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DIOS NOS HABLA CADA DÍA a sus discípulos es un “como”: como el Padre me envió a mí, así yo los envío (Jn 20, 21). La misión de los discípulos se inserta en la misión que el Señor Jesús ha recibido del Padre, y esto determina el contenido y la forma de la misión de la Iglesia. Así, la misión eclesial nunca será, en primer lugar, un asunto de planes y programas, de estrategias, de determinados medios o poderes mundanos, sino que la condición fundamental es permanecer en la corriente de amor que viene del Padre, que quiere que todos los hombres se salven: como el Padre me envió... Las llagas del Señor La última escena del texto evangélico de hoy es el encuentro con Tomás, el que no creía. A él –y a nosotros– el Señor Jesús dice: Trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente (Jn 20, 27). En Jesús Resucitado las llagas son la señal de la victoria del Crucificado. Nuestra fe no se acaba en la cruz, pero nunca puede olvidar la cruz. El Resucitado, que está presente cada vez que celebramos la Eucaristía, nos invita a tocar las llagas de su Cuerpo para reconocerlo como Señor de la Vida. Celebrar la Eucaristía es inseparable de la acogida y solidaridad con los empobrecidos, humillados y sufrientes, que son las llagas vivas del Cuerpo de Cristo y hacia donde él quiere conducirnos a “meter la mano”. COMISIóN NACIONAL DE LITURGIA Una paz reiterada A pesar de que Pedro y el otro discípulo fueron corriendo al sepulcro y el discípulo vio y creyó (Jn 20, 8), a pesar de que María Magdalena contó a los discípulos que había visto al Señor y que había dicho estas palabras (Jn 20, 18), a pesar de todo eso, ellos permanecen encerrados, paralizados por miedo a los judíos (cf. Jn 20, 19). En este cuadro de miedo e incertidumbre, los discípulos reciben la primera manifestación de Jesús Resucitado. El saludo del Resucitado a sus discípulos es el don de Dios que libera de todo temor: Paz a ustedes (Jn 20, 19. 21). Es el don de Dios, es su cercanía para vivir en paz con Dios, consigo mismo y los demás, para trabajar por la paz en las relaciones con los demás y en la búsqueda de relaciones de justicia para todos. Desde ese primer día de la semana en Jerusalén, la comunidad de discípulos no deja de reunirse cada domingo (“domingo” quiere decir “día del Señor”) para acoger al Resucitado que comunica la paz de Dios y envía con ella al mundo. El Señor Jesús siempre se hace presente, aunque todas las puertas estén cerradas y los corazones paralizados por cualquier tipo de miedos. El “como” de Jesucristo La manifestación del Señor llenó de alegría a los discípulos y es un envío en misión con la fuerza del Espíritu Santo. Lo propio de la misión que el Resucitado confía EL DOMINGO MARZO - ABRIL 2018 00200726 La vocación materna Tenemos que ser particularmente serios en la consideración de la vo- cación materna de la mujer, acom- pañada por su esposo, y por la so- ciedad invirtiendo en ella y en su familia. Esta responsabilidad recae sobre todos, pero particularmente en quienes son llamados a ejercer la función pública y elaborar las políticas sobre la familia formulan- do con respeto y cariño los grandes principios éticos que nos permitan cui- dar al ser humano y su destino. Carta Pastoral “Chile, un hogar para todos” nº 27 www.iglesia.cl/cartapastoral2017 El don de la paz y las LLAGAS del RESUCITADO Año XLIII, Nº 2.260 Domingo 2º de Pascua. Fiesta de la Divina Misericordia 8 de abril de 2018 HERMANAS HOSPITALARIAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS La realidad de la Resurrección de Jesús inspira el mismo núcleo del carisma hospi- talario. Estamos llamadas a ser testigos de que el Cristo compasivo y misericordioso del Evangelio permanece vivo entre los hombres. Cristo te está llamando ven y verás. Equipo Pastoral Vocacional [email protected] Lu 9: Is 7, 10-14; 8, 10; Sal 39, 7-11; Heb 10, 4-10; Lc 1, 26-38. LA ANUNCIACIÓN DEL SEÑOR (S) (S. Demetrio) Ma 10: Hech 4, 32-37; Sal 92, 1-2. 5; Jn 3, 7-15. (S. Ezequiel) Mi 11: Hech 5, 17-26; Sal 33, 2-9; Jn 3, 16-21. O bien (LS): Apoc 12, 10-12; Sal 33, 2-9; Jn 17, 1. 11-19. San Estanislao, o. y mr. (MO) (Sta. Gema) Ju 12: Hech 5, 27-33; Sal 33, 2. 9. 17-20; Jn 3, 31-36. (S. Julio/ S. Arnaldo) Vi 13: Hech 5, 34-42; Sal 26, 1. 4. 13-14; Jn 6, 1-15. San Martín I, pa. y mr. (ML) (Sta. Aída) Sá 14: Hech 6, 1-7; Sal 32, 1-2. 4-5. 18-19; Jn 6, 16-21. (Ss. Máximo, Tiburcio y Valeriano) Do 15: 3º de Pascua Hech 3, 13-15. 17-19; Sal 4, 2. 4. 7. 9; 1Jn 2, 1-5; Lc 24, 35-48. (S. Crecente) “El Domingo, día del Señor”. Semanario Litúrgico. Con las debidas licencias. Importante: Este subsidio no sustituye el uso de los libros litúrgicos. Editor: Pía Sociedad de San Pablo. Director: Jorge Bruera, ssp. Dirección, redacción y administración: Avda. L. B. O’Higgins 1626, Santiago Centro - Tel.- 227200300; Tel.- Fax: 226728469 E-mail: [email protected] - ISSN: 0717-4896 - www.sanpablochile.cl Impresor: Graficandes. Tel.- 227733605 - Sto. Domingo 4593, Quinta Normal. Dom ABRIL 8 de 2018.indd 2-3 10-01-18 14:19

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Page 1: El don de la paz y las LLAGAS RESUCITADOsanpablochile.cl/lit/archivos/domingo/20180404053338.pdfEsta responsabilidad recae sobre todos, pero particularmente en quienes son llamados

DIOS NOS HABLA CADA DÍA

a sus discípulos es un “como”: como el Padre me envió a mí, así yo los envío (Jn 20, 21).

La misión de los discípulos se inserta en la misión que el Señor Jesús ha recibido del Padre, y esto determina el contenido y la forma de la misión de la Iglesia. Así, la misión eclesial nunca será, en primer lugar, un asunto de planes y programas, de estrategias, de determinados medios o poderes mundanos, sino que la condición fundamental es permanecer en la corriente de amor que viene del Padre, que quiere que todos los hombres se salven: como el Padre me envió...

Las llagas del SeñorLa última escena del texto evangélico de

hoy es el encuentro con Tomás, el que no creía. A él –y a nosotros– el Señor Jesús dice: Trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente (Jn 20, 27).

En Jesús Resucitado las llagas son la señal de la victoria del Crucificado. Nuestra fe no se acaba en la cruz, pero nunca puede olvidar la cruz. El Resucitado, que está presente cada vez que celebramos la Eucaristía, nos invita a tocar las llagas de su Cuerpo para reconocerlo como Señor de la Vida.

Celebrar la Eucaristía es inseparable de la acogida y solidaridad con los empobrecidos, humillados y sufrientes, que son las llagas vivas del Cuerpo de Cristo y hacia donde él quiere conducirnos a “meter la mano”.

Comisión naCional de liturgia

Una paz reiteradaA pesar de que Pedro y el otro discípulo

fueron corriendo al sepulcro y el discípulo vio y creyó (Jn 20, 8), a pesar de que María Magdalena contó a los discípulos que había visto al Señor y que había dicho estas palabras (Jn 20, 18), a pesar de todo eso, ellos permanecen encerrados, paralizados por miedo a los judíos (cf. Jn 20, 19). En este cuadro de miedo e incertidumbre, los discípulos reciben la primera manifestación de Jesús Resucitado.

El saludo del Resucitado a sus discípulos es el don de Dios que libera de todo temor: Paz a ustedes (Jn 20, 19. 21). Es el don de Dios, es su cercanía para vivir en paz con Dios, consigo mismo y los demás, para trabajar por la paz en las relaciones con los demás y en la búsqueda de relaciones de justicia para todos.

Desde ese primer día de la semana en Jerusalén, la comunidad de discípulos no deja de reunirse cada domingo (“domingo” quiere decir “día del Señor”) para acoger al Resucitado que comunica la paz de Dios y envía con ella al mundo. El Señor Jesús siempre se hace presente, aunque todas las puertas estén cerradas y los corazones paralizados por cualquier tipo de miedos.

El “como” de JesucristoLa manifestación del Señor llenó de

alegría a los discípulos y es un envío en misión con la fuerza del Espíritu Santo. Lo propio de la misión que el Resucitado confía

EL DOMINGO MARZO - ABRIL 2018

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La vocación materna

Tenemos que ser particularmente serios en la consideración de la vo-cación materna de la mujer, acom-pañada por su esposo, y por la so-ciedad invirtiendo en ella y en su familia. Esta responsabilidad recae sobre todos, pero particularmente en quienes son llamados a ejercer la función pública y elaborar las políticas sobre la familia formulan-

do con respeto y cariño los grandes principios éticos que nos permitan cui-dar al ser humano y su destino.

Carta Pastoral “Chile, un hogar para todos” nº 27

www.iglesia.cl/cartapastoral2017

El don de la paz y las LLAGAS del RESUCITADOAño XLIII, Nº 2.260 Domingo 2º de Pascua. Fiesta de la Divina Misericordia 8 de abril de 2018

HERMANAS HOSPITALARIAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

La realidad de la Resurrección de Jesús inspira el mismo núcleo del carisma hospi-talario. Estamos llamadas a ser testigos de que el Cristo compasivo y misericordioso del Evangelio permanece vivo entre los hombres. Cristo te está llamando ven y verás.

Equipo Pastoral [email protected]

Lu 9: Is 7, 10-14; 8, 10; Sal 39, 7-11; Heb 10, 4-10; Lc 1, 26-38. LA ANUNCIACIÓN DEL SEÑOR (S) (S. Demetrio)

Ma 10: Hech 4, 32-37; Sal 92, 1-2. 5; Jn 3, 7-15. (S. Ezequiel)

Mi 11: Hech 5, 17-26; Sal 33, 2-9; Jn 3, 16-21. O bien (LS): Apoc 12, 10-12; Sal 33, 2-9; Jn 17, 1. 11-19. San Estanislao, o. y mr. (MO) (Sta. Gema)

Ju 12: Hech 5, 27-33; Sal 33, 2. 9. 17-20; Jn 3, 31-36. (S. Julio/ S. Arnaldo)

Vi 13: Hech 5, 34-42; Sal 26, 1. 4. 13-14; Jn 6, 1-15. San Martín I, pa. y mr. (ML) (Sta. Aída)

Sá 14: Hech 6, 1-7; Sal 32, 1-2. 4-5. 18-19; Jn 6, 16-21. (Ss. Máximo, Tiburcio y Valeriano)

Do 15: 3º de Pascua Hech 3, 13-15. 17-19; Sal 4, 2. 4. 7. 9; 1Jn 2, 1-5; Lc 24, 35-48. (S. Crecente)

“El Domingo, día del Señor”. Semanario Litúrgico. Con las debidas licencias.Importante: Este subsidio no sustituye el uso de los libros litúrgicos.Editor: Pía Sociedad de San Pablo. Director: Jorge Bruera, ssp.Dirección, redacción y administración: Avda. L. B. O’Higgins 1626,Santiago Centro - Tel.- 227200300; Tel.- Fax: 226728469 E-mail: [email protected] - ISSN: 0717-4896 - www.sanpablochile.clImpresor: Graficandes. Tel.- 227733605 - Sto. Domingo 4593, Quinta Normal.

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sopló sobre ellos y añadió: “Reciban el Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan”. Tomás, uno de los Doce, de sobrenombre el Mellizo, no estaba con ellos cuando llegó Jesús. Los otros discí-pulos le dijeron: “¡Hemos visto al Señor!”. Él les respondió: “Si no veo la marca de los clavos en sus manos, si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo creeré”. Ocho días más tarde, estaban de nuevo los dis-cípulos reunidos en la casa, y estaba con ellos Tomás. Entonces apareció Jesús, estando cerra-das las puertas, se puso en medio de ellos y les dijo: “¡La paz esté con ustedes!”. Luego dijo a To-más: “Trae aquí tu dedo: aquí están mis manos. Acerca tu mano: métela en mi costado. En ade-lante no seas incrédulo, sino hombre de fe”. To-más respondió: “¡Señor mío y Dios mío!”. Jesús le dijo: “Ahora crees, porque me has visto. ¡Feli-ces los que creen sin haber visto!”. Jesús realizó además muchos otros signos en presencia de sus discípulos, que no se encuentran relatados en este Libro. Éstos han sido escritos para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y creyendo, tengan Vida en su Nombre.Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ReflexiónEl Señor Jesús nos trae su paz, ¿cómo lo experi-mento en mi vida? El Señor Jesús nos envía con su Espíritu, ¿dónde tengo que llevarlo? El Señor Jesús llama a tocar sus llagas, ¿dónde debo to-car las llagas vivas de Cristo en el servicio a otros que sufren?

6. Oración UniversalM. El Señor Jesús nos ofrece su paz. Así podemos descansar confiadamente en él, por eso acudamos a él con una fe viva pre-sentando nuestra oración. A cada petición respondemos: R. Señor mío y Dios mío.1.- Señor Jesús, da al papa Francisco y a todos los pastores de la Iglesia una fe viva que los haga valientes testigos de tu Evangelio. Roguemos al Señor. R.

2.- Señor Jesús, permite que seamos instru-mentos de tu paz, y de manera especial que todos los que tienen autoridad en la socie-

dad sean constructores de paz para todos. Roguemos al Señor. R.3.- Señor Jesús, concede a tu Iglesia el don de la paz y haznos servidores de tu paz en las familias, en los ambientes laborales y en nuestro barrio. Roguemos al Señor. R.4.- Señor Jesús, ayúdanos a tocar tus llagas en los miembros sufrientes de tu Cuerpo y ser verdaderos servidores de todos los que sufren. Roguemos al Señor. R.5.- Señor Jesús, tú has dado vida a la comunidad de los discípulos, concédenos que nuestra comunidad de N. sea un signo de tu amor y nos sintamos siempre enviados por ti. Roguemos al Señor. R.(Se pueden agregar otras peticiones de la comunidad)M. Dios nuestro, en tu corazón de Padre ponemos estas intenciones, esperando que las acojas misericordiosamente. Tú eres el Dios que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

ALABANZA Y PREPARACIÓN A LA COMUNIÓNPara las Asambleas Dominicales en Ausencia del Presbítero (ADAP) y la Comunión a los Enfermos.

M. Padre, que envías al Señor Jesús, que viene a nuestro encuentro y nos traes tu paz, permite que siempre te reconozcamos presente y actuando en nuestra vida, con una fe viva, una esperanza firme y un amor entregado.

R. ¡Bendito seas, Padre, por el triunfo de Jesús!

1.- Porque en tu bondad no permites que nada ni nadie nos separe de tu amor. R.

2.- Porque en el Señor Jesús resucitado renuevas la esperanza de toda la humanidad. R.

3.- Porque nos llamas a vivir en la Iglesia como una comunidad de testigos de esta buena noticia para todas las personas. R.

M. Padre, en ti podemos confiar en cada momento, y acudimos a ti con las palabras del Señor Jesús: Padre nuestro…

Sugerencias de cantosEn ti, en ti, en ti Señor/ Pan en todas las mesas/ A la cena gloriosa del Cordero/ El Señor resucitó, aleluya/ Mi alma glorifica al Señor mi Dios.

“La mano del Señor es sublime, la mano del Señor hace proezas”. No, no moriré: viviré para publicar lo que hizo el Señor. El Señor me castigó duramente, pero no me entregó a la muerte. R.La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Esto ha sido hecho por el Señor y es admirable a nuestros ojos. Éste es el día que hizo el Señor: alegrémonos y regocijémonos en él. R.

4. Segunda Lectura 1Jn 5, 1-6

Lectura de la primera carta de san Juan. Queridos hermanos: El que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios; y el que ama al Padre ama también al que ha nacido de él. La señal de que

amamos a los hijos de Dios es que amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos. El amor a Dios consiste en cumplir sus mandamientos, y sus mandamientos no son una carga, porque el que ha nacido de Dios, vence al mundo. Y la victoria que triunfa sobre el mundo es nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? Jesucristo vino por el agua y por la sangre; no solamente con el agua, sino con el agua y con la sangre. Y el Espíritu da testimonio porque el Espíritu es la verdad. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

Aclamación al Evangelio Aleluia. “Ahora crees, Tomás, porque me has vis-to. ¡Felices los que creen sin haber visto!”, dice el Señor. Aleluia.

5. Evangelio Jn 20, 19-31

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan. Al atardecer del primer día de la se-mana, los discípulos se encontra-ban con las puertas cerradas por temor a los judíos. Entonces lle-

gó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: “¡La paz esté con ustedes!”. Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor. Jesús les dijo de nuevo: “¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes”. Al decirles esto,

1. AmbientaciónEn este segundo Domingo de Pascua acogemos la presencia del Señor Jesús, que se manifiesta en medio de la comunidad de los primeros discípulos, y hoy se manifiesta en medio nues-tro. Así proclamamos nuestra respuesta de fe recibiendo el don de su Espíritu que nos envía como sus testigos a nuestro mundo. Es un domingo especial, en muchas comunidades se realiza hoy el llamado “domingo de Cuasimodo”, en que se lleva a los enfermos la presencia viva del Señor Resucitado en la Eucaristía. Dispongámonos para iniciar con alegría nuestra celebración.

INTRODUCCIÓN A LAS LECTURAS BÍBLICASLas lecturas de este domingo nos muestran los primeros frutos de la resurrección del Señor Jesús. En la primera lectura escucharemos que el amor fraterno es el que va dando vida a la comuni-dad de los discípulos. En la segunda lectura, se anuncia que la fe en el Señor Jesús es nuestra victoria sobre el mundo. El evangelio nos anun-cia el don de la paz del Resucitado que vence la incredulidad de los discípulos. Dispongámonos a escuchar atentamente esta Palabra de Vida.

2. Primera Lectura Hech 4, 32-35

Lectura de los Hechos de los Apóstoles. La multitud de los cre-yentes tenía un solo corazón y una sola alma. Nadie consideraba sus bienes como propios, sino que todo era común entre ellos. Los

Apóstoles daban testimonio con mucho poder de la resurrección del Señor Jesús y gozaban de gran estima. Ninguno padecía necesidad, porque todos los que poseían tierras o casas las vendían y ponían el dinero a disposición de los Apóstoles, para que se distribuyera a cada uno según sus necesidades. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

3. Salmo Sal 117, 2-4. 16-18. 22-24

R. ¡Den gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor!Que lo diga el pueblo de Israel: ¡es eterno su amor! Que lo diga la familia de Aarón: ¡es eterno su amor! Que lo digan los que temen al Señor: ¡es eterno su amor! R.

Ciclo B - Color Blanco

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