Diario.la.Vanguardia (2014.07.16) Suplemento (Monográfico.especial)

7/21/2019 Diario.la.Vanguardia (2014.07.16) Suplemento (Monográfico.especial)

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M I É R C O L E S 1 6 D E J U L I O

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EscriturasGeneración digitalEl veterano pensadorMichel Serres aborda cómo será el saberde nuestros hijos. SinpesimismosPágina 6

ExpuestoEl gran desconocidoCinco exposiciones y un libro recuperan a

Viladomat, el mejorpintor catalán del sigloXVIIIPágina 18

La reinvención de la guerra fríaUna nueva bipolaridad parece presidirla situación geopolítica, mientraslibros y películas reconstruyen la

atmósfera de los años cincuenta Páginas 2 a 5

Fotografía Literato sin misterioEntrega final de losretratos con enigma que Lisbeth Salas ha desplegado a lo largo de24 semanasPáginas 20 a 23



RAFAEL POCH

En 1987 lleguéa Moscú proceden-te de Berlín con una idea muy ale-mana según lacual lasresponsabili-dades de la guerra fría se repartíanpor igual entreambos contendien-tes, el Este y el Oeste. El contactocon una URSS agotada por el es-fuerzo que suponía mantener elpulso bipolar y la constatación deque el comunismo no sólo era re-formable sino que se autodesman-telaba, con aquel Gorbachov queofrecía desarme radical y predica-ba una nueva civilización, me hizocambiar el acento.

Enla guerrafríani lasbombas Ay H,ni elbombarderoo submarinoestratégico (es decir, capaz de por-tarlas y lanzarlas a miles de kilóme-tros), ni el misil intercontinental,

ni la multiplicidad de cabezas nu-cleares en un misil, ni la doctrinadel primer golpe, ni la militariza-cióndel espacio,ni tantasotrasco-sas, fueron iniciativa de la URSS.Moscú siempre llegó a todas esaslocuras como respuesta a la tecno-logíade su adversario. Laexperien-cia china confirmó el diagnóstico:pormás quecomprenda eldesagra-do y la antipatía quelos regímenesde paísescomoRusia o Chinapue-danprovocar en el público, ya ten-go muy pocas dudas acerca de quela política exterior de esos dospaí-ses es mucho menos agresiva ymucho máscooperativa y razona-ble que la del Imperio del Caos(Samir Amin), es decir, la tríadaformada por Estados Unidos,las potenciaseuropeasy Japón.

Es verdadque China depen-de cada vez más de materiasprimas y recursos lejanos, pe-

roel hecho es que,hoy por hoy,suejército no es adecuadopara aven-turas exteriores ni está orientadopara ello. China tiene casi el mis-mo arsenal nuclear que tenía enlos años ochenta (equivalente aldelReino Unidoy singranpreocu-paciónpor su modernización)y esel único país que mantiene en sudoctrina una promesa de no usarnunca esas armas si no es atacada.A quienes miran el mundo desdeel maniqueísmo democracia/dicta-dura, recordarles que el ejércitochino está claramente subordina-

do a la esfera política, cosa muchomás discutible si hablamos delcomplejo militar-industrial y de loque el Pentágono representa en elsistema de EE.UU.

El programa del caos

Haceaños queImmanuel Wallers-teinaventuróque elmundoque su-cedería al bipolar sería aún máscaótico. Ucraniasugiereque entra-mos de lleno en la fase multipolarde los imperios combatientes, fasesuperior de la estupidez humanaen el siglo XXI. En Occidente, elImperio del Caos (ahí están susobras a lavista;Iraq,Afganistán, Li-biay Siria),continúa dispuesto a se-guirafirmándosemilitarmente.EnEuropa, la Unión Europea se con-firma como su fielcompañeroy pe-

sea lacrisis que merma sus presu-

puestos militares, busca ampliarsu presencia en África y EuropaOriental, mientras Alemania saledel armario reivindicando abierta-mente el control militar de recur-sos globales y una política exteriormás activa queaún no ha decididola intensidad de susrelaciones conRusia y Estados Unidos, que Wa-shington plantea como incompa-tibles.

El único programa que este Im-perio del Caos ofrece a los impe-rios emergentes de Oriente, losBRICS, Rusia y China, es la “com-pleta sumisión”, explica SamirAmin,peroni Rusiani Chinaacep-tan ese programa.

En Ucrania Rusia ha dicho bas-ta. Estaba dispuesta a convivir con

una Ucrania neutral, pero no conun protectorado occidental enfoca-do contra ella, algo que rompe aese país por la mitad y leempujaal con-flicto inter-

Guerra fría:

entre la nostalgia

y el futuro

Más de medio siglo separan estas dosimágenes de la Bernauer Strasse en Ber-lín, sin el muro hoy, con él en los sesentaIMAGNO / HULTON ARCHIVE / GETTY

La puerta de Brandemburgo, uno delos símbolos de Berlín durante la guerrafría, en 1962 y este mismo añoCENTRAL PRESS / HULTON ARCHIVE / GETTY



no. Vía la anunciada privatización

del sector energético ucraniano,los grifos de las venas por las quefluye el grueso de la exportaciónenergética rusa quedarán en ma-nos de Estados Unidos (empresascomo Chevron están en ello), y lainequívoca perspectiva de ingresoenla OTAN convierte el cercomili-tar en tierra ancestral rusa en unagravio insoportable.

Líneas rojasLa rebelión de Rusia supone unvuelco en la conducta de ese paísdurante más de veinte años, siem-precediendo tras laviolaciónde lí-neas rojas permanentemente mar-cadas por Moscú y traspasadas sinceremonias por Euroatlántida.Esevuelco es visto comoun desafío in-

tolerable que hay que castigarejemplarmente, pero para Moscúno tiene vueltaatrás, sinarriesgar-se a un desmoronamiento delrégi-men de Putin. “Lo importante noes Ucrania en sí, sino el desafío

que el vuelco supone”, dice Fedor

Lukianov.La revisión de los resultados delaguerra fría es inadmisibleen Oc-cidente. Aquel resultado que Gor-bachov imaginó como un acuerdoentre caballeros con miras a cons-truir una seguridadcontinental in-tegrada en Europa(Carta de París,noviembre de 1990), fue converti-do por Euroatlántida en una fulle-ra y arrolladora ofensiva sobre elterreno liberado por uno de losdos gángsters en beneficio delotro. Los dirigentes rusos estabanentonces demasiado entretenidosen llenarse los bolsillos con la pri-vatización y saqueo del patrimo-nio soviético. Una mezcla de inge-nuidad, desbarajuste,choriceo y es-píritu matón. Occidente considera

ahora inadmisiblerevisar aquel ex-cepcional conglomerado y quiereescarmentar a Rusia. Pero ¿cómohacerlosin empujarla en brazos deChina?

Lode Ucrania apenas estáempe-zando y China ya asoma como ga-nadora. Su presidente Xi Jinping se paseó en invierno por Europa,

inspeccionando el panora-ma del subimperio occi-

dental; Holanda, Francia,Berlín, Bruselas, un ro-

sario de viejas capitalescoloniales unidas, en una

orquesta cada vezmás desa-finada, alrededor del propósi-

to de contrarrestar a los vie- jos y nuevos imperios emer-gentes.

Los intentos de que Chinacondene a Rusia por Crimea

hansidovanos.Pekín se ha abste-nido en la poco entusiasta conde-

nade Rusia enlaONUy haexpre-sado cierta prudente comprensiónhacia la actitud de Moscú. “Chinano tiene intereses privados en lacuestión de Ucrania”, dijo Xi enBerlín.La crisisde esepaís“derivade una historia muy compleja y derealidades actuales”, matizó. Haysimilitudes.

Si la Rusia de Putin no es la de Yeltsin y Gorbachov, tampoco laactualChinade XiJinpinges ladeDengXiaoping. La doctrina chi-na,explicó Xi en un acto cele-brado en marzo en la Körber

Stiftung de Berlín, sigue siendoel rechazo a convertirse en po-tencia hegemónica. China noquiere tratara los demásde lafor-ma en que ella misma fue tratadaporlas potencias occidentales y Ja-pón hasta Mao. Pero Pekín –y esaes la novedad– también está mar-cando líneas rojas en el Mar de laChina y advierte contra el cercodelqueellamisma esobjeto,mien-tras elImperiodel Caos pregona eltraslado delgrueso de susarmadashacia Oriente. “No queremos serhegemónicos, pero tampoco nosdejaremos colonizar ni arrollarpor otras potencias como ocurrióen el pasado”, respondió Xi a unapregunta sobre su incrementadopresupuesto militar.

Como a Rusia, Estados Uni-

El Imperio del Caos en busca del Nobel de la estupidez, o cómo la aventura occidental enUcrania contribuye a una nueva bipolaridad.Este bien podría ser el título para un análisisde las relaciones internacionales tras unosacontecimientos que vienen a resucitar ecosde aquella guerra fría que mantuvo en vilo almundo surgido tras la Segunda Guerra Mundial. Próximos al 25.º aniversario de la caída del muro de Berlín, se suceden los

análisis –

y ficciones–

sobre aquella época;relatos que pueden servir también para comprender mejor el mundo actual

Una calle de Berlín, cercana al Reichstag,con el muro visto desde el lado Oesteen 1977 y el mismo lugar el pasado abrilPATRICK JARNOUX / PARIS MATCH ARCHIVE / GETTY

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JUAN TREJO

La guerra fría está más viva quenunca. No solo porque los recien-tes acontecimientos en Ucranianos hayan hecho rememorar vie- jos fantasmas del pasado, sino

porque ahora volvemosa ellaco-motema,comomateria, en bus-ca de respuestas. Tal vez se de-

ba a que empezamos a entenderquela guerra fríano es simplemen-te un puñado de fechas significati-vas más o menos manejables sinouna manerade pensary sentirque,

a pesar de todo, sigue rigiendonuestra comprensión del mundo ycondicionando nuestros actos.

En cualquier caso, la guerra fríava ocupandoun territoriocada vezmás amplio tanto en el ámbito dela investigación seria como en elde la cultura popular. De hecho, ycomo si de una reedición de losdos bloques se tratase, el ensayopor una parte y la cultura popularporotra, parecen haberdelimitadocon bastante precisión los aspec-tosrelativosa laguerrafríaque susrespectivas disciplinasestán intere-sadas en tratar.

Endicho repartotemático, al en-sayo parece corresponderle la mi-sión de reordenar los detalles delpasado, airear ciertas zonas grises,reparar posibles malentendidos y,

de paso, verter algode luz sobre elpresente o el futuro inmediato. Te-niendo en cuenta la producciónmás reciente, por otra parte, da la

impresiónde queen estosmomen-tosno tienemuchosentidollevaracabo repasos de corte generalista,comolos que ensu momentoreali-zaronJohnGaddis ( La guerra fría )o Vladimir M. Zubok ( Un imperio fallido ), pues se entiende que ha-blar a estas alturas de causasjustaso injustas no aporta respuestas ver-daderamente útiles. Los últimosensayos parecen dar a entenderque centrarse en aspectos concre-tos y delimitados es lo que resultamás efectivo para extraer conclu-siones extrapolables.

Algunas de estasobras realmen-te ajustanel foco almáximo.ComoGuerreros y traidores. De la guerradeEspañaa laguerrafría, deJorgeM. Reverte, centrada en la biogra-fíade BillAalto, uno de esos perso-najes, apartados de la primera lí-neade lahistoria, queparecenate-sorar en su experiencia personaltodas las peripecias y desventurasde la primera mitad del siglo XX.O La novela blanqueada, de LevTolstói, que narra cómo los servi-cios de inteligencia occidentalesconvirtieronla novelade Boris Pas-ternak El doctor Zhivago enunodesus caballos de batalla contra lapropaganda comunista.

Los tres ensayos quemásnos in-teresan aquí, a pesar de centrarsetambién en cuestiones delimita-bles, no llegan al punto de los dosanteriores. El primero de ellos, Pe-queñasguerras,lugares remotos, de

Michael Burleigh, es un espléndi-do análisis del periodo que se ex-tiendeentre 1945 y 1965, momentoen el que tuvieron lugar toda unaseriede guerras contrainsurgentessimultáneas, “luchas por la inde-pendencia en África, Asia y Orien-te Medio que coincidieron en eltiempo conese enfrentamiento en-trelas grandes potenciasal quede-nominamos guerra fría”. Burleighse centra en ese periodo porqueafirma que “las fronteras más ten-sas del mundo, en Corea o Cache-mira,lo sonprecisamentedesde es-te periodo, al igual que los proble-masaúnno resueltosentreIsrael ysusvecinos,uno de losmás de vein-te problemas candentes del Orien-te Medio poscolonial.” Aparecenexaminados en estas páginas, por

dos acecha a China en sus pro-

pias barbas. El regreso al conflictoy la tensión en Europa no le vienemal a Pekín. Resta energía al esce-nario asiático. Aunque Europa nopuede pasarse sin el gas ruso, lamera insinuación de represaliascontraMoscúen el frente energéti-co, empuja a Rusia hacia China.

Mirar a OrienteLas relaciones de Moscú y Pekínson de enorme desconfianza, perolas comunes presiones y agravioseuroatlánticos sobre ambos paísesya handesembocadoen un impor-tante acuerdo sobre el precio y lasinfraestructuras del gas que Chinanecesita. Hace tiempo que Moscú,crecientemente desengañado deEuropay embarcadoen unplantea-

miento ideológico neocon-eslavo-ortodoxo(enla Duma rusa haytan-tos ultraderechistascomo en la Ra-da de Ucrania), mira más haciaOriente, pero esono impideque elKremlin tenga un enorme interésen alcanzar un entendimiento conAlemania. En Asia, la mirada deMoscú va más allá de China e in-cluye a adversarios de Pekín en laregión, en primer lugar Japón yCorea del Sur, socios y aliadosmilitares de Washington. Moscútienta con ofertas y proyectosenergéticos a Tokio y Seúl, peroWashingtonpresiona para que esono prospere.El problema es quealdisuadir a Japón y Corea del Surde cualquier negocio ener-gético con Moscúm i e n t r a sazuza el pa-tio ucrania-no, EE.UU.aún estrechamás la alianzaentre Rusia yChina:convier-te lo que podíaser una difusaderiva rusa haciaOriente, estratégi-camente diversifi-cada, en una unila-teral y concretade-riva hacia China, esdeciralgo queconso-lida un bloque.

El cálculo de Pekín

es el 2020: el pulso c o nEstados Unidos ya serápara enton-ces militar. Seguramente en Pekínse considera que el Imperio delCaos no les dejará en paz sin me-diar una crisis militar. El recursomilitarde China–elpotencial enelque estáinvirtiendo su defensa– escegar a la armada del Imperio delCaos atacando todo el sistema es-pacial de satélites sin los cuales elprincipalejércitodel mundoya nopuede vencer en una de esas gue-rras de ordenador con centenaresde milesde víctimas en el adversa-rio y cero víctimas en el propiocampo a las que está acostumbra-do.Para cuandoeso llegue,el sumi-nistro energético, que hoy le llegaa China porvulnerablesvías maríti-mas controladas por el adversario,

estará garantizado continental-

mentevía Rusia. Perotampoco Pe-kín quiere un bloque con Moscú.El sueño de los dirigentes chinoses un acuerdo de convivencia conEstados Unidos en Asia Orientalque conjure al mismo tiempo lastentaciones de Japón y Corea delSur por hacerse con el arma nu-clear.

A la Unión Europea y a Alema-nia todo esto le viene grande. Bru-selas anuncia una estrategia para“disminuir su dependencia energé-tica de Rusia”. Con ello contribui-rá a lo mismo: a crear una especiede nuevo mundo bipolar, Euroat-

lántida contra Eurasia. Ese no es elescenario de Rusia, ni de China, nide los BRICS en general, pero, porlo visto, es el único programa quemaneja el Imperio del Caos.

Sería muchomejor quese abrie-ra paso un orden internacional ba-sadoen el consensomultipolar–ar-bitrado por una ONU reformada ymás representativa de la correla-ción de fuerzas global– enfocado ala resolución de los retos del siglo(calentamientoglobal, recursos,su-perpoblación, desigualdad…), peropor desgracia la humanidad perse-vera en su prehistoria y la estupi-dezde la formación de nuevosblo-ques enfrentados es lo que se estáabriendopaso. Teniendoen cuentalos retos del siglo, un verdaderopremio Nobel a la estupidez. |

Juan Trejo(Barcelona, 1970)es autor de la

novela ‘El fin de laguerra fría’(Belacqua, 2008)

La esquina de Elsenstrasse y Heidelber-ger Strasse en una imagen de 1961, conel muro recién construido, y otra actualPATRICE HABANS / PARIS MATCH ARCHIVE / GETTY

> Historia, literatura, cine,televisión

Fantasmas(yvalores)delpasado



lo tanto, conflictos como losde Co-

rea, Indochina, Cuba o Argelia, in-terrelacionados mediante un bri-llante método comparativo quefunciona a modo de barrido sinqueBurleighdeje de hacer referen-ciaconstante al crecimientoparale-lo de los arsenales letales de lasdos superpotencias, con la inten-ción de recordar a los lectores “loque realmente estaba en juegocuando agentes rusos o estadouni-denses se enfrentaban en algúnpaís lejano siguiendo sus propiasreglas del juego”.

De ahí podemos dar un salto alos aspectos menos armamentísti-cos de la guerra fría de la mano deFrances Stonor Saunders y su am-bicioso y recién reeditado ensayo La CIA y la guerra fría cultural, un

libro en el que se cuenta cómo losservicios de espionaje estadouni-denses, sin sentirse amenazados niser detectados durante los veinteaños posteriores alfin de laSegun-da Guerra Mundial, crearon uncomplejofrentecultural,extraordi-nariamente dotado a nivel econó-mico, en nombre de la libertad deexpresión. “Tanto si les gustabacomosi no, silo sabíancomo sino,hubo pocos escritores, poetas, ar-tistas, historiadores, científicos ocríticos en la Europa de posguerracuyos nombres no estuvieran, deuna manerau otra, vinculados conestaempresaencubierta.”Se trata-bapocomenos quede una cruzadadestinada a vencer en lo que laCIA denominaba la “batalla por laconquista de las mentes huma-nas”. Y lo que confirmamos en es-tas páginas es que si bien es ciertoque el frente occidental apostó porla difusión de la alta cultura, no sedudó en ningún momento en utili-zarherramientas propiasde lague-rrapsicológicao la propagandapa-ra la difusión del mensaje.

A pesar de lodichoanteriormen-te respecto a la inutilidad de ha-blar a estas alturas de causasjustaso injustas,puede decirse queel en-sayode AnneApplebaum, El Telónde Acero. La destrucción de Europadel Este, 1944-1956, sí parece guia-doaún porla voluntad de hacer jus-ticia. Applebaum deja bien clarosu posicionamiento desde el

principio: para ella, de un la-do estaban los partidarios deltotalitarismoy delotrolos “gue-rreros de la guerra fría estado-unidense”. Hayque reconocerelriguroso enfoque de la cuestiónque aporta Applebaumal centrar-seen todala zonade laEuropa delEstedurante laposguerra,median-te el que desentraña con claridadmeridiana los mecanismos utiliza-dos por la URSS para hacerse conel control de todos los países bajosu influencia. Pero la finalidad desurigorqueda untantoen entredi-cho cuando leemos afirmacionescomo esta:“Por muchoqueen oca-siones nos cueste entenderlo, loscomunistas creían en su propiadoctrina. Aunque ahora, con laperspectiva del tiempo, la ideolo-

gía comunista nos parezca desati-

nada,eso nosignificaque en sumo-mento no inspirara fervorosascreencias”. ¿Se tratade ingenuidado de cinismo?

Apartándonos ya del ámbito delensayo, pero no llegando todavía asituarnos en el terreno de la cultu-ra popular, podríamos señalartam-bién a otro creador con voluntadde justiciero: Oliver Stone. Con suserie de documentales La historiano contada de los Estados Unidos,el veterano cineasta sigueahondan-doen sucríticavisión de lapolíticaestadounidense del último mediosiglo.Stone esboza en ellos unasin-gular tesisque dibuja dos trayecto-rias: por una parte, la guerra fríano fueuna contienda entre el mun-do libre y los comunistas, sino una

guerra entre ricos y pobres; y porotra, que todo lo vivido desde lamuerte de Roosevelt responde auna suerte de plan diseñado porlos oligarcasnorteamericanos, due-ños y señores de lalucrativaindus-tria armamentística.

Si el ámbito del ensayo parececentrado en remover el pasado en

busca de respuestas parael presen-

te, el ámbito de la cultura popularha decidido hacersecargodel nece-sario proceso de humanización delos antiguos enemigos, sacandopartido de la inevitable nostalgiaqueelloconlleva. Entantoque riva-lescapaces de hacer saltarel mun-do por los aires, durante muchosaños los soviéticos no fueron sinouna presencia invisible en las pro-ducciones culturales occidentales;una suerte de entidad sin rostro.Perocuandocayó el comunismo elenfoque cambió y con el paso delosaños losantiguospartidariosdela URSS no sólo han dejado atrássu carácter monstruoso sino quehan empezado a adquirir, en re-trospectiva, una suerte de auraim-precisa y fulgente.

De eso hablan películas como laamable Good bye,Lenin!o latristísi-ma La vida de los otros. Laprimeraretrata los esfuerzos de un hijo,una vez caído el muro de Berlín,por mantener con vida un simula-crode la antiguaRDA recreada,enteoría, únicamente para su madre.En teoría porque, bien avanzada

ya la trama, el protagonista decla-

ra:“

Resguardadodel trepidante rit-mo de los nuevos tiempos, existíaun oasis de calma, un remanso depaz, donde por fin podía dormir”,refiriéndose a esa recreación a me-dida. La vida de los otros explica elproceso de redenciónde un impla-cable agente de la Stasi que, pocoantes de la caída del Muro, decideabandonar sus inútiles conviccio-nes políticas y dejarse guiar porsus sentimientos. La película aca-ba, ya en la Alemania unificada,conel ex agente comprando la no-vela del autor teatral que le hizocambiar de orientación,tituladaSo-nata para unhombre bueno y dedi-cada al misterioso agente que leayudó en el pasado. Amabilidad,sentimientos, tristeza… ¿acaso no

eran esas características propiasde los occidentales?

La misma voluntad de humani-zar a los antiguos habitantes de laEuropa del Este e incluso rescatarparte de su dignidad,podemos en-contrarlaen lostextos de laintere-sante y valiosa antología literaria Al otro lado del Muro. La RDA ensus escritores, en edición de IbonZubiaur, que viene a compensaruna histórica carencia: la del pun-to de vista de los otros en el mo-mento álgido del conflicto.

Pero elciney latelevisiónnorte-americana han intentado ir un pa-so más allá de eso, y películas co-mo Salt o series como The Ameri-cans son la prueba. En ambas pro-ducciones los protagonistas sonagentes soviéticos infiltrados, ple-namente integrados en el modo devida norteamericano. Lo curiosoes que Salt, un thriller de accióntrepidante, lo que pretende mos-trar es la lealtad y, al mismo tiem-po, el poderoso sentido común deuna ambigua agente doble. Y The Americans, en una curiosísimavueltade tuerca, llevaa cabo con elmundo delespionaje lo que Los So- prano hizo con la mafia: mostrarlasmiserias y grandezas desu coti-dianidad. Es decir, inciden en elfactor humano, algo que ya hicie-ron las novelas de Graham Greeney LeCarré enlos añossesenta y se-tenta (yque ahora podemos revisi-tar en la adaptación cinematográfi-

ca de la novela El topo ), pero conlos miembros del bando enemigo.Lapreguntallegados a este pun-

to es: ¿y por qué ese amplio y con-cienzudo proceso de humaniza-ción conlleva nostalgia? Pues por-que, en último término, todas esashistorias hablan de un mundodesaparecido. Un mundo que, alechar la vista atrás y por compa-ración con el descafeinado pre-sente, parece atesoraralgo autén-tico, peligroso e inestable, sí,pero también marcado porunos sólidos valores. Sin dudaunos valores cuestionables,pero valores al fin y al cabo.Porque todo el mundo re-

cuerda que hubo un tiempo enque los valores significaban algo,¿verdad? |

BIBLIOGRAFÍARECIENTE

Jorge M. ReverteGuerreros y traidoresGALAXIA GUTENBERG

Iván TolstóiLa novelablanqueadaGALAXIA GUTENBERG

Anne ApplebaumEl Telón de AceroDEBATE

Frances StonorSaundersLa CIA y la guerrafría culturalDEBATE

Michael BurleighPequeñas guerras,lugares remotos

TAURUS

VV.AA.Al otro lado delMuro. La RDA ensus escritoresERRATA NATURAE

Tanques soviéticos y americanos en elCheckpoint Charlie en 1961, por dondeahora circulan coches y bicicletasKEYSTONE / GAMMA / SEAN GALLUP / GETTY



DANIEL GAMPER

Viajamos en metro o autobús yconstatamos que el mundo socialha cambiado. Casi todos los jóve-nes y no tan jóvenes van absortosmirando pantallas. En veinte añosse ha modificado el modo en quenos relacionamos con el prójimo eincluso con nosotros mismos. Es-tas transformaciones suscitan pre-ocupación, como si bastara el ada-giomanriqueñode que“todotiem-popasadofue mejor”para diagnos-ticar el presente.

Las nuevas tecnologías se mani-pulancon losdedos.De ahíque Mi-chel Serres haya optado por nom-brar a larepresentante delas gene-raciones nacidas en la era digitalcon una metonimia: Pulgarcita, enreferencia al dedo pulgar con elque los niños descubren el mundomientras operan con las omnipre-sentes máquinasque han coloniza-do el trabajo y el ocio. La parte, eldedo,pasa a designar el todo,la in-fancia. Pulgarcita es una muestraanónima e individualizada del sera quien lecorrespondehacerse car-go del futuro.

La mano,el apéndice quefuncio-na como extensión del cerebro en

la apropiación humana del entor-no, en la transformación artesanal,artística y laboral delmundo, se vereducidaahora a los pulgares.Bas-ta con deslizar un dedo por unapantalla para modificar la reali-dad. Los niños pueden crecer sinapenas ensuciarse lasmanos de ba-rro, sin tensar los músculos paradar forma a la materia. Si observa-mos,por ejemplo,una manomani-pulando un ratón de ordenador, so-lo sabremos qué está haciendo simiramos también a la pantalla. Elmovimiento de la mano no nos in-dica quéestá sucediendoen el cere-bro. La mano, con sus músculos yhuesos, se ha hecho casi superflua.

Lo fácil seríahacerun diagnósti-coapocalípticode laactualidad, au-gurar una degeneración de lo hu-

mano en un mundo dominado porautómatas, una involución provo-cada por el progreso tecnológicodesviado.O se podría también caeren una adulación simplista de lasoportunidades que se abren gra-cias a la revolución digital. Esta úl-timaopción es laquetalvez ellec-tor espera encontrar en este libri-to, cuyo título nos hace creer quenos hallamos ante una nueva obra

de divulgaciónfilosófica, unatenta-tiva delfilósofo de aclarar lascosasalpúblico lego.Sin embargo,la pro-sa de Serres no contribuye a con-firmar nuestrosprejuicios. A findecuentas, la filosofía es contrain-tuitiva pordefinición, o seasus ex-plicaciones no se atienen al sen-tidocomún.Leer filosofíaes poner-se problemas, salir de los caminostransitados, ahuyentar lo obvio.

Michel Serres (1930), que fueprofesor en la Sorbona y en Stan-ford, es autor de una extensísimaobra filosófica. Se interesó por laepistemología y la historia de lasciencias, las matemáticas, el rugbyy la navegación. Son testimonio deestos intereses una amplia biblio-

grafía en la que destacan los cincovolúmenes publicados en la déca-da de los 70 bajo el título Hermes,en los que se estudian las formasde conocimientopropias de la cien-ciay de lacultura.Estasobras ana-líticas dejaron paso a otras más di-gresivas.Escribió, por ejemplo,so-bre las implicaciones filosóficas delaobrade Hergé. Así,el yetide Tin-tín en el Tíbet es un símbolo de có-mo la violencia humana ha sido laque ha bestializado a los animales,y Las joyas de la Castafiore resultaun tratado sobre la incomunica-ción humana. Como buen filósofo,lamiradade Serres no estáespecia-lizada. Sus tesis son, pues, necesa-riamente indiosincrásicas, visiona-rias, imprecisas y complejas, perono carentes de rigor intelectual.

Pensamiento Serres

retrata la generacióndeldedo pulgar

Elfuturoen unclic

E s c r i t u r a s

Michel SerresPulgarcita / DitonaTraducción alcastellano y alcatalán de AlfonsoDíez

GEDISA

123 PÁGINAS

9,50 EUROS

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El veterano filósofo,toda una instituciónen Francia, aborda cómo será el saberde nuestros hijos



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C u l t u r a | s

L a V a n g u a r d i a

M i é r c o l e s ,

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E S C R I T U

R A S

Con el inicio del verano nos llega el último libro deJohn Connolly, afortunadamente una nueva entregadel detective Charlie Parker, experimento de hibri-dación temática que sigo desde hace tiempo coninterés aún muy lejos del desfallecimiento.

Todo en esta serie resulta peculiar, empezandopor el hecho de que su autor, nacido y residente enIrlanda, se desplaza cada año unos cuantos meses aMaine para ambientarla. El gélido Maine es el esta-do más al norte de la elegante Costa Este norteame-ricana y a decir de quienes lo conocen –yo no hellegado a pisarlo, aunque en varias ocasiones heandado cerca– muchos de sus paisajes y localidadestransmiten una sensación realmente siniestra. Condecir que su vecino literario más ilustre es StephenKing, quien nunca ha querido abandonarlo...

Por esos andurriales transcurre la serie de Connol-ly que, para resumir, destaca sobre todo por su bri-llante combinación del género negro con la atmósfe-ra sobrenatural sin que ninguno de los dos se impon-ga nunca del todo sobre el otro (y en el equilibrioestá la gracia). El protagonista es un detective quearrastra un gran trauma (las fuerzas del Mal conmayúscula asesinaron a su mujer y su hijita) y, entre-ga tras entrega, inicia investigaciones aparentemen-te banales que acaban transformándose en auténti-cos enfrentamientos con lo Innominable. Suelenayudarle dos matones enamorados que atienden porLouis y Angel, y en sus pesquisas se cruza a menudouna figura que parece directamente surgida del aver-no llamada el Coleccionista. El problema principaldel detective Charlie Parker consiste finalmente enque él mismo no está muy seguro de a donde le em-puja su naturaleza, y en eso la serie de John Con-nolly conecta con aquella obra maestra del thrillersatánico, El corazón del ángel, firmada por el extra-ño William Hjortsberg, que publicó Versal en 1988.

Me olvidaba: este último Connolly se titula La irade los ángeles –¡siempre los ángeles!– y lo publicacomo siempre Tusquets en su colección Andanzas.

L a t i d o s

Su segundo periodo productivo,a partir de 1980, se ha centrado enel mundo contemporáneo, no sólopara diagnosticarlo sino sobre to-do paraaventurarse en lasposibili-dades del futuro. Del diagnósticoha pasadoal pronóstico. Es en estasuerte que se halla Pulgarcita. Enlas primeras páginas, el filósofofrancés enumera los rasgos delmundoque hancambiado para Pul-garcita y sus coetáneos: no han vi-vidouna guerra (ni ellosni suspro-genitores); son hijos del deseo detener hijos (haaumentado, portan-tola edad de suspadres);las clasesen laescuelason culturalmente he-terogéneas; no conocen la vida delcampo; la tierra ha pasado a estar

habitada por siete mil millones dehumanos; ha aumentado la expec-tativade vida.En definitiva, noex-perimentan “el sufrimiento, la ur-gencia vital de una moral”.

La cabeza de esta generaciónque heredará el mundo no es co-mo la nuestra. En realidad, ni si-quiera necesitan llevar la cabezasobre los hombros. El saber ha si-do externalizado, se halla en lamáquina. Se han quedado con lainteligencia pura y la imaginación,dejando el saber como algo a loque se puede acceder mediante lo-garitmos.

Las clasificaciones tradicionalesdelconocimientose hanhechoin-adecuadas. El mundo de Pulgarci-ta tiende a destruir los comparti-mentos estancos, a sustituirlo por

la promiscuidad de lo diverso. Sinazar ni arbitrariedad el saber sevuelve estéril. Ante un mundo porhacer, valen solo los procedimien-tos que incluyan lo lúdico.

En el mundo nuevo, la políticatambién se debe transformar. Lasociedad tiendea lo volátil, a lo vi-vo y blando. El Estado se empeñaen seguir siendo duro, como lasco-razas de los dinosaurios elitistasque se sientan en el senado y quesedefinenpor oposicióna lagente.Pero las Pulgarcitas delfuturo dis-ponen de los datos, y con ellos dela legítima aspiración a la autono-mía. Son arrogantes porque sonconscientes de que nadie debe nipueda tutelarlas, porque tienen el

poder de inflamarlo todo.Comprender el presente es im-posible. Se requiere la inspiraciónde los poetas, la lucidez de los vie-

jos que conservan la ingenuidad,como el mismo Serres. Es con sumirada alucinada y serena al mis-mo tiempo que intentamos enten-der las oníricasúltimaspáginasdellibro. Contrapone ahí Serres, latorre Eiffel, como símbolo de lascienciasdel pasado y expresióndelpoder de las elites, a una columnade luzy datos proyectada al uníso-no por las Pulgarcitas que se coor-dinana travésde lared.Los monu-mentos del pasado no sirven másque para testimoniar lo que fue yya no puede ser. El futuro está porhacer y los criterios de invencióndeben aún ser imaginados. |

La revista Qué Leer llega a su número 200 y el direc-tor Antonio Iturbe rememora en un artículo el pro-ceso de gestación que llevó hasta los quioscos la queen sus inicios tenía que ser una Fotogramas de lasletras. La idea surgió de Jesús Ulled, el proyectoperiodístico corrió a cargo de Margarita Rivière y lodirigió Jorge de Cominges, con un consejo asesor enel que figuraba Elisenda Nadal –¿para cuando elhomenaje a esta gran creativa de nuestro periodis-mo?– y, muy modestamente, un servidor. Hoy suelereconocerse que Qué Leer refrescó y animó decisiva-mente el tono de la información literaria española.En cierta ocasión Pierre Assouline me dijo algo ofen-dido que la revista se había inspirado en exceso enla francesa Lire: lo cierto, Pierre, es que Qué Leersiempre ha sido más interesante y original que Lire.

SERGIO VILA-SANJUÁNCadavezmás siniestro

Recuerdosde ‘QuéLeer’

La tecnología espara los niños unaoportunidad defururo. A la izquier-da, Michel SerresPEDRO MADUEÑO /

GETTY IMAGES

El autor irlandés John Connolly, en Barcelona MANÉ ESPINOSA



ROBERT SALADRIGAS

Los lanzallamas ( The flamethro-wers, 2013)es lasegundanovela dela joven Rachel Kushner (Eugene,Oregón, 1968).Lo quemás llamalaatención, su voluntad de ofrecer lapanorámica de un mundo en teo-ría inabarcable visto por una chicade veintidós años nacida en Reno(Nevada),a laquese conocepores-te nombre, Reno,cuyosueñoes al-canzar el límite de los quinientoskilómetros por hora en las pistasdesalde Utah, Nevaday Oregón, abordo de una potente moto Valera–ella será durante algún tiempo lapareja de Sandro Valera, hijo se-gundo de la familia de industrialesmilaneses que construyeron laautoestradadel soley fabricanneu-máticos con el caucho extraído dela Amazonia brasileña

–.

Está claro desde el principioque la novela aspira a contener latotalidad de unaparceladel univer-soy que Reno–tal vezinterpretan-do el pensamiento de Kushner–identifica lo posmoderno con laalta velocidady los riesgos queim-plica. He aquí el elemento simbó-lico del relato que arranca en 1917de un escuadrón de motoristas,cuando Valera, el fundador delclan de industriales mata a un sol-dadoalemánconel farode una mo-to, y desemboca casi un siglo mástarde en una tenebrosa Nueva Yorkapocalíptica. Mientras,la au-

J.A. MASOLIVER RÓDENAS

Profesor de teoría literaria, colabo-rador en el suplemento cultural de

Página 12, crítico y guionista de ci-ne y esporádico actor, Alan Pauls(Buenos Aires, 1959) es una de lasvoces más renovadoras de la lite-

ratura argentina, exigente conti-nuador de una tradición en la queentran Roberto Arlt, Jorge LuisBorges y Manuel Puig. En el 2003ganó, con El pasado, el premio He-rralde. Todo lo que sería más tardePauls estabaya en suprimeranove-la, El pudor del pornógrafo,escritaalos veintiún años y publicada a losveinticinco con el apoyo entusiastadel gran Enrique Pezzoni, “dandy,lector, didacta depravado, el másmoderno de todos”. Fue Pezzoni–atento siempre a lo que iba sur-giendo en Argentina en el campo

delensayo, lapoesía y lanovela– el

que me habló de la entonces jovenpromesa. Escribí un informe paraSerpent’s Tail y, pese al entusiasmode su director, Peter Ayrton, creoque no llegó a traducirse al inglés.En todo caso, mi lectura es casitanantigua como su escritura.

La he vuelto a leer y con renova-do entusiasmo. La obra no sólo noha decaído sino que, a la luz de loqueha idopublicando desde enton-ces, ha crecido, para convertirse enun punto de referencia clave. Y suvalor aumenta ahora con un valioso“Posfacio”, una lecturailuminadoraque convierte en redundante todolo que yo pueda decir. No sólo hayen él una útil sinopsis, sino que seteje el fondo teórico sobre el que seapoya toda la escritura del argenti-no: el antiborgismo convertido en

borgismo;la relación entre leer y es-cribir –entre saber leer bien y escri-bir, matizaría yo–; el lacanismo,que“formabapartede mi manerade es-cribir”, y quecompartía,entreotros–añado yo– con el Luis Gusmán de

El frasquito, siempre a la sombra de

Oscar Masotta; y las reflexiones entorno a la carta, que le llevan a afir-mar: “Sí, veo El pudor como una es-pecie de manifiesto grafófilo”.

Esunanoveladeunaintensaari-dez, que contrasta con la supuestapasiónamorosay erótica,y queaca-ba por hundirse en lo más abyecto.Nada sabemos del protagonista. Nisiquiera de cómo se enamoró de lamujerque llenasu vida,aunque se-ría másexacto decirque sela vacía.

Lo que realmente le llena es sutrabajo, que consiste en contestarlas cartasabiertamentepornográfi-cas de sus anónimos corresponsa-lesyque,esdesuponer,exigenres-puestas del mismo tono. “Sobre élpesa la responsabilidad de ilumi-nara losextraviados”,pero“esetra-bajo mío nos condena”, y, al finalde lajornada, su facultadde desearqueda eliminada. En realidad, hayuna lucha entre el erotismo escritoy el erotismo visual,que en un mo-mento determinado acaban porunirse. Porque al principioel prota-gonista es simplemente un voyeurque se limita a comunicar con ges-tos, sin la seguridad de que ellapueda verle. Sobre todo cuandoÚr-sula decide cambiar de posición,modifica “elvínculoóptico”yaban-dona así el modo de ponerse “encontacto”, sibien leofreceel espec-táculo de sus piernas abiertas. Laformade recuperarloes a travésdelacorrespondencia.Una de lascon-diciones que él impone es la de no

hablar nunca de su “

trabajo”.Hasta ahora estábamos ante unanarración predominantementetex-tual, bajo el espectro del exhibicio-nismo (ella) y del voyeurismo (él).Todo se altera cuando ella parececonocer el archivo secreto de él yreproduce cartas de alto contenidopornográfico. Por otro lado, entraen escena el “mensajero”, la placi-dez textual se agita violentamente,empiezaa vislumbrarse el menageàtrois enel que uno sóloes unespec-tador, se afirma el significado de laspiernas abiertas, entramos en lasexualidad más abyecta–peroatrac-tiva para este otro voyeur que es ellector–, y –culminación de la nove-la– escritura y acción se encuentrandefinitivamenteen el joyceano gritode placer de la protagonista. |

Alan PaulsEl pudor delpornógrafo

ANAGRAMA160 PÀGINES14,90 EUROS

Rachel Kushner

Los lanzallamasTraducción deAmelia Pérezde Villar

GALAXIA GUTENBERG419 PÁGINAS22 EUROS

Una moto en las salinas de Bonneville, Utah J.R. EYERMAN / THE LIFE PICTURE COLLECTION /GETTY IMAGES

Narrativa Unasoberbianovela sobre erotismo,

paradojas y límites obsesivos del amorepistolar

Laventana

indiscreta

Retrato de AlanPaulsGETTY IMAGES

Narrativa Losaños 70,

el mundodelarte,las BrigadasRojas....

Chica

con

moto



9

C u l t u r a | s



1 6 j u l i o 2 0 1 4

E S C R I T U

R A Stora, entremezcla con un afán om-

nívoro personajes, tiempos, espa-cios, relatos varios; la Italia fascistade Mussolini,la de lasBrigadas Ro-

jas, los años supuestamente dora-dos y a la vez tensos de un Nueva

York desnortado, con sofisticadasgalerías y las creaciones pop de laFactoryWarhol, metáforadel mer-cado del arte (pintura, fotografía,cine contracultural,audacesperfo-mances) decididoa extraer benefi-cios del malestar, la vacuidad y elcaos ideológico y social de la ciu-dad queparece augurar las incerti-dumbres del nuevo milenio.

Entiendo que Rachel Kushnercombina bien el material históricocon la poderosa carga de ficciónque constituye el eje narrativo dellibro desde dos perspectivas com-

plementarias: la esencial de Reno,la chica, y la de Sandro Valera, suamante, unos años mayor, que re-presenta el fracaso de la rebeldíaburguesa cuando el destino obligaa asumir responsabilidades de cla-se. Reno será ingenua y se le podráreprocharque se dejearrastrar porla fuerza del oleaje –por ejemploparticipando sin más implicaciónenlos disturbios delas callesroma-

nas bajo fuego real poco antes desu regresodefinitivoa EstadosUni-dos–, pero encualquier caso la chi-ca, encaramada a la moto de altacilindrada que le garantiza mover-sea la velocidadde su tiempo, llegaa la lúcida conclusión que todaespera es vana, que nada tiene res-puesta y siempre se abrirá un nue-vo interrogante que nos estimule aseguir creyendo que avanzamos.

Tengo la impresión que Los lanzallamas es “víctima” –por decirlode una manera llana– delsueñoyaremoto de la “gran novela norte-americana”. ¿En qué debería ha-ber consistido la ansiada gran fic-ción nacional desde las perspecti-vas de Henry James a Jonathan

Franzen?Me pregunto si talvez esla causa de que el libro de RachelKushner resulte excesivo –dema-siada retórica, demasiadas histo-rias secundarias, no todas relevan-tes– y su formalismo en apariencia

juvenil parezca frutode quien, porincreíble que suene, ya no se sabe

joven. Es algo extraño. Y en ciertomodo asombroso. Sin embargo,Kushner define su concepto de lamodernidad, de la manera someraque se quiera, declarándose atraí-da por del rigor de Don DeLillo yrevelando la influencia recibida deRoberto Bolaño a través de dos desus libros capitales: Los detectivessalvajes y 2666. Con tales referen-tes debe medirse el calibre real deRachel Kushner y el volumen desu ambición. |

JULI À GUILLAMON

Dejamos a Ponç Pons (Alaior,Me-norca, 1956) en su libro Dillatari(2005)encerrado en un garaje, en-fermo de misantropía, sinparardeescribir y leer. Algo debió sucederporque en un momentoindetermi-nado antes del 2003 (se refiere alAnyVerdaguer), aparece enel cam-po, en una parcela de secano, enuna barraca de madera. Habla conlos campesinos, planta un grana-do, aprende a podar las higueras ya injertar los olivios silvestres. Fe-liz en su dominio mágico, a dondeseescapa siempreque puede(lafe-licidad se completa al poco tiempocon una radio Sony de pilas que lepermite escuchar música clásicaentre los trinos de los pájaros), Elrastre blau de les formigues tiene

un inicioexultante, con un canto alavida,la bondady la austeridad, yconuna declaraciónde la universa-lidad del localismo: a partir de lomás cercano, con los arañazos delaviñaen lasmanos, reúnesus me-ditacionessobrenaturalezay cultu-ra, sobre los clásicos de la literatu-ra y el oficio de leer. “Larra va dir:‘Escribir en Madrides llorar’, i Tor-ga que: ‘Ser escriptor a Portugal éscom estar enterrat i gargotejar enla tapa delbagul’. Jo,a pesar d’unasèrie d’inconvenients i misèriespròpies dels indrets petits, crecqueescriure a Menorca, al migdelcamp, prop del mar, és un privile-gi.” ¡Viva!

La nueva vida de Ponç Pons lelleva a cambiar de estilo: en lugarde páginas de dietario discursivas

y amargas, unasmeditaciones, fru-to del ingenio, que según Shakes-peare es el alma de los textos bre-ves y del talento, que para Chéjovva a unacon la escritura concentra-da. Es fantástico como en las pri-meras cien páginas del libro (des-pués se encierra con sus lecturas ynopasa tanto) lasobservaciones so-bre el entorno y las reflexionessobre la escritura van juntas y secomplementan a la perfección, aveces perejaumianamente cuandoel mundo se articula en acciones e

instalaciones: las hormigas pasansobre lo que ha escrito y esparcenla tinta, ve los campos sin labrar eimagina plantarallí libros,una ima-genquele heleídotambiéna Fran-cesc Serés.

Ponç Pons habla de escribircon-lápiz(falsasimplicidad: hayque lle-var un sacapuntas encima), conpluma Parker y con el bolígrafoBic, al que dedica un gran elogio.Particularmente me gusta máscuando escribe con bolígrafo quecuando lo hace con pluma. Cuan-dose refiere a uncampesinoque leindica nombresde plantas ( pampa-lònia. mandastra, salivetes del bon Jesús ) o con un vecino de ochentay seis años que cuando le pregun-

tanqué esperade lavidaresponde:“De moment, que plogui”. Cuandoobserva a los animales y descubreque cada uno de los gatos peque-ños, nacidos encasa,tienesu perso-nalidad, y cómo se transformacuando crecen y tienen gatitos. Y como los animales también le ob-servan. paseante solitario por elcampo, y sabenqueno esun depre-dador. El gozo y la ética de los pe-queños detalles, la experienciasen-sible de la vida cotidiana y la sabi-duríaprácticafrente a las teorías ylas abstracciones.

La literatura como enfermedad,obsesión, neurosis y desequilibriomental gana terreno en este mun-do idílico. El dolor por la destruc-ciónde laisla,quetambiénlo esdela lengua, en relación a un político

de Llucalcari que cree que dos milaños sincambiarnadason muchosaños y que con unos cuantos hote-les y discotecas el pueblo mejora-ría. Ponç Pons es un lector muybien sintonizadoy afinado: susob-servaciones sobre Wittgenstein oCéline, sus objecciones y matiza-ciones a Ramon Llull, Nietzsche oPlatón son picos de la parte finaldel libro, cuando el impulso inau-gural, regenerador, parece que sepierde un poco.

El rastre blau de les formigues esun gran libro que invita a recupe-rar novelas y narraciones, poema-rios y obras teatrales del autor. Enel terreno algo resbaloso de la lite-raturadel yo,Ponsha escrito pági-nas de una profundidad y de unahonestidad que no se dan. |

MeditacionesLa estancia en Sa Figuera Verda permite al poeta PonçPonsreconciliarse conel mundo,vivir en la arcadia, escribir y, sobretodo, leer

Menorca es el universo

Una imagen de un tramo del camino de caballos, en la costa menorquina MANE ESPINOSA

Ponç PonsEl rastre blau

de les formigues

QUADERNS CREMA

206 PÁGINAS

16 EUROS

Encaramada a una moto de alta velocidad,Reno, la protagonista,se mueve a la velocidad de su tiempo

Habla con la gentedel campo, planta ungranado, aprende a podar las higueras y

a injertar los olivos



ADA CASTELLS

Un subtítulo actualizado para esta novela deThackeray podría ser:Manual paraentendercó-monos embaucael capitalismo. Y esque La his-toria de Samuel Titmarsh y el gran diamante Hoggarty nos muestra cómo un alma noble en-

traen el juegode laespeculación,la avariciay elpodersin ni siquieradarse cuenta.En estesenti-do,la novela es unbuen antídoto para alejarnosde preferentes, acciones de alto riesgo y otrasaventurasfinancierasque nos pueden llevar a laruina. Debería haber sido de lectura obligatoriaantes del desastre financiero, pero, como dicenen el pueblo de Thackeray, too late.

El autor nos va narrando con humor la vidade un chico de provincias que trabaja en unacompañía de seguros en la City de Londres. Unbuen día, su tía rica –que puede recordar la tíarealdel escritor– le regala un diamantemuy dis-tinguido y esto eleva al sobrino a una categoríaque le permite entrar en contacto con la aristo-cracia. Enseguida nos damos cuenta de que noes el medio natural de este joven tan tierno yvamos presenciando su ascensión fulgurantecon la desazón de quien ve cómo un trapecistasin red hace piruetas en la cuerda. El joven nosconfiesa su amor verdaderohacia una chica del

pueblo,nos comentala honesti-dad que requiere su oficio, noshace ver el sentido de la amis-tad con un colega del trabajo, ytodos estos valores contrastancon lavidade lujoconel que seleestá tentando,con la competi-tividad de las grandes familiasque selo rifan,conel mundo delasapariencias queunono sedacuenta que engañan hasta quele han engañado.

Estanovela nospermite sabo-rear con todo su esplendorestacaracterísticadel género queenla actualidad ha quedado tancuestionada: su función moral.De hecho,el escritorya la publi-

có con esta intención, denun-ciando un caso de corrupciónque sacudió a la sociedad londinense del XIX.La publicópor capítulos en 1841, convencido dequeloseditoresno se atreverían conunanovelaque muestra tan claramente como la especula-ción es peligrosa y el camino acertado, aunqueno lo parezca, siempre es la honradez.

En esta novela, Thackeray nos aparece comoun profeta. Es como si conociera nuestro tiempocontododetalle,sobretodo cuando creauna esce-na muy actual en la que el protagonista se pruebavestidos en casa de un sastre de categoría sin nidarsecuentaque quienle pagarála factura loharáa cambiode favores.Tenemosque convenirque obienThackeray predijo el casoGürtely conocíaalsastre de Camps o es que hacerse ropa a medidaes un clásico de la corrupción. Sea como sea, vol-vemosa comprobar quela lectura de unbuen clá-sico nos puede preservar de males mayores. |

William M.ThackerayLa historia deSamuel Titmarsh

y el gran diamanteHoggartyTraducción deÁngeles de losSantos

PERIFÉRICA256 PÁGINAS17,90 EUROS

JORDI AMAT

Desdeel punto devista delosdeba-tes y la propaganda del procesoindependentista, hay argumentosquese usan paracertificarla inexis-tencia de puentes de diálogo y re-forzar la idea de que la desco-nexión entre Catalunya y Españaha entrado en fase Defcon 2. Unode estos argumentos es queno hayfederalistas en el resto del país.Otro es que se han volatilizado losintelectuales predispuestos a com-prenderlas causasque hanencami-nado la sociedad catalana a insu-flar tanta energía civila un desafíopolítico que será rupturista o no

será. ¿Dónde están los Ridruejo yAranguren? Esa es la pregunta.Quizás seanpocos,ciertamente, pe-ro pueden identificarse. Uno deellos es JuanPedroQuiñonero,cu-yo último cuaderno de la serie Es- paña, una temporada en el infiernolo ha dedicado íntegro a la proble-máticaterritorial. Y acaba de publi-carse un ensayo valiente que, porsu ambición analítica, merece serdebatido en serio: La naciónsingu-lar de Luisa Elena Delgadodeberíamarcar un punto y aparte en lacomprensión de cómo se ha confi-gurado el nacionalismo español delos últimos lustros. Profesora deLiteratura Españolaen laUniversi-dadde Illinois, Delgadoes especia-lista en la narrativa de Pérez Gal-dós, pero dioun giro a su trayecto-

ria académica al replantearse elanálisis textual desde la óptica delos estudios culturales.

Desde esaópticacrítica–unami-rada que descubre la omnipresen-cia ideológica en discursos que sepresentan como asépticos– la pro-fesora Delgadologra desvelar, des-de la teoría y con múltiples ejem-plos, cuál ha sido la significaciónauténtica de planteamientos queforman parte del discurso políticoque ha venido siendo dominantehasta el presente.Lo más sustanti-vo del libro es, en este sentido, sudeconstrucción de la idea de con-senso. Se recurre siempre a este

concepto mitificado como fetichesagradoque desde la transiciónsal-vaguarda la convivencia de todoslos españoles, todos unos y todosiguales. Pero esa apelación, tan re-currente hoyy siempreen losparti-dos que se reparten el poder, evitacuestionarse asuntos esenciales.Asuntos como este: “La transicióntransformó la estructura del esta-do, pero no necesariamente las es-tructuras másprofundas delimagi-

Clásicos al díaThackeray presagialos males de la sociedad delsigloXXI conun asombrosoacierto

Prevenirse delcapitalismo

Ensayo Luisa Elena Delgado plantea un cambiodeperspectiva en la normalidad democrática españolay deconstruyeideas clavede la transición

Desmitificacióndel consenso

Retrato del escritoringlés William M.ThackerayGETTY IMAGES

Luisa ElenaDelgadoLa nación singular.Fantasías de lanormalidad demo-crática española(1996-2011)

SIGLO XXI DE ESPAÑA332 PÁGINAS16 EUROS

Este libro debería marcar un punto y aparte en el estudiodel nacionalismoespañol reciente

Celebración delmundial de f útboldel 2010

JORDI PLAY



1 1

C u l t u r a | s



1 6 j u l i o 2 0 1 4

E S C R I T U

R A S

nario cultural nacional”. ¿Se supopasar de un imaginario unitario auno pluralista? El consenso, preci-samente, evita enfrentarse a esapregunta. Porque el consenso havenidooperando como lo queobs-truye el disenso, elemento naturalde una comunidad –España– que,fruto de su pluralidad, debe tran-saccionarsí o sí conel conflicto.Elconsenso, pues, ha funcionado co-mo el blindaje contra el disenso ysobre ese blindaje se ha fundadouna nación en teoría normalizada,pero hoyen crisissevera. La lógicadelconsensoapareceasí como unafantasíaporquela España normali-zada, aferrada desde el aznarato aun patriotismo constitucional decartón piedra, se siente amenaza-dasobre todo por eldisenso que re-presentan los nacionalismos.

Noes elasunto territorialel úni-co que Delgado analiza en La na-ción singular. También demuestracómo las políticas culturales de Es-tado–a travésde premioso exposi-ciones– han borrado o difuminadoaspectos del pasado en un relatoque pretende obviar u olvidar loconflictivo. Y asimismo denuncialo sesgado de parte de la historio-grafía literaria oficial, incapaz de

integrar la singularidad del exilio,la pluralidad hispánica o aquellosasuntos paradigmáticos de la leyen-da negra; sus juiciossobre El herejede Delibes, Jo confesso de Cabré oSefarad de Muñoz Molina(o Uribeo Monzó) sonperspicaces. Pero essobre todo en el análisis de artícu-los y discursosde contenido políti-co o patriotero, apoyada en Zizeko Rancière, recuperando la retóri-ca enloquecida de tantaprensa du-rante los días de furia delMundialde Futboldel año2010, cuando se-ñalacon el dedo alrey desnudodelespañolismo. Es una crítica funda-mental, necesaria, primer paso delgran reto: “Empezar la tarea, mu-cho más exigente, de construir díaa díaunacomunidada laque todosqueramos pertenecer”. |

MIQUEL PORTA PERALES

El infierno sirio. Datos: 140.000muertos,cuatromillones de perso-nas desplazadas y dos millones re-fugiados. Destrucción de vivien-

das, edificios e infraestructuras.Un país que se desangra económi-camente perdiendo cada día100.000 dólares de suPIB.Y 9.000personasque diariamente se incor-poran a la pobreza y 10.000 des-ocupados por semana. Un conflic-to que amenaza con extenderse–se extiende ya– a otros países dela zona. Un infierno que dura tresaños. ¿Qué y porqué ocurre? ¿Quépudo ocurrir? Vanguardia Dossierresponde.

ParaJavier Solana estamos anteuna cuestión de geopolítica propiade la región: suníes contra chiíes.Enfrentamiento que se complicapor culpa de la radicalización y laapariciónde AlQaeda. A ello, una-mos el ansia de controlregionaldeArabia Saudí e Irán. Situación ex-plosiva. ¿Alternativa? El diálogo,concluye Javier Solana.Por su par-te,Andrew Hammond abre el focoy afirma que el conflicto sirio es laexpresiónde dosbatallasque se li-bran en el interior del islamismopolítico: por un lado, HermanosMusulmanes versus grupossalafis-tas; por otro, musulmanes suníesversus chiíes. Y ahí están –impor-tante– los estados autoritarios ri-cos de la zona que juegan con lossentimientos y la ideología paraprotegerse de amenazas externase internas.Y ahíestá unyihadismoglobal suní –miles de combatien-

tes extranjeros atraídos por la cau-sa– que se ha asentado en la zonacon lo que ello conlleva (Aaron Y.Zelin).

Ocupación extranjeraEl enfrentamiento entre suníes ychiíes anida también –lo estamosviendo estos días– en Iraq. HarithHassan al Qarawee constata comola ocupación extranjera, el poderchií y la disolución delejércitoy lapolicía iraquíes –auténtica colum-na vertebral del régimen de Sad-dam– ha alimentado y legitimadola insurgencia suní. Una primerconsecuencia: el surgimiento deesa facción disidente de Al Qaedaque se conoce con el nombre deEstado Islámico de Iraq y Siria(EIIS). Como no podía ser de otramanera, Arabia Saudí tiene que

ver en el conflicto implementando

una“

guerra de poderes” o“

guerrapor delegación” en pos del lideraz-go regional: una suerte de guerrafría del siglo XXI que liberan Ara-bia Saudí e Irán. (Rodger Shana-han). ¿Las monarquías del Golfo?Lo señala Christopher M. David-son: preocupadas por Irán, tejen–discretamente– alianzas de segu-ridad con Israel. Cualquier excusavale: eventos deportivos y crea-ción de departamentos de interéscomercial, por ejemplo. FátimaAyub analiza la naturaleza de laalianza entre Irán y Siria: la coo-peración entre unos “socios prác-ticos y bien dispuestos recípro-camente”. En pocas palabras, laoposición a Occidente e Israel, lesune.Por lo demás, el conflicto sirio

puedeextenderse a Líbano (JulienBarnes-Dacey) y no puede descar-tarse –aunqueno pareceser aúnelcaso– un conflicto entre Siria yTurquía (Didem Collinsworth).

Másalládel conflicto en sí,¿quépapel de Estados Unidos en la zo-na? Walter Laqueur sostiene queObama–con elapoyode laopiniónpública–parece resueltoa nointer-venir.Otracosaes quepueda brin-dar liderazgo y mediación en elconflicto. No se trataría de conse-guirla paz,sino deimpedir lague-rra.Un problemaañadido:EstadosUnidos no sabe a quién elegir en-tre diversos males. ¿Rusia? Para laRusia de Putin, Oriente Medio re-presentaun desafío–una oportuni-dad, si quieren– en su política dedefensa de intereses geopolíticos yeconómicos (Myriam Benraad).Poreso –frente a Occidente–, apo-ya a El Asad.

El infierno sirio puede abrir lapuerta a un conjunto de conflictospotenciales en la zona –Iraq, Irán,Arabia Saudí o Líbano, por ejem-plo– que no auguran nada nuevoni bueno. Iraq,¿podríadividirse endos o tres Estados? ¿Cuál puedeserpapelde Irán? ¿Hastadóndelle-garáel deseo de hegemoníade Ara-bia Saudí? Conflictos que podríantenersu ecoen lasrelacionesentreEstados Unidos y Rusia. Y Al Qae-da está ahí. |

Vanguardia Dossier

Retrato exhaustivo deunpaís que sedesangra

Enel

infierno

El avispero sirio Vanguardia DossierNúmero 52, julio/septiembre 2014

90 PÁGINAS6 EUROS

Ilustraciones de Adrià Fruitós para Vanguardia Dossier



ÁNGELES LÓPEZ

Al principio fue una charla quepronunció anteun auditorio de es-tudiantes... Con el tiempo y algu-na corrección, nació esta “puestaen escena libresca de la conversa-ción”, como el propio De Cuencarefiere. Los contertulios: “Un se-ñormayor quetiene unatrayecto-

ria vital suficiente como para quele hayan pasado muchas cosas” yfrentea él,“unos jóvenes queem-piezan sus estudios universita-rios, con la vida en llamas –comouno de sus poemarios–”. Por tan-to, estamos ante un volumen queindaga respuestas nacidas de esa“comunicación intergeneracio-nal, queno sólo me pareceintere-sante, sino fundamental” en tantoquenos ayuda a salirde esos ataú-des generacionales, puesto que laexperiencia de los demás es muyútil.

Y así,capítulo a capítulo,se afa-na en desarrollar esta charla ma-gistral que versa sobre temas co-mo la educación y la cultura, tandesabastecidas últimamente. Dealgún modo se trata de un volu-

men de autoayuda aunque le en-cantaría quepudiese auxiliar a al-guien en tanto que “todos los li-bros son, en el fondo, de autoayu-da, sobre todo los que no llevanesaetiqueta. Shakespearey Home-ro, por ejemplo, me han ayudadounabarbaridadsiempre quehe re-currido a ellos”, resume el autor

de Los retratos o Elsinore.En su vehemente defensa de la

educación, el exsecretariode Esta-do de Cultura acusa emulando aZola los actuales planes de estu-dio que le parecen aberrantes porinsuficientes“y ningún partido seha comprometido a hacer una re-forma profunda”. Y da un pasomás allá remarcando que es másdoloroso, si cabe, pues“el bachille-rato es la base de todo, el sustratodenuestra cultura...”. Como no po-día ser de otro modo, la labor delprofesor es fundamental para elpoeta, por lo que “debería poten-ciarseel sistema de la lección ma-gistral con los chicos”. Para ello,reivindica la figura del maestro,de la auctoritas, frente a un mun-do basado en internet dondecree-

mostenerlas armas suficientespa-ra convertirnosen expertosen to-do, “es la cultura de la tertulia ra-diofónica o televisiva, en la quecualquiera opina”, concluye.

En su argumentación, reivindi-ca como los dos grandes pilaresde la cultura tanto la geografía co-mola historia. Eldonde y elcuan-

do, hasta zanjar de forma lapida-ria: “Enciende el GPS y ten ham-

bre de mundo. Encuéntrate en eltiempo y en el espacio porque nosomos más que eso”, motivo porel que se le hace incomprensiblequeuna ciencia como la geografíahaya derivado en conocimientodel medio –las más de las veces,sólo el circundante–, cuando másquenuncanecesitamos seruniver-sales. De igual modo nos exhorta

a interesarnos por lo que ocurre

en Siria, por el armamento nu-clearen Irán o lasucesióna lajefa-tura deestado enCorea. “Es nues-tra obligación estar informados y,sobre todo, ubicados en el mapa”,resume.

Con una densidad atómica, nosrecuerda apoyándose en Heideg-ger que el ser humano “es un serpara la muerte” pues de todas lascriaturas del planeta, somos losúnicos conscientesde nuestrafini-tud, por lo que la formación inte-lectual debeir irremediablementeligadaa lamoraly a laética.Pocascosas se deja en el tintero: nuestraherencia grecorromana, el pensa-miento crítico, la democracia, losnacionalismos,la tribu humana, lafamilia, la vocación, el principio

delplacer fundamental para la vi-da–“soy totalmente epicúreo, por-que la existencia no es placenteraen sí misma”– y, acaso lo más im-portante: el activismo, la huidadel anonimato, “el escepticismoes avanzar a fuerza de dudas. Elque no duda, el dogmático, esquien probablemente acabe fusi-lándote”, sentencia el autor queacaba de publicar,al tiempo, Cua-dernode vacaciones (Visor) y se en-cuentra inmerso,juntoa su mujerAlicia Mariño y el director teatralJuan CarlosPérez dela Fuenteenun proyecto paraconmemorar so-bre las tablas a santa Teresa deJesús,por el quinto centenario desu nacimiento.

Como no podía serde otro mo-do se reserva el últimocapítulo pa-ra guiarnos porla poesía, sinomi-tir sus conocidas filias: Whitman,Gilde Biedmao Shakespeare. Losepigramas de Catulo de Verona,Lorca, JuanRamón Jiménez tam-bién tienen su espacio, trufadaspor la inevitable didáctica entrepoesía narrativa y lírica, hasta re-calar en poetas actuales como Al-mudena Guzmán o Amalia Bautis-ta. Capítulo aparte merece la cul-tura pop porque es de los pocoshombres sapienciales que escorael hipotético enfrentamiento en-treelitismosy elsaberpopular, entanto quela culturaes unae indivi-sible, y todo es digno de ser estu-diado conel mismoahínco. No en

vano, le dagrimaque lellamen“

in-telectual” –prefiere la palabra hu-manista– y “me fascina –refiere–la fusión entre la alta cultura y labaja cultura, que son dos ramasque están irremediablemente lla-madas a entenderse”. No en vanoha colaborado con músicos comoLoquillo o La Orquesta Mondra-gón –y con cineastas como Gar-ci–, y lemaravilla “el resultado dereflexionar y los beneficios queproduce su maridaje”.

Atrás quedaron los tiempos enlos que tensaba su saber hastahacerlo inexpugnable, hoy, con el jalón marcado por La caja de plata, Luis Alberto de Cuenca seha convertido en el chef de lapoesía de línea clara y el párrafodidáctico

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Luis Albertode CuencaLección magistral.15 enseñanzaspara la vida

PLATAFORMA

146 PÁGINAS

16 EUROS

El poeta, ensayista y exsecretario de Estado de Cultura Luis Alberto de Cuenca, fotografiado en Madrid EMILIA GUTIÉRREZ

“Ten hambre demundo, encuéntrateen el tiempo y en elespacio porque nosomos más que eso”

PerfilElpoetayhumanista, familiarizadotantoconlaalta culturacomoconel

mundo‘pop’,consideraque todo libronoleídoesunamigocabreadoydirigeestaobraa los jóvenesdesdeuna “perspectivaterapéutica”

Lección de crecimiento



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E S C R I T U

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KIKO AMAT

“Sólo tiene una gran novela”, adu-cen algunos agoreros, dando porhecho que Irvine Welsh la clavócon Trainspotting , sin duda, perolleva desde 1993 luchando por re-clavarla.Incluso asumiendo quees-to fuese cierto (no lo es), decir queWelsh “sólo” tiene una gran nove-la es como decir que Ray Charles“sólo” inventó el soul. Una afirma-ción de tocacojonicos (como diríaPaco Candel) y envidiosillas de ta-ller literario.

Pero es justo reconocerque,aun-que a Welsh le quedan muchas ymuy buenas sagaspor escribir,a lacabeza va su gran historia: la ho-locáustica caída de unos cuantoschicos rotos de clase obrera en lascalles de Leith (Edimburgo), a lolargo de los ochenta. Welsh oscilaa menudo entre la proficiencia ex-perimental y anfetamínica ( Theacid house, Éxtasis ) y la excelenciamás o menos inapelable ( Cola, Es-coria ), pero sólo es superlativocuandohablade su mundo:Trains- potting , cómo no, pero también Porno (la secuela) y, ahora, veinteaños después deldebut,su precue-la: Skagboys.

Skagboys, digámoslo rápido, no

estan redonda como Trainspotting por una sola razón: es larguísima(667 páginas). Del mismo modoqueThetearsofaclown deTheMi-racles sería inferior si en lugar dedurar tres minutos durara diez, lapenúltima del Leithita sólo pecapor extensión. En lo demás, es pu-ro Trainspotting : muertes, peleas,speed, fútbol, punk, chutes, máschutes,más cucharasimpregnadasde heroína, paro, ultraviolencia,música pop a porrillo, pandilleo,northern soul, ausencia de futuroy noviasborrachas en pubs. Welshregresa aquí a los depravados ru-fianes que conoció y tan bien des-cribe, con la mezcla justa de emo-ción, separación, piedad y, sobretodo, verdad. Skagboys es, de he-cho, autobiográfica hasta el sonro-

jo: Welshhabla a tumba abierta de

sí mismo y de sus compinches.Mientras la leía me asaltaban unay otra vez frases de Mark Rentonque alguna vez le he escuchadoafirmar al autor en primera perso-na y riguroso directo.

Los fans de Trainspotting cele-braránel retorno delclan:Sick Boy(manipulador lujurioso y mezqui-no), Begbie (ñu machista renacidoen psicópata a jornada completa),Spud (benigno lerdo superado porlas circunstancias)y, cómono, Ren-ton, cuyo relato es la mejor voz dellibro. Sólo empezar lo hallamos allado desu padreen la Batalla deOr-greave (piquetes de mineros contrapolicía, 1984),y essu lacerante per-cepción del entorno lo que le aúpaa PepitoGrillode la pandilla:“Pien-

soque hemosperdidoy seavecinantiempos crudos y me pregunto:¿qué cojones voya hacerel resto demi vida?”. Su batacazofinal hacees-pecialpupa, porque erael único delgang con algunaesperanza: escapa-dode Leith,con novia formal, enlauniversidad,incluso –en el momen-to menos Trainspotting de la histo-ria–deInterrail, como ungafitas dehumanidades cualquiera.

¿Por qué caen los chicos del ja-co? Skagboys desvela cómo llega-ron a ser los despojos cadavéricosde Trainspotting : un cóctel de fa-miliasdisfuncionales (Renton tieneun hermano “espástico” a quienmasturbaregularmentepara aliviarsu dolor), paro salvaje, Thatcher,accesibilidad de la heroína, y algomás: ser quien son. Esta distinciónla establece Renton, al afirmar que“los capullos que pretenden psico-analizar a la peña que está hechapolvo pasan por alto lo más crucialde todo: a veces lo haces porque telo encuentras y porque eresasí ” (lascursivasson mías).O seaque,comodijo Heráclito (ya míme chivóCar-los Zanón), “el carácter es el desti-no”. Como eres es lo que te pasa, ypunto.

Welsh ama a esos disolutos mo-zos, y su compasión –estilo NelsonAlgren– impregna cada escena:cuando Begbie canta inopinada-mente en el pub ( “se da cuenta deque un pedacito de belleza de sualma ha quedado al desnudo y que

lo considerauna debilidaden poten-cia”) o cuando Renton observa asus padres ( “Me limité a asentirlentamente con la cabeza; no teníanada que decirles. Nunca en la vidatuve nada que decirles”). Welshentrega, así, una rotunda novelacoral que adereza con enmaraña-das subtramas (la fábrica de opiá-ceos, por ejemplo) y secciones pe-riodísticas sobre el advenimientodel sida en Edimburgo o el ascensode los tories. Skagboys es, sin em-bargo, una novela de proporcionesdickensianas que sólo toca huesocuando se acerca a los pillos mo-queantes que tanto conmueven alautor y, porextensión,a todos noso-tros. Hacía tiempo queWelshno es-cribía así de intenso y fiero. Righton, Irvine. |

Irvine WelshSkagboys. Loschicos del jacoTraducción deFederico Corriente

ANAGRAMA

672 PÁGINAS

24,90 EUROS

Novela Elpelado de

Edimburgo vuelve con‘Skagboys’, precuelade‘Trainspotting’, tambiénambientada en su Leithnatal y poblada por elviejo clan de agitadosyonquis

Más

chutes

sí

Retrato del escritor escocés Irvine Welsh GETTY IMAGES



ANNA M. GIL

Los hijos de una época –según Ni-colai Hartmann– tienenderecho aequivocarse en la misma direc-

ción. Y Rafael Vallbona (Barce-lona, 1960)intenta hacer la lecturade un tiempo –desde la transicióna nuestros días–, deuna historiadeincierto porvenir, del fracaso deuna generación insurgente que hadepuesto las armas, con la melan-cólica exigencia de denunciar suscausas.

Parte de lo que ha visto y vivido(el desarrollismo de los 60; losmovimientos ciudadanos y alter-nativos; el estructuralismo y la se-miótica; la literatura y la música;losmedios de comunicación; el pai-saje urbanoy humano; eljuegopo-lítico, las estrategias del capitalis-mo,la deserción), para refrescarlamemoria de los lectores, enseñar-les lo que ya saben y ayudarles aentender lo queya son. Así,espera

que puedan sortear la conjuraciónde obstáculos cotidianos, invir-tiendo la perspectiva de una falsavida real por una vida posible. Co-

mola quesoñóeste militante de 17años que, en 1977, más porcompli-cidad con los amigos que por con-vicción política, vendía en un ten-derete del PSAN el clandestino Lluita y los adhesivos de la estela-da, símbolo del independentismosocialista. Poraquelentonces,el ré-gimen franquista había pasado amejor viday el pueblo,transforma-do de súbdito en ciudadano, pron-to recuperaría la libertad perdidaal estallar la guerra. O eso se creía.

La transición fue un productode dosdebilidades, lade una dicta-dura empeñada en perpetuarse ylade unaoposición decidida a rom-per, loque supusoconcesiones y lacreación de una democracia frágily opaca, que nos ha llevado dondeestamos: a lacorrupción,la impuni-dad, la irresponsabilidad, la des-afección. En un contexto de crisisquerompe el modeloproductivo yterritorial, que genera desigualdady tensión social, delque somos víc-timas,pero tambiénculpables.Por-

quehemoscreído enfáciles prome-sas,en laquiméricay mediocre feli-cidadconsumista,que impone –pa-rafraseando a Lipovetsky– la tran-sitoriedad de losvínculos,la instru-mentalización de las instituciones,el cálculoindividualista de costes ybeneficios. Y, para recordar aque-lla juventudizquierdista y rebelde,ante el miedo a perder el controlde lo que se tiene y aún se sueña,sólo noshemospermitidociertodi-sentimiento conun mundo que,enel fondo, queremos igual. |

Parte de lo que ha vivido: el izquierdismo,la semiótica, el paisajeurbano, los medios

de comunicación

Rafael VallbonaDe contentsa enganyats

EDICIONS 62223 PÁGINAS18, 50 EUROS

Rafael VallbonaEl tantper cent

CRIMS.CAT /ALREVÉS334 PÁGINAS18 EUROS

Rafael Vallbona, en una imagen reciente ANA JIMÉNEZ

LILIAN NEUMAN

El gran mérito de esta novela esque uno debería cerrar el libro yponerse a llorar(perono lo hace, y

sigue leyendo, y tal vez quiera re-leer). O salir a manifestarse a gri-tos. Sobre todo si se es oriundo deese pueblo de ficción llamado Po-bla de Dalt. En verdad, todos so-mos de Pobla de Dalt.

¿Yqué pasóen estepueblode lacosta, que podría ser cualquiera denuestro litoral, y de fuera de Cata-lunya también? Dice el autor: “Mehe visto superado por la realidad”.

Y lodice él,que es periodista de ex-tensatrayectoria (y autor de nume-rosos libros, entre ficción,poesía ylibros de viaje). Esa inconcebiblerealidad criminal de la que hacecuidadosa prospección.

Rafael Vallbona conoce muybien el papel de la prensa comar-cal, de ese periodismo que, comolesucede aquí a Pere Palau,navega

enlas estrechasaguas endondeto-dos saben quién es quién: desde elconcejal de la oposición al alcaldeque contempla su pueblo-coto pri-

vado desde laventanade sudespa-cho,mientras sueña conrecalificarcada día un poco más.

Pasó en este pueblo, como bienentiende el lector, el negocio de laconstrucción/depredación. Se si-guen los pasos del concejal de laoposición chantajeado, y de cons-tructores asociados a políticos–preciosa la tensa comida en Ma-drid,para seguir negociando chan-chullos–y anteso despuésde lapri-mera amenaza quereciba Pere Pa-

lause preguntará el lectorcómoesqueno hubo remedio para esta en-fermedad.

Un concejal conduce borrachopor los aledaños de Pobla de Dalt.El joven policía que lo detiene seatreve a sancionarlo. Es uno de lospocos héroes en esta narraciónque empieza con dos matones asueldo del mafioso del pueblo queasesinan brutalmente a dos inmi-grantes ilegales. Vallbona lo hapuesto todo en este libro, y se nu-tre sin disimulo de la realidad (esaque lo superó, aunque aquí la con-

trola muy bien). Incluso le da pa-pela otro héroe que parecevenidode otro tiempo: un sacerdote pro-gresista (que existeen la realidad),que defiende a esa comunidad desenegaleses que malviven en elpueblo de juntar chatarra. El mis-mopueblo en donde se ultimanlosacuerdos para la construcción deun apabullante centro comercial.

Personalmente, le agradezco aeste autor su trabajo clarificador:no es fácil entender(ni aceptar)se-mejante aparato concebido paracargarse un pueblo y un país. |

Un retratode época

Describe el negociode construcción/ depredación; la emigración ilegal, los

políticos corruptos

Rafael VallbonaEl ya veteranoescritor catalán, queha practicado todos losgéneros, publica dos nuevas obras

convocaciónpanorámica: un retrato generacionalqueabarcadesde la transición a nuestros días, y unanovelapoliciacaen torno a la corrupción política y social en la Catalunyade nuestro tiempo

Mi pueblo‘shopping center’



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E S C R I T U

R A S

LUIS RACIONERO

Hace cuatro décadas, miles de jó-venes, la mayoría estudiantes, deFrancia, Estados Unidos, Alema-nia, Italia e incluso España, reco-rríanlas callesen encendidas y vis-tosas manifestaciones, pidiendo agolpes de discurso–y de adoquín–

libertad para la mente y el cuerpo.

Al mismo tiempo, otros muchosadolescentes de esos países aban-donabantoda expectativa de trabajo para pintarse la cara de chillo-nes colores, fumar un porro, reci-tar una melopea oriental y viviruna vida idílica y vegetariana.

También por esos años, altas yceñudas formaciones paramilita-res de negrosnorteamericanospro-clamabansu guerra de la indepen-dencia. Otra guerramás real y san-grienta, la del Vietnam, provocabamítines,campañas y juicios históri-cos por parte de los pacifistas. Erauna revolución de gestos y pala-bras contra el viejo mundo occi-dental, contra su moral y su cultu-ra. El boicot apasionado a laruina,a la hipocresía y al dinero.

Esa revolución intelectual teníaun héroe y un profeta: HerbertMarcuse, un profesor universita-rio en Alemania y afincado en Es-tados Unidos, un hombre casi an-ciano quehabíapasadosu vidafilo-sofando sobre el marxismo y lasteorías de Freud y que, de repente,se vio encumbrado en el único si-tial que respetaban los jóvenes re-volucionarios y contraculturales.En las pancartas que desfilabanpor París o Berkeley se rendía cul-to a la nueva trinidad de “Marx,Mao, Marcuse”, y el pensamientode este pacífico líder de cabellos

blancos se vendía por millares entodas las librerías de Occidente.

Pero aquella revolución, comoluego se ha visto, fue imposible.Mayo del68 cambiómuchas cosaspero no hizo saltar el mundo porlos aires ni creó ninguna especiede hombrenuevo. Hastasu mismoprofeta desapareció de la circula-ción. Cuando murió, en un Hospi-talde Alemania,Marcuseera yacu-riosidad histórica, un nombre casiperdido en las enciclopedias.

Las ideas de Marcuse, que fueun pensador solitario e indepen-

diente,fueron la justificaciónteóri-ca que necesitaban los jóvenes re-beldes de la década de los 60. Laapocalíptica demanda de libertadpersonal y espiritual que hacíaMarcuse se amoldaba a las razo-nes de la protesta juvenil como laletraa lamúsicade una buenacan-

ción.Pero,tal vez, se ha exageradomuchosu papel comoteórico de larebeldía. En realidad, sus obrasfundamentales fueronescritas mu-cho antes del Mayo del 68 y de lasrevueltas de la Universidad de Ber-keley. “Lo que hubo fue un fenó-menode coincidencia.Aunque suslibros estaban traducidos en Fran-cia, antes del68 eran muy poco leí-dos. Pocos líderes estudiantiles leconocían a fondo. Pero hubo unaafinidad en el sentimientode rebel-díay, además,una coincidencia sig-nificativa: los radicales estudianti-

les estaban de acuerdo con Her-bert Marcuse en que las organiza-ciones obreras habían perdido sufuerza revolucionaria”.

Este es uno de los puntos de la“teoríade larevuelta” de Marcuse,dirigida sobretodo contra la socie-dad de consumo y el neocapitalis-

mo, que en los años 60 se habíafrenadomuchola combatividad so-cial. “Aunquesu análisis parece pe-simista, sugiere la sustitución de laclase obrera, absorbida, integrada,porla clase estudiantil,juvenil. De- ja una puerta abierta, unaesperan-za.Esa sensibilidad intelectual,tanbienpublicitada, porcierto, es lara-zón de su éxito. El neocapitalismopretendía que su sociedad era fe-liz, sin tensiones. Marcuse demos-tró que era todo lo contrario”.

Lo que motivó los movimientos juveniles de los años 60 fue el te-

diovitalde unaperspectivade tra-

bajo sin sentido, de ganar dinerosin tener tiempo para gastarlo, depasarla vida arrastrado porla iner-cia de un engranaje incontrolable.Esarebeldíano la provocó la luchade clase, como pensó Marx, ni delimperialismo, como supusiera Le-nin, ni de la escasez o la explota-ción, sino de la sobreabundancia,el consumismo y la opulencia”.

Marcuse fue quien más y mejorhabía pensado sobre ese tema.Desde1955, con Erosy civilización,se se distinguió por la claridad yagudeza conque extendióel méto-do psicoanalítico de Freud, al aná-lisis de la sociedad. Como ErichFromm y Norman Brown, recogióel dilema civilización-represiónanunciado por Freud y lo desarro-

lló, acuñando el concepto de“exce-dente de represión”, que es el tra-bajoy disciplinaredundantes,man-tenidas por inercia del pasado enuna época enla que yano sedan lainseguridad ni la escasez que lasprovocaron. Es lógico quelos jóve-nes descubran en la razonada des-mitificación de Marcuse un pensa-miento congenial y esperanzador.

Eleros delque hablaMarcuse,yquesegún él debeprevalecer sobrela civilización, no es el placermecá-nico de la excitación sensorial, si-no el gozo profundo de la activi-dad en un trabajo creativo, huma-no, enriquecedor.

Otro de los puntos cruciales dela influencia de Marcuse fue su“lectura crítica del marxismo”, se-guidade duras objeciones a lapolí-tica soviética. Marcuse, un judíode familia acomodada nacido enBerlín dos años antes de acabar elsiglo XIX, perdió por primera vezla confianza en la izquierda tradi-cionalel año1919,cuando fueasesi-nada Rosa Luxemburgo.Eso le lle-vó a abandonar el partido socialde-mócrata.Poco después, comenzóaestudiar las obras de juventud deMarx, aunqueno fuehastasu llega-da a EE.UU., donde se refugió en1934, huyendo del régimen nazi,cuando emprendió su análisisrevi-sionista y crítico delmarxismo. De1941 a 1950 trabajó enla Oficina deServicio Estratégicos del Departa-mento de Estado norteamericano,

lo que levantó sospechas sobre suposible colaboración con la CIA.

Lasteorías de Marcuse hanaca-bado asumidas por el sistema. Larebelión se puso de moda y acabóasumida,porqueel capitalismo ne-cesitade esaválvula de escapequees larevuelta.Marcuse eraun hom-brelúcidoy comprendió,en susúl-timos años, queel sistema había in-utilizado sus teorías. Perocondicio-namientos sociales, de público, demercado, le impidieron rectificar.

Marcuseha pasado de moda, pe-ro susideas, no escuchadas porlospolíticos de derechas y despresti-giadas porlos intelectuales marxis-tas, quedan como testamento desensatez imaginativa de un pensa-dor profundamente en contactocon su tiempo. |

Marcuse, trabajando en su despacho, en 1968 GETTY IMAGES

El sistema necesita deesa válvula de escapeque es la revuelta,y por eso pudoasimilar sus teorías

Deayer a hoy El quefuerauno de losgrandes gurús intelectuales en la revuelta

de los años sesenta ha pasado completamente de moda. Pero sus ideassobre el neocapitalismo y el consumosiguen influyéndonos

El legado de Marcuse



C i c l o d e o c h o p r o p u e s t a s r e a l i z a d a s

e s p e c i a l m e n t e p a r a e l D O C U M E N T A L a p a r t i r d e l o s f o t o l i b r o s p r e s e n t a d o s e n l a e x p o s i c i ó n d e l a F u n d a c i ó n F o t o C o l e c t a n i a . U n a m u e s t r a d e

c ó m o e n l o s ú l t i m o s a ñ o s e l f o t o l i b r o s e h a c o n v e r t i d o e n l a m e j o r h e r r a m i e n t a d e d i f u s i ó n p a r a l a n u e v

a g e n e r a c i ó n d e f o t ó g r a f o s d e n u e s t r o p a í s .

A s u v e z , h a a b i e r t o u n

c a m p o

d e e x p e r i m e n t a c i ó n d e l e n g u a j e s y

p r o c e s o s d e t r a b a j o q u e h a n r e c i b i d o l o s m á s a l t o s r e c o n o c i m i e n

t o s i n t e r n a c i o n a l e s . ( h a s t a e l 3 0 d e j u l i o ) . w w w . c o l e c t a n i a . e s

Txema Salvans

(Barcelona, 1971).

www.txemasalvans.com

The waiting game2005-2013.La exploración de laamplia, variada y amenudo sorprendentepaleta de conductas yanhelos humanos estáen la esencia de mitrabajo. Desde haceocho años, recorro lacosta mediterráneaespañola buscandofotografiar una actividadtan sobreexpuesta comola prostitución. En laserie The waiting game,concepto y plasticidadencajan para ofrecer uncuadro certero sobre lanecesidad y el deseo.

D o

c u m e n t a l : T x e m a S a l v a n s

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F O T O L I B R O S .

A H O R A

Y A Q U Í

PATROCINADO POR



FRANCESC FONTBONA

El gran público catalán –que nosuele conocera muchos artistasba-rrocos delpaís– conoce en cambioel nombre de Antoni Viladomat:una larga calle del Eixample deBarcelona lleva su nombre, tieneuna estatua delante del parque dela Ciutadella, y algunos quizás enalguna ocasión se fumaron un pu-ro con su efigie y su nombre en lavitola.Para losmás letraheridosVi-ladomat es un pintor presente enla Galería de Catalanes Ilustres,que trasvarias peregrinaciones ha-ce años que se encuentra en la se-de de la Real Academia de BuenasLetras, y un personajeque disfrutade una amplia bibliografíadesde elúltimo cuarto del siglo XIX.

Ahorael gran público y losletra-heridos podrán seguir ampliandosus conocimientos sobre Vilado-mat ya que este año está siendoobjetode una exposición múltiple,repartida entre el Museu d’Art deGirona, el Museo de Lleida Dioce-sano y Comarcal, los museos deMataróy elMuseo Nacionalde Ar-te de Catalunya. Peroseguramentemás impacto que las exposiciones,que son de dimensiones discretas

a tono con los tiempos de crisis, lotendrá el libro que las acompaña,una exhaustiva monografía debidaal profesor de la Universitat de Gi-ronaFrancesc Miralpeix, quededi-có su tesis doctoral a Viladomat,enel 2005, y enestevolumenla di-funde alpúblico después de haber-la sintetizado y puesto al día.

Viladomat, pintor que recibiómáximos elogios por parte de An-tonRaphael Mengs,pontíficemun-dial de la pintura académicadel si-glo XVIII, tuvo las virtudes y losdefectos quepodíatenerun pintorcomo él activo en un país que sehabía convertido, con el nuevo ré-gimen borbónico que le tocó es-trenar, en simple provinciasin ins-tituciones nileyespropias y consuidioma borrado oficialmente del

mapa. Sin embargo produjo obrasde gran ambición, como la serie deveinte grandes cuadros de la vidade San Francisco de Asís (en elMNAC pordepósito de la Real Aca-demia Catalana de Bellas Artes deSant Jordi) que los mayores toda-vía recordamos expuesta al com-pletoen una gran sala delPalau Na-cional; también las pinturas de laCapilla de los Dolors de Santa Ma-ria de Mataró –un Vía Crucis alóleo esplendoroso–, o unascuantasnaturalezas muertas excelentes.

PeroViladomattuvo que repetir-se a menudoen obras menores pa-ra cumplir los encargos de una so-ciedad carente del empuje queexistíaen losgrandes núcleosurba-

nos europeos verdaderamente do-

tadosde unpesopolítico deprime-ra magnitud, inexistenteen Catalu-nya no ya con los Borbones sinodesde quehabía dejadode serresi-dencia de una monarquía. Y enaquellos tiempos de ancien régimela monarquía era determinante ala hora de conferir a un país y aunaciudad auténticogrosor social.

El libro de Miralpeix cataloga363 obras –incluyendo dibujos, ar-te que el pintor dominaba especial-mente–, tarea difícil ya que, a pe-sar de disponer Viladomat de unade las primeras grandes monogra-fías modernas que tuvo un pintoroccidental –la de Joaquim Fonta-nalsdel Castillo,muy solvente,pu-blicada en Barcelona en 1877–, lasobrasque le hansidoatribuidas no

siempre pueden ser apoyadas do-cumentalmente, y a menudo hantenidoque ser validadas en base alojoclínico delespecialista.En elfu-turo las nuevas tecnologías –análi-sis pigmentarios, espectrografíaRaman, etc.–, que ya han empeza-do, aún tímidamente, a ponerse alservicio de la historiografía delartepodrán aportar otros datosso-bre los que sustentar opinionesmás sólidas; pero por ahora su usomayoritario quedafuera del alcan-ce económico de la tarea única-mente erudita, y normalmente só-lo se recurre a ellas para avalar laautenticidad de piezas en operacio-nes jugosas del mercado artístico.Además, hoy por hoy, técnicascomo éstas todavía sólo resuelvenalgunos de los problemas que afec-tan a la atribución de autorías.

Aportaciones destacadas de Mi-ralpeix son, entre otros, la aclara-ción de la serie de la vida de SantBru para la cartuja de Montalegre,

quelos avataresde la historialleva-

ron a la iglesia de Saint Merry deParís, donde todavía se conservan;la figura de Santa Quitèria ante laciudad de Lleida (colección parti-cular de Barcelona) o el autorretra-to del MNAC, que a pesar de sumal estado constituye una aporta-ción iconográfica definitiva hastaahora increíblemente olvidada.

Hay obras en las que a un di-lettante en pintura dieciochesca,como el autor de esta reseña, lecuesta ver la mano de Viladomat,como las pinturas de la capilla delosDolorsde lacatedralde Girona,o incluso las mucho más felices–de idénticas medidasque lasante-riores– de la capilla de Sant An-

dreu de lamisma sede; pero esta esunasensación vaga y sindudasub- jetiva de mi ojo, menos clínico queeldel autor,que nopretenderé im-poner por buena.

Dejamos de lado la polémica re-currente de si Viladomat eramás omenos adelantado, porque cadavezcreo más queeste concepto noeslo importante enla historiade lacultura,y sinos paramos a analizarsu obra veremos que hay piezastocadas por el genio y otras, claroestá, simplemente alimentarias, ylociertoes queaquellas, al margende cronologías, pueden ser leídashoy –en su tiempo se buscabanciertamente otros valores– comofuentes seguras de placer estético,loqueen elcampo delas artesplás-ticas es un criterio de excelencia atener muy en cuenta.

Este volumen, de 542 páginas,muy ilustrado, editado por el Mu-seu d’Art deGironay por lamismaGeneralitat de Catalunya, en elmarcode las conmemoraciones de1714, es no sólo ya la nueva granmonografía sobre Viladomat sinotambién una cata amplia de lo quefue la pintura catalana del sigloXVIII, gran desconocida y que

merecemás atencióna pesarde lascircunstancias pobretonas en lasque le tocó desarrollarse. Por laspáginas del libro salen, y se ilus-tran, figuras como Pau Priu, JoanGallart,Pere Crusells, Manuel Tra-mulles, Josep Bal, Pere Pau Mun-tanya, e incluso pintores anterio-res, de aquel siglo XVII pictóricocatalán –el mismo que en Europadaba nombres inmensos como Ca-ravaggio, Rembrandt, Rubens, o Velázquez–, que es la Cenicientade lahistoriade lapinturacatalanapero que, como mínimo, es unaépoca tan digna de ser conocidacomocualquier otra,porque el his-toriador del arte –como todos losotros tipos de historiador– tiene lamisión de estudiar aquello quehayy no sólo aquello que le gusta. |

Recuperación El siglo XVIII catalán es un

desconocido artístico. Cincoexposiciones y un librorestituyen a su artista másrelevante

Viladomat,pintor deun tiempooscuro

E x p u e s t o

Tuvo los encargos

propios de una sociedad que no era desde hacía tiemposede de una monarquía

01



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C u l t u r a | s L a V a n g u a r d i a


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E X P U E S T O

01 ‘Sant Lluc’,1727-1730MNAC

02 ‘Dona amb ventall’, 1720-1755COLLECCIÓN PARTICULAR

03 ‘Sant Ignasiescrivint a la SantaCova de Manresaamb Montserrat alfons’,c. 1700-1720COLECCIÓN PARTICULAR

04 ‘Jesús entre elsdoctors’,1720-1750MONASTERIO DE

MONTSERRAT

EL LIBROFrancesc Miralpeix

Antoni Viladomat iManalt 1678-1755.

Vida i ObraMUSEU D’ARTDE GIRONA544 PÁGINAS30 EUROS

EXPOSICIONESEl pintor Antoni

Viladomat i Manalt(1678-1755)Comisario: FrancescMiralpeixhttp://tricentenari.gen-cat.cat/ca/agenda/acti-vitatcontent/El-Pintor-Antoni-Viladomat-i-Ma-nalt-1678-1755/

L’obra gràficad'un precursorMNACBARCELONA

Parc de Montju ï cTel. 93-622-03-60www.mnac.catHasta el 2 de noviem-bre

L’home, l’artista,l’obraMUSEU D’ARTDE GIRONAGIRONAPujada de la Catedral,12Tel. 972-20-38-34www.museuart.comHasta el 2 de noviem-bre

La Capella delsDolors. Una cru ï llaartísticaMUSEU ARXIU DESTA Mª DE MATARÓMATARÓ

Beata Maria, 3www.masmm.orgHasta el 30 de septiem-bre

RedescobertesMUSEU DEMATARÓMATARÓEl Carreró, 17Tel. 93-758-24-01www.mataro.catHasta el 24 de agosto

El relat pintatMUSEU DE LLEIDADIOCESÀI COMARCALLLEIDASant Crist, 1Tel. 973-28-30-75www.museudelleida.netHasta el 2 de noviem-breBIBLIOGRAFIA

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SIRI HUSTVEDT. Pasé por casualidad y la puerta de la habitación de su casa de Brooklyn estaba semiabierta, un segundo más tarde sería cerrada por unas manosque no eran las de Siri, tal vez por el viento: el azar me ayudo a entrever aquel libro acostado esperando por retomar su lectura .

ANTONIO GAMONEDA. Aquí su herencia reunida –es hijo único–: el reloj del padre, ochenta años parado, la última Parker también de su padre, quien fuera unpoeta modernista que publicó un único libro, Otra más alta vida, las tijeras, el rosario de la madre y la ‘rosa pantopón’, los alcaloides… cuántos secretos sin revelar.

SERGI P ÀMIES. Nacido en Francia, donde se encontraba en el exilio su madre, la tambi én escritora Teresa Pàmies, lleva el apellido de esta, ya que oficialmente no

podía recibir el de su padre, así que lo declararon hijo de madre soltera, porque en aquel momento estas tenían algunas ventajas allí en las alcaldías comunistas.

Misterioso literato



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E S P A C I O S

A lo largo de 24 semanas ‘Misterioso literato’ ha propuesto un juego a los lecto-res: una fotografía mostraba un detalle de un escritor/a, de los cuales también seofrecía un fragmento de texto de una de sus obras. El misterio se desvelaba lasemana siguiente. En estas páginas recogemos los once últimos y también ofrece-mos uno nuevo, todos ellos a cargo de Lisbeth Salas, autora de las fotografías, junto con algunas anécdotas de las sesiones fotográficas

SOLEDAD PUÉRTOLAS. Quedamos en la Real Academia Real, la retrato junto a su silla, letra G; es enormemente tímida, siente fobia a que la retraten y me dice quelo importante es la visión general de las vidas que escribe. Rcuerdo una entrevista en la que afirmaba quedarse devastada cada vez que termina un libro

ÁLVARO MUTIS. Solos, en el salón de su casa de México, siempre estaba de buen humor y con un chiste a punto; un día me miró fijamente e hizo un gesto comode sufrir un ataque, lo cogí por los hombros, helada, y al sentir mi angustia abrió los ojos y se echó a reír. Lo miré estupefacta, con los ojos llenos de lágrimas.

IDA VITALE. No tiene edad: aunque haya cumplido 91 años, ya es eterna; menuda, el apellido hace honor a su vitalidad, tuvo como maestro a Jos é Bergamin y no

olvida una frase que le dijo Juan Ramón Jiménez: “Escribe y guarda, todo tiene su tiempo, no olvides la objetividad, la autocrítica, guarda todo hasta olvidarlo”.

F O T O : S O F I A

D O T T A



MARIO VARGAS LLOSA. Casi siempre de traje y corbata, se nota que lleva una vida muy atareada, siempre mirando el reloj, la pulcritud en las formas, le he escucha-do hablar de sus amigos con la pasión con que da un discurso, defenderlos a capa y espada, mediando entre ellos. Cortázar, dice, fue su amigo, modelo y mentor.

ADAM ZAGAJEWSKI. Es un nadador de mar, ama el Mediterráneo; hay una frase en uno de sus poemas que dice: “Ah, la mandíbula de la cámara de fotos muerdelas imágenes…”, Me cuenta que tenía de pequeño una cámara Druh, la más barata entonces del mercado, y una ampliadora donde el mismo copiaba sus fotos.

YOLANDA PANTIN. Su obra es una declaración de fe y testimonio de vida. Nació y vive en Venezuela, un país marcado por el desasosiego y la violencia y que atravie-

sa trágicamente su poesía amorosa. Nos conocimos hace 28 años, yo entonces quería ser poeta, ella ya lo era. Sus libros, sus lecturas y amistad me acompañan.

Misterioso literato



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E S P A C I O S

Siri

Hustvedt (30 de abril),

Antonio

Gamoneda (7 de mayo),

Sergi

Pàmies (14 demayo), Soledad Puértolas (21 de mayo), Álvaro Mutis (28 de mayo), Ida Vitale (4

de junio), Mario Vargas Llosa (11 de junio), Adam Zagajewski (18 de junio), Y olan-da Pantin (25 de junio), Jenn Díaz (2 de julio), Pablo d’Ors (9 de julio) y MauricioWiesenthal (16 de julio)

JENN DÍAZ. Sus cuadernos de notas son una especie de fiesta de carnaval, con distintos colores de tintas; me contó que lo hacía para no olvidar hasta dónde habíatranscrito en el ordenador y para saber cuántas páginas había escrito durante el día, ya que escribe todo a mano alzada

PABLO D’ORS. “La literatura es un asunto de vanidades que hace tiempo dejó de interesarme”, me dijo sobre en qu é novela andaba, “Estoy cansado de chapotearen una charca tan miserable”. Aseguró que había encontrado una fuente más fiable para nutrirse por dentro. En la foto, su salón de meditar en su casa de Madrid

MAURICIO WIESENTHAL. Persiguiendo personajes por el mundo, es un fetichista de primera fila, conversador incansable, catador de perfumes hasta el punto de

recordar a Ava Gardner por su perfume y de utilizar la misma colonia floral que usaba Oscar Wilde.



SERGI SIENDONES

“Como fans de la música en vivo,nos había tocado viajar muchasvecesparapoderveranuestrosar-tistas favoritos, dado que las girasinternacionales no siempre hacenescala en nuestro país. Fue justa-mente a raíz de ese tipo de expe-riencias que detectamos una opor-tunidad de mercado y decidimos

crearCooncert, una plataforma online donde los fans puedenorgani-zarsepara conseguirque un artistavisite su ciudad”. Con estas pala-bras, el barcelonés Pau Corbalánsintetiza el motivo que le llevó aunirseaPolHorta,AnnaDivíyJor-di Isern para poner en marcha elpasado septiembre, en su tiempolibre y a costa de horas de sueño,Cooncert.

Dejando de lado la pregunta desi el hecho de que los fans tenganque encargarse de hacer posibleun concierto es un signo de evolu-ción, o una muestra más de que laindustria musical atraviesa mo-mentos oscuros–la respuestaseríaun poco de ambas–, lo cierto esquela existenciade plataformas co-mo Cooncert materializa el gradodeincursiónquetieneyalamenta-lidadparticipativa 2.0en el merca-do del entretenimiento. Nunca ha-bíasidotanfácilsaberloquelagen-te quiere, y por tanto nunca habíasido tan fácil minimizar riesgos.

“El promotor musical siempreha jugado con el riesgo: programacon olfato y luego, cuando ya nohay vuelta atrás, comprueba si elartista tiene o no una demandareal”, explica Corbalán. “Nosotrosqueríamos organizar conciertos,pero empezábamos con un presu-puesto muy mínimo, y la maneraque encontramos de minimizar di-choriesgoeracontarconlacolabo-ración directa de los fans”.

A diferencia de su hermano ma-yor londinense Songkick Detour(iniciativa surgida de la agenda deconciertos digital Songkick), queempezó dejando que fueran lasbandas las que dijeran en qué lu-gar del mundo querían tocar, a laesperade que losfansconfirmaránla asistencia mínima para hacerrentable el evento, Cooncert bebede la evolución natural de aquellapropuesta: que sean los fans losque pidan conciertos a la carta.

Una mentalidad impresa en elADN de la recién extinta mexica-na Bandtastic –cuatro jóvenes queestaban hartosde tener quevolar aEE.UU.– o de la brasileña Quere-mos!, otro hermano mayor de laplataforma de Corbalánque al gri-to de “¡Queremos a The XX!”, o

Mogwai o Beach House o LCDSoundsystem o VampireWeekendo Belle & Sebastian… logranen po-cosdíasquebandasquelosbrasile-ños nunca esperaban ver aceptenviajara Río deJaneiro. Y esquenohay pérdida posible.

“Partiendo de que ocho de losdiez perfiles de Facebook y Twit-termás seguidos delmundo perte-

necen a músicos, podemos afirmarque el fan, a quien nosotros nosdirigimos en todo momento, seencuentra en las redes”, argumen-ta Corbalán, consciente de que lafacilidad de acercarse al consumi-dorque ofreceel2.0permite detec-tar con mayor eficiencia sus gus-tos, al tiempo que se le incluye enelproceso detrabajo y se le encar-ga que encuentre a otros fans para

juntos hacer el concierto realidad.“Acambio–añade–,loscomprado-res de las entradas anteriores a laconfirmación del artista, en casode que haya suficiente demanda yqueel músicoacepte, adquieren elticket a precio especial,acompaña-do de un disco, un póster ediciónlimitada serigrafiado por Error!Design y, en algunos casos, de la

oportunidad de asistir a las prue-basde sonidoo incluso de conocera la banda”.

Tras casi un año de vida, Coon-cert cuenta en su haber con tresconciertos que han llegado a buenpuerto, de entre los que destacanel de la cantante folk escocesa Ra-chel Sermanni en Music Hall –“su

confirmación fue el pistoletazo desaliday la primera gran alegría”– yuno del norteamericano NathanielRateliffy su grupo deindie folkenApolo, y con dos en camino: el delislandés Ólafur Arnalds en el Grec(ver recuadro)y elprimeroen Ma-drid enoctubre con elfolkirlandésde James Vincent McMorrow.

Por contra, les queda el amargorecuerdo de algunos artistas queparecían convencidos y que a últi-ma hora fallaron, especialmente eldelfracasadointentodetraeraMo-torama en diciembre, que cancela-ron después de conseguir un sold

out. “Elbalance,peseaello,esposi-tivo–recalcaCorbalán–.Sóloelhe-chode firmar queéramos unaem-presa ante notario (con boli Bic ybermudas)ya nosparecía un éxito.

E n d i r e c t o

Música El ‘crowdfunding’musicaldaunpasoadelanteconplataformas comoCooncert, quesirvede

intermediariaentre fansybandasparahacer realidadconciertosmediantelaventadeentradas anticipadas

Conciertos a la carta

Si el fan se encuentra en las redes, ¿por quéno buscar ahí alpúblico y detectarsus preferencias?



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E N

D I R E C T O

Ólafur Arnalds

En el programa delGrec gracias a un fanTodo empezó cuando a uno de los

jefesde JoaquimNavarrole encar-garon que evaluara el proyecto deCooncertparasu posible inclusiónen el demoDay organizado por laempresa Wayra para buscar finan-ciación que ayude a acelerar start-ups (pequeñas empresas que justoarrancan). “Por curiosidad quiseponerapruebalapropuestaydepa-

so versi podía conseguir quellega-se a Barcelona uno de mis artistasislandeses favoritos: Ólafur Ar-nalds”, recuerda Navarro. “La ver-dadesquefueunprocesomuysen-cillo, tanto que casi ni lo recuerdo.Simplemente creé mi usuario y re-llené el formulario con los datosque se precisaban. Lo máscomple-

jo fue conseguir, sobre todo a tra-vés de redes sociales, que la gentese moviera y estuviera dispuesta air al concierto. Parece que hubosuerte”.

Fuerao nola suerteun factorde-terminante, el resultado de aquelepisodio se materializará el próxi-mo lunes en el Teatre Barts, en elmarco del Festival Grec. A cambiodeserelimpulsordeesteconcierto,Navarroha adquiridola posicióndeProomotor, que le permitirá cono-cer al artista –“eso me alegra mu-cho, meparece unaformagenial deacercar los músicos a sus segui-doresyquenoparezcanesosdiosesintocablesenlosqueleshanconver-tido promotoras y productoras”–,asistir a las pruebas de sonido y serobsequiadocon un CD de la graba-ción y un póster firmado.

Navarro, que ya había participa-do en una decena de campañas decrowdfunding ,creequeestetipodeiniciativas de consumo colaborati-vo se convertiránen algo estándar,sin llegar a ser algo mayoritario.“Se trata de una alternativa real alos canales usuales que estará pre-

senteydisponibleentodomomen-to –dice–. Además, me parece que

son una gran forma de aprovecharla globalización y la inmediatez dela red para llevar adelante pro-yectos impensables mediante losmétodosclásicos,desgraciadamen-te controlados por una minoríaque quiere imponer sus gustos”.

Frente a la postura optimista deNavarro, Ólafur Arnalds se mues-traun pocomás escéptico. “Laver-

dadesquenormalmenteyonoma-nejo mi agenda, por lo que no eraconsciente hasta ahora de que unfanhabía hechoposibleel concier-to, algo que creo que es increíble”,explicael islandés.“Aunque,a sim-ple vista, me parece una medidadesesperada, más que una oportu-nidad.La industriade lamúsica envivodebedeestarenmalaformasitenemos querecurrira la financia-

cióndelpúblicoparalasgiras…Pe-ro bueno, quizá no sea necesaria-mente algo malo”, concluye.

Arnalds, que giró con Sigur Rosenel2008(alosqueconsidera,jun-to a Björk, un gran ejemplo paradotarde seguridada laactiva esce-na musical islandesa, de entre lacual destaca a Samaris, Young KarinyÁrstíðir),vuelve a Barcelo-na dos años después de su últimavisita conmuchasganas de repetir.

Y lo hace de la mano de su colo-rido estilo neoclásico experimen-tal, junto a un cuarteto de cuerda,su piano–que empezóa tocar a lossiete años, para cambiarlo a losochopor labatería y volver aél enla adolescencia–, sintetizadores y

la voz del vocalista invitado ArnórDan. S.S.

Pero es queademás aparecimos enTVE, fuimos parte del Primavera-Pro y del Sónar+D, nos fuimos detapasconlosartistaseinclusoalgu-nasala nospreguntópor la empre-sa de catering que habíamos con-tratado cuando era comida caseradela novia de Pau… Todoello,jun-toalas5.000peticionesdeconcier-tos recibidas, compensan de so-bras latensión y la falta de sueño”.

Y la inversióneconómica,cabríaañadir, pues todo el proyecto hasido financiado por los cuatro so-cios,que todavía están lejos de po-der vivir de los beneficios que de-

janlos conciertosy laventa de mer-

chandising, pese a contar con seismeses de oficina gratis gracias aqueganaronelpremioamejorpro-yecto del programa Creamedia deBarcelona Activa. Algoque depen-diendodelavancedelproyectopo-dría cambiar, pues ya hay algunosmecenas interesados en contribuiren su expansión.

“No queremos avanzarnos, nitampoco dárnoslas de gurús, peropareceque ofrecerde maneraespe-cífica eso que el público pide esmucho más satisfactorio y amplíalasposibilidades”,responde Corba-lán a la pregunta de si su modelodenegocioestácondenadoaseral-

ternativo o puede llegar a ser algomasificado. Tan masificado comola compra de productos on line, lareproducción de música o el visio-nado de cine y series en plata-formas streaming como Spotify oNetflix. Porque si decimos que elfuturode la televisión es serun or-denador de gran pantalla conecta-doainternetenelcuallosconteni-dos carecen de horario y están adisposición del consumidor las 24horas del día, ¿por qué no conver-tir la agenda de conciertos en algoque el fan decide? Pues en eso es-tán Cooncert y sus hermanos.

Volviendo a la pregunta sobre

cuán buenes eso,da miedoy al mis-mo tiempo despierta admiraciónpensar en todo lo que ha consegui-do Facebook. Porque no nos enga-ñemos,todo estoderiva desu filoso-fía y mentalidad. Sí, la participacióntiene la fuerza de lograr imposiblesgracias a la suma deesfuerzos;peropor otro lado es algo perturbadorpensarquedetrás detoda esaparti-cipación se esconden las bases dedatos personales más afinadas delmundo. Todas voluntarias. Todasnutridas gracias a nosotros.

El gran hermano es mucho másamabley vamenos armadode loes-perado. |

Ólafur Arnalds

BARTSBARCELONA

21 de julio.Concierto integra-do en la progra-mación delFestival Grec.grec.bcn.catwww.cooncert.com

A la izquierda,retrato deÓlafur Arnalds,cuyo conciertoen el FestivalGrec fue promo-vido en la redFOTO STEFAN M.

PRAGER / REDFERNS /GETTY

Para el artista, queel fan sea ‘promotor’puede ser más una medida desesperada que una oportunidad

En la página de laizquierda, imáge-nes de las páginasde internet dealgunas empresasde conciertos a lacarta, de arribaabajo, Songkick Detour, Cooncert yQueremos!



‘Atari: Game over’ Coneste títuloprovisional se está preparando un documental que

desentraña el misterio sobremiles de cartuchosdelvideojuego ‘ET, theextraterrestrial’,supuestamente enterrados en el desierto de Nuevo Méxicotras su fracaso comercial

La maldicióndel cartucho

P a n t a l l a s

MIKE IB ÁÑEZ

¿Qué tiene el desierto de NuevoMéxicoparaquela peña tengaunaauténtica fijación por enterrar co-sas bajo su arena? El más próximoen el tiempo es Walter White, queentierra cerca de Albuquerque unpoderoso bloque de dinero, esos

millones de dólares alfa y omegade Breakingbad , frutode sus demo-niacos trapicheos con la metanfe-ta. Años antes de ese entierro, JiHaChol,el aberrante profetay pro-ta de la ePOPeya paranoico-crípti-ca ultraButal, enterró en NuevoMéxico,justoen el centrodel trián-gulo formado por los pueblos deBelen, Hondo y Ruidoso, unaarqueta, la explosión de la cualdesatará la subversión tabloideque trastornará al Planeta Tierra.

Y décadas antes, y según reza unadurantetiempoconsideradaleyen-da urbana, Atari soterraría cercade Alamogordo cientos de milesde cartuchosde unvideojuego mal-dito. ¿Qué tiene esazona, esas are-nas? La respuesta, al final del artí-culo. Antes, y centrándonos en

este último caso –el único en apa-riencia real–, pongamos el conta-dor de la Máquina del Tiempo en1982 y démosle a la palanca.

Atari Teenage RiotsEn juniode 1982 el asíllamadoreyMidas de Hollywood,StevenSpiel-

berg,lograel éxito con ET .Ylaco-sa es que Atari, empresa punteraen el terreno del videojuego, deci-de hacer la adaptación jugable deese éxito de la gran pantalla. Haypoco tiempo parallegar a la campa-

ña de superventas navideña. Ledan al programador encargado só-lo cuatro semanas para entregar lafaena. Así, el cartucho de ET paralaconsola Atari2600está para Na-vidad, respaldadopor anuncios te-levisivos pero sin tests previos ycon fallos de programaciónpor lasprisas.Además,el videojuego es cu-

tre, comparado con la magia de lapelícula es un churro y Atari sufreuna, digamos, revuelta teenager:losusuarios cabreadosdeterminanque el juego no vale un pito. Traslo que trincó Spielberg por los de-rechos, más costes, promoción ytal, debían venderse cinco millo-

nesde copias para empezar Atari ahacer caja. No se vendieron ni porasomo, haciendo encima los co-mercios devoluciones masivas delproducto. Y ese pinchazo, ademásde dejar a Atari muy tocada, hizotambalearse aúnmás un sector porentonces inestable y saturado de

juegos de baja calidad. La siguien-te escena es una noticia del The NewYorkTimes, 28 de septiembrede 1983, refiriéndose a un hechoextraño. Atari manda un montónde tráilers abarrotados de cartu-chos –millones de copias– del pu-ñetero videojuego hacia NuevoMéxico para ser enterrados, porlanoche, connocturnidad, en un ver-tedero cercano a Alamogordo. Talcual. Ese entierro masivo producecontroversia. ¿Es cierto? ¿Es una

Con prisas, Atari decide hacerla adaptación en videojuego delgran éxito de Spielberg, ‘ET’

La mano de Zak Penn, el directordel documental‘Atari: Gameover’, mostrandouno de los cartu-chos en su funda,hallados en elvertedero cercanoa Alamogordo



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C u l t u r a | s



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P A N T A

L L A S

Si alguien puede estar a la vezcontento y mosqueado con eldocumental microsoftistasobre los cartuchos enterradosde ET , ese es James Rolfe(1980), natural de Nueva Jer-sey, cosa que ya imprime carác-ter; ahí han nacido los dosmayores American Freaks:Bruce Springsteen y El Venga-dor Tóxico.

La cosa arranca cuando, trasgraduarse James en el TIT(Tromaville Institute of Tech-

nology), en el 2004 se inventauna webserie alojada en suweb cinemassacre.com: Theangry Nintendo nerd –luegoretitulada The angry video ga-me nerd para evitar líos–. Rolfeserá ese nerdo, un tipo quecomenta videojuegos con parti-cular deleite y saña por retro-productos que destaquen porsu baja calidad, su diseño pata-tero, etcétera. La reseña devideojuegos se ha convertidoen un género en sí mismo enla red, teniendo por aquí losvideotutoriales que BorjaPérez, el mayor talento cómiconacional y protagonista deldocudrama Qué vida mástriste, cuelga de tanto en tantoen la web vadejuegos. Reseñasen las que la excusa será algúnvideojuego para deleitarnoscon sus, como Borja diría, locu-rones.

Volvamos a Rolfe. La webse-rie triunfa y acaba por tocartodo tipo de temas, para dispa-ra(ta)r a sus anchas: consolas,gadgets o ‘seres’: Lloyd Kauf-man, el tromático padre del

Vengador Tóxico y el Hombremás Cachondo del Mundo,hará un cameón (con hedion-da cagarada incluida) en elepisodio consagrado al video-

juego Toxic crusaders. Salvan-do todas las distancias, por suhumor, su desparpajo y su

auténtica joie de vivre, Rolfesería el hijo más bastardo deKaufman.

El 2013 se lo pasará rodandosu Súper Producción de bajopresupuesto: Angry video gamenerd: The movie, un paso cru-cial en su psicotrónica carreraque tendrá première el próxi-mo 21 de julio. LA película,financiada con aportaciones desus hooligans y de la que seráproductor, director, coguionis-ta y prota. ¿Y de qué va LApelícula? Fácil: azuzado poresos hooligans para que reseñeel mítico videojuego de ET y lehaga un traje, Nerd deberáobtenerlo, y decidirá averiguarqué hay de verdad o de menti-

ra en toda la leyenda del entie-rro. Rolfe protagoniza su parti-cular Raiders of buried cartrid- ge, su En busca del cartuchoenterrado, su Santo GrialTrash. En el tráiler disponible,veremos cómo esa búsqueda–en su Nerdmobile–, provoca-rá el ser perseguido por agen-tes secretos o militares demen-tes; tendremos OVNI de paco-tilla estrellados en Roswell, oun ET de pega... un jocosorocambole.

Así, James Rolfe estará con-tento porque el anuncio deldocumental de Microsoft le haproporcionado a su Opus Mag-na presencia y popularidad,estrenando además antes queZak Penn. Y estará mosqueadoporque según el tráiler, hayescenas de excavaciones sospe-chosamente parecidas a...Queda claro que AVGN: themovie ha provocado Atari:

Game over, activando algún

circuito impreso en el cerebrode algún baranda de Microsofto así, para acabar “ocurriéndo-seles” el documental de ma-rras. O quizás Rolfe formeparte de todo del entramadopropagandístico. O quizá LAsorprendente verdad de todoel caso no esté ahí afuera, en elproducto burgués de ZakPenn, sino que esté dentro dela enloquecida AVGN: Themovie y se verifique una vezmás aquella sentencia latina: In trash veritas.

Eso sí, si un día se filma elshockumental The curse of thecartridge, James Rolfe deberíade ser, por derecho, el direc-tor. M.I.

Titán Trashtrola? ¿Existenesos cartuchos sote-

rrados? Adquieren la categoría deleyendónurbano.Le damos a la pa-lanca y nos vamos a finales del2013.

Fuel Entertainment, una pro-ductora audiovisual, anuncia queexcavará en ese vertedero,cerradodesde 1986, para determinar si es-tánallí enterrados o no esos millo-nes de cartuchos. Abril, 2014. Seperpetra esa especie de sesión dearqueología pop en busca de esascopias del laureadocomo “peorvi-deojuegode laHistoria”.Y se hallael cartuchamen bajo una capa dehormigón. Y la filmación de esaex-cavaciónserá materialpara un do-cumental dirigido por Zak Penn,de título provisional Atari: Gameover,parteasuvezdeunaseriedo-

cumental, Signal to noise, uno delosprimeros productos queMicro-soft factura a través de sus XboxEntertainment Studios, para usoexclusivo de losusuariosde su con-sola Xbox. Sí, Microsoft se lanza aproducir contenidos: además deSignal to noise, también preparaotros documentales e incluso se-ries de ficción. Y ello reafirma latransformación/mutacióndel mer-cado audiovisual en la era on line.Marcas alejadas de la producciónde series como Netflix, Amazon oXbox, las facturan. Anotar los re-flejos que ha tenido Microsoft pa-ra lograr con ese desentierro unacampaña de publicidad disfrazadade noticia, información, el súm-mum de la propaganda. Esa exca-vación cubierta por muchos me-dios, ha servido para dara conocersus proyectos. Aunque esa propa-ganda a costa de eso, pueda llegara ser tóxica, cuando no... letal.

EsoteríaLa sepultura de los juegos podríainterpretarse como un acto de ex-piación,Atari o Spielbergpidiendoperdón a los dioses corporativosporunachapuzaqueestuvo a pun-to de, ojo, cargarse –qué poderíoun sector hoy día multi-milmillo-nario. Pero puestos a expiar, ¿porqué no el sacrificio: machacarlosy/o incinerarlos? Enterrar aquellotiene un valor simbólico, un com-ponente ritual. Estando por ahí el

taimado Spielberg, ¿no fue todouna operación meticulosamentecalculada? Steve dijo: enterremosesos malditos cartuchos, creemosleyenda y de aquí a 30 años, ya ve-remos. Y ¡bingo! Resurgen esas

750.000 copias –no los dos o tresmillones aventurados– quizá conel poder que otorga el haber esta-do enterradas allí: objetos sacros,imbuidos de poderes esotéricos oesotrónicos. Respondamos ya lapregunta inicial.¿Qué tiene NuevoMéxico para que todo quisqui en-tierre cosas ahí? Pues tiene el de-

siertomás carismático del Mundo.Allí se produjo la explosión de Gad-get, el primer artefacto atómico,convertido en un objeto escatológi-co de poder y arrancando ahí unculto postindustrial, el culto al áto-mo, siendo el hongo que formó laexplosión (Amanita Nuclearia©),

logovenerable. Y ese desierto que-dó empapado por vibraciones/ emanaciones que le hicieron acce-dera otro nivel.Así,¿y si empiezana pasar cosas raras con/por loscartuchos desenterrados, tipo lamaldiciónde lamomia? Tras la pro- fanación, Penn, el equipo o el mis-mísimo Spielberg caen, Gadget nolo permita, como moscas. O, trasver el documental, usuarios deXboxenloqueceno sufrencombus-tiones espontáneas ninja. Ahí hayun shockumental: The curse of thecartridge, La maldición del cartu-cho. Así, para mayor tranquilidad,recomendaría que lleven los cartu-chos al Almacén 13 y los desac-tiven, para estabularlos luego enalguna ala remota de tal almacén.

Y que Gadget los bendiga. |

Promoción de ‘Angry video game

nerd: The movie’. El personaje, con un

bate ensangrentado al hombro y justo

al lado de la mítica caseta de ET, en la

cual se intuye que el extraterrestre ha

sido atacado

“Enterremos esos malditoscartuchos, creemos leyenda y de aquí a 30 años, ya veremos”

Diversas pantallasdel videojuego‘ET, The extrate-rrestrial’. De tansimple, a los

jugadores lespareció una espe-cie de tomadurade pelo, siendoun sonoro fracaso

comercial



R e g i s t r o s

LUIS COSTA PLANS

Who is William Onyeabor?, se pre-gunta ya de entrada en su título laprimera recopilación oficial delmúsico nigeriano William Onyea-bor, y eso mismo nos acabamospreguntando todos: quién diablosseráeste tipo.Publicada porLuakaBopa finales delpasado2013,la an-tología en cuestión reúne materialde los ocho álbumes que se auto-editóy planchó élmismo ensus es-tudios-sello Wilfilms, entre 1978 y

1985, antes de abandonar la músi-ca por el abrazo incondicional yentrega absoluta al cristianismo,convirtiéndose en un cristiano re-nacido. Aunque parezca increíble,Luaka Bop, el sello fundado porDavid Byrne (quien también hamontado una banda para tocar endirecto la música del nigeriano), esel primero en licenciar la músicade Onyeabor, condenada al ostra-cismoen cubetas para coleccionis-tas y freaks o en páginas webespe-cializadas (en sangrar), a preciosdesorbitados. El disco supone el vo-lumen quinto de la gloriosa serieWorld Psychedelic Classics, queanteriormente rescató la músicade artistascomo Os Mutantes, Shu-ggie Otis o Tim Maia, y que en sutercervolumen, Love’s a realthing.

The funky fuzzy sounds of West Africa (Luaka Bop, 2005) incluía,entre otras joyas de Manu Diban-go, Moussa Doumbia o Super Ea-gels, el Better change your mind deOnyeabor. Este hit absoluto ya ha-bía aparecido cuatro años antes ypor primera vez en el sello Strut,especializado en reediciones ycompilaciones, cuando publicó elesencial Nigeria 70, con grabacio-nes de Fela Kuti, Tony Allen, TheFunkees o Lijada Sisters, desatan-

do la fiebrepor el afrobeat,el afro-soul y elfunk psicodélico.Tan sólootras dos canciones más, Body &soul y Good name en otras tantaspocas recopilaciones, y el mitoOnyeabor ya estaba servido.

“Se suponía que debía ocupar-nos un mes, eso fue hace cincoaños”, declaraba en octubre del2013 Eric Welles, director deLuaka Bop, a The Guardian entre-vistado sobre el germen de Who isWilliam Onyeabor?, ese músico deculto nigeriano. Tal fue el percalque se encontraron –tanto en laciudadnataldel escurridizo Onyea-bor, Enugu,comoen Lagos– altra-tarde seguirsu pista entre quienesle conocieron y trataron en perso-na, que no les quedó otra que titu-larfinalmente asíel disco. Un per-

cal que recoge el impagable docu-mental de 31 minutos de duración Fantastic man, dirigido por JakeSumner y coproducido por LuakaBop, donde encontramos entrevis-tas con músicos que se han vistofuertemente influenciados por suinmensolegado musical,como Da-mon Albarn (Blur, Gorrillaz), DanSnaith, (Caribou, Daphni), Femi

Kuti (hijo del gran Fela Kuti) o

Martyn Ware (The Human Lea-gue, Heaven 17). Y también testi-monios de productores, distribui-dores,músicos o djsque loconocie-rony quearrojanmássombrasqueluces a una biografía sobre la queapenas existe información,de un ti-pocon unpasadoalgoturbio y po-cos amigos… Se dice que se fue aestudiar cine a Rusia durante va-rios años y volvió para hacer suspropias películas,que nadie ha vis-tonunca, para luegomontar los es-

tudios Wilfilms. Que tras abando-nar la música trabajó para el go-bierno, cerrando importantes con-tratos, sin quedar nunca claro dequénaturaleza. Y quedevino unti-tán de la industria local explotan-do su propiomolino de harina. Sinembargo, y a pesar de que el pro-pio Onyeabor eluda a toda costahablar de ello y no conceda entre-vista alguna desde hace años en suvoluntarioretiro,el hechoirrefuta-ble y verídicoal 100%es que seau-toeditó ocho álbumes en su propioestudio. Produciendo un funk psi-codélico basado en un instrumen-to poco menos que revolucionarioentre las filas del afrofunk de laépoca:el sintetizadoranalógico, pe-roen concretoy conespecial devo-ción, el Moog. Sus producciones,caseras y experimentales, a menu-do con improvisaciones y osadasmezclas, pasaron de un afrosoul yun funk psicodélico en sus discosdelos 70y primeros80,a unasuer-te de electro sintético y groovie ensus últimos discos de mediados delos 80. Sonoridades que lo conec-tan,en ciertomodo, con loque an-dabanhaciendoal mismotiempo ya muchos miles de kilómetros dedistancia pioneros del asunto co-mo Kraftwerk en Alemania o losCybotron, de Juan Atkins, en De-troit. Asuntos baladíes para Mr.Onyeaborn, obsesionado y abduci-

dopor surelaciónconel señor. Ob-viamente, declinó ser entrevistadopara el documental, pero quisoque se filmara una delirante esce-naen sudecadente palacio enEnu-gu. Una primera imagen nos plan-taa los pies de su enmoquetada es-calinata principal, donde descansaun inmenso tecladoMoog, consuspeldaños atestados de fotografíassuyas enmarcadas… Un disco gra-bado porel propioOnyeaborrepro-duce un mensaje dirigido a todos yque conviene escuchar detenida-mente… Mientras vemos salir desucasaal genionigerianoen laúni-ca imagen que se nos brinda de él,acercándose a cámara y despidién-dose con la mano. “Os quiero a to-dos, adiós por ahora”, son sus últi-mas palabras en la grabación. |

William OnyeaborSu historia recuerda a la de Sixto Rodríguez, queprotagonizó‘Searching for sugar man’: un artista desaparecidocuya músicaes rescatadadespués de muchosaños para vivir un éxito inesperado

¿Quién es este tipo?

Los testimonios dequienes lo conocieronarrojan poca luz;lo único seguro es que

editó ocho álbumes

El músico nigeriano en una fotografía tomada en el estudio de grabación y que aparecía en la portada de uno de sus discos

William Onyeabor



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R E G I S T

R O S

Gigantesdel dub

Händel

TamerlanoNAÏVE

Clásica Con diferenciade sólo unos años,tanto Händel como Vivaldi trabajaron parael repertorio operísticosobre un mismo tema,e incluso sobre unamisma fuente. La histo-ria de Tamerlano y deBajazet, este últimosultán turco, a quienTamerlano (nacido en1336, que se considera-ba descendiente de

Gengis Khan y queinstaló la capital de suimperio en Samarcan-da) venció en unafamosa batalla cercanaa Ankara en 1402.

La proximidad deltema turco (tan vigen-te en la Venecia rena-centista y en la delbarroco) ya había pasa-do a la leyenda cuandoambos compositorestrabajaron sobre estahistoria que tiene dife-rentes versiones. Perola fuente de inspira-ción tanto para Händelcomo para Vivaldi(Bajazet) fue la trage-dia per musica escritapor Agostino Piovenecon música de Gaspari-ni y estrenada en Venecia en 1711.Händel trabajó en 1724

en su Tamerlan queestrenó en Haymarket(King's Theatre) enLondres, y Vivaldi lohizo poco después en1735. Esta versión quenos propone ahoraNa ïve, de mucha cali-dad en la interpreta-ción, tiene como prota-gonista al contratenorcatalán Xavier Sabata,con la dirección deRiccardo Minasi.Los contratenorescastrati eran lasgrandes figuras de laescena musical de

entonces, y esta ver-sión nos acerca a aque-lla sonoridad originalcon un grupo de can-tantes de excepción.JORGE DE PERSIA

R.E.M.Unplugged 1991-2001.

The complete sessionsRHINO / WARNER

Rock Si, al decir deltango, veinte años noes nada, qué serándiez... Y sin embargo,en ese periodo detiempo –entre los quetranscurren estos dosconciertos desenchufa-dos para la MTV, tande una época–, encon-tramos diferenciassustanciales. La prime-ra, obvia, el repertoriointerpretado, biendistinto: si en el con-cierto de 1991 predomi-nan las canciones delálbum entonces reciénestrenado Out of time

( Low, Radio song o Losing my religion ), yaún se huele el rastrodel anterior, Green( Get up, World leader pretend ), en el concier-to del 2001 se recreantambién títulos de losdiscos más recientes;la segunda diferencia,la naturaleza de la pro-ducción; y la tercera,aunque no la menosimportante: Bill Berryya no estaba en labanda. Quedaba,entonces como hoy,poco lugar para lanostalgia. Mejor así.RAFA MARTÍNEZ

Vincent CourtoisErnest et CélestineMILAN MUSIC

Banda sonora Ernestet Célestine es unhermoso filme francésde dibujos, diseñadoscon la técnica de laacuarela, basado en los

cuentos de Gabrielle Vincent y que fuefinalista este año alOscar 2013 a la mejorpelícula de animación.Tratándose de unfilme destinado al pú-blico infantil, la músicadebe ser por fuerzasencilla, con melodíassimples y retentivasque puedan atrapar alos niños. Esta premisaes la que han debidoadoptar VincentCourtois, violonchelis-ta clásico y compositorformado en el Conser-vatorio, y ThomasFersen, el autor de lascanciones, que hanescrito una partiturapara una pequeñaorquesta de cuerdas,con piano solista yviolonchelo tocado porel propio Courtois.La música se articulaen base a tres temas,escritos generalmentea ritmo de vals: el temade Célestine, el temade Ernest y el tema dela amistad, presenta-dos algunos en formade variaciones queaglutinan las distintasmúsicas relacionadascon el personaje.

Así sucede por ejem-plo con las variacionesdel tema de Célestine,iniciado con piano ymúsica descriptiva,que acompaña losmovimientos del per-sonaje de la ratita,continuado con músicade intriga y un solo declarinete. El propioFersen interpreta Lachanson d´Ernest etCélestine y el actorLambert Wilson Lachanson d’Ernest, conuna voz potente paraequipararse a la delpersonaje del oso. JOAN

PADROL

Frances HaNoah Baumbach, 2013

ANDRÉS HISPANOSiendo una de las películas másfrescas de los últimos años, Fran-ces Ha está trufada de referenciasy guiños cinéfilos. Aquí convivenCarax , Allen, Truffaut, Hartley, Chyti-lová, Jarmusch, Cassavettes y hastael primer McBride. La hipotecahabría asfixiado a otros, pero noal tándem Baumbach/Gerwig,pareja en la vida real desde el2011, y poseedores de un talentoespecial, en el ingenio él, en elgesto ella, que los ha distinguidoentre su generación. De Baum-bach se señalan sus colaboracio-nes con Wes Anderson ( The lifeaquatic with Steve Zissou, Fantas-tic Mr Fox ), de Greta Gerwig susinicios como estrella del movi-miento mumblecore, cine indierodado con cámara casera perode escritura académica y elabora-das interpretaciones.

Frances Ha es el séptimo largo-metraje de Baumbach, grabadodigitalmente (Canon 5D) y edita-do en blanco y negro, elecciónhecha pensando en las colabora-ciones entre Woody Allen y Gor-don Willis ( Interiors, Manhattan,Stardust memories ).

En la cinta se narran, de mane-ra ágil y fragmentada (nunca incó-moda), las desventuras de Fran-ces en ese Nueva York que centri-fuga a quien titubea. Frances tro-pieza, duda y se considera unda-teable, imposible de emparejar.

Es torpe, metepatas y, claro, lacriatura más graciosa que se havisto en mucho tiempo. Cuestacreer a Gerwig cuando dice quecoescribió el guión sin pensar enella misma para interpretarlo. Frances Ha es a Gerwig lo que Annie Hall fue para Keaton, laculminación de un personaje enconstrucción desde hacía tiempoen escena, pantalla y la propiavida real.

No hay en el DVD materialadicional de interés. En la ediciónnorteamericana de Criterion des-tacan la conversación entre Baum-bach y Peter Bogdanovich, así co-mo una conversación sobre elaspecto visual del filme de Baum-bach, Sam Levy (director de foto-grafía) y Pascal Dangin (colorista).

Al frente de Dub Colossus estáNick Dubulah Page. El que fuefundador de Transglobal Under-groundse ha convertidoen un re-putado explorador de cruces cul-turales que encontró un filónmezclando música etíope y dub.Ahora, aunque recurra a la pala-bra mágica de Addis, prescindede asmaris y sonidos pentatóni-

cospara reconducir su dubhacia downtemposrefi-nadosy formas más rítmicas, queabrevan en skay jazz, propulsadopor los Horns of Negus y el acen-tomelódicode vocalistas como Natacha Atlas y PJHiggins. La cantante oficial de Dub Colossus hacetambién sus pinitos en solitario de la mano del in-signeJah Wobble. Elex-PIL, héroe pospunk y a suvez gigante del dub, le ha diseñado un vestido dereggae-soul satinado a medida, con voluptuosas lí-neas de bajo y momentos que parecen trip-hop devieja escuela. No en vano el coproductor es AlecMcGowan –por cuyo estudio han pasado Tricky yMartina Topley-Bird–, artífice de unamúsica sen-sual y misteriosa, con el mismo acento lovers a loHorace Andy en King of illusion, que une amorporlamúsicajamaicanay laculturade club,con adere-zos vudú y gospel de bola y cadena. RAMON SÚRIO

CD DVD

Dub ColossusAddis to omegaIRL / RESISTENCIAJah Wobblepresents:PJ HigginsInspirationSONAR KOLLEKTIV /POPSTOCK!

Reggae/jazz/soul



R e c i c l a j e

TomJones, el concierto

Las tigresas de PedralbesISABEL GÓMEZ MELENCHÓNNo nos lo podemos creer: ¡por finhanpensadoen nosotras,las traba-

jadoras del Cultura/s! Vean sino lapublicidad que reza el conciertode Tom Jones: un artista que me-

jora como el vino. Toma. Si él, queya eramayor cuando nosotras éra-mos pequeñas, sigue siendo unSangre de Toro, lo nuestro puedeser de traca. Así que nos dirigimosa los jardines de Pedralbes, dondetiene lugar la actuación del galés,para sumarnos a ella y demostrarque nosotras también podemos sa-car la garra. Todavía.

Que este es nuestro sitio en elmundo se confirma nada más lle-gar, al salir del taxi y que una al-

fombrarojanos lleve hasta laentra-da. Esto es un recibimiento comoes debido. No llueven pétalos perono nos hacen falta: ¿habrá pisadoelTigreesta mismamoqueta? Casilevitamos sobre ella, y es que yachillábamos Diiii-laiiii-laaaa mien-

tras aprendíamos a hacer la O conun canuto, así que juntoa la admi-ración nos mueve una curiosidadmalsanapor ver, mejor oír, si toda-vía le queda vozarrón al hombreque lucía pelo en el pecho mien-

tras susurrabaa lasseñoras. Luegolo hicieron sir y se cerró un botónde la camisa. ¿Seguirá luciendo lacadenilla de oro? Subimos expec-tantes entre una concurrencia delomás variado,la noche es joven yla orquesta que acompaña al galés

también, en especial el trompeta,así que si noruge élotros loharán.Nos quedamos cerca, a ver si noscae algún zarpazo.

Pero ruge, vayaque sí.Este hom-bre debe haber tomado algún tipo

de viagra, con perdón, para lascuerdas vocales. Moverse no semueve mucho, eso es cierto, peroes quehaceun tiempoun poco hú-medo en Barcelona y eso con laedad se nota en los huesos. Llevaabrochados todos losbotones y lu-

ce una americana y camisa de lomássobrio; lequedan bien,es más,le pega ahora quese ha convertidoincluso en un referente para losmodernos que lo descubrieroncan-tando entre marcianos It’s notunusual y que aplauden a rabiar.Todos aplaudimos a rabiar. El Ti-gre va fuerte, tira de rock, derythm’n’blues, versiona a LeonardCoheny a otros queno conocemospero quedebenser buenos porquelos modernos de la fila de delanteestán aullando.

Y sobre todose versiona a si mis-mo. Sexbomb y luego Kiss y la pla-tea va a estallar. Nosotras lo hace-mos. Hayfuturo después delpasa-do y el que tuvo retuvo. Nos mar-chamos preguntándonos: “¿Y mitrompetista cuándo llegará?”. |

¿Seguirá luciendo la cadenilla de oro? Juntocon la admiración nos mueve una curiosidadmalsana por oír si aún le queda vozarrón

Tom Jones en plena forma en los jardines de Pedralbes y las trabajadoras del ‘Cultura/s’ que se alegran de elloFOTO PRINCIPAL: JORDI PLAY

FOTOS COLATERALES: CARINA FARRERAS / ISABEL GÓMEZ MELENCHÓN



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C u l t u r a | s



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R A N K I N G S

Los libros más vendidosEstablecimientos consultados: Badalona Saltamartí Barcelona Casadel Llibre,LaCentral,El CorteInglés,Fnac, Laie,+Bernat,Excellence Figueres MasdevallGirona Empúries, Llibreria 22 Lleida Punt de Llibre Sabadell La Llar del Llibre Vilafranca Odissea

1 L’analfabeta que va salvar un país 1/14Jonas Jonasson, La Campana. Una niña suda-fricana se cría en un gueto y acaba aprendien-do y dominando la física nuclear2 Un estiu a l’Empordà 2/4Màrius Carol, Columna. Un periodista descu-bre que su tío ha tenido una misteriosa rela-ción con Romy Schneider3 La mirada dels àngels 3/7Camilla Lackberg, Ara Llibres. Elba se instalaen una granja sobre la que pende una historiafamiliar siniestra4 Ànima 7/3Wajdi Mouawad, Periscopi. Wahhch Debchdescubre a su mujer violada y asesinada y selanza a la caza del asesino

5 L’altra 5/22MartaRojals, RBA La Magrana. Anna y su pa-reja Manel capean como pueden la crisis enuna Barcelona en continuo cambio6 No està escrit a les estrelles 6/2John Green, Fanbooks. Hazel sobrelleva mejor su cáncer de pulmón cuando conoce a Au-gustus a quien le falta una pierna7 El joc dels miralls – /3Andrea Camilleri,Edicions62. Montalbanoin-vestiga un caso de tráfico de drogas mientrasno puede evitar caer en brazos de una joven8 Els escarxofats 4/8MicheleSerra, LaCampana.Un padre sequejade un hijo adolescente comodón, y trata decomprender a la generación del chico9 Eufòria – /16Xavier Bosch, Proa. El protagonista Dani San-tanainvestigalosmanejosylacorrupciónenelsector farmacéutico10 Desig de xocolata 9/14Care Santos, Planeta. La historia de tres muje-res unidas en el tiempo por su pasión por elchocolate

1 Bajo la misma estrella 3/14John Green, Nube de Tinta. Hazel sobrellevamejor su cáncer de pulmón cuando conoce aAugustus a quien le falta una pierna2 La analfabeta que era un genio en los... 2/15JonasJonasson,Salamandra. Unaniña sudafri-cana secría enun guetoy acabaaprendiendoydominando la física nuclear3 Las tres bodas de Manol ita 1/15Almudena Grandes, Tusquets. Con sólo 18años, Manolitasustenta a su familiaen un Ma-drid recién salido de la Guerra Civil4 Mañana a las seis 4/3Raquel Sánchez, Planeta. Lucía renuncia a lavidaburguesay convencionalpara viviral lími-te sus pasiones

5 Nos vemos allá arriba 5/7Pierre Lemaitre, Salamandra. Tres excomba-tientes vuelven de la Gran Guerra decididos aque no se les olvide ni ningunee6 Los cuerpos extraños 8/4Lorenzo Silva, Destino. Bevilacqua y Chamo-rro investigan el asesinato de una alcaldesa le-vantina7 Fuego blanco 6/2Douglas Preston/LincolnChild,Plaza & Janés.Pendergastllegaa Colorado y ha de enfrentar-se a un misterioso pirómano8 Pacto de lealtad N/ –Gonzalo Giner, Planeta. La vida de Zoe da unvuelco cuando se cruza en su vida Campeón,un perro sin estirpe9 La mirada de los ángeles 9/9Camilla Lackberg, Maeva. Ebba se instala enuna granja sobre la que pende una historia fa-miliar siniestra10 Última noche en Tremore Beach N/ –Mikel Santiago, Ediciones B. Un compositorde bandas sonoras se refugia en Irlanda pararecuperar la inspiración

R a n k i n g s

AL FONDOA LA DERECHA

Noficcióncastellano

1 La gran desmemoria 1/12Pilar Urbano, Planeta. ¿Estuvo al tanto de laoperaciónArmada elrey Juan Carlos?La polé-mica periodista da su versión2 Las gafas de la felicidad 2/11RafaelSantandreu, Grijalbo. Métodode psico-logía cognitiva para ser más felices y disfrutarde la vida plenamente3 Las siete cajas N/ –Dory Sontheimer, Circe. La vida de los judíosrefugiados en Españadurante el nazismo, evo-cada a través de unas cartas familiares4 Diez veces siete 3/4MarujaTorres, Planeta. De cómo una niña delRaval abandonada por su padre, se convierteen una famosa reportera5 Lo que tu luz dice 5/2AnaMaria Oliva,Sirio.Nuestrasalud psicofísi-ca y nuestra estabilidad general dependen dela luz y energía que emitimos6 Intensidad Max 6/2Elsa Pataky, La Esfera de los Libros. La actrizpropone un método de ejercicio y alimenta-ción para estar en forma7 Desertores N/ –Charles Glass, Ariel. Durante la Segunda Gue-rraMundial se produjeron150 mildesercionessilenciadas por la historia oficial8 Los placeres de la edad N/ –Carmen Alborch,Espasa. En losaños de madu-rez y cumplida ya la etapa laboral, la vida sepuede disfrutar con una nueva plenitud9 Reinas malditas 9/11Cristina Morató, Plaza & Janés. La agitada vi-da de seis soberanas, desde Sissí hasta MariaAntonieta o Eugenia de Montijo10 Sobrevivir al dolor 7/3GrelaBravo, Plataforma. Guíapara sobrellevareldolorcrónico, plantarle caray contrarrestar-le con otras actividades

Ficción catalán

1 Aferrada a la vida 3/3GiovannaValls,La Magrana.La hija delpintorXavier Valls explica cómo ha vencido su adic-ción a las drogas2 Les ul leres de la felici tat 2/13RafaelSantandreu,Rosa delVents. Métododepsicología cognitiva para ser más felices y dis-frutar de la vida plenamente3 La meu mare 7/2Pau Riba, Ara Llibres. El cantante evoca a sumadre como a una mujer dominada por tresfes, la cristiana, la política y la doméstica4 És a les nostres mans 4/4Teresa Forcades, El Dau. La mediática monjahace una crítica ética del capitalismo, en con-versación con Eulàlia Tort5 Si Beethoven pogués escoltar-me 1/13Ramon Gener, Ara Llibres. El presentador de‘Òpera en texans’ se explaya sobre su afición ala música y lo que ha obtenido de ella6 Avui faràs pa 6/2Jordi Morera, Ara Llibres. Trucos y secretosparahacerpanencasa,brindadosporuncono-cido profesional del gremio7 Marc Màrquez – /3EmilioPérez deRozas,Edicions62.La meteó-rica carrera de un corredor vencedor en lastres modalidades de moto8 Un dia qualsevol 8/3TatianaSisquella,Columna.Cuatromeses des-pués desu muerte, aparecen cien artículosquela popular periodista publicó en el Ara9 Tranquils i atents com una granota – /2Eline Snele, Kairós. Técnicas de terapia paraeliminar enlos niñosel estrés, la inquietudy ladispersión10 Aposta per la salut! 5/4Manel Esteller, Pòrtic. El conocido oncólogodefiende quepara adelantaren la curación delcáncer, hay que invertir más

C u l t u r a | s .

E d i t a : L a V a n g u a r d i a E d i c i o n e s , S . L .

I m p r i m e : C R E - A ,

I m p r e s i o n e s d e C a t a l u n y a ,

S L . D e

p ó s i t o l e g a l : B - 6 3 8 9 - 1 9 5 8

Artistas

Noficcióncatalán

Semana anterior/Semana en listaN: Libro nuevo en la lista

Ficcióncastellano

POR PERICO PASTOR

P o r

t a d a : D e t a l l e d e l C D ‘ A d d i s t o O m e g a ’ d e D u b C o l o s s u s ( R e g i s t r o s , p á g i n a 2 8 )

Pensemos en deportistas, solosen su esfuerzoaunquejue-guen en equipo, cuando llegan, o no, al podio. O en losmúsicos de una orquesta, todos competentes, todos to-cando la misma música, sentados según una jerarquíaaceptada (primer violín, segundo violín, etcétera) quesubraya lo que todos saben de sí mismos: su nivel de ex-celencia. Así entre aquellos artistas que no acaparan titu-lares, pero que son, en realidad, el cuerpo (y el mercadoenuna ciudadcomola nuestra)del arte.Partedel estímu-

lo de ser profesional es precisamente la visión de lo queotrosprofesionaleshacen, y la constatación del respectivonivel de excelencia.

De los cuatro artistas que exponen en Estudios reversi-

bles, la exposiciónactual de Esther Montoriol,Mar Saizhasido un descubrimiento, deslumbrante. Sus pinturas a lá-piz de color, del apunte más leve a grandes composicio-nes, iguala lo mejor que yo haya visto en esa técnica sinexcluir a Hockney, y son una brillante vindicación de lafiguración no relamida. A los otros tres los conozco bien,nos seguimos desde hace tiempo, he trabajado con ellos,expuesto con ellos, y compartido con ellos estos años du-ros en los que comparamos estrategias de supervivencias.La abstracción sinpremuras de Víctor PérezPorro, la vivaci-dad de Marcos Palazzi, que en esta ocasión muestra unafaceta casi de Crumb junto con algunas espléndidas comosu retrato de Edward Robbins; o la obra paciente, que nocesa demejorar,de JaumeRoure, quese muestra aquí endibujos hechosen museos, deun trazo mássuelto delquesuele exponer, muy bonitos. Estas obras, como el sonidodel concertino que guía a los otros músicos, me guían enel estudio (como talvez la mía a ellos,a veces) y mepare-ce una idea excelente mostrar ese trabajo como si aúnestuviera en el estudio: esta es una excelente exposición,no sólo porla excelencia de las obras, sinoporque esun descripción fiel de cómo nace y crecenuestro trabajo.



El baloncesto es más que canastas y partidos.Son las personas que comparten el esfuerzo,

que se emocionan con una nueva jugaday que encuentran en este deporte la energía para continuar.

Y ESQUE ELMUNDO ESTÁ LLENO DEBASKET LOVERS.

Diario.la.Vanguardia (2014.07.16) Suplemento (Monográfico.especial)

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