El día de reposo en el Antiguo Testamento
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EL DÍA DE REPOSO EN EL A.T.
«Asignación hecha en cumplimiento de los requisitos exigidos por el Profesor Emmanuel Buch Camí, como parte
de la calificación de la asignatura Ética I». Junio de 2010
Sergio Martín Guerrero
INDICE
INTRODUCCIÓN ................................................................................................................................ 1
1. EL PUEBLO DE ISRAEL Y EL DECÁLOGO ......................................................................... 2
2. EL SÁBADO EN EL PENTATEUCO ........................................................................................ 7
2.1. EL DÍA DE REPOSO ANTES DE ÉXODO 20 ............................................................... 7
2.2. LOS DOS RELATOS DEL DECÁLOGO ......................................................................... 8
2.2.1. El día de reposo en Éxodo 20:8:11 ............................................................................. 9
2.2.2. El día de reposo en Deuteronomio 5:12-15 ............................................................. 11
2.3. EL SÁBADO EN OTROS PASAJES .................................................................................. 13
3. EL SÁBADO Y LOS PROFETAS ............................................................................................... 16
4. EL QUEBRANTAMIENTO DEL DÍA DE REPOSO ............................................................ 19
5. RECAPITULACIÓN DE LA INSTITUCIÓN DEL SÁBADO ........................................... 22
CONCLUSIÓN ...................................................................................................................................... 23
BIBLIOGRAFÍA ..................................................................................................................................... 24
P á g i n a | 1
INTRODUCCIÓN
Al enfrentar el estudio del día de reposo en el Antiguo Testamento, hemos
comprobado cómo las enseñanzas sobre este día impregnan casa sección del mismo: Ley,
escritos históricos, y profetas. Por ello, siendo consecuentes con este desarrollo, queremos
adentrarnos en esta investigación respetando estas secciones pero, a la vez, viendo su
interdependencia.
Ya que —como por todos es sabido— el día de reposo forma parte del Decálogo,
queremos estudiar lo que éste supuso para el pueblo de Israel, cómo este mandamiento es
presentado, qué otras alusiones a él se encuentran en la ley, y cuál fue su desarrollo en la
historia del pueblo a lo largo del Antiguo Testamento. Con ello, pretendemos alcanzar
conclusiones que nos enseñen qué importancia tuvo este día para el pueblo de Dios, y qué
principios podemos aprender del mismo.
Para realizar este trabajo vamos a consultar estudios específicos sobre el Decálogo e
historia de Israel, Comentarios Bíblicos generales y específicos de los libros tratados, y
manuales de ética bíblica; éstos nos permitirán cubrir diferentes facetas y ámbitos de
estudio.
P á g i n a | 2
1. EL PUEBLO DE ISRAEL Y EL DECÁLOGO
Es a todas luces necesario comenzar hablando de la relación existente entre el
pueblo de Israel y el decálogo, para poder siquiera hacer una aproximación conceptual a
cualquiera de los mandamientos en él contenidos —en nuestro caso el día de reposo. El
decálogo «representa el elemento fundamental y original de la fe de Israel»1
Tras la salida de Egipto, el pueblo de Dios escogió comenzar una vida basada en
obedecer y ser fiel a Yahveh; fue un pacto totalmente espontáneo y voluntario (Ex. 19:8)
que determinó no solamente una forma de vida, sino que además, gracias a la fe y a la
fidelidad a Dios, Israel se estableció como un pueblo completamente diferente al resto de
grupos asentados en el Cercano Oriente en aquélla época. Estas diferencias se hicieron
visibles en la relación que mantuvieron con Dios, así como en las relaciones sociales y
económicas que se dieron dentro de la nueva comunidad de fe. Otro rasgo característico de
este pacto es que no se produce en el contexto de una relación entre iguales —paridad o
bilateralidad; muy al contrario, Israel experimentó que su elección fue como consecuencia
de la misericordia, la fidelidad, y el amor de Dios, y no gracias sus propios méritos (Dt. 7:6-
9; Dt. 9:5a). Dios ofreció su pacto a Israel y las condiciones del mismo muestran los buenos
deseos de Yahveh para con ellos; este pacto fue regidor de la vida del ahora instituido
formalmente como Pueblo de Dios,
y es por ello
que necesitamos comprender las implicaciones que para el pueblo tenía.
2 un pacto que Dios estableció mucho antes con
Abraham (Gn. 22:15-18) y que quedaba en el Sinaí renovado.3
El término «decálogo» proviene de la traducción griega que significa literalmente en
hebreo «diez palabras» (Ex. 34:28; Dt. 4:13, 10:4). En las narraciones recogidas en Éxodo 19-
20 y Deuteronomio 5 (a las que haremos referencia más adelante en este trabajo), Dios
1 John Bright, Historia de Israel (Bilbao: Desclée de Brower, 1970), p. 148. 2 Juan Driver, Pueblo a imagen de Dios… hacia una visión bíblica (Santa fe de Bogotá, Colombia: Ediciones
Semilla – Clara, 1991), pp. 51-58. 3 J. Douma, Los Diez Mandamientos (Gran Rapids, Michigan: Libros Desafío, 2000), pp. 12-13.
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aparece como el dador del Decálogo a Moisés, mediador entre Yahveh e Israel.4 Ocupó un
lugar muy especial en este pacto entre Dios e Israel. Fue escrito directamente por el dedo
de Dios (Ex. 31:18; Dt. 9:10) y más tarde fue definido como «el testimonio» (Ex. 25:16,21),
señales que apuntan a que los Diez Mandamientos mostraban las exigencias
fundamentales de Yahveh para con Su pueblo (Dt. 5:2-3; 2º Cr. 6:11).5 Pasaron, de esta
forma a adquirir rango de ley revelada, otro elemento particular y diferenciador de
«naturaleza» de Israel con respecto a los demás pueblos y culturas de su entorno; «Yahveh
es la fuente y el origen de la ley.»6 Sin embargo, aún conteniendo normas de
comportamiento y prohibiciones, no se puede definir el Decálogo como un «código sobre
ley criminal», ya que no incluye una legislación pormenorizada de penas o castigos. Eso sí,
debemos notar que establecen «los límites y obligaciones del pacto, definiendo así la
naturaleza y dimensión de lo que, para Israel, constituiría un crimen grave.»7
Hemos hablado del hecho diferenciador del Decálogo porque también se han
encontrado ciertas similitudes. Todas las culturas de la época en Oriente Medio tenían sus
propias leyes; muestra de ello es el famoso Código de Hammurabi (rey de Babilonia), una
de las primeras leyes codificadas y que establecía criterios mediante los cuales el rey
pretendía ordenar la sociedad. Hasta entonces, la ley dependía únicamente del criterio del
rey de turno, quien podía cambiarlas a su antojo. Con Hammurabi, por ejemplo, los
decretos reales dejaron de ser arbitrarios y el pueblo pudo conocer las leyes por las cuales
sería juzgado y gobernado.
8
4 Christopher J. H. Wright, Viviendo como Pueblo de Dios (Barcelona: Publicaciones Andamio, 1996),
pp. 169-170.
Gracias al descubrimiento de este código en 1902 y a su
datación (año 1700 a.C. aproximadamente), podemos conocer que las leyes de la época en
Mesopotamia se asemejaban en contenido y forma a algunas de las que encontramos en el
5 Derek Bigg, En busca de la verdad (Barcelona: Publicaciones Andamio, 2007), p. 167. 6 Félix García López, El Pentateuco. Introducción a la lectura de los cinco primeros libros de la Biblia (Estella:
Editorial Verbo Divino, 2003), p. 191. 7 Wright, p. 174. 8 Joan Chittister, Los Diez Mandamientos. Leyes del Corazón (Santander: Editorial SAL TERRAE, 2007),
p. 14.
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Código del Pacto (Ex. 20:22-23:33).9 No obstante, hemos de recordar que el contenido del
Código de Hammurabi recoge especialmente leyes civiles, criminales y de defensa de la
propiedad; en el Decálogo, por su parte, encontramos una relación estrecha entre la
religión y la vida, algo que lo diferencia totalmente de otros códigos.10
El hecho de que el Decálogo se encuentre al principio de la revelación en el Sinaí,
pone de manifiesto que la religión de Israel era antes que nada profética y ética más que
cúltica o ritual.
11 En la religión del Antiguo Testamento es imposible separar la religión de
la ética, y esto se hace especialmente visible en los Diez Mandamientos.12
- A excepción del 4º y 5º mandamiento, todos los demás están expresan de forma
negativa, mostrando el tipo de actitudes que destruyen la relación del pueblo
con Dios.
Es importante el
matiz ya que nos presenta la realidad de Israel como una comunidad de origen espiritual
más que de carácter étnico. Es muestra, entonces, el Decálogo, del tipo de vida y relaciones
que debían darse en esta comunidad liberada por Dios, quien reclama para sí cada aspecto
de la vida de su pueblo. Esto se hace visible si prestamos atención a varios aspectos del
Decálogo:
- El Decálogo no es una lista de acciones que hay que cumplir para llegar a ser
pueblo de Dios; más bien señalan las actitudes que no son propias de ese pueblo
escogido.
- Los Diez Mandamientos no van acompañados de promesas de recompensa,
apuntando a que la elección divina, la liberación, y la salvación recompensa más
que suficiente para el pueblo.
9 T. B. Maston, La ética bíblica. Una guía al mensaje ético de las Escrituras desde Génesis hasta Apocalipsis,
traducido por Roberto Fricke S., p. 19. 10 Francisco Lacueva, Curso de teología evangélica. Tomo X. Ética Cristiana (Terrassa, Barcelona: Editorial
CLIE, 1975), p. 62. 11 Maston, pp. 23-24. 12 J. E. Giles, Bases bíblicas de la ética (El Paso, Tx.: C.B.P., 1969), pp. 32-33.
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- La utilidad social del Decálogo no es lo que determina su validez, sino la
voluntad de Dios en la que están fundadas la elección y la salvación. De esta
forma, el propósito de la ley es establecer la relación de amor y fidelidad que
debe existir entre Dios y Su pueblo.13
Un elemento esencial en el Decálogo son las constantes referencias a Yahveh. Es la
palabra con la cual comienza, repitiéndose ocho veces en el relato de Éxodo 20:2-17, y diez
en Deuteronomio 5:6-12. El nombre Israel no aparece explícitamente en los Diez
Mandamientos, aunque puede detectarse en el uso del pronombre «tu» cuando se habla de
«tú, tu ganado, tus hijos…». En este sentido finalizan los Diez Mandamientos, haciendo una
referencia a «tu prójimo». Mirando su estructura se puede afirmar al israelita se le está
pidiendo, en consecuencia, una actitud determinada para con Dios y su prójimo, sin
olvidarse de las demás personas y animales con los que convive.
14 Esta particularidad ha
hecho que el contenido del Decálogo pueda ser «dividido» en dos secciones:15
- Del Mandamiento I al V: Recoge deberes del hombre para con Dios, en una
progresión ascendente que lleva de la adoración del corazón, a las palabras, y
finalmente a las acciones. De esta forma Dios ha de ser honrado en su persona,
en su culto, en su nombre, en su día, y en sus representantes.
- Del Mandamiento VI al X: Tratan de las relaciones con el prójimo y, en su
exposición, se denota una progresión a la inversa de la anterior (de las acciones,
a las palabras, y al pensamiento). El prójimo ha de ser respetado en su vida, en
su mujer, en sus bienes, y en su reputación, tanto en el corazón como en las
acciones externas.16
13 Driver, pp. 59-60. 14 García López, pp. 193-194. 15 No vamos a tratar en este trabajo las diferentes posturas que existen en cuanto a la división de los
mandamientos. Muchos autores desarrollan este punto ampliamente, por lo que directamente seguimos la división que hacemos como evangélicos.
16 Lacueva, pp.62-63.
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Como vemos en la división del Decálogo, se están colocando las bases de la religión
y la ética al mismo tiempo; es una ética religiosa ya que surge del respeto a Dios como el
«Tú» absoluto. Los mandamientos «teológicos» están totalmente unidos de los «éticos» de
tal modo, que los primeros no son más importantes que los otros; el Decálogo ha de ser
visto como una unidad donde todos los mandamientos gozan del mismo valor. Es más,
todos los mandamientos penden del primero, el cual, a su vez, está enlazado con la
introducción «Yo soy Yahveh tu Dios». Es por ello, por tener a Yahveh como su Dios, que el
pueblo tiene que guardar los mandamientos recogidos en el Decálogo.17
17 García López, p. 197.
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2. EL SÁBADO EN EL PENTATEUCO
«El sábado se ha convertido en el distintivo más conocido del judaísmo y ha sido
una de las instituciones más importantes que ha salvaguardado, en el curso de la historia,
su peculiaridad.»18
El sábado ha sido el centro de la vida judía y del hogar judío. No importa cuán pobremente hubieran pasado los días de la semana, el sábado devolvía al judío su misma personalidad —descendiente de reyes y profetas. No importaba su posición dentro de la comunidad; no le importaba si él y su familia sufrían durante la semana los dolores del hambre y otros padecimientos de pobreza; no importaba si era odiado, maltratado y golpeado por los no-judíos de afuera, al llegar el día sábado se transformaba en rey por lo menos en señor y jefe de su hogar.
19
Estas dos citas literales ponen en su perspectiva adecuada la importancia que el
sábado ha tenido históricamente para el pueblo judío. Hemos preferido ubicarlas aquí ya
que es a partir de estas líneas que nos centramos en su estudio de forma específica.
2.1.
La etimología del término «sábado» parece no estar aún clara. En hebreo el nombre
Sabbat deriva probablemente de una forma verbal que se traduce como «descansar, dejar de
trabajar».
EL DÍA DE REPOSO ANTES DE ÉXODO 20
20 Esta palabra no aparece en Génesis 1 y 2, pero podemos ver su raíz en 2:2,
donde se nos dice que Dios «reposó».21
Igualmente borroso se presenta el esfuerzo de intentar identificar el origen del
sábado y su datación como día institucionalizado por Israel.
22
18 Carlos del Valle Rodríguez, El mundo Judío (Madrid: Universidad Nacional de Educación a
Distancia. Mº de Educación y Ciencia, 1976), p. 124.
Supone para algunos un
problema que tratándose de un mandamiento que ha tenido tanta trascendencia, desde
Génesis 2:2 no se vuelva a hablar explícitamente del día de reposo hasta Éxodo 16. Si bien
19 Jacobo Gartenhaus, A mi pueblo (El Paso, Tx.: C.B.P., 1974), p. 61. 20 Brevard S. Childs, El libro del Éxodo (Estella: Editorial Verbo Divino, 2003), pp. 405-406. 21 Brian H. Edwards, Los Diez Mandamientos para hoy (Moral de Calatrava, Ciudad Real: Editorial
Peregrino, 2000), p. 154. 22 Childs, p. 406.
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hay vestigios que indican un concepto de la semana dividida en siete días en la época
patriarcal (Gn. 29:27-28), esto no significa obligatoriamente que la semana concluyera en
sábado. Aunque se han buscado huellas del origen del sábado en culturas como la de
Babilonia, la cananea, y otras, los intentos han fracasado. La pregunta que surge entonces
es. ¿Se puede hablar de que Dios instituyera en el Edén la observancia del sábado, o se
estaba refiriendo solamente al descanso de Dios tras su obra creadora sin que ello
conllevara una obligación para el hombre?23
Edwards sugiere que, al igual que sucede con otros temas, Dios reguló a través de
Moisés asuntos que el pueblo venía conociendo, y que tenía un entendimiento de ellos más
amplio del que nosotros somos capaces de interpretar a través del testimonio escrito. Por
ejemplo, José demostró tener cierto entendimiento sobre la idolatría, el adulterio, y el robo
(Gn. 39); Abraham y Jacob sobre el diezmo sin que se especifique que fuera una
instrucción de Dios (Gn. 14:20; 28:22); la ofrenda de Caín, quien parece ser muy consciente
de cosas que no se especifican (Gn. 4:3-7). Esto nos lleva a pensar que podían existir
ciertas reglas dadas por Dios que la Biblia simplemente no registra; por ello, puede ser
perfectamente entendible que el mandato sobre el día de reposo en Éxodo 16 y 20 responda
a ciertas nociones que pudieron quedar claras tras el patrón descrito en Génesis 2:2-3.
24
2.2.
Como bien es sabido, en el Antiguo Testamento encontramos dos relatos del
Decálogo, una en el libro de Éxodo (20:2-17) y otra en el de Deuteronomio (5:6-21). Se
pueden observar varias diferencias entre ambos pasajes, localizadas específicamente en el
cuarto, quinto y décimo mandamientos.
LOS DOS RELATOS DEL DECÁLOGO
25
23 Douma, pp. 135-136.
Estas diferencias pueden justificarse por una
revisión deuteronómica para adaptar los Diez Mandamientos a la realidad del siglo VII a.C.
Además, hemos de tener en cuenta la diferencia en los tiempos de las narraciones. El relato
24 Edwards, pp. 171-172. 25 García López, p. 191.
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recogido en Éxodo 20 está encuadrado en el episodio de la promulgación del pacto con
Israel, mientras que el de Deuteronomio 5 corresponde a la exhortación de Moisés a la
nueva generación de israelitas en las tierras de Moab.26
Como hemos comentado, uno de los mandamientos «afectados» cuando
contrastamos ambas narraciones del Decálogo es el cuarto. Por ello, creemos necesario
estudiar por separado lo que en cada uno de los relatos se dice acerca del día de reposo. No
obstante, a modo de introducción diremos que las dos versiones del Decálogo presentan el
sábado como un día de descanso, aunque la motivación y la estructura son diferentes: En
Éxodo destaca el aspecto religioso-cultural, y en Deuteronomio el humano-social.
27
2.2.1. El día de reposo en Éxodo 20:8-11
Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó.28
Lo primero que observamos en el cuarto mandamiento, es que el versículo 8 está
presentándolo en positivo haciendo uso de un infinitivo que funciona como un imperativo.
Los versículos 9 y 10 pasan a describir cómo se santifica el sábado: primero en función de la
obra que se hace antes de ese día y después a través de la prohibición a trabajar.
Finalmente, la motivación para hacerlo viene expuesta en el versículo 11, donde se recuerda
el descanso de Dios el séptimo día tras concluir la creación.29
García López nos ofrece un detalle de la estructura de este mandamiento que
resulta muy interesante:
26 Daniel Carro, José Tomás Poe, Rubén O. Zorzoli, Comentario Bíblico Mundo Hispano. Levítico, Números,
y Deuteronomio (El Paso, Tx.: Editorial Mundo Hispano, 1997), p. 370. 27 García López, p. 195. 28 Reina Valera Revisada (1960) (Miami: Sociedades Bíblicas Unidas, 1998), Ex. 20:8-11. 29 Childs, p. 406.
P á g i n a | 10
Como vemos en este gráfico, existe una correspondencia tanto formal como
temática entre A/A’ y D; en los primeros vemos cómo se resalta el día de reposo, que en D
equivale al día séptimo. Este último día se contrasta con el resto de días de la semana (seis
días), los cuales se mencionan en B/B’. De igual forma hay un contrate muy claro entre
trabajo y reposo con respecto a los seis días y el séptimo en C/C’. Estas conexiones hacen
que se pueda interpretar «el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios» (D) en el sentido
que marcan A/A’: Para santificarlo. Es un día para consagrarlo a Dios, el cual debe ser
diferente al del resto de la semana; esto se consigue santificándolo, encontrándonos con
Jahveh.30
Vemos cómo la institución del día de reposo por parte de Dios se fundamentó en la
creación misma. El pueblo no solamente estaba participando ahora con Dios en el cuidado
de su creación, sino que, al igual que él, pasaba a disfrutar del privilegio del descanso. Esto
supuso un auténtico regalo de parte de Dios, algo que ya habían comenzado a disfrutar en
el desierto (Éxodo 16:29).
31
30 García López, p. 195.
De esta forma, Dios estableció un patrón a seguir por la
humanidad, el de descansar después de seis días de trabajo, algo que no sería difícil de
recordar a un israelita ya que estaba fuertemente arraigado en la historia de la creación. Al
decir Dios en Éxodo 20:11 que «bendijo el día de reposo y lo santificó» estaba recordando al
31 Driver, pp. 61-62.
A. Acuérdate del día de reposo para santificarlo
B. Seis días trabajarás
C. y harás toda tu obra
D. mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios
C’. no hagas en él obra alguna…
B’. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra…
A’. Por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó.
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pueblo el tratamiento especial que le estaba dando, instaurándolo como «un día en el que
hombres y mujeres podían disfrutar de todo lo que habían hecho durante los seis días
anteriores.»32 Por tanto, lo que Dios hizo en otro tiempo para sí mismo en relación con el
séptimo día, ahora se lo ordena a Su pueblo.33 El centro de este mandamiento, pues, reside
en llevar vidas de imitación a Dios; el sábado era un día santo, diferente del resto, que
permitiera la imitación de Dios.34
2.2.2. El día de reposo en Deuteronomio 5:12-15
Guardarás el día de reposo para santificarlo, como Jehová tu Dios te ha mandado. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo a Jehová tu Dios; ninguna obra harás tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ningún animal tuyo, ni el extranjero que está dentro de tus puertas, para que descanse tu siervo y tu sierva como tú. Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido; por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo.35
El concepto de los Diez Mandamientos es diferente al del resto de las leyes
contenidas en el libro de Deuteronomio. El Decálogo fue promulgado directamente por
Dios y está dirigido a todos los israelitas sin importar donde estén (5:1-6); por el contrario
las demás leyes fueron promulgadas por Moisés y están limitadas al pueblo que vive en la
tierra prometida (6:1; 12:1). Por ello, el Decálogo abarca las esferas más importantes de la
vida del pueblo de Dios, cristalizando todas las leyes de Israel, y poniendo de manifiesto
valores esenciales como el amor de Dios, el derecho a la vida y la propiedad, etc.36
Como ya ha sido mencionado el Decálogo en este pasaje tiene su base arraigada en
la experiencia del éxodo de Egipto, la cual fue en cierto sentido una nueva creación para el
pueblo de Dios. Es un texto con una tremenda dimensión humanitaria, apuntando el
32 Edwards, pp. 154-155, 159. 33 Douma, p. 136. 34 J. A. Motyer, Éxodo (Barcelona: Publicaciones Andamio, 2009), pp. 288-289. 35Reina Valera Revisada (1960), Dt. 5:12-15. 36 García López, pp. 293
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sábado al cuidado que Dios tiene de los más débiles, los oprimidos y los extranjeros. En
consecuencia —como vimos en el relato de Éxodo— este mandamiento insta a Israel a
comportarse de la misma manera.37
El hecho de que se esté añadiendo aquí un motivo más para guardar el día de
reposo, no es muestra de contrariedad con respecto al testimonio recogido en el libro de
Éxodo. Muy al contrario, parece estar dando por sentado el conocimiento de la institución
del sábado como día especial dedicado a Dios, y sobre esa base, se asegura el descanso
sabático para siervos, animales y extranjeros. Esta llamada de atención tuvo seguro un
efecto demoledor en el pueblo de Israel, ya que se le estaba recordando su tiempo de
esclavitud en Egipto, donde muy seguramente no pudieron guardar este día de descanso.
38
Este mandato muestra la imposibilidad de aislar en el Decálogo los mandamientos
que tratan la relación del pueblo con Dios, de aquellos que hablan sobre la conducta social.
Guardar el sábado posibilitaba disfrutar de la oportunidad de honrar a Dios, no solamente
alabándole, aprendiendo, y dando testimonio, sino también mostrando demostrando
compasión práctica hacia los demás; la institución del día de reposo es, por ello, un
constante recordatorio de que no se puede separar la adoración a Dios de una correcta
actitud frente al prójimo.
39
El pueblo de Dios debía recordar con gozo su liberación, reconociendo que fue
gracias a Yahveh que ahora disfrutaban de libertad. En consecuencia, la organización social
de Israel en el siglo VII a.C. se vio fuertemente marcada por la revisión de este
mandamiento.
40
La sintaxis de la frase pone de manifiesto que el recuerdo de Israel de su esclavitud,
no fue motivo suficiente para que permitieran a los esclavos participar de la celebración del
37 Driver, p. 62. 38 Roberto Jamieson, A. R. Fausset and David Brown, Comentario Exegético y Explicativo de la Biblia,
Tomo 1: El Antiguo Testamento (El Paso, Tx.: C.B.P., 2003), p. 159. 39 Raymond Brown, Deuteronomio (Barcelona: Publicaciones Andamio, 2009), pp. 97-98. 40 Carro, p. 373.
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sábado. El versículo 15 « por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo»
enfatiza que el recuerdo no sirve para desarrollar simpatía a favor de los esclavos; al
contrario, el mandato es que guarden el sábado para que recuerden el tiempo de su
esclavitud y posterior liberación. De esta forma, el recuerdo de Israel funciona para que se
pueda celebrar apropiadamente el día de reposo.41
Cada séptimo día, por lo tanto, había que recordar tanto la liberación como al
libertador, además de brindar descanso a los siervos. Cuando se usa en este texto la
expresión «como tú» en 5:14 (para que descanse tu siervo y tu sierva como tú) se está apuntando a
la igualdad de todos los hombres ante Dios; es un día de abstenerse de dar órdenes a los
hijos e hijas, así como a los subordinados.
42 Quizás por todo esto, el profesor Roberto
Velert habla de este mandamiento en términos de «pieza maestra de legislación social y
humanitaria».43
En su conjunto —y a modo de resumen— al analizar el día de reposo en esta
narración, podemos detectar tres propósitos:
- Religioso: conmemorando el reposo divino y la redención de Egipto
- Social: propiciando una oportunidad para hacer el bien al prójimo y dar libertad
al esclavo
- Personal: descanso del trabajo durante la semana y tiempo de recreación44
2.3.
En Éxodo 31:16-17 vemos que guardar el día de reposo se convirtió, por orden de
Dios, en una señal del pacto con Su pueblo. Esto supone una pauta: tras el Diluvio la señal
del pacto entre Dios y la raza humana fue el arco iris (Gn. 9:12-17); más tarde con Abraham
fue la circuncisión (Gn. 17:9-14). Ahora, la señal del pacto entre Dios y Su pueblo era el día
EL SÁBADO EN OTROS PASAJES
41 Childs, p. 409. 42 Hans Walter Wolff, Antropología del Antiguo Testamento (Salamanca: Ediciones Sígueme, 1975), pp.
186-190. 43 Roberto Velert, Guía ética para el hombre de hoy (Barcelona: Recursos Ediciones, 1997), p. 39. 44 Lacueva, p. 64.
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de reposo.45 Las instrucciones en Éxodo 31 fueron dadas a los trabajadores del tabernáculo
a los cuales se les advertía de que la exclusividad y la santidad de la tarea realizada, no les
eximía del cumplimiento del sábado, ni tomar la ley de Dios a la ligera. No obstante, el
mandamiento no iba dirigido sólo a Bezaleel y Aholiab, sino a todo el pueblo, ya que nadie
conocía quiénes estarían a cargo de este trabajo.46
En varios pasajes Dios hizo referencia a este día como «mi sábado o mis días de
reposo», una clara muestra de identificación tanto de parte de Dios como para el hombre
(Éx. 31:13, Lv. 19:3, y otros). Tuvieron que ser días llenos de alabanza, donde se mostraba
una comunión especial con Dios. Era un día para realizar sacrificios adicionales (Nm. 28:9-
10), convocatorias sagradas (Lv. 23:7-8), y reverenciar el santuario de Dios (Lv. 19:30; 26:2);
como indica Levítico 23:3: «Seis días se trabajará, mas el séptimo día será de reposo, santa
convocación; ningún trabajo haréis; día de reposo es de Jehová en dondequiera que habitéis.»
47 Era un día
para alabar a Dios de forma conjunta y, con ese propósito, fue compuesto el Salmo 92, para
ser usado en la asamblea semanal.48
En el día de reposo había que parar cualquier actividad cotidiana. De entre estas
prohibiciones podemos destacar:
- Parar la construcción del tabernáculo (Éx. 31:13-17)
- Arar y cosechar (Éx. 34:21)
- Encender fuego u hornear en cualquier hogar (Éx. 35:3)
- Recoger leña (Nm. 15:32-36)49
Además de la institución de día de reposo en el Decálogo, se establecieron una serie
de provisiones sabáticas y jubilares que modelaron las relaciones justas y salvíficas entre el
pueblo de Israel. El año sabático (Lv. 25:1-7; Éx. 23:10-11; Dt. 15:1-11) y el año de jubileo (Lv.
45 Bigg, p. 186. 46 Motyer, p. 370. 47 Douma, pp. 140-141. 48 García López, p. 189. 49 Douma, p. 146.
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25:8-17,23-55) están estrechamente relacionados con el sábado tanto en su intención como
en su fundamento teológico. Están igualmente basadas en Dios como Creador y Señor de
toda la tierra (Lv.25:23), así como en la liberación de Egipto del pueblo por su mano (Lv.
25:38-55). El descanso periódico de la tierra (Éx. 23:10-11; Lv. 25:2-7), el perdón de las
deudas (Dt. 15:1-6), la liberación periódica de los que estaban sometidos obligatoriamente
a servidumbre (Dt. 15:12-19; Éx. 21:1), y los patrimonios que debían devolverse cada 50 años
(Lv. 25:8-13), son otras provisiones fuertemente enraizadas en la soberanía de Dios sobre
Israel y la creación, y provisiones sabáticas junto con las primeras.50
No obstante, había diferencia entre el descanso del sábado y el de otros días de
fiesta; por ejemplo, el sábado era un día completo donde no se podía realizar ningún
trabajo, mientras que en otras fiestas la prohibición se limitaba a no hacer trabajo servil.
51
50 Driver, pp. 62-63. 51 Douma, p. 146.
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3. EL SÁBADO Y LOS PROFETAS
Eliseo
En 2º Reyes 4:8-37 encontramos el episodio de la mujer sunamita, la cual quería
buscar al profeta Eliseo (el hombre de Dios) para hablarle de la muerte de su hijo. En el
versículo 23 encontramos la respuesta de su marido: «El dijo: ¿Para qué vas a verle hoy? No es
nueva luna, ni día de reposo.»52 De esta respuesta podemos deducir que el sábado era un día
para consultar al profeta.53
Amós
El profeta Amós condenó abiertamente el negocio de los traficantes de grano en
sábado, no esperando a que éste termine e intentando engañar a los compradores con
mercancías defectuosas, pesos falsos y precios exagerados.
Oíd esto, los que explotáis a los menesterosos, y arruináis a los pobres de la tierra,
diciendo: ¿Cuándo pasará el mes, y venderemos el trigo; y la semana, y abriremos los graneros del pan, y achicaremos la medida, y subiremos el precio, y falsearemos con engaño la balanza, para comprar los pobres por dinero, y los necesitados por un par de zapatos, y venderemos los desechos del trigo?54
Estos traficantes no podían dejar de trabajar en sábado, pues sólo les interesaba
ganar cuanto más dinero posible; para ello, además, explotaban a sus obreros.55 Por ello el
profeta les reprende y muestra la confianza en Dios que cada persona debe tener en su vida,
no viviendo de sus propias obras, sino dependiendo de las acciones de Dios.56
52Reina Valera Revisada (1960), 2º R. 4:23. 53 Douma, p. 141. 54Reina Valera Revisada (1960), Am. 8:4-6. 55 Douma, p. 142. 56 Wolff, p. 190.
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Isaías
La voz profética puso de manifiesto que la lejanía o cercanía del Israel a Dios, tenía
estaba directamente relacionada con su fidelidad a la ley. En Isaías 58: vemos cómo a pesar
de mantener los sacrificios a Dios y las actividades en el Templo, Dios tiene que decirles:
«Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras, entonces te deleitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Jehová lo ha hablado.»57
A Dios no le interesaban las apariencias externas sino los corazones, y la forma en
que guardaban el día de reposo atestiguaba dónde estaban sus corazones.58 En este caso,
las exhortaciones no se refuerzan con el miedo del castigo, sino con el beneficio de la
alegría. Estas palabras proféticas se oponen a la tendencia natural del hombre de intentar
mejorar su vida trabajando sin descanso.59
Jeremías
El profeta Jeremías prohibió de parte de Dios el llevar cargas hasta las puertas de
Jerusalén, haciendo referencia al trabajo cotidiano.
Así ha dicho Jehová: Guardaos por vuestra vida de llevar carga en el día de reposo, y de meterla por las puertas de Jerusalén. Ni saquéis carga de vuestras casas en el día de reposo, ni hagáis trabajo alguno, sino santificad el día de reposo, como mandé a vuestros padres. Pero ellos no oyeron, ni inclinaron su oído, sino endurecieron su cerviz para no oír, ni recibir corrección.60
Esta problemática se repitió en época de Nehemías quien igualmente tuvo que
reprender a los comerciantes y trabajadores de su tiempo. Unos trabajaban en los lagares y
57 Reina Valera Revisada (1960), Is. 58:13-14. 58 Edwards, p. 159. 59 Wolff, p. 191. 60 Reina Valera Revisada (1960), Jr. 17:21-23.
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cargaban sacos de trigo, mientras que los vendedores y mercaderes esperaban en las
puertas de la ciudad para entrar en ella en sábado.61
En aquellos días vi en Judá a algunos que pisaban en lagares en el día de reposo, y que acarreaban haces, y cargaban asnos con vino, y también de uvas, de higos y toda suerte de carga, y que traían a Jerusalén en día de reposo; y los amonesté acerca del día en que vendían las provisiones. También había en la ciudad tirios que traían pescado y toda mercadería, y vendían en día de reposo a los hijos de Judá en Jerusalén. Y reprendí a los señores de Judá y les dije: ¿Qué mala cosa es esta que vosotros hacéis, profanando así el día de reposo? ¿No hicieron así vuestros padres, y trajo nuestro Dios todo este mal sobre nosotros y sobre esta ciudad? ¿Y vosotros añadís ira sobre Israel profanando el día de reposo? Sucedió, pues, que cuando iba oscureciendo a las puertas de Jerusalén antes del día de reposo, dije que se cerrasen las puertas, y ordené que no las abriesen hasta después del día de reposo; y puse a las puertas algunos de mis criados, para que en día de reposo no introdujeran carga. Y se quedaron fuera de Jerusalén una y dos veces los negociantes y los que vendían toda especie de mercancía. Y les amonesté y les dije: ¿Por qué os quedáis vosotros delante del muro? Si lo hacéis otra vez, os echaré mano. Desde entonces no vinieron en día de reposo.
62
61 Douma, 142-143. 62 Reina Valera Revisada (1960), Neh. 13:15-22.
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4. EL QUEBRANTAMIENTO DEL DÍA DE REPOSO
El código sacerdotal prestó muchísima atención a la observancia del sábado,
señalando la sentencia a muerte para todo aquel que lo viole (Éx. 31:12-17).63
Así que guardaréis el día de reposo, porque santo es a vosotros; el que lo profanare, de cierto morirá; porque cualquiera que hiciere obra alguna en él, aquella persona será cortada de en medio de su pueblo. Seis días se trabajará, mas el día séptimo es día de reposo consagrado a Jehová; cualquiera que trabaje en el día de reposo, ciertamente morirá. Guardarán, pues, el día de reposo los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones por pacto perpetuo. Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel; porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó.
64
La estructura que podemos identificar en estos versículos puede ser mostrada de la
siguiente manera:
Este análisis pone de manifiesto que un significado muy profundo de la observancia
del día de reposo como tal, además de seguir enfatizando la inviolabilidad de la ley.65
Estando los hijos de Israel en el desierto, hallaron a un hombre que recogía leña en día de reposo. Y los que le hallaron recogiendo leña, lo trajeron a Moisés y a Aarón, y a toda la congregación; y lo pusieron en la cárcel, porque no estaba declarado qué se le había de hacer. Y Jehová dijo a Moisés: Irremisiblemente muera aquel hombre; apedréelo toda la congregación fuera del campamento. Entonces lo sacó la
El
pasaje de Números 15:32-36 relata la ejecución de esta sentencia:
63 Wolff, p. 193. 64 Reina Valera Revisada (1960), Ex. 31:14-17. 65 Motyer, pp. 370-371.
A. El día de reposo: una señal de que el Señor ha separado a su pueblo,
santificándolo (v. 13)
B. El día de reposo: una obligación, impuesta con penalidades (v. 14)
C. La Ley del día de reposo: su orden y su severidad (v. 15)
B’. El día de reposo: una obligación perpetua (v. 16)
A’. El día de reposo: una señal de que el pueblo del Señor debe imitar al Señor (v. 17)
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congregación fuera del campamento, y lo apedrearon, y murió, como Jehová mandó a Moisés.66
Esta ejecución supuso un precedente legal en el pueblo de Israel y, por lo tanto, una
advertencia sobre las consecuencias que conllevaban descuidar deliberadamente el día de
reposo.67
Un episodio particular lo encontramos cuando el Rey David comió los panes de la
proposición en 1º Samuel 21:1-6. Estos panes sólo estaba permitido que los comieran a los
sacerdotes (Lv. 24:9) quienes estaban exentos de guardar el día de reposo, ya que su
trabajo ofrecer las ofrendas especiales de este día (Nm. 28:9-10). Lo que vemos en este
pasaje, es que David fue tenido por inocente al comer los panes por la misma razón que la
labor del sábado era legal para los sacerdotes. El día de reposo no era solamente para el
descanso (como ya hemos desarrollado), sino un reposo para la adoración; por ello, a David
se le permitió comer los panes no porque estuviera a punto de morir de hambre, sino por su
alegación de estar al servicio de Dios cuando necesitó la provisión. Por tanto, vemos que el
servicio de Dios, y el servicio del Templo dejan sin efecto la observancia del día de reposo.
68
Desde los tiempos de Salomón, se comenzó a producir un deterioro en el
cumplimiento de las leyes que regían la vida laboral. Comenzando por el propio rey, las
condiciones legales fueron ignorándose con una intensidad creciente (1º R. 5:13-17; 9:20-23;
12:3,10 y ss.).
69
Mas se rebeló contra mí la casa de Israel en el desierto; no anduvieron en mis estatutos, y desecharon mis decretos, por los cuales el hombre que los cumpliere, vivirá;
El profeta Ezequiel resaltó la importancia de guardar el sábado como signo
del pacto entre Dios y su Pueblo (Ez. 20:12,20). Además, fue el primer profeta que
identificó la violación del sábado como la razón por la cual el pueblo estaba sufriendo el
exilio babilónico (Ez. 20:13,16,24; 22:8,26; 23:38).
66 Reina Valera Revisada (1960), Nm. 15:32-36. 67 Carro, p. 225. 68 Afred Edersheim, La vida y los tiempos de Jesús el Mesías, Tomo I (Terrassa, Barcelona: Libros CLIE,
1987), pp. 808-809. 69 Wright, p. 91.
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y mis días de reposo profanaron en gran manera; dije, por tanto, que derramaría sobre ellos mi ira en el desierto para exterminarlos.70
El exilio sólo podía interpretarse como parte del juicio divino si miramos Levítico
26; allí se relaciona en varias ocasiones la incapacidad de Israel por guardar el día de
reposo. Más aún, en el capítulo 25 se incluyen las órdenes sabáticas relativas a la tierra, la
redención de votos hechos por las deudas, la libertad del jubileo. Por tanto, vemos cómo
estas acusaciones pueden compararse a las denuncias de injusticia y explotación de los
pobres por parte de los profetas. Igualmente, vemos cómo la explotación económica está
estrechamente ligada a la violación del día de reposo por motivos codiciosos, las cuales
hemos mencionado en Amós, Isaías y Jeremías.71
70Reina Valera Revisada (1960), Ez. 20:13. 71 Wright, p. 91.
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5. RECAPITULACIÓN DE LA INSTITUCIÓN DEL SÁBADO
A modo de cierre, nos gustaría finalizar este trabajo citando literalmente un párrafo
de Bigg:
En el cuarto mandamiento se estableció que el día de reposo había de ser un día especial (Ex. 20:8; Dt. 5:12). Pero esto no significaba que sólo un día de cada siete perteneciera al Señor. Los israelitas debían comprender que todo el tiempo era un don de Dios, y que hacía falta un corazón llenado de sabiduría para usarlo correctamente durante esta vida tan breve (Sal. 90:1-12). No obstante, a menudo no lograron manifestar una verdadera sabiduría espiritual en su uso del tiempo. Tras el retorno del exilio, el pueblo decía: «No ha llegado aún el tiempo, el tiempo de que la casa de Jehová sea reedificada». La respuesta divina revela que empleaban el tiempo de forma egocéntrica: «¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa [el templo] está desierta?» (Hag. 1:2-4).72
En estas líneas el autor recoge de forma magistral la institución del día de reposo,
la intención divina tras el mismo, la malinterpretación del pueblo, y la denuncia profética
posterior. Este ha sido el bosquejo —a grandes rasgos— de nuestra investigación sobre el
sábado, el día de reposo.
72 Bigg, p. 192.
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CONCLUSIÓN
Una vez llevado a cabo este trabajo de investigación concluimos con la satisfacción
de haber conseguido sintetizar toda la información recopilada, y presentarla de forma
organizada, ordenada, y clara. Seguramente habrá énfasis y elementos que se echen en falta
en algunos de los conceptos desarrollados; somos conscientes de ello y quizás puedan ser
motivo de un estudio posterior.
El planteamiento inicial de trabajo ha sido de gran utilidad, ya que nos ha ayudado
a observar tanto la progresión, como las sentencias y comportamientos puntuales que
sobre el día de reposo se van recogiendo. Además, partir del estudio de lo que el Decálogo
suponía para el pueblo de Israel nos ha aportado una visión de conjunto muy útil.
Por todo ello, esperamos que este trabajo haya satisfecho las expectativas de esta
asignatura en cuanto a requerimientos académicos se refiere; con respecto a los
conocimientos, me ha permitido profundizar mucho en lo que los diferentes autores
consultados exponen. Considero que el esfuerzo puesto ha merecido la pena.
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