Cuando La Casa Se Derrumba (Testimonios)

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    Jefa de Gobierno del Distrito CapitalJacqueline Faria Pineda

     Secretaria General de GobiernoSiboney Tineo Secretaría de Promoción de ComunasGerardo Córcega Coordinación AcadémicaEmanuele AmodioEscuela de AntropologíaUniversidad Central de Venezuela

     Coordinación InstitucionalGerardo CórcegaSecretaría de Promoción de Comunas Diseño y DiagramaciónOficina de Comunicaciones Ilustraciones:Niños y niñas de los refugios Corporación de Servicios del DistritoCapital, Galerías La Fé, Módulo de Carapita y

    del Nuevo Urbanismo Macarao Entrevistadoras y transcriptoras:María José Gómez, Elis Meza, Mónica Pérez, Roraima Ramos Asistente de edición:Roraima Ramos 

    Gobierno del Distrito CapitalEsquina de Torre a Principal, Casa de Gobierno del Distrito Capital,

    frente a la Plaza Bolívar; Parroquia Catedral, Caracas 1010Telfs: (58-0212) 860.36335 – 860.88.17 – 861.92.83www.gdc.gob.ve Cuando la casa se derrumba.Testimonios del riesgo, el refugio y la nueva vida.Caracas – Venezuela 2013 © Gobierno del Distrito Capital 

    Depósito legal Nº lf3032014301676

    ISBN Nº 978 - 980 - 7525 - 01 - 5

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    El drama de la vivienda no tiene solución en

    el capitalismo. Aquí lo vamos a solucionarcon socialismo y más socialismo.

    Hugo Chávez Frías, 2011

    Las calamidades ocurridas por las lluvias ydeslaves de los años 2010-2012, fueron el iniciode una serie de acontecimientos trágicos que, deuna manera u otra, marcaron la vida de cente-

    nares de familias caraqueñas. Muchas de éstasque vivían en territorios populares urbanos (ba-rrios) sufrieron la pérdida parcial o total de susviviendas, viéndose obligadas a ser ubicadas enrefugios que el Gobierno Nacional dispuso paradar resguardo a quienes sufrieron la tragedia.Ante esta catástrofe la Revolución Bolivarianaaceleró la construcción de viviendas con el fin de

    atender estructuralmente la problemática a nivelnacional y dar respuesta inmediata a todas lasfamilias afectadas directamente por el diluvio,así como garantizar el acceso a una vivienda ópti-ma, derecho que había sido vulnerado sistemáti-camente durante los cuarenta años de gobierno

    de la IV República. Es a través de la Gran Misión

    Vivienda Venezuela que el Comandante SupremoHugo Chávez se compromete históricamente acumplir este objetivo, afirmando el 3 de febrerode 2011, que “no habrá familia en el país que notenga su vivienda propia y digna”.

    Rescatando la experiencia de aquellas(os) queen carne propia vivieron el traslado, el refugio

    y la llegada a su nuevo hogar, y para dar voz alas(os) protagonistas de todos estos eventos y,al mismo tiempo, recoger datos fehacientes parafundamentar las acciones necesarias a solventarlos problemas producidos por el desastre, se pro-movió desde el Gobierno del Distrito Capital, unarecopilación de testimonios tanto en los refugioscomo en los nuevos urbanismos, haciendo hincapié

    en la memoria del desastre, la vida en los espaciosde emergencia y finalmente en los nuevos aparta-mentos. De este modo, los relatos que se publicancuentan la experiencia del riesgo y del momentodel desastre, expresando el arraigo hacia un te-rritorio impregnado de sus huellas y vivencias,

    pero también la voluntad de acceder a un una nue-

    va vida, una vida digna.

    Los testimonios de estas viv encias se han dividi-do en tres tiempos: la memoria del riesgo, dondese relata el momento crucial, el desastre, cuan-do les tocó abandonar su hogar; la experienciaen los refugios, donde cuentan como fue la llega-da al refugio, la convivencia y el sentimiento de

    desarraigo; y la nueva vida, donde se narra loque implica habitar un nuevo lugar. Adentrarseen estas experiencias tiene la finalidad de dar aconocer la acontecimientos que vivieron estasfamilias y como la Revolución Bolivariana, reivin-dicando los sectores populares históricamenteexcluidos, en el marco del compromiso de garan-tizar la justicia social y la dignificación de la vida

    de los habitantes de los Territorios PopularesUrbanos, ha logrado cumplir con el legado y lavisión del Comandante Supremo Hugo Chávez Frías.

    Hacia la construcción de una vida digna

    Jacqueline Faria

    Jefa de Gobierno del Distrito Capital

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    1. La memoria del riesgo

    Ese cerro se nos estaba cayendoNo sabías para dónde correr

    No, eso no se está cayendo, decía yo

    Eran casi las 12 de la noche

    Abandonar nuestra casa, nuestro hogar

    Lo que importa es la vida, lo demás que se caiga

    Escuché un estruendo por debajo de la tierra

    No me gusta la lluvia

    Lo perdí todo

    Dios mismo me avisóYo veía mi casa bien

    Tu casa también está en alto riesgo

    Teníamos la esperanza de que escampara

    Me fui para un refugio

    2. La experiencia de los refugios

    Uno no está en un refugio porque quiere

    Con ganas de salir corriendo

    ¡Ay! dios mío, pa’onde llegué yo

    Yo cocinaba para todos

    Nos toca estar aquí

    Siempre buscamos la manera de cómo resolver el problema

    No que quiero salir al patio

    Nos pusimos de acuerdo en grupo todos

    Los niños, cuando están ahí, empiezan a jugar

    No somos unidos

    Mamá vámonos de aquí, yo ya no soporto más

    3. La vida nueva

    Siento felicidad, mucha felicidad

    Aparentemente las personas se ven buenas

    Chávez hizo esto para vivir mejorEs como empezar de cero

    Sumario

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    Ese cerro se nos estaba cayendo(Mujer adulta mayor)

    Yo, antes del refugio, trabajaba de peluquería,

    cuando vivíamos en esa casa a la que se metía elagua y teníamos que estar sacándola, porque vivía-mos en un cerro y no teníamos una pared y enton-ces todo el cerro se metió para dentro. La lluvia yla parte de los manguitos, todo ese cerro se cayóy eso se metió pa’ dentro y bueno, estuvimos allíen el refugio por dos años..., no, año y siete mesesestuvimos allí. Se cayó todo el cerro de la parte de

    arriba y tapió la quebrada, y se vino una pared de lacasa y se metió la cloaca, el pantano y todo eso ytuvimos que salir corriendo.

    Yo que estaba con mi nieto esa noche, tuvimos quesalir corriendo a las doce de la noche y mi esposoestaba trabajando, entonces vinieron los bom-beros y dijeron que no podíamos seguir viviendo

    allí y nos trasladaron al refugio. Me sacó el consejocomunal, porque ya Protección Civil y los bomberosme habían dicho que no podía estar ahí porque eramuy riesgoso y me podía caer el cerro encima ymatarnos los que estábamos ahí, mis hijas y misdos nietos. Salieron de la casa corriendo, salimos

     

    corriendo, el cerro se nos venía encima y cada vezque llovía teníamos que salir corriendo porque esecerro se nos vino encima, ese cerro que está porKennedy; entonces como veíamos que ese cerro

    se nos venía encima, nosotros corríamos y co-rríamos, pensando que no se nos fuera a venir esecerro encima y no nos fuera a tapiar, eso fue unacosa terrible, espantosa, una cosa fea, cuando senos cayó ese cerro; “¡Ay señor!, que no nos vaya atapiar ese cerro”. Gracias al perro, yo tenía una

    perra y ella, claro como son tan instintivos, ella

    comenzó a ladrar y darle a la puerta y jalarme porel vestido pa’ que saliera, esa perra que la tengotodavía allá arriba, por esa perra fue que yo medi cuenta que ese cerro se nos estaba cayendo,porque la perra nos jalaba y vimos el árbol que esta-ba allí gigantesco y se cayó, una cosa fea. Fue enton-ces que salimos nosotros corriendo hacia la otracasa, donde mi mamá, y por la vereda, corríamos

    por la vereda y salimos corriendo para allá y luegotuvimos que salir de allí porque era muy peligroso.Vinieron los bomberos y Protección Civil tomaronfotos y nos dijeron que no podíamos estar allí, quedesocupáramos y buscáramos un refugio; hablamoscon el del consejo comunal, ella sacó un poco degente que estaba en riesgo y nos llevó al refugio,y gracias a dios. Bueno, pasamos trabajo los pri-

    meros días, después el gobierno nos ayudó, vino uncomandante que se llama P. nos tendió bastante lamano, ¡que dios lo bendiga!; después vino tam-bién Distrito Capital, me y nos ayudó, porquepasábamos hambre y dormíamos en el piso losprimeros días y gracias a dios todo pasó.

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    No sabías para dónde correr(Mujer adulta)

    Cuando llovía, los días de las tragedias y las emer-

    gencias eran noches donde no podíamos dormir yde angustia. Las casas que estaban cerca de mí,en frente de mí, esas casas se hundieron, inclusosin yo ver tenía miedo porque el terreno seguíacediendo, era impresionante como yo veía queeso se hundía cada día más. Fíjate que desde elaño 1995 había tres familias que los bomberosdijeron que estaban en riesgo, pero nunca los

    llevaron a un refugio. Nada más los bomberos ledieron un papel que les decía que ellos estabanen riesgo, nosotros no nos sentíamos en riesgoporque veíamos que no pasaba nada. Entoncespensábamos que los consejos comunales nostenían como menos, como que la gente de la mon-taña sí y la del tanque no, nada para nosotros.

    Después, ahorita en el 2009, fue que nos dimoscuenta de que sí tenían razón pues, porque empezóa hundirse. Incluso en el 2008 fue que hicieron unacarretera, porque no había carretera para el sec-tor donde estábamos nosotros. Chévere, la carre-tera la hicieron muy bien, los jeeps ya llegaban has-

    ta allá arriba, ya cuando la emergencia nos dimos

    cuenta de que se empezó a hundir, no fue que sedeslizaba, fue que se hundía.

    Lo que ocurría es que nos pasaba cerca unaquebrada y cuando te digo cerca son unostrescientos metros. Entonces, cuando llovía,nos pasaba la quebrada horrible. Recuer-do que esa noche se fue la luz, no teníamos

    luz y escuchábamos como se deslizabanlos cerros pero muy poco, y la carreterase empezó a abrir, era temprano y todo seempezó a hundir, tú sentías como se hun-día en centímetros. Ninguna casa se fue,todas se hundieron, fue una experienciahorrible te diré y sin luz fue un desesperoporque no sabías para dónde correr, escucha-bas nada más lo que sucedía pero no estabasobservando lo que estaba pasando. Graciasal consejo comunal que nos prestó la ayudainmediata. Ellos nos llamaron y allí mismo su-bieron y nos bajaron al módulo de la policía.No estaba en condiciones, pero estaba

    en mejores condiciones que nuestras casas.

    Me acuerdo muy bien que se vino una parte delcerro, había una rejita por donde un señor sedirigía a su casa, esa reja se vino y fue un ruidoestruendoso, la pared de la señora que ya esta-ba diagnosticada desde el año 95 se vino abajo,de la parte del frente de mi casa yo veía cómoel cerro bajaba, bajaba, bajaba las paredes no se

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    iban pero se veía como el cerro se deslizaba; es

    una experiencia que no deseo a nadie. Lo quehacíamos era gritar y desesperarnos, el consejocomunal fue quien nos prestó apoyo.

    Esa primera noche nos fuimos todos al módulo, nosdijeron que agarráramos la poquita ropa que tu-viéramos a la mano y los papeles, que si partida de

    nacimiento, cédula y todo eso y nos llevaron inme-

    diatamente al módulo. Lloré muchísimo, no lo acep-taba, de hecho había momentos en los que pensabaque no lo iba a soportar. Quise regresar a mi casa, loprimero que pensaba era en mis hijos. Todo lo estabahaciendo era por mis hijos, por el bien de ellos. Perote juro que hubo momentos feos, no es lo mismoestar en una carpa donde había dieciocho familiasdurmiendo en literas y cada una con su propia mane-

    ra de convivir, no es fácil, nada fácil.

    La cuestión comenzó a mejorar en el refugio cuan-do llegaron las carpas unifamiliares, pero no erafácil cocinar para treinta y siete familias, la coladel baño… Cuando tú te parabas en tu casa notenías que hacer cola para entrar al baño. ¿Cómohacías para llevar el niño al colegio si tenías quepararte súpertemprano, teniendo el colegio tancerca, porque tenías que hacer la cola en el baño?No era nada fácil. Yo no estoy acostumbrada a te-ner mis niños en la calle; eso era una pelea a cadarato porque no podía tenerlos todo el día monta-dos en la litera, eso era a cada rato una pelea. Yo

    los quería tener encerrados, pero no podía. Ellos

    me decían: “Mamá vamos a la casa” y yo les decíaque si íbamos a la casa y esa noche llueve y se nosviene el cerro encima ¿Cómo hacemos? Lo juro,yo no le deseo esto a nadie. Yo quisiera que laspersonas que están en riesgo las sacaran de unavez a sus casas y no pasaran por un refugio..., y heescuchado a personas de otros refugios decir queel de nosotros era rey porque ellos habían visto

    cosas peores en sus refugios y yo, bueno, si elloslo dicen porque mi experiencia en el refugio fuehorrible. Me sentía mal y con el tiempo fue que mefui adaptando, pero no era que ¡ay, qué chévere!,no. Incluso había momentos en los que yo queríacomo que irme a donde mi mamá, sin importar sime daban vivienda y yo veo cómo hago…, pero todolo hice por mis hijos. Regresar a donde mi mamáera como volver a vivir arrimada. No, después deque yo era jefa de casa, no podía.

    En el refugio había demasiados chismes, muchasmujeres… Entre hombres jamás hubo inconve-niente, porque los hombres se iban a trabajar

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    y quedábamos las mujeres. Que si porque los

    problemas con los niños, que si la otra no hizolas arepas completas, que si la otra no limpió elbaño… En sí, en sí, problemas graves no teníamos.Los problemas eran las carpas, eso era lo único,porque cuando nos pasaron adentro todo cambió,cuando estábamos en la carpa que llovía el aguanos pasaba por debajo y eso, entonces uno decía:“Me vine de mi casa por la lluvia y el agua y aquíigualito me está afectando” pero, la solución fuemeternos dentro del módulo. Para los niños hastaera divertido, por lo menos mis niños se sentíanmás en libertad, estábamos todos en una carpa, y jugaban y reían. Ellos no veían la magnitud de lo queestaba sucediendo. Cuando yo les regañaba quelos quería tener en la cama, ellos me decían quequerían volver a la casa, con su televisor y todo eradistinto, pero si yo los tenía afuera jugando con losdemás niños eran felices ni se acordaba de la casa.Además, eran los mismos vecinos, las treinte y sie-te familias eran todas del mismo lugar, los mismosvecinos. Mi esposo era quien más tiempo tenía allíporque fue criado junto con ellos. No es lo mismo

    cuando son tus vecinos que compartíamos el día a

    día cada quien en su casa. Ahí todos compartíamosel día, compartíamos el mismo baño, la misma coci-na, allí todo comenzó a cambiar.

    Cuando llegó la ley de los refugios, recuerdo quehicimos la comisión de vivienda, no recuerdo cómoera que se llamaba, pero a mí me eligieron parala comisión de comida y en un momento llegué aser la vocera principal del refugio. Cuando habíareuniones me llamaban, yo asistía y todo eso.Había mucha gente que no le prestaba atención,hay gente que es muy cómoda y no le prestabaatención, ni asistían a las reuniones. Inclusocuando empezaron a hacer las reuniones aquíen Macarao nadie iba y yo siempre frecuenteen las reuniones, la gente se postulaba pero noasistían, no les gustaba pues…

    Recuerdo que al principio no teníamos padrinopero una de las instituciones que nos prestó ayu-da fueron los funcionarios del Ministerio del Am-biente, que se apersonaron directamente y nos

    facilitaron las carpas unifamiliares y nos ayudaron

    en ese momento, ya cuando nos establecimostotalmente nos dieron padrino que fue CANTV,luego CANTV asignó al IVIC… Si te soy sincera, loque recibíamos era la comida, los primeros días deemergencias nos daban de todo, pero después nosdaban sólo la comida que nos tocaba.

    Un día que un teniente me hizo llorar y llorar, esonunca se me olvida. Porque un día yo les dije queno aguantaba más, que no podía, que me iba a micasa y él me dijo que si me iba perdía el beneficio,pues... Y de sólo pensar en mis hijos y la casa y elno podrá darles una vivienda, fue lo más tristeque yo sentí en ese refugio. Yo no deseo que na-die pase por un refugio. Está bien en el momentode la emergencia, que más, te pueden prestar laayuda. Pero no se debe pasar mucho tiempo en elrefugio antes de que te den tu vivienda, porquese viven experiencias demasiado fuertes. Ya losvecinos que eran tus amigos, sientes que estásconviviendo con ellos y ya es muy difícil pues, elmenor tiempo que se queda en el re fugio.

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    No, eso no se está cayendo, decía yo(Mujer adulta)

    Cuando llovía o lloviznaba dormíamos en la sala, de-

     jábamos las camas en los cuartos y sacábamos loscolchones. Era feo porque yo no dormía y mi espo-so tampoco, pendiente de los muchachos. Cuandocaían piedritas, porque cuando se empieza a caerse caen piedras y tierra, abríamos la puerta concuidado y nos asomábamos, pero como estaba todooscuro no veíamos que se cayera nada. Después,yo le digo a mi esposo que iba a sacar a mis hijosde allí porque iban a morir tapiados, “¿Para dóndenos vamos a ir?” “No sé, pero hay que sacarlos”.Los muchachos no querían salir de la casa. Ellos seacostaron a dormir y como a las dos de la mañaname tocaron la puerta. Era A ., me decía que me teníaque salir de la casa porque se estaba cayendo, “No,eso no se está cayendo” —decía yo— “Eso no se vaa caer todavía” y los bomberos querían sacar a losniños, “Los niños están durmiendo” “Bueno pón-gales cobijas y los saca”. Les pusimos cobijas a losniños y nos sacaron a Catia.

    Eso era feo y yo sufría del corazón. El doctor medio unas pastillas para dormir y yo le dije que no

    quería dormir: “Me acaban de traer para acá, es-

    toy con mis hijos y usted me va dormir a mí coneste poco de gente que no conocemos”. Esa fueuna experiencia fea, mi hija y la niña tenían ga-nas de ir al baño, yo las lleve, tenía miedo porquehabía dejado a los niños afuera. Cuando entramosal baño había unos chamos con rolo de cuchillos.La niña se asustó y se escondió detrás de mí, yo ledecía que iban a picar cebolla para hacer comiday ella me decía que no, que ellos iban a matar gen-te porque el cuchillo era grande, esa era la niñapequeña que es muy nerviosa y la agarré y memetí con ella al baño, yo me decía: “¡Ay, dios mío,dígame si me cierran la puerta del baño!”.

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    Me daba miedo dejar a la otra niña en la puerta.

    Le dije a ellas dos que fueran al baño mientras yocuidaba la puerta, salieron del baño y me fui a laoficina, les dije que me iba, me contestaron que erabajo mi responsabilidad “No me importa” -dije- “Yofirmo, pero saco a mis niñas de aquí. ¿Cómo memandaron para allá si yo vivo en Los Mujicas? ¿Porqué no me mandaron a Macarao?” y llamé a A. dela junta comunal, le dije que a mis hijas les pasabaalgo, que por qué me mando para acá, me dijo queera el único refugio, le dije: “No, también estabala casa comunal ¿Tú crees que te voy a quitar tucasa? No, yo quiero la mía pero se me está cayen-do”. Igual me vine y pasé una noche en la casa.

    Eso fue horrible, no teníamos qué comerporque ya me habían robado. Gracias a diosno se habían llevado el televisor grande, noteníamos qué comer y les compré pan, queso y jugo a los niños, eso f ue lo que comi eron. Bajéa la casa de ella a buscar unas colchonetas,después subió el compadre que vivía al frente,me dijo: “Comadre, sálgase que eso se le va a

    caer”. Yo iba a acostar a los niños, me dijo que

    no, vamos a tumbar la puerta de la junta comu-nal, le dije que no, que era un abuso y me dijoque yo estaba en la calle con mis hijos, quesubíamos a tocar la puerta o tumbábamos lacerradura, que era una emergencia porque es-taba lloviendo. Yo no quería, hubo una reunióny estaban Y. y A. y yo estaba buscando a R.para hablar con él y ellas me escucharon cuan-do pregunte por él. Estaba en la calle con mishijos, no me mandaron a un refugio sino a Catia.Ellas me sacaron y me dijeron que me quedaraen la casa de la junta comunal. Les dije: “ ¡Ah,ahora sí, después que pasé una noche en la ca -lle con mis hijos!”. Subí, agarré la poca ropa quetenía y nos fuimos a la casa de la junta comu-nal. A los dos días me sacaron de allí, me dijeronque iba a un refugio, “¿Cómo es eso? ¿Dónde eseso?” “Esa es la única forma de que te den unacasa, estando en un refugio”. Yo hablé con mishijos, los pequeños, porque ya los grandes porlo menos entendían. Fue horrible, dormimos enel piso, en cartón la primera vez que llegamos.

    A mi hijo se lo iban a llevar preso, llamaron a la

    policía, es que eso era como un abuso.

    Es que allí en el baño entraban tipos; mi hija se ibaa bañar y un tipo le abrió la puerta del baño. Mi hijose molestó y querían entrarse a golpes. Eso fuehorrible, yo hablé con los policías, les dije que él eramenor de edad y mi hijo, lo que pasa es que ella essu hermana y está pendiente. “Estamos en un re-fugio, ¿Entiende?” y me decían que eso era verdad.

    Después a los días mi hija se me puso mal, teníadolores y empezó a orinar sangre, a la pequeña mele dio una alergia horrible, mi hermano trajo a unosmédicos del materno para que la atendieran, me lavieron me decían que la tenía que tener en algo lim-pio. Mi hermano me decía que se la diera, pero yono. Estábamos pasando un momento mal que íba-mos a atravesar todos. Algún día la íbamos a pasarbien todos, pero mis hijos conmigo. Mis hermanosme los pedían pero yo no, mis hijos tienen que es-tar conmigo siempre, tienen que estar conmigo... Yasí fue, siempre estuvieron conmigo.

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    Eran casi las 12 de la noche(Hombre adulto)

    Tenía más o menos como tres días lloviendo.O sea, primero empezó lentamente, despuésllovía duro y de golpe se fue la casa. Yo estabadormitando cuando de repente el rancho se mefue. Ya habían casas que nosotros sentíamosque…, porque la casa de mi vecina, llamada V. ellaveía grietas en el piso y yo digo: “No será que elterreno está cediendo”. Pero, lamentablemente,la mía, que no se le veía marcas de nada, fue laprimera que cedió, porque se vino la de arriba ycayó sobre la mía y la mía se llevó a la de abajo.Eso fue como tres casas que se cayeron así... Y lamayor pérdida mía la tuve fue con mis animales,que me dolió mucho perder a mis animales y yoestuve tres días ahí a la deriva, yo quedé fue enblanco, no sabía ni qué hacer, porque yo no tengoni familia aquí en Caracas. O sea, tengo un sólohijo y mi esposa, pero nosotros. Gracias a diosque un día antes ellos se habían ido pa’ casa demi suegra en El Valle y yo me había quedado soloahí. Pero qué pensé en ese momento..., no te sa-bría decir. Mi casa estaba montada sobre una lajagrande y todo eso se fue. Todo eso quedó inha-

    bitable, porque eso quedó así y todo se perdió: misembradío, porque yo tenía ahí mis plantas tam-bién, yo tenía una siembra de aloe -sábila dicenustedes-, cultivada que me la llevaba al mercadoa vender y así sucesivamente, porque yo siempretrabajo por mi cuenta. Lamentablemente que ten-go tiesa esa mano, no la puedo mover, pero con laque puedo mover. Yo estaba dormido, eran casilas 12 de la noche, sentí que en la parte de arribaempezó a granear y de golpe el bululún. Te digosinceramente, ¿Cómo me salvé? No te sé decir,sólo dios lo sabrá, porque mis ocho perros que-daron sepultados en mi casa. Tenía una pitbull re-cién parida y también quedó sepultada y no te sédecir cómo logré salir pues, porque la tierra cayósobre mi propia cama. Es más, eso está lleno demonte ahorita. Tú vas y limpias y te das de cuen-ta que la cama, todavía la mitad de la cama estápisada con un poco de tierra, ¿Ves? Yo brinquécon una de las perras que estaba en la orilla dela cama, yo brinqué con ella,todo lo demás quedóahí y el Sr. C. E. que fue el que me trajo al refugio,porque yo estaba renuente a entrar a un refugio.

    Habló conmigo para que yo fuera a un refugio ycuando… Eso lo único que yo tenía, era mi perra,de lo demás, yo perdí todo. De lo que tengo hoyen día me lo han dado en los bloques, porqueaquí, en el aspecto de que me han dado ropa,es falso, en el aspecto de que me han dado unpar de zapatos es falso... Y tanto que le exigena uno que se vista, que uno no puede ir pa’ alláabajo en shores, es falso, t anto que le exigen yno le dan un carajo a uno de eso.

    Aquí en el área de mantenimiento hay que es-perar dos y tres meses pa’ que le llegue unpoquito de agua de cloro, porque ni siquieracloro es, agua de desinfectante, de jabón parafregar, pa’ lavar los baños, pa’ serte claro. Poreso es que yo me pongo rebelde aquí, porquesi tú me vas a exigir, yo entiendo ¿Cómo túexiges si no das? Uno no puede bajar pa’ aba- jo en un short o en una chanclet a y como túquieres si muchos aquí no tienen. Yo por lomenos…, dónde pegar la mano, yo tengo dondepegar la mano porque yo salgo a recoger latas

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    por ahí o a mendingar vulgarmente muchasveces, porque yo no me voy a quedar aquí y ya.

    Fíjate que yo fui el otr o día pa’ Macarao, pa’ la en-trega que se hizo de las llaves y esa broma. Es tabaallá y cuando llegué aquí ya la comida no e staba.Nadie va a venir a hacerme comida a mí porque yosoy bonito o porque vengo de una r eunión. Yo bajépara abajo, el día viernes, se presentó el caso queaquí no había una sola comida, porque a la que letocaba hacer la comida no estaba aquí presentey nadie quiso cubrirle la guardia.

    Yo bajé a buscar un kilo de arroz allá abajo, porqueya tengo más de veinticuatro horas muerto dehambre, estoy en una reunión, llega el viernes y

    no hay comida, soy epiléptico y no puedo estarpasando hambre, fui a buscar un kilo de arroz y elSr. M. me salió con malas palabras, ¿Esa comidaestá aquí pa’ ellos o pa’ nosotros? Pa’ que M. mehaya salido con esa, eso es lo que a mí me ha teni-do molesto, y se lo dije: “Esa comida nos la mandael gobierno, no la compraste tú pa’ que estés conesa guevonada”. Esa es la única molestia, de locontrario todo ha estado bien, nos tratan bien. Enese aspecto no nos podemos quejar, de lo demástodo es bien.

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    Abandonar nuestra casa, nuestro hogar(Hombre joven)

    Cuando llovía, tenía miedo que de pronto se

    fuera a deslizar la casa. Además que nosotrosestábamos propensos ahí al lado de un barran-co, por decirlo así, no sabía en qué momento.Después que empezaron a pasar las cosasdonde vivíamos, que si hundimientos y cosasasí en la carretera, permanecía era con miedoporque cada vez que llovía pareciera que sefuera a correr. Incluso la parte de atrás de lacasa de nosotros se estaba deslizando antesde que nos sacaran, pero lo demás no. Bueno ycon la delincuencia en la noche, pero más quetodo era miedo con las lluvias y cosas así pues,que de pronto cuando nosotros estuviéramosdurmiendo estuviera lloviendo y nos fueran aencontrar allá abajo tirados, ya por lo demás…

    Fue así como un poquito estresante ver cómolas cosas que habían construido con esfuerzoy con lucha se fueron cayendo poco a poco alpiso, cosas que marcan a uno para siempre,porque ningún ser humano está capacitadopara perder las cosas de la noche a la mañana.

    Pero lo demás hay que tratarlo con paciencia

    y con calma pues, tratando de entender lascosas. Fueron allí grupos de personas, inclusopor aquí hay uno que era coordinador antes, nofue nada agradable. Primero: porque coño aban-donar nuestra casa, nuestro hogar, por más quesea, perder las cosas así duele.

    Fue doloroso para mí, más para mi mamá, lo digoen el sentido del estado en que se puso ella. Aella le dolía su casa y nosotros habíamos traba- jado para eso, para que ella tuviera su lugar. Alllegar acá perdimos un poquito de tranquilidad,pero al igual da tristeza porque no estábamos

    acostumbrados a esto, pues, por lo demás, bien.

    A nosotros nos llevaron primero a un refugio queestá acá adelante. No me acuerdo cómo se llamay nos fue a buscar un grupo de personas que tra-bajaban aquí en el INGRA, que eran voluntarios ynosotros salimos. De ahí de aquel refugio nostrasladaron para acá porque allá habíamucha gente y acá nos reubicaronhasta ahorita que estamos aquí,ya tenemos casi dos años aquí.

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    Lo que importa es la vida, lo demás que se caiga (Mujer adulta)

    Mira, cuando se desborda la parte de atrás en eseposte que se llevó ese poco de basura y ese pocoque bajó con tierra, yo miraba la parte de atrás demi casa y yo pensaba que se iba a venir.

    Sin embargo, sigo teniendo miedo por esacuestión, de que te digo porque mi casa de estelado tiene barranco y de este lado también tieneuna broma que se hunde hacia abajo. Este que esdonde está una casa y est á una pared que a vecesse empoza, como está pegada a mi casa, me pon-go a pensar en eso porque de hecho los bomberosla han ido a ver y la gente que tienen esas, cómote digo yo, esa visión que tienen ellos que tienenesa experiencia me dijeron que posiblemente esoirá a caer para acá al lado del barranco y eso meda más miedo me da, porque yo digo: “Dios míosi eso se cae para este lado yo no voy a quedar

    viva”, porque imagínate las vueltas que pueda daruno en ese barranco y son esas cosas pues.

    Cuando llueve, por ejemplo, si los niños están enclase me vengo yo sola y le digo que se lleguen

    hasta aquí, me vengo sin nada porque lo que im-porta es la vida..., lo demás que se caiga, que sevaya o sea. Yo me vengo con mis documentosy mis muchachos y me vengo hasta aquí, no sési la cosa pasa o no pasa, yo digo: “Bueno, sise cae todo, que se pierda todo, para mí lo másprimordial es la vida”.

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    Escuché un estruendo por debajo de la tierra(Mujer adulta)

    Ahorita no he sentido nada, pero lo más extraño quehe sentido fue el año pasado, como a mediados deAbril-Mayo. Por esos tiempos escuché un estruendopor debajo de la tierra. Yo me imaginé que ya se ibaa venir el cerro y ya las cosas por debajo de la tierra.Eso es una zozobra mayor porque era siempre unalluvia constante y se sentían estruendos y viendo yacaminando con el INTI, con el INGRA con todas esasinstituciones que podían llegar acá, mi miedo es queya vi cómo está totalmente La Cidra que esta que tienecomo decenas de manantiales y una de esas venas esque esta afectando a esta parte y lo que se ha dichoes que después de bajar el cerro por esta parte que esla que tiene más peso, que es lo más débil porque sontierras removidas y se han llevado casa que existíananteriormente y que construyeron la otra vez.

    El año pasado, no me acuerdo la fecha, a mediados

    de año, eso fue cuando empezaron las vaguadas,el riesgo más grande fue que vi como al segundoGuaire del otro lado de allá, eso fue que vi matas decambures, hojalatas, latones, rines, por ahí estabacensada una vecina llamada F., en ese tiempo no

    la conocía, se trajo la casa del medio y yo estabaviendo como todo lo que era camino se estaba yen-do y le caía a la vecina abajo y no la sacaban, saltede ahí, no, no estoy ahí, estaba en la placa de allado, ese fue el susto más grande y el riesgo la yzozobra más grande que he tenido. Todo esto fuede día, eso fue como a las dos o tres de la tarde,más o menos no, porque ya iba a oscurecer cuandoeso, porque vinieron peñascos de este lado cuandoya hubo la primera vaguada cuando se bajaron lasotras casas que salieron los primeros damnifica-dos, los segundos damnificados.

    Yo pensaba que iba a encontrar a aquella perso-na que siempre me hablaba, —¡dios mío! ¿Estarábien? ¿Qué pasaría? “Mira que le paso a la fulanade aquel lado”—, bueno ella no se llama fulana, perobueno no le pasó nada, solamente que la vagua-

    da, el río le pasó por los lados, porque fue que losvecinos de arriba de la montaña zumban basura,zumban basura, zumban basura y se acumulaba elagua, se acumulaba el agua y se hizo una represa,cuando esa represa no pudo más bajo todo, todo y

    ayudaba un manantial que salió todo en ese tiem-po, salió todo ese manantial, pero pensando ahori-ta, que me da escalofrío, es esos manantiales quehan habido, han abierto más venas, o sea ignorabatotalmente al barrio, hoy día lo conozco porque meexplican, veo el mapa satelital, yo nada más los veoy digo aquí vivo yo; espero y aspiro que dios igualnos guarde y que nos ayude para que podamos salirrápido de aquí y me pesa también mucho por laspersonas que no están censadas que han bajadode acá y están en riesgo también y no tienen paradonde correr, mi imaginación es que va a bajar,todo hasta aquí abajo hasta el metro, porque loque viene es piedra y grande, pero esperar, esperar.

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    No me gusta la lluvia(Mujer adulta)

    A mí nunca me gustó la lluvia. Es decir, al principiosí me gustaba pero yo viví lo que pasó en Vargasy de ahí le agarré mucho miedo a la lluvia, o seala respeto, yo estoy en la calle y estoy nerviosaporque digo: “¡Ay, se va a inundar!”.

    Pienso eso y me llega a la cabeza y ya quiero irme a micasa rápido; y cuando yo lo tuve a mi hijo, el papá de ély yo… Estábamos construyendo una casa en La Guai-ra y ese día que pasó eso vi cómo murieron ancianos,cómo corría el agua, cómo la gente sobrevivió.

    Era muy fuerte y vi cómo a mitad del segundo túnel,una chica dio a luz a un bebé y bueno, eso fue horrible.Nosotros ya no hallábamos ni qué hacer, nos salieronllagas en lo que era la planta de los pies, se nos hin-charon los pies, estábamos totalmente deshidrata-dos, fue bastante fuerte. Después, llegar al refugio,

    eso fue horrible, a mí no me gusta la lluvia…

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    Mi casa estaba súpertranquila ahí. Tenía mi ventade helado, me la pasaba ahí. No me la pasabaaburrida, ni tampoco escuchaba gritos de nadie.Estaba súpertranquila, no me daba mala vida pornada ni por nadie, veía mi televisor. Nunca sentímiedo. En el momento que se me cayó mi casaquedé como en shock, porque mi casa era la únicade todas las casas que estaba bien parada y fue laúnica que se cayó.

    En el momento que se cayó era porque había caídouna lloviznita. La vecina de enfrente me llamó yyo estaba acostada con mi pareja. Ella me llamó,entonces él salió primero y entonces como yo no

    le puse cuidado me volvió a llamar, yo salí y derepente nos quedamos ahí paradas hablando en sucasa, que tenía un terrenito de tierra. De repente

    poco a poco la tierra se fue bajando, y en menos detreinta minutos mi casa se cayó... ¡Tanto que costóconstruirla! Es sorprendente pues. Al principioestaba la lloviznita, había caído un poquito detierra en la platabanda. Yo agarré a mis hijos y losbajé a donde mi mamá y los dejé allá. Después yosubí a bañarme, cuando llegué no me bañé, teníanada más el paño encima y de repente cuandolos vecinos me llaman, yo estaba con mi pareja,salimos y se cayó la casa… Me dolió demasiadocuando yo misma vi cuando se cayó.

    Esa noche yo me quedé donde mi mamá... Miento,donde mi suegro, donde mi suegro. Y la verdadme olvidé de todo eso, no vi gente, no vi si habíanbomberos, nada. Yo en ese momento no me dicuenta de nada, de lo único que me di cuenta era deque se me había caído mi casa, lo demás la verdad

    no sé, si había gente, si fueron los bomberos. Loperdí todo, me quedé con la ropa que tenía puesta.Lo perdí todo, la partida de nacimiento de losniños, mi televisor, mi computadora, mi nevera, micocina, mi ventilador, todo.

    Lo perdí todo(Mujer joven)

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    Dios mismo me avisó(Mujer adulta)

    En la junta comunal que llamaban al padre y decían:“¡Ay, vamos a llevar los niños al parque, ver si mecuidan los niños para yo poder, sí me gustaría!”.Pero iba era cuando… Y hay otra parte donde juegan dominó. Aquí la abuela de mi esposo, la tía yyo compartíamos las tres personas jugando bingo.Yo vivía aquí como de éste lado, pero uno siempretenía que cerra’ la puerta y esconderse porque lasbalas llegaban y nos daban.

    En la casa que yo estaba caían en el techo o semetían por la pared, o sea perjudicaba las tres ca-sas, uno tenía que meterse así sea bajo las camaspa’ poderse resguarda’, hasta que ellos decidieranquedarse tranquilos o llegara la policía, pero deotra manera uno no podía salir pa’ fuera. Cuandouno los veía, ya uno se daba cuenta, porque uno losveía afuera reuníos y uno decía: “Ya, dios mío hoy

    va habe’ problema” y así era, cuando ellos estabanreunidos afuera, uno ya casi…, uno nunca afuera.

    Sí se hacía, cuando le hice el cumpleaños a mi hijo,eso fue como hasta las 11 un ratico, compartió

    pura familia, porque eso fue pura familia nadamás. La tía de mi esposo cuando le hizo la fiestaa su niño también pura familia, todo tranquilo,cada quien pa’ su casa y todo mundo a dormí, perono se quedó uno así tan tarde, los malandros nisiquiera vinieron a molestar pa’ acá, no es que “¡Ay!,me dejan entrar”, siempre ellos por allá y uno poraquí, pero nunca tuvimos un roce con ellos. Buenoyo no y los que vivíamos ahí no.

    Sí los conocíamos, incluso ellos iban allá y no-sotros nos daba miedo porque iban y de repente siles hacían una emboscada, se podía presentar unamasacre ahí. Podíamos recorre’ todo ahí, porque¿Pa’ dónde íbamos a correr? ¿Pa’ dónde nos íba-mos a mete’? Y uno siempre tenía ese temor “¡Ay,que no venga fulanito pa’ acá! ¡Ay, que fulanito vavení’ pa’ acá! ¡Ay, no!”, sin uno podé decirles nada.

    Porque yo no les decía nada, mi suegra tampoco.Él venía era para la otra casa, pa’onde la tía de misuegra. Siempre ese malandro visitaba esa casay el otro, así sucesivamente. Se paraban en elpatio y yo cerraba mi puerta, “¡Ay, dios mío, que

    sea lo que dios quiera!”. No podía estar sentada enla puerta o ahí con ellos porque uno nunca sabe.Siempre uno decía: “¡Ay, no!, si se presenta untiroteo lo que van a agarrar es a nosotros”. Porqueellos corren pal’ monte, pero cómo hace uno pa’corre pa’ allá, ése era el problema.

    Yo me sentía bien en mi casa y se presentó el pro-blema cuando empezaron las lluvias del 2010, quela pared del cuarto se abrió. Donde era el baño fue

    la primera parte que se cayó, o sea el camino, ybueno esa ya nos dio temor. La pared de la sala, laprincipal, se abrió abajo casi que ya cedía mucho.

    Cuando se cayó esa pared, el niño el más pequeñomío estaba sentadito ahí y yo que lo agarro lo metopal’ cuarto y la pared que cae, cayó la mitad haciadentro y la mitad hacia afuera, como cosa de dios,

    dios mismo me avisó “Quita el niño de ahí”, y en loque yo lo quito y lo meto pal’ cuarto la pared cayó,que si el niño mío hubiese estado ahí me lo hubiesematado. Claro, la pared no era así frisada, era debloques rojos, pero más que todo, claro cuando

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    cayó sonó duro porque mitad pa’ dentro y mitad ha-cia el camino y ¡verciale! cuando se cayó esa paredbueno nosotros dijimos: ”¡Ay, mi dios! ¿Ahora quévamos a hacer?”, porque de paso que la parte eraalta y pa’ uno comprá un material, que alguien loiba a subir era mentira, porque ahí ni que le paguecien mil bolívares a alguien pa’ que te suba una bol-sa de mercado o cualquier cosa, ¡Jum!, te dicen queno porque eso es demasiado alto.

    Incluso los de INGRA, cuando subieron, ya estába-mos aquí, gracias a dios mi esposo ese día teníaplata y le teníamos que comprar fresco y frescoporque ya no querían subir ni ellos..., y subieronporque mi esposo les dio, les jaló: “¡Vamos, vamos,vamos!”. Ellos no querían porque subían y se hacíamás lejos la casa, o sea se hizo difícil en ese mo-mento que ellos no querían subir. Decían “Ahí no,

    eso es muy alto, la vemos de aquí”. Pero hasta que,bueno, llegaron y vieron. Vieron que se había caídoesa pared y que la casa no tenía solución pues, deque el terreno no estaba ni mojado ni nada porquepos ahí no pasa tubería, no pasa nada de agua su-

    cia ni agua limpia, simplemente que esa casa teníamuchos años y claro, mi suegro nunca le pudo me-ter mano, mi esposo tampoco porque no tenía losrecursos cómo tumbar esa pared, volverla a aco-modar y cómo mandarla a frisar.

    La casa poco a poco fue cediendo, aunque unoviviera ahí y le daba calor no era igual, le echaras elpiso, trataras de tapar lo que está agrietado, quesé yo pues… O sea, nunca llegamos a tener esos

    recursos pa’ acomodar la casa.

    Cuando ellos subieron, ya nosotros estábamosaquí, porque de la junta comunal nos sacó y nostrajo aquí y nos dijo: “Se quedan aquí. ¿Cómo van aestar allá arriba si la pared principal se cayó?” Nopodíamos estar con esa pared así y como seguíalloviendo de repente se podía caer la del cuarto,

    porque al caerse la de la sala quedó la del cuartoasí temblorosa que en cualquier momento caía. ¡Ayno, yo me asusté! Verciale, yo lo que pensaba eraen el niño. Yo dije: “Si yo no quito a mi niño de ahí,me lo fuera matado esa pared”, porque él estaba

    ahí sentadito comiendo, y como algo me dijo: “Quitael niño”, fui y lo quité y ¡pas! cayó la pared. Y yodije: “¡Ay, no!”. Nosotros dos asustados ese día, miesposo no estaba. Y bueno, nos pusimos a recogerlos corotos, los metimos hacia la cocina, la cocinasí quedó paraíta. La cocina, como era más o menosgrande, metimos todo: el escaparate, la cama, em-pezamos a recoger la ropa.

    Empezamos a acomodar lo que íbanos a traer al

    refugio, que si la ropa, el papel, las cosas de losniños, cosas así y eso fue como uno diciendo “¡Ay,dios mío, tanto tiempo aquí!”. Bueno, no tanto tiem-po: cinco años viví yo. Mi suegro sí vivió allí un pocode años y mi esposo también. Pero eso igualito, vivímuchas cosas ahí que bueno, que aunque estamosaquí estamos tranquilos, ¡Gracias a dios!

    Porque llegamos aquí y bueno, los primeros días sípasamos trabajo en el sentido de, o sea el baño,estaba demasiado colapsado el baño y aún asínosotros luchamos, luchamos, luchamos y aquí es-tamos. Nunca dijimos: “¡Ay, vámonos!” o “¡No que-

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    remos estar aquí!” Nada, siempre aquí aunque el bañoestuviera colapsado, aunque la comida no alcanzara,porque muchas veces no alcanzábamos a agarrar lacomida. Siempre aquí, nunca ay, no nos sentamos nia llorar ni nada. O sea, nos sentíamos así como quecontentos porque ya no íbamos a estar en esa alturapasando trabajo, ni yo, ni mis hijos y todo, todo fuebueno pues. Aquí nos trataron bien, gracias a diosnunca hemos tenido problemas con nadie ni con lacoordinadora, ni con la otra coordinadora, ni con al-

    guna otra persona, nunca.

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    Yo veía mi casa bien(Mujer adulta mayor)

    Bueno, en mi cabeza no me cabía de que yo es-taba en peligro, por mi mente nunca pasó eso. Siel agua se viene por aquí vamos a hacer la zanjapa’ que baje el agua, o sea uno evitando que sele meta el agua. Porque se metía, es decir, habíacomo una rampla y de aquí pa’ acá estaba micasa. Claro esta zanja se t apaba y el agua caía pa’atrás de la casa, se abría la zanja por el camino.Pero por mi mente nunca pasó el peligro, siemprepensé que era del otro lado.

    Pero resulta ser que la señora A.-no me acuerdoel apellido- trabajaba en Antímano en la corpo-ración, ahí habían damnificados y el Presidentefue para allá. Ella aprovechó en unas palabras conel presidente le dijo: “Señor presidente, la manza-na donde vivimos está en alto riesgo”. Porque cla-ro, los bomberos ya nos habían dicho, pero yo veía

    mi casa bien, yo veía todo bien, o sea yo nunca mepuse en pensamiento que estaba en mal, porquesi yo me pongo negativa se me iba a caer mi casamás rápido, yo dije: “Yo no, yo estoy bien”. Cuandoveía que estaba lloviendo mucho, yo arrimaba mis

    muebles para allá y todas mis cosas para alláporque se me había agrietado desde la mitad dela cocina todo el piso hacia la sala. Todo eso esta-ba agrietado, el arco se había agrietado, la partede la columna, el bloque se había partido por lamitad. Entonces yo no voy a perder mis coroticos,yo lo había arrimado para la parte, porque si esose va, esto me queda.

    Mira yo no sentí na’, una vez que tembló, yo sentí

    la broma y salí ahí mismo corriendo: “Sí, fue quetembló”, porque sonó buuu, fue una cosa… Elagua está saliendo por medio de piedras, no vende dónde sale, eso va bajando y eso, me supongo,que fue lo que pasó ahí en ese sitio. Entonces, sefue como bajando el cerro.

    Bueno, de decirte que mi casa, la columna de

    arrastre se dobló y se veía así que, o sea, la co-lumna estaba tapada cuando se hizo, al tiempoquedó aquí en el aire. Iba bajando todo el terre-no. Se iba bajando la tierra. Claro, no tuve pérdi-da de familia ni nada, pero uno se asusta al ver

    que había un lado de la casa donde la yerna míadecía que el agua salía así, goteaba del cerro, ytú metías algo así y veías que era agua limpieci-ta, y uno la podía tomar.

    Cuando vi, estaba agrietado, no le paré. De de-cirte que no, que me puse con preocupación, no.Vinieron los bomberos, dijeron que mi casa es-taba en alto riesgo pero tampoco me preocupé:“Señora yo como usted yo me fuera pa’ un refu-

    gio”. Yo no le hice caso: “Le gusta ta’ alarmando auno ¿Yo de mi casa salí’ pa’ un refugio?, ¿Yo cómovoy a vi ví yo ahí? ¡Noooo!”, empecé a habla’ mal.

    Bueno, cuando sucedió eso que la señora A. hablócon el presidente, el presidente le dijo a la señoraJ.: “Entre estas personas que se van de aquí (queiban a sacar los de Antímano, los que están en el

    refugio), que me salgan estas veinticinco familias”.Éramos veinticinco familias que estábamos enalto riesgo, “Para que salgan junto con estaspersonas”, eso fue, al menos, hace año y mediobajamos para acá y aquí estamos esperando a ve

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    pa’ dónde es que nos van a lleva’, nos van a saca’,pa’ acá, pa’ Macarao ya no vamos porque nosotros

    pedimos, yo pedí pa’ Charallave, pa’ los Valles, paraallá. No me gusta para acá, viví algo ahí feo y, hacetreinta y ocho años un carro ahí mató a mi hermanay siempre lo he tenido así, Macarao no me gustómás ¿Ves? Esas son cosas que uno…, en la mentede uno... Los muchachos: “Mamá que Macarao estácerca” “No, no me gusta, yo quiero ir pa’ una parteque yo no conozca” “Mamá ¿Y si se inunda?” “Yo no

    conozco si se inunda o no se inunda, pero no megusta Macarao porque yo viví eso ahí”.

    Como te digo, mi casa no se me cayó, yo tengomis corotos, yo los mandé para Barquisime-to porque no tenía aquí dónde tenerlos, yo losmandé para allá. Mi casa no se cayó, todo loque pasó fue que se agrietó y eso, no se cayó,

    pero por debajo la columna y eso iba cedien-do porque eso en cualquier momento se caía.

    Incluso de aquí mandaron a tumbar la casa y yomismo fui y tumbé la casa. Horita también me

    da mucha nostalgia en pensar ¡Tanto que luchéyo para tener mi casa y horita lo que me vayan a

    dar es una casa de dos habitaciones! Lo piensoyo a mi manera, el cual que tú tienes hijos y situs hijos te van a visitar que el día de las madres,que en Diciembre ¿Dónde los voy a acostar? O seayo pienso eso, no porque la pareja está sola unacasa de una habitación ¿Y acaso que uno no tienefamilia por fuera que lo venga a visitar? No estoyde acuerdo, porque deberían, o sea yo me pienso

    debería hacerse una evaluación de las casas y veren qué sistema tenía uno en las casas. Okey, conquien yo hablo eso horita me dice: “Claro, tú lo di-ces porque tú tenías tu casa grande”. Sí, yo teníami casa grande, era de bloque, era una maravilla,todo el mundo tenía que ver con mi casa, pero yosudé mucho para tener mi casa. Okey, cosas de lanaturaleza, se perdió la casa pero verifiquen eso

    y vean y no me hagan ese daño tan grande de irmea dar una casa de una sola habitación.

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    Bueno, cuando empezaron los derrumbes, los pri-meros que se enteraron éramos nosotros. Cuando

    eso tenía yo la parroquia, o sea, tenía yo esta zona.A mí me llamaron los bomberos que supuestamentehabían varios derrumbes.

    Ahí empezamos, activé a todo el grupo de r escateque yo tengo, porque se trancó, se cayó este pe-dazo aquí y se trancó todo lo que es el acceso alMetro y ahí activ é todo el personal que yo t engo.

    Estábamos por allá arriba, buscando por alláarriba y cuando bajo, que llegan los inspectoresde riesgo fue que me dicen: “Tu casa tambiénestá en alto riesgo”. O sea, yo socorriendo a otraspersonas y tenía la mía en la misma situación,pero gracias a…, o sea, por lo menos gracias adios que en mi casa no pasó nada, lo único espor el cerro que tengo atrás, que toda el agua

    de la sequía vieja que había aquí, que se llenó deagua, toda esa agua va saliendo es ahí y prácti-camente una de las grandes filtraciones que hayaquí son las cañerías. Porque yo tengo informeme…, informe de riesgo que dice funcionario de

    Protección Civil del Hatillo, donde ellos vinieron ehicimos la inspección desde arriba y hacia abajo

    y todo lo que tú ves es cañería rota, cañería rota,cañería rota detrás de las casas y eso es cuando

    tú vas llegando, cuando tú vienes de allá arriba ycuando llegas aquí abajo, consigues la filtración

    más grande al final, porque toda la filtración seviene de arriba hacia abajo.

    Tu casa también está en alto riesgo (Hombre adulto)

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    Bueno, eso se empezó a caer como el 26, llovía yllovía, el 26 de Noviembre, como el 25 de Noviem-

    bre llueve, llueve, se le cayó la de mi vecina en lanoche, después empezó a desmoronarse la mía, secayeron los pedazos, hacia adelante, en el aire, enNoviembre, que si en los últimos días, uno estabaque si pintando, que si adornando, entonces mihija me dice: “Mami no pintes, no vamos a pintar

    porque el piso se rajó todito”; esefue el 26, el 27 estaba lloviendo y

    se le cayó la casa a mi vecina,se le cayó completica, se

    llevó la nevera todo quedópegado de la pared, si

    no hubiese sido por

    la nevera los destripa, quien los salvó fue la neveraque quedó pegada y el techo dobló, después fue

    la mía, el 27 en la noche, nos quedó la pura sala,porque todo lo que era la cocina, los cuartos todoeso se fue, el baño, todo eso, eso no quedó nada,la pura sala, ”Esperamos que escampe y despuésvolvemos a hacer, pero yo de aquí no me voy”, ydespués llegó Defensa Civil y nos dijo: “Ustedes setienen que salir, porque esto se va a caer, yo no sécómo ustedes están aquí”; no teníamos paso para

    nada, no teníamos paso, nosotros pasábamos porencima del poco de tierra, ¡Ajá!

    Defensa Civil fue y nos sacó, eso fue el 29 a las oncede la noche, el 2 de Diciembre fuimos y el techo se

    hundió todo, no había quedado nada y la de mi veci-na una casa grande de bloques, tenía dos baños y

    las paredes todo eso se rajó, se rajó y se llevó todo,Defensa Civil le dijo que esa casa se iba a caer. No-sotros teníamos la esperanza de que escampara,si escampaba nos quedábamos allí, porque ya queel metro no nos sacó, porque lo malo que es estaren un refugio, nosotros aquí llorábamos, dormía-mos en bolsas, como dos meses, porque en Enerofue que vino el Coronel L . P. y nos trajo estas camas,

    y nos dijo estas palabras: “Esas son de ustedes,cuando ustedes se vayan si se las quiere llevar selas lleva, esas se las regalo yo”, nos trajo las camasy las colchonetas, nosotros dormíamos en el piso,nos trajo cobijas, almohadas, pero igualito no esigual que estar uno en sus casas, en la mañanapararse, al menos ahorita tenemos esto [cubícu-los], antes no teníamos nada.

    Teníamos la esperanza de que escampara (Mujer adulta mayor)

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    Me fui para un refugio(Mujer adulta)

    Mira, el proceso de todo eso para mí fue una odisea,porque yo vivía normal, tenía mi casa, mis corotos,

    tenía todo, una vida normal y a raíz de que se empezóa derrumbar el lugar, estaba muy cerca de dondevivía, la gente tuvo mucho miedo de que se le vinie-ran las casas encima y todo eso.

    Al principio yo no me quería salir, honestamente, noquería salir, te estoy hablando de hace como cincoaños. Fuimos una de las primeras personas que sa-

    limos, o sea, yo no quería salir porque yo decía: “No,mi casa no”. O sea, yo la veía bien, el problema esque estaba muy cerca del lugar que estaba en altoriesgo y los organismos en ese momento me dijeronque teníamos que salir porque no se sabía en quémomento se podía venir.

    ¡Qué bueno! mira la verdad que pasaron dos años, tu-

    vieron que pasar dos años y mucha gente de verdadno pensaba que ese lugar se iba a venir abajo. O sea,mucha gente veía que nosotros nos íbamos, porqueeste es mi segundo refugio, déjame decirte. Este esmi segundo refugio, mucha gente que estaba en ese

    momento decía: “¡Ay, pobrecitos, pobrecitos, se van,se les cayó su casa!”, pero ellos no saben que a ellos

    se les iba a caer la de ellos también, uno nunca pensóque eso se iba a venir abajo.

    ¿Qué pasó? Bueno, llegaron los organismos en esemomento, me dijeron que tenía que desocupar el lu-gar, no quería dejarlo por eso, pero bueno tanto fuela insistencia de que teníamos que salir que salí.

    Me fui para un refugio, ahí duramos casi un año, ochomeses más o menos duramos ahí, mis corotos quetenía pocos de corotos, lo que no servía lo boté, loque servía lo vendí y prácticamente me quedé sinnada, porque como no tenía prácticamente con quéalquilar, pues me fui a vivir arrimada a la casa de misuegro, o mejor dicho, mi exsuegro, que me dio unpedacito de su sala para yo convivir ahí, mientras

    solucionaba el problema.

    ¿Qué pasó? Que a raíz de eso nos fuimos para eserefugio. Bueno todo se veía muy fluido, o sea, seveía que se le iba a dar solución, nos daban tres

    meses: “No, que en tres meses nos iban a dar casa”.Nosotros, pues sí, al principio estábamos todo muy

    bien, pero a raíz que hubo el cambio de ministro, todose fue cambiando. Sabes que eso es como una cade-na, del ministro para abajo tienen sus organismos,no sé, el gabinete ¡Qué sé yo! Como cambiaban todo,entonces eso todo se perdía. O sea, tenía uno queempezar de nuevo, otra vez a hacer carpeta, esto, lootro. Bueno, pasamos una odisea, prácticamente, enese taller, después que de paso, que en vista de las

    circunstancias de que ya las cosas no eran iguales,hubo muchos conflictos entre los refugiados quehabían ahí, porque había muchos y mucha genteempezó que quiénes éramos los que íbamos a salirprimero, que, o sea tú sabes, cosas que, y qué pasó,que después nosotros terminamos hablando con losorganismos en ese entonces y tomaron la decisiónde que fuéramos a refugios solidarios.

    Muchos se fueron alquilados, yo me quedé en casade mi exsuegro, esperando. O sea, fui censada denuevo. Fueron a inspeccionar porque supuesta-mente me iban a dar vivienda. Nosotros tuvimos

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    que dejar ese refugio en ese entonces por los pro-blemas que hubo en ese momento, y después no sé,

    le dieron, le resolvieron los problemas a algunas per-sonas que quedaron allá que eran más que todo casosespeciales y quedamos en espera. Así quedamos, en-tonces resulta que en Septiembre el lugar donde es-taba la casa de mi suegro se volvió a venir abajo dosaños, tres años después, pues imagínate, por eso esque salí dos veces damnificada como quien dice y ahífue donde vine a parar aquí, como quien dice.

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    Uno no está en un refugio porque quiere(Mujer adulta)

    Cuando llegamos al refugio pasamos necesidadal momento, dormíamos en unos cartones en el

    piso y pasábamos hambre. Gracias a la iglesiadonde yo me congrego, el pastor nos traía comiday sábanas hasta que llegó el gobierno, que fue elque más nos protegió.

    La iglesia evangélica C.P fue quien nos ayudóprimero a nosotros, nos ayudó por un tiempo,varios meses estuvimos allí, nos ayudó bas-

    tante. Luego llegó el Distrito Capital, pero elcomandante P. fue quien nos ayudó primero anosotros a abrir la santamaría para tener másespacios, porque dormíamos como sardinas enlata apretados y no habían separaciones. Él nosayudó, nos dio cama, colchones, cobijas, paños,comida y sin embargo la iglesia también nossiguió ayudando igualito.

    Después vino otra gente y nos ayudó, luego tra- jeron bastantes cosas, hasta que después nosmandaron mercados, y cocinas y lavadoras, nosmandaron muchas cosas, nos ayudaron bastante.

    Mientras estuve allí, yo me la pasaba encerraday si salía eran que si diez minutos, a mí me daban

    unas yeyeras por el calor, pero yo prefería estar en-cerrada con el calor que afuera, porque no es fácilestar viviendo en un refugio.

    Vivir en un refugio es lo peor que puede haberporque si eres buena persona y estás pendientede ti y no de los demás vives bien, pero si tú be-bes aguardiente y fumas droga y haces fiesta día y

    noche y no dejas dormir a la gente, entonces mor-tificas al que está bien y esa persona que puedevivir bien no lo hace porque las otras personas nole dejan vivir bien. Entonces uno vive mal.

    Allí yo vi cómo una persona le cortó la cara a otra yse apuñalaron. Yo veía cómo el otro llegaba y echa-ba plomo. Veía como el otro llegaba y se guindaba

    por los pelos. Todo eso yo lo veía, pero todo eso nolo veía porque me daba miedo, no vaya a inventarla gente a darle un golpe a uno..., o un tiro. No serespetaba a las autoridades que estaban allí, lepegaban cachetadas a los militares, gracias a dios

    que los militares que estaban allí eran gente pací-fica y buenas personas, porque si fueran gente de

    mal carácter ya más de uno estaría preso, pero es-taba un comandante que era muy buena persona,que dios le bendiga, un tremendo comandante queestaba allí, pendiente siempre de uno. Era buenapersona, pero siempre llega uno que se la tira másguapo que el otro y como es militar y no le puedehacer nada le cacheteó, entonces había otro co-mandante, también que era una buena persona

    y también se fue, estaba otro N. que era un tre-mendo comandante que nos ayudó bastante, fueel que nos consiguió la lavadora, nos consiguió mu-chas cosas. Con los comandantes éramos felicesporque todos los que estaban allí nos ayudaban atodos. Por lo menos veíamos la luz con ellos.

    En el refugio los primeros días fue que me sentí

    mal, porque yo me enfermé mucho. De hecho seme subía la tensión casi que en doscientos. Casime muero, era por el estrés y la pelea era una en-fermedad psicológica y de nervios. Ese refugioeran puros nervios, desde que vi cómo apuñala-

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    ron a un señor ahí, entonces el señor casi se nosmete a la pieza lleno de sangre y a mí me dio una

    cosa, y me dio un dolor en el pecho. Pasé muchosusto, no me sentí mal en el momento de queestaba allí, los vecinos eran muy buenos con-migo, nunca tuve problemas y como vivíamosencerrados siempre estábamos bien ahí.

    La organización del refugio, en cierta parte, por unlado buena y por otra, mala. Por ejemplo, los voce-

    ros trataban muy mal a los refugiados. Nos decíangroserías y nos maldecían, decían: “Lambucios,muertos de hambre” y daban la comida como noera, se llevaban la comida y eso era terrible. Siem-pre había una mala coordinación en las vocerías.

    Después de eso, yo llegué a participar en la voceríade alimentación y veía, yo veía las cosas allí. Esas

    cuestiones de guerras y pleitos, veía las cosaspues, incluso tuve que retirarme, en la biblia diceque si uno ve algo y no lo dice, uno lo comparte ycomo nosotros somos cristianos, yo me tuve salirde allí, yo no podía estar allí entonces tuve que

    renunciar, no podía estar allí, no duré mucho, ellosme eligieron a mí, pero no duré mucho, me tuve que

    salir, eso era tremendo, no podía soportar cómo ledecían cosas a la gente que estaba en la cola, yono podía compartir el maltrato que le hacían a lagente de allí y tuve que renunciar.

    Tampoco los comités de vivienda estaban bien, site digo, no hicieron nada, yo participé como dosveces, pero la gente andaba cada quien por su

    lado, nadie organizaba, no hacían las reunionescomo tenían que ser, eso allí fracasó. El que estabapendiente de eso y de las reuniones era W. B., quenos daba las informaciones.

    Ese muchacho, que dios le bendiga, porque lafuerza que tiene él no la tiene nadie, deberíande ponerlo en un pedestal, porque ese hombre

    pen- diente de uno, pendiente del otro, pendi-ente de la rev olución, un día estuvo como has talas cuatro, el día de la repartición, ese hombrepara lo que fuera a la hora que fuera. Si te digo,francamente sin que me quede nada por dentro,

    Jacqueline Faría tiene tremendo trabajador allado de ella, W. B., ese señor patria o muerte, a

    la hora que sea, a la hora que lo llamen, el quenos daba aliento a nosotros, él era el que nosdecía: “Ya va a estar listo, ya vamos a entregarel apartamento”. Él era que nos daba aliento, yal otro señor R., dios le cuide mucho, yo le ten-go mucho respeto a ese señor y a W. B., puesson personas que se dieron a querer, y muchasotras personas del Distrito Capital. Las señoras

    que llegaron pendientes de las vocerías, fuerontremendas personas, la señora L. y mucha otragente que colaboraron bastante con nosotros,pero W. B., ese señor a la hora que sea.

    El refugio debe mejorar, que la gente sea sensible,un vocero no está para atropellar, para desgastaro insultar a las personas. Que sean más sensibles

    con las personas que están allí viviendo su trance.Uno no está en un refugio porque quiere, uno estápasando un trance, una dificultad. Deberían en-tonces ser más sensibles, mas humanos, porquetodos los voceros tratan mal a la gente. En todas

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    las vocerías piensan que están delante de uno yson refugiados igual que uno.

    Hay una señora llamada C., esa señora maltrató atodos los refugiados en ese refugio. Hay una seño-ra que era amiga mía y ella la maltrataba, le decía jorobada, le decía de todo. Hubo un día en que laseñora se cansó y la tuvo que agarrar por el cuello¿Me entiendes? Y la gente no es que sea agresivasino que tiene un tiempo de límite.

    Los voceros deberían tratar mejor a los refugiadosporque ellos también son refugiados. Están en elrefugio y le tiran la comida cual si fueran perros yno, todos somos refugiados y tenemos derechos

    y respetos. Allí hubo mucho problema en ese refu-gio donde yo estuve, pero bueno, yo me mantuve

    al margen de las cosas, porque nosotros comocristianos no podemos andar donde hay pleito ygroserías y cosas de esas.

    En mi cuarto, yo me enamoré de mi cuarto en elrefugio, yo lo tenía ordenadito bien bonito. Lo quemás añoro es mi cuarto, yo le puse agua, le coloquéunas tablas, de hecho un día fue R. para allá y me

    dijo que tenía el cuarto como un apartamento. Loque más extraño es el cuarto, lo tenía ordenadito,acondicionadito bien bonito. Tenía una mesa, unasilla, yo compré cortinas y le puse a todo eso, elcuarto era el de los niños con su litera, yo tuve que

    comprar una cama porque la litera me hacía daño, yel piso que era liso, lo puse rojo a punta de cera. Me

    gasté unos reales allí, pero lo quería rojo y brillabacomo un espejo, me decían que tenía el cuarto muybonito. Donde uno está tiene que tener las cosasbien decentes, y eso era lo que más extrañaba micuartico y las amigas que deje allí.

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    Mi suegro me dijo: “Véngase que estamos aquíen el refugio”. Yo bajé y me quedé allá, ¡no hay

    mal que por bien no venga! Y bajé después, meimagino que fue la gente de Protección Civil,pero en realidad no sé porque yo no estabapendiente de eso.

    Después de dos días, estaba mi suegro metidoen eso, nos mandaron hacía el SEFAR. De allíduramos todo el día allá por la lluvia y después

    nos pasaron en camioneta para acá de aquellado y allá duramos cuatro días y después deallá nos pasaron para acá que abrieron esto,lo habilitaron. Y después aquí dormíamos alláafuera, yo dormía bajo las escaleras. Despuésde ahí nos pasaron para acá y después de ahífue cuando hicieron los cubículos.

    Me vine con mis dos niños nada más, porque miesposo estaba estudiando. Entonces se le hacíacomplicado, y como el tenía la casa del papá alláarriba se le hacia más fácil porque estaba es-tudiando. Entonces se iba demasiado temprano

    y llegaba demasiado tarde y aquí no lo dejabandormir, entonces allá se le hacía más fácil.

    No es fácil ponerse a vivir así cuando tú vivesalejado de todo el mundo, hasta de tu familia,porque mi mamá pasaba todo los días: “Hola ychao”. Y no es fácil tener que estar así aguantán-dose, no sé, como que le manden a uno, congroserías, el encierro. Por aquí no pasa ni uncarro, por lo menos por aquí en frente no, aquí

    lo que hay es pura bulla, bulla y más bulla, quéte puedo decir. Es bastante duro…, por la malaconvivencia, a lo mejor a las otras personas nole gusta mi convivencia, pero a mí tampoco megusta la convivencia de las otras personas. ¡Pé -sima! Por eso yo no salgo de aquí, siempre estoyaquí encerrada y quien me busque siempre meva a encontrar, siempre, a menos que esté es-

    tudiando, esté haciendo mercado, esté para elmédico, cualquier cosa así.

    Al principio me sentía como agobiada, comocon ganas de salir corriendo. “¡Dios mío!, ¿Qué

    pasó?” Mi casa, de tantas casas que hay metocó fue a mí. Al principio me sentí mal, porque

    como te dije no es fácil vivir con personas deotro sitio, personas que no conoces, personasque toman. Oye, es un cambio drástico. Aquí noha habido seguridad, han echado tiro dentro delrefugio, aquí ha habido amenazas, golpes, la bu-lla, la tomadera, no ha habido normas. Bueno…,los problemas que generalmente se presentanacá es porque están tomando y por la cola de la

    comida se agarran a golpes. Se insultan mayor-mente por eso, porque quieren cerrar la puert aa las dos, tres de la mañana. Mayormente es poreso, por la bebida, por la puerta: que si la tienenque cerrar porque si la dejan abierta, imagínate.

    Horita me siento mejor. Sí, porque ya que unose acostumbra, tenemos año y medio aquí, ya

    estoy acostumbrada, es cuestión de pa’ lante,echar pa’ lante.

    Con ganas de salir corriendo(Mujer joven)

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    ¡A Di í ’ d ll é !

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    ¡Ay, Dios mío, pa’onde llegué yo!(Mujer adulta)

    Cuando nos trajeron para acá fue el 22 deDiciembre, me trajeron para acá [al refugio]

    en la mañana y yo, cuando nosotros llegamosaquí, me sentí extraña porque dije: “¡Ay, diosmío, pa’onde llegué yo y no conozco a nadie!”.Porque incluso no conocía a absolutamentea nadie. Llegué sin nada y dormí en el pisoporque todo el mundo dormía pegadito pues,todos pegaditos. Llegamos aquí sin colcho-neta porque yo no tenía colchoneta en esos

    momentos, simplemente con la ropa que le ibaa poner a los niños.

    Yo traje mi jabón, mis cositas así personales.Pero nosotros nos parábamos y nos quedába-mos viendo cómo se veía aquí, si había quelimpiar el baño porque había demasiada gentey muchas veces la hediondez nos hacía salir

    hacia afuera porque repugnaba todo el refugioy ya esa situación se arregló porque empezarona hacer los cubículos. A cada quien le dieronsu cuarto, agarraron los baños y cada baño loutilizan quince mujeres, el de los hombre lo uti-

    lizaban quince hombres o veinte hombres. Asípues, el de los hombres es el de los hombres, el

    de las mujeres es el de las mujeres, es aparte.

    Aquí es bien, yo como bien. Bueno, para mí esbien porque comparto con todas las personas,a veces comparto en los cuartos un ra tico asícon las más allegadas. Cuando los niños míosllegan salgo un ratico con ellos afuera pa’ que jueguen y despué s m e met o p a’ d entro. Y c lar o

    a veces sí se arman problemas entre mujeres.A veces cuando llega la comida empiezan a

    peliá porque quieren todo. Vamos a suponeque llegó el aceite, la harina, el pollo, todotodo el sustento pues, como cuando uno haceel mercado. Algunas mujeres quieren que leden todo y no les dan todo pues, sino que si tedan un aceite no te dan la mantequilla porquela mantequilla se la dan a otra persona, si tedan dos harinas es el reglamento de que no

    alcanza para darte tres, cuatro harinas y elpollo siempre sí te dan tu pollo normalmentehasta donde alcance, si hay demasiada gentey no alcanza es porque trajeron poquito o lacarne también porque trajeron poquito... Ysiempre se presenta problema por eso y queel casquillo, aquí hay muchas personas quele meten casquillo a otras mujere s pa’ que se

    armen los conflictos aquí, pues.

    A mí alrededor es tranquilo, esas personasson tranquilas. Lo único que se presentóaquí adentro hace un mes una pelea con la

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    coordinadora y otras mujeres que le cayerona golpe a la coordinadora y no, ese día no se

    presentó ni pistola, ni cuchillo, ni nada de esoentre mujeres y otras personas que vinierona defender a la coordinadora, pero la guardiavino, se calmó todo y cada quien pa’ su cuarto,los mismos guardias mandaron a la gente adormir y los pasó pa’ su cuarto.

    Bueno, desde que estamos aquí, este…, ese

    niño en la escuela no lo ha aceptado nada, élno ha estado bien. Lo tengo en consulta conpsicólogo. Ha mejorado porque nosotros antesde venirnos para acá él no se sabía defende’él solo, él no utilizaba el baño, él todas susnecesidades se las hacía encima. Nos vinimospara acá y siguió el problema, lo llevaba a laescuela y cuando lo iba a buscar me lo entre-

    gaban sucio, me lo traían y siempre le teníaque estar botando la ropa, más que todo elmono y el interior porque aquí no iba a estarlavando el pupú, el pupú de niño grande ya esdemasiado y tenía que siempre botarle la ropa.

    Lo tengo ahí en el psicólogo ahí en Caricuao,el 23 de este mes tiene cita con el neurólogo.

    Una muchacha que vive aquí en el refugio ellatiene sus niños allá en consulta y ella me llevóella misma y habló con el psicólogo y por pro-blema de estar en el refugio me dio cita parael niño y lo ha visto varias veces.

    Yo veo que todo es tranquilo, que todo es bien,porque claro aquí la gente escucha su música.

    Como todo, pues, a veces hacen una fiestecitay ya. Se termina que el Coronel da orden hastalas doce y algunos muchachitos que se quedanpor ahí bebiendo dentro del re fugio. Se quedanpor ahí bebiendo y amanecen, pero no presen-tan problema. No molestan en los cuartos quesi tocando puerta, haciendo bulla, no. Simple-mente sentaditos en las escaleras porque ahí

    hay unas escaleras.

    De la limpieza casi siempre se presentan son dis-cusiones porque no todas quieren salir a limpiary son mucha. Y uno no le para, uno limpia y el que

    no quiera limpiar bueno, se sabe que si no limpiaaquí mucho menos en su casa. Y de la comida que

    llega creo es cada quince días y hago mi colitay recibo mi bolsita de comida que es lo que medan. Me conformo con lo que me dan, si me danun arroz lo agarro, si me dan un pollo lo agarrotranquilamente y me voy pa’ mi cuarto, no peleo,que mira que dame aquello, no. Agarro lo queme den y con eso yo soy conforme. Cuando danla verdura también conforme, casi siempre soy

    de las últimas que recibe..., o muchas veces noretiro porque digo que mejor que se lo den a otr o,porque aquí hay personas que llegaron nuevas eneste Diciembre de 2011 y aquí hay más de veintepersonas que llegaron nuevas.

    Yo cocinaba para todos

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    Yo cocinaba para todos(Mujer adulta mayor)

    Mira yo aquí [en el refugio] me encierro, tal y comotú me conseguiste. Es raro cuando yo salgo pa’

    fuera. Cuando voy a salir, cuando veo el sol, veotodo raro. Porque a veces la gente piensa que yono estoy aquí. Yo estoy aquí adentro, al marido míoes el que ven siempre por ahí, que se pone a limpiar,limpiar el baño. Yo me dije no voy a hacer nada deeso. ¡Toy brava! ¡Toy brava! ¡Toy molesta!

    Estoy molesta porque yo no he sido mala mujer

    para merecerme esto ¿Ve? Cuando empezamosaquí se cocinaba. Por ejemplo, los martes metocaba cocinar a mí para todos. Yo estaba bien, eseera mi trabajo pero yo no puedo oler cloro ¿Me vana poner a limpiar baños y los demás nada? ¡Yo no lohago! Yo me voy a bañar, yo me baño a las doce dela noche, a la una, voy con el marido mío y me baño.Pero estarle limpiando el baño yo a otros, o sea

    me siento de mal gusto. Nada ahí, está la comadremía todo el tiempo limpiando el baño, la yernamía limpiando el baño y que le hagan las cosas demaldad de echarle la basura del tobo en la poceta,ah, no sé, una coño de madrada..., eso es malo decir

    groserías pero me molesta, si tú sabes que dondetú estás tienes que vivir en unión con la limpieza.

    Los problemas que yo veo aquí son mucha bulla,los viernes, sábados y domingos les da por lamúsica en alto. Hay personas que les molestaeso, porque no estás en tu casa y no puedeshacer lo que tú quieras.

    Mis hijos al principio se sentían mal, ya por lomenos ellos tienen su vida distinta. Yo te digo

    que no les ha afectado aquí porque tienen sumisma escuela, sus mismos compañeros y salen.Tú ves como anda su papá con ellos, conforme túcríes tus hijos tus hijos van a salir. Él no deja ahijos solos, él todo el tiempo está pendiente no

    que te llamaron para tal parte, no como otros queno. Nosotros aquí antes teníamos un sistema de

    que por lista un día le tocaba a uno y otro día letocaba a otro. Pero yo les dije: “Yo baño no puedolimpiar porque yo no puedo oler cloro, yo agarrola cocina, yo cocino” y yo cocinaba para todos. Undía me tocaba a mí, otro día le tocaba a otro peroellos están conscientes de que yo el baño no lopuedo limpiar. Así que la comadre limpia el bañola yerna mía o la señora de allá ¿Ves?

    El marido mío, es el que hace esas cosas en nom-bre mío, porque él sabe que los olores fuer tes nolos puedo soportar, entonces él, va lava el baño.Pero horita empezó a trabajar en la corporación.Horita cada quien est á cocinando en su cubículo,nos pusieron cubículo entonces cada quien estácocinando lo suyo, entonces ya no se está coci-

    nando como se cocinaba, sino tú tu comidita, lotuyo y la otra lo de ello. Y si llega el Mercal, cadaquien busca lo suyo, que si dos kilos de arroz porcada persona o un kilo, o pasta..., bueno, lo que ledan a uno, pero cada familia.

    Nos toca estar aquí

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    Nos toca estar aquí(Mujer adulta mayor)

    Yo digo que hay muchos problemas, pero loprincipal es eso, la mala administración de las

    coordinadoras. Ellas son aquí y más nadie,consiguen para ellas y más nadie. Aquí losproblemas, uno no puede hacer nada. Uno deseabuscar a una persona a quien contarle, que vea,uno las llama a ellas y “¡Ay, no se met a en eso queeso, déjalo!”. Hay una coordinadora que es no séqué cosa de Macarao, hay otro que es no sé, poreso es que yo digo que aquí han llegado cosas

    buenas. Eso da dolor, porque nosotros estamosaquí no porque queremos, sino porque nos tocaestar aquí. Habemos personas que quisiéramosreclamar, pero no nos atrevemos, por lo mismo,porque los coordinadores se llegan a enterar,imagínate, por lo menos uno a las coordinadorasnos va a hacer algo ¿Cómo hacemos?

    Esta es una situación muy crítica porque aquí hayniños, que son muy niños, niños que llegaron y sonrebeldes, malcriados, groseros. Yo digo que eso vaen las madres, porque ellas se meten, son la una,las dos y están ahí afuera. Hay niñas hembras que

    no tienen que estar por allí, yo digo: “recójala”,entonces uno no puede decir nada porque “esta-

    mos en un refugio”. No es el hecho, porque cuandoesos niños ya se vayan pal’ apartamento, se vayanpa’ su casa, ya llevan lo que llevan de aquí, lo buenoque traían lo dejaron aquí, de aquí se llevan lo malo.Yo digo que sí hay, sí hay ganas, pero quien, yodigo si una persona, porque mira, aquí hacen unacosa con los niños, se motiva y mientras los niñosestán activados, aquí había pintura, actividades y

    se distraían y pasaban el día felices. Aquí no huboel año pasado niño Jesús, no hicieron nada el díadel niño y la muchacha que estaba aquí estabahaciendo bromas no tenía apoyo.

    Si b l d ó l l bl

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    Siempre buscamos la manera de cómo resolver el problema(Hombre adulto)

    Mira, como ya yo traía una experiencia, no sé, mepareció como más fácil sobrellevar la situación. De

    verdad en este refugio y aquí mira, aquí mira hacervida en común colaborar con las amistades, con ellugar, o sea, quedamos diferente de allá, que allátodo el mundo lo que hacía era estar acostado, nohacer nada, o sea, estar en ocio. En ese entoncesno había las cosas que hay ahorita, de verdad esofue lo más importante que hizo el presidente… Muybueno, me parece muy bueno, es que te digo, como

    ya tengo la experiencia de otros lugares ya siento

    que es diferente porque ya, el organismo está máspendiente, se hacen más reuniones, a veces cuan-

    do no hay reuniones uno dice: “¡Ay!, ¿Que pasó queno han hecho la reunión? ¡Ay, dios mío! ¿Qué habrápasado ahora?”, pero no, hasta ahora yo consideroque ha sido bien la organización.

    De que te toca hacer la limpieza, claro. Habránalgunos detallitos, como por ejemplo, problemas

    en los baños, que son pocos y han sucedido que sehan dañado y eso, pero siempre buscamos la mane-ra de cómo resolver el problema. Si es cuestión decomida, del comedor, pues yo realmente no comoaquí, porque ¿Cómo salgo a trabajar? Yo trabajoasí en casa de familia, y llego aquí prácticamentees en la noche. Cuando me toca hacer mi mante-nimiento, doy la colaboración, vengo ayudo con

    eso y así hemos sobrevivido en este lugar.

    Hay unas cuantas familias que tienen sus niñosaquí. Bueno algunas los tienen en sus escuelas, ha-cen su vida normal, hasta ahora. Hay cuartos queestán muy saturados y se han tratado de separarun poquito más la situación entre los niños y labroma, que la familia quede más cómoda pues.

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    No que quiero salir al patio

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    No que quiero salir al patio(Hombre joven)

    En el refugio me siento un poco agobiado, a vecestriste. Primero por la privacidad, porque no es lo

    mismo que uno llegue a su casa, que uno llegue asu cuarto y escuche su música. Aquí no se puedehacer eso. Por lo demás, trato de llevar las cosascon calma. Segundo, por las diferencias que tene-mos todos, porque como somos personas que novenimos del mismo lado, o si fuéramos vecinostodos de una misma comunidad no dijéramos quehubieran tantas diferencias. Aquí hay tanta dife-

    rencia porque hay personas que vienen de varioslados, de varios sitios. Pero lo demás…, o sea, paramí todo marcha bien pues, me la llevo bien así contodos y con nadie tengo así problemas yo.

    Yo no me meto, porque son problemas más bien demujeres. Sí, problemas que si la cocina, que si lacomida, que una me dijo esto, cosas así. Pero de mi

    parte que sean problemas así graves no. Más quetodo la cocina sí, que a veces la cierran, a veces lacomida que le niegan unas cosas a las otras, quesi tú me dices esto y a la otra le dices esto, cosas.Por lo demás no hay problemas así graves, graves.

    Para los niños, eso sí debe ser algo duro, porquesabes que en el momento ellos no entienden, pero

    es algo que los marca. Primero al ver que estamosaquí, el movimiento constante, pues. Tenían queestar en su casa, después los trasladaron para acáun tiempo, después estuvieron en otro lado.

    La gente con quien conviven más que todo es...,o sea, la niñez de nosotros se basa más bien conlas personas que nosotros compartimos, en la

    niñez se basa la personalidad de uno y yo meimagino. Ahorita está viviendo aquí un sobrino connosotros, tiene cuatro años, pero anteriormenteestaba mi otra hermana que ya le salió la casagracias a dios. Ella tenía cuatro niñitos máseste, eran cinco. Ahí sí no había problema porqueellos estaban compartiendo aquí ellos cinco, peroahora que está mi sobrino solo ahí sí es un poquito

    extraño. Bueno, porque uno tiene que acompañarloa que salga, que de pronto los otros no le vayan ahacer maldad, cosas así, cosas que no pasaban enmi casa. Uno estaba en mi casa, se reunían, decía:“No que quiero salir al patio”, uno salía con él. No

    como aquí que hay que estar pendiente de él a cadarato, que de pronto no vaya a pelear con otro o que

    le quite algún juguete a otro, cosas así por eso tedigo que es un poco traumático para ellos.

    Aquí hace falta un poquito de coordinación perohasta el momento las cosas van fluyendo bien.Para el momento han salido varias familias yorganización más que todo, entendimiento delas personas, entre nosotros también. Porque

    nosotros no entendemos que a ellos les dan unaorden y ellos son como receptores para nosotros ynosotros no entendemos eso, pero lo demás todoestá marchando bien.

    Nos pusimos de acuerdo en grupo todos

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    Nos pusimos de acuerdo en grupo todos(Mujer adulta)

    El refugio tiene sus partes buenas y sus partesmalas. Tú sabes que es incómodo porque tú sabes

    que uno ¿Cómo te digo? Que uno no está en esecalor de hogar que yo te digo.

    Pero también uno tiene que considerar que soncomo una familia que ahí tendríamos como a unafamilia. Que ya no somos uno sino varios. Que yano somos un grupo de familia sino que ya seríandiez o veinte y es esa cosa, pues, de compartir y

    de que cada uno tenga colabore. No es fácil ¿Quéte voy a decir? No te voy a decir que estar en unrefugio es una maravilla, que estar en un refugioes fácil, pero uno aprende, aprende cosas así.Hasta ahora estoy bien, lo más importante es queestoy bien, gracias a dios, lo más importante esque tengo a mis hijos bien y vivos pues y eso parami es lo más importante.

    Tuvimos un problema una vez con la comida queestaba llegando mal y eso lo comentamos ycosas así. Eso sí que tuvimos el problema de lacomida, que de hecho cuando llegaron la gente

    se lo hicimos ver pues, comunicar que cuando lasmandaban, las mandaban malas y ahí nos pusimos

    de acuerdo en grupo todos.

    Acordamos qué íbamos a hacer y cedieron amandar la comida otra vez. Porque como venía asícocinada en ese entonces y entonces llegabamala, entonces decidieron mandarla cruda y sereparte y se la cocina cada quien en su espacioporque hay veces que hay personas que no comen

    mucha sal que son diabéticos, hay otras que sícomen sal. Sí, pues, uno a veces no puede cocinaral gusto de todos.

    Una vez me acosté y empezó a llover fuerte y yome paré asustada, me levanté asustada. Desdeesa noche no me daba mucho miedo y era muy denoche y no encontraba qué hacer. Me paré toda

    la noche en la ventana, lo que quedaba de nochedesde las dos o tres de la madrugada. Entoncesme quedé parada en la ventana porque comoquien dice, si hay que salir corriendo, yo voy a serla primera que los voy a despertar a todos. Yo me

    paraba y miraba y daba vueltas y todo pues, peroya gracias a dios de tanto pedir pues fue fuerte

    la lluvia pero cesó rápido.

    Yo creo que esto afecta un poco a los niños, sobretodo. Yo hablaría por los grandes, ellos a vecesse ponen a pensar y nos dicen: “ ¡Cónchale mami!¿A dónde nos irán a botar? ¡Por allá tan lejos yono me quiero ir de aquí, ya por el ambiente quieroestudiar aquí!”. Te estoy hablando de los que tienen

    15, 16, porque por ejemplo el de 15 ése ya tiene sunovia y el de 16 también sabes que son esas cosasde uno cuando esta adolescente, que me dicen:“¡Cónchale, yo no me quiero ir de aquí, yo no mequiero ir de aquí!”,“Pero lo tenemos que hacer pornuestro bien, tenemos que hacerlo”. Entonces ellosdicen: “Si nos botan lejos yo no voy a ver más a minovia”. Ese tipo de cosas ¿Ves? Y bueno, a veces