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'-".•i 1 .' 1 -.'--' ••• f ! < í.''. !i '"•'•,/•''•'' Lo libarUd da Imprento tío tlans mas llmltoa quo si renpeto i la vida privada, Ala moral y i la paz publica.—Art 7 ° do la Constitución. Periódico lndeoencliente de combate. Director: RICARBO FLORES MAGON. Cuando la Kopúbllcfi pronuncie au voz soberana, sor.'i forioso sctnoiornr dimitir —GAMBETTA Jefe de Redacción: Juan Sarabia. AÑO I.—25 ÉPOCA. Oficinas: 107 North Channlng Ave SAINT LOUIS, MO., E. U. A.—Marzo 25 de 1905. Administrador: Enrique Flores Magon T O M O I I I . - N o 21. Eiitered as secoud-cluas inntter, JFeJjrnory £7,1905, attlie post ofllcc nt Saint louls, lio, nndrr ilie Ac« of Conijress ot Marcli a, IS7O. SANTIAGO DE LA HOZ . Cumplimos con un« deber, depo- sitando |a corona de nuestro im- perecedero cariño sobre la tum- ba del compañero muerto. -Tan fresco está, en nuestro co- razón el rectíerdo del Hermano ausente; tan-agudo es el 'dolor que aún'sentimos por su desapa- rición, que parece que no ha transcurrido un año, sino un día, desde aquel trágico-22 de Marzo, cuyo crepúsculo recogió en su melancolía y en su misterio, el último suspiro de Santigo de la Hoz. Bien merece un recuerdo y una lágrima aquel juvenil luchador, que cayó herido por una fatalidad cobarde cuando se desposaba con la plenitud de la vida, cuando as cendíá'"'gallardamente hacía .el porvenir, arrebatado por el ala de sus ensueños coadoricíos. Su vida fugaz, epilogada' por inmensos infortunios, fné, sin embargo, fecunda para el bien; él supo y quiso señalar en lo infi- de la vida universal la huella bre- ve, pero profunda, de su existen- cia dolorosa y bella. No fue el obscuro peregrino que cruza por el mundo vegetan- do ignoradamente; nose avenían con las apacibilidades de la vida mediocre su temperamento fogo- so y batallador, su culto á la Li- bertad y á la Justicia, su adora- ción por la Patria, su fraternidad para con los oprimidos y su an- helo ardiente de ver realizado lo que en su espíritu sólo era un grandioso ensueño. Fue un luchador. Puso su in- teligencia y sus energías, como hubiera puesto su vida misma, al servicio de la Patria. La pren- sa y la tribuna fueron el campo en que brotó robustamente el fruto de su pensamiento tempes- tuoso, fueron la cumbre desde donde arrojó las candencias de su verbo irritado sobre la odiosa faz de los tíranos. En la inmen- sidad de las desventuras naciona- les, como en un receptáculo in- sondable, recogiólas iras y las hie les que rebosaban de su palabra flageladora. Su pluma y BU lira fueron las armas de todos 'sus combates, yjraipo' manejarlas sin envilecerlas jamás. -Fue siempre altivo, viril y justiciero; com- prendió y cumplió intachable- mente su misión de escritor y de poeta: sólo para los altos ideales, sólopara'Ias virtudes y las gran- 'dézas tuvo* glorificadores epini- cios; páralos tiranos de—la Pa- tria, para los verdugos del pue- blo, para las protervias, para las cobardjas, para la bajezas y los crímenes, no tuvo "más que re- proches fulminantes, vigorosas invectivas que lo mismo vibra- ron deslizadas en las sonoras cláusulas de su prosa candente, como engastadas en el coruscan- fe relampagueo de sus estrofas: tormentosas. ,„,..' ,,* * ..,. . Así, lleno de santas indignado nes, combatiendo por los oprimi- dos, rebelándose cpntra la bru. talidady la injusticia triunfantes soñando coa arrancar á la Patria los grilletes que la esclavizan; así vivió aquel juvenil luchador su fecunda vida, bella y fugaz co- mo un meteoro El Dolor, es_e, nimbo de todas las grandezas, siguió incesante- mente sus pasos; y su muerte prematura y trágica fue el su- premo infortunio, el más terrible y el más injusto de cuantos des- garraron las esperanzas y los en- sueños de su soberbia juventud. Ascendía gallardamente hacia el porvenir, luchaba por el Bien, prodigaba las primicias de su es- píritu, era joven, era bueno ."".. y sucumbió, sucumbió silenciosa- mente,ahogado por el abrazo trai- dor de las turbias aguas homici- das, en el Río Bravo, éntrela me- lancolía y el misterio de un cre- púsculo solemne. ¡Oh hermano inolvidable! Los que te amamos, los que te vimos combatir y sufrir en tu breve existencia de luchas y de infor- tunios, los que te vimos caer ca- lladamente, herido por una fata- lidad cobarde, traemos hoy, con- movidos, á tu fosa de honrado lu- chador, la corona inmarcesible de nuestro imperecedero cariño. Marzo 22. Presidente de lo República. -••*- Señor General Díaz: Hace muchos años que ascendió Ud. al Poder con la espada tenroje- cida por la sangre de sus, conciuda- danos. Sin embargo, fulguraban en su frente los laureles de ía Car- bonera y <lel 2 de Abril, y en eu mano, como un haz de rayos se veía el famoso Plau de Tuxtepec. Ese Plan justificaba la sangre desu acero, y el pueblo tendió los brazo* al revolucionario, y lloró sobre la tumba de sus hijos'sin abrigar ren- cores para Ud. La Historia, en la balanza de unjuicio-que se abría, puso en un platillo el Plan de Tux- tepec, y en el otro la sangre mexi- cana derramada. Talentos como el de' Ignacio Ra- mírez, tributaron un homenaje de respeto al hombre cfue, en la cum - bre dela República se presentaba como reformador. Las Cámaras, en aquella época, rieron de las ru- dezas de Ud; pero respetaron &us ideas como las había respetado la nación. Y como la nación, las Cá- maras esperaron algo de esas idear. ¡Vana esperanza! Las vorágines del Poder, rugien- tes y enloquecedoras, hicieron sen- tir á Ud. formidables vértigos, y sus proyectos fueron sepultados en esas vorágines, que se llaman rique- za, compromisos con los favoritos, y débeos de perpetuidad tn el Po- der. La Historia puso en el platillode la sangre derramada la iufidencia deUd. Y Ud., señor, rico y poderoso, desdeñó el gorro frigio de las liber- tades y vio estorbosa á la Repúbli- ca El pueblo, llorando entonces so bre la tumba de ?us hijos sacrifica- dos estérilmente sintió, .indecibles coleras hacia Ud . . . y las sien- te todavía .... La República derrotada, se retiró del campo de la política, no sin de- cir á Ud. parodiando al General Anaya: Si hubiera habido ciudadanos no estaría Ud. en la Dictadura. Pasó el tiempo, y el país comen- zó á cubrirse de luto. . . . Era la degradación de los mexi- canos. Como los fanáticos que mueren bajo las ruedas del carro sagrado de la India, los mexicanos morían bajo las ruedas del carro sagrado de una Dictadura. Y entre esa compacta multitud representan al pueblo y engañan á| ir rei ,ca está aún su \igorosa con- Ud ñ á í i México, 2 de Abril de 1903. en Veracruz la noche del 24 al 25 de Junio, fueron amontonados en una carreta y tuvieron por solo cor- tejo algunos perros que iban olien do sangre y materia gris! La Historia, en el platillo de la sangre, de la infidencia y délos res- tos humanos, puso las «Memorias» de Don Sebastián. ¡Son innumerables, señor, los sa- crificios que ha costado á la nación la estancia de Ud. en el poder! Tribunos, periodistas, cjfantos han tenido la honra de decir áUd.: «Porfirio Díaz, ¿qué has hecho de la República?» han caído para no vol- ver á levantarse. Es amargo, señor, es sumamente duro ver á Ud. en la Primera Ma- gistratura de la nación librandoen- carnizada batalla á la democracia...! ¡Cuánta diferencia entre Don Be- nito Juárez y Ud.! Juárez ajustició en la Cámara al clero y en el Cerro de las Campa- nas á los traidores. Ud. ha ejecutado en la Cámara á la República y ha convertido al país en tributario del clero. Ud. ha glorificado á los traidores en el Ce- rro de las Campanas, erigiendo una Capilla Propiciatoria. No terminaría nunca de narrar todastasheridas, todas las cadenas, todos los grilletes, todos los latiga- zos que el pueblo" ha "recibido de Ud. Y después de una larga adminis- tración en que ha hecho Ud. á la Patria todo el bien indispensable y todo el mal posible; al terminar este cuatrenio.en que ha sido marhetea- du el Partido tfberal, ensalzado el clero y exaltados los traidores; á toque de bombos y platillos, rodea- do de aristócratas y de serviles, lau- za Ud. una carcajada de desprecio ante el dolor de sus conciudadanos, y acepta, sosteniéndose en pié apo- yado en la punta de su espada, la sexia reelección, que caería en la tumba de Sebastián Lerdo de Teja- da como sombrío escupitajo político, y en el corazón del pueblo, como nuncio terrible de abyecciones y de indefinibles desventuras! Sr. General Díaz: es cierto que Ud. ha sentido alguna vez cóleras santas y aDhelos patrióticos, es cier- to que Ud. ha sido un buen mexica- no; pero después ha golpeado Ud. la frente del pueblo con la bota de una tiranía; hoy es Ud. un republi- cano extraviado por la senda de un gobierno monárquico; es Ud. un hijo del pueblo extraviado por la senda de la aristocracia y del capi- tal; es Ud. un campeón de la Patria extraviado por la senda de la cues- Ud. y se engañan á sí mismo*;. Señor: esos hombres tienenen- ferma la garganta del mal presu- puestoideo, y su voz se ahoga en medio de una caliginosa atmósfera cortesana: no los oiga Ud. No ayu- de y sostenga Ud. en esa labor. La República pronuncia hoy su voz soberana, y Ud. señor, que no «s capaz de someterse, porque atí lo ha demostrado en 26 años de go- bierno: DEBE DIMITIR. ¡Sr. General Díaz: AL TERMI- NAR ESTE CUATRIENIO.'OBE DEZCA UD. A LA REPÚBLICA! Su conciudadano que lo atacará pacífica, legal y enérgicamente. SANTIAGO DE LA HOZ. de seres abyectos, á veces tropeza- ba el carro con hombres descreí- tión de Sonora y Yucatán, de la cuestión del territorio de Belice y dos (con hombres liberales) y esos de la cuestión de los fondos piado- hombres eran atropellados y aplas S os de California tados también. El carro iba dejan- do un rastro de sangre y de restos humanos. . . . La Historia ponía toda esa san- gre y esos restos en el platillo de la infidencia y de la sangre. Don Sebastián Lerdo de Tejada murió en New York, dejando en sus ((Memorias» volterianas acusa- ciones contra Ud. Sí, hay toda la sátira punzante y toda la amargura sombría de Voltaire en esas Memo- rias cuya circulación se ha apresu- rado Ud, á prohibir. |Cuánto pe- sar supremo habrá experimentado en su agonía ese gran hombre, cu- yos últimos partidarios, asesinados La República, mutilada, ensan- grentada, llena de deudas, pade- ciendo miseria, viendo á sus hijos con hambre y sininstrucción, vien- do desgarrada su legislación y pro- fanado su solio por el aristócrata y por el clerical, contemplando á la Historia que mostrándole la balan- za, le ha dicho: «¡Levántate y an- da, !» se levanta hoy de su marasmo para decir á Ud. dentro de los li- mites de la paz y de la ley: «Delenda est Carthago: ¡Salgadel poder el General Porfirio Díaz!» Señor: Ud. sabe que toda et>a tur- ba de aduladores que comienzan á preparar su sexta reelección, no DE LA La lúgubre noticia me sobre- cogió, pero la esperaba. Al des- pedirme la última vez de de la Hoz, mi abrazo tuvo el temblor de los presentimientos fatídicos. El portentoso niño, alentaba en- sueños que por grandes, no po- dían caber en la tierra mucho tiempo: reclamaban los espacios Y él se rióde mis temores: había Sufrido tanto en sus veinte años, que p.or un milagro de íé, creía ciegamente en el porvenir! Nues- tro medio social noera el suyo. No pudiendo levantar aquí la bandera de sus principios irre- ductibles, prefería expatriarse. Y partió, partió para no volver más . . . Una tarde siniestramente bella .como las rosas envenenadas de Lucrecia, dela Hoz se bañaba en el río Bravo. Lo rodeaban sus hermanos "de corazón y de idea- lismos. Tenía la soberana alti- vez de los gladiadores del Circo: su pecho palpitaba con ardores juveniles; su frente esplendía con el fuego de los pensamientos inmortales... . . . r Las aguas no quisieron abandonar tanta gran- deza y aprisionaron para siempre entre sus brazos traidores y su- tiles, el cuerpo del gran desven- turado . . . No seré yo quien calle ante la tumba trágicamente abierta de este niño gigantesco. De la Hoz fue mi hermano. Fui de los po- cos que penetraron á la torre de marfil de sus dolores. Para mí tendió el puente y logré entrar al taciturno alcázar de sus amar- guras inmensas. Era un pre- destinado. El, como el héroe de la leyenda esparciaia, fue un hijo del dolor y de la esperanza. Co- mo Cordelia al rey Lear, la des- gracia lo seguía, aunque el la despreciaba. El dolor destrozó siempre su pecho, aunque una intensa fé alboreó siempre en su espíritu. Fue un Hamlet; pero Hamlet creyente: su Ofelia érala Patria. Como los caballeros medioeva- les, consagró su vida efímera á tienda por las instituciones. I'Yes casestán aún sus estrofas de fuego y sus formidables cláusu- las. Era un verdadero irreduc- tible: la muerte logró doblegarlo; pero aviesamente. Y pasó, pasó pronto como una visión luminos;i de Ki Grecia anti- gua. . . . ¡Oh niño de los sueños gran- des y de las grandes desventu- ras! ¡Oh mi poeta bien amado! oh hermano mío! La tragedia oficio en la misa negra de tus desposorios con la muerte. En tí se cumplió la fatídica senten] cia del griego: moriste pronto porque fuiste un amado de los dioses. Pero los laureles no prenderán en tu sepulcro el sím- bolo de sus esmeraldas glorio- sas. Los mirtos no aprisionarán entre sus pótalos, la altiv.ez detu • frente soñadora. La gratitud no llevará á tu morada eterna, ho- menajes de siemprevivas y tri- butos de violetas. Pronto, muy pronto, las enormes alas negras del cárabo siniestro del olvido, arroparán con sombras la silen- ciosa paz de tu sepulcro! Fuiste un gran bueno, por eso serás un gran olvidado! Hoy que tan pocos ainan á la Prtria, tú. como PI h£rr>p arpiño del glorioso expatriado de Co- lombia, vivirás lo que vivan tus amigos y no tendrás más inmor- talidad que la inmortalidad de la materia! Duerme, duerme el sueño es- pantoso y eviterno de tu desgra- cia infinita! íluy l-i fama aureola la frente de los poderosos, y tú eras humilde. Hoy la gloria be compra, y tu eras pobre , . Duerme, niño de los sueños grandes y de las grandes des- venturas! Los oh idos te acom- pañarán en ¡a tumba como la des- gracia te acompañó en la \ida. .. ¿Mañana? .... ¡Ab! mañana!! '; . . quien sabe!! 2S do Marzo de l ( nj4 AI.KOWSO CKAYIOTO. (De El Colmillo Público, México, D. F.) a nuestros Agentes man- den cubrir sus cuentas a la mayor brevedad. Igual suplica hacemos a nues- tros subscriptores para que no sean borrados de nuestras listas. México Pacificado. Este es el título de un interesante libro escrito por el conocido escritor Sr. Adulfo Duclós-Salmas. El autor expone ni la obra de que se trata la mr,(ji:i,i\éliia labor de Porfirio Díaz, y delinea acerta- damente la fatídica figura de Iier- luchar por su dios y por su dama: nardo Reyes. su dama fue la libertad, su dio» Cuantos deseen a-:.ocer las ma- el pueblo! Los últimos tres años ¡ la ; aite - s <le 9 ue •"* '..'¡'ó Porfirio 1 -j t' Díaz para imponerse v tiranizar de su vida son como tres clausu- - ' p , > tiranizar, , , ,, . . a.si como ver cu sus d..t-.Hes> la obra las homéricas, fcn^ ellos palpita , de sanare de Bernardo Keyes pue- un gran soplo epopevico de Ilia- ! den 1.011-eguir su objih; leye.iao el da. Si hubiera nacido en Grecia, • libro «Mtx ico I'ACI 1 ICADO » hubiera sido hermano de los Gra- 1 La " 1)rac "tsta en ).¡ República Mexicana: C0S [ . , . 1 P° r Express, C O I ) . , .$6 co Idiosíncratico paladín, supo tro- moneda mexicana. Por car sus entusiasmos de niño en Por Correo, pajjo . , virilidades portentosas. Como ( $5 oo moneda mexicana. el arcángel de la tradición bíbli-1 P *" !°* P ed ! do > <llr 'J' rse 1»«•>•*• b ,, 4 ... , mente al SK. ADOLFO OI'CIAJ SA- ca, esgrimió un estoque de lia- USAS. 418 N. THIKD ST , M masen su brega por el pueblo. Loiis, Mo., E. U. de A. ¥• ¿*-"l--V(../& ~3- >-

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Lo libarUd da Imprento tío tlans mas llmltoa quo si renpeto i la vida privada,A la moral y i la paz publica.—Art 7 ° do la Constitución.

Periódico lndeoencliente de combate.

Director: RICARBO FLORES MAGON.Cuando la Kopúbllcfi pronuncie au voz soberana, sor.'i forioso sctnoiornr

dimitir —GAMBETTA

Jefe de Redacción:

Juan Sarabia.AÑO I.—25 ÉPOCA.

Oficinas: 107 North Channlng Ave

SAINT LOUIS, MO., E. U. A.—Marzo 25 de 1905.

Administrador:

Enrique Flores MagonT O M O I I I . - N o 21.

Eiitered as secoud-cluas inntter, JFeJjrnory £7,1905, attlie post

ofllcc nt Saint louls, lio, nndrr ilie Ac« of Conijress ot Marcli a, IS7O.

SANTIAGO DE LA HOZ. Cumplimos con un« deber, depo-

sitando |a corona de nuestro im-perecedero cariño sobre la tum-ba del compañero muerto.

-Tan fresco está, en nuestro co-razón el rectíerdo del Hermanoausente; tan-agudo es el 'dolorque aún'sentimos por su desapa-rición, que parece que no hatranscurrido un año, sino un día,desde aquel trágico-22 de Marzo,cuyo crepúsculo recogió en sumelancolía y en su misterio, elúltimo suspiro de Santigo de laHoz.

Bien merece un recuerdo y unalágrima aquel juvenil luchador,que cayó herido por una fatalidadcobarde cuando se desposaba conla plenitud de la vida, cuando ascendíá'"'gallardamente hacía .elporvenir, arrebatado por el alade sus ensueños coadoricíos.

Su vida fugaz, epilogada' porinmensos infortunios, fné, sinembargo, fecunda para el bien;él supo y quiso señalar en lo infi-de la vida universal la huella bre-ve, pero profunda, de su existen-cia dolorosa y bella.

No fue el obscuro peregrinoque cruza por el mundo vegetan-do ignoradamente; no se aveníancon las apacibilidades de la vidamediocre su temperamento fogo-so y batallador, su culto á la Li-bertad y á la Justicia, su adora-ción por la Patria, su fraternidadpara con los oprimidos y su an-helo ardiente de ver realizado loque en su espíritu sólo era ungrandioso ensueño.

Fue un luchador. Puso su in-teligencia y sus energías, comohubiera puesto su vida misma,al servicio de la Patria. La pren-sa y la tribuna fueron el campoen que brotó robustamente elfruto de su pensamiento tempes-tuoso, fueron la cumbre desdedonde arrojó las candencias desu verbo irritado sobre la odiosafaz de los tíranos. En la inmen-sidad de las desventuras naciona-les, como en un receptáculo in-sondable, recogiólas iras y las hieles que rebosaban de su palabraflageladora. Su pluma y BU lirafueron las armas de todos 'sus

combates, yjraipo' manejarlas sinenvilecerlas jamás. -Fue siemprealtivo, viril y justiciero; com-prendió y cumplió intachable-mente su misión de escritor y depoeta: sólo para los altos ideales,sólopara'Ias virtudes y las gran-'dézas tuvo* glorificadores epini-cios; páralos tiranos de—la Pa-tria, para los verdugos del pue-blo, para las protervias, para lascobardjas, para la bajezas y loscrímenes, no tuvo "más que re-proches fulminantes, vigorosasinvectivas que lo mismo vibra-ron deslizadas en las sonorascláusulas de su prosa candente,como engastadas en el coruscan-fe relampagueo de sus estrofas:tormentosas. ,„,..' ,,* * ..,. .

Así, lleno de santas indignadones, combatiendo por los oprimi-dos, rebelándose cpntra la bru.talidady la injusticia triunfantessoñando coa arrancar á la Patrialos grilletes que la esclavizan;así vivió aquel juvenil luchadorsu fecunda vida, bella y fugaz co-mo un meteoro

El Dolor, es_e, nimbo de todaslas grandezas, siguió incesante-mente sus pasos; y su muerteprematura y trágica fue el su-premo infortunio, el más terribley el más injusto de cuantos des-garraron las esperanzas y los en-sueños de su soberbia juventud.

Ascendía gallardamente haciael porvenir, luchaba por el Bien,prodigaba las primicias de su es-píritu, era joven, era bueno .""..y sucumbió, sucumbió silenciosa-mente,ahogado por el abrazo trai-dor de las turbias aguas homici-das, en el Río Bravo, éntrela me-lancolía y el misterio de un cre-púsculo solemne.

¡Oh hermano inolvidable! Losque te amamos, los que te vimoscombatir y sufrir en tu breveexistencia de luchas y de infor-tunios, los que te vimos caer ca-lladamente, herido por una fata-lidad cobarde, traemos hoy, con-movidos, á tu fosa de honrado lu-chador, la corona inmarcesible denuestro imperecedero cariño.

Marzo 22.

Presidente de lo República.

-••*-Señor General Díaz:

Hace muchos años que ascendióUd. al Poder con la espada tenroje-cida por la sangre de sus, conciuda-danos. Sin embargo, fulgurabanen su frente los laureles de ía Car-bonera y <lel 2 de Abril, y en eumano, como un haz de rayos seveía el famoso Plau de Tuxtepec.Ese Plan justificaba la sangre de suacero, y el pueblo tendió los brazo*al revolucionario, y lloró sobre latumba de sus hijos'sin abrigar ren-cores para Ud. La Historia, en labalanza de un juicio-que se abría,puso en un platillo el Plan de Tux-tepec, y en el otro la sangre mexi-cana derramada.

Talentos como el de' Ignacio Ra-mírez, tributaron un homenaje derespeto al hombre cfue, en la cum -bre de la República se presentabacomo reformador. Las Cámaras,en aquella época, rieron de las ru-dezas de Ud; pero respetaron &usideas como las había respetado lanación. Y como la nación, las Cá-maras esperaron algo de esas idear.

¡Vana esperanza!Las vorágines del Poder, rugien-

tes y enloquecedoras, hicieron sen-tir á Ud. formidables vértigos, ysus proyectos fueron sepultados enesas vorágines, que se llaman rique-za, compromisos con los favoritos,y débeos de perpetuidad tn el Po-der.

La Historia puso en el platillo dela sangre derramada la iufidenciadeUd.

Y Ud., señor, rico y poderoso,desdeñó el gorro frigio de las liber-tades y vio estorbosa á la Repúbli-ca

El pueblo, llorando entonces sobre la tumba de ?us hijos sacrifica-dos estérilmente sintió, .indeciblescoleras hacia Ud . . . y las sien-te todavía . . . .

La República derrotada, se retiródel campo de la política, no sin de-cir á Ud. parodiando al GeneralAnaya:

Si hubiera habido ciudadanos noestaría Ud. en la Dictadura.

Pasó el tiempo, y el país comen-zó á cubrirse de luto. . . .

Era la degradación de los mexi-canos.

Como los fanáticos que muerenbajo las ruedas del carro sagradode la India, los mexicanos moríanbajo las ruedas del carro sagrado deuna Dictadura.

Y entre esa compacta multitud

representan al pueblo y engañan á| ir re i,ca está aún su \igorosa con-Ud ñ á í i

México, 2 de Abril de 1903. en Veracruz la noche del 24 al 25de Junio, fueron amontonados enuna carreta y tuvieron por solo cor-tejo algunos perros que iban oliendo sangre y materia gris!

La Historia, en el platillo de lasangre, de la infidencia y délos res-tos humanos, puso las «Memorias»de Don Sebastián.

¡Son innumerables, señor, los sa-crificios que ha costado á la naciónla estancia de Ud. en el poder!

Tribunos, periodistas, cjfantoshan tenido la honra de decir áUd.:«Porfirio Díaz, ¿qué has hecho de laRepública?» han caído para no vol-ver á levantarse.

Es amargo, señor, es sumamenteduro ver á Ud. en la Primera Ma-gistratura de la nación librando en-carnizada batalla á la democracia...!

¡Cuánta diferencia entre Don Be-nito Juárez y Ud.!

Juárez ajustició en la Cámara alclero y en el Cerro de las Campa-nas á los traidores.

Ud. ha ejecutado en la Cámara ála República y ha convertido al paísen tributario del clero. Ud. haglorificado á los traidores en el Ce-rro de las Campanas, erigiendo unaCapilla Propiciatoria.

No terminaría nunca de narrartodas tas heridas, todas las cadenas,todos los grilletes, todos los latiga-zos que el pueblo" ha "recibido deUd.

Y después de una larga adminis-tración en que ha hecho Ud. á laPatria todo el bien indispensable ytodo el mal posible; al terminar estecuatrenio.en que ha sido marhetea-du el Partido tfberal, ensalzado elclero y exaltados los traidores; átoque de bombos y platillos, rodea-do de aristócratas y de serviles, lau-za Ud. una carcajada de desprecioante el dolor de sus conciudadanos,y acepta, sosteniéndose en pié apo-yado en la punta de su espada, lasexia reelección, que caería en latumba de Sebastián Lerdo de Teja-da como sombrío escupitajo político,y en el corazón del pueblo, comonuncio terrible de abyecciones y deindefinibles desventuras!

Sr. General Díaz: es cierto queUd. ha sentido alguna vez cólerassantas y aDhelos patrióticos, es cier-to que Ud. ha sido un buen mexica-no; pero después ha golpeado Ud.la frente del pueblo con la bota deuna tiranía; hoy es Ud. un republi-cano extraviado por la senda de ungobierno monárquico; es Ud. unhijo del pueblo extraviado por lasenda de la aristocracia y del capi-tal; es Ud. un campeón de la Patriaextraviado por la senda de la cues-

Ud. y se engañan á sí mismo*;.Señor: esos hombres tienen en-

ferma la garganta del mal presu-puestoideo, y su voz se ahoga enmedio de una caliginosa atmósferacortesana: no los oiga Ud. No ayu-de y sostenga Ud. en esa labor.

La República pronuncia hoy suvoz soberana, y Ud. señor, que no «scapaz de someterse, porque atí loha demostrado en 26 años de go-bierno: DEBE DIMITIR.

¡Sr. General Díaz: AL TERMI-NAR ESTE CUATRIENIO.'OBEDEZCA UD. A LA REPÚBLICA!

Su conciudadano que lo atacarápacífica, legal y enérgicamente.

SANTIAGO DE LA HOZ.

de seres abyectos, á veces tropeza-ba el carro con hombres descreí-

tión de Sonora y Yucatán, de lacuestión del territorio de Belice y

dos (con hombres liberales) y esos de la cuestión de los fondos piado-hombres eran atropellados y aplas Sos de Californiatados también. El carro iba dejan-do un rastro de sangre y de restoshumanos. . . .

La Historia ponía toda esa san-gre y esos restos en el platillo de lainfidencia y de la sangre.

Don Sebastián Lerdo de Tejadamurió en New York, dejando ensus ((Memorias» volterianas acusa-ciones contra Ud. Sí, hay toda lasátira punzante y toda la amargurasombría de Voltaire en esas Memo-rias cuya circulación se ha apresu-rado Ud, á prohibir. |Cuánto pe-sar supremo habrá experimentadoen su agonía ese gran hombre, cu-yos últimos partidarios, asesinados

La República, mutilada, ensan-grentada, llena de deudas, pade-ciendo miseria, viendo á sus hijoscon hambre y sin instrucción, vien-do desgarrada su legislación y pro-fanado su solio por el aristócrata ypor el clerical, contemplando á laHistoria que mostrándole la balan-za, le ha dicho: «¡Levántate y an-da, !» se levanta hoy de su marasmopara decir á Ud. dentro de los li-mites de la paz y de la ley:

«Delenda est Carthago: ¡Salgadelpoder el General Porfirio Díaz!»

Señor: Ud. sabe que toda et>a tur-ba de aduladores que comienzan ápreparar su sexta reelección, no

DE LALa lúgubre noticia me sobre-

cogió, pero la esperaba. Al des-pedirme la última vez de de laHoz, mi abrazo tuvo el temblorde los presentimientos fatídicos.El portentoso niño, alentaba en-sueños que por grandes, no po-dían caber en la tierra muchotiempo: reclamaban los espaciosY él se rió de mis temores: habíaSufrido tanto en sus veinte años,que p.or un milagro de íé, creíaciegamente en el porvenir! Nues-tro medio social no era el suyo.No pudiendo levantar aquí labandera de sus principios irre-ductibles, prefería expatriarse.Y partió, partió para no volvermás . . .

Una tarde siniestramente bella.como las rosas envenenadas deLucrecia, de la Hoz se bañaba enel río Bravo. Lo rodeaban sushermanos "de corazón y de idea-lismos. Tenía la soberana alti-vez de los gladiadores del Circo:su pecho palpitaba con ardoresjuveniles; su frente esplendíacon el fuego de los pensamientosinmortales... . . . r Las aguas noquisieron abandonar tanta gran-deza y aprisionaron para siempreentre sus brazos traidores y su-tiles, el cuerpo del gran desven-turado . . .

No seré yo quien calle ante latumba trágicamente abierta deeste niño gigantesco. De la Hozfue mi hermano. Fui de los po-cos que penetraron á la torre demarfil de sus dolores. Para mítendió el puente y logré entraral taciturno alcázar de sus amar-guras inmensas. Era un pre-destinado. El, como el héroe dela leyenda esparciaia, fue un hijodel dolor y de la esperanza. Co-mo Cordelia al rey Lear, la des-gracia lo seguía, aunque el ladespreciaba. El dolor destrozósiempre su pecho, aunque unaintensa fé alboreó siempre en suespíritu. Fue un Hamlet; peroHamlet creyente: su Ofelia éralaPatria.

Como los caballeros medioeva-les, consagró su vida efímera á

tienda por las instituciones. I'Yescasestán aún sus estrofas defuego y sus formidables cláusu-las. Era un verdadero irreduc-tible: la muerte logró doblegarlo;pero aviesamente.

Y pasó, pasó pronto como unavisión luminos;i de Ki Grecia anti-gua. . . .

¡Oh niño de los sueños gran-des y de las grandes desventu-ras! ¡Oh mi poeta bien amado!oh hermano mío! La tragediaoficio en la misa negra de tusdesposorios con la muerte. Entí se cumplió la fatídica senten]cia del griego: moriste prontoporque fuiste un amado de losdioses. Pero los laureles noprenderán en tu sepulcro el sím-bolo de sus esmeraldas glorio-sas. Los mirtos no aprisionaránentre sus pótalos, la altiv.ez de tu •frente soñadora. La gratitud nollevará á tu morada eterna, ho-menajes de siemprevivas y tri-butos de violetas. Pronto, muypronto, las enormes alas negrasdel cárabo siniestro del olvido,arroparán con sombras la silen-ciosa paz de tu sepulcro! Fuisteun gran bueno, por eso serás ungran olvidado!

Hoy que tan pocos ainan á laPrtria, tú. como PI h£rr>p arpiñodel glorioso expatriado de Co-lombia, vivirás lo que vivan tusamigos y no tendrás más inmor-talidad que la inmortalidad de lamateria!

Duerme, duerme el sueño es-pantoso y eviterno de tu desgra-cia infinita! íluy l-i fama aureolala frente de los poderosos, y túeras humilde.

Hoy la gloria be compra, y tueras pobre , .

Duerme, niño de los sueñosgrandes y de las grandes des-venturas! Los oh idos te acom-pañarán en ¡a tumba como la des-gracia te acompañó en la \ida. ..¿Mañana? . . . . ¡Ab! mañana!!'; . . quien sabe!!

2S do Marzo de l(nj4

AI.KOWSO CKAYIOTO.

(De El Colmillo Público, México,D. F.)

a nuestros Agentes man-den cubrir sus cuentas ala mayor brevedad. Igualsuplica hacemos a nues-tros subscriptores paraque no sean borrados denuestras listas.

México Pacificado.

Este es el título de un interesantelibro escrito por el conocido escritorSr. Adulfo Duclós-Salmas.

El autor expone ni la obra deque se trata la mr,(ji:i,i\éliia laborde Porfirio Díaz, y delinea acerta-damente la fatídica figura de Iier-

luchar por su dios y por su dama: nardo Reyes.su dama fue la libertad, su dio» Cuantos deseen a-:.ocer las ma-el pueblo! Los últimos tres años ¡ l a ; a i te-s <le 9 u e •"* '..'¡'ó Porfirio1 -j t ' Díaz para imponerse v tiranizar

de su vida son como tres clausu- - ' p , > tiranizar,, , ,, . . a.si como ver cu sus d..t-.Hes> la obralas homéricas, fcn^ ellos palpita , de sanare de Bernardo Keyes pue-un gran soplo epopevico de Ilia- ! den 1.011-eguir su objih; leye.iao elda. Si hubiera nacido en Grecia, • libro «Mtx ico I'ACI 1 ICADO »hubiera sido hermano de los Gra-1 L a "1)ra c"tsta en ).¡ República

Mexicana:C0S[ . , . 1 P° r Express, C O I ) . , .$6 coIdiosíncratico paladín, supo tro- moneda mexicana.

Por

car sus entusiasmos de niño en Por Correo, pajjo . ,virilidades portentosas. Como ($5 oo moneda mexicana.el arcángel de la tradición bíbli-1 P * " !°* Ped!do> < l l r 'J ' r se 1»«•>•*•b ,, 4 . . . , mente al SK. ADOLFO OI'CIAJ SA-

ca, esgrimió un estoque de lia- USAS. 418 N. THIKD ST , M

masen su brega por el pueblo. Loiis, Mo., E. U. de A.

¥• ¿*-"l--V(../& ~3- >-

Page 2: DE LA - archivomagon.netarchivomagon.net/wp-content/uploads/e2n21.pdf · último suspiro de Santigo de la Hoz. Bien merece un recuerdo y una ... para con los oprimidos y su an-helo

.REGENERACIÓN.

El Autócrata de México.IM8OM.

Don Porfnio Dínz había salido'<lc sus revoluciones calznndo dosplanes políticos que le veníon enextremo ajustados, El salteador decaminos que asesinando al vian-dante le robase las botas, no cami-naría con ellas mostrando menorangustia y fundados terrores, queel futuro Autócrata arrastrando porlas gradas del poder los planes «re-generadores» de Tuxtepec y PaloBlanco. Solía ocultarse tras de supopularidad, ruborizado del éxito,en medio de las aclamaciones de lamuchedumbre. El Dios de nrcillatenía unaconciencia: lu de lo risibledel apoteosis. Y entonces fuó cuan-do su misma infecundia, sus espas-mos emocionales,—productos deuna inteligencia obtusa y congestio-nada,—su mutismo hierático deídolo budhista, empezaron á deli-near los perfiles del futuro Hombrede Estado y político trascendente.«No habla, luego piensa,» dijeron«nos, «habla mal luego piensa bien»dijeron otros, y á «modestia» se atri-buyó su desparpajo y se celebraronsus «buenas intenciones», porqueaún de él no se conocían otras quelas que cantaron bardos y ensalza-ron tribunos, durante el período desus trashumantes aventuras de re-generador de encrucijada.

Pronto se dijo de él que era unhombre con un programa. Unapromesa. Los asesinos de Calígulavieron asomar ea el fondo de uncamarín del Palacio de los Césares,un hermoso rostro de adolecente:era una promesa, la esperanza delImperio: Nerón, el aclamado del

' Pueblo, el parricida, el rapsoda ho-mérico de Roma incendiada.

Los «planes» de Díaz chorreabansangre: el primero, es á saber, el de«La Noria,» festinó la muerte delmás grande de los hombres de Mé-xico, el segundo motivó el destierrodel más ilustre de los mexicanos desu época y ambas fueron causa dehorribles hecatombes. ¿Y qué erauesos planes? Una puñada de men-tiras, que el revolucionario de for-

- tunase encargaría más tarde de ex-' poner ante la Nación atónita, sin

intentar siquiera vindicar el infamepretexto, que le valió para escalarel supremo poderío, tras de dosguerras sangrientas, repletas de crí-menes, de expoliaciones, dé vanda-lismos. Hay virtudes á propósitoque se compadecen con las inteli-gencias más trasconejadas, una deellas es el disimulo, y otra la tor-tuosidad en pensamiento y acciones.Ocultar lo que se es, equivale ámostrar lo mejor que se tiene parala mayoría de los ignorantes, y esto,en política, constituye un poderosoelemento de éxito fácil y aún prepa-ra brillantes destinos; sin el amaes-tramiento de esa cualidad de caiác-ter, jamás hubieran existido orácu-los ni sibilas, ni pitonisas. Díaz seencontró en México, como por en-salmo, tras de la batalla de Tecoacque le ganó D. Manuel González; ysin duda se hubiera desprestigiadodesde luego, hubiera caido en lídi-culo y el triunfo de su causa hubie-ra beneficiado á otro, sin aquella ta-citurnidad amenazante, que oculta-ba al desheredado intelectual, y ha-cía recelar al hombre fuerte. Pudonotarse desde sus primeros pasosadministrativos, falta absoluta delealtad, doblez, ingratitud, y unaindecisión terrible de carácter, máspeligrosa que la resolución indeta-llada del impulsivo; pero que laadulación apostillaría más tardeatribuyéndola á reflexión profunday madura determinación- Así esque lo imprevisto de los actos delgobernante, se tomaría como seña-les indefectibles de inteligencia su-perior; muy superior á la del vulgode sus admiradores! Traer un mi-nistro de las Batuecas, en PorfirioDíaz no se llamaría sandez, sinoapreciación telepática de aptitudesexcepcionales en sujetos distantes.Reconocer una deuda infame, gra-vando á las generaciones futuras,para abrirse en los bancos de Euro-pa un crédito vergonzante, no sellamaría acció-. villana y criminal,—que á cualquier tiranuelo sin con-ciencia ni patriotismo se le hubieraocurrido,—sino «combinación finan-ciera dv grandes vuelos, encamina-

da de buena le á restablecer el cré-dito nacional,» Y de esta suerteirínn cubriendo ni ídolo de ficticiosmilagros, no solamente el parasitis-mo servil,—los siervos regodeadoscon serlo y de medrar á expensasdel corto sacrificio de una dignidadanémica,—sino la Nación uiistna,¡la Nación misma! que no podríahallar disculpa ásu marasmo y ava-sallamiento, sino en la exaltaciónquimérica de las cualidades delhombre, que supo anestesiarla, ymedrar á expensas de su virilidaddecadente.

Cuenta Pausaniar., que los ate-nienses, presintiendo ser derrotadosy humillados por los persas de Ar-tagerjes, se complacían en describircon vivos colores lo enorme de suestatura y lo irresistible de sus ar-mas.

Tras la batalla de Mukden, losrusos se consolaron de la vergonzo-sa derrota, exaltando los atributosmaravillosos del guerrero japonen-se.

La Historia no llamará nunca álas proclamas revolucionarias deDíaz, «Planes de Gobierno,» porquesus «planes» no fueron otra cosa que«proclamas revolucionarias.» Con-fecciones políticas con mucho supe-riores desde un punto de vista prác-tico y con mucho más sinceras quelas asendereadas de Tuxtepec y Pa-lo Blanco, abundan en todas lasépocas de efervescencias políticas.Nunca pensaron mejor los hombresque durante la secuela de doce si-glos de crímenes, en las revueltasrepúblicas medioevales de Italia;grandes pensadores y filósofos pre-ndieron ó coexistieron con los gran-des crímenes del 93, que acarrearonla Restauración y el Segundo Im-perio. El ideal es la ironía de laimperfección: el espejo cambianteque reflejara la belleza suprema an-te el rostro de Picio. Pero lo queva del ideal á lo real, va de las in-meditadas proclamas de indoctocaudillaje y los «Planes de Gobiernoy Reforma Política y Social,» comolos qué inmortalizaron en nuestrahistoria patria la figura llameantedel excelso Juárez. Las primeras—las proclamas—desaparecen aún enmanos de sus mismos autores, comoaconteció con las citadas de Tuxte-pec y Palo Blanco; los segundos—Planes de Gobierno, son herenciade ideas y normas trascendentalesde conducta que se inyectan en elorganismo político para vivir supropia vida. La obra del primeroes la de la ambición y el éxito; ladel segundo, la del genio que aus-culta la región del cuerpo social, enque se fecundan las evoluciones se-culares de las agrupaciones huma-nas.

Por eso Juárez bajó á la tumbainmortal, ocultándose, por sepulcro,en el corazón y en el cerebro de supueblo, y por eso Díaz llegó á subs-tituirle en el puesto administrativo,hosco, amedrentado, taciturno, pro-penso al llanto, sin lucha política,sin genio cívico y sin más patrimo-nio que dos cualidades, militarespor esencia: voluntad firme y con-ciencia sin remordimientos. Mer-ced á la primera triunfó en los cam-pos de batalla, merced á la segundatriunfaría en plena paz por el terro-rismo. «El haz y el hacha» seríansu emblema, como la de los cen-tumviros de Roma.

tro último cambio ,de residencia,afirma qae estamos atacados v <le«delirio,de ueraectidón» y califica,do tyaladíes las causas que nosobligaron á abandonar el Estadode Texas.

Es irritante que periodjatasque jamás han tenido un rasgode altivez, que sercsi afeminados'y envilecidos se atrevan á acusar-nos de cobardía ante un puebloque loa conoce y que ha Bido tes-tigo de nuestros esfuerzos, denuestros infortunios,

Nos motejan de cobardes quie-nes faltos de energía para g"anarse el sustento en lícita-* actividad,trafican con 9,us plumas y seprestan á defender Las causasmás detestables; nos motejan decobardes, lacayos sin criterio niconciencia que insultan ó alabansegún se les ordena; que si alamo se le antoja, escupen la pu-reza ú osculan la inmundicia.

jProtervos! ¡Inspiran repul-sión! Pero la repugnancia queprovocan no los salvará de serescarmentados como no salva á ladrina de que se la aplaste^ el ve-neno que por todos sus porosdestila.

"1810",antes que nosotros, tuvola satisfacción de marcar huellasde oprobio, con su fusta implaca-ble, en los rostros—rehacios alsonrojo—de esos escritores mer-cenarios que escarnecen las no-bles aspiraciones y entonan cantos laudatorios al Crimen queabate el Derecho, á la Fuerza que

tricio viril, aun nos quedan i pelocustas de" temple ""y oradores

<%noa y maestros liberaka- yabogados como Serraldel

Imitemos á esos iibinbres ( qu|:asi abandonados en medió deuna turba de esclavos, bregan he-roicos por el derecho y por el1>Wetíir7 ' ' " "' ' ¿ ' " ;

sojuzga pueblos.

El servilismo.El servilismo he allí una

de las grandes enfermedades queextenúan á los pueblos.

El microbio que origina esa en-fermedad se llama: el tirano.

Cuando una mano de hierro caesobre el parlamento, sobre laprensa, sobre la tribuna, sobreel foro y la cátedra y la plaza pú-blica, y esa mano temeraria no esdespedazada por explosiones deluz y de energías, es que el ser-vilismo ha triunfado en el parla-mento, en la prensa, en la tribu-na, en el foro, en la cátedra y enla plaza pública; por fin: ha en-fermado af pueblo.

Degradado así el parlamento,cualq uiera iniciativa legal en favordel país, que atente algo contnla omnipotencia del tirano, serádesechada ó morirá en el pechodel conscripto.

Amordazada la prensa, se diráenérgico el gobernante asesino,se llamará sedicioso al atropella-do, se llamará saber á la ignoran-cia, bienestar á la miseria, paz ála abyección . . . .

El verbo de la democracia no

Wetíir7. . (

Volvamos por nuestras pasa-'das glorías, compatriotas!

¿Quidn dice que ios hijos deHidalgo, que los hijos tic Juárez,de Ocámpo y de Lerdo de Teja*da y dé tantos y tantos hombresque supieron colocar .muy alto elpabellón mexicano, estamos per-didos? • .

iQuien tal dice, dice mentira!Si México es hoy un inmenso

panteón donde reposan las instituciones y el pueblo y la justicia,el formidable despertar de unacatalepsia puede aún hacer sal-tar en pedazos las sombrías lápi-das, humilladas por la tizona delTenorio!

La tiranía extremada hará sur-gir un indomable civismo!

Santiago do la Hoz.

( E L HOMBRE GKIS.)

•dio a la Prensa1.a Rapiña Judicial.

Los Insultos del Reyismo.

tronará en la tribuna envilecida;la voz del derecho rio triunfaráen el foro sobornado; en la cáte-dra la historia contemporánea na-cional será una historia de felici-dades y progreso,y el alumno ob-tendrá diplomas si sabe hacernotables genuflexiones intelec-tuales; y en la plaza pública lamanifestación popular será llevaren palio á un fraile ó á una imagen y hacer fiestas de adulacióná los Césares.

Y el pueblo, enfermo, se iráextenuando paulatinamente; siconforme áalguna ley democrá-tica, por el solo hecho de naceren ese país, se nacía libre, se na-cerá esclavo, y de un pueblo quepor su pasado glorioso estaba lla-mado á ser uno de los primerosdel mundo, solo quedará una in-mensa y salvaje tribu de degene-rados.

Bajóla Dictadura de PorfirioDíaz nada ni nadie puede estarseguro. Ni las personas ni laspropiedades tienen garantías ba-jo un Gobierno que norma susactos por el capricho y el odio,bajo un Gobierno sin responsabi-lidad y sin ley, que pisotea des-caradamente las prescripcionesdélos Códigos, para imponer, porla brutalidad y por el terror, lo.que más cuadra á su voluntad yá su interés. w.

El medio que ha creado la tira-nía en nuestra patria, es un me-dio letal para todo lo honrado, logeneroso y lo digno, y es á la vezel más propicio, para la maldady la injusticia y la infamia. LaNación convertida en rebaño, sintí-aa libertad, sin un derecho; elpueblo hambriento, pero-, esquil-mado hasta el exceso; la Instruc-ción miserable y combatida; elClero en auge, protegido, impu-ne, robando y embruteciendo; yen el Gobierno, en los sitiales dela Autoridad, la usurpación, elcrimen sin responsabilidad, labarbarie con fueros, el bandole-rismo oficial, en suma, ejercidoen los campos por Acordadasque roban y asesinan, y practi-cado en las ciudades por Tribu-nales y Jueces que despojan álosciudadanos de su libertad y pro-piedades.

Los más expuestos á ser vícti-mas de esta rapiña judicial.—es-pecialidad de nuestro Gobier-no—son los periodistas indepen-dientes. ~ En'Mórelia, Míen." áca"-ba de darse el caso.

"Fierabrás" es un valeroso yhonrado semanario, que con todaenergía y justicia, ha venidocombatiendo la corrupción y latiranía de Aristeo Mercado."Fie-rabrás" comenzó su campañacuando se preparaba la reelec-ción de ese mal funcionario y laha continuado después de que elGrai. Díaz impuso una vez más áMichoacán el Gobierno de Mer-cado.

Este individuo y la infecta ca-

ae tiró él No 30 de "Fierabíúsj'que fue* denunciado.

Ruboriza quo un Tribunal deesa naturaleza, que debiera, serel representan'te'de ln mas altaJusticia;' dicte disposiciones qUj>vulneran la ley escrltít y loa'prin-cipios de equidad que fulguran, , 1 . r , , > , . ' . . . . - i - M i ' , i - ' » ' » n 1 " . . H\ > ' > ' ; i i ! i

en toda conciencia honrada, c in-digna la'cótídüjitíf' de los Magis-trados de MÍchbacan, que por o-bedecer una consigna' bochorno-sa, autorizan actos de verdaderaraplfia, con los que un Gobernan-te impúdico y brutal, pretendeahogar la voz honrada del perio-dismo independiente. ,

Es inútil' probar la ilegalidadde este despojo; lá inj ustlcia sal-ta á la vista, y son también noto-rias la cobordía y la bajeza delos que emplean ese procedi-miento contra la prensa. Privará un periodista de sus elementosde trabajo, robarlo cínicamentepara obligarlo á callar, esacciónruin y torpe, qué ninguna leysanciona, que ninguna concienciaaprueba^ y que sólo puede verseen nuestra pobre Patria, dondeimpera una Dictadura salvaje, cu-ya política se reduce á ejercerel latrocinio y á imponer el te-rror.

Lamentamos el atentado de que"Fierabrás" ha sido víctima, yqueexhibe.a IQS enemigos del va-liente colega,sin mermar las energías de éste. Aristeo Mercado ysu repugnante camarilla, no con-seguirán lo que sé proponen,

La honradez se subleva y esta-lla en explosiones de candenteprotesta al observar cómo la ab-yección se arrastra y se afanapor herirnos con su áspid con-gestionado de veneno.

Nuestro pundonoroso colega"1810" de Laredo, Texas, en suedición del diez y seis del actual,poseído de noble ardimiento, in-pugna las diatribas que nos lanza"Kl Espectador," diario regio-montano escrito con la bilis quesecreta" el rabioso impulsivismode Bernardo Reyes.

El papasal reyista, según el de-cir de "1810",refiriéndose ánues-|

Esas son las funestas conse-cuencias del servilismo: el hombre reducido por la fuerza de latiranía al estado de autómata, ro-dará por todos los escalones dela degradación hasta perder porcompleto la noción de sus dere-chos y deberes.

*Nuestro pueblo está enfermo

de servilismoPero la enfermedad aúi cede-

rá ante la terapéutica de un indo-mable civismo.

Aún queda en el seno de la refpresentación popular algún pa-

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Para todo asunto diluirse al Director.

"Fierabrás" lo declara: no cede-rá ni se humillará; la concienciade su derecho lo hace sentirsefuerte pata seguir desafiando lasiras déla tiranía.

Felicitamos al colega por su vi-rilidad, que permanece firme an-te la desencadenada persecuciónde sus viles enemigos.

• • » •

EL JUEGO -EN EL PALA-CIO DEL GOBIERNO.

No hay que postular eunucos.

manila que lo ayuda á tiranizary á saquear al pueblo Michocanose han propuesto reducir al si-lencio á "Fierabrás" y lo hanperseguido con saña feroz, sinconseguir otra cosa exaltar susnobles y justas iras. Varias ve-ces ha ido á la cárcel elSr. Agus-tín Y. Tovar, responsable del pe-riódico, pero no por eso han cesa-do sus acusaciones ni han dejadode ser exhibidos los vicios asque-rosos de la Administración Mer-cadista.

Ante semejante energía, másse ha aumentado la rastrera ra-bia de Aristeo Mercado y sus la-cayos, y al ver que las vejacionesno someten á "Fierabrás," hanintentado, para reducirlo, el re-curso más odioso, más atentato-rio, más reprochable: el del des-pojo. Por orden del SupremoTribunal de Justicia del Estado,fue secuestrada la prensa en que

Divertirse, gozar de mil mane-ras, hacerse la vida ligera y ama-:"ble sin necesidad de emplearesfuerzo alguno para ese objeto,tal es el ideal de nuestros goberrnantes y de todos los que aspiraná vivir del trabajo y de la fatigade los demás.

Emilio Pimentel no podía serextraño á ese anhelo de holganzay de modorra que anima á nues-tra costosa burocracia. Por esosolamente se ha oído mencionarsu nombre en festines, en paseos,en diversiones, cuando no se leasocia á algún obscuro negocioabundante en utilidades metáli-cas y en desprestigio.

Pimentel tiene un sueldo quele permitiría vivir con decoro sinnecesidad' d'e pesar demasiadosobre el Erario. Podría pagarel alquiler de alguna casa, com-prar los muebles^ indispensablespara el uso domestico, pues esesueldo no es despreciable. PeroPimentel ha preferido ocupar ha-bitaciones que'nada le cuestan yhacer uso de un mobiliario ageno..

Vive el Gobernador en un de-partamento del Palacio del Go-bierno, originando con ese moti-vo gastos al Erario que no eraforzoso hacer, pues si Pimentelalquilase una casa para vivir, nohubiera habido necesidad de al-quilar algunas casas particularespara instalar en ellas oficinas del'Gobierno, que deberían encon-trarse en el departamento que in-debidamente ocupa en el Palacioel científico sátrapa.

Pimentel, además, aprovechapara su uso particular el mobilia-rio del Palacio, que tan caro cos-tó al Estado por haber sido com-prado en la época de desenfrena-do vandalismo de Martín Gonzá-lez.

Las oficinas de la Secretaríahan sido reducidas hasta lo im-posible, porque Pimentel necesi-ta salones privados para reuniren ellos á sus corifeos. Los vas-tos salones del Palacio que debe-rían servir exclusivamente parausos oficiales, convertidos hoy ensalas de diversión y de recreo, seven concurridos día á día por laturba de aduladores y burócra-tas que pesan sobre el pueblo oa-xaqüeüo.

En esos salones del Palacio delGobierno se juega pocker y se va-cían mutuamente los bolsillos losfuncionarios de Pimentel, Denoche hay gran animación en esosdepartamentos deshonrados. En-tregados al juego están allí el Se*

cretario del GobiernoSandoval; el Regente de

Joaquínla. Cor te

de Justicia Rafael Hernández,apasionado jugador; el Oficial Ma-yor José Inés Dávila que sufrela misma debilidad; el clericalFrancisco Parada; el politicastroGuillermo Meixueiro; elga Manuel de Esesarte; los Ma-gistrados Miguel Cáldierón yFrancisco Magro. Magro* inep-to y venal como Magistrado queatiende consignas y traiciona suconcienciares impopular por subajo servilismo, pues desempeñaen' la actual administración elmismo oficio que desprestigió ba-jo la tiranía de Martín Gonzálezal Diputado Andrés Portillo, in-teligente enservicios íntimos queno dan decoro. ,

Concurren á esas reuniones,además, el Jefe de Hacienda Eu-genio Pasquel, á quien no sobra-ría una visita de inspección; elTesorero del Estado y otros fun-cionarios más que acuden atraí-dos por el juego, las colaciones yl o s . l i c o r e s . •<... r .,...*- " . H , - ^ *-""••'•• " "

' El ejemplo de disolución dadopor PÍm.entel y sus funcionarios,es seguido sin que nadie ,puedaponer freno á tan lamentable si-tuación.

Como en los salones del Pala -cío del Gobierno, se juega audaz-mente en las cantinas y prostí'bulos, los garitos se multiplicanen ese ambiente de corrupciónhábilmente explotado y fomenta-do por funcionarios y frailes pa-ra embrutecer al pueblo-

¡A esta administración apodanmoralizadora los intonsos borra-jeadores de Sicrsuml

Si en el Palacio del Gobiernose juega sin recato, no hay por ,que admirarse que en las taber-nas y demás centros de disolu-ción y de escándalo se haga lomismo.

La administración Pimentelis-tase exhibe sin atavíos ni ador-nos. El pudor es consideradocomo algo superfluo y estorboso,imperando el descaro con que seofende á una sociedad amedren-tada y sin vigor.

El pueblo oaxaqueño debe vol-ver por su olvidado prestigio depueblo altivo y digno y luchar vi-rilmente en los próximos comi-cios contra la reelección que aa-ticipadamente se prepara su je-suita gobernante. Pero no debeincurrir en el «rror de postulará individuos que, como el Coro-nel' Félix Díaz, consideran motí-,vo de orgullo y satisfacción, ac-

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descayó» de la «dictadura,. Ningún pastueño que, pe'/pre-•clq dfe digno- debe permaneceren actitud pafeiva cu la ; próximalucha electoral», El porvenir delJ3atado exigffi de los oáxaqucftdsáciorío en la elección y energía-en el ejercido.de aua derechos.

, En. la lucha pasada, lúa concien-cias sufrieron un lamentable ex-travío.. Se luchó con ardor, coalaudable c'nerg'Ia; pero en favor•dé un candidato que no supo ser-viril. , Ede candidato fue el Coro-nel Félix Díaz.

Fue* lamentable el error delpueblo oaxaqueílo, porque FélixI)íaz por su parentesco con elDictador, por su calidad de em-pleado de la actual adminis-tración, por su insignificancia po-lítica, por su falta de energía, esindigno de serla bandera de unjpueblo que puede tener un des-tino glorioso si pone su porvenircu otros hombros que no sean los<lel sumiso lacayo de la Dictadu-ra.

Félix Díaz no puede volver a•ser el candidato de un pueblo vi-ril que busca la libertad. Losliombres libres no pueden buscar•esclavps para que los gobiernen.

Y esclavo es Félix Díaz. Sa-bueso de un Gobierno que envile-ce, se siente honrado con ser elJefe de una policía qué lleva' ensus espaldas un cargamento decrímenes no expiados y de cadá-veres inultos, de entre los queavanza el índice acusador de Ar-nul'f o Arroyo, se destacan los ins-trumentos de tortura del padre

. Tortolero y se yergue reveladorimplacable el suicidio de Eduar-do Velázquez.

Los oaxaqueños honrados nodeben incurrir en la misma falta•quelqs condujo ala derrota singloria de la lucha anterior. Concandidatos como Félix Díaz sellega á transacciones desastrosas•que ponen el Gobierno en manosde jesuítas como Emilio Pimen-tel, cuando ,para salvar al Estado•de la descomposición interior y•de la odiosa tiranía del Centro sesiente la necesidad de un espíri-tu robusto,. libre de la influencia-de la Dictadura y del Clero.

aero no ¿sostener con la fuerzadel derecho al candidato, popular.

Loa Independientes de Coahtii-a deben purgar su partido de Ve-jabioa porfiriatas y continuar co-mo hasta hoy luchando con,' leal-ad, sin desmayos ni itnpruden-*las comprometedoras.

Deben llegara! sacrificio atiteajue renunciar de sus derechos.' La,'\ Patria.' esta pendiente <leua esfuersos.El triunfo que obtengan, no se-

rá simplemente un triunfo localera un triunfo nacional.La Hacienda Pública de Coa-

tí uila está en manos de Cárdenasque se ha improvisado millona-rio, Cárdenas es un protegidode Reyes y'retribuye dispendio-samente esa protección con la ri-queza del pueblo coahuilense. Re-yes emplea las crecidas sumasque le obsequia su tributario enubvencionar periódicos indig-

nos que en vano luchan por alla-narle el tortuoso é inaccesible pa-ra él camino de la Presidencia;en aáalariar á cierto» masonesque traicionan á su institución yen pagar á la legión de bandidosque tiene organizada para que loaclame en el momento oportuno,

De ese modo la riqueza de Coa-huila contribuye á la elaboración

Resuelta actitud delos coáuilenses.

Diaz los respetara.

Hasta nosotros llega el eco delos cantos ^vehementes que los patriotas de Coahuila entonan á laDiosa Libertad. Rumor placentero que evoca el recuerdo de pa-sadas grandezas, de inmarcesibles glorías.

Un hálito de esperanza acaricia los fulgentes anhelos de lossinceros¡ enamorados de ía Demo-cracia,y hace vibrar energías ateridas de pavor ó anestesiadas porla decepción,

El entusiasmo— arrogante heraido de la victoria-conmueve mu•chos corazones, chispea.en muchos cerebros.

El servilismo, herido por el desaprecio, plega sus negras alas y sanida vergonzante en pechos d•cobardes.

¿Por qué los patriotas cantanhimnos á la Libertad? ¿por qué la•esperanza sacude caracteres amo•dorrados y los lanza á la activldad? ¿por qué el entusiasmo sagita en los pechos con ansia suprema? ¿por qué la abyección humillada se oculta en el alma dlos viles?

¡Ah! Es que acudimos á presenciar la espléndida alborada dfnuestra redención. Es que el ci•vismo renace con alientos de gigante, es que un pueblo despier-ta vigoroso á la vida ciudadana.

La resuelta actitud de los coahuilenses significa una promesaalentadora, una promesa de noñor.

Ellos triunfarán si el fuego disu patriotismo no es apagado poel mortecino soplo de la traiciónellos triunfarán si no delegan fa-cultades en politicastros vincula'dos á la Dictadura, que se emp&Ganen mendigar lo que deben-exigir, que están dispuestos áimplorar la caída de Cárdenas

do futuras desgracia» <jn¿i- imVÁ-taráii í ¿ueatra Patria, , '..

En tales razones nos fundamos,ai asentar que el triunfo de losanti-reeleccionistas de Coahuilaserá un triunfo nacional.

• « \ ,,, Díaz desde el trono do su in-mensa soberbia, preocupado ob-serva como se organiza y se agi-ganta la oposición coahtulense.'

La repetición de la tragediadel 3 de Abril, la idea de acuchi-llar al pueblo irrevorente, marti-llea sus sienes y lo deleita; peroduda y se extremece.

Duda porque dolorosa expe-riencia loba oblig-ádo áaprenderque no es el terror un sistema in-falible para domeñar la altivez.

Piensa en el éxito admirableque coronó la brusca carga quelos cosacos de Bernardo Reyes,no hace aún dos años, dieron so-bre indefensa multitud y sin em-bargo se sobrecoge y tiembla.

¿Por qué tiembla?Rememora los incidentes que

precedieron á la caida del funes-to Gobierno de Garza Galán.y an-te su imaginación aparece conimponente magestad la apoteosisde Coabuila vencedora.

¡Díaz respetará al pueblo coa-huilenset

LIBERALISMOHIP OCRITA

GREEL, TARTUFO.

El Esíado de Chihuahua pasa enestos momentos por una aguda cri-sis de clericalismo, de explotacióny de tiranía.

Terrazas, Creel y los frailes cons-tituyen un pulpo cuyas antenas chu-pan el jugo de un pueblo ayer vi-ril que hoy sólo'sabe gemir y lan-zar al viento quejas dolientes, únicomedio de protesta que tienen losimpotentes y los sometidos.

No hay industria ni negocio quese pueda emprender en corta escala,porque para defender el monopolioque la familia Creel-Terrazas explo-ta,, se expidió.una.nueva Ley Mu-nicipal gravando de tal modo losnegocios pequeños que estos se venimposibilitados de poder pagar lascontribuciones.

Muchos comerciantes en pequeñohan ocurrido al Jefe Político deChihuahua Donaciano Mapula ex-poniendo su inconformidad respectoal pago de las estúpidas 'contribu-ciones, y este funcisnario, ebrioconsuetudinario y asiduo concurren-te á los prostíbulos, se burla de lamiserable condición de los comer-ciantes y del hambre y desolacióndel pueblo.

Mapula es servil con Terrazas ycon Creel, y áspero y brutal conlos particulares. Por adular á Te-rrazas y á Creel, mandó cortar endías pasados todos los árboles queembellecían el parque «Lerdo deTejada.» los de la Plaza de Armasy los de todas las calzadas. La ma-derákdélgadáTa utilizó"1 Mapula entechar las innumerables casas queposeen los cresos chihuahuenses.Los troncos gruesos fueron destina-dos á las matanzas y demás estable-cimientos industriales de Luis Te- jrrazas.

La explotación más odiosa dis-tingue á Terrazas y á Creel. Pordecreto, de la Legislatura del Esta-do, se regalará el 25 del corrienteuna espada con empuñadura de oromacizo y brillantes á Luis Terrazas,regalo que constituye • un aóto deservilismo repugnante, pues se tra-ta de conmemorar la toma de la ciu-dad de Chihuahua por las fuerzasde Platón Sánchez y Sostenes Ro-cha á quienes se debe esa gloria, yno al estulto Terrazas. Pero lospatriotas murieron ya y era precisoadular al inepto Terrazas que vivey es millonario y estorsiona al pue-blo. Ese inmerecido regalo ha cos-tado al pueblo chihuahuense veintemil pesos.

El año pasado se sangró al pue-blo para obsequiar tres condecora-ciones á Luis Terrazas. Una cruzde oro y brillantes por el Gobiernodel Estado, otra por él Ayuntamien-to y la tercera por todos los pueblosdel Estado.

Los empleados de la administra-ción chihuahuense son fanáticos recalcitrantes. Casi todos le debenel puesto que ocupan al holgazánNicolás Pérez Gavilán, Obispo yconsejero del Gobernador. -Losempleados superiores se están ha-ciendo millonarios y entre ellos seencuentra el Tesorero del Estado,un beato llamado José M. Sánchez,dueño del mejor almacén de abarro-tes y ropa. Sin pagar derechos,Sánchez introduce diariamente ensu almacén dos ó tres carros de al*cohol, manteca y tequila, efectosque pagan fuertes derechos pues un

barril de tequila paga quince pesos»un bote de alcohol paga dos pesos ytres pesos cincuenta centavos cadabote de manteca. Con sólo el frau-de que hace al Estado de los dere-chos que le corresponden por la in-troducción de mercancías, el mocho,Sánchez ha logrado hacer un fuertecapital en dos años que lleva de serTesorero.

Igualmente lucran no pagandoderechos, los miembros de la fami-lia Terrazas y empleados, que tie-nen las mejores cantinas y casas deabarrotes.

Chihuahua se hunde por la explotación de mercaderes políticos ypor la explotación y" la impudiciadel clero.

A la sombra de Terrazas y deCreel, como á la sombra de Díaz enel resto de la República, el cleromedra y se fortalece y corrompe yembrutece y debilita cada vez másla's "energías del pueblo, al que setiene sumido en un fanatismo imbé-cil.

Creel, tartufo, finge un liberalis-mo que no siente. En estos díashan aparecido en los periódicos cir-culares firmadas por Enrique C.Creel por medio de las cuales invitaá contribuir para la erección de uñaestatua en honor de nuestro insigneBenito Juárez en la ciudad del Es-tado de Chihuahua que lleva sunombre.

Creel sabe que el pueblo ama áJuárez y quiere hacerse popular.in-vitándolo para que contribuya á laerección de un monumento á la me-moria del Repúblico.s La tartufería, la hipocresía calcu-ladora de Creel indigna, porque esegobernante es un jesuíta que tratade explotar los buenos sentimientosde los liberales._ i Creel fnera liberal no estaríaal servicio del clerical Porfirio Díazni se dejaría dominar por su suegraDoña Carolina que está, á su vez,alservicio del clero.

) llíjsudaa OttMAdui de 'SanVítente de Tftul, puesto que la dle-ron los frailea para halagarla; y conlo cual han ganado ellos por el apo-yq que la señora les presta en agra-decimiento á la distinción que lesdebe.

Kl.fraile es ladino. <, Para su obra;de feiivileduilento .acaparo á 1» mu-jer, sabedor de la influencia queella tiene, cu el kogar, y así ha po-dido dominar. La preponderanciaque ejerce el clero en los destinosdel país, se debe al tavor de que go-za cerca de la esposa del viejo Dic-tador. La intluencia del clero enChihuahua se debe al apoyo que lepresta Doña Carolina, esposa deLuis, Terrazas y suegra del tartufoEnrique C, Creel,

Creel, de acuerdo con el bandole-ro Obispo Nicolás Pérez Gavilán,proteje á los frailes jesuítas en susCrímenes. Una turba de frailea di-solutos asedia á las familias cbihua-hUynses y las explota y las corrom-pe.

'Jna de las víctimas de los jesuí-tas'ea la viuda de Leguinazábal,

uy conocida en el Estado por lasriquezas que heredó de su maridoDon Domingo: Este señor testó áfavor de su esposa y de una hija su-ya llamada. Mercedes, tocando á es-ta última la mayor parte de la he-rencia.

Los frailes vieron en las ricas he-rederas un filón riquísimo que ex-ploiar y á conseguir su objeto dedi-caron sus trabajos. Recorrieron to-dos los trillados y tortuosos cami-nos que sabe de memoria el clerica-lismo. Intrigaron, se insinuaron,exhortaron, suplicaron, amenazaroncon las penas del infierno, describie-ron una gloria mentirosa y absurda.Tres años de paciente catequismoemplearon los frailes para conseguirque las herederas confiaran e n lospretendidos buenos oficios del cle-ro. Lograron que la señorita Mer-cedes marchase á un convento delEstado de Michoacán, ayudados ensu criminal labor por el bandoleroObispo Nicolás Pérez Gavilán.

£"-0 hace todavía un año que enChihuahua circuló la noticia de quela señorita Mercedes había muertomisteriosamente en el convento, de-jando como único heredero de susbiei es, más de nn millón de pesos,al Obispo Nicolás Pérez Gavilán.

Los frailes tienen de su parte átoda la familia Terrazas y por esoimperan y gobiernan el Estado. Ala 5 ra. María Lujan de Terrazas labar explotado los holgazanes enso-tan idos que administran el templode ,ían Francisco.. La señora visteá esos frailes, les da dinero, les haprocurado habitaciones coníortables,y por último, los'vividores hicieronque les comprara la finca contiguaal templo, habiendo dado la marea-da señora cincuenta mil pesos á losSres. Cordero, dueños de la finca,y las escrituras se extendieron á fa-vor del encanallado fraile TomásSerrano que funge de Jefe de lacuadrilla de bandidos que mandanen el templo.

Todos los Distritos están invadi-dos por esa lepra clerical que co-rrompe á la sociedad y amenaza di-solverla.

Los frailes de Chihuahua, comolos de todas partes, no solo ejercenla rapiña y obligan á los gobiernosá tiranizar, sino que también se dedican á la seducción de lasmujeres.

Hacen el amor á las jóvenes quelos visitan y de esos amoríos ilícitosque tienen por marco las sacristíashediondas, han resultado escánda-los que avergüenzan.

Uno de esos escándalos tuvo lu-gar en presencia de más de doscien-tos creyentes, á la hora en que de-bería oficiar uno de los sátrapas desotana.

Los creyentes esperaban á que elfraile saliera de la sacristía á oficiar.Pasaron algunos minutos, un cuar-to de hora, una hora, hasta que las

te-.'»beatas y beatos alarmados por lntantanes del tonsurado, ocurrieroná la sacristía, donde el fraile fuesorprendido en los momentos enque se entregaba á prácticas reñi-das con la castidad de que hacenalarde» las gentes de sotana.

El escándalo fue grande. Todospudieron, darse cuenta de que esuna mentira la virtud de las beatasjóvenes y de que es una superche-ría tosca ó Irritante la pretendidacastidad sacerdotal.

Enrique C- Creel obliga á los pre-sos á que se confiesen y comulgueu.No impide que los frailes tenganconventos en Chihuahua. Los clé-rigos pasan delante de él cou la so-tana puesta,

Es grande amigo del bandoleroObispo Gavilán, y á pesar de todo,y sólo por tartufería, ha iniciadouna subscripción para erigir unmonumento al Benemérito.

Para honrar al Benemérito nobasta la erección de estatuas; es pre-ciso no ofender su memoria cou actos de tiranía que él reprobó y conalianzas con el clero que él sojuz-gó.

El Cónsul de México en El Paso,Tex., Francisco Mallén, hace bom-bo á la hipócrita circular de Creel,invita á los mexicanos de El Pasoá que contribuyan para el monu-mento. Mallén también finge li-beralismo, porque si es liberal ¿porqué sirve al clerical' Dictador deinstrumento y de espía?

El pueblo chihuahuense no debedeslumhrarse por los alardes de li-beralismo de Creel.

GONVOCÍlTORí/1

Á los Liberales Mexicanos»El Club Liberal "Benito Juá-

rez" de Maltrata, (Ver.) invita átodas las agrupaciones liberalesintegradas por ciudadanos mexi-canos, residentes en el país 6 enel extranjero, á que entablen re-laciones con él á fin de acordarel mejor medio de unir con estre-chos lazos de fraternidad al GranPartido Liberal Mexicano. Igualinvitación se hace á todas Jas per-sonas que profesen las doctrinasliberales, quienes podrán dirigirsu correspondencia al Club ci-tado.

Encarecidamente se suplica ála prensa 1a reproducción de es-ta convocatoria.

* *Con gusto publicamos la ante-

rior Convocatoria, accediendo álos deseos del Club de Maltrata,y felicitamos calurosamente á losdignos ciudadanos que componenesa Agrupación, por sus trabajosencaminados á reorganizar elPartido Liberal.

Mientras los liberales estamosaislados y dispersos, nada prác-tico y eficaz podemos hacer enprovecho de la Patria; pero sinosunimos, si constituimos un ver-dadero Partido, tendremos fuer-za y representación para hacerrespetar nuestros principios , yevitar en el futuro que otra tira-nía suceda á la tiranía ' presente.

No dudamos que los buenos li-berales responderán á la excita-tiva del Club Liberal "Benito Juá-rez."

Léase "Regeneración."

LA CUESTIÓNDE YUCATÁN.

Sentimos verdaderamente 110 dis-pouef del necesario espacio paratratar con la extensión que mereceun asunto que tiene conmovido alpueblo yucateco y que al país tododebiera interesar, ya que no es unacuestión puramente personal, sinouna cuestión de altos principios cu-ya derrota 6 cuyo triunfo acarrearávergüenza 6 gloria á todo el pueblomexicano.

Nos referimosal inicuoprocesose-guido por los Tribunales de Méridacontra los Sres. Tomás Pérez Pon ce yCarlos P. Escoffié, periodistas inde-pendientes á quienes acusó por in-jurias el rico hacendado esclavistaAudoniaro Molina Solís, hermauodel Gobernador de Yucatán.

Como saben nuestros lectores, D.Toinás Pérez Ponce dio protecciónal sirviente Antonio Canché, que sefugó de la finca «Cumpich,» dondeera explotado y maltratado comotodos los siervos de Molina. D. To-más firmó á nombre de Canché unacarta abierta dirijida ni esclavista,en que el sirviente prófugo justifi-caba su conducta, refiriendo algu-nas de las iniquidades que sufrenlos pobres jornaleros de Cumpicb.«El Padre Clarencio» de que es Di-rector D. Carlos Escoffié, comentóesta carta con energía, y en sentidofavorable para el desventurado Can-ché.

Esto bastó para enfurecer á Au-domaro Molina, que á toda costaquería recuperar á su esclavo paracastigarlo y seguir explotándolo.En su despecho y en su rabia, Mo-lina volvió sus iras contra los de-fensores de la víctima que se le es-capaba, y los acusó por injurias.Un Juez degradado, Ignacio Her-nández, instrumento servil de losMolina, redujo á prisión á los Sres.Pérez Ponce y Escoftié; el Tribu-nal Superior, envilecido por la con-signa, confirmó los procedimientosdel Juez, y aún agregó, ilegal y ofi-ciosamente, que eran graves las in-jurias de que se quejaba el hacen-dado Molina; por último, el Direc-tor de la Inquisición yucateca, dis-frazada con el nombre de Peniten-ciaría, ha procurado hacer más pe-nosa la situación de los periodistaspresos, y con violación notoria delas garantías individuales, les pro-hibe que reciban periódicos, les im-pide comunicarse libremente coasu defensor, el Sr. Lie. Tirso PérezPouce, y ha pícLcudiJo que paseupor su censura los documentos ydatos que se cambian eutre el cita-do abogado y sus defensos.

Hay una venenosa inquina con-tra los perseguidos defensores deCanché; hay una confabulaciónodiosajle todos los poderes contraesos bravos paladines de la justicia.La acusación por injurias es lamáscara de4os verdaderos y ruinesmotivos que se tienen para perse-guir á los Sres. Pérez Ponce y Es-coffié. No hay delito de injurias.Lo que hay es el odio desencadena-do de los explotadores, la rabia delos hacendados esclavistas que seenriquecen con la iniquidad y la ra-piña, la furia del Gobierno opresor,la infamia de los malvados con au-toridad y con influencia, contra losdefensores, honrados y enérgicos,pero inermes, del derecho y de la

¡humanidad; contra los que luchan' por los oprimidos y los explotados;contra los que quieren poner térmi-no, para honra de su Estado y dela Patria misma, á la miserable con-dición de bestias esquilmadas enque viven millares de infelices bajola garra implacable de unos cuan-tos ladrones poderosos.

El proceso de Pérez Ponce y Es-coffié es la más grande denlas infa-mias. Se les persigue, se les en-carcela, se les veja, porque defien-den la causa más noble, más justa,

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Page 4: DE LA - archivomagon.netarchivomagon.net/wp-content/uploads/e2n21.pdf · último suspiro de Santigo de la Hoz. Bien merece un recuerdo y una ... para con los oprimidos y su an-helo

REGENERACIÓN.

íhás humana^, .poique quieren quese leconcwca su calidad de hombreaá los míseros siervos de los hacen"dados yucatecos, porque anhelanque se realice eti esos desventura-dos que gimen bajo el látigo de losesclavistas, la hermosa declaraciónde nuestra Carta Fundamental: «Enla República todos nacen libres..,.»

1 Todos los aiéxicaüos délreiliós ib--teresarnos en este asunto que, lo re-petimos, tiene que afectar con sus

resoltados,- cualesquieraquesean, ála honra y á la cultura del país.Pérez Ponce y Bscoffié deben qüeldar ew libertad; y si se quiere hacerjusticia, si no se desea arrojar sobreel pueblo mexicano un estigma deatraso y de barbarie, debe caer elcastigo sobre los inicuos y rapacesexplotadores, como Audoiaaro Mo-lina, quej hacen escarnió dé los más"rudimentarios principios de "honra-dez y humanidad.

El crimen de TlaxcalaLa Dictadura premiara o los <loHncue«(os,

Hay crímenes que jamás se oi-vidan; crímenes cuyo recuerdoperdura al calor de las maldicio-nes que provocan,"de los anate-mas que merecen. La concien-cía popular herida por la consu-mación de un delito horroroso,vibra en imprecaciones que noacalla el transcurso del tiemponi la algarabía mei'cenariaque enpro del criminal se levanta cuan-do el criminal es poderoso.

A hacer más repugnante un\crimen contribuye la inmunidad idel delincuente. Los atentados1

oficiales marcan á este respectoabominables supremacías. Y e snatural; la expiación exonera alculpable del desprecio social y leallana el camino de la rehabilita-ción; la impunidad irrita los áni-mos y exacerba la general repro-bación.

Los crímenes del Gobierno im-presionan profundamente ala so-ciedad y son consignados por laHistoria en páginas indelebles.

Las descargas del 25 de Juniode 1879 que privaron de la exis-tencia á los excelsos liberales queen Veracruz personificaban el ci-vismo; esas descargas cuya si-niestra rspercución enloqueció áun malvado, Mier y Terán, y esimplacable torcedor en la con-ciencia de otro malvado; vibranaún. exitando protestas, provo-cando indignaciones. La sangrederramada el 2 de Abril de 1903,en Monterrey, para consagrarlas ambiciones de Bernardo Re-yes, se reflja en el horizonte denuestra Patria -con tonalidadesrojizas: su resplandores cada díamas vivido; á pesar de que evocaen nuestra mente doloroso re-cuerdo, bien puede ser aurora deredención.

Un nuevo atentado no menosodioso que los de Veracruz yMonterrey reclama coa imperio,destacante lugar entre los críme-nes de la Dictadura. Nos referimosal incalificable asesinato deque fue víctima el viril ciudada-no D. Andrés García en Xaltocan, Tlaxcala, el 5 de Febrero úl-timo.

En esta vez la Dictadura se hadespojado de los ropajes con que

"acostumbra" cubrir "sus ' cruel-dades y presentados^ tal comoes, brutal y imn-Uruosa. Nece-sario era para sus intere^e^ y pa-ra satisfacción de su soberb.a quedesapareciera el Sr.(rur^í«, in-cansable defensor de U-, c'a^eshumildes de T'a\ci'a r el Sr,García pagó con >u eM.-teucii suamor al desvalido, su M-.ior á lajusticia: fue inhumanamente ase-sinado, con festinación asombro-sa, en terrenos de su propiedad,á doscientos cincuenta metros desu hogar, donde momentos antesfuera aprehendido. Veintisieterurales comandados por AgustínGarcía consumaron el atentado.

Próspero Cahuantzi, el Gober-nador de Tlaxcala quien ordenóque el señor Andrés García fuerera sacrificado, con vileza inauditase ceba aún en su víctima: la calumnia y la escarnece: llama alseñor Garcí.t revoltoso y pertur-bador del orden pú!>'ico; y per-mite á sus órganos hediondos ElEsíado de Tía vraía y La AittiguaRepública que tcnenn la avilantezde acumular infectivas sobre lamemoria del a<eMnado: labormenguada que «-61o sirve paraevidenciar la depravado i de s-usautores.

Tamb'énosanloslibelos de Cahuantzi aseverar que al Sr. Gar-cía se le ap nó la 'it;y fuga" enmomentos en que trataba de es-caparse: aseveración que en ve/de disculpar el crimen, irrita por

su impudicia; pues es ptiblico ynotorio que están en la parte an-terior del cuerpo del occiso losorificios de los tres balazos que lecausaron la muerte: uno en la ca-beza, otro en el pecho y el otro en"la región abdominal. Además,tantos exacciones se han cometi-do bajo el amparo de la "ley fu-ga," tan desprestigiado está eseardid de la tiranía que nadie creeen el, ni de otro modo se le con-sidera que como un medio de queel Gobierno se vale para inmolará sus desafectos.

Lo que ya ninguno ignora, locierto, lo irrefutable es que el Sr.Andrés García por su virilidad, yhonradez cívicas tuvo el alto ho-nor de concitarse el odio de Ca-huantzi.

El Sr. García fue un luchadorde admirable pujanza que despre-ció e} peligro y se encaró al Po-der exigiendo justicia.

El año de 1897 Cahuantzi refor-mó en perjuicio del pueblo,la Leyde Hacienda del Estado impo-niendo la contribución predialque grava con el ocho al millaranualmente, á los terrenos cuyovalor no exceda de cien pesos.

Ante la aplicación de ese one-roso gravamen los forzados con-tribuyentes se resolvieron á ges-tionar lo conducente para quefuese derogado.

El veinte de Diciembre de 1899,según afirma la La Antigua Repú-blica, periódico oficioso, mil cientosesenta y ocho ciudadanos diri-gieron al Juez de Distrito un es-crito de amparo "contra el Art.Sode la Ley de Hacienda que sancio-na el impuesto predial. ___

El amparo fue denegado por elJuez de Distrito y por la impúdi-ca Suprema Corte de Justicia quedurante el reinado del Porfirismoha degenerado hasta convertirseen cortesana que por cálculo, porrefinado fingimiento suele pre-sentarse con rígida veste de ma-trona augusta, en momentos so-lemnes; aunque luego.las peripe-cias del indigno papel que desem-peñaba obliguen á exhibir repugnantes desnudeces.

El Sr. Andrés García repre-sentó á los demandantes en aque-lla época'y 'ftié de'elíós leal y" sin-cero director Su afecto inextin-guible á la causa del pueblo loarrastró á las prisiones y lo pu-so en peligro de muerte.

A pesar de la atentatoria deci-sión de la Justicia Federal, losciudadanos reducidos á la mise-ria por el exhorbitante impuestopredial á que hemos aludido, sepreparaban de nuevo á ejercitarsus derechos, á trabajar dentrode la Ley en beneficio de sus in-tereses.

Al efecto, haciendo uso de pre-rrogativas que la Constitución lesconcede, se reunirían en asan1.blea para deliberar acerca delasunto y para resolver que me-dios legales debían poner en prác-tica á fin de lograr que las auto-ridades competentes reconocie-ran sus derechos y abolieran es>agabeli ruinosa.

Cabiuntzi tuvo noticia fie esarcim.ón y ni instante ocurrió á HH-cerebro una idea siniestra: sacri-ficar al Sr. Andrés García áqtiien

\ por sus antecedentes de ciudada-no altivo podría atribuírsele lajefa. u:a del movimiento que »«.•iniciaba. Cahuantzi est^bi ;tn-

, sioso de venganza: la popularidadv tena/ oposición di*l m ñor Gar-cía lo tenían irritado, coléricoLa represalia rvÜosa halagabnt»u-« instintos y lo obsesionaba,(¡a- cía no sólo había luchado porl.i abolición di'l impuesto predial;sino que tomó también parte ac-

tiva en lá última eárhpanáVriti-re-cleccionista que tan dolorosos re-cuerdos dejó grabados en el almaentenebrecida de Cahuant2Í, Pa-ra qua los terribles odios de estefuncionario fueren saciados, tte»cesarío era el sacrificio del osadopaladín'del pueblo que sé; atrevíaá desafiarlo. La muerte del Sr.Andrés García fue decretada.Cahuantzt ordenó á su sabuesoAgustín García, Comandante delít Policía Rural del Estado,' quesé trasladara con su fuerza á SanMartín Xoltocan y fusilara á> lamayor brevedad para ejemplode los descontentos, al señor An-drés García, de quien se sospe-chaba en. los círculos oficiales qu,epatrocinaría, como otras -veces, álos ciudadanos víctimas de las ex-poliaciones del cacicazgo de Tlax-cala- - , • - 4 f. ;

La. orden fue cumplida conatroz encarnizamiento. El cadá-ver del Sr. García, acribillado ábalazos, rodó sobre el césped sal-picado de sangre acusadora.

Cahuantzi ríe satisfecho é iró-nico: satisfecho por el éxito desu empresa, por el triunfo de susoberbia; irónico porque hasta élllega el rumor de las acusacionesque la estulticia eleva hasta elGral. Díaz en demanda de castigopara los culpables. La satisfac-ción de Cahua,ntzi es infundada,será fugaz: el primer triunfo denuestra soberanía, el primer sa-cudimiento del Derecho, la troca-rá en dolor acerbo, en letal an-gustia. La ironía de Cahuantzies lógica: no será Díaz quien cas-tigue á su amigo, á su cómplice.

Los asesinos del Sr. García se-rán absueltos por la Justicia (?) ypremiados por el Gobierno; peroel pueblo jamás olvidará ese» ul-traje sangriento, ese crimen ho-rrendo que ha venido á agitar losnubarrones de odios y de protes-tas, que tempestuosos se aglome-ran en torno de la Dictadura.

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