

luego del show lo señalaban y prometían. Aún cuando el público le demande a Charly siempre

más -ese más sin fin, a alguien que tanto ha dado , ese mismo público se sabe ahora parte

fundamental de este nuevo rumbo para el músico, maestro de orquesta que gusta ahora de

dirigirse al público marcando notas de solfeo.

Charly tocó mucho y muy bien. La banda suena estupendo. Pero lo que persiste,

como nota mayor y todavía mejor, es el afecto. Su andar casi frágil se sostiene desde el orden

de la lista de temas, gracias a su ejecución precisa, con las miradas cómplices de Lizarazu o

desde la guitarra y teclados del Negro García López y el Zorrito Vön Quintiero, más la base

sólida del trío chileno.

Música salida del alma, se notaba.

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ANEXO

Viernes 9 de abril de 2010 – Expulsión de la ciudad – Bea Suarez.

Expulsión en la ciudad

El lunes pasado a la noche una de las instituciones psicoanalíticas más conocidas de

nuestra ciudad, su comisión directiva concretamente, expulsó a dos de sus miembros, los

conocidísimos y prestigiosos psicoanalistas Marité Colovini y Beto Manino.

¿Qué psicoanalista no los conoce o, mejor dicho, no conoce la obra y la ética con que

ambos han trabajado en Rosario, Argentina y varios países del mundo? Pero no sólo son

conocidos (y tener yo el honor de ser amiga de ellos además) sino gente lisa y llanamente

buena y capa en lo suyo. Muy capa.

A los dos se los conoce además por estar habilitando desde hace muchos años a las

nuevas generaciones de analistas que, obligatoria e inexorablemente, sustituirán a la anterior.

Han conjugado el verbo fundar en primera persona varias veces pues Beto (por

ejemplo) fue miembro de esa institución desde sus comienzos, y Marité es mentora (e

inventora) del nuevo touch que tiene la carrera de medicina en la Universidad Nacional de

Rosario, ha participado en cambiar la óptica de una carrera tan importante donde se forman

los médicos que nos atienden en los últimos años.

Pero además son dos creativos, movedizos, totalmente desacartonados, gente

idónea que para demostrar dicha idoneidad no necesitan esperar a sus pacientes para decirles

un congelado: "Y a usted ¿qué le parece?" o callarse la boca como en el siglo pasado y que los

pacientes salgan espantados por la frialdad, la oscuridad, la soledad en que a muchos los deja

un análisis ¿ortodoxo? No, justamente, Beto y Marité salen de lo común, son piolas,

modernos, y han aggiornado al psicoanálisis a las épocas actuales, y sobre todo cada vez que

toman la palabra se los escucha: Libres.

Tienen probada su condición de analistas hasta el hartazgo, gran parte de la ciudad

se analiza, ha analizado, supervisado, aprendido y debatido con ellos.

Marité además de haber hecho doctorado, facultad de lo que quieras, títulos y yerba

Taragüi, es inventora de cosas, de dispositivos para quienes no saben cómo se analiza a un

paciente, ha intentado transmitir el psicoanálisis buscándole siempre la vuelta para que sea

interesante, sí, sí, escúchese bien: interesante, y no exposiciones remanidas de repetir a Lacan

en auditorios donde la gente se duerme. Eso valoro en ella y en Beto, su capacidad de darle

una rosca más al discurso psicoanalítico para que resulte entretenido y no sólo un requisito

para juntar papeles y currículums.

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Beto es un tipo divertido, con quien hablar de psicoanálisis puede pasar a ser un gran

momento de pensamiento y una buena ocasión de pasarlo bien entre sus palabras, gestos e

inteligencia y lo que esas cosas nos han permitido a muchos psicoanalistas.

Es cierto que en éstos años se diferenciaron y promulgaron seminarios, reuniones y

encuentros de una forma muy original y para nada parroquial (en cuanto a la patota psi) es por

eso que con ellos estudian sociólogos, médicos, lingüistas, antropólogos y gente del vulgo que

se acerca a sus palabras para saber de qué se trata el psicoanálisis, un psicoanálisis con calle,

para la calle y por la calle, común y corriente de usted señor o señora que lee este periódico. Y

esto no les ha impedido actuar como verdaderos maestros seguidos por discípulos de todo el

país (como grandes flautistas que con su música atraen a escuchas y espectadores nada más y

nada menos que para difundir, discutir, acordar o refutar a la obra de Freud y Lacan como no

muchos logran hacerlo).

Los echaron de la institución que ellos mismos sostuvieron durante años en un acto

inédito para la comunidad psicoanalítica y para la ciudad toda.

Por eso escribo.

Porque éste acto no puede ni va a quedar en un circuito cerrado de un grupo de

amigos que se pelean. No. Ésta expulsión injusta va a traer consecuencias porque en Rosario la

gente se analiza mucho, confía en el psicoanálisis como salida posible a sus desgracias, y han

sido justamente analistas como ellos los que los echaron como una basura. ¿Cómo repercutirá

este acto repugnante en los analizantes que confiamos en ellos? (se entiende mi preocupación

¿no?, ¿puede alguien echar como un perro a otro y después abrir su consultorio como si

nada?, me lo pregunto de corazón en este espacio mío y suyo, lector).

Esto debe ser público porque es en el seno mismo de la polis donde una envidia muy

grande y un odio muy grande permitió este acto parecido a muchos de los que ya vivimos los

argentinos, por los cuales estuvo en riesgo la Patria.

Echar a semejantes miembros, trabajadores, intelectuales, movedizos, inquietos,

viejos pero profundamente jóvenes, es una maniobra de la que la ciudad debe estar al tanto

(como la mencionada institución lo es, pública también), para que usted, lector, simple lector

de diarios, verdulero, profesor, vendedor, mozo de bar, doña Pepita, pedicuro, maestro,

barrendero, ama de casa, bancario, estudiante, guitarrista, político, policía, etc. lo sepa, sepa

que en nombre de la práctica que "a usted lo cura" se ha cometido precisamente una "locura".

A partir de ahora creo necesario pensar muy bien qué cosa se ha expulsado en esa

institución tan conocida y prestigiosa porque echar a Beto Manino porque se olvidó un pen

drive o a Marité Colovini porque usó el nombre de la institución para hacer propaganda de un

seminario no son razones que asistan a echar a patadas a la gente, a dejar afuera años de

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lucha y de trabajo. (¡Ah! Otras de las razones es la supuesta circulación de estos analistas en la

"gratuidad" de Internet, donde la mencionada institución no quiere meterse. ¿Será porque lo

gratis no es justamente lo que les llena los bolsillos? Internet es el modo con que se comunica

le gente hoy, los jóvenes, las personas entre países, se mantienen vivos lazos olvidados, etc...

No es renegando de ese modo de comunicación como se lleva adelante una institución que se

precie de moderna. Lo gratuito no es Internet, y lo caro son los honorarios que grandes

analistas cobran para comprarse consultorios cada vez más lejanos al bolsillo de la gente.).

Una expulsión supone que el jugador se va de la cancha, pero la tarjeta roja en alto la

tiene que sacar un árbitro y bancarse entonces lo que venga.

Y lo que viene pone en juego incluso el futuro del psicoanálisis en nuestra ciudad,

donde nos analizamos justamente para poder incluirnos cada vez más en ella, no para quedar

echados y al margen de los laburos, la cultura y las hermosuras que la vida tiene y que muchas

veces nos está impedida por nuestras neurosis.

Nos analizamos no para que nos expulsen y quedemos afuera de lo que más

amamos.

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ANEXO

Martes 17 de marzo 2010 – Justicia para Natalia Gaitán – Irene Ocampo.

Justicia para Natalia Gaitán La madrugada del 7 de marzo se tiñó de luto cuando Natalia Gaitán de 27 años, moría

luego de recibir una perdigonada que le disparó el padrastro de su novia. Graciela, la mamá de

Natalia, repitió a los medios que la entrevistaron: "la mató como a un perro". El crimen pasó a

ser considerado, desde que tomó estado público en Córdoba y el país, como un asesinato

lesbofóbico, caracterizado por la alevosía con la que el agresor disparó desde una corta

distancia hacia la víctima, quien tenía desde hacía un año una relación amorosa con la hija de

su mujer.

Natalia y su novia, de quien no se conoce el nombre verdadero para preservar su

intimidad porque aún es menor de edad, habían comenzado a convivir, y esa situación no fue

tolerada por el padrastro de la más joven, quien había ido a buscarla hasta la casa que

compartían para que volviera a la casa de su madre. Una amiga de Natalia fue hasta la casa de

los padres de su novia, a una pocas cuadras en el barrio Parque Liceo, de la ciudad de Córdoba.

Allí entabló una fuerte discusión con la mamá de la joven. La demora preocupó a Natalia quien

se acercó hasta la casa para buscar a su amiga. La discusión ahora la involucró también a ella, y

el padrastro de su novia, entró en la casa, buscó el arma, y cuando salió al patio le disparó

desde una muy corta distancia en el hombro izquierdo.

El impacto la dejó tirada en el suelo, y así la encontró su madre cuando llegó hasta el

lugar alertada por vecinos. Graciela intentó en vano que un móvil policial trasladara a su hija

herida gravemente y con mucha pérdida de sangre hasta el hospital más cercano. Hubo que

esperar una hora la ambulancia pública. Ya en el establecimiento médico, fue intervenida

quirúrgicamente, aunque no recibió el diagnóstico con la tecnología que la gravedad del caso

requería, análisis de las arterias comprometidas en la herida por ejemplo, esos aparatos

estaban rotos en el hospital. Algunas horas más tarde Natalia no resistió más y falleció. Las

injusticias continuaron, haciendo más traumática la situación de su familia, porque no

pudieron retirar su cuerpo hasta más de un día después, en avanzado estado de

descomposición, a causa de que la morgue tenía el aire acondicionado y las heladeras rotas.

Graciela Vázquez no deja de señalar cada detalle que hace de la muerte de su hija un

crimen simbólico: Natalia era lesbiana, pobre, y además buena gente, solidaria. Había sufrido

la discriminación que la sociedad suele imponer a quienes no sienten ni desean como las

normas lo permiten. Por eso no quiere sólo llorar su muerte o aguardar a que la justicia

condene al asesino, Daniel Torres, el padrastro de la novia de su hija. Quiere que este crimen

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sea considerado por la justicia como un crimen por discriminación de género, para que se

visibilice en nuestro sistema judicial lo que su hija sufrió en vida e incluso luego de fallecer,

cuando se hizo la autopsia para determinar la verdadera causa de la muerte, y detectar si

antes del deceso Natalia había estado afectada por alguna droga, alcohol, o si alguna otra

causa había provocado su muerte más allá del impacto de la escopeta con que Torres la fusiló.

Graciela habla como militante social, pero también como madre que supo

acompañar a su hija, que supo darle contención cuando lo necesitó, cuando intentó suicidarse

y la mandaron a un psiquiatra: "Natalia tuvo el acompañamiento de sus padres, mientras vivió

mi marido, y luego el mío cuando quedé viuda". Su deseo es que los padres de chicos y chicas

lesbianas y homosexuales comprendan a sus hijos, los acompañen, porque sabe que la

sociedad los discrimina. Natalia, o Pepa, como la conocían en el barrio, era muy querida y

respetada por ser tan solidaria. Incluso el mismo agresor, cuando necesitó trabajar recibió la

ayuda de Graciela, quien tiene un comedor comunitario en el barrio, y fue allí donde se

conocieron Natalia y su pareja.

El crimen de Natalia no sólo movilizó a las agrupaciones de la diversidad de la ciudad

de Córdoba. También a nivel nacional desde distintas agrupaciones de lesbianas se han hecho

eco y se inició una recolección de firmas para pedir por justicia y para visibilizar lo sufrido por

Natalia, un ejemplo más de las discriminaciones de las que las lesbianas pobres y marginadas

son objeto en nuestro país.

El jueves 18 de marzo por la tarde será la primera marcha por el barrio Liceo en la

ciudad de Córdoba. Marcharán con la consigna: "Basta de violencia contra lesbianas, gays y

travestis. Justicia por Natalia". Es de esperar que en otras ciudades de Argentina se acompañe

esta acción el mismo día y a la misma hora. El blog

http://www.bastadelesbofobia.blogspot.com/ publica el pronunciamiento "Fusilada por

lesbiana" y junta firmas en la casilla de correo: [email protected].

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ANEXO

Martes 13 de abril de 2010 – Helado de despedida – Irene Ocampo.

Helado de despedida Asumir que no podemos seguir así. Sentir que es mucho pero es imposible. Tanto por

descubrir, compartir, disentir, discutir, y volver a sentir. Hablar con el lenguaje de los cuerpos

sin mediaciones. Llorar. Reírnos de nosotras mismas. Volar detrás de un sueño común.

Abrazarnos como si fuese la última vez. Mirarnos a los ojos y perdernos en las profundidades.

No dar el brazo a torcer. No permitir que el destino se encargue de hacer de las suyas, como

siempre. Patalear, quejarme. De nada sirve cuando hay decisiones ya tomadas desde antes.

Pero fue lindo lo que nos pasó. Cortito, pero cómo me gustó.

Tenías la mejor vos de la noche. El concurso de karaoke del boliche pintaba de bajón,

y apareciste vos, cantando un bolero de esos que te rompen la cabeza, el corazón, todo.

Ganaste, obviamente. Te gusta ganar a todo, hasta en el karaoke del boliche. Te seguí con la

mirada, te di a entender que me gustaba mucho tu voz, tu forma de cantar, y claro algo más.

En la pista nos dimos varios besos y salimos de la mano hacia ¿tu casa? ¿la mía? No importaba

demasiado. Lo que más nos importaba era que la noche terminaba en un par de horas, y luego

a laburar.

Parecía que esas pocas horas iban a ser todo. Vos no tenías intenciones de dejar a

nadie, y ya tenías un pedazo de historia. Y yo pensé tantas cosas. Nada de lo que pasó después,

eso es seguro. Me decías que hablabas más que de costumbre, con una extraña. Y yo te decía

que donde voy ocurren cataclismos. Nadie quiso parar. Al menos en esos primeros encuentros.

Y ahora ya no nos vemos más. De nuevo la sensación de un vacío que nadie más

podrá llenar. Tantas canciones cantadas en dos tonos, el tuyo y el mío, pero armonizados.

Intensas dos semanas de llamadas a deshoras, encuentros clandestinos. Lo más extraño fue

faltar al boliche. Nosotras que no nos perdemos una noche. Eso fue lo que más llamó la

atención de todas. Y vos no quisiste arriesgar todo. Y yo que siempre quise más. De entrada. Te

pregunté de más. Me contaste tantas cosas...

¿Qué hay de malo con soñar? Una otra vida después de ésta. Vos cantándome al

oído. O no, mejor cantando juntas, en el karaoke una canción de Montaner. ¿Quién quiere

detener la dicha? ¿Alguien sabe cómo parar? Y, ¿qué sigue después? Las miradas que se alejan

para no provocar sospechas a otras miradas que nos miran. El eterno juego de las apariencias

que no engañan. Si sólo pudiera tomarte de la mano, ahora. ¿Quién me hubiese dicho que ese

gesto sería tan pero tan prohibido?

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Recorro la pista para no mirarte, cómo te movés, cómo girás y evitás verme. Está

oscuro, pero sabemos que estamos conectadas. Eso es algo que no para, aunque ya ni nos

saludemos como antes. ¿O es sólo mi sensación? Tarea para mañana, cuando me levante

luego de esta resaca que voy a tener, fija, no voy a poder zafar. Este es seguro mi destino de

domingo por la mañana. Abriré y cerraré la puerta de la heladera buscando, algo, un símbolo

de paz, o un limón. Nada me aliviará le frente afiebrada, y el corazón arrugado.

Pero no aparece el último peldaño que hay que pisar para saltar de vos. Porque

parece eso tengo que hacer. Ya no da que sueñe con tus besos de alondra en celo. Ni que

espere el llamado para que nos encontremos a una hora extrañísima a la vuelta de cualquier

bar. No da para que piense ?si vos quisieras algo así, no habría forma de parar esto que surgió

de improviso?

Pienso en voz alta. Hablo sola. Me paro frente al espejo. Me desnudo y hablo como si

te estuviera diciendo: ?acá estoy y estaré siempre?. Pero no es real. Sacudo la cabeza. Busco el

teléfono. Llamo. Me atendés, nerviosa, te invito a tomar un helado. Aceptás. Nos encontramos

en la heladería que queda cerca del parque. Los compramos y vamos caminando. Nos

sentamos sobre los bancos que dan al río. Vos en uno y yo en el de al lado. Así quedamos

frente a frente. El dulzor parece amargo cuando te miro y no me sostenés la mirada. Yo

empiezo a decirte algo que parece chistoso. Y vos te sonreís apenas. El viento nos da frío. Hora

de irse. Ya terminamos nuestro helado de despedida.

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ANEXO

Domingo 16 de mayo de 2010 – Escena callejera de quince minutos – Gary Vila Ortiz.

Escena callejera de quince minutos Hace algunos días que salí por vez primera después de unas tres semanas de reposo

signada por la neumonía y otras yerbas. Me pasaban a buscar. Salí bien abrigadito, bufanda al

cuello, y me recosté contra la pared de enfrente. Mediodía de un sol que daba gusto, del cual

gocé hasta cierto punto como un lagarto tirado en una roca al sol. Allí, en ese lugar de la

cuadra, hay uno de esos basureros bien modernos cuyo aspecto no impide que parezcan lo

que son, basureros. Durante esos quince minutos buscaron cosas en el basurero tres grupos

diferentes de quienes encuentran en ese basurero algo parecido a un manantial. Como todavía

hay gente sensible, había, colgadas en el exterior, dos bolsas de plástico (lástima lo de plástico,

pero no queda otro remedio) una con pan y otra con galletitas y algo más que no distinguí

bien. Arriba, colocadas en un buen equilibrio tres pares de zapatillas, viejas, claro, pero sin

duda todavía con posibilidad de uso.

El primer grupo lo formaban una mujer y creo que sus dos hijas, una llegando a la

adolescencia y otra menor. ¿Tienen adolescencia en esos grupos que se deben encontrar

debajo de la línea de la pobreza? Así como en algunas sociedades se pasa abruptamente, por

necesidad, de la niñez a una forma adelantada de ser adulto, en la nuestra se pasa de la niñez,

acogotada por las circunstancias, no a la adultez sino a la "nada".

O quizá debería decir al difícil aprendizaje de sobrevivir. Sí, sobrevivir a la Argentina

2010, la del Bicentenario. Se necesitaría un Discépolo para que nos pintara el cuadro, pero

todavía nos alcanza con sus tangos o con aquellos otros que escritos por quienes tenían un

ideario anarquista y que fueron prohibidos en el país durante distintos períodos de nuestra

historia. El poder en la Argentina, desde que recuerdo, es proclive a las prohibiciones, a la

censura. Flaubert decía que el poder es por esencia estúpido. Eso de las prohibiciones es parte

esencial de la misma.

Pero no le pongamos música de tango a esta escena callejera de quince minutos.

Dejemos que ella sea la que le ponga su propia música. Nadie puede escribir la música de los

que pasan "sobreviviendo", no saben escribir. Por otra parte, más de cincuenta años de estar

en este oficio me hizo pensar qué, cuando lo empecé, hacia 1958, la situación era parecida y

no ha cambiado.

El primer grupo, el de las tres mujercitas, se sacaron una de las bolsas, la de pan, y

dos se probaron las zapatillas viejas. Sí, se las probaron, y como no las quedaban bien, o eran

muy grandes o acaso muy pequeñas, las volvieron a colocar con toda prolijidad sobre el

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volquete, creo que así se llaman hoy en día a los tachos de basura. Luego siguieron caminando.

Como al lado de donde yo estaba parado hay un vivero, que aún estaba cerrado pero se

podían ver sus flores, las dos, menores se quedaron mirándolas, señalando con el dedo esta o

aquella flor. Hasta que la madre, les apuró el paso.

El segundo grupo, si dos personas forman un grupo, eran dos hombres jóvenes, pero

en ciertos casos la edad es difícil de precisar. Dos hombres que siguieron la misma conducta de

las mujeres que habían pasado antes, tan poco antes. Se probaron las zapatillas, se llevaron

dos pares, uno puesto y el otro lo pusieron en un paquete que llevaban con ellos.

El tercer grupo no era tal, era un hombre solo, curtido al sol, con un chambergo

tapándole los ojos, de caminar lento, cansado. Las zapatillas las dejó. Abrió el tacho de basura

último modelo, miró, reviso, sacó algo y se lo comió. ¿Qué era? Lo ignoro. Pero tenía que

comer algo, la necesidad compulsiva de comer algo y lo comió. Después se quedó mirando por

encima o por el costado del tacho de basura, mirando ¿de qué manera? No había

resentimiento en su mirada, acaso tristeza, miraba hacia la confitería de la esquina donde se

podía ver a los parroquianos tomando un café con leche y medialunas, dulces o saladas, vaya a

saber. Después pasó cerca mío y sonrió. Por ahora no puedo fumar, pero llevo el paquete de

cigarrillos en el bolsillo (en estos días he dejado de lado los cigarros y la pipa) y entonces le

ofrecí un pucho. Lo aceptó, se lo encendí, dijo gracias quedamente y agregó "tomando sol

como una salamandra". Si hubiera dicha iguana o lagarto, no hubiera pasado nada, pero

salamandra hizo que la cabeza comenzara a pensar y comencé a sentirme como culpable de su

situación.

¿Soy culpable de esa situación? Pues claro que sí, yo y unos cuantos más ¿un millón

de culpables? ¿Dos millones? No importa, lo que tengo seguridad es que los gobiernos de la

República (esto que tenemos es una República ¿no?) no han sentido culpa digamos desde hace

unos ochenta años, ni ellos ni todos aquellos que tienen una obscena necesidad de acumular

dinero. Tal vez los gobiernos deben creer que aquellos que nada tienen son unos privilegiados

y los que tienen los bolsillos repletos de dinero suponen que son esos los responsables de

muchos atropellos, de la inseguridad, de la drogadicción, de no pagar impuestos, de todo lo

que pueda apuntarse en su contra.

Entonces, ya había observado que pasaban a buscarme, comencé a dejar que en mi

cerebro, si es que lo usamos para algo, comenzara a dibujar en la memoria una enumeración

caótica de las veces que, desde que comencé este oficio, he leído, he visto documentales,

films, libros, todo lo que uno quiera señalando esa situación de absoluta injusticia que nos

agobia. No a nosotros, al mundo entero. ¿Hay alguna necesidad de señalar situaciones

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terribles? Los verdaderos responsables de todo eso que pasa de manera siniestra lo saben bien

porque son los que la provocan.

Si yo me siento culpable por mis lujos, bueno es mencionarlos para que se

comprenda esa culpa: Soy jubilado, cobro una jubilación discreta, la que cobra un periodista

jubilado, tengo una muy buena cantidad de libros y una buena cantidad de discos, un televisor,

una computadora que me compré hace unos seis meses para poder hacer una publicación que

se ofrece gratuitamente, como a los 74 años tengo de todo un poco, mi dieta alimenticia tiene

"lujos" cuando la trasgredo y como lo que no debo comer. Es cierto, el verdadero lujo del cual

no me arrepiento es que nunca me ha faltado el amor, tal vez yo no he estado a la altura del

amor que se me ha ofrecido y se me ofrece y he hecho disparates de todo tipo.

Si yo me siento culpable de lo que cuento ¿cómo es posible que muchos que conozco

viven como viven y no sienten el menor resquemor por lo que ocurre?. Tal vez porque les

viene muy bien que eso ocurra. Mientras esos quince minutos ocurrían (y ocurren más a

menudo de lo que no puede creer) recordé que alguien o algunos parecen inclinados a una

especie de revisionismo humorístico de la historia argentina. Se nombra, como ejemplo, a

Swift, claro que la distancia entre una cosa y otra es inmensa. Todos han hecho humor con el

cosas abominables, con personajes viles, pero el talento y la forma de hacerlo guarda una

distancia entre querer hacer eso y no poder y el talento, por ejemplo, de alguien como

Chaplin.

No ignoro que todo puede tomarse con humor, pero aún tratándose de un humor

corrosivo, tiene que serlo pero de buena ley y con una intención clarificadora, no que

confunda. Yo cuento quince minutos de una escena callejera y de ninguna manera intento

hacer con ellos un melodrama. Pero al mismo tiempo me cuesta mucho ver el lado cómico de

esa escena. ¿Cuál es el lado cómico del fusilamiento de Dorrego? ¿Del envío a la muerte de

Moreno? De las atrocidades de la Semana Trágica, de todo eso que parece increíble que haya

pasado en la Patagonia, de lo que pasaba en la Forestal, de los fusilamientos de quienes

hicieron el intento que con tanta lucidez pinta Rodolfo Walsh en Operación Masacre, del

asesinato de Ingalinella, de Aramburu, de los crímenes cometidos por la Triple A, los del

Proceso y de muchas más cosas ¿Cuál es el lado cómico que tienen?

Hay una tendencia a lo tenebroso que nos hace mucho daño y permite, sin duda, que

en una escena callejera de quince minutos, pintada por un viejo cronista ocurra y seguirá

ocurriendo hasta que no pongamos las cosas en el lugar que corresponda. Y no es la mejor

manera contar la historia con una presunta irreverencia, pero con mucho talento, como el que

tenía Fontanarrosa, de otra manera se cae en la simple y peligrosa estupidez.

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ANEXO Martes 6 de junio de 2010 – Mirar el mundial políticamente – Gary Vila Ortiz.

Mirar el mundial políticamente

Que el mundial de fútbol se esté jugando en el país africano que sufrió durante

mayor tiempo las atrocidades del colonialismo europeo no deja de ser un hecho significativo

que merecería un análisis realizado por algún experto en temas de sociología, de política

exterior, un historiador del calibre de un Hobsbawm. Nosotros no somos nada de eso, tan sólo

periodistas y además ese ser tan particular que es el hincha de fútbol, que le interesa más su

equipo que cualquier campeonato por mundial que sea. En este caso, sin embargo, como

tenemos un profundo interés por la historia de África y sus sufrimientos desde aquel momento

en que alguien decidió que no había que esclavizar más a los indios americanos y por eso había

que traer esclavos africanos, lo que se hizo con particular crueldad y con indudable eficiencia,

nos interesa el intento de hacer una lectura política del mundial. África del Sur: ahora el país

de los bantúes, de los zulus, de los hotentotes y de los bosquimanos recibe con los brazos

abiertos a esos hombres blancos pertenecientes a países que, en mayor o en menor medida,

se sintieron como sus dioses y los llevaron a la esclavitud. Una lección de grandeza de un

pueblo gobernado por los negros que, si bien se han dejado de lado las leyes espantosas del

apartheid, los blancos siguen siendo los dueños de más del ochenta por ciento de las tierras

agrícolas productivas.

Pero además de esto que señalamos para muchos jóvenes y otros tanto que ya no lo

son, pero aún no tienen nuestra edad y les importa muy poco el conocimiento, en este

mundial juegan los representantes de países que no existían hasta no hace demasiado. Para

aquellos que puedan sentir algún interés por la historia del hombre, le aconsejaríamos mirar

un mapa de unos sesenta años atrás. Las naciones africanas eran en su mayoría colonias y los

países de los Balcanes no tenían la existencia territorial que tienen ahora. Además, si se repasa

su historia casi todos estos pueblos tienen un pasado de sufrimiento del cual, muchos, aún no

lo han superado debidamente.

Pensemos en Ghana, el país africano que llegó más lejos en el mundial, hasta ser

derrotado por Uruguay. Fue colonia inicialmente de Portugal, que como nación colonizadora

fue, como los belgas y los holandeses particularmente cruel. Luego la ocuparon los franceses y

los ingleses y finalmente quedó en manos de estos desde 1877. Fue por 1957 que se declaró

independiente y formó parte del Commonwealth. En un mapa de hace sesenta años el nombre

de Ghana no figura, pues se llamaba Costa de Oro, que dicho sea de paso no debe confundirse

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con la Costa de Marfil, que en un mapa como el que citamos no figura sino como parte del

Africa Occidental Francesa.

En cuanto a Camerún tuvo un contacto tardío con las naciones colonizadoras, hacia el

siglo XV, pero es recién en el siglo XVIII que los alemanes con los jefes tribales de los pamúes y

dualas, que fueron expulsados por los ingleses y los franceses y los ingleses durante la guerra

del 14. El régimen colonial es reemplazado por uno de tutela que ejerció Francia a partir de

1945 en representación de la ONU hasta 1960 que se declara independiente que reunió dos

estados: El oriental, que había estado en manos de Francia y el occidental que había sido

colonizado por los ingleses.

Nigeria es un claro ejemplo de un grupo de pueblos que los colonizadores unieron y

esa unión terminó, luego de que fueron independientes, en horrorosas guerras tribales, como

el caso de la guerra de Biafra que significó más de un millón de muertos entre 1967 y 1970. La

historia nos indica que los primeros en tener dominio sobre Nigeria fueron los miembros de las

tribus de la etnia hausa, cuyo máximo esplendor se ubica en los siglos XVII y XVIII. Eso no

significó empero que se vieran libres de las exploraciones de portugueses y británicos que se

dedicaron a la trata de esclavos. Dominada finalmente por Gran Bretaña, los ibos lucharon

tenazmente por la independencia, que lograron en 1960. Se tuvieron grandes esperanzas ya

que se trataba de un país rico, pero las luchas tribales frustraron todo intento de progreso.

Hasta fines del siglo veinte se sucedieron los gobiernos y los golpes militares con sus lógicas

secuelas de grandes crímenes, aunque ninguno llegó a lo que había pasado en Biafra. En un

libro que trata la historia de Nigeria hacia los mediados de los cuarenta se la incluye dentro del

Africa Occidental Británica y se la calificaba como el más avanzado de los países de esos

territorios africanos.

Al margen de lo que hemos dicho referente a la historia de los países que han jugado

y los que siguen en la carrera, hay algo que también permite una reflexión de carácter político.

Uno de los graves males de nuestro tiempo es la práctica nefasta de lo que llamamos el hecho

consumado, es decir esa práctica que muchos utilizan y con la cual no hay medida posible.

Casos extremos: Del asesinato político no hay regreso posible. De las matanzas colectivas,

como la de Guernica o la de Nagasaki, tampoco se regresa. Logrado el objetivo, los criminales

parecen gozar de una absoluta impunidad. Pues aún cuando se encuentre un culpable o dos, y

son condenados, siempre hay un grupo detrás de ellos que permanece desconocido.

¿Qué tiene que ver esto con el mundial? Por cierto que nada parecido a esos

extremos, pero si con el hecho consumado. La televisación de los partidos es un sustituto de lo

que se puede ver desde la tribuna. Pero tiene una ventaja: La televisación permite observar

con claridad los errores que ha cometido un árbitro o esas jugadas en donde en un primer

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plano se ve la brutalidad de tal o cual acción. Con motivo de dos errores garrafales, el gol de

los ingleses contra Alemania que no fue convalidado y el de los argentinos (el de Tevez contra

los mexicanos) que fue dado por válido pese al offside del jugador, fueron repetidos en el gran

televisor de la cancha, por lo cual las máximas autoridades del fútbol mundial han prohibido

que eso se haga. Como no tienen otra solución (terminado el partido no hay posibilidad de

cambiar su resultado, salvo alguna excepción que no conocemos) prefieren que ese error se

desconozca, lo que implica por un lado una forma de censura y por el otro preferir el hecho

consumado a pensar en alguna otra posible solución. Si hay alguien, fuera de la cancha, desde

algún lugar de privilegio, mirando el partido por televisión y comunicado con el árbitro, ese

alguien puede decir lo que pasó a menos que algún interés inconfesable le mantenga la boca

cerrada.

Para las sabias autoridades del fútbol mundial les convendría tener como árbitro

alguien como aquel personaje tan simpático de un dibujo animado, el recordado Mr.Magoo,

que bien podía confundir a una morsa con algún miembro de la aristocracia británica, como

ocurría en una de sus cortos. El árbitro y los linesman que parecen tener un concepto bastante

discutible de lo que es el offside y otras jugadas. Es indudable que el fútbol se ha alineado con

la gran cantidad de aquellos que entienden la eficacia de ser partidarios del hecho consumado,

de esa aberración tan común.

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ANEXO

Martes 15 de junio de 2010 – Otro muerto por abandono – M. Cristina Solano.

Otro muerto por abandono

Los suicidios y las muertes de los veteranos de la guerra de Malvinas siempre

actuaron como termómetros, parámetros, indicadores de lo que pasaba con ellos. Más allá de

la dramaticidad que esto implica, o precisamente por ella es necesario hacer un análisis sobre

esta cuestión. El suicidio es un no dar más, es el basta terminante, absoluto, después de él la

nada. Es demostrar que todo intento personal o colectivo ha fracasado.

El suicidio es el fracaso de todo el entorno familiar, profesional, social, o por lo

menos es sentido así. Nadie pudo hacer nada por él, sólo le quedó la muerte. Es la muerte

siempre presente, si ella fue amenaza durante la guerra, hoy es buscada como aliada.

Es necesario reconocer que nunca se estudiaron seriamente las muertes de los

soldados luego de la guerra, nadie sabe a ciencia cierta cuántos son, quiénes y dónde

murieron, cuales fueron las circunstancias de cada caso para poder establecer parámetros.

Sólo hay ideas, presunciones, cifras imprecisas. Es perverso pedirles a los veteranos que sepan

sobre esto. Pero tampoco hay instituciones que hayan investigado la cuestión, como tampoco

se ha estudiado el acontecer posterior de las familias cuyos hijos murieron en la guerra. Y hoy

tampoco se estudia sobre los descendientes de los combatientes

Hay una experiencia que consideramos necesario rescatar. El INSSJP realizó una

Investigación Acción Participativa sobre la salud de los ex soldados de Malvinas durante los

años 1996 a 1998. Es necesario enunciar el título del trabajo pues quizá ahí esté la respuesta

de los logros del mismo. Se investigó, sí, pero al mismo tiempo se actúo en cada caso que fue

necesario y se fueron plasmando los pasos para continuar con el trabajo. Pero también fue

participativa. O sea los objetos de estudios fueron sujetos del mismo, fueron sus protagonistas

y responsables. En esos años se trabajó intensamente con las situaciones de crisis que iban

apareciendo en los jóvenes. Y dio como resultado que sólo se suicidaron dos de ellos. Todos los

demás posibles intentos habían sido solucionados, se había actuado antes. Pero también se

actuó en la sociedad.

Concretamente, por qué creemos que los suicidios disminuyeron durante la

investigación: Lo primero que se nos ocurre es reconocer que se trabajó sobre las situaciones

críticas. Cada vez que hubo una alerta se acudió al lugar, y se implementaron los recursos

posibles para sacar a la persona de una situación de riesgo. Para esto se utilizó lo aprendido

por los veteranos en estas circunstancias: rodear al compañero, hablar de Malvinas, buscarle

atención médica, procurar internación psiquiátrica, trabajar con la familia, entre otras

medidas.

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En segundo lugar, se puso el tema Malvinas en la agenda pública. En cada provincia

que se visitó se hizo que se ocupasen del tema las autoridades, los profesionales y los mismos

veteranos. Se dictaron cursos de capacitación. Se hizo un relevamiento de la población. Se los

estudió, se les hizo análisis, radiografías, entrevistas psicológicas, estudios médicos, se les hizo

recomendaciones. O sea, hubo un cuidado y una mirada profesional en cada uno de ellos. Es

decir, Malvinas fue tema público, por unos días no se la pudo negar y si existía Malvinas,

también existían los que lucharon allí. Y algunos estaban dispuestos a escucharlos.

Cuando la investigación se suspendió, y con ella todo el plan de salud, en sólo 6

meses, de enero a junio del 98, se suicidaron 10 veteranos. Quizá sirva esto, al menos, para

pensar algo.

Estas muertes se debieron al abandono social y luego a su propio abandono. Los

veteranos se matan porque están solos. Y solos implica que la guerra es un hecho particular.

Si cada suicidio habla de un fracaso de inserción social, de una imposibilidad de hacer

nudo con un discurso social que te involucre, difícilmente alguien se mate si está apoyado,

acompañado, comprendido en una red continente. La posibilidad que han encontrado los

veteranos es estar juntos, porque la guerra es un hecho particular, les sucedió a ellos. No hay

inscripción social de ella.

Asumámoslo, la guerra de Malvinas ni siquiera fue oficialmente declarada como tal y

así parece ser sentida, una guerra que no fue, que no existió.

Gastón, Juan, y todos los demás, posiblemente no pudieron ver que el mundo que los

rodeaba los miraba, los reconocía, les agradecía de alguna manera el tremendo sacrificio dado

en Malvinas. Algunos de ellos optaron por inventarse un mundo imaginario en el que sí eran

héroes, importantes, convocados por sus conocimientos, por su lucha, o quedaron atrapados

en otros mundos más crueles, que los lastimaron hasta morir.

Algo de lo que hemos aprendido. Llamémoslo Pedro, nació en un humilde hogar de

un pequeño pueblo chaqueño, el servicio militar lo sacó de allí y luego lo envió a esas islas del

sur del país de las que casi nada sabía. Uno de sus jefes les dijo antes de salir que iban a allí a

luchar por la patria, y que esa patria era la familia, los padres, su pueblo, los compañeros que

iban con él. Eso se le grabó a fuego, aprendió allí que es eso que dicen patria. Y lo respetó

hasta el fin, en esa guerra incomprensible. Patria eran los compañeros que iban muriendo y

quedaban en el suelo helado de Malvinas, y sentía que allí debía quedarse si era necesario, no

debía abandonar a sus compañeros y volver solo. La guerra concluyó, Pedro regresó. Y a

volver, debió aprender a vivir otra vez. Pero comenzó a sentirse muy solo, sin sentido, hizo lo

que debía hacer, trabajar, casarse, tener hijos, pero esa soledad estaba ahí, siempre, fue y vino

de su pueblo natal. Se afincó en otro y seguía con esa sensación tan extraña en medio del

pecho, a veces para callarla o por lo menos para olvidarse que estaba, tomaba o se enojaba

mucho, o deambulaba. Cómo hacer para sacársela del pecho si ni siquiera sabía que era, sólo

dolor que no calmaba. A veces pensaba tonterías que lo asustaban mucho, no era bueno dejar

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a la familia sola, era de cobardes, pero no se aguantaba tanta opresión ahí justo en medio del

pecho, al lado del corazón.

De pronto, comenzó a recibir ayuda, o por lo menos comenzó a darse cuenta que la

estaba recibiendo. Sus compañeros veteranos armaron una movida importante en su pueblo

para que de una vez por todas reconozcan y respeten a Pedro (el único héroe de verdad del

lugar según algunos profesores). Dejó de ser un ente olvidado y criticado en el pueblo, y

comenzó a ocupar el lugar que le correspondía, de pronto desde los chicos de las escuelas

hasta los vecinos empezaron a preguntar sobre su vida, la guerra, los compañeros, y Pedro

empezó a hablar, en público, en privado. Ya no era un resto innombrable de algo de lo que no

se hablaba, era un héroe, un veterano de guerra, que estaba entre todos y que debía ser

reconocido como tal. Pedro volvió a estudiar, fue ascendido en su trabajo, y milagrosamente

ese dolor en el pecho se fue. Ahora se viste de gala y cuenta ante el pueblo que lo mira con

respeto y cariño de su lucha y lo hace en nombre de los que ya no pueden hablar y de él

mismo. A quien se lo pregunte, Pedro puede decirle que por fin es feliz.

Quizá esta historia, absolutamente real y actual, nos de algunas respuestas sobre

tantas preguntas respecto de los suicidios de los veteranos de Malvinas. Pedro necesitó saber

que su sufrimiento y la vida que los soldados habían dado por la Patria, hoy es reconocida por

esa Patria.

*Psicóloga. Terapeuta de Veteranos de guerra de Malvinas.

Gastón Pina, veterano de Guerra, fue encontrado muerto el 10 de junio pasado, día de la

Reafirmación de la Soberanía argentina en Malvinas, en su casa de zona norte. El presidente de

la solidaria Asociación de Veteranos, Rubén Rada, contó que Gastón "había pasado muchas y

muy feas", y expresó la desazón de todos sus compañeros por esta muerte.

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ANEXO

Martes 6 de julio de 2010 – A propósito del matrimonio gay – Irene Ocampo.

A propósito del matrimonio gay El 28 de junio pasado se cumplieron los primeros 40 años de la Marcha y desfile del

Orgullo gay en San Francisco, Estados Unidos. El Gay Pride Parade, como se lo conoce, cumplió

cuatro décadas de visibilidad orgullosa en las calles. Ah, ¡mirá vos qué bien! pueden decirme

ustedes, y luego preguntarme, ¿y, qué tiene eso que ver con nosotros/as aquí en el sur, en uno

de los países rioplatenses, en mi barrio de una ciudad pampeana, en mi pueblo del norte

argentino? Tal vez muy poco, sin embargo durante años en Argentina no tuvimos ni Marcha del

Orgullo gay ni el 28 de junio ni en noviembre. Porque no se hablaba del tema, porque los

activistas eran aún muy poquitos y quienes simpatizaban con la causa no se animaban a salir a

marchar, ni siquiera con una careta... Pero algunos de nuestros activistas pasaron por San

Francisco alguna vez, y eso les cambió la cabeza, y algo de eso se trajeron de vuelta. Y luego de

muchos años se armó la Marcha del Orgullo acá también. Muchas veces cuando me junto con gays o lesbianas, estén en el armario o no, sale el

tema: ¿Por qué hay que sentir orgullo? ¿De qué? ¿Por quién voy a marchar? ¿Por alguien que

ni siquiera se atreve a decírselo a sus padres? Y luego salen una cantidad importante de

razones parecidas a esa para justificar su ausencia en las marchas y en el activismo. Marchar o no marchar es algo importante. Aunque a estas alturas no te convierte en

activista, sí es una experiencia que yo recomiendo. Porque en primer lugar marchás por vos

mismo/a. Y también por el orgullo de quienes salieron hace 40 años a la calle, arriesgándose a

que los molieran a golpes, los metieran en cana, o incluso los mataran. En Nueva York, en 1969, en el bar Stonewall, en la calle Cristopher street, en pleno

Greenwich Village, un barrio medio y bohemio, hartas, cansadas de tanta redada, de que las

maltrataran, golpearan e insultaran, se rebelaron, se metieron en el bar, y luego tomaron la

calle. Nada menos que las maricas, las travestis, y también las lesbianas. Las "muñecas

quebradas" haciéndole frente a la cana. Eso sí que debe haber sido un espectáculo lindo de

verse. ¿Por qué? Porque dijeron basta todos juntos/as. Basta de atropellos, basta de tratarme

como si fuera delincuente, una basura. Dijeron al unisono a la cana, al barrio, al mundo: somos

personas, tenemos derecho a ser tratadas como personas. Y es así como nacen los/as

activistas, las/os defensores de los derechos, las feministas nacieron así, por ejemplo. El

movimiento gay nace influenciado por la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos, y

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también por las feministas, los hippies, los pacifistas, y claro, algún incipiente punk que andaría

por ahí, capaz, se me ocurre ahora. En nuestro país en esa época surgió con mucha fuerza el FLH (Frente de Liberación

Homosexual). La infame dictadura militar hizo añicos su tarea en pos de armar un activismo

con espíritu crítico, no sólo por las libertades civiles, sino también para acercarlo al resto de las

demandas sociales. Con la vuelta a la democracia en Argentina, surgió el movimiento gay local,

con grupos como la CHA, Sigla, el MLH acá en Rosario, entre otros. En un comienzo fue por las

libertades civiles y luego se tomó el tema del Sida con mucha fuerza, y un marcado

asistencialismo. Las lesbianas feministas participaron de aquellos grupos y también formaron

grupos que no subsistieron en el tiempo. Con muchas dificultades para consolidar los procesos

grupales, conflictos al interior del movimiento feminista, etc. Así y todo, por ejemplo, las

lesbianas en Brasil cuentan hoy con la Liga Lésbica que se sostiene desde hace varios años. En 2008, luego de muchos años de trabajo y de sortear inconvenientes y dificultades

se logró realizar el Encuentro Nacional de Lesbianas en nuestra ciudad. Organizado por

Espartiles, una articulación lésbica nacional que tampoco sobrevivió, y que se disolvió luego de

entregar la memoria de aquel histórico encuentro. 2010 tiene al movimiento lgbt detrás de lograr la modificación del Código civil que

permita el matrimonio sin discriminaciones. No estoy a favor de perpetuar una institución del

heteropatriarcado opresivo, sin embargo me sumo a la movida que permite que hoy, por

ejemplo, estemos hablando abiertamente de nuestros temas, de nuestras familias, de todo lo

que aún nos falta por lograr. Hace poco fui a ver la película Sólo un hombre que debería llamarse Un soltero,

destacando con eso que un gay viviendo con su pareja es un soltero, y más si quedó viudo.

Justo eso es lo que el protagonista, George, interpretado por Colin Firth, recuerda de sus

charlas con quien fue su pareja, un arquitecto, durante catorce años. Y se lo repite a sus

alumnos de la universidad y a una amiga: "Somos invisibles". La película, ambientada en los

comienzos de los años sesenta en Estados Unidos, marca algo que seguimos sufriendo a pesar

de los cuarenta años de Marchas del Orgullo. Debates como los que estamos viviendo en estos momentos, a pesar de las

manifestaciones en contrario a la modificación del Código Civil, nos permite dejar de ser

invisibles. Sumar al activismo de todos estos años más participación, acompañamiento a las

salidas del armario de amigos, compañeros de trabajo, de estudio, vecinas, madres, hermanas,

que ayuden a propiciar la visibilidad. Esa visibilidad que nos permitirá, como dicen mis

compañeras de Lesmadres, ganar las luchas por el reconocimiento y el respeto.

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ANEXO

Domingo 25 de julio de 2010 – Veredas – Irene Ocampo.

Veredas Caminamos por la vereda de la calle en el comienzo del verano. Vos, mientras,

aprovechás a fumar, y yo te escucho contarme cómo le hiciste prometer a tu mamá que deje el

pucho. Irónico. Nuestro ritmo al caminar no se parece en nada al de la alocada ciudad en

época de navidades. La luz del sol entrando por entre los techos de los edificios, las copas de

los lapachos florecidos a varios metros de nuestras cabezas le da al ambiente un color único.

¿Hasta dónde podríamos seguir caminando? La charla se interrumpe para cruzar la calle. Luego

la retomamos pero ya cambiamos de tema, ahora hablamos de la imposibilidad de conseguir

libros de un autor que te gusta mucho. Tema apropiado para acompañarnos hasta que

llegamos a la cuadra de la librería en la que viste un título que te hizo acordar a mí. Otra vez

sonrisas. Es el momento para decir algo significativo. Pero no me sale nada. Y vos estás parada,

fumando, y casi temblando. ¿Es miedo? ¿En qué momento el amor puede darte miedo? Yo

sólo estoy nerviosa. Y en todo caso si temo algo, es a perderte. Pero no, ya no va a suceder.

Tengo esta vereda, la que caminamos juntas. Tengo esta luz. Tenemos esos momentos en que

le dimos a la ciudad nuestras voces y risas, mientras se podía sentir en el aire el deseo de

festejar el comienzo de un nuevo año. Por eso te di una flor. Porque esa no era una caminata

más. Porque aquella no era una ocasión en la que por casualidad nos pusimos a charlar,

cuando nos encontramos en la vereda.

Me habías despertado con un mensaje. O ¿había sido yo la que te mandé un buen

día? No tiene ya demasiada importancia. Luego el intercambio siguió a propósito de que tenías

un día de esos en tu laburo. Me pedías que te mantuviera a salvo de la locura ajena enviándote

poemas. En un momento me di cuenta de que iba a pasar cerca, porque debía salir a hacer

algunos trámites. Así acordamos que vos saldrías a fumar y podríamos vernos, unos minutos,

al menos. Te vería, por fin, con los nuevos ojos del amor, declarado hacía ya un par de días.

Entonces no era sólo la luz, ni sólo el ritmo especial de la ciudad, lo que hizo de ese encuentro,

uno de lo más especiales de fin de año. Fue en todo caso el amor que inauguraba en mi mirada

una forma de verte y de ver el mundo. ¿Cuántas veces en mi vida crucé por esa esquina? No

podría arriesgar una cifra. Sin embargo, no significó nunca nada especial, hasta ahora. Sólo

pasaba por ahí casi a diario cuando cursaba la Facultad. Y hoy se transformó en nuestra

esquina. O, al menos para mí, caminar por ahí sólo me hará recordar este encuentro.

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¿Cuál es el secreto para que el efecto de un corto encuentro dure? Yo recuerdo mi

estado de algarabía. De pudor inconsciente. Encontrarte en la vereda y darte una flor, no

parecía ser fácilmente describible como un encuentro casual. Paradas frente a la vidriera de la

pequeña librería, debemos haber parecido dos personas que se encuentran y charlan. Sí,

éramos eso. Lo actuamos así. Y también éramos algo más. Y también actuamos ese no parecer

algo más. Salidas del intercambio de mensajes que nos hacía sentir apenas dos en el mundo

ancho y ajeno, ahora éramos estas dos. Miradas, escuchadas, saludadas por otras personas

que caminaban o pasaban en el bondi, en la bici, en una moto. Entonces también nos

expusimos. Otro motivo más que hacía de ese cuarto de hora, el momento en que nos

expandimos. Fuimos dos en la ciudad, a la vista de quien quisiera vernos.

Caminamos por otras veredas. Charlamos otras veces mientras vos fumabas. Antes y

después de ese encuentro aparentemente casual. Pero lo que no sucedió, y lo que sí sucedió

entre nosotras parece resumirse en ese. Ahora escapo a la melancolía del momento precioso

rescatado de la vorágine del olvido. De la lucidez que me invento al intentar rellenar todos los

segundos de esos minutos que olvidé, porque la mente humana es así: elige qué recordar y

olvida todo el tiempo. En todo caso, busco la particular tibieza de una mirada efusiva,

rescatada de la vergonzosa ansiedad que te caracteriza. Cuando nuestros actos dejaron de

significar sólo amistad, y sellaron el deseo de amarnos, nos habitaron torpemente palabras

hermosas. De eso no podíamos hablar ahí, paradas en la vereda. La tensión, que nos

conectaba y nos mantenía a unos pocos centímetros de distancia, crecía. Quería decírtelo ahí

en la vereda. Quería que se expandiera junto con el aire y la vida ajetreada del fin de año. Y vos

parecías querer y no, al mismo tiempo. Pero no eras el dilema a flor de piel. Intentabas

desafiar a ser el dilema, vivirlo y llevarlo con vos encima hasta donde hubiera veredas para

caminar. En el último medio minuto antes de despedirnos me solté. "¡Qué bien que te queda

esa blusa!", te dije sonriendo. "¿Te gusta?", me preguntaste sorprendida. Tu mirada, al fin,

cedió. Asentí en silencio. El abrazo de despedida no tardó en llegar.

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ANEXO Viernes 30 de septiembre de 2010 – La patria bizarra – Javier Chiabrando.

La patria bizarra Este país --que a veces parece habitado por ciudadanos que lo odian--, ha

desarrollado una forma de argumentación que se podría llamar: "cómo ganar una discusión sin

que esa discusión comience". Se da todo el tiempo y sucede así: usted está en una reunión

social y tira un tema de conversación, incluso de discusión. Digamos que manifiesta su

perplejidad por el último caso policial resonante. Alguien le contesta: "¿No te das cuenta de

que eso fue armado por la policía y los que están presos son perejiles?". Entonces usted se

verá ante dos caminos: 1) reconocer que lo que le acaban de decir es posible; 2) oponerse y

verse en la incómoda situación de tener que defender a la policía y a la justicia como si fuera

su vocero.

Como sea, declárese perdido. La discusión la ganó su contrincante antes de que

comenzara. Esta forma de argumentación la suelen desarrollar mejor aquellos que menos

conocen, saben y leen. Y es lógico. Ya que los libros son caros, los reemplazamos por

charlatanería o parapsicología (y cadenas de mails anónimos). Hay ejemplos de larga data en el

anecdotario colectivo: "los norteamericanos nunca llegaron a la luna", "Bin Laden está vivo",

"Yabrán se cambió la cara y vive en el caribe lo más pancho", "el asesino del caso Belsunce es

el vecino".

Si usted está en un brete social y ve que está perdiendo por goleada, use el método

"cómo ganar una discusión sin que esa discusión comience" sin dudar. Un pecado cada tanto

no es cobardía. Uselo con su esposo/a, de ser indispensable. Aunque le cueste el divorcio será

usted el que se quede con la última palabra. Lo peor que le puede pasar es que esa noche

duerma afuera o que no lo voten cuando se presente como candidato a presidente, como le

pasó a Carrió. Ahora, ¿qué teoría explica ese ingenioso método? Seguramente la psicología

social tiene una explicación más razonable que la mía. Para mí es simple: así argumentan los

habitantes de la Patria Bizarra.

Me explico. Ante el dilema de tratar de entender semejante teorema intelectual,

repasé mentalmente -- tal como dicen que sucede un segundo antes de visitar al

todopoderoso-- mis fuentes de formación. Por mucho que uno ande citando a Borges y simule

que se divierte con las películas de Bergman, mis recuerdos más contundentes fueron películas

de tiros y novelas donde el malo se muere y el bueno se lleva a la muchacha lánguida y de aire

doméstico (la tetona, ya se sabe, era una traidora). Luego del mareo, el caleidoscopio se

detuvo en Supermán, y no por las piernas virginales de Luisa Lane, sino por el Mundo Bizarro.

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El Mundo Bizarro era una versión deforme de La Tierra. Las cosas que existían en La

Tierra tenían su contracara en el Mundo Bizarro. En el Mundo Bizarro la vegetación era escasa,

los cielos oscuros y las construcciones precarias. Lo que era redondo en la Tierra era cuadrado

en el Mundo Bizarro, lo bello era feo, y así todo, excepto quizá las piernas virginales de Luisa

que por cuestiones de la pacatería americana lo seguían siendo.

Argentina también tiene su mundo bizarro: la Patria Bizarra, y está habitada por más

gente de la que uno se imagina. Y mucha de la gente que vive en la Patria Bizarra ni lo sabe. Se

especializan sobre todo en ver mal las cosas que están bien y se los reconoce por sus caras de

"yo no fui". Así como a los vampiros los espanta el ajo o la cruz (y a mí también, la cruz), a los

que habitan el mundo bizarro suelen espantarlos las ideas y su discusión. Usted se preguntará

si actúan así por oposición al gobierno, y yo respondo que no necesariamente. Ser habitante

de la Patria Bizarra es una cuestión de fe.

Ejemplos reales. Ante la mención de lo cómodo y rápido que resulta hoy obtener un

pasaporte, alguien me contestó: "A mí lo que me preocupa es saber qué destino se le da a esa

base de datos". Sobre las ventajas de la Asignación Universal por Hijo me dijeron: "deteriora la

calidad educativa porque hay chicos que van a la escuela obligados por los padres para cobrar

la cuota". Ante lo interesante que resultaba que escolares recibieran una netbooks para no ser

analfabetos tecnológicos: "¿Y quién domina a un chico en la escuela que se la pasa todo el

tiempo en su Facebook?". De la ley de medios, que propone una opción alternativa al discurso

único, y además canales gratuitos: "Busca que la gente mire lo que los ellos quieren". Sigo:

"Nacionalizar los aportes jubilatorios es hacer caja", "el gobierno busca quedarse con Papel

Prensa para presionar a los diarios", "el desarrollo de los derechos humanos es manipulación".

"La reforma política (pedida a los gritos desde hace años por todos) es una trampa". Etc.

Curiosamente, la Patria Bizarra es democrática, tanto que su presidente cambia

semana a semana, por eso no conviene memorizar cantitos en su defensa ni puteadas en su

contra. Mi presidente de la Patria Bizarra preferido es Santiago Kovadloff, que a semanas de

las elecciones primarias (musculoso ejercicio de madurez cívica, demostración implacable de

que Argentina integra el tren de los países modernos con una inserción internacional inédita),

el tipo no tuvo mejor idea que escribir en el diario La Nación del 1º de junio, con pirulo de tapa

incluido: "Es un hecho: la República se tambalea". De haber estado presente, quizá hubiera

atinado a contestarle con ese hermoso proverbio cubano: "no tiembla, late". Pero lo más

probable es que me hubiera quedado paralizado ante su aire de doctor en Harvard y su cara de

buena gente (que a veces se confunde con la de yo no fui).

Los habitantes de la Patria Bizarra se saben de memoria las estadísticas bizarras y las

usan a granel. Si usted habla de la baja en el nivel de muertos por accidentes viales, ellos dirán

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que es mérito de la proliferación del Air Bag. Si alaba el matrimonio igualitario le dirán que

Roma cayó porque los césares eran maricones. Los habitantes de la Patria Bizarra apelan

siempre a la historia bizarra, y si dos chicos le entregan un ramo de flores a la presidenta,

Aguinis lo va a relacionar con la juventud hitleriana (entre los que pontificaba el actual papa,

ya que estamos). Así con la economía: si uno habla del crecimiento económico, es gracias a

Brasil. Y con la filosofía: si pensadores europeos vienen a Argentina a ver de cerca qué carajo

pasa, Grondona va a citar a un primo de Confucio para sugerir lo contrario.

En la Patria Bizarra no se aprende, se sabe. Los habitantes de la Patria Bizarra tienen

la posta y la posta no se mancha, menos que la pelota. A favor quiero decir que la Patria

Bizarra es generosa. Allí, hasta un parricida y ladronzuelo puede ser invitado al congreso a

intercambiar impresiones con la clase política. Los héroes de la Patria Bizarra no son las

Madres o Abuelas ni los bomberos, ni siquiera Maradona, sino Cobos, Alfonsín, Redrado y

Lousteau (esos dos se lo merecen por sus levantes de calidad, aunque habría que ver si

pastoreaban con la titular o con la doble bizarra; igual no cambia gran cosa, la Luli bizarra está

tan buena como la original, y cuesta la mitad).

*escritor y músico. Correo electrónico: [email protected]

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ANEXO

Martes 5 de octubre de 2010 – Gestos – Natalia Massei.

Gestos Hay que hacerle un análisis al nene. Van a ser las once y el doctor todavía no llegó.

No estaban seguras de la preparación para el estudio así que lo trajeron sin desayunar, por las

dudas. El nene llora. Es chiquito, dos años quizás. Tiene hambre. Afuera la mañana es fresca y

soleada, adentro la calefacción ahoga. El nene se tambalea sobre sus piernas inexpertas por

toda la sala de espera, llorisqueando, y aterrizando cada dos o tres pasos en las piernas de su

mamá o en las de su abuela. Una lo dobla en estatura y es difícil calcularle la edad. Un rostro

maduro sobre un cuerpo aniñado. La otra es muy alta, alrededor de un metro setenta. Ambas

corpulentas y de rasgos duros. La piel curtida y arrugada alrededor de unos ojos oscuros que

insinúan juventud y fortaleza. La mirada amable. El nene tiene los cachetes húmedos,

embadurnados de lágrimas y sudor mezclados con la mugre de sus manos que se lleva

constantemente a la cara. Está abrigadísimo: una campera marrón de corderito, cerrada hasta

arriba, un jean nevado y unas zapatillas diminutas de lona roja. Para que traspire, dice la

abuela. Él se deja estar así. Se queja un poco pero sin capricho. Es buenito, explica la madre.

La abuela se pasea en círculos con una botella de Seven Up sin abrir en las manos.

Ya va mamita, ya va, se dirige varias veces al nene con ternura. Ninguno de los tres se sienta

aunque la sala de espera está vacía.

Disculpe señorita, ¿podrá tomar algo la criatura?

La secretaria frunce los labios en señal de desconocimiento:

Yo creo que sí porque no es de sangre. Pero espere que lo llamamos al doctor.

La abuela recuerda que, años atrás, cuando la mamá del nene tenía apenas un año

de edad, tuvieron que hacerle el mismo estudio. Justo antes, hubo que darle, por indicación

del doctor, una mamadera con leche caliente aunque fuera pleno enero. Para que transpirara.

Lo relata dos veces mientras la secretaria llama al médico. La mamadera, la leche caliente. Era

enero. El doctor dice que sí, hasta puede desayunar si quiere.

Por fin abren la Seven y la madre saca del bolso un paquete de galletitas Vocación de vainilla.

¿Querés masita?

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Se sientan los tres. Ellas conversan sobre las noticias que trasmite el canal informativo. Una

mujer ofrece vender sus órganos a fin de reunir el dinero que necesita para salvar a su hija

enferma. La contemplan y la escuchan absortas, llenas admiración. Si fuera necesario harían lo

mismo. Sin pensarlo.

Él nene come la galletita de a pequeños mordiscos que lo mantienen entretenido. Y

transpira debajo de la ropa. No adivino por qué están allí. De sangre no es. Ellas siguen

comentando la valentía de esa madre televisiva. Sufren ese dolor en carne propia. No

coinciden con el conductor engominado de la cadena de noticias: no se trata de una acción

desesperada sino de un acto de heroísmo. Desmesurado. ¿Cómo medir ese amor? ¿Cómo

calificar ese gesto de sangre? Ellas lo comprenden sin calcular esa medida. Y sin embargo, se

sienten tan lejanas a esa madre capaz de todo. ¿Qué relación podría haber entre el gesto

desmedido y esos otros pequeños, más íntimos, cotidianos?

Como el recuerdo nítido de una escena ínfima: su hija, que ahora es una mujer, tenía

apenas un año. La llevó al hospital para que le hicieran un análisis, entre tantos otros, como

tantas veces. Era enero. Hacía calor. Le dio una mamadera con leche caliente, como tantas

otras, como todos los días durante esos primeros años. Ella lo recuerda bien. Cada detalle. La

humedad de esa mañana estival, el body rosa que le había puesto debajo de la camperita de

algodón. El sudor, las lágrimas. Un gesto mínimo: la textura entrañable de un amor infinito.

Inconmensurable.

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ANEXO

Viernes 29 de octubre de 2010 – Vergüenza ajena – Natalia Massei.

Vergüenza ajena Justo en el momento en que la censista tocaba el timbre, nos enterábamos de la

muerte de Néstor Kirchner a través de un llamado telefónico. Me apuré a abrirle sin haber

digerido la noticia y todavía con la esperanza de que fuera una mentira mediática, una

presunción irresponsable. Hice pasar a la chica que sólo por abrir la puerta me agradeció, por

primera vez, la buena predisposición. Cuando la invité a subir el agradecimiento se repitió de

modo más efusivo. Entendí que no había sido recibida de ese modo en todos los hogares. Creo

que al entrar al departamento agradeció una vez más. Cada paso que dio y cada pregunta que

hizo estuvieron acompañados de un vacilar, un pedido de autorización reiterado. Sin embargo,

no parecía una persona tímida, ese titubeo no se percibía en ella como un reflejo natural.

Claramente, se prevenía de un posible maltrato. Me llenó de tristeza y de vergüenza ajena. Tendría unos veintitrés o veinticuatro años y era maestra jardinera, nos contó

después de que nuestra hija le acercara varias de sus muñecas para ser censadas como parte

de la familia. Al terminar con nosotros, debía continuar con el resto del edificio, siguiendo por

la puerta contigua a la nuestra, de la cual nos separan unos dos metros de distancia. No

obstante, me pidió que la acompañase hasta abajo y le abriera de manera de poder repetir el

protocolo: anunciarse desde la vereda, mediante el portero eléctrico, y aguardar hasta que

cada uno de los vecinos bajara, a su turno, a recibirla. Me dio las gracias una vez más. Perdí la

cuenta de cuántas habían sido durante esos cinco o diez minutos que demoramos en subir,

completar el cuestionario y volver a bajar. Mientras regresaba, en el ascensor, me preguntaba

cuántos de mis vecinos la invitarían a pasar y le ofrecerían asiento, un café, un vaso de agua, y

cuántos la recibirían apurados, en el palier, respondiendo de pie mientras ella apoyaría los

formularios sobre alguna carpeta o sobre el buzón de la puerta entrada. ¿Habría quienes,

directamente, no la atenderían? Porque la gente tiene miedo, dicen algunos de formadores de

opinión. ¿Quién podría temerle a una joven maestra jardinera con credencial oficial del Censo

2010? ¿Habrá en ese temor irracional e indiscriminado algo de desprecio por el otro? Es difícil

explicar de otra forma la dinámica por la cual el semejante no identificado se convierte en un

potencial chorro hasta que se demuestre lo contrario. La figura del prójimo se devalúa en una

sociedad enviciada de individualismo. El otro es percibido, a priori, como un competidor, un

enemigo, una amenaza. Sentí un leve alivio cada vez que escuché el ascensor y supuse que se

trataba de algún vecino recibiendo a la censista.

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Confirmo luego la noticia del fallecimiento del ex presidente Néstor Kirchner.

Encender la televisión. Conectarse a Facebook, Twitter, periódicos online, para que no queden

dudas. La catarata de comentarios de la primera hora desahogan el impacto, las reacciones

inmediatas en estado puro, sin filtro. Leo con pesar algunos comentarios desafortunados que

festejan la terrible noticia de la muerte: opiniones banales, chistes, insultos lanzados con la

soltura de quien expresa una mera preferencia. El paralelo me estremece: el desprecio por el

otro. Más grosero, políticamente incorrecto, pero gozando de cierta legitimación para una

parte del sentido común: si el semejante me inspira desconfianza, lo trato de modo indigno,

por si acaso, procuro anularlo; si no me gusta o va en contra de mis intereses, le deseo la

muerte. Visión acotada, sin perspectiva. La pequeñez del que no ve allá de la suela de sus

zapatos.

Dos cosas me entristecieron en el día del Censo: una es parte de la vida, inevitable

pero siempre inoportuna. Sobre todo cuando se siente que se ha emprendido un camino, un

proyecto que habrá que continuar. La otra es cosa nuestra: la cantidad de veces que me

agradeció la censista la buena predisposición me dio pena. Yo no había hecho más que

saludarla e invitarla a entrar.

Reconforta saber que, por otra parte, muchos mates fueron convidados, muchos

censistas fueron esperados y recibidos con amabilidad como se saluda a un vecino, a un

compañero, al chofer del colectivo. Muchísimos han sido, a su vez, los mensajes de respeto y

acompañamiento ante la fatalidad de la muerte. La fraternidad siempre podrá más que el

egoísmo y el miedo.

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ANEXO

Viernes 12 de noviembre de 2010 – Una noche en un planeta – Iván Fernández.

Una noche en un planeta La puerta de la entrada está cerrada y si se golpea y se entra, hay que volver a

entornarla. Las entradas a los planetas son curiosas, y en este caso, consiste en una puerta que

deriva inmediatamente en una escalera. Para jugar a ser astronauta hay que pagar unos pesos.

La noche, quizá, no es la mejor para volar: llovizna y hace calor.

Un planeta no es otra cosa que un sitio más en la noche dónde se encuentran

quienes saben cómo llegar. El cuerpo luminoso está ciego a los telescopios, hay que saber

encontrarlo en la oscuridad. La vida en el planeta se organiza exactamente como una órbita:

volviendo a pasar, reanudando.

La escalera lleva una primera sala con un gran velador, se puede subir la bicicleta y

dejarla allí. La sala da una terraza semi techada y con una barra, y, por otro lado, a un pasillo

que comunica con otra sala.

Itinerancia.

La terraza es amplia y tiene una especie de gran claraboya en el medio que, de todos

modos, no dificulta el paso. De la llovizna nos cubre una lona y en la barra se venden cervezas.

En una pared se proyectan videos. Hay mesas con gente sentada y parada alrededor. En la

pantalla suele aparecer un hombre de pelo corto, bajo y, a veces, otro hombre, un poco más

alto y barbudo. El primero parece ser el realizador de las proyecciones porque aparece en

diferentes escenas en las que músicos cuentan algo. El otro quizá sea un músico, un

entrevistado.

Sea como sea, el barbudo y el de pelo corto que, como otros, tiene un pantalón que

se le pega a las piernas delgadas, están parados junto a la barra. Sonríen y charlan con otros

mirando y señalando a veces la pared en la que se proyecta. Pero en cierto momento, el

barbudo, sin más, marcha, comienza a caminar atravesando la terraza. El del pantalón que se

pega levanta la vista, atento, y lo sigue por detrás sin hablar. Al rato vuelven, igual: el barbudo

adelante, el otro como un satélite. Más luego, otra vez la órbita, el barbudo va hasta una mesa

en el medio del espacio de la terraza, el del pantalón gira y se traslada.

Reiteración.

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En la proyección se concatenan cortos de entrevistas. En todos, algunos músicos

hablan. En todos, escenas similares recurren: los músicos tocando por la noche, los músicos

hablando en alguna postura informal (sentados en el pasto de un parque, en el cordón de una

vereda) sin mirar a la cámara, durante el día.

Los músicos hablan de sus influencias, de su música, de lo que hacen y de lo que van hacer, de

los discos que salieron y de los que van a salir. Discurren durante el día, en el hablar del poco

dormido, y miran al horizonte (como lo hacen los profundos).

Vibración.

Saliendo de la terraza se entra en un pasillo que lleva a una sala. En el escenario

dispara el DJ.

La música se construye sobre la ida y vuelta de sonidos que se columpian. Las franjas de las

alturas se reparten el resto de los parámetros del sonido. En la zona de los bajos, hace figura el

ritmo, en los de los agudos, el timbre. Las duraciones se organizan retornando y todo está

cruzado por las texturas.

Oscilación.

Varios grupos bailan en la sala. Dos de ellos están conformados por jóvenes, flacos y

blancos. Los hombres llevan pantalones que, ya se ha dicho, se sueldan a los muslos flacos. Las

chicas, con vestidos más bien negros y algunos collares mínimos. Hombres y mujeres con el

mismo peinado, corto y con una forma que remite a un pequeño hongo.

Con los pies fijados al piso y los ojos cerrados, bailan como movidos por una brisa.

Recurrencia.

La calesita del planeta no parece detenerse.

La puerta de la entrada está cerrada y si se golpea y se entra, hay que volver a entornarla. Las

entradas a los planetas son curiosas.

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ANEXO

Viernes 28 de enero de 2011 – Los de afuera – Iván Fernández.

Los de afuera

Sobre la vereda se ordena el estacionamiento. Los autos se inclinan y forman fila, las

motos se rozan y amontonan, las bicicletas son maniatadas, ante la mirada del guardián de las

ruedas. Palo en mano el hombre avanza, se desplaza, controlando los vehículos, ninguno se

mueve.

La entrada al edificio es la apertura de un mundo lleno de caminatas, que ya se había

anticipado en la vereda. Antes de totalmente ingresar, hay que pasar los bolsos por una cinta.

Otro guardián, esta vez uniformado, mira con gesto aburrido los bolsos que pasan. La cinta lo

envuelve en una escena que parece la de una fábrica: Es como si, al igual que una lata de atún,

la seguridad también se produjera.

Ingresado en el recinto principal, me toca ir a sentarme sobre unas sillas a esperar un

número. Está claro quienes venimos de afuera y quienes habitan adentro. Los lugareños

portan trajes, camisas, chombas, formalidades y superficies planchadas: lo que se tiene. Los de

afuera se hunden en la diversidad de los buzos, pantalones de trabajo, arrugas, limpiezas y

suciedades: lo que se puede. Los del lugar van y vienen (el resto más bien espera), llevando y

trayendo grandes pilas de papeles: este es su rasgo característico. Algunas llevan en la mano,

otros en carrito, unas inexplicables pilas de hojas escritas.

Enfrente a las sillas en las que espero hay una tienda de diarios y revistas que algunos

pueblerinos visitan.

Cada tanto suena un timbre que juega con dos o tres notas, avisando el cambio de

número sobre una pantalla.

Mirando la pantalla de los números, a mi lado se sientan dos señoras para quienes el

mundo parece estar lleno de cosas impresionantes, fantásticas, y afirman: "¡Qué barbaridad!",

una y otra vez. Mientras las señoras continúan exclamando sus impresiones, se acerca desde

una escalera un hombre del lugar (pantalón de vestir y chomba) con, obviamente, una pila de

papeles en la mano. Se dirige en dirección de las sillas, difiriendo de sus compatriotas que se

van metiendo en otras salas. Pasa las primeras sillas y enfila hacia mi hilera. Busca a alguien,

quizá a mí. Viene a decirme que en esos papeles está mi nombre, que ya sabe mi cara y todo lo

que he hecho y haré, que los guardianes de las bicicletas y de los bolsos eran cómplices en mi

búsqueda, que tendré que quedarme en el pueblo, que está quebrado mi anonimato, que en

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esos papeles (justo en esos) dice una y otra vez mi nombre. Pero no, sólo pasa por el pasillo y

mira de costado a las señoras de la barbaridad que, imprudentemente, no le prestan atención.

Los de afuera siguen esperando y cada tanto frotan entre sí sus manos, que, duras,

oscuras y rugosas se confortan. Los de adentro no frotan sus manos, las usan para sostener

papeles o teléfonos. Y son blandas, blancas y amarillas. Será quizá que los dedos y las palmas

van tomando las formas, colores y texturas de los trabajos. Los de afuera tienen las manos

llenas de tierra y de cemento, los de adentro, de escrituras sobre papeles. En la tienda de los

diarios se han amontonado algunos lugareños (las manos blancas y blandas) que conversan,

detenidos frente a las tapas de las publicaciones, como esperando instrucciones, como

esperando que los inviten a endurecer sus palmas contra los manos duras.

En la espera, el timbre sigue cantando su ajustado repertorio. Ya llega mi número y

empiezo a preparar mis papeles. Cuando finalmente el conteo me señala, ingreso en una sala.

Si en las sillas reinaban las alturas del timbre, aquí lo hace la percusión de los sellos. Cuatro o

cinco manos blandas se enfrentan a pequeñas filitas de manos duras que les muestran sus

papeles. Después de que dos o tres manos blandas certifican que soy quien digo ser, que hice

lo que digo que hice, salgo.

En la vereda una mujer llora, un hombre la consuela y le ofrece: "Vamos a tomar un

café". En la calle está escrito: "Reutemann asesino".

El guardián de las ruedas me recibe sonriente, como a todos los que salimos. La

bicicleta está atada, pago y me voy.

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ANEXO

Lunes 22 de marzo de 2011 – Crímenes políticos en Argentina: Juan camina – Sonia Catela.

Crímenes políticos en Argentina: Juan camina

Y es que tiran el cadáver amortajado al Paraná, "¿lo van a encontrar? Ni con radar",

encienden el motor del patrullero pero no las luces y enfilan hacia Rosario, hacia el rato antes,

cuando tenían al tipo maniatado y "¿sabés qué queremos de vos, Juan? ¿No? Que te arrodilles

y chupes nuestros botines", que se humillara porque no había delación de nombres a exigirle,

ni participación en conjuras o complots a desarmar, ya que la cosa acababa de ocurrir en

Buenos Aires y con autores de otras fuentes, militares, gente del orden, pero el tipo, Juan, con

veinte detenciones por desacato y resistencia a la autoridad sobre la espalda, y esa testarudez

que lo llevaría a cometer otras cien, o doscientas insurrecciones, sin apartarse de las imprentas

clandestinas, de las protestas, de las volanteadas, este comunacho "la iba a parar". Negativo,

"nos tenés podrido", Juan embalado como un tren a contramano, pero al tren se lo desvía y

descarrilla, "ponelo en la camilla y dale, empezá. Hay que doblarle la terquedad", entonces, ya

que no la vas a parar, humillate, lágrimas, una defección de tus esfínteres, cagate encima, una

retractación, vómito, pedí piedad, algo en palabra o gesto, un doblegamiento del cuerpo que

compense todo lo que nos jodés; el contrato social, Juan, ceder un derecho a cambio de otro,

entonces ¿vale la pena aguantar los latigazos de la electricidad? Abreviate y abreviemos,

"Acelerá, Tixie, metele otra...", pero el hombre los enmudece, les mutila las palabras, "pará,

che, éste está duro como una estaca", y se les queda el hombre, tomale el pulso, mirá si se le

para el corazón, no jodás, nadie se muere por la picana, ¿y si éste se manda esa joda? y sobre

llovido mojado, ahora cayó la esposa, esa jodida, la Rosa Trumper se ha plantado afuera, le

trae un termo con café, ropa y una frazada al muerto y se emperra en que le demos las cosas y

no se mueve de la Jefatura, salí vos y decile que ya es tarde para esas comisiones, que se retire

y vuelva mañana, que no estamos a su disposición, que si no sabe que en Buenos Aires lloran

las madres el tendal de sus víctimas, decile que la situación es crítica, listo, la mina tuvo que

dar el brazo a torcer y mandarse a mudar, pero volverá, ya conocés la persistencia de los de

esta comparsa, y para colmo todos los otros "camaradas" aquí presentes escucharon a quién

trabajábamos, saben que lo teníamos al médico, se nos viene un tole tole, este flojo nos metió

el gran embrollo en el traste.

Y aunque habrá pacto de silencio, y se asegurará que el delegado del PC se retiró

anoche de la Jefatura por sus propios medios, y se harán desaparecer fojas del libro de

movimiento de detenidos, y se saldrá en silencio portando el cadáver y se lo enterrará cerca de

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la estación de trenes de Ibarlucea, (donde se deja un rastro, el trozo de tela del sobretodo del

médico), y luego se moverá nuevamente el cuerpo a otro sitio usando el vehículo de la División

de Investigaciones, y aunque se arrancarán las primeras 41 fojas del libro de guardia de la

Policía Caminera de Pérez para borrar las huellas del traslado, y aunque el 26 de julio, el propio

jefe Lozón terminará admitiendo la muerte del médico causada por no soportar las descargas

eléctricas de la picana,

El cadáver de Ingalinella jamás será encontrado.

Juan camina. Camina a pasos sedados, por fin, hacia el barrio, su casa, el consultorio.

Ya pasó lo peor. La oleada de las primeras horas es la que te chupa y te arrastra a la seccional.

Se estira los párpados, que se desprendan de las largas horas de exilio en lo de Arnaldo, y de

ese desasosiego habitual de presa que aguarda, el revisar una y otra vez los volantes impresos

clandestinamente como si fueran a cambiar su texto, como si las letras pudieran

reacomodarse, maliciosas, para incriminarlo y dijeran en público otra cosa que en privado,

traicionándolo. Juan traga la incansable saliva ácida; "Nos vemos en La Unión a las siete",

acuerda con Arnaldo, el que falta es porque cayó preso y el otro deberá poner en marcha la

pesada maquinaria de ubicar al prisionero, Juan y su carga de veinte procesos por resistencia a

la autoridad, veinte detenciones y cada vez es otra historia, creatividad de la policía para que

nada se repita. Las rayas verdiblancas del toldo el Bar de Pozo ¿y si se sienta por un café de

refuerzo?, no con esa acidez, y aunque su mujer afirme que ya se le hizo callo y hábito ese

continuo tránsito de la casa a la cárcel, Juan sospecha que el golpearse como una aldaba

contra el itinerario "seccional, abogados, sede del partido, entrevistas, papeleo, juzgado" ha

terminado por agotar a Rosa, Rosa Trumper. Pone la mano en el picaporte. Entra y aunque lo

peor ya pasó, Juan Ingalinella no podrá llegar a destino.

Los hechos: a las seis de la tarde del 17 de junio de 1955 el doctor Juan Ingalinella fue

retirado de su domicilio Saavedra 667, barrio la Tablada, Rosario, por un grupo de cuatro

policías, sin orden judicial, diciéndosele a la esposa, Rosa Trumper cuando se apersonó horas

después en el Departamento de Policía de Rosario con un paquete para su marido, que no se

lo recibían porque había "llegado tarde", y al regresar en la mañana del día dieciocho, se le

informó que el médico había salido en libertad la noche anterior, mientras otros dirigentes

comunistas confirmaban la presencia del delegado del partido en la Jefatura, donde todos

fueron sometidos a torturas; la familia permaneció aguardando el regreso del médico, cosa

que no se produjo. El 27 de julio el ministro de gobierno de Santa Fe dio un comunicado

reconociendo que el Dr. Ingallinela "habría fallecido a consecuencia de un síncope cardíaco

durante el interrogatorio en que era violentado por empleados de la Sección Orden Social y

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Leyes Especiales". Los responsables sufrieron condenas de entre 15 y 20 años de prisión. El

cadáver de Ingalinella no pudo ser hallado.

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ANEXO

Viernes 13 de mayo de 2011 – La letra Be – Bea Suarez.

La letra Be A mi amiga Sabrina Zambito, y su rodilla en pesadilla.

Lo veo triste, pero tan triste, que por momentos no puedo explicarme el sentimiento.

Me dice que de seis que quedan deben ganar cinco, se lo ve cansino, preocupado, en un

desasosiego de película.

Sufre la letra Be con alargada agonía, infinita a todo lo que pasa. Ya no: canchero y

arrogante, fuerte, plebeyo, de sueño en sueño. Ahora "de seis tienen que ganar cinco" pasó a

ser la frase que repite como la nena con "eraparauntar".

Descendió, cayó a la Be, se precipitó a un torneo raro e instantáneo, donde el éxito

no será ser campeón sino subir, salir de una estación salpicada con desgracia y burlada por la

otra mitad de Rosario.

La pelota se hizo impalpable hasta ahora, cambiaron técnicos, jugadores, dirigentes,

pero él sigue en el Hospital de Entristecidos donde prometen suculentas ecografías y

antibióticos, pero el tiempo pasa y la letra ésa lo mata, la segunda del abecedario. De a ratos

hay murmullo de suerte y de mentiras.

Encima fue a pocos partidos, porque él quedó partido por un vasco (me dice) que no

supo hacer las compras en el súper de jugadores, miró otras góndolas, busco precio, pagó con

tarjeta vencida.

Entre intervalos y sordinas, sé que la desazón se llevó la dicha, que el miedo a volver

a perder mueve pétalos principales de su organismo, le clava espinas principales cuando los

lunes a las cuatro de la tarde tiene que encender la radio y ponerse a escuchar mientras

labura.

Ya no hay televisión amontonada, está en ascuas, embarcado en pequeñas fragatas

que derivan al antojo de un técnico. El involuntario azar (que él pretende favorable) le ha dado

reveces históricos al tumulto de hinchas que vagan por los diarios buscando explicación para

esta pesadilla.

En la cancha no hay nadie y están todos, fulgura por ahora esa letra maldita, camina

las butacas, las recorre, las parte incluso. El letrero inmenso que otrora escribiera nombres de

primera hoy es un bebedero de nostalgia para quienes (como él) darían la vida por esa

camiseta, si hiciera falta.

Se crió así, vivió así, esperando domingos.

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El equipo mojó su cielo desde chico, desde su bisabuelo; escribió las iniciales con

lápiz de carpintero de su padre, se subió al Falcon después de campeonatos a tocarle bocina a

mediomundo, fue a verlo lloviendo, tronando, viajó lejísimo a vivar, hasta tener la respiración

cortada.

Hoy no garúa un solo cascabel, solo presagios de descender aún más, de que haya

inercia de mala leche y se haga un depósito en el subsuelo de las tinieblas.

Creo fervientemente que es injusto, que el motor de este miedo no hace goles, que

los astros podrían alinearse mucho más o dejar de pegar en travesaños.

De algarabía viven ciertos rosarinos, este presente forrado de gris locura seca las

fuentes, muestra las monedas que se han tirado en vano.

Pido por el ascenso, por la discontinuidad de esta fatal incertidumbre, pido por la

ilusión, por el retorno, por la cancha llena y esta letra que encierra "tracción a sangre".

Ruego (como quien ruega en Sacachispas) para que el viaje inolvidable llegue a

puerto, visite nuevamente las infancias, se llene el corazón de penales primero y luego de

alivio para muchos cuya pena constante apaga el Arroyito.

Por los Rubenes, los Marios, las Sabrinas, los Maxi, los José, las Silvias, las Carinas, las

Normas, etc. que hacían amanecer cuando ganaban.

Y hacer pasado este momento en que un dolor unánime los une. Como siempre. Más

que siempre.

Pido para que hierva la hierba de la cancha, se pulan desperfectos, y la letra, la Be, se

haga lejana y transparente.

Exageradamente transparente.

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ANEXO

Viernes 24 de junio de 2011 – Moreno y Córdoba – Bea Suarez. Moreno y Córdoba "Habría que meterse el uno en el otro

como los pétalos en torno a los estambres:

tanto está lo desmesurado en todas partes,

y se amontona y contra nosotros se lanza.

Pero, mientras nos apretamos uno contra otro,

para no ver cómo se acerca por todas partes,

puede surgir de ti, puede surgir de mí:

pues nuestras almas viven de traición".

Rainer Maria Rilke

Albada oriental. Selección de poemas.

Hace años paso diariamente por esa esquina de la ciudad.

Me resulta clave por varias razones. Funcionó allí hasta hace poco un bar, en el

otrora centro clandestino de detenciones y torturas durante la última dictadura militar, sede

de policías de aquél momento (sin redes para sostener patria alguna).

También está la Facultad de Derecho que se quemó hace unos años, fue

reconstruida, restaurada. Observé el arreglo paso a paso, techos y una cúpula color azul

Francia consumida en partes por un fuego que ciertas bombas de estruendo dejaron, entre

extravíos y disgustos.

Cada vez que arribo en bicicleta, recargada de humo y urbe, ruidosos colectivos y

enormes convenciones de palomas, advierto la presencia de unos bultos tapados prolijamente

con nylon negro, papeles intranquilos (por vientos que no atajan los plátanos de plaza San

Martín) utensillos varios, botellas y perros. Debajo de todo eso vive una señora cuyo nombre

desconozco. Algunos dirán "en situación de calle", yo pensaría más bien a cielo abierto,

rodeada de paquetes y provechosas horas céntricas sin altillo.

Esta señora barre la vereda, saca las estrelladas hojas secas, lee con anteojos, se

sienta cómodamente a experimentar quien sabe qué diarios, remite a una gran soledad

interior que (al menos a mi) me inspira respeto.

Hay una mínima concordancia entre ella y yo, las dos leemos y vivimos rodeadas de

nuestros bártulos. Muchas nochecitas pienso en qué comerá, pero también la veo comer.

Charlar, muy poco.

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Ahora se vino el invierno y no logro dejar de pensar en ella, en que hace un grado de

temperatura, dónde se bañará. Me viene un deseo de aclarar su posición respecto a la gente, a

los transeúntes comunes como yo que perdemos a Dios con alguna intermitencia.

Pero no atino a ir, a llevarle pollo o una campera, es como si entre las dos hubiérase

instalado una higiénica distancia llena de dignidad y tiempo que corre.

Por momentos es pura perturbación en mi cabeza, deja incluso de ser una extraña,

pienso en los de Red Solidaria que van a esa esquina todas las noches a las 20, a proteger, dar

de comer, los siento mil veces mejor que yo, mejor gente, yo, que solamente escribo y no voy

a dar una mano o decorosa valentía municipal aunque sea.

Es la esquina donde me siento muy pobre de espíritu, donde estos versos se me

hacen un verso, una tragedia y pienso que el amor entre seres humanos es quizás lo más

difícil. Con todo mi ser, en esto, me considero una principiante, y la señora una elegida que

sabe vivir con una bolsa, con una simple bolsa encima.

(No me vengan con el sistema, la expulsión, los dejados afuera, quiero escribir como

una especie de verdad catártica este viernes. Déjenme).

De súbito estalla la esquina como estalla una guerra, el aire se envenena de pobreza

extrema, una que no puedo gobernar (ni yo, ni Binner o Alfonsín).

La señora, su carrito de alambres a modo de ropero o alacena, la plaza, la noche, las

capotas militares que habrán merodeado la zona más de una vez, unos abogados cualesquiera,

hacen de ese lugar un punto donde reflexionar sobre la furia y la libertad. A la vez.

Es de esperar que me ponga las pilas y vaya de una corrida a dar abrigo y carne, me

deje de poesía y contratapas.

Porque hasta ahora es ella la que me ha dado, me ha brindado su modo de vivir para

que yo logre hilar estas, mis pobres frases.

El pernicioso invierno ha de investigar el por qué de ciertos intercambios.

He recibido más de lo que di, eso siento mientras mi estufa está al mango.

Exploro mis sentires según la circunstancia de otro, otra.

No quiero dormir al borde de mi misma, frente al sepulcro de la muchacha joven que

he sido, sin darme cuenta, sin que la sangre me haga bulla estas noches de junio.

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ANEXO

Miércoles 10 de agosto de 2011 – Pasillos – Víctor Maíni.

Pasillos

Que hubiera sido de nosotros sin los pasillos del barrio Echesortu, esos rascacielos

acostados sin consorcios ni porteros que conocíamos tan bien como un baquiano de la

precordillera conoce las cuevas para refugiarse, como un lugareño de los montes las picadas, o

un pescador los canales con agua en plena bajante.

Esas víboras de cemento siempre tenían la boca abierta para nosotros, no sabían de

puertas cerradas, ni picaportes, ni timbres, eran escondites para un rin raje, eran agua para

después de los partidos, canillas dispuestas para llenar globitos en carnaval, búnker para

después de ajusticiar con rompeportones a algún vecino en vísperas de navidad, y antesala de

bares donde poder tomar una coca entre siete.

Sus habitantes los usaban como un plus de tiempo extra antes de salir a escena,

como los artistas lo hacen entre telones o los jugadores en la manga, el pasillense lo utilizaba

para terminar de hacerse el nudo de la corbata, abrochase el guardapolvos, maquillarse, o

como doña Cata en persignarse tres veces antes de cruzar el umbral y pisar el escenario de la

vida.

Los teníamos bautizados a todos, el del carteto, el de la culona, el sin puertas, el

pozo, pasillo lúgubre este último, donde sus baldosas no conocían la gloria del sol, siempre

oblicuos sus rayos sobre las altas paredes que lo limitaban, era como si hubiera nacido con un

destino de túnel, más que de pasillo, como decía Adrián: "Está bueno porque acá siempre es

de noche".

El Willy, activo disidente de la verdad, sostenía que había departamentos que

llegaban hasta el "centro de manzana" que según él tenía la propiedad de amplificar los

sonidos, como una pequeña cámara de eco. Para explicar empíricamente su teoría tenía las

risotadas y sapucais de doña Antonia, una correntina que vivía en el cuarto departamento

entrando por calle San Luis y que en el silencio de la noche su risa erizaba la piel. Pasábamos

horas discutiendo su teoría, como cada una de sus mentiras, creo que él sabía que eran

movilizadoras, mucho más que algunas verdades, ¿Cuánto había de verdad y de mentira en las

religiones que nos enseñaban, en las creencias, en el amor? ¿Qué era la verdad? ¿Y la mentira

de la verdad? Creo que él tenía las respuestas pero en ese momento no se las pregunté.

Cuando el mentiroso estaba callado era mala señal, juntaba silencios como el techo

de chapa de su pieza, acumulaba el sol del verano para después desparramarlo sobre su cama

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y ser el peor castigo en sus penitencias siesteras de enero. Sabíamos que era cuestión de

tiempo, que iba a atacar, generalmente el centro de sus cargadas era el Ojo, el hijo del joyero

del barrio, que siempre estaba lleno de cadenitas, anillos, y pulseras que ponían en duda si

eran muestra de afecto o si más bien lograban el efecto de una vidriera ambulante de la

mercadería de su padre. A nadie extrañó entonces que una tarde sentados en el frío piso del

pozo se refiriera con esta pregunta sobre el abuelo de la víctima quien había fallecido hacía

tres meses: "Che Ojo, de tu abuelo no se supo más nada, eh"

-Se murió pelotudo, ¿Que querés que se sepa? - le contestó gritando.

-Y... la muerte es un misterio - alcanzó a completar la frase antes que la O grabada

en oro, inicial de Oscarcito para su mamá y de Ojo para nosotros, le partiera el labio inferior.

Los gritos, insultos y forcejeos no hicieron más que acelerar la aparición de la

Matilde, una solterona que vivía en el departamento A y que siempre asomaba medio cuerpo

desde la medianera que hacía de baranda para su terraza para mandarnos a casa con gritos

como "gallitos", "pendencieros", "buenos para nada", para luego en otro tono terminar

hablando con su gata --quien impedía que su soledad fuera total--, diciéndole: "Son chicos

malos, no son como vos". El primero en salir fue el agredido con una mano en la cara para

contener la sangre, el segundo fue Mario, también tapando su boca para impedir su carcajada

estentórea, nos quedamos un rato en la vereda tratando de calmar al Ojo, mientras el Willy

antes de doblar la esquina saludó con una mano, tranquilo, lejos del llanto y del lamento, es

más hay quienes afirmaron que se reía.

Pero el nuestro, el preferido de todos era el de la calle Rioja, allí no había perros

histéricos que ladraran por cualquier cosa, ni vecinos avinagrados que le tuvieran fobia a los

pibes, en él hacíamos los días de lluvia partidos de metegol, carrera de autitos, peleas de

hormigas o langostas, según la estación y hasta partidos a la cabeza con la pulpo, y nunca

tuvimos una queja, y eso que decían que en el último departamento había un pibe enfermo

que muy pocos habían visto pero que se podía adivinar en el rostro de los padres, no así en el

de su otra hija, Inesita, que era la piba más simpática del barrio, siempre con una sonrisa

dibujada en su cara, locutora de los actos de la Juan Arzeno, cantora de la tómbola del club

Unión, ayudante de catequesis en la San Miguel y en la verdulería de don Alberto en donde

atendía a las viejitas, las escuchaba y siempre le decía como despedida "todo va a salir bien,

todo va a salir bien".

Para ese refugio y sin dudarlo corríamos después de un error de cálculo en la siesta

de doña Luisa. Ante el primer grito de "mocosos de porquería" saltamos sin llevarnos ni una

mandarina y entre la risa y el julepe que nos hacían perder fuerza en la carrera, añorábamos

llegar a nuestro piso salvador, tirarnos boca arriba, sentir el olor a jabón, kerosene, y orín de

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gato que nos daba seguridad y pertenencia cuando al doblar la esquina de Crespo nos

quedamos petrificados, congelados, sin poder creer lo que teníamos enfrente, justo a nosotros

que basábamos nuestra libertad en desconocer a la muerte por completo, se nos presentaba

encerrada dentro de un cajón de madera que llevaban sobre sus hombros un montón de gente

en fila como una formación de hormigas negras saliendo del hormiguero, nuestro hormiguero,

nuestro pasillo. Creo que desde ese día nuestra presencia por estos condominios desapareció,

igual que la sonrisa de la cara de Inesita.

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ANEXO

Miércoles 17 de Agosto de 2011 – Un intervalo breve – Natalia Massei.

Un intervalo breve

La sala es un rectángulo de paredes color crema. En el centro, una larga mesa y varias

sillas de algarrobo pesan sobre las baldosas de granito. Todos los muebles han sido tallados

con motivos florales en los bordes y los extremos. Dos tubos fluorescentes alumbran la

habitación de gris. No platinado, sino ceniza. A través de las ventanas orientadas hacia el patio

interno, se entrevé el salón de actos, del otro lado del respiradero. A las siete y media, todos

los días, suena "Aurora". En el auditorio, los alumnos, ordenados en filas, saludan a la bandera.

Al rumor del himno, el parloteo de los maestros se acalla. Se ponen de pie, con el

pecho abierto hacia el patio, los brazos caídos delante del torso y las manos juntas apoyadas

justo debajo del abdomen. Unos pocos permanecen sentados. Otros recogen sus carpetas y

corren a entonar el homenaje patrio. De la melodía llega un eco que amplifica el silencio. Con

los últimos acordes, las conversaciones se reanudan.

¿Ya llegaron las netbooks?

Pasame el catalogo de Avón, a ver.

¿Vieron las ofertas de la mutual para ir a Tecnópolis?

Ciento cincuenta evaluaciones para este fin de semana.

¿Los de quinto no se fueron a Bariloche?

Un desastre. Cada vez escriben peor.

Son deficiencias que traen de la primaria.

¡Y las maestras cada vez tienen menos nivel!

¿Sabías que la Lorena se recibió?

¿La chica que limpia en lo de tu mamá?

El año pasado. Da clases ahora.

¡¿Podés creer?!

La señorita Aurelia le pide a Romina la tijera. La mamá de Romina es peluquera. Por

eso ella siempre tiene las mejores tijeras. Tijeras de verdad y no ésas de plástico y punta

redondeada que llevan todos los chicos. Romi sabe para qué la quiere. No es la primera vez

que se la pide. Le da asco pero no se le ocurre decirle que no. A nosotros también nos da asco

y mientras la vemos apoyar el pie sobre la silla y curvarse con esfuerzo para cortarse las uñas,

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pensamos en la pobre Romina y juramos que aunque nuestros papás nos den permiso, nunca

vamos a traer tijeras de verdad a la escuela.

Lorena no había podido terminar la secundaria por el trabajo. Al igual que su mamá,

se dedica al servicio doméstico por horas. Cuando dejó la escuela en tercer año, hacía la

limpieza en tres casas de familia y un local del centro.

Después del recreo largo, Aurelia toma la leche: mate cocido con galletitas de agua.

Come varias y las moja en el mate. Hace ruido al tragar. La taza queda llena de migas pastosas

pegoteadas en los bordes. Cuando termina manda a alguna de las nenas a lavarla en el baño

de mujeres. Todas rogamos que no nos mande. Últimamente, la tiene con Noelia y siempre le

toca a ella.

La mamá de Lorena se llama Mabel. Lorena es la cuarta de sus cuatro hijos. Entre

ellos, sólo el mayor terminó la secundaria. Las dos del medio se casaron jóvenes y tuvieron

familia enseguida. A Mabel le da mucha tristeza que Lorena haya dejado el colegio. Mientras

repasa una camisa, lo comenta con su patrona que es profesora de historia jubilada. La señora

le sugiere que la anote en una escuela para adultos y se ofrece a ayudarla con las materias. En

un año haría los dos que le faltan y además podría cursar en el turno noche y seguir

trabajando. Mabel no está del todo segura pero le parece una buena idea. En el colectivo de

regreso, le envía un mensaje de texto a Lorena, pero escribe tanto que llega todo cortado y no

se entiende nada.

Estar sentado en la primera fila es lo peor. Aurelia escupe cuando habla. Si te pone

ahí fuiste, cambiarse de lugar es imposible. Ella se da cuenta y como penitencia te ubica

enfrente de su escritorio donde quedás directamente expuesto a sus vapores y sus fluidos.

Mabel trabaja para Teresa desde hace muchos años. Tiene confianza suficiente como

para aparecer con Lorena, sin previo aviso, y pedirle que la ayude con algún examen. Lengua,

matemática, historia, inglés, lo que venga. A Teresa le encanta. Ella fue profesora y se las

arregla para explicarle un poco de todo. Su hija también es docente y le trae los libros que

usan en la escuela. Para colaborar con la chica. Toda la ayuda viene bien. Las dos están

convencidas de que la Lorena es cuadrada como una baldosa.

Con los alumnos que tienen mala conducta Aurelia ha ensayado un método poco

efectivo: los ha reunido a todos en un rincón, al fondo, para que no molesten a los que quieren

trabajar. De alguna manera, se los ha sacado de encima. Ellos, sin embargo, se han vuelto más

unidos y ahora operan en banda dentro del área liberada que han bautizado como La zona.

Juegan carreras para ver quién escribe más rápido - eso está bien, pero copian como

desaforados y después no hay manera de entenderles la letra- ; Raúl Ferro carga las lapiceras

de sus compañeros con cartuchos reventados; Pablo López escupe bolitas de papel y pega

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mocos debajo del banco; Anahí escribe cartas de amor a los de séptimo; Vanesa y Natalia se

divierten pellizcando a los castigados ocasionales, que de vez en cuando caen en la zona, a fin

de hacerlos gritar y que sean mandados a dirección. Una vez lo intentaron con Anahí pero no

funcionó. Acabaron las tres en la dirección.

Tras completar el secundario, Lorena decide estudiar magisterio. Se inscribe en uno

de esos institutos privados de la zona sur, donde se paga muy poco, al decir de Teresa.

Durante otros tres años, la señora le ofrece su apoyo con los estudios y despotrica contra los

programas y la falta de exigencia de esos terciarios.

Aurelia es una maestra de las de antes: seria y formal. Una señorita a pesar de su

edad. Viste guardapolvo blanco hasta las rodillas, con cuello en v y botones por delante (en

lugar de ésos que se usan ahora: cortos, de diferentes colores y estampas, con cuellos de

solapa redonda y voladitos en broderí).

Lorena obtuvo el título de maestra y ha conseguido varias suplencias que alterna con

sus trabajos como mucama. De vez en cuando, todavía pasa por lo de Teresa y, si anda con los

cuadernos encima, ella la ayuda a corregir los trabajitos mientras toman mate. Lo hace por

gusto nomás, Lorena nunca se lo pidió. La chica sabe que a ella le gusta la compañía y la charla.

Lleva facturas para la leche y de paso visita a su mamá. Teresa devora las tortitas negras y los

errores de ortografía y de sintaxis. Los chicos, en las tareas, escriben el Damián, la Yénifer, la

Cintia. ¡Y claro! ¡Qué querés con la señorita que tienen!

Aurelia ha sido maestra durante treinta años. En poco tiempo se jubilará. Es una

mujer alta y robusta. En el bamboleo pausado al caminar se le nota el cansancio.

Lorena se compró un guardapolvo a cuadros, con cuello bobo y amplios bolsillos con

detalles en broderí. Al sacarlo de la bolsa de nylon que le dieron en la tienda de uniformes, le

llega ese perfume efímero de prenda nueva. A ella le huele a futuro.

Entre las conversaciones superpuestas, suena el timbre, largo y agudo. Los chicos van

entrando a las salas de clase. Los que llegaron tarde son demorados en el hall principal, bajo la

tutela de algún adulto, con el fin de contabilizarles la tardanza. Una vez que los preceptores

han tomado lista, se les permite ingresar a los salones. Un intervalo breve separa la quietud de

la acción. A veces es imperceptible. Los pasillos se vacían de a poco. El silencio advierte a los

docentes que es momento de dirigirse a las aulas.

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ANEXO

Lunes 24 de octubre de 2011 - Me quiero nada, poquito, mucho - Javier Chiabrando.

Me quiero nada, poquito, mucho Abróchese los cinturones que este es un texto obsceno: voy a hablar bien de la

Argentina. Sí, leyó bien, voy a hablar bien de nuestra vapuleada patria de la que todos huimos

alguna vez, sea en sueños, sea de cuerpo presente, sea obligado por los que sacudían un sucio

trapo negro. Y es la primera de una serie de notas que después serán editadas todas juntitas

en un libro que será best sellers y que me volverá otro famoso y rico artista argentino.

Parafraseando a Dalí ("Los dos grandes golpes de suerte que le pueden suceder a un pintor son

ser español y llamarse Dalí.") yo digo: famoso, rico, Chiabrando, y ¡nada menos que argentino!

Que me corran de atrás. Usted se preguntará qué autoriza a este tipo, que apenas escribió

algunas contratapas que me hicieron reír como loco/a, a hablar de la patria como si fuera su

vocero. Bueno, en principio puedo comparar porque viví en cuatro paisetes europeos: Francia,

España. Suiza e Italia. Sí, no me envidie. O envídieme, qué tanto, que te envidie un argentino

es motivo de orgullo.

Esta nota surgió porque un amigo me contó que en Ecuador hacen campaña para

levantar la autoestima de su gente. Al principio me sonó raro, pero luego me di cuenta de que

era nuestro destino. No hay que ser sociólogo (no lo soy) para darse cuenta de que nuestro

país viene siendo boxeado por los que instalan en el inconsciente colectivo que jugamos en la

B con chances de irnos a la C a diario. Algo había que hacer. Y lo estoy haciendo. Por ahora yo

solito, luego seremos millones, cientos de millones, porque los argentinos seremos cuarenta

pero valemos por doscientos, sin contar derrotistas, alarmistas, carriotistas y los que creen esa

zoncera del riesgo país.

Ya hablé en otra nota que Vattimo, Hart, Negri, Stone, y otros, vienen a este upite del

mundo a estudiar nuestros movimientos sociales. ¡Vienen a estudiar a los argentinos! Y ahí lo

tiene a Stiglitz, (Premio Nobel de economía y sin haber inventado la convertibilidad), diciendo

que Europa debería copiar el modelo argentino. O sea que en la cadena sucesoria, los que

influyeron sobre Europa fueron los romanos, Napoleón, los yanquis, y ahora nosotros. Así

nomás. Y los europeos empezaron a obedecer; empezaron por los piquetes y los kilombos;

algo es algo. Yo creo que no falta mucho para que la CIA secuestre a un argentino y lo

diseccione para entender semejante teorema existencial. A nosotros nos hicieron creer eso de

"compre a un argentino por lo que vale y véndalo por lo que cree que vale". Bueno, es hora de

que digamos que comprar a un argentino por lo que vale y venderlo por lo que va a valer algún

día es más negocio que acumular oro. Y si refucila, levante la cabeza, que por ahí Dios le está

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sacando fotos (en su defecto es un satélite espía). Si se encuentra en una reunión y alguien

apela a chistes baratos sobre argentinos, saque a relucir sin pudor a Borges, a Maradona, a

Fangio, al Che, hable de los Vigo Mortensen que encuentran acá su verdadera casa y que los

japoneses se mueren de ganas de ser argentinos para tener tango y comer bife de carne de

vaca y no brote de soja, que es justamente lo que comen nuestras vacas cuando escasea el

pasto.

¿Acá hay inseguridad? Dese una vuelta por la periferia de París a la medianoche.

¿Este es un país corrupto? Lea los diarios de gallegolandia y vea de lo que son capaces en la

patria madre que nos reparió. ¿La clase política le da vergüenza? Averigüe sobre un tal

Berlusconi. ¿Usted cree que Brad Pitt es más guapo que Echarri? Luciana Salazar no será tan

alta como Pamela Anderson (y esa malla roja con la que corría por la playa dejando su

humanidad saltar y saltar, le chingaría de sisa), pero Luciana tiene ese no sé qué de prima con

la que uno juega al doctor. ¿Cómo van a idolatrar a alguien que se llama Lady Gaga? ¿No

sabemos jugar al béisbol? Bueno, pegarle a una pelota con un palo no es nada de otro mundo.

Lo difícil es darle con el pie y clavarla en un ángulo. Y de cabeza ni hablar. ¿No tocamos jazz

como los neoyorquinos? ¿Y ellos cómo le harán a la chacarera? ¿No nos sale la ensalada como

a un chef francés? ¿Para qué tanta dedicación con una ensalada estando rodeados de carne

argentina?

Por si no lo sabe, yo integro el RERE, Revisionismo Revisionista (se aceptan

donaciones en dinero o alimentos no perecederos). Así como el revisionismo revisionó la

historia, nosotros revisionamos el revisionismo. Y hemos averiguado cosas tremendas,

convenientemente ocultas por los revisionistas cuando se volvieron la historia oficial. Cuando

Juan Moreira fue atravesado por la espalda por Chirino, no dijo "Chirinoooooo", sino: "Por lo

menos me mata un argentino y no un gringo mangiatagliatelli". Hay documentos escondidos

en la caja fuerte de la Sociedad Rural que demuestran que los ingleses de las invasiones no

cantaban Lily Marlene, sino: "nada quema mejor que un buen litro de aceite argentino

hirviendo arrojado por hermosas manos mestizas". En las barrancas de San Lorenzo vive un

nieto de un nieto de un testigo de la batalla homónima que recibió del abuelo del abuelo la

confesión de que la frase completa que dijo el sargento Cabral en su agonía fue: "Muero

contento, olé, hemos batido al enemigo, olé, en el amor, olé, en la guerra, olé, en el fútbol, olé,

y en la pureza del español que hablamos y hablaremos; olé y olé".

No son pocas las tareas que se ha impuesto el RERE. Una es demostrar la veracidad

del rumor que dice que fue un argentino el que inventó la paella al cocinar un guiso de arroz

con lo poco que tenía: arroz, azafrán robado al almacenero de la esquina por creerlo tabaco, y

una liebre alimentada a pasto argentino que pesaba ocho kilos pelada; pero en lugar de

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cocinar el guiso en una olla, lo hizo en un disco de arado, sospechosamente parecido a un

invento gallego posterior: la paellera. El sushi también es argentino. ¿Qué otro ciudadano del

mundo lograría reunir alguna vez las condiciones de muerto de hambre, corte de gas e

imaginación al por mayor? El inventor fue un habitante de la Isla Maciel durante un temporal.

Al fin de cuentas fue mezclar un pescado traído por la correntada con un poco de vino de

tetrabrik y además avinagrado (se asemejaba al ácido sulfúrico). No lo patentó por inmundo.

Lo único que hicieron los japoneses fue enrollarlo y obligarte a comerlo arrodillado.

¿Y qué me dice de Obama? ¿Sabe que se duda del lugar dónde nació? Según nuestros

informes, Obama sería tataranieto del Negro Falucho y habría nacido en la villa 1114, vendía

garrapiñada en la cancha de River hasta que se dio cuenta de que era más negocio irse a los

EEUU, porque un país que puso a Bush de presidente es capaz de ungir al primer chocolatinero

que pase por la esquina. Y le tocó a él. Quizá no sea verdad, pero, ¿con tanta diáspora, cuánto

tiempo cree que va a pasar antes de que un argentino argentino sea presidente de un país

europeo? Escribió Hernán Casciari en una carta a su hija: "Papi nació en un lugar maravilloso. Si

escuchás en la tele otra cosa, es mentira. Papi nació en un país al que nunca le fueron bien las

cosas, pero que huele a tierra mojada y en el que, mires para donde mires, siempre hay algo

que es verde y alguien que es tu amigo". Otro romántico. Pero lo de "alguien que es tu amigo"

no es joda. Viaje y vea: el mayor problema del primer mundo no son las burbujas financieras

que explotan y dejan a medio mundo en bolas, sino que hace tiempo han dejado de hablarse y

de tocarse de tanto engordar de cuerpo, alma, cerebro, ingreso per cápita y miedo al

extranjero. Vaya y vea si no me cree, y de paso pídale que nos devuelvan lo que se afanaron

los conquistadores y las empresas que vinieron a embolsar lo que quedaba en pie.

Ahora el RERE está ocupado en investigar el mayor de los rumores: Colón era

argentino. ¿Cómo?, dirá usted, eso sí que es imposible. ¿Cómo alguien va a nacer en un país

que aún no existía ni había sido descubierto? (Aclaremos que existía pero no había sido

encontrado por los gallegos; acá estaba, aún sin nombre). Un tal Tito habría sido enviado al

pasado para matar al verdadero Colón, ocupar su lugar y quedarse con el honor (en Tecnópolis

hay una réplica de la máquina que se usó, pero le pusieron un cartel de "Churrera virtual" para

cortar con la demanda de pedidos de viajes a la época del menemato, no se sabe si para

comprar cualquier porquería al dos por uno o para meterle una bomba al turco). Hablando de

Colón, dicen que lo único que sabía de marinería era sentarse a pescar en las barrancas de

Génova. De la historia de Tito, James Camerón (Juan Camero, otro argentino, pero este se fue

de chiquito) copió Terminator. Eso sí, Schwarzenegger no es argentino; nadie es perfecto.

*escritor y músico. [email protected]

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ANEXO

Jueves 27 de octubre de 2011 – Recuerdos del 27 – Sebastián Artola.

Recuerdos del 27

Perplejos frente al televisor, casi en silencio, de canal en canal. "¿Y ahora a quién

votamos?", fue lo primero que dijo el mayor de mis dos hijos, por entonces de siete años. Le

conté la noticia, se fue en silencio, volvió y me hizo la pregunta. Tenemos dos. Pasan tanto

tiempo en reuniones y actividades como en la escuela y con amigos.

Los mensajes de textos de los cumpas que estaban censando, preguntando,

queriendo dudar, no creer. Las primeras palabras que pude escribir recién cerca del mediodía:

"Se fue quien devolvió al pueblo y a la militancia la esperanza de que otra Argentina es posible.

Que el dolor nos empuje para seguir más juntos que nunca por este camino. De nosotros

depende. Tomemos de su mano la bandera y empuñémosla bien alta. Hagamos carne en cada

uno de nosotros el proyecto nacional. Llenemos la calle para darle a Cristina todas nuestras

fuerzas. Para decirle que estamos. Que somos más que nunca. Y que seguimos junto a ella

hasta el final en la construcción de una patria para todos".

Había que salir a la calle. A las 20 al Monumento a la Bandera, donde sino. La

impaciencia, la sangre alborotada y el cosquilleo en el estómago. Llamé a unos cumpas:

--Hagamos una pintada.

--¿Cuándo?

--Ahora, ya.

Las paredes siempre fueron la voz del pueblo, esta vez no podía ser la excepción.

Calles desoladas. Con ferrite negro en un paredón, a la tarde no tan tarde, pintamos: "Fuerza

Cristina. Néstor vive en cada uno de nosotros". Desahogo. Un auto que frena, nos sacan fotos,

estaban de paseo por la ciudad.

De ahí a la sede de la departamental. Conocidos y no tanto. Voces bajas. Miradas

perdidas. Empezamos a caminar hacia el Monumento. Por Pellegrini. A paso lento, dubitativo.

En 1º de Mayo nos esperaba otro grupo que concentraba en la esquina. Abrazo fundido.

Ocupamos la calle. Armamos la columna. Empezamos a marchar. Banderas, bombo y

redoblante. Los primeros cantos, el ánimo que se aviva y el rostro que se distiende. Voces

intensas y desgarradas. El declive de la calle y la ansiedad que aceleraban el ritmo. Arribamos

al Monumento al canto de "¡Yo soy argentino, soy soldado del pingüino!". Aplauso cerrado de

todos los ahí concentrados. Compañeros de ayer y de hoy. Muchos que hace tiempo no veía.

Emoción. Lágrimas.

Llegamos a Buenos Aires la madrugada del viernes, serían las tres y media. Hacemos

cola. Adelante nuestro, pibes cantando el himno. Entramos a la Casa Rosada, mi primera vez.

Bandera y carteles en mano. El guardia que intenta evitar que pasemos con las cosas pero no.

En el silencio de la noche estalla nuestra voz: "Compañero Néstor Kirchner, presente,

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compañero Néstor Kirchner, presente, ahora y siempre, ahora y siempre". Salimos con un

aplauso eterno y los ojos desbordados de lágrimas. Damos vueltas por la Plaza de Mayo

aguantando que amanezca y de a poco vuelve a llenarse de gente. Mejor dicho, de pueblo. De

pueblo y de jóvenes, muchos jóvenes. Grupos cantando por acá y por allá. Y nosotros ahí, por

supuesto. Graffitis, carteles, leyendas, frases: "Que la pena se transforme en militancia", "Mi

único héroe en este lío", "Néstor con Perón, el pueblo con Cristina". Del silencio a la palabra.

De la muerte a la vida. Buenos Aires tomada, otra vez en octubre.

El cielo solloza. Como con Perón, como con Evita. Una y otra vez entramos en filas

cada vez más numerosas. Una despedida que no quería ser. La última con Cristina. Las paredes

de la Rosada vibraban con nuestro salto y nuestra voz retumbaba en cada rincón. "¡Néstor no

se murió, Néstor no se murió, Néstor vive en el pueblo la puta madre que lo parió!", "¡Néstor,

Néstor, Néstor corazón, vos sos nuestra bandera para la liberación!". Entramos a los

tropezones al Salón de los Patriotas Latinoamericanos. Estaba ahí. Ella. El encuentro. La

emoción desatada, el cruce infinito de miradas en un instante, puño en el pecho y dedos en V

hacia nosotros.

Viernes a la tarde. Llego a Rosario y a casa. Me encuentro con mi compañera que

viene de uno de los barrios donde milita. Me cuenta de la tristeza en cada rostro, en cada casa

y las ganas de hablar de los vecinos. Mientras pateaba el barrio se le acerca Margarita y le dice

que se sentía en deuda con Néstor, que quiere comprometerse, hacer algo por todo lo que él

había hecho por ella. Meses después inauguramos ahí la segunda Casa Compañera de Rosario,

al costadito nomás del arroyo Ludueña. La primera lo mismo, la abrimos en lo Cacho y Chichita.

Los conocimos en el acto que hicimos por el día de la militancia. Cacho ya no está, se nos fue el

26 de julio, mismo día que Evita. Marino mercante y gremialista. Pateó el tablero con Menem y

volvió a creer con Néstor, como tantos otros miles.

Mi hijo, el mayor de nuevo, que también vuelve del barrio, me lleva a su pieza y me

muestra un dibujo que había hecho y pegado en la pared sobre su cama. Tiene una frase en

letras bien grandes que dice: "Néstor vive en el cuerpo de cada peronista". Lo miro a los ojos,

lo abrazo y sonrío…

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ANEXO ARLT

El fusilamiento de Severino Di Giovanni por ROBERTO ARLT

“El condenado camina como un pato. Los pies aherrojados con una barra de hierro a

las esposas que amarran las manos. Atraviesa la franja de adoquinado rústico. Algunos

espectadores se ríen. ¿Zoncera? ¿Nerviosidad? ¡Quién sabe! El reo se sienta reposadamente

en el banquillo. Apoya la espalda y saca pecho. Mira arriba. Luego se inclina y parece, con las

manos abandonadas entre las rodillas abiertas, un hombre que cuida el fuego mientras se

calienta agua para tomar el mate. Permanece así cuatro segundos. Un suboficial le cruza una

soga al pecho, para que cuando los proyectiles lo maten no ruede por tierra. Di Giovanni gira la

cabeza de derecha a izquierda y se deja amarrar. Ha formado el blanco pelotón fusilero. El

suboficial quiere vendar al condenado. Éste grita: “Venda no”.

”Mira tiesamente a los ejecutores. Emana voluntad. Si sufre o no, es un secreto. Pero

permanece así, tieso, orgulloso. Di Giovanni permanece recto, apoyada la espalda en el

respaldar. Sobre su cabeza, en una franja de muralla gris, se mueven piernas de soldados. Saca

pecho. ¿Será para recibir las balas?

— Pelotón, firme. Apunten.

La voz del reo estalla metálica, vibrante:

— ¡Viva la anarquía!

— ¡Fuego!

”Resplandor subitáneo. Un cuerpo recio se ha convertido en una doblada lámina de papel. Las

balas rompen la soga. El cuerpo cae de cabeza y queda en el pasto verde con las manos

tocando las rodillas. Fogonazo del tiro de gracia.

”Las balas han escrito la última palabra en el cuerpo del reo. El rostro permanece sereno.

Pálido. Los ojos entreabiertos. Un herrero martillea a los pies del cadáver. Quita los remaches

del grillete y de la barra de hierro. Un médico lo observa. Certifica que el condenado ha

muerto. Un señor, que ha venido de frac y con zapatos de baile, se retira con la galera en la

coronilla. Parece que saliera del cabaret. Otro dice una mala palabra.

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”Veo cuatro muchachos pálidos como muertos y desfigurados que se muerden los labios; son:

Gauna, de La Razón, Álvarez, de Última Hora, Enrique González Tuñón, de Crítica y Gómez

de El Mundo. Yo estoy como borracho. Pienso en los que se reían. Pienso que a la entrada de la

Penitenciaría debería ponerse un cartel que rezara:

— Está prohibido reírse.

— Está prohibido concurrir con zapatos de baile”.

ANEXO ARLT

La tragedia del hombre que busca empleo por ROBERTO ARLT.

La persona que tenga la saludable costumbre de levantarse temprano, y salir en

tranvía a trabajar o a tomar fresco, habrá a veces observado el siguiente fenómeno:

Una puerta de casa comercial con la cortina metálica medio corrida. Frente a la cortina

metálica, y ocupando la vereda y parte de la calle, hay un racimo de gente. La muchedumbre

es variada en aspecto. Hay pequeños y grandes, sanos y lisiados. Todos tienen un diario en la

mano y conversan animadamente entre sí.

Lo primero que se le ocurre al viajante inexperto es de que allí ha ocurrido un crimen

trascendental, y siente tentaciones de ir a engrosar el número de aparentes curiosos que

hacen cola frente a la cortina metálica, mas a poco de reflexionarlo se da cuenta de que el

grupo está constituido por gente que busca empleo, y que ha acudido al llamado de un aviso. Y

si es observador y se detiene en la esquina podrá apreciar este conmovedor espectáculo.

Del interior de la casa semiblindada salen cada diez minutos individuos que tienen el aspecto

de haber sufrido una decepción, pues irónicamente miran a todos los que les rodean, y

contestando rabiosa y sintéticamente a las preguntas que les hacen, se alejan rumiando

desconsuelo. Esto no hace desmayar a los que quedan, pues, como si lo ocurrido fuera un

aliciente, comienzan a empujarse contra la cortina metálica, y a darse de puñetazos y

pisotones para ver quien entra primero. De pronto el más ágil o el más fuerte se escurre

adentro y el resto queda mirando la cortina, hasta que aparece en escena un viejo empleado

de la casa que dice:

-Pueden irse, ya hemos tomado empleado.

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Esta incitación no convence a los presentes, que estirando el cogote sobre el hombro

de su compañero comienzan a desaforar desvergüenzas, y a amenazar con romper los vidrios

del comercio. Entonces, para enfriar los ánimos, por lo general un robusto portero sale con un

cubo de agua o armado de una escoba y empieza a dispersar a los amotinados. Esto no es

exageración. Ya muchas veces se han hecho denuncias semejantes en las seccionales sobre

este procedimiento expeditivo de los patrones que buscan empleados.

Los patrones arguyen que ellos en el aviso pidieron expresamente “un muchacho de

dieciséis años para hacer trabajos de escritorio”, y que en vez de presentarse candidatos de

esa edad, lo hacen personas de treinta años, y hasta cojos y jorobados. Y ello es en parte

cierto. En Buenos Aires, “el hombre que busca empleo” ha venido a constituir un tipo su¡

generis. Puede decirse que este hombre tiene el empleo de “ser hombre que busca trabajo”.

El hombre que busca trabajo es frecuentemente un individuo que oscila entre los

dieciocho y veinticuatro años. No ha aprendido nada. No conoce ningún oficio. Y un buen día,

día lejano, si alguna vez llega, él, el profesional de la busca de empleo, se “ubica”. Se ubica con

el sueldo mínimo, pero qué le importa. Ahora podrá tener esperanzas de jubilarse. Y desde ese

día, calafateado en su rincón administrativo espera la vejez con la paciencia de una rémora.

Lo trágico es la búsqueda del empleo en casas comerciales. La oferta ha llegado a ser tan

extraordinaria, que un comerciante de nuestra amistad nos decía:

-Uno no sabe con qué empleado quedarse. Vienen con certificados. Son inmejorables.

Comienza entonces el interrogatorio:

-¿Sabe usted escribir a máquina?

-Sí, ciento cincuenta palabras por minuto.

-¿Sabe usted taquigrafía?

-Sí, hace diez años.

-¿Sabe usted contabilidad?

-Soy contador público.

-¿Sabe usted inglés?

-Y también francés.

-¿Puede ofrecer una garantía?

-Hasta diez mil pesos de las siguientes firmas.

-¿Cuánto quiere ganar?

-Lo que ustedes acostumbran pagar.

-Y el sueldo que se les paga a esta gente -nos decía el aludido comerciante- no es nunca

superior a ciento cincuenta pesos. Doscientos pesos los gana un empleado con antigüedad… y

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trescientos… trescientos es lo mítico. Y ello se debe a la oferta. Hay farmacéuticos que ganan

ciento ochenta pesos y trabajan ocho horas diarias, hay abogados que son escribientes de

procuradores, procuradores que les pagan doscientos pesos mensuales, ingenieros que no

saben qué cosa hacer con el título, doctores en química que envasan muestras de importantes

droguerías. Parece mentira y es cierto.

La interminable lista de “empleados ofrecidos” que se lee por las mañanas en los

diarios es la mejor prueba de la trágica situación por la que pasan millares y millares de

personas en nuestra ciudad. Y se pasan éstas los años buscando trabajo, gastan casi capitales

en tranvías y estampillas ofreciéndose, y nada… la ciudad está congestionada de empleados. Y

sin embargo, afuera está la llanura, están los campos, pero la gente no quiere salir afuera. Y es

claro, termina tanto por acostumbrarse a la falta de empleo que viene a constituir un gremio,

el gremio de los desocupados. Sólo les falta personería jurídica para llegar a constituir una de

las tantas sociedades originales y exóticas de las que hablará la historia del futuro.

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ENTREVISTAS

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Gustavo Rosa

Periodista, Licenciado en Letras y estudiante interruptus de Filosofía. Docente de enseñanza media y terciario

(I.S.E.T. Nº XVIII, 20 de Junio). (++info: apuntesdiscontinuos.blogspot.com)

Entrevista:

David Capilla: ¿Qué opinión cómo periodista-docente tenés formada acerca de la crónica

periodística no tradicional?

Gustavo Rosa: Me gusta leerla y producirla porque permite incorporar elementos más propios

de la literatura en combinación con el periodismo. No se limita sólo a los hechos, sino que

avanza en las impresiones del cronista.

David Capilla: ¿Cuál es la relación de la crónica periodística como género y la capacidad de

comunicar los hechos?

Gustavo Rosa: En la medida en que el cronista traslade al papel aquellas impresiones recogidas

en el relevamiento de datos para la reconstrucción de un hecho. Si la crónica es presencial, el

cronista relevará impresiones de primera mano a través de sus sentidos. En una crónica no

presencial, que es producto de la investigación posterior al hecho, el cronista podrá introducir

en su texto las complejidades de la reconstrucción, exposiciones sobre determinadas técnicas,

inconvenientes en la recopilación de datos.

David Capilla: La crónica periodística no tradicional permite el ingreso de secuencias

dialogales y descriptivas ¿Cuáles son las ventajas de la crónica periodística no tradicional al

ser permeable en su estructura por este tipo de secuencias?

Gustavo Rosa: Aporta un mayor dinamismo para el lector y da la sensación de reproducir lo

vivencial de un hecho. Permite una transmisión mayor de los momentos, de los climas, de las

tensiones que pueden producirse en un suceso.

David Capilla: Como periodista que trabaja con el género crónicas para expresar sus ideas a

través de distintos medios de comunicación ¿Cuál es el modus operandi al momento de

contar la historia? ¿Qué herramientas utilizas?

Gustavo Rosa: En primer lugar, la mayor cantidad de datos sobre el hecho. No porque todo el

material se pueda volcar en la crónica, sino porque puede aportar soltura al momento de

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confeccionar el texto. Es importante realizar un esqueleto cronológico del hecho y después

redactar, releer y corregir, releer y corregir hasta que resulte inobjetable.

David Capilla: ¿Puede la crónica transformarse en un registro histórico?

Gustavo Rosa: Si, por supuesto. Las crónicas son esenciales a la hora de la investigación de un

hecho, no sólo porque informa sobre el hecho, sino los pormenores. Además se convierte en

un relato epocal que transmite un clima.

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Sonia Tessa

Licenciada en Comunicación Social. Es directora de Rosario/12 y colabora eventualmente con Página/12 y el sitio

web Rosario3.com

Entrevista:

David Capilla: ¿Qué significa la sección contratapa para Rosario 12?

Sonia Tessa: La sección contratapa de Rosario 12 surgió, a diferencia de lo que ocurre en

Página 12, como un espacio para la ficción. Aunque en los primeros años del suplemento había

algunas crónicas no tradicionales. Para el diario, es un orgullo dar a conocer y difundir a

escritores de la ciudad, que no tienen otras oportunidades de publicar en los medios masivos

(aunque el suplemento Señales de La Capital, ahora, tiene un espacio destinado a la ficción).

Leí una vez que un escritor consideraba que la contratapa de Rosario 12 era una suerte de

“validación” para los escritores

David Capilla: ¿Cuál es el criterio de selección de las crónicas periodísticas no tradicionales

que aparecen en la sección contratapa de Rosario 12?

Sonia Tessa: El criterio tiene que ver con la calidad del texto, pero también con el gusto del

editor a cargo. Cada uno tiene sus escritores preferidos (por ejemplo, a mí me encantan los

textos de Adrián Abonizio, Guillermo Paniaga, Bea Suárez y Javier Nuñez), pero en general

tratamos de respetar la premisa de que estén muy bien escritos. También prefiero los textos

que tengan algún anclaje en la realidad y, si son pura ficción, mi premisa más importante es

que no sea denso, que se lea de forma llevadera, como un artículo del diario, que no sea

disruptivo respecto de ese contrato de lectura.

Otro criterio es el de la extensión. Por definición, la contratapa no puede exceder las 90 líneas

de texto, es decir, una carilla y media. Cuando son más largas –y eso tiene que ser

excepcional—debemos eliminar la carta de lectores o el Otras Voces, por una razón muy

simple: materialmente, no entran. Los domingos, en cambio, no van esas dos columnas y el

texto puede ser más largo.

David Capilla: Como periodista ¿Crees qué el periodismo debe salir a contar historias?

Sonia Tessa: Estoy convencida de que el periodismo TIENE LA OBLIGACIÓN de contar historias,

pero en el caso de las crónicas no tradicionales, tiene que nacer de investigaciones. Sobre la

cuestión de contar historias, o escribir crónicas no tradicionales, creo que el diario debe venir

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cada vez mejor escrito, porque es la única forma de competir con los medios audiovisuales. Y

contar historias es la única manera de establecer esa diferencia: historias bien contadas, con

narrativa. Para mí, todos los días el diario debiera traer ese tipo de historias.

David Capilla: Según tus experiencias dentro del diario ¿Por qué crees que hay menos

espacios destinados a la publicación de crónicas periodísticas no tradicionales?

Sonia Tessa: Me parece que la vorágine de la producción diaria –y la poca conciencia de los

dueños de los diarios sobre la necesidad de INVERTIR en buenas plumas y de diferenciarse de

los medios gráficos. Creo que los diarios, en lugar de parecerse cada vez más a los medios

audiovisuales con textos cada vez más cortos e inconsistentes, deberían apostar a periodistas

que cuenten buenas historias. Pero esa es sólo mi opinión.

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Irene Ocampo

Coordinadora en RIMA – Red Informativa de Mujeres de Argentina – Rosario. Periodista independiente. Escritora.

Editora en Cuenta Propia. (++info: cafelang.blogspot.com)

Entrevista:

David Capilla: ¿Sos partidaria de que el periodismo debe salir a contar historias a través de la

narrativa?

Irene Ocampo: Sí, creo que sí. Hay quienes lo hacen mejor que otros. Yo no estoy muy de

acuerdo con esa escuela del objetivismo, siempre estás tomando un punto de vista. La

neutralidad es muy difícil de lograr. Hay poco lugar para todo lo que tiene que ver con crónicas

periodísticas no tradicionales. Por eso es muy interesante este espacio de Contratapa en

Rosario 12.Desde la redacción, te dicen: tenés la libertad para escribir. Es seductor porque te

exige pensar que temática abordar, para mí fue un desafío.

David Capilla: En muchas de tus publicaciones para la sección Contratapa del diario Rosario

12 usas la crónica para expresarte ¿Existe una relación de cariño entre la crónica y vos? Y si

existe ¿Cuál es?

Irene Ocampo: Sí, es lo más cercano a lo literal y al no haber trabajado nunca en una

redacción, no tengo la dinámica de trabajo rutinario, tengo otra libertad para acercarme al

periodismo. Me siento muy cómoda, eso es fundamental. Contar historias está bueno. En los

medios se deberían levantar historias con las voces de los protagonistas y metiendo también el

cuerpo.

David Capilla: En la crónica publicada el 17 de Marzo de 2010 “Justicia para Natalia Gaitán”,

se observa la descripción del hecho – la muerte de Natalia por parte del padrastro de la

novia –, además de una denuncia y una invitación ¿Qué rutinas de producción periodística

utilizaste para comunicar el hecho?

Irene Ocampo: Lo primero que hice fue buscar información y me base específicamente en el

testimonio que dio la madre a una radio de Córdoba que se llama “La red nosotros”, les

pregunte a algunas compañeras. Apelé al testimonio que tenían en la radio y fue como una

especie de nota y denuncia, que tiene un poquito de activismo también ahí mezclado.

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David Capilla: En “A propósito del matrimonio gay”, que destaca los momentos, quizás, más

relevantes del orgullo gay ¿Crees que esta crónica puede ayudar a construir un registro

histórico?

Irene Ocampo: Este es un texto que yo escribí para una charla que dimos en la facultad de

Humanidades, estábamos en medio del debate acerca del matrimonio igualitario. Elegí hacer

un recorrido histórico, de dónde salíamos, qué era. Tomé ese texto y lo rearmé para publicarlo

en la Contratapa en forma de crónica. Yo quería hacer un registro histórico, en Rosario no

tenemos relatos prácticamente de ningún tipo, son muy difíciles de encontrar, yo quería más o

menos sumar otra voz acerca del recorrido histórico del movimiento gay, un poco para

acompañar y otro poco para decir otras cosas: para nombrar otras compañeras.

David Capilla: En “Veredas”, crónica publicada el domingo 25 de julio de 2010, toma

relevancia algo tan imperceptible como las veredas por sobre el núcleo de la crónica, la

historia de amor ¿Esto se da por el permiso que ofrece la crónica no tradicional para

describir más los contextos?

Irene Ocampo: Sí. Toda la situación parece que es una situación que está en el aire, la historia

no se puede ubicar en otro contexto. Es el recorrido de mucha gente y algo que sucede. Todo

lo que me está pasando hoy en esta vereda. Al escribirla, la pensé desde todo el recorrido

donde se va desarrollando el relato y al final hay una suerte de conclusión. El hilo conductor es

el mismo recorrido. Está armado así porque es la única manera de poder contar lo que la

crónica expresa. Lo que más me interesaba era plasmar un montón de SENSACIONES

(percepciones) y esto es lo que más se nota en el relato. Quería no situarla demasiado,

cualquiera que la leyera podría representarse la propia vereda en donde poder ubicar esta

historia.

David Capilla: Por último, en tu presentación en el Blog “CafeLang” nombras al sitio como

tu “casa virtual” ¿A qué te referís con esta denominación?

Irene Ocampo: Esto tiene que ver con que hace diez años que coordino una asociación, RIMA

(Red Informativa de Mujeres de Argentina) y que nunca trabaje en un medio; mi trabajo más

fuerte ha sido en la parte virtual. El blog lo tomé como página y me permite hacer un recorrido

en el tiempo para ver dónde anduve años atrás, es como un registro. Cando empecé a publicar

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en Contratapa, empecé a republicar en Café Lang (www.cafelang.blogspot.com). Abrís una

ventana para lo que ya estás haciendo, es un pequeño lugarcito en el mundo, así se humaniza

un poco este concepto de lo virtual, por su cotidianeidad.

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Natalia Massei

Escritora. Realizó intervenciones en la sección Contratapa de Rosario 12 (Gestos – 5 de oct. de De 2010 –,

Vergüenza ajena – 29 de Oct. de 2010 –, Un intervalo breve – 17 de Agosto de 2011 –, entre otras publicaciones).

(natimassei.blogspot.com)

Entrevista:

David Capilla: En Gestos, publicada el 5 de octubre de 2010 en la sección Contratapa, ¿Fuiste

un observador directo?

Natalia Massei: Presencié una situación que dispara la creación de este relato, básicamente se

trata de una crónica literaria.

David Capilla: ¿Cuáles son las herramientas de escritura que utilizaste al momento de la

confección de esta crónica?

Natalia Massei: En este texto el recurso principal es la focalización extrema de detalles

banales, elementos de cotidianidad que resultan insignificantes si no nos detenemos en ellos,

pero que al ponerlos en primer plano configuran un nudo de trascendencias, resonancias

éticas, sociales.

David Capilla: ¿Por qué sentís que fue apropiado incorporar al texto el diálogo realista?

Natalia Massei: Para hacerlo más “sucio” en un sentido realista: el habla común en lugar de un

lenguaje literario. En los diálogos aparece la voz de los personajes sin mediación aparente.

David Capilla: El viernes 29 de octubre de 2010 se publica Vergüenza ajena. Esta crónica que

une dos sucesos (La muerte de Néstor Kirchner y el Censo 2010) ¿Pensas qué puede

transformarse en un relato epocal?

Natalia Massei: No podría afirmarlo a priori. En todo caso, podría decir que se trata de un

testimonio vivencial de un momento de la historia de nuestro país.

David Capilla: En Un intervalo breve, que se publica el 17 de agosto de 2011, en Contratapa

¿Qué te impulsa a redactar este texto?

Natalia Massei: Es difícil determinar qué me impulsa a redactar cualquier texto en general, los

disparadores surgen de experiencias cotidianas que me conmueven, me inquietan, me

movilizan... Aquí hay varias líneas narrativas que quise abordar, tres situaciones paralelas que

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comparten un trasfondo simbólico: la educación, las expectativas sociales, el deber ser, la

rigidez de algunas personas e instituciones.

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Sonia Catela

Periodista y escritora. (Trabajos para Rosario/12, recopilados en el T.F.I: Manual de Cinismo – 26 de octubre de

2009 – y Crímenes políticos en Argentina: Juan camina – 22 de marzo de 2011 –.)

Entrevista:

David Capilla: ¿Qué te impulsa a escribir Manual de cinismo, publicada el lunes 26 de

octubre de 2009 en la sección Contratapa de Rosario 12?

Sonia Catela: Hay solamente una realidad en disputa, pero apenas accedemos a versiones

unilaterales de ella, o a fragmentos o parches. Y aunque circule –inexorable- una única

concepción hegemónica, coexisten estratos donde fluyen otras formulaciones de lo real que

encierran alguna amenaza imprecisa sobre la preponderante. Hoy por hoy el neoliberalismo

monopoliza la interpretación de la realidad socioeconómica. En esa realidad ¿dónde fue a

parar la lucha de clases? Tal categoría de visualización y narración de lo real literalmente no

existe. Por lo tanto, donde todavía unos comprueban lucha de clases, otros ven una “moda” de

cortes de calles y fastidios ocasionados por piqueteros. Cualquier tema, la cosecha por

ejemplo, puede relatarse desde un punto de vista idílico (la naturaleza estallando, los frutos de

la tierra pródiga, la esencia de las estaciones), o como herramienta de producción patriótica de

la Sociedad Rural, o como fuente de trabajo en negro y salarios denigrantes para los peones

rurales, o como problema ecológico, etc .

Foucault, desde la “Genealogía del racismo” a “El nacimiento de la biopolítica”, pasando por

“Poder psiquiátrico” y otros, demuestra a través de minuciosas investigaciones que ésta es una

sociedad disciplinaria, que manipula los cuerpos para que se ajusten a la “norma”, en la

escuela, la familia, la fábrica, la urbe. Dice: "Lo esencial en todo poder es que su punto de

aplicación siempre es, en última instancia, el cuerpo"; “entre el cuerpo y el poder hay una

conexión directa”. Y dice: “Para la disciplina el individuo es una manera de recortar la

multiplicidad” . Binariamente, o se es normal o anormal.

Sin embargo, en el relato de lo real, de la realidad, esta sociedad será democrática, liberal, en

vías de desarrollo, globalizada pero muy pocas veces se la conceptualizará como disciplinaria al

analizar los acontecimientos. Cuando escribo “Manual de cinismo” hay una voluntad,

probablemente ineficaz, de tomar un trozo de esa realidad viva, sujetarlo al papel con un

alfiler, y observarlo en sus palpitaciones para reconocer la pertenencia a una determinada

colectividad y en qué consiste ésta.

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David Capilla: En el ejercicio del periodismo ¿Cuál es la relación que encontrás entre la

crónica periodística como género y la capacidad de comunicar los hechos utilizando técnicas

propias de la literatura?

Sonia Catela: Mi territorio es esquizofrénico: entro a la literatura y salgo del periodismo, salgo

de la literatura y entro al periodismo, dos túneles paralelos, diferenciados, con señalizaciones

y rumbos harto divergentes.

Ficción. Realidad.

Sin embargo, estas paralelas contradicen el dogma de que ellas, las paralelas, jamás se tocan;

son las únicas que coinciden en un punto. Éste fue descubierto por Henry Miller y nos lo

reveló: "el arte consiste en llegar hasta las últimas consecuencias". Vale para la literatura. Vale

para el periodismo. En ese punto, en ese aleph borgiano, se cruzan todas las dimensiones,

todos los parámetros temporales, éticos, e históricos. Llegar hasta las últimas consecuencias.

Todo o nada. No hay otra. "El arte es arte, o mierda", sostenía Cándido Portinari. Con él

postulo lo mismo, intercambiando en la aseveración arte por periodismo y periodismo por

arte, sin duda o temor a equivocación alguna. Lo demás, nimiedades al viento

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Javier Chiabrando

Escritor y músico. Realiza intervenciones en la sección Contratapa del diario en cuestión. Para la ocasión se ha

seleccionado La patria bizarra, publicada el viernes 30 de septiembre de 2010 y Me quiere nada,

poquito, mucho, publicada el lunes 24 de octubre de 2011. ([email protected])

Entrevista

David Capilla: ¿Cuál es el motor que te impulsa a escribir la composición de La patria

bizarra y Me quiere nada, poquito, mucho?

Javier Chiabrando: Básicamente hablar de temas que considero de la realidad cotidiana,

incluida la política. En ese sentido, el origen de mis textos periodísticos es similar a los de

cualquier crónica. La diferencia estaría en la forma de escribirlo, incluido el vocabulario que

utilizo. En La patria bizarra, el tema es cierta tendencia de mucha gente (y medios de

comunicación) de ver de manera negativa lo que es (o considero) positivo. En Me quiere… la

idea es la recuperación de cierto orgullo nacional. Luego, todo está en buscar la forma de

escribirlo, no tener miedo y no autocensurarse.

En tu caso personal y sobre todo en estas dos intervenciones publicadas en la

Sección Contratapa, de Rosario/12 ¿Qué permite que presentes la información que querés

comunicar bajo el formato de crónica no tradicional?

Javier Chiabrando: Serían dos cosas, uno, tratar de ver la realidad de manera razonablemente

original, dentro de lo posible; y dos, escribir sobre esa idea de forma creativa, apelando al

humor, al pastiche, a la parodia, etc. Luego hay un elemento extra, que es apuntalar la crónica

con citas no tradicionales. A veces con citas serias que contrastan con la frescura del texto, y

en otros casos con citas alternativas (historieta, cine, espectáculo), lo que pone al lector en el

brete de tener que tomar esa cita como seria, tan seria como la considero yo mismo. Ese es el

caso de La patria bizarra y Superman. Como resumen digo: las buenas ideas están en cualquier

lado.

¿Qué procedimientos o qué pasos seguiste para la confesión de Me quiere nada, poquito,

mucho, publicada el lunes 24 de octubre de 2011?

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Javier Chiabrando: En principio adoptar la posición narradora de alguien que se muestra como

exageradamente chauvinista. Me interesaba atacar esa idea tan difundida de que este país es

peor que otros, más corrupto, más improvisado, más violento. Como bien plantea la pregunta,

el relato se da en forma de confesión. Para terminar, el relato roza lo delirante, paródico e

incluso fantástico. Todo es bienvenido para transmitir la idea. Considero, sin embargo, que la

construcción de este tipo de textos deja afuera a aquellos lectores que leen siempre en clave

realista o que no están acostumbrados a este tipo de registro límite. Es un riesgo que hay que

correr, incluido el de ofender a algún lector. Me ha pasado de lectores que me escriben

ofendidos. En la mayoría de los casos son lectores que leen en clave realista, dejando la ironía

de lado. Para el diván.

En La patria bizarra, publicada el viernes 30 de septiembre de 2010, se apela a la reflexión de

muchas acciones clásicas – estereotipadas – del argentino medio, bajo esta línea ¿Puede la

crónica narrativa funcionar como un registro histórico?

Javier Chiabrando: Creo que las crónicas de hoy terminarán siendo versiones o

interpretaciones de la realidad que con los años se podrán enfrentar a una realidad más

objetiva, producto de una época en que todo se filma o documenta. En cierta forma –al menos

en crónicas como las mías- vendrían a ser como la ficción de una realidad filmada y

documentada exhaustivamente. Mientras que la “realidad” la plantean los noticieros y diarios,

estas crónicas suponen una interpretación, a veces irónica, forzada, descabellada, etc. Para

entender el siglo XV nos remitimos a los cronistas de Indias como una de las pocas opciones.

Para entender esta época, la gente del futuro, deberá cruzar la información pura (si existe) y

este tipo de crónica. Creo.

Para finalizar ¿Crees que desde el periodismo deben existir más espacios que apuesten a la

creatividad de la escritura para comunicar los hechos de cierto tipo y así generar otro

de diálogo con el lector?

Javier Chiabrando: Parecería fundamental, porque es la única manera –o una de las pocas– de

llamar la atención entre tanto material disponible. Los que no vienen del periodismo, como es

mi caso, difícilmente puedan competir con la dinámica tradicional de la información. De todas

maneras es imprescindible entender que esa comunicación se da con un lector muy especial.

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Rubén Alejandro Fraga

Periodista y docente (Postítulo en Periodismo U.N.R). Actualmente trabaja en el diario El Ciudadano.

Entrevista:

David Capilla: Como periodista y docente ¿Cuál es la relación que encontrás entre la crónica

periodística como género y la capacidad de comunicar los hechos?

Rubén Alejandro Fraga: La crónica es tal vez uno de los géneros periodísticos más difíciles de

delimitar. La predominancia de las secuencias narrativa y argumentativa en estos textos, la

convivencia entre informaciones presentadas “objetivamente” y opiniones personales del

autor –quien, además, pone su firma– y su estilo entre periodístico y literario son algunos de

los rasgos que fomentan la polémica. Todo esto transforma a la crónica en un género del

periodismo literario equidistante entre la información y la interpretación: son trabajos

periodísticos con elementos propios de la literatura, o escritos literarios con una función

informativa. Se trata de un texto que siempre debe estar elaborado con recursos creativos, ya

que es el rasgo característico de su esencia como género periodístico diferenciado. En palabras

de Gonzalo Martín Vivaldi, todo buen cronista debe “informar literariamente”. Pero también

es un texto informativo, por lo que debe estar redactado con claridad, sencillez y precisión.

David Capilla: Teniendo en cuenta tu experiencia ¿Por qué crees que la crónica periodística

no tradicional es poco utilizada en el medio?

Rubén Alejandro Fraga: No lo sé. Tal vez sea por una convergencia de varios factores. Quizás,

porque hoy en día no abundan aquellos periodistas que estén capacitados para redactar

crónicas de gran factura, o bien porque en los tiempos que corren, en procura de la inmediatez

informativa se sacrifique la calidad literaria hasta el extremo de convertir a la crónica en un

género en desuso.

David Capilla: En una visión, quizás, más antropológica del periodismo, ¿La crónica

periodística no tradicional puede contra el tiempo para transformarse en un registro

histórico?

Rubén Alejandro Fraga: Considero que sí. Y hay sobradas muestras en el periodismo en

general de que así es.

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David Capilla: Para finalizar ¿Existe algún rechazo por parte de los editores de los medios

para aceptar los espacios que requiere la crónica periodística no tradicional?

Rubén Alejandro Fraga: No, por lo menos en los medios en los que trabajo. Por ejemplo, en un

diario sería muy raro que en las ediciones de lunes a viernes exista el espacio que requiere una

crónica, pero esto no ocurre los fines de semana, cuando se trabaja con lo que se denomina

notas de “parrilla”. También las crónicas pueden publicarse en la revista dominical, en caso de

que el diario tenga una.

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Alfredo Montenegro

Docente en la carrera de Locutor Nacional (I.S.E.T. XVIII, 20 de Junio). Periodista, diario La Capital.

Entrevista:

David Capilla: Como periodista y docente ¿Cuál es la relación que encontrás entre la crónica

periodística como género y la capacidad de comunicar los hechos?

Alfredo Montenegro: La crónica permite producir un relato que contenga descripciones,

testimonios, antecedentes y una narración que desde lo literario aporte a lo informativo.

El recrear el hecho a partir del aporte de relato testimonial de los protagonistas de suceso,

cuando se trabaje con múltiples fuentes periodísticas acerca el texto a la veracidad.

En realidad, hoy en día, para comunicar se esgrime todo género. Degenerar al periodismo

amplía las posibilidades de utilizar todas las herramientas y recursos, ya sea de noticia,

entrevista, crónica o notas interpretativas.

David Capilla: Teniendo en cuenta tu experiencia en uno de los diarios de mayor tirada de la

ciudad ¿Por qué crees que la crónica periodística no tradicional es poco utilizada en el

medio?

Alfredo Montenegro: En los medios hegemónicos, los relatos caen bajo el peso de las líneas

editoriales que privilegian la primicia, la noticia surgida del copiar-pegar y bajo el

condicionamientos de las situación de producción que exige el máximo de rendimiento sin

profundizar demasiado.

Se dificulta trabajar crónicas con presencia del redactor en los lugares de los hechos y su

posterior dedicación a la elaboración del texto, cuando en una sección no hay suficiente

números de periodistas y los intereses empresariales choquen con el tema de la crónica.

David Capilla: En una visión, quizás, más antropológica del periodismo, ¿La crónica

periodística no tradicional puede contra el tiempo para transformarse en un registro

histórico?

Alfredo Montenegro: Es un registro histórico cuando son redactadas sin influencia de los

intereses de la empresa.

Cuando un medio "hace campañas" para promocionar dirigentes o productos, las crónicas no

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sirven para una futura investigación de determinada época, ya que estarán contaminadas con

esos intereses.

Por eso será necesario chequear las crónicas de varios medios para visualizar por dónde para

la verdad.

David Capilla: Para finalizar ¿Existe algún rechazo por parte de los editores de los medios

para aceptar los espacios que requiere la crónica periodística no tradicional?

Alfredo Montenegro: La prensa escrita, en su falsa competencia con los medios audiovisuales,

suele disponer más espacio para fotografías o imágenes, por sobre el contenido y extensión de

los textos.

Se suele pensar que un texto largo aburre. Claro que no es atractivo cuando no tiene una

diagramación dinámica, una presentación estética y sólo son párrafos, pero desde las

infografías y una redacción contundente, testimonial y creativa, la crónica es uno de los

elementos que puede distinguir a la prensa escrita sobre la televisión y la radio. Con internet y

sus ventajas de los enlaces y múltiples relatos, la crónica no debe competir sino apuntar a la

producción de textos profundos y dinámicos.

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María Claudia Villareal

Profesora de historia del Colegio María Auxiliadora. Antropóloga, docente guía/representante en la Feria de

Ciencias 2011 (Ritmo y Movimiento), Trabajo Los tobas en Rosario.

Entrevista (una pregunta/respuesta)

David Capilla: Luego de haber utilizado muchos recursos para enseñar historia ¿Crees qué las

crónicas periodísticas no tradicionales a través de la incorporación de secuencias descriptivas

ayudan a configurar el panorama de un contexto histórico determinado?

Ciertamente, la incorporación de secuencias descriptivas en las crónicas contribuye a

configurar en los alumnos el panorama de un contexto histórico determinado ya que ayudan

por ejemplo al presentar un personaje, un ambiente o un período histórico.

Me refiero a la introducción de descripciones en las narraciones, al uso de adjetivos, las

referencias descriptivas de espacio y tiempo, la inserción de de metalenguajes de habla local,

de elementos fantásticos, diálogos, retratos de personajes y comparaciones (en los límites de

la ficción literaria más que de la rigurosidad/objetividad histórica).

Por ejemplo, el relato rico en descripciones de los viajes de los aventureros a inicios de la

modernidad, las descripciones de las ferias y de los burgos, los viajes de descubrimiento del

Nuevo Mundo.

En los últimos años, utilizo las técnicas de los multimedios y la transmisión on line de audio y

video como sitios de resonancia en el lenguaje del presente.