Diez Grandes Cuentos Chinos (1)

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PHOLOGO

C>Poli Delano Primcra edici6n, 2000

C>Editorial Andres Bello Av, Ricardo Lyon 946, Santiago de Chile www.editorialandresbcllo.com [email protected] Editorial Andres Bello de E.o;pana,S. L. C/, C6rcega, 257 l\l2~ B 08036JJarcelona

I II 111.1 d" I') IH, la revista juventud Nueva lanzo yo ," II, p,'ginas lin cuento Hamado Diario de un I", II Y 'I"C' I1rmaha Lu Sin. Ademas de constituir '"'1 'I'I a los hombres, pero este joven no me asusto III pizca. No pude dejar de contestar a sus pregunta,' tan atractiva era su sonrisa. Le dije por que desea ba ver a la directora. Se mostro muy preocupado y prometio ayudarme. Esa misma noche vino y me dio dos yinyua nes. Cuando trate de rechazarlos, me dijo qUl' eran de su tia, la directora. Ella me habia encon trado ya un lugar donde vivir, agrego; podia cam biarme al dia siguiente. Al comienzo tuve mi, sospechas, pero sus somisas me perforaron el co razon. Senti que no era justo dudar de una persona tan considerada, tan encantadora. Sus labios risuenos se posaron en mi mejilla, y vi la luna creciente, somiendo tambien, sobre sus cabellos. La intoxicada brisa primaveral habia abierto un claro en las nubes para revelar la luna creciente y un par de estrellas de primavera. Las ramas colgantes de los sauces agitaban la orilla del rio, las ranas croaban sus cantos de amor, 1:1 fragancia de los juncos jovenes llenaba la noche primaveral. Escuchaba el agua eorriente que nu, . . .tna a esos Juncos Jovenes para que pronto ereeieran y se pusieran fuertes. Los brotes nuevaS surgian de la tierra calida y humeda; todo cuanto tuviera vibraciones absorbia la vitalidad de la primavera y emanaba un primoroso perfume. Me olvide de mi. No tenia yo. Parecia disolverme en esa gentil brisa primaveral, en esos debiles rayos de luna. De pronto una nube eubrio la luna. Habia perdido la luna ereciente y tambien me habia perdido a mi misma. iEra igual que mama! Me sentia arrepentida y sin embargo aliviada. Queria llordr,pero estaba muy feliz. No sabia que sentia. Queria irme y no verlo nunea mas. Pero 1082

, III.' siempre en mis pensamientos y me sentia . ,lilaria sin eL Vivia en un pequeno euarto. EI me visitaba ,..,I." las noehes: siempre hermoso, siempre tier,III. Me proveia de alimentos y me eompraba ropa. , Ida vez que me ponia un vestido nuevo, me 1,l>a euenta de que era linda. Detestaba los traI'" , pero no tolerdba la idea de no tenerlos. No osaba pensar. Era demasiado indolente para II llsar. Aturdida, deambulaba a la deriva con las . ' II 11'1 IIlas eoloreadas. No sentia ganas de arreglar1111, pero debia hacerlo, porque no habia otra ">,ma de matar el tiempo. Mientras iba poniendo1111' los atavios, adomba mi imagen en el espejo; III