Testimonios de Fogaral

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Testimonios de la vida de las mujeres que visitan el Centro Fogaral: rabia, miedo, dolor, esperanza...

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Edita Cáritas Diocesana de Zaragoza • Maqueta: Fombuena • Imprime: Repes

Noviembre de 2013

Con motivo del 25º Aniversario del Centro Fogaral

Los 25 años del Centro Fogaral suponen para

Cáritas Diocesana de Zaragoza

una conmemoración entrañable y un testimonio vivo del

encuentro y la cercanía con personas que sufren

la pobreza extrema y, por ello, son hijas predilectas

de Nuestro Padre.

Carlos Sauras HerreraDirector

Cáritas Diocesana de Zaragoza

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Haciendo honor a su nombre, Fogaral (“ca-lor de hogar”, en aragonés), pretende ser

un lugar cálido en el que la mujer que ejerce la prostitución se sienta acogida y valorada.

Con este proyecto Cáritas quiere ser semilla de esperanza y testimonio de que otro mundo es posible.

La Misión de Fogaral es acoger una de las si-tuaciones de extrema pobreza que sufre la mu-jer y optar a favor de quienes ejercen la prosti-tución, facilitándoles una promoción integral, desde el protagonismo de su propio proceso.

El objetivo último de Fogaral es fortalecer, recuperar o restituir la dignidad de estas muje-res, aminorando las consecuencias de explota-ción e injusticia que sufren.

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Esta publicación es un reconocimiento a todas las mujeres que han compartido sus vidas con Fogaral

durante estos 25 años con dignidad y valentía. A las que están, estarán, estuvieron o ya no están.

Agradecemos su colaboración en esta publicación, tanto a las 13 que han prestado su testimonio abiertamente,

como a las que calladamente están presentes, también, en cada una de estas líneas.

Sobran nuestras palabras.

Sin embargo, hagamos que las suyas resuenen con mayúsculas en el corazón de cada uno

de los que tengan el privilegio desgarrador de escucharlas.

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La entrada

La entrada de la mujer

en la prostitución es dura.

Unas mujeres entran obligadas

(trata de mujeres, desprecio familiar,

crisis económica, droga),

otras por necesidad pero no por gusto.

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TESTIMONIO 1. “Al llegar aquí yo empecé trabajando. En ese momento no

lo pasaba tan mal. Después de 5 años ya empecé a pasarlo un poco difícil, ya

empecé a buscar cualquier forma para vivir (…) y a hacer cosas que yo no

hacía antes”.

TESTIMONIO 2. “(…) el primer trabajo fue de interna. Salía mucho en ese

tiempo, en las noticias, las personas que estaban ilegales (…) que podían

poner una multa tanto al trabajador como al que le daba el trabajo, entonces

pues el señor dijo que tenía mucho miedo (…) y los hijos dijeron que tenían

que buscar una chica que estuviese legal. Llegué a un punto que no salía

nada y me desesperé (…). Era algo que jamás se me había pasado por la ca-

beza hacer, pero la necesidad pues me obligaba. Comencé, salía con ella por la

noche, ella buscaba clientes porque estábamos en la calle”.

TESTIMONIO 3. “Yo llegué a España a través de mi tía, en 2007. Ella me

compró los billetes (…) al venir aquí ella me trataba mal. Estaba embarazada

de siete meses (...) al parir mi tía me dice que tengo que pagar la casa y me

dice que tengo que ir a los clubs. Mi tía me ha hecho mucho daño”.

TESTIMONIO 4. “Yo he venido justamente a Francia con mi expareja (…)

pero la situación cambió y decidí huir y buscarme la vida, corriendo el riesgo

de pararme la policía, que me deportasen o lo que fuera, pero era lo que había,

estar en sitios de prostitución, en varios sitios, club nocturno, club diario,

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dormir ahí, deber la comida, pero era lo que podía hacer porque ¿cómo vas a

buscar trabajo si no tienes documentos, no hablas idioma?, ¿qué haces? En

mi país yo era maestra (…) era una situación que hablar de la prostitución

no pasaba por mi cabeza, tenía trabajo, tenía una situación económica muy

distinta”.

TESTIMONIO 5. “Yo quería estudiar administración (…) una tía mía me

trajo para estudiar pero cuando llegué no era para eso. Simplemente me dijo:

mira así es como la gente se consigue la vida aquí, que hay que ir al puti-

club”.

TESTIMONIO 6. “Yo llego a España en patera. Yo pagué por mí 800 € para

cruzar en Marruecos hasta aquí y luego la mujer que me ha traído aquí me

dice que yo tengo que pagar 45.000 €, me amenazaba que si yo no pagaba

ese dinero yo sé lo que va a pasar con mis hijos (…). Como yo no quiero que

pase nada malo a mi familia y mis hijos, yo no tener más remedio que salir

a la calle a trabajar de prostituta para pagar a ella”.

TESTIMONIO 7. “Entro en los años 80 (…) en mi caso mi padre me mete en

la prostitución. Yo me drogo... después, sigo bebiendo para poder (…) porque

entonces sí es verdad que bebía muchísimo en los clubs, borracha perdida

todos los días. Y luego dejo el alcohol pero me paso a la cocaína y la heroína.

Sobrevivir, no era otra cosa”.

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TESTIMONIO 8. “Pensando que mis padres me recogerían, pero me echaron

a la calle y, entonces, no tuve más alternativa que meterme en esto para sa-

car a mi hija adelante (…). Un trabajo normal, cuando veían que eras madre

soltera, te rechazaban”.

TESTIMONIO 9. “Todo fue un accidente (…) una raya, era de noche (…) no

me di cuenta de que era caballo (…). Cuando la probé ya no pude decir que

no. A los treinta y tantos dije, esto ya no tiene solución y me lo pensé y dije,

a ver… o traficas, robas o te prostituyes. A mí me hago daño, fui consciente

de eso, me largué, me despedí de todos, mi pareja, rompí con ella (…) y fui a

Logroño, empecé en la prostitución, me costó mucho trabajo pero lo tenía super

claro y ahí empecé.”

TESTIMONIO 10. “Yo vine con contrato de peona agrícola pero yo sabía que

era un contrato ficticio (…) yo iba a trabajar en un bar poniendo tapas, ca-

ñas… y ese contrato se convirtió en la prostitución. Al principio me acojoné,

pero luego yo dije, yo tengo allí una casa hipotecada que no es mía, que es

de mi madre (…) y yo tengo que echar `palante´ y le eché de tripas corazón”

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La violencia

El hecho de ejercer la prostitución

hace que la mujer esté expuesta

a múltiples tipos de violencia:

sexual, física, psicológica,

desprecio de la sociedad,

desinterés de la Administración…

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TESTIMONIO 1. “Una tiene que cuidarse, porque si tú no te cuidas puedes

tener problemas y serios”.

TESTIMONIO 2. “Porque vienen gentes diferentes que tú no sabes quienes

son, porque ahí entran gentes que tienen maldad, sabiendo que están mal

pero no te dicen nada, ahí entran de todo tipo, asesinos, todo (…) porque hay

muchas que han muerto (…), entras con una persona y no sabes quién es y

te mata”.

TESTIMONIO 3. “Porque es un trabajo de riesgo, aunque lo ven fácil, pero no

es fácil, es riesgo (…), el virus del papiloma lo cogí ahí”.

TESTIMONIO 4. “Porque te explotan mucho y sobre todo la ganancia se la

llevan ellos (...). Tú no quieres con ese cliente porque a veces ese cliente tú has

pasado con él y pues te hace daño y ya tú no quieres (…). Dicen que al cliente

no se le puede decir que no”.

TESTIMONIO 5. “Yo estuve casi durante dos meses fatal en la casa con ella

porque era todos los días la misma cosa y yo decía que no voy, que no voy,

eran gritos, insultos, amenazas, pero tenía que aguantarlo (…). Me dijo:

mira aquí en España no se vive gratis, se pagan gastos (…). Tenía miedo y

con amenaza de que la policía te va a detener y te van a deportar”.

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TESTIMONIO 6. “(…) conocía la dirección de la casa donde vivo pero más

allá no conocía nada”.

TESTIMONIO 9. “En 2010 fue con cámara y fue a mi casa, amenazó a mi

madre, coge a mis hijos en foto, dice que va a llevar en vudú si yo no le pago

a ella lo que falta de dinero (…) si yo no pagaba, matarme. Mi madre me

tuvo que llamar aquí, mira lo que está pasando, ella y su marido venir a mi

casa con cámara, ha cogido fotos que va a llevar al vudú (…). Su marido me

continuaba amenazando que si yo no pago el dinero que le debo a su mujer

algo me va a pasar”.

TESTIMONIO 10. “Como no tengo papel, trabajo cada noche y he sufrido

y me pegaban, robaban en la calle donde trabajaba (…) pasar frío. Salí con

clientes y algunos no me pagan, hacen relación conmigo y luego dicen que

no se corr… y no me pueden pagar”.

TESTIMONIO 11. “No lo hicieron bien (…) la mayoría veníamos de familias

muy deterioradas porque algunas ya venían que sus madres eran prostitu-

tas (…) se enfocaba con que esto es lo que hay, y donde acabéis, total venís

de esto y ahí volveréis. Compañeras mías de mi internado, la mayoría de mi

época acabaron de prostitutas y entre ellas drogadictas”.

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TESTIMONIO 12. “Si vas de malas maneras lo que das es pena y todavía

estas más en el fango… te gastabas muchísimo en ropa, en calzado, en bol-

sos, en peluquería, o sea que lo que ganabas por un lado, se te iba por otro”.

TESTIMONIO 13. “La heroína te va comiendo, la prostitución te va comien-

do, al final un mundo tan vicioso que te va metiendo para adentro, en vez

de salir te va hundiendo, como si fuera tierra movediza, estás en tierra mo-

vediza”.

Ecos “Yo era un trapo, un trapo por ahí abandonado”.

“La mujer que está en prostitución está muy mal. Está considera una

mierda (…) entonces la sociedad misma la patea”.

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Los sentimientos

El ejercicio de la prostitución provoca en

la mujer sentimientos desgarradores:

desesperanza, soledad, tristeza, dolor,

vergüenza, inseguridad, humillación…

miedo.

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TESTIMONIO 1. “(…) lo que estoy haciendo, nunca lo había hecho antes

(…). Desde que pisé España traté buscando algo que hacer y no lo encontré,

tuve que meterme en esto sin querer y con mucha vergüenza. Porque esto no

es mi vida…”.

TESTIMONIO 2. “Vender tu cuerpo a cambio de dinero no me parece bien,

pero hay situaciones que te obligan a hacerlo”.

TESTIMONIO 3. “No, no ha sido fácil (…) no puedo contárselo a mi hija. Si

ella llega a saber lo que estoy haciendo ya no podrá estar conmigo (…) porque

no lo tomaría bien. Es difícil, porque tengo que mentirla”.

TESTIMONIO 5. “Porque siempre le escondes a tu familia lo que has hecho

aquí, porque te sientes mal, porque ya tienes hijos y que tú puedes pensar que

llegue la voz, que se enteren…”

TESTIMONIO 6. “No lo sabe nadie de mi familia, nadie de mis amigos, es

algo que me he tragado yo sola (…) antes decía jamás, haré cualquier cosa

menos prostituirme … y la verdad que pues lo estoy haciendo y no me arre-

piento, porque de una u otra manera me ha sacado adelante, estaba estancada

(…), el problema es que no tengo documentación, no estoy legalmente aquí

y pues eso es difícil”.

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TESTIMONIO 7. “He estado bastante inestable (…), la desesperación (…).

Recuerdo que lloraba…, bueno aún lloro… Hay veces que pasaba dos o tres

días sin comer, nada de nada”.

TESTIMONIO 8. “Tenía mucha vergüenza, tenía mucho miedo, aún lo ten-

go, pero ahora lo llevo mejor”.

TESTIMONIO 9. “Si tuviese un trabajo, que tuviera mejores condiciones,

que estuviese estable como al principio, pues creo que sí que lo dejaría. Pero no,

ahora siento que no me merece la pena, aunque esto me sea difícil y no sea

realmente lo que quiero, pues es lo que me ayuda. Entonces, por el momento,

no pienso dejarlo, es lo que me ayuda, me hace ir para adelante”.

TESTIMONIO 10. “Yo no me sentía una persona. Yo estaba siempre triste,

tenía mucho miedo… yo no tenía a nadie, yo me sentía sola y pensando en

mis hijos y en mi madre”.

TESTIMONIO 11. “Y la familia que no acepta ese estilo de vida y dices, no

puedo hablar ni con mi familia, contar a tus hermanos, tus primos, tu ma-

dre, que eres prostituta, que no es lo peor del mundo (...). Pero si en la familia

no hay un caso de estos y ahora tú estás ahí, ¿cómo hablo con ellos?”.

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TESTIMONIO 12. “No es que me guste trabajar de prostituta, lo que pasa es

que si yo no trabajo yo no puedo seguir con mi hijo adelante”.

TESTIMONIO 13. “Pienso que nadie me va a querer por mi pasado: drogadic-

ta, prostituta y encima sidosa, como que tienes el trío ¿no? Y no el de Lalalá”.

Ecos “Sé el asco que se pasa en la calle, por mucho que penséis que nos da

igual, y el asco que da a la gente cuando, encima, cree que nos da

igual”.

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En la actualidad...2013

El perfil de la mujer de prostitución

ha cambiado, la globalización

nos ha traído nuevas culturas,

nuevas ciudadanas.

La crisis económica actual y

los recortes de las adminsitraciones

acentúan/afectan a la

vulnerabilidad de las mujeres.

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TESTIMONIO 1. “(…) con esta crisis que hay, puede que te pidan el sexo sin

tener protección. Si la persona, la mujer está muy desesperada pues a lo mejor

tiene que coger servicios que antes no cogería”.

TESTIMONIO 2. “Tú no tienes permiso de residencia, no te puedes mover, es

como que estás atada, no puedes ir por ahí, tengo ganas de hacer algo pero no

puedo (…) el tema de mi residencia me retrasa muchas cosas”.

TESTIMONIO 3. “Antes vivía en un piso, ahora estoy en una habitación

alquilada con mi hija. Bueno, aguantando, que vamos a hacer, tenemos que

aguantar, porque es lo que hay”.

TESTIMONIO 4. “Antes andaba en la calle y ya pensaba que todo el mundo

me miraba como con esa mirada…”

TESTIMONIO 5. “Ahora cobro el Ingreso Aragonés de Inserción, más tran-

quila porque no lo estoy haciendo, aunque a veces cena mi hija y yo no, pero

yo me siento mejor, prefiero mil veces acostarme sin cenar o comer una sola

vez al día y no volver a eso”.

TESTIMONIO 6. “Estaba trabajando en la noche y todo eso, no era una si-

tuación que me gustase, era lo que podía hacer de momento, no tenía docu-

mentos, no sabía cómo buscar trabajo”.

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TESTIMONIO 7. “Mi situación actualmente es la de una mujer con una

criatura, en paro, intentando salir adelante de cualquier manera, intentando

que a su hija no le falte de nada”.

TESTIMONIO 8. “Más bien normal mal, porque me llega justico. Me han

quitado las subvenciones del piso y nos han quitado todo. Nos han subido

el piso al doble, un piso del ayuntamiento,tienes que tener el aparato de la

teleasistencia, tienes que tener fijo, tienes que tener móvil, las dos cosas por-

que si te pasa algo por la calle, por lo menos poder llamar si vas en la silla de

ruedas”.

TESTIMONIO 9. “Yo veía que la hija de la vecina en un año se hizo una

casa, y se compró un coche, un carro como dicen allí, y yo quería…. era la

ambición de tener para un futuro”.

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Echar en falta

La mujer de prostitución

reclama ser tratada como persona

en igualdad. Piden ser reconocidas

en su ser mujer,

con respeto, cariño, escucha, cercanía…

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TESTIMONIO 1. “Yo lo único que siempre he querido y hasta ahora no lo he

podido conseguir, es un trabajo fijo, donde yo podría dejar la prostitución”.

TESTIMONIO 2. “Necesitamos mucho apoyo, que crean en nosotras. Una se

siente bien cuando por lo menos tú te desahogas y esa persona sí te cree, aun-

que no te pueda ayudar pero te cree, sabe que lo hiciste ya porque no tenías

otra salida”.

TESTIMONIO 3. “Que te crean, que confíen en tus palabras y que no todo lo

que tú dices es por querer o sacar dinero”.

TESTIMONIO 4. “(…) porque los papeles, estamos aquí y tenemos que tener-

los. Por ejemplo, tengo un hijo y yo no podía pedir ayuda por mi hijo y ahora

puedo pedirla”.

TESTIMONIO 5. “Más orientación, más información de cómo traer y cómo

estar con esos niños para que no pase lo que le pasó a mí hija”.

TESTIMONIO 6. “Estamos en prostitución y no tenemos donde dormir pero

si me ofrecen también un sitio gratuito para pasar las noches, yo creo que

sería dar un poco de facilidad… porque tú sigues en la prostitución, sigues

sin aprender idioma, pero tienes un sitio para dormir y estar bien. Durante

el periodo en el que estás intentando salir de la prostitución, pero también

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estás formándote, ese apoyo que dices de tener un sitio para dormir y estar

pero que no sea en el club”.

TESTIMONIO 7. “A mí me gustaría esta lucha que tengo de poder conseguir

un trabajo estable y poder salir de esta situación porque yo no quiero estar en

esta situación de por vida”.

TESTIMONIO 8. “Echo en falta un trabajo estable, tener un piso económico

que pudiera pagar yo, vivir en mi piso con mi hija, despertarme todas las ma-

ñanas, llevarla al cole y yo irme a trabajar, regresarme, recogerla y irme para

casa. Echo en falta esa vida, pero actualmente no la puedo llevar”.

TESTIMONIO 9. “Los gobiernos que se plantearan realmente crear empleo

para que nosotras podamos salir de esta situación y para que todas nosotras

tengamos una vida digna y normal. Es difícil que una se plantee dejar la

prostitución porque si una se lo plantea ¿de qué vive?”.

TESTIMONIO 10. “No cerrar tanto las puertas, porque cuando nos cierran

tanto las puertas más prostitución están creando”.

TESTIMONIO 11. “Necesitamos un acercamiento no tan frío. No, a veces ne-

cesitamos alguien que nos deje un poco victimizarnos y que sepa querernos

con ese abrazo”.

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TESTIMONIO 12. “Era un sitio donde estaba limpio, donde nadie me iba a

hacer daño, donde podía dormir y nadie me iba a robar, donde nadie me iba a

violar, nadie me iba a…. que me dejaban dormir y que a tal hora yo me tenía

que levantar y cumplir unos horarios, (…) y un plato de comida caliente por

la noche. Yo valoraba mucho esa seguridad, esa alimentación que en un prin-

cipio la tienes fatal en la calle. Lo que necesitas es un entorno muy familiar”.

TESTIMONIO 13. “El piso (…), algún sitio donde puedan usarlo mujeres

(…) para que puedan usarlo en libertad, en esos primero momentos, donde

nadie te acoge y no tienes donde estar”.

Ecos “Era muy fácil decirte que tú para limpiar (…) se les olvidó decirte

que tú valías para algo más. Lo he vivido muy mal. Eso lo maldigo

porque creo que han sido muchos años perdidos para muchas mujeres.

Hasta las narices de ser la chacha (…) has hecho de todo, has tenido

que mentir, has tenido que llorar, has tenido que ingeniártelas a ver

de qué forma...Oportunidades, que somos algo más”.

“En el momento en que crees que te pueden echar un capote, todo míni-

mamente tiene que estar cubierto”.

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“Éramos esclavas sexuales, esclavas de la droga y seguimos esclavas

de la limpieza. Porque tampoco nos daban opción a más”.

“Una Seguridad Social, habría que legalizar la prostitución, porque

hay mujeres que se meten ahí y ya no pueden salir, con una Segu-

ridad Social ya tendrían para un futuro, cotizaría para ella misma,

podría ir al médico, no tendría que ir a buscar ayuda en el último mo-

mento cuando ya la infección o la enfermedad o lo que sea ya la tiene

muy avanzada (…). Para el futuro, para una pensión, que están tra-

bajando, que no están haciendo nada malo, no están robando, que no

están matando, están trabajando con su cuerpo, y que podían cotizar

tranquilamente. La sociedad empezaría a respetarla un poquito más,

a reconocer como son, unas mujeres trabajadoras, no son una mierda

de la calle”.

“Hay muchas mujeres que necesitan mucha ayuda psicológica porque

hay maltrato, pero no solamente de los hombres sino de los hijos y de

la gente que convive, de todo”

“Haría mucha falta mucha mano sensible y hay muy poca y, sobre

todo, la Administración que es la que se tiene que poner las pilas, esa

es la más importante que funcione, pero como no funciona…”.

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“La policía que la proteja más, que la protege muy poco. Ahora empieza

a intentar o a hacer como que la respeta, pero se le ve todavía a alguno

en la mirada y los gestos y los codazos a la mujer, como que no hay

respeto”.

“La Administración pasa olímpicamente de ella, entonces no hace fal-

ta una poquita cosa, una miajita, sino mucho, mucho, mucho”.

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Y... Fogaral

En Fogaral siempre

hemos pretendido impulsar

el protagonismo

de la propia mujer.

¿Cómo?

Ofreciendo algo tan sencillo

como valioso: calor de hogar.

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TESTIMONIO 1. “(…) cualquier información que yo necesito, aquí vengo y

me la dan”.

TESTIMONIO 2. “(…) una viene deprimida (…) ayuda mucho a que una no

se desespere…”.

TESTIMONIO 3. “(…) te motivan y te abren… te abren la puerta…”.

TESTIMONIO 4. “(…) que sí, que tú vales como persona y que tú puedes

seguir adelante”.

TESTIMONIO 5. “Alguien que te quiere realmente de cariño y que te admite

tal como eres, o sea, sin reproches y sin acusaciones y sin devaluarte como

mujer”.

TESTIMONIO 6. “Calor, cariño… me puedo desahogar, me brindan cariño,

me preguntan cómo estoy, que no todas mis amistades lo hacen”.

TESTIMONIO 7. “Antes también estaba más apagada, ahora tengo más se-

guridad, bueno, tengo estabilidad y no me falta de nada, el plato de comida

no me falta, el ánimo para seguir, que tanto aquí me animan que sigo para

adelante”.

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TESTIMONIO 8. “Yo no sabía los derechos que tenía por estar en otro país,

por ser inmigrante, yo no sabía dónde ir, además estaba indocumentada (…)

porque tenía miedo, pánico de caminar por la calle, de salir sin documentos,

a pesar de que estaba en la noche. Si me pasa algo de violencia yo no sabía

que tenía derecho a llamar a un policía (…). La defensa de tus derechos para

mí ha sido muy importante”.

TESTIMONIO 9. “(…) el apoyo con mi hija al campamento y también las

veces que he venido aquí a decir que lo estoy pasando muy mal y ver si se me

puede echar una mano económicamente para poder soltar alguno de los gas-

tos… y también en cuanto si tengo alguna duda, preocupación, pues pregun-

tar, sobre el tema de los trabajos que hacemos, algún consejo me han dado”.

TESTIMONIO 10. “Llamándome por mi nombre y no por el del trabajo. Era

algo que yo creo que ahí ayudó mucho… era algo muy cercano”.

TESTIMONIO 11. “Lo primero que confiaran en mí, aun no confiando, por-

que no dejas de ser una yonqui, (…) esa confianza hacia mi persona y eso

me ha ayudado mucho a valorarme y a tirarme para adelante”.

TESTIMONIO 12. “No tienes familia, no tienes nada y de pronto dices: unas

desconocidas apuestan por ti”.

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TESTIMONIO 13. “Tomarme ese café con leche calentito, el hecho de que te

escuchara alguien y que le estabas hablando las miserias de la calle … sin

juzgarte… y a medida que vas contando tus miserias a alguien que no tiene

nada que ver con el tema, te vas escuchando. Aunque seas una yonqui eso

va calando”.

Ecos “Sintiéndome escuchada, valorada, pero sobre todo escuchada. El escu-

char y que no tengas que fingir lo que hablas, importantísimo (…)

era poder explayarme como soy y lo que yo vivía que, posiblemente, no

era lo que ellas querrían escuchar, pero era lo que yo estaba viviendo”.

“Sobre todo me han ayudado a que yo misma me vea el problema que

yo tenía, sin decirme nada sin pedirme nada. Escuchándome, con el

café, atendiéndome todos los días, cada vez que venía, la ducha (…).

Todo esto ha hecho que yo me pueda ver en realidad, el problema tan

gordo que tenía. Me ha costado el poder encontrarme a mí misma otra

vez de nuevo”.

“En realidad, nunca me habéis dicho nada, ni me habéis criticado,

pero me habéis escuchado, eso era muy importante y al escucharme

vosotras mismas, también me he escuchado yo”.

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¿Punto y final…?

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FOGARAL25 años de camino

compartido con mujeresen acogida y acompañamiento

desde la igualdad

Pº Echegaray y Caballero, 100 • 50001 Zaragoza • Tel.: 976 294 730www.caritas-zaragoza.org