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ESTUDIOS De la persecucion al entusiasmo Notas para el estudio de la espiritualidad espafiola en la década de los afios cuarenta Pretendemos dar una visiôn general de la vida cristiana en Espafia durante la década de los afios 40. No es nuestro intento ofrecer una va- loraciôn objetiva de la misma, ni compararla y encuadrarla dentro de la espiritualidad catôlica de esos afios. Lo creemos demasiado aventurado para pretenderlo. Aun en la visiôn general que ofreceremos nuestro co- metido es mâs abrir ciertas pistas que dar valoraciones y conclusiones. I. ANTECEDENTES La vida cristiana de los afios 1940-1949 no se explica suficientemen- te si no se tiene en cuenta la guerra espafiola de 1936-1939. Esta, a su vez, serîa inexplicable sin el perîodo de la segunda repûblica espafiola que le precedi6. La Segunda Republica espafiola El 14 de abri! de 1931 se proclamaba la Segunda Repûblica espafio- la. El régimen poIltico republicano nada tiene en principio contra la doc- trina catôlica. De hecho la Iglesia espafiola, a pesar de sufrir vejaciones y persecuciôn, inculc6 el acatamiento y colaboraciôn con los poderes de la Repûblica. Pero los acontecimientos que se sucedieron no fueron tan halagüefios como hubiera podido esperarse. La quema de conventos e No llevaba un mes de existencia la Repûblica cuando se comenz6 (mayo 1931) la quema de conventos. Madrid, Câdiz, Mâlaga, Sevilla, Murcia, Valencia, Alicante, fueron tes- tigos de tan vandâlicos hechos ante la actitud pasiva, en general, de las

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ESTUDIOS

De la persecucion al entusiasmo

Notas para el estudio de la espiritualidad espafiola en la década de los afios cuarenta

Pretendemos dar una visiôn general de la vida cristiana en Espafia durante la década de los afios 40. No es nuestro intento ofrecer una va­loraciôn objetiva de la misma, ni compararla y encuadrarla dentro de la espiritualidad catôlica de esos afios. Lo creemos demasiado aventurado para pretenderlo. Aun en la visiôn general que ofreceremos nuestro co­metido es mâs abrir ciertas pistas que dar valoraciones y conclusiones.

I. ANTECEDENTES

La vida cristiana de los afios 1940-1949 no se explica suficientemen­te si no se tiene en cuenta la guerra espafiola de 1936-1939. Esta, a su vez, serîa inexplicable sin el perîodo de la segunda repûblica espafiola que le precedi6.

La Segunda Republica espafiola

El 14 de abri! de 1931 se proclamaba la Segunda Repûblica espafio­la. El régimen poIltico republicano nada tiene en principio contra la doc­trina catôlica. De hecho la Iglesia espafiola, a pesar de sufrir vejaciones y persecuciôn, inculc6 el acatamiento y colaboraciôn con los poderes de la Repûblica. Pero los acontecimientos que se sucedieron no fueron tan halagüefios como hubiera podido esperarse.

La quema de conventos e iglesia~. No llevaba un mes de existencia la Repûblica cuando se comenz6 (mayo 1931) la quema de conventos. Madrid, Câdiz, Mâlaga, Sevilla, Murcia, Valencia, Alicante, fueron tes­tigos de tan vandâlicos hechos ante la actitud pasiva, en general, de las

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autoridades. Siguen los incendios en 1932 y cobraron nuevo auge en As­turias en la revoluci6n de octubre de 1934, donde a los templos destrui­dos se anadiô el asesinato de treinta y cuatro clérigos. Nueva oleada de incendios durante los meses deI gobierno deI frente popular en los meses de 1936 1• Junto a los incendios hay que colocar otros muchos actos de profanaciôn y saqueos.

La Constituci6n de 1931 y legislaci6n subsiguiente. Son alecciona­dores los testimonios de Alcalâ Zamora y de Gil Robles. SegUn el pri­mero, en la Constituci6n de 1931 el derecho de los catôlicos sufre sen­sibles limitaciones. En su intervenci6n con ocasi6n deI debate sobre el artîculo 26, dijo: "Una merma evidente deI derecho de elegir profesi6n; restricciones en la garantîa de propiedad; mutilaciôn en el derecho de en­senar; merma en los derechos de reuniôn y asociaciôn y, en definitiva, se hace patente un desconocimiento de la prâctica deI cuIto y de la reli­giôn" 2. Gil Robles, en la revisi6n que plantea de la Constituciôn, quiere una "Constituciôn ûtil, no coma la actual, que no se ha podido aplicar desde el primer momento por sectaria, pOl' contraria al espîritu espaîiol, pOl' antipatri6tica, pOl' persecutoria, pOl' cobarde" 3. La legislaciôn sub­siguiente 10 demuestra.

Descristianizaci6n de las masas. Escribîa el P. Nevares en 1930: "Lo que pasa, y esto es muy lamentable, es que los obreros de las gran­des ciudades y centros industriales se hallan sumidos en profunda igno­rancia religiosa, abandonados y con deficiente cultivo espiritual y social: no hago responsable a nadie, pero es evidente que no se puede atender a la educaciôn cristiana de las familias obreras en parroquias de 20.000 a 70.000 feIigreses"4 La propaganda y los acontecimientos de los aîios si­guientes ahondaron sin duda esa lacra de la ignorancia religiosa. A la descristianizaciôn contribuyeron, ademâs de 10 dicho, la pornografia y la irreligiôn, la hostilidad a la Iglesia, el programa de ateizaci6n progresiva 5.

1 Historia de la cruzada espanola, dirigida por JOAQuiN ARRARAS IRIBARREN, vol. l, Madrid, 1939·1940, pp. 307·357, 584; vol. II, Madrid, 1940, pp. 444, 447, 465, 469, 489, 493·494, 515, 522, 525; ANTONIO MONTERO, Historia de la persecuci6n religiosa en Espana. 1936·1939, Madrid, 1961, pp. 21 ss.

En nuestro estudio usaremos de ciertas siglas; Ecl"" Ecclesia, 6rgano de la Direcci6n Central de la Acci6n Cat6Jica Espanola, Madrid, 1941

y siguientes. Se cita con ano, tomo dei ano y pagina. Espasa"" Espasa, Suplemento anual, 1940·1941, Madrid, 1958; Espasa, Suplemento anual,

1942·1944, Madrid, 1958; Espasa, Suplemento anual, 1949·1952, Madrid, 1955. A continuaci6n se citan los anos deI suplemento y la pagina.

DHEE "" Diceionario de historia eclesidstica de Espana, dirigido por Q. ALDEA' J. VIVES' T. MARiN, dos vois., Madrid, Instituto Enrique Fl6rez, 1972.

2 Historia de la cruzada, vol. l, P. 400. 3 Ibid., vol. II, p. 368 4 En MONTERa, o. c., p. 21. 5 Cfr. MONTERa, o. e., pp. 34·41.

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La guerra de 1936-1939, y la persecucion religiosa

En la guerra, aparte de otros factores, hubo uno de caracter ideo16-gico religioso, 10 que le mereci6 el nombre de Cruzada. Escribe Comellas: "La reacci6n defensiva de la poblaci6n cat6lica, la gran mayoria deI pais, frente a la politica antirreligiosa de la Republica en el periodo 1931-1933, y en 1936 desde la victoria deI Frente Popular, constituy6 un factor de decisiva importancia, hasta el punto de que si no se tiene en cuenta, resul­ta cientificamente imposible una adecuada comprensi6n deI hecho hist6-rico deI Alzamiento" 6. Existe en ella el convencimiento de que la guerra tiene un fondo religioso. Lo patentiza la movilizaci6n desde los primeros momentos de voluntarios que se prestaban a luchar en la zona nacional bajo el lem a de "Por Dios y por Espana"; la aparici6n espontânea de esa misma idea en la prensa de divers as ciudades, cuando aun no habia orga­nizada ninguna conexi6n ni servicio de propaganda; la persecuci6n en la zona republicana contra las personas y las cosas eclesiasticas, 0 contra los simples creyentes y la incautaci6n espontânea de los templos por las mili­cias rojas, mencionada por el gobierno, ocurridas dUl'ante los primeras dias, sin que puedan explicarse coma reacci6n a 10 que ocurria en la zona naciona1 7•

Como ocasi6n de la guerra se desencaden6 una sangrienta persecuci6n religiosa en la zona republicana. "Como indice de una ideologia persecu­toria, resuIta especialmente significativa la sana en la destrucci6n de tem­plos, imagenes, signos y objetos de cuIto ( ... ). S6lo de templos saqueados, incendiados 0 arrasados se pueden calcular en cifras aproximadas hasta 20.000 8• "La persecuci6n cruenta se consum6 por espanoles, bajo la tole­ranci a, la impotencia y, frecuentemente, la consigna explicita de autorida­des detentadoras deI poder en un pais tradicionalmente cat6lico. El hecho evidencia una apostasia previa de amplios sectores deI pueblo espafiol. Sus antecedentes mas inmediatos se encuentran en la ideologia determi­nante de la Republica espafiola; pero son fruto de una constante antirre­ligiosa y anticlerical incubada en Espafia desde las Cortes de Cadiz (1812)" 9.

Por nuestra parte hagamos resaltar dos hechos: 1.0 La muerte en la zona republicana de muchos espafioles cat6licos por el hecho de ser ca-

6 J. L. COMELLAS GARCIA-LLERA, Guerra civil espaiîola (1936-1939), en Gran Enciclopedia Rialp, t. II, Madrid, 1972, p. 432. Cfr. Carta coIectiva deI Episcopado espafioI a los obispos deI mundo entero (l-VII-1937), en MONTERO, o. c., pp. 726-741; Carta de Pla y DenieI, 28 agosto 1945, en Raz6n y Fe, t. 132 (1945), pp. 463-467. Sobre la Carta coIectiva cfr. Centro de informaci6n cat6Iica internacionaI, El mundo cat6lico y la Carta colectiva dei episcopado espaiîol, Burgos, Ediciones Rayfe, 1938.

7 V. PALACIO ATARD, La guerra de Espaiîa (1936-1939), en DHEE, II, pp. 1184-1185. B J. ORD6NEZ MARQUEZ, Persecuci6n religiosa -en la citada guerra-, en Gran Enciclopedia

Rialp, I. c., p. 436. 9 Ibidem. Para todo este probIema cfl'. MONrERO, O. c.

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t6licos, aureolada razonablemente por la zona nacional con caracteres martiriales. 2.° El heroismo deI cristianismo que vivi6 oculto durante el tiempo de la contienda en aquella zona.

Consecuencia. En el terreno moral, la lucha fratricida con sus inelu­dibles desafueros fue causa de divisi6n y odio. En el terreno material y hu­mano, motiv6 un mayor empobrecimiento con sus destrucciones y pérdi­das materiales y las deudas contraidas. A esto hay que aîiadir la dismi­nuci6n deI personal eclesiastico coma consecuencia de las matanzas de que fue objeto, disminuci6n que agravaba el problema ya sentido durante el periodo republicano deI descenso de vocaciones.

La guerra provoc6 un ansia de renovaci6n a la par que termin6 con muchos males que aquejaban al pais. Efervescencia religiosa y cristiana, inquietudes espirituales y apost6licas brotan coma incontenibles. La paz duradera instaurada cre6 un clima propicio para el trabajo y para la vida y actuaci6n cristiana.

II. OTROS FACTORES

Media década de la que nos ocupamos estuvo lacerada con el azote de la guerra mundial (1939-1945). Este hecho tuvo especiales repercusio­nes sobre Espaîia que, si bien se qued6 al margen deI conflicto, no pudo sustraerse deI todo a él y a sus consecuencias. Las mas inmediatas fueron la falta de ayuda exterior para su reconstrucci6n material y el aislamiento humano, intelectual y espiritual. La emigraci6n exterior hacia Europa es practicamente nula en estos aîios y no cabe ni nombrar el turismo 10. En la vida interior espaîiola Madrid comienza a industrializarse y se convierte en centro de inmigraci6n, con la que se agrava el problema del suburbio 11.

No podemos, sin embargo, olvidar los alientos que deI Vaticano vienen. Primero, con la aceptaci6n deI nuevo régimen y el estimulo a seguir ade­lante en la empresa emprendida de reconstrucci6n material y espiritual de Espaîia, y segundo, con los llamamientos a colaborar en la soluci6n justa deI conflicto reinante y a una v,ida cristiana mas auténtica.

Tenninada la guerra mundial, Espaîia se vio sometida a cerco diplo­matico y econ6mico que por fin logr6 romper (el desbloqueo cOInienza ya en 1947), pero que vina a agravar los problemas anteriores, si bien dio ocasi6n al fortalecimiento -en algunos aspectos- de las virtudes deI pueblo espaîiol, austero y abnegado, generoso y heroico, y a la afirmaci6n de si mismo y de su propio destina 12. En los ultimos aîios de la década ,

10 Sobre la migraci6n espanola transoceanica cfr. Gufa de la Iglesia Espaiiola, ano 1 (1954), p. 763. Para la situaci6n de Espana, cfr. resumida en Nueva historia universal, t. 6, Barcelona, Editorial Marin, 1969, p. 388.

11 TERESA GoMILA, en J. VILA VALENTf, etc., Geogratia de Espaiia, l, Barcelona, 1972, pp. 133-134.

12 Cfr. Alegato deI !lustre Colegio de Abogados de Madrid impugnando los j'ecientes acuer­dos adoptados contra Espaiia en la O. N. U., en Raz6n y Fe, 135 (1947), pp. 356-372.

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el aislamiento fue disminuyendo y se hizo notar claramente su influjo en las nuevas formas que chocaban con el concepto tradicional de moralidad 13.

La voz deI papa y los acontecimientos posteriores siguen influyendo: las calamidades de la posguerra (recuérdese la acogida de los ninos austrîa­cos), la persecuci6n religiosa en los paises comunistas, el problema de Pa­lestina, la campana contra el Papa, avivaron el sentimiento de catolicidad y de adhesi6n al Vicario de Cristo 14. Esta adhesi6n se exterioriz6 también con ocasi6n deI jubileo episcopal de Pio XII y en la celebraci6n anual deI dia deI Papa.

III. EL NUEVO ESTADO

El nuevo Estado se declara confesional y cat6lico, y pretende la re­construcci6n total de Espana no s610 material, sino también espiritual, dis­puesto a colaborar en este ûltimo campo con la Iglesia. "La profesi6n y pnictica de la Religi6n Cat6lica, que es la deI Estado Espanol, gozarâ de la protecci6n oficial" (art. 6 deI Fuera de los Espanoles). El Jefe del Esta­do 10 declar6 en infinidad de ocasiones. "Nuestra polîtica se apoya en estas tres verdades: primero, en los principios de la ley de Dios, indiscutibles para cuantos nos llamamos cat6licos; segundo, en el servicio de la Patria, inseparab1e de la existencia de la prapia nacionalidad, y tercero, en el bien general de los espanoles, postulado indeclinable de toda polîtica" 15. "No es un Estado caprichoso el que sali6 de nuestra Cruzada, sino un Estado Cat6lico, eminentemente social, constituido sobre la base de cuanto nos une, en el que todos los espafioles son iguales ante la ley y tienen acceso a los puestos deI Estado, que por considerar al hombre como portador de va10res eternos ampara su libertad y 10 dignifica.

El inspirar un sentido cat6lico todas las actividades deI régimen es peculiaridad que nos caracteriza y que no permite que se nos confunda. Nuestras leyes y disposiciones estân impregnadas deI mismo espiritu cat6-lico que anim6 a Espana en las grandes empresas de su historia, que pro­claman la generosidad sin lîmites de un pueb10 que se funde con las razas que civiliza, sin par en la historia de las colonizaciones. Este sentido cat6-lico que a1umbra toda la vida espanola es la mâs s6lida garantia para los gobernados contra la arbitrariedad 0 los excesos, siempre posibles, deI poder" 16.

La confesionalidad deI nuevo Estado se considera un gesto de fideli­dad a la doctrina cat6lica y a la verdadera tradici6n espanola. "La gran­deza y la decadencia de Espana coincide siempre con la uni6n 0 el

13 Cfr. N. TIBAU, Ambiente de colonias veraniegas, en Ecl, 1947, 2, pp. 264-277. 14 Cfr. Discurso de Pio XII al Embajador de Espaiia, 12 diciembre 1948, en Ecl, 1948, 2,

p. 677. 15 Medina de! Campo, 29-V-1942: Pensamiento politico de Franco. Antologia. Se!ecci6n y

sistematizaci6n de textos por AGUSTfN DEL Rfo CISNEROS, Madrid, 1964, p. 116, n. 169. 16 Ibidem, pp. 139-140, n. 222.

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divorcio de 10 espiritual y de 10 nacional" 17. Por el Concordato de 1953 quiso "asegurar una fecunda colaboraciôn para el mayor bien de la vida religiosa y civil de la naciôn espaîiola" 18. Las relaciones con la Iglesia son de convivencia y cooperaciôn sinceras y animosas. Era 10 que entonces era tenido como postura ide al segûn los manuales de derecho pûblico y la doctrina eclesiolôgica de las dos sociedades perfectas 19.

IV. Los CATÔLICOS EN EL NUEVO ESTADO

Los catôlicos se encuentran en la nueva situaciôn con una vuelta a las tradiciones patriôticas y religiosas de la Naciôn. De donde surge un catolicismo comprometido, consciente, explicita y simultaneamente, con 10 patriôtico y con 10 religioso en mutuo reforzamiento. Se insiste en el servicio a Dios y el servicio a la Patria 20. Este volver los ojos hacia 10 tradicional encontraba, camo es lôgico, su punto mas acusado en el periodo de esplendor nacional. Este periodo, aunque abarcô bastante de la contra­rreforma, fue también anterior a ella. POl' otra parte, esto no suponia rom­per con 10 que se juzgaba aprovechable de atras épocas, ni se quedaba en un pUIO recuerdo contemplativo, estético y romantico de 10 pasado, sino que 10 proyectaba hacia la situaciôn presente con el fin de unir armo­niosamente tradiciôn y progreso. Era coma un volver a las fuentes. (Esto no quit a el que se silenciasen personajes que teniendo valores positivos, se consideraba su recuerdo y exaltaciôn contraproducente por sus aspec­tos negativos.) El catolicismo espaîiol se cree fiel a las directrices de la Iglesia y quiere marchaI' por ellas y aportar su colaboraciôn a la soluciôn de las necesidades deI mundo contemporaneo 21. En este tiempo abundan las conmemoraciones jubilares y centenarias y en ellas encuentra una reafirmaciôn de si mismo 22. Este catolicismo cree en la realidad de cris-

17 Discurso en la clausura del II Consejo Nacional dei Frente de Juventudes, en Ecl, 1942, p. 971.

18 Franco ante las Cortes, 26·X-1953: Pensamiento ... , pp. 142-143, n. 228. Cfr. también nu­meras 230, 232, 239, 807, etc.

19 Cfr. también Carta pastoral deI obispo de Teruel sobre La politica y los cat6licos, ex­tracta en Ecl, 1948, l, p. 118; la deI obispo de Pamplona, sobre La Iglesia y la Patria, extracto, en Ecl, 1948, 2, pp. 345-346; Y la deI obispo de Astorga sobre La restauraci6n cristiana del orden politico, extracto, en Ecl, 1949, 1, pp. 509-510.

20 Cfr. Ecl, 1942, pp. 364, 317, 471, 474, 475-476, 679, 748; 1943, 2, pp. 154-155; 1946, 1, pp. 496, 514.

21 Con esta ya queda indicado en alguna manera nuestro pensamiento sobre la que dice O. GONzALEZ DE CARDEDAL referente e este periodo que estudiamos (cfr. Elogio de la encina. Existencia cristiana y fidelidad creadora, Salamanca, Slgueme, 19732, pp. 390-393.

22 Algunas, sin duda, de gran significaci6n para la naci6n, e incluso para reafirmar su trayectoria espiritual: F. de Vitoria, San Juan de la Cruz, Trento, Suarez, Balmes, San José de Calasanz, 0 el milenario de Castilla. José Luis Pinillos apuntaba hacia el peligro que puede traer esto: quedarse en palabras y en exhibici6n oratoria, en farisefsmo intelectual. La vida cultural -y 10 mismo praporcionalmente se diga de otros aspectos de la actividad humana, anadimos- no se nutre de apariencias, se vive ante todo en la intimidad, en el trabajo profe­sional cumplido a conciencia (Cr6nica cultural espanola: Arbor, 11, 1948, pp. 147-149). Cr6nicas de las principales efemérides centenarias, etc., de los anos que nos ocupan pueden verse en los suplementos de estos anos de Espasa.

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tiandad y aspira a ella. En ultima instancia se trataria de instaurar el rei­nado de Cristo en la sociedad entera. Creemos ver también en él un fondo de cruzada y de mesianismo religioso que podriamos denominar de hispa­nidad. Por otra parte, se creyô incomprendido en el extranjero -yen parte fue asi-, objeto de ataques injustos y de falsas acusaciones 23.

V. LA IGLESIA

Pio XI, dirigiéndose a los espanoles presentes en Caste1gandolfo (sep­tiembre 1936), mandô, por encima de toda consideraciôn politica y mun­dana, su bendiciôn de modo especial a cuantos se habÎan impuesto la difέcil Y peligrosa tarea de defender y restaurar los derechos y el honor de Dios y de la Religiôn, que es decir los derechos y la dignidad de las concien­cias, condiciôn primera y base mas sôlida de todo bienestar humano y civil 24. Su suces or Pio XII trazaba el camino que habia de seguirse y alen­taba a caminar por él. En abril de 1939 decîa: "el sano pueblo espafiol, con las dos notas caracterÎsticas de su nobilisimo espiritu, que son la gene­rosidad y la franqueza, se alzô decidido en defensa de los ideales de fe y civilizaci6n cristianas, profundamente arraigados en el suelo fecundo de Espafia; y ayudado de Dios, "que no abandon a a los que esperan en El" (Judit 13,17), supo resistir al empuje de los que, enganados con 10 que creÎan ideal humanitario de exaltaci6n deI humilde, en realidad no luchaban sino en provecho del ateismo.

Este primordial significado de vuestra victoria Nos hace concebir las mas halagüefias esperanzas, de qùe Dios en su misericordia se dignara con­ducir a Espafia pOl' el seguro camino de su tradicional y catôlica grandeza; la cual ha de ser norte que oriente a todos los espafioles, amantes de su Religiôn y de su Patria, en el esfuerzo de organizar la vida de la N a­ciôn en perfecta consonancia con su nobilîsima historia de fe, piedad y civi­lizaci6n cat6licas" 25. En diciembre de 1942: "Espafia, en este momento culminante de la historia deI mundo, tiene, sin duda ninguna, una misi6n altisima que cumplir; pero solamente sera digna de ella si logra totalmente encontrarse de nuevo a si misma, en su espiritu tradicional y cristiana y en aquella unidad que s610 sobre tal espiritu puede edificarse.

Nos, Sr. Embajador, alimentamos par 10 que se refiere a Espafia un solo deseo: verIa una y gloriosa, alzando en sus manas poderosas una

23 afr. Intervenei6n de la delegaci6n espaiiola en los eongresos de Newman y Pax Romana, en Londres, 20-24 y 25-30 de agosto de 1945: Eel, 1945, 2, pp. 233-234, 243-244; Z. DE VlzeARRA, Indignos ataques a la Iglesia espaiiola. La supuesta mutilaei6n de la Biblia, en Eel, 1948, 1, pp. 429-431; idem, Falsa visi6n politiea de la Iglesia espaiiola y de su Acei6n Cat6lica. Notas a un libro reciente de E. J. Hughes, en Ecl, 1947, 2, pp. 483-486; La prostituci6n dei testimonio, en Raz6n y Fe, 132 (1945) 609-613; Nuestra hora, ibidem, 134 (1946) 5-8; E. PLA y DENIEL (cfr. no­ta 6), pp. 464-465; a. BAYLE, S. J., Un corresponsal extranjero y unas teor/as, en Raz6n y Fe, 136 (1947) 249-260.

24 afr. AAS, 28 (1936), p. 380. 25 Radiomensaje, 16-IV-1939: AAS, 31 (1939), p. 152.

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Cruz, rodeada por todo ese mundo que gracias principalmente a ella pien­sa y reza en castellano; y proponerla después coma ejemplo deI poder res­taurador, vivificador y educador de una fe en la que, después de todo, he­hemos de venir siempre a encontrar la solucion de todos los problemas" 26.

Como hemos indicado, las relaciones entre la Iglesia espafiola y el nue­vo régimen fueron estrechas desde el principio. Recibieron refrendo oficial con el Concordato de 1953.

La Iglesia no se considero por ello enfeudada. Pla y Deniel, primado de Espafia, escribîa en 1945, al terminar la guerra mundial: "hemos de reconocer que en general desde muchos siglos no se habîa reconocido teo­ricamente y prâcticamente la independencia de la Iglesia, coma por el actual Gobierno" 2:7.

VI. RAClA UNA RECONSTRUCCIÔN ESPIRITUAL

La lucha y el triunfo contra los enemigos de Dios removio en muchos su religiosidad y suscito un ansia de espiritualidad y de reconstruccion es­piritual en la vida de la nacion. Las ruinas y necesidades materiales urgîan una reconstruccion material; la ideologîa, la legislacion, la propaganda atea y el alejamiento de la Iglesia deI anterior periodo, al igual que las heridas morales y espirituales causadas por la contienda nacional 0 con ocasion de ella, exigian una reconstruccion espiritual. Se necesitaba deste­rrar la ignorancia religiosa, contrarrestar el envenenamiento de muchos, di­sipar prejuicios y recelos 28, inculcar el perdon, fomentar la caridad, la union y la justicia social, luchar contra la inmoralidad, informar la vida social y la vida privada de un auténtico espîritu cristiano.

Aunque no llego a colmar los deseos nacidos en muchos un tanto in­genuamente, no cabe duda de que se lograron notables conquistas.

1. Resortes espirituales

La idea de Cruzada y de Hispanidad. Dos ideas peculiares encontra­mos como impulsoras de esta labor de reconstruccion: la de cruzada espi­rltual y la de hispanidad en su contenido catolico y universalista. Digo pe­culiares para indicar que no se exclu yen otras motivaciones concomitantes e incluso mâs intimas, pero no tan aptas para caracterizar esa tension espi­ritual en sus circunstancias concretas y existenciales.

En épocas pasadas se han perdido de alguna manera para el catolicis-

26 Discurso al embajador de Espana Sr. D. Domingo de las Bc!rcenas: 17-XII-1942 en AAS, 43 (1942), p. 373.

27 L. C., p. 465. 28 Cfr. Cuatro pilares deI proselitismo, en Raz6n y Fe, 130 (1944), pp. 183-186, donde cruda­

mente se describen los obstaculos que en este terreno han de vencerse en Espafia.

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ma unos terrenos y unos campos humanos, antes fieles a él. Hay que re­conquistarlos de nuevo para Cristo. Es, a su modo, una continuaci6n en 10 espiritual, de la cruzada. Al terminar la guerra comienzan nuevas bata­lIas que ganar en el campo deI espiritu 29. Esta batalla se entabla en el orden sociol6gico y en el orden individual personal.

La idea de hispanidad cat6lica ofrece perspectivas mas amplias. Es­pana, defensora deI catolicismo, ha de vivirlo, pero ademas ha de proyec­tarlo 30. Es su destino de catolicidad. La misma Cruzada tuvo en este sen­tido un aspecto eminentemente hispanico, al defender y luchar por los valores deI catolicismo. Se escribia en 1941: "La misi6n altisima de Espa­na de crear la reserva moral y el fermento religioso que va a ser indispen­sable al mundo que se avecina, es sentida con c1aridad y responsabilidad por muchos espanoles, y de los que mas pueden, y la proyectan con senti­do justo sobre la hermandad de naciones hispanicas. El dinamismo progra­matico y entraîiable de nuestro movimiento nacional, en esa fuente sagra­da se alimenta y de ella recibe una dignidad hist6rica incompatible con acolitazgos y venalidades deformadores" 31. En 1942, el famoso autor de la Idea de la Hispanidad: "Espana no puede salir al mundo sino coma na­ci6n cat6lica", "la humanidad presente, que visiblemente vuelve a Dios su rostro acongojado y contrito, prepara, sin duda, a la idea hispanica en el mundo y en la historia, nuevas y fecundas ocasiones de acci6n y de itrunfo" 32.

En 1947, José M. Echenique consideraba como campo de la hispani­dad, el de las Misiones Cat6licas, donde encuentra su plena expansi6n 33.

Ese mismo ano, Rafael Calvo Serer, de cara a Europa, afirmaba: "la tra­dici6n cat6lica espanola adquiere (en esta hora) su valor coma aportaci6n basica para los nuevos esfuerzos de reconstrucci6n: la cuItura espanola de la Contrarreforma -el humanismo espanol- ha de ser utilizado por el hombre contemporaneo, camo el humanismo grecolatino 10 fue por los

29 Cfr. Relaci6n de las conlerencias dei P. SilVestre Sancho, O. P., en Ecl, 1941, n. 20, pp. 10·11.

30 Cfr. texto de Plo XII citado anteriormente. 31 Regeneraci6n automatica, en Raz6n y Fe, 124 (1941), p. 6. Cfr. también J. P. L6PEZ, Ecl.,

1941, n. 17, p. 12. En 1942: «La Hispanidad no puede faUar al mundo. El mundo la necesita como Dios la hizo y la qUiere: defensora incansable de los altos y desinteresados valores espi· rituales, humana, generosa, cristiana. Nos consta que esta esperanza es uno de los mayores consuelos deI Padre augusto de la Cristiandad en medio de tantas angustias)) (XXX, La his· panidad ahonda, en Raz6n y Fe, 126 (1942), p. 458). Este mismo ano la revista Ecl afirmaba que el fin hist6rico de la naci6n espanola es dilatar el reino de Dios (1942, p. 507).

32 M. GARCfA MORENTE, El elemento religioso en la lormaci6n de la nacionalidad espanola y de la hispanidad, en Ecl, 1942, p. 979. Cfr. también Ideas para una liloso/ia de la Historia de Espana, Madrid, Rialp, 1957, pp. 237·308. El Nuncio apost6lico en Madrid decfa a los espa· noies: «Sufrir, luchar, orar y extender el reino de Dios debe ser también [coma 10 ha sido en el pasado] vuestro anhelo y vuestro programa en esta hora de tremendas responsabiIidades)) (C. CICOGNANI, Discurso en la clausura de las Semanas de Estudios Superiores eclesiasticos, Madrid, en Ecl, 1942, p. 953. C. Fraile hacla notar, por su parte, que la hispanidad tiene tres notas caracterlsticas: es universalista, es expansiva y misionera, es sobrenaturalista, e. d. teo· 16gica (cfr. G. FRAlLE, Catolicismo e Hispanidad, en La Ciencia Tomista, 64 (1943) 101·128).

33 J. M. ECHENIQUE, Nueva delensa de la hispanidad, en Ecl, 1945, 2, p. 250.

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hombres deI Renacimiento cuando pretendieron erigir frente al Medievo una nueva cultura" 34. Dos aîios mas tarde concretaba una triple tarea: actualizaci6n de los ideales espaîioles, reconquista espiritual de Espaîia, afirmaci6n de la misi6n colectiva de Hispanoamérica para superar la crisis deI mundo 35.

El catolicismo espaîiol, conforme con su tradici6n, sigui6 dando gran importancia a la fe y a la verdad objetiva, aunque, coma veremos, sin olvidar otros aspectos 36.

Recuerdo vivo de los martires. Otro factor estimulante dei catolicis­mo espaîiol en estos aîios es el recuerdo y el ejemplo de los martires de la Cruzada. Sobre todo en los primeros aîios. Se rinden homenajes a su memoria y se celebran dias de exaltaci6n; se les erigen monumentos, se in­troducen sus causas de beatificaci6n; se alude a su valor y fideIidad, a que su sangre no habria sido derramada en vano 37. Se escriben monografias de su martirio 38.

34 Una nueva generaci6n espaiiola, en Arbor, 8 (1947), p. 343. 35 R. CALVO SERER, Del 98 a nuestro tiempo. Valor de contraste de una generaci6n, en

Arbor, 12 (1949), p. 33. Para este tema, cfr. también: P. MESEGUER, El anticomunismo cons­tructivo y la hispanidad, en Raz6n y Fe, 135 (1947) 486-499; C. SAENZ DE SANTA MARiA, Hispa­nidad y germanismo, en Raz6n y Fe, ibidem, pp. 147-150; R. PATTEE, Misi6n de Espaiia en la cristiandad, en EcI, 1949, 2, p. 430.

36 R. RICARD, Aigunos caracteres dei catolicismo jrancés comparados con los dei espaiiol, en Arbor, 12 (1949) 53-60. J. L. PINILLOS, a prop6sito de la comprensi6n franco-espafiola, escri­bia: «De todas formas, los diâlogos de buena vecindad son siempre aprovechables. Pueden servirnos a los espafioles para rumiar a solas algunas duras verdades. Asi, la de nuestro amor a la verdad objetiva nos lleva con demasiada frecuencia a despreciar la realidad subjetiva dei hombre, tan importante como cualquier otra realidad; si, la de la intransigencia de las con­vicciones impide a menudo la convivencia de los corazones» (Cr6nica cultural espaiiola, en Arbot, 12 (1949), p. 133). Se ha notado, a su vez, a prop6sito de la libertad religiosa: «El ver­dadero avance dei Concilio [Vat. III consiste en que antes se hablaba de tolerancia religiosa basada en la diferencia entre la verdad y el error: la verdad cat6lica es la verdadera y las demas se toleran como mal menor. Hoy, pOl' el contrario, aun afirmando la verdad de la religi6n cat6lica, el planteamiento dei problema es distinto: se atiende prevalentemente a la dignidad de la persona, esté 0 no esté en la verdad; se proclama que es un derecho natural dei hombre el no sel' coaccionado en su profesi6n de fe, sea ésta verdadera 0 no; y que este derecho natural ha de sel' sancionado pOl' el ordenamiento civil» (T. RINCON PÉREZ, El Estado ante el jen6meno religioso, en J. M. GoNzALEZ DEL VALLE - TOMAS RINCON, Iglesia-Estado y con­ciencia cristiana, Madrid, 1972, p. 88); M. LEGENDRE, Espiritualidad jrancesa, espiritualidad espaiiola, en Verdad y Vida, 1 (1943) 391-400; W. BEINHAUER, La metrijora religiosa en el espaiiol hablado, en Verdad y Vida, 4 (1946) 138-155.

37 Cfr. EcI, 1942, pp. 677-679, 690, '702, 704, 716, 748, 796; 1943, 1, p. 126; 2, p. 154, 565 ... En la Proclama a los peregrinos aparece: «Se han abierto los rosales de la paz. Arriba, un camino en blanco. Abajo, el sendero aspero que hay que abrir para el mundo. El camino se abre de nuevo ante nosotros. Arido. Espinoso. Con blancura de pureza. Florecido con las rosas berme jas de nuestros martires. jEn pie los que sentis el ansia apost6lica de Dios! Es precisa continuar la jornada. jCon el alma encendida! jCon el coraz6n puro! jHacia Santiago! jHacia Santiago! Supimos ganar a Dios en la guerra. Con generosidad. Prontos al sacrificio. Ganémosle ahora en la paz. jUltreya! jHacia Santiago! Siempre hacia Santigo. Cuando rezamos. Cuando sufrimos. Mientras trabajamos. Mientras nuestro coraz6n esparce la Semilla Divina. Ahora, maS que nunca, preparemos el camino. Con un mismo sentir, con un mismo querer, con un mismo obrar. Adelante. Unidos en una misma comuni6n con los que nos precedieron, con los que triunfaron, con los que llegaron a Santiago. Con el alma pura como el camino que ante nosotros blanquea. Con el mismo espiritu de aquellas vigilias de los frentes ... Pon­gamos en ella el mismo espiritu que pusieron nuestro martires. Espiritu de generosidad. De franqueza. El mundo espera nuestra labor. 'La mies es abundante. Pocos los operarios .. .' jNo importa! jUltreya! jHacia Santiago, 'Hijos dei Trueno'» (en Ecl, 1943, 2, p. 159).

38 Cfr. MONTERO, O. c., pp. XXVII-XXXIII: «Libros relacionados con la persecuci6n reli­giosa».

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2. Legislaci6n cat6lica 39

En la obra legisladora deI Gobierno espafiol se advierte por un 1ado la preocupacion por abrogar todo 10 vejatorio para la Iglesia y contrario al derecho canonico, y por otro, el interés por dar sentido positivo catolico a la nueva legislacion. Este sentido cristiano se proyecta en multiples cam­pos: la familia, la ensefianza, 10 social, la tutela e incremento de la pu­blica moralidad 40. Enjuiciando la ensefianza religiosa en la Universidad, constataba en 1949 la revista Razon y Fe que el fruto obtenido habia sido exiguo en comparacion deI que debia ser y, en ocasiones, y bajo ciertos aspectos, contraproducente. Opinaba que seria fructifera esta ensefianza con dos condiciones: primera, que se imparta con la extension y altura de una asignatura principal universitaria; segunda, por un profesor de catego­ria correspondiente: sabio, prudente, amante de la Iglesia, con dotes pe.da­gogicas 41. (En esto ultimo habria que induir la presentacion de la religion de una forma adecuada a las necesidades y a los legitimos gustos de la época.) En otro aspecto, se siguio discutiendo, en cuanto a su aplicacion, el problema de la Universidad Catolica en Espafia. Junto a la ensefianza vie~ ne la investigacion, en la que tampoco se quiere faIte el matiz catolico y religioso. El discurso del Sr. Ministro de Educacion NacionaI en la inaugu­racion solenme de la Universidad Pontificia de Salamanca (6-XI-1940) es un daro exponente deI interés que el Estado espafiol teilla por dar sentido

39 Para este aspecto de la legislaciôn pueden verse para los anos 1940 y 1941: D. ALARCIA, O. S. B., Renovaci6n cristiana por la legislaci6n, en Espasa, 1940-1941, pp. 1335-1337, Y Espiritu cristiano en la legislaci6n espaiiola, ibid., pp. 1366-136,7. Para los anos 1942-1944: A. SEBASTIAN RUIZ, O. S. B., Legislaci6n cat6lica espaiiola (1942-1944), en Espasa, 1942-1944, pp. 1144-1146. La de los anos 1936-1939, en el mismo autor, Sentido cristiano de la legislaci6n dei Movimiento, en Espasa, Suplemento anual, 1936-1939, segunda parte, Bilbao-Barcelona-Madrid, 1944, pp. 1570-1572. Documentos deI poder civil relacionados con 10 moral 0 10 religioso 0 10 eclesiastico 1936-1942 se recogen 0 extractan en Guia de la Iglesia y de la Acci6n Gat6lica Espaiiola, Madrid, Secretariado de Publicaciones de la Junta Técnica Nacional de la A. C. E., 1943, pp_ 1129-1434, e indice, en pp. 1595-1613.

40 Con ocasi6n deI cincuentenario de la Rerum Novarum, de Le6n XIII, se estudiaron y di­vulgaron algunos de estos aspectos. Cfr. en Ecl, 1941, n. 10, los articulos siguientes: A_ MARTiN ARTAJO, De la Enciclica al Fuero, pp. 25-26; J. G. GANDAS-GUI LARRAURI, El injlujo de las directrices pontijicias en la legislaci6n social espaiiola, p. 30; J. RODRfGUEZ SOLER, La «Rerum Novarum», sumario de nuestra legislaci6n social, pp. 32-33; L. JORDANA DE POZAS, Orientaciones cristianas en la legislaci6n. La nueva ley de Seguro Obligatorio de Enjermedad (Ecl, 1943, pp. 15-16; M. MARTfNEZ PEREIRO, La santijicaci6n de las jiestas y la legislaci6n espaiiola. El descanso dominical. Antecedentes y derecho natural (ibid., pp. 19-20). Este matiz catôlico 10 hizo re­saltar expresamente el Ministro de Educaciôn Nacional al presentar a las Cortes el proyecto de Ley de Educaciôn Primaria (1945). Cfr. La Giencia Tomista, 69 (1945), PP. 352-353, Y en el discurso de Barcelona a propôsito de la reforma universitaria (cfr. ECI, 1941, n. 20, pp. 13-14). Sobre las realizaciones sociales deI Régimen, cfr., aparte deI libro de F. DEL VALLE, S. J., Las rejormas sociales en Espaiia, Madrid, 1946, y el de P. GANTERO, Doce aiios de Asistencia Social en Espaiia_ Labor dei Estado espaiiol (1936-1948), Madrid, 1948, los articulo de M. BRU­GAROLA, S. J., Nuevas realizaciones sociales en Espaiia, en Raz6n y Fe, 135 (1947) 531-547; El Instituto Nacional de Golonizaci6n y la elevaci6n dei campo espaiiol, ibid., 138 (1948) 615-632; Agua para los campos de Espaiia, ibid., 140 (1949) 162-181; Los esjuerzos de Espaiia para su industrializaci6n, ibid., 143 (1951) 229-250. En otro orden, cfr. 1. MARTiN MARTiNEZ, La junci6n educativa en la Ley de Ordenaci6n de la Universidad Espaiiola, Murcia, 1944.

41 Raz6n y Fe, t. 140 (1949) 357-361.

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cristiano y espiritual a la cultura y educaciôn espaîiolas, y por cimentar la grandeza espaîiola en los valores espirituales 42.

3. La recristianizaciôn de masas

Uno de los males que aquejaban a grandes sectores de la poblaciôn es­paîioles era la ignorancia religiosa. Este tema no vamos a tocarlo. No faltô quien advirtiô el peligro que se corrfa en Espaîia de no dar la sufi­ciente importancia a la catequesis, fiados en la enseîianza religiosa pro­porcionada en las escuelas 43.

Las misiones populares. Se intensificaron, cobrando mas amplios vue­los y mas amplitud en sus proporciones geogrâficas. No se limitan ya al pueblo 0 a la parroquia, sino que abarcan al tiempo la ciudad entera, 0 el arciprestazgo 0 a un grupo determinado deI pueblo 44. Las misiones cua­resmales de la provincia de Sevilla en 1941 fueron apoteôsicas. Segun datos oficiales concurrieron 1.300.000 personas, intervinieron cien sacer­dotes de ambos cleros, mas doscientos auxiliares entre hombres y muje­res; las conversiones conocidas fueron unas 400.000, los matrimonios legitimados 20.000; los adultos bautizados 30.000 45 • No podemos hacer un recorrido pormenorizado por todas, ni siquiera por las mas llamativas 46.

Entre las que cierran la década destacamos la gran misiôn de Granada 47

y la de Valencia, en la que intervienen 250 misioneros auxiliados por 1.600 miembros de A.C. 48.

42 Revista Espaiiola de Teologfa, 1 (940) 249-278. Ya en octubre de 1940 se celebr6 en Bar­eelona una asamblea sobre organizaci6n de los estudios religiosos. Cfr. P. MESEGUER, La for­maei6n religiosa superior. A prop6sito de la Asamblea de la «Fundaei6n Balmesiana» , en Raz6n y Fe, 121 (1940) 353-366.

43 Cfr _ F. CARRILLO, Organizaei6n eatequfstiea de la di6eesis de Malaga, en Eel, 1946, 2, p_ 70l. En otra linea puede recordarse el establecimiento durante 1948 y 1949 de Escuelas deI Ma­gisterio de la Iglesia -iniciadas en la de Vitoria- en diversas di6cesis (Pamplona, Madrid­Alea!!l, Palma de Mallorca, Valencia, Zaragoza, Vich, Tarragona, Lérida, Santa Cruz de Tene­rife, Cartagena, Valladolid (ver Eel de estos anos y las Cartas dei seiior Nuneio, ibid., 1948, 2, p. 288).

44 En 1939-1940, en El Ferrol deI Caudillo; en 1940, en Gij6n, etc. Cfr. C. M. ABAD, Campa­iias misionales, en Sai Terrae, 28 (1940) 748-756; idem, La eampaiia par el eumplimiento pascual, ibid, 29 (1941) 187-194.

45 Eel, 1941, n. 13, p. 25. , 46 De ese mismo ano son las misiones de Barcelona y de Talavera de la Reina (Toledo)_

Algunas otras posteriores: en 1942: Malaga, La Corufta (Eel, 1943, 1, p. 416), Santander, Vigo, Huesca, el Valle de Sabero (Le6n); en 1943: Valencia, San Sebastian, Le6n, Avila, suburbios madrilenos, Melilla (Eel, 1944, 1, p. 374: matrimonos legitimadas, 136; adultos bautizados, 31); en 1944: Lugo, Gerona, Almeria (Eel, 1944, 1, p. 419: Matrimonios legitimados, mas de 200; concurrencia calculada, 20.000 personas), Las Palmas, Santa Cruz de Tenerife; en 1945: Logrono y otros cinco pueblos, suburbios madrilenos, Cuadix; en 1946: Pamplona (Eel., 1946, 1, pp. 274, 326, 338), Manacor (Eel, ibid., pp. 310, 335), Alicante (ibid., pp. 384, 421, 447), Antequera (Eel., 1946, 2, pp. 553, 676); en 1947: Jaén, Mon6var (Alicante), Burgo de Osma, Algeciras (Cadiz), Cadiz, Ciudad Real, Albacete (Eel, 1947, 2, pp. 438, 477-478), 19ualada, Algemesi (Va­lencia), Tolosa, Puente Genil, San Fernando (Cadiz); en 1948: Reus, Tarragona, Sigüenza, Ciudad Rodrigo, Badajoz, Murcia y eomarca (Eel, 1948, 2, pp. 439-440, 468), Mérida, Linares (Eel, 1948, 2, p. 579); en 1949: Valencia, Guadalajara, Teruel, Granada, Almeria (Eel, 1949, 2, P. 727), Alcala de Henares, El Ferrol deI Caudillo, barrio de Salamanca en Madrid, etc.

47 Eel, 1949, 2, pp. 380, 495, 506, 531, 532, 560. 48 Eel, 1949, 1, pp. 10, 170, 225; JosÉ ZAHONERO VIVO, Cr6nieas de la gran Misi6n de Va­

lencia. I. Fase preparatoria, en Eel, 1949, 1, pp. 183-184; II. Su primera semana, ibid., pp. 211-212; III. Su segunda semana, ibid., pp. 244-245.

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El obispo de Mondonedo en una alocucion pastoral a los fieles de El Ferrol deI Caudillo exalta los valores espirituales de las santas misiones "medio el mas apto para levantar a los caidos, para robustecer a los dé­biles y para confirmar a los fuertes", recurso eficacÎsimo para avivar la fe, para fundamentar solidamente la esperanza y para inflamar la caridad 49.

Este fin misionero estaba presente en la creacion, efectuada con diversos nombres en varias diocesis, de las Asociaciones de Sacerdotes Misione­l'OS 50.

Campana en favor de la santificacion de las fiestas Fue la consigna de A. C. espanola en los cursos 1942-1943, 1943-1944. La campana fijo tres objetivos concretos: 1.0 desarraigar el abusa deI trabajo innecesario en los dias festivos; 2.° lograr que oigan misa los dias festivos y cumplan con Pascua todos los cristianos que estén obligados a ello, y 3.° procurar que los socios de Accion Catolica y todas las personas de su radio de in­fluencia se habitûen a santificar mas perfectamente la fiesta, asistiendo con la mayor asiduidad posible a la Misa Mayor, tomando parte en el canto li­tûrgico, sirviéndose deI MisaI de los Fieles para unirse mejor al sacer­dote, no perdiendo facilmente la homilia del parroco, fomentando la fre­cuencia de la comunion, dedicando un tiempo prudente a btras obras de pied ad, celo, caridad 0 instruccion religiosa, absteniéndose de diversiones peligrosas y organizando recreaciones honestas, sobre todo entre los jo­venes 51.

En este tercer objetivo se advierte un amplio empeno espiritual, incluso litûrgico. Con esta ocasion se editaron folletos y hojas, se tuvieron cursillos, semanas y ciclos de conferencias sobre el particular, mientras los obispos estimulaban la labor y publicaban pastorales apropiadas. A pesar de la campana, la revista "Ecclesia" de Madrid se lamentaba en 1946 de la "creciente inoservancia deI Domingo y fiestas preceptuadas por la Igle­si a" 52.

4. Lucha contra la inmoralidad

La actitud de lucha se advierte en el Gobierno. En plena contienda nacional, prohibio aquél la produccion, comercio y circulacion de libros, impresos y grabados pornogrâficos 5\ y ordeno la depuracion de Bibliote­cas Pûblicas y centros de cultura 54. En 1941 crea el Patronato de Protec-

49 Recoge largos parrafos Eel. 1949, 2, p. 509. 50 Pamplona (Eel, 1946, 2, pp. 431-432), Orense (Eel, 1948, 2, p. 476), Granada (Eel, 1948, 2,

p. 492), Oviedo (Ecl, 1949, 1, pp. 90, 92), Mondofiedo (ibid., p. 483), deI Instituto Episcopal deI Beato Juan de Avila, de Le6n (ibid., 2, p. 677).

51 Eel, 1942, p. 942. 52 Santi!iearas las fiestas, en Eel, 1946, 2, p. 312. 53 Decreto de 23 de diciembre de 1936, en Guia (cfr. nota 39), n. 27, p. 1147. 54 Decreto de 16 de septiembre de 1937. El articulo 5.° dice asi: «Las comisiones depura­

doras, a la vista de los anteriol'es indices 0 ficheras, ordenaran la retirada de los mismos de los libros, foUetos, revistas, publicaciones, grabados e impresos que contengan en su texto laminas 0 estampados con exposici6n de ideas disolventes, conceptos inmorales, propaganda de doctrinas marxistas y todo cuanto signifique falta de respeto a la dignidad de nuestro glo­rioso Ejército, atentados a la unidad de la Patria, menosprecio de la religi6n cat6lica y de :manto se oponga al significado y fines de nuestra Cruzada Nacional (Guia, n. 45).

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ciôn de la mujer 55, que en pocos anos extendiô sus juntas provinciales y locales por toda Espana. En la Memoria de este Patronato correspondiente al ano 1942 se sefialan divers as causas y posibles remedios a la inmorali­dad pûblica. Estos, en su mayoria, son 10 contrario de las causas: intensi­ficaciôn de la ensefianza religiosa, supresiôn de los bailes, exigencia de responsabilidad a los padres por el abandono moral de sus hijos, creaciôn de reformatorios, incremento de las instituciones de preservaciôn y co­rrecciôn, vigilancia deI cine y fiscalizaciôn de la radio, abaratamiento de vida, soluciôn al problema de la vivienda, ayuda econômica a las jôvenes abandonadas y supresiôn de los centros de corrupciôn. Muchos, pues, de competencia gubemativa; ot1'Os, aplicables por la Iglesia. La Memoria recordaba entre las entidades moralizantes de hecho, a la Acciôn Catôlica, a las Asociaciones de Padres de Familia y las Conferencias de S. Vicente de Paul 56. Congregaciones religiosas colaboraban en este terreno. En 1944 se afiaden entre las causas de la inmoralidad, la prodigalidad viciosa de los sûbitamente enriquecidos y el abuso coaccionador de muchos que tienen en sus manos la concesiôn y denegaciôn de trabajos femeninos. Se comprueba el descenso de la moralidad en toda Espafia hasta niveles te­rribles durante el periodo que precediô a 1936; una reacciôn nobilîsima entonces y un estancamiento posterior, con tendencia en algunos sitios a nuevo empeoramiento 57.

Junto a esta labor de protecciôn de la mujer, se desarrollô la de apos­tolado penitenciario y de prisiones con frutos halagüefios 58, y la obra de Protecciôn de Menores 59.

Numerosos prelados de las diôcesis espafiolas dirigen exhortaciones pastorales sobre la inmoralidad 60. En 1947 testifica alguno que nunca se habia visto en Espafia tantas ansias desordenadas de acumular dinero, ni tanto amor al placer 61. Este mismo afio inicia en su diôcesis el de Teruel

55 Decreta de 6 de noviembre de 1941 (Gufa, n. 276, pp. 1381-1382); J. M. SANCHEZ DE Mu­NIAIN, La protecei6n de la mujer caida, en Ecl, 1941, n. 23, p. 18; M. ZALBA, La proteeei6n a la mujer eaida y las institueiones sociales, en Eel, 1942, pp. 1201-1202; 1943, 1, pp. 41-42, 65-66; F. SANCHEZ MATAS, La moralidad publica y su evoluei6n. Labor dei Patronato de Protecei6n a la Mujer durante el ultimo bienio, 'en Eel, 1945, 1, pp. 55-56; A. GARCIA VINUESA, Labor dei Patronato de Proteeci6n a la Mujer, ibid, pp. 530-540.

56 Cfr. Eel, 1943, 2, p. 216. 57 Cfr. Eel, 1945, 1, pp. 55, 446. En 1943 se lamentaba el obispo de Tortosa, ante la ola

de inmoralidad, de que tan pronto hubiésemos olvidado las durisimas ensenanzas de la guerra (Eel, 1943, 2, p. 216).

58 Cfr. Eel, 1941, n. 24, pp. 11-12; 1942, pp. 273-274, 439-440, 542, 668, 701. 59 Amparo al nino moralmente abandonado, en Eel, 1942, 1, pp. 155-156; Nuevas instituciones

de la Proteeci6n de Menores en Madrid, ibid., p. 256. En 1949 los Tereiarios Capuchinos de Amurrio sacaron la revista Surgam, encaminada a estudiar los problemas relacionados con la reeducaci6n de la infancia.

60 En 1940: de Santander, Malaga, Gerona, Menorca; 1941: Pamplona, provincia eclesiastica de Valladolid, Menorea, Salamanca, Vich; 1942: Pamplona (diversiones modernas), Avila; 1943: Malaga, Menorea; 1944: Valencia; 1945: Valencia, Malaga, Ibiza, Orense; 1946: Sevilla, Solsona, Jaén, Tuy; 1947: Malaga, Sigüenza, Barcelona; 1949: Malaga, Mallorca. De una manera directa la tratan a tocan problemas afines. Cfr. indices de Ecl «(Prelados»), y para los anos 1940-1942: Guia, PP. 295-304.

61 Cfr. Eel, 1947, 1, p. 598.

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la Liga contra la blasfemia, el turpiloquio y la profanaci6n de las fiestas 62,

y el de Granada crea la Cruzada pro decencia y dentro de la A. C. el Se­cretariado de Moralidad 63. Se organizan campafias de moralidad 64 y la revista "Ecclesia" 11ama con frecuencia la atenci6n sobre ello 65 y advierte sobre la codicia 66 y los odios 67. Escribe en 1949: "Los fusilamientos (en Espafia), los asesinatos, las prisiones, los destierros, las delaciones, las multas, dieron ocasi6n a que familias e individuos se enemistaran en una actitud irreconciliable y anticristiana ( ... ). La guerra y la posguerra fueron ocasi6n de dar apariencias polîticas y hasta legales a odios viejos de fami­lias, a competiciones econ6micas, amorosas, de cacicato, de sangre ( ... ). La evoluci6n de los acontecimientos mundiales ha producido en nosotros un amortiguamiento de los odios. No s6lo amortiguamiento, sino extinci6n, es el deseo deI Papa" 68. Estos puntos oscuros ayudan a justipreciar el verdadero alcance de la labor realizada. A pesar de todo, siempre quedara en la lucha contra la inmoralidad 10 que anotaba J. L. L. Aranguren; sirve a 10 menos para mantener despierto y alerta el sentido deI pecado 69.

5. Cristianismo precavido

El ansÎa de vivir el cristianismo en su pureza y de evitar los peligros innecesarios que pudieran malograrlo 0 corromperlo, llev6 a la parte mas responsable a tomar precauciones. TaI era la finalidad (al menos en parte) de la censura de cine y espectaculos, y la prohibici6n de la pornografia. Estas medidas no eran consecuencia de un aparato coercitivo, sino expre­si6n de la conciencia cat6lica deI pais que en su mayoria las apoyaba. La ignorancia y falta de formaci6n religiosa la hacîan mas necesaria y opor­tuna. En cuanto al modo de ejercerla, quiza pueda sospecharse de un excesivo miedo a caer en los des6rdenes pasados, y de un cierto rigorismo moral, consecuencia de la reacci6n contra la relajaci6n moral anterior y de

62 Cfr. Ecl, 1947, 2, p. 509; 1948, 2, p. 45. 63 Cfr. ECI, 1948, 1, pp. 239, 378, 397; 1949, 2, p. 47. 64 Cfr. Ecl, 1946, 2, p. 213; 1948, 1, pp. 494, 871 (deI n. 359); 1944, 1, p. 392; 1945, 2, p. 120. 65 Cfr. 1944, p. 810; 1947, 1, pp. 620, 648 ... 66 Cfr. 1948, 2, p. 536; 1949, 1, pp. 59-60, 283-284; 2, p. 536 (otro aspecto). 67 Cfr. 1949, 1, p. 87. 68 Ibid. El Dr. Modrego describe asi el panorama de su di6cesis en 1947: «Buena parte de

nuestro puebla fiel no ha podido sustraerse a la malsana infiuencia que la pllblica inmoralidad causa a todo el mundo. La relajaci6n de los vinculos familiares y la descristianizaci6n deI hogar; la profanaci6n deI dia festivo; la sed de riquezas, que da al traste con los mas ele­mentales postulados deI séptimo mandamiento de la Ley de Dios; el poco recato, el menos­precio deI pudor, la liviandad de las formas sociales, la inmoralidad de muchos espectaculos, playas, deportes, etc., y, en general, la pérdida deI sentido deI pecado a que en reciente pas­toral nos referimos, comentando palabras de Su Santidad Pio XII, no s610 causan en muchos gravfsimas heridas de orden moral sino que insensiblemente los llevan a inspiraI' sus actos en criterios enteramente materialistas y edonistas, contrarios al espfritu y a la letra deI Evan­gelia.» Antes ha descrito los aspectos positivos. Cfr. Ecl, 1947, 2, p. 568.

69 Catolicismo dia tras dia, Barcelona, 1955, p. 206.

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la vida austera que las circunstancias habian impuesto 70. Con esta misma finalidad se cre6 por la Junta Técnica Nacional de A.C.B. el Secretariado de orientaci6n bibliografica, en orden a informar sobre la moralidad de las publicaciones y servir asi de guia a los lectores cat6licos 71. Bspecial interés se muestra en torno al cine, en el que no falt6 alguna que otra peripecia desagradable 72. No pas6 desapercibido el valor apost6lico de un cine cat6lico, pero no parece que en la prâctica se llegase a realizaciones de alguna monta 73.

Se alerta contra diversos errores modernos 74, sobre todo ante la pro­paganda protestante que se muestra mâs activa en los ultimos anos y se la juzga coma un peligro para la unidad religiosa de los espanoles y coma contraria a la legislaci6n espanola vigente y a las directrices de la Iglesia 75.

6. Acci6n caritativa y social

Acci6n caritativa. Las obras de asistencia caritativa se multiplican en estos anos y van extendiendo su benéfico influjo. Bien sean de Ordenes y Congregaciones religiosas, bien de la J erarquîa ec1esiâstica 0 de otras en­tidades de la Iglesia.

Se organiza la caridad: (aparte de los Institutos religiosos dedicados expresamente a obras de caridad 0 beneficencia) actuan secretariados na­cional de caridad, diocesanos, parroquiales que existen 0 se van creando;

70 J. M. GARCIA ESCUDERO, Vamos a hablar de cine (Salvat Editores, 1970, p. 149), alude a una «censura pacata y liolia hasta la inconcebible».

71 Eel, 1944, 1, pp. 14·15; cfr. también 1942, p. 680. Otros instrumentos informativos de literatura y cine, cfr. ibid., 1945, 1, p. 266. A este mismo fin apuntan la campalia contra la reedici6n de ciertas obras (cfr. ibid., 1947, 2, pp. 87, 116) Y la publicaci6n de ciertos articulos, como el dei P. FÉLIX GARCIA, O. S. A., Aeotaeiones a la obra de Ortega y Gasset, en Eel, 1942, pp. 429·430, Y Nuevas anomalias. Las «Memorias» amargadas de Baroja y la teologia angéliea de D'Ors, 1943, 2, p. 71; de N. GoNzALEZ RUIZ, Stephan Zweig, el eseritor sin moral; ibid., 1942, pp. 456, 479; Y la prohibici6n de algunas obras por algunos obispos.

72 Cfr. el caso deI Ideal, de Granada, Eel, 1948, 1, pp. 228, 245, 272. 73 Cfr., V. gr., J. L. DIEZ G. O'NEILL, lSeeretariado eat6lieo deI cine en Espafia?, en Raz6n

y Fe, 122 (1941) 143-156; El poder deI einemat6grafo y la voz de la Iglesia, ibid., pp. 71·81; El apostolado deI cine, en Eel, 1942, p. 402; El cine, leampo de apostolado?, ibid., p. 448; A. INIESTA, El cine, campo de apostolado, en Eel, 1942, pp. 1199·1200; Y los artieulo de JosÉ M. CANO publicados en la seeei6n de 'cine de Eel, alios 1947·1949.

74 Cfr. OB. DE CALAHORRA, Instrueei6n Pastoral sobre algunos errores modernos (marzo 1942); CARD. SEGURA, Admoniei6n pastoral sobre la neeesidad de estar en vela contra las doetrinas err6neas en la fe (junio 1942) y Sobre los principales errores modernos (Eel, 1944, 1, pp. 175, 188). Cfr. también Eel, 1949, 1, pp. 344, 406.

75 CARD. SEGURA, Adm. pastoral sobre propaganda protestante en Sevilla (agosto 1942). Vizcarra da en 1947 el toque de alerta (Eel, 1947, 2, pp. 401·402), al que se uni6 la revista Eel (1947, 2, pp. 421, 480, 536). Escriben sobre el problema el Arz. de Zaragoza (Eel, 1948, 1, p. 69), los obispos de Vitoria (ibid., pp. 173·174), Jaén (p. 370), Barcelona (ibid., pp. 371·372, 385) Y la Conferencia de Metropolitanos espalioles (ibid., pp. 673·675). Puede verse C. SANCHEZ ALI' SEDA, Ante la propaganda protestante, en Cultura Bibliea, 5 (1948) 9·93, 125·126; F. CAVALLI, S. J., La eondiei6n de los protestantes en Espafia, en Eel, 1948, 1, pp. 481·485; J. IRIBARREN, La «Revue Novelle» y los protestantes espafioles, ibid., p. 701·703 Proeedimientos ealumniosos de los protestantes en Espafia, en Eel, 1948, 2, p. 151; El protestantismo espafiol, problema arti· fieial, en Ec!, 1949, 1, pp. 515·517, 527·528, 543·545, 573·575, 601·603, 611·612. Z. DE VIZCARRA, Disidentes agresivos, en Eel, 1949, 1, pp. 375·376; cfr. también Eel, 1949, 1, pp. 209, 350, 378, 404. No podemos olvidar, al enjuiciar este asunto, que aun no se habia celebrado el Concilio Va· ticano II.

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L

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o se instituyen obras de caracter caritativo y social, coma el Banco de N. Sefiora de los Desamparados, creado por eI arzobispo Olaechea en Va­lencia (1947). Su finalidad se centra en encauzar con inteligencia y orga­nizar con amor la caridad cristiana de los valencianos pudientes 76.

Se estimula la caridad: a través de campafias de caridad, ya limitadas coma las de Navidad 0 la de los nifios austriacos, ya de caracter mas uni­versaI. Campafia procaridad fue la consigna de la A. C. en 1941; frater­nid ad cristiana y concordia social, la dei curso 1947; necesidad de una intensa cooperaci6n personal y efectiva en las obras de caridad, la de los cursos 1948-1949 y 1949-1950. Estas consignas movilizaban toda una actividad promotora y se organizaban Asambleas, Cursillos, Conferencias, los obispos dirigîan pastorales sobre eI tema y se lanzan publicaciones ("Héroes de caridad") con lecturas ejemplares que muevan a la caridad practica 77.

Una pista de los frutos conseguidos son las Memorias de los diversos secretariados en que se relata la labor realizada 78.

La practica de la caridad va adquiriendo un sentido nacional y uni­versaI. No entramos en eI problema de las motivaciones y modos, siem­pre difîciles de captar (auténtica caridad cristiana, paternalismo, filantro­pîa ... ).

Accion social 79. La conciencia social deI catolicismo espafiol durante estos afios se refleja en una doble dimensi6n: una formativa, normativa, estimulante, y otra activa, de actuaci6n practica.

Hay una inquietud formativa y de informaci6n; formativa para los que han de actuar, informativa para conocer el terreno en que han de actuar.

A este respecto es interesante constatar el hecho de la asamblea sobre recristianizaci6n deI obrero, celebrada en Barcelona el 1941, en que se estudiaron la situaci6n material, moral y religiosa deI obrero y los medios,

76 Cfr. Ecl, 1947, 1, p. 607; 1948, 1, p. 43; 1949, 1, p. 90. 77 Cfr. Ecl, anos respectivos; A. BONET, Caridad parroquial organizada, en Ecl, 1946, 2, p. 516.

Los obispos escriben pastorales sobre la caridad, 0 sobre las campanas de la misma. Véanse Ecl y Gufa (cfr. nota 60).

78 V. gr., de Toledo (1946) (Ecl, 1947, 2, p. 70); de Jaén (1947, etc.) (Ecl, 1948, 1, p. 183); de una parroquia de Bilbao (1947) (Ecl, 1948, 1, p. 520).

79 J. AZPIAZU, S. J., Presencia de la Iglesia en la cuesti6n social, en Ecl, 1947, 2, p. 375; E. AZNAR, El episcopado espanol y la enciclica «Rerum Novarum», en Ecl, 1941, n. 11, pp. 16-18; T. CERRO, La «Rerum Novarum» y la mentalidad patronal y obrera en Espana, en Ecl, 1941, n. 10, pp. 27-29; M. MARINA MARTiN, La «Rerum Novarum» en las direcciones sociales de la Iglesia espanola, en Ecl, 1941, n. 10, pp. 16-18; C. PÉREZ SOMMER, Las enciclicas sociales y el mundo trabajador, en Ecl, 1941, n. 10, pp. 14-15; A. ROMEU DE ARMAS, La obra social de la Iglesia en Espana, en Ecl, 1943, 1, pp. 398-400, 421-422; S. AZNAR, El P. Antonio Vicent. Etapas de una vida gloriosa, en Raz6n y Fe, 123 (1941) 269-278; J. AZPIAzu, El P. Sisinio Nevares (1878-1946), en Ecl, 1946, 1, pp. 599, 612; F. DEL VALLE, Un capitulo de nuestra historia social: los Sindicatos cat6licos, en Ecl, 1948, 1, pp. 123-124, 135; ECHARRI, ibid., p. 210; F. DEL VALLE, S. J., El P. Antonio Vicent, S. J., y la acci6n social cat6lica espanola, Madrid, 1948; M. BRUGAROLA, La cristianizaci6n de las empresas, Madrid, 1945; El Instituto Cat6lico de Artes e Industrias, en Ecl, 1941, n. 24, pp. 9-10; DHEE, II, p. 902; F. DEL VALLE, La Universidad de Deusto, centro de formaci6n de patronos cristianos, en Ecl, 1945, 1, pp. 106-107; Espasa, 1949-1952, pp. 1380-1381; Ecl, 1941, n. 14, pp. 9-10.

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directos e indirectos de apostolado 80. Se tienen cursos 0 cursillos sociales, como los de Comillas (1940), Vigo (1943), Toledo y Navarra (1945), As­torga (1946); se pronuncian conferencias; se celebran Asambleas, Sema­nas y Jornadas sociales 81; se organizan campafias ("La voz de Cristo en las empresas"), se publican las ensefianzas pontificias sobre el particular; aparece la revista "Fomento social", funciona algun centro de informa­cion, consulta y propaganda de soluciones sociales; los obispos dirigen a sus fieles pastorales de doctrina social; se reanudan en 1949 las Semanas Sociales Espafiolas. Es mâs, se cre an instituciones de carâcter formativo social: Escuela de educacion familiar y social (1940, Madrid), Escuela Profesional de Mondragon (1943), Escuela de aprendices mecânicos (Vi­toria), Escuela Oficial de aprendices (Santander, 1942), Instituto Social Obrero (Granada, 1946), Casa de Jesus Pobre (Huesca -Granada-, 1946), Obra diocesana de orientacion social (Vitoria, 1947), Instituto Social Obrero de Alicante (1948), Instituto Social deI arzobispado de Valencia (1948), las Escuelas Sociales Sacerdotales creadas durante 1948 en Mâlaga, Vitoria y Oviedo, respectivamente; la Câtedra de Sociologia en Câdiz (1949 82•

En el orden de la accion, toda esa labor formativa e informativa y estimulante no pudo dejar de tener su influjo a través de los que la reci­bieron. Ya en sî misma era una realizacion al concienciar mâs poderosa­mente la exigencia social de un cristianismo vivido en autenticidad. Pero hay otras manifestaciones de tipo organizacion que nos revelan la accion social catolica en la década deI 40. El Secretariado benéfico social, en la Junta Técnica Nacional de A. c., el Albergue provisional (Valencia) de la Rama de Mujeres de A. C., los centros de Santa Marta, para servicio doméstico femenino, Granja parroquial (Madrid, 1948), Asociacion Pîo XII, de patronos fundada en Antequera por D. Angel Herrera; diver­sos Patronatos para la construccion de viviendas: de la Sda. Familia (Cor­doba, 1947), de la Virgen de los Desamparados (Valencia, 1948), de Nuestra Sefiora deI Carmen (Salamanca, 1949 83 •

80 M. MARINA, Un apostolado de los obreros. Una Asamblea interesante, en Raz6n y Fe, 123 (1941) 179·186.

81 Cfr., v. gr., Ecl, 1943, l, p. 310; 1945, l, p. 254; 2, p. 533; 1946, 1, P. 408. 81 Cfr. Ecl, 1941, n. l, p. 15; n. 3, pp. 8·10; 1944, 1, pp. 695-696; 1943, 2, pp. 590-591; 1944,

pp. 1249, 1252 ... ; Semana social espanola, en Ecl, 1949, 1, pp. 189, 495, 512-514, 539-542, 576-577, 607-609. Pastorales: Dr. Dr. Pildain CEci, 1944, p. 921; 1945, 2, pp. 67-68, 89-91, 115-116, 139-140, 236-237; 1947, 2, p. 626), Dr. Garcia y G. de Castro (Ecl, 1945, 1, pp. 30-31), Dr. Parrado CEci, 1945, 2, pp. 92-93), Obispos de la provincia eclesiastiea de Granada CEci, 1945, 2, pp. 509-512), Obispo de Astorga (Ecl 1946, p. 663), Obispo de Menorca (Ecl, 1948, 2, pp. 649, 654; 1947, l, p. 354); Z. DE VIZCARRA, El apostolado obrero en C6rdoba. La Hermandad Obrera de A. C. y el Patronato de la Sagrada Familia, en Ecl, 1947, 1, pp. 343-344.

8J Ecl, 1942, pp. 1091, 1093-1094, 993; Z. DE VIZCARRA, Régimen de los centros de Santa Marta, en Ecl, 1949, 1, pp. 63-64; 1948, l, p. 534; N. TIBAU, La Asociaci6n de la Sagrada Familia cons­truye en C6rdoba mil viviendas para obreros, en Ecl, 1947, 2, pp. 506, 532; 194B, l, p. 297; J. AZPIAzu, Frutos de una obra social que comienza, en Ecl, 1948, 2, p. 573 (Asoe. Pio XII). Guia de la Iglesia espanola, alio 1 (1954), p. 807, enumera 25 sociedades benéfieo-eonstructoras de la Iglesia en Espalia, pero no poseo datos para determinar, en euanto a varias de ellas, si son 0 no de los alios 1940-1949.

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Las Hermandades deI Trabajo. El Movimiento de las Hermandades deI Trabajo se define en sus estatutos como "una entidad econ6mica y juridica que agrupa a todas las Hermandades deI Trabajo y sus obras subsidiarias, creadas en la di6cesis de Madrid-Aleala por los Decretos de 21 de diciembre de 1946 y 16 de julio de 1947 y la constituci6n nû­mero 186 deI II Sînodo Diocesano" (art. 1). Los fines deI Movimiento son la incorporaci6n a Cristo del mundo deI trabajo, la creaci6n de obras que contribuyan a la elevaci6n econ6mica y social de los trabajadores y a su capacitaci6n profesional (art. 2). Las Hermandades son un instrumento de recristianizaci6n deI mundo deI trabajo, un Movimiento Apost6lico So­cial (MAS); conjunta 10 apost6lico y 10 social; fueron fundadas por el sac. D. Abundio Garcia Roman y tienen un caracter diocesano. La crea­ci6n en Madrid, el alio 1948, de la Hermandad de Empresa de funciona­rios deI Instituto Nacional de Previsi6n, bajo la advocaci6n de Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro fue, al tener delegaciones en todas las capitales de Pro­vincia, la ocasi6n de la expansi6n nacional de las Hermandades. Mas alla de los alios objeto de nuestro estudio, se constituy6 la Federaci6n Nacio­nal y se fueron creando nuevos centros diocesanos. En 1957 pasaban de 37.000 los afiliados, funcionaban, aparte deI de Madrid, los consejos dio­cesanos de Tuy, Valencia, Barcelona, Cuenca, C6rdoba y Zaragoza, y 80 Hermandades mas en el resto de las provincias espanolas. Su obra de ejercicios espirituales contaba en su haber un total de 10.000 ejercitan­tes 84.

Institutos Religiosos. Pias Uniones, etc. Diversos brotaron con una misi6n apost6lica social: La Cruzada Evangélica (anterior: 1937), para apostolado social femenino; las Hermanas Apost6licas de Cristo Crucifi­cado (anterior: 1939), para atender material y espiritualmente a las clases necesitadas, ensenanza primaria en las aldeas y suburbios (donde pueden instalarse solamente), y ayuda al parroco en su ministerio; Instituci6n Nuestra Senora deI Amparo (1940), dedicada al apostolado entre las j6-venes en peligro; Las Javerianas (1942), al apostolado entre la juventud femenina obrera; Misioneras Parroquiales (1943), para la santificaci6n de los hogares familiares; Disdpulas deI Divino Maestro (1944), para la re­cristianizaci6n de las escuelas e instituciones docentes estatales, instruc­ci6n de las obreras en plan técnico y profesional, y formaci6n espiritual de las mismas; Instituci6n de Cristo abandonado (1947) que atiende a la formaci6n de muchachas desamparadas; Instituto de Apostolado de Ac­ci6n Cat6lica (1949); Pia Uni6n de los Hermanos Misioneros de los En­fermos Pobres, bajo la abvocaci6n de San Camilo (1949); Obra de Santa Maria al Servicio de la Iglesia (1949), cuyo fin es "colaborar con el Pastor diocesano en la preparaci6n y perfeccionamiento de Consiliarios, Aseso-

84 Secretariado de Publicaciones de las Hermandades deI Trabajo, Las Hermandades deI Trabajo, Madrid, 1957.

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res, Dirigentes, Propagandistas, etc., que puedan actuar mas eficazmente en la conquista de grandes masas para la Iglesia y aceleran el Reinado social deI Coraz6n Eucarîstico de Cristo Rey" 85.

7. Accion apostolica

Nos referimos a la actividad externa estrictamente apost6lica en sen­tido cristiano, que intenta comunicar la vida sobrenatural, el mensaje de Cristo. La acci6n apost6lica ejercida en la Iglesia de Espafia durante estos allOS, abarca muy variados campos. Anoternos algunos pricipalmente de los no mencionados hasta aqui. Los seglares en la Acci6n Cat6lica con todos sus movimientos especializados; los religiosos y religiosas, de Insti­tutos ya existentes 0 de nueva creaci6n, y los miembros de los Institutos seculares; la acci6n parroquial en antiguas 0 nuevas parroquias; la acci6n de grupos mas especiales coma los Capellanes Castrenses, de la Secciôn Pemenina de Palange, deI Prente de Juventudes 86, el apostolado deI mar; la acci6n de preparaci6n premilitar de los j6venes que iban a ser incorpo­rados a filas 87; la asistencia religiosa, a veces incluso de tipo social, a obras 0 grupos sociales: Asistencia Universitaria y de Estudiantes (re­cuérdese la Obra Cat6lica de Asistencia Universtiaria OCAU) , asistencia a la Organizaci6n de Ciegos, las asesortas religiosas de Sindicatos, de Au­xilio Social 88. Detengamonos un poco en el apostolado obrero.

El problema, ya dificil, deI apostolado obrero, se vio dificuItado aun mas por determinadas circunstancias: la escasez de sacerdotes que pudie­ran dedicarse a ese apostolado directamente, y la falta de templos parro­quiales en los suburbios de las grandes urbes con escasez también de clero. Las rnisiones populares, que tantos y tan copiosos frutos cosecharon, no bastaban. La situaci6n de los obreros tampoco era favorable. La a1udi­mos a la Asamblea celebrada en Sarriâ en marzo de 1941, coincidiendo con el final de la gran misi6n barcelonesa de cuaresma. En ella se expuso con caracteres muy sombrios la situaci6n material de la clase obrera en Espafia, coma consecuencia de las guerras espafio1a y mundial. En el orden moral y religioso la gran mas a sigue -aunque es peligroso gener~lizar­ajena, cuando no hostil, a la practica religiosa; a veces hay odio, deseo de venganza. Aunque en ello se admite existir mucho respeto humano y gro-

85 Boletin Oficial Eclesidstico dei Obispado de Madrid-Alcald, 16 de enero de 1950, p. 92. S6 Habla de la vida religiosa y de la importancia de la labor deI capelhin (Ecl, 1941, n. 17,

pp. 13-14). Jornadas para Capellanes, VII (Ecl, 1948, 2, p. 73). Sobre cumplimiento pascual en el Ejército: G. CANAL DE LA ROSA, Ecl, 1947, 1, pp. 651-652; 1948, 2, pp. 236-237; 1949, 1, p. 120. Jornadas nacionales de apostolado castrense (Ecl, 1949, 2, pp. 377, 391). Reuniones de aposto­lado castrense (Ecl, 1947, 1, pp. 125-126, 155; 1948, 2, p. 631; 1949, 2, p. 130),

B7 Ecl, 1942, p. 226; 1946, 1, p. 267; 1949, 1, PP. 265, 296, 378, 405, 438, 463. 88 La asesoria de Sindicatos «ha sido creada para desarrollar aquella parte de funci6n

que se encamina a la evangelizaci6n de las gentes encuadradas dentro de los Sindicatos». Cfr. Asesoria Eclesiastica Nacional de Sindicatos, Segunda reuni6n de asesores eclesiasticos, Memoria, Madrid, 1946, p. 255. Fue creada en 1944. De su labor religiosa y social correspon­diente, en pp. 49-114.

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seria, y que la falta de practica religiosa, mas que dureza de coraz6n, ar­guye falta de cultivo 89.

Puntos de referencia de la dificultad del apostolado obrero pueden ser los suburbios madrilenos y barceloneses, y el campo andaluz: obreros ur­banos y obreros campesinos. N. Tibau llamaba la atenci6n en 1947 sobre el pavoroso problema religioso deI campo andaluz. Su soluci6n la veîa en los duenos: pedir y favorecer la acci6n deI sacerdote, dar libertad a los empleados, suspender la labor por un as horas 90. Problema religioso que iba unido al problema social. Esta misma conjunciôn cabe afirmar de los suburbios. En 1949 se escribi6 sobre "La corona de espinas de Madrid" y en 1950 acerca de "Sombras de una gran ciudad. Barce10na 1949" 91, refiriéndose a los respectivos suburbios. Panorama de sombras y de luces. La obra de suburbios de Madrid, con diez anos de existencia, llevaba creados en 1949 mas de 23 parroquias, construidos 14 templos, fundadas mas de 100 escuelas parroquiales, 30 dispensarios y 44 talleres para la preparaci6n profesional de los j6venes. El 23 por 100 de los moribundos recibîan los ultimos sacramentos cuando antes solamente los recibîan un 5 pOl' 100; e igual progreso se notaba en el cumplimiento dominical y pas­cual 92•

Pero eran los seglares los que parecîan mas llamados a conquistar el obrero para Cristo, supuestas las dificultades dichas y la aversi6n en mu­chos cas os hacia el sacerdote. Diversas asociaciones trabajan en este em­peno. Nos limitamos a la mas representativa.

La Acci6n Cat6lica. Dentro de la consigna de cada curso -principal directriz de la actividad de la A. C.-, ésta se dirigîa, segun la oportunidad, a todos los cat6licos; su apostolado tampoco se limitaba a una clase social. Pero pronto se dio cuenta de que este método no bastaba. En la Semana de estudio de 1941 de las Mujeres de A. C. se puso de manifiesto la nece­sidad de la especializaci6n de los que habîan de actuar en los distintos sectores y ambientes. Con la finalidad de formaI' en la especializaci6n obrera, el ano 1942 se organiz6 en Ubidea (Vizcaya) un cursillo para futuras dirigentes de los secretariados especializados de obreras 9\ y el ano 1943 en La Guardia (Pontevedra) 94. Se habîa comenzado con las es­cuelas nocturnas para obreras y dieron copiosos frutos. Ahora se precisa­ba hacer a las obreras ap6stoles en su propio ambiente, y a esto apunta­ban estos cursillos. Centros especializados de obreras estaban constituidos ya en varias di6cesis; también funcionaban de obreros 95.

89 MARINA (cfr. nota 80). 90 N. TIBAU, El problema religioso en el campo andaluz, en Ecl, 1947, 1, n. 311, pp. 681-682. 91 F_ DEL VALLE, S_ J., La corona de espinas de Madrid, en Raz6n y Fe, 139 (1949) 99-124;

idem, Sombras de una gran ciudad. Barcelona, 1949, ibid., 141 (1950) 139-162. 92 Ecl, 1949, 2, p. 695. 93 ECI, 1942, pp. 749, 874. 94 Ecl, 1943, 2, p. 352. otros cursillos: Santona (1947), Valladolid (1949), Madrid (1949). 95 Cfr., v. gr., el de Avila (ibid., 1942, p. 189).

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Cursillos para ap6stoles obreros se dieron en C6breces (1942, Vi­go (1943), Lecaroz (Navarra) -1944-, Carabanchel Alto (1945) 96. En la Primera Semana Nacional de Consiliarios obreros (Madrid, 1944) se aprob6 la necesidad y eficacia de la especializaci6n obrera en la A. C. y se dictaron orientaciones sobre su organizaci6n 97. POl' su parte, en el Cur­sillo mencionado de Carabanchel se hizo notaI' la necesidad de consilia­rios que se dedicasen al apostolado obrero. Entre las conclusiones deI Cur­sillo diocesano de apostolado obrero, de Oviedo, se decia: "Los dirigentes obreros deben vivir intensamente deI espîritu de Cristo y sel' hombres evangélicos. Se comprometen a la salvaci6n de sus hermanos los obreros, buscando ante todo y sobre todo, el reino de Dios y su justicia, subordi­nando todas sus actividades social-econ6micas a este supremo fin. Reco­nociendo la necesidad de una capacitaci6n 10 mas perfecta posible para conseguir el ideal, se pide a la Junta Técnica Nac. de A. C. cree una Es­cuela de Capacitaci6n Religioso-Social obrera en Madrid y otra similar en la di6cesis asturiana 98.

POl' otro lado se han presentado en la practica dos problemas que vie­nen a reducirse a uno: el de la perseverancia. La perseverancia de los obreros que han hecho ejercicios espirituales. "Es relativamente facil hoy -escribîa Bonet- traer obreros a nuestras casas de ejercicios. Tampoco es muy difîcil que terminen los ejercicios con cierto fervor y con la recep­ci6n de los Santos Sacramentos. La verdadera dificultad comienza des­pués con la vuelta de los obreros a sus quehaceres habituales". 98. El am­biente les vuelve a dominar. Estaba constatado que el 95 por 100 de­jab:m de practicar y perdîan su fe y sus costumbres 100. z.Soluci6n a am­bos problemas? La especializaci6n deI apostolado obrero en la A. C., aplicaci6n de la consigna papal: "El obrero, apostol dei obrero; el patro­no, apostol deI patrono". Se· persigue la adaptaci6n dei apostolado a las exigencias normales de los diversos ambientes, a fin de potenciar su efica­ciao Ello exige, en primer lugar, una adaptaci6n deI ap6stol a la mentali­dad, a la psicologîa, al lenguaje, en nuestro caso, de la clase obrera. La adaptaci6n al ambiente exige un espîritu -que en el casa presente es de amor al obrero-, una organizacion y una técnica 0, si se quiere, una pe­dagogîa 101.

y comienzan los movimientos de especializaci6n en la A. C. espafio-

96 Ecl, 1942, p. 825;; 1943, 2, p. 175 ... 97 Ecl, 1944, 1, pp. 485-486. Cfr. también pp. 447-448. 98 Ecl, 1946, 1, pp. 69-70. 99 A. BONET, Nuestros obreros ejercitantes y la Acci6n Cat6lica, en Ecl, 1945, 1, p. 429. 100 A. BONET, Un paso adelante en el apostolado obrero de la Juventud de A. C., en Ecl,

1946, 1, p. 71. 101 A. BONET, Un paso adelante ... ; idem, En torno a la Acci6n Cat6lica Obrera. El secreto

de la Acci6n CatOlica especializada, en Ecl, 1946, 1, p. 601; idem, El espiritu de la Acci6n Ca­t6lica Obrera, ibid., p. 625; idem, Apostolado laical, Madrid, 1959, t. !, pp. 142-151.

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la 102. En 1946 apareci6 la Hermandad Obrera de Acci6n Cat6lica (H. O. A. C.) que en anos consecutivos celebr6 sus Semanas Nacionales (Madrid, 1946; Toledo, 1947; Madrid, 1948; Avila, 1949) 103. El prima­do en sus discursos insiste en la necesidad de la especializaci6n obrera. Son interesantes las afirmaciones de su discurso en la Semana N acional para Consiliarios sobre especializaci6n obrera en la A C. (Madrid, 1946) 104: "Debemos ir al pueblo mâs de 10 que hemos ido", "creo que, mirado en conjunto, ha faltado mucho esta preocupaci6n por el apostolado obrero", "las masas abandonadas deben acuciarnos a este apostolado" 105.

En el de clausura de la Semana del ano siguiente: Hemos empezado la conquista de la masa obrera y la masa obrera espanola es convertible por su religiosidad. Hay que conquistar al obrero, porque es el mâs numeroso y porque su alma ha sido redimida por Cristo 106. Don Alfredo L6pez, en la Semana Nacional de la H.O.AC., afirm6 que la A C. no se habîa lan­zado de lleno a la conquista deI obrero hasta el momento en que la Junta Central dio sus normas generales relativas a este apostolado 107. En efecto, las normas generales estaban dadas. Habîa que acelerar el paso, unque con prudencia. Y seguirân los cursillos formativos, y se abriran nuevos centros y continuaran los movimientos de especializaci6n, considerada coma una vitalizaci6n y una expansi6n de la A C. En 1949 los afiliados a la H.O.AC. eran 5.000.

A pesar de todo el esfuerzo realizado, el horizonte estaba todavîa os­curo. En carta Pastoral de 25 de diciembre de 1949 escribîa V. Enrique y Taranc6n, obispo de Solsona: "No nos hagamos ilusiones. Hoy los obre­ros no creen todavia en Dios, ni en la Iglesia, ni en el sacerdocio, ni en el Estado, ni en la Patria, ni en la sociedad, ni en la fraternidad humana. No podemos negar que en grupos selectos de obreros se ha producido una reacci6n magnîfica. No podemos negar que en los ambientes obreros se ven ahora espectâculos maravillosos de carâcter religioso. Pero no nos en­ganemos fijandonos exclusivamente en las apariencias. Ni una batalla de esta clase se gana en tan poco tiempo, aunque hay una guerra de por me-

102 A. BONET, en DHEE, l, p. 4, dice que comenzaron en 1945; en Apostologia, p. 148, que fue en 1946, y 10 mismo afirma en su Manual de A. C., Madrid, 1960, p. 76.

103 Eel, 1946, 2, pp. 445, 493, 512-514; 1947, 2, pp. 266, 295; Dise. dei Pl'imado, pp. 371-372, 388; A. GONZALEZ DE LA VEGA, p. 294; 1948, 2, pp. 14, 70; Dise. dei Pl'imado, pp. 70-71; 1949, 2, p. 71; A. BONET, Los obl'el'os de Aeei6n Cat61iea y su IV Semana Naeional, en Eel, 1949, 2, p. 95.

104 Eel, 1946, 2, pp. 214, 321-323, 350-351. 105 Eel, 1946, 2, p. 321. También el obispo de Jaén, en una pastoral (1946), confirmaba que

a la conquista de las masas no se le habla dado la debida importancia, ya se mire al minis­terio de los sacerdotes, ya al apostolado de la A. C. 0 de otras asociaciones y cofradlas. Dema­siado apostolado en el templo y poco para conquistar a los alejados. Hay, pues, que ensanchar el radio de acci6n apost6lica. Cree que se exageran las dificultades deI apostolado obrero. Ve dos resortes potentisimos para la evangelizaci6n de las masas obreras en las misiones populares y en los ejercicios espirituales (Ecl, 1946, 2, pp. 664-665). El mismo prelado urgia la necesidad de un apostolado patronal y senalaba sus caracterlsticas (Eel, 1948, 1, pp. 34, 69-70).

106 Eel, 1947, 2, p. 263. 107 Eel, 1946, 2, p. 514. Se publicaron las normas en el numero de 4 de mayo de 1946

(Eel, 1946, 1, pp. 483-484), y las definitivas, en Eel, 1947, 2, pp. 652-653.

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dio, ni hasta ahora hemos trabajado nosotros inteligente y decididamente en este campo para que nos podamos apuntar una victoria definitiva. Al­gunos obreros creen en nosotros y aman a J esucristo y a la Iglesia. Y hay ciertamente en su entrega una sinceridad y un ardor que quiere ser com­pensaci6n de su anterior apostasîa. La mayor parte de los obreros escuchan ahora con mas gusto que antes nuestras predicaciones y se conmueven mas facilmente por motivos religiosos. Pero la batalla no esta ganada. Los obreros quisieran creer y esto es 10 que manifiestan estos detalles que re­sefiamos ... , pero no creen todavîa" 108.

8. Miernbros conscientes y activos de la Iglesia. La A.C.E. 109

Miembros conscientes de su papel activo y apost6lico en la Iglesia hubo muchos encuadrados en la Acci6n Cat6lica y en otras asociaciones apost6licas. Aquî hablamos de la AC. coma mas representativa.

Las nuevas bases. En mayo de 1939, a propuesta deI Cardo Goma, la Conferencia de Metropolitanos espafioles acord6 unas nuevas Bases para la reorganizaciôn de la A. C., que fueron aprobadas pOl' la Santa Sede.

Se distinguen de las anteriores "por su amplitud de miras, por la cohe­siôn de sus organismos y, sobre todo, por el equilibrio establecido entre los diversos elementos que integran el conjunto" 110. En ellos se definen las caracterÎsticas y funciones fundamentales de la A.C., se acentua la di­recci6n jerarquica de los organismos centrales (se crea nueva la Direcci6n Central), se confirma la existencia de las cuatro ramas y se regula su fun­cionaIniento, se soluciona el problema de selecci6n y mas a con la creaciôn de seis c1ases de miembros, y el de la unidad de la AC. y de la especializa­ci6n en ella, se destaca el aspecto diocesano y el parroquial, se fija la cons­tituci6n de las Juntas (nacional, diocesana, parroquial) y se deliInitan sus atribuciones, se uniforma la reglamentaci6n de todos los organismos 111.

Crecirniento de la A.C. La Rama de los hombres comenz6 a funcio­nar en 1940, aunque ya estaba creada en las Bases deI Car. Reig, se van constituyendo nuevas juntas diocesanas, se van creando nuevos centros, nuevos secretariados y servi~ios, nuevas especializaciones, crece constante­mente el numero de socios. Valgan como muestra las siguientes cifras. En 1942 eran mas de 100.000 los j6venes de AC., 27.000 los hombres, cerca de 60.000 las mujeres, y 117.515 las j6venes -con un aumento de 14.581 sobre el curso anterior en éstas- 112. La AC. de Valencia, de poco mas

108 La aetuaei6n sacerdotal, en Eseritos pastorales para saeerdotes, Tarrega, s. a., p. 453. 109 Tomamos A. C. en el sentido dada corrientemente, aunque sin querer decir con ello

que otras asociaciones no fuesen A. C. Plo XII la afirm6 de las Congregaciones marianas. 110 Gllia de la Iglesia y de la Aeei6n Cat6liea Espafiola, Madrid, 1943, p. 378. 111 Gllia ... , pp. 379-390. Cfr. A. BONET, Aeei6n Cat6liea, en DHEE, I, pp. 2-5. 112 Eel, 1943, 1, pp. 101-102, 271-272, 149-150, 100. En los menores el numero total de aspi­

rantes aseiende a 29.327, y el de ninas, a 28.462 (ibid., p. 100). Al ana siguiente los hombres eran ya 31.150 (ibid., 1944, 1, p. 391), Y los socios de A. C. en Valencia, cerca de 70.000 (ibid., pp. 671, 674).

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de 12.000 socios al terminar la guerra espafiola, en 1943, tiene 56.510 113•

Actuaci6n de la A.C. Forma a sus miembros y los mentaliza con cîrculos de estudios, asambleas nacionales, diocesanas 0 locales, cursos de formacion especializada. Fomenta su vida espiritual con ejercicios espiri­tuales, con semanas de oracion y estudio, con la participacion litûrgica y la vida de piedad.

Su labor formativa se extiende mas alla de sus propios miembros con los Institutos de Cultura Religiosa Superior -el principal, de Madrid, comenzo sus cursos en 1940-1941), con la publicacion de libros y con otras actividades.

Su campo de accion apostolica 0 apostolico social es inmenso: eUa colabora en las campafias nacionales 0 locales, segûn las diversas consig­nas, en las misiones populares, en la catequesis e instruccion religiosa, tiene roperos y taUeres profesionales, etc. "La Accion Catolica espafiola tiene una mision muy alta: la reconquista espiritual de Espafia. Su organi­zacion es la mas vasta que existe en suelo espafiol. Con sus varias ramas de hombres, de mujeres, de jovenes y de muchachas, de nifios y de nifias, va irradiando su luz y su fuego renovador hasta los rincones mas aparta­dos de Espafia. Su red organizadora Uega a todas las parroquias. En todas actûa coma el gran fermento renovador deI espiritu cristiano" 114.

Inc1uso se crean en este tiempo instituciones que miran directamente a la A.C.: Instituto de Apostolado de A.C. (Lérida, 1949); Obra de Santa Maria al servicio de la Iglesia (Madrid, 1949).

Tipico de la organizacion y actuacion de estos afios fue el conjugar la universalidad con la especializacion de los diversos movimientos 115.

Entre los frutos alcanzados por la A.C.E. recordemos: las numerosas vocaciones sacerdotales y religiosas que salieron de entre sus miembros; el haber despertado la conciencia catolica al apostolado 116, y haberle ofre­cido cauces; haber encauzado jovenes y vigorosas fuerzas cristianas y apos­tolicas con ansias de un cristianismo verdadero y haberlas impregnado de reciedumbre, austeridad y entusiasmo; contribuir a un sana humanismo cristiano (todos los valores humanos hay que cultivarlos y ponerlos al ser­vicio deI reino de Dios); ayudar a extender el sentido de catolicidad, y vi­virlo -su finalidad se le inculcaba en la de la Iglesia: instaurar todas las cosas en Cristo-, a tomar conciencia de ser miembro activo de la Iglesia. {En este ûltimo punto, quiza al menos algunos, no percibiesen la ûltima

113 Ecl, 1943, 1, pp. 588-591. 114 A. BONET, Dinera para la Acci6n Cat6lica, en ECI, 1946, 1, p. 291. Na realiza todo 10 que

desearia por falta de dinero. La totalidad que dice el texto no hay que tomarla al pie de la letra.

115 No hay para qué citar datos sobre este apartado; seria interminable. Véanse muchisimos en los 17 volumenes de Ecl correspondientes a estos afios, y de manera especial cuando resume las memorias de los diversos consejos 0 centros.

116 PLA y DENIEL, Dise. en la clausura dei III Congreso Nacional de los J6venes de A. C., en Ecl, 1949, 2, pp. 371-372; cfr. 377-378.

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razon de ello, que no es por ser miembro de la AC., sino por serlo de la Iglesia de Cristo.)

l,Defectos? En una conclusion de un retiro pastoral de sacerdotes en Burlada (nov. 1943) se dijo que la AC. "no es una realidad madura, sino en muchos aspectos un fracaso" 117. La revista "Ecclesia" reconocia cier­tos fallos: "No todas las campaîias han da do éxito; no todos los Grculos de estudio son eficaces y formativos; no todos los miembros son encen­didos apostoles; no todos los consiliarios son santos; no todos los sacerdo­tes dan ejemplo de su entusiasmo y de su obediencia; no todos los seglares buscan el projimo, sino acaso a si y su propio honor; no todos los articu­los de los reglamentos resistin'in la accion deI tiempo y el contraste de la experiencia". Pero recordaba también sus logros: "puede hablarse en los liltimos decenios de un avance formidable en la conciencia que de si ha adquirido la Iglesia militante; puede hablarse de muchos frutos de unani­midad, de santidad, de disciplina, de victoria sobre la rutina y el respeto humano. Hasta puede mencionarse como triunfo indirecto de la Accion Catolica la vitalidad renovada de muchas otras asociaciones catolicas afi­nes que han sentido el espoleo de una santa emulacion y un afân de vencer en el fervor y en la conquista de las aImas" 118.

Muchos se han fijado en 10 externo, en la organizacion, propagallda y medios humallos, y han olvidado mâs de 10 debido la vida interior, dando mâs importancia a la organizacion que a la vida interior de sus miembros, a la propaganda que a la vida sobrenatural de dirigentes y propagan­distas" 119.

Se han anotado fallos en los sacerdotes consiliarios, en los inscritos, en la preparacion de apostoles, y fallos en el ambiente 120; y, hablando de los jovenes de AC. haberles faltado una espiritualidad estrictamente laical, haber sido mâs proselitistas (ganar socios para la AC.), que apostoles, y no haberla tomado siempre como suya la J erarquia 121.

Pero no quisiéramos que esto sirviese para empaîiar 10 mâs minimo los méritos y servicios, excelentes, de la A.C.B. 122.

117 Ecl, 1943, 2, p. 586. Entre los firmantes figuran dos sacerdotes que en la actualidad son obispos residenciales.

118 Ibid., p. 581. En otro editorial, Recuento de fuerzas, 13 de agosto de 1949, anota la re­serva que en sectores cat6licos hay hacia la A. C.

119 V. ENRIQUE y TARANC6N, La amistad sacerdotal, 21 de abri! de 1946, en Escritos pastorales para sacerdotes, Tarrega, p. 25.

120 A. MONTERO, Fallos principales de las obras de apostolado seglar, en Actas dei Congreso Nacional de Perfecci6n y Apostolado (Madrid, 23 sep.-3 oct. 1956), t. II, Madrid, 1957, p. 426.

121 M. BENZO, Obras de apostolado seglar para los j6venes, en Actas ... , t. II, pp. 427-431. 122 Seria interesante hablaI' algo de las obras adheridas a la A. C., pero no podemos. Sin

embargo, no quiero dejar de mencionar la Asociaci6n Cat6lica Nacional de Propagandistas, donde tantos hombres se han ido formando con criterio cat6lico que han tenido después en la naci6n puestos de gran responsabilidad e influencia. En ella, la secci6n espiritual tiene tres fines precisos: la propia santificaci6n, desarrollo y perfecci6n de la Asociaci6n y trabajar en defensa de la Iglesia y la salvaci6n de los pr6jimos mediante la consagraci6n al apostolado cat6lico secular (cfr. Guia, nota 110, pp. 485, 491).

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9. La familia cristiana

El elemento fundamental de regeneracion cristiana de la sociedad fue elaramente sentido.

En 1942 se organizaba por la Asociacion Catolica de Padres de Fa­milia, de Valladolid, una serie de conferencias sobre el papel y los deberes de la familia cristiana en la regeneracion deI mundo 123. Ese mismo ano organizaba la de Madrid otro cielo de conferencias sobre el tema de la familia cristiana y sus enemigos 124 y se celebra en la misma capital la Asamblea general de la Confederacion Catolica Nacional de Padres de Familia. En 1943 tiene lugar en Barcelona un as conferencias para casados o proximos a casarse, y aparecen las Misioneras Parroquiales, cuya finali­dad es la santificacion de hogar familiar bajo la direccion deI parroco 125.

La consigna dada por la Direccion Central de A.C. para los cursos 1944-1945 y 1945-1946 fue la Restauracion cristiana de la familia. Ello motivo el correspondiente movimiento en las divers as diocesis. Los propo­sitos de la II Asamblea Nacional de presidentes y secretarios de Juntas dicesanas de A.C. relativos a la campana fueron: 1.0 Restaurar la oracion colectiva familiar. 2.° Hacer de la familia auxiliar precioso de la A.C. 3.° Comportarse con los criados, verdaderos miembros de la familia, como con hijos de Dios, luchando contra sus peligros de pecado, ayudandoles a ser buenos, instruyéndoles en la religion, siendo con e1los misericordiosos y ejerciendo siempre la utoridad de amos sin menoscabo de la caridad. 4.° Difundir intensamente la endclica Casti connubii, de Pio XI y los dis­cursos de Pio XII a los recién casados, divulgandolos desde la tribuna y la prensa y estudiandolos des de la catedra. 5.° Velar sobre los hogares obre­ros, combatiendo la miseria y ayudandoles a beneficiarse de la proteccion de la Iglesia, deI Estado y de cuantas instituciones procuren su bienestar espiritual y material. 6.° Promover la consagracion de los hogares al Co­razon de Jesus y al de Maria como fruto de una conducta ajustada a los mandamientos de la Ley de Dios y de la Iglesia U6.

Los hombres de A.c. se preocuparon primordialmente de su propia formacion como cabezas de hogar, de establecer contactos con las auto­ridades escolares para velar por la formacion cristiana de los hijos y coope­rar al restablecimiento de la public a moralidad. Las mujeres de A.C. diri­gieron sus esfuerzos a formar madres cristianas; funcionaron durante el curso en 31 diocesis Escuelitas deI hogar, con instruccion religiosa y ex­plicacion de los deberes de esposa y madre; prepararon a las jovenes para el matrimonio con cursillos y conferencias en 38 diocesis; realizaron el apostolado de cuna, instruyendo a las madres sobre la grandeza deI sa-

123 Ecl, 1942, pp. 150, 269, 486. 124 ECI, 1942, pp. 235, 329, 413, 486. 125 Cfr. Ecl, 1946, 2, pp. 245-246; Vida Religiosa, 3 (1946) 376. 126 Ecl, 1945, 1, p. 180.

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cramento deI bautismo y repartiendo canastillas en 35 diocesis; hicieron campana de restauracion de costumbres cristianas por medio de conferen­cias y propaganda escrita, octavillas, etc., en 41 diocesis; se celebro la Semana de la madre en 43 diocesis 127. Muchos obispos espanoles escri­bieron cartas pastorales alusivas. El obispo de Sigüenza propone como remedios contra la degradacion deI matrimonio: meditacion de la vida de Cristo y sus ensenanzas, la educacion cristiana por parte de los padres, la difusion de la doctrina matrimonial y familiar, las practicas piadosas en el hogar, medidas legislativas 128.

Con posterioridad continua el interés por el matrimonio cristiano. En 1947 tuvieron lugar, en Bilbao la Semana de la Fmnilia Cristiana, yen Gerona la Semana de la mujer cristiana. En 1949, conferencias para ma­trimonios en Santander, constitucion de un Secretariado diocesano de Ma­trimonios en Gr~nada, y jornadas de exaltacion de la faInilia en Coria 129.

La preparacion cristiana para el matrimonio fue una de las preocupa­ciones. Son numerosos los cursillos destinados a esa finalidad (Huesca, 1942; Madrid, 1943; Bilbao, 1944-1945; Madrid, 1946, unD para los jovenes y otro para las jovenes; Ciudadela -Menorca-, 1946, para ellas; en 1948, Badajoz, Tarragona, Madrid, Cartagena; en 1949, Tara­zona y Tortosa). Las ensenanzas deI Papa Pio XII se ponen al alcance de todos con las ediciones de sus discursos 130. Libros originales 0 traducidos al castellano que tratan deI tema se divulgan: sobre preparacion para el matrimonio, sobre la vida matrimonial, la madre, la educacion cristiana de los hijos (Angel del Hogar, Buck, Wirtz, Enciso ... ). La Inisma Accion Catolica organizo diversas exposiciones deI libro infantil y monto un ser­vicio de informacion y orientacion.

Los ultimos anos comenzaron a funcionar los "Retiros de matrimo­nios" en San Sebastian, que con diferentes matices se extendieron a San­tander, Vitoria, Valladolid y Madrid (nacia en Madrid el curso 1951-1952, la Obra Apostolica familiar, con una prehistoria enraizada en San Se­bastian) 131.

Se va, pues, preparando e iniciando el caInino a los movimientos de espiritualidad matrimonial y a una busqueda mas rica de su contenido teologico y espiritual.

10. Ambiente mâs cuita que camienza a abrirse

Con la posguerra coInienza un resurgir de la ciencia espanola. El Con­sejo Superior de Investigaciones Cientificas se crea con la finalidad de estimular, encauzar y fomentar ese resurgir, sobre todo, en el campo no

127 Ecl, 1945, 2, p. 81. 128 Ecl, 1946, 1, p. 440. 129 Ecl, 1947, 1, pp. 516-517, 644; 1949, 1, pp. 73, 207, 241. 130 La fami/ia cristiana, San Sebastian, 1943; Discursos a los esposos, Barcelona, 1944; P. ME­

SEGUER, Via regia deI amor, Barcelona, 1944. 131 Cfr. S. BEGUIRISTAIN, Obras de Apostolado Familiar, Madrid, S. a., pp. 97, 194, 201.

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ec1esiastico. Lo hace con sus revistas, publicaciones ... También extiende su influjo benéfico al campo ec1esiastico a traves del Instituto Francisco Suarez y posteriormente con los de San Raimundo Penafort, Santo Toribio de Mogroviejo y P. Enrique Flôrez, con sus respectivas revistas: "Revista espanola de derecho canônico", "Misionalia hispanica" y "Hispania sa­cra". El primero también con sus Semanas de derecho canônico 132. Del Instituto F. Suarez son conocidas de todos las semanas, tanto teolôgicas coma biblicas, celebradas esos anos, muchas de ellas publicadas, y sus revistas "Revista Espanola de Teologia" y "Estudios biblicos" 133. Hay que contar también en este resurgir con otras fuerzas: las restauradas fa­cultades de la Compania de Jesus en Espana, la Universidad de Comillas, la instaurada Facultad Teolôgica de los PP. Dominicos en Salaman­ca (1947), y la restaurada Universidad Pontificia de la misma ciudad deI Tormes (1940). También los Seminarios y Colegios de Religiosos sintieron el ansia de superaciôn y elevaron su nivel intelectual. Contribuyeron a despertarlo y estimularlo la celebraciôn de algunos centenarios (Trento, Vitoria, San Juan de la Cruz, Balmes, Suarez). Los seglares sintieron an­sias de una formaciôn religiosa mas profunda. Por ese tiempo aparecen nuevas revistas ec1esiasticas: "Revista de espiritualidad", "Verdad y vida" , "Colligite", "Apostolado Sacerdotal", "Liturgia", etc. Otras reaparecen como: "Estudios ec1esiasticos", "Estudios Franciscanos"... De cara al laicado funcionan los centros de El Escorial, Deusto y Granada.

En el campo de la intelectualidad podria citarse, coma dato especial, la conversiôn a Dios de don Manuel Garda Morente, su ordenaciôn sacer­dotal (1941) y su inesperada muerte 134, y coma hechos culturales el XIX Congreso Intemacional de Pax Romana (Salamanca-El Escorial, 1946) y la reanudaciôn de las Conversaciones Catôlicas Intemacionales de San Sebastian en 1947 (las primeras se celebraron en 1935). El tema versô sobre "El precepto evangélico deI amor entre los cristianos, como elemento de solidaridad intemacional" 135; el deI ano 1948 fue acerca de "Los dere­chos y los deberes de la persona humana en la sociedad civil seglin la doc­trina de la Iglesia" 136; el de 1949 tratô de "El dirigente de opiniôn y la armonia entre los pueblos" 137. Los problemas eran, como se ve, de can­dente actualidad y de gran importancia. Las conversaciones eran una ven-

132 Cr6niea de las tres primeras (1945, 1947, 1949). Cfr. La Ciencia Tomista, 69 (1945) 348-349; 73 (1947) 139-143; 76 (1949) 661-667.

133 Las Semanas teol6gicas comenzaron en 1941 y las biblicas el afto 1940. Cr6nica de las mismas, cfr. en las revistas editadas pOl' el Instituto F. Suarez. De la l Biblica habla D. ALARCIA en Espasa, 1940-1941, p. 1327.

134 M. DE IRIARTE, El protesor Garcia Morante, sacerdote. Escritos intimas y comentario biogràtico, Madrid, 1951. Cfr. también los preliminares en su Ideas para una tilosotia de la Historia de Espafia, Madrid, 1957.

135 Eel, 1947, 2, pp. 157, 184, 241, 293, 324-325, 336. 136 La Ciencia Tomista, 74 (1948) 329-330; Ecl, 1948, 2, pp. 298, 325, 401-403. Ideas hoy, des­

pués deI Vaticano II, admitidas par todos los cat6licos, no obtuvieron entonces la aprobaci6n deI pleno (y sigui6 después discutiéndose) cfr. Documentos, n. 3, San Sebastian, 1949, p. 146. Cfr. Raz6n y Fe, 138 (1948) 518-539.

137 Ecl, 1949, 2, pp. 154, 299, 325, 345-346.

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tana abierta al exterior; su fin: comunicacion mutua de ideas y de puntos de vista sobre problemas de interés general y la creacion de verdaderos lazos de union y de aInistad entre catolicos. Los cuadernos publicados por el CoInité de las Conversaciones con el titulo de "Documentos" estân des­tinados a mantener vivo el diâlogo. Su lema es "In necessariis unitas, in dubiis libertas, in omnibus caritas".

En la vida catolica espafiola de esos aiios no aparece, no se percibe una funcion especifica del catolico intelectual coma tal, cosa dis tinta a ser de hecho intelectual y confesarse catolico. En aquel sentido no se ve un laicado catolico, aunque hay intervenciones de intelectuales catolicos en temas religiosos y morales. La parte intelectual de 10 catolico sigue en las esferas eclesiâsticas religiosas y sacerdotales. En general, de cuiio conser­vador 138.

11. lnstitutos de vida consagrada

Las viejas ordenes y las Congregaciones religiosas cobran nuevo vigor de vocaciones y van sintiendo la necesidad, aunque no sea tan acusada coma posteriormente, de preparacion y adaptacion a las necesidades plan­teadas por la vida contemporânea. Ordenes que hasta entonces habîan estado casi por completo ausentes de las aulas unversitarias, hacen acto de presencia para adquirir una mâs completa formacion cientîfica.

Las religiosas de vida activa asisten a semanas, jornadas 0 cursillos de A.C., organizados para ellas 139. En diversas diocesis se establecen (1948-1949) Escuelas del Magisterio de la Iglesia para que las religiosas puedan adquirir una formacion profesional adecuada 140. En 1948 se cele­bro en Valencia una Semana de pedagogîa catequîstica para religiosas de­dicadas a la ensefianza, y en 1949 el Consejo Superior de Misiones, en co­laboracion con la Hermandad de Médicos y Farmacéuticos Catolicos de San Cosme y San Damiân, crea la Escuela Espafiola de Medicina para misioneros 141, Y se celebro en Madrid la Primera Semana de oracion y estudio para religiosas 142. Se Hama la atencion sobre la necesidad de que las religiosas y religiosos no clérigos adquieran conociInientos teologicos

138 Sobre la reacci6n ideol6gica entre los intelectuales (hombres de ciencia, poetas, etc.) hacia el sentido cat6lico, cfr. V. ENRIQUE y TARANC6N, La actuaci6n sacerdotal, 25 diciembre 1949, en Escritos pastorales ... , Tarrega, pp. 443·446; J. B. BERTRAN, S. J., Renacimiento religioso en la poesia hispana, en Ecl, 1947, 2, p. 426. En otro aspecto, véase P. LAiN ENTRALGO, Sobre el retorno de la creencia, en Ecl, 1941, n. 1, p. 31.

139 Gerona, 1941; Granada, 1944 y 1946; Malaga, 1945; Palma de MaUorca, 1945; Tarragona, 1946; Madrid, 1948; Ciudadela y Mah6n, 1949: Ecl, 1941, n. 19, p. 11; 1946, 2, p. 99; 1944, 1, p. 716; 1945, 1, p. 33; 1946, 1, p. 22 (en Las Palmas), 24; 1948, 1, p. 72; 1949, 2, p. 352.

140 Cfr. A. TABERA, A prop6sito de una iniciativa. La formaci6n profesional de las religiosas de ensefianza, en Vida Religiosa, 5 (1948) 271·282.

141 Cfr. ANA M." DE LA TRINIDAD, Algunas iniciativas de las religiosas, en Ecl, 1949, 2, pp. 656-657. Si se desea un mayor conocimiento de los diversos Institutos religiosos, cfr. Espafia Misionera (nota. 259), pp. 405-411.

142 Idem, ibidem, pp. 513-514.

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mas profundos y amplios, dadas las nuevas necesidades y situacion, coma de hecho 10 hace ya algun instituto 143.

Dentro de este resurgir de los religiosos hay que colocar la aparicion en 1944 de la revista "Vida religiosa", publicada par los PP. deI Inmacu­lado Corazon de Maria con caracter bimestral.

Las divers as Ordenes y Congregaciones, en conjunto, desempenaron, en general, un papel importante, cada una en su medida, en la reconstruc­don espiritual de Espana; y no solo en el orden religioso, sino también en el social y cultural 144. ElIas eran también las que surtian de manera preeminente las filas de misioneros espanoles fuera de Espana. Vuelven a poblarse antiguos monasterios: Jeronimos en El Parral de Segovia; los Trapenses en el monasterio de Cardena; las Jeronimas en Santa Paula de Sevilla 145.

Surgen plantas nuevas: (Institutos religiosos, Pias Uniones, Institutos Seculares); Misioneras Seculares (por Rufino Aldabalde, Vitoria, 1939); Hermanas Apostolicas de Cristo Crucificado (por M. a Seiquer y Amalia Martin de la Escalera, Santo Angel-Murcia-, 1939); Institucion Nuestra Senora deI Amparo (pOl' L. Fijo y Garay, Madrid, 1940); Javerianas -Hermanas de San Francisco Javier- (pOl' el P. Manuel Marin Triana, S. J., Madrid, 1941); Esclavas de Cristo Rey (por don Pedro Legaria, Tudela -Navarra-, 1941); Compania Misionera deI Sagrado Corazon de Jesus (por Angel Ayala, S. J. y PilaI' Navarro, Madrid, 1942); Inst. Charisas (Avila, 1942); Discîpulas de Jesus (por don Pedro Ruiz de los Panos, Valladolid, 1942); Instituto de Misioneras Parroquiales (Bilbao, 1943); Hijas de la Iglesia (Malaga, 1944); Congregacion de misioneras de accion parroquial (Segovia, 1944); Hermanas Oblatas de Cristo Sacer­dote (por J. M. Lahiguera, Madrid, 1944); Misioneras de Cristo Jesus (Javier, 1944); Discîpulas deI Divino Maestro (pOl' F. Blanco Najera, Guadix, 1944); Dominicas oblatas de Jesus (por el P. Silvestre Sancho, O. P., Madrid, 1946); Institucion de Cristo abandonado (pOl' el P. Ber­nabé Copado, S. J., Malaga, 1947); Esclavas deI Santisimo Sacramento y de la Inmaculada (por M. Rosario deI Espiritu Santo Lucas, Burgos, 1947); Instituto de Apostolado de Accion Catolica (por don Aurelio del Pino, Lérida, 1949); Obra de Santa Maria al servicio de la Iglesia (Madrid, 1949) 146.

12. Los sacerdotes diocesanos

En la posguerra encuentran anos de florecimiento. Comienza un as­cense en las vocaciones que se consideran, al menos pOl' algunos, coma

143 A. TABERA, Los religiosos y la ensenanza de la religi6n en los colegios, en Vida Religiosa, 6 (1949) 23-32.

144 Valgan coma ejemplo las Escuelas Profesionales de los Salesianos. Cfr. Ecl, 1942, 1, pp. 131-132; 1943, 1, p. 103; 1944, p. 1053; 1946, 1, pp. 101-102. 0 el 1. C. A. I. de Madrid.

145 Ecl, 1948, 2, pp. 521-522 (incremento de los cistercienses). 146 Las casas religiosas eran en 1949: de religiosos, 1.109, y de religiosas, 4.250; el numero

de religiosos profesos era de 13.339, y de religiosas profesas, 53.925 (Gufa, cfr. nota 83, p. 296).

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fruto de la sangre de los sacerdotes martirizados en la guerra. Parte nota­ble le pertenece a la A. C. por su propaganda y por los miembros que siguieron la vocacion. El clima de renovacion cristiana les favoreda 147.

Los seminarios, pujantes con nueva vitalidad; la parte formativa, espi­ritual, la disciplinar y la docente se prestigian. La vida espiritual, litûrgica y de piedad florece. Los fieles van tomando conciencia de la parte que a ellos les toca en el problema sacerdotal y cooperan a la solucion de las dificultades economicas que plantean la formacion de candidatos y los seminarios (Obra Pontifical de Vocaciones Eclesiasticas, Dia deI Se­minario ... ). También coopero el Gobierno de la Nacion con su aportacion economica.

Entre los sacerdotes diocesanos se advierte una vigorizacion intelectual y cientrnca en el campo religioso. Surgen en el clero inquietudes forma­tivas, apostolicas y de santificacion. Aparecen revistas dirigidas por ellos y para ellos: Surge, Apostolado Sacerdotal (1944), Incunable (1948) -ésta rnuy abierta a inquietudes y problemas-, Resurrexit.

ElIas colaboran a la formacion pastoral de los mismos, ademas de las revis tas anteriores destinadas al clero, pero no dhigidas por sacerdotes diocesanos, coma SaI Terrae e Ilustracion deI Clero.

Se celebran numerosas aAsambleas, Jornadas, Semanas sacerdotales, en que, junto a la convivencia sacerdotal se comunican experiencias y se estudian problemas actuales que les afectan, en orden a una mejor infor­macion 0 mayor formacion, segûn los casos (catequesis, A. C., Ejercicios espirituales ... ). Se tienen Semanas Sociales para sacerdotes; se crea, los ûltimos allos, en varias diocesis, la Escuela Social Sacerdotal; en divers as diocesis surgen instituciones en orden a una mayor eficacia apostolica o a una mejor preparacion (Asociaciones Beato Juan de Avila, Hermandad de Sacerdotes Diocesanos "Verbum Dei" -Pamplona, 1946-, Asocia­cion de Misioneros Parroquiales -Granada, 1948-; Asociacion de Sacer­dotes Misioneros Diocesanos -Oviedo, 1949-; Instituto Episcopal deI Beato Juan de Avila-Leon-; Convivium Ecclesiasticum S. Eugenii-Va­lencia-); ni faltan ensayos de ayuda para el sacerdote necesitado, coma el Hogar deI Sacerdote Desvitlido (Casasimarro, Cuenca, 1945) con car ac­ter nacional y regido por la nueva Asociacion de Hermanos deI Corazon Humanistico de Jesûs; 0 la Casa Sacerdotal para ancianos (Sevilla, 1948).

147 A. CASTRO, Bibliografla espafiola sobre temas seminarlsticos y sacerdotales (1939-54), en Seminarios, n. 1 (1955) 173-229. He aqui el movimiento vocacionista a partir de 1930 (G. DiEZ, O. S. B., Espasa, 1949-1952, p. 1379);

A ])[ 0 S Seminaristas

1930 ... ... ... ... ... 13.062 1934 .. , ... ... ... ... ... ... ... 7.516 1946 .. , ................. , ... 14.297 1947 .. , ........ , ... ... ... ... 16.317 1950 ... ... ... ... ... ... ... ... 18.107

Otras estadfsticas relativas a sacerdotes y religiosos, cfr. en la citada Gula, pp. 284·295.

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La figura dei Maestro Juan de A vila se hace cada dia mas presente. Fue declarado patrono dei clero secular espanol en 1946 y ese mismo ano se comenzô a publicar la revista Maestro Avila, dedicada a temas avilinos, y se conmemorô el cincuentenario de su beatificaciôn. Su ejemplaridad va tomando cuerpo. "Si quisiéramos sintetizar cuanto llevamos dicho, 10 podriamos hacer en tomo a la santidad de su vida. Fue una resultante de su entrega a Cristo y a las aImas. Ejemplo vlviente de algo que cuantos trabajamos en esta Revista llevamos muy dentro de nuestro corazôn: el es­tudio deI Derecho canônico como funciôn sacerdotal. Como allanamiento de caminos en orden a una mas facil, adecuada y eficaz actividad de la Igle­sia. Lo que nuestro sacerdocio, tibiamente vividos, hace a medias, 10 hizo deI todo hace siglos el apasionado afan con que el Beato 10 viviô" (Asi se expresa la direcciôn de la Revista espanola de Derecho Canônico 148.)

Vitoria es antena de corrientes nuevas y de impulsos de renovaciôn. Los obispos en sus pastorales tocan el tema sacerdotal (vocaciones, semi­nario, sacerdocio ... ) y se editan algunos libros, como la traducciôn deI de Mercier (1940) 0 Grimaud (1948); tiene aceptaciôn significativa el libro dei P. Vaca GuÉas de aimas; también se estudia el vidrioso tema de santidad sacerdotal y santidad religiosa (A. Peinador). Hay un resurgir en el que merece recordarse la labor llevada a cabo por los Operarios diocesanos deI Sagrado Corazôn 149.

VII. VIDA DE PIEDAD. LITERATURA y VIDA ESPIRITUALES

1. Vida de piedad

En la vida de pied ad parécenos que destacan la piedad cristolôgica y la pied ad mariana. A ellas nos limitamos.

Piedad cristolôgica. A través de diversas y variadas manifestaciones se patentiza la devociôn y el amor a Cristo. Quiza dentro deI conjunto sobresalga Jesus en la Eucaristia y en su advocaciôn deI Sagrado Corazôn.

Dice el P. Solano: "Muchos factores han influido ( ... ) en que la resul­tante quiza mas acusada de nuestra espiritualidad sea hoy el buscar directamente la persona de N. S. Jesucristo y tender hacia la uniôn con El por un aumento de vida interior. Mas que las virtudes como tales atrae Jesucristo intimamente amado; y el ejercitar las virtudes es consecuencia necesaria de este amor al Sefior. A Jesucristo no sabemos encontrarlo sino

148 Tomo 3 (1948), p. 844. 149 El obispo v. Enrique y Taranc6n dedic6 varias pastorales al tema sacerdotal, recogidas

en los citados Escritos pastorales para sacerdotes: La amistad sacerdotal, 21 abri! 1946, pp. 5-29; Orientaciones sacerdotales, 24 septiembre 1946, pp. 31-299; La soledad sacerdotal, 6 enero 1948, pp. 301-320; Ejercicios espirituales para sacerdotes, 6 mayo 1948, pp. 321-336; Nuestra casa sOlariega, 4 junio 1948, pp. 337-374; La alegria sacerdotal, 24 marzo 1949, pp. 375-420; La actua­ci6n sacerdotal, 25 diciembre 1949, pp. 421-488 la de San José Oriol, modelo de sandidad sacer­dotal, es ya de 1950.

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por medio de Maria y junto a Maria, y 10 hallamos preferentemente en la Eucaristîa y con el Corazon en el pecho. Estos matices coloran nuestro amor a Jesucristo; a ellos hemos de aiiadir el aspecto social, el del Cristo total, el deI Cuerpo Mîstico, y el aspecto litûrgico. Cada época tiene sus peculiaridades: la nuestra en Espaiia juzgamos que tiene éstas" 150.

Son solemnes las procesiones deI Corpus, es frecuentîsima la exposi­cion y cuIto al Santlsimo, la Adoracion Nocturna vive momentos de es­plendor, es practica extendida la visita al Santisimo; abundan las asam­bleas, los congresos eucarîsticos, sean locales, comarcales, diocesanos, provinciales, con sus procesiones y cuItos, sus comuniones, sus sesiones de estudio 151.

A proposito deI de Pamplona, 1946, escribe "EccIesia", de Madrid: "La voz unanime de los que han contemplado las recientes solemnidades de Navarra es de asombro. Los pueblos, desplazados en masa a la capital bajo la autoridad de parrocos y alcaldes. Las procesiones, unanimes y apretadas. Los comulgatorios, insuficientes. Los millares de niiios uniendo su mensaje infantil a la bronca voz de los aldeanos de montaiia y ribera" 152.

Estas asambleas 0 congres os no eran solo una vivencia y manifestacion de pied ad, sino que se pretende den un fruto que perdure. El programa eucarîstico propuesto por el obispo de Avila era: ha de preceder una cam­paiia intensa y perseverante, ordenada a despertar y vigorizar el espîritu eucarîstico de toda la COl11arca, de modo que sea realidad en todas las parroquias COl11arcanas: asistencia devota y consciente de todos los fieles a la misa los dîas festivos y muchos tal11bién a diario; sean numerosas las cOl11uniones frecuentes y cotidianas; se proll1ueva la visita al Santisimo de nutridos grupos; surjan por doquier pujantes y fervorosas secciones de Adoracion Nocturna; se nutran las filas de sacerdotes adoradores 153. No era, pues, triunfaIisl110 10 que se buscaba.

En junio de 1941 se inaugura el Santuario Nacional de la Gran Pro­mesa en Valladolid; en 1944 se celebraron solel11nel11ente las fiestas de las bodas de plata de la Consagracion de Espaiia al Sagrado Corazon de J esûs en el Cerro de los Angeles (1942): se renovo la consagracion, peregrinaron a él mas de 180.000 peregri'nos, 104.000 cOl11uniones, 88 vigilas noctur­nas, 212 Via Crucis 154. Durante estos aiios se consagran al Sagrado Cora­zon de Jesûs entidades, se entroniza su il11agen, se le levantan monUl11en­tos, se peregrina al Cerro de los Angeles y al Santuario de la Gran Pro-

150 J. SOLANO, S. J., La Teologia en Espaiia durante los ûltimos veinticinco aiios, en Gregoria­num, 32 (1951) 122-152; la cita, en p. 149.

151 He aquf algunos congresos: 1942, Vitoria (Ecl, 1942, pp. 796, 988, 1046); 1943, Santona, Sevilla; 1944, Vizcaya, Arévalo, Barcelona, Elizondo, Estella, Salamanca, Sevilla; 1945, Lum­bier, Segura, Arazuri y Aoiz, Vergara, Isaba y Ochogaray, Mondrag6n, Echarri, Aranaz, San Esteban dei Valle, Piedrahita, Sevilla; 1946, SangUesa, Olmedo, Tafalla, Caudete, Sevilla, Pamplona, San Sebastian; 1947, Orihuela, Gandfa, Alcaniz, Mon6var; 1948, Elche, Sevilla, Jativa, Barco de Avila, Alboraya (Valencia); 1949, Guadalajara, Piedralabes, Novelda (Murcia).

152 Ecl, 1946, 2, p. 368. 153 Ecl, 1947, 1, p. 160. 154 Ecl, 1945, 1, pp. 488, 516-617, 544-545.

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mesa 155. En 1949 se celebrô en Valladolid la Semana Sacerdotal Iberoa­mericana de oraciôn y estudio sobre el cuIto deI Sagrado Corazôn de Jesus 156.

Piedad mariana. La mariologia es una de las parcelas teolôgicas mas cuItivadas por los teôlogos espanoles de estos anos. Punto de partida fue el Congreso Mariano N acional que con ocasiôn del Centenario deI Pilar se celebrô en Zaragoza en el mes de octubre de 1940, dentro de un ambiente de acendrada piedad, con sus sesiones de estudio y literarias, y con representaciones ecIesiasticas y civiles. Estupendo fruto deI Con­greso fue la creaciôn de la Academia espanola de estudios marianos (So­ciedad Mariolôgica Espanola) 157. A partir de 1941 todos los anos celebrô una Semana de Mariologia, estudiando cientificamente variados temas ma­riolôgicos, en general con sentido monografico.

Junto a esta faceta cientifica con su influjo en la espiritualidad maria­na, hay que destacar ciertos hechos que dieron ocasiôn a la manifestaciôn deI fervor mariano deI pueblo espanol. Tales son la peregrinaciôn de la Virgen de Fatima por diversas diôcesis espanolas los anos 1947-1948, el movimiento asuncionista con sus votos y otros actos marianos asuncio­nistas entre los que merece un recuerdo el Congreso asuncionista fran­ciscano, celebrado en Madrid, octubre de 1947 y la anterior asamblea de la Sociedad Mariolôgica Espanola en Montserrat, y el Congreso Interna­cional de Congregaciones Marianas (Barcelona, 1947)158; el Congreso Ma­riano de Madrid (mayo 1948); las Asambleas Marianas de Sevilla; el ano amariano en Pamplona, 1946, y en Mallorca (mayo 1948- mayo 1949); las campanas marianas organizadas por la A. C. Es notable la riada de consagraciones al Inmaculado Corazôn de Maria en 1943 159.

Los cuItos deI mes de mayo, la practica de los primeros sabados de Fatima, el rezo deI Rosario sobre todo en el mes de octubre, las solemnes novenas en divers as festividades y advocaciones salpican de piedad ma­riana el ano y la geografla espanolas. Manifestaciôn de este fervor mariano son las peregrinaciones a diversas santuarios marianos (El Pilar, Mont­serrat, etc.) 160; las solemnidades en la coronaci6n can6nica de muchas

155 Consagraciones: Ecl, 1942, l, pp. 597, 1108; 1943, 2, pp. 142, 191; 1945, l, pp. 92, 115; 2, p. 394; 1946, l, p. 384; 2, p. 215. Monumentos: Ecl, 1942, p. 340; 1943, l, pp. 45, 595; 1942, pp. 796, 1085; 1944, pp. 537, 1082-1084; 1945, l, p. 576; 2, p. 402; 1946, 1, p. 495; 2, pp. 355-356; 1947, 2, pp. 327, 504; 1949, 2, p. 299. Peregrinaciones: Ecl, 1942, pp. 306, 1071, 1108; 1943, 2, p. 478; 1945, 1, pp. 491-492, 516-517 1948, 1, p. 714; 1941, n. 20, p. 25; n. 12, pp. 11-12. Peregrinaci6n a la Câmara Santa de Oviedo: Ecl, 1942, pp. 869-870.

156 ECI, 1949, 2, pp. 157, 242, 270. 157 Cfr. La Ciencia Tomista, 60 (1941) 56-60. 158 Ecl, 1941, n. 12, pp. 7- 8-10; 1942, pp. 182, 656, 796, 800-801; 1943, 2, p. 216; 1945, 2, p. 394;

1948, 2, p. 407; 1949, 2, p. 156; Estudios Eclesidsticos, 20 (1946) 620-621; 21 (1947) 138-140, 279-280, 426-628, 557-560; 22 (1948) 139-140, 837-838. Numerosas pastorales de prelados espafioles tocan el tema. El Congreso de las Congo Marianas: cr6nica, ib., 22 (1948) 137-139.

159 Cfr. Ecl, 1943, l, p. 621; 2, pp. 157, 21, 154, 215, 224, 239, 311, 325. 160 Ecl, 1942, pu. 514-546, 558, 896; 1944, l, p. 457; 1947, l, pp. 296, 450, 476, 269, 308 ...

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imagenes de la Virgen 16\ declaracion de su patronato 162, fiestas jubilares o centenarias 163; celebracion de ciertas festividades (la Inmaculada, la Merced, el Carmen, el Pilar. .. ). Nos parece que esta piedad mariana en­trana una teologia, que quiza muchos no vivies en conscientemente, y lleva normalmente un amor a la Senora. Los obispos ilustran y estimulan la de­vocion mariana con sus escritos pastorales. Como colofon aparecio en 1949 la revista ilustrada Miriam dirigida por los carmelitas descalzos de Andalucia.

2. Literatura espiritual 164

Las revis tas de ciencias eclesiasticas publican estudios sobre temas espirituales; en 1941 aparece Revista de espiritualidad, dirigida por el malogrado P. Crisogono. Continua publicandose la Vida Sobrenatural, de los Padres Dominicos con un caracter de divulgacion. En 1942, des­pués de la interrupcion forzada por la guerra espanola, reaparecio Man­resa, de los Padres Jesuitas, ampliando su campo de estudio a toda la ascética y mistica, aunque conservando lugar destacado para los ejercicios espirituales ignacianos 165. Durante ese tiempo se public an libros espiri­tuales en colecciones de espiritualidad existentes anteriormente ("Ascesis", de la Edit. Liturgica, "Los grandes misticos", deI Apostolado de la Pren­sa), 0 de nueva creacion ("Ascesis", de Soc. Ed. Atenas; "Patmos", de Rialp; "Ascética y Mistica", esc. IV de la B.A.C.). Ademas la B.A.C. publico en otras secciones libros que interesan a la espiritualidad y a la vida espiritual. Merece citarse también la colec. Excelsa (Madrid) y algun tomo de Escelicer y de la Pia Sociedad de San Pablo, con escritos de Santos Padres y Padres Apostolicos 0 escritos antiguos. Otras muchas edi­toriales dan a la imprenta y lanzan al publico libros espirituales.

Se editan obras de autores espafioles, clasicos en la materia, coma Santa Teresa de Jesus, San Juan de la Cruz, misticos franciscanos, San Igna­cio de Loyola, Juan de Avila, Luis de Granada, Luis de Leon, Malon de Chaide, etc., 0 traducciones de extranjeros, coma Ruusbroec, Kempis, San Bernardo, San Buenaventura, San Alfonso M. de Ligorio. Se tradu­cen autores espirituales modernos, coma Santa Teresita, Chautard, Isabel de la Trinidad, Beaudenom, Marmion, Aral11i, Plus, Schrijvers, Maug­l11igny, Tihal11er Toth, O. Prohaszka, Oligiati. Aparecen nuevas ediciones de libros contel11poraneos (dos de la Evoluci6n Mistica, de Arintero; una

161 Ecl, 1946, 2, pp. 553, 296; 1947, 1, pp. 519, 575, 659; 2, p. 213; 1948, 2, pp. 562; 1949, 2, p. 186.

162 Ecl, 1946, 2, p. 607; 1948, 2, p. 521; 1942, pp. 418·419. 163 D. ALARCIA El centenario dei PilaI', en Espasa, 1940-1941, pp_ 1338-1341; Ecl, 1942, pp. 514,

549; 1948, 1, pp. 561, 588, 549-550; 2, p. 355. 164 Cfr. Estado actual de los estudios de Teologia Espiritual. Trabajos dei l Congreso de

Espiritualidad, J. Flors, Barcelona, etc., 1957 (pont. Universidad Eclesiâstica, Salamancal. 165 Manl'esa, 14 (1942), p. 6. Se alude también a la misi6n providencial de Espafia. Cfr. pa­

recidas ideas en REVISTA DE ESPIRITUALIDAD, n. 1 (1941), pp_ 1-2.

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segunda de Vida santa y ciencia sagrada, de S. Lozano). Las grandes figuras son iluminadas constantemente con nuevos estudios (Santa Teresa, San Juan de la Cruz, Santa Teresita, San Ignacio de Loyola, Juan de Avila. También se vierten al espafiol estudios extranjeros sobre algunos de ellos. Se editan Cartas intimas 0 autobiograflas (Diego J. de Oidiz, Sorazu, M. a Alacoque Fuentecilla, M. a Esperanza de S. Rafael), y abundan los libros destinados a los jovenes y a las jovenes, bien de autores espa­fioles, bien extranjeros traducidos (Enciso, Labastida, A. Loetscher, Schil­gen, Vilahur, Tihamer Toth, Plus ... ). No falta alglin libro de rico con­tenido teologico y espiritual, 0 de gran aceptacion (Contemplata de Osende, 1945, 1947; Camino, de J. M.a Escriva, aparecido en 1939 llegaba en 1948 a la 5.a edicion en Espafia, aparte de las ediciones de Coimbra, México y Roma, las dos ultimas en 1949). Es copioso el género hagiogra­fico 0 biografico edificante, ademas de los relatos martiriales referentes al trienio espafiol 1936-1939. Intentar enumerarlos seria prolijo.

Manjar soUdo no falta, pero no se producen en Espafia libros espiri­tuales de trescendencia y envergadura en orden a la vida. En un orden especulativo se ha citado el libro de I. G. Menéndez Reigada sobre Los dones del Espiritu Santo (1948).

3. La espiritualidad en las manifestaciones artisticas

Poesia religiosa. La poesia religiosa tiene sus representantes y por­tavoces: Félix Garda, Pérez de Urbel, Eusebio Rey, Peman, Ramon Cas­telltort, M. Melendres, R. Cué, J. B. Beltran, V. Rivas, L. Rosales, Felipe Vivanco, J. M.a Valverde, Rafael Laffon, Fernandez Cordillo, Gutiérrez Padial, L. Panero, etc. 166.

La ortodoxia matiza profllndamente en esta época a nuestros autores; es espléndida la floracion religiosa, y singularmente mariana y eucarfstica deI grupo de poetas andaluces 167. Melendres llamaba la atencion de sus lectores en 1949 sobre la cantidad y calidad de liras, jovenes casi todas eHas, que cantan a Dios, besadas por el aire racUante deI Mediterraneo espafiol l68•

Teatro religioso. Peman sigue presentando nuevas obras de cal'acter moral 0 religioso: Yo no he venido a traer la paz (1942), HablaI' pOl'

166 J. B. BERTRÂN, S. J., Renacimiento religioso en la poesia hispana, en Ecl, 1947, 2 p. 426; L. AGUIRRE PARDO, Un poeta religioso espanol, en Ecl, 1948, 2, pp. 127, 132 (M. Melendres); M. MELENDRES, Poesia religiosa en el Mediterraneo espaiiol, en Ecl, 1949, 2, pp. 266·267, 408·409, 654·655; idem, Liras sacerdotales, en Ecl, 1946, 1, pp. 626·627 (R. CasteIltort, J. B. Bertl'àn); E. FERNÂNDEZ ALMUZARA, Cartas literarias, 5.a (Dos religiosos poetas: Félix Garcia, O. S. A., y Eusebio Rey, S. J.), en Raz6n y Fe, 120 (1940) 244·259; J. M. PEMÂN, Poesia nueva de Jesuitas. Pr61ogo y selecci6n de --, Madrid, C. S. I. C., 1948; A. VALBUENA, Antologia de poesia sacra espanola, Ed. Apolo, 1940; QUINTiN PÉREZ, S. J., Poesia religiosa 1940-1941, en Ecl, 1942, pp. 862·863 (Rosales, Vivanco, Pemàn); cfr. 1944, 1, p. 215; GERARDO DIEGO, Los poetas espa· noIes ante la Navidad, en Ecl, 1941, n. 1, pp. 32·33.

167 BERTRÂN, art. c. 168 Art. C.; Ecl, 1949, 2, pp. 266·267, 408·409. De estas liras unas estàn escritas en catalàn y

otras en casteIIano.

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hablar (1945), La verdad (1947), La tien'a de nadie (1947), Lo que debe ser (1948); E. Marquina, Maria la viuda (1942). Ademas en 1945 se estre­naron La carcel infinita, de Joaquln Calvo Sotelo; La mujer de nadie, de Francisco Cosio, y La pura mentira, de AraceIi de Silva; en 1946, Jesûs Crucificado, de Luis Fernandez de Ardavin, y Vuelo Nocturno, de Felipe Ximénez de Sandoval; en 1947, Cuento de cuentos, de Joaquin Dicenta; Quince diamantes, de Francisco Serrano Anguita; en 1948, Abdicaci6n, de J. Benavente; La heroina de Betulia, de Mercedes Salisachs de Junca­della; finalmente, en 1949, La familia Kasbin, de Julio Alejandro, y Ale­gre juventud, de Leandro Navarro.

El cine. La existencia de la censura -10 mismo que en el teatro­hacîa prever que la moralidad sustancial esta salvada, aunque siempre quepan diversos grados y apreciaciones. Pero en el cine, aparte de la producci6n nacional, ha de tenerse en cu enta la importaci6n 169. Segùn J. M. Cano, durante 1946 los films que se proyectaron en Espafia, se mantienen en general en una categoria media de moralidad, entre los nù­meros 2 y 3 de la escala de c'llificaciones entonces vigentes (es decir, para jôvenes y para mayores respectivamente), aunque mas que de moralidad habria que hablaI' de amoralidad; amorales son, en efecto, las pellculas en su mayoria; ni atacan ni defienden la moral cristiana, prescinden de ella; se nace, se vive y se muere generalmente sin Dios, sin alma, sin ninguna visi6n deI mas alla de la tumba; como excepci6n memorable ha de mencionarse "La canci6n de Bernadette" 170. POl' su parte J. L. Pini-110s en una cr6nica cinematografica lanzaba en 1948 el siguiente juicio: "la gran masa fllmica que inunda nuestro pais suele tener su fuente de inspiraci6n en el 'ethos' protestante y en la interpretaci6n de su ambiente se realiza casi pOl' completo segùn el criterio de 10 que desee la multitud reunida y le halaga. "De este modo, la vida cinematografica espafiola cons­tituye una especie de portillo abierto de par en par a toda aquella con­cepci6n de la vida que se rechaz6 en la contrarreforma" 171. En este sentido negativo abunda también J. Gutiérrez Maesso: "Nuestra literatura cine­matografica de hoy apenas si vielte anhelos vitales, espirituales, 0 mate-

169 En un balance deI cine en Espana durante el ano 1946, J. M. CANO afirma que pasaron sobre las pantaIIas de sus 3.013 cinemat6grafos cerca de 1.000 peIfculas: 390 norteamericanas, 171 espanolas, 85 alemanas, 82 inglesas, 68 italianas, 52 francesas, 27 mejicanas, 18 argentinas, 5 hispanoitalianas y 2 portuguesas (Ecl, 1947, 1, p. 76; cfr. también p. 191). En 1948 se estre· naron 267 nacionales y extranjeras (ibid., 1949, l,p. 106); 34 IIevan la calificaci6n de peIigro· sas, e. d. el n. 4 en la escala de calificaciones de la censura. En 1949 se estrenaron 256 pe· !iculas; de eIIas 23 definitivamente y 8 provisionalmente se dan como peligrosas (Ecl, 1950, 1, p. 23).

170 J. M. CANO, en Ecl, 1947, 1, p. 76. 17l JosÉ LUIS PINILLOS, Cr6nica cultural espaiîola, en Arbor, 10 (1948) p. 485 «(El cine de

estos meses))): «La fuerza, el orguIIo, el amor pasional, todas las tendencias que florecen ya espontâneamente en el hombre sin necesidad de que se las cultive, son las que a diario se l'iegan con las idealizaciones mâs barriobajeras en las salas de proyecci6m, (idem, id., 13, 1949, p. 352).

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riales de ningun género. En este sentido advierto yo una de las mas graves taras de nuestra cinematogrsfla. Esta ausencia de personalidad, de vigor psîquico propio, de sello indeleble de creaciôn genuina. Fascinados por 10 americano, hemos dado al olvido las mas seculares esencias europeas" 172.

Fijandonos en las producciones espaiiolas aparecen por estos aiios varias pellculas de contenido religioso: "El milagro deI Cristo de la Vega" (1941), "Forja de aImas" (1943), "Misiôn Blanca" (1946) -estas dos ultimas premiadas por el Sindicato Nacional deI Espectaculo-, "Reina Santa" (1947), "La fe" (1947), "La mies es mucha", "El Capitan de Loyola", "Aquellas palabras", "La manigua sin Dios", todas de 1949. Las dos ùltimas con "Misiôn blanca" y "La mies es mucha" de car acter misionaL "La mies es mucha" fue galardonada con el primer premio en el concurso anual deI Sindicato N acional deI Espectaculo y con el tîtulo de "mejOl' pelîcula espaiiola deI aiio 1949" pOl' el Cîrculo de escritores cinemato­graficos 173.

Pintura y escl'itul'a l'eligiosas. En Barcelona tienen lugar por estos allOS diversas exposiciones de arte religioso (1940, 1941, 1943 y 1945) 174.

En 1945 se abre en Madrid de Exposiciôn de Reproducciones Plasticas, es decir, de reproducciones de ima9;enes clasica~ es!)aiiolas realizadas por el taller de la Comisarîa General de Defensa deI Patrimonio Artîstico Na­ciona117S. En sus intenciones estaban presentes las necesidades de arte reli­gioso de tipo liturgico de actualidad entonces en Espaiia. En enero de 1946 se abriô en el Palacio de Exposiciones deI Retira, en la capital de Espaiia, otra exposiciôn con motivo deI Centenario deI Apostolado de la Oraciôn lï6, yen marzo deI 48, en el Palacio de la Prensa, una de Estam­pas de la Pasiôn 177. Existen otras exposiciones con aportaciôn religiosa, si bien reducida: Exposiciôn Nacional de Bellas Artes en el Palacio de Exposiciones deI Retira madrileiio (noviembre de 1941). En su secciôn de pintura fue premiada con medalla de 2. a clase La Anunciaciôn, de Marisa Roesset y en la de escultura, con medalla de 1.a, el Cristo del

172 JOSÉ GUTIÉRREZ MAESSO, Un bienio de cine espanol, en Arbor, 12 (1949), p. 542. J. M." OTERO SIM6N afirma: «Existe una constante pOl' exaltar valores profundos dei espiritu)) (Cine­matografia, en Enciclopedia de la Cultura Espanola, t. II, Madrid, 1963, p. 301). Pero no acierto a distinguir si se extiende también este juicio a la década a que aqui nos referimos.

173 Eel, 1949, 1, pp. 412-413, 442, 383; 1950, 1, p. 157. Cfr. Anuario Cinematogrdfieo Hispano­amerieano, dirigido por ANTONIO CUEVAS PUENTE (1950), pp. 139 ss.

174 Y. CÉSAR DE SALVADOR, Pintura y Eseultura, en Espasa, 1940-1941, p. ~48 (entre los pin­tores presentados en la primera de 1940, autores de las principales, recuerda a Masriera, Pe­llicer, Muntané, Ribera, Carlos Vazquez, Morel!, Vila Arrufat, Santamsagna, Rosel!6, Juan Gil, Opisso y Yagocésar. También Utrillo. Entre los escultores que merecen menci6n cita: Vicente Navarro, Llimona, Bohigas, Borrell y Nicolau, hermanos Oslé, Ant6n Monjo y otros); p. 249 (exposici6n de obras artisticas referentes a la Pasi6n de N. S. Jesueristo y Ulla exhibici6n de fotograffas titulada Diez siglos de arte religioso), 257; Espasa, 1942-1944, p. 222; 1945-1948, p. 319.

l7S C. BARBERAN, La Exposiei6n de imagineria religiosa, en Eel, 1945, 2, p. 398. 176 De ella: E. TORRES, La «figura de Cristo)) a través de pintores e imagineros espanoles.

Setenta ytres obras maestras de la pintura y de la eseultura religiosas en el Palaeio de Exposieiones dei Retiro. Gran empresa dei Apostolado de la Oraei6n, en Eel, 1946, 1, pp. 38, 54. Cfr. ibid., p. 88.

177 Espasa 1940-1941, p. 252.

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mar, de Ramon Mateu; en la pintura, ademas, se presentaron Los Cami­nantes de Emmaus, de Suarez Peregrin y La Virgen deI aire, de Julia Min­guillon, y en escultura, Grupo, de Margarita de Sans Jordi 178 • Exposi­cion en el Salon de Otono (1943) con esculturas de Laviada (El Sagrado Corazon de Jesus), Coullant Valera (La Virgen Maria y de Mamon Mateu (San Sebastian) 179. Exposicion Nacional de Bellas Artes (1945), con los cuadros de Rafael Pellicer (Cristo en la Cruz), de José MoreIl (Séptimo dolor), de German Calvo (Penitentes), de Rosario Velasco (La Anuncia­don) y la pintura mural de Soria Aedo (La Concepcion) 180 y con una mas amplia representacion en la escultura: La oracion dei huerta, de Federico Coullant Valera; Cristo en la cruz, de José Bueno 181; Descendimiento, de Victor de los Rios 182; Cristos yacentes, debidos a los escultores Gonzalez Macias y Monteverde; Sagrada Familia, de Alangua Puyet; Ave Maria de Enrique Marin Higuero; La Dolorosa, de Ignacio Pinazzo 183; Piedad (La), de José Presejo; El sacrificio de Isaac, de Antonio Cano Correa; Martir, de Vicent Cabrera; Santa Maria Sofia, de Gabino Amaya 184. Se pueden recordar entre los escultores a Castera Masia 185, el murciano Antonio Garrigos 186 y a Jacinto Higueras 187.

La obra de reconstruccion de templos Ilevada a cabo pOl' ese tiempo en muchisimos pueblos de Espana planteo con frecuencia al arquitecto la necesidad de la pintura mural en bovedas a absides. Esta, al mismo tiempo que plante6 el problema de la nueva pintura religiosa, dia oportunidad para la realizaci6n de una pintura mural de tipo religioso: José M. Ser n 1945) que rehizo, después de destruida durante la guerra espafiola, la ornamentacion mural de la Catedral de Vich 188; Rosario Velasco, con

178 F. JIMÉNEZ PLACER, El arte religioso en la Exposicion Nacional de Bellas Artes. Un pe­quefîo conjunto de obras, loable esfuerzo en el renacer de la tradicion religioso, en Ecl, 1951, n. 23, pp. 21-22; Y. CÉSAR DE SALVADOR, en Espasa, 1940-1941, p. 254.

179 J. C., El arte religioso en el Salon de atono. Esculturas de Cristo y la Virgen entre las 289 obras que presentan 259 artistas, en Ecl, 1943, 2, p. 517.

180 C. BARBERÂN, La pintura religiosa en la Exposicion Nacional de Bellas Artes, en Ecl, 1945, 1, pp. 592-594.

181 También expuso este escultor en la Lonja de Zaragoza (1949) Jesûs atado a la cOlumna, escultura realizada para la Cofradia de este nombre como paso para la Semana Santa (Espasa, 1949-1952, p. 1267). ,

182 A este i!ustre artista leonés se deben, entre otras esculturas, las de Jesûs Obrero y Dos Marias (C. BARBERÂN, La escultura religiosa de Victor de los Rios, en ECl, 1948, 2, p. 2).

183 En abri! de 1941 se expuso en San Francisco el Grande, de Madrid, el Santo Cristo de la Resignacion, de Ignacio Pinazo (Espasa, 1940-1941, pp. 252-253). Este mismo ano, en Bar­celona, en la Exposici6n de Artistas Gracienses, se encontraba la escultura Piedad, policromada, de Bohigas.

184 C. BARBERÂN, La escultura religiosa espafîola en la Exposicion Nacional de Bellas Artes, en Ecl, 1945, 1, pp. 12·14. Este mismo ano, en la Exposici6n de la Sociedad de Amigos deI Arte (Madrid), el Retablo de San Francisco, obra deI escultor Angel Ferrant, y en los claustros de la catedral de Barcelona se inaugur6 el altar de Nuestar Senora de la Luz, de Bohigas (Espasa, 1945-1948, pp. 315 Y 318, resp.).

185 J. B., La escultura realizada por Castera Mesia, en Ecl, 1946, 1, p. 612. 186 Una exposicion de escultura religiosa. Garrigos ha derribado el culto a la materia para

dar supremacia a las formas dei espiritu, en Ecl, 1946, 1, pp. 259, 693 «(Via Crucis», «El triunfo de los martires», «Cristo y la Samaritana»).

187 C. BARBERÂ, Jacinto Higueras, escultor imaginero, en Ecl, 1948, 1, p. 196. 188 Sert decora por tercera vez la catedral de Vich, en Ecl, 1943, 2, pp. 443·44; J. M. SÂN-

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La Virgen deI Mar para una iglesia del Pirineo; Vila Arrufat, con su pintu­ra para la Iglesia de la Santisima Trinidad, de Villafranca deI Panadés; las pinturas murales de Luis Muntané, y el Juicio final, de Germân Calvo 189.

Afiadamos la pintura simb6lica de Pedro Borell 190, y obras de otros pin­

tores como Julio Antonio 191, Salvatierra 192, Elena Botasi 193, Pedro Se­gism6n y Francisco Ribera 194.

4. Vida espiritual

Muchas de las manifestaciones religiosas y apost6licas de que ya hemos hablado revelan una vida espiritual no comûn y pueden de hecho consi­derarse, en muchos casos, como exponente de su dinamismo espiritual interior. Aqul fijaremos nuestra mirada en algunas no tocadas anterior­mente 0, al menos, no tratadas con la amplitud que merecen.

1. Movimiento de ejercicios espirituales 195.

Los ejercicios espirituales son una de las prâcticas ascéticas mâs fre­cuentes vividas durante estos afios. Punta de arranque en esta nueva fase ha de ser considerada el Primer Congreso Nacional de Ejercicios, celebrado en Barcelona (mayo de 1941). Escribe el especialista P. T. Arellano: "TaI como yo 10 vi, aquel primer congreso fue un reactivo enérgico y oportuno.

CHEZ DE MUNIAIN, Dos reeientes anéedotas de José Maria Sert, en Eel, 1943, 2, pp. 492-493; Gran Eneielopedia Larousse, t. 9, Barcelona, 1971, p. 657; A. DEL CASTILLO, José Maria Sert. Su vida y su obra, Barcelona, 1947.

189 C. BARBERAN, La nueva pintura religiosa espanola, en Eel, 1945, 1, pp. 520-522 idem, La pintura mural en nuestros templos, en Eel, 1948, 2, p. 534.

190 J. RIERA CLAVILLE, Pedro Borrell 0 «el arte por la ideal), en Eel, 1946, 2, pp. 564, 489. 191 J. VARA FfNEZ, Julio Antonio, pintor de la espiritualidad, en Eel, 1947, 1, p. 226. Siete

de sus 21 cuadros presentados son de tema religioso. 192 Salvatierra, pintor religioso, en Eel, 1948, 1, p. 450. 193 C. BARBERAN, Una nueva obra de pintura religiosa, en Eel, 1949, 1, p. 702 En otro sen­

tido, el mismo, Los esmaltes de Garcia Valenzuela, nuevas obras dei arte eristiano, en Eel, 1947, 1, p. 11, Y La Exposiei6n Naeional de Artes Deeorativas, en Ec!, 1947, 2, p. 27. En la arqui­tectura historicista tenemos la basilica de la Santa Cruz dei Valle de los Caidos, ideada por Muguruza y continuada por Diego Méndez. Dentro de la concepci6n revisionista de Miguel de Fisac estan la iglesia deI Consejo Superior de Investigaciones Cientificas, de Madrid, y las dominicanas de Valladolid y de Alcobendas. Cfr. C. AREAN, en El arte y el hombre, obra pu­blicada bajo la direcci6n de R. Huyghe, vol. III, Barcelona, 1967, pp. 479, 520.

194 C. BARBERAN, La nueva pintura religiosa espanola, en Eel, 1945, 1, p. 522. 195 I. IPARRAGUIRRE, S. J., Tendeneias en la espiritualidad aetual de los jesuitas espanolas,

en Estado -cfr. nota 164-, pp. 479-503; idem, Orientaeiones sobre la literatura de Ejereicios de San Ignacio en los tres ultimos decenios, en Manresa, 21 (1949) 257-178; S. SED6, S. J., La Casa de Ejereicios dei Colegio de San Ignacio de Bareelona-Sarrid, en Manresa, 17 (1945) 79-86; Cr6nica. Ejereieios en completo retira en la provincia de Castilla (1937-1943), en Manresa, 15 (1943) 83-86; J. CALVERAS, Historia de las tandas intensivas, en Manresa, 27 (1955) 188-192; T. ARELLANO, S. J., Evoluei6n dei movimiento de Ejereieios a partir dei Primer Congreso Na­cional, en Manresa, 30 (1958) 179-190; G. DiEz, en Espasa, 1949-1952, p. 1380; Cursillo de espe­cializaei6n para direetores de Ejereieios, en Manresa, 22 (1950) 17-22 (Surge, 7, 1949, 243-246); Cursillo de inieiaei6n para direetores de Ejercieios, en Surge, 7 (1949) 283-285; T. ARELLANO, S. J., Un Seeretariado Diocesano de Ejercicios, en Sai Terrae, 38 (1950) 6-12 (cfr. también Manresa, 21, 1949, 295, 381-391); I. IPARRAGUIRRE, Bibliograjia de ejercieios ignacianos (1936-1947), en Manresa, 20 (1948) 343-358; Bibliogratia ... (1948), ibid., 21 (1949) 279-282; Bibliogratia ... (1949), ibid., 23 (1951) 219-225; Memoria dei Primer Congreso Nacional de Ejereicios Espirituales. Cuarto Centenario de la Compania de Jesus. Barcelona, 5-11 de maya de 1941, Imprenta Re­vista Ibérica, XX-477 p.

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Era exactamente 10 que hacia falta en aquel momento historieo: y la reaccion se dcjo sentir pronto en forma de prolifiea produccion cientîfica y en forma de arrolladora difusion deI santo retiro de los Ejercicios. Empezaba la era de los Ejercicios" 196.

Hay progreso en el conocimiento historieo de los Ejercicios Espiri­tuales (Iparraguirre, Larrafiaga) y en el conocimiento directo de los Ejer­cicios y de su adaptabilidad (revistas Manresa, Surge; 1. Casanovas, J. Cal­veras, A. Oraa, M. Iriarte). De ello derivo, pOl' un lado, la actitud de il' mas al espîritu que a la letra, estudiar los principios que rigieron la adap­tacion de San Ignacio y aplicarlos en el presente, y por otro, il' a la sus­tancia y fondo evangélico de los Ejercicios 197.

En el centenario deI Libro de los Ejercicios (1948) abundaron los trabajos sobre los mismos. Su practiea se vio como un medio de recons­truccion espiritual. El Cardenal Magglione recordaba en 1941 el pensa­miento de Pîo XI sobre los Ejercicios, remedio de la ligereza e irreflexion de los hombres en 10 espiritual, palestra deI espîritu donde el alma reco­bre su nobleza y excelsitud nativas. Aplicandolo a Espafia decia: "Si se quiere dar un nuevo impulso a la renovacion espiritual que, después de tantos sacrificios, se siente en la noble y catolica Espafia, sera un poderoso medio el propagar en toda la Nacion esta "Obra de Ejercicios Parro­quiales", que hara de todos aquellos que se retiren a meditar, segûn el tradicional método ignaciano, las verdades eternas, perfectos cristianos, gue han de irradiar a su vez en tomo suyo la vida sobrenatural" 198.

La practiea se fue extendiendo y llegando a todos los estratos sociales. En 1940, solamente en Asturias, se dieron 19 tandas de Ejercieios con 1.145 ejercitantes empresarios, obreros y mineros; en 56 pueblos de Vizcaya se dieron 357 tandas con 69.178 ejercitantes 199. Ese mismo afio se dieron en la Santa Casa de Loyola 34 tandas con 1.258 ejercitantes y en la de Cristo Rey 14 con 289 ejercitantes; en la de Burlada (Pamplona) 28 tandas con 1.089 ejercitantes y en la de Tudela, 25 tandas con un total de 723 ejercitantes 200.

Hacen ejercicios los jovynes y las jovenes, las mujeres y los hombres; hacen los obreros, obreras, maestros, industriales, sacerdotes, religiosas, militares, frente de juventudes, oficinistas, pescadores, intelectuales, uni-

196 ARELLANO, Evoluci6n ... , p. 180. 197 Idem, pp. 182-183; IpARRAGUIRRE, Tendencias ... , pp. 486-489. 198 Carta al Obispo A. de Barcelona, 31 marza 1941, en Manresa, 14 (1942), p. 77. 199 ECI, 1942, p. 972. En 1943, 2, pp. 179-180, se ofrece el data de que 5.000 abreros de As­

turias han hecho ejercicios espirituales desde el final de la cruzada. Las facilidades de arden econ6mico otorgadas por las empresas en este y otros muchos casos son de alabar; sin em­bargo, en casos concretos quiza fuese causa de falta de libertad y de fariseismo 0 pasatiempo, por parte de los agraciados. Cfr. Ecl, 1941, n. 8, p. 11.

200 Cfr. Ejercicios en completo retira ... , en Manresa, 15 (1943) 83-86 (SED6, art. C., p .... ). Los afios siguientes, cuyos datos se dan en estas cr6nicas, va en aumento el numero de tandas y de ejercitantes, excepto en 1944 en Catalufia, que es algo inferior a 1943. A cerca de 100.000, seglin datos aun incompletos, ascendi6 el nlimero de las j6venes que hicieron ejercicios espi­rituales (cerrados 0 abiertos) durante la cuaresma de 1941 (cfr. Ecl, 1941, n. 8, p. 28).

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versitarios 201. Se fue extendiendo cada vez mâs la costumbre de organizar tandas especializadas para obreros, patronos, universitarios, militares, miembros de A. C., etc. 202. Se crearon secretariados de ejercicios (el Se­cretariado Central de Ejercicios espirituales de la A. C., en junio de 1946), se organiza en divers as diocesis la obra de ejercicios espirituales 203. Por toda la geografla espafiola van apareciendo nuevas casas dedicadas a este apostolado 204. El nùmero de casas existent es en Espafia en 1949 era de 173 205 •

Todo esto eXlgm mayor nùmero de directores de tandas de ejercicios y consiguientemente una formacion adecuada de los mismos. As! se orga­nizan cursillos para directores de ejercicios, sean sacerdotes diocesanos sean religiosos. Dar ejercicios se convierte en un apostolado aceptado por sacerdotes y por religiosos de la mayoria de las Ordenes religiosas, si bien sigue siendo los jesuitas los especialistas calificados de esta obra tan suya y de la cual poseen la mejor organizacion. Recordemos los cursillos de Covadonga (1943, 1944), Astorga (1946), Vitoria (1949) y las Jor­nadas Nacionales de adaptacion de los ejercicios espirituales a las diversas clases de socios de la A. C. celebradas en Pamplona en 1945 206• En la IV Asamblea sacerdotal de Vitoria (1941) se estudio el Libro de los Ejer­cicios y sus mùltiples aplicaciones 207.

Mencion especial merecen las tandas intensivas, nombre dado por su fundador P. José Calveras, S. J. a los ejercicios hechos durante dos se­manas consecutivas (libre el domingo) 0 durante un mes 208. Se dieron para sacerdotes deI clero secular y regular; las de dos semanas se dieron, ademâs, a teologos proximos a ordenarse 10 cual no resultaba utopico "dado el espiritu sobrenatural que reina hoy, dice Calveras, en los semi­narios de Espafia, con hambre de formacion y vida espiritual, verdadera bendicion de Dios a nuestra Patria que nos han alcanzado los mârtires deI tiempo rojo" 209.

Numerosas obras se dedican a la propagacion de Ejercicios y colaboran en ellos: Obra de Cooperacion Parroquial de Cristo Rey que en Madrid

201 Basta ir recorriendo las secciones de «Acci6n cat6lica» y ({Vida cat6lica nacionah> de Ecl de estos anos para darse cuenta de ell0. Cfr. Ecl, 1946, 1, pp. 243, 250.

202 En el ano 1948 se dieron ejercicios espirituales a 64.753 ejercitantes seglares, distribuidos en 1.869 tandas: Manresa, 21 (1949) 381-391. Las tandas especializadas en extremo tienen sus ventajas, pero ofrecen también sus desventajas. Cfr. Ventajas de no especializadas, en ECI, 1941, n. 8, p. 11.

203 Ecl, 1946, 1, P. 657; 1945, 1, p. 58; 1949, 1, pp. 406-407. 204 ECI, 1941, n. 8, pp. 12-13; n. 24, p. 25; 1947, 2, p. 450; 1942, p. 803; 1943, 1, p. 428 (cfr.

1945, 1, p. 273); 1945, 2, p. 163; 1946, 2, pp. 13, 58, 83 (cfr. 1947, 1, p. 532); 1946, 2, p. 478; 1947, 1, pp. 209, 604, 646; 1949, 1, pp. 323, 352, 464, 493-494.

205 Cfr. Manresa, 21 (1949) 383-389. 206 ECI, 1943, 1, pp. 605-606; 2, pp. 131-133; 1944, pp. 717-718; 1946, 2, pp. 265-266; Surge, 7

(1949) 243-246, 283-285; Manresa, 12 (1950) 17*-22*. 207 Ecl, 1941, n. 18, pp. 15-16. 208 J. CALVERAS, Historia ... ; idem, Practica de los Ejercicios intensivos, Barcelona, 1948;

Manresa, 21 (1949) 295; ARELLANO, Evoluci6n ... , p. 184. 209 J. CALVERAS, Historia ... , p. 189.

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se instalô en 1945 210 Y la Obra de Ejercicios Parroquiales211• También la A. C. prestô su colaboraciôn a la difusiôn de la prâctica de los Ejercicios Espirituales y en sus asambleas también se oyen referencias explîcitas a ellos 212. Nuevos institutos se dedican a este apostolado: Las Esclavas de Cristo Rey (Tudeln, 1941), tienen par finalidad fomentar los Ejercicios espirituales 213; con anterioridad las Misioneras Evangélicas (Vitoria, 1939) que llevan el peso de muchas Casas de Ejercicios 214.

El Congreso de Barcelona reconociô en sus canclusiones la eficacia de la obra de ejercicios parroquiales en la diôcesis de Barcelona, con sus Ligas de Perseverancia, la recomendô e hizo votos por que se extendiera por toda Espafia 215. A nadie se le oculta la importancia de estas Ligas de Perseverancia, conocidas la debilidad humana y la necesidad de que el plan de vida y propôsitos adoptados en los Ejercicios sean 10 mas eficaces que se pueda. Pueden definirse como "una Pîa Uniôn de personas que han practicado los Ejercicios en completo retira y que se juntan alrededor de la parroquia para conservar y perfeccionar el fruto de los Ejercicios y hacerlo extensivo a la sociedad cristiana, comenzando por la familia parroquial" 216. Celebran mensualmente comuniôn general y un dîa de retira espiritual, trabajan por el sostenimiento y la difusiôn de los ejercicios en las parroquias, organizan tandas y campafias para nuevos ejercicios 217.

También ayudaban a este fin de perseverancia la Alianza de Hombres Catôlicos, creada en la diôcesis de Palencia en 1939, y otras asociaciones semejantes existentes en otras diôcesis espafiolas 218.

Merece anotarse, aunque dando a la observaciôn el alcance debido, el sentir de un jesuita experto en las tandas de ejercicios recogido en un re­portaje de la revista "Ecclesia": "En mi contacto diario con los ejerci­tantes he podido apreciar esa inquietud espiritual, caracterÎstica de los dîas en que vivimos, y su entrega total a los impulsas de la gracia. Son mu cm­simos los jôvenes, sobre todo, que duermen en el suelo durante toda el tiempo de Ejercicios, los qVe ayunan a pan y agua, los que se pasan dîas enteros sin probar nada. Asî los frutos son maravillosos: vocaciones sacer­dotales, espîritu de penitencia. Mas de 350 jôvenes ejercitantes han venido a perdirme cilicios, que usan durante sus tare as de estudio 0 de oficina. Ya no se comenta si se come bien a mal durante la tanda de Ejercicios.

210 Cfr. DREE, I, p. 612; Ecl, 1947, 2, p. 214. 211 Sobre esta obra en Catalufia: Ecl, 1941, n. 8, pp. 11-12. Otra organizaci6n, en Manresa,

21 (1949) 389-390. 212 Cfr. Ecl, 1942, p. 1159; 1944, 1, p. 448; 1947, 1, p. 685. 213 DREE, II, p. 806; Espasa, 1940-1941, p. 1371. 214 Cfr. Ecl, 1941, n. 8, p. 13; 1947, 2, p. 450. 215 ConcIs. 17 y 18: Manresa, 14 (1942), p. 81. 216 Ecl, 1941, n. 8, p. 11. 217 Ecl, 1942, p. 972. 218 Ibid., p. 972.

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El ansia de entrega a Dios es la que mas emociona en los actuales ejerci­tantes" 219.

La lînea ascendente en el movimiento de ejercicios, comenzada a par­tir deI Primer Congreso Nacional, llega quiza, segUn autorizado testimo­nio, a su punto culminante durante el quinquenio 1945-1960 220

2. Ideal peregrinante. Cursillos de Cristiandad

El ideal peregrinante rebrota pujante en los jovenes de A.c.E. al ter­minar la contienda nacional 221 • Hitos son Zaragoza, 1940; Santiago de Compostela 1943 y, sobre todo, 1948. Pero por toda la geografia espanola se han sentido las pisadas y se han escuchado los cantos de la juventud peregrina. Saben mucho de eIlo los santuarios marianos. Hay una intensa actividad espiritual iluminada por ese ideaI. La juventud se forma y es apostoI. M. Aparici escribîa: "Y Espana vio en Zaragoza veinte mil jove­nes en gracia, veinte mil que eran uno, porque uno, Cristo, era el que vlvia en todos. Y se estremeci6 de gozo al orr que juraban vivir conforme a la creencia de que Maria, Madre, esta asunta en los cieIos y mediando ante el Cristo.

El Espiritu que les alcanzo Maria encendio nuevas ansias. Siguen su camino, cada unD por la senda que le trazara el Padre, en la universalidad deI Hijo, en comunion con el Espîritu, para rescatar a los hermanos y llevarles con eIlos hast a el sepulcro lejano deI Apostol Patron de las Es­panas, para a111 ser Cristiandad: muchos hechos uno solo, en la caridad de Cristo.

Su marcha es triunfaI. Cada dia un triunfo: un alma que renace 0

que crece en la fe y en el amor. Porque su J efe, su Guîa, su Rey, es Cristo, que dijo: "Yo he venido a poner fuego en la tierra, y j,qué he de querer sino que arda?" Y El, que es el Dios fuerte, el Admirable, el Gigante que corrio carrera, viene todas las mananas a la tierra deI corazon deI joven de Accion Catolica, para ponerIe fuego y hacerIe arder. Y en ese fuego y en ese ardor se purificara de escorias eI alma espanola y volvera a ser Cristiandad: "Luz y espada, martillo y cuna, evangelizadora deI Orbe" 222.

El ano santo composteIano de 1948 centro sus miradas. Hay movimien­to e ilusion. Se impregna de contenido espiritual, se le abre a dimensiones de catolicidad. Y funcionan cursillos de adelantados de peregrino s, cur­sillos de Jefes de peregrinos; se inculca el ideal peregrinante preparando la magna peregrinacion a Compostela. Y se lanza a todos los vientos el

219 Ecl, 1942, p. 974. Se escriben 0 traducen meditaciones a fin de facilitar la practica de la oraci6n durante el ano a los j6venes ejercitantes ansiosos de eIla.

220 ARELLANO, Evoluci6n ... , p. 181. 221 Se describen las etapas de este ideal peregrinante en el anexo 1 «(Sintesis hist6rica deI

desarroIlo deI ideal peregrinante») deI opusculo Par una cristiandad ejemplar. Carta abierta, Madrid, 1973, pp. 22·27.

222 M. APARICI, La juventud espanola, vanguardia de Cristo, en Ecl, 1941, n. 8, p. 21. Es reveladora la proclama a los peregrinos, ya aludida (cfr. nota 37).

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pregôn: "A todas las juventudes deI mundo que confies an la fe de Cristo y viven la comuniôn de su Iglesia", pero de modo especial a las de Portu­gal e Iberoamérica" 223. Es una invitaciôn a unirse "al menos en espîritu a esta marcha penitencial, figura y trasunto de nuestra peregrinaciôn hasta la patria celeste" 224. La finalidad es triple: penitencial, testimonial y de solidaridad en Cristo. Y como dijo el Cardo Primado de Espafia, es "pere­grinaciôn de penitencia, de renovaciôn interior, de adhesiôn firme a la Iglesia, de apostolado" 225.

Los actos deI 28 y 29 de agosto de 1948 fueron impresionantes, gran­diosos. Sôlo de A.C. se concentraron cerca de 60.000 jôvenes; a ellos se unieron 500 peregrinos extranjeros, correspondientes a 32 paîses 226. El Papa Pîo XII enviô su mensaje 227, mensaje de lineas maestras para el ideal peregrinante: "El peregrino vive de la fe y por esta fe 10 deja todo; el peregrino es una llama viva de piedad, el peregrino es generosidad y arranque, el peregrino es amor, respeto y adhesiôn a la Iglesia, es amplia y cristiana universalidad". Y luego la Hama a proseguir hacia adelante: "eso sois en estos momentos, jôvenes peregrinos de Compostela, yeso habéis de ser mafiana y siempre, jôvenes catôlicos de todo el mundo. "iAdelante, pues, juventud brillante, creyente y peregrina! iAdelante con vuestra ve­nera y vuestro bordôn!, que hay mucho que peregrinar hast a dar todo el corazôn a Dios y todas las aImas a Cristo; hast a el cielo que es nuestra meta".

El Presidente de la Junta Técnica Nacional, don Alfredo Lôpez, pide abnegaciôn y acciôn, buscar 10 primera el reino de Dios, afân incesante de perfecciôn, espîritu de fraternidad, cumplimiento integro deI Evan­gelio, deI de Jesucristo, no de una versiôn mixtificada y decadente 228.

Aquella siembra dei ideal peregrinante y de anhelos de santidad era preciso proyectarlos mâs aHâ de la peregrinaciôn flsica y corporal a Com­postela; habîa que hacer perenne el ideal. El 7 de enero de 1949 comen­zaba el primer cursillo de cristiandad en el Monasterio de San Honorato deI Monte luliano de Randa 229. Los cursillos de cristiandad habîan naci­do; fruto precioso deI peregrinaje compostelano.

En ellos se destaca el lado peregrinante de la vida cristiana, se toma conciencia de la Iglesia, Cuerpo Mîstico de Cristo, se vive cara al Cristo vivo, se actua en consecuencia trabajando en la propia santificaciôn y en el apostolado. En efecto, seglin Mons. Hervâs, tres frases sintetizan el ob­jetivo de los Cursillos:

221 Ecl, 1948, 1, p. 42. 224 Ibid. 225 Ecl, 1948, 2, p. 89. 226 Ibid., 2, p. 265; 1949, 1, p. 75. Las peregrinaciones durante el ano fueron 121, con un

total de 287.000 peregrinos. 227 Ecl, 1948, 2, pp. 257-258. 228 Discurso a los peregrinos de Santiago, en EC1, 1948, 2, pp. 263-264. 229 J. HERVAS, Los Cursillos de Cristiandad, instrumenta de renovaci6n cristiana, 3." ed.,

Madrid, 1960, pp. 22-23.

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"Por la gracia de Dios vivir intensas jornadas de oracion y estudio, para impetrar la gracia de ser peregrino de un eterno caminar de santidad" .

"Peregrinar es caminar por Cristo hacia el Padre, a impulsos del Espiritu Santo, con la ayuda de Maria y de los Santos, llevando conmigo a los hermanos".

"Senor Jesucristo: Yo, desde hoy, miembro consciente y creciente de tu Cuerpo Mîstico, en lînea con toda la cristiandad viva de la Iglesia militante, con tu gracia, aportaré mi ilusion, mi entrega, mi espiritu de caridad, para hacer mas efectivo tu Reino en mi alma yen la de todos mis hermanos" (que es respuesta aillamamiento de la Iglesia: "Cristo cuenta contigo") 230.

3. Vida consagrada y otras manifestaciones

Hemos hablado ya de los Institutos de vida consagrada, y senalado su vitalidad nueva, en general; también nos hemos ocupado brevemente de nuevas plantas que delatan la fuerza fecundante deI cristianismo de esos anos en Espana. Jesucristo en la Eucaristia, su Reinado en el mundo, el sacerdocio, el apostolado interior son hermosos relieves.

La Institucion Charitas ruega por la Iglesia y por el Papa, y con la oracion y el sacrificio y las obras de caridad promueve el Reinado deI Corazon de Jesus 231. Las Discipulas de Jesus se dedican a glorificar a Je­sucristo, Sumo y Eterno Sacerdote, Rey Inmortal y Maestro Divino, me­diante la oracion, el sacrificio, la catequesis y la labor vocacionista 232; las Hijas de la Iglesia adoran perpetua mente al Santisimo, viven el espiritu liturgico, forman aImas apostolicas, especialmente a las jovenes de Accion Catolica 233; las Hermanas Oblatas de Cristo Sacerdote oran por los sacer­dotes y aspirantes al sacerdocio, pOl' todos sin excepcion 234; las Dominicas Oblatas de Jesus tienen la mision de oral' pOl' la salvacion y perfeccion de las aImas 235; las Esclavas deI Santisimo Sacramento y de la Inmaculada se consagran a la ador2Cion perpetua reparadora 236.

Como dijimos, resurge con firmeza la Adoracion Nocturna espanola237 ;

florece el Apostolado de la Oracion 238 y sienten inquietudes espirituales las Ordenes Terceras seglares 239.

230 HERVAS, o. C., pp. 176-177. 231 DHEE, II, p. 1200. 2J2 Ibid., p. 761. 233 Ecl, 1946, 2, p. 14; 1948, 2, pp. 437, 441; Vida Religiosa, 5 (1948) 385. 234 Ecl, 1950, 1, p. 680. 235 DHEE, II, pp. 807-808. 236 Ibid. 237 Cfr. Ecl, 1945, 2, pp. 356-357. 238 Ecl, 1943, 1, pp. 318-310. Tenfan en Espafia 12.255 centros. Fruto deI Secretariado dioce­

sano de Barcelona, creado en 1940, habian sido 120 centros erigidos. 239 No poseo datos, fuera de la deI Carmen Descalzo, pOl' 10 que omito toda referencia.

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En los que buscan vivir una intensa vida espiritual hay matices y an­sias de austeridad y sacrificio 240.

También hubo excesos en la vida espiritual y en la de piedad. Lo prueban el casa de Bafiolas 241 y divers as devociones 0 practicas prohibidas por prelados espafioles: Cadena de oraciones 242; la llamada Virgen de las doce estrellas 243; la "Devocion a las gotas de sangre que derramo nuestro amado Redentor Jesûs" 244; la Cadena de San Antonio 245; abusos en tomo a las "Cruces de Mayo" 246.

En el orden de las costumbres anotaba el obispo Enrique Tarancon: "Las costumbres no solo no han mejorado después de la guerra, sino que van relajandose pada vez mas. El egoismo y la sensualidad, particularmen­te, van manifestandose cada dia con caracteristicas mas alarmantes. Pue­blos que habian resistido la avalancha de la inmoralidad incluso durante los allOS de la Repûblica, han abierto ahora sus puertas a las diversiones y a las costumbres inmorales.

La orientacion cristiana deI Estado, y la legislacion que en el orden social y pûblico principalmente se ha dado después de la guerra y que no puede negarse que obedece a un deseo de recuperacion de nuestras anti­guas tradiciones y de nuestro acusado perfil cristiano, no han calado en la sociedad; no han conseguido; al parecer, su objetivo ( ... ). Las costumbres no se cambian por decreto. El rumbo de una sociedad no se cambia repen­tinamente por una legislacion contraria. Ademas, hacer cristianos no es mision deI Estado ni es incumbencia de los legisladores. La orientacion deI Estado puede facilitar esta labor, pero nada mas que facilitarla. El apostolado es mision sacerdotal. Lo hemos de realizar nosotros.

Hasta hoy la evolucion de las ide as ha influido poco en la mas a deI pueblo ( ... ). La sociedad espafiola no esta a la altura de la orientacion cristiana deI Estado. Las convicciones deI puebla no van de acuerdo con la reaccion ideologica que se ha producido entre nosotros. Y el fenomeno es muy explicable" 247.

4. Bebiendo en las fuentes ,

a. Movimiento bîblico 248. Lentamente habîa ido avanzando el mo­vimiento bîblico en Espafia durante los afios que precedieron a la guerra

240 Cfr .• v. gr .• Ecl. 1941. n. 24. pp. 8. 25; n. 12. pp. 11·12; 1942. pp. 1092. 525. 241 Cfr. J. RICART. Desviaciones de apostolado. El caso de Banolas. Barcelona. 1941; Ed. 1942.

p. 116. 242 Por el arzobispo de Toledo: Ecl. 1942. P. 1062. 243 Por el obispo de Barcelona: Ecl. 1945. 1. p. 334. 244 Por el obispo de Malaga: Ecl. 1954. 1. p. 587. 245 Por el prelado de Badajoz: Ecl. 1946. 1. p. 580. 246 Por el arzobispo de Granada: Ecl. 1947. 1. p. 492. 247 La actuaci6n sacerdotal. 25-XIl-49. en Escritos pastorales .... pp. 246-247. 248 J. L. ORTEGA. Biblia. Novimiento biblico en Espana, en Espasa, 1949-1953. pp. 1405-1409;

L. ARNALDICH, Los estudios biblicos en Espana desde el ano 1900 al ano 1956. Introducci6n hist6rica, elenco bibliografico. con notas crUicas. Madrid. 1957; J. M. BOVER, La A. F. E. B. E. en el XXV aniversario de su fundaci6n, en Estudios Biblicos. 8 (1949) 135-168; F. CANTERA, Los

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dei 36. A partir de 1923 fue cobrando mayor auge. Se realizan algunas iniciativas, se proyectan programas mâs amplios de acciôn, aumentan los especialistas. Entre las iniciativas destacan la fundaciôn de la Asociaciôn para el Fomento de los Estudios Biblicos en Espafia (A..F.E.B.E.) y la Fundaciôn Biblica Catalana; entre los proyectos, la celebraciôn de Sema­nas Biblicas y versiôn castel1ana directa de los originales biblicos. Estos proyectos se vieron realizados después de terminada la contienda.

En la Primera Semana Biblica, celebrada en Zaragoza (sep. 1940), re­naciô de nuevo la A.F.E.B.E. que, asociada al Instituto Francisco Suârez deI Consejo Superior de Investigaciones Cientlficas, continuô celebrando anualmente las comenzadas semanas biblicas y fundô las revistas "Estudios Biblicos" -segunda época, vol. 1 (1941-1942)- Y "Cultura Biblica", revista mensual que apareciô en mayo de 1944. Mientras la primera aca­riciaba afanes estrictamente cientfficos, a diferencia de su primera épo­ca (1929-1936) en que abarcaba la investigaciôn y la divulgaciôn, "Cultura Biblica" se presentô con una misiôn divulgadora. Se juzga necesaria una mayor formaciôn de los catôlicos espafioles en este campo; por otra parte, la Biblia es fundamental para la doctrina y la vida religiosa catôlica, y la propaganda protestante de rechazo estâ exigiendo un mayor acercamiento a la palabra de Dios.

"Cultura Bfulica" en su primer numero hace suyo "el deseo (deI Papa) de difusiôn de la Biblia, de sus traducciones en lengua vulgar, de las disertaciones y conferencias biblicas; y sobre todo hace suyo, muy suyo, el de seo de vulgarizar los conocimientos biblicos por medio de adecuadas revistas". En febrero de 1949 decia la direcciôn: "La revista no es una re­vista simplemente; es ôrgano deI movimiento y apostolado bfulico". Sus pâginas y el celo de su infatigable director 10 comprobaban.

Dejando a un lado los estudios de investigaciôn 0 de publicaciôn C1'1-

tica de textos, el movimiento biblico ha tenido otras muchas manifestacio­nes. Cabe destacar, en primer lugar, la celebraciôn deI Dia Blblico que, proyectada en la Semana Biblica de 1945, comenzô en 1946 249• El ideal era que en todo hogar espafiol se poseyese, amase y leyese con frecuencia y piadosamente, la Biblia. El Dia biblico dio lugar a numerosas conferen­cias, exposiciones, emisiones radiofônicas, articulos en la prensa y actos

e~tudios hebraieos en la Espana aetual, en Eel, 1947, 2, pp. 429-430; Resurgimiento de los estudios biblieos y teol6gieos en Espana, en Eel, 1947, 2, pp. 176, 187; S. MUNOZ IGLESIAS, Mo­vimiento biblieo en Espana durante el ano 1948, en Estudios Biblieos, 7 (1948) 479-494; idem, Movimiento biblieo en Espana durante el ano 1949, en Estudios Biblieos, 9 (1950) 89-103; Bibliografia hispaniea de ciencias hist6rieo-eelesidsticas. La seeci6n de Biblia 0 Sagrada Es­eritura, en Analecta Sacra Tarraconensia, 14 (1941), pp. 194-198 (de la bibliografia); 16 (1943), pp. 144-148; 17 (1944), pp. 154-161; 18 (945), pp. 94-202; 21 (1948), pp. 228-235; 23 (1950), pp. 160-163; 24 (1951), pp. 195-200; M. QUERA, Literatura religiosa espanola. Ano 1944, en Estudios Eele­siastieos, 20 (1946), pp. 590-594; Literatura ... 1945, ibid., 21 (1947), PP. 528-532; Literatura ... 1946, ibid., 23 (1949), pp. 102;106; Literatura ... 1947, ibid., pp. 526-530; Literatura ... 1949, ibid., 25 (1951), pp. 532-536; Cultura Biblica, anos 1946-1950.

249 Este mismo ano public6 el obispo de Malaga, Dr. R. Santos Olivera, una importante carta sobre la propaganda cat6lica de la Biblia. Cfr. extractos en Ecl, 1946, 2, pp. 272-275.

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religiosos encaminados a incrementar eI conocimiento y el amor a la Sa­grada Escritura; en él se regalaron 0 vendieron a môdico precio muchisi­mos ejemplares deI N. Testamento. Las emisiones bîblicas deI P. Prado por radio Madrid (1943-1944) 0 las emisones de tema escrituristico en radio Segovia (a partir de 1934), el Cursillo de Sagrada Escritura para universitarios (Comillas, veranD 1944), el cielo de conferencias en Gerona de A. Vidal (1944 ss), los cursos de cultura biblica (1942 ... ) deI P. Félix Puzo, S. J. en la Inst. Balmesiana; las conferencias en tiempo de Cu ares­ma (1946-1947) por radio Vitoria de D. Jesus Fermindez, las meditaciones bîblicas de D. Alejandro Martlnez Gil por radio Nacional de Espaîia, la exposiciôn biblica celebrada en Gerona durante la Semana Santa en los aîios 1946-1949, las deI Seminario de Barcelona, las exposiciones navi­deîias en la Biblioteca Nacional de Madrid, el concurso biblico-escolar de BarceIona (1949), son testimonio de un movimiento que esta marchando hacia adelante.

Es digna de recordar la Asociaciôn de amigos de la Biblia, creada el allO 1949 en la diôcesis de Granda. Su finalidad principal: fomentar en sus miembros y en los demâs el amor y la lectura de la Biblia. Sus afiliados se comprometian a tener todos los dias, en privado, un cuarto de hora de lectura de la Sagrada Escritura 0 comentario de la misma 250.

El creciente interés pOl' la Biblia se manifiesta también en una lectura mas frecuente de la misma. Las multiples ediciones, totales 0 parciales que se lanzaron y propagaron 10 atestiguan. Recuérdense los nombres de Nâcar-Colunga, Bover-Cantera, Carmelo Ballester, Afebe, S. deI Paramo, J. Pons, Torres Amat-Petisco, J. Leal; 0 los evangelios concordados deI Cardenal Goma, Bover , E. Tintorio; 0 las versiones castellanas deI Nuevo Salterio de Pio XII (Sanchez Ruiz, J. Prado, Goma Civit-Termes Ros); 0

los Salmos y Proverbios en verso de Eloino Nacar; 0 libros de divulga­cïôn bîblica (Cayuela, Candido de Viîiayo, Criado, Colecciôn Florilegio Biblico, Juan Fernandez y Fernandez, R. Galdôs, A. Herranz), y las inte­resantes Lecciones sacras, d~l P. Alfonso Torres 251.

Se publican vidas 0 estudios sobre la vida y doctrina de Jesucristo, originales 0 traducidos (Vilariîio, Pérez de Urbel, J. M. A. Villalobos, Fillion, Grandmaisson, Lebreton, Riccioti), sobre san Pablo (Holzner, Bo­ver), etc.

El movimiento biblico esta en plena expansiôn al ternùnar la década y promete abundantes frutos a mas de los logrados. No hay que olvidar el impulso que en todo eI orbe catôlico recibiô deI Papa Pio XII, sobre todo con su endelica Divino Afflante Spiritu (30 sep. 1943), cuyo texto

250 Cultura Biblica, 6 (1949), pp. 55 Y 86. Otros datos sobre conferencias y articulos y obras pueden verse en MUNOZ IGLESIAS, y 10 segundo y tercero, en QUERA y Analecta S. T.

251 Escelicer, Cadiz, 1943-1947, cinco volumenes. Cfr. QUINT! PÉREZ, S. J., La predicaci6n deI P. Alfonso Torres. Las ,lLecciones Sacras» vis tas por dentro, en Raz6n y Fe, 136 (1947) 61-72.

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castellano aparecio en las ediciones de la famosa traduccion de la Biblia N acar-Colunga.

La vida espiritual de los espanoles se va acercando mas y mas a sus fuentes bîblicas. La Biblia es para todos, no solo para los sacerdotes. J. L. L. Aranguren escribia en 1949: "El actual movimiento bîbUco nos va empujando amorosamente a la lectura frecuente de la Biblia ( ... ). Los catolicos dificilmente nos imaginamos 10 que ha representado el Libro sa­grado en la vida de los protestantes. Su version luterana es un monumento de la literatura -y de la lengua- alemana y esta tan intimamente unido a la vida religiosa como entre nosotros los devocionarios y hoy -merced al movimiento Utûrgico, paralelo al bîblico- los misales" 252.

b. Movimiento Utûrgico 253. El movimiento liturgico no ha tenido en Espana las manifestaciones que en otros paîses. Segun Franquesa el movimiento "ha penetrado en Espana mas lentamente y se ha desarrollado con mas dificultad que en otros paises, quiza porque ha faltado prehistoria 0, en otras palabras, no hallo el campo preparado. Le ha faltado una base teologica y eclesiologica como tenia Alemania, 0 patristica y tradiciona­lista, como Francia, 0 una tradicion ritualista, como Inglaterra. Se hace difîcil encontrar entre los escritores 0 apostoles deI siglo pasado algo que pueda considen:rse de algun modo como base de ese movimiento" 254.

El P. A. Pascual cree que una de las causas de que el movimiento no haya tenido tanta aceptacion en Espana como en otras partes ha sido el no haberse sentido con tanta urgencia la necesidad de reforma.

En este movimiento hay que destacar la labor de los benedictinos de Montserrat y de Silos, la figura deI Cardo Goma y los dos acontecimientos precursores: Congreso liturgico de Montserrat, julio de 1914, y Semana liturgica de Banolas (Gerona), en julio de 1917. A partir de la posguerra experimento un gran avance, que se vio acelerado con la publicacion por Pio XII de la enc. "Mediator Dei" (22 nov. 1974). El espîritu liturgico, siempre creciente se manifesto de multiples maneras:

1. Una mayor atencion a temas litûrgicos, como 10 demuestran los articulos publicados en revis tas, las conferencias pronunciadas, las po­nencias leidas en Semanas de Estudio, las ediciones de libros liturgie os 255.

2. La aparicion de la revista "Liturgia" que comenzo el ano 1944 en Toledo, fundada por los sacerdotes Juan Francisco Rivera y Casimiro San-

252 En Arbor, 12 (1949), p. 143. 253 A. M. MARCET, Introducci6n a la tercera edici6n, y C. SANCHEZ ALISEDA, Introducci6n a

la cuarta edici6n, a la obra de 1. GOMAs y TOMAS, El valor educativo de la liturgia cat6lica, Barcelona, 1954, pp. XI·LI y LIII-C, resp.; el mismo GOMA, t. II, pp. 341-350 deI libro; A. M. FRANQUESA, Movimiento liturgico contemporaneo, en DHEE, II, pp. 1330-1333 (en Es­pana); A. ALAMO, Evocando cincuenta aiios de apostolado liturgico, en Liturgia (Silos), 1 (1946) 269·275, 306-313; A. PASCUAL, El movimiento liturgico en Espaiia, ibid, 6 (1951) 18-25; M. GA­RRIDO, o. S. B., Curso de Liturgia cat6lica, Madrid, 1961, pp. 52-64; la revista Liturgia (Silos), allOS correspondientes. Anos citados de QUERA y Analecta. Cfr. nota 248.

254 L. C., p. 1330. 255 Cfr. QUERA y Analecta S. T. citados.

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chez Aliseda con car acter mensual. En 1946 se bicieron cargo de ella los benedictinos de Silos. Es revista de divulgaci6n e informaci6n. Haciendo la recensi6n de la misma escribîa José Vara Pinez en "Verdad y Vida": "Hacîa falta una publicaci6n de este tipo para encauzar, proteger y alen­tar toda esta gran corriente litùrgica que desde diez anos a esta parte se viene desarrollando en Espana" 256.

3. La renovaci6n deI espiritu litùrgico en los seminarios (Vitoria, Barcelona, Pamplona, A vila); el interés por la liturgia en los circulos de estudio, en sus revistas y en la vida de piedad de los miembros de AC.E.; la esmerada educaci6n litùrgica dada a sus afiliados por la Secci6n Feme­nina de Falange. Eran varios centenares de j6venes las que pasaban todos los allOS por el Castillo de la Mota de Medina deI Campo, y muchas de ellas serian después en sus parroquias colaboradoras deI sacerdote.

4. Una participaci6n mas activa en la Santa Misa, a través deI uso deI MisaI de los fiel es, de cânticos y de la comuni6n. Decia a este prop6-sito Sanchez Aliseda: "Digamos que el gran avance que ha experimentado éste (mov. lit. esp.) a partir de la posguerra, se centra en la popularizaci6n deI MisaI. Todos los que se dedican al comercio deI libro saben que el Misalito es siempre un éxito editoriaI. Desde las ediciones deI MisaI Le­febvre, que es caro, hasta las mas populares como las de Gubianas, Anto­nana, Padres Paulinos, Rambla, Molina, Sanchez Ruiz, Pérez de Urbel, Sanz Burata, Montserrat, Castillo, Ribera, Pons, etc.

Hoyel MisaI esta en manos de nuestro pueblo. Y esta en manos de los hombres, otro triunfo deI MisaI" 257.

Aparte de los misa1es completos hay que recordar los misa1es especia­les de domingos y fiestas, de Semana Santa, de Difuntos, deI Ordinario de la Misa, 0 para los nifios, la juventud, etc. (J. Fernândez Ogueta, 1. Fl6rez de Lemus, C. Montserrat, M. Onieva, G. Prado, Xiberta ... ), asi como los diversos libros y hojas que tratan de facilitar la comprensi6n y la partici­paci6n en el sacrificio eucaristico (R. Alcocer, T. Baumann, Gutiérrez O'Neil, F. M. Fernandez, A Garcia, Goma, German Nùnez, A Rojo, A Rubinos, C. Sanz-Pastor, los traducidos de Pio Parsch y de V. Mae­sano).

5. Meditaciones de tema litùrgico, bien originales, bien vertidas de otras 1enguas (B. Moneta, Sanchis Alventosa), y otros libros, como "Itine­rario Litùrgico", de Pérez de Urbel; "Allo Litùrgico", de Prohaszka; "Li­ber Sacramentorum", deI Cardo Schuster; "Glosas Litùrgica", de L. Seco.

6. Es también significativo el hecho de que Institutos de perfecci6n, surgidos por ese tiempo tengan una espiritualidad fuertemente impregnada de espiritu litùrgico (Misioneras Seculares, Hijas de la Iglesia).

7. Finalmente, la creaci6n de comisiones diocesanas de liturgia, y la

256 Verdad y Vida, 2 (1944) 247-248. 257 L. C., p. XCVII. Cfr. también FRNQUESA, art. cit., p. 1332.

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celebraciôn de cursillos 0 jornadas liturgicas, como las J ornadas liturgicas de Gerona (1943), el Cursillo de canto gregoriano (Montserrat, 1943), Cursillos de perfeccionamiento liturgico en Montserrat (1946), 0 sobre la santa misa (1948); Cursillo sobre el misaI en Santiago de Composte­la (1947); conferencias en Leôn (1948) sobre la enc. "Mediator Dei"; Cursillo de liturgia de Tarragona (1949) y acerca de las ceremonias de Semana Santa, en Santander, 1949. Muchas de las conferencias pronun­ciadas en la campaiia a favor de la santificaciôn de las fiestas -de que hemos hablado en otro lugar- tenian también matiz liturgico. El ansia de renovaciôn cristiana deI comienzo de la década encontrô en la liturgia un sôlido manjar espiritual. Ha bastado después que la Iglesia haya facilitado y urgido una mas amplia participaciôn liturgica de los fieles para que el puebla espaiiol la haya incardinado a su vida de manera normal y casi sin estridencias. Su fe, su sentido de adhesiôn a la Iglesia, su preparaciôn se 10 han facilitado.

Esto no impide el que durante los aiios a que nos referimos tuviese devociôn a los santos, gustase también de las procesiones, de los triduos y novenas, de los sermones y de la predicaciôn extraordinaria de misiones y ejercicios espirituales.

5. Redescubriendo y ampliando horizon tes 258

El resurgir deI catolicismo espaiiol llevô consigo un resurgimiento deI ideal misionero. Espaiia en los siglos de su grandeza fue eminentemente misionera. Lo pregonan a todos los vientos las naciones de América y Asia que de ella recibieron la luz y la vida del evangelio.

El Gobierno espafiol creaba en 1940 el Consejo Superior de Misiones, en el sene deI Ministerio de Asuntos Exteriores; su finalidad era proteger y ayudar a las misiones en el extranjero. En la orden de creaciôn (5-IV-40) se dice: "Los misioneros religiosos espaiioles son portavoces de los prin­cipios fundamentales de la tradiciôn salvados por nuestra santa cruzada y de los valores culturales espaiioles. A la vez que evangelizan, mantienen el vigor de nuestro idioma y 10 propagan. Su acciôn es merecedora por todos conceptos deI apoyo deI Estado, que debe prestarle la ayuda posible para su mejor encauzamiento y provecho en el aspecto cultural, como siempre 10 hizo en los siglos de engrandecimiento y esplendor" 259.

Fiestas centenarias traen el recuerdo de glorias misioneras, a la par que espaiiolas y avivan el ideal de las misiones: IV Centenario de la ida de San Francisco Javier a misiones (1941) y de su llegada al Japôn (1949) con la peregrinaciôn espaiiola a esta naciôn 260; IV Centenario de la muerte

258 Cfr. ECI, 1947, 2, pp. 226, 251, 383. 259 Cfr. palabras de A. Martin Artajo, entonces Ministro de Asuntos Exteriores, y deI Nuncio,

C. Cicognani, Espaîîa misionera. Cattilogo de los misioneros y de los religiosos espaîîoles en el extranjero, Madrid, 1962, p. 19, nota, y p. 12, resp. El texto citado, en p. 17, nota.

260 Cfr. Ecl, 1941, n. 24, p. 25; 1949, 1, pp. 300-301, 435, 476, 653; 2, pp. 41-42.

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(3 junio 1548), de Fr. Ju:m de Zumarraga 261; IV centenario deI naci­miento (10 marzo 1549) de S. Francisco Solano 262, y con menor repercu­si6n, el segundo de la partida de Fr. Junipero Serra para misiones 263.

Continuan publicandose 0 reaparecen veteranas revistas misionales, coma "El Siglo de las I\1isiones", "La Obra Maxima", "Catolicismo". Ésta reapareci6 con anhelos de contagiar a sus lectores con su espiritu eminentemente activo, y sobre todo infundir en sus entusiasmos misiona­les su caracteristica propia e inconfundible de universalidad 264. Se fundan nuevas revis tas : "Mission8.1ia hispanica", "Espana Misionera" (1944), lle­gando a un numero considerable de revistas de esta indole misional. En 1947 eran 31.

El eje deI movimiento estaba en algun sentido en la Direcci6n Nacional de las Obras Misionales Pontificias y de la Uni6n Misional del Clero, que recibi6 gran impulso de don Angel Sagarminaga. Se celebran Asambleas 0

Jornadas misionales, se dan cursillos y conferencias, se organizan concur­sos, semanas y exposiciones. Entre éstas hay que recordar la Exposici6n de Pamplona con ocasi6n deI IV Centenario de la marcha de S. Francisco Javier a las Indias (1941) 265, las de Vitoria (1944, 1949), la Primera ex­posici6n dellibro misional espanol (1945) y la Exposici6n del Atlas de las Misiones Espanolas en América (1947), ambas organizadas pOl' el Consejo Superior de Misiones 266. En 1946 se celebr6 el II Congreso Nacional de la Union Misional deI Clero 267, yen 1948 y 1949 la Semana de Orientaci6n Misionera, en Burgos. El Seminario de Misiones Extranjeras de esta capi­tal se renueva con nuevos Estatutos y nuevo edificio.

Hay semanas 0 cursiIlos de formaciôn misionera para magisterio 268,

para la juventud misionera, para cruzados de las misiones ... Pero el gran acontecimiento misional del ano es el Dia deI Domund. Pastorales de los obispos, Prensa, Radio, predicaciôn, colectas ... y la mas variada colabo­racion le dan un marchamo singular. Es revelador de una mayor concien­cia misionera el avance prodigioso de la recaudacion econômica en este dia. De menos de medio millôn de pesetas en 1939 y algo mas del medio millôn en 1940, llegô en una linea ascendente continua a casi diez millo­nes en 1949, y a dieciséis largos en 1952 269

• Se proyectan, como ya vimos, algunas peliculas misionales. La Cruzada Misional de Estudiantes de Es­pana (C.M.D.B.), organizada en Vitoria con caracter diocesano, adquiere en 1939 caracter nacional. En 1947 contaba "con mas de 200.000 miem­bros, agrupados en mas de 500 centros, pertenecientes a institutos, escue-

261 Archiva Ibera-Americana, 8 (1948) 550·553. Cfr. también 9 (1949) 575·576. 262 Ibid., 9 (1949) 571·574; Ecl, 1949, 2, pp. 93·94, 102, 186. 263 Archiva ... , 9 (1949) 575. 264 Cfr. ibid., 2 (1942), p. 135. 265 Cfr. Ecl, 1941, n. 17, pp. 8·10. 266 Cfr. La Ciencia Tamista, 71 (1946) 163·166; Ecl, 1947, 2, p. 422. 267 EC1, 1946, 2, PP. 15·16, 44, 102, 130. 268 Ecl, 1944, pp. 704·705. 269 Cfr. Espasa, 1942·1944, p. 1152.

Page 55: De la persecucion al entusiasmola Repûblica cuando se comenz6 (mayo 1931) la quema de conventos. Madrid, Câdiz, Mâlaga, Sevilla, Murcia, Valencia, Alicante, fueron tes tigos de

DE LA PERSECUCION AL ENTUSIASMO 309

las normales, colegios y universidades" 270. También en Vitoria se englO canônicamente el ano 1944 la Uniôn de Enfermos Misioneros 271. En 1948 fundô don Juan José Pérez Ormazabal la Asociaciôn Misionera Seglar (A. M. S.), primera asociaciôn de seglares misioneros que se fundaba en Espafia 272. Este mismo ano la Santa Sede asignô la misiôn de Los Rîos (Ecuador) a la diôcesis espafiola de Vitoria 273. En 1949 el Instituto Espa­fiol de Misiones Extranjeras enviaba, por primera vez, misioneros a Sud­âfrica 274, y la Conferencia de Metropolitanos Espafioles creô la Obra de Cooperaciôn Sacerdotal Hispanoamericana. Su fin: promover y regular la afluencia de sacerdotes a las diôcesis deI mundo hispanico que los necesita­sen 275. Este mismo ano se inaugurô en Madrid el Colegio Sacerdotal "Don Vasco de Quiroga", para sacerdotes espafioles que han de ejercer su apos­tolado en Hispanoamérica y Filipinas 276. Por iniciativa deI Consejo Su­perior de Misiones se creaba la Escuela Espafiola de Medicina para Mi­sioneros 277.

En 1947 los religiosos de nacionalidad espafiola que trabajaban en América eran mas de 15.000 278, Y mas de medio millar de comunidades contemplativas en Espana secundaban el movimiento misional279. Para ellas se publicaba la revista "Orate". Brotan nuevas congregaciones religiosas especfficamente misioneras: Compafiîa Misionera deI Sagrado Corazôn de Jesus, Madrid 1942, que busc a servir a la Iglesia en misiones por medio de hospitales, dispensarios, leproserias, colegios, c2tequesis, obras socia­les, etc. 280; Misioneras de Cristo Jesus, Javier, 1944, que pretenden ser misioneras en primera lînea en cualquier misiôn que dependa de la Sa­grada Congregaciôn de Propaganda Fide (hoy para la Evangelizaciôn de los pueblos) 281.

En el puebla de Dios en Espafia va calando cada vez mas profundo el espîritu misionero y sus obras 10 van demostrando. Esta en marcha. No guiere decir que haya llegado a la meta 282.

270 Cfr. Ecl, 1947, 2, p. 226. 271 Cfr. Ecl, 1944, p. 513.

ISAÎAS RODRÎGUEZ, OCD Plaza de Espafia, 14

Madrid-13

272 Cfr. Ecl, 1973, p. 1080; a. 1948, 2, pp. 493, 661. 273 Ecl, 1948, 2, p. 160. 274 Ecl, 1949, 1, p. 550. 275 Su reglamento en Ecl, 1949, 2, pp. 202-203. 276 Ecl, II, p. 606. 277 Ibid., p. 688. 278 Cfr. ECI, 1947, 2, p. 411. 279 Ecl, 1947, 1, p. 189. 280 DHEE, l, p. 473. 281 Ecl, 1945, 1, pp. 226-227; Historia de la espiritualidad, vol. II, Barcelona, Fl6rez, 1969,

p. 614. En este tomo J. Gomis estudia Vida y corrientes en la espiritualidad contempordnea, pp. 527-594, con los siguientes apartados: «Apostolado y ciencia laical» .«Espiritualidad seglar». «La espiritualidad familiar». «Espiritualidad liturgica». «Espiritualidad biblica». No se limita a Espafia. Sigue un método distinto al que hemos seguido. B. Jiménez Duque, en DHEE, pp 864-877, hace un resumen historico de la Espiritualidad espafiola, pero prescinde positivamente de los afios posteriores a nuestra guerra.

282 El obispo de Orihuela exhortaba, en 1949, a una fOl'maci6n mas viva de la conciencia misional. Aunque va creciendo el ideal misionero, opina, sin embargo, que Espafia no ocupa alin el lugar que le corresponde. El P. R. GAVINA, S. J., public6 una Antologia poética misional, Bilbao, 1948, con el fin de prestar ayuda eficaz para la preparacion de veladas, academias, fiestas y actos misionales.