Edición Nº 504: ...diez años deschipando realidades

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Semanario Nacional Viernes 22 al jueves 28 de marzo de 2013 Santa Cruz de la Sierra, Bolivia Año 10 Número 504 Bs 5 ...diez años deschipando realidades Cambió de nombre, de diseño y de socios, pero el Semanario que nació como Número 1 y hoy es Semana- rioUno mantuvo su escencia como promotor del pensamiento crítico. Gerson Rivero, Osman Patzzi y Miguel Ángel Devia hablan con propiedad de los años recorridos por SemanarioUno, de las crisis vencidas y otras por vencer. De Semanario Número 1 a SemanarioUno, 10 años Tres voces, pero una misma historia fiel al periodismo Fernando Henrique Cardoso y una charla entre intelectuales El ex presidente de Brasil reúne a tres intelectuales amigos para hablar de política, de cambios de paradigmas y de un gran senti- miento: el amor. Págs. 18-19

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Cambió de nombre, de diseño y de socios, pero el Semanario que nació como Número 1 y hoy es SemanarioUno mantuvo su escencia como promotor del pensamiento crítico.

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Semanario Nacional • Viernes 22 al jueves 28 de marzo de 2013 • Santa Cruz de la Sierra, Bolivia • Año 10 • Número 504 • Bs 5

...diez años deschipando realidades

Cambió de nombre, de diseño y de socios, pero el Semanario que nació como Número 1 y hoy es Semana-rioUno mantuvo su escencia como promotor del pensamiento crítico.

Gerson Rivero, Osman Patzzi y Miguel Ángel Devia hablan con propiedad de los años recorridos por SemanarioUno, de las crisis vencidas y otras por vencer.

De Semanario Número 1 a SemanarioUno, 10 años

Tres voces, pero una misma historia fiel al periodismo

Fernando Henrique Cardoso y una charla entre intelectuales

El ex presidente de Brasil reúne a tres intelectuales amigos para hablar de política, de cambios de paradigmas y de un gran senti-miento: el amor. Págs. 18-19

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www.semanariouno.orgViernes 22 de marzo de 2013Santa Cruz de la Sierra • Bolivia

EDITORIAL

Voz compartida

Sin vueltas

Diez años de sueños y hechosEn julio de 2002 hubo un hecho que provocó un cambio radical en el

camino que venía transitando desde 1984 en el ejercicio del periodis-mo. En ese momento, sentí desilusión, no por causa del oficio, sino al

constatar por enémisa vez que en los medios de comunicación, por lo general, primaban más los intereses comerciales que la verdadera vocación periodística. Me dije entonces que no quería volver a ser empleada en un medio cuyo control estuviera en manos de personas extrañas al oficio, a las que poco les importaba la noticia, sus protagonistas y sus difusores. Para lograrlo, sabía que no tenía otro camino que el de la independencia laboral. Nada fácil, pero tampoco imposible.

Fue así que después de casi tres meses de llorar mi luto -una parte muy im-portante había muerto en ese domingo de julio de 2002- decidí arriesgar todo en un proyecto que para muchos era una locura: una publicación semanal con el propósito de alentar y difundir el pensamiento crítico. Mis referentes eran Pulso y Juguete Rabioso, ambos semanarios paceños que hoy ya no están en circulación; además de la extraordinaria revista que fue Debate, de la Coopera-tiva Cruceña de Cultura, luego Apuntes de mi querido grupo Cabildo y también Reflejos, de la familia Prado Salmón, y de una esporádica pero rica experiencia compartida con Alfonso Cortez y Gabriela Ichaso en la revita Graffitti.

Mi locura tuvo eco en mis queridos amigos y colegas de oficio Anna Infantas, Miguel Ángel Souza y Gerson Rivero, así como en mi también amigo y editor de libros, Ricardo Serrano. Pasamos días y noches tejiendo nuestro sueño, hasta que por fin ganó forma como Semanario Número 1. La primera edición salió el lunes 24 de marzo de 2003, y fue como asistir al parto de un esperado hijo. Para entonces, Anna y Miguel Ángel ya no estaban en el proyecto (aunque nunca lograron librarse del todo de su embrujo, como lo demuestra la presencia de ambos hasta hoy, con aportes invalorables que ayudan a garantizar más años de vida para SemanarioUno).

Fue extraordinario todo ese primer tiempo. Soñábamos en grande y logramos grandes realizaciones. Pero la realidad no acompañó nuestros sueños, ni llenó nuestros bolsillos. Se vinieron tiempos difíciles que obligaron a Ricardo a dejar la sociedad, a mí a abandonar durante un año al Semanario (tiempo en el que Gerson fue único y solitario paridor de las ediciones semanales) y, años más tarde, a la renuncia del propio Gerson. Todo parecía indicar que no quedaba otro camino que el de resignarse a la muerte prematura de este hijo, que agonizaba por falta de apoyo económico, con todas las secuelas que esa ausencia provo-caba: acumulación de deudas, trabajo gratis y dificultades en la circulación. Era como vivir una crónica de una muerte anunciada en nuestro propio Macondo.

Pero he ahí que sucedió un milagro. Cuando todo parecía indicar que tendría que resignarme a ver morir y enterrar a este precioso ‘hijo’ que me había dado el placer de hacer periodismo con libertad, apareció un cuarteto de ángeles de la guarda dispuesto a todo para recuperarlo y asegurarle más años de vida. Alfonso Cortez, Annelissie Árrazola, Douglas Villarroel y Álvaro Mier se pusieron la camiseta no solo de Semanario Número 1, sino del periodismo independiente y del pensamiento crítico, y gestaron un exitoso tratamiento de rehabilitación que salvó de la muerte a Semanario Número 1, devolviéndolo a la vida con nuevo ropaje e identidad: SemanarioUno. La esencia era la misma que le dio vida en marzo de 2003: ¡la verdad va primero!

Fue un aliciente extraordinario que permitió la susbsistencia de Semana-rioUno hasta hoy. Solo que fiel reflejo de lo que ocurre en gran parte de Bolivia, no fue un soplo eterno. Nuevas crisis afectaron a la salud del SemanarioUno, casi todas ellas provocadas por el mismo mal: escaso y mezquino auspicio, de una parte; y de otra, la terca decisión de esta ‘madre’ de no negociar principios y sentires a cambio de dinero sonante y constante. Antes de llegar a ese extremo prefiero ver morir al SemanarioUno y, de mi parte, vender mocochinchi, suelo decir más en serio que en chiste. Un extremo que estuvo a punto de hacerse rea-lidad este 24 de marzo, cuando pensé anunciar el fin de un ciclo que ya cumplió diez años y parió 504 ediciones.

Para alegría de muchos, entre ellos el fiel e invalorable colaborador Chino Caero Soto, y pesar de pocos, la muerte ha vuelto a ser vencida. Al menos, es lo que parece gracias a la llegada de nuevos ángeles de la guarda.

En la práctica...

Número 1 es elaborado por un grupo de periodistas independientes que han formado una sociedad editorial

para publicar este semanario de circulación nacional.

Maggy Talavera (directora)Ignacio Talavera Alpire (gerente)

Jorge Caero (columnista) Diego Jaramillo (reportero)

Asesor legalDr. Jerjes Justiniano Atalá

ColumnistasWinston Estremadoiro (antropólogo)Alcides Parejas Moreno (historiador)

Susana Seleme (periodista, cientista política)

Modelo gráfico: Fernando Pérez ChristensenDiagramación: SemanarioUno

Colaboran en esta edición Gerson Rivero (periodista)Osman Patzzi (periodista)Miguel Ángel Devia (periodista)Enrique García Fernández (filósofo, escritor y político)Carlos Valverde Bravo (periodista investigador)

Fotografías: Diego Jaramillo / Elvio Montero / InternetFoto de portada: Internet

Correo electrónico: [email protected] [email protected]: www.facebook.com/semanariouno Twitter: @semanariouno

Dirección: Calle San Germán Nº 15 Urb. La MadreRecepción/telefax: 350-3585 Suscripciones: Vicente Talavera Román

Aunque diga que estoy cu-rada de espanto, debo ad-mitir que hay hechos que

siguen sorprendiéndome. Uno de los más recientes es el audio presen-tado por una senadora opositora, en la que se escucha con claridad la voz de Marcelo Soza, hasta hoy fis-cal principal en la investigación del caso Ròzsa. No me impresiona lo dicho por Soza en los más de veinte minutos que dura la grabación, sino la absoluta falta de reacción frente a ésta, tanto de parte del oficialismo (que queda mal parado con las reve-laciones de Soza), como de parte de los afectados con el proceso judicial que dura ya casi tres años. Los pri-meros, reafirmando un cinismo que raya en la violencia, materia prima del terrorismo de Estado al que ad-hiere con vehemencia el Gobierno de Evo Morales; y los segundos, presa del terror que parece no solo haberlos paralizado, sino también haberles robado el alma, como tanto quería el Vicepresidente desde mu-cho antes de llegar al Poder.

Digo esto tras leer la transcrip-ción del audio, la misma que publi-camos en esta edición de Semana-

rioUno. En la misma se comprueba, y por boca del mismísimo fiscal So-za, que el caso Ròzsa no es otra cosa que una maquiavélica tramoya muy bien armada por los aparatos de In-teligencia del Gobierno, sin duda bajo la dirección y asesoramiento de la Inteligencia cubana, aunque muchos insistan en negar este ex-tremo. Que cayeron en la trampa no pocos cruceños, parte de las elites cívico empresariales del principal bloque opositor al MAS, es tam-bién evidente, como es fácil deducir al indagar en los antecedentes del caso Ròzsa y luego de conocer la investigación a fondo hecha al res-pecto por Carlos Valverde.

Digo Carlos Valverde de manera específica, porque ningún otro pe-riodista o medio de comunicación -ya no digo fiscal, policía o juez, porque está visto que actúan bajo órdenes y presión del Gobierno- hi-zo ni está haciendo un seguimiento al caso con la atención que amerita, y que sí se la da Valverde. Lo cono-cido tras la publicación del audio nos alerta que aun hay mucho por develar, y que pronto, muy pronto, la verdad saldrá a la luz.

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Santa Cruz de la Sierra • Bolivia

Un sueño realizadoGerson Rivero fue uno de los tres fundadores de Semanario Número 1, hoy Semana-

rioUno. Y aunque ya no habita esta casa, lo sigue uniendo a ella un sentimiento com-partido: el de sostener una trinchera propia para ejercer el periodismo por vocación.

El fin del siglo XX e inicio del XIX no avizoraba nada auspi-cioso para jóvenes idealistas

como yo. ‘Tuto’ Quiroga heredaba la Presidencia tras la muerte de Hu-go Banzer y en 2002 le entregaría el mando a Gonzalo Sánchez de Lo-zada, y se preparaba para en cinco años volver a ocupar el puesto. Los analistas políticos llaman muy acer-tadamente a este periodo como el ‘pa-sanaku’ político.

Johnny Fernández era reelecto alcalde de Santa Cruz de la Sierra en 1999 y coronaba una década de atra-so, caos y corrupción en la ciudad.

Los jóvenes periodistas, sobre to-do de prensa escrita, veíamos pasar esta rutina cada mañana desde una mesa del café Victory, con vista a la plaza 24 de Septiembre, escenario principal de las movilizaciones. Pa-ro de maestros, marchas de comer-ciantes, protestas de normalistas y universitarios que terminaban en represión policial.

¿Y todo para qué? Nos preguntá-bamos. Si ya sabíamos que los par-tidos políticos tradicionales tenían perfectamente loteado el poder. Y la interrogante se trasladaba a nuestros trabajos. ¿Valía la pena ser periodis-ta para ser un mero informante de la rutina política? Sin duda, el desafío era mostrar que detrás de todo ello había más cosas que valían la pena ser dadas a conocer. Que existían lu-chas de colectivos sociales invisibi-lizados, como los LGBT, indígenas, mujeres o chicos de la calle; que ha-bía emprendimientos individuales y colectivos valiosos, pero sobre todo, hacía falta desenmascarar al poder, cuestionarlo.

Con ese espíritu nació la idea del Semanario Número 1, hoy ya co-nocido como SemanarioUno. Y no fue casualidad que nació el año del quiebre. Nos dimos cuenta que no eran inquietudes de un grupo redu-cido de periodistas. Era la necesidad de una sociedad entera.

Proyectamos lanzar el semanario en febrero, con un reportaje sobre tierras repartidas a migrantes en San Ignacio de Velasco, por parte de la Iglesia Católica. Era una nota propi-cia para empezar a tocar un tema de fondo como es el de la redistribución de las tierras en el país, desde el punto

de vistas social, no político.Por detalles técnicos se retrasó la

salida hasta el 24 de marzo, pero algo ocurrió que hizo variar la agenda para siempre. Febrero no fue cualquier fe-brero, fue el ‘Febrero Negro’. Desde el gobierno de Hernán Siles Zuazo, 20 años antes, nunca un presidente estuvo tan debilitado. Se hablaba de que ‘Goni’ podía caer y la política na-cional pasó a ocupar el primer lugar en la agenda no solo del semanario, sino de todas y todos los habitantes de Bolivia. Había caído De la Rúa en Argentina, y Fujimori en Perú. La ola también arrastraría a Ecuador y Bolivia. Algo así como la Primavera Árabe, diez años antes.

Temíamos las consecuencias, no por simpatía a ‘Goni’, sino porque esta democracia era lo único que co-nocía mi generación. No sabíamos si estaba bien o mal. Intuíamos que un cambio no vendría mal, pero nadie te-nía certeza de qué cosa venía después.

En esas circunstancias nace el SemanarioUno y se convierte en un referente, para tratar de explicar lo que iba sucediendo. No porque quienes lo hacían hayan sido ‘ilumi-nados’, sino porque el medio se con-virtió en un espacio donde muchas voces se hicieron escuchar. Desde una trinchera muy pequeña se habló por primera vez de la ‘Media Luna’, se plantearon las bases ideológicas de la Autonomía, por ejemplo.

En el primer año del semanario, Álvaro García Linera, entonces un solicitado analista político, criticaba a la Iglesia Católica y planteaba su tesis de los movimientos sociales. Sus observaciones al clero las hizo en una entrevista que le hicimos ‘a cuatro manos’ con Maggy Talave-ra, tras un evento por los 50 años de Cejis, conducido por un amable y sonriso Carlos Romero, que era su director.

Lo de los movimientos sociales se lo comentó al corresponsal en La Paz de esos inicios, Franz Chávez. Estamos hablando de 2003. Aun nadie se imaginaba que estos perso-najes serían tan poderosos 10 años después. Tampoco se imaginaba uno que lo sería Juan Ramón Quintana. Número 1 (nombre ideado por el so-cio fundador Ricardo Serrano) dio como primicia el exhaustivo estudio

autonomía. Porque así como era una incógnita lo que vendría después de ‘Goni’, también lo era la demanda au-tonómica. Era un grito que surgió es-pontáneamente, pero ya había habido voces que lo plantearon primero y no eran escuchadas. El semanario sí lo había hecho. El movimiento Nación Camba tuvo su espacio antes de que cayera Sánchez de Lozada. Asimis-mo, Juan Carlos Urenda, uno de los principales ideólogos del movimien-to autonomista, tuvo a su disposición las páginas del medio para explicar y aclarar con lujo de detalles el plantea-miento autonómico.

Particularmente, me tocó vivir los primeros cinco años de vida de esta “locura”, como dice Maggy Talavera, que yo prefería llamar un “sueño rea-lizado”. Es todo un logro llegar a 10 años, más en las condiciones actuales, donde se prioriza lo banal, el recurso fácil y donde el análisis no tiene finan-ciamiento si no está condicionado o cooptado.

Estoy convencido que en esos cinco primeros años que viví en Nú-mero 1, cambió el mundo, nuestro mundo. Todavía nos cuesta adaptar-nos. Creo que estamos en un proceso de aprendizaje, pero ese periodo ini-cial fue, sin duda, una gran escuela. La gran lección que aprendí, como periodista de profesión y vocación, es que es posible crear su propia trin-chera. Una trinchera desde la cual utilice la comunicación o el perio-dismo, como una herramienta para dar alternativas. Creo que la gente necesita saber que hay otras opcio-nes, otras voces, otras visiones, una pluralidad que nos define como seres humanos. Es mi deseo más ferviente que el SemanarioUno siga siendo esa trinchera por siempre.

“Viví los primeros cinco años de vida de esta lo-cura, como dice Maggy, que yo prefería llamar un sueño realizado. Es todo un logro llegar a 10 años, más en las condiciones actuales, donde se prioriza lo banal, el recurso fácil y donde el análisis no tiene financiamiento si no está condicionado o cooptado”

La voz de un fundador

de un desconocido Quintana para la reforma de la Policía. Peregrinó con su investigación, que había sido financiada por el PIEB (Programa de Investigación Estratégica en Bo-livia), por varios medios y encontró cabida en el semanario. Esto tuvo una repercusión que sirvió para que otras publicaciones más grandes le den cobertura y de pronto el actual ministro de la Presidencia irrumpa en la escena política nacional. Hu-biera sido bueno que aplique su tesis en la vida real.

Fue también el SemanarioUno el primero en rescatar el Memorándum de 1904 (que fue reproducido íntegra-mente), documento de intelectuales cruceños de la época, que sirvió como base ideológica para la demanda de

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GersonRiveroPeriodista

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HOMENAJE

La loca de la casaOsman Patzzi hecha mano del título de la novela autobiográfica de la periodista española

Rosa Montero para hablar de otra periodista, Maggy Talavera, y de las locuras hechas en nombre de una pasión: el periodismo. Y del ‘hijo’ nacido de ésa: SemanarioUno.

Maggy Talavera me ha pe-dido que escriba para esta edición conmemorativa

y después de dar muchas vueltas quedé en el mismo sitio; no podría hacerlo en tercera persona. Y si estas líneas están aquí impresas es porque ella, que las tuvo que leer antes en su computadora, no ha podido hacer nada para impedirlo. Porque siem-pre actuó así, con este y con todos los textos que recibe. Quienes escriben con una regularidad mayor a la mía saben perfectamente que no siempre se tiene tal suerte.

Eso ya es una locura. Una locura bella, para ponerlo en sus palabras. Como locura bella son sus hijos, a los que ama locamente y vean, el Sema-narioUno, nacido el 24 de marzo de 2003, es el menor de ellos.

Comprenderán entonces que haré el máximo esfuerzo para no condi-cionar el texto sentimentalmente, porque no viene al caso, y aunque

esté escrito en primera persona del singular y quizá del plural, ofrece, o intenta, una visión más aproximada a la objetividad, que suena bastante presuntuoso, pero ni modo.

Y digo así: Entre los aconteci-mientos memorables del año 2003 está el lanzamiento del ensayo au-tobiográfico novelado La loca de la casa, de la española Rosa Montero. Feliz coincidencia para Maggy, que la tiene como a una de sus escrito-ras favoritas. Esta obra, de la cual apenas tengo unas referencias y que he leído en parte gracias a Internet, me inspira porque trata del oficio de escribir, con pasión, igual como lo hace la directora de este semanario.

Santa Teresa de Jesús llamaba la loca de la casa a la imaginación. La imaginación, loca, a ratos fascinan-te, y a ratos furiosa que habita en el altillo. Ser novelista consiste en convivir con la loca de arriba, indi-

“Han pasado diez años para el SemanarioUno y fue necesaria mucha, muchísima imaginación para sobrellevarlos con dignidad. Para que la lucha constante contra la razón prevalezca el deseo incomprendido de seguir publicando, cueste lo que cueste, pese a quien le pese.”

ca Rosa Montero.Han pasado diez años para el Se-

manarioUno y fue necesaria mucha, muchísima imaginación para sobre-llevarlos con dignidad. Para que en la lucha constante contra la razón, prevalezca el deseo incomprendido de seguir publicando, cueste lo que cueste, pese a quien le pese. Esa per-severancia, ese tesón, también tienen que ser locura bella.

Esa manía dE cElEbrar

Herederos de una civilización con ritos y tradiciones de muchas culturas, hemos adoptado con mucho agrado la costumbre de celebrar. Los aniversa-rios, las fiestas de guardar -que cada vez dejan menos cosas sin guardar-, en fin, festejar porque no sabemos si será nuestra última fiesta y no quere-mos lamentarnos en el más acá.

Curiosamente, en el caso de los

aniversarios de bodas, se estilaba en Europa y concretamente en Alema-nia, entregar, cada año, regalos a la pareja, usando materiales desde los más frágiles a los más sólidos, para augurar fortaleza en la relación. Al SemanarioUno, por sus diez años, le correspondería uno de aluminio.

¿Mejor le hubiera quedado el de papel, que corresponde al primer año, o el de plata, porque lo que más ne-cesita es plata, aunque está reservado para los 25 años?

La respuesta es ninguno. Porque deberíamos acostumbrarnos de a po-co a separar la celebración del regalo. Algo muy difícil en estos tiempos, pe-ro especialmente remarcado para este semanario, que no los anda solicitan-do ni los necesita. Maggy va a cele-brar no porque quiera recibir algo a cambio. A ver, solamente para que se vea lo ridículo de la escala que repro-ducimos sin empacho, los cien años corresponden a las bodas de hueso, pensando quizá en que a esa edad, los que bailan son apenas esqueletos…

¿Por qué Plantar un mojón?

Esto de plantar un mojón es mera-mente figurativo. Más ahora que tan-to han devaluado esa acción en Santa Cruz. Me refiero a este número, a la edición 505. Y aunque las ediciones conmemorativas tienden a ser pare-

Desde hace diez años, Maggy Talavera dedica alma, corazón y vida al SemanarioUno, un proyecto de periodismo independiente que nació el 24 de marzo de 2003 con el nombre de Semanario Número 1. Gerson Rivero y Ricardo Serrano fueron hacedores también de esta‘ locura’.

OsmanPatzzi

Periodista

cidas porque hablan de proezas y ba-tallas, de heroínas y de héroes, de la fidelidad de los aliados y del apoyo familiar o de los amigos y las ami-gas, es necesario hacerlo. El público, los lectores, tienen que conocer las historias personales que se cruzan intencionalmente y que a lo largo de los años construyen lazos indestruc-tibles. Porque deben saber cómo es que unos escriben más que otros, por qué hay determinados enfoques, por qué ya no están tales o cómo es que cuales siguen. Cuando uno, sin dete-nerse, se vuelca a mirar lo avanzado, es inevitable que las referencias más antiguas se vayan perdiendo en el horizonte y que veamos con mayor claridad solo aquellas que acabamos de pasar.

Por eso es necesario publicar una edición conmemorativa y no tendría que incomodarnos que se parezca a otras. Se trata de repasar hechos y hablar de sus protagonistas. Darse el lujo, como yo, de abusar de la pri-mera persona, y de hablar de quie-nes contribuyen en esta empresa, de los que estuvieron en primera línea y se mantienen y de los que fueron avanzando posiciones, escalando, y lograron hacer que el recambio, el tomar la posta de los que ya no es-tán, no implique decaer en calidad. Entiendo que de eso se trata este mo-jón, que tiene varias caras, pero está firme en el piso.

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Santa Cruz de la Sierra • Bolivia

HOMENAJE

los fundadorEs sE van, PEro Están

Un proyecto periodístico como SemanarioUno ha tenido que nacer con un convencimiento. Una llama encendida en jóvenes y no tan jóve-nes para convertir una pasión en una necesidad y posteriormente en un instrumento de servicio. Han teni-do que conjugarse ideales y sueños compartidos, viejas amistades, quién sabe, amores. Han pasado desvelos, frustraciones, cansancio y, por qué no, desencuentros en el grupo, en la familia, pero delante de cada una de estas barreras estaban las ganas de se-guir adelante con el proyecto. Ofrecer a Santa Cruz, a Bolivia, una publica-ción independiente, comprometida con valores universales y abierta co-mo tribuna probadamente democráti-ca. Maggy Talavera, Ricardo Serrano, Gerson Rivero comandaron la inicia-tiva, se asociaron y buscaron entre sus amigos y conocidos el respaldo para semejante emprendimiento. Curtidos los tres en las lides del buen periodis-mo, supieron identificar a quienes podrían convertirse en columnistas y periodistas. Las dificultades, espe-cialmente financieras, sacudieron el barco al poco tiempo. Era necesario tomar decisiones administrativas y como buenos amigos que continúan siendo, la sociedad se disolvió y sin que la publicación deje de salir a las calles, lo que nació como semanario Número 1, se convirtió en 2007 en SemanarioUno, a cargo únicamente de Maggy Talavera.

Ricardo Serrano es el director de la editorial El País y Gerson Rivero es subdirector del diario El Día. Am-bos siguen siendo muy cercanos al semanario.

la PErsEvErancia En El Error

Soy testigo de lo que cuesta man-tener una publicación independiente. Sin un grupo financiero, sin una es-tructura corporativa como respaldo, es muy difícil subsistir en un modelo de negocio que depende de una im-prenta, con insumos cada vez más caros como el papel y la tinta. Los nú-meros no cuadran cuando se quiere hacer periodismo por cuenta y riesgo. La publicidad es mezquina con los productos no comerciales, lo cual tie-ne lógica, una lógica empresarial. El formar un equipo periodístico serio, con periodistas que no son del mon-tón, no sucumbir a la tentación de pro-ducir textos por encargo, ni de vender portadas en época electoral, no tienen esa lógica empresarial.

Perseverar en el error, dirán los que ven la plata en todo, pero la ex-periencia demuestra que no es así. Porque finalmente quienes deciden si una publicación se extingue o no son los lectores, a los que no se pue-de subestimar.

De otro modo no se entendería

que proyectos periodísticos con más recursos económicos y por decirlo eufemísticamente, “con mayor juego de cintura” no hayan sobrevivido. Su-cumbieron porque todos los favores se pagan tarde o temprano y porque cuando se tiene que escribir para agra-dar a alguien en particular, el lector común lo percibe de inmediato. Y no lo perdona.

la dirEctora

Esta será para mi la parte más difí-cil de escribir. Conozco a Maggy Ta-lavera desde mi primer trabajo en el diario El Mundo. Yo era el más joven de los fotógrafos y el encargado del equipo de radiofotos y ella la perio-dista novata, recién llegada de Brasil, que sorprendía a los periodistas más viejos con su trabajo fresco y lúcido. Compartimos créditos en una ocasión cuando fuimos enviados a hacer un reportaje sobre las colonias menoni-tas en el sur, allá por 1986.

Después me enteré que siempre quiso ser periodista y así se embarcó ilusionada a un país distinto, pero no extraño, a estudiar. Logró su cometi-do con mucho esfuerzo y volvió a su tierra porque nunca pensó ejercer su profesión en otro lugar.

Salimos de El Mundo casi en la misma época y cada uno tomó su rumbo. Años después, siendo corres-ponsal del desaparecido diario Pre-sencia me criticó en una columna de opinión, sin nombrarme directamen-te, por haber publicado un cadáver ahorcado en el diario El Deber. Nada escapaba a su ojo crítico. A fines de los 90 asumió la jefatura de Redac-ción de El Deber, luego la dirección de El Nuevo Día, hasta que compren-dió que solamente teniendo un medio propio podría hacer el periodismo que siempre soñó. Y no se equivocó.

Voces de aliento

¡Felicidades querida Maggy!Miguel Ángel Cuéllar Contreras

10 años es una década, ¡pero pare-cen 100, felicidades!Juan Marcelo Castro Melgar

Dejando huellas imborrables, ¡felici-dades!Fanny Jimenez Torrez

Queridísima Maggy, un trabajo hor-miga que has hecho con verdadera vocación. ¡Salud!María José Parejas

Maggy, querida, muchas felicidades. Conociéndote, 10 años seguramente es el nuevo comienzo. Adelante y bendiciones.Jorge Miranda Morales

Maggy, felicidades por los 10 años, pero sobre todo, felicidades por el periodismo que hacés.Mónica Salvatierra

Felicidades a una persona empren-dedora.Joel Gutiérrez Gutiérrez

Felicidades por estos 10 valiosos años de mucho trabajo por su tierra Rosalía Zenteno Caballero

¡Felicidades, sigamos construyendo!Patricia Chávez Zalles

Maggy, congratulaciones. Diez años es mucho tiempo, ¡fuerza!Ciro Antonio Miranda Ricaldi

¡No nos vas a salir con que vas a cambiar el formato! Ni más chico, ni más grande, así está bien. ¡Muchas felicidades! Cualquiera hace UN sema-nario, por eso digo UN… vos lo venís haciendo ¡diez años! ¡Mucha dosis!José Ernesto Lijerón Rojas

¡Felicidades, valiente y tesonera labor!José Roberto Reyes Gutiérrez

Muchas felicidades por este trabajo tan profesional y espectacular que realiza por el bien de esta sociedad.Alva Dhurlley Guzmán Suárez

¡Sólo vos, Mágica! Te admiro en todo sentido, querida Maggy: ¡gracias por ser mi amiga! Seguimos apoyando tus valentías, ¡qué carajos!Rafael Chávez Alba

Quiero que todos tengamos Semana-rioUno en Puerto Quijarro, ¡urgente!Neira Buddelmann Gómez

Felicidades al SemanarioUno, ¡gran trabajo Maggy!Fátima Molina

Gran trabajo y 10 años de perseveran-cia y constancia, Maggy. ¡Felicidades al SemanarioUno!Ely Eklund Velasco

El EsPíritu crucEñista

Un poco de ese periodismo so-ñado tiene que ver con el sabor y el aroma del SemanarioUno. Es cruceñista a rabiar. Se empeña en proclamarlo a los cuatro vientos. No para demostrar que en Santa Cruz hay una oferta que no se limita a la farándula, para que lo vean los de adentro y los de afuera, no por un afán chauvinista ni de presunción, ni porque se tenga que demostrar nada a nadie, sino porque aquí hay valores que están escondidos o poco explo-tados y gente que necesita un medio alternativo para expresarse.

Si tal es el fondo, la forma tiene que ver con el lenguaje que emplea, y el modo de caracterizar a sus sec-ciones permanentes. La estructura es simple: un tema central, artículos relacionados, actualidad, coyuntura y contexto, conceptos que el periodis-mo cotidiano no tiene espacio para desarrollarse, víctimas de la tiranía de la pauta publicitaria.

No está el draconiano número de caracteres establecido, ni la imagen que debe ocupar el 40 por ciento de la página. Una flexibilidad que no im-plica desorden ni diseño caótico, sino la posibilidad de escribir lo que sea necesario para poder entregar un pro-ducto terminado, una voz compartida, un espacio de discusión entre diver-sos. Como cuando se encontraron la funcionaria municipal y la profesio-nal crítica, o cuando el debate político se calentó porque se le dio oportuni-dad de expresión a quien no la tenía en otros medios.

El SemanarioUno es cruceño, boliviano y universal. En ese orden. Tiene el sabor criollo que se disfruta en píldoras y platos fuertes con artí-culos de fondo que se sazonan con ironía fina. Cruceñazo.

El contExto dE 2003

Para que se entienda mejor mi letanía, quisiera compartir muy bre-vemente el entorno de la época que vio nacer al SemanarioUno; Lula se estrenaba como presidente en Brasil y sorprendía, igual que Kirchner en Argentina; el transbordador Colum-bia se desintegraba al ingresar a la at-mósfera, e Irak soportaba el embate aliado dirigido por Estados Unidos. En México se producía la última peta Volkswagen y en Porto Alegre, donde estudió Maggy, se desarro-llaba el tercer foro social mundial. En Internet se lanzó la red Linkedin y también la ahora decadente Hi5. Caen las bolsas de Nueva York por el conflicto con Irak, Francia reelige a Francois Mitterrand, Perú condena a Vladimiro Montesinos y Argenti-na conmemora, cada 24 de marzo, el Día de la Memoria, la Verdad y la

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HOMENAJE

Justicia. Todo eso ocurría mientras en Bolivia el poder político se trans-formaba rápida y violentamente y los bolivianos veíamos cómo se caía a pedazos una estructura que se mantuvo desde la recuperación de la democracia en 1982. Todo estaba cambiando, el periodismo tenía que estar a la altura. ¿Lo estuvo?

El otro amarillo

Este es mi charque, pero necesito venderlo porque explica muy bien el sentido y la importancia que para otros representa SemanarioUno. Porque aunque mezquinamente no se lo quiera ver, esta publicación está abierta para cualquier iniciativa, sin

condiciones previas ni cálculos. Es una escuela porque forma periodis-tas, porque apoya a los más jóvenes, a los que necesitan esa primera opor-tunidad. Fue esta publicación la que permitió que circule masivamente el número cero de El Otro Amarillo, mi semanario de sátira y humor político. Eso fue el 6 de junio de 2008. Cuan-do El Otro Amarillo ya no se pudo imprimir, por las mismas razones que zarandearon y zarandean a Se-manarioUno, hubo el espacio para editar en sus páginas y mantener una columna. Lo mismo ocurre con otras iniciativas, seguro de mejor calidad, que siempre tienen cabida. Es una casa grande.

sin sEmanario, ¿quE hubiEra Pasado, quE Pasará?

Las palabras finales. El propósito

Voces de aliento

¡Felicitaciones Maggy!Lauren Montenegro Montes de Oca

Muchas felicidades Maggy, que siempre tengas todo lo que necesites para continuar con tu labor.Roy Vélez

Mil Felicidades Maggy, ¡que sigan los años y los éxitos por siempre!Claudia Mercado

¡Muchas felicidades, Maggy, por estos diez años de este importante SemanarioUno!María Luisa Castro

¡Felicidades Maggy!Vesna Marinkovic

Felicidades querida Maggy, y muchos éxitos más; que Dios y la Virgen te bendiganIvonne Belmonte

Salud, salud para continuar en esta batalla, casi sin fin. Admirable Maggy, ¡felicidades!María Del Rosario Ribera

¡Muchas felicidades!Carlos Hugo Morales

¡Bravo Maggy! ¡Valiente! ¡Muchas felicidades!José Antonio Prado

¡Muchas felicidades Maggy! ¡Sigue adelante!Marcela Pérez L.

¡Mil felicidades... siga adelante!Oscar Rios Del Carpio

Felicidades, éxitos para los próximos cincuenta años.Mario Durán Chuquimia

¡Muchas felicidades! ¡A seguir ade-lante, que nos hacen faltan escenarios de crítica y debate!Vicky Rivero

Gracias Maggy por regalarnos 10 años del SemanarioUno. ¡Qué vengan muchos más!Anne Arrázola

de una edición conmemorativa, y para no insistir con lo del mojón, no es otro que marcar una nueva etapa, un empezar de nuevo. Claro, no nos interesa hacer un recordatorio para que se vea lo buenos que fuimos. Lo mucho que luchamos. Nada de eso. El SemanarioUno no necesita un re-cordatorio porque no está muerto ni se está despidiendo.

Esta edición marca una nueva etapa, ojalá menos tortuosa en lo financiero, porque Santa Cruz ne-cesita, más que Maggy, una tribuna independiente, falible seguramente, pero siempre dispuesta a mejorar, a enmendar, a luchar para que se oigan todas las voces, para que aprendamos a ser tolerantes con la crítica y crez-camos con el debate. Sin este sema-nario, probablemente los últimos diez

años hubieran transcurrido igual. Pero probablemente no. Quizá se hizo o se logró algo que no sabemos que se hu-biera logrado sin él. Nunca lo sabre-mos, pero la certeza mayor es que en los próximos diez o más años, necesi-tamos, todos, tener más posibilidades de expresarnos.

Al menos yo lo necesito y no me acompleja proclamarlo, porque mien-tras escribía esto me interrumpió uno de los acreedores, un hombre al que se le debe dinero por la distribución a suscriptores, es decir por hacer lle-gar nuestra voz a otros y no por haber comprado un vestido caro o un auto, o un viaje. El peso económico que de-bería soportar la publicidad no com-prometida es para pagar eso. Queda claro que la lógica nuestra es distinta a la empresarial. Más que lógica, es una locura, una locura bella.

Diez años: 120 meses, 3.650 días, sin excluir sábados, do-mingos, feriados o fiestas de

guardar… ese es el tiempo en el que Maggy Talavera decidió ponerse el SemanarioUno al hombro para hacer lo que entiende que debe hacer. Son muchos días de trabajo porque… se-guramente el día que sale a la calle es día de “alivio”, aunque no de descan-so porque el oficio y la responsabili-dad de hacer el número que viene no dan descanso.

Claro… todos sabemos que nadie obligó a Maggy Talavera a meterse a semejante desafío, con lo yesca que es… es cierto, pero, nadie le prohibió hacerlo tampoco y si le prohíben es peor porque Maggy es buena hacien-do lo que hace y además es muy to-zuda y caprichosa, de manera tal que debemos hacer es apreciar su trabajo; criticarlo tal vez en cuanto al fondo de los temas, pero, es imposible pasar-lo por alto. Este semanario es lectura obligada cada semana (o cuando sa-le) y de él sacamos insumos para en-tender mucho más lo que pasa, para contradecirnos a nosotros mismos o para reforzar una opinión o una idea.

Un semanario de artículos largos y de análisis es una opción de lectura frente al inmediatismo de la radio, la TV o los propios periódicos, un sema-nario es un asunto de voluntad, es una necesidad de aprender, de aclarar, es un placer de leer… debe ser por esas razones que cada vez espero con más ganas el SemanarioUno; ¡porque me hace bien!

¡Vamos por 10 años más, querida Maggy!

Semanario Uno ¡vamos por otros diez años!

Carlos ValverdePeriodista

“Esta edición marca una nueva etapa, ojalá me-nos tortuosa en lo financiero, porque Santa Cruz necesita, más que Maggy, una tribuna indepen-diente, falible seguramente, pero siempre dis-puesta a mejorar, a enmendar, a luchar para que aprendamos a ser tolerantes con la crítica...”

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Santa Cruz de la Sierra • Bolivia

HOMENAJE

Miguel Ángel Devia tenía 18 años cuando alimentó con savia joven las primeras ediciones del Semanario Número 1. Hoy, diez años más tarde y lejos de Bolivia, lo recuerda con afecto.

La cosa era más o menos así: la mayoría de las noches de los miércoles de 2003, Ma-

ggy Talavera, Gerson Rivero y yo nos juntábamos en la oficina de la calle Republiquetas –entre la Pla-zuela Calleja y Café Show, el que sabe sabe- a cerrar lo que en mar-zo de ese año comenzó como un proyecto de prensa independiente en Santa Cruz: este, el Semanario Número 1.

Yo tenía 20 años, en Bolivia go-bernaba el matrimonio Sánchez de Lozada-Mesa con el padrinazgo de los siempre diligentes MIR y NFR del capitán Reyes Villa, algunos mi-nisterios mediante, como en preste paceño. Roberto Fernández se dis-frazaba de alcalde de Santa Cruz de la Sierra, encumbrado gracias al voto no muy caro del entonces con-cejal Guido Nayar con la promesa de que después le tocaría a éste últi-mo sentarse en la sillita desde la que hoy Percy estira la mano.

Decir que Goni y Mesa gober-naban es una concesión del tiempo como esas que uno hace con las ex novias feas y lo de Fernández en Santa Cruz solo parecía alargar una larga lista de desaciertos inaugura-da con más ímpetu que inteligencia por su hermano mayor.

Mientras tanto, un miércoles tras otro en los parlantes de Rivero –un doctor más peludo que el otro doctor Rivero- sonaba el concierto de regreso de Los Prisioneros en el Estadio Nacional de Santiago. Ca-fé y coca cola, mucha coca cola –desconozco si para entonces Rive-ro, siempre un adelantado, conocía de los usos alternativos revelados por Juan Evo.

Algunas noches aparecía por la oficia el grandísimo Ignacio Tala-vera. Don Nacho. Con un L&M rojo en la mano que apagaba antes de que llegara a la mitad como téc-nica para fumar menos, el papá de Maggy y nuestro padrino putativo asomaba a la oficina repartiendo palmadas en la espalda y chistes

cochinos para la noche que se ve-nía. Siempre es bueno trabajar con una sonrisa y para entonces, algo de eso procurábamos hacer con la esperanza de que se reflejara en un trabajo freso a lo largo de las 24 páginas del semanario.

A veces el efecto era curioso: uno decía oiga, mire que en el concejo nos están robando, mire que eso de los militares cosechando macororó en la finca del ministro o cómo le parece que se gastaron mil millones de trillones de billones de bolivia-nos en hacer una calle que ya esta-ba hecha y juajuajua mucho lector, soltando carcajada en lugar de in-dignarse, muertos de risa algunos a pesar de la realidad. Al final, en Bo-livia, el que no se ríe del macondis-mo vive tomando caldito de odio.

Es curioso: han pasado diez años y las cosas parecen seguir igual. La misma chola con otra pollera, otro poncho. No hace mucho en Ya-cuiba una empleada de Migración se molestó porque le reclamé por atender a tramitadores que se sal-taban la fila. Me cerró la ventanilla en la cara y nos hizo esperar media hora a que terminara su desayuno. Mi papá me contó que muy lejos de ahí, por El Salar, cerca de la fron-tera con Chile, un policía detuvo a la caravana turística en que viajaba: tenés que sobornar, les dijo el oficial que en medio del desierto calzaba abarcas. En la terminal de buses de Santa Cruz, una mujer protestaba porque un pasajero reclamó en la Odecu por un alza injustificada en el pasaje: “vamos nomás”, decía. Al final ella recibió también parte del excedente cobrado, pero no ocul-taba su odio porque las cosas no se hubieran hecho como al comienzo, a la boliviana.

Esas cosas hacían parte del relato del Semanario entonces y aún aho-ra están: un periodismo ciudadano desde el punto de vista de lo cotidia-no enmarcado en los problemas del país, que al final, los más tangibles, los más cercanos, son los del día

a día, esos que tienen que ver con algo que va más allá de un sistema autonómico o de izar la whiphala en las oficinas públicas, de lo que pue-da hacer un Evo o un Rubén, sino de lo que puede hacer cada uno de los bolivianos para construir país, para hacer de éste un lugar amable para vivir.

No sé si hay cambios de fondo en los últimos diez años, aun cuan-do Bolivia ya no sea una república sino un Estado Plurinacional con una nueva constitución y una nueva organización de poderes. Supongo que la pregunta importante es si han cambiado los bolivianos en este tiempo. A mi me bastó con recibir una factura sin tener que pelearla para pensar en que hay futuro.

Sin embargo, también cabe la pregunta de si es que se quiere un futuro mejor. Un país mejor. Hace unas semanas leí en este sema-nario una crónica de la pelotera entre distintos sectores de Santa Cruz por espacios de poder en el debilitadísimo Comité Pro San-ta Cruz. Nunca comulgué con la entidad, pero los codazos entre los aspirantes a dirigir la entidad que potenció la carrera política de Rubén Costas me hizo pensar en la obviedad de las motivaciones, en la falacia del discurso político que augura bienestar y sacrificio. Por eso es la sociedad civil la que está llamada a construir Bolivia, si es que realmente quiere vivir en un país mejor.

En ese proceso de construcción ha colaborado este semanario des-de su fundación. Tomaos nuevos rumbos, Rivero apagó sus parlan-tes y yo armé mi maleta, pero el semanario permanece gracias al tesón de Maggy y ofrece una voz distinta a la de los medios tradicio-nales que, para bien o para mal, es-tán ligados a una serie de poderes que les impiden incluir disidencia. Es obvio: de ladrillos de veinte centímetros están construidos los edificios.

Diez años en construcción

Voces de aliento

Miguel Ángel DeviaPeriodista

¡Felicidades Maggy!Jorge Antonio Stratis Antelo

¡Felicidades Maggy, un abrazo grande!Carolina Bessolo Jáuregui

Muchas felicidades Maggy, un abrazo.Chichi Zambrana

¡Siga adelante Maggy, felicidades!Ricardo Enrique Ortiz Gutiérrez

Nos ponemos a tus ordenes, ¿por dónde empezamos, Maggy?Fernando Rivero Ovando

Querida Maggy, te felicito por tan loable labor y quería en estas breves líneas expresarte lo mucho que me encanta el entusiasmo que le pones a tus proyectos. ¡Muchas felicidades a una mujer que dirige con sustancia y a la cual admiro mucho! Debería servir de ejemplo para otros medios de prensa que colocan en primer lugar el sensa-cionalismo y el mercantilismo, antes que el papel de comunicadores. ¡Muchas felicidades!Karem Infantas Soto

¡Felicidades Maggy a todos por Sema-narioUno! ¡Buen aporte y Plus!María Malpartida Saucedo

Querida Maggy, cómo no celebrar con la periodista que me enseñó que escribir es una cuestión de emociones... Brindo por tu esfuerzo, por tu talento, por tu lucha, por nuestra amistad.Anna Infantas

La felicidad consiste en hacer lo que te gusta y esto es lo que te gusta. Es mejor hacer lo que te gusta, sonriendo, que millonaria pero amargada. Cuando no te de satisfacción... pues. a otra cosa mariposa. ¡Besos desde el Norte!Deborah Talavera

Amiga, ¿sabía usted que es una de mis fuentes de inspiración? ¡No se me desanime! Adelante, que hay muchos que la queremos, ¡un abrazo!Amelia Solórzano Subelza

Maggy, eres una Periodista como poc@s existen, el amor que tienes a tu profesión y a tu pueblo, y la emoción con que trans-mites lo que sientes, serán recompensados con la tranquilidad para el SemanarioUno. Un abrazo gigante y ¡muchas felicidades por los 10 años de lucha!Lisete Correa

¡Socia querida! El camino construido es demasiado extenso, la transformación que vienes haciendo es por demás grande y el impacto generado demasiado fuerte. Hoy la sociedad necesita del SemanarioUno en una coyuntura tan especial que vivimos y un año pre electoral al que nos enfren-tamos se hace imprescindible. Arriba las manos Maggy, la sociedad te reconoce y necesita. La otra parte que falta más temprano que tarde ¡llegará!Heiver Andrade Franco

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Diez años y 504 ediciones son mucho más que los 19 días y 500 noches de Joaquín Sabina, dice Susana Seleme para destacar la tenacidad de quienes hacen posible que SemanarioUno sobreviva hasta hoy, capeando tempestades de todo tipo.

Periodismo en tiempos de cólera

“Haber sido testigos vivientes de todos los cam-bios políticos, económicos, sociales, culturales e institucionales reflejados en el SemanarioUno nos concede el privilegio de ser parte de una ciudada-nía comprometida con su ser social, a pesar de esa cólera política e institucional mezquina y miope.”

Me une a Maggy Talavera Román una vieja amistad de mucho más que estos

10 años, surgida como un flechazo, no de Cupido, sino de Atenea, diosa de la inteligencia y el saber, aplica-dos al uso del buen periodismo y otros valores. Es decir, del periodis-mo informativo con objetividad pro-fesional y el periodismo crítico como análisis de la compleja realidad que vivimos día a día. Ese flechazo se transformó en complicidad de prin-cipios por la libertad de expresión y de prensa, siempre zarandeadas por los poderes fácticos que se sienten amenazados ante la prensa libre, cu-yo único compromiso es la verdad aquí y en todo tiempo y lugar.

Fue una amistad cómplice surgida al calor de valores e ideales comunes por la democracia y la política co-mo servicio a los demás, ella desde el periodismo, y yo, siendo también periodista, desde la política práctica en tiempos democráticos, lejos ya

del fundamentalismo ‘armado’, pe-ro siempre subsidiaria del marxismo como instrumento de análisis de la realidad concreta y sus múltiples de-terminaciones.

Cuando Maggy me contó de su proyecto sobre el semanario, me sentí parte muy íntima de él. Se tra-taba, según me contó, de hacer un semanario con periodismo de análi-sis, con información abierta y trans-parente, de pensamiento crítico sin concesiones a poder alguno, que los hay muchos. Y lo hizo para darnos una lección de periodismo con “la verdad va primero”, cuyos destina-tarios, sus lectores, son los verdade-ros propietarios del derecho a la libre expresión que practica Maggy y que leemos en el SemanarioUno.

La aventura que lleva 10 años y 504 números, muchos más contun-dentes que los 19 días y las 500 no-ches de Joaquín Sabina de amores y nostalgias. El Semanario está hecho también de mucho amor y de ahí las ganas ubérrimas de Maggy Talavera Román, creadora, alma, inspiración, sostén y coraje del SemanarioUno.

Son dos en uno: inseparables la una del otro. El espíritu combativo, pro-vocador en busca de la verdad hace de la obra de su creación, el Semana-rioUno, un valor a seguir y difundir.

Desde sus inicios en la calle Re-publiquetas, nunca sospechamos ni Maggy ni quienes estuvimos con ella todo este tiempo, lo que sería ha-cer ese periodismo serio de análisis y compromiso en tiempos de cólera política, intolerante a la crítica; en tiempos también de transformaciones políticas y socioeconómicas, a las que observábamos con interés y cautela siempre. La cautela surgía por el ses-go autoritario, demagogo, populista, clientelar y hasta corrupto, que se instaló en el país y en los gobiernos locales desde mediados de los años 90 hasta hoy.

Hacer periodismo libre, como nun-ca desde la recuperación democráti-ca, es una tarea de Titanes, porque la libre expresión y el compromiso por la libertad de prensa se aviene muy mal con los poderes políticos, econó-micos, de grupos y hasta personales. Ellos, salvo un par de excepciones

problemas de una administración mu-nicipal secuestrada por poderes polí-ticos y personales ajenos a los intere-ses de la ciudadanía. O porque tomó partido a favor de las reivindicaciones de género, por el derecho a decidir so-bre cuándo y por qué ser madres, al aborto y a la opción sexual; a la lucha contra la discriminación a las mujeres y la violencia de género; porque optó a favor de los indígenas y su lucha por el Tipnis y otros temas candentes. Pe-ro también registró otros tantos ama-bles como la cultura hecha festivales de música barroca, de teatro y otros como expresiones de participación social y popular solidaria.

Y a pesar de los tempos de cólera, fue saliendo el Semanario, a veces más tarde que temprano, con la com-plicidad ya de muchos, para abarcar todos los temas urgentes de una socie-dad efervescente y emergente como la de Santa Cruz, en expansión y cre-cimiento más bien caóticos que plani-ficados, pujante, arrolladora, peligro-sa para el centralismo y plagada de retos de toda índole, aun sin solución.

Aquí encontramos espacio y cabi-da quienes amamos, esa es la palabra, la profesión de escribir y hacer perio-dismo, de observar la realidad y de no quedarnos en la mirada superficial y parcializada de los hechos, sino de ir al fondo de los mismos, buscando la verdad, contra viento y marea.

El SemanarioUno es testigo inva-luable de nuestro tiempo en estos 10 años y su 504 números. Haber sido testigos vivientes de todos los cam-bios políticos, económicos, sociales, culturales e institucionales reflejados en el SemanarioUno nos concede el privilegio de ser parte de una ciudada-nía comprometida con su ser social, a pesar de esa cólera política e institu-cional mezquina y miope.

Gracias Maggy por la amistad compartida, gracias por la confianza también compartida. Gracias por la lección de hacer periodismo en tiem-pos de cólera y ser sobreviviente a pe-sar de ella. Te queremos y queremos a Don Nacho, a Carmiña y tu familia consanguínea y la familia de trabaja-dores que hace posible el Semana-rioUno. ¡Gracias y felicidades!

que hay que señalar, que debieron dar publicidad a un medio como Se-manarioUno, pequeño, hecho casi a mano, a puro pulmón, periodismo de pensamiento libre y crítico, que no practica la genuflexión, le mezquina-ron y le mezquinan la publicidad que necesita para sobrevivir. Pero Maggy es una periodista sobreviviente en tiempos de cólera, y ahí está el Sema-narioUno.

He vivido con ella la angustia de conseguir publicidad para sacar ca-da número, para pagar la imprenta y sufrir la frustración de postergar la distribución del Semanario por ese mercantilista y perverso motivo.

Eso es hacer periodismo en tiem-pos de cólera, con mucho cabreo compartido por la mezquindad de una sociedad y sus poderes que no pagan publicidad a una revista seria, de análisis, de compromiso político-democrático y denuncia sin concesiones a los abusos de poder nacional y local municipal. El Se-manarioUno no cubre la farándula, ni modelos vestidas o desvestidas, ni galas, ni banalidades, que sí recibe publicidad a raudales, pero la inteli-gencia y el conocimiento no reditúan ganancias. Y así nos va.

No se la dieron ni la dan, reitero salvo excepciones, también porque el SemanarioUno puso el dedo en la llaga del sistema de partidos políticos y los políticos corruptos y corrupto-res; porque hizo suya la batalla en favor de las y los pobres de esta tierra y contra las injusticias de todo talante. Y porque se jugó contra la depreda-ción del medio ambiente y los graves

HOMENAJE

Susana Seleme Antelo

Periodista y cientista

política

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EDITORIAL

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Superar las quinientas ediciones ha sido todo un logro para SemanarioUno. Una hazaña, dirán muchos al conocer en detalle las vicisitudes enfrentadas por este equipo a lo largo de una década de trabajo. Todo ello posible al tesón del equipo y a los fieles lectores.

HOMENAJE

¿Casualidad o designio del desti-no? Tal vez un poco de ambas mar-caron el nacimiento de Semanario Número 1 en un año marcado por acontecimientos políticos y sociales que trastocaron de manera profunda y definitiva la realidad nacional. Fue el año del violento enfrentamiento entre policías y militares en La Paz, el año del derrocamiento del presi-dente Gonzalo Sánchez de Lozada y el año, también, de la Cumbre Ibero-americana de Jefes de Estado que se celebró en Santa Cruz, marcada por los primeros pininos del gobierno de Carlos Mesa.

Gerson Rivero, Ricardo Serrano y Maggy Talavera cubrieron todos esos hechos con un entusiasmo solo posi-ble entre padres primerizos. El buen ánimo continuó acompañándolos du-rante varios años, hasta que los núme-ros rojos comenzaron a hacer sentir su peso en las finanzas del Semanario y obligaron a una recomposición de la sociedad, a la que se había sumado ya Ignacio Talavera. Pero ni siquiera esa crisis logró vencer o matar el germen que siguió alentando las ediciones del Semanario, aunque con equipo disminuido.

En la persistencia y aguante de las adversidades fueron, y aun son, piezas claves Susana Seleme y Jorge Caero Soto, dos incondicionales cola-boradores del Semanario, cuyos apor-tes sobrepasan con creces a los envíos semanales de artículos de opinión y reportajes. Tanto Susana como don Chino Caero continúan entregando la piel a SemanarioUno, con una predis-posición envidiable y digna del ma-yor de los reconocimientos. Un mé-rito también atribuido a los lectores que se mantienen fieles al Semanario y a un valioso grupo de amigos que acaban de renovar un compromiso solidario con SemanarioUno. No por hacerle un favor a Maggy Talavera, sino porque creen que Santa Cruz ne-cesita de espacios para la libre circu-lación de pensamientos.

Diez años alentando el pensamiento crítico y la pasión por el periodismo

Elizabeth Molina, Rafael Chávez, Ricardo Serrano, Humberto Vázquez, Carlos Hugo Molina, William Rojas, Maggy Talavera y Her-nán Callaú en el stand de SemanarioUno en la Feria Internacional del Libro de Santa Cruz de la Sierra celebrada en 2012, recordando lo hecho por Cabildo y su revista Apuntes y celebrando la persistencia de alentar, desde diferentes espacios, al pensamiento crítico.

Abajo: Pablo Deheza, Maggy Talavera, Alfonso Cortez, Anne Arrázola, María José Parejas, Antonio Dávila y Jessica Olivares sellando una alianza para editar el libro de ensayos.

A la izq.: Gerson RIvero, periodista, y Ricardo Serrano, editor de libros, dos de los tres socios fundadores de Semanario Número 1. Abajo, Carlos Guzmán Vedia, el ganador del primer lugar del concurso de ensasyos promovico sobre la Identidad Cruceña.

Arriba, a la izq.: portada de la primera edición de Semanario Número 1. Al centro, portada de una de las ediciones más comentadas de la segunda época de SemanarioUno por su reportaje sobre la crisis municipal cruceña. A la der.: celebrando las 500 ediciones y los años de vida.

Arriba: Ignacio Talavera, o don Nacho, como lo llaman con cariño: un ícono en la historia de SemanarioUno.

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desaparecer el entorno lacustre del que dependían como únicos pes-cadores, empeorando su fuente de ingresos y alimentos, y tensionan-do nexos con las comunidades cir-cundantes. Tal vez sintomático del sesgo aymara-centrista del régimen político actual, no se difunde “Los hombres del lago”, un documental filmado por Aaron I. Naar, con la historia de Puñaca Tintamaría, na-rrada por Daniel Moricio Choque, un ex jefe de la comunidad. ¿No son pertinentes sus costumbres y problemas de pobreza, la falta de tierras escamoteadas, la ausencia de representación en jerarquías munici-pales, departamentales y nacionales, la contaminación del Lago Poopó y el impacto del calentamiento global?

En 1953 surgió “Vuelve Sebastia-na”, cortometraje “cinema verité” de mi recordado amigo Jorge Ruiz, de quien atesoraré la filmografía completa que prometen hacer pú-blica sus herederos, quizá para ver si entre su obra está un documental so-bre la sustitución de cultivos de coca, tarea que entonces me quitaba el sue-ño. El film boliviano sobre los Uru-Chipaya, de Jorge Ruiz y Augusto Roca, con guión de Luis Ramiro Beltrán, fue el primero en recibir un premio internacional. No olvidaré el cabello trenzado de la niña pastora Sebastiana, ni las viviendas circula-res de su pueblo empobrecido, desde donde emprende una saga su abuelo para rescatarla del hostil pueblo ay-mara vecino. La migración de sus mejores personas, y la muerte del anciano rescatador, ¿no se viven a diario entre los indígenas pobres de este angustioso país?

La marcha de los Urus hacia La Paz enrostra al régimen de Evo Mo-rales que su Carta Magna, la Consti-tución de 2009, recita un catecismo falaz de principios ético-morales en los que se apoya la sociedad plural que propugnan. Al “no seas flojo, ni mentiroso, ni ladrón” que habría que indagar si es de las reformas del Virrey Toledo o del despotismo incaico, se suma el blablá de metas

Winston EstremadoiroAntropólogo

La marcha de los Urus y el blablá étnico-populista Ya no se trata solo de los pueblos indígenas del oriente de Bolivia. También los pueblos

indígenas del occidente, considerados afines al Gobierno y beneficiaros principales de sus políticas, se declaran ignorados y discriminados por el MAS. Es el caso de los Urus.

No marchan solo los moje-ños Trinitarios, Chimanes y Yuracarés del Tipnis, en

esta Bolivia donde los pies cansados y llagados caracterizan a tiempos de conseguir, à la Ghandi, reivin-dicaciones omitidas por siglos. La marcha de los Urus hacia la sede del gobierno centralista es ejemplo de ello. También desnuda contrasenti-dos del palabrerío étnico-populista tan de moda hoy.

Un poco de contexto. Los Urus son de habla puquina, quizá verda-deros herederos de la civilización tiahuanacota, hoy con capital ocu-pada por aymara asentados sobre las ruinas de su ciudadela. Subsisten en unas cada vez más reducidas ‘regio-nes de refugio’ –como las llamaba Gonzalo Aguirre Beltrán- en islas ar-tificiales de totora en Puno, y donde el río Desaguadero se desborda y se llama lago Uru-Uru, en las salobres cercanías del lago Poopó.

Están constituidos por tres ramas: los Uru-Huruitos, los Uru-Muratos y los Uru-Chipayas. Una rama vive en islas flotantes de totora, en cerca-nías de tierras peruanas circundantes al Lago Titicaca. No creo que se les haya ocurrido tan curioso hábitat si no fuera por el acoso hostil de do-minantes aymara. Pero es pertinen-te recalcar que el cuantioso flujo de turistas en el vecino país, asegura un incierto pasar vendiendo baratijas artesanales. Da para pensar que la totora, amén de base del suelo reno-vable que les sirve de lar, también se acullique como la hoja sagrada, quizá por sus cualidades nutritivas y estimulantes, sin que se haya ideado tramitar su despenalización en Vie-na, tal vez porque no se distrae su proceso a ‘totoraína’ o algún otro sucedáneo de la cocaína.

Según datos de Wikipedia, los Uru-Muratos, conocidos también como “hombres del lago”, vivían en cercanías del lago Poopó. En los años 30 del siglo pasado sus tierras y orillas acuáticas fueron invadidas por los aymara. Cambios en el ré-gimen pluviométrico casi hicieron

“De la tríada endilgada a la sabiduría andina, quizá la flojera no sea defecto de nuestro incansable Pre-sidente; basta hurgar la propaganda oficial para du-dar de lo segundo (no seas mentiroso); del tercero (no seas ladrón), la cáfila de ladrones suma y sigue en la corrupción de este y de anteriores gobiernos.”

Barlamentos

sociales como el “vivir bien”, la “vi-da armoniosa”, la “vida buena”, la “tierra sin mal” y el “camino o vida noble”.

De la tríada endilgada a la sabi-duría andina, quizá la flojera no sea defecto de nuestro incansable Pre-sidente; basta hurgar la propaganda oficial para dudar de lo segundo; del tercero, la cáfila de ladrones suma y sigue en la corrupción de este y de anteriores gobiernos. El “suma qamaña” (vivir bien) parece ser monopolio de prósperos cocaleros, etnocéntricos aymaras y centralismo gobiernista. El “ñandereko” (vida armoniosa) de los guaraníes no des-tila armonía a los pueblos chaque-ños a pesar de la danza de millones de recursos del gas. La “teko kavi” (vida buena), que no sé en cuál de los 36 enclaves étnicos se disfruta, parece restringida a uno que viaja de aquí para allá en avión lujoso y come lo que le gusta sin que le cueste un

chelín. Ciertamente, la “ivi marei” (tierra sin mal) no es posible si com-partida por “originarios” mojeños, Chimanes y Yuracarés con cocaleros del Chapare en el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Sécure, que eso, no me canso, ganso, quie-re decir Tipnis. Y el “qhapac ñan” quechua será camino o vida noble para los adeptos al Gobierno, sean estos juramentados o infiltrados.

¡Déjennos aunque sea la propie-dad de campos marginales!, parecen implorar los indígenas Urus en su marcha a la sede de gobierno, que-jándose del cerco de los aymara que poco a poco les roban sus tierras. Es que la explotación del hombre por el hombre no es tema cuya descripción es exclusiva de Marx. Ya Hobbes en su “el hombre es lobo para el hombre” lo anticipó, y es racismo al revés culpar solo a los “k’aras” de tan despreciable práctica sobre los indígenas.

ESTADO DE DERECHO

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ESTADO DE DERECHO

Incontinencias verbales eignorancias presidencialesEl Presidente parece gustar de alimentar las ‘evadas’ que ya dieron hasta para publi-

car libros. La más reciente de sus ‘evadas’ ocurrió hace poco, frente a los cocaleros, a los que instó a dejar de usar condón para que haya una explosión demográfica.

Entre unas y otras, el presiden-te Evo Morales siempre deja dudas sobre su condición de

estadista. Su verborrea puede produ-cir hilaridad, pero ante todo produce indignación, como cuando insta a los cocaleros a que dejen de usar con-dones para promover la explosión demográfica, pues Bolivia es un país poco poblado. Esa incitación es una afrenta a las mujeres, es violar el de-recho a decidir sobre sus cuerpos y el derecho a convertirse en madres cuando lo decidan, no por mandato político que amenaza a convertirse en política de Estado.

Esa convocatoria remacha su visión patriarcal y machista: el hombre cen-tro del universo. De ahí su convicción

de pensar a las mujeres como meras paridoras y reproductoras del género humano, sin importar su dignidad, sus anhelos, su presente y futuro, su vida privada. Además de menoscabar la condición femenina ¿no sabe el presi-

dente que usar condones previene los embarazos no deseados y los abortos mal practicados que son la tercera cau-sa de mortalidad materna en Bolivia? ¿Qué sabe S.E. de las necesidades de mujeres violadas, madres solteras o

Al parecer, S.E. tampoco sabe que la forma más eficaz de romper el ciclo perverso de reproducción de la pobre-za, es decir, de madres pobres a hijos pobres, es con educación como posi-bilidad de satisfacer sus necesidades básicas y como medio para satisfa-cerlas. Es decir, con políticas públicas de género a favor de las mujeres que promuevan la educación de la pobla-ción femenina, en la que recae gran parte de la deuda social, hasta ahora impagable.

En realidad poco sabe el presiden-te, pues el uso de preservativos es una de las más importantes política de Estado aplicada en muchos países y promovida por organismos inter-nacionales, para preservar la salud pública frente a las enfermedades de transmisión sexual, particularmente el VIH/SIDA, entre otras.

Y vamos dE mal En PEor...

Además de incontinencias verbales y groseras ignorancias presidenciales, el país transita de conflicto en conflic-to. Como el de Oruro, a cuyo aeropuer-to los adulones del presidente le cam-biaron el nombre del piloto pionero de la aviación nacional, Juan Mendoza, por el de Juan Evo Morales Ayma, lo que generó una movilización masi-va con bloqueos y huelga de hambre contra de dicho cambio, durante tres semanas, con lenguaje y acciones de violencia creciente. Finalmente ganó

“Además de menoscabar la condición femenina, ¿no sabe el presidente que usar condones previene los embarazos no deseados y los abortos mal prac-ticados que son la tercera causa de mortalidad ma-terna en Bolivia? Él piensa a las mujeres como me-ras paridoras y reproductoras del género humano.”

abandonadas, maltratadas, sin trabajo, sin acceso a la educación para enfren-tar su vida y la de su descendencia? ¿Sabe algo de las consecuencias de tales condiciones sobre hijos e hijas que generan sin remedio la reproduc-ción intergeneracional e intrafamiliar de la pobreza? ¿Sabe Morales que la pobreza se origina en la privación de activos y oportunidades esenciales a los que tienen derecho todos los seres humanos, amén de la inequitativa dis-tribución de la riqueza?

Si no lo sabe, tampoco sabrá el presidente que la pobreza puede ser vista desde una doble dimensión: como privación de la posibilidad de satisfacer necesidades básicas y como privación de los medios para satisfacerlas. Esa doble condición determina que las mujeres son más pobres en la medida en que carecen de recursos para buscar las formas más apropiadas de satisfacer sus necesidades, pues una proporción importante de ellas carece de edu-cación, empleo e ingresos propios. En vez de pretender poblar Bolivia de más pobres, el presidente debiera saber -lo debió haber sabido antes de hablar- que una política de pobla-ción seria exige la planificación del desarrollo mediante una adecuada y agresiva articulación económica. Es decir, generación de empleo produc-tivo, digno y seguro, que garanticen calidad de vida y no el mero eslogan propagandístico “para vivir bien”.

Susana Seleme Antelo

Periodista y cientista

política

¿Tendrá conciencia el Presidente Evo Mora-les de los exabruptos que suele decir en sus intervenciones públi-cas? Susana Seleme no lo creo, dada la repetición de declara-ciones que suelen ser hirientes para sectores de la población no politizados.

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Santa Cruz de la Sierra • Bolivia

ESTADO DE DERECHO

la presión cívica y popular y ese aero-puerto conservará su antiguo nombre. La pregunta obvia es si los hombres del oficialismo interpretan ese mensa-je de rebeldía como un rechazo a polí-ticas de imposición autoritaria, sobre todo cuando la rebelión se gestó en una de las regiones andinas, otrora más afín a Morales y los suyos.

En toco caso, no es solo el cambio de un nombre, es la intención de cam-biar la historia de Bolivia, o borrarla a cualquier costo, mientras Morales, quien dijo no tener competencia en aquel conflicto, se solaza en el culto a su personalidad. Ya tiene un museo con su nombre, en Orinoca, pueblo del Altiplano donde nació. También quiere tener un aeropuerto, ya no el de Oruro, pero tendrá el de Chimoré, co-mo le han asegurado sus afiliados de la Federación Sindical de Cocaleros del Trópico de Cochabamba, de la cual es presidente hace 17 años. Lo sugestivo de ese aeropuerto, que tendrá carácter internacional, es la cercanía a la zona productora de hojas de coca, tenien-do el de Cochabamba a escasos kiló-metros 121 Km., lo mismo que el de Santa Cruz de la Sierra, a 224 y ambos también internacionales. ¿Para qué, entonces un aeropuerto en Chimoré? Morales y los cocaleros debieran ex-plicar el sentido y el objetivo del mi-llonario emprendimiento, cuyo valor asciende a $us. 36.6 millones.

Amén de museo y aeropuerto ¿qué más querrá el autócrata Morales para satisfacer su narcisismo políti-co? Nada menos que una tercera re-reelección, violando la Disposición Transitoria Primera (inciso ii) de la Constitución Política del Estado -cu-ya aprobación costó tres muertos- que textualmente dice: “Los mandatos anteriores a la vigencia de esta Cons-titución serán tomados en cuenta a los efectos del cómputo de los nuevos periodos de funciones”. Y van dos co-mo manda la ley: de 2006 a 2010 y de 2010 a 2015.

En democracia nadie llega al poder para quedarse, como anunció hace siete años Morales, apenas iniciado su primer mandato en 2006: “No so-mos inquilinos, llegamos a Palacio para quedarnos” dijo entonces. Sin embargo, nadie se queda hasta la que las velas no ardan ni con “maniobras envolventes”, el ‘vice’ dixit, que no es otra cosa que una mentira disfrazada, ni mandatos políticos contra la auto-nomía de las mujeres. Morales y los suyos sí son “inquilinos” en el Palacio de Gobierno, como los son todos los gobernantes que respetan la alterna-bilidad democrática en el ejercicio del poder, como saludable medida frente a tentaciones prorrogables de manera autoritaria y sine die. Creer lo contra-rio es ir de mal en peor.

Decir la verdad, en tiempos de engaño, pensaba Goerge Orwell, se convierte en un acto revolucionario, como lo fue el de Oruro.

La fauna de los escritores sin compromiso

El silencio frente a la inmorali-dad tiene que ser duramente censurado. Si se permite ha-

blar, sea de manera verbal o escrita, callar es una opción que no puede justificarse cuando las desdichas nos golpean en la cara. Todo aquél que haya logrado tomar consciencia del bien, cuya defensa resulta indispen-sable, debe condenar las expresiones de la malicia. Hubo épocas en que, por la bestialidad del régimen, las críticas se respondían con guilloti-nas, proyectiles o apresamientos. No podemos desconocer que, por des-gracia, existen todavía predicadores de una situación tan ominosa como ésa. Sin embargo, entretanto haya un resquicio de libertad, se nos impone una obligación que no corresponde incumplir. Huelga decir que la carga es mayor para quienes, por diferentes motivos, accedieron a un nivel inte-lectual en el cual las ideas pueden ser expuestas sin demasiadas dificulta-des. El ejercicio de la reflexión autó-noma trae consigo ese deber.

Si bien gran parte del siglo XX, principalmente, estuvo signada por el compromiso intelectual, muchos escritores quieren que nuestro tiempo no deje lugar para las preocupaciones de naturaleza política. Una insensatez de tal envergadura tiene que rebatir-se sin conmiseración. Yo no exijo la presencia de autores que, como An-dré Malraux, recurran al plomo para defender ideales; esa beligerancia es excepcional. Además, la figura del combatiente con alma literaria fue mancillada por guerrilleros que, se-dientos de inmortalidad, redactaban diarios mientras oprimían el gatillo y ejecutaban al correligionario. Em-pero, es inobjetable que, debido a la gravedad de las circunstancias, podría irrumpir esa urgencia, volviéndose necesario intervenir en el conflicto. Desde luego, ésta es una labor que, por las habilidades requeridas, no podría asumir cualquiera. Lo que no admite ninguna excepción es el deber de respaldar a quien batalle por nues-tros principios.

Aunque la gestión de los negocios públicos esté protagonizada, en gene-ral, por hombres mediocres, bufones

y corruptos, evitar su consideración es un despropósito que no se discul-pa. Enorgullecerse de no tener ningún interés en la conducción del Estado, más aún cuando éste se dirige a tri-turar al individuo, desnuda una con-vicción que será siempre dañina para nuestra convivencia. No hay guari-da que nos salve de la devastación totalitaria; las gracias del ruiseñor alivian los días en el calabozo, pero jamás frenan esa reclusión. Nadie discute que, por la cíclica repetición de sandeces, pueda dominarnos el pesimismo, fundando desconfianzas en torno a cualquier mejoramiento. Es menos frustrante ocuparse de los problemas personales, incluso emo-tivos, que aventurarse a enfrentar las miserias colectivas. Con todo, dado que ni siquiera la condición literaria puede liberar de una necesidad como coexistir, no parece inteligente con-ceder irrestrictamente a otros esas po-testades. Los ciudadanos están en la obligación de asediar al gobernante, fiscalizando decisiones que, a menu-do, implican abusos.

El desdén por lo político puede impedir la tranquilidad que se pre-cisa para disfrutar de la ficción, las conmociones líricas y los dramas del vivir, entre otras invenciones. Las extravagancias del genial Oscar Wilde fueron posibles en un am-biente de libertad. El momento en que las convenciones lo perturbaron, evidenciando la urgencia de cambios normativos, quedó claro cuán vulne-rable podía ser su purismo. En algún instante, la realidad estremecerá esa torre donde creímos estar seguros. Aun Borges, mortal que encontraba tediosas las actividades conectadas con el uso del poder, atacó al peronis-mo, soportando después la venganza de un régimen contrario a sus valores. Porque la misma lucidez que aleja de las apreciaciones corrientes, en distintos campos, debe acabar con el indiferentismo. Dar la espalda equi-vale a facilitar el sometimiento. Por consiguiente, no basta con citarse para leer fogosamente a Rimbaud; es también imprescindible que las re-uniones tengan al espíritu subversivo como musa.

¡Cuántas veces he deseado trabajar una novela, que como las de Flaubert, se com-pusiera de panorámicos lienzos…! Mas hoy, entre los ruidos de un edificio social que se

desmorona inevitablemente, no es posible pensar en bordados.” / Paul Berman

Guardando aparienciasNo sé si habrá sido por intercambio de favores, presión política o simple cuidado para guardar las apariencias, pero el Fiscal General decidió solo des-tituir de su cargo al fiscal Jimy Cuéllar, y no someterlo a proceso por las graves denuncias de extorsión hechas en su contra. Ni siquiera le valió a Guerrerito una denuncia formal por graves fallas cometidas por Cuéllar en el caso BISA.

Waltico y RaulicoEn Bolivia ya no se habla de 'los hom-bres del Presidente', sino de 'los hom-bres del Vice'. Y no, no lo estoy dicien-do en absoluto con carga personal que afecte a la varonil figura de Alvarito. Hablo de Waltico y de Raulico, por citar solo dos pesos pesados, cuyo poder en el Gobierno es proporcional a sus dis-creciones... ¡no aparecen pa' las fotos! Tanto misterio asusta. Por algo será...

A sus anchasDesde que Carlos Valverde no va más por Clássica FM con su programa Como somos, poco o nada se sabe de las an-danzas de doña Angélica y sus dos peo-nes: Percyto y Huguito. Dizque andan a sus anchas, gastando al trochimochi y celebrando que ya no está el ojo y la voz inquisidores de Carval. Ay, Reyes... algún día padecerá sopapos de la realidad que tarda en llegar, pero llega.

Feliz como una perdizOtros que siguen celebrando hasta hoy son los encargados de administrar la BoA inventada por el Gobierno para devorar a AeroSur. Sin competencia seria, la línea aérea del Gobierno está facturando que da calambre... sobre todo en días especiales. Leáse eso de días especiales como reuniones del MAS, viajes de masistas, festividades de masistas... suficiente para copar los vuelos de BoA, sin opción al pataleo.

Sigo esperando¿Se acuerda del anuncio que hicieron unos voceros de P.A.T. hace tiempo, justo cuando la Red cambió de due-ños? Dijeron entonces que "en un par de días después de la compra" revelarían en detalle quiénes eran los nuevos propietarios de la Red que an-tes perteneció a Abdalah Daher. De eso fue hace ya meses, y nada de aparecer tal detalle. ¿Por qué será?

Qué abusivosEstoy a punto de enviarle una cartita a Evito para que le brinque de una vez por todas a un sector que abusa a sus anchas de la gente: el de los taxistas, ya sean por cuenta propia o afiliados a radiomóviles. ¡Oiga, cobran lo que les cantan los huevos! Sobre todo en San-ta Cruz, donde hace ya tiempo dejó de existir la carrera de 5 bolivianos.

La frase"El comportamiento errático de Corea del Sur solo anunciará su destrucción final" / Jon Yong Ryong, Corea del Norte

El Loro Colla

EnriqueFernándezGarcíaEscritor, filósofo yabogado

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MUNDANAS

Todos dicen que después de trabajar año redondo es bue-no para la salud disfrutar de

unos días de ocio, debe ser por ese motivo que las empresas acostum-bran a conceder a sus trabajadores una vacación colectiva, las más de las veces a fin de año, casi siempre por quince días, tiempo por demás suficiente y prudencial como para que uno se olvide hasta de la suegra.

Aprovechando los feriados de carnaval tuve la suerte de salir del país y trasladarme en compañía de mi familia a un lugar tan visitado co-mo es Republica Dominicana, país que se ha convertido últimamente en un lugar de gran atracción turística, que cuenta con numerosos lugares de interés turístico, como por ejem-plo Punta Cana, un paraíso tropical, con sus playas tan hermosas; en po-cas palabras, un lugar maravilloso

desde todo punto de vista, el mismo que es visitado por millones de turis-tas americanos, canadienses, latinoa-mericanos y europeos.

De Bolivia salen con rumbo a ese destino una buena cantidad de turis-tas, todos ellos, cuentan con lujo de detalles lo maravilloso e inolvidable que es estar en las playas de Punta Cana, todos se admiran de la trans-formación y del progreso que está sufriendo ese país (República Do-minicana) gracias al turismo, nadie se olvida del trato cordial de su gente para con los turistas, la comodidad y la alimentación que proporciona, además de la infraestructura hotelera que posee, las oportunidades de em-pleo que generan estas inversiones extranjeras (capitales españoles) son para sorprenderse.

Algo que me llamó la atención fue saber que los dominicanos no tienen la más peregrina idea sobre Bolivia, no saben ni siquiera donde está ubicado geográficamente nues-

Chino Caero

[email protected]

tro país, con decirles que cuando salíamos de Panamá en un vuelo de Copa Airlines, por los parlantes se anunciaba la salida del vuelo número tanto con destino a la ciudad de Vi-ru Viru… ¿Qué tal? Y eso se repitió cuando estuvimos dentro del avión, el vuelo entre la ciudad de Panamá y ‘la ciudad’ de Viru Viru será de aproximadamente de cuatro horas y veinte minutos, decía la operadora.

Lo que nadie se anima a comentar es el calvario que debemos atravesar los ciudadanos de este “Estado Pluri-nacional” cuando tenemos la oportu-nidad de salir del país, es de no creer las trabas que se nos presentan con la finalidad de sacarnos “coimas”, los requisitos, las colas para poder ad-quirir un pasaporte, nos demuestran la ineficiencia de los funcionarios del gobierno, los actos y sistemas de corrupción en Bolivia y sus diversas formas de delincuencia siguen y se-guirán funcionando por los siglos de los siglos, porque los organismos

encargados de combatirla siguen viviendo de la extorsión ¿o estarán durmiendo el sueño de los justos?

No es que yo quiera decirles que no viajen o que no salgan al exterior, simplemente les relataré las peripe-cias y el calvario por el que debemos atravesar quienes tenemos deseos de salir fuera de nuestro país con la intención de conocer y disfrutar de algo nuevo y, como es lógico, de pa-so descansar. Después de leer este mi comentario, les invito a imaginarse lo que les ocurre a quienes se animan a visitar nuestro país ahora que nues-tro Divino Evo ha lanzado su slogan que dice “Bolivia te Espera”.

Porque uno poniendo cara de co-judo se pregunta, ¿cómo es que es-peramos que los turistas nos visiten si hasta ahora las autoridades boli-vianas no pueden hacer nada contra la inseguridad ciudadana?, si cons-tantemente los turistas sufren asaltos a manos de “policías falsos”, donde pierden sus cámaras fotográficas, fil-madoras y documentos, además de dinero en efectivo, y muy rara vez se da con los autores.

Cómo es que esperamos a los tu-ristas, si el rato menos pensado en cualquier parte del territorio nacional de produce un bloqueo de caminos que dura varios días, quedando los pobres turistas sin saber cómo conti-nuar la triste aventura de querer co-nocer este maravilloso país, volvien-do a sus lugares de origen lamentado haber venido a perder su tiempo?

Vacaciones de fin de añoHe aquí el motivo de la ausencia de Chino Caero Soto con sus crónicas en SemanarioUno:

vacaciones de fin de año en Punta Cana. Una experiencia que vale la pena compartir, pero no solo esto: también el drama vivido antes del viaje, por la burocracia en Bolivia.

“Lo que nadie se anima a comentar es el calvario que debemos atravesar los ciudadanos de este Estado Plurinacional cuando tenemos la oportunidad de salir del país, es de no creer las trabas que se nos presentan con la finalidad de sacarnos coimas, los requisitos y las colas para adquirir un pasaporte...”

Si corrigiéramos la inseguridad ciudadana que nos tiene aterroriza-dos a los ciudadanos que vivimos en Bolivia (peor a los turistas), si las autoridades nacionales garantizaran el libre tránsito de la gente, si mejo-ramos la atención de los bolivianos para con los extranjeros en cuanto a educación y respeto se refiere, si co-rrigiéramos las trabas burocráticas en las oficinas públicas, con seguri-dad que los turistas se irían con bue-nos recuerdos y tal vez con deseos de volver a visitarnos; mientras eso no ocurra, no esperemos que los turistas nos visiten y más bien coloquemos un letrero grande que diga ¡No visite Bolivia… plis!

Bueno, quien desea viajar y salir al exterior debe tener su pasaporte y para eso deberá ir a las 4 o 5 de la madrugada a las puertas de Migra-ción, donde luego de acomodarse en la fila (haga frio o calor, así sea un día lluvioso), después de cuatro horas lo empezarán a atender, a na-die le importa que los rayos del sol abrazador lo tengan ya medio “san-cochao”, la atención comienza a las 8.30 de acuerdo al turno de llegada (dizque).

A esa hora entregan un papelito numerado con el que será atendido, pero muchos que no hicieron cola aparecen más frescos que una le-chuga delante de quienes tuvieron la desgracia de no pagar 100 pesos por el puesto y en este negocio existe una mafia de sinvergüenzas que todos los

Chino Caero viajó a Punta Cana con su familia, para disfrutar de vaca-ciones. Pero aun de paseo, su alma de periodista no lo abandonó: siempre estuvo presto a bus-car novedades para relatarlas luego. Lle-vó el chaleco de la Federación Sindical de Trabajadores de la Prensa y, ¡cómo no!, ediciones de SemanarioUno...

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Santa Cruz de la Sierra • Bolivia

MUNDANAS

La segunda versión de la Feria Internacional de la Construc-ción, Arquitectura y Diseño

(Ficad) abrirá este miércoles 3 de abril y con ello se dará inicio a una se-mana dedicada a la arquitectura. Or-ganizada de manera conjunta entre el Colegio de Arquitectos de Santa Cruz y Fexpocruz, la Ficad 2013 dará paso a cinco días en los que arquitectura, diseño y tecnología convergerán en un mismo espacio: el predio ferial de Fexpocruz.

Allí, más de 150 expositores mos-trarán productos de más de 15 países sobre un predio de 8.500 metros cua-drados. Los visitantes podrán apre-ciar productos y servicios de más de 30 rubros, entre arquitectura, diseño, construcción, decoración, bienes raí-ces, ingeniería, carpintería, equipa-miento y otros.

En síntesis, en la Ficad 2013 el pú-blico tendrá la oportunidad de cono-cer empresas que brindan productos y servicios para hacer realidad el sueño de la casa propia, desde la compra del terreno, pasando por el diseño de la casa, la construcción, amoblado y decoración de la misma.

Sin embargo, la Ficad no llega sola. De manera paralela a la feria se realizarán dos eventos académicos dedicados a la arquitectura. Uno de ellos es el VI Seminario Nacional de Tecnología en Arquitectura (Senta).

El seminario contará con la pre-sencia de seis profesionales invitados, quienes llegarán desde Argentina, México y Bolivia. Se trata de María Teresa Egozcue (Argentina), Móni-ca Pérez Baez (México), Edmundo Gantier (Bolivia), Pablo Cabrera (Bolivia), Miguel Morales Audivert (Bolivia) y Néstor Guzmán (Bolivia). Ellos compartirán sus conocimientos y experiencias en diferentes ámbitos de la arquitectura con los más de 500 universitario y arquitectos registrado.

Para completar el trío de activida-des, la Exposición Nacional de Pro-yectos de Estudiantes de Arquitectura permitirá que universitarios de todo el país presenten propuestas arquitectó-nicos con énfasis en tecnología..

Los tres eventos se desarrollarán del 3 al 7 de abril en un mismo lugar: el campo ferial de Expocruz, en la avenida Roca y Coronado y tercer anillo externo. Miguel Ángel Souza es el contacto para tener más infor-mación. Puede hacerlo enviando un mensaje a comunicació[email protected] o llamando al 750-02786.

Abril llega con tres eventos de arquitectura

días están parados en las puertas de Migración, “trabajando” en combi-nola con los policías y con el perso-nal que atiende, de seguro que todos deben morder la coima, ¡ay, del que reclame algo!, lo sacan de la fila en-tre todos y no lo atienden o le buscan una infinidad de requerimientos.

Los policías que trabajan allá (no todos seguramente) no se dan cuenta que antes que autoridad son servidores públicos, ellos creen que su palabra es Ley, todavía viven como en los mejores tiempos del MNR, prepotentes, sin una pisca de cultura ni educación, en las puertas de esa institución tuve la desgracia de toparme con un policía G. Chura (seguro que no es cruceño), prepo-tente, atrevido como él solo, que me prohibió sacar fotos a las personas que estaban haciendo cola en Mi-gración para adornar este comenta-rio, parece que se dio cuenta que en mi chaleco decía “Federación de la Prensa”, y como estos odian a los periodistas que denunciamos casos de corrupción y extorsión, entonces quiso hacerse el policía estricto, este policía tuvo el atrevimiento de decirme que para sacar fotos en la calle debería tener permiso de la Dirección.

Si ese es el trato para con un ciu-dadano en su propio país, ¿se ima-

ginan cómo tratan a los extranjeros? No por nada el Reporte de Viajes y Turismo Competitivo 2013 del Foro Económico Mundial (que se hace cada dos años) considera a Bolivia como el país menos amigable para con los turistas, lo que quiere decir que no sabemos tratar a los turistas. ¡Y así esperamos que nos visiten los turistas!

Una vez que llega a la ventanilla donde será atendido (luego de dos horas de haber ingresado) y luego de un breve interrogatorio, lo mandan a depositar en una agencia bancaria (la más cercana está a veinte cuadras) 495 bolivianos para adquirir su pa-saporte, yo me pregunto: si existen cientos de personas que a diario sa-can pasaporte, ¿por qué no se habili-ta una agencia bancaria dentro de las mismas oficinas?

Después de hacer el depósito y si al carnet de identidad no le pillaron alguna fallita, debe volver a Migra-ción nuevamente a hacer cola y mos-

trar el depósito para continuar al trá-mite. Al día siguiente, luego de estar dos a tres horas ahí dentro, le sacan fotos y al otro día sale el pasaporte, siempre y cuando presente su “Cer-tificado Internacional de Vacunación contra la fiebre amarilla”, ese certi-ficado tan importante y que parece tan estricto uno lo obtiene por otros 100 pesos (las agencias de viaje se encargan de conseguir).

Este certificado dice más o menos así: ”Este certificado solo será válido si la vacuna empleada ha sido apro-bada por la Organización Mundial de la Salud y el Centro de vacuna-ción ha sido designado por la Admi-nistración Sanitaria del territorio en que este situado…”, “El certificado será firmado de puño y letra por un medio (no dice médico) calificado u otra persona autorizada por la ad-ministración de la salud nacional, el sello no es aceptable en lugar de esta firma, cualquier enmienda o barra-dura (no dice borradura) y la omisión de cualquiera de los datos requeridos podrán acarrear la invalidez del pre-sente certificado…”

Ante esta triste realidad, el ciu-dadano se ve obligado a “coimear” porque sabe que si no lo hace debe ir a hacer colas interminables, donde nos atienden sin darse cuenta que es su obligación y no como creen los

funcionarios que nos están haciendo un favor, muchas personas por evi-tar esas colas desesperantes (porque tienen el tiempo calculado, por razo-nes de salud, trabajo o estudio) optan por viajar no siempre con los docu-mentos en regla y los problemas le salen peor y ninguna autoridad ve la manera de facilitar o mejorar el des-empeño de los funcionarios, ya sea mejorando su sueldo.

Ya una vez en el aeropuerto de Viru Viru, a punto de abordar el vuelo, agentes de Narcóticos y del Servicio de Migración (no todos bien uniformados) nos inspeccio-nan hasta las orejas, como que-riendo pillar droga, la revisión se la hace a hombres mujeres y niños o niñas, preguntando por qué lleva dólares (se olvidan que afuera todo se paga y en dólares). Despegamos en un vuelo a su hora y sin nove-dad, llegamos a Lima, luego de una breve escala llegamos a Santo Do-mingo, aeropuerto Las Américas. Ya una vez en Santo Domingo, nos trasladaron por una carretera en construcción, pero en perfectas condiciones de señalización, por 240 kilómetros (no obstante de no estar terminada) hasta llegar al hotel Paradisus Punta Cana, un hotel ma-ravilloso donde tuvimos la suerte de alojarnos.

Lo más triste de todo es retornar al país y toparse con funcionarios de aduanas que le vacían las male-tas diciendo que están en una “lucha frontal contra el contrabando”, que-riendo decomisar todo lo que pillan, sin saber que los turistas tienen de-recho a mil dólares de mercadería libre, olvidándose además que los verdaderos contrabandistas están en La Ramada y en las ferias de Ba-rrio Lindo, dentro la ciudad, donde se vende de todo y sin extender facturas, duele ver la carretera que une el aeropuerto con la ciudad, sin señalización ni iluminación, ade-más llena de baches, duele volver a encontrase con la ciudad sucia y desordenada, duele volver a ver los vehículos con placas despintadas parándose donde les da la gana y sus conductores sin utilizar los cin-turones de seguridad, duele volver a ver nuestros mercados sucios y ma-lolientes, volver a ver los titulares de los periódicos con denuncias de violaciones y asesinatos…

Lo único bueno del retorno es en-contrase con los seres queridos, con los amigos y compañeros de trabajo, con los clientes y con los amigos con quienes uno por whatsapp ha inter-cambiado novedades desde la dis-tancia… en fin, nos falta mucho por aprender, pero algún día no muy le-jano tengo la esperanza de escuchar a los turistas decir “Visiten Bolivia, no se arrepentirán”. Porque ellos tie-nen mucho por conocer y nosotros harto para ofrecer.

“Lo más triste de todo es retornar al país y toparse con funcionarios de aduanas que le vacían las maletas diciendo que están en una ‘lucha frontal contra el contrabando’, queriendo decomisar todo lo que pillan, ”

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LECTURAS

Después de los cálidos días del cambio de año, San Pablo se vol-

vió más amena. Las vacaciones escolares, el tránsito menos ator-mentado, los cines más vacíos y la temperatura agradable invitaban al descanso.

Fui a ver una película admi-rable, Amour (2012), en la que los actores Emmanuelle Riva y Jean-Louis Trintignant, dirigidos por Michael Haneke, desarrollan la trama de la relación entre una pareja de viejos músicos que lle-va una vida confortable, para las normas europeas, aunque sin ser-vicio doméstico y aislada de los familiares.

Además de eso, en la vejez se

padecen contratiempos. El derra-me que sufre la mujer no debilita la ternura del marido. Pero la vida cotidiana es dura: él tiene que car-garla para ir al baño, le tiene que dar de comer en la boca, etcétera.

Ante el empeoramiento de la salud de la madre, la hija tiene dificultades para entender y li-diar con la situación, denotando más angustia que afecto y, quizá, cierta preocupación material con lo que pueda quedar. El yerno es insoportable y los nietos no apa-recen. Resultado, los dos viejos se van consumiendo en un mundo que es sólo de ellos, entre buenos recuerdos y la desesperación hasta el último gesto de amor.

Así son las relaciones huma-nas: ambiguas, cambiantes, llenas de pasión y de odio. Pero en cada generación, aunque sea en la ten-

sión y la discordia, se entiende el lenguaje del otro. La vivencia de las mismas situaciones crea refe-rencias que atiborran la razón.

Todavía bajo el impacto de Amour participé en una cena con la pareja de Grecia y Rober-to Schwartz (un crítico literario), amigos desde hace más de 50 años. Nos vemos de tiempo en tiempo, manteniendo la amistad aunque estemos separados en el campo político.

Por coincidencia, el día seña-lado para la cena, José Serra (ex gobernador del estado de San Pa-blo), otro amigo con quien he con-vivido desde hace más de medio siglo, tenían una cita en mi casa. Mis conversaciones con Serra son

largas, durante horas corridas. Y rara vez terminan el mismo día, puesto que no soy noctívago. Se-rra llegó indispuesto. Imaginé que la conversación estaría limitada. Pero luego, con la franqueza su-ficiente para saber cada quien lo que piensa el otro, fluyó bien. De repente miré el reloj y advertí: “Dentro de poco llegará Roberto”. Serra se quedó.

Al cenar en un restaurante, em-pezamos la conversación recor-dando a un amigo común, Albert Hirschman. El gran economis-ta recientemente fallecido tuvo enorme influencia sobre todos nosotros, como persona y como intelectual, lo que hizo amena la conversación. Él era una especie de renacentista contemporáneo, “artesano” de palabras e ideas, que no apreciaba las “grandes teo-

Fernando Hernique Cardoso comparte con sus lectores las reflexiones hechas junto a sus amigos Grecia y Roberto Schwartz, y el ex gobernador paulista José Serra, sobre política, partidos y ciudadanía en el siglo XXI. En la conversación, el pasado estuvo presente.

Conversaciones entre intelectuales

FernandoHenriqueCardoso

Ex Presidente de Brasil

/ Infobae

“...se van consumiendo en un mundo que es sólo de ellos, entre buenos recuerdos y la desesperación hasta el último gesto de amor Así son las relaciones humanas: ambiguas, cambiantes, llenas de pasión y odio. Pero en cada generación, aunque sea en la ten-sión y la discordia, se entiende el lenguaje del otro.”

rías” pero que, con sus miniaturas, arrojaba luz sobre la historia y la naturaleza de los conflictos socia-les y humanos.

Pasado el momento de las con-vergencias, Roberto me preguntó: “Cuando ustedes (en teoría) eran socialistas, ¿qué querían y en qué creían?”

Yo le respondí: “Nuestro obje-tivo era mayor igualdad y el me-dio para lograrla era eliminar la apropiación privada de los medios de producción; todo lo demás era secundario, incluso la libertad”.

Me dije a mí mismo que ha-bía variaciones en la izquierda; los trotskistas hacía mucho de-nunciaban el terror estalinista, aunque algunos de sus líderes también lo hubieran practicado; la “izquierda democrática”, más liberal, no estaba comprometida con prácticas contra la libertad.

Me quedé pensando en qué te-nía que ver esa discusión con los días actuales. ¿Quién piensa to-davía en el “control colectivo” de

los medios de producción? Solo quizá los nacional- desarrollistas que aman el capitalismo dirigido e identifican el Estado con la co-lectividad, aunque no por eso sean de izquierda.

En otro momento, Roberto, más fiel a las tesis clásicas de la izquierda, comentó: “¿No les pa-rece que incluso sin referencia ex-plícita a las clases sociales y sus luchas, éstas existen y se necesita una teoría que las sitúe en función de la forma contemporánea de acumulación del capital, incluso en China?”

Le respondí: “Sí me parece, pero tendría que proponerse una nueva teoría general del capital y de las relaciones de producción, pues la globalización modificó mucho las cosas”.

“No parece que la oposición burguesía-proletariado tenga la vigencia que tuvo en el pasado. La disolución del concepto de clases en las ‘categorías de in-greso’, llamadas clases A, B, C,

Bajo el impa-cro de esta pe-lícula, Amour, Fernando Henrique Cardoso tiene en su casa un encuentro entre amigos que deriva en una conver-sación más sabrosa que la cena servida la noche de la cita. (El filme está en cartelera en el Cine Palace)

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Santa Cruz de la Sierra • Bolivia

Seguir la actualidad desde una óptica igualitaria es un verdadero tormento, dice Gabriela Cañas, al comentar el uso y abuso del cuerpo de la mujer para vender de todo. Hasta Louis Vuitton.

Estereotipos en pantalla plana

Un hombre me muestra escan-dalizado sobre una moderna tableta elvídeo publicitario

de Louis Vuitton sobre su última colección de ropa. Las modelos, sen-suales y semidesnudas, hacen la calle. Son prostitutas en la noche parisina que muestran sus prendas y sus cuer-pos con esos gestos de reclamo tan viejos y manidos que buscan encen-der la libido para atrapar al potencial cliente. Abunda la ropa interior, cla-ro, como en esas pasarelas de moda que incluso las televisiones públicas muestran justo antes del telediario para que la audiencia no se vaya y se quede frente a la pantalla, hipnotizada por la visión de esos cuerpos imposi-bles, para seguir las noticias, bastante menos sexys.

El estereotipo, la sensual exhibi-ción del cuerpo de las mujeres, fun-ciona tan exitosamente que las acti-vistas de Femen, un grupo feminista ucraniano, protesta siempre con el torso desnudo. Se arriesgan a ser til-dadas de machistas y, desde luego, a no ser tomadas en serio, pero con-sideran que esta es la única manera que, hoy por hoy, tienen de salir en los medios. Y es verdad que sus ma-nifestaciones suelen encontrar hueco en la televisión cuando se manifiestan contra la tiranía, la corrupción y, so-bre todo, el mercado del sexo. Salen menos cuando son enviadas a prisión. Tiene menos glamur.

La mayoría de las mujeres no usan el topless como parte de su trabajo. No son putas ni se desnudan para pro-testar. Trabajan honradamente —si es que pueden— por salarios que no son para tirar cohetes y muchas han empezado a despuntar en todos los ámbitos. Así que ahora el mal, como un caleidoscopio, ha ampliado el es-pectro de sus múltiples caras. Antes había solo unas cuantas malas de verdad: la madrastra de Blancanieves —espléndida Maribel Verdú en este papel—, la suegra, Eva incitadora del pecado y poco más. Ahora contamos con muchas más malas remalas que además de perversas son tachadas de incompetentes con total ligereza. To-dos los gobiernos tienen alguna; llá-mese ahora Ana Mato o antes Bibiana Aído. Me pregunto si el nivel de las

ellos. Por eso, la Liga de Campeones de la UEFA utiliza una pieza de Hän-del adaptada por el compositor Tony Britte, para representarnos a los mi-llonarios futbolistas como dioses del olimpo en plena gesta. ¡Qué curioso, la pieza de Händel se llama Zadok the Priest(Zadok el sacerdote)!

Mientras los purpurados se en-tregaban a los ritos de elección del nuevo papa, en Nueva York, el Vati-cano se aliaba con países fundamen-talistaspara evitar que la ONU sacase adelante un texto condenatorio de las agresiones contra las mujeres y a favor del acceso a la salud reproduc-tiva. ¿Por qué? Porque a la Iglesia de Roma nunca le ha gustado que se re-chacen las tradiciones y los motivos religiosos como excusa para tolerar la

violencia de género. Por encima del bienestar de ellas están las creencias que, por cierto, solo los hombres ad-ministran en todas las religiones.

En Afganistán es costumbre en auge casar forzadamente a las niñas, así que mientras las tropas occiden-tales se baten en retirada dejando aquello como un erial, ellas caen en la desesperación. La situación es peor que hace una década. En el hospital de Mazar-i-Sharif llegan ahora una media de tres chicas al día que han intentado suicidarse (usan matarra-tas). Hace diez años llegaban un par de ellas al mes. En India, el 80% de los matrimonios son concertados y en ellos las jóvenes suelen ser mera mercancía, aunque es un sistema que las familias eligen para evitar que sus hijas sean violadas.

Seguir la actualidad desde una óptica igualitaria es un verdadero tor-mento.

descalificaciones habría sido tan duro en caso de que esta crisis hubiera pi-llado por medio a un hombre al frente de la cancillería alemana. La ortodo-xia germana en el terreno económico no la inventó Merkel.

Hace muchos años cundió la es-pecie de que el cine y la televisión estaban plagados de publicidad subli-minal. Temíamos que una película de Disney nos implantara en el cerebro sin saberlo las ganas de consumir una coca-cola. Ahora ya no hay sutile-zas. Véase el vídeo de Louis Vuitton y otros similares o véase también el escaso nivel de crítica con el que he-mos asistido embelesados al cambio de papado con todos esos fastos de hombres, solo hombres, ataviados con ricos hábitosmedievales y ha-blando del espíritu santo, ese que solo se comunica con varones. Las mujeres no están invitadas al festín. Dios es masculino. El olimpo es de

“El estereotipo, la sensual exhibición del cuerpo de las mujeres, funciona tan exitosamente que las activistas de Femen protestan siempre con el torso desnudo. Se arriesgan a ser tildadas de machistas y a no ser tomadas en serio, pero consideran que es la única manera que tienen de salir en los medios.”

GabrielaCañas/ El Paísde España

D, o en esta ‘nueva clase media’ difícilmente se sustenta teórica-mente”, agregué.

Otra vez, mirando la actuali-dad, ¿quién de la izquierda, del centro o de la derecha, es decir, en cualquier lugar del espectro político vigente, piensa en estas cuestiones? El gobierno del Par-tido de los Trabajadores (PT) es el primero en jactarse de la expan-sión de las “nuevas clases me-dias” y en celebrar los éxitos del capitalismo, quedando avergon-zado cuando el “pequeño PIB” (producto interno bruto) parece comprometerlo.

Pasando de las consideraciones abstractas a terrenos más concre-tos, Serra criticó duramente la desindustrialización en curso, los desmanes en la administración por la penetración de los intereses políticos y clientelares, en fin, la conducción del PT.

A eso, Roberto replicó, como era de esperarse: “Pero ha habido avances sociales innegables”. Y yo agregué que esos empezaron en mi gobierno.

“Está bien”, admitió, “pero ga-naron más dimensión con el PT. Vean el acceso a las universidades con las cuotas”.

Por fin, jaque mate: ¿Y el es-cándalo de las “mensualidades” (un sistema de compra de votos parlamentarios)?

“¡Ah!, pero es la ‘derecha’ la que se regocija con las condenas, aunque sin ellas la justicia se vería comprometida”.

Serra, más incisivo, pregunta: “¿Y el PT es de izquierda?” Silen-cio general.

Las categorías en las que está-bamos de acuerdo nos impedían clasificar a los partidos actuales en la escala antigua en la que nos formamos.

Puede parecer que el desacuer-do era general, pero no. Conver-sábamos como quien hubiera vi-vido una misma historia política y cultural. Era un diálogo entre personas de la misma generación, a pesar de los desacuerdos que pu-dieran existir.

¿El diálogo que tuvimos ten-dría sentido para las nuevas ge-neraciones? O quizá es que Fer-nando Gabeira (periodista y ex diputado federal por Río de Janei-ro) tiene razón: “Las diferencias contemporáneas son conductuales (ser o no evangélico, aceptar o no el matrimonio gay, ser “verde” o “jurásico”, y así sucesivamente)”.

¿El diálogo cálido, y para noso-tros interesante, que nos llevó sin darnos cuenta a retroceder en el tiempo, tendrá algún sentido para las nuevas generaciones? ¿O será que para ellas nosotros somos “los otros”?

LECTURAS

Page 20: Edición Nº 504: ...diez años deschipando realidades

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