Dimensión Pneumatológica y Eclesiológica

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DIMENSIÓN PNEUMATOLÓGICA Y ECLESIOLÓGICA DIRECTORIO PARA EL MINISTERIO Y LA VIDA DE LOS PRESBÍTEROS

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Dimensin pneumatolgica

Dimensin pneumatolgica y eclesiolgicaDirectorio para el ministerio y la vida de los presbterosDimensin pneumatolgicaPresencia y accin del espritu santo

Carcter sacramentalEn la ordenacin presbiteral, el sacerdote ha recibido el sello del Espritu Santo, que ha hecho de l un hombre signado por el carcter sacramental para ser, para siempre, ministro de Cristo y de la Iglesia. Asegurado por la promesa de que el Consolador permanecer con l para siempre (Jn 14, 16-17)Comunin personal con el Espritu SantoEs tambin el Espritu Santo, quien en la Ordenacin confiere al sacerdote la misin proftica de anunciar y explicar, con autoridad, la Palabra de Dios. Insertado en la comunin de la Iglesia con todo el orden sacerdotal, el presbtero ser guiado por el Espritu de VerdadInvocacin del EsprituEl sacerdote es ungido por el Espritu Santo. Esto conlleva no slo el don del signo indeleble que confiere la uncin, sino la tarea de invocar constantemente al Parclito don de Cristo resucitado sin el cual el ministerio del presbtero sera estril. Cada da el sacerdote pide la luz del Espritu Santo para imitar a Cristo.Fuerza para guiar la comunidadEs, en definitiva, en la comunin con el Espritu Santo donde el sacerdote encuentra la fuerza para guiar la comunidad que le fue confiada y para mantenerla en la unidad que el Seor quiereDimensin eclesiolgicaSacerdote En y ante la iglesia

En la Iglesia y ante la IglesiaLa expresin eminente de esta colocacin del sacerdote en la Iglesia y ante la Iglesia, es la celebracin de la Eucarista donde el sacerdote invita al pueblo a levantar el corazn hacia el Seor en la oracin y la accin de gracias, y lo une a s en la solemne oracin, que l, en nombre de toda la comunidad, dirige a Dios Padre por medio de Jesucristo en el Espritu SantoPartcipe de la esponsalidad de CristoCristo regenera y purifica continuamente a su Iglesia por medio de la Palabra de Dios y de los sacramentos; se ocupa el Seor de hacer siempre ms bella a su Esposa y, finalmente, la nutre y la cuida con solicitud Universalidad del sacerdocioEl mandamiento del Seor de ir a todas las gentes (Cfr. Mt 28, 18-20) constituye otra modalidad con la que el sacerdote est ante la Iglesia. Este, enviado missus por el Padre por medio de Cristo, pertenece de modo inmediato a la Iglesia universal, que tiene la misin de anunciar la Buena Noticia hasta los confines de la tierra (Hch 1, 8)ndole misionera del sacerdocio para una Nueva EvangelizacinEl mpetu misionero forma parte constitutiva de la existencia del sacerdote que est llamado a hacerse pan partido para la vida del mundo, porque la misin primera y fundamental que recibimos de los santos Misterios que celebramos es la de dar testimonio con nuestra vida. El asombro por el don que Dios nos ha hecho en Cristo infunde en nuestra vida un dinamismo nuevo, comprometindonos a ser testigos de su amor. Hoy en da, sin embargo, hay una confusin creciente que induce a muchos a desatender y dejar inoperante el mandato misionero del Seor (cfr. Mt 28, 19). A menudo se piensa que todo intento de convencer a otros en cuestiones religiosas es limitar la libertadN 17los hombres podrn salvarse por otros caminos, gracias a la misericordia de Dios, si nosotros no les anunciamos el Evangelio; pero podremos nosotros salvarnos si por negligencia, por miedo, por vergenza lo que San Pablo llamaba avergonzarse del Evangelio (cfr. Rom 1, 16) o por ideas falsas omitimos anunciarlo? Desde los inicios de la Iglesia, los Apstoles obedecieron al ltimo mandamiento del Seor resucitado. Siguiendo sus pasos, la Iglesia a lo largo de los siglos evangeliza siempre y nunca ha interrumpido el camino de la evangelizacinN 18La evangelizacin comienza con el anuncio del Evangelio y encuentra su cumplimiento ltimo en la santidad del discpulo que, como miembro de la Iglesia, se ha convertido en evangelizador. El proceso evangelizador, por consiguiente, est estructurado en etapas o momentos esenciales: la accin misionera para los no creyentes y para los que viven en la indiferencia religiosa; la accin catequtico-iniciatoria para los que optan por el Evangelio y para los que necesitan completar o reestructurar su iniciacin; y la accin pastoral para los fieles cristianos ya maduros, en el seno de la comunidad cristianaEtapas o momentos del proceso evangelizadorSin embargo, observamos un proceso progresivo de descristianizacin y de prdida de los valores humanos esenciales que es preocupante. Gran parte de la humanidad de hoy no encuentra en la evangelizacin permanente de la Iglesia el Evangelio, es decir, la respuesta convincente a la pregunta: Cmo vivir? N 19Estamos obligados a buscar nuevos caminos para llevar el Evangelio a todosSiento que ha llegado el momento de dedicar todas las fuerzas eclesiales a la nueva evangelizacin y a la misin ad gentes. Ningn creyente en Cristo, ninguna institucin de la Iglesia puede eludir este deber supremo: anunciar a Cristo a todos los pueblosN 20, in fine.El beato Juan Pablo II afirmaba solemnemente:Nueva evangelizacinNueva en su ardorEs esencial e indispensable que el presbtero se decida, muy conscientemente y con determinacin, no slo a acoger y evangelizar a quienes lo buscan, ya sea en la parroquia u otras partes, sino tambin a levantarse e ir en busca sobre todo de los bautizados que, por motivos diversos, no viven su pertenencia a la comunidad eclesial, as como de quienes poco o nada conocen a JesucristoNueva en sus mtodosCiertamente no todo depende de esos medios o de las capacidades humanas, puesto que la gracia divina puede alcanzar su efecto independientemente de la obra de los hombres; pero, en el plan de Dios, la predicacin de la Palabra es, normalmente, el canal privilegiado para la transmisin de la fe y para la misin evangelizadora.

Nueva en su expresinPara que sea eficaz y creble es pues importante que el presbtero en la perspectiva de la fe y de su ministerio conozca, con sentido crtico constructivo, las ideologas, el lenguaje, los contextos culturales, las tipologas que se difunden a travs de los medios de comunicacin que, en gran parte, condicionan las mentalidades. Que sepa dirigirse a todos sin ocultar nunca las exigencias ms radicales del mensaje evanglicoPaternidad espiritualLa vocacin pastoral de los sacerdotes es grande y universal: se dirige a toda la Iglesia y, por tanto, es tambin misionera. Normalmente, est unida al servicio de una determinada comunidad del Pueblo de Dios, en la que cada uno espera atencin, cuidado y amorAutoridad como amoris officiumOtra manifestacin de que el sacerdote est frente a la Iglesia, radica en el hecho de ser gua, que lleva a la santificacin de los fieles confiados a su ministerio, que es esencialmente pastoral, pero presentndose con la autoridad que fascina y hace creble el mensaje (cfr. Mt 7, 29). En efecto, toda autoridad ha de ejercitarse con espritu de servicio, como amoris officium y dedicacin desinteresada al bien del rebao (cfr. Jn 10, 11; 13, 14)tentacionestiranizarLa primera tentacin ha sido fuerte tambin para los mismos discpulos, y recibi de Jess una puntual y reiterada correccin. Cuando esta dimensin viene a menos, no es difcil caer en la tentacin del clericalismo, con un deseo de seorear sobre los laicos, que genera siempre antagonismos entre los ministros sagrados y el pueblodemocratizarA veces sucede que para evitar esta primera desviacin se cae en la segunda, y se tiende a eliminar toda diferencia de funcin entre los miembros del Cuerpo de Cristo que es la Iglesia, negando en la prctica la distincin entre el sacerdocio comn o bautismal y el ministerialDistincin entre sacerdocio comn y ministerialEl sacerdocio es una eleccin de Jess y no de la comunidad (cfr. Jn 15, 16). Slo al presbtero, despus del Obispo, y en virtud del ministerio sacerdotal recibido con la ordenacin, se puede atribuir de manera propia y unvoca el trmino pastor