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Secretaria General: Lidia Fagale

Producción:Leticia AmatoSebastian BramanteBeatriz ChisleanschiPatricia D´auriaEmiliano EtreaMariela LoboAnahí MásSergio Torres

Diseño: Julio Albornoz

Agradecemos a Gus, Maicas, Pati y Pipi Spósito por su colaboración.

Despenalización del aborto 4

Entrevista a Ana María Ramb 12

Maternidad 20

Entrevista a Cristina Caiati 24

Mujer objeto 30

Entrevista a Luisa Valenzuela 36

Salarios 40

Violencia de género 44

Entrevista Luisa Valmaggia 54

Encuesta de género:

Análisis de los resultados 61

S U M A R I O

E Q U I P O

Introducción

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La perspectiva de género para mirar, reflexionar y

comprender nuestras realidades ha sido sustancial en

el último período tanto en nuestro país, Argentina,

como en el resto de América Latina y el Caribe.

Este modo de pensarnos no ha dejado de aportar

nuevas categorías de análisis, logrando visibilizar

relaciones de poder, estereotipos varios, el entramado,

en definitiva, de una cultura que se presenta como

“natural”.

Mucho hemos aportado en el plano jurídico, pero

desplazar el entramado cultural sigue siendo una

batalla diaria.

En este dossier, se compilan las preguntas que aún

están pendientes de ser respondidas en la práctica

concreta de la vida; se reflejan, también, experiencias

de quiénes en la órbita laboral han atravesado por

obstáculos aún vigentes.

Avances y retrocesos, ambivalencias y confirmaciones.

En definitiva relaciones de poder que generan un en-

tramado que no escapará ya a la visión crítica de esta

perspectiva, la de género y que hoy nos reúne en este

material a manera de dialogo y en la búsqueda

irrenunciable de consolidar y buscar nuevas y renova-

das alternativas.

Lidia Fagale

Secretaria General de la Utpba

Mayo de 2013

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Mientras niñas, adolescentes y mujeres mueren o quedan con se-cuelas psicológicas y/o físicas producto de abortos hechos a lasombra de un sistema de salud que prevenga que éste no pase yde un Estado que se responsabilice de ser el eslabón fundamentalpara evitar que esto continúe sucediendo, hay leyes que se siguenignorando. No hay educación sexual en las aulas ni se hace exten-sivo el uso de la ley de ligadura de trompas y vasectomía; tampocose cumple con la ley de protección integral de las mujeres, dondeuno de sus artículos clama: “El derecho de las mujeres a vivir unavida sin violencia”. Vivir sin violencia debería ser: educación paradecidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para nomorir. Como bien lo definió la Campaña Nacional por el Derecho alAborto Legal, Seguro y Gratuito.La misma Ley, en otro de sus artículos, clama que se garanticenlos derechos de las mujeres a la salud, la educación, la integridadfísica, psicológica, sexual, decidir sobre la vida reproductiva, nú-mero de embarazos y cuándo tenerlos; todos derechos que se venvulnerados y negados, y su incumplimiento recae en los sectoresmás desprotegidos de la sociedad. Los mismos sectores que sonestigmatizados por tener muchxs hijxs o, en su defecto, por decidirno tenerlos.Aunque el hecho punitivo que implica un aborto no sirve para evi-tar su ejecución y en los hechos hay muy pocos casos judicializa-dos, esto no excluye que se encuentre penalizado y que se realiceen la clandestinidad. El proyecto de la Campaña Nacional por elDerecho al Aborto, supone no sólo la legalización -que el abortovoluntario sea atendido en hospitales públicos y obras sociales-sino también su despenalización, que implica la eliminación de losartículos que penalizan el aborto.Es fundamental entender el rol que juegan los centros de salud,hospitales, ginecólogxs y demás encargadxs de la salud en hacerllegar los métodos anticonceptivos a toda la población. Nunca hay

Si la interrupción voluntaria del embarazo fuera legal...

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Adriana VegaEstoy totalmente de acuerdo, por varias razones, una porla libertad original de la mujer o por no estar preparadapara ser madre y dos, abandono del varón que es ineludi-ble para la crianza y porque la prohibición afecta la vidade la madre humilde sin médico confiable.

Bettina CastroEs imperiosa la legalización del aborto, una razón macroes porque cualquier sociedad que se considere moderna,inclusiva y de vanguardia en un nuevo siglo donde se vanconsolidando derechos inimaginables debe respetar losderechos de todos y todas. Es triste que se mantengan en este tema discusiones de-cimonónicas, hipócritas, machistas y opresivas. Usar elcuerpo de la mujer como campo de batalla donde li-brar cruzadas religiosas o pujas de intereses ajenosque no contemplen el derecho de ser mujeres li-bres para tomar las decisiones que creamos quepodamos sostener ante nosotras, es realmente in-comprensible.

Por Analía Daniela López (*) Ab

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que perder de vista la pata económica que significa la realizaciónde un aborto; hay que preguntarse por qué estos sectores implica-dos son los que fervientemente en lo público rechazan el aborto através de la objeción de conciencia y en lo privado lo realizan. Ade-más, de repensar que estas áreas son las encargadas de la distri-bución de los insumos como el DIU, pastillas anticonceptivas opreservativos, recursos fundamentales para prevenir un embarazo.En una entrevista brindada a Página 12 el ex ministro de SaludGinés González García decía sobre el aborto: “representa la princi-pal causa de mortalidad materna. Existiendo una cantidad tre-menda de abortos, de los cuales cerca de 85 mil por año terminaninternándose en hospitales públicos”. Las mujeres siguen pade-ciendo el maltrato público y privado, hecho que se refleja cuandose acude a un hospital público con signos de haberse realizado unaborto. El trato que se les dispensa y la humillación son parte delengranaje del sistema que las culpabiliza por haber llegado a eseestado y no haberse “hecho cargo” de esa maternidad: son atendi-das por residentes de primer año, los anestesistas se demoran enllegar, se les realiza legrados sin anestesia... El sistema de saludcomo juez y parte del castigo.Hasta el presente ni la condena moral, religiosa o punitiva han evi-tado que una mujer que este decidida a realizar una interrupciónvoluntaria de su embarazo, no se la realice. A pesar de esto, existeun pensamiento muy anclado en el sistema patriarcal que asumeque a una mujer se le despiertan los mal llamados “instintos ma-ternales” una vez que queda embarazada, vinculación que se hacede lo femenino con lo animal-natural. Entender que esto no es así,implica una deconstrucción del sistema androcéntrico, patriarcal,económico, cultural y religioso que nos subyuga. Porque si la interrupción voluntaria del embarazo fuera legal seterminaría con un negocio impune que beneficia a unxs y quemata a niñas, adolescentes y mujeres, y a su vez se respetaría ellibre derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo. Por eso,que el aborto sea legal sigue siendo una deuda pendiente que nosdebemos como sociedad.

Hay tres casos donde el aborto se encuentra contemplado ennuestra legislación, Art. 86 del Código Penal: Si existe peligropara la vida, la salud y en casos de violación.La corte Suprema de Justicia se vió obligada a dictaminar sobreeste artículo para poner fin a una seguidilla de judicializacionesque obstaculizaban la concreción de los Abortos No Punibles(ANP) y dejaban un amplio margen de acción a grupos que se au-todenominan “pro vida”. Sin embargo, ni el Código Penal ni lo re-suelto por la Corte Suprema parecen ser suficientes para hacercumplir la Ley.

(*) Coordinadora de Revista Furias.

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Emilia MariamEn la Argentina mueren por año 400 mujeres por abortoclandestino. Esto es un problema de salud pública, queademás atenta contra el derecho de todas las mujeres adecidir sobre nuestros cuerpos. Por eso es necesario quemantengamos en agenda la urgencia de que el Congresotrate el proyecto presentado por la Campaña Nacionalpor el Aborto Legal seguro y gratuito, que permanece ca-joneado. En nuestras coberturas recuperaremos la ideaque se haga afectivo el lema educación sexual para deci-dir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal, seguroy gratuito para no morir.

Gabriela CarlsonEl aborto inseguro y clandestino se lleva la vida de másde cien mujeres al año en nuestro país. Guiadas por ladesesperación soportan prácticas terribles y muchasmueren por infecciones avanzadas. La mayoría son mal-tratadas, desvalorizadas, violentadas y juzgadas.Y como en tantos otros temas, el rol histórico de los me-dios ha sido fundamental en la producción -y desplaza-miento- de sentidos y en la construcción de un imaginariosocial que aún hoy sigue sosteniendo el orden patriarcal.Es necesario entonces, informar seriamente, dejando elmiedo y la hipocresía de lado, y aportar verdaderos datoscientíficos que pongan luz a este tema para que por fin sepromulgue una ley que contemple la realidad vigente yasí se salde una de las grandes deudas pendientes denuestra democracia en materia de Derechos Humanos,salud y autodeterminación.En este contexto, el debate sobre la despenalización ¿esmoral o debiera pensarse en políticas de salud públicaserias y honestas con lo que acontece?

Graciela GrecoCuando una música clerical da asueto en las Escuelas Pú-blicas laicas en mi Buenos Aires, voy a hablar sobre elaborto,teniendo en cuenta mis pasos primarios y secun-darios por la educación católica.La adolescencia, el trabajo en las villas, los fogones, gui-tarreada, novio y relación sexual oculta desembocó en unembarazo no deseado y no sabiendo qué hacer, ni a quiénrecurrir. Hablo del miedo a morir al realizarme un abortoa los 16 años cuando asistí con mi novio a un sucuchosin ningún tipo de seguridad sanitaria, ni profesional.Estoy a favor del aborto legal, seguro y gratuito en todaslas instituciones hospitalarias públicas del país. Puesdesde mi aborto en 1966 hasta la fecha miles de mujeresmurieron. Solo en el año 2012 más 500.000 mujeres serealizaron abortos clandestinos mientras que diputados ysenadores dilatan desde el año 2010 el tratamiento y laaprobación de una ley. Canjean muerte por costo polí-tico, vaya saber ante quien. Ante las mujeres y sobre todomás pobres, seguro que no.

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Las mujeres no estamos detrásde un gran hombre, caminamos a la par

El rol de las religiones y los derechos de la mujer,una pugna que lleva más de dos mil años.

Por Mónica Papaianni (*)

Ya los sacerdotes hebreos enEl Antiguo Testamento plas-maron leyes para obtener eldominio sobre el género feme-nino a través de “un dios invisi-ble” que hasta podía quitar la vida deno ser acatadas las reglas allí enumeradas. Pasa-ron dos milenios y un poco más y aún seguimosluchando por ejercer nuestros derechos natura-les.En este contexto, podemos disparar un tema con-trovertido y ríspido a la vez, como lo es, sin lugara dudas, el aborto. De este surgen dos posicio-nes antagónicas para el debate: No punible oclandestino, olvidando la principal posición y dela que nadie habla: el rol de los varones en estacuestión que es el derecho a la vida y que nopuede ser gestada de otra manera que en comu-nión. Por lo tanto, deslindar la responsabilidadsolamente al género femenino en cuanto a tomardecisiones nos vuelve a las reglas del AntiguoTestamento. Una posición protagonista amerita a que se ela-boren campañas dirigidas a los hombres, de nivelanticonceptivo y que acompañen al cuidado de lamujer y a su salud física, porque convengamosque, no punible o clandestino, legal o ilegal, elcuerpo lo pone la mujer para una acción quirúr-gica que pude dejar huellas psicofísicas. Estascampañas deben contemplar también educarpara un cambio real de cultura, que eche por tie-rra el ancestral predominio machista y de carác-ter de igualdad en todos los órdenes a la mujercon respecto al hombre.

(*) Periodista

Nadia MansillaInequidad salarial y laboral; mandatos morales; sobre-carga de responsabilidades en el cuidado de niños, ancia-nos y enfermos; cultura machocrática; proxenetismo. Detodas las deudas que restan hacia una real igualdad degénero, la más fácil de saldar es la de la salud. La mayor,en un contexto que así lo permite, sería, sin lugar adudas, la despenalización del aborto. Urgente y necesa-ria, marcaría el fin de una era hipócrita y desigual, nosólo en cuanto al género sino también en términos socia-les.

María José ColomboAntes no se podía hablar del aborto, era mala palabra.Hoy es un debate necesario en nuestra sociedad y cuantomás esté en boca de las mujeres, más personas van a co-nocer y poder formar una opinión. Si se calla la sociedadmiles de mujeres pobres morirán a causa de abortos malpracticados. Cuidemos nuestra salud hablando y discu-tiendo para así poder salvar vidas.

Nora Trumper (*)En principio adhiero plenamente a la consigna de los or-ganismos y las personas que estamos a favor de la legali-zación del aborto: "Educación sexual para decidir.Anticonceptivos para no abortar. Aborto legal para nomorir."Condenar y penalizar el aborto es violar un derecho hu-mano y ético de las mujeres. Hoy el tema está instaladoen la sociedad y movilizado en forma "clandestina", por-que los legisladores no asumen la responsabilidad polí-tica y social que significa debatir el tema en el Congresode la Nación y sancionar la ley. Hay que bregar por un Es-tado laico, por el desapego de los prejuicios y el no ejerci-cio de una falsa moral de los dirigentes. Suresponsabilidad política es no darle la espalda a las milesde mujeres que mueren anualmente por abortos clandes-tinos.

(*) Productora Periodística (Programas de A24, Canal Telemax y radio Argentina)

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Patricia CiriglianoPor confesión respeto la vida humana desde la concepción. Siempre tra-bajé con Matronatación (el método que he creado) con futuras madres yniños muy pequeños, es un tema muy sensible para mí.Comprendo la problemática adulta, tantas veces dolorosa pero abogo porel pequeño inocente que duerme confiado en el nido uterino de la madre.

Adela Pereyra De poder elegir nadie lo elegiría. Nadie decide porque sí pasar por unaoperación de riñón o de páncreas, nadie. Pero si una mujer decide termi-nar con un embarazo es porque, de seguro con mucha angustia, no veotra opción: porque es muy joven o porque no es el momento indicado… Hoy sucede que miles de mujeres abortan por determinación propia, elproblema no está en el aborto en sí, sino en que quienes tienen plata lohacen sin poner en riesgo su vida y quienes carecen de recursos sí.Por eso es imprescindible “educación sexual para decidir, anticonceptivospara no abortar y aborto legal para no morir”.

Graciela RíosLa legalización del aborto es un tema pendiente y sumamente necesarioen nuestro país. Los sectores que históricamente se han opuesto a quehaya una ley donde el aborto sea legal son quienes, con hipocresía,plantean un falso debate sobre la concepción de la vida. Ellos siemprecuentan con los recursos económicos para abortar en clínicas con altatecnología y atención profesional que, aun en un marco de total ilegali-dad, confirman que tal práctica médica es segura.Resulta necesario que las compañeras, en especial las mujeres pobres,cuenten con todas las garantías legales y la seguridad en la atenciónmédica, en los casos de embarazos no deseados. La situación actualque penaliza el aborto no terapéutico lo clandestiniza y explica en granmedida las cifras de muertes maternas evitables, que se cuentan pormiles como consecuencia directa de las complicaciones del aborto reali-zado en condiciones de riesgo e inseguridad. Como también el caso delas niñas madres muchas de ellas abusadas, a veces, en su mismo en-torno familiar.

Cecilia SernaA pesar de lo controvertido del tema he decidido dar mi humilde opiniónal respecto, si bien considero sagrada la vida, hay que pensar que tam-bién es sagrada la vida de la mujer, psíquica y físicamente. Quien no haya pasado por la experiencia de una violación no entenderá loque significa obligar a una mujer a llevar en el vientre durante nuevemeses el recuerdo de tan dolorosa experiencia con la premisa de quepueda darlo en adopción.Es complejo que otra persona decida por nosotras, llámese juez, médicoo clero cuales serían las justificaciones para eliminar una vida. Creo quela tarea es sembrar conciencia, educación, información y métodos anti-conceptivos al alcance de todos, por el embarazo no deseado y las enfer-medades que nos acosan hoy. El resto debe quedar en la decisión sagradade cada mujer.

PATI

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Desmitificando esa frase histórica “detrás de cada gran hom-bre hay una gran mujer”, en estos días da vuelta otra “detrásde cada revolucionario no hay nadie, pues su compañera ca-mina a su lado, nunca atrás”. Esa es Ana María Ramb, mili-tante, revolucionaria, luchadora, una gran mujer de esas quesiempre están –y estuvieron- al lado en la pelea por la dignidadde la vida. Ana María, escritora, periodista, editora, docente, traductora,ganadora de importantes distinciones por su carrera literaria,despertó a edad muy temprana al mundo de las reivindicacio-nes y de la solidaridad de clase. Hoy participa en el “Comité Ar-gentino por la Libertad de los Cinco” y sigue tan activa comoayer, como siempre.

¿Cuándo y cómo empezaste a sentir que eras una militante?

La militancia tanto como trabajadora como por la equidad degénero la comencé cuando era una adolescente. A los 17 añospor razones familiares tuve que dejar la escuela normal y em-pezar a trabajar, perdí la calificación de 10 absoluto que tenía,pero para mi fue la apertura más soñada de otro mundo, delmundo del trabajo, de las reivindicaciones, de la solidaridad yahí forjé mi identidad como trabajadora y por consiguiente, mielección de clase. Si bien algunas pautas heredadas familiar-

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“Supe de las enormes capacidades que tiene el serhumano aún en los peoresmomentos de su vida”

Entrevista a Ana María Ramb

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mente no me servían en esa nueva etapa, en cuestión de gé-nero mi madre fue una adelantada y una maestra porque meinculcó la necesidad de que la mujer fuera autónoma económi-camente y que no renunciara a su trabajo ni a su carrera. Tam-bién me enseñó a respetar todas las ideologías y religiones,pero no me inculcó ninguna, y me transfirió un modelo demujer que no está basado en la maternidad sino un modelo in-tegral de persona, de ser humano.

Ingresar al mundo del trabajo no te impidió continuar con tus es-tudios.

Si, y una vez que me recibí empecé a trabajar como maestra yen esas escalas de interinatos y suplencias, recalé en la Secre-taría del Menor. Fui maestra durante 10 años en una EscuelaHogar donde asistían chicos que, o no tenían familia, o la so-ciedad los había puesto en la calle. Allí aprendí de mis alumnosunas pautas de vida y de lealtad muy valiosas y supe de lasenormes capacidades que tiene el ser humano aún en los peo-res momentos de su vida. Como docente, a los 26 años era secretaria de Relaciones La-borales de ADOMI (Asociación Docentes de la Minoridad) con-ducida generalmente por gente de origen socialista. Ahí conocía Edmundo Guibourg, pero también a docentes comunistascomo Tito Armas o Adriana Viola y trabajé con ellos muchotiempo. A fines de los años 60, principios de los 70 empecé adesempeñarme en el turno opuesto, como traductora de edito-rial Temporada. Ahí me di cuenta que había una contradicción,todos los empleados estaban bajo el régimen de empleados decomercio. Era una patronal pionera en la instalación del trabajopor contrato o basura. Algunas compañeras me informaron queexistía la APBA (Asociación de Prensa de Buenos Aires) que enese momento estaba dirigida por Enrique Tortosa, Sergio Pe-ralta y Antonio Tarsitani, y bajo su consejo hice una labor muyminuciosa y semi-secreta en el seno de la empresa. Fui afi-liando a todos los compañeros a la APBA, nos presentamos

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ante el Ministerio de Trabajo y tuvieron que reconocer el encua-dre, pasamos entonces de ser empleados de comercio a laAPBA.

Comenzaban tiempos difíciles para la militancia

Eran tiempos de la Triple A. En el año 1975 entraron a mi de-partamento en el que no había nadie. Se llevaron todo lo pocovalioso que tenía, evidentemente buscaban algún papel pero yono tenía nada de nada, ni del sindicato, ni nada. Esa mismatarde y en el mismo piso entraron en la casa de una amiga míacuyo hijo militaba en la JUP (Juventud Universitaria Peronista).Mi amiga no quiso hacer la denuncia, yo fui a hacerla –cuentacon cara de ilusa- El comisario me dijo “por su bien no le voy atomar la denuncia y le voy a dar un consejo, no vaya a su casapor mucho tiempo”. Les pedí a mi madre y mi hijo que no vol-vieran y yo estuve durmiendo en muchas casas durante ese ve-rano. El 25 de marzo de 1976 me llama quien yo había dejadoa cargo para que reciba mi correspondencia y me dice quellegó un telegrama cuyo texto era “queda exonerada por reali-zar actividades subversivas y pro-cubanas en la empresa (Tem-porada)”. No volví al trabajo nunca más pero con lasindicaciones de los compañeros respondo el telegrama y lesinicio juicio por despido. A la par intento ir a ver a los compa-ñeros delegados de otros medios, el primero fue el Negro (Héc-tor) Demarchi de El Cronista, cuando pregunto por él uncompañero en voz baja me dice, “se lo chuparon”, era la pri-mera vez que yo oía ese término. Pero en ese momento penséque lo habían detenido, todos pensamos eso inicialmente. Voya La Razón y el delegado se había tomado un avión a España yasí todos. En marzo de ese año la Liga de los Derechos delHombre asume mi defensa. En mayo abro el diario y me en-cuentro que habían allanado el estudio del abogado que llevabami causa acusado de preparar documentación falsa para sacarsubversivos al exterior. Pero quien en ese momento era dele-gado de La Prensa había conseguido dos testigos a mi favor

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Eran tiempos de la Triple A. En el año 1975 entraron a mi

departamento en el que no habíanadie. Se llevaron todo lo poco

valioso que tenía, evidentementebuscaban algún papel pero yo no

tenía nada de nada, ni del sindicato, ni nada.

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La época de Alfonsín (Raúl), fue un reverdecer del feminismo

pero acotado a un grupo restringido, era la lucha por la patria potestad

que fue durísima.

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(ninguno de mis compañeros podía serlo porque los compro-metía) y pude llegar a un arreglo que me permitió poder vivir.Se me acusaba de agente cubana.

Y mientras tanto continuabas en tu tarea docente...

Efectivamente, continúo con el trabajo en el Hogar y organizo laCooperadora con los comerciantes de la localidad de Lomas deMirador (*”). Quien me ayudó fue mi compañero, la pareja real,auténtica de mi vida. Él militaba en el Partido Comunista y fuequien me enseñó formas de seguridad y cómo moverme. Yoabría y cerraba la escuelita, cerré un día a las 21 hs. La ave-nida Provincias Unidas (Ruta 3) estaba totalmente sin luz, es-peré durante una hora el colectivo 55 que no venía y de prontoaparece un jeep y se sube a la vereda para atropellarme. Yo nofui siempre gorda, en es época era flaca y veloz, hago una espe-cie de vertiginoso zigzag y me tiro en un ligustro, arrastrán-dome llego hasta la escuelita y entro sin encender la luz. Allíno había teléfono y no tenía como avisarle a mi marido. Metiré sobre una colchoneta de gimnasia, me relajé, pero nodormí. A la mañana siguiente mi marido haciéndose pasar porun vendedor de libros me viene a buscar y con la excusa del al-muerzo salí de la escuela y nunca más volví, ni siquiera a bus-car mi guardapolvo. Mandé renuncia por telegramacolacionado. En el momento en que me tiré por el ligustro seme produce un esguince, fue un dolor muy fuerte, cuando lle-gué a casa no quise recibir ayuda ni ver a un médico porque es-taba aterrada, con el tiempo se me jodió el tobillo este (hoyAna requiere de un bastón para caminar).

Habías perdido los dos trabajos

Estaba sin trabajo y con la necesidad de pasarle dinero a mimamá y mi marido, que había tenido otro matrimonio, a sushijos. La hija de mi marido que trabajaba en Editorial Abril, mepresenta allí diciendo que no tenía experiencia laboral. Hice

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una prueba e ingresé directamente. Después de un tiempo paséa Revista Claudia cuyo director era de la Fede (Federación Juve-nil Comunista) y el clima era más tranquilo. Claudia siemprefue diferente de las demás revistas femeninas y tuve que hacernotas por ejemplo sobre violencia familiar y demostrar que noestaba restringida a las clases menos pudientes sino que sedaba en todas las clases o sobre la patria potestad, ahí tuvimosproblemas con la iglesia que mandaban cartas. También conlos compañeros tomamos tres días Editorial Abril en PaseoColón. Como castigo me pasaron a la revista de noticias 7 Díasy ahí hice la primera nota sobre Palestina y nos echaron al jefey a mi.

¿De qué año estamos hablando?

Era el año 1987, año en que también fallece mi marido. Habíatenido problemas en el trabajo y cuando llega a casa se me caeen los brazos con un ACV y muere –relata con los ojos llenos delágrimas. Era muy duro volver a casa y no tener a mi compa-ñero. Fue una época muy difícil. Trabajé tres días en EditorialPerfil pero era una máquina de picar carne. Hacía colaboracio-nes y notas para mis compañeras cuando se iban de vacacio-nes. Paralelamente también participaba y llegué a dirigir AquíNosotras, la revista de la UMA (Unión de Mujeres de la Argen-tina), colaboré en el Periódico Barrial Afiche, di talleres que mesalvaron bastante económicamente hasta que salió la pensiónde mi marido y me pude jubilar en la Caja de Periodistas a los55 años.La facultad me ayudó mucho, yo estudié para editora pero tam-bién hice las tres cuarta partes de la Carrera de Letras.

¿Cómo eran las luchas por la equidad de género cuando vos em-pezaste y ahora? ¿Notás cambios?

La época de Alfonsín (Raúl), fue un reverdecer del feminismopero acotado a un grupo restringido, era la lucha por la patria

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Por mi condición de mujer tuveun jefe en Claudia que siempre

tropezaba con mis partes curvilí-neas. Yo en esa época usaba

tacos finos y cuando él cometíaesos acosos casualmente le dabaun pisotón, pero no había posibili-

dad de hacer una denuncia

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potestad que fue durísima. En cambio ahora la conciencia degénero ha entrado en la subjetividad de la mujer y sabe de lasconquistas logradas y de las que aún faltan por conquistar. Porejemplo tengo entendido que la figura de femicidio no se ins-taló en la letra de la ley, la Trata también es otro de los temascandentes si bien hay avances en la legislación. Y en la situa-ción laboral lo que preocupa muchísimo es el empleo joven.Creo que los jóvenes son más explotados que cuando yo iniciémi carrera laboral.En la época de la dictadura hubo una pérdida de derechos paratodos los trabajadores pero aún más para la mujer.

¿Pasaste situaciones de acoso?

Por mi condición de mujer tuve un jefe en Claudia que siempretropezaba con mis partes curvilíneas. Yo en esa época usabatacos finos y cuando él cometía esos acosos casualmente ledaba un pisotón, pero no había posibilidad de hacer una de-nuncia en ese momento porque la desestimaban los jefes, nohabía amparo legal y siempre estaba la velada sospecha de queuna lo hubiese promovido.

¿Sufriste la presencia machista en el gremio?

En el gremio fui una de las primeras delegadas mujeres y metocó cuando estaba en Temporada participar como invitada enuna de las reuniones de paritarias, no como Nora Lafon, porquien me saco el sombrero, que tuvo que prepararse muchopara discutir con la inescrupulosidad de los empresarios. Lamayoría éramos mujeres y a la lucha que le siguió al tema delencuadre fue por la guardería o ley de jardines maternales -malllamados maternales porque los hijos también lo son de unpadre- que aún está sin reglamentar. Respecto a tu pregunta te diría que no, siempre que habíaalgún despido yo estaba ahí, por eso no llegué a ser promovida

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como Secretaria de Redacción. Inclusive algunos compañerosde Editorial Abril me habían invitado a estar en la nueva comi-sión interna pero mi marido me dijo saliste de dos, y no memetí.

¿Te arrepentís de algo en tu historia de militancia?

No, las elecciones que hice fueron a conciencia y con pleno co-nocimiento.

(**) Partido de la Matanza. Zona Oeste del Gran Buenos Aires

(*) Periodistautpba

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El pedido es que escriba sobre “mujer y maternidad”. Llevo un libro escrito sobre el tema y cada día se van escri-biendo nuevas páginas invisibles en el cotidiano con mis doshijos, con mi pareja, con los mandatos de los que todavía, -y apesar que para muchas mujeres soy casi revolucionaria por tra-bajar, viajar, tener un compañero que está muy presente en lacrianza- están vigentes. Demasiado para mi gusto. El “mes de la mujer” es también el de comienzo de clases,vuelta de las vacaciones, comienzo de año. ¿Cómo hacer parano olvidarte de comprar el libro de matemáticas o las hojascuadriculadas tamaño A4? El día previo a comenzar las clases,siempre es un estrés. A la noche, me di cuenta que me habíaolvidado de comprar un cuaderno. Mi hijo mayor se puso a llo-rar porque lo iban a retar por no llevar cosas. Yo, a pesar deque ya está en sexto grado, y de que me desgañité tratando dellegar con todo lo necesario, mientras trabajaba, organizaba ac-tividades en torno al 8 de marzo, mientras soy feminista, mecuestioné el no haber podido, el haberme olvidado, el habermedejado estar para a último momento repasar si estaba todo enorden. Por eso es que digo que los mandatos de la maternidad naturaly divina -estado que supuestamente todas las mujeres desea-mos naturalmente-, siguen teniendo sus músculos tensos, lis-tos para reaccionar cuando menos lo imaginamos; sobre todoahí, en el mundo privado, íntimo, pero tan político, cuando to-davía nos preguntamos en silencio (si es que tenemos la suertede no tener a alguien que nos lo recuerde) si estamos haciendolas cosas bien. Mis hijos saben que su mamá es una defensora de los derechosde las mujeres y este tópico es casi un punto de chiste en la fa-milia. -Ya está la feminista- me dicen cuando empiezo hablar sobre eltema. Y entonces me pregunto, esta vez en el sentido que sí meimporta, si estaré haciendo las cosas bien. También cuando es-

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cucho que el mayor le dice al más chico: -Marica, dejá de llorar.Dudas. La maternidad es una serie de incógnitas todavía.¿Cómo serán esos hijos varones que estoy criando cuandosean adultos? ¿Querrán una mujer abnegada esperándolos conla comidita en casa? O habré logrado (con la ayuda de losavances del colectivo de mujeres y feminista, cómo obviarlo)que consideren a sus parejas como pares. Hay algo que me ilumina. Mientas escribo, mi hijo está co-miendo brownies. Es un fanático de los cuadraditos de choco-late. Pero no solo le gusta comerlos. Le encanta prepararlos élsolo. Los últimos días, tarde por medio, agarra la caja que yame hizo comprar en el supermercado y sigue las instruccio-nes hasta lograr los tan deseados brownies. Ese gesto me enorgullece. Es un nene, será un varón adultodentro de poco, y es muy natural para él ponerse a cocinarcuando tiene ganas de comer algo. Lo personal es político¿se acuerdan?

(*) Periodista, escritora. Autora del libro “Y un día me convertí en esamadre que aborrecía” (Capital Intelectual). Actualmente es directora de

la Comisión de Mujer, Infancia, Adolescencia y Juventud de la Legislatura porteña.

María Marta Susperregui (*)¿Cuál es la edad para hacer lo que

nos gusta?¿Por qué nos posterga-mos?¿Adónde esta el secreto?Lo importante es darnosla oportunidad para tras-cender,Sí. Mi vida encontró mo-tivo fue cantar, el cantar me ar-monizó.

Espero que cada uno de ustedes encuentrenalgo para ¡vivir felices!

(*) Productora Periodística (Programas de A24, Canal Telemax y radio Argentina)

“Mujer y maternidad”

Por Sonia Santoro*Se

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• Reconocer en padres e hijos a los verdaderos protagonistas.• No intervenir o interferir rutinariamente en este proceso natural, no habiendo una si-tuación de riesgo evidente.• Reconocer y respetar las necesidades individuales de cada mujer/pareja y el modo enque desean transcurrir esta experiencia (en una institución o en su domicilio).• Respetar la intimidad del entorno durante el parto y el nacimiento.• Favorecer la libertad de posición y movimiento de la mujer durante todo el trabajo departo (parto en cuclillas, en el agua, semisentada, o como desee).• Promover el vínculo personalizado entre la pareja y el equipo de asistencia profesional.• Respetar la necesidad de elección de la mujer de las personas que la acompañarán enel parto (familia, pareja, amigos, etc.)• Cuidar el vínculo inmediato de la madre con el recién nacido, evitando someter al niñoa cualquier maniobra de resucitación o exámenes innecesarios.

Ley de Parto Humanizado. Nro 25.929 “Derechos de Padres e Hijos durante el Proceso de Nacimiento”

ARTICULO 1 Garantiza• Su vigencia en el ámbito público como privado de la atención de la salud en el país.• Las obras sociales regidas por leyes nacionales y las entidades de medicina prepagadeberán brindar obligatoriamente las prestaciones establecidas en esta ley, las que que-dan incorporadas al Programa Médico Obligatorio.

ARTICULO 2 Toda mujer, en relación con el embarazo, el trabajo de parto, el parto y el pos-tparto, tiene derecho:• A ser informada sobre las distintas intervenciones médicas, de manera que puedaoptar libremente.• A ser tratada con respeto, de modo personalizado y que se garantice su intimidad.• A ser considerada, como una persona sana, de modo que sea protagonista de su pro-pio parto.• Al parto natural, respetuoso de los tiempos biológico y psicológico, evitando prácticasinvasivas.• A ser informada sobre la evolución de su parto, el estado de su hijo o hija.• A no ser sometida a ningún examen o intervención cuyo propósito sea de investigación,salvo consentimiento por escrito.• A estar acompañada por una persona de su confianza y elección.• A tener a su lado a su hijo o hija durante la permanencia en el establecimiento sanita-rio.•A ser informada, desde el embarazo, sobre los beneficios de la lactancia materna y re-

cibir apoyo para amamantar.

ARTICULO 3 Toda persona recién nacida tiene derecho:

¿QUÉ SIGNIFICA PARTO HUMANIZADO?

• A ser tratada en forma respetuosa y digna.• A su inequívoca identificación.• A no ser objeto de investigación o docencia, salvo consentimiento escrito de sus representantes legales.• A la internación conjunta con su madre ensala.• A que sus padres reciban asesoramiento esobre los cuidados para su desarrollo y suplan de vacunación.

ARTÍCULO 4El padre y la madre dela persona recién na-cida en situación deriesgo tienen derecho:• A recibir información comprensible ysuficiente sobre la evolución de lasalud de su hijo o hija.• A tener acceso continuado a suhijo o hija mientras la situaciónclínica lo permita.• A prestar su consentimientopor escrito para cuantos exáme-nes o intervenciones se quierasometer al niño o niña confines de investigación, bajoprotocolo del Comité de Bioé-tica.• A que se facilite la lactanciamaterna de la persona reciénnacida.• A recibir asesoramientosobre los cuidados especialesdel niño o niña.

ARTICULO 5• El incumplimiento de lasobligaciones emergentesde la presente ley porparte de las obras socialesy entidades de medicinaprepaga, como así tambiénel incumplimiento por partede los profesionales de lasalud y sus colaboradores, yde las instituciones en queestos presten servicios, será con-siderado falta grave a los fines san-cionatorios, sin perjuicio de laresponsabilidad civil o penal que pu-diere corresponder.

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Sencilla, simple, consecuente y fiel a sus ideas e ideales. Asíes Cristina Caiati. Trabajó en el Informativo de Radio Belgranodesde que comenzó en los años ochenta hasta el año pasadoque se tomó como ella dice “su primer año sabático”, antesalade la jubilación que la encontró desprevenida el año pasado.También el CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales) la re-tuvo en su staff durante muchos años. En un bar de Avenida de Mayo, Cristina nos cuenta sus comien-zos en el periodismo y opina acerca de cómo las mujeres fui-mos ganando terreno en un lugar esencialmente cooptado porlos varones.

¿Cuándo empezaste a trabajar en prensa?

Soy egresada de la Escuela Superior de Periodismo de la Uni-versidad Nacional de la Plata (después fue universidad) y merecibí el 30 de marzo de 1976, seis días después del Golpe deEstado, pero con anterioridad había hecho algunas cosas suel-tas en la ciudad de Miramar. Apenas finalicé los estudios, hicelos trámites para obtener el título y me corrí de ese ámbito. Aesa altura algunos profesores y compañeros míos ya estabandesaparecidos y me quedé en el molde hasta el ´77 que me fuia Bolivia con mi compañero de ese momento que estudiaba ar-quitectura. Mi primer trabajo allí fue en “Radio Continental” dela ciudad de La Paz cuyo slogan era: “La voz de los trabajado-

“El hecho de que tengamos una secretaria General en prensa habla de un gran avance”

Entrevista a Cristina Caiati

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La mujer tiene bastante para dary además hemos sido más

persistentes y másconsecuentes. Nos plantamosen un lugar, decimos no nos

sacan y no nos sacan.

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peñó tareas allí. Esto fue en diciembre de 1980, cuatro añosmás tarde tuve la posibilidad de ingresar en Radio Belgranodonde trabajé hasta que me jubilé.

¿Observás que se produjeron cambios respecto a las condicio-nes laborales de la mujer en prensa, desde tus inicios a la actua-lidad?

A mí me parece que se ha avanzado muchísimo en ese sentido.El hecho de que tengamos una secretaria General en prensahabla de ese gran avance. Yo viví la época en que la UTPBA(Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires) era la Aso-ciación de Prensa de Buenos Aires (APBA), cuando se formóUTPBA, después de una lucha muy interesante, se fueron mar-cando pautas también en torno a las condiciones laborales delas mujeres.También por fuera del gremio, las mujeres hemos hecho avan-ces significativos en todas las áreas laborales y prensa nopodía quedar atrás, por el nivel de compromiso social y políticoque tiene la profesión, por lo menos la que yo conocía.

¿Y en el ámbito laboral puntual?

Tal vez alguna resistencia de los compañeros de radio, pero notanto tampoco. La mujer tiene bastante para dar y ademáshemos sido más persistentes y más consecuentes. Nos planta-mos en un lugar, decimos no nos sacan y no nos sacan.

¿Respecto a Bolivia, notaste diferencias con Buenos Aires?

En el informativo de Radio Continental de La Paz éramos bas-tante mujeres, si no recuerdo mal éramos mayoría. Y las muje-res salíamos a la calle. Yo no he vivido esa diferencia, tal vezporque me he movido en un ámbito de clase media pues sibien a la radio la mantenían los trabajadores fabriles, el infor-mativo era muy intelectual y muy preparado, tenías que sabermucho para estar allí.

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res fabriles en Bolivia”, la segunda radio de los trabajadores enese momento, la primera era la de los mineros. Comencé tra-bajando gratis el primer mes donde mis compañeros juntaronplata y me la dieron para que yo pueda sobrevivir y estuve en elinformativo hasta que ingresé a trabajar en el Congreso de laNación de Bolivia. Era un desafío muy grande para mí porqueme tenía que poner a estudiar toda la historia de Bolivia queera bastante dinámica. Me quedé allí con ellos y a la par tra-bajé también en “Radio Chiclana” y como correctora en el dia-rio “Hoy” de la Paz hasta que se produjo el golpe de estado deGarcía Meza (Luis) y comenzó una persecución. Éramos mu-chos los argentinos que estábamos allí y se estaba organizandoel Comité de Apoyo Solidario a los Argentinos, el cual integré.Viví algunas cosas duras como la caída de Lidia Gueiler Tejada(presidenta constitucional interina, prima de Luis García Meza)hasta el golpe de estado de García Meza en el que decidí volver,ya separada de mi compañero.Cuando llegué a Buenos Aires, me presenté a Familiares (deDetenidos y Desaparecidos por Razones Políticas) recomen-dada por un periodista muy amigo de los hijos de Cata Guag-nini. Me refiero a Andrés Solís Rada, que fue el primerMinistro de Hidrocarburo en la presidencia de Evo Morales. Fuia verla a Cata para ver si podía trabajar en alguna parte y ellame respondió: “si querés hacer prensa, nena, yo te recomiendoque hagas espectáculo o moda porque si hacés lo que hacíascon él, seguramente no vas a poder.” Si bien me fui medio mo-lesta, no con ella sino con la realidad, volví a verla y en un mo-mento que estábamos charlando sonó el teléfono y era EmilioMignone (fundador del CELS) quien le pedía si sabía de alguienque escribiera rápido en la máquina de escribir, pues había queredactar informes de Derechos Humanos. Cata me miró, tapóel teléfono y me preguntó “¿sabés escribir a máquina?”. Yo eraegresada de (Academias) Pitman por lo que me presenté y allíempecé haciendo un hábeas corpus por detenidos presos polí-ticos. Mignone me preguntó si me interesaba trabajar en elCELS y quedé, siendo la primer persona rentada que desem-

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¿Fuiste delegada en Radio Belgrano durante muchos años, paraun gremio machista ¿cómo resultó esa tarea siendo mujer?

Me eligieron mis compañeros y en nuestro gremio se respeta laelección. Durante un tiempo dejé de ser delegada por elecciónmía, pero cuando decidí retomar esa función, me volvieron aelegir. Creo que mis compañeros vieron en mi una actitud con-secuente, nunca negocié con ninguna patronal que pasó porBelgrano por detrás de ellos.

¿Cómo es para una mujer tan activa como vos, estar jubilada?

Yo trato de convencerme que no estoy jubilada, sino que estoyen un año sabático. Para mi es muy dura la jubilación porquepasé de una actividad intensiva a no hacer nada. Pero no esuna cuestión de planes, es otra etapa. Hay tiempos que antesno había, tiempo para salir, tomar un helado, para leer, para es-cribir y hay que encaminarse. La clave está en saber comoadmnistrarlo, y en eso estoy.

(*) Periodista

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Me eligieron mis compañeros yen nuestro gremio se respeta laelección. Durante un tiempo dejé

de ser delegada por elecciónmía, pero cuando decidí retomar

esa función, me volvieron a elegir.

MAICAS + SPÓSITO

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Por Cristina Rodríguez (*)

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En la publicidad mediática, la ima-gen de la mujer expresa claramentedos vertientes que la muestran, porun lado, en la función exclusiva deamas de casa-madres y por el otro,se vende un feminismo que la con-vierte en objeto sexual, reprodu-ciendo estereotipos de género quelogran despersonalizarla. En ambosroles se valora como principal carac-terística su cuerpo, se crea una ima-gen de mujer que no es real,estereotipada en el solo objetivo devender.Las consecuencias de esta falaciapublicitaria son muchas, donde pre-valece el deseo subliminal de laeterna juventud y belleza, que lleva ala mujer a infravalorarse en la luchacon su propio cuerpo, al no verseidentificada con la imagen que la pu-blicidad le vende.Hay una violencia comunicacional vinculante con la mujer perfectaque todo lo puede y que a la vez debe ser símbolo sexual, que ter-mina siendo una agresividad a la dignidad femenina.La creatividad publicitaria de los medios se basa en técnicas psi-cológicas que generan una dependencia con lo que ofrecen y eneste contexto la mujer es vulnerable porque con esa imagen de

La mujer como objeto en los medios masivos de comunicación

Yolanda Gómez La mujer ha sido desvalorizada durante siglos. Los medios de comuni-cación, quienes en general son machistas, contribuyen a forjar ciertosestereotipos que no coinciden plenamente con la realidad. Así comotambién históricamente se han atribuido características al género mas-culino consideradas como superiores o sobrevaloradas en comparacióna las asignadas al género femenino.

Objet

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Francia FernándezA pesar de que en las últimas décadas las mujeres han conquistado es-pacios como nunca antes, sus cuerpos son blancos de la mirada frívolaque la sociedad les impone. En los medios se las exhibe de forma gro-tesca, casi como parte del decorado, mientras que en la publicidad sue-len figuran por "partes”. El mercado plantea el cuerpo como unproducto de consumo, y en este marco siniestro, la mujer se desvive porestar delgada, eternamente joven y adscrita a modelos estereotipadosde belleza. El cuerpo femenino está diseñado para muchas cosas boni-tas, como albergar y dar una nueva vida. Equiparar el valor de unamujer a su imagen es privarla de las cualidades que la hacen completacomo ser humano. Y, probablemente, también de su alegría.

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salud-belleza-éxito, consume y financia su propia discrimina-ción.Dentro de la discriminación de género que transmiten los me-dios, también está presente la de raza y condición social yaque la mujer perfecta que se muestra corresponde al tipo de fí-sico exuberante, alta, delgada, blanca, rubia, con aptitud de se-guridad y éxito, siempre vinculada a los espaciossocioeconómicos altos, situando la imagen de la mujer de es-tratos socioeconómicos bajos, generalmente vinculada al roldel hogar y de menos valor.Esa imagen de perfección que nos muestra la publicidad me-diática crea necesidades a veces inalcanzables, para las que elmercado siempre tiene la solución, sin mediar el interés porevitar los desordenes en la salud, como es el caso de la bulimiay la anorexia, resultantes de una pérdida de identidad.Las mujeres no queremos estar en el imaginario social comoobjeto y mercancía, nuestro cuerpo no es un producto o unapropiedad con la consecuencia de los atributos de uso, goce yusufructo. Pedimos no ser incluidas en la transculturización,arma ideológica utilizada para imponer un modelo de vida. Nosomos un envase de productos rentables que sojuzgan nuestracondición de género que además, conllevan al impacto repro-ductor de la violencia.La revolución política se nutre de la revolución cultural.

(*) Escritora-Periodista-Directora de Memoriafertil Periódico Digital.

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BRINDO POR LAS ELLAS…

Por Karina Solano (*)

Comencé a trabajar en radio a fines de los ’80, con 18 años. La frase debienvenida de mis compañeros fue: las buenas productoras, tienenbuen culo y saben cebar mate. ¡Ok! Yo regresaba de un curso de pro-ducción radial en Ecuador orientado a la perspectiva de género, peroen los medios locales, nadie decía argentinas y argentinos y mis jefescreían que el feminismo espantaba audiencias. Años más tarde entré a la televisión, con jefas sin pareja adictas al tra-

bajo. Señoras con poderque lo que menos defendíaneran los derechos de la mujer y gastabangran parte de la energía en sostenerse ensus cargos.Contra el modelo visible, fui madre durantemi carrera de productora. Con la panza yadeshinchada y las tetas llenas de leche,comprobé que compañeros varones, luegode operarse los meniscos por ejemplo, re-cuperaban su puesto sin chistar. Yo volví deparir y -como en el juego de la oca- las dosveces perdí mi función y regresé al puntode partida. Con niños en edad escolar volví a la radio.Entraba a las 7 de la mañana y en partesiguales compartía el sueldo con Mirta, laniñera. Las reuniones de producción empe-zaban temprano, menos martes y jueves.Esos días, mi jefe –separado- llevaba a lanena a la escuela. La producción: un caos.La frase: “qué buen padre este tipo”. Cuando este tipo cambió de trabajo, mepropusieron reemplazarlo por un poquitomás de sueldo. “¿Cómo un poquito más?Lo mismo que él o nada”. No les quedóotra. Yo compartía mis broncas de género conuna colega que ejercía una gerencia defacto en otra radio. Como era mina, le ba-jaron el cargo (y el sueldo, claro). Sin ge-rente formal, ella tenía el puesto más altocomo coordinadora de noticias. La vida creyó compensarme años atráscomo productora general de otra emisora.En los medios ya se hablaba de la perspec-

tiva de género y propuse una hora diaria con ese enfoque. Un compañero serió: ¿una hora por día? No la llenás. Yo me preguntaba en qué tupper vivía elflaco, si sabía de la Dillon, de las 12 o de la Carbajal. Pero mi jefe –víctima demuchas hermanas mujeres, o permeable a las necesidades sociales, o cabezaabierta, no sé- entendió de qué iba la idea. El programa lleva un año en elaire, premiado junto a otros tantos y buenos que se ocupan del tema; y con-ducido por esa clase de minas tan claras y responsables en la misión de des-armar este juego de poder que envuelve a hombres y mujeres, que nadie sehubiera animado a decirles lo del mate y el culo, 25 años atrás. ¡Salud!

(*) Productora de radio y televisión, investigadora periodística, guionista y docente de televisión y comunicación audiovisual.

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Marcela Cardozo Increíblemente estamos en el Siglo XXI y algunas mujeresseguimos luchando por la reivindicación de nuestros de-rechos. En éste caso me refiero específicamente al puntode vista mediático, solemos observar cotidianamente enpublicidades donde se la humilla con una liviandad comosi estaría naturalizado que no "es inteligente", por ejem-plo publicidades como de agua mineral donde ella suelegritar un texto determinado sobre el tema pero sin sen-tido, o se las relaciona como un objeto de decoración li-vianas de ropa en avisos de autos. Lo grave delbombardeo con estos avisos que llegan a los hogares através de la televisión o por internet, es que son las mis-mas mujeres que asimilan con naturalidad y fomentanesta imagen lamentable de ellas mismas, en este mundomachista, en lugar de reflexionar y cortar con esta injusti-cia permitida todavía hoy en día.

Mariana San RománEn los últimos tiempos la imagen de la mujer se ha des-valorizado, debido al uso indebido del cuerpo femenino,como objeto sexual u objeto llamador de las miradaspara canalizar la venta de productos diversos. Muchasveces este uso lo hace la misma mujer y otras por los me-dios de prensa o publicidad.Esto es, sin dudas, un paradigma generador de una inusi-tada violencia hacia la mujer y su imagen que debemosrevertir en favor de nuestro género. Somos nosotras lasque debemos dejar de exponernos de manera indiscrimi-nada, las que debemos cuidar nuestra imagen, nuestraesencia y de esa manera resaltar nuestros valores.

Soraya MangiaLa cosificación de la mujer está marcada a fuego por lamirada patriarcal hegemónica que difunden los mediosmasivos de comunicación. Generar conciencia a travésdel debate, visibilizar, en la diversidad, nuestras necesida-des y derechos promoviendo la igualdad de género, es lagran tarea a llevar a cabo como trabajadoras de prensapara derribar los estereotipos femeninos impuestos y le-gitimar los lugares conquistados.

Mabel TrabergEstamos incluidas en el contexto socio-económico, políticoy cultural creando imágenes preeminentes y afectando losprocesos de cambio.Los mensajes publicitarios en su mecanismo de persua-sión, utilizan a las mujeres como objetos sexuales y decora-tivos.Las argentinas, frente al prejuicio y una tradición heredadacontinuamos luchando para ser reconocidas y obtener dig-nidad.Se lograron avances en lo profesional y público pero nospreguntamos: ¿la sociedad tiene verdadera conciencia delcambio de rol de la mujer?

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3736“Las mujeres quedamos entonces relegadas a la cara desconocidadel hito, la aún sin nombre, como la cara que nunca vemos de laluna. El hombre se atribuyó el lado seguro, la cara ‘civilizada’,donde cada cosa y cada sentimiento y cada comportamiento tienesu propio y preciso vocablo que lo define”.SOCIOS | 15 DE SEPTIEMBRE DE 2006

Este párrafo, tomado del libro Peligrosas Palabras, presenta ala escritora argentina Luisa Valenzuela, que también ejerció elperiodismo en el diario La Nación y en la revista Crisis. Conuna vasta producción literaria, el Observatorio de Medios-UTPBA intentó ingresar a su pequeño-gran mundo a través deesta entrevista.

- Si partimos de la idea de que el sistema se ha encargado de ro-barnos las palabras, las cuales debemos resignificar y reinventarpermanentemente, ¿cómo considera que participa esta situaciónen la apropiación femenina del propio lenguaje? ¿Podemos ha-blar de una doble apropiación, como explotadas y como muje-res?

Podemos, perfectamente, por eso es tan fascinante la aventurade partir de semejante convicción para escribir nuestros textos.Creo que más que inventar las palabras, o hasta resignificarlas-dos propuestas valiosas, sin duda- lo que personalmente

“Todo, por desgracia, tiene que ver con las relaciones de poder”

Entrevista a Luisa Valenzuela (*)

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cia de lenguaje sino una distinta aproximación a la lengua, aun-que muchas de mis colegas responden a la diferencia aun sinreconocerlo. Pienso en Carmen Boullosa, la autora mexicana,por ejemplo.

- ¿La censura está presente en la producción literaria, siemprees consciente o por represiones internas o existe una censura deotro orden?

Creo sí en una forma del decir que no sea directa, burdamenteexplícita. No hay nada peor en literatura que la intencionalidada ultranza. Ahora bien, existe la censura externa que condenalos textos o se niega a publicarlos, y esa otra cara de la mismamoneda que sería la autocensura; en ambos casos creo que setrata de situaciones nefastas que hay que evitar.

- ¿Las diferencias de género tienen que ver con las relaciones depoder? ¿Y el lenguaje?

Todo, por desgracia, tiene que ver con las relaciones de poder.Pero se trata sobre todo del uso que se le da, tanto a las dife-rencias de género como al lenguaje. No son intrínsecas alhecho en sí, son construcciones que desde la cultura domi-nante -masculina, de raza blanca, de buen poder adquisitivo-fueron impuestas a lo largo de los siglos para conservar la ma-nija.

- Desde el campo comunicacional hablamos de comunicación al-ternativa o contrahegemónica, en tanto construcción de una co-municación que responda a los intereses del campo social yrompa con el discurso único, ¿existe una literatura de estas ca-racterísticas?

Por supuesto. De una forma u otra, escrita por hombres o mu-jeres, la buena literatura siempre se ha enfrentado con los po-deres dominantes y hegemónicos, aun en autores como EzraPound o Louis Ferdinand Celine que acataron la ideología fas-cista, dominante y hegemónica a ultranza.

(*) Entrevista realizada por el Observatorio de Medios Político, Social y Cultural-UTPBA en el marco del Seminario “Objetadas”.

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busco es, de alguna manera, tomar las palabras por el rabo,ponerlas a trabajar desde sus connotaciones menos obvias, ex-primirlas hasta arrancarles el jugo más oculto.

Pero claro, éstas son ideas teóricas. Después, al escribir, dichomecanismo se va afilando de a poco y se hace lo que se puede,dejando, eso sí, que las palabras se expresen a través del filtrode nuestra propia ubicación dentro de ese territorio común quees el lenguaje.

- Si según su definición y experiencia, el lenguaje es sexo y la pa-labra cuerpo, ¿nos encontramos frente a la presencia de pala-bras gordas, flacas, anoréxicas o bulímicas?

Me gusta como lo planteás. Son entes vivos, las palabras, ¿noes cierto? Por eso, muchas veces se nos escurren entre losdedos y acaban significando algo distinto de lo que esperamosde ellas. Cosa que yo, en general, agradezco, porque el textoentonces cobra dimensiones que me sorprenden y me llevan azonas desconocidas por mí.

Y muchas veces las palabras gordas muestran su perfil másdelgado y nada podemos hacer para volver a engrosarlas, sopena de falsear el texto.

- ¿El pasaje del lenguaje falócrata a un lenguaje según nuestraspropias necesidades, tiene que ver con una ruptura de una lógicay un orden impuesto? ¿Es un proceso consciente y masivo o in-consciente e individual?

Es un proceso, sin duda. A la vez, según creo, individual y ma-sivo, consciente e inconsciente. La crítica feminista, por su-puesto, lo ha encarado en forma bien específica desde distintosángulos. En lo que a autoras se refiere muchas como yo lo ha-cemos de manera espontánea y después nos ponemos a refle-xionar al respecto.

Otras se niegan a reconocer eso que yo no llamaría una diferen-

Todo, por desgracia, tiene que ver con lasrelaciones de poder. Pero se trata sobre

todo del uso que se le da, tanto a lasdiferencias de género como al lenguaje. No son intrínsecas al hecho en sí, son construcciones que desde la cultura

dominante -masculina, de raza blanca, debuen poder adquisitivo- fueron impuestas a

lo largo de los siglos para conservar la manija.

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Pese a los avances indiscutibles en nuestro país de reformas le-gales que intentan reparar la discriminación cultural y econó-mica –laboral de las mujeres, persisten claras desventajascuando revisamos algunas prácticas de las empresas periodís-ticas que – a veces más visibles, otras no tanto- limitan el des-arrollo profesional de muchas compañeras o el acceso adeterminadas calificaciones laborales, a pesar de constatarseen los últimos años el creciente número de mujeres ejerciendoel periodismo con niveles de formación por encima de lamedia de los varones que desarrollan idénticas tareas. Asícomo es verificable cotidianamente, conductas discriminato-rias de lxs colegas quiénes reproducen lógicas de exclusión ensu ámbito laboral. Estas viejas injusticias- que se reproducen en el conjunto de lasociedad - alcanzan niveles importantes de exclusión cuandohacemos referencia a realidades no heterosexuales, sujeta al lí-mite que intenta imponer la lógica de la heteronorma, es decir,como si lo “heterosexual” fuera una obligación natural y estasuerte de imperativo cultural deviene en la creación de persis-tentes zonas de exclusión y discriminación dentro del mercadolaboral en general y, en particular en el interior de las empre-sas periodísticas como dentro de los grupos de trabajo. Incluso, la propia Organización Internacional del Trabajo, laOIT, se refiere a nuevas formas de discriminación basadas en laidentidad sexual y ratifica la discriminación por orientación se-

xual e identidad de género, verificando que la igualdad en eltrabajo es un objetivo pendiente que aún debe cumplirse. En suartículo 157, la OIT expresa que los empleados y las emplea-das pueden sufrir discriminación en el lugar de trabajo siconsta o se sospecha que son parte de la comunidad LGTTBIQ(Lesbianas, Gay, Travestis, Transexuales, Bisexuales, Intersex yQueer)En el gremio de prensa, las periodistas no escapan a estas for-mas de exclusión. En ese sentido, la Unión de Trabajadores dePrensa de Buenos Aires, másallá de las prácticas no discri-minatorias y de la inclusiónque ha fomentado a lo largode los años, protegiendo losderechos de las trabajadorasmujeres y de aquellas que lohacen desde distintas identi-dades sexuales, ha conside-rado pertinente incluir laperspectiva de género en ladiscusión paritaria actual por-que si bien se trata de con-templar los derechossalariales y condiciones detrabajo del conjunto de lostrabajadores y trabajadorasde prensa, estas nuevas y re-novadas formas de exclusiónpersisten a veces en formas más visibles y otras no tanto. Nuestro gremio de prensa refleja los avances y retrocesos delconjunto social y es tarea nuestra reforzar las políticas labora-les y culturales que pulvericen de una vez por todas estas for-mas de discriminación que limitan el acceso pleno a derechoslaborales y, por ende, a la calidad de vida de decenas de com-pañeras y compañeros. Hay mucho por recorrer y no debe quedar apenas esta inicia-tiva como una propuesta “de moda”. Nuestras afiliadas y afilia-dos merecen ser nombrados en cada discusión donde se juegala vida misma.

Para viejas injusticias, nuevas alternativas

Por una discusión conperspectiva de géneroen cada paritaria

Por Lidia FagaleSecretaria General de la Unión de Trabajadoresde Prensa de Buenos Aires.

Nuestro gremio de prensa refleja los

avances y retrocesos del conjunto

social y es tarea nuestra reforzar las

políticas laborales y culturales que

pulvericen de una vez por todas estas

formas de discriminación que limitan

el acceso pleno a derechos laborales

y, por ende, a la calidad de vida de de-

cenas de compañeras y compañeros.

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Diana MaliziaDesigualdades

Sería necio de mi parte desconocer que tenemos como presi-denta a una mujer y que lentamente se abren más espaciospara nosotras. Igual hablo desde mi experiencia personal. Em-pecé a trabajar en redacciones a la edad de 19 años y pasépor diferentes revistas femeninas. Lo curioso es que en todassiempre el director era un hombre. Luego estuve en diarios yeditoriales donde en el mismo puesto, el salario de la mujersiempre era menor que el del hombre. Creo que hoy, en elsiglo XXI las diferencias salariales entre sexos continúan y quees necesario tener en cuenta cuestiones ligadas al género a lahora de negociar los convenios colectivos de trabajo.

Diana Malizia, Editora en Sol90 y autora de libros infantiles en Cuentos deSeis Patas.

Patricia CiriglianoDiscriminación

Desde 1959 trabajé en periodismo y aún ahora lo hago. Cola-boré con medios gráficos y televisivos y luego por Internet. Es-cribí sobre educación en distintos niveles, familia, salud,psicología, comunicación y vida cotidiana.Siempre fui bien considerada. Me he sentido absolutamente res-petada en la libertad de mis ideas y en mi condición de mujeraunque compartí con mayoría de colegas varones, grandesmaestros del periodismo que me enseñaron delicada y amable-mente.Desde los editores a los compañeros, el camino fue exigentepero igual para todos. Se discutía sin censura. Las opinionesopuestas se consideraban.Hice amigas y amigos duraderos. Tiempos diferentes

La periodista Nora Lafon fue la primera mujer enintegrar una Comisión Paritaria. En la foto sacada el Día del Periodista del 2012, se la observa sa-ludando a Lidia Fagale, secretaria General de UTPBA quien le en-tregó una distinción en nombre de la organización.

María del Carmen MenéndezAnte los efectos de la globalización, la reestructuración en laeconomía y el empleo femenino, es preciso reconocer que laspolíticas globales marcan aún más las diferencias entre hom-bres y mujeres. Esta "flexibilidad" en la ley de contratos desfa-vorece mucho a las mujeres, ya que cuando consiguen unatarea remunerativa, generalmente es a través de consultoraseventuales, y entonces, a la incertidumbre laboral se le sumael hecho que debe ocuparse también del rol de madre. Lafalta de apoyo moral del sistema laboral genera una pérdidade confianza en sí misma, que se manifiesta en una "bajo au-toestima" la cual repercute en la salud. GUS

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propusieron un sistema de retiro voluntario, la mujer no aceptóy fue éste el desencadenante para que sus superiores adopta-ran una actitud de acoso laboral, presiones para que renun-ciara, trabas para ascender y hasta descalificaciones a travésde diferentes apodos.

En el año 2009, producto de estas presiones la demandantesufrió un ataque de pánico seguido de un cuadro de estrés quela obligó a una licencia psiquiátrica. A su regreso la empresale comunicó la decisión del despido sin causa.

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La semana pasada dos fallos han puesto en escena, una vezmás, situaciones de violencia de la que somos víctimas lasmujeres, física en un caso, laboral en el otro.

La primera de ellas refiere a las “hermanas Jara”, donde des-pués de dos años de prisión, el Tribunal Oral en lo Criminal 2de Mercedes condenó a Ailén y Marina Jara por homicidio sim-ple en grado de tentativa y solicitó un pena de 5 años y 6meses de prisión.

Si bien Ailén y Marina Jara fueron liberadas por haber cum-plido la pena en la cárcel de Los Hornos, donde estuvieron de-tenidas desde febrero de 2011 cuando hirieron en la localidadbonaerense de Paso del Rey a un hombre que quiso abusar deuna de ellas, estamos en presencia de un fallo inaudito y deneto corte sexista que culpabiliza a la víctima y deja libre aquien fue acusado por abuso y acoso sexual.

La otra sentencia, promovida por la Sala I de la Cámara Labo-ral y amparada en la Ley nacional 26.485 y en las convencionesy pactos internacionales con rango constitucional, condena aldiario La Nación a indemnizar con $ 583.821,18 a una emple-ada del área contable por haber sido sometida a “violencia degénero y acoso moral padecido en el trabajo” según consta enel fallo de primera instancia.

La damnificada ingresó en el año 1995 a la empresa y desde el2005 hasta el año 2009, en que fue despedida, se desempeñócomo ejecutiva de cuentas en el Sector Comercial del Suple-mento Campo. Cuando en el año 2008, los directivos del diario

Tres mujeres. Dos fallos.

Por Beatriz Chisleanschi (*)

Violen

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Géne

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255 mujeres fueron asesinadas enArgentina por la violencia o la justi-cia había dictaminado la exclusióndel hogar. Los datos correspondenal relevamiento de los feminicidios

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Mabel Bianco presidenta de FEIM (Fundación para Estudio e In-vestigación de la Mujer) señaló apenas conocido el fallo sobrelas hermanas Jara que: “a quienes trabajamos en temas de vio-lencia nos cuesta entender que la justicia siga actuando bajo elprejuicio de que las mujeres somos las responsables de las vio-laciones o abusos. Para esta justicia los hombres son víctimasinocentes, como si fueran animales que no pueden reprimirseante una mujer bonita”.

En tanto, la jueza Gabriela Alejandra Vázquez que intervino enel caso de la ex empleada del diario La Nación, declaró al pe-riódico Tiempo Argentino: “Uno habla de violencia de género ytiende a pensar en su expresión física, pero nuestro derechotiene una concepción amplia del fenómeno. En estos casos ade-más rige el principio de la prueba dinámica: basta que la ac-tora proporcione indicios serios de haber sufridodiscriminación, para que el empleador deba demostrar queactuó con legitimidad”.

Ambos casos, si bien de distinta raigambre y con diferente re-sultado, remite a otros muchos donde no sólo se juega la con-dición de mujer, sino también la clase social a la que esa mujerpertenece. Lo que evidencia, una vez más, que la desigualdadde género que aún persiste a pesar de la profunda lucha quellevan adelante las mujeres en el mundo, se imbrica en los pro-blemas de injusticia e inequidad que atraviesa la humanidad ensu conjunto.

Observar la realidad desde una perspectiva de género no esalgo que debe quedar librada a la suerte del o la camarista odel juez o jueza de turno, sino que deberían implementarse po-líticas para que esta perspectiva se universalice a la hora dedictaminar justicia.

*Secretaria de Asuntos Profesionales-UTPBA. Periodista

Las cifras de la violencia

machista

Por Sandra Chaher

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de vincular el caso a menos que se haga una investigaciónsobre el mismo. Las mujeres que integran el Observatorio Mari-sel Zambrano detallan cuántas de estas muertes aún no son re-levadas como violencia de género: las que ingresaron a loshospitales con evidencias de violencia sexista pero en el partede defunción figura, entre otras causales posibles, “paro car-diorrespiratorio”; las que se suicidan luego de padecer duranteaños situaciones de violencia; las que están desaparecidas porrazones posiblemente vinculadas a la violencia, entre otras.En el informe Femicide: a global problem -publicado en el2011- que relevó todas las muertes de mujeres ocurridas en unpaís como feminicidios –una estadística incorrecta pero la másaproximada que poseemos para unificar los datos mundialessobre el tema-, Argentina no aparece mencionada entre 25 paí-ses considerados. Sin embargo, en el informe realizado en el2010 por el Centro Reina Sofía de España, antecesor de Femi-cide: a global problem en la tarea de recopilación de estas es-tadísticas, nuestro país ocupaba el puesto 17 entre 45 paísesrelevados: por debajo de todos los de nuestro continente. Locual significa que si bien el problema del feminicidio en Argen-tina no es tan acuciante como en El Salvador, Colombia, Hon-duras o Guatemala –los países de la región que en ambosinformes ocupan los primeros puestos-, debería ser tomado encuenta sobre todo porque se trata de muertes evitables si setrabaja en el contexto social y cultural de prevención.

¿Cómo somos asesinadas las mujeres?

El relevamiento del Observatorio Marisel Zambrano evidenciaen Argentina los patrones que se repiten en el resto del mundo:las mujeres somos asesinadas mayormente a manos de nues-tras parejas o ex parejas en el marco de viviendas. Es decir, laseguridad de las mujeres no está puesta en juego sobre todoen la calle –donde si bien somos víctimas de violaciones, lamayor parte de los incidentes delictivos tienen que ver con ata-ques a la propiedad privada y pueden, en principio, ser perpe-

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aparecidos en los medios de comunicación durante el año2012, que realiza cada año el Observatorio Marisel Zambranode la Asociación Civil la Casa del Encuentro, y que acaban deser difundidos.COMUNICAR IGUALDAD- Desde hace cuatro años, las únicasestadísticas de feminicidios que poseemos en Argentina –basa-das en medios de comunicación y provenientes de una organi-zación de la sociedad civil- hablan de aproximadamente 260mujeres y niñas asesinadas en el marco de la violencia ma-chista, directamente a manos de varones o por cruzarse en lalínea de fuego.Se trata, como la mortalidad de mujeres gestantes (mortalidadmaterna), de muertes evitables, que podrían no suceder si nohubiera una cultura que apaña el derecho de propiedad delvarón sobre la mujer a tal punto de sentirse dueño de su vida.Estas muertes no suceden porque a un hombre se le fue lamano en una escena de celos, estaba exageradamente alcoholi-zado o había tenido en su trabajo los disgustos suficientescomo para explotar en un ataque de cólera. Suceden porque enesas situaciones límites, que todas las personas atravesamos,esos varones sintieron que tenían derecho a descargar su furiacon esas mujeres. Que la vida de ellas les pertenecía, y que lasociedad en cierta forma sería condescendiente con esa con-ducta. Que hay canciones que hablan del deseo de asesinar auna mujer cuando dejar de ser dócil; películas que relatan entono de comedia estos asesinatos; artículos periodísticos queparecen instructivos sobre cómo cometer los crímenes; una jus-ticia que puede llegar a ser particularmente ciega frente aestos casos; un vecindario y una familia que justificarán la bar-barie.Esta indolencia frente a la violencia de género se llevó en Ar-gentina 231 mujeres y niñas en el 2009; 260, en el 2010; 282en el 2011; y acaba de llevarse 255 el año pasado. Y sólo ha-blamos de quienes aparecen en los medios de comunicación.Es probable que haya muchos más casos que no llegan a losmedios y muchas muertes cuyo origen es la violencia de géneropero por la forma en que se produce la muerte no hay forma

255 feminicidos en argentina en 2012 17 En 2010 nuestro país ocupaba el puesto 17 entre

45 países relevados: por debajo de todos los denuestro continente.

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trados tanto sobre mujeres como sobre varones- sino dentro de loshogares y, al revés que los robos donde solemos no conocer a quie-nes nos atacan, a nosotras nos matan las personas más cercanas.Según el Observatorio, el 63% de los varones feminicidas durante elaño 2012 fueron esposos, parejas, novios o amantes o ex-esposos,ex-parejas, ex-novios o ex-amantes. Y un 58% de los feminicidios seprodujo dentro de la casa de la víctima o de la que compartía con elfeminicida. Esto amerita repensar las políticas públicas de seguri-dad con enfoque de género. Si bien el Estado avanza en algunosaspectos en este tema, aún los medios siguen pensando la inseguri-dad de la población como un tema vinculado principalmente a losataques a la propiedad privada, y mucho menos al riesgo en el queestamos por compartir la vida con varones quizá violentos.La forma del feminicidio también se mantiene constante en los últi-mos años. Si bien las armas de fuego son la principal herramientaque se usa, siguen las armas blancas y las propias manos, que sonlos recursos con los que un posible femincida suele contar dentrodel hogar. La incineración, que se había disparado como métododurante el 2011 -luego del feminicidio de Wanda Taddei, FátimaCatán y otros similares en el 2010-, ascendiendo casi un 6% du-rante ese año, volvió a descender en el 2012, aunque no a los valo-res que tenía antes del caso Taddei.

Políticas públicas

Otro dato relevante es que en el 13% de los casos, las mujeres ase-sinadas habían realizado denuncias previas por maltrato y en otro6% la justicia había dictaminado la exclusión del hogar. O sea, quecasi en el 20% de los feminicidios, el Estado había sido alertado dela existencia de una situación de riesgo para las mujeres. Sin em-bargo, los feminicidios ocurrieron.Entre los reclamos del informe, el diseño de políticas públicas y lanecesidad de un rol más destacado del Estado tienen un papel fun-damental. Si bien Argentina tiene una nueva Ley de Violencia de Gé-nero desde el año 2009 –La Ley 26485 de Protección Integral paraPrevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres enlos Ambitos en que Desarrollen sus Relaciones Interpersonales- ,aún no fue aprobado por el Consejo Nacional de las Mujeres el Plancorrespondiente de implementación de la misma y los recursos con

63% de los varones feminicidas durante el año 2012fueron esposos, parejas, novios o amantes o ex-esposos, ex-parejas, ex-novios o ex-amantes.

que cuenta ese organismo son muy limitados. Durante el año2012, organizaciones de mujeres de todo el país se declararonen alerta frente a la violencia de género frente a la inacción delEstado –tanto del Poder Ejecutivo como el Judicial-. La res-puesta del Poder Ejecutivo fue anunciar hacia fines de año algu-nas medidas como un registro nacional de denuncias, la creaciónde una línea telefónica de tres dígitos para atención de casos y laapertura de una oficina pública de patrocinio gratuito en la Ciu-dad de Buenos Aires. La oficina ya está en funcionamiento y lasotras dos disposiciones están aún en proceso. A su vez, el Minis-terio Público Fiscal – a partir de una iniciativa de la nueva procu-radora Alejandra Gils Carbó- creó el Programa de Políticas deGénero. Si bien son avances, aún queda mucho por hacer.

Niñas y niños víctimas de la violencia machista

Un aspecto de la violencia de género sobre el que las organiza-ciones de mujeres vienen alertando en los últimos años es quésucede con las niñas y niños que presencian estas situaciones yque, por tanto, también son víctimas de esta problemática. En elcaso de los feminicidios está situación empeora porque pasan aser huérfanos/as. De acuerdo al relevamiento 2012, 248 niñas yniños perdieron a sus madres. Y lo mismo sucedió con 64 muje-res y varones ya adultos. A lavez, otras 45 personas –de lascuales por el reporte periodís-tico no podía identificarse ni elsexo ni la edad- también queda-ron huérfanas. En total, suman357 personas que perdieron asus madres, lo que da un pro-medio de 1,4 personas huérfa-nas por cada feminicidio.

-Fuente: http://www.comunicarigualdad.com.ar

13% de los casos, las mujeres asesinadas habían realizadodenuncias previas por maltrato y en otro 6% la justicia había dictaminado la exclusión del hogar.

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Cuando se aborda el tema de la violencia de género la mayoríalo circunscribe al ámbito familiar o social más cercano, sin em-bargo es indudable que las violaciones al respecto también seejercen desde el poder o el Estado.

Por esa razón quiero mencionar particularmente las vejacionessufridas por las mujeres palestinas, discriminadas religiosas,políticas y culturalmente por el Estado de Israel, ocupante delos territorios palestinos.

Las mujeres enfrentan allí una situación singular con respecto ala violencia a que son sometidas, tanto en la vida cotidianacomo las que, por razones políticas, están recluidas en cárcelesisraelíes.

Según los especialistas "La situación, condición y violacionesque enfrentan las mujeres en las cárceles de Israel debe serabordado desde una perspectiva de género" considerando losproblemas físicos y psicológicos que enfrentan, la negligenciaen la asistencia médica y la falta de servicios médicos especia-lizados en prevención y tratamiento de enfermedades propiasdel género.

Las presas se encuentran encarceladas en presidios situadosfuera de los territorios ocupados (Cisjordania y Franja de Gaza),en celdas infestadas de insectos, roedores, y olores nauseabun-dos por el desborde de aguas residuales. Son decenas las mu-jeres sin juicio, con el único pretexto de proteger la seguridaddel estado de Israel.

Las prisioneras políticas palestinas recluidas en Neve Terza a laespera de juicio comparten la sección de mujeres asignada apersonas que cometieron delitos penales, en clara violación dela Regla 85 del estándar mínimo de Naciones Unidas para eltratamiento de prisioneros, que dice: "Los acusados serán man-tenidos separados de los reclusos condenados". Esta situaciónpermite agresiones físicas y verbales de parte de los presos is-raelíes.

(*) Periodista y escritora

La violencia ejercida por un estado opresor

Por Elisa Mata (*)

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Llegó al encuentro atareada. La entrevista que pretendía serdistendida, y lo fue gracias a la enorme generosidad de LuisaValmaggia que dejó su propia tensión de lado por unos minu-tos, se encontró atravesada por la situación de violencia laboralque atravesaba en esos momentos. El programa radial “¿Quépretende usted de mí?” que conducía todas las mañanas porRadio América junto a Jorge Halperín y que había sido pre-miado meses antes por ASFCA se quedaba sin espacio y ella seencontraba a la espera de una respuesta por parte de la radio,respuesta que, quince días después sabemos que no llegó y elprograma fue levantado. Con una carrera de 36 años donde suma experiencia en radio ytelevisión, Valmaggia se destaca por su enorme calidez y porsu compromiso con la profesión y sus ideas. Los miércoles con-duce por CN23 “Juego de Damas" un programa con perspectivade género para analizar la actualidad nacional con y desde lavoz y la mirada de las mujeres. Y mientras tanto, ella y sus fie-les oyentes esperan volver a escucharla por algún dial.

¿Cómo se te ocurrió ser periodista, cuántos años llevas de profe-sión?

Estoy convencida de que las casualidades no existen, existenlas causalidades. Tengo un antepasado que fue jefe de editoresy de redacción y presidente de ADEPA, Juan Valmaggia que sibien era un pariente lejano, evidentemente algo andaba dandovueltas por ahí. Mi padre también ejerció el periodismo y yo

“La opinión de la mujer sigue estando devaluada”

Entrevista a Luisa Valmaggia

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taba claro que eran peligrosos, que habían destituido un go-bierno elegido democráticamente, eso sí, pero no era concientede las atrocidades que estaban cometiendo. Fue la profesiónque me fui abriendo la cabeza.

¿Sufriste algún tipo de acoso por tu condición de mujer?

En ese momento yo cubría la información, la conferencia deprensa. Eso sí, la radio me cubrió mucho. Siempre cuentocomo salí espantada el día que fui a entrevistar al General Lla-mas. En la radio me pidieron que le haga una entrevista parahacer un cuadro de situación, y la verdad que cuando salí deahí lejos de llevarme un cuadro de situación, me llevé a un tipoque quería tocarme las piernas. Cuando llegué a la radio yconté lo sucedido, los directivos me dijeron “no vuelvas nuncamás a ese despacho”, tuvieron una actitud de cuidado y protec-ción. Pero a la par por ahí te decían: no te damos viáticos totalte van a invitar a comer, cosas de ese estilo. A un hombrejamás le dirían una cosa así. Son cosas muy terribles que mequedaron grabadas.

¿Notás que en ese sentido la situación se ha ido modificando?

No sé porque yo hace mucho que me independicé en el trabajo.Pero sí te puedo comentar lo que me pasa cuando voy a nego-ciar algún espacio. En general la tendencia es que me ofrecen omenor caché o precios más altos para comprar un espacio. Eneso sí tengo claridad porque veo después lo que pasa con miscolegas hombres. Es por esto que a las negociaciones voy conmi marido, entonces ahí evitan hacerme un ofrecimiento menore impide que se me diga cualquier ganzada. De todas manerascomo hay un largo camino y trayectoria encontré espacios paraconducir yo misma, pero creo que siempre hay un poquitomenos que si fuese un varón.

Y en cuanto a la incursión de la mujer en prensa ¿percibís dife-

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que tenía vocación para ser bióloga, pero serias dificultadescon las matemáticas, reprobé Análisis I y Análisis II y entoncespara no perder el año decidí hacer una carrera corta y me en-ganché en el Círculo de la Prensa. Yo siempre escribí, cosa queahora he perdido, pues una vez que egresé del Círculo todo mitrabajo lo desarrollé en radio y televisión. En mis genes habíamucho de escritura, de lectura, mi madre nos leía a mi her-mana y a mi muchísimo. Todo me fue llevando, y una vez quearranqué nunca paré. Tuve la suerte de comenzar a trabajar enRadio Rivadavia cursando el segundo año de la carrera. RadioRivadavia en esa época, estoy hablando del año 1978, era “la”radio y para mí fue como la universidad de la calle del perio-dismo. Una vez que ingresé mi apasionamiento por ese mundofue creciendo, porque todos los lugares donde estuve acredi-tada eran lugares de centralidad: la Casa de Gobierno, la Can-cillería. Fue un camino de ida. Cuando me preguntan, siempredigo que no podría haber hecho otra cosa que no sea esta.Para mí el periodismo es vital, es como el oxígeno, tiene quever con quién soy. Tengo muy mezclado quién soy y la profe-sión.

¿Cómo fue para una mujer trabajar en prensa durante esos años?

Rivadavia era una radio muy machista, con mucho deporte, erala época de José María Muñoz 1. Había mujeres trabajandocomo secretarias pero no haciendo periodismo. Yo tuve suerteporque venía con un apellido de trayectoria, pero no resultónada sencillo. Por un lado había que protegerme porque eramujer y además joven, pero al mismo tiempo había que sa-carme de la redacción y mandarme a un ministerio. Al primeroque me mandaron fue al Ministerio de Educación que era “unlugar para la mujer”. Después como vieron que era muy res-ponsable me mandaron a Casa de Gobierno. En ese momento,la verdad, yo no tenía dimensión de lo que pasaba. Vivía bas-tante en una burbuja. A medida que se acercaba la democraciaahí tomé verdadera cuenta de lo que realmente sucedía. Es-

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Rivadavia era una radio muy ma-chista, con mucho deporte, era la

época de José María Muñoz . Habíamujeres trabajando como

secretarias pero no haciendo perio-dismo. Yo tuve suerte porque veníacon un apellido de trayectoria, pero

no resultó nada sencillo.

1. José María Muñoz: relator de fútbol, conductor durante cuarenta años del clásico programa “La Oral Deportiva”.

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Sí, sigue pesando mucho, inclusive cuando les marcás límitesno les gusta, pero es un trabajo que hay que hacer y no hayque abandonar. Hay una estructura que ya está armada y quecuesta mucho desarmar.

¿Con lo cual, pareciera que estamos a años luz de lograr instalaruna comunicación no sexista?

No, desde que arranqué hace 35 años la verdad es que se haavanzado muchísimo, era impensado hablar de “las” y “los” ointentar transmitir una imagen de mujer no estereotipada. Porlo menos ahora sabemos que se puede hacer de otra manera,que hay que hacerlo de otra manera. Antes ni nos planteába-mos eso. Igual falta, falta que pongan mujeres que no se fijentanto en lo estético, porque la verdad es que los varones no sefijan en lo estético, eso hay que erradicarlo. Lo importante es elcontenido, la sustancia.

¿Sufriste actos de violencia a lo largo de tu carrera profesional?

Siento violencia cuando voy a negociar un espacio, por eso voycon mi marido. Cuando te desplazan de un programa exitoso ysentís que no importa si lo haces bien o mal, es violencia. Si tesacan del aire sin explicaciones, es violencia. Si llamas a la ge-rencia del medio en la que trabajas y no te atienden, eso es vio-lencia. A la hora de conseguir auspicios para sostener losprogramas también ahí hay una clara discriminación. La pala-bra de los conductores varones tiene mayor peso, por tanto tie-nen mayor acompañamiento y pueden sostener mejor susespacios. Eso también es discriminación y violencia. Sí creoque sigue existiendo todavía mucha violencia.

Incrementada cuando se trata de una mujer

Sí, si. ClaramenteTe dicen que la mujer reclama pelear de igual a igual y lo hace-

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rencias respecto a tus comienzos?

Si porque hay muchas más mujeres, no sé si hay más proporciónde mujeres trabajando pero ves más firmas de mujeres, hay másmovileras, más redactoras. Sí creo que hay una diferencia. Estoypensando en un diario como La Nación, que le dan mucha impor-tancia a las columnistas femeninas, se observa una valoraciónmayor y tienen un lugar más destacado. Las mujeres somos muy buenas trabajadoras y responsables perodifícilmente vamos a llegar a cargos de dirección, creo que ese esun camino que nos resta recorrer.

Algo de esto se observa en la conducción de programas en los hora-rios centrales

En mi caso, conduzco mi programa que es un proyecto que bancoyo, pero en mi equipo todos son hombres, la única mujer soy yo yno está hecho adrede porque he trabajado con mujeres y nos lleva-mos muy bien. Pero cuesta, la verdad es que somos pocas muje-res en esos lugares de conducción, yo pienso que la opinión de lamujer, a juicio de algunos sigue estando devaluada. Siempre quehay que buscar una opinión de economía, política, ciencia, etc., sebuscan tipos, hay algunas mujeres, pero la mayoría son ellos, supalabra tienen mayor fuerza. Si uno piensa en la vida universita-ria, hay más mujeres que se reciben que varones, sin embargo enlas especificidades hay mayoría de hombres opinando.

Un fenómeno actual es la incursión de la mujer periodista en el ám-bito deportivo.

Hay más sí, pero cuesta mucho. Me parece que a la mujer toda-vía se la sigue poniendo como soporte del hombre y a los hom-bres les cuesta bastante complementar el trabajo con una mujer,no así al revés.

La tradición machista del gremio sigue pesando

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Las mujeres somos muy buenastrabajadoras y responsables perodifícilmente vamos a llegar a car-gos de dirección, creo que ese esun camino que nos resta recorrer.

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mos, pero la reacciones de quienes están encima no son deigual a igual cuando se trata de una mujer. Es una lucha des-igual.

¿Te parece que incluir la perspectiva de género en la discusiónparitaria colaboraría?

Me parece que sería sumamente interesante porque seguro queayuda a visibilizar mucho más. UTPBA tiene un slogan, que esmucho más que eso, que dice “En la lucha de ideas, las ideasque no se conocen no luchan”, por eso me parece muy impor-tante incluir la perspectiva de género a la hora de discutir pari-tarias. Porque una cosa es hablarlo y hacerlo visible y otra esllevarlo a la práctica y eso es lo que más cuesta.

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UTPBA tiene un slogan, que esmucho más que eso, que dice “Enla lucha de ideas, las ideas que nose conocen no luchan”, por eso meparece muy importante incluir la

perspectiva de género a la hora dediscutir paritarias.

La Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA)realizó una encuesta que permitió indagar en torno a las condi-ciones laborales de las mujeres, si han sufrido algún tipo deviolencia y si consideran que los medios de comunicación estánatravesados por una concepción machista.Quinientas mujeres, periodistas, comunicadoras sociales y tra-bajadoras de prensa, respondieron a esta encuesta que arrojaresultados altamente preocupantes. Un 51% de las encuestadas afirmó haber tenido experienciasviolentas en su vida, siendo la psicológica -con un 53%- la mássufrida, seguida por la sexual con un 19%, la simbólica con un16% y la económica con un 12%. La discriminación en el ámbito laboral parece que no es algoque la mayoría de las mujeres vivan, pero eso no quita que ac-tualmente continúe siendo una problemática presente ya queun 42% se ha sentido excluida por ser mujer (*) y un 45% hanmanifestado cobrar menor salario por igual trabajo que suscompañeros varones.Con un sí rotundo el 79% contestó que los medios masivos decomunicación son machistas, tanto por su vocabulario sexista ymisóginos, como por la exposición que hacen de los cuerpos delas mujeres y la subestimación permanente a sus capacidadesintelectuales y laborales. Una encuesta que arroja datos y números, pero que son muchomás que eso, son mujeres de carne y hueso víctimas de unadisputa de poder que aún hoy, y a pesar de los avances en estamateria, se juega en el seno de la sociedad. (*) Recomendamos sobre este punto leer en este mismo dos-sier la nota “Tres mujeres. Dos fallos”

Encuesta sobre violencia de género y comunicación sexista

VIOLENCIA 1

¿Has sufrido algún tipo de violencia?

49%NO 51%SI

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VIOLENCIA 2

DISCRIMINACION LABORAL

VIOLENCIA 2

Tipos de violencia

53%Psicológica

19%Sexual 19%Simbólica 16%Económica 0%física

¿Te has sentido discriminadaen el ámbito laboral?

58%NO 42%SI

DISCRIMINACION SALARIAL

¿Has sufrido menor salariopor igual trabajo?

55%NO 45%SI

DISCRIMINACION SALARIALMEDIOS

¿Los medios de comunicaciónson machistas?

21%NO 79%SI

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Adriana Lestido

Una de las más reconocidas fotógrafas de Argentina. Desde comienzos de los ’90 sus trabajos, pro-ducto de su atenta y sigilosa mirada, no pierden de vista la perspectiva de género. Entre 1982 y 1995se desempeñó como reportera gráfica para el diario La Voz, la agencia DyN y el diario Página 12. Rea-lizó trabajos fotográficos como El amor (1992-2005), Madres e hijas (1995/98), Mujeres presas(1991/93), Madres adolescentes (1988-90), Hospital Infanto-Juvenil (1986-88). Desde 1995 comple-menta su producción artística con la docencia, coordinando talleres y clínicas fotográficas. A partir de2005 colabora en la edición de la revista Dulce Equis Negra y de los libros de la Colección FotógrafosArgentinos. Ha expuesto su trabajo en forma individual y colectiva en el país y en exterior. Entre otrospremios y distinciones obtuvo la beca Hasselblad (Goteborg, Suecia) en 1991, el Premio Mother JonesInternacional Fund (San Francisco, USA) en 1997, el premio Leonardo (Museo Nacional de Bellas Artes,Buenos Aires) en 1998, el premio Konex en 2002, la beca Gugegenheim (USA) en 1995, otorgada porprimera vez en Argentina en fotografía. Sus obras forman parte de las siguientes colecciones: MuseoNacional de Bellas Artes, Buenos Aires, Argentina; Museo de Arte Moderno, Buenos Aires, Argentina;Museo de Arte Contemporáneo Castagnino Macro, Rosario, Argentina; Museum of Fine Arts, Houston,USA; Museo de Bellas Artes, Caracas, Venezuela; Bibliothèque Nationale, París, Francia; Chateau d’eau,Toulouse, Francia; Hasselblad Center, Göteborg, Suecia; Centre Régional de la Photographie Nord Pas-de-Calais, Francia; Colecciones privadas de Argentina, Estados Unidos y Francia.Es representada por la agencia Vu (París, Francia). Vive y trabaja en Buenos Aires.

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