El Dalai Lama: un mensaje de paz desde nuestra universidad.

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El Dalai Lama: un mensaje de paz desde nuestra universidad

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El Dalai Lama:

un mensaje de paz

desde nuestra universidad

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El 16 de junio de 1992, estuvo entre nosotros un particular visitante: el décimo cuarto Dalai Lama. El Dalai Lama es, a la vez, un símbolo religioso y un símbolo político.

Encarnan en su figura la doble imagen del dirigente espiritual y del hombre de acción, en lucha por la libertad de su país, el Tibet, gobernado por China desde 1959.

El Tibet, igual que algunas otras escasas regiones del planeta, encierra aún ciertas imágenes únicas que definitorias, lo dibujan: es techo del mundo; es también, la región de los mil monasterios: pétreos, grises, inasequibles.

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Hace ya bastantes años, un escritor tibetano, Lobsang Rampa, contó a un asombrado Occidente algunas de las particulares cotidianidades de aquellos misterios. En varios libros –el primero y más famoso fue El tercer ojo- Lobsang Rampa se explayaba en los ritos iniciáticos de los lamas.

Describía, por ejemplo, la ceremonia de colocación de un tercer ojo en el cráneo de algunos monjes, lo que permitía a estos el contemplar la dimensión oculta de las cosas. De ese pasado, de esa tradición, de la historia del ayer y del tiempo, llegó hasta hoy, hasta nosotros en la Universidad Simón Bolívar, este hombre símbolo de la tradición viva de su país.

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Símbolo, también, de una actitud esencial ante la existencia: la de la meditación, el pacifismo, el amor entre los seres humanos... En un momento de su conferencia, el Dalai Lama dijo no concebir a nadie como su enemigo, ni siquiera al gobierno chino que hoy ocupa su país y que lo ha condenado para siempre al destierro. Es una opción: fue la de Gandhi, por ejemplo. Es la opción de aquellos que, en el mundo violento y desquiciado de nuestro presente, han escogido seguir el camino de la mesura y la tolerancia.

 

La Universidad Simón Bolívar recibió al Dalai Lama, el hombre y el símbolo. Fue un momento importante en la historia de nuestra universidad. Creo que ese fue el sentimiento que compartimos todos los que estuvimos allí presentes, escuchando hablar al Dalai Lama.

Tomado de Carta Semanal, 29 junio 1992Boletin editado por la Oficina de Prensa de la Dirección de Extensión Universitaria

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Su Excelencia el XIV Dalai Lama, Tenzin Gyatzo, líder religioso del pueblo tibetano y Premio Nóbel de la Paz 1989 sembrando en la Simón Bolívar el ucaro negro.

Fotos Estrella Salazar