8/7/2019 EL DERECHO A FRACASAR (2010)

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EL DERECHO A FRACASAR

Por: Andrea Buitrago Gutirrez.

Lic. Lenguas Modernas de la Universidad del Tolima

Todos en Colombia somos en cierta medida conocedores de la problemtica educativa, algunos

ms a fondo que otros, pero todos, desde el punto de vista que nos proporciona nuestro rol como

docente, estudiante, padre de familia o dirigente, tenemos nuestra propia acepcin y grado de

conocimiento. Y con todas estas particularidades todos convergemos en una misma opinin: la

educacin est en crisis.

Cada uno tiene participacin en este sistema, algunas veces siendo como vctimas, otras

victimarios, y otras en las que se acta como ambos, obedeciendo a lo que est dictaminado por la

administracin y el gobierno de turno de acuerdo a lo que a ste le interese demostrar.

Es as como hemos pasado casi que ao tras ao por distintos experimentos que se hacen

obligatorios de realizar, experimentos tan delicados que jugamos con la vida misma y el futuro de

quienes han confiado su educacin a nuestras manos e instituciones en representacin de lo que

el Estado les proporciona.

Este ao estamos estrenando un nuevo decreto, el 1290 de 2009, a travs del cual se le da

autonoma a los colegios para establecer su propio sistema institucional de evaluacin, sin ms

directrices que la homologacin de una escala nacional y, por debajo de cuerda y en reuniones

privadas, la perentoriedad de que ningn estudiante repruebe su ao escolar, en otras palabras,

que se implemente la antigua y conocida promocin automtica. Sin embargo la Directiva

Ministerial No.29 del pasado noviembre 16, sin expresarlo explcitamente da cuenta de ello.

La misma directiva, modelo a escala de la disposiciones maquiavlicas del Estado, sugiere que la

reprobacin, como medida extrema, puede deberse a ineficaces prcticas docentes (que en efecto

puede llegar a ser cierto en algunos casos), liberando de responsabilidad al mismo Estado, a la

familia y al mismo estudiante otorgndosela completamente al docente.

Cmo lograr una verdadera educacin de calidad cuando todo el tiempo se estn cambiando las

reglas del juego, abriendo an ms las brechas entre la educacin de ricos y la de pobres, cuando

no se encuentra la forma de exigir al estudiante, quien ya lo tiene todo ganado, a quien se le paga

para ir a estudiar, se le da refrigerio, se le regala el ao, impidindole lo ms importante, el

derecho a aprender de sus errores, de sus fracasos, a lograr objetivos a travs de su esfuerzo?

Contrario a la realidad del colegio es la vida misma. Es posible que la vida le d a cada persona diez

y ms oportunidades de enmendar sus errores en uno, dos o ms aos? Es ste mundo capitalista

un entorno que valore el esfuerzo? Sabemos que no. Sin embargo, los maestros, en concordancia

con lo que ha venido solicitando el gobierno, terminan valorando ms el poco o mucho esfuerzo

que realiza un estudiante,que lo que pudo aprender, es decir, ya el conocimiento y las capacidades

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que un estudiante pueda adquirir, no importan. Es as como se pretende estrechar la brecha de la

inequidad?

Ningn empresario va a a contratar a alguien que no sabe ni tiene la capacidad, solamente se

contrata a quien demuestre tener todo lo necesario para lo que es requerido, y quin lo es?, solo

aquel que tuvo la oportunidad de formarse y aprender, de caer y levantarse.

No estoy haciendo una apologa a la reprobacin del ao escolar, ningn maestro quiere que sus

estudiantes se estanquen, es ms que eso. Es ejercer y defender el derecho que tiene todo

humano de equivocarse, de gatear antes de caminar y caminar antes que correr. Cmo sera la

humanidad si nuestros padres, para evitar que nos cayramos y llorramos, nos hubieran

mantenido alzados? Sera esta, hoy en da, una sociedad minusvlida, condicionada a que otros la

arrastren, a pedir el alimento antes que a buscarlo trabajando. Oh, oh! Es eso lo que estamos

logrando!

Con el temor que me produce una sociedad as, quisiera recordar a quien alejado de las aulas ha

podido estar ms cerca de lo que le falta a stas, a Estanislao Zuleta, citando el prrafo inicial de su

ensayo ampliamente conocido titulado El elogio de la dificultad:

La pobreza y la impotencia de la imaginacin nunca se manifiesta de una manera tan clara como

cuando se trata de imaginar la felicidad. Entonces comenzamos a inventar parasos, islas

afortunadas, pases de cucaa. Una vida sin riesgos, sin lucha, sin bsqueda de superacin y sin

muerte. Y, por tanto, tambin sin carencias y sin deseo: un ocano de mermelada sagrada, una

eternidad de aburricin(1)

Solo sabemos que unos y otros , padres, estudiantes y docentes queremos lo mismo, pero nos

falta gritarlo, queremos la oportunidad de formar y ser formados, de alcanzar triunfos reales y no

regalados, de soportar los pequeos fracasos y tomarlos como motivacin para salir adelante,

queremos la oportunidad de educar.

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1 Conferencia leda el da viernes 21 de noviembre de 1980 en el acto en que la Universidad del Valle le

concedi el Doctorado Honoris Causa en Psicologa, como reconocimiento a sus mritos acadmicos e

intelectuales. Tomado del libro Elogio a la Dificultad y otros ensayos. Edicin a cargo de Alberto Valencia.

Fundacin Estanislao Zuleta, Cali, 1994.